2014 - Libro - Contaminación Urbana Del Aire. Aspectos Fisicoquímicos, Microbiológicos y Sociales PDF
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2014 - Libro - Contaminación Urbana Del Aire. Aspectos Fisicoquímicos, Microbiológicos y Sociales PDF
Enrique Sánchez-Salinas
Ma. Laura Ortiz Hernández
María Luisa Castrejón Godínez
(compiladores)
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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE
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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE
Enrique Sánchez-Salinas
Ma. Laura Ortiz-Hernández
María Luisa Castrejón-Godínez
(compiladores)
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ISBN 978-607-8332-59-5
Impreso en México
Reservados los derechos
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ÍNDICE
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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE
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AUTORES
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PRESENTACIÓN
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CONTAMINACIÓN URBANA DEL AIRE
CAPÍTULO 1
LA CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA URBANA: GESTIÓN
Y POLÍTICA PÚBLICA DE LA CALIDAD
DEL AIRE
1.1. INTRODUCCIÓN
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Un primer paso para avanzar en esta dirección sería que los gobiernos de
cada país incorporen expresamente un componente urbano en sus
políticas tanto económicas como ambientales y sociales.
Las relaciones que los seres humanos establecen con la naturaleza son
siempre dobles: individuales o biológicas y colectivas o sociales. En el nivel
social, el conjunto de individuos articulados mediante relaciones o nexos
de diferentes tipos se organiza para garantizar su propia subsistencia y
reproducción; asimismo, extrae energía de la naturaleza por medio de
estructuras metaindividuales o artefactos y excreta toda una gama de
residuos (Toledo, 2008). La introducción antrópica de estos residuos altera
la estructura natural de los ecosistemas (acuáticos y terrestres), lo que da
origen a la contaminación.
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Las Directrices sobre Calidad del Aire elaboradas por la OMS están
concebidas para ofrecer una orientación mundial para reducir las
repercusiones sanitarias de la contaminación del aire. Las primeras
directrices, publicadas en 1987 y actualizadas en 1997, se restringían al
ámbito europeo; sin embargo, en 2005 fueron planeadas para el resto del
mundo y se basan en una evaluación de pruebas científicas vigentes,
llevadas a cabo por expertos. En ellas se recomiendan nuevos límites de
concentración de algunos contaminantes en el aire (como las PM, ozono
(O3), NO2 y SO2) para reducir de modo significativo los riesgos sanitarios
en todas las regiones de la OMS (2011).
Con el propósito de proteger la salud humana, los gobiernos empezaron a
utilizar normativas para controlar los niveles de concentración de
contaminantes ambientales. Estas normas se basan en especificaciones,
características y estudios realizados que evalúan la exposición de un
contaminante en diferentes periodos y sus efectos en la salud (INECC,
2009). Las normas de calidad del aire constituyen el elemento esencial para
la evaluación, prevención y control de la contaminación atmosférica. En
México, el gobierno federal, por conducto de la Secretaría de Salud, es el
que establece los límites máximos permisibles de concentración de
contaminantes a través de las Normas Oficiales Mexicanas (Tabla 1.1).
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Las autoridades que establecen las normas de calidad del aire normalmente
evalúan todas estas condiciones para determinar si el control de emisiones
logra que los contaminantes lleguen a los niveles establecidos en las
normas, o bien a la frecuencia aceptable, que es el número de veces que se
permite exceder los niveles establecidos (Zuk et al., 2007).
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1.7. REFERENCIAS
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CAPÍTULO 2
FUENTES QUÍMICAS DE LA CONTAMINACIÓN
TROPOSFÉRICA
2.1. INTRODUCCIÓN
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regular los gases de efecto invernadero que han dado origen a los
protocolos de Kyoto (United Nations Framework Convention on Climate
Change, 2014), que invitan a los países a disminuir las emisiones de estos
gases hasta un 5% en comparación con sus niveles de 1990.
