El Proceso Emprendedor
El Proceso Emprendedor
El Proceso Emprendedor
1.1Actividad inicial
1.2¿Qué es emprender?
1.3El proceso emprendedor y sus etapas
1.3.1El desarrollo de la idea
1.3.2La planificación del emprendimiento
1.3.3La puesta en marcha de la empresa o de la organización social
1.3.4Comienza un nuevo proceso
1.4Factores de éxito para un emprendimiento.
1.5La importancia del emprendimiento para la creación de empresas y organizaciones
sociales sostenibles.
1.6Tipos de emprendimiento.
2 El Emprededor
5 El entorno emprendedor
5.1Introducción.
5.2El mapa de actores.
5.3Los indicadores económicos, legales, culturales..
5.4Las incubadoras de empresas.
6 Cierre
6.1Consideraciones finales.
1 El proceso emprendedor
Emprender es un verbo de acción. Viene de las palabras latinas in prendere que significa
realizar una actividad que implica trabajo y representa dificultades.
A principios del siglo XVI el término comenzó a ser usado para referirse a los aventureros
que viajaban al Nuevo Mundo en búsqueda de oportunidades de vida sin saber con certeza
que esperar. Pero no fue sino hasta el siglo XVIII que la palabra se insertó en el área
económica. Economistas franceses adoptaron el término “entrepreneur” para identificar
aquellas personas que se enfrentaban a la incertidumbre al momento de realizar una
operación económica. A partir de ese entonces el término “entrepreneur” se fue
identificando con aquellas personas que comenzaban una empresa y vinculándose
especialmente con la figura de empresarios innovadores.
y que requiere:
Acción y resolución
Energía y constancia
Revisión continua
La experiencia señala que crear una organización empresarial o social es una labor
exigente. No se llega a la organización de nuestros sueños de una sola vez, ni por arte de
magia, como a veces quisiéramos, sino a través de un largo y duro proceso.
El emprender debe verse, entonces, como un proceso altamente dinámico, fluido, con
cambios constantes, único; sin embargo, todo emprendimiento implica un conjunto de
exigencias que definen actividades, fases y retos comunes.
Ahora bien, podemos preguntarnos ¿por qué es importante ver el emprendimiento como un
proceso y conocer sus etapas? Si tengo la idea, y creo que es buena, ¿por qué no crear de
una vez la organización? Una respuesta válida sería la siguiente: es indispensable tener la
motivación y la visión porque eso favorece la probabilidad de seguir adelante, pero es
necesario, además, conocer el proceso, sus etapas, las actividades a realizar, los retos a
superar, así como los conocimientos y destrezas que se requieren, pues esta información
determina en la práctica la viabilidad del proyecto y nos permite encaminarnos a resultados
exitosos. Emprender es una tarea ardua, compleja que requiere una gran motivación y un
esfuerzo constante por parte del emprendedor y su equipo.
El Manual de Preparación de un Plan de Negocios del Concurso Ideas (2005) señala tres
etapas características para la creación de una empresa:
El desarrollo de la idea
La planificación del negocio
La puesta en marcha de la empresa
Estas etapas también aplican para los emprendimientos sociales, aunque éstos involucren
diferentes actividades específicas en cada una de ellas.
El punto de partida de todo emprendimiento es una idea. Esta idea puede representar la
solución a un problema o la respuesta a una necesidad actual o percibida a futuro. Si la idea
es de negocio, puede tratarse de un nuevo producto o servicio a ser ofrecido a través de la
creación de un nuevo modelo de negocio o de un cambio dentro de un negocio ya existente.
Si la idea es de emprendimiento social, identifica un problema o necesidad social y se
concentra en la búsqueda de una solución para el problema detectado y la generación de un
plan que garantice la sostenibilidad de la iniciativa social.
La idea es, por lo tanto, el primer paso, pero no es suficiente. Es necesario someterla a un
análisis más completo. En el aparte 3 de este módulo se amplía la discusión sobre cómo
surgen las ideas y cómo debemos evaluarlas para analizar si esa idea que tenemos
representa una oportunidad de negocio o de emprendimiento social.
