MANUAL profético REDIME
Drs. José & Magda Félix
Directores de REDIME INT´L
¡La última reforma de la iglesia ha iniciado!
“ACTIVANDO A LOS SANTOS”
Tema 4
Generando un ambiente profético con propósito
1. Anhelo de escuchar la voz de Dios
Crear un ambiente profético es tener el anhelo de escuchar la voz de Dios. Conocer su
corazón es el deseo de hacer su voluntad y agradarle en todo lo que hacemos. Establecer
un ambiente profético no es responsabilidad de una sola persona. Es cierto que el que lo
impulsa es el líder, quien debe de arropar este sueño de Dios y ser punta de lanza para
romper viejos esquemas que limitan nos limitan en el desarrollo de los dones, y abrir el
camino para establecer lo profético al margen de la Escritura.
La Biblia es el logos, la enseñanza de la palabra de una manera clara para aprender de la
personalidad de Dios. Pero un ambiente profético desata el rhema, la palabra específica
para una persona, para un grupo, para una comunidad, ciudad o nación.
Este es un ejemplo claro.
Hechos 13.1-3
1 había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón
el que se llamaba Níger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes
el tetrarca, y Saulo.
2 ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a
Saulo para la obra a que los he llamado.
3 Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.
Podemos ver el ambiente profético desatado en esta comunidad de Antioquía de una
manera poderosa. Ellos tenían el logos: Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que
guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días,
hasta el fin del mundo. Amén (Mateo 28.19-20). El logos les decía que debían predicar la
palabra de Dios a todas las personas, en todas las naciones. Las instrucciones eran claras.
¡Pero en Antioquía se reveló el rhema de Dios! Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo
el Espíritu Santo. Mientras que ellos ministraban (adoraban, escudriñaban la palabra logos)
ayunando, descendió el Espíritu Santo para dar a conocer el corazón de Dios, sus planes,
sus sueños, el trabajo específico para dos personas. Apartadme a Bernabé y a Saulo para la
obra a que los he llamado.
Bernabé y Saulo habían sido llamados como todos, pero ahora ellos estaban siendo
comisionados a una tarea específica. ¡Esto es lo que sucede en un ambiente profético! Dios
es específico con la tarea a la que nos llama, somos diseñados de acuerdo a una comisión.
¿Cuál fue la reacción de la Iglesia? Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las
manos y los despidieron. ¡Los activaron y los enviaron a cumplir con su llamado! Cuán
importante es provocar y establecer un ambiente profético en el entorno nuestro para
tener éxito. Conocemos el logos, pero no el rhema para una situación específica. Es aquí
donde entra el ambiente profético. Cuando todo está listo, se deja escuchar la voz de Dios
con la respuesta exacta.
Cuando el ambiente es propicio, el Espíritu de Dios desciende para hacer conocer los deseos
de Dios. Recordemos que la fe es desatada cuando oímos la palabra (voz) de Dios, esto
genera una fe agresiva para hacer lo que Dios nos demanda que hagamos. Obedecemos sin
mayores problemas. En el capítulo 3 del libro de 2Reyes, vemos como el rey Joram sale a la
guerra e invita al rey Josafat. Ellos necesitaban la dirección de Dios para ir a la guerra, por
lo que Josafat pregunta: ¿No hay aquí profeta de Jehová, para que consultemos a Jehová
por medio de él? (2Reyes 3.11). Este es el deseo de muchos hijos de Dios, desean escuchar
la voz de Papá. Ellos buscan al profeta Eliseo, quien genera un ambiente profético a través
de la alabanza y adoración. Mas ahora traedme un tañedor. Y mientras el tañedor tocaba,
la mano de Jehová vino sobre Eliseo (2Reyes 3.15).
La mano de Jehová vino sobre Eliseo en el momento que estaba el canto a Dios. Había
generado un ambiente profético. Todos los elementos del ambiente profético estaban
dados. Había una necesidad de escuchar a Dios, estaba el portador de la voz y Dios había
descendido para darla a conocer.
2. La manifestación de la voz de Dios
¿Cómo se deja oír la voz de Dios en un ambiente profético? Dios que no puede ser conocido
por medios naturales, tanto si es referente al pasado, presente o futuro. Puede manifestarse
en 4 niveles:
A través de un Profeta que declara una palabra rhema para edificación, dirección, corrección,
confirmación e instrucción en justicia (2Timoteo 3.16-17).
