T-122-19 2

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Sentencia T-122/19

DEVOLUCION DE SALDOS EN EL SISTEMA GENERAL


DE SEGURIDAD SOCIAL EN PENSIONES-Vulneración del
derecho a la libertad de elección, ante negativa de Administradora
de fondos en acceder a la devolución de saldos regulada en el
artículo 66 de la ley 100 de 1993

ACCION DE TUTELA PARA SOLICITAR DEVOLUCION


DE SALDOS-Procedencia excepcional

JUEZ DE TUTELA-Facultad de fallar extra y ultra petita

DERECHO AL LIBRE DESARROLLO DE LA


PERSONALIDAD-Libertad in nuce

PENSION DE VEJEZ-Potestad del trabajador de solicitar


devolución de saldos o indemnización sustitutiva o de continuar
cotizando hasta cumplir el requisito

DEVOLUCION DE SALDOS EN EL SISTEMA GENERAL


DE SEGURIDAD SOCIAL EN PENSIONES

Esta Corte ha señalado que la devolución de saldos es una figura que


pretende brindar un auxilio a la persona que teniendo la edad para
pensionarse (en el caso de las mujeres, 57 años) no cuenta con el capital
necesario para consolidar una pensión, de tal forma que pueda reclamar
el reintegro de sus ahorros y así remplazar la pensión de vejez, para lo
cual no acredita la totalidad de requisitos. De igual forma, ha
considerado que la devolución de saldos es una prestación que actúa
como sucedánea de la pensión de vejez, cuando la persona alcanza el
requisito de la edad, pero no satisface las demás exigencias para obtener
dicha prestación.

DERECHO A LA DEVOLUCION DE SALDOS-Compatible con


el concepto de “redención anticipada del bono pensional” previsto
en el artículo 16 del Decreto 1748 de 1995

DERECHO A LA DEVOLUCION DE SALDOS-No aplica


figura de “redención normal” del bono tipo A regulada en los
artículos 15 y 20 del Decreto 1748 de 1995
La figura conocida como “redención normal” del bono tipo A no aplica
para el caso de la devolución de saldos, dado que se encuentra regulada
en los artículos 15 y 20 del Decreto 1748 de 1995, los cuales disponen
que la redención normal del bono tipo A se debe dar en la fecha de
referencia o redención “más tardía”, que en el caso de las mujeres se
configura cuando cumplen 60 años de edad, pero nada dispone acerca
de la devolución de saldos. En estos términos, no es acertado aceptar
que cuando una mujer cumple los requisitos para la devolución de
saldos (57 años de edad y capital insuficiente para financiar una pensión
por lo menos igual al salario mínimo), debe esperar hasta la fecha de
redención normal del bono pensional, es decir, hasta los 60 años, pues
la norma prevé que, específicamente, para el caso de la devolución de
saldos, lo que se debe realizar es una redención anticipada del bono
pensional

DERECHO A LA DEVOLUCION DE SALDOS-Orden a fondo


de pensiones, reconocer y pagar a la accionante devolución de
saldos

DERECHO A LA DEVOLUCION DE SALDOS-Orden a la


Oficina de Bonos Pensionales del Ministerio de Hacienda y Crédito
Público, reconocer y pagar la redención anticipada del bono
pensional

Referencia: Expediente T-6.977.326

Acción de tutela interpuesta por Lilia


Patricia Wilches Millán en contra de la
Sociedad Administradora de Fondos de
Pensiones y Cesantías PORVENIR S.A.
Magistrado ponente:
CARLOS BERNAL PULIDO

Bogotá, D.C., diecinueve (19) de marzo de dos mil diecinueve (2019).

La Sala Primera de Revisión de la Corte Constitucional, integrada por la


magistrada Diana Fajardo Rivera y los magistrados Luis Guillermo Guerrero y
Carlos Bernal Pulido, quien la preside, en ejercicio de sus competencias
constitucionales, legales y reglamentarias, ha proferido la siguiente

SENTENCIA

En el proceso de revisión del fallo de segunda instancia proferido por el


Juzgado Treinta y Ocho Civil del Circuito de Bogotá D.C. el 16 de agosto de
2018, mediante el cual confirmó la decisión de 10 de julio de 2018, dictada
por el Juzgado Cincuenta y Cuatro Civil municipal de Bogotá D.C. Ambas
sentencias fueron proferidas dentro del proceso de tutela promovido por la
señora Lilia Patricia Wilches Millán en contra de la Sociedad Administradora
de Fondos de Pensiones y Cesantías PORVENIR S.A. (en adelante
PORVENIR S.A.).
El expediente fue escogido para revisión por la Sala de Selección número
nueve1, mediante auto del 28 de septiembre de 2018.

I. ANTECEDENTES

1. Hechos probados

1. La accionante nació el 3 de diciembre de 19602.

2. El 8 de febrero de 2018, la tutelante solicitó a PORVENIR S.A. la


devolución de saldos de que trata el artículo 66 de la Ley 100 de 1993. Indicó
que le era imposible seguir cotizando porque estaba desempleada. La
accionante no recibió respuesta a esta petición3.

3. El 2 de marzo de 2018, PORVENIR S.A. solicitó a la Oficina de Bonos


Pensionales del Ministerio de Hacienda y Crédito Público que se emitiera el
correspondiente bono pensional a favor de la accionante4.

1
La Sala estuvo integrada por la magistrada Cristina Pardo Schlesinger y el magistrado Luis Guillermo
Guerrero Pérez. El criterio que se tuvo en cuenta para su selección fue: “necesidad de pronunciarse sobre
determinada línea jurisprudencial”.

2
Cno. 1, fl, 11.

3
Cno. 1, fl, 70.

4
Cno. 1, fl. 132.
4. Mediante Resolución No. 17782 del 21 de marzo de 2018, la Oficina de
Bonos Pensionales del Ministerio de Hacienda y Crédito Público emitió a
favor de la accionante un bono pensional tipo A, modalidad 25.

5. El 3 de mayo de 2018, la accionante solicitó nuevamente a PORVENIR


S.A. la devolución de saldos de que trata el artículo 66 de la Ley 100 de 1993 6.
Afirmó que le era imposible seguir cotizando porque estaba desempleada7.

6. El 11 de mayo de 2018, PORVENIR S.A. negó la petición. Manifestó


que no era procedente la devolución de saldos, debido a que la accionante
tenía la posibilidad de acceder “al beneficio pensional a los 59 años”8,
momento en el cual se completaría el capital con el que se financiaría la
pensión. Aclaró que, en todo caso, para el momento de la solicitud, la tutelante
no contaba con el capital suficiente para acceder a la pensión de vejez9.

5
Cno. 1, fl. 128.

6
El artículo citado dispone: “Artículo 66. Devolución de Saldos. Quienes a las edades previstas en el artículo
anterior no hayan cotizado el número mínimo de semanas exigidas, y no hayan acumulado el capital
necesario para financiar una pensión por lo menos igual al salario mínimo, tendrán derecho a la devolución
del capital acumulado en su cuenta de ahorro individual, incluidos los rendimientos financieros y el valor del
bono pensional, si a éste hubiere lugar, o a continuar cotizando hasta alcanzar el derecho”.

7
Cno. 1, fl. 80 y 25.

8
A diferencia de esta respuesta, en la contestación de la demanda PORVENIR S.A. rectificó que la fecha en
que la tutelante podría acceder a dicha prestación sería a los 60 años, como se observa en el folio 148
2. Pretensiones y fundamentos de la acción de tutela10

7. El día 25 de junio de 2018, mediante apoderado judicial, la tutelante


solicitó la protección de sus derechos fundamentales a la igualdad, seguridad
social, mínimo vital y vida en condiciones dignas. En consecuencia, requirió
que se ordenara a PORVENIR S.A. la devolución de saldos, prevista en el
artículo 66 de la Ley 100 de 1993.

8. Explicó que la acción cumplía los requisitos de procedencia, dado que: i)


había presentado la tutela dentro del término de 6 meses, estimado como
razonable por la Corte Constitucional y ii) se acreditaba la existencia de un
perjuicio irremediable, debido a que no tenía medios económicos de
subsistencia y su edad le había impedido conseguir trabajo.

9. Señaló que tenía derecho a la devolución de saldos, en razón a que: i)


había cumplido con los requisitos establecidos en el artículo 66 de la Ley 100
de 1993; ii) PORVENIR S.A. no podía negarle la devolución de saldos, con el
argumento de que debía tener “al menos el 110% del salario mínimo para
garantizar la mesada pensional”11, pues era un requisito que no existía en la
ley; iii) le era imposible seguir cotizando al fondo de pensiones, debido a que

del Cno. 1.

9
Cno. 1, fl. 34.

10
Cno. 1, fls. 92 al 101.

11
Cno. 1, fl. 94.
su edad le impedía conseguir trabajo y no contaba con ninguna fuente de
ingresos y iv) la entidad accionada incurría en un enriquecimiento sin causa,
pues los dineros que había solicitado eran un ahorro propio.

3. Respuesta de la parte accionada y terceros vinculados

10. En respuesta a la acción de tutela, PORVENIR S.A. presentó los


siguientes argumentos: i) a pesar de que la accionante no contaba con el
capital necesario para financiar una pensión, existía la posibilidad de que
accediera a dicha prestación a los 60 años de edad. Esto debido a que contaba
con un bono pensional, el cual generaba la expectativa de que en la fecha de
redención normal (3 de diciembre de 2020), se pudiera completar el capital
necesario para pensionarse. ii) Una vez se redimiera el bono pensional, en la
fecha normal de redención, realizaría nuevamente los cálculos del caso, para
establecer si lo procedente era el reconocimiento pensional o la devolución de
saldos. iii) La devolución de saldos era una prestación subsidiaria y no
opcional. iv) La negativa a la pretensión perseguía el fin constitucional de que
se procurara el eventual acceso a una pensión de vejez. v) Existía un
precedente que avalaba su postura en la sentencia T-445A de 2015. vi) No era
procedente la tutela, pues la accionante contaba con el procedimiento laboral y
no había acreditado la amenaza de un perjuicio irremediable12.

11. En el trámite de tutela de primera instancia, el Juzgado Cincuenta y


Cuatro Civil municipal de Bogotá D.C. ordenó vincular al Ministerio de
Hacienda y Crédito Público, a la Superintendencia Financiera de Colombia, a
la Administradora Colombiana de Pensiones (en adelante COLPENSIONES)
y a Calima Motor S.A., que fue la última empresa en que laboró la
accionante13.

