Carl Rogers-Sanchez Bodas
Carl Rogers-Sanchez Bodas
Carl Rogers-Sanchez Bodas
ROGERS
Andrés Sánchez Bodas
Con la colaboración de Lucrecia
Sánchez Berneman
Palabras preliminares
Cuando la Editorial Lea, me solicitó escribir este libro sobre el “Conocer a Carl Rogers”
y su obra, me encantó la idea y la acepté. Al comenzar la tarea, y entrar en contacto con
lo escrito por y sobre el autor, me invadieron dos intensas sensaciones, la primera
vinculada a una gran responsabilidad, la segunda la emoción de tener que volver a leer
textos que hace varios años no leía.
La responsabilidad estaba vinculada a que hay pocas obras en castellano dedicadas a
sintetizar lo producido por Rogers, y por otro lado saber que tenía que escribir
claramente, en pocas líneas un pensamiento, si bien no complejo en su expresión, muy
profundo en su concepción.
La responsabilidad porque se me considera un experto en el tema, y hay que hacer honor
a esa consideración. La emoción por la relectura, no solo continuó en el transcurrir de la
tarea, sino que persiste aún hoy, y me permitió des- cubrir (de sacar la cubierto) nuevas
facetas del impactante pensar “rogeriano”.
Es sabido que cuando uno relee o vuelve a estudiar, autores o textos que fueron parte de
una formación, a varios años de haberlo hecho, se los lee o estudia desde un nuevo lugar,
así aconteció. Este trabajo me encuentra a treinta y dos años de haberme recibido de
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Psicólogo, y a dieciocho años de haber introducido, creado la carrera y profesión de
Counseling Humanístico en nuestro país.
Por otra parte habiendo escrito y compilado varios libros de la especialidad, y ser
Director de Holos San Isidro, la primera escuela de counseling de Argentina, dar
seminarios, coordinar talleres, y dar clases especiales sobre el tema, aumentó la exigencia.
Por ello lo de la responsabilidad, ante mi mismo, mis lectores, mis alumnos, y mis colegas
del Enfoque Centrado en la Persona. Volver al un libro de Rogers que leí, y encontrar
un billete de 10 pesos ley 14 mil no se cuanto, habla un poco de mi descuido de entonces,
y por el otro del tiempo transcurrido.
El tiempo y la relectura, volver a las fuentes, recomenzar desde otro lugar de experiencia,
me nutrió tanto, que, aunque aún no se si este libro será bien recibido por los lectores,
ha sido para mi un acto revelador, y con eso me basta.
De hecho, ante la necesidad de presentar un trabajo escrito en un Encuentro Argentino
del ECP (Noviembre de 2005), decidí hacerlo desde este retorno, y lo titulé: “ Rogers
antes de Rogers”, en el mismo expresé los orígenes de su pensamiento, que también
leerán expuestos en este libro.
Desde otro aspecto, la recolección de información me llevó a pedir ayuda a mi hija
Lucrecia, que es estudiante de Psicología en la Universidad de Belgrano. Necesito aclarar
aquí algo, ella deseaba o quería estudiar Counseling, pero sinceramente mi mujer (que es
Abogada y Counselor) y yo, pensamos que era muy difícil para ella hacerlo en tanto su
padre es quien es en esta profesión, por ello lo de la Psicología, luego verá.
En la tarea, Lucrecia no solo recolectó datos, sino que los informatizó y organizó de una
manera que facilitó muchísimo la tarea, por ello decidí, no simplemente agradecerlo en
la presentación del texto (como hacen muchos autores), sino incluirla como coautora en
la producción de este material.
En los agradecimientos, van primero a Pedro Ferrantelli, director y dueño de la Editorial,
a su mujer Marité Martínez, brillante counselor y profesora en varias materias de esta
disciplina, y al personal de Lea tomando a Adrián Rimondino como la persona que
espero represente a todo el equipo.
Dedicamos este libro a Claudia Berneman, mamá y esposa, como pocas tan buenas hay,
obviamente para Lucre y para mí.
Lucrecia y Andrés
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Introducción
Escribir un libro que pueda dar cuenta en forma sintética los aportes de Carl Rogers a
la Psicología en particular, y a las ciencias y/o disciplinas humanas en general es como
mencioné en las palabras preliminares una tarea muy difícil. Nos encontramos con un
autor muy prolífico, no solo en cuanto a sus publicaciones (libros y escritos), sino y por
sobre todo, a los múltiples ámbitos en que fue desplegando su tarea.
Por otra parte, hablar o escribir sobre y de él, no solo implica conocer y entender sus
teorías acerca del funcionamiento humano, sino que es fundamental poder comprender
vivencialmente su legado. Solo de esa manera se puede transmitir quién fue como
persona, que nos dejó como profesional de las relaciones de ayuda (Psicoterapia y
Counseling), y como ideólogo de un modo de estar y ser para con el otro, aplicable en
cualquier tipo de vínculo humano, que pretenda el crecimiento personal.
Desde sus inicios como Psicoterapeuta, siendo uno de los principales creadores del
Movimiento Humanístico en la Psicología (denominado como la tercera fuerza de la
psicología contemporánea), amplió su campo de acción, tanto profesional como teórica,
hacia ámbitos sociológicos, laborales organizacionales, pastorales, educacionales y
político culturales.
Esta trayectoria puede sintetizarse como un pasaje de la Psicoterapia No Directiva, con
estadios intermedios, al Enfoque Centrado en la Persona, siendo este último un planteo
global que apunta a un modo de ser en el mundo, con cualidades específicas. Es desde
esta última perspectiva, y que luego de más de treinta años de dedicarse a asistir a
consultantes de terapia, además de dictar clases en varios centros Universitarios de
EEUU, Europa y Sudamérica, dedicó el último tercio de su vida a ayudar en conflictos
sociales.
Para ello viajó por varios países, entre ellos Sudáfrica, Irlanda y Rusia.
En su largo recorrido, escribió cerca de veinte libros, que han sido traducidos a la mayoría
de los principales idiomas del mundo, y más de doscientos cincuenta artículos, además
de realizarse cerca de doce filmes sobre su trabajo y varios videos, donde se lo observa
en sesiones reales, individuales y grupales, completando una importante contribución al
mundo científico humanístico.
En una consulta realizada en 1982 a una importante cantidad de profesionales del
mundo ¨Psi¨ de EEUU, sobre los diez terapeutas más influyentes del siglo veinte, Carl
Rogers aparece en el tope de la lista.
Cuando se ha indagado los porque de esta inclusión predominante, la conclusión es que
no solamente la Psicoterapia Centrada en la Persona o el Enfoque son uno de los
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modelos de la ayuda más utilizados en el mundo, sino que muchos de los conceptos de
nuestro autor han sido incorporados como verdades terapéuticas por otras líneas. Así
como también son valorados sus aportes en los campos educativos y organizacionales.
La formulación de Carl Rogers, el ECP, trascendió las fronteras de su país, tanto en el
campo de la Psicoterapia, como el Counseling y los Grupos de Encuentro.
Su teoría y práctica está ampliamente difundida en Europa, Asia, Australia, Norte y
Sudamérica, en donde existen Universidades, Centros e Institutos de Enseñanza y
Asociaciones profesionales de este enfoque.
En lo que respecta a nuestro continente esta ampliamente difundido en Brasil, Argentina,
Venezuela, Chile y Uruguay, existiendo en los demás países una incipiente apertura al
modelo ECP.
Este texto se ha planificado siguiendo un orden particular, que pueda facilitar por un
lado el conocimiento de la persona de Carl Rogers, por otro una descripción de los
fundamentos y orígenes de sus teorías, así como sus principales aportes. Posteriormente
la ampliación de su modelo a las distintas disciplinas humanas, las derivaciones actuales
de su Enfoque, y un cierre personalizado por nosotros, dando cuenta de vivencias a modo
epílogo.
Estamos ante Carl Rogers, el primer Counselor y Psicólogo creador de una línea, de una
manera de comprender lo humano que trascendió el estrecho (aunque importante),
marco de la ayuda interpersonal, legándonos una modalidad de relacionarnos que puede,
si se extiende facilitar que nuestro mundo sea mejor, más “vivible”.
Esperamos que esta pequeña obra, no empañe ni distorsione los ejes conceptuales de
Carl Rogers y su Enfoque Centrado en la Persona.
Que no caigamos en lo de que el que traduce traiciona, dado que si bien no es una
traducción en el sentido literal, lo es en tanto un resumen, un extracto, que
inevitablemente posee la subjetividad del que recorta.
Deseamos que leer este texto lleve al lector a una revelación, y que esta lo impulse a
acercarse al pensar y sentir “rogeriano”.
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Capítulo 1
SU PERSONA- BIOGRAFIA
Todos los autores escriben desde si mismos, desde su propia percepción de la realidad
que abordan, y estas, la percepción y la realidad, son también productos epocales.
Así como no es casual que Sigmund Freud insistiera tanto en la represión y la sexualidad
en la época victoriana, que Alfred Adler siendo marxista fuera el primer Psicoanalista
que se dedicó a lo grupal, que Iacov Moreno además de ser Psiquiatra, fuera amante del
teatro y creara el Psicodrama, que Carl Gustav Jung interesado en el orientalismo y los
fenómenos religiosos se ocupara tanto de los mitos, sueños y arquetipos, la historia
personal de Carl Rogers, es totalmente coherente con las hipótesis teóricas que fundó.
Veamos:
Carl Rogers se auto describía como un psicólogo, un counselor, de clínica, de asistencia,
de Orientación Humanística. Profundamente interesado en comprender como ayudar a
que las personas (consultantes) cambien positivamente. Por otra parte se ubicaba como
un científico, un educador y un filósofo incipiente.
Desde su auto percepción como individuo se sintió (y sabemos que lo fue), una persona
tímida, pero socialmente bien conectada, con buenos amigos, de los cuales pudo
disfrutar. Era una persona que no le gustaba confrontar, sino hacer y hacer, y desde ese
hacer, buscar que los demás comprendan sus intenciones.
Nació en Estados Unidos de Norteamérica, el 8 de Enero de 1902, más precisamente
en Oak Park, Illinois, un suburbio de Chicago.
Falleció en Febrero de 1987, en California, y según sabemos, en sus 85 años, estaba
plenamente lúcido, escribiendo, cuidando sus plantas, e incluso buceando en las aguas
del Pacifico. Una caída en la bañadera provocó pocos días después, su fallecimiento.
Una manera, como veremos, bien humana de vivir, y bien corriente de fallecer cuando se
es mayor y se producen fracturas con astillamiento de huesos frágiles, que llegan al
corazón y producen un paro.
Fue una persona simple que vivió simplemente y desarrolló un trabajo genial.
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VIDA FAMILIAR- SUS PRIMEROS AÑOS- (1902-1919)
De familia con fuertes convicciones religiosas (protestantes pietistas), sus padres
generaron un hogar caracterizado por estrechos lazos familiares, en una atmósfera ética
muy estricta e intransigente. Fue el cuarto en nacer, en una familia de seis hijos. Sus
padres controlaban estrictamente su conducta de muchas maneras sutiles y afectuosas. En
coherencia con las ideas religiosas, no permitían tomar bebidas alcohólicas, ni concurrir a
bailes, y espectáculos públicos, obviamente no permitían fumar, ni jugar ningún juego
social tal como las cartas. Desarrollaban muy poca vida social y sus días se centraban en
el trabajo. Esto hizo de Carl un niño bastante solitario, que leía sin detenerse, y que al
terminar los estudios secundarios, solo había salido con chicas en dos oportunidades.
Cuando cumplió sus doce años, sus padres compraron un campo (granja y hacienda)
y se mudaron instalando allí su hogar. Había varias razones para tomar esa decisión,
por un lado su padre estaba bien económicamente y quiso alejar a sus hijos de la vida
de ciudad o suburbana, que consideraba peligrosa y mal ejemplo para el futuro de
sus hijos.
Cambia varias veces de colegio lo cual le dificultó establecer amistades duraderas,
eso más las restricciones familiares, lo aisló y convirtió en un gran lector., tanto que
le facilitó adelantarse de curso y pasarse a uno superior a su edad.
Las relaciones con los hermanos fueron diversas, hacia uno de ellos sentía celos,
hasta el punto de sentirse como un hijo adoptado, por otra parte admira a su
hermano mayor y siente gran cariño hacia los dos menores.
Estuvo, quizás influido por las circunstancias familiares, muy “metido para adentro”,
lo cual lo convirtió en un niño distraído, tanto que sus compañeros lo llamaban
“profesor luna”.
Esto preocupó a sus padres, y consiguieron que en la escuela le otorguen permiso
para faltar y viajar con su padre (viaje de negocios), por unas dos o tres semanas, allí
visitó Nueva Orleáns, la Virginia y New York City.
Su vida en el campo despertó intereses “científicos”, y es altamente probable que
esto fijara un rumbo orientado a su futuro de investigador.
Observó atentamente la vida animal, desde los insectos hasta los animales de
hacienda. Sin embargo el tiempo lo interesó fuertemente por las gigantescas mariposas
nocturnas (estaban en boga los libros de Gene Stratton-Porter) y se convirtió en una
autoridad sobre las exuberantes Luna, Polyphemus, Cecropia y otras mariposas que
habitaban los alrededores boscosos de su hogar. Además de estudiar sobre cría de
ganado, se dedicó a “cultivar” las mariposas en cautiverio, desde orugas, capullos (que
durante los largos meses de invierno), y se conectó los avatares de los científicos. Se
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comenta que todo esto fue muy sostenido y apreciado por su padre, dado que este
estaba decidido a administrar su nueva granja con un criterio científico. Por ello
estimuló a sus hijos a emprender operaciones independientes y provechosas por cuenta
propia. Carl y sus hermanos criaron ovejas, pollos, cerdos y terneros, y con ese objeto
compró muchos libros sobre agricultura.
En esa época circulaba un libro “Feeds and Feeding” escrito por un científico llamado
Morison. Se suponía que no era un libro para alguien de catorce años, sin embargo leyó
sus páginas, aprendiendo a planificar experimentos, a comparar grupos de control
de ensayo y error, realizar procedimientos de selección al azar, para poder
determinar la influencia de un determinado alimento sobre la producción de leche o
carne. Es así que se convirtió en un estudioso de la agricultura científica, y pudo darse
cuenta de lo difícil es verificar una hipótesis y aprendió a conocer y respetar los métodos
científicos en un campo de esfuerzos prácticos. Este aprendizaje, es según nuestro
entender una base sólida que pudo poner en práctica cuando en Chicago comenzó
las primeras investigaciones sobre Psicoterapia y Counseling.
Solo en años recientes a su muerte comprendió que aquello lo ayudó a adquirir una
idea básica sobre la ciencia, visto de “afuera”, hoy es obvio, para nosotros, posiblemente
lo “internalizó”, tanto que le fluyó de una manera”familiar”, simplemente como fluyen
las cosas cuando son incorporadas naturalmente como un modo de ser. Tal como el
dice en su libro “El Poder de la Persona” de Editorial El Manual Moderno, en su
introducción: “Yo camino suavemente por la vida”, ese fue su estilo.
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reglamentarias, un auxiliar docente joven estaría presente en el seminario, pero no
participaría en las discusiones a menos que lo solicitaran los alumnos. Algo así como
una celadora que controlaba en parte un funcionamiento adecuado según la Institución.
Al mismo tiempo formó parte de una “confraternidad” (muy típico en EEUU),
denominada “Alpha Kappa Lamda”, donde también es muy influido por historiadores
de renombre. Allí aprendió a realizar investigación en historia, y presentó trabajos sobre
Lutero, Benjamín Franklin y John Wyclif.
El seminario abierto y coordinado por los propios alumnos, lo impulsó durante un
buen trecho del camino que habría de recorrer hasta desarrollar su propia filosofía
de la vida. La mayoría de aquel grupo, al buscar las respuestas a sus propias
preguntas, las encontraron fuera del ámbito religioso, que finalmente abandonaron.
