13 - 05-14fray Andres de San Miguel PDF
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DE LA NUEVA ESPAAA
1>oa
MANUEL TOUSSAINT
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Carlos E. Castañeda y del bibliotecario doctor Donald Caney. que nos per-
miten poseer una copia en microfilm del gran volumen manuscrito que con-
tiene acaso la totalidad de las obras escritas de fray Andrés de San Miguel
y que se guarda como un tesoro preciado en la biblioteca de esa Uni-
versidad.
EL HOMBRE
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Una frágil chalupa que construyeron, en la que apenas cabían. En ella,
sin ver más que cielo yagua, padeciendo un hambre terrible y una sed
rabiosa que les obligaba, cuando no llovía, a beber agua del mar, y a algu-
nos sus propios orines, y rodeados de tiburones ansiosos de hacer presa
en sus <:uerpos, pasaron doce días hasta que llegaron el 18 de abril a la costa
de la Florida, tan flacos y consumidos que apenas llevaban la piel sobre los
huesos. En ese trance hizo voto de entrar en la Orden Reformadora de
Nuestra Señora del Carmen si se salvaba.
Siguieron Andrés de Segura y algunos de sus compañeros 'en la mis-
ma chalupa hasta que encontraron una fragata del Rey que- los llevó a la
ciudad de San Agustín, en la Florida, donde su gobernador los trató con
toda cordialidad. El 17 de junio se embarcaron en la misma fragata rumbo
a la Habana, pero fueron asaltados por unos corsarios ingleses que los
despojaron de cuanto tenían y 105 dejaron libres. Llegaron el 29 del mismo
mes. De allí nuestro homb~e pensó regresar a Nueva España a cumplir
Su voto, pero fué obligado a sentar plaza en la armada que salía para
Cádiz) a donde llegó con feliz viaje- a fines de 1595.
Pensó en regresar luego. Se había embarcado ya en la flota el 29
de junio de 1596 en compañia de unos religiosos carmelitas que venían
a México, mas tuvo que volver presto a tierra, saliendo de la nao entre
fuego y balas, pues a esta sazón acometía a Cádíz una poderosa armada
inglesa que, ayudados de la poca resistencia que hallaron en la ciudad, la
tomaron y saquearon. N o pudo embarcarse sino en 1597.
En 1598 tomó el hábito de carmelita en el convento de Puebla, pero
no pasó de ser lego. N o sabemos si fué lego por ·humildad o pensando que
podía ser útil a su Orden con sus obras de arquitectura. Ya religioso, se
dedicó especialmente a esta noble actividad. como veremos más tarde, y
murió en 1644 en el convento carmelita de Salvatierra, cuya obra dirigía.
Tal fué la azarosa vida de este extraordinario artifice.
LA EPOCA (1598-1644)
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Planos de iglesias y conventos de fray Andrés de San Miguel.
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Plano ;]ctu31 del convento de San A ngel. Planta baja.
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déjares. Su libro contiene un tratado completo de carpintería mudéjar. Se
revela además como constructor y como especialista en hidráulica: con tal
motivo escribió contra el famoso Enrico Martínez. Nunca se había hecho
ataque tan terrible; juzguémosle por sus propias palabras: "El no saber
prevenir a los imposibles que se le ofrecieron fué la causa de todos los
yerros que en esta obra cometió Henrico Martínez j no le culpo por ello.
El culpado es el señor que 10 eligió para tal oficio ... Sacar a Henrico
Martínez de su imprenta y de hacer sus lunarios, que era el oficio en que
Dios quería servirse dél, y hacerlo maestro de una obra tan grande y
maquinosa como la del desagüe, donde, faltándote el concurso de Dios,
porque mudó el lugar en que le tenía puesto, no hay que maravillarse de
los yerros que hizo, sino de los que dejó de hacer:"
Este informe acerca de las obras del desagüe de México es el único
trabajo de Fray Andrés que ha visto la luz; fué publicado en los Anales del
Museo Nacional~ en enero de 1891, con una nota bibliográfica del señor
Agreda.
Son de importancia, además, las opiniones que expresa sobre los arqui-
tectos de su tiempo, pues nos revelan las ideas acerca del arte en su época.