12
Cno. 1, fl. 147.

13
Cno. 1, fl. 104.
12. La Oficina de Bonos Pensionales del Ministerio de Hacienda y Crédito
Público (en adelante la OBP) manifestó que la devolución de saldos, en la
modalidad de redención anticipada del bono pensional, solo era procedente si
el fondo de pensiones constataba que el saldo que pudiera acumular un
afiliado a la fecha de redención normal del bono pensional no era suficiente
para acceder a una pensión. Afirmó que, contrario sensu, si se encontraba que
el saldo era suficiente, el afiliado debía esperar hasta la fecha en que se
causara la redención normal del bono, para “poder acceder 'eventualmente' al
reconocimiento de la Garantía de Pensión Mínima” 14. Afirmó que la
redención anticipada del bono pensional solo era procedente en el evento en
que existiera una “posibilidad REAL y CIERTA”15 de que la persona pudiera
acceder a una pensión de vejez o, en su defecto, a una Garantía de Pensión
Mínima. Finalmente, indicó que la acción de tutela no era procedente para
exigir el reconocimiento de un derecho legal y económico16.

13. La Superintendencia Financiera de Colombia17 y COLPENSIONES18


solicitaron que se les desvinculara de la acción de tutela, debido a que no
tenían legitimación en la causa por pasiva.

14
Cno. 1, fl. 121 vto.

15
Cno. 1, fl. 121 vto.

16
Cno. 1, fl. 120.

17
Cno.1, fl. 144.

18
Cno.1, fl. 158.
14. Calima Motor S.A. no contestó la tutela19.

4. Decisiones objeto de revisión

15. El 10 de julio de 2018, el Juzgado Cincuenta y Cuatro Civil municipal


de Bogotá D.C. profirió sentencia de primera instancia, en la cual resolvió
negar la acción de tutela, por improcedente20. A su juicio, la accionante debía
presentar su reclamación ante la jurisdicción laboral, pues no se justificaba
una intervención excepcional del juez constitucional. En todo caso, añadió que
la accionante sí contaba con una expectativa de acreditar el capital suficiente
que le permitiera financiar una pensión, y que, por ende, debía esperar hasta el
cumplimiento de la edad de 60 años, en la cual se debía verificar si le era
posible acceder a la pensión de vejez o a la devolución de saldos.

16. La sentencia fue impugnada por la parte accionante21. Señaló que se le


había impuesto, injustamente, la obligación de esperar a que cumpliera la edad
exigida por PORVENIR S.A. para redimir el bono pensional a su favor, lo que
suponía que durante un periodo de 3 años no recibiría ingreso alguno.
Argumentó que el riesgo de un perjuicio irremediable se acreditaba con su
edad, pues evidenciaba que no tenía la capacidad para conseguir un trabajo.

17. Mediante sentencia del 16 de agosto de 2018, el Juzgado Treinta y


Ocho Civil del Circuito de Bogotá D.C. confirmó el fallo de tutela

19
Esto se deduce al verificarse que en ningún cuaderno del expediente obra contestación a la tutela por parte
de Calima Motor S.A.

20
Cno. 1, fls. 161 al 163.
impugnado22. Expresó que la accionante no demostró ser un sujeto de especial
protección, dado que no era una persona de la tercera edad, no se encontraba
en situación de discapacidad, no era madre cabeza de familia, ni hacía parte de
la población desplazada. Además, afirmó que en la negativa de PORVENIR
S.A. no se evidenciaba arbitrariedad.

5. Actuaciones realizadas en sede de revisión

5.1. Pruebas decretadas en sede de revisión

18. Mediante auto del 30 de octubre de 201823, el magistrado ponente ordenó


que, por medio de la Secretaría General de la Corte Constitucional, se
recaudaran las siguientes pruebas:

19. A PORVENIR S.A. le ordenó remitir:

“Certificación motivada en la que se indique si existe certeza o no


de que efectivamente [la accionante] contará con el capital
suficiente para financiar una pensión de vejez o en su defecto una
garantía de pensión mínima, para el 3 de diciembre de 2020, fecha
de redención normal del bono pensional. En caso de que no exista
certeza de ello, se aclare el motivo. De igual forma, se aclare si es
posible que una vez cumplido el tiempo de redención normal del
bono, la accionante solo tenga derecho a la devolución de saldos.

Certificación motivada en la que se indique y explique los


elementos de juicio y probatorios que se tuvieron en cuenta para
que PORVENIR S.A. concluyera que, según el correspondiente
cálculo, la señora Lilia Patricia Wilches Millán, podría acceder a
una pensión de vejez a los 60 años de edad, cuando redimiera el
valor del bono pensional”.

21
Cno. 1, fl. 178.

22
Cno. 2, fl. 4.

23
Cno. 3, f. 18.
20. A la OBP del Ministerio de Hacienda y Crédito Público le ordenó
remitir:

“Certificación motivada en la que se indique si se cumplen los


requisitos para redimir anticipadamente el bono pensional para
efectos de otorgar una devolución de saldos [a favor de la
accionante].

Certificación motivada en la que se indique, si existe la posibilidad


o no de establecer el valor del bono pensional de la accionante a la
fecha de redención normal del 3 de diciembre de 2020. En caso
afirmativo, que se aclare si se puede o no establecer, con certeza,
el valor del bono pensional a la fecha de redención normal. En
caso afirmativo, que se indique el valor del bono pensional que se
proyecta para la fecha de redención normal.

Certificación motivada en la que se aclare si existe la posibilidad o


no de que el valor del bono pensional que se proyecta para la fecha
de redención normal, al final no alcance el monto proyectado. En
caso afirmativo, se aclare de qué depende que se alcance el monto
proyectado para el bono pensional en la fecha de redención
normal”.

21. A la accionante se le solicitó aportar la siguiente información:

“Aporte al Despacho prueba en la que se evidencie su estado civil


actual, pues en el folio 74 del cuaderno No. 1 del expediente se
indica que su estado civil es soltera, y en el folio 84 del cuaderno
No. 1 se indica que es casada.
Indique al Despacho de qué manera y por medio de qué fuente
económica ha suplido sus necesidades básicas desde la fecha en
que renunció a la empresa Calima Motor, hasta la actualidad.

Manifieste al Despacho si depende económicamente de alguien; en


caso afirmativo, señale de quién.

Indique al Despacho si tiene hijos o alguna persona a su cargo.

Aporte al Despacho prueba en la que indique quién es la persona


cotizante titular sobre la cual registra afiliada como beneficiaria
en el Sistema de Seguridad Social en Salud.

Aporte al Despacho prueba en la que se aclare si su lugar de


residencia en la dirección Calle 146A No. 58B-85 Interior 10
Apartamento 301 Caminos de San Lorenzo – Barrio Colina
Campestre en Bogotá D.C., corresponde a vivienda propia o
arrendada. En caso de ser propia, indique el nombre del
propietario del inmueble. En caso de ser arrendada, indique la
persona que asume el pago del canon.

Aporte al Despacho fotocopia de la cédula de ciudadanía de su


madre, la señora Lilia Millán de Wilches, dado que del folio 84 del
cuaderno No. 1, se podría derivar una posible dependencia
económica de su madre.

Indique al Despacho si su madre, la señora Lilia Millán de Wilches


tiene personas a su cargo, que dependan económicamente de ella.

22. El 21 de noviembre de 201824, la Secretaría General de la Corte


Constitucional comunicó a este Despacho que, vencido el término probatorio,
se recibieron las respuestas de la OBP y de la parte accionante. Indicó que

24
Cno. 3, fl. 63.
PORVENIR S.A. no había contestado la solicitud y que la Superintendencia
Financiera de Colombia había allegado comunicación25.

5.2. Respuesta de la OBP26 y pruebas aportadas

23. El 13 de noviembre de 2018, la Secretaría General de la Corte


Constitucional recibió respuesta al oficio OPT-A-3286/201827. En esta
comunicación la OBP manifestó lo siguiente:

24. Frente a la primera certificación solicitada en el auto de pruebas,


respondió que no era la entidad competente para estudiar, en detalle, si el
monto de capital acumulado en la cuenta de ahorro individual era suficiente
para otorgar una pensión de vejez. Señaló que si, hipotéticamente, se llegara a
determinar que para el caso de la accionante resultaba viable solicitar la
redención anticipada del bono pensional, por la causal de devolución de
saldos, el fondo de pensiones debía “verificar y probar” lo siguiente: i) que la
beneficiaria del bono pensional tuviera 57 años, ii) que “no tendrá el capital
necesario para financiar una pensión de vejez, aun cuando se cause la
redención normal del bono pensional”, iii) que la beneficiaria no cumpliera
con el requisito de 1.150 semanas cotizadas que le dan derecho a solicitar el
reconocimiento de una Garantía de Pensión Mínima y iv) que la beneficiaria
hubiese expresado por escrito que no continuaría cotizando.

25
La Superintendencia Financiera de Colombia manifestó que no tiene legitimación en la causa por pasiva.
Cno. 3, fl. 65.

26
Cno. 3, fl. 40.

27
Cno. 3, fl. 22.
25. En relación con la segunda certificación requerida en el auto de pruebas,
indicó que había procedido a realizar el cálculo del bono pensional a favor de
la accionante, según el sistema interactivo de la OBP, tomando como fecha de
redención normal el 3 de diciembre de 2020, y había encontrado que el valor
del bono pensional sería de $241.871.000. Indicó que tenía conocimiento de
que el valor requerido para la pensión de la accionante, según la nota técnica
de PORVENIR, era de $248.311.546. Aclaró que dicho monto se había
calculado bajo el presupuesto de que la accionante no tenía beneficiarios.

26. En cuanto a la tercera certificación solicitada en el auto de pruebas,


señaló que PORVENIR S.A. le había informado que el valor del saldo en la
cuenta de la accionante era, para ese momento, de $41.106.022. Manifestó que
según sus cálculos actuariales la accionante “podría acceder a una pensión de
vejez”. Para dicho cálculo, asumió que la tutelante no tenía beneficiarios y que
la fecha de liquidación era el día 8 de noviembre de 2018. También aclaró que
existía “la posibilidad de que el valor del bono pensional proyectado a la
fecha de redención normal a favor de la señora LILIA PATRICIA WILCHES
MILLAN cambie, como quiera que las proyecciones que a hoy se realicen se
hacen bajo el valor de las variables a fecha de hoy, valores que en unos años
pueden modificarse”28. De igual forma, afirmó que variables tales como el
valor del salario mínimo, la tasa de interés, el parámetro de deslizamiento y
los rendimientos dependían “principalmente del mercado bursátil de valores
y de cambios legales en relación con la determinación del salario mínimo” 29.
En esa misma línea dijo que existía “un alto rango de probabilidad, que la
accionante tendría derecho a una eventual pensión de vejez por capital a la
fecha de redención normal” y que “la probabilidad de que no alcance para
pensión es baja”30.

