Alteraciones de La Bolsa Serosa

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA


UNIVERSIDAD DE LAS CIENCIAS DE SALUD “HUGO CHÁVEZ FRÍAS”
ASID LOS GODOS

Profesor(a): Participantes:
Dra. Bettys Díaz Rodríguez, Luz V-17.933.849
Sánchez, Esperanza V-28.429.035
Padrón, Eudys V-13.916.412

Maturín, Febrero de 2020


INTRODUCCIÓN

Nuestro cuerpo, el cuerpo humano en sí mismo, está compuesto de la cabeza,


el tronco, las extremidades; los brazos son las extremidades superiores y las piernas
son las inferiores. El tronco a su vez, se divide en tórax y abdomen, articulando a las
extremidades superiores, inferiores y a la cabeza. El cuerpo humano tiene diferentes
niveles jerarquizados. Así, está compuesto de aparatos; estos los integran sistemas,
que a su vez están compuestos por órganos conformados por tejidos, que están
formados por células compuestas por moléculas.
Éste posee más de cincuenta billones de células agrupadas en tejidos, los
cuales se organizan en órganos y estos en ocho aparatos o sistemas, entre ellos se
encuentran: el locomotor (muscular y óseo), el respiratorio, el digestivo, el excretor,
el circulatorio, el endocrino, el nervioso y por último el reproductor. Dentro de este
contexto, haremos referencia a una estructura específica del aparato locomotor
conformado entre otros por los ligamentos, tendones, las bolsas y vainas sinoviales.
Las bolsas y vainas sinoviales son estructuras seculares, de forma muy
variada, con contenido líquido, que existen alrededor de las articulaciones o rodean
los tendones musculares en forma de vaina. Estas bolsas sinoviales o serosas y estas
vainas sinoviales están situadas en los lugares de roce de los ligamentos
periarticulares y de los tendones, facilitando y amortiguando sus deslizamientos.
Las inflamaciones y traumatismos de estas diversas estructuras se traducen
por dolor y limitación de los movimientos. Las inflamaciones de los tendones
superficiales y de sus vainas dan lugar, además a crepitaciones y roces, que podemos
percibir con nuestros dedos.
¿QUÉ ES LA BOLSA SEROSA?

Una bolsa serosa es un saco lleno de líquido situado en las zonas de contacto
entre músculos, tendones y huesos en las articulaciones, que tiene la función de
proteger los músculos y los tendones y de favorecer el movimiento de los huesos.
Cuando una bolsa serosa se infecta hablamos de higroma o bursitis. La puede causar
una infección, un traumatismo, roces continuos o una sobrecarga.

¿QUÉ ES LA BURSITIS?

La bursitis es la inflamación aguda o crónica de una bolsa sinovial, que se


localizan en algunos lugares donde hay puntos de roce, como los músculos, los
tendones o los huesos. La misión de estas bolsas es ayudar al movimiento de las
articulaciones y evitar fricciones entre ellas.
Hay bursas en todo el cuerpo humano. De hecho, se calcula que existen más
de 150, aunque la bursitis se manifiesta sobre todo, en los hombros, las rodillas,
caderas, pelvis, codo, muñecas, dedos de los pies y talones, es decir, aquellas zonas
donde el movimiento articular es más repetitivo diariamente.

¿A QUIÉN AFECTA?

A partir de los 40 años, la resistencia del tejido de la bursa sinovial ante los
traumatismos repetidos es menor, incluso cuando estos sean de pequeña intensidad.
Por eso, la incidencia de la bursitis aumenta con la edad.
FACTORES DE RIESGO

Como el origen de la bursitis es la repetición de movimientos con una


articulación, sí existen ciertos factores de riesgo:
Algunas profesiones que requieren el uso y movimiento repetitivo de
determinadas articulaciones presentan mayor riesgo de provocar bursitis. Entre otras,
la peluquería, la carpintería o la práctica del piano, son ejemplos de profesiones que
aumentan el riesgo de bursitis.
Las prácticas deportivas también pueden ser un factor de riesgo: en especial
el levantamiento de pesas con objetivos de musculación, la práctica continuada de
deportes como golf o tenis, así como cualquier ejercicio físico en el que no se
mantiene una postura articular correcta.

La bursitis también se produce en personas que mantienen una presión


continuada sobre una articulación. Por ejemplo, tradicionalmente, la bursitis rotuliana
(en la rodilla) afectaba a enmoquetadores, soladores, a personas que fregaban de
rodillas o a quienes permanecían largo tiempo rezando.
CLASFICACIÓN Y TIPOS DE BURSITIS

Existen dos formas importantes de clasificar la bursitis. Bursitis agudas y


crónicas.
Bursitis Aguda: Se detecta cuando la articulación afecta adquiere un color
rojizo y cuando al tacto tiene una temperatura superior al resto del cuerpo. Es
dolorosa, y suele ser causa de una infección o gota.

Bursitis Crónica: En este caso la bursitis puede ser resultado de haber sufrido
con antelación el tipo agudo. Otra de sus causas es que el paciente allá tenido alguna
lesión previa en las articulaciones.

Si el motivo es la lesión, la bursitis se manifiesta con hinchazón y dolor y


disminuye el movimiento habitual provocando una atrofia muscular y debilidad
motora. Este tipo de bursitis puede durar unos días o extenderse durante semanas.
Normalmente es reincidente.

TIPOS

Bursitis Subacromial o de Hombro: la bursitis subacromial de hombro es la


inflamación de la bursa (“bolsa”) que cubre los tendones del manguito rotador en el
hombro, que están inmediatamente por debajo del acromion (hueso más lateral de la
escápula). La bursa cumple la función de proteger del roce entre el hueso y los
tendones, y contiene una mínima cantidad de líquido en su interior cuando esta bolsa
se inflama por distintas razones, aumenta el líquido dentro de ella y se comprime
entre el acromion y los tendones del manguito rotador.

Bursitis de Cadera o Trocantérea: Se produce por causa mecánica


(rozamiento del tensor fascia lata sobre el trocánter o golpe repetitivo en la zona) o
reumática metabólica.
Bursitis de Codo u Olecranon: En este tipo de bursitis la inflamación se
produce en la bursa situada entre la piel y los huesos del olecranon justo por debajo
de la punta. Puede ser debida a un traumatismo directo, una presión constante sobre el
codo por apoyo continuo a una superficie rígida o por un uso excesivo, como es el
caso de los tenistas o golfistas, o bien, por causa metabólica como la gota.

Bursitis Medial de la Rodilla: La inflamación se localiza en la bursa situada


entre la espinilla y los tres tendones de los músculos de la parte inferior de la rodilla,
bien por sobrepeso, artritis, uso excesivo de la rodilla o mal movimiento de la misma.
Bursitis Prepatelar de la Rodilla: Se produce una hinchazón dolorosa de la
cara anterior de la rodilla, sobre la rótula. Es típica de profesionales o actividades en
que se pasan mucho tiempo de rodillas, como mineros o religiosos.
Bursitis del Tendón de Aquiles Anterior: Suele llamarse enfermedad de
Albert y en este caso la inflamación se localiza en la bursa situada en la parte
posterior del tobillo, delante de la unión del tendón al talón.
Bursitis del
Tendón de Aquiles Posterior: La inflamación se sitúa en la bursa posterior del
Tendón de Aquiles a nivel del carcanio. Es muy frecuente en mujeres jóvenes, por
presión del tejido blando del talón contra la parte posterior del calzado al caminar.
Bursitis Isquioglútea: es una condición que causa dolor en el glúteo y se
caracteriza por daño a los tejidos y la inflamación de la bursa isquioglútea. La
bursa isquioglútea se encuentra en la base de la pelvis, en el nivel de la
prominencia ósea conocida como la tuberosidad isquiática.
Los músculos isquiotibiales se originan de la pelvis (tuberosidad isquiática) y
se insertan en la parte superior de los huesos de la pierna inferior. Los músculos
isquiotibiales se unen a la pelvis a través del tendón de la corva. La bursa isquioglútea
se encuentra entre el tendón de la corva y el hueso pélvico (tuberosidad isquiática).
SÍNTOMAS

