La Vida Es Un Paso A La Vez... Sankh
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Sankh
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Sankh ® Derechos Reservados2014
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Capítulo 1:
El silencio de la noche engalanaba el momento, el momento justo después
de la intimidad con la persona querida. Esa cercanía, esa sensación de
bienestar y satisfacción, la seguridad que solo te proporciona ese momento.
Amanda esa noche, como muchas otras, hubiese deseada terminar
abrazada a su amor, pero ella prefería un cigarro después del sexo, meterse
a la cama y dar la espalda. Tan solo olvidarse del mundo, olvidarse de todo
lo que le rodeara, incluyendo la persona que compartía su cama. Mientras
observaba la silueta de Karina, se preguntaba porque siempre deseaba más
de lo que podía tener, ¿era tan difícil poder simplemente dormir abrazada
toda la noche a ella?, sentir sus brazos rodeándola y poder sentir los latidos
de su corazón. Amanda cerró sus ojos y calmó sus sentidos. - Soy una
romántica cursi de mierda - dijo en voz baja. Se levantó un poco para
alcanzar a ver el rostro de su amor, decidió esa noche vestirse y en el
silencio de la noche regresar a casa. No le tomó mucho regresar, durante el
viaje pensó en algunas cosas...que simplemente la agobiaban mucho más.
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- ¿Qué haces despierta a esta hora? - preguntó Amanda.
- No lo estaba.
- ¿No? – dijo Amanda confundida.
- No, tu maldito sentido del espacio me despertó. – la miró con cierta
ironía.
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- Eres una exagerada, siempre lo he dicho, ¿porque no estudiaste
drama?
- Nena, porque una nace actriz, no tienes por qué estudiarlo, se es
diva de nacimiento - dijo con gran presencia - y bueno mi tía me obligó
a estudiar ingeniería, así que eso del drama es una especie de
“hobbie” para matar el tiempo y llamar la atención.
- Eres tan presumida y no seas tan mentirosa que tu tía no te obligó
a estudiar ingeniería.
- No, pero siempre me hace ver así toda sufrida y como la víctima,
¿no te parece?
Amanda rio con los comentarios de su amiga, era un hecho real, siempre
lograba hacerla sentir mejor en cualquiera fuese la situación; inclusive si
no sabía lo que pasaba. Era como si la sintiese, como si supiese que algo
no andaba bien. Era la única que podía lograr hacer eso, la única que
podía hacerla sentir bien. A Amanda se le hacía tan raro porque sentía
que conocía a Cris desde siempre, a pesar que solo fueran ya casi 7años
que la había conocida cuando llegó a la Universidad a estudiar
precisamente arquitectura. Aunque en general existe una guerra campal
entre Ingenieros y Arquitectos; profesionalmente hablando, ella había
hecho click casi instantáneamente con Cristina y ha sido así hasta el día
de hoy. Una vez terminada la Universidad le fueron ofrecidos puestos en
la misma firma donde una era la Arquitecta y la otra la Ingeniera Civil y
aunque muchas veces tenían un millón de incongruencias y de
malentendidos; nada las separaba.
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- Sentido de que son las 2 de la madrugada y ustedes par de
desconsideradas no dejan dormir a las personas trabajadoras y
sacrificadas de este país - le respondió Kathy mientras se lanzaba al
sofá sobre Amanda y Cristina.
- ¿Personas trabajadoras de dónde?, si no tuviste clases el día de
hoy, ni mañana, ni...
- Calla boca - interrumpió Kathy a Cristina.
- ¿Y tú que haces aquí, no que te quedarías con tu linda mujercita? -
hizo una pausa y continuó - ya sé, ya sé, no lo menciones, es que nos
extrañabas tanto que no podías dejarnos tanto tiempo, si, lo se
causamos ese efecto...si, si también sé que me llevarás a comer
mañana...eres tan linda Mandi, gracias, gracias...
Las tres amigas comenzaron a reír sin cesar de las ocurrencias típicas
de Kathy, la tercera de las chicas que vivía en la casa. Kathy era amiga
de Amanda desde que eran unas niñas, tanto que ya Kathy había dejado
de ser su amiga y pasó a ser su hermana. Era ella quien siempre estaba
para defenderla, para sacar la cara por ella, para amenazar, torturar a
cualquier persona que osara dañar a Amanda. Incluso fue a ella a quien
Amanda le confesó primero de sus gustos particulares por chicas y fue
ella quien sin hacer preguntas y sin juzgar la aceptó y la apoyó en todo.
Jamás hubo preguntas, jamás hubo un reclamo, jamás hubo una mala
cara, simplemente Amanda seguía siendo Mandi...su amiga.
Para Amanda era toda una aventura vivir con sus amigas, siempre era
una locura, pero se sentía en familia, se sentía protegida y jamás ni un
solo día se había sentido sola. Aunque estuviese lejos de su madre y
hermanos, estos años lejos habían sido parte de su crecimiento, tanto
profesional como personal. El sonido del timbre de su teléfono la
desconcentró de sus pensamientos; era Karina, vaciló en responder,
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pero al final lo hizo. Se disculpó, dejó a sus amigas tiradas en el sofá y
caminó a la terraza a responder.
Cristina y Kathy se miraron sin decir palabra, pero quizás diciendo más
de lo que se escuchaba.
A Cristina le tomó mucho responder, pero cuando lo hizo, lo hizo con toda
seguridad. - No, no es la adecuada. – Siempre lo había pensado, desde
el primer día y aunque indirectamente se lo dejaba saber a su amiga; era
ella quien debía darse cuenta de que no era la mejor. Sabía que Amanda
merecía alguien mejor, alguien totalmente dedicado en cuerpo y alma a
ella, alguien que en simples palabras se la mereciera; no solo mereciera
su belleza física, sino también y más que eso la belleza de su alma, la
pureza de su espíritu, la hermosura de su ser. Pero no era ella a quien
precisamente le correspondía tomar esa decisión.
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no andar buscándote citas a ciegas en internet con hombres de más
de 50 – le sonrió – serán de menos de 40.
- Mmmm mis “nerds” y ninguna estúpida cita a ciegas con nadie, ¿sí?
- Es un trato.
- Por Dios en que te estás convirtiendo, eres mala Cris – dijo esto
mientras se puso de pie y caminó hacia su habitación, no había nada
mejor que sellar un trato tan conveniente a altas horas de la
madrugada, pero el sueño la vencía y esto no la hacía pensar
correctamente; así que mejor dormir; un poco de descanso y su mente
estaría fértil para la maldad. Bueno, no era que fuese malvada,
siniestra, depravada y disfrutara con el dolor de los demás...pero ya
era hora de develar los misterio que tenía Karina, lo único que quería
era la felicidad de Mandi, de ahí en fuera no le importaba nada más.
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Capítulo 2:
En la mañana Amanda despertó con el escándalo habitual; alguna discusión
o conversación alocada entre sus amigas. Trató de darse vuelta y hundirse
bajo la frazada para dormir un poco más, pero fue inútil con semejante
escándalo. Se levantó dando tumbos por el pasillo siguiendo el olor a café
hasta la cocina y así escuchar una conversación rara sobre stripper y bailes
eróticos.
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- Solo me imaginé que lo llevabas a tu casa, lo presentas a tus padres
y cuando entre por la puerta se apaguen las luces, comienza la música
de club y tu amigo comienza a quitarse la ropa con estilo. Es que no
sé qué pasará primero; si tu Mamá infarta o si tu Papá tome el arma y
lo corra por todo el vecindario. – dijo Amanda sin poder contener la
risa.
- ¿Está Amanda?
- Si, está.
- ¿Puedo hablarle?
- Por supuesto. – Cristina le indicó donde podía sentarse y esperar;
mientras Karina la observaba de arriba abajo, posó sus ojos en el leve
escote de su pijama entre Angry y Bird.
- Linda pijama, deja a la imaginación lo que se desea ver.
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Amanda observó las facciones de su amiga y le preguntó. - ¿Todo bien,
Cris?
- Traigo unas ganas locas de ti. - le dijo Karina mientras bajaba una
de sus manos por el vientre de Amanda y trataba de introducirla dentro
de su ropa interior.
Amanda se separó, la miró y le dijo. – No, aquí no, Kathy y Cris están y no
me parece.
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Karina se acercó nuevamente y le susurró al oído. – Entonces vamos a tu
habitación. – pasando su lengua por el cuello de Amanda.
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Capítulo 3:
La noche anterior Amanda había decidido quedarse en casa y ver unas
películas con Cristina, amaba ver películas con su amiga, sobre todo si eran
sus películas favoritas de “Resident Evil”. Las habían visto mil veces o tal
vez mil y una vez, pero no se cansaban de verlas; era una especie de pasión
entre ellas. Aunque su discusión con Karina no había pasado desapercibida
por su amiga; había podido aguantarse las ganas de llamarle y tratar de
arreglar la situación.
Al igual que cada mañana salió de casa al trabajo con Cristina que como
trabajan en la misma empresa llegaban juntas. Esa mañana en particular
iban muy calladas, el silencio reinó el viaje hasta que Cristina dijo algo.
- ¿La llamaste?
- No.
- ¿Te llamó?
- No.
- ¿La llamarás?
- No.
- Si claro, siempre caes. – dijo Cristina como reproche.
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contacto de pura intimidad que no se comparte con todo el mundo. Ese
segundo donde puedes escuchar el latido de su corazón, ese momento
donde sientes gemir sus sentidos, ese instante donde dos se convierten en
una. Muchas veces pensaba en eso, pero unas tantas otras simplemente se
convencía de disfrutar de lo que tenía y quizás lo demás llegaría después;
mucho después. – No la llamaré – al fin dijo.
- Mandi, no tienes que responder, solo quiero que estés segura, solo
deseo que encuentres la persona que te haga feliz como solo tu
mereces. No pretendo decirte que hacer o que no hacer con tu vida
porque para eso es tu vida para que seas tú quien decida en ella,
pero seamos honestas Mandi, has estado con Karina los últimos 9
meses y les hace falta un no sé qué, con uno se cuánto, un no sé
porque, y no sé qué demonios, pero algo se pierde en la ecuación
Karina-Amanda. – Miró a Amanda y con voz dulce le dijo – Mandi,
me puedes gritar y decirme que no me meta en tus cosas, pero en
esto simplemente no puedo quedarme mirando como mera
espectadora. Me importas demasiado como para no hacer o decir
nada, pero me importas demasiado más como para si me lo pides,
callarme la boca y no decir nada. - Cristina no podía evitarlo, algo
tenía que decir…aunque no lo dijera todo.
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le molestaba era estar en esta situación y todo lo que traía a su alrededor.
Era evidente que tenía que tener una buena conversación con Karina y ver
la manera de corregir lo que estaba mal. Por ahora eso debía esperar un
poco, ya que habían llegado al trabajo y el deber llamaba.
Dentro del ascensor no hubo ni una palabra, solo silencio entre las amigas.
Se abrieron las puertas en el octavo piso y cada una se dirigió a sus
respectivas áreas de trabajo; una a la derecha y otra a la izquierda. Cristina
caminó por el pasillo en dirección opuesta a su amiga mientras Amanda en
medio del pasillo se detuvo y volteó a ver a Cristina que se perdía en las
oficinas, sonrió al verla perderse, ladeó su cabeza y reanudó su camino a
su oficina. Una vez ahí sonó su celular y respondió.
- ¿Sí?
- Oye puchunguita, ¿cómo estás? – dijo Kathy del otro lado.
- Muy bien Kat y ¿tu cómo estás? ¿Qué tal tu cita idílica? Anoche
llegaste muy tarde y en la mañana ya habías salido; así que no me
encontré contigo.
- Ay no se amiga, no creo que pueda vivir así mirando que te
toqueteen, manoseen y saboreen a tu chico. Incluso sentirte la tipa
más odiada del club solo por andar con él. Es una vida muy sacrificada
para mí. – dijo esto con tono dramático.
- Que mal, ya me estaba haciendo a la idea de entrar a ver stripper
con pase VIP.
- Es increíble lo insensible que eres, yo aquí sufriendo decepcionada
por un amor imposible de llevar y tu pensando en entradas gratis, no
tú sí que eres interesada.
- Ohhh lo siento, no sabía que este asunto estriptico te afectara
tanto.
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- Ahhh no querida para nada, siempre se debe sacar provecho de las
situaciones. Así que sabes que como Cris cumple años pensé en
llevarla al club…
- ¿Con stripper? – casi gritó Amanda.
- No tontita, si hacemos eso nos matará a las dos. En el mismo club,
hay un área más íntima como para actividades, con música; con un
ambiente muy agradable. Y por supuesto logré separarlo, así que
podríamos pasar un rato por ahí y hacerle pasar un lindo día a Crisita.
- Me parece perfecto, eres muy brillante niña. - le dijo sonriendo
Amanda.
- Ya ves que puedo hacer buenos negocios de una decepción.
- No ya veo que eres toda una experta.
- Ya ves. No sea malita con Cris esta semana, trátala bonito y no se
peleen por tontos y estúpidos papeles que al final se van a la basura.
- Pero siempre la trato lindo.
- Si ya se, hasta que te dice que esa columna debe dejar de ser
estética para ser funcional.
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Mientras Amanda escuchaba a Kathy, sonreí y movía su cabeza de un lado
a otro porque era tan normal que hiciese esto, con su profesora, con su
doctora, con la chica de la tienda de la esquina, con su tía; así que solo la
divertía con todo.
Amanda se fue a sumir en sus planos, papeles y diseños, las horas pasan
rápido cuando se tiene trabajo y más si el trabajo es uno que se ame hacer.
Tomó un minuto de su concentración y subió su cabeza para encontrarse
con dos fotos en una repisa en la pared. En una se encontraba con su mamá,
sus dos hermanas y su hermano; no podía dejar de sonreír con dulzura al
verla. Su familia sin dudas era lo más importante para ella, a pesar de que
estuviese lejos; por ahora, siempre procuraba pasar tiempo con ellos y
visitarlos cuantas veces podía. Su mamá era su inspiración, su roca, su
ejemplo a seguir, levantó una familia sola cuando su padre falleció en un
accidente de auto luego que regresaba de un viaje de trabajo. Ha sido el
momento más difícil de su vida, perder a su padre cuando tenía 15 años;
aun lo extraña y desearía tanto que estuviese con ellos, que se sintiese
orgulloso de todos sus hijos. Su madre se ganaba por mucho el premio de
la mejor madre del mundo, porque había sido padre y madre para ellos y
tanto ella como sus hermanos valoraban grandemente esa entrega de su
madre. Y aunque ella para muchos era la hija desviada, para su madre era
su gran orgullo y había recibido su apoyo incondicional.
En la otra foto estaba con Kathy y Cristina, esas dos niñas que adoraba tanto
y que en definitiva sin ellas no sería igual. Ellas le daban ese balance que
necesitaba en la vida, las que la hacían reír como loca y las que muchas
veces han secado sus lágrimas. Las incondicionales y a las que por nada
perdería o alejaría de su vida. Mirando la foto recordó las palabras de
Cristina en la mañana y pensó que jamás había respondido nada a sus
palabras. Resolvió ponerse de pie y caminó hacia el otro lado del piso a la
oficina de Cristina. Se detuvo en la puerta y la miró por unos
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segundos; estaba de espalda frente al ventanal hablando por teléfono sobre
unas vigas, hormigón y mucho polvo. Sonrió al escucharla porque si para
ella la arquitectura era una pasión, para Cristina la ingeniería era una
religión; amaba su trabajo y se lo vivía día con día.
Le encantaba eso, era quizás una de las muchas cosas que le encantaban
de ella. Entró a la oficina sin hacer ruido, llegó al escritorio, tomó un papel y
un marcador y escribió algo en él. Lo dejó con sumo cuidado en el mismo
lugar y se retiró sin que Cristina le viera, solo la alcanzó a ver cuándo terminó
su llamada y vio la espalda de Amanda salir por la puerta. Su rostro se llenó
de confusión, devolvió el teléfono a su lugar y miró el papel en el escritorio
que leía, “Gracias, eres y serás siempre la mejor…Te quiero <3”. Cristina
sonrió observando las palabras escritas en ese sencillo papel, pero que
tenían tanto significado para ella, con eso le bastaba. Unos pensamientos la
asaltaron e invadieron su ser; los apartó en seguida… tenía mucho trabajo
que terminar.
Más tarde a la hora de salir ese día, caminó a la oficina de Amanda para
encontrarse con Karina junto a ella y Amanda tomaba sus cosas para ya
partir.
Amanda tomó sus cosas, se acercó a Cristina, se quedó parada frente a ella
y le dijo en voz baja como un secreto entre ellas. – Gracias. – la miró a los
ojos, se inclinó, besó su mejilla y le susurró al oído. – Te quiero. – entonces
se dispuso a salir de la oficina junto a Karina.
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Y así Cristina vio salir a su amiga junto a la oxigenada, que en realidad no
era oxigenada, pero a Kathy le encantaba llamarla así y por pura amistad
Cristina la llamaba así también. Ese día Cristina llegó a una conclusión;
mataría a Karina…bueno no matarla de la acción asesinar sino de… ¿acaso
había otra forma de ver el verbo matar? Bueno, lo cierto era que pensaba
que no le gustaba mucho Karina, ahora estaba segura de que no la
soportaba. Cristina suspiró y se dijo en voz baja, “Maldita oxigenada‟, y
continuó su camino hasta fuera del edificio.
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Capítulo: 4
Una hora después Cristina estaba en el Gimnasio haciendo su rutina del día
que era Kenpo. El Gimnasio era un lugar donde Cristina se sentía como en
casa, no solo porque la mantenía en buena forma, sino también porque era
el lugar donde se podía desestresar sanamente, sin hacerle daño a su
cuerpo y sin hacerles daño a otras personas. Este día en particular su nivel
de estrés era de un 200% y estaba simplemente dejando salir parte de eso
en su rutina y su entrenador personal lo estaba sintiendo.
Cristina tomó la botella y comenzó a tomar de ella, puso sus manos sobre
sus rodillas y descansó su cabeza sobre ellas mirando a Jason. En realidad,
si había estado muy estresada y hasta tensa, pero en efecto necesitaba
tranquilizarse un poco.
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- ¿Quieres ir conmigo el viernes a cenar y tomar algo? – le dijo Jason
con timidez.
Karina la miró con ganas de ripostar, pero sólo alcanzó a decir. – Como
quieras amor.
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- Si, aun no sé cuándo específicamente, pero estoy tan eufórica. Ya
quiero que esté acá y que pasemos tiempo juntas. – dijo emocionada.
- Imagino que sí, se cuánto quieres a tu mamá y cuanto te encanta
pasar tiempo con ella.
- Si, la quiero aquí y las chicas también quieren verla, será una
hermosa locura.
- A mí me encantaría conocerla esta vez. – dijo Karina con
sinceridad.
- A mí me gustaría que la conozcas. – le dijo Amanda con una gran
sonrisa.
Karina la miró con una mirada muy dulce, de esas que muy pocas veces le
veía Amanda. – Disculpa por cómo me comporté ayer, suelo ser una idiota,
pero hay días en que ese papel me queda mejor.
- Me disculpo por haberme ido la noche anterior sin decir nada. Debí
al menos decir algo o no salirme así. Es solo que a veces… - mantuvo
silencio.
- ¿A veces qué? – la miró sorprendida Karina.
- Es que a veces solo me siento deseada y no amada.
- ¿Y cómo es eso? – le preguntó - Claro que eres deseada, yo te deseo
como una loca. ¿Es que acaso no te has mirado en un espejo? Eres
una mujer bellísima Amanda, tu cuerpo es un palacio donde a muchos
y muchas quisieran morar, unos senos, un trasero… - suspiró al decir
esas palabras y luego prosiguió - tienes un tono de piel perfecto que
es como el intermedio del yin y yang, tu cabello ondulado que me
encanta porque te hace ver tan fresca y juvenil, pero a la misma vez
tan mujer, esos ojos castaños que dicen tanto y esconden más, unos
labios que invitan a estar besándolos todo el tiempo…por supuesto
que eres deseada y amada con la pasión más desenfrenada.
- No me refiero a ser amada del cuerpo; me refiero a ser amada del
alma, del espíritu, de mi ser. Ser amada por quien soy, de amar mis
días, aunque sean días malos, de amar mis gestos, mi olor, mi
esencia. Amarme más allá de un cuerpo y un deseo de la piel,
acariciarme el alma, besarme el espíritu, sostenerme la esencia,
abrazar todo mi ser. – miró a Karina profundamente a los ojos tratando
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de leer algo dentro de ellos, deseando que la entendiera. – No se
Karina quiero que hagamos el amor…
Karina abrió sus manos y las cruzó sobre su pecho - ¿Y cuál es la maldita
diferencia?
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la podía reconocer. – Nunca he sido tan romántica. – bajó su mirada a la
copa de vino que permanecía en la mesa. – No se serlo.
Amanda la miró con gran dulzura y llevó su mano sobre la mano de Karina,
la acarició por unos segundos y la miró a los ojos. No sabía si había hecho
bien en decirle toda esa palabrería barata, pero no podía solo andar
ocultando como en realidad se siente sobre todo en general. Muchas veces
ha callado, pero en esta ocasión pensaba que era mejor pecar de bocona,
que morir en silencio guardando un millón de palabras calladas.
Luego de una linda velada Karina llevó a Amanda a casa, charlaron unos
minutos en el auto y Karina le dijo. - ¿Segura que no quieres ir a mi casa?
- Segura.
Karina sin lugar a duda sentía que se había quedado con las ganas de
poseer a su mujer esa noche, pero ya llegaría el momento, pensó. Había
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sido un día algo raro, pero de una cosa estaba segura, Amanda era
demasiado mujer como para no intentar hacer ciertos cambios en su actitud
que se reflejaran en su relación. Quien sabe que pasaría más adelante, por
ahora Amanda era buena para ella.
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Capítulo 5:
Los días habían pasado rápido esa semana y la mañana del cumpleaños de
Cristina, ella y Kathy permanecieron en casa. Cristina no había acompañado
a Amanda al trabajo porque debía ir a revisar unos proyectos; así que saldría
de casa directo al lugar. Kathy la había sorprendido con una especialidad
culinaria; panqueques con unas velitas de cumpleaños sobre ellos y de paso
la deleitó con un éxito ideal para el día con guitarra en mano.
Cristina solo reía a carcajadas con esa canción tan especial para ella,
Kathy era la asesina de las canciones bonitas; siempre había pensado que
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como cantante era una buena diseñadora. Con esos detalles era más que
suficiente para hacer su día de cumple uno único y especial. Eran sin dudas
sus amigas las que hacían sus días una obra de arte personal e inigualable,
eran su familia ahora. Cristina había perdido a su madre cuando era muy
chica, apenas la recuerda y le dolía mucho que fuese de esa manera. Solo
un puñado de fotos y algunas pertenencias que ha guardado como un
tesoro; hacían que su madre viviera en ella. Jamás `conoció a su padre, sino
fuese porque la biología dice que debe tener uno, pensaría que había nacido
de una planta de plátanos. No tenía hermanos, desde que era una niña su
tía se hizo cargo de ella; tuvo una linda infancia, no se quejaba, pero siempre
deseaba en cada momento de su vida que su mamá estuviese con ella.
Gracias a su tía le debe quien es el día de hoy y no se refería al dinero que
en vida le había heredado, sino en el ser humano y en la mujer que se había
convertido. Aun en la distancia siempre su tía permanecía, había sido la
primera llamada en la mañana para felicitarla en su día y decirle como
siempre lo orgullosa que se sentía de ella. Fuera de ella, sus amigas eran
su familia más cercana y como siempre hacían de su día uno hermoso.
El teléfono de Cristina sonó con un mensaje que decía: “Para tener 50 años,
estás entera y no te duele nada…ya quisiera yo llegar a los 50 y verme tan
ligeramente usada como tú. Feliz Cumpleaños hermosa <3”
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recibió otro de vuelta: “Mierda u.u”. Cristina se quedó observando su
celular y escribió: “Espero verte en un rato, te extrañé en la mañana”, y
Amanda respondió: “También te extrañé horrores”.
- Claro.
- ¿Karina te hace sentir incomoda?
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también el que hizo “Hannibal”…- miró a Cristina, hizo una mueca en
señal de desaprobación y le dijo – no, ¿verdad?, perdón, ok hablemos
en serio.
- No se…me incomoda su mirada, la forma tan descarada que a
veces se dirige a mí, su comportamiento tan falto de respeto…
- Mírala ella la hija de la mala sangre, mierda, sabía que era una
imbécil, idiota, arrogante, prepotente, pero además es una
degenerada, enferma, sexosa, depravada, pervertida de mierda…
- Quizás no es nada.
- ¿Nada?
- Quizás es que en realidad no me gusta ella.
- No cariño una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa, no mezcles
la gimnasia con la magnesia, si te sientes incomoda es por algo,
¿alguna vez se ha propasado contigo? O sea, lo ha hecho, pero a lo
que me refiero es que si se ha acercado a ti…
- Creo que debería saber que su novia es una…a ver que palabra
podría utilizar… ¿maldita perra? – dijo con fuerza.
- Toda la situación no es cómoda para mí, pero imagínate decirle eso
a Mandi…no me lo perdonaría.
- Mira Crisita, sé que quieres a Mandi, pero tampoco te debes
sacrificar y aguantar que esa se propase contigo por tu amiga.
- Es que no es solo eso.
- ¿No?, entonces…
- Es que me da rabia verla con Amanda – se sorprendió diciendo.
- Si, a mí también.
- Sí, pero no de una manera…
- ¿De una manera…?
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Cristina miró a Kathy con gran tristeza, le sonrió como una obligación, la
miró a los ojos, la besó en la mejilla y le dijo. – No me hagas caso, creo que
quizás he sacado todo esto de proporción y ni yo misma lo entiendo. Te
adoro, lo sabes, ¿no? Gracias por mi mañana de cumpleaños. Te veo en la
noche. – y salió caminando por la puerta hacia sus compromisos; más que
caminar parecía que huía de todo el momento.
“Cris:
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a mi he agradecido el regalo, este regalo, tu regalo…mi regalo. Podría
regalarte el día de hoy los regalos materiales que más añoras, pero mi deseo
más genuino es que sean los regalos del corazón los que tengas en tu vida,
los detalles que prevalecen y trascienden eternidades. Tú, sin lugar a duda
mereces las grandes cosas de la vida, no solo este día de tu cumpleaños
sino cada uno de tus días.
Mandi.
Cristina quedó perdida en las letras escritas en esa tarjeta, esa letra que
conocía muy bien, pero que amaba leerla con tan lindo sentimiento en este
día. Su vista se nubló de la emoción, siempre ha sido una tonta sentimental
y le encantaban los detalles y más aún si vienen de una persona que es
importante para ella. Se sentó sobre su escritorio y comenzó a pensar en la
inmortalidad del cangrejo, pero más que eso comenzó a analizar su vida y
sus 27años, ¿qué se sentía cumplir 27?, pues al parecer lo mismo que tener
26, pero de algo estaba segura, debía comenzar a tomar grandes decisiones
en su vida, debía aceptar ciertas cosas, apartar unas cuantas y vivir la
vida…pensó en el estribillo de una canción que le gustaba mucho.
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Capítulo 6:
Amanda había resuelto todos sus pendientes y decidió pasar la tarde con
Karina. Quería de ahora en adelante disfrutar de más tiempo de calidad con
ella, hacer cosas que aunque parecieran cursis y estúpidas, las llegara a
unir más. De alguna u otra manera sabía que había cosas que no estaban
funcionando en la relación, por otra parte, sabía que había otras tantas que
no eran correctas, había días que simplemente quería hacer lo correcto y lo
que deseaba. No estaba segura de muchas cosas, pero quería poner un
poco más en la relación con Karina y entonces…estar segura, segura que
estaba completamente equivocada; equivocada por pensar que Karina era
la adecuada o por pensar que no lo era.
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Amanda dudó mucho de los compromisos de Karina, era su costumbre, pero
no reclamó, ni le comunicó su malestar; simplemente permaneció en silencio
y respondió. – Si, como quieras.
- Hey Amanda, pero que gusto tan exquisito encontrarte por aquí. –
le dijo besando su mejilla y ofreciéndole un abrazo.
- Sabes que el gusto siempre es mío, nena. – respondiendo el beso y
el abrazo.
- ¿Cómo estás?, aunque por tan solo verte, te ves más que increíble.
- Gracias, lo mismo digo de ti. Te ves espectacular.
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- Si, ahora más que por fin logré hacérmelas. – y tocó sus senos sin
ninguna vergüenza.
- Si, imagino que debes estar más feliz que un perro con dos colas.
- Sí, es que estoy tan feliz que no quepo, bueno ellas ya tampoco me
caben mucho dentro de la camisa, pero estoy feliz. – terminó riéndose.
- ¿Quieres verlas y ver la perfección antes tus ojos?
- ¿Todo bien?
- Sí, todo estupendo. – respondió tranquilamente.
- ¿Segura?
- Por supuesto linda.
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- ¿Quieres tomar un café conmigo?, aunque me gustaría más unas
copas, pero eres capaz de violarme consentidamente.
- Entonces no es violación. – rio Amanda.
- Ammm bueno, pero mentiría solo para despistar a la gente, ya
sabes una mujer tan decentita como yo.
- Sobre todo. – le dijo con una mueca de desaprobación.
- Maldita desgraciada, si lo dices así, la gente lo dudará.
- No es que lo duden, es que es verdad.
- Ya lárgate, en menos de 10 minutos me has bajado la autoestima
como si hubieses estado aquí 2 horas; tienes una capacidad tan
grande de hacerme sentir mal.
- Te prometo que nos tomaremos esas copas pronto, ahora ando con
un poco de prisa, pero separaré un día para ti.
- Ohhhh, que linda, ya hasta me olvidé que me ofendiste.
- Es un trato. – le sonrió.
- Perfecto. Karina debe estar en casa, así que supongo que ahí la
encuentres, porque aquí ni señas de ella.
- Sí, no te preocupes, si le hablas no le digas, quiero darle una gran
sorpresa.
- Como quiera su alteza.
- Gracias. – la besó en la mejilla y comenzó a caminar fuera.
- Oye, ¿te hiciste el trasero? – le gritó desde lejos
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día, pero simplemente no quería llamarla, ni verla antes que llegara la noche;
aunque la necesidad la estaba matando duramente.
Amanda respiró profundo, cerró sus ojos y terminó de subir las escaleras
hasta llegar a la habitación de Karina. Se detuvo en la puerta y la miró
sentada en el borde de la ventana fumando un cigarro. Era una estampa
bastante habitual para ella, verla ahí fumando; claro que la conocía bien.
Permaneció unos minutos observándola; el ser negativo, vengativo y
maligno que lleva dentro le hizo sentir la necesidad de arrojarla por la
ventana y cuando quedara con los dedos juntos suplicando por la vida en el
borde de la ventana, picarle uno a uno sus dedos con un objeto punzante
hasta que no se pudiese sostener…pero era solo ese ser que ella apartaba
y no dejaba que desarrollara y la poseyera.
- Hola.
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Karina casi se tragó el cigarro al escuchar a Amanda y la miró con una
expresión que más podría ser de terror que de sorpresa. – Pero… ¿qué
demonios haces aquí? – gritó poniéndose de pie.
Karina comenzó a caminar hacia Amanda y con voz suave le dijo. – Eso no
significa nada, lo juro.
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- Ohhhhh, si me amaras no estaríamos en esta situación, así que no
me digas que me amas, cuando no es cierto.
- Es cierto, te amo y nadie más significa nada como lo que significas
tú para mí. Quiero pasar mi vida junto a ti.
- ¿Ese es tu plan?
- Sí, es lo que quiero; lo único que quiero y necesito eres tú. –
completó con desesperación.
- Pues acabas de arruinar tu plan de vida, porque conmigo ya nada.
- Tú eres mía. – Karina la tomó fuerte por ambos brazos.
- ¿Tuya?, no Karina, yo no te pertenezco, no soy un objeto que
compraste, una persona no te pertenece; solo te pertenece su amor,
su respeto, su confianza …si es que te las has sabido ganar y ahora
por favor suéltame que me estás lastimando. – trató de soltarse del
agarre, pero no pudo.
Karina acarició su mejilla y miró con enojo a Amanda, le dijo con el rostro
enfurecido. – Eres una zorra patética.
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A veces tener la sospecha es un preludio para no sufrir tanto o para no sentir
tanto dolor, pero ese hecho no la hacía sentir en absolutamente nada mejor.
Lo presientes, lo sospechas, lo sientes, lo imaginas, lo intuyes, pero cuando
te topas con la realidad nada te prepara para no sentir que el corazón se
hace añicos frente a tus ojos. Karina sin lugar a duda no era esa mujer, no
era ese amor que deseaba, pero no dejaba de doler. Las lágrimas
simplemente recorrieron su rostro y morían en su boca; que solo daba paso
a una gran desilusión y aun enorme vacío…aunque sin duda ese vacío
siempre había estado ahí.
Respiró profundo, limpió sus lágrimas y vistió su rostro con una sonrisa que
aparentaba que todo estaba en orden. No podía permitirse expresar su
sufrimiento, no ahora…quizás mañana, pero no hoy. Hoy tenía cosas más
importantes que atender y aunque el dolor la consumiera por dentro, debería
conservar la más hermosa de las sonrisas para Cristina en su día…solo hoy,
solo en este momento, solo para ella; después…después se permitiría
sacarse la máscara en la oscuridad y simplemente…sufrir.
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Capítulo 7:
En la noche Jason pasó por Cristina para ir al Club, aunque ella no lo sabía
todos sus amigos más cercanos estaban esperándola para celebrar su
cumpleaños.
Cristina miró a Jason y debió aceptar que esta noche se veía guapísimo, en
realidad era un chico atractivo, en particular no le gustaba mucho eso de los
músculos grandes, pero él estaba muy bien dotado. Era blanco, sus ojos
negros y su cabello era negro un poco largo, pero no descuidado y adornado
con algunas canas que lo hacían ver interesante. Era todo un papacito como
lo describía Kathy. Cristina se sentía cómoda con él y más que eso cuando
pasaba tiempo con él se sentía protegida. Decidió disfrutar la compañía y el
viaje, pero el pensamiento de que no había logrado ver a Amanda durante
todo el día cruzó por su mente, se entristeció al pensar que quizás su amiga
prefirió pasar la noche con Karina, claro estaba en su derecho, era su novia,
pero…
- Estás distraída.
- ¿Ahhh? – respondió sorprendida.
- Que estás algo distraída esta noche. – repitió Jason.
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- No, solo pensaba algunas cosas del trabajo.
- Hoy no es día para pensar en el trabajo, ¿sí? Ya saliste del trabajo,
es tu noche, es el tiempo de pasar un buen rato. Prometo que haré
todo lo posible por que tengas una linda velada.
- Estoy segura de eso, sé que lo harás y sé que la pasaré genial
junto a ti. – dijo completamente convencida.
Y reinó el silencio hasta que llegaron al Club, caminaron dentro, Jason tomó
su mano para que no se separaran mientras caminaban entre algunas
personas que estaban en su trayecto, la llevó por un pasillo lejos del tumulto
y mientras más se acercaba al lugar escuchaba música más a acorde con
sus gustos. El lugar estaba a media luz, así que Jason no le soltó la mano
en todo el camino, era un lugar amplio, donde había un ambiente un poco
más tranquilo del que se vivía fuera, en el centro había un espacio
gigantesco donde parecía ser pista de baile y alrededor de ese lugar se
dividían espacios con mesas separadas donde las personas compartían
cómodamente. Cristina observaba todo a su alrededor y solo se dejaba
llevar por Jason, que prácticamente la llevaba arrastrada, cuando miró hacia
frente se dio cuenta que entraba a la terraza del lugar y alcanzaba a ver
algunas caras conocidas y el “Sorpresa!!!!!!” no se hizo esperar. Cristina se
detuvo en estado de shock catatónico observando a su alrededor un puñado
de caras conocidas, la primera que alcanzó a ver fue la de Kathy que
adornaba su rostro con una gran sonrisa. – Pensé que jamás llegarían, ¿qué
anduvieron haciendo antes? – dijo mirando a Jason mientras abrazaba a
Cristina. – Nena bella, ¿creías que un día como hoy podía pasar
desapercibido y que no hiciésemos algún escándalo?, no preciosa, un día
como hoy es demasiado especial y hay que celebrarlo.
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personas componían el grupo, pero lo que era seguro era que eran las 10
personas más cercanas a ellas en estos momentos. Cristina continuó
abrazando y saludando a sus amigos, pero ni un minuto dejó de buscar con
la vista a Amanda, pero jamás su vista alcanzó a verla, sintió algo feo dentro
de ella al no verla, ¿era posible que no estuviese tampoco ahí con ella?
Unos segundos después comenzó a escuchar una música desde la pista
muy conocida para ella, era una de sus canciones preferidas y con el paso
del tiempo se había convertido en la de Amanda también, y tal vez la de
Kathy también, aunque dijera que era un éxito de la prehistoria en donde
habían nacido Cristina y Amanda. Cristina volteó la mirada y encontró a
Amanda en el centro de la pista, solo ella; no sabía cómo había hecho que
todo el mundo se saliera de la pista, pero solo ella se encontraba ahí.
Cristina sonrió de esa especie de locura inesperada y comenzó a caminar
hacia ella, entonces Amanda tomó su celular, lo utilizó como micro y
comenzó a doblar la canción.
“Listen, baby
Ain't no mountain high
Ain't no vally low
Ain't no river wide enough, baby”
Cristina llegó donde Amanda y comenzó a doblar la próxima parte con una
gran sonrisa y sin apartar la vista de Amanda.
Para ese entonces Kathy las acompañaba y entre las tres comenzaron a
cantar y bailar sincronizadamente como si lo hubiesen ensayado un millón
de veces.
“Cause baby,
There ain't no mountain high enough
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Ain't no valley low enough
Ain't no river wide enough
To keep me from getting to you
Remember the day
I set you free
I told you
You could always count on me
From that day on I made a vow
I'll be there when you want me
Some way,some how
'Cause baby,
There ain't no mountain high enough
Ain't no valley low enough
Ain't no river wide enough
To keep me from getting to you
No wind, no rain
My love is alive
Way down in my heart
Although we are miles apart
If you ever need a helping hand
I'll be there on the double
As fast as I can
Don't you know that
There ain't no mountain high enough
Ain't no valley low enough
Ain't no river wide enough
To keep me from getting to you
Don't you know that
There ain't no mountain high enough
Ain't no valley low enough
Ain't no river wide enough”
Ain't no mountain high enough
(Tammi Terrell, Marvin Gaye)
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Al terminar la canción, sus amigos y varias otras personas le habían dado la
vuelta, cantaban y bailaban al compás de la música y al momento de salir
de la pista las aplaudieron como si fuesen estrellas. Kathy aprovechó para
hacer reverencias y decir. - Gracias, gracias, son muy amables, si nos dan
una donación bastante remunerada podemos hacer el ridículo nuevamente.
Cristina la miró a los ojos y así mantuvo la mirada, parecieron unas dos
horas mantener su mirada en los ojos de Amanda, ella misma interrumpió el
contacto y le dijo. – Gracias por mi regalo, me encantó el detalle, todo me
fascinó, pero algo que me enloqueció fue la tarjeta, es hermosa y todo lo
que dice es…
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- La verdad…solo es la verdad. Eres increíble Cris, una mujer
maravillosa, una profesional completa, una amiga perfecta, significas
tanto para mí que a veces simplemente no alcanzo a poder
demostrarte. Y mi único deseo es que este y todos los días siguientes
sean unos llenos de todas la bendiciones que te mereces.
- Ya te tengo a ti. – interrumpió sin evitar decirlo.
Jason llegó junto a las chicas y dijo - ¿Le puedo robar a la hermosa niña
unos minutos?
Cristina sonrió tímidamente, miró a sus amigas y se apartó con Jason. Kathy
miró a su amiga a lo lejos y les dijo a Érica y a Amanda. – ¿No creen que
hacen linda pareja?, se ven tan lindos juntos, que ya hasta se me antojó de
casarlos…- suspiró.
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- Si, hacen una linda pareja, ya deseo que Cris encuentre alguien que
la ame como solo merece ella. – dijo Amanda caminando lejos de sus
amigas.
Era cierto, Amanda deseaba con todas las fuerzas de su corazón que
Cristina encontrara el amor de su vida y que la hicieran la mujer más feliz
del universo, al menos una de ellas merecía ser feliz…eso le bastaría como
felicidad para su propia vida.
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Capítulo 8:
Kathy logró alcanzar a Amanda y se sentó junto a ella. – Hey linda.
- Mandi, quizás estoy siendo muy dura o quizás me puedes decir que
no es de mi maldita incumbencia, pero te conozco. No de ahora, sino
de toda una vida y se cuáles son tus anhelos, cuáles son tus sueños,
sé que eres una estúpida romántica cursi de mierda que quiere vivir
enamorada el resto de su vida, que aún cree en cupidos, pajaritos
preñados y mariposas en el estómago. Sabes, a veces hasta me caes
mal y me da una sensación tan extraña de ahorcarte… - acercó sus
manos al cuello de Amanda. – porque me parece que pierdes el tiempo
con una persona que sabes no es la indicada.
- Dicen que a veces conoces la inadecuada para reconocer la
adecuada a su tiempo…
- ¿Y si no llega? Y si la pierdes de vista por andar tras un espejismo
al que te aferras como si te fuese a dar la única gota de agua que te
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mantendrá viva, mira a tu alrededor hay ríos, pozos, mares que
pueden saciar tu sed, esa sed que se llama amor. Y si al fin y acabo
no encuentras esa fuente que te revitalice, espera, pero no te
detengas, continua tu paso, porque en la esquina o la encuentras tu o
ella se tropieza.
- Perdóname Amanda, pero Karina puede ser una modelo así toda
bella ella, pero lo que tiene en belleza física le falta de belleza y
entereza espiritual y de humanidad. Hay cosas que no mezclan
Amanda, carajo tu eres una mujer brillante y en esto eres una
burra…lo claro y lo obscuro, la felicidad y la infelicidad, la fortuna y la
desgracia, el ruido y el silencio, el cielo y el infierno, el agua y el fuego,
el mar y el cielo, el positivo y el negativo, el perro y el gato, la gallina y
el coyote, el agua y el aceite y…Amanda y Karina, no están hecha una
para la otra…
- Estoy segura de ello.
Amanda sentía que pronto estallaría, que le faltaba el aire, que por algún
lugar se desangraría y dejaría ver la herida, pero ¿era necesario esconder
lo que Kathy veía profundamente?
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profunda; para todos ellos, sin embargo, para mí no ha sido hecho. He
crecido en la vida, he adquirido títulos, he logrado metas, he cumplido
promesas y el amor con el que sueño, con el que me desvelo, con el que
suspiro, ese amor que anhelo no conoce mi dirección, no encuentra mi
camino. - dijo mientras tomaba otro trago.
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desfallecer miles de veces; sin embargo, permanezco viva de pie
esperando su encuentro. A diario llevo esta máscara para disimular el
dolor que me causa todo esto y dibujo la más hermosa sonrisa para
que ninguna persona mire con atención dentro de mí ser.
- Pero no te resulta. – le dijo Kathy visiblemente emocionada.
- Es que no quiero que nadie me pregunte, que nadie indague, que
nadie se asome en mi interior y descubra mis lágrimas ocultas; la
tristeza que me invade, la agonía que me aniquila; esta necesidad que
me está enloqueciendo. – dijo suavemente.
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a andar en malos pasos y te convertirás en una delincuente juvenil; te
meterán a la cárcel y yo no iré a sacarte, te dejaré castigada para que
aprendas la lección.
Amanda giró su cabeza para mirar a Kathy con cara de asesina en serie,
justo en ese momento escuchó la voz de Cristina que les dijo. - ¿A quién
están criticando? - Y acto seguido se sentó en sus piernas de medio lado,
Amanda alcanzó a tomar con una mano la cintura de Cristina y la otra la
posó en sus rodillas. Cristina instintivamente rodeó con sus brazos el cuello
de Amanda, posó su cabeza en su hombro y su rostro quedó en posición de
mirar a Kathy que aún estaba sentada detrás de Amanda.
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Amanda dejó salir un gemido, miró a Cristina y le dijo con cara de espanto.
– Andas pesada, estás comiendo mucho, casi me aplastas.
Amanda soltó un poco la mano que tenía en la cintura de Cristina y esto casi
la hizo caer, rápidamente la trajo a su posición anterior; lo que hizo que
Cristina se aferrara más al cuello de Amanda.
Cristina la miró de vuelta con una ceja alzada, miró a los ojos a Amanda y
así permaneció algún tiempo, demasiado tiempo…una eternidad. Amanda
mantuvo la mirada, se podía ver reflejada en los ojos de Cristina, podía
incluso sentir su respiración muy cerca de ella. No podía solo apartar la vista
como en cualquier otra ocasión, se perdió en el momento, en toda la
situación, en los ojos de Cristina. Ninguna de las dos apartó la mirada en
mucho tiempo, ¿por qué?, no lo sabían o no querían saberlo. Amanda movió
un poco la mano que permanecía en la cintura de Cristina y por primera vez
sintió que su mano estaba en la piel de Cristina bajo su camisa. Al sentir el
contacto se sintió nerviosa y se sorprendió grandemente de sentirse de tal
manera, no había razón para sentirse así, ¿o sí?
- Bueno niñas foto a las tres hermosuras. – gritó Érica parada frente
a ellas.
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en la posición que antes tenía y no se movió ni un centímetro. Las tres
amigas sonrieron y quedó plasmado con una gran sonrisa ese momento
justo, pero más que eso quedó un sentimiento inentendible, pero
completamente placentero.
- Genial, sin duda han hecho mi día uno muy especial, desde la
mañana hasta este momento, justo este momento. – dijo mirando a
Amanda.
- Eso me hace muy feliz, pero aún no te he dado mi regalo.
- ¿No?, mis flores fueron hermosas y mi tarjeta más espectacular, mi
fiesta aquí, todo el día que me has regalado, tu presencia en este día
para mi es el mejor regalo.
Amanda sonrió con sus palabras porque entendía muy bien lo que decía
Cristina. – Vamos Cris tu mereces un regalo de verdad. – le comentó
mientras sacaba un sobre que tenía en el bolsillo de atrás de sus pantalones;
esta vez sin duda debió mover su cuerpo. Una vez en su mano el sobre, se
lo ofreció a Cristina. – Espero que puedas disfrutarlo.
Cristina entrecerró sus ojos, tomó el sobre, lo abrió y vio dos boletos de
entrada a un concierto de su artista favorita y una estancia en unas cabañas
para el día del concierto y el día después. Cristina miró los boletos en su
mano y aun así no lo podía creer, había hecho todo lo posible por encontrar
boletos para el concierto y jamás lo logró. Miró a Amanda emocionada y le
preguntó - ¿Cómo demonios lograste hacer esto?
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- ¿Qué si me gusta? Mandi, es increíble, sabes todo lo que me
decepcioné por no poder conseguir los boletos, era mi sueño ir, lo
sabes y mira…Dios, eres increíble, como es que…es que…rayos!!!.-
abrazó a Amanda y le susurró al oído. – Gracias. No sé cómo lo
haces, pero siempre lo haces.
- ¿El qué?
- Hacerme sentir así.
- ¿Cómo? – preguntó Amanda aun teniéndola abrazada y bastante
intrigada.
- De una manera que…
- Buenas noches a las hermosas damiselas. – interrumpió Karina
parada frente a las amigas.
Kathy que estaba de espalda, pero al lado de sus amigas se ahogó con la
cerveza al escuchar esa voz– Ya llegó Luci Fer, ya se jodió esto y nos llevará
directo al infierno y sin escala – murmuró.
Cristina se separó del abrazo con Amanda y se puso de pie como si tuviese
un resorte en su cuerpo.
Cristina la miró con gran curiosidad y se apartó hasta que llegó donde estaba
Jason, se sentó junto a él, pero atenta donde se encontraban Amanda y
Karina. No entendía absolutamente nada de la situación, incluso no había
entendido algunas otras cosas que habían pasado antes, pero había
resuelto simplemente no entender y comenzar a sentir…y por
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primera vez en su vida hacer lo que era correcto, apartó su mirada de
Amanda y entonces miró a Jason quien la miraba de vuelta con su eterna y
hermosa sonrisa…
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Capítulo 9:
Amanda estaba muy incómoda con la presencia de Karina y le dieron unas
ganas locas de gritarle que se fuese y que no entendía que hacia ahí, pero
su mamá le había enseñado en estas situaciones se debe ser toda una
dama diplomática. Así que respiró y cerró sus ojos unos segundos con el
deseo genuino que al abrirlos Karina hubiese desaparecido; pero no, ahí
aún estaba…
Amanda se puso de pie y se detuvo frente a Karina y la miró a los ojos con
gran seriedad. – Querida mía, aun no sabes que si no responden tus
llamadas y tus mensajes es porque no te quieren hablar, no te quieren leer,
no te quieren ver y no quieren saber nada de ti. Es muy sencillo de entender,
no hay que ser genio para saberlo ¿o me equivoco?
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- A veces una solo actúa obligada por acciones de otras personas.
- ¿Qué idiotez acabas de decir? O sea que según tú el que te acuestes
con tu amiga es mi culpa. – sostuvo mientras se volteaba a mirar a
Karina que ya la estaba observando desde que había llegado.
- De alguna manera si lo pienso. – declaró con seguridad y con un
aire de grandeza.
- No me jodas Karina, yo no te dije vete acuéstate con la golfa esa, ni
te puse un puñal en el pecho para que lo hicieses, si lo hiciste es
porque querías, solo porque eres una caliente de mierda que solo
piensa en sexo y no le importa los sentimientos de nadie sino su propia
satisfacción. Ahora me dices que es mi maldita culpa, mi amor que tú
seas una… - mantuvo silencio y prosiguió – infiel no es mi culpa.
- ¿Hace cuánto que no tenemos sexo? – preguntó Karina intrigada.
- ¿Esa es tu pregunta?, ¿es acaso importante ahora?
- Por supuesto.
- Ahhh claro el hecho que no hayamos tenido intimidad hace semanas
te da el derecho de estar con otras mujeres porque yo soy la que no
te mantiene. – le sonrió cínicamente.
- ¿Y no es así? – alzó una de sus cejas y cruzó sus brazos en su
pecho.
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¿Acaso crees que soy ciega o idiota? – le mencionó con un gran
sentimiento que no podía contener, pero que no se permitiría expresar,
no ahora, no ahí, no frente a ella…
Karina la atrajo hacia ella intentando besarla como en la tarde, pero Amanda
se apartó rápidamente. – Pretendes llevarme a la cama a mí también.
- Tú perteneces a mi cama.
Amanda la miró con gran tristeza, juntó los dientes simplemente para así
quizás mantener su alma dentro, junto con las lágrimas. Le sonrió con una
sonrisa que solo era el reflejo de todo su sentimiento y le dijo con voz suave
y tranquila. –¿Sabes a donde realmente he querido pertenecer?... a tu
corazón. - bajó la mirada por unos minutos, luego miró nuevamente a Karina
y comenzó a caminar apartándose de ella, sin ninguna otra palabra entre
ellas.
Amanda se había apartado lo suficiente como para estar sola por unos
minutos, había pasado por un trago y se sentó en una de las mesas,
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comenzó a tomar y escuchó tras de ella. – El alcohol no hace que
desaparezca.
- Habrá más días, ¿sí?, ya es hora que estas tres señoritas decentes
estén en casa, así que no quieras llevarme la contraria una vez más.
- Como usted diga señorita. – rio Amanda.
Kathy las alcanzó junto con Jason, tomaron algunas pertenencias de las
mesas y salieron del club.
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Jason se acercó y la besó en la mejilla muy cerca de la comisura de sus
labios. Cristina se paralizó, lo miró con el rostro rojo por la pena y no alcanzó
a decir nada porque no sabía que decir en ese momento. Simplemente le
sonrió y caminó hasta el auto donde encontró a Kathy y Amanda en una
acción normal entre ellas; en medio de una discusión.
Cristina alzó sus ojos al cielo y le dijo. - ¿Acaso te dije que hablaras?
- No, ¿pero acaso creerías que podía aguantarlo más?, estoy que
reviento y por alguna parte explotaría. Así que no te hagas la tonta,
¿sí? ¿Te gusta? – preguntó intrigada Kathy.
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Amanda miraba fuera por la ventanilla, cambió su mirada y la posó en
Cristina, quien sintió su mirada y luego respondió. – Es lindo.
Cristina suspiró, sabía que era cierto lo que decía Kathy, pero tenía miedo,
por primera vez en la vida tenía miedo de sus sentimientos, tenía el miedo
que la paraliza y no sabía que hacer o cómo actuar, pero sin duda debía
hacer lo que su corazón sentía, lo que deseaba con ansias locas.
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alcohol la estaba haciendo delirar y de una manera que no se podía permitir.
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Capítulo 10:
Amanda se había dado el tiempo para lidiar con su dolor, con su sufrimiento,
se había dado el espacio de llorar, se permitió tener todos los sentimientos;
rabia, enojo, desilusión, culpa, tristeza, dolor, miedo… Estaba enojada con
Karina, pero más que eso estaba enojada con ella misma porque quizás
sabía que su relación con Karina no iría a ninguna parte desde el primer día
y como una tonta ilusa simplemente ahí permaneció esperando no sabe qué
cosas.
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poder compartir con ella, aunque fuesen unos días, pero reconocía que
necesitaba esos días con su mamá y que le harían…
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- Solo lo dices para burlarte de mí desgraciada…debo estudiar. –
bajó su mirada con tristeza a las notas en sus manos.
- Entonces no te quejes. – le dijo Cristina.
- No me quejo, solo quiero hacer drama. Ya niñas vayan y pasen un
gran rato, no hagan lo que yo si haría. Yo me quedo aquí esclavizada,
sola, triste y acongojada en estas cuatro paredes que se consumirán
la poca vida que me queda y quizás hasta venga el chupacabras y me
chupe esta noche.
- El chupacabras no hará eso. – dijo confundida Cristina.
- ¿Ah no? ¿por qué? – preguntó Kathy.
- Por qué él chupa…cabras.
- Pero esta noche cambiará el menú y estaré en él y todo por su culpa.
Ya lárguense par de locas, disfruten que falta que les hace, tengan
una noche de copas y de sexo salvaje – se detuvo con una sonrisa
traviesa – con alguien más o entre ustedes, pero por favor no me
cuenten nada.
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Amanda abrió sus ojos muy grandes y retiró su bebida antes que muriera
ahogada, no le quedó más remedio que reír con tal comentario. – Gracias a
Dios que Kathy es mi amiga, porque si fuese mi enemiga ya me hubiese
destruido totalmente; ¿cómo se le ocurre?, no me acosté con nadie, aunque
si lo hubiese necesitado para conseguir los boletos lo hubiese hecho y
hubiese fingido.
- Que si, en efecto es lindo, es un chico guapo, pero eso lo digo yo que
no me gustan los hombres. Yo pregunté que, si te gusta el chico, la
pregunta es si te hace sentir que no puedes vivir sin él, si te gusta su
compañía, si esperas con ansias el próximo día para verlo y hablarle,
si deseas acariciar su mano y mantenerla entrelazada mientras
caminan, si te pones nerviosa cuando te dice algo bonito y
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romántico, si sientes que tu corazón late más rápido con tan solo
escuchar su voz, si sientes que puedes pasar una vida con él y no
aburrirte ni un solo día de estar a su lado, simplemente él puede ser
la persona que le entregues tu corazón y tu vida entera.
- Lo es.
- ¿Y si lo sientes por alguien quiere decir que estás enamorada? – le
preguntó intrigada.
- Con toda seguridad, definitivamente. ¿Lo sientes o lo has sentido?
- No…por el… - la miró con tristeza. – Quiero decir que no aún.
- Bueno tampoco es rápidamente, todo es un proceso. Es aprender a
conocer a esa persona, estar juntos, compartir vivencias, momentos,
detalles, eso se da día con día a través de un periodo de tiempo, hasta
que te das cuentas que no puedes ocultarlo y sientes que por alguna
parte expresarás lo que sientes.
- Cierto…- respondió Cristina segura de lo que decía Amanda.
- Entonces, conoces el sentimiento.
- Ese quizás cambia cuando te das cuentas que estás perdida por esa
persona. El amor puede llegar cuando menos lo esperas y de quien
menos lo esperas; aunque te cierres completamente a las
posibilidades de amar o ser amada. Podrías muy bien colocar un cartel
en tu corazón que diga cerrado por reparación, podrías caminar en
dirección contraria, podrías negarte lo innegable de tus sentimientos,
podrías tomar la cobarde decisión de escapar y caminar lejos; aun así,
ese amor que ha llegado a tu vida te sostendrá con ambas manos y
no te dejará escapar…será paciente y
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esperará por ti o irá tras tus pasos, te atrapará y no te dejará nunca
más. Es absurdo gastar tiempo y energías corriendo del amor, vivirás
tu vida en total amargura y huyendo como un criminal, caminando en
el modo fugitivo intentando no enamorarte, para quizás no perder y
sufrir. Pero es que el amor es un misterio, una aventura, siempre
desconocido, nunca sabremos que nos espera si no nos arriesgamos
a amar, puedes huir de él, pero sentirás el más grande de los vacíos
en tu interior, con la extraña sensación de que te falta algo; que no
sabes que es, pero sin duda lo sientes, lo extrañas, lo necesitas, lo
deseas, lo ansias…aunque no le conozcas.
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Amanda se inmovilizó por unos segundos, no entendía la verdadera razón
de todas esas palabras, pero ahí estaba, sentada frente a su amiga, con su
corazón latiendo mucho más rápido de lo habitual, perdida en la belleza de
su rostro y en la profundidad de su mirada…ya sabía que eso no era
correcto, que no podía sentirse así, que no podía permitir…
Amanda se rio divertida porque de lujo no era una palabra que Cristina usara
asiduamente, no entendía que pasaba, pero ella misma intentó
tranquilizarse, disfrutar del momento y del resto de la noche.
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puede escapar del amor”, acaso, ¿le hablaba a ella?, había algo que no
estaba bien y lo sabía. Cerró los ojos como si con ellos pudiese limpiar su
mente, miró por un momento a Amanda que conducía en silencio y cada vez
que quería apartar su mirada no lo lograba y como poseída miró las piernas
de Amanda que se lograban ver porque el vestido que llevaba era más corto
cuando se sentaba. Siguió la línea de sus piernas, su rodilla, sus muslos
hasta donde se alzaba el vestido muy arriba, demasiado arriba en sus
muslos, suspiró en silencio y se obligó a apartar la mirada; aunque ya era
muy tarde, era muy tarde para apartar la mirada, para apartar pensamientos,
para apartar sentimientos, era muy tarde para negarse lo que estaba
pasando…era muy tarde para decir, no pasa nada…
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Capítulo 11:
Luego de algunas horas Cristina estaba peor de lo que había estado antes,
sentada desde su mesa en el club observaba a lo lejos a Amanda hablando
con una chica y se veía tan hermosa con ese vestido que no pudo apartar
ni un minuto la mirada de ella. Esa noche había llegado a la conclusión de
que fue una pésima idea para ella salir con Amanda, no podía quitarle la
vista de encima y para colmo no había tomado alcohol porque Amanda lo
estaba haciendo y debía ser la conductora designada.
- Bien segura, alguna de las dos debe ser responsable esta noche.
- Cierto, y esa eres tú. Creo que he tomado demasiado. – dijo con
una sonrisita graciosa.
Cristina la miró entrecerrando sus ojos un poco y le dijo. – Sí, creo que has
tomado suficiente, lo tuyo, lo mío y lo de todo el mundo.
- Te ves…
- ¿Cómo? – preguntó Cristina espantada.
- Diferente.
- ¿Diferente cómo? Soy la misma.
- Te ves…ammm…como diría yo…más linda de lo normal.
Cristina sintió mucho calor en su rostro y para ese entonces debió estar rojo
de sonrojo, pensó que Amanda no debía estar diciéndole esos comentarios,
no esta noche, no ahora.
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Amanda miró a la chica y le sonrió. –Lo siento, pero solo bailo con mi novia.
– se puso de pie y le extendió la mano a Cristina para que fuese a bailar con
ella.
Cristina quedó petrificada y no sabía qué hacer, pero como la chica aún
estaba parada frente a ella, decidió seguirle el juego a Amanda, aunque
sabía que era un juego muy peligroso. Ladeó la cabeza de un lado a otro, le
sonrió irónicamente y tomó la mano de Amanda. Se dirigieron a la pista y de
camino aun tomando la mano de Amanda le dijo. – Estás completamente
loca, te mataré.
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Cuando logró captar toda la situación, fijó su mirada en Amanda que movía
su cuerpo al compás de la música frente a ella. Se movía de lado a lado tan
perfectamente, tocaba su cabello, alzaba sus manos sobre su cabeza,
movía sus caderas de una manera que a Cristina le parecía una manera
perfectamente sensual de hacerla sentir nerviosa, enferma y de joderle la
psiquis.
Mientras Amanda estuviese lejos de ella, todo estaría bien, pero como
siempre Cristina hablaba muy rápido. Amanda se acercó, tomó a Cristina
con una mano por el cuello y movió todo su cuerpo descaradamente frente
a ella.
74
Amanda se dejaba llevar por Cristina y decía por todo el camino, - Ya sé, ya
sé…estoy totalmente ebria… ¿pero que no bailo mejor así?
Cristina sonrió, pero no le soltó la mano a Amanda hasta que tomaron sus
pertenencias y estaban fuera del club, se detuvo frente al auto y se volteó a
ver a Amanda que tenía una sonrisa totalmente fuera de este mundo. -
¿Tienes las llaves bonita?
- ¿Qué llaves?
- La del auto Mandi.
- ¿Qué auto?
- Tu-au-to – le dijo Amanda separando y especificando cada palabra
y señalando el auto.
- Ahhhhhhh, si, si, si. – le respondió como tratando de recordar algo.
Acto seguido hizo una mueca con su boca. – No sé si las traje.
- De hecho, si las trajiste cariño, de alguna manera llegamos aquí.
- Es cierto. – se rio. – Pero…- comenzó a buscar en su bolso que
puso sobre el cofre del auto.
Cristina caminó más hacia el auto, abrió la puerta del pasajero, ayudó a
Amanda a subirse y le ajustó el cinturón de seguridad. Luego ella dio la
vuelta, subió y puso marcha. En todo el camino Cristina trató de prestar
atención al camino, ya era muy tarde en la madrugada o ¿muy temprano?,
así que la carretera estaba vacía, ni un alma en pena rondaba por ella; así
que tanta soledad la consumió y no la entretuvo para simplemente no
pensar. Quería no sentir todo lo que llevaba dentro de ella, quería borrar
cada rastro de cada sentimiento y de todo lo que había confirmado esa
noche. Llegaron a casa y Cristina llevó a Amanda dentro tomada por la
cintura y el brazo de Amanda sobre sus hombros.
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Amanda estaba lo suficientemente ebria como para equilibrarse y
mantenerse de pie, así que necesitaba toda la ayuda de Cristina para
caminar. – Si mi Mamá me viera en este estado…me castigaría una semana
sin postre. – rio de su propio comentario. – Mmmmmm, oye guapísima…tú
tienes unos brazos así bien fuertes…para…cargar borrachas como yo…Oye
Cris…
Cristina se dobló sobre ella para alcanzar la perilla de la ducha y girarla para
que así corriera el agua. – Niña, necesitas una ducha de agua fría.
- ¿Dijiste…fría?
- Aja, será malo al principio, pero te ayudará a no sentirte tan terrible.
- Dirás jodida.
- También.
- No me jodas Cris…ni…mi madre…me hará entrar ahí…se me
coooongelaraaaaaá…
- Si te jodo y claro tu mami no está aquí para hacerte entrar, pero yo
si estoy y entrarás porque entrarás. – dijo mientras le quitaba los
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zapatos y caminaba hasta fuera del baño. – Te espero fuera cuando
termines.
Amanda hizo cucharitas como niña chica y trató de ponerse de pie, pero no
lo logró, comenzó a reírse como loca y le gritó a Cristina. – Cris, creo que si
quieres que haga esto…tendrás que venir a… ponerme de pie, porque no
puedo…
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No podía ser posible que hubiera sucedido esto, no podía estar pasando, no
era justo para ella, la pregunta ahora era, ¿sería tan valiente para mirar su
cuerpo o tan malditamente idiota para salir corriendo de ahí? No pudo
contenerse y comenzó a bajar su mirada por su piel cubierta por el agua,
prestó gran atención a esas gotas que caían desde sus hombros y recorrían
todo su cuerpo, posó sus ojos en el pecho de Amanda. Con delicadeza y
sonrojo observó detalladamente sus senos, que prácticamente eran una
dulce y tentadora invitación a acariciarlos y tenerlos entre sus manos,
continuó su trayecto por su vientre hasta toparse con su bikini totalmente
mojado y pegado a su cuerpo. Cristina sentía electricidad por todo su
cuerpo, sentía una sensación tan extraordinaria…lo cierto es que estaba
completamente excitada con la vista.
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Cristina mantuvo la vista puesta en los ojos de Amanda que le mantenía la
mirada, pero no pudo más, no pudo aguantar la curiosidad; no pudo más
que pasar su mirada por todo el cuerpo desnudo de Amanda, esta vez se
detuvo más tiempo en cada espacio de esa piel que deseaba recorrer, que
necesitaba poseer…era más hermosa desnuda, era tan jodidamente
perfecta cada curva, cada rincón…sintió la enorme necesidad de posar sus
manos y acariciar cada espacio que alcanzaba a la vista, pero resolvió
devolver la mirada al rostro de Amanda.
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sensaciones recorrieran todo su cuerpo, besó esos labios que había
deseado desde hacía mucho tiempo, demasiado tiempo para ella.
Amanda respondió el beso con una gran necesidad, puso ambas manos en
la cintura de Cristina y la atrajo más hacia ella con delicadeza. Los labios de
Cristina eran tan suaves, delicados y su sabor era divino; despegó por un
microsegundo la unión para pasar su lengua por los labios de Cristina. Era
tan único y especial el momento, tan perfecto que no quería hacer nada para
que terminara; estaba asustada, sorprendida, pero totalmente entregada a
la necesidad de más. Pensaba que debía estar soñando y si era así,
entonces debía disfrutar su sueño completamente.
Cristina bajó sus manos del rostro de Amanda hasta su cuello y luego las
dejó correr por toda su espalda desnuda hasta quedar cómodas en sus
caderas. Quería más, mucho más de este momento porque sabía que cinco
minutos después del hecho estaría arrepentida de haber sido tan directa.
Estaba completamente extasiada, estaba confundida, pero estaba plena y
completamente llena, mordió suavemente el labio inferior de Amanda y
luego introdujo su lengua en su boca para encontrarse con la lengua de
Amanda que la recibía cálidamente. La unión la hizo gemir y perderse en la
sensación placentera que nacía en lugares específicos de su cuerpo. Ese
contacto la enloqueció totalmente, sentir la lengua de Amanda acariciando
la suya hizo estallar todo el deseo dentro de ella.
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cintura para no dejarla marchar, la besó nuevamente y le susurró. -No
más Mandi, mañana ni siquiera recordarás que esto pasó. Tenemos
un nuevo secreto, lo olvido, lo olvidas, lo olvidamos…- le mostró una
mueca que fingía ser una sonrisa y comenzó a caminar fuera de la
habitación, en la puerta se volteó nuevamente y miró la desnudez de
Amanda, ese cuerpo que sin duda le daban las ganas locas de tomarla
y amarla. Pero no podía, no debía…aunque lo deseaba tanto…al
menos llevaba con ella su sabor, su olor, su calor, un poco de su
esencia. Simplemente apartó la vista y desapareció en la oscuridad.
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Capítulo 12:
- Diablos, ¿alguien anotó la matrícula del auto que me atropelló? –
dijo Amanda mientras se sentaba en el sofá.
- Querida con esa cara que te cargas de seguro eso no fue un auto,
eso fue un Boeing 747 y no solo te atropelló una vez, sino decenas. –
reía Kathy mientras le ofrecía una taza de café recién hecho.
- Que rico. – olió el café y lo tomó. – no sé cómo haces un café tan
jodidamente rico.
- Si te lo dijera tendría que matarte. – le respondió con cara
maliciosa.
