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editada por la Universidad Autónoma de Yucatán, a través de la Facultad de Ciencias Antropológicas, con domi-
cilio en Tablaje rústico número 18468, ubicado en el km 1 de la carretera Mérida-Tizimín, Código Postal 97305,
Cholul, Yucatán, México. Tel 52(999)9300090. Fax 9300098 y 9300099.
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Equipo Editorial
Editorial 7
ARTÍCULOS
Sentipensary re-existir: la memoria oral retrofu-
tura maya yukateka.Una aproximación a la obra
de Ana Patricia Martínez Huchim
Dr. Raúl Moarquech Ferrera-Balanquet
cadsr/Center for Arts, Design and Social Research 11
RESEÑAS
La justicia del ecosistema narrada a través de la voz
activa y popular
lll Joshua Abimael Kú Pérez
uady/ Universidad Autónoma De Yucatán 61
Normas editoriales 71
Editorial
El 26 de julio es una fecha memorable para la cultura maya, ese día, en 1847, fue asesinado Manuel
Antonio Ay, acusado de participar en la rebelión que estallaría poco después de su muerte. También
un 26 de julio, en 1964, nació la escritora, recopiladora oral y profesora de lengua maya Ana Patricia
Martínez Huchim, quien ha sido celebración y apertura, sus fiestas, interculturales veladas que in-
cluían música, literatura y amena charla con amigos de varias nacionalidades.
Desde la Asociación Civil que presidía, en Tizimín, “Popol Naj Máximo Huchim”, organizaba con-
ferencias, lecturas y recitales poéticos, talleres literarios, de expresión plástica, de siembra y cultivo
de la tierra; promovía la cultura y la lengua mayas, pero también el arte de todos los rincones; en
ella nos recibió a los locales para compartir nuestro trabajo con niños y adultos de su comunidad;
también llegaron ahí artistas de otros países: Ana Patricia propiciaba el intercambio que a todos en-
riquecía y nos recordaba el placer del acto creativo que se renueva de manera constante.
De 2006 a 2010 editó la revista K’aaylay/El canto de la memoria. En ella dio a conocer la obra
de muchos colegas escritores. Generosa, su tiempo lo ha dedicado al trabajo colectivo. Como Ana
Patricia demostró, la memoria es un río que alimenta el arte contemporáneo y le imprime un movi-
miento propio, definido, no exento de la influencia de las culturas otras con las que convivimos.
Al escribir esto, Pati, contraigo el compromiso de reunir los archivos de K’aaylay/El canto de la
memoria, la revista que con tanto amor coordinaste, y prometo ponerla de nuevo en la red: puede
servirnos de material didáctico y para que las nuevas generaciones te conozcan.
Ana Patricia tiene la doble condición de académica y miembro del pueblo maya; en su obra reme-
mora los episodios tristes del pasado para no duplicarlos, por ello el ideario de los héroes mayas su-
blevados en 1847 ocupa un lugar central. Como recopiladora y analista de textos orales, la literatura
ancestral maya fue objeto de sus estudios. En su primer libro U tsikbalo’ob mejen paalal/Cuentos
de niños (pacmyc, 1997) publica una selección de los hallados en trabajo de campo; en el segundo,
Revista Yucateca de Estudios Literarios • Número 8 • enero- junio 2019
Cuentos enraizados (pacmyc, 1999) se permite el libre flujo de la propia subjetividad y compendia
textos que de niña le contaron sus padres.
Como escritora, con base en las estructuras de la lengua maya y con su profundo conocimiento
de la cultura propia, recrea la vida de personajes femeninos mayas fuertes, que sobresalen en un
mundo de hombres. Esto le valió, en 2016, entrar al Sistema Nacional de Creadores.
Mantener en la memoria contemporánea la obra y el pensamiento de Ana Patricia Martínez Hu-
chim, con quien Celia Esperanza Rosado Avilés y yo tuvimos la fortuna de compartir la formación
profesional en las aulas de la Facultad de Ciencias Antropológicas, donde se originó nuestra profun-
da amistad, es el propósito del número ocho de la Revista Yucateca de Estudios Literarios. Fue idea
de Ana Ugarte y Paul Worley, tras el fallecimiento de Pati (el 27 de julio de 2018), hacer una publica-
Homenaje a Patricia Martínez Huchim
ción en su homenaje, idea que acogimos con mucho agrado quienes hace ya tiempo veníamos es-
tudiando su obra. Cupo en suerte que estaba por salir la convocatoria para este volumen de la ryel,
y ellos aceptaron que fuera aquí donde se concretara. Patricia siempre hablaba de la conveniencia
de que las cosas fluyeran, de no forzarlas. Es así como reunimos nuestros textos Raúl Moarquech
Ferrera-Balanquet, Paul Worley, Ana Ugarte, José Eladio Poot Novelo, Fernando de la Cruz Herrera,
Maricruz Martínez Huchim, Joshua Abimael Kú Pérez y quien esto escribe; tributo humilde, pero sin-
cero de colegas que valoramos el gran trabajo de Pati, a quien queremos y buscamos que su legado
permanezca entre las nuevas generaciones.
Esta aparición de la RYEL, pues, se asume como punta de la madeja, para que los interesados
desenhebren y acudan a la obra que nos dejó Ana Patricia Martínez Huchim, la mayoría de la cual ha
sido referenciada en los textos acá presentados.
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El número ocho de la Revista Yucateca de Estudios Literarios incluye también un artículo de Elisa
Lissandra Chablé Euán, referido a las lenguas mayenses, y el trabajo “La mirada del gato cuando
esperamos a que baje la lluvia”, en el cual Tomás Ramos Rodríguez aborda la colección El gato bajo
la lluvia, cuentos de horror y suspenso, del taller literario “Café con Piquete” coordinado por la escri-
tora Melba Trinidad Alfaro Gómez.
Los colaboradores esperamos, de corazón, transmitir todo lo que hemos aprendido de nuestra
homenajeada y sembrar en nuestros lectores el deseo de profundizar el conocimiento de su narrativa.
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AR
TÍCU
LOS
Sentipensar y re-existir
La memoria oral retrofutura maya yukateka
Resumen
Este texto indaga en las investigaciones sociolingüísticas y aciertos literarios de Ana Patricia Martí-
nez Huchim; recupera, a manera de bitácora, colaboraciones con la antropóloga y escritora; destaca
las aportaciones sociolingüísticas, feministas y decoloniales de su actividad intelectual y comuni-
Revista Yucateca de Estudios Literarios • Número 8 • enero- junio 2019
taria. Todo esto a partir del marco teórico referencial enunciado por Martínez Huchim en su trabajo
“La estructura composicional de los relatos entoliterarios del maya yucateco” (1996: 151-169) para
entretejer, desde sus propios planteamientos, un análisis lingüístico feminista decolonial inspirado
por las investigaciones de Cristina Leirana Alcocer.
Abstract
This text explores the sociolinguistic research and literary works of Ana Patricia Martínez Huchim, as
it recovers, as a kind of dairy, the collaborations with the anthropologist and writer, as well as it tries
to argue the sociolinguistic, feminist and decolonial contributions of her intellectual and community
activisms. I use a referential theoretical framework enunciated by Martínez Huchim in her work: “La
estructura composicional de los relatos entoliterarios del maya yucateco” (1996, 151-169) to depart
from her own point of views and to weave a decolonial feminist linguistic analysis inspired by the
researches of Cristina Leirana Alcocer.
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Introducción
Ana Patricia Martínez Huchim debe ser entendida como una creadora transdisciplinaria inmersa en
múltiples tiempos, relaciones y problemáticas que no sólo se manifestaron en sus textos ensayís-
ticos, literarios, recopilados, transcritos y traducidos; sino también en su forma de ser y sus acti-
vidades comunitarias. Consciente de la importancia de una conmemoración futura para su pueblo
maya yukateko1, Ana Patricia propició la re-existencia de la memoria oral a través de la interrelación
remembranza colectiva-recopilación-transcripción-traducción-publicación-archivo para que en el
devenir del tiempo, el sacbé, el camino blanco retrofuturista conduzca a la Noj Otoch, la gran casa
en la cual se alberga los saberes ancestrales. Su interés también fue construir un marco de análisis
literario para los textos orales y resaltar los aportes lingüísticos que el maya ha hecho al español
yukateko durante más de cinco siglos.
Escribo recordando los numerosos encuentros que sostuve con la xPati, como solíamos llamarle
sus amigos cercanos. En el año 2002, cuando diseñé y programé Navegaciones Zur número 30 —el
único número en línea de la publicación de Centro Yucateco de Escritores, a.c.—, gracias a su amis-
tad con Cristina Leirana, comencé a dialogar con Martínez Huchim para solucionar la programación
en html de la recopilación del texto oral “Chan indio yéetel sak wíinik/El indio y el hombre blanco”
(2002). Si programar en html el idioma español es una tarea ardua, a pesar de tratarse de un lenguaje
codificado para el inglés, fue aún más laborioso llevar el maya yukateko a las pantallas de los nave-
gadores de aquella época. Desde entonces, compartimos ideas, memorias, conversaciones sobre
la cosmología maya y las opresiones de género, raciales, de clase y sexuales. Años más tarde, en
2016 —meses antes de terminar mis estudios de doctorado—, tropezamos en Durham, Carolina del
Norte cuando la xPati fue invitada por el consorcio de Duke University de Carolina del Norte, Chapel
Hill a presentar sus textos. Gracias a la cercanía que ambos sostuvimos con el destacado creador
y escritor maya yukateko Isaac Esaú Carrillo Can, durante la primavera y el verano de 2017, colabo-
ramos en la pre-producción de un documental sobre la situación social, cultural e histórica de los
mayas yukatekos en la actualidad.
[...] estableció que caciques y principales, bajo ninguna circunstancia predicasen ‘sus ritos y ceremonias
antiguas’ (aquí notamos como el eurocentrismo se coloca en una posición de progreso en relación con los
conocimientos, sabiduría y espiritualidad Maya). Asimismo, dispuso de manera general que nadie predique,
ni enseñe pública ni escondidamente sus ritos y gentilidades pasadas, ni cosas de sus dioses, ni renueve la
memoria de ellos. (Quezada, 2011: 63).
Barrera Vásquez, ratificando la colonización de la sonoridad maya yukateka, incluye una cita de
Calero D. Juan en “Disertación sobre la literatura antigua de Yucatán” donde este último expresa que
Raúl Moarquech Ferrera Balanquet
la única forma sensible de los mayas de la cual él tuvo conocimiento eran “cantos obscenos que aún
conservan los indios en sus mitotadas y otros semejantes que por esto fueron prohibidos” (2009:
14). En el proceso de adoctrinamiento, los originarios se vieron obligados a silenciar gran parte de
su memoria ancestral por temor a ser castigados por los curas y colonizadores. Al mismo tiempo
fueron forzados a cambiar el tiempo indígena y asumir la sonoridad y los ritmos de la lengua colonial:
[...] el indígena reducido a las misiones jesuíticas hubo de remedar minuciosamente los modelos es-
téticos europeos; sólo la inercia de un temperamento visual diferente y la inevitable porosidad del rígido
sistema misionero permitieron, en secreto, la continuidad o el surgimiento de expresiones propias… el
1
Tomo el atrevimiento de intervenir el español como un gesto decolonial, el cual intenta acercarse a la sonoridad del maya y
empleo esta construcción siguiendo el ejemplo de varixs escritores mayas yukatekxs, incluyendo Martínez Huchim.
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indígena sujeto al régimen civil o franciscano de los táva… estuvo de hecho menos controlado a causa de
la flexibilidad y el desorden criollo franciscano, y tuvo, en consecuencia, mayores oportunidades de mani-
festar su sensibilidad callada… los indígenas no reducidos, aunque sitiados siempre y siempre perseguidos,
pudieron mantener ciertos núcleos de producción simbólica, que sostuvieron diversos procesos de reajuste,
renovaciones, pérdidas y asimilaciones… De entrada, hubo de extirparse el meollo cultural: los rituales y
ceremonias, el fundamento mítico, las creencias. Después resultó ya más fácil desmantelar las otras formas.
(Escobar, 2012: 43-45).
maya yukatekas en un intento por desmontar las clasificaciones letradas eurocéntricas que solo
consideran literatura a los textos impresos en lenguas modernas que siguen un patrón normativo:
cronología, progresión, heroísmo patriarcal, visualidad versus sensorialidad, distanciamiento de los
animales, de la naturaleza y el cosmos.
Cabe señalar que Martínez Huchim decide enfocar su investigación literaria en Xocén, un territo-
rio maya ancestral, el centro de conocimiento maya donde antiguamente estudiaban los yuum k’iin,
ajts’íisbo’ob y ajmeno’os antes de partir a Chichén Itzá, Éek’ Balam, Mayapán o Uxmal. Xocén aún
conserva un facsímil del U Xocen analteo’, el libro sagrado en la biblioteca pública, el cual pude pal-
par cuando estudiaba la lengua maya con el ajka’ansaj Fidencio Briceño Chel y emprendí el andar,
junto al espíritu de mis abuelos kairibexeri y sus primos mayas, por los caminos u úuk ts’ono’oto-
lo’ob, los siete cenotes, hacia los saberes, los conocimientos y la memoria ancestral de los pueblos
indígenas de Noj Karibe y el Mayab.
En la transcripción y traducción libre publicada bajo el título de U tsikbalo’ob mejen paalal/Cuen-
tos de niños (1997), Martínez Huchim recopiló: “nueve tsikbalo’ob provenientes de Xocen…” (Leirana
Alcocer, 2010: 109). Estos tsikbalo’ob forman parte de un acervo más extenso de una recopilación
de ciento sesenta y tres historias orales registrado en audio en la comisaría de Xocen, municipio de
Valladolid, Yucatán entre octubre de 1993 y julio de 1994.
Los tsikbalo’ob, como nombró la escritora a las expresiones literarias mayas yukatekas que aún
se preservan en el territorio, se manifiestan actualmente en tres formas: (1) historia oral, (2) etnolitera-
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tura y (3) literatura oral. Desde su posición interdisciplinaria, la investigadora propone estudiar estas
expresiones literarias estableciendo un marco de estudios que analiza: (1) las características que
califican al relato como literatura, (2) los recursos estilísticos de estos y (3) las estructuras de otros
géneros literarios que se entrelazan con estas expresiones.
Cristina Leirana Alcocer nos asegura que la transcripción en verso realizada por Martínez Huchim
con el fin de resaltar los recursos estilísticos propios de la oralidad, emplea el alfabeto maya acor-
dado en 1984 por varias instituciones. Leirana Alcocer propone un riguroso estudio lingüístico de la
colección de cuentos recopilados de U tsikbalo’ob mejen paalal/Cuentos de niños (1997):
Los relatos muestran la influencia de la escuela [alfabeto maya acordado en 1984] en la fórmula de inicio:
Ka bin yaanchaj jump’éel k´inn más o menos el equivalente al “había una vez…” de los cuentos occidentales
con la diferencia de que mantiene el marcador narrativo propio de la oralidad maya: bin “dicen” (a veces se
presenta más compacta: Junp’éel k’iin bine’…); o en el hecho de asignarles títulos; pero mantiene mucho
de los rasgos propios de la oralidad maya: la fórmula para citar Ki(j) (dijo); el marcador narrativo bin (se dice),
para indicar que lo sucedido fue narrado a quien cuenta la historia, y la frase de cierre ka máanene’ “cuando
pasé…”, que en ocasiones aparece completa: Ka máanen paach u beele’… “cuando pasé por el camino”,
que introduce un resultado festivo de carácter jocoso, que es la aportación creativa del narrador, en la que
él se compromete con lo relatado. (Leirana Alcocer, 2010: 109-110).
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repetición variada, es decir, la reinserción de frases similares con tenues cambios gramaticales. La
escritora nos acerca a figuras literarias, las cuales, en frases subsiguientes, aparecen con la misma
idea, aunque de formas gramaticales variables (Martínez Huchim, 1996: 154). Este gesto retórico se-
ñalado por la escritora, nos demuestra lo consciente que estaba de los ritmos y las temporalidades
inscritas en las expresiones literarias cuyas cadencias, cuando trae de vuelta la idea, es un recurso
ancestral de la palabra cantada indígena aún presente en lo que la poeta y dramaturga Choctaw
LeAnne Howe nombra call and response, llamar y responder, que se encuentran en los himnos de
su pueblo a pesar de que los misionarios cristianos, después de aprender su idioma sustituyeron los
significados ancestrales por los cristianos y transformaron profundamente la espiritualidad Choctaw
(Howe, 2014: 76). Para Martínez Huchim, estas formas gramaticales variables, a través de la repeti-
ción, no solo crean otras temporalidades, sino que resultan en una:
[...] reformulación por resegmentación semántica, que se caracteriza por conservar sólo parte del enun-
ciado inicial. Estas se manifiestan en la diferencia de la distancia entre sujetos actuantes y la voz narrativa
cuando de una frase a otra solo cambia t’eele’ (aquel) a t’eelo’ (ese) o en el caso en el cual cambia la perso-
nificación de los actuantes y su numeral, como es el caso de tu’ux ku yaute paalalo’obo, tu’ux xan ku yaute
t’el/donde gritaban los niños, donde gritaba el gallo también (Martínez Huchim, 1996: 154).
En el prólogo a su traducción del Rabinal Achí (1972), Luis Cardoza y Aragón señala cómo, en
varias ocasiones, el texto maya k’iche’ ha sido mutilado o borrado por quienes, tratando de dar una
coherencia de acuerdo con la lógica lineal occidental, han suprimido las repeticiones. Cardoza y
Aragón atestigua que cuando Francisco Monterde escenificó el drama maya, acortó su traducción
a dos actos y “suprimió las repeticiones, las formas del paralelismo” (Cardoza y Aragón, 1972: xiv).