Posteriormente, en Varsovia, se ampliaron los mecanismos para dar
cumplimiento a la meta de impedir que la temperatura de la Tierra
aumentara 2°C. El límite del aumento en la temperatura para que ésta sea
considerada como fuera de control es de 4°C.
Esta visión de largo alcance temporal sobre la presencia de los gases traza
con efecto invernadero —aparentemente inocuos en su origen—, que
tiene una repercusión de grandes proporciones en el clima, contrasta con
la presencia de compuestos bien establecidos por su efecto nocivo en la
salud y por el deterioro que causan en la calidad del aire en zonas urbanas
en el corto plazo. Si bien desde hace tiempo se conocen con certeza los
efectos perjudiciales del ozono, el ácido sulfúrico, el ácido nítrico y la
presencia de material particulado en la salud, no es sino hasta hace algunos
años que se ha llegado a un consenso respecto a las cantidades,
concentraciones y al tiempo de exposición a estas sustancias. El hecho de
contar con una legislación y reglamentación al respecto no significa que
los principales contaminadores, es decir, los automotores, disminuyan el
consumo de combustibles o el monto de su emisión. La ventaja del uso de
motores de combustión interna es muy notoria en el desarrollo económico
occidental. Tanto el transporte como la generación de energía se basan en
el petróleo. La bonanza económica durante el siglo XX y durante el actual
tiene como piedra angular la explotación masiva de los hidrocarburos
(Hirsh et al., 2005). De igual forma, el desarrollo de las ciudades y el
deterioro de la calidad del aire en el entorno se han incrementado
históricamente desde que el desarrollo económico se fincó en esta fuente
energética.
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Más del 90% de la masa atmosférica total reside en la tropósfera, así como
la mayor parte de los gases traza (Finlayson-Pitts y Pitts, 1999). Debido a
que la tropósfera es la capa más baja de la atmósfera, no es sorprendente
que la mayor parte de los gases que en ella existen provenga de la superficie
terrestre. Sin embargo, una buena parte de algunos gases, como el NOx y
el CO, pueden ser producidos por tormentas eléctricas en las nubes
(Huntrieser et al., 1998). Las fuentes sobre la superficie terrestre incluyen
tanto ecosistemas naturales como los desarrollados por el hombre, sean
éstos ciudades, pueblos, granjas, pantanos o el océano (Fehsenfeld et al.,
1988). La mayor parte de las emisiones a la tropósfera ocurren en el
hemisferio norte debido a que en esa mitad de la Tierra hay más masa
continental, más población y se concentra la mayor cantidad de desarrollo
industrial (Bakwin et al., 1994).
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0.09 ppm, en tanto que para ocho horas es de 0.07 ppm. Puede observarse
entonces que los niveles en México son ligeramente superiores respecto a
los de California. Esto es aún más notorio al observar que lo establecido
en la Unión Europea y por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es
de 0.06 ppm y 0.05 ppm, respectivamente, para ocho horas de exposición.
Esto es debido a que la OMS ha solicitado a los países sin legislación ni
monitoreo que acaten un plan de medición y presenten los resultados de
forma pública.
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H + O2 → HO2 (4)
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para liberar los reactivos que le dieron origen. A 25° C y con un 62% de
humedad relativa ocurre una disolución espontánea de esta sal, lo que la
hace muy activa en lugares con una humedad relativamente alta a lo largo
del año (Adams et al., 1999). Este equilibrio químico permite que dos
especies tan disímiles como un ácido fuerte y una base fuerte puedan
coexistir en la atmósfera. También permite que estas especies químicas
sean transportadas largas distancias y que cuando pierdan humedad y se
sequen vuelvan a ser emitidas en un ambiente remoto a su origen (Park et
al., 2004).