A través de un creyente que tiene el don de profecía (1Corintios 12.10).
A través de cualquier miembro del cuerpo de Cristo con una declaración o cántico proféticos,
cuando el espíritu de la profecía está presente (Apocalipsis 19.10).
En una manifestación personal por medio del Espíritu Santo, apariciones angelicales, la
presencia manifiesta de Dios (Lucas 1.11; Hechos 9.17).
Tratemos con cada uno.
El oficio del profeta. El profeta ve las cosas como realmente son desde la perspectiva de
Dios, recibe sueños, visiones y revelaciones que lo capacitan para transmitir esas realidades
espirituales al pueblo de Dios. Su nombre hebreo es Nabí. Portavoz que pronuncia palabras
bajo el poder inspirador del Espíritu de Dios. El término griego es profetes. Su traducción al
castellano profeta significa: Uno que habla en nombre de otro.
El profeta, al igual que el apóstol, es uno de los cinco ministerios que estableció nuestro
Señor Jesucristo en Efesios 4.11 para edificación de la Iglesia. Establece fundamento para la
madurez de la iglesia y le lleva a permanecer fiel a Dios y a sus Pactos.
El profeta tiene mayor responsabilidad y autoridad para traer a la luz temas sumamente
serios, como dirección, corrección, nombramiento de ministerios, declaraciones de fe,
símbolos proféticos, poner fundamentos en la plantación de nuevos lugares de predicación.
El profeta maduro entenderá que no tiene autoridad ni autorización para declarar palabras
en todo lugar sino solo en donde tiene la posición, cobertura, comisión y autorización de
hacerlo por el liderazgo de una iglesia o de una Casa Profética.
Cuando el profeta desarrolla un llamado en la iglesia local, debe estar bajo la autoridad y
gobierno del pastor. Ahí el pastor le pastorea como un ministro de Dios y le cuida de
desarrollar su ministerio equilibrio emocional y de acuerdo a la palabra de Dios.
Cuando el profeta desarrolla un llamado en el cuerpo de Cristo y continuamente está
ministrando en iglesias, seminarios, congresos, debe estar bajo el cuidado de un pastor local
y de un apóstol. Esto es debido a que el pastor cuidará de su vida espiritual, y el apóstol
cuidará de su equilibrio en todos sentidos.
El don de profecía. Esta es la expresión del ministerio del Espíritu Santo a la Iglesia, con el
propósito limitado a edificar, exhortar o consolar (1Corintios 14.3). El don de profecía no
tiene las mismas dimensiones del oficio del profeta. Normalmente este nivel de profecía es
más limitado y es dirigida a la iglesia local, o de una manera personal para dar dirección en
diferentes situaciones.
A veces el que tiene el don de profecía recibirá una revelación del Espíritu acerca de un tema
mayor que su autoridad. Dios lo probará y verá cómo responde para llevarlo a niveles
mayores. Una persona puede profetizar una vez y ya no hacerlo por mucho tiempo, esto nos
dice que el don no está en plenitud y la persona se tiene que esforzar para practicar el don
de una manera continua para que el don se consolide.
El don de profecía no tiene la profundidad, amplitud, dimensión, que puede tener el don del
profeta, aunque ambos profetizan, el profeta siempre será usado en una palabra de mayor
amplitud que una persona que solo profetiza. No por eso es menos importante que la
profecía de un profeta, Dios usará a ambos de acuerdo a sus propósitos divinos.
El espíritu de la profecía. Esta es una unción poderosa profética bajo la cual todos los santos
pueden profetizar si avivan su fe (Apocalipsis 19.10; 1Samuel 10.5; 19.10; 1Corintios 14.31).
El Espíritu de profecía ocurre muchas veces durante tiempos de alabanza o en momentos
especiales donde se reúnen personas proféticas para escuchar a Dios.
Cualquier creyente, normalmente lleno del Espíritu Santo, puede caer bajo la unción
profética para hablar por Dios. Un ambiente profético es creado cuando el pueblo de Dios
se introduce en medio de la adoración profunda cantando y adorando en espíritu y verdad.
Dios tomará a cualquier persona para hablar a su pueblo.