- Es increíble porque sé que te encantaría hacer eso, siempre lo
deseas ¿no?
- Mmmmm, bueno saciaría mis complejos sociópatas, incluso hasta
harían programas de mí, ¿te imaginas yo en “Las verdaderas mujeres
asesinas”?
- Kat, a veces me das miedo. – murmuró Cristina que salía de su
habitación.
- ¿Y yo por qué?
- Por tus instintos asesinos y psicopáticos; por si no lo sabes, muchos
de los asesinos en serie son personas normales, miembros
importantes de la comunidad, profesionales, con familia; personas que
jamás pensarías que pudiesen matar una mosca.
- ¿Es en serio?, wao…- preguntó Kathy divertida.
- Entonces Kathy no puede ser asesina en serie. – afirmó Amanda
desde su lugar.
- ¿Por qué? – preguntó Cristina intrigada.
- Porque dijiste persona normal y Kat no es para nada normal, ya
vino mal de fábrica.
- Idiota. – Kathy le lanzó con un cojín del sofá.
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- Pues de mi parte te puedo decir que la pasé increíble…una noche
inolvidable.
Amanda sonrió y fue donde Cristina. Se detuvo frente a ella, le miró a los
ojos y le dijo. – Gracias por anoche me divertí muchísimo como hace mucho
no lo hacía y perdóname por alguna vergüenza que te haya hecho pasar en
mi borrachera.
Cristina se sentía tan nerviosa frente a Amanda, apenas podía mirarle a los
ojos, pensaba que si la miraba le darían ganas de besarla nuevamente. Ya
se sentía lo suficientemente avergonzada por todo lo que había pasado
como para repetir nuevamente el mismo error. Respiró profundo y la miró a
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los ojos. – Gracias a ti por acompañarme, me alegra mucho que lo hayas
pasado bien junto a mí.
Quedó todo en un tenue silencio cuando Amanda salió por la puerta, hasta
que Kathy aprovechó para preguntar. - ¿Me puedes decir que maldita vaina
loca te pasa?
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Kathy la miraba muy confundida, hizo una mueca de estar comprobando
que todo estaba peor de lo que pensaba y le dijo. – Ooooooook, detente un
minuto, la única loca aquí soy yo. Así que vamos por parte, explícame las
cosas parte por parte, como si yo fuese una niña de 5 años.
Cristina la miró con ganas de ahorcarla. - ¿Crees que si hubiese sido así
estuviese de esta manera?
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ojos, era la primera vez que podía decir lo que en realidad sentía. - he
sentido tantas cosas por Mandi y siempre las aparto diciéndome que
nada pasa, que debo estar confundiéndolo todo, que debo estar
enloqueciéndome. Y por un tiempo así funcionó, me lo guardé todo,
simplemente ignoraba este sentimiento; pero desde que llegó Karina
he confirmado lo que siento, he sentido celos como jamás antes y solo
he deseado ser yo la que Mandi ame. Joder Kat dime que estoy mal,
dímelo, es lo peor esto…- le suplicó Cristina entre lágrimas.
- Estás mal Crisita.
- Bueno me dijiste dime estoy mal, yo te dije. A ver querida dime que
sientes, como te sientes, que quieres, que deseas, que necesitas,
explícame ese sentimiento que llevas dentro y entonces ese será el
momento adecuado para yo decirte si estás bien o si estas mal. Así
que solo te escucho nena.
- ¿No te ocurre que en ocasiones no sabes cómo explicar un
sentimiento?...ese sentimiento que te cautiva, te da vida, te
engrandece, te cambia el pensamiento, te sorprende y te deja sin
palabras; sin aliento, extasiada, atónita. Pero dime Kat, como
explicarte lo que ella me hace sentir, como especificar cada detalle
que me hizo estar de esta manera, como buscar las palabras para
expresar cada sentimiento que mi corazón, mi alma y mi cuerpo están
experimentando y es imposible de ocultar. – guardó silencio mirando
sus manos entrelazadas sobre sus piernas y continuó. - Es que ella se
ha convertido en mi primer pensamiento cuando abro mis ojos a la luz
de un nuevo día y al llegar la noche cuando las sombras desaparecen
lo definible…es ese dulce sueño que me hace mantener su esencia
hasta que se convierte en mi primer pensamiento en la mañana. Es la
luz que me ilumina dándome la bienvenida a un nuevo día, cada
hermosa melodía que acuna mis oídos como dulce murmullo, la brisa
que acaricia mi rostro de paso por la costa, el delicioso aroma que
mezcla la mañana, la sonrisa que me asalta sin razón, motivo o
circunstancia, el recuerdo de los momentos vividos a través del
tiempo, la lluvia que a veces refresca
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mi cuerpo con su delicadeza. Mandi de alguna u otra manera ha
conseguido adentrarse en lo más profundo de mi corazón donde nadie
jamás había habitado. – esta vez alzó su mirada de sus manos y miró
a su amiga al rostro. - Kat, qué hacer cuando ya no puedo luchar más
con mi corazón, cuando los mínimos detalles son la esencia de mi
existir, cuando los pensamientos solo se dirigen y regresan de ella,
cuando mis sueños tienen un tema real y una fantasía añorada,
cuando negar el sentimiento que nacía en mi corazón era hipocresía,
cuando mis ojos comenzaron a tener ese brillo inconfundible, cuando
el cuerpo tiembla en cada ocasión que escucho su voz, cuando
sonríes sin razón sabiendo que si hay un motivo, cuando te sientes
plena, completa, repleta de sentimiento, cuando comienzas a pensar
en dos eternidades y mucho más allá…cuando una mañana
despiertas y sientes la genuina necesidad de ella y te atreves a
preguntarte “¿Qué te está pasando?”
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- Sí, pero ella está por Karina y yo no debí aprovechar la situación de
todo esto, ¿entiendes?
- Buenos Cris, no creo que Amanda esté por Karina, ni siquiera sé si
alguna vez ha estado totalmente enamorada de ella, pero eso es
harina de otro costal, es una situación completamente distinta. Ahora
lo que realmente importa es como seguirá esto, entre tú y Mandi…
- En nada, todo fue un grandísimo error Kat. – se levantó del sofá y
comenzó a caminar nerviosa frente a Kathy. – Yo haré como que nada
pasó y todo ira como siempre, además que Mandi ni siquiera recordará
nada porque estaba muy ebria, eso es lo mejor. Así que aquí queda
todo.
- ¿Aquí queda todo?, Cris, estás enamorada de una mujer que es tu
amiga y que vive contigo, ¿crees que aquí queda todo?, no me jodas.
Casi te la violas en su habitación porque ya no te aguantas las ganas
de comértela; además que eres una maldita pervertida de mierda y
está el hecho que en ocasiones simplemente lo dejas notar, solo hay
que atar algunos cabos sueltos y ahí está la enamorada Cris tras todo.
– le dijo poniéndose de pie y tomándola por un brazo para que se
detuviera, porque la tenía mareada después de tanta vuelta. – Ya
mujer que pareces machina de feria y me tienes mareada, detente y
mírame un segundo. ¿Te gustó besarla?
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simple como parecía, pero ella estaría en medio de sus dos amigas; ya sabía
los sentimientos de Cristina, ahora tendría que hacer “recordar” a Amanda
y conocer sus sentimientos…pero ahora simplemente hacerle sentir a
Cristina con ese abrazo interminable; que todo estará bien.
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Capítulo 13:
- ¿Crees que puedas estar en la casa en la tarde para recibir a
mamá?
- Claro, sabes que cuentas con eso. – respondió Kathy del otro lado
de la línea.
- Gracias, es que se me hará imposible salir temprano por más que lo
he intentado, no puedo simplemente dejar unos problemas sin resolver
aquí y Cris trataría de llegar, pero igual debe resolver algunos
pendiente de último minuto. – dijo con voz preocupada.
- No te preocupes será feliz con ver mi hermosa cara antes que la
tuya.
- Yo quería estar ahí, pero…
- Hey bonita, no pasa nada, ya llegarás y además ella entenderá.
- Lo sé.
- Oye Mandi, ¿sabías que Crisita tendrá una cita esta noche con
Jason?
Amanda alzó una ceja, entrecerró los ojos y no dijo nada por unos
segundos.
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increíble…es nuestra amiga y ya sabes a una le gusta que sus amigas
estén bien, ya sabes eso hacemos las amigas, ya sabes nos
apoyamos, ya sabes…
- Bueno Kathy, quizás cuando tenga un tiempo con ella lo haré, ¿sí?,
¿tranquila con el asunto ya?
- Eso pregunto yo, ¿tranquila tú con el asunto?
- ¿Ahhh? – Amanda se sintió completamente confundida porque no
entendía de dónde venía o hacia donde iba la conversación.
- Perfecto bombón, cocinaré algo rico para cenar con tu mamá, ¿te
parece?
- Me parece la mejor idea que has tenido en los últimos…bueno tu
mejor idea.
- Gracias, pero yo soy una eminencia, hasta rechacé a la NASA; ya
sabes con lo humilde que soy.
- Ohhhhh si, si claro.
- Ya chao, te veo en la noche y pregúntale eso a Cris, no te olvides.
- Si, si, hasta nunca… - Amanda cortó la llamada y se quedó mirando
el celular como si pudiese darle las respuestas que necesitaba.
Ahora tenía una especie de curiosidad que crecía dentro, era evidente que
Kathy solo le había sembrado la semilla, ahora ella tenía ganas de
preguntar, pero…no que va, ¿para qué? Tomó sus pertenencias y caminó
hasta el otro lado del edificio justo a la oficina de Cristina.
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Amanda dobló su cuerpo para poder llegar a la altura del rostro de Cristina.
- Pareces niña traviesa haciendo un rompecabezas gigantesco.
Cristina le sonrió. – Lo sé, pero sabes que se me hace más fácil todo de
esta manera.
Cristina respiró al verla salir por la puerta; aun así, de espalda podía tener
una excelente vista de su cuerpo, la miró desaparecer completamente y dijo
suavemente - Si supieras amor, que lo único que busco es olvidarte - y
continuó sumergida en el mar de papeles con su corazón sumergido en ella.
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así la había llamado, “una cita”, bueno tenía derecho a tener una cita, y salir,
y divertirse, y hacer otras cosas… llevó su mano y la puso en su frente, cerró
sus ojos y respiró profundo; bueno Amanda, ¿qué carajos te está pasando?,
andaba tan distraída que tropezó en el estacionamiento con Karina que
llegaba a verla.
Amanda la miró al rostro y le sonrió; era cierto que aún estaba sentida con
Karina, pero ya no la odiaba o sentía esas ganas locas de asesinarla como
antes, además no valía la pena. – Estoy bien, gracias.
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Amanda respiró profundo y por primera vez en semanas se sintió
completamente bien. Era la primera vez luego de terminar con Karina que
pudo sostener una conversación con ella sin que discutieran o que Karina
simplemente sacara lo peor de ella fuera. Ya era hora que tuviese esa
conversación con Karina y le parecía que mientras más pronto mejor sería.
Subió a su auto, lo encendió, tomó su celular, escribió un mensaje, lo envió
y puso marcha a su auto.
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Kathy la miró con carita de tristeza. – Pero si estaba ayudando a los niños
pobres de África.
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- Jason. – completó Kathy mientras le pasaba unos platos.
- Aja. – dijo Cristina suavemente.
- ¿Y eso?
- ¿Y eso qué? – preguntó confundida.
- Eso, que vas a salir con Jason.
- Si, ¿por?
- Mmmm por nada, solo que me parece que lo utilizas para poder
sacarte de la mente la idea tan descabellada y pervertida de comerte
a tu amiga. – dijo mirando a Cristina y ofreciéndole una sonrisa tan
irónica como todo el ser de Kathy.
Cristina abrió los ojos enormemente y miró a un lado para verificar que
nadie la hubiese escuchado. - ¿Acaso estás loca?
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- Niñas vamos a cenar. – gritó Kathy desde la mesa para poder dejar
en paz física, pero no mentalmente a Cristina.
- Bueno a ver cómo andamos con el corazón mis niñas. Kat, ¿tu
stripper no funcionó?
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Todas las miradas fueron a parar en el rostro de Cristina, mientras Kathy
sonreía y le pegaba por debajo de la mesa.
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puso de pie, se despidió con un beso de Estela, miró a Amanda y le
sonrió, mientras por dentro se moría de miedo al pensar encontrarla
en su cama devuelta. En el camino a la puerta se encontró con Kathy
que se retiraba a su habitación en estado de muerte súbita, se le
acercó y le susurró. – Eres una desgraciada y si por esas casualidades
de la vida no mueres esta noche, mañana tú y yo nos arreglamos.
- Si Crisita, gracias, disfruta, linda noche; claro que iré directo a la
cama no te preocupes, también te quiero. – terminó Kathy mientras
observaba salir a Cristina con cara de pocos amigos por la puerta. Se
dirigió a su habitación, tosió un poco más para hacer que el teatro
pareciera creíble un poco más, llegó hasta su cama y se acostó. El
precio de la mentira que debía pagar era acostarse sin sueño, pero
era un precio que estaba dispuesta a pagar porque estos próximos 5
días Cristina y Amanda durmieran en la misma cama; además de que
sería decisiva la noche de hoy. Cristina era lo suficientemente cobarde
como para dormir en otra cama esta noche y no regresar a casa, o
seria lo suficientemente valiente para regresar y enfrentar su
realidad…
99
Capítulo 14:
Cristina había prometido matar a Kathy con toda la tortura china que sabía,
Kathy la escucharía muy bien, ¿cómo era posible?, ¿cómo era posible que
le hubiese hecho eso?, era inconcebible, era su amiga, lo que necesitaba
era que la ayudara, no que la sumergiera más. Dormir en la misma cama
con Amanda seria su perdición, sería la manera perfecta de cometer un error
imperdonable. No era justo, era una locura…dormir con Amanda…sería tan
increíble…
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- Es hermosa la vista. – murmuró Cristina mientras observaba el
reflejo.
- Siempre es hermosa la vista. – dijo Jason observando a Cristina al
rostro. Le tomó la mano, la acarició y la entrelazó con la de él. – Eres
tan hermosa Cristina, me atraes mucho; creo que no es un secreto.
Me gustaría que tú y yo pudiésemos ir un nivel más…
- ¿De Candy Crush? Si por favor estoy en el nivel 145 hace como
dos meses. – dijo con una sonrisa volteando su rostro a él.
- No, perfecta es lo menos que soy, solo soy una mujer; y por cierto
la mujer más defectuosa del universo.
- Eres la mujer perfecta para mí, ¿acaso no te has dado cuenta que
estoy loco por ti? No solo eres una mujer hermosa y atractiva
físicamente, sino que eres una mujer llena de unos sentimientos
genuinos y especiales. – puso su mano en su rostro y apartó unos
mechones qué caían frente a sus ojos. – Quiero ser ese hombre que
llene tu corazón y te pinte en el rostro esa hermosa sonrisa que me
encanta mirar, que sea yo a quien mires con amor y pasión el resto de
tus días, que pueda hacerte suspirar cuando llego y me extrañes
cuando ya me he ido, que sientas la necesidad de permanecer a mi
lado y hacer muchas cosas o simplemente no hacer nada, que logre
ser el dueño de tu corazón y el merecedor de tu amor…
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Cristina miró los ojos de Jason y luego los cerró mientras sentía el contacto
de sus labios en los de ella. Mientras la besaba bajó una de sus manos a su
cuello y la otra permanecía en su rostro acariciando sus mejillas. Jason rosó
los labios de Cristina con su lengua e intentó introducirla dentro de su boca,
pero Cristina se apartó rápidamente del contacto.
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traicionarme a mí, no puedo traicionar este sentimiento y la verdad de
él y no puedo utilizarte a ti para poder olvidar a alguien más; así que
no es justo para ninguno de los dos. No puedo decirte, quizás Jason,
algún día yo pueda darme la oportunidad y responderte como mereces
ese amor que me brindas hoy, pero sería egoísta de mi parte hacerte
esperar, cuando no sé cuánto tiempo me tome arrancarme este
sentimiento de mis profundidades. No es justo, lo sé, tener un hombre
como tu ofreciéndome un amor puro y sincero y yo enamorada de
alguien que quizás jamás sepa mis sentimientos o que jamás me
pueda ver de la manera que yo anhelo, pero que triste es Jason que
este corazón, que, aunque mío, no lo puedo gobernar y obligarlo a
amar a quien yo quiera. Perdóname, yo desearía con toda mi alma
poder corresponderte, pero… - calló mientras se ponía de pie. –
Quizás mañana me arrepienta de lo tonta que estoy siendo, pero hoy
no puedo traicionar mis sentimientos. Gracias por esta noche tan
increíble.
Jason era increíble y sabía muy bien que era bueno para ella, pero no era
justo que cada vez que la acariciara, la besara y compartiera tiempo con él,
estuviese solo pensando en Amanda. Tendría primero que resolver sus
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sentimientos y la confusión que la ahogaba, para luego poder apaciguar todo
lo que sentía y hacer lo correcto.
Sabía que sería una noche larga y que a duras penas podría conciliar el
sueño, pasaron unos minutos, se volteó y quedó justamente frente a
Amanda. Podía ver su rostro gracias a la poca luz de la luna que entraba
por la venta, era increíble tenerla tan cerca, tan dormida, tan tranquila, tan
indefensa, tan hermosa…tan apetecible; y estaba en su cama a unos
centímetros de poder acariciarla, besarla, sentirla. Cristina comprendía que
cada día que pasaba crecía más su amor, ya era imposible hacer algo para
evitarlo. Sintió que el frío entraba por la ventana, se levantó, se detuvo frente
a ella observando la luna por última vez y cerró la ventana.
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su mano casi rosaba su cuerpo en el viaje hasta que la cubrió completa y se
acostó nuevamente a su lado.
105
Capítulo 15:
- ¿Por qué demonios me castigas de esta manera? –le preguntó con
actitud Cristina a Kathy en su habitación.
- Vamos mi reina si dentro en lo profundo de tu negro interior sabes
que lo deseabas…anda niégamelo si puedes.
- No. – dijo Cristina suavemente sentándose en el borde de la cama.
– Me besó.
- Joder, ya sabía que una cama haría la diferencia. – dijo Kathy
sentándose en su cama.
- No, no ella…Jason. – respondió frustrada.
- Ya pues hija, se más clara, ¿no?, me confundes, ¿y lo besaste?
- Sí.
- Ayyy hija de tu madre y ¿luego? – con una cara de curiosidad y
sorpresa genuina.
- ¿Luego qué?
- ¿Qué pasó luego que lo besaste chica?
- Yo terminé el beso.
- ¿Por qué, no te gustó? – se movió hasta quedar justo al lado de
Cristina trayendo su frazada con ella y poniéndola sobre sí.
- Sí, no…es que deseaba que…
- Que fuese ella…
- Si, Kat, estoy tan jodida. – la miró como pidiendo ayuda con la
mirada.
- Si mamita, lo estás y mucho y cada día más. ¿Y qué le dijiste al
pobrecito de Jason?
- Eso me hace sentir peor Kat. – le dijo con profunda tristeza.
- Amm lo siento, dime que le dijiste entonces.
- Que simplemente no podía.
- Pero no le dijiste lo que sientes por Amanda, ¿no?
- ¿Cómo crees que le diré algo que ni yo misma se o entiendo…? ya
no sé nada amiga. – se puso de pie y se detuvo frente a la ventana.
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- Ahora, cambiando el tema al segundo problema, dormiste con ella,
¿pasó algo?
- No, ¿qué iba a pasar? – manteniendo su mirada fuera.
- Pues normal dormir, por Dios Cris, las cosas que pasan en una
cama cuando hay dos personas cargadas de tensión sexual.
- Casi me muero con la impresión de verla casi desnuda en mi cama.
– esta vez se volteó para mirar a Kathy y recostarse en la pared.
- Eres tan tonta e ingenua, debiste aprovechar que tenías tu cena
servida en cama; te movías, posabas tus manos en su cuerpo, te ibas
sobre ella y cómo estás supuestamente dormida es la excusa perfecta;
pasarías como una sonámbula lesbiana con deseos reprimidos. –
terminó con cara de haber tenido la mejor idea del mundo.
- Estás loca.
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Cristina la miró varios segundos y alcanzó a decir. – No, ¿cómo crees?, no
puede ser eso.
Cristina cerró sus ojos, la miró y con la voz quebrada dijo. – No sé qué
hacer.
Y así quedaron las amigas en un abrazo que las unía tanto en sentimiento
como en complicidad…
En cambio, Amanda había despertado muy temprano esa mañana para salir
con su mamá, lo cierto es que no había dormido lo suficiente esa noche,
dormir con Cristina le había ocupado todos los sentidos, había cerrado los
ojos aquella noche, pero no el corazón. Estaba sin duda tratando de
entender algunas cosas, algunos pensamientos, algunos sentimientos que
la asaltaban y perturbaban.
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- No creo que haya sido instantáneo para mi conocimiento, pero estoy
segura que mi corazón lo reconoció cinco minutos antes de haberme
cruzado con él y lo confirmé con el trato, con el tiempo que pasamos
juntos, cuando lo conocí totalmente, los detalles, los días, las noches,
los momentos…
- ¿Y si no es correcto?
- ¿El que, el amor? – preguntó extrañada.
- Sí. – respondió Amanda vagamente.
- Hija el amor nunca está incorrecto, pero hablo del amor verdadero,
ese que es puro y sincero, ese que te llena la vida.
- ¿Y si te enamoras de la persona incorrecta?
- Entonces no es amor, es la incorrecta, solo es pasión, deseo,
necesidad, dependencia…pero no amor.
- Pero ¿si es la persona correcta y no solo sientes deseo por ella,
sino mucho más que eso, pero no deberías enamorarte de esa
persona?
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indiquen lo contrario?, si la mujer que ha llegado a tu vida cambió las reglas
que te habías impuesto, si esta mujer le ha añadido vida a tus días, ¿huirás
de tus sentimientos?¿dejarás escapar la oportunidad de ser feliz?, ¿pasarás
de ilusión en ilusión, de cama en cama, de fantasía en fantasía tratando de
esconder que estás muriendo de amor no de esa ilusión, no en esa cama,
no por esa fantasía, sino clara y simplemente por el amor de tu vida…?
Amanda miró a su madre sorprendida por las palabras que había dicho y
que le habían llegado muy dentro, su madre la conocía más que ella misma
y siempre tenía la palabra justa en el momento necesario. Agradecía
grandemente que su madre estuviese con ella estos días, simplemente la
necesitaba más que nunca.
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Jason rio un poco, aunque se sentía tan avergonzado de causar ese
pequeño accidente.
- Vamos Jason cambia esa cara, ya voy de regreso a casa, así que
muy bien puedo lavar la camisa y listo, no hay ningún tipo de problema
por ello. Mira, te presento a mi mamá para que, aunque sea te sientas
un poquito mejor y cambies esa cara de espanto que traes. Mamá él
es Jason, Jason ella es mi mamá Estela.
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- Guapo.
- Aja.
- Umju. – solo alcanzó a decir Estela tratando de entender muchas
cosas en ese momento o al menos presintiendo algunas otras. De lo
único que estaba segura era de que su hija tenía la más grande de las
luchas dentro de todo su ser y ella no podía hacer nada hasta que
Amanda simplemente decidiera abrir su corazón.
Al posar la cabeza en la almohada fue evidente que esta noche hacía mucho
más frio del que pensaba, tomó la frazada y se cubrió con ella, pero aun así
sentía su piel enchinada; se acurrucó más quedando de frente al rostro de
Cristina, quien con los movimientos de Amanda abrió los ojos y le preguntó.
- ¿Tienes pulgas?
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Amanda lo dudó un poco, pero rápidamente se acercó a Cristina y se metió
bajo su frazada sin poner resistencia, sus rostros quedaron muy cerca, tanto
que sentían sus respiraciones.
Cristina no pudo evitar perderse en sus ojos y desear esos labios que tenía
a escasos centímetros de ella. - Estás muy fría Mandi, anda date la vuelta
que yo te caliento.
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Capítulo 16:
Algunas noches más habían transcurrido en las que Amanda y Cristina
compartieron la misma cama hasta que Estela se regresó a su casa y todo
regresaba a la normalidad. Habían hecho los arreglos pertinentes para
asistir al concierto y disfrutar ese momento especial para ambas.
Cristina la miró con cara divertida y no pudo evitar reírse del comentario -
¿Qué me haría sin ti?
114
- A eso me refiero, siempre me haces sonreír.
- Si esa soy yo, la payasa que te hace reír…mientras la otra es la
que te hace suspirar.
- No solo eso, sino que cada día estoy más loca por ella. – afirmó
con sinceridad.
- Ohhh que bien. – ripostó mientras le arrebataba el celular de las
manos a Cristina.
- Nada bien.
- Bueno lo digo por el hecho de que acabas de aceptar de que estás
loca por ella, nunca lo habías hecho, aunque yo lo sabía porque toda
tú lo gritaba. Esta es tu oportunidad de hacer cochinadas con Amanda
fuera de esta casa que es un recinto de pureza y santidad sagrada,
tengan sexo lésbico, salvaje, lujurioso, desenfrenado, morboso...
- Ya Kat, ¿y si no quiere? – murmuró.
- ¿Si no quiere qué? – alzó su vista para mirarla a los ojos.
- Estar conmigo, ya sabes en la intimidad, además no sé cómo …
- ¿Que no quiere? Ayy Crisita, esa mujer está que se babea por ti, no
te ha comido un pedazo aun por respeto a su amistad y porque
obviamente la única lesbiana en la casa era ella, ya sabes…. no creo
que se atreviera nunca a faltarte el respeto, pero de que ganas te tiene,
te tiene.
- ¿Porque lo dices? – preguntó con mucha curiosidad y un tanto
nerviosa.
- Bueno...porque… - divagó Kathy con la respuesta - eres linda y
bueno, supongo que le puedes gustar.
- ¿A quién le debe gustar? – se escuchó preguntar.
115
- Si lo es, eso es toda una exclusiva, Crisita le gusta a todo el mundo,
pero no todo el mundo le gusta a Crisita, imagínate…la cosa es que
Cris está preocupada de no gustarle a esa persona, ¿qué piensas
Mandi? – con la plena seguridad que estaba logrando lo que deseaba.
- ¿Que pienso de qué? – dijo mientras movía un equipaje de su
habitación hasta el recibidor.
- ¿De que si crees que Cris le pueda gustar a esa persona que ella le
gusta?
Cristina tenía las ansias locas de hacerle mucho daño a Kathy, hasta que
se callara la maldita boca. – Te podrías simplemente callar esa boquita con
la que comes.
- Bueno Mandi es nuestra amiga también, debe saber las cosas que
nos pasan... – se giró para hablarle directamente a Amanda y darle la
espalda a Cristina.
- Bueno, Cristina es una mujer hermosísima, así que me parece que
bien le pudiese gustar a cualquier persona en la que ella esté
interesada. – respondió la pregunta sin siquiera mirar a ninguna de
sus dos amigas.
116
Cristina se apresuró para abrir la boca y decir algo, pero no alcanzó
porque fue interrumpida prontamente.
Cristina alzó su vista al cielo, cerró sus ojos y respiró profundo; era un hecho
que no podía cambia. Un día, no hoy, quizá no mañana, tal vez no pasado
mañana, pero un día haría sufrir a Kathy. Luego de unos minutos caminó
hasta ella y la abrazó mientras le susurraba al oído. – Espero con todo el
corazón que el chupacabras, 52 vampiros, 7 duendes, 3 extraterrestres, 299
espíritus, 1,259 zombis te visiten y te acompañen en todo momento. – se
apartó del abrazo y le sonrió – Te quiero, no lo olvides, ¿sí?, te extrañaré
mucho.
Kathy abrió sus ojos e hizo una mueca con su boca. – Me parece genial que
vengan todos, haré una fiesta tan increíble, que los vecinos llamarán a la
policía. – hizo un gesto de estar pensando y completó – Además, siempre
he tenido una estúpida fantasía sexual con un extraterrestre, ahora
imagínate con tres, no pues será una experiencia religiosa.
Cristina no pudo más que reírse porque era evidente que nada le afectaba
a Kathy, sin duda ella tenía la habilidad de ser inmutable y una total molestia.
117
- ¿Tú eres así siempre tan idiota o te hiciste en el camino? No te queda
muy bien el papel de idiota o más bien de hacerte la idiota y
simplemente fingir que nada pasa. Y no me pongas esa cara de
borrego herido confundido como si no supieses de qué demonios te
hablo. ¿Crees simplemente que porque no me digas las cosas yo no
las sé? He pasado mi vida junto a ti y te conozco muy bien, así que,
aunque no me digas tu pequeño sucio secretillo yo lo se querida mía.
La puedes engañar a ella con tu carita “no me entero de nada”, pero
yo te leo Amanda Carolina y desde la introducción, pasando por el
desarrollo y terminado por la conclusión, todo te habla de ella; aunque
tú con tu portada trates simplemente de ocultarlo. ¿No me quieres
decir nada Amanda?
118
para vivir este momento una y mil veces más.” – debo decir que, si
estabas ebria, porque tienes una letra de mierda que me costó
entender.
- Nadie te dijo que leyeras. – le comentó con sentida molestia.
- Cierto, aun así, cállate, te di la oportunidad de hablar niña, no lo
hiciste, así que calladita te ves más bonita, cosita linda. “Besarte fue
la confirmación de todos mis sentimientos y de todos mis miedos, ya
es inevitable seguir luchando en contra de lo que me haces sentir
desde… tus ojos me mostraron la necesidad de tu alma esta noche y
estoy segura que necesitabas lo que yo, besarnos los labios, el alma,
el corazón, el cuerpo. Esta noche se detuvo el tiempo y con él mi
corazón, creo que estoy más que confundida, pero ahora lo único que
deseo es besarte cada día de mi vida. – uffff, wao, es increíble, o
sea…se me paran todos los vellos del cuerpo nada más de leerlo.
- Basta Kathy, ya es suficiente, solo son tonteras ¿sí? – le suplicó.
- ¿Tonteras? No mi amor ahora viene lo mejor, “Quiero besarte y así
perder la noción del tiempo y la profundidad del espacio probando el
dulce néctar de tus labios, esos labios que me invitan de manera tan
dulce y provocadora; toda una delicia tentadora que sin palabra alguna
desborde miles de sentimientos…Quiero besarte en la claridad del día
con la vista puesta en mi objetivo deseado, besarte en la oscuridad de
la noche perderme en lo desconocido, pero totalmente placentero de
los caminos aún no recorridos, besarte en cada momento donde la
necesidad se haga eco de la nostalgia de experimentar el sabor de tus
labios…Quiero besarte y robarte el aliento en cada contacto, en cada
roce, en cada espacio; sentir tu cercanía y en ella tu respiración
agitada, el deseo de lo pertenecido… Quiero besarte y en cada beso
me transmitas así tu esencia de mujer, que me llenes con tu ternura,
delicadeza y sensualidad, que desbordes tu pasión interna y tus
deseos escondidos…Quiero besarte como nunca antes nadie lo haya
hecho, con el más puro y verdadero amor que no se guía por el mero
deseo sino por la unión de dos corazones enamorados que ansían la
felicidad de la entrega, no solo momentánea, sino eterna…Quiero
besarte toda, plasmar un beso en cada parte de tu cuerpo, dejar
119
tatuado en ti la presencia de este amor que llevo en mis
profundidades…por ti, para ti y contigo…- Kathy levantó la mirada y
miró a Amanda que tenía su cabeza apoyada hacia atrás en el sofá
con los ojos cerrados y repitió nuevamente la última frase con más
emoción y mayor fuerza – “…la presencia de este amor que llevo en
mis profundidades…por ti, para ti y contigo…Quiero besarte el alma
con delicadeza, besarte el corazón con ternura, besar tu cuerpo con
ansias locas y con amor cuerdo…Quiero besarte donde nadie jamás
te haya besado, donde nunca nadie ha osado llevarte, donde sea tu
primera, tu única y tú siempre…quiero besarte todos los días de mi
vida. –Si eso no es amor no se entonces lo que es – y se sentó al lado
de Amanda quien aún permanecía en la misma posición de antes. - Si
alguien me escribiera eso yo me derretiría por completo, ¿no me lo
escribiste a mí no?
- Sí. - murmuró.
- Sabes que no, eso sería algo así como incesto y doña Petunia Pérez
nos mataría a las dos, nos quemaría en la plaza del pueblo como las
brujas de Salem. Además, no soy tu tipo, tu tipo es más algo como
Cris.
Amanda levantó la cabeza rápidamente y miró a Kathy a los ojos con una
mirada de total espanto.
120
- Lo se bebé, pero el problema no es que no sea fácil; el verdadero
maldito problema aquí es que tú complicas a la enésima potencia lo
difícil.
121
Capítulo 17:
Luego de algunas horas de viaje y de tener que aguantarse a Cristina
histérica por la enorme emoción de ver su artista preferida, llegaron al
concierto. Estaba totalmente repleto de tope a tope. Amanda sentía un poco
de demofobia, no era de estar en multitudes, prefería los grupos pequeños;
pero por Cristina cualquier sacrificio muy bien le valía la pena y nada más
verle la cara la hacía sentir mejor. Cristina gritaba, saltaba, cantaba a todo
pulmón, llevaba un millón de emociones dentro, se vivía cada canción, cada
palabra, cada detalle del momento y Amanda estaba feliz de que era ella
quien podía compartir ese día junto a ella y más que eso que haya podido
hacerlo posible.
No necesariamente
Tiene que ser ahora
No necesariamente
Tiene que ser urgente
Pero una furia loca
Pone mi sangre ardiente
¿Qué será? ¿Qué será?
¿Qué será? ¿Será el amor?
122
No necesariamente
Tiene que ser aprisa
Pero hoy quiero abrazarte
Perderme en tu sonrisa
Hazme llegar al cielo
Con un latido eterno
Lento, lento, lento
123
Amanda sentía que su cuerpo estaba completamente desconectado de su
mente, estaba realizando un esfuerzo gigantesco para permanecer serena
y tranquila, sin que se apreciara a simple vista que estaba
completamente…¿cómo llamarlo?...excitada.
No necesariamente
Tiene que ser legítimo
Quiero entregarme toda
Y que sea recíproco
Hazme temblar el alma
Hasta la luz del alba
Furia, calma, furia, calma
124
en el corazón que la paralizaba por el simple y minúsculo hecho que estaría
totalmente sola con Cristina esta noche; la aterraba que no pudiese controlar
sus deseos y fuese a cometer el error más imperdonable de toda su
existencia.
125
Amanda simplemente sonrió y dijo por lo bajo. – Agradecida yo mi niña. – y
se dirigió a llevar su equipaje a la habitación cualquiera que fuese.
126
Amanda trató de desviar la mirada y concentrarla en los ojos de Cristina y
así disimular sutilmente y apartar la necesidad de mantener su mirada en su
cuerpo. Le mantuvo la mirada a Cristina lo suficiente como para tratar de
disfrazar su interés particular en otros lugares lejanos a su rostro, pero era
tarde, era bastante estúpido hacer como que nada pasaba, pero siempre las
excusas eran buenas para momentos incómodos.
127
Capítulo 18:
Cristina trató de ocultar cada latido de su corazón que la podía delatar y
comenzó a buscar algo de ropa en una de las maletas, deslizó la toalla que
cubría su cuerpo y fue a parar al suelo. Tomó un camisón y se lo puso, estiró
la mano y alcanzó unas bragas para colocárselas cuando escuchó el celular
de Amanda que timbraba en algún lugar en el que ella aún no había
localizado, a lo lejos se escuchó la voz ahogada por el ruido de la ducha que
dijo – Cris responde por fa.
Cristina se dejó dirigir por el sonido del teléfono hasta que logró encontrarlo,
lo tomó y respondió – Hola.
- Hola, ¿Cristina?
- Amm sí.
- Ahh bueno, vaya casualidad. – dijo Karina con sorpresa.
Cristina reconoció la voz, cerró sus ojos y junto sus dientes con fuerza. –
Hola Karina.
Cristina frunció el ceño y respiró sonoramente para dejar muy en claro que
le disgustaba bastante estar hablando con Karina. – Si se trata de
explicaciones, no soy quien te las dará, ni tengo la responsabilidad, ni me
da la gana, así que te pasaré a Amanda y hablas a gusto con ella.
128
hasta la puerta del baño y justamente salió Amanda con unos pantaloncitos
muy cortos y una camisa muy ceñida. Cristina ni siquiera la miró con
detenimiento, tomó el celular y se lo alcanzó de manera brusca
poniéndoselo en su pecho con fuerza.
Amanda abrió los ojos y realizó alguna extraña mueca con la boca que
solo expresaba su genuina confusión.
- Si, hola.
- Hola perdida.
- Hola Karina. – respondió con resignación.
- ¿Cómo estás?, supongo que muy bien.
- Estoy genial, estoy acompañando a Cris en el concierto al que
deseaba asistir.
- Veo, ¿y qué tal?
- Fabuloso…
- No lo dudo, solo deseaba contactarte para ver la manera en la que
podríamos encontrarnos y cenar.
- Bueno, ¿qué tal si en la semana te llamo y quedamos para uno de
esos días? – respondió Amanda con diligencia.
- Me parecería genial. Oye Amanda, Cristina y… - guardó silencio
prontamente aguantándose las ganas locas de decir mucho más.
- ¿Cristina y…? – preguntó Amanda con gran curiosidad.
- Ammm no nada, solo olvídalo, entonces quedamos en lo planificado
y nos vemos en la semana.
- Cuenta con ello.
- Gracias cariño, te he extrañado mucho; es que no tienes idea de
cuánto y no sabes lo mucho que deseo poder dialogar contigo y ver
de qué manera podemos continuar.
Amanda respiró dejando salir su aire por la boca, cerró los ojos y
permaneció en silencio.
129
- No tienes que decir nada, la que debe decirlo todo aquí soy yo,
porque fui yo quien lo arruinó todo, pero… - se escuchó un suspiro al
otro lado de la línea.
- Tendremos esa conversación. – dijo Amanda con nostalgia.
- Gracias.
- Hasta entonces linda.
130
Pero Amanda ya había decidido que no dejaría que las cosas simplemente
quedaran en un nada. – Te pregunté que si en algo te afecta el hecho de
que regrese nuevamente con Karina. – le preguntó mientras no apartaba la
vista de su rostro.
Amanda estaba decidida a revivir aquel beso que le quedó gustando, estaba
completamente decidida a desmarañar todos esos sentimientos que la
estaban confundiendo y la estaban llevando a regresar al primer día…
131
- Amanda, ¿qué estás haciendo?, detente por favor – dijo con gran
nerviosismo y confusión, pero con la necesidad profunda que no se
detuviese.
- Hoy no estoy ebria cariño y solo quiero y necesito que me beses
como aquella noche. – soltando el agarre de sus brazos y posando
sus manos en su cintura.
Ninguna apartó la mirada, sus ojos clavados una en la otra. Amanda sostuvo
más cerca de su cuerpo a Cristina, descansando plácidamente sus manos
en su cintura.
132
- No juegues conmigo Mandi, no lo hagas, ¿sí?, esto en realidad
puede salir mal…
- Cobarde. – le sonrió Amanda.
Amanda cerró los ojos solo cuando sintió la respiración de Cristina muy
cerca de ella, hasta que sintió el roce de aquellos labios que había deseado
tanto, el solo contacto la hizo estremecer.
133
Capítulo 19:
Amanda abrió sus ojos sorprendida de no sentir la cercanía de Cristina, la
miró alejarse y se apresuró a alcanzarla rápidamente, la tomó de su
antebrazo y la atrajo nuevamente hacia ella. – ¿A dónde crees que vas? –
preguntó con su cuerpo muy pegado al de Cristina.
Amanda besó los labios de Cristina, pero en esta ocasión con gran
necesidad, mientras Cristina alzaba sus brazos hasta su cuello y en
respuesta a su acción Amanda la sujetó más fuertemente de sus caderas.
Los labios de Cristina respondían con la misma necesidad y Amanda se
aventuró a la humedad de esa boca, introdujo delicadamente su lengua
hasta encontrarse con la lengua de Cristina y sentir la explosión recorrer por
sus cuerpos. El beso se tornó más profundo, más húmedo, más
apasionado…más único.
134
oído. Suavemente y con delicadeza le susurró al oído sensualmente. –
Quiero que me hagas el amor.
Amanda mordió sus propios labios y se acercó a los labios de Cristina, esos
que tantas veces la invitaban a besar, a morder, a lamer, a disfrutar, pero ya
no tenía que fantasear más porque ahora estaba viviendo su realidad. El
calor de la sangre incrementaba rápidamente, como también así la
necesidad de ir más allá de los límites. Amanda subió el camisón de Cristina
y se encontró con la grata y excitante sorpresa de la delicadeza de su piel
desnuda; acarició dulcemente toda la piel que encontró a su paso y la
oprimió más a su cuerpo.
135
Cristina gimió tan solo sentir esa deliciosa caricia y en respuesta movió sus
caderas y presionó su pelvis contra el cuerpo de Amanda, lo cual hizo que
Amanda enloqueciera y de igual manera devolviera el roce al cuerpo de
Cristina. Quería más, lo quería todo, necesitaba sentir la caricia de Amanda
en todo su cuerpo, en todo su ser, en toda ella; quería que Amanda poseyera
su cuerpo esta vez, porque ya poseía su corazón.
Amanda suspiró y sin apartar sus manos de su trasero, posó sus labios en
el cuello de Cristina, aspiró la dulzura de ese aroma tan delicioso y lo besó
delicadamente, primero de un lado; luego del otro hasta que llegó al pecho
y la detuvo aquel camisón. Apartó sus manos del trasero de Cristina y las
llevó a su pecho, acomodó ambas manos en esos senos tan apetecibles,
los acarició sobre su camisón, alzó su mirada llena de deseo y se inclinó un
poco para introducir sus manos por debajo del camisón, mientras besaba
nuevamente sus labios. Sacó el camisón sobre la cabeza de Cristina y sintió
el genuino deseo de acariciar y sentir todo ese hermoso cuerpo totalmente
desnudo que deleitaba su vista. Se detuvo unos segundo para observar en
detalle cada trazo, cada curva, cada espacio, cada rincón de la desnudez
que por fin podía disfrutar.
Cristina temblaba, estaba totalmente excitada, pero aun así sentía unos
nervios incontrolables, todo esto era algo completamente nuevo y
desconocido para ella; pero debía confesar totalmente que lo deseaba como
jamás en su vida había deseado cualquier otra cosa. Quería ser suya en
cuerpo, alma y corazón…aunque esto simplemente fuese una aventura para
Amanda y mañana ya no hubiese nada que vivir juntas; aun así, la deseaba.
En el ir y venir de sus pensamientos sintió que las manos de Amanda
estaban sobre sus senos, los acariciaba delicadamente, con movimientos
suaves y pausados, abarcando cada espacio de ellos. Sus manos eran
perfectas para sus senos, ¿o acaso sus senos perfectos para sus manos?,
los cubrían todos a la perfección sin dejar un espacio sin su delicioso tacto.
Amanda besó sus labios, luego su cuello, hasta llegar a sus senos, besarlos
con desesperación y atrapar uno con su boca; Cristina no pudo más que
gemir por el placer de sentir aquella boca y luego su lengua recorrerlo todo.
Era delicioso sentir sus besos, sus caricias, su lengua dejando su humedad
y todo su placer; sus senos estaban a punto de
136
estallar, su respiración entrecortada, su necesidad de que Amanda fuese
más allá, más lejos, más profundo; solo indicaban la excitación que recorría
todo su cuerpo. Mientras Amanda trabajaba fabulosamente en sus pechos,
ella bajó sus manos a su trasero y comenzó a acariciarlo por encima de esos
pantaloncitos.
Amanda deslizó una de sus manos por los senos de Cristina y los comenzó
a acariciar, buscó esta vez su rostro y besó esos labios como nunca, sus
lenguas se acariciaban con frenesí, mientras besaba sus labios dejó
aventurar su mano por entre sus senos, acariciando su vientre y con mucha
delicadeza continuó su trayecto hasta su pelvis, de ahí hasta su entre pierna
y así poder sentir la humedad que había provocado en Cristina. El sabor
delicioso de sus labios, el rico aroma de su piel, el roce perfecto de su
cuerpo, la excitante humedad de su interior…Amanda simplemente estaba
fuera de control; su piel erizada, su cuerpo gritaba de placer.
137
Cristina sentía su corazón acelerado, todo su cuerpo temblaba, desbordaba
su total excitación...se sentía en otro mundo, plena, completa, en un estado
exagerado de placer, como nunca antes…Cristina tomó el rostro de Amanda
en sus manos y besó con locura esos labios, con todo el deseo, con todas
las ganas, con toda la pasión; el sentir el contacto de sus torsos desnudos,
sus senos juntos y sentir como Amanda llevaba su mano y la acariciaba ahí
justo donde lo necesitaba, le calentó la sangre y la hizo enloquecer.
Cristina trazó toda su espalda con sus manos hasta llegar a sus caderas y
así aprisionarla más cerca, más juntas, más compenetradas.
138
Amanda apartó sus labios del beso y susurró con su respiración
entrecortada – Eres tan…deliciosa…tan perfecta para mi…me sobrepasas
Cris…- Acarició con sus dedos sus labios, llenó de besos su cuello y
continuó su camino hacia abajo dándole especial importancia a sus pechos.
Se detuvo un tiempo en ese preciado lugar y continuó su trayecto; acarició
su cintura, trazó el contorno perfecto de sus caderas con repetidos besos y
con la humedad de su lujuriosa lengua no perdió más tiempo al pasar por
su pelvis, mientras con sus manos acariciaba la cara interna de sus muslos.
Amanda se sentía poseída por el deseo único de besar, acariciar, morder,
lamer, humedecer cada espacio que encontrara en su trayecto hacia el más
allá deseado. Sus manos, su boca, su lengua estaban en todos lados del
cuerpo de Cristina, explorándolo, descubriéndolo, escrudiñando cada
rincón. Y dedicó todo el tiempo del mundo para apreciar, besar, saborear,
acariciar y disfrutar su tesoro añorado.
Amanda fijó sus ojos en Cristina desde su posición con una mirada
totalmente embriagada, con un cierto matiz distinto que Cristina jamás le
había conocido. Amanda cubrió su pelvis y vientre de besos y subió con su
lengua el trayecto de vuelta hasta sus senos, los acarició delicadamente
hasta llegar a esos labios que le encantaban. La lengua de Cristina le dio la
bienvenida con pasión y con el paso de los minutos el beso aumentaba en
intensidad y se hacía más sonoro; sus respiraciones aún entrecortadas, sus
latidos más rápidos. Amanda dejó caer su cuerpo sobre el de Cristina, se
estremeció de sentir su piel desnuda contra la suya, sus cuerpos acoplados
perfectamente, piel con piel, movimiento contra movimiento…
139
Amanda dejó salir un quejido que a Cristina le pareció tan jodidamente
sensual que la hizo gemir a ella de las misma manera…en medio de los
gemidos, de los movimientos, de los sonidos, de los latidos del corazón
acelerados, de las respiraciones entrecortadas y agitadas, en medio de la
necesidad de dos cuerpos, de dos corazones, de dos almas, en medio del
silencio de aquella noche perdida, en medio de aquellos dos cuerpos que
se encontraban por vez primera, pero de dos corazones que se reconocían,
en medio de aquel deseo, de la única pasión, de toda la necesidad, en medio
de aquel segundo donde las voces se unen para expresar su satisfacción
por medio de una explosión desde el interior…un sencillo murmullo de dos
palabras en el oído de Amanda le hace estremecer la piel y sorprender el
corazón…
140
Capítulo 20
Cristina despertó en la madrugada con un sobre salto en el corazón, pensó
que había tenido el sueño más exquisito de su vida, abrió sus ojos y
entonces asimiló toda la situación…el concierto, Amanda, la cabaña,
Amanda, toda la conversación, Amanda…Amanda le había hecho el
amor…fue jodidamente perfecto y había sido toda una realidad. Cristina
sonrió mordiendo sus labios y sintiendo su cuerpo completamente lleno y
con nuevas sensaciones; en realidad se sentía una mujer completa, plena,
repleta, única, deseada y hasta amada. Se volteó para encontrar que
Amanda no estaba de su lado de la cama, por un instante, por un pequeño
instante sintió terror de que todo haya sido un dulce sueño, pero movió su
cabeza al otro lado y vio su silueta de pie frente a la ventana, se estremeció
de verla ahí de pie tan solo llevando su camisita y sus bragas, Cristina
suspiró con el paisaje. Su silueta tan perfecta y tan divina se dibujaba en la
oscuridad y la hacía sentir privilegiada de haber poseído ese cuerpo horas
antes.
Cristina se puso de pie y caminó hasta ella, al llegar pegó su cuerpo desnudo
a la espalda de Amanda, pasó sus manos alrededor de su cintura, las
descansó en su pelvis y llevó su barbilla a su hombro. – Estás helada. – le
susurró al oído.
141
Cristina suspiró con el comentario y dijo - Vamos, regresemos a la cama que
está haciendo mucho frío y se me congelan mis miserias. – tomando su
mano y atrayéndolo con ella a la cama.
Cristina podía sentir los latidos del corazón de Amanda, le encantaba esa
sensación, levantó un poco la cabeza para observar el rostro de Amanda en
la oscuridad, le sonrió y se acercó para besar sus labios; se podía hacer
fácilmente adicta a esos labios, adicta a su compañía, adicta a su cuerpo…y
continuó besando sus labios.
142
El próximo día era tiempo de regresar a casa y dejar atrás aquel fin de
semana tan único y tan de ellas, ninguna dijo nada, solo hubo silencio
específico del tema, aunque todo lo demás era todo lo demás; todo era igual,
aunque todo haya cambiado aquella noche.
Cristina se le acercó con una gran sonrisa y la abrazó. – Pensé que estos
días de soledad te compondrían tu cordura.
- Estoy peor, imagínate no tenía con quien hablar o molestar, así que
debí comenzar a marcar números al alzar en el teléfono y hablar con
gente desconocida solo para no sentirme sola.
- Exagerada.
- Las extrañé. – dijo con sinceridad.
- Y nosotras a ti. – le dijo Amanda acercándose y besando su mejilla.
- Me imagino. – susurró Kathy mientras miraba el rostro de Cristina y
lo acariciaba. - Te ves radiante, ¿te divertiste?
143
Cristina le sonrió y besó su mejilla. – Prometo que tendrás cada detalle y
cada canción. – se apartó de ella dirigiéndose a su habitación y desde la
puerta se volteó a mirar a Amanda a lo lejos, le ofreció una mirada de
complicidad y le sonrió sonrojándose totalmente hasta desaparecer tras la
puerta de la habitación.
- Te diré una sola maldita cosa, no vengas con el cuento de que estás
muy cansada y que te vas a descansar, ¿sí?, porque no me importa
que no durmamos esta noche, pero me vas a decir absolutamente
todo lo que ocurrió.
- Fuimos a un concierto, ¿recuerdas?, así que estuvo genial. –
respondió mientras caminaba a su habitación; más bien huyendo de
ella.
Amanda suspiró y se dejó caer en la cama. – Tú eres tan molesta, por Dios.
144
- Entonces Ednita Nazario comenzó a cantar una canción y Cris la
cantó con la voz, con el corazón, con el cuerpo, con el alma; hasta
pensé que me cantaba a mí.
- Ohhh vaya, ¿y cuál era la canción?
- Quiero que me hagas el amor. – respondió sonrojada.
- ¿Yo a ti?, ni que estuviese tan necesitada y loca. – la miró con
extrañeza.
- Idiota, esa fue la canción que me cantó.
- Me estás jodiendo, ¿no?
- No.
- ¿En serio?
- Si, en serio.
- Por Ala, por Buda, por Krishna, por Yahvé, por Dios santísimo,
por…- quedó callada y con los ojos bien abiertos en señal de
sorpresa.
- ¿De cuándo acá eres tan religiosa?
- Desde este preciso momento en que me has dicho semejante noticia,
es que…o sea Mandi…tu…Cris… ¿y qué tal pillina? – preguntó con
cara de niña traviesa con una gran sonrisa.
145
- Bien. – respondió sin mirarla.
- ¿Bien?, ¿coño solo bien?, ¿después de todo lo que ha pasado me
dices que solo bien? – se levantó de la cama y se sentó a su lado. –
Mírame a los ojos Amanda y dime la verdad, ¿cómo fue, que sientes
por ella?
- No
- ¿Entonces?
- Ha sido lo mejor de toda mi existencia, es algo que no puedo siquiera
explicar con palabras porque va más allá de todo lo hermoso y perfecto
que conozco, me faltan palabras y sentimientos para poder expresar
lo que me ha hecho sentir hacerle el amor a esa mujer. Me di cuenta
que… - permaneció en silencio y apartó su mirada de Kathy.
- ¿De qué? – preguntó suavemente.
- De nada. – se puso de pie y comenzó a desempacar.
- No pues chica, por si no te has dado cuenta estás loca por esa
mujer; estás enamorada Mandi…
- No creo.
- Bueno sigue creyendo en que santa cabe por la chimenea y en que
existen los unicornios, sigue durmiendo de ese lado que te vas a caer
de la cama por imbécil; sigue negándote tus sentimientos y sigue con
la misma actitud de no pasa nada…que la perderás.
- Es mi amiga.
- ¿Y?
- Que es como mi familia. – detuvo sus movimientos y mantuvo su
mirada en una camisa de Cristina que se había colado entre sus
pertenencias.
- Yo soy tu familia, ella es una mujer que se convirtió en tu amiga y de
la cual te enamoraste, es una mujer como cualquier otra con la que
has compartido muchas cosas, es una simple mujer que te gusta
146
mucho y no solo te gusta, sino que estás rendida por ella. Lo cierto es
que me preguntaba quien explotaría primero de las dos, pero al
parecer Crisita es más valiente que tu marica.
- ¿Y si no le gustó? – preguntó con tristeza.
- ¿Si no le gustas tú, si no le gustó estar contigo, si no le gustó que le
hicieras el amor?
- Aja.
- Hay niña, ¿solo le has mirado la cara a Cris?, está tan radiante como
tú y bueno eso puede ser efecto del concierto, pero eso sabes tú
Amanda Carolina tú fuiste quien la tuvo debajo, arriba, dentro, fuera,
al lado, le hiciste cosas sucias y fuiste pervertida, le hiciste el amor con
pasión y lujuria…
Amanda había dejado de escuchar a su amiga hacia mil años luz y había
tomado la camisa de Cristina entre sus manos, sin pensarlo mucho la llevó
hasta su rostro y pudo inhalar el aroma que en ella aún estaba impregnado.
Sintió un escalofrió recorrer todo su cuerpo trayendo a ella el pensamiento
de momentos vividos anteriormente, al abrir los ojos encontró a Kathy con
los brazos cruzados frente a ella.
147
y decir mil veces que no lo estaban, pero ella las conocía muy bien y
no había nadie que le hiciese pensar lo contrario, por un lado estaba
eufórica y llena de felicidad, pero por otra parte no sabía que esperar
de las dos burras de sus amigas, ¿no era más fácil ir decir te amo
desde hace diez universos atrás, no puedo vivir sin ti y quiero pasar el
resto de mi vida junto a ti?, que simplemente andar comportándose
como dos niñas chicas perdiendo el tiempo en silencios ahogados por
el miedo…
Amanda quedó de pie con una tristeza que la consumía totalmente, mantuvo
la camisa de Cristina en sus manos y se sentó en su cama. Suspiró, se puso
de pie nuevamente y salió de su habitación deteniéndose solamente al llegar
a la puerta de la habitación de Cristina, alzó su mano para tocar la puerta,
pero se arrepintió en el último instante. Sentía su corazón latir a un millón
de veces por segundo nada más en tener la certeza de que Cristina estaba
tras esa puerta y ella podría…ella podría al menos…si ella quisiese al
menos…
148
delatara, sin que alguna palabra la traicionara, sin que las ganas de besarla
la obligaran a retomar su asunto; ni siquiera sabía cómo dirigirse a ella. – Mi
camisa.
Amanda miró sus manos donde traía la camisa que antes había disfrutado
su aroma y dijo rápidamente. – Si, exacto…tu camisa.
- Gracias.
- Por nada hermosa. – respondió Amanda dulcemente.
- No, gracias por… - y guardó silencio mientras desviaba su mirada a
la camisa que tenía en sus manos.
- ¿Por? – se acercó un poco a Cristina.
- Por todo…es que… - aun manteniendo la mirada en sus manos.
149
Amanda mantuvo el contacto y besó esos labios que deseaba, fue un beso
rápido, pero una afirmación de su necesidad antes de ir a la cama sin ella.
– Creo que ahora es el momento en donde debo marcharme. Buenas
noches… - se separó de Cristina y comenzó a alejarse de ella rápidamente,
a medio camino se detuvo y regresó para arrebatarle nuevamente la camisa
de las manos y entonces así retomar su camino hasta su habitación.
150
Capítulo 21:
Kathy preparaba como siempre el desayuno mientras cantaba y bailaba…
151
- ¿Hace cuánto que estás ahí mirando mis pasos de baile para
robártelos y hacerte rica con ellos?, te diré una cosa Crisita. –
señalándola con un cuchillo. – Tengo copyright, pero ni se para que te
digo si jamás llegarías a ser tan buena como yo, es que ósea solo
mírame.
Cristina sonrió y pasó su mano sobre su frente - ¿Cómo crees?, ella tiene
cosita.
152
- No, tiene cosito, lo recuerdo, cuando éramos niñas y dormíamos
juntas y yo sentía cosas así tras de mí y le decía Mandi que es eso y
siempre me decía es el control del televisor Kathy. Ahora se la verdad
de aquel misterio. – recitó con un gran dramatismo.
- No, tiene cosita. – se apresuró a decir Cristina con plena seguridad.
- Si, tiene cosito.
- No.
- Sí.
- Que no.
- ¿La has visto? – le preguntó Kathy rápidamente.
- Sí.
153
- Ya Kathy…- interrumpió Cristina mientras tomaba su rostro con su
manos – Hicimos el amor y quería que lo hiciéramos mil veces más.
- Cristo de los ejércitos…
- ¿Qué? – le preguntó sorprendida de su reacción.
- Que golosa eres… - con cara de niña traviesa.
- Ayyy Kat, no hagas esto más difícil de lo que ya es.
- Bueno comienza por contarme que pasó, llegaste y te le
abalanzaste encima, la amarraste y la hiciste tuya o fuiste más
civilizada y…
154
- Si algo así y Amanda me preguntaba que me pasaba y yo más
enojada me sentía y bueno una cosa nos llevó a la otra y ya no
pudimos evitarlo, ya no pude negarme la necesidad que tenia de
besarla nuevamente y tener más de ella. No pude Kathy, aunque
créeme que algo dentro de mí me decía que no me dejara arrastrar,
pero ya no pude, ya no quise. Creo que en esa habitación ambas
luchábamos contra nuestros sentimientos, pero no lo logramos y nos
rendimos a los encantos de la otra. Es que, por Dios, tenerla tan cerca
de mí era tan delicioso, todo mi cuerpo la deseaba, no podía
simplemente nuevamente dar la media vuelta y decir que nada estaba
pasando; me estaba quemando, me consumía. Fue tan único sentirla
y poder sentir que en ese momento ella estaba sintiendo lo mismo que
yo, nos convertimos en una esa noche, no necesitamos de
explicaciones, ni razones, ni excusas, simplemente hablamos el
lenguaje de nuestros cuerpos y de nuestros corazones. Nadie más,
solo ella y yo. ¿Sabes?, fue mejor de lo que soné, ya me había hecho
una idea que jamás podría cumplir mis sueños con Amanda porque
estaba segura que ella nunca me llegaría a desear como mujer o
podría simplemente verme más allá que su amiga, pero ese sueño
solo era un sueño porque la realidad es mucho mejor y más perfecta.
Siento algo que jamás en mi vida había existido antes, no puedo ni
siquiera explicarte lo única y especial que me siento.
- ¿Y porque lloras cariño? – le preguntó con gran dulzura.
- Quizás por la felicidad de hacer el amor con la mujer que …
- ¿Que amas?
- Que amo… - respondió pausadamente analizando su respuesta. -
¿pero porque ella Kathy?
- Si, lo mismo me pregunto, por qué ella y no yo que soy más hermosa,
pero para los gustos los colores y para el carajo las opiniones. – movió
su cabeza en señal de desaprobación.
- Eres tan idiota. – se rio de su comentario tan egocéntrico.
- Lo sé. Mira Crisita no sé porque Mandi, solo es ella, es tu amiga y es
mujer, pero ¿acaso importa eso? Te enamoraste y bueno fue por el
trato diario con ella, porque le apasionan cosas similares, porque te
atrae físicamente, porque te complementa el alma, porque te
155
enamora el corazón, porque es la que te mueve el tapete y listo, ¿qué
demonios haremos con eso? Es tan fácil decir es imposible, pero quien
le dice al idiota del corazón que no ame o que no se enamore o que
no desee, no se Cris, ¿acaso importa que sea tu amiga Amanda o que
sea tu amigo Armando?
- Sigue siendo mi amiga.
- Sí, pero eso pasa todo el tiempo.
- ¿Y si solo me confundí con el trato que ella me daba? – preguntó
con profunda tristeza.
- No lo creo, porque también soy tu amiga y conmigo no te confundiste,
nos quieres a ambas, pero a mí no me deseabas como para querer
llevarme a la cama. Así que al diablo si es tu amiga o no, estás
enamorada y punto. Amanda y tú deberían sentarse una frente a la
otra y poder decir las cosas que sienten y ocultan, por miedo, por
confusión, por estupidez, por inseguridad; por lo que sea, pero son dos
mujeres adultas y deben hacerse responsables de sus sentimientos.
- Kathy…- dijo Cristina respirando profundamente y con su rostro
totalmente estresado.
- Si Crisita.
- ¿Recuerdas por el proyecto que he luchado tanto estos años?
- Claro, lo recuerdo muy bien, me has tenido cansada todo este
tiempo, es lo que más has desea…do – guardó silencio, permaneció
un instante observando el rostro desfigurado de Cristina y dijo. –¿Lo
obtuviste?
- Sí.
- ¿Y no estás feliz por eso?, es por lo que has luchado todo este
tiempo.
- Dos años lejos Kathy. - una gran tristeza visible se apoderó de todo
su ser, mientras un gran dolor se escondía en el corazón.
156
Cristina fijó su mirada a la nada, se perdió entre pensamientos que solo la
hacían sentir desolada. La vida era una ironía que le obsequiaba la peor de
las encrucijadas. ¿Era posible?, era justo todo esto que sentía y que vivía
en estos momentos.
Kathy por primera vez en su vida, por única vez en su vida no supo que
responder, no supo que argumentar, no sabía que opinión emitir, pero
estaba completamente segura que esto no marcharía bien. Sabía porque no
solo se lo habían dicho sus amigas sino porque lo veía, lo sentía, lo olía, lo
tenía muy claro que esas dos mujeres se amaban como unas niñas, pero
eran lo suficientemente estúpidas y cobardes para no detenerse una delante
de la otra y gritarse a la cara sus sentimientos; no sus deseos sino sus más
hermosos y verdaderos sentimientos…ese amor que las estaba
consumiendo, que las estaba de cierta manera matando… - “Para el café
está la azúcar. Para el pan, la mantequilla. Para crecer es la vida. Para
amarrarte, la culpa. Pa” protegerte está el miedo y pa” equivocarte, hazle
caso. Para el ateo está su mente. Para el cristiano, la cruz. Pa” los budistas
la flor de loto. Pa” enamorarse está París. Para olvidarse, Las Vegas. Pa”
arrepentirse, el Vaticano. Para abrigarse, el invierno. Para soñar, el otoño y
para encuerarse, el verano. Pa” recordar, el matrimonio. Pa” enloquecer, el
divorcio y pa” rebajar, la venganza. Pero créeme yo nunca he encontrado
paz pa‟ un corazón roto”. - Kathy le sonrió y completó. - La vida se trata de
decisiones, pero más que eso de sentimientos. Si sabes lo que quieres y
deseas, ¿por qué no vas por ello?; si sabes lo que sientes y amas, ¿por qué
no lo gritas a los cuatro vientos y desde el fondo de tu corazón?, la vida no
perdona las decisiones erróneas y solo te dejará un corazón roto para el
cual no hay medicina, ni palabras, ni tiempo, ni médico chino, ni cura alguna
para ello, una vez caminado ya no hay marcha atrás. La vida es solo una
Crisita y es tan corta, vívela con intensidad de la manera que deseas porque
llegará el día en que se habrá acabado la vida y simplemente no habrás
vivido…- besó su mejilla y caminó lejos de ella con su propio dolor
consumiéndola.
157
Cristina mantuvo su mirada hasta ver que Kathy desaparecía en su
habitación, tomó sus pertenencias apartando todo tipo de pensamientos que
solo la entristecían y la hacían sentir peor de lo que se sentía, necesitaba
sin dudas decidir, ¿decidir qué?... bueno lo que fuese a decidir… Cristina
salió de la casa con rumbo al trabajo, no había visto a Amanda desde la
noche anterior parada en su puerta con una excusa, con un propósito, con
una razón, con esa cara de idiota que tanto amaba…
158
Hasta donde he de aguantar este silencio,
hasta cuando me voy a decir te quiero,
hasta donde he de callar,
dime cuanto debo sujetarme el alma,
hasta donde amor
voy mostrando todo lo que llevo.
Hasta Donde
(Kany García)
159
Capítulo 22:
Amanda había llegado de resolver algunos pendientes a su trabajo, sin
perder tiempo echó un vistazo para corroborar si Cristina estaba en su
oficina, pero le desilusionó saber que aún no había llegado. Continuó su
camino a su oficina pensando en las ganas locas que tenia de ver a Cristina,
la extrañaba, no solo extrañaba su presencia sino su cercanía íntima,
extrañaba su aroma, su delicadeza, sus besos, su calor, su caricia, su
cuerpo…
- Hola.
160
había visto jamás, aunque podría ser solo el tiempo que había pasado
alejada de ella.
Karina la miró sorprendida y continuó. – Es bueno que sepas que soy una
idiota, me parece genial, pero quiero pedirte que me escuches, solo eso.
Necesito decirte todo esto que llevo dentro de mí, aunque quieras
mandarme al diablo por cualquier idiotez que diga, pero solo quiero que me
escuches ahora.
161
que no soy la gran mujer, tal vez no soy la más detallista, ni la más
loca romántica, ni una atenta enamorada y es evidente que no soy la
tipa más fiel y comprometida del mundo. Quizás no soy la mujer
perfecta para ti, pero puedo decir que me odio por haberte dañado y
más que eso, aunque no lo creas y no lo he demostrado de la mejor
manera te amo y te necesito en mi vida. Dicen que nadie sabe lo que
tiene hasta que lo pierde, yo pienso que lo sabemos solo que no lo
valoramos y yo no lo hice contigo Amanda. – se puso de pie y caminó
un poco hasta ella. – Eres una mujer increíble, hermosa, profesional,
comprometida, divertida y me gustas mucho, creo que nadie me ha
gustado más que tú en toda mi vida. Y ya se, en este preciso momento
te podrías preguntar, que si tanto te gustaba porque fui tan estúpida
para estar con otra mujer, pues precisamente por eso, porque soy una
pendeja estúpida que no supo valorarte y no se comprometió contigo.
Eres distinta Amanda, distinta a cualquier mujer con la que he estado
y estoy segura que distinta a cualquier otra con la que pueda estar,
pero mi deseo es permanecer junto a ti, sé que lo arruiné. – se acercó
más a ella y comenzó a hablar más bajo y con dulzura. –Sé que lo
arruiné y hoy te pido perdón, estoy muy arrepentida por mis actitudes.
Este tiempo me ha servido para pensar y analizar en lo importante que
eres en mi vida, en lo mucho que te extraño, en todo lo que significas
en mis días y no es el hecho de que ahora estoy sola, es el simple
hecho de que tú eres quien iluminabas mis días y ahora todos son
oscuros sin ti. Sí, te extraño porque desde que abro mis ojos en la
mañana, hasta que los cierro en la noche tu presencia es indiscutible
en mi vida. En algún momento pensé que extrañaba tu mirada, luego
estaba segura de que era tu sonrisa la que echaba de menos, después
sentí que tu voz era lo que necesitaba y tras varios días pensándote;
llegué a la indudable conclusión que extrañaba cada parte de tu ser.
