Historia Del Circo
Historia Del Circo
Historia Del Circo
Aunque esta definición pudiese estar pasada de moda y hoy en día podríamos encontrar
una definición más adecuada, estudiemos y analicemos qué es lo que nos dice Thetard,
qué sigue siendo vigente y veamos qué es lo que se le puede añadir.
En el diccionario de la RAE, se puede leer: Edificio o recinto cubierto por una carpa, con
gradería para los espectadores, que tiene en medio una o varias pistas donde actúan
malabaristas, payasos, equilibristas, animales amaestrados, etc.
En el sitio definición.com dice: Lugar circular, con gradas, donde los antiguos romanos
hacían espectáculos, como carreras de caballos, luchas, etc. Local, comúnmente una
carpa, móvil, donde se realizan ejercicios ecuestres, pruebas de habilidad, se exhiben
animales amaestrados, etc.
Los cuatro pilares fundamentales del circo son la Fuerza, el Equilibrio, la Destreza y la
Gracia. Alfredo Marquerie.
¿Cuáles son los antecedentes, las raíces de un espectáculo que toma su forma definitiva
con la pista de 13 metros y medio de Astley a mediados del siglo XVIII?
Sus antecedentes se encuentran en todas las grandes primeras civilizaciones de la
historia - En Egipto, China, Japón, Asiria, Grecia y Roma, las civilizaciones más antiguas,
se pueden encontrar los orígenes del arte del entretenimiento. Rituales eficaces para
enfrentarse a las fuerzas misteriosas de la naturaleza
- Nace de la mano del poder, de los grandes emperadores y reyes omnipotentes que para
impresionar a sus masas organizaban desfiles y demostraciones suntuosas donde el
pueblo podía comprobar la grandeza del monarca (esclavos, animales exóticos,
bailarines, malabaristas o acróbatas eran una perla más en la corona del emperador).
Croft-Cooke, otro gran estudioso del circo, nos habla de Ptolomeo como uno de los
primeros en utilizar los macroespectáculos para entretener a su pueblo y uno de los
primeros coleccionistas de animales exóticos de otros países (una forma de demostrar al
pueblo el poder de sus conquistas). Señala el Festival en honor a Dionisio como una de
las más espectaculares “cabalgatas” que tuvo lugar en Egipto a principios del reinado de
Ptolomeo y nos hace una enumeración detallada de todas las carrozas y animales
participantes.
En Grecia destaca Alejandría que posee una larga colección de animales exóticos. El
aprecio a los animales y su doma y entrenamiento ocupan un lugar importante entre los
escritos griegos.
En Sybaris, la ciudad de los sibaritas, los caballos eran sabiamente adiestrados para la
danza al son de determinada música de flauta.
En una batalla contra los Cotronitas, éstos hicieron sonar una música de flauta con lo que
confundieron a los caballos y consiguieron una victoria fácil. También eran habituales las
procesiones o desfiles por motivos religiosos, en honor a Artemisa, por ejemplo, en donde
demostraban el elevado nivel técnico de adiestramiento y de captura que ya se poseía en
esa época.
Aunque no eran demasiado aficionados a los espectáculos sangrientos, como más tarde
lo serían los romanos, los griegos eran aficionados a las peleas de gallos y el toreo se
desarrolló en las planicies de Tesalia. En Creta, los toros son utilizados para espectáculos
acrobáticos que también tienen su origen en ritos religiosos.
Con la invasión de los bárbaros desaparecen la mayor parte de los circos romanos
excepto el de Bizancio, que continúa exhibiendo espectáculos de carreras de caballos y
de otro tipo y algunos circos de la península Ibérica que se reciclan en plazas de toros, y
el mundo del espectáculo entra en un periodo de tinieblas en el que los artistas incluso
son perseguidos, en algunas ocasiones, como traidores o herejes.
Durante toda la Edad Media, el espectáculo es mantenido por los saltimbanquis
(banquistes, en francés, o mountebanks, en inglés, cuyo nombre proviene del banco que
usaban para realizar sus representaciones, una madera sostenida por dos caballetes, y
sobre la que realizaban su acrobacias), que viven viajando y visitando las principales
ferias y mercados de las ciudades más grandes, y los gitanos, romanis, que conservan
sus tradiciones nómadas a base de pequeños espectáculos de doma de animales (osos,
perros, monos), equilibrio y música ( y que son el origen de los domadores y menageries
de animales). No tienen mucho que ver los unos y los otros, aunque también viven en la
carretera y los dos grupos entran en lo que los franceses llaman gens du voyage.
Algunas de estas familias de saltimbanquis crean las más antiguas dinastías circenses
y nombres como Chiarini (familia italiana que ya aparece en Francia en 1580 en la feria de
Saint Laurent como equilibristas de cuerda y marionetistas), los Ravel, que aparecen en
1603, y del que cogería el nombre el mítico equilibrista Blondin, cuyo verdadero nombre
era Emile Gravelet, Wallenda, Knie, Chipperfields, Price, etc.
Los equilibristas sobre cuerda son uno los principales y más espectaculares shows que se
podían ver por esa época y son mucho los grabados que nos muestran a los
funambulistas en las más variadas posturas.
Las principales ferias donde se podían ver a estos artistas eran La feria de Nizhni-
Novgorod (en Gorki, Rusia), la Foire de Troyes, en Francia, y la inglesa de Stourbridge,
Bartholomew Fair y Southwark Fair, además de multitud de ferias y grandes celebraciones
por toda Europa.
La aparición de la Commedia del Arte en Italia en el siglo XVI, cómicos que forman
compañías profesionales para realizar comedias “improvisadas” basadas en su
adiestramiento mímico, vocal y acrobático y en unas máscaras y trajes que definen tipos o
personajes fijos, que serán el germen del payaso o comediante de nuestros días.
A partir de 1750, las compañías de trashumantes se multiplican en Europa.
BIBLIOGRAFÍA
The Circus from Roma to Ringling, Earl Chapin May, 1932
Le Merveilleuse Histoire du Cirque, Henry Thetard, 1947
Circus, a Worl History, Rupert Crof-Cooke & Peter Cokes, 1976
Histoire mondiale du cirque, Dominique Jando, 1977
2. Nacimiento del circo moderno
A mediados del siglo XVIII, las elitistas escuelas de equitación ya han perdido parte de su
interés y de su importancia social, y comienzan a surgir jinetes con el espectáculo en las
venas que empiezan a desarrollar diferentes habilidades y acrobacias sobre el caballo
que exhiben al aire libre, ganándose enseguida el favor del público. Por primera vez el
espectáculo nace de emprendedores hombres de negocios que se las ingenian para
conseguir el aplauso del público, que por otra parte está deseoso de ser asombrado con
proezas y curiosidades sin par.
Otro jinete importante para Astley fue el Sr. Sampson con quien Astley trabajó de mozo,
según su amigo Jacob Decastro que en sus memorias (1824) incluye un capítulo sobre
Astley, y del que aprendió numerosos métodos de doma y acrobacias. A Mr. Sampson y a
su mujer se les atribuye el honor de ser el primer matrimonio de jinetes, allá por el año
1767.
Phillip Astley, convencido de que sería capaz de igualar, incluso superar, las hazañas de
Price y de su rival Bates, alquila el campo llamado Halfpenny Hatch, donde presenta el
volteo sobre dos o tres caballos, el manejo del sable y a su pequeño caballo Billy, al que
presenta como el Little Military Learned Horse.
En esta primera pista había un palomar en el centro donde Astley acomoda a un chaval
con un tambor, lo que se puede considerar como la primera banda de circo.
Astley el primero en descubrir que la fuerza centrífuga le permitía permanecer sin caerse
mientras su caballo daba vueltas en círculo. El nombre de circo no proviene de las
estructuras romanas denominadas circus, sino del círculo que Astley diseñó para lo que el
llamaba Escuela de equitación o Riding School. Esto le permitió diseñar la primera pista
de circo en 1768 y fue el patrón (unos 13 metros de diámetro) que se repite desde
entonces en todos los circos.
Astley construye una pista circular al aire libre, con tribunas de madera, cerca del Puente
de Westminster. La financiación de esta empresa se ve favorecida por el encuentro casual
de un anillo de diamantes. En 1779 se convierte en un anfiteatro permanente de madera
que lleva por nombre Astley’s Royal
Amphitheater of Arts y en el que, al tener todos sus asientos cubiertos, Astley promete
funciones todos los días, llueva o nieve.
