Resumen Andragogia JC

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CAPITULO 1:

ANTECEDENTES Y DESARROLLO HISTORICO: DE LA EDUCACION DE


ADULTOS A LA ANDRAGOGIA

Para Knowles la investigación sobre el aprendizaje adulto es muy reciente a pesar


de que la educación de adultos ha sido tema de preocupación para la humanidad
durante mucho tiempo.

El termino andragogía según cabe suponer, puede considerarse como equivalente


del termino pedagogía. La andragogía en griego significa dirección de hombres en
comparación con la pedagogía que en griego significa dirección de niños. Sin
embargo, debe tenerse en cuenta que el termino pedagogía es usado desde los
antiguos griegos mientras que el educador alemán Alexander Kapp fue el primero
en utilizar la andragogía en 1833.

De acuerdo con Savicevic las ideas de Socrates, Platon, Aristoteles y de los


sofistas reflejan pensamientos y visiones sobre la necesidad de aprendizaje a lo
largo de la vida, sobre la moral y la estética, y similares modelos educativos
podemos encontrar, en la antigua Roma y en las épocas del humanismo y del
renacimiento.

En la antigua Grecia, Sócrates requiere especial atención por su innovadora


técnica y su concepto de “maestro”. Fue el inventor de lo que ahora llamamos
“diálogo socrático”, techné en la que el líder o un miembro del grupo plantea una
cuestión o

dilema y los miembros del grupo ponen en común su pensamiento y su


experiencia para buscar una respuesta o solución. Sócrates puede considerarse el
primer “profesor andragógico” en el sentido de que no era un “maestro” que
transmite una “enseñanza” concreta como en el caso de la pedagogía tradicional,
sino que lo que hace es “tratar” y “dialogar” con quienes se acercan a él, a los
cuales considera a todos los efectos no como “alumnos”, sino como “amigos o
compañeros”.
La Universidad es el siguiente objetivo de ajuste a la nueva realidad económica
europea y global que culmina con el Plan Bolonia en 1999, que tiene como
objetivo la “movilidad” a través de la “armonización de titulaciones” y su mayor
adecuación al mercado laboral. La urgencia por la competitividad frente a las
economías emergentes, que EEUU había comenzado varias décadas antes
presionados por el “milagro japonés”, en el caso de Europa pasaba, en primer
lugar, por la unión monetaria de países que partían de muy desiguales
condiciones, para centrarse después en la “armonización” de la educación y en la
“cohesión social” entre países con distintos idiomas y culturas.

Durante los años 60 y 70 la principal función de las instituciones educativas


dedicadas a la educación de adultos, tanto de iniciativa privada como pública, era
la alfabetización, puesto que el analfabetismo seguía siendo elevado, aunque en
diferente grado según los países, y el sector industrial aún podía absorver a gran
parte de la población sin ninguna o baja cualificación académica.

Pero en los 80 el mercado laboral comienza a exigir títulos académicos y un mayor


nivel de cualificación para empleos con salarios que antes no demandaban ningún
título oficial. El elevado fracaso escolar de la etapa de la democratización, o
masificación como prefieren llamarlo los más críticos, junto con esta nueva
coyuntura, unida a la creciente migración, hacen que los centros de educación de
adultos asuman la función de “segunda oportunidad” y de enseñanza del idioma
del país receptor para los inmigrantes, sin haber abandonado todavía la función
alfabetizadora del todo.

Pero en los 90 la educación de adultos seguía sin ser una prioridad en las
agendas políticas de la UE y de la OCDE a pesar de los informes que venían
publicándose desde los años 70.

En el 2006, una vez evidenciada la crisis económica en Europa, la Comisión


Europea (2006a) se lamenta al reconocer que “El aprendizaje de adultos no
siempre ha recibido la atención que merece en cuanto a visibilidad, prioridad
política y recursos” (p. 3). Y esto a pesar de que la comunicación de la Comisión
del 2001 con el nombre Hacer realidad un espacio europeo del aprendizaje
permanente, y la Resolución del Consejo de 2002 sobre la educación permanente,
“resaltaban la importancia del aprendizaje permanente no sólo para la
competitividad y la empleabilidad sino también para la inclusión social, la
ciudadanía activa y el desarrollo personal” (p. 2). Sólo con la excepción de algunos
países, las recomendaciones no se tradujeron en medidas relevantes en los
estados miembros. Mientras tanto en Europa seguía habiendo 72 millones de
personas con baja cualificación, o sea, un tercio de la “mano de obra”.