Uno o más pueden ser tomados para profetizar cuando el ambiente profético se ha
establecido. Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen. Y si algo le fuere
revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero. Porque podéis profetizar todos uno
por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados. Y los espíritus de los profetas
están sujetos a los profetas; 33pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz (1Corintios
14.29-33).
En ambientes proféticos debe haber orden y respeto. Todos pueden profetizar, pero uno a
la vez y en orden. Es recomendable que existan medios para grabar la profecía y que
posteriormente cada palabra sea analizada por líderes, el cuerpo pastoral de la iglesia o por
profetas maduros, que valoren la palabra declarada.
Siempre existirá la posibilidad que haya distorsión en la profecía o espíritus de adivinación
se introduzcan en los tiempos proféticos. Sin embargo, la palabra nos recomienda: No
menospreciéis las profecías (1Tesalonisenses 5.20). No debemos menospreciar las profecías
sino analizarlas y dar seguimiento a lo que Dios nos está hablando.
Todos podemos profetizar en ese momento si al Señor le place, puede usar varios “vasos”
para hacerlo. Si alguien profetiza en ese momento no significa que tiene el don de profecía
o que es profeta. Entonces Saúl envió mensajeros para que trajeran a David, los cuales vieron
una compañía de profetas que profetizaban y a Samuel que estaba ahí y los presidía. Y vino
el Espíritu de Dios sobre los mensajeros de Saúl y ellos también profetizaron (1Samuel
19.20).
Este ejemplo nos deja claro que esto puede ocurrir cuando un profeta, ministro profético, o
compañía de profetas extienden su manto por fe y otros pueden profetizar ahí y nunca jamás
volver a profetizar. Este era el caso de Saúl (1Samuel 10.5-11) ¿Saúl entre los profetas?
En una manifestación personal por medio del Espíritu Santo. Apariciones angelicales, la
presencia manifiesta de Dios (Lucas 1.11; Hechos 9.17), una palabra directa al corazón, los
dones espirituales funcionando para edificación personal. Moisés estuvo frente a la zarza
ardiendo donde tuvo una experiencia con Dios y pudo escuchar su voz para recibir la
encomienda.
Estas manifestaciones personales regularmente son corroboradas de diferentes maneras
donde Dios se asegura que hemos entendido y su voz ha sido genuina. El Señor confirma lo
que nos ha hablado trayendo seguridad para que demos los pasos siguientes. Avanzar de
esta manera siempre nos da confianza que estamos en la comisión correcta.
3. El ambiente profético genera ministros y ministerios proféticos
Se le llama ministerio profético tanto a personas como a grupos de personas que se dedican
totalmente al campo profético, de tal manera que sus frutos son elocuentes, firmes y
continuos. Alguien puede decir: Tengo un ministerio profético porque ha sido activado por
el presbiterio profético o por la imposición de manos de un apóstol o profeta maduro.
Posteriormente sus frutos dirán si es un verdadero profeta.
Estos ministerios proféticos suelen desarrollarse primeramente en la iglesia local y
posteriormente activados en el cuerpo de Cristo. El pastor local debe perder el temor de
tener ministros proféticos en su congregación. Cuando son formados y entrenados se
convierten en aliados muy valiosos para conducir la iglesia hacia los propósitos de Dios.
La Universidad Profética REDIME (UPRE) es una buena alternativa para formar y entrenar
ministros proféticos.
¿Cuál es la labor que desarrollan estos ministros proféticos? Las labores del campo profético
son bastas, desde la enseñanza y entrenamiento, evangelismo, consejería, hasta la milicia
espiritual.
Ayudan a la iglesia local a desarrollar con excelencia sus planes de expansión, funcionan
como atalayas haciendo vallados a favor de la congregación, forman equipos de intercesión
y toman dominio en el mundo espiritual para el fortalecimiento y crecimiento de la grey.
Son muy eficaces en la consejería cuando han sido entrenados y son maduros. Deben de
estar sujetos al pastor y ser leales a la visión de la iglesia. Suelen provocar problemas cuando
en su inmadurez actúan individualmente y hacen cosas por sí mismo, sin la anuencia del
pastor.
Definitivamente tener ministros proféticos en la congregación local es de mucha bendición,
cuando son formados son muchas más las bendiciones que los problemas que puedan
causar.