Hacia 1780 todos los locales de entretenimiento son edificios permanentes, incluso los de
las capitales de provincias más importantes aunque su seguridad deja mucho que desear
y no es raro leer en los periódicos de la época desastres y desmoronamientos de
estructuras. Ni Astley se salva de esta situación y su tercer anfiteatro significaba un reto
para la mayoría de arquitectos y constructores de Londres. Tras una fachada
presumiblemente segura de ladrillos y un interior lujosamente decorado nadie podía
entender que el nada sólido techo realizado a base de lona pintada y sujeto con antiguos
artilugios de barco, se mantuviese de pie. En 1841 un devastador fuego acaba con él en
menos de una hora. Los edificios mantienen la misma estructura que los teatros de
entonces con la diferencia que incluyen una pista delante del escenario.
Deseoso de hacer más popular su espectáculo, que ya contaba con un gran éxito entre la
aristocracia londinense, y más competitivo, Astley los enriquece mediante varias
atracciones y en ese sentido fue un gran creador e innovador: sombras chinescas,
cascadores, y agregó una tropa de danzarines sobre cuerda y de saltadores, los Ferzi, así
como varios acróbatas muy notables, que presentaban las llamadas pirámides egipcias, al
forzudo Sr. Colpi. Introduce, asimismo, el elemento cómico (el mismo ejerció de cómico
en la primera época), y contrata a varios payasos: Sanders y Fortunelli, “grotescos a
caballo” y a Porter y Burt, otro clown célebre, considerado como el primer payaso a pie.
A Astley se le atribuye ser el pionero en introducir diálogos entre el maestro de
ceremonias y el clown.
Y además, Astley, que era aficionado a la magia y a los experimentos pseudocientíficos,
para risa de sus competidores, presenta numerosos experimentos magnéticos como El
Reloj Mecánico Simpatético Algunos de sus programas incluyen saltos con trampolín en
los que el saltador es capaz de sobrepasar a un grupo de jinetes con sus monturas o un
batallón de soldados con la bayoneta calada y en fechas señaladas se incluyen fuegos
pirotécnicos y globos aerostáticos.
Programas y carteles de la época, periódicos, anuncios o antiguas facturas nos dan una
idea de la variedad de trucos y habilidades que tenían que realizar Astley y su mujer y los
numerosos competidores de estos, para conseguir el interés del público. En 1772 estaba
anunciado en el Astley que David Wildman cabalgaría con la cabeza y la cara cubiertas
por un enjambre de abejas (La mujer de Astley, tres años más tarde, realizaría el mismo
número con ¡tres! enjambres de abejas).
En París, con su compañía, mantiene un pleito singular con otro empresario llamado
Nicolai que, atendiendo a una ley antigua francesa, le denunció porque no estaba
permitido disponer de dos escenarios al mismo tiempo.
Astley lo solucionó poniendo una plataforma sobre sus caballos y representando sus
acrobacias encima de ellos. El escenario no era estable por lo que a Astley le fue
permitido continuar sus representaciones.
System of equestrian education, un plagio de una obra de Hugues que a su vez era un
plagio de otra obra de equitación, y una pequeña obra mágica, Natural Magic (en realidad
un plagio de la traducción de La Magie Blanché Devoilée de Decremps). Billy era su
caballo favorito. Bailaba y servía el té a los artistas y al público. Veinte años después de
su muerte Charles Dickens describe el local de Astley en la novela La Tienda de
Antigüedades.
BIBLIOGRAFÍA
Con el despertar del siglo XIX, el circo vive su momento de oro, y alcanza su clímax en la
última mitad del siglo con la proliferación de circos estables y de circos ambulantes por
toda Europa y América.
Astley, como ya dijimos, estableció el primer circo en París asociándose con Antonio
Franconi quien se hacía cargo del establecimiento cuando Phillip Astley regresaba a
Inglaterra. Charles Hugues crea el primer circo en Rusia y junto con otros jinetes ingleses
(Bates, Pool, etc.) se desplazan a América donde comienzan sus exhibiciones. Se dice
que Astley construye 19 circos por Inglaterra y Europa. Estuvo en Bruselas, Viena e
incluso Belgrado.
