2014 - Libro - Contaminación Urbana Del Aire. Aspectos Fisicoquímicos, Microbiológicos y Sociales PDF

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CONTAMINACIÓN

URBANA DEL AIRE


Aspectos fisicoquímicos,
microbiológicos y sociales

Enrique Sánchez-Salinas
Ma. Laura Ortiz Hernández
María Luisa Castrejón Godínez
(compiladores)

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MORELOS


CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE


ASPECTOS FISICOQUÍMICOS,
MICROBIOLÓGICOS
Y SOCIALES

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE


ASPECTOS FISICOQUÍMICOS,
MICROBIOLÓGICOS
Y SOCIALES

Enrique Sánchez-Salinas
Ma. Laura Ortiz-Hernández
María Luisa Castrejón-Godínez
(compiladores)

PROGRAMA DE GESTIÓN AMBIENTAL UNIVERSITARIO

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Esta publicación fue financiada por el Fondo Mixto Conacyt-Gobierno del


Estado de Morelos, a través del Proyecto FOMIX MOR-2011-C02-173680.

Contaminación urbana del aire : Aspectos fisicoquímicos, microbiológicos y


sociales / Enrique Sánchez Salinas, Ma. Laura Ortiz Hernández, María
Luisa Castrejón Godínez, compiladores. - - México : Universidad
Autónoma del Estado de Morelos, 2014.
186 p. : il.

ISBN 978-607-8332-59-5 UAEM

1. Aire – Contaminación – Efectos ambientales 2. Aire – Contaminación –


Efectos sobre la salud 3. Aire – Microbiología 4. Aerosoles atmosféricos

LCC QC882 DC 551.511

Contaminación urbana del aire. Aspectos fisicoquímicos, microbiológicos y sociales


Enrique Sánchez-Salinas, Ma. Laura Ortiz Hernández y María Luisa Castrejón
Godínez (compiladores)

Primera edición, 2014


D.R. © 2014, Enrique Sánchez-Salinas, Ma. Laura Ortiz-Hernández y María
Luisa Castrejón Godínez

D.R. © 2014, Universidad Autónoma del Estado de Morelos


Av. Universidad 1001
Col. Chamilpa, CP 62209
Cuernavaca, Morelos, México
[email protected]

Diseño de portada: Tania Sánchez-Ortiz


Fotografías: Enrique Sánchez-Salinas

ISBN 978-607-8332-59-5
Impreso en México
Reservados los derechos

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

ÍNDICE

CAPÍTULO 1. LA CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA URBANA: GESTIÓN Y


POLÍTICA PÚBLICA DE LA CALIDAD DEL AIRE ..................................................11
Enrique Sánchez-Salinas, Ma. Laura Ortiz-Hernández, María Luisa Castrejón-Godínez y Alexis
Joavany Rodríguez Solís

CAPÍTULO 2. FUENTES QUÍMICAS DE LA CONTAMINACIÓN


TROPOSFÉRICA ......................................................................................................... 43
Rodrigo Morales-Cueto y Hugo Saldarriaga-Noreña

CAPÍTULO 3. FRACCIÓN ORGÁNICA ASOCIADA A LOS AEROSOLES


ATMOSFÉRICOS: FUENTES, MECANISMOS DE TRANSFORMACIÓN Y
EFECTOS SOBRE LA SALUD .................................................................................... 73
Hugo Saldarriaga-Noreña, Rodrigo Morales-Cueto y Fernando Ramos Quintana

CAPÍTULO 4. LA AEROBIOLOGÍA Y SU CONTRIBUCIÓN A LA CALIDAD DEL


AIRE .............................................................................................................................105
María Luisa Castrejón-Godínez, Alexis Joavany Rodríguez Solís, Enrique Sánchez-Salinas y Ma.
Laura Ortiz-Hernández

CAPÍTULO 5. MODELOS PREDICTIVOS Y DE CONSTRUCCIÓN DE CAMPOS


DE FLUJO DE VIENTO ............................................................................................135
Fernando Ramos Quintana y Deny Lizbeth Hernández Rabadán

CAPÍTULO 6. PERCEPCIÓN AMBIENTAL: HERRAMIENTA DE ANÁLISIS DE


LA REALIDAD ............................................................................................................167
Gabriel Dorantes Argandar, Enrique Sánchez-Salinas y Ma. Laura Ortiz-Hernández

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

AUTORES

Enrique Sánchez Salinas


Profesor-Investigador Centro de Investigación en Biotecnología. Profesor Facultad de
Ciencias Biológicas. Universidad Autónoma del Estado de Morelos.

Ma. Laura Ortiz Hernández


Profesora-Investigadora Centro de Investigación en Biotecnología. Profesora Facultad
de Ciencias Biológicas. Directora General de Desarrollo Sustentable, Secretaría de
Investigación, Universidad Autónoma del Estado de Morelos.

María Luisa Castrejón Godínez


Jefatura de Educación Ambiental, Programa de Gestión Ambiental Universitario.
Profesor Facultad de Ciencias Biológicas. Universidad Autónoma del Estado de
Morelos.

Alexis Joavany Rodríguez Solís


Investigador posdoctoral del Centro de Investigación en Biotecnología. Profesor de la
Facultad de Ciencias Químicas e Ingeniería y Facultad de Ciencias. Universidad
Autónoma del Estado de Morelos.

Rodrigo Morales Cueto


Profesor-Investigador Centro de Investigaciones Químicas. Profesor de la Facultad de
Ciencias Químicas e Ingeniería y Facultad de Ciencias. Universidad Autónoma del
Estado de Morelos.

Hugo Saldarriaga Noreña


Profesor-Investigador Centro de Investigaciones Químicas. Profesor de la Facultad de
Ciencias Químicas e Ingeniería. Universidad Autónoma del Estado de Morelos.

Gabriel Dorantes Argandar


Profesor-Investigador del Centro de Investigación Transdisciplinar en Psicología.
Profesor de la Facultad de Psicología. Universidad Autónoma del Estado de Morelos.

Fernando Ramos Quintana y Deny Lizbeth Hernández Rabadán


Investigadores asociados del proyecto Fondo Mixto CONACyT-Gobierno del Estado
de Morelos. Mor-2011-C02-173680.

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

PRESENTACIÓN

La presencia del hombre en la Tierra y su capacidad de transformación del


entorno, representan la principal causa del deterioro ambiental en el planeta. Las
actividades humanas generan gases y partículas que originan mezclas complejas
en cantidades tales y con tal duración, que son perjudiciales para la flora y la
fauna; afectan los cuerpos de agua y los suelos, la salud pública y los bienes
materiales. El crecimiento y concentración de la población, los procesos de
urbanización y la industrialización, asociados a fenómenos meteorológicos,
determinan los niveles de deterioro de la calidad del aire. A nivel mundial, se
estiman que la contaminación del aire causa entre 200 mil y 570 mil muertes
anuales. El conocimiento de las fuentes de contaminación y de los procesos
fotoquímicos atmosféricos, además del monitoreo de la calidad del aire y la
emisión de normas ambientales que regulen la emisión y exposición a los
contaminantes criterio, no son suficientes para establecer las bases para el diseño
de estrategias de gestión y política pública para reducir y detener la degradación
ambiental. Esta problemática se aborda bajo el marco conceptual de la
sustentabilidad, a pesar de sus limitaciones para establecer un balance a la
compleja relación ambiente, crecimiento económico y valores socio-políticos.

En el libro se analiza los fundamentos de la sustentabilidad y sus contradicciones,


aborda la complejidad del deterioro ambiental. Las fuentes químicas de la
contaminación troposférica, los procesos fotoquímicos atmosféricos y el papel
del ozono como contaminante secundario relevante se revisan a detalle. Se
describe el origen de los aerosoles atmosféricos, los mecanismos de
transformación y los efectos sobre la salud humana. Se analiza el origen de los
bioaerosoles, los criterios de calidad microbiológica del aire y los métodos de
muestreo. Se ejemplifica la construcción de un modelo predictivo de campos de
viento, como base para el estudio de la dispersión de los contaminantes.
Finalmente, se examina la importancia de los estudios de percepción ambiental
para prever la evolución y el comportamiento individual y colectivo ante los
escenarios futuros previsibles.

Los compiladores expresamos nuestros agradecimientos a los autores,


coautores, y revisores, por su tiempo y conocimientos. En especial al Fondo
Mixto CONACyT-Gobierno del Estado de Morelos por el financiamiento al
proyecto FOMIX MOR-2011-C02-173680.

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CAPÍTULO 1
LA CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA URBANA: GESTIÓN
Y POLÍTICA PÚBLICA DE LA CALIDAD
DEL AIRE

Enrique Sánchez-Salinas, Ma. Laura Ortiz-Hernández, María Luisa


Castrejón-Godínez y Alexis Joavany Rodríguez Solís

1.1. INTRODUCCIÓN

Las sociedades humanas producen y reproducen sus condiciones


materiales de existencia a partir de su metabolismo con la naturaleza
(Toledo, 2008). El metabolismo urbano se puede definir como la suma
total de los procesos técnicos y socioeconómicos que se producen en las
ciudades, lo que da como resultado el crecimiento, la producción de
energía y la eliminación de los residuos (Kennedy et al., 2007). En la
práctica, el estudio de un metabolismo urbano implica la cuantificación de
las entradas, salidas y el almacenamiento de energía, agua, nutrientes,
materiales y residuos de una región urbana (Kennedy et al., 2010). Una de
las consecuencias es la contaminación atmosférica urbana, que constituye
un problema ambiental en muchas ciudades de todo el mundo y produce
graves consecuencias, inmediatas y en el largo plazo, para la salud de la
población y para el medio ambiente físico (Streit y Guzmán, 1996).

El deterioro ambiental en todas las escalas y, en algunos casos, de forma


irreversible, es consecuencia indiscutible de la velocidad con la cual el ser
humano moderno consume materiales y energías, además de que produce
residuos de distinta naturaleza. Naredo (1996) señala que esta situación ha
obligado a que se busque conciliar el crecimiento (o desarrollo) económico
con la idea de sostenibilidad, cuando cada uno de estos dos conceptos se
refiere a niveles de abstracción y sistemas de razonamientos diferentes: las
nociones de crecimiento económico encuentran su definición en los

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

agregados monetarios homogéneos de producción y sus derivados, lo que


segrega la idea común de sistema económico, mientras que la
preocupación por la sostenibilidad recae en procesos físicos singulares y
heterogéneos. Ríos et al. (2005) señalan que esta concepción de desarrollo
sostenible, derivada del Informe Bruntland, se identifica con una ideología
liberal proeconómica, cuyo objetivo principal es el crecimiento económico
y la preservación de los ecosistemas; la cultura, la naturaleza y el ambiente
son sólo herramientas para su logro.

Ante el deterioro del ambiente mundial, la Cumbre de Johannesburgo,


celebrada en 2002, señaló que los países en desarrollo se han vuelto más
vulnerables y que la contaminación del aire, agua y mares sigue privando a
millones de seres humanos de una vida digna. Esta situación ha obligado
a los gobiernos, las organizaciones internacionales competentes, el sector
privado y los grupos que integran la sociedad, a implementar estrategias
encaminadas a modificar las modelos insostenibles de consumo y
producción. La Organización de las Naciones Unidas (ONU, 2002) ha
declarado que el uso sustentable de los recursos y procesos eficientes de
producción permitirá reducir la degradación de éstos, la contaminación y
la producción de residuos, al afrontar y desvincular el crecimiento
económico, así como la degradación del ambiente. Sin embargo, la
ausencia de políticas en la materia que establezcan los límites del
crecimiento económico ha provocado que los problemas asociados con la
degradación ambiental terminen también en un proceso de globalización.

1.2. LA COMPLEJIDAD AMBIENTAL Y LA SUSTENTABILIDAD

El término de desarrollo aplicado en el desempeño de las sociedades


humanas alcanza amplios niveles de difusión luego de la segunda guerra
mundial, cuando los países industrializados comienzan a tener en cuenta y
analizar el desvío creciente que separa a los países del “tercer mundo” de
los industrializados. Los especialistas de todo el mundo empiezan a buscar

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

y desarrollar teorías que intentan explicar estos procesos (Achkar, 2005).


A lo largo de las tres últimas décadas, enfoques como la economía
ambiental y la economía ecológica han tratado de volver a conectar el
sistema económico con el ecológico. La primera valora las externalidades
ambientales de cara a su incorporación en la contabilidad económica en
uso, mientras que la segunda cuestiona los fundamentos y axiomas sobre
los que reposa la economía neoclásica, y trata de desarrollar un nuevo
marco conceptual y metodológico de análisis que refleje e incorpore los
costos físicos de la actividad económica (Gómez-Baggethun y De Groot,
2007).

En 1987 apareció el Informe Brundtland (también conocido como Nuestro


futuro común), en el que se introdujo el concepto de “desarrollo sostenible”,
entendido como aquél que permite la satisfacción de “las necesidades de
la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones
futuras para satisfacer sus propias necesidades” (ONU, 1987). Se
considera complementaria de esta definición la de la Unión Internacional
para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la del Programa de Medio
Ambiente de las Naciones Unidas (PNUMA) y la del Fondo Mundial de
la Naturaleza (WWF), las cuales indican que el desarrollo sostenible
implica la mejora en la calidad de vida dentro de los límites de los
ecosistemas (Moreno, 2007).

No obstante, el término “sostenible” tiene un origen relacionado con un


concepto económico-ambiental que acompaña al de desarrollo sostenible.
Éste sirve para mantener en los países industrializados la fe en el
crecimiento, y hace las veces de burladero para escapar de la problemática
ecológica y de las connotaciones éticas que tal crecimiento conlleva. Sin
embargo, se han levantado voces críticas que señalan que el objetivo de la
sostenibilidad se revela incompatible con el desarrollo de un sistema
económico cuya globalización origina a su vez la homogeneización cultural
y la destrucción ambiental (Naredo, 1996). Por otro lado, el concepto

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

“sustentabilidad” tiene como antecedente inmediato el de “ecodesarrollo”,


que se empezó a utilizar en el Primer Informe del Club de Roma sobre los
límites del crecimiento (1971), que, junto con otras publicaciones y
acontecimientos, puso en tela de juicio la viabilidad del crecimiento como
objetivo económico planetario (Moreno, 2007).

Por su parte, en México, la Ley General del Equilibrio Ecológico y


Protección al Ambiente (LGEEPA) define como “desarrollo sustentable”
el proceso evaluable mediante criterios e indicadores del carácter
ambiental, económico y social que tiende a mejorar la calidad de vida y la
productividad de las personas, el cual se funda en medidas apropiadas de
preservación del equilibrio ecológico, protección del ambiente y
aprovechamiento de recursos naturales, de manera que no se comprometa
la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras (DOF, 2014).

La discusión y el análisis sobre el origen etimológico y semántico de los


conceptos pueden parecer excesivos, pero hay que considerar que hay
palabras y frases que no pueden ser homogéneas en todas las culturas,
debido a que poseen un sistema de valores diferente, que se basa en una
distinta percepción de la realidad. Comúnmente aceptamos como nuestras
algunas doctrinas e ideologías —como el concepto de desarrollo
sostenible/sostenibilidad— en un proceso de homogeneización cultural
global en el que participamos de manera inconsciente. Por esta razón, el
debate conceptual no puede ser obviado por una simple propuesta de
definiciones más complejas y detalladas, pues debajo de los conceptos se
encuentra una realidad que es mucho más compleja que su definición.
Necesitamos generar nuevos procesos y alternativas que nos permitan
afrontar la realidad social, económica, política, ambiental y cultural desde
un punto de vista común, de acuerdo con nuestro fondo histórico-cultural
(Ríos et al., 2005; Naredo, 1996).

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

La problemática ambiental es una realidad compleja que incluye aspectos


sociales, políticos, económicos y ecológicos. Los sistemas complejos
responden a dinámicas no lineales, es decir, que tienen más de una causa
posible y, en consecuencia, más de una solución; se refieren a
comportamientos y procesos no deterministas, emergentes y
autoorganizativos. En la actualidad, el mundo necesita nuevos modelos
explicativos, junto con metateorías que permitan la comprensión de la
complejidad de la realidad debido a los inherentes límites disciplinares. De
esta manera, una nueva realidad se puede construir, basada en el estudio
de la complejidad fenomenal y en la transdisciplinariedad necesaria en un
nivel científico, de modo que la investigación científica podrá enfrentarse
con una realidad holística (Ríos et al., 2005). Ante la complejidad
ambiental, las políticas de la globalización económico-ecológica ponen de
manifiesto la impotencia del conocimiento para comprender y solucionar
los problemas que han propiciado sus formas de conocimiento del mundo
(Leff, 2013).

La globalización económica tiene importantes limitaciones para regular de


forma efectiva el equilibrio ecológico y es poca su capacidad para
internalizar los costos ambientales mediante un sistema de normas legales,
impuestos o un mercado de permisos de contaminación para la reducción
de emisiones. La economía debe constreñirse a los límites de expansión
que aseguren la reproducción de las condiciones ecológicas de una
producción sustentable y de regeneración del capital natural, un principio
precautorio basado en el cálculo del riesgo, en la incertidumbre y en los
límites impuestos a través de un debate científico-político fuera del
mercado (Leff, 2013). Las contradicciones del desarrollo neoliberal
globalizador son tan profundas que han creado la necesidad de explorar
otros enfoques de sustentabilidad.

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

1.3. EL PROCESO DE URBANIZACIÓN Y EL DETERIORO AMBIENTAL

El sistema urbano mexicano está integrado por 369 localidades mayores


de 15 mil habitantes, entre las que destacan la ciudad de México,
Guadalajara y Monterrey como grandes megalópolis, y Toluca, Puebla,
Cuernavaca, Querétaro, Tijuana, Ciudad Juárez, Cancún, entre otras,
como grandes metrópolis unidas mediante ejes troncales de vías de
comunicación. Este sistema urbano es resultado del desarrollo
socioeconómico de México (Valdés et al., 2011).

De acuerdo con datos de la ONU (2013), actualmente el 50% de la


población mundial habita en ciudades, y se estima que dentro de dos
décadas casi el 60% de la población mundial vivirá en zonas urbanas. El
crecimiento exponencial que ha experimentado la población humana en el
ámbito mundial, la demanda de recursos para satisfacer sus necesidades
básicas y las formas y mecanismos de apropiación de los recursos —con
frecuencia ligados a fuerzas sociales, económicas y políticas— han tenido
implicaciones estructurales y funcionales en los ecosistemas naturales (Mas
et al., 2009).

La acelerada urbanización ha creado grandes ciudades y zonas


metropolitanas que exigen infraestructura y sistemas de transporte con
capacidad de movilizar masivamente a la población (SCT, 2008). Además,
la descentralización de la vivienda de clase media hacia la periferia urbana
incrementa el tráfico vehicular para los traslados (Lavell, 1996) y trae como
consecuencia mayores emisiones de contaminantes por efecto de la
combustión en el motor y por el polvo que levantan los vehículos en
circulación, además de la contaminación relacionada con el desgaste de las
llantas y el sistema de frenos por la abrasión entre los materiales. Por otro
lado, la disminución de la humedad relativa en las grandes zonas urbanas
está asociada con la escasez de vegetación y cuerpos de agua; el aumento
en la temperatura permite la disminución de la humedad atmosférica y las

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

altas precipitaciones podrían deberse a la gran concentración de nucleantes


y a la convección inducida por la isla de calor (Garduño, 2003 y Morales
et al., 2007).

Alrededor del proceso de urbanización —comprendida ésta como el


crecimiento de las localidades que cuentan con dos mil 500 habitantes o
más— existe una compleja problemática asociada con la salud humana, la
explotación de los recursos naturales, la contaminación ambiental y el
cambio climático, además de que se relaciona con los efectos
socioculturales por el cambio del modo de vida rural al urbano de la
población (Valdés et al., 2011). Esta situación ha sido y es objeto de un
intenso debate intelectual, que se ha intentado explicar —sobre todo en
países del mundo desarrollado, con renovados argumentos
malthusianos— como resultado de la presión que el excesivo crecimiento
poblacional ejerce sobre los limitados recursos naturales de la Tierra
(Segreles, 2012). Sin embargo, existe otra visión de análisis del problema
que plantea que la crisis ambiental es el resultado de la aplicación
indiscriminada de las tecnologías contaminantes, del modo de producción
imperante y de las pautas consuntivas de los países ricos. Segreles (2008)
señala que este análisis presenta un marco teórico-conceptual dialéctico,
sistémico y holístico que no utiliza las ambigüedades habituales en los
análisis del fenómeno ecológico.

Los impactos del desarrollo urbano en la calidad del aire constituyen un


problema en los ámbitos local y global, inherente a las grandes ciudades.
En el nivel mundial, el tema de la calidad del aire se aborda como parte del
proceso de calentamiento global que sufre la Tierra y sus consecuencias
en el cambio climático, un fenómeno confirmado por las evidencias
científicas; en el nivel local, es un problema específico con efectos sobre
la salud y el ambiente (Romero et al., 2006). En lo que respecta a los
contaminantes atmosféricos, hasta no hace mucho tiempo eran
exclusivamente los procedentes de las emisiones industriales. Los

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

principales focos de contaminación actuales proceden del transporte y el


uso doméstico (Bilbao, 2002). Al respecto, Morales (2006) señala que las
actividades de transporte, industria, comercio, construcción y agricultura
deben tener una serie de controles y exigencias ambientales (impuestos,
normas, instrumentos de mejoramiento y reparación ambiental) en su
carácter de fuentes emisoras de contaminantes atmosféricos.

Los procesos de ocupación territorial y producción urbana, los patrones


de cambio de uso del suelo, la laxa regulación para la construcción y los
severos déficits y obsolescencia de la infraestructura y los servicios básicos,
combinados con el crecimiento poblacional y la pobreza urbana, aumentan
la presión sobre los recursos naturales, lo que tiene como consecuencia
que una proporción cada vez más creciente de la población de las ciudades
esté expuesta a enormes riesgos ambientales (Lungo y Baires, 1996). El
impacto social de los sistemas de urbanización es claro y puede plantear
importantes problemas de sustentabilidad con respecto a la calidad del
hábitat humano, el acceso a la vivienda, la expansión de la pobreza, la
marginalidad, el aumento en la criminalidad y una menor cohesión
interterritorial, entre otros (Jiménez y Rams, 2006).

Por todo esto, es necesario entender las fuerzas que determinan el


crecimiento mundial de las zonas urbanas para poder plantear estrategias
de mitigación de las emisiones contaminantes y sobrellevar sus inevitables
consecuencias. En sus Perspectivas del Medio Ambiente Mundial, el
PNUMA (2002) señala que la adecuada planeación urbana puede reducir
estos efectos y que los asentamientos bien planeados y densamente
poblados pueden reducir la necesidad de cambio en el uso del suelo,
ofrecer oportunidades de ahorro de energía y efectuar el reciclaje con una
mayor eficiencia de costos. Además, si las ciudades están bajo una
administración adecuada, que pone suficiente atención en el desarrollo
social y ambiental, se pueden evitar los problemas derivados de una
urbanización rápida, particularmente en las regiones en vías de desarrollo.

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Un primer paso para avanzar en esta dirección sería que los gobiernos de
cada país incorporen expresamente un componente urbano en sus
políticas tanto económicas como ambientales y sociales.

1.3.1. CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA URBANA

Las relaciones que los seres humanos establecen con la naturaleza son
siempre dobles: individuales o biológicas y colectivas o sociales. En el nivel
social, el conjunto de individuos articulados mediante relaciones o nexos
de diferentes tipos se organiza para garantizar su propia subsistencia y
reproducción; asimismo, extrae energía de la naturaleza por medio de
estructuras metaindividuales o artefactos y excreta toda una gama de
residuos (Toledo, 2008). La introducción antrópica de estos residuos altera
la estructura natural de los ecosistemas (acuáticos y terrestres), lo que da
origen a la contaminación.

De acuerdo con la LGEEPA, la contaminación es la presencia en el


ambiente de uno o más contaminantes, o de cualquier combinación de
ellos, que cause desequilibrio ecológico (DOF, 2014). En el caso de la
contaminación atmosférica, Wark y Warner (2002) la definen como la
presencia en la atmósfera de uno o más contaminantes o sus
combinaciones, en cantidades tales y con tal duración, que puedan afectar
la vida humana o que puedan ser perjudiciales para la vida vegetal, animal
o del ambiente, de modo que interfieran con el goce de la vida, la
propiedad o el ejercicio de las actividades.

Las áreas urbanas producen gases y partículas que originan mezclas


complejas, cuyas características dependen de una serie de factores como
la densidad de población, el consumo de energía, los procesos industriales,
los medios de transporte, entre otros. Estos últimos son la principal fuente
de emisiones a la atmósfera en la mayoría de los países (Bravo y Torres,
2000).

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Las ciudades de los países en desarrollo presentan varias características


importantes: la persistencia de zonas de transición urbano-rurales con
áreas no pavimentadas, agrícolas y ganaderas, zonas deforestadas, falta de
infraestructura sanitaria, entre otras. Esta estrecha convivencia de los
entornos urbano-rurales es un factor importante que a menudo se pasa
por alto al evaluar la problemática asociada con la contaminación
atmosférica (Raga et al., 2001).

La contaminación atmosférica afecta la salud pública y la agricultura,


además de que altera el clima. Se han realizado muchos estudios en los
últimos años para cuantificar los componentes de la contaminación
urbana, identificar las fuentes y evaluar sus impactos (Raga et al., 2001). El
deterioro en la calidad del aire puede, en muchos casos, percibirse con
facilidad, especialmente en las grandes ciudades, pues disminuye la
visibilidad del paisaje o causa irritación en ojos y garganta, entre otros
aspectos (Zuk et al., 2007). En monumentos históricos y bienes personales,
por efecto de las precipitaciones ácidas, también es evidente en las zonas
urbanas de diferentes partes del mundo.

1.3.2. FUENTES DE CONTAMINACIÓN

Los contaminantes atmosféricos, normalmente medidos en la atmósfera


urbana, provienen de fuentes móviles y fijas de combustión (Ballester,
2005). Éstas se localizan en una zona específica cuya ubicación no cambia.
Se dividen en fuentes puntuales, de área y naturales, las cuales se describen
a continuación.

Fuentes puntuales. Una fuente puntual o estacionaria se refiere a cualquier


instalación fija que lleva a cabo operaciones o procesos derivados de la
generación de energía eléctrica, del comercio o de actividades de las
industrias química, textil, alimentaria, maderera, cementera, papelera,
farmacéutica, metalúrgica, metálica, manufacturera y procesadora de

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

productos vegetales y animales, entre otras. Las emisiones que se derivan


de la combustión utilizada en la generación de energía o vapor dependen
de la calidad de los combustibles y de la eficiencia de los quemadores, así
como del mantenimiento del equipo técnico y la presencia de equipo de
control de emisiones durante los procesos (filtros, precipitadores y
lavadores, entre otros). Los principales contaminantes asociados con la
combustión son el bióxido de azufre (SO2), los óxidos de nitrógeno
(NOx), el bióxido de carbono (CO2), el monóxido de carbono (CO), los
hidrocarburos (HC) y las partículas en suspensión (PM) (Aragón, 2011;
Cárdenas et al., 2003).

Fuentes de área. Son emisiones que no se localizan en un punto específico,


pues se generan en una serie de fuentes pequeñas, numerosas y dispersas,
que en conjunto pueden afectar la calidad del aire en una región. Dichas
emisiones son inherentes a actividades y procesos, como el consumo de
solventes, la limpieza de superficies y equipos, el recubrimiento de
superficies arquitectónicas e industriales, el lavado en seco, las artes
gráficas, las panaderías, y la distribución y el almacenamiento de gas LP,
principalmente. Este tipo de fuentes también incluyen las emisiones
originadas en los caminos pavimentados y no pavimentados, plantas de
tratamiento de aguas residuales y plantas de compostaje, rellenos
sanitarios, combustión doméstica, quemas agrícolas e incendios forestales.
En este tipo de emisión se encuentra un gran número de contaminantes
que tienen diversos impactos en la salud (Aragón, 2011; Cárdenas et al.,
2003).

Fuentes naturales. La contaminación de origen natural se remonta a los


orígenes de la Tierra. La actividad volcánica es considerada una fuente de
contaminación natural por sus emisiones de CO2, bióxido y trióxido de
azufre (SO2, SO3), los cuales, combinados con el vapor de agua, originan
ácido sulfhídrico y sulfúrico (H2S, H2SO4). El ácido clorhídrico (HCl), el
CO, el ácido fluorhídrico (HF), el hidrógeno (H), el helio (He) y el radón

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

(Rn) también se expulsan durante la erupción, así como mercurio (Hg),


magnesio (Mg), manganeso (Mn) y bromo (Br), además de ceniza
volcánica, constituida de grano fino (menor a dos mm), entre otras
sustancias (Grob et al., 2012; Enríquez, 2012; OPS, 2005; Bobrowski et al.,
2003). Otros procesos naturales contaminantes son las tormentas que
originan NOx (Morales y Leiva, 2006). Las tormentas de polvo y arena
que se originan en las zonas áridas liberan una gran cantidad de partículas
en la atmósfera. Estas tormentas pueden elevar partículas hasta 250 metros
de altura y avanzan con velocidades que pueden llegar a alcanzar los 200
m/s (Mezzanotte, 2007). Sin embargo, las emisiones originadas por
erosión eólica, asociadas con suelos perturbados, frecuentemente son
tratadas como fuentes de área.

A todas las sustancias emitidas por la vegetación y la actividad microbiana


en suelos y océanos se les denomina “emisiones biogénicas”, cuyo papel
es importante en la química de la tropósfera, pues participan directamente
en la formación de ozono. Las emisiones biogénicas incluyen NOx, HC
no metanogénicos, metano (CH4), CO2, CO y compuestos nitrogenados y
azufrados (Aragón, 2011; Cárdenas et al., 2003). El CH4 se encuentra
comúnmente en la naturaleza como resultado de la descomposición
microbiana de la materia orgánica en ausencia de oxígeno, fenómeno que
ocurre en pantanos o en el sedimento del fango de los lagos. Otras
categorías más pequeñas de fuentes naturales incluyen las termitas, que
emiten CH4, y la actividad geotérmica con emisiones de SOx.

Fuentes móviles. Las fuentes móviles incluyen las diversas formas de


transporte, como los aviones, helicópteros, ferrocarriles, tranvías,
tractocamiones, autobuses, camiones, automóviles, motocicletas,
embarcaciones, equipo y maquinarias no fijas con motores de combustión
y similares que, por su operación, generan o pueden generar emisiones
contaminantes hacia la atmósfera. Los motores de los vehículos son
responsables de las emisiones de CO, de compuestos orgánicos volátiles

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

(COV), SO2 y NOx, que se producen durante la combustión (Aragón,


2011; Cárdenas et al., 2003).

En la Figura 1.1 se muestran las principales fuentes de contaminación


atmosférica y algunos contaminantes primarios y secundarios.

Figura 1.1. Fuentes de contaminación del aire y principales


contaminantes emitidos.