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R• + O2 + M → RO2• + M (20)
Radical alquilo Óxigeno molecular Radical alquilperóxido
O(1D) + O2 → O3 (23)
Átomo de oxígeno Óxigeno molecular Ozono
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alto peso molecular. Debido a que estos compuestos son procesados por
las reacciones radicalarias, no permanecen tal como fueron emitidos, sino
que se oxidan lentamente, con lo que dan origen a los llamados
compuestos secundarios. Por tanto, el esmog fotoquímico involucra
radiación solar, óxidos de nitrógeno (NO+NO2) y compuestos orgánicos
reactivos (ROs), estos últimos provenientes de una gran diversidad de
compuestos orgánicos tanto naturales como antropogénicos.
Evidentemente, si hay una gran contaminación de gasolina no quemada,
disolventes orgánicos y gases como el butano en la atmósfera urbana, el
ambiente será rico en ROs bajo una radiación solar intensa.
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de SOx tiene una gran utilidad práctica, pues nos permite comparar las
concentraciones que se deben exclusivamente a fuentes fósiles con las que
se producen las fuentes naturales. Además de estos gases, también se emite
monóxido de carbono (CO), que es un indicador primario de emisión, ya
que tiene una reactividad moderada en la tropósfera y solamente es
emitido por motores de combustión interna. De los compuestos ROs, los
más importantes son el tolueno, pentano, butano, etano, eteno, octano y
xileno (Jacobson, 2002).
N2 + O2 → 2NO (24)
Nitrógeno molecular Óxigeno molecular Óxido nítrico
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1 d NO2
= k1 NO O2 (Ecuación 3)
2 dt
Mañana y mediodía:
HCHO (g) + hv → HCO + H (27)
Formaldehído Radiación <334nm Radiación formilo Átomo de hidrógeno
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Por la tarde:
Una vez que los compuestos ROs son emitidos a la tropósfera les lleva un
poco de tiempo convertirse en radicales libres por acción química o
fotólisis. Se conocen cinco agentes químicos de degradación de ROs: OH,
HO2, O, NO3 y O3. El ozono y el peróxido de hidroxilo se encuentran
durante el día y la noche, y el NO3 sólo está presente en la noche, debido
a que se fotodegrada con radiación visible.
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Figura 2.5. Dinámica del SO2 en la tropósfera. El estado de oxidación del azufre
cambia de acuerdo a la etapa en que se encuentre en la atmósfera.
A diferencia del depósito seco sobre las superficies que caracteriza a los
compuestos nitrados, los compuestos con base de azufre se mantienen
principalmente en estado de condensación. La presión de vapor del HNO3
es suficientemente alta como para mantenerse en fase gaseosa en los
niveles de concentración de ppb o ppt comunes en la tropósfera. Sin
embargo, el H2SO4 tiene una presión de vapor muy baja, por lo que se
mantiene en fase líquida incluso disuelto en agua a distintas
concentraciones en la tropósfera (Marti et al., 1997).
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OH + SO2 + M HOSO2 + M
Oxidrilo Dióxido de azufre Aducto sulfuroso
Por último, el SO3 reacciona con una molécula de agua para formar ácido
sulfúrico. El mecanismo de esta reacción ha sido debatido por mucho
tiempo. Se han colectado suficientes pruebas para establecer que el SO3
forma un complejo con la molécula del agua, pero que requiere una
segunda molécula de agua para romper el equilibrio energético y formar
un complejo de transición de seis miembros. Un mecanismo alternativo
que no puede ser descartado es la reacción de la molécula de SO3 con un
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Los iones sulfato (SO4)2-, nitrato (NO3-) y amonio (NH+) son las especies
químicas más importantes en la composición secundaria de aerosoles.
Estos compuestos influyen en el balance químico de las gotas de nube
como núcleos de condensación e impiden que se disipen en condiciones
extremas de humedad.
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2.8. REFERENCIAS
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CAPÍTULO 3
FRACCIÓN ORGÁNICA ASOCIADA A LOS AEROSOLES
ATMOSFÉRICOS: FUENTES, MECANISMOS DE
TRANSFORMACIÓN Y EFECTOS SOBRE LA SALUD
3.1. INTRODUCCIÓN
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Por otra parte, se sabe sobre la asociación entre partículas que conforman
el aerosol atmosférico con su fuente original, el mecanismo por el que
adquieren un tamaño determinado y los compuestos químicos que lo
forman (Seinfeld y Pandis, 1998).