James Price, probablemente hijo del jinete Thomas Price, viajó a Austria, Constantinopla,
Alemania y Dinamarca, antes de instalarse en San Petersburgo. A medida que el siglo
XIX avanza numerosos artistas crean sus propios circos a través de toda Europa. Entre
ellos cabe destacar los Knie en Suiza y los Renz en Alemania, Viena y Dinamarca. En
Inglaterra, Andrew
Ducrow, considerado el más grande artista de la época y el mejor jinete de todos los
tiempos, enamoraba a los espectadores de toda Europa y firmaba uno de los capítulos
más románticos del circo al hacerse cargo del Astley ́s Anphitheatre de 1825 a 1841.
A principios del siglo XIX, un programa en el Astey ́s sería más o menos así: a las 18:30
comenzaba un hipodrama con un título bastante llamativo como Los Valientes Cosacos,
El Caballero de la Sangre Roja o Uranda, La Encantadora del Castillo de Hierro. Sobre las
20:30, si el local no estaba lleno se admitía a espectadores a mitad de precio, los cuales
veían los últimos compases del hipodrama. A continuación seguían 45 minutos de
Escenas en el círculo, actos como los del circo de hoy (gimnastas, contorsionistas,
clowns, forzudos y algo bueno con caballos. Una vez acabados estos números, la acción
volvía al escenario donde tiene lugar una pantomima, “burletta” o un melodrama de a pie.
La orquesta se situaba entre la pista y el escenario y acompañaba la mayor parte del
espectáculo. No era raro el espectáculo que concluyese más allá de medianoche, incluso
sobrepasando la una de la madrugada. Es tal el éxito de estas compañías de artistas que
su aparición en los establecimientos teatrales comienza a ser frecuente. Covent Garden y
Drury Lane comienzan a montar hipodramas por su cuenta y para ello, contratan a los
jinetes del Astley o del Royal Circus. Incluso el prestigioso Park Theatre de Nueva York
presta su escenario al circo del inglés James West.
ANTONIO FRANCONI
Es el fundador de una gran dinastía circense. Nació en Venecia en 1738 y fue obligado a
expatriarse a Francia por culpa de un duelo cruento. En París ejerció numerosas
profesiones: saltimbanqui, prestidigitador, maestro de animales sabios, amaestrador de
pájaros y de toros, aficionándose cada vez más al adiestramiento de animales,
particularmente de los caballos. Una vez instalado en París, Franconi se asocia con
Astley, y con el tiempo, transformó el anfiteatro de Astley en el Anfiteatro Franconi,
inaugurado, a pesar de los tiempos revueltos de la Revolución, el 21 de marzo de 1793 (9
de Termidor del año 1). A sus fantasías ecuestres y a sus caballos comediantes, Franconi
añade innumerables escenas burlescas (La mort du General Marlborough, Nicodème
dans la lune, Les aventures de Don Quixotte) muy del gusto de la época, en las que
tomaba parte toda la familia Franconi, compuesta de notables jinetes. En sus programas
figuraba también la alta escuela, cosa que nunca sucedió en los programas de Astley. En
1801, Antonio Franconi cambia su local por otro nuevo en el cercado de los Capucines,
lugar de cita del París elegante, y al poco tiempo se convierte en el espectáculo favorito
de la aristocracia parisina. En 1808, nuevo cambio: Los Franconi, los hijos de Antonio,
Henry y Laurent, se trasladan a las calles de Saint Honoré y de Mont-Thabor con el
nombre de Cirque Olympique des Frères Franconi.
El 8 de febrero de 1817, inauguran un nuevo local, el antiguo anfiteatro de Astley
renovado y adaptado a las nuevas exigencias y manteniendo el nombre de Cirque
Olympique.
Es la época dorada del circo, pero el 15 de marzo de 1826 se declara un incendio que
arrasa los muros del circo. La respuesta popular y de los simpatizantes ante esta tragedia,
no se hizo esperar y los Franconi reabren su circo tan sólo un año más tarde, el 31 de
marzo de 1827.
Antonio muere a la edad de 98 años y diez años más tarde mueren sus hijos, víctimas del
cólera. Los Franconi han pasado a la historia del circo no sólo por la brillantez de sus
ejercicios ecuestres, sino también por la espectacularidad de sus pantomimas.
Las glorias del Cirque Olympique ponían en escena a más de ochocientos comparsas,
que entraban y salían de la pista en un movimiento continuo, mientras crepitaban los
disparos de la fusilería, tronaban las charangas militares y se encendían las luces
pirotécnicas.
Los Franconi también fueron los pioneros de otro tipo de pantomima cuya interpretación
corría a cargo de los animales. Franconi hizo saltar en 1872 a un caballo que llamaba
“Ciervo volante” dos metros y quince cm. de altura. La hazaña se consumó sin jinete y
bajo la dirección del domador Carriés. Louis
Dejan, otro gran director francés se hizo cargo junto a uno de los hijos de Antonio del
Cirque Olympique
BILL RIQUETTS
Ricketts obtiene renombre antes de finalizar el siglo XVIII, pero al no ser genuinamente
americano, pronto le salen nuevos competidores. Otros personajes son: Rufus Welch,
Aaron Turner, el citado Lent, Howes y Adam Forepaugh, que es el que se inventa los
Concursos de belleza: en 1880 ofrece un premio en dólares para la mujer más bella de
América; el concurso lo gana Louise Montagne que, más tarde, es anunciada en el circo
de Forepaugh como “la belleza de los 10.000 $”.
SPALDING
Gilbert R. Doc Spalding era propietario de un pequeño drugstore donde se ganó el apodo
de Doc, vendiendo medicinas. Su pasión por el showbusiness le llevó a tener en 1844, su
primer espectáculo North American Circus o Nichols Circus. Spalding era inteligente y
creativo e innovó en bastantes aspectos técnicos en la carpa. Fue el primer circo en
desplazarse con su propio barco de vapor (Allegheny Mail) por el Missisipi. También a
menudo es acreditado (se disputa este honor con otro gran pionero del circo americano:
Lewis B. Lent) como el primero en usar el ferrocarril para el transporte de los circos. 1853:
Railroad Circus & Crystal Anphitheater.
Más tarde se asoció con Charles Rogers (1817-1895) y formó el Spalding & Rogers
Circus. En 1852, crea junto a Rogers el recordado Floating Palace, barco de vapor que
cruzaba el Mississippi y que estuvo en funcionamiento desde 1852 hasta 1865. Diseñado
por Spalding y Rogers y construido en Cincinnati por Edward M. Shield, era un anfiteatro
con una pista standard de circo y una capacidad de 2500 personas. Estaba decorado con
espejos, madera trabajada, tapices y alfombras. En la primavera de 1865 un fuego
accidental, de nuevo, destrozó completamente el Palacio Flotante.
Durante muchos años la carrera de Spalding estuvo curiosamente entretejida con el más
famoso payaso de la época, Dan Rice. Spalding, asombrado por el trabajo y el carisma de
Rice, le ofrece unirse a su espectáculo y Rice acepta. En 1848 Rice abandona a Spalding
y a pesar del desplante, algunos historiadores afirman que Spalding tuvo que ver con la
financiación y organización del Dan Rice Circus. Cuando Spalding se encuentra de nuevo
a Rice, éste está en la cima del éxito pero físicamente deshecho por unas fiebres
amarillas. Rice acepta de nuevo la invitación de Spalding de asociarse a su circo, pero
esta vez la unión va ser demasiado corta. Los artistas se peleaban cada vez que
actuaban uno cerca del otro y en 1850 Rice fue encarcelado por calumnias hacia Spalding
y Rogers. Cuando el Dan Rice ‘s One-Horse Show se fue a la quiebra debido a las
dificultades de la Guerra Civil, Spalding vuelve a ofrecerle a Rice la oportunidad de
trabajar para él por la bonita suma de 1000 $ a la semana, Rice rechaza la oferta. Al final,
Spalding fue quizás el responsable del último descalabro de Rice. En 1868, Spalding se
aproxima a Rice para venderle su nueva creación, una carpa ambulante de madera y
telas que había bautizado como el París Pavilion. Rice se endeudó duramente para
conseguir el Pavilion pero las giras no fueron muy exitosas y Rice se sumió en la
bancarrota.
ANDREW DUCROW
Entre los artistas circenses que actuaron en este siglo, ninguno estaba destinado a
conseguir mayor fama que Andrew Ducrow, personaje familiar tanto para los historiadores
de circo como para los de teatro, Ducrow fue un excelente mimo y actor que actuaba
regularmente en los teatros.
