(CF) CARTA DE FORMACIÓN 04 - Marcelino Champagnat PDF
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También vivía con nosotros una tía religiosa expulsada del convento por la revolución.
Era hermana de papá. Mamá y mi tía influyeron mucho en mi vida. Santas mujeres, de
verdad. Mamá era enérgica, firme, activa, amiga del orden. Y muy creyente. Las dos tenían
un GRAN AMOR A MARÍA.
Andaba yo por los once años. Era el hijo del alcalde del
municipio. Mis padres me llevaron a la escuela. Era el primer
contacto con la cultura. El maestro me llamó junto a él para
hacerme leer. Otro compañero se adelantó. El maestro, para
congraciarse conmigo propinó una tremenda cachetada al
compañero. Yo temblaba de pies a cabeza y no veía las letras. Fue
entonces cuando tomé la primera decisión formal de mi vida: NO
VOLVERÉ MAS A LA ESCUELA..
Y a pesar de lo mucho que insistieron mis padres, no volví a
la escuela.
Peregriné con ella a la Louvesc, a 40 kilómetros de Rosey. Acepté sus merecidos regaños y
de nuevo volví al Seminario, gracias a las gestiones de mamá ante los superiores. Este fracaso
fue duro para mi. Me sentí inútil, pero volvió a surgir en mi el grupo: "SERÉ SACERDOTE, PUESTO QUE DIOS
LO QUIERE". Ahora veo que esto se convirtió para mi en un HECHO AMIGO. Dejé la BANDA
ALEGRE, dije adiós a las tabernas y empecé a creer, de verdad, en el buen Padre Dios.
Más tarde, recordando las enormes dificultades que experimenté yo para librarme del
analfabetismo y la incultura, escribiría al rey en estos términos:
"Majestad, nacido en un pueblecito montañés no llegué a saber leer ni escribir sino después de
sacrificios infinitos, por falta de maestros capaces. Desde entonces comprendí la urgente necesidad de
crear una sociedad que pudiera, con menos dificultades, proporcionar a los niños de los campos una
buena educación".
Me imagino que tú, como buen remero, amarás mucho a Maria, estrella de
tus mares sin orillas.
El Señor me regaló una naturaleza fuerte. Recuerdo un hecho que se comentó mucho en
los caseríos de aquella región. Y me dio cierta popularidad entre aquellas personas sencillas. Se
trataba de un enfermo. El caserío estaba bastante lejos. Era una pobre anciana. Nevaba
mucho. Mi acompañante se cansó tanto que lo tuve que cargar a mis espaldas y. dejarlo luego
en la casa más próxima. Yo tomé el bastón y continué viaje hasta llegar a la casa de la
enferma.
Y de inmediato me puse a buscar a esos jóvenes. Les enseñaría a leer y escribir, aunque
fuesen analfabetos. Y sobre todo les enseñaría a realizar una verdadera LECTURA DE
NECESIDADES.
Y miro tantas miradas perdidas de jóvenes venezolanos para ver si alguno escucha mi
grito y el grito de tantos niños y jóvenes... Pero muchas veces la mirada se pierde en el vacío...
Se ve que no estoy en "honda"... Y esto me entristece. Por eso comento esto contigo. A ver qué
me dice tu mirada.
En fin, seguiría contigo horas y horas. Pero estoy abusando ya demasiado. Hay todavía
muchas cosas que quisiera compartir contigo. Acaso para otro día, si es que tú quieres seguir el
diálogo.
De momento, me ilusiona recibir tu respuesta. De verdad, porque a los santos también nos
gusta bajar a la tierra y escuchar y hablar con ustedes los jóvenes.
TRABAJO PERSONAL
ca rta d e M arcelino
Recibiste una esta carta con
C o nte sta
Champagnat. ida d y s inceridad
crea ti v
la extensión, n do que escribes
a g in a
que desees, im h a m pagnat.
una c a rta a C