Reconocer el tiempo de la memoria ancestral no es un andar en retroceso lineal al pasado tem-
poral, como lo clasifica el eurocentrismo. Es una temporalidad de memorias simultáneas y del sentir
que entreteje la ts’aak, ibina, la cura, la experiencia de vida, el saber de lxs abuelxs2, la memoria
colectiva política y los saberes ancestrales:
[...] un pensamiento que demanda una lucidez radical, un uso estratégico y una acción política; un pen-
samiento que abre posibilidades decoloniales no sólo en las esferas sociales y políticas sino en términos de
la existencia… lo que este pensar ‘otro’ trae a la luz son el uso político del conocimiento un agenciamiento
epistémico sobre la política desde la diferencia colonial (Walsh, 2007: 232).
Sentir las temporalidades cósmicas simultáneas nos ayuda a re-imaginar una historia orgánica en
múltiples tiempos y direcciones, geometrías espaciales y sonoras, formas de vivir y espiritualidades,
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por el aparejamiento heterosexual y el poder patriarcal, dictados por el patrón moderno/colonial.
Como lo indica el patriarcado, el afecto nombrado amor se convierte en una lucha de poder y do-
minación que se refleja hasta en los roles sexuales que son socializados a partir de un aprendizaje
heteronormativo. Esta situación obstaculiza la posible relación In láak’ ech erótica afectiva y es la
forma más sutil que ejerce el patrón para controlar la subjetividad colonizada y detener la posibilidad
de una cosmosconvivencia comunitaria y afectiva entre los seres, independiente de sus géneros o
identidades eróticas.
La ts’aak decolonial, la cura que nos permite sanar las opresiones coloniales, se restablece el
sentir y el hacer al relacionar al sujeto con la tribu, la comunidad, el territorio, la memoria ancestral
y la energía cósmica. La ts’aak abre encrucijadas y rutas hacia, desde, entre y con el cosmos-sentir
erótico al reconectar los sentidos en el proceso de re-existir como cosmos-sujetos sentipensantes
capaces de percibir desde la inteligencia sensorial conectada con la memoria ancestral. Ts’aak es
una encrucijada donde se establecen relaciones entre los saberes ancestrales, experiencia de vida,
los pueblos originarios y las comunidades.
En los U tsikbalo’ob mejen paalal/Cuentos de niños (1995) y “Chan indio yéetel sak wíinik/El indio
y el hombre blanco” (2002), Martínez Huchim destaca el proceso de recopilación y las voces que
Sentipensar y re-existir: La memoria retrofutura maya yucateka. Una aproximación a la obra de Ana Patricia Martínez Huchim
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bine’ chample bino” se traduce como: “cocinó al niño”. Mientras que el vocablo “wáay”, la palabra
“espanto” adquiere una multiplicidad de significados, en esta ocasión solo puede ser asociada con
el acto de presenciar un hecho horroroso. Tal vez, Martínez Huchim, al ser bilingüe y conocedora de
esta multiplicidad de significados, decidió publicar este cuento para resaltar los aportes lingüísticos
que el vocablo maya “wáay” ha hecho al español yukateko durante más de cinco siglos.
bin in tsikbaltej/pasan ante mi vista las cosas que les narraré” (Martinez Huchim, 2013:16, 73). Es
así como xSola se transforma en la tercera persona narradora con quien recorremos los tsikbalo’ob.
En el pensamiento y cosmovisión de esta lengua, el óol, el ánima o estado anímico de los seres
vivientes, tiene un carácter relacionado con el sentir, la sensibilidad, los afectos y la espiritualidad. Se
entiende que dichas fuerzas dotan de vida a las subjetividades incorpóreas sin estar necesariamente
ligadas a funciones del pensamiento. La frase ts’íib óol significa “ánimo de escribir o dibujar, deseo,
imaginar y fantasear”. Se puede notar que el vocablo ts’íib que se refiere a la acción de escribir o
dibujar, también es empleado como deseo. “En el maya actual es común decir kin ts’íib óoltik wenel
3
En el maya yukateko actual uinic se escribe wíinik, según el Diccionario Maya Popular de la Academia de la Lengua Maya de
Yucatán (2003, 2009), pero seguiré empleando uinic como aparece el Calepino de Motul que editó Ramón Arzápalo en 1995.
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que traducido al español quiere decir: Tengo deseos de dormir” (Carrillo Can, 2015)4. “El jeroglífico
para escriba [pintor, creador] es ajts’íib, término largo usado tras la conquista y que se traduce
literalmente como “uno que escribe y pinta [dibuja]” (Stuart, 2001: 50).
En “U bo’ol Concepción Yah Sihil”, el quinto tsikbalo’ob que forma parte de U yóol xkaambal
jaw xíiw/Contrayerba (2013), Martínez Huchim invita a fluir junto a una narrativa crítica feminista
decolonial. ¿A dónde nos guía la escritora?, ¿a repensar nuestras posiciones, pensamientos y cla-
sificaciones sociales?, ¿a reconocer como la memoria colectiva ha sido invadida por el patriarcado
eurocristiano?
En su detallado análisis sobre la publicación, la doctora Leirana Alcocer hace referencia a las
cláusulas literarias que cierran los relatos de la xts’íib Martínez Huchin, afirmando que en estas
ocasiones aparece completa: “Ka máanen paach u beele’…” “cuando pasé por el camino” (Leirana
Alcocer, 1995: 109-110). Retomo este planteamiento para señalar cómo en “U bo’ol Concepción
Yah Sihil” este recurso literario se emplea como apertura a la narración e instiga a los lectores a
caminar junto al personaje: “[…] juntúul oochel tun xíimbal tu jáal bej/[…] una sombra camina por
la orilla del camino” (Martínez Huchim, 2013: 31, 91).
En este u úuchben tsikbal, desde su primer párrafo, expresa tanto el andar como eje narrativo,
como los saltos temporales que indican una ruptura con las narraciones cronológicas occidenta-
Sentipensar y re-existir: La memoria retrofutura maya yucateka. Una aproximación a la obra de Ana Patricia Martínez Huchim
les. El rumbo de la sombra de la comadrona Concepción Yah Sihil es empleado para articular una
simultaneidad entre el tiempo y la acción anterior al andar de la sombra y el momento en el cual el
golpe en la puerta de la casa de Concepción la obligó a bajarse de la cama y recorrer la distancia
al lugar en donde nacería la cría.
Es en el tiempo del regreso a casa, el tiempo de la memoria retrofutura en el que encontra-
mos la crítica decolonial feminista de Martínez Huchim, quien a través de la voz de xSola narra el
sentipensar de la comadrona. Concepción Yah Sihil camina tranquila porque la criatura, al nacer
varón, ha puesto muy contento al padre. La voz narradora atestigua que muchas veces, cuando la
criatura nace niña, el padre se enoja, insulta a la comadrona y la echa a la calle como si ella tuviera
el poder de asignar el género a lxs recién nacidos. En este u úuchben tsikbal, la xts’íib dibuja un
retrato de Concepción Yah Sihil en contraste con la conceptualización patriarcal que se tiene de las
comadronas en las comunidades mayas. La vida de Concepción, sus conocimientos y sus poderes
nos instan a preguntar si la escritora nos hace cómplices del sistema patriarcal recomendando que
nuestra subjetividad interpretativa cuestione los elementos del relato.
En forma de elipses literaria, la simultaneidad temporal es utilizada para describir las activida-
des de la partera, las reacciones de las familias y los rituales necesarios al momento del parto. El u
úuchben tsikbal termina incluyendo la voz de Concepción Yah Sihil quien al decir: “in bo’olale’ un
ch’aik in muuk’ ti’ le yaala’ táabil tuuche´utia’al u ya’abatal in toj óolal yoók’ol kaab” nos hace saber
Revista Yucateca de Estudios Literarios • Número 8 • enero- junio 2019
cómo, al beber la placenta que sale del ombligo y que es rechazada por la madre, la comadrona se
alimenta y toma fuerzas para seguir su vida sobre la tierra.
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Que no se vuelva moda:
Ana Patricia Martínez Huchim y el páay meyaj literario
Resumen
La escritura de Ana Patricia Martínez Huchim es el resultado de las propuestas que ella establece
como autora y también de la construcción comunitaria de donde se inspiró. En su obra sobresale la
omnipresencia de la cultura maya, la significación y el legado que aporta a la epistemología de este
pueblo, además de manifestar la transcendencia de la tradición oral y la importancia de las tradicio-
nes culturales de los pueblos originarios.
Palabras Clave: Comunidad maya, literatura maya, responsabilidad académica, páay meyaj, oralidad.
Homenaje a Patricia Martínez Huchim
THAT DOES NOT BECOME POPULAR: ANA PATRICIA MARTÍNEZ HUCHIM AND THE LITERARY PÁAY
MEYAJ
Abstract
The writing of Ana Patricia Martínez Huchim is the result of the proposals that she establishes as
author and also of the community construction from which she was inspired. In her work, the om-
nipresence of the Mayan culture stands out, as well as the significance and legacy it brings to the
epistemology of this people, in addition to manifesting the transcendence of oral tradition and the
importance of the cultural traditions of native peoples.
Keywords: Mayan community, mayan literature, academic responsibility, páay meyaj, orality.
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Tuve el honor de conocer a Ana Patricia Martínez Huchim durante una estancia en la Universidad
Autónoma de Yucatán en el 2007, mientras reunía material para mi tesis doctoral, que se publicó en
formato de libro con el título Telling and Being Told: The Storyteller and Cultural Control in Contem-
porary Yucatec Maya Literature (2013). Como muchos de los autores que conocí en aquel entonces,
Martínez Huchim fue generosa con su tiempo, tenía mucha paciencia para responder mis preguntas
relacionadas con su vida, su obra y la literatura maya en general; pasamos un rato platicando de es-
tos y otros temas, pero lo que me impresionó de aquella charla fue su profundo compromiso con la
comunidad maya, misma que promovió a través de su actividad literaria. En particular, me comentó
que una de las cosas que más le preocupaba era la posibilidad que la literatura maya se volviera po-
pular sin que los lectores reconocieran sus compromisos comunitarios, ya que los investigadores se
aprovecharían de tal situación para avanzar en sus propias carreras y esto a su vez pudiera acarrear
al olvido los compromisos.
Durante la última década este comentario me ha impactado mucho, porque la literatura de los
pueblos originarios de México ha logrado cierto nivel de popularidad nacional e internacional; los
investigadores, en particular nosotros los extranjeros, poco a poco prestamos más atención a su
producción literaria y a sus autores.
Casi proféticamente, la preocupación de Martínez Huchim también se realiza; más de una vez
he escuchado ponencias o leído trabajos de cuyos autores, por sus malpensadas o mal informadas
ideas, parecen nunca haber pisado la tierra de una comunidad autóctona o por lo menos cono-
cido a un escritor nativo a través de algún canal virtual. De lo contrario, se evitarían comparacio-
nes positivas entre la revalorización extractivista del conocimiento ancestral por parte de empresas
multinacionales y de las literaturas indígenas (esto lo he presenciado más de una vez); son ellos
mismos quienes promueven una especie de extractivismo intelectual. En este contexto, tal postura
va directamente en contra de la ética literaria elaborada por Martínez Huchim en su rol de autora/
narradora. Argumento que a lo largo de su obra literaria, conscientemente o no, la autora yucateca
construye según las normas del páay meyaj o trabajo comunitario, que consiste en la ayuda mutua
y responsabilidades compartidas. Las calidades orales y testimoniales de sus obras posicionan a la
autora en el plano secundario, mientras que el rol de la comunidad se dignifica, de esta manera se
aprovecha el espacio textual para representar una multiplicidad de voces e historias, se cuestiona
las prácticas occidentales de la crítica y la lectura, lo que conlleva a la búsqueda de nuevos lazos
entre los lectores y la comunidad maya.
la misma comunidad, confrontan los conceptos de autoría occidental en donde se destaca el autor
como individuo y su obra como fruto de su genio único; la intersección de los activismos literarios y
lingüísticos provee otra orientación para muchos autores indígenas, es decir, para el autor indígena
siempre hay una cuestión de lectores, otra de público y otra de idioma.
20
Como tal, muchos, aparte de su trabajo literario, se dedican a actividades que normalmente caen
fuera del marco de escritores en un idioma dominante, se responsabilizan por la sobrevivencia de su
idioma, buscan difundirlo entre la juventud, lo refuerzan entre los mayores y dignifican las formas de
ser, que se expresan a través de sus escritos. Así frecuentemente colaboran con otros miembros de
la comunidad para llevar a cabo recitales o talleres y en sus obras se crean voces colectivas.
titulada: K-maaya tsikbal, Jaajil T’aan/Nuestra literatura maya. Palabras verdaderas (1996). Junto con
las obras de Allan F. Burns (1983) y Francesc Ligorred (1990), este documento sigue siendo funda-
mental para el estudio de los cuentos maya yucatecos. De allí publicó tres volúmenes de cuentos
con perfil oral, U tsikbalo’ob mejen paalal/Cuentos de niños (1997), Cuentos enraizados (1999) y el tri-
Revista Yucateca de Estudios Literarios • Número 8 • enero- junio 2019
lingüe maya-español-inglés Tsíimin tuunich, jwáay mis yéetel aluxo’ob/El caballo de piedra, El jwáay
gato y Los aluxes/The Horse of Stone, The Jwáay-Cat, and The Aluxes (2015). Cuentos enraizados
es una recreación de relatos contados por los padres de la autora: Eugenia Huchim Couoh y Antonio
Martínez Martín. En este caso, la autora en cuestión se atribuye la calidad de recopiladora, mientras
que en Tsíimin tuunich, jwáay mis yéetel aluxo’ob/El caballo de piedra, El jwáay gato y Los aluxes/
The Horse of Stone, The Jwáay-Cat, and The Aluxes se denomina recreadora. Al interpretar los dos
casos, ya entendemos un poco mejor la orientación comunal de Martínez Huchim hacia la oralidad y
lo que representa. En el caso de Cuentos enraizados, tenemos a dos personas distintas con quienes
se originan los cuentos, como tal, a lo largo del texto cada cuento lleva el nombre propio de quien se
lo narró a Martínez Huchim. Al ser la encargada de organizar los textos para su publicación, realiza
la función de recopiladora, así el texto no se puede reducir a patrones folclóricos ni se puede atribuir
a la autoría de un solo ente. Esta postura y sus implicaciones se ven aún más claras en el contexto
del libro Tsíimin tuunich, jwáay miis yéetel aluxo’ob/El caballo de piedra, El jwáay gato y los aluxes en
que ella se denomina recreadora. En la introducción Martínez Huchim explica que los tres cuentos
de este volumen los escuchó de dos narradores distintos, su papá y su tía paterna Elvia (2015: 19). A
diferencia de Cuentos enraizados, se asume que estos no son recopilados porque contadores como
su papá ya fallecieron, así que Martínez Huchim no tiene cómo grabar o transcribirlos directamente
de ellos. Pero lo que sí puede hacer es recontarlos o recrearlos en forma escrita y oral en el disco
incluido en el libro. En efecto, no se articula como autora, sino como persona que participa en otra
forma de narrar (el tsikbal).
Tomemos su relato “Chen konel/Es por demás” (ganador del Premio Nacional de Cuento en Len-
21
gua Maya Alfredo Barrera Vázquez en 2005) como ejemplo de su postura que es tradicionalmente
literaria. Siendo la narración de una joven que escapa con su novio, el cuento lo describe desde una
posición profundamente tradicional. O sea, empieza con un principio bastante común al decir “Ku
tsikbata’al”, “cuentan que…” ( 2018: 23, 33) y se cierra con otra fórmula cotidiana, con la voz narra-
tiva explicando que ella misma escuchó los chismes de las mujeres desventuradas cuando pasaron
por el viejo pozo del pueblo.
Como expliqué (2013: 147), la forma de narrar coloca al cuento en el ambiente del conocimiento
que todos tienen en común, que este mismo viene desde la comunidad y no de la voz narrativa: el
“cuenta que…” (Martínez Huchim, 2018: 33) que lo expresa. A pesar de ser este un cuento conocido,
el final verifica que tal evento en particular sucedió en nuestros días, dado que la voz narrativa dice
que ella misma escuchó los chismes de las mujeres que estaban alrededor del pozo. Podría decirse
que en el sentido legal y hasta literario, Martínez Huchim es la autora del cuento, pero aún quedan
estas huellas de la oralidad como episteme en el camino letrado para desafiar estas mismas cons-
trucciones. Ana Patricia no es exactamente autora, dado que el cuento viene desde otra tradición
literaria, compartida entre toda la comunidad. Desde tal perspectiva, ni la configuración estética ni el
contenido le pertenecen al genio individual, sino a toda una comunidad que se expresa en una forma
particular, en esta instancia específica. Así, aunque es un cuento al estilo letrado, conscientemente
tiene otra cara del páay meyaj, debido a que es también un trabajo compartido entre todos.
la intervención de Soledad. Así, una lectura comparativa de los dos cuentos revela los silencios pro-
fundos que obscurecen estas historias femeniles, que todos conocen y que también son relatos que
muy pocos quieren reconocer. Al elaborarlas en forma escrita a través de sus narradoras, la autora
lograr llevarlas a la luz, dignificarlas y fomentar la concientización comunal entre las mismas mujeres.
22
Publicado en el mismo año, U k’a’ajsajil u ts’u’ noj k’áax/Recuerdos del corazón de la montaña,
retoma la historia de una cocinera en la época de la chiclería. Según la autora, el carácter testimonial
de la obra es tan veraz que “todos los nombres de las personas y de los pueblos han sido cambiados
o se omiten por respeto a la privacía de las familias que las sobreviven” (Martínez Huchim, 2013: 57).
La novela se estructura con las reflexiones de la protagonista, “X-tuux” durante los últimos días de
su vida, aparte de contarnos su historia de haber sido cocinera en la zona chiclera, la narradora nos
la describe como un tesoro de prácticas y conocimiento autóctonos. Nos explica que “nieta fue de
escribas y de cimarrones mayas; fiel hablante de su lengua materna, costumbres y creencias de sus
mayores, aunque siempre la distinguieron como mestiza por su albo traje regional que nunca cambió
al de catrina” (Martínez Huchim, 2013: 65), por consiguiente, la narrativa hace hincapié en los as-
pectos corporales y extra-textuales del conocimiento maya, señalando que el libro no es suficiente,
e implicando que el lector siempre tendrá que basarse también en la comunidad, pasarse al pueblo,
para aproximarse al texto completo. Además, dentro de este grupo cede un lugar privilegiado no a
personas letradas ni más jóvenes, como la autora, sino a personas mayores y, sobre todo, a mujeres
ancianas, por ejemplo, la protagonista. De esta manera, no sólo niega el hecho que Martínez Huchim
sea la última autora, sino también la sitúa dentro de la colectividad de estas mujeres, haciendo de la
novela testimonial una forma de práctica que es, al fin de cuentas, comunitaria, o páay meyaj.