Rogers fue uno de ellos. Sentía que quizás siempre le interesarían las preguntas
relacionadas con el sentido de la vida y también la posibilidad de lograr un
mejoramiento de índole constructiva de la vida individual, pero no podía trabajar
en un campo en el que me veía obligado a creer en una doctrina reli giosa
determinada. Sus creencias se habían modificado radicalmente y podían seguir
cambiando. Le parecía complejo y contradictorio tener que profesar una serie de
rígidos valores y creencias para poder ejercer una profesión. Quería encontrar un
ámbito en el cual pudiera tener confianza de que nada impediría su libertad de
pensamiento.
Las tensiones vividas, tanto familiares, como personales, alteraron su organismo y
agravaron una úlcera de duodeno que tenía desde los quince años, por lo cual tuvo
que seguir un riguroso tratamiento médico durante seis meses. Su viaje a China de
también seis meses lo hizo perder un año de escolaridad, por ello se gradúa en
Historia en 1924. Pero por otra parte, el estar convaleciente, le permitió hacer un
curso por correspondencia de Introducción a la Psicología, que dictaba la misma
Universidad de Wisconsin. Tuvo que leer al prestigioso filósofo William James
(que influyó mucho en sus teorías futuras), y este fue su primer contacto profundo
con la Psicología, disciplina que luego decidió estudiar.
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En la UTS se había sentido atraído por los cursos y conferencias sobre psicología y
psiquiatría, que en esa época comenzaban a desarrollarse. Muchas personas
contribuyeron a despertar su interés, entre ellas Goodwin Watson, Harrison Elliott
y Marian Kenworthy. Se inscribió y comenzó a asistir a más cursos en el Teachers' College,
de la Universidad de Columbia, que estaba situado frente al Unión Seminary. Inicio un
curso sobre filosofía de la educación dictado por William H. Kilpatrick, quien resulto
un gran maestro, y que además le hizo conocer el pensamiento de John Dewey.
Hacia el segundo año de estar en UTS se cambia al Teacher Collegue, que
“casualmente” su edificio estaba en frente, es así que cruzo la calle (en un sentido
literal y en otro simbólico) y bajo la dirección y supervisión de Leta Hollingworth, una
especialista en psicología clínica de niños, inició su formación psicológica.
Comenzó a estudiar y dedicarse al Counseling infantil de manera tal que,
gradualmente y con muy pocos esfuerzos, se estableció en ese campo y empezó a pensar
en sí mismo como futuro psicólogo clínico.
Pensemos que tampoco fue fácil esta decisión, porque cuando la toma estaba designado como
Director de Educación Religiosa, trabajo que tuvo que abandonar.
Mientras estaba en el Teachers' College solicitó en la bolsa de estudios una beca o
internado en el entonces flamante Institute for Child Guidance (Instituto de Orientación
Infantil), patrocinada por el Commonwealth Fund, que le fue concedida.
Muchas veces agradeció el hecho de haber estado allí durante el primer año de la
instalación del lugar, en tanto que al haber tanto caos organizacional favorecía que cada
uno de los alumnos pudiera hacer lo que quisiera. Por otra parte pudo conocer los
enfoques freudianos dinámicos de los profesores, entre los que estaban David Levy y
Lawson Lowrey y descubrir que entraban en conflicto con el punto de vista estadístico
riguroso, científico, estático y fríamente objetivo entonces prevalente en el Teachers'
College.
En 1927 se recibe como “ Master of Arts”, y comienza su doctorado, y completa su tesis
sobre la maduración de la personalidad, basada en su contacto con niños difíciles, y que
publica en 1931.
En esas épocas se vio en la necesidad de obtener un empleo para mantener a su creciente
familia, aunque todavía no hubiera concluido el doctorado. Los puestos no abundaban.
Pero encontró uno como psicólogo en el Child Study Department (Departamento de
Estudios Infantiles) de la Society for the Prevention of Cruelty to Children (Sociedad para
la Protección de la Infancia Contra la Crueldad), en Rochester, Nueva York.
Aunque el sueldo anual no era muy alto lo aceptó en tanto le brindó una seguridad familiar
económica, pensemos tenía alrededor de 26 años, un hijo de dos años y otro en camino.
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ROCHESTER- SUS PRIMEROS AÑOS DE VIDA PROFESIONAL (1928-1940)
Rochester, en ese entonces, era un pueblo o ciudad relativamente pequeña, en el
Estado de New York. Allí trabajó durante doce años que fueron muy valiosos, quizás
por la índole de los casos difíciles que tuvo que enfrentar, y por el alejamiento de
centros educativos influyentes, pudo desarrollar una propia modalidad.
Durante los primeros ocho años, estuvo completamente dedicado a la asistencia de
servicios de consultoría psicológica (counseling) y psicoterapia, con niños desheredados,
delincuentes y desvalidos que les enviaban los tribunales y diversas entidades del
cuidado de estos jóvenes. Fue un periodo de relativo aislamiento profesional, durante
el cual su única preocupación fue tratar de ser más eficaz con sus clientes. Tenían que
seguir viviendo con sus fracasos así como con sus triunfos, de modo que se vieron
forzados a aprender. Había un único criterio para evaluar cualquier método que
emplearan para tratar a estas criaturas y a sus padres; el criterio era “¿Funciona?
¿Es eficaz?" Pronto descubrió que estaba comenzando a formular sus propios puntos
de vista y porque no un modelo diferente al que le habían enseñado.
Desde su espíritu científico se interesó mucho en los trabajos del doctor William
Healy, que indicaban que la delincuencia a menudo se basa en conflictos sexuales, y que
si se logra hacer aflorar estos últimos, la conducta delictiva puede desaparecer. Durante
su primero o segundo año en Rochester realizó un trabajo muy arduo con un joven
piromaniaco que manifestaba un impulso incendiario incontenible. Entrevistándolo día
tras día en su lugar de reclusión, descubrió gradualmente que tras su deseo se ocultaba
un impulso sexual relacionado con la masturbación. El caso estaba resuelto. No
obstante, al ser puesto en libertad condicional el joven reincidió.
Rogers sufrió un gran impacto, el Dr. Healy podía estar equivocado. Quizás él estaba
aprendiendo algo que Healy ignoraba. De alguna manera, este incidente le sugirió la
posibilidad de que existieran errores en las enseñanzas de las autoridades y le hizo
pensar que aún quedaban conocimientos por descubrir. Otro descubrimiento,
aconteció poco tiempo después de su llegada a Rochester, comenzó a coordinar un
grupo de análisis e investigación sobre entrevistas. Descubrió una publicación que
contenía una entrevista con un progenitor, transcripta casi palabra por palabra, en
la cual el entrevistador se mostraba hábil, perspicaz e inteligente, y rápidamente
llevaba la conversación al núcleo del problema. Se alegró de poder usarla como
ejemplo de una buena técnica.
Varios años después, ante un caso semejante, recordó aquel excelente material. Cuando
lo halló y volvió a leerlo se sintió espantado. Le pareció un astuto interrogatorio
judicial, en el cual el entrevistador culpaba al progenitor por sus motivaciones
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inconscientes, hasta obtener de él la confesión de su delito. Su experiencia ya le había
enseñado que no era posible esperar beneficios duraderos para el padre ni para el
hijo de entrevistas de este tipo. Entonces comprendió que lo estaba alejando de
cualquier enfoque coercitivo o agresivo en las relaciones clínicas; no por motivos
filosóficos, sino porque tales enfoques nunca pasan de ser solo superficialmente
eficaces, es decir duran poco sus resultados, por lo tanto no eran eficaces. Años después,
aprendió a ser más sutil y perseverante al interpretar la conducta de un paciente, y
a poder acompañar la aparición de cuestiones importantes de sus consultantes, con la
idea de no inspirar rechazo. Es entonces que trabajando con una madre muy
inteligente, cuyo hijo era un chico muy conflictivo en sus conductas , él como
counselor pudo ver que el problema de consulta se relacionaba claramente con el
rechazo que ella había sentido por su hijo cuando era niño, sin embargo no
encontró la forma de ayudarla a comprender esto. Indagó sus antecedentes, y con
toda delicadeza reunió los elementos de juicio surgidos; trató de presentárselos de
manera que ella lograra comprender la situación, pero no pudieron avanzar. Por
último se declaró vencido. Le comunicó su opinión de que si bien ambos habían
realizado los mayores esfuerzos, habían fracasado, de modo que lo más conveniente
sería suspender la relación. Ella se manifestó de acuerdo. Concluyeron la entrevista, se
estrecharon la mano, y la paciente se dirigió hacia la puerta del consultorio. Una
vez allí, se volvió y pregunto: "¿Se ocupa usted de asesorar a adultos?" Cuando le
respondió afirmativamente, dijo: "Bien, entonces quisiera solicitar su ayuda."
Regresó al sillón que acababa de abandonar y comenzó ha relatar los sinsabores en
su relación matrimonial, los problemas que experimentaba en la relación con su esposo,
su sentimiento de fracaso y confusión; en síntesis, un material muy diferente de
la inocua o estéril "historia clínica" que hasta ese momento había presentado. Sólo
entonces comenzó la verdadera terapia, que, por otra parte, resultó muy exitosa.
Así comenzó Carl Rogers a descubrir su modo de trabajar con adultos, y comprender
que de nada valen tantos conocimientos académicos, o técnicos, sino son puestos a
disposición del que consulta, de una manera, en donde el poder de la “cura” lo tenga el
propio consultante. Tiempo después comprendió, de que es el consultante quien
sabe qué es lo que le afecta, hacia donde dirigirse, cuáles son sus problemas
fundamentales y cuáles sus experiencias olvidadas. Comprendió que, a menos que él
necesitara demostrar su propia inteligencia y sus conocimientos, lo mejor sería
confiar en la dirección que el cliente mismo imprime al proceso.
Así nació el germen del futuro Enfoque Centrado en la Persona, de una experiencia, no
desde un modelo previamente establecido.
En 1930 (tenía 28 años) fue nombrado Director del Departamento de estudios
de la niñez.
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En 1937 se funda el “ Rochester Guidance Center”, y nuestro autor es también
nombrado Director de dicho centro, esa decisión generó problemas, porque él era
Psicólogo y no Psiquiatra, y hubo muchas voces que se quejaron, aludiendo que
centros similares eran dirigidos por médicos psiquiatras. En todos lados se
“cuecen habas” y la competencia asusta, por suerte la institución resistió el embate
médico y Rogers fue confirmado en el cargo.
La familia, su mujer y dos hijos, sostuvieron un vínculo tan afectivo que permitió que
Carl, se sintiera seguro, tanto en sus propios descubrimientos, como en el rechazo de
colegas ante su posición novedosa.
De todas maneras comenzó a dudar de si en realidad el trabajaba de Psicólogo, o de
otra cosa que no podía definir bien. En ese tiempo el famoso psicoanalista Otto
Rank visitó por tres días el centro que dirigía. Quedo impactado por la visión
“rankiana” de la ayuda, y como veremos en el texto (cuando expongamos su teoría),
este autor tuvo muchísima influencia, sobre todo porque confirmó que debía
alejarse de los modelos Conductista y psicoanalíticos ortodoxos.
Cuando fue contratado como docente en la Universidad de Rochester comprendió
que el trabajo que estaba llevando a cabo no era psicología y que en el Departamento
de Psicología nadie se interesaba por sus enseñanzas.
Otro tanto le aconteció cuando dictó clases en el Collegue de Columbia, incluso
aquí, tuvo que modificar el modo de enseñar tradicional, la clase magistral ante
más de 200 alumnos, por una división en grupos más pequeños, en donde lo
interpersonal fuera el eje de su relación docente alumno.
Cuando concurrió a las reuniones de la American Psychological Association (Asociación
Norteamericana de Psicología) comprobó que en ellas se exponían trabajos sobre los
procesos de aprendizaje de los ratones, y experimentos de laboratorio que, al parecer, no
guardaban relación alguna con lo que él estaba haciendo.
Eso lo hizo dudar aún más, no era un Psicólogo como los otros. Sin embargo, los asistentes
sociales psiquiátricos parecían hablar su lenguaje, de manera que emprendió actividades
en ese campo y se relacionó con los organismos locales y nacionales correspondientes.
Sólo cuando se creó la American Association for Applied Psychology (Asociación Norte-
americana de Psicología Aplicada), empezó a desempeñarse activamente como psicólogo.
Comenzó también a trabajar en el Departamento de Sociología de la Universidad, en el que
dictó cursos cuyo tema era cómo comprender y tratar a los niños con problemas. Pronto
el Departamento de Educación pretendió incluir sus cursos en la categoría de cursos sobre
educación. Antes de que abandonara Rochester, el Departamento de Psicología también
solicitó el permiso para incorporar sus cursos, aceptándolo así como psicólogo.
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Estas peripecias ilustran su estilo, tranquilo pero profundo y contundente.
Poco tiempo antes de irse de Rochester funda un “Guidance Center” privado, por otra
parte como fruto de sus años allí, escribe su primer libro, que tituló: Clinical Treatment
of the Problem Child (“El tratamiento clínico del problema del niño”), esto fue en
1939.
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implementó fue decisivo, siendo el primero en trabajar con “casos” grabados y juego de
roles.
En 1944 es nombrado Presidente de la Asociación Norteamericana de Psicología
Aplicada.
Un año después es invitado por la Universidad de Chicago a enseñar “su psicología”.
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En 1956 lo nombran Presidente de la Academia Norteamericana de
Psicoterapeutas, otra presidencia más.
Recibe premios diversos por su labor.
Lo nombran miembro de la Academia de Artes y Ciencias.
Viaja a Japón (1961) e introduce sus ideas en ese país.
Se conecta con el físico Michel Polanyi, y el historiador Lancelot Whyte, y desde
esas influencias perfecciona su modelo científico.
Dicta un seminario que fue muy famoso en EEUU, y al cual concurrían cientos
de estudiantes, a pesar de que no daba ningún puntaje o crédito univers itario, el
tema fue “La filosofía de las ciencias del comportamiento”.
Nuestro autor ya era sumamente prestigioso en su país y en el mundo.
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De la agricultura a las ciencias de la conducta.
De querer ser pastor protestante a ser Counselor y Psicólogo.
De la rigidez de su educación a proponer ideas “libertarias”.
De lo personal transitar hacia lo grupal, y luego hacia lo transpersonal.
De un pequeño pueblo al mundo.
Premios y presidencias de las más importantes instituciones psicológicas de su
país.
Un creador de un modelo de la ayuda, el Enfoque Centrado en la Persona.
Un revolucionario, que de un trabajo interpersonal inicial, culmina planteando
una sociología y una filosofía hacia un mejor vivir.
Una persona que pudo desplegar sus potencialidades, y que pretendió trasmitir su
experiencia profesional y de vida, para facilitar que, sea desde el Counseling o la
Psicoterapia, se ayude a las personas para resolver sus problemas, y alcanzar el
máximo de sus posibilidades existenciales.
Como cierre de este capítulo seleccionamos una serie de frases extraídas del libro
“El Proceso de Convertirse en Persona – Editorial Paidos- 1984 de Carl Rogers,
del capítulo “Este soy yo” (páginas 26 a 35), y que pueden dar cuenta de un
sistema de pensamiento, que desarrollaremos en los siguientes capítulos de esta
obra.
“He aprendido a vivir manteniendo relaciones terapéuticas cada vez más
profundas con un creciente número de clientes. Esto puede ser extremadamente
gratificante y, en efecto, lo ha sido. Pero en ciertas ocasiones puede constituir una
fuente de inquietud, cuando una persona con una alteración grave parece pretender más
de lo que puede darle el terapeuta, para satisfacer sus necesidades”
“La terapia es una experiencia en la que puedo abandonarme a mi propia
subjetividad, la investigación, en cambio, exige mantenerse a distancia y tratar de
enfocar la experiencia subjetiva con objetividad y aplicar los métodos científicos para
determinar si no se ha engañado”
“En mi relación con las personas he aprendido que, en definitiva, no me resulta
beneficioso comportarme como si yo fuera distinto de lo que soy”.
“Soy más eficaz cuando puedo escucharme con tolerancia y ser yo mismo”.
