La Resolucion de Problemas en La Educacion Matematica
La Resolucion de Problemas en La Educacion Matematica
La Resolucion de Problemas en La Educacion Matematica
Los Lineamientos curriculares para Matemáticas publicado por el MEN (Colombia) hacen un
énfasis especial en la resolución de problemas como método integral en la enseñanza de esta
disciplina. Textualmente encontramos lo siguiente:
Las aplicaciones y los problemas no se deben reservar para ser considerados solamente después de
que haya ocurrido el aprendizaje, sino que ellas pueden y deben utilizarse como contexto dentro
del cual tiene lugar el aprendizaje. El contexto tiene un papel preponderante en todas las fases del
aprendizaje y la enseñanza de las matemáticas, es decir, no sólo en la fase de aplicación sino en la
fase de exploración y en la de desarrollo, donde los alumnos descubren o reinventan las
matemáticas.
Esta visión exige que se creen situaciones problemáticas en las que los alumnos puedan explorar
problemas, plantear preguntas y reflexionar sobre modelos.
Miguel de Guzmán plantea que “la enseñanza a partir de situaciones problemáticas pone el énfasis
en los procesos de pensamiento, en los procesos de aprendizaje y toma los contenidos
matemáticos, cuyo valor no se debe en absoluto dejar a un lado, como campo de operaciones
privilegiado para la tarea de hacerse con formas de pensamiento eficaces.
Existen varias razones para considerar la importancia de las situaciones problemáticas como
contexto. Este autor menciona las siguientes:
– porque es lo mejor que podemos proporcionar a nuestros jóvenes: capacidad autónoma para
resolver sus propios problemas;
– porque el mundo evoluciona muy rápidamente, los procesos efectivos de adaptación a los
cambios de nuestra ciencia y de nuestra cultura no se hacen obsoletos;
– porque el trabajo se puede hacer atrayente, divertido, satisfactorio, autorrealizador y creativo;
– porque muchos de los hábitos que así se consolidan tienen un valor universal, no limitado
al mundo de las matemáticas;
– porque es aplicable a todas las edades.
Investigadores holandeses del Instituto Freudenthal consideran entre otras las siguientes razones:
- Se puede ver la importancia de distintos tópicos de las matemáticas, como por ejemplo la
proporción y la pendiente de una línea y la manera como contribuyen a que los alumnos entiendan
cómo se emplean las matemáticas en la sociedad y en la vida cotidiana.
-Los alumnos aprenden a usar las matemáticas en la sociedad y a descubrir qué matemáticas son
relevantes para su educación y profesión posteriores. Puesto que es importante que todos los
alumnos aprendan matemáticas como parte de su educación básica, también es importante que
sepan por qué las aprenden. A través del contexto desarrollarán una actitud crítica y flexible ante
el uso de las matemáticas en problemas que deberán afrontar en la vida real.
-Se acerca a los estudiantes a la historia tanto de las matemáticas como de las demás disciplinas e
incrementa su interés por ésta.
-Un buen contexto puede actuar como mediador entre el problema concreto y las matemáticas
abstractas. En el proceso de resolución, el problema se transformar á en un modelo que puede
evolucionar desde un modelo de la situación a un modelo para todos los problemas que se le
asemejan desde el punto de vista matemático.
Sin embargo, estas concepciones, al igual que el término “resolución de problemas” varían
ampliamente. Thompson (1992) señala que existe una visión de la matemática como una disciplina
caracterizada por resultados precisos y procedimientos infalibles cuyos elementos básicos son
las operaciones aritméticas, los procedimientos algebraicos y los términos geométricos y
teoremas; saber matemática es equivalente a ser hábil en desarrollar procedimientos e
identificar los conceptos básicos de la disciplina. La concepción de enseñanza de la matemática
que se desprende de esta visión conduce a una educación que pone el énfasis en la manipulación
de símbolos cuyo significado raramente es comprendido.
Esta visión de la educación matemática está en agudo contraste con la anterior en la cual el
conocimiento y manejo de conceptos y procedimientos es el objetivo último de la instrucción.
A partir de lo anterior, existe un acuerdo general en aceptar la idea de que el objetivo primario de
la educación matemática debería ser que los alumnos aprendan matemática a partir de la
resolución de problemas. Sin embargo, dadas las múltiples interpretaciones del término, este
objetivo difícilmente es claro.
En efecto, el término resolución de problemas ha sido usado con diversos significados, que van
desde trabajar con ejercicios rutinarios hasta hacer matemática profesionalmente.
¿Qué es un “problema?
Según Stanic y Kilpatrick (1988), “los problemas han ocupado un lugar central en el currículo
matemático escolar desde la antigüedad, pero la resolución de problemas, no. Sólo recientemente
los que enseñan matemática han aceptado la idea de que el desarrollo de la habilidad para
resolver problemas merece una atención especial. Junto con este énfasis en la resolución de
problemas, sobrevino la confusión. El término “resolución de problemas” se ha convertido en
un slogan que acompañó diferentes concepciones sobre qué es la educación, qué es la
escuela, qué es la matemática y por qué debemos enseñar matemática en general y
resolución de problemas en particular.”