2.- Principios andragógicos del aprendizaje.

Parece haber total consenso en la literatura científica en que el término


“andragogía” apareció impreso por primera vez en un tratado de filosofía de un
maestro alemán, el Dr. Alexandre Kapp (1833) sobre la educación de Platón
Según Kapp el aprendizaje sucede no solo a través de profesores, sino también a
través de la autorreflexión y la experiencia de la vida. La andragogía es, por tanto,
más que “enseñar a adultos”. Kapp no explica más el término andragogía, ni
desarrolla una teoría, pero justifica la “andragogía” como una necesidad práctica
de la educación adultos (Reischmann, 2004)

El profesor de la universidad de Kiev, Olesnicki, parece ser el primer autor que


utilizó el término “andragogía” en 1885 (Olesnicki, 1885). Para el autor cada
periodo de la vida tiene sus particularidades y los medios educativos necesitan ser
aplicados de acuerdo a ellas, subrayando además la importancia del principio de
desarrollo (Savicevic, 1999).

También en Rusia, Medinski (1923), ya en el las primeras décadas del siglo XX, se
refiere a la “educación extra-curricular” a la que llama “anthropogogy”, la ciencia
de educar a la gente. Este término, que engloba la educación en todas las etapas,
comprende tanto la pedagogía como la andragogía.

En EEUU, y según Knowles (1990) se identifican dos corrientes, una basada en


las investigaciones conductistas que giraban en torno a la cuestión de si los
adultos pueden aprender y otra, a la que llama “la artística”, basada en la intuición
y el análisis de la experiencia. En la primera, la investigación sobre el aprendizaje
adulto, comienza a principios del siglo XX de la mano del psicólogo conductista
Thorndike. Las investigaciones, conductistas en el diseño, a menudo extrapolaban
las condiciones de la investigación con niños a los adultos. El primer libro para
informar de los resultados de la investigación fue Adult Learning (Thorndike,
1928), y los experiementos concluían que los adultos sí pueden aprender, lo que a
pesar de sus limitaciones, según Knowles (1990), era importante. La otra corriente
está representada por Líndeman, fuertemente influido por la filosofía educativa de
Dewey, quien sienta las bases para una teoría sistemática sobre el aprendizaje
adulto (Knowles, 1990).

3.- Presente y perspectivas de futuro de la andragogía.

En 1996 Knowles especulaba con los posibles cambios que afectarían al


desarrollo teorico del aprendizaje de los adultos y a la practica de la andragogía.
Estos cambios estarían influidos según Knowles por los avances en las ciencias
biológicas y en la tecnología.

Podemos decir que en las características biopsicosociales se encuentran


emergidas las psicológicas por lo que comenzaremos explicando paso a paso
como es el desarrollo de las personas, comenzando desde la niñez hasta lograr
llegar a la etapa de la adultez, de esta manera poder comprender los procesos
que se dan a lo largo de los años de los seres humanos y como se relaciona esa
etapa con lo laboral.

1. De 0 a 2 años, primera infancia: “yo y mis padres”.

Esta es la primera etapa donde los niños es donde ellos descubren lo que es el
mundo, identifican las figuras paternas, además empieza un proceso para poder
recordar las cosas y personas que hayan visto anteriormente.

2. De 2 a 5 años, segunda infancia: “yo y los otros niños”


Esta es la segunda etapa donde el niño comienza a ser un pequeño explorador,
quiere conocer todas las cosas que estén en su entorno, empiezan a ser sus
necesidades fisiológicas por su propia cuenta e incluso ellos con sus amiguitos
comienza a socializar.

3. De 5 a 11 años, tercera infancia (o niñez): “voy a la escuela: maestros y


compañeros”

Los niños les nace el interés de querer ir al colegio ver como es ese mundo, esto
les permite socializar con demás compañeros y le incentiva a realizar actividades
con los demás para asi lograr comprender que hay que apoyarse los unos con los
otros.

4. De 11 a 16 años, la primera adolescencia: “yo, mis amigos y el mundo”

En esta podemos considerar la última etapa de las personas en la niñez y es


donde se inicia la etapa de la “adules” empiezan las transformaciones en su
cuerpo, se dan cuenta de sus propias capacidades y de importante es de tener
una personalidad, se dan cuenta cuáles son sus tendencias sexuales, la
curiosidad y el deseo que pudiera existir por el otro, por ultimo las en la transición
hacia la edad adulta buscan un camino propio y ensayan vías alternativas a las
que habían asumido como correctas hasta el momento.

Los niños se diferencia de los adultos en muchos aspectos ya que la persona


adulta es capaz hacer cosas con total autonomía a diferencia de los niños que
dependen de sus padres por lo tanto aquí les dejamos una serie de diferencias
que hay en estas etapas de las edades

Esta etapa no tiene una edad determinada del inicio, según los científicos el paso
de adolescente a adulto se encuentra determinado por factores culturales
impuestos por la sociedad que se presentan en muchas regiones del mundo, es
así como se ha determinado el inicio de la adultez temprana se encuentra
determinado en el lapso de los 18 y los 25 años de edad, hasta los 30 o 40 años
aproximadamente.
Roberts analiza el uso de la tecnología andragógica por parte de los formadores
de los empleados y directivos de los distintos niveles en la división de gestión
fiscal de la contraloria de Texas, recomendando un mayor ajuste a los principios y
metodología andragógicos en la formación del personal.

En cuanto a la formación de profesores, Terehoff aboga por la utilización de la


andragogía como el método mas efectivo para su desarrollo profesional. Siguiendo
en el ámbito educativo, concretamente en la universidad, según Pew el problema
de la falta de motivación de los estudiantes universitarios proviene de una mala
aplicación de las practicas y métodos pedagógicos a situaciones que requieren la
dinámica andragógica, por lo que insta a la formación de los profesores en su
tecnología.

En los países de America del Sur, la andragogía tuvo una gran acogida. Hay que
destacar su presencia en las universidades de Brasil, Venezuela, Argentina y
Colombia donde se ofertan estudios de primer, segundo y tercer ciclo en
andragogía.

CAPITULO 2

FUNDAMENTOS FILOSOFICOS

Despejando cualquier duda sobre sus influencias filosóficas, Knowles explicita su


credo filosófico en su autobiografía:

“Mi propia orientación filosófica tiene sus raíces en el humanismo, pragmatismo y


marcos existenciales de John Dewey, Eduard Lindeman, Abraham Maslow, Carl
Rogers y sus colaboradores. Creo en la bondad fundamental de los seres
humanos, en su derecho a la libre determinación, en su potencial casi infinito, en
su capacidad latente para autorrealizarse, y en su capacidad innata para aprender.
Creo con Dewey en el papel de la experiencia en el aprendizaje y con Lindeman
en la relación intrínseca que existe entre aprender y vivir.

En el terreno educativo Dewey cuestiono la dicotomia entre lo académico y lo


profesional y entre lo teorico y lo practico. La experiencia es la que restablece la
conexión entre los dos polos de las dualidades, entre el hacer y el pensar, entre
teoría moral y conducta moral: tan lejos estamos de cualquier divorcio de la teoría
y la practica moral que la teoría es el acto ideal y la conducta es la proyección
ejecutada.

En My Pedagogical Creed defiende que la educación debe considerar tanto lo


psicológico como lo social. Y es que en la educación desde la perspectiva
psicológica se habla de desarrollo de potencialidades pero no se tiene en cuenta
donde se van a usar esas potencialidades. Por el contrario desde la perspectiva
de la educación como adaptación a la sociedad, se olvida la libertad individual
subordinando al individuo a una condición social y política preconcebida que por
otra parte no sabemos cual será dentro de veinte años.