Tratando de la cimentación, punto capital para la ciudad de México, dice:
"Con mucho acuerdo y consejo de experim~ntados se debe cimentar en
suelos no conocidos para no caer en irremediables hierros porque visto he,
en suelo bien conocido por falso y lagunoso, edificado un templo de más
de cinquenta pies de ancho con ocho tercias de gruesso de pared y para
cubrirse de bóbeda plantado sobre la superficie de la tierra sin cimiento
alguno ni un solo dedo de huella sino la pared tronca sobre la tierra por
el consejo de vn grande architecto y maestro mayor de vna catedral y 10
que más es, que abiendo él sacado de cimientos la yglecia catedral en el
mesmo suelo y estacado los cimientos con mucho cuy dado y lebantándolos
sobre la tierra cazi tres baras, con aber hecho ésto que era lo que en tal
suelo conbenía como sentido de auerlo assí hecho, o que abía sido forsado
a ello, da por consejo a los pobres religiosos que edifiquen su yglecia que
era más ancha que la catedral más de diez pies sobre la superficie de la
tierra porque la costra no lIada (?) q. de la tierra tenia encima la jusgaba
por más firme y segura para sufrir sobre sí el peso de las paredes que
ningún otro cimiento siendo debaxo como es lodo. Los religiosos lo cre-
yeron como a maestro y estranjero más que a quien de los suyos los desen-
gafiaba con la razón y verdad q. después de levantadas y enrazadas las
paredes conocieron el hierro y no atreviéndose a cubrirla de bóbeda pica-
ron las pilastras de cantería que por de dentro abían hechado y la cubrieron
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de madera, pero antes de cubrirla, viendo quán apriesa se hundían las
paredes se bieron obligados a estacarlas y cimentadas con sumo trabajo
y Costo y no menos peligro de caérseles las paredes y 10 que acertada-
mente deuerían aber hecho en su tiempo bíen y a menos costa, peligro y
trabajo y a más probecho todo, se les trocó por admitir vn inconsiderado
consejo de quien fuera bien lo hubiera pensado mejor. Assí que el archi-
tecto deve ser muy advertido en aconssej~r y más en los principios de la
obra donde se cometen semejantes hierros como el dicho cad yrremedia-
bies." El arquitecto a quien critica tan duramente parece "Ser el famoso
Claudia de Arziniega.
Fué fray Andrés eminente "carpintero de ]0 blanco". cual lo atesti-
guan los bellísimos dibujos que ilustran su manuscrito. Para muestra de
su teoría en la materia reproducirnos su interesante crítica acerca de la
techumbre del templo de Santo Domingo de México: uhaze con arco
Diui~ion de capilla mayor no deve pasar el armadura de la nave por ensima
del arco porque pasando por ensima queda más baxo el arco todo lo que ay
dende el almi~ate a la rosca del arco. Así afeó y hechado a perder (sic)
el templo el (sic) Santo Domingo de México el carpintero que lo cubrió
por querer ochabar su armadura sobre el arco hecharon sobre el vna cor-
nixa grande de piedra que siñe toda la yglesia y sobre esta cornixa todo
el arrocaue de solería con tirante y cornixa y más 10 que sube el annadura
cazi hasta el almic;ate, con que dejaron el arco baxo más de ocho baras
más de 10 que pide el altura de las paredes sobre que está armada el·
annadura, de manera que sin escusar el gasto de lebantar las paredes. dexó
los arcos tan bajos que de templo hermosísímo que fuera alsándolos a su
lugar, hizo vna bodega, descuydo yntolerable que perpetuamente está con-
rlenando (a) su autor y ofendiendo la bista de todos ..."
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más tarde por los frailes, que se trasladaron al Desierto de Tenancingo.
El convento cannelita de Querétaro fué construido por nuestro fraile d
año de 1614.
La mayor obra de fray Andrés de San Miguel que hoy conservamos
es el convento de San Angel. que antes se llamaba de Santa Ana. La pri a
mera piedra fué puesta el 26 de junio de 1615 y la obra terminada en 1617.