Extraño cada palabra, cada gesto, cada sensación, cada suspiro, cada
susurro, cada mirada, cada sonrisa, cada sonrojo, cada punto y cada
coma, cada palabra de más y cada letra de menos... Estos días en los
que ya no estás; he entendido que eres tú todo lo que quiero, todo lo
que necesito, todo lo que deseo, todo lo que ansió para ser
162
feliz. Y es que cada paisaje que observo, cada lugar que frecuento,
con cada persona que converso, cada sonido que escucho, cada
minuto que respiro solo me hace pensar en ti. Y nunca imaginé que te
extrañaría así, que andará así toda suspirando por cada esquina y que
te pensara en todo momento…nunca imaginé que me enamoraría de
la manera en la que hoy estoy por ti. Mis mañanas son vacías, mis
tardes carecen de sentido y mis noches son frías porque tú no estás.
Durante el día todo pareciera tan normal; las gentes, el trabajo, las
fiestas…la vida, pero lo normal carece de esa magia perfecta que es
tu presencia. La noche llega con su habitual silencio y la oscuridad que
envuelve cada espacio de luz, con la melodía frecuente que esconden
las sombras, pero lo habitual es un infierno cuando tú no estás
aquí…aunque mi corazón guarde silencio es tu presencia lo que
reclama a gritos. Y es que es inevitable cuando te has convertido en
la razón de mí vivir, en el latir de mi corazón, en el susurro de mis
sentidos, en la esencia de mí ser; te has convertido en la mujer que
quiero y la que deseo amar.
163
esta manera, que fueses más atenta, más dulce, más cercana a mí, pero
debí conformarme con lo que me podías o querías ofrecerme. No te mentiré
y no negaré que me lastimó muchísimo tu infidelidad, pero no me sorprendió,
pensé que de alguna manera u otra el imaginarlo me haría sentirlo menos,
pero no fue así me dolió más de lo que imaginé. Al comienzo pensé que
todo era tu culpa, pero me di cuenta que también era la mía.
- No creo que hayas tenido culpa. - dijo Karina mientras caminó más
hasta quedar justamente frente a ella entre sus piernas y puso sus
manos en la cintura de Amanda.
- Si, tuve mucha culpa Karina porque me quedé esperando a que
pasara, permanecí en una relación que sabía iba en picada; sabía que
no estábamos completamente comprometidas; una quería quizás más
y otra deseaba menos.
- Pero ahora yo quiero todo. – le susurró Karina mientras acariciaba
su rostro.
- Y yo tal vez deseo menos Karina.
- Podemos intentarlo nuevamente, prometo hacerlo bien esta vez,
quiero una vida contigo.
Amanda observó cada detalle del rostro de Karina que la tenía tan cerca de
ella, su hermosura, su delicadeza, su perfecta simetría, había extrañado
mirar ese rostro tan conocido para ella. Tomó su mano y acarició su rostro
suavemente, mientras Karina cerraba sus ojos con el contacto, Amanda
sonrió con tristeza. – Te perdono Karina y me perdono también a mí, pero
no puedo retomar esta relación, ya no siento lo mismo por ti…
164
Amanda no permitió el contacto de los labios moviendo un poco su cabeza
a un lado. – Karina, lo siento ya no hay marcha atrás.
165
Capítulo 23:
Cristina había llegado a su oficina y comenzó a firmar mil papeles, a hacer
miles de llamadas, a resolver miles de situaciones para no darle importancia
a lo que se rompía dentro de ella, pero luego de unos minutos no pudo ya
mantener su cabeza en el trabajo, necesitaba atender su dolor. Se dejó caer
en su silla, puso sus manos en su cabeza y comenzó a llorar, dejó salir esas
lágrimas que llevaba dentro desde hacía mucho, dejo salir ese dolor que le
aprisionaba el corazón, ese dolor que la estaba matando lentamente. – Soy
tan tonta. – murmuró en medio del sollozo. - ¿Cómo pude creer que ella
sentiría lo que yo siento?, solo fui…solo fui…
166
Cristina se volteó rápidamente para que no notara su rostro compungido. –
Hola Amanda.
Cristina cerró sus ojos mientras sentía el contacto de aquella caricia que
tanto amaba y quedó en silencio.
- ¿Cris que pasa bebé? – la atrajo hasta ella para abrazarla, pero
Cristina se apartó rápidamente sin permitir el contacto. Amanda quedó
sorprendida por la acción y la sujetó del brazo para mantenerla frente
a ella. Se sentía totalmente confundida por el estado que se
encontraba Cristina, pero estaba segura que la situación era con ella.
- ¿Puedes ser tan amable de explicarme que te pasa?
- Ya te dije que no pasa nada, ¿acaso no lo puedes entender? – le
respondió secamente.
- A mí no me puedes engañar Cristina, te conozco bastante bien como
para que vengas a mentirme y decirme que nada te pasa, no juegues
conmigo.
- No juego contigo. – respondió sin mirarle a los ojos.
- Mírame a los ojos cuando te hablo. – dijo fuertemente y con unos
primeros síntomas de desesperación.
167
Cristina permaneció sin mirarla ignorando completamente la petición de
Amanda.
- Mandi es que…
Amanda caminó hasta ella, la tomó de las manos y posó sus ojos en los de
ella. – ¿Fue un error Cristina? ¿Tú en realidad me estás diciendo que fue un
error?, yo no lo sentí así Cris, para mí fue…
Cristina tomó sus dedos y los puso sobre los labios de Amanda para impedir
que continuara hablando. – No lo digas por favor.
168
- ¿Porque no quieres que digas que me encantó?, que para mí fue
increíble, lo sentí único Cristina y te sentí a ti también entre mis brazos,
no puedes solo decirme que fue un error.
- No debí hacerlo, es que…
- Ahh, ¿entonces fue solo sexo casual o curiosidad?
- Amanda no debimos hacerlo, somos amigas y esto jamás debió
suceder.
- Al diablo con que seamos amigas, ¿acaso eso limitó algo entre
nosotras? … ¿no te gustó hacer el amor conmigo?
Cristina sintió desfallecer con el solo contacto de esos labios que la hacían
sentir única, separó un poco el contacto y respondió. – No. – se perdió en la
profundidad de la mirada de Amanda. – Pero no debe ocurrir nuevamente
Amanda, no puede ser, simplemente no puede ser.
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A Amanda se le llenó el corazón de tristeza y sintió unas ganas inmensas
de llorar, sintió la necesidad de gritarle a Cristina sus sentimientos más
profundos, sintió el deseo de hacerle sentir que lo que era un error era decir
que había sido un error todo lo que habían vivido, sintió por primera vez que
el corazón se le rompía en mil pedazos, pero estaba segura que expresar
sus sentimientos no arreglaría nada en este momento, solo fue un error, solo
fue una noche de confusión, solo fue nada…
Era inevitable andar ocultándolo ya, había tenido un día de mierda, primero
Karina y después Cristina y con toda honestidad Cristina la estaba matando.
170
Amanda regresó a su oficina, se sentó en su escritorio, tenía mucho trabajo
que cubrir, pero no tenía la cabeza para continuarlo. Tomó su lápiz de un
lado y comenzó a pegarle con el grafito y luego con la goma y así una y otra
vez volteando el lápiz cientos, miles de veces; perdida simplemente en lo
que eran sus pensamientos; así dejó pasar varios minutos... varias horas…
Había una especie de sensación tan extraña que le dificultaba respirar como
de costumbre, encontraba algo en esta ecuación que no entendía muy
bien…
Amanda trató de disimular su rostro de sorpresa por saber que Cristina tenía
el proyecto, era el proyecto de su vida, pero ella estaba completamente
ajena a ello. Como pudo mostró su mejor cara profesional para no demostrar
su ignorancia ante el tema, aunque en definitiva estaba completamente
sorprendida, herida, dolida y totalmente confundida.
171
Y era suficiente de su día y de todo, Amanda tomó sus pertenencias y salió
de su oficina con rumbo a ninguna parte, ninguna parte era mejor que estar
ahí donde se sentía terriblemente mal, comenzó a caminar por el pasillo y
se encontró con Cristina frente a frente. Las piernas le temblaron, su corazón
se aceleró, el sentimiento la embargó y se detuvo en el trayecto.
- No te entiendo Cristina, pero tus razones tendrás, pero aun así sigo
sin entenderte y no sabes cuánto duele…
- No sabes cuánto…
- Lo se cariño, lo sé muy bien. – caminó un poco, se detuvo a su lado,
la miró con todo el dolor del mundo y siguió su camino. Se perdió
por ese gran pasillo sin detenerse para prestar atención a nada,
172
sacó su celular de su bolsa y marcó. – Hola, ¿estás disponible para
mí esta noche?
173
Capítulo 24:
- Pensé que jamás llegarías
- Mierda, una mujer como yo tiene asuntos importantes que atender
Amanda, acaso crees que una delicia como yo está disponible, así
como así; hasta deberías pagar por mi tiempo. – le dijo Belinda
besando su mejilla y sentándose frente a ella en la mesa.
- ¿Ahora eres dama de compañía?
- Bueno para ti puedo hacer una excepción, la primera hora es gratis.
– sonrió maliciosamente.
- Oh que linda.
- Si así soy. – la miró detenidamente por unos segundos y continuó. –
Que gusto que me llamaras y poder compartir un rato agradable, ya te
extrañaba. Esta noche nos embriagaremos y bailaremos sobre las
mesas y dormiremos todo el fin de semana porque estaremos en
coma, casi en colapso narcoalcoterminal.
- No, prefiero un café.
- Entiendo, tienes miedo que te viole, es entendible. – Belinda llamó al
mesero, le pidió un café y un vino. Esperó que se fuera con la orden,
puso sus mano en la mesa y le dijo- Soy toda oídos para ti.
174
- Gracias guapo. – le dijo Belinda al chico y entonces se volteó a
Amanda. – ¿Segura que no quieres pasar el trago amargo con una
buena copa de vino?
- No, completamente segura.
- Perfecto, me gusta que sea así, eso me confirma que al menos eres
inteligente en unas cosas. El dolor es mejor pasarlo a pulso, sobrio,
en plena conciencia, porque de lo contrario cuando por fin estés sobria
estarás más jodida que antes. – permaneció mirándola y dijo. – Sabias
desde el primer día que mi hermana no era una mujer comprometida,
no estoy diciendo que es una mala persona; bueno es una maldita
desgraciada, pero no es mala. Es solo que antes no le ha
dolido…como ahora. No te diré “te lo dije”, pero si te diré “lo sabías”.
Karina es una mujer increíblemente brillante, es muy profesional, es
hermosa, ambiciosa, pero es fría, calculadora, descomprometida y al
darse cuenta que en su vida puede tener lo que quiera, pues así vive;
tomando lo que quiere cuando lo quiere. Pude haberte dicho Karina
no es la mujer para ti, pero no tenía por qué decirte lo que sabías con
seguridad, además que debías pasar tú por la experiencia de ser
decepcionada.
- Es que yo pensé que…
- Pensaste que sería distinto contigo y más importante que eso que
estabas segura que podrías liberarte de los demonios que traías
dentro de ti, que te consumían y ahora te matan; ¿continuarás en una
relación en la que sabes no hay futuro?
- Ya terminó, ya no hay nada. – Amanda respondió con una mueca
en su rostro.
- Nunca lo hubo.
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sus sentimientos y su dolor para mantenerlas un poco más de tiempo
dentro.
- ¿Acaso te has detenido frente a frente a ella y le has dicho que te
mueres por ella, que la amas desde el primer día, que ella solo es la
mujer que deseas a tu lado?
- No.
- Yo sé que está jodido todo Amanda, porque ella es hetero, pero
grítaselo a la cara, al menos, quizás no sienta nada por ti, pero tú te
liberarás, te sentirás más liviana y podrás continuar entonces tu
camino.
- Estuve con Cristina. – logró decir como un murmullo.
- Bueno siempre estás con ella, vives con ella.
- No así.
- ¿Te refieres íntimamente? – preguntó con los ojos muy abiertos.
- Es que todo fue tan raro, de un tiempo para acá comencé a sentir a
Cristina distinta conmigo.
- ¿Distinta cómo?
- Más atenta, notaba que cambiaba completamente con la presencia
de Karina, se enojaba y amargaba tan solo de verla, su mirada era
distinta, había situaciones que me daban a entender un interés algo
particular hacia mí, que ya no era el mismo de antes de…su amiga.
- Pero no le di importancia porque pensé que como eran mis deseos,
yo estaba confundiendo toda la situación, pero…
- Pero…
- Pero una noche me embriagué y ella me besó y yo la besé y nos
besamos y fue tan increíble y ella pensó que no recordaría, pero yo si
recordé y de ahí en adelante todo cambió y yo quería más…
176
- Increíble. – dijo descansando su cabeza en su mano izquierda,
mientras con la otra se tomaba todo el vino de la copa. – ¿Y pasó
más?
- Si, fuimos a un concierto y esa noche hicimos el amor. – Amanda
dejó ver una sonrisa que más que sonrisa pareció una mueca de dolor.
- Oye guapo tráeme otra copa - Belinda le dijo al mesero, mientras
murmuraba. - Dios la necesito, ¿pero esa noche tú provocaste todo?
- No, ella me besó nuevamente y ya no pude pensar en estar
aguantándome las ganas de tenerla, era inútil ya, Belinda no me pude
aguantar, imagínate cuanto tiempo había esperado porque eso
sucediera, me enloquecí, lo cierto es que no debí…
- ¿No debiste qué? ¿Responder a lo que ambas querían en ese
momento?, no la obligaste, simplemente pasó y de haber culpables
serian ambas que consintieron en dejar escapar sus deseos más
secretos. ¿Y qué tal?, no es que quiera los detalles porque no los
necesito, es tu intimidad, ¿pero qué sentiste?, de lo que sentiste
depende de cuan jodida estés.
- Ayy Belinda solo fue las más increíble confirmación de que estoy
doblemente jodida, jamás yo había sentido lo que ella me hizo sentir.
- Amanda puso su cabeza entre sus manos y respiró profundamente
sabiendo que era la verdad.
- Eso es porque la amaste doblemente, ya la amabas a ella, su
corazón, su alma, su ser; entonces al amar su cuerpo es el
complemento perfecto para decirte querida amiga que estás
enamorada de esa niña. Y aunque lo sabíamos es solo una pequeña
confirmación, ¿te sinceraste con ella, le dijiste lo que sientes?
- No. – miró a Belinda esta vez no pudiendo contener las lágrimas.
- ¿Y eso por qué? Todo iba tan bien que hasta pensé que habías
dejado de ser tan cobarde y tonta, pero me doy cuenta que no.
- No sé porque no lo hice en ese momento, pero ya sé que no lo
haré, sería una pérdida de tiempo.
- ¿Quién dice eso?
- Yo y…ella, hoy apenas me dijo que sentía que había sido un error
todo, que no debió ocurrir, imagínate como me siento. No sé qué es
peor, el hecho de continuar soñando y que jamás pudiese tener alguna
177
oportunidad con ella o que ese sueño se haya vuelto realidad y que
me diga que la realidad es un error.
- Debes entenderla Amanda, supongo que es su primera vez con una
mujer, entonces debe estar aterrada, por sus sentimientos, por todo lo
que ha pasado, está confundida.
- Y ahora se va, se va de mi lado y eso no lo puedo soportar, te juro
que puedo soportar que no me ame, que sienta que todo fue un error,
pero no tenerla junto a mí…eso me matará. – Amanda ya no pudo
aguantar las lágrimas y las dejó rodar por su rostro con un gran
sentimiento.
- ¿Cómo que se va?, ahora no entiendo nada.
- Logró un proyecto y se irá por un tiempo y entonces…estará lejos…y
eso me matará Belinda…no quiero que huya así, no puedo con esto…
- Siempre me he preguntado porque la gente se complica la vida con
cosas simples, todo es tan fácil como que le digas que la amas y a la
mierda todo lo demás, pero como no quieres eso y nadie lo hará por
ti, tan solo debes dejarla ir Amanda. Ella está tomando una decisión
ahora, sea por cobardía, por huir de ti, por confusión, por miedo, por
idiota o solo porque es una oportunidad profesional que no puede
desaprovechar, pero debes dejarla ir tranquilamente sino no vas a
retenerla y decirle que la amas…hay una frase muy trillada “si amas a
alguien déjala ir, si regresa es tuyo, si no regresa nunca lo fue…” solo
necesita tiempo Amanda y tú también. A mi entender son dos niñas
tontas que deberían meterse una habitación completamente desnudas
y no dejarlas salir hasta que se coman o se digan todo lo que guardan.
Amanda, debes tomar la decisión de ser feliz, de vivir
conforme a como deseas y con quien quieres, ambas sufrirán por estar
lejos una de la otra, pero si te ama regresará, si la amas irás tras ella,
si se aman estarán juntas sea cual sea la situación, en cambio sí fue
un error entonces debes dejarla ir y que crezca profesionalmente y con
ello crecerá como persona.
178
primera vez que su corazón se sinceraba, la primera vez que sentía un dolor
tan desgarrador que le costaba respirar. – No podré sin ella.
- Si, podrás por ella. – Belinda tomó su otra mano que permanecía en
la mesa y la acarició. –Las lágrimas limpian el alma y sin duda te harán
ver con claridad, nunca te avergüences de tus sentimientos y jamás
desistas de luchar por lo que deseas.
Ya era hora de regresar a casa, era muy tarde y estaba rendida, se despidió
de Belinda con un gran abrazo y comenzó su viaje a casa. Su mente iba
llena de cientos de pensamientos y todos la llevaban a Cristina.
179
Capítulo 25:
- Tampoco es que me voy por siempre Kathy, es solo un período y
vendré de visita y te llamaré y te wassopiare y cuando menos lo
esperes ya estaré de regreso.
- No es lo mismo Crisita. – respondió Kathy con voz suave.
- Además, habrá un día en que nos tengamos que separar y novivir
juntas, cuando cada una tenga su familia, sus hijos, su vida, y aunque
siempre seguiremos siendo amigas; viviremos separadas.
- Yo planificaba comprar una casa muy grande y vivir todos juntos y
dormir en la misma cama y…
- Estás loca Kathy. – rio Cristina.
- Aunque ya sé que a ti te gustaría dormir solo con Amanda. – la miró
con una mirada traviesa.
- Aun no puedo entender que pasó para que tomaras esta decisión
tan apresurada.
- Es lo mejor Kathy.
- ¿Lo mejor?, pareces alma en pena reclamando la eternidad, Amanda
pareciera que se le escapa la vida en cada segundo y ¿tú me quieres
decir que es lo mejor?, no jodas Cris, no es lo mejor sino lo que tú
crees que es lo mejor.
- En estos momentos es lo que pienso. – se sentó posando su
cabeza en el hombro de Kathy.
- ¿No la amas? – preguntó tiernamente Kathy.
- ¿Ahhhh? – preguntó sorprendida.
- Eso, que si la amas o no, es una simple pregunta. No creo que sea
tan difícil de responder o ¿sí?
- Es que no entiendes Kathy.
- Por eso, contéstame la jodida pregunta, ¿la amas sí o no?
- Sí, la amo. – Cristina dejó salir esas palabras casi inaudibles, como
un secreto que por fin podía decir.
180
- ¿Entonces?
- Entonces, el hecho de que ame a una persona no quiere decir que
esa persona me ame a mí y logre ser feliz con ella.
- ¿A caso te has parado frente a ella y le has dicho que la amas, que
disfrutaste de hacer el amor con ella? – le preguntó con fuerza Kathy
mientras se movía de su posición anterior y la encaraba.
- No, jamás.
- Entonces no me digas que no siente igual que tú, cuando tú has
sido igualmente cobarde y tonta para no gritarle lo que sientes.
- A veces no hace falta decir las cosas, tan solo sentirlas y verlas.
- Te equivocas, no todo lo que se ve es realidad, no todo lo que se
escucha es la verdad.
Cristina bajó su cabeza y aunque quiso decir todo lo que llevaba dentro,
prefirió permanecer en silencio, ya había tomado la decisión de marcharse
y no daría marcha atrás.
Kathy abriría la boca para decirle algunas cosas que quizás debería saber,
lo quería hacer, necesitaba hacerlo, pero no era ella a quien le correspondía
decir las palabras que se necesitaban decir.
- Te extrañaré tanto.
- Y yo a ti, no te imaginas cuanto…a ambas. – clavó su mirada en los
ojos de Kathy y le dejó ver ese triste sentimiento que la consumía de
a poco.
181
Cristina al verla quedó sin aliento porque se veía increíblemente hermosa,
no sabía si estaba apreciando todos los detalles para llevárselos en el
corazón, pero simplemente no recuerda haber visto su amiga tan bella como
esta noche. Su cara solo expresaba la grata sorpresa de ver tan hermosa
presencia antes sus ojos, ese vestido que llevaba Amanda le hacía resaltar
su perfecto cuerpo y expresaban toda su sensualidad, su cabello suelto y
alborotado, su tenue maquillaje, sus tacones altos, su recatado escote, su
aroma tan delicioso…
182
en escapar, en huir en la dirección opuesta y así terminan siendo unos
infelices el resto de sus vidas, ¿no les parece increíble eso? Es que
ósea si yo encontrara el amor de mi vida lo tomaría de ambas manos
y me le enroscaría en el cuello y jamás lo dejaría ir y si se quisiera ir
estaré tan agarrada que tendrá que llevarme con él porque no lo
soltaré.
183
Amanda la miró hasta que desapareció entre la gente y miró a Kathy con la
única mirada de asesina en serie. – ¿Qué demonios haces, que pretendes?
184
- Cristina no quiero que te vayas. – dijo Amanda mientras sus
palabras eran ahogadas por el ruido de la música.
- ¿Qué? – preguntó Cristina casi gritando.
Cristina suspiró tan solo escuchar esas palabras y por sentir la cercanía de
Amanda, se estremeció todo su cuerpo tan solo sentir su calor tan cerca de
ella, su presencia la enloqueció, pero esas palabras la desquiciaron.
Amanda conocía muy bien esa voz, pero no podía, no era justo ahora.
185
era marcharse para poder superar toda esta amargura y poder comenzar a
olvidarla…no sería fácil, pero era lo más sano para todas…alguien debía ser
feliz, aunque no fuese ella.
186
Capítulo 26:
- ¿Es todo? – le preguntó Kathy a Cristina mientras sacaba unas
cajas de su habitación.
- Sí, creo que sí, si olvido algo muy bien puedo regresar por ello en
algún momento o cuando vayas a visitarme me lo puedes llevar.
- Bueno. – respondió con nostalgia.
- Vamos no es para tanto, no pongas esa carita, mira que estaré de
vuelta pronto, además todo esto es para bien, es algo que quizás
sabíamos que pasaría tarde o temprano y… pasó.
- Lo sé pequeña, pero es tan difícil y triste dejarte ir, es que cuando
los niños crecen y es el momento que deben dejar el nido es doloroso
para una, no sé cómo viviré cada día aquí esperando tu llamada y
saber que estás a salvo en casa. – vociferaba Kathy con todo su típico
dramatismo.
- Vamos mamá cada noche te llamaré.
- Juro que si me vuelves a llamar mamá no vives para contarlo, me
haces sentir vieja y arrugada. – dijo esto y comenzó a tocarse el rostro
en forma de estiramiento facial.
- Te extrañaré vieja. – sonrió Cristina.
- Y yo te extrañaré tanto Crisita.
187
correctas. Solo te pido que en este tiempo que puedes tener contigo
misma, pienses en tus sentimientos y en la importancia de ellos, no
sea que un tiempo después te des cuenta que has cometido el peor
error de tu vida.
- Si es lo que quieres.
- No, pero es lo mejor ahora.
188
rodar unas lágrimas por sus mejillas que fueron como una tortura para
Amanda, ver esas lágrimas furtivas escaparse por su hermoso rostro fue
como sentir que se le escapaba la vida con cada una de ellas. Amanda subió
su mano y trazó el trayecto de sus lágrimas con sus dedos hasta limpiar todo
su rostro y rozar dulcemente sus labios con sus manos. Se quedó frente a
ella mirando en la profundidad de sus ojos, Cristina le regaló una tenue
sonrisa y luego se abrazaron en un silencio que pareció eterno. Ese abrazo
que no podía terminar, ese abrazo que duró tanto tiempo como las ganas
de permanecer, ese abrazo en el que compartían sentimientos genuinos y
confusiones sin sentido, ese abrazo que la embriagó con su aroma, ese
abrazo que descontroló sus emociones, ese abrazo que le entregó un millón
de sentimientos desconocidos, ese último abrazo antes de su partida…el
abrazo perfecto para dos personas que quieren decir tanto con palabras,
pero saben expresarlo mejor en acciones compartidas.
189
Cristina se acercó a sus labios y los besó, no solo por la necesidad de
hacerlo sino para hacerla callar. No quería escucharla ahora, no quería que
le dijera que era la mejor mujer del mundo, que era hermosa, que era
importante en su vida, pero que solo podía ser su amiga, besó esos labios
como si su vida dependiera de ello, ese beso le estaba sabiendo a gloria
divina. Su cuerpo se estremeció como una hoja al viento, su corazón
comenzó a palpitar mucho más rápido, sus sentidos se embriagaron en una
única sensación.
Amanda respondió el beso con gran necesidad, beso que comenzó a subir
de intensidad, su lengua acarició su labio inferior para luego entrar en la
boca de Cristina y acariciar su lengua que le respondió con una húmeda
acción, ese simple contacto hizo explotar sus más profundos deseos y que
naciera la enorme necesidad de ir por más.
Cristina despegó sus labios sin apartar la cercanía de los cuerpos y solo
permaneció observado los ojos de Amanda y poder verse reflejada
claramente en ellos. Cuantas veces los había mirado a través de los años,
pero ya era distinto, todo era distinto, su mirada, su aroma; el deseo que
vivía dentro de ella que la hacía perder la calma, ese amor tan profundo e
único que le daba vida, pero de la misma manera se la estaba quitando día
con día. Alzó su mano y por última vez acarició el rostro de esa mujer de la
que hoy se despedía y quizás perdía para siempre y simplemente separó su
cuerpo del de Amanda y se alejó sin mirar atrás, porque si lo hacía estaba
segura de que se quedaría…
190
Todo el tiempo
que tú me has dado
no ha sido en vano, no
Al contrario
me has enseñado todo
lo que soy yo
Y temblando, yo te confieso
Que todo a partir de hoy
Se ha acabado, porque nunca empezó
Yo te digo Adiós
Hasta que tú no me hagas volver
Voy a olvidarme de lo que fue
Voy a borrarlo
Sabes que me alejo
Porque jamás fui yo
Quien recibiera más
De lo que siempre te doy
Y ojalá que nunca
Sientas algo igual
Algo pasa
No me has soltado
Y no me has dejado ir
Ten cuidado
Me estás haciendo daño
Quiero salir
Y aunque te amo
Creo que es mejor huir
191
Quien se enamora, llora dos veces
Yo, quiero correr
Porque me duele
Y te perdí también
Yo te digo Adiós
Hasta que tú no me hagas volver
Voy a olvidarme de lo que fue
Voy a borrarlo
Y me perderé
Y tratare de que tú jamás
Sepas en donde encontrarme
Si yo te encuentro te vuelvo a amar
Y de eso no quiere
Yo te digo Adiós
Hasta que tú no me hagas volver
Voy a olvidarme de lo que fue
Voy a borrarlo
Sabes que me alejo
Porque jamás fui yo
Quien recibiera más
De lo que siempre te doy
Y ojala que nunca
Sientas algo igual
Te digo adiós
(Sandoval)
192
Capítulo 27:
- ¿Oye Crisita me traerás muchos regalos cuando vengas a
visitarnos?, quiero una sortija de diamantes, un rolex, un fiat, un…
- Por Dios, solo trabajo honestamente no vine a prostituirme – se
escuchó a Cristina del otro lado del teléfono.
- ¿No?, mierda, ya me había hecho la ilusión. – dijo Kathy con voz
maliciosa. - ¿Y cómo has estado belleza?
- Bien, el proyecto va sobre la marcha y todo…va bien. – respondió
con vacilación como ocultando algo.
- ¿Segura?
- Ammmm sí.
- ¿Me extrañas?
- Claro, muchísimo. – la respuesta fue rápida y sincera.
- ¿La extrañas?
193
- No.
- Ahhh ya entiendo, huiste pensando que Amanda se estaba
comiendo los huesitos de Karina sobre el escritorio.
- Es que solo pensé que…
- Eres tan idiota, Dios santo.
- Sí, pero la noche en el bar, ahí estaba Karina y se acercó a besarla,
así como si tuviesen un plan juntas en el lugar.
- Ah ahora entiendo tu cara de asesina en serie de esa noche porque
pensaste que ya estaban juntas nuevamente. O sea, Cris, no me digas
que lo decidiste tan rápido solo por pensar que Amanda estaba
nuevamente con Karina.
- Podría ser parte, no quería estorbar.
- ¿Estorbar?
- Sí. – su respuesta fue baja y casi inaudible.
- ¿En dónde?, en una relación que no existe, no me jodas Cris,
tomaste una decisión basada en las cosas que viste, que pensabas,
que tu mente inventaba y no fuiste capaz de pararte frente y
preguntarle. Ahora ando enojada con las dos estúpidas de mis amigas,
una es tan idiota para irse y la otra tan idiota para dejarla ir.
194
Kathy había comprobado lo que por las últimas semanas había pensado,
Cristina solo huyó para dejarle el camino a Karina, pensando que era la
mujer que Amanda amaba. Esa dos niñas se pasarían la vida de esta
manera, sin atreverse a decir las cosas a la cara, entonces era hora de hacer
algo porque no permitiría que siguieran apartadas de esta manera, o se
separaban con razones o estaban juntas con razones…
No sabía cuánto había pasado, pero si sabía que el demonio había llegado
por la puerta.
195
que solo te corresponde hacer a ti? Responde con toda honestidad
para confirmar ese estado tan deplorable en que estás, ¿las amas?
- No viene al caso. – respondió sin ánimos de tener una
conversación seria.
- Si viene al caso, dime; ¿la amas?
- Si la amo, pero ya no importa, nunca ha importado, ella no me ama
Kathy, solo se fue y me dejó…
- No, discúlpame mijita, tú la dejaste ir, que es distinto, ¿acaso le
pediste que se quedara?
- Sí.
- Pero ¿lo pediste con honestidad, le dijiste la razón por la que no
querías que se fuera?
- No.
- Entonces no estés llorando por algo que es tu culpa y la de ella
también, las únicas culpables del dolor de ambas son ustedes, se
están haciendo daño en medio de silencios que no las llevan a
ninguna parte.
- ¿Ella sufre? – preguntó con una expresión de sorpresa en su rostro.
- ¿Que tú crees?
- No lo sé.
- Está sufriendo igual o más que tú, solo que se hace la fuerte.
- ¿Cómo lo sabes?, yo solo fui un error Kathy y eso me está matando
porque la amo, yo quería ser más, yo quería todo…
196
Amanda estaba confundida y no entendía nada, pero sabía que esa carta
en su mano tendría algo difícil para ella y que le dolería, no quería mirarla,
pero la curiosidad siempre puede más…
“Amanda mi amor:
Hoy decidí confesar lo que siento, dejar de ser una cobarde ocultado mis
sentimientos porque simplemente tengo miedo que me rechaces y más aún
que me abandones. Hoy decidí escribir esta carta, aunque cuando quiero
hablar de mis sentimientos, me faltan las palabras, me sobre el temor y me
agobia el nerviosismo; pero cuando escribo es como si todo fluyera de la
manera correcta y por primera vez quiero hacer lo correcto.
Hoy decidí decirte que me enamoré de ti sin querer, sin pensarlo, sin
planificarlo, sin anticiparlo; no sé dónde, cuándo, porque, pero debo aceptar
que te has convertido en alguien especial en mis días. Y no ese alguien
especial con la que puedes compartir momentos y disfrutar alegrías, sino en
ese alguien especial que me roba el aliento y me hace
suspirar, eres la que me cautivó con su mirada, me atrapó con su esencia,
me iluminó con su sonrisa.
197
Tenerte en mi vida ha sido la más bella bendición que encontré en mi
camino, a pesar de todo Dios debe amarme mucho porque de los millones
de seres que están en el mundo el más hermoso de todos se tropezó
conmigo un día y sin duda esa eres tú…no lo sé, pero creo amarte desde
ese día; ¿lo recuerdas?, el día que literalmente tropezamos, tú caíste al
suelo, mi portafolio voló por los aires, tú fuiste muy amable y me dijiste “idiota
fíjate por donde caminas” y yo solo comencé a reír, no pude aguantar mis
carcajadas hasta que quedé sentada junta a ti en el suelo. Habrás pensado
que era una demente salida del manicomio, pero como dijiste después solo
hago de un drama una estupenda comedia. Pero sabes, mi vida toda ha sido
un gigantesco drama y todo lo he convertido en una divertida comedia, pero
no esta vez…no contigo. Este es el único drama que no es una comedia, es
el único drama que vivo a diario, es el único drama que me asesina día con
día, lentamente. Aun así, me reitero diciendo que eres mi más bella
bendición.
198
entras a mi habitación temprano en la mañana sabiendo que no tengo
trabajo y me despiertas, pero aun así amo esas simplezas porque cuando
no las tengo las extraño horrores. Eres especial, ni que lo diga, apareciste
en mi vida y la volcaste, la cambiaste para bien, soy una mejor persona
gracias a ti.
Yo quien te ama…Cristina…
199
Capítulo28:
Amanda simplemente leyó esas líneas, esas letras, cada palabra de esa
carta como el tesoro más valioso de su vida, si no reconociera la letra de
Cristina en ese papel juraría que no estaba pasando. Estaba tirada en el
suelo con la carta sujeta a su rostro empapado de lágrimas, con la cabeza
recostada en la pared y las rodillas flexionadas en su pecho. Las lágrimas
rodaban por sus mejillas sin poder contenerlas, con el dolor más profundo y
con el sentimiento más fuerte. Había dentro de ella una sensación de euforia
de saber que Cristina la amaba, era algo totalmente indescriptible, ¿cuánto
tiempo había esperado porque algo así pasara?... mucho tiempo, había
soñado tanto, no solo tenerla entre sus brazos, sino que ella fuese la mujer
que amara. Era tan duro pensar que jamás se fijaría en su amiga lesbiana;
ella su amiga heterosexual, pero también existía ese sentimiento de dolor
profundo, de esa herida abierta, se había ido, se había marchado por pensar
que no la amaba, que ella no podía sentir igual y la verdad era que moría
cada día por besar su labios, por acariciar su piel, por disfrutar su
aroma…moría cada día porque Cristina fuese la mujer que la amara como
ella soñaba.
- ¿Cómo la obtuviste?
200
- Estaba entre unos papales que encontré en la habitación de
Cristina.
- ¿Lo sabías? – preguntó sin siquiera mirarla.
- ¿Qué?
- Sus sentimientos.
- Siempre.
201
- ¿Cómo no pude darme cuenta? – preguntó Amanda
completamente desesperada y con la vista perdida.
- De la misma manera que no vimos desde cuando nació este amor
dentro de ti.
- Desde el primer momento que la vi, no me llevó mucho verla y quedar
embrujada con su belleza, pero todo eso cambió cuando me di cuenta
que ella no caminaba por mi banqueta y que tan solo me podía ver
como una amiga, así que con eso me conformé por todo este tiempo,
prefería eso a perder la oportunidad de poder verla cada día.
Simplemente me hice a la idea de que sería siempre mi amiga…
- Y ahí te convenciste a ti misma que Karina te podía ayudar a sacar
todo eso que sentías por tu amiga.
- Así es, ya sabes no resultó, no pude jamás sacármela de mi ser, de
mi mente, de mi vida…por más que quise no pude.
- ¿Porque no me dijiste esto antes? – le preguntó Kathy.
- Porque entiendo bien tu posición de ser la amiga que está en medio,
si te comentaba todo esto estarías presionada guardando el secreto
de una gran verdad que tarde o temprano se revelaría y entonces
pensaba que perdería a Cristina. – Amanda fijó su vista en Kathy y dijo
con dulzura. -Perdóname, no quería ocultarte nada, pero no quería
ponerte en la posición en la que tristemente te hemos puesto.
- No te reclamo que no me lo hayas dicho, te entiendo, es solo que
sabes que esto podría haber terminado mejor de lo que está hoy. –
susurró sin resentimiento y tranquilamente.
- Lo sé. - Amanda recostó su cabeza en las piernas de Kathy. – La
amo Kat, como jamás he amado a nadie en toda mi existencia, la
necesito aquí conmigo. – sollozaba suavemente.
- Lo sé hermosa. – le dijo mientras acariciaba su cabello.
- No quiero perderla, la quiero conmigo y esta vez seré egoísta; no la
quiero como mi amiga, la quiero como mi amor.
- Aun no la has perdido, estás a tiempo mi niña, ve por ella y dile
cuanto la amas desde el primer día.
- ¿Crees que es buena idea?
- Es la mejor idea que se me puede haber ocurrido o sea soy una
jodida eminencia… ¿qué esperas?
202
- Sí, lo haré, iré por ella y ya jamás dejaré que se vaya de mí, te
prometo que la haré feliz.
- Lo sé mi corazón.
Amanda había resuelto viajar ese fin de semana hasta Cristina y aunque no
la trajera de vuelta, quería decirle que la amaba y que estaría esperándola
a su regreso. Era viernes ya, así que debía apresurar el paso en muchas
cosas para dejarlo todo arreglado, poder regresar a casa temprano y
prepararse para el viaje. Estaba nerviosa, estaba ansiosa, estaba
enloquecida con la idea de poder verla a los ojos y saber que la amaba y
entonces ella poder decirle que la amaba también. Nunca se había sentido
de esta manera, era como una sensación rara, pero tan agradable que la
hacía sonreír sin que hubiese razón o motivo, pero el único motivo era ella.
203
Capítulo 29:
Amanda había sido trasladada al hospital, después de mucho tiempo que el
equipo de rescate trabajase para sacarla del auto sin provocarle más
heridas. La habían trasladado a cuidados intensivos donde le realizaron una
intubación endotraqueal luego de una cirugía de reducción abierta y fijación
interna ya que tuvo una fractura en su fémur izquierdo. Tras varias horas de
operación introdujeron una varilla sujeta con tornillos dentro del muslo de
Amanda para estabilizar el hueso y le sirva de soporte mientras sane,
además, le colocaron una férula de yeso en la pierna derecha por una
dislocación de la rótula. En su rostro había señales de algunas contusiones,
quemaduras y laceraciones provocadas por el rápido y fuerte impacto de la
bolsa de aire, algunas suturas en su cabeza habían detenido la sangre de
sus heridas. Ya fuera de la sala de operaciones la movieron a cuidado
intensivos para ser observada por un periodo de 48 horas y esperar que
despertara de su conmoción cerebral, era esto lo que debían vigilar ahora;
mientras más tardase en despertar más grave podría ser su conmoción y en
ese caso deberían regresarla a sala de operaciones.
Kathy había sido la primera en llegar al hospital, había esperado horas sin
verla mientras la operaban y en ese tiempo aprovechó para llamar a la
mamá de Amanda para comunicarle la nefasta noticia y luego de reaccionar
y procesar la información hacer el viaje para estar con su hija que tanto la
necesitaba.
204
Ayyy Mandi, ¿cómo nos vino a pasar esto?, es que no me parece justo,
pero estoy segura que saldremos de esta, como de todas. Yo sé que
me escuchas, lo sé y tienes que luchar mi niña, eres fuerte y tienes
tantas cosas por hacer aún, así que debes despertar y recuperarte. –
terminó Kathy mientras puso su cabeza en el pecho de Amanda y
sollozaba sin parar.
Kathy la miró a los ojos que también estaban llenos de lágrimas y decidió no
decir nada, se apartó del abrazo y caminó hasta la puerta dejando a Estela
junto a Amanda, pensaba que ambas necesitaban ese tiempo a solas. Era
el momento preciso de tomar el teléfono y llamar a Cristina, no sabía cómo
lo haría o como se lo diría, pero necesitaba hacerlo ahora.
- Cris.
- Hola Kat, ¿qué pasó?, te escucho un poco mal, ¿todo está bien? –
preguntó Cristina con preocupación.
- Cris, es solo que pasó algo.
- ¿Qué pasó nena?, no me estés asustando.
- Solo necesito que estés tranquila, ¿estás en casa? – le preguntó
Kathy afligida y conteniendo el llanto.
- Kathy ya no le des más vueltas dime que pasa, me estás matando
de la ansiedad.
- Es que…
- ¿Qué demonios pasó? – dijo un poco enojada ya.
- Es Amanda.
- ¿Qué pasó con ella? - gritó desesperada Cristina completamente
fuera de ella.
- Es que Amanda tuvo un accidente de auto…- le confesó Kathy en
medio de las lágrimas.
205
- ¿Qué?, no, esto es una broma de muy mal gusto…te mataré, no
bromees así Kathy.
- No lo es Cristina, te juro que no lo es, ahora estamos en el hospital.
- No puede ser, por favor, por favor, dime que es una broma, por
favor, Kat te lo pido…- le suplicó Cristina ahogada en llanto.
206
- ¿Hablaste con Cristina? – le preguntó Estela a Kathy mientras se
sentaba a su lado en el sofá.
- Si, fue terrible hacerlo, ahora ando preocupada hasta que llegue,
estaba enloquecida y me da mucho miedo que le pase algo.
- No le pasará nada, estará aquí cuando menos lo esperemos.
- Eso espero. – le respondió Kathy mientras recostaba su cabeza en
el hombro de Estela.
- El doctor dice que está esperanzado que despierte en las próximas
horas y si el golpe en la cabeza no causó ningún daño neurológico, lo
demás será cuestión de que sanen su heridas y bueno, deberá estar
un tiempo en silla de ruedas, quizás muletas y luego varios meses de
fisioterapia…
- No me iré Estela, ir a casa seria querer estar aquí, por favor quiero
quedarme aquí, me volvería loca allá, la casa está tan vacía y todo
esta tan mal…
Estela la miró por varios segundo dudando. - Está bien, pero al menos
debes descansar un poco ahora, ¿sí?, cualquier cosa yo te despertaré.
207
Estela besó su frente, se puso de pie y caminó hasta la habitación
nuevamente. Kathy la miró alejarse y perderse en la habitación, entonces
limpiando las lágrimas en su rostro cerró los ojos por unos minutos.
Kathy respiró profundo y movió su boca para decir algo, pero Estela la
interrumpió. – Está bien, no pasa nada. ¿Quieres un café mientras?
208
- Sí.
- Ya regreso.
- Gracias.
Estela apareció detrás de Cristina y le dijo. – Ella está esperando solo por ti.
Cristina volteó su cuerpo para encontrarse con Estela que traía el café de
Kathy en su mano, se abalanzó hacia ella y la abrazó fuertemente. - ¿Cómo
pudo pasar esto?
Estela la miró a los ojos y le dijo. - Estoy segura que ella estará bien y ahora
más que has llegado, sécate esas lágrimas y ve a verla. Ahí está tu lugar.
Cristina la miró con tristeza, pero con seguridad, secó sus lágrimas y
comenzó a caminar hasta la puerta, no estaba segura de estar preparada
para asimilar y entender lo que encontraría tras esa puerta, pero no estaba
completamente preparada para abrir esa puerta y ver a Karina de espaldas
parada frente a Amanda, respiró profundamente y cerró la puerta
209
haciendo un poco de ruido para que Karina sintiera la presencia de otra
persona en la habitación. Karina se volteó al escuchar la puerta, observó a
Cristina y comenzó a despedirse de Amanda hablando suavemente. No era
para nada agradable encontrarla ahí, pero estaba en su derecho, además
de que siempre estuvo ahí, jamás se fue de su lado. Cristina permaneció de
pie en la puerta hasta que Karina decidió caminar hasta ella, se detuvo unos
segundos, la miró con tristeza y con los ojos rojos, le sonrió con amargura y
sin decirle nada salió de la habitación. Cristina cerró los ojos, los abrió
nuevamente; entonces comenzó a caminar hasta Amanda, se detuvo
cuando llegó a la cama y permaneció en silencio observándola. Fue
demasiado duro verla con ese tubo saliendo de su boca, la cabeza vendada,
su perfecto rostro lastimado y lacerado, sus brazos con grandes
hematomas, sus piernas heridas...simplemente el dolor se apoderó de ella,
trató de ser fuerte, pero no lo logró, lloró desconsoladamente por mucho
tiempo, sin poder decir palabra alguna, simplemente observándola. Era un
mal sueño verla así, no podía soportarlo, tomó su mano y se sentó a su lado.
Cristina la miró con agradecimiento y una vez que la enfermera salió ella
comenzó a hablar. - Hola mi amor, ¿cómo es que pasó esto?, no soporta mi
alma el dolor de verte así, no me puedes dejar Amanda, no puedes y sé que
estoy sonando egoísta, porque yo te dejé a ti, perdóname, pero no te puedes
ir, porque te llevarás mi corazón, mi alma, mi vida contigo, te necesito para
vivir. Perdóname por dejarte sola, perdóname, perdóname, mi amor... –
descansó su cabeza en la mano de Amanda y solo se escuchaba en la
habitación el sonido de su llanto. Tomó mucho tiempo antes de poder
controlar su estado de desesperación, de impotencia, de sentido dolor y
poder levantar su cabeza y observarla nuevamente.
210
te amo más, cada día te necesito más, cada día ocupas un lugar más
importante en mi vida, en mis horas, en todo mi entorno. Cada día que
estamos separadas mi pensamiento se posa en ti y me hace extrañarte
como a nadie…tuyas son mis noches y tuyos son mis días, tuyo cada
suspiro, cada sueño, cada pensamiento, cada deseo, cada mirada, cada
beso, cada caricia…tuyo es mi cuerpo, mi alma, mi tiempo, mi corazón y
todo mi amor…Y es que eres tantas cosas inexplicables para mí. Eres mi
sol en medio de la tormenta, la luna que engalana con sencillez mi cielo, la
tenue brisa que acaricia con frescura mi rostro, el agua pura cuando muero
de sed, el equilibrio en mi control, mi salvación en plena oscuridad, ese
camino seguro por recorrer, eres mi sueño hecho realidad, mi valiente
heroína, la conciencia de mi loca razón, la necesidad y mi plena saciedad,
mi complemento de la perfección, una justa promesa, eres el amor soñado
y encontrado, pero jamás esperado. Eres este amor de todos mis sentidos,
porque decirte te amo; no basta para expresarte que eres el todo de mi
vida…te amo Amanda y no quiero perderte, necesito que te quedes
conmigo, yo aquí me quedo contigo…
211
Capítulo 30:
Cristina había permanecido en la habitación luego de hablarle al oído a
Amanda, había puesto su cabeza sobre el borde de la cama y sosteniendo
su mano, se había quedado dormida por mucho tiempo, despertó cuando
sintió que alguien acariciaba su cabello, se incorporó rápidamente y pudo
comprobar que quien la acariciaba era Amanda. Abrió los ojos sorprendida
y se le dibujó una gran sonrisa en el rostro, su emoción era infinita, su
corazón palpitaba fuertemente y sentía una enorme felicidad en su interior.
- Cariño, despertaste.
212
Sus hijos eran su vida, la parte más importante de sus días, lo más hermoso
que la vida le hubiese obsequiado y la felicidad eterna que le había dejado
su esposo al morir. El ya no estaba hacía muchos años, pero no había
estado ausente ni un solo día porque en cada uno de sus hijos encontraba
una parte de él que siempre le hacía sonreír. Sus hijos eran su mayor
orgullo, su gran felicidad y el solo sentir que podía perder a Amanda la hacía
enloquecer y tener una terrible tristeza en sus profundidades.
Amanda era la hija que más se parecía a ella, no solo físicamente sino
también en carácter y actitudes; era una copia fiel y exacta de ella, pero en
versión mil veces mejorada, era increíble el gran parecido. Y aunque el amor
hacia sus hijos era el más grande y perfecto y los amaba a todos por igual,
Amanda siempre fue especial, era distinta e inmejorable, simplemente era
única. Cualquier madre hubiese muerto de un infarto prematuro cuando su
niña le confesara que sentía cierta particular atracción por las chicas, pero
no ella, mucho antes de la confesión de Amanda ella ya lo sabía con
seguridad y no sintió ni rabia, ni dolor, ni vergüenza, al contrario, sintió
respeto, orgullo y admiración por su hija porque había tenido la valentía y el
coraje de aceptar sus sentimientos. No ha habido ni un solo día en el que
Amanda no la hubiese hecho sentir orgullosa, con su profesión, con su
carácter, con sus actitudes, con su vida, lo único que deseaba con todo su
corazón era su felicidad, que encontrara a esa persona que la valorara y la
amara por quien era y cuando la mirara pudiese ver ese corazón lleno de
los más hermosos sentimientos. Estaba segura que la encontraría o tal vez,
¿ya lo había hecho? Estela miró a Cristina a los ojos, permaneció unos
segundo de esta manera, limpió sus lágrimas con su manos y se alejó
entrando en la habitación, dentro de ella se encontró con el doctor y le
preguntó. - ¿Doctor cómo está mi hija?
213
y que ella pueda sobrellevar el hecho que tardará mucho tiempo en
caminar nuevamente. Así que necesitará de mucho apoyo.
214
- Que no recuerdo porque despierto en el hospital, porque estás aquí,
porque no puedo mover mis piernas, porque me duele hasta el
alma…solo recuerdo vagamente que regresaba a casa del trabajo y
que…
- ¿Y qué?
- Nada…solo no logro recordar nada Mamá.
- Bueno al menos reconoces a tu madre eso es un gran alivio para
mí. – sonrió Estela. – Y si reconoces a Kathy, pues supongo que
todo está bien.
- ¿Quién es Kathy? – le preguntó seriamente.
- ¿Estás segura?
- Estoy segura que estarás bien amor. – completó Estela porque
estaba esperanzada de que todo estaría mejor, pero lamentablemente
no tenía la seguridad de ello. – Te amo tanto mi niña...
Y yo a ti Ma y la verdad que…siento tanto…
215
- Vamos hija, no te preocupes, saldremos de esta como hemos salido
de otras situaciones, eres fuerte, somos fuertes. Afuera están tus
hermanos, tu familia, tus amigas; la gente que te quiere y que no te
dejará sola. Ahora quiero que descanses y luego podremos hablar
todo lo que quieras, pero ahora necesitas dormir.
- Si Mamá.
216
- Kathy creo que mi Mamá acaba de decirte que hueles mal. –
bromeó Lorena.
- Graciosa que eres, si solo llevo dos días sin ducharme, huelo a
flores.
- A flores marchitas. - rio Lorena sin cesar.
217
- Te extrañé, tardaste mucho en regresar.
- También te extrañé horrores. – le sonrió Cristina. – No tenías que
llamar mi atención así, si querías que regresara solo tenías que
pedirlo.
- Lo siento. – Amanda respondió con profunda tristeza.
- No tienes por qué sentirlo cariño, no tienes culpa de esto, no quisiste
que pasara, pero lo cierto es que casi muero de tan solo pensar que
algo te podría pasar, no podía estar lejos sabiendo que me
necesitas…que necesito estar aquí contigo. Dios Amanda si te pasará
algo yo… - le susurró Cristina mientras se recostaba en la cama y
posaba su cabeza en su pecho.
Amanda la cubrió con sus manos y aunque quería decirle un millón de cosas
que tenía planificado decirle permaneció en silencio el tiempo suficiente para
disfrutar de su cercanía y sentirla en sus brazos nuevamente. A pesar del
dolor que sentía su cuerpo, su alma y su corazón sentía la más increíble
sensación de bienestar que podía sentir. – Estoy bien, ahora más que estás
aquí.
Algunas horas después estaba de vuelta en casa con Kathy, todo estaba
tan igual y a la misma vez tan distinto. Estaba recostada en su cama cuando
sintió que tocaban a su puerta y escuchó la voz de Kathy murmurar. – Cris,
¿puedo pasar?
- Si pasa Kat.
218
- Es que pensé que estabas desnuda y no quiero verte desnuda.
Quien sabe y después me gustas…
Cristina estaba bastante confundida con todo, Kathy nunca había sido tan
misteriosa y mucho menos tan parca en sus palabras. Cristina agachó la
vista hasta sus manos para entonces abrir los papeles doblados que tenía
en sus manos, suspiró de tan solo reconocer la letra que decoraba ese
blanco papel…
219
estás haciendo?, detente, reacciona, escapa y continua antes que quedes
sumergida en ese algo completamente desconocido; sin embargo tan
fascinante y embriagante”… y he tratado de huir, de escapar, de
desaparecer, pero soy una imbécil porque cuando decido irme es cuando
más rápido regreso, cuando comienzo a extrañarte, cuando la necesidad de
estar a tu lado se hace más evidente que la necesidad de continuar mi
camino. Por más que intento salir de este laberinto no encuentro la salida y
tampoco avanzo, tan solo permanezco y me pierdo más, ¿será que ni quiero
salir?
Aun así debo reconocer que eres tú la que alegra mis días grises, la que
convierte mis pesadillas en mágicos sueños, la que con su voz acuna mis
dormidos sentidos, la que dibuja alguna pícara sonrisa en mi rostro, la que
hace que mi corazón se salte un latido cada vez que llega, la que con el solo
hecho de estar inutiliza mis sentidos y llega el nerviosismo, la que con sus
palabras ilumina mi mirada y ensordece el ruido del mundo. El mundo que
queda fuera cada vez que estamos juntas, ese mundo totalmente conocido,
sin embargo, innecesario cuando nos tenemos la una a la otra…donde el
bullicio, las gentes, el prejuicio, las miradas y el imposible no existen, no
tienen cabida, no triunfan sobre los sentimientos del alma.
220
Es difícil para mí expresar las cosas que quiero decir algunas veces; dar un
paso atrás sería lo más razonable, dar la media vuelta, ignorar al corazón,
hacerle caso a la conciencia y vivir prófuga del amor huyendo de los
sentimientos. En muchas ocasiones la única cosa que quiero decir es la
única cosa que callo; por miedo…ese miedo que me paraliza, ese miedo
que me inutiliza, ese miedo que me acobarda, ese miedo que me hace callar
cuando debería gritar, alejarme cuando debería permanecer, querer cuando
debería amar, morir cuando debería tan solo vivir…ese miedo que no me
permite decirte que te amo Cris…eres tú mi amiga, pero también la única
mujer que amo…
Mandi”
Luego de leer cada una de esas letras plasmadas tan perfectamente en esos
papeles, Cristina sintió una sensación tan única de saber que Amanda
sentía exactamente de igual manera que ella, en medio de aquel incesante
mar de lágrimas la felicidad la inundaba, pero también se sintió la mujer más
estúpida del universo por haber permitido que el miedo la esclavizara presa
del silencio, hubiese sido más fácil gritar los sentimientos y apartar la
cobardía. Tomó la carta y la presionó contra su pecho mientras se levantaba
de su cama y salía de su habitación. Caminó lentamente por el pasillo hasta
que llegó a la habitación de Amanda, pudo observar su maleta casi
terminada en un lado y todo listo para un viaje, en la mesita de noche había
unos boletos, entonces Cristina entendió…
221
Capítulo 31:
- ¿Mandi, te duele? – le dijo Kathy mientras le ponía el dedo en uno
de sus hematomas.
- Mierda, claro que me duele Kathy, ¿eres tonta o te haces? – gritó
Amanda quejándose.
- Nada solo quería saber si tenías la suficiente sensibilidad luego de
tantos días.
- Estoy segura que no se hace, es así por naturaleza. – murmuró
Lorena desde el sillón de la esquina.
- Por favor, solo me hago es que la NASA por tres ocasiones me ha
ofrecido trabajo y yo no he aceptado, así que para evitar todo ese
desgaste, simplemente me hago la idiota para despistar.
Lorena la miró entrecerrando sus ojos - Ohhhh, pues te felicito eres todo una
profesional despistando porque hasta a mí me has convencido de tu estado
de retraso mental…
- Nadie habló de retraso, sería más bien algo como una idiotez
mental desmedida– la desafió con la mirada Kathy.
- Si, puro ejemplo de una eminencia en potencia. – recitó con gran
ironía Lorena
Ambas chicas sonrieron y guardaron silencio, no era nada raro que Lorena
y Kathy tuviesen este tipo de conversación rara, era bastante habitual
encontrarlas en sus conversaciones sin sentido, ya Kathy había pasado a
ser un miembro más de la familia y todos la querían, así que existía una
linda relación con toda la familia, aunque a veces solo quisieran matarse.
Kathy alzó sus ojos al cielo en señal de molestia y trató de ser una niña
buena. - Hola Karina, ¿qué tal estás?
- Hola Kathy, muy bien gracias.
222
- Me parece genial. – Kathy miró a Lorena y le dijo. – Vamos por un
café niña.
- No quiero café, quiero una cerveza. – respondió poniéndose de pie
y caminando hacia Kathy.
- Niña malcriada, te acusaré con tu madre, borrachina
empedernida…te irás al infierno…
- Te invito una cerveza. – le sonrió Lorena.
- Ok ya no le diré a tu mamá. – le extendió la mano en señal de que
tenían un trato, luego apartó su mirada y la fijó en Amanda. - Mandi
estaremos fuera, si necesitas ayuda grita fuertemente, ¿sí? – sonrió
sarcásticamente mientras cerraba la puerta.
- No cambia. – dijo Karina caminando hacia Amanda.
- Ni lo hará jamás, ella ya es así.
- ¿Cómo te sientes?
- La verdad es que me siento mucho mejor, me duele menos el cuerpo
y aunque muchas personas pensarán que estoy mal de la cabeza todo
está bien con ella. Así que solo estoy deseosa de salir de aquí, ya
quiero estar en casa y prepararme para la recuperación que será larga
y muy lenta, pero en casa me sentiré mejor.
- Así será y estoy tan feliz de verte mejorada, no sabes cuan terrible
me sentí al saber que tuviste un accidente y el solo hecho de pensar
que te ocurriera algo negativo me hizo doler el alma. Eres muy
importante para mí Amanda, lo fuiste y aún lo eres y perdona que lo
diga ahora, pero no quiero perderte y lucharé para poder recuperar lo
que tontamente perdí.
- Karina tú sabes que…
- Lo sé Amanda, pero aun así lucharé, quiero demostrarte que cometí
un error imperdonable, me dediqué a perderte y me maldigo día con
día por haberlo hecho. Quiero permanecer a tu lado en este proceso
y en tu recuperación, que me permitas estar a tu lado…sin ningún
compromiso, pero necesito estar a tu lado. ¿Me lo permites?
- Karina, estás en tu derecho de permanecer, si es lo que quieres,
incluso me haría bien tenerte a mi lado, me hace bien saber que al
menos soy importante para que te tomes la molestia de estar…
- No es una molestia, es mi necesidad. – la interrumpió rápidamente.
223
- Aun así, sabes que lo nuestro no ha ido y no va en ninguna
dirección y tampoco…
- Dame solo la oportunidad de intentarlo.
- Ya tomé mi decisión Karina…
- Y yo estoy tomando la mía Amanda.
Karina se acercó sin apartar su mirada. - ¿Cómo pude perder a una mujer
como tú?, siempre he pensado que podía tener a cualquier mujer a mi lado,
podía tener lo que quisiera y cuando tuve la mejor mujer en mi vida, no la
supe valorar y amar de la forma que merecía, ¿qué tonta hace eso?, yo
quiero recuperarte Amanda.
Karina acercó su rostro para besar sus labios, pero Amanda movió un poco
su cara para que el beso fuese en el borde de sus labios, le sonrió y le dijo
con sinceridad. – Gracias por estar junto a mí en estos momentos, para mí
significa mucho y estoy muy agradecida.
224
Cristina la miró confundida de sus palabras y fijando su mirada a sus ojos le
preguntó. – ¿Me puedes explicar con lujo de detalle a que te refieres?
225
deseado, eso que ella jamás le había ofrecido y evidentemente alguien más
si le ofrecía o al menos sabía ofrecerlo... - ¿Crees que te quedarás con ella
así tan fácil?, no me detendré hasta que regrese a mi lado nuevamente.
Cristina se alejó sin siquiera mirar atrás y continuó su camino hasta llegar a
la habitación de Amanda, entró en silencio y se acercó hasta llegar a ella. -
¿Y porque tan sola mi pequeño saltamontes?, ¿dónde andan las idiotas que
se supone estén contigo?
226
- ¿Ah?
- Nada que solo me la encontré. – murmuró sin mirar a Amanda
acomodando unas cosas que había traído de la casa.
- Aja, ¿y?
- ¿Y qué Mandi? – se detuvo a mirarla con seriedad.
- Nada…
- Bien, traje una ropa de cama, ropa limpia para ti y algunos antojos
para que comas…
- Te ves tan hermosa y sexy cuando estás seria y enojada.
- ¿Qué te hace pensar que estoy enojada? – se detuvo a mirarla
seriamente.
- No es que piense, solo es que te conozco, te huelo, te
siento…recuerda que soy tu amiga.
- Si claro mi amiga. – dijo con ironía haciendo una mueca con la
cara.
- ¿No y que soy entonces?
- No sé, eso me gustaría que me lo dijeras tú, ilumíname por primera
vez en mi vida. – alzando sus manos al cielo en señal de buscar la
respuesta.
227
- Todo. – respondió y sin dudar besó esos labios que tanto deseaba
besar, con el solo contacto sintió electricidad por todo su cuerpo, había
esperado tanto para saborear nuevamente esos labios que la
enloquecían y simplemente quería que el tiempo se detuviese en ese
instante.
228
Capítulo 32:
Ese beso duro más tiempo de lo que esperaban, les sorprendió la necesidad
con la que ambas mantenían el contacto, Cristina recordó lo que siempre
decía Kathy “Lo que pasa en el piso de arriba se siente en el sótano”, y sin
duda era cierto porque besar a Amanda siempre la excitaba grandemente.
Cristina acarició con su lengua el labio inferior de Amanda mientras lo
atrapaba con sus dientes suavemente.
229
abrazó tiernamente, aprovechando la cercanía para decirle
suavemente. - Y tenemos una conversación pendiente usted y yo.
Cristina la miró aterrada, pero asintió con la cabeza sin pronunciar palabra
alguna saliendo por la puerta y tropezándose con Kathy fuera de la
habitación.
230
- Nada, me despedía de Amanda y no me pude resistir a besarla y
justamente en la loca acción de besarnos con gran pasión entró
Estela y bueno…
- Con pasión…es bueno que menciones eso. – rio sonoramente Kathy.
- ¿Y que hizo Estela, te firmó la sentencia de muerte con alguna jeringa
que encontró por comerle la boca a su niña?; bueno lo que no sabe es
que no solo la boca le has comido, pero si lo sabe, no bueno ni te
cuento como se desata la furia de la diosa Petunia Pérez. – afirmó
Kathy saliendo del ascensor junto a Cristina.
- Idiota, no me tienes que empeorar mi estado de nervios, solo me miró
seriamente y me dijo que le debía una conversación a mi regreso. –
caminó fuera del ascensor mientras Kathy la seguía con dirección al
estacionamiento.
- Recuerdo que a la última persona que Estela le dijo eso, tres días
después terminó en el cementerio, lo bueno es que tú tienes más de
tres días, disfruta tus últimos días de estadía en este mundo.
- No me jodas Kathy, no me estás haciendo más fácil la situación. –
le dijo un poco enojada.
- No mi vida la que no se hace fácil la situación eres tú, ahora mi
pregunta es la siguiente, ¿escapas nuevamente y le dejas el camino
a Karina para que ella sea la que esté presente cuando más Mandi
necesita a alguien a su lado?, ¿escapas sin decirle que la amas?,
¿escapas sin gritarle a todos que estás enamorada de tu amiga y que
ya no puedes vivir sin ella?, ¿escapas sabiendo que pudiste perderla
porque la vida es muy efímera?, ¿escapas sabiendo que ella te ama
como tú a ella?, ¿escapas porque eres un estúpida?
- Kathy esas son muchas preguntas.
- No Crisita solo es una, ¿Cris aún escapas? – fijando su mirada en
su rostro.
- No, ya no lo hago más. – le sonrió y la abrazó diciéndole al oído. –
Cuida de ella por favor.
- Lo haré, pero no tardes mucho, porque mientras tardas la vida pasa
sin remedio, sin poder detenerla. ¿Te has dado cuenta de que casi la
pierdes dos veces? Y una de ellas para siempre…ya es hora que le
digas que la amas, aunque tu sepas que ella te ama y sea evidente
231
para el mundo entero que ambas se aman, es algo que no pueden
ocultar mientras esté una al lado de la otra, sus miradas y acciones
las delatan y si están separadas la tristeza las mata; ¿qué harán?
Jugarán al juego de “te amo, pero esto no puede ser”… Fuiste muy
tonta e idiota en pensar que ella amaba a Karina, fuiste muy cabrona
en huir sin decirle que la amabas, y eres bastante pendeja
marchándote nuevamente y dejándosela en bandeja de plata a Karina
que ahora anda arrepentida y como corderito tras Amanda…
- Kathy, no me tienes que recordar lo que ya se. – comentó pasando
sus manos por su cabello despeinado por la brisa.
- Pareciera que a veces solo se te olvida. – movió su cabeza de un
lado al otro.
- No, ¿crees que me voy tranquila sabiendo que Karina la quiere
recuperar y está haciendo todo lo posible por recuperarla?, tan solo
pensarlo me hace enloquecer; pero ahora debo regresar, sabiendo
que ella está bien debo arreglar algunas cosas para poder hacer lo
correcto.
- Siempre tienes cosas que resolver.
- Si…Kat, creo que la amo desde el primer día que la conocí o al
menos cinco minutos después, he desperdiciado muchos años
apartando mis sentimientos pensando que era tan incorrecto y que
solo estaba confundida porque ella era mi amiga. Jamás pensé que
ella pudiese amarme, era algo loco pensar que ella podría verme de
otra manera, pero es así Kat, ella me ama de la misma manera. Hoy
me doy cuenta que sintiendo lo mismo hemos sido muy cobardes para
gritarnos nuestro amor seguras de que perderíamos nuestra amistad.
Siempre pensé que eso del amor no existía, que era una bonita novela
que solo podías ver en la televisión y que jamás se vuelve realidad,
pero hoy puedo decir que este sentimiento que llevo dentro es mucho
más perfecto y más bello que la mejor de las novelas y es gracias a
Amanda, la única cosa que debo resolver es mi vida Kat y es lo que
haré…
- Sí, resuelve todo, escribe tu testamento y me dejas tu auto, tu dinero,
tus joyas, tu colección de pirámides y de video juegos antes que Estela
termine con tu pobre vida; yo intentaré sacar la cara por ti y hablar
232
bonito y decir que solo tropezaste en la cama y que no significa nada
lo que sus ojos vieron y que estabas ebria cuando hiciste el amor con
su hija y que…y que… y que…ay Crisita analizando este asunto bien,
estás bien jodida, así que ni siquiera emitiré comentario alguno del
asunto en cuestión; podría perder mi vida también. Así que rézate 7
ave marías y 10 padres nuestros, ayuna, peregrina, arrodíllate en
dirección a La Meca, medita, recita mantras, léete el Tanaj, la Biblia,
el Corán, el Tripitaka, el Majabharata, cuélgate un crucifijo, una estrella
de David, una luna creciente, un Om, una rueda del Dharma;
encomiéndate a Yahvé, a Alá, a Dios, a Visnú, a Krishna y a la madre
de los tomates, pero créeme y estoy segura nadie te salva de tu cruel
destino. – terminó con una enorme sonrisa como sintiendo una gran
alegría.
Llegó a la habitación de Amanda con una sonrisita de oreja a oreja que fue
opacada cuando vio a Estela en la habitación, trató de disimular, pero no
podía simplemente ocultar su risita maliciosa.
- Ahora que llegó Kathy, aprovecho que ella se quede y yo iré por
unas cosas y regreso hija. – comentó Estela a Amanda.
- Claro Mamá.
233
Kathy abrió los ojos muy grande. – Va a arder Trolla. – murmuró. – Mandi,
ya tú pequeño y sucio secreto, ya no es tan pequeño, ni tan secreto, aunque
sigue siendo sucio.
234
- Hablaré con mamá cuando llegue el momento. – respondió con
seguridad.
- No, eso no tonta. ¿Qué harás con Karina y Cris? – alzando sus
cejas y torciendo la boca.
- No hay Karina y Cris.
- ¿No?, si las vi a las dos hoy…
- Solo hay Cris.
235
Capítulo 33:
Algunos días después luego de dos semanas en el hospital le dieron el alta
a Amanda, cambiaron su yeso de la rodilla por un aparato ortopédico
removible, sus demás heridas habían sanado muy bien y su fractura del
fémur tardaría mucho más en sanar, pero podría hacerlo estando en casa.
236
Kathy miraba desde el sillón de al lado de la cama con cara de que el doctor
estaba hablando chino porque en general no le entendía tales conceptos.
Mientras, al lado del doctor se encontraba Estela muy atenta a todo lo que
le informaba el doctor, estaba feliz de que al fin Amanda podría salir del
hospital, aunque estaba bastante consciente de que serían meses bastante
intensos; pero con el hecho de tenerla con ella y que recuperara
completamente no le interesaba nada más.
237
- Y necesitaría que usted pase con la enfermera a firmar unos papeles
y unas recetas, mientras me parece que Amanda puede comenzar a
prepararse para irse a casa. Este es mi número. – le extendió un papel
el doctor. – en caso de que sientas alguna molestia o te sientas mal
por alguna razón solo llama a cualquier hora.
- Gracias doctor.
- Por nada. – respondió prontamente, acto seguido miró a Kathy y le
sonrió amablemente.
238
Karina miró por largo tiempo a Amanda y dijo. - Quería estar aquí contigo
en este momento, por fin ya vas a casa y estás en vías de recuperación.
- Así es, queda un largo camino aún, pero dicen que la vida es un
paso a la vez…
- Completamente de acuerdo, pero ahora estarás en tu casa y es
más cómodo.
- Bueno no es casa, me iré con mi mamá por un tiempo.
Amanda alzó un poco las cejas por sus palabras y despegó la mirada del
rostro de Karina. – Definitivamente estoy segura que así sería. – respondió
con tristeza.
239
tienes idea quien es, el hecho que la conozcas como referencia que es mi
amiga, no te da el derecho de llenarte la boca para hablar de ella como si
conocieras sus sentimientos y sus situaciones…
Karina se había despedido, ya era hora de salir y Kathy había decidido viajar
con Amanda a casa de su madre, aunque luego debiera devolverse en unos
días, pero sentía que quería estar con ella y disfrutar ese tiempo. El viaje no
fue nada cómodo para Amanda, eran algunas horas hasta la casa de su
madre y las últimas horas fueron todo un infierno. Se sentía muy incómoda
y con dolor, pero una vez que llegaron se sentía feliz porque podían
descansar y más que eso hacía bastante tiempo que no regresaba a su
ciudad y podría pasar algunas horas con sus padres.
240
- Oye Mandi. – dijo Kathy mientras se acostaba en el futón que muchas
veces había utilizado de adolescente para dormir en la habitación de
Amanda.
- Si Kat. – respondió Amanda acostada en su cama y preguntándose
la extraña razón por la cual había pintado la habitación con esos
colores años atrás, ahora le parecían horrorosos.
- ¿Qué pasa con Karina?
- ¿Qué pasa con ella? – preguntó sorprendida.
- Bueno, ya sabes que anda como inocente y blanca palomita, pero sé
que lo único que quiere es que tú le des de tu maíz. Y cada vez que la
veo me dan unas ganas locas de arrancarle la cabeza…
- Créeme no tienes que decírmelo, se ve a simple vista.
- ¿Sí?
- Por supuesto, hasta se siente en el aire. – rio Amanda recordando
la escena.
- ¿Regresarás con ella?
- Como crees, ni que esté tan loca. – respondió rápidamente con
seguridad.
- Bueno eres idiota por eso. – remarcó con gran entonación.
- Sí, pero no para tanto.
- Pero dicen que donde hubo fuego cenizas quedan.
- No cuando el fuego era solo físico.
- La carne llama.
- Pero el corazón alimenta.
- Sí, pero Cris no te ha dado más ñaca ñaca.
- Eso no lo es todo.
- Pero el cuerpo tiene sus necesidades y esa maldita Karina está
buenota, a pesar de que no soy lesbiana pues debo aceptar que es
hermosa esa maldita infeliz desgraciada.
- Kathy. – la interrumpió Amanda.
- Sí.
- ¿A dónde pretendes llegar con todo este asunto?
- Es solo que…tengo miedo de que ustedes sufran y que tu tomes
una decisión que les haga daño a las dos.
- ¿Cómo regresar con Karina?
241
- Sí.
- Sería mi decisión, ¿no?
- Así es, pero ustedes se aman y… ¿porque te enamoraste de ella?
- ¿De Cris?
- Si…
242
poseer, a aminorar la marcha, a cambiar la dirección, a buscar
nuevos horizontes, a aventurarme a lo desconocido con los ojos
cerrados y aun así sentirme segura…porque hizo que mi corazón
despertara del sueño eterno, porque me mostró el camino a la
verdad, porque me está enseñando a amar sin razón, sin medida…
Me enamoré de ella por su mirada, por su sonrisa, por su carácter,
por su personalidad, por su belleza física y su hermosura espiritual,
por su rostro y el cuerpo que lo acompaña, por sus pensamientos y
sentimientos, por sus virtudes y defectos, por sus sí, sus no, sus
quizás, sus nunca, pero sobre todo por sus siempre, por lo que grita
y lo que calla, por su complicada sencillez, por su sinceridad y la
valentía de guerrera que lleva dentro…me enamoré porque en ella
encontré lo que tanto he buscado; la perfección que anhelaba y
aunque nadie es perfecto, ella es la perfecta para mí.
- Dios santo cada día estás más empalagosa, maldita la hora que
pregunté. – murmuraba Kathy.
- No necesito más razón para enamorarme de ella que la que tiene mi
corazón para escogerla, este loco, ciego y tonto corazón; no sé
cuándo, ni como reconoció que es ella la dueña de sus latidos y el
amor de sus motivos. No importa el cuándo, el cómo, ni el porqué de
ella me enamoré… no importa el cuándo, el cómo, ni por qué comencé
a quererla…no importa el cuándo, el cómo, ni por qué me ha enseñado
a amarla… no importa el cuándo, el cómo, ni el porqué, si se ha
convertido en todo lo que necesito para ser feliz…no necesito ninguna
otra razón para enamorarme cuando la razón de mi vida…es
simplemente ella.
- Qué bonito todo lo que has dicho, eres una cursi de mierda, estás
enamorada y eso me hace feliz, pero ¿sabes que decirme todo eso no
vale de nada si no se lo dices a ella? Son simples palabras que se las
lleva el viento y me hacen sentir náuseas, además de que estás
creando problemas de más, tienes a dos mujeres sintiéndose celosas
una por la otra porque ambas están luchando por tu amor, aunque tú
y yo sabemos que una de ellas no debe luchar porque tu amor es de
ella, ¿no crees que ya está siendo hora que pongas los puntos sobre
las ies y evitar a tiempo una desgracia a gran escala?
243
Las mujeres celosas son el diablo y son capaz de picarte en pedacitos
y luego quemarte y luego enterrar tus cenizas 20 metros bajo tierra y
luego construir un enorme edificio de 50 pisos sobre ti y serás famosa;
no por construir una gran obra de arte, sino por ser asesinada de una
manera vil, cruel, despiadada y…será un crimen pasional. – Kathy
recitaba con gran energía como si de una película se tratara.
- Diablos, te puedes callar ya, das miedo tú y tus historias de mujeres
asesinas.
- Pero si es fascinante, además solo te advierto.
- Gracias Kathy, estoy segura que me quieres mucho.
- Si, las quiero demasiado a amabas y quiero que sean felices.
- Lo seremos y debo confesarte que…me estoy muriendo sin ella.
- Pues empieza por hacer las cosas correctas pedazo de imbécil. –
Kathy terminó poniéndose más cómoda en el futón para así logar por
fin dormir.
Amanda sonrió por los buenos tratos de Kathy, estaba agradecida que
hubiese decidido viajar con ella, sin duda siempre es un gran apoyo y sin
ella en su vida muchas cosas hubiesen sido más difíciles. Luego de algunos
minutos la sorprendió un pensamiento, alcanzó su teléfono y escribió.
“Extraño tanto tenerte aquí conmigo, extraño a mi amiga, pero más que eso
extraño a la mujer…”
244
Capítulo 34:
- Hija deberías salir un poco al patio, respirar aire fresco, caminar un
poco, necesitas hacerlo, es parte de la recuperación temprana.
- No tengo ganas Mamá. – respondió Amanda ensimismada.
Estela miró por largo rato a su hija, demasiado tiempo para leerla. – A veces
hay quienes queremos tener a nuestro amor a nuestro lado con el deseo
más grande y genuino del corazón y lamentablemente lo perdemos, no
porque quisiéramos, sino porque simplemente así sucedió. En cambio, hay
quienes pudiendo tener a su amor a su lado lo dejan escapar, hacen de lo
fácil lo más complicado y terminan perdiendo al amor de su vida. ¿De qué
tipo de persona eres tú? No puedes huir el resto de tu vida hija…
245
- Yo estoy feliz de estar aquí. – comentó Cristina con una gran
alegría.
- Ven pasa mi niña.
246
jamás te haría daño, al contrario, solo quiero tu felicidad. Ahora bien,
¿amas a mi hija?
Cristina la miró a los ojos y dijo con toda la sinceridad que su corazón le
permitía. – La amo de la manera que jamás pensé que podría amar a alguna
persona. Ella es… - cerró sus ojos y suspiró. - la dueña de cada hermoso
sentimiento que se encuentra en mi corazón…la única…
Cristina subió las escaleras rápidamente, tan rápido que sintió que volaba a
medida que subía cada escalón. Al llegar a la habitación encontró a Amanda
leyendo en la cama “El Peregrino”. – Si quieres podemos caminar por el
camino de Santiago juntas de la mano.
247
- Quizás, pero para mí tú eres más importante. – dijo acercándose al
borde de la cama y sentándose. – Este libro es increíblemente bueno.
- Lo es, me lo recomendaste. – comentó nerviosa de sentir la
cercanía de Cristina.
- Me agrada que lo estés leyendo.
- Bueno es muchísimo mejor que mis demás recomendaciones, una
de mi madre y otra de Kathy. – mientras tomaba dos libros de su
mesita de noche y se los mostraba a Cristina.
Cristina sonrió al ver las portadas de los libros. – “La cabaña”, sin duda está
fue la recomendación de tu madre y si no lo vas a leer ahora, lo haré yo
porque siempre he querido leerlo y ahora es tiempo y bueno… - alzó el otro
libro para mirarlo más de cerca. – No temo equivocarme que este te lo dejo
Kathy, “Sexo, amor y otros misterios”
- Solo a veces cuando son evidentes las cosas, pero es bueno ver
que has dejado tú “El código de Da Vinci” en casa.
248
Amanda acercó sus labios a los de Cristina y los besó delicadamente, alejó
un poco el contacto y con los ojos cerrados suspiró. – Tus labios son tan
ricos Cris, me enloquecen totalmente.
249
tenido tanto miedo de decir que te amo en voz alta; no es lo mismo
sentirlo en todo tu ser, sentirlo en toda tu esencia; que gritarlo y que
ese sentimiento no sea correspondido. – Amanda besó nuevamente
esos labios, pero esta vez con gran necesidad.
250
Cristina acarició los ojos de Amanda, los besó y continuó diciendo. - Amo
tus ojos porque en ellos me puedo perder con seguridad, porque me
transportan a tu inexplorado, pero conocido mundo, porque me asoman la
belleza de tu interior. Amo tus ojos cuando me embriagan de locura, cuando
se posan en mí, cuando son serenos, cuando son profundos, cuando son
sensuales, cuando con toda sinceridad me expresan tu amor, cuando no los
veo y solo los imagino, cuando en ellos me veo reflejada, cuando me miran
sin mirarme, cuando con ellos me sonríes, cuando se pierden en mi propia
inmensidad, cuando me trasmiten tranquilidad y me llevan a la calma,
cuando de ellos se cuela alguna lágrima, cuando permiten que a través de
ellos yo pueda llegar a tu corazón.
Esta vez acarició su rostro y lo observó con gran ternura. - Amo tu rostro
porque es lo más hermoso que puedan mirar mis ojos, porque expresa tus
sentidos, pero oculta tus verdades, porque es él, junto con tu cuerpo todo lo
que me gusta tener. Amo tu rostro cuando me regala todas sus caras,
cuando está cansado y casi dormido, cuando se ilumina por la luz o cuando
desaparece con la oscuridad, cuando lo imagino dormido, en reposo, en
tranquilidad, sin ningún gesto aparente, cuando descubro tu sencilla belleza,
cuando me sonríe, cuando me mira, cuando me habla, cuando reconozco
cualquier expresión de amor, cuando se sonroja y se oculta. Amo tu rostro
de niña traviesa y de mujer comprometida, amo tu rostro con sus miles de
manifestaciones a la hora de amar.
251
días sin ti, amo los días de sol y los días grises, pero que sean junto a ti,
amo todo lo que me haces sentir, amo tus alegría y tus tristezas, amo tu
seguridad y tus dudas…te amo porque solo sabes quién soy; porque
reconoces lo mejor de mí, te amo incluso si hoy me hubieses dicho que no
me amas…simplemente te amo amor mío.
252
vida. Significas el cielo, el sol, la luna, el día, la noche, la lluvia, el viento,
cada hermoso paisaje, cada palabra, cada gesto, cada sentimiento, cada
pensamiento, cada suspiro, cada sensación que compone mi entorno.
Significas tanto que las palabras, los detalles y las expresiones de amor se
quedan cortas para demostrar al menos una parte de tu significado en mi
vida…tu significado es aquel que nadie nunca había ocupado en mi vida…tu
significado es sinónimo de amor…tu significado es el de la mujer que amo y
la mujer que amo…eres tú cielo…
253
Capítulo 35:
- Sabía que no durarías mucho aquí, tenía que llegar tu salvadora y
secuestrarte. – dijo Lorena con una sonrisita de medio lado.
- No me extrañes mucho.
- Ni siquiera me había enterado que regresaste. – la abrazó
fuertemente Lorena hasta casi asfixiarla. – Te quiero gorda.
- Y yo te quiero a ti.
254
su lado. – Te adoro. – le dijo Estela mientras la abrazaba y besaba en
repetidas ocasiones.
Cristina ladeó su cabeza, la miró y le sonrió. – Por supuesto que sí, con todo
gusto.
255
crecer y te sintieses orgulloso de mí. He tratado de llevar mi vida
conforme a los valores que tú y Mamá nos enseñaron; a pesar de que
ya sabes…pero como me dijiste alguna vez “tus preferencias sexuales
no tienen nada que ver con la clase de ser humano que eres y el que
deseas ser, me tiene sin cuidado con quien te cases y compartas tu
vida, lo que realmente me importa es que seas una gran mujer”, eso
lo he tratado siempre Papá, ser una gran mujer; eso que nos
enseñaste tú y que Mamá ha continuado enseñándonos a través de
los años.
- ¿Listo?
- Listo.
- ¿Me permites unos minutos? – caminó entonces hasta la tumba del
papá de Amanda.
256
Amanda le sorprendió mucho su acción, pero sin saber porque se sintió
muy nerviosa y a la misma vez con un sentimiento único dentro de sí.
Había sido un momento completamente idílico para ambas, el que cada una
haya expresado sus sentimientos; una como una confesión y la otra como
una promesa las había llenado. Además de que el solo hecho de poder estar
una al lado de la otra ya era demasiado para ambas, se sentían nuevamente
vivas y esta vez con un motivo mayor, con una razón en el corazón, con un
sentimiento que recorría todo su ser…
Esa noche llegaron a casa; muy cansadas, por cierto, pero con el alma
repleta.
257
en casa, las extrañé muchísimo, ahora sé que me sentiré mucho mejor
y espero que ustedes dos también.
Amanda miró a Cristina con una mirada pícara y muy sensual y aprovechó
el momento para dar un repaso visual al cuerpo de Cristina. Llevaba un jean
a la cadera que la hizo casi infartar al pasar su mirada por las curvas de su
figura, una camisa a rayas abierta hasta la línea de la perdición completaba
su vestimenta. Amanda tardó una eternidad en observar cada detalle que le
interesaba, al regresar nuevamente arriba se encontró con la mirada de
Cristina que la observaba con una ceja alzada y decoraba su rostro con una
sonrisa juguetona.
258
- ¿Le dijiste?
- Sí.
- ¿Qué le dijiste?
- Que la amo desde siempre.
- Por Dios, al fin haces algo bien, aunque pobrecita de ti ahora tienes
la mejor cena de tu vida servida, tienes una hambruna de los siglos
por lo siglos y estás en esa silla, mira a ver qué haces para que te
levantes de ahí y te comas el pastel con las manos…
259
ojos de Kathy se llenaron de lágrimas y acercó sus manos hasta llevarlas a
las de Amanda – Eres mi amiga, mi confidente, mi apoyo, mi guía, mi
modelo, mi hermana, mi cómplice, mi mejor patada en el trasero, eres esa
persona que siempre ha estado en cada etapa de mi vida y ciertamente
quiero que seas esa persona que continúe en ella. En los buenos, en los
malos, en los alegres, en los tristes, en la abundancia, en la escases, en los
triunfos, en las derrotas, en las locuras, en las corduras; ¿pareciera una
proposición de matrimonio no es así? - preguntó con cara de espanto al
notar sus palabras. – pero la verdad es que tener una amiga como tu es una
bendición gigantesca que a veces siento que no merezco, pero acepto con
la más humilde actitud. Tú me has enseñado tanto Mandi, que ni siquiera
imaginas que hoy soy mejor por lo que he aprendido de ti, tu entereza, tu
fortaleza, tu calidad humana, tu genuina humildad, tu sencillez, tu
profesionalismo y tu gran responsabilidad, tu seguridad, tu compromiso,
entrega y solidaridad, tu serenidad…eres una mujer maravillosa, una amiga
excepcional, un ser humano inigualable, una hermana única y me siento
orgullosa de tener el privilegio de compartir tu vida. – Kathy se abalanzó
hacia Amanda ofreciéndole un gran y casi interminable abrazo.
Kathy se separó un poco de ella, acarició su rostro con una enorme sonrisa
y le dijo suavemente. – Si le dices a alguien que dije tantas cosas lindas y
que casi te declaro mi amor, deberé matarte Mandi, así que por
260
favor no cometas ese terrible error, porque en realidad me caes muy bien y
no quiero hacerte daño.
261
Como pudo y con gran delicadeza tomó una rápida ducha, prefirió esta
noche dormir con una camisilla y sus bragas sin nada más que le estorbara.
Alcanzó a llegar a su cama y se recostó lentamente.
262
incorporó nuevamente y la miró esta vez a los ojos. – Eres hermosa, solo
quedará una tenue cicatriz de guerra que nos recordará que estás viva.
Sanará en unos meses y de a poco desaparecerá hasta que solo sea una
línea; una línea casi imperceptible, pero si yo te hubiese perdido a ti en algún
sentido posible, entonces no quedaría una línea imperceptible, sino un
corazón hecho pedazos. Amo esa cicatriz como amo el resto de tu cuerpo,
simplemente eres la criatura más hermosa que mis ojos puedan observar.
Cristina respondió el beso con las mismas ganas y el más grande deseo,
posó ambas manos en el rostro de Amanda mientras besaba sus labios, se
separó teniendo los ojos aún cerrados, al abrirlos suspiró profundamente
mientras alternaba su vista de los ojos de Amanda a sus labios. Siempre era
tan delicioso el sabor de esos labios, sentía que los había besado tan pocas
veces, pero que era lo más perfecto de su existencia. Alcanzó nuevamente
la frazada y esta vez la tendió sobre ella misma, recostó su cabeza sobre el
pecho de Amanda y la abrazó con uno de sus brazos que descansó en su
vientre. – ¿Tienes algún problema con que duerma esta noche aquí contigo?
Amanda la rodeó con sus brazos y le susurró. – Ningún problema amor
mío.
263
Capítulo 36:
Ya pasada algunas semanas desde que Amanda había regresado a casa,
comenzó las fisioterapias que rápidamente le daban la seguridad de usar
sus muletas y caminar más libre por la casa. También comenzó algunos
proyectos que había dejado en el trabajo desde la casa y tomando las
medidas necesarios estaba disponiendo regresar a la oficina la próxima
semana y comenzar a trabajar desde allá, aunque el trabajo iría de la mano
con el progreso de su recuperación sentía que necesitaba regresar
totalmente y recuperar día con día lo que era su vida. Aunque sin duda
muchas cosas habían cambiado, no solo una cicatriz dejada por un
accidente al cual sobrevivió; sino también el agradecimiento de una nueva
oportunidad la cual quería aprovechar como nunca, la seguridad indudable
de tener personas que la quieren y la necesitan en sus vidas y poder, por
primera vez en su vida, sentirse repleta porque amaba y era correspondida
con la misma intensidad. Lo había comprendido, pudo querer huir de
cualquier estúpida manera, pero no podría escapar de la mujer que amaba
con todo el corazón.
Desde aquella noche que regresó a casa Cristina dormía en sus brazos y
aunque nada bajo aquellas frazadas había ido más allá de unos besos, unas
caricias y unos roces, para Amanda era la gloria divina despertar cada
mañana a su lado, Aunque no podía evitar que todo su cuerpo se
estremeciera como hoja al viento con la sola cercanía de Cristina; la verdad
sin duda era que estaba muriendo de deseo por ella, pero mientras no se
recuperara totalmente debería comportarse irremediablemente.
264
Amanda sintió que mucho calor se concentró en su rostro. – Mamá solo
son cosas de Kathy, ya sabes…
Ya fuera Kathy se había topado con Karina que subía a visitar a Amanda.
- Hola Kathy.
- ¿Qué tal Karina? – preguntó Kathy fingiendo amabilidad.
265
- ¿Crees que puedo entrar y ver a Amanda?
Karina rio del comentario. – Pues aprecio más tu sinceridad, así que de igual
manera gracias.
266
Amanda la miró por un rato y le sonrió amablemente. – Gracias Karina,
pero siempre me parece que exageras.
Amanda abrió los ojos sorprendida de la acción, juntó sus labios mientras
movía su cabeza de lado a lado. – Karina no estás ahora en la playa.
- Deberías Karina.
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- ¿Por qué?
- Porque ya terminó.
- Sí, pero vale la pena que lo intente, ¿no crees?
- Karina, no es correcto linda…- dijo con algo de ternura.
- ¿Me crees linda?
- Claro que lo eres, eres una mujer muy hermosa.
- ¿Y ya no te gusto? – dijo mientras se acercaba más a ella.
- No se trata de eso Karina.
- ¿No? – le preguntó mientras tomaba su barbilla con su mano y se
acercaba más a sus labios. – Vamos Amanda, sabes que te mueres
por besarme, sabes que te sigo gustando como me gustas tú a mí; tu
y yo éramos increíbles en la cama y te deseo cada día de mi jodida
vida y me maldigo por haber arruinado las cosas.
- Karina…
268
- Ella sin duda me hace sentir mucho más que esto, me lo hace
sentir todo, Karina.
- Vamos Amanda, la niña está buena y es linda y puede sentirse rico
probar y estrenar un cuerpo, pero de ahí a que sea más, lo dudo.
- Si quieres dudarlo lo puedes hacer, pero no se trata de estrenar un
rico cuerpo, es que si no hubiese hecho el amor con ella, aun así ella
me lo haría sentir todo. Debes entenderlo Karina, estoy enamorada de
Cristina…tu y yo terminamos, no tenemos nada, por la razón que sea,
se acabó. – terminó Amanda mirándole a los ojos.
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merezco, es una mujer maravillosa y la amo Karina, por primera vez
en mi vida estoy totalmente enamorada, lo siento… - se sinceró y
guardó silencio.
- Bueno puedes amarla a ella y puedes tenerme a mí.
- Creo que te hace falta un poco de sexo amor y ya verás que bien te
sentirás. – se acercó nuevamente a sus labios, pero Amanda movió
esta vez el rostro.
Amanda sintió que la tierra se la tragaba de a poco, sintió todo el peso del
mundo que la atraía abajo, indudablemente sentía el calor del infierno bajo
sus pies. Era evidente que estaba muerta y todo fue comprobado por la
manera terrorista en que Cristina la miró que fue como si le atravesara un
puñal en el corazón.
270
una relación y no de amigas, sino de pareja. Sabes, solo te lo informo
para que tengas constancia y así simplemente no veas cada momento
que te encuentres con Amanda una oportunidad para… ¿llevártela a
la cama? – manifestó tranquilamente Cristina mientras caminaba
hasta ella.
271
tenía de tomarla del cabello y darle varias cachetadas hasta que se cansara
irremediablemente.
Cristina cerró sus ojos, puso sus manos en la cintura y tiró su cabeza atrás
por unos minutos mientras respiraba profundamente.
272
Capítulo 37:
Amanda había permanecido tres eternidades en el estudio mientras
esperaba que a Cristina le pasara el enojo; cosa que dudaba o que ella
pudiese encontrar las palabras perfectas para saber que decir sin morir en
el intento. Decidió comenzar su viaje a la habitación de Cristina y enfrentar
lo inevitable; no sin antes pasar por el baño y limpiarse el rostro; eso sin
dudas era lo más importante de todo. Nunca en su vida había visto a Cristina
de esa manera y fue increíble hacerlo, sabía que además de enojada,
incómoda y molesta, estaba celosa y con espíritu renovado de unas ansias
locas de matarla.
Amanda nuevamente hizo un repaso por el cuerpo de Cristina, esta vez con
más detalle y con lentitud, lo disfrutó más que la primera vez porque el
camisón era traslúcido y dejaba ver claramente los senos de Cristina a
través de la tela. Amanda sintió desfallecer, así que se movió un poco con
la ayuda de las muletas y se apoyó contra el gavetero, esto sin desviar la
vista del cuerpo de Cristina.
273
- ¿Qué? – preguntó Cristina con plena conciencia de lo que estaba
provocando.
- Es solo que es raro no verte con tus pijamas de “Angry Bird”.
- Ahh cierto, puedo entonces usarlas nuevamente. - respondió
desilusionada.
- Noooooo, como crees, me gustas mucho así, aunque me
encantaban tus pijamas también, pero me
gustas…mucho…así…bueno me gustas como sea.
274
- Lo dije porque estoy segura, claro además de joderle la psiquis a
esa mujercita de pacotilla que no soporto.
- ¿Porque no la soportas?
- ¿Aún preguntas?, primero es una imbécil por todo lo que te ha hecho,
además está esa carita de mosquita muerta que usa para engañar y
hacerse la víctima, obviamente está el hecho de que te tuvo mientras
yo te quería y para terminar está el que te quiera ahora…
- ¿Ahora que me tienes? – Amanda sonrió completando la oración de
Cristina.
- Sí.
- No me tienes solo ahora, siempre me has tenido…siempre.
- Lo sé. – respondió Cristina tomando unas bragas de su cama y
poniéndoselas por su piernas, subió un poco su camisón hasta lograr
acomodar su ropa interior en su sitio; luego tomó unos jeans y repitió
la operación una vez más.
Amanda sintió el calor que subió por sus piernas y le recorría todo el cuerpo.
Sabía que simplemente Cristina la estaba provocando y castigándola al
mismo tiempo, si pudiese enviar esas muletas al infierno y hacer
movimientos libres, era seguro que Cristina no actuaría de esa manera,
porque ya hacía mucho estuviese sin camisón sobre la cama. – Dios Cris,
eres tan bella...
275
y ya Karina no interesa en lo más mínimo, era demasiado increíble poder
escucharlo y sentirlo; no había nada mejor que Amanda la mirara, la
acariciara, la besara y más que eso que le dijera que la amaba. Era cierto
que la presencia de Karina la había incomodado bastante; siempre lo hacía,
pero ya sabía que Karina era una rival bastante persistente y sobre todo muy
astuta, ya varias veces había logrado que saliera huyendo destrozada por
pensar tristemente que lo que veía era lo correcto; pero ya no más, estaba
completamente segura del amor de esa mujer que tenía frente y cada día
cuidaría de ese amor, su amor era una bella obra de arte y su tesoro más
preciado…
Amanda la atrajo hacia ella por la cintura y Cristina instintivamente dejó caer
su peso sobre el cuerpo de Amanda.
Cristina con el solo contacto intensificó el beso, lo hizo más profundo, más
húmedo, acarició con su lengua la lengua de Amanda, movió su pelvis y la
ajustó más al cuerpo de Amanda en medio de sus piernas, mientras bajaba
sus labios por su cuello y lo llenaba de besos y caricias. Posó ambas manos
en sus senos y los acarició sobre la camisa, suave, delicada y tiernamente
lo que hizo que de la boca de Amanda saliera un gemido que Cristina acalló
besándola nuevamente. Cristina continúo acariciando el pecho de Amanda,
siempre le habían parecido tan increíblemente hermosos, sensuales y
alguna que otra ocasión recordó haber fantaseado con ellos y ahora que
simplemente los tenía a su disposición le parecía un acto casi imposible de
276
creer; era excitante sentirlos sobre su camisa y sería delicioso poder
saborearlos, acercó su boca a su oído y le susurró. – Quiero comer…- miró
el rostro de Amanda con deseo y le dijo mordiendo sus labios. – Pizza…- se
separó de Amanda, se detuvo frente a ella y quitó su camisón sobre su
cabeza, dejando un hermoso paisaje a disposición de Amanda.
Amanda sonrió con ironía, con una especie de expresión de desilusión con
resignación. Le parecía increíble que Cristina le hiciera semejante castigo
con la excitación y el deseo a flor de piel. La miró a los ojos mordiendo su
labio inferior y con una mirada cargada de sensualidad le dejó saber que le
había gustado mucho el momento, pero que próximamente sería mejor que
esto.
277
Cristina no pudo evitar reír con una risa de niña traviesa con la plena
conciencia de haber ocasionado algo, afirmó con su cabeza, tomó su bolso
y salió de la habitación.
Cristina asomó la cabeza por la puerta, observó a Amanda y le dijo con una
ternura única. – Te amo cariño y no blasfemes. – entonces desapareció
nuevamente.
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Capítulo 38:
Amanda había regresado al trabajo, un par de meses transcurrieron desde
el accidente y su rehabilitación había sido satisfactoria, prácticamente
regresó a la normalidad en todo; aunque su ritmo de vida fuese despacio y
pausado, pero prefería que fuese así a que simplemente no tuviese vida.
- Por Dios, ¿tú crees que se puede cambiar todo el techo solo por la
necesidad de colocar una columna que no hace ningún efecto
aparente y por el deseo de ahorrar unos dólares?, además el diseño
será horrendo…lo se…si…claro…mira Andrés yo puedo ceder a eso,
pero no al cambio de la estructura…perfecto…eso me parece más
razonable…listo…chao…- recitó Amanda bastante molesta. Al
regresar el teléfono a su lugar, dobló un poco su cuerpo, puso ambas
manos en la mesa y movió su cabeza de un lado a otro sin cesar en
señal de frustración.
Cristina sonrió con la seguridad de que no era un buen día para Amanda,
se acercó más hasta ella y suavemente preguntó. - ¿Mal día cariño?
279
poder acomodar la ductería hidráulica. – señalando sus planos sobre
la mesa. - aun así, lo hice tomando en cuenta la estética del edificio,
pero ahora los quieren de 30 cm en alguna loca idea de economizar,
pero eso vuelve poco funcional el asunto, porque…
- Porque se deberá reacomodar todo bajo las vigas pues chocarán las
ducterías, no entrarían en un espacio tan reducido. – interrumpió
Cristina segura de conocer el problema en cuestión.
- Exacto, entonces tanto estética como funcionalmente será un
desastre y ¿solo por qué?, por ahorrar un dinero que después tendrán
que gastar doblemente resolviendo problemas por causa de una mala
planificación.
- ¿Y qué harás? – preguntó Cristina con gran interés en la situación
de Amanda.
- Pues situaré esta columna aquí y esta otra acá y solo llegaré a 40
cm no a los absurdos 30 cm que quieren ellos, es imposible.
- Me parece la mejor solución.
- Sí, pero me ha costado muchos enojos…
- Sí, estás tensa amor. – comentó Cristina acariciando la espalda de
Amanda. – Te haré un masaje y verás cómo te sentirás mejor.
- Tienes ese poder en mí.
- ¿Cuál?
- El de hacerme sentir mejor.
- Eso me encanta. – y comenzó a masajear la espalda de Amanda con
movimientos pausados y delicados, pasaba sus manos desde los
hombros hasta su cintura.
280
manos al pecho de Amanda y comenzó a acariciar delicadamente sus senos
sin detener los besos en su cuello.
Amanda instintivamente dejó caer su cabeza hacia atrás para hacerle más
fácil el trabajo que realizaba Cristina en su cuello, definitivamente ya ni
recordaba que había estado estresada.
Cristina continuó sus caricias en los senos de Amanda, dejó una de sus
manos en la acción y la otra se aventuró a acariciar su vientre, su cintura,
su pelvis…su entre pierna, lo que hizo que Amanda dejara salir un gemido
desde sus profundidades. Cristina sintió el cuerpo de Amanda estremecerse
en sus brazos, podía sentir el calor que emanaba de cada parte de su ser,
buscó desesperadamente la boca de Amanda y la besó con una unas ansias
locas, con la necesidad que aumentaba día con día desde la última vez que
habían hecho el amor.
Amanda estaba tan relajada que evitó el impulso de matar a Kathy y tener
alguna confrontación, no pudo más que reír de la situación, era tan normal
que la sorprendieran haciendo lo indebido que ya estaba acostumbrada
281
Cristina ya no pudo evitar mantener su compostura y comenzó a reírse
sonrojada, aún estaba nerviosa y desencajada, pero que más, ya no había
nada que decir, ni dar excusas estúpidas para tratar de arreglar la situación;
tenía que aceptar que la habían encontrado con las manos en la masa.
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verde que fue fácil reconocer en Cris todas las características del amor
que añorabas. Y aunque han sido tan cobardes, tontas, idiotas y hasta
estúpidas estos años, estoy segura que todo este tiempo solo estaban
perfeccionando este hermoso amor, aunque el 75% de las veces odie
tanta cursilería y me dé nauseas tantas muestras de cariño y me
encantaría lincharlas; soy feliz de poder compartir con ustedes este
amor…más que nada es un honor ser parte de su historia. – caminó
hasta donde se encontraban Cristina y Amanda visiblemente
emocionadas y se abrazó a ellas con gran ternura.
- Te quiero. – se apresuró Amanda a murmurarle en su oído.
- Y yo las quiero a ustedes par de perras. – le sonrió irónicamente. –
Y bueno, ¿piensan seguir teniendo sexo con la ropa puesto o nos
vamos ya?
- Imbécil. – le pegó en el hombro Cristina con mucha violencia.
- Sí, ya nos vamos, voy a entregar estos documentos y las encuentro
en el estacionamiento, ¿sí? - respondió Amanda mientras tomaba sus
planos y salía rápidamente de su oficina.
Cristina rio un poco cohibida. – Es solo que quiero que sea un día especial
para ella, que se sienta completa, que tenga la oportunidad de compartir con
su familia, pero también…
283
- Comértela tu… te comprendo Cris. – interrumpió Kathy con tono
dramático – esa Mandi te ha tenido en ayunas meses largos, así que
está bien que seas su pastel, pero que sea de chocolate, sabes que
le fascina y si quieres hacerlo más grrr – poniendo sus manos como
garras –adórnate con fresitas tus miserias, estoy segura que será todo
un evento “Pay Per View” y como tú estás más salada que el salar de
Uyuni; eso lo aprendí en “Discovery Channel”. – interrumpió para
especificar – seria lindo que las hermanas de Mandi y su mamá se la
encontraran comiéndose tus fresas, así que hija por todos los cielos…
- ¿Quién se comerá las fresas de quién? - preguntó Amanda
confundida aproximándose a ellas.
- Nada, que las fresas tienen un efecto anti envejeciente, así que le
estoy diciendo a Crisita que las comience a comer para que no se
arrugue a tan temprana edad.
- Si me imagino. – comentó Amanda con cara de incredulidad.
- No tu ni te las comas Mandi, a ti no te harán efecto ya con esos 69
años que estás por cumplir ya no hay médico chino que retrase el
efecto de tu envejecimiento.
- Maldita, ¿porque tienen que ser 69?
- Porque es la única edad que puedes cambiar de posición y siempre
será un 69. – respondió Kathy subiendo y bajando sus cejas sin cesar.
284
algún espejismo que la alimentara momentáneamente, porque Cristina la
nutría totalmente en cuerpo, alma y espíritu. Era ese alguien capaz de sacar
lo mejor de ella, la que le recordaba en cada instante quien era incluso
cuando ella lo había olvidado.
Kathy observaba la escena desde el asiento de atrás, sonrió con una ternura
nunca antes sentida y por primera vez mantuvo silencio porque no quería
romper el hermoso momento que compartían sus amigas; cerró sus ojos
aun manteniendo su tonta sonrisa y durmió el resto de las horas que duró el
viaje.
285
Capítulo 39:
Algunas horas después habían llegado a casa de Estela, quien las recibió
con la mayor alegría y con la enorme felicidad de poder compartir con su
hija el día de su cumpleaños, que para ella era más que un evento; era una
de las razones por las que respiraba a diario.
Kathy le sonrió y afirmó con la cabeza. – Por eso, cuando despiertes a media
noche escuchando sonidos raros provenientes del piso de arriba, recordarás
que te lo advertí. – dijo levantando su mano mientras caminaba hasta el
pequeño ascensor en la esquina de la casa.
286
- Tu suegra me llamó ogra y fea. – la encaró Kathy.
- ¿Cuándo has visto un ogro lindo? - rio Cristina.
- ¿Me faltas el respeto tú también? esto es una conspiración total…
Kathy no pudo más que reír. – Ya me voy a casa de mis padres, me pondré
un pasamontañas y entraré como ladrona en medio de la noche y les diré
que hemos secuestrado a su hermosa hija…
La mañana siguiente Amanda abrió sus ojos y lo primero que encontró fue
los hermosos ojos de Cristina que la observaban del otro lado de la cama,
sonrió agradecida de tener la oportunidad de observar tan bello rostro esa
mañana, era aún más hermosa sin maquillaje y con su cabello revuelto,
nunca jamás había sentido que alguien la dejara sin aliento con tan solo su
presencia. Era un lugar lejano, una cama distinta, pero las mismas mujeres
con el mismo sentimiento y la misma necesidad.
287
- Gracias amor mío, es más feliz porque tengo el regalo más
hermoso a mi lado.
- ¿A si?
- Sí.
- ¿Dónde? – la miró con diversión.
- Justamente aquí. - Amanda acarició todo su rostro observando
cada facción detalladamente.
Cristina simplemente cerró los ojos para poder sentir con profundidad
aquella sensación que la estremecía totalmente.
- Eres tan hermosa, toda tu, pero más que eso eres hermosa aquí. –
dijo poniendo su mano en su pecho al lado de su corazón. – Tu amor
es mi obra de arte más hermosa, cada día que a tu lado estoy es una
obra de arte. Eres la musa de mi inspiración, la armonía de mis
pensamientos y sueños, la dirección de mis pasos, el balance de mis
sentidos, el espacio que ocupa el todo, la forma definida de mi
realidad, la profundidad de mi eternidad, la línea horizontal, curva,
espiral, vertical; que me mantiene en el laberinto, el color que pinta mi
cielo con los matices de un nuevo amanecer, la textura que le imprime
a mi cuerpo toda clase de sensaciones, el equilibrio de mi cordura, el
patrón de los latidos de mi corazón…eres la proporción perfecta de mi
vida. – apartó unos mechones de cabello que caían en sus ojos y
acarició suavemente sus labios. - Te prometo mi cielo, que haré de
nuestro amor la obra de arte más hermosa jamás realizada por algún
artista; pintaré sonrisas azules en tu rostro, trazaré contornos
perfectos en tu cuerpo, mezclaré alegrías en la paleta de tus días,
llenaré tu corazón con las tonalidades del amor, construiré esculturas
de confianza y fidelidad, dibujaré el camino de tu felicidad eterna con
pinceladas de este sentimiento abstracto, pero totalmente verídico. Tu
amor es mi obra de arte, esa invaluable pieza que es mi gran tesoro,
no está en un museo, ni tampoco en una famosa plaza, mucho menos
la encontramos en libros de historia, ni colgada en ningún escaparate;
pero es la más bella, la más valiosa, la más pura, la más perfecta, la
más interesante, la más completa manifestación artística del
sentimiento más sublime que
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habita en mi corazón...tu amor es mi obra de arte y la expresión de mi
alma que desea ser escuchada cuando dice...te amo...Cris… - y besó
sus labios.
Amanda unió sus brazos sobre los de Cristina que la abrazaban y los
acarició suavemente. - Amo esa foto, nos divertíamos tanto, siempre me
hacía reír, decía que la mejor medicina para el alma era reír, además que
era la fuente de la eterna juventud porque impedía las arrugas. Cada vez
que eran nuestros cumpleaños, tomaba el día libre de su trabajo y lo
dedicaba totalmente a nosotros, por eso en cada uno de mis cumpleaños
aun siento que toma el día libre y regresa a celebrarlo conmigo.
289
observándola, sonrió de la sorpresa de verse observada por tan hermosos
ojos. – Gracias.
Amanda descendió por las escaleras con sumo cuidado pudiendo observar
algunos de esos rostros conocidos para ella que mientras caminaba se
acercaban a saludarla con besos y abrazos a granel.
290
gran dulzura. Luego de varios segundos se acercó a su oído y le
murmuró. – ¿Ya te comiste el pastelito de cumpleaños?
291
vestido; un poco más recatado que el de Amanda hacía que su fina tela le
marcara el perfecto contorno de su cuerpo. Cuando devolvió su mirada al
rostro de Cristina, sus ojos hablaron mil palabras sin ser escuchadas,
Cristina le sonrió pícaramente mientras ladeaba su cabeza un poco
haciendo la misma revisión visual en Amanda.
- Wao…
- ¿Qué? – preguntó rápidamente Amanda.
- Nada. – sonrió Cari entusiasmada con la reacción de su hermana. –
Es linda… - completó.
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Amanda la miró profundamente a los ojos y se abrazó a ella por su cintura
colocando su cabeza en su pecho, no pronunció palabra alguna, pero la
simple acción demostraba un sentimiento único y muy especial.
Mientras, al otro lado del salón Lorena dialogaba con Cristina y se había
percatado minutos atrás de las miradas de esas dos mujeres frente a ella.
– ¿Porque tan lejos?
293
A Cristina la invadió una emoción única, aquellas palabras no solo la hicieron
sentir aceptada y parte de la familia, sino que también la hicieron apartar
cualquier temor al rechazo que guardase en silencio en su corazón. Respiró
profundamente sin saber que responder, pero con una sonrisa de
agradecimiento que podía expresar más que cualquier otra cosa que
pronunciara y su rostro un poco sonrojado confirmaba lo bien recibidas que
eran esas hermosas palabras dentro de todo su ser; simplemente la abrazó
tiernamente y le susurro a su oído. – Gracias.
- Te falta poner las fresas Cris. – dijo Kathy mientras caminaba por su
lado rápidamente sin detenerse y tomando a Lorena casi arrastras y
llevarla a dos sillas que permanecían vacías.
294
26 años nació el último de mis hermosos tesoros, nuestra Amanda.
– se giró para mirar Amanda que la observaba emocionada. – Mis
hijos son el mejor regalo que me ha obsequiado la vida y la perfecta
garantía de amor que me heredó mi esposo – esta vez miró a cada
uno de sus hijos que estaban sentados alrededor de la gran mesa.
– Pero más que celebrar el cumpleaños de Andy, hoy queremos
celebrar su vida, la bendición tan increíble que es tenerla con
nosotros el día de hoy completamente recuperada de una caída por
alguna piedrita en el camino – sonrió con un poco de tristeza
sabiendo que en el fondo no había sido ninguna piedrita sino una
gran muralla – Fueron días difíciles para todos quienes estamos
aquí, pero aunque tuvimos temor, sentimos preocupación, nos
invadió la impotencia, nos consumió el dolor, nos aniquiló la
desesperación; aun así conservamos la esperanza que solo el
amor proporciona; esa que aunque todo vaya mal nos consuela el
alma y nos mantiene de pie. Andy, ya tienes 26 años y ya no tengo
más bebé; aunque siempre serán mis niños consentidos - sonrió
alzando sus cejas - estoy muy orgullosa de ti hija, del excelente
profesional que eres, de la maravillosa hija que eres, de la fabulosa
hermana que eres; pero más que eso de la increíble mujer que
eres. Te he visto crecer todos estos años y convertirte en una digna,
responsable, tierna, sencilla, comprometida, dedicada,
perseverante y hermosa mujer…es una bendición ser tu madre y
estoy feliz de que estés aquí, ahora y mucho más feliz que hayas
aceptado el amor – dijo esto sonriéndole a Cristina que se
encontraba a su lado - y digo aceptado porque solo a ustedes dos
se le ocurre negar lo inevitable y lo que todos los demás sabíamos
sin lugar a dudas. Cris, no tengo que decirte que tienes a tu lado a
una mujer increíble, claro porque es mi hija – rio con cara de
aprobación haciendo reír a todos los demás con su expresión –
porque estoy segura que sabes y conoces muy bien a esa mujer a
tu lado, pero de igual manera Amanda, no tengo que decirte que a
tu lado tienes a una mujer maravillosa y es lo que realmente me
hace feliz que son dos mujeres maravillosas que se aman. – Estela
le extendió la mano a Cristina y la miró a los ojos. – No solo Amanda
295
esperaba por ti, también nosotros esperábamos a que llegaras a su
vida y amamos el hecho de que seas parte de nuestra familia. –
Estela se acercó a las jóvenes y las abrazó a ambas en un gran y
tierno abrazo que llenó de emoción y lágrimas los ojos de las tres
mujeres y de algunos otros alrededor.
296
Sintió unos brazos que la rodeaban por la cintura desde atrás. – Es hermoso
el paisaje. – le susurró suavemente en su oído Cristina no refiriéndose
específicamente a la vista ante sus ojos.
- Si es increíblemente hermosa.
- Si lo es, a mí me gusta mucho. – sonrió pícaramente Cristina.
- ¿Sí?
- Sí, me gusta sentirla – abrazó fuertemente a Amanda atrayéndola
más hacia ella – me gusta olerla – acercó su rostro a su cuello y aspiró
su aroma embriagándose con cada respiro – me gusta besarla
– besó tiernamente el cuello de Amanda – me gusta saborearla – esta
vez pasó su lengua por todo su cuello suavemente, lo que hizo
suspirar profundamente a Amanda y dejar caer su cabeza atrás hasta
descansarla cerca al rostro de Cristina.
- Entonces no hablamos de la misma vista. – sonrió Amanda.
- No, yo hablo de la única vista que me atrae verdaderamente; además
cariño, a que más vista quieres que me fije con ese vestidito que se te
ve tan exquisito. Aunque…
- ¿Aunque qué? – preguntó rápidamente Amanda mientras se
volteaba para mirarla a los ojos.
297
Capítulo 40:
Cristina simplemente no había dicho absolutamente nada sobre el tema
antes mencionado, solo se dedicó a conducir y a platicar de otros asuntos.
En algún punto del camino Cristina se detuvo a un lado de la carretera y le
entregó un antifaz a Amanda – Ahora cariño ponte esto por un tiempo.
- Ammm no, solo póntelo ya, por favor. – le dijo un poco molesta.
- No me pondré esto. – mirando el antifaz con disgusto.
- ¿Y ahora qué? ¿Porque no te lo pondrás?
- Porque se me corre el maquillaje.
En algún momento, que no estaba muy segura cuanto porque había perdido
la noción del tiempo, percibió que el auto se detuvo, Cristina descendió del
mismo para dar la vuelta, abrió la puerta y la tomó de una de sus manos
invitándola a salir del auto. – Llegamos cariño.
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Cristina rápidamente se lo impidió manteniéndolo en su lugar. - ¿A caso te
dije que te lo quitaras?
Con una visible emoción miró a Cristina que se había parado a su lado. -
¿Pero cómo?…esto es…ohhh Dios esto es demasiado…Cris… ¿cómo es
que…?
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Amanda sonrió moviendo su cabeza de un lado a otro. – Supongo que los
ayudantes de santa, ¿no?
- Aja.
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- Ufff muchísimo mejor cariño.
301
encontraba porque respiró todo el aroma que llevaba el vestido de Amanda,
ese aroma que la enloquecía y la… resolvió llevar el vestido a la máquina
de lavar y dejar que hiciese su trabajo. Se detuvo un poco tomándose la
cabeza con sus manos y caminó en dirección del baño, entró y se quedó
parada en la puerta viendo la silueta del cuerpo de Amanda a través de la
puerta de cristal de la ducha, era excitante ver esa vista frente a ella. Cuando
menos lo esperó Amanda abrió un poco la puerta y asomó su rostro con una
gran sonrisa y una mirada llena de mucha sensualidad, invitándola a
caminar unos pasos más y quedar frente a ella. Amanda abrió la puerta
completamente y dejó a la vista su cuerpo desnudo que era decorado por
las gotas de agua que acariciaban su piel.
302
la estaba matando de excitación. Pero sin lugar a duda, Cristina quería
prolongar más la tortura de besarla, de tocarla, de acariciarla, de tomarla
entre sus brazos y hacerla suya, tuvo que con mucho trabajo contener las
ganas de besar aquel cuello, de acariciar aquel cuerpo, de saciar su propia
necesidad que la consumía totalmente.
Amanda cerró sus ojos mientras sentía la cercanía de esa mujer, luego de
algunos minutos al no sentir más su respiración sobre ella, abrió sus ojos
para buscar su contacto. Cristina alzó su vista de su pecho, sus ojos se
encontraron y mantuvieron la mirada por mucho tiempo mientras solo
demostraban el deseo que sentía una por la otra.
303
Entonces, Cristina acarició su propio torso desnudo, continuó con sus dedos
definiendo su vientre hasta llegar al borde de sus bragas y con sus dedos
las deslizó por sus piernas y las apartó lejos de ella; mostrando entonces su
completa desnudez. Ya estaba a la par de Amanda, ahora la pregunta que
se hacía, ¿quién sería la primera que no podría evitar acariciar la piel de la
otra, quien daría el primer paso para acortar la poca distancia que le restaba,
quien sería la que sucumbiría a la necesidad…? Quizás y seguramente
fuese ella, que estaba completamente excitada, no sabía cómo había podido
retener las ganas de no besar sus labios y acariciar ese cuerpo que tanto
tiempo ha estado deseando.
Amanda no pudo más que pasar su lengua por su labio superior y luego
morder de una forma totalmente descarada su labio inferior y mantenerlo en
su boca mordiéndolo sin dejar de apreciar la vista frente a ella. Sabía que
durante los últimos meses no hacía más que fantasear con acariciar ese
cuerpo que la enloquecía, pero hasta ahora, en este preciso momento no se
había percatado de que su necesidad fuese tan urgente y gigantesca, tan
solo verla completamente desnuda frente a ella fue la chispa que encendió
su fuego interior.
Amanda no pudo más que cerrar sus ojos dejándose contemplar de esa
manera única que solo Cristina podía mirarla y ocasionarle todo. En un
momento sintió las manos de Cristina por sus hombros que la acariciaban
suavemente hasta llegar a sus manos y entrelazarlas con las de ella.
Rápidamente abrió los ojos para poder entonces percatarse del deseo en
los ojos de Cristina que lentamente la obliga a retroceder y quedar indefensa
contra la pared, completamente acorralada. Luego de unos
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segundos, Cristina alzó las manos de Amanda y las colocó sobre su cabeza
contra la pared aprisionándolas delicadamente con sus propias manos.
Avanzó su cabeza hasta su cuello y con sus labios lo acarició tiernamente
exhalando cada vez que los unía a su cuello, abrió sus labios y comenzó a
besarlo repetidamente trazando una línea imaginaria de besos que cubría
todo el espacio.
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donde se detuvo un poco. Desde su hombro con el reverso de su mano
acarició el lado exterior su torso, rozando levemente su seno, luego continuó
su caricia por sus costillas, su cintura, su cadera; de ahí se devolvió
nuevamente, pero esta vez acariciando su vientre y regresando por entre
sus pechos. Cristina soltó las manos de Amanda sobre su cabeza y
entonces con ambas manos libres las posó sobre sus senos, se acercó
lentamente y los besó tiernamente, los acarició suavemente con su lengua,
su boca se adueñó de la dureza de ellos. Con cada beso, con cada caricia,
con cada contacto de su lengua, Cristina sentía una sensación
completamente placentera en todo su cuerpo, especialmente en un lugar
muy específico de donde emanaba mucho calor. Mantuvo el contacto por
varios minutos y llevó sus manos hasta las caderas de Amanda atrayéndola
más hasta ella, besó ligeramente sus labios y continuó besando su cuello
en el viaje, pasó su lengua por el espacio entre sus senos y continuó el
trayecto por su vientre llenándolo de húmedos y apasionados besos.
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besarlos apasionadamente. Sus labios se encontraron esta vez con más
deseo, con más necesidad, con más intensidad…con un placer compartido.
Como poseída, Amanda sujetó con fuerzas las caderas de Cristina hasta
que no quedara ni un minúsculo espacio entre ambos cuerpos. Besó
aquellos labios con la pasión más desenfrenada, dejó que su lengua vagara
con libertad dentro de su boca; desesperada, hambrienta de su calidez.
Acarició su espalda, dibujó con caricias su perfecta figura, colocó sus manos
en su trasero para atraerla con leves movimientos hacia ella, el gemido de
Cristina murió en la propia boca de Amanda con cada movimiento de sus
caderas; gemido que hizo erizar su piel. Acercó sus labios hasta el cuello de
la otra mujer y respiró todo su aroma embriagador, lo besó y trazó su
contorno con su lengua. Tomó a Cristina por la cintura y la volteó quedando
esta vez Cristina acorralada de espaldas a la pared. La sujetó de sus
caderas, unió su cuerpo a ella, mientras sus senos pegaban a su espalda y
su pelvis chocaba con su trasero. Amanda subió su mano por su vientre,
lentamente con el dorso de su mano acarició todo el trayecto hasta llegar
hasta uno de sus senos, lo rodeó con su dedo índice antes de sujetarlo con
toda su mano; repitió la misma acción con su otra mano hasta llevarla a su
otro seno, mientras cubría de besos su cuello, su espalda y sus hombros,
luego bajó la caricia por su vientre hasta perderse en medio de sus piernas
con una de sus manos, manteniendo la otra en uno de sus senos. Amanda
no pudo evitar la placentera acción de frotar su cuerpo con el de Cristina con
leves movimientos que la hacían acelerar la respiración y le descontrolaban
todo su ser. Tras unos minutos, sintió como Cristina tensaba todo su cuerpo
y jadeaba al respirar, dejó caer su cabeza hacia atrás quedando todo el peso
de su cuerpo en los brazos de Amanda que la sujetaba fuertemente. Desde
las profundidades de Cristina estalló un largo gemido que llenó todo el
espacio; al escucharla Amanda no pudo evitar que de su boca se escapara
su propio gemido que solo expresaba el enorme placer que experimentaba.
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cabeza en su hombro, aun sus respiraciones estaban agitadas y
entrecortadas. Cristina se volteó lentamente para quedar frente a Amanda,
rodeó su cuello con sus brazos y con la mirada perdida en la profundidad de
sus ojos, se abrazó a ese cuerpo que no solo deseaba y le proporcionaba
las sensaciones más placenteras de toda su existencia, sino también ese
cuerpo que le pertenecía a la mujer que amaba. Ahí abrazada a ella,
disfrutando la firmeza de sus brazos rodeándola, sintiendo aún su
respiración entrecortada y su pulso acelerado, ahí completamente
indefensa, pero totalmente satisfecha en todos los sentidos de su vida, ahí
cerca del oído de la mujer que la abrazaba le susurró. – Te amo amor mío…
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Capítulo 41:
Algunos días, algunas noches, algunas semanas, algunos meses en los que
Amanda y Cristina compartían la misma cama, disfrutaban de ricos besos,
de tiernas caricias, de profundas y pícaras miradas, de apasionados
momentos, de vivir su historia de amor. A Cristina aun le parecía un sueño
ser la mujer que despertara cada mañana y la que durmiese cada noche al
regazo de Amanda, le parecía el mejor regalo que la vida le había
obsequiado, ¿lo merecía?, no lo sabía, pero sin duda cada día hacía lo
impensable para merecer y cuidar ese amor que la hacía vivir.
No había nada que le hubiese hecho imaginar que la vida sería así, que se
podía sin dudas encontrar a la persona que complementara sus días y
aunque siempre estuvo perdida por Amanda, nunca pensó que sus sueños
y fantasías se convertirían en esta hermosa realidad.
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Habían llegado al punto que se sentían realizadas en cada aspecto de sus
vidas.
Esa mañana en específico Cristina abrió sus ojos y sonrió al ver aun dormida
a Amanda a su lado, había algo de sus facciones tan relajadas que siempre
la llenaban de un sentimiento único, acercó su mano con sumo cuidado para
no despertarla y acarició lentamente su rostro. Amaba mirarla dormida,
porque no importaba cuanto tiempo pasara podía permanecer observando
detalladamente toda su belleza dormida. Unos minutos más tarde se levantó
de la cama, se dirigió a la ducha, dejó que el agua caliente acariciara su
cuerpo, se alistó y se detuvo un momento frente a la cama para observar
nuevamente a Amanda, sonrió con ternura y salió de la habitación.
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Cristina no pudo evitar sonreír con una mirada de niña traviesa y sabiendo
que Kathy tenía razón en sus enfermas palabras.
Kathy la miró por unos minutos y pudo recocer un brillo particular en los
ojos de Cristina. - Es hoy, ¿no?
Cristina sonrió por la carita de fingida tristeza que había puesto Kathy y salió
de la casa con un propósito en mente.
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acercó, tomó el libro y recordando la nota en el espejo fue directo a la
página 53.
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- Si se te perdió.
- Ya olvídalo…- respondió Amanda mientras comenzaba a caminar
hacia la puerta de la casa.
- ¿A dónde vas?
- Voy a buscar a mi mujer que se me perdió. – respondió riendo de
su propio comentario porque en efecto se le había perdido su amor.
- Lo sabía. – rio Kathy sonoramente. – Suerte con eso y diviértete.
La chica le sonrió - Si lo sé. - y le extendió la mano con una flor y una nota
atada a ella.
Amanda recibió la flor y quiso decirle algo a la chica, pero ella solo sonrió
amablemente, se dio la media vuelta y continuó en las labores que realizaba
antes. Amanda se preguntaba como la chica sabía quién era y como
rayos…y porque… decidió mejor salir del lugar y ver la nota que estaba junto
a la flor; que por cierto era una hermosa flor. Abrió la nota y con la letra de
Cristina leyó, “Las rosas son la perfecta demostración de amor, pero tan
repetitivito y tan trillado se me ha vuelto que no me parecería nada especial
para la mujer que amo; así que mejor una sencilla amapola blanca que
significa “Eres mi sueño hecho realidad”. Ve por mi dónde disfrutas de una
buena comida, pero también de un buen café”
- Hola Steven.
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- Hola linda. – respondió sin apartar su sonrisa de su rostro.
- Vengo porque creo que…
- Acertaste, creo que te conocen muy bien. – y le extendió una
botella llena de chocolates y un papel doblado dentro de ella.
- Si, sin dudas que me conocen muy bien. Gracias Steven, eres muy
amable.
- Por nada, el gusto ha sido todo mío, la puerta posterior está abierta
para ti. – le dijo señalando la puerta.
Amanda puso su mano en la frente y cerró un poco sus ojos con una sonrisa
juguetona. – Siempre quise ser un pirata y encontrar el tesoro perdido.
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hacía estar equivocada porque siempre la sorprendía más, siempre la
amaba más, siempre la hacía más feliz. En estos momentos Amanda sentía
latir su corazón mucho más rápido, solo por la emoción que le causaba los
detalles de la mujer que amaba.
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pues para amarte le pido al destino
dos eternidades contigo.
Sabía dónde ir, así que se encaminó hasta la colina cerca de la playa, no
temía equivocarse porque sabía muy bien que era el lugar preferido de
Cristina desde siempre. Era ese lugar que le ofrecía la paz que necesitaba
en tiempos en los que sentía la necesidad de estar alejada del mundo que
giraba muy de prisa. Amanda llegó a cierto punto y bajó del auto; el resto
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del trayecto debía subirlo caminando, tomó su cajita y emprendió la subida.
No tardó mucho tiempo en poder reconocer la silueta de Cristina a lo lejos
sentada en unas rocas casi al borde de la colina. Amanda respiró
profundamente por el solo hecho de verla ahí y tras ella el imponente paisaje
de la playa a lo lejos, si pensaba que Cristina era hermosa, ese paisaje
frente a ella era su complemento para la perfecta belleza. Se acercó
lentamente y en silencio. – La vista es hermosa. – dijo observando con
detalle el rostro de Cristina.
- Lo es. – respondió Cristina con una gran sonrisa sin apartar la vista
de algún lugar en la inmensidad.
- No me refiero específicamente a esa vista.
Cristina volteó su mirada y la fijó en los ojos de Amanda con una ternura
insuperable. – Tardaste más de lo que pensé.
- ¿Sabes qué?
- ¿Qué? – Cristina preguntó despegando sus labios de los de
Amanda tomando un poco de aliento en la acción.
- Que me he convertido en adicta a tus besos, a tu cuerpo, a tus
caricias…hasta me he vuelto pervertida.
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Cristina la miró entrecerrando los ojos dudando mucho de lo último que
había dicho.
- En serio, antes era una inocente, angelical y virginal niña, hasta que
te conocí, ahora solo tengo indecentes pensamientos en mi cabeza.
- ¿Qué tipo de pensamientos indecentes? – preguntó Cristina con
una ceja alzada.
- Siempre tratan de mis manos sobre ti en todos lados y de lo que
eso provoca en mi cuerpo.
- Ohhh, eso suena muy interesante señorita. – respondió Cristina con
mucha sensualidad.
- Sí, mucho.
- ¿Y qué tienes en esa cajita? – desvió rápidamente su vista hasta las
manos de Amanda, la abrió y Cristina rápidamente observó dentro de
ella – Una flor que no se compara con tu belleza, pero con su aroma
dice que eres ese sueño que alguna vez tuve y hoy eres mi perfecta
realidad. Un chocolate; tu favorito, que me recuerda el delicioso y
exquisito sabor de tus besos, de tu cuerpo, de todo tu ser. La foto de
una hermosa mujer; la que amo, que es sin duda la vista que envuelve
todos los sentidos de mi vida. Una sublime canción que expresa la
melodía del sentimiento eterno que me provocas y…cierra los ojos
cariño - Cristina mantuvo silencio, llevó su mano hasta el rostro de
Amanda y comenzó a acariciarlo tiernamente, la caricia continuó por
su cuello, regresó hasta su mejilla y se detuvo en sus labios
acariciándolos lentamente. - ¿Sientes esto? – preguntó sin terminar la
caricia.
Amada solo alcanzó a afirmar con la cabeza sin abrir sus ojos.
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Amanda suspiró, abrió sus ojos y encontró los ojos de Cristina observándola
con una expresión perfecta de bienestar. – Oh por supuesto que lo siento. –
respondió por lo bajo con un tono de excitación.
Amanda quedó sin aliento al ver esa cajita en sus manos, sintió que todo su
cuerpo temblaba con una emoción completamente desconocida, miró a
Cristina a los ojos con una sonrisa nerviosa y los ojos completamente
desubicados, tenía terror de abrir esa cajita, no por lo que podría significar,
sino porque jamás en toda su vida había sentido lo que ahora. Abrió la cajita
con sumo cuidado y ahí alcanzó a ver dos anillos, Amanda sintió que el
corazón se saltó algún latido y todo su cuerpo se estremeció. Tomó entre
sus dedos uno de los anillos y lo sostuvo por algún tiempo, solo lo observaba
entre sus manos sin siquiera saber que decir o hacer, lo volteó un poco y
pudo leer una inscripción dentro del anillo, “Amanda, eres los 5 sentidos de
mi vida” y luego de esas letras una fecha completaba la inscripción. Amanda
pudo reconocer muy bien esos números, era la fecha precisa del día en que
se conocieron ya hace muchos años; el día que había comenzado todo.
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Amanda rápidamente la interrumpió colocando su dedo en sus labios, no
quería escucharla, no quería escuchar lo que pretendía porque ya lo sabía
y amaba que fuese de esa manera. Lo único que quería ahora era besarla,
así que acercó sus labios a los de Cristina con la necesidad de siempre,
pero con un sentimiento nunca experimentado. Sus labios eran tan suaves,
tan deliciosos, tan exquisitos; el contacto siempre lograba enloquecerla
totalmente.
Esa mujer que tenía enfrente era la mejor parte de su vida, era todo lo que
siempre esperaba encontrar del amor, ella era quien había resuelto todas
las interrogantes, había llenado todos los vacíos, había iluminado toda la
oscuridad, había complementado todos sus días, había conquistado su
corazón, había acariciado su alma y apaciguado su espíritu; simplemente
ella era el significado del amor en su vida.
- Sí.
- Ni siquiera sabes a qué respondes sí Amanda. – sonrió Cristina.
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canción que entona tu risa es la melodía que nutre mi espíritu cuando está
cansado y abatido; es la tonada perfecta que mi corazón anhela para estar
en paz. La ternura de tu compañía, esa increíble perfección que es compartir
los días a tu lado; disfrutar las horas de alegría, conocer los minutos de
tristeza, permanecer en los segundos de total y pleno silencio. Lo radiante
de tu personalidad que me cautiva y enamora con tan solo el primer
contacto; tan encantadora e interesante que permanece como tesoro
preciado en mi corazón. La belleza de este rostro que, con cada gesto,
expresión, movimiento, acción; paraliza mis sentidos y me quiebra la
respiración. La dulzura de tu voz que hace estremecer cada sentido
dormido, como un suspiro que asoma de tus labios que me embriagan, que
me envuelven, que me consumen, que me seducen, que me hechizan, que
me incitan a volar, a soñar…a amar. Describir lo que me haces sentir es casi
imposible porque las palabras no alcanzan para describir todo tu ser, para
apreciar tu belleza, para contemplar tu serenidad, para conocer tu alma,
para reconocer que eres la mujer que lo provoca todo en mi vida. No solo
quiero pasar unos meses, unos años, una temporada junto a ti, quiero sin
ninguna duda pasar toda una vida a tu lado y construir nuestra historia de
amor. – Cristina terminó mientras sostenía las manos de Amanda entre las
suyas.
321
guía en el camino…este amor que me haces sentir es lo mejor de mis días,
es la razón de la cordura de esta mi locura eterna, es el motivo de que mi
corazón aprendiese a amar, es la sensación de perfección infinita e
inagotable, es la barca que me hace navegar entre mares de papel, es el
sentimiento que solo nace por y para ti, es la necesidad de continuar a pesar
de la adversidad, es mi pensamiento diario, mi sueño nocturno y mi deseo
eterno, es la afirmación de que eres todo lo que necesito, es la seguridad de
que he llegado a puerto seguro…tu amor me ilumina, me hace sonreír, me
estimula, me nutre, me complementa, me sostiene, me desarma, me
conmueve, me embriaga, me enloquece, me desborda, me seduce. Cariño,
tu amor es la historia de mi vida, la que siempre había soñado, pero jamás
vivido… dicen que nadie es perfecto; pero creo que cuando dos personas
imperfectas se encuentran, se enamoran y se aman, se convierten en la
perfección del amor…y esto que siento por ti se parece mucho a esa
perfección…
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resto de su vida harán de esta historia una digna representación de lo que
es el amor genuino porque en definitiva entendieron que la vida es un paso
a la vez…
323
“No todo lo que se ve es realidad y aunque el camino sea largo, agotador
y sintamos que estamos caminando, flaqueando Del borde al precipicio,
no desistamos jamás, porque La vida es un paso a la vez y aunque dura,
en ocasiones llena de dolor y decepciones siempre podremos en algún
punto, en algún lugar, en algún momento cuando menos lo esperemos
disfrutar de La historia de nuestro amor…”
Sankh
324