4. El ambiente profético genera que los dones proféticos sean manifestados de una
manera continua
Cuando hablamos de los dones proféticos nos referimos a seis de los nueve dones del
Espíritu Santo. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra
de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de
sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro,
discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación
de lenguas (1Corintios 12.8-10).
Estos son los seis dones proféticos:
1. Palabra de ciencia
2. Palabra de sabiduría
3. Profecía
4. Discernimiento de espíritus
5. Genero de lenguas
6. Interpretación de lenguas
Estos dones son manifestados en el ambiente profético. La iglesia debe entender que estos
dones deben ser activados y desarrollados a fin de permanecer activos en las
congregaciones y el pastor es el encargado principal de avivarlos u opacarlos en la
congregación.
¿Por qué el pastor no aviva estos dones en la congregación?
1. Por temor.
2. Porque los dones no están activos en su propio ministerio.
3. Porque no ha tenido enseñanza al respecto.
4. Porque no tiene la doctrina correcta.
5. Por falta de tutoría o de un manto apostólico que le guíe.
¿Qué podemos hacer para que los dones proféticos sean activados?
1. Anhelar los dones y pedir a Dios revelación de ellos.
2. Pedir a las autoridades de la iglesia que abra la oportunidad para que sean
activados y desarrollados.
3. Hacer un plan de trabajo para que los dones sean activados. Puede ser a través de
un seminario profético, la visita de un apóstol o un ministro profético maduro.
4. Buscar tutoría de ministerios maduros y equilibrados.
5. Dar continuidad a un proyecto a largo plazo a través de educación sistemática.
Puede ser una escuela ministerial dirigida al campo profético.
5. El ambiente profético produce la necesidad de establecer un presbiterio profético
¿Qué es esto? Se refiere a la reunión de dos o más profetas, o ministros proféticos, imponen
manos y profetizan sobre individuos en un tiempo y lugar específicos.
Se realizan estos presbiterios con varios propósitos.
1. Para revelar a un miembro o a la iglesia sus dones y ministerios en el cuerpo de
Cristo.
2. Para ministrar una palabra rhema (revelada) de Dios.
3. Para la impartición y activación de dones divinamente revelados.
4. Para la revelación, clarificación y confirmación del ministerio de liderazgo en la
iglesia local y/o en el cuerpo de Cristo.
5. Mediante la imposición de manos y palabra de profecía activar a los santos en su
llamado.
Los presbiterios proféticos se deberían desarrollar con regularidad en la iglesia local a fin de
animar, consolar, exhortar, activar y comisionar al desarrollo de ministerios.
Así mismo, se debe tener presbiterios proféticos ministeriales donde los ministros de Dios
sean ministrados en un ambiente profético. No todos los ministros de Dios están
desarrollando la tarea que Dios les ha especificado, un presbiterio profético les traería
dirección y activaría sus dones para el desarrollo de su trabajo.
6. La cabeza provoca el ambiente profético
El responsable de generar el ambiente profético es la cabeza o líder. Si el ambiente profético
se desea generar en la iglesia local, el responsable es el pastor. Si es en el hogar es el padre
de familia. Si es en la empresa, es el dueño de la misma.
Aunque el líder no fluya frecuentemente en el campo profético, al tener conocimiento
apropiado, puede hacer esta labor. Frecuentemente los pastores que no han tenido una
experiencia profética temen que esto ocurra en la congregación a su cargo, debido a los
malos manejos que se ha tenido en el pasado.
Las malas experiencias se exparcen mucho más rápido que las cosas buenas que Dios hace.
Los ministros proféticos maduros son de gran bendición para dirigir un ambiente profético
siempre y cuando estén sometidos al líder y sean leales a la visión de la iglesia local o del
lugar donde se encuentre.
Regularmente no veremos a un profeta dirigiendo una congregación, aunque nadie dice
que no puede suceder. Lo que sí es normal es que los ministros proféticos son una columna
fuerte para el desarrollo de la congregación, y deben de estar bajo la autoridad del líder de
la congregación. Cuando sirven al cuerpo de Cristo de una manera más amplia, podrían
estar bajo el manto de un apóstol.
Cuando la familia se abre para permitir entrar lo profético a su hogar, en ese momento se
esta abriendo la posibilidad total de ver la bendición de Dios manfiestada. El que recibe a
un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo
por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá (Mateo 10.41).