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tienen entre 2 y 10 µm, lo que explica una gran cantidad de lesiones, como
las hiperplasias, displasias y metaplasmas.
Por tal motivo, se ha planteado que los factores que más influyen sobre el
efecto tóxico de las partículas son, en primer lugar, la composición
química, puesto que son muchos los compuestos asociados con las
aeropartículas. Éstos se incorporan a la atmósfera, ya sea por emisiones
biogénicas o antropogénicas, y pueden ser de origen orgánico e inorgánico.
Los orgánicos detectados en las aeropartículas pueden ser divididos en dos
grandes grupos: los que se condensan sobre las partículas preexistentes y
los oxidados. Dentro de los condensados se encuentran los n-alcanos y los
hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) fundamentalmente, mientras
que dentro de los oxidados se han identificado ácidos carboxílicos,
aldehídos, cetonas, quinonas, esteres, fenoles y dioxinas (Cautreels y Van
Cauwenburghe, 1976; Alves et al., 2001; Re-Poppi y Santiago-Silva, 2004).
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200 ppt) (Atkinson, 1991) y [NO2] = 2.4 x 1012 (~ 100 ppb) moléculas cm-3. * Tomado
de Atkinson y Arey (1994). **Tomado de Brubaker e Hites (1998).
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Behymer y Hites (1988) observaron que los HAP eran más estables a la
fotólisis cuando eran adsorbidos en la fracción grafítica de carbón y ceniza.
Lo mismo fue reportado para los nitro-HAP (Holder et al., 1994). Estas
observaciones contrastan con la rápida fotodegradación de HAP y nitro-
HAP adsorbidos en partículas de hollín con alto contenido de compuestos
orgánicos (Kamens et al., 1988; Fan et al., 1995).
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Aunque los HAP constituyen sólo el 20% del total de los hidrocarburos
en el petróleo, son responsables de casi toda la toxicidad. Se sabe que los
HAP de menor peso molecular son menos tóxicos, y que predominan en
su fase de vapor en las zonas urbanas, donde pueden reaccionar con otros
contaminantes (óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno, ozono) para formar
derivados más tóxicos (Park et al., 2001).
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Para evaluar el daño genético que pueden inducir los HAP y sus derivados,
los nitro-HAP, han sido utilizados diversos sistemas biológicos. Uno de
los más comunes es la prueba de Ames con el ensayo estándar de
incorporación en placa, que permite evaluar el potencial mutagénico de
cientos de compuestos químicos (Ames et al., 1973, 1975; Černá et al.,
1999; Villalobos-Pietrini et al., 2006). Los resultados obtenidos de este
ensayo sugieren la presencia de compuestos con alto potencial
cancerígeno, debido a que se ha observado una estrecha relación con su
capacidad para inducir mutaciones.
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El daño genético que pueden inducir los HAP y sus derivados se evalúa
mediante el uso de sistemas biológicos. La prueba de Ames es una de las
más utilizadas en el mundo, pues permite evaluar el potencial mutagénico
de cientos de compuestos químicos presentes en los aerosoles
atmosféricos.
3.10. REFERENCIAS
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CAPÍTULO 4
LA AEROBIOLOGÍA Y SU CONTRIBUCIÓN
A LA CALIDAD DEL AIRE
4.1. INTRODUCCIÓN
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regiones áridas del planeta; pero los huracanes, los volcanes, los incendios
y las fuentes antropogénicas contribuyen también a la inclusión de material
biológico en el aire (Smith et al., 2010). Además, factores como la altitud,
la temperatura, la humedad, la dirección e intensidad del viento, la
radiación solar, la contaminación y el tiempo de residencia de las partículas
en el aire determinan la viabilidad de los microorganismos y sus
potenciales efectos en la salud, la ecología y el clima.
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Esta ciencia tiene hoy en día gran importancia por sus aplicaciones en la
salud, además de que está estrechamente relacionada con diferentes
disciplinas del conocimiento (Figura 4.2).
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4.4. AEROSOLES
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4.5. BIOAEROSOLES
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Por otro lado, se han descrito numerosos géneros de algas aisladas del aire,
procedentes del suelo y de lagos eutróficos. Asimismo, amebas de vida
libre como Naegleria y Acanthamoeba pueden ser aerolizadas de forma
natural (en lagos o manantiales termales) o artificial (a través del sistema
de aire acondicionado o de humidificadores) (Stetzenbach, 1997; De la
Rosa et al., 2002).
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Las esporas de hongos son uno de los componentes más comunes en las
partículas suspendidas en el aire y tienen la capacidad de crecer en
prácticamente todos los ecosistemas de la Tierra, además de que también
son eficientes en la formación de bioaerosoles por su resistencia al estrés
atmosférico (Després et al., 2012). La fuente primaria de los aerosoles
fúngicos son plantas, suelos, residuos orgánicos y materia orgánica en
descomposición (Heald y Spracklen, 2009). Las mediciones de aerosoles
fúngicos en la atmósfera han reportado concentraciones promedio de 10
mil a 50 mil esporas por metro cúbico, aunque en algunas ocasiones
exceden las 200 mil (Dallafior y Sesartic, 2010). Algunos géneros fúngicos
como Alternaria incluyen numerosas especies saprofitas, endofíticas y
patógenas ampliamente distribuidas en el suelo y en la materia orgánica en
descomposición. Pueden sintetizar metabolitos secundarios tóxicos para
las plantas (fitotoxinas), algunos de los que afectan también a personas y
animales, por lo que se consideran micotoxinas. Se ha demostrado que las
toxinas de Alternaria spp tienen capacidad genotóxica, mutagénica,
carcinogénica y citotóxica. Además, determinadas especies de Alternaria
están implicadas en infecciones y alergias humanas, hasta el punto en que
se le considera como uno de los principales géneros fúngicos causantes de
alergias (Pavón et al., 2012). En la tabla 4.2 se muestran enfermedades
microbianas transmitidas por microorganismos del aire (De la Rosa et al.,
2002; Després et al., 2012).
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A pesar de todo lo anterior, Roy et al. (2010) señalan que son relativamente
pocos los microorganismos que son patógenos por vía aerosol cuando se
tiene en cuenta la abundancia de la vida microbiana a la que estamos
expuestos por nuestro contacto cotidiano con la atmósfera. Este exclusivo
grupo de patógenos microbianos ha evolucionado para sobrevivir a las
condiciones de estrés asociadas al entorno aéreo.
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Tabla 4.4. Correlación entre las diferentes clases de calidad microbiológica sugeridas
por la FS209E, la NASA, la EU GMP, el IMA y el ISO, basadas en UFC/m3 en
placas de muestreo (Pasquarella et al., 2000).
EU FS209E† NASA‡ EU GMP* IMA§ ISO•
GMP*
Calidad Grados Clases CFU/m3 s.p. ‡‡ CFU/m3 s.p.** s.p.††
Buena A 100 3.5 0.6 <1 <0.25 0 5
Regular B 100 3.5 0.6 10 1.25 5 5
Mala C 10,000 17.6 3 100 12.5 - 7
Riesgo D 100,000 88.4 15 200 25 25 8
*European Union Good Manufacturing Practice.
† Federal Standard for Air Contamination by Inert Particles.
‡ National Aeronautics and Space Administration.
§ Index of Microbial Air Contamination.
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Para proteger la salud humana se han hecho esfuerzos para establecer los
límites de exposición a los bioaerosoles. Sin embargo, los límites de
exposición propuestos se limitan a las endotoxinas y a las esporas de
hongos. Por otra parte, el establecimiento de límites se complica por la
gran diversidad de organismos y sus productos que se encuentran en el de
aire, así como por la dificultad que plantea la toma de muestras y el análisis
de los bioaerosoles (Dungan, 2010; Fischer y Dott, 2003).
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CAPÍTULO 5
MODELOS PREDICTIVOS Y DE CONSTRUCCIÓN DE
CAMPOS DE FLUJO DE VIENTO
5.1. INTRODUCCIÓN
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Se puede decir que este método consiste en: 1) generar un campo de viento
continuo; 2) hacer un análisis para calcular la distancia más corta; 3) crear
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Figura 5.2. Grafo final en el cual se une el punto a inicial con el punto final para
determinar una trayectoria de una línea de flujo de viento (Li et al., 2014).
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grafo tiene mucha similitud con el del trabajo anterior. En nuestro caso,
usamos también el criterio de la distancia más corta entre dos estaciones a
unir. Dada la flexibilidad del grafo, en caso de que aumenten las estaciones
proveedoras de datos de velocidad y dirección del viento, los nodos a
aumentar son unidos con los nodos más cercanos, vigilando que cada lado
del triángulo formado tenga un vecino por lado. De esta forma, cuidamos
la propiedad de conectividad del grafo, que es muy importante para formar
las trayectorias que deseamos. En la figura 5.3 se muestra cómo se
transforma un grafo original a otro cuando se aumentan las estaciones. En
este caso, las estaciones que se agregaron son representadas por nodos en
color de fondo blanco y arcos amarillos. Cabe destacar que la topología
del grafo sólo se modificó localmente y además se conservó su
conectividad. Al aumentar el número de estaciones, la interpolación
mejora; por lo tanto, el desempeño en la predicción también mejora.
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Las reglas que invalidan datos son aquéllas definidas en el documento para
las variables meteorológicas de interés, velocidad y dirección del viento,
que son:
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Figura 5.6. Modelo de una neurona artificial propuesto por McCulloch y Pitt, 1943.
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Dado que en este tipo de redes no existe una salida deseada, hay varias
posibilidades en cuanto a la interpretación de la salida que obtienen, que
dependen de su estructura y del algoritmo de aprendizaje empleado. En
algunos casos, la salida representa el grado de similitud entre la
información que se presenta en la entrada de la red y la información que
se le ha mostrado hasta entonces (en el pasado). En otros casos, la red
neuronal artificial (RNA) podría establecer categorías o grupos
(clusterización), de modo que la salida indicaría la categoría a la que
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Las conexiones entre las dos capas que forman la red son siempre hacia
adelante, es decir, la información se propaga desde la capa de entrada hacia
la capa de salida. Cada neurona de entrada i está conectada con cada una
de las neuronas de salida j mediante un peso wij. De esta forma, las
neuronas de salida tienen asociado un vector de pesos Wj llamado “vector
de referencia” (o codebook), debido a que constituye el vector prototipo (o
promedio) de la categoría representada por la neurona de salida j. Así, el
SOM define una proyección desde un espacio de datos en alta dimensión
a un mapa bidimensional de neuronas.
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Instancias de Patrones de
aprendizaje flujo
Flujo1
{1,2,3,10,20,33,34}
v1 Flujo2 Flujo
{13,15,21,23,33,32,31,3 {13,15,21,23,33,32,3
0} 1,30}
vn
Flujo N
{13,15,21,23,33,32,31,3
0}
Figura 5.11. Diagrama del flujo de los procesos utilizados para la obtención de los
patrones del flujo a partir de un conjunto de instancias.
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Para nuestro caso, las SOM son alimentadas con las instancias de
aprendizaje de flujos de viento, es decir, con las secuencias de
estaciones determinadas a través del algoritmo descrito en la sección
anterior y que indican hacia dónde fluye el viento. En la figura 5.12 se
observan las capas de entrada y salida de las SOM. Para el problema
específico de este proyecto, se puede observar que hemos elegido una
F {1,2,8,17,28,32}
1
W {1,2,8,17,28,31}
1
.
.
.
W {1,3,10,20,33,3
2
4}
F {14,15,21,20,19}
N
W {16,17,19,20,23,
3
22}
Relación de similaridad
Resulta ganadora aquella neurona que se parece a la
entrada con un porcentaje mayor al 60%
Figura 5.12. Capas de entrada y salida de las SOM para el
problema en específico de este proyecto.
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𝑥𝑖 = {1,2,8,12,14}
〉 𝑥 se parece en un 60% a 𝑤𝑖
𝑤𝑖 = {1,2,8,14,16} 𝑖
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Diferentes enfoques para modelar los campos de flujo de viento han sido
desarrollados. La modelación de los flujos de viento es necesaria debido
a la falta de mediciones en puntos potenciales de las trayectorias de flujo.
Entre los modelos más importantes de flujos de viento se pueden citar los
modelos basados en modelos estadísticos y numéricos. De estos últimos,
los más usados son el WAsP, que está basado en la teoría de Jackson-Hunt.
WAsP captura la tendencia de la velocidad del viento que aumenta sobre
los terrenos altos y decrece en los valles, y es uno de los modelos más
usados, particularmente en Europa.
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El uso de redes neuronales, en este caso SOM, es muy útil para generar
patrones de flujos de vientos, con y sin vórtices, ya que se pueden utilizar
para predecir las trayectorias de los flujos en universos con información
incompleta. Por ejemplo, dada una situación con información insuficiente
para construir una trayectoria de flujo del viento, ésta se puede construir
haciendo una comparación con los patrones obtenidos previamente y
completar su información con el patrón con el cual se haya obtenido el
mayor parecido. Por otro lado, los patrones generados por las redes
neuronales ayudan a facilitar el análisis de los flujos de viento, pues no es
lo mismo perderse en un mar de información derivada de todos los flujos
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5.14. REFERENCIAS
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CAPÍTULO 6
PERCEPCIÓN AMBIENTAL: HERRAMIENTA DE ANÁLISIS
DE LA REALIDAD
6.1. INTRODUCCIÓN
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Jaeger et al. (2001) definen los tres elementos que distinguen la variada
conceptualización del riesgo:
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No es muy sorprendente afirmar que las personas más vulnerables son las
que viven en mayores niveles de riesgo, pero puede que sea nuevo el decir
que esas personas son también las que están en el último lugar cuando uno
considera la resiliencia y la capacidad adaptativa, la voz política o la
participación comunitaria, y que debido a éstas y otras muchas variables
contextuales, a menudo son incapaces de obtener una “experiencia de
aprendizaje”, especialmente de los contextos que ponen en riesgo su salud
y bienestar (Fielding, 2012).
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6.7. REFERENCIAS
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Debieron transcurrir millones de años para que apareciera el ser humano en la Tierra.
A partir de entonces, su capacidad de transformación del entorno ha provocado altera-
ciones significativas en el planeta, aún más evidentes a partir de la revolución industrial.
Las diversas actividades humanas producen gases y partículas que originan mezclas
complejas en cantidades tales y con tal duración, que son perjudiciales para la flora y la
fauna; afectan los cuerpos de agua y los suelos, la salud pública y los bienes materiales.
Una serie de factores como la densidad de población, el consumo de energía, los proce-
sos industriales, los medios de transporte y los fenómenos meteorológicos, entre otros,
está relacionada directamente con la contaminación atmosférica. En el sector salud se
estima que el deterioro de la calidad del aire causa entre 200 mil y 570 mil muertes
anuales en el mundo. La problemática de la contaminación del aire ha sido reconocida
como un tema importante, principalmente en las zonas urbanas, y se debe abordar
como una compleja relación entre ambiente, crecimiento económico, valores sociales y
políticas de gestión. En este libro se abordan diversos temas relacionados con el origen
de la contaminación urbana del aire, además de sus aspectos fisicoquímicos, microbio-
lógicos, meteorológicos y sociales, lo que permitirá al lector tener una visión amplia de
esta problemática, además de constituirse en una herramienta que puede ser utilizada
por estudiantes de licenciatura de diferentes disciplinas e interesados en el tema.