28
Cno. 3, fl. 43 vto.

29
Cno. 3, fl. 43 vto.

30
Cno. 3, fl. 43 vto.
27. La OBP aportó como pruebas la historia laboral de la accionante31.

5.3. Respuesta de la accionante32 y pruebas aportadas

28. El 7 de noviembre de 2018, la Secretaría General de la Corte


Constitucional recibió respuesta al oficio OPT-A-A3288/201833. Con relación
a su estado civil, manifestó lo siguiente: “Mi estado civil es soltera, pues
inicié proceso de divorcio que culminó con sentencia. No obstante, no se
registró el acta de divorcio y, tiempo después, retomé la convivencia con mi
exesposo”34.

29. Indicó que su pareja, el señor José Manuel Téllez Flórez, se había
encargado, en un principio, de suplir las necesidades económicas del hogar
desde que ella se había quedado sin empleo. Sin embargo, que desde el día 17
de septiembre de 2018 su pareja también se había quedado sin trabajo. Que
desde esa fecha ambos se encontraban desempleados y que habían suplido sus
necesidades con tarjetas de crédito. Afirmó que no contaban con otros
ingresos ni ahorros. Señaló que se encontraba afiliada en salud como
beneficiaria de su pareja, pero que desde que él se había quedado sin empleo
ella no contaba con esa cobertura.

30. Aclaró que tenía 3 hijas con las cuales convivía, además de su pareja, en
un apartamento en arrendamiento. Que adeudaba varios cánones. Que sus dos
hijas, de 28 y 24 años, colaboraban con el pago de algunos servicios públicos,

31
Cno. 3, fl. 47.

32
Cno. 3, fl. 27.

33
Cno. 3, fl. 29.

34
Cno. 3, fl. 27.
pero que tenían “salarios muy reducidos”. Indicó que su hija menor se
encontraba estudiando en la Universidad Externado de Colombia y dependía
económicamente de sus “esfuerzos personales”.

31. La accionante aportó como pruebas acta de divorcio no registrada, carta


de terminación del contrato de su pareja, certificación de nacimiento de sus
hijas, certificado de estudios de su hija menor, carta de afiliación en salud
hasta octubre de 2018 y fotocopia de la cédula de su madre35.

II. CONSIDERACIONES Y FUNDAMENTOS

1. Competencia

32. Esta Sala de Revisión de la Corte Constitucional es competente para


revisar el fallo de tutela proferido dentro del trámite de la referencia, con
fundamento en lo dispuesto por el inciso 3° del artículo 86 y el numeral 9 del
artículo 241 de la Constitución Política, en concordancia con lo prescrito por
los artículos 33, 34, 35 y 36 del Decreto 2591 de 1991.

2. Análisis de procedencia de la acción de tutela

33. Le corresponde a la Sala establecer, en primer lugar, si la acción de tutela


cumple los requisitos para su procedencia frente a los derechos fundamentales
a la seguridad social, mínimo vital, vida en condiciones dignas y libertad. En
segundo lugar, siempre que resulte procedente, determinar el o los problemas
jurídicos sustanciales del caso.

2.1. Legitimación en la causa

34. El artículo 86 de la Constitución Política y los artículos 1, 5 y 10 del


Decreto 2591 de 1991 disponen que toda persona puede ejercer la acción de
tutela por sí misma o por quien actúe en su nombre para la protección de sus
derechos fundamentales, cuando sean vulnerados o amenazados por la acción
u omisión de cualquier autoridad pública o de los particulares.

35
Cno. 3, fl. 31- 39.
35. En este caso la accionante se encuentra legitimada en la causa por
activa36 debido a que las pruebas aportadas evidencian que la señora Lilia
Patricia Wilches Millán cuenta con cotizaciones pensionales en el fondo
PORVENIR S.A.37 y que la OBP ha emitido la expedición de un bono
pensional a su favor38. PORVENIR S.A. y la OBP se encuentran legitimadas
por pasiva, dado que la tutelante estima que sus derechos fundamentales
fueron vulnerados con la respuesta negativa39 de PORVENIR S.A. ante su
petición40 de devolución de saldos, lo cual depende de la redención anticipada
del bono pensional que debe emitir OBP. Esta no se predica, contrario sensu,
de la Superintendencia Financiera de Colombia, COLPENSIONES ni de
Calima Motor S.A., pues no tienen competencia específica en relación con las
pretensiones de la parte accionante.

2.2. Inmediatez

36
La accionante presentó la tutela por medio de apoderado judicial, como se acredita con el poder conferido
que se encuentra en el Cno.1 fl. 57, lo cual permite concluir que se encuentra debidamente representada.

37
Cno. 1, fl. 152.

38
Cno. 1, fl. 128.

39
Cno. 1, fl. 34.

40
Cno. 1, fl. 80.
36. La acción de tutela se presentó de manera oportuna. El escrito de tutela
se radicó el 25 de junio de 2018 41 y la respuesta negativa a la solicitud de
devolución de saldos, que se cuestiona, fue proferida por PORVENIR S.A. el
11 de mayo de 201842, es decir 1 mes y 14 días después. Por tanto, se cumple
con el deber de presentar la tutela dentro de un término razonable desde la
ocurrencia de la presunta vulneración, según la jurisprudencia constitucional43.

2.3. Subsidiariedad

37. De conformidad con el artículo 86 de la Constitución, la acción de tutela


es un mecanismo subsidiario que solo procede “cuando el afectado no
disponga de otro medio de defensa judicial”. Por tanto, en los términos del
numeral 1 del artículo 6 del Decreto 2591 de 1991, es deber del juez
constitucional, de un lado, apreciar “La existencia de dichos medios […] en
concreto, en cuanto a su eficacia, atendiendo las circunstancias en que se
encuentre el solicitante”, y, de otro, a pesar de su existencia, si se acredita un
supuesto de “perjuicio irremediable”, caso en el cual la tutela, de ser
procedente, lo sería como “mecanismo transitorio”.

41
Cno. 1, fl. 102.

42
Cno. 1, fl. 81.

43
De manera reciente, la Corte Constitucional, en sentencia T-412 de 2018, realizó una recopilación acerca de
los diferentes criterios que la jurisprudencia ha considerado relevantes para efectos de valorar la inmediatez
en el ejercicio de la acción de tutela, de la cual se destaca: “A juicio de la Sala, la inexistencia de un término
de caducidad de la acción de tutela no implica per se que esta pueda interponerse en cualquier
momento[55], por una parte, porque una de sus características definitorias es su ejercicio oportuno[56] y,
por la otra, debido a que la inmediatez impone a los actores un deber correlativo de presentación oportuna y
justa de la acción[57]; en otras palabras, un deber consistente en evitar que pase un tiempo excesivo,
irrazonable o injustificado desde que se presentó el hecho o la omisión a la que se atribuye la vulneración de
derechos fundamentales y la presentación de la solicitud de amparo ante el juez constitucional[58]”.
38. El artículo 14 del Decreto 2591 de 1991 dispone que en la solicitud de
tutela se debe expresar “con la mayor claridad posible, la acción o la omisión
que la motiva, el derecho que se considera violado o amenazado”. En todo
caso, de conformidad con la jurisprudencia constitucional, el juez de tutela
tiene el deber de “valorar la solicitud y las peticiones de acuerdo al
contenido real de la misma”44, lo cual implica dar prelación a la sustancia
sobre la forma, de allí que se acepte que puede fallar extra y ultra petita, es
decir, conceder el amparo solicitado, por derechos no alegados45.

39. En el caso sub examine, la accionante solicitó que: i) “se tutelen los
derechos fundamentales a la seguridad social, mínimo vital y a la vida
digna”, ii) se ordene a PORVENIR S.A. el decreto y pago de la prestación
prevista en el “artículo 66 de la Ley 100 de 1993, que se encuentra en la
cuenta de ahorro individual de la accionante en la entidad accionada, por
cumplir con los requisitos de ley”46. Dado esto, se podría concluir que los
únicos derechos fundamentales que se encuentran involucrados son los de
seguridad social, mínimo vital y vida digna; sin embargo, la pretensión
también supone la protección de una de las facetas del derecho fundamental a
la libertad, la relativa a la libre elección de entre una de las distintas
alternativas que una disposición otorga.

40. La libertad de elección, como una de las manifestaciones del derecho


fundamental a la libertad, encuentra sustento en el preámbulo, los artículos 2 y
16 de la Constitución. La jurisprudencia constitucional explica que el derecho
fundamental al libre desarrollo de la personalidad implica la libertad in nuce,
es decir que cualquier tipo de libertad se reduce finalmente a lo previsto en la

44
Corte Constitucional, Sentencia T-289 de 2003: “La informalidad en la presentación de la solicitud para
que se tutele un derecho, conlleva la carga para el juez de tener que valorar la solicitud y las peticiones de
acuerdo al contenido real de la misma. Así, el juez de tutela debe dar prelación al contenido material de la
solicitud y no a su presentación formal (…)”

45
Corte Constitucional. Sentencia T-104 de 2018.

46
Cno.1, fl. 99.
cláusula general de libertad que se encuentra en el citado artículo 16. Con
relación a este aspecto, por una parte, en la sentencia SU-642 de 1998 señaló:
“El derecho fundamental al libre desarrollo de la personalidad protege la
capacidad de las personas para definir, en forma autónoma, las opciones
vitales que habrán de guiar el curso de su existencia”. Por otra parte, en la
sentencia C-221 de 1994 expresó: “Téngase en cuenta que en esa norma se
consagra la libertad ‘in nuce’, porque cualquier tipo de libertad se reduce
finalmente a ella. Es el reconocimiento de la persona como autónoma en
tanto que digna (artículo 1o. de la C.P.), es decir, un fin en sí misma y no un
medio para un fin, con capacidad plena de decidir sobre sus propios actos y,
ante todo, sobre su propio destino”.

41. En el presente asunto, según se deriva de la acción, se trata de la libertad


de la accionante de elegir entre la devolución de saldos y la de continuar
cotizando al sistema de seguridad social en pensiones, que garantiza el artículo
66 de la Ley 100 de 199347. A pesar de la voluntad de la accionante de optar
por la primera alternativa48, PORVENIR S.A. consideró no solo que no era
opcional la elección49, sino que era más conveniente para la accionante esperar
hasta la fecha de redención normal del bono pensional; es decir, hasta que
cumpliera 60 años, fecha en la cual podría acceder a una pensión de vejez50.

47
A pesar de su origen legal, no deja de ser una manifestación concreta de aquella libertad constitucional. Un
sentido análogo le otorgó la Corte, en la sentencia T-745 de 2013, a la libertad de elegir EPS e IPS, garantía
prevista en el artículo 153 de la Ley 100 de 1993. En esta sentencia aclaró que la libertad de escogencia era
una manifestación de varios derechos fundamentales y, por tanto, también podía ser objeto de amparo por el
juez de tutela.

48
La accionante adujo que: “no se encuentra con la capacidad de continuar trabajando para seguir
cotizando al Sistema General de Seguridad Social en Pensiones (…)” (Cno. 1, fl. 93) y que: “es inaceptable
que se deniegue su disfrute [el de la devolución de saldos], cuando se cumplan con los requisitos para su
reconocimiento, aduciendo razones no contempladas por la Ley (…)” (Cno. 1, fl. 97).

49
Cno. 1, fl. 148: En particular, señaló: “no es opcional [elegir la devolución de saldos]. Solamente procede
cuando el afiliado no cumple con los requisitos para acceder a una pensión de vejez y para el caso sub
examine existe la expectativa que una vez ingrese el valor del Bono Pensional alcanzaría a reunir el capital
que le permite acceder a la pensión de vejez (…)”.

50
PORVENIR S.A. afirma que la negativa se debe a que tiene la obligación de: “velar por el cumplimiento
de los principios de la seguridad social” (Cno. 1, fl, 155).
42. En conclusión, de conformidad con los principios de informalidad 51 y de
oficiosidad52 que orientan el proceso de tutela, el análisis de subsidiariedad, en
el presente asunto, incluye el relativo a los derechos fundamentales a la
seguridad social, mínimo vital, vida digna y libertad de escogencia.

2.3.1. La acción de tutela satisface su carácter subsidiario en relación con


el derecho fundamental a la libertad de escogencia

43. El medio de defensa judicial diseñado por el legislador para resolver la


pretensión de devolución de saldos es el proceso ordinario laboral, que regula
el Capítulo XIV del Decreto Ley 2158 de 1948, Código Procesal del Trabajo y
de la Seguridad Social (CPTSS)53. Este medio, sin embargo, no ofrece una
garantía integral a la libertad de elegir de la accionante entre la devolución de
saldos y la de continuar cotizando al sistema de seguridad social en pensiones.

44. La accionante podría acudir al proceso ordinario laboral para reclamar su


derecho a la devolución de saldos y, en dicha instancia, además, se podría
definir si hubo vulneración o no a su libertad de elegir. Sin embargo, es

51
Corte Constitucional. Sentencia C-483 de 2008: “Por el principio de informalidad la acción de tutela no se
encuentra sujeta a fórmulas sacramentales ni a requisitos especiales, que puedan desnaturalizar el sentido
material de protección que la propia Constitución quiere brindar a los derechos fundamentales de las
personas por conducto de los jueces”.

52
Corte Constitucional. Sentencia C-483 de 2008 :“El principio de oficiosidad se traduce en el papel activo
que debe asumir el juez de tutela en la conducción del proceso, no sólo en lo que tiene que ver con la
interpretación de la solicitud de amparo, sino también, en la búsqueda de los elementos que le permitan
comprender a cabalidad cuál es la situación que se somete a su conocimiento para tomar una decisión de
fondo que consulte la justicia, que abarque íntegramente la problemática planteada, y de esta forma provea
una solución efectiva y adecuada, de tal manera que se protejan de manera inmediata los derechos
fundamentales cuyo amparo se solicita si hay lugar a ello”.

53
Modificado por las leyes 712 de 2001 y 1149 de 2007. En relación con los asuntos de que conoce la
jurisdicción ordinaria laboral, el numeral 4 del artículo 2 del Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad
Social dispone que esta conocerá de los siguientes: “4. Las controversias relativas a la prestación de los
servicios de la seguridad social que se susciten entre los afiliados, beneficiarios o usuarios, los empleadores
y las entidades administradoras o prestadoras”.
altamente probable que para la fecha en que se profiera un fallo definitivo en
la jurisdicción ordinaria laboral, la discusión sobre la presunta vulneración de
la libertad de elección haya perdido su razón de ser. Por una parte, en caso de
que la decisión judicial quedara en firme luego de que la accionante cumpliera
60 años, la decisión únicamente tendría efectos resarcitorios (de haberlos), en
cuanto a la pérdida de oportunidad de haber ejercido su derecho a elegir la
devolución de saldos, pues no sería ya posible hacer uso de aquel. Por otra
parte, de producirse antes, cualquier demora en la decisión del juez ordinario
laboral supone una desventaja en la posibilidad de ejercer aquella libertad de
manera eficaz, en el sentido de poder disponer del capital que representa la
devolución de saldos, pues dicha libertad se encuentra garantizada en el
artículo 66 de la Ley 100 de 1993. Por tanto, no es posible inferir que el
proceso ordinario laboral sea un medio eficaz para el amparo de este derecho
fundamental, en las circunstancias del caso.

45. Sin perjuicio de lo anterior, importa recordar que el tiempo prologado


que pueda demorar la finalización de un proceso ordinario laboral no implica
per se la ineficacia del mecanismo. Esta, en los términos del numeral 1 del
artículo 6 del Decreto 2591 de 1991, debe apreciarse “atendiendo las
circunstancias en que se encuentre el solicitante”.

46. En consecuencia, ante la inexistencia de un medio de defensa judicial


eficaz para la protección del derecho fundamental a la libertad de escogencia o
de elegir, en las circunstancias del caso en concreto y de la tutelante, es
procedente valorar su afectación o amenaza.

2.3.2. La acción no satisface su carácter subsidiario en relación con los


derechos fundamentales a la seguridad social, mínimo vital y vida digna

47. En relación con los derechos fundamentales a la seguridad social,


mínimo vital y vida digna, el proceso ordinario laboral sí es un mecanismo
idóneo y eficaz, si se considera que la pretensión de la devolución de saldos es
correlativa a la necesidad de la accionante de garantizarse un medio de
subsistencia. Desde esta perspectiva, la acción laboral sí otorga una protección
eficaz y completa, pues el juez ordinario cuenta con la potestad para definir,
previo cumplimiento del debido proceso, si la accionante era beneficiaria o no
de la devolución de saldos.

48. Dado esto, la Sala debe apreciar la eficacia “en concreto” de dicho
mecanismo, “atendiendo las circunstancias en que se encuentre el
solicitante”, pues, de no serlo, la acción debe otorgarse de manera definitiva
(solo si se acredita la vulneración de los derechos fundamentales que se
alegan). De ser eficaz, la Sala debe analizar si se presenta un supuesto de
“perjuicio irremediable”, que permita su concesión de manera transitoria
(siempre y cuando se acredite la vulneración de los derechos alegados).

49. Para efectos de lo primero, considera necesario la Sala realizar una


ponderación entre la posible situación de riesgo de la parte accionante y sus
condiciones de resiliencia54, de tal forma que pueda determinarse, en concreto,
si le es exigible o no el deber de acudir al proceso ordinario laboral, al
acreditar una situación de vulnerabilidad55.

50. En el presente asunto no se acredita, ni la accionante alega estar, en una


situación de riesgo. De los elementos obrantes en el expediente no es posible
inferir que aquella pertenezca a alguna de las categorías de especial protección
constitucional, por ejemplo, ser parte de un grupo discriminado, ser madre
cabeza de familia, encontrarse en situación de pobreza 56, acreditar una
condición de discapacidad, o ser una persona de la tercera edad57. Además, la

54
Su valoración exige que el juez analice el grado de autonomía o dependencia que tiene una persona para
satisfacer sus necesidades básicas.

55
Es corolario de lo dicho que una persona es vulnerable si el grado de riesgo que enfrenta es mayor a su
resiliencia. Es por ello necesario constatar si el accionante, pese a encontrarse en una situación de riesgo, está
en capacidad de resistir dicha situación, por sí mismo o con la ayuda de su entorno, de tal forma que pueda
satisfacer sus necesidades básicas hasta tanto agota la vía judicial procedente.

56
Con relación a la pobreza, se aclara que si bien es cierto que la accionante alegó que no cuenta con una
fuente de ingresos, no es menos cierto que la pobreza se acredita especialmente cuando hay carencia de
capacidades para generar, de manera autónoma, una renta constante. Como referente para tal efecto se puede
consultar la base de datos online del Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas
Sociales (SISBÉN), que otorga un puntaje variable, según la situación de pobreza que enfrenta la persona, y
que valora un conjunto de circunstancias muy superior al de su mero sitio de vivienda, como ocurre con la
estratificación socio-económica. En el presente asunto la accionante no se encuentra registrada en la base de
datos del SISBÉN, de lo que es posible inferir, prima facie, que no se encuentra en un supuesto de aquel tipo
que, por tanto, la haga beneficiaria de los auxilios estatales y, por tanto, que su situación sea una de pobreza.
Cfr., entre otras, la sentencia T-010 de 2017.

57
La accionante tiene 58 años (Cno. 1, fl. 11).
accionante tampoco manifiesta presentar alguna enfermedad, motivo por el
cual, el hecho de no contar con afiliación en salud, en el sistema contributivo,
no la ubica en una situación de riesgo58.

51. Por el contrario, la accionante evidencia diferentes factores positivos que


demuestran que es resiliente para satisfacer sus necesidades básicas. La
tutelante convive con su pareja y 3 hijas (2 de ellas mayores de edad, que,
además, aportan en el sostenimiento del hogar), quienes tienen un deber legal
de alimentos con ella, que le puede permitir, prima facie, garantizar su
congrua subsistencia y, por tanto, sus necesidades básicas59. La accionante,
además, laboraba como gerente comercial de la empresa Calima Motor S.A.,
de lo cual es posible inferir que no se trata de una persona con un bajo nivel de
escolaridad que la ponga en una situación de indefensión social60.

52. En consecuencia, no es posible inferir que la accionante se encuentre en


una situación de vulnerabilidad, que permita conceder, en caso de que se
acredite la vulneración de sus derechos fundamentales, la tutela de manera
definitiva, pues, para tales fines, es idóneo y eficaz el proceso ordinario
laboral.

58
Ello se deriva del escrito de tutela que se encuentra en el Cno. 1 fl. 92, de la impugnación a la tutela que se
encuentra en el Cno. 1, fl. 178 y del escrito adicional con el cual se aportaron las pruebas solicitadas que se
ubica en el Cno. 3, fl. 27.

