Alimentación Emocional

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ALIMENTACIÓ N EMOCIONAL

Irene Sierra psicóloga (información sobre alimentación emocional).

1. ¿Qué son las emociones? ¿Para qué sirven? ¿Por qué tenemos emociones ?

Es una reacción que tenemos ante las cosas que nos suceden. Las sensaciones corporales son las
que nos ayudan a identificar las emociones (por ejemplo: el nudo en la garganta cuando estamos
tristes).

Todas las emociones son positivas, ya que nos ayudan de una forma. Son un mapa que nos
ayuda a identificar lo que ocurre tanto a nuestro alrededor como dentro de nosotros mismos. Es
en estas señales donde también podemos ver la función de las mismas: el miedo, nos lleva la
sangre a las piernas para poder salir corriendo, la tristeza nos lleva a aislarnos para poder
reflexionar, etc.

Aceptación de todas las emociones, sean agradables o desagradables para nosotros. Apuntar
características de las emociones: no son permanentes, son muy poco duraderas ya que somos
nosotros quien hacemos que duren más.

Mayor tolerancia a las emociones que nos generen malestar. Actualmente “me siento mal por
sentirme mal” (consecuencia del mr. wonderfull)

Toda emoción que sea adaptativa es esencial, sin juzgarlas y sin querer quitarlas pronto del
medio.

2. ¿Qué relación tienen las emociones con la comida?

Esta relación comienza desde muy pequeños, por ejemplo esa comida especial que nos hacían
nuestros abuelos, padres para nosotros desencadena en nosotros un buen recuerdo y por ello,
nos desencadena emociones agradables. Muchas veces la mayoría de los reforzadores son
comida, porque en el pasado han sido un reforzador que han actuado como un premio. No solo
actúa como premio sino que actúan como recompensa por un mal día, o para saciar o terminar
con algo que no nos gusta (rabieta del niño). Se trata de una relación de condicionamiento. Por
tanto la comida puede tener distintas funciones como: recompensa y calma.

Cuando pensamos en comida ¿cómo nos sentimos? Calma, control, placer, consuelo, compartir
momentos, forma de regularnos el estrés o la ansiedad, etc. Si somos capaces de identificar con
qué emociones asociamos la comida, es un paso para ver cuándo estamos comiendo por una
emoción u otra. Lo principal es identificar cómo nos sentimos en ese momento, cuando
identificamos la emoción podemos tomar otras estrategias para no acudir siempre la comida.

Sabemos que a corto plazo la comida puede servir para regular nuestras emociones pero a ¿largo
plazo funcionan?. “como porque me siento mal pero luego me siento mal (culpabilidad)”. La
comida actuaría como un parche.  Metáfora de la despensa. Cuando tenemos una emoción y
la tapamos con un parche (comida), la emoción no desaparece (no se ha trabajado sobre ella), en
un primer momento nos sirve como alivio pero a largo plazo se convierte en una solución que
nos acarrea más problemas: ya no es solo la emoción, sino también sentir otras emociones a
causa de haber recurrido a la comida, sentirse mal fisiológicamente (mala digestión), etc. Es
como la droga, el tabaco o el alcohol es como un círculo vicioso.  La comida actúa como un
refuerzo negativo.

- Hambre fisiológica vs hambre emocional

Pensar en dos situaciones: una situación que haya comido porque creía que tenía hambre y otra
situación donde haya comido por mis emociones.

Hambre fisiológica Hambre emocional


- Surge de forma gradual: empezamos a tener - Surge de repente, invasiva, urgente (más
hambre poco a poco parecido a las emociones como la ansiedad,
- Es paciente: puedo tener hambre y etc.) y además es como algo que no se puede
posponerlo (no es imperante) aplazar
- Satisface la necesidad física - Suple la necesidad emocional, a la media
- El hambre fisiológica se calma con cualquier hora puedo volver a tener esa necesidad de
alimento comer. La emoción sigue estando ahí y nos
- Se produce exclusivamente en el estómago lleva a volver a comer.
- Una vez que empiezas no puedes parar
- El hambre emocional no se calma con
cualquier alimento, puede llevar a la pérdida
de control
- “Alimentos consuelo” (que tienen un nivel
de glucosa importante o carbohidratos, ultra
procesados) son muy saciantes creando una
sensación física que es más fácil de tolerar
que las emociones
- No está localizada en el estómago sino que
se encuentra más dispersa

¿Qué preguntas podemos hacernos para diferenciar ambas?

Preguntas claves:

a) ¿Hace cuánto he comido? Si he comido hace media hora, hay muy pocas
probabilidades de que sea por hambre fisiológica
b) ¿Desde cuándo estoy sintiendo esta sensación de hambre? Para ver el componente
gradual o impulsivo
c) ¿Dónde siento ese hambre? Estómago o es más propio de presión del pecho, tensión,
etc.
d) ¿Qué es lo que me apetece comer? Ver si lo que nos apetece son los alimentos
consuelos
e) ¿Si como algo diferente, voy a calmar también ese hambre? Experimentos
conductuales con yogur y dos lonchas de pavo
f) ¿Qué emoción estoy tratando de calmar? ¿Cómo me he empezado a sentir? Todo
esto si las preguntas anteriores nos está indicando a que es hambre emocional
3. Pautas de intervención

a) Fundamental reconocer e identificar nuestro propio circulo vicioso. Autorregistro:


situación de la comida, emociones que estaba sintiendo, qué alimento he comido, qué
pensamientos surgen en ese momento, qué hago (comer) y cuáles son las
consecuencias. En ese mínimo momento cuando se dice “voy a comer algo” es
fundamental meter las preguntas anteriores. Principal identificar cuando es una
emoción y luego genera muchísima culpabilidad ahí si es importante iniciar el proceso
de cambio.
b) No querer escapar de las emociones “negativas”. Llevamos toda una vida haciendo
este tipo de conductas por ello tampoco es bueno autocastigarse y reprocharse por no
cumplir con los objetivos. Esto requiere un entrenamiento, es un proceso que requiere
esfuerzo, constancia, etc. Ya que debemos entrenar a la mente a cambiar de hábitos.
c) Importancia de conocerse emocionalmente y de saber escucharnos.
d) Control: A veces queremos retrasar el momento de comer y terminamos comiendo más
que lo que queríamos, llevándonos a sentir mal por ese exceso. Es importante seguir
con esas pautas de comida.
e) Planificación: nos ayuda a gestionar el aburrimiento. Planificar tanto las rutinas
necesarias que debemos hacer como el tiempo de ocio. Fundamental el tema de los
horarios y del deporte (nos ayuda a mantener este equilibrio).
- Planificación de la comida para evitar los alimentos consuelos.
f) Compasivo con nosotros mismos: Es normal que tengamos situaciones donde no
sepamos autorregularnos, el ser exigente en esta situación con nosotros mismos no nos
beneficia sino que empeora nuestras emociones.
g) Focalizar la atención en lo que estamos comiendo: dejar de lado el móvil y otras
tareas. Es importante estar conscientes durante la comida ya que si no terminamos
comiendo y lo único que nos queda es que hemos comido porque lo sentimos en el
estómago. Es importante estar en el momento presente con la comida, saboreando,
masticando bien…
4. Alternativas para regular las emociones

- Ejercicio, escribir, manualidades, leer… actividades que para nosotros resulten


placenteras. Es importante saber que no tiene el mismo efecto de saciedad ante la
emoción que la comida, cuesta mucho pero es importante perseverar.

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