Todos podemos ser la cabeza, tomar el liderazgo, siempre y cuando tengamos en mente
que el sometimiento es recompenzado por Dios y que nuestro líder debe estar enterado de
todo lo que hacemos en el campo profético. El punto central es que tengamos el anhelo de
escuchar la voz de nuestro Dios.
En empresas donde el dueño es un hijo de Dios, se puede establecer un ambiente profético
a través del propio dueño o una persona delegada para ese fin. Sin duda será de mucha
ayuda conocer los planes de Dios para la empresa, como administrarla, crecimiento,
ataques diabólicos o simplemente la oración intercesora a favor de los intereses de la
misma.
6. ¿Como establecemos el ambiente profético?
Es necesario entender que esta labor necesita tiempo, dedicación, esfuerzo y mucho
carácter. Es por esto que debemos crecer como personas y en lo espiritual conociendo la
palabra de Dios y por supuesto, los planes de Dios para nosotros.
Al establecer el ambiente profético necesitamos tomar en cuenta.
Establecer un estudio sistemático de la palabra de Dios. Fundamentos doctrinales, y en el
campo profético, desarrollo de carácter y habilidades que nos ayuden en el crecimiento
espiritual y humano.
Madurar en la sensibilidad con el Espíritu. Tener tiempos especiales con los ministros
proféticos para madurar en la operación de los dones. En estas reuniones se toman temas
para disertar y crear un ambiente de confianza. ¡Además maduramos en la sensibilidad con
el Espíritu Santo!
Practicar continuamente la profecía. Recordemos que Dios desea hablarnos, mostrar sus
sueños, anhelos, estrategias, así que provocamos que se manifieste el espíritu de profecía
y que los ministros proféticos hablen POR Dios. Al principio, algunos de ellos tendrán temor
de “soltar” la palabra que Dios pone en sus corazones, pero poco a poco tomarán confianza
y fluirán de una manera poderosa. En la medida que la profecía se practica, se crecerá en
madures y confianza, de esta manera podremos formar un buen equipo de ministración
profética y desarrollar eventos a favor del establecimiento del reino de Dios en la tierra.
Establecer el ambiente profético. Ser sensibles a los planes y estrategias de Dios para lograr
establecer adecuadamente el ambiente profético. El más interesado en hacerlo es Dios
mismo, así que él dará la estrategia de cómo hacerlo. ¿Podemos incluir a todas las
personas? Si, definitivamente toda la Iglesia puede participar y es sano hacerlo para que se
acostumbren a este mover del Espíritu Santo.
Vivamos los procesos. Recuerda que los ministros proféticos son engendrados, formados,
equipados, activados y comisionados. El ambiente profético nos debe de llevar a establecer
comisiones como evangelismo profético, consejería y ministración personal, milicia
espiritual, intercesión. El ambiente profético desencadenará la multiplicación en la iglesia
local, por lo que es necesario que haya unidad con métodos de multiplicación.
Establecer la paternidad y tutoría. Los ministros proféticos necesitan ser atendidos a veces
mucho más que un miembro común de la Iglesia. Normalmente los ataques del enemigo se
van hacer más frecuentes. Habrá más dudas, preguntas, y la atención debe ser más cercana.
El cuidado es necesario, así que es necesario desarrollar un cuidado intensivo. Este cuidado
lo deben hacer los padres o líderes de la congregación.
Establezca la Casa Profética o un modelo de trabajo profético eficaz. La Casa Profética es un
equipo de trabajo con un líder que esté al frente de las tareas proféticas de la congregación.
Es aquí donde se establece un protocolo profético para traer confianza y firmeza en el
trabajo que se desarrolla.
Establezca un ambiente de santidad en la Iglesia. Erradicar el pecado no es una tarea sencilla
para el pastor, es aquí donde los ministros proféticos pueden ayudar por medio de la
intercesión, milicia espiritual y traer revelación a la congregación. Y Judas y Silas, como ellos
también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de
palabras (Hechos 15.32).
¡Generar un ambiente profético ayuda para establecer iglesias sanas! Al perder el temor,
Dios nos recompensará para lograr escuchar sus planes y ser más productivos en todo lo
que hacemos.