59
Cno. 3, fl. 27.

60
Cno.1, fl. 83.
53. En el presente asunto, tampoco encuentra la Sala que la accionante se
encuentre en un supuesto de perjuicio irremediable61 que haga procedente, en
caso de acreditarse la vulneración de los derechos fundamentales alegados, la
tutela de manera transitoria. En efecto, la tutelante no acreditó alguna
situación que justifique la intervención del juez de tutela para evitar la
consumación de un perjuicio que se proyecte como grave, urgente, inminente
e impostergable. La presunta afectación que pudiera tener la accionante lo es
en relación con el sustento económico que necesita para suplir sus
necesidades, dado que manifiesta que no cuenta con un empleo. Sin embargo,
no se allegó prueba alguna, ni del expediente es posible inferir la existencia de
una posible afectación o amenaza.

54. En virtud de lo expuesto, la presente acción de tutela es improcedente


frente a los derechos fundamentales a la seguridad social, mínimo vital y vida
digna y, de acuerdo a lo expuesto con antelación, es procedente solamente en
cuanto al derecho fundamental a la libertad de elección o escogencia.

3. Problema jurídico sustancial

55. Dada la procedencia de la acción únicamente en relación con el derecho


fundamental a la libertad de escogencia, le corresponde determinar a la Sala si
este se desconoció como consecuencia de la negativa de PORVENIR S.A. de
ordenar la devolución de saldos, prevista en el artículo 66 de la Ley 100 de
1993, a favor de la accionante, e imponerle el deber de supeditar dicho
reconocimiento hasta el cumplimiento de la edad de 60 años.

4. Análisis del caso concreto

56. Para la Sala, en el presente asunto sí existe una vulneración a la libertad


de elección de la accionante, que garantiza de manera inmediata el artículo 66

61
Este se caracteriza por ser inminente, grave, urgente e impostergable. Cfr., sentencia T-106 de 2017.
de la Ley 100 de 1993 y de manera mediata el preámbulo y los artículos 2 y
16 de la Constitución, con ocasión de la negativa de PORVENIR S.A. de
reconocer la devolución de saldos solicitada por la accionante.

57. Esta Corte ha señalado que la devolución de saldos es una figura que
pretende brindar un auxilio a la persona que teniendo la edad para pensionarse
(en el caso de las mujeres, 57 años) no cuenta con el capital necesario para
consolidar una pensión62, de tal forma que pueda reclamar el reintegro de sus
ahorros y así remplazar la pensión de vejez, para la cual no acredita la
totalidad de requisitos63. De igual forma, ha considerado que la devolución de
saldos es una prestación que actúa como sucedánea de la pensión de vejez,
cuando la persona alcanza el requisito de la edad, pero no satisface las demás
exigencias para obtener dicha prestación64.

58. La figura de la devolución de saldos se regula en el artículo 66 de la Ley


100 de 1993, en los siguientes términos:

“Devolución de Saldos. Quienes a las edades previstas en el


artículo anterior no hayan cotizado el número mínimo de semanas
exigidas, y no hayan acumulado el capital necesario para financiar
una pensión por lo menos igual al salario mínimo, tendrán derecho
a la devolución del capital acumulado en su cuenta de ahorro
individual, incluidos los rendimientos financieros y el valor del
bono pensional, si a éste hubiere lugar, o a continuar cotizando
hasta alcanzar el derecho”.

59. De conformidad con esta disposición, el hombre de 62 años o la mujer de


57 años que no hubiese cotizado el número mínimo de semanas exigidas, y no
hubiere acumulado el capital necesario para financiar una pensión, por lo
menos igual al salario mínimo, tendrá derecho a la devolución del capital
acumulado en su cuenta de ahorro individual, incluidos los rendimientos
financieros y el valor del bono pensional, si a este hubiere lugar, o a continuar
cotizando hasta alcanzar el derecho.

62
Corte Constitucional. Sentencia T-320 de 2017.

63
Corte Constitucional. Sentencia T-640 de 2013.

64
Corte Constitucional. Sentencia T-853 de 2010.
60. La sentencia C-086 de 2002 declaró la exequibilidad de esta disposición.
Aunque no estudió un cargo específico en contra de la regulación de la
devolución de saldos, reconoció que el régimen pensional de ahorro individual
con solidaridad contemplaba la posibilidad de la devolución de saldos.

61. El literal p) del artículo 2 de la Ley 797 de 2003 reiteró que los afiliados
que al cumplir la edad de pensión no reunieran los demás requisitos para el
efecto, tendrían derecho a una devolución de saldos65.

62. Mediante la sentencia C-375 de 2004 la Corte Constitucional declaró la


exequibilidad condicionada de la disposición anterior, “en el entendido de que
dicho literal no ordena el retiro del trabajador, sino que le confiere la
facultad de solicitar la cancelación de la indemnización sustitutiva o la
devolución de saldos o continuar cotizando hasta alcanzar el monto
requerido para acceder a la pensión mensual vitalicia de jubilación”.

63. La Corte, en la citada sentencia, afirmó que la figura de la devolución de


saldos incorporaba “una permisión libre en cabeza de los mencionados
cotizantes, en el sentido de autorizarlos a optar por recibir la señalada
restitución dineraria, o no hacerlo, y continuar cotizando al sistema hasta
tanto alcancen el monto requerido de cotizaciones para acceder al beneficio
pensional”. De esta forma, concluyó que la disposición incorporaba una
“posibilidad no obligatoria” para los afiliados de recibir la indemnización o
devolución de aportes y, así mismo, “la no prohibición” de continuar
cotizando al sistema hasta acreditar el requisito pensional faltante. Además,
explicó que la figura de la devolución de saldos no imponía la obligación de
recibir dicha prestación, sino que ofrecía una alternativa, pues “en cabeza del
afiliado” permanece la decisión de optar o no por dicha opción. También
afirmó que aceptar la hipótesis que indicaba que era obligatorio seguir
trabajando de manera forzada hasta tanto se adquiriera el monto de cotización
para acceder a una pensión de vejez,

65
“Artículo 2°. Se modifican los literales a), e),i), del artículo 13 de la Ley 100 de 1993 y se adiciona dicho
artículo con los literales l), m), n), o) y p), todos los cuales quedarán así: Artículo 13. Características del
Sistema General de Pensiones. […] p) Los afiliados que al cumplir la edad de pensión no reúnan los demás
requisitos para tal efecto, tendrán derecho a una devolución de saldos o indemnización sustitutiva de
acuerdo con el régimen al cual estén afiliados y de conformidad con lo previsto en la presente ley”.
“daría al traste con principios y fines constitucionales, tales como
la libertad y la dignidad humana. De igual manera, resulta
irrazonable instituir la obligación de seguir aportando al fondo
pensional hasta tanto se alcance las semanas de cotización
requeridas, a sujetos que están desempleados y que, dada su
avanzada edad, difícilmente podrán conseguir otra fuente de
ingresos. Ante las posibilidades ofrecidas a esta categoría de
aportantes, la posibilidad de optar por la alternativa propuesta en
la regla acusada, no vulnera el derecho a la igualdad”.

64. A juicio de la Sala, en el caso sub examine, con fundamento en lo


dispuesto en la sentencia en cita, el artículo 66 de la Ley 100 de 1993 admite
una única interpretación concordante con la Constitución, según la cual la
disposición otorga al afiliado una de dos facultades: la de optar por la
devolución de saldos o de seguir cotizando. Por tanto, no incorpora la opción
de negar la devolución de saldos cuando sea solicitada por una afiliada, mujer,
de 57 años, así se alegue que existe la posibilidad de que ella, una vez cumpla
60 años –fecha de redención normal del bono–, pueda alcanzar el capital
necesario para financiar una pensión de vejez.

65. Aunado a lo expuesto, se aclara que la figura de la devolución de saldos


es compatible con el concepto de “redención anticipada del bono pensional”,
previsto en el citado artículo 16 del Decreto 1748 de 1995, el cual dispone que
habrá lugar a la redención anticipada del bono tipo A cuando se configuren los
requisitos de la devolución de saldos. Ahora bien, la figura conocida como
“redención normal” del bono tipo A no aplica para el caso de la devolución
de saldos, dado que se encuentra regulada en los artículos 15 y 20 del Decreto
1748 de 1995, los cuales disponen que la redención normal del bono tipo A se
debe dar en la fecha de referencia o redención “más tardía”, que en el caso de
las mujeres se configura cuando cumplen 60 años de edad, pero nada dispone
acerca de la devolución de saldos. En estos términos, no es acertado aceptar
que cuando una mujer cumple los requisitos para la devolución de saldos (57
años de edad y capital insuficiente para financiar una pensión por lo menos
igual al salario mínimo), debe esperar hasta la fecha de redención normal del
bono pensional, es decir, hasta los 60 años, pues la norma prevé que,
específicamente, para el caso de la devolución de saldos, lo que se debe
realizar es una redención anticipada del bono pensional.

66. Para la Sala, la negativa del fondo de pensiones de otorgar la


devolución de saldos constituye una restricción a la libertad de elección de la
accionante, que desconoce la ratio decidendi de la sentencia C-375 de 2004.
Por tanto, dado que en el presente caso se encuentra acreditado que la
accionante cumple los requisitos para acceder a la devolución de saldos, lo
pertinente es proceder con la redención anticipada del bono pensional (artículo
16 del Decreto 1748 de 1995) y efectuar la devolución de saldos de la cuenta
de ahorro individual de la accionante, motivo por el cual se concederá el
amparo solicitado.

4.1. El principio de favorabilidad no permite justificar la limitación a la


libertad de la accionante de optar por la devolución de saldos que
garantiza el artículo 66 de la Ley 100 de 1993

67. Importa resaltar que en casos similares al del presente asunto,


PORVENIR S.A., la OBP y la Corte Constitucional, por medio de dos Salas
de Revisión, han argumentado que en aplicación del principio de favorabilidad
se debe limitar la opción de la devolución de saldos. Por tanto, con el fin de
fortalecer la argumentación de la presente decisión, resulta oportuno
evidenciar que no es pertinente aplicar el principio de favorabilidad, en el
sentido de justificar la limitación de optar por la devolución de saldos, que
garantiza el artículo 66 de la Ley 100 de 1993. Esto debido a que no se
configura una duda seria y objetiva que justifique la aplicación del principio
en comento, tal y como se explica a continuación.

