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Sociologia de La Familia. Legarde. Género y Maternidad

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Ser madre en la familia colombiana.

Algunos elementos de su historia

Nombre: Adriana Villalba Moreno

Resumen: A continuación, se presenta una breve descripción de la evolución de la

percepción de la maternidad en Colombia desde el siglo XX hasta la actualidad a partir del

estudio de Ximena Pachón sobre la familia colombiana en el siglo XX en diálogo con la

teoría de Marcela Lagarde sobre los Cautiverios

El papel de la mujer en la familia era un tema indiscutible a mediados del siglo pasado, se

le vinculaba a los espacios de reproducción y cuidado. Estaba al cuidado del hogar,

representaba el núcleo de la familia, es más familia sin mujer no era familia. Estaba

encargada de la crianza de sus hijos, su educación, e inculcación de valores,

preferentemente cristianos en el caso del mundo occidental, particularmente católicos en

Colombia.

En Colombia había una diferenciación considerable entre la familia rural y la urbana, la

idea general era una familia extensa y patriarcal, que se expresaba concretamente en la

clase media y alta; la clase obrera por sus condiciones no tenia acceso a servicios de

salubridad y menos capacidad de manutención que le garantizaran una familia amplia,

deseada para aumentar las probabilidades legado en una época con alta tasa de mortalidad.

En este contexto el papel que la mujer debía asumir en el hogar, en la vida privada, debía

reflejarse en la vida pública. Si una mujer no era madre, debía ser monja y célibe. La mujer

debía ocuparse de cuidar a los niños, a los enfermos, a los ancianos, labores que luego se
profesionalizaron a través de las ocupaciones de maestra, trabajadora social y enfermera. Se

le educaba desde niña para desempeñarse de esa forma (Pachón, 2008).

El discurso dominante de madre estuvo vinculado a una elusión de responsabilidad del

Estado, que se servía de la función social de la maternidad. Dicha responsabilidad se ha

redistribuido a través de instituciones, como El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar

y la aparición de jardines infantiles públicos, y programas de gobierno para la infancia en

general. Aún así, como dice Lagarde (2005), bajo la hegemonía imperante: “las madres son

reproductoras de la cultura, aculturadoras de los otros. Son las primeras pedagogas de

quienes comienzan a vivir, y en complejos sociales estatales, son funcionarías del Estado en

la sociedad, durante toda la vida de los sujetos. En cualquier circunstancia, las mujeres

madres son intelectuales, son funcionarías del Estado en la sociedad civil” (p. 377).

Eventualmente la mujer empezó a ubicarse en la esfera de la producción, no sin generar

reticencias. La independencia femenina estaba mal vista y junto con ella aparecieron los

divorcios y la sanción social que acarreaba para ellas y para los hijos e hijas.

Este papel de la mujer en tanto que conyugue y madre bien lo ha definido Lagarde (2005)

“Ser madre y ser esposa consiste para las mujeres en vivir de acuerdo con las normas que

expresan su ser —para y de— otros, realizar actividades de reproducción y tener relaciones

de servidumbre voluntaria, tanto con el deber encarnado en los otros, como con el poder en

sus más variadas manifestaciones” (p. 363).

Las instituciones conservadoras de la sociedad colombiana procuraban mantener el

esquema de la familia tradicional, haciendo como responsables de su posible disolución a


las mujeres al advertirles de la importancia del rol de madres y de no usar anticonceptivos

y, sugestionarlas a cerca de su incapacidad para sobrevivir sin un esposo. (Pachón, 2008)

Aun cuando estas estrategias como tal hayan desaparecido en su expresión más directa y

descarada, este imaginario aún prevalece en la sociedad colombiana, existe todavía un

control sobre el rol de madres y esposas que están obligadas a asumir las mujeres, incluso

en la esfera productiva, una mujer sin hijos ni esposo se considera una mujer infeliz.

En las familias de bajos ingresos es más manifiesto el rol de madres de las mujeres. Tiende

a haber en la actualidad, por mejores servicios de salud, familias más numerosas, donde

muchas veces los hijos tienen descendencia que no crían, sino que se la dan a sus madres,

es decir, a las abuelas. Así mismo, es más intenso el cautiverio en que se hallan en cuanto

que en las situaciones de violencia doméstica, su estado de enajenación es tal, que asumen

que su maltrato es culpa de ellas, protegiendo a sus victimarios, muchas veces su pareja o

incluso sus hijos varones. Están atrapadas por la conyugalidad y la maternidad, la pobreza

puede hacerles creer que deben tener una relación de sumisión con respecto a quien les

provee, sus esposos.

Claro esto no es exclusivo de los estratos socioeconómicos bajos; en las capas medias y

altas también se ve, sólo que es menos recurrente y más ocultado. La violencia doméstica

refleja el contexto violento general que vivimos en nuestro país, y los pobres se hallan en el

lugar menos favorable.

El siglo XX también fue un siglo de conquistas en materia de derecho para las mujeres,

como lo dice Pachón (2008): “El rompimiento de la estructura de poder patriarcal afectó las

uniones familiares y produjo un cambio en las relaciones entre los cónyuges, entre los
hermanos y entre hijos y padres. Los niveles de escolaridad logrados por la mujer, su

inserción en el mercado laboral, la conciencia de sus derechos y sus potencialidades, así

como la homologación en la edad de los cónyuges, condujo a establecer relaciones más

igualitarias y de mayor cooperación dentro de la familia, dejando atrás la sumisión

impuesta a la mujer por la religión y la cultura imperantes” (p. 153).

Apareció un cambio en la división sexual del trabajo, la mujer empezó a trabajar en campos

profesionales en labores consideradas antes de hombres y asumir rol un económico

compartido o incluso de proveedora, pero no dejaba de hacer labores de cuidado, al no

haber una distribución equitativa de estos oficios (Pachón, 2008).

La madre cabeza de hogar apareció como un fenómeno legitimado en la década de los 70,

aunque esto fenómeno no es nuevo su reconocimiento estuvo ligado a los estudios

feministas sobre género (Pachón, 2008). De hecho, en políticas estatales como Familias en

Acción las madres jefes de hogar son quienes reciben los subsidios (Puyana, 2012). Esto

da entender que estas visibilizaciones surgen como un instrumento más que como una

condición emancipatoria.

No todos los casos de madres solteras son iguales, existe una correlación de clase, mientras

que en los estratos bajos tiende a suceder en gran medida porque el hombre se exime de sus

responsabilidades paternas, en la clase media y alta son cada vez más comunes casos, de

maternidad independiente por decisión personal, es decir, las madres asumen la custodia de

sus hijos sin demandar responsabilidad de los padres o incluso pueden someterse a

procedimientos in vitro o acudir a la adopción para ejercer su maternidad solas.


En Colombia, al igual que en el resto de América latina se observan cambios en cuanto a la

imagen de la maternidad en la sociedad. Se ha pasado de un moralismo desmedido, que

obligaba prácticamente a la mujer a ser madre, a una apertura hacia la autonomía de las

mujeres. Debe tenerse presente que los cambios sociales no son discretos, sino que la

tradición y sus prácticas van reconfigurándose poco a poco. El estado y los medios de

comunicación han jugado un papel importante en el cambio de mentalidad frente a ser

madres, pero no se debe obviar el protagonismo político de las mujeres mismas en esta

transformación. Aún falta camino por recorrer en cuanto a la independencia de las mujeres

y el reordenamiento de la familia en cuanto a su distribución de responsabilidades, sociedad

civil y estado deben trabajar articuladamente para este fin.

Bibliografía

Lagarde, Marcela. 2005. Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas

y locas. México: UNAM.

Pachón, Ximena. 2008. La familia en Colombia a lo largo del siglo XX. En Y. Puyana y M.

Ramírez (Eds.), Familias, cambios y estrategias (145-159). Bogotá: Editorial UN

Puyana, Yolanda. 2012. Las políticas de familia en Colombia: entre la orientación

asistencial y la democrática. Revista Latinoamericana de Estudios de Familia 4: 210-226.

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