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fETICA

RESPONSABILIDAD ETICO-JURIDICA DEL ESTADO

MERCEDES VANEGAS GOMEZ

UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA


DECIMO SEMESTRE
BARRANCABERMEJA
2020
¿Cuál considera que es la responsabilidad ético-jurídica que le
corresponde al Estado y a la sociedad, desde la esencia del
Estado Social de Derecho y del principio de solidaridad
contemplado en la Constitución Política (Preámbulo, Arts. 1 y 2),
ante la emergencia social, sanitaria y económica que nos ha
traído la pandemia COVID-19?

En nuestra Constitución, el principio de Solidaridad constituye la base de


la organización de nuestro Estado y de la sociedad, está consagrado
como un principio fundamental de los ciudadanos ( Artículo 1 de la
Constitución Política) pero a la vez como un deber y una obligación que
tanto los gobernantes como los gobernados debemos cumplir con el fin
de asegurar una convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo.
( Artículo 2 y 95, inciso segundo, numeral 2 de la Constitución Política
de Colombia).
En tanto que la ética es la escala de valores de una persona, es ese
ordenamiento interior de criterios y preferencias que permite distinguir
lo que es bueno y lo que es malo, a lo que estoy obligado y a lo que no
lo estoy, es decir, hacer lo que está permitido a los gobernantes y hacer
lo que no está prohibido a la sociedad.
Actualmente, el planeta tierra está enfrentando una pandemia mundial
con el “Covid-19” y nuestro país, Colombia, no ha sido ajeno a ella; es
por esto que desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS)
declaró emergencia internacional ante el avance del virus, nuestro país
activó, mediante el Instituto Nacional de Salud (INS), los protocolos de
alerta recomendados por la OMS para identificar cualquier caso con
prontitud, como fueron:
 Implementar medidas restrictivas en los viajes y el comercio solo
si son necesarias y basadas en la evidencia. No se recomienda
formalmente ninguna de esas medidas.
 Apoyar a los países que tienen los sistemas sanitarios más débiles.
 Acelerar el desarrollo de una vacuna.
 Combatir los rumores y compartir información fidedigna.
 Revisar los planes de preparación e identificar sus debilidades.
 Compartir abiertamente datos y experiencias.
 Trabajar mano a mano con la comunidad internacional.
Sin embargo, en Colombia las únicas medidas que se desarrollaron
desde el Comité Nacional de Emergencias fueron campañas de
autocuidado por parte de los ciudadanos basadas en el lavado de
manos; pero estas medidas no fueron suficientes, ya que Colombia
registró su primer caso de contagio, el cual fue confirmado el día 06 de
marzo por el Ministerio de Salud y se trató de una ciudadana de 19 años
que llegó procedente de Milán- Italia la cual presentaba síntomas y
acudió a los servicios médicos donde se le tomaron las muestras para el
análisis respectivo, los cuales fueron enviados a el INS quien confirmó
resultados positivos a las pruebas. Lo que dejó en evidencia el poco
control que estaba realizando el gobierno nacional con las personas que
provenían del extranjero, en especial de los países en los cuales el virus
ya había alcanzado un alto número de personas infectadas. De este
modo, termina la fase de preparación y se activa la fase de contención
en el territorio nacional.
Al tiempo, la OMS declara el día 11 de marzo que el brote de COVID-19
es una pandemia, esencialmente por la velocidad en su propagación, por
lo que instó a los Estados a tomar acciones urgentes y decididas para la
identificación, confirmación, aislamiento, monitoreo de los posibles
casos y el tratamiento de los casos confirmados, así como la divulgación
de las medidas preventivas,
A partir de ese momento comienza la responsabilidad del Estado, el cual
entra a regular mediante Resoluciones y Decretos, tanto a nivel nacional
como departamental y local, la protección y garantías de los derechos
fundamentales de los ciudadanos, con el fin de propender por su
autocuidado, el de su familia y la de su comunidad y la de actuar de
manera solidaria ante situaciones que pongan en peligro la vida y la
salud de las personas. Es así que el Ministerio de Salud y Protección
Social expidió la Resolución 380 del 10 de marzo de 2020, por el cual se
adoptan medidas preventivas sanitarias de aislamiento y cuarentena de
las personas que arriben al país, provenientes de la República de China,
de Italia, Francia y España, además entre otras las de dar directriz a las
entidades territoriales de salud para que adopten las medidas de
protección necesarias para la población con especial énfasis en los
niños, niñas y adolescentes (NNA), y adultos mayores, quienes son
considerados más vulnerables por la grave afectación que ha tenido esta
población en otros países.
Esta Resolución fue la primera de las muchas que han emitido los
diferentes Ministerios, Superintendencias, y demás autoridades
administrativas adscritas al poder ejecutivo a nivel nacional del Estado,
todas amparadas en la Constitución y la Ley en busca de mitigar los
efectos que se puedan causar a la población, a las instituciones del
Estado y las Privadas, en los ámbitos comerciales, financieros,
laborales, sociales, y jurídicos debido a la crisis sanitaria ocasionada por
la pandemia del COVID-19. Igualmente el gobierno nacional emite el
decreto 417 del 17 de marzo de 2020 por el cual se declara un Estado
de Emergencia Económica, Social y Ecológica en todo el territorio
Nacional en ejercicio de las facultades constitucionales y legales, en
especial las conferidas en el artículo 215 de la Constitución Política y en
la Ley 137 de 1994, con el objetivo de poder adoptar todas aquellas
medidas adicionales necesarias para conjurar la crisis e impedir la
extensión de sus efectos, así mismo disponer de todas las operaciones
presupuestales necesarias para llevarlas a cabo.
Es así, que mediante el Decreto 457 del 22 de marzo de 2020 el
gobierno nacional haciendo uso de la facultad otorgada por la
Constitución Política, resuelve ordenar el aislamiento preventivo
obligatorio de todas las personas habitantes de la República de
Colombia, a partir de las cero horas (00:00 a.m.) del día 25 de marzo de
2020, hasta las cero horas (00:00 a.m.) del día 13 de abril de 2020 en el
marco de la emergencia sanitaria por causa del Coronavirus COVID-19,
como medida drástica para frenar el contagio masivo de la población y
evitar que el sistema sanitario de nuestro país colapse, dado a la poca
inversión en equipos e infraestructura médica con que cuenta la nación.
No obstante, para los gobernantes (Presidente de la Republica,
Gobernadores y Alcaldes) esta medida trajo consigo una serie de
inconformismo de parte de la población que se encuentra en situación
de pobreza, dado que Colombia es uno los tres países con más
desigualdad social a nivel mundial y con una tasa de informalidad del
47.7%, lo que conlleva a una responsabilidad ética-jurídica tanto de
parte del Estado, en el sentido de que debe gobernar fundado en la
Constitución y la ley, legítimamente establecidas, y lo primordial de su
quehacer radicará en cumplir con los fines esenciales del Estado social
de derecho, buscando involucrar el inmenso y urgente tema de la
capacidad de todos los entes estatales y privados para avanzar en
justicia y equidad social; dado que el compromiso ético de hoy se
traduce no sólo en respetar y mantener la democracia dentro de la
legalidad sino en empeñarse seriamente en la democratización en pos
de la equidad, esta obligación se traduce en los más de 50 Decretos que
ha decretado el gobierno nacional desde que se declaró la emergencia
internacional, siendo el último al día de hoy 02 de abril de 2020, el
Decreto 507 del 1 de abril de 2020 el cual busca controlar las
especulaciones de los precios en algunos productos de la canasta
básica, medicamentos y dispositivos médicos con el objetivo de que los
hogares más vulnerables tengan acceso a los mismos; en cuanto a la
responsabilidad ético-jurídica de la sociedad, está en entender que
conforme el actuar de cada uno de nosotros estamos procurando un
bien o evitando un mal para sí o para otros; que en la medida en que yo
me cuido y acato las disposiciones dictadas por el gobierno, estoy
contribuyendo solidariamente a que las demás personas también se
encuentren protegidas en su vida y honra; igualmente debemos atender
todas las disposiciones dictadas por los entes estatales y no violarlas, ya
que con esta irresponsabilidad podemos causar afectaciones en la salud
de nuestros familiares y de la población en general.

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