Es importante destacar que si el proceso de crear e implementar nuevas ideas se detiene con
la puesta en marcha de la organización, ésta poco a poco desaparecerá. Para mantenerse y
crecer deberá ofrecer respuestas a los nuevos retos que se le presentan a través del entorno
cambiante en el cual nos movemos. El proceso continua.
Los tres juegan un papel importante. Tanto es así que cuando un emprendimiento no es
exitoso se puede ubicar la razón en debilidades asociadas a por lo menos uno de estos
factores.
Si bien los tres factores son fundamentales, es importante destacar que el emprendedor y su
equipo de trabajo juegan un papel clave, porque son ellos quienes llevan adelante el
emprendimiento y, por lo tanto, de ellos dependerá, en gran medida, que el mismo se
concrete exitosamente. La experiencia señala que cuando un tercero estudia una propuesta
para dar financiamiento a un proyecto, el mayor peso valorativo se lo da al emprendedor y
su equipo, puesto que son sus capacidades, habilidades y experiencia los principales avales
que puede ostentar una propuesta para garantizar la ejecución.
Por esta razón, los tres factores se ordenan como un triángulo invertido, en cuyo vértice
inferior están el emprendedor y su equipo, dando apoyo y equilibrio a los otros dos
elementos del modelo, tal como se muestra en la figura que se presenta en el lado izquierdo
de la pantalla.
Los tres factores señalados son además los vértices fundamentales que deben tomarse en
cuenta a la hora de formular el plan de negocio o plan de emprendimiento social sostenible.
Con un claro entendimiento de la oportunidad, los recursos que se requieren para
aprovecharla y el equipo emprendedor, un plan correctamente formulado y el apoyo del
entorno, se incrementan las probabilidades de éxito de la actividad emprendedora.
Las nuevas empresas crean empleo, generan nuevos negocios con proveedores y clientes, y
resuelven necesidades de la población, al ofrecer productos y servicios adaptados a sus
necesidades. Además, la creación de nuevas empresas hace que existan en el mercado
mayores alternativas para satisfacer esas necesidades, lo cual motiva a las empresas
competidoras a ser cada vez más eficientes y a ofrecer mejores precios o valor agregado,
como servicios postventa, garantías, etc. entre otras opciones que benefician al consumidor.
Si bien un emprendimiento como hemos señalado al principio del módulo está presente en
múltiples actividades que se desarrollan a nivel personal o como miembros de una
organización ya constituida, para objeto de este curso nos centráremos en los
emprendimientos relacionado a la creación de:
Empresas
Organizaciones del tercer sector u organizaciones sociales
La conformación de empresas para el desarrollo de bienes y servicios requeridos por los
consumidores, así como, las organizaciones sociales que apoyan a comunidades o grupos
específicos para la solución de problemas que inciden en su calidad de vida y bienestar,
representan claros beneficios para la sociedad. Las diferencias más resaltantes entre estos
dos tipos de emprendimiento pueden ser resumidas de la siguiente manera:
Empresas:
Organizaciones sociales:
2 El emprendedor
Algunas autores consideran que ser emprendedor es algo innato, que viene en los genes,
como el color de los ojos; otros, que se trata de una condición a la que se llega, que
responde a características que se pueden adquirir. La pregunta: ¿El emprendedor nace o se
hace? ha generado una extensa gama de respuestas.
La experiencia nos señala que todos somos capaces de emprender, y así lo reafirma la
abundante bibliografía, los programas de formación y las múltiples iniciativas existentes
para desarrollar la capacidad emprendedora. Es, sin embargo, importante destacar que la
tarea de emprender no es sencilla y que requiere de una ardua labor y de una constancia
firme para lograr que la idea que se tiene pueda materializarse en una organización exitosa.
