Semana Santa en Casa
Semana Santa en Casa
Semana Santa en Casa
2020
Domingo de Ramos
Preparar:
Una rama de cualquier árbol (Usa una bonita). Y colocarla en la puerta de la casa. Si tienes
agua bendita la puedes rociar. De este modo, a pesar del confinamiento serviría para unirnos como
familias cristianas católicas y dar testimonio visible de que hemos iniciado nuestra semana Mayor.
Si tienes una imagen del crucificado o de la Virgen María puedes adornarla, con una vela
encendida.
Frente a la imagen:
- Leer el evangelio de san Mateo 21, 1-11
- Leído el evangelio dar un minuto de silencio.
- Luego los padres pueden hacer una breve reflexión a sus hijos
sobre la lectura del evangelio.
- Añadir preces
- Terminada las preces rezar un padre nuestro, tres Ave María y el
Credo.
- Para finalizar los padres sellen a sus hijos con la sangre del
cordero.
Preces:
Como Cristo se dirigió al Padre en el momento de su máximo sufrimiento, oremos también
nosotros con toda confianza ante Dios, nuestro Padre. Pidamos especialmente para
comprometernos con los seres humanos, que más comparten el sufrimiento de Jesús,
diciendo:
La hora será la que la familia considere conveniente. Pero si pudiéramos todos realizarlo a las
8.30 am seria una oración unidos como familia, cada uno en su casa.
Oración para poner las palmas benditas en el hogar:
Martes santo:
Miércoles santo:
PREPARATIVOS
Adorno festivo de una mesita (un pequeño alatar para la oración de este día). En esta mesita se
colocará:
Pan.
Una Biblia
Una jarra de agua, jabón, toalla.
Este pequeño altar nos recuerda la última cena del Señor. Ante el altar este día nos
detendremos para meditar el amor de Cristo que se quedo en el PAN Y EL VINO con Nosotros.
A eso de las 6.00 pm nos reuniremos junto al altar familiar preparado para ese día y
empezaremos:
Delante de Dios, nuestro Padre, reconocemos con humildemente que somos pecadores y pedimos
perdón: Yo confieso
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al
Padre y habiendo amado a los suyos, que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
En el transcurso de la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo
de Simón, la idea de entregarlo, Jesús, consciente de que el Padre había puesto en sus manos todas
las cosas y sabiendo que había salido de Dios y a Dios volvía, se levantó de la mesa, se quitó el
manto y tomando una toalla, se la ciñó; luego echó agua en una jofaina y se puso a lavarles los pies
a los discípulos y a secárselos con la toalla que se había ceñido.
Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: "Señor, ¿me vas a lavar tú a mí los pies?" Jesús le replicó:
"Lo que estoy haciendo tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde". Pedro le dijo:
"Tú no me lavarás los pies jamás". Jesús le contestó: "Si no te lavo, no tendrás parte conmigo".
Entonces le dijo Simón Pedro: "En ese caso, Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la
cabeza". Jesús le dijo: "El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él
está limpio. Y ustedes están limpios, aunque no todos". Como sabía quién lo iba a entregar, por eso
dijo: 'No todos están limpios'.
Cuando acabó de lavarles los pies, se puso otra vez el manto, volvió a la mesa y les dijo:
"¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen
bien, porque lo soy. Pues si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, también
ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. Les he dado ejemplo, para que lo que yo he
hecho con ustedes, también ustedes lo hagan".
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Terminada la lectura el padre o la madre de familia hace una reflexión para sus hijos…
A continuación de la reflexión el padre de familia lavará las manos a sus hijos para recordar el
gesto del Señor, pero ahora dándole el sentido para que nuestros hijos comprendan que deben
cuidarse para evitar el contagio de la pandemia.
Terminado el gesto de lavar las manos se ora con el Padre nuestro.
Terminada la oración del padre nuestro el padre invita a sus hijos a darse la paz como
expresión de la paz que vive como familia.
Como este día no podemos asistir a la oración ante el Monumento lo haremos desde este altar.
Para ello les proponemos una antigua tradición que nos legó SAN FELIPE NERI: “La Visita de
los 7 altares”: Una especie de acto de desagravio donde se pide perdón a Dios por la ofensa
cometida contra su Hijo, al ser llevado de un lugar a otro para ser juzgado:
Rezamos: Padre, al recordar las injusticias que padeció Jesús ante las autoridades civiles y
religiosas, concédenos identificar a ese mismo Jesús en cada uno de nuestros hermanos que siguen
padeciendo injusticias y danos el valor para proclamar su dignidad. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
“... pasó Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto,
en el que entraron él y sus discípulos... Entonces la cohorte, el tribuno y los guardias de los
judíos prendieron a Jesús, le ataron y le llevaron primero a casa de Anás, pues era suegro de
Caifás, el Sumo Sacerdote de aquel año
Canto:
¡Oh, cuán triste y cuán aflicta se vio la Madre bendita, de tantos tormentos llena!
Respondemos todos: Cuando triste contemplaba y dolorosa miraba del Hijo amado la pena.
“Anás interrogó a Jesús sobre sus discípulos y su doctrina... Entonces le envió atado al
Sumo sacerdote Caifás.”
Palabra del Señor.
Canto:
“De la casa de Caifás llevan a Jesús al pretorio. Era de madrugada... Entonces Pilato entró al
pretorio y llamó a Jesús y le dijo: ¿Luego tú eres Rey? Respondió Jesús: Sí, como dices, soy
Rey...”