68. Aunque la Sala Plena no ha proferido una sentencia de unificación con


una problemática semejante a la que plantea este caso, las Salas de Revisión
han expedido las sentencias T-601 de 2010 y T-445A de 2015. Solo la última
de estas guarda una relación de analogía estricta con los hechos del presente
caso, como pasa a explicarse:

Problema
Sente Situación jurídico Ratio decidendi Aplicación de
ncia fáctica relevante relevante para el analogía
relevante para para el caso caso estricta
el caso
La señora Nubia Decidir si el “esta Sala concluye En la sentencia
T-601 Salazar tenía 57 fondo de que el Fondo de T-601 de 2010,
de años cuando pensiones Pensiones y la Corte
2010 solicitó el había Cesantías consideró que el
reconocimiento vulnerado los Protección S.A., fondo de
de su pensión de derechos vulneró el derecho a pensiones no
vejez o, en su fundamentale la seguridad social podía exigir el
lugar, la s a la vida, de la señora Nubia requisito de
devolución de seguridad Amparo Salazar completar 1.150
saldos. social y Cuartas, puesto que semanas de
Adujo que le era mínimo vital, se remitió a una cotización.
imposible seguir con la norma que no debió En el caso sub
cotizando. decisión de no aplicar, esto es el judice no hay
El fondo de otorgar la artículo 65 de la discusión acerca
pensiones negó devolución de Ley 100 de 1993, de que
la petición. saldos, con el omitiendo la PORVENIR
Adujo que la argumento de aplicación del S.A. exija a la
peticionaria no que no artículo 66 de la accionante
contaba con las cumplía con misma Ley, el cual realizar
1.150 semanas el requisito de contempla la cotizaciones
que requería 1.150 situación específica adicionales.
para acceder a la semanas de en que se encuentra Dada esta
Garantía de cotización. la accionante, quien diferencia, no se
Pensión Mínima manifiesta estar en puede establecer
prevista en el imposibilidad de una relación de
art. 65 de la Ley seguir cotizando”. analogía estricta
100 de 1993. Sin entre los dos
embargo, si “No obstante, no casos. Esto, pese
esperaba hasta sobra advertir a la a que existan
cumplir 60 años, actora del algunos
el capital expediente T- elementos
acumulado sería 2587019, que a fácticos
suficiente para pesar de la similares, tales
acceder a una dificultad como que en la
pensión. previamente sentencia del
Lo anterior, descrita, le año 2010 el
dado que la resultaría más fondo de
negociación del beneficioso acceder pensiones
bono pensional, a la pensión en un aseguraba que a
aplazada hasta término aproximado la edad de 60
que la de un año, que años la
accionante recibir la accionante
cumpliera 60 devolución de tendría la
años, tendría un saldos. Ello se posibilidad de
valor pagado por debe, a que como lo pensionarse.
el comisionista argumenta la AFP
de bolsa que, Pensiones y
sumado a los Cesantías
aportes de la Protección, en el
cuenta de ahorro caso particular de
individual, la actora, la
alcanzaría para negociación del
financiar una bono pensional
pensión, de tendría que ser
conformidad con aplazada hasta el
lo previsto en el 25 de agosto de
art. 20 del 2012, fecha en la
Decreto 1748 de cual, el valor
1995. pagado por el
comisionista de
bolsa más los
aportes de la cuenta
de ahorro
individual
alcanzaría para
obtener el capital
necesario para
financiar una
mesada pensional”.
La señora Luz “corresponde “En atención a que El caso de la
T- Vargas tenía 57 a la Sala la finalidad del sentencia del
445A años cuando decidir si las sistema es amparar 2015 presenta
de solicitó el entidades la contingencia de identidad fáctica
2015 reconocimiento accionadas vejez y, atendiendo con el caso sub
de la devolución vulneraron a que al momento judice.
de saldos. los derechos de la redención
Adujo que le era fundamentale normal del bono -1 Ambos casos
imposible seguir s a la de abril de son análogos: se
cotizando. seguridad 2017-, la Señora trata del caso de
El fondo de social y Vargas Gómez ya una mujer de 57
pensiones petición con tendría el capital años (i); que
manifestó que la decisión de suficiente para solicitó la
no había podido no devolver tener derecho a la devolución de
efectuar la los saldos que pensión de vejez, en saldos y le fue
devolución de reposan en la cuantía de un negada (ii), aun
saldos dado que cuenta de salario mínimo cuando cumplía
la OBP había ahorro legal vigente y, por los requisitos
rechazado la individual de consiguiente, para tal efecto66
solicitud de la accionante, resultaría (iii), dado que, a
redención estableciendo beneficiaria de una los 60 años,
anticipada del como prestación fecha de
bono pensional justificación definitiva y redención
tipo A, la vitalicia, debe normal del bono
modalidad 2. imposibilidad prevalecer, por pensional tipo
La OBP afirmó de redimir, de favorabilidad, el A, modalidad 2,
que la solicitud manera reconocimiento de lograría
había sido anticipada, el esta prestación consolidar el
rechazada por su bono económica, de tal capital suficiente
sistema pensional, y manera que, la para una pensión
interactivo, que que una vez devolución de (iv), para lo cual
indicaba que la se tramite la saldos, solo debe no se le exigía
accionante redención reconocerse seguir cotizando
tendría el capital normal del cuando no exista la a pensión (v).
suficiente para bono, -1 de posibilidad de
una pensión a abril de acceder a la
los 60 años, 2017-, tendrá pensión de vejez,
fecha de el capital situación que en
redención suficiente este caso, no le

66
En el presente caso, se encuentra acreditado que la señora Lilia Patricia Wilches Millán contaba con los
requisitos para acceder a la devolución de saldos, previstos en el artículo 66 de la ley 100 de 1993, al
momento en que realizó la solicitud. Esto dado que tenía la edad de 57 años y no había cotizado el número
mínimo de semanas exigidas, ni tenía el capital acumulado necesario para financiar una pensión. Este aspecto
no presenta discusión pues así es reconocido por las partes procesales.
normal del bono, para impone a la actora
según lo reconocer la efectuar
dispuesto en el pensión de cotizaciones o
Decreto 1748 de vejez.” aportes
1995. adicionales”.

69. Teniendo en cuenta la similitud fáctica del caso que se decidió en la


sentencia T-445A de 2015 y el presente, a continuación se describen los
argumentos que fundamentaron la citada sentencia del 2015:

70. i) La Sala Cuarta de Revisión reconoció que el artículo 66 de la Ley 100


de 1993 otorgaba la opción a los afiliados de elegir, según su voluntad, si
deseaban seguir cotizando o reclamar la devolución de saldos.

71. ii) En la sentencia se aceptó que un bono pensional 67 tipo A68 modalidad
269, como el de la accionante, podía ser redimido 70 de forma anticipada71 o

67
Los Bonos Pensionales son recursos destinados a contribuir a la conformación del capital necesario para
financiar las pensiones de los afiliados del Sistema General de Pensiones colombiano.

68
Artículo 1° del Decreto 1748 de 1995: “Tipo A (Bonos Pensionales): Designación dada a los bonos
regulados por el Decreto ley 1299 de 1994 que se expiden a aquellas personas que se trasladen al régimen
de Ahorro Individual con Solidaridad.”

69
Artículo 1° del Decreto 1748 de 1995: “Modalidad 2 (Bonos de): Nombre dado a los bonos tipo A que se
expiden a favor de los trabajadores cuya primera vinculación laboral válida se inició antes del 1o. de julio
de 1992.”

70
La redención de un bono pensional es el momento a partir del cual la obligación de pagar el bono es
exigible al emisor y a los contribuyentes. El artículo 11 del Decreto 1299 de 1994 dispone: “El bono
pensional se redimirá cuando ocurra alguna de las siguientes circunstancias:
1.- Cuando el afiliado cumpla la edad que se tomó como base para el cálculo del respectivo bono pensional.
2.- Cuando se cause la pensión de invalidez de sobrevivencia.
normal72. Además, se indicó que era posible que ese bono pensional de la
accionante fuera redimido de forma anticipada, con el fin de cubrir la solicitud
de devolución de saldos.

72. iii) La Sala de Revisión consideró que si bien era cierto que la accionante
cumplía los requisitos para la devolución de saldos, no era menos cierto que
también contaba con la posibilidad que le ofrecía la OBP de obtener la
pensión de vejez, si esperaba hasta la fecha de redención normal del bono
pensional, es decir hasta los 60 años.

73. iv) En aplicación del principio de favorabilidad, la Sala de Revisión


concluyó que el reconocimiento de una prestación definitiva, periódica y
vitalicia, como la pensión de vejez, debía prevalecer ante la posibilidad de
acceder a la devolución de saldos, pues esta última era una prestación
subsidiaria. En consecuencia, exhortó a la OBP y al fondo de pensiones para
que una vez llegada la fecha de redención normal del bono pensional de la
tutelante adelantara el trámite para el reconocimiento de la pensión de vejez.

3.- Cuando haya lugar a la devolución de saldos de conformidad con la Ley 100 de 1993” (resalto fuera de
texto).

71
Artículo 16 del Decreto 1748 de 1995: “Habrá lugar a la redención anticipada de los bonos cuando se dé
una de las siguientes circunstancias: 1. Para bonos tipo A que no hayan sido negociados ni utilizados para
adquirir acciones de empresas públicas, el fallecimiento o la declaratoria de invalidez del beneficiario, o
bien la devolución del saldo en los casos previstos en los artículos 66, 72 y 78 de la Ley 100 de 1993”
(resalto fuera de texto).

72
Artículo 15 del Decreto 1748 de 1995: “La redención normal de los bonos se da: 1. Para los bonos tipo A
en la fecha FR determinada en el artículo 20” (resalto fuera de texto).
Artículo 20 del Decreto 1748 de 1995: “Se define como FR la fecha más tardía entre las tres siguientes: a)
La fecha en que el beneficiario del bono cumple 62 años de edad si es hombre, o 60 si es mujer. b) 500
semanas después de FC, si a la fecha de entrada en vigencia del Sistema General de Pensiones el
beneficiario del bono tenía 55 o más años de edad si es hombre, o 50 o más si es mujer. c) La fecha en que
completaría 1.000 semanas de vinculación laboral válida, suponiendo que trabajara ininterrumpidamente a
partir de FC” (resalto fuera de texto).
74. Los artículos 53 de la Constitución Política y 21 del Código Sustantivo
del Trabajo garantizan que, en caso de duda en la aplicación e interpretación
de las fuentes formales del derecho, se deba escoger la situación más
favorable al afiliado como integrante de la seguridad social73.

75. Esta Corte ha explicado que la duda que da lugar a la aplicación del
principio de favorabilidad debe estar cualificada por su “seriedad” y
“objetividad”74, que ha derivado de la satisfacción de, entre otras, 3
exigencias en la interpretación de la disposición que da lugar a aquella: i) la
interpretación no debe contradecir las reglas básicas del sistema jurídico al
que pertenece75; ii) la interpretación debe estar fundamentada en criterios
judiciales o administrativos reiterados76; y iii) la argumentación debe ser
suficiente77.