Parte de la tarea y del reto del emprendedor es prepararse, es decir, adquirir los
conocimientos y destrezas que se necesitan para llevar adelante las distintas actividades que
exige el proceso de emprender, así como ensamblar un equipo que permita al emprendedor
complementar sus talentos con otros que se requieren para lograr el éxito en la iniciativa
planteada.
Ahora bien, no hay un consenso sobre las características que debe tener una persona para
emprender iniciativas empresariales o sociales; hay, más bien, distintas aproximaciones al
tema, a pesar de lo cual podemos, de todos modos, afirmar que los emprendedores exitosos
comparten, entre otras, las siguientes características:
Existen distintas razones por las cuales una persona lleva adelante una iniciativa de
negocios o de emprendimiento social, pero en la base de todas ellas está, casi siempre, la
satisfacción de objetivos personales. Podemos decir que algunas veces emprendemos
porque estamos desempleados y necesitamos algún tipo de actividad que nos genere
ingresos; en otros casos, porque deseamos ser independientes económicamente, no nos
gusta lo que hacemos o no estamos satisfechos con el trabajo que realizamos. También
puede ser porque deseamos un mayor reto personal o tenemos en nuestro entorno familiares
o amigos que son emprendedores exitosos que nos sirven de modelo y motivación. En
cualquiera de esos casos, el emprendedor busca mejorar los niveles de satisfacción
personal, a la vez que generar bienestar y mejoras en la comunidad donde emprende.
Poner en marcha una organización es una tarea ardua, ambiciosa, que requiere un gran
esfuerzo, como anteriormente hemos señalado. El emprendedor no puede asumir este reto
él solo, por muy motivado que esté. Necesita del apoyo de un equipo. Desde que nace la
idea hasta que se materializa en una organización y, luego, cuando se pone en
funcionamiento, hay mucho trabajo por realizar, surgen problemas o dificultades en cada
etapa, todo lo cual pone de relieve la necesidad de un equipo de trabajo bien estructurado.
Un equipo no sólo tiene mayores posibilidades de llevar a cabo la tarea que una sola
persona, sino que, adicionalmente, tiene también mayores posibilidades de acceso a fuentes
de información y de financiamiento. El equipo amplía la red de relaciones y suma
habilidades complementarias, bien empleadas gracias a una adecuada división del trabajo.
En consecuencia, es importante que el equipo que constituyamos tenga: aptitudes
complementarias, una visión compartida, flexibilidad en el enfoque de los problemas, fuerte
motivación y entereza ante las dificultades, además de gran entusiasmo para trabajar en la
idea. Entre todos se tratará de convencer a clientes y financistas y de atraer voluntarios y
aliados para nuestra iniciativa.
Las ideas de negocio y de emprendimiento social sostenible están en la calle, muchas veces
muy cerca de nosotros. Sólo tenemos que salir a ver, a escuchar nuestro entorno, a pensar y
analizar lo que detectamos. Esta es la diferencia entre un emprendedor y quien no lo es: el
emprendedor está siempre atento a las oportunidades, orienta sus sentidos a lo que ve, a lo
que escucha, desarrollando una sensibilidad ante la identificación de necesidades o
problemas cuya satisfacción envuelve una oportunidad.
Las ideas pueden surgir de muchas fuentes: de lo que hacemos, de lo que nos gusta hacer,
de la observación, de necesidades que identificamos, de nuestra experiencia, de nuestros
sueños.
Para Freire (2005) “Nueve de cada diez ideas nacen porque el emprendedor descubre una
necesidad o una oportunidad, a partir de interactuar con un ramo del mercado”.
Para Bygrade, citado por Freire (2005) “las ideas surgen en un 10% a golpe de inspiración,
en un 90% de la actividad que el emprendedor estaba desarrollando anteriormente”.
Las oportunidades están ahí, muy cerca de nosotros, si estamos alertas y atentos, si sabemos
leer e interpretar las señales que el entorno nos envía. Nuestra actitud debe ser, en
consecuencia, de búsqueda constante. Así pues, el primer ejercicio de quien aspira a ser
emprendedores es comenzar a observar, a examinar, a preguntarse, a mirar, a escuchar con
atención. ¿Cuáles son los problemas o necesidades que observamos en nuestro entorno?