Palabra del Señor.
Por los pecados del mundo, vio a Jesús en tan profundo tormento la dulce Madre.
R. Vio morir al Hijo amado, que rindió desamparado el espíritu a su Padre.
“Pilato dijo a los Sumos sacerdotes y a la gente: ningún delito encuentro en este Hombre.
Pero ellos insistían diciendo: solivianta al pueblo, enseñando por toda Judea, desde Galilea,
donde comenzó, hasta aquí. Al oír esto, Pilato preguntó si este hombre era galileo. Y, al
saber que era de la jurisdicción de Herodes, le remitió a Herodes, que por aquellos días
estaba también en Jerusalén.”
Palabra del señor.
Canto:
¡Oh dulce fuente de amor!, hazme sentir tu dolor para que llore contigo.
R. Y que, por mi Cristo amado, mi corazón abrasado más viva en él que conmigo
“Cuando Herodes vio a Jesús se alegró mucho, pues hacia largo tiempo que deseaba verle,
por las cosas que oía de él, y esperaba presenciar alguna señal que él hiciera. Le preguntó
con mucha palabrería, pero él no respondió nada. Estaban allí los sumos sacerdotes y los
escribas acusándole con insistencia. Pero Herodes, con su guardia, después de despreciarle
y burlarse de él, le puso un espléndido vestido y le remitió a Pilato.”
Palabra del señor
Canto:
Y, porque a amarle me anime, en mi corazón imprime las llagas que tuvo en sí.
R. Y de tu Hijo, Señora, divide conmigo ahora las que padeció por mí.
“Cada Fiesta Pilato les concedía la libertad de un preso, el que pidieran. Había uno, llamado
Barrabás, que estaba encarcelado con aquellos sediciosos que en el motín habían cometido
un asesinato. Subió la gente y se puso a pedir lo que les solía conceder... entonces,
queriendo complacer a la gente les soltó a Barrabás y entregó a Jesús, después de azotarle,
para que fuera crucificado.”
Palabra del señor
“Los soldados llevaron a Jesús dentro del palacio, es decir, al pretorio y llaman a toda la
cohorte. Le visten de púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la ciñen. Y se pusieron
a saludarle: ¡Salve, Rey de los judíos! y le golpeaban en la cabeza con una caña, le escupían
y, doblando las rodillas se postraban ante él. Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron
la púrpura, le pusieron sus ropas y le sacan fuera para crucificarle... Le condujeron entonces
al lugar del Gólgota, que quiere decir: Calvario.”
Canto:
Oración final
Señor, tú que por nosotros padeciste el tormento de la cruz y en todo te hiciste obediente
para que nosotros alcanzáramos la salvación; te pedimos nos des la fuerza de tu Santo
Espíritu para que podamos seguirte obedientes transformando nuestro mundo en la
antesala de tu cielo. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
R. Amén.
VIERNES SANTO
LA PASIÓN DEL SEÑOR
Preparativos
Colocaremos en un sitio de la casa una cruz o un crucifijo con dos velas encendidas
A las 3.00p.m. Reunirse en familia para leer la Pasión de san Juan 18, 1-19, 42
Después de leída la pasión el padre o la madre de familia hacen un breve reflexión sobre la lectura
de la Pasión.
Después de la reflexión se hará un momento de silencio ante la cruz y se le hará un gesto de
adoración (inclinarse, arrodillarse, persignarse).
Terminada la adoración elevaran las preces al padre celestial:
DIA DE AYUNO: PARA LOS QUE YA TIENEN 14 AÑOS HASTA LOS 59 AÑOS
Oremos al Dios amor que por amor a nuestra salvación envió a su Hijo Amado a darnos vida en el
árbol de la cruz. A cada invocación decimos:
RITOS CONCLUSIVOS
La comunión espiritual:
Yo creo Jesús mío que estás presente en el santísimo Sacramento del Altar, te
amo sobre todas las cosas y deseo fervientemente recibirte en mi corazón, más
al no poderlo hacer sacramentalmente en este momento te pido vengas
espiritualmente a mi corazón (momento de silencio) y como si ya te hubiera
recibido me uno y me abrazo inmensamente a ti. No permitas Jesús mío que
jamás me aparte de ti.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén.
Adornar una mesita y colocar una veladora para que a las 7.00 pm apaguemos la luz de la casa y se
encienda la vela, recordando el cirio pascual y que Cristo ha resucitado y está vivo. Permanecer un
momento en silencio descubriendo que es Cristo quien ahuyenta la oscuridad. Somos hijos de la
Luz y encontramos en Cristo nuestra luz porque ha resucitado y ha vencido a la muerte.
Frente a la mesa se rezará el padre nuestro y el ave María. En familia darse el gesto de paz
significando que la Paz de Cristo ya está en nuestros corazones.
Al final cantara con alegría el Aleluya: podemos cantar Hoy el señor resucito….
DOMINGO DE RESURRECCION
Al mediodía nos uniremos todos en familia en el rezo del Regina Caeli. Juntos nos
uniremos en el rezo alegre a María, orando unidos por el cese de la pandemia y
porque la Liberación que nos viene de la Pascua pueda llenarnos de paz y gozo.
Regina Caeli:
Oremos:
Oh Dios, que por la resurrección de Tu Hijo, Nuestro Señor
Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos,
por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a los
gozos eternos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen.