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Devocionario de La Pasión

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DEVOCIONARIO DE LA

PASIÓN
Compendio de las devociones para honrar la Santísima Pasión de Nuestro
Señor Jesucristo y los actores que influyeron de manera directa o
indirecta.
NUEVE SALUTACIONES A LA SANTA CRUZ

Puesto de rodillas en presencia de alguna Imagen de Cristo crucificado,


o de la Santísima Cruz, habiéndote persignado, dirás:

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor


✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.

Te adoro Santa Cruz,


Puesta en el Monte Calvario,
En ti murió mi Jesús,
Para darme eterna luz,
Y librarme del pecado.

ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, que con tu saludable contacto santificaste el madero
de la Cruz, para lavar con ella y con tu Sangre preciosa las manchas de mis
pecados; me pesa de todo mi corazón de todos los que contra ti he cometido
en mi vida; propongo una y mil veces la enmienda, y espero en tu piedad
infinita me los has de perdonar, y me propongo la conversión a una vida de
gracia.

PRIMERA SALUTACIÓN
Salúdote, Cruz Santísima, con todos los nueve Coros de celestiales espíritus,
y doy al Señor con ellos todas cuantas gracias puedo, porque se dignó de
honrarte, haciendo de ti trono de Su Majestad Divina para remedio del
mundo, crédito de sus milagros y reparo de aquella primera caída, por lo que
seas alabada. Amén. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

SEGUNDA SALUTACIÓN
Salúdote, Cruz Santísima, con todos los Santos Patriarcas, y doy al Señor
con ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, queriendo que
fueses adorada por las gentes; y, lo que, es más, de la Reina de los Ángeles
con aquella adoración que solo se debe a su Majestad Santísima, que sea
alabada para siempre. Amén. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


TERCERA SALUTACIÓN
Salúdote, Cruz Santísima, con todos los Santos Profetas, y doy al Señor con
ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, poniendo en ti el
fundamento de la militante Iglesia, adornada de los siete Sacramentos, y
demás misterios que en tu virtud veneramos, porque seas alabada en los
siglos de los siglos. Amén. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

CUARTA SALUTACIÓN
Salúdote, Cruz Santísima, con todos los Santos Apóstoles, y doy al Señor
con ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, haciendo que en
tu virtud se conviertan tantas almas, así de obstinados pecadores, como de
apóstatas y gentiles, que alumbrados de tu luz corrigen sus errores,
confesando una Fe, un Bautismo, una Iglesia, una verdadera Ley y un Dios
y Señor de todo, que sea adorado para siempre. Amén. Padre Nuestro, Ave
María y Gloria.

QUINTA SALUTACIÓN
Salúdote, Cruz Santísima, con todos los Santos Evangelistas, y doy al Señor
con ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, haciendo que en
tu virtud se salve tanto sin número de almas, siendo tú la llave maestra que a
todos les franqueas el Paraíso, para gozarse en la gloria, cantando a Dios
alabanzas por toda la eternidad. Amén. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

SEXTA SALUTACIÓN
Salúdote, Cruz Santísima, con todos los Santos Mártires, y doy al Señor con
ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, queriendo que en tu
invención milagrosa se halle el más precioso tesoro que venera nuestra Fe,
suscitando en él sus antiguas maravillas con destrucción de los ídolos,
confusión de los gentiles y herejes, y crédito de su loable Providencia, que
sea alabada para siempre. Amén. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

SÉPTIMA SALUTACIÓN
Salúdote, Cruz Santísima, con todos los Santos Confesores, y doy al Señor
con ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó honrarte, obrando en tu
virtud admirable triunfo que en las Navas de Tolosa hizo cantar a los fieles
la victoria con la vista rubicunda de tu Santísima imagen; y sobre todo por

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


el triunfo que consiguió del demonio, quedando éste confundido y exaltada
la Majestad verdadera, que sea ahora y siempre venerada en la Santísima
Cruz. Amén. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

OCTAVA SALUTACIÓN
Salúdote, Cruz Santísima, con todas las Santas Vírgenes, y muy en especial
con la primera de ellas, y doy al Señor cuantas gracias puedo, porque se
dignó honrarte permitiendo el que fueses restituida con gloriosa exaltación
al mismo lugar en que antes te habías visto exaltada por el Autor de la vida,
con el aplauso que hasta hoy hace venerarte como preciosa reliquia, llenando
el mundo de admiración y milagros, para que así confesemos lo que debemos
a Dios en la Santísima Cruz, que sea adorada para siempre. Amén. Padre
Nuestro, Ave María y Gloria.

NOVENA SALUTACIÓN
Salúdote, Cruz Santísima, con todos los Justos de la tierra y Cortesanos del
Cielo, y doy al Señor con ellos cuantas gracias puedo, porque se dignó de
honrarte proveyendo en tu virtud los muchos frutos que redundan a la
Católica Iglesia, en la expulsión de los demonios, extirpación de las herejías,
dilatación de la Fe, exaltación de su Santísimo Nombre y demás misterios
que confesamos a honra y gloria de Jesús, que en la Cruz y con la Cruz sea
alabado eternamente. Amén. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

ANTÍFONA: Oh Cruz Santísima, más resplandeciente que todos los astros


y más Santa que los Santos; para el mundo célebre, para los hombres amable,
que sola fuiste digna de contener en tu madero todo el rescate del mundo:
Dulce Leño, dulces Clavos, dulces penas que, toleradas en ti por mi Señor
Jesucristo, fueron el remedio nuestro: Salva a todos los cristianos, que en
este día repiten tus alabanzas.

℣. Adorámoste, Cristo, y bendecímoste.


℟. Que por tu Santa Cruz redimiste el mundo y a mí que soy pecador.

ORACIÓN
Oh Cruz Santísima, noble entre todos los árboles frondosos, que hermoseas
el Jardín ameno de la militante Iglesia: reino del Padre, Cetro del Hijo, sello
del Espíritu Santo; honra y gloria del mismo Crucificado, crédito de las

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


maravillas de Dios, esperanza de los cristianos, vida de los muertos, báculo
de los débiles, guía de los ciegos, consuelo de los pobres, freno de los ricos,
padre de los huérfanos, defensa de las viudas, descanso de los atribulados,
luz de nuestras ignorancias, pregón de los Profetas, predicador de los
Apóstoles, gloria de los Mártires, abstinencia de los Monjes, castidad de las
Vírgenes, alegría de los Santos, júbilo de los Sacerdotes, seguridad de los
Justos, fundamento de la Iglesia, fortaleza de los flacos, medicina de los
enfermos, pan de los necesitados, fuente de los sedientos, abrigo de los
desnudos, triunfo sobre el demonio, muerte del pecado, raíz y causa de todo
bien; oliva frondosa, cedro escogido de Dios, palma encumbrada en el jardín
de la Iglesia, ciprés excelso, trono sagrado del Omnipotente Rey, árbol de la
vida, y fuente de la bienaventuranza: adórote, bendígote, alábote y doy a
Dios muchas gracias, poniendo debajo de tus misteriosos brazos la necesidad
presente..., con todas las de la Iglesia, para que por tu virtud se digne el Señor
de remediarlas, si ha de ser para servirle, bien de mi alma, aumento de la
virtud y crédito de ti misma, que es lo que yo más deseo; y sobre todo una
acertada, feliz y dichosa muerte, y que por ti me reciba el que por ti se dignó
de redimirme, que es mi Señor Jesucristo, que con el Padre y el Espíritu
Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.

Tres salves a la Santísima Virgen de los Dolores, y la oración siguiente:

Soberana Emperatriz de los Cielos, que al pie de la Santísima Cruz


padecisteis tan agudos dolores, y por dignación suprema quedaste
constituida madre de todas las criaturas, dígnate, afligidísima Señora, de
patrocinar mis peticiones, y socorrer las necesidades de mi alma, que yo te
prometo no apartarme ya de la Cruz, y acompañarte siempre en tus dolores,
sintiendo tantas penas como ingrato te causé con mis pecados; para que así
consiga, con tu amparo, y por el Santo Madero de la Cruz, los frutos de la
redención, que en ella obró tu Hijo Jesús. Amén.

ALABADO A LA SANTÍSIMA CRUZ


Alabado sea mil veces
El Santísimo madero
De la Cruz, en quien obró
Jesús el remedio nuestro.

Y la sagrada pasión
De Redentor tan Supremo,

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Que, siendo Dios por esencia,
Murió por salvar su pueblo.

Y los agudos dolores


De la Reina de los cielos,
Que como piadosa Madre
Le acompañó en los tormentos.

Así sea por los siglos,


Y de los siglos eternos:
Para que así para siempre
La Santa Cruz adoremos.

Amén, oliva preciosa,


Amén, escogido cedro,
Amén, encumbrada palma,
Ciprés de la Iglesia excelso.

Amén, árbol de la vida,


Amén, hasta que en el cielo
Por toda la eternidad
Tus alabanzas cantemos.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


NOVENA A LA SANTA CRUZ

Novena impresa en Lima por Justo Montoya en el año 1856, con las
debidas licencias. Puede rezarse en cualquier momento del año, y
particularmente en preparación a las fiestas de la Santa Cruz:

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor


✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN
Único Dios y Señor mío, creo firmemente estar delante de tu infinita
Majestad, en cuya adorable presencia tiemblan y se postran humildes todos
los Ángeles y Potestades del Cielo, y por tanto también yo vuestra miserable
criatura, anonadado aquí delante de Ti, te adoro y reconozco por único Dios
y Señor mío; por único Criador, Conservador y Redentor mío. Así te rindo
todas las gracias que puedo con todo mi corazón, con toda mi alma, por los
innumerables beneficios que me has hecho hasta ahora con tanta liberalidad
y amor. Sumamente me pesa, ¡oh Padre de misericordias!, de haberos
correspondido tan mal con tan graves y tan repetidas culpas, teniendo sólo
presente para confusión mía, que han sido ofensas contra Ti, que eres bondad
infinita: propongo firmemente desde este instante nunca ofenderte en lo
futuro, mediante el auxilio de tu divina Gracia, y primero morir que
quebrantar tu santa Ley. Ruégote me concedas tu Santo Espíritu para poder
meditar aquí en tu presencia, con fruto de mi alma y gloria tuya, en los
misteriosos bienes que contiene y encierra la Cruz preciosa en que murió tu
Unigénito Hijo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

ORACIÓN
Señor mío Jesucristo, dame tu gracia y concédenos cuanto tienes prometido
a los que hacen memoria de tu Pasión y Muerte de Cruz, os lo pedimos por
tu Santísima Madre, por cuya poderosa medianera espero conseguir todo lo
que deseo y pido para alivio y bien de mi pobre alma. Amén.

SALUTACIÓN A LA CRUZ

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Oh Cruz santa y preciosa, altar de propiciación, fuente de todas las gracias,
árbol de la vida y monumento eterno de las misericordias divinas: tú eres la
que has llevado este sagrado depósito, la que has recibido en tus brazos al
Santo de los Santos, y la que has sido rociada con esta Sangre adorable: ¡Ah!
¿Por cuántos títulos no mereces el homenaje de mi respeto y de mi
veneración? Ojalá que fueses siempre grabada en mi corazón, y que obrases
en él los prodigios de aquella gracia que está depositada en ti.

℣. Esta señal de Cruz habrá en el cielo.


℟. Cuando venga el Señor a juzgarnos.

Adórote Cruz bendita, deseada y amada de mi Señor Jesucristo, buscada y


hallada en sus brazos, en sus espaldas cargada, con su preciosísima sangre
bañada, de mi Señora la Virgen María acompañada, de las criaturas
venerada, de la gloriosa Santa Elena buscada y hallada: por ti, ¡oh Cruz
Santísima!, el mundo fue redimido, el infernal enemigo vencido, la misma
muerte dominada, y contigo el Cielo fue comprado: suplico al Señor que en
ti murió y fue crucificado, por la hiel y vinagre que en ti gustó, por las siete
palabras que en ti habló, por las cinco llagas que en ti recibió, por las agonías,
afrentas y tormentos que en ti sufrió, por la muerte cruelísima que en ti
padeció, por los dolores y angustias que mi Señora la Virgen María a tus pies
sintió, te suplico me alcances una humildad profunda y un espíritu obediente,
para que muriendo con Jesucristo, logre también resucitar con Él por toda la
eternidad. Amén.

Un Padre nuestro y Ave María gloriado a Santa Elena, dándole las gracias
por habernos descubierto este madero santo, seguido por la siguiente
oración:

Oh Señor mío Jesucristo, que te dignaste revelar a Santa Elena el lugar donde
se ocultaba tu Cruz, para enriquecer por ella a tu Iglesia con este precioso
tesoro, concédenos por su intercesión, que, por el precio de este vital leño,
consigamos los premios de la vida eterna. Tú que vives y reinas con Dios
Padre en unidad del Espíritu Santo, y eres Dios, por todos los siglos de los
siglos. Amén.

DÍA PRIMERO

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


CONSIDERACIÓN
Considera cómo pronunciado ya el decreto de muerte contra el Santo de los
Santos, ya estaba preparada la Cruz, que había de ser el instrumento de su
Pasión: mira a Jesús como lo apercibe, se postra delante de ella, la recibe y
se dispone para llevarla. ¡Oh Cruz santa! ¡Oh Cruz preciosa! La había
esperado y deseado el Redentor, y aun suspirado por ella ardientemente
desde el primer momento de su vida. Se la carga sobre sus espaldas, y toma
el camino del Calvario para consumar allí su sacrificio. ¡Oh dolor! ¡Oh
espectáculo que aflige al Cielo, y al que sin embargo la tierra se manifiesta
insensible!

ORACIÓN
Oh almas cristianas redimidas por la Sangre de un Dios, venid, unámonos de
concierto, consideremos a nuestro Rey, con aquella diadema sangrienta con
que le han coronado nuestras culpas; veámosle desfallecer bajo el formidable
peso de la Cruz que está cargando. ¿Mas seremos insensibles al dolor que le
causamos? ¿No procuraremos aliviarle sus tormentos? Ya veo a este inocente
Isaac cargado con la leña de su sacrificio, conducido o arrastrado más bien
hasta el lugar de su tormento. ¡Qué triste y dolorosa carrera para el Salvador!
Debilitado, falto de Sangre y de fuerzas apenas puede sostenerse: cada paso
que da es señalado por una caída: no hay lugar que no quede teñido con
alguna gota de la corta porción de Sangre que ha quedado de sus venas: el
sumo abatimiento a que se le ha reducido no sirve sino de exasperar el furor
de sus enemigos. Permitidme que os acompañe, ¡oh adorable Salvador mío!,
y que durante vuestro viaje al Calvario os manifieste los sentimientos de mi
corazón. Amén.

Aquí se alienta la confianza y se pide la gracia o favor que se desee recibir,


y se hace este acto de caridad:

Dios mío, Salvador mío, Redentor mío, esperanza mía, vida mía, y todas mis
cosas. ¿Cómo podría yo no amaros? Sí, yo os amo, o a lo menos deseo
amaros de todo mi corazón; haced que os ame únicamente por Vos mismo,
y que os ame más que a todas las cosas, que no quiera a otra cosa que a Vos,
que os ame con el mismo amor con que Vos me habéis amado, que os ame
sobre la Cruz, como os aman los Santos del Cielo, y que os ame toda mi vida
en la tierra, para amaros después más perfectamente en la eternidad.

ORACIÓN

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Oh buen Jesús, único amor y bien de mi alma: por aquellos dolores que
padeciste en la Santísima Cruz, y señaladamente por aquella acerbísima
amargura que sentiste cuando se arrancó vuestra preciosísima alma de
vuestro cuerpo santísimo; os ruego Señor, tengáis misericordia de mi alma,
y cuando salga de mi cuerpo, os suplico la llevéis a la gloria a gozar de
vuestra presencia por toda la eternidad. Amén.

SÚPLICA FINAL PARA TODOS LOS DÍAS


¡Oh Santísima Cruz! ¡Oh inocente y piadoso Cordero! ¡Oh pena grave y
cruel! ¡Oh pobreza de Cristo mi Redentor! ¡Oh llagas muy lastimadas! ¡Oh
Corazón traspasado! ¡Oh Sangre de Cristo derramada! ¡Oh muerte de Cristo
amarga! ¡Oh majestad de Dios digna de ser reverenciada! Ayúdame, Señor,
a alcanzar la vida eterna a la hora de mi muerte. Amén.

ALABANZAS A LA SANTA CRUZ


Oh Cruz, Esperanza de los cristianos. Por ti me reciba, quien por ti me
redimió.
Oh Cruz, Resurrección de los muertos.
Oh Cruz, Guía de los ciegos.
Oh Cruz, Camino de los desesperados.
Oh Cruz, Báculo de los cojos.
Oh Cruz, Consuelo de los pobres.
Oh Cruz, Freno de los ricos.
Oh Cruz, Destrucción de los soberbios.
Oh Cruz, Pena de los que viven mal.
Oh Cruz, Triunfo contra los demonios.
Oh Cruz, Vencedora del diablo.
Oh Cruz, Pedagoga de los jóvenes.
Oh Cruz, Sustento de los necesitados.
Oh Cruz, Esperanza de los aburridos.
Oh Cruz, Gobernadora de los navegantes.
Oh Cruz, Puerto de los que peligran.
Oh Cruz, Muro de los obsesos.
Oh Cruz, Madre de los huérfanos.
Oh Cruz, Defensora de las viudas.
Oh Cruz, consejera de los justos.
Oh Cruz, Consuelo de los atribulados.
Oh Cruz, Guarda de los niños.

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Oh Cruz, Cabeza de los varones.
Oh Cruz, Fin de los ancianos.
Oh Cruz, Luz de los que se sientan en las tinieblas.
Oh Cruz, Grandeza de los reyes.
Oh Cruz, Escudo perpetuo.
Oh Cruz, Sabiduría de los necios.
Oh Cruz, Libertad de los esclavos.
Oh Cruz, Filosofía de los emperadores.
Oh Cruz, Ley de los impíos.
Oh Cruz, Pregón de los Profetas.
Oh Cruz, Anuncio de los Apóstoles.
Oh Cruz, Gloria de los Mártires.
Oh Cruz, Abstinencia de los Monjes.
Oh Cruz, Castidad de las Vírgenes.
Oh Cruz, Gozo de los Sacerdotes.
Oh Cruz, Fundamento de la Iglesia.
Oh Cruz, Cautela de la redondez de la tierra.
Oh Cruz, Repulsa de ídolos.
Oh Cruz, Destrucción de sus templos.
Oh Cruz, Escándalo de los judíos.
Oh Cruz, Perdición de los impíos.
Oh Cruz, Virtud de los inválidos.
Oh Cruz, Medida de los enfermos.
Oh Cruz, Limpieza de los leprosos.
Oh Cruz, Descanso de los paralíticos.
Oh Cruz, Pan de los hambrientos.
Oh Cruz, Fuente de los sedientos.
Oh Cruz, Protección de los desnudos.

DÍA SEGUNDO
CONSIDERACIÓN
Considera, alma, cómo llegando el Salvador al lugar donde había de
cumplirse la más cruel sentencia, la Cruz es para Jesucristo, como dice el
Padre San Agustín, «un altar en donde se sacrifica por nosotros, y como el
Sacrificio no se consuma sino por la muerte de la víctima, era necesario que
Jesucristo consumase el suyo por su muerte».

ORACIÓN

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¿Y qué holocausto más completo, ni más perfecto que el de Jesucristo sobre
la Cruz? Sacrifica todo lo que tiene y todo lo que es: sacrifica su libertad
reduciéndose a la condición de un siervo, su honor por los oprobios de que
está cubierto, sus bienes por la desnudez que padece, su cuerpo por los vivos
dolores que sufre, su corazón por las amarguras interiores de que está
inundado, y finalmente su vida, por la muerte más cruel. Sacrificador y
víctima se ofrece a Sí mismo a su Eterno Padre. ¡Oh prueba admirable de su
amor! Sacerdote según el orden de Melquisedec, cuyo sacerdocio es eterno;
sacerdote del Altísimo, que ofrece no víctimas extrañas, sino su propio
Cuerpo, no la sangre de los animales, sino la Sangre del Cordero inmaculado;
sacerdote Santo que descendió de los Cielos, y ha consumado la grande obra
de nuestra santificación por la única oblación de Sí mismo. La Cruz pues
vino a ser como el altar de todo el mundo: por la sangre de esta Víctima por
excelencia fue expiada la culpa, domada la muerte, desarmado el Infierno y
abierto aquel santuario divino en el que podemos entrar fácilmente si
seguimos a nuestro sacrificador: la Cruz es el camino, Jesucristo nuestro
conductor, y el Cielo el término a que debemos aspirar. Salgamos pues al
campo, unámonos por la fe a este sacrificador divino, llevemos con Él la
ignominia de la Cruz, y hagámonos uno con él. Amén.

DÍA TERCERO
CONSIDERACIÓN
Considera a la Cruz como la cátedra donde Jesucristo nos instruye: y en
efecto, ¿En dónde este divino Salvador nos ha enseñado tan plena y
eficazmente como en la Cruz? ¿En dónde nos ha manifestado de una manera
tan sensible y admirable las verdades fundamentales, las verdades
evangélicas, las verdades de la mortificación, en una palabra, las verdades
de nuestra salud? La grandeza de un Dios, que no puede ser dignamente
adorada sino por un Dios; el rigor de su justicia, que no puede ser aplacado
sino por una víctima divina; la enormidad del pecado, que pedía una tal
víctima, y la excelencia de nuestras almas, que no podían ser redimidas sino
a tanto precio. ¿No son todas estas unas verdades luminosas, que salen del
seno de la Cruz? ¿No fue en la Cruz, en donde más eficazmente que en la
montaña, nos manifestó estas máximas grandes y sublimes de la pobreza de
espíritu, hallándose desnudo; de la mansedumbre, por ser el mismo carácter
del Cordero divino, que se ha dejado degollar sin quejarse; del llanto y la
persecución para ser semejantes al Santo de los Santos, ¿que ha sufrido
persecuciones y ultrajes? ¿Quién sino el Espíritu de la Cruz, puede darnos

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una inteligencia de sí mismo, para ir en pos del Salvador, y de todo lo que
posee para saber ser discípulo? ¿Qué cosa no nos dirá la Cruz, cuando el que
descansa en aquella dura cama, lleno de dolores y tormentos, abre su divina
boca para pedir perdón por sus enemigos? Abre, ¡oh alma mía!, tus oídos
para oír, pues tu celestial Maestro abre su boca en la cátedra de la Cruz para
hablar: No la abre para pedir fuego que los abrase como Elías, ni para
echarles su maldición como Noé y Eliseo a los que le escarnecían, sino para
rogar a su Eterno Padre que les perdonase el pecado que cometían
crucificándole y escarneciéndole, doliéndose más del daño que les venía por
esta culpa, que de los tormentos e injurias que de ellos recibía. ¡Oh lección
toda de amor! ¡Quién pudiera estudiarla desde este punto!

ORACIÓN
Vos, Señor, me decís: «Miradme pendiente de esta Cruz, consideradme, pero
imitadme después y obrad, escuchad mi palabra, pero sobre todo seguid mi
ejemplo: yo ruego, rogad vosotros conmigo; yo padezco, padeced conmigo;
yo perdono, perdonad como yo y por mi amor». Concededme, Señor tal
caridad como esta, para que yo también ame a mis enemigos y ore por los
que me persiguen y os persiguen. Perdonad a todos, ¡oh Padre de
misericordias!, para que todos gocen de ellas. Amén.

DÍA CUARTO
CONSIDERACIÓN
Considera a la Cruz como el Tribunal Supremo en donde juzgará y
sentenciará el Salvador a todo el universo. Es este trono de justicia y tribunal
tan espantoso en donde, ¡oh Jesús mío!, pronunciáis tantos decretos, y en
donde comenzareis a ejercer vuestros formidables juicios en el momento de
vuestra muerte, cuando de dos criminales que teníais a vuestro lado,
salvasteis al uno en virtud de una gracia inefable, y condenasteis al otro
usando del rigor de vuestra justicia.

ORACIÓN
Desde esta Cruz será, ¡oh Dios mío!, donde me juzgareis algún día, llamareis
a juicio contra mí aquellas mismas gracias que me habéis concedido por los
méritos de esta Cruz: me haréis presente la obligación que me imponía de
seguiros, de llevar mi Cruz, de morir a mí mismo, y de llegar a ser copia viva
del gran modelo que me proponías. Si en aquel momento halláis en mí una
conformidad santa con Vos clavado en un madero, ejerceréis conmigo un

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juicio de misericordia, y daréis a mi favor una sentencia de vida como la que
disteis al ladrón: «Hoy serás conmigo en el Paraíso». Pero si no fuese
conforme a Vos, ¡oh Dios mío!, no tengo que esperar sino una sentencia de
muerte. ¡Ah! Cuál sería entonces mi desdicha, si en Aquel que no deseaba
sino ser mi Padre, no encontrase yo sino un Juez terrible; si en el que debía
ser mi Salvador, no hallase yo sino un Dios lleno de venganza, y si aquella
misma Cruz que según los designios de Dios debía ser el instrumento de mi
salud, por el abuso que yo haya hecho de ella, llegue a ser el título de mi
condenación. Oh Salvador del mundo, en cuyas manos elevadas en la Cruz
está la llave de David, con la cual abrís y ninguno cierra, cerráis y ninguno
abre: abridme las puertas del Cielo, que mis pecados cerraron, y cerradme
las del Infierno, que ellos abrieron, para que en el día de mi muerte pueda
como el buen ladrón entrar con Vos en el Paraíso. Amén.

DÍA QUINTO
CONSIDERACIÓN
Considera a la Cruz como el gran libro que debes leer continuamente, y el
espejo el que debes consultar: porque nada hay que ella no te enseñe. Sí,
Redentor mío, así como vuestro Evangelio es una expresión fiel de la Cruz,
así la Cruz es un compendio fiel de todo el Evangelio. Sí, aquí contemplo
vuestro amor y la autoridad que me mostráis en medio de tantos desprecios
y dolores, atiendo a las obras de piedad y misericordia, y a las obligaciones
de vuestro oficio, como si no estuvierais padeciendo. Ya rogáis por vuestros
enemigos, como Sumo Sacerdote. Ya prometéis el Paraíso como Redentor,
y ya miráis por tu Madre como Hijo, y por tu discípulo como Maestro.

ORACIÓN
Pondera, alma, estas lecciones que dicta Jesús en el libro de la Cruz: «Mujer,
ves ahí a tu hijo», como quien dice, «no me olvido de ti, ni de la obligación
que tengo como hijo, ves aquí al que concebiste por el Espíritu Santo y
pariste sin dolor, al que reclinaste en un pesebre en medio de dos animales,
y le diste leche con tus pechos: al que trajiste en tus brazos recreándote en
mirarle y regalarle, vedlo aquí puesto en los brazos de una terrible Cruz, y
en medio de dos ladrones todo desfigurado y desangrado. Mira si me conoces
por hijo, y si me mandas algo como Madre; y pues callas y no me dices nada,
en mi lugar te dejo a mi discípulo». ¡Oh Jesús mío! ¡Oh crucificado mío!
Gracias te doy, dulcísimo Padre mío, por haber encargado a tu Madre que

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nos tome por hijos, haciéndonos con esto tus hermanos. Oh Virgen
benditísima, desde ahora os diré confiadamente: Veis aquí, Señora, a vuestro
hijo, acordaos de que os mandó vuestro Unigénito que me tomases por hijo
adoptivo, reconocedme por tal y mirad por mi remedio. Y vos, ¡oh glorioso
San Juan Evangelista!, suplicad a vuestro dulce Maestro me dé el espíritu de
hijo, que os dio para con su Madre, para que la sirva yo como vos la
servisteis, En fin, ¡oh Salvador mío! Pues tan liberal os mostráis en la Cruz,
que dais vuestro Paraíso al ladrón, y vuestra Madre al discípulo que os ama,
usad conmigo de esta liberalidad, dándome en esta vida devoción cordial con
vuestra Madre, por cuyo medio espero hallar entrada en el Paraíso, donde
reine con Vos y con Ella por todos los siglos. Amén.

DÍA SEXTO
CONSIDERACIÓN
Considera, alma, a la Cruz Santísima como un lugar de oración. Mira cómo
habiendo cumplido en ella Jesús todos los oficios de piedad, caridad y
ternura para con los hombres, quiso en aquellas tres horas de tinieblas que
sucedieron, ocuparse totalmente en orar, aplicando su oración por todos los
fieles, que tenía presentes, de los cuales eras tú uno, ¡Oh Salvador adorable!
¡Víctima inocente!, qué multitud de objetos diferentes no se presentan aquí
a vuestra vista. Los pecados, que los hombres han cometido en todos los
tiempos, vienen como de tropel a colocarse al pie de vuestra Cruz, para ser
lavados en vuestra Sangre preciosa, y todos los pecadores, que han existido
y existirán en adelante, están presentes a vuestra vista y a vuestro Corazón.
Concebís todo el horror de sus culpas, lleváis todo su peso, bebéis toda su
amargura, os sacrificáis por ellos y por su salud, sufrís solo por librarlos de
los tormentos eternos, y morís por darles la vida. ¡Qué sentimiento no se
excitaría en vuestro adorable Corazón cuando discurriendo por todos los
siglos, se os presentaban por una parte tantas almas que abrazaban la Cruz
con Vos y por Vos, y por otras tantas que la detestaban y maldecían
profanando el fruto precioso de vuestra Pasión! ¡Qué congoja al ver que os
desamparo, apartándome de vuestra voluntad por cumplir la mía: que aun
vuestros discípulos os dejan, el pueblo hebreo y millares de hombres dejan
la Fe, ¡atropellan vuestros Sacramentos y desechan los frutos que de vuestra
Cruz podían sacar!

ORACIÓN

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


¡Oh dulce Jesús! No me espanto que os quejéis de este desamparo, cuando
también os veo desamparado en este mundo. Unas naciones no quieren
recibir vuestra Fe, otras la dejan con descaro y escándalo, y otras, aunque
reciben vuestra ley, omiten su cumplimiento: unos en fin desamparan a otros,
desamparándoos en cada uno de vuestros pequeñuelos. ¡Oh! Padre Eterno:
no desamparéis así a vuestro Hijo; y pues también lo ha trabajado en su
Pasión, haced que sea de todos conocido y adorado por ella. Oh Maestro
dulcísimo, no me desampares con demasía; y cuando desfalleciere mi virtud,
no me abandone tu gracia. Amén.

DÍA SÉPTIMO
CONSIDERACIÓN
Considera, alma, esta palabra que salió de los labios del Señor en el árbol
santo de la Cruz: «Mi virtud se sacó como una teja, y mi lengua se pegó al
paladar, llegué a estar como polvo al punto de perecer»: ¡oh valeroso
Sansón!, que después de matar los filisteos infernales con la quijada de un
jumento, cual es el hombre a quien redimiste, tenéis mortal sed; pedid a
vuestro Padre que de esa Cruz en que vencéis a vuestros enemigos, saque
una fuente de agua, con que se apague vuestra sed. ¡Oh piedra viva, y
pedernal de fuego amoroso, pues estáis herido con la vara de la Cruz, brotad
como la piedra que hirió Moisés, una fuente de agua, con que refresquéis
vuestra afligida lengua! Mas yo veo, Señor, que vuestra caridad no requiere
sino brotar arroyos de Sangre para lavar nuestras culpas, porque su refrigerio
es padecer por librarnos de ellas.

ORACIÓN
Oh alma mía, mira que tu Señor pendiente de este madero está diciendo que
tiene sed: sed de que seas obediente, paciente, humilde y caritativo: dale de
beber lo que te pide para aliviar su trabajo: ¡Oh, y qué excelentísimas
virtudes se descubren en esta sed que le aflige! Ella es una sed insaciable de
obedecer, con lo cual deseó cumplir la voluntad de Dios en todas las cosas,
sin dejar una jota, una tilde, ni cosa alguna por penosa que fuese; y como
sabía que era voluntad del Padre que en su sed le diesen vinagre, no quiso
dejar de cumplirla. Ella es una sed entrañable de padecer por amor nuestro;
porque, por mucho que había padecido, deseaba padecer mucho más; y sin
duda lo padeciera, si esta fuera voluntad de su Padre. ¡Oh Redentor mío!,
confuso estoy de mí mismo; porque la sed que yo tengo no es de padecer

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


dolores, sino de tener muchos regalos: quitad de mí tan penosa sed, y trocadla
en otra sed como la vuestra. La sed que padece es también de la salvación de
las almas que con su Pasión redimía, deseando que su Sangre aprovechase a
todos y que todos sirviesen a su Padre, y le diesen la gloria y culto debido
como a Dios; porque siempre el celo ardiente de la casa de Dios le comía las
entrañas, que con mayores ansias padeció en la Cruz. Salvador mío,
concédeme vivas ansias de obedecer a Dios, de padecer por Dios, y de que
muchos sirvan a Dios: tomad, dulce Jesús, el vaso de mi corazón, en el cual
Os ofrezco desde ahora al pie de este sacrosanto leño los más fervientes
deseos de serviros. Bebed lo que deseas, ocultándome en vuestras entrañas
de modo que nunca salga de ellas. Amén.

DÍA OCTAVO
CONSIDERACIÓN
Alma mía, levanta los ojos hacia ese madero santo, pon tu atención con Jesús
en todos los trabajos y tormentos que su Padre Eterno quiso que padeciese
desde el instante de su Encarnación hasta el punto en que estaba, que era el
fin de su Pasión y de su vida; pasando por la memoria los trabajos de su
nacimiento y circuncisión, los de su destierro a Egipto, los de su predicación
por Judea y Galilea, y últimamente los de su crucifixión, y viendo cómo
todos estaban cumplidos sin faltar alguno, se consoló grandemente de ver
que hubiese llegado el fin de sus trabajos tan a gusto de su Eterno Padre. Así
es que lleno de reconocimiento y de gratitud exclama: «Acabado está todo».

ORACIÓN
¡Ah! Esta misma proporcionalmente será la voz que yo oiga en la hora de mi
muerte cuando venga a juzgarme, pues para mí todo está acabado en aquel
terrible instante. Entonces es ya acabado el mundo y su gloria vana, ya es
acabado el tiempo de merecer y desmerecer, y ya son acabados los deleites
de los malos y los trabajos de los buenos: ya es acabado el reino del demonio
para tentar y engañar de nuevo a los hombres: ¿y con esta consideración no
me resolveré a vivir de tal manera que pueda decir con San Pablo: «He
consumado y acabado mi carrera y en ella he guardado la fe y lealtad que
debía a Dios sin desfallecer en ella»? Oh Juez supremo de los hombres, cuya
justicia será tan cumplida y consumada como lo ha sido tu misericordia:
completa ahora en mí llenándome de gracia y de merecimientos, para que

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


después cumplas en mí tu justicia, dándome la corona de ellos en tu gloria.
Amén.

DÍA NOVENO
CONSIDERACIÓN
Considera, alma, al que expira entre los brazos de la Cruz para volver a entrar
para siempre en el seno de su Padre. Mira a Jesús cómo se ofrece de nuevo
en cáliz de víctima a su Padre, encomienda su alma entre sus manos, inclina
la cabeza en señal de sumisión, y no espera sino el momento que debe
terminar su muy triste y dolorosa carrera. ¡Ah! Astros del Cielo, negad
vuestra luz a la tierra. Sol, eclípsate y oculta sus resplandores a vista del Sol
de justicia cubierto con las sombras de la muerte. Tierra, estremécete y haz
que tiemblen tus fundamentos. Velo del templo, rásgate y hazte mil pedazos;
y tú, toda la naturaleza, entra en la desolación, y cúbrete de horror al ver
padecer y morir a tu autor en medio de los más crueles tormentos.

ORACIÓN
Cruz Santa, Cruz bendita, alienta mi voz para que en el medio de las tinieblas
que cubrieron este día, pueda yo levantar la voz, y dirigiéndome a ti, hable
así a mi Señor: «Oh Jesús crucificado, por mi salud sacrificado a la divina
justicia y hecho víctima de nuestras culpas, os veo tal como estuvisteis sobre
el Calvario, tenéis vuestra cabeza inclinada para darnos en vuestra muerte un
beso de paz: vuestros brazos extendidos para convidar a todos los pecadores
a que vengan a Vos: vuestro Corazón abierto para recibirnos en el seno de
vuestra misericordia, y vuestro sagrado Cuerpo ensangrentado y hecho mil
pedazos para salvar nuestras almas. Vuestro espíritu lo encomendáis en las
manos del Padre, para significar que sólo en tales manos y no en otras puede
estar seguro. Estas manos criaron nuestro espíritu y en ellas nos tiene escritos
para no olvidarse de nosotros. ¡Oh alma mía! Arrójate en las manos de tu
Padre, en quien está tu suerte; pues que de ellas depende nuestra salvación:
si en ellas te tiene escrito, no te borrará del libro de la vida. Oh dulce Jesús;
así como Vos encomendáis vuestro espíritu en manos de vuestro Padre, así
yo encomiendo el mío en las vuestras: sí, en esas que tenéis extendidas en la
Cruz para abrazar a los pecadores que se acogiesen a ellas: Allí tenéis a
vuestros escogidos escritos con vuestra Sangre y asidos con vuestra
fortaleza, de modo que ninguno podrá sacarlos de ellas. En las mías no está
seguro mi espíritu, porque son muy flacas; yo lo entrego en las vuestras que
son muy fuertes; y pues con ellas le habéis redimido, haced que por ellas sea

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


glorificado. Acordaos pues de mí ahora y en la hora de mi muerte, limpiando
mi alma de toda mancha de pecado, de modo que satanás no pueda prevalecer
contra ella, y enviadme vuestro Santo Ángel para que me defienda, tanto que
cuando sea suelta de su cuerpo, merezca ser colocada en vuestra gloria. A
vuestra Cruz llego con esta confianza: ella es mi reclinatorio y santuario; este
sagrado me valga, Jesús mío, para que aprendiendo en ella todas las lecciones
que me has dado, mi gloria, mi consuelo y mi amparo no sea otro que la Cruz
de mi Señor Jesucristo, por cuya gracia espero vivir crucificado para el
mundo, y crucificar al mundo para mí». Amén.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


DEVOTA MEMORIA DE LAS SIETE CAÍDAS DE NUESTRO
SEÑOR JESUCRISTO EN SU PASIÓN DOLOROSA

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor


✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.

ORACIÓN PREPARATORIA
Abrid, Señor, nuestra boca para bendecir vuestro santo Nombre: limpiad
nuestro corazón de todos los vanos, perversos y ajenos pensamientos;
alumbrad nuestro entendimiento y encended nuestro afecto, para que digna,
atenta y devotamente hagamos este santo ejercicio, y merezcamos ser oídos
en vuestro divino acatamiento. Amén.

ORACIÓN
Dulcísimo dueño de las almas, Jesús Nazareno, Corazón de nuestros
corazones, nosotros te ofrecemos este ejercicio y oraciones con un grande
amor y deseo de ensalzarte, glorificarte y agradecerte aquel infinito amor con
que quisiste siete veces caer en tierra por nuestro amor, para confundir
nuestra soberbia con tan admirable humildad: y te pedimos las ofrezcas
ahora, y en la hora de nuestra muerte a tu Eterno Padre, para que por ellas
nos conceda una vida libre de las caídas en los siete vicios capitales, y nos
levante a un alto grado de amor de Dios, y de Jesús, María y José, en que
vivamos hasta morir. Amén.

A Jesucristo adoremos,
Y con tierno corazón
Las caídas contemplemos
Que el Señor dio en su Pasión.

La primera caída fue en el huerto, cuando con el mortal sudor de sangre


cayó con el rostro en tierra.

Ahora besarás el suelo, y contemplarás este paso, mientras se canta esta


copla:

Dulce Jesús, que postrado

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Sangre sudas por mi amor,
Concédeme que a tus pies
Derrame alma y corazón.

Reza ahora el Padre nuestro, Ave María y Gloria.

Alabad al Señor todas las gentes, alabadle todos los pueblos, porque ha
confirmado sobre nosotros su misericordia, y la verdad del Señor permanece
para siempre.

℣. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


℟. Como era en el principio, y ahora y siempre, y en todos los siglos de los
siglos. Amén.

Mi Jesús, danos tu mano,


Y por tus siete caídas,
No permitas que caigamos
En ninguna tentación.

La segunda caída fue, cuando llevando preso a su Majestad, cayó por el


puente del Río Cedrón.

Ahora besarás el suelo, y contemplarás este paso, mientras se canta esta


copla:

Con el tropel de mis culpas


Te he derribado, Señor,
Lloren mis ojos más agua
Que la que llevó el Cedrón.

Reza ahora el Padre nuestro, Ave María y Gloria, y lo demás como en la


primera.

La tercera fue cuando delante del Pontífice Anás recibió aquella


afrentosa y cruel bofetada, que lo derribó en tierra.