Para Dewey la educación es una constante reorganización o reconstrucción de la


experiencia a partir de esto su principal preocupación fue poder desarrollar una
educación que pudiera unir la tradicional separación entre la mente y el cuerpo,
entre la teoría y la practica o entre el pensamiento y la acción, ya que el pensaba
que al hacer esta separación, llamada “natural” la educación, para él tendía a ser
académica y aburrida, alejada de los intereses reales de la vida: “Cada vez tengo
más presente en mi mente la imagen de una escuela; una escuela cuyo centro y
origen sea algún tipo de actividad verdaderamente constructiva, en la que la labor
se desarrolle siempre en dos direcciones: por una parte, la dimensión social de
esta actividad constructiva, y por otra, el contacto con la naturaleza que le
proporciona su materia prima”.

Para el filosofo estadounidense la escuela debia ser el embrión de la sociedad


democrática que anhelaba. La escuela dice, tiene el poder de modificar el orden
social. En esta medida la educación es esencial para la democracia y su
supervivencia depende de un ciudadano educado en los derechos y
responsabilidades de una democracia.

Si bien John Dewey reconoció la importante visión del naturalismo pedagógico de


Rousseau, expresó que los fines de la educación se originan en el medio social y
que no provienen del mero desarrollo de la naturaleza. De este modo, y en
oposición a los acostumbrados métodos educativos de su época, Dewey propuso
que el aprendizaje se llevara a cabo realizando diversas actividades, en lugar de
utilizar únicamente, los tradicionales contenidos curriculares. Dewey no desestimó
que el conocimiento fuese el elemento primordial en todo proceso educativo, pero
sostuvo que era preciso que éste, se complementase con procederes a través de
los cuales se realiza ese proceso. 

Para su práctica pedagógica, Dewey planteó que al igual que otros conocimientos,
los contenidos de estudio eran el fruto de los esfuerzos del hombre por solucionar
los problemas que su propia experiencia le trazaba. Y es con estas propuestas
educativas, que promulgó una ruptura con la pedagogía tradicional. 

A su vez, y con igual firmeza sostuvo que lo característico de una educación


democrática, era la comunicación entendida como un proceso de compartir
experiencias y, que ésta práctica participativa, promulgaba la interacción
dialoguista y dialéctica.

El “método del problema” formulado por Dewey, consiste en un proceso


continuado mediante el cual se establece que el aprendizaje, debe ser una
actividad de investigación, ejercitada por grupos de educandos tutelados y
orientados por el educador. 

El adulto deja de tener una personalidad orientada por otros y busca ser él mismo.
Cuando una persona alcanza su madurez toma conciencia de sus deberes,
derechos y responsabilidades, entre ellas la responsabilidad de su propio
crecimiento y desarrollo.

Los adultos prefieren decidir qué es lo qué quieren aprender (conocimientos,


habilidades y actitudes), con quién (formador, facilitador, mentor, profesor,
maestro, orientador o incluso con uno mismo de forma autodidácta), cuándo y
cómo (de forma presencial y/o online, en grupo o individualmente, etc.).

Según Knowles, el adulto que aprende tiene una actitud dinámica ante la


vida. Acepta que tanto él como su entorno evoluciona constantemente, y por tanto,
también asume que debe estar preparado para adaptarse a los cambios y
aprender.

El adulto, conforme madura, se orienta cada vez más al desarrollo de habilidades


que le permitan desenvolverse en los entornos sociales (familia, trabajo y amigos).

Los adultos necesitan encontrar la aplicación práctica en lo que aprenden.


La vida de un adulto puede llegar a ser compleja. Debe desenvolverse y resolver
problemas en distintos entornos y situaciones: personal, familiar, amistades y
profesional. Esto hace que el tiempo para el aprendizaje se reduzca
considerablemente y que, por tanto, deba seleccionar aquellas experiencias de
aprendizaje que más útiles puedan resultarle.
Como formador debes intentar ofrecer programas flexibles, que puedan adaptarse
a horarios ocupados y aceptar que las obligaciones de los participantes entrarán
en conflicto con tu formación.

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