El monasterio está fundado en terrenos de la huerta de Chimalistac que
fueron comprados a don Felipe Guzmán, cacique de Coyoacán, y cedidos
a los carmelitas por Andrés de Mondragón y Elvira Gutiérrez, según
escritura del 21 de mayo de 1597. Otros benefactores vinieron a sumarse
para la obra: don Melchor de Cuéllar y doña Mariana de Agullar y Niño,
habían donado el 20 de enero de 1625 sesenta mil pesos a los jesuítas para
que se hicieran un noviciado en la ciudad de México, pues el de Tepotzo~
tlán se encontraba muy lejano. Como los réditos del capital no alc.anza-
ban para la construcción, se permitió a los jesuitas tomar cuarenta mil
pesos del capital que la patrona ofreció pagar a su muerte; con ese dinero
se hizo el noviciado en México con el nombre de Santa Ana, que después
fué de San Andrés, y con el tiempo llegó a ser el hospital de dicho nombre.
Con Jos veinte mil pesos restantes se compró una hacienda, pero el produca
to de ésta no bastaba para sostener el noviciado y doña Mariana daba
doscientos pesos anuales a cuenta de los cuarenta mil que había ofrecido.
Los jesuítas quisieron que los doscientos fueran donativo independiente
de los cuarenta mil y entonces doña Mariana revocó la donación e hizo
otra, inter vivos~ a favor de los carmelitas. legándole~ todos sus bienes.
Los jesuítas entablaron un litigio y ganaron el pleito, obligando a doña
Mariana a que entregase los cuarenta mil pesos que había ofrecido. Afor-
tunadamente, el noviciado de San Andrés de México no progresó al
grado de que impidiese la construcción del de Tepotzotlán que más tarde
fué levantado. El convento carmelita tuvo como hemos dicho la advoca-
ción de Santa Ana y doña Mariana de Cuéllar pudo visitarlo porque, aun-
que estaba prohibido terminantemente que una mujer pusiese los pies en el
claustro, hizo la visita en silla de manos, con lo cual no vulneró la prohi-
bición.
Construyó fray Andrés de San Miguel el puente sobre el río de
Lerma, cerca de dicha población, y su última obra fué el convento carme-
lita de Salvatierra, donde falleció, como hemos dicho, en 1644.
Aparte de las obras mencionadas se le pueden atribuir otras de los
conventos de la misma Orden, por semejanzas arquitectónicas; así, el de
Morelia presenta un claustro semejante al de San Angel; su portada late-
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ral, de un barroco sobrio y elegante, está fechada en 1621. El precioso
convento de Puebla recuerda en su espadaña el Carmen de México y
muchos otros monasterios presentan este mismo detalle de la espadaña,
que se ve ilustrado en su libro con un magnífico dibujo. Tales son las
obras de fray Andrés de San Miguel de que tenemos noticia cierta y
las que podemos atribuirle.
sus ESCRITOS
CRITERIO ARTISTICO
CONCLUSION
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tectónicas, pero desde un ángulo de vista profesional tampoco podemos
censurárselo, porque si él fué religioso por un voto cuando se encontrab3
en peligro, más tarde su espíritu se unificó con su religión y su arte para
producir este conjunto de obras en que vemos el producto del raciona-
lismo matemático, preciso e inexorable, mezclándose con el espíritu artís~
tico del mudejarismo y ligado a arrebatos místicos dentro de su mismo
cartabón. El hombre es íntegro, nos ha dejado su pensamiento en sus
escritos y su arte en sus monwnentos; justo es que ahora le rindamos un
homenaje de admiración por tan brillantes facultades.
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a 1¡lIeral
Fig. l . COn\'c nlo del Desier to de los Leo nes. C.lpill
Fi¡.:. 2. Conve nto del Desier to de los Leone s. Corred o r
de Celdas
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Fig. 4 . Conve ni o del Ca rmen . Sa n Angel. D . F. Cripla.
Fig. 5. Co nvento del Carmen . $:In Angel. D. F. Cb ustro
Fig. 6. Espadañ .. de 13 iglesia del Carmen en San Angel
Pig . 7. Puente sobre el do Lerma
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Fig. 8. Fray Andfé~ de San Migue l. Proyec to dI: una
cspadaiiJ.
Fi~ . 9. Pr:ly Andrés de Sa n Mi~ucl. Dibujo pólr:l un tabcrn<ic ulo
F iR. 1 0. F ray A n dres de Sa n M igul.'l. D ibu jo mud c ja r