Ahora besarás el suelo, y contemplarás este paso, mientras se canta esta


copla:

Si de la cruel bofetada

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Caes, mi Jesús, al rigor,
Levántate al ruido de estas
Que me da mi contrición.

Reza ahora el Padre nuestro, Ave María y Gloria, y lo demás como en la


primera.

La cuarta fue cuando le desataron de la Columna, y quedó desmayado


sobre su santísima Sangre.

Ahora besarás el suelo, y contemplarás este paso, mientras se canta esta


copla:

Venid, almas de Jesús,


A morir de compasión,
Que para verle en su Sangre
Desmayado no hay valor.

Reza ahora el Padre nuestro, Ave María y Gloria, y lo demás como en la


primera.

La quinta fue cuando le arrojaron de golpe la Santa Cruz sobre sus


delicados hombros, y dio en tierra con su sacratísimo Cuerpo en el
Pretorio de Pilatos.

Ahora besarás el suelo, y contemplarás este paso, mientras se canta esta


copla:

Después de azotes y espinas,


Cruz y caídas, ¡qué dolor!
Viva mi Jesús, y muera
Quien ingrato le ofendió.

Reza ahora el Padre nuestro, Ave María y Gloria, y lo demás como en la


primera.

La sexta fue cuando con el peso grande de la Cruz, cayó en la Calle de


la Amargura.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Ahora besarás el suelo, y contemplarás este paso, mientras se canta esta
copla:

Nazareno hermoso, dame


Esa Cruz, que no es razón
Que a ti te postre su peso
Cuando hice el pecado yo.

Reza ahora el Padre nuestro, Ave María y Gloria, y lo demás como en la


primera.

La séptima fue cuando al subir el Monte Calvario, cayó sobre aquellas


piedras, y quedó nuestro amantísimo Jesús muy lastimado y desmayado.

Ahora besarás el suelo, y contemplarás este paso, mientras se canta esta


copla:

¿Qué habrá hecho el pecado en mí


¿Si tanto ha causado en Dios?
Pequé contra ti atrevido,
¡Perdón, mi Jesús, perdón!

Reza ahora el Padre nuestro, Ave María y Gloria, y lo demás como en la


primera.

Aplaca, Señor, tu ira,


Tu justicia y tu rigor.
Dulce Jesús de mi alma,
Misericordia, Señor.

Ahora encenderás tu afecto, y haciendo un fervoroso acto de contrición,


dirás esta rogativa de los agravios de Jesús:

Jesús, pobre y abatido, Tened piedad de mí, Señor.


Jesús, no conocido y menospreciado
Jesús, aborrecido, calumniado y perseguido
Jesús, dejado de los hombres y del demonio tentado
Jesús, entregado y vendido por vil precio
Jesús, blasfemado, acusado y condenado injustamente
Jesús, vestido de un hábito de oprobios y afrentas

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Jesús, abofeteado y burlado
Jesús, arrastrado con una soga al cuello
Jesús, tenido por loco y endemoniado
Jesús, azotado hasta derramar sangre
Jesús, pospuesto a Barrabás
Jesús, despojado de todas sus vestiduras con infamia
Jesús, coronado de espinas y saludado por irrisión
Jesús, cargado con la cruz de mis pecados y las maldiciones del pueblo
Jesús, triste hasta la muerte
Jesús, consumido de dolores, de injurias y de humillaciones
Jesús, afrentado, escupido, ultrajado y escarnecido
Jesús, pendiente de un madero infame entre dos ladrones
Jesús, aniquilado y sin honra para con los hombres

ORACIÓN
Oh buen Jesús, que sufristeis por mi amor una infinidad de oprobios y
afrentas que yo no puedo comprender; imprimid poderosamente en mi
corazón la estimación y amor, y haced que desee la práctica de ellas. Amén.

Ahora rezarás tres Ave Marías por las tres necesidades que tuvo María
Santísima al pie de la Cruz, y acabarás con la Oración siguiente:

¡Oh santísima Cruz!


¡Oh inocente Cordero!
¡Oh pena grave y cruel!
¡Oh pobreza de Cristo mi Redentor!
¡Oh Llagas muy lastimadas!
¡Oh Corazón traspasado!
¡Oh Sangre de Cristo derramada!
¡Oh muerte de Cristo amargada!
¡Oh Divinidad de Dios, digna de ser reverenciada!
Ayudadme, Señor, para alcanzar la vida eterna en la hora de mi muerte.
Amén.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


NOVENA A JESÚS NAZARENO
CON LA CRUZ ACUESTAS

MODO DE HACERLA
Siempre que la devoción quiera, puede hacerse esta Novena; pero mejor será
en los nueve viernes, que hay desde el primero antes de Septuagésima, hasta
el ultimo antes de Ramos; y en cada uno de ellos deberá el devoto confesar,
y comulgar, añadiendo algunos ejercicios espirituales de mortificación, para
que, así acompañando a Jesús en algo de sus Dolores, facilite de este Señor
la gracia y favor según su necesidad. Deberá hacerse esta Novena en Iglesia
donde haya Altar o Capilla de la Imagen de Jesús con la Cruz acuestas, o en
su casa delante de alguna Imagen que represente este paso. Y si hiciere esta
Novena en nueve días seguidos, confesara, y comulgara en los días primero
y ultimo de dicha Novena.

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor


✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICCIÓN
Dios y Señor todopoderoso, clementísimo Padre, Criador mío, que por
vuestra bondad que adoro, y por la gravedad de mis culpas, que lloro
arrepentido, quisisteis ser condenado a muerte de Cruz; que llevasteis sobre
vuestros hombros, haced que yo os acompañe con un dolor verdadero y firme
propósito de nunca más ofenderos: así os lo suplico, y así confío en vuestra
bondad y misericordia infinita por vuestra divina gracia. Amen.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS


Dulcísimo Jesús, Señor y Redentor mío, que, por librarme del Demonio,
cargasteis con el madero Sacrosanto de la Cruz, y quisisteis morir en Patíbulo
tan afrentoso: yo os suplico por vuestra Cruz Sacratísima, y por su dulce
peso, que por mis culpas llevasteis, tengáis misericordia de mí y me
perdonéis mis pecados, y consiga de vuestra piedad el favor que os pido en
esta Novena, sí así conviene a vuestra Gloria, y bien para mi alma. Amen.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


DIA PRIMERO
ORACIÓN
Amorosísimo padre, dulce Jesús mío, cuya caridad infinita, y misericordia
soberana, os pone sobre los hombros, en esa Cruz, el peso enorme de mis
pecados, siendo Vos el verdadero Isaac de la Ley de Gracia, que carga con
la leña de ese Madero, para ser en él por mi sacrificado; ya os suplico, Señor
mío, que me deis un rayo de vuestro amor inmenso, para que sufriendo por
Vos, el peso de mi Cruz, os ame como debo. Amen.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS


Oh Amor mío y Rey mío! que quisisteis aceptar la muerte afrentosa de la
Cruz, por salvar à los hijos de Adán, cargando con ton el peso de mis delitos;
infundid en mi pecho un dolor perfecto de mis culpas, para que os acompañe
en vuestras penas, y sea mi enmienda alivio a tus fatigas, para que estando
en vuestra gracia, acompañe a vuestra Madre afligida en estos pasos
Dolorosos. Sean Señora, mis lagrimas testigo fiel del dolor de mis pecados,
y concededme, que con el afecto os acompañe en vuestro martirio, para que
alcanzando de Vos misericordia, consiga de vuestro Hijo la gracia. Amen.

GOZOS
Pues por mi lleváis, Señor
ese pesado Madero
Dadme un dolor verdadero
conque pague tanto amor.

Como piedra despedida


del Monte de la Deidad
con inmensa caridad;
descendéis à darme vida:
Mostráis Persona abatida
siendo excelso criador.

Como pobre aparecéis y


siendo rey poderoso:
sois tenido por leproso
cuando salud ofrecéis:
Despreciado os conocéis
siendo Bondad superior.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Por el bien de los mortales
al Padre en el Huerto oráis
y en la sangre que sudáis
dais de redención caudales:
Padecéis desmayos tales y
que un Ángel os da vigor.

Un Discípulo alevoso
os vende, y al Pueblo, entrega,
dando en señal cuando llega,
beso, que admitís gustoso:
Preso, cual facineroso,
vais al Judaico furor.

Sois á Caifás presentado,


y os publica por blasfemo
porque os mostráis Dios supremo,
Sí escupido, y maltratado:
A Pilato sois, llevado,
con inhumano rigor.

El solio de la maldad
da contra vuestra inocencia
de muerte de Cruz sentencia,
deponiendo falsedad;
y admitís con humildad
por librar al pecador.

Quedar desnudo sufrís,


ser con crueldad azotado
y de espinas coronado,
muchos oprobios oís:
Como falso Rey salís
para ludibrio mayor.

Ya para el Monte Calvario


la Cruz pesada lleváis,
y en tierra tres veces dais,
por débil, y à impulso vario:

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Cirineo es necesario,
que en ayuda os da favor.

A vuestra Madre que veis


en la calle de amargura,
le causáis pena más dura,
y el mayor dolor tenéis:
De unas Mujeres queréis
lloren por sí y por su error.

Vuestro Rostro denegrido


con golpes, polvo, y saliva,
d limpiaros compasiva
la Verónica ha salido:
Te estampáis agradecido,
tres Rostros del Salvador.

Sois Señor, crucificado,


entre dos viles Ladrones,
injuriado de Sayones,
bebéis el vino mirrado:
Dais la vida enamorado:
sediento de más dolor.

Dulce Jesús Nazareno,


que con la Cruz vais por guía
de ésta Ilustre Cofradía,
renacida en vuestro seno:
Como Pastor manso, y bueno,
aumentad el esplendor.

ORACION FINAL
Jesús Nazareno, Criador y Redentor mío, a quien me humillo, y en cuya
presencia conozco debo ser vilmente despreciado, por haberos sido ingrato,
desagradecido y olvidadizo de tan grandes beneficios como me habéis hecho,
padeciendo por mí gravísimas culpas, tantos trabajos, especialmente los
dolores que sufristeis, cuando cargaron sobre vuestros delicados hombros
esa muy pesada Cruz, para rendir en ella la vida en el monte Calvario: Me
pesa, Señor, de todo corazón de haberos ofendido. Pésame, Señor, de haber

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


sido yo la causa de que llevéis esa Cruz, sufriendo tantos dolores, amarguras,
y congojas. Pésame de mi ingratitud y descuido, y de no haberos dado
continuamente rendidas gracias por tan grandes beneficios. Dadme licencia,
Señor benignísimo, para comparecer y ponerme en vuestra presencia, aunque
bien conozco soy indigno de tan grande beneficio, así por mis gravísimos
pecados, como porque soy polvo y ceniza. Señor, perdonadme. Y pues no
deseáis la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, yo me convierto
a Vos y deseo vivir en adelante, según vuestra Santa Ley, y seguir vuestros
pasos, sin perderos de vista hasta la hora de mi muerte. Señor, dadme vuestra
bendición, y recibidme en vuestra gracia, como a otro hijo Pródigo. Sea mi
abogada vuestra Santísima Madre la Virgen Purísima Santa María. Así sea,
Señor. Amén.

DIA SEGUNDO
ORACIÓN
Mi Amantísimo Jesús, que por vuestra adorable voluntad quisisteis cual
racional racimo ser oprimido, y exprimido con el peso desmedido de la Santa
Cruz, que causaron mis delitos: concededme, que con la Sangre que os hizo
verter este peso, reguéis la esterilidad de mi Alma, para que fecunda en frutos
de vida eterna, os acompañe en la opresión que os causa ese madero, para
que oprimido en él; viva después con Vos en la Patria Celestial. Amen.

DIA TERCERO
ORACIÓN
Jesús mío, Dios y Señor Omnipotente, cuya Majestad infinita, aunque
adorada de los Ángeles, fue despreciada de los hombres, especialmente en
aquel tropel, con que, a empellones rabiosos, atropellando vuestra Divina
Persona os hicieron llevar sobre los hombros el peso tan desmedido de ese
Madero en que habíais de ser crucificado: dadme, Señor, que, por este tropel,
o atropellamiento a Vos tan injurioso, que con tan crecido amor os hizo sufrir
mi ingratitud; no atropelle yo vuestros mandatos, sino, que pisando lo que
me impone en sus políticas el mundo, os merezca venerar para siempre en el
Cielo. Amén.

DIA CUARTO
ORACIÓN
Padre Eterno, Padre de mi Señor Jesucristo, y Padre mío: que, a la Madre de
vuestro Divino Hijo, abriste paso con vuestro poder inmenso, para que
pudiese salir a el encuentro de su Amado, y le hablase en el interior de su

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


pecho; concededme, que, por el dolor amarguísimo, que penetro los
corazones de estos dos finos amantes, se encuentre el mío con la Cruz tan
amarga de sus penas, y no aparte la memoria de sus dolores, para que
intercediendo por mí, Hijo y Madre: los vea, en el Palacio de la Gloria.
Amén.

DIA QUINTO
ORACIÓN
Benditísimo Jesús mío, que cuando sumamente cansado y molido, con el
peso grande de la Cruz, quisiste que el Cirineo te ayudase a llevarla: haced
Señor, que yo sea el Cirineo compasivo, que, sufriendo con resignación, y
paciencia el peso de la Cruz, que me ofrece vuestra Divina voluntad, te ayude
a llevar, la que te ofreció mi ingratitud, para que así resignado en Vos, os
acompañe hasta llegar a el eterno descanso.

DIA SEXTO
ORACIÓN
Dulcísimo Jesús, luz de mi entendimiento y gloria de mi Alma, que cuando
más afeada con asquerosas salivas la hermosura de vuestro Divino Rostro,
que desean ver más y más los moradores del Cielo, iluminaste aquella mujer
Verónica, para que le limpiase compasiva con un lienzo, quedando en el
estampado: yo os suplico, que haciéndome vuestra Majestad merecedor del
premio de esta dichosa Mujer, quede estampado en mi Alma el retrato de
vuestro Divino rostro, con que seré participante en tus oprobios, y lograre el
conseguiros en el Cielo. Amén.

DIA SEPTIMO
ORACIÓN
Dulce Jesús mío, Maestro Soberano, y Dios de todo consuelo, que cuando
compadecidas las hijas de Jerusalén de vuestras penas tan amargas, las
lloraban desconsoladas, se dignó vuestra ardiente caridad en consolarlas en
la compasión de vuestros tormentos, ensenándolas con altísimas doctrinas a
que, supiesen llorar por sus pecados: yo, Señor os suplico, que se digne
vuestro amor de consolar mi corazón; afligido con el peso de mis culpas, y
que ilustréis mi entendimiento con las doctrinas del Cielo; para que
conociendo la gravedad de mis yerros, sepa llorarlos con verdadero dolor, y
amargura del corazón. Amén.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


DIA OCTAVO
ORACIÓN
Poderosísimo Señor, que con tus dedos das ser a los Cielos, y sustentas toda
la máquina del mundo; y ahora que por desfallecidas las fuerzas con tanto
tropel de tormentos, y abundancia de vuestra Sangre vertida, caes con el peso
grande de la Cruz en tierra, para que el hombre pueda levantarse de su mortal
caída: haced, Señor que con, la ayuda vuestra; me levante yo de la mía a el
feliz estado de la gracia, lo que espero. Señor, y dulce Jesús mío, de vuestra
piedad, y misericordia. Amén.

DIA NOVENO
ORACIÓN
Amabilísimo Jesús mío, que, con la flaqueza grande de vuestra persona
Divina, y por la prisa con que era atropellada; a llevar el peso desmedido de
este Madero de la Cruz, llegasteis sumamente fatigado, afligido, y
desconsolado, a la cumbre fragosa del Calvario para ser en el por mi ofrecido
en gustoso sacrificio, a vuestro Padre Soberano; concededme, amoroso Jesús
mío, que, ya que en esa Cruz me lleváis por lo fragoso de ese Monte, alivie
yo tus fatigas, no desfalleciendo con el peso de la mía, en lo fragoso del
camino de la virtud, sino, que, con valor y firmeza de ánimo, te siga hasta la
cumbre del Sion del Cielo; para que goce sus delicias con perpetuo descanso,
logrando, asimismo, que esta Novena haya sido de vuestro mayor agrado.
Amén.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


NOVENA A NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO CAMINO AL
MONTE CALVARIO

ACTO DE CONTRICIÓN
Amorosísimo Jesús, Dios de Infinita bondad. Padre de las misericordias: A
vuestros pies Señor, tenéis el alma más ingrata, el pecado más atrevido; pero
reconocido también de si feísima ingratitud: Yo conozco, Señor, que la
enorme fealdad de mis culpas ha sido la causa de los tormentos y afrentas,
que padeciste por la redención de mi alma. ¿Pero que haré con este
conocimiento, si tibio, y poseído de vicio el corazón, no sale derretido en
lágrima por los ojos a desagraviar vuestra Divina Persona, y a solicitar el
perdón de sus culpas? Mas esto sucede, Señor, al que os ofende, y como esto
no fuese el último de los males, con todo ni teme el castigo, ni solicita el
remedio. No obstante, del modo que puedo, confieso y publico los
desórdenes de mi vida; ya arrepentida; recurro por el perdón a vuestra
clemencia, pesándome de haberos ofendido, no por el justo castigo, que
merecía mi ingratitud, sino por haber ofendido a vuestra Bondad inmensa.
Este, Señor, será el día en que empiezo a serviros y amaros, aborreciendo los
vanos placeres de esta vida, para asegurar la eterna. Tantas fuentes de sangre,
como mis culpas abrieron en ese Sacratísimo Cuerpo, o son rayos de
misericordia para Ja purificación de mi alma, o puertas francas por donde
entre a tomar sagrado de mis culpas. ¡Oh! Disponed, dulcísimo Jesús, que yo
no desprecie como hasta aquí vuestra Benignidad. Encendedme, pues me
veis tibio en la virtud. Dirigidme, pues me veis ciego de las pasiones:
enseñadme, pues llevo errada la senda de mi vida. Pequé: conozco mi culpa,
y me pesa de corazón; pero sea ostentación de vuestra Misericordia el perdón
de mi alma, y los auxilios que necesito para el reforme de mi vida desde esta
hora. Amén.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS


Dulcísimo Jesús Nazareno, Divino Redentor de las almas. Yo vilísima, y
humilde criatura, la mas merecedora de vuestra indignación. por los feos
desórdenes de mi vida, arrojada con dolor a vuestros pies, adoro Señor, el
inefable Sacramento de vuestra Pasión Dolorosa: y en ella los sensibles, y
afrentosos pasos, que representa vuestra Real Persona desde que orasteis en
el Huerto, hasta el doloroso encuentro con vuestra lastimada Madre. ¡O
cuantos fueron aquí los tormentos, las penas, las afrentas, las congojas!
¡Cuánta vuestra paciencia, vuestra mansedumbre, vuestro amor! ¡Y cuanto

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


el gozo con que todo lo padecisteis por quebrantar las cadenas, con que el
pecado me había hecho esclavo suyo! ¡Quien fuera, Señor, un Querubín para
entender Pasión tan amarga, ¡y un Serafín para amarla dignamente! ¡O
cuanto os ofendí pues tanto es costó mi redención! ¡O que enorme fue mi
culpa, pues tanto importó su rescate! ¡O que feliz fuera yo, si con la
indignación que concibo contra el pecado, hecho de dolor; pedazos el
corazón, saliera a desagraviaros, ¡dulce Jesús! Pero ya que la culpa me
entorpece, agradecimiento, suplicoos, prudentísimo Jesús mío, por esos
dolores, por esas afrentas, por esas congojas, no olvidéis esta pobre alma» y
arrepentida de su culpa. Miradme, Señor sea después de poner los ojos en
Vos mismo herido y afrentado por mi amor. Y pues tanta sangre se vertió
para precio de mi rescate, disponed, que la perversa inclinación de mis
pasiones no malogre un desembolso de infinito precio. No me arrojéis,
Señor, de vuestros pies hasta concederme este favor, que emplearé en
serviros, y alabaros eternamente. Amén.

PRIMER DÍA
¡Oh Benignísimo Jesús! Oh Dios de infinita paciencia! Pasmados, Señor,
tiene a los Cielos, a los Elementos, a los insensibles, a las criaturas todas, la
mansedumbre, con que recibisteis de la torpe boca del alevoso Judas el beso
de entrega a vuestros crueles enemigos. ¿Qué es esto? Hasta aquí llegó,
Señor, ¿vuestra tolerancia? ¿Hasta aquí vuestro amor al hombre? ¿No había
un rayo a mano para confundirá ese alevoso, que os entrega a la muerte con
demostraciones de amigo? ¿Una vil criatura a su Criador? ¿Un discípulo
querido a su Maestro? ¡Oh vil nombre! ¡O fiera! ¡O furia! ¿No temes besar
a Dios, mintiéndole infame? ¿Pero, que me indigno contra este desdichado,
habiéndole excedida yo en el delito? ¿Qué de veces, Señor, os vendí, ¿más
torpemente que é? ¿Cuántas os alabé con los labios, siendo el corazón lodo
del vicio ¿Cuantas en la Confesión talé con Vos de paz, quebrantando luego
los tratados, y la confederación? ¿Cuántas con labios torpes llegué a recibiros
en el Sacramento, mal arrepentido de los deleites? y pasiones que me
arrastran? Yo, yo soy, Señor, el alevoso discípulo que os ha vendido. Pero
también Vos sois un Dios bueno, un Dios manso, un Dios benigno; y ningún
empleo de vuestro amor como perdonar mi fatuidad. No más pecar, Señor:
no más ingratitud. Substituya, Señor, a la culpa la enmienda de mi vida: al
vicio el arrepentimiento; y a la distracción un continuo meditar en vuestra
Pasión Sacrosanta. Y consiga si es del agrado de vuestra Majestad, el favor
que os pido en esta Novena. Amén.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Dulcísimo Jesús Nazareno, Señor y Redentor mío, que llevando sobre tus
hombros tan pesada Cruz, caminas al monte Calvario, para ser en ella
enclavado: Yo, miserable pecador, que fui, y soy la causa de tus dolores y
Pasión, te alabo, y doy gracias, aunque muy desiguales a tan grande
beneficio, porque como manso Cordero, pacientísimamente la recibiste, y
llevaste al lugar de la pasión. Ahora, Señor, se verifica lo que dijo el Profeta
Isaías, que tu dominio y principado le tenías sobre los hombros. Ahora
también la figura del obediente Isaac, que, al mandato de su padre, llevó al
monte la leña para ser con ella sacrificado. Alabo, Señor, y bendigo tu
admirable paciencia, pues por mandado de Pilatos, cuando así caminabas al
suplicio, iba delante uno de aquellos Sayones proclamando la sentencia que
dio contra ti aquel maldito juez. ¿Quién podrá referir, Señor, ¿los empellones
y golpes que en el camino recibiste de aquellos crueles soldados? ¿Cuántos
oprobios oíste de aquel grande concurso de pueblos que iba en vuestro
seguimiento? ¿Cuántos haciendo burla, os arrojaban a la cabeza y a la cara
lodo, y otras inmundicias? Pero vos, Señor, como inocente Cordero
inclinando la cabeza, a todo callabais, y así caminabais. Oh buen Jesús,
cuántas ignominias toleraste; pues no contentos aquellos malvados con que
fueses cargado con la Cruz, quisieron también te acompañasen dos famosos
Ladrones. Pero no se lee de ellos llevasen Cruz alguna, para que así fueses
tenido por más malvado que ellos. ¿Pues qué hiciste tú, oh Dulcísimo Señor,
porque así fueses juzgado? ¿Qué cometiste, inocentísimo Cordero, ¿porque
así fueses tratado? Verdaderamente, Señor, yo soy la llaga de tu dolor, y la
ocasión de tu muerte. Yo cometí la maldad, y tú sufres el castigo. Yo hice
los pecados, y tú te sujetas a los tormentos. Yo me ensoberbecí, y tú eres
humillado. Yo fui el desobediente, y tú hecho obediente hasta la muerte y así
pagas la culpa de mi desobediencia. Ruégote piadoso, Señor, me concedas
que merezca yo ser enclavado en vuestra Cruz por penitencia de mis pecados.
Dadme que acabe yo mi vida en tu servicio. Yo, Señor, me entrego a ti, y me
pongo debajo de tu protección. Defiende a este pobre siervo tuyo de todos
los males. Enseña y alumbra mi entendimiento, gobierna esta mi alma, rige
mis potencias y sentidos, fortalece mi espíritu contra la desordenada flaqueza
de mi corazón, dadme Fe cierta, esperanza firme y caridad pura y perfecta, y
que en todo lugar y tiempo cumpla tu Santa voluntad. Señor, aparta de mí, y
de todos los Fieles todo lo que te desagrada, y concédenos todo lo que
contenta a tus beatísimos ojos; y haz que seamos tales, cuales lo quieres que
seamos. Encomiéndote a mis padres, hermanos, parientes, bienhechores,
amigos, y a todos aquellos por quien debo rogarte. Encomiéndote a toda tu
Iglesia, y a nuestros Católicos Monarcas. Haz que todos, Señor, te sirvan,

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


todos te conozcan, todos te amen, y entre sí se amen. Apaga las herejías,
convierte a la Fe a todos los que aún no tienen conocimiento de tu Santo
Nombre: danos paz entre los Príncipes Cristianos, y consérvanos en ella, así
como tú lo quieres, y a nosotros conviene. Debajo de tu fiel amparo
encomiendo todas tus criaturas, para que a los vivos concedas gracia, y a los
difuntos eterno descanso. También, Señor, te pido me concedas el favor que
solicito conseguir de tu piedad en esta Novena, si conviniere para tu gloria,
y para salvación de mi alma. Oh gloriosa Reina de los Ángeles, oh Santos y
Santas de Dios; sed mis medianeros y abogados, rogad al Señor por mí, para
que, por Vuestros méritos y oraciones, sea yo de Dios favorecido ahora, y en
la hora de mi muerte. Amén

DIA SEGUNDO
Oh Dios de infinita bondad y tolerancia! ¡Vos perseguido como malhechor,
y blasfemo! ¡Vos maniatado, y arrastrado por el suelo de una vil canalla, que
os llena de baldones! ¡O estupendo sufrimiento del Omnipotente! O culpa, á
\cuanto llegó tu malicia, pues ataste a Dios las ¡manos! ¿De dónde, Señor,
me vendrá a mí el consuelo en los trabajos: el alivio en las enfermedades: el
auxilio en las recaídas de mis culpas, atadas vuestras manos divinas, de
donde ¡viene todo bien' ¡Como podré yo, dulcísimo Jesús mío, romper por
la gente armada., que os conduce a la muerte, y humedecer con mis lágrimas
esas crueles ataduras, para que aflojen (siquiera, y tengáis alivio: ya que no
pueda romperías de todo? ¿Vos atado, é yo libre en las pasiones y apetitos?
¿Vos en poder de fieras inhumanas, que os arrastran, é yo con fiereza ¡bruta
devorando la hacienda, y la honra ajena? ¡O disonancia! ¡O contraposición
del culpado con el inocente! Alabo, Señor, vuestro amor, y quisiera tener
conmigo las criaturas todas, que mas finamente os aman, para que
agradecieran conmigo el exceso de amor de dejaros aprisionar por mí.
Conozco bien, que mis pecados tejieron esos cordeles atrevidos; pero si Vos
me ayudáis, yo desharé á penitencias lo que le hicieron mis culpas
Concededme, maniatado Jesús mío, que yo llegue a aborrecerlas dignamente.
Y si ha de conducir a este fin el favor que os pido en esta Novena, (pues
nunca más generoso, que cuando maniatado) concededme este beneficio.
Amén.

DIA TERCERO
Oh Dulce Jesús! Dios de infinita Sabiduría, ¿en qué entendimiento pudo
caber jamás qué llegasen a tan subido punto los excesos de vuestro amor,

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


que os dejasteis vestir por Herodes de una vestidura blanca, insignia de loco
en aquel tiempo? ¿También esto, dulcísimo Jesús, también esto cabe en
vuestro amor? No estaba mejor en mí este sonrojoso tratamiento, que,
desatinadamente poseído de mis pasiones, nada pienso que no sea locura:
nada apetezco que no sea vanidad: nada me gusta que no sean devaneos. Yo,
Señor, soy el loco. Yo el que, perdida la luz de la razón, como fatuo, al fin
amo más lo caduco, que lo eterno: desprecio por un pequeño gusto el Cielo
y sigo los deleites, como si fueran mi eterna bienaventuranza. ¿Pero, que me
sirve Señor, esta pequeña luz que me ha quedado, si aún, conociendo mi
locura, persevero en ella? No así, Señor, no así. Conozco bien, que, si no me
recobro antes que se os apure el sufrimiento, me pierdo para hacer compañía
á los insensatos, cuya cárcel es eterna. Dadme esfuerzos dulcísimo Jesús
mío; y será tal el castigo, que desde hoy haré en mi propio, que recobre la
cordura a la fuerza de la pena. Y porque me aliente más a este castigo de mi
propio, conceded me, Señor, lo que os pido en esta Novena. Amén.

DIA CUARTO
Oh Amantísimo Cordero, dulce Jesús de mi alma; que tempestad de azotes
cajo sobre vuestras delicadas carnes, para templarla rabia cruel de aquel
mismo Pueblo, que veníais á redimir. Veo, hermosura de los Cielos, que os
desnudan afrentosamente á vista de todo el Pueblo. Veo, que os amarran
fuertemente a un poste, como si voluntariamente no vinieseis a padecer. Veo,
que empiezan a desgarrar vuestras Sacratísimas carnes con varas espinosas,
y otros instrumentos crueles. Veo, que se remudan fatigados los verdugos:
que corre la sangre a arroyos: que se registran ya los huesos: que no hay al
fin parte sana en vuestro Cuerpo, que pueda recibir los golpes. Y aquí, si
hubiera en mi conocimiento, si correspondencia, si amor; aquí era cuando
debía perder la vida a la fuerza de la pena. ¡Pero ay de mí, que los desórdenes
de mi vida fueron los instrumentos de vuestro dolor! Mis culpas puestas en
las puntas de los látigos, rasgaron inhumanamente vuestras venas. ¿Como
podré yo dulce Jesús, enmendar este sacrilegio atroz? ¿Como podré llenar de
dulces lágrimas de compasión los surcos, que en vuestras espaldas hicieron
los azotes? ¿Como podré recoger tanta Sangre Divina, vertida por mi causa?
Pero todo lo puedo, Señor, si Vos me concedéis lo que os pido en esta
Novena. Para eso os lo suplico; para satisfaceros, para enmendarme, para
corregir mi vida, para llorar vuestra Pasión; y para alabaros eternamente.
Amén.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


DIA QUINTO
Oh Señor supremo y soberano del cielo y tierra! No sé yo, vil criatura,
ponderar bien vuestra coronación de espinas; y por eso no pierdo el juicio de
dolor al ver este punto el más subido del oprobio: ¿Vos coronado como Rey
falso, y presuntuoso? Hasta aquí pudo llegar la insolencia del pecado,
disputándoos el poder, y reputándoos como hombre vil. Pero yo veo que mal
contenta la malicia, con que este oprobio hiciese lo más vivo de. vuestro
honor; se entró también a la jurisdicción del Cuerpo ocasionándole uno de
los tormentos más atroces; barrenando vuestra Cabeza con crueles espinas
en forma de Corona. ¡O Cabeza Sacrosanta, qué consonancia hacéis con la
mía, en quien como en trono, reside la vanidad, la soberbia, la altivez! ¡Vos
coronado de espinas, yo de flores y pensamientos vanos! ¡Vos pensando en
haceros fuentes de sangre para lavar mi alma! ¿yo como tengo de ensuciarla
con ideas menos puras? No, Señor, no así dulcísimo Jesús mío. Tocad, Señor,
mi corazón con una de esas aceradas puntas, para que herido de vuestro amor
acabe desde hoy en mí la vanidad. Vos sabéis, Señor, cuanto puede el apetito
con esta flaca criatura; pero superior en fuerzas es vuestra Gracia.
Concedédmela, Señor, con la eficacia que necesita mi flaqueza, y con ella la
merced, que os pido en esta Novena, para que, agradecido a vuestra Bondad,
ella sea el despertador de mi conocimiento. Amén.

DIA SEXTO
Oh Dios de Bondad inmensa y de tolerancia infinita! Miróos, Señor,
asomado a un balcón hecho una suma de heridas, oprobios y congojas, y no
sé si me irrite contra aquel Pueblo ingrato, que os veía y os despreciaba, o
contra mí, que le excedo en la ingratitud. Aquel os miraba como hombre; y
aunque por vuestras maravillas debía confesaros Dios o carecía de este
conocimiento, o lo tenía muy contuso de vuestra Deidad. Yo con luz superior
os confieso Dios, Rey Soberano de Cielo y Tierra ¿Y tengo valor, sin morir,
para miraros, Señor? ¿Vos Rey de burla? ¿Vos vestido de una asquerosa
púrpura por ignominia? ¿Vos con Corona fabricada, más para ludibrio y
dolor, que para argumento de Majestad? ¿Una vil caña en la mano, que formó
el Cielo y la Tierra? ¡O corazón duro que esto ves, y vives! ¿Sabes que aquel
hombre es Dios de poder inmenso, y no sales al desagravio, publicando su
Majestad? Sí, dulcísimo Jesús mío, sí, yo os confieso, y os adoro. Yo pasmo
de que en vuestra tolerancia cupiese tal. ignominia. Y' en pequeña
satisfacción de este amor, vengan sobre mi desprecios y baldones. Pero
alentadme, Señor, para esta imitación vuestra, con vuestra gracia, y el bien

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


que os pido en esta Novena; que apreciaré solo para reconoceros, serviros y
amaros eternamente. Amén.

DIA SÉPTIMO
¡O Mansísimo Cordero, dulce Jesús de mí alma! Llegó la fatal hora de
firmarse contra Vos sentencia de muerte por mis culpas Oigola pregonar; y
ni la pena me ahoga, ni el corazón arroja una lágrima ¿Qué deplorable estado
es este en que me tiene la culpa? ¿Vos por sedicioso, por sembrador de esta
doctrina, por usurpador de la Divinidad sentenciado a muerte de Cruz?
Apelo, Señor, de esta inicua sentencia al Tribunal Supremo de vuestro Padre
Si se pronunciase sobre mí, justa era la pena, pues míos son los delitos que
os acumulan ¿Pero vos inocentísimo Cordero, sentenciado como injusto?
Apelo, digo, pero tarde, porque ya vuestro amor al hombre tiene admitida la
sentencia. Pues id, Señor, id, y tenga vuestro amor la complacencia de morir
por quien ama. Pero no me neguéis a mí la de morir a vuestros pies Acabe
yo al mundo, espire a la vanidad, muera a la soberbia, a la ambición, a todo
lo temporal, que tan distraído me traen de lo eterno, para que fue criado. Yo
nací para morir, y para morir tan de improviso, que ignoro el instante en que
ha de ejecutarse la sentencia; y con todo vivo, como i si fuera inmortal, y me
alegro, como si no hubiera pecado. Corregid, dulce Jesús mío, esta fatuidad
de mi entendimiento, y disponiéndome el favor, que os pido en esta Novena,
haced, que la sentencia de vuestra muerte sea para mi decreto de eterna vida.
Amén.

DIA OCTAVO
Oh Jesús dulcísimo, Holocausto puro, Víctima inocente: ¿qué Cruz es esa,
que oprime vuestros Sagrados hombros? ¿Vos conducido a la muerte como
reo; yo, siendo el delincuente, pensando darme una vida llena de delicias, ¿y
conveniencias? ¿Vos cargado con el duro Patíbulo en que habéis de rendir el
último aliento; é yo anhelando gustos y placeres? ¿Vos agonizando, y
cayendo a cada paso con el peso, y falto de la Sangre; é yo rico, contento, ¿y
descansado? ¿Vos arrastrado con vilipendios; ¿é yo soberbio, e implacable
con mis enemigos? ¡O Dios bueno! ¡O Dios manso! ¡O Dios apacible! Pero,
o terquedad mía, que, perseverando voluntariamente en la culpa, no trato de
aliviar a mi Señor, ¡que va a morir por mí! ¡Pero como lo haré yo; dulce Jesús
de mi alma! Yo os diera e' corazón, para que, puesto entre la Cruz y el
hombro, recibiera gran parte del pozo; pero creo que mi corazón excede en
dureza a la Cruz. Vuestro alivio (si yo soy capaz de darlo a un Dios oprimido)

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


estuviera en que yo os siguiera por imitación, cargando con la Cruz de la
penitencia, que necesitan mis culpas. Pero aun en esto tenéis Vos que poner
la mayor parte, arrimando el hombro a mi arrepentimiento. Sin auxilios, y
auxilios, que quebranten mi terquedad, no os podré seguir. Concedédmelos,
benignísimo, Señor, con el favor, que os pido en esta Novena, para que
eternamente os bendiga y alabe. Amén.

DIA NOVENO
O Encuentro el más lastimoso, que jamás hubo, ¡ni habrá entre Hijo y Madre!
¡O dulcísimo Jesús! ¡O que fiero golpe os tiró el amor, presentándoos vuestra
Madre hecha un mar de amarguras! ¡Que dulcemente os despediríais de sus
brazos, y le pediríais permiso para ir a morir por los hombres! ¡Como se los
dejaríais encargados a su amor, para que, partidas las solicitudes, Vos como
Padre murieseis por ellos, ¡Mamá como Madre los conservase puros! Pero,
o afligidísima Señora, como esta fue la hora en que aquella espada, ¡que os
profetizó el anciano Simeón traspasó vuestro pecho Virginal! Mirad, Señora,
a vuestro Hijo; Considérele bien, y ved cuanto creció la malicia de mis
culpas, quien así llegaron a transfigurarle. ¿Como, acertaré yo, Señora á
templar vuestra agonía; siendo mis pecados la causa de ella? Ellos
dispusieron este espectáculo lastimoso. Ellos dispusieron la vida á vuestro
Hijo; dejándoos de Vos entregada á todas las acerbidades de la pena; Y con
todo este conocimiento, ni siento, ni lloro, ni dejo la ocasión del pecado.
Perdido soy, dulce Jesús de mi alma, afligidísima Madre mía; si vuestro amor
no vence mi terquedad. Por el acervísimo dolor que tuvisteis al encontraros,
os suplico me miréis con ojos de piedad, y n o permitáis me precipite a la
perdición. Antes con el favor que os pido en esta Novena, reconozca vuestro
amor, y asegure el vero y adoraros eternamente en la Gloria. Amén.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


EJERCICIO PIADOSO PARA MEDITAR LA AGONÍA EN LA
CRUZ DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

Para todos los viernes del año, en reverencia de Cristo Crucificado en sus
tres horas de agonía.

ACTO DE CONTRICCIÓN
Creo en Dios: espero en Dios: amo a Dios sobre todas las cosas: por ser vos
quien sois: Dios mío, me pesa de haberos ofendido, propongo con vuestra
gracia de nunca más ofenderos.

MEMENTO MORI
OFRECIMIENTO
Jesús mío, que agonizaste por mí en la Cruz: yo te ofrezco y dedico el
momento de mi muerte, y agonías de ella, juntas con este ejercicio, a las
agonías y momento de la tuya. Sea tu muerte mi vida, buen Jesús.

En la muerte: Amor mío crucificado, no me quites el habla por tus siete


palabras en la agonía del Calvario.

La primera palabra que habló nuestro Redentor desde el árbol de la Cruz, fue
decir: Padre, perdónalos: porque no saben lo que hacen.

Digamos nosotros diez veces con gran dolor de haberle ofendido: Padre
perdóname, que no supe lo que hice.

En lugar de Gloria patri, se dirá: Adorámoste Cristo y bendecímoste, que


por tu Santa Cruz redimiste al Mundo.

En la muerte: Amor mío…

La segunda palabra que nuestro Redentor habló en la Santa Cruz, fue: Hoy
serás conmigo en el Paraíso. Digamos nosotros con gran deseo de ver á el
Señor en su Reino: Señor acuérdate de mí, pues estás en tu Reino.
Diez veces Adorámoste Cristo…

En la muerte: Amor mío...

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


La tercera palabra que habló el Señor en la Santa Cruz, fue decir: Ved, allí a
tu hijo, ved ahí a tu Madre. Digamos nosotros con gran esperanza en el
Señor, que nos ha de perdonar por los méritos de su Santísima Madre:
Mírame Señor con piedad, que soy Hijo de María Santísima.
Diez veces Adorámoste Cristo...

En la muerte: Amor mío…

La cuarta palabra que habló el Señor en el árbol de la Cruz, fue decir: Dios
mío, Dios mío ¿Por qué me desamparaste? Pidamos nosotros al Señor no
nos desampare en la hora de nuestra muerte. Dios mío, Dios mío, no me
desampares en la amargura de la muerte. Diez veces Adorámoste...

En la muerte: Amor mío...

La quinta palabra, que el Señor, habló en la Santa Cruz, fue decir: Sed tengo.
Digamos nosotros; Sed tengo Señor de morir en vuestro amor. Diez veces
pidamos nosotros al Señor nos dé verdadera contrición y mucho amor.
Adorámoste Cristo...

En la muerte: Amor mío...

La sexta palabra que el Señor habló en la Cruz, fue decir: Consumado está.
Pidamos nosotros no desampare en aquella hora. Acábese Señor mi vida en
tu amistad y gracia. Diez veces: Adorámoste...

En la muerte: Amor mío...

La séptima palabra que el Señor habló en la Santa Cruz fue decir: Padre en
tus manos encomiendo mi espíritu. Digamos nosotros con gran deseo de
espirar en las manos de Dios, Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
Diez veces: Adorámoste Cristo…

En la muerte: Amor mío...

Jesús sea conmigo en mi muerte. Tres veces humillóse Cristo, haciéndose


obediente hasta la muerte y muerte de cruz, por nosotros

ORACIÓN
¡Oh fuente inagotable de piedad! ¡Bondad sin comparación, mayor, que
todas las culpas de los hombres! interpón tu Cruz y tu muerte entre mis

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


pecados, y tu justicia. Ten misericordia de mí, y perdóname por las tres horas
de tu mortal agonía; y cuando yo esté expirando, extiende tus brazos, Dios
mío, crucificado por mi amor, y esconde mi alma en el seno de tus infinitas
misericordias. Amén.

L: Ruega por nosotros, Virgen Dolorosísima


R: Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

ORACIÓN
¡Oh mar de dolores, María! ¡Que amarga es tu pena! ¡Quién me dará
participar de tu compasión á el pie de la Cruz! ¡Oh Reina de los mártires! Si
soy indigno (corno lo soy) del martirio de sangre de tu Hijo, alcánzame por
lo menos, ser mártir de compasión y mártir de amor; por tu Hijo, que murió,
por mí. Amén.

Dulce Jesús de mi vida, que en la Cruz estáis por mí, en la vida y en la


muerte Señor apiadaos de mí.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


NOVENA EN HONOR A LOS SANTOS JOSÉ Y NICODEMO

Novena dispuesta por el Padre Fray Francisco Valdés, Religioso descalzo


de la Santa Provincia de San Diego de México, y reimpresa en la Puebla
de los Ángeles en 1817.

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor


✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN
Crucificado Dueño mío, mi Jesús, sin duda que soy de piedra, pues no se
enternece mi corazón al ver que mueres por amor mío, no sólo con los más
acerbos dolores y tormentos, y con la mayor deshonra e ignominia; sino que
quieres morir también en la más extremada pobreza, sin tener un lienzo en
qué envolver tu Sacratísimo Cuerpo, ni un sepulcro en qué depositar tu
Cadáver. Si amor con amor se paga, yo te agradezco tan grande fineza; y en
prueba del amor con que te correspondo, te ofrezco mi pecho para depósito
de tu Majestad, y te pido que de las telas de mi corazón hagas lienzo para
envolverte y cubrirte: admite, Dueño mío, la oferta, y no permitas entre en
mi corazón afecto alguno que no sea un verdadero dolor de haber ofendido
a quien amo, a quien quiero, y a quien adoro como único bien mío. Amén.

ORACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA PARA TODOS LOS DÍAS


Purísima Reina de los Ángeles, María: ninguna entre todas las criaturas sabe
mejor que tú cuán grande es la aflicción de un corazón necesitado, y ninguna
mejor que tú sabe compadecerse y lastimarse de él: a ti, por tanto, recurro en
mi necesidad, persuadido a que no has de dejar sin el socorro a un alma que
no funda sus esperanzas sino en tus entrañas compasivas. Y no tengo otro
mérito que alegar, que el de aquellos santos Varones José y Nicodemo:
acuérdate, Señora, de aquella tribulación que padeciste viendo a tu Hijo
Santísimo muerto en la Cruz, sin tener quién te lo bajara, ni sábana en qué
envolverlo, ni sepulcro en qué depositarlo; pero acuérdate también del
consuelo que recibió tu Espíritu cuando estos piadosos Varones se ofrecieron
a socorrer tan grandes necesidades, y alcánzame de tu Hijo divinísimo el
socorro de esta necesidad: pídele infunda en mi corazón un verdadero dolor

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


de mis pecados, que fueron la causa de sus tormentos y tus aflicciones.
Amén.

DÍA PRIMERO
ORACIÓN
Varones Santos, José y Nicodemo, que alentados de una divina Fortaleza, y
deponiendo todo temor y miedo, entrasteis a pedir a Pilato el Cuerpo de Jesús
Crucificado, en testimonio de que lo reconocíais y adorabais como verdadero
Dios y Hombre: Mirad mi corazón, y hallaréis que, vencido de su flaqueza,
a cada paso falta a sus obligaciones por los respetos humanos: remediad tanta
necesidad, y pedid a Dios nuestro Señor me fortalezca de manera que nada
tema, nada me embarace, y nada sea capaz de hacerme faltar a sus divinos
mandamientos, ni de ofenderle en cosa alguna. Amén.

Se rezan tres Credos en memoria de las tres horas que estuvo Jesucristo
Señor nuestro en la Cruz, y luego se dice la Oración siguiente:

Varones nobles, piadosos, Santos, que lograsteis la fortuna de socorrer en


sus más graves necesidades a la Emperatriz del Cielo: ¡cuántas virtudes
ejercitasteis en esa sola obra! Consolasteis a una pobre Viuda desamparada;
cubristeis la desnudez del Cuerpo Sagrado de Jesús, le disteis honrosa
Sepultura, y sacudiendo de vuestros pechos el temor de los judíos, fuisteis
los primeros en confesar por verdadero Dios al que acababa de morir en un
infame madero. ¡Cuán agradecida quedaría a vuestra piedad María
Santísima! ¡Cuán complacido quedaría el Padre Eterno de vuestros servicios!
¡Y cuán agradables serán a su Divina Majestad vuestros ruegos y peticiones!
Pues, rogad por mí: Pedidle a su divina Majestad remedie mis miserias,
socorra mis necesidades y consuele mis aflicciones. Usad conmigo la piedad
que usasteis con la Virgen Madre, pues os lo pido por aquella Sangre que
tiñó vuestros vestidos y lavó vuestras almas. Amén.

℣. Rogad por nosotros, oh Santos José y Nicodemo.


℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

ORACIÓN Oh Dios, que te dignaste elegir a los bienaventurados San José


de Arimatea y San Nicodemo para que, despuesto de la Cruz el Cuerpo de tu
dilecto Hijo Jesús, le honrasen enterrándole en un sepulcro nuevo,
concédenos te suplicamos que, purificados por la Sangre de tu mismo Hijo,
y consepultos y configurados con su muerte, vivamos eternamente en Él, por
Él y con Él. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


DÍA SEGUNDO
ORACIÓN
Varones Santos, José y Nicodemo, que despreciando la murmuración de los
Judíos, y apreciando como única verdadera honra ser discípulos de
Jesucristo, no dudasteis dar testimonio público de que lo érais, yendo al
Calvario a bajar de la Cruz al Redentor Sagrado: Mirad, que lejos yo de
imitaros, he dejado de hacer muchas acciones virtuosas por el qué dirán del
mundo, remediad esta necesidad de mi alma, y pedid a Dios nuestro Señor
me dé luz para conocer que nada hay de que me deba avergonzar sino del
pecado, y nada hay que honre a un Cristiano sino obrar como discípulo de
Jesucristo. Amén.

DÍA TERCERO
ORACIÓN
Varones Santos, José y Nicodemo, que ilustrados con las luces de la fe, y
conociendo que el cuerpo que estaba colgado en la Cruz era de un verdadero
Hombre y verdadero Dios, no os desdeñasteis de ejercitar con él los oficios
humildes y bajos de arrimar las escalas y subir por ellas a bajarlo: Interceded
por mí con Dios nuestro Señor, y suplicadle me conceda el espíritu de
humildad, para que cerrando mi corazón a las ideas y a los pensamientos
altivos y orgullosos, no me desdeñe de ejercitar con mis prójimos los oficios
caritativos que pidiere su necesidad. Amén.

DÍA CUARTO
ORACIÓN
Varones Santos, José y Nicodemo, que habiendo desclavado de la Cruz el
Sacrosanto Cuerpo del Salvador, lo recibisteis en vuestros brazos, y lo
cargasteis, y teñisteis vuestros rostros y manos con la Sangre que manaba de
las heridas: Felices mil veces vosotros, por haber dado los primeros abrazos
al Héroe que acaba de triunfar del demonio, de la muerte y del pecado:
volved, volver a abrazarlo por mí, dadle los plácemes por la victoria que ha
conseguido, y pedidle me ayude misericordioso con su gracia, para triunfar
también de mis enemigos. Amén.

DÍA QUINTO

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


ORACIÓN
Varones Santos, José y Nicodemo, que llenos del espíritu de veneración y
reverencia hacia el Cuerpo deífico de Jesús, no permitisteis se envolviese en
otro lienzo que, en una sábana nueva, limpia, que no había servido a otro
alguno; infundid en mi corazón iguales sentimientos de respeto y veneración:
alcanzadme de Dios nuestro Señor lágrimas de verdadera penitencia para
purificarlo de las asquerosas manchas de mis culpas, y poderlo ofrecer limpio
a su Divina Majestad. Amén.

DÍA SEXTO
ORACIÓN
Varones Santos, José y Nicodemo, que después de haber bajado de la Cruz
el Cuerpo Santo de Jesucristo, lo pusisteis en los brazos de su Madre
Santísima, regalándola con el más apreciable tesoro que hay en los Cielos y
en la tierra: ¡qué ocasión tan oportuna ésta para pedir mercedes! Pedidle a
esa Señora, que en cambio del regalo tan rico que le hacéis, me reciba a mí
en los brazos de su protección, y me conceda la gracia que necesito para
obrar como hijo suyo, y no desmerecer el beneficio que me hizo Jesús desde
la Cruz, de dármela por Madre. Amén.

DÍA SÉPTIMO
ORACIÓN
Varones Santos, José y Nicodemo, que sin reparar en gastos, ni deteneros en
el precio, comprasteis una gran cantidad de bálsamos y especies aromáticas
para embalsamar el Cuerpo deífico del Crucificado, y dar con esto un
testimonio auténtico de la alta estimación con que lo venerabais; yo os
suplico intercedáis por mí con ese mismo Señor, y le pidáis me conceda la
gracia que necesito para practicar las virtudes, que son el buen olor que debo
despedir de mí, para agradar a su Majestad Santísima y edificar a mis
prójimos. Amén.

DÍA OCTAVO
ORACIÓN
Varones Santos, José y Nicodemo, que, para hacer el último obsequio
religioso a vuestro divino Maestro, tomasteis en vuestros hombros el féretro
o ataúd en que iba el Cadáver Sacrosanto, y caminasteis con él hasta el

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Sepulcro: permitidme que os vaya yo también acompañando; suplicad a la
afligida Madre del Difunto infunda en mi corazón afectos de compasión y de
ternura, para tener siempre en mi memoria la Pasión de su santísimo Hijo y
sus Dolores, y consolarme con ella en mi muerte. Amén.

DÍA NOVENO
ORACIÓN
Varones Santos, José y Nicodemo, que movidos del Espíritu Santo elegisteis
para sepultar al Salvador un Sepulcro nuevo, entero y virgen, en que nadie
se había depositado, para dar a entender que éste, y no otro, convenía a quien
había nacido de Madre Virgen, intacta y pura: seáis por toda la eternidad
benditos del Señor por la piedad que habéis usado con el Hijo y con la Madre:
usadla también conmigo, y no ceséis de pedir al Padre Eterno que labre en
mi pecho, con el poder de su Gracia, un sepulcro digno de Jesucristo, a quien
adoro real y verdaderamente presente en la Hostia consagrada. Amén.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


NOVENA A SANTA ELENA, EMPERATRIZ

Puesto en la presencia de Dios el que hiciere la novena, persígnese


devotamente y haga el siguiente Acto de Contrición:

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor


✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICCIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, que estáis realmente
presente en el Cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar: ante vuestra
soberana presencia se presenta este vil gusanillo de la tierra, esta miserable
nada que, degenerada de su grandioso y elevado ser por el pecado original,
esclava del demonio y sujeto a la muerte eterna, moraría en compañía de los
réprobos si Vos, Dios mío, en vuestros inescrutables designios, no os
hubierais compadecido del hombre pecador, dándole la vida de la gracia a
costa de vuestra misma vida, rendida voluntariamente en un afrentoso
patíbulo, del cual se había dicho mil quinientos años antes: «Maldito es de
Dios el hombre que muere colgado en un leño». Por este mismo leño que
santificasteis con vuestro contacto divino, y que ha venido a ser la insignia
que nos sella, distingue y da el título de hijos de Dios y herederos del Cielo;
os pedimos, ¡oh Salvador nuestro!, el perdón de los pecados actuales con que
hemos manchado y dado muerte a nuestras almas. Dadnos, Señor, que
podamos hacer un acto de verdadera contrición, don precioso que sólo Vos
podéis conceder, que no podemos alcanzar por nosotros mismos, siendo,
como somos, incapaces hasta de un buen pensamiento. Por vuestra
misericordia infinita, por los méritos de vuestra Sangre, Pasión y muerte
santísimas, y por aquella caridad inmensa con que bajasteis del Cielo a la
tierra y Os quedasteis Sacramentado con nosotros, os pedimos, con todo el
fervor de nuestros espíritus, que nos libréis de la repentina e impenitente
muerte y que, deshecho nuestro corazón en amargo llanto, podamos decir
como verdaderos penitentes: «pecamos, Dios mío; pecamos, Señor y Padre
nuestro; pecamos y nos pesa; tened misericordia de nosotros». Amén.

DÍA PRIMERO
ORACIÓN
Gloriosa Santa Elena, que destinada por el Altísimo para desempeñar la
importantísima misión que había de engrandecer al Cristianismo con los más

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


elevados timbres de gloria y poderío, te concedió un hijo cuya educación,
por estar separado de su padre, quedó a tu solo cuidado, y a quien supiste
preparar su tierno corazón como un fértil terreno en que había de germinar
la semilla fecunda, cuyos renuevos lozanos exterminasen la vil cizaña de la
idolatría que por más de trescientos años afligiera a la Iglesia de Jesucristo;
supiste formar aquel gran Príncipe que, por virtud de la Cruz del Salvador y
a favor de tus ruegos, había de alcanzar la más completa victoria sobre el
tirano Majencio. Te suplicamos, Santa gloriosa, por el gozo que
experimentasteis al oír de la boca de Constantino que aquella victoria la
debía a la virtud de la Santa Cruz, y por los singulares favores que te dispensó
el Altísimo, nos alcances de su Soberana Majestad la gracia de una verdadera
contrición, y el favor especial de ver en nuestros tiempos triunfantes a la
Iglesia Católica de los ataques de sus perseguidores; a estos infelices, libres
de la espesa venda que les impide conocer su error, y a cada uno de los que
te hacemos esta Novena, el logro de la gracia particular que te pedimos.
Amén.
Se pide interiormente lo que se desea.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS


Omnipotente y Soberano Jesús, que compadecido de nuestra miseria os
ofrecisteis a vuestro Eterno Padre como víctima superabundante para
rescatarnos, devolviéndonos la cédula de condenación y esclavitud eterna
que nuestros padres firmaron por su desobediencia en el Paraíso,
condenándonos a no ver la hermosura de vuestro rostro y a ser desventurados
por toda la eternidad. Para esto, Señor, quisisteis encarnar en el seno
purísimo de una Virgen Inmaculada a quien, en vuestra justicia, misericordia
y poder, preservasteis de toda culpa, no obstante que era hija de aquellos
mismos padres delincuentes; quisisteis haceros por este medio descendiente,
como hombre, del primer padre pecador, y cargar, siendo justísimo e
impecable, con la inmensa deuda de todo el linaje humano; y no siendo
bastante la humanidad entera para desagraviar a un Dios ofendido, os
ofrecisteis, como Dios y como hombre, para rescatarnos; y tomando la forma
de un criminal de lesa Majestad Divina, sufristeis la más afrentosa muerte,
elevado en una Cruz, patíbulo infame, que vino a ser por vuestra mediación
el signo de alianza entre Dios y el hombre, la señal de paz entre el Cielo y la
Tierra. Os suplicamos, Señor, por la predilección con que escogisteis a la
bienaventurada Santa Elena, entre todos los Santos, para que como antorcha
lucidísima descubriese aquel tesoro oculto por vuestros enemigos, y lo legase
a la Iglesia que os confiesa Creador, Redentor y Glorificador. y que por los

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


méritos de la misma gloriosa Santa, nos concedáis todas las virtudes con que
habéis favorecido a vuestros fieles confesores, y el triunfo contra todos los
que niegan la obediencia a vuestro Vicario sobre la tierra y desconocen
vuestro poder en el Cielo, en donde todos alabemos vuestro nombre por toda
la eternidad. Amén.

Tres Padrenuestros y Avemarías, con Gloria Patri, en memoria de los tres


clavos que traspasaron las Santísimas manos y pies de Nuestro Señor
Jesucristo.

GOZOS
Santa Emperatriz Elena,
Fiel amante del Señor:
Alcanza victoria plena
A la Cruz del Redentor.

Nacida en país pagano,


Su corrupción no imitaste,
Las virtudes practicaste
Cual las practica el cristiano,
Siguiendo el impulso humano
Que te infundiera el Criador.

De Constancio casta esposa,


Fuiste de esposas modelo,
Ejercitando tu celo
En agradarle amorosa,
Y en no disgustarle en cosa
Que alterase el mutuo amor.

Sin justicia repudiada,


E inocente en tu conciencia,
Soportaste con paciencia
Ofensa tan señalada,
Que fue por ti perdonada
Sin que abrigaras rencor.

Llamado al trono tu hijo,


Tu situación mejoró,
Y la amargura calmó

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


De tu padecer prolijo;
Y te dio dominio fijo,
Y riquezas y esplendor.

En caridad encendida
Cristiana fuiste a tu vez,
Discípula de quien es
Camino, Verdad y Vida:
Y te viste distinguida
Con gran humildad y fervor.

Cuando el grande Constantino,


Ardiendo en santos anhelos,
Vio aparecer en los cielos
Aquel Lábaro divino:
Viste ensancharse el camino
De la gloria del Señor.

«Vencerás con este signo»,


Dijo la voz celestial,
Y el ejército imperial
El triunfo alcanzó condigno;
Y tu hijo se mostró digno
De la fe del Salvador.

Por devoción a la Cruz


A Jerusalén marchaste,
Y los sitios visitaste
Que santificó Jesús:
Él te llenó de su luz,
De fe, esperanza y amor.

Y hallaste el madero santo


En fuerza de excavaciones,
De limosnas y oraciones,
Y de ayunos y de llanto:
Tembló el Infierno de espanto;
Tú de ternura y amor.

De tres cruces que se hallaron

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Se ignoraba cuál sería
La en que al Hijo de María
Los judíos enclavaron,
Y a un cadáver las tocaron
Para evitar el error.

Al tacto de la tercera
El muerto resucitó,
Y el milagro declaró
Que era la Cruz verdadera:
Así tu piedad sincera
Recibe el premio mayor.

Y eriges templos suntuosos


Y piadosas fundaciones:
Y heroicas son tus acciones,
Y tus méritos gloriosos:
Das a los menesterosos
Pan, y consuelo, y valor.

Llena de merecimiento
Llegas al fin de tu vida,
Y eres de Dios asistida
En tan terrible momento;
Vuelas a su llamamiento
En éxtasis arrobador.

Ve la patria colombiana
Ardiendo en impía guerra,
Bañada en sangre la tierra
Por una secta tirana.
¡Haz que la discordia insana
¡Se disipe, y su furor!

Enemigos implacables
De la virtud y el hogar,
La Iglesia quieren volcar
Y destruir con sus sables.
¡Tú sus armas formidables
¡Embotarás, y su ardor!

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Protege desde tu gloria
A los soldados cristianos
Que, alzando al Cielo las manos,
Piden alcanzar victoria:
Y te aclamará la historia
Su caudillo vencedor.

Haz que humillado el impío


Reconozca su impotencia,
Y haga digna penitencia
De su loco desvarío;
Que venza como al judío
La Cruz al perseguidor.

Y el pueblo reconocido
A tu augusta protección,
Crecerá en su devoción,
De tus favores vencido:
Y tu nombre bendecido
Será con santo fervor.

Santa Emperatriz Elena,


Fiel amante del Señor:
Alcanza victoria plena
A la Cruz del Redentor.

℣. Ruega por nosotros, bienaventurada Santa Elena.


℟. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.

ORACIÓN: ¡Oh Señor mío Jesucristo!, que os dignasteis revelar a la


Emperatriz Santa Elena el lugar en donde estaba sepultada vuestra Cruz
Sacrosanta para que, hallado tan preciado tesoro, se viese enriquecida vuestra
Iglesia: concedednos por intercesión de tan dichosa Santa, que por el mérito
del divino Madero consigamos los premios de la vida eterna. Y por los
favores que dispensasteis a aquella gloriosa heroína del cristianismo, aun
después de su muerte, obrando prodigiosamente milagros por su intercesión
y por medio de sus reliquias, que guarda su sepulcro: os pedimos
afectuosamente el triunfo y esplendor de vuestra santa Religión en nuestra
República y en todo el mundo. Os lo pedimos también, y especialmente por

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


la virtud y méritos de la santísima Cruz, por los de los Clavos que hirieron
vuestros santísimos pies y manos, y por los de la Lanza que traspasó vuestro
sacratísimo costado, y nos abrió la puerta de vuestro amabilísimo Corazón.
Amén.
Un credo, acompañando a Jesús en su última agonía, por intención de los
agonizantes.

DÍA SEGUNDO
ORACIÓN
¡Oh dichosa Santa Elena!, a quien Dios concedió excelsas virtudes,
especialmente la de la humildad, pues habiéndote condecorado tu hijo
Constantino con el título de Emperatriz, no hiciste alarde de tu grandeza sino
para procurar la pronta erección de templos magníficos al Cristianismo,
templos que el Emperador mandó edificar sobre las ruinas a que hizo reducir
los de los paganos, después de haber conseguido espléndidos triunfos sobre
Máximo y Licinio, sus concolegas en el Imperio, reconociendo deber esas
victorias a la asistencia del Cielo. Por el gozo inexplicable que tuviste, Santa
gloriosa, cuando oíste el decreto del Emperador, que anulaba los edictos de
sus antecesores, hostiles y opresores de los Cristianos, y cuando supiste la
expedición de edictos nuevos que los favorecían y mandaban abolir las
supersticiones gentílicas, ordenando al mismo tiempo que se ejercieran
libremente los divinos oficios del culto católico; te suplicamos nos alcances
del Señor que veamos pronto el fin de la guerra fratricida y cruel que nos
aflige, el triunfo completo de la causa de la justicia y de la Religión sobre la
fuerza opresora y la impiedad audaz, y que con espíritu de humildad
reconozcamos que tales beneficios sólo podemos alcanzarlos por los méritos
infinitos y bondad inmensa de Nuestro Señor Jesucristo; y en fin, alcánzanos
gracia para que, llenos de gratitud, demos las debidas alabanzas a su Divina
Majestad, y penetrados del amor del prójimo, pidamos la conversión de los
enemigos de Dios, y alcancemos el favor especial que te pedimos. Amén.

DÍA TERCERO
ORACIÓN
¡Oh bienaventurada Santa Elena!, que habiendo abrazado antes que tu hijo
la Religión santa de Jesucristo (Así lo escriben San Paulino y otros autores),
lograste disponer el corazón de Constantino, inspirándole nobilísimos
pensamientos y persuadiéndole que en sus acciones heroicas estaba
vinculada la protección divina, experimentada tan visiblemente en los

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


prodigiosos triunfos que conseguían sus armas sobre todos sus enemigos.
Por la alegría que irradiaba en tu corazón, dichosísima Santa, y por la dulce
satisfacción de tu alma cuando comprendiste que el Emperador reconocía a
Jesucristo como único y verdadero Dios, y que estaba íntimamente
persuadido de que todas sus victorias las debía a la Cruz, insignia y señal de
los profesores de la verdadera Religión; te suplicamos nos alcances de
Nuestro Señor la fe con que lo conociste y lo enseñaste a conocer, la
esperanza de salvarnos en Él y por Él, la caridad para amarle eternamente, la
gracia de ver a nuestra Patria libre de los errores que la aquejan y amenazan,
el valor suficiente para resistir, combatir y vencer a la impiedad, y el favor
particular que cada uno te pedimos. Amén.

DÍA CUARTO
ORACIÓN
Gloriosa Santa Elena, que favorecida por el Altísimo con la más viva
inspiración, te encendiste en deseos irresistibles de buscar aquel Estandarte
regio por el cual se obró nuestra Redención y se obtuvieron los triunfos tan
señalados de Constantino, el cual mandó que se demoliese el templo profano
que los gentiles habían levantado sobre el Santo Sepulcro, y que allí se
edificase otro suntuosísimo Templo de Jesucristo; y tú, encargada por tu hijo,
tomaste a tu cargo esa grande obra, considerando ser aquella la ocasión más
oportuna para el descubrimiento del precioso tesoro que deseaban ver tus
ojos. Por el ardiente deseo en que te abrasabas, Santa dichosa, de ver
estrechar en tus brazos y adorar rendidamente aquella santísima reliquia, y
por la liberalidad con que hiciste uso de la dignidad augusta de Emperatriz,
disponiendo del tesoro imperial para construir y enriquecer los templos con
magníficos dones, y dar esplendor al culto divino; te pedimos nos alcances
el triunfo de nuestra sacrosanta Religión, la humillación de sus enemigos, la
libertad del Soberano Pontífice, la paz de nuestra República y el favor que te
pedimos en esta Novena. Amén.

DÍA QUINTO
ORACIÓN
¡Oh fortísima y valerosa Santa Elena!, que provista de amplísimas facultades
emprendiste el viaje a Jerusalén, sin que los trabajos e incomodidades de la
peregrinación, ni tu avanzada edad de casi ochenta años, ni los obstáculos
que a las grandes empresas opone el enemigo, fueron bastantes para hacerte
renunciar a la apetecida gloria de visitar los Santos Lugares que nuestro

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Divino Salvador santificó con su preciosa Sangre. Dando allí expansión a tu
ardiente espíritu, recorriste todos los monumentos, siendo tu principal deseo
hallar la Santa Cruz, oculta maliciosamente por los gentiles. Te suplicamos,
gloriosa Santa, por el ardiente anhelo con que buscabas tan divino tesoro, y
por las últimas revelaciones con que Dios quiso recompensar tu fe, nos
alcances de su poder infinito la gracia de hallar la paz en la Iglesia,
conturbada por la malicia de sus enemigos, de ver libre al Vicario de Nuestro
Señor Jesucristo de la opresión de sus perseguidores, convertidos a éstos de
su mal camino al de la Verdad, y la gracia particular que te pedimos en esta
Novena. Amén.

DÍA SEXTO
ORACIÓN
¡Oh dichosísima Santa Elena!, que siendo el objeto especial de tu
peregrinación a Jerusalén el de buscar la Cruz del Salvador te dirigiste al
lugar de su Sepulcro, discurriendo que, como era de costumbre enterrar a los
ajusticiados con los mismos instrumentos de su suplicio, podrías hallar allí
el Tesoro porque anhelaba tu alma; y viste con dolor que por el odio que los
gentiles profesaban al Crucificado, habían hecho todo lo posible para borrar
hasta la memoria del Santo Sepulcro, pues, además de haber terraplenado la
gruta y levantado considerablemente la superficie antigua, habían edificado
allí un sacrílego templo a la diosa Venus, en cual se ofrecían los más
abominables sacrificios. Te suplicamos, Santa nuestra, por la constancia con
que esperabas de la Divina Providencia el vencimiento de todos los
obstáculos que oponían a tu empresa, nos alcance de Dios el remedio de tanto
mal con que la impiedad aflige a aquella misma Iglesia, a quien tu hijo
Constantino dio entera libertad, obteniendo milagrosos triunfos contra los
paganos; y ruegues por nosotros para que consigamos, si nos conviene, el
favor que te pedimos, cada uno en particular. Amén.

DÍA SÉPTIMO
ORACIÓN
Gloriosísima Santa Elena, que ejercitando el poderío que, como a
Emperatriz, te confirió Constantino, hiciste demoler el infame monumento
de la impiedad y, guiada por la tradición, mandaste cavar tan profundamente
bajo sus ruinas, que al fin se descubrió el Santo Sepulcro, y con él tres cruces,
pues impíamente habían reunido los gentiles la del Salvador con las de los
ladrones, y el título de la primera, que le había puesto Pilatos, estaba

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


separado de ella. Movida de tu fe hiciste poner las tres cruces en contacto
con una señora que estaba agonizando, y al acercarle la tercera, quedó sana
repentinamente. Hecha la misma experiencia con un cadáver, resucitó al
instante, y de esta manera milagrosa se reconoció el precioso Madero en que
murió nuestro Redentor. Por el incomprensible gozo que sentiste cuando,
abrazada de aquel codiciado Tesoro, lo bañaste con lágrimas de la más dulce
ternura, lo dividiste después, dejando una parte en el magnífico Templo que
construiste en el lugar del Santo Sepulcro, y la otra mitad, engastada en
piedras preciosas, la condujiste a Roma, dedicada a Constantino; y por el
gozo que tuviste al ver burladas las maquinaciones con que los gentiles
intentaban extinguir hasta el nombre de Cristiano; te pedimos, Santa
dichosísima, nos alcances del Divino Crucificado, por los méritos de su
Pasión santísima, por las agonías que padeció enclavado en la Cruz, y por la
virtud que a esta le comunicó, que nos socorra en las necesidades actuales,
dando término feliz a la guerra encarnizada que nos hacen nuestros
enemigos, injustos e impíos, con el sacrificio de muchos de nuestros
hermanos; que reciba la sangre de estas víctimas como la de tantos millones
de mártires que rindieron su vida en defensa de la Fe Católica, y que nos
conceda, por gracia, el favor particular que le pedimos por su intercesión.
Amén.

DÍA OCTAVO
ORACIÓN
¡Oh bienaventurada Santa Elena!, que no satisfecha tu piedad con el
magnífico monumento que hiciste construir sobre el Santo Sepulcro, erigiste
otro templo en el Monte de los Olivos, desde donde ascendió Nuestro Señor
Jesucristo a los Cielos, y otro en la Cueva de Belén, en que nació para la
salud del mundo, los cuales enriqueciste con alhajas preciosas y riquísimos
dones; y partiendo de Jerusalén a visitar los demás Santos Lugares de la
Palestina, edificabas a los habitadores de aquellos desiertos con tu admirable
conducta, no permitiendo que los siervos de Dios que santificaban esas
soledades, le tributasen los honores debidos a la Emperatriz del mundo, antes
bien, los llenabas de edificación con tu humildad, con tu modestia y con la
sumisión con que los venerabas y tratabas, dejándoles para eterna memoria
varios oratorios y aun basílicas, a fin de que en ellos se diesen a Dios los más
reverentes cultos. Te suplicamos, piadosísima Santa, por la constancia y los
especiales favores con que el Divino Jesús te asistió en aquellas santas
peregrinaciones, y por el copioso fruto que ellas reportaron a la Iglesia, nos
alcances del Señor el espíritu de devoción que a ti te concedió, y con qué

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


mereciste tantos beneficios, para que nuestras peticiones, acciones y
sufrimientos sean aceptados a los divinos ojos, y podamos conseguir el favor
particular que solicitamos en esta Novena. Amén.

DÍA NOVENO
ORACIÓN
¡Oh atleta sagrada Santa Elena!, que despedida de la Tierra Santa con tiernas
lágrimas, hiciste tránsito por diferentes ciudades del Oriente, en las que dejas
inmortales monumentos de piedad, y socorriste con liberalísima mano a los
pobres necesitados, viéndose los caminos por donde pasabas poblado de
innumerable concurso de gentes, que de todas partes venían a pedirte gracias,
y a quienes recibías con la mayor dulzura y suavidad, dispensándoles todos
los favores y beneficios que necesitaban y que estaba en tu mano
concederles. Por la profunda humildad con que recibiste, entre vítores y
aplausos, la más honrosa sumisión de los habitantes de los pueblos en
aquellas dilatadas jornadas, a imitación del Divino Nazareno, y haciendo de
esa heroica virtud la base fundamental de tu conducta; por tus demás
excelentes virtudes, y por la gloria que con su brillo ha recibido la religión
de Jesucristo; te pedimos, dichosa Santa, alcances de la Majestad divina la
conversión de los enemigos de la Iglesia, especialmente de aquellos que por
una culpable ignorancia no conocen que la persiguen, aplicándoles aquella
súplica de Jesús moribundo a su Eterno Padre: «Perdónalos, Señor, porque
no saben lo que hacen»; y, finalmente, la gracia que por tu intercesión hemos
pedido en esta Novena, si conviniere para nuestra salvación. Amén.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


NOVENA DE LA
SANTA VERÓNICA O ROSTRO SANGRIENTO
DE NUESTRO PADRE Y
AMOROSÍSIMO SEÑOR JESUCRISTO

EFICACÍSIMA
Para lograr una buena vida, y dichosa muerte, y también para
cualquier trabajo, o necesidad, y en especial para conseguir la sanidad
del cuerpo en las enfermedades, principalmente, de la peste.

COMIENZA
nueve días antes de la Dominica segunda después de la Epifanía del
Señor, y puede hacerse en cualquier tiempo del año

INTRODUCCIÓN
La amantísima Virgen Santa Gertrudis, y la venerable sierva de Dios Sor
María de Jesús, religiosa de la Concepción de la Puebla, se ocupaban
continuamente en los cultos devoción, meditación, y desagravios, á el
sagrado bulto de nuestro divino Señor, y padre Jesús, que se llama la santa
Verónica, de quien lograron muchos consuelos, diciéndoles su majestad cuan
agradable le era esta tierna memoria, con la que las hizo singulares favores,
y que los mismos haría a cuantos se difieran con reverencia, y repetir tal
devoción. Mira como Jesús te pone a cada paso los rectos caminos de tu
salvación, no los desprecies.

ACTO DE CONTRICIÓN
A vos se debe, Señor, por vuestro infinito ser todo amor, todo querer, toda
alabanza y honor, o si se hallara mi amor en tan encumbrada esfera, que sin
que nada quisiera y sin que nada esperará, á voz, por voz, os amara á voz,
por toz, os temiera.

DIA PRIMERO
Considera, alma, á el piadosísimo Jesús en la casa de Anás, y atiende, como
por Señor respondió humildemente la pregunta, que el Pontífice le hizo uno
de los ministros, de los más favorecidos del Señor, hirió su hermosísimo
rostro con una bofetada diciéndole: así respondes al pontífice, a que su
majestad dijo, si mal hable muestra en qué; y si bien, porque me hieres.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Contempla este bellísimo Rostro moreteado y ensangrentado de tan cruel
golpe, dado con mano calzada de fierro, y haz cuenta que el Señor te dice,
cuando le ofendes, lo mismo que al ministro.

Pasando el rato de la meditación en este paso, como en los demás de cada


día se rezarán nueve padres nuestros, en obsequio a las llagas de su
santísimo Rostro, y a las de su sagrada cabeza, y luego:

ORACIÓN
¡Oh amorosísimo Jesús! como te darán en cara, más que la bofetada de Maleo
mis repetidas culpas: dé avergonzado no acierto a alabarte y a pedirte, tengas
lastima mí; pero ya hablan con llanto mis ojos y te piden los purifique la luz
de los tuyos, para que no miren más que a tu rostro, espejo de sus amores,
dádmela en todo Padre mío, para que calle cuando sea ofensa tuya, y hable
solo para alabarte. Amén.

VERSOS EN ALABANZA DE LOS CINCO SENTIDOS DEL SEÑOR

Esos tus divinos ojos,


con tantas penas obstruidos,
son los mayores válidos,
para tus justos enojos.

Estribillo:
¡Oh Jesús! que tus sentidos,
tormentos raros sufribles,
por la pena que sentiste,
Haz que te amemos rendido.

A tus oídos grande audacia,


Lo cercan graves tormentos,
porque yo tus llamamientos,
responda con eficacia.

Al olfato más bien visto,


arrojando cofactores,
y es porque en suaves olores,
fragancia exhala Cristo.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


El más sazonado gusto,
con fieras salsas mezclado,
me estimule que, al pecado,
me cause grande disgusto.

Vuestro sentido del tacto,


clama con dolor profundo,
por qué con nada del mundo,
celebra amistad ni pacto.

SEGUNDO DIA
Considera, como de casa de Anás, llevan al Señor a la de Caifás, donde
preguntado por Dios vivo, quien era respondió obediente lo que convenía;
airado el pontífice, y los ministros descargaron tal lluvia de bofetadas, y
escupitajos; sobre su lastimado Rostro, que ya no tenía aspecto de hombre.
Y pregúntate, cuantas bofetadas le has dado a tu padre Jesús con tus
juramentos falsos, que salivas asquerosas las de las maldiciones en que
prorrumpes.

ORACIÓN
¡Oh ensangrentado Jesús! tu Rostro lleno de dolores, y de inmundas salivas,
que te ha arrojado la sucia boca mía, en juramentos, en maldiciones, ¡y otras
irreverentes palabras! loco está quien tal hace, páguelo mi arrepentimiento,
más no tu indignación y con la protesta que hago de alabar y bendecir tu
santísimo nombre de toda mi vida. Amén.

TERCER DÍA
Considera a tu redentor; en aquella Sentina, o aposento, donde inmoble con
los muchos y fuertes cordeles con que los judíos, le ataron a un peñasco, el
acompañamiento que tiene una noche entera, es de sabandijas, hediondez y
la más grave, la de aquellos rabiosos canes, que atándole sus divinos ojos
coa un andrajo, le hacen juguete para, sus burlas pesadas entre sus sacrílegas
manos, por los muchos golpes, y palos que en todo su cuerpo y en su sagrado

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Rostro le daban diciéndole: ¿adivina quién te dio? mira, que tú no tienes que
adivinar pues conoces al ofensor, y al ofendido.

ORACIÓN
Oh atormentadísimo Jesús de mi alma, ya sé que sientes ver más mí corazón
hecho calabozo de iniquidades, donde entre sus tinieblas viven de asiento
mis vicios que tu continuado padecer en ese vil sótano. Si aquellos verdugos
no se hallaban capaces aun con tanta luz de adivinar quién eres, yo sí que
conozco, que eres mi padre, y con dolor de haberte agraviado, te prevengo
buen hospedaje en mi pecho, descansa en él, mi Jesús, para que yo viva, y
para que lográndote a sí Sacramentado, por tu amor muera. Amen,

CUARTO DIA
Considerar la suma obstinación de los infernales ministros, pues no
contentos de ver el señor herido, y desfigurado su santísimo Rostro, con el
rigor de cinco mil, y más azotes, dejan su virginal cuerpo tan desgarrado,
como su Rostro. Y quien, a cada paso, así lo ejecuta, sino es la humana
malicia, pasando muchas veces las culpas a la mayor gravedad de sacrilegios
o que crueldad volver azotar a Jesús, en pago de haber sacado amante la cara
por defender a los mortales.

ORACIÓN
¡O pacientísimo Jesús! si los pecados de escándalo, si las acciones
indecorosas, que he cometido, no han dejado un lugar sano, ni en tu rostro ni
en tu cuerpo, yo protesto humilde, y contrito no volverte a azotar con mis
desvergonzadas acciones, y con la diciplina de tus amables sagrados
consejos, destronar las abominables en que he incurrido, para hallar siempre
pronta tu misericordia. Amen.

QUINTO DÍA
Considera aquel indecible tormento dé la, coronación del Señor, y en él,
como el ímpetu de los juncos, hacen que llueva sangre a él cielo de su rostro,
allí fue donde repitió la malicia de los soldados, azotar sus delicadas mejillas
con las zuelas de los zapatos. Y Aquí es donde has de conocer la soberbia, y
ambición, y torpes pensamientos en que has vivido.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


ORACIÓN
¡Oh mi -Rey y mi Jesús! si las agudas puntas destrozan con tanto rigor tú
divina cabeza, que habían hecho los muchos y repetidos pensamientos torpes
en que he consentido, solo un. corazón vacío de culpas puede ser feliz
estanque de tanta sangre: pues logre yo ver el mío inundado en ella: y con tu
favor desnudo de pecados, camine con pie recto a él orbe de tu gracia, donde
sin las espinas de mis culpas, admite tus maravillas. Amen.

SEXTO DIA
Considera al Señor en aquel lastimosísimo paso, que ordenó su majestad
divina, para mayor padecer: y fue el que, deseando la santísima Virgen, ver,
y acompañar a su dulcísimo hijo, le salió al encuentro por el atajo de una
Calle, donde se pusieron cara a cara a aquellos dos eclipsados soles, el de
Jesús lleno de sangre, salivas y golpes, el de María, anegado en lágrimas
¿que se dirían mudamente aquéllos fidelísimos amantes? ¿qué sentiría Jesús
con ver a María, ciega entre tanto llanto? y que sentiría María ver a Jesús,
ciego entre tanta inmundicia. Punto más para meditarlo, que para dicho.
Atiende alma, a esos dos lastimados Rostros y confiesa ser tú la causa de sus
dolores.

ORACIÓN
¡O divino Rostro de Jesús! en que miro el de mi afligida Reyna María, a los
dos contemplo por mi deshechos lino á bofetadas otro entre lágrimas: más,
ya son más repetidos mis sentimientos, y pues a los dos Rostros más
peregrinos ofendo con mis delitos; no cesaré jamás de llorarlos, para con el
justo golpe de la mortificación, y el gemido, consiga ver tan hermosísimos
Rostros en el cielo. Amen.

SÉPTIMO DÍA
Considera a este divino Señor entre- multiplicadas fatigas por la calle de la
amargura, y que afligido, y desmayado entre sudores de muerte, y
desmayado entre sudores de muerte, y su amabilísimo Rostro de negrido de
los cardenales, salivas, y polvo, tiene el alivio en el lienzo, que una varonil

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


y piadosa mujer le aplicó para limpiárselo. Y mira la generosidad en que su
amor corresponde al obsequio, pues a uno de la santa mujer, lo retorna con
tres peregrinas estampas de sus dolores.

ORACIÓN
¡Oh piadosísimo Jesús! que provecho sacó de servir como esclavo al mundo,
sino trabajos y penalidades, y en dura servidumbre, apetezca el vivir. ¡Qué
ceguedad, qué ignorancia! peto pues la conozco bien desengañado, desde
hoy solo a tú majestad he de servir y no por la correspondencia con que sabes
favorecer a los que te buscan sino solo por ser tú, tan digno de que te amen,
y sirvan; imprime en mi alma tu sagrado bulto, para que, marcado al fuego
de tu caridad, solo de tí sea esclavo. Amen.

OCTAVO DÍA
Considera al Señor con la cruz sobre sus hombros, y que después de a ver
caído dos veces, fue, con más tormentos en la tercera, pues como más
debilitado, estropeado, y desangrado, a los fieros tirones de los verdugos, no
solo cayó, sino que estampó su santísimo Rostro en la tierra, la que estaba
sembrada de agudos guijarros, mira que ingrata tierra, pues con piedras
corresponde él beneficio de verse con la más noble sangre rociada, y mira
que ingrato es el hombre, pues quiere más como tierra inculta convertirse en
piedra, que mirase rociada con más celestial lluvia para su logro.

ORACIÓN
¡O pacientísimo Jesús! tu por los suelos ultrajado, y por mí amor ¿tu
pisoteado de aquella perversa gente, y porque yo me levanté? tú sacratísimo
Rostro obscurecido coa la masa que permitió tu providencia, formada de
sangre y tierra ¿Hasta donde llegan tú beneficios, queriendo mezclar tu
sangre con la miserable tierra, cual es el hombre? ya los contemplo, admiro,
y en prueba de mi conocimiento, y desengaño, protesto arrepentido, vivir
siempre sujeto a tus preceptos, unido a tu voluntad, y desapegado de lo que
es mundo. Amen.

NOVENO DÍA
Considera al divino Señor ya crucificado, y levantado pendiente del sagrado
madero, hecho desprecio de aquella plebe, y que alzando su denegrido

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


despedazado Rostro se queja a su Eterno Padre, y á esté tiempo los astros de
avergonzados, y sentidos, se obscurecen, la tierra cruje, las piedras se
despedazan, el velo del templo se rasga. Mira que muestras de dolor hace
aun lo insensible, ¿y tú alma que haces?

ORACIÓN
¡O crucificado dulce Jesús! Sí el sol y la luna trasladan en sí el color de tu
rostro, para sentir tus tormentos: si la tierra se abre, para tragarse a sí misma
de sentida: si las piedras se parten, i cuando más duras, de adoloridas, sí el
velo se divide, abriendo sus hilos, el respeto ¿qué debo yo hacer como causa
de tus agonías, como instrumento de tu muerte? Ay, Jesús de mi vida, que es
lo que he hecho, y hago, es cuidar mucho de regalos del cuerpo, dándole todo
gusto, tropezando y cayendo en las más horribles culpas, olvidado de tus
ansias, ¡y de que teda tu vida ha sido penas! Mas ya levanto la cara a
contemplarte por mí crucificado, y te pido rendidamente no me dejes, ni
apartes tu santísimo Rostro, permíteme, Señor; que siempre como divino sol
lo mire para alimentarme de ensangrentados rayos, que despide, y que así lo
miren todos los cristianos, los gentiles y los herejes para que ninguno profane
tus sagradas aras, ni tu soberana ley. Haz que la cabeza de la iglesia, mire su
gobierno, y halle su salud en tu semblante. Que nuestro Monarca y real
familia, vinculen en tu Rostro sus consuelos. Que los súbditos no aparten sus
ojos de tu sagrada imagen. Que todos consigan la salud corporal, que te
piden, si les conviene, y lo más una buena muerte, para lograr gozarte en la
gloria. Amen.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


NOVENA
EN DESAGRAVIO DE LA BOFETADA QUE CRISTO RECIBIÓ DE
MANOS DEL SAYÓN EN CASA DE ANÁS

Sacada a la luz por el Bach. Dn. Joaquín María Guerrero, Clérigo


Presbítero de este Arzobispado y revisor del Santo Tribunal de la
Inquisición.
Año de 1755

ACTO DE CONTRICCIÓN
¿A quién Vida de mi alma debe esta vil criatura buscar, sino a su amante
Criador? a quien este ingrato hijo debe acudir, ¿sino a su caritativo Padre?
¿A quién está perdida oveja, sino a su celoso Pastor? Bien conozco Redentor
mío que solo obligado de tu excesiva clemencia puedes permitir en tu
presencia. Confieso que no soy digno delante de tu rostro, pues yo soy la
causa de que este gravemente herido. Oh Justo Juez y Señor mío, con que te
desagraviaré de tal ofensa, ¿con que te aliviaré este dolor? ¿Con que te podré
consolar en esta deshonra? No tengo más que ojos y corazón con que llorar
y sentir. Recibe mis lágrimas, sean lenitivo a tu grande sentimiento. Ay
Salvador mío, tu abofeteado! ¡Oh, si yo viera mi corazón hecho pedazos a
pesar de ser la causa de tal ignominia! Pésame de haber pecado Jesús mío,
pésame de que María Santísima tu madre y mi amparo, este afligida al ver tu
Rostro ultrajado. ¡Qué pena sería la de tu amantísimo Corazón al atender
que, al hijo de sus limpísimas entrañas, así lo atormentaban! Permíteme ya
Señor llegar mis indignos labios a tus Sagrados Pies, en los cuales,
derramando lágrimas de dolor, merezca, que por el precio de esta Llaga me
levante a tu amistad y gracia, concediéndome también, que persevere en ella
hasta la muerte, y que después te alabe en los Cielos en compañía de todos
tus escogidos Amén.

DIA PRIMERO
Tu Rostro, Jesús, herido
Conmueva mi corazón,
Y a el dolor de tu Pasión
Contigo se mire unido.

ORACIÓN
¡Oh Bellísima flor de los campos! Oh Cordero inmaculado tiernísimo Jesús!
¡Quien pudiera hacer de las telas de mis ojos lienzo para enjugar, y cubrir

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


esta herida! ¡Como tuvo atrevimiento un hombre de poner la mano en el
Rostro de un Dios! ¡Solo tu paciencia, solo tu grande amor pudo tolerar este
agravio! Yo deseo quitarte los enojos, y conociendo mi insuficiencia,
convido a los nueve Coros de tus Soberanos Espíritus, para que me ayuden
a bendecirte. A tí Santo Ángel de mi Guarda invoco, acompáñame a
bendecir, y dar gracias a él que á tanto costo me abrió las puertas de Tu
Reino. Millones de veces bendigo, Jesús, la Sangre preciosísima, que
vertisteis de tu Sagrada Boca: lava con ella esta alma, hacedme digno de tu
ardiente amor. Oh mi consuelo y recreo, imprime en mi memoria esta tu pena
y sentimiento, ¡y esta tristeza de tu espíritu! Enriquézcale con la virtud de la
humildad, que tanto tu deseas habite en mí. ¡Qué locura será la mía, si
viéndote abofeteado busco estimaciones! ¡Si viéndote por el suelo pretendo
honras! Quiero trabajos, y penas, pero contigo: pues no es razón que tu
padezcas, y Yo viva en delicias, y contentos, tu Pasión quiero, el que yo sea
tu compañero te suplico, para que en esta vida no te disguste, y en la otra te
alabe. Amén.

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA


Dios te Salve tristísima Señora, Madre la más atormentada del mundo, pues
tu sola padeciste, lo que no es posible tolere corazón humano: eres Madre
del Inocentísimo Jesús, por su propria naturaleza Justo, Santo, Perfectísimo,
Dechado de todo lo bueno: y por ajenas culpas en casa de un mal Juez
abofeteado. Ay Reina de tos Cielos y Tierra, qué dolor sería el tuyo, ¿al ver
tal atrevimiento? ¿Qué le sucedió a aquel insensato, cuando levanto la mano,
para herir a mi Esposo querido? Para cuando son, Princesa dulcísima las
lágrimas, si ahora no las derramo abundantes contemplar a mi amante Pastor
arrojado al suelo a la violencia de aquella hora es tiempo de que Yo uniera:
¿para qué quiero la vida si no me sirve de sentir lo que padece mí Padre?
¿Pero qué puedo hacer, si soy un mal hijo? Por tal me confieso, pues tengo
corazón para saber, que así está ultrajado mi Criador, y con todo no muero
de sentimiento, sino que le aumento sus fatigas con la malicia de mis graves
pecados. Oh tortolita mía, todos sabemos lo mucho que te agrada la memoria
de la Pasión de tu dulce Jesús, pues imprime en mi corazón este paso.
Alcánzame este favor, señálame con esta divisa: báñame Madre mía con
aquella Sangre, que mi Redentor arroja de su Boca. Mucho es lo que estima
a mi Nazareno, por él te suplico rae enriquezcas, con que Yo me dedique
muy de veras a meditar cita ignominia, quiero, que se agrave en mis
potencias, para llorarla todo el tiempo de mi vida, y después ir a adorar
reverente el Rostro de mi Jesús en la eterna gloria. Amén.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Tres Salves.

DÉCIMAS
Con una cruel bofetada
Han herido a mi Señor,
Sangre vierte a tal rigor.
De aquella boca agraciada:

Oh Majestad ultrajada.
Por esta Llaga te pido
Sea en tu amistad recibido,
Y que en la hora de mi muerte
Tenga la dicha de verte
Hallándome tu escogido.

Qué dolor padecería,


Virgen vuestro corazón
Cuando visteis, que un Sayón
De Jesús el Rostro heria.

Aquí Señora sería


Vuestro mayor desconsuelo
Viendo arrojada en el suelo
A la Majestad Sagrada
Y que de una bofetada;
Llegaba a la Tierra el Cielo.

DIA SEGUNDO
Por adular un Sayón
A el juez loco, y presumido,
Jesús, tu Rostro ha herido,
Y a tu Madre el corazón.

ORACIÓN
¡Pelicano amoroso Jesús mío Rey excelentísimo, y sobre todo el universo el
más eminente y soberano! ¿Qué te podrá decir ella vil criatura para
desagraviarte de la ofensa, que miro hecha a tu divina Persona? ¿Como

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Bienhechor mío, hubo valor en aquel sayón para ofenderte con tanta
crueldad? Como siendo Tu el que gobiernas en los Cielos, y en la Tierra no
mandes a tus Ángeles, que te librasen de tal vituperio, o por ti Tolo, pues
eres todo Poderoso, ¿no te defendieses de esa ignominia? ¡Pero como se
había de excusar tal amor de ser herido, cuando por salvar al Mundo te
ofrecisteis a los tormentos y fatigas! Grave es fin duda la que en este paso
tolerasteis, pero más enorme es la que yo con la continuación de mis delitos
te ocasiono. Mucho me lastimo de verte ultrajado, mas no considero, que
cuando te ofendo renuevo con mis culpas esta herida. ¡Quisiera morir de
dolor al pronunciar este mi atrevimiento! Venid Patriarcas Santos, asistidme,
dadme voces, comunicadme espíritu, para que yo desagravie á mi Señor.
Recibe pues, manso Cordero, los merecimientos de tus Santos Patriarcas en
desagravio de esta ofensa y concédeme, que mas no trie atreva a ofenderte,
sino, que firme, y perseverante en tu servicio, siempre atienda, que tu Rostro
mira todas mis acciones, y con tal temor, y respeto salgan dignas de que tú
las premies en tu gloria. Amen.

DIA TERCERO
Jesucristo mi Señor
Sangre vierte de fu boca,
mi pecho cual de roca
le paga este favor.

ORACIÓN
Oh Padre de las misericordias, delicioso y ameno Huerto en donde hallan
los pecadores el deleite, y alivio, que les niega el Mundo, por ser él todo
engaño, y mentira, y tú la misma verdad, fragancias, ¡y suavidad! A Vos
vengo como a mi verdadero Padre, olvida mi ingratitud, y concédeme, no tus
brazos, que no soy digno de tal favor, si, qué ponga mis labios en la bendita
tierra, que veo regada con la Sangre, que derramó ella tu castísima boca al
golpe de aquella cruel bofetada. Es posible, Capitán mío, que tanto se cegara
aquel mal ministro, que ni lo moviera tu hermosura, ¡ni lo ablandara tu
paciencia! Estaba loco cuando tal hizo, pero más insensato soy yo, pues
teniendo por el bautismo, y Católica Fe tan claro conocimiento, de que eres
el Hijo de Dios vivo, e Hijo también de la Purísima Doncella María mi
Señora, quien fue concebida sin el borrón de la culpa, me he atrevido a
ofenderte. Muchas son las obligaciones, que tengo de desagraviarte y
viéndome tan imposibilitado para hacerlo, convido á tus Santos Apóstoles, y

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Evangelistas, para que su martirio y sangre derramada en defensa de tu
nombre, te mueva a mi perdón, y quede desagraviado. Y pues tanto vale una
gota de tu sangre, por la más pequeña de esta herida te ruego humildemente,
que te acuerdes de todas aquellas almas, que están en manifiesto peligro de
perderte. Comunícanos el tesoro de tu gracia con tal firmeza, que jamás de
ella nos apartemos, si no, que acabando en paz te veamos en la gloria. Amén.

DIA CUARTO
Una manopla dé hierro
Instrumento cruel, v atroz.
Herido os dejó mi Dios,
¡Qué inhumanidad! ¡Qué yerro!

ORACIÓN
Oh Elevadísimo Monte de Santidad a cuya falda están lo más heroicos
varones y Santos contemplando cuanto los excedes en las virtudes y
perfecciones, pues de ti gozan las que los enriquezco, como que tu solo eres
la única causa, y origen de lo recto y justo. A tu sombra me pongo, para que
el Sol de tu divina justicia no castigue los pecados, que contra tu santísima
ley he cometido. Por ellos te veo mi Señor en el mayor desprecio que han
visto los mortales a ningún viviente. Si a los homicidas, y perversos no los
maltratan los Jueces, y es lo primero, que les prohíben las leyes, como a ti,
que eres el dechado, y norma de toda perfección, te tratan con tanto escarnio.
En qué pensó el sayón atrevido, que a ti te ultrajó, siendo tu dignó de todos
los respetos y veneraciones. Aplica Jesús mío, estos purísimos ojos a él Coro
de tus Confesores, que hoy te ofrezco, para que sus méritos te conmuevan al
desagravio de tal injuria. Oh si yo pudiera gravar en mi memoria de tal
manera, esta aflicción y pena, que hasta de mí mismo me olvidara, por solo
acordarme de esta fineza. Esa sangre, qué por tu venerable Barba corre, sea
el baño en donde queden lavados todos mis hermanos los hombres. No
permita que se pierdan en ellos en las afrentas, ni el pesar, que tuvo la
Santísima Virgen María tu Madre. Oblíguese, Nazareno dulcísimo, el que
somos tus hijos, eres nuestro Padre, y como tal has de compadecerte de
nuestra flaqueza y miseria. Si tu enemigo el demonio quiere despojarte de
nosotros, que somos tan tuyos por todos caminos, no consientas, que logre
sus intentos. Reduce a los Infieles, envíales ministros, que les den a conocer

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


lo que por ellos sufristeis en el discurso de tu Pasión, por lo cual Vean elle
tu hermoso Rostro en tu eterno Reyno. Amén.

DIA QUINTO
Un verdugo con crueldad
La mano puso en el sol,
Este agravio es el crisol
Del oro de su humildad.

ORACIÓN
Oh Dilatado y profundo Mar de piedades, y clemencias en donde han hallado
remedio los más enormes pecadores: yo alentado de los muchos, que has
abrigado en tus adentros, rae esfuerzo a pedirte, que con tan dulces aguas
limpies las viscosidades de mis culpas y que, atendiendo a mi vileza, é
inconstancia, no me castigues como merezco. ¿Qué pecador se ha puesto en
tu presencia verdaderamente, arrepentido, y le has negado el consuelo de
salir perdonado? Ninguno. ¿Pues como yo he de perder la esperanza de
quedar libre de mis iniquidades? Mira, Padre amoroso, que venero, saludo y
siento con todo mi corazón está herida de tu Santísimo Rostro. ¡Oh azucena
Fragantísima, nacida en el mar de tantas piedades! Míralos ríos de sangre,
que ha formado la paciencia de tus Santos Mártires. Con este tan dilatado
ejercicio pretendo hoy desagraviarte. Recibe sus méritos, acepta mi voluntad.
Bien sé, salud mía, que porque los Santos Mártires (ayudados de tu gracia)
pusieron en ti los ojos, como en su fortísimo Capitán, supieron vencer la
crueldad de sus contrarios y salieron victoriosos en las contiendas. Luego si
yo de ti me hubiera valido, si a te hubiera clamado, fuera vencedor en la
guerra de mis tres enemigos. Ea, Médico soberano, aquí tienes este enfermo
gravemente accidentado, lana me, pues te pido favor propongo no quitarme
de tu lado, quiero estarme a tus pies, y con los auxilios de tu gracia no
disgustarte más; en nombre de tu Santísima Madre concédeme este bien, por
el cual seguramente gozaré los bienes de tu gloria eternamente. Amén.

DIA SEXTO
Al Esposo Soberano
De las Vírgenes consuelo,
Un sayón puso en el suelo

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


¡Oh sacrílego inhumano!

ORACIÓN
Oh Infinita Sabiduría, Maestro universal de todo el Mundo, tú que, desde el
purísimo instante de tu admirable Encarnación, halla el punto en que
entregaste tu soberano espíritu en manos de tu amado Padre, únicamente
estuvisteis dando reglas y documentos de conservar la vida en santa limpieza,
y humildad. Hoy llego a tus sagradas plantas ofrecerte el crecido número de
azucenas, que en esta gloria te bendicen, para que por tanta pureza tenas por
bien de quedar desagraviado de la iniquidad con que te trató aquel, ministro
Malco, hiriendo tu Rostro con una bofetada. Registra, dulcísimo Nazareno
este ameno Huerto, sírvase de recreo en tanta injuria ver cuantas Vírgenes
siguiendo tus pasos, y yendo en pos de tus dolores, despreciando las pompas
y faustos de este engañador mundo, y te dieron la mano de fieles esposas. No
te acuerdes de la sacrílega, que te puso en tal desprecio, cortísimas son mis
fuerzas para quitarte los enojos, pero sé lo mucho, que te agradas de cualquier
afecto de tus hijos los hombres: Yo quisiera haber estado a tu lado, y que
aquel golpe hubiera venido sobre mí, más ya que así no fue, te suplico me
alientes y esfuerces, para que por amor tuyo sufra con paciencia todos los
dolores y adversidades, que tú quieres me vengan de tu mano. Acéptalas,
Señor, que yo de mi padecer, quiero, y deseo que solo resulte gloria a ti, a tu
Santísimo Padre, y al Espíritu Santo por los siglos sin fin. Amén.

DIA SÉPTIMO
Un hombre desvergonzado
Ay, mi Jesús, se atrevió,
A este Rostro sacro hirió
Y en sangre dejó bañado.

ORACIÓN
Oh Suavísimo Jesús, Tesoro incomprensible de beneficios, pues desde el
principio del mundo, como Dios de clemencias, antes de criar al hombre ya
le tenías prevenidas todas las cosas que le eran necesarias para la espiritual
y temporal vida, sin que por falta de lo necesario se halle contristado.
Bendiga tu gran poder y misericordia todo el universo. Bendita sea tan
excelente caridad, Siento amor mío, que este cuidado de nuestro bien, se te
pagase tan mal, atreviéndose un tirano ministro a poner su sacrílega mano en
tu delicado Rostro. Quien pensara, ¡oh gloria mía, que así habías de ser

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


correspondido! ¿Qué haré, para poder desagraviarte? Soy nada, y así nada
tengo con que obsequiarte, para quitarte los enojos y por ello intento
ofrecerte los méritos, virtudes, y amor de todos los Bienaventurados de este
tu Empíreo, junto con todo lo que te agradan los Justos de la tierra. Sea el
congreso de todas estas tus criaturas, que tanto te estiman motivo de que
quedes desagraviado, Señor, los pecados de nosotros los hombres,
acordándote del desprecio, que por salvarnos padeciste. Bien manifiesto esta,
que por nosotros mismos merecemos el infierno, pero si la preciosa Sangre,
que de tu boca vertisteis es nuestra madrina, esperamos de su valor, que
hemos de alcanzar perfecta remisión, que hemos de darte los
agradecimientos de tal favor, y que te hemos de alabar eternamente en tu
Reyno. Amén.

DIA OCTAVO
Del Señor de los Señores,
Del Santo Hijo de María,
De un Soldado la osadía
Hirió el Rostro a mis amores.

ORACIÓN
Oh Liberalísimo Jesús, que en la dulzura de tu Santo Nombre nos mostrasteis
la esplendidez de tus dadivas: pues cada vez que decimos Jesús, te llamamos
Salvador, no solo porque esperamos ser salvos eternamente, por medio de tu
Pasión, sino porque aún en esta miserable vida, nos salvas y libras de los
muchos peligros y riesgos de que nos vemos cercados. Bendito sea tu
admirable Nombre Jesús, con él es hoy mi voluntad desagraviarte y quitarte
el sentimiento de la injuria, que te hizo aquel insolente Soldado, poniendo la
mano en tu bellísimo Rostro. Acepta, bien único de las almas la oferta, qué
te hacemos en decir repetidas veces Jesús. Y puesto que eres tan Santo Hijo,
y tanto te complaces en la gracia, virtudes, perfecciones, y hermosura de mi
Señora la Virgen Mari tu Madre: te ofrezco la suavidad de su Santo Nombre,
y te suplico por su Santísimo y purísimo Vientre en que te hicisteis hombre
por amor del hombre por los castísimos pechos con que fuisteis alimentado,
por el amor, qué la gran Reina te tiene, y tú a su Majestad le tienes, que no
haya más enojos y que está herida de tu venerable Rostro sea el patrocinio y
amparo de todos los moribundos: allí, Señor ostenta su precio, perdonándoles
todas sus culpas, fortaleciéndolos en esta hora, para que quede lucifer
vencido, y ellos entren triunfantes. Amén.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


DIA NOVENO
Las gracias Señor, te damos
Por tu mucho padecer
Esperamos merecer
El que en la gloria te veamos

ORACIÓN
¡Oh Abismo de bondad! ¡Oh maestro elocuentísimo! ¡Oh caritativo Padre y
Bienhechor! ¡Oh Jesús humildísimo! ¡Oh Jesús castísimo! Patentes son a ti
los corazones de todos los hombres, ya sabe tu Soberana comprensión que
quisiera el que mis afectos te dijeran cosas excelentísimas con que aplaudir,
y desagraviar a tan encumbrada Majestad. No puedo por mí solo ejecutarlo,
y así el día de hoy me valgo de ti mismo para que en el inmenso piélago de
tu magnificencia te aplaques, y quedes satisfecho de las deudas de todo el
mundo. Recibe la oferta de tu Santísimo Cuerpo en el venerable Sacramento
de la Eucaristía en donde te adoramos glorioso, vivo, real, y verdadero, como
estás en los Cielos: creyendo que tu Soberana Presencia está en todas las
Hostias consagradas, Cálices, y Partículas por cuya verdad, quisiéramos dar
la vida, y firmar con nuestra sangre, así este Altísimo misterio, como todos
los demás que tiene, cree, y confiesa nuestra piadosa Madre la Santa Iglesia
Católica Romana. Y si aquel alevoso ministro levanto la mano, para herir tu
hermoso Rostro, nosotros las levantamos para herir nuestros pechos
arrepentidos de nuestros pecados, y las voces para publicar, que el que está
oculto bajo de los accidentes es verdaderamente el Hijo de Dios vivo, y de
Santa María Virgen, que es el mismo, que ha de venir a juzgar vivos, y
muertos. Nuestro Padre eres, y nos enseñasteis a pedirte pues te suplicamos
mires benigno a tu Esposa la Santa Iglesia, y á fu principal Cabeza: cuida a
nuestro Católico Rey y demás Príncipes Eclesiásticos, y Seculares. Socorre
a las Benditas Almas del Purgatorio, llévalas a tu Reino. Dale tú
conocimiento a los Infieles, a los Herejes luz, para que detesten sus errores
a los que están en pecado mortal verdadera contrición, a los agonizantes feliz
salida, y a todo el mundo mucho amor tuyo, para que abrasados en él todos
subamos a decir Santo, Santo, Santo. Amén.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


NOVENA AL SANTO SEPULCRO DE CRISTO

CONSAGRADO AL DEVOTO SEPULCRO QUE SE VENERA EN


LA IGLESIA CONVENTO DE SANTA CATALINA, VIRGEN Y
MÁRTIR DE LA CIUDAD DE BARCELONA
AÑO DE 1785

Arrodillado delante del Santo Sepulcro y hecha la señal de la santa cruz,


dirás con la mayor devoción posible lo siguiente:

ACTO DE CONTRICIÓN
Oh Jesús por mi amor muerto, amortajado y sepultado, al considerarme, que
antes de morir, a impulsos del mas fervoroso deseo, que tenías de la
salvación de las almas, rogasteis por aquellos mismos que os habían
crucificado, clamando a vuestro celestial: Padre, perdónales, porque no
saben lo que hacen. Al reflexionar, antes que consolar a vuestra Madre
Santísima, y encomendar vuestro espíritu al Eterno Padre, procurasteis
primero el perdón de vuestros enemigos: al mirarme esa bondad sin medida
e inestimable caridad, concibo una firme esperanza de que borrareis todas
mis culpas, si mi dolor es el que debe ser. Postrado pues, os suplico que me
deis la gracia, para que os diga con un corazón verdaderamente contrito y
humillado, Señor, me pesa de haber pecado, pésame de haberos ofendido.
Mirad, que no me escandalizo como aquellos impíos de vuestra muerte, si
que intento celebrar la gloria de ella y de vuestro santo sepulcro, rogad
también por mí y decidle al Eterno Padre, perdonad a este pecador, que no
sabía lo que hacia cuando pecaba. Concededme lo que pretendo alcanzar con
esta santa novena, mientras no me impida el amaro, bendeciros y alabaros en
esta vida y en la otra. Amén.

DIA PRIMERO
ORACIÓN
Amantísimo Salvador, Vos después de haber muerto ignominiosamente en
el patíbulo de la Cruz, quisisteis que fuese glorioso vuestro sepulcro. A este
fin dispuso vuestra divina providencia, que dos hombres nobles que fueron
José de Arimatea y Nicodemo, emprendieron la piadosa resolución de daros
sepultura. Aquel, siendo noble senador de Jerusalén, movido de impulso
superior, pidió con valentía y sin temor alguno al presidente Pilatos, le
concediese vuestro santísimo cuerpo difunto, desnudo y llagado como estaba

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


en la cruz. ¡Oh Señor! Gloria fue de vuestro sepulcro sepultados hombres no
de la infame plebe, sino noble y visibles en la ciudad, que supieron juntar
con la nobleza la mas solida devoción. Haced pues, que imite la piedad de
aquellos dos santos varones, que atropelle al modo de ellos, todos los
respetos mundanos, para obsequiaros y serviros y que os procure una honrosa
sepultura en mi corazón, a fin de que llevándoos siempre sepultado en mi
alma, tenga la dicha de veros resucitado, glorioso y triunfante en el cielo.
Amén.

GOZOS
Pues del triunfo más glorioso,
Vuestro sepulcro es blasón:
Sea de mi corazón,
Vuestro sepulcro el reposo.

El mismo amoroso empeño,


Que en la alta Cruz os subió
Desde la Cruz os bajó
Al sepulcro, amado dueño,
Estando en tierra gustoso,
Dadme en el cielo mansión:

Cuando ciego contra Vos,


Se irrita más la vileza
La más brillante nobleza,
Os reconoce por Dios
El daros sepulcro honroso
De una noble lección:

De ungüentos, mucha abundancia,


Para enterraros gastó
Nicodemo, y sembró
Para el cielo su ganancia,
Este cambio dichoso
Las expensas, lucradas son:

Si os dio la muerte, Señor,


De vil reo esclavo afrenta
Os restituye y ostenta,

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Vuestro sepulcro el honor
Del suyo muy suntuoso
Os da José posesión:

Sepulcro ajeno aceptasteis,


Y ese mismo es mayor gloria,
Así de vuestra victoria
Hermoso presagio dais,
Este es señal misteriosa
De muy breve detención:

En un nuevo sepulcro entráis


De una fuerte peña entera
Para que el judío infiera
El portento que allí obráis,
Ya no puede caviloso
Dudar de la Resurrección:

Un fiero encono y desvelo,


Velaros quiso, y durmió
Y nunca más despertó
Ni rasgó su ingrato velo,
Burláis su furor rabioso,
Y crece en obstinación:

Los mismos ángeles celan


De vuestro sepulcro el culto,
Y contra el desmán eh insulto
Lugar tan sagrado velan,
¿y dormirá perezoso
El hombre? Es un gran sin razón:

Que nuestras ansias más pías


En el sepulcro empleemos,
Dice el ejemplo que vemos,
De ángeles, Justos, Marías,
En este ejemplo piadoso,
Imán de vuestra afición:

En monte Sión sepultados

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Junto con vos dulce bien,
Y junto con Vos también
¡Oh Jesús! Resucitados
Dadnos el descanso hermoso,
de la celeste Sión:

Pues del triunfo más glorioso,


Vuestro sepulcro es blasón:
Sea de mi corazón,
Vuestro sepulcro el reposo.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS


¡Oh Padre Celestial! Si vos para premiar ya de algún modo en este mundo
los méritos y la santidad del Rey Josías, hiciste que todo el reino de Judá
llorase su muerte, que fuese enterrado magníficamente, y que los de
Jerusalén celebrasen afectuosos su sepultura, justo era que dispusiese vuestra
divina providencia, llorasen todas las criaturas, aun las insensibles, la muerte
de vuestro Unigénito Hijo, que fuese sepultado honrosamente, y que el
sepulcro donde lo sepultaron fuese glorioso, una vez que el había sido
obediente hasta la muerte, y sus méritos excedían sin comparación al rey
Josías. Concédeme, Padre amantísimo, gracia para llorar la muerte de mi
Redentor, para contemplarte sepultado, lleno de llagas que le ocasionaron
mis culpas, y encended en mí, fervorosos deseos de celebrar las glorias de su
Sepulcro, por la eternidad de los siglos. Amén.

DIA SEGUNDO
ORACIÓN
La abundancia de preciosos ungüentos, Divino Salvador, con que fue ungido
vuestro santísimo cuerpo, cede también en gloria y honor de vuestro
Sepulcro. Os sepultaron los dos nobles Santos Varones, seguro que era
costumbre entre los hebreos mas ilustres, y embalsamaron vuestro Cuerpo
Santísimo, derramando sobre él, mucha cantidad de mirra y aloe. La
amargura de aquellos ungüentos mi buen Jesús, me da a conocer que con
sentimiento, dolor y pena de ser mis pecados los causantes de vuestra muerte,
os debo obsequiar en el Sepulcro, y la abundancia me instruye, que no repare
en gastos, cuando conduce para vuestro mayor culto, gloria y honor. Así que
dadme un espíritu de compunción para llorar mis culpas, como y también un

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


espíritu de liberalidad para que pueda contribuir en lo que pueda a las glorias
de vuestro sepulcro, esperando de vos ser eternamente recompensado en el
cielo. Amén.

DIA TERCERO
ORACIÓN
Gloria fue de vuestro sepulcro, Dulcísimo Jesús, el ser tan nuevo, que en el
ninguno se había enterrado, y el ser de un noble. Aquel mismo sepulcro se
había fabricado para si el mismo José de Arimatea, por consiguiente, no sería
ínfimo y despreciable, sino magnifico, proporcionado a su nobleza según el
uso de su tiempo, y según se acostumbraban ser los sepulcros de los judíos
mas nobles. Era muy el caso, mi buen Jesús, que a un cuerpo nuevo y
limpísimo como era el vuestro, a causa de ser formado por virtud del Espíritu
Santo, de la Purísima sangre de la Virgen María, se le destinase por sepultura
un lugar nuevo y limpio, y este fue el sepulcro de José. Dadme pues, un
corazón nuevo, para que pueda ser digna sepultura vuestra. Haced, así como
en aquel sepulcro, no había inmundicia alguna, ni despedía de si algún olor,
sea purificado mi corazón. Y libre de corrupción, mediante vuestra divina
gracia que deseo, persevere en mi hasta consumarse en la Gloria. Amén.

DIA CUARTO
ORACIÓN
¡Oh Jesús amantísimo! Cuando los judíos os habían abandonado, dejando
vuestro santísimo cuerpo clavado en la cruz en medio de los dos ladrones,
cuando irritados contra vos, no podían ver ni oír, que alguno os obsequiase,
siendo entre ellos oprobio, tocar y enterrar los cuerpos de los ajusticiados,
aquellos dos varones, que hasta entonces habían sido vuestros discípulos,
ocultos por temor a los judíos, se manifestaron abiertamente procurándoos
abiertamente como vuestro maestro, honrosa sepultura. Vos mismo Señor,
los animabas interiormente, para que, depuesto todo temor, se expusiesen
constantes y animosos a perder la vida, sus bienes y a padecer una terrible
persecución, lo que todo bien considerado hizo mas honorifico vuestro
sepulcro. Concédeme pues, mi buen Jesús, que, en todos tiempos, pero
singularmente cuando os vea mas despreciado, a cara descubierta os
obsequie y venere, aunque sea ponerme en peligro de perder mi vida, y de
padecer la mas sangrienta persecución, procurando siempre vuestra mayor
gloria y la salvación de mi alma. Amén.

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DIA QUINTO
ORACIÓN
Bendito y lavado seas mi Redentor, que después de haber estado vuestro
santísimo cuerpo difunto tres días en el sepulcro, salisteis de el glorioso y
triunfante de la muerte y de vuestros enemigos. Vos honrasteis vuestro
sepulcro de un modo semejante a aquel, con que honrasteis el vientre virginal
de vuestra Madre Santísima. Descansasteis vivo en las entrañas virginales de
María, y descansasteis muerto dentro del sepulcro. Salisteis de aquellas
entrañas sin causar lesión alguna, y saliste del sepulcro, penetrándolo y
dejándolo sin lesión. Si fue gloria de vuestra Madre aquel feliz parto, con
que nacisteis mortal, también lo fue para el sepulcro vuestra resurrección,
que fue otro parto en que naciste inmortal. Haced que adore y venere tan
glorioso sepulcro, y que en el medite el misterio de vuestra resurrección,
fundamento de nuestra fe y esperanza. Dadme gracia para que viva de
manera que, después de haber descansado mi cuerpo en la sepultura, resucite
como Vos glorioso y triunfante en el día de la resurrección final. Amén.

DIA SEXTO
ORACIÓN
¡Oh Jesús, verdadero esposo de mi alma! Cuando resucitasteis del sepulcro,
con un grande y espantoso terremoto, manifestasteis vuestro poder y
majestad, para que os temiesen aquellos mismos que os habían despreciado
hasta el ultimo abandono. Bajo del cielo también en aquel mismo tiempo
como ministro de vuestro poder un ángel, quien, manifestándose con aspecto
resplandeciente y terrible al modo de un rayo, y con los vestidos blancos
como la nieve, removió la piedra que cerraba vuestro sepulcro. A su vista, y
al oír el terremoto huyeron los soldados que estaban allí de guarda,
quedándose el sentado para guardar el sepulcro de los insultos y
abominaciones de los judíos. Que gloria, Señor, para vuestro sepulcro, ser
guardado por un ángel hermoso, resplandeciente y terrible, que aterro a
vuestros enemigos, y sirvió de consuelo y gozo a quienes fueron a vuestro
sepulcro a adoraros. ¡Oh mi buen Jesús! Haced que mire de aquí en adelante
vuestro sepulcro rodeado de ángeles, que están de centinelas, para que esta
consideración me contenga de profanarle y me mueva a venerarle, y merezca
que los mismos ángeles, lejos de causarme espanto, me sirvan de consuelo,

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


singularmente cuando estaré cercano a la sepultura, que será en la hora de la
muerte. Amén.

DIA SEPTIMO
ORACIÓN
Dichosas mujeres, amabilísimo Jesús, que fueron a visitar el sepulcro en el
día de vuestra Resurrección, Santa Magdalena y sus compañeras, señoras
verdaderamente nobles pero llenas de piedad y devoción, compraron aromas
para ungir vuestro cuerpo. Ellas se estuvieron toda la noche antecedente con
una santa paciencia esperando el día, mas el amor que os profesaban no quiso
sufrir tanta dilación, así las obligo a dejar su retiro antes de salir el sol. Quien
no honrará Señor, vuestro Sepulcro, al verle honrado de aquellas señoras
piadosas, a las que no fue capaz de retraher ni la ignominia de vuestra muerte,
ni la imposibilidad de remover ellas la losa del sepulcro. Vos hicisteis, que,
si bien no lograron ungir con aquellos aromáticos ungüentos vuestro cuerpo
santísimo, porque ya habías resucitado, tuviesen la dicha de ver con sus
propios ojos los ángeles, que testificaron vuestra Resurrección. Dadme
gracia Jesús, para que yo con igual devoción, visite vuestro sepulcro,
previniéndome de ungüentos aromáticos a Vos, los mas agradables, que son
los ejercicios de las virtudes, especialmente de la caridad y el amor para con
Vos y para con los prójimos, y tenga la dicha de ver con mis propios ojos a
los ángeles, que estaban en el sepulcro, y gozar de su compañía en el cielo.
Amen.

DIA OCTAVO
ORACIÓN
¡Ah! Y cuan cierto es mi Redentor, que es tan grande, tan imponderable
vuestra paciencia, que no permite mal alguno, sino que sea para mayor bien.
Vos permitisteis que los gentiles, para borrar vuestra memoria de vuestro
santo sepulcro, llenasen su lugar de gran cantidad de tierra, fabricasen allí un
templo y elevasen un simulacro a Venus, haciendo funesto sepulcro de las
almas el mismo lugar de donde Vos habías vuelto a la nueva luz. Todas estas
abominaciones, Señor, las permitisteis sin duda para hacer mas glorioso
vuestro sepulcro. En efecto, llenasteis de espíritu de celo y de fervor el
corazón de la grande emperatriz Santa Elena, madre de Constantino, ella a
fin de reparar aquellas injurias cometidas contra vuestra adorable Majestad,

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emprendió el largo viaje a Palestina, mandó allí destruir el templo de Venus,
arruinó al impuro simulacro, ordenó cavar profundamente hasta descubrir el
mismo augusto, sacrosanto monumento de vuestra resurrección, y no paro su
espíritu magnánimo hasta hacer aquel santo lugar, uno de los mas ilustres y
venerados del universo. ¡Oh Salvador! Si supiera yo imitar la piedad de esta
santa emperatriz. Dadme pues gracia, para que a la manera que ella limpió
aquel mismo lugar que habían profanado los gentiles con abominables
simulacros, purifique yo mi corazón, que tantas veces eh manchado con los
ídolos de mis desordenadas pasiones, y sea como el de aquella santa digna
habitación y sepulcro vuestro. Amén.

DIA NOVENO
ORACIÓN
Nadie ¡Oh dulcísimo Jesús! Puede dudar que es glorioso vuestro sepulcro, si
atiende que en el habéis manifestado y manifestáis vuestra divina
Omnipotencia. Visitándole los vejados del espíritu maligno se ven libres de
su opresión, los enfermos consiguen milagrosamente la salud, y los
pecadores más obstinados la gracia de una sólida conversión. Que diga Santa
María Egipciaca cuando se sintió tan repentinamente tocada y convertida.
Vos, visitando ella el templo en donde se venera vuestro santo sepulcro,
aunque no era movida de la devoción sino de una pasión dominante, de
improviso le moviste el corazón a tanto dolor, que, convertidos sus ojos en
dos fuentes de lágrimas, después de haber adorado aquel lugar santo, paso el
Jordán a una horrenda soledad, en que hizo una vida la más austera y
penitente cuarenta y siete años. ¡Oh mi amado Jesús! Yo espero de vuestra
misericordia, que, visitando vuestro Santo Sepulcro, derraméis sobre mí con
abundancia vuestros auxilios, convertiréis mi duro y rebelde corazón a Vos,
y me daréis el consuelo más conveniente en todas las necesidades
espirituales y corporales. Deseo cuanto es de mi parte cooperar al culto y a
la gloria de vuestro Santo Sepulcro, sin tener otra mira, que serviros y
obsequiaros en la tierra y en el cielo. Amén.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


EJERCICIO DEL SANTO ENTIERRO DE CRISTO
O
VELACIÓN DEL SANTO CUERPO

Saca a la luz el Señor Dr. Don Bernardo Theran, hijo de la muy ilustre
Congregación de los Dolores, en la Ciudad de Querétaro.
Reimpreso en la Habana en la imprenta de la Real Marina. Año de
1800

Juntas y congregadas las personas que han de acompañar al Difunto


Cuerpo de Cristo nuestro Señor escogerán la hora más desocupada de
la noche del sábado, para velarle en ella con el Ejercicio siguiente:

Puestos de rodillas delante de una imagen de la Dolorosa Madre se


persignarán harán el Acto de Contrición, é invocada la gracia del
Espíritu Santo, se tendrá media hora de oración en este punto:

CONSIDERACIÓN
Considera como habiendo obtenido José y Nicodemus la licencia de Pilatos,
bajaron al Santísimo Cuerpo del Señor de la Cruz; lo lavaron quitándole la
Sangre, las salivas, y muchas partes de la piel Santísima, después le ungen
coa ungüentos de Mirra y Aloe y le cubrieron con un lienzo nuevo, y puesto
en el Rostro un Sudario lo pusieron en el Féretro: está es, Alma, la materia
de está Meditación: considera en ella cual quedo el Cuerpo de Cristo a la
Fuerza de tantos tormentos, mírale todo llagado, desollado de tal manera,
que se veían los huesos limpios, las costillas descubiertas y blancas, entre la
carne denegrida tan hinchado, que ponía espanto a los mismos que lavaban,
considera cómo se hallaron presentes a este lastimoso espectáculo el amado
Evangelista, la tierna Magdalena, y el glorioso Apóstol San Pedro, que todos
con las demás mujeres lloraban amargamente: mira Alma a tu Señor y
acompáñale como estas piadosas Almas con lágrimas, y tiernos suspiros de
tu corazón, y saca de la Meditación horror al pecado mortal, pues así
desfiguró a la hermosura de los Cielos tu Jesús amoroso.

ORACIÓN
Millares dé millares de veces adoro, venero, reverencio, y doy ósculos a estos
Sagrados Pies, y divinas plantas de mi amoroso Redentor Jesús: Pies
amorosísimos, tus plantas Sagradas, que tanto por mi amor caminaste, y

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


trabajasteis en busca de las Almas: o que mal, divino Dueño, os lo han
pagado los hombres, pues por tan grandes beneficios os han dado una tan
afrentosa muerte: o benignísimo Jesús, y cuán grande es vuestra Bondad,
pues así nos sufrís, no permitáis, Señor, que yo me aparte de vuestros
Santísimos Pies, sin que el corazón se me haga pedazos de dolor; aquí me he
de estar asido a estas divinas plantas que tantas fragancias despiden hasta
conseguir el perdón de mis pecados: pésame, Dios mío, de que ellos os hayan
quitado la vida, yo prometo no volverlos a cometer, y con vuestro favor
perseverar en vuestra gracia, para besaros por toda la eternidad vuestros
Sacratísimos Pies en vuestra: Gloria. Amén.

MEDITACIÓN
Llegaron con el Señor al Sepulcro que estaba hecho en una peña muy capaz,
a que entraron todos, y puesto el Sagrado Cuerpo en un nicho se postraron
todos de rodillas con la Santísima dolorosa Madre, le adoraron con gran
reverencia, y llanto acabada esta tierna adoración pusieron al Señor en el
Sepulcro: en él pusieron una grande piedra, y fuera de eso lo sellaron y
cerraron con candados. Esta es, Alma, la tierna consideración, que se té pone
a los ojos. Resta solo el que saques por fruto de ella el ofrecerle al Señor tu
corazón, para que sea su Sepulcro. Y que en él quede perpetuamente
sepultado, para que eternamente vivas con su Majestad: acabada esta breve
consideración y postrados de rodillas en espíritu delante del Santo Sepulcro,
adorarán al Señor y rezando tres Padre nuestros y tres Ave Marías se ofrecen
con esta:

ORACIÓN
Dueño amoroso Jesús de nuestras almas, y centro de nuestros corazones,
nosotros os ofrecemos estos tres Padre nuestros y tres Ave Marías en
memoria tierna de vuestra Sacratísima muerte y del amor con que por
nosotros la padeciste, en ella divino dueño; se halló vuestra tierna, y dolorida
Madre sin Sepulcro en que sepultaros: Recibe, amoroso Señor, recibe los
corazones de todas las Almas religiosas y Sacerdotes, que jostrados a
vuestros Santísimos Pies os ofrecen: dadles a todos amor, pureza y todas las
virtudes, que en su alto estado necesitan para tratar y manejar vuestro
Santísimo Cuerpo, que así serán unos corazones en donde descanséis, y
durmáis el sueño de vuestra muerte, y después los coloquéis en vuestra eterna
Gloria. Amén.
Acabada esta Oración, rezarán tres Aves Marías y la siguiente:

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


ORACIÓN
Oh Sacratísimo Señor y eterno descanso de los de los Bienaventurados:
nosotros os ofrecemos estas tres Ave Marías en agradecimiento de lo mucho,
que en vuestra Sacratísima muerte padecisteis por nuestro amor: por este
beneficio os rendimos amoroso Dueño, continuas alabanzas y postramos a
vuestros Sacratísimos Pies los corazones de todas las Vírgenes y demás, que
a vuestro honor guardan continencia: recibidlos, dueño amoroso, y pues en
vuestra vida no previnisteis Sepultura, porque muriendo por los hombres
quisisteis, que la previnieran en sus corazones: recibid los de estas Almas
fervorosas, que con tanto amor os lo ofrecen y dadles fortaleza para que
venzan las tentaciones impuras con que el enemigo las acomete, para que
triunfando en vida con vuestra Gracia, merezca después vuestra Gloria.
Amen

Ahora se ofrece el corazón a nuestro Señor treinta y tres veces con esta
jaculatoria: Mi Jesús amoroso, yo te ofrezco mi corazón. Una Salve, y esta:

ORACIÓN
Altísimo Dios, y Señor en quien se complacen las Almas justas: nosotros
ofrecemos estas Oraciones en memoria de la suma pobreza en que moriste,
pues ni aun Sepulcro en que enterrarte tuviste: recibe los corazones de todos
aquellos, que en el Santo Sacramento del Matrimonio os lo guardan puro y
limpio de toda mancha, y los corazones todos de todas las criaturas, que con
tanto amor, y fuerza de tantos trabajos redimiste: has Divino Jesús, que si en
algún tiempo han sida profanados de la muerte de la culpa se limpien y
purifiquen; y que como la piedra del Sepulcro sean firmes, y constantes en
los buenos propósitos pues si quieres los corazones para descansar en tu
muerte. Y finalmente si el Sepulcro era nuevo, y ningún puerto lo había
estrenado; concédenos a todos, y en especial a los que estamos juntos, y
congregados en esta devoción unos corazones limpios, y puros para que en
ellos habite el Cuerpo de Jesucristo mi Señor Sacramentado, y que siempre
permanezcan con la blancura de la gracia, medio para conseguir después de
nuestra muerte la Gloria. Amén.
Se reza una Salve, y se da el pésame a María Santísima con esta:

ORACIÓN

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Desconsolada y afligidísima Madre de los pecadores, y único consuelo te
muestras Almas: rendidos, y postrados ante vuestros Santísimos Pies, os
damos gracias y alabanzas por la cuales invencible de vuestro tierno, y
amoroso Corazón en medio de vuestros Dolores, y penas en la muerte de
vuestra Hijo Jesús: a nosotros nos pesa de haber sido con nuestras culpas la
causa de vuestro dolor, nosotros quisiéramos, Amorosa Madre, consolaros
en vuestra penosa Soledad, pero nos hallamos indignos aun de estar en
vuestra presencia por lo mucho que os hemos agraviado quitando la vida con
nuestros pecados a tu Jesús estos son, Señor los que causan en vuestra
Soledad el mayor dolor, y así para acompañaros en vuestra pena,
prometemos no renovar con las culpas su Santísima Pasión, ser agradecidos
borrando con el arrepentimiento nuestra pasada ingratitud. Todo lo
ofrecemos así Purísima Madre, no más culpas, no más ingratitud, no más
tibieza, sino una vida nueva toda en tu servicio y en tu gracia para mediante
gozar la eterna Gloria. Amén.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


NOVENA
DEL
SANTO FELICÍSIMO Y BUEN LADRÓN
SAN DIMAS

Cuya sagrada y hermosísima imagen se venera en el convento de


Nuestra Señora de la Merced de la Puebla, en una capilla de su
sagrado templo, que se compuso, doró y adornó con las limosnas de los
devotos, así de dentro como de fuera de dicha ciudad.

DISPÚSOLA
UN RELIGIOSO AFECTO AL SANTO
HIJO DE DICHO REAL MERCENARIO CONVENTO

Con licencia del Ordinario


SANTIAGO DE CUBA
1906

MODO DE HACER ESTA NOVENA


El modo de hacer la Novena será ponerle de rodillas ante una imagen del
glorioso Santo, y, habiendo confesado y comulgado (si diere licencia el
confesor), apartada de toda ocasión de culpa el alma, porque no podrá de otra
suerte ser a Dios agradable su súplica, para que la otorgue su piadosísima
clemencia, con dolor y lágrimas del corazón se hará un acto de contrición, se
signará con la señal de la Santa Cruz, y luego dirá la oración común para
todos los días, que empieza: «¡Oh ladrón Santo!», la cual acabada, se rezan
cinco Padrenuestros y cinco Avemarías, que corresponden a las cinco letras
de DIMAS; y éstos rezados, se ofrecerán con la oración propia para cada día;
luego la jaculatoria, y por fin la oración última, común también para todos
los días de la Novena, y procurar no apartar del alma la consideración de
cada día. El tiempo será el que la necesidad pidiere en el año, y el asignado
para cada un año, es nueve días antes de la fiesta, que celebrará dicho
convento de Nuestra Señora de la Merced, como lo celebra esta sacratísima
Religión el día 24 de abril, y así empezará la Novena el día 16 de dicho mes,
y de estar ocupados en estos días antecedentes, se hará en los nueve días
subsecuentes. Advirtiendo también que, si la necesidad urge, se puede hacer
en nueve horas de un mismo día.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
¡Oh ladrón Santo, Dimas, penitente el más dichoso, que desde el ignominioso
patíbulo en que moriste, acompañando a nuestro Redentor divino en los
tormentos del Calvario, diste el asalto hasta el cielo, en donde descansas con
Su Majestad en su trono, y con las ardientes palabras de tu predicación y
confesión fervorosa robaste al mismo Dios la voluntad y arrebataste a Cristo
el corazón! Suplicámoste, ladrón felicísimo, que por tu intercesión eficaz y
piadosa nos alcances de la divina misericordia gracia y nos comuniques la
tuya para que robemos a la Soberana Majestad sus amorosas atenciones a
nuestras súplicas, y así nos conceda el socorro que para nuestra especial
necesidad le pedimos por tu intercesión en esta novena, y te rogamos también
humildemente, ladrón del cielo, que, así como te apiadaste de Cristo y sus
dichosísimos Padres en el camino de Egipto, cuando saliste a Sus Majestades
al encuentro, y como predicaste celoso al ladrón protervo en defensa de tu
Rey divino, así, apiadándose de todos nosotros, alcances de Jesús, María y
José, por aquel gozo que tuvieron con tu piedad, el que nuestro Sumo
Pontífice, y todas las cabezas eclesiásticas, nuestro Católico Rey y todos los
jueces seculares, y nosotros todos, vivamos libres de los interiores infernales
ladrones que nos asaltan el espíritu para despojarlo de la gala de las virtudes
y de los salteadores facinerosos que en las ciudades y campos roban los
temporales tesoros; y defiende, Santo mío, con especialidad los sagrados
templos, los monasterios religiosos, especialmente el de Nuestra Señora de
la Merced, por haber sido el primero tú que gozaste el fruto de la Redención,
y los purísimos relicarios de vírgenes, para que así, dilatando en toda la tierra
tu favorable sombra, te vivamos todos reconocidos, implorando en todo
tiempo y lugar tu patrocinio, por el cual esperamos imitar tu muerte dichosa
y gozar contigo la eterna luz de la bienaventuranza. Amén.

DÍA PRIMERO
Domine.
La primera palabra de las que habló Dimas a Cristo, fué con las que confesó,
adoró e invocó a su Señor Soberano, Domine; el Siriaco añade mí; y así esté
día se considera el soberano universal dominio de Cristo, y el excesivo amor
que lo hizo esclavo en el mundo para sacar de la esclavitud tirana del
demonio, y se ejercitará alma y cuerpo en profundos afectos de humildad y
reverentes adoraciones al Señor de los señores; en sus sagradas imágenes, y

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


rezando los cinco Padrenuestros y cinco Avemarías, se ofrecerán con la
siguiente

ORACIÓN
¡Oh Señor Soberano de todos los señores, Jesús dueño amantísimo de
nuestras almas, que, disfrazando con nuestra servil humana librea vuestra
excelsa soberanía por libertarnos de la esclavitud de la culpa, empeñáis
nuestro reconocimiento a la sujeción y adoración a vuestro soberano
dominio! Suplicamos, Señor, con vuestros humildes siervos, que, como al
gloriosísimo ladrón, dichoso siervo vuestro, manifestasteis en la Cruz las
luces de vuestra divinidad soberana ocultas en la linterna de nuestro barro,
para que os publicara su Señor en el mundo, así por su intercesión y
rendimiento debido a vuestra alteza, nos alumbréis a todos los ojos del alma
y deis a conocer a todos los bárbaros y herejes vuestro dominio para que así
os confesemos con Dimas y adoremos todas las criaturas de la tierra al Dueño
único y universal Señor de nuestras almas, las cuales, libres de la esclavitud
de la culpa, os sirvan y alaben en la bienaventuranza. Amén.

JACULATORIA
Si después de esclavo infiel,
Dimas, fiel os adoró,
Jesús, porque lo haga yo,
En mí haced del ladrón fiel.

ORACIÓN COMÚN PARA LOS DEMÁS DÍAS, SACADA DEL


«DEVOTO PEREGRINO», EN LATÍN, Y TRADUCIDA PARA USO
DE TODOS EN ESPAÑOL
¡Oh, Dimas, penitente ladrón el más feliz! Si cuando estabas en la Cruz
cuidabas tanto de ti, ahora que reinas en el cielo con Cristo, acuérdate de mí,
de todos los fieles cautivos, de los que en el purgatorio están más necesitados
y de los obstinados pecadores, y ruega al que te guió á su reino, que a mí me
lleve contigo a gozar eternamente en su Trono. Amén,

Por amor de Dios, un Padrenuestro y un Avemaría por los cautivos


cristianos, y otro Padrenuestro y Avemaría por el religioso que la hizo.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


DÍA SEGUNDO
Memento mei.
La segunda palabra que dijo a Cristo el ladrón penitente, fué con la que le
pidió su memoria, con estas voces: Memento mei; y así, considerando este
día cuan desdichados son aquellos a quienes Dios aparta de su memoria,
permitiendo su obstinación en la culpa, y cuan felices los que la obligan al
recuerdo amoroso, con acordarse de sus pecados para confesarlos y llorarlos
arrepentidos, se ejercitarán este día en examinar la conciencia y confesar con
lágrimas y dolor de las culpas, y rezando lo acostumbrado, se ofrecerá así:

ORACIÓN
¡Oh amantísimo Jesús Padre finísimo de nuestras almas, que teniendo
presentes a vuestros ojos todas las criaturas, a las que se olvidan de vos por
la culpa negáis los auxilios eficaces, para dar a entender que las apartáis de
vuestra eterna memoria por moverlas con este castigo a la penitencia de sus
pecados, como hicisteis con vuestro escogido ladrón, permitiendo el olvido
que tuvo de Vos en su vida, para que solicitase arrepentido en la muerte
vuestra memoria! Suplicamos, Señor y Padre nuestro, que, por intercesión
del ladrón Santo, y por su memoria tan fina, no nos apartéis de la vuestra,
sino que, purificando con las luces de vuestros ojos de nuestros corazones
las manchas, miréis las lágrimas que para lavarlos lloran los nuestros, porque
así os mováis a comunicarnos los auxilios de la gracia, que será la señal cierta
de que nos tenéis en vuestra memoria eterna por todos los siglos. Amén.

JACULATORIA
Ya que tan poco os temí
Para ofenderos, mi Dios,
0, vi dad mis culpas Vos,
Y acordaos, Jesús, de mí.

DÍA TERCERO
Dum veneris.
La tercera palabra del ladrón Santo fué con la que publicó la gloriosa vuelta
de Cristo a su reino: Dum veneris. Y así considerarás este día el de nuestra
muerte y partida de este mundo al otro, ejercitándote en continua oración y
buenas obras; pedirás a Nuestro Señor nos guíe en el camino del cielo y dé

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


feliz viaje en la salida de este mundo, y rezando lo acostumbrado, ofrecerás
así:

ORACIÓN
¡Oh Jesús amorosísimo, Capitán Soberano de la cristiana milicia, que siendo
luz de ciegos, camino de errados y vida de muertos, sois guía también de
perdidos, como lo fuisteis con el ciego errado y perdido ladrón a quien
pusisteis y guiasteis en el camino de la Cruz, que es el de la verdad, para que,
llegando con Vos al monte Calvario, viéndoos en el trance riguroso de la
muerte, publicara con fe, esperanza y caridad tan viva vuestra ida gloriosa al
cielo! Suplicamos, Señor, por sus virtudes heroicas y por vuestra
preciosísima sangre y agonías de vuestro tránsito, nos lo deis a todos, y con
especialidad a los que están agonizando, felices, para que, asistiéndonos con
Dimas en la hora tremenda de nuestra muerte, nos guiéis á la Jerusalén
gloriosa, en donde os alaben por toda la eternidad nuestras almas. Amén.

JACULATORIA
Vuestra luz, Jesús divino,
Alumbra mi corazón,
Porque, como buen ladrón,
Os robe á Vos de camino.

DÍA CUARTO
In Regnum tuum.
La última palabra del Santo ladrón a nuestro dueño Jesús, fué con la que le
juró y publicó su soberano Rey: In Regnum tuum, y así este día. se
considerará el grande abatimiento a que obligó nuestro remedio y redención
al Rey Soberano, pues dejó el trono en que le adoraban los serafines por
morir en la Cruz entre dos ladrones, y ejercitándose en actos de humildad y
abnegación, y en deseos de acompañar a Cristo con la Cruz, se rezará lo
acostumbrado, y se ofrecerá, diciendo:

ORACIÓN
¡Oh rey Soberano de los ángeles, Jesús, amantísimo dueño de los hombres,
que por redimirnos del infernal tirano dejasteis el excelso Trono de la diestra
de vuestro Eterno Padre, en donde os adoran su Rey todos los celestiales
espíritus, y moristeis en la Cruz acompañado de dos ladrones, é injuriado por

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


falso Rey de los judíos! Suplicamos, Señor, que, como con el dichoso Dimas,
que fué uno de los dos ladrones que os acompañaron en el Calvario, disteis
a conocer vuestra soberana majestad para que os confesara y publicara su
verdadero Rey, nos deis, por su fe admirable y dolorosa muerte, luz para que,
conociendo vuestra alta majestad y excelsa soberanía, os confesemos y
sirvamos fieles vasallos, sin ofensa vuestra, y que como tales veneremos,
amemos y abracemos todos como trono vuestro la Cruz, para cargarla con
verdadera resignación y pronta voluntad en esta vida hasta llegar al monte
de la gloria, donde con Dimas os alabemos por la eternidad de los siglos.
Amén.

JACULATORIA
Mi Jesús, mi Rey, si á Vos
Ya el corazón se avasalla,
Haced que cuando á Vos viva,
Vuestro reino venga a nos.

DÍA QUINTO
Amen dico tibí.
Al día quinto dará materia para la consideración la primera de las palabras
que respondió Cristo á Dimas, y fué ésta: Amen dico tibi; enseñándonos en
ella el Señor que, no a cualquiera, sino solamente a aquellas almas que le
confiesan, adoran y llaman arrepentidas, les asegura su reino y concede las
dulces voces de sus divinos labios, y así, considerando este día cuan pronto
es Dios en responder a quien le llama se ejercitará en oración y penitencia
para llamar con voces y golpes a las puertas del cielo, y rezando lo
acostumbrado, se ofrecerá así:

ORACIÓN
¡Oh Pastor bueno, Jesús piadosísimo, que tan atento y pronto respondéis a
los balidos tiernos de las ovejas perdidas de vuestro rebaño, para atraerlas a
vuestro redil amoroso, como lo hicisteis con Dimas, ladrón dichoso, pues de
los montes en que andaba como perdida descarriada oveja, la trajo al monte
del Calvario vuestra piadosísima misericordia, y respondisteis tan benigno a
sus tiernas súplicas! Por su intercesión y vuestra piedad os pedimos,
amorosísimo Pastor Jesús, nos deis voces para llamaros que sean agradables
a vuestros oídos, atendáis a los clamores tiernos de las almas que padecen en

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


el purgatorio, y nos entréis a todos en el redil de vuestro costado, para que,
oyendo de cerca vuestros amantes silbos, os respondamos alabando vuestra
misericordia en esta vida y todos vuestros divinos atributos en la eterna.
Amén.

JACULATORIA
Jesús, mi pastor amado,
De Dimas, es mi balido:
Respondedme, que perdido
Ando por vuestro ganado.

DÍA SEXTO
Hodie.
La segunda palabra de Cristo fué la que le prometió al ladrón dichoso en
aquel mismo día su reinó: Hodie y así éste se considerará en aquel en que
hemos de dar cuenta, de nuestra vida al divino Juez, que será el del juicio
particular, y se ejercitarán en componer las cuentas, ajustar las partidas, y
descargar el alma de las culpas, con la confesión y penitencia de ellas; y
rezando lo acostumbrado, se ofrecerá:

ORACIÓN
¡Oh Juez rectísimo de nuestras almas, Jesús, que, sentado a la diestra de
vuestro Eterno Padre, habéis de juzgar nuestras almas en el tribunal de
vuestro reino, aquel formidable y espantoso día en que nos llamáis a juicio,
como juzgó Vuestra Majestad en el tribunal de la Cruz á Dimas, en el día
que detestó y confesó públicamente sus culpas! Suplicamos, rectísimo Juez,
que, por intercesión de vuestro ladrón dichoso, a quien elegimos por nuestro
abogado, y por el valor infinito de vuestros méritos, que ponemos para
nuestro descargo en el libro de nuestro juicio, juzguéis con vuestra infinita
piedad nuestras almas, echando el contrapeso de vuestra misericordia a la
gravedad de nuestra malicia, para que así salga a nuestro favor la sentencia,
y la celebremos con Dimas, por todo el día sin noche en la eternidad de
vuestra gloria. Amén.

JACULATORIA
Hoy, mí Dios, el beneficio
De vuestra piedad invoco,

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Para no quedar por loco
Cuando me miréis de juicio.

DÍA SÉPTIMO
Meum.
Este día séptimo, atendiendo a Cristo tan humanado con Dimas, que le
prometió su lado con estas palabras: Meum, se considerará la inmensa
bondad con que Dios asiste a todos y está en todo, y el excesivo amor que le
movió a la institución del Santísimo Sacramento, por quedarse con los
hombres en el mundo; y así, ejercitándose este día en operaciones dignas de
los divinos ojos, recibirá, con licencia del confesor, a Cristo Sacramentado,
y rezando lo acostumbrado, se ofrecerá:

ORACIÓN
¡Oh inmenso bien de nuestras almas, Jesús, que para manifestar el amor
infinito con que asistís a los que os buscan, aseguró vuestro divino labio, al
penitente dichosísimo Dimas, vuestro lado y compañía en el cielo, y nos la
comunicáis en el Santísimo Sacramento del Altar a todas las almas en el
mundo! Suplicamos, Señor, humildemente, que, a imitación del ladrón santo,
no se aparten de Vos nuestros espíritus, no ofendamos con algún desacato la
pureza de vuestros divinos ojos, y que espiritual o corporalmente os
recibamos siempre en el Sacramento de la Eucaristía, para que, no
faltándonos jamás a nosotros, seamos en nuestros pensamientos, palabras y
obras, todos vuestros, y gozando en este mundo vuestra compañía soberana,
gocemos en el cielo de vuestra gloriosa visita por toda la eternidad. Amén.

JACULATORIA
¡Oh Jesús! Vuestra presencia
Gocé con Dimas, y el lado
Qué hace grande, y no privado
De gozar de vuestra esencia.

DÍA OCTAVO
Eris
Para la consideración de este día octavo, se atenderá bien a la penúltima
palabra que dijo Cristo á Dimas, prometiéndole su gloria de fruto: Eris para

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


enseñarnos que en esta vida no se puede gozar la gloria de Dios con
permanencia; y así, considerando este día en la oposición de las glorias y
felicidades de la tierra a las de la eterna gloria, se ejercitará en el desprecio
de todos los bienes caducos, vanos y transitorios de este mundo, y en el deseó
de los eternos y verdaderos gozos del cielo, y rezando lo acostumbrado, se
ofrecerá:

ORACIÓN
¡Oh Eterno é inmenso Jesús, indefectible bien de nuestro corazón, que a los
más trabajados en esta vida prometéis y aseguráis el eterno descanso en
vuestra gloria, como se lo prometisteis á Dimas, porque lo visteis con tanta
resignación y humildad en los tormentos de la Cruz! Suplicamos, Señor, por
sus virtudes y vuestros méritos, deis constancia en la fe, conformidad con
vuestra voluntad y paciencia en sus muchos trabajos y tormentos a los
cautivos cristianos, y a todos los que padecen en castigo de nuestras culpas,
nos deis para el sufrimiento vuestra gracia, para que, imitando al ladrón
paciente y humilde en las tribulaciones, merezcamos ser llamados y
escogidos para vuestra gloria, la cual esperamos por vuestra promesa, para
alabaros en ella sin mudanza, por los siglos eternos. Amén Jesús.

JACULATORIA
Por Vos, Jesús, sufriré
Cuantos trabajos queráis;
Como Vos a mi vengáis,
Yo al cielo con Vos me iré.

DÍA NOVENO
In Paradiso.
La última palabra que dijo el Señor a su ladrón dichoso, fué con la que le
concedió su paraíso: In Paradiso, y así, considerando este día las gloriosas
felicidades y hermosura del cielo, para conseguirlo será de todo género de
virtudes el ejercicio, y rezando lo acostumbrado, se ofrecerá, diciendo:

ORACIÓN
¡Oh Criador Soberano de la gloria, alegría infinita de nuestras almas, Jesús,
dulce embeleso de los bienaventurados, qué en premio de los muchos
tormentos que padeció constante el ladrón San Dimas, en vuestra compañía

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


en el Calvario, le disteis el Trono excelso con Vuestra Majestad en la gloria
de nuestro celestial paraíso! Con todo rendimiento os pedimos, Jesús
triunfante y glorioso, que por las virtudes heroicas de San Dimas, y por el
gran deseo y gozo que os causa la salvación de las almas, no permitáis salgan
desterradas de vuestro paraíso las nuestras por la culpa, sino que todos los
que están obstinados en ella hagan penitencia, en los auxilios de vuestra
gracia la cual mediante os gocemos todos en vuestra gloria, por todos los
siglos de los siglos. Amén.

JACULATORIA
Si del cielo Dimas hizo
Digno el tormento, Jesús,
Vuestro amor me ponga en Cruz,
Y yo estaré en mi paraíso.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


ROSARIO A LA PRECIOSA SANGRE DE NUESTRO SEÑOR
JESUCRISTO
PIDIENDO A NUESTRO SEÑOR NOS LIBRE DE LA PESTE
MODO DE REZAR ESTE ROSARIO

Hecho el acto de contrición, en lugar de Padre nuestro se dice:


Bendita sea la preciosísima sangro de nuestro Señor Jesucristo, que con ella
nos redimió.
En lugar de Ave María se dice:

Preciosísima sangre de Cristo lávame: Sangre Preciosísima de Cristo,


defiéndeme.

Y en lugar de ofrecimiento, se dirá a cada misterio:


Jesucristo, aplaca tu ira, Tu justicia y tu rigor, Líbranos de esta epidemia,
Misericordia, Señor.

Y luego se le pide a Nuestro Seños por medio de estos misterios, el remedio


de la presente necesidad, en cada verso se dice:

L/: Danos, Señor, buena muerte R/: Y líbranos de todo mal


Se finaliza esta corona con un acto de contrición, un Pater Noster y Ave
María por los agonizantes y las almas de los que han muerto por la
epidemia.

DEPRECACIONES PIADOSAS
+Amoroso Jesús crucificado.
Por la jornada que hiciste del cielo al mundo, a salvarnos.
Por la humildad y pobreza coa que naciste en Belén.
Por la sangre que vertiste cuando te circuncidaron.
Por el dulcísimo nombre de JESUS que te pusieron.
Por la humildad con que fuiste en el Templo presentado.
Por la abstinencia y ayuno que en el desierto guardaste.
Por el celo de las almas con que andabas predicando.
Por la muy solemne entrada que hiciste en Jerusalén.
Por la cena del Cordero que en el jueves celebraste.

+Amoroso Jesús Crucificado


Por lo liberal que fuiste en dar tu cuerpo y sangre.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Por la oración que en el huerto hiciste a tu Eterno Padre.
Por el gran sudor de sangre que; tu cuerpo padeciste.
Por la grande mansedumbre que dejaste aprehenderte.
Por la crueldad con que fuiste de verdugos atado.
Por el tropel con que fuiste llevado a casa de Anás.
Por las injurias y oprobios que en su presencia te hicieron.
Por la prisa y vilipendio con que á Caifás te llevaron.
Por la cruel bofetada que recibiste de Malco.
Por la aflicción con que fuiste presentado ante Pilato.

+Amoroso Jesús Crucificado


Por les falsos testimonios que contra tí levantaron.
Por lo ultrajado que fuiste a la presencia de Herodes.
Por los desprecios que oíste de este rey y sus privados.
Por la ignominia y desprecio con que volviste á Pilato.
Por lo que en esta ida y vuelta te ultrajaron los soldados.
Por la burla y vedamiento de tus ojos soberanos.
Por los azotes quo atado a la columna te dieron.
Por el dolor que pasaste al coronarte de espinas.
Por los desprecios que oíste, siendo sacado al balcón.
Por la sentencia de muerte, que dio contra tí Pilato.

+ Amoroso Jesús Crucificado


Por la interior alegría, qué con la Cruz recibiste.
Por la fatiga y la cruz padeciste.
Por las caídas quo diste hasta Hogar al Calvario.
Por la vergüenza y dolor que tuviste al desnudarte.
Por el terrible tormento que pasaste al enclavarte.
Por las blasfemias que oías al poner la cruz en alto.
Por la sed que padeciste en tu boca soberana.
Por el amargo que en ella dejó la hiel y vinagre.
Por la promesa que hiciste, del Paraíso, al buen ladrón.
Por el perdón que pediste para todos tus contrarios.

+ Amoroso Jesús Crucificado


Por la aflicción y congojas que al expirar padeciste.
Por la llaga que te abrieron en tu pecho sacrosanto.
Por aquella Sangre y agua que por ella derramaste.
Por las penas y amargura de tu Santísima Madre.
Por la aflicción que pasó viéndote muerto en sus brazos.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Por el dolor que sintió al ver darte sepultura.
Por las angustias y penas que en su soledad pasó.
Por tu muerte y sepultura.
Por tu santa Resurrección.
Por tu admirable Ascensión.
Por la gloria que posees a la Diestra del Padre.

HIMNO
compuesto por el Pbro. D. Manuel Sartorio.

Con todo el afecto


De mi corazón
Salúdote santo,
Purpureo licor.

De una Virgen pura


Mi rey te tomó,
Para darte en precio
De mi redención.

Tus gotas primeras


Sangriento sacó
De un cruel cuchillo
El duro rigor.

En Getsemaní,
Huerto de aflicción,
Mortal agonía y
Te exprimió en sudor.

De azotes crueles
AV suplicio atroz
De un poste regaste
Todo el rededor.

Corona punzante
De agudo cambrón

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Correr te hizo a hilos
Cubriendo a mi sol.

Dos rasgadas fuentes


Abrióte el furor
Con dos fuertes clavos
En sus manos dos.

Otras dos te abrieron


Con crueldad feroz,
Con otros dos clavos
En los pies de un Dios.

Porque salieses
Toda, en conclusión,
La lanza atrevida
La quinta te abrió.

¡Ay! ¡Por cuantas fuentes,


O precioso humor,
Corres abundante
¡Para mi ablación!

El precioso fruto
De tanta efusión
No permita el cielo
Que malogre yo.

Precio inestimable
¡Ay! yo no te pierda,
no te pierda, no,
Dese al Uno y Trino
Gloria y bendición,
T á tí, sangre augusta
De mi Redentor. Amen.

L. Cristo nos lavó de nuestros pecados.


R. Con su sangre preciosa.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


OREMOS: Omnipotente y sempiterno Dios que quisiste aplacarte, y que
fuésemos redimidos con la sangre de tu Hijo unigénito; concédenos, te
suplicamos, que veneremos de tal modo el precio de nuestra salud, que
merezcamos alcanzar el perdón ahora en esta vida, y después la gloria en la
eterna, por el mismo Jesucristo nuestro Señor, que contigo y el Espíritu Santo
vive y reina, Dios por todos los siglos de los siglos. Amen.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


NOVENA A LA PRECIOSA SANGRE DE NUESTRO SEÑOR
JESUCRISTO
Dispuesta por un devoto deseoso de sus cultos
1867

ACTO DE CONTRICION
Señor mío Jesucristo Dios y hombre verdadero, rico en misericordias y
piedades, que para darnos la más realzada prueba de tu ardiente caridad, é
infinito amor hacia nosotros, derramaste todo el inestimable licor de tu
Preciosísima Sangre, en tanto grado, que después de haber expirado en la
cruz para nuestro remedio, quisiste que aquella cruel lanza te sacase la poca
que había queda do en tu ya difunto cuerpo: todo a fin de que conociésemos
los hombres el infinito amor con que solicitas nuestra salvación. Pero ¡Oh
Jesús mío! ¿qué es lo que encuentras en los mismos hombres en recompensa
de tanto amor? ¿Qué? ingratitudes, ofensas, pecados y transgresiones de tu
suave y santa ley. Esto es verdad, y ojalá y no lo fuera. Ya lo confieso mi
Dios delante del cielo, y de la tierra. Ingratamente te he agraviado. Te he
ofendido con el continuo quebrantamiento de tus santos Mandamientos; pero
si lo que quieres de mí y de todo pecador es, que se convierta a tí y viva
eternamente, heme aquí arrepentido de lo íntimo de mi corazón. Pésame mi
Jesús de haberte ofendido. Quisiera morir a la fuerza del dolor de haber
pecado. Perdóname mi Jesús que yo te doy palabra de ser en lo de adelante
(ayudado de tu divina gracia) muy otro de lo que hasta aquí he sido. No se
malogre en mí tanta Sangre derramada. En este rico tesoro de tu Sangre
Preciosísima pongo toda mi esperanza para alcanzar el perdón de tantas
ofensas. Misericordia Señor, ten misericordia de mí por tu Preciosísima
Sangre. Amen.

ORACION AL ETERNO PADRE


¡O Padre Eterno y Dios de todos los consuelos! Atended benigno, y oíd
misericordioso los clamores que desde la tierra os envía la derramada Sangre
de vuestro unigénito Hijo; vertida toda en beneficio de sus hermanos los
hombres, para reconciliarlos con vuestra divina Majestad, y satisfacer por
ellos sobreabundantemente la deuda de sus culpas y pecados, que tanto
irritan vuestra divina Justicia, y por respeto suyo perdonadnos
misericordiosísimo Padre, y derramad sobre nosotros vuestras paternales
bendiciones, concediéndonos eficaces auxilios para detestar las culpas,
amaros y serviros en todo el discurso de nuestra vida, y otorgarnos benigno
por s u Preciosísima Sangre, lo que en esta Novena solicitamos, si es
conforme á vuestro divino beneplácito; y si no lo es conformad nuestra

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


voluntad con la vuestra, para que agradándoos en todo, y en nada
ofendiéndoos, os sirvamos fielmente hasta la muerte y después de ella os
gocemos en la Gloria por los siglos de los siglos. Amen.

DIA PRIMERO
MEDITACION
Contempla alma mía, como viendo tu amorosísimo Jesús al mundo tan pobre
de celestiales tesoros, deseó con indecibles ansias su socorro, y enriquecerlo
con abundancia; y sabiendo mui bien que estos mismos ricos tesoros los tenía
dentro de sí, y en sus propias venas, deseaba mucho la hora de comunicarlos;
y el excesivo amor que a los hombres tenia, le tenían violento hasta
enriquecerlos con ellos, y derramarlos para su bien: por que como el amor es
impaciente no se puede contener ni sabe disimular sus llamas, ni retardar su
actividad, y mientras ve cumplidos sus deseos un punto de dilación se le
hacen mil arios; por eso con el amoroso fuego que ardía en su pecho divino
hacia sus amados (aunque muy ingratos) los hombres, a los ocho días de su
nacimiento, vierte y derrama su Preciosísima Sangre como primicias o señal
que les dio de que en su edad crecida, la derramaría con abundancia por su
amor. Atiende alma la priesa que tu Jesús se da a derramar su Sangre en tan
tierna edad, y dile llena de humanidad y agradecimiento: Señor y Dios mío,
¿para qué tanta priesa? por qué tan presto derramáis esa vuestra Sangre? ¿Por
qué no esperáis á que hay a mas copia y más vigor en el cuerpo para
derramarla? Y haz cuenta que te dice su amor: "Alma, mi amor no consiente
esperas. El fuego del amor no sufre tardanzas: mi caridad aborrece
dilaciones. Desde que tuve Sangre en la Encarnación y me uní a la naturaleza
humana, estuvo hirviendo en mis venas con las llamas de mi caridad y amor,
y está buscando ocasión para salir, y así para desahogar, y refrigerar esta
llama vierto desde ahora ésta poca en testimonio y señal, que toda la lie de
derramar por tu amor. Aprende a amar, alma mía, y a deshacerte toda en
amor de quien tanto te ama."
Se rezan tres credos con Gloria.

ORACION
Oh Jesús Dulcísimo de mi corazón! que no pudiendo sufrir tu grande amor,
y encendida caridad para con los hombres, más esperas ni dilaciones en
manifestarla a los mismos hombres, quisiste derramar tu Preciosísima
Sangre tan de antemano, que apenas contabas solos ocho días de nacido
cuando comenzaste á verterla en prueba y señal de que la derramarías toda
con abundancia, hasta no dejar gota de ella en tu cuerpo en llegando el tiempo

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


decretado por tu Eterno Padre: te damos humildes, y repetidas gracias por la
excesiva caridad con que nos amas, aun con el claro conocimiento de nuestra
torpe ingratitud, y vil correspondencia. Lávanos pues, Jesús mío, con tu
Preciosísima Sangre y enciende en nuestros helados corazones la dulce llama
de tu amor, para emplear todos los instantes de nuestra vida solo en amarte,
y servirte con la pronta observancia de tu divina leí, y crucifícanos con tu
temor santo, para que, acabando la carrera de nuestra vida en gracia, pasemos
a gozar el fruto de tu derramada Sangre a la gloria por todos los siglos de los
siglos. Amen.

ORACION A MARIA SANTISIMA


¡Oh Purísima Virgen María dignísima Madre de mi Señor Jesucristo! dígnate
Señora mía de ofrecer al Eterno Padre la Preciosísima Sangre que tú
ministraste a tu Santísimo Hijo en la Encarnación, para que derramándola
toda por redimirnos, nos abriese las puertas del paraíso que el pecado tenía
cerradas; y alcánzanos de su majestad amor a la virtud, y aborrecimiento al
pecado, y lo que en esta Novena pedimos si es de su divino beneplácito: y
juntamente la exaltación de la santa fé católica; la destrucción de las herejías,
vicios, y pecados mortales; la perpetua paz entre los cristianos Príncipes; la
conversión de los pecadores; la libertad de los cautivos; el descanso de las
almas santas del Purgatorio: y finalmente la perseverancia en gracia de los
Justos, para que aprovechándonos todos de este infinito tesoro de la
derramada Sangre de tu Santísimo Hijo, acabemos nuestra mortal vida en su
divina gracia, para gozarle en su gloria por todos los siglos de los siglos.
Amén.

SEGUNDO DIA
MEDITACION
Atiende, alma mía, que el inflamado deseo que tenía tu amorosísimo Jesús
de remediar pecadores, sacarlos de sus miserias, y enriquecerlos de los
celestiales tesoros de su Preciosísima Sangre, le traía fatigado toda su vida,
y no le dejaba reposar ni de día ni de noche, tanto que vino a decir por San
Lucas al capítulo 12. estas palabras: Heme de dar un baño en mi propia
Sangre, y con ella tengo de hacer un repartimiento, y derramamiento de mis
tesoros. ¡Ahí y que afligido me veo hasta que lo vea cumplido-, que grandes
congojas siento, hasta ver salir mi Sangre á borbollones, darla, y derramarla
toda por los hombres.! En efecto, llegado que fue el deseado tiempo, no se
contentó con derramarla poco a poco; antes quiso que fuese abierto todo su

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


sagrado cuerpo para derramarla con abundancia. Acércate, pues, con la
consideración al Huerto, y mira como habiendo su Majestad renunciado
enteramente todas las consolaciones divinas y humanas, que pudieran
redundar en sus sentidos, así interiores, como exteriores, por una parte se le
representaba la voluntad eterna de su Padre para morir por los hombres: por
otra tenía una mui viva representación de los dolores, y penas que había de
padecer, las afrentas de la cruz la ingratitud de los hombres: por otra la
perdición de tantas almas aun con una redención tan superabundante, que por
su querer no habían de aprovecharse de ella. La humanidad rehusaba
naturalmente el amargo cáliz: el espíritu pronto, y animoso se abrazaba con
todas sus amarguras, y con la fuerza del conflicto entre los dos apetitos,
superior e inferior, que (como suele decirse) luchaban a brazo partido. Vino
por último a reventar la Sagrada Sangre sudándola abundantemente por todos
los poros de su cuerpo santísimo, hasta bañarse con ella; y no solo esto; sino
que abundó tanto este derramamiento de Sangre, que corrió hasta empapar
la tierra: y volviéndose su Majestad a ella le dice (según sientan varios
contemplativos) aquellas palabras de Job al cap. 16: ¡O tierra! no encubras,
ni ahogues mi Sangre, ni haya en tí lugar donde se sepulten mis clamores, y
vengan a echarlos en olvido los hijos de Adán. Estas voces iremos
ponderando en el discurso de la Novena. Y por ahora resuélvete o alma mía,
a no olvidar jamás esta derramada Sangre que por tu amor se vertió.

ORACION
¡O Jesús Dulcísimo de mi corazón! triste, y angustiado dueño de mi alma: en
qué términos tan amargos, y en que desconsuelos tan indecibles te ha puesto
el amor que me tienes, y el deseo de redimirme y enriquecerme con el
inestimable tesoro de tu Preciosísima Sangre, pues parece no pudo llegar a
más la congoja y agonía de tu afligida alma, ¡que hacerte sudar por todos los
poros de tu sacrosanto cuerpo arroyos de Sangre! Otras congojas cuando
mucho suelen ser causa de sudor de agua; más la vuestra, oh atormentado
Jesús mío! fue tan crecida, que destempló todo tu Cuerpo, y tanto demudó la
naturaleza que te hizo sudar copiosísima Sangre, hasta regar con ella la tierra.
Lávame,, dueño mío, con este saludable baño, y no permitas que se pierda
en mí tanta Sangre derramada: antes sí, fijando continuamente en mi
corazón, y memoria este inestimable precio que te costó mí pobrecita alma,
sepa apreciarla como merece ser apreciada, como comprada nada menos que
con la Sangre de un Dios hombre, para que este conocimiento me compela,
y obligue a hacer obras dignas del nombre de cristiano, con que consiga la
gracia, y una muerte feliz para pasar a gozarte en tu eterna gloria, por los
siglos de los siglos. Amen.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


DIA TERCERO
MEDITACION
Vuelve oh alma mía, a aquel misterioso huerto, teatro memorable de las
agonías y congojas de tu atribulado Jesús, y considera cuan excesiva, y
terrible sería la angustia, y congoja de aquel deífico corazon, pues con tal
fuerza le hizo hervir la Sangre, que le llegó a brotar por todos los poros de
su santo cuerpo, y tan copiosamente que corría hilo á hilo, hasta la tierra.
dime alma: ¿pueden darse mayores pruebas que éstas de congoja, y agonía?
¿ha habido hombre jamás a quien ha ya sucedido cosa semejante, sin haber
perdido la vida? En el entretanto que tú las consideras, medita como viendo
tu amante Jesús la tierra empapada y humedecida con aquella Sangre
preciosísima se vuelve a la misma tierra, y le dice las palabras del Santo Job
arriba citadas: ¡O tierra, y que dichosa eres; una vez te maldije por el pecado
del hombre con lo que quedaste estéril, y disté fruto de abrojos! Pero ya has
quedado llena de bendiciones, después que con mi Sangre te regué, después
que con, mi rostro, espejo de mi Eterno Padre y rayo de su resplandor, te di
la paz que prometían a los hombres los Ángeles en mi nacimiento; pues ahora
te ruego, tierra mía, que no encubras ni ahogues mi Sangre, ni haya en tí
lugar donde se sepulten mis clamores, para que el hombre oiga sus voces, y
le conste enteramente que la derramé por él, y le dejo en ella un riquísimo
tesoro con que pague todas sus deudas por muchas que ellas sean, y se liberte
de la tiranía en que vive. No la cubras que servirá de saludable baño para que
mis amados los hombres limpien sus almas, y saquen de ellas las manchas
de sus culpas, para que con ella tifian sus obras todas, y te digan el fino color
y valor de meritorias, y alcancen por ellas el resplandor de la gloria. No la
cubras para que sepan que hallaran en ella todos los bienes juntos, y que si
saben y quieren aprovecharse de su virtud, de tierra (que son) vendrán a
parecer cielo. Medita todo esto alma mía con mucho espacio, y ternura, y
aprovéchate de este rico tesoro.

ORACION
¡O liberalísimo y amorosísimo Jesús de mi vida! que pródigo de tus finezas
has querido darme la mas irrefragable prueba de t u amor, derramando en el
huerto tu preciosísima Sangre en tanta abundancia, que corrió sobre la tierra,
manifestando el deseo que tienes de que ésta no la encubra o esconda; sino
que teniéndola siempre patente y manifiesta, acabamos s de conocer los in -
gratos hombres el inestimable tesoro que en ella tenemos, y nos
aprovechemos de tan saludable medicina para la curación perfecta de

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


nuestras almas enfermas con las culpas: haz, Señor, que cooperando nosotros
de nuestra parte, logremos tan celestiales efectos; y que meditando
continuamente en tan amarguísima Pasión, ésta memoria nos traiga siempre
compungidos y contritos de haber sido causa con nuestras culpas de tus
penas, para que aprovechándonos de tu derramada Sangre, produzcan
nuestras almas obras de tu sacratísimo agrado; para que cumpliendo
exactamente con los preceptos de tu acertada y santa ley, acabemos la vida
en tu gracia, para gozarte en tu gloria. Amen.

DIA CUARTO
MEDITACION
Vamos ó alma mía acertándonos al patio de Pilato á considerar el más
lastimoso y tierno espectáculo, que jamás han visto los siglos: mira á tu
atormentado Jesús desnudo su sacratísimo cuerpo y amarrado fuertemente
con sogas y cordeles, á una columna de aquel edificio; y que rodeado de seis
feroces, robustos é inhumanos verdugos, le amenaza cada uno con los crueles
instrumentos con que intentan azotarle; y comenzando los dos primeros con
una varas cuajadas de espinas, siguen los segundos, y acaban los terceros,
descargando sobre aquel virgíneo y delicadísimo cuerpo, más de cinco mil
azotes. Atiende aquellas virginales carnes abiertas y despedazadas á la fuerza
de la crueldad de los infernales ministros, y mírale por último cubierto de
Sangre, no solo aquel virgíneo cuerpo desde la cabeza á los pies, sino
también todo aquel ámbito del suelo cercano al divino cuerpo; pues con ella
quiso regar la tierra. Sigue ahora ponderando las palabras de Job, como
dichas por el mismo Señor á la tierra cubierta con su Sangre: O tierra que
quedaste llena de bendiciones después que los frutos que has producido me
han tocado, y servido de instrumentos en mi Pasión: tus sogas me ataron: de
las pieles de tus animales hicieron látigos, que me despedazaron á puros
azotes: por tanto te ruego ahora que no encubras, ni ahogues mi Sangre para
que beban las almas de este manantial con el que a - pagues los incendios
carnales, las llamas de la cólera, y todos los ardores, y desordenados
incendios de las pasiones amotinadas contra ellas. No la encierres para que
dé voces á los hombres, y les asegure que si arrepentidos m e buscan, los
admitiré á mi reconciliación; y si me amaren, á mi amistad, á mis favores y
regalos. No la escondas para que siempre les esté diciendo, q u e me hace
grande injuria el que desconfía de mi misericordia, de la verdad de mis
promesas, de la caridad con que les amo, del poder con que los redimo, y de
los merecimientos de mi Pasión y muerte que tan liberal les doy. Aliéntate,

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


alma, con tan celestiales promesas, y correspóndelas con un incesante amor
a tan dulce Amante.

ORACION
¡Oh Amabilísimo Jesús, y destrozado dueño de mi vida! ¿Qué exceso de
amor es este que así te hace derramar tu Sacratísima Sangre con tanta
abundancia hasta regar la tierra? ¿Pero qué pregunto? ¡o corazón mío
ingratísimo sobre manera! ¿cómo la Sangre de este inocentísimo cordero no
te ablanda? como el calor de tanto fuego no te enciende? ¿cómo no hierve
viendo hervir por tu amor la Sangre de Jesús? ¿cómo vives viéndole atado
en aquel helado mármol, y hecho todo fuentes de vida para darte vida? ¡o
dolor! ¡o ingratitud! báñame, Jesús mío, con esta tu ferviente y encendida
Sangre; baña mi corazón helado y frío, para que todo hierva y arda en amor
tuvo, y viva solamente para tí supuesto que tanto me amas, que derramas
toda tu Sangre por mí, y deseoso de verme todo abrasado en amorosas llamas
de tu amor; por tanto, mi Jesús, dígnate de derramar esta tu preciosísima
Sangre sobre este mi corazón: caiga siquiera una pequeña gota en él, para
que le abrase en tu amor, y en lo de adelante viva una vida toda empleada en
amarte, para merecer después de ella, una eternidad de gozarte en tu gloria.
Amen.

DIA QUINTO
MEDITACION
Sigue ¡Óh alma mía! contemplando atentamente la horrible carnicería que
en el destrozado cuerpo de tu amante Padre Jesucristo ejecutó la crueldad de
aquellos inhumanos verdugos, y mira como estando ya su Majestad casi en
términos de morir, y con repetidos parasismos de tal manera despedazado,
que ya no había carne que azotar, sino solos huesos descarnados, y como
reveló nuestra Señora á Santa Brígida: «Como mi Hijo estuviese todo
cubierto de «su sangre, y todo su cuerpo tan ras- «gado, que y a de los pies á
la cabeza «no había parte sana en donde pudiesen azotarle, entonces uno de
los que «estaban allí viendo que le mataban, asustado y temeroso del mal que
les podía venir á los verdugos si le quitaban la vida antes de la sentencia,
corrió y preguntóles, que ¿cómo sin estar «sentenciado á muerte le quitaban
la «vida? Y sin aguardar respuesta sacó «un cuchillo, y cortó las sogas."
Hasta aquí nuestra Señora y Santa Brígida; y ahora alma mia, tú que lo estas
considera casi ahogado en aquel lago que de su preciosísima Sangre se había
hecho sobre la tierra, y haz cuenta que le oyes decirle a la misma tierra las
palabras de Job, que ya hemos meditado: ¡o tierra depósito de mi derramada

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Sangre! no la escondas ni encubras para que viéndola los hombres toda
vertida y derramada por sus pecados, se azore y amedrente el espíritu, y
conciba un grande furor contra estos mismos pecados, los aborrezca, les haga
guerra, y antes den la vida los hombres, y mil vidas que tuvieran, que
volverme a ofender, atendiendo al encendido amor con que por ellos derramo
mi Sangre. No la ocultes para que avise al hombre que le tengo que pedir
rigurosa cuenta de ella, y de que vive de la misma manera, y con el mismo
descuido, después que a tanta costa fue lavado con mi Sangre, como si no lo
hubiera sido. Le diga que se enmiende y no multiplique pecados, para que
pida perdón, y no castigo: misericordia, y no justicia. Repasa bien alma mía
estos puntos y aprovéchate de tan celestial doctrina.

ORACION
¡O Jesús amabilísimo de mi vida! ¡o maltratado y despedazado dueño de mi
corazón! ¿cómo no se me rasga éste en menudos pedazos al verte caído, y
casi ahogado en este lago de tu preciosísima derramada Sangre? ¿cómo tengo
alientos para meditar estos tiernísimos pasos, sin derramar abundantes
lágrimas? ¿Qué haré yo, Jesús mío, para alcanzar este don de lágrimas, con
que deseo llorar tu amarga Pasión? Pero ya sé lo que he de hacer, acogerme
á esta misma Sangre preciosísima. Aquí me quiero estar al pie de esta
columna en que por mí sufriste tanta multitud de cruelísimos azotes. Dame
licencia, Señor, para estarme aquí, que según es tu benignidad y amor, espero
no me la negarás, ni te desdeñarás de que los arroyos de tu preciosísima
Sangre caigan sobre mí, pues los derramas con tanta abundancia y liberalidad
para lavar y sanar pecadores. Caiga, Señor, caiga sobre mí este licor
preciosísimo con que he de quedar tan limpio y tan hermoso. Sí, mi Jesús,
lávame y purifícame cotí tu preciosísima Sangre, de todas las manchas que
en mi alma han ocasionado la multitud y malicia de mis pecados, para que
limpio de todas ellas, alabe, ame y sirva con un corazón contrito, limpio y
humillado, á un Señor que me amó tanto, que no dudó derramar su Sangre y
perder su vida por mí; para que viviendo y muriendo en tu santísima gracia,
merezca tu eterna gloria, en donde te goce y alabe por todos los siglos de los
siglos. Amen.

DIA SEXTO
MEDITACION
Contempla, alma mía, como pasada aquella cruel carnicería de los
desapiadados azotes, con que atormentaron á tu dulcísimo Jesús, le previenen
otro cruelísimo martirio que fue el de la coronación de espinas, y para esto

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


considera que formaron la corona de juncos marinos, sobre manera gruesos,
haciéndola en forma de casquete, dejándola maliciosamente estrecha, de
modo que entrara en la divina cabeza sumamente forzada para causarle
mayor dolor y tormento: en efecto; acabada que fue la inhumana corona la
trajeron, y con mucha irrisión v mofa, hincándole la rodilla, por burla, y
tratándole como á fatuo, se la ponen sobre su sagrada cabeza; y luego
cogiendo unas horquillas de palo, la fueron encajando á fuerza de golpes,
con tal fiereza, que le pasaron las espinas el cráneo hasta llegar á sus divinos
ojos, comenzando á derramar arroyos de Sangre por los cabe y todo el
soberano rostro entran los ojos y boca santísima, en tanta abundancia, que
quedó (según Santa Brígida) la divina cabeza como si la hubieran metido en
una tina de sangre. Medita ahora, alma, que atendiendo tu maltratado Jesús
á su preciosísima Sangre derramada por la tierra, le oyes seguir hablando con
ella, con las palabras de Job arriba citadas: O tierra, ya santificada con mi
Sangre, no la encubras ni la tapes, porque ya que el hombre no haga servicios,
ni obras que puedan llegar delante de mi Padre Eterno, ni en que pueda
estribar su confianza, quedando esta mi Sangre descubierta y patente, confié
en ella, y se la presente á mi Padre; pues basta para satisfacerle cuantas veces
le ofendiere, si arrepentido se vale de ella. No sepultes ni ahogues sus
súplicas, para que si las voces del hombre fue en tibias, y no merecieren que
mi Padre las oiga, alcance por esta mi derramada Sangre y méritos, lo que
por sus obras desmerece. Con estos sentimientos santos anímate, alma mía,
ya cógete llena de confianza á esta preciosísima Sangre, presentándosela al
Padre Eterno para alcanzar perdón de tus culpas.

ORACION
¡Oh atormentado y afligido Jesús de mi vida! Que no contento con haber
sufrido el inhumano tormento de los azotes, derramando en aquella helada
columna arroyos de tu preciosísima Sangre, quisiste sufrir el inexplicable
martirio de ser coronado de agudas y penetrantes espinas, con las que te
atravesaron tu divina cabeza, pasando sus agudas puntas hasta lastimar los
hermosos luceros de tus ojos, y corriendo por todo tu venerable rostro tanta
abundancia de Sangre que corrió por todo tu cuello y cuerpo santísimo, todo
á fin de manifestarme lo excesivo de tu amor, y ardiente de tu caridad, y el
deseo que tienes de mi salvación: haz pues, Jesús de mi vida, que conociendo
el inmenso beneficio que tan liberal me haces con este abundantísimo riego
de tu sagrada Sangre, sepa aprovecharme de ella para poner los
proporcionados medios para asegurar mi salvación; y no permitas que con la
reincidencia y repetición de mis culpas, me haga indigno de los celestiales
tesoros que con ella pretendes darme, sino que preciándola y venerándola

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


como es debido, fructifique en mi alma obras heroicas y propias de un
cristiano, esto es, de un discípulo de Cristo, para que con ellas unidas a esta
tu derramada Sangre, merezca en esta vida la gracia final, para alabarte y
gozarte en la eterna gloria, por los siglos de los siglos. Amen.

DIA SEPTIMO
MEDITACION
Acércate ya. alma mía, al monte Calvario, y atiende con los ojos de la
consideración á tu atormentado Jesús (si todavía tienes aliento para mirarle
padecer) como después de haber llegado con suma fatiga á la cumbre de
aquel monte; después de haberle desnudado con indecible crueldad, no solo
de sus vestiduras, sino de su propia piel por estar ya pegada y casi unida con
la túnica interior: en fin, después de haberle hecho tender el duro y tosco
madero para abrir los barrenos, dejándolos maliciosamente cortos para más
atormentarle, comienzan aquellos feroces verdugos el más inhumano
tormento que se había visto, le mandan con imperio que se tienda en la cruz,
y tomando un ministro la mano derecha del Señor, la acomodó en el barreno,
y otro tomó un largo y grueso clavo, y poniéndoselo en la palma de aquella
mano divina, comienza a descargar muchos y repetidos golpes con un pesado
martillo, hasta traspasar la mano y clavar el clavo en la tierra; y queriendo
clavar la otra sacrosanta mano, mirando que no alcanzaba al barreno, por
haber quedado (como ya dijimos) maliciosamente corto para mas
atormentarle, le amarran fuertemente con un cordel la mano que ya estaba
clavada par a mas asegurarla, y con otro cordel le estiran fuertemente la mano
santísima que habían de clavar, haciendo hincapié en el mismo sacratísimo
cuerpo, y estirando con tal fuerza, que le desencajaron todos los huesos de
aquel sagrado pecho, hasta hacer llegar la mano al barreno de la cruz, y
clavándola con la misma fiereza que la otra, comienza a derramar de ambas
manos copiosos arroyos de Sangre, en tanta abundancia, que no solo tenía
con ellos los vestidos y manos de los verdugos y la cruz, sino que corría hasta
la tierra. Atiende como volviéndose a ella, lleno de los más vivos
sentimientos le sigue hablando con las palabras de Job arriba citadas, O
dichosa tierra regada ya con mi Sangre, no la escondas ni encubras, porque
esté siempre patente a los ojos de mi Eterno Padre, y vea, que si está mui
ofendido de los hombres, también está mui bien pagado por aquellos que
quisieron aprovecharse de ella, y aplacándose en sus justas iras, se incline a
hacer misericordias a mis amados (aunque ingratísimo hermanos) los
hombres. Llénate de aliento, alma mía; con este rico tesoro, que ya tienes

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


con que satisfacer a la divina Justicia la deuda de tus culpas, y ama sin cesar
a quien tanto te ama.

ORACION
¡O amantísimo y crucificado Jesús de mi vida! es posible dueño de mi
corazón que estas divinas manos que fabricaron los cielos, se han de ver
traspasadas y rotas por la más vil criatura, como soy yo? ¿es posible que haya
en mi ingrato corazón, ánimo y valor para meditar estas finezas, y no se me
rompa en menudos pedazos de dolor al ver por los suelos derramada tu
preciosísima Sangre? ó Sangre de mi Dios! ¡ó licor de misericordia! ya que
el mundo te desprecia tanto, y yo ingrato tantas veces lo he ejecutado, vente
ahora á mí. que ya arrepentido te busco y te deseo recoger; ven, te recogeré
y abrazaré dentro de mi corazón. Adorote, preciosísima Sangre, vida de mi
alma: adorote, riqueza de los cielos y de la tierra. En tí deseo bañarme, por
tí deseo derramar la mía por no ofenderte más, mi dulce Jesús, por amarte de
todo mi corazón. ¡O quien nunca te hubiera despreciado por dar gusto á mis
apetitos! salgan, salgan fuera de mí todos tus enemigos, que son mis culpas
y vicios, por medio de tu preciosísima Sangre, para que tú solo tomes
posesión de este mi corazón que ansioso me pides, y yo quiero darte: y pues
tu amor te obligó á darme toda tu Sangre, y con ella tu vida, tu divinidad, y
todos tus infinitos méritos; este mismo amor, y tu misericordia te obliguen,
Señor, a que esta misma Sangre me renueve todo, todo me limpie, todo me
purifique, todo me posea, todo me abrase, y todo yo quede consumido en tu
amor desde ahora, y para siempre, en esta vida, y en la otra que espero
gozarte por los siglos de los siglos, Amen.

DIA OCTAVO
MEDITACION
¡Oh alma mía, no te canses de meditar penas y tormentos, supuesto que tu
amante Jesús no se causa de sufrirlos por tu amor! Considera, pues, como
con la crucifixión de las manos, se encogió naturalmente todo el sagrado
cuerpo, así por el dolor vehemente que padeció, como por la contracción de
nervios y arterias que sufrió, y con esto no alcanzaban ni con mucha distancia
los sagrados pies al barreno de la cruz; pero instigados de los demonios
aquellos inhumanos verdugos, practicaron la misma impía diligencia, que
habían hecho en las manos, atando éstas fuertemente con cordeles y sogas, y
amarrando los sagrados pies con una eslabonada cadena estiraron todos, y
con tanta fuerza, que le descoyuntaron cuadriles, cintura, y en fin, todos los
huesos de aquella fábrica divina sin quedar en ella hueso con hueso, y con

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


esto llegaron al barreno los pies, y para que el clavo resbalase por ser partes
nerviosas (como premedita S. Buenaventura) se los barrenaron antes, y
tomando un mucho más largo y grueso clavo, que los otros, lo comenzaron;!
clavar con furiosos y repetidos golpes del pesado martillo; y al mismo tiesas
se desataron en arroyos de Sangre que derramándose por todo aquel ámbito,
regaban la tierra y la pisaban los inhumanos verdugos. Y tú, alma, que estas
meditando esto, haz cuenta que ves abrirá tu Jesús sus sacrosantos labios, y
que hablando con la misma tierra., le repite las palabras de Job, ya citadas:
O tierra dichosísima (aunque antes maldita,) por verte fertilizada con
ablandante riego de mi Sangre, no la escondas, no la cubras para que vea el
ignore su abundancia, que le doy toda la de mis venas, pues la derramé con
la franqueza que se derrama el agua; y vea lo que me debe, y la obligación
que tiene á servirme y amarme con todo su corazón, y sin escasez de efecto,
aunque sea á costa de su vida y de su sangre. Dile que sí, alma mía, que en
lo de adelante emplearás todo tu amor en amarle y servirle, y en venerar su
sacratísima derramada Sangre.

ORACION
¡O Jesús de mi vida tan cruelmente atormentado por mi amor! ¿Qué haré yo,
Señor, en obsequio vuestro, y en señal de gratitud a tanto amor? Pero ¿qué
he de hacer, pobre de mí, si nada tengo que ofreceros? Mas ya vos. Jesús
mío, me dais con abundancia lo mismo que os he de ofrecer; tan
misericordioso sois como todo esto, pues mirándome en tanta miseria queréis
enriquecerme con el rico tesoro de vuestras venas, que es vuestra
preciosísima Sangre, tesoro de valor infinito, y capaz de satisfacer
sobreabundantemente todas mis. deudas, por muchas que ellas sean, y
juntamente limpiar mi alma de todas las inmundas manchas con que la han
afeado mis culpas. Sí Jesús mío, yo os ofrezco esto mismo que me dais para
satisfacer por mis pecados. Yo quiero, y deseo lavarme, y purificar mi alma
en este saludable baño. ¡O, y que divina traza es bañarse con la continua
consideración de esta Sangre preciosísima! más cuanto mejor será bañarse
con ella en realidad de verdad, pues con el deseo que teníais, ó Jesús de mi
vida, de enriquecernos con este rico tesoro, no os contentáis con derramarla
toda en vuestra Pasión sacrosanta, sino que quisisteis dejárnosla en el
Santísimo Sacramento hasta la consumación de los siglos, para que todos los
días (si quisiéramos), y en tantas partes del mundo en que estáis
Sacramentado, pudiéramos una y muchas veces purificarnos con este
saludable baño de vuestra sacratísima Sangre. Haced, Señor, que apreciando
como debemos este beneficio, nos hagamos, dignos de recibirle con

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


frecuencia, con lo que consigamos s la gracia y vuestra presencia en la gloria.
Amen.

DIA NOVENO
MEDITACION
Lleguemos ya, alma mía; pero lleguemos con los ojos Henos de lágrimas y
el corazón de amargura, exhalando tiernos suspiros á ver á nuestro amante
Jesús, derramar las últimas gotas de Sangre que le habían quedado en su ya
difunto cuerpo. Mira como después de crucificado con la inhumanidad que
has premeditado en los anteriores días, le levantan en alto, y le dejan caer de
golpe en la dureza de un peñasco; y después de haber padecido tres horas en
el aire, y de habernos dejado en sus siete últimas palabras tan celestiales
doctrinas: finalmente, entre dolores y angustias murió entregando su espíritu
en manos de su Eterno Padre; pero no contentos los judíos con haberle
quitado la vida, pasan á romperle y pasarle su sagrado corazón con una cruel
lanza (que así la llama la Iglesia) la cual hirió tan fuertemente aquel sagrado
pecho, depósito del amor, que le partió de parte á parte el corazón,
derramando por aquella abierta puerta abundancia de sagrada Sangre y agua,
hasta no dejar gota de ella en aquel yerto cadaver. Ea, alma mia, llégate ya y
atiende á aquellas cinco fuentes manando continuamente arroyos de Sangre,
que corren hasta la tierra, v premedita que ves á tu amante Jesús abrir sus
sacratísimos labios, y hablando con la misma tierra l e dice las palabras de
Job, arriba citadas oh tierra dichosa y santificada con el riego de mi Sangre,
no la encubras, ni halle en tí lugar donde se sepulten mis clamores, y se
olviden de ellos los ignorantes hombres. No la ahogues ni sepultes en tus
senos, para que en ella hallen los hijos de Adán el rescate de su cautiverio,
la hermosura de sus almas, limpieza de las manchas de sus culpas, medicina
á sus males, consuelo en sus trabajos, esfuerzo en los combates contra sus
enemigos, seguridad en sus peligros, esperanza en sus temores, dulzura en
sus amarguras, misericordia en sus pecados, y finalmente; en su muerte, vida,
resurrección, y merecimientos para alcanzar la gloria: ¡ó consuelo celestial!
¡ó Jesús, dulce amor mío, y lo que haces por nuestro bien! da voces Sangre
divina, grita misericordia para nosotros. Y tú, alma mía que meditas estas
ternuras, date por obligada, aborrece el pecado y emplea todo tu amor en
amar á quien tanto te ama.

ORACION
¡O amorosísimo Jesús de mi vida! ahora sí, Señor, que ya has desahogado tu
amante corazón, viendo eminente derramada tu preciosísima Sangre, en

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


beneficio de los ingratos hombres que tanto amas: ahora sí que los es ya
remediados y ricos con este inestimable tesoro. Sea en buena hora, Jesús mío,
y caiga sobre mí ésta celestial lluvia de tu Sangre preciosísima; y como
diestro labrador aparta primero de mi corazón la tierra de los afectos
humanos, para dar lugar al riego de tu Envíes ese rocío soberano sobre este
apoca dio espíritu mío. Ea liberalísimas manos abiertas para mi remedio, no
me neguéis esos tesoros que tan de balde dais a todo el mundo. Ea sagrados
pies, cansados para mi descanso, y heridos para mi salud; derramad sobre mí
lo que: tan sin tasa estáis virtiendo. Esa sagrada cabeza toda teñida de Sangre,
adornada con esos celestiales rubíes: caigan sobre mis ojos todas esas gotas:
esa virginal y sacrosanto cuerpo, todo cubierto de azotes, venga sobre mí ese
licor de tu Sangre, que hilo á hilo destilan tus llagas para sanar las de mi alma
y dejarla hermoseada. Ese pecho sacratísimo, ese corazón rasgado de mi
Jesús, caiga sobre mí la Sangre y agua que sacó la cruel lanza, de tus entrañas
de misericordia. Ea Señor, acabe de darme esa derramada Sangre de tu
costado, abierto de par en par, derecho para que me abran el cielo, y me
entren a la presencia de tu Eterno Padre. Así lo espero amorosísimo Jesús: tu
preciosísima Sangre me lave, me limpie, me purifique de todas las manchas
de mis enormes culpas, para que, adornada mi alma con la rica gala de tu
gracia, te goce por eternidades en la gloria. Amen.
Alabada sea la Sangre de Jesús.
Glorificada sea la Sangre de Jesús.
Ensalzada sea la Sangre de Jesús.
Predicada sea la Sangre de Jesús.
Estimada sea la Sangre de Jesús.
Temida sea la Sangre de Jesús.
Amada de todos los hombres sea, ahora y siempre, la Sangre sagrada de
Jesús. Amen.

OFRECIMIENTO DE LA NOVENA AL ETERNO PADRE


¡Oh Padre Eterno y Dios de todo consuelo! recibid Señor este corto obsequio
de esta Novena que hemos procurado "hacer en obsequio y alabanza de la
preciosísima Sangre, que tan liberal como amante derramó por nosotros
vuestro santísimo hijo en su dolorosa y amarga Pasión. No miréis o Padre
Eterno, Dios grande, Dios excelso, no nos miréis a nosotros llenos de
pecados, y vacíos de merecimientos; poned, sí, vuestros amorosos ojos en
vuestro Unigénito Hijo, afrentado y atormentado con la cruz, oíd sus
clamores, alcancen sus méritos lo que perdió nuestra mí seria, reparad Señor
por su inocencia lo que destruyó nuestra malicia, sanad por sus llagas lo que

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


hicieron nuestros pecados, limpiad por s u preciosa Sangre lo que mancharon
nuestras culpas, enviadnos por sus abiertas llagas la lluvia de vuestras
piedades que sazone nuestras costumbres, que he refrene nuestros apetitos,
que amortigüe nuestras amotinadas pasiones, que fertilice nuestras almas y
las llene de abundantes virtudes. Haced Señor que jamás olvidemos que
vuestro Hijo derramó por nosotros su Sangre, y dio su vida en una cruz, para
que esta continua memoria nos llene de bienes del cielo, y favores de vuestra
mano con la perseverancia en vuestra gracia, para alabaros sin cesar en
vuestra gloria. Amen.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


NOVENA A JESUS NAZARENO EN SU DOLOROSA
CORONACIÓN DE ESPINAS
Compuesta en 1681 por un devoto de este sagrado misterio
Lima, Perú.

ORACION INICIAL
A Tí, o Rey Coronado, Rey de Reyes, y Señor de Señores, viene este pobre
vasallo delincuente, lleno de espinas de pecados, pues que te dignaste querer
ser coronado de Espinas, para quitar las de mis maldades, me concedas la
gracia de despinarlas librándome de ellas, fortaleciéndome con el cerco de
vuestras Espinas. ¡Oh buen Jesús! mi Dios y mi Rey, te ruego en esta
Novena, que, así como por mí quisiste que vuestra Sagrada Cabeza se
coronara con Corona de contumelia, os dignéis que en el Juicio final sea
coronada la mía con la Corona de la Gloria. Amen.

ORACION PARA TODOS LOS DÍAS


¡Oh Amabilísimo Jesús engrandecido en el mayor abatimiento! Postrado à
vuestros Pies este vil y desleal vasallo llega a confesaros la victoria, que
manifiesta vuestra Corona de Espinas: llego corrido como ingrato, pero
confiado como favorecido al ver en vuestras Sienes, hermosa primavera de
flores, la que mi culpa tejió áspera Corona de Espinas. Os suplico
humildemente me permitáis entrar a lavarme en esas setenta y dos soberanas
Fuentes que abrieron las setenta y dos Espinas, como saludables baños para
todas las naciones del mundo que se dividieron en setenta y dos lenguas. ¡Ay
de mí! si en esas sagradas Fuentes no me lavo; si en esos prodigiosos baños
no curo. Concededme, Jesús mío, esta grada para entrar limpio en la Gloria.
Amen.

DÍA PRIMERO
¡Oh Amantísimo Padre de piedad! ¡Oh bondad infinita! ¡Oh dulcísima
clemencia! ¡Oh tiernísima misericordia! Llego en este primer día a la primera
Fuente que abrió en vuestra sagrada Cabeza la penetrante Corona de Espinas:
postrado a vuestros píes, con cuanta confusión me ocasionan mis culpas
¡Ojalá con el amor que debo à vuestras finezas! os alabo, os adoro, os
bendigo como a Dios, como à Rey y como á Redentor, y acordándoos del
cruelísimo tormento de vuestras Espinas, os pido, que las que convirtió en
flores vuestro amor, no las vuelva en Espinas mi ingratitud. Ahóguense en
esa Fuente las Espinas de mis culpas; curadme, Señor, mis dolencias, que si
sois aquel hombre: Ecce Homo, que deseaba aquel enfermo de la Piscina

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


para sanar de sus enfermedades, yo soy el doliente herido de las Espinas de
mis pecados: limpiadme, Señor, las llagas, lavadme las heridas con la Sangre
que hizo destilar esa Corona, para que logrando en ese baño la salud, adore
vuestra Cabeza en la Patria Celestial. Amen.

OFRECIMIENTO
Gracias os doy, Coronado Rey, no solo porque me habéis sufrido este rato
en vuestra presencia sino porque muchos años no me tenéis ardiendo en el
abismo. O Alma mía, mira a este Hombre: Ecce-Homo, que, aunque está tan
llagado con azotes, tan afeado con salivas, tan cárdeno con bofetadas,
coronado con Espinas, con una Caña por Cetro en la mano, y vestido con
ropa de Escarnio, más es que hombre, pues también es Dios: Concededme,
Señor, que sea devotísimo de este lastimoso paso, para que por él logre el
paso a la eterna felicidad. Amen.

Adorada sea la Cabeza de nuestro Amabilísimo Jesús. Amen.


Padre nuestro, Ave María, y Gloria…

Alabado sea el Cetro de nuestro Clementísimo Rey. Amen.


Padre nuestro, Ave María, y Gloria…

Venerada sea la Púrpura de nuestro Invicto Monarca. Amen.


Padre nuestro, Ave María, y Gloria…

GOZOS
Por vuestra piedad inmensa
Á T vuestra amarga Pasión
En el mar de tanta pena
Halle puerto el Pecador

Con atroz furia azotado,


Con blasfemias ofendido,
De pies a cabeza herido
Os miro, mi Dios amado:
Pues nuestra culpa ha causado
En Vos tan mortal dolor;

Dura Corona de Espinas


Quebranta Vuestra Cabeza,
Cuyas puntas con fiereza

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Rompen tus Sienes Divinas:
Con ella al. suelo te inclinas,
Diciéndonos con amor:

Tus manos atan crueles


Los Sayones inhumanos,
Siendo sus pechos tiranos
Más duros que los cordeles:
Mas ya vuestros Hijos Fieles
Dicen llorando, Señor:

Por Cetro una infame caña


En vuestras manos pusieron,
Y al ponerla concurrieron
Todos con sangrienta sana:
Ya el hombre se desengaña,
Y os pide con gran fervor:

Porque a la luz verdadera


Eclipso tan fiero encono
Grita Pilatos: Ecce-Homo,
Porque no piensen que fuera;
Pues tu dolor considera
El alma con gran dolor:

Queda condenado a muerte,


Y en un Balcón cae la suerte
Sobre un Ladrón y Homicida;
Toda la chusma atrevida
Le condeno con furor:

A su Mejilla inocente
Con mano de hierro armada
Dan tan fiera bofetada:
Que hace que en sangre reviente
Mi Bien, pues el alma siente
Ser causa de ese rigor:

!Oh quien estuviera allí,


Dulce amante. Dueño mío,

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Y al golpe de aquel judío
Sacará el rostro por ti
Toda la culpa esta en mí,
Y Vos la pagáis, Señor:

Haced, Señor Soberano,


Que en la fragua de tu amor
Se encienda en Divino ardor
Todo corazón cristiano:
Haced que el Género Humano
Os pida, mi Redentor:

En fin, a los que lloramos,


O cantamos a tu Hechura,
Dadnos, Señor, la ventura
De que en tu gracia vivamos:
A vuestros pies nos postramos
Y os pedimos por favor;

ANTÍFONA
¡Buen Jesús! ¿A Ti Corona de Espinas? Nosotros cometimos la culpa y ¿tú
la pagas? Nosotros contrajimos la deuda ¿y tú la satisfaces?

L/: Tu Corona adoramos Señor


R/: Tu glorioso triunfo reverenciamos.

ORACION
Os suplicamos, Dios Omnipotente, que todos los que reverenciamos la
Corona de Espinas en la tierra merezcamos ser coronados con la Corona de
Gloria en el Cielo. Amen.

SEGUNDO DÍA
¡Oh Pacientísimo Rey! por segunda vez llego a vuestra presencia a lavar en
las Fuentes de vuestra sagrada Cabeza mis culpas: Estampad al vivo dentro
de mi alma| esa lastimosa figura: Dadme. Dios mío, ojos compasivos, y un
corazón o muelle, para que mirándote me compadezca, y llore la causa de
espectáculo tan lastimero, cubierto de afrentosa púrpura, ojos bajos, bañados
en lágrimas, cruel Corona de Espinas en la Cabeza, con Cetro de caña en la

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


mano, el Cuerpo desnudo, quebrantado y molido, destilando Sangre por
todas las Llagas. ¡Oh Rostro Divino! ¡en quien, como en espejo, se desean
mirar los Ángeles! ¡Oh Sagrada Cabeza de mi Jesús! ¡Cuántas de las Espinas,
no pudiendo romper el casco, abrieron puerta y fuente sobre los ojos a fuerza
de golpes! Dejadme entrar a ese baño de la salud, para que os pueda
eternamente gozar. Amen.

OFRECIMIENTO
Gracias rendidas os doy, mi dulcísimo Jesús, porque a tanta costa quisiste
salvar mi alma. Gracias os doy por las luces que en este breve rato me habéis
comunicado. Bien se conoce, Señor, la verdad de vuestra Divina promesa,
que quien se acercare a Vos os acercareis a él; pues acercándome segunda
vez al espejo de vuestro lastimosísimo Rostro no me neguéis vuestra luz:
Miradme, Señor, con esos piadosísimos ojos, y haced que os vean los míos
en la eterna Gloria. Amen.

TERCER DÍA
¡Oh Redentor mío! Tercera vez llego vuestra presencia a confesar que mis
pecados son las Espinas que os punzan, mis locuras la Purpura que os
escarnece, mi soberbia vanidad el Cetro afrentoso que os burla ¡Ay Jesús
mío! Yo soy vuestro verdugo, y la causa de vuestro tormento: A Vos, Padre
Eterno, os lo presento, mirad el Rostro de vuestro Hijo que atendiendo a él
os compadeceréis de mí: Ecce Homo: con grande confianza os le presento,
nada me negareis por su amor, permitidme entrar en la tercera Fuente de su
Soberana Cabeza a lavar mis culpas, para adoraros eternamente en la Gloria.
Amen.

OFRECIMIENTO
Gracias os doy, Jesús mío, por las luces y santas inspiraciones que por las
Fuentes de vuestra Sagrada y Coronada Cabeza me habéis enviado: por la
paciencia con que sufriste tan atroz tormento para remedio de mi alma,
porque me movéis con esa lastimosa figura á penitencia, todos los Ángeles
y criaturas os bendigan: yo me ofrezco todo a Vos, asidme con vuestras
Espinas, dadme compasión de vuestras penas: atadme con esa soga, para que
un punto no me aparte de Vos, que eso será eternamente gozar. Amen.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


CUARTO DÍA
¡Oh Rey Omnipotente y misericordioso! Cuarta vez vengo a vuestra
presencia avergonzado que Vos estéis Coronado de Espinas, y que mi loca
soberbia quiera coronarse de rosas: avergüénzome de que siendo miembro
vuestro sea esclavo de la vanidad, viéndoos Vos tan amante de la
humillación: avergüénzome de huir las penas como miembro delicado,
teniendo Vos la Cabeza taladrada con esas penetrantes puntas: ¿Es posible
que bajo Cabeza Espinada ha de haber miembro delicado? Confieso, Señor,
mi flaqueza: corroboradme Ya con la Sangre de esa Soberana Fuente, para
que fortalecido yo en ella pueda unirme con la Cabeza en la Gloria. Amen.

OFRECIMIENTO
¡Oh Jesús mío, Rey Omnipotente! ¿Qué gracias te daré, sobre otros infinitos
beneficios, por este singularísimo, de que siendo el hermoso entre los hijos
de los hombres quisiste ser afrentado y amentado con una horrible diadema
que penetró vuestras sagradas Sienes, cubierto con aquella Púrpura de
escarnio, y que siendo yo la causa no me habéis castigado? ¡Qué bien se
conoce, Señor, que sois infinitamente mayor que toda malicia humana! ¡Qué
bien se hecha de ver que no tiene que apostar la más refinada malicia a vencer
vuestra misericordia! Bendígante los Serafines, y mi dulcísima Madre María
Santísima: Haced de otros Santos Pablos, y de otras piedras hijos de
Abraham, para que todos os bendigamos en la Gloria. Amen.

QUINTO DÍA
¡Oh Dulcísimo Jesús! El vero tan lastimado mueve mi depravado corazón a
venir quinta vez para lavarlo en la sagrada Fuente de vuestra soberana
Cabeza: Si a mí me mueve a venir más os mueve a Vos la piedad; pues como
Lebrel generoso pusiste entre Espinas la Cabeza para cazar mi alma, para
que no huyera, para sacarme del infierno de mis vicios: Alabada sea vuestra
infinita bondad, y el arte con que cazaste, y aun pescaste con los anzuelos de
las Espinas, asidme bien con ellos: atraedme a Vos: penetrad me el corazón
con esas puntas para asegurarme en la Gloria. Amen.

OFRECIMIENTO
¡Oh Padre Celestial! ¿Qué retorno os daré si Vos a Vos mismo no os alabáis
y amáis por mí? Yo no soy bastante para hacerlo viendo la infinita caridad y
excesivo amor con que sufriste tantas injurias y escarnios de los hombres
peores que fieras, que viéndoos tan lastimado y dolorido, no solo no se
mueven a lástima, sino que nuevamente os coronan de Espinas, os dan de

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


bofetadas, escupiendo en vuestro hermosísimo Rostro. ¡Oh pacientísimo
Señor, retablo de dolores! Gracias os doy por tanta paciencia y sufrimiento,
esperadme un poco, me lavo llorando con sangre mis culpas, para daros
gracias en la Gloria. Amen.

SEXTO DÍA
¡Oh Padre de misericordia y Dios de todo consuelo! Y a es la sexta vez que
vengo, como pobre enfermo, a buscar la salud en la sexta Fuente que abrió
la Corona de Espinas para limpiar mis culpas: Señor, mirad que soy aquel
hombre llagado, maltratado y herido: Ecce Homo, que descendía de
Jerusalén a Jericó: !Oh! ! que llagado! ¡Oh! !que herido estoy por haber
ignominiosamente bajado del estado feliz dela gracia al infeliz de la culpa,
Sois el Divino Samaritano, atadme las llagas, lavadme las heridas, ungidme
con el licor precioso de la sangre que destilo vuestra Cabeza, para que me
vuelva a la Jerusalén de la gracia para adoraros después en la Gloria. Amen.

OFRECIMIENTO
¡Oh Dulcísimo Jesús, y mi Padre! Si a los del mundo, con ser tan poco lo que
de ellos reciben los hijos, enseña la razón natural que no se las puede
cabalmente agradecer a Vos, que me disteis todo lo que soy, y que para
redimirme y lavarme de mis llagas diste, no oro ni plata, sino vuestra sangre
Divina que gracias os daré, mi adorado Jesús. Más aquí de lo sumo de mi
gratitud; que, aunque os haga este obsequio deseoso que se imprima esa
lastimosa figura en mi corazón, donde queréis que os ponga como Sello,
siempre quedare corto para agradecer tanto beneficio. Alábente por mí y te
den las gracias todos los Santos de la Gloria. Amen.

SÉPTIMO DÍA
¡Oh Sapientísimo Medico de mi alma! Séptima vez vengo al baño de la salud
a la séptima Fuente, que, más que esa Corona, abrió el amor en vuestra
soberana Cabeza. ¡Oh que Fuente tan copiosa! ¡que por todo el Rostro y
Cuello corrían raudales de sangre, verificándose la profecía que desde la
planta del Pie hasta la Corona de la Cabeza no habla cosa sana, para que yo
sanara de pies a cabeza! ¡Oh mi Jesús! Llagado, dolorido, escarnecido, hecho
oprobio de los hombres, desechado de todo el mundo, haced que me
aproveche de este remedio, de este baño, para que sana mi alma os pueda ver
en la Gloria. Amen.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


OFRECIMIENTO
¡Oh Lastimosísimo Jesús! No pensé haber salido vivo de este rato. Poco ha
sido mi dolor cuando no me ha quitado la vida; con todo eso os doy las
gracias por el amor paternal con que ahora me habéis sufrido: dadme una
suma compasión de las sumas deshonras que padeciste por mí, llegando con
esas insignias a ser risa y mofa de los hombres: Suplicoos que me vistáis con
esa preciosa y costosa librea, para que corriendo en pos de Vos, aunque con
ella os burle el mundo, merezca y o veros en el Cielo con las ricas, honrosas
y preciosas vestiduras de la Gracia y Gloria. Amen.

OCTAVO DÍA
¡Salvador de mi alma! Como enfermo que desea la salud, no omite
diligencias para lograrla, vuelvo en este octavo día a suplicaros me permita
vuestra clemencia, bañarme en la octava fuente de vuestra sacratísima
Cabeza: y pues deseabais la salud de los mismos que atormentaban, esto
mismo me anima y da confianza para venir a ponerme en vuestra presencia,
¡confesando que fui la causa de vuestros tormentos! ¡Oh Jesús mío!
Hacedme de ellos participante; deseo la Corona de trabajos, que punza, y
renuncio de la de gustos, que atormenta, para gozaros en la Gloria. Amen.

OFRECIMIENTO
Gracias os doy, Salvador mío, por tantos beneficios como me han venido por
estas insignias: A ellas recurro con profunda veneración y respeto, para que,
si hasta aquí he sido caña débil e insubsistente, logre por este medio la
firmeza en el bien, y sea columna incontrastable. Así lo habéis hecho
innumerables veces con grandes pecadores, que mirando ese Rostro tan
lastimado a Vos se han convertido: aunque atadas, y no se han abreviado
vuestras manos, Señor: hacedlo conmigo, y con todos los que lo necesitan:
miradnos con ojos de misericordia, esperamos nos deis la mano de vuestros
auxilios, para subir a habitar con Vos en la Gloria. Amen.

ULTIMO DÍA
¡Oh Pacientísimo Rey y Medico de mi alma! !Que poco me he aprovechado
estos días de las Fuentes medicinales que abrió en vuestra Cabeza la Corona
de Espinas, pues todavía me estoy con mis dolencias! Pero confió que en esta
última Fuente me he de lavar de manera que no ha de quedar rastro de culpa:
Si vuestro Eterno Padre, mirando espectáculo tan lastimero y tan maltratado
, por vuestra obediencia y nuestro amor perdono los pecadores, confiamos

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


todos los que con devoción y compasión miramos vuestra la limosa figura,
que presentándosela y diciendo: Ecce Homo: Señor, veis aquí el hombre que
nos distes, varón de vuestra diestra, aquel tan humilde, tan obediente, tan
manso y tan amoroso, nos perdonara, dándonos la gracia y después la Gloria.
Amen.

OFRECIMIENTO
Gracias os doy, dulcísimo Jesús mío, por los beneficios innumerables que os
debo; más por este de haberme hecho tan fácil el remedio a mis dolencias,
franqueándome las Fuentes medicinales que abrió la Corona de Espinas para
lavarme y bañarme en ellas, ¿que gracias os daré? Yo no puedo, Señor, pero
suplan por mi todos los Coros de los Angélicos, y vuestra Madre la Virgen
Santísima, a quien os presentamos diciéndole: Ecce Homo. Mirad Virgen
Soberana, el hombre que Vos criaste, vuestros pechos con tanto regalo, y
tratasteis con tanto respeto: Mirad cuan le han puesto mis maldades: Pero si
se hizo hombre para remediar por este medio dio a los hombres, dadle por
mí las gracias, mereced para que siempre tenga impresa en mi alma esa
lastimosa figura: y que me sea medio para dárselas hoy en la Gloria. Amen.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


VISITAS AL SEÑOR DE LA BUENA ESPERANZA, PARA QUE
NOS PROTEJA EN NUESTRAS NECESIDADES

Dios mío: creo que estáis aquí presente, os adoro con todo mi corazón.

1. Jesús de la Buena Esperanza, en Vos confío, salvadnos y tened


misericordia de nosotros. Diez veces: Jesús mío, misericordia.

2. Jesús de la Buena Esperanza, en Vos confío, salvadnos y tened


misericordia de nosotros. Diez veces: Jesús mío, misericordia.

3. Jesús de la Buena Esperanza, en Vos confío, salvadnos y tened


misericordia de nosotros. Diez veces: Jesús mío, misericordia.

4. Jesús de la Buena Esperanza, en Vos confío, salvadnos y tened


misericordia de nosotros. Diez veces: Jesús mío, misericordia.

5. Jesús de la Buena Esperanza, en Vos confío, salvadnos y tened


misericordia de nosotros. Diez veces: Jesús mío, misericordia.

Jesús mío: creo en Vos, espero en Vos, Os amo con todo mi corazón, tened
misericordia de nosotros.

Se recomienda lo siguiente: Tres credos con la jaculatoria “Jesús de la Buena


Esperanza, tened misericordia de nosotros”. Como también se recomienda la
devoción salvadora a la Santísima Trinidad, y a lo menos tres veces al día
decir: “Santo, santo, santo, Señor Dios de les ejércitos, llenos están los cielos
y la tierra le la majestad de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo”. Tres credos con la invocación a la Santísima
Trinidad.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


ROSARIO DE LAS SACRATISIMAS LLAGAS DE NUESTRO
SEÑOR JESUCRISTO

V: Oh Jesús, Salvador divino, ten misericordia de nosotros y del


mundo entero.
R: Amén.

V: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.


R: Ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

V: Gracia y misericordia, Jesús mío, en los peligros presentes.


Cúbrenos con tu preciosísima sangre.
R: Amén.

V: Eterno Padre, muéstranos tu misericordia por la Sangre de tu


querido Hijo. Te lo suplicamos, muéstranos tu misericordia.
R: Amén.

POR LAS SANTAS LLAGAS DE LOS PIES


Señor mío crucificado, adoro las sagradas santas llagas de tus pies. Por el
dolor que en ellas sufriste y por la sangre que derramaste, concédeme la
gracia de evitar el pecado y de seguir constantemente, hasta el fin de mi vida,
el camino de las virtudes cristianas.

(Después de cada llaga, se reza):

Una vez:

V: Eterno Padre, yo te ofrezco las santas llagas de Ntro. Señor


Jesucristo.
R: Para que cures las llagas de nuestras almas.

Diez veces:

V: Jesús mío, piedad y misericordia.


R: Por los méritos de tus santas llagas

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


POR LAS SANTAS LLAGAS DEL SAGRADO COSTADO
Señor mío crucificado, adoro las sagradas santas llagas de tu sagrado
costado. Por el dolor que en ellas sufriste y por la sangre que derramaste, te
ruego enciendas en mi corazón el fuego de tu divino amor y me concedas la
gracia de amarte por toda la eternidad.

POR LA SANTA LLAGA DE LA MANO IZQUIERDA


Señor mío crucificado, adoro la sagrada santa llaga de tu mano izquierda.
Por el dolor que en ella sufriste y por la sangre que derramaste, te ruego que
no me encuentre a tu izquierda con los condenados en el día del juicio final.

POR LAS SANTAS LLAGAS DE LA MANO DERECHA


Señor mío crucificado, adoro la sagrada santa llaga de tu mano derecha. Por
el dolor que en ella sufriste y por la sangre que derramaste, te ruego que me
bendigas y me conduzcas a la vida eterna.

POR LAS SANTAS LLAGAS DE LA CABEZA


Señor mío crucificado, adoro la sagrada santa llaga de tu santa cabeza. Por
el dolor que en ella sufriste y por la sangre que derramaste, te ruego me
concedas constancia en servirte a ti y a los demás.

ORACIÓN
Sangre de Cristo, perdónanos.
Sangre de Cristo, sálvanos.
Sangre de Cristo, lávanos.
Sangre de Cristo, purifícanos.
Sangre de Cristo, cúranos.
Sangre de Cristo, libéranos.
Sangre de Cristo, santifícanos.

Haz, Señor, que, bañados en Tu preciosísima Sangre, quedemos limpios de


todo pecado y mal espiritual y corporal. Amén.
Rezar: 3 Padrenuestros, 3 Avemarías y 3 Glorias.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


LETANÍAS DE LA SANTA FAZ DE NUESTRO SEÑOR
Compuestas por el Excmo. Sr. Don Sancho Dávila y Toledo, obispo de
Jaén, para el culto de la reliquia de la Santa Faz que se venera en su
diócesis.
(para uso privado)

Señor, ten piedad.


Cristo ten piedad.
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre celestial
Dios Hijo, Redentor Del mundo
Dios Espíritu Santo
Trinidad Santa, un solo Dios

Santa apariencia de su belleza R: ten misericordia de nosotros.


Santa imagen de La verdadera Faz de Jesucristo impresa al vivo durante El
camino de la cruz
Santa Faz cantada por los ángeles y adorada por los pastores y los reyes en
la Natividad
Santa Faz, esclarecida por Padre omnipotente en el Bautismo Del Jordán
Santa Faz, glorificada en la Transfiguración sobre el monte Tabor
Santa Faz, paraíso en la tierra
Santa Faz, esplendor y corona nuestra
Santa Faz, resplandor del Padre
Santa Faz, trasunto de su substancia
Santa Faz, memorial de nuestra Redención
Santa Faz, deseo de los ángeles
Santa Faz, espejo de los santos
Santa Faz, gozo de los bienaventurados.
Santa Faz, refrigerio de los justos
Santa Faz, resurrección de los pecadores
Santa Faz, vida de los muertos
Santa Faz, luz del mundo
Santa Faz, senda segura para los pecadores extraviados
Santa Faz salvación de los que en ti creen
Santa Faz, que no te substrajiste a los que te insultaban y escupían
Santa Faz, a la que se arrebató toda belleza, gracia y apostura

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Santa Faz, escondida y despreciada por nuestra causa
Santa Faz, cubierta de confusión por nuestro bien
Santa Faz, saturada de oprobios
Santa Faz, que presentaste la mejilla a quien te golpeaba
Santa Faz que no apartaste la barba de quienes te la mesaban
Santa Faz, que por nosotros sudaste sangre
Santa Faz, obscurecida y golpeada
Santa Faz, a la que impíos tiranos escupieron y abofetearon

Sénos propicio, perdónanos Señor.


Sénos propicio, escúchanos, Señor.

De todo mal R: líbranos, Señor.


Por tu Cruz y por tu Pasión
Por ésta tu Santa Faz
Por tu admirable Faz a nosotros mostrada
Por la luz de tu rostro sobre nosotros impresa
Por la alegría de tu rostro en nuestros corazones
Por la luz de tu Rostro bajo la cual caminamos
Porque nos adelantamos en confesar tu Santa Faz
Porque ya podemos morir alegres después de habernos mostrado tu Santa
Faz
Por la gloria y honor de tu Rostro más blanco que la nieve y que siempre nos
protege

Nosotros, pecadores R: te rogamos, óyenos.


Que nos perdones
Que concedas la paz a todo el pueblo cristiano
Que otorgues prosperidad a los fieles devotos de tu Santa Faz
Que te dignes regir y conservar a tu Santa Iglesia, en la cual se halla
escondido el regalo incomparable de tu Rostro
Que te dignes dar fortaleza y conservar al Romano Pontífice, a su senado y
a todos los órdenes de la jerarquía eclesiástica
Hijo de Dios

Faz de Jesucristo nuestro Señor, que quitas los pecados del mundo
perdónanos Señor.
Fas de nuestro Salvador, que quitas los pecados del mundo
escúchanos Señor.
Faz de nuestro Salvador, que quitas los pecados del mundo

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


ten misericordia de nosotros.

Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Señor, ten piedad.


Cristo ten piedad.
Señor, ten piedad.

Padre nuestro (en secreto hasta:)

V. Y no nos dejes caer en tentación.


R. Mas líbranos Del mal.

V. Escúchame cuando te invoco.


R. Dios, defensor mío.

V. Tú que en el aprieto me diste anchura.


R. Ten piedad de mí y escucha mi oración.

V. Y vosotros, hijos de los hombres.


R. ¿Hasta cuándo ultrajaréis mi honor, amaréis la falsedad y buscaréis el
engaño?

V. Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor.


R. Y el Señor me escuchará cuando lo invoque.

V. Temblad y no pequéis.
R. Reflexionad en el silencio de vuestro lecho.

V. Ofreced sacrificios legítimos


R. Y confiad en el Señor.

V. Hay muchos que dicen: ¿Quién nos hará ver la dicha?


R. ¿Si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?"

V. Pero tú, Señor, has puesto en mi corazón más alegría.


R. Que si abundara en trigo y en vino.

V. En paz me acuesto y en seguida me duermo.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


R. Porque tú sólo, Señor, me haces vivir tranquilo.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


R. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén.

V. Oremos por nuestro pontífice Benedicto.


R. El Señor le conserve y le dé vida, le haga feliz en la tierra y no deje que
caiga en manos de sus enemigos.

V. Oremos por nuestro rey… (o por nuestro presidente)


R. Sálvale, Señor, y al pueblo a él encomendado.

V. Mira la Faz de tu Cristo.


R. Y no apartes tu rostro de nosotros.

V. No arrojes de tu Faz a tu pueblo.


R. Y no quites de nosotros a tu Espíritu Santo.

V. Muéstranos, Señor, tu Faz.


R. Y seremos salvos.

V. Señor, escucha mi oración.


R. Y mi clamor llegue a ti.

V El Señor esté con vosotros.


R. Y con tu espíritu.

OREMOS: Potentísimo Dios, que nos has dejado en la Santa Faz impresa
del vivo los sagrados signos de tu santa Pasión, concédenos propicio que,
por tu muerte y sepultura seamos conducidos a la gloria de la resurrección.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


LETANÍA DE DESAGRAVIO AL CRISTO DE LA BOFETADA

¡Oh de mi vida, amor ensangrentado! R: Libra mi alma y mi cuerpo del


pecado
Oh Jesús, con salivas afeado
Oh cuello, con tal soga lastimado
Oh rostro tierno, de mi pecho amado
Oh Cristo, con crueldades maniatado
Oh bellísimo rostro abofeteado
Oh corazón sin lástima angustiado
Oh mi amor, bien herido y mal pagado

Y diré al ver tu sangre derramada R: mi amor sea el Cristo de la bofetada.


Y diré al ver tu cara señalada
Y diré al ver en ti la mano armada
Y diré al ver tu vista ensangrentada
Y diré al ver tu barba despoblada
Y diré al ver tu tanta belleza ajada

Mi Señor, mi redentor, mi amor, por la cruel bofetada que por mí sufriste


R: Sé tú mi amor, pues por mi amor moriste,
Por las gotas de sangre que vertiste,
Por el golpe que en la tierra diste,
Por las palabras que al agresor dijiste,
Por los ojos con que a Malco viste,
Por la garganta que a la soga diste
Por las manos que a al lazo ofreciste,
Por tu tierno corazón tan triste,

V. Adorámoste Jesús Nazareno abofeteado.


R. Por redimirnos del pecado.

ORACIÓN: Mi Dios, mi Amor, mi Jesús y todo mi bien; lucidísimo sol


inflamado en amor de los hombres, y por eso de mis entrañas vida, y de mi
alma amante esposo: estampa en mi corazón estas afrentas e injurias que
padeciste en el tribunal de Anás, y pues eres mi cabeza, Dios de infinito amor
y yo tu miembro, aunque pecador, úneme todo contigo, para que mis
pensamientos, obras y palabras, sean gratas a tus divinos ojos. Imprime en
mi alma las virtudes que enseñaste, cuando te estrelló contra la tierra, al golpe

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


de un bofetón el alevoso Malco, para que saliéndome de corazón y voluntad
toda su práctica, que es señal de ser perfectas, por ellas te desagravie y logre
la dicha de ver tu hermosura en la patria celestial. Amén.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


LETANÍAS A LA PRECIOSA SANGRE DE CRISTO
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo óyenos.
Cristo escúchanos.

Dios Padre celestial


Dios Hijo, Redentor del mundo
Dios Espíritu Santo
Santa Trinidad, un solo Dios

Sangre preciosa por mi amor vertida R: Purifica mi alma de toda malicia.


Sangre redentora, vida de mi vida.
Sangre derramada por las culpas mías.
Sangre rubicunda, de estima infinita.
Sangre, que llorando, mi Jesús vertía.
Sangre, que en las lágrimas, hilo a hilo corrías.
Sangre que te viste de hombres abatida.
Sangre que brotó de agudas espinas.
Sangre que arrastrada fuiste y escupida.
Sangre que vertieron manos atrevidas.
Sangre del costado en la cruel herida.
Sangre dulce y suave, humana y divina.
Sangre con que aplacas tu justísima ira.
Sangre consagrada en hostia pacífica.
Sangre sin doblez, sangre inocentísima.
Sangre con que borras la escritura antigua.
Sangre en cinco pórticos de mejor piscina.
Sangre de mi amante, sangre amabilísima.
Sangre que te ofreces por quien más te pisa
Sangre que nutrió la dulce María.
Sangre siempre pronta a curar heridas.
Sangre en que se funda la esperanza mía.
Sangre que recauda la oveja perdida.
Sangre liberal, sangre agradecida.
Sangre encendedora de las almas tibias.
Sangre que haces fuerte al que en ti medita.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Sangre santa, pura, amable y bendita.
Sangre que estremece a la sierpe maldita.
Sangre de mi alma, sangre de mi vida.
Sangre tú me salvas, tú me lavas y me limpias.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo


Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo
Escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo
Ten piedad de nosotros.

Cristo óyenos.
Cristo escúchanos

OREMOS: Omnipotente y sempiterno Dios, que con la sangre de tu Hijo


quisiste ser aplacado, y que nosotros fuésemos redimidos: rogámoste que nos
concedas de tal suerte hacer memoria del precio de nuestra salvación, que
podamos en esta vida conseguir el perdón, y en la eternidad el premio de la
gloria: por el mismo Jesucristo Señor Nuestro, tu Hijo, que contigo vive y
reina por los siglos de los siglos. Amén

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


EJERCICIO DE AFECTOS A LA LLAGA DEL COSTADO DEL
CORAZÓN DE JESÚS

DIVIDIDO
EN LOS SIETE DÍAS DE LA SEMANA
su autor
EL V. P. TOMÁS DE JESÚS DEL ORDEN DE S. AGUSTÍN
NUEVA GUATEMALA, AÑO DE 1778
Reimpreso en la Imprenta de D. Antonio Sánchez Cubillas.

Este ejercicio se podrá hacer, ó dividido en los siete días de la Semana, o


en un solo día, que por más propio será el viernes.

DOMINGO
En todo buen Jesús, excede vuestro amor a todos los términos y leyes, ni
puede tener igual. Pusisteis, Dios mío, por término del amor y verdadera
amistad, llegar hasta morir por el amigo, porque ni hay más quedar, ni más
que hacer, Pero vos, Dios de amor, bien infinito, pasasteis adelante: no solo
morís por amigos y por enemigos, sino que, amando hasta morir, aun tenéis
más quedar, y os queda más que hacer. Dais la sangre, que os queda en el
cuerpo y abrís el corazón, donde nos tenéis escritos: hacéis abrir una entrada
tan grande, que jamás se cerró. Amáis viviendo, amáis muriendo, amáis
después de muerto, y amáis eternamente. Ni con la muerte se pudo vuestro
amor agotar, pues siempre amáis, siempre tenéis que dan y siempre en que
mostrar el amor que nos tenéis. Ni aun muerto queréis que me tenga por
olvidado de vos, pues aún apartada el alma de ese cuerpo tuvisteis cuidado
de abrirme ese sacratísimo Costado, para que sacase sangre que todo me
limpia tuviese yo entrada a lo íntimo de ese enamorado corazón, donde todos
mis bienes se atesoran. Ya no os pediré con David que me rociéis con el
Hisopo; sino con San Pedro que bañéis en esa sangre mi cabeza, manos y
pies, para ser del todo limpio: y cuando con la virtud de esa sangre me
limpiéis, por ella me perdonareis, por ella me santificareis, por ella me
llegareis á vos, y lo que yo no mereciere, por ella me lo concederéis. Adorote,
divina sangre, que con tu corriente llevas la tierra al Cielo: con tu caudal
ahogas en divinos bienes tocias las almas, con tu calor haces de enemigos
amigos, de errados bien encaminados, de ciegos e ignorantes a alumbrados,
de hijos de ira a hijos de Dios. No quede yo muera de tan grandes bienes,
pues no tengo menos parte en esa sangre, que todo el mundo junto.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


LUNES
Adórote Costado sacratísimo, asilo seguro de los culpados, refrigerio
amabilísimo de todos los cansados y recogimiento de todos los desterrados
y desamparados. ¿Qué tan junto, y unido me queréis con vos? ¿No basta para
mi estar al pie de esa Cruz? ¿Puede haber mayor misericordia, que no ser
arrojado de aquí como merezco? ¿Aun queréis que suba, que entre, que tome
el lugar que en ese corazón me fuereis dar? ¿También queréis se diga de mí,
y de vos, que el amante más vive de lo que ama, que del ama? ¿Queréis
quedar sin sangre, y no quedar sin mí? ¿Atrévese vuestro corazón a estar sin
el alma y que le da la vida, y no acaba consigo volver a vivir sin mí? Ahí me
queréis hallar cuando resucitado, donde en vida y muerte me tiene vuestro
amor escrito. Resucitado, y a la diestra del Padre, queréis me entre ahí:
queréis estar de cerca contigo, para hablarme, oírme y responderme, recibir
mi pobreza, y darme vuestros bienes. Si David tenía por mejor un día de los
Atrios de vuestra casa, que mil fuera de ella, y por mayor bienaventuranza
ser uno de los despreciados de vuestro Palacio, que el más estimado del
mundo; ¿que dijera si viera la entrada de este Costado, y la estimación
correspondiente a los que pueden estar, no en los patios, sino en lo más
íntimo de ese divino pecho, donde se encierra toda la Divina Majestad, y
tesoros del Padre Eterno! ¿Qué me detiene, Dios mío? ¿Por qué no entro,
donde sé que estoy deseado, esperado y abastecido de todos los bienes? Vos
Señor, que sabéis no pueden desearse los bienes de ese corazón,
experimentarlos, llevadme, y dadme en él la entrada que deseáis: y pues
conmigo queréis vivir el, vivid Señor, y ponedme ahí con vos que eso será
vivir.

MARTES
Pensaba vuestro Apóstol San Pablo que decía, muchos cuando dijo: vivo yo,
mas ya no yo, porque vive en mi Cristo: ¿qué mucho diga esto el siervo que
solo vive de vos, si vos, amor infinito, no queréis que ninguno os venza en
amar y con verdad os preciáis diciendo: ¿vivo yo, mas no soy yo porque en
este corazón vive el pecador a quien amo? Oh vida mía ¿por qué muero tantas
muertes, sí soy amado de vos? ¿Porque me dejáis andar vagante, perdido, y
desterrado fuera de ese corazón, donde solo puedo hallar quietud? O Pastor
de mi alma, no se pierda esta errada oveja: pueda más el amor, que me tenéis
para liberarme a vos que mi malicia para echarme fuera de ese corazón. Si el
Cielo tiene gozo en que no se pierda un pecador y es por el gusto que conoce
tenéis vos de recogerle. Contentaos á vos mismo: dad a ese corazón placer
en Salvarme, pues no se satisface, sino con meterme en sí. Vuestro abrasado

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Agustín os llamaba más íntimo, que lo íntimo de sus entrañas: y vos Dios
mío, queréis que también yo esté al más íntimo que esas vuestras, pues dentro
de ellas me tenéis: en ese corazón puedo entrar y vivir ahí amando. Ningún
medio queréis entre vos y entre mí: sin intermedio, sin impedimento me
queréis poseer, y comunicaros todo. Por eso no cerrasteis ese costado, sino
que resucitado y en la gloria me le dejasteis patente. ¡O esperanza mía
segura! ¡O vida verdadera de mis muertes! O todo mi bien, ¿quién me engaña
y a parta de vos? ¿Quién me ciega, cuando miro otra cosa fuera de vos?
¿Cuándo se acabará el peso de esta miseria, y ninguna cosa me impedirá vivir
todo en vos?

MIÉRCOLES
Oh mi Jesús, en ese corazón se hallan todas mis riquezas verdaderas: ¿pues
en que desventurado sitio busco yo las mías, sino hay más que esas. Ahí
tengo el fuego que me ha de abrasar y transformar, ¿pues como sufro las
nieves de esta alma, que enfría mi espíritu de manera, que con ninguno de
esos vuestros divinos fuegos se calienta? ¡O como estoy lejos de los mismos
bienes que me cercan! Pero Señor, lejos de vuestra fé y amor puro se hallaba
vuestro Apóstol Tomas, cuando, no quería creer, sin palpar: vos le
buscasteis, le hicisteis meter la mano en ese costado: luego quedo otro luego
quedó preso, luego alumbrado, luego inflamado, luego exclamó diciendo:
vos sois el Señor mío y Dios mío. Creo, mi buen Jesús, sin palpar: creo lo
que él creyó viendo y palpando: pero dadme el amor que el recibió, para que
yo quede preso de vos. Lleguen a mí los fuegos que con tanta prontitud
corrieron por la mano del Apóstol hasta mudarle el corazón: quítenme la vida
mortal, háganme vivir en vos vida de mi alma. O vida sin la cual muero,
apartadme de las muertes por donde os pierdo: no me dejéis andar errado por
fuera, pues para ganarme quedasteis abierto después de muerto, y resucitado.

JUEVES
Sacratísimo Costado, o puerta Paraíso, o entrada del divino amor, o fuente
de vida, ¡que siempre manas! Tú me has de llevar con tu virtud, pues de ahí
he de recibir aquello con que he de ir a ti. Mi alma arde en tu deseo, no te
cierres para mí, ni me niegues la virtud con que cautivas las almas, y las
llevas a ti. En ti me he de ver libre de mí: en ti no llegarán a mí los enemigos.
Verdaderamente, Señor pusiste altísimo mi refugio, como dice David, ni
habrá mal que se acerque a él, pues le pusisteis dentro de ese corazón. Por
eso quisisteis que no se abriese hasta después que tuvisteis vencidos con

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


vuestra muerte mis males, y enemigos, y después de tener desbaratados los
contrarios, que os cercaban: para que como a fortaleza invencible, me
acogiese a ese corazón, y como en tierra pacifica, caminase por esa puerta
divina, abierta de par en par y segura de cuánto puede ofender. Hasta llegar
ahí, ando en guerra, en peligro salteado, robado, y acuchillado, porque ando
entre enemigos, y trato en bienes que me pueden quitar. Ahí no llega
enemigo, ni mal, ni ladrón, porque son todos los bienes de ese corazón
divino, fuera de toda jurisdicción, de corrupción, y de pérdida. Todo cuanto
en mí hay os desea: mis miserias suspiran á vos por misericordia, mis
pecados por perdón, mi cautiverio por libertad, y mi muerte por vida. O
divino corazón, oíd esas voces, que no pueden dejar de entrar por puertas tan
abiertas. El amor que os hace tan patente, ese os mueva a recogerme sí. ¿Para
qué un hecho tan grande, si me he de perder? No me perderé,
bienaventuranza mía: no me perderé, bondad infinita: tengoos á vos por mí:
vos me quitareis de mí, y asegurareis en vos.

VIERNES
Adórote, Salúdote, divino corazón, tan cautivo de mi amor. Todo lo tengo
ahí: deseo deshacerme en vuestro amor. Ya no quiero otra afición, ya no
quiero otro refugio, ya no quiero que otro me conozca, ni me vea. Vos solo
me bastáis; vos me mudareis; me enriqueceréis; y saciareis los deseos de mi
alma. ¡O si siempre estuviese Unido aquí! Si aquí viviere con vos, venga la
muerte cuando quisiere porque esa me descargará de este cuerpo ¿para vivir
siempre en vos, sin miedo de perderos. ¡Oh cómo solo soy pobre, pero con
vos que rico! ¿Cómo lo que hay fuera de vos me engaña, y no siento mi
perdición? Consumid ya, Señor las inclinaciones terrenas de este bruto y
miserable pecador: llevadme todo a vos para que viva libre de mí. Acordaos
que no pedís a los hombres más que el corazón, para acompañaros con él. ¡O
quien tuviera cinco corazones para ponerlos en estas vuestras cinco llagas; y
quién pudiera hacerse todo corazones, para daros muchos compañeros, ¡y
amaros con mucho amor! Mas ya que no tengo 8más que uno, y ese pequeño,
miserable, frio, y lleno de miserias tal cual está os le doy. Aceptadle, Señor,
con misericordia, y hacedle cual vos queréis, para que merezca ser digna
mansión vuestra.

SÁBADO
Bien mío, buen Jesús, remediador mío y luz resplandeciente de mis
ceguedades, en vos pusisteis todos mis bienes verdaderos, para que no

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


pudiese hallaros en otra parte, por más que los buscase, a fin que a lo menos
me obligase mi necesidad ir a vos. Quisisteis ser mi Padre, mi hermano, mi
amigo, mi compañero, pastor, pasto, sabiduría, fortaleza, gusto, riqueza,
descanso, vida, y bienaventuranza. Vos, Señor, dijisteis que oiríais a quien
os llamase, daríais a quien pidiese, y abriríais a quien llamase. Y porque no
anduviésemos por muchas puertas, ni nos cansásemos por muchos caminos
en busca de los bienes que nos prometisteis, los pusisteis dentro de vos y
abristeis las puertas de ese vuestro corazón para que todos entremos. Bien
sabíais, cuando así lo ordenasteis, que yo había de ser, como soy, pecador
llagado, miserable, ingrato, sucio, indigno de la santidad, pureza, y grandeza
de ese lugar, y de esa puerta a que me mandáis llamar. Con todo eso queréis,
que no busque remedio, sino en este vuestro corazón, ni llame sino a este
costado y me amenazáis con muerte eterna, si no lo hiciere así. Pues, bien
mío, aunque ser yo quien soy me retira el amor que me tenéis me tira y me
trae aquí. Si os he de desagradar huyendo de vos, o llegando con desventuras,
antes quiero muerte de vuestra mano, que ausentarme de vos. Cierto estoy
que, si me podéis quitar la vida, no me quitareis el deseo de vuestro amor; ni
despreciareis los clamores del que mandáis pida, para que tengáis ocasión de
dar cuanto deseáis, y lo que podéis. Aquí pues me presento pecador: aquí
llego pobre: aquí llamo miserable, aquí pido necesitado. Merezco no ser
oído, ni recibido, por las muchas veces queme llamasteis, y no os quise oír:
pulsasteis en mi corazón, y no quise responder. Mas no habéis de ser vos
como yo, pues os hicisteis Redentor de las ovejas erradas, y vinisteis a buscar
á los que huían de vos. No huyáis pues Señor de quien os busca, aunque tal,
que os puede dar fastidio. Abrid Pastor mío soberano, abrid Medico divino,
abrid Padre de misericordias a este necesitado: dadme entrada en ese
corazón: leed lo que en el tenéis escrito, ahí me hallareis en el número de los
pecadores por vuestra sangre redimidos. Hacedme también, Señor de los
escogidos. Mostrad el resplandor de vuestros tesoros con el poder de vuestra
soberanía en mi bajeza: porque si con vuestra hermosura prendiereis al
perdido, santificareis al malvado, y levantareis a este miserable abatido;
quedará ensalzado vuestro nombre, glorificada la grandeza de vuestra
bondad: será buscado de todos los necesitados ese divino corazón, y se verá
rico y acompañado de las almas que tanto deseáis. Oh Madre de Dios, Virgen
purísima, que vivisteis siempre de este divino corazón y de sus tesoros
estuvisteis y estáis rica, pues sois guía de los pecadores, encaminadme a este
sacratísimo costado, prendedme en él, quitadlos impedimentos que hay en
mi para llegar y vivir de él y por él. O Ángeles y bienaventurados, que de
este Paraíso de deleites estáis llenos, alcanzadme de los frutos que de él

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


recibís, para que preso de su dulzura y suavidad, todo lo demás me fastidie,
solo corra a su sabor, y solo ame a su hermosura para siempre. Amen.

LAUS DEO

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


METODO BREVE Y DEVOTO QUE SE HA DE OBSERVAR PARA
SUBIR LA ESCALA SANTA Y LOGRAR NO SOLO EN AGRADO
DEL SEÑOR, SINO TAMBIÉN LAS INDULGENCIAS PARA
SATISFACER POR NUESTROS PECADOS Y ALIVIAR A LAS
BENDITAS ALMAS.

Puesto y a delante del Señor te persignaras, y harás un Acto de Contrición


fervoroso y las Oraciones siguientes.

ORACIÓN
Omnipotente y Sempiterno Dios, Trino y Uno, que, por la Confesión de la
verdadera fe, que por tu infinita bondad se nos infundió en el Bautismo, nos
diste a conocer el inefable Misterio de tu Beatísima Trinidad, y nos ensenaste
a adorar la unidad de tu divina esencia en la omnipotencia de tu soberana
Majestad; te suplicamos, Señor, que recibas benignamente este obsequio
como rendido tributo de nuestra fe; y confirmándonos en ella, nos libres de
todos los peligros, para que te sirvamos fielmente en esta vida, y en la otra
te gocemos y alabemos eternamente con los Bienaventurados. Amen.

Estando arrodillado delante de la primera Grada la besaras diciendo:

Adoro este santo lugar, por aquel, que fue santificado con las plantas de mi
Señor Jesucristo.

Y después arrodillado en la primera Grada dirás:

GRADA I.
Oh Amabilísimo Jesús: os considero cuando en la última cena os
despedisteis de vuestros Discípulos benignamente para comenzar con
vuestras penalidades la grande de obra de nuestra redención.

GRADA II.
Dulcísimo Jesús: os considero arrodillado en el Huerto de Getsemaní todo
bañado en sangre, que allí sudaste, puesta vuestra cara sobre la tierra.

GRADA III.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Suavísimo Jesús mío: os considero falsamente besado del inicuo Judas, y de
el mismo vendido por un vil precio a vuestros enemigos.

GRADA IV.
Dilectísimo Jesús mío; os considero preso y atado con cordeles, vilipendiado
desde el Huerto a la Ciudad de Jerusalén y maltratado con toda crueldad.

GRADA V.
Clementísimo Jesús mío: os considero delante de los Príncipes de los
Sacerdotes Anás, y Caifás, preguntado de aquellos soberbios con mucho
orgullo, y ultrajado de sus ministros con las manoplas.

GRADA VI.
Piadosísimo Jesús mío: os considero puesto en custodia a los sacrílegos
Soldados, los cuales por todo el curso de aquella noche os hicieron mil
ofensas e improperios.

GRADA VII
Mansísimo Jesús mío; os considero conducido, y vuelto muchas veces por
aquella santa Escala del Palacio de Pilatos, de quien esta es imagen, que yo
ahora, aunque indigno subo, y considero tenidas con vuestra preciosa Sangre
muchas partes de ella.

GRADA VIII.
Pacientísimo Jesús mío: os considero delante del Tribunal de Pilatos acusado
malignamente de falsos testimonios, y conocido nada menos, que inocente
del mismo Juez.

GRADA IX
Amantísimo Jesús mío: os considero burlado y escarnecido como loco del
impío Herodes, y vestido por escarnio mayor de una vestidura blanca.

GRADA X
Inocentísimo Jesús mío: os considero despojado y desnudo a la presencia de
un pueblo numeroso y después atado estrechamente a una columna.

GRADA XI.
Inicuísimo Jesús mío: os considero azotado, y llagado por mucho tiempo con
muchas maneras de azotes y de allí postrado en tierra todo bañado de vuestra
preciosa Sangre.

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GRADA XII
Afligidísima Jesús mío: os considero revestido por escarnio de una purpura
vil e ignominiosa, y coronado para mayor tormento de agudas espinas.

GRADA XIII
Benignísimo Jesús mío: os considero cubierto con una venda, castigado de
aquellos malvados con punadas, y golpes y saludado por desprecio Rey de
los Judíos.

GRADA XIV.
Amantísimo Jesús mío: os considero mostrado del presidente Pilatos a
vuestros perseguidores, los cuales, en vez de compadecerse, pidieron con
gran gritería vuestra muerte.

GRADA XV.
Benignísimo Jesús mío: os considero comparado, y aun pospuesto a Barrabas
homicida infame, y Vos condenado injustamente al más cruel, y vergonzoso
patíbulo.

GRADA XVI.
Piisimo Jesús mío: os considero con la pesada Cruz sobre las espaldas en
acto de andar gimiendo, y fatigado hacia el Calvario, y regando todas las
Calles con vuestra sangre.

GRADA XVII.
Fatigado Jesús mío: os considero en aquel penoso viaje, cuando encontrasteis
a la desconsoladísima Virgen vuestra Madre, hecho compasión de las
mujeres de Jerusalén.

GRADA XVIII.
Adolorido Jesús mío: os considero caído por la flaqueza bajo el peso
gravísimo de la Cruz, y violentado con empujones y golpes a proseguir el
camino.

GRADA XIX
Atormentado Jesús mío: os considero cuando cansado, lleno de dolores y
medio vivo, abriste tu boca Santísima a la infeliz bebida del vinagre y mirra.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


GRADA XX.
O Jesús mío: digno de toda compasión os considero sobre el Calvario, y en
el nuevamente despojado de las vestiduras, que estaban pegadas a vuestro
Santísimo Cuerpo todo llagado.

GRADA XXI
Admirable Jesús mío; os considero extendido con las manos y pies, sobre la
Cruz, traspasado a golpes de martillo con durísimos clavos, la cual fue
enarbolada a vista de todos.

GRADA XXII
Misericordioso Jesús mío: os considero todo lleno de caridad en el acto de
rogar a vuestro Padre por los que te crucificaban, y de escusar amorosamente
el pecado de ellos.

GRADA XXIII
Os considero, que al estar Vos, generoso Jesús mío, vecino a morir diste al
Ladrón arrepentido el eterno Reyno, y a S. Juan la benignísima María por
Madre.

GRADA XXIV.
Abandonado Jesús mío: os considero sediento por tanta sangre esparcida, y
dado a beber hiel puesta en una caña.

GRADA XXV.
O Jesús mío, que estas ya en las últimas fatigas: os considero que vas a
espirar sobre la Cruz en acto de encomendar vuestro Santísimo Espíritu en
las manos de vuestro Divino Padre.

GRADA XXVI.
Crucificado Jesús mío: os considero en medio de dos Ladrones, muerto,
desfigurado, y destrozado todo tu Cuerpo, herido en el Costado siniestro con
una lanza.

GRADA XXVII.
Amoroso Jesús mío: os considero bajado de la Cruz, y puesto en los brazos
de vuestra Madre afligidísima y bañado copiosamente de sus lágrimas
tiernas.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


GRADA XXVIII.
Adorado Jesús mío: os considero embalsamado con Ungüentos, envuelto en
una sábana blanca, y puesto por José y Nicodemus dentro del Sepulcro.

ORACIÓN
Dulcísimo Salvador y Redentor mío: mírame, que yo por vuestra gracia he
subido por esta dolorosísima Escala delante de vuestra Santísima presencia
y aunque con poca devoción he meditado adorado, y dado gracias a vuestra
pasión muerte: os suplico os dignéis perdonarme mis atroces culpas, y dadme
gracia, para que en adelante no abuse del estimable tesoro de vuestra
Sacratísima Pasión, sino tenerla siempre viva en el corazón, y en la boca,
para que, con estos santos pensamientos, y meditaciones no caiga en mis
pecados, yerros y pésimas costumbres; así mismo propongo firmemente de
huir todo lo que fuere desagradable a vuestra Divina Majestad, para que
perseverando hasta la muerte en vuestro santo servicio, sea finalmente
concedido de veros y daros gracias, y gozaros eternamente en la Gloria.
Amén.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


MÍSTICA TOALLA O DULCE EJERCICIO
Para enjugar a Cristo nuestro
Señor, caído, y mojado en las profundas, y negras aguas del Torrente
Cedrón, que para empleo de las almas compasivas

Dispuso:
El Lic. D. José Manuel del Valle y Araujo, Capellán mayor del hospital
de la Purísima Concepción de Jesús Nazareno de México.
Reimpresa en la Habana, Cuba, por Boloña.
Año de 1800.

PRÓLOGO
a fines del año de 1720, saló a la luz un cuadernillo intitulado: Torrente
Cedrón o dulcísimo vado… y que dulce, que bien se ve el espíritu interior y
exterior dulzura, y afabilidad de su autor, el que tal suerte ha movido los
ánimos fervorosos, que se han increpado con el común dicho: nos dejas con
la miel en los labios, y sedientos (a su imitación) me han pedido escriba algún
ejercicio sobre tan tiernos pasos. Confieso mi ruindad, y que no soy capaz
de seguir sus fervorosas huellas (que postrado en tierra reverencio) pero
como los que cuidan las almas, tenemos obligación de ministrarles el pábulo,
que hambrientas piden, solo haré con su cuadernito lo que el sacristán con la
lampara de aceite de algunos puntos y Meditaciones, en aquella ardientísima
Lampara del Autor, para que no se apaguen tan lucientes esplendores; Dios
sea mi luz, y valla en su Santísimo nombre.

Me persuado, a que sea este Ejercicio los Jueves: lo uno porque este día
sucedió este doloroso Paso; lo otro, porque siendo frecuentemente día de
Comunión, está la Alma bien dispuesta con tal huésped. Prevén Alma
amorosa una cruz, teniéndola de rodillas el tiempo de la Oración, llevarás un
cilicio, y a lo último (si el lugar y la salud lo permite) harás la disciplina.

ACTO DE CONTRICIÓN
¡Oh Dios inmenso! ¡Dios Santo! ¡Dios de Clemencia! Misericordioso, por tu
misma naturaleza, aquí en tu acatamiento, y presencia está el torrente
larguísimo de la maldad; aquí el dilatado mar de pecados; el negro rio de
toda malicia; aquí el que precipitado en las asquerosas corrientes de mi mala
vida, no solo he bebido la iniquidad con las aguas, sino que, sumergido en
sus hediondas olas, me iba precipitado hasta el abismo Infernal, sin atender
a las furiosas avenidas de vuestra justa ira. Ya lo veo, Señor de mi alma, ya

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


lo conozco, Padre amoroso, de mi corazón he sido un loco desagradecido,
soy un pobrecito mentecato, soy, pero nada soy, pues a la cada me ha
reducido mi mala vida; pésame Dios mío de haberte ofendido, pésame de
todo mi Corazón, pésame de lo íntimo de mi Alma. Ya no más culpas, ya no
más pecar, que así te lo prometo; confío en tu Misericordia, que me has de
perdonar; pero para cumplirlo, para amarte, préstame tu acongojado
Corazón, que solo con él podré dignamente amarte, prestadme el dulcísimo
de María Santísima, que, con ese Corazón tan Santo, yo te podré agradar y
servir hasta mi muerte. Amén Jesús.

Aquí se reza la Estación del Santísimo Sacramento en Cruz, y después se


medita un cuarto de hora.

CONSIDERACIÓN
Veté alma tras de Jesús, preso, y con tanta furia llevado de aquella vil canalla;
la noche obscura, alúmbrale con tu corazón y mira como al pasar aquel
puente, un maldito Sayón empujando a Cristo, le arroja hasta lo profundo de
sus aguas (según Andricomio en la descripción de la Tierra Santa) Mira el
susto, que naturalmente tendría tu Jesús, ¡qué aleadas daría aquel pacífico
Corazón con tan repentino sobresalto! Míralo cayendo con las manos atadas
é indefensas: mira Alma, mira que hay mucho, que mirar, y admirar. Al caer
de tan alto, oye el golpe que da con todo el Cielo en aquellas asquerosas
aguas: oye él gusto, algazara y gritería de aquellos malvados ministros, y
atiende a tu Jesús pacífico. ¿Tente Señor, pues eres la misma fortaleza ay
Jesús, quien arroja? Y escucha que te responde así: Tu alma mía, tú me
arrojas, tú mi amada, tú me empujas ¿por qué? ¿Tan mal compañero soy a tu
lado? ¿Qué te he hecho criatura mía? ¿para que con tanto riesgo me despidas
de ti? Alma responde a tan lastimosas quejas allá en el centro de tu corazón,
y ya que, arrojado a Dios, ahora que te pregunta, no le seas descortés,
respóndele, y juzga (allá para ti) lo que a Dios respondes.
Caído el Señor en las aguas dio con su Santo Cuerpo en aquella hediondez,
que más que agua era lodo inmundísimo, pues era el general albañal, en que
se echaban las más sucias heces de toda la vecindad, indignas de decirse,
aquí arrojado está mi Dios. Míralo revolcado en esos lodos, míralo alma
enamorada; Dios Hombre en tal paraje. ¡Esa es el agua de los Ángeles, que
das alma a tan lindo y tan hermoso amante! ¿¡Donde tú tendrías asco (siendo
la misma basura digna de aquel lugar) quizá de verlo, ahí colocas a la
segunda Persona de la Santísima Trinidad!? Esa es la muñida cama, con que
recibes a tu Jesús, tan atormentado, ¿para qué repose? ¿Esa es la Recámara

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


en donde aposentas al que la Virgen Santísima acariciaba en el Cielo de su
regazo? piénsalo bien alma, y admírate, diciendo: Jesús en el lodo! mi
bienhechor en tal lugar! sufriendo por mí lo frío del agua, lo fétido de las
inmundicias, ¡lo asqueroso de aquella basura! Asómate al Puente, inclina la
vista, y contempla despacio si dio boca abajo, como se le amancillaría aquel
Rostro Santísimo. Si al respirar entraría en su bellísima Boca mucho de aquel
hediondísimo lodo, y desecha suciedad! ¡Que todo pudo suceder! ¡Ay ojos
de mi Jesús, empañados en aquel cenagal! ¡Ay Rostro de mi amado, cubierto
de aquellas bascosidades! ¡Ay boca dulcísima de mi Redentor, llena de tan
hedionda inmundicia! Sácalo, alma, no tengas asco, que, aunque le vez tan
enlodado, y sucio, no te manchará, que el limpio sobre toda limpieza, puro,
sobre toda puridad: ¿pide prestadas a los Ángeles unas celestiales Toallas
para limpiarlo, mira en que Altar, y en que limpios Corporales has puesto a
ese Santísimo nías qué todos los Santos? Dile así Alma: ¿Dios mío qué haces
en tan barro inmundo y asqueroso cieno? Atiende a sus voces; oye lo que
dice: Ay Alma, querida mía, aquí he bajado a buscarte como preciosa perla
de mi corazón, y sí el pecado te ha sumergido en sus apestadas aguas, entre
ellas te busco, en este lodo te solicito, mucho te quiero, pues tanto me
cuestas. Mira Alma, la que mejor agua para limpiar a Dios enlodado, son las
lágrimas, el mejor lienzo es una vida limpia, promételo así, y aquí puedes
tener con tu Jesús; algunos dulces Coloquios.
Aquí dejas la cruz con reverencia y mientras otro lee si se hace entre
muchos postrados en Cruz dirás con todo el afecto posible la siguiente:

ORACIÓN
Arrojado Dueño de mi vida, ¡dulce descanso de mi corazón! centro amoroso
de mis amores, ¿cómo ha de ser sufría mi amor, verte en ese cenagal tan
asqueroso de cenizas de cuerpos muertos, siendo Tú la Santidad por tu
misma Esencia, y yo él albañal inmundo, digno de todo despreció viviendo
entre racionales? Quien fue bien mío el insolente, ¿qué sin respeto a tu
Soberanía te arrojó en este lodo? Señal cierta, que no conoció, ni mereció ver
la belleza de tu Ser, el esplendor de tu Majestad, pues tan atrevido té echa en
este inficionado, y asquerosísimo cieno. Tu Señor, Tu Vida de los hombres,
Tú, Recreó de los Serafines, Tu, Regalo de los Santo, Tú Gloria de los
Bienaventurados. Tú, Centro de toda Caridad, Agnus Dei, del Padre Eterno,
Tu, delicia y suavidad de la Reyna de los Cielos. Tú, Imagen verdadera de
tu Padre, Tú, Amor del Divino Espíritu, Tú, Cordero inocente todo blanco, y
encarnada, sin mancha negra de culpa, ¿Tú en el lodo? ¿Tú en la basura?
¿Tú, en el cieno? ¿Tú, en esa asquerosa sentina? Cuando es manchado

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


asiento el Sol para tu Dignación, Soberanía, y Majestad, Tú, solo Señor pues
tu solo te conoces, y puedes conocer, el desacato de quien te arroja, el
atrevimiento de quien te empuja, la ignorante malicia de quien así te ata;
como también Tú solo sabrás ponderar lo acervo de ese dolor, lo penoso de
esa tormenta, lo gravísimo de esa insolencia, lo cruel de esa maldad, Tú solo
Señor pues Tu solo lo padeciste, y Tu solo lo sabes quién eres, Tu único
conoces lo ardiente de tu amor, lo inaudito de tu paciencia, lo infinito de tu
dolor, y la altísima dignidad de tu Señorío; ¡Bien veo no son capaces todos
los entendimientos del Cielo, y de la Tierra para comprehender el peso de
tanto ultraje a tu Persona, todas las memorias para hacer el debido recuerdo
de tan imponderable villanía, ni todas las voluntades para satisfacer con todo
su amor tan generosa paciencia, y tan Venerable silencio en tan dolorosísimo
Paso; pero con todo mi Señor, con todo eso sabemos cierto, te pagas de
nuestros cortísimos obsequios de nuestras flacas memorias y de nuestros
tibios recuerdos, estos os ofrecemos y yo despreciable gusanillo e indigno dé
que pongas en mí esos clementísimos ojos: Yo la más baja criatura, de las
que abraza la tierra, en nombre de todo el Mundo, te doy los debidos
agradecimientos a tanta fineza, te la agradezco de lo íntimo de mi Corazón;
soy pobre, y no tengo con que pagarla, me faltan las virtudes para agradarte,
pero ya que nada tengo, nada soy, y nada valgo; este verdadero conocimiento
te ofrezco en paga de tanto favor, ahí te consagro, así en debido desagravio,
como en limpia Toalla para tu alivio, las siempre puras, siempre limpias, y
siempre Santas, las telas del Corazón de mi Reyna, y Señora la Virgen María,
para enjugarte de esas negras aguas; ahí te ofrezco á mayor desagravio Jesús
mío, el inmenso amor, con que toleraste: tan horrenda desmesura; la
invencible tolerancia, con que llevaste tan desmedido y enorme desafuero;
la admirable paciencia, con que sufristeis tan sacrílego atrevimiento, la
infinita Caridad, con que, en medio de tantos ultrajes, ignominias, y dolores
me estabas amando, aun sabiendo, como sabíais, lo inmenso de mis
maldades; ahí te ofrezco Jesús mío, para mayor reverencia, la suma, é
inimitable conformidad de tu Padre, con que lo padeciste. Ten, Señor, por
tus dolores, por tu Santísima Sangre, por ti mismo te ruego, tengas piedad de
mí, ten lástima de mi miseria, ten Compasión de mi flaqueza, y esas
prisiones, y cadenas, que tanto te atormentaron en tu Pasión, ponlas a mis
pies, y manos, para que no se atrevan; otra vez a perderte el respeto (como
casi infinitas veces lo he hecho) con mis muchos pecados, ni aquellos (esto
es mis pies) no corran tras los hediondos apetitos, y deleites de esta
miserable; vida; acuérdate Señor de mi Alma en la terrible hora de mi muerte
(y la de todos, los que recuerdan tu Pasión Santísima,) de que ahora postrado
en tierra, envuelto en el polvo, y abismo de mi nada, te adoro, y clamando

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


con tan buen Padrino (como es la memoria de este doloroso Paso) a las
puertas de tu Clemencia, por el socorro de tu Gracia para tan temeroso trance,
y así como humilde lo pido, así lleno de confianza lo espero ciertamente,
para que saliendo limpio con tus auxilios del Torrente amargó de esta vida,
te goce, te alabe y bendiga por todos los siglos eternos en tu Gloria. Amén.

Ahora es la disciplina y esta durará otra Estación al Santísimo


Sacramento, y si eres Alma que frecuenta, y puedes disponerte para
comulgar mañana, que a esa conduce el siguiente Ejercicio.

Ahora repetirás, besando la tierra treinta y tres veces esta Jaculatoria:


Bendita, y alabada sea para siempre la Venerable Paciencia de nuestro
Amantísimo Jesús. Amén.

ÚLTIMA MEDITACIÓN
después de haber sacado á el Señor del Torrente Cedrón
Ea pues, alma agradecida, ahí tienes ya a Dios Hombre fuera de las aguas;
llega reverente, considera como aquel Señor, dignísimo de todo respeto, y
adoración, es ahora el blanco de la risa, la causa de la alegría de sus
enemigos, el tropiezo de la irrisión, el objeto de la mofa; mírale caído en el
suelo, todo mojado lleno de vergüenza, tiritando de frío, y como si fuera un
corrupto, y muerto bruto, arrastrado por la tierra. Vuelve los ojos a aquella
chusma infernal, y los verás, que abren sus malditas bocas para blasfemarle,
y se tapan las narices por no recibir el hedor, que exhalaba aquel asqueroso
lugar, por haberse movido con el Cuerpo Santísimo de tu amado Dueño, y
tienen horror de llegar sus malditas manos, y le arrastran con las sogas, lo
levantan con los chuzos, y así mojado y enlodado prosigue su camino para
la casa del juez. ¡O que espectáculo! ¿Para cuándo Alma mía, son las
ternuras? ¿Para cuándo los suspiros? ¿Cuándo más bien empleadas las
lágrimas? Si ahora en tanto ultraje como Cristo padece, no se derraman ¿será
creíble, que un Corazón amoroso, y cristiano no se deshaga en llanto, en tan
tiernísimo, y doloroso sentimiento? No lo creo, pues a una la dureza de una
peña se ablanda aquí solo con las plantas de nuestro Jesús, Dios, arrastrado
por los suelos, y no me enternezco, Dios revolcado en la tierra, ¿¡y no me
muero de ternura!? O Señor, dad blandura a este corazón, y lágrimas a esta
piedra; heridme con la Cruz para que, en este desierto de mi conciencia,
derramen arroyos de lágrimas, esta diamantina losa.
Alma mía, pregúntate a ti te ha hecho fuerza tan vil tratamiento a Dios, tan
amargo, ¿y tan doloroso Paso? Ya se ve que eres tierna, eres suya, y te toca

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


a fuer de Esposa amante ir a la parte con tu dueño; pues vuelve sobre ti, y
mira con seria, y madura reflexión lo asqueroso de tu pecho, y ahí has
arrojado a Dios Hombre, ¿cuándo le has recibido en él Santísimo
Sacramento? Allí una vez sola. ¿En tu albañal cuantas? Allí sus mortales
enemigos le arrojan, aquí su querida, su amada, su redimida. Allí quizá los
Demonios, aquí un cristiano. Allí los que no creían, ni conocían, ni
esperaban; aquí la que le adora, la que le conoce por Dios verdadero, y
también de las venganzas, quien espera ser juzgado de este Señor y espera
gozarle eternamente; no porque digas, que has comulgado mal, no lo permita
Dios, sí consideras el galardón, que granjeó Judas, por arrojar a Cristo en el
Cedrón inmundísimo de su malvado pecho.

Considera este castigo


Que en Judas hizo el Señor
Dándole con muerte eterna
Una eterna perdición:

Y mira con la clemencia,


Que su Soberano amor
Doliéndose Alma de ti,
Sufre tu indisposición

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Pero si digo, recorras por menudo las pasiones, que has refrendado, los
pecados veniales voluntarios, que ya no cometes, al contrario, y de hoy
adelante procura disponerte para la Sagrada Comunión más fervorosa, que
por fin Dios solo, alma, Dios solo eternamente.

Haz aquí tu Coloquio con el Señor a tu modo o de la forma, que recita la


siguiente:

ORACIÓN
Dulcísimo Amor de todos los amores, Blanco Pelicano de mi Alma, ya que
te dignas tantas veces entrar en el centro asqueroso, de mi inmundo pecho;
ya que, no has tenido asco de las sucias viscosidades, de mi desaliñado
Corazón, ya que, con tanta fineza, y humanidad te dejas tratar, comer, y
aposentar en el pobrísimo seno de este pobrecito pechó, sea mi Dios para
quitarte mil enojos, pues justísimamente los tenías de mi sobrada descortesía,
con que te entraba en los viles rincones de mi Corazón, con tan corta
preparación y tan ningún agradecimiento, de que con tu gracia me
enmendare, sea para sacarme de las aguas lodosas de mis pecados, y
limpiarme con esa Sangre preciosa, de toda humana afición, sea para
quitarme las horrorosas sogas que el amor propio aló tan fuertes en mi
miserable flaqueza, y romper las pesadas cadenas, con que ha intentado el
Demonio, Mundo, y Carne, tener presa mi pobrecita alma; sea mi bien para
dejar impresas en la dureza mía las señales, no solo de tus Sagradas Plantas,
sino las de tus cinco Sacratísimas Llagas, sea dulzura mía; para purificar mí
Conciencia de las aguas de las mundanas vanidades; Pacientísimo Cordero
de mi vida, para quedar prisionero eterno en las Suaves cadenas y dulces
prisiones de tu amor, sea para bien de mi Alma; para Viático de mi
peregrinación; sea para exaltación de tu Nombre Santísimo; dilatación de tu
Fé; y sea finalmente para descanso de las Animas del purgatorio, y que esas
aguas de tu misericordia infinita; apaguen los ardores de aquellas voraces
llamas; sea mi Jesús para honra y gloria, alabanza, y loor eterno de la
Santísima Trinidad. Amén.

Considera Alma mía


Agradecida en extremo
A los divinos favores
Del que tienes en tu pecho.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


No dudo que enamorada,
Estarás del galanteo,
De haber visitado tu Alma,
El que es Alma de los Cielos.

Yo bien se, que hacerse lenguas


Quisiera tu buen deseo
A vista de tal favor,
Para el agradecimiento.

O, como allá en el retrete,


De tu corazón contemplo,
Que al que te ha hecho tal merced,
Así le estarás diciendo:

Soberano Jesús mío,


Padre amado, Dios Eterno.
¿Quién sois vos? y yo quien soy,
¿Para favor tan excelso?

¿Es posible, que sea tanto,


De vuestro amor el exceso,
Que en todo lo mostráis más,
A quien os lo paga menos?

¿Con que Divino Jesús,


Podré yo corresponderos,
Los sagrados beneficios,
Que a vuestra clemencia debo?

Pues cada vez, que a miraros:


Dentro de mi pecho vuelvo
Y en lugar tan' asqueroso,
Vuestra Belleza contemplo.

Cada vez, que vuelvo a Vos,


Y miro, que en mi alma os tengo
Tan sumo Dios como estáis,
Al lado del Padre Vuestro.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Cada vez que me veo a mí
Divino Señor, y veo
Una suma Majestad,
Dentro de un inmundo cieno.

Quisiera que el corazón,


En tu dulce amor ardiendo,
Manifestara el pesar,
Que en el ofenderte tengo.

Quisiera darte en mis ojos,


Indicios tan verdaderos,
Que en mis mejillas firmara,
Mi dolor en llanto tierno.

Quisiera mi Dios tener,


Hecho un altar en el pecho,
Y por Sagrario a la Virgen
Del Divino Sacramento.

Quisiera, para hospedarte,


Tener el cándido deseo
De todos los Serafines
Y la Hermosura del Cielo.

Mas ya, que tan pobre soy,


Mi Jesús, que solo tengo
El haberte recibido
Con un Corazón de hielo.

Te suplico me le enciendas
En tu Soberano Fuego,
Y en él imprimas y estampes
Los favores que hoy me has hecho:

Para que a los ojos tuyos


Con el propio rendimiento
En todo lugar, y tiempo.
Amén.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


ORACIÓN
A LAS GRAVÍSIMAS ANGUSTIAS CON QUE FUE CUBIERTO EL
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
¿Qué Es esto Dulcísimo Jesús De Mi Alma? Este Corazón Santísimo, centro
dé toda suavidad, y principio de todo humano vivir, fin de todos nuestros
desconsuelos, recreo de los Justos, refugio de los pecadores, acogida dé los
atribulados, última morada de nuestras esperanzas, se halla en el amargo
Océano de tu Pasión oprimido con tan gravísimas Angustias? Bien conozco
no nacen de la mala complexión de culpa en ti que eres la Suma Santidad,
fundamento, y principio de la Gracia, que tienen, tendrán, y han tenido todos
los justos. Bien veo que esas acervas interiores puntas, que afligen ese
Sacratísimo Corazón, son buscadas del inmenso amor con, que has echado
sobre tu Venerable Espalda la pesada carga de los pecados del Mundo. Bien
advierto, que a tu Sacratísima Persona (como impecable por naturaleza)
repugna el hediondo cúmulo de tantas culpas, que, como inocente pagas, y
finalmente, bien conozco, que quien te hace como yo, este recuerdo, soy el
peor verdugo, que te atormenta; así es verdad, así lo considero, y así lo lloro
arrepentido. Esas angustias, que han cubierto tu Sacratísimo Corazón, te
ruego sean desahogo del encogido, sean un suave antídoto contra aflicción
humana; una libertad Santa, para; defender tu Santo Nombre; escudo, contra
las diabólica astucia y tina víctima a mi afligida conciencia, gravada del
imponderable peso de mis pecados; y aunque es cierto, no soy capaz de
consolar tu angustiado Corazón, ni tengo caudal alguno de propios méritos,
con todo, Dueño mío Jesús de mi Alma, tengo derecho como Cristiano a tu
bendita derramada Sangre como Hijo, yo soy heredero de tus infinitos
Merecimientos; mía es no lo dudo, esa Cruz, mías esas prisiones; mías esas
bofetadas, mías esas espinas, míos esos azotes, mías esas Llagas, mía esa
Muerte, mío ese Corazón, mía esa Santísima Anima; y tú mi Dulcísimo
Jesús, todo mío; pues toda esto así mismo te lo ofrezco para consuelo de tus
Angustias; y porque no vaya con el desaliño de mi bajeza, y miseria, te lo
consagro con él rico Sagrario del Purísimo Corazón de tu Santísima Madre,
mi Señora la Virgen María; no mires, Esposo mío, la vileza de mi
despreciable persona, si no la ofrenda, que es tan Santa como tuya; el Vaso
en que va, como que es su Amantísima Madre, cuyos doloridos suspiros y
amargas lágrimas, Fueron con sus innumerables méritos tan agradables á tus
ojos. Mírame Señor con lástima, mírame con ojos de misericordia, y
acuérdate en el tiempo de mis mayores angustias, que serán a la hora de mi
muerte, que este mísero gusanito abatido en el abismo de su nada, ha
clamado y llamado desde ahora a las puertas de tu Misericordia, dando
repetidos golpes con el verdadero dolor de sus pecados. Dales buen Jesús,

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


auxilios a los que actualmente agonizan por vuestras amargas angustias,
consuelo a las Almas que se ven tentadas; valor a los combatidos y ayuda
para vencer; perseverancia a los que están en gracia; la mano a los que están
en culpa; descanso a las benditas Almas del Purgatorio, y remedio a las
necesidades de la Santa Iglesia, y vuestra dulce Presencia a los que hacemos
memoria de vuestras angustias en la hora de nuestro tránsito y la eterna
Gloria. Amén.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


VISITA
AL SANTÍSIMO SACRAMENTO EN EL JUBILEO CIRCULAR DE
LAS 40 HORAS

I. CONSIDERACIÓN
¡Alma mía! considera cuanto te ha favorecido Jesús en el Sacramento. No
quiso que tuvieras razón de envidiar a los judíos que tuvieron la dicha de
conversar con El en los días de su vida mortal. — Por eso está contigo. —
En el día y en la noche, en el invierno y en el verano siempre vive e n la
Eucaristía para ser nuestro compañero. — Oh amigo fidelísimo, Oh Jesús
cuyo amor no tiene límites pues que tus delicias son estar con los hijos de los
hombres, haz que también las mías sean el estar en tu compañía. Yo te doy
gracias de lo íntimo de mi corazón por este tan exquisito favor, ¿qué podré
temer si tengo ese escudo de defensa, si puedo refugiarme dentro de esa torre
de fortaleza, sí puedo ponerme bajo la protección de Jesús Sacramentado,
que ampara a todos los que á El acuden, como la gallina cobija a sus polluelos
debajo de sus alas? Haz que a ti acuda en todos los peligros para gozar de
superarlos y tu presencia cara a cara en el cielo. Amen.

II.
Alma mía, considera el segundo beneficio de infinito valor que te ha hecho
Jesús desde el Sacramento. No solo se quedó para ser tu compañero, tu guía,
tu amigo en esta peregrinación, sino que quiso también quedarse para ser el
alimento de tu alma. ¿Como pagarás tan inestimable favor? Mucho fue
haberte dado sus consejos, su Evangelio, sus ejemplos, su sangre en el árbol
de la cruz; pues no contento con eso en la Eucaristía te da su cuerpo para que
te sirva de alimento espiritual en esta vida, de viático para la eternidad de
prenda de la dicha sin fin.

ORACIÓN
Como te agradeceré debidamente oh Jesús mío tan inestimable don? ¿Mi
vida entera será digna recompensa de este amor sin límites? ¡Ah! no
ciertamente que no; pero tú mismo eres la Acción de gracias, viva y perenne
y por eso este Sacramento, llámase Eucaristía. Así pues, en agradecimiento
de tan inmenso favor, yo me acercaré al altar de Dios, yo recibiré con
frecuencia este sacramento. Haz oh Señor que lo reciba dignamente para que
sea para mí la garantía de la eterna felicidad. Amen.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


III.
Alma mía; no solo Jesús en el tabernáculo es tu compañero y tu alimento;
sino que es la hostia de propiciación por tus pecados. ¡Oh caridad infinita!
¡Oh amor sin límites! Todos los días se ofrece y se sacrifica en el altar una
oblación y un sacrificio inmaculado. Otro motivo de gratitud que tienes para
con tu buen Jesús.

ORACIÓN
Oh Víctima sacrosanta que te inmolas todos los días sobre nuestros altares y
aplacas la ira de tu Padre celestial justamente irritada por nuestras culpas, yo
te bendigo, te adoro y te doy cuantos agradecimientos me son posibles, por
haber instituido el santo Sacrificio de la Misa. Yo me propongo asistir a él
con toda la frecuencia que me sea posible y con toda la devoción de que sea
yo capaz. Haz, oh Señor, que de esa asistencia seque innumerables frutos. Y
ahora ¡oh Jesús mío! No me dejes levantarme de este santo lugar, sin antes
haberme atado a tu servicio con los lazos de tu santo amor, y concedido
cuantas gracias te pido para mí, para mis parientes, amigos y encomendados
a mis oraciones (se hace la petición). Consérvanos a todos en tu santa gracia,
haznos verdaderos devotos de la Eucaristía y reúnenos a todos en el cielo.
Amen.

Se reza la Estación mayor y se concluye con las siguientes preces:

ANTÍFONA
Oh Sagrado convite en el que se toma a Cristo, se renueva la memoria de
su Pasión, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la futura
gloria.

L/: Nos has dado pan del cielo.


R/: Que contiene toda clase de deleites.

ORACIÓN
Oh Dios que bajo los velos del admirable Sacramento nos dejaste la memoria
de tu Pasión, concédenos que de tal manera veneremos los sagrados misterios
de tu Cuerpo y de tu Sangre, que percibamos constantemente los frutos de tu
Redención. Te lo pedimos a Ti que vives y reinas con el Padre en unión del
Espíritu Santo, Dios por todos los siglos de los siglos. Amen.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


VISITA DE MONUMENTOS

PRIMERA IGLESIA
ORACIÓN
Oh Jesús mío amabilísimo, dulcísimo y amantísimo, vida, esperanza y único
amor de mi alma! Vengo hoy a postrarme ante tu altar y darte gracias por
haber instituido este augusto sacramento en el que te has quedado
perpetuamente con nosotros. ¡Ah! y ¡cuánto te costó el instituirlo! Como que
para ello debiste morir, sin lo que no hubieras podido estar sacramentado en
nuestros altares. Y después; ¡cuántas injurias has debido tolerar en este
misterio adorable, para poder prestarnos auxilio con tu presencia! Más todo
lo ha superado tu amor y el deseo que tienes de ser amado de nosotros. Ven,
pues, Señor, ven y entra dentro de mi corazón y cierra después la puerta de
sus afectos, de modo que nunca vuelva a abrirse para dar entrada en él a
ninguna criatura que quiera tomar parte en el amor que te debo. Reina en mí
Tú solo, con absoluto imperio ¡oh Redentor mío! toma posesión ilimitada de
todo mi ser; haz que mi único deseo, mi único deleite sea darte gusto,
visitarte con frecuencia y recibirte en la comunión. Busquen los demás,
enhorabuena otra clase de bienes, que en cuanto a mí yo no quiero, ni deseo
otro bien que tu amor. El me hará santo en la tierra y dichoso en el cielo.
Amen.
La estación mayor.

SEGUNDA IGLESIA
ORACIÓN
Oh Cordero inmaculado y sacrificado por nosotros en la cruz! Acuérdate que
yo soy una de aquellas almas que redimiste con tantos dolores, y con tu
muerte; y ya que te has dado y que das todos los días a mí, sacrificándote por
mi amor en los altares, haz que yo te posea siempre, que no te pierda jamás
y haz que sea yo también todo tuyo. Yo me doy todo a Ti para que hagas de
mí todo lo que fuere de tu agrado. Te doy mi voluntad, aprisiónala con los
dulces lazos de tu amor, para que sea eternamente esclava de tu voluntad
santísima. Ya no quiero vivir para satisfacer mis deseos, sino para contentar
tu divina voluntad. Destruye en mí todo lo que te desagrade y concédeme la
gracia de no tener otro pensamiento, ni otro deseo sino el de aquellas cosas
que tu deseas. Te amo con todo mi corazón; oh amantísimo Salvador mío!

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


Te amo porque deseas que te ame, te amo, en fin, porque eres infinitamente
digno de mi amor. Siento no amarte cuanto mereces, quisiera morir por amor
tuyo. Acepta este deseo y dame tu amor. Amen. Así sea.
La estación mayor.

TERCERA IGLESIA
ORACIÓN
Oh amabilísimo Jesús mío Sacramentado, que por el amor que me tienes
estás encerrado noche y día en este sagrario, atrae, te ruego, todo mi corazón
hacia Ti, de tal modo que no piense sino en Ti, ni quiera, ni busque, ni espere
otro bien que poseerte. Hazlo por los méritos de tu Pasión, por la cual te lo
pido y lo espero. ¡Ah Salvador mío sacramento y amante de mi alma! ¡cuán
amables son las delicadas invenciones de tu amor para lograr que las almas
te amen! ¡Oh Verbo eterno! Haciéndote hombre, no te ¡has contentado con
morir por nosotros, sino que nos has dado, además este Sacramento por
compañía, por alimento y por prenda de la gloria. Te has dignado aparecer
entre los hombres, ya como niño en un establo, ya como pobre en un taller,
ya como reo en una cruz, ya, en fin, como pan en la mesa del altar. ¿Qué
otros medios podrías inventar para ganarte nuestro corazón? ¡Oh amabilidad
infinita! ¿cuándo llegará el tiempo en que yo comience a corresponder de
veras a tantas finezas de amor? Señor, yo no quiero amar sino a Ti, en el
tiempo y en la eternidad. Amen.
La estación mayor.

CUARTA IGLESIA
ORACIÓN
Oh Sacramento de amor, que ya sea dándote en la Santa Comunión, o ya
permaneciendo en los altares, sabes atraer a Ti con los suaves encantos de tu
amor tantos corazones, que enamorados de tu dulzura y fuera de sí en vista
de tanta bondad, arden en la llama feliz de tu amor, sin olvidarlo jamás. Atrae
también a Ti, este miserable que desea amarte y ser esclavo de tu amor
divino. Yo entrego de un modo irrevocable en manos de tu bondad todos mis
afectos, mi alma, mi cuerpo y todo mi ser. Aceptadme, Señor, y disponed de
mí como te agrade. No, no quiero, ¡Oh amor mío! volver a quejarme de
vuestras santas disposiciones; pues bien, comprendo que, siendo todas ellas
dictadas por tu amoroso corazón, no pueden menos de ser amorosas y para

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


mi mayor bien. Me basta saber que en ellas está tu voluntad para que las
acepte todas durante mi vida y por toda la eternidad.
La estación mayor.

QUINTA IGLESIA
ORACIÓN
Oh corazón amantísimo de mi Jesús, del cual salieron todos los sacramentos
y principalmente este que es el de amor. Quisiera en este solemnísimo día
glorificarte y ensalzarte tanto cuanto Tú glorificas y ensalzas a tu Eterno
Padre en este sacramento. Bien sé, que aquí en este altar me estás amando
con aquel mismo amor que tuviste al morir en la Cruz entre infinitas
amarguras. Yo te adoro, yo te amo y te doy gracias con todas las almas quete
están amando en la tierra y en el cielo. ¡Oh Corazón purísimo! purifica el
mío de todo afecto desordenado a las criaturas y llénalo de tu santo amor. Oh
corazón dulcísimo, posee el mío de tal suerte que de hoy en adelante sea todo
tuyo y pueda decir con el Apóstol: ninguna criatura podrá jamás separarnos
del amor de Dios, que se funda en Jesucristo Nuestro Señor, a quien se dé
todo honor y toda gloria en los siglos de los siglos. Amen.
La estación mayor.

SEXTA IGLESIA
ORACIÓN
Oh Jesús mío Sacramentado, que te lamentas de que, habiendo venido a la
tierra a ser nuestro Huésped, para hacernos bien, nosotros no hemos querido
recibiros. Tienes razón, Señor, tienes razón: yo soy uno de esos ingratos que
no quiero hacerte compañía viniendo muy rara vez a visitarte. Castígame por
ello cuanto quieras, solo te ruego que no me impongas la pena que merecería,
de no venir más ante tu presencia. ¿A dónde iré, que sería de mí si tú de ella
me alejaras? Pero no, tú no me abandonarás si antes yo no te abandono. Oh
fuego devorador, destruye todos mis afectos a las cosas criadas, mira que en
este momento me doy á Ti sin reserva, y consagro toda la vida que me queda
al amor de este santísimo Sacramento. El será, así lo espero, mi consuelo y
mi amor durante mi vida y en la hora de mi muerte, cuando vengas a servirme
de guía y de viático en el camino a tu felicísimo reino. Así sea.
La estación mayor.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020


SÉPTIMA IGLESIA
ORACIÓN
Oh invisible Señor y Rey mío! Ya que te dignas permitírmelo, deja que te
abra con confianza mi corazón en esta mi última visita. Bien conozco ¡oh
Jesús mío! Oh enamorado de las almas, la sinrazón que te hacen los hombres.
Tú los amas, y ellos no te corresponden; les haces bien y te desprecian:
quieres hablarles y no te escuchan; les ofreces tus gracias y no quieren
recibirlas. ¡Ah Jesús mío! Y ¿será cierto que en otro tiempo yo también me
asocié a esos ingratos para causarte tales disgustos? ¡Ay de mí! es demasiada
verdad; pero, Señor, ya quiero enmendarme y compensar en los días que me
queden de vida los pesares que te he causado, haciendo cuanto pueda por
complacerte y darte gusto. Te amo ¡Oh Sumo Bien! infinitamente más
amable que todos los bienes; y amándote, uno mi pobre corazón a todos los
corazones con que te aman los serafines, lo uno al dulcísimo y doloroso
Corazón de María y a tu Amantísimo y Sagrado Corazón. Te amo con todas
mis fuerzas y quiero amarte únicamente y siempre; si, solo á Ti, quiero amar
eternamente. Así sea.
La estación mayor.

Apostolado de la Piedad Popular - 2020

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