El Mito de La Caverna y El Cairo Al Lado

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El Mito de la caverna

y el Cairo al lado
La alegoría de la caverna (también conocida por el
mito de la caverna) aunque en realidad solo es una
alegoría de intenciones pedagógicas-filosóficas, no un
mito, puesto que aparece reflejado como tal de los
escritos de platón.
En ninguna otra obra
antigua, (ni siquiera entre
los mitógrafos) se considera
la más celebre alegoría de la
historia de la filosofía.
Su importancia se debe
tanto a la utilidad de la
narración para explicar los
aspectos más importantes
del pensamiento plantónico como a la riqueza de sus
sugerencias filosóficas.
Se trata de una explicación metafórica realizada por el
filósofo griego (platón), él explica su teoría de cómo
podemos captar la existencia de los dos mundos: el
mundo sensible (conocido atreves de los sentidos) y el
mundo inteligible (que es materia de puro
conocimiento, sin intervención de los sentidos)
Platón describió en su
alegoría de la caverna, un
espacio cavernoso en el que
se encuentra un grupo de
hombres prisioneros desde
su nacimiento, con cadenas
que le sujetan el cuello y las
piernas de forma que
únicamente puedan mirar
hacia la pared del fondo de
la caverna, sin poder nunca
voltear la cabeza.

El Cairo al lado
“Cómo es el alma, requeriría toda una larga y divina
explicación; pero decir a qué se parece, es ya asunto
humano y, por supuesto, más breve. Podríamos
entonces decir que se parece a una fuerza que, como
si hubieran nacido juntos, lleva unidos a una yunta
alada y a su auriga. Pues bien, los caballos y los
cocheros de los dioses son todos ellos buenos, y
buena su casta, la de los otros es mezclada.

Por lo que a nosotros se


refiere, hay, en primer lugar,
un conductor que guía una
yunta de caballos y, después,
estos caballos de los cuales
uno es bueno y hermoso, y
está hecho de esos mismos elementos, y el otro de
todo lo contrario, como también su origen.
Necesariamente, pues, nos resultará difícil y duro su
manejo. Y, ahora, precisamente, hay que intentar
decir de dónde le viene al viviente la
denominación de mortal e inmortal. Todo lo que
es alma tiene a su cargo lo inanimado, y recorre
el cielo entero, tomando unas veces una forma y
otra otra. Si es perfecta y alada, surca las alturas,
y gobierna todo el Cosmos. Pero la que ha
perdido sus alas va a la deriva, hasta que se
agarra a algo sólido, donde se asienta y se hace
con cuerpo terrestre que parece moverse a sí
mismo en virtud de la fuerza de aquella. Este
compuesto, cristalización de alma y cuerpo, se
llama ser vivo, y recibe el sobrenombre de
mortal. El nombre de inmortal no puede
razonarse con palabra alguna; pero no
habiéndolo visto ni intuido satisfactoriamente, nos
figuramos a la divinidad, como un viviente
inmortal, que tiene alma, que tiene cuerpo,
unidos ambos, de forma natural, por toda la
eternidad. Pero, en fin, que sea como plazca a la
divinidad, y que sean estas nuestras palabras.

Edwin Abraham
Córdova “6-c” nl-1

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