¿Es posible satisfacer esas necesidades y resolver esos problemas a través de una idea
emprendedora? ¡Entonces ya identificamos una oportunidad! Ningún aprendizaje teórico
puede suplir esa curiosidad, esa capacidad para despertar el potencial emprendedor de cada
uno. Es cuestión de práctica.
Este módulo no estaría completo sin que cada uno hiciera el ejercicio de buscar en su
trabajo, en su propia experiencia o en su entorno la semilla de una buena idea que dé lugar
a un productivo emprendimiento. Anímese a hacerlo. Comience a mirar, a escuchar, a
percibir de otra manera, con atención y ánimo emprendedor. Y luego, enumere sus ideas,
organícelas, jerarquícelas y seleccione la más apropiada para iniciar un emprendimiento.
Sin una idea de negocio o de emprendimiento social no hay empresa ni organización social.
Sin embargo, la idea no constituye el punto final del proceso, sino su comienzo, como
señalábamos anteriormente. Para que la idea se pueda concretar en la organización que
soñamos hace falta un largo proceso de desarrollo. Lograr una idea de negocio o de
emprendimiento social implica un proceso de maduración.
Básicamente, la evaluación de una idea consiste en una serie de preguntas que debemos
hacernos, cuyas respuestas nos van permitiendo determinar si esa idea que tenemos
representa una oportunidad de negocio o de emprendimiento social, y si es factible técnica
y económicamente.
Obliga a las personas que están creando una organización a analizar su iniciativa de
manera sistemática, lo que le asegurará un gran impacto
Muestra las debilidades o lagunas existentes y ayuda a subsanarlas de forma eficaz
y estructurada
Asegura la toma de decisiones y así permite adoptar un método bien enfocado
Sirve como herramienta central de comunicación para los diversos participantes en
el proyecto
Permite conocer los recursos con los cuales será preciso contar
Constituye una prueba experimental de lo que será la realidad. Si en la fase de
creación del plan se descubre que existe la posibilidad de "estrellarse", no se habrá
producido ningún daño irreparable
El Plan es una guía, como un mapa, una brújula que nos orienta en forma más adecuada en
el camino a transitar. No debe, por consiguiente, ser considerado como algo fijo, estático,
rígido, sino por el contrario, como algo que puede ir ajustándose, adaptándose, cambiando,
cuando entramos en la realidad del emprendimiento.
5 El entorno emprendedor
5.1 Introducción
Así, por ejemplo, en la fase de incubación de la idea tenemos las Universidades Nacionales,
el IESA, Venezuela Competitiva, la Fundación Ideas, AJE Venezuela.
Estas organizaciones apoyan con distintos programas la formación de las capacidades del
emprendedor, promueven la cultura emprendedora y brindan asesoría para la elaboración de
planes de negocio.
Es importante estar alerta a los indicadores económicos, a las leyes, conocer las políticas
públicas, así como los cambios regulatorios que se producen y que pueden afectar la
actividad que realizamos.
6 Cierre
Emprender una iniciativa empresarial o social envuelve un largo y arduo proceso, cuya
primera fase es la generación de la idea, pero que no se completa sino con el desarrollo de
la misma. Concretar la organización que soñamos será posible sólo en la medida en que el
emprendedor y su equipo tengan la capacidad y la constancia para hacer realidad lo que
originalmente pudo haber sido sólo un sueño. Dicho en otras palabras, al poner en práctica
una idea el resultado dependerá en gran medida de un intenso trabajo del emprendedor y su
equipo. Quizás por ello Drucker, citado por Freire (2005), señala: “Por una idea pago
cinco centavos; por ponerla en práctica ¡pago una fortuna!”. Esta frase resume la
importancia del proceso a seguir, así como la del emprendedor y su equipo en la concreción
de una iniciativa.
BIBLIGRAFIA: