Analisis de La Ley 1996 de 2019

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La discapacidad tiene diferentes aristas para su entendimiento y definición, de

hecho la propia palabra que la define, ha evolucionado buscando adaptarse a los


tiempos que se viven en el que se busca la eliminación de la discriminación y el
ejercicio pleno de derechos. La propia sociedad intenta adaptarse con el propósito de
que las personas con esta característica, puedan ejercer su rol dentro de la misma,
como un ser integral en plenos derechos, con las particularidades que su caso amerita.

Las habilidades cognitivas de las personas con discapacidad pueden verse


comprometidas para realizar ciertas tareas, entre ellas el ejercer la capacidad jurídica,
entendida como la habilidad reconocida por la ley para ser titular de derechos sin la
intervención, ayuda o autorización de otros.

En este contexto la ley 1996 de 2019, busca generar el equilibrio necesario


para que sus diferencias cognitivas no menoscaben sus derechos garantizando el
respeto a la dignidad humana, la autonomía individual, la libertad para tomar
decisiones, la independencia de las personas, manteniendo el derecho a la no
discriminación ya contemplada en la ley 1564, estos derechos se encuentran
establecidos en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
que entro en vigor el 3 de mayo de 2008 con 163 países signatarios, esta ley fue
también firmada y ratificada por Colombia, con esta ley se eliminan modelos de
prescindencia y deja en control de la persona con discapacidad, su propio proyecto de
vida.

La ley parte, en su artículo 8, de la presunción de la capacidad legal de todas


las personas por igual, dejando sin restricción el ejercicio legal, haciendo acotación
en el mismo artículo, de la necesidad de ajustes razonables sin desestimar la
presunción original con la que parte dicho artículo.

Partiendo de esta premisa, las personas con discapacidad, podrán tomar


decisiones, expresar su voluntad y preferencias, obligarse y cumplirá con sus
obligaciones de modo autónomo, haciendo uso de apoyos, si así lo requiere. A partir
del capítulo III de la ley, su articulado se centra en todo lo relacionado a la persona
definida como apoyo del discapacidad, dejando claro sus límites y alcances y siempre
supeditada su actuación a las decisiones del discapacitado.

Para ello, la ley 1996 de 2019, elimina, y en el artículo 53, prohíbe la


interdicción, y una vez se promulgue la ley, no se podrán iniciar procesos judiciales
para decretarla, dejando un tiempo de 24 meses en para la implementación de los
artículos contenidos en el capitulo V relativo a adjudicación judicial de apoyo.
Adicionalmente no se podrá solicitar que una persona se encuentre con medida de
interdicción para gestionar tramites de ningún tipo, ni públicos ni privados.

Previa a esta ley, se encontraba la ley 1564 del 2009, el núcleo para ejercer
derechos jurídicos por parte de personas con discapacidad, se centraba en la idea de la
interdicción. Esta idea trato de sobreproteger y darle seguridad a las personas con
discapacidad, eliminando su capacidad jurídica para realizar cualquier trámite,
sustentándose en una declaración judicial. La persona bajo interdicción no podía
tomar decisiones tales como: casarse, abrir cuentas en bancos, procedimientos
médicos, firmar cualquier contratos, entre las más comunes, asumiendo esta decisión
un tercero.

La nueva ley 1996 de 2009 plantea en sustitución del interdicto el uso de


apoyos, en su articulo 9 y a partir de allí, genera toda la jurisprudencia y aplicación de
los apoyos. En ese mismo articulo dicta que la persona tiene derecho a realizar actos
jurídicos de manera independiente y de contar con apoyos para la realización de los
mismos. Los acuerdos de apoyo le permiten realizar la designación de una persona o
grupo de personas para que le asistan en la toma de decisiones de los actos jurídicos
que considere.

La dinámica de la designación de apoyos se plantea en el capitulo III de la ley,


esta se realiza mediante un proceso de jurisdicción voluntaria o verbal sumario.
Adicionalmente también se le da el derecho al discapacitado de suscribir una
directiva anticipada, como lo describe el capitulo IV, mediante ella, el discapacitado,
puede establecer su voluntad en relación a uno o varios actos jurídicos, en forma
anticipada.

Ahora bien, con la puesta en práctica de esta ley, deben realizarse


modificaciones a las instituciones que regulaban lo relativo a la discapacidad y la
interdicción, vemos como en la ley 1564 del 2009, la mayoría de sus artículos
trataban esta regulación y toda la burocracia que ello implicaba. Ante este escenario
el trabajo ha de ser titánico por las partes involucradas en el cambio planteado desde
el congreso, en él deben intervenir el gobierno, los jueces, las personas de apoyo y
por supuesto los propios discapacitados para cristalizar las recientes ventajas en el
disfrute de sus derechos.