Pero también fue domador de animales, contorsionista, equilibrista, funambulista,
coreógrafo y diseñador de vestuario y manager del Astley Anfitheatre de Londres y
director de muchos de los espectáculos allí producidos entre 1825 y 1841.
De todas formas fue como jinete donde resaltó más, creando unas brillantes series de
pantomimas sobre caballo en las cuales él manejaba nueve caballos al mismo tiempo.
Algunas de sus puestas en escena todavía se realizan en algunos circos de hoy en día.
P.T. BARNUM
Nace en 1810 y desde muy temprana edad convierte en un personaje imprescindible para
la América de su tiempo, para el desarrollo del showbusiness y de la publicidad exterior y
de prensa. Fue un auténtico innovador y un trabajador incansable que llena de anécdotas
la vida del Nueva York del siglo XIX.
EL MUSEO AMERICANO. A finales del siglo XVIII, la Tammany Society de Nueva York
comenzó a reunir una colección de curiosidades de ciencias naturales, que en 1790
legaron a la ciudad, y que más tarde pasó a manos privadas. En 1800, John Scudder, un
taxidermista, se convierte en el propietario de la colección y comienza a abrirlo en
exhibiciones públicas como el Museo Scudder, más conocido como el American Museum.
Era un edificio imponente de mármol, de cinco pisos. En el momento de la muerte de
Scudder, la colección incluía figuras de cera, animales disecados, una maquina que
manejaba un perro y dioramas. En 1840 P.T. Barnum está decidido a comprar el Museo,
pero no dispone del dinero. Hábil y muy despierto en los negocios, Barnum convence al
dueño del edificio de participar con él en esta nueva empresa y, tras pelearse la compra
con otros interesados con algunas artimañas (ver cap. 3 de El Fabuloso...), se hace con el
museo. Barnum, que ya estaba en el asunto, se hace rápidamente con las riendas,
reemplaza las exhibiciones más polvorientas y comienza a incluir espectáculos en vivo
que incluyen magos, ventrílocuos, Punch & Judy, lanzadores de cuchillos y otras cosas,
todo por 25 centavos. Carteles muy llamativos con consignas atractivas trabajan para la
lógica y el Museo comienza a llenarse todos los días. Familias enteras gastan todo el día
en sus dependencias. Tan largas son las colas para entrar que Barnum tiene que poner
un reclamo en el interior del Museo para llevar a la gente hacia la salida. Entre las
curiosidades del Museo se encontraba la reproducción en miniatura de las cataratas del
Niágara, gigantes y la Sirena de Fidji (26). Medio mono, medio pez, esta sirena que atraía
a miles y miles de espectadores, llego a ser uno de los timos más deliberados y
cuidadosamente planeados de los anales del espectáculo, pero al mismo tiempo uno de
los atractivos más celebrados que convirtieron al Museo de Barnum en uno de los
principales negocios del espectáculo en toda América.
En los tres años antes de que Barnum se hiciera cargo de él, e Museo Americano de
Scudder había ingresado 34.000 dólares. En los tres años siguientes, bajo las manos de
Barnum, ingresó más de 100.000 dólares.
Pronto, más curiosidades humanas fueron llegando al Museo: El general Tom Pulgarcito,
Madame Clofullia (27), Chan y Eng (22-23), etc.
Barnum vendió el Museo en 1855, pero su bancarrota le obligó a mantenerse unos años
más. En 1864, una bomba destruye parte del edificio y en 1865, un incendio se encarga
del resto. Dos meses más tarde Barnum reabre el Museo en otro sitio y le añade una
menagerie (la colección de fieras de Van Amburgh) bajo carpa. El Nuevo Museo
Americano durará solo tres años más, pues el edificio es devorado por las llamas
nuevamente. El Museo Americano no abrirá sus puertas más.
LORD SANGER
Lord Sanger es uno de los hombres célebres en los anales del circo. Sus memorias
suponen un entretenido viaje por los primeros tiempos del circo y es uno de los más
interesantes y divertidos libros escrito por uno de sus protagonistas. El viajó a través de
toda Europa a finales del siglo XIX, y casi, de casualidad evoca una olvidada manera de
vivir. Describe muchos de los trucos de los showmans, pero al lado de la diversión de la
feria y el espectáculo, él hace hincapié en la a veces violenta rivalidad entre los diferentes
circos de aquella época.
BIBLIOGRAFÍA
En la actualidad más del 20% de los artistas de circo son rusos o pertenecientes a las
antiguas repúblicas soviéticas. A los rusos se les debe la enseñanza de las artes de la
pista en escuelas y el inicio de los estudios de creación.
Antes de la revolución, los grandes nombres del circo ruso comienzan con Charles
Hughes y Tournaire, jinetes que habían trabajado con Astley, y que comienzan la
aventura del circo ecuestre en la estepa rusa.
El zar Nicolás I, aficionado al circo, decidió subvencionar la creación de una compañía
compuesta enteramente por sus súbditos. Par acelerar su formación, creó la primera
escuela europea de circo en los locales de la escuela de teatro imperial en San
Petersburgo. En 1849 se construye el Circo Imperial y en 1877, Gaetano Ciniselli decide
construir un circo estable, circo que aun existe. En sus pistas alternaban los artistas
occidentales como James Fillis o Billy Hayden con artistas rusos como Dourov, artista que
alcanzará grandes éxitos y cuya dinastía es una de las más populares de Rusia.
A principios del siglo XX el circo está de moda en Moscú. Artistas como Los Fratellini,
Rastelli, Truzzi o Caroli formaban parte de los programas de los Circos del Imperio. Todo
esto cambiaría con la Revolución de octubre.
El Estado soviético comienza a preocuparse por el circo confiriéndole un poder cultural
importante instando a los principales intelectuales y autores de la época a escribir sobre y
para la renovación del circo.
En 1927 nace la Escuela de Circo de Moscú.Y en 1972, la organización central de los
circos soviéticos crea en la periferia de Moscú un estudio con una sala cilíndrica de 26
metros de altura, un verdadero laboratorio donde pedagogos como Piotr Maistrenko o
directores de escena como Valentin Gneooshev pueden afinar sus espectáculos sin
preocuparse por los costes. Un verdadero punto de inflexión en el arte circense y en la
evolución de lo que más tarde hemos denominado Nuevo Circo, Un motor de creación
imparable cuyos resultados aún se pueden seguir apreciando hoy en día, casi veinte años
después de la caída de los regímenes comunistas.
En la actualidad, los artistas capaces de trabajar con un material reducido han escogido
ser independientes y hoy en día trabajan en las principales ciudades de Europa y
América. Los artistas de troupes de acróbatas, los trapecistas voladores y los domadores
han permanecido junto a la organización estatal o al amparo de los grandes circos como
el Nikouline o el Bolshoi.
Los estudios de creación y las escuelas se han visto afectados por la crisis económica y la
retirada de la mayor parte de las ayudas.
Es curioso que en Francia, país pionero del nuevo circo, es donde mejor conviven el circo
tradicional y el nuevo circo. Después de definirlo, las diferencias se diluyen. Lo que queda
es una auténtica pasión por el circo, en esencia, por el espectáculo.
El Circo Roncalli en Alemania ha sido el catalizador del florecimiento de las artes de circo
y ha animado el resurgimiento de salas de variedades que proliferan por toda Alemania
(en Berlín hay tres) que presentan espectáculos de primerísimo nivel. La unión del
glamour tradicional con una moderna y desenfadada puesta en escena es la clave del
éxito de estas propuestas. Esta es la razón por la que entre los artistas alemanas se
tiende a especializarse en números que pueden ser presentados en salas de variedades.
“Las chicas se dedicarán a la contorsión o al trapecio. Los chicos se inclinarán por el
malabarismo y el equilibrismo. Y las parejas por los ejercicios mano a mano”.
Esta nueva perspectiva contrasta con la tendencia a los macrocircos del pasado alemán y
se acerca a la edad de oro de los music-halls, que también tuvo a Alemania como
principal protagonista.
BIBLIOGRAFÍA
Un número que asombraba a los asistentes y que enorgullecía a Mr. Parish era el llamado
“Wargraph”. El programa decía: “Se ruega a este inteligente público sea condescendiente
con cualquier entorpecimiento que pueda haber en la exhibición de los cuadros del
“Wargraph”, interrupción involuntaria, imposible de evitar, dada la composición y
delicadeza del aparato. El Sr. Director previene a este ilustrado público que para este
número la sala quedará a oscuras.” El Wargraph era ni más ni menos que el cine, cuyo
nacimiento tienen lugar en las principales locales de circo de toda Europa.
En Barcelona, después del ya citado Circo Auriol, se inaugura el parque de atracciones y
salón de baile denominado “Campos Eliseos”. En estos jardines se construyó una
montaña rusa que atrajo la curiosidad del público y junto a esta, una pista circense para la
ejecución de exhibiciones ecuestres, lo que favoreció la afición de los barceloneses por el
circo ya que por su pista, la primera pista estable de la ciudad condal, desfilaron
excelentes artistas que se hicieron muy populares en la ciudad.
A este primer coliseo catalán le siguen el popular Circo Barcelonés que en 1857 presenta
la compañía ecuestre del director del circo de Madrid Mr. Price, y a este le siguen los
acróbatas ingleses Los Hanlon-Lees, creadores de la pantomima “Un viaje a Suiza” que
estrenan en 1871. También actúa en el Barcelonés un precursor del transformismo
llamado Cascabel
El 14 de octubre de 1859, Mr. Price abre su circo de madera en Barcelona, justo al
comienzo de Las Ramblas, donde presenta los mismos programas que trabajan en
Madrid, sin conseguir, según Dalmau, un éxito definitivo. Más tarde, Price se hará cargo
del Barcelonés donde tampoco consigue éxitos resonantes.
En 1860, el italiano Gaetano Ciniselli inaugura su “Gran Circo Royal”, en el Paseo de
Gracia, que fue durante muchos años la máxima atracción de os barceloneses. Ciniselli,
que se titulaba a sí mismo “caballerizo del rey Víctor Manuel” era un auténtico hombre de
circo y capaz de las producciones más notables.
Otros circos de similares características son el Circo Loyal y el Kanneny y otros muchos
que florecen en esta ciudad a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX.
El día 21 de diciembre de 1890 en un campo de la barriada de Gracia, entre las calles de
Aribau y Muntaner, dio su primera función pública la atracción conocida por Buffallo Bill ́s
West, compañía fundada y dirigida por el famoso cazador de bisontes William F. Cody,
conococido por Buffallo Bill, montando para ello una especie de circo.
En marzo de 1863 llegó Blondin, famoso funambulista por cruzar las Cataratas del
Niágara, a Barcelona y su primer cometido fue la propaganda de su número en los
pórticos del Liceo. “En Barcelona anunció que realizaría cuantos ejercicios le habían dado
fama. Atravesaría la plaza de toros de la Barceloneta por una maroma que iba en
dirección de la Estación de Mataró a la Barceloneta. Ofreció recorrer esta distancia
paseando, corriendo y saltando, sentarse en una silla, ponerse cabeza abajo, hacer
evoluciones gimnásticas, ir y volver con los ojos vendados y la cabeza metida en un saco
y hacer el recorrido con un hombre corpulento en su espalda...” Según los cronistas el
éxito de su actuación fue tan increíble que realizó una segunda actuación en el Liceo para
aquellos que no habían querido acudir a la plaza de toros y muchas más después de esta.
El más importante de los circos de Barcelona de esa época fue el circo que Gil Vicente
Alegría y Chiessi levantaron en la Plaza de Cataluña en 1879, con el nombre de Circo
Ecuestre y más tarde como Circo Alegría, y que tenía capacidad para 3000 personas
aunque el día del estreno se habla de que entraron unos 4000. Durante sus dieciséis
años de existencia pasaron por sus pistas los artistas más importantes de Europa y se
presentaron numerosas producciones de gran formato auspiciadas por Vicente Alegría
uno de los mejores empresarios circenses que ha tenido la historia del circo en España.
Después de su derribo, ordenado por la alcaldía barcelonesa, en 1895, Barcelona se
queda sin locales aptos para los espectáculos circenses hasta que aparece el Tivoli que
dirige Micaela Alegría, esposa de Vicente y ecuyere. A partir de 1900, la mayor parte de
los teatros convierten sus escenarios en pistas circenses: el Novedades, el Principal, el
Nuevo, el Español, el Pabellón Soriano y el Cómico.
En 1924 se inaugura el que sería uno de los dos mayores coliseos de Europa: el circo
Olimpia (el otro es el Coliseo dos Recreios de Lisboa construido en 1890)
BIBLIOGRAFÍA