Desde esta concepción, los problemas son utilizados como vehículos al servicio de otros
objetivos curriculares, jugando cinco roles principales:
Como una justificación para enseñar matemática: al menos algunos problemas relacionados
con experiencias de la vida cotidiana son incluidos en la enseñanza para mostrar el valor
de la matemática.
Para proveer especial motivación a ciertos temas: los problemas son frecuentemente usados
para introducir temas, con el convencimiento implícito o explícito de que favorecerán el
aprendizaje de un determinado contenido.
Como actividad recreativa: muestran que la matemática puede ser “divertida” y que hay
usos entretenidos para los conocimientos matemáticos.
Como medio para desarrollar nuevas habilidades : se cree que, cuidadosamente secuenciados,
los problemas pueden proporcionar a los estudiantes nuevas habilidades y proveer el
contexto para discusiones relacionadas con algún tema.
Como práctica: la mayoría de las tareas matemáticas en la escuela caen en esta categoría.
Se muestra una técnica a los estudiantes y luego se presentan problemas de práctica hasta que se
ha dominado la técnica.
Sin embargo, en cualquiera de estas cinco formas, los problemas son usados como medios para
algunas de las metas señaladas arriba. Esto es, la resolución de problemas no es vista como una
meta en sí misma, sino como facilitador del logro de otros objetivos y tiene una interpretación
mínima: resolver las tareas que han sido propuestas.
Hay un punto de vista particularmente matemático acerca del rol que los problemas juegan en la
vida de aquellos que hacen matemática. Consiste en creer que el trabajo de los matemáticos es
resolver problemas y que la matemática realmente consiste en problemas y soluciones.
El matemático más conocido que sostiene esta idea de la actividad matemática es Polya. Nos
hemos familiarizado con su trabajo a través del libro “How to solve it” (1954), en el cual introduce
el término “heurística” para describir el arte de la resolución de problemas, concepto que
desarrolla luego en “Matemática y razonamiento plausible” (1957) y “Mathematical Discovery”
(1981).
¿Qué es un problema?
“Es una situación, cuantitativa o de otra clase, a la que se enfrenta un individuo o grupo, que
requiere solución, y para lo cual no se vislumbra un medio o camino aparente y obvio que
conduzca a la misma” (Krulik y Rudnik, 1980)
Lo que para algunos es un problema, por falta de conocimientos específicos sobre el dominio de
métodos o algoritmos de solución, para los que si los tienen es un ejercicio.
Hasta el momento, sin embargo, no hay ningún marco explicativo completo sobre cómo se
interrelacionan los variados aspectos del pensamiento matemático. En este contexto, parece
haber un acuerdo general sobre la importancia de estos cinco aspectos (Schoenfeld, 1992):
a) El conocimiento de base
b) Las estrategias de resolución de problemas c) Los aspectos metacognitivos
d) Los aspectos afectivos y el sistema de creencias e) La comunidad de práctica
Primero: Comprender el problema: ¿cuál es la incógnita?, ¿cuáles son los datos?, ¿cuáles son las
condiciones?, ¿es posible satisfacerlas?, ¿son suficientes para determinar la incógnita, o no lo
son?¿Son irrelevantes, o contradictorias?, etc.
Segundo: Diseñar un plan: ¿se conoce un problema relacionado?, ¿se puede replantear el
problema?, ¿se puede convertir en un problema más simple?, ¿se pueden introducir
elementos auxiliares?, etc.
Tercero: Ponerlo en práctica: aplicar el plan, controlar cada paso, comprobar que son
correctos, probar que son correctos, etc.
Cuarto: Examinar la solución: ¿se puede chequear el resultado?, ¿el argumento?, ¿podría haberse
resuelto de otra manera?, ¿se pueden usar el resultado o el método para otros problemas?, etc.
Sin embargo, mientras su nombre es frecuentemente invocado, sus ideas son habitualmente
trivializadas. Poco de lo que se hace en el nombre de Polya, conserva el espíritu de sus ideas. El
status científico de las estrategias heurísticas discutidas por Polya en su libro, ha sido
problemático, a pesar de que la evidencia parece haberse vuelto a su favor en las pasadas
décadas (Schoenfeld, 1992).
En el curso de una actividad intelectual, como por ejemplo, la resolución de problemas, en algún
momento se hace un análisis de la marcha del proceso. Monitorear y controlar el progreso de
estas actividades intelectuales son, desde el punto de vista de la psicología cognitiva,
los componentes de la metacognición.