Conclusiones
Aunque se celebra con mucha razón el surgimiento de autores en lenguas indígenas mexicanas, du-
rante los últimos 40 años, el culto occidental e individual del autor, hace que muchas veces se consi-
deren a estos, como actores individuales dentro del contexto de una literatura occidental. Este breve
homenaje a Ana Patricia Martínez Huchim, se aprovecha del concepto filosófico maya yucateco del
páay meyaj para demostrar que a pesar de estas articulaciones por parte de la cultura dominante,
hay autores que rechazan tal perspectiva en la práctica de sus propias obras, en vez de explorar las
actividades extra-literarias y extra-textuales de la autora en este contexto, algo que es sin duda inte-
resante, opté por elaborar una consideración de su producción textual para intervenir en la crítica de
los trabajos literarios. Específicamente, argumento que estos textos literarios representan un desafío
a las prácticas literarias individuales, señalando que el conocimiento también reside en la oralidad,
y que la autoría reside con el pueblo. Puedo decir que, la producción literaria de Martínez Huchim
se vuelve explícitamente fruto de procesos de trabajo colectivo (el páay meyaj) entre la autora y su
Que no se vuelva moda: Ana Patricia Martínez Huchim y el páay meyaj literario
comunidad. Es nuestra responsabilidad como lectores y críticos, crear discursos con la misma ética,
dialogando con el pueblo, comprometiéndonos con él y buscando nuevos caminos comunales para
que su voz se siga amplificando.
Revista Yucateca de Estudios Literarios • Número 8 • enero- junio 2019
Bibliografía
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Universidad Autónoma de Yucatán (uady).
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— (2013) U k’a’ajsajil u ts’u’ noj k’áax/Recuerdos del corazón de la montaña, Mérida: Conaculta.
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23
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Guido, Varela Carmen Salazar Gómez (2015) Manejo y aprovechamiento del k’oxolaak (Sparti-
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Worley, Paul (2013) Telling and Being Told: Storytelling and Cultural Control in Yucatec Maya Litera-
tures, Tucson: University Of Arizona Press.
24
Sororidad en las entrañas:
Despidiendo a Ana Patricia Martínez Huchim
Resumen
En este artículo se interpreta la obra U yóol xkaambal jaw xíiw/Contrayerba, libro de Ana Patricia
Martínez Huchim, autora maya yucateca; que subraya el rol de las mujeres en la transmisión cultural
dentro de las comunidades mayas a través de su oralidad.
Homenaje a Patricia Martínez Huchim
Palabras claves: Ana Patricia Martínez Huchim, academia, sororidad, feminismo, literatura maya, oralidad.
Abstract
In this article It is interpreted the exemplar U yóol xkaambal jaw xíiw /Contrayerba, book by Ana Pa-
tricia Martínez Huchim, mayan yucatecan author; which emphasizes the role that women play in the
cultural transmission within the Mayan communities through their orality.
Key words: Ana Patricia Martínez Huchim, academy, sorority, feminism, mayan Literature, orality.
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Ana Patricia Martínez Huchim aceptó una invitación para visitar y exponer su trabajo en Durham,
Estados Unidos, en el invierno de 2015. Compartió con profesores, estudiantes y miembros de la
comunidad de Carolina del Norte diferentes historias en maya y español, así como anécdotas sobre
la vida en Yucatán y su trabajo como revitalizadora de la lengua maya. Leyó un poema, un cuento
para niños y una selección de un nuevo relato en maya: “Jpaax sa’e’ yéetel jpaax k’óol” /“Desven-
turas de aquellos músicos del atole y del k’ool”. El evento se realizó gracias al apoyo del Centro de
Estudios Latinoamericanos, fruto de un consorcio entre las universidades de Duke y Carolina del
Norte en Chapel Hill.
Las dos universidades se ubican en una región conocida como el Research Triangle (triángulo
de investigación) la cual, como su propio nombre indica, pretende situarse a la vanguardia de las
pesquisas científicas y del conocimiento (sobre todo el tecnológico, puesto que hay quien se refiere
a este lugar como “el Syllicon Valley del Este”). XPati empezó su plática dando las gracias por la
invitación a la institución cuyo nombre, admitió haber escuchado por primera vez cuando recibió
mi correo —se refería a la Universidad de Duke—. Sin embargo, dejaba claro que la Universidad de
Carolina del Norte en Chapel Hill sí le era familiar, puesto que tiene un programa de Maya Yucateco
que todos los veranos envía a sus estudiantes a la península a aprender la lengua y la cultura. La que
escribe estas páginas se formó en este programa.
Quizá los profesores y estudiantes que escuchaban se sonrieron ante la declaración con lo que
podríamos pensar era cierta condescendencia políticamente correcta: esta mujer maya no está al
tanto del prestigio global de nuestros centros superiores de investigación, pero su visión del mundo
es infinitamente valiosa aquí, donde pretendemos estudiar su cultura y diseccionar sus conocimien-
tos teóricamente, así como producir triángulos infinitos de investigación. Se trata de la vieja y amar-
ga contradicción del académico u antropólogo occidental —o hegemónico— cuyos estudios, por
muchas nobles causas políticas o humanísticas a las que aspiren, siempre se elaboran a partir de un
acto extractivista que produce cierto grado de alteridad. En otras palabras, el científico debe resaltar
la diferencia para que lo que observe y explique resulte medianamente interesante a sus lectores,
también usualmente especialistas.
Ana Patricia Martínez Huchim, una antropóloga y profesora de la uady (Universidad Autónoma
de Yucatán) que seguramente tuvo que vivir con otras contradicciones pero que no conoce (y no se
cree) los Research Triangles norteños, nos explicó con su sencilla y honesta observación, nuestra
propia cultura diferente, tal vez no tan interesante, con sus rituales y palabras mágicas que aquí tam-
bién uso: epistemología, alteridad, hegemonía, entre otras muchas. En esa desconocida Universidad
de Duke, xPati nos recordó, sin enojarse o aleccionar, casi sin querer, en qué medida este grupo
selecto que es la sociedad académica vive en una condición de aislamiento —un triángulo de las
Bermudas— que con más frecuencia de lo habitual engulle y hace desaparecer, tal y como cuentan
Parte de mi argumento es que la poesía, por ser una forma más introspectiva e individual que los relatos
de tradición oral, lleva a Briceida Cuevas Cob (maya peninsular o yucateca), a Ruperta Bautista Vázquez
(maya Tsotsil) y a Calixta Gabriel Xiquín (maya K’aqchikel) y a Maya Cú (Maya Q’eqchi) a contrarrestrar con-
venciones culturales y discursos dominantes desde sus subjetividades como mujeres indígenas (2007: 96).
26
como un vehículo privilegiado para socavar discursos hegemónicos coloniales y patriarcales desde
la subjetividad de la mujer maya.
Contrayerba, el título de la colección que a su vez nombra una hierba medicinal, en maya se tra-
duce como jaw xíiw. Jaw puede constituir un verbo posicional: jawtal, que con frecuencia se utiliza
para designar objetos o personas en una situación de exposición o de apertura; por ejemplo, una
media jícara al revés, o un cuerpo boca arriba. Esta es, hasta cierto punto, la posición adoptada
por el cuerpo subalterno de las mujeres que protagonizan las historias; uno diseñado colonialmente
como el revés del masculino cuando en realidad lo debería asumir en relación de complementa-
riedad, y uno abierto, expuesto; como el torturado y violado de la prostituta llamada Virgen en el
relato “Xchokojo’ob/Calenturientas”, el cuerpo en dolor por la carga de leña de la anciana Xkook, o
el cuerpo deambulador, travestido y finalmente desnudo de Divagación. Martínez Huchim sitúa a la
mujer maya en un lugar de enunciación en carne viva, vulnerable y dañada, evidenciando de este
modo la inscripción somática de la violencia colonial. La enfermedad como metáfora por tanto es
ineludible en los relatos de U yóol xkambal jaw xíiw/Contrayerba entre los que se teje un catálogo de
curaciones para diversos males.
El modificador jaw, que también puede aludir metafóricamente a la acción de voltear un elemen-
to, se refiere asimismo al acto de poner a la vista una realidad antes no accesible. En la breve intro-
ducción del libro se presenta el marco narrativo en el que se insertan los diferentes relatos: una mujer
llamada Soledad Cahum Dzib despierta de su sueño, se levanta de la hamaca y procede a untarse
las legañas de su perro en sus propios ojos, lo que le permitirá ver un grupo de espíritus de mujeres
ancianas que atraviesan la calle. A partir de este trance visionario, “U léeksaj óol ts’íib”, su “frenesí”
—así es como se llama esta sección—, Soledad comienza a escribir las historias de estos espectros.
El jaw en este caso tiene que ver con el poder subversivo de un gesto que sitúa a la narradora en
una posición volteada; un lugar de observación chamanístico que le da acceso a un conocimiento
usualmente vedado a la mujer.
Soledad comienza así a escribir sobre las vidas de los espíritus en un acto de sororidad reivindic-
ativa, denunciando la precariedad que gobierna sus existencias, así como los diversos procesos de
estigmatización experimentados en sus círculos sociales. La preocupación por la construcción de
una comunidad femenina ya había aparecido como motivo central de otros relatos de Martínez Hu-
chim. En la historia “XP’oot/La doña de P’oot”, incluida en la colección U k’a’ajsajil u ts’u’ noj k’áax/
Recuerdos del corazón de la montaña, dos mujeres, solas en las entrañas de la selva y rodeadas
de un exacerbado machismo, compiten y pelean en lugar de unirse. En su ensayo Telling and Being
Told, Paul Worley identifica un patrón similar en el cuento “Chen Konel/Es por demás”, en el que la
Sororidad en las entrañas: Despidiendo a Ana Patricia Martínez Huchim
autora retrata la falta de solidaridad entre mujeres atrapadas en situaciones de abuso y violencia en
sus matrimonios (2013: 153).
Revista Yucateca de Estudios Literarios • Número 8 • enero- junio 2019
Aunque la temática relacionada con la falta de colaboración entre mujeres vuelve a aparecer en U
yóol xkaambal jaw xíiw/Contrayerba, la colección de relatos también muestra posibilidades esperan-
zadoras para el entendimiento y la cooperación entre mujeres mayas. Primero, como ya se ha indi-
cado, los personajes de la obra son exclusivamente femeninos. Sus vidas se hallan narradas por otra
mujer quien, en cierto sentido, no solamente las encarna, sino que sacrifica su propio cuerpo para
darles voz, puesto que Soledad muere en el texto final que cierra el marco narrativo de la colección.
Las vecinas que encuentran su cuerpo son incapaces de entender el texto dejado por Soledad o su
propósito —hablan maya, pero no la leen—. Las mujeres queman entonces el escrito indescifrable,
creyéndolo prueba de brujería, pero lo hacen con la intención noble de librar a su compañera de un
entierro fuera de la zona sagrada del cementerio.
De forma similar, las prostitutas de la historia “Xchokojo’ob/Calenturientas” no solamente se
cuidan las unas a las otras, sino que desarrollan una complicidad muy íntima al instruir jocosamente
a la más joven en las miserias de la profesión, con grandes dosis de humor y cariño. Asimismo, la
fortaleza de los vínculos entre mujeres se hace evidente en las relaciones establecidas entre las
señoras mayores de las historias y las jóvenes, especialmente entre Remedios Tzab Can, quien
le revela los secretos de la contrayerba a una niña llamada Esperanza en el cuento “U yaalak’o’ob
Remedios Tzab Can/Las mascotas de Remedios Tzab Can”. Este entendimiento femenino parece
instalarse en la colección de relatos a partir de un proceso de comunicar lo desconocido. La con-
strucción y el cuidado de una forma de sororidad, por lo tanto, parece ir de la mano de la transmisión
de la memoria cultural.
27
En muchos sentidos, U yóol xkaambal jaw xíiw/Contrayerba es un texto polifónico en cuanto a su
material extra-diegético, es decir, aquello que ocurre fuera de la ficción —XPati ha escuchado estas
historias de otras mujeres—, también es en plano intradiegético, puesto que dentro de los propios
relatos encontramos diferentes cuentos incrustados. Un ejemplo de ello es el relato “Umúul t’aanil
Alma Sagrario Pixan Ol/ Las voces de Alma Sagrario Pixan Óol”, sobre una espiritista que funciona
como nexo entre el mundo de los vivos y el de los difuntos, retransmitiendo los diferentes mensajes
a familiares y amigos: “Sólo soy la materia” –decía la medium– (2013: 26, 86). Al igual que Soledad,
Alma Sagrario se convierte en un símbolo de la multiplicidad de voces que articula todo el texto.
Por otro lado, la capacidad ventrílocua de la mujer alude a la transmisión de la memoria ancestral
y a la importancia del cuerpo, y no solamente de las letras, en este proceso.
Alma Sagrario da voz, literalmente, a las personas que no la tienen. El cuerpo de Soledad es
igualmente fundamental para la comunicación de las historias narradas. En esta parte introductoria
titulada “U léeksaj óol ts’íib/Frenesí” se nos explica cómo la mujer se quita su fustán y comienza a
escribir con la tinta roja del achiote en él, gracias a una improvisada pluma hecha de la madera de
su tejado. Solamente cuando ella compromete las extensiones simbólicas de su cuerpo —su ropa,
su casa y su comida— puede empezar a narrar.
Esta es, en muchos sentidos, una obra que reflexiona también sobre cómo debe llevarse a cabo
el acto narrativo: quién, para quién, en qué contexto y a partir de qué medios debe contarse una
historia. Por ejemplo, Martínez Huchim adopta una postura crítica que cuestiona ciertos tópicos
repetidos en la tradición oral maya, convirtiendo su obra en una autoexaminación de la cultura, de
los procesos de representación y transmisión que perpetúan paradigmas misóginos. La autora de
U yóol xkaambal jaw xíiw/Contrayerba, por tanto, no solamente rescribe las historias orales sino de-
construye la historia patriarcal. Extraído de la tradición ancestral, el episodio de la visión de Soledad
ilustra este proceso. En Creencias, profecías y consejas mayas, donde Santiago Domínguez Aké
compila proverbios y narrativas orales que circulan en las comunidades mayas hoy en día, se recoge
la siguiente advertencia: “Escuchar el aullido de los perros en la noche es señal de que están viendo
al demonio o al espíritu de una persona muerta. Se dice que si una persona llegara a poner en sus
ojos legañas de un perro podría ver espíritus de personas muertas, pero que esto es un pecado muy
grave que Dios castiga” (1993: 7). Esto es precisamente lo que Soledad hace. Adicionalmente, la
escritora maya Marisol Ceh Moo incluye un evento similar en su novela Sujuy K’íin/Dias sin mancha.
Como en la versión de Ceh Moo, Soledad muere al final de U yóol xkaambal jaw xíiw/Contrayerba.
Sin embargo, xPati no castiga la transgresión y por lo tanto no perpetúa el tópico de la mujer arruin-
ada por su curiosidad y su sed de conocimiento —como la Eva de la tradición cristiana. En cambio,
la escritora transforma lo que se supone que es una equivocación, en una plataforma narrativa pro-
ductiva que a su vez dará espacio para la amplificación de otras voces femeninas y para la denuncia.
ku ts´áaik teech u ts´aakil xan”, ku ya’alik/De tanto jugar reptiles, Remedios vio qué hierbas comían
las culebras y las víboras y así aprendió a curar su mordedura” (2013: 36, 95).
Esta complementariedad queda también ilustrada por el hecho de que Soledad sabe que llevar a
cabo su denuncia requiere participar de un trance que a su vez exige su muerte; es decir, devolver la
vida a las mujeres a la vida para hacerles justicia exige el fin de la suya. Al final, Soledad ve el camino
blanco o sakbej, que toma con su perro, una vez que ha comprendido su destino para denunciar
con las letras. Explica la voz narradora: “Ka’atsul láak’tsilo’ob tuch’a’ajo’ob jump’éel bej taats’ u bin
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sáasilil jump’éel túumben kíin”/“Dos entrañables seres emprendieron el camino hacia un tiempo nue-
vo” (2013: 61,117). XPati también ha emprendido el camino hacia un tiempo nuevo y, de igual forma,
como otro ser entrañable, podemos decir no solamente que se nos fue una mujer afectuosa —que
sería la definición primera de este adjetivo—, sino también que ya no está con nosotros alguien que
trabajaba, creía, aprendía, vivía y enseñaba desde las entrañas; desde un órgano interior lleno de
sororidad, sabiduría y generosidad. Buen viaje.
Bibliografía
Chacón, Gloria (2007) “Poetizas Mayas: Subjetividades contra la corriente”, en: Revista Cuadernos
de Literatura, volumen 11, número 22, issn: 0122-8102: 94-106.
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Worley, Paul (2013) Telling and Being Told: Storytelling and Cultural Control in Contemporary Yucatec
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Sororidad en las entrañas: Despidiendo a Ana Patricia Martínez Huchim
Revista Yucateca de Estudios Literarios • Número 8 • enero- junio 2019
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Interdiscursividad social en las novelas cortas
U yóol xkaambal jaw xíiw/Contrayerba, “Chen konel/Es por demás”
y U k’a’ajsajil u ts’u’ noj k’áax /Recuerdos del corazón de la montaña
Resumen
Este trabajo busca destacar la presencia de la tradición oral y el contenido social en la configuración
de los personajes femeninos de estas narraciones. Se plantea que la recreación de la injusticia so-
cial, y la explotación de las mujeres, al representarse de manera artística y con un lenguaje poético
que recupera la tradición oral del pueblo maya, dota a los textos de una densidad semántica que
involucra al lector o lectora en los diferentes niveles del lenguaje, creando en él/ella una experiencia
significativa.
La creación literaria de Ana Patricia Martínez Huchim es original, tanto por sus temáticas, como
por el cuidado que siempre puso en el lenguaje, en cualquiera de los tres idiomas en los que publi-
có. Sus protagonistas son mujeres mayas, lo que no ha ocurrido con frecuencia en la literatura en
lengua maya yucateca. Esta autora ha reelaborado artísticamente la memoria de mujeres mayas que
realizan trabajos estigmatizados por la sociedad.
Revista Yucateca de Estudios Literarios • Número 8 • enero- junio 2019
Palabras clave: Interdiscursividad, tradición oral, estrategias narrativas, lenguaje poético, mujeres mayas,
trabajos estigmatizados.
Abstract
This work seeks to highlight the presence of oral tradition and social content in the configuration of
Homenaje a Patricia Martínez Huchim
the female characters of these stories. It is proposed that the recreation of social injustice, and the
exploitation of women, when are represented in an artistic manner and with a poetic language that
recovers the oral tradition of the Mayan people, gives the texts a semantic density that involves the
reader at different levels of language, creating in him/her a significant experience.
The literary creation of Ana Patricia Martínez Huchim is original, both for its themes and for the care
she always put in the language, in any of the three idioms in which she published. Its protagonists are
Mayan women, which has not happened frequently in the Yucatecan Mayan language literature. This
author has artistically reworked the memory of Mayan women who do stigmatized works.
Keywords: Interdiscursivity, oral tradition, narrative strategies, poetic language, mayan women,
stigmatized works.
31
Interdiscursividad en U yóol xkaambal jaw xíiw/Contrayerba
U yóol xkaambal jaw xíiw/Contrayerba (Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, 2013)
a través de una serie de relatos nos presenta las diferentes maneras de ser de las mujeres mayas;
cuenta de manera vivencial la crueldad con la que pueden ser juzgadas quienes no siguen las nor-
mas; la fuerza que tienen y las adversidades que enfrentan.
Las tradiciones y creencias religiosas mayas se recrean como parte del ambiente; fluyen de ma-
nera ágil a los ojos del lector en la cotidianidad de los personajes, en una trama que atrapa. Aquellas,
junto con la crítica social son los otros discursos con los que dialoga el texto literario:
Los nombres y apellidos de los personajes aluden a su actividad, por ejemplo, la narradora es
Soledad Cahum Dzib, una mujer soltera que sabe escribir su lengua materna —el maya— y su ape-
llido Dzib significa escritura, escribir o escritor y Cahum tiene el sentido de “él o la del pueblo” o
“pueblerino/na”, pero también Cahum tiene parecido fonético con la frase ka juum, empezó a escri-
bir (Martínez Huchim, 2013: 121) “con sonido, con fuerza…” (Tec Tun, 2003: 460; Martínez Huchim,
comunicación personal). Entonces, su nombre describe su quehacer: Soledad se atareó a escribir
las historias de sus congéneres femeninas por realizar trabajos socialmente estigmatizados; Soledad
Cahum Dzib contará la historia de cada una de las mujeres que toman parte en la procesión de las
ánimas, que a ella se le ha manifestado gracias a los poderes propios de los perros y a su fe en la
misión de ser testigo de su tiempo (Martínez Huchim, 2013: 15-16, 75-76).
Así, el conocimiento oral estructura la narración, pero se hace presente también en lo expresado:
cada capítulo es la historia de una mujer, de la que se muestra cómo se gana la vida. Las cuatro
primeras protagonistas se dedican a curar.
Ejemplo de la carga simbólica de los nombres es Fidelia Xiu, mujer conocedora y fiel a las plantas
silvestres medicinales (xiu) cuyo trabajo es curar el mal de ojo y la caída de la mollera de niños. Este
personaje comparte su conocimiento acerca de plantas curativas, a la vez que nos damos cuenta
cómo lo aprendió, cómo interactúa con las otras mujeres de su comunidad, y el afecto que prodiga
a su nieto.
Sagrario Pixan Ol restablece el equilibrio emocional de sus clientes gracias a su intermediación
con seres de otra dimensión.
La forma en la cual el Estado Mexicano subordina a los saberes mayas, en inequitativas relacio-
nes interétnicas también es recreada, como cuando los médicos, por celos profesionales, hacen en-
carcelar a los curanderos del pueblo, se recrea también en el capítulo “U múul t’aanil Alma Sagrario
Pixan Ol/Las voces de Alma Sagrario Pixán Ol”
Jump’éel k’iin ti’ lelo’, u’uya’ab u tsikbalil kíim juntúul paal tu k’ab juntúul máak ku ts’aakankil yéetel xíiw.
Ma’ a’ala’ab u k’aaba’ le paalo’, mix u k’aaba’ le jts’aako’, mix tu’ux úuch le kíimilo’, chéen ba’ale’ leti’ ku
Un día corrió el rumor de que un niño había muerto en manos de un curandero. No se dijo el nombre del
pequeño, ni el nombre del curandero, ni en qué rumbo del pueblo había ocurrido la desgracia, pero fue la
ocasión que esperaban los letrados para presentarse ante las autoridades oficiales a demandar a doña Alma
Sagrario y a todos sus empíricos competidores (Martínez Huchim, 2013: 88)
[...]
U jala’achilo’ob le kaajo’ ka túun tu túuxto’ob molbil tuláakal máaxo’ob ku ts’aako’ob yéetel xíiw. Ma’ tu
jecho’ob mix jmeeno’obi’ (Martínez Huchim, 2013: 29).
Ante la presión de los eruditos, las autoridades ordenaron una recoja de curanderos. No se salvaron ni
Silvia Cristina Leinara Alcocer
32
De uno en uno los curanderos fueron liberados, previo pago de una gravosa fianza que incógnitas ma-
nos solventaron. Salieron de la cárcel con paso firme y digno y se encaminaron a sus respectivos hogares,
conscientes más que nunca de su impotencia ante la oficialidad.
Y más que nunca ejercieron con toda su voluntad y convicción. Sin embargo, las voces de doña Alma
Interdiscursividad social en las novelas cortas U yóol xkaambal jaw xíiw/Contrayerba, “Chen konel/Es por demás” y U k’a’ajsajil u ts’u’ noj k’áax /Recuerdos del corazón de la montaña de Ana Patricia Martínez Huchim
Sagrario no se oyeron más, una fiebre altísima en la insalubre cárcel la condujo por fin a la dimensión eterna
de los espíritus (Martínez Huchim, 2013: 89-90).
Volviendo al simbolismo de los nombres Concepción Yah Sihil auxilia a las parturientas en su
misión de renovar la vida humana y Remedios Tzab Can, a través de la observación empírica, des-
cubre qué plantas son la contra de las mordeduras de víbora. Remedios comparte su sabiduría con
los niños e impulsa a una niña a prolongar sus saberes y andar un camino único y propio (Martínez
Huchim, 2013: 31-37, 91-97).
La marginalidad de las mujeres mayas pobres se recrea a través de los servicios prestados por las
otras protagonistas, como las “Xchokojo’ob/Calenturientas” que, cuando jóvenes, son asediadas y
luego despreciadas, al grado que la muerte de una de ellas no conmociona a la gente.
Se trata de una visión femenina, pero realista. La mayoría de los personajes son mujeres. Los
hombres aparecen referidos por su relación con las protagonistas: los señores que no pagan a la
comadrona si nace una niña; el que paga por introducir una botella en la vagina de una prostituta; el
militar que, tras abusar económicamente de su pareja, la abandona; el holgazán a quien toda la vida
mantiene su madre; o el tendero que regala un refresco a la vendedora de leña.
El epígrafe de “U máatan Caridad Tah Otzil/La mendicidad de Caridad Tah Otzil”, ejemplifica cru-
damente la marginalidad de las mujeres mayas:
Las acciones se ambientan en un pueblo maya, y los personajes secundarios expresan su ances-
tral sabiduría; por ejemplo, la niña que tras la albarrada espía a Xsaataj Óol/Divagación, es llamada
por su abuela, previniéndola de que pueda enfermar a causa del k’ank’ubul ja’. También se muestran
las contradicciones, como el parroquiano que, de limosna da todo lo que le queda para el gasto
familiar (Martínez Huchim, 2013: 56, 112).
A lo largo del libro nos aproximamos a varias de las ocupaciones realizadas por mujeres mayas,
y cómo estas varían según avanza la edad del personaje.
Revista Yucateca de Estudios Literarios • Número 8 • enero- junio 2019
Lo cotidiano, lo público y lo privado son espacios ocupados por las protagonistas de estos rela-
tos que vemos a través de los ojos de Soledad Cahum Dzib, quien, al mirar a las ánimas, vive con
ellas sus experiencias. Tras percibirse a sí misma estigmatizada, pagando el precio del conocimien-
to, ella y su perro transitan por el camino blanco hacia un tiempo nuevo.
El relato cierra con un acto de sororidad: las mujeres que encuentran el cadáver de Soledad se
deshacen del texto escrito sobre un fustán con achiote, para que puedan enterrar a Soledad en el
cementerio. Aunque esto también trae una carga negativa: los esfuerzos de la escritora por salvar la
memoria de las otras mujeres han sido inútiles, se escuchan cuando crepitan las llamas al quemar
la tela, pero se pierden para siempre al difuminarse el humo. Este final crea un interesante juego de
ambivalencias: en la diégesis se pierde la memoria, las mujeres que entierran a Soledad no compren-
den su escritura, pero los receptores extratextuales hemos tomado conocimiento.
33
con la venta de ciruela, guayaba, anona y huaya se buscó desde entonces la vida […] —¡Teche’ man
kanik pak’ach, k’aas u jóok’ol ti’ teech le waaja’! ¡Yaan a kanik meyaj!/—¡No sabes tortear, te que-
daron mal las tortillas! ¡Debes aprender a trabajar! Eso exigió Yano, aunque no dio dinero” (Martínez
Huchim, 2018: 27, 39).
Al mostrar estas inequidades, las está haciendo visibles para todos sus lectores, o si se trans-
media (varias de las obras de Pati se adaptaron a teatro, y a video), a su público; es lo que muchas
escritoras mayas, no solo de la Península de Yucatán, sino tojolabales, tzeltales, tzotziles, choles, de
Chiapas; yok’ot’ano’ob de Tabasco: cambiar las cosas desde dentro, desde el interior de la cultura.
Que se termine la violencia contra las mujeres, muchas veces ejercida por la propia pareja; que las
mujeres dejen de ser vistas como propiedad de alguien, que a los hombres se les exija también el
cumplimiento de sus obligaciones familiares como la manutención de la familia si el acuerdo ha sido
que la mujer se ocupe de cuidarla; o la posibilidad de acuerdos distintos: si los dos buscan ingresos
para la familia, que entre los dos se ocupen de las tareas domésticas. Interesante que “Chen konel/
Es por demás” aborde la huida de las jóvenes con quienes se convierten en sus maridos, y los mal-
tratos a que son sometidas, incluso por parte de mujeres que anteriormente hicieron lo mismo; este
libro no predica: Ana Patricia cuenta, sus personajes son redondos. El que ayer “robó” una mucha-
cha, hoy, como padre, sufre que se lleven a su retoño. La frustración de las madres, que invariable-
mente tratan de evitar a sus hijas lo que ellas han padecido, pero que, como lo dice el nombre del
cuento “Chéen konel/Es por demás”, no hacen caso las jóvenes y cuando se dan cuenta de su error,
es demasiado tarde. Quizá habría que flexibilizar la mentalidad, que no les pareciera tan grave que
una mujer regresara a casa de sus padres, preferible eso a tener que aguantar una vida completa de
malos tratos como pasó a Refugio Ku y luego a Esperanza Batún.
Este cuentario obtuvo el Premio Nacional “Alfredo Barrera Vásquez” en los Cuartos Juegos Li-
terarios Universitarios, convocados por la uady en 2005 y fue editada en el libro del mismo nobre
(uady, 2006: 69-90). También aparece en su reciente antología trilingüe Ma’ chéen koneli’/No es por
demás/ Not in Vane (cdi, 2018). El narrador/a focaliza acciones naturalizadas cotidianamente en las
cuales se ejerce violencia contra las mujeres mayas desde que son pequeñas, como es el caso del
rechazo de los padres cuando saben que están gestando a una hija; los novios que no respetan si la
mujer cambia de parecer y decide que ya no quiere abandonar la casa de los padres; la esposa que
sometida a maltrato económico debe, de todas formas, servir a su marido.
Lo novedoso de la narrativa de Ana Patricia Martínez Huchim es que usa recursos de la oralidad
en textos originales de su autoría. Estrategias como las repeticiones y la rima que producen un ritmo
en lengua maya, permiten presentar gráficamente los textos en verso, aunque en la versión al espa-
ñol sea de carácter prosaico. Esto ocurre porque Martínez Huchim creaba tanto en maya como en
español, por eso sus textos tienen diferentes estructuras en razón de la naturaleza de cada idioma.
Esto puede notarse en el siguiente fragmento del cuento “XP’oot/ La doña del P’oot”
34
–¡Ba’ax Dzitha’asi’,
ba’ax ba’ali’.
Teche’, ma’ xpuulyajechi’,
teche’ chéen Dzitkisnilechi’!
Interdiscursividad social en las novelas cortas U yóol xkaambal jaw xíiw/Contrayerba, “Chen konel/Es por demás” y U k’a’ajsajil u ts’u’ noj k’áax /Recuerdos del corazón de la montaña de Ana Patricia Martínez Huchim
–Qué Dzitás ni qué nada, tú no eres hechicera! ¡Tú sólo eres una cagadita que se le escapó al diablo!
(Martínez Huchim, 2013: 31, 75).
Consideraciones
En mi lectura, encuentro que Ana Patricia Martínez Huchim, es feminista, una feminista interseccio-
nal, una feminista maya, que pone la atención también en cómo la pobreza afecta a los mayas en
general, pero más a las mujeres. Y que llama la atención a sus receptores respecto de la cantidad de
violencia naturalizada adentro de la cultura propia, como una invitación a deconstruirla y proponer
nuevas formas de relación más equitativas entre géneros, entre grupos etarios, donde todos poda-
mos aspirar a la legítima felicidad.
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catán: Academia de la Lengua Maya de Yucatán/icy/Conaculta/Indemaya/inah.
35
Correspondencia
Abril-junio 2018*
En memoria de Ana Patricia Martínez Huchim
Resumen
Esta publicación presenta una forma novedosa de entender y apreciar la creación literaria. A través
del uso de aplicaciones contemporáneas, José Eladio Poot Novelo, abstrae reflexiones compartidas
entre dos personas a las que los unen dos factores comunes: la literatura y la amistad.
Abstract
This publication presents a newfangled form to understand and appreciate the literary creation.
Through the use for contemporaneous applications, José Eladio Poot Novelo, abstracts shared re-
flections between two persons joined for two common factors: literature and friendship.
*Este texto recupera las conversaciones que tuvimos vía messenger Ana Patricia Martínez Huchim y un servidor,
entre las fechas 23 abril y el 5 de junio de 2018.
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Presentimiento
23 de abril
Ana Patricia Martínez Huchim —Aún espero que regreses, cuando pienso en ti y en lo que te has
convertido, me siento orgullosa.
José Eladio Poot Novelo —Tal vez sigo siendo el mismo.
27 de abril
apmh —He tenido sueños extraños. He soñado con pozos, tijeras y un cielo que siempre está
encapotado. Hoy me iban a quitar la matriz.
30 de abril
jepn —Desde abajo el cielo luce diferente.
apmh —Últimamente todo luce seco. Los animales se desesperan, temen que mueran sus crías.
Análisis de sangre, endoscopias, y todo sale bien.
5 de mayo
jepn —Por la noche he sentido algo de viento, probamente anuncien lluvias.
18 de mayo
apmh —En los hospitales el viento es artificial. Las flores permanecen allí coloridas pero marchitas.
Este es el sexto examen: oncología, radioterapia, inmunoterapia, lo sé de memoria. No quiero
hablar con nadie, solamente… sueño.
21 de mayo
jepn —Me gustaría seguir en la escuela cuatro años más. No pedir oportunidad de nuevo y que-
darme allí.
23 de mayo
apmh —Una pequeña habitación, cuatro camas, una silla incomoda; un buro roto y tres cuenta
gotas.
24 de mayo
jepn —Costará trabajo tener su atención, son cuarenta cabezas pensando al mismo tiempo.
26 de mayo
jepn —Demasiado joven para dar clase ¿Puedes creerlo? Me dijo eso mientas se comía las uñas,
las mías me crecen todo el tiempo. Después de la entrevista he llorado por un largo rato. Aventé
la carpeta mientras seguía caminando. De nuevo otra entrevista sin respuesta; y tú, ¿Cómo estás?
27 de mayo
apmh —Hoy opinaron que debo cortarme el cabello, me he negado rotundamente. Estoy empe-
zando a dejar de percibir la forma de las cosas, mi mundo se reduce a pequeñas sombras saltarinas.
No hay nada más que decir.
jepn —¿Has preguntado?
José Eladio Poot Novelo
El Puente
30 de mayo, última conversación
apmh —Amanecí cubierta de arañazos, ¿Quién pudo venir a visitarme a estas horas, cuando solo
el viento se mece entre los árboles? Mi cuerpo guarda un cementerio, parduzco como el amanecer.
Es de madrugado aún hace frio.
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Estimado Eladio:
Con mucha discreción quiero que entregues esta carta. Si te la devuelven no la abras hasta que
pase lo que haya de pasar. La mirada también se apaga, mi querido amigo. Mi riñón pronto dejará
de funcionar. Mi cuerpo reseco se ha llenado de escamas me convierto en pez para regresar al mar.
Conozco aquel cenote, no es muy profundo, dicen que sacrificaban animales.
jepn —Nunca vi nada.
apmh —Tal vez no lo observaste bien. Eso a menudo pasa, nos volvemos ciegos, y no vemos más
allá de nuestras narices. Un día un médico me explicó que las células cancerígenas son como una
manada de lobos hambrientos y quien lo porta es la oveja.
que más aborrezco en estos momentos es esa palabra, me parece tan cruel e innecesaria.