1.3.3. USO DE ENERGÍA Y CONTAMINACIÓN

Desde el momento en que el ser humano descubrió que podía controlar


el fuego, comenzó a utilizar combustibles para calefacción y cocción de
alimentos, además de tener contacto con los subproductos de la
combustión de materiales orgánicos. Después de dos millones de años de
existencia en el planeta, la población humana apenas alcanzaba unos pocos
millones y su consumo de combustible se limitaba a la combustión de leña
en fogatas rústicas; los impactos de los contaminantes emitidos se

23
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

limitaban a las inmediaciones de la combustión. A medida que la población


humana creció y la combustión de la madera y el carbón se hizo más
generalizada, la contaminación del aire y los impactos de la combustión
aún se limitaban a los conglomerados urbanos (Gaffney y Marley, 2009).

En el ámbito mundial, la mayor parte del consumo de energía proviene


del petróleo, el gas natural y el carbón, ya que las energías nuclear,
hidroeléctrica y las provenientes de otras fuentes renovables, tienen una
participación menor. No obstante, los combustibles utilizados varían de
región a región; por ejemplo, el gas natural predomina en la Federación
Rusa, el carbón provee el mayor porcentaje de la energía que se consume
en China, mientras que la biomasa es una fuente importante de energía en
el mundo en desarrollo (PNUMA, 2002).

El consumo de energía permite la supervivencia, el mantenimiento y el


crecimiento del sistema urbano, además de que ayuda a que los sectores
económicos y su población alcancen nuevos estadios; sin embargo, en
cada cambio de forma de energía se libera una cantidad no aprovechable
de ésta, así como especies químicas potencialmente contaminantes (Díaz,
2013). El modelo económico actual —asociado al proceso de
urbanización y al desarrollo de diversas actividades, como la industria
petrolera, los servicios, la agroindustria y el incremento de las unidades
automotoras— trae como resultado un consumo intenso de energía
(Ortiz-Hernández y Sánchez-Salinas, 2013). En el nivel urbano, existen
dos fuentes de energía fundamentales: la eléctrica y los combustibles
fósiles y sus derivados (gasolina y diésel, los aceites combustibles, el
carbón, el gas natural y el gas licuado de petróleo).
Los fenómenos meteorológicos, como las altas presiones, la ausencia de
lluvias prolongadas y el aumento de la temperatura, pueden asociarse con
un incremento de las emisiones de contaminantes por un consumo mayor
de energía, debido a los sistemas de acondicionamiento de aire,
refrigeración y conservación de alimentos y otros productos (Ballester,

24
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

2005). Por otro lado, el tipo de combustible, la tecnología aplicada, las


condiciones y el tiempo de operación de los sistemas de combustión,
determinan también las emisiones contaminantes en la atmósfera y la
calidad del aire. El panorama calculado dentro de 15 años es crítico y no
pronostica condiciones ambientales favorables para los sistemas urbanos
ni para los naturales, razón por la cual las propuestas de sustentabilidad
energética urbana deben ser canalizadas hacia la masificación del uso de
formas renovables de energía y hacia la reducción del consumo mediante
la concienciación ciudadana y el aprovechamiento energético de los
residuos (Díaz, 2013). Asimismo, la energía solar que alcanza la superficie
terrestre tiene el potencial para satisfacer la demanda energética de los
combustibles fósiles.

El uso más eficiente de la energía y la introducción progresiva de energías


limpias permitirán una reducción en la utilización de combustibles fósiles
y, por consiguiente, una reducción en la emisión de SO2, CO y NO2. En
la actualidad, el desarrollo del sistema de energía está fuertemente
influenciado por las políticas de mitigación del cambio climático. Aquí
hablamos de las fuentes de energía y tecnologías que pueden alimentar el
sistema de energía mundial, así como las condiciones que promueven o
limitan las diferentes opciones de tecnología (Van Vliet, 2012).

1.4. CALIDAD DEL AIRE

El deterioro de la calidad del aire afecta al ambiente e impacta en otros


sectores, como el de la salud y el económico. Específicamente en el sector
salud se estima que la contaminación de la atmósfera exterior en escala
global causa entre 200 mil y 570 mil muertes anuales. Esto representa entre
el 0.1% y el 1.1% de las muertes anuales (Mazzeo y Venegas, 2006). Desde
el punto de vista económico, los contaminantes emitidos interactúan con
la humedad del aire, con lo que se forman ácidos que al precipitarse
pueden provocar la acidificación de cuerpos de agua, lo que tiene efectos

25
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

negativos en la flora y fauna acuáticas, además de que fomenta la pérdida


de cultivos e incluso que el suelo pierda su fertilidad.

Entre los contaminantes atmosféricos se distinguen los contaminantes


primarios y los secundarios. Los primeros son los que proceden
directamente de la fuente de emisión. Los contaminantes secundarios se
producen como consecuencia de las transformaciones y reacciones
químicas y físicas que sufren los contaminantes primarios en el seno de la
atmósfera, lo que resulta evidente, sobre todo, en la contaminación
fotoquímica y en la acidificación del medio (Ballester, 2005).

Las Directrices sobre Calidad del Aire elaboradas por la OMS están
concebidas para ofrecer una orientación mundial para reducir las
repercusiones sanitarias de la contaminación del aire. Las primeras
directrices, publicadas en 1987 y actualizadas en 1997, se restringían al
ámbito europeo; sin embargo, en 2005 fueron planeadas para el resto del
mundo y se basan en una evaluación de pruebas científicas vigentes,
llevadas a cabo por expertos. En ellas se recomiendan nuevos límites de
concentración de algunos contaminantes en el aire (como las PM, ozono
(O3), NO2 y SO2) para reducir de modo significativo los riesgos sanitarios
en todas las regiones de la OMS (2011).
Con el propósito de proteger la salud humana, los gobiernos empezaron a
utilizar normativas para controlar los niveles de concentración de
contaminantes ambientales. Estas normas se basan en especificaciones,
características y estudios realizados que evalúan la exposición de un
contaminante en diferentes periodos y sus efectos en la salud (INECC,
2009). Las normas de calidad del aire constituyen el elemento esencial para
la evaluación, prevención y control de la contaminación atmosférica. En
México, el gobierno federal, por conducto de la Secretaría de Salud, es el
que establece los límites máximos permisibles de concentración de
contaminantes a través de las Normas Oficiales Mexicanas (Tabla 1.1).

26
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Tabla 1.1. Límites máximos permisibles de contaminantes criterio y la NOM


que los regula en México.
Norma oficial
Contaminante Límite máximo permisible
mexicana
Su concentración no debe rebasar el límite
máximo normado de 0.11 ppm, o lo que
O3 NOM-020-SSA1-1993
es equivalente a 216 µg/m3, en una hora,
una vez al año, en un periodo de tres años.
Establece que no debe rebasar el valor
permisible de 11.00 ppm o lo que es
CO NOM-021-SSA1-1993 equivalente a 12,595 µg/m3 en promedio
móvil de ocho horas una vez al año.
Como contaminante atmosférico no debe
rebasar el límite máximo normado de 0.13
SO2 NOM-022-SSA1-1993 ppm o lo que es equivalente a 341 µg/m3,
en 24 horas una vez al año y 0.03 ppm (79
µg/m3) en una media aritmética anual.
No debe rebasar el límite máximo
normado de 0.21 ppm o lo que es
NO2 NOM-023-SSA1-1993
equivalente a 395 µg/m3, en una hora una
vez al año.
La concentración de partículas menores
Material de 10 micras, no deben rebasar el límite
Particulado NOM-025-SSA1-1993 permisible de 120 µg/m3, en 24 horas una
(PM10) vez al año y 50 µg/m3 en una media
aritmética anual.

Las emisiones de gases y aerosoles contaminantes y su posterior evolución


e interacción con su entorno varían, pues dependen de la hora del día, la
temporada del año y la ubicación geográfica, en las cuales la altura sobre
el nivel del mar y la latitud se combinan para suministrar la radiación solar,
que impulsa la fotoquímica atmosférica generadora de contaminantes
secundarios. Otros factores determinantes son la presencia de cuencas y
valles, que inhiben o facilitan la dispersión de la contaminación y que
contribuyen a originar inversiones térmicas invernales que atrapan más
contaminantes cerca de la superficie.

27
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Este conjunto de condiciones exige mediciones más frecuentes y con


mayor cobertura espacial. La calidad de las mediciones es tan importante
como la cantidad, específicamente para la obtención de una mayor gama
de especies químicas y partículas orgánicas (Raga et al., 2001). Por medio
del monitoreo atmosférico se determina la cantidad de una sustancia o
contaminante presente en el aire de un lugar en un tiempo determinado,
para lo que se emplean técnicas y procedimientos estandarizados,
regulados también por normas oficiales específicas (INECC, 2013). Las
partículas suspendidas totales (PST) son reguladas por la NOM-035-
SEMARNAT-1993; el monóxido de carbono, por la NOM-034-
SEMARNAT-1993; el ozono, por la NOM-036-SEMARNAT-1993; la
concentración de bióxido de nitrógeno, por la NOM-037-SEMARNAT-
1993, y el bióxido de azufre, por la NOM-038- SEMARNAT-1993.

Las autoridades que establecen las normas de calidad del aire normalmente
evalúan todas estas condiciones para determinar si el control de emisiones
logra que los contaminantes lleguen a los niveles establecidos en las
normas, o bien a la frecuencia aceptable, que es el número de veces que se
permite exceder los niveles establecidos (Zuk et al., 2007).

Las acciones (u omisiones) gubernamentales también influyen en los


niveles de contaminación atmosférica. En la zona metropolitana del Valle
de México, los programas para el control de la contaminación del aire
(Programa Integral Contra la Contaminación Atmosférica y el programa
Hoy No Circula) han disminuido la concentración de PST, SO2, NO2, CO
y O3 en el aire (Camacho y Flaman, 2008). Sin embargo, las tendencias de
los índices de calidad del aire señalan que los esfuerzos para controlar y
abatir el problema de la contaminación del aire en las grandes ciudades de
la República mexicana han tenido un éxito parcial (Mendoza y García,
2009). La problemática de la calidad del aire se debe abordar como una
compleja relación entre la contaminación del aire, el crecimiento
económico, los valores sociales y las políticas de gestión.

28
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

1.5. GESTIÓN Y POLÍTICAS PÚBLICAS DE LA CALIDAD DEL AIRE

Existe un reconocimiento general de la relación que existe entre la política


y la gestión ambiental para reducir y detener la degradación ambiental, ya
que la selección del modelo de desarrollo y los niveles y patrones de
consumo son modelados por los deseos y valores que pueden ser
influenciados por diversas intervenciones políticas, así como por amplios
procesos de gestión ambiental (Valadez y Landa, 2003).

Se entiende por política pública el conjunto conformado por uno o varios


objetivos considerados necesarios o deseables, y por los medios y acciones
impulsados, por lo menos parcialmente, por una institución u
organización gubernamental con el fin de orientar el comportamiento de
actores individuales o colectivos para modificar una situación percibida
como insatisfactoria o problemática (Roth, 2002). Así, las políticas
públicas diseñan una agenda que trata de establecer prioridades de
atención de los asuntos que se buscan (lo planeado) o se presentan (lo
contingente) en la sociedad, la economía, la cultura (Valadez y Landa,
2003).

Es frecuente la realización de análisis o de evaluaciones de políticas


públicas como si se tratara sencillamente de una metodología o de una
técnica que permite recolectar datos “objetivos” y luego tratarlos, en lo
posible, a través de un modelo matemático o informático más o menos
sofisticado para garantizar su cientificidad, su objetividad y, por tanto, su
uso para fines de mejoramiento (Roth, 2007). El proceso de la política
pública se divide en diferentes fases, actividades y actores, lo que se puede
observar en la Tabla 1.2.

29
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Tabla 1.2. El marco del ciclo de política: actividades y actores principales


(Roth, 2008).
FASE 1 FASE 2 FASE 3 FASE 4 FASE 5
Identificación e Formulación de
Toma de
institucionalización de soluciones o Implementación Evaluación
decisión
un problema acciones
Valores, Elaboración y Encontrar Ejecución, gestión Reacciones,
acontecimientos, valoración de una coalición , efectos concretos juicio sobre los
Actividades

intereses, demandas y respuestas, mayoritaria, efectos,


agenda pública selección de legitimación medición,
criterios valoración,
propuestas de
reajuste.
Partidos, Parlamentos, Parlamentos, Administración Medios,
movimientos sociales, gremios, presidente, pública, ONG, expertos,
gremios, medios, administración ministro, empresa privada, administración
políticos, pública, gobernador, etc. pública,
administración organizaciones alcalde, etc. responsables
Actores

pública, políticas y políticos,


ONG, etc. sociales, organizaciones
ONG, etc. políticas y
sociales,
gremios,
afectados,
ONG, etc.

Cabera et al. (2003) mencionan que la planeación de políticas ambientales


debe tomar en cuenta la información disponible con respecto a las fuentes
de contaminación, ya sea cualitativa o cuantitativa. Para generar esta
información es necesario realizar de manera regular inventarios de
contaminantes, que deben cumplir con las condiciones necesarias para que
el estudio proporcione una aproximación lo más cercana posible a la
realidad ambiental. Por otra parte, la promulgación de programas sobre
protección ambiental necesariamente debe incluir datos técnicos precisos,
como los que facilitan los inventarios de fuentes de contaminación. Entre
más preciso sea el conocimiento de la problemática ambiental, más
eficaces serán las soluciones que se propongan, además de que deben ser
económicamente viables y gozar de aceptación social. La confiabilidad y
validez de los datos son atributos indispensables que permiten reducir la
incertidumbre.

30
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Al respecto, Manteiga (2000) señala que el desarrollo de la política


ambiental implica un largo proceso de toma de decisiones. Inicia con una
preocupación ambiental y termina en la adopción de medidas encaminadas
a paliar tendencias desfavorables. Una de las piedras angulares de este
proceso es la disposición de información adecuada. Cuando el deterioro
ambiental se transforma en una reconocida preocupación ambiental, por
lo general existen datos científicos que avalan el problema. Sin embargo,
esta información científica no siempre es útil para el desarrollo de una
política. Resulta necesario traducir las observaciones científicas y la
abundante información en un número reducido de parámetros capaces de
ofrecer información útil, a nivel político, sobre el problema en cuanto a
sus causas, su situación y sus tendencias. Es decir, la construcción de
indicadores ambientales, como el de la calidad del aire, a su vez se debe
integrar en un índice o en un sistema de indicadores de sustentabilidad.

La mirada crítica hacia el mundo y hacia los problemas del entorno


inmediato que suele llamarse “realidad”, agudiza la sensación de
insatisfacción de grandes grupos de población y genera la necesidad
urgente de intervenir para producir soluciones que conlleven cambios en
los paradigmas de desarrollo. Es así como la movilización popular en
diferentes partes del mundo ha mostrado que los ciudadanos se convierten
en agentes de presión efectivos sobre los gobiernos locales para el diseño
y la implementación de políticas cuando tienen la autoridad para organizar
sus propias instituciones de gobierno (Camacho y Flaman, 2008). Es decir,
cuando se trata de políticas públicas locales o intergubernamentales, la
percepción ciudadana puede convertirse en un insumo muy importante y
útil para la evaluación de la efectividad de esas políticas. De esta forma, en
los últimos tiempos se han generado algunas políticas, tanto en el ámbito
nacional como en el regional, con instrumentos económicos, normativos
y tecnológicos, así como de cambio en el comportamiento de los
consumidores, que están dirigidos a la reducción y regulación de las

31
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

emisiones contaminantes en un nivel socialmente óptimo (Rojo-Martínez


et al., 2006; PNUMA, 2002).

No obstante, Bravo y Torres (2000) señalan que las decisiones en el


ámbito gubernamental se hacen a menudo por razones de conveniencia
política, sin un conocimiento básico del efecto de las propuestas. Esto
es particularmente cierto para los países en desarrollo, donde las
decisiones se toman con frecuencia sin considerar las condiciones
ambientales y económicas locales. Al respecto, Streit y Guzmán (1996)
proponen un árbol de decisiones para la evaluación de las opciones de
control de la contaminación del aire y las estrategias a desarrollar en el
proceso (Figura 1.2).

Figura 1.2. Árbol de decisiones para evaluar opciones para el control de la


contaminación atmosférica (Streit y Guzmán, 1996).

A pesar de las políticas y de la legislación en torno al tema de la


contaminación atmosférica de muchos países, los estudios recientes
estiman que el 80% de la población mundial sigue expuesta a

32
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

contaminantes que superan con creces la Directriz de Calidad del Aire


recomendada por la OMS (Rao et al., 2013). La introducción de diversas
estrategias de gestión de calidad del aire no ha evitado las tendencias de
incremento de los contaminantes como el NO2, O3, PST y CO en las
zonas urbanas de los países en desarrollo (Bravo y Torres, 2000).

Algunas de las políticas implementadas en diferentes partes del mundo


respecto a la calidad del aire, y que es pertinente mencionar, se enlistan a
continuación:

 Reforzar la capacidad de las instituciones para medir, reducir y


evaluar los efectos de la contaminación atmosférica, incluidos los
que inciden en la salud, y proporcionar apoyo financiero suficiente
y técnico a esas actividades.
 Promover la cooperación interinstitucional a nivel internacional,
nacional y regional para reducir la contaminación atmosférica.
 Implementar o fortalecer programas estatales y regionales (incluso
mediante asociaciones del sector público y el sector privado) para
ampliar la red de monitoreo atmosférico en el país.
 Fortalecer y apoyar los esfuerzos encaminados a reducir las
emisiones mediante el uso de combustibles más limpios.
 Diseñar programas que proporcionen energía asequible a las
comunidades rurales para reducir la dependencia de las fuentes de
combustible tradicionales para cocinar y calentar, que afectan la
salud de las mujeres y los niños.
 Reducir, prevenir y controlar efectivamente los incendios forestales
y la quema de residuos a cielo abierto.
 Legislar en materia de calidad del aire, así como los límites máximos
permisibles de contaminantes por fuente emisora.
 Realizar programas de restricción de la circulación vehicular por
tiempo determinado.

33
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Camacho y Flaman (2008) señalan que, en México, los diferentes niveles


de gobierno emprenden distintas acciones para controlar la contaminación
atmosférica, de acuerdo con su nivel de competencia, entre las que
destacan:

 El gobierno federal se encarga del diseño de los estándares


ambientales (NOM) que establecen las emisiones máximas
permisibles para no afectar la salud de la población, y de fijar los
valores límites de exposición a contaminantes críticos. La
Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) realiza
actividades de inspección para vigilar que las industrias de
competencia federal cumplan con la LGEEPA y con otras
normatividades aplicables. Asimismo, la Profepa otorga
certificaciones ambientales a las industrias o empresas que se
someten a una auditoría ambiental y que cumplen con la legislación
ambiental vigente.
 Los gobiernos estatales pueden realizar inspecciones de las
industrias que no son de competencia federal, como las de
alimentos, calzado, informática, entre otras. Asimismo, pueden
regular las emisiones de fuentes móviles a través de programas de
control vehicular y desarrollar programas sectoriales que cubran
necesidades ambientales específicas, como el ordenamiento
ecológico.
 El campo de acción de los gobiernos municipales es el más
limitado. Cada municipio puede emitir un reglamento general para
el cuidado ambiental (con las restricciones que establecen las
legislaciones federal y estatal) que, además, puede incluir una
sección específica sobre el control de la contaminación del aire.
 En cuanto a las acciones intergubernamentales, las de inspección
son responsabilidad del gobierno estatal, mientras que el gobierno
municipal emite las licencias de funcionamiento para empresas o
almacenes. Los gobiernos estatales pueden invitar a los municipales

34
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

a participar en el diseño de políticas de calidad del aire, pero no


siempre lo hacen. En los casos de emergencia ambiental, los
gobiernos municipales se coordinan con las autoridades estatales
para implementar y desarrollar planes de contingencia, así como los
procedimientos para coordinarse con otras dependencias.

1.6. CONSIDERACIONES FINALES

La contaminación atmosférica ha sido reconocida como un tema


importante principalmente en las zonas urbanas (Gaffney y Marley, 2009).
Numerosas publicaciones han relacionado enfermedades crónico-
degenerativas con las condiciones de la urbanización (Valdés et al., 2011).
Además, bajo la dinámica actual de cambios de uso del suelo, es crucial
entender los efectos de la urbanización sobre la biodiversidad y el
funcionamiento de los ecosistemas en paisajes de rápida urbanización e
intervenir en la planificación y gestión de las ciudades (Ramalho y Hobbs,
2011). Por otro lado, la contaminación atmosférica tiene un alto impacto
económico por los costos asociados con la atención de la salud y con los
controles que demandan las fuentes generadoras de contaminantes del aire
(García-Ubaque et al., 2012).

Muchos problemas ambientales en las urbes surgen, más que por la


urbanización misma, como resultado de una administración ineficaz, una
planeación deficiente y la ausencia de políticas urbanas coherentes. La
experiencia ha demostrado que no hay una cantidad de recursos
financieros, de tecnología o de conocimientos especializados que pueda
garantizar el desarrollo sustentable para el ambiente (o su protección) si el
gobierno no sienta su gestión sobre bases participativas, democráticas y
pluralistas (PNUMA, 2002).

Los estudios locales de percepción social tienen el propósito de llevar la


atención de las autoridades gestoras a las cuestiones legítimas de gran

35
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

valor, las cuales subyacen a las múltiples dimensiones de las percepciones


públicas de riesgo, y además muestran que estos valores necesitan ser
considerados en decisiones de políticas públicas (Slovic, 1999). Las
potencialidades de la percepción ambiental se basan en el hecho de que
los humanos no nos comportamos, en general, de acuerdo con la realidad,
sino con la forma en que la percibimos. Su utilidad, entonces, es más que
evidente en dos asuntos, uno de carácter aplicado y otro informativo o
educativo.

1.7. REFERENCIAS

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42
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

CAPÍTULO 2
FUENTES QUÍMICAS DE LA CONTAMINACIÓN
TROPOSFÉRICA

Rodrigo Morales-Cueto y Hugo Saldarriaga-Noreña

2.1. INTRODUCCIÓN

La presencia de compuestos ajenos a la composición mayoritaria de la


tropósfera (constituida en un 78% de nitrógeno molecular, en un 21% de
oxígeno molecular y un 1% de argón) define en gran medida la dinámica
atmosférica y su fotoquímica. Estos compuestos extraños se encuentran
en cantidades muy bajas en la atmósfera, pero no por ello son poco
importantes. Por ejemplo, el agua contenida en una parcela de aire no
rebasa el 1%, incluso dentro de una nube. Sin embargo, nadie pone en
duda la importancia de la humedad ambiental en el ciclo biogeoquímico
del agua. Todos los gases de efecto invernadero reconocidos por el panel
internacional sobre cambio climático global (IPCC, 2007), es decir, el
metano, el óxido nitroso, el dióxido de carbono y el ozono, tienen una
presencia antropogénica reconocida, lo que sin duda coloca a la regulación
y la gestión de las actividades humanas como un factor clave en el impacto
del cambio climático. El CO2 rebasó por primera vez la concentración
límite de 400 partes por millón (ppm) en el hemisferio norte este año
(Institution of Oceanography, 2014), establecida por el IPCC como la
frontera entre el control del cambio climático y un aumento generalizado
debido a las actividades humanas. Algunos de los efectos más importantes
del cambio climático para México y América del Norte en general son la
agudización de las sequías, una menor cantidad de precipitación regional y
el incremento de las zonas desérticas. Esto se ha observado en cuerpos de
agua del occidente de México, que han perdido extensión y que no la han
recuperado durante la época de lluvias del año ni en años subsecuentes
(Lind et al., 1997). En general, existe un consenso sobre la importancia de

43
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

regular los gases de efecto invernadero que han dado origen a los
protocolos de Kyoto (United Nations Framework Convention on Climate
Change, 2014), que invitan a los países a disminuir las emisiones de estos
gases hasta un 5% en comparación con sus niveles de 1990.
Posteriormente, en Varsovia, se ampliaron los mecanismos para dar
cumplimiento a la meta de impedir que la temperatura de la Tierra
aumentara 2°C. El límite del aumento en la temperatura para que ésta sea
considerada como fuera de control es de 4°C.

Esta visión de largo alcance temporal sobre la presencia de los gases traza
con efecto invernadero —aparentemente inocuos en su origen—, que
tiene una repercusión de grandes proporciones en el clima, contrasta con
la presencia de compuestos bien establecidos por su efecto nocivo en la
salud y por el deterioro que causan en la calidad del aire en zonas urbanas
en el corto plazo. Si bien desde hace tiempo se conocen con certeza los
efectos perjudiciales del ozono, el ácido sulfúrico, el ácido nítrico y la
presencia de material particulado en la salud, no es sino hasta hace algunos
años que se ha llegado a un consenso respecto a las cantidades,
concentraciones y al tiempo de exposición a estas sustancias. El hecho de
contar con una legislación y reglamentación al respecto no significa que
los principales contaminadores, es decir, los automotores, disminuyan el
consumo de combustibles o el monto de su emisión. La ventaja del uso de
motores de combustión interna es muy notoria en el desarrollo económico
occidental. Tanto el transporte como la generación de energía se basan en
el petróleo. La bonanza económica durante el siglo XX y durante el actual
tiene como piedra angular la explotación masiva de los hidrocarburos
(Hirsh et al., 2005). De igual forma, el desarrollo de las ciudades y el
deterioro de la calidad del aire en el entorno se han incrementado
históricamente desde que el desarrollo económico se fincó en esta fuente
energética.

44
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

En 1940, la ciudad de México aún era conocida como la región más


transparente del aire en alusión a la frase pronunciada por el naturalista
alemán Alexander von Humboldt cuando entró por primera vez al valle
en 1804, durante su periplo en el continente americano en el siglo XIX.
En el transcurso de la segunda guerra mundial, la industrialización de la
zona metropolitana de la capital del país se modificó radicalmente, pues
ésta se convirtió en uno de los centros manufactureros de Estados Unidos.
Aunque el desarrollo del Valle de México como centro económico inició
en esa época, la sustentabilidad de esta actividad no ha podido mantener
estándares adecuados si se observan los registros de calidad del aire
(INECC, 2011).

Los radicales hidroxilo dominan la fotoquímica atmosférica diurna. La


reactividad del radical hidroxilo (OH) es alta con respecto a las especies
que coexisten en la tropósfera (Heard y Pilling, 2003). La radiación solar
induce varias reacciones de radicales libres que oxidan los hidrocarburos y
el CO al formar agua y CO2. Por lo tanto, la atmósfera realiza una
combustión lenta de los contaminantes por medio del “detergente” OH.
También existen otros gases traza, como el NOx (NO + NO2) y los
compuestos azufrados, que sobrellevan una oxidación lenta. Parte de los
compuestos que no son eliminados en la tropósfera pueden continuar su
camino hasta la estratósfera. Por ejemplo, el N2O, CH4 y CH3Cl se
transportan hasta allí y generan compuestos como NOx, HOx y ClOx, que
posteriormente reaccionan y destruyen la capa de ozono estratosférica, lo
que impide que la radiación UV de alta frecuencia alcance la superficie
terrestre (Molina et al., 1974; Crutzen et al., 1977; Crutzen y Paul, 1988).

Durante la noche, la química troposférica es distinta. El radical nitrato


(NO3) toma el lugar del oxidrilo como oxidante principal (Wayne et al.,
1991). Aunque esta especie química es mucho menos activa que su similar
diurna, la concentración más alta que puede alcanzar en la tropósfera es
mucho mayor y esto la reviste de una importancia similar para iniciar

45
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

transformaciones químicas (Allan et al., 1999). El radical nitrato no puede


existir durante el día, ya que la luz visible fotodisocia la molécula.

Más del 90% de la masa atmosférica total reside en la tropósfera, así como
la mayor parte de los gases traza (Finlayson-Pitts y Pitts, 1999). Debido a
que la tropósfera es la capa más baja de la atmósfera, no es sorprendente
que la mayor parte de los gases que en ella existen provenga de la superficie
terrestre. Sin embargo, una buena parte de algunos gases, como el NOx y
el CO, pueden ser producidos por tormentas eléctricas en las nubes
(Huntrieser et al., 1998). Las fuentes sobre la superficie terrestre incluyen
tanto ecosistemas naturales como los desarrollados por el hombre, sean
éstos ciudades, pueblos, granjas, pantanos o el océano (Fehsenfeld et al.,
1988). La mayor parte de las emisiones a la tropósfera ocurren en el
hemisferio norte debido a que en esa mitad de la Tierra hay más masa
continental, más población y se concentra la mayor cantidad de desarrollo
industrial (Bakwin et al., 1994).

Aunque la fotoquímica en la tropósfera está gobernada por los radicales


químicos, éstos se limitan a los que pueden formarse con longitudes de
onda superiores a los 280 nm, ya que las longitudes de onda inferiores son
bloqueadas por las reacciones fotoquímicas que se llevan a cabo en la
estratósfera en la fotodisociación del ozono.

2.2. EL OZONO COMO UNO DE LOS CRITERIOS Y UNO DE LOS


CONTAMINANTES SECUNDARIOS MÁS RELEVANTES

La normatividad del ozono se encuentra reglamentada en la NOM-020-


SSA1-1993 (DOF, 2002). En ésta se establece como límite la
concentración de ozono en una hora de 0.11 partes por millón (ppm) y de
0.08 ppm durante ocho horas continuas. Vale la pena comparar estos
límites con los acordados por la agencia de California sobre la calidad del
aire (CARB-US). Para la norma de una hora, el límite en California es de

46
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

0.09 ppm, en tanto que para ocho horas es de 0.07 ppm. Puede observarse
entonces que los niveles en México son ligeramente superiores respecto a
los de California. Esto es aún más notorio al observar que lo establecido
en la Unión Europea y por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es
de 0.06 ppm y 0.05 ppm, respectivamente, para ocho horas de exposición.
Esto es debido a que la OMS ha solicitado a los países sin legislación ni
monitoreo que acaten un plan de medición y presenten los resultados de
forma pública.

La concentración de ozono en el ambiente se debe básicamente a tres


reacciones químicas que ocurren simultáneamente. Los compuestos
involucrados son el NO y el NO2 (Beine et al., 1997):

NO (g) + O3 (g) → NO2 (g) + O2 (g) (1)


Oxido nítrico Ozono Dióxido de nitrogeno Oxígeno molecular

NO2 (g) + hv (<420 nm) → NO (g) + O (g) (2)


Dióxido de nitrogeno Radiación solar Oxido nítrico Oxígeno atomico

O(g) + O2(g) → O3 (g) (3)


Oxígeno atomico Oxígeno molecular Ozono

En la tropósfera la concentración común de O3 (g) es de 20 a 60 partes


por billón (ppbv) y es menor que las concentraciones de NO (g) de 1 a 60
pptv, y de NO2 (g), de 5 a 70 pptv. Es por esta razón que la primera
reacción no disminuye la concentración durante el día o la noche, excepto
en ambientes urbanos que durante la noche mantienen una emisión alta
de NO (g), en los que puede ser superior a la de O3 (g) (Chameides et al.,
1992). La tasa de velocidad a la que se destruye y se genera el ozono en el
ambiente puede calcularse de manera aproximada si utilizamos la cinética
de reacción de descomposición del ozono k1(1.9x10-14cm3 molecula-1 s-1) y

47
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

de fotólisis del NO2 J (s-1). La concentración de ozono en la mezcla de


gases sería (Ecuación 1):
𝐽 𝑋𝑁𝑂2
XO3(g)= 𝑘 Relación del estado fotoestacionario (Ecuación 1),
1 𝑁𝑑 𝑋𝑁𝑂

donde X es la relación de mezclado del gas referido por molécula de aire


seco y Nd es la concentración de aire seco por volumen total. Aunque esta
relación no incluye más que las concentraciones de los gases de óxido
nítrico, esto no significa que solamente lo influyan dichos gases. Por
ejemplo, se excluye la fotodisociación del ozono. Lo que intenta establecer
esta relación es la dependencia de uno de los compuestos con los otros
dos. Por ejemplo, si conocemos las concentraciones de NO y NO 2,
conoceremos automáticamente la del ozono (Davis et al., 1993). En 1961,
Leighton desarrolló una expresión que ilustra la relación del estado
fotoestacionario en función de las concentraciones de las especies
involucradas (Ecuación 2):
[𝑂3 ][𝑁𝑂] [𝑁𝑂2 ] 𝑘
= 𝑘2 ⁄𝑘1 ó = [𝑂3 ] 𝑘1 (Ecuación 2)
[𝑁𝑂2 ] [𝑁𝑂] 2

En esta ecuación se establece que ante una situación libre de radicales


orgánicos, la acumulación de ozono depende exclusivamente de la tasa de
destrucción de ozono en la reacción (1) y la de fotodisociación del NO 2
para formar NO. Aunque esta simplificación es muy útil para plantear
modelos de calidad del aire para ozono, más adelante se verá que el modelo
sólo está completo hasta que se agrega la perturbación de radicales
orgánicos RO2 e inorgánicos HO2 al ciclo planteado por la relación del
estado fotoestacionario. La presencia de RO2 es ubicua en ambientes
naturales (ver reacciones (19) a (23) más adelante), mientras que el HO 2
(peróxido de hidroxilo) tiene su origen en cualquier proceso que involucre
átomos de hidrógeno o ácido fórmico, fotólisis del formaldehído y
aldehídos de mayor peso molecular (Crawford, 1996).

H + O2 → HO2 (4)

48
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

HCO + O2 → HO2 + CO (5)

2.3. DINÁMICA DIURNA DE ÓXIDOS DE NITRÓGENO

Durante el día, la concentración de NO2 es consumida por la reacción


lenta siguiente:

NO2 (g) + OH(g) → HNO3 (g) (6)

A pesar de que esta reacción se encuentra en equilibrio y el HNO3 puede


disociarse de los reactivos, la cinética no le favorece y puede tardarse entre
15 y 30 días en disociarse, dependiendo de la época del año y de la latitud
en donde ocurra la reacción (Finlayson-Pitts y Pitts, 1999). El HNO3 sirve
como un receptor de los óxidos de nitrógeno en el corto plazo, además de
que, al ser altamente hidroscópico, puede ser absorbido en partículas de
aerosol, transportado a grandes distancias y posteriormente disociarse en
NO2 y OH en lugares remotos. La presencia del radical hidroxilo (OH) en
el proceso favorece la reacción. La concentración de este radical se muestra
en la tabla siguiente (Park y Carli, 1991):

Tropósfera limpia 2x105 a 3x106 moléculas cm-3


Tropósfera urbana 1x106 a 1x107 moléculas cm-3

El uso de las unidades de moléculas por volumen resulta útil, ya que su


equivalencia es de 2.46x107 moléculas cm-3/1 pptv, lo que es adecuado
para concentraciones muy bajas, como la del OH en la tropósfera, debido
a su extraordinaria reactividad. La fuente más importante de radicales OH
en la tropósfera se debe a la fotodisociación del ozono (Krol y Van Weele,
1997).
O3(g) + hv → O2 (g) + O(1D) (g) (7)
Ozono Radiación (<310 nm) Oxígeno molecular Oxígeno atomico excitado

49
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

O (1D) (g) + H2O (g) → 2OH (g) (8)


Oxígeno atomico Vapor de agua Dos radicales hidroxilo

De esta manera, la concentración de radicales hidroxilo en la tropósfera


diurna depende directamente de la concentración de ozono y del vapor de
agua disponible en el aire (Figura 2.1).

Figura 2.1. Diagrama de la importancia central del radical OH y HO2


en la química troposférica.

La reacción OH + HNO3 procede en parte de la abstracción directa y en


parte de la reacción compleja de la descomposición posterior del complejo
en H2O y NO3. Como se ha mencionado, la mayor concentración
atmosférica de moléculas de nitrógeno se debe al NH3, que reacciona
rápidamente con el HNO3 para formar nitrato de amonio.

NH3 (g) + HNO3 (s) → NH4+NO3- (s,ac) (9)

Esta reacción es heterogénea y se cree que para su formación interviene


una etapa de hidratación para formar un puente de hidrógeno. El
compuesto nitrato de amonio es una sal y se disuelve fácilmente en agua

50
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

para liberar los reactivos que le dieron origen. A 25° C y con un 62% de
humedad relativa ocurre una disolución espontánea de esta sal, lo que la
hace muy activa en lugares con una humedad relativamente alta a lo largo
del año (Adams et al., 1999). Este equilibrio químico permite que dos
especies tan disímiles como un ácido fuerte y una base fuerte puedan
coexistir en la atmósfera. También permite que estas especies químicas
sean transportadas largas distancias y que cuando pierdan humedad y se
sequen vuelvan a ser emitidas en un ambiente remoto a su origen (Park et
al., 2004).

2.4. QUÍMICA NOCTURNA DE PRODUCTOS DEL NITRÓGENO

Durante la noche, los radicales NO, O y OH no son producidos, ya que


para ello requieren de la fotólisis inicial proporcionada por la radiación
solar. Por ello, el ozono tampoco es producido e incluso puede ser
destruido si existen fuentes de NO durante la noche (una de las fuentes
más importantes de NO son los motores de combustión interna en áreas
urbanas). En términos generales, el NO2 se acumula y hace factible la
reacción con el O3 residual, producido durante el día, para producir el
radical NO3 (Winer et al., 1984). A su vez, la reacción del NO3 producido
reacciona con otras moléculas de NO2 presentes en la mezcla, lo que da
como resultado una molécula muy poco común llamada pentóxido de
dinitrógeno (N2O5):

NO2 (g) + O3 (g) → NO3 (g) + O2 (g) (10)


Dióxido de nitrogeno Ozono Radical nitrato Oxígeno molecular

NO2 (g) + NO3 (g) → N2O5 (g) (11)


Dióxido de nitrogeno Radical nitrato Pentóxido de dinitrógeno

N2O5 (g) + H2O (aq) → 2HNO3 (aq) (12)


Pentóxido de dinitrógeno Agua líquida Ácido nítrico disuelto

51
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

La molécula de N2O5 tiene un carácter iónico y bipolar que se hace patente


al entrar en contacto con agua líquida, con la que forma dos moléculas de
ácido nítrico. Esta reacción ocurre preponderantemente en aerosoles o
gotas de lluvia; también en el rocío matinal, en caso de que en el lugar
existieran las condiciones meteorológicas adecuadas. Al amanecer, la luz
solar rompe el radical nitrato en NO2 y el oxígeno atómico de manera muy
eficiente, lo que al final inducirá la generación de ozono en la tropósfera.
El N2O5 es inestable a temperaturas altas y, por lo tanto, no es apreciable
su concentración durante el día (Figura 2.2).

Figura 2.2. Diagrama simplificado de la química nocturna de los compuestos NOx.


El radical nitrato es la especie química oxidante preponderante durante la noche
producida esencialmente por la reacción de ozono y NO2.
Existen compuestos adicionales de importancia ambiental que pueden
formarse en la atmósfera urbana. Por ejemplo, la oxidación de compuestos
orgánicos alifáticos por radicales libres produce finalmente CO2 (g) y H2O
(g), pero también induce la acumulación de ozono troposférico, que se
describirá más adelante. Asimismo, pueden generarse otros compuestos
entre los que el nitrato de peroxiacetilo (PAN, por sus siglas en inglés)
destaca por su importancia como componente del esmog fotoquímico
(Edgerton et al., 1999; Gaffney et al., 1999).

52
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

C2H5O (g) + O2 → CH3CH(=O) (g) + HO2(g) (11)


Radical etoxilo Oxígeno molecular Acetaldehído Radical hidroperoxilo

La reacción anterior es prácticamente instantánea. El acetaldehído es


precursor del PAN, que tiene un carácter irritante y lacrimógeno muy
superior al ozono y similar al formaldehído. La relación de mezclado de
PAN en aire limpio es de hasta 100 pptv; sin embargo, en zonas rurales
que tienen la influencia de contaminación urbana la concentración puede
llegar a 1 ppbv. En zonas urbanas donde se acumula este compuesto, la
concentración puede llegar a 35 ppbv con valores promedio de entre 10 a
20 ppbv. Aunque no se reconoce que la exposición a este compuesto
provoque un daño directo a la salud humana, sí se ha comprobado que
daña la vegetación, pues induce su oxidación (Bravo-Alvarez y Torres-
Jardón, 2002). Su presencia se debe exclusivamente a la radiación solar en
combinación con el acetaldehído en la dinámica química diurna
troposférica (Graedel et al., 1976).

CH3CH(=O) (g) + HO(g) → CH3C•(=O) (g) + H2O (g) (14)


Acetaldehído Radical hidroxilo Radical acetilo Vapor de agua

CH3C•(=O) (g) + O2 (g) → CH3C(=O)O•2 (g) (15)


Radical acetilo Oxígeno molecular Radical acetil peróxido

CH3C(=O)O2• (g) + NO2 → CH3C(=O)O2NO2 (14)


Radical acetil peróxido Dióxido de nitrógeno Nitrato de acetil peróxido (PAN)

El último paso de la reacción es una secuencia reversible que depende de


la temperatura. Por ejemplo, a 300°K y con presión atmosférica, el tiempo
medio de disociación del PAN es de unos 25 minutos; sin embargo, a
280°K su cinética disminuye hasta 13 horas (Singh, 1987). Esto incide en
la capacidad del PAN de transportarse grandes distancias al ascender y
enfriarse y, posteriormente, calentarse y disociarse en zonas alejadas de la
urbe.

53
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

La presencia del acetaldehído también puede generar ozono, por ejemplo:


CH3C(=O)O2 + NO → CH3C(=O)O + NO2 (17)
Radical acetil peróxido Óxido nítrico Radical acetiloxi Dióxido de nitrógeno

El ozono se forma por medio de las reacciones del estado fotoestacionario


mencionadas anteriormente. Sin embargo, el ozono también puede
formarse mediante un segundo mecanismo por la fotólisis del
acetaldehído.

CH3CH(=O) (g) + hv → CH3 (g) + HCO (g) (18)


Acetaldehído Radiación Radical metilo Radical formilo

De forma general, los radicales peróxido orgánicos originan al menos una


molécula de ozono por medio de la reacción general (Lee et al., 2000).
R + •OH(g) → R• + H2O (g) (19)
Alcano Radical hidroxilo Radical alquilo Vapor de agua

R• + O2 + M → RO2• + M (20)
Radical alquilo Óxigeno molecular Radical alquilperóxido

NO + RO2 → NO2 + RO (21)


Óxido nítrico Radical alquilperóxido Dióxido de nitrógeno Radical alcoxi

NO2 + hv (<420 nm) → NO + O(1D) (22)


Dióxido de nitrógeno Radiación Óxido nítrico Átomo de oxígeno

O(1D) + O2 → O3 (23)
Átomo de oxígeno Óxigeno molecular Ozono

Esta secuencia de reacciones radicalarias da cuenta de los procesos


iniciados por el radical hidroxilo para destruir compuestos orgánicos
gaseosos en la tropósfera diurna. Un punto que merece nuestra atención
es la segunda etapa, en la que el radical alquilo requiere liberar energía
vibracional cuando se combina con el oxígeno. Este llamado “tercer

54
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

cuerpo” puede ser una molécula de nitrógeno o de oxígeno disponible en


el medio para absorber la energía excedente, con lo que impide que la
reacción de recombinación ocurra y el radical alquil peróxido sea estable.
De igual manera, para que esta reacción ocurra en términos cuantitativos
es necesaria la continua fotodisociación del NO2 producido para que de
esa forma se produzca ozono. Cabe resaltar que el radical peróxido
consume una molécula de NO en la tercera etapa y, si recordamos, la
secuencia de reacciones para el estado fotoestacionario inicia con la
destrucción de una molécula de ozono por una de NO. Aunque el radical
NO puede regenerarse por fotodisociación de NO2, los radicales alquil
peróxido pueden tener una mayor concentración ambiental, además de
que tienen una mayor reactividad comparada con el O3, pues “secuestran”
al NO de su reacción con el ozono atmosférico e inducen su acumulación
(Figura 2.3).
Figura 2.3. Ciclo simplificado del ozono troposférico. La fotólisis del NO2 origina un átomo de
oxígeno excitado que se combina con O2 molecular y forma ozono. Este ozono es destruido por
el óxido nítrico en un ciclo cerrado. Los compuestos orgánicos (RH) reaccionan con el radical
hidroxilo y el oxígeno molecular para formar los radicales alquilperóxido y alcoxi. El radical
alcoxi "secuestra" las moléculas de NO impidiendo la destrucción del ozono propiciando su
acumulación.

Hasta ahora hemos visto


las reacciones que
involucran gran parte del
esmog fotoquímico. El aire
contaminado con estos
compuestos difiere en gran
medida del aire que
naturalmente encontramos
en la tropósfera. En primer
lugar, el esmog contiene
una gran cantidad de
compuestos orgánicos de

55
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

alto peso molecular. Debido a que estos compuestos son procesados por
las reacciones radicalarias, no permanecen tal como fueron emitidos, sino
que se oxidan lentamente, con lo que dan origen a los llamados
compuestos secundarios. Por tanto, el esmog fotoquímico involucra
radiación solar, óxidos de nitrógeno (NO+NO2) y compuestos orgánicos
reactivos (ROs), estos últimos provenientes de una gran diversidad de
compuestos orgánicos tanto naturales como antropogénicos.
Evidentemente, si hay una gran contaminación de gasolina no quemada,
disolventes orgánicos y gases como el butano en la atmósfera urbana, el
ambiente será rico en ROs bajo una radiación solar intensa.

Es pertinente mencionar que esta acumulación de ozono no ocurre


necesariamente si existe una abundancia de compuestos ROs disponibles
en la mezcla gaseosa, pues el NOx es el compuesto limitante en la
conversión y acumulación de ozono. En estos casos puede decirse que el
ozono troposférico prácticamente es insensible a la concentración de ROs.

Este fenómeno se debe a que la concentración de ozono se realiza en


función de NO y NO2. Por ello, si las condiciones ambientales muestran
que hay bajas concentraciones de ROs, el reducir la relación de mezcla de
NOx provocaría el aumento de ozono, en lugar de su reducción. Esta
tendencia puede observarse en una isopleta de ozono formada por
concentraciones iniciales de ROs y NOx (Figura 2.4).

56
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Figura 2.4. Concentraciones de NOx también provoca el incremento de ozono


(Committee on Tropospheric Ozone, National Research Council, 1991).

La figura muestra que, en altas concentraciones de NOx, un aumento de


ROs al final también provoca el incremento de ozono. En un intervalo de
bajos ROs y un incremento de NOx superior a 0.05 ppmv disminuye la
concentración de ozono.

De igual forma, es importante observar que la concentración mayor de


NO y NO2 estará más cerca de las fuentes generadoras de contaminación
en tanto que los picos de O3 y otros contaminantes secundarios se
reportarán en sitios más alejados de acuerdo con el campo de viento en la
superficie, que dispersará los gases primarios (Percy et al., 2003).

Esto nos hace pensar en el origen de estas emisiones de óxido nítrico


como una fuente primaria. En su mayor parte, éstas provienen de fuentes
de combustión interna, como autos, camiones, calderas, motocicletas y
otros mecanismos ubicuos en una ciudad. Adicionalmente, si la fuente de
combustible fósil contiene azufre, pueden generarse óxidos de azufre
(SOx=SO2+SO3). Cabe recordar que el esmog fotoquímico está
gobernado por la concentración de NOx y ROs, sin embargo, la presencia

57
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

de SOx tiene una gran utilidad práctica, pues nos permite comparar las
concentraciones que se deben exclusivamente a fuentes fósiles con las que
se producen las fuentes naturales. Además de estos gases, también se emite
monóxido de carbono (CO), que es un indicador primario de emisión, ya
que tiene una reactividad moderada en la tropósfera y solamente es
emitido por motores de combustión interna. De los compuestos ROs, los
más importantes son el tolueno, pentano, butano, etano, eteno, octano y
xileno (Jacobson, 2002).

La mayor parte del NOx emitido en una ciudad es como NO debido a la


reacción dentro del motor.

N2 + O2 → 2NO (24)
Nitrógeno molecular Óxigeno molecular Óxido nítrico

Es tentador asumir que la gran cantidad de óxido nítrico vertido en el


ambiente por estas fuentes móviles se convierte en NO2 por la reacción
simple del óxido nítrico con el oxígeno del aire.

2NO + O2 → 2NO2 (25)


Óxido nítrico Óxigeno molecular Dióxido de nitrógeno

Sin embargo, el hecho de requerir que dos moléculas de óxido nítrico


converjan en el espacio y el tiempo con una tercera de oxígeno es muy
poco probable, pues las concentraciones máximas en la fuente de NO
pueden llegar a ser de 1180 ppm (Himmelblau y Riggs, 1996); pero
conforme el contaminante se mezcla con las moléculas de aire, esta
relación de mezclado disminuye hasta el orden de 0.1 ppm, común en
muchas áreas contaminadas. Por ello, es posible que esta reacción se lleve
a cabo cerca de las fuentes en la que la concentración del óxido nítrico no
se encuentre tan disminuida. Sin embargo, en la mayoría de los casos esta
reacción no ocurre, ya que la forma de la ecuación cinética es de tercer
orden con k1=2 x 10-38 cm6 molecula-1s-1 (Ecuación 3).

58
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

1 d NO2 
= k1 NO O2  (Ecuación 3)
2 dt

La ecuación muestra que la velocidad de la reacción, de por sí lenta,


disminuye 100 veces si la concentración de NO disminuye 10. La
investigación sobre la química y cinética de estas reacciones de los últimos
50 años ha mostrado que la oxidación del NO ocurre debido a la acción
de los radicales HO2 (peróxido hidroxilo) y RO2 (peróxido orgánico).
Como hemos explicado anteriormente, estos radicales se producen por
irradiación solar. Es por ello que la dinámica de oxidación de los
compuestos orgánicos depende también de la hora del día, la meteorología
y el lugar en particular donde se está midiendo la contaminación ambiental.

Por ello se ha propuesto el siguiente mecanismo, de acuerdo con la


incidencia radiativa solar (Jacobson, 2002).

Temprano por la mañana:

HONO (g) + hv → OH (g) + NO(g) (26)


Ácido nitroso Radiación <400nm Radical hidroxilo Óxido nítrico

Mañana y mediodía:
HCHO (g) + hv → HCO + H (27)
Formaldehído Radiación <334nm Radiación formilo Átomo de hidrógeno

H (g) + M + O2 (g) → M + HO2 (g) (28)


Átomo de hidrógeno Oxígeno molecular Peróxido de hidroxilo

HCO (g) + O2 (g) → CO (g) + HO2 (g) (29)


Radical formilo Oxígeno molecular Monóxido de carbono Peróxido de hidroxilo

NO (g) + HO2 (g) → NO2 (g) + OH (g) (30)


Óxido nítrico Peróxido de hidroxilo Dióxido de nitrógeno Radical hidroxilo

59
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Por la tarde:

O3 (g) + hv → O2 (g) + O(1D) (g) (31)


Ozono Radiación <310nm Oxígeno molecular Oxígeno atómico

O(1D) (g) + H2O (g) → 2OH (g) (32)


Átomo de oxígeno Vapor de agua Radical hidroxilo

Una vez que los compuestos ROs son emitidos a la tropósfera les lleva un
poco de tiempo convertirse en radicales libres por acción química o
fotólisis. Se conocen cinco agentes químicos de degradación de ROs: OH,
HO2, O, NO3 y O3. El ozono y el peróxido de hidroxilo se encuentran
durante el día y la noche, y el NO3 sólo está presente en la noche, debido
a que se fotodegrada con radiación visible.

Una fuente matutina de radicales OH es la fotólisis del ácido nitroso


(HONO) (Winer et al., 1984), cuya concentración nocturna puede ser de
15 ppb (Stockwell y Calvert, 1983). Esta fuente de radicales hidroxilo es
especialmente importante durante las primeras horas de la mañana, ya que
se genera en un solo paso y el ácido nitroso es especialmente activo a la
fotólisis. Se piensa que el ácido nitroso se forma por reacción del NO2 en
disolución acuosa y en sitios activos dentro de aerosoles atmosféricos,
aunque también se sospecha que se genera en procesos de combustión y
sobre superficies en reacciones heterogéneas, por lo que es más común
encontrarlo en ambientes urbanos que remotos.

Durante la mañana y hasta el mediodía, las fuentes principales de radicales


OH son la oxidación y fotólisis de aldehídos, y más tarde la fotólisis del
ozono se convierte en el generador de estos radicales. Además del
formaldehído, los compuestos RO2 pueden ser alcanos, alquenos,
alquinos, aldehídos, cetonas, alcoholes, compuestos aromáticos y
hemiterpenos. El radical OH destruye los ocho grupos de compuestos
orgánicos mencionados, en tanto que el átomo de oxígeno lo hace con los

60
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

terpenos, alquenos y alquinos durante el día. El ozono destruye alquenos


y terpenos, y el HO2 los aldehídos durante el día y durante la noche. El
radical nitrato ataca todos los compuestos con doble enlace, además de los
alcanos y aldehídos (Cantrell et al., 1985). Por esta razón se reconoce como
el oxidante más relevante durante la oscuridad.

2.5. OXIDACIÓN DE SO2

La deposición ácida es generalmente usada en la literatura para denominar


el depósito de especies químicas con carácter ácido en la superficie de la
tierra. Esta clasificación se debe a que dentro de la deposición ácida puede
haber deposición húmeda y seca. Esto se refiere al mecanismo de
transporte de las especies químicas en el ecosistema, donde la deposición
seca ocurre cuando se adsorbe sobre superficies expuestas a los gases, en
tanto que la húmeda comprende el proceso de hidratación en gotas de
lluvia, niebla o brisa marina. El efecto ácido de las emanaciones humanas
está documentado desde antes de la Revolución Industrial. Por citar un
ejemplo, Robert Boyle, en 1692, refiere en su libro Una historia general del
aire que los “compuestos nitrados y sales sulfurosas” podían encontrarse
en el aire contaminado. Más tarde, después de la Revolución Industrial,
Robert Smith realizó mediciones en Manchester y sus alrededores, gracias
a las cuales llegó a un interesante resultado: “encontramos carbonato de
amonio en los campos lejanos, sulfato de amonio en los suburbios y ácido
sulfúrico o sulfatos ácidos en el pueblo”.

Aunque estas referencias acerca de la importancia del ácido sulfúrico y


nítrico son ciertas hasta nuestros días, se ha reconocido también la
relevancia que en este balance químico juegan los ácidos orgánicos en la
carga ácida contenida en la atmósfera y que incluso pueden superar a las
especies tradicionales en atmósferas muy contaminadas. Tal es el caso de
los ácidos fórmico (HCOOH) y acético (CH3COOH), que se encuentran
predominantemente en fase gaseosa, en tanto que compuestos más

61
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

pesados como el ácido pirúvico, glioxálico, oxálico, succínico y malónico


se encuentran prevalentemente en aerosoles o depositados en superficies
secas (Limbeck y Puxbaum, 1999). A continuación detallaremos la
oxidación de dióxido de azufre (SO2) en SO4 (sulfato), que es una de las
fuentes principales de azufre en el ambiente y que, en combinación con el
amoniaco, da cuenta de la mayor cantidad de masa presente en aerosoles
atmosféricos (Figura 2.5).

Figura 2.5. Dinámica del SO2 en la tropósfera. El estado de oxidación del azufre
cambia de acuerdo a la etapa en que se encuentre en la atmósfera.

A diferencia del depósito seco sobre las superficies que caracteriza a los
compuestos nitrados, los compuestos con base de azufre se mantienen
principalmente en estado de condensación. La presión de vapor del HNO3
es suficientemente alta como para mantenerse en fase gaseosa en los
niveles de concentración de ppb o ppt comunes en la tropósfera. Sin
embargo, el H2SO4 tiene una presión de vapor muy baja, por lo que se
mantiene en fase líquida incluso disuelto en agua a distintas
concentraciones en la tropósfera (Marti et al., 1997).

62
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Un punto de trascendencia es cuando el ácido sulfúrico es neutralizado


con compuestos de amoniaco. La sal formada es neutra en pH, pero las
propiedades coligativas de la solución disminuyen aún más su presión de
vapor, por lo que las gotas que se forman en las nubes en condiciones
extremas de baja humedad y continua evaporación resisten en la nube
estos cambios, pues se mantienen como núcleos de condensación mientras
la nube persiste (Lovejoy et al., 2004).

El radical hidroxilo ataca para oxidar la molécula de SO2 en fase gaseosa:

OH + SO2 + M HOSO2 + M
Oxidrilo Dióxido de azufre Aducto sulfuroso

Aunque la reacción es termolecular (involucra tres especies químicas),


puede ser de orden 2 y 3, lo que limita su cinética a 1 atmósfera de presión.
Esto hace que el tiempo de vida del SO2 durante esta reacción sea de 13
días aproximadamente (Lovejoy et al., 2004), lo que la hace relativamente
lenta.

El aducto de azufre producido reacciona espontáneamente con el oxígeno


del aire para formar peróxido de hidroxilo y trióxido de azufre. La reacción
se considera instantánea.

HOSO2 + O2 → HO2 + SO3


Aducto sulfuroso Oxígeno molecular Peróxido de hidroxilo Trióxido de azufre

Por último, el SO3 reacciona con una molécula de agua para formar ácido
sulfúrico. El mecanismo de esta reacción ha sido debatido por mucho
tiempo. Se han colectado suficientes pruebas para establecer que el SO3
forma un complejo con la molécula del agua, pero que requiere una
segunda molécula de agua para romper el equilibrio energético y formar
un complejo de transición de seis miembros. Un mecanismo alternativo
que no puede ser descartado es la reacción de la molécula de SO3 con un

63
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

dímero de agua. Esto significaría una reacción de orden 3, lo que la vuelve


improbable.

SO3 + H2O → H2SO4


Trióxido de azufre Agua Ácido sulfúrico

Parte del SO3 tiene la posibilidad de reaccionar con el amoniaco (NH3)


presente en el aire y formar un complejo que posteriormente se
transforma en ácido sulfámico (H2NSO3H), que forma dímeros que
pueden funcionar como superficies de adsorción de agua. Este fenómeno
también puede ser muy importante para transportar el azufre a capas
superiores de la atmósfera. Un punto adicional sobre el procesamiento del
SO2 es que el peróxido de hidroxilo (HO2) tendrá reacciones posteriores
diversas, una de ellas para regenerar el radical hidroxilo (OH) y otra para
generar moléculas de H2O2, que se acumulan y le dan un carácter oxidante
al agua de lluvia que reacciona con el azufre en estado de oxidación 4 (S
(IV)). De esta manera, la formación y posterior reacción del aducto
HOSO2 afecta no solamente los procesos en fase gaseosa, sino también
los procesos de oxidación que ocurren en nubes y neblina (Zhang et al.,
2011).

2.6. OXIDACIÓN DEL S (IV) EN FASE ACUOSA

El dióxido de azufre se disuelve en fase acuosa de forma similar al dióxido


de carbono. Por ello, la disolución involucra tres especies químicas 1: el
SO2 hidratado (SO2 •H20), considerado una especie sin importancia en la
química atmosférica, el ión bisulfito (HSO3) y el ion sulfito (SO32-). En
realidad, el bisulfito puede tener dos estructuras posibles: HOSO2- o
HSO3-.
SO2 (g) + H2O ↔ SO2●H2O
SO2●H2O ↔ HSO3- + H+
HSO3- ↔ SO32- + H+

64
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Generalmente se acepta que ambas especies se encuentran en un equilibrio


tautomérico en el que la especie con los oxígenos deslocalizados es la más
abundante. El pH de la disolución en la que se disuelve el SO2 juega un
papel importante para definir su estado de oxidación. En particular, las
tres especies anteriores comparten el estado de oxidación 4 (S (IV)). El
ácido sulfúrico y el sulfato comparten estado de oxidación 6 (S (VI)). Esta
diferencia en el estado de oxidación se representa en el esquema del
principio de la sección. Estas reacciones en disolución son relativamente
rápidas y llegan a un valor de equilibrio en fracciones de segundo. De
acuerdo con el principio de Le Chatelier, cuanto más ácida sea la gota de
disolución, más difícil será que absorba una molécula más de SO2. La
dependencia de la concentración de S (IV) con el pH vuelve de suma
importancia la cuestión de cuál oxidante dominará su oxidación. Por
ejemplo, se ha observado que hay un aumento de concentración de ozono
en un pH mayor, mientras que a menor pH algunos oxidantes prevalecen,
por ejemplo, el H2O2 (Ponche et al., 1993).

Cabe destacar que los compuestos que se encuentran disueltos en el agua


ejercen un tipo de influencia en la disolución de los compuestos de azufre.
Por ejemplo, algunos compuestos pueden formar películas orgánicas que
funcionan como barrera de la absorción de SO2.

Algunos compuestos orgánicos, además de influir en la solubilidad,


también tienen efecto en la oxidación de S (IV). Por ejemplo, el
formaldehído (entre otros aldehídos) reacciona con el bisulfito y el sulfito
en solución para formar complejos capaces de disolver iones metálicos
como el Fe3+.
H2CO + HSO3 → H3COSO3-
H2CO + SO3 → H2COSO32-

65
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Un comportamiento similar lo tienen los ácidos orgánicos glioxal,


hidroxiacetilaldehído y metilglioxal, que les permite albergar al S (IV) en
fase acuosa dentro de una nube o neblina.

2.7. CONSIDERACIONES FINALES

La contaminación ambiental tiene repercusiones no sólo locales, sino


regionales. Tal es el caso de los compuestos gaseosos de efecto
invernadero, cuyas repercusiones aún no se han podido estimar
adecuadamente. La contaminación local del aire se debe principalmente a
los compuestos nitrados y su efecto en la generación de ozono
troposférico. Estos compuestos en reacciones químicas posteriores
pueden acidificar suelos y cuerpos de agua.

La química troposférica de balance de iones tiene su base en la


neutralización de especies derivadas de óxidos de nitrógeno y de azufre.
Adicionalmente a las fuentes primarias naturales, también se incluyen
fuentes de emisión debidas al transporte y a las actividades industriales, en
su mayoría derivadas de la combustión de fuentes fósiles para motores de
combustión interna.

Los iones sulfato (SO4)2-, nitrato (NO3-) y amonio (NH+) son las especies
químicas más importantes en la composición secundaria de aerosoles.
Estos compuestos influyen en el balance químico de las gotas de nube
como núcleos de condensación e impiden que se disipen en condiciones
extremas de humedad.

Los gases contaminantes O3 y NO2 pueden estar presentes incluso en


periodos de oscuridad prolongados si no existen fuentes de NO que
generen radicales NO3, cuya dinámica final conduce a la acidificación por
medio de HNO3.

66
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Es prioridad, desde el punto de vista científico, contar con los suficientes


datos que permitan establecer el grado de impacto ambiental en los
centros urbanos, pero también el efecto de estos contaminantes en sitios
donde no se producen y donde pueden provocar un daño ambiental
paulatino y constante que será percibido en nuestra generación.

2.8. REFERENCIAS

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

CAPÍTULO 3
FRACCIÓN ORGÁNICA ASOCIADA A LOS AEROSOLES
ATMOSFÉRICOS: FUENTES, MECANISMOS DE
TRANSFORMACIÓN Y EFECTOS SOBRE LA SALUD

Hugo Saldarriaga-Noreña, Rodrigo Morales-Cueto y


Fernando Ramos Quintana

3.1. INTRODUCCIÓN

El material particulado atmosférico es un conglomerado de porciones de


material sólido o líquido que permanecen suspendidas individualmente en
la mezcla de gases de la atmósfera. En conjunto, partículas y gases forman
lo que se denomina “aerosol atmosférico”. Las fuentes de emisión de
partículas pueden ser naturales o antropogénicas. Las naturales incluyen
tormentas de arena, actividad volcánica, incendios forestales, suelos
erosionados, plantas y flores, microorganismos, desperdicios de animales
y emisiones marinas. La mayoría de las fuentes antropogénicas involucran
procesos metalúrgicos en altas temperaturas, así como procesos de
combustión. En este sentido, las fuentes de partículas en ambientes
urbanos pueden ser autobuses, automóviles, barcos, camiones de carga,
plantas generadoras de energía e industrias. Por otro lado, se presentan en
la atmósfera procesos y reacciones químicas de coagulación y
condensación entre óxidos de nitrógeno, dióxidos de azufre y otras
moléculas reactivas, que forman partículas secundarias (Figura 3.1).
Existen además otras fuentes de emisión de partículas que afectan
principalmente la calidad del aire en casas y edificios, como el humo de
cigarrillos y los calentadores domésticos (HEI, 2002).

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

a) Aerosol marino. b) Grano de polen. c) Partícula derivada de


la combustión en una
central térmica
Figura 3.1. Ejemplos de partículas atmosféricas. Imágenes cedidas por el Grupo de
Geoquímica Ambiental del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua
del CSIC (http://www.idaea.csic.es/index.php?lang=es).

Por otra parte, se sabe sobre la asociación entre partículas que conforman
el aerosol atmosférico con su fuente original, el mecanismo por el que
adquieren un tamaño determinado y los compuestos químicos que lo
forman (Seinfeld y Pandis, 1998).

Las partículas se dividen en tres tamaños:

 Las partículas entre 2 y 100 µm forman el llamado “modo grueso”.


Se originan a partir de la erosión, el desgaste de materiales por
fricción y la resuspensión de polvos del suelo. También el polen se
incluye en este rango de tamaños.
 Un segundo intervalo se encuentra entre 0.1 y 2 µm. Se denomina
“modo de acumulación” y está formado por partículas que resultan
del crecimiento de partículas más finas por mecanismos de
condensación heterogénea (material semivolátil condensado sobre
núcleos sólidos o líquidos) y por aglomeración o coagulación.
 El intervalo más fino se ubica entre 0.03 y 0.1 µm. Se denomina
“modo de nucleación” y está formado por partículas que creadas
por nucleación o condensación homogénea, la condensación de
compuestos como el ácido sulfúrico y el agua por sobresaturación
en el gas (Figura 3.2 y Tabla 3.1).
74
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Figura 3.2. Mecanismos de generación del material particulado atmosférico en sus


diferentes modos (Adaptado de: Wilson y Suh, 1997).

Tabla 3.1. Origen, composición y destino de las partículas en la atmósfera.


(Adaptado de: Wilson y Suh, 1997).
Partículas finas Partículas gruesas
Formación Reacción química entre gases y partículas, Generados por la disrupción mecánica (por
nucleación, condensación, coagulación, ejemplo, trituración, abrasión de superficies),
evaporación de niebla y gotas de nubes polvos resuspendidos.
donde los gases se han disuelto y
reaccionado
Composición Sulfatos SO4-2; nitratos NO3-; amonio Ceniza de carbón y petróleo, óxidos metálicos
NH4+; carbón elemental; compuestos de elementos presentes en la corteza terrestre
orgánicos (por ejemplo, hidrocarburos (Si, Al, Ti, Fe); CaCO3, NaCl, sal marina;
aromáticos policíclicos); metales (por polen, esporas de moho; fragmentos de
ejemplo, Pb, Cd, V, Ni, Cu, Zn, Mn, Fe); animales y plantas; restos de llantas
agua ligada a las partículas. desgastadas.
Fuentes Combustión de carbón, aceite, gasolina, Resuspensión de polvo industrial y de los
diesel, madera; productos de suelos; fuentes biológicas; construcción y
transformación atmosférica de NO x, SO2 y demolición; combustión de carbón y de aceite;
compuestos orgánicos incluidas las especies brisa marina.
biogénicas (por ejemplo, terpenos),
procesos a altas temperaturas, fundición,
fábricas de acero, etc.
Tiempo de residencia De días a semanas De minutos a horas
en la atmósfera
Distancia de Cientos a miles de kilómetros Menor a diez kilómetros
transportación
Se han sugerido, además, otras formas de clasificar las partículas, como lo
señala la figura 3.3.

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Figura 3.3. Agrupación de partículas en función de su diámetro aerodinámico


(Adaptado de: Wilson y Suh, 1997).

Las partículas menores a 10 µm (PM10) se depositan en la nariz y garganta,


por lo que también se les llama de “fracción torácica o inhalable”, pues
pueden penetrar y depositarse en el tracto respiratorio. Las PM2.5, llamadas
de “fracción alveolar”, debido a que no son retenidas en las vías
respiratorias superiores, son la agrupación de todas las partículas menores
que 2.5 µm. A las partículas menores de 0.1 µm (100 nm) se les ha asignado
el término de “partículas ultrafinas”, y aquéllas con un tamaño menor a
0.05 µm (50 nm), el de “nanopartículas”. La agrupación de todos los
diámetros integra las partículas suspendidas totales (PST).

El tamaño de las anteriores distribuciones se mide con base en el


comportamiento aerodinámico de las partículas, por lo que la abscisa del
diagrama mostrado en la figura 3 corresponde al diámetro aerodinámico
equivalente, definido como el diámetro de una esfera de densidad unitaria
(1 g/cm3) que tiene la misma velocidad de sedimentación que la partícula
bajo estudio. Dado que los intervalos de tamaño cubren varios órdenes de
magnitud, las distribuciones de tamaño se expresan, normalmente, en
escalas o términos logarítmicos.

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

3.2. EFECTOS DE LAS PARTÍCULAS EN LA SALUD HUMANA

Desde hace más de 50 años se ha dicho que las partículas suspendidas


tienen efectos en la salud humana debido a los episodios de contaminación
ocurridos en Londres, en el valle del Mosa, en Bélgica, y Donora, en
Pensilvania, entre otros. Adicionalmente, estudios más recientes realizados
alrededor del mundo, incluida la zona metropolitana de la ciudad de
México, han corroborado el impacto de dichas partículas en lugares con
niveles de contaminación muy diversos, incluso en algunos cuyos niveles
se encuentran por debajo de los estándares de calidad del aire vigentes para
otros países. También se sabe que hay grupos poblacionales que pueden
ser más sensibles a la exposición al material particulado, como los niños y
los ancianos con enfermedades crónicas y cardiopatías. Los estudios
toxicológicos y epidemiológicos sugieren que la fracción fina —
procedente de los procesos de combustión en altas temperaturas— puede
ser más relevante en cuanto a efectos adversos sobre la salud, y
posiblemente también la ultrafina (que puede contener sulfatos, nitratos,
ácidos fuertes, entre otros), ya que al penetrar hasta las vías respiratorias
inferiores y llegar a los alvéolos puede desencadenar reacciones
inflamatorias (Cohen et al., 1997; Romieu y Borja-Aburto, 1997; Durando
et al., 1999; Lacasaña-Navarro et al., 1999; Martínez et al., 2000; Hernández-
Cadena et al., 2000; Rosales-Castillo et al., 2001).

La Organización Mundial para la Salud (OMS) estima que


aproximadamente 200 mil personas mueren en Latinoamérica cada año
debido a las altas concentraciones de estas partículas. Las tasas de
mortalidad han mostrado una alta correlación con las PM10 (Dockery et al.,
1993): un incremento de 10 µg/m3 en la concentración de partículas se ha
relacionado con un aumento del 1% en la mortalidad diaria en estudios
llevados a cabo en Europa y Estados de Unidos (HEI, 1995). Para el caso
de la ciudad de México, Calderón-Garcidueñas et al. (1998) encontraron
que en la región anterior nasal se deposita el 45% de las partículas que

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

tienen entre 2 y 10 µm, lo que explica una gran cantidad de lesiones, como
las hiperplasias, displasias y metaplasmas.

Aunque las causas biológicas del incremento en la mortalidad y morbilidad


por los aumentos en la concentración de las PM10 no son muy claras,
estudios toxicológicos han intentado explicar cuáles son los mecanismos
de acción de las partículas sobre las células alveolares, la exacerbación del
asma, su carcinogenicidad y mutagenicidad, entre otros factores (Ferion,
1992; Ducharme y Di Salvio, 2004; Villalobos-Pietrini et al., 2006).

Por tal motivo, se ha planteado que los factores que más influyen sobre el
efecto tóxico de las partículas son, en primer lugar, la composición
química, puesto que son muchos los compuestos asociados con las
aeropartículas. Éstos se incorporan a la atmósfera, ya sea por emisiones
biogénicas o antropogénicas, y pueden ser de origen orgánico e inorgánico.
Los orgánicos detectados en las aeropartículas pueden ser divididos en dos
grandes grupos: los que se condensan sobre las partículas preexistentes y
los oxidados. Dentro de los condensados se encuentran los n-alcanos y los
hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) fundamentalmente, mientras
que dentro de los oxidados se han identificado ácidos carboxílicos,
aldehídos, cetonas, quinonas, esteres, fenoles y dioxinas (Cautreels y Van
Cauwenburghe, 1976; Alves et al., 2001; Re-Poppi y Santiago-Silva, 2004).

Con respecto a los compuestos inorgánicos, las aeropartículas están


constituidas por diversos metales (Cd, Pb, Cu, Al, Zn, Hg, Cr, As).
Algunos de ellos son tóxicos o peligrosos una vez que se incorporan al
cuerpo humano, y provienen principalmente de la quema de combustibles
fósiles y algunas actividades industriales. Asimismo, dentro de los
aerosoles se encuentran los iones inorgánicos, que se incorporan como
producto final de numerosos procesos químicos y fotoquímicos. Así, por
ejemplo, los sulfatos y nitratos provienen de la oxidación de dióxido de
azufre y óxidos de nitrógeno, a los que adicionalmente se les atribuyen

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

efectos negativos en la salud y el ambiente, como la agudización del asma,


daños en el tejido pulmonar y la lluvia ácida (EPA, 1990; Cope et al., 2004;
Báez et al., 2007).

En segundo lugar se ha podido establecer que, adicionalmente a la


evidencia epidemiológica, las partículas ultrafinas (con un tamaño menor
a 100 nm) presentan una toxicidad mayor por unidad de masa que las
partículas más gruesas. Es decir, su toxicidad aumenta cuando se reduce
su tamaño, probablemente debido a su interacción con las membranas
celulares y su alta área superficial (Donaldson y MacNee, 1998). Por
último, se ha encontrado que para una misma masa de partículas habrá un
número mayor si éstas son ultrafinas. Altas concentraciones de partículas
ultrafinas, por lo tanto, incrementan su efecto tóxico. Los últimos dos
factores, el tamaño y la concentración, explican significativamente los
efectos de inflamación e irritación alveolar causados por material
particulado (Oberdörster, 1994; Seaton et al., 1995; Bousquet et al., 2000).

Por lo anterior, se crearon estándares de calidad del aire con el objeto de


establecer concentraciones límites por debajo de los que se tuviera un
margen de seguridad para las poblaciones humanas (Berico et al., 1997).
Hasta 1978, el estándar para partículas promulgado en el Acta de Aire
Limpio de Estados Unidos (1971) fue de ≤ 45 µm partículas suspendidas
totales (PST), tanto sólidas como líquidas, con un límite anual promedio
geométrico de 75 µg/m3 y sin exceder los 260 µg/m3 en un periodo de 24
horas (EPA, 1982). Sin embargo, estudios de salud mostraron que las
partículas de ≥ 15 µm no son inhaladas, sólo se depositan en la región
superior del tracto respiratorio y son expulsadas en minutos. Debido a
esto, la EPA y el Comité Consultor Científico del Aire Limpio propusieron
un nuevo estándar que consideraba un tamaño menor o igual a 10 µm
(PM10), que consideraban más apropiado para evaluar los riesgos en la
salud humana debido a su capacidad de penetración en la región traqueolar
y alveolar de los pulmones. El promedio anual máximo permitido para

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

PM10 se estableció en 50 µg/m3 y 150 µg/m3 para 24 horas (McClellan,


2002). En México, el estándar entró en vigencia hasta 1994 (NOM 025-
SSA1 1993, DOF, 1993-). Sin embargo, éste fue modificado en 2005, por
lo que los nuevos estándares para PST fue de 210 µg/m3 en un promedio
de 24 horas; para PM10 de 120 µg/m3 en un promedio de 24 horas y 50
µg/m3 en promedio anual (NOM-025-SSA-1993, DOF, 2005).

3.3. COMPONENTES ORGÁNICOS DE LOS AEROSOLES ATMOSFÉRICOS

3.3.1. N-ALCANOS, HIDROCARBUROS POLICÍCLICOS Y NITRODERIVADOS


Los n-alcanos pueden ser empleados como indicadores de especies
emitidas directamente por vehículos (Gogou et al., 1996, Kavouras et al.,
1999) o por fuentes biogénicas, como la descomposición de materia
orgánica (Simoneit y Mazurek, 1983). Estos compuestos son relativamente
no reactivos en la atmósfera y su distribución tiende a ser característica
para cada fuente. Sin embargo, debido a la gran cantidad de compuestos
orgánicos emitidos simultáneamente, su identificación se dificulta debido
a su traslape con otras sustancias (Simoneit, 1989). Patrones estacionales
de las concentraciones del aerosol pueden indicar emisiones directas de
partículas antropogénicas primarias (con n-Cmáximo alrededor de n-C21) o de
partículas biogénicas (alrededor de n-C29) (Simoneit y Mazurek, 1984).
Bray y Evans (1961) desarrollaron el “índice de preferencia del carbón”
(IPC) como una medida aproximada de los “compuestos sintetizados
biológicamente”. Definieron el IPC como el cociente de la concentración
de los carbonos homólogos impares sobre los pares: las emisiones
provenientes de vehículos que utilizan combustibles fósiles arrojan valores
cercanos a la unidad (IPC ~ 1), mientras que las emisiones biogénicas
tienen valores mayores a uno (IPC > 1) (Simoneit, 1989; Rogge et al.,
1993a).

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Los Compuestos Aromáticos Policíclicos (CAP) incluyen diferentes tipos


de compuestos que tienen dos o más anillos bencénicos en su estructura y
diversos grupos funcionales que pueden contener diferentes elementos.
Uno de los grupos más importantes de los CAP son los Hidrocarburos
Aromáticos Policíclicos (HAP), que poseen dos o más anillos bencénicos
y no contienen más que carbono e hidrógeno (Henner et al., 1997). Ellos
pueden ser eliminados o transformados en compuestos aún más tóxicos
por reacciones químicas, como la sulfonación, la nitración o la
fotooxidación. Por ejemplo, bajo ciertas condiciones, trazas de ácido
nítrico pueden transformar algunos HAP en nitro-HAP (Marcé y Borrull,
2000). En la figura 3.4 se pueden apreciar algunos ejemplos de compuestos
orgánicos.

Figura 3.4. Ejemplos de algunos CAP, adaptado de Lee (1981).

Los compuestos orgánicos pueden emitirse desde sus fuentes en fase


gaseosa o estar asociados con las partículas por nucleación o
condensación. Los HAP asociados con la fase particulada provienen de
las combustiones en altas temperaturas; sin embargo, cuando la
temperatura disminuye, los HAP en fase gaseosa son adsorbidos o
depositados en las partículas. Éstos se adsorben en las partículas más
pequeñas dada su gran área superficial. La temperatura ambiental juega un
papel muy importante en la distribución gas-partícula de los HAP.

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Por ejemplo, el naftaleno se encuentra prácticamente en la fase gaseosa,


mientras el benzo(a)pireno y otros con cinco y seis anillos son adsorbidos
sobre las partículas. Sin embargo, el naftaleno también puede ser
encontrado en las cenizas de carbón pulverizado utilizado en la generación
de energía (Mastral et al., 2000).

Los HAP pueden formarse por actividades antropogénicas o derivarse de


procesos naturales. Los de las fuentes antropogénicas provienen
fundamentalmente de la combustión incompleta de materiales fósiles,
como las emisiones vehiculares e industriales, los calentadores domésticos,
la incineración de basura y el humo de cigarrillo. Algunos HAP
insustituidos se han estudiado ampliamente debido a su fuerte impacto
sobre la salud humana. Los compuestos comúnmente analizados incluyen
desde el naftaleno (con un peso molecular de 128 uma) hasta el coroneno
(con un peso molecular de 300 uma) (Grimmer, 1983). La principal fuente
de HAP no antropogénica es la combustión natural de biomasa (por
ejemplo, los incendios forestales), constituida principalmente por
compuestos aromáticos alicíclicos (Simoneit, 1998). Los HAP alquilados
son emitidos fundamentalmente por la combustión de materiales fósiles
(Simoneit, 1985; Rogge, 1993b).

Los mecanismos de formación de los HAP durante la combustión de


material orgánico no son totalmente claros, pero se pueden reconocer dos
procesos de reacción que están involucrados: la pirólisis y la pirosíntesis
(Finlayson y Pitts, 1986). Durante la combustión en altas temperaturas y
con relativamente bajas cantidades de oxígeno, parte del material
combustible se fragmenta en pequeñas masas moleculares, generalmente
en radicales libres por pirólisis (aproximadamente de 500 a 800ºC), los
cuales se recombinan para dar origen a los HAP por pirosíntesis cuando
disminuye la temperatura (Figura 3.4). La recombinación sucesiva de
radicales libres de acetileno (C2) y 1,3-butadieno (C4) produce series de
HAP insustituidos (Finlayson y Pitts, 1986). Una vez formados los HAP

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

de bajo peso molecular (por ejemplo, el naftaleno, con 128 uma), el


proceso de pirosíntesis continua con “adiciones en zigzag” que generan
HAP de alto peso molecular (Sullivan, 1989).

Según Schauer (1996), las emisiones vehiculares son la principal fuente de


HAP en el aire urbano. Por ejemplo, la tasa de emisión de HAP en Los
Ángeles, Estados Unidos, se estimó en 125.8 kg/día para automóviles sin
catalizador, 7.4 kg/día para automóviles equipados con catalizador y 3.4
kg/día para vehículos diesel (Rogge et al., 1993a). Desde 1982, la
proporción de autos que usan catalizador ha incrementado, por lo que esta
situación ha cambiado. Para la ciudad de México Jiang et al. (2005)
realizaron un inventario de emisiones y encontraron un total de 156
kilogramos de HAP por día asociados con la fase particulada.

Miguel et al. (1998) observaron, en un estudio realizado en un túnel, que la


mayor fuente de HAP ligeros (de dos a tres anillos) son los camiones
diesel, mientras que los vehículos de gasolina son la principal fuente de
HAP pesados (de cuatro a seis anillos). En Copenhague, Dinamarca,
Nielsen (1996) estimó que durante un día hábil normal, el 90% de las
emisiones de HAP en una avenida transitada corresponden a los vehículos
diesel y cerca del 60% se emiten durante los fines de semana. De igual
forma, en París, Li y Kamens (1993) aplicaron un modelo de balance de
masa para calcular la contribución relativa de la calefacción doméstica y
vehículos operados con gasolina y diesel. La contribución relativa de la
calefacción doméstica fue del 20%, la de vehículos que funcionan con
gasolina del 53%, mientras que la de los vehículos que funcionan con
diesel fue del 27%.

En zonas suburbanas y rurales, las fuentes de HAP no son claras debido


a las actividades que ahí se realizan. Las fuentes de emisión de otros CAP,
como los N-CAP y los S-CAP, son menos claras aún, pero, al igual que

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

los HAP, su formación se debe a la combustión incompleta de material


orgánico (Pitts y Pitts, 2000).

Otra familia de compuestos orgánicos que se presentan adheridos a las


partículas son los derivados nitrados de los HAP: los nitro-HAP. Éstos se
encuentran en la atmósfera, ya sea por emisión directa durante procesos
de combustión incompleta de diesel o gasolina, o como producto de una
amplia gama de reacciones de los HAP con óxidos de nitrógeno (Sasaki et
al., 1995; Bamford y Baker, 2003). Los HAP generan nitro-HAP al
reaccionar con OHº o con radicales NO3- en presencia de NO2 en fase
gaseosa (Atkinson y Arey, 1994). De igual forma, se pueden formar en
presencia de N2O5 y HNO3 cuando el HAP está asociado con el aerosol
(Nielsen et al., 1983; Kamens et al., 1990). El mecanismo de nitración con
el N2O5 ha sido propuesto por Behnke et al. (1997), que aseguran que el
N2O5 se disocia en NO2+ y NO3-, reacción que es seguida por un ataque
electrofílico de NO2-. Este mecanismo puede ser importante en aerosoles
ácidos.

Es importante anotar que las reacciones ocurridas tanto en la fase gaseosa


como en la particulada generan compuestos diferentes a los observados
en las emisiones directas (Feilberg et al., 2001). Por consiguiente, el 2-
nitropireno se obtiene como producto del pireno con radicales OH en
presencia de NO2 (Atkinson y Arey, 1994), mientras que el 1-nitropireno
es el principal nitro-HAP en emisiones de diesel (Paputa-Peck et al., 1983),
pero también puede ser formado vía nitración heterogénea del pireno en
la partícula (Kamens et al., 1990). El 1-nitropireno también es emitido por
vehículos de gasolina (Gibson, 1983) y procesos que utilicen el carbón
como combustible (Harris y Chess, 1984). Otros nitro-HAP reportados
en partículas colectadas directamente de la cámara de combustión de
motores diesel son 3-nitrofluoranteno, 9-nitroantraceno y 2-nitrofluoreno
(Paputa-Peck et al., 1983; Feilberg et al., 2001). La principal fuente de nitro-
HAP en fase gaseosa, diferente de la emisión directa, es la reacción de

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

pireno y fluoranteno, que inicia con el radical OH, que produce 2-


nitrofluoranteno y 2-nitropireno, y que con el radical NO3 produce 2-
nitrofluoranteno (Arey et al., 1986). Arey et al. (1986) explicaron que los
radicales OHº y NO3 atacan los anillos aromáticos de más alta densidad
electrónica (la 1 para el pireno y la 3 para el fluoranteno), a lo que le sigue
la adición de NO2 en la posición orto y la pérdida de agua o ácido nítrico
para formar nitro-HAP en la posición 2. También las reacciones de
nitración heterogénea pueden generar nitro-HAP. Sin embargo, ni el 2-
nitrofluoranteno ni el 2-nitropireno son productos de estas reacciones
(Nielsen, 1984; Kamens et al., 1990). Diversos estudios han demostrado
que el 2-nitrofluoranteno y 2-nitropireno son producidos únicamente en
fase gaseosa por reacción fotoquímica y el 1-nitropireno proviene de
emisiones de diesel (Cecinato et al., 2000, Feilberg et al., 2001).

3.4. DISTRIBUCIÓN DE LOS HAP EN LAS PARTÍCULAS

La distribución de los HAP es muy importante tanto por su destino dentro


de las partículas como por sus efectos sobre la salud. Venkataraman et al.
(1994) investigaron dicho fenómeno de los HAP en diferentes sitios. En
túneles urbanos, la distribución de los HAP y el carbón elemental (CE) fue
unimodal, con la moda en el rango de 0.05-0.12 µm. En el aire ambiental
fue bimodal con picos en el rango de 0.05-0.12 µm (moda 1) y 0.5-1.0 µm
(moda 2). Los HAP más volátiles se encontraron en mayor proporción en
la moda 2, y los más pesados, al igual que el CE, en las partículas pequeñas
(moda 1). Estas observaciones reflejan que la partición de los HAP más
ligeros se orienta hacia la fase gaseosa y, por lo tanto, se evaporan desde
las partículas primarias (moda 1) y se condensan en la moda 1 y 2. Sin
embargo, la existencia de HAP de alto peso molecular y el CE en la moda
2 evidencian que el crecimiento de las partículas se debe a conversiones de
gas en partícula de los productos de reacciones orgánicas secundarias y
vapor de agua, lo que contribuye a la distribución bimodal (Venkataraman
y Friedlander, 1994).

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Allen et al. (1996) investigaron las distribuciones de los HAP en atmósferas


urbanas y observaron que los más grandes (PM ≥ 228 g/mol) estaban
asociados principalmente con las partículas más pequeñas (< 1.9 µm),
mientras que los más volátiles (PM < 228 g/mol) estaban repartidos
uniformemente en partículas más grandes (> 1.9 µm).

3.5. REACCIONES ATMOSFÉRICAS DE LOS CAP

La transformación de los CAP en la atmósfera puede ser dividida en


reacciones en fase gaseosa y reacciones en fase particulada.

3.6. REACCIONES EN FASE GASEOSA

Se cree que la ruta de degradación más común de los HAP en la fase


gaseosa es la reacción con radicales OHº durante el día, y el ataque de
radicales NO3 durante la noche (Atkinson y Arey, 1994). La reacción con
O3 es más lenta. En la tabla 3.2 se pueden observar los flujos y tiempos
atmosféricos de vida para las reacciones de los HAP seleccionados.

Al analizar la tabla 3.2 se puede afirmar que bajo condiciones típicas


ambientales la reacción con radicales OHº domina la degradación de HAP
en la fase gaseosa. La figura 3.5 esquematiza la generación de 2-nitropireno
a partir de pireno en presencia de radicales OHº y NO2 durante el día y en
presencia de radicales NO3 durante la noche.

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Tabla 3.2. Cinética de la reacción entre algunos HAP y radicales OH y NO3.


Compuesto kOH X 1011 ΊOHa kNO3 X 1027 X [NO2]-1 ΊNO3b
(cm3 moleculas-1 s-1) (cm3 moleculas-1 s-1)
2.16* 8h 0.36 54 d
Naftaleno
2.3**
Bifenilo 0.72* 2d <0.005 >11 años
3.1* 5.6 h
Fenantreno
2.7**
13* 1.3 h
Antraceno
19**
Fluoranteno 1.1** 15.7 h 0.51
Pireno ~5* ~3.5 h 1.6 13 d
aUsando un promedio global de 12 horas durante el día [OH] = 1.6 x 106 moléculas cm
-3(Prinn et al., 1992).
bUsando un promedio global de 12 horas durante la noche [NO 3] = moléculas cm-3 (~

200 ppt) (Atkinson, 1991) y [NO2] = 2.4 x 1012 (~ 100 ppb) moléculas cm-3. * Tomado
de Atkinson y Arey (1994). **Tomado de Brubaker e Hites (1998).

Figura 3.5. Generación de 2-nitropireno, adaptado de Atkinson et al. (1990).

La formación de nitroderivados a partir de los HAP ha sido de gran interés


debido a su mutagenicidad. La generación ha sido reportada por Atkinson
y Arey (1994). En la tabla 3.3 se presentan algunos ejemplos para
diferentes HAP. Cabe esperar que la producción de los nitro-HAP
dependa básicamente de la concentración de NO2; sin embargo, Atkinson
et al. (1987) observaron que la generación de nitronaftaleno y nitrobifenilo
no incrementa significativamente la concentración de NO2, lo que indica
que el mecanismo para los nitro-HAP es más complejo. Muchos de los
nitroderivados (excepto 1-nitronaftaleno y 8-nitrofluoranteno) son

87
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

isómeros producidos por nitración electrofílica, por ejemplo, con ácido


nítrico (HNO3) (Ruehle et al., 1985). Esto se debe a que los radicales OHº
usualmente atacan la posición más rica en electrones y posteriormente se
produce la adición de NO2 al carbono en posición orto (por ejemplo, la
posición 2 en el fluoranteno). Esta formación específica de isómeros hace
posible distinguir entre los nitro-HAP emitidos por fuentes primarias y los
producidos fotoquímicamente (Nielsen, 1984; Feilberg et al., 2001).
Tabla 3.3. Productos de nitro-isómeros y rendimientos de las reacciones de algunos
HAP con OH y NO3 (%).

Compuesto Productos de la reacción con Productos de la reacción


OH con NO3
1-nitronaftaleno (1.2±0.9) 1-nitronaftaleno (24.4)
Naftaleno
2-nitronaftaleno (1.3±1.1) 2-nitronaftaleno (0.110)
Bifenilo 3-nitrofenilo (5) no se observó reacción
Antraceno 1 y 2 2-nitroantraceno (trazas) 1 y 2-nitroantraceno (trazas)
2-nitrofluoranteno (~3) 2-nitrofluoranteno (~24)
Fluoranteno
8-nitrofluoranteno (~0.3)
2-nitropireno (~0.5)
Pireno
4-nitropireno (~0.06) 4-nitropireno (~0.06)

La presión de vapor de los nitro-HAP es baja si se compara con los HAP,


así que una fracción grande se encontrará en fase particulada. Fan et al.
(1995) encontraron que el 2-nitrofluoranteno y el 2-nitropireno formados
por reacciones en fase gaseosa en una cámara de reacción se condensan
inmediatamente sobre las partículas de hollín.

3.7. REACCIONES EN FASE PARTICULADA

Parece ser que la ruta de degradación de los HAP en la fase particulada es


la degradación fotoquímica y que en menor proporción se produce con las
reacciones heterogéneas con O3, NO2, N2O5 y HNO3 (Kamens et al.,
1990). Las tasas de fotodegradación de los HAP en la fase particulada se
incrementan en función de la humedad relativa (Kamens et al., 1988). Se

88
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

ha comprobado, gracias a experimentos de laboratorio, que esto es cierto


para algunos HAP, y se ha observado que la fotodegradación puede
ocurrir a través de un mecanismo complejo que probablemente involucra
todos los componentes del aerosol (Tabla 3.4). Se ha propuesto que
diferentes clases de compuestos orgánicos (por ejemplo, quinonas,
benzaldehídos y metoxifenoles) pueden acelerar la descomposición de los
HAP (Jang y McDow, 1995).

Tabla 3.4. Clasificación de reactividad de los HAP (Nielsen, 1984).


Clases de HAP constituyentes
compuestos
I benzo[a]tetraceno, dibenzo[a,h]pireno, pentaceno, tetraceno
II antantreno, antraceno, benzo[a] pireno,
ciclopenteno[cd]pireno, dibenzo,[a,l]pireno,
dibenzo[a,i]pireno, dibenzo[a,c]tetraceno, perileno
III benzo[a]antraceno, benzo[g]criseno, benzo [ghi]perileno,
dibenzo [a,e]pireno, piceno, pireno
IV benzo[c]criseno, benzo[c]fenantreno, benzo[e]pireno,
criseno, coroneno, dibenzantracenos, dibenzo[e,l]pireno
V Acenaftileno, benzofluorantenos, fluoranteno, indeno
[1,2,3-cd]fluoranteno, indeno[1,2,3-cd]pireno, naftaleno,
fenantreno, trifenileno
VI bifenilo

Behymer y Hites (1988) observaron que los HAP eran más estables a la
fotólisis cuando eran adsorbidos en la fracción grafítica de carbón y ceniza.
Lo mismo fue reportado para los nitro-HAP (Holder et al., 1994). Estas
observaciones contrastan con la rápida fotodegradación de HAP y nitro-
HAP adsorbidos en partículas de hollín con alto contenido de compuestos
orgánicos (Kamens et al., 1988; Fan et al., 1995).

Reacciones heterogéneas de O3, NO2, N2O5 y HNO3 han sido


investigadas por diferentes autores (Nielsen et al., 1984; Kamens et al.,
1990). La reacción con O3 parece ser la más importante (Kamens et al.,
1990), seguida por las de NO2, N2O5 y HNO3. Nielsen (1984) propuso un

89
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

sistema para la clasificación de los HAP con respecto a su estabilidad en


la reactividad de los agentes nitrantes, así como en los parámetros
espectroscópicos y algunas consideraciones estructurales (Tabla 3.4).
Kamens et al. (1990) reportaron que el 1-nitropireno, 6-nitrocriseno y 6-
nitrobenzo[a]pireno se formaron experimentalmente con humo de
madera expuesto a N2O5, y observaron también que muchos de los HAP
(principalmente el criseno y el benzo[a]pireno) se encontraron en la fase
particulada. Asimismo, reacciones heterogéneas entre los HAP y los
agentes nitrantes podrían explicar la formación de estos nitro-HAP. Sin
embargo, las tasas son relativamente bajas, lo que crea cierta incertidumbre
en cuanto a si estas reacciones son una fuente importante de nitro-HAP
en la atmósfera. El mecanismo de formación de los nitro-HAP vía
reacción con N2O5 no es muy conocida. Nielsen et al. (1983) propusieron
que el N2O5 es parcialmente ionizado en un aerosol de agua para dar NO3
y NO2. Desde entonces se ha demostrado que los iones intermedios de
NO2 están formados de N2O5 o ClNO2 en solución acuosa de cloruro de
sodio.

La ruta de degradación dominante de los nitro-HAP asociada con las


partículas parece ser la fotolítica (Fan et al., 1996). Las reacciones
heterogéneas con O3 y N2O5 han sido reportadas, pero son relativamente
más lentas y no representan un sumidero importante. Los resultados de
los experimentos de fotólisis con nitro-HAP asociados al hollín
proveniente de diesel o madera (Fan et al., 1996) mostraron en ambos tipos
de partícula que las tasas de fotólisis para cuatro nitro-HAP seleccionados
(1-nitropireno, 2-nitropireno, 2-nitrofluoranteno y 3-nitrofluoranteno)
son altas y no mostraron diferencias significativas. Además, las tasas son
significativamente más altas en partículas de humo de madera que en
partículas de escapes de diesel. Estos resultados contrastan con las tasas
de fotólisis observadas en soluciones acuosas (Fan et al., 1996) o
adsorbidas en sílice, en las que las tasas dependen en gran proporción de
la conformación molecular de los sustratos.

90
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

3.8. EFECTOS GENOTÓXICOS DE LOS HAP Y SUS DERIVADOS

Son bien conocidos los efectos biológicos de los compuestos derivados


del alquitrán de carbón sobre las poblaciones expuestas. Este tipo de
actividad biológica se ha observado con extractos obtenidos de partículas
suspendidas en diversos centros urbanos alrededor del mundo (Černá et
al., 1999; Villalobos-Pietrini et al., 2006). Estas observaciones están
relacionadas con estudios sobre carcinogenicidad debido a la presencia de
HAP. De esta manera, en 1949, el benzo[a]pireno fue identificado en el
hollín doméstico, mientras que en 1952 se encontró en partículas
suspendidas colectadas en 10 estaciones de Gran Bretaña. Para 1970, el
benzo[a]pireno y otros HAP con carácter carcinogénico fueron
reconocidos en partículas suspendidas colectadas en diversas áreas
urbanas del mundo. Además, dichos compuestos fueron identificados en
partículas generadas por la quema de combustibles de fuentes primarias,
como los escapes de vehículos, la combustión de madera y las plantas de
generación de electricidad.

Al mismo tiempo, ciertos HAP han demostrado reaccionar en presencia


de óxidos de nitrógeno y ozono bajo ciertas condiciones, de modo que
forman compuestos más mutagénicos, como los nitro-HAP y los oxi-
HAP, respectivamente.

Algunos de los HAP y sus metabolitos pueden inducir alteraciones


genéticas irreversibles en el nivel celular. Esto puede provocar el
crecimiento de tumores y cáncer en mamíferos. Debido a que los HAP
son solubles en el tejido graso, se pueden bioacumular y ser transferidos
en la cadena alimenticia. Algunos HAP han sido identificados como
posibles o probables carcinogénicos en humanos, en particular el
benzo[a]antraceno, criseno, benzo[bkj]fluorantenos, benzo[a]pireno entre
otros (IARC, 1998a,b). Algunos estudios epidemiológicos han
demostrado que las personas expuestas a mezclas que contienen HAP (de

91
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

chimeneas, emisiones de hornos de carbón, humo de cigarrillo, alquitrán)


presentaron mayores índices de cáncer de pulmón (Fisher, 2001).

Aunque los HAP constituyen sólo el 20% del total de los hidrocarburos
en el petróleo, son responsables de casi toda la toxicidad. Se sabe que los
HAP de menor peso molecular son menos tóxicos, y que predominan en
su fase de vapor en las zonas urbanas, donde pueden reaccionar con otros
contaminantes (óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno, ozono) para formar
derivados más tóxicos (Park et al., 2001).

Existe la inquietud de que no sólo los HAP juegan un papel importante


en los efectos adversos sobre la salud, sino que también debe ser
considerado el tamaño de las partículas sobre las que son adsorbidos, pues
las partículas suspendidas menores o iguales a 10 µm (PM10) contienen
mayor cantidad de HAP por unidad de masa debido a su gran área
superficial. Este fenómeno resulta inquietante, ya que las partículas
pequeñas tienden a ser retenidas dentro del sistema respiratorio. En el
sistema respiratorio humano las partículas menores a 10 µm no alcanzan
a llegar al tórax, las partículas entre 2 y 10 µm son retenidas principalmente
en la faringe, en la tráquea y en los bronquios, y las partículas menores a 2
µm pueden llegar hasta los alvéolos. Por lo tanto, la inhalación de cierto
tipo de partículas resulta más perjudicial para la salud humana (Cecinato et
al., 1999).

El grado de exposición de una población específica a los HAP depende de


varios parámetros, como las condiciones atmosféricas predominantes, la
concentración, el reparto entre la fase de vapor y la particulada, y el tamaño
de las partículas. El riesgo de exposición a los HAP a menudo es estimado
con base en la concentración de benzo[a]pireno en el aire (Cecinato et al.,
1999).

92
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Para evaluar el daño genético que pueden inducir los HAP y sus derivados,
los nitro-HAP, han sido utilizados diversos sistemas biológicos. Uno de
los más comunes es la prueba de Ames con el ensayo estándar de
incorporación en placa, que permite evaluar el potencial mutagénico de
cientos de compuestos químicos (Ames et al., 1973, 1975; Černá et al.,
1999; Villalobos-Pietrini et al., 2006). Los resultados obtenidos de este
ensayo sugieren la presencia de compuestos con alto potencial
cancerígeno, debido a que se ha observado una estrecha relación con su
capacidad para inducir mutaciones.

Por todo esto, el estudio de la composición química de muestras


ambientales se ha complementado con ensayos biológicos con la finalidad
de identificar los compuestos que provocan más efectos adversos en la
salud humana.

3.9. CONSIDERACIONES FINALES

En síntesis, los aerosoles atmosféricos están constituidos por una gran


variedad de compuestos, entre los que destacan los hidrocarburos
aromáticos policíclicos y sus nitro-derivados por su alto grado de
toxicidad.

Las principales fuentes de estos compuestos en las zonas urbanas son,


fundamentalmente, los vehículos, cuyas emisiones pueden prevalecer
tanto en fase gaseosa como en la particulada. Sin embargo, de igual forma,
algunos de estos compuestos son transformados en la atmósfera hasta que
llegan a formar compuestos secundarios, como algunos nitro-derivados.

Respecto a la fase particulada, se sabe que en las partículas finas se


concentra la mayor cantidad de compuestos orgánicos. Esta situación ha
inquietado a la comunidad científica, dado su alto grado de penetración en
los alvéolos pulmonares y debido a que pueden desencadenar una serie de

93
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

reacciones en el torrente sanguíneo y, en el peor de los casos, ocasionar


padecimientos como el cáncer.

El daño genético que pueden inducir los HAP y sus derivados se evalúa
mediante el uso de sistemas biológicos. La prueba de Ames es una de las
más utilizadas en el mundo, pues permite evaluar el potencial mutagénico
de cientos de compuestos químicos presentes en los aerosoles
atmosféricos.

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104
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

CAPÍTULO 4
LA AEROBIOLOGÍA Y SU CONTRIBUCIÓN
A LA CALIDAD DEL AIRE

María Luisa Castrejón-Godínez, Alexis Joavany Rodríguez Solís,


Enrique Sánchez-Salinas y Ma. Laura Ortiz-Hernández

4.1. INTRODUCCIÓN

La contaminación atmosférica de las ciudades es uno de los principales


problemas de salud pública tanto en los países desarrollados como en los
que se encuentran en vías de desarrollo (Brunekreef y Holgate, 2002). La
contaminación del aire es ocasionada por una mezcla de partículas sólidas
y líquidas que varían en tamaño, forma, área superficial, composición
química, solubilidad y origen. La distribución de tamaños entre las
partículas suspendidas en el ambiente se puede dividir en tres grupos:
partículas gruesas, partículas finas y partículas ultrafinas (Pope y Dockery,
2006). Estas partículas representan un riesgo potencial para la salud de las
personas que habitan en las grandes ciudades (Samet et al., 2000). Las áreas
urbanas producen y liberan en la atmósfera diferentes variedades y
cantidades de gases y partículas complejas, tanto químicas como
biológicas, cuyas características dependen de diferentes factores, como la
densidad de población, el consumo de energía, los procesos industriales y
el transporte. Estos contaminantes afectan la salud pública, la agricultura
y el clima (Pope et al., 2002; Raga et al., 2001). Por tal motivo, el monitoreo
periódico de la calidad del aire es de suma importancia para la salud
humana y ambiental.

El estudio de la diversidad microbiana en la atmósfera de la Tierra sigue


siendo en gran parte inexplorado, a pesar de su importancia para una serie
de disciplinas científicas. Las bacterias y los hongos son introducidos en la
atmósfera principalmente por las tormentas de polvo, en particular en las

105
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

regiones áridas del planeta; pero los huracanes, los volcanes, los incendios
y las fuentes antropogénicas contribuyen también a la inclusión de material
biológico en el aire (Smith et al., 2010). Además, factores como la altitud,
la temperatura, la humedad, la dirección e intensidad del viento, la
radiación solar, la contaminación y el tiempo de residencia de las partículas
en el aire determinan la viabilidad de los microorganismos y sus
potenciales efectos en la salud, la ecología y el clima.

Los microorganismos pueden colonizar prácticamente cualquier lugar,


principalmente cuando su concentración es grande y cuando encuentran
condiciones adecuadas para su crecimiento, como una alta humedad,
disponibilidad de nutrientes y temperatura adecuada. Los
microorganismos presentes en el aire provienen de distintas fuentes, como
el suelo, el agua, las plantas y los animales. El aire no es un ambiente
propicio para el crecimiento de los microorganismos; sin embargo,
algunos de ellos, como las bacterias y los hongos generadores de esporas,
son capaces de sobrevivir y mantenerse viables por periodos prolongados,
lo que les permite viajar grandes distancias hasta encontrar condiciones
propicias para su crecimiento y desarrollo (Dowd y Maier, 1999).

La exposición a patógenos transportados por el aire es un denominador


común de la humanidad. Los estudios de aerobiología han mostrado
evidencias que indican que los virus y microorganismos (bacterias y
esporas de hongos) de una fuente infecciosa pueden dispersarse por el
viento a grandes distancias y cuando son inhalados o ingeridos por las
personas pueden causarles graves enfermedades, a pesar de que no hayan
tenido ningún contacto con la fuente emisora (Fernstrom y Goldblatt,
2013).

106
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

4.2. LA AEROBIOLOGÍA, CIENCIA MULTIDISCIPLINARIA

El término “aerobiología”, acuñado por Meier en 1930, fue adoptado


para referirse a la disciplina que se encarga del estudio de las partículas
de origen biológico, tales como los virus, actinomicetos, protozoarios,
bacterias, esporas de hongos, musgos y helechos, así como el polen,
ácaros e insectos muy pequeños e incapaces de controlar la dirección del
vuelo, sus fragmentos y materia fecal, que son pasivamente
transportados por el aire (Lacey y West, 2007; Lacey, 1996). Actualmente,
se incluye también dentro de esta disciplina las partículas o los gases
abióticos que afectan a los organismos, como el mercurio, plomo,
asbestos, cadmio, monóxido de carbono, dióxido sulfúrico, ozono, entre
otros. La aerobiología es también el estudio de los procesos implicados
en el movimiento de los microorganismos en la atmósfera desde un
punto geográfico a otro, por lo que incluye el estudio de la transmisión
de enfermedades en forma de bioaerosol (Fernston y Goldblatt, 2013).

La aerobiología es una ciencia multidisciplinaria en pleno desarrollo que


comprende la liberación, retención, dispersión, deposición e incidencia
atmosférica de los organismos y de las partículas biológicas en la
atmósfera, así como su repercusión en el entorno (Rosas et al., 2004;
Lacey, 1996) (Figura 4.1).

Los microorganismos aerotransportados y su impacto sobre la vida y la


salud humana, animal y vegetal comprenden el principal campo de
estudio de la aerobiología. Algunos de los microorganismos presentes en
el aire, incluidas las bacterias, los hongos y las levaduras, además de los
virus y los protozoarios, están asociados con enfermedades en humanos,
animales y plantas, pues hasta el 70% de las enfermedades de las plantas
son causadas por hongos transportados por el aire, algunos de ellos
incluso tienen la capacidad de infectar animales (Dowd y Maier, 1999;
Pillai, 2002).

107
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Figura 4.1. Dinámica de transporte de los bioaerosoles en la atmósfera.

Esta ciencia tiene hoy en día gran importancia por sus aplicaciones en la
salud, además de que está estrechamente relacionada con diferentes
disciplinas del conocimiento (Figura 4.2).

Figura 4.2. Disciplinas científicas relacionadas con la Aerobiología.

108
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

4.3. DESARROLLO HISTÓRICO DE LA AEROBIOLOGÍA

La historia de la ciencia hace referencia a importantes contribuciones de


numerosos investigadores que dieron origen e impulsaron el desarrollo de
la aerobiología. Estos microbiólogos estudiaron la presencia de partículas
biológicas en el aire, e incluso en algunos casos las relacionaron con
manifestaciones alérgicas. Algunos de los más destacados se mencionan
en la tabla 4.1.

Tabla 4.1. Desarrollo cronológico de la Aerobiología, principales científicos


y sus hallazgos.
Científico Descripción de sus principales aportes
Alrededor de 1676 sugiere que microbios no visibles por el ojo humano se transportan por el
aire. Creía que estos animalillos, un ciento de millones más pequeños que un grano de arena,
podían atravesar el aire y con el viento recorrer grandes distancias, para volver a depositarse en
Anton van la tierra. Al pensar Leeuwenhoek que estos animalillos no tenían posibilidades de vida, no realizó
Leeuwenhoek preparaciones microscópicas de las esporas del aire, de lo contrario habría identificado muchas
de ellas. Estas ideas y conclusiones fueron expuestas por P.H. Gregory en su Leeuwenhoek Lecture
en 1970 en la Real Sociedad de Londres en el nacimiento de la moderna Aerobiología (Maunsell,
1971; Comtois, 1997 y De la Rosa et al., 2002).
Jan Baptista van En el siglo XVII observó que algunas flores tenían influencia patológica sobre el organismo
Helmont humano y describió el catarro de las rosas (Elvira, 2001).
Investigó el desarrollo de vida microscópica en medios de cultivo y con ello contrarrestó la
Lazzaro
teoría de la generación espontánea defendida por Needham. Sus estudios facilitaron las
Spallanzani
posteriores investigaciones de Louis Pasteur.
La primera búsqueda sistemática de partículas en el aire la realiza en 1860, y prueba que la
materia viva existente en el aire es la causa de procesos de fermentación y putrefacción, cuando
lo introduce en infusiones estériles de caldo. A fin de identificar dicha materia viva, hace pasar
el aire de la ciudad de París por un filtro de algodón con alcohol y éter y luego examina al
Louis Pasteur
microscopio la materia sedimentada, identificándola como bacterias, mohos y levaduras. Tras
arduos estudios para realizar el cálculo de microorganismos por metro cúbico (m3) de aire,
propone el estudio de esta materia viva durante la aparición de brotes de enfermedades
infecciosas.
Inspirado por Pasteur realiza su monumental tesis en 1883: Les organismes vivants de l`atmosphère.
Sus investigaciones más importantes en la disciplina, que llamaba micrografía atmosférica, las
hizo usando métodos volumétricos y estaban relacionadas con la influencia del tiempo en los
bioaerosoles atmosféricos y su impacto en las enfermedades epidémicas. Sus trabajos incluyen
Pierre Miquel
gráficas de concentraciones de partículas a lo largo del tiempo y curvas de temperaturas medias
o curvas de muertes y mapas de la ciudad de Paris con referencia al número de partículas por
m3 de aire según la dirección del viento (De la Rosa et al., 2002). Es considerado el padre de la
Aerobiología (Domínguez-Moñino et al., 2012).
Un eminente científico formado en ingeniería civil, propuso una metodología para mapear la
distribución de la materia invisible flotante del aire y demostró que su distribución tenía una
sorprendente similitud con la propagación de epidemias en la población, reforzando su
John Tyndall convicción de una directa relación entre Aerobiología y enfermedades, y de que los gérmenes
eran arrastrados en grupos o “nubes”. Fue probablemente el primero en poner en mente del
público en general la existencia de “la materia flotante del aire” y los problemas que estas
partículas pueden causar a la humanidad.

109
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Continuación tabla 4.1


En 1873 no sólo demostró que la fiebre del heno era producida por los pólenes, sino que hizo
una serie de observaciones aerobiológicas en la atmósfera de Manchester. Empleó inicialmente
un colector en el que usaba cuatro portaobjetos expuestos bajo un tejado y observó algunos
Charles Harrison hechos interesantes como el efecto limpiador de la lluvia y la presencia de diferentes
Blackley concentraciones de pólenes según el momento de la floración. Analizó la importancia que tiene
la altura del colector para los resultados, empleando cometas para hacer exploraciones a
diferentes niveles. En su trabajo “El catarro estival” indica que además de los pólenes, el moho
del heno y otros hongos eran causa de ataques de asma (Elvira, 2001).
Propone el término Aerobiología en 1930. Estaba especialmente interesado en estudiar la
dispersión de las esporas de hongos a través de la atmosfera, y los parámetros que influyen en
Fred E. Meier el transporte de estos agentes patógenos de plantas y animales, incluido el hombre. Con ello,
Meier pretendía agrupar bajo una única denominación todos los estudios que hasta ese
momento se estaban realizando sobre las partículas bióticas presentes en la atmósfera.
Alrededor de 1925, tras observaciones clínicas y pruebas cutáneas frente a polvo domiciliario
Jan Willem de pacientes, demostró la sensibilización a hongos. Él creía firmemente en la alergia climática y
Storm van su trabajo se basó en la fusión de la Aerobiología y la alergia. Después de su muerte su
Leeuwen investigación no prosperó hasta que Voorhorst y Varekana en 1954 resumieron sus estudios y
los difundieron.
Un importante impulsor de los estudios de la diversidad de agentes alergénicos en la atmósfera.
Su obra The microbiology of the atmosphere ha sido un libro de cabecera de muchos aerobiólogos
Philip Herries
actuales (Frenguelli, 2013). Gregory trabajó diversos aspectos de la micología, aplicada a la
Gregory
agricultura y a la medicina, especialmente aspectos ligados a la biología y a la producción y la
dispersión de esporas de algunas especies fúngicas.
Publicaron en 1979 la monografía: Aerobiology: the ecological systems approach. Plantearon la
necesidad de una red de monitoreo aerobiológico global para establecer los conocimientos base
Edmonds R.L. y
para la construcción de un modelo de simulación de los cambios bio-ambientales y sus causas
Benninghoff WS.
y predecir las enfermedades en plantas, animales y humanos, así como detectar los cambios en
la productividad vegetal (Frenguelli, 2013).

En México existe escasa información en cuanto a estudios relacionados


con la aerobiología, que es de gran interés debido a la importancia que
podría tener para determinar riesgos en la salud humana y en el ambiente
(Mazzeo y Venegas, 2000). A continuación se mencionan algunos de los
autores que han desarrollado una investigación en la materia en el ámbito
nacional. Teran et al. (2009) describen que las alergias por polen
constituyen un problema de salud pública en México; además,
mencionan que la contaminación es un factor que exacerba la
alergenicidad de los pólenes, ya que los contaminantes causan un efecto
directo sobre el grano al liberar sus antígenos. Por otro lado, mencionan
que en el mundo el calentamiento global ha favorecido el desarrollo de
alergias respiratorias debido a que las etapas de floración son más
prolongadas. Otro ejemplo es el de Amábile-Cuevas et al. (2010), quienes
reportan que Escherichia coli presenta resistencia a fluoroquinolona en

110
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

aislamientos clínicos y ambientales en la ciudad de México. Asimismo,


Rosas y colaboradores (1997, 2004 y 2006) han desarrollado diferentes
estudios de aerobiología y han investigado los diferentes tipos de
alérgenos que flotan en el ambiente, su nivel de concentración, la
cuantificación de las aeropartículas y las bacterias presentes en el
transporte público de la ciudad de México, así como las sustancias
emitidas por vehículos automotores, como metales pesados,
hidrocarburos y hollín. Además, han analizado la contaminación fecal de
las muestras de polvo de entornos urbanos interiores y al aire libre gracias
a la presencia de coliformes fecales.

Otros estudios que destacan en el ámbito internacional y de gran interés


son el de Després et al. (2012), una revisión de partículas de aerosoles
biológicos primarios en la atmósfera, que incluye las bacterias y archaeas,
esporas de hongos, polen, virus, algas, cianobacterias, líquenes, además
de otros fragmentos de plantas y excrementos de animales. Presentan
una visión general de los métodos de muestreo y las técnicas físicas,
químicas y biológicas para el análisis de los bioaerosoles. Burrows et al.
(2009a) simuló el transporte global de las bacterias, representadas por
partículas sólidas esféricas de 1-3 micras de diámetro. Lo anterior lo llevó
a cabo por las implicaciones que tienen las bacterias en la salud humana,
la agricultura y la formación de nubes, que son afectadas por factores
como la concentración, el tamaño de partícula, la región geográfica y la
época del año, entre otros. Domínguez-Moñino et al. (2012) señalan que
la aerobiología ha tenido aplicación recientemente en estudios del aire de
las cuevas, a pesar de la importancia que tiene la presencia de esporas
fúngicas en la conservación de pinturas rupestres y en la salud humana.

4.4. AEROSOLES

El término “aerosol” es definido como una colección de partículas sólidas


y líquidas suspendidas en un medio gaseoso. La palabra fue acuñada

111
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

alrededor de 1920 como análogo del término “hidrosol”, una suspensión


líquida estable de partículas sólidas. Los aerosoles también se conocen
como partículas en suspensión, los sistemas coloidales de aire y sistemas
dispersos, aunque la palabra “aerosol” se usa popularmente para referirse
a un producto presurizado (Hinds, 2012). El tamaño de las partículas varía
de un rango de 0.001 µm a más de 100 µm (Georgakopoulos et al., 2009),
esto es, desde unas pocas moléculas hasta el tamaño en el que dichas
partículas ya no pueden permanecer suspendidas en el gas, al menos
durante unas horas. La notación PM (del inglés particulate matter, “material
particulado”) se utiliza para referirse a las partículas suspendidas que
forman parte del aerosol. La notación PM10 se refiere a las partículas que
pasan a través de un cabezal de tamaño selectivo para un diámetro
aerodinámico de 10 μm, y a las partículas con diámetro aerodinámico
menor a 2.5 µm (PM2,5) (INE, 2005).

La generación de aerosoles puede ser de origen natural (causados por


cenizas volcánicas, tormentas de polvo, incendios forestales y de
pastizales) o de origen antropogénico (el hollín producido por la quema
de bosques y rastrojos, la quema de combustibles y la alteración de la
superficie terrestre). En términos globales, los aerosoles artificiales
generados por las actividades humanas representan aproximadamente el
10% del total de aerosoles en nuestra atmósfera (Alvero et al., 2012). Roy
et al. (2010) consideran que los aerosoles representan la vía más probable
de diseminación de agentes biológicos y toxinas.

4.5. BIOAEROSOLES

Los bioaerosoles son aerosoles que contienen microorganismos (bacterias,


hongos, esporas, protozoarios, algas y polen) y material viral, con un
diámetro aerodinámico comprendido entre los 20 nm y los >100 µm
(Mandal y Brandl, 2011; Cox y Wathes, 1995) (Figura 4.3), además de
biomoléculas, como toxinas, restos de fragmentos celulares microbianos,

112
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

fragmentos de tejidos de plantas y animales, y excremento (Sykes et al.,


2011; Després et al., 2012; Wéry, 2014; Chatterjee y Sigler, 2014). Su
composición depende de la fuente, los mecanismos de formación de los
aerosoles y las condiciones ambientales que prevalecen en el sitio (Pillai y
Ricke, 2002).

Figura 4.3. Comparación del tamaño de los componentes de la estructura de un


bioaerosol (The Pennsylvania State University, 2008).

Los bioaerosoles atmosféricos son un grupo muy diverso de materiales y


estructuras biológicas, incluidos los microorganismos (Despés et al., 2012).
Estas partículas constituyen unidades de dispersión que tienen una
importante aplicación médica debido a su relación con la transmisión de
enfermedades por el aire (Edmonds y Benninhoff, 1973).

La atmósfera de nuestro planeta no presenta una microbiota autóctona


debido a que es un ambiente hostil para su desarrollo; sin embargo,
constituye un medio muy importante para el trasporte y la dispersión
rápida de muchos tipos de microorganismos y otros componentes de tipo
biológico a través de la biosfera (Huffman et al., 2010; De la Rosa et al.,

113
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

2002). Numerosos estudios sugieren que los bioaerosoles desempeñan un


papel importante en los procesos atmosféricos, incluyendo la formación
de nubes y la precipitación (Huffman et al., 2010).

4.6. DISTRIBUCIÓN DE LOS MICROORGANISMOS EN EL AIRE

Las bacterias son universales en las capas inferiores de la tropósfera, donde


constituyen parte de los aerosoles suspendidos en el aire. El estudio y la
caracterización de estos microorganismos es importante por varias
razones: pueden alterar procesos meteorológicos, como la nucleación del
hielo, ayudan a explicar la distribución biogeográfica de bacterias y
proporcionan pistas para explicar la propagación de enfermedades
(Fahlgren et al., 2011). La abundancia de bacterias en el aire es de 1x10 3-
1X105 células por metro cúbico, cuando es estimado por microscopía
(Harrison et al., 2005); por su parte, Burrows et al. (2009b) señalan que
pueden exceder valores de 1X104 células por metro cúbico cuando se
encuentran sobre la tierra, mientras que Prospero et al. (2005) y Griffin et
al. (2006) mencionan que las concentraciones sobre la superficie del mar
pueden ser menores que en la tierra por un factor de alrededor de 100-
1000.

En el aire se aíslan frecuentemente bacterias esporuladas de los géneros


Bacillus, Clostridium y Actinomicetos. Entre las bacterias también son muy
frecuentes los bacilos pleomórficos Gram positivos (Corynebacterium) y los
cocos Gram positivos (Micrococcus y Staphylococcus). Los bacilos Gram
negativos (Flavobacterium y Alcaligenes) se encuentran en menor proporción
y disminuyen con la altura (Pelczar et al., 1993; De la Rosa et al., 2002). En
el caso de los hongos, Cladosporium es el hongo que predomina en el aire,
tanto sobre la tierra como sobre el mar, aunque también es frecuente
encontrar otros mohos, como Aspergillus, Penicillium, Alternaria y Mucor
(Takahashi, 1997) y la levadura Rhodotorula (Underwood, 1992). Además,
los virus como Ortomixovirus y Paramixovirus, Poxvirus, Picornavirus se

114
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

transmiten por vía respiratoria, principalmente en ambientes cerrados, y


pueden formarse bioaerosoles de virus entéricos en las plantas de
tratamiento de aguas residuales (De la Rosa et al., 2002). Otros virus
comunes transmitidos por aerosoles reportados por Gralton et al. (2011)
son Rhinovirus, virus de la influenza, Coronavirus, asociados al síndrome
respiratorio agudo severo, los los virus de la rubeola y de la varicela Zóster,
Norovirus y Rotavirus.

Por otro lado, se han descrito numerosos géneros de algas aisladas del aire,
procedentes del suelo y de lagos eutróficos. Asimismo, amebas de vida
libre como Naegleria y Acanthamoeba pueden ser aerolizadas de forma
natural (en lagos o manantiales termales) o artificial (a través del sistema
de aire acondicionado o de humidificadores) (Stetzenbach, 1997; De la
Rosa et al., 2002).

4.7. VÍAS DE EXPOSICIÓN Y ENFERMEDADES TRANSMITIDAS POR


MICROORGANISMOS DEL AIRE

Las principales vías de exposición a estos microorganismos son por


inhalación, ingestión y contacto con la piel, pero la inhalación es la que da
lugar a los mayores problemas para la salud. Dentro del amplio intervalo
de tamaños, los bioaerosoles de mayor importancia, desde un punto de
vista sanitario, son los que tienen un tamaño inferior a 5 μm, ya que por
su tamaño pueden ser inhalados y alcanzar fácilmente los alvéolos
pulmonares, donde pueden depositarse y causar infecciones o reacciones
alérgicas (Stetzenbach, 2002; Sánchez-Monedero et al., 2006). En la figura
4.4 se muestran algunos ejemplos de estos organismos.

115
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Bacillus subtilis Aspergillus sp.


Figura 4.4. Ejemplos de microorganismos encontrados en el aire.

Los microorganismos presentes en el aire pueden afectar la salud humana,


debido a que pueden transmitir enfermedades y alergenos a través de la
vías respiratorias (Bugajny et al., 2005; Balasubramanian et al., 2012). Los
efectos sobre la salud derivados de la exposición a bioaerosoles han sido
estudiados ampliamente e incluyen enfermedades respiratorias,
enfermedades infecto-contagiosas, alergias, efectos tóxicos agudos y
cáncer (Douwes et al., 2003; Stetzenbach et al., 2004). El tracto respiratorio,
con su gran superficie de contacto, representa el sitio primario de la
manifestación de alguna enfermedad transmitida por el aire o,
simplemente, es el punto de ingreso del patógeno o toxina, cuya principal
manifestación infecciosa se presenta en otros puntos del organismo (Roy
et al., 2010). Las enfermedades respiratorias tienen una gran importancia
socioeconómica, ya que se trasmiten fácilmente a través de las actividades
normales del ser humano.

Las enfermedades respiratorias, como el asma y la rinitis, de origen


predominantemente alérgico, constituyen un problema de salud pública
para México, ya que son causas importantes de morbilidad hospitalaria y
de ingresos a urgencias pediátricas. Los pólenes son transportados por el
viento e impactan en las vías aéreas, causando enfermedades respiratorias
alérgicas en personas susceptibles. Algunos estudios aerobiológicos en
México muestran que en la temporada de secas se encuentra una mayor

116
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

abundancia y diversidad de pólenes, y que los árboles son su fuente


principal (Terán et al., 2009). Una de las explicaciones más comunes del
aumento de las alergias al polen es el efecto que tienen los contaminantes
convencionales sobre el polen en el aire. La interacción con estos
productos se puede producir a lo largo de varias líneas. En primer lugar,
los contaminantes pueden influir en la producción de polen o de sus
alérgenos. En segundo lugar, pueden influir en la dispersión de polen y su
transformación en la atmósfera. En tercer lugar, pueden determinar las
reacciones que tiene éste sobre el organismo por la exposición alergénica.
Sin embargo, todo esto es muy incierto debido a que en este momento la
investigación es limitada (Frenguelli, 2013).

Los microorganismos causales se trasmiten por las secreciones de la nariz


y la garganta, y son diseminados por la tos, los estornudos y la
conversación, momentos en los que pueden alcanzar una velocidad de 300
km/h. Una persona puede expulsar una media de 500 partículas en la tos
y de mil 800 a 20 mil en un estornudo, de las que la mitad son menores de
10 μm. El tamaño de las partículas tiene una gran importancia: las más
pequeñas penetran mejor y las más grandes tienen una mayor
supervivencia. Cabe señalar que la transmisión aérea de enfermedades no
es exclusivamente de microorganismos que salen de las vías respiratorias.
En algunos casos se forman bioaerosoles procedentes de animales y sus
productos, como heces desecadas y plumas de aves, que se resuspenden
en el aire y pueden ser inhaladas, entre otras sustancias. Además, el aire de
las grandes ciudades, contaminado con derivados de la combustión de
hidrocarburos, incrementan la gravedad de las infecciones respiratorias
(Dalziel et al., 2000).

En 1976 se descubrió una bacteria capaz de producir una enfermedad


respiratoria grave en el ser humano y representó un importante
acontecimiento en el mundo de la microbiología. Esta bacteria, agente
causal del brote que en ese año se produjo en una convención en la región
americana de Philadelphia, se denominó Legionella pneumophila y a la

117
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

enfermedad que causa se le llamó la “enfermedad de los legionarios”


(Regalado y Alfonso, 1998). En la actualidad hay evidencias de que esta
enfermedad se puede transmitir por vía aérea a una distancia de hasta seis
kilómetros desde las fuentes de contaminación (Nguyen et al., 2006).
Mycobacterium tuberculosis y el virus de la influenza se consideran patógenos
obligados aéreos, lo que significa que la transferencia ocurre
principalmente a través de las secreciones respiratorias expulsadas por un
huésped infectado y transportadas a través del aire (Clark y de Calcina-
Goff, 2009).

Las esporas de hongos son uno de los componentes más comunes en las
partículas suspendidas en el aire y tienen la capacidad de crecer en
prácticamente todos los ecosistemas de la Tierra, además de que también
son eficientes en la formación de bioaerosoles por su resistencia al estrés
atmosférico (Després et al., 2012). La fuente primaria de los aerosoles
fúngicos son plantas, suelos, residuos orgánicos y materia orgánica en
descomposición (Heald y Spracklen, 2009). Las mediciones de aerosoles
fúngicos en la atmósfera han reportado concentraciones promedio de 10
mil a 50 mil esporas por metro cúbico, aunque en algunas ocasiones
exceden las 200 mil (Dallafior y Sesartic, 2010). Algunos géneros fúngicos
como Alternaria incluyen numerosas especies saprofitas, endofíticas y
patógenas ampliamente distribuidas en el suelo y en la materia orgánica en
descomposición. Pueden sintetizar metabolitos secundarios tóxicos para
las plantas (fitotoxinas), algunos de los que afectan también a personas y
animales, por lo que se consideran micotoxinas. Se ha demostrado que las
toxinas de Alternaria spp tienen capacidad genotóxica, mutagénica,
carcinogénica y citotóxica. Además, determinadas especies de Alternaria
están implicadas en infecciones y alergias humanas, hasta el punto en que
se le considera como uno de los principales géneros fúngicos causantes de
alergias (Pavón et al., 2012). En la tabla 4.2 se muestran enfermedades
microbianas transmitidas por microorganismos del aire (De la Rosa et al.,
2002; Després et al., 2012).

118
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Tabla 4.2. Algunas enfermedades microbianas transmitidas por


microorganismos del aire.
Género Enfermedad
Aspergillus spp Hipersensibilidad
Bordetella pertussis Tosferina
Corynebacterium diphtheriae Difteria
Cryptococcus neoformans Micosis sistémicas
Influenzavirus Gripe
Morbillivirus Sarampión
Mycobacterium tuberculosis Tuberculosis
Mycoplasma pneumoniae Neumonía
Neisseria meningitidis Meningitis
Orthopoxvirus Viruela
Staphylococcus aureus Neumonía, impétigo, bacteremia
Streptococcus pneumoniae Neumonia
Streptococcus pyogenes Amigdalitis, bronquitis, faringitis
Varicellovirus Varicela
Yersinia pestis Peste

A pesar de todo lo anterior, Roy et al. (2010) señalan que son relativamente
pocos los microorganismos que son patógenos por vía aerosol cuando se
tiene en cuenta la abundancia de la vida microbiana a la que estamos
expuestos por nuestro contacto cotidiano con la atmósfera. Este exclusivo
grupo de patógenos microbianos ha evolucionado para sobrevivir a las
condiciones de estrés asociadas al entorno aéreo.

4.8. CALIDAD BIOLÓGICA DEL AIRE

Debido a las vías de exposición y a las enfermedades causadas por la


composición biológica del aire, es de suma importancia conocer las
concentraciones de los componentes de los bioaerosoles en la atmósfera
y determinar el grado de calidad del aire debido a su presencia.

La concentración de microorganismos presentes en el aire varía


significativamente de acuerdo con el tipo de suelo cercano, la intensidad
de los vientos y el tipo de área, ya sea rural o urbana. En la tabla 4.3 se
enumeran algunos ejemplos de las concentraciones de microorganismos
en UFC/m3 para diferentes tipos de fuentes, naturales y antropogénicas.

119
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Tabla 4.3. Fuentes naturales y antropogénicas que contribuyen a incrementar


la concentración de bacterias a la atmósfera.
Tipo de Fuente Concentración
(UFC/m3)
Natural
Costa ND-560
Bosques 385 – 1.2x103
Pastizales 127-587
Matorral desértico 2-283
Antropogénica
Zona urbana 539 – 7.2x103
Calle transitada 100 – 13x103
Parque 100 – 2.5x103
Estación de transferencia de basura 350 – 14x103
Planta recicladora de basura 1.1x103 – 2.8x107
Planta de compostaje 1x103– 11x106
Planta de tratamiento de aguas residuales 1x102 – 2x105
Zona rural 202 – 3.4x103
Campo agrícola 46 – 6.5x103

UFC: Unidades Formadoras de Colonias. ND: No detectable. (Rosas et al., 2004).

Como se observa en la tabla 4.3, los números más altos de UFC/m3 se


observan en las zonas urbanas, principalmente en aquéllas implicadas en
el manejo de residuos, por lo que presentan un mayor riesgo para la salud.
En el caso del material particulado de origen químico presente en el aire,
existe una gran cantidad de información sobre sus efectos en la salud y las
regulaciones para sus concentraciones; en contraste, la calidad del aire no
ha tenido el mismo impacto a nivel de regulaciones. Sin embargo, en lo
que se refiere a la calidad del aire en interiores (edificios, hospitales,
oficinas, casas, entre otros), existe un gran número de estudios y
regulaciones (Jones, 1999; McNeil et al., 1995; Miller, 1992). En la tabla 4.4
se compara la calidad biológica del aire.

120
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Tabla 4.4. Correlación entre las diferentes clases de calidad microbiológica sugeridas
por la FS209E, la NASA, la EU GMP, el IMA y el ISO, basadas en UFC/m3 en
placas de muestreo (Pasquarella et al., 2000).
EU FS209E† NASA‡ EU GMP* IMA§ ISO•
GMP*
Calidad Grados Clases CFU/m3 s.p. ‡‡ CFU/m3 s.p.** s.p.††
Buena A 100 3.5 0.6 <1 <0.25 0 5
Regular B 100 3.5 0.6 10 1.25 5 5
Mala C 10,000 17.6 3 100 12.5 - 7
Riesgo D 100,000 88.4 15 200 25 25 8
*European Union Good Manufacturing Practice.
† Federal Standard for Air Contamination by Inert Particles.
‡ National Aeronautics and Space Administration.
§ Index of Microbial Air Contamination.

•International Organization for Standardization.


s.p. UFC por superficie de placa por hora
‡‡ Placas de muestreo de 73.5 cm2 de ancho expuestas al aire por 1 hora.
**Cuentas de CFU en placa de muestreo de 9 cm de diámetro expuesta al aire por 1 hora, calculadas a partir de
las cuentas CFU con 4 horas de exposición.
†† Cuentas de CFU en placa de muestreo de 9 cm de diámetro expuesta al aire por 1 hora.

Dependiendo del contenido polínico de la atmósfera, la calidad del aire


puede definirse como baja, moderada, alta o muy alta; para ello es
necesario determinar el grado de contaminación biológica debido a la
posible presencia de uno o más tipos polínicos con capacidad alergógena.
Galan et al. (2007) señalan que la calidad biológica del aire en una zona
determinada es:

 Buena cuando los tipos polínicos presentes en el aire se mantienen


en niveles de concentración bajos.
 Aceptable si las concentraciones de granos de polen son bajas para
la mayoría de los tipos polínicos, pero alguno de ellos presenta un
mayor potencial alergógeno; o son moderadas, pero se trata de
tipos polínicos de baja capacidad alergógena.
 Regular si las concentraciones de granos de polen de tipos con
mayor potencial alergógeno se encuentran dentro de categorías
moderadas, o cuando están próximas a moderadas, pero están

121
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

presentes al mismo tiempo dos tipos polínicos o más de elevado


potencial alergógeno.
 Mala, siempre que alguno de los tipos de mayor potencial
alergógeno esté presente en concentraciones altas, o cuando
existan concentraciones moderadas de dos tipos polínicos de
elevado potencial alergógeno de forma simultánea.

Para proteger la salud humana se han hecho esfuerzos para establecer los
límites de exposición a los bioaerosoles. Sin embargo, los límites de
exposición propuestos se limitan a las endotoxinas y a las esporas de
hongos. Por otra parte, el establecimiento de límites se complica por la
gran diversidad de organismos y sus productos que se encuentran en el de
aire, así como por la dificultad que plantea la toma de muestras y el análisis
de los bioaerosoles (Dungan, 2010; Fischer y Dott, 2003).

4.9. MÉTODOS DE MUESTREO AEROBIOLÓGICO

Uno de los principales problemas que siempre han caracterizado a los


estudios aerobiológicos es la dificultad del muestreo de las partículas y de
su reconocimiento y cuantificación (Frenguelli, 2013). En los estudios de
aerobiología, el uso de una metodología estándar permite comparar los
resultados obtenidos en las diferentes áreas geográficas. Una metodología
estándar y el control de calidad en el muestreo son especialmente
importantes cuando se trabaja con redes de monitoreo (Cotos-Yañez et al.,
2012). Tradicionalmente se han utilizado diversos métodos para
monitorear el aire. En la tabla 4.5 se muestran los métodos que más se han
utilizado y una breve descripción de los principios en que se basan.

122
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Tabla 4.5. Métodos de muestreo aerobiológico (PIA, 2014; Cotos-Yáñez, 2012;


De la Rosa et al., 2002).
Método Técnica Captador Descripción
Este tipo de muestreos permite un buen
conocimiento de la cualidad y diversidad de
Placas de Petri las partículas, pero solo permiten
Gravimétrica Durham cuantificarlas por unidad de superficie. La
Tauber deposición varía con el tamaño y forma de
los microrganismos, la velocidad y la
turbulencia del aire.
Precipitación
Electrostática Dado que las partículas son transportadas
por el aire en trayectorias que pueden
considerarse horizontales, se han diseñado
captadores que, aprovechando la inercia de
Térmica
las partículas viables, propician el impacto
de éstas en superficies con substancias
adhesivas.
Es el equipo más utilizado para el estudio
Succión Hirst
del polen y las esporas atmosféricas.
El aire succionado hacia el interior del
captador pasa a través de una o más
Cascada Andersen superficies receptoras que retendrán
selectivamente las partículas en función del
tamaño de estas.
Impacto
Este captador, de reducidas dimensiones,
dispone de dos brazos en forma de U en los
que se insertan las superficies receptoras. Al
Muestreadores Inerciales Rotorod
girar a gran velocidad por acción de un
y Ciclónicos Ciclónico
motor, interceptan las partículas. Este tipo
de captador es ampliamente usado en
América del Norte.
Filtros de fibra de Retención de los microrganismos por
vidrio tamaño.
Sólidos Filtros de
Filtración
membrana
Filtros por cassettes
Medio líquido McLeod

Mandal y Brandl (2011) propusieron un modelo para el muestreo e


identificación de hongos y bacterias en el aire, que se muestra en la figura
4.5.

123
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Figura 4.5. Métodos de muestreo e identificación de bacterias y hongos


presentes en bioaerosoles.

No existe un método de muestreo de aire ideal para todas las necesidades,


por lo que para elegir uno deberemos considerar qué queremos investigar
y qué información necesitamos, es decir, deberemos determinar
previamente si nos interesa saber el número total de microorganismos o
sólo el número de los que son viables; si deseamos identificarlos y
cultivarlos o sólo observar su morfología microscópicamente; si queremos
detectar todos los presentes o sólo los patógenos, etcétera. En función de
estas premisas, elegiremos el más adecuado a nuestras necesidades, por lo
que es muy frecuente la utilización de varios métodos para poder alcanzar
el objetivo propuesto (De la Rosa et al., 2002).

4.10. CONSIDERACIONES FINALES

Numerosos estudios han sugerido que la presencia de material biológico


en la atmósfera puede afectar el desarrollo de las nubes, la química
atmosférica y la biogeografía microbiana. El conocimiento de las
concentraciones de este material biológico y su distribución en la

124
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

atmósfera es indispensable para evaluar estas afirmaciones (Ariya et al.,


2009; Burrows et al., 2009b). Por otro lado, los estudios aerobiológicos son
de vital importancia para obtener información detallada sobre la calidad
microbiológica del aire e identificar los periodos capaces de desencadenar
enfermedades alérgicas o infecciosas. Con esta información es posible
tomar medidas preventivas para reducir la exposición e iniciar
tratamientos médicos en el momento oportuno. Por otro lado, los estudios
aerobiológicos permiten elaborar mapas de exposición, que constituyen
una herramienta básica en el diagnóstico etiológico de la población
potencialmente expuesta.

El aire es un medio muy eficaz para que los microorganismos se diseminen


debido a su amplio alcance, por lo que pueden infectar las diferentes
formas de vida. Otros factores que sin duda han suscitado gran interés en
los últimos años debido a que potencialmente pueden influir en el
aumento de las enfermedades alérgicas son el cambio climático y la
contaminación ambiental. Las proyecciones del cambio climático y sus
efectos en el equilibrio de los ecosistemas tendrán un efecto profundo en
aeroalergenos como el polen, las esporas de hongos, los ácaros del polvo
e insectos, de los que cada uno tiene necesidades climáticas específicas.
Los cambios en las condiciones climáticas podrían extender la temporada
de polen de plantas alergénicas y aumentar su concentración en el aire. El
aumento de la humedad relativa y la temperatura podría incrementar los
niveles de ácaros del polvo y esporas de hongos (Berman y Hons, 2011).

Sin embargo, la base de conocimientos es aún limitada y su aplicación


apenas inicia. Por ejemplo, mientras que la identificación de partículas
infecciosas y su concentración en el aire pueden ser determinadas, pocos
estudios se enfocan en estimar las tasas de infección de los bioaerosoles,
los intervalos de exposición y su patogenicidad (Fernstrom y Goldblatt,
2013). Además, estudios integrales permiten generar políticas de salud
pública y de gestión de la calidad del aire.

125
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

4.11 REFERENCIAS

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

CAPÍTULO 5
MODELOS PREDICTIVOS Y DE CONSTRUCCIÓN DE
CAMPOS DE FLUJO DE VIENTO

Fernando Ramos Quintana y Deny Lizbeth Hernández Rabadán

5.1. INTRODUCCIÓN

Como ya es sabido, los flujos de viento juegan un papel relevante en la


propagación de contaminantes en una región, ya que son en gran parte
responsables de que los contaminantes se esparzan y se acumulen en
determinadas zonas. De esta forma, el estudio del comportamiento de los
flujos de viento y de los vórtices se convierte en un tema importante en el
monitoreo de contaminantes.

El monitoreo de contaminantes en una región geográfica determinada


tiene como uno de sus principales objetivos proveer datos para cuantificar,
entre otros factores, su impacto en el estado ambiental. Es así que el diseño
de una red de monitoreo se vuelve un tarea difícil debido, principalmente,
a la influencia de múltiples factores, tales como los flujos de viento en
niveles bajos de la tropósfera; los movimientos de los PM en las capas de
la atmósfera en contacto con la superficie terrestre y con aquéllas dentro
de los tres primeros kilómetros de altitud; las características topográficas
(tales como montañas alrededor de un valle, la forma del valle y su
posición geográfica); los patrones de flujo de viento, pues algunos
provienen de áreas montañosas, y los cambios diurnos de temperatura
(viento ascendente durante el día, del valle a la montaña, y viento
descendente durante la noche, de las montañas al valle).

Una red de monitoreo ambiental distribuida en un área geográfica


significativa —como la que cubre un estado determinado de un país tan
grande como México— debe satisfacer varios requisitos, tales como el

135
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

entendimiento, tanto como sea posible, del comportamiento de los flujos


de viento y los vórtices, ya que ellos, con su trayectoria, propagan y
acumulan los contaminantes; una distribución correcta de la red, de modo
que las estaciones de monitoreo estén instaladas en lugares estratégicos
que aseguren que una cantidad representativa de contaminantes será
detectada, e instalar un número necesario de estaciones para asegurar que
se cubra correctamente el área monitoreada.

La variable meteorológica que dispersa los contaminantes es el viento en


superficie. Evidentemente, las emisiones producidas por los automóviles
y el transporte público contribuyen de forma importante al total de
contaminantes que diariamente se emiten hacia la tropósfera, en las capas
que están en contacto con la superficie terrestre, por lo que “ensucian” el
aire que respiran todos los habitantes de la cuenca.

Los siguientes aspectos son relevantes para considerar las estaciones


meteorológicas como fuentes de información, de modo que se puedan
construir campos de viento a ras de suelo y un conjunto de patrones de
flujos de viento que puedan servir para guiar el diseño de la red de
monitoreo ambiental: al viento que fluye de forma paralela a la superficie
terrestre y que proviene de cualquier dirección se le denomina “viento
horizontal”; al movimiento del aire que se desplaza, ya sea hacia arriba o
hacia abajo, se le denomina “componente vertical del viento”. Es
importante considerar también los mapas que presentan el promedio de
los campos de viento vectoriales de cada mes, que indican la componente
principal del viento horizontal en superficie, es decir, desde y hacia dónde
fluyó el viento a ras del suelo; las líneas de flujo, también conocidas como
“líneas de corriente”, cuya principal característica es que en todo momento
son paralelas al viento, por lo que indican su dirección. Los aspectos
expuestos anteriormente justifican por qué se utilizan, en algunos
enfoques, datos a nivel de superficie para la construcción de los flujos de
viento.

136
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Con el trazo de estas líneas se pueden identificar los vórtices (sistemas


rotatorios del viento), ya sean ciclónicos (la circulación del viento es en
contra de las manecillas del reloj) o anticiclónicos (el flujo del viento es
conforme a las manecillas del reloj) que se presentan dentro de un valle,
así como las distintas trayectorias que sigue el flujo. A través de estas
trayectorias se identifica el transporte de los contaminantes, y al ubicar los
vórtices se detecta dónde se acumularon o pudieron haberse acumulado
los mismos. Si bien los vórtices son importantes –a veces determinantes–
para la acumulación de los contaminantes, éstos no son el único factor que
influye para que se presenten altas concentraciones de ozono o de PM10,
ya que dependen también de otros factores, tales como la inestabilidad
atmosférica y la nubosidad, entre otros (SMA, 2001).

5.2. MODELOS DE FLUJOS DE VIENTO

Diversos modelos de dispersión de contaminantes son expuestos en


Wichman (2001). Por ejemplo, el modelo de Lagrange o de partículas
calcula las trayectorias de un gran número de partículas, cada una de las
cuales representa una cantidad fija del contaminante en cuestión. En
principio, los modelos de Lagrange son capaces de representar
condiciones meteorológicas complejas, en especial del viento y la
turbulencia. En cuanto a los modelos de dispersión en terrenos complejos,
se propone que para determinar la dirección del viento de acuerdo con la
estructura topográfica del terreno se puede utilizar un modelo de flujo de
diagnóstico o masa constante (Pielke, 1984). Otro modelo interesante es
el de dispersión en el caso de fuentes de poca altura (por ejemplo, un
edificio o las emisiones causadas por el tráfico). Los contaminantes
emitidos por una fuente de poca altura situada en un edificio se acumulan
en la lateral del edificio que se encuentra al abrigo del viento. El volumen
de esta circulación al abrigo del viento dependerá de la altura y la anchura
del edificio, así como de la velocidad del viento.

137
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

En los modelos computacionales de dinámica de fluidos (CFD, por sus


siglas en inglés), que están basados, en su mayoría, en el método de RANS
(Reynolds Averaged Navier-Stokes), se dividen los componentes del
viento cuando éste se encuentra en estado estable y en estado de
turbulencia. En el trabajo de Tangroom (2004) se explora la capacidad del
método numérico RANS para modelar flujos de viento en diversos
terrenos reales, montañosos y no montañosos, y se evalúa su uso para
aplicaciones de generación de energía basada en los vientos. El RANS está
influenciado por las ecuaciones de movimiento del flujo de fluidos. La
mayoría de tales ecuaciones fueron originalmente usadas para describir
flujos turbulentos.

WAsP (Tangroom, 2004) está basado en el concepto del modelo de flujos


que se transforman de no lineales en lineales, de Jackson-Hunt. WAsP es
el modelo numérico más ampliamente usado y popular en Europa.
Captura la tendencia de la velocidad del viento al aumentar en partes altas
y al decrecer en valles (Corbett et al., 2011).

En el trabajo de Bitsuamlak et al. (2004) se realizó una revisión de una


evaluación numérica de flujos de viento en diferentes tipos de topografías;
se puntualizó que las simulaciones numéricas difieren una de otra por el
tipo de formulación numérica, la turbulencia del modelo, las condiciones
de frontera y el tipo de terreno. Se hace un análisis de predicciones, ambas
en áreas en contra y a favor del viento, al considerar los flujos de viento
sobre terrenos complejos, tales como colinas, escarpaduras y valles.

Se han desarrollo algunos enfoques pertenecientes al área de la inteligencia


artificial aplicados en el estudio, análisis y modelación de flujos de viento.
En Fayos y Fayos (2007) se utilizan redes neuronales de Kohonen para
hacer minería de datos de vientos. Se estudia, entre otros aspectos, el
promedio diario de la dirección del viento y de la producción de vórtices,
que son autoclasificados por similitud usando el modelo de redes

138
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

neuronales de Kohonen. Otros trabajos, como el de Kretzschmar et al.


(2004) y Marzban y Stumpf (1998) trabajaron en la predicción local de la
velocidad del viento usando redes neuronales.

Bitsuamlak et al. (2004) usaron redes neuronales para mejorar la capacidad


asociada con factores de velocidad para características topográficas de
terrenos complejos, por ejemplo, edificios y terrenos con vientos en
contra.

Otra aplicación de las redes neuronales es en la generación de patrones


que describen cambios de circulación del viento con el tiempo, que son
visualizados en 2D (Hewitson y Crane, 2002). Una revisión de mapas
autoorganizados (SOM, por sus siglas en inglés) aplicada en el campo de
la meteorología y de los flujos de viento, entre otros, se expone en Liu y
Weisberg (2011). En Raju y Kumar (2007) se aplicó un análisis de grupos
difusos y redes neuronales de Kohonen para clasificar estaciones
meteorológicas en India. Algunos parámetros considerados como criterios
en la clasificación fueron latitud, longitud, elevación, temperatura
promedio, humedad y velocidad del viento, entre otros.

5.3. MODELOS PREDICTIVOS

Los modelos de cadenas de Markov son usados en la predicción del


siguiente estado de la velocidad del viento. De este modo, la matriz de
probabilidad de transición de segundo orden es usada para describir el
siguiente valor de velocidad del viento a partir de valores actuales y
precedentes (Shamshad et al., 2005).

Otras contribuciones acerca de la predicción de rachas de viento que


utilizan redes neuronales han sido propuestas. En Spudic et al. (2009)
fueron usadas mediciones meteorológicas de vientos en contra para
predecir rachas de viento sobre posiciones de vientos a favor. Éste es un

139
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

principio de predicción distribuida espacialmente que se podría usar en


campos eólicos.

En el trabajo expuesto en Li et al. (2014) se plantea que las evaluaciones


efectivas de la exposición al aire contaminado dependen de la habilidad
para predecir las concentraciones contaminantes en localidades no
monitoreadas, por lo que se propone que éstas puedan ser llevadas a cabo
por interpolación espacial. Los autores plantean el uso de métodos de
interpolación basados en la distancia más corta y argumentan que se adapta
adecuadamente a las distribuciones de polución del aire en los campos de
viento, que están asociados a características complejas no lineales. El
viento es un factor meteorológico clave que tiene gran impacto en el
movimiento y distribución de los contaminantes del aire en una región.
Cuando la velocidad del viento es relativamente alta, el campo de viento
local ejerce una influencia substancial sobre el transporte horizontal de la
polución del aire; este fenómeno se conoce como “efecto del flujo de
vientos”.

En el método de Li et al. (2014) primero se interpolan los campos de viento


observados en una red de estaciones meteorológicas. Después, usando los
campos de viento continuos, se calcula la distancia más corta entre las
localidades a unir para formar la trayectoria del campo de viento. El
método se usó para generar estimaciones para la concentración de
partículas contaminantes en el área urbana de Beijing en mayo de 2013.

El estudio demuestra que los campos de viento pueden ser incorporados


en un marco de interpolación, lo que conduce a una mejora considerable
tanto en la exactitud de la predicción como en la reproducción visual del
efecto del flujo de viento. Ambos son de gran importancia para la
evaluación de los efectos de contaminantes en la salud humana.

Se puede decir que este método consiste en: 1) generar un campo de viento
continuo; 2) hacer un análisis para calcular la distancia más corta; 3) crear

140
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

la superficie de estimación usando la distancia de la trayectoria más corta


del campo de vientos (SWPD, por su siglas en inglés). La Figura 5.1
muestra el campo de vientos observado y el campo de vientos continuo
generado por el monitoreo de un día. En tanto, la Figura 5.2 muestra el
grafo final en el que se une el punto inicial con el punto final.

Figura 5.1. Campo de vientos observado y el campo de vientos continúo generado


del monitoreo de un día.

Figura 5.2. Grafo final en el cual se une el punto a inicial con el punto final para
determinar una trayectoria de una línea de flujo de viento (Li et al., 2014).

5.4. MÉTODO DE CONSTRUCCIÓN DE CAMPOS DE FLUJO DE VIENTO

En nuestro caso usamos un grafo topológico cuyos nodos representan las


estaciones que proveen los datos de velocidad y dirección del viento. Este

141
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

grafo tiene mucha similitud con el del trabajo anterior. En nuestro caso,
usamos también el criterio de la distancia más corta entre dos estaciones a
unir. Dada la flexibilidad del grafo, en caso de que aumenten las estaciones
proveedoras de datos de velocidad y dirección del viento, los nodos a
aumentar son unidos con los nodos más cercanos, vigilando que cada lado
del triángulo formado tenga un vecino por lado. De esta forma, cuidamos
la propiedad de conectividad del grafo, que es muy importante para formar
las trayectorias que deseamos. En la figura 5.3 se muestra cómo se
transforma un grafo original a otro cuando se aumentan las estaciones. En
este caso, las estaciones que se agregaron son representadas por nodos en
color de fondo blanco y arcos amarillos. Cabe destacar que la topología
del grafo sólo se modificó localmente y además se conservó su
conectividad. Al aumentar el número de estaciones, la interpolación
mejora; por lo tanto, el desempeño en la predicción también mejora.

Figura 5.3. Transformación de una topología a otra aumentando el número de


estaciones de monitoreo que generan datos de velocidad y dirección de viento.

5.5. SOBRE LA OBTENCIÓN DE DATOS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE


FLUJOS DE VIENTO

Gran parte del éxito de un modelo se debe a la riqueza de los datos. En


nuestro caso, tales datos son entregados por una red de estaciones
meteorológicas distribuidas en el estado de Morelos.

142
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

En Morelos se cuenta con una red de 25 estaciones meteorológicas, que


es operada y mantenida de manera conjunta entre el Instituto Nacional de
Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Instituto
Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA).

Las variables meteorológicas monitoreadas por estas estaciones son las


siguientes: precipitación (mm); dirección del viento (grados); velocidad del
viento (m/s); velocidad del viento máxima (m/s); radiación solar (w/m2);
humedad relativa (%); temperatura (0C).

Las variables meteorológicas que utilizamos para la determinación de


flujos de viento son la dirección y velocidad del mismo. La información
de estas variables es presentada en la página del IMTA con registros de
datos promediados cada 15 minutos para cada una de las estaciones
meteorológicas en una fecha determinada. La información se obtuvo de
18 de las 25 estaciones meteorológicas para los meses presentados en la
Tabla 5.1.

143
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Tabla 5.1. Número de registros de datos almacenados de cada estación que


fueron validados.
No. Estación Ene. Feb. Mar. Abril May. Jun. Jul. Ago. Sept. Oct. Nov. Dic.
Total 744 552 744 720 744 720 744 744 720 744 720
E1 CEIEPO
Válidos 653 494 599 545 488 514 509 545 452 499 524
Total 744 672 744 720 744 720 744 744 720 744 720
E2 Tétela del Monte
Válidos 458 467 577 575 509 389 350 284 74 88 299
Total -- -- 240 719 744 720 744 744 720 744 720
E3 Miacatlán
Válidos -- -- 230 703 722 707 725 728 654 724 710
Rancho el Total 744 672 744 720 744 720 744 744 720 744 720
E4
potrerillo Válidos 344 314 190 104 128 92 80 110 131 235 254
Total 744 672 744 720 744 720 744 744 720 744 720
E5 Tehuixtla
Válidos 509 506 572 526 563 428 398 404 143 114 140
Total 744 672 744 720 744 720 744 744 720 744 720
E6 Tlaquiltenango
Válidos 509 548 611 644 659 509 473 521 368 397 373
Total 744 672 744 720 744 720 744 744 720 744 720
E7 Tepalcingo
Válidos 572 530 635 607 656 526 428 392 212 178 260
Total 744 672 744 720 744 720 744 744 720 744 720 384
E8 Axochiapan
Válidos 506 473 563 540 622 542 533 491 344 415 476 242
Total -- -- 240 719 744 720 744 744 720 743 720 230
E9 Tenango
Válidos -- -- 218 694 722 719 737 731 707 729 698 211
Total 744 672 744 720 744 720 744 744 720 744 720 408
E10 Huazulco
Válidos 575 353 47 4 17 4 2 334 251 304 437 316
Total 744 672 744 720 744 720 0 744 720 744 720 240
E11 Tetela del Volcán
Válidos 422 407 452 132 506 467 441 335 367 356 130
Total -- -- 744 719 744 720 -- -- -- -- 720 244
E12 Totolapan
Válidos -- -- 703 706 731 716 -- -- -- -- 707 228
Total 720 672 744 720 744 720 744 744 720 720 720 233
E13 Tlalnepantla
Válidos 86 158 145 116 143 185 635 641 407 652 650 213
Total 720 648 744 696 648 720 744 720 720 720 720 216
E14 Tepoztlán
Válidos 488 476 629 590 554 536 530 446 382 447 452 107
Total 744 672 744 720 744 720 744 744 720 744 720 744
E15 Emiliano Zapata
Válidos 716 650 707 668 689 626 662 629 536 648 650 680
Total 744 672 744 720 744 720 744 744 720 744 720 744
E16 El Hospital
Válidos 359 416 296 1 224 524 590 554 404 343 539 506
Total 720 672 744 720 744 720 720 744 720 720 720 744
E17 Ayala
Válidos 377 323 398 416 488 371 371 368 257 208 296 377
Total 744 672 744 720 744 720 744 744 720 744 720 744
E18 INIFAP
Válidos 384 416 563 495 505 344 230 536 703 703 671 701

144
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

La información obtenida para las 18 estaciones meteorológicas durante


dichos meses fue validada mediante los procedimientos descritos en el
manual desarrollado por la Dirección General del Centro Nacional de
Investigación y Capacitación Ambiental, al que se puede tener acceso
desde la página del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático
(INECC) en http://bit.ly/1siM2Ju (Márquez et al., 2006). El proceso de
validación consistió en realizar una limpieza de los registros de datos no
válidos que se encuentran fuera de los rangos de calibración, así como de
los datos negativos y los datos nulos.

Las reglas que invalidan datos son aquéllas definidas en el documento para
las variables meteorológicas de interés, velocidad y dirección del viento,
que son:

 Cuando la velocidad y dirección del viento presentan valores


negativos;
 Cuando la variación de la velocidad del viento no es mayor a 0.1
m/s en tres horas consecutivas o cuya variación no es mayor a 0.5
m/s durante 12 horas consecutivas;
 Cuando la variación de la dirección de viento no es mayor a un
grado por más de tres horas consecutivas y además la variación no
es mayor a 10 grados durante 18 horas consecutivas;
 Cuando los datos de velocidad del viento se encuentran fuera del
rango de operación del equipo meteorológico (entre 0 y 50 m/s);
 Cuando los datos de dirección del viento se encuentran fuera del
rango de operación del equipo meteorológico, es decir, fuera del
rango entre 0° y 360°;
 Cuando existen banderas que representan datos nulos (-999).

En la Tabla 5.1 se indica el número de registros de datos almacenados de


cada estación, mismos que fueron validados por las reglas descritas
anteriormente. Analizando el desempeño de las estaciones meteorológicas,

145
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

se observa en la Tabla 5.1 que para algunas el número de registros de datos


válidos fue demasiado bajo. La columna 1 de la tabla representa el
conjunto de las estaciones meteorológicas nombradas E1 a E18, que están
asociadas al nombre de la estación, por ejemplo: E1 representa la estación
CEIEPO, E2 la estación Tetela del Monte y así sucesivamente hasta E18,
que representa la estación INIFAP. El porcentaje de información válida
fue de 63.3% y la inválida de 36.7%. Es decir, 36 de cada 100 datos no
fueron válidos, lo que muestra un desempeño poco deseable de la
operación de las estaciones.

El problema de la determinación de los flujos de viento se abordó con


base en la información de los registros de datos. En la figura 5.4 se
presenta el mapa de Morelos donde se han ubicado geográficamente las
18 estaciones meteorológicas, según su latitud y longitud, y se ha
representado la dirección del viento monitoreada por las diferentes
estaciones en una fecha y hora determinada según su registro de datos.

Figura 5.4. Ubicación geográfica de las 18 estaciones meteorológicas,


en el estado de Morelos.

146
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

El flujo del viento es representado con líneas que indican el “origen y


destino” a ras de suelo. En este método, el flujo del viento es representado
por una secuencia de nodos que representan las posiciones geográficas de
las estaciones meteorológicas, ligadas por arcos. Tales nodos estarán
representados por las variables E1 a E18, como se ilustra en la Tabla 5.1.

5.6. DESARROLLO DEL MÉTODO PARA OBTENER LOS FLUJOS DE


VIENTO

Los flujos de viento son construidos para un día y hora específicos


utilizando un conjunto de reglas basadas en la inspección visual del trazado
de los vectores de vientos sobre el mapa de Morelos. Por ejemplo, una
regla básica es la de la selección del origen y destino de los flujos de viento
que se encuentran en la vecindad de seis estaciones ubicadas en la periferia
de Morelos. Éstas son: CEIEPO, Tlalnepantla, Tetela del Volcán,
Tehuixtla, Tlaquiltenango y Axochiapan, que cubren de forma práctica los
flujos que provienen de los ocho puntos cardinales: Norte, Noroeste, Este,
Sureste, Sur, Suroeste, Oeste y Noroeste.

A continuación se describe en pseudocódigo el algoritmo utilizado para la


determinación de los flujos de viento:

1. Selección de la estación periferia de origen del flujo (un mes


específico, día, hora).
2. Si la velocidad del viento > 0.5, se busca la estación siguiente para
formar el flujo.
3. Se selecciona la estación más cercana a la actual, entre las tres más
cercanas.
4. La estación actual se liga a la más cercana. La más cercana se
convierte en la nueva estación actual.
5. Se recomienza la búsqueda repitiendo el paso 3.

147
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

6. La búsqueda de la siguiente estación se detiene si se cumplen


cualquiera de las dos condiciones siguientes:
6.1) Si la estación actual encuentra una estación periférica, dicha
estación será el destino del flujo y se detiene la búsqueda: el flujo
de viento ha terminado;
6.2) Si la estación actual encuentra que una de las estaciones que
potencialmente podría ser la siguiente tiene un vector cuya
dirección se opone a la dirección actual y, además, tiene una
magnitud igual o mayor al vector de la estación actual, se produce
un vórtice que puede ser ciclónico o anticiclónico, con lo que se
termina la búsqueda, cuyo flujo formado es un vórtice.

La ejecución del algoritmo determina la dirección del flujo del viento


representada por una secuencia de estaciones. Por un lado, la figura 5.5(a)
muestra un ejemplo de un flujo de viento cuya dirección es de norte a sur
y su secuencia de estaciones es CEIEPO, Tetela del Monte, Miacatlán y
Rancho el Potrerillo. Por otro lado, la Figura 5.5(b) muestra un ejemplo
de un flujo con vórtices, en este caso un vórtice:

Figura 5(a) Figura 5(b)


Figura 5.5. Ejemplo de la formación de un flujo sin vórtice,
5.5(a); ejemplo de flujos con un vórtice 5.5(b).

148
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

5.7. CONSTRUCCIÓN DE PATRONES DE FLUJO DE VIENTO

El análisis de los flujos de viento se convierte en un problema muy


complejo por la enorme cantidad de información. Para resolver el
problema, en este trabajo se propone la construcción de patrones de flujo
de viento que representarán conjuntos de flujos de viento de características
similares. Esto tiene varias ventajas: el análisis de patrones para conocer el
comportamiento de los flujos de viento es mucho más fácil, ya que una
cantidad de datos considerablemente menor será analizada; los patrones
de flujo representan información clasificada acerca de los flujos de viento
y, por lo tanto, mucho más focalizada en el problema que estamos tratando
de conocer, que es el comportamiento de los flujos de viento.

Para la construcción de tales patrones hemos utilizado un enfoque de


redes neuronales, particularmente los llamados mapas autoorganizativos
(SOM, por sus siglas en inglés). Por esta razón, en la siguiente sección
hacemos una breve introducción a las redes neuronales y a los SOM.

5.8. REDES NEURONALES ARTIFICIALES

Las redes neuronales artificiales son modelos matemáticos inspirados en


el sistema biológico natural, adaptados y simulados en computadoras
convencionales (Lara, 1998). Los elementos individuales de cálculo que
forman la mayoría de los modelos reciben el nombre de elementos de
procesamiento o neurona artificial. McCulloch y Pitts (1943) realizaron la
representación matemática de una neurona artificial cuyos componentes
básicos son los siguientes: las entradas de los datos, la sinapsis, el cuerpo
celular, el axón y la salida. La Figura 5.6 muestra este modelo.

149
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Figura 5.6. Modelo de una neurona artificial propuesto por McCulloch y Pitt, 1943.

Los elementos clave de la neurona artificial tipo McCulloch y Pitts son


similares, pero no idénticos, a los de una neurona biológica. Éstos son:

1. Recepción de un vector de entradas X(X1, X2, X3,… Xn). Los


datos que se reciben son enviados por otras neuronas, con lo que
se hace una analogía a las dendritas de las neuronas biológicas.
2. Los pesos sinápticos Wij. En las neuronas biológicas se
establecen sinapsis entre las dendritas y el axón de otra neurona; en
una neurona artificial, a las entradas que de otras neuronas se les
asigna un peso, un factor de importancia. Este peso se modifica
durante el entrenamiento de la red neuronal.
3. Una regla de propagación. Establece el procedimiento a seguir
para combinar los valores de entrada a una unidad y los pesos
sinápticos que recibe. La regla de propagación consiste en aplicar
una función al vector de entradas y a los pesos sinápticos para
obtener el valor del potencial postsináptico de la neurona en un
momento t. La función más común es la suma ponderada.
4. Una función de activación. Determina el nivel de activación de
la neurona en términos de la actividad en sus entradas. Existen una
150
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

gran variedad de funciones de activación, tales como: tipo escalón,


lineal, sigmoide, tangente, etc. La elección del tipo de función
dependerá del entrenamiento de la red.

En general, las neuronas se suelen agrupar en unidades estructurales


denominadas capas.

Se distinguen tres tipos de capas (Figura 5.7):

 Capa de entrada: compuesta por neuronas que reciben los datos


procedentes del entorno para que se transmitan por la red.
 Capa oculta: no tiene conexión directa con el entorno; es la
encargada de extraer, procesar y memorizar la información.
 Capa de salida: compuesta por aquellas neuronas que reciben
estímulo y proporcionan la respuesta que arroja la red neuronal sin
mantener contacto alguno con el entorno.

Figura 5.7. Las tres capas de la Red Neuronal.

151
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Debido a su constitución y a sus fundamentos, las redes neuronales


artificiales asemejan el funcionamiento del cerebro en algunos aspectos,
por ejemplo: son capaces de aprender de la experiencia, es decir, a partir
de un proceso de aprendizaje, la red extrae y almacena conocimiento de
los patrones de entrada; de generalizar casos anteriores en nuevos casos;
de abstraer características esenciales a partir de entradas con información
irrelevante, entre otras funciones importantes. Lo anterior demuestra que
las redes neuronales artificiales ofrecen numerosas ventajas y explica que
este tipo de tecnología se aplique en múltiples áreas.

El conocimiento adquirido por la red se encuentra representado en los


pesos sinápticos que indican la fuerza de conexión entre las neuronas, por
lo que el proceso de aprendizaje o entrenamiento de la red implica
modificar tales pesos hasta que el vector de salida resultante coincida con
el vector de salida deseado (Haykin, 1994).

Según su forma de aprender, existen diversos modelos de redes


neuronales, aquéllos que realizan su proceso de aprendizaje de forma
supervisada y los que lo hacen de forma no supervisada. En la siguiente
sección se explican con más detalle estos conceptos.

5.9. APRENDIZAJE SUPERVISADO Y NO SUPERVISADO

El aprendizaje supervisado se caracteriza porque su proceso de


aprendizaje o entrenamiento es controlado por un agente externo
(supervisor o maestro) que establece la respuesta que debería generar la
red a partir de una entrada determinada. De esta forma, el supervisor
controla la salida de la red y, en caso de que ésta no coincida con la
deseada, se procederá a modificar los pesos de las conexiones (pesos
sinápticos) con el fin de conseguir que la salida obtenida se aproxime a la
deseada. La figura 5.8 presenta un ejemplo de este tipo de aprendizaje.

152
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Figura 5.8. Aprendizaje Supervisado.

Algunos ejemplos de modelos de redes neuronales que efectúan este tipo


de aprendizaje son el Perceptrón, Adaline, Backpropagation, Máquina de
Boltzmann, Machina de Cauchy, entre otras.

Las redes con aprendizaje no supervisado (o autosupervisado) no


requieren información externa para ajustar los pesos de las conexiones
neuronales. La red no recibe ninguna información por parte del entorno
que le indique si la salida generada en respuesta a una determinada entrada
es o no correcta.

Estas redes deben encontrar las características, regularidades,


correlaciones o categorías presentes en el conjunto de entradas al extraer
rasgos o agrupar patrones según su similitud. La red debe disponer de un
número suficiente de instancias de aprendizaje para poder obtener
resultados de calidad (López y Fernández, 2008).

Dado que en este tipo de redes no existe una salida deseada, hay varias
posibilidades en cuanto a la interpretación de la salida que obtienen, que
dependen de su estructura y del algoritmo de aprendizaje empleado. En
algunos casos, la salida representa el grado de similitud entre la
información que se presenta en la entrada de la red y la información que
se le ha mostrado hasta entonces (en el pasado). En otros casos, la red
neuronal artificial (RNA) podría establecer categorías o grupos
(clusterización), de modo que la salida indicaría la categoría a la que
153
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

pertenece la información presentada a la entrada. La figura 5.9 presenta un


ejemplo de aprendizaje no supervisado, la clusterización.

Figura 5.9. Aprendizaje No Supervisado.

Entre los modelos de redes neuronales con aprendizaje no supervisado


podemos mencionar el modelo de Hopfiel, la teoría de resonancia
adaptativa (ART, por sus siglas en inglés) y SOM, entre otros. En este
trabajo hacemos énfasis en los SOM.

5.10. MAPAS AUTOORGANIZADOS (SOM, SELF-ORGANIZING MAPS)

Los SOM o mapas de Kohonen fueron desarrollados en los 80 por Teuvo


Kohonen (1982) y son modelos no supervisados en los que las neuronas
se ordenan geométricamente (en una matriz bidimensional o mapa) y
llevan a cabo una proyección del espacio sensorial de entrada sobre la red
(mapa). A partir de un proceso de autoorganización, la red debe descubrir
por sí misma rasgos comunes, regularidades, correlaciones o categorías en
los datos de entrada, e incorporarlos en su estructura interna de
conexiones.

Este tipo de red efectúa un aprendizaje competitivo en el que las neuronas


compiten unas contra otras con el fin de llevar a cabo una tarea dada, por
lo que al presentarse a la red un patrón de entrada, sólo una de las neuronas
de salida (o un grupo de vecinas) se activará y será etiquetada como

154
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

neurona ganadora (Best-Matching Unit o BMU). En recompensa se verán


ajustados sus vectores de pesos.

La estructura de un SOM consiste en una capa de entrada y una capa de


salida (mapa). La capa de entrada (formada por N neuronas, una por cada
variable de entrada) se encarga de recibir y transmitir a la capa de salida la
información procedente del exterior. La capa de salida (formada por M
neuronas) es la encargada de procesar la información y formar el mapa de
rasgos. Normalmente las neuronas de la capa de salida se organizan en
forma de mapa bidimensional, como se muestra en la figura 5.10.

Figura 5.10. Estructura de un SOM 1-D.

Las conexiones entre las dos capas que forman la red son siempre hacia
adelante, es decir, la información se propaga desde la capa de entrada hacia
la capa de salida. Cada neurona de entrada i está conectada con cada una
de las neuronas de salida j mediante un peso wij. De esta forma, las
neuronas de salida tienen asociado un vector de pesos Wj llamado “vector
de referencia” (o codebook), debido a que constituye el vector prototipo (o
promedio) de la categoría representada por la neurona de salida j. Así, el
SOM define una proyección desde un espacio de datos en alta dimensión
a un mapa bidimensional de neuronas.

155
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Entre las neuronas de la capa de salida, puede decirse que existen


conexiones laterales de excitación e inhibición implícitas, pues aunque no
estén conectadas, cada una de estas neuronas va a tener cierta influencia
sobre sus vecinas. A través de una función denominada “de vecindad” se
determinan las neuronas adyacentes que pertenecen a una vecindad Nj de
la neurona ganadora j (BMU), para que sean ajustados sus vectores de
peso.

Los SOM son especialmente atractivos para la representación de datos,


dada su reducción de la multidimensionalidad y su asociación de
elementos con atributos similares. Entre algunas de sus ventajas podemos
mencionar la facilidad de implementación, la abstracción de los datos de
entrada y la facilidad de su integración con otras técnicas.

5.11. DESARROLLO DEL MÉTODO PARA CLASIFICAR LOS FLUJOS DE


VIENTO Y OBTENER SUS PATRONES

El conjunto de flujos de viento determinados por el algoritmo son


considerados como instancias de aprendizaje, que serán la entrada de un
clasificador con aprendizaje no supervisado, cuyo algoritmo de clustering se
encargará de agrupar los flujos de viento con características similares para
que, finalmente, se definan los patrones.

Se han desarrollo algunos enfoques pertenecientes al área de la inteligencia


artificial y se han aplicado en el estudio, análisis y modelación de flujos de
viento. En Wu et al. (2000) se utilizan redes neuronales de Kohonen para
hacer minería de datos de vientos. Se estudian, entre otros aspectos, el
promedio diario de la dirección del viento y de la producción de vórtices,
que son autoclasificados por similitud. Otros trabajos, como el de
Kretzschmar et al. (2004) y Marzban y Stumpf (1998), trabajaron en la
predicción local de la velocidad del viento usando redes neuronales.

156
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

A continuación se describe el método que se propone en este proyecto de


investigación. El método para la obtención de patrones de flujos se
compone básicamente de tres pasos principales: 1) la obtención de los
datos de velocidad y dirección de vientos generados por las estaciones
meteorológicas, haciendo énfasis en la validación de datos; 2) la
determinación de los flujos de viento, es decir, las secuencias de estaciones
que continúan las líneas de flujo, que serán instancias de aprendizaje para
el segundo problema; 3) la clasificación de las instancias de aprendizaje
para obtener patrones de flujo. Debido a que partimos del
desconocimiento de información de los flujos de viento representativos
en el estado —lo que se consideraría como información a priori—, hemos
optado por utilizar un clasificador no supervisado para solucionar este
problema.

En la figura 5.11 se presenta un diagrama del flujo de los procesos


utilizados para la obtención de los patrones, partiendo de un conjunto
de instancias que fueron obtenidas con el algoritmo presentado en la
sección 3.

Instancias de Patrones de
aprendizaje flujo

Flujo1
{1,2,3,10,20,33,34}

v1 Flujo2 Flujo
{13,15,21,23,33,32,31,3 {13,15,21,23,33,32,3
0} 1,30}

vn
Flujo N
{13,15,21,23,33,32,31,3
0}

Figura 5.11. Diagrama del flujo de los procesos utilizados para la obtención de los
patrones del flujo a partir de un conjunto de instancias.

157
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

5.12. DETERMINACIÓN DE PATRONES DE FLUJOS DE VIENTO


UTILIZANDO UN ALGORITMO DE CLUSTERING (SOM)

El objetivo de este trabajo es, principalmente, determinar patrones de flujo


que nos ayudarán a tomar decisiones para el problema del establecimiento
de la red de monitoreo ambiental. Puesto que no contamos con
información a priori, lo que dificulta el uso de un algoritmo de aprendizaje
supervisado, hemos recurrido a las redes neuronales no supervisadas
llamadas SOM, que realizan un proceso de clasificación de la información
proporcionada.

Para nuestro caso, las SOM son alimentadas con las instancias de
aprendizaje de flujos de viento, es decir, con las secuencias de
estaciones determinadas a través del algoritmo descrito en la sección
anterior y que indican hacia dónde fluye el viento. En la figura 5.12 se
observan las capas de entrada y salida de las SOM. Para el problema
específico de este proyecto, se puede observar que hemos elegido una

Capa de Entrada Capa de Salida

F {1,2,8,17,28,32}
1

W {1,2,8,17,28,31}
1
.
.
.
W {1,3,10,20,33,3
2
4}

F {14,15,21,20,19}
N

W {16,17,19,20,23,
3
22}
Relación de similaridad
Resulta ganadora aquella neurona que se parece a la
entrada con un porcentaje mayor al 60%
Figura 5.12. Capas de entrada y salida de las SOM para el
problema en específico de este proyecto.

158
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

estructura de una dimensión para la capa de salida, tal como es


propuesta por Wu et al. (2000).

Las SOM están relacionadas con otros algoritmos de clustering, como K-


means (Bação et al., 2005), y de cuantificación vectorial (vector quantization,
VQ, por sus siglas en inglés) (Kohonen, 1990). Al igual que muchos de los
algoritmos de clustering, el éxito del algoritmo básico de la SOM depende
del número de clusters definidos al inicio del entrenamiento. Esto
representa un problema, ya que si son definidas pocas neuronas (clusters),
los datos de más baja densidad serán dominados por los patrones de más
alta densidad; por otro lado, si se definen más nodos de los necesarios, se
dificulta el ordenamiento del mapa. En esta investigación se implementó
un algoritmo de entrenamiento del SOM que incluye heurísticas de
crecimiento y poda para cambiar dinámicamente su estructura mientras se
realiza el entrenamiento y, de esta manera, determinar un número
apropiado de nodos.

El algoritmo de la SOM es resumido como sigue:

1. Inicialmente se establece un número de nodos igual a 2 (N igual


2), que corresponde a dos clusters. Los pesos de los dos nodos
se inicializan con los valores de los dos primeros vectores de
entrada, wi=xi, i={1,2}, donde w son los pesos de los nodos y
x son los vectores de entrada que representan un flujo de viento
(xi=Fi ).
2. Se extrae cada una de las instancias de aprendizaje del conjunto
de entrenamiento y se mapea la SOM.
3. La neurona ganadora es encontrada por medio de la siguiente
regla:

arg max 𝑦𝑖 , 𝑠𝑖 𝑦𝑖 ≥ 60%


𝐶={
𝑁𝑈𝐿𝐿, 𝑜𝑡𝑟𝑜 𝑐𝑎𝑠𝑜

159
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Donde 𝑦𝑖 = 𝑠𝑖𝑚𝑖𝑙𝑖𝑡𝑢𝑑 (𝑥𝑖 , 𝑤𝑖 )∀𝑖

La función de similitud compara cada vector de entrada xi con los vectores


de pesos wi y devuelve el porcentaje de parecido entre ellos. Esta
comparación se realiza valor por valor, considerando el orden de la
secuencia, por ejemplo:

𝑥𝑖 = {1,2,8,12,14}
〉 𝑥 se parece en un 60% a 𝑤𝑖
𝑤𝑖 = {1,2,8,14,16} 𝑖

1. Si (C!=Null) aumenta el número de veces ganadas de la neurona


con vector de pesos 𝑤𝑖 y si el tamaño del vector de entrada 𝑥𝑖 es
mayor que 𝑤𝑖 y el porcentaje de similitud entre ellos es mayor del
80%, entonces 𝑤𝑖 =𝑥𝑖 .
2. Si (C=Null) crea una nueva neurona en el SOM con un vector de
peso igual al vector de entrada, 𝑤𝑖+1 =𝑥𝑖 .
3. Si una neurona es raramente ganadora en menos del 30% de las
veces, ésta es eliminada de la SOM.

Algunos ejemplos de instancias de aprendizaje y los patrones reconocidos


por la SOM son presentados en la Tabla 5.2, donde las E representan las
estaciones a ser ligadas para formar el flujo.

Tabla 5.2. Ejemplos de instancias de aprendizaje y patrones reconocidos por la SOM.


Instancias de aprendizaje Patrones
E1, E2, E8, E12 E4, E15, E11 E1, E2, E8, E12
E1, E8, E12 E4, E15, E11 E1, E8, E12
E1, E8, E12 E4, E15, E11, E16 E1, E2, E12
E1, E2, E8, E12 E4, E15, E11 E4, E15, E11, E16
E1, E2, E12 E4, E15, E11 E16, E10, E7
E1, E2, E12 E7, E11, E16
E1, E8, E12 E14, E17, E6, E3
E1, E2, E8 E14, E18, E8
E1, E2, E18, E12 E14, E18, E8
E1, E2, E12 E14, E6, E3
E1, E2, E8, E12 E14, E17, E6, E3
E1, E2, E8 E14, E6, E3
E1, E2, E12 E16, E10, E7
E1, E2, E9 E16, E10, E7
E1, E2, E12 E16, E10, E7
E1, E2, E8, E12
E4, E15, E11

160
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

A título de ejemplo sobre el funcionamiento de la red neuronal, la figura


5.13 presenta un conjunto de instancias de aprendizaje que constituyen la
entrada a la red neuronal, así como los patrones de flujo generados. Los
mapas corresponden a los flujos formados a las 11:00 horas, los días 11,
16, 17 y 26 de noviembre de 2013. Podemos constatar que el flujo que va
del noroeste a suroeste ha sido aprendido, así como el flujo que va del
norte al noreste. Otro rasgo interesante aprendido es el vórtice que se
produce en la zona central del estado.

Figura 5. 13. Un conjunto de instancias de aprendizaje, flujos, constituye la entrada de


la Red Neuronal, cuya salida es un conjunto de flujos que representan patrones de
flujo de las instancias entrenadas.

161
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

5.13. CONSIDERACIONES FINALES

Los flujos de viento determinan en gran medida la concentración de


contaminantes. A través de las trayectorias que siguen los flujos de viento
se puede identificar el transporte de los contaminantes, y al ubicar los
vórtices se puede detectar dónde se acumularon o pudieron haberse
acumulado los mismos.

Diferentes enfoques para modelar los campos de flujo de viento han sido
desarrollados. La modelación de los flujos de viento es necesaria debido
a la falta de mediciones en puntos potenciales de las trayectorias de flujo.

Entre los modelos más importantes de flujos de viento se pueden citar los
modelos basados en modelos estadísticos y numéricos. De estos últimos,
los más usados son el WAsP, que está basado en la teoría de Jackson-Hunt.
WAsP captura la tendencia de la velocidad del viento que aumenta sobre
los terrenos altos y decrece en los valles, y es uno de los modelos más
usados, particularmente en Europa.

En los modelos computacionales de dinámica de fluidos, que están


basados, en su mayoría, en el método de RANS, el viento se divide en sus
componentes cuando se encuentra en estado estable y en estado de
turbulencia. Por otro lado, los modelos basados en CFD, como el
WindSim, son capaces de simular características no lineales de flujo, como
la recirculación en terrenos inclinados.

Por su parte, los modelos estadísticos se basan en gran medida en las


mediciones tomadas en el sitio. Usan ciertos parámetros predictivos para
encontrar aquéllos que tengan las relaciones más fuertes con las
observaciones del viento en varios puntos de medición. Un ejemplo de
tales relaciones es la existente entre la velocidad y la topografía del terreno;
otra relación relevante es la velocidad y dirección del viento detectada en

162
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

un punto dado con la velocidad y dirección del viento detectada en un


punto de medición vecino del actual. En los modelos estadísticos ocurren
errores potencialmente grandes cuando los resultados son extrapolados
fuera del rango de las condiciones usadas para desarrollar (o entrenar) el
modelo. Asimismo, determinar la exactitud del modelo también puede ser
un reto debido a la combinación de un conjunto de parámetros inciertos
que hay que considerar.

Una forma de predecir las concentraciones de contaminantes en


localidades no monitoreadas es a través de la interpolación espacial. Los
métodos de interpolación basados en la distancia más corta parecen
adaptarse adecuadamente a las distribuciones de polución del aire en los
campos de viento.

Los enfoques alternativos, como aquéllos basados en técnicas de la


inteligencia artificial, se han aplicado para estudiar, analizar y modelar
flujos de viento. Algunos enfoques usan técnicas de minería de datos al
utilizar redes neuronales para estudiar el promedio diario de la dirección
del viento y de la producción de vórtices, que son clasificados por
similitud. Otra aplicación de las redes neuronales se orienta hacia la
predicción local de la velocidad del viento.

El uso de redes neuronales, en este caso SOM, es muy útil para generar
patrones de flujos de vientos, con y sin vórtices, ya que se pueden utilizar
para predecir las trayectorias de los flujos en universos con información
incompleta. Por ejemplo, dada una situación con información insuficiente
para construir una trayectoria de flujo del viento, ésta se puede construir
haciendo una comparación con los patrones obtenidos previamente y
completar su información con el patrón con el cual se haya obtenido el
mayor parecido. Por otro lado, los patrones generados por las redes
neuronales ayudan a facilitar el análisis de los flujos de viento, pues no es
lo mismo perderse en un mar de información derivada de todos los flujos

163
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

(repartidos por horas, diariamente, mensualmente o anualmente) que


analizar representantes o patrones de los flujos, cuya cantidad es
considerablemente menor que la del análisis de todos los flujos. Además,
los patrones representan información ya focalizada en el problema que
estamos tratando, en este caso la construcción de flujos de vientos, con y
sin vórtices. Por lo tanto, su análisis se facilita en gran medida.

Un énfasis importante debe ponerse en la obtención y curación de datos


para construir los flujos. Si bien es cierto que el uso de técnicas o métodos
que razonan con información faltante ha probado tener cierto éxito,
también es cierto que no se deben rebasar los límites de la escasez de la
información proporcionada. De otro modo, los modelos pueden caer en
el riesgo de ser meramente especulativos y, por lo tanto, poco confiables.

5.14. REFERENCIAS

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166
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

CAPÍTULO 6
PERCEPCIÓN AMBIENTAL: HERRAMIENTA DE ANÁLISIS
DE LA REALIDAD

Gabriel Dorantes Argandar, Enrique Sánchez-Salinas


y Ma. Laura Ortiz-Hernández

6.1. INTRODUCCIÓN

Actualmente enfrentamos una evidente y profunda crisis ambiental a nivel


mundial, que se refleja en los graves problemas del entorno natural y social.
Key (2006) asevera que el hombre moderno occidental es causa del
deterioro del ambiente al ser incapaz de superar su inclinación de satisfacer
sus deseos materiales. La problemática ambiental y, de manera particular,
el deterioro de la calidad del aire han sido señalados por la Organización
Mundial de la Salud (OMS) como algunas de las principales causas del
detrimento de las condiciones de vida de la población, que han
condicionado la aparición de enfermedades como el estrés y las
alteraciones psicosociales. Además son especialmente dañinas para las
personas con enfermedades pulmonares o cardiacas crónicas, para mujeres
embarazadas, ancianos y niños, y también representan un riesgo para la
población ocupacionalmente expuesta (Rodríguez-Ulloa y Rivera-Jacinto,
2009; Muñoz et al., 2007).

La OMS (2011) calcula que la contaminación atmosférica urbana causa en


todo el mundo 1.3 millones de muertes al año, lo que afecta de forma
desproporcionada a quienes viven en países de ingresos medios. Además,
la exposición a los contaminantes atmosféricos está en gran medida fuera
del control personal y requiere medidas de las autoridades públicas en los
ámbitos internacional, nacional y regional (Lammel y Kozakai, 2005).
Muñoz et al. (2007) señalan que si se reducen los niveles de contaminación
de las partículas en suspensión de diámetro inferior a 10 micrómetros

167
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

(PM10), la cifra anual de fallecidos en las ciudades contaminadas podría


descender hasta un 15%. El concepto de la contaminación atmosférica
como una degradación potencialmente peligrosa para el ser humano y para
su medio ambiente no es propio de las sociedades industriales. La noción
es antigua, pero la visión de un cuerpo de conocimiento capaz de
identificar al mismo tiempo las causas y paliar sus consecuencias es
relativamente reciente y mal conocida por la mayor parte de la población.

Lammel y Kozakai (2005) señalan que en las sociedades “tradicionales” las


representaciones de la contaminación atmosférica y sus riesgos son
compartidos por los miembros de la comunidad, así como los deberes y
las prohibiciones que pretenden mantener la limpieza del aire en relación
con otros elementos del medio ambiente. El comportamiento de los
individuos y las sociedades está determinada por lo que dichos individuos
y sociedades perciben de los fenómenos que ocurren a su alrededor.
Detrás de la interacción siempre estará la búsqueda de metas en común
que beneficien al grupo, y el libreto a través del cual los individuos
interactúan para buscar la efectiva ejecución se realiza a través de la
comunicación. Los individuos y los grupos a menudo tratan de elegir y
actuar para crear sus propios futuros a partir de una especie de diseño.
Para ello delimitan los principios morales que tienen como fin orientar a
los individuos hacia una meta común (Bratu, 2012). Es de amplio interés
para la psicología social el entendimiento de los procesos involucrados en
la transferencia de ideas entre los individuos, de tal manera que sea ésta
casi el único vehículo imprescindible en su supervivencia.

Robert Park es uno de los autores más destacados del Departamento de


Sociología de la Universidad de Chicago, que realizó sus investigaciones
durante la primera mitad del siglo pasado: sus estudios se centraron en los
inmigrantes a Norteamérica y cómo es que construyeron dinámicas para
integrarse a la sociedad que los recibía (Huamán Flores, 2011). La
comunicación es uno de los elementos básicos del funcionar del ser

168
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

humano, dado que es uno de los cimientos de las relaciones


interpersonales, pues con ella éstas se vuelven fuertes y saludables y
pueden tener un mejor desarrollo (Erozkan, 2013). Cuando tratamos de
entender y desarrollar las habilidades necesarias para comunicarnos es
imposible que se nos escapen las características más amplias de la
comunicación humana (Ramaraju, 2012). Park dedicó su labor al
entendimiento de la gente y a sus problemas: la corrupción, las condiciones
de vida de los habitantes de los barrios de inmigrantes y la criminalidad.
Su trabajo propone una metodología etnográfica de estudio a través de la
observación participante y el análisis de las historias de vida para entender
la dinámica de las interacciones de los individuos (Huamán, 2011). Es así
como nace la perspectiva ecológica del individuo, puesto que la interacción
que hace con su entorno, incluidos los individuos que lo rodean,
necesariamente influye de vuelta en la identidad del individuo, en cómo
piensa y en cómo forma sus cogniciones.

6.2. ESTRÉS Y AFRONTAMIENTO

Un argumento principal en Lazarus y Folkman (1984) es que los factores


situacionales que influyen en la evaluación son muy difíciles de determinar,
debido a que son muchos los elementos en el entorno que están
involucrados y muchos también los aspectos del comportamiento humano
que se deben analizar. Además es bien sabido que los factores culturales
influyen en los procedimientos y estructuras cognitivas, que a su vez
influyen en las evaluaciones y las reacciones de estrés. Bronfenbrenner
(1986) afirma que la comprensión de los diferentes factores que están
involucrados en el estrés en un contexto particular es de máximo beneficio
para el entendimiento del bienestar de los individuos, especialmente
cuando se busca conocer el impacto que tiene el contexto en la percepción
del estrés mismo, así como el efecto que tiene en el desarrollo psicosocial.
Por lo tanto, entender cómo es que los elementos del entorno afectan la

169
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

calidad de vida de los individuos es primordial para determinar el bienestar


de los grupos en general.

La ira y la rabia han estado íntimamente relacionadas con el estrés desde


la formulación del concepto del estrés como un tema de preocupación de
la salud (Selye, 1978) y su posterior desarrollo (p.e. Lazarus y Folkman,
1984). Dicha relación ha sido minuciosamente estudiada desde entonces y
se ha expandido a campos de estudio increíblemente diversos en todos los
contextos humanos, como el cáncer (Vines et al., 2011; Barinkova y
Mesárosová, 2013), la inhalación de sudor de estrés (Rubin et al., 2012), el
síndrome de estrés postraumático y la violencia (Finley et al., 2010; Teten
et al., 2010), los proveedores de cuidado a pacientes clínicos (Benson y
Karlof, 2009) y los niños bajo custodia del Estado (Kimonis et al., 2011),
entre muchos otros contextos.

El individuo responde a las variaciones en el contexto situacional al buscar


explicaciones para dichos eventos (conocida también como “flexibilidad
explicatoria”) o al afrontar los eventos negativos (“flexibilidad
afrontativa”), y ambas respuestas influyen en el afecto negativo (Fresco et
al., 2006). La flexibilidad en el afrontamiento en ocasiones actúa como un
amortiguador entre la gran variedad de eventos negativos vitales que un
individuo puede enfrentar y el estrés al que está sometido (Katz et al.,
2005). Los individuos que muestran una tendencia a enfrentar situaciones
estresantes de forma contextual y flexible más probablemente encontrarán
una solución adaptativa, en comparación con aquéllos que tienden a ver
los eventos negativos como situaciones originadas por causas
indistinguibles, que son personas que responden con un rango muy
reducido de comportamientos de afrontamiento (Fresco et al., 2006).

La efectividad del afrontamiento (o la autoeficacia) puede tener la función


de ser un engranaje entre las demandas de la situación y las estrategias
utilizadas (Roussi y Krikelu, 2007). Cuando las situaciones se perciben

170
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

como controlables y el individuo utiliza estrategias de afrontamiento


enfocadas en resolver el problema, se da un embone entre la situación y la
estrategia; de la misma manera, cuando una situación se percibe como
incontrolable y el individuo echa mano de sus estrategias orientadas a las
emociones, también encontramos un embone entre la situación y la
estrategia (Gan y Shang, 2007; Cheng et al., 2012). Por lo tanto, se perciben
tres funciones del afrontamiento flexible: el grado con el que la situación
y la estrategia embonan, el grado con que el individuo se percibe en control
de la situación, y la autoeficacia. La flexibilidad en el afrontamiento puede
aumentar el rango de posibilidades disponibles durante el estrés y limitar
la producción de estrés de dichos eventos negativos, que interfieren con
el proceso de adaptación natural de los individuos (Katz et al., 2005). La
flexibilidad en el afrontamiento está relacionada con el locus de control, que
se refiere a la percepción de control que tiene un individuo sobre un tema
dado, mientras que la flexibilidad en el afrontamiento se refiere a la
percepción de distintas posibles respuestas para controlar determinada
situación (Gan y Shang, 2007).

Las respuestas de desapego se refieren a todos los esfuerzos de


afrontamiento del individuo, ya sean conductuales o psicológicos, que
tienen como fin el distanciamiento del individuo hacia el estresor y las
emociones que lo acompañan; por el contrario, las respuestas de apego se
refieren a todos los esfuerzos de afrontamiento, tanto conductuales como
psicológicos, que buscan entrar en contacto con el estresor y las
emociones que lo acompañan (Roussi et al., 2007). Las estrategias de
afrontamiento que están incorporadas a la tradición hacen una
contribución positiva en mejorar la adaptabilidad de las personas a los
peligros de inundación, pero esto no quiere decir que sea un método
exacto o infalible; el proceso de afrontamiento es en extremo complejo y
depende de un gran número de variables tanto endógenas como exógenas
(Paul y Routray, 2010).

171
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

La adquisición de estrategias de afrontamiento no es suficiente para un


afrontamiento eficiente, se debe promover la sensibilidad para percibir las
variaciones en el entorno, las diferentes demandas que emanan de él, los
recursos con los que se cuenta y con los que se podría contar (así como
con los que no se cuenta) y elevar su nivel de respuesta a dichas demandas
(Cheng et al., 2012). Las evaluaciones que los individuos hacen de su
entorno y del impacto que el entorno tiene en ellos son determinantes para
la dinámica social, pero también lo son para la correcta ejecución de la
administración y la gestión de los riesgos.

6.3. PERCEPCIÓN DE RIESGO

Los ciudadanos de las sociedades industriales modernas aprenden hoy en


día una severa e incómoda lección: que los beneficios de la tecnología
deben pagarse no sólo con dinero, sino con vidas (Fischhoff et al., 2000).
La gestión de riesgos en el mundo es un tema que, aunque relativamente
nuevo, ha sido tomado con mucho interés por parte de los estudiosos:
entre ellos se encuentran Poortinga y Pidgeon (2005), que trabajaron en
alimentos genéticamente modificados, y Slovic (2004) en energía nuclear
y la relación entre la percepción de riesgo y el afecto, entre muchos otros.
Aun así, para que podamos beneficiarnos de los importantes avances en
materia de análisis de riesgo que se han logrado durante las últimas tres
décadas en países desarrollados, es necesario realizar una serie de estudios
locales (Bronfman, 2005). Lo anterior tiene el propósito de llevar la
atención de las autoridades gestoras a las cuestiones legítimas de gran valor
que subyacen a las múltiples percepciones públicas de riesgo, además de
mostrar que estos valores necesitan ser considerados en decisiones sobre
políticas de riesgo (Slovic, 1999). Slovic et al. (2000) recalcan la importancia
de comunicar efectivamente los análisis realizados en materia de riesgo a
los responsables de la gestión, pues de lo contrario se podría suscitar la
desconfianza, el conflicto y el manejo de riesgo inefectivo.

172
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Muchos de estos problemas han planteado la necesidad de establecer


nuevas estrategias para enfrentar este tipo de situaciones no sólo
técnicamente, sino específicamente sobre el factor humano, es decir, sobre
las personas que se encuentran directamente en riesgo.

Jaeger et al. (2001) definen los tres elementos que distinguen la variada
conceptualización del riesgo:

 El tipo de resultado (consecuencias no deseadas).


 Alguna medida de la posibilidad de ocurrencia (probabilidad).
 El tipo de entidad afectada (individuo, corporación o institución).

De esta manera, el riesgo es evaluado en función de las consecuencias


catastróficas que pueden surgir del peligro, de qué tan probable es que
dichas consecuencias ocurran y a quiénes afectarían. Más aún, existen
particularidades cognitivas que afectan los juicios de riesgo. Por ejemplo,
un individuo generalmente se juzga a sí mismo como expuesto a un menor
riesgo que un grupo de dos, que a su vez está expuesto a menor riesgo que
un grupo de tres, y así sucesivamente. Kasperson et al. (2000) afirman que
el riesgo es definido mediante la multiplicación de la probabilidad de los
eventos por la magnitud de consecuencias específicas. Sostienen que
existen otros aspectos del riesgo que afectan la respuesta pública, como la
voluntariedad, la habilidad personal de influenciar el riesgo, la familiaridad
con el riesgo y el potencial catastrófico. La percepción depende de un
juego de variables a las que están sujetas las personas.

Las personas que se encuentran a cargo de ofrecer la información


necesaria a los ciudadanos no siempre son eficientes, pero también es
verdad que la probabilidad de un evento catastrófico dado cause
interferencia en la efectividad de dichas intervenciones (Yamada et al.,
2011). En un estudio llevado a cabo en Holanda (Terpstra, 2011) se
encontró que la confianza social tiene un efecto reductor en las

173
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

percepciones de riesgo, modera las intenciones de preparación para


enfrentar contingencias de desastres y es en sí misma un mediador para la
emoción. Son diversas las características demográficas involucradas en las
percepciones (Smith y McCarthy, 2009), como el sexo, tamaño y estructura
de la familia (número de adultos, número de niños, número de ancianos),
la posesión de vivienda, el nivel educativo, la experiencia previa, si se
pertenece a una minoría étnica, entre muchas otras.

6.4. PERCEPCIÓN DE LA CALIDAD DEL AIRE

La evaluación de la calidad del aire es un valioso instrumento que le


proporciona a las autoridades una narrativa autoritaria sobre la calidad de
los elementos en el medio ambiente, pero al mismo tiempo existen otros
medios de evaluación, como la percepción de riesgo, que buscan
democratizar el acceso a la información relevante y a los procesos de toma
de decisiones con el fin de darle un sentido amplio a la información que
se proporciona a través de ambos medios (Phillimore y Moffatt, 2004). La
creciente complejidad que caracteriza a los problemas ambientales actuales
ha puesto de manifiesto la necesidad de formular nuevos enfoques que
aproximen el discurso físico con el social y que trasciendan del terreno
epistemológico al ontológico (Boada y Saurí, 2012).

Desde una perspectiva psicológica y cognitiva, la manera de percibir y


representar los riesgos de la contaminación depende de los procesos
cognitivos que los individuos de una sociedad integran durante su
desarrollo (Lammel y Kozakai, 2005). Las potencialidades de la percepción
ambiental se basan en el hecho de que los humanos no nos comportamos,
en general, de acuerdo con la realidad, sino a partir de cómo la percibimos.
Su utilidad, entonces, es más que evidente en dos asuntos: uno de carácter
aplicado y otro informativo o educativo. Por una parte es importante
conocer las imágenes mentales que tienen las personas que integran un
grupo sobre el entorno ambiental para prever la evolución y el

174
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

comportamiento individual y colectivo del mismo y así adecuar servicios


e infraestructura de acuerdo con las demandas y necesidades sociales de
los escenarios futuros previsibles. Por otra parte, la información
perceptual ha de permitir una mejor elaboración de los mensajes e
información que se han de difundir entre la sociedad a partir del
conocimiento de lo que cada individuo cree, siente o percibe, de modo
que se esclarezcan asuntos complejos o se corrijan creencias erróneas
(Martín-Vide, 2001).

Howel et al. (2002) insisten tanto en la necesidad de monitorear la calidad


del aire per se como en la de realizar estudios que evalúen la percepción de
la población de la zona sobre dicho tema. El público suele evaluar una
actividad, tecnología o peligro como algo riesgoso si percibe que la
exposición a dicho evento es involuntaria, si éste es poco familiar o
desconocido, si no es controlable por el público o si se controla por otros,
si es injusto, si permanece en la memoria a pesar de sus efectos, si causa
afectaciones emocionales, si es agudo o está delimitado en su espacio y
tiempo de exposición, si es fatal, latente, artificial o natural, indetectable y,
finalmente, si su mitigación se puede realizar individualmente (Nathan et
al., 1992).

Las decisiones fundamentadas en el conocimiento no son el único factor


involucrado en las decisiones de mitigación de riesgo; también debe
incorporarse el poder y la lucha retórica que se lleva a cabo entre los
grupos partidarios que deciden los niveles riesgo que son aceptables, o las
fuerzas de control que se deben ejercer sobre ellos (Nathan et al., 1992).
Un bajo nivel en la percepción sobre la calidad del aire está asociado con
una percepción negativa del ambiente desde un punto de vista social y
económico (Howel et al., 2002).

Se necesita un esfuerzo cognitivo que no sólo tome en cuenta la evaluación


de los riesgos, sino también la percepción de éstos y la comunicación

175
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

efectiva de la información, de tal manera que los procesos de toma de


decisiones sean compartidos entre las autoridades, los científicos y la
opinión pública, lo que cierra el ciclo de empoderamiento social (Nathan
et al., 1992). En general, el poder se puede ejercer tanto a través de la acción
como de la inacción, especialmente si uno estudia la capacidad de los
autoridades para resistir y manejar las presiones políticas y sociales que
emanan de las percepciones de riesgo de los grupos civiles (Phillimore y
Moffatt, 2004).

Gardner y Stern (1996) afirman que aunque la opinión pública es


bombardeada con datos alarmantes sobre los efectos nocivos de las
sustancias contaminantes en la salud humana, parece que la población
occidental, en general, no ha adquirido una conciencia clara de la gravedad
y la proximidad del problema, o cree que no le concierne de forma
inmediata, por lo que delega su responsabilidad, en parte a los políticos y
en parte en los científicos y técnicos. Mardones (2006) señala que la
valoración de los bienes ambientales, tales como el aire limpio, es difícil
porque los bienes ambientales no tienen mercado.

Para superar los problemas ambientales se requiere de un mayor


compromiso de la población. Para que este compromiso se pueda dar es
imprescindible restaurar los niveles de confianza entre la ciudadanía y el
Estado. Una de las causas de la desconfianza es la falta de información
clara y accesible brindada a los ciudadanos, que estimularía una
participación más activa no sólo para emitir opiniones y reaccionar frente
a las políticas diseñadas y aplicadas por el Estado, sino para actuar,
intervenir y participar en el debate público y en el diseño y puesta en
marcha de las políticas públicas relacionadas con la calidad del aire
(CEPAL, 2000).

Martín-Vide (2001) señala que la percepción ambiental constituye una


herramienta útil de análisis de la realidad para la planificación territorial y

176
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

la programación de acciones. Aunque los resultados que la percepción


suministre puedan, en ocasiones, discrepar abiertamente de la realidad,
sirven al gestor y al planificador en la toma de decisiones adecuadas para
la colectividad en sus relaciones con el marco físico. Al respecto, Catalán
et al. (2001) coinciden en que los trabajos de percepción ambiental
contribuyen en la planeación de soluciones ante la necesidad de
mejoramiento del medio ambiente.

6.5. OTROS ESTUDIOS EN PERCEPCIÓN DE LA CALIDAD DEL AIRE

Catalán-Vázquez y Jarillo-Soto (2010) realizaron una revisión de las


investigaciones acerca de la percepción pública de la contaminación del
aire que han sido publicadas de 1990 a 2009 a nivel mundial. En este
trabajo señalan que, al margen de la validez y el alcance de las
investigaciones acerca de la percepción pública de la contaminación del
aire, es posible analizar e interpretar los estudios publicados sobre el tema
desde las posturas que adoptan al seleccionar e investigar determinado
conjunto de fenómenos, a fin de mejorar la comprensión de los mismos y
las posibles intervenciones que se deriven de ello.

Un estudio llevado a cabo en el noreste de Inglaterra encontró que las


personas cuyas residencias se encuentran más cerca de los centros
industriales suelen evaluar la calidad del aire en menores niveles, además
de que están de acuerdo en que dicha calidad se debe a las industrias y que
el problema de la contaminación industrial es un problema serio (Howel
et al., 2002). En una investigación realizada al oriente del departamento de
Antioquia, Colombia, Muñoz et al. (2007) mencionan que existe una mayor
percepción de los efectos negativos en los individuos más expuestos —en
relación directa con la presencia del material particulado— por las
actividades económicas que se conjugan: el transporte masivo, la ubicación
del lugar de trabajo y las fuentes de contaminantes cercanas.

177
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Contrariamente, los menos expuestos evidencian una menor percepción


de la contaminación ambiental.

Por otra parte, en un estudio efectuado en la ciudad de Santiago de Chile,


las encuestas realizadas mostraron que la preocupación de los ciudadanos
por el tema ambiental es coyuntural y varía con el nivel de contaminación
existente y la difusión alcanzada al momento que se realiza la encuesta. Sin
embargo, la población es consciente de la contaminación atmosférica y un
alto porcentaje reconoce que el esmog los afecta (CEPAL, 2000). En el
mismo sentido, Molina et al. (2001) señalan que en la Habana, Cuba, los
efectos sobre la salud derivados de la exposición cotidiana a
concentraciones relativamente bajas de contaminantes atmosféricos son
objeto de escasa percepción, a diferencia de lo que ocurre durante
episodios agudos, ocasionados por accidentes industriales o condiciones
meteorológicas adversas.

En un estudio descriptivo realizado por Catalán et al. (2001) acerca de la


percepción que tiene la población adulta del Distrito Federal sobre la
contaminación del aire, encontró que de 394 personas encuestadas, 149
opinaron que lo más importante era la seguridad pública y 127 la
contaminación atmosférica. Sin embargo, el 93% señaló que el grado de
riesgo para la salud es muy alto debido a la mala calidad del aire. El análisis
de resultados indicó que el género, la escolaridad y el tiempo de residencia
en la ciudad modifican la percepción de los entrevistados. La edad y la
inmunidad subjetiva son señaladas por Valencia et al. (2011) como otras
variables relacionadas con la percepción de riesgo que los individuos
tienen sobre la contaminación del aire.

Catalán-Vázquez y Jarillo-Soto (2010) señalan que, en el caso de México,


se requiere que los estudios acerca de la contaminación del aire no sólo
generen conocimientos acerca de un problema, sino que también incluyan
lo que la población siente, opina y sabe, para así también conocer sus

178
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

propuestas e involucrar a los ciudadanos en el manejo de los riesgos


relacionados con este problema ambiental.

Lo anterior significa, entre otras cosas, promover la participación social en


la investigación misma. No obstante, Rodríguez-Ulloa y Rivera-Jacinto
(2009) mencionan que las personas apenas desarrollan comportamientos
proambientales, y señalan como una de las posibles causas de la
desinformación de la opinión pública. Al respecto, Bailey et al. (2014)
señalan que los medios de comunicación desempeñan un papel clave en la
traducción de la información científica para el discurso público. Además,
mencionan que las opciones gramaticales y las palabras empleadas
representan y construyen la incertidumbre en la información periodística
en diferentes contextos culturales y nacionales.

6.6. CONTEXTOS URBANOS

No es muy sorprendente afirmar que las personas más vulnerables son las
que viven en mayores niveles de riesgo, pero puede que sea nuevo el decir
que esas personas son también las que están en el último lugar cuando uno
considera la resiliencia y la capacidad adaptativa, la voz política o la
participación comunitaria, y que debido a éstas y otras muchas variables
contextuales, a menudo son incapaces de obtener una “experiencia de
aprendizaje”, especialmente de los contextos que ponen en riesgo su salud
y bienestar (Fielding, 2012).

El crecimiento desbalanceado de la población de las ciudades y la


expansión de la vida urbana es uno de los temas sociales que representan
la problemática que hemos tenido que enfrentar desde el siglo pasado
(Villalvazo et al., 2002). El progreso ha tenido efectos negativos en la salud
de los individuos y ha generado situaciones que tienen el potencial de
incidir en las reacciones de estrés, tales como el ruido, la contaminación y
el tráfico (Rydstedt et al., 1998). En un estudio realizado por Muñoz et al.

179
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

(2007) se observó que los individuos sometidos a altos niveles de


contaminación, ruido y congestión presentaron agotamiento, depresión,
desesperación, aburrimiento, irritación, angustia, tristeza y rabia, lo que les
impedía estar en una condición mental saludable para desempeñar sus
labores adecuadamente.

Se espera que los contextos urbanos en México sean significativamente


aversivos para los individuos, y se puede afirmar que los ciudadanos tienen
que utilizar una gran cantidad de sus recursos colectivos para asegurar su
supervivencia, lo que los somete a grandes cantidades de estrés, que
afectan su salud, calidad de vida y bienestar en general. Es necesario
entender cuáles son los elementos del contexto que se enfrentan en la vida
diaria, pues juegan un rol en el bienestar de los individuos, lo que está
directa e intricadamente relacionado con su comportamiento y desarrollo.

El mero concepto de contexto urbano ha enfrentado dificultades hasta en


su misma definición debido a todas las discusiones al respecto de las
particularidades para cada situación inherente, cada ciudad y cada país
(Villalvazo et al., 2002), a tal grado que se pueden encontrar contextos muy
variados dentro de la misma ciudad, incluso dentro de la misma colonia.
Algunas características se han descrito en varios estudios (Lima et al., 2012;
Flores et al., 2012; Bithas y Christofakis, 2006; Ahmed et al., 2005; Medina-
Mora, 2005; Villalvazo et al., 2002 y Allison, et al., 1999): las
muchedumbres, el tamaño de la población, la infraestructura involucrada
en los medios de transportación, las actividades realizadas por la población
que no son consideradas agrícolas, la exposición a actos violentos, la
exposición a altos niveles de contaminación atmosférica, el crimen y la
violencia, el tráfico y la generación de barrios marginales y vulnerables,
donde la calidad de vida de los individuos se ve gravemente
comprometida.

180
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

La población en México se encuentra por encima de los 106 millones de


habitantes (INEGI, 2005), y ha registrado hasta 27 millones de vehículos
automotores (más o menos un vehículo por cada cuatro individuos), que
utilizan 360 mil kilómetros de carreteras (CONAPO, 2008). Cuernavaca
es el municipio que tiene la conglomeración de personas más grande de
Morelos, dado que un 92.7% (COESPO, 2010) de sus 365 mil habitantes
(INEGI, 2013) son considerados parte de la población urbana. También
es uno de los 10 municipios más violentos del país (SEGOB, 2013),
además de que es uno de los lugares donde las personas se sienten más
temerosas en los vehículos de transporte público (INEGI, 2013).

La preocupación está relacionada con la ansiedad moderada en contextos


urbanos, lo que requiere un componente de evasión o cualquier otro que
permita el funcionamiento diario, de tal manera que sin él la emocionalidad
negativa puede escalar hasta llegar a niveles fóbicos y tener un impacto
significativo en la estructura social, económica y en el funcionamiento
individual (Taylor et al., 2008). La adaptación de los individuos a su
entorno natural y a los eventos que tal contexto les impone por lo general
son considerados demandantes, amenazantes o incluso peligrosos para los
individuos (Lazarus y Folkman, 1984). Esta reacción de estrés puede ser
disparada por una gran variedad de estímulos de percepción y emocionales
que comúnmente son encontrados en contextos urbanos. Estos estímulos
pueden ser otras personas, vehículos automotores, regulaciones
contradictorias y su aplicación indebida por parte de las autoridades, el
congestionamiento de tráfico y la sinergia de todos estos elementos en
aquello que conocemos como la vida urbana cotidiana, tales como la prisa
desmesurada de los individuos, la intolerancia hacia los demás y la
violencia. El mismo Selye (1978) admite que los contextos urbanos y las
grandes concentraciones de personas son importantes causas de estrés, y
explica las consecuencias que genera el estar inmerso en un contexto de
esta naturaleza.

181
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Aunque hay muchas personas que tienen el privilegio de elegir su lugar de


residencia —aún si son conscientes de los riesgos por inundación en una
locación dada—, hay muchos otros que no tienen esta capacidad de
elección, y por lo tanto son más vulnerables: es en éstos donde la
percepción de riesgo juega un rol fundamental (Willis et al., 2011). No es
un gran secreto que las personas en mayor grado de vulnerabilidad social
son las que viven en zonas de riesgo más alto, pero no es común entender
que son los últimos en términos de resiliencia y capacidad adaptativa, voz
política e interacción comunitaria, y que debido a éstas y otras variables
contextuales suelen no adquirir “experiencias de aprendizaje” de los
eventos, incluso de las inundaciones (Fielding, 2012). Hay factores
cognitivos que también influyen en la percepción de riesgo, de tal manera
que el llevar a cabo un comportamiento preventivo (como colocar bolsas
de arena que protejan la casa-habitación) se reducirá la probabilidad de
llevar a cabo otras medidas complementarias de naturaleza preventiva
(López-Marrero, 2010).

La imposibilidad de elegir el lugar de residencia no sólo es un indicador


económico, sino que también refleja una incapacidad de disponer de un
amplio número de recursos en el momento en el que se necesitan, lo que
a su vez impacta en los cálculos probabilísticos que determinan las
estrategias de afrontamiento (Willis et al., 2011). La capacidad adaptativa
de los individuos está determinada por los recursos naturales, materiales,
económicos, institucionales, humanos, sociales y políticos que tienen a su
alcance para disponer de ellos en caso de un desastre, y esto tiene un
impacto en la manera en la que enfrentan los peligros y, a su vez, en cómo
los perciben y los riesgos que emanan de ellos (López-Marrero, 2010).
Algunos estudios consideran el valor de la tierra como una variable dentro
del estudio del riesgo y la vulnerabilidad (Lousky, 2010). Países como
México deben observar que la pobreza extrema obliga a las personas a
residir en zonas que incluso no están disponibles para la venta debido a su
alto nivel de riesgo.

182
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

El futuro no les pertenece a las siguientes generaciones, el futuro de la


humanidad depende directamente de las decisiones que tomemos hoy
sobre los procesos de transformación de la materia que tienen como
consecuencia la emisión de sustancias contaminantes al ambiente,
incluyendo al aire.

6.7. REFERENCIAS

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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

191
CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE

Contaminación Urbana del Aire

se terminó de imprimir en el mes de septiembre de 2014,


en los talleres de Dicograf, S.A. de C.V.
Poder Legislativo 304, Cuernavaca, Morelos.
La edición consta de 500 ejemplares
para su composición se utilizó el tipo Garamond.

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Debieron transcurrir millones de años para que apareciera el ser humano en la Tierra.
A partir de entonces, su capacidad de transformación del entorno ha provocado altera-
ciones significativas en el planeta, aún más evidentes a partir de la revolución industrial.
Las diversas actividades humanas producen gases y partículas que originan mezclas
complejas en cantidades tales y con tal duración, que son perjudiciales para la flora y la
fauna; afectan los cuerpos de agua y los suelos, la salud pública y los bienes materiales.
Una serie de factores como la densidad de población, el consumo de energía, los proce-
sos industriales, los medios de transporte y los fenómenos meteorológicos, entre otros,
está relacionada directamente con la contaminación atmosférica. En el sector salud se
estima que el deterioro de la calidad del aire causa entre 200 mil y 570 mil muertes
anuales en el mundo. La problemática de la contaminación del aire ha sido reconocida
como un tema importante, principalmente en las zonas urbanas, y se debe abordar
como una compleja relación entre ambiente, crecimiento económico, valores sociales y
políticas de gestión. En este libro se abordan diversos temas relacionados con el origen
de la contaminación urbana del aire, además de sus aspectos fisicoquímicos, microbio-
lógicos, meteorológicos y sociales, lo que permitirá al lector tener una visión amplia de
esta problemática, además de constituirse en una herramienta que puede ser utilizada
por estudiantes de licenciatura de diferentes disciplinas e interesados en el tema.

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