Las creencias, concebidas como la concepción individual y los sentimientos que modelan las
formas en que el individuo conceptualiza y actúa en relación con la matemática,
comenzaron a ocupar el centro de la escena en la investigación en educación matemática, a
partir de la última década. Sobre esta cuestión, Lampert (1992) señala:
Las creencias pueden ser consideradas la zona oscura o de transición entre los aspectos
cognitivos y afectivos. Thompson (1992), reseñó los estudios que documentan cómo los
docentes difieren ampliamente en sus creencias sobre la naturaleza y el sentido de la matemática,
así como en su visión sobre cuáles son los objetivos más importantes de los programas escolares
de matemática, el rol de los docentes y los estudiantes en las clases de matemática, los materiales
de aprendizaje más apropiados, los procedimientos de evaluación, etc. Estas investigaciones
también han mostrado que existen relaciones entre las creencias y concepciones de los docentes
de matemática por una parte y sus visiones sobre el aprendizaje y la enseñanza de la
matemática y su propia práctica docente, por otra.
Una de las principales diferencias encontradas por Thompson, se relaciona con el rol de la
resolución de problemas en la enseñanza de la matemática. Por otra parte, también observó
discrepancias entre las creencias que profesan los docentes y la práctica de la enseñanza
que realizan, lo que evidencia que las creencias de los docentes no se relacionan de una manera
simple y directa con su comportamiento..
Hacia mediados de los 80, se produce una extensión de la noción de constructivismo desde la
esfera puramente cognitiva, donde fue hecha la mayor parte de la investigación, hacia la
esfera social. Muchas líneas de investigación cognitiva, se orientan entonces hacia la hipótesis de
que desarrollamos hábitos y habilidades de interpretación y construcción de significados, a través
de un proceso más concebido como de socialización que como de instrucción.
En síntesis, se puede afirmar que cada uno de los aspectos analizados hasta aquí que
intervienen en la resolución de problemas, es en sí mismo coherente y dentro de ellos la
investigación ha producido interesantes ideas sobre los mecanismos principales. Pero todavía
se comprende poco acerca de las interacciones entre estos aspectos y menos acerca de
cómo confluyen todos en dar a un individuo su particular sentido de la actividad matemática, su
“punto de vista matemático”.
Schoenfeld (1992) opina que "(...) la clave de esta cuestión está en el estudio de la
inculturación que se produce al entrar a la comunidad matemática. Si se quiere comprender cómo
se desarrolla la perspectiva matemática, se debe encarar la investigación en términos
de las comunidades matemáticas en las cuales los estudiantes y los docentes conviven, y en las
prácticas que se realizan en esas comunidades. El rol de la interacción con los otros
será central en la comprensión del aprendizaje."
Es necesaria también una nueva aproximación a los factores afectivos, que considere a los
alumnos como individuos con un sistema de creencias o visión del mundo particular. Comprender
esa visión del mundo en toda su complejidad es una tarea difícil; las reacciones afectivas
hacia la matemática ocurren dentro de una estructura relacionada con cómo se concibe al mundo
en general. Es necesario conectarse entonces con las diferencias individuales y culturales en sus
respuestas hacia la matemática
Enseñar a partir de la resolución de problemas, tal como lo plantea Polya, se vuelve difícil para
los docentes por tres razones diferentes:
1. Matemáticamente, porque los docentes deben poder percibir las implicaciones de las
diferentes aproximaciones que realizan los alumnos, darse cuenta si pueden ser fructíferas o no, y
qué podrían hacer en lugar de eso.
2. Pedagógicamente, porque el docente debe decidir cuándo intervenir, qué sugerencias
ayudarán a los estudiantes, sin impedir que la resolución siga quedando en sus manos, y realizar
esto para cada alumno o grupo de alumnos de la clase.
Por otra parte, distintos autores señalan que existe una urgente necesidad de proveer a los
docentes con mayor información acerca de “cómo enseñar a través de la resolución de
problemas”, destacándose tres aspectos principales a profundizar en la investigación:
1. El rol del docente en una clase centrada en la resolución de problemas: poca literatura
relacionada con la investigación en la enseñanza a través de la resolución de problemas discute la
especificidad del rol del docente.
2. Lo que realmente ocurre en las clases centradas en la resolución de problemas: no hay una
descripción adecuada de lo que realmente ocurre en estas clases, a pesar de existir largas listas
sobre los comportamientos de los docentes, sobre los comportamientos de los alumnos, sobre
sus interacciones y la clase de atmósfera que existe.
3. La investigación debe centrarse en los grupos y las clases como un todo, y no en los individuos
aislados: gran parte de lo investigado en resolución de problemas matemáticos se ha
centrado en los procesos de pensamiento usados por los individuos mientras resuelven
problemas. Sin embargo, queda pendiente profundizar la investigación centrándose en los
grupos y en los ambientes de clase, indagando los procesos de enseñar y aprender matemática
desde la perspectiva del aprendizaje situado.
¿Cómo se clasifican los problemas? (R. Borasi, 1986)