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“Cuando me acepto como soy, puedo modificarme. Creo que he aprendido esto de
mis pacientes, así como de mi propia experiencia: no podemos cambiar, no podemos
dejar de ser lo que somos, en tanto no nos aceptemos tal como somos. Una vez que
nos aceptamos, el cambio parece llegar casi sin que se lo advierta.”
“Otro resultado que parece surgir del hecho de aceptarse tal como uno es consiste
en que solo entonces las relaciones se tornan reales. Las relaciones reales son atractivas
por ser vitales y significativas. Si puedo aceptar el hecho de que este cliente o estudiante
me hace sentir molesto o me provoca aburrimiento, podré aceptar con mayor facilidad
los sentimientos con que me ha de corresponder. También puedo aceptar la expe-
riencia y la modificación de los sentimientos que surgirán en ambos como
consecuencia. Las relaciones reales no permanecen estáticas, sino que tienden a ser
cambiantes.”
“He descubierto el enorme valor de permitirme comprender a otra persona”.
“He descubierto que abrir canales por medio de los cuales los demás puedan
comunicar sus sentimientos, su mundo perceptual privado, me enriquece”.
“Me ha gratificado en gran medida el hecho de poder aceptar a otra persona”.
“He descubierto que aceptar realmente a otra persona, con sus propios
sentimientos, no es tarea fácil, tal como tampoco lo es comprenderla. Puedo permitir
a otra persona sentir hostilidad hacia mí?
“Cada persona es una isla en si misma, en un sentido muy real, y solo puede
construir puentes hacia otras islas si efectivamente desea ser el mismo y esta dispuesto
a permitírselo. Por esa razón, pienso que cuando puedo aceptar a un individuo, lo
cual significa aceptar los sentimientos, actitudes y creencias que manifiesta como una
parte real y vital de si mismo, lo estoy ayudando a convertirse en una persona, y
a mi juicio esto es muy valioso.”
“Cuanto mas me abro hacia las realidades mías y de la otra persona, menos deseo
arreglar las cosas". Cuando trato de percibirme a mi mismo y observar la Experimento
mayor satisfacción al ser yo mismo y permitir que el otro sea el mismo. Se muy bien
que esto puede parecer un punto de vista bastante extraño, casi "oriental"”
“Puedo confiar en mi experiencia.”
“La evaluación de los demás no es una guía para mi”
“Mi experiencia es mi máxima autoridad”
“Ni la Biblia ni los profetas, ni Freud ni la investigación, ni las revelaciones
18
de Dios o del hombre, nada tiene prioridad sobre mi propia experiencia directa.”
“Para decirlo en términos de los semánticos, mi experiencia es mas confiable
cuanto más primaria se torna”
“Mi experiencia no es confiable porque sea infalible. Su autoridad surge de qué
siempre puede ser controlada mediante nuevos recursos primarios. De este modo,
sus frecuentes errores pueden ser siempre corregidos.”
20
CAPÍTULO 2
INFLUENCIAS INICIALES
“no trates de seguir los pasos de los sabios del pasado;
busca lo que ellos buscaron”- sabiduría ZEN
Nadie crea desde la nada, nadie sale desde la nada, y desde donde cada uno viene, o se
inspira, queda en la raíz, en la mismidad del que se es, y aunque se constituya una propia
identidad, el principio es la columna vertebral en donde se sostiene toda la “estructura”.
En todo teórico, tal como lo fue Carl Rogers, esta implicada su propia historia personal,
su Ser en el mundo”, su ideología de vida, el contexto en donde crea lo que crea, y los
antecedentes en donde se basa.
Hemos expuesto hasta ahora, su biografía y sus conceptos nodales, así como su
desarrollo desde el Counseling y la Psicoterapia, a los múltiples ámbitos de la relaciones
humanas.
Veamos ahora los antecesores de este pensador y el como construyó su “edificio teórico
práctico, con ladrillo de otros, de muchos otros, dándole un propio diseño que le hace
ser quien ha sido.
Empezamos recordando la profunda influencia de su estadía en China (el contacto con
la filosofía Zen), que produjo un quiebre en su decisión vital, y que unido a los maestros
que tuvo en su adolescencia, le marcaron en el camino hacia la profesión que eligió.
Su formación esencial, cuando estudiante, fue en el Psicoanálisis americano, basalmente
en el pensamiento de Otto Rank, en el Conductismo de JB Watson (al cual dicen tuvo
como profesor), en la posición del neurólogo Kurt Goldstein, y en la Filosofía
Existencial de Soren Kierkegaard y Martín Buber.
La coexistencia con autores como Abraham Maslow, Fritz Perls, Ruth Cohn, Erich
Fromm, Gardner Murphy, Charlotte Buhler, Ludwig Binswanger, Medard Boss, y otros
inspiradores o fundadores del tercer movimiento de la psicología denominado
Humanístico, consolidó su pensamiento.
Si bien nunca cita explícitamente a los filósofos Martín Heidegger o Maurice Merleau
Ponty, son obvias sus influencias, en la concepción de “estar en el mundo” que sostiene.
21
Como tampoco podemos olvidarnos, que la cuestión del Si Mismo fue introducida por
el Filósofo William James en sus “Principios de Psicología” de 1890.
Todos sabemos que este ha sido el pensador que más incidió en las ideas de la Filosofía
y Psicología norteamericanas, no es entonces casual que Rogers adhiriera a esta noción,
para explicar la Personalidad.
Es también indudable, la directa influencia del fenomenólogo Arthur Combs en la
definición del Si Mismo, como: “aquellos aspectos del campo perceptual a los cuales
nosotros nos referimos cuando decimos yo o mi”
Así como el concepto de Consistencia del Si Mismo, que deriva hacia la Congruencia,
esta tomada literalmente (tal como Rogers lo dice) de Prescott Lecky, autor del libro
“Self- Consistency” (1945), que ha sido traducido al castellano como “Auto
Consistencia- una Teoría de la Personalidad” (Edit Desclee de Brouwer-1977).
Libro que recomiendo leer para comprender mejor la profunda relación que tuvo con
los inicios de lo que luego se denominó Cognitivismo, en lo que implica el análisis de
los sistemas de creencias y valores, que tanto determinan la percepción, y las conductas
concretas.
Estas incidencias, en relación al concepto del Si Mismo (James, Combs y Lecky) de y
sobre Rogers, tomando una terminología más actual, han sido, como principio, más
“cognitivistas” o racionalistas que “experiencialistas”, o vivenciales. Posteriormente
integró ambas cuestiones conceptuales, haciendo, sin embargo, más figura sobre la
primera opción de lectura del suceso terapéutico personal.
El Psicoanalista Otto Rank, fue decisivo en su teoría y práctica.
Rank creó la Psicología Volitiva, viniendo del Psicoanálisis Freudiano, fue expulsado
junto a Jung, Adler y Reich, por sus disidencias con el maestro.
En principio no fue un determinista biológico y tuvo una filosofía optimista de la
persona. Si bien se lo conoce fundamentalmente por su teoría del trauma del nacimiento,
no es esta teoría lo que más influye en Rogers, sino su modo activo de entender la ayuda
terapéutica, y la importancia que le da a la voluntad del consultante, como factor de
compromiso para el cambio y la integración.
Para este autor la voluntad no es solo un simple acto consciente, o de esfuerzo
premeditado hacia la acción, es más profunda su concepción.
La observa en relación con el nacimiento, el crecimiento y la muerte, y la sitúa como un
impulso o pulsión orgánica (¿tendencia actualizante?) que sirve a la supervivencia y al
desarrollo vital.
22
Por ello la vincula con las que considera las dos necesidades fundamentales de las
personas, la separación y la unificación. A la primera la relaciona con el nacer y el crecer,
la segunda con la búsqueda del amor.
a-Nacer y crecer
b-Amar.
Si ambas circulan en equilibrio la persona se desarrolla óptimamente.
Refiere también a dos miedos básicos:
- el miedo a la muerte (la finitud) que moviliza (idea sobre la motivación) las
fuerzas de la voluntad hacia la unificación desde el amor.
Los aportes de Otto Rank, que incidieron directamente en Rogers son:
1- Considera a la terapia como un proceso de activa participación del consultante, en su
lucha contra ambos miedos y su necesidad de desarrollo.
2- La búsqueda de la integración (unificación) y la autoactualización.
3- Facilita la expresión liberada (elección) del consultante y no toma en cuenta los
conceptos de resistencia y transferencia.
4- La voluntad del paciente no debe atacarse sino fortalecerse.
5- Coincide con Goldstein acerca del “placer por la tensión”, y plantea la
autoactualización en consonancia con los humanísticos de su época.
6- Se ubica desde el pensar el “funcionamiento” humano motivado por una tendencia
homeodinámica en lugar de la homeostática de freudismo.
7- Concibe a la neurosis no como enfermedad, sino como el intento de una persona para
liberarse y ligarse de otra manera con los otros.
8-La terapia no es una técnica sino una actitud, fundamentalmente una posición
filosófica ante el otro.
9- El terapeuta no cura, sino que es el propio paciente que encuentra su autocuración.
Los cambios decisivos provienen del propio cliente.
10-Es importante que, además de comprender cognitivamente lo que le pasa al paciente,
integrarse en su mundo emocional y sensible.
23
Es por ello que insiste en la importancia de la verbalización de los sentimientos y el
trabajo terapéutico con los mismos.
11-El objetivo de una terapia constructiva es conducir esa relación profesional que
conlleve a la aceptación voluntaria de si mismo, y su propia responsabilidad.
12- Una terapia adecuada no debe querer cambiar al paciente, sino ayudarlo hacia el
autodesarrollo
24
Si no predico a los hombres, mejoran por si solos.
Si no obligo a los hombres, se vuelven ellos mismos”
¿Palabras de Rogers?, no y si, en tanto es una de las citas preferida por él, y que rescata
como paradigma para sus propias ideas.
Estamos ante Lao- Tse (500 años antes de Cristo) y el Budismo Zen, y si integramos
desde occidente con encontramos con la idea de “solicitud” de Martin Heidegger, que
deriva hacia la concepción del Encuentro que entramado con la noción de Persona lo
revincula con el filósofo judío
Martín Buber, del cual nuestro autor hace reiteradas referencias en sus textos. Por
ejemplo cuando insiste en la calificación de la necesidad de encuentros “persona a
persona” (yo-tu de Buber), tanto en los vínculos terapéuticos, como en cualquier relación
humana que se plantee en forma constructiva.
Si bien nuestro autor se entera “tarde” (mediados del cuarenta en Chicago), de su
cercanía ideológica con el Existencialismo, quizás lo sea en el orden de la lectura de esos
autores, pero es muy probable que a través de Otto Rank fue “penetrado” por esas ideas
sobre lo humano personal.
Y allí nos encontramos con las nociones de libertad, responsabilidad, elección, decisión,
y determinación como acción activa.
Como cita Helmut Quitmann (Pág. 169) “lo que le importa sobre todo a Rogers, es
devolver o dejar que cada individuo recupere la libertad que dormita en él”.
Continuando en lo psicológico, la influencia del Conductismo es paradojal, por un lado
se observa que valora mucho la necesidad de la experimentación y comprobación de las
hipótesis (típico de esta teoría) cosa que hace intensamente y le permite “colocar” su
posición en el medio universitario.
Pero por otra parte se sirve de él como contrapunto de una idea del hombre.
Es famoso su respetuoso debate en 1958 con J.B. Skinner (uno de los principales
exponentes del conductismo norteamericano), en donde se denota una mutua
admiración, aún en “veredas de enfrente”.
El libro “De Skinner a Rogers”, de F. Milhollan y B. Forisha es muy útil para comparar
estos dos modelos en pugna, fundamentalmente para aquellos que están en ámbitos
educativos (el libro se dedica a ese tema).
La relación con la teoría de Sigmund Freud, es importante, aunque desde una filosofía
de lo humano muy diferente, quizás también desde Otto Rank (Psicoanalista Disidente),
25
se observa la incidencia del Psicoanálisis en sus primeros planteos de la teoría de la
Personalidad:
a- El concepto de amenaza de la cual el organismo se defiende
(¿Defensas del yo?)
b- La idea del si mismo ideal (¿ideal del yo, o yo ideal?)
Si bien los plantea diferente y va hacia una idea distinta, en realidad su similitud esta en
que ambos fueron excelentes fenomenólogos, solo basta con leer los casos clínicos de
ambos y comparar. Y si volvemos a lo filosófico, no obviemos lo “aristotélico tomista”
del planteo de potencia y acto, que en ambos se observa.
Energía, pulsión o instinto que tiende a expresarse, y que si es obturado o dificultado
busca una salida alternativa, sea en la sublimación, sea en un síntoma, en Sigmund Freud.
Tendencia a Actualizar los potenciales inherentes en Rogers.
Aprovechemos para rever otros vínculos, y un breve esquema que nos aporta el Dr.
Bernardo Kerman en su libro “Nuevas Ciencias de la Conducta”, en donde compara el
ECP con distintos modelos, puede ayudarnos.
Con el Psicodrama de Jacob Moreno
Concepción Humanística
Visión Existencial del tiempo presente
Las nociones de Encuentro y telé.
Afectivo, Conductual, Social
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Padre nutritivo en el vínculo
Permisos para pensar, sentir y expresarse libremente
Cognitivo, Social, Conductual.
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En esta última clasificación que hace el citado autor, observamos la evolución del
pensamiento de Rogers, en tanto comenzó atendiendo, como dijimos muy influenciado
por el Conductismo y el Psicoanálisis Norteamericano, y obviamente lo cognitivo es
muy fuerte en ambas teorías.
Sin embargo, desde Otto Rank en un principio, y con Eugene Gendlin.
(Un Filósofo discípulo) integró lo afectivo y lo social.
Hasta aquí podemos decir que las principales contribuciones de Rogers a la Psicología,
a nuestro entender, han sido cuatro:
1- Creación de un modelo de la ayuda para la Psicoterapia y el Counseling.
2- Formulación de una teoría sobre el Si Mismo y de la Personalidad.
3- Apertura de la Investigación empírica a las relaciones de ayuda.
4- Traslado de su “mirada” de lo humano, a todos los ámbitos de las relaciones
interpersonales ( Relaciones Familiares, Sociales, Educación, Organizaciones
Laborales y Políticas)
Hacemos una breve síntesis sobre sus principales aportes, que luego desarrollamos en el
capítulo sobre el Enfoque Centrado en la Persona:
Sobre la primera: (un modelo de la ayuda)
28
propia. Es en principio una mirada estrictamente fenomenológica, que si bien no desdeña
la posibilidad de que puedan haber cuestiones acerca de lo desconocido de si mismo en
cada persona (para ello inventa el término de subcepción), se considera (al modo de
Husserl), un observador del fenómeno de la conciencia en si misma.
No de lo consciente, sino de la conciencia como el fluir de lo propiamente humano.
De la que cada uno capta fenomenológicamente de si, de la percepción del campo
fenomenal, de esa conciencia en transito existencial, y nos dice que
lo que determina la conducta humana esta implícita en la dinámica de la percepción
consciente de la conciencia.
Esta posición no es ingenua, sino todo lo contrario, en tanto se dirige a declarar contra
el peligro de las posiciones que suponen que las conductas humanas esta”dirigidas” por
aspectos desconocidos de si mismas (que no niega que pueden existir o leerse de esa
manera).
Estas últimas implican una posición éticamente opuesta a la que sostiene la
“obligatoriedad” de hacerse responsable de si mismo, tal como lo hace Rogers.
Si en algo es no directivo, y no permisivo, es en esto, en el dejarnos llevar por un pensar
que estamos determinados por fuerzas ocultas, y que muchas veces hacemos cosas, y
entonces cometemos actos de los cuales no nos hacemos responsables.
En esto es bien Sartreano, bien humanístico existencial.
Desde allí nos ubica en una perspectiva unificadora del self, que expresa en 19 tesis
acerca de la personalidad, de las cuales sintetizamos las diez primeras, porque que marcan
la rigurosidad y coherencia de su pensamiento. Las nueve que continúan se refieren al
funcionamiento congruente o incongruente, óptimo o conflictivo, que en el orden de la
idea de este escrito no corresponden analizar en esta oportunidad.