Los espejos siempre revelan toda la verdad; me miro en uno de ellos y la mitad de mi cuerpo
luce carcomida. Estoy segura de que la muerte ronda en la oscuridad de la noche, dentro de la casa
para llevarme a rendir cuentas ante el supremo tribunal de Dios nuestro Señor. Como me relataba
mi abuela.
Revista Yucateca de Estudios Literarios • Número 8 • enero- junio 2019
La muerte en los niños es otra cosa, es un acontecimiento terrible, algo innombrable, ¿La mía,
entonces, es de esperarse? Hay una leyenda aquí en mi pueblo, dice que antes de morir, una paloma
se posa en tu ventana, dependiendo de su color será tu suerte: blanca el cielo, negra el infierno. Oja-
lá siempre estuviera nublado, y las palomas permanecieran lejanas y silenciosas en las copas de los
árboles. Pero ahora ya no quiero sentir esta angustia. He descubierto que cada día soy más liviana.
Temo llegar al extremo de llenarme la ropa de piedras para que no me levante el aire.
He tenido mucha sed últimamente, me gustaría beber toda el agua del cielo. El cielo ya no me
es tan lejano, escucho la voz de mi abuela llamándome, en el golpeteo de la lluvia, bajo las tejas
de la cocina. Me despierto a media noche. Ahora solo espero el momento, y me apresuro arreglar
la casa. “Al señor le gustan las casas limpias y allí yace su morada”, vuelvo a recordar a mi abuela.
Algo me ha dicho sobre el verano o ¿Acaso lo soñé? Escucho los silbidos de los trenes, ya no tan
lejanos, pero no tengo lista la maleta, ni me he peinado. Al menos me gustaría lucir presentable para
este viaje, el último, me ha dicho, doña Ernestina. Qué lástima que nunca pude estrecharle la mano
y permanezca solamente en mi memoria, en el lugar de todos mis sueños.
Epílogo
Estimada amiga, nos volveremos a ver en otros sueños. Entre las nubes y piedras de tu soledad.
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Tres gracias*
de Pati Martínez Huchim
Son tres los momentos de Ana Patricia Martínez Huchim los que quiero abordar: su profesionalismo
en gestión, creación y edición; las ideas en su maravillosa Contrayerba, y una anécdota sobre su
Homenaje a Patricia Martínez Huchim
*Una versión previa del presente trabajo fue leída por su autor durante el Tercer Encuentro Cultural y Literario
“Curar, Historiar, Crear, Inventariar, Leer”, del 7 al 9 de septiembre de 2018, día 1: “Acción de gracias”, en el
Centro Cultural Dante. Actividad convocada por la Feria Internacional de la Lectura Yucatán, UC-Mexicanistas,
Mayaland y la Universidad Autónoma de Yucatán.
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La gracia de su profesionalismo
Firmaba con su nombre completo: Ana Patricia Martínez Huchim. Como amiga, colega y maestra,
con todo nuestro cariño, siempre fue Pati. En su labor literaria está el rescate de la oralidad, así como
poesía y narrativa de profundo sentido social y valor estético. Además de la producción literaria, Pati
gestionó los apoyos para su publicación y difusión.
Quiero resaltar el profesionalismo con el que Pati atendía cada fase de los procesos; desde el lle-
nado de formularios, la búsqueda de colaboradores para la traducción, corrección de estilo, revisión
meticulosa de maquetas, ilustración, grabación de audio, hasta el trámite de los derechos de autor
en cada idioma, pasando por la solicitud de permiso de publicación a los titulares de determinada
traducción hecha en el extranjero, la citación de créditos correspondientes, el pago correcto y pun-
tual de honorarios para los colaboradores apenas recibidos los apoyos gestionados. No es en vano
que, en el subtítulo de su nota póstuma, el Diario de Yucatán señalara a Pati con las palabras: “Era
profesional y generosa” (Garma, 2018). Pese a la brevedad de este trabajo, este libro será de efecto
perenne en quienes asuman su lectura.
García Ginerés. Donde muchas veces fue hospedada por su tía, la madre Elvia, en sus frecuentes
visitas a Mérida desde Tizimín. La filmación de la entrevista fue con motivo del premio “Hechas en
Yucatán”, que recibió poco después.
Fue justo el primer día de la floración del flamboyán, en plena primavera de 2018. En el jardín
del convento sobresalía uno enorme, encendido en rojo intenso. Al ver a Pati vestida con una blusa
que al cuello tenía flores en punto de cruz, le propuse tomarle algunas fotos con el hermoso fondo del
flamboyán. Aceptó gustosa.
42
Los primeros ensayos desde mi celular dejaban ver el ánimo menguado de quien ya conocía la
severidad del invasivo cáncer en su estómago. Le dije: “Pati, cuéntame una de tus travesuras de
infancia”. Pati empezó a reírse y con el rostro radiante, le tomé la serie de fotos que han circulado en
los medios impresos y electrónicos desde su fallecimiento el 27 de julio. Enseguida las compartí con
ella y con Lourdes Cabrera, quien pasó por nosotros ese día, y eventualmente con las hermanas de
Pati y con su tía Elvia, quienes también sonrieron con la anécdota, pues la sonrisa de Pati es siempre
franca, espontánea y contagiosa.
Ya con su nuevo libro en circulación, en edición póstuma, su paso por este plano de existencia
ma’ chéen koneli’ (no fue en vano). Nib óolal (gracias).
Apéndice
Instrucciones para descargar U yóol xkaambal jaw xíiw/Contrayerba (2013). Está disponible en pdf
en cualquier buscador de internet, en la edición electrónica que salió a la par con la impresa, ya
agotada, ambas de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, cdi. https://
bit.ly/2BHrHr4
Igualmente, está disponible en YouTube la hermosa adaptación escénica de Salomé Ricalde y
Christi Uicab Contrayerba: voces de mujeres mayas (dos monólogos bilingües). https://bit.ly/2EiPK1h
Referencias
Garma Montes de Oca, Patricia (2018) “Deja de escribir la pluma de Ana Patricia Martínez. Era pro-
fesional y generosa”, en Diario de Yucatán. Sección Imagen. Grupo Megamedia. Consultado el
29 de agosto de 2018 en https://bit.ly/2tt7Ffu
Martínez Huchim, Ana Patricia (2013) U yóol xkaambal jaw xíiw/Contrayerba. CDI. Edición electróni-
ca. Consultado el 29 de agosto de 2018 en: https://bit.ly/2BHrHr4
Ricalde Aranda, Carolina Salomé y Uicab Martín, Christi Verónica (2018) Contrayerba: voces de
mujeres mayas (dos monólogos bilingües). Consultado el 29 de agosto de 2018 en: https://bit.
ly/2EiPK1h
Revista Yucateca de Estudios Literarios • Número 8 • enero- junio 2019
Tres gracias de Pati Martínez Huchim
43
La fortuna de haber
tenido una tía escritora
En el presente texto quiero compartirles un poco de las experiencias y enseñanzas que me ha dejado
mi tía Patricia, y agradezco la oportunidad brindada. Me gustaría comenzar con una frase que ella
me dijo, días antes de su partida, en la última plática que tuvimos: “Todo sucede en el momento justo
y preciso, si es para ti, llegará, si no cosas mejores vendrán. Esto me toca, partir, mi momento llegó,
pero tú tienes una meta que cumplir; ¡solo créetelo!”. Me resulta significativo, debido a que juntas
vimos los trámites para una beca de intercambio; al enterarnos de los resultados, nos pusimos muy
contentas. Recuerdo que esa noche me dijo que le encantaría poder hacer ese viaje conmigo, vivir
juntas esa experiencia, pero ella sabía que tendría que hacer otro viaje, el cual también le causaba
nervios; sin embargo, ambas éramos capaces de lograrlo y desde donde se encuentre me acompa-
ñaría en cada uno de los momentos de esta nueva etapa.
Recuerdo que desde mi niñez me sentía muy orgullosa de ella, la recuerdo sentada en aquel es-
critorio redactando con tanta dedicación, pasión y amor, cada una de las anécdotas que plasmó en
sus libros. Entonces me dijo que esa misma admiración que yo sentía por ella, de igual forma ella la
sentía por mí.
Fue una mujer con carácter fuerte, con mucha tenacidad, pero con un corazón muy humilde y
Revista Yucateca de Estudios Literarios • Número 8 • enero- junio 2019
que constantemente se preocupaba por los demás. Nos hereda un legado, el preservar nuestra cul-
tura, valorar lo que somos, nuestra lengua maya. Siempre tuvo metas definidas, gracias a las cuales
la recordamos hoy en día. Su máximo orgullo siempre fueron sus padres, fuente de inspiración y
esencia en cada una de sus obras, así como la gente de los pueblos y las mujeres a las que siempre
consideró ejemplo de fuerza, dolor, liderazgo, alegría y valentía. Se puede decir que mi tía nos dejó
grandes enseñanzas de fortaleza, a pesar de la enfermedad que padecía, siempre fue una persona
con mucha fuerza hasta el final; también fue una mujer que se atrevió a experimentar, viajar y co-
nocer nuevos horizontes para luego, al momento de escribir, compartir todos estos conocimientos,
retratando la belleza de nuestra identidad.
Consideraba que la niñez es muy importante para la conservación de la cultura, enseñando a los
Homenaje a Patricia Martínez Huchim
pequeños que pueden sentirse orgullosos de sus raíces. Tengo recuerdos de sus proyectos para di-
fundir la cultura, donde solía involucrarnos a mis primos y a mí, por ejemplo, la asociación “Máximo
Huchim”, en donde se impartía cursos a jóvenes y adultos, se enseñaba la lengua maya, entre otras
actividades relacionadas. Releer sus obras es como volver a verla sentada con mis abuelos, contan-
do anécdotas; con cada una de sus páginas vienen a mí la infinidad de memorias que me remontan
a mi infancia, donde todo era felicidad.
En nuestra última plática, estaba feliz de compartir el día con sus seres queridos, en “ese gran
día”, como le llamó. Externó sentirse muy especial, tenía una alegría inigualable y un brillo en sus
ojos, creo que cada uno de nosotros, tanto la familia como amigos que la apreciaban, tuvimos la
oportunidad de despedirnos. Mi tía nos dejó grandes recuerdos y enseñanzas que quedaron mar-
45
cadas en nosotros. La distinguimos como una mujer firme, llena de alegría, que amaba compartirnos
historias y que nos enseñaba a valorar la cultura de la que provenimos.
Para terminar, quiero compartir un fragmento suyo, bastante significativo: “Arrinconado me que-
do solo en el tiempo venidero ¿Qué será de mí? ¿Qué me espera? ¿Me van a vender o empeñar?
¿Quién será mi nuevo dueño?” (Martínez Huchim, S/F). Pertenece a uno de sus textos, que me es
muy entrañable, debido a que relata la historia de mi abuelo, quien fue músico. En el cuento se plas-
ma la historia de él y lo que le sucede su instrumento, dónde iba a terminar y qué sería de él.
Así, hago relación sobre la narrativa que mi tía hizo durante años, quedando en nuestras manos
dar a conocer su obra y preservar nuestra identidad. Ella decía que se debe comenzar desde la
niñez, ir fomentando el gusto por la lectura, a su vez, por la cultura; permearlos de todo ese cono-
cimiento que nosotros tenemos, brindarles la oportunidad a los demás de conocer, y no dejar en el
olvido el trabajo que ella hizo durante años, sino fomentario. Tal vez ya no la tengamos aquí física-
mente, pero sé que ella está feliz, sintiéndose muy orgullosa de la estupenda obra que hoy nos deja.
46
Las lenguas mayenses
Un acercamiento al pasado con mirada hacia el futuro
Resumen
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El presente artículo analiza la historia literaria de los pueblos originarios de América, cuyo grupo
lingüístico es la familia Mayense. En la actualidad más de cinco millones de personas hablan alguna
lengua de este grupo, lo cual les permite ocupar un lugar dentro de las maternas/originarias de Amé-
rica. Las lenguas tzotzil, huasteca y maya presentan una historia literaria basada en la narrativa oral,
que con el tiempo se desarrolló y apoyó en proyectos que terminaron en libros, poemarios y cuentos
aunados a sucesos (como el origen del hombre, cosmovisión, religión) y temas sociales y actuales.
Abstract
This article analyzes the literary history of native peoples, whose linguistic group is the Mayense fa-
mily. Currently has more than five million people speak a language of this group, which allows them to
occupy a place in maternal / originating in America. The tzotzil, huasteco and maya, present a literary
history based on oral narrative, which over time developed, and supported projects that ended in
books, poems, and stories coupled with events (such as the origin of man, worldview, religion) and
current and social issues.
47
“A nosotros los mayas nos enseñan
desde pequeños que nunca
hay que tomar más de lo que necesitas para vivir”.
Rigoberta Menchú
Introducción
Actualmente existen más de cinco millones de personas que hablan alguna lengua mayense; cifra
que le permite a esta familia lingüística pertenecer y ocupar un lugar privilegiado dentro de las len-
guas originarias del continente americano.
Nuestra América se colonizó en la época del desarrollo del capitalismo europeo, condición que
explica, en gran parte, el fenómeno indígena y sus características actuales. Factores como: “política
de saqueo y explotación, represión colonial, aparato burocrático-administrativo de la corona, poder
económico e ideológico de las órdenes religiosas, e imposición, no completamente, de la otra cul-
tura” (Sandoval Forero, 2002: 220) provocaron que las culturas originarias cayeran en permanentes
alteraciones y modificaciones durante más de cinco siglos de dominación.
De esta manera, el tronco lingüístico de la familia mayense no es accesible para una subclasifi-
cación, debido a las múltiples variaciones. Por ejemplo:
1) El conocimiento imperfecto de las concordancias fonológicas que caracterizan a las lenguas que se
comparan; 2) falta de datos sobre la etimología de los elementos particulares; 3) distintos conceptos de lo
que constituye la ‘identidad léxico-estadística’ (los ‘lexico-statistic sames’ de Hymes); 4) vacilaciones en el
juicio respecto a aquellos casos que siguen siendo dudosos según los criterios aprovechables en un deter-
minado estado de la investigación (Swadesh, 2000: 232).
Sin embargo, el criterio lingüístico y arqueológico ha sido de gran utilidad para delimitar el es-
pacio cultural que ahora llamamos área maya. México, país multiétnico y pluricultural con amplia
relevancia histórica, social, cultural y demográfica, ya reconoce 61 grupos que hablan idiomas indí-
genas originarios (los cuales tienen referentes regionales) y 21 lenguas más, lo que hace un total de
82 grupos lingüísticos.
De acuerdo a lo anterior, los lingüistas, basados en métodos glotocronológicos1, proponen que
todas las lenguas pertenecientes a la familia mayense derivaron, por medio de un largo proceso his-
tórico y cultural, de una ya extinta denominada protomaya. Lo que resultó en una personalidad con-
solidada con 31 lenguas reconocidas actualmente como mayas. Al respecto, Pérez Suárez (2004)
señala que: “Esta indefinición se debe a que algunos autores consideran lenguas lo que para otros
solamente son variantes dialectales2 y, en otros casos, algunas variantes dialectales sumamente
diferenciadas no se consideran lenguas distintas” (7); esta aparente homogeneidad lingüística tiene
48
El chontal, en Tabasco (México).
El pocomchi, en Alta y Baja Verapaz (Guatemala).
El ixil, en El Quiché (Guatemala).
El tzutuhil, en Guatemala.
El pocomam, centro de Guatemala.
El panorama que se nos abre acerca de la diversidad lingüística maya apenas deja ver la riqueza y
complejidad. Sin duda, la diversidad lingüística es un invaluable patrimonio cultural de la humanidad,
digna de respetar, preservar, conocer y valorar. En consideración a las lenguas con mayor número
de hablantes, Pérez Suárez (2004) propone que: “Su tenacidad les ha permitido transitar y mantener
parte de su identidad en este mundo actualmente globalizado, por no decir homogenizado” (10).
En esta investigación nos enfocamos en tres lenguas particulares: maya yucateco, huasteco y
tzotzil; debido a que en comparación con la primera, las otra dos no suelen ser reconocidas, por lo
tanto, en este escrito se pretende recabar la historia y literatura de dichas lenguas para preservarlas
y difundirlas por igual. Finalmente, resta mencionar que se estudian algunos autores y relatos en las
lenguas maternas, con el fin de aproximarnos a su cosmovisión y apreciar la gran diversidad que los
rodea.
Lengua maya-yucateco
De los idiomas indígenas que se conocen dentro de la república mexicana, el maya yucateco o maa-
ya3, hablado aproximadamente por 800, 291 usuarios, se posiciona entre las lenguas indígenas más
habladas de México y Mesoamérica; un caso único, que toma en consideración la larga historia de
escritura y literatura. “El maya yucateco ha sido registrado por medio de la escritura jeroglífica desde
antes del contacto con el español y por medio del alfabeto latino a partir del siglo xvi (sic), así que
ha sido documentado durante casi dos milenios y de manera continua” (Pfeiler y Hofling, 2006: 27).
Aunque en principio la tradición escrita fue interrumpida y suprimida a partir del siglo XVI, nunca
se extinguió por completo, sino al contrario, ya que “En las últimas décadas la cultura y el idioma, así
como su escritura, han gozado de una revalorización social” (Brody, 2007: 276).
Antes de examinar el maya actual y sus escritos, es necesario considerar algunos aspectos pre-
vios. Durante la época colonial existieron tres obras descriptivas de la gramática maya, mismas que
los frailes tradujeron al español: Arte en lengua maya, por Juan Coronel (1620), Arte de lengua maya,
escrita por Gabriel de San buenaventura (1684) y Arte del idioma maya reducido a sucintas reglas,
Las lenguas mayenses: Un acercamiento al pasado con mirada hacia el futuro
y semilexicón yucateco, de Pedro Beltrán Santa Rosa (1746). En un principio fueron herramientas
empleadas por los misioneros españoles en el proceso de evangelización indígena, pero también
contribuyeron al desarrollo del maya escrito:
Es conocido que el maya cuenta con una larga historia de ser tema educativo/académico, lo cual
Revista Yucateca de Estudios Literarios • Número 8 • enero- junio 2019
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menos fatigosas las veladas.