73
Cfr., sentencia T-088 de 2018.

74
Cfr., sentencia T-545 de 2004.

75
Sentencia T-545 de 2004: “Sólo serán admisibles como razonables, aquellas interpretaciones de las
fuentes formales, que además de encuadrarse en el marco de las disposiciones normativas respectivas,
también se correspondan con la interpretación autorizada de las normas constitucionales”.

76
Sentencia T-545 de 2004: “la aplicación reiterada de ciertas interpretaciones de las disposiciones
jurídicas ofrece un elemento de objetividad que permite a su vez cualificar, en los casos problemáticos,
cuando se está en presencia de una duda objetiva y no se trata en cambio de un eventual capricho del
operador jurídico”.

77
Sentencia T-545 de 2004: “El control racional del discurso jurídico está determinado entonces por la
posibilidad real de escrutinio sobre las razones para la decisión de los operadores jurídicos: que sea posible
76. En el presente asunto, no se configura una duda revestida de seriedad y
objetividad, dado que ninguna de las mencionadas exigencias se satisface en la
interpretación que del artículo 66 de la Ley 100 de 1993 proponen
PORVENIR S.A. y la OBP –consecuente con la planteada en la sentencia T-
445A de 2015– según la cual es procedente negar la devolución de saldos
cuando es solicitada por una afiliada, mujer, de 57 años de edad, siempre que
se advierta que existe la posibilidad de que ésta, una vez cumpla 60 años –
fecha de redención normal del bono–, pueda alcanzar el capital necesario para
financiar una pensión de vejez. Lo afirmado encuentra sustento en lo
siguiente.

4.1.1. La interpretación que plantea el fondo de pensiones y la OBP es


contradictoria con las reglas del sistema jurídico de seguridad social

77. Dicha interpretación aumenta el límite máximo de edad pensional o de


definición de la situación ante el sistema de seguridad social. En efecto, el
citado artículo 66 de la Ley 100 de 1993 establece la edad de 57 años como
límite máximo para definir la situación prestacional de las mujeres en el
Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad. Por tanto, se estaría
exponiendo, injustificadamente, a algunas mujeres, a tener que esperar 3 años
adicionales, es decir, hasta que cumplan 60 años, para acceder a una
prestación a la que ya (a la edad de 57 años) tendrían derecho.

78. En consecuencia, si bien es cierto que el Régimen de Ahorro Individual


con Solidaridad prevé que sus afiliados se pueden pensionar a la edad que
escojan (desde que cuenten con el capital para financiar una pensión) 78, no es
menos cierto que los artículos 65 y 66 ibídem fijaron como plazo máximo para
definir la situación pensional de las mujeres la edad de 57 años79. De esta

un juicio sobre la suficiencia de los argumentos, su idoneidad, su corrección, y su pertinencia”.

78
Artículo 64 de la Ley 100 de 1993.

79
Sentencia T-640 de 2013: “En este caso, la accionante argumentó no poder seguir cotizando al sistema
porque no conseguía trabajo. En esta oportunidad, la Corte reiteró que el derecho a la devolución de saldos
forma, es claro que la interpretación que del artículo 66 ibídem proponen las
entidades accionadas no solo no se deriva de una duda razonable en cuanto a
su alcance, sino que constituye, genuinamente, un requisito extralegal que se
le impone injustificadamente a las mujeres en las circunstancias del caso.

79. La anterior situación de espera adicional no se presenta en el caso de los


hombres, dado que los artículos citados establecen que el límite máximo para
que estos puedan optar por alguna de las dos alternativas que otorga la
disposición (devolución de saldos o continuar cotizando) es el cumplimiento
de la edad de 62 años. Dado esto, y de conformidad con lo dispuesto en los
artículos 15 y 20 del Decreto 1748 de 1995, la fecha más tardía que coincide
con la fecha de redención normal del bono pensional, para los hombres, es
igualmente la edad de 62 años. Esta situación no se presenta en el caso de las
mujeres, tal como se indicó en el párrafo anterior.

80. Finalmente, la interpretación que proponen PORVENIR S.A. y la OBP es


contradictoria con el artículo 65 de la Ley 100 de 1993 80, que regula la
Garantía de Pensión Mínima. Según esta, el estudio para su concesión debe
hacerse si la afiliada a los 57 años no hubiere alcanzado a generar la pensión
mínima de que trata el artículo 35 de la Ley 100 de 1993, y hubiese cotizado
por lo menos 1.150 semanas. De no acreditarse este supuesto, se restringiría la
posibilidad de que la afiliada accediera a la devolución de saldos, que operaría
como el último recurso al que tendría derecho la afiliada, ante la imposibilidad
de obtener una pensión de vejez o una Garantía de Pensión Mínima.

4.1.2. La interpretación que proponen el fondo de pensiones y la OBP no


está fundada en criterios judiciales reiterados

es imprescriptible e irrenunciable y estableció que “la edad legal para acceder al derecho [a la devolución
de saldos] tiene que ser necesariamente el punto de partida del examen de su procedencia,” pues al ser la
devolución una prestación alternativa a la pensión de vejez, no puede hacerse efectiva sino hasta tanto se
cumpla con la edad para ello”.

80
El citado artículo dispone: “Garantía de Pensión Mínima de Vejez. Los afiliados que a los 62 años de edad
si son hombres y 57 si son mujeres, no hayan alcanzado a generar la pensión mínima de que trata el artículo
35 de la presente Ley, y hubiesen cotizado por lo menos 1.150 semanas, tendrán derecho a que el Gobierno
Nacional, en desarrollo del principio de solidaridad, les complete la parte que haga falta para obtener dicha
pensión. || PARAGRAFO. Para efectos del cómputo de las semanas a que se refiere el presente artículo se
tendrá en cuenta lo previsto en los parágrafos del artículo 33 de la presente Ley”.
81. Si bien es cierto que la práctica de los fondos de pensiones y de la OBP,
en cuanto al reconocimiento de la devolución de saldos, se ha fundamentado
en la interpretación que aquí se discute, no es menos cierto que en la práctica
judicial no se evidencia que exista una interpretación reiterada y uniforme que
demuestre que se está en presencia de una duda objetiva. Como se indicó con
antelación, esta Corte únicamente se ha pronunciado en una ocasión en un
asunto como el presente.

4.1.3. La argumentación que fundamenta la interpretación propuesta por


el fondo de pensiones y la OBP es insuficiente

82. La interpretación que se cuestiona carece de saturación: i) por una parte,


omite presentar los argumentos con fundamento en los cuales decide no
aplicar el claro mandato del citado artículo 66 de la Ley 100 de 1993, que
estipula los requisitos para acceder a la devolución de saldos; ii) desconoce lo
dispuesto por el artículo 16 del Decreto 1748 de 1995, según el cual para
hacer efectiva la devolución de saldos se debe realizar la redención anticipada
del bono pensional; y, finalmente, iii) omite valorar lo dispuesto por el artículo
11 del Decreto 1299 de 1994, según el cual el bono pensional se debe redimir
“cuando haya lugar a la devolución de saldos de conformidad con la Ley 100
de 1993”.

83. En gracia de discusión, es importante aclarar que aun en el hipotético


caso en el que sí se hubiere configurado una duda en la interpretación de los
requisitos para acceder a la devolución de saldos, de todas formas, la
interpretación en comento no es la más favorable para la accionante. Por tanto,
no se justifica la limitación que impone el fondo de pensiones accionado a la
libertad de elección de la accionante, de optar por la devolución de saldos. Por
el contrario, la obliga a esperar hasta el cumplimiento de la edad de 60 años,
para definir la prestación a la que tiene derecho, sin garantizar que
efectivamente pueda acceder a la pensión de vejez.

84. En la contestación a la solicitud de información adicional en sede de


revisión, la OBP aclaró que la posibilidad de que la accionante obtuviera la
pensión de vejez prometida era solo una probabilidad. Afirmó que sí existía el
riesgo de que después de que la afiliada esperara hasta el cumplimiento de la
edad de 60 años (fecha de redención normal del bono), finalmente fuera
posible que no consolidara el derecho a la pensión de vejez y que, por tanto,
de todas formas, la devolución de saldos sería la única prestación que se le
podría reconocer. En estos términos, es claro que el reconocimiento pensional
futuro no es una garantía cierta y real, a favor de la accionante81.
81
Es importante destacar, además, que la OBP aclaró que los cálculos que había realizado para analizar la
viabilidad del reconocimiento pensional a favor de la accionante habían sido hechos sin tener en cuenta todas
las contingencias en el caso particular de la accionante, por ejemplo, sin definir si la tutelante tenía o no
85. La probabilidad de que en tres años adicionales la accionante pueda
obtener una pensión de vejez no constituye una medida más favorable. Por el
contrario, en contra de su libre voluntad, que garantiza el artículo 66 de la Ley
100 de 1993, y ya manifestada, de recibir la devolución de saldos, la decisión
del fondo de pensiones la obligaría a soportar durante tres años adicionales a
los que contempla la Ley, la carga económica que le representa el riesgo de
vejez. Esta interpretación restringe el derecho a la libertad de elección de la
accionante. En efecto, de admitirse como plausible la decisión del fondo de
pensiones, se daría prevalencia a la mera expectativa de la accionante de
obtener una pensión de vejez, sin tener en cuenta que el sistema de seguridad
social, previendo la contingencia de vejez, y en virtud de la libertad de
configuración legislativa, dispuso que la edad de 57 años era suficiente para
definir la prestación económica a la cual tendría derecho. Esto, teniendo en
cuenta que la devolución de saldos fue la solución que el legislador avaló para
“sortear situaciones inusuales consistentes justamente en que los ciudadanos
no puedan acreditar el cumplimiento de los requisitos para acceder a sus
derechos de seguridad social”82.

86. Además, se advierte que el tiempo de espera de 3 años adicionales que se


impone a la afiliada, la ubica en una situación precaria, de cara a la garantía
efectiva de su derecho de elegir la alternativa de la devolución de saldos.
Justamente, la causa para optar por la devolución de saldos es la incapacidad
de continuar cotizando a pensión, lo que le impone el deber a la accionante de
obtener una fuente de ingreso adicional, particularmente, como trabajadora
dependiente o independiente. De admitirse que de dicha negativa se sigue este
deber, se genera una situación paradójica en la situación de la accionante, en
relación con el sistema de seguridad social: a pesar de que no tendría el deber
de continuar cotizando a pensiones, las cotizaciones adicionales que realizara
las efectuaría con la finalidad de incrementar su capital para pensión, que
desconocería la libertad de elegir, de manera anticipada, no seguir cotizando,
y, por tanto, optar por la devolución de saldos.