1- El individuo vive en un mundo de experiencia, cuyo centro es él.
2- El organismo reacciona frente a esa experiencia haciéndola su realidad.
3- El organismo reacciona siempre como un todo organizado.
4- El organismo tiende a autoactualizarse.
5- Sus conductas tienden a satisfacer necesidades vitales, y se dirige a metas que las
faciliten.
6- Estas metas son en general promovidas por emociones.
7- Toda conducta emerge desde el marco de referencia interno.
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8- Ese marco de perceptivo de autoreferencia se desarrolla poco a poco y va
constituyendo el Self.
9- Este self, producto de la interacción con el medio, y de las valoraciones que
circulan entramadas, se organiza en forma intelectiva e incluye percepciones y
valoraciones de si mismo.
10-Estos valores, sean propios (mismicos) o de otros (yoicos e introyectados), son
experimentados en forma directa por el organismo.
Esta claro la mirada holística del si mismo que elige plantearnos nuestro autor. Como
sabemos, toda teoría es una construcción que pretende dar cuenta de los fenómenos, es
un mapa, no es el camino (de allí la frase de Levrero, como epígrafe de este trabajo), por
ello la de Rogers como tal nos conduce hacia un lugar: el de la autoresponsabilidad de
todo lo que hacemos, pensamos y somos.
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- la búsqueda de casuísticas exitosas y no exitosas, para poder predecir diferencias
entre éxitos y fracasos.(E. Gendlin)
- definir los procesos y los subprocesos de las terapias, y observar que se hace para
que ocurra lo que uno desea que ocurra.
- buscar variables nuevas, comparar ejes cognitivos y vivénciales, así como
imaginarios y corporales (como interactúan).
- estudiar patrones cambio y transformaciones.
Actualmente, en Argentina nos incluimos en el campo de la investigación. Nosotros
desde EPOGE ( Centro para el desarrollo Humano), luego de haber realizado una tarea
cuantitativa sobre 376 consultantes de Counseling desde el EHCP ( que presentamos
en el 37 Congreso Internacional de Counseling), en la actualidad estamos estudiando la
percepción que los protagonistas de un proceso de ayuda (Consultantes y Counselors)
tienen acerca del mismo, que acontece entre ambos, lo que favorece o no, para alcanzar
la finalidad esperada del mismo (lo que esperan ambas partes), y la consistencia (en
términos de Lecky) de la tarea conjunta. Para ello utilizamos una modalidad de Encuesta,
especialmente diseñada para que respondan tanto los consultantes como sus counselors.
En un apartado final pondremos a disposición del lector el trabajo realizado.
Sobre la Cuarta (La ampliación del ECP a otros campos de lo interpersonal), es desde
la teoría y práctica de la Psicoterapia y el Counseling, donde surgen conceptos que van
derivando hacia una práctica en los campos educacionales, laborales, sociales, pastorales.
En este ámbito es reconocido mundialmente como uno de los líderes de la idea de los
Grupos de Encuentro, que aunque si bien no fue el que los creó, (No olvidar a Kurt
Lewin por ejemplo), facilitó o coordino muchísimos de ellos, lo que llevó a una propia
teoría acerca del tema, expuesta en su famoso libro”Grupos de Encuentro”.
Es así que nuestro autor creó “EL Enfoque Centrado en la Persona”
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CAPITULO 3
EL ENFOQUE CENTRADO EN LA PERSONA
“Persona Centered Approach” el nombre en Ingles desde el cual se conoce la teoría y
práctica de nuestro autor, puede ser traducido de varias maneras.
En castellano literal sería “Aproximación Centrada en la Persona”.
En Portugués (en Brasil) “Abordagem Centrada na Pessoa”.
En alemán como Gesprachspsychotherapie, que pasado a nuestro idioma, se leería como
“Psicoterapia por la Conversación”.
En Francés como « L` Orientation non-directive », Orientación no Directiva.
En los países de habla hispana se lo conoce como Enfoque Centrado en la Persona, o
Acercamiento Centrado en la Persona.
De que valen estas palabras, estas distintas formas de traducir, de que en todas se intenta
traslucir un modo de comprender la “marca” de este modelo, su esencia dada en el
nombre.
Es notable que en todos los casos se habla de una manera no habitual en el mundo de la
ciencia, se trata de una aproximación no de una técnica o recurso metodológico que
implique alguna verdad revelada.
Se dice que es un abordaje, un enfoque, un acercamiento, y se habla de un eje esencial: la
no directividad.
En este texto utilizaremos principalmente la nominación de Enfoque Centrado en la
Persona, en tanto es de la manera que más se lo conoce en nuestro país.
El despliegue de este modelo puede dividirse en dos grandes momentos, o etapas:
1- Como una modalidad de Ayuda Psicológica, sea Psicoterapia o Counseling.
2- Como un abordaje o enfoque de las relaciones humanas en general.
1-La primera etapa transcurre desde 1935 hasta mediados de 1960, tomando los
nombres de Psicoterapia No Directiva (década de 1940)), y Centrada en el Cliente
(década de 1950).
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En esta fase de su desarrollo es en donde se elaboran los principales aportes teóricos,
llevados a la investigación y corroboración experimental:
· La No Directividad
· El Marco Actitudinal necesario y suficiente
· Los Métodos Terapéuticos
· La Teoría de la Personalidad y los procesos internos
· La Teoría de la Psicoterapia y el Counseling
· Esbozo de una Teoría General de las Relaciones Humanas
Podemos observar este despliegue en los principales textos que fue publicando:
¨Counseling y Psicoterapia¨, en 1942
¨Psicoterapia Centrada en el Cliente¨, en 1951
¨El Proceso de Convertirse en Persona¨, en 1961.
¨Psicoterapia y Relaciones Humanas¨, en coautoría con Marian Kinget, en 1965
· Enfoques Educacionales
· Procesos Interpersonales y Grupales
· Funcionamiento de las Organizaciones
· Procesos Sociales, Culturales y Políticos
· Planteos Filosóficos, Espirituales y Transpersonales
Para una mejor comprensión del ECP, haremos una discriminación conceptual y práctica
entre ambos momentos del ideario rogeriano.
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El Enfoque como terapia (psicoterapia o counseling) es un método para facilitar cambios
y transformaciones, en individuos que consultan por dificultades psicológicas.
Posee para tal objetivo una teoría de la personalidad rigurosamente documentada y
bastamente experimentada en sus dispositivos de acción, y un marco actitudinal
fundante, ubicándose como una línea de la Psicología Humanística.
El Enfoque como abordaje en cambio, no es una teoría ni una línea de la psicología, sino
un modo de pensar las relaciones humanas, un modo de ser siendo con los demás, una
filosofía de vida, una ideología o marco de creencias apuntalado en la importancia de los
encuentros.
El enfoque como terapia y sus campos de aplicación, están vinculados a todos los tipos
de demanda de ayuda psíquica, en normalidad ( counseling) o patologías severas (
psicoterapia), desde niños hasta gerontes, individual o grupal, parejas y familias,
habiendo demostrado eficiencia y eficacia en sus resultados.
El Enfoque como abordaje general, implica:
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Trabajen de asesores laborales empresariales, o educacionales.
Se dediquen a la ayuda social, o actúen en política.
En todos los casos, comprenden a la persona como un ser vivo disponible al crecimiento
desarrollo y despliegue de sus potenciales positivos, siendo su tarea facilitar un modo de
relación que lo posibilite.
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Por otra parte, fue también necesaria la construcción de una teoría de la Personalidad,
que avalara el proceder terapéutico, así como descripciones fenomenológicas de los
procesos.
El ECP como terapia (Psicoterapia o Counseling) es en síntesis un proceder que se basa
en la creación de un marco o encuadre, a través del cual el consultante debe sentirse libre
de comunicarse dentro de un contexto que ofrece:
· Aceptación incondicional
· Autenticidad
· escucha empática
· Respuestas verbales por parte del facilitador en concordancia con lo anterior, que
fueron en un principio denominadas respuestas reflejo, luego respuestas de seguimiento
empático, y por último chequeo de percepciones.
Partiendo del concepto que todo consultante, para serlo, debe percibir algún grado de
incongruencia o discordancia en sí mismo, y desde allí algún probable desorden o
síntoma perturbador, el objetivo de un terapeuta ECP es facilitar el tránsito hacia una
congruencia personal, desde la cual supere el problema y desarrolle su ser siendo persona
en el mundo de una manera favorable para sí mismo.
El propio Rogers definió su hipótesis central en una carta que nos envió el 21 de Junio
de 1986 (pocos meses antes de fallecer), en la cual decía:
¨El individuo posee en si mismo potenciales recursos para su propia comprehensión,
para cambiar su auto concepto, sus actitudes y para dirigir su conducta, y estos recursos
pueden ser liberados a condición de que un determinado clima de actitudes psicológicas
facilitadoras pueda ser logrado¨.
La aplicación de este modelo terapéutico ha sido minuciosamente estudiado e
investigado como proceso, descubriendo en el mismo, un camino que pasa de la
desorganización inicial a una reorganización en su cierre. Se observaron, a su vez, ciertas
variables relativamente constantes que han sido definidas como etapas o fases, y que
podemos sintetizar:
1- Descripción: El consultante presenta sus problemas personales, sus malestares o
síntomas. Expresa sus estados emocionales y autocríticas.
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2- Análisis: Se exploran comportamientos, conductas, emociones y sentimientos,
vinculados al problema de consulta y a la persona como un todo. Se facilita el
autodescubrimiento de las contradicciones experienciales, y el conocimiento de las
construcciones preceptúales fundantes.
3- Valoración: Se produce una percepción de la noción sí mismo en un nivel cada vez
más profundo, cambiando el nivel de valoración, observándose principios de
reorganización.
4- Integración: Se alcanza una mayor auto aceptación. Se perciben los progresos desde
una valoración más positiva de sí mismo. Se observan cambios y transformaciones
deseables para el individuo.
Cuando los consultantes alcanzan a transitar estas fases, logran una reconfiguración
perceptual de su noción de sí mismo, que les permite:
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1- No directividad:
Es una decisión de ayudar a un otro a que desarrolle su persona tal como lo desee, en la
dirección que opcione tomar, y desde el propio modo en que se haga responsable de su
problemática.
Como concepto es paradojal, en tanto su implementación en una relación de ayuda,
apuntala el proceso en la dirección de la tendencia actualizante, facilitando sinergia hacia
la sintropia, es decir hacia el camino de la expansión creativa.
Es por lo tanto la no dirección desde que el se supone debe dirigir, para habilitar la auto
dirección del que pide ayuda en el camino de la liberación de su potencial humano.
Es una postura que tiende a proveer al otro la posibilidad de ser mirado como un
semejante disponible para no solo resolver sus problemas, sino para transformar su vida,
si así lo desea.
Es una posición existencial desde la cual nos instalamos en la vida creyendo que nadie
posee la verdad, que cada persona cuando valora y opina lo hace desde su particular
recorte de experiencia, y que esta debe ser aceptada en su propia expresión.
Esta postura o posición, cuando se la pone en práctica, demuestra en los hechos que la
no dirección ¨desde afuera¨, ofrece a los demás la posibilidad de poner en acción la
propia dirección, y cuando esto sucede, siempre es positiva para el crecimiento de lo
humano.
2- Tendencia Actualizante:
Es definida, en un principio por Rogers como ¨la capacidad que tiene el ser humano,
latente o manifiesta, de comprenderse a si mismo y de resolver sus problemas de modo
suficiente para lograr la satisfacción y la eficacia necesarias a un funcionamiento
adecuado¨.
Esta hipótesis es reforzada tiempo después por descubrimientos provenientes de la
biología, la física y la antropología, en los cuales se habla de una tendencia formativa
cósmica (negentropía o sintropía), como tendencia a un orden creciente desde el caos
inicial.
Se trata de un orden de evolución hacia un mayor orden u organización, mayor
complejidad y mayor capacidad de interrelación.
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Trasladado a lo humano podemos decir que estos conceptos implican comprender, no
solo la tendencia al mantenimiento adaptativo del organismo, sino también al
crecimiento, desarrollo y enriquecimiento progresivo.
Esto no implica ignorar que también existe una tendencia entrópica, al deterioro, y
muerte de lo vivo, pero como nos dice Rogers ¨el universo construye y crea
permanentemente, además de deteriorar. Este proceso es evidente en el ser humano¨.
Considerar esta noción clave en el ECP nos coloca en un espacio de pensamiento
científico, en tanto comprobable por la experimentación.
Es además una hipótesis de que nuestro trabajo no es azaroso, sino que tiene un objetivo
y una dirección, el facilitar que la tendencia actualizante fluya en su sentido creativo.
3- Escucha Empática:
Es la capacidad de entender, comprehender y responder a la experiencia única del
prójimo.
Es una modalidad de estar que resulta de sentirse en la experiencia vívida del otro,
colocándose ¨en los zapatos que el otro calza¨, o dicho de otra manera ¨pretender ver el
mundo del otro con los ojos del otro¨.
Por lo dicho implica tanto los aspectos emocionales como los cognitivos del mundo
vivido, es decir aquello que circula las emociones y lo sentimientos o significaciones
personales de las mismas.
Por ser resultado de una actitud, no es simplemente una disposición unidireccional desde
el terapeuta hacia el consultante, sino una manera de relacionarse en donde se propone
la empatía vincular.
Es entonces un modelo de ida y vuelta, que a modo de ejercicio terapéutico útil para una
mejor comunicación, puede ser trasladado a la vida cotidiana del consultante, tanto
consigo mismo como con los demás.
La escucha empática, para ser terapéutica, debe resultar en respuestas de ese nivel, siendo
esa la tarea de un facilitador ECP. Este debe comunicar a su cliente su percepción del
mundo vivido por este, y a modo de chequeo mutuo de convalidación de lo percibido y
expresado, gestual o verbalmente, desde el encuentro, poder facilitar un acercamiento
comprensivo a si mismo. Si consideramos la no directividad como posición existencial,
la confianza en la posible expresión de la tendencia actualizante, la escucha y respuesta
empática son las maneras de favorecer este proceso.
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4-Aceptación o valoración Positiva Incondicional (API):
Implica aceptar al otro tal cual es en el momento en que se esta ofreciendo la ayuda, en
el encuentro.
Carl Rogers nos dijo en la carta anteriormente mencionada: ¨ Una actitud de importancia
para crear un clima de cambio, es la aceptación o estima o valoración positiva
incondicional.
Esto significa que cuando el terapeuta experimenta una actitud positiva, no calificativa,
de aceptación hacia cualquier cosa que el paciente es en ese momento, el movimiento
terapéutico o el cambio es más probable.
Lo importante de esta notificación es el énfasis en la experiencia que se es, y no en lo
que se hace.
El terapeuta debe desear y esto está en relación con la posición no directiva que su
consultante esté en plena conexión con sus sentimientos, cualquiera ellos sean- odio,
amor, confusión, resentimiento, miedo, coraje.
Desde una escucha aceptante brindamos un modelo de auto aceptación, el principio de
un camino hacia la transformación personal.
Sin embargo para que esta aceptación sea válida, debe darse en primera instancia en la
propia experiencia del profesional de la ayuda.
Se ha demostrado en investigaciones muy rigurosas, que cuando esta actitud es
principalmente experimentada por el terapeuta, mayor es la probabilidad de una terapia
exitosa.
Otra manera de decirlo es que cuando podemos estar presentes, desde la aceptación
positiva incondicional, mayor es la posibilidad de acercarse a la experiencia de que nos
pasa con lo que nos pasa.
La API nos ayuda a colocarnos en una posición ingenua, libre de prejuicios y de juicios
de valor. Vale aclarar que aceptar no es lo mismo que aprobar, en tanto lo que se acepta
es la experiencia vivida tal cual es, aunque la conducta sea reprobable desde nuestro
marco valorativo.
En síntesis es aceptar lo que el otro siente o experimenta, no lo que hace.
4- Congruencia o autenticidad:
Define la importancia de ser el que uno es en la relación, sin construirse máscaras o
fachadas que oculten los verdaderos sentimientos que circulan en la misma.
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El terapeuta ECP debe estar abierto a su experiencia, en plena conexión consigo mismo,
sin abortar nada de ella, para después ponerla con sumo cuidado a disposición del
vínculo de ayuda.
También en este caso, las investigaciones han demostrado que los profesionales que
alcanzan positivos grados de congruencia en si mismos, son más eficientes y eficaces en
la ayuda que se brinda.
Mientras la pretensión terapéutica de este Enfoque es facilitar cambios y desarrollo
personal, los encuentros persona a persona son más adecuados para esa finalidad, que
aquellos en que el profesional se escuda en un personaje.
Si hemos dicho que la disposición de la autenticidad vivida en la relación de ayuda debe
expresarse con mucho cuidado, es para evitar lo que denominamos autenticidio
(metáfora de una mezcla entre suicidio y homicidio en el nombre de la autenticidad).
Al respecto nos dijo Carl Rogers: ¨ En cuanto al terapeuta, lo que él experimenta está
abierto a su conciencia, y puede ser vivido en la relación, y puede ser comunicado si es
apropiado¨.
Es obvio que nuestro maestro apela a la responsabilidad para encontrar el momento
oportuno para comunicar o no la experiencia que sucede en la relación de ayuda.
Lo importante es no negarla, sino aceptarla en forma transparente, y aunque no la
tramitamos en lo inmediato, se ¨filtrarᨠen una relación de libertad experiencial.
5- Chequeos de percepciones:
Es el modo en que definimos las intervenciones terapéuticas desde el ECP, sean estas de
carácter verbal, gestual, o desde recursos imaginarios, corporales o de acción.
En los comienzos se denominó Reflejos (de reflejar como espejo centrado en el
consultante) a los modos verbales que Rogers creó para facilitar la auto escucha de sus
consultantes.
Se los dividió en Reflejos cognitivos y de sentimientos, los primeros subdivididos en
simples y elucidatorios.
En todos los casos se presupone la creación de un clima vincular basado en el trípode
actitudinal antes mencionado (empatía, aceptación incondicional y congruencia).
Los reflejos simples referían a una devolución verbal del eje de lo dicho por el
consultante, como síntesis aclaratoria para favorecer el discurso y la autoconexión.
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Los reflejos elucidatorios poseían el sentido de esclarecer y resumir cognitivamente lo
dicho y trabajado en el decurso de un tiempo relativo de un proceso.
Los reflejos de sentimientos apuntaban a resumir la captación por parte del terapeuta de
las emociones implícitas en el intercambio dado en consulta, con el objetivo de favorecer
una toma de conciencia de lo emocional en juego.
A posteriori se prefirió hablar de respuestas de seguimiento empático, afinando el
sentido de este tipo de intervenciones, en el camino de comprehenderlas como
intervenciones que faciliten positivos acercamientos al si mismo del consultante.
Denominarlas finalmente chequeo de percepciones, es a nuestro entender, mucho más
congruente con la postura no directiva esencial de este modelo.
Chequear lo que se percibe en el diálogo terapéutico posee el sentido de ofrecer un
acercamiento paulatino a la experiencia.
Es por otra parte una pretensión de apertura perceptual, que al fin y al cabo, de lograrla,
permitirá al consultante disponer de más autoconocimiento y por lo tanto de más
recursos para operar favorablemente consigo mismo y los demás.
Si podemos apuntar a un paulatino encuentro, estando atentos a los que nos pasa con lo
que pasa, actitudinalmente predispuestos a no juzgar, a centrarnos desde nuestra propia
experiencia en la experiencia del otro, se logrará la empatía buscada.
Si además, y por ello, somos auténticos y estamos convencidos de que el deseo del otro
es más importante que el nuestro, en esa oportunidad, habremos sido congruentes.
Las intervenciones o devoluciones que realicemos ante lo discursivo de nuestro
consultante, serán siempre un intento de acercamiento a lo que este, y nosotros en
relación con él, estemos percibiendo como expresado en el intento de búsqueda que
estamos facilitando.
Lo que hagamos, o digamos, si posee esta base, será siempre una intención relativa, desde
el lugar del no saber más que lo que nos dice lo que se va diciendo juntos.
Todo chequeo de percepciones es muchas veces expresado como una afirmación de lo
percibido en forma de pregunta abierta, otras cobra la forma de un reflejo en sus tres
tipos, otras es una intervención desde un recurso imaginario o corporal, otras es una
respuesta de seguimiento empático.
Sea como sea, siempre tiene que estar a disposición del otro la posibilidad de no verlo
de la misma manera, de revisarlo o de proponer otra forma de mirarlo, de esto se trata
42
la no dirección. Chequear percepciones es acompañar el decurso exploratorio, abriendo
el camino para la libre expresión de la potencialidad deseante del otro.
7- Noción de Si mismo:
Es el concepto central desde el cual se construye toda la teoría de la Personalidad que
sustenta el ECP. Carl Rogers lo define así: ¨Es un conjunto organizado y cambiante de
percepciones de un sujeto que se refieren a él mismo.
Es una estructura perceptual que incluye las características, atributos, cualidades y
defectos, capacidades y límites, valores y relaciones que el sujeto reconoce como
descriptivos de si mismo, y que percibe como datos de su identidad.
Esta estructura engloba todas las experiencias del sujeto en cada momento de su
existencia.¨
Decir estructura perceptual remite al concepto de que el ser humano no posee un si
mismo, es si mismo en proceso experiencial permanente, lo que implica que mientras
vive percibe su propia experiencia discriminándola de la de los otros.
Su funcionamiento es comparable a una gestalt o totalidad organizada de percepciones
consistentes, desde las cuales diferencia aquello que vive para si como características
mísmicas, aquello que emerge de las relaciones con los demás como condiciones yoicas.
Es por ello que en esta vivencia de si mismo podemos diferenciar lo mismico (el MI),
de lo yoico (elYo).
El primero, el Mi, se instala como permanente referencia ante lo propio, siendo una
constante perdurable., que nos hace dar cuenta de que somos el mismo y lo mismo, aún
en el cambio permanente que nos inspira la vida que vivimos.
Somos quienes somos, el mismo ante nosotros mismos, aún cuando nos transformemos
yoicamente, a esto se lo ha denominado la consistencia de si mismo, desde la cual el
organismo tiende a regular sus comportamientos y conductas.
Las vivencias de consistencia (congruencia) o inconsistencia (incongruencia), definen el
funcionamiento psíquico. Estas dos posibilidades se dan:
- entre el si mismo, tal y como lo percibe el individuo, y la experiencia organísmica.
- entre el si mismo y un si mismo deseado o ideal.
- entre el si mismo y la realidad.
43
Cuando el organismo humano se percibe consistente en los tres niveles fluye y funciona
óptimamente, por lo tanto crece, se desarrolla y expresa su potencial actualizante.
Cuando el organismo humano en si mismo experienciante percibe inconsistencia en
alguno de los tres niveles mencionados, se siente amenazado y por lo tanto se defiende,
se desorganiza, trabando y distorsionando su actualización.
Cuando en el proceso de desarrollo infantil, el niño recibe valoraciones positivas, por
parte de sus padres y el entorno, tiende a aceptar su propio mundo experiencial como
válido para si mismo, y se instala de esa manera en un sistema vital fluyente de auto
reconocimiento y congruencia.
En cambio, cuando ello no se le brinda, o no lo puede percibir, tiende a descreer de sus
propias valoraciones preceptúales, acepta la de los otros como más válidas, se aleja de si
mismo, se aliena, y el organismo percibe inconsistencia, se vive amenazado, se defiende,
y elabora constructos rígidos de si mismo y de la vida.
Su auto concepto incorpora elementos extraños, es decir que no son el resultado de su
propia experiencia.
Esta sintética explicación de los posibles modos de funcionamiento de la persona, ante
si mismo y los demás, nos acerca al pensar la prevención y la ayuda.
El ECP desarrolla, desde aquí, una propuesta de educación infantil, del modo de
favorecer las relaciones interpersonales en todos los ámbitos en que las personas nos
desenvolvemos, y de un sistema de reorganización de la persona aplicable en la
Psicoterapia y el Counseling.
Complementar las nociones de Tendencia Actualizante y Si mismo, nos brinda esta
posibilidad.
Si la primera es la motivación básica de la vida de un individuo, en tanto tiene por efecto
dirigir al organismo hacia un desarrollo unificado y eficaz.
Si como hemos visto, un sector de la experiencia vivida se percibe propia, siendo Si
mismo (Mi y Yo), constituyéndose a su vez en un factor regulador de lo que se
experimenta.
Integrando ambos conceptos, podemos referir a una tendencia autoactualizante del Si
mismo.
Cuando entre la experiencia del organismo y la del si mismo hay congruencia, la
tendencia actualizante opera unificada y sanamente.
44
En cambio, cuando se perciben desacuerdos, esto conduce a la incongruencia,
develándose comportamientos y conductas que responden en algunos casos al mensaje
del organismo, y en otros al del si mismo que tiende a preservarse.
En esta condición se instalan defensas, rigidez perceptual, que a veces se perciben como
malestares o síntomas y no pudiendo funcionar óptimamente, el organismo psíquico se
enferma.
Todo pasa por la Percepción y nuestros comportamientos, nuestras conductas, ya sean
emociones o pensamientos, son el resultado del como percibimos.
El organismo personal se vincula con el mundo desde su estructura perceptual, y de
acuerdo a como esta se despliegue será su funcionamiento.
El ECP es un modelo de vínculo que propone la aceptación de la experiencia, de si
mismo y del otro como un si mismo semejante, facilitando el encuentro de persona a
persona.
Es así como desde una posición existencial no directiva, con la confianza que nos brinda
la concepción de la tendencia formativa (autoactualizante en lo humano), nos
disponemos a una relación basada en la incondicionalidad, autenticidad y congruencia:
- Si somos terapeutas o counselors, nuestras intervenciones (chequeo de percepciones)
serán siempre centradas en la persona, y facilitadoras de cambios y transformaciones
positivas del Si mismo de nuestros consultantes.
- Si somos educadores favoreceremos aprendizajes significativos y valederos para la
vida de nuestros educandos.
- Si somos coordinadores de grupos, trabajamos en o para empresas, en tareas
pastorales, comunitarias, o en cualquier ámbito que nos convoque para ayudar a
personas, facilitaremos la resolución de conflictos y el desarrollo de la potencialidad
creativa de lo humano.
- Si somos padres ayudaremos a nuestros hijos a crecer desde si mismos.
El ECP, que se ha desarrollado desde un enfoque psicoterapéutico, habiendo devenido
en un abordaje abarcativo de las relaciones humanas, hasta plantear un nuevo paradigma
acerca de la persona y el mundo, continúa desde los discípulos de su creador creciendo
y desplegando nuevas alternativas.
45
CAPITULO 4
LOS APORTES MAS IMPORTANTES EN LAS CIENCIAS Y
DISCIPLINAS HUMANAS.
Se podrá discutir sus aportes en los ámbitos de las Psicoterapias y el Counseling, de
hecho eso acontece, como también se lo hace del Psicoanálisis, o de otras de las más de
trescientas modalidades que existen actualmente.
Lo que no pude obviarse, que tanto él como Freud o Watson, fueron los creadores de
los tres grandes movimientos de la Psicología.
No en vano nuestro autor fue elegido como el primer Presidente de American
Psychological Association, y además no solo se lo estudia en las carreras de Psicología o
Counseling, sino en Ciencias de la Comunicación, Sociología, Educación, Política,
Sacerdocios, Administración de Empresas y Organizaciones, y quizás prontamente se lo
descubra desde su lado más filosófico, como un pensador de un mundo mejor.
Continuemos por aquí.
El Poder de la Persona
“No es que este enfoque dé poder a la persona, es que nunca se lo quita”
de Carl Rogers en “ El poder de la Persona”
Si entre tantos hay un texto que da totalmente cuenta de su pensar lo humano, es este
libro que edito y llamó “El Poder de la Persona” (ver bibliografía).
En la introducción del mismo nos escribe:
“Hace algunos meses me sucedió algo extraño. Pienso que es lo más cerca que he
estado de tener una experiencia psíquica. Me hallaba concentrado en el trabajo que estaba
haciendo en mi escritorio cuando de pronto apareció en mi mente una frase completa:
“Yo camino suavemente por la vida”. Yo estaba muy desconcertado por la intromisión,
pero como no tenía nada que ver con el trabajo que estaba haciendo la hice a un lado.
Poco después, la naturaleza peculiar de esa “aparición” me impactó y comencé a
especular acerca de ella.
Se amontonaron toda clase de asociaciones; cuando era niño leí cientos de libros
acerca de exploradores e indios, hombres que podían deslizarse por el bosque sin hacer
ruido, sin pisar ninguna rama seca y sin revolver el follaje. Protagonizaban acciones de
46
misericordia o misiones de guerra, nadie sabía dónde estaban hasta que ellos habían
llegado a su destino y realizado sus propósitos. Me di cuenta de que mi vida profesional
había tenido esa misma cualidad. Yo no he querido llamar la atención sobre la dirección
a donde me dirijo sino hasta que ya he llegado. Siempre que ha sido posible he evitado
las confrontaciones estruendosas. Cuando al principio de mi carrera me dijeron que era
absolutamente imposible para un psicólogo hacer psicoterapia porque éste era el campo
del psiquiatra, yo no hice ningún intento por atacar de frente esa situación. En lugar de
eso yo usé primero la expresión “entrevistas de tratamiento” para describir lo que
estábamos haciendo. Luego el nombre de orientación pareció ser más aceptable. Y
solamente después de tener años de experiencia y de haber realizado con mis
colaboradores una cantidad fabulosa de investigaciones, hablé abiertamente acerca del
hecho, ya para entonces obvio, de que nosotros estábamos haciendo psicoterapia. Yo
había caminado suavemente por la vida haciendo poco ruido hasta que ya había llegado
a mi destino y ya era muy tarde para que me detuvieran. Yo soy algo obstinado.
Una desventaja de esta manera de hacer las cosas es que siempre me he dado cuenta
del completo significado del camino del yo, y un cada vez mayor número de otras
personas, hemos tomado. Sólo en los últimos años he llegado a reconocer lo “radical” y
lo “revolucionario” que ha sido nuestro trabajo. Uso estos términos en su sentido
original y no en su sentido popular. Nuestro trabajo ha “llegado a la raíz” de muchos de
los conceptos y valores de nuestra cultura y ha producido “un cambio completo y
marcado” en muchos principios y procedimientos. Lo más notable es que ha modificado
el modo de pensar acerca del poder y del control en las relaciones interpersonales. Ese
es precisamente el tema de este libro.
De modo, pues, que en estas páginas encontrarás a muchos hombres y mujeres que
caminan suavemente por la vida y que al hacerlo crean una revolución. Este libro describe
hogares, escuelas, industrias y encuentros entre razas y culturas que han sido cambiados
de una manera drástica por personas que confían en su propio poder, que no sienten la
necesidad de tener un “poder sobre”, y quienes están dispuestos a promover y a facilitar
el desarrollo de la fuerza latente en la otra persona. Aquí se describen ejemplos concretos
– una relación familiar, un taller, un día de campamento, un grupo de católicos y
protestantes de Belfast-, donde los procedimientos usuales han sido invertidos por una
confianza básica en el potencial constructivo de la persona.
Como dijo Gertrue Stein acerca de París:”No es lo que París te da; es lo que ella
no te quita.” Esto puede ser parafraseado para convertirse en una definición del enfoque
centrado en la persona, el concepto cargado de valor que es central en este libro: “No es
que este enfoque dé poder a la persona; es que nunca se lo quita.” Puede ser sorprendente
que este punto de partida aparentemente inocente pueda ser verdaderamente
revolucionario por sus implicaciones. El es, sin embargo, el tema central de lo que he
escrito.
47
Me he esforzado por dar ejemplos – tanto de anécdotas como de investigación –
para ilustrar la fuerza del enfoque centrado en la persona. Esta manera de hacer las cosas
cambia la naturaleza misma de la psicoterapia, del matrimonio, de la administración y
aun de la política.
Estos cambios indican que una revolución silenciosa está ocurriendo ya. Ellos
apuntan a un futuro de naturaleza muy diferente, construido alrededor de un nuevo tipo
de persona con poder propio y que está surgiendo”.
Brillante comienzo, y quizás con estos párrafos ya este todo dicho, pero vale la pena
sintetizar sus aportes, para comprender su valía.
Empecemos diciendo que lo que se tiende a denominar una política de ayuda, es decir
un modo, una estrategia, las tácticas y recursos, es lo que más revoluciona nuestro Carl
Rogers, y por lo cual es muy atacado en su país.
La convicción de que el poder de la”cura” esta en manos del consultante y no del
profesional, es tremendamente revolucionario.
Por otra parte el hecho de ser el primer Psicólogo creador de una línea, y no un Psiquiatra
o Neurólogo, también generó, en su época muchísimas controversias.
El pensar que la naturaleza humana es digna de confianza, que no es algo para ser temido,
sino por el contrario, debe ayudársela a ser liberada, y que de esa manera las personas
podrían hacerse positivamente cargo de si mismas, fue también otro punto muy
controvertido.
Sigamos leyéndolo: “La política del enfoque centrado en la persona es una renuncia y
una invitación conscientes por parte de la terapeuta (escribe este texto en femenino para
marcar una cambio de paradigma en la significación de lo que habitualmente se utiliza),
a todo control sobre el consultante y a tomar decisiones por él”.
“La terapeuta se convierte en “la portera” del cambio, no en su causante. Ella pone la
autoridad final en manos del consultante, se trate de cosas pequeñas tales como la
corrección de una respuesta del terapeuta, o de grandes decisiones tales como la dirección
de la vida de uno. El lugar de la evaluación, de la decisión, esta claramente en manos del
consultante”
Es muy claro en estos párrafos como se hace cargo de una posición no directiva desde
su lugar profesional.
La idea base es crear una relación que posea ciertas condiciones de no amenaza, desde
las cuales el consultante se anime a auto explorarse en compañía de su terapeuta.
48
Es obvio que esto corre al profesional del lugar del saber y del poder, y no podemos
olvidarnos que mucho de nosotros elegimos estas profesiones, para precisamente lo
contrario. No porque esto sea malo en si mismo, sino desde un paradigma basado en la
medicina, en donde “el doctor” conduce la curación.
Insistimos que el hecho de ser un psicólogo y no un Médico, y el de tener una sólida
adherencia a bases filosóficas existenciales, son quizás algunos de los motivos que lo
llevan a esa mirada o posición, aquella que confía en el poder de la persona para resolver
sus problemas, y aún más para buscar y encontrar sentido vital.
Dice, por ejemplo: “La terapia no es cuestión de hacerle algo al individuo, o de inducirlo
a hacer algo en relación consigo mismo. Por el contrario se trata de liberarlo para que
tenga un crecimiento y un desarrollo normales, de quitar
Obstáculos para que él pueda ir otra vez hacia delante”.
Nos sigue hablando de facilitar que cada uno encuentre su propio espacio de poder, el
que todos tenemos, aunque a veces por distintas circunstancias puede encontrarse
obturado.
Hablamos antes de la tendencia al crecimiento inherente a lo vivo, que denominó
tendencia actualizante, o más modernamente se le dice pulsión vital.
Es curiosa la concordancia de estos conceptos con los últimos descubrimientos de la
física y de la astronomía, acerca de la tendencia al despliegue (sintropía) que se observa
en el universo, sin negar que también existe otra “fuerza” o tendencia la deterioro
(entropía), pero mirando de atrás para adelante, el desarrollo se impone por sobre el
detenimiento. La sintropía parece estar superando a la entropía, y si miramos lo humano
observamos el mismo fenómeno histórico.
Carl Rogers comprueba científicamente su posición, para ello realiza experimentos,
grabaciones de sesiones comparadas, tests, encuestas de sobre eficacia y eficiencia. De esa
manera demuestra que si se brindan adecuadas condiciones actitudinales (autenticidad,
empatía y aceptación incondicional) por parte del terapeuta, y el consultante puede
percibirlas, casi siempre acontece la superación de las problemáticas de consulta y un
despliegue de los potenciales adormecidos de cada persona ayudada desde este modelo.
Dice: “Existe en todo organismo, a cualquier nivel, un movimiento subyacente que los
lleva a la realización constructiva de sus potencialidades inherentes”. Agrega “La
tendencia actualizante puede ser obstruida, pero no se la puede destruir, sin destruir al
organismo todo”.
Por otra parte también comprueba que cuando las personas se sienten verdaderamente
escuchadas en sus sentimientos más internos, les disminuye el poder que otros han tenido
49
sobre ellas para inculcarles culpas, inhibiciones, miedos, y eso predispone positivamente
para recuperar el control sobre si mismas.
Veremos después como toda esta posición se amplía a los distintos campos de las
relaciones humanas, y se observan los mismos efectos positivos que en las relaciones de
ayuda individual.
Nos referimos a la educación, la vida familiar, la acción pastoral, el trabajo en las
organizaciones, la política como tal (la de los gobiernos), y obviamente el tratamiento
de las denominadas”patologías mentales severas”.
El capítulo 1 del texto que estamos comentando (El poder de la Persona), culmina con
una síntesis muy clarificadora:
“Un enfoque centrado en la persona, cuando es utilizado para alentar el crecimiento y
desarrollo del psicótico, de la persona con problemas o del individuo normal,
revoluciona los comportamientos acostumbrados de los miembros de las profesiones de
ayuda. Ello ilustra muchas cosas:
1- Una persona sensible, que trata de ser de ayuda, se hace más centrada en la
persona, no importa en que orientación empiece, porque encuentra que ese
enfoque es más efectivo.
2- Cuando estás enfocado en las personas las etiquetas del diagnóstico se vuelven
bastante irrelevantes.
3- Se descubre que el modelo médico tradicional está en bastante oposición al
centrarse en la persona.
4- Se encuentra que aquellos que pueden crear una relación efectiva, centrada en la
persona, no necesariamente provienen de los grupos entrenados profesionalmente
(sic)
5- Mientras más es implementado y puesto en práctica este ECP, más se lo encuentra
como desafiante de los modelos jerárquicos de “tratamiento” (las comillas son
de Rogers) y de los modelos jerárquicos de organización.
6- La efectividad real de este enfoque centrado en la persona constituye una amenaza
a los profesionales, administradores y demás y, consciente o inconscientemente,
se toman medidas para destruirlo.
Es demasiado revolucionario”.
Es muy interesante observar que cuando escribe este texto transcurre el año 1977, y allí
observa lo que estaba realizando un colega Jungiano llamado John Perry desde un centro
50
de tratamiento para jóvenes esquizofrénicos denominado “Diabasis” (palabra griega que
significa cruzar de un lado a otro). Perry opinaba, después de haber trabajado en el tema
más de 25 años, que cuando se dejaba de rotular a los pacientes como tales, se los
denominaba individuos o personas, se los trataba desde ese nuevo lugar, desde una
relación
afectiva cercana y confiable, en menos tiempo superaban las crisis, y salían de ellas más
fuertes y sanos. Por ello seleccionaban a su personal, no tanto por sus credenciales o
curriculums, sino por sus cualidades actitudinales. Se los entrenaba para mejorar sus
condiciones hacia habilidades comunicacionales centradas en el otro. La mayoría de los
elegidos eran jóvenes provenientes de la denominada (en esa época) contracultura. La
mayoría había sufrido lo que era estar aislado, rechazado, enajenado, y casi todos
realizado viajes con drogas, como dice Rogers “buenos y malos” (se refiere a las
experiencias epocales de búsqueda de estados alterados de conciencia).
Diabasis era una pequeña institución, en donde se respiraba un ambiente libre, no
autoritario y no crítico. Cada uno podía expresar libremente sus sentimientos y realizar
acciones artísticas y físicas “a piacere”.
Se legitimaba los denominados tradicionalmente “síntomas”, sin pretender cambiarlos,
se los dejaba ser (let it be), aceptando que podía ser un momento muy difícil, de
sufrimiento o descontrol, que precisaba acompañamiento en su expresión válida.
La experiencia de aceptación de la “locura”, como un modo de ser en el mundo
circunstancial, como una expresión de lo interno que desea en ese momento ser así,
facilitaba notoriamente un proceso de reconstrucción hacia conductas más “sanas” y
menos “sufrientes”.
Suprimiendo el control y liberando la potencialidad, aún en comportamientos que
podrían aparecer bizarros, los organismos de esos consultantes, buscaban solos su punto
de equilibrio, una adaptación más favorable hacia un mejor vivir en la sociedad. En
síntesis se “curaban” sin que ningún “profesional” lo pretendiera, solo acompañando ese
modo coyuntural de ser siendo en la vida.
Lo más importante, además de haber obtenido altísimos porcentajes de mejoría, es lo
que C. Rogers nos dice en el punto cuatro de los ítems anteriormente señalados. Aquel
que dice que los mejores “ayudadores” no fueron necesariamente los que poseían algún
“título habilitante” para ello.
De hecho el mismo autor que estamos tratando, en el último cuarto ciclo de su trabajo
profesional (los últimos 20 años aproximadamente), habiendo sido el primer presidente
de la Asociación de Psicólogos de su país, renunció a su matricula profesional, para no
sentirse presionado por reglamentos e imposiciones acerca del como debe atenderse a las
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personas que consultan. Fue, como ya dijimos, una persona totalmente coherente con
sus convicciones.
52
Nuestro autor considera que para que las relaciones familiares “funcionen”
adecuadamente, y den la posibilidad de bien estar a cada uno de sus miembros, deberían
imponerse las mismas condiciones que estudió para los procesos terapéuticos.
Si una pareja puede lograr una comunicación empática, incondicional y autentica,
estaríamos ante un amor pleno, que podría trasladarse a la relación con los hijos y a una
educación de valores reales.
Sin embargo, sabemos muy difícil esta posibilidad en tanto en todo vínculo matrimonial
o de similares características se juegan no solo aspectos amorosos, sino también aquellos
que implican las denominadas “miserias” humanas. Tales como envidias, competencias,
luchas por el poder, modelos de cada uno que tienden a imponerse por sobre los del
otro. Por otra parte el hecho de convivir hacen que emerjan distintas variables a lo largo
de coexistir juntos, crecimientos desparejos, aparición de nuevos estímulos, dificultades
en la sexualidad y diferencias propias del devenir individual de las partes.
El modelo de Rogers puede tomarse como tal y aspirar a él, como camino, como tránsito,
o como forma de superar los obstáculos.
Todo ideal es eso, una ilusión, que no esta mal poseerla, y aspirar a ella, como meta, y
por supuesto enraizarla en la realidad cotidiana, y hacer de cada día una nueva
posibilidad.
Cuando Carl Rogers investigaba este tema estaba aconteciendo una gran revolución, la
de la apertura a los sentimientos compartidos, y la liberación femenina. También fue un
momento de mucha libertad “experiencial”, sobre todo en la costa oeste de EEUU.
Parejas abiertas, matrimonios grupales, sexo libre, en el marco de un “hippismo”, en
donde se incluían drogas para la apertura o ampliación de las conciencias. Siendo
coherente con sus ideales, nunca criticó estas búsquedas, las acompaño respetuosamente,
sabiendo que rompían modelos convencionales, y quizás eso es lo que más lo atraía.
Para ser sintéticos podemos decir que una pareja esta en buen camino, no exenta de los
padeceres normales de una convivencia, pero abiertas a una experiencia que fluye y
cambia cuando:
a- Los sentimientos se expresan sin temor
b- La comunicación es auténtica y respetuosa
c- La sexualidad es satisfactoria para ambas partes
d- El contrato vincular toma en cuenta la igualdad de condiciones
e- Se acepta la diferencia de criterios
f- Se acepta al otro tal cual es
g- La confianza es mutua
53
LA EDUCACION
El planteo que hace Rogers en este tema es realmente revolucionario, tanto para su época
como para la actualidad.
Si la intención del educar es que el alumno aprenda, solo se aprende lo que es vivido
como significativo. A esto lo denomina “aprendizaje significativo”.
Su pensar “libertario” lo adopta también para cuestionar y proponer cambios y
transformaciones en los sistemas de enseñanza.
Describe lo que observa como características de una escuela tradicional:
1- El maestro posee el conocimiento, el alumno lo recibe.
2- La clase expositiva es el método por excelencia.
3- El examen clásico es el modo de evaluar.
4- El maestro tiene el poder, el alumno obedece.
5- No hay confianza mutua, sino que predomina el temor.
6- Se valoriza predominantemente lo intelectual.
Si bien en este caso refiere a la comparación con Paulo Freire, y lo que considera común
y valioso compartir, podemos decir que lo anterior es aplicable a cualquier situación
grupal, social, organizacional, que necesite resolver problemas u plantear algún objetivo
común.
Por ello el ECP ha sido llevado a distintos ámbitos, sean empresas, iglesias, centros
comunitarios, ONG, partidos políticos, y conflictos interculturales o raciales.
El modelo de relación basada en la Empatia, Aceptación Incondicional y Autenticidad
es de notoria eficacia y eficiencia para generar desarrollos constructivos en conjuntos
humanos, sean de las características que estos sean.
55
LA REVOLUCION SILENCIOSA- ¿una utopía?
A esta altura del texto, esperamos que el lector este inmerso en una posición “libertaria”
de lo personal. Abierto al pensar que es posible un mundo mejor basado en las premisas
que Rogers investigó y planteó.
Cuando él mismo lo intentó, sea coordinando grupos muy conflictivos, o asesorando
empresas e institutos educativos, atendiendo familias y parejas.
Siendo convocado por algunos gobiernos para ayudarlos en sus problemas raciales o
políticos. Pudo darse cuenta de la magnitud de su propuesta, de la eficiencia constructiva
que se alcanzaba al poner en marcha un sistema centrado en la persona.
Todo ello lo hizo reflexionar acerca del futuro de la humanidad.
Sus últimos escritos hacen de él un sociólogo, un filósofo práctico, y un pensador
político.
En esta última clasificación, podemos pensarlo como un “conservador libertario”, o un
“anarquista pacifista”.
Estuvo convencido que el mejor estado posible de la humanidad, será cuando alcance la
autodeterminación, y desde allí el autogobierno.
Nos recuerda a Bakunin, Proudhon y Kropotkin, entre otros pensadores Premarxistas,
libertarios del siglo 19.
Cuando se refiere a las instituciones, sean educativas, políticas, religiosas o
gubernamentales, las califica como: “hojas muertas, amarillentas, y putrefactas” (op.cit.
pag.180).
Considera que debemos trabajar para lograr una revolución silenciosa, no agresiva, no
violenta, sino de cambio y transformación paulatina, que tienda hacia:
- Una apertura de los liderazgos, y que sean cambiantes.
- La exploración del si mismo, hacia la riqueza de lo humano.
- La valoración de la persona sin distinciones de ningún tipo.
- Una relación ecológica con el medio.
- Un agrupamiento humano de tamaño humano, no industrial.
- Una sociedad con una estructura mínima que se ocupe del bienestar.
- Una concepción humana de la ciencia.
- Una valoración fundante de la creatividad.
56
- Una mirada sobre los bienes materiales como recompensa solo cuando ellos
promuevan el interés general.
- Un interés genuino por aquellos más necesitados.
- Una distribución equitativa de los bienes naturales.
Cuando piensa y escribe esto, transcurrían los fines de la década del setenta y principios
de la del ochenta, pocos años después fallece, en 1986.
Ya decía que sus ideas podrían parecer una utopía, ante un mundo tan oscuro, egoísta e
injusto, y consideraba que estábamos en un 50 y 50 de posibilidades, de irnos hacia la
destrucción del planeta, o hacia el camino constructivo que deseaba.
Los tiempos si bien parecen que han empeorado, siguen mostrándonos parecidos
porcentajes de probabilidades.
La humanidad posee una alternativa bipolar, o sigue en el camino que va, y poco nos
falta para autodestruirnos, o retoma a aquellos pensadores del siglo 19 que
mencionamos, y le agrega un método que se comprobó real y concretamente, el Enfoque
Centrado en la Persona, llevado a lo social.
El camino de la autodeterminación es posible, lo han expresado los filósofos del
socialismo utópico del siglo 19, Rogers lo demostró en el siglo 20, nosotros seguimos
ese camino, el que nos incumbe como profesionales de la ayuda en este siglo 21.
57
CAPITULO 5
DESPUES DE ROGERS- NOSOTROS
“las cosas separadas existen en tanto se relacionan con el todo”
Sabiduría Zen
Han pasado veinte años desde que Rogers falleció, el ECP continúa su activo camino,
por ello el subtitulo del trabajo, este después es hoy para nosotros y mañana para nuestros
sucesores o discípulos.
En la actualidad, en el campo de la Psicoterapia y el Counseling, se
observan (como en la sociedad) dos grandes caminos:
1- El psicobioconductismo: Se sustenta en el gran avance de las neurociencias, y en
investigaciones concretas acerca de la eficacia y eficiencia en la curación de las
patologías mentales.
Plantea un modelo “medico” de la psicoterapia, es decir aplica la noción de
enfermedad a las problemáticas humanas, y pretende elaborar metodologías que
las traten.
2- El psicofilohumanismo: Se basa en una mirada filosófica sobre el sufrimiento o
“pathos” de la vida humana. Si bien también busca modos de ayudar, estos no se
entraman en los conceptoSde curar enfermedad, sino en las nociones de
Desarrollo Personal y Despliegue de los Potenciales humanos.
Su historia personal
El Contexto cultural y económico norteamericano
El Conductismo de Watson y Skinner
El Psicoanálisis norteamericano, sobre todo Otto Rank
La psicología de la percepción de Arthur Combs
La teoría de Prescott Lecky
La Gestalt de la Escuela de Berlín, desde Kurt Goldstein
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El Budismo Zen
El Filosofía Existencial
La Fenomenología Existencial
El contexto de los distintos teóricos de la Psicología Humanística
La influencia mutua con Eugene Gendlin
Nos habla de una tradición, de pensamiento y acción, que pueden, a nuestro entender se
resumen en una frase, que puede dar cuenta del todo basal de su trabajo:
“NO ES QUE ESTE ENFOQUE DE PODER A LA PERSONA; ES QUE NUNCA
SE LO QUITA” (de El Poder de la Persona-Introducción)
Esta es la idea que integra, que da identidad, que acerca o aleja de otras posturas, este el
concepto que une lo que se percibe separado en el análisis, y le da coherencia a esta
posición.
El ECP esta vivo en el mundo, y principalmente en la Argentina, desde el trabajo de los
Counselors Humanísticos.
Muchos de los terapeuta o counselors siguen pensando y trabajando desde sus ideas
bases, construyendo nuevas hipótesis, agregando metodologías, repensando conceptos,
el tema es que toda posición solo puede sostenerse en la coherencia, en la seriedad
profesional y científica de los nuevos aportes.
Cualquier enfoque o pensamiento nuevo, que pretenda ser o derivar del ECP, a nuestro
entender, no debe desconocer ni obviar:
La no directividad es un concepto que define una postura existencial ante los vínculos
que establecemos con nuestros semejantes, con la naturaleza cercana, y el cosmos que
nos incluye e incluimos como un todo.
La no directividad es la intención de no influir sobre un otro, acerca de la dirección vital
a tomar por este otro.
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Recordemos la cita de Lao-Tse, y comprenderemos porque la noción de no- directividad
es el espíritu de lo “rogeriano”, y los demás conceptos son parte de la organización del
sistema teórico que lo sustenta, y le permite corporizarse en un complejo de ideas que
hoy denominamos ECP.
Consideramos que si nuestro Enfoque es algo más que una Psicología, una excelente
Terapia, y más que ella, una posición ante las relaciones humanas en general, es por haber
sostenido, ampliado y aplicado un concepto eje:
la noción de no directividad.
Ser siendo No directivo, no es decir lo que no se Es, sino decir lo que se Es y se hace, es
una definición activa, una posición existencial, una profunda convicción de que el poder
de la persona está en si misma, y que solo hay que crear las condiciones para que emerja,
y esas condiciones son las que Rogers luego desarrolla metodológicamente.
Ser no directivo es una decisión de cambio del rol socialmente atribuible al profesional
de la ayuda, aquel que habla del experto que dirige la “cura”, y desde el ECP, lo cambia
para pro-mover la relación no directivamente.
Las atribuciones de rol son las que lo definen ante otros, y le dan su nominación, y tal
como se le nombra, es que se espera una serie de respuestas de acción.
Hay roles, los de terapeutas, educadores, padres, sacerdotes, pastores, directores de
empresas, o secciones de las mismas, políticos, economistas, personas influyentes y
líderes en general, de los cuales cada cultura construye y espera un modo de ejecutarlos.
La cultura constructora del rol, elabora su propuesta con el objetivo que la ejecución del
mismo consolide su estructura, y de esa manera confirme sus valores y su sentido.
La decisión de ser no directivo, en un rol del cual se espera lo contrario, coloca al que lo
decide en un subversivo, un generador de otro modelo de conducción y de mando, y en
ello ha residido el gran valor de la propuesta de C. Rogers.
Su gran e inicial descubrimiento fue el salirse de los modelos previamente establecidos,
y que aún hoy continúan en vigencia, aquellos que atribuyen el poder de la cura y la
dirección del tratamiento al profesional.
Ser no directivo, asigna una serie de condiciones muy precisas a aquel que decide
conducirse de ese rol, todas ellas conducen a la distribución del “poder de mando” sobre
el proceso, que inicialmente se supone posee el que toma esa decisión (el profesional) y
que si quisiera podría ejercerlo, como de hecho lo ejercen desde otras líneas de la ayuda
psicológica.
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Ser no directivo conduce al traspaso del deseo, al compartirlo, al entregarlo al vínculo,
al mostrar al otro que es capaz de asumir el propio, se genera un campo vincular, en
donde la percepción inicial de cada uno, se transforma en el conjunto que se establece.
Ser no directivo en una relación de ayuda, tal como empezó C. Rogers, fue el inicio de
una propuesta; la de que cada uno de nosotros tiene en si mismo la posibilidad de ser el
deseo de ser Persona desde si mismo.
Toda su obra trató, a posteriori, de este gran descubrimiento: fundamentar los modos
posibles para que esa no directividad tenga cauce en una relación, sea de ayuda
(Counseling o Psicoterapia), sea entre padres e hijos, sea en una pareja, en grupos, en
sociedades, y o en cualquier relación interpersonal que pretenda el crecimiento de las
personas implicadas.
Nos atrevemos a decir que este concepto esconde el germen de una mirada y posición
filosófica, sociológica y política, que culmina como exposición tentativa en la
cuarta y la quinta partes de su libro:
¨ El poder de la Persona ¨, que tituló: ¨ Una nueva Figura Política ¨ y ¨ En una Cápsula
¨, respectivamente.
61
El Ser humano debe hacerse responsable del todo que es y hace con su ser en el mundo.
Tal como el concepto inicial, el de la no directividad, este también es de profunda
implicancia filosófica, y de política en lo que respecta a la distribución del poder.
No olvidemos que la idea de lo indivisible del si mismo en partes o aspectos, es un
profundo intento de alejarse de la partición conceptual que han hecho otras teorías de
lo humano.
No debemos desconocer que tal como uno percibe, tal como conceptualiza, es decir tal
como uno nomina la realidad, es tal como se acciona sobre ella.
Si pienso al consultante como un ser dividido lo estoy dividiendo y por lo tanto voy “a
encontrar”, o a “escuchar” esas divisiones.
Y si lo divido lo ayudo a dividirse, y aunque yo crea que con esa división lo estoy
ayudando a integrarse, estoy convalidando la autodivisión, y entonces quizás lo ayude a
resolver la división en cuestión que se esta planteando allí, pero lo instalé en la
autoconcepción de que las personas somos divisibles.
De allí a justificar cualquier otra cuestión se retornará a ese pensar así sobre si mismo.
Como estamos ante una idea profundamente revolucionaria, insisto:
Sabemos que realidad humana (y quizás también la realidad en general, campo de otra
discusión) la construimos, como dijimos, desde la percepción que sobre ella elegimos
tener, y que esta se constituye en un sistemas de creencias y valores que influyen sobre
nuestras conductas y comportamientos.
Como alguien pensó que había armas químicas en Irak le lanzo una guerra.
Como otro alguien creyó que algunos eran los culpables de la decadencia de Alemania,
mató 6.000 millones de judíos, Gitanos etc.
Si creo que un perro puede hacerme daño le tengo Fobia.
Si considero que mis parejas siempre pueden engañarme puedo caer en celopatia.
Si ante algunas sensaciones me asusto y las agrando voy hacia el ataque de pánico.
Si creo que existe el Inconsciente y que mis conductas están principalmente influidas por
esa instancia, puedo justificarlas desde allí, y si terapeuta voy a tratar de que se hagan
conscientes para ayudar a mi paciente.
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Si construyo la idea del Complejo de Edipo para explicar cierto momento de la evolución
personal, y además le doy un valor de explicación para futuras conductas, y si soy
terapeuta, voy a tratar de ayudar a mi paciente a que analice y resuelva ese problema.
Son todas creencias, ¿válidas?, y si, para algunos han sido y son válidas, y desde allí actúan.
Debemos elegir una posición de lectura, un sistema de creencias para ser quienes somos,
y para trabajar en las relaciones de ayuda.
Rogers ha sido muy claro en el porque sistematiza como lo hace su posición, que no da
cuenta de ninguna verdad, pero obviamente y gracias a la rigurosa investigación que
realizó, tiene coherencia.
Pero ¿por qué se necesita una teoría? Se necesita para comunicarnos con el resto de la
sociedad y para edificar dentro de la sociedad aquello que hemos descubierto.
Y así debemos hacerlo.
Eugene Gendlin
Cada concepto debe investigarse para hacerlo “científicamente” valido, y como nos dice
Gendlin integrarlo en una conceptualización totalizadora (una teoría), ante la
comunidad de colegas y la sociedad toda.
La subjetividad compartida y comprobada es la objetividad de los paradigmas que
sostenemos.
Si la palabra “científicamente” la colocamos entre paréntesis es para darle el contexto
que el humanismo da a ese concepto y no confundirlo con miradas positivistas de la
ciencia.
Carl Rogers insistió en esto, no solo por su necesidad de ubicación en el contexto epocal
que vivía, sino también para evitar el otro extremo, que como sabemos es el decir sin
fundamentos, que es el riesgo que corremos como profesionales de la ayuda.
Quizás, nuevamente otras palabras de Rogers, también de la Introducción del libro El
Poder de la Persona, ayuden a pensar mejor este tema:
“Cuando al principio de mi carrera me dijeron que era absolutamente imposible para
un psicólogo hacer psicoterapia porque este era el campo del psiquiatra, yo no hice
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ningún intento de atacar esa situación. En lugar de eso yo usé primero la expresión
entrevistas de tratamiento para describir lo que estábamos haciendo. Luego el
nombre de Orientación
(Counseling en Ingles en el libro en Ingles) pareció ser más aceptable.
Y solamente después de tener años de experiencia y de haber realizado con mis
colaboradores una cantidad fabulosa de investigaciones, hablé abiertamente acerca
del hecho, ya para entonces obvio, de que nosotros estábamos haciendo
psicoterapia.”
Su posición se sostiene en un trípode integrado por:
LA FILOSOFIA: como base ineludible de cualquier postura humana
LA CIENCIA: como creación moderna de sustentación de ideas
LA POLITICA: como disciplina que habla del poder
Rogers hizo su postura con solidez filosófica, con ciencia y con una idea del poder muy
bien delineada.
Construyó con todo lo anterior, más su creatividad y experiencia asistencial, un propio
“edificio” teórico.
Con cimientos, con materiales diversos, extraídos de distintas fuentes,
pero una idea directriz, facilitar que el otro sea el si mismo, la mismidad que desee ser,
y que el motivo o aquello que lo llevó a consulta, sea resuelto, tal como pueda ser
resuelto, para que la persona que es, libere su potencial “desplegante”.
Nosotros, sus seguidores, desde allí, podemos construir, reconstruir, crear nuevas ideas,
como vertientes del río madre, pero si decimos pertenecer al mismo cauce de origen, no
podemos olvidarlo, o desviarnos hacia otros rumbos. Y si lo hacemos sepamos que lo
hacemos, y puede estar bien, pero no digamos que somos parte de un mismo sistema
fluvial.
Rogers eligió pensar de una manera a la persona, como dijimos, desde ayudarla en el
libre fluir de su conciencia, eso que le hizo decir a Mariano Yela que su postura era una
terapia de la libertad.
Es por eso que decidió no pensar en “lo oculto” a des-ocultar, lo “cubierto” a des-cubrir,
desde su lugar profesional.
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Denominar posteriormente Enfoque Centrado en la Persona (Person Centered
Approach), a su modelo demarcó una línea de acción, la de acompañar el suceso
terapéutico desde “el lugar de un supuesto no saber”, y si sus consultantes decidían
explorar esos ámbitos (de la sombra, de lo oculto, de lo inconsciente, de la historia que
hace ser a quien es) el las acompañaría, pero nunca propondría hacerlo desde un pensar
que “hay que hacerlo para llegar a algún lugar”. Agregó, además que ese acompañar no
implicaría convalidar, sino aceptar incondicionalmente lo que cada uno puede elegir
hacer o ser de si mismo.
Para pensar así partía desde una concepción optimista pero no ingenua, creando
condiciones favorables (marco actitudinal), condiciones que investigó intensamente, y
que le hizo saber que cuando ellas están presentes en un vínculo de ayuda, las personas
tienden a elegir bien.
¿Bien que es bien?, y allí entramos en cuestiones de ética, principios epocales, cuestiones
que hoy son de una manera y mañana de otra, contextos que implican, historias que
juzgan en tanto valoran lo bueno y lo malo.
La responsabilidad, concepto clave en el existencialismo, implica lecturas filosóficas
adecuadas a cada momento y dependientes de quien las piensa.
Es otro tema que podríamos discutir entre nosotros. Para retomar, es así que en este hoy
nos encontramos con posiciones distintas:
1- Enfoques “Puros”, que trabajan con lo verbal exclusivamente.
2- Enfoque integrativos de recursos:
a- Que integran recursos para mejorar la eficiencia terapéutica.
b- Experiencialistas- se basan en la idea del “experiencing” corporal y utilizan
recursos para “movilizar” las sensaciones sentidas.
c- Que integran desde la no directividad como su eje de acción.
3- Enfoques Transpersonales
a) A los “puros” (Una palabra “designativa” que solo usamos como metáfora)
Toman al ECP tal cual lo inicialmente lo planteó Carl Rogers, y lo implementan sin
ningún cambio, solo el propio, el del estilo personal del profesional.
Sin embargo creo que se han quedado en un “viejo” Rogers, y digo viejo, porque el
mismo fue modificando sus modos de intervenir, siendo más activo, rompiendo
silencios, mostrando activamente sus sentimientos, e incluso interpretando algunas
65
informaciones, y que se denotan claramente en la asistencia a una consultante llamada
Mary en 1986 (ver Pág.40 del capítulo de Debora Brink anteriormente citado).
Dice la autora (pag41) “sus respuestas no eran reflejos, sino más bien reacciones al total
de la persona del cliente”. Consideramos que aquí es donde se instala definitivamente la
noción del “chequeo de percepciones”, que mencionamos anteriormente, como base
metodológica de la ayuda concreta a los consultantes.
b) A los Integrativos del “tipo a”:
El ejemplo más conocido es el de Robert Carkuff, que nos parece brillante en algunos
aspectos epistemológicos, y de gran coherencia, pero creo que se aleja de lo no directivo
y no se hasta donde sigue siendo ECP.
Veamos el comentario de Manuel Marroquín (Revista de Psicoterapia Nº 32-
Barcelona- España, Págs. 20 y 21): “El humanismo militante que Carkhuff defendía
desde sus inicios terapéuticos, ha estado siempre marcado por la efectividad, Su apertura
a otras variables además del núcleo de las condiciones necesarias y suficientes rogerianas.
La inclusión de un sistemas de destrezas….
Por otra parte Gendlin con un enfoque más holístico y experiencial…. No es de extrañar,
por tanto, que la evolución de Carkhuff y Gendlin les haya distanciado de Rogers en
muchos aspectos”.
Aclara más adelante que a pesar de las diferencias, sus distintas trayectorias, parten del
mismo lugar, del trabajo conjunto realizado en Wisconsin, y que en una lectura
superficial parecería que se trata de un alejamiento. Pero (según Marroquín) la
coincidencia filosófica de los tres, sobre todo en lo que respecta al considerar la libertad
como la esencia de lo humano, lo une en el mismo derrotero profesional y humano.
A los del “tipo b”, experiencialistas- corporalistas-
Creemos que solo toman un aspecto del ECP, justo al que Rogers no le dio en si mismo
tanta importancia, pero que no cuestionó, sino que apoyó en tanto la inclusión de lo
corporal, tanto en su importancia de lectura como en el trabajo concreto con ello.
Nos preguntamos, en tanto lo que escuchamos, y a veces leemos, sino se están colocando
en el lugar de expertos polarizadores (cuando trabajan conduciendo la experiencia desde
una metodología preestablecida), y en tanto expertos se van del ECP, y en tanto
polarizadores tienden a pensar que el Self puede estar divido en partes o configuraciones.
Esto como insistimos anteriormente es riesgoso ideológicamente, eso no es ECP, por lo
menos no el de Rogers en ninguna de sus etapas, si es que hay otro ECP.
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A los del “tipo c”, integrativos no directivos:
Incluimos, en esta “categoría”, a la postura de Eugene Gendlin, de profundo fundamento
filosófico fenomenológico existencial, la de Reinhard y Anne Marie Tausch, como la
propia que hemos elaborado, y puesto nombre para evitar confusiones, y desde el cual
formamos a nuestros Counselors en Argentina, el Enfoque Holístico Centrado en la
Persona.
El cuanto al EHCP, (nuestro modelo argentino) lo pensamos como una derivación del
río madre, un “edificio” teórico práctico que toma los mismos cimientos del de Carl
Rogers, pero al derivar hacia la integración de otros recursos más allá de los verbales, en
lo que según el francés Max Pages, podría padecer (hablando desde lo metodológico) de
una “no directividad atenuada” en algunas circunstancias, por ello preferimos para no
confundir, darle a este afluente un nombre propio.
Estando presente en el no “violar” el ECP, teniendo mucho cuidado
en las posibles incorporaciones de recursos, procedimientos, o subprocesos tal como los
nomina y plantea Eugene Gendlin.
Recursos extraídos de líneas epistemológicamente afines, que al igual que las
intervenciones verbales, pueden ser puestos a disposición del consultante, con la salvedad
de no “manejarlos” desde el lugar del experto, sino como acompañantes de la experiencia
conciente, en tanto enriquezca (Según consideración del consultante) la mutua
exploración.
Estos recursos entonces, no transforman al Counselor o Terapeuta en un experto en
ellos, no lo hacen Psicodramatista, Terapeuta Gestáltico, Experto en Visualización,
Ensueño Despierto, o Focuser.
Sigue siendo un profesional basado en el ECP, del ECP, que integra otras variables que
pueden facilitar, a veces, el chequeo perceptual que nos caracteriza, en lo que a
metodología refiere nuestra tarea.
Esta posición, acerca de la cual no es el lugar ni el sentido de este texto explicar
detenidamente, posee una relectura epistemológica basada en la noción epistemológica
de Gregory Bateson, que hace eje en una mirada recursiva y cibernética de lo vivo.
Incluso recusa la idea de que exista un Si Mismo, tal como se lo concibe en tanto entidad
nosográfica. Toma el citado concepto, como una idea co construida en el transcurso
vital, y que refiere a lo que uno va supuestamente reconociendo de si mismo, como
siendo en el mundo, una idea recorte, que nos alivia la angustia y la ansiedad, que surgen
de la vivencia del saber sobre el no saber que nunca sabremos quienes somos en verdad.
Como tal des-cubre el desarrollo de lo mísmico (el mi, le moi) como experiencia
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inmutable esencial de quienes somos, y en eso indescifrable desde lo cognitivo. Retoma
el concepto de Yo (le Je), como self o noción conciente de si mismo, relacionado a los
vínculos “nosotros”, que se van estableciendo, por lo tanto de carácter existencial.
Sintetiza la congruencia como el mayor acercamiento posible entre la mismidad y la
yoicidad que somos siendo, en tanto integrados y totalizados en la experiencia
organísmica de la persona que somos.
De esta manera posibilita una escucha no directiva en su filosofía de estar ante y con el
otro, y una activa manera del acompañar el suceso de ayuda.
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Una persona es biológica social antropológica histórica cultural psíquica física química
astronómica política geográfica filosófica lingüística lógica matemática artística
arquitectónica regional económica literaria cósmica espiritual religiosa y más.
Una persona es creada, originada desde y en todo eso.
Una persona vive y muere en y desde todo eso y más.
Una persona es trans en el sentido del estar atravesada por todo eso y más, es trans en el
sentido del fluir del cambio y la mudanza permanente, es trans en tanto para darse
permiso para cambiar debe aludir al pensarse desde otro lado al que se estaba pensando,
es trans en cuanto comprende que su sentido excluye cualquiera que sea uno solo y
perciba que copertenece al todo y que en realidad es un recorte del todo, siendo recorte
que es todo aún en el recorte que es.
Una persona es todo eso y algo más, que hace síntesis en su mismidad.
Esta mismidad es transmísmica, transsubjetiva, transpersonal.
Una persona no inter ni multi es trans.
Parece un juego de palabras, no lo es, es una manera que encontramos, transpensando de
comunicar lo trans y diferenciar de conceptos anteriores que se acercaron a la idea.
Veamos:
Decir Inter. es tomar en cuenta que hay otra cosa o otro persona que tiene que ver con
lo que somos siendo.
Decir multi es pensar que hay muchas o varias cosas u otros que tienen que ver son quien
soy.
Conceptos que acercan, y que pretenden transmutar la vieja concepción de causa efecto
lineal, pero que han seguido ligados a la idea base de sumatoria de factores, no a la mirada
gestáltica, totalizadora, holística que da cuenta lo trans, esta que dice que es lo que es
una inter, una multi, y algo más que da cuenta lo mísmico de cada uno, la experiencia en
si misma, que siempre es y ha sido trans.
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- Transculturación que interculturación u multiculturación.
- Transfiguración que interfiguración o multifiguración.
- Transducción que interdución o multiducción.
- Transsignificación que intersignificación o multisignificación.
- Transgénico que intergénico o multigénico.
- Transsustancia que intersustancia o multisustancia
- Transpersonal que interpersonal o multipersonal
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Aportes de Cierre
1- EPILOGO FENOMENOLOGICO
Recortamos algunas frases, que consideramos útiles, del texto de Maurice Merleau
Ponty: “Fenomenología de la Percepción”- Editorial Planeta Agostini-1984:
“La fenomenología es el estudio de las esencias y, según ella, todos los problemas se
resuelven en la definición de esencias: la esencia de la percepción, la esencia de la
conciencia, por ejemplo. Pero la fenomenología es asimismo una filosofía que re-sitúa
las esencias dentro de la existencia y no creo que pueda comprenderse al hombre y al
mundo más que partir de su facticidad”.
“Es el ensayo de una descripción directa de nuestra experiencia tal como es, sin tener en
cuenta su génesis psicológica ni las explicaciones causales”.
“Se trata de describir no de explicar ni analizar”
“La fenomenología se deja practicar y reconocer como manera o como estilo, existe como
movimiento, antes de haber llegado a una conciencia filosófica total”
“Se trata de volver a las cosas mismas, volver a este mundo antes del conocimiento del
que el conocimiento habla siempre, y respecto del cual toda determinación científica es
abstracta”
“La realidad es un tejido sólido, no aguarda nuestro juicios para anexarse los fenómenos
más sorprendentes, ni para rechazar nuestras imaginaciones más verosímiles”
“La verdad no habita únicamente al hombre interior (como mencionó San Agustín);
mejor aún, no hay hombre interior, el hombre esta en el mundo, es en el mundo que se
conoce. Cuando vuelvo hacia mi, lo que encuentro no es un foco de verdad intrínseca,
sino un sujeto brindado al mundo”
“No hay ningún pensamiento que abarque todo nuestro pensamiento, somos en el
conocer, eternos principiantes”
“El mundo no es lo que yo pienso sino lo que yo vivo, lo que yo percibo”
Con respecto a las teorías o doctrinas:
“Por estar en el mundo estamos condenados al sentido; y no podemos hacer nada, no
podemos decir nada que no tome un nombre en la historia”
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“Toda teoría posee una génesis de sentido, hay que comprenderla fenomenológicamente,
y nos enseña sola lo que nos ha querido decir”
“La adquisición más importante de la fenomenología estriba, sin duda, en haber unido
el subjetivismo extremo (idealismo) y el objetivismo extremo, en su noción del mundo
y la racionalidad. La racionalidad se mide, exactamente, con las experiencias en las que
se revela”.
“El mundo fenomenológico es, no ser puro, sino el sentido que se transparenta en la
intersección de mis experiencias y en la intersección de mis experiencias con las del otro,
por el engranaje de unas con otras”.
“Nosotros tomamos nuestro destino en manos, nos convertimos en responsables de
nuestra propia historia mediante la reflexión, pero también mediante una decisión en la
que empeñamos nuestra vida; y en ambos casos se trata de un acto violento que se verifica
ejerciéndose”
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2 - METÁFORAS SOBRE EL SER, LA CONCIENCIA, EL SI
MISMO Y EL SER TERAPEUTA o FACILITADOR ECP
No es fácil explicar en el lenguaje lineal lo que es recursivo espiralado, como es la vida,
y sobre todo la vida humana, que por encima, en tanto su siendo mísmico, resignifica la
experiencia.
La metáfora es el camino que elegimos, y que tiene sus bases en la obra de G.L Gurdjieff,
“Perspectivas desde el Mundo Real”, Edit. Ghanesa 1995, de una conferencia que el
dictó en Nueva Cork el 22 de Febrero de 1924, y que tituló: “Los dos ríos”.
Esta cita no implica en si misma una adherencia a todos los conceptos o ideas del
mencionado autor, simplemente nos ha sido útil como fuente inspiradora para el
siguiente decir:
Imagino un río, su cauce, su lecho, sus costas, sus principios, y su desagüe final en un
mar.
Imagino esa agua que fluye, esa corriente.
La corriente del Ser, la conciencia, lo que somos siendo encarnados.
Con inicio, tránsito y final. Con principio y destino.
Y una gota de agua, y muchas gotas, individuos que circulan ese río de la conciencia
total, siendo conciencia en si mismas.
El agua contenida por las costas y su lecho: los contextos, los límites de la estructura del
ser siendo encarnados en esas gotas que fluyen allí.
La libertad de fluir, o de no hacerlo, de dejarse llevar o de atrancarse.
Un agua que fluye y que no tiene noción de un arriba, de un abajo, de un adentro o de
un afuera.Y la gota, y las gotas de agua que siguen el río.
Un río que se cruza con otros ríos, que derivan afluentes e “influentes”.
Que a veces es arriba, que a veces es abajo, al costado, atrás y adelante, que se embarran
o se aclaran.
Que se desbordan o que se limitan, tanto que ni dejarse llevar pueden. Que no tiene ni
tienen noción de lo oculto o lo superficial.
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QUE ES Y SON FLUYENDO.
Que un adentro o un afuera, o un arriba o un abajo, o lo que sea,
son obras del lenguaje.
Un lenguaje que nomina, que hace ser desde el nombre. Que limita o que expande la
vivencia.
Un agua, un río, varios ríos, una gota varias gotas, que solo es eso agua que fluyen.
Conciencia que son.
Noción de si cuando se auto refieren, cuando se hablan, cuando se dicen desde el verbo,
desde el “lenguajear”.
Que el arriba es la conciencia, o que abajo es lo que no sabemos, es una convención del
lenguaje que tiene que categorizar.
La conciencia no categoriza, transcurre mandada desde y hacia algún lado.
ES.
La conciencia es un río que fluye, y son gotas y es el río, o los ríos.
No empujes el río con tu lenguaje profesional.
Acompaña que casi siempre se encauza solo.
Casi siempre, y a veces cuando no, estas ahí, presente, como otra gota, de agua, como y
para el río, para ayudar, a que siga siendo el río o la gota que fluyen, enteros, sin partes,
con costas, con lecho, que no son el río, ni las gotas, que son su contexto.
El río es el río, y la gota es la gota, que también es el río.
Hay más de un río, hay más de una gota?
Tantos ríos como gotas?
Hay ríos ordinarios y ríos trascendentes?
Hay ríos que esclavizan y ríos que liberan?
El río influye en la gota o viceversa?
Hay gotas solas que hacen un río?
Hay ríos que constituyen gotas?
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Hay ríos sin gotas?
Hay ríos enteros y ríos partidos?
Hay gotas que quieren cambiar de río?
La gota puede elegir en que río estar, o está en el que tocó ser gota?
Hay gotas abajo y gotas arriba?
Hay gotas pesadas y gotas livianas?
Quien lo dice?
Quien lo experiencia?
Hay corrientes en los ríos que llevan las gotas?
Hay corrientes que llevan corrientes?
¡Que problema es el lenguaje!
Si te invitan a entrar porque algo no anda, entra y entrama tu río, o tu gota, lo que sos,
un río una gota, por un rato, para que se destrabe ese río, o esa gota, que te pidió ayuda.
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BIBLIOGRAFIA EN CASTELLANO
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Sánchez Bodas, Andrés: Estar Presente, Edit Holos 1997
-----y colab. ¿Crear Salud o Curar Enfermedad?, Edit. Holos 1993
-----y otros Psicoterapias en Argentina, Edit. Holos 1994
----- y colab. Counseling Humanístico, Edit. Holos 1999
Sánchez Bodas, Andrés: Buscar Un lugar en el Mundo, Edit. Del Nuevo Extremo
2001
Sánchez Bodas Andrés: ¿Qué es el Counseling? Edit. Lectour. 2002
Sánchez Bodas Andrés: Desplegarse- Edit. Lectour 2004
Sánchez Bodas Andrés : El Enfoque Holístico Centrado en la Persona
Edit. Lea-2005
Vilanova, Alberto: Contribuciones a la Psicología Clínica Edit Adip 1993
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CUESTIONARIO DE PROFUNDIZACION Y APRENDIZAJE
1- Quien fue Carl Rogers
2- Porque considera que este autor desarrolla su teoría y práctica
3- Cuales son las influencias que determinan su obra
4- Cuales son las etapas del desarrollo del ECP
5- Que diferencias observa entre el ECP como terapia, counseling y abordaje
6- Cuales son las condiciones e hipótesis principales del ECP
7- Como Carl Rogers estructura en etapas un proceso de Ayuda ( DAVI)
8- Enumere y describa las nociones centrales de este Enfoque
9- Que diferencia o similitud observa entre no dirección y no directividad
10- Es posible ser siempre incondicional
11- De las actitudes cual considera más importante y porqué
12- Cuales son los desarrollos posteriores del ECP
13- Como cree que actúa un Counselor basado esencialmente en el ECP
14- Cuales son los aportes principales del ECP para el mundo de hoy y del mañana.
15- Que opina acerca del Poder de la Persona que plantea el autor.
16- Como observa sus aportes en el ámbito educativo.
17- Como observa las relaciones de parejas y familias desde este enfoque.
18- Como observa los vínculos laborales y organizacionales en general.
19- Como considera el mundo del mañana que piensa Rogers.
20- Recree sus propios pensamientos una vez leído este pequeño texto.
21- Cual puede ser su aporte para un mundo mejor.
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