Los síntomas más universales de la bursitis son:


 Dolor.
 Signos de inflamación locales.
 Coloración rojiza en la zona.
 Dolor ante la palpación y la movilización de la zona.
 Limitación de la movilidad: puede darse en algunas articulaciones, como
el hombro.
 Infección de la bolsa sinovial: puede producirse en algunos casos, y
conlleva implicaciones para el tratamiento, ya que hará necesaria la
utilización de antibióticos.

CAUSAS

La causa más frecuente de bursitis son los movimientos repetidos o la presión


mantenida sobre una articulación. Ello origina un roce inadecuado entre la bursa y los
huesos adyacentes, lo que provoca la inflamación. Frente a este tipo de origen, local,
existen otras causas que se consideran sistémicas, en las que la bursitis es un síntoma
de una patología. Entre esas causas, se encuentran:
 Enfermedades reumatológicas (artritis reumatoide y gota).
 Enfermedades hormonales (diabetes, hipotiroidismo).
 Infecciones y heridas.

TRATAMIENTO

Lo más importante para establecer el tratamiento y la prevención de la bursitis


suele ser su localización, aunque, independiente de la articulación donde se produzca,
este siempre debe ir dirigido a tratar la inflamación y a permitir una movilización en
el futuro que no reproduzca los golpes o movimientos causantes de la inflamación.
Para tratar la inflamación aguda, aparte de la toma de antiinflamatorios orales, se
recomiendan tres medidas que pueden recordarse con el acrónimo RHE, esto es, la
aplicación de Reposo, Hielo y Elevación.
A diferencia de otro tipo de lesiones traumatológicas, en la bursitis no debe
aplicarse compresión o presión sobre la articulación afectada. En algunas ocasiones,
podrá procederse a la aspiración del líquido mediante artrocentesis o incluso a la
inyección de tratamiento con corticoides y anestésicos (infiltraciones). Más
infrecuente es la necesidad de cirugía.

10 CONSEJOS PARA SOBRELLEVAR LA BURSITIS

1. Ayúdate de dispositivos eléctricos que te eviten el esfuerzo manual.


2. Usa almohadillas como protección.
3. No permanezcas de rodillas mucho tiempo.
4. Cuida tu calzado.
5. Vigila tu postura en ciertos ejercicios físicos.
6. No te excedas en la práctica de algunos deportes.
7. Evita ciertos movimientos con el hombro.
8. Sigue fielmente el tratamiento médico.
9. Consulta a tu farmacéutico sobre soluciones para ciertas articulaciones.
10. No desatiendas ciertos síntomas.
CONCLUSIÓN

En las inflamaciones de las bolsas sinoviales, llamadas bursitis o higromas,


aumenta el contenido líquido de las mismas. Estas inflamaciones suelen ser
consecutivas a roces repetidos. Los roces del calzado originan con frecuencia bursitis
a nivel de tendón de Aquiles. El higroma de la rodilla es característico de las personas
que permaneces muchas horas de rodillas. Si el líquido del higroma se infecta, de
viscosos se transforma en purulento, y obliga a realiza un desbridamiento quirúrgico.

Las alteraciones de las bolsas serosas, pueden afectar en su mayoría a


personas adultas comprendiéndose en edades superiores a los 40 años, en donde
destacan profesionales de ciertas áreas y deportistas de alto desempeño por los
esfuerzos que realizan sobre las articulaciones del cuerpo de forma excesiva con
mayor frecuencia en caderas, codos y rodillas.

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