La literatura maya contemporánea fue “recogiendo la herencia espiritual de los pueblos indíge-
nas expresada en mitos, leyendas, cuentos, tradiciones, costumbres, creencias religiosas y civiles,
legando que en la actualidad continúa arraigado a ellos” (Ramos Rodríguez, 2013: 15). El escritor en
lenguas originarias tiene un rol vital en la configuración nacional de la población de cada país, pero
uno de los retos a los que el intelectual se enfrenta es reivindicar una y otra vez el valor de su cultura
frente a otras naciones.
Según Michal Brody (2007), existen tres factores imprescindibles que operan todos los actores
(escritores, lectores, no lectores, educadores, editores y corpus literario): (1) el español tiene influen-
cia del conjunto de normas y costumbres, pero también es un símbolo y ejercicio de poder; (2) la
situación actual de crisis económica en la península, que limita proyectos y esfuerzos. Finalmente,
a pesar que la lengua y cultura maya yucateca gocen de una revalorización, la alfabetización dual
actual no suele percibirse como algo primordial o deseable.
El intelectualismo maya no responde únicamente a la calidad estética y cultural, sino que cuenta
con sus propios conocimientos y dominios, pues en palabras del escritor maya Jorge Miguel Cocom
Pech (en Paisajes Críticos):
La literatura maya de nuestro tiempo […], constituye un repertorio de relatos, textos poéticos y de dra-
maturgia, propios de su cultura, cuya raíz se origina desde su pasado inmediato y lejano; estas son obras
que se funden con los acontecimientos del presente, donde encontramos al escritor indígena con un domi-
nio de los recursos poéticos y retóricos provenientes de su lengua nativa, así como los recursos literarios
del español (Cocom Pech, en Ramos Rodríguez, 2013: 18).
Existe solo una generalización característica de los escritores mayas contemporáneos (origina-
rios de sitios rurales y urbanos) que fueron escolarizados mediante programas educativos en espa-
ñol, lo que resultó cultivar al español como primera lengua de lectoescritura, pese a ser la maya su
lengua materna. En 1982 se inició un taller de literatura maya que pretendió motivar la escritura y el
abordaje de temas específicos: poesía, sintaxis y traducción; sobre todo, recuperar las experiencias
de los sujetos periféricos.
Los escritores en lengua maya iniciaron proyectos culturales que incluía la difusión de produc-
ciones literarias y la impartición de talleres de escritura creativa. De igual manera, algunos se han
desenvuelto en la defensa de los derechos lingüísticos y de las comunidades. Ejemplo de ellos:
Briceida Cuevas Cob, Santiago Domínguez Aké, Sol Ceh Moo, Vicente Canché Moo, Gerardo Can
Pat, Waldemar Noh Tzec, Domingo Dzul Poot, Armando Dzul Ek, Jorge Cocom Pech, Ana Patricia
Martínez Huchim, Wildernain Villegas Carrillo, Justiano Haw de Xocempich, entre otros.
La poesía, siempre compleja, se defiende de los azares históricos y culturales propios de cualquier lite-
ratura mediante la condensación y la resistencia; un poema puede resistirse al tiempo y permanecer en la
memoria por transmisión oral a la espera, quizás, de ser registrado por escrito. Considerando que las raíces
de la literatura oral se remontan al establecimiento mismo del lenguaje humano solo cabe añadir, en esta
ocasión, que la poesía oral y la poesía escrita discurren de forma paralela (Ligorred, 1988: 76).
Elisa Lissandra Chablé Ehuán
Entonces, la poesía se conserva y difunde íntegramente, ya que la literatura solo puede perpe-
tuarse a través de la sabiduría poética. Las profecías y las crónicas constituyen los temas funda-
mentales para la producción épica que mantiene vigente la ideología cosmológica del pueblo y las
hazañas de sus héroes.
Las recientes voces poéticas emplean nuevos recursos estéticos para evitar la marginalidad ob-
tenida desde la colonización; adquieren nombre propio y usan la riqueza cultural que les pertenece.
En consideración de lo anterior, se analiza el poema Áak’abe’ ku ya’alik táan u k’áaxal ja’/ Lluvia
que la noche dicta, del autor Wildernain Villegas Carrillo, nacido en Mérida, Yucatán en 1981. Ha
sido becario, en dos ocasiones, del Fondo de Cultura Económica en el rubro de escritor en lengua
50
maya y creador en lengua maya; obtuvo el Premio Estatal a la Juventud Indígena 2005, el premio
Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Mexicanas 2008 y la Medalla Madre Tierra por obtener el
primer lugar en el Certamen Latinoamericano de Oratoria en Lenguas Maternas 2011.
El poemario Áak’abe’ ku ya’alik táan u k’áaxal ja’/Lluvia que la noche dicta, está plagado de for-
mas estéticas innovadoras y contenido enfocado en el aspecto lingüístico.
La persistencia de las imágenes plasmadas por Wildernain se aprecia en el canto poético que
refiere a la piedra, el sol y la semilla. El poeta cosecha la milpa de los universos en los sitios donde
el lenguaje se vuelve eco de la misión del verbo verdadero; sus versos se llenan de reclamo y exal-
tación de la raza sin muerte.
La poesía de Villegas es un caso ejemplar de la capacidad reinterpretativa y transformativa de la
cultura maya. El mundo que nos plantea es un himno a la vida natural, mágica y misteriosa. Es una
celebración hacia los significados más profundos dentro de la existencia cósmica: ritos y poder de
regeneración, concepción plenamente vinculada con la lluvia, el relámpago, la fertilidad femenina y
la noche.
Las imágenes fluyen sencillas, policromáticas, plásticas, sonoras, con cierta fragancia y sabores
consumados en cada acto de creación, llenos de asombro y luz: “Morderemos auroras como panes
[…] /El sol golondrina en mi hombro, /su aletear enciende el aire, […] (Villegas, 2012: s/p).
La geografía de la Península de Yucatán no está tan distante de las populosas urbes y comuni-
dades rurales, mas sí difiere en cuestiones económicas y de desarrollo social; por ello, cuando el
hombre maya se adentra en regiones globalizadas filtra una estela de voz nostálgica:
En la habitación,
Sepultado por los muros del monólogo,
Chachalacas arrullan la memoria,
El ave tapacamino es mi pulso
Cada vez que grazna.
A veces presiento que he quedado ahí,
Con mis hermanos y padres;
Pero miro la lluvialuz de la palabra
Y sé que he venido
A consumir todo el fuego posible (Villegas, 2012).
Las lenguas mayenses: Un acercamiento al pasado con mirada hacia el futuro
De esta manera se nos introduce en la obra de Wildernain Villegas, quien ensaya formas y conte-
nidos afirmando su identidad dentro de un mundo globalizado.
Lengua huasteca
El huasteco del sureste es una lengua mayense hablada en el norte de Veracruz, en México. Sin
embargo, al igual que la huasteca, representa una vasta región con fuerte presencia indígena en
Hidalgo, San Luis Potosí y Veracruz. Esta lengua no ha sido transmitida eficazmente, desde hace
ya varios años (a las nuevas generaciones) por lo que se considera en peligro de desaparición; a
51
este hecho se le agrega la carencia de estudios gramaticales y la poca publicación de escritores en
lenguas originarias.
El huasteco es hablado, en la actualidad, aproximadamente por unos sesenta mil habitantes del
sureste de San Luis Potosí y del norte de Veracruz, mientras que en el 2006 era hablado por unos 12
mil pobladores en la Sierra de Otontepec, el sur de la Huasteca, y al norte de Veracruz. De acuerdo
con el censo de 2010, hay un total de 166, 952 hablantes del huasteco.
Según con la INALI, hay tres variantes de la lengua (occidental, central y oriental), de las cuales
la más hablada es la occidental, con 80 mil personas en el estado de San Luis Potosí; mientras que
la variante veracruzana central tiene alrededor de 22 mil hablantes y la oriental, unos 12 mil.
Esta presencia multiétnica viene desde la época prehispánica, pero también es resultado de pro-
cesos de migración, luchas agrarias, colonización y creación de obras de infraestructura como los
distritos de riego de Puaj-Coy (en donde se puede encontrar nuevos centros de población de hasta
ochos lenguas indignas distintas).
Las lenguas pertenecientes a la rama huastecana se hablan en lugares lejanos al resto de la fa-
milia maya. Cabe recalcar que esta separación del grupo ocurrió hace 1700 años aproximadamente.
Según Kaufman (1985: 473), esta diversificación de las lenguas huastecas ocurrió hace más de 400
años, e indica que de estos el más conservador es el huasteco del sureste, debido a que posee al-
gunos rasgos tipológicos heredados del protomaya:
Una característica muy interesante, quizá el rasgo más interesante de las lenguas huastecas es su siste-
ma de marcación de personas. Son lenguas que han desarrollado un sistema inverso (una voz inversa prag-
mática, según Zavala, 1994) basado en una jerarquía de persona (1>2>3) y en la topicalidad del principiante.
En el complejo verbal huasteco hay sólo un puesto para el argumento, donde sujeto u objeto compiten para
ser marcados en el verbo: el paciente se marca en el complejo verbal del huasteco sólo cuando es un par-
ticipante del acto de habla. (Kondic, 2012: 40-41).
Se conoce, hasta ahora, que las lenguas huastecas han sido escritas con más o menos cinco
tipos de ortografía diferentes, y que “la creación de un sistema ortográfico para esta lengua fue una
parte de este proyecto de documentación y descripción del huasteco del sureste” (Kondic, 2012:
46), y como las otras lenguas pertenecientes a la familia mayense, tiene dos juegos de pronombre
clíticos: Juego A (ergativo) y juego B (absolutivo).
Esta lengua, conocida por sus hablantes como tének, teenek o tenec, es por lo común asociada
a una imagen mítica de la riqueza, por lo que surge la frase: “si ahí una piedra se tira algo crece”
(Ávila, s/f: 6). Actualmente, la Huasteca se enfrenta a una ruptura de su equilibrio ecológico, la cual
está sujeta a un proceso de degradación irreversible, con la deforestación creciente de sus partes
La constatación anterior es relevante en tanto que las modificaciones del medio ambiente han afectado
sensiblemente la base de reproducción social, económica y política de los campesinos de la región, en su
gran mayoría indígenas, y por ello también han alterado las bases de su reproducción cultural (Ávila, s/f: 7).
Los autores en esta lengua empezaron a plasmar su voz propia y a divulgarla de forma masiva
e independiente a partir del siglo XX, específicamente durante los años ochenta. Cabe señalar que,
a lo largo de mencionada década se incrementaron las actividades de los talleres literarios con
enfoque en la creación artística, así como una gran cantidad de producción editorial de revistas,
antologías y libros individuales en donde “tenemos la posibilidad, por vez primera, de acercarnos, a
través de sus propios protagonistas, al rostro natural e íntimo, al profundo rostro de un México que
Elisa Lissandra Chablé Ehuán
52
para expresar el mismo texto con toda su polisemia, de acuerdo a sus normas lingüísticas.
Otro tipo de relatos que tienen diferentes propósitos son los llamados Maseual Sanilmej o “cuen-
tos indígenas”, productos del Taller de Tradición Oral de la Sociedad Agropecuaria del CEPEC, S. de
S. S. de San Miguel Tzinacpan, en el estado de Puebla. En dicha sociedad se recopilan, transcriben
y traducen los relatos populares transmitidos oralmente; se trabaja en conjunto para conservar el
estilo. También se tiene registro de relatos folklóricos concernientes al Día de Muertos, los cuales
se difunden ampliamente en los límites de los grupos étnicos de la Huasteca. “Estos relatos que se
pueden encontrar en toda la región contienen muchas variaciones en sus detalles, pero contienen
puntos comunes destacados en la parte del tema y del fondo” (Kawabe, 2008: 244). Entre los auto-
res de este grupo están Idelfonso Maya Hernández, Arturo Castillo Tristán, Fernando Méndez Cantú
y Noé Báez Coronado; y los narradores orales: Felipa Mendo del Ángel, Amelio Télesforo del Ángel,
Francisca Vidales y Cándido Hernández.
A continuación se presentan dos cuentos pertenecientes a esta legua, el primero de ellos titulado
“diluvio universal” consiste en una síntesis de la mitología nahua Huasteca Hidalguense, narrado por
Ildefonso Maya Hernández (originario de Chahuatlán, Veracruz). El segundo, “El conejo”, narrado por
Martiniano Castillo, es una versión sincrética del primero. Se debe “notar que, según lo nahuas de
esta región cada noche baja la luna en forma de conejo para que mestruen las muchachas” (Neville,
Maya y Castillo: 15). En el texto se plasman algunas creencias populares, por ejemplo, que si una
mujer mira fijamente la luna dará a luz a un bebé deformado, entre otros. Finalmente, es necesario
mencionar que ambos informantes/narradores son bilingües.
El relato “Diluvio universal” tiene referencias bíblicas desde el título. Si bien se habla de un gé-
nesis de los huastecos y sus comunidades, se piensa que, al igual que los mayas, fueron creados
a partir del maíz: “Los huastecos fueron creados cuando un dios masticó maíz e hizo masa, así los
hizo. […] Vivían en un lugar delicioso con una mazorca pegada en el mentón y diario se alimentaban
con maíz. Y se reproducían mezclando sus alientos” (Maya, s/f: 18).
Pero, de la misma manera en que Adán y Eva fueron castigados por su desobediencia, los Huas-
tecos fueron condenados a trabajar y exiliarse de este mundo. En cuanto a las propias influencias
huastecas, se representa el descubrimiento de los ojos divinos, uno lo poseen los danzantes y el otro
está perdido y se busca hasta en la actualidad:
Ahora el pueblo huasteco no descansará hasta que se encuentre aquel segundo ojo divino, ya que el otro
Las lenguas mayenses: Un acercamiento al pasado con mirada hacia el futuro
lo portan los danzantes. Y cuando hallemos aquel ojo sagrado será el fin del mundo. Para entonces todos
estaremos reunidos en el sur de México donde quedan las cabezas de los antepasados (Maya, s/f: 21).
Como era de esperarse, los hombres no supieron dar un adecuado uso a las tierras y las ago-
Revista Yucateca de Estudios Literarios • Número 8 • enero- junio 2019
taron; provocando la furia de su dios creador, quien envió un diluvio universal que inundó todo los
caminos y lugares a su alrededor. Nuevamente se aprecia una referencia bíblica, específicamente
al diluvio que envió Dios en los tiempos de Moisés, con la diferencia que en el relato de la Biblia el
objetivo fue limpiar los pecados e impurezas de los hombres; en tanto que en el relato huasteca, solo
una familia sobrevivió, de la cual se desprendieron y convirtieron los hijos: uno en colibrí, el otro en
una chiltota y finalmente el otro en un zopilote, de él nace la nueva generación de huastecos:
Entonces aquel gran padre convirtió a su hijita en colibrí y a su hijo que no quiso verle, lo transformó en
zopilote, el cual nos engendró a los huastecos. Los hijos del zopilote fueron regenerados por una doncella
que se embarazó con el árbol divino (teocuahuitl). Así nos dio nuestra piel. Así pasamos a ser hijos del árbol
sagrado y nietos del zopilote (Maya, s/f: 20-21).
El relato demuestra la influencia del catolicismo, aunque también puede tratarse de narraciones
manipuladas por la misma religión, con el propósito de someter al pueblo a las ideas mejoradas y
modernas. No obstante, lo innegable es la amplia relación intertextual presente.
El segundo cuento titulado “el buen conejito”, de Martiniano Castillo, narra la advertencia que
realiza un ser mítico a los huastecos para prevenirlos del gran diluvio:
Yo trabajo y otra vez vengo a ver los árboles parados. ‘Entonces, le dijo el buen conejo: Ya no trabajes,
porque en estos días vamos a desaparecer. ¿De qué sirve que trabajes? Y ya no comeremos’, dijo el buen
conejo. ‘Nos perderemos, nos perderemos.’ […] Lo que dijo el conejo fue cierto. Aquel conejo les mandó
53
a todas las gentes que hicieran una casa donde se meterían ellos mismos y todas sus cosas. Dentro de la
casa entraron el padre y la madre con los hijos, el metate, y todas las cosas que necesitarían cuando viniera
el agua y fuéramos a perecer (Castillo, s/f: 23-24).
En contraste con la Biblia, el conejo tiene la misma función que el Ángel aparecido en sueños
a Noé para advertirle de la ira de Dios; en tanto que las palomas enviadas, son como las aves de
carroña y el colibrí de los Huastecas.
Lengua tzotzil
El tzotzil es una de las lenguas mayenses originaria de los Altos de Chiapas. Tiene aproximadamente
70,000 hablantes, cantidad que representa el 32% de la población que utiliza la lengua materna en
el estado de Chiapas. Pertenece a la familia manyase; se dio a conocer oficialmente el 1 de enero de
1992, con la aparición del ejército zapatista de la liberación nacional.
Murillo Licea expresa que “En esta región existen aproximadamente, 946 comunidades, que per-
tenecen a 15 municipios todos considerados como predominantemente indígenas. En algunos de
estos municipios hay una población de habla tzotzil y tzeltal” (s/f: 1). Estos constituyen una pobla-
ción minoritaria significativa en la región. Se trata de una red de dialectos cuyas unidades principales
coinciden con las cabeceras de las zonas, por ejemplo: Chamula, Zinacantán, Chalchihuitán, Soyaló,
Huistán, entre otras. El tzeltal es el grupo lingüístico más próximo al tzotzil, por ello el parentesco.
Ambos grupos lingüísticos representan solo una pequeña parte del gran complejo de la lengua
maya, “sin embargo constituyen la mayoría de la población de unos veinte municipios del área cen-
tral del estado de Chiapas” (Gossen, s/f: 253). Dentro de estos grupos, los Chamulas hablantes del
tzotzil son “la comunidad indígena dominante en el área central de los altos de Chiapas. Con más
de 100,000 habitantes” (Gossen, s/f: 254), lo que la posiciona como la población más significante de
los treinta municipios de la región con la población indígena más amplia.
Existe una amplia variedad de relatos tzotziles que muchas veces aluden a mitos y leyendas; la
imaginación produce realidades que más tarde se plasman en símbolos, mitos, religiones, artes y
literatura, en especial poesía. “Estos explican la totalidad de los hechos humanos y los significados
que se adentran en los sucesos de la cotidianidad” (Sánchez Morales e Isinza Bisuet, 2015: 300); se
explica que dentro de la reflexión indígena los sistemas de creencias, ideas, conceptos y reflexiones
en torno al mundo logran este sentido dentro de sus personajes narrados presentándolos como:
afables, bondadosos, gruñones y malvados; pero con un poder que se manifiesta en los campos
de cultivos, sequias, lluvias, enfermedades, vida y muerte. “En la narrativa contemporánea hay una
relación simbólica entre santos y Rayos. Como en la antigüedad están ligados a la fertilidad, en la
medida en que acompañan a la lluvia, por lo tanto, a los santos se les liga con él” (Idid., s/f: 304).
Como se observó en la tradición oral, el rayo es un recurso que se resiste y evoca las percepciones, tra-
diciones y usos culturales de la naturaleza. Es un ser que tiene esa capacidad co-creativa que permite dar la
vida, unir polos opuestos, o bien sostener un diálogo con los otros: los santos, los hombres o la naturaleza
en su totalidad. […] La tradición oral que permanece viva en las comunidades indígenas deja una huella
en su caminar, y en los mitos que están poco literalizados las metamorfosis que van operando a través de
las eufemizaciones de los imaginarios de las generaciones indígenas contemporáneas (Sánchez Morales y
Isunza Bisuet, 2015: 309-310).
Sin embargo, además del intercambio verbal en la cotidianeidad y de oraciones cantadas, se utili-
Elisa Lissandra Chablé Ehuán
za el discurso oral (dividido en privados y oficiales) a modo de expresión. Los discursos normalmen-
te presentan su contenido en expresiones poéticas metafóricas que “consiste[n] en la ligación de
dos o más frases consecutivas” (Köhler, s/f: 123). Se pronuncian rápidamente con ritmo monótono
e, incluso, áspero.
Finalmente, se refiere a algunos autores que han publicado en lengua tzotzil: Enriqueta Lunez,
Manuel Bolom Pale, Alberto Gómez Pérez, Petrona de la Cruz, Ruperta Bautista Vázquez y Enrique
Pérez Gómez, quienes han realizado un arduo trabajo para la difusión de esta lengua por medio de
su narrativa y poesía.
A continuación se estudia Xchamel Ch’ul balamil/ Eclipse en la madre tierra, de Ruperta Bautista
54
Vázquez. El libro es edición bilingüe (tzotzil y español). Una aptitud desarrollada a lo largo de esta
obra es la formación de ideas abstractas y conceptos espirituales; la autora emplea su voz particular
y se las presta a un grupo de escritores jóvenes que buscan la continuidad de la tradición al escribir
y hablar en tzotzil. En cuanto a esto, Agustín Yáñez establece que “la eficacia y la belleza de una len-
gua deben medirse por su aptitud para la expresión de ideas abstractas y de conceptos espirituales”
(en De Tanya Fonz, 2008: s/p).
Eclipse en la madre tierra es rico en el uso de tropos e imágenes, ritmo y musicalidad; invita a sus
lectores a acceder en calidad de viajeros del inframundo o muertos y descarnados:
Ruperta Bautista utiliza figuras astrológicas para metaforizar los sufrimientos humanos. El eclipse
representa la “ocultación transitoria, total o parcial de lo bello sobre la tierra. La Madre Tierra, anti-
gua, sabia, nuevamente se mira a través de un cristal lleno de dolor, llanto, tristeza y confusión” (De
Tanya Fonz, 2008: 11). Tal pareciera que la sombra, la noche, lo oscuro, el fuego, el miedo, el mal, el
diablo y la muerte son los elementos que eclipsan la tierra y a la humanidad. Estos elementos que
acompañan al hombre cegándolo por momentos para evitar que cumpla su objetivo en la vida.
Bautista previene a sus lectores diciéndoles que deben cuidar su sustancia espiritual, entender,
querer y sentir, alejando ese eclipse que opaca a la Madre Tierra, para sentir su arrullo y construcción
de lo bueno y luminoso. Los poemas cierran dando un presente claro y renovado. Por ellas la vida
vuelve a crearse y el alma se restablece a ser instrumento de labor cotidiana pero prodigiosa. Así, los
poemas nos llevan uno a uno a una construcción de desasosiegos a grandes esperanzas ya dichas.
Conclusión
Los relatos escritos en lenguas originarias se permean de la oralidad popular latente de cada cul-
Las lenguas mayenses: Un acercamiento al pasado con mirada hacia el futuro
tura. Para ejemplificarlo se estudiaron tres lenguas mayenses: maya yucateco, huasteca y tzotzil.
Cada una de ellas ha luchado por su supervivencia y permanencia dentro del patrimonio cultural.
Los autores en lenguas originarias pretenden conservar su identidad por medio de los imaginarios
y simbolismos presentes en sus relatos escritos ricos en sonoridad y ritmo. Los relatos expresan el
Revista Yucateca de Estudios Literarios • Número 8 • enero- junio 2019
sentir de sus habitantes, en cuanto a las prácticas cotidianas, creencias e idealización del mundo.
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Revista Yucateca de Estudios Literarios • Número 8 • enero- junio 2019
57
RE
SE
ÑAS
La justicia del ecosistema
Narrada a través de la voz activa y popular
Martínez Huchim, Ana Patricia (2015) Tsíimin tuunich, jwáay mis yéetel aluxo’ob/El ca-
ballo de piedra, El jwáay gato y Los aluxes/The Horse of Stone, The Jwáay-Cat, and The
Aluxes, Mérida: Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (cdi).
61
Desde hace un par de noches me preparo sigilosamente para dormir; suelo ser minucioso y metó-
dico. Cada noche duermo y sueño superficialmente esperando los ladridos del perro malix que han
de perturbar mi reposo. Me duermo decidido a levantarme en cualquier instante. Soy precavido, por
eso todas las noches coloco un cuaderno y un lápiz debajo de mi hamaca, para que no tenga que
improvisar como lo hizo xSola al mirar la caravana sobrenatural que pasó enfrente de su casa.
Deseo y necesito contemplar esa procesión de espíritus que divaga por las calles. Sin ningún
problema correría hacia allí y me sumergiría entre la muchedumbre, palpando el rostro de cada alma
en pena, sintiendo sus dolores y escuchando la resonancia de sus murmullos. No tendría que realizar
un esfuerzo mayúsculo para reconocerlos, incluso mi familia ha de estar allí.
¡Jau! El perro gime desesperado. ¡Jau, jauu! Ladra y llora al mismo tiempo. ¡Jau, jauu, jauuu! Se
retuerce en el saskab. Creo que el momento que tanto he deseado al fin ha llegado. Le ruego pro-
tección a los dioses, confío en el trabajo del jmeen y ofrendo a los yuumtsilo’ob para obtener su per-
miso. Agarro la lagaña del perro y me la unto en mis ojos. Es entonces cuando observo a la muche-
dumbre que se acerca, con pasos firmes y acompasados. La mayoría llora, otros tantos permanecen
confundidos. Reconozco a Soledad Cahum Dzib, quien me sonríe, pues al igual que ella tuve acceso
a la revelación. También camina lentamente Remedios Tzab Can, con sus mascotas enrolladas al
cuello. Entre el gentío avanzan mis vecinos, mis abuelos, mis padres y toda la descendencia de esta
tierra mítica. Logro reconocerme, estoy al final del grupo. Avanzo desconcertado y con timidez. Mi
visión comienza a desvanecerse, la imagen clarividente de la procesión se torna borrosa y luego se
desvanece… al unísono con mi cuerpo.
La escritura de Ana Patricia Martínez Huchim es una recreación constante de Tizimín y de las co-
munidades aledañas. Sus cuentos, poemas y ensayos se sumergen en las costumbres y tradiciones
tizimileñas y de todo Yucatán. Al leer a Patricia Martínez, leo también la historia de mi ciudad, desde
sus orígenes hasta las situaciones reproducidas en la sociedad contemporánea, las cuales perte-
necen a una cadena cíclica que modifica los signos de representación, pero conserva los mismos
discursos.
En mi calidad de tizimileño leí la literatura de Patricia Martínez aún antes de tener contacto con
sus libros, pues yo mismo me siento un personaje de sus historias. En sus textos, la autora plasma
retratos del ecosistema y cuadros costumbristas, privilegiando la intervención de los componentes
naturales que, además de ser escenarios de las historias, también tienen roles protagónicos. La
coherencia cronológica pareciera estar determinada por el clima, pero en mayor medida lo está
por la mediación de la flora y fauna, ya que la mayoría de los relatos ocurren en lugares abiertos y
expuestos en todo su esplendor, en donde convergen los elementos de la naturaleza e interactúan
armoniosamente en espera de la acotación humana que irrumpa en su paz.
Usualmente los lugares empleados para el desarrollo de las historias recreadas por Patricia Mar-
Yaanchaj jump’éel tuunich bey u wíinkil tsíimine’. Ich áak’abile’ le tuuniche’ ku kuxtal, ku suutikubáa
Joshua Abimael Kú Pérez
juntúul xiibil tsíimin, jach u k’aasil ba’al. Ts’o’ok u líik’il xíimbal le xiibil tsíimine’ ku luk’ul X-Weenk’ale’ ku bin
tu kaajil Tizimin tu’ux yaan jump’éel k’om yéetel ja’ u k’aaba’e’ jok’. Tu beejil tu’ux ku máane’ tuláakal mejen
paalal yéeteñ nojoch máako’ob ku jéentantiko’ob u k’aak’as yiik’al (Martínez Huchim, 2015: 22-26).
Había una piedra en forma de caballo. Cobraba vida en las noches como un caballo maligno. Y salía de
X-Uenkal con rumbo a Tizimín a beber de un jok’. El viento de su paso enfermaba a todo el pueblo (Martínez
Huchim, 2015: 22-26)1.
1
El libro se publicó en edición trilingüe: maya, español e inglés; sin embargo, en esta reseña, se citan los textos en maya,
seguidos de su traducción en español.
62
Además, asesinaba a los caballos, montaba a las yeguas y atemorizaba a la comunidad. Hasta
que: “Jmeeno’obe’ tu lojkíinsajo’ob le tuunicho’” (Martínez Huchim, 2015: 48)/“Con un ritual, jmee-
nes santiguaron la piedra” (Martínez Huchim, 2015: 48) y la dividieron. “Juntúul jméene’ tu to’aj u
pool le k’asa’an xiibil tsíimine’, ts’o’okole’ tu kuchaj ka’aj tu bisaj ich k’áax utia’ al u pulej. Uláak’
jméeno’obe’ suunajo’ob tu kaajil Tizimin” (Martínez Huchim, 2015: 54)/“Uno de los jmeenes metió
aquella cabeza en un costal y se internó en el monte para tirarla lejos mientras los otros se marcha-
ban con rumbo a Tizimín” (Martínez Huchim, 2015: 54).
Los personajes que interactúan en el relato son los habitantes de X-Uenkal (humanos) y los ca-
ballos y yeguas que perecían ante la compostura del caballo de piedra (animales). La relación entre
ambos sectores es tensa y hostil, pero esta relación conflictiva no es ocasionada por todos los
caballos, sino por uno solo: el caballo de piedra. La condición maravillosa de este ser determinó los
límites entre lo natural y sobrenatural; tal es su distintivo entre los demás de su especie.
El caballo de piedra transita por las calles y por las milpas bebiendo agua del jok’ y, muy proba-
blemente, alimentándose de las hierbas. Originalmente la piedra en forma de caballo se ubicaba “tu
k’áaxil X-Weenk’al” (Martínez Huchim, 2015: 22)/“en el monte de X-Uenkal” (Martínez Huchim, 2015:
22); el germen del suceso radica en el monte (contexto natural), de donde parte para perturbar el or-
den social exterior (de Tizimín) y, una vez cumplido el objetivo, “Táan u tal u sáastal kéen suunak ich
k’áax le k’asa’an xiibil tsíimine’” (Martínez Huchim, 2015: 34)/“Cerca del amanecer, corría de nuevo
al monte” (Martínez Huchim, 2015: 34). El caballo de piedra realiza un trayecto cíclico definido, con
una rutina estructurada, en la que se aprecia la invasión al ámbito social rural y el completo respeto
al hábitat natural (el monte). Para aplicar una solución al infortunio, “U nojchil le jmeeno’ bin yéetel u
jeel óoxtúul jmeeno’ob tu k’áaxil X-Weenk’al, te’elo’ tu pa’atajo’ob le k’asa’an xiibil tsíimin ku k’uchul
tun píik’ sáastalo” (Martínez Huchim, 2015: 46)/“El jmeen principal, junto con otros tres, fueron al
claro del monte de X-Uenkal y se escondieron entre la maleza. El caballo maligno llegó justo antes
del amanecer” (Martínez Huchim, 2015: 46) y entonces se puso fin al conflicto.
Los jmeeno’ob imitaron a la inversa el trayecto del caballo de piedra: partieron de Tizimín
hacia el monte para atacar el problema.
Con un ritual, los jmeenes santiguaron la piedra. Luego, la orden fue dada por el jmeen principal: ‘Con un
La justicia del ecosistema narrada a través de la voz activa y popular
hacha decapiten al caballo de piedra’. Y le ordenó a otro jmeen: ‘Agarra la cabeza de este ser maligno y ve
Revista Yucateca de Estudios Literarios • Número 8 • enero- junio 2019
a tirarla lejos donde nadie jamás pueda encontrarla’ (Martínez Huchim, 2015: 48-52).
El caballo de piedra fue el puente que unió X-Uenkal y Tizimín, asimismo, unió estas dos civi-
lizaciones con el monte. La separación del cuerpo del caballo interrumpió el contacto de las dos
comunidades, es decir, las separó.
En el relato “Jwáay miis/El jwáay gato/The Jwáay-Cat” también hay una relación estrecha entre
personas y animales. Ambos sectores conviven en un mismo plano espacial y se relacionan directa-
mente con factores del ecosistema. El texto inicia contextualizando al lector: “Wáaykaaje’ jump’éel
chan kaaj tu petenil Mayab, tu k’íiwikile’ yaan jump’éel ts’ono’ot báak’pachta’an yéetel koot, tu chi’e’
yaan junkúul kóopo’” (Martínez Huchim, 2015: 60)/“Uaycah es un poblado en Yucatán con un cenote
cercado por una albarrada, en la plaza, junto al cual crece un álamo” (Martínez Huchim, 2015: 60).
Posterior a la presentación espacial se introduce el fenómeno maravilloso que le otorga cali-
dad de leyenda: “Ich k’iine’ u kajnáalilo’ob Wáaykaaje’ lu’umkaibilo’ob, chéen ba’ale’ ich áak’abile’
yaan máaxo’ob ku sutikubáaob ba’alche’il ¾wáayo’ob¾” (Martínez Huchim, 2015: 62)/“La gente de
Uaycah es gente normal durante el día aunque algunos son wáayes que en la noche se transfor-
man” (Martínez Huchim, 2015: 62). La noche, al igual que en el relato anterior, es un catalizador que
provoca una metamorfosis en el protagonista y que define el devenir de los personajes. Durante la
mañana impera la paz y los personajes conviven en completa armonía, pero al llegar la noche hay un
cambio de condición; la noche, con su mítica oscuridad y silencio permea de zozobra los pueblos
y las almas.
63
El relato se presenta como una reconstrucción de la voz popular: “Ku tsikbalta’ale’ juntéenake’
juntúul jkolnáale’ bin u k’aat u k’ab juntúul xch’úupal” (Martínez Huchim, 2015: 64)/“Cuentan que una
vez un campesino pidió la mano de la mujer a la que amaba” (Martínez Huchim, 2015: 64)/“Jwáay
miis/El jwáay gato/The Jwáay-Cat” es una historia conocida por todos, porque la comunidad com-
pleta se ha encargado de construirla y reconstruirla continuamente durante su transmisión oral por
diversas generaciones. Cada uno de los habitantes de Uaycah ha participado en la conformación de
la leyenda y en su difusión, pero cabe la posibilidad que también los habitantes de otras comunida-
des hayan colaborado en el proceso, pues la narración dice “cuentan”. El verbo está en plural y sin
delimitación de un sector de sujetos, lo que lleva a la posibilidad que esta leyenda defina un lugar
narrado, pero no un lugar único de construcción y difusión.
Ku tsikbalta´ale´ juntéenake´ juntúul jkolnáale´ bin u k´áat u k´ab juntúul xch´úupal. U taata le xch´úu-
palo´ ka tu ya´alaj tie´e´ chéen p´el u jóok´sik ba´al jantbile´, ku ts´o´okol u beelo´ob. Ki´imak u yóol ts´o´ok u
éejenta´ale´le xi´pale´ tu bajubáa meyaj: táan u tíip´il k´iine´ tun chúunsik u kool táan u t´úubul k´iine´ tun p´atik u
kool. Yáaxile´tu téetaj junxéet´k´áax, ts´o´okole´ tu k´áat óoltal ti´ yuumtsilo´ob utia´al u kolik u k´áaxil. Beeyxan
tu koolbesaj u paach utia´al u tóok. Ka jóop´ u k´áat óolale´ ka tu beetaj ch´a´a cháak ka páatak u pak´al. Ka
pak´alnajij. Sáansamale´ ku t´uut páaktik ichil le mejen nal tun nuuktalo´obo´. Kex yaan u múulsayo´ob ichil
(Martínez Huchim, 2015: 64-76).
El padre de la joven afirmó que consentiría la boda en cuanto el muchacho pudiera solventar el banquete
de la fiesta. Con la buena noticia, el muchacho se esmeró y trabajó su milpa cada día de sol a sol. Luego
de elegir un pedazo de monte pidió permiso a los Yuumtsiles para tumbar los árboles y preparar la tierra.
Luego hizo la guardarraya y quemó la tierra. Realizó la primicia de petición de lluvia para poder sembrar.
Y sembró. A diario deshierbaba entre las matas de maíz que iban creciendo pese a la plaga de hormigas
arrieras (Martínez Huchim, 2015: 64-76).
El joven enamorado cumple con el requisito impuesto por el padre de su prometida y, al mismo
tiempo, con los rituales correspondientes para la siembra; respeta ambas partes y ellas son recí-
procas con él. Sin embargo, el permiso solicitado por el joven cubría únicamente la autorización de
la tumba, roza y quema, que inciden sobre la siembra, pero no en el reino animal. Sin autorización
y con el deseo imponente de destruir el hábitat de las hormigas, este grupo de animales defendió
su territorio y se vengó atacando la vulnerabilidad de la primicia, lo que ocasionó la pérdida total de
la siembra y, por tanto, la imposibilidad de pagar la boda. El padre de su prometida, furioso por la
humillación, canceló la boda y puso fin a la relación de los jóvenes.
Le jkolnáale’ mun kaxtik ba’al u beetej, ka túun bin yiknal juntúul jpulya’aj ka tu ya’alaj ti’ wa je’el u yáan-
Al no saber qué hacer, [el joven]2 acudió con un jpulya’aj quien susurró palabras inaudibles y se viró a
decirle: “Por la noche vas a dar nueve giros a la izquierda y otros nueve a la derecha y cobrarás la forma de
tu wáay” (Martínez Huchim, 2015: 84).
Así lo hizo. Convertido en gato visitaba a su amada hasta que el padre de ella sospechó y le dispa-
ró. El joven murió en su casa, acostado en su hamaca y con una herida de bala en el pecho.
“Jwáay miis/El jwáay gato/The Jwáay-Cat” manifiesta las consecuencias provocadas por la intru-
sión de territorios: el joven invade el hogar de las hormigas y la casa de su novia. En ninguno de los
dos sitios tenía autorización de acceso y aun así decidió irrumpir en ellos. En un inició el joven sí tuvo
la intención de acceder a ellos con los respectivos permisos, solo que, en el primer caso, la solicitud se
la hizo al monte, no a las hormigas; mientras que, en el segundo, el padre había aceptado la relación y
Joshua Abimael Kú Pérez
la boda, pero, tras el infortunio ocasionado por las hormigas, le restringió el acceso.
La naturaleza ajusticia las acciones incorrectas. Si bien las hormigas no asesinaron al joven, sí
fueron quienes decidieron el final de este personaje. En “U tsikbalil juntúul tsíimin tuunich/El caballo
de piedra/The Horse of Stone” se utiliza el entorno natural para ponerle fin a un desorden en la comu-
nidad; en “Jwáay miis/El jwáay gato/The Jwáay-Cat”, por su parte, es la comunidad la encargada de
perturbar la paz de la naturaleza y por ello se impone y soluciona la irrupción del equilibrio relacional.
2
Corchetes del autor del artículo.
64
El último relato que integra el libro comienza, al igual que los dos anteriores, ubicando el contexto:
Juntéenake’ yaanij’ juntúul ajts’oon suuka’an u jóok’sik u yuk’ul aluxo’ob, yu yo’sa’ale’ le kéen xi’ik ts’oo-
ne’ chéen jump’iit oorae’ ku tíip’il le kéejo’. Jump’péel k’ine’ le ajts’oono’ tu xúump’ajtaj u jóok’sik le sakabo’,
chéen ba’ale’ ma’ tu p’ataj u jóok’ol ts’ooni (Martínez Huchim, 2015: 104).
Había un tirador que ofrendaba con sacá a los aluxes y por eso, al salir de cacería, aparecía la presa al
poco rato. Pero dejó de ofrendar y siguió cazando (Martínez Huchim, 2015: 104).
Las primeras descripciones son suficientes para saber que las acciones se desarrollan en la mil-
pa. Posteriormente, el narrador lo reafirma al decir: “beeyxan tu yu’ubaj táan u ch’a’akal le che’obo’,
chéen ba’ale’ mix tun yilik mixmáak” (Martínez Huchim, 2015: 106)/ “También escuchó la tumba
de árboles, pero no vio a nadie” (Martínez Huchim, 2015: 106). En “Jwáay miis/El jwáay gato/The
Jwáay-Cat”, igualmente se refiere a este proceso de la siembra yucateca, basada en la tumba, roza
y quema. Esta leyenda expresa la solicitud a los yuumtsilo’ob para labrar la tierra y “u k’áat óolale’
ka tu beetaj ch’a’a cháak”/“la primicia de petición de lluvia” (Martínez Huchim, 2015: 72), en tanto
que “U wáak’aj u ts’oon alux/Disparo de alux/Shot of the Alux” brinda otra característica de la milpa
yucateca: ofrecer alimento a los aluxo’ob.
Estos son los guardianes de los montes, espíritus que protegen celosamente la agricultura y per-
miten la bonanza. Para que realicen su función, el dueño debe pagarles con comida. En el caso del
tirador protagonista de la historia, en un inicio cumplió con el requerimiento, pero con el trascurso
del tiempo dejó de ofrendar, por lo que los aluxes tomaron cartas en el asunto. El tirador, “Jump’éel
k’iine’ le ajts’oono’ bin ts’oon, kulukbaj tu ch’úukche’il ka jo’op’ u ch’i’inil” (Martínez Huchim, 2015:
106)/“En cierta ocasión que esperaba subido en su espía, sintió que le tiraban piedritas” (Martínez
Huchim, 2015: 106), luego:
Chéen ka tu yu’ubaj le máake’, u wáak’aj le ts’oono’, bey leti’ ts’o’one’ chéen ba’ale’ ma’ tu yu’ubaj
yaaji’ mixtáan mix u jóok’ol k’i’ik’ ti’. Ka máan jump’íit oorae’, le ajts’oone’ éem tu’ux na’aka’an ch’úuk, ka
jo’op’ u k’i’inam u pool, beeyxan chokwinajij. Takchalankil k’uch tu naajil, chilaj tu k’aan, ka jóop’ u tatalt’aan
(Martínez Huchim, 2015: 108 y 110).
Escuchó un disparo de escopeta y pensó que fue alcanzado mas no sintió dolor ni tenía rastro de herida:
había sido nada más el viento. Luego, al bajar de la espía, le vino un intenso dolor de cabeza con fiebre.
Se encaminó a su casa, tambaleándose. Llegando, se acostó en su hamaca y se puso a delirar (Martínez
La justicia del ecosistema narrada a través de la voz activa y popular
Los estragos experimentados por el tirador son la venganza de los aluxo’ob enojados. No con-
tentos con el susto, se valieron de dos perros para perseguirlo. Nuevamente reaparece la constante
en el libro: contacto entre personas y animales. Lo natural y lo sobrenatural. Personas que invaden
el orden del monte. La diferencia de este relato respecto a los dos previos, es que el protagonista no
muere, quizá porque su falta no fue tan grave ni ocasionó un daño irreparable (el caballo de piedra
asesinó caballos, montó yeguas y su viento enfermó a las personas; el joven destruyó el hogar de las
hormigas), por eso, la naturaleza tuvo compasión de él y le brindó una segunda oportunidad, para
que su testimonio sea una lección de escarmiento a las generaciones futuras y aprendamos todos a
respetar los límites establecidos entre nuestra voluntad y la naturaleza.
Los relatos recreados por Ana Patricia Martínez Huchim nos implican a todos. Los yucatecos,
pero particularmente los tizimileños, somos parte de las historias narradas; nuestras voces, esen-
cias, costumbres y tradiciones son el fundamento de la narración. La autora, en su profesión como
antropóloga, estudió y conoció a la perfección la cultura yucateca para luego recrearla y preservarla.
La voz que narra es activa y popular, así como la oralidad. Al final de cuentas, los yucatecos somos
los protagonistas y autores de los relatos.
65
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de suspenso y horror (volúmenes i-vii), Mérida: El gato bajo la lluvia.
67
No es raro el milagro en el cielo del astrónomo,
ocurre como en el cielo del mago.
Porque todas las leyes naturales son imaginarias.
Jorge Luis Borges.
La colección El gato bajo la lluvia, cuentos de suspenso y horror (2018) se compone por siete volú-
menes de escritores de Yucatán, cinco ejemplares para adultos y dos para niños, quienes desarrollan
diferentes intersecciones sobre una serie de temas entre los cuales destacan: el misterio, el gato como
eje de historias y la reclusión que produce el miedo ante la impotencia de suspender su movilidad
hacia nosotros. De esta manera, los autores crean textos que nos actualizan los temas que conside-
ramos parte de la identidad peninsular, en las esferas propias del pueblo maya yucateco y, también,
de la creciente metrópolis yucateca con respecto a su contemporáneo sentimiento de enajenación
urbana.
Publicar un libro en estos tiempos hipermodernos no es fácil, puesto que concurre la mayoría de
las publicaciones contemporáneas al formato electrónico. Ante esto, se celebra el esfuerzo de poner
en la mano de los lectores un trabajo autogestivo de grupo y de taller en el cuál un colectivo mayor
participa. En estos tiempos en los que el papel es difícil de encontrar, nos trae un buen sabor de boca
el hecho de que podamos encontrar no uno sino una colección de tomos pequeños, de agradable
alternancia entre mano y mano hacia los lectores de todas las categorías que pueden empezar a armar
este juego entramado que se va formando con la lectura de los volúmenes de la colección.
Un punto a destacar es el formato conocido como de bolsillo, el cual permite a los lectores iniciar
una lectura ágil y del mismo modo un juego. Empieza el ensamble de historias de los cronopios cuan-
do vemos que literariamente tenemos una historia que puede ser contada de maneras infinitas, los
lectores nos quedamos participando en un rompecabezas y en una suerte de azar. Al iniciar la lectura
de un tomo fortuitamente, nos hace entrar en él mismo, así como en todos de la misma manera. El
gato se percibe como una forma que se retuerce, parafraseando al barroco cubano José Lezama
Lima, quien dijo en su querido poema “Ah, que tú escapes”:
Así es el viento de los ojos de quien explora, el lector, el azaroso, quien busca un camino a su
suplicio mientras coexiste con las obligaciones de la vida diaria: el trabajo, la familia, la escuela y las
pérdidas indeseadas de los seres queridos. El tiempo y su transcurso será un motivo de avance en
página tras página en la soledad de quien existe en las páginas y de quien existe fuera de ellas. Ya
dido, Dioni no sabe qué le depara cuando empiecen a tirar los montes en los cuáles vive en el rumbo
del Poniente de una ciudad que puede ser Mérida. Las vecinas lo alimentan, le ayudan, pero de pronto
no sabe que todos lo dan por vagabundo; los muchachos de la colonia lo persiguen hasta su casa
en una de las cuevas y, entre comprar su caguama o no, le tiran piedras hasta que un día le rompen
la cabeza. Dioni no sabe cuál será su lugar en el mundo, qué le depara la modernidad al ritmo de los
acordes estridentes de ac/dc, el famoso grupo de rock australiano.
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Precisamente, este conjunto de historias también puede ser reconocido como un género dentro
del género del cuento: son también microficciones. Cuando leemos actualmente, también lo hac-
emos con la velocidad de la mirada; contrario a la mirada del gato, que es pausada, el gato como
lector también se fija en fragmentos cuando observa en puntos vacíos, el gato nos enseña que la
mirada fija nos ayuda a entender los fragmentos de la realidad donde nos encontramos cotidiana-
mente.
De esta manera, la velocidad de la vida actual es algo impuesto por los grandes órdenes globales
que hacen que el ser de la humanidad se congele, se detenga en una pausa, pero sin albergar
emoción alguna. Estas historias a manera de microrrelatos, microficciones y minificciones asaltan
los cuentos que son escritos de manera holgada en los tiempos contemporáneos. Lauro Zavala ha
dicho que “una minificción es un anticuento” (Zavala, 2000: 1), puesto que va contra el orden esta-
blecido de un género instaurado y amplio, para narrar desde un segmento, los fragmentos que nos
van rodeando cotidianamente.
Esta colección, El gato bajo la lluvia también nos deja un sabor a café. El taller está presente y
podemos percibir que muchas historias nos hablan de ese todo más grande que se rebela en el
tejido de los autores, en quienes la oralidad destaca como elemento crucial, siendo que demuestra
una red sensible, la cual se percibe ya que los textos que se leen también se escuchan. Las voces
de los autores y los personajes salen de las historias hacia más allá. Hay un todo que se fragmenta,
una sola voz que se rompe en un conjunto de voces, en un coro que habla en diferentes tiempos,
ritmos y que nos integran plenamente a elementos diarios donde las historias leídas alcanzan un
nivel performático.
Ante las segmentaciones, José Manuel García-García nos ha mencionado su valor literario en
“Fragmento, segmento, lexía” de Las formas del tiempo (2016), en él nos dice que:
Subrayar
es fragmentar.
El fragmento encontrado
da un sentido
a nuestra búsqueda:
momento epifánico.
para la memoria.
Acusaciones:
La mirada del gato cuando esperamos a que baje la lluvia
Coleccionista de frases,
cazador de aforismos,
anotador de ideas ajenas,
parásito de la literatura. (García-García, 2016).
De esta manera, García-García nos explica que el segmento es un trozo de un fragmento más
amplio (2016). Siguiendo el orden de las frases, de los anclajes que la colección El gato bajo la
lluvia nos entrega con sus autores, encontramos una mirada en el argumento breve, epifánico, de
momentos que deslumbran cuando nos enteramos del destino del mensaje en la estructura de los
personajes que caminan. Existe un juicio crítico respecto de la vida cotidiana: el orden del texto y del
discurso nos adentran en un “subrayar” obsesivamente los pánicos cotidianos.
Melba Alfaro y Armando Pacheco nos llevan a mirar las historias de misterio desde la memoria
originaria. Los cuentos “Toda la sangre”, “Las brujas”, “Martes trece” y “El viejecillo de historias de
animales mayas”, nos llevan por el rumbo de la literatura de los pueblos originarios. Fragmentos
de la realidad, segmentos de la identidad, significados que no importa que se presenten incomple-
tos puesto que los lectores realizarán con la imaginación la labor de visualizar los faltantes: hacen
desaparecer los vacíos. Ante el torrente de información de la vida hipermoderna, proponen una
búsqueda hiperbórea; viajar al origen iluminado donde radica una verdad que está presente en el
existir yucateco, caminos hacia la memoria arraigada en las historias del pueblo maya de Yucatán.
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Un ejemplo: el cuento “Tita” de Ligia Carolina Pérez Alfaro nos hace adentrarnos en la búsqueda
original de la vida con la relación plasmada entre la nieta y la abuela. Algunas relaciones familiares en
el mundo maya yucateco trascienden la vida y se crean lazos que tejen un todo mucho más grande;
vidas que no se terminan cuando la vida del cuerpo deja de existir, sino que siguen más allá de la
muerte, con un diálogo entre vivos y difuntos.
Asimismo, Arnaldo Ávila dice “¿será que alguien desde su imaginativa me está creando?” (Ávila,
2018: 14). Crear y recrear desde los segmentos que se anteponen al gran fragmento que el lec-
tor-gato puede mirar fijamente, los gatos-lectores nos contraponemos en el anticuento de la micro-
ficción. Nos rebelamos ante el orden otorgado siendo que, parafraseando de nuevo a Julio Cortázar,
los cronopios no se resisten a aceptar el orden como fue dado sin anteponerse a él; caminos que los
cronopios revierten y que nos hacen pensar que quizá alguien desde su imaginativa desde otro es-
pacio nos crea, se ríe y nos cruza, para entretenerse del mismo modo que cuando leemos historias
y las creamos escribiéndolas también nos entretenemos. ¿Seremos ese mismo ente, éter o juego de
dados que nos escribe? ¿O seremos nosotros mismos jugando a los dados o al cronopio? La colec-
ción El gato bajo la lluvia es una lectura que me provoca el ánimo de seguir leyendo, de regresar a los
libros de cuentos con un gran ánimo: las gestiones de creadores de manera autónoma abren sus ca-
minos para crear arte y obras que perduran así como pasan más allá de los libros, siendo obras que
viven para algo más que la lectura y los cuales serán leídos muchas veces viviendo en la memoria
de los lectores-gatos esperando un mejor temporal no lluvioso, pero que mientras llovió el libro les
brindó un espacio de refugio, además de seguridad ante la tempestad de las asperezas de la vida.
La colección El gato bajo la lluvia tiene portada y fotografía de Alicia Alfaro, formato y diseño
de interiores de Nora Alfaro Gómez; los modelos para la fotografía y el material audiovisual: Carlos
Rodrigo Monsreal, Cintya Navarrete Ramírez, Cristina Leirana, Iván Espinosa Pérez, Karla Romero
Martínez, Linette Martínez Tun, Lirizet Tun Caballero, Manuel Alejandro Burgos, Mauricio Martínez
Tun, Melba Alfaro, Óscar Andrés Monsreal y Yara Mena Araujo. La producción del video que acom-
paña a la edición es de Santiago Pérez Alfaro, el vestuario y maquillaje es de Ligia Angélica Alfaro
Gómez. La colección de cuentos El Gato bajo la lluvia surge del Taller Literario “Café con Piquete”
con sede en Mérida, Yucatán. Este taller es dirigido por la escritora Melba Trinidad Alfaro Gómez.
Bibliografìa
Alfaro, Melba y Castillo Sánchez, Noé (2018) Colección El gato bajo la lluvia, cuentos de suspenso y
horror, volumen i, Mérida: El gato bajo la lluvia.
Arquieta Hernández, Jorge y Leirana Alcocer, Cristina (2018) Colección El gato bajo la lluvia, cuentos
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Las transcripciones de las obras (para el caso de las ediciones críticas) se realizan en fuente Arial
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Bibliografía
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año de la primera edición].
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torial. (formato para fichas de libro completo) [Traducción: Nombre(s) Apellido(s) del traductor;
año de la primera edición].
— (año) Título del libro, Ciudad: Editorial. [Traducción: Nombre(s) Apellido(s) del traductor; año de la
primera edición]. (Formato para segunda y sucesivas fichas de un mismo autor).
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Apellido, Nombre del autor (Año). “Título del artículo”, revisado el día de mes de año, en Nombre de la
publicación en: https://cutt.ly/2w6YuxI
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Revista Yucateca de Estudios Literarios
Homenaje a Patricia Martínez Huchim
Número 8, enero-junio 2019