87. Finalmente, es importante resaltar que la sentencia T-445A de 2015 se


fundamentó en un presupuesto diferente al que aquí le corresponde analizar a
la Sala. En esa oportunidad, la Sala de Revisión valoró como relevante que la
accionante sí contaría con el capital suficiente para obtener la pensión de
vejez, una vez cumpliera la edad de 60 años, con fundamento en que, la “OBP
beneficiarios (Cno. 3, fl. 40).

82
Corte Constitucional. Sentencia T-707 de 2006.
ha sido enfática en señalar que la accionante a la fecha de redención normal
del bono pensional, tendría derecho al reconocimiento de una prestación
definitiva como lo es la pensión de vejez”. En el presente asunto, por
contrario, la OBP aclaró que la posibilidad del reconocimiento de la pensión
de vejez, a la edad de 60 años, a favor de la accionante, solo era una
probabilidad, sujeta a variables que “en unos años pueden modificarse”83.
Además, en el presente caso, PORVENIR S.A. también advirtió que a la fecha
de redención normal del bono pensional, es decir cuando la accionante
acreditara la edad de 60 años, se tendría que “realizar nuevamente los
cálculos actuariales respectivos que permitan establecer la prestación a la
que tiene derecho dentro del Sistema General de Pensiones. (Pensión de
Vejez o Devolución de Saldos)”84.

5. Decisiones a adoptar

88. La Sala Primera de Revisión amparará, de manera definitiva, el derecho


fundamental a la libertad de elegir de la accionante, vulnerado por la negativa
de PORVENIR S.A. de acceder a la devolución de saldos que regula el
artículo 66 de la Ley 100 de 1993. En consecuencia, le ordenará reconocer
dicha prestación, sin imponer ningún requisito adicional para tal efecto, que
los estrictamente dispuestos en tal disposición, y conforme a la interpretación
realizada en esta sentencia. En igual sentido, ordenará a la OBP, de manera
correlativa al amparo anterior, reconocer la redención anticipada del bono
pensional de la accionante, sin exigir requisitos adicionales a los estrictamente
contemplados en el artículo 66 de la Ley 100 de 1993, a fin de que sea tenida
en cuenta por PORVENIR S.A. para el reconocimiento de la devolución de
saldos.

III. Decisión

En mérito de lo expuesto, la Sala Primera de Revisión de la Corte


Constitucional, administrando justicia en nombre del pueblo y por mandato de
la Constitución,

83
Cno. 3, fl. 43 vto.

84
Cno. 1, fl. 148.
RESUELVE

Primero. REVOCAR la providencia del 10 de julio de 2018, proferida por el


Juzgado Cincuenta y Cuatro Civil Municipal de Bogotá D.C. y la providencia
del 16 de agosto de 2018, proferida por el Juzgado Treinta y Ocho Civil del
Circuito de Bogotá D.C. En su lugar, AMPARAR el derecho fundamental a la
libertad de elección de la señora Lilia Patricia Wilches Millán, en los términos
señalados en las consideraciones de esta sentencia.

Segundo. ORDENAR a la Sociedad Administradora de Fondos de Pensiones


y Cesantías PORVENIR S.A., que en un término improrrogable de un (1) mes,
contado a partir de la notificación de la presente sentencia, reconozca y pague
a la señora Lilia Patricia Wilches Millán la devolución de saldos prevista en el
artículo 66 de la Ley 100 de 1993, de acuerdo con lo señalado en esta
sentencia.

Tercero. ORDENAR a la Oficina de Bonos Pensionales del Ministerio de


Hacienda y Crédito Público que reconozca y pague la redención anticipada del
bono pensional de la señora Lilia Patricia Wilches Millán, al momento en que
sea solicitada por la Sociedad Administradora de Fondos de Pensiones y
Cesantías PORVENIR S.A., en cumplimiento de lo ordenado en el numeral
segundo de esta providencia, y conforme a sus consideraciones.

Cuarto. LÍBRESE por Secretaría General la comunicación prevista en el


artículo 36 del Decreto 2591 de 1991.

Notifíquese y cúmplase,

CARLOS BERNAL PULIDO


Magistrado
DIANA FAJARDO RIVERA
Magistrada
Con salvamento de voto

LUIS GUILLERMO GUERRERO PÉREZ


Magistrado

MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ


Secretaria General
SALVAMENTO PARCIAL DE VOTO DE LA MAGISTRADA
DIANA FAJARDO RIVERA
A LA SENTENCIA T-122/19

M.P. CARLOS BERNAL PULIDO

Con el respeto acostumbrado por las decisiones de la Corte Constitucional,


salvo parcialmente mi voto a la Sentencia T-122 de 2019. Concretamente, me
aparto de la metodología adoptada para estudiar la procedencia formal de la
tutela (subsidiariedad). Además, aunque comparto la decisión de conceder el
amparo, considero que existen algunas imprecisiones en la parte motiva que
encuentro importante aclarar.

1. En el caso resuelto la accionante contaba con 57 años de edad para el


momento en que interpuso la acción de tutela, había realizado sus aportes al
sistema de seguridad social en pensiones al fondo Porvenir S.A., y dado que se
encontraba desempleada y en incapacidad de seguir cotizando al Sistema, le
solicitó a dicho Fondo la devolución de saldos consagrada en el artículo 66 de
la Ley 100 de 1993. Esta petición fue negada bajo el argumento que la actora
podría acceder al beneficio pensional una vez cumpliera 60 años. En el
análisis sobre la procedencia formal de la acción de tutela, la mayoría de la
Sala Primera de Revisión sostuvo que el requisito de subsidiariedad
únicamente se cumplió en relación con el derecho a la libertad de escogencia.
Frente a los derechos invocados por la accionante, esto es seguridad social,
mínimo vital y vida digna, consideró que no estaba satisfecho el mencionado
requisito porque la accionante es resiliente. En particular, la Sentencia se
refiere a que no se encuentra en una situación de riesgo y tiene dos hijas
mayores de edad que tienen un deber legal de alimentos con ella.

2. El análisis de resiliencia es una metodología ajena a la reiterada y pacífica


jurisprudencia de esta Corte sobre el requisito de subsidiariedad. Tal como lo
he advertido en otros votos particulares -en especial en el salvamento de voto
a la Sentencia T-029 de 201885-, no comparto el uso de esta categoría porque
en los términos que está planteada el examen de vulnerabilidad de los
accionantes opera como un criterio restrictivo frente a la procedencia de la
acción, lo cual contradice tanto su definición misma, como el uso que ha
hecho la Corte desde sus inicios de esa especial condición 86. De otra parte,
encuentro desacertado el análisis de la capacidad económica de la familia de

85
M.P. Carlos Bernal Pulido.
los peticionarios, que toma los postulados del principio de solidaridad para
evaluar si la persona es o no resiliente. En este sentido, vale la pena recordar
que al margen de los deberes que todas las personas tienen con sus familiares,
la accionante estaba pidiendo la protección de sus derechos fundamentales, en
particular de la seguridad social, que es de carácter personal y que, para el
caso concreto, se traduce en el acceso a una prestación que es producto del
trabajo desempeñado por la actora durante su vida laboral.

3. Debo también mencionar que el análisis de subsidiariedad fragmentado de


cada derecho invocado resulta problemático. La Sentencia no sólo ampara un
derecho fundamental cuyo contenido no desarrolla -libertad de escogencia-
sino que además sostiene que éste no tiene relación alguna con la seguridad
social, el mínimo vital y la vida digna de la accionante. Así, la Sentencia tutela
únicamente el derecho a la libertad de escogencia y desconoce que con ello se
garantizan también los demás derechos invocados por la accionante; incluso,
olvida que, en este caso, el derecho a la libertad de elección difícilmente
podría entenderse sin analizar los contenidos del derecho a la seguridad social.
Además, esta visión dividida de los derechos y pretensiones puede generar
serios inconvenientes en la resolución de los casos concretos, pues da paso a
desestimar asuntos de fondo que tienen que ver con la razón última por la que
el ciudadano acude a la acción constitucional, reduciendo el análisis de la
problemática planteada a cuestiones netamente formales.

4. Por último, veo conveniente precisar que el caso no plantea un problema de


favorabilidad. Si bien Porvenir podría estar realizando una interpretación de
las normas aplicables que no resulta constitucionalmente admisible, ello no
significa que exista duda sobre cuál era la regla a emplear y, por ende, el
principio de favorabilidad no es aplicable. Tal como lo señala la ponencia de
la que me aparto parcialmente, la Sentencia T-445A de 2015 acudió a dicho
principio para resolver un caso análogo al que ahora ocupa la atención de la
Sala; sin embargo, se trata de una aproximación a mi juicio errada, que parte
de la observancia de un caso que no constituye precedente para este tipo de
controversias, pues se basa en la Sentencia T- 545 de 2004, en la cual se
resolvió un asunto en el que existía una duda entre la aplicación de dos normas
distintas para efectos del reconocimiento y pago de una pensión convencional.
En esta oportunidad, en cambio, existe una única norma aplicable para

86
Las condiciones de vulnerabilidad de los accionantes han sido comúnmente utilizadas para flexibilizar el
análisis de los requisitos de procedencia en ciertos casos; es decir, es una categoría que opera en beneficio de
las personas más necesitadas, y no como un requisito adicional de procedibilidad.
resolver el caso de la accionante, esto es el artículo 66 de la Ley 100 de
199387, que regula la devolución de saldos cuyo “objetivo es reemplazar la
pensión de vejez, para que las personas que no tengan la capacidad laboral
para seguir cotizando, se beneficien de un porcentaje de los aportes cotizados
al sistema y así se resguarde el derecho a la seguridad social. De esta forma,
se trata de un derecho prestacional, que se rige igualmente por los principios
de universalidad, eficacia y solidaridad y asimismo es de carácter
imprescriptible e irrenunciable”.88

En estos términos dejo plasmadas las razones por las cuales me aparto
parcialmente de la decisión.

Fecha ut supra,

DIANA FAJARDO RIVERA


Magistrada

87
Sobre la devolución de saldos pueden ser consultadas las sentencias C-375 de 2004. M.P. Eduardo
Montealegre Lynett; T-981 de 2003. M.P. M.P. Eduardo Montealegre Lynett; T-138 de 2010. M.P, Mauricio
González Cuervo y T-853 de 2010. M.P. Humberto Antonio Sierra Porto, entre otras.

88
Sentencia T-640 de 2013. M.P. Mauricio González Cuervo.

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