La nueva ley centra su objetivo en la eliminación de los estados de


interdicción, con ello se salta de la incapacidad del discapacitado, a la otorgación de
capacidades plenas (en grado de presunción), para realizar actos jurídicos.

Sus implicaciones a nivel de código civil son las relativas a la regulación la


incapacidad absoluta y relativa, la manera de adquirir o perder la posesión por parte
de personas discapacitadas, la representación de los discapacitados y la
responsabilidad en delitos comunes, estas modificaciones también se ven afectadas en
el código general del proceso y en el código de infancia y adolescencia.

Las modificaciones en su mayoría tienen como objetivo, eliminar la


clasificación de los interdictos y retirar los límites en sus actuaciones jurídicas, todas
ellas contempladas en el Capitulo IX Derogatorias, modificaciones y disposiciones
finales. En su mayoría referente a artículos del Código Civil, estos artículos
modificados son el 1504, donde se habla de la definición de la incapacidad absoluta y
relativa, sin incluir en estas definiciones a las personas con discapacidad, dejando al
final del articulo modificado las incapacidades definidas por la ley. El articulo 784
del código civil también se excluyen los dementes y sordomudos como incapaces
poseedores.

En términos generales, el capitulo IX busca modificar el estamento jurídico


para adaptarlo a la nueva ley, estas modificaciones buscan retirar la clasificación de
incapaces interdictos de las normas, retirándoles sus límites para las actuaciones
jurídicas, y los efectos en derecho que sus actos pudieran tener. A partir de su
promulgación, las personas con discapacidades serán titulares directos de dichos
actos.

Sin embargo se debe decir también que la implementación de la interdicción


era ya una práctica aprendida y que como todo proceso novedoso, toda la dinámica de
la validación de apoyos tomara un tiempo, mientras se activa a carta cabal la ley. Y es
justamente la validación de apoyos descrita en los artículos 9, 10, 11 y 12, donde
pudiese estar ubicada la mayor dificultad de la ley 1996, porque luego de la lectura de
ambas leyes, se ve a grandes rasgos dos tópicos principales en ambas leyes: el cambio
de la discapacidad jurídica por la presunción de capacidad y la sustitución de la
interdicción, por el uso de apoyos.

Incluso podemos ser mas sintéticos y reducir estas diferencias de ambas leyes
y entender que el principal espíritu de la ley recae en la Convención sobre los
Derechos de las Personas con Discapacidad, es a esta convención a la que trata de
adaptarse la ley, en ella el tema de la igualdad llega hasta el punto de plantear que la
discapacidad es solo un elemento más que define la sociedad diversa en la que
vivimos y que bajo ningún aspecto ella genera diferenciaciones que impidan la toma
de decisiones o la capacidad legal desde el punto de vista jurídico, de igual modo la
ley no clasifica los diferentes tipo de discapacidades y deja el peso de sus variantes en
los apoyos. Las limitantes que plantean su implementación son de tipo operativo y no
menos importante incluso de tipo cultural.

El tiempo de la transitoriedad hasta su implementación total, debe ser


aprovechado al máximo por todas las partes involucradas en esta migración de ley, la
transitoriedad debe incluso contemplar su propia modificación en caso de ser
necesaria debido a lo novedoso del proyecto y deben analizarse a profundidad
artículos como el 39 donde se habla de la validez de los actos establecidos en la
sentencia de adjudicación de apoyos, en este articulo se habla de la posibilidad de
sancionar un acto jurídico con nulidad relativa, ello bajo la posibilidad de que el
discapacitado no utilice los apoyos.

El parágrafo de este mismo articulo, relata en parte que sucede con la nulidad
relativa cuando dice que si el discapacitado no esta de acuerdo con su apoyo, esta
brecha de nulidad relativa permitirá al discapacitado asumir riesgos y cometer
errores, sentenciando con ello lo que pareciera ser una desprotección al discapacitado,
cuando en realidad lo que se pretende es confiar en sus capacidades a tal punto de
que incluso pueda cometer errores. Pareciera paradójico que se proteja a alguien
permitiéndole practicar actos arriesgados o de posibilidad de cometer errores, pero si
se quiere llevar el termino de igualdad y de no discriminación a tal punto como el que
se describe en el articulo entonces cabe pefectamente la aclaratoria del parágrafo
único, estaríamos dando un paso real y arriesgado pero muy importante en la
eliminación de las diferencias a causa de discapacidades.

A meses apenas de su promulgación, la ley ha generado debates entre juristas


y expertos en la materia que no se debe interpretar como discusiones que generen
polémica sino enriquecimiento del discurso en la búsqueda de la verdadera igualdad
de derechos de las personas con discpacidad.

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