Manejo Moderno Del Trauma Ocular PDF
Manejo Moderno Del Trauma Ocular PDF
Manejo Moderno Del Trauma Ocular PDF
Trauma
Ocular
Editores:
Dr. Samuel Boyd
Dr .Paul Sternberg, Jr.
Co-Editor:
Dr. Franco Recchia
Consultor en Jefe:
Dr. Benjamin F. Boyd, FACS
Prelim - Español - Vol. 3:Prelim - Español - Vol. 3 3/18/09 1:26 PM Page i
ERRNVPHGLFRVRUJ
Editores:
Samuel Boyd, MD
Paul Sternberg, Jr., MD
Co-Editor:
Franco Recchia, MD
Consultor en Jefe:
Benjamin F. Boyd, MD, FACS
Prelim - Español - Vol. 3:Prelim - Español - Vol. 3 3/23/09 2:19 PM Page ii
PRODUCCION
Directora de Producción: Kayra Mejía
Jefe, Composición Digital: Laura Durán
Director de Arte: Eduardo Chandeck
Ilustraciones Médicas: Stephen Gordon, B.A. (U.S.A.)
Comunicaciones Internacionales: Joyce Ortega
Traducción al Español: Dr. Alejandro Tello H. (Colombia)
MERCADEO
Gerente de Servicio al Cliente: Miroslava Bonilla
Gerente de Ventas: Tomás Martínez
©Derechos de Autor, Edición en Español, 2009 por Jaypee - Highlights Medical Publishers, Inc.
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drá ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación o transmitida en ninguna forma o medio, fotocopias,
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timiento por escrito del productor.
Como este libro llegará a los oftalmólogos de diferentes países con diferente entrenamiento, cultura y an-
tecedentes, los procedimientos y prácticas descritas en este libro deben ser implementadas en cumplimiento de los di-
ferentes estándares que determinen las circunstancias de cada situación específica. Se han realizado grandes esfuer-
zos para confirmar la información presentada y para relacionarla con las prácticas de aceptación general. El autor, el
director y el productor no pueden aceptar la responsabilidad por los errores o exclusiones o por le resultado de la apli-
cación del material aquí presentado. No existe ninguna garantía expresa o implícita de este libro o de la información
por él impartida.
Cualquier reseña o mención de compañías o productos específicos no pretende ser un respaldo por parte
del autor o del productor.
Boyd, Samuel, MD; Sternberg, Jr., Paul, MD; Recchia, Franco, MD.
Manejo Moderno del Trauma Ocular
ISBN: 978-9962-678-03-8
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EDITORES
SAMUEL BOYD L., M.D.
Director de la Sección de Láser y Director Asociado, Departamento de Re-
tina y Vítreo, Centro Oftalmológico Clínica Boyd, Panamá, Rep. de Panamá.
CO-EDITOR
FRANCO RECChIA, M.D.
Profesor Asistente de Oftalmología y Ciencias Visuales; Director del Fellowship
en Enfermedades y Cirugía de Vítreo y Retina, Vanderbilt Eye Institute; Vanderbilt Uni-
versity Medical Center; Nashville, Tennessee (E.U.A.).
CONSULTOR EN JEFE
BENJAMIN F. BOYD, M.D., D.SC. (hON), F.A.C.S.
Doctor honoris Causa
Ex-Presidente, Academia Ophthalmologica Internationalis
Ex-Presidente, Asociación Panamerica de Oftalmología
Miembro honorario Vitalicio, Consejo Mundial de Oftalmología
Designado “Ciudadano Ilustre de la República de Panamá”
Fundador y Editor Senior, HIGHLIGHTS OF OPHTHALMOLOGY. Au -
tor de 30 Volúmenes de Cubierta Dura HIGHLIGHTS OF OPHTHALMOLOGY y
18 millones de copias de la revista bimensual HIGHLIGHTS OF OPHTHALMOLOGY
(Cinco idiomas).
Premiado con la Medalla de Oro Internacional Duke-Elder (Consejo Interna -
cional de Oftalmología); Medalla de Oro Barraquer (Barcelona) “por la influencia
universal de sus obras científicas”; Recipiente del Primer Premio y Medalla de Oro
Benjamín F. Boyd de las Américas “por Contribuciones a la Humanidad”; Medalla de
Oro Leslie Dana (St. Louis Society for the Blind) y Medalla de Oro de la Sociedad
Nacional para Prevención de la Ceguera (Estados Unidos de América); Medallas de
Oro Moacyr Alvaro (Brasil), Jorge Malbrán (Argentina), Medalla de Oro Alvaro Rodri -
guez de la Fundación Oftalmológica de Colombia, Medalla de Oro Favarolo (Italia),
Premio “Usted hace la Diferencia”, Singapur.
Primer Profesor de Oftalmología, Facultad de Medicina de la Universidad de
Panamá. Premiado con la Gran Cruz Vasco Núñez de Balboa, el máximo galardón de la
República de Panamá.
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DEDICATORIA
Esta obra la dedicamos especialmente con nuestros agradecimientos a
todos los Autores Contribuyentes por su valioso apoyo en la preparación de
este Volumen.
Al personal que trabajó con dedicación y colaboración incondicional
en la producción de este volumen.
A mi esposa Maruchi, a mis hijos Canqui y Samuel, y a mi padre, el
Prof. Benjamín F. Boyd, MD, por su constante y firme apoyo.
A todos los oftalmólogos del mundo que han dedicado su tiempo,
energías y recursos a mejorar su conocimiento en las nuevas técnicas quirúrgi-
cas para los traumatismos oculares. Su consagración a la excelencia ha mejo-
rado la calidad de vida de miles de pacientes.
Samuel Boyd, MD
Editor
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PREFACIO
Nuestro conocimiento en cuanto a los traumas de los segmentos anteri-
or y posterior del ojo, así como de las patologías relacionadas con ellos, ha
mejorado significativamente en los últimos años. Sin embargo la información
científica usualmente disponible en cuanto a su diagnóstico y su manejo es
todavía limitada. Por esta razón, hemos invitado a los más prominentes ciru-
janos oftálmicos vinculados al manejo cotidiano del trauma ocular para com-
partir sus conocimientos con usted en este volumen.
Samuel Boyd, MD
Paul Sternberg, Jr., MD
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Autores Contribuyentes
L. G. Alvarez-Rivera, MD Rama D. Jager, MD
Departamento de Retina. Asociación para Departamento de Oftalmología y
Evitar la Ceguera en México Ciencias Visuales, Universidad de Chicago
México Chicago, Illinois
J. E. Coloma Bockos, MD Kazuaki Kadonosono, MD
Instituto Internacional de Orbita y Departamento de Oftalmología,
Oculoplástica Centro Médico de la Universidad
Centro Oftalmológico Moreiras de la Ciudad de Yokohama
Santiago de Compostela, España Japón
Rafael T. Cortez H., MD
Director Médico Daniel Kiernan, MD
Centro de Cirugía Oftálmica (CECOF) Departamento de Oftalmología y
Caracas, Venezuela Ciencias Visuales, Universidad de Chicago
Chicago, Illinois
Mario A. Di Pascuale, MD
Ocular Surface Center and Ocular Surface Ferenc Kuhn, MD., PhD
Research & Education Foundation, American Society of Ocular Trauma,
Miami, Florida Birmingham, Alabama, E.U.A.
Departamento de Oftalmología, Universidad
Antonio Elizondo, MD de Birmingham, Alabama, E.U.A.
Ocular Surface Center and Ocular Surface Departamento de Oftalmología,
Research & Education Foundation, University of Pécs, Hungría.
Miami, Florida
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Autores Contribuyentes
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Contenido
Capítulo 1: Clasificación del Trauma Ocular 1
Dante J. Pieramici, MD
Introducción 1
Terminología en Trauma Ocular 2
Un Sistema para Clasificar las Lesiones Oculares 5
ClasificacióndelTraumaOcularAbierto 7
Caso de Ejemplo 8
ClasificacióndelTraumaOcularCerrado 9
Caso de Ejemplo 9
El Ocular Trauma Score (OTS) 10
Capítulo 2: Evaluación General del Ojo Traumatizado 13
Edgar L. Ready IV, MD., Charles L. Tucker, MD
C. Douglas Witherspoon, MD., Robert E. Morris, MD
Evaluación 13
A.EvaluaciónSistémica 13
B.Historia 14
C.ExamenOcularInicial 15
AgudezaVisual 15
CampimetríaporConfrontación 16
ExamenPupilar 16
PresiónIntraocular 17
Motilidad 17
D.EvaluacióndelSegmentoAnterior 18
E.EvaluacióndelSegmentoPosterior 21
F.Imagenología 22
Ultrasonido 22
RadiografíasSimples 23
TomografíaComputarizada 23
ResonanciaNuclearMagnética 25
G.Electrofisiología 25
H.SituacionesEspeciales 26
PacientesPediátricos 26
PacientesAncianos 26
TraumasPenetrantesOcultos 27
OjosNPL 27
ReferenciadePacientes 28
I.Manejo 28
Terminología 28
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Contenido
PuntuacióndelTraumaOcular 28
Consejería 28
PreparaciónparalaCirugía 30
DocumentaciónFotográfica 31
ReportedelasLesiones 32
Capítulo 3: Manejo de Emergencia de las Lesiones Oculares 35
Ferenc Kuhn, MD., PhD., Robert Morris, MD., Viktória Mester, MD
Introducción y Definición 35
Consejería y Toma de Decisiones 35
Trauma Químico 36
Fisiopatología 36
Diagnóstico 36
Manejo 36
Lavado 36
DesbridamientoyLimpiezaMecánica 37
TerapiaMédicaAdicionaldeCortoPlazo 38
Hemorragia Coroidea Expulsiva 38
Etiología y Fisiopatología 38
Diagnóstico 39
Manejo 39
Cuerpo Extraño Superficial 40
Fisiopatología 40
Diagnóstico 40
Manejo 41
Endoftalmitis 41
Fisiopatología 41
Diagnóstico 41
Manejo 42
Herida Abierta 43
Fisiopatología 43
Diagnóstico 43
Manejo 44
Presión Intraocular Elevada 45
Fisiopatología 45
Diagnóstico 45
Manejo 45
Heuropatía Optica Traumática sin Lesión del Globo 46
Fisiopatología 46
Diagnóstico 46
Manejo 46
Hemorragia Orbitaria 47
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Fisiopatología 47
Diagnóstico 47
Manejo 47
Ojos con Agudeza Visual de no Percepción de Luz 47
Fisiopatología 47
Diagnóstico 48
Manejo 48
Capítulo 4: Manejo de Heridas Córneo-esclerales 49
Fernando Peniche, MD
Heridas Corneales-Abordaje Inicial 52
Heridas Corneales-Abordaje Quirúrgico 53
Capítulo 5: Trauma del Segmento Anterior 57
Denise de Freitas, MD
Hifema 57
Trauma Iridiano 59
Iritis Traumática 62
Recesión Angular 62
Ciclodiálisis 63
Lesión de la Malla Trabecular 64
Trauma Zonular 64
Trauma Cristaliniano 64
Capítulo 6: Subluxación Traumática del Cristalino 67
Rafael T. Cortez H., MD
Evaluación Clínica 67
Consideraciones de Manejo 69
Manejo Médico 69
Manejo Quirúrgico 70
Abordajes Anteriores 70
TécnicasIntracapsulares 70
TécnicasExtracapsulares(Planeada,Facoemulsificación,Nucleofractura) 71
Técnicas del Segmento Posterior: Abordaje Vía Pars Plana 74
Capítulo 7: Compromiso de las Estructuras Vítreo-retinales en
Trauma Ocular 77
Kazuaki Kadonosono, MD., Yoichiro Watanabe, MD
Trauma Ocular Contundente 77
Hemorragia Vítrea 77
Commotio retinae / Edema de Berlin 78
Agujero Macular Traumático 79
Desprendimiento de Retina (con Desgarros Retinianos Gigantes) 80
Ruptura Coroidea 82
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Contenido
xii
Capítulo 01:Capítulo 01 3/18/09 11:00 AM Page 1
ClasificacióndelTrauma
Ocular
1
Por
Dante J. Pieramici, MD
Introducción
La comunicación es fundamental en medicina. Esto es particularmente cierto en
el manejo de los pacientes con trauma, ya que el tiempo es limitado, y a menudo existen
múltiples personas involucradas en la atención. La clasificación de las lesiones permite,
no sólo emplear un lenguaje estándar, sino también establecer el pronóstico. En oftalmo-
logía los sistemas de clasificación de la retinopatía diabética y la retinopatía de la prema-
turidad han facilitado la investigación clínica, y algo aún más importante, se han vuelto
de rutina en la atención de los pacientes, mejorando su diagnóstico y manejo. Hasta ha-
ce poco no existían ni terminología ni clasificación del trauma ocular, y se empleaban una
variedad de términos sin uniformidad y de manera intercambiable. Por ejemplo una le-
sión por arma de fuego que causara un trauma ocular con herida de entrada y de salida
podría llamarse una herida ocular abierta, herida perforante, herida penetrante, herida
perforante doble, o estallido ocular. El uso inconsistente del lenguaje es evidente en la li-
teratura oftálmica anterior a los últimos años de la década de 1.990, haciendo difícil co -
nocer la naturaleza precisa de muchas de las lesiones acerca de las que se escribe. Esto
significa un problema particularmente en la literatura sobre trauma ocular, ya que la ma-
yoría de los trabajos son revisiones retrospectivas, donde la descripción del grupo de es -
tudio es particularmente importante.
Existen varias razones para explicar la falta de estandarización de la nomencla-
tura en trauma ocular. Las lesiones oculares han sido consideradas tradicionalmente co-
mo una colección variada de incidencias individuales, cada una demasiado diferente de
la otra para ser agrupadas o clasificadas. La confección de modelos de trauma ocular rea-
lizada por Ryan y Cleary, estableció que los ojos severamente traumatizados siguen una
serie predecible de eventos y aunque un traumatismo ocular abierto puede ser el
1
Capítulo 01:Capítulo 01 3/18/09 11:00 AM Page 2
causado por una puntilla, y otro por un perdigón, ambos darán inicio a una respuesta de
cicatrización reproducible. 1,2 En segunda instancia, hay pocos especialistas en trauma
ocular y aún menos ensayos clínicos con respecto al manejo del trauma ocular, que son
las fuerzas que impulsan la estandarización.
Más recientemente, un número de oftalmólogos e investigadores alrededor del
mundo han empezado a organizar sus experiencias colectivas en el manejo de los trau-
mas oculares severos con la esperanza de elevar el estudio de los traumas oculares al ni-
vel de la enfermedad ocular diabética o de la degeneración macular relacionada con la
edad, donde los avances clínicos han sido impulsados y alimentados por los ensayos clí-
nicos multicéntricos de nuevos tratamientos. Para que haya avances en el campo del trau-
ma ocular es obvio que la estandarización de la terminología constituye una necesidad.
En este capítulo examinaremos la clasificación del trauma ocular tal como actualmente
existe.
TERMINOLOGÍAENTRAUMAOCULAR
El primer paso para la estandarización requiere el desarrollo de un lenguaje con-
ciso universalmente aceptado. Es menos importante que llamemos manzana, y no naran-
ja, a la fruta roja con un pedúnculo, que lo importante que es que todos empleemos el
mismo término, sea este el que sea. No discutamos semántica, sino lleguemos a un acuer-
do en los términos.
El Birmingham Eye Trauma Terminology (BETT) ha constituido un importante
avance en la estandarización del vocabulario del trauma ocular.3 Su establecimiento y su
actualmente amplia aceptación internacional, han cimentado las bases sobre las cuales
otros sistemas de clasificación se han construido, y por primera vez, la literatura oftálmi-
ca está escrita en un lenguaje común, eliminando la incertidumbre de los reportes del pa-
sado.
El BETT fue el resultado de un esfuerzo concertado de un número de expertos
en trauma ocular, apoyados en su experiencia colectiva, una revisión de la literatura y una
gran dosis de sentido común para establecer un vocabulario fácil de usar y que no fuese
ambiguo. (Figura 1).
En el BETT el tejido de referencia es siempre el globo completo. Tomemos co -
mo ejemplo una puntilla que cause una herida corneal de espesor completo. No nos re -
ferimos a este caso como una herida perforante de la córnea, sino como una herida pene -
trante al globo, comprometiendo la córnea.
El BETT cubre sólo la terminología de los traumas mecánicos, que involucra que
un objeto romo o cortante golpea al ojo y realiza una transferencia de energía que está en
relación con su masa, velocidad y características físicas (por ej: capacidad de corte). Los
traumas no mecánicos, los cuales no se incluyeron dentro del BETT, pueden ser de natu -
raleza térmica, química o eléctrica.
2
Capítulo 01:Capítulo 01 3/18/09 11:00 AM Page 3
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Capítulo 01:Capítulo 01 3/18/09 11:00 AM Page 4
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Capítulo 01:Capítulo 01 3/18/09 11:00 AM Page 5
UnSistemaparaClasificarlasLesionesOculares
Con el desarrollo de una terminología estándar fue posible dar el siguiente paso
sugiriendo un sistema para clasificar las lesiones.
Por qué necesitamos una clasificación? Existen varias razones, pero la más im-
portante es que facilita y mejora la atención a los pacientes. Buenos ejemplos de siste-
mas de clasificación incluyen los de la retinopatía de la prematuridad y de la retinopatía
diabética 4,5. Estos sistemas incluyen algunas características clave, que los hacen notables.
Primero, son simples y fáciles de recordar. Un sistema complicado se olvida rápidamen-
te. En segundo lugar, suministran información clínicamente relevante. El saber que un ni-
ño tiene estadio 1, en zona III, sin enfermedad "plus", proporciona una gran cantidad de
información en pocas palabras. En tercer lugar, tienen significado pronóstico. Un pacien-
te con retinopatía diabética proliferativa de alto riesgo tiene un 50% de probabilidades de
presentar una pérdida visual severa (visión < 5/200), sin tratamiento, en 5 años. Cuando
un sistema logra estos objetivos se convierte en el "estándar" y esto es seguido por su
aceptación universal.
A mediados de la década de 1.990 un grupo de oftalmólogos interesados en el
manejo del trauma ocular se reunieron en Atlanta (E.U.A.) para acordar el desarrollo de
un sistema de clasificación de las lesiones oculares 6. Los objetivos eran el establecimien-
to de un sistema con utilidad clínica e investigativa similar al de la ROP, la vítreo-retino-
patía proliferativa y la retinopatía diabética. Existía la necesidad de estandarizar la termi-
nología y elevar el manejo del trauma ocular al nivel de otros traumas, tales como el trau-
ma cráneo-encefálico cerrado. El grupo también notó que para lograr avances en el cam-
po de la traumatología ocular sería necesario organizar ensayos clínicos de las estrategias
de tratamiento, y la estandarización constituía una necesidad. El grupo revisó la literatu-
ra disponible y recurrieron a su experiencia personal para desarrollar un esquema de cla-
sificación. Se consideraron muchas características con valor pronóstico potencial, y se
escogieron las consideradas más importantes (algunas confirmadas por análisis multiva-
riado) y no-redundantes (Tablas 1 y 2). Además, las características específicas eran fáci-
les de identificar en el momento del examen inicial o, en caso de un trauma ocular abier -
to, en el momento del cierre primario de la herida. El sistema fue diseñado de manera
que no se incluyeran exámenes avanzados, tales como ERG o PVE, y en lugar de ello sí
se contemplaran los exámenes usualmente disponibles. A diferencia del "puntaje del
trauma", las características escogidas en este sistema suministra de forma amplia infor-
mación crítica acerca del estado inicial del ojo lesionado, facilitando la comunicación en-
tre quienes estén prestando la atención médica.
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Capítulo 01:Capítulo 01 3/18/09 11:00 AM Page 6
TABLA 1
TABLA 2
6
Capítulo 01:Capítulo 01 3/18/09 11:00 AM Page 7
7
Capítulo 01:Capítulo 01 3/18/09 11:00 AM Page 8
CasodeEjemplo
Un alpinista de 60 años cayó 50
pies en una grieta, sufriendo trauma facial y
ocular severos. Al momento de la consulta
presentaba visión de PL y se detectó un de-
fecto pupilar aferente. La presencia de una Figura 3: Clasificación de esta lesión: Tipo:
severa quemosis hemorrágica, hifema y he - A. Ruptura. El trauma contundente llevó a
morragia vítrea limitaban la visualización. una ruptura del globo bajo el músculo recto.
No había una herida evidente, pero la PIO Grado: D. La visión era PL. Defecto Pupilar
era de 2 mm Hg. La TAC reveló fracturas Aferente: Positivo. Detectado empleando el
periorbitarias, desprendimientos coroideos método inverso. ZonaIII: Herida ubicada en
moderadamente hemorrágicos y una dis- la esclera bajo el músculo recto.
continuidad de la pared lateral del globo
(Figura 3).
Durante el momento del cierre pri-
mario se evidenció un gran defecto de espesor total bajo el músculo recto lateral, con ex-
trusión de vítreo hemorrágico.
Usando este sistema, una lesión compleja se describe con cuatro características
que proporcionan un cuadro clínico diciente y predicen un pronóstico visual muy malo.
Empleando este sistema se realizó un análisis retrospectivo del trauma con lesión
abierta del globo para evaluar la utilidad y la significancia en cuanto a pronóstico de las
características específicas evaluadas 9. Se encontró que cada parámetro (Grado, Tipo,
Defecto Pupilar y Zona) tenía valor significativo como predictor del resultado visual La
mala visión al momento de la consulta (Grado) y la presencia de un defecto pupilar afe-
rente fueron los factores con más influencia en el pronóstico de un mal resultado visual.
8
Capítulo 01:Capítulo 01 3/18/09 11:00 AM Page 9
Desarrollar un sistema de clasificación para el trauma ocular cerrado fue más di-
fícil, ya que las lesiones son más variadas y la literatura menos completa en cuanto a los
factores pronósticos con este tipo de lesiones. Se consideró que algunos de los factores
empleados en el sistema del trauma ocular abierto (tales como la visión en momento de
la consulta y la presencia de defecto pupilar aferente) eran también relevantes en el con-
texto del trauma ocular cerrado 10,11. Los parámetros de tipo y localización de la lesión re-
quieren algunos ajustes, para ser aplicados al trauma cerrado (Tabla 2). Ya que en mu-
chos casos no existe una herida, la Zona depende de los tejidos comprometidos. La Zo-
na I incluye compromiso de las capas externas de la pa-
red ocular (córnea, conjuntiva y/o esclera); la Zona II, es-
tructuras del segmento anterior, incluyendo el cristalino
y sus estructuras asociadas (cápsula, pars plicata, zónu-
las). La Zona III incluye todas las demás estructuras (ví-
treo, coroides, retina, nervio óptico).
CasodeEjemplo
Un paciente de 75 años sufre un accidente auto-
movilístico, donde se despliega una bolsa de aire del ve-
hículo. La agudeza visual al momento de la consulta es
de 20/400, y no se detecta un defecto pupilar aferente. Se
encuentran equimosis y abrasiones perioculares,
hemorragia subconjuntival, abrasiones corneales, Figura 4: Clasificacióndeestalesión:
hifema en capas y leve nucleoesclerosis del cris - Tipo:D.Mixto. El trauma contundente
talino. Al fondo de ojo se aprecia hemorragia ví- por la bolsa de aire originó casi todas
trea moderada (Figura 4). las lesiones, tales como el hifema y la
hemorragia vítrea. La acción abrasiva
de la bolsa causó la abrasión, lesión
que es una laceración lamelar. Grado:
C. La visión era 20/400. Defecto
Pupilar Aferente: Negativo. Zona III:
Compromete el segmento posterior,
con hemorragia vítrea. Ninguna de las
clasificaciones toma en cuenta las
lesiones perioculares.
9
Capítulo 01:Capítulo 01 3/18/09 11:00 AM Page 10
ElOcular TABLA 3
Calculando el Ocular Trauma Score
TraumaScore
(OTS) Paso 1: Identificación de las Variables Relevantes y
Determinación de los Puntos Brutos
Los sistemas
previos se diseñaron VARIABLE PUNTOS BRUTOS
para tener una herra-
Visión Inicial
mienta para el pronós - NPL 60
tico, y proporcionar in- PL/MM 70
formación acerca de la 1/200-19/200 80
20/200-20/50 90
naturaleza específica > 20/40 100
de la lesión. Una des-
ventaja es que sólo in- Ruptura -23
Endoftalmitis -17
cluyen cuatro paráme- Lesión Perforante -14
tros, posiblemente li- Desprendimiento de Retina -11
Defecto Pupilar Aferente -10
mitando su valor pre -
dictivo. Además no se Paso 2: Calcule la Suma Total de los Puntos Brutos Relevantes
asigna una representa-
ción numérica a la se- Paso 3: Convierta los Puntos Brutos en porcentaje de
veridad de la lesión, lo posibilidad de resultado visual
cual simplificaría las Suma de los OTS NPL PL/MM 1/200- 20/200- >20/40
Puntos Brutos 19/200 20/50
comparaciones objeti- 0-44 1 74% 15% 7% 3% 1%
vas. 45-65 2 27% 26% 18% 15% 15%
Una alternati- 66-80 3 2% 11% 15% 31% 41%
81-91 4 1% 2% 3% 22% 73%
va es un sistema de 92-100 5 0% 1% 1% 5% 94%
puntaje, en el cual se
consideran varios fac -
Modificado de Kuhn et. al. Ocular Trauma Principles and Practice
tores con un valor nu -
mérico asignado, para
reflejar la severidad de la lesión y pronosticar el resultado visual. El OTS es uno de esos
sistemas, desarrollado por el Unites States Eye Injury Registry (USEIR), usando la base
de datos del USEIR y del HEIR (Hungarian Eye Trauma Registry) 12. El sistema se dise-
ñó para ser aplicado en trauma ocular abierto, e incluye las variables indicadas en la Ta-
bla 3 12. La determinación de un pronóstico numérico requiere tres pasos. Primero se iden -
tifican las variables presentes en la lesión y los puntos brutos. En el paso dos, estos pun-
tos se suman, y en el paso final se identifica este valor en la Tabla y se relaciona con un
pronóstico de resultado visual.
10
Capítulo 01:Capítulo 01 3/18/09 11:00 AM Page 11
El empleo del OTS debe facilitar la investigación clínica, pero lo que es aún más
importante, suministra al médico y al paciente información crítica acerca de las expecta-
tivas visuales luego del trauma.
Conclusiones
En los últimos diez años el desarrollo del BETT, y de sistemas de clasificación
del trauma ocular han estandarizado nuestro abordaje al ojo lesionado. Está implemen-
tándose la aplicación universal de estas herramientas en la práctica clínica. Se requieren
esfuerzos permanentes para diseminar estos avances en la comunidad médica.
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10. Kearns P. Traumatic hyphema: a retrospective study of 314 cases. Br J Ophthalmol 1991; 75: 137-141.
11. Joseph E, Zak R, Smith S, Best WR et al. Predictors of blinding or serious eye injury in blunt trauma.
J Trauma 1992; 33: 19-24.
11
Capítulo 01:Capítulo 01 3/18/09 11:00 AM Page 12
12. Kuhn F, Maisiak R, Mann L, Morris R, Witherspoon D. The OTS: Predicting the Final Vision in the
Injured Eye. In Eds. Kuhn F, Pieramici DJ. Ocular Trauma: Principles and Practice. New York, New
York 2001:Thieme.
________________________
DanteJ.Pieramici,MD
California Retina Consultants
Santa Barbara, California (E.U.A.)
12
Capítulo 02:Capítulo 02 3/18/09 1:45 PM Page 13
EvaluaciónGeneraldelOjo
Traumatizado
2
Por
Evaluación
A. Evaluación Sistémica
13
Capítulo 02:Capítulo 02 3/18/09 1:45 PM Page 14
B. Historia
La historia de los eventos que rodean el trauma ocular usualmente guiará
al examinador en cuanto a la posible extensión de la lesión e indicarán la posibili-
dad de lesiones sistémicas. Los traumas que involucran alta velocidad o grandes
fuerzas, tales como los accidentes automovilísticos, las caídas de grandes alturas,
y las agresiones físicas significativas, a menudo se acompañan de lesiones extrao-
culares asociadas que exigen atención inmediata. Otras circunstancias que involu-
cren exposición a químicos, trauma contundente focal o heridas penetrantes, tienen
menos posibilidades de presentar hallazgos sistémicos. Los pacientes que no pue-
den comunicarse debido a la edad, alteración de la conciencia, o barreras idiomá-
ticas, pueden requerir una evaluación sistémica más completa antes de enfocarse
en la lesión ocular.
Luego de la búsqueda inicial de lesiones que amenacen la vida, se obtiene
una historia más completa. Debe registrarse la principal queja del paciente, si es
posible en sus propias palabras. Deben indagarse los detalles de los eventos que
precedieron y llevaron a la lesión, realizarse una descripción completa del meca-
nismo del trauma, determinarse la presencia o ausencia de gafas de protección, y
obtenerse información acerca de cualquier tratamiento o evaluación que ya se ha-
ya realizado. Deben determinarse las condiciones médicas actuales y previas, los
medicamentos tomados, las alergias, los antecedentes de procedimientos quirúrgi-
cos, los antecedentes oculares y la historia familiar pertinente. Deben indagarse las
complicaciones relacionadas con actos anestésicos previos, y el momento y conte-
nido de la última ingestión de alimentos, particularmente para el planeamiento qui-
rúrgico. También debe determinarse el estado de inmunidad del paciente frente al
tetanos.
Las circunstancias en las cuales ocurrió la lesión y los detalles acerca de
ella, pueden ayudar a establecer el diagnóstico y dar claves para determinar el pro-
nóstico. El uso de cinturones de seguridad y gafas de protección, o la presencia de
bolsas de aire pueden indicar un trauma menos severo, mientras que las lesiones de
pasajeros no protegidos pueden ser más severas. En el trauma contundente puede
haber presencia de una ruptura del globo, con un peor pronóstico que las lesiones
penetrantes por objetos cortantes. Es importante determinar el sitio en donde ocu-
rrió la lesión, ya que las sucedidas en áreas rurales tienen un riesgo de infección
mucho más alto (Figura 1). El tiempo transcurrido puede afectar el manejo, ya que
las heridas abiertas recientes requieren un manejo rápido, mientras que las heridas
antiguas y estables pueden manejarse más conservadoramente. El resultado funcio-
nal de los pacientes con cuerpos extraños intraoculares puede depender de la com-
posición del cuerpo extraño. Las lesiones químicas pueden variar en severidad de-
pendiendo del pH de la sustancia. Los pacientes con exposición a soluciones
ácidas, aunque también requieren un rápido lavado de la superficie ocular,
14
Capítulo 02:Capítulo 02 3/18/09 1:45 PM Page 15
Examen Pupilar
16
Capítulo 02:Capítulo 02 3/18/09 1:45 PM Page 17
A B
Figura 5: Prolapso uveal a través de una herida limbar (A) y herida corneoescleral con una
herida de espesor total del párpado, asociada [fotografías en lámpara de hendidura] (B).
20
Capítulo 02:Capítulo 02 3/18/09 1:45 PM Page 21
21
Capítulo 02:Capítulo 02 3/18/09 1:45 PM Page 22
F. Imagenología
Ultrasonido
A B
Radiografías Simples
Tomografía Computarizada
A B
(Figura 15 A, B). Sin embargo las estructuras intraoculares están menos definidas
que con el ultrasonido. La técnica no requiere contacto con la superficie ocular y
por tanto puede emplearse en pacientes con heridas abiertas. Los hallazgos en la
TAC que indican la presencia de una herida abierta incluyen la presencia de aire o
cuerpo extraño intraocular, deformidad del globo, y la presencia de hemorragia in-
traocular (Figuras 16 y 17). Los artefactos en la TAC pueden minimizarse utilizan-
do una técnica adecuada, si el radiólogo es advertido de la posible presencia de un
cuerpo extraño cerca de la pared posterior del globo, incrementando la precisión
de la localización intraocular vs. extraocular. La TAC es menos costosa que la
RNM y, a diferencia de esta, puede ser empleada con seguridad para obtener imá-
24
Capítulo 02:Capítulo 02 3/18/09 1:45 PM Page 25
G. Electrofisiología
25
Capítulo 02:Capítulo 02 3/18/09 1:45 PM Page 26
H. Situaciones Especiales
Pacientes Pediátricos
Pacientes Ancianos
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Ojos NPL
27
Capítulo 02:Capítulo 02 3/18/09 1:45 PM Page 28
Referencia de Pacientes
I. Manejo
Terminología
Consejería
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Capítulo 02:Capítulo 02 3/18/09 1:45 PM Page 29
29
Capítulo 02:Capítulo 02 3/18/09 1:45 PM Page 30
A= Visión inicial
NPL 60
PL/MM 70
1/200 - 19/200 80
20/200 - 20/50 90
≥20/40 100
B= Ruptura -23
C= Endoftalmitis -17
D= Lesión perforante -14
E= Desprendimiento de retina -11
F= Defecto pupilar aferente -10
Paso 3: Conversión de los puntos brutos en puntuación OTS y cálculo del pronóstico de visión final
Referencia: Ocular Trauma Principles and Practices (Eds: Kuhn F., Pieramici D. Thieme: New York 2002) pg. 11.
Si bien los pacientes con lesiones severas a menudo tienen resultados pobres y no
se les deben generar falsas expectativas, se les debe informar que con las técnicas moder-
nas de reconstrucción ocular se puede restaurar algo de la función visual y que con fre-
cuencia se puede mantener el ojo en una forma cosméticamente aceptable, lo cual tam-
bién tiene valor significativo. El punto de la rara ocurrencia de la oftalmía simpática debe
mencionarse.
Preparación para la Cirugía
La intervención quirúrgica está indicada en casos de una herida abierta o sospe-
cha de ella, o cuando los resultados de los exámenes de imagenología son contradictorios.
El examen bajo anestesia, con exploración o intervención quirúrgica adicional si está in-
dicada, es necesario cuando el paciente no colabora o en niños. Cuando se tome la deci-
sión de intervenir se debe obtener un consentimiento informado, se debe notificar al per-
sonal y realizarse el procedimiento lo más pronto posible. Se prefiere la anestesia general
en casos de heridas abiertas, para disminuir el riesgo de elevación de la presión intraorbi-
taria/intraocular por maniobras de Valsalva o por el volumen de las inyecciones de
anestesia locales. Se deben evitar los relajantes musculares despolarizantes, ya que
pueden llevar a contracción de los músculos extraoculares y extrusión del contenido
intraocular.
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Capítulo 02:Capítulo 02 3/18/09 1:45 PM Page 31
Referencia: Vitreoretinal Surgery of the Injured Eye (Eds. Alfaro V., Liggett P.; Lippincott-Raven,
Philadelphia, 1999) pg.27.
Documentación Fotográfica
La documentación fotográfica es superior a los dibujos. La fotografía seriada es
una excelente herramienta para documentar el curso clínico de la lesión, además pueden
servir como evidencia clave en situaciones legales y tienen gran valor educativo
e investigativo.
31
Capítulo 02:Capítulo 02 3/18/09 1:45 PM Page 32
Tabla 4-A: Formulario de Reporte Inicial del World Eye Injury Registry (WEIR)
www.weironline.org
32
Capítulo 02:Capítulo 02 3/18/09 1:45 PM Page 33
utilizados. La participación mundial en programas como la base de datos del World Eye
Injury Registry (weironline.org) (Tabla 4) apoyado por la International Society of Ocular
Trauma, incrementará el conocimiento sobre el impacto social del trauma ocular y me-
jorará el desarrollo de técnicas efectivas para su prevención y manejo.
33
Capítulo 02:Capítulo 02 3/18/09 1:45 PM Page 34
Conclusión
La evaluación inicial del trauma ocular, la toma de decisiones en cuanto a su
manejo y la consejería del paciente y la familia son tareas que requieren habilidades, ex-
periencia y conocimiento significativos. La atención a los detalles, el empleo de termi-
nología estandarizada, la documentación cuidadosa y el planeamiento apropiado duran-
te la evaluación general inicial ayudarán a obtener el mejor resultado posible.
LecturasSugeridas
• Kuhn F, Pieramici D: Trauma- Principles and Practice. New York: Thieme, 2002.
• Alfaro V, Ligget P: Vitreoretinal Surgery of the Injured Eye. Philadelphia: Lippincott-Raven, 1999.
• Kuhn F, Morris R, Witherspoon CD, Heimann K, Jeffers J, Treister G: A new system of ocular trauma
terminology. Ophthalmology, 1996 and Graefés Arch. of Clinical and Experimental Opthalmology, 1996.
• Pieramici DJ, Sternberg Jr. P, Aaberg Sr. TM, Bridges Jr. WZ, Capone Jr. A, Cardillo JA, DeJuan Jr.
E, Kuhn F, Meredith TA, Mieler WF, Olsen TW, Stout T: A system for classifying mechanical injuries
of the eye (globe); American Journal of Ophthalmology, 1997.
• R. Morris, F. Kuhn, and C.D. Witherspoon. “Management of the recently injured eye with no light
perception vision” Vitrectomy in the management of the injured globe. (Eds.: Alfaro, V.; Liggett,
P.; Lippincott Raven, Philadelphia, 1998) pags. 113-125.
• Ryan, SJ: Retina, 3rd Edition: Mosby 2001.
• Byrne SF, Green RL: Ultrasound of the Eye and Orbit, 2nd Edition: Mosby 2002.
• 2001 Focal Points Module: Ocular Anesthesia.
• 2001 Focal Points Module: Open Globe Injuries.
• 2004 Focal Points Module: Orbital Imaging.
• 2004 Focal Points Module: Sympathetic Ophthalmia.
Charles L. Tucker, MD
Callahan Eye Foundation Hospital en la
University of Alabama en Birmingham (E.U.A.)
C. Douglas Witherspoon, MD
Departamento de Oftalmología
Callahan Eye Foundation Hospital,
Universidad de Alabama en Birmingham. (E.U.A.)
Robert E. Morris, MD
Cofundador de la Retina Research Foundation of Alabama
The Eye Injury Registry of Alabama y el United States Eye Injury Registry.
Retina Specialists of Alabama
Birmingham, Alabama (E.U.A.)
34
Capitulo 03:Capitulo 03 3/18/09 11:15 AM Page 35
ManejodeEmergenciadelas
LesionesOculares
3
Por
IntroducciónyDefinición
Aunquepareceunatareafácildefinirloqueesunaemergenciaenrelacióncon
unalesiónocular,enrealidadnoessencillodefinirsielcierredeunaheridatraumática
ouncuerpoextrañosuperficialconstituyenunaemergencia.Nosotrosdefinimosemer-
genciacomounacondiciónquerequierelaintervenciónatiempo,paraprevenireldaño
continuooadicionaloresolvereldolor,ycuándounretrasoenlaintervenciónpodríalle-
varaconsecuenciasseveraseinclusoirreversibles,oadolorcontinuoextremo.Porotra
parte,paraciertascondicionescomunestalescomoundesprendimientoderetinaagudo,
quetambiénpuedellevaraunapérdidavisualpermanenteamenosquesehagatrata-
mientoatiempo,referimosallectoraotrasfuentes.
ElcontenidodeestecapÍtuloincluirá:lesionesquímicas;hemorragiacoroidea
expulsiva;cuerpoextrañosuperficial;endoftalmitis;heridaabierta;elevacióndelapre-
siónintraocular;hemorragiaorbitariayojoconvisióndenopercepcióndeluz.Elorden
depresentacióndeestascondicionesestádeterminadoprincipalmenteporlaurgenciade
laintervención,noporlaseveridaddelacondición.
CONSEJERÍAYTOMADEDECISIONES
Encasitodosloscasosexistemásdeunaopcióndemanejo;silacondiciónlo
permite,elcirujanodebecomentarconelpacientetodaslasopcionesdisponibles,sus
ventajasydesventajas.Esmejordeterminarlaopciónterapéuticajuntoconelpaciente,
teniéndolocomounsocioenelprocesodetomadedecisiones.Estoayudaalpacientea
entenderyaceptarlasdificultades,losinconvenientes,lanecesidaddecooperaciónyel
pronóstico,yreducelaposibilidaddeaccioneslegalescontraeloftalmólogo.
35
Capitulo 03:Capitulo 03 3/18/09 11:15 AM Page 36
TRAUMAQUÍMICO
Estaesunasituaciónenlacualeloftalmólogo(ocualquierotrapersona)debe
primeroactuaryluegopreguntar.Cualquierdemoraimplicariesgodedañoirreversible
nosólodelasuperficieocularsinodelaintegridaddelglobo.
Fisiopatología
Losdostiposbásicosdetraumasquímicossonloscausadospor álcalis ypor
ácidos.Losprimerossongeneralmentemásseverosdebidoaque,adiferenciadelosáci-
dos,losálcalisnollevanacoagulacióndelasproteínas,yporellopenetranmásprofun-
damente.Losálcalissoncomúnmenteempleadosensolucionesdelimpiezaenelhogar
yenconstrucción;lasbateríasdelosvehículoscontienenácidosulfúrico.
•Losálcalismáscomunesson:Amoniaco(NH);cal(Ca[OH2]);lejía(NaOH);
hidróxidodemagnesio(Mg[OH2]);hidróxidodepotasio(KOH).
•Losácidosmáscomunesson:Acético(CH3COOH);crómico(Cr2O3);hidro-
clórico(HCl);hidrofluórico(HF);sulfúrico(H2SO4);sulfuroso(H2SO3).
•Otrosagenteslesivosincluyendetergentes,irritantesysolventes.
Losquímicoscausanmuertecelular,porlotantoesfundamentalminimizarel
tiempoyeláreadecontacto.Lacórneaseopacificadebidoaquelosqueratocitosmue-
renylasfibrillasdecolágenosehidratan(Figuras1a3).Lapenetraciónintraocularpue-
deserextremadamenterápida,llevandoacataratayglaucoma,yenalgunoscasosapti-
sisbulbi.
Diagnóstico
Elreconocimientomuyraravezconstituyeunproblema,yaqueengeneralla
historiadelpacienteesclara.Sielpacienteestáinconciente(porej.luegodeuntrauma
craneanorelacionadoconunaexplosión),puederequerirseuninterrogatorioafamiliares
otestigos.
Manejo
Comosemencionóanteriormente,nohaynecesidadnitiempopararealizarun
interrogatorioacercadelosdetallesdelalesiónotomarlaagudezavisual.Estopuedees-
perarhastaqueseconcluyalaterapiainicial.
Lavado
Esteeselfactormásimportanteenladeterminacióndelresultadofinal.Espre-
feribleemplearlíquidosneutros(enotraspalabras,noutiliceunasoluciónalcalinapara
neutralizarunagenteácido),perosinoexistedisponibilidaddeaguaosoluciónsalina,
casicualquierlíquidopuedeservir.Dependiendodelvolumen,laconcentraciónyel
tipodeagente,ellavadopuededurarhastamediahora.Elpacientedebeestar
36
Capitulo 03:Capitulo 03 3/18/09 11:15 AM Page 37
Figura 2: Elojocontralateraldel
mismo paciente. Severa opaci-
dad corneal. (Foto cortesía de
Bowes Hamill, M.D.)
recostadoyemplearseunabotelladeinfusión,parapoderlohacercómodamenteporun
periodoprolongado;esmuyútilelempleodeanestesiatópicayunblefaróstato,especial-
menteenpacientesquecolaborenmenos(porej.niños).Debenirrigarselosfondosde
sacoconjuntival:elsuperiordebeevertirse,paralocualpuedesernecesarioemplearun
separadordeDesmarres.
ElusodepapeltornasolparaevaluarelpHdelfondodesacoconjuntivalayuda
adeterminarsisellegóalobjetivodellavado(unpHde7.0),peroelpHdeberevaluar-
seluegodeunosminutos.
serequiereladobleeversióndelpárpadosuperior;elexplicarlealpacientelasrazonesy
losdetallesdelprocedimiento,facilitasucooperación.Elrealizarunbarridodelfondo
de saco superior con un aplicador de algodón humedecido (solución salina, EDTA al
10%)eslaformamássegurayefectivaderealizarlalimpieza,aunquesepueden
emplearunaspinzasounahojadebisturí.
Terapia Médica Adicional de Corto Plazo
•Ciclopléjicosdeduraciónmediaaprolongada(porej.homatropina,escopola-
mina,atropina).Eviteutilizarvasoconstrictorescomolafenilefrina.Dosis:larequerida
paramantenerlapupiladilatada.
•Esteroidestópicosporlosprimeros7días;6a24vecesaldía.
•Antibióticostópicos.
•Citratodesodiotópico(10%)yascorbatosódico(10%)cadahora.
•Tetraciclinastópicas4vecesaldía
•Lágrimasartificialessegúnnecesidad.
•Medicacionesantiglaucomatosas,oralesytópicas,deacuerdoalapresiónin-
traocular.
•Oclusiónconparcheocular:aunquedisminuyelasuplenciadeoxígeno,elpa-
cientegeneralmentesesientemáscómodo.
•Ascorbatodesodio2a4gramosdiarios.
•Tetraciclinaoral250mgcada6horas,odoxiciclina100mgcada12horas.
•Analgésicossegúnnecesidad.
HEMORRAGIACOROIDEAEXPULSIVA
Estetipodehemorragiausualmenteseconsideraasociadaconcirugíaintraocu-
lar, pero probablemente es causada mucho más frecuentemente por un trauma ocular
abierto.Sureconocimientoesmenosprobable,sinembargo,enpresenciadeotraslesio-
nestisularesmásvisibles.
EtiologíayFisiopatología
Lapresióndelavasculaturacoroideaexcedelaatmosféricaen15a18mmHg.
Unasúbitadisminucióndelapresiónexternapredisponeaquelosvasos"filtren";por
otrapartelosvasostambiénpuedendesgarrarsedirectamenteporeltrauma.Enelprimer
caso,usualmentelaefusiónprecedealaextravasacióndesangre.
Amedidaquelasangreseacumulaenelespaciosupracoroideo,originaundes-
prendimientocoroideoprogresivoqueempujaalacoroidesyalaretinahaciaelcentro
(Figura4).Estoasuvezempujaalvítreohacialaherida,llevaaherniadelirisyextru-
sióndelcristalinoodelLIO.Finalmentelaretinapuedetambiénextruirse.Lasangre
tambiénpuedesalirporlaherida,peroestonosignificanecesariamenteunaprotección
38
Capitulo 03:Capitulo 03 3/18/09 11:15 AM Page 39
contralaextrusióndelaretina.Lahemorragiaestí-
picamentearterial,ypuedellevarrápidamenteapér-
didairreversibledeltejidoylafunción.
Diagnóstico
Cuando los tejidos intraoculares se están
prolapsando,esfácilreconocerunahemorragiaex-
pulsiva,aunquenoestéacompañadadeunacantidad
evidentedesangre,peroenestemomentoyalosda-
ñospuedenserirreversibles.Paraundiagnósticotempranosedebeestaratentoalapo-
sibilidaddelahemorragiaexpulsivaencualquierojoconunaheridaabierta;lahemorra-
giapuedeocurririnclusiveduranteeltratamiento.
Signosysíntomas:
•Dolorymolestias.
•Endurecimientodelojo.
•Hemorragiasub-conjuntival.
•Elevacionesoscurasdelacoroidesylaretina,queseanvisiblesatravésdela
pupila.
•Pérdidadelreflejorojo.
•Estrechamientodelacámaraanteriorohemorragiaenlacámaraanterior.
•Dilatacióndelapupila.
•Desplazamientoanteriordelcristalino.
•Prolapsodeiris/coroides/vítreo.
•ExtrusióndelcristalinoodelLIO.
•Hemorragiafrescaprovenientedelinteriordelojo.
•Prolapsoretiniano.
Manejo
Elúnicotratamientoefectivoeselcierreinmediatodelaherida.Aunqueencir-
cunstanciasnormaleslalimpiezadelaheridasiempreprecedealasutura(véaseabajo),
siestáocurriendooexisteamenazadeunahemorragiaintraocularsevera,elcierredela
heridaesprioritario.Yaseaquehayaprolapsotisularono,lasuturainmediataeselúni-
cométodoparalograrqueaumentelapresiónintraocular,llevandoauntamponamiento
delsitiodesangrado.
Eldrenajedelahemorragiasupracoroideaesopcional;elcirujanopuededecidir
diferirelprocedimiento–elcualpuedeinclusivenosernecesario–perosisetoma
39
Capitulo 03:Capitulo 03 3/18/09 11:15 AM Page 40
ladecisiónderealizarla,debetenersepreparadaunainfusióndemaneraquelapresión
intraocularnosedesciendadurantelaintervención.Silacánulanopuedeservisualiza-
daluegodesucolocaciónatravésdelaparsplana,debeusarseinicialmenteunmante-
nedordecámaraanterior.
Laincisiónescleraldebepracticarseenelpuntomásaltodelaelevacióncoroi-
dea,ylasangredebedrenarseatravésdeunaincisiónradial.Espreferiblequeelciruja-
nosinexperienciaentécnicasdelsegmentoposteriornorealiceundrenajeagudo.
Unprocedimientoquirúrgicosecundario,elcualincluyerevisióndelaherida,
conunposibledrenajeyreconstrucciónocular,usualmentesepracticade5a12díasdes-
pués,luegodeunaterapiaintensaconesteroides.
CUERPOEXTRAÑOSUPERFICIAL
Loscuerposextrañosocularesimpactadosenlaconjuntivaolacórneanorepre-
sentanunpeligroserioparalavisiónolaintegridaddelglobo,peropuedenllevarado-
lorsevero.Lossoldadores(oquienesesténobservando),sinousanunaadecuadaprotec-
ción,puedenexperimentarelmismotipodedolorunaspocashorasdespuésdelaexpo-
sición.
Fisiopatología
Elriesgocomúnenestascircunstanciaseseldañoolapérdidaepitelial.Lacór-
neaeseltejidomássensibledelcuerpo:tieneterminacionesnerviosasdesnudasqueca-
silleganalasuperficie;lapérdidadelacoberturaepiteliallasexpone.Loscuerposex-
trañosenlaconjuntivatarsalsuperiorcausanmuchodolorporqueoriginanunaabrasión
epitelialconelparpadeo.
Diagnóstico
Lossignosysíntomassonfácilmentereconocibles:
•Dolor,"sensacióndecuerpoextraño".
•Lagrimeo.
•Congestiónconjuntival.
•Fotofobia.
Algunoscuerposextrañospuedenserfácilmentevisualizadosasimplevista–
unalinternapuedeserútil-,perootrosrequierenelexamenconlámparadehendidura.
Loscuerposextrañosdevidriosonespecialmentedifícilesdedetectar.Puedensernece-
sariaslastécnicasdeiluminacióndirecta,retroiluminaciónydispersiónescleral.Lastiri-
llasestérilesdefluoresceínasonútilesparaevidenciarlapérdidaepitelialypararealizar
lapruebadeSeidel.
40
Capitulo 03:Capitulo 03 3/18/09 11:15 AM Page 41
Manejo
Loscuerposextrañosdelaconjuntivabulbarpuedenserusualmenteretiradosfá-
cilmenteconunaplicadordealgodón,sinnecesidaddeanestesiatópica.Paralosubica-
dosenlaconjuntivatarsaloelfondodesacosuperior,debepracticarseunadobleever-
sióndelpárpadosuperior,idealmenteconunretractordeDesmarres.
Loscuerposextrañoscornealesusualmentepuedenserremovidosconunapli-
cadordealgodón,usandoanestesiatópica.Concuerposextrañosmásprofundos,sede-
betenermuchocuidadodenoempujarlohacialacámaraanterior;enniñospuedereque-
rirseanestesiageneralsuperficialyelmicroscopiooperatorio.Eloftalmólogodeberecor-
darquelaspartículasdevidriosondifícilesdevisualizarsinunaluzdehendidura.
ENDOFTALMITIS
Enel5al10%delaslesionesocularesabiertas,unainflamaciónpurulentaacom-
pañaaltrauma.Esmáscomúnencasosdecuerpoextrañointraocularyextremadamen-
teraraconlesionesperforantesyrupturasoculares.
Fisiopatología
Laacumulacióndematerialpurulentoenelinteriordelojoclasificalacondición
comounabsceso.Ademásdevariasenzimaspeligrosas,lasbacteriasproducenexoyen-
dotoxinas,todaslascualespuedendestruirrápidamentelaretina.Larespuestainmune/in-
flamatoriadelorganismo,aunqueútilparaatacaralabacteria,puedeincrementarelda-
ño.Yaquelospacientesusualmenteestánhospitalizadosyacostados,elmaterialpuru-
lentotiendeaacumularseenlamácula,llevandoaedema,cicatrización,etc.Lanecrosis
retinianaesmuycomúnypuedellevaradesprendimientoderetina.
El Staphylococcus epidermidis es menos frecuentemente encontrado (24%),
mientrasquelasespeciesdeBacillus(22%),lasespeciesdeStreptococcus(21%)ylos
hongos(8%)sonmásfrecuentementeencontradosqueentrelosojosconendoftalmitis
postoperatoria.
Laendoftalmitispost-traumáticadebesertratadacomounaemergenciayaque
puedeprogresarmuyrápidamente.
Diagnóstico
Lossignosysíntomasdeltraumapuedenenmascararlosdelaendoftalmitis,ha-
ciendomásdifícilladeteccióntempranaqueenelcontextodeunainfecciónpost-opera-
toria.Unalesiónpenetrantesiempredebedespertarsospechas,especialmentesihaocu-
rridocontaminacióncontierra,elobjetoesdeorigenorgánico,existeuncuerpoextraño
intraocular,elpacienteesmayorde50añosoelcristalinoestácomprometido.Cualquier
síntomaosignoqueseamáspronunciadodeloqueseesperaríasólodeltrauma,debe
elevarelniveldesospecha.
41
Capitulo 03:Capitulo 03 3/18/09 11:15 AM Page 42
•Síntomas:
•Dolorpersistenteoprogresivo.
•Pérdidavisualprogresiva.
•Signos:
•Secreciónpurulenta/edemapalpebral.
•inflamación,congestiónconjuntival.
•edema/infiltradocorneal(unanillodeinfiltra-
doespatognomónicodeinfecciónporBacillus,
(véaselaFigura5).
•Turbidez/celularidad/hipopionenlacámara
Figura 5: Típico infiltrado corneal
anterior.
anular en una endoftalmitis por Baci-
•Membranasenlasuperficiedelirisy/oenla llus;laheridacornealyafuesuturada.
pupila.
•Pupilamiótica,quenorespondealaluz.
•Vitreítis,pérdidadelreflejorojo.
•Retinopatíaporendoftalmitis(sóloocasionalmentepuedevisualizarselaretinaola
mácula): hemorragias, infiltrados perivasculares, acumulación de secreción purulenta,
necrosis.
Manejo
DebeenfatizarsequeloshallazgosdelEndophthalmitisVitrectomyStudyno de-
benserextrapoladosalaendoftalmitispost-traumática.Labasedelaterapiaeslaciru-
gía,lomástempranaycompletaqueseaposible,paraerradicarlainfección.Esobliga-
toriaunavitrectomíaanterioryposteriorcompletas,yelcultivodelmaterialremovido.
•Raspadodelepiteliocorneal.
•Utilicegotasdeglucosaal40%sielestromacornealestáedematoso.
•Remuevalapus/células/fibrinadelacámaraanterior.
•Empleeretractoresdeirissilapupilanopuedeserdilatadadeotramanera.
•Remuevaelcristalinolesionado/limpie las superficies del lente intraocular;
realiceunacapsulotomíaposterioreirrigueelsaco.
•Lavitrectomíavíaparsplanadebesertancompletacomolopermitalavisua-
lización;debenhacersetodoslosesfuerzosparadesprenderyresecarlahialoidesposte-
rior.Esútilemplearunsistemadevisualizacióndeánguloamplio.Debelimpiarselaca-
vidadvítrea,exceptoenlaperiferiayposiblementesobreáreasconnecrosisretiniana.Si
seencuentralesiónodesprendimientoderetina,debenemplearseantibióticosenloslí-
quidosdeinfusióneinyectarseaceitedesilicón,elcualproporcionauntamponamiento
permanente,nopermiteelcrecimientobacterianoyhaceposiblerealizarelexamende
laretinatantempranocomoaldíasiguientedelacirugía.
Lasdemásconsecuenciasdeltraumadebensermanejadasadecuadamente.
42
Capitulo 03:Capitulo 03 3/18/09 11:15 AM Page 43
Laterapiamédicadebeacompañaralaquirúrgica;laTabla1muestranuestras
recomendacionesactuales.
Tabla 1
Manejo Médico de la Endoftalmitis Post-traumática*
HERIDAABIERTA
Elcierredeunaheridadeespesortotalpuedenoserunaemergenciaverdadera;
sinembargo,dejarlaabiertaincrementalosriesgosdeunahemorragiaexpulsiva,prolap-
soadicionaldetejidointraocularyendoftalmitis,sisedifieremásalláde24a36horas.
Elmomentodelacirugíadebedecidirseenunbalanceentreestosfactoresporunlado,
ylaexperienciayentrenamientodelcirujanoyladisponibilidaddepersonalyequipopor
elotro.Aquísóloseindicalainformaciónbásica;paradetallesadicionalesporfavordi-
ríjasealosCapítulos4y5.
Fisiopatología
Losobjetoscortantescausanheridasdeespesortotal(laceraciones)ensupunto
deimpacto;losobjetosromosllevantípicamentearupturasenelpuntodemenorresis-
tenciadelaparedocular.Puedeocurrirprolapsodetejidoencualquieradelosdoscasos,
peroesmáscomúnenelúltimo.
Diagnóstico
Enlamayoríadeloscasoslaheridaesclaramentevisible,aúnasimplevista.
Lasheridaspequeñaspuedenserdifícilesdevisualizaraúnconlámparadehendidura,y
aúnlasmásgrandespuedenestarocultasbajounahemorragiasubconjuntival.Ocasio-
nalmentelasheridasocultassólosedescubrenalmomentodelacirugía,yaúnenese
momento,porsusconsecuenciasintraoculares.Laultrasonografíaasícomolosmétodos
radiológicos,puedenayudaraconfirmarodescartarlapresenciadeunaheridadeespe-
sortotal.
43
Capitulo 03:Capitulo 03 3/18/09 11:15 AM Page 44
Manejo
Antesdecerrarlaherida,siesviableyno
está contaminado, debe reposicionarse cualquier
tejidoprolapsado,osinoresecarse.Elvítreosiem-
pre es resecado, mientras que el cuerpo ciliar, la
coroides y la retina se resecan sólo excepcional-
mente. Se deben limpiar los bordes de la herida.
Enestecapítulonoseharáunarevisióncompleta
delastécnicasdesutura,ysóloseñalaremosalgu-
nospuntos:
•Silaheridaescorneoescleral,sedebesuturar Figura 6: Secuencia de cierre de una
enlasecuencia:limbo,córnea,esclera(Figura6). herida corneo-escleral: limbo (1), cór-
•Córnea: nea(2),esclera(3).Lassuturasseubi-
canuniformementesinimportarsupo-
•Noresequetejidocorneal. siciónrelativaallimbo.Estollevaaun
•Paralamayoríadelasheridas,lasutura aplanamiento de la curvatura corneal
denylon10-0eslamásapropiada. normal.
• Utilice suturas separadas, excepto en la
periferia.
•Utilicepuntosdeespesortotal.
•Lospuntosenlaperiferiadebensermás
largosqueloscentrales(Figura7).
• La sutura de heridas en cruz debe ini-
ciarseporambasperiferiasyavanzarhaciaelcen-
tro,evitandopreferiblementeelepicentro.
•Sedebenenterrartodoslosnudos.
•Nosedebenretirarlassuturashastaque
hayaocurridocicatrizacióncompleta,locualtoma Figura 7: Lasdossuturasperiféricas
variosmeses. más largas se colocaron antes de la
•Antesderetirarunasuturadeespesorto- central.Estopermitelarestauración
delacurvaturacorneal.
tal, se debe preparar el globo como si se fuese a
practicarunacirugíaintraocular.
•Esclera:
•Elvicryl6/0a8/0permiteelcierreade-
cuadodecasitodotipodeherida.
•Paralamayoríadelasheridas,lasecuenciadelasuturadependedelaprefe-
renciadelcirujano;sinembargo,paralasheridasconunaextensiónposteriorsereco-
miendalatécnicadelcierreprogresivohacialaregiónposterior:laincisiónconjuntival
noseextiendeposteriormentehastaquelaporciónanteriordelaheridaescleralhayasi-
dosuturada.
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Capitulo 03:Capitulo 03 3/18/09 11:15 AM Page 45
•Lasheridasdemasiadoposterioresqueimplicanunriesgoimportantedepro-
lapsotisularohemorragiaalintentarsucierre,sedebendejarabiertas.
•Seprefierenlassuturascon90%deprofundidad.
PRESIÓNINTRAOCULARELEVADA
Es raro que se presente una elevación significativa de la presión intraocular
(PIO)luegodeltrauma,peropuedeocurrirluegodelcierredelaheridaysinosetrata
puedellevaradañoirreversibledelnervioóptico.
Fisiopatología
Lasalidadelmaterialcristalinianopuedellevaraunarápidareaccióninflamato-
riaconimportanteelevacióndelaPIO(Figura8),especialmenteenjóvenes.Losdetri-
tosinflamatoriostaponanloscanalesdesalida.Puedehaberotrosmecanismosinvolucra-
dos,peroraramenteocurrenconestaevoluciónagudaoconestegradodeseveridad.
EnpresenciadeunaPIOlevementeelevada,elhifemapuedellevara"tinción"corneal;
enrealidadestonoestinciónsinoimbibición:lasangreingresaalestromacorneal,redu-
ciendoengradoimportantesutransparencia.
Diagnóstico
LaPIOdebesercuidadosamenteevaluadaluegodelalesión:losmecanismos
descritospuedenocurrirtambiénenojoscontraumacontundente.
Manejo
Elmaterialcristalinianosedeberetirar,preferiblementeconvitrector,paraevi-
tarlaaspiracióndelvítreo.Sepuedeempleartriamcinolonaparafacilitarlavisualización
deeste.Esmásimportanteevitarlatracciónvítreaqueintentarpreservarlacápsulapos-
terior.
SinoesposiblebajarlaPIOconmanejomédico,sedeberetirarlasangredela
cámaraanterior.Dependiendodelestadodelasangre(líquidavs.coagulada)ylaprefe-
renciadelcirujano,sepuedeemplearunabordajedeunamanoobimanual,yemplear
aspiraciónovitrector(Figura9).
45
Capitulo 03:Capitulo 03 3/18/09 11:15 AM Page 46
HEMORRAGIAORBITARIA
Puederequerirseladescompresióninmediataparaprevenirdañospermanentes.
Fisiopatología
Yaseacausadaporcontusiónoporuntraumaorbitariopenetrante,laelevación
delapresiónintraorbitariasecundariaalaacumulacióndesangrepuedeinterferirconla
perfusiónretiniana.
Diagnóstico
•Dolor.
•Disminucióndelavisión,diplopía.
•Edemapalpebral,quemosis,ingurgitaciónvascular,hemorragiasubconjuntival.
•Lagoftalmos.
•Alteracióndelamotilidad.
•Defectopupilaraferenterelativo.
•Hemorragiasretinianas,oclusiónarterial.
•Hallazgospositivosenlatomografíacomputarizada.
Manejo
Silapresiónintraocularestáelevadaylaperfusiónretinianacomprometida,se
debepracticarunacantotomía/cantolisis,sinoesasí,sepuederealizartratamientocon-
servadorconlubricantesehipotensores.
OJOSCONAGUDEZAVISUALDENOPERCEPCIÓN
DELUZ
Aunquenoexisteunaverdaderaemergencia,debeenfatizarsequeestosojosno
necesariamentepresentanunapérdidavisualpermanente;siseefectúalaintervención
adecuadaatiempo(semanas,nomeses),existenposibilidadesrazonablesnosólodepre-
servarelojo,sinoderestauraralmenosalgodevisión.
Fisiopatología
Lacapacidaddelojodepercibirlaluzsepuedeperderdemaneratemporalo
permanente(dañodelnervioópticooretinianosevero).Enelprimercasopuedenserfac-
torescontribuyenteslapresenciadeedemacorneal,hifema,catarata,hemorragiavítrea,
desprendimientoderetinayhemorragiasub-retiniana,asícomoelestadomentaldelpa-
ciente.
47
Capitulo 03:Capitulo 03 3/18/09 11:15 AM Page 48
Diagnóstico
Sedebeusarunaluzintensaparaevaluarlapercepcióndeluz.Sepuedenem-
plearotraspruebastalescomolaelectrofisiología,peroaúnunarespuestaausenteala
pruebadedestellobrillante,noexcluyelaposibilidaddemejoríafuncional.
Manejo
Luegodeunadecuadoexamenpreoperatorio,sepuederealizarunacirugíaex-
ploratoriaparadeterminarelestadodelaretina.Aúnsieldañopareceirreparable,lospa-
cientesusualmenteprefierenunprocedimientocomplejo–queposiblementeincluyael
empleodeunaqueratoprostésistemporal-pararestaurarlaanatomía,quelaenucleación.
LecturasAdicionales
KuhnF,MorrisR,WitherspoonCD,HeimannK,JeffersJ,TreisterG(1996)Astandardized
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__________________________
FerencKuhn,MD.,PhD.
AmericanSocietyofOcularTrauma,Birmingham,Alabama,E.U.A.
DepartamentodeOftalmología,UniversityofBirmingham,Alabama,E.U.A.
DepartamentodeOftalmología,UniversityofPécs,Hungría.
RobertMorris,MD.
CofundadordelaRetinaResearchFoundationofAlabama
TheEyeInjuryRegistryofAlabamayelUnitedStatesEyeInjuryRegistry.
RetinaSpecialistsofAlabama
Birmingham,Alabama(E.U.A.)
ViktóriaMester,MD.
DepartamentodeOftalmología,UniversityofPécs,Hungría.
MafraqHospital,AbuDhabi,EmiratosÁrabesUnidos.
48
Capítulo 04:Capítulo 04 3/18/09 11:23 AM Page 49
Manejo de Heridas
Córneo-esclerales
4
Por
Fernando Peniche, MD
Una de las patologías que más emoción e impresión causa en el paciente y en el of-
talmólogo al momento de su tratamiento son las heridas oculares; mientras más traumática es
la agresión a este órgano, mayor es la reacción del médico y del paciente. Creo que es correc-
to el pensar que todo médico oftalmólogo durante su residencia o posterior a esta, alguna vez
estuvo en contacto con este tipo de evento o involucrado en la evaluación y/o tratamiento mé-
dico quirúrgico del mismo.
Sin duda, las heridas que provocan desgarros de los tejidos o apertura del globo ocu-
lar, son una de las mayores razones de pérdida visual aguda o a largo plazo en niños y adul-
tos jóvenes quienes son los que más comúnmente las presentan(1-2). Afortunadamente el ma-
nejo de este tipo de lesiones ha presentado mejorías substanciales en los últimos 30 años,
como lo son los nuevos abordajes microquirúrgicos y vítreoretinianos(3-7); sin embargo aquellas
heridas que presentan cuerpos intraoculares o retrobulbares siguen representando un verdade-
ro problema (8-10).
El objetivo de tratar al paciente con una herida córneo-escleral es el siguiente:
1) Limitar el daño ocasionado por la herida previo a la cirugía.
2) Identificar y tratar heridas colaterales o asociadas.
3) Emitir una evaluación preoperatoria y de anestesia si fuera necesario.
4) Controlar el proceso infeccioso y aplicar antibióticos sistémicos.
5) Realizar una historia clínica meticulosa.
6) Explicarle al paciente y a sus familiares de una forma clara y objetiva el
pronóstico de su problema.
Cuando un paciente se presenta ante nosotros con una herida ocular, es importante va-
lorar primero las condiciones generales del mismo y posteriormente proceder a la valoración
oftalmológica completa. En el caso de presentarse dolor severo o náusea, primero hay que
tratar estos síntomas para disminuir la compresión por parte de los párpados y los efectos de
Valsalva, que pueden conllevar a la pérdida de contenido intraocular; es recomendable que du-
49
Capítulo 04:Capítulo 04 3/18/09 11:23 AM Page 50
rante el lapso de la prevaloración el ojo esté protegido en todo momento por una cubierta plás-
tica o metálica hasta que el tratamiento definitivo sea administrado (11).
En el caso de que la herida ocular provoque una evidente perforación córneoescleral,
tenemos que pensar en la probabilidad de un cuerpo extraño intraocular o de una lesión ocul-
ta (Figuras 1-2) otra de las situaciones que nos conllevan a pensar en esto son las lesiones pal-
pebrales (Figura 3), por lo que un interrogatorio dirigido y una buena investigación de los as-
pectos que dieron lugar al trauma son primordiales(12); en la Tabla 1 se resume una lista del
interrogatorio y examen físico que debemos realizar ante un paciente con trauma ocular(12).
Uno de los aspectos mas importantes de la atención de los traumas oculares es el pro-
nóstico; es recomendable no dar falsas expectativas a los pacientes o muy prometedoras. De-
bemos recordar que nuestro primer objetivo es preservar el globo ocular; la visión por supues-
to también es importante pero pasa a un segundo plano.
Existen algunos factores que nos hablan de un mejor pronóstico como lo son:
Agudeza visual de cuenta dedos o mejor, heridas corneales aisladas (menos de 8 mm), ausen-
cia de vítreo o prolapso uveal y la ausencia de hemorragia vítrea (13-14); sin embargo no pode-
mos emitir un juicio en base exclusivamente a estas manifestaciones por el compromiso fre-
cuente de lesiones no evidentes u ocultas, por lo que nuestros juicios orales deben ser en ex-
tremo prudentes.
Figura 2: Trauma ocular contuso: hipema Figura 3: Edema palpebral por trauma ocu -
subtotal lar: Descartar cuerpo extraño intraocular.
50
Capítulo 04:Capítulo 04 3/18/09 11:23 AM Page 51
Tabla 1. Resumen de Datos en la Anamnesis y Hallazgos al Examen del Paciente con Trauma Ocular
I. Historia
A. Eventos del trauma actual
1. Mecanismo del Trauma
2. Actividades al momento del trauma
3. Tiempo transcurrido desde el trauma
4. Uso de equipo de protección/gafas de protección
5. Tratamientos previos
6. Tiempo transcurrido desde la última ingestión de alimentos
B. Antecedentes oculares: rutina, más–
1. Trauma o cirugías previos
2. Nivel de agudeza visual en el ojo afectado, antes de la lesión
C. Antecedentes médicos: rutina, más–
1. Uso de anticoagulantes–especialmente medicamentos de venta libre que a
menudo contienen aspirina
2. Estado de la inmunización contra el tétanos
3. Problemas con cirugías o anestesias previas
II. Examen Físico
A. Agudeza visual
1. Con corrección (ideal)
2. Agujero estenopeico
B. Evaluación externa
1. Lesiones asociadas que amenacen la vida – consultar al personal apropiado
2. Lesiones orbitarias y faciales asociadas – posible interconsulta con especialista
en plástica ocular, otorrinolaringólogo, neurocirujano u odontólogo (cirugía
simultánea, si es posible)
3. Inspección macroscópica del ojo lesionado (ejerciendo mínima presión)
4. Cuerpos extraños visibles en anexos o piel
C. Examen de motilidad – omítalo si el globo tiene (o puede tener) una laceración
D. Campo visual por confrontación
E. Pupilas–Utilice una luz de intensidad moderada, para minimizar el blefaroespasmo
1. Defecto pupilar aferente?
2. ß Distorsión hacia el limbo
F. Biomicroscopía: rutina más—
1. Presencia de laceración/hemorragia conjuntival.
Riesgo de laceración escleral subyacente o cuerpo extraño.
2. Laceración escleral
3. Laceración o cuerpo extraño corneales
4. Presencia de contenido intraocular extruído
5. Prueba de Seidel (si está indicada)
6. Gonioscopía para buscar cuerpos extraños en la cámara anterior y lesión del
ángulo SÓLO si el globo está intacto
7. Busque irregularidades del iris
8. Iridodonesis o Facodonesis
9. Medición de la presión intraocular SÓLO si el globo está intacto
G. Examen de Fondo de Ojo bajo dilatación: rutina más—
1. Descarte hemorragia vítrea, cuerpo extraño intraocular
2. Diálisis, desgarros, desprendimientos, conmociones en la retina
3. Rupturas coroidea o escleral
4. Evaluación del estado del nervio óptico
5. Examen con depresión escleral SÓLO si el globo está intacto
H. Examenes adicionales
1. Ultrasonido – con PRESION suave.
2. Imagenología – Radiografías simples, tomografía computarizada o resonancia
nuclear magnética (Examenes preoperatorios, de acuerdo a la necesidad)
51
Capítulo 04:Capítulo 04 3/18/09 11:23 AM Page 52
estéril; debemos esperar por lo menos de 7 a 12 minutos a que el adhesivo seque antes de vol-
ver a manipular; hecho esto, podemos con extremo cuidado retirar gentilmente el material vis-
coelástico y colocar un lente de contacto terapéutico para evitar que el adhesivo irrite el pár-
pado o que este último lo despegue con el constante parpadeo, utilizar antibióticos en gotas,
cicloplégicos y antinflamatorios no esteriodeos. En algunos casos cuando existen lesiones
traumáticas corneales que además causan procesos inflamatorios severos (quemaduras), el
uso concomitante de membrana amniótica es sugerido, pues podríamos evitar un defecto epi-
telial persistente a futuro generado por la deficiencia parcial o total de células límbicas; en es-
tos casos procedemos de la misma forma que lo antes descrito para la lesión corneal y poste-
riormente colocamos la membrana amniótica cubriendo en su totalidad la córnea utilizando
principalmente su lado estromal (15); recortando circularmente y colocándola de manera pe-
rilímbica, se sutura en forma radial con Vicryl o Nylon 10-0, posteriormente se coloca un len-
te de contacto terapéutico para evitar la fricción sobre la misma por parte del párpado. En el
caso de que se observe una lesión de tipo perforante con la sospecha de un cuerpo extraño de-
bemos realizar la misma exploración que en el caso de no presencia de cuerpo extraño y ade-
más considerar el uso de exámenes gabinete como lo son el ultrasonido de no contacto, la to-
mografía computada y la resonancia magnética.
53
Capítulo 04:Capítulo 04 3/18/09 11:23 AM Page 54
55
Capítulo 04:Capítulo 04 3/18/09 11:23 AM Page 56
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_____________________________
Fernando Peniche, MD
Profesor de Córnea y Enfermedades Externas
Titular de la Sección de Reconstrucción de Superficie Ocular
Instituto de Oftalmología "Fundación Conde de Valenciana"
Universidad Nacional Autónoma de México
Cd. de México, México.
56
Capítulo 05:Capítulo 05 3/18/09 11:34 AM Page 57
TraumadelSegmentoAnterior
5
Por
Denise de Freitas, MD
Los traumas del segmento anterior pueden comprometer el iris, el cuerpo ciliar
y el cristalino. Un trauma contundente causa una compresión antero-posterior del globo,
con una expansión simultánea en el plano ecuatorial. El impacto es absorbido primaria-
mente por el diafragma irido-cristaliniano y la base del vítreo. Un trauma penetrante pue-
de comprometer estructuras del segmento anterior como el iris, el cristalino y el ángulo.
En este capítulo se revisarán los síntomas, signos y el manejo de los traumas del
segmento anterior, así como sus consecuencias.
Hifema
La presencia de sangre en la cámara anterior (hifema) (Figura 1) puede ser debi-
da a fuerzas contusas directas, que causen mecánicamente un desgarro de la frágil vascu-
latura del iris y/o del ángulo, o a concusión que cause una elevación rápida de la presión
en estos vasos, y cause su ruptura. El hifema por si solo no es necesariamente lesivo, pe-
ro puede obstruir la salida del humor acuoso, originando un glaucoma. Este puede ser de
tipo hemolítico, como resultado directo de la obstrucción de la malla trabecular por san -
gre fresca; hemosiderótico, en el cual la malla trabecular es obstruida por la hemoglobi-
na en degradación; o del tipo de "células fantasmas" que se origina por la obstrucción del
trabéculo por las membranas celulares de los eritrocitos en proceso de desintegración (Fi-
gura 2).
Los pacientes con hifema pueden presentar visión borrosa, dolor, fotofobia y la -
grimeo.
57
Capítulo 05:Capítulo 05 3/18/09 11:34 AM Page 58
58
Capítulo 05:Capítulo 05 3/18/09 11:34 AM Page 59
TraumaIridiano
El iris puede comprometerse lesionarse por una herida penetrante o un trauma
contundente. Aunque la raíz del iris está unida al cuerpo ciliar, el resto del iris no tiene
apoyo. Debido a su vasculatura y las características de la malla trabecular, estos pacien-
tes pueden desarrollar hifema y glaucoma.
En el trauma corneal penetrante, el iris tiende a prolapsarse (cuando el tejido iri-
diano se observa por fuera de la herida) o a encarcelarse (cuando el tejido alcanza la he-
rida sin evidenciarse en el exterior). En el prolapso iridiano periférico, el iris se aprecia
como una prominencia de tejido pigmentado, llevando a una sinequia periférica parcial.
Cuando el prolapso es central, todo el margen pupilar puede prolapsarse, llevando a una
sinequia total anterior.
Un iris encarcelado rara vez debe ser resecado. En encarcelaciones periféricas,
con la cámara anterior formada, el aplicar acetilcolina a través de una paracentesis, em -
pujando suavemente el iris, puede liberar el iris. Si la encarcelación es central, se puede
aplicar epinefrina intraocular para causar midriasis y liberar la encarcelación.
59
Capítulo 05:Capítulo 05 3/18/09 11:34 AM Page 60
Durante el cierre primario de la herida corneal se debe evitar atrapar al iris, y es-
te debe reposicionarse con viscoelástico, aplicado ya sea por la herida o por una paracen-
tesis. Una burbuja de aire también puede ser igualmente útil. Los irises más firmemente
encarcelados se pueden liberar con una espátula de ciclodiálisis delgada.
El iris prolapsado debe evaluarse para decidir su resección. El prolapso prolon-
gado lleva a isquemia y a necrosis. Se debe reponer el tejido si el prolapso ha sido por
corto tiempo, pero se debe resecar si el tejido está macerado, necrótico o ha estado ex-
puesto por más de 24 horas. Durante la reposición se deben remover detritos, membra-
nas inflamatorias y micro-organismos del iris con una esponja quirúrgica. Se le deben
practicar estudios microbiológicos a la esponja.
Pueden ocurrir varias complicaciones secundarias al prolapso iridiano, tales co-
mo: 1) endoftalmitis; 2) epitelización de la cámara anterior, ya que el iris se cubre de te-
jido epitelial y fibroso; 3) oftalmía simpática (de rara ocurrencia); 4) iritis y edema ma-
cular cistoideo como resultado de la tracción del tejido iridiano; y 5) glaucoma secunda-
rio a la iritis, las sinequias o a la epitelización.
Se requiere la reparación quirúrgica del iris para mejorar la función visual y evi-
tar el glaucoma secundario.
En casos de trauma contundente los patrones más comunes son los desgarros del
esfínter y diálisis de la raíz del iris. La lesión del esfínter puede llevar a anisocoria y dé-
bil reacción pupilar. Un estiramiento severo del iris puede llevar a recesión angular y en
casos extremos a ciclodiálisis.
La reparación de lesiones del esfínter se puede realizar a cielo abierto durante
una queratoplastia penetrante o empleando la técnica de McCannel. Se debe emplear una
sutura de polipropileno 10-0 (con aguja curva, larga, no cortante) ya que es menos sus-
ceptible a la hidrólisis y la biodegradación. Una aguja de tipo vascular, no-cortante, evi-
tará causar laceraciones en el iris (Figura 3).
La iridodiálisis es un desprendimiento de la raíz del iris de su inserción en el
cuerpo ciliar, lo cual puede llevar a discoria (forma irregular de la pupila), pseudopolico-
ria y diplopía. En estos casos debe realizarse monitoreo cercano buscando glaucoma. Si
el paciente presenta diplopía incapacitante, debe considerarse el uso de un lente de con -
tacto blando opaco, con pupila transparente. La cirugía, indicada cuando la iridodiálisis
es lo suficientemente grande como para causar multiplopía o deslumbramiento, además
disminuye la posibilidad de formación de una sinequia periférica anterior. Se debe crear
un colgajo escleral para cubrir la sutura (Figura 4).
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IritisTraumática
El trauma contundente puede causar iritis o iridociclitis. La iritis traumática, si -
milar a las otras uveitis y en cuyo diagnóstico es vital el antecedente del trauma, se ca-
racteriza por fotofobia y dolor profundo por espasmo del músculo ciliar. La fotofobia
tiende a ser bilateral debido a la constricción consensual de la pupila. La biomicroscopía
puede revelar inyección peri-límbica, y celularidad y turbidez en la cámara anterior. Las
claves para el diagnóstico incluyen la persistencia de las molestias a pesar de la aplica-
ción de anestésico tópico, y dolor con el esfuerzo acomodativo (por ej. al mirar el dedo
índice mientras se acerca a la nariz).
El tratamiento consiste primariamente en el uso de agentes ciclopléjicos. Los es-
teroides tópicos usualmente no son necesarios, ya que el estímulo para la iritis, que es el
trauma por si mismo, ya no está presente. Sin embargo, los esteroides tópicos pueden ser
útiles en casos refractarios o cuando el paciente persiste con dolor.
RecesiónAngular
El desgarro del cuerpo ciliar lleva a la recesión angular. Los estudios muestran
que del 56 al 100% de los pacientes con antecedente de hifema traumático presentan al-
gún grado de recesión angular. Esta ocurre cuando el globo es golpeado y la PIO se ele-
va súbitamente, lo cual lleva a un desplazamiento posterior del iris. Un efecto de válvu-
la evita que el humor acuoso fluya a través de la pupila, y hace que una porción de la fuer -
za del trauma sea dirigida hacia el ángulo. Esto lleva, si la fuerza es leve, a un desgarro
de la malla uveal, y si es más intensa a una separación de las fibras longitudinales
y circulares del músculo ciliar. De cualquier forma esto lleva a un daño inmediato o sub-
secuente de la malla trabecular corneoescleral. Frecuentemente ocurre un desgarro en la
superficie del cuerpo ciliar, entre el espolón escleral y el área de inserción del iris, llevan-
do a un ensanchamiento de la banda del cuerpo ciliar, ya que la raíz del iris se desplaza
posteriormente.
La recesión angular se puede sospechar en el examen de biomicroscopía compa-
rando la profundidad periférica de la cámara anterior en los dos ojos. El diagnóstico de-
finitivo se hace por gonioscopía, la cual revela irregularidad en la anchura de la banda del
cuerpo ciliar, o una banda más ancha que la de la malla trabecular (Figura 5). Pueden ob-
servarse desgarros en los procesos iridianos, blanqueamiento y aumento de la visualiza -
ción del espolón escleral, desgarros de la malla uveal que cubre el cuerpo ciliar, dándole
una apariencia denudada, y signos de trauma previo tales como cicatrices en los
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Capítulo 05:Capítulo 05 3/18/09 11:34 AM Page 63
párpados o desgarros del esfínter iridiano. Siempre debe compararse el ojo traumatiza-
do con el no lesionado.
Los pacientes con recesión angular sin glaucoma deben ser evaluados anualmen-
te por el riesgo de desarrollarlo.
Ciclodiálisis
Consiste en la separación del cuerpo ciliar de su inserción en el espolón escleral.
El músculo es desgarrado completamente de su inserción, exponiendo la pared interna de
la esclera, permitiendo el paso del humor acuoso de la cámara anterior al espacio supra-
coroidea, y permitiendo su acceso directo a la vía uveoescleral, llevando a una hipotonía
temporal o permanente.
La gonioscopía mostrará un área blanca por debajo del espolón escleral; la bio -
microscopía ultrasónica puede ser útil.
El tratamiento de elección es la atropina al 1% por 6 a 8 semanas. Si esta no es
efectiva, puede ser útil la fotocoagulación con láser de argón, pero si no es así se reque -
rirá la intervención quirúrgica.
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LesióndelaMallaTrabecular
La malla trabecular en si misma se puede desgarrar, y llevar a glaucoma. El glau-
coma traumático es un glaucoma secundario de ángulo abierto que puede ocurrir en el 2
al 10% de los ojos con recesión angular, en un periodo de 10 años. Es más probable que
se presente en ojos con una recesión de 180 grados o mayor. La malla uveoescleral pue-
de desgarrarse y separarse del tejido subyacente.
Existen dos tipos de recesión, de acuerdo al momento de la instauración de una
elevación permanente de la PIO: la temprana y la tardía. En el tipo temprano, el glauco-
ma se desarrolla desde unas pocas semanas a uno o dos años luego del trauma, y su se-
veridad usualmente se relaciona con la extensión del daño visible. Es más común que el
tipo tardío y la obstrucción de la salida del acuoso es, al menos en parte, una consecuen-
cia directa del daño del trabéculo.
La gonioscopía puede mostrar desgarros en los procesos iridianos, una aparien-
cia anormalmente prominente o blanquecina del espolón escleral, y uno o más desgarros
circunferenciales en la superficie de la malla trabecular. El proceso de cicatrización cau-
sa glaucoma tardío debido a fibrosis de la malla trabecular.
El manejo del glaucoma traumático es generalmente el mismo que el actualmen-
te empleado para el glaucoma primario de ángulo abierto, teniendo como medicamentos
de elección los que inhiban la producción de humor acuoso o incrementen el fujo uveo-
escleral. La pilocarpina no está indicada ya que puede ocasionar un incremento paradó-
jico de la PIO al llevar a una disminución del flujo uveoescleral. En casos refractarios
puede requerirse la intervención quirúrgica, pero los índices de éxito son menores que en
casos de glaucoma primario de ángulo abierto.
TraumaZonular
La lesión de la zónula puede llevar a sub-luxación y luxación del cristalino
(Figura 6). El diagnóstico se hace con dilatación pupilar máxima para poder evidenciar
el sitio de desinserción de la zónula. El desplazamiento del cristalino móvil, puede cau -
sar glaucoma por diversos mecanismos.
TraumaCristaliniano
Se han descrito diversos cambios en el cristalino luego de un trauma contunden-
te. Las fuerzas directas e indirectas pueden llevar a cataratas, subluxación o luxación y
formación de depósitos de pigmento (anillos de Vossius).
Las cataratas traumáticas, o rosetas de contusión, pueden no ser aparentes
hasta varios años luego del trauma (Figura 7). Aunque pueden aparecer opacidades
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______________
DenisedeFreitas,MD
Jefe del Servicio de Córnea y
Enfermedades Externas
Universidad Federal de São Paulo –
Escuela Paulista de Medicina
São Paulo, Brasil
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SubluxaciónTraumática
delCristalino
6
Por
Los dos tipos básicos de alteraciones traumáticas del cristalino son: pérdida de
la transparecia (catarata) y cambios en la posición (luxación o subluxación). La subluxa-
ción ocurre debido a una disrupción parcial de las zónulas. El cristalino se descentra pe-
ro permanece parcialmente en la apertura pupilar. La rápida expansión ecuatorial del glo-
bo, secundaria a la súbita compresión antero-posterior, relacionada usualmente con un
trauma contundente, puede causar disrupción zonular; las fuerzas de golpe y contragolpe
pueden llevar a la formación de catarata sin ruptura evidente de la cápsula. El trauma lle-
va a subluxación si más del 25% de las zónulas se rompen, el cristalino se desplazará ha-
cia el lado opuesto de la ruptura. Una dislocación mínima puede inducir miopía debido a
un incremento en la curvatura del cristalino, secundaria a la disrupción de las zónulas, o
astigmatismo secundario a la descentración. Si la dislocación es mayor y el borde del
cristalino se encuentra en el eje visual, puede presentarse diplopía. Una diálisis zonular
total lleva a luxación completa del cristalino. El trauma es la causa más común de la
subluxación del cristalino. La catarata o la subluxación del cristalino, secundarias a trau -
mas contundentes, se asocian con frecuencia con severas secuelas del segmento poste-
rior y pobre resultado visual. Greven encontró que luego de una luxación/subluxación
del cristalino por trauma contundente, el 70% de los ojos presentan lesiones serias del
segmento posterior.
Otras causas de subluxación incluyen la miopía alta, el síndrome de Marfán, ho -
mocistinuria, síndrome de Weill-Marchesani y sífilis adquirida, entre otras.
EvaluaciónClínica
Aunque el trauma es la causa más común de la subluxación del cristalino, el an-
tecedente del trauma puede ser incidental, y se deben indagar otras causas. Se deben
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realizar preguntas específicas sobre el trauma. El paciente puede tener agudeza visual
normal o disminuida, diplopía monocular y fluctuaciones de la visión.
La biomicroscopía es el mejor método de examen en estos casos, y permite de-
tectar otras lesiones en el segmento anterior. Puede haber presencia del anillo de Vossius,
como resultado del impacto del iris contra la superficie anterior del cristalino, con acu-
mulación de pigmento. El examen se debe hacer también con la pupila dilatada. Una apa-
riencia corrugada de la cápsula puede ser indicativo de compromiso de la cápsula o de la
zónula. Los signos sutiles de la inestabilidad zonular pueden evidenciarse si el paciente
efectúa movimientos rápidos, en la lámpara de hendidura. La facodonesis y la iridodone-
sis pueden ser más aparentes en el ojo sin dilatar, debido a la retracción del cuerpo ciliar
y del iris. Bajo dilatación, la descentración del cristalino confirma el diagnóstico de la
subluxación. La retroiluminación también es útil para evaluar subluxaciones sutiles e
identificar áreas de compromiso zonular (Figura 1). En ojos con heridas corneales, ede-
ma y/o fibrina y sangre en la cámara anterior, puede ser difícil de determinar la posición
y la estabilidad del cristalino. Puede haber ruptura de la cápsula anterior en casos de trau-
ma contundente o penetrante (Figura 2). También pueden ocurrir rupturas de la cápsula
posterior relacionadas con traumas contundentes o penetrantes, aunque pueden no ser
evidentes, ya que la catarata limita la visualización. El prolapso del vítreo a través de las
zónulas hacia la cámara anterior, confirma el diagnóstico de diálisis zonular y subluxa-
ción del cristalino.
Debe realizarse el examen cuidadoso de la cavidad vítrea y el segmento poste-
rior buscando rupturas, agujeros, desprendimientos o contusión. Si no se puede visuali-
zar claramente, en casos de hifema, catarata densa o hemorragia vítrea, una ecografía en
modo B puede proporcionar información valiosa. Se pueden establecer varios diagnósti-
cos importantes, incluyendo iridodiálisis, diálisis zonular, ruptura capsular, cambios en el
vítreo y desprendimientos de retina y de coroides. El U.S. Eye Injury Register (USEIR)
encontró que el 50% de los ojos con trauma cristaliniano presentan también algún tipo de
trauma del segmento posterior. Además, el compromiso del cristalino se relaciona con ín-
dices significativamente mayores de trauma vítreo-retiniano importante en comparación
con los ojos sin trauma cristaliniano.
Si se planea cirugía, es esencial el examen en decúbito supino para determinar la
extensión del daño zonular. Puede inicialmente parecer que el cristalino se pueda mane -
jar desde un abordaje anterior, pero en posición supina puede desplazarse hacia la cavi -
dad vítrea, y sea manejado más fácilmente con un abordaje vía pars plana.
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ConsideracionesdeManejo
El manejo del paciente con trauma del segmento anterior involucra retos tanto
en la evaluación inicial como en la mesa de cirugía. Las lesiones traumáticas son muy
variables, y el manejo adecuado depende de la extensión del daño.
La presencia de un cristalino subluxado o aún luxado no es necesariamente una
indicación de remoción quirúrgica. Una subluxación mínima puede ser asintomática, pe -
ro en la mayoría de los casos genera aberraciones ópticas con reducción de la agudeza
visual. En los pacientes sintomáticos las opciones de tratamiento son el manejo médico,
que incluye las correcciones ópticas, y la cirugía.
ManejoMédico
La miosis puede ocasionalmente emplearse para minimizar la diplopía y confi -
nar el eje visual a una porción únicamente fáquica o afáquica. También se pueden emple-
ar los midriáticos para ampliar la porción afáquica de la pupila de manera que el pacien-
te pueda utilizar una corrección afáquica.
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ManejoQuirúrgico
Las indicaciones relativas de la remoción quirúrgica del cristalino son la induc-
ción de miopía, astigmatismo o diplopía monocular extrema, que no puedan ser corregi-
dos con mióticos o gafas, y la presencia de catarata. Los factores preoperatorios asocia -
dos con un resultado visual menos bueno son la presencia de un defecto pupilar aferente
e iridodiálisis.
El manejo quirúrgico del cristalino subluxado está determinado por la estabili-
dad, la posición del cristalino, la presencia de catarata, y el daño asociado de otras estruc-
turas del globo. Si la cápsula está intacta, se pueden desarrollar cataratas por contusión
varios meses luego de la lesión. Si la cápsula está rota, permitiendo la hidratación del ma-
terial cortical, las cataratas se pueden desarrollar rápidamente. En esta situación a menu-
do se presenta marcada inflamación, y no es raro el glaucoma secundario debido a lesión
del ángulo o a bloqueo pupilar relativo. La subluxación del cristalino se puede asociar
con hifema; el sangrado generalmente ocurre a partir de desgarros del círculo arterial ma-
yor del iris y ramas arteriales del cuerpo ciliar, las arterias coroideas, venas del cuerpo ci-
liar, y menos comúnmente de vasos en el margen pupilar o en el ángulo. El USEIR en-
contró que el 57% de los ojos con traumas contundentes que presentaban hifema, tenían
lesiones asociadas del segmento posterior. Es por tanto crucial evaluar la naturaleza y la
extensión del daño del segmento posterior. La inflamación intraocular secundaria al trau-
ma o a la uveitis inducida por el cristalino, puede llevar a un taponamiento de la malla
trabecular, sinequias periféricas anteriores con subsecuente cierre angular y formación
de sinequias posteriores con subsecuente bloqueo pupilar. Está indicado el manejo inten -
sivo con esteroides tópicos y se pueden añadir esteroides sistémicos y perioculares, si es
necesario, para controlar la PIO.
Los métodos quirúrgicos para los cristalinos subluxados incluyen técnicas ante-
riores (por vía limbar) y posteriores (por vía pars plana). La decisión en cuanto a la téc -
nica depende de la experiencia del cirujano, la magnitud de la subluxación, la densidad
del núcleo y las lesiones asociadas.
AbordajesAnteriores
Técnicas Intracapsulares
Un cristalino cataratoso muy duro, con extensa lesión zonular, debe extraerse
con una técnica intracapsular. Se ha descrito la siguiente técnica: (1) Dos agujas
calibre 27, de 1.5 pulgadas, se aseguran juntas en su base. (2) Las agujas se insertan
4 mm posteriores al limbo, por detrás del cristalino para prevenir la luxación posterior.
(3) Se practica una incisión corneo-escleral, y se extrae el cristalino con una criosonda o
con un asa. Debe tenerse cuidado de no capturar vítreo con la criosonda. El vítreo adhe-
rido al cristalino debe ser cortado con tijeras, para evitar la posibilidad de tracción reti-
niana. (4) La zónula en general ya presenta disrupción, pero puede requerirse la lisis con
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realizó al comienzo del caso, la viscodisección puede separar el material cortical del sa-
co; la tracción de los restos corticales en dirección paralela a la diálisis zonular implica
menores posibilidades de desgarrar la zónula intacta. Una diálisis zonular localizada, cau-
sada por trauma, previo o durante la cirugía de catarata, es una de las principales indica -
ciones de los anillos de tensión capsular. Estos pueden dar soporte a un área de diálisis
zonular de uno o dos cuadrantes. El cirujano puede emplear un anillo de tensión capsu-
lar para estabilizar el núcleo antes de iniciar la facoemulsificación. Diferentes fabrican-
tes producen diferentes tamaños de anillos. En ojos de tamaño promedio se debe utilizar
el estándar, que se comprime a 10 u 11 mm, mientras que en los miopes altos debe em-
plearse el que se comprime a 12 mm. Los anillos tienen agujeros de rotación en los ex-
tremos para facilitar su manipulación (Figura 4). Pueden ser implantados con un inyec-
tor, o con unas pinzas Kelman-Mc Pherson y un rotador de Lester. Un extremo se colo-
ca bajo la cápsula anterior y el anillo se introduce en el saco, rotándolo lentamente. El ex-
tremo final es introducido colocando el rotador a través del agujero de rotación y liberán-
dolo dentro del saco. Para facilitar la ubicación endosacular, es útil crear un espacio po-
tencial con la viscodisección cortical. Es importante colocar el anillo de manera que cual-
quier área de diálisis zonular quede ubicada sobre la curva del anillo, y no cerca de los
extremos. Para cuando existen más de 45 grados de lesión zonular, se puede emplear el
anillo modificado (Ref MCTR, Morcher) que tiene un asa que permite la fijación escle-
ral sin comprometer la integridad del saco (Figura 5). El MCTR proporciona mayor es-
tabilidad que un anillo estándar y centra el saco en casos de subluxación marcada. Para
implantar el anillo modificado una sutura de Prolene 10-0, doble armada, con agujas CIF-
4, se coloca previamente a través del agujero de rotación. Luego de la capsulorrexis,
se inyecta viscoelástico entre la superficie posterior del iris y la superficie anterior del
borde de la cápsula anterior. Las agujas se pasan a través de la incisión y la pupila,
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TécnicasdelSegmentoPosterior:
AbordajeVíaParsPlana
Esta técnica es la preferida cuando existe una ruptura de la cápsula posterior, una
luxación significativa, y prolapso de vítreo en la cámara anterior. El propósito quirúrgico
es remover todo el cristalino, el vítreo prolapsado; además, si se requiere, manejar cual-
quier alteración del segmento posterior secundaria al trauma (hemorragia vítrea, cuerpo
extraño intraocular, desprendimiento de retina, etc.) y, si es posible, implantar un LIO (Fi-
gura 7).
La lensectomía vía pars plana es de indudable valor en los pacientes mayores con
un cristalino duro, que requiere fragmentación ultrasónica antes de la aspiración. Si ocu-
rre caída de material cristaliniano a la cavidad vítrea, el acceso para su manejo es fácil.
El procedimiento es como sigue: (1) Creación de tres incisiones conjuntivales: inferotem-
poral, superotemporal y superonasal. (2) Tres esclerotomías en esos sitios, 3.0 mm pos-
teriores al limbo, con un cuchillete vítreo-retiniano (en niños menores de 3 años las es-
clerotomías se practican más anteriormente, ya que la pars plana no está completamente
desarrollada). (3) Una cánula de infusión de 4 a 6 mm se sutura en la esclerotomía
inferotemporal. La infusión no se activa hasta que la cánula se visualice en la cavidad ví-
trea. (4) Se introduce el cuchillete vítreo-retiniano a través de una de las esclerotomías y
a través del ecuador del núcleo, para juzgar su dureza. (5) Una aguja de mariposa cali-
bre 23, doblada, se inserta en el cristalino, como una infusión secundaria. Sirve para an-
clar e hidrodisecar el cristalino. (6) En niños, o adultos jóvenes, el cristalino se puede re-
mover con la pieza de aspiración y corte. En los mayores, con cristalinos más duros, el
cristalino requiere fragmentación ultrasónica, antes de la irrigación y aspiración de la cor-
teza y la cápsula posterior. (7) La depresión escleral con un aplicador puede ayudar a la
remoción del material cristaliniano periférico. (8) Se debe practicar vitrectomía para
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Bibliografía
__________________________
RafaelT.CortezH.,MD
Director Médico
Centro de Cirugía Oftálmica (CECOF)
Caracas, Venezuela
76
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CompromisodelasEstructuras
Vítreo-retinalesenTraumaOcular
7
Por
Kazuaki Kadonosono, MD
Yoichiro Watanabe, MD
Puede ocurrir pérdida visual por varios mecanismos luego del trauma ocular.
Se han descrito varias anormalidades del segmento posterior secundarias a traumas di-
rectos al ojo, trauma a los tejidos orbitarios adyacentes o traumas en otras partes del
cuerpo. Las lesiones penetrantes pueden causar pérdida visual por daño de diversas
estructuras (cicatrización corneal, catarata, hifema o hemorragia vítrea, desprendi-
miento de retina y lesión macular). El trauma ocular no penetrante, o contundente,
también pueden causar diversas alteraciones del segmento posterior.
TraumaOcularContundente
El trauma ocular contundente se asocia con varias complicaciones incluyen-
do el edema de Berlín, los desgarros y las diálisis retinianas periféricas, los agujeros
maculares, la hemorragia vítrea, las rupturas coroideas y las hemorragias sub-retinia-
nas. Esas complicaciones pueden ser la causa de la pérdida visual y a veces requieren
manejo inmediato.
HemorragiaVítrea
Ocurre como resultado de la lesión de los vasos del cuerpo ciliar, la retina o
la coroides. Para examinar el segmento posterior en estos casos se debe emplear con
frecuencia la ultrasonografìa, la cual puede revelar desprendimientos de retina,
desprendimientos del vítreo posterior, rupturas esclerales ocultas, desprendimientos
coroideos hemorrágicos o serosos, y desgarros gigantes (Figura 1).
En estos casos se debe realizar un seguimiento cercano durante varios meses
y si en algún momento se evidencia o se sospecha un desprendimiento de retina por
ecografía, debe manejarse con vitrectomía vía pars plana.
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Capitulo 07:Capítulo 07 3/18/09 11:54 AM Page 78
Commotioretinae/Edemade
Berlin
La opacificación transitoria de la retina lue-
go del trauma ocular contundente se conoce
como commotio retinae. Si el polo posterior
está comprometido se denomina edema de Berlin, ya que fue inicialmente descrito por
este autor en 1.873 1. Se caracteriza por una opacificación o un blanqueamiento tran-
sitorios de la neuro-retina profunda (Figura 2).
La commotio retinae es una lesión de
contra-golpe, opuesta al sitio de impacto. Los
hallazgos histopatológicos en el ojo humano con
commotio retinae clínicamente evidente revelan
disrupción de los segmentos externos de los fo-
torreceptores y daño del epitelio pigmentario re-
tiniano, pero sin cambios significativos en las ca-
pas internas de la retina 2.
Se cree que las mayores lesiones ocurren
en la unión entre los segmentos externos de los
fotorreceptores y el epitelio pigmentario re-
tiniano. Ismail3 reportó los resultados de la Figura 2: Fotografía del fondo de ojo de
tomografía de coherencia óptica (OCT) en un caso de edema de Berlin y agujero ma -
cular. Existe una opacificación blanqueci-
estos casos, en 2.002, mostrando una severa
na a nivel de la retina neurosensorial pro -
disrupción de los segmentos externos de los funda.
fotorreceptores y la capa del epitelio pig-
mentario retiniano (EPR).
Lai 4 encontró que los defectos en el campo visual luego de la lesión, corres-
pondían a las áreas de commotio retinae en el examen de ERG multifocal.
Aunque con frecuencia existe inicialmente una pérdida visual, en la mayoría
de los casos se recupera. El edema se resuelve en un periodo de 3 a 4 semanas. Liem5,
empleando densitometría de reflexión, describió alteraciones funcionales de los co-
nos, que consideró reversibles, pero recientemente Lai describió casos de pérdida
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Capitulo 07:Capítulo 07 3/18/09 11:54 AM Page 79
visual permanente, cuando la mácula está comprometida, que se creen son debidas a
pérdida permanente de fotorreceptores 4.
En algunos casos la macula comprometida en la commotio retinae puede to-
mar una apariencia atrófica debido a secuelas de la contusión en el EPR (Figura 3) 4.
No existe tratamiento con beneficio demostrado.
AgujeroMacularTraumático
El agujero macular traumático tiene características clínicas y mecanismos pa-
togénicos diferentes al agujero macular idio-
pático. La fóvea normal se caracteriza anató-
micamente por la desaparición de las capas re-
tinianas internas y tener una zona central libre
de capilares. El agujero macular se puede de-
sarrollar en relación con commotio retinae,
hemorragia sub-retiniana o desprendimiento
traumático del vítreo de su adherencia retinia-
na. Aunque Knapp 6 realizó la primera descrip-
ción de un paciente que presentó agujero ma-
cular luego de un trauma contundente, en
1.869, se conoce poco acerca de las caracte- Figura 3: Angiografía fluoresceínica del
rísticas clínicas y los mecanismos patogéni- mismo paciente de la Figura 2, un mes
cos de los agujeros maculares traumáticos más tarde, mostrando secuelas de la con-
por que son muy infrecuentes. tusión en el epitelio pigmentario retinia-
El trauma contundente produce una no.
súbita compresión y expansión del globo, lo
cual lleva a un estrés significativo de la retina en los puntos de adherencia del vítreo.
Existen varias teorías acerca de los mecanismos de los agujeros maculares traumáti-
cos.
Yanagiya 7,10 propuso que la fuerza de impacto transmitida a la mácula lleva a
la ruptura de la fóvea.
Una segunda teoría propone que se forma un quiste macular que más tarde se
convierte en agujero 9. Yokotsuka 8 sugiere que se debe a un súbito desprendimiento
del vítreo posterior (DVP), sin embargo la mayoría de ojos con agujero macular trau-
mático tienen el vítreo adherido 7,11,12. Robert y Yanagiya reportaron que no existe DVP
en aproximadamente el 85% de los casos. 7, 11.
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En muchos casos los agujeros traumáticos son de espesor total (Figuras 4, 5).
Su rango de tamaño es de 0.2 a 0.5 diámetros de disco 7. Se han publicado varios re-
portes de cierre espontáneo del agujero, cuyo mecanismo permanece incierto. Los
agujeros pequeños (0.1 a 0.2 diámetros de disco) posiblemente cierran de manera es-
pontánea más frecuentemente que los idiopáticos. Los agujeros se resolvieron espon-
táneamente 3 a 4 meses luego del trauma17-19. La OCT es muy útil para documentar el
cierre espontáneo. Yoshinori13 concluyó que el proceso de cierre espontáneo es el mis-
mo que en los agujeros idiopáticos, constituido por la protrusión del tejido alrededor
del márgen del agujero, seguido por la formación de un puente y finalmente por la dis-
minución del espacio subretiniano.
Recientemente la vitrectomía para agujeros maculares traumáticos ha llevado
a una mayor posibilidad de mejoría visual11, 14-16. El manejo de los agujeros maculares
traumáticos se describe en el Capítulo 9.
DesprendimientodeRetina(conDesgarrosRetinianos
Gigantes)
Es poco común que un paciente desarrolle un desprendimiento de reti-
na regmatógeno agudo, luego de un trauma contundente. El periodo de latencia es
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Capitulo 07:Capítulo 07 3/18/09 11:54 AM Page 82
RupturaCoroidea
La rápida deformación del globo por un objeto a alta velocidad o su onda de
choque, causa un incremento súbito de las fuerzas de tracción en la esclera y la hia-
loides posterior, así como en todas las capas de tejidos que se encuentran entre ellas.
Una ruptura coroidea es un desgarro en la coroides, y se han clasificado co-
mo directas o indirectas. Una ruptura coroidea directa ocurre en una ubicación ante-
rior al sitio del impacto, y usualmente está orientada de forma paralela a la ora serra-
ta. Las rupturas indirectas ocurren en un sitio posterior y lejano al lugar del impacto.
Daniel22 reportó 7 casos de rupturas coroideas, en los que la retina permaneció adhe-
rida por al menos 6 meses. Un caso presentó desprendimiento de retina un año luego
del trauma. El desgarro retiniano en este caso se encontraba lejos de la ruptura coroi-
dea.
Las rupturas coroideas indirectas que ocurren temporales al disco óptico se
asocian más frecuentemente con pérdida visual, que las nasales, debido al mayor ries-
go de lesión macular por el efecto directo de la ruptura, daño retiniano interno, reti-
nopatía pigmentaria o el desarrollo tardío de una membrana neovascular sub-retinia-
na 23. No se requiere tratamiento quirúrgico inmediato, pero es importante un segui-
miento cuidadoso a largo plazo, de los pacientes.
AvulsióndelNervioÓptico
La avulsion del nervio óptico puede ser parcial o completa. En estos casos se
puede peresentar un grado variable de hemorragia intraocular.
Los mecanismos postulados para la avulsión del nervio óptico incluyen la ex-
trema rotación y desplazamiento anterior del globo 24; el abrupto incremento de la pre-
sión intraocular que empujaría a la cabeza del nervio hacia fuera del canal escleral 25;
y el incremento de la presión intraorbitaria que desplaza el globo anteriormente, esti-
rando al nervio 26. Todos estos mecanismos proponen un desgarro en la lámina cribo-
sa, con disrupción de los axones en ese punto.
No existe tratamiento para esta condición, y la pérdida visual es irreversible.
RetinopatíadePurtcher
La retinopatía de Purtcher 27 es una angiopatía traumática, causada en la ma-
yoría de los casos por trauma craneano o toráxico. Los signos retinianos bilaterales
más comunes incluyen infartos isquémicos blancos (manchas blanco-algodonosas o
de Purtcher-Flecken) y hemorragias (en mancha y punto, pre-retinianas o en llama).
La patogénesis es desconocida. Las teoría incluyen el reflujo venoso y un es -
pasmo anterior secundario al incremento súbito de la presión intratoráxica, embolis -
mo gaseoso, embolismo graso, y agregación de granulocitos inducida por el comple -
mento. En muchos casos la agudeza visual puede recuperarse espontáneamente28.
82
Capitulo 07:Capítulo 07 3/18/09 11:54 AM Page 83
TraumaOcularAbierto(Heridas
Penetrantes)
Es importante obtener datos comple-
tos del accidente. Se debe evaluar la agudeza
visual y la presión intraocular (si es posible)
antes de otros exámenes adicionales. Ocasio-
nalmente una herida escleral puede estar ocul-
ta bajo la conjuntiva, la cápsula de Tenon o los
músculos rectos. La presencia de quemosis o Figura 7: Quemosis y hemorragia sub-
conjuntival con una ruptura oculta.
edema subconjuntival sugiere que pueda
existir una ruptura oculta (Figura 7).
Si existe ruptura, la presión intraocu-
lar con frecuencia es baja, pero puede estar
normal o elevada.
La biomicroscopía es muy útil para
evaluar la localización de la herida penetrante
(Figura 8). La biomicroscopía y la ecografía
modo B del vítreo anterior pueden ser de ayu-
da, al demostrar bandas vítrea dirigidas hacia
un sitio de ruptura escleral oculta (Figura 9).
Figura 8: La biomicroscopía puede evi-
En muchos casos se puede identifi- denciar la localización de la herida pene-
car un cuerpo extraño intraocular con la bio- trante al ojo. Un cuerpo extraño atravesó
microscopía o la oftalmoscopía indirecta la córnea, el iris, el cristalino y finalmen-
(Figura 10). te se alojó en la cavidad vítrea.
La tomografía computarizada (TAC)
es muy útil para identificar las rupturas y los
cuerpos extraños intraoculares radio-opacos
(Figura 11), aunque tiene dificultades para
identificar los cuerpos radiolúcidos como ma-
dera o vidrio, y aún los cuerpos extraños me-
tálicos muy pequeños.
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Capitulo 07:Capítulo 07 3/18/09 11:54 AM Page 84
Figura 12: Laceración corneo-escleral com- Figura 13: Sutura de una laceración corneo-
pleja. escleral compleja con Nylon 10-0.
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Capitulo 07:Capítulo 07 3/18/09 11:54 AM Page 85
La endoftalmitis no afectó de
manera significativa la frecuencia de evis-
ceración/enucleación. La demora en el
cierre primario, la ruptura de la cápsula del
cristalino, y la presencia de una herida
sucia se asociaron con el desarrollo de
endoftalmitis post-traumática.
Cuando se presenta endoftalmitis
post-traumática recomendamos una vitrec-
tomía completa con inyección de silicón.
El resultado visual final es mejor
luego de este procedimiento que luego de Figura 14: Este caso requirió una vitrecto-
una vitrectomía convencional, en pacien- mía via pars plana luego de la sutura de una
tes con endoftalmitis post-traumática, con- laceración corneoescleral compleja.
siderando la posibilidad de un desprendi-
miento de retina asociado.
Referencias
85
Capitulo 07:Capítulo 07 3/18/09 11:54 AM Page 86
________________
KazuakiKadonosono,MD
YoichiroWatanabe,MD
Departamento de Oftalmología,
Centro Médico de la Universidad
de la Ciudad de Yokohama
Japón
86
Capitulo 08:Capítulo 08 3/18/09 11:57 AM Page 87
8
Por
William J. Wirostko, MD
Rama D. Jager, MD
Robin Singh, MBBS
Daniel Kiernan, MD
William F. Mieler, MD
Introducción
Los cuerpos extraños intraoculares constituyen un problema encontrado con fre-
cuencia en casos de trauma ocular. Hasta el 40% de los ojos con trauma ocular abierto
presentarán al menos un cuerpo extraño intraocular (CEIO)1,2. Los CEIOs afectan más co-
múnmente a los hombres jóvenes mientras golpean metal sobre metal, utilizan maquina-
ria, disparan un arma de fuego de proyectil o perdigones, o están cerca a un explosión.
La mayoría de los casos ocurren en el sitio de trabajo 3-7. Los CEIOs retenidos constitu-
yen una verdadera emergencia que puede llevar a pérdida visual severa debido a endof-
talmitis, desprendimiento de retina, lesión del cuerpo ciliar, metalosis ocular y aún pérdi-
da del ojo, a pesar de todos los esfuerzos. Ya que las lesiones con CEIO ocurren frecuen-
temente en miembros productivos de la sociedad, tienen altos costos tanto económicos
como humanos.
Sin embargo la mayoría de los ojos con un CEIO pueden mantener una buena
visión, con el tratamiento adecuado. En estudios desde finales de la década de 1.980 han
mostrado que aproximadamente el 80% de los ojos recuperan agudezas visuales de 5/200
o mejores, y el 60% alcanza 20/40 o mejor3,5. Un estudio mostró en el año 2.000 que 42
de 59 ojos alcanzaron una agudeza visual final con corrección de 20/40 o mejor, y 50
de los ojos alcanzaron una visión mayor de 5/200 8. El pronóstico es mejor cuando el
CEIO se retira durante la cirugía inicial, o tan pronto como sea posible, y cuando la vi -
sión preoperatoria es buena. Para lograr un resultado favorable se debe prestar aten-
ción a los antecedentes, realizar un examen ocular cuidadoso, emplear las ayudas
diagnósticas adecuadas y realizar un manejo oportuno.
87
Capitulo 08:Capítulo 08 3/18/09 11:57 AM Page 88
EVALUACIÓN DE UN CUERPO
EXTRAÑO INTRAOCULAR
El diagnóstico de un CEIO se inicia con una historia completa y la sospe-
cha de su presencia. Es importante la información sobre las circunstancias del trauma,
el tiempo transcurrido desde ese momento, si se usaban gafas de seguridad, y cualquier
exposición a martilleo, uso de taladros o explosiones. Estos antecedentes y signos
oculares sutiles, tales como: una opacidad cristaliniana localizada; una herida corneal o
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escleral auto-selladas (Figura 3); asimetría en la presión intraocular (PIO); cambios le-
ves en el tamaño o forma de la pupila; heterocromía leve (Figura 4), pueden ser todo lo
que sugiera la presencia de un CEIO.
Es importante documentar en el examen inicial la agudeza visual; la respuesta
pupilar; la PIO; los hallazgos del examen externo y la biomicroscopía; la transparencia
de los medios; la extensión y localización de la herida; el color del iris; el estado del cris-
talino; y la presencia de desgarros y desprendimientos retinianos. El tamaño, la forma, la
ubicación, el número, el tipo, las propiedades magnéticas, y la vía de entrada de un cuer-
po extraño, deben también describirse cuidadosamente. La composición de un CEIO y
sus propiedades magnéticas son especialmente importantes, ya que influyen en el pronós -
tico y en el método de extracción del CEIO. Esta información debe recogerse lo más
pronto posible, ya que la opacificación progresiva de los medios puede limitar o imposi-
bilitar el examen posterior. Se debe tener cuidado al examinar un ojo con trauma abier-
to, ya que el prolapso del contenido ocular empeora el pronóstico.
IMAGENOLOGÍA
En todo ojo con sospecha de CEIO se debe descartar su presencia con los exá-
menes apropiados, los que incluyen la tomografía computarizada (TAC), la ecografía, y
ocasionalmente la resonancia nuclear magnética (RNM), pero para emplear esta última
se debe estar seguro de que no se trata de un CEIO magnético. Las radiografías simples,
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por si solas, no son adecuadas; pueden ser relativamente económicas y fáciles de obte-
ner, pero son muy poco sensibles. En un estudio las radiografías no pudieron identificar
el CEIO en el 60% de los ojos 18,19. Si se sospecha un CEIO, aunque las radiografías arro-
jen un resultado negativo, se requieren las imágenes de la TAC 20.
Ecografía
La ecografía es una herramienta valiosa para la detección de CEIO, aunque de-
pende en gran manera de la habilidad del examinador, y se debe tener cuidado en el ca-
so de un ojo con trauma abierto. La ecografía puede detectar CEIOs tanto radiolúcidos
como radio-opacos, y puede realizarse en el consultorio. Tiene alta sensibilidad y resolu-
ción por medio del empleo del eco y la sombra acústica. En una serie de 46 ojos, la eco-
grafía identificó y localizó todos los CEIOs, incluyendo una pestaña 29. La ecografía es
útil en la identificación de la ubicación precisa de un CEIO, cuando este está alojado
adyacente a la esclera. Además evidencia las anormalidades oculares asociadas, inclu-
yendo los desprendimientos de retina y los desprendimientos coroideos, la hemorragia ví-
trea y las heridas de salida 29,30. La ecografía de alta frecuencia se puede emplear cuando
se requiera una descripción más detallada de la forma, tamaño, o posición relativa del
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CEIO. Este es frecuentemente el caso cuando hay un CEIO en la cámara anterior 31. La
ecografía tiene baja especificidad y se recomienda que se interprete en conjunto con otros
exámenes imagenológicos. Esto puede ayudar a diferenciar pequeños objetos metálicos
de burbujas de aire introducidas al globo durante el trauma. Puede realizarse ecografía en
un ojo con trauma abierto, generalmente a través del párpado y con cuidado para evitar
el prolapso de estructuras intraoculares. En ciertas situaciones la ecografía puede reali-
zarse intraoperatoriamente, luego de haberse suturado la herida de entrada.
Resonancia Nuclear Magnética (RNM)
La RNM juega un papel especial en la detección de los CEIOs. Es el único exa-
men capaz de detectar CEIO pequeños de plástico o madera32,33. Emplea intensas fuerzas
magnéticas y por lo tanto puede causar movimiento de un CEIO magnético y ocasionar
mayores daños oculares o neurológicos 34. La RNM en general no es una herramienta de
tamizaje y debe emplearse sólo luego de que la TAC haya descartado la presencia de
CEIO metálicos.
MANEJO
El manejo de un trauma con presencia de CEIO requiere el cierre inmediato del
globo y la remoción del CEIO. El ojo debe cubrirse con un protector de Fox y se le de-
be aplicar al paciente profilaxis antibiótica de amplio espectro, intravenosa u oral (fluo-
roquinolonas de cuarta generación) mientras se espera la cirugía, especialmente si está se
postergará más allá de unas cuantas horas. Es necesaria la profilaxis anti-tetánica y obte-
ner una historia médica completa para preparar al paciente para la anestesia. Una demo-
ra en el cierre primario y la remoción del CEIO de más de 24 horas, incrementa en cua-
tro veces el riesgo de endoftalmitis y pérdida visual severa2. Además, puede ocurrir la
formación de tejido fibroso inflamatorio, la condensación del vítreo, el crecimiento de
membranas fibro-vasculares, y el desarrollo de un desprendimiento de retina traccional o
regmatógeno. La remoción temprana del CEIO, antes de su encapsulación, facilita su ex-
tracción 35 y limita la toxicidad intraocular causada por él.
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importante anotar, sin embargo, que todos estos estudios comparativos no fueron aleato-
rizados y presentan un sesgo de selección.
Los CEIOs en el segmento posterior que estén ocultos por opacidad de los me-
dios, sean compuestos de material no magnético, sean demasiado grandes para su extrac-
ción por vía pars plana, o estén embebidos en la retina posterior, la coroides o la esclera
requerirán una vitrectomía vía pars plana para asegurar una extracción con el menor trau-
ma posible. Además constituye una ventaja en caso de disrupción del cristalino, endof-
talmitis, y desprendimiento de retina. La vitrectomía permite la remoción de cualquier
opacidad vítrea, y permite el acceso para la reparación de otras lesiones asociadas. Los
instrumentos de vitrectomía además permiten la remoción de cualquier tejido fibroso que
encapsule al CEIO, y es posible emplear la aspiración suave o unas pinzas intraoculares
para capturar un CEIO no magnético, en el segmento posterior 44, 45, imanes de tierras-ra-
ras para capturar un CEIO magnético 46, y aún una pinza de cálculos de ureter para ma-
nipular CEIOs grandes 47. La vitrectomía permite además la reparación de las lesiones re -
tinianas o coroideas, la extracción de un cristalino lesionado, y el paso transpupilar de un
CEIO excesivamente grande hacia la cámara anterior, para una extracción vía limbar. Se
puede realizar una retinotomía para extraer un CEIO sub-retiniano 45, y una hialoidecto-
mía posterior en casos de CEIOs intra-retinianos 48. Se pueden obtener especímenes mi-
crobiológicos cuando se sospeche endoftalmitis, y la realización de la vitrectomía vía
pars plana parece ser benéfica para extraer toxinas del ojo con el lavado, disminuir la car-
ga microbiana, y posiblemente disminuir el desarrollo de endoftalmitis 21.
Las rupturas retinianas son comunes en los traumas con CEIOs. Se presentan en
dos formas: los localizados en el sitio de impacto del CEIO y los distantes a ese sitio. El
tratamiento con fotocoagulación o crioterapia de los desgarros retinianos en el sitio de
impacto, es controvertido. En un estudio 49, se recomendaron dos hileras de fotocoagula -
ción concéntricas alrededor de los sitios visibles de impacto intra y pre-retinianos (Figu-
ra 9 a,b). Esto fue totalmente efectivo para prevenir el desprendimiento de retina en 36
casos. Otros autores han sugerido que se debe esperar que maduren estas cicatrices de fo-
tocoagulación antes de la remoción del CEIO 48, 50-52. Esto requiere la aplicación de la
fotocoagulación de uno a dos días antes de la remoción quirúrgica del CEIO. Otros
argumentan que la fotocoagulación o la crioterapia ni siquiera se requieren 36, 50. La
impactación del CEIO en la retina puede producir una adhesión retino-coroidea espontá -
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Capitulo 08:Capítulo 08 3/18/09 11:57 AM Page 95
A B
nea, haciendo que no sea necesaria terapia suplementaria para lograr esta adhesión; el
manejo adicional puede ser potencialmente lesivo.
Todos los autores están de acuerdo en que los desgarros retinianos requieren tra-
tamiento cuando se asocian con un desprendimiento de retina. Las técnicas de reaplica-
ción incluyen la vitrectomía vía pars plana, tamponamiento con gas o aire y/o un proce-
dimiento de cerclaje escleral.
Los cerclajes esclerales profilácticos pueden considerarse en todos los ojos que
tengan un incremento del riesgo de desprendimiento de retina, aunque si existen benefi-
cios reales aún está en discusión. Varios estudios han descrito una posible protección con -
tra el desarrollo posterior de un desprendimiento de retina 53-55.
Aparición de Catarata / Implantación de Lente Intraocular
Las lesiones del cristalino se pueden manifestar como cataratas, laceraciones,
sub-luxaciones o luxaciones. Esto puede dificultar la visualización del segmento poste -
rior, limitar la recuperación visual y constituirse en un sitio donde se anide una infección.
Además incrementa el riesgo de glaucoma y puede desencadenar una endoftalmitis esté-
ril. Es, por tanto, razonable extraer el cristalino, siempre que la integridad de la cápsula
esté alterada 42,43; sin embargo, las lesiones cristalinianas ocasionalmente pueden ser no
progresivas, y se puede preservar el cristalino a pesar de tener una disrupción limitada de
la cápsula 56.
El manejo tradicional de la lesión traumática del cristalino incluye una posterga-
ción de la implantación de un lente intraocular (LIO), para permitir la recuperación del
trauma inicial. Este enfoque se considera el más seguro ya que evita la colocación de un
LIO en un ojo potencialmente infectado, o en un ojo que pueda desarrollar complicacio-
nes significativas del segmento posterior. Esto hace, sin embargo, que se requiera cirugía
adicional en un segundo tiempo.
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Capitulo 08:Capítulo 08 3/18/09 11:57 AM Page 96
Desde hace poco cada vez más cirujanos están implantando LIOs durante el pro-
cedimiento primario. Se cree que una recuperación visual rápida 52, 57-59 sin necesidad de
un procedimiento adicional compensa los riesgos de infección 2,3,21,60 y la posible implan-
tación de un LIO de poder equivocado. Se han reportado buenos resultados visuales 52, 58,61,
y la implantación primaria de un LIO luego de la extracción del cristalino lesionado pue-
de ser una alternativa en ojos con riesgo bajo de endoftalmitis. Si se preserva una sufi-
ciente cantidad de cápsula, se puede implantar un LIO en el saco o en el sulcus. En au-
sencia de soporte capsular, se puede utilizar un LIO flexible, de asas abiertas en cámara
anterior. Se debe obtener en todos los casos un consentimiento informado.
COMPLICACIONES
Las complicaciones con potencial de pérdida visual severa de los CEIOs inclu-
yen la endoftalmitis, el desprendimiento de retina con vitreo-retinopatía proliferativa,
metalosis (siderosis y chalcosis), y neovascularización coroidea. Todas se pueden presen-
tar de manera inmediata o tardía.
Endoftalmitis
La endoftalmitis es una complicación catastrófica de los traumas con CEIO.
Ocurre entre el 8 y el 13% de los casos 3,9 y puede llevar a la pérdida total de la visión
hasta en las dos terceras partes de los ojos 62. En el 40% de los casos pueden no existir
signos de infección en el examen inicial 3. Los factores de riesgo para endoftalmitis in-
cluyen una edad del paciente mayor de 50 años 2, la consulta tardía [24 horas o más des-
pués del trauma] 2, y un CEIO compuesto de acero 21, 60, 62. La incidencia de endoftalmitis
puede ser significativamente más alta (hasta el 30%) en ojos con CEIO orgánicos o con-
taminado con tierra 21, 60, 62. Las bacterias más comúnmente involucradas son los Bacillus,
los Staphylococcus epidermidis, y las especies de Streptococcus 21, 60, 63. Las infecciones
por Bacillus son particularmente destructivas, y hasta el 75% de los ojos pueden presen-
tar pérdida visual total, ptisis bulbi, o requerir enucleación (Figura 10) 63. Sin embargo,
en casos seleccionados de infección por Bacillus, es posible lograr algún grado de recu-
peración visual 64,65.
En todas las lesiones abiertas con sospecha de endoftalmitis se debe practicar
una extracción inmediata del CEIO, aplicación de antibióticos intravítreos, y cultivos mi-
crobiológicos adecuados. En ojos con características clínicas de endoftalmitis, en los
que no se pueda realizar remoción inmediata del CEIO, se ha descrito la inyección in-
travítrea inmediata de antibióticos 66, aunque este punto genera controversias.
Como alternativa se puede considerar el empleo de fluoroquinolonas de cuarta
generación orales (gatifloxacina, moxifloxacina). Aunque se ha visto que, aún en ojos no
inflamados, estos agentes penetran al ojo adecuadamente 67-69, su eficacia en estos casos
no ha sido estudiada.
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Metalosis
La siderosis es secundaria a la presencia de hierro intraocular. Es un resultado
conocido de los CEIOs y puede llevar a pérdida visual. El tiempo de instauración y el
grado de lesión variará dependiendo del contenido de hierro y la localización del CEIO.
La siderosis se caracteriza histopatológicamente por la acumulación de hierro dentro de
las células metabólicamente activas. Las células del epitelio pigmentario retiniano, el epi-
telio corneal, el epitelio cristaliniano, los músculos constrictores de la pupila, la malla tra-
becular, y la pars plana son las más comúnmente comprometidas 98,99. Los signos clínicos
de siderosis incluyen heterocoromía iridiana, midriasis, disminución de la agudeza vi-
sual, depósitos café oscuros en el endotelio corneal (Figura 12 a) y por debajo de la cáp-
sula anterior del cristalino (Figura 12b), catarata, depósitos de pigmento a nivel del epi-
telio pigmentario retiniano, y posible pérdida de la perfusión capilar (Figura 12c) 98, 100, 101.
A C
100
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RESULTADOS VISUALES
En general, los CEIOs tienen un buen pronóstico 37-39, 96. Aproximadamente el
80% de los ojos alcanzan una visión de 5/200 o mejor, y el 60% de los ojos alcanzan
20/40 o mejor 3,5. Los signos clínicos que indican un buen pronóstico incluyen una agu -
deza visual inicial de 20/200 o mejor; trauma con mecanismo cortante; localización an-
terior de la herida; y una herida de 10 mm o menos de longitud 109,110. Los factores asocia-
dos con un mal pronóstico incluyen una visión inicial menor de 5/200, la presencia de de-
fecto pupilar aferente, lesión del cristalino, hemorragia vítrea densa, una herida
grande (>10 mm), y extensión de la herida en la zona posterior al espiral de Tillaux 3, 111.
Las lesiones con CEIOs relacionadas con perdigones 112-114, inducidas por traumas con -
tundentes 3, o con presencia de CEIOs intra-retinianos 115 también se asocian con resul-
tados menos buenos 48.
Las características del CEIO también influyen en el resultado visual. Los CEIOs
que sean metálicos, cortantes, y no-magnéticos poseen un mejor pronóstico que los que
son romos, no-metálicos o magnéticos. Los CEIOs cortantes penetran el globo fácil-
mente causando pocas lesiones. Por el contrario los CEIOs romos requieren mucha más
energía para penetrar. Su presencia a menudo se asocia con traumas significativos. Esto
lleva típicamente a desgarros retinianos, diálisis retinianas, desprendimientos hemorrági-
cos, avulsión del nervio óptico, rupturas o desprendimientos coroideos, y necrosis he-
morrágica o desgarros del cuerpo ciliar 3, 111-113. Las lesiones por perdigones son un tipo co-
mún de lesiones con CEIOs romos. En un estudio estas lesiones no alcanzaron una agu-
deza visual de 5/200, y el 86% de los ojos requirieron finalmente enucleación 113. Sólo se
han reportado algunos casos que alcanzan buena agudeza visual en este tipo de trauma
114
. Los CEIOs de composición metálicas se relacionan generalmente con un pronóstico
favorable, ya que tienden a ser cortantes y producidos por actividades que involucran
energía relativamente baja, tales como el martilleo 4. Por el contrario, los CEIOs no-me -
tálicos típicamente son romos y son producidos por eventos de alta energía como dispa-
ros de armas de fuego y explosiones 4. El mal pronóstico en estos casos es un reflejo de
los traumas asociados 12. Los CEIOs orgánicos son un tipo de CEIOs no metálicos
que tienen un pronóstico sombrío, ya que con frecuencia se asocian con endoftalmitis 60.
El pronóstico favorable de los CEIOs no-magnéticos puede explicarse en parte por su
composición inerte. Típicamente contienen aluminio, oro, platino, plata, vidrio, piedra y
plástico, que son bien tolerados dentro del ojo. Por el contrario los magnéticos contienen
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hierro, cobre, plomo y zinc, y muchas de estos elementos son tóxicos, y capaces de pro-
ducir lesiones oculares significativas 104-106.
Es desalentador que después de casi tres décadas de experiencia con microciru-
gía no se haya mejorado significativamente el pronóstico en casos de lesiones con
CEIOs 3,116. El porcentaje de ojos que alcanzan 20/40 o mejor actualmente (60 a 70%) es
aproximadamente equivalente al porcentaje que lo alcanzaban antes del advenimiento de
la vitrectomía vía pars plana 3. La mejoría significativa parece estar en la disminución de
la incidencia de enucleación 3, 116 y el mantenimiento de al menos algo de visión. Las ex -
plicaciones posibles pueden incluir que las características del trauma inicial son las que
determinan el resultado visual a pesar de un manejo óptimo3, y que los ojos que alcanzan
20/40 o más presentan menores lesiones iniciales y requieren procedimientos menos
complejos.
Aunque aparecen nuevas modalidades terapéuticas para el manejo de los CEIO,
el área en la cual se requieren más avances es en el de la prevención. Hasta el 90% de las
lesiones en el ambiente laboral podrían evitarse con el uso de protección ocular adecua-
da 117. El aumento de la conciencia del público, las regulaciones estrictas en el lugar de
trabajo, las restricciones del uso de drogas ilícitas 13 y la obligatoriedad del empleo del
cinturón de seguridad, todas pueden ser medidas que ayuden. El hecho de que el empleo
de gafas de seguridad en el lugar de trabajo puede ser tan baja como del 6% sugiere que
la prevención actualmente es inadecuada 109-116, 118.
Conclusión
Los pacientes con CEIOs retenidos se presentan con múltiples hallazgos ocula-
res. En los casos de trauma ocular abierto, siempre se debe sospechar la posibilidad de
un CEIO. Los pacientes deben evaluarse de manera integral y oportuna, y se deben rea-
lizar los procedimientos adecuados para remover el CEIO. La vía de extracción y el pro -
cedimiento quirúrgico dependen de la localización y la composición del CEIO, así como
de la presencia de otras alteraciones asociadas. Pueden aparecer numerosas complicacio-
nes incluyendo endoftalmitis, desprendimiento de retina, metalosis y aún neovasculariza-
ción coroidea. En la mayoría de los casos, sin embargo, el CEIO puede extraerse de ma-
nera exitosa, restablecer la integridad anatómica del ojo y lograr una recuperación visual
significativa.
Referencias
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injuries with retained intraocular foreign bodies. Ophthamol 95:911-6, 1988.
103
Capitulo 08:Capítulo 08 3/18/09 11:57 AM Page 104
4. Khani SC, Mukai S: Posterior segment intraocular foreign bodies. Int Ophthalmol Clin 35: 151-161, 1995.
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William F. Mieler, MD
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Capítulo 09 -:Capítulo 09 - 3/18/09 12:00 PM Page 109
AgujeroMacularTraumático
9
Por
Hugo Quiroz-Mercado, MD
H. J. Flores-Orta, MD
L. G. Alvarez-Rivera, MD
Patogénesis
El trauma ocular contuso se asocia con una gran variedad de complicaciones que
comprometen el polo posterior, de las cuales se incluyen: edema de Berlín, hemorragia
vítrea, ruptura coroidea, diálisis retiniana, hemorragia subretiniana y agujero macular, en-
tre otras.
Debido a la configuración anatómica del área foveolar, la cual es extremadamen-
te delgada en comparación con el resto de la retina, así como de su localización, la má-
cula es especialmente susceptible al trauma ocular contuso, pudiendo ocasionar un agu -
jero macular. La mayoría de casos descritos en la literatura de agujero macular traumáti-
co son niños o adultos jóvenes. En una serie de 25 pacientes con agujero macular trau -
mático, las edades variaron en un rango de 8 a 36 años, con una media de 23 años. Asi -
mismo la variación en cuanto a sexos fue significativa: 80% fueron hombres y 20% mu -
jeres (1).
La causa más común de formación de agujero macular traumático es la infringi -
da por pequeños objetos redondos (por ejemplo pelotas de tenis, béisbol, squash), así co -
mo grandes objetos como balones de fútbol soccer (2); otras causas que han sido reporta-
das incluyen daño accidental por láser, descarga eléctrica (3) y activación de bolsas de ai-
re en automóviles (4).
El mecanismo mediante el cual se desarrolla el agujero macular traumático es a
la fecha, un tema controversial, para el cual se han postulado la combinación de uno o
más mecanismos como necrosis por contusión, hemorragia subfoveal y tracción vítrea(5).
109
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CAsoCliniCo
Paciente masculino de 37 años quien presenta trauma ocular contuso (puñetazo)
en ojo izquierdo, notando disminución de la agudeza visual, por lo cual, acude a nuestro
servicio tres semanas después del trauma.
A la exploración encontramos: agudeza visual del ojo derecho 20/20, ojo izquier-
do 20/200. El examen del segmento anterior fue normal para ambos ojos. Se observa el
signo de Watzke Allen positivo en ojo izquierdo. A la fundoscopía se encontró un aguje-
ro macular de espesor total con un diámetro aproximado de 250 µm aproximadamente,
asociado con una membrana epiretiniana en ojo izquierdo (Figuras 3-4).
El paciente fue sometido a vitrectomía (PCPV) y tinción con azul de tripano
(Figuras 5-6), con remoción del vítreo cortical posterior, pelaje de la membrana epireti-
niana, intercambio aire-agua con colocación de C3F8 al 18%, posicionando al paciente en
decúbito ventral por dos semanas (Figura 7).
Al examen oftalmológico del paciente, a las 4 semanas, presenta una agudeza vi-
sual de ojo derecho de 20/20, y de ojo izquierdo de 20/40, observandose el signo de
Watzke Allen negativo (Figuras 8-9).
Figura 3: Fotografía clínica a color del Figura 4: Fotografía de OCT que demuestra la
polo posterior del ojo izquierdo que de- solución de continuidad del espesor completo
muestra el agujero macular grado IV. de la retina. Se observan los bordes del agujero
macular separados del EPR.
112
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Figura 7: Fotografía transoperatoria donde se apre- Figura 8: Fotografía clínica 4 semanas pos-
cia el pelaje de la membrana limitante interna terior a la cirugía donde se aprecia el agujero
macular cerrado.
113
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Conclusión
Actualmente no se conocen con exactitud los resultados de la vitrectomía en agu-
jero macular traumático; estos, usualmente permanecen estables y rara vez progresan,
aunque existe una gran asociación entre agujeros maculares traumáticos y desprendi-
miento de retina periférico y del polo posterior. Por lo que debe mantenerse una conduc -
ta expectante y valorar periódicamente.
Si el cierre espontáneo del agujero macular posterior al trauma no sucede hacia
el tercer mes, es recomendable realizar vitrectomía. La PCPV facilita la aplicación de co-
lorante, como el azul de tripano, así como la remoción de la membrana epiretiniana y la
limitorrexis, manteniendo la retina estable mientras se efectúan tales maniobras. En caso
de existir un desprendimiento de retina asociado en el polo posterior con presencia de li-
quido subretiniano, la técnica de PCPV resulta más fácil para reaplicarla.
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114
Capítulo 09 -:Capítulo 09 - 3/18/09 12:00 PM Page 115
HugoQuiroz-Mercado,MD
Director, Departamento de Retina
Jefe, Laboratorio de Cirugía Experimental
Asociación para Evitar la Ceguera en México.
Profesor, Universidad Nacional Autónoma de México
México
H.J.Flores-orta,MD
Departamento de Retina
Asociación para Evitar la Ceguera en México
México
l.G.Alvarez-Rivera,MD
Departamento de Retina
Asociación para Evitar la Ceguera en México
México
115
Capítulo 09 -:Capítulo 09 - 3/18/09 12:00 PM Page 116
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Capítulo 10 - Diag.:Capítulo 10 - Diag. 3/18/09 12:03 PM Page 117
FracturasOrbitariasDiagnóstico
yReconstrucción
10
Por
J. V. Perez Moreiras, MD
M. C. Prada Sanchez, MD
J. E. Coloma Bockos, MD
Introducción
En el mundo de hoy los traumatismos de la región orbitaria representan una ca-
suística importante en las urgencias de los centros de atención médica. Los accidentes au-
tomovilísticos (1), laborales o deportivos y la violencia interpersonal, son el origen habi-
tual de trauma orbitario en nuestra sociedad. Existen también otras muchas causas publi-
cadas como lesiones por manillar bicicletas (2), accidentes de cacería o incluso en algunos
sitios de norte América no son infrecuentes los ataques de animales como osos pardos.
El oftalmólogo general, e incluso los residentes, son la mayoría de las veces, los
que habitualmente atienden los traumas orbitarios que consultan la emergencia de los
centros de salud o bien responden las interconsultas de los servicios de trauma de urgen-
cia; por estas razones el conocimiento del diagnóstico, evaluación y manejo de esta pa-
tología es esencial en su formación.
Las fracturas orbitarias originadas por traumatismos pueden ser simples (aisla-
das) o complejas. Las fracturas simples o aisladas las vamos a definir como aquellas que
solo afectan a la cavidad o el reborde de la orbita respetando los huesos faciales adyacen -
tes. Estas fracturas generalmente se producen en las láminas óseas más débiles o en el re -
borde de la órbita, siendo el desplazamiento o la fractura conminuta muy infrecuentes.
Su manejo y resolución depende exclusivamente del Oftalmólogo y de ellas extensamen-
te hablaremos en este capítulo.
Las fracturas complejas, que pueden acompañarse de fracturas simples, afectan
otras estructuras faciales pudiendo involucrar la fosa craneal y los senos paranasales
(frontal, maxilar). Se producen generalmente en pacientes politraumatizados y son pro-
ducto de impactos de alta velocidad, con daño del reborde orbitario, y en donde la ines -
tabilidad, el desplazamiento y la fractura conminuta son frecuentes. Estas fracturas están
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FracturasSimples
Las paredes orbitarias que más frecuentemente sufren fracturas simples son la
pared medial y la pared inferior (suelo orbitario), eventualmente podemos encontrar una
fractura mixta del suelo y de la pared medial, pero debido a que el mecanismo de pro-
ducción y su abordaje terapéutico y quirúrgico es el mismo, las consideraremos como
fracturas simples de la órbita.
Las fracturas del suelo orbitario y de la pared medial son por lo general del tipo
"blow out", en donde la pared se rompe por su zona mas débil debido a una presión se-
cundaria y el tejido óseo fracturado se aleja de la cavidad orbitaria, expandiendo el volu -
men de la misma; sin embargo, pueden existir fracturas del tipo "blow in" donde el frag-
mento óseo que se ha fracturado se introduce a la cavidad orbitaria reduciendo el
volumen de la misma. Las fracturas de tipo "blow in" tienen un mecanismo distinto a las
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FracturadelSuelodelaOrbita
Las fracturas simples del suelo de la órbita pueden tener un mecanismo directo,
donde existe una continuación de la fractura del reborde orbitario inferior o por un me-
canismo indirecto de tipo "blow out". En el tipo de fracturas "blow out" el reborde orbi-
tario inferior esta indemne.
A pesar de que el mecanismo de lesión es similar en adultos y en niños, por nor-
ma general, las fracturas suelen comportarse de distinta manera. Los niños poseen hue-
sos mas blandos y flexibles por lo que tienden a doblarse y romperse formando como una
puerta batiente ("trapdoor") que tiende a atrapar el tejido orbitario (fractura con atra-
pamiento) (Figura 3). Los huesos de los adultos, por el contrario, son mas rígidos y
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inferior que se produce en las fracturas tipo "trapdoor", generalmente en niños, suelen
desencadenar náuseas, vómitos y bradicardia cuando intenta la motilidad del globo ocu-
lar ya que se desencadena el reflejo oculo-cardiaco. Es importante reconocer este signo
de atrapamiento muscular en los días siguientes al traumatismo porque es indicación de
cirugía inmediata, no solo para aliviar la sintomatología, sino también para evitar que la
isquemia y fibrosis producidas por el atrapamiento pueden ser causa irreversible de vi-
sión doble, quedando el paciente con diplopía permanente si se retrasa la liberación de
los tejidos. Por el contrario, causas de visión doble por edema, trauma nervioso y hemo-
rragia intramuscular sugieren una conducta expectante ya que la motilidad suele recupe-
rarse completamente en 2 semanas. Si existen dudas acerca de la presencia o no de atra -
pamiento muscular debe realizarse un test de ducción forzada. Se coloca un bastón de al-
godón empapado en anestesia (preferiblemente cocaína al 4%) en el fondo de saco infe-
rior durante varios minutos, posteriormente con una pinza con dientes se atrapa la inser-
ción del recto inferior a través de la conjuntiva, y suavemente se intenta desplazar el glo-
bo ocular hacia arriba y hacia abajo. Un músculo atrapado en la línea de fractura hará que
exista resistencia para elevar el globo y a su vez para deprimirlo, en caso de limitación
del movimiento por otra causa, el globo ocular será fácilmente desplazado hacia arriba y
hacia abajo.
- Enoftalmos e Hipoftalmos: Se presenta generalmente en pacientes en los que
las fracturas producen amplias brechas por donde el tejido orbitario se prolapsa hacia el
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seno maxilar causando enoftalmos. Si la brecha ósea es muy grande puede inclusive
existir un desplazamiento del globo ocular hacia el seno con el consiguiente hipoftalmos
(Figura 7). Es importante destacar que el enoftalmos puede no estar presente al inicio del
cuadro clínico al existir edema o hemorragia intraorbitaria importante, e incluso produ-
cirse un exoftalmos como presentación clínica (Figura 8); una vez resueltos el edema y
la hemorragia (generalmente a las 48 horas) aparecerá entonces el enoftalmos. Estudios
sugieren que si la imagen de TC muestra una fractura mayor del 50% del suelo de la ór-
bita se producirá un enfotalmos significativo clínicamente. El reconocimiento de esta
imagen es indicativo de cirugía así no este presente el enoftalmos en el momento inicial
ya que la atrofia grasa y la cicatrización del tejido orbitario prolapsado en el seno maxi-
lar que se produce al pasar el tiempo (3 semanas) pueden causar un mal resultado quirúr-
gico si la cirugía se realiza en un tiempo tardío. Si concomitantemente existe fractura ti-
po "blow out" de la pared medial el enoftalmos será mas pronunciado.
- Enfisema subcutáneo y/u orbitario: Se produce por paso de aire del seno pa-
ranasal hacia la órbita y tejidos blandos, generalmente aparece cuando existe fractura de
la pared medial de la órbita.
- Alteración de la sensibilidad de la región inervada por el nervio infraorbita-
rio: Las fracturas del suelo de la órbita pueden afectar al canal del nervio infraorbitario y
producir hipoestesia o hiperestesia en el área de distribución del nervio infraorbitario.
- Otros signos: Signos menos frecuentes de este tipo de fracturas pueden ser do-
lor periorbitario, ptosis traumática, lesiones del globo ocular.
Desde el punto de vista clínico las fracturas del suelo de la órbita pueden ser
orientadas para su manejo en dos tipos; las fracturas con atrapamiento (trap-door) y las
fracturas con colapso o hundimiento óseo.
El empleo de la TC para el diagnóstico de las fracturas del suelo de la órbita es
fundamental. Solicitamos cortes axiales y coronales de la órbita de 3mm, sin contraste,
se piden densidades óseas y de tejidos blandos, para valorar ambas estructuras; el con-
traste en esta patología no es necesario. Fan et al (4) sugieren que la medición volumétri -
ca asistida por ordenador puede ser útil en la predicción del enoftalmos tardío y en la es -
timación del volumen del material a implantar en dichos enoftalmos. Los autores demos-
traron que 1cm3 de aumento del volumen orbitario causa 0.89mm de enoftalmos.
Algunos autores como Jank et al (5), proponen el uso de la ultrasonografia para el
estudio y evaluación de las fracturas orbitarias, otros como Friedrich et al (6) limita su uso
a las fracturas de los márgenes orbitarios y del hueso nasal. En nuestra experiencia, sin
embargo, la ultrasonografia no representa un elemento útil en la evaluación de las frac-
turas orbitarias ya que si bien es un método sencillo y asequible no va a aportarnos ele-
mentos válidos para el diagnóstico y manejo de las fracturas.
En nuestro centro utilizamos el siguiente esquema para decidir la intervención
quirúrgica y el momento de realizarla, este esquema es orientativo pero muy útil para es -
quematizar el abordaje:
122
Capítulo 10 - Diag.:Capítulo 10 - Diag. 3/18/09 12:03 PM Page 123
CirugíaInmediata
- Diplopía con marcada limitación o res-
tricción en la elevación y fractura del suelo con
atrapamiento del músculo, vainas o grasa, o con
evidencia del atrapamiento en la TC, que se
acompaña o no de bradicardia, nausea, vómito o
síncope (reflejo oculocardiaco)
- Fractura de tipo "ojo blanco" (white-
eye blow out fracture). Pacientes jóvenes (meno-
res de 18 años) con marcada restricción de la mo-
tilidad ocular vertical que en TC demuestre frac-
tura del suelo con atrapamiento muscular o del
perimisio.
- Enoftalmos o hipoftalmos tempranos
que causen asimetría facial evidente vayan o no
acompañados de diplopía ya que la corrección
Figura 7: Fractura orbitaria del suelo.Se
temprana de este problema es más fácil y de
aprecia marcado enoftalmos e hipoftal-
mos; en la TC hay desplazamiento de las
mejor pronóstico.
estructuras hacia el seno maxilar derecho
(fractura con hundimiento). CirugíaDentrodelas
PrimerasDosSemanas
- Diplopía sintomática, con test
de ducción forzada dudoso y evidencia
en la TC de atrapamiento muscular o de
tejidos blandos que no haya mejorado
en esos días.
- Grandes fracturas del suelo
orbitario con posibilidad latente de de-
sarrollar enoftalmos (más de 2mm)
Figura 8: Joven de 31 años con trauma contun -
dente en región orbitaria derecha, presenta ede-
- Hipoestesia progresiva en la
ma periocular, enfisema en párpado superior, región del nervio infraorbitario
equimosis, ptosis mecánica y exoftalmos dere- - Hipoftalmos severo.
cho. La TC evidencia fractura del suelo con ve-
lamiento del seno maxilar por hemorragia.
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Capítulo 10 - Diag.:Capítulo 10 - Diag. 3/18/09 12:03 PM Page 124
Observación
- Mínima o no diplopía con buena motilidad ocular y ausencia de enoftalmos
(superior a 2mm) o hipoftalmos significativo.
AbordajeQuirúrgicodelasFracturasdelSuelodelaOrbita
Existen muchas maneras de abordar quirúrgicamente las fracturas orbitarias del
suelo, sin embargo, para nosotros la vía subconjuntival bajo microscopio quirúrgico es la
más utilizada por sus múltiples ventajas ya que no causa cicatrices externas, permite una
adecuada visualización de la fractura y conlleva a mínimas complicaciones post-quirúr-
gicas.
El párpado inferior es evertido sobre un Desmarres, la conjuntiva se incide jus-
to por debajo del borde inferior del tarso separándola con los retractores en un mismo pla-
no. Se disecan en un plano posterior al músculo orbicular, separándolo del mismo, por
delante del septum orbitario, esta vez empleando el Desmarres para traccionar y proteger
el músculo orbicular, hasta que se alcanza el reborde orbitario inferior. Según el espacio
que tengamos y la laxitud del párpado inferior se puede, o no, realizar una cantotomia-
cantolisis del párpado inferior o incluso una tarsectomia, por norma general en la mayo-
ría de los casos no empleamos esta ampliación de la incisión. Una vez que se ha alcan-
zado el reborde de la órbita se corta el periostio lo más anterior posible (2mm), en la por-
ción vertical del hueso maxilar, para permitir entonces levantar y disecar de manera ro-
ma todo el periostio del suelo orbitario (Figura 9). Una vez levantado el periostio y al-
canzada la fractura, debe completarse la disección del periostio hasta identificar clara-
mente el labio posterior de la línea o brecha de fractura. En este momento de manera muy
suave se realizan leves tracciones, preferiblemente desde las partes lateral y anterior de
la fractura y siempre con elementos romos, para liberar el tejido prolapsado o atrapado
en la fractura, en este punto debe evitarse el empleo de métodos cortantes o de coagula -
ción ya que podemos causar daños importantes al músculo recto inferior con lesión per-
manente del mismo. En caso de que los tejidos blandos no sean fácilmente levantados de
la fractura, es preferible ampliarla 2 ó 3 mm para liberarlos. Una excepción que nos obli -
ga a usar instrumentos de corte y coagulación para liberar la fibrosis son las reparaciones
tardías cuando existe tejido cicatricial, en estos casos es siempre importante el tener bien
ubicado el músculo recto inferior en la TC (corte coronal) para evitar su desgarro o sec -
ción que empeora el pronóstico y las secuelas.
Una vez liberado los tejidos blandos de la fractura procedemos a interponer una
lámina que cubra el defecto de fractura, mantenga separado los tejidos blandos de la mis-
ma y los eleve a su posición original. El material ideal para reconstruir estos defectos de-
be ser un elemento biocompatible, moldeable, que calce adecuadamente en los contornos
de la órbita, que provea un adecuado soporte y que sea útil para restablecer el volumen
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de la órbita (Figura 10). Muchos materiales se han descrito en la literatura, el uso de in-
jertos óseos, laminas de Nylon, Titanio, Hidroxiapatita y Silicona están ampliamente des-
critos en la literatura. Nosotros, desde hace años, seguimos prefiriendo el huso de lámi -
nas de polietileno poroso ya que se ajusta mucho a las propiedades del implante ideal;
además es fácilmente obtenible y no tiene riesgo potencial de transmisión de priones o
enfermedades. En casos antiguos, ya manipulados y con daño de las vainas o perimisio
del músculo recto inferior, en donde el periostio no puede ser interpuesto entre el polie-
tileno y el músculo denudado se
puede pensar en colocar otro tipo de
implante como la silicona que dis-
minuya el riesgo de adherencia a la
lámina (Figura 11). En casos de
fracturas por atrapamiento donde
solo es necesario liberar el tejido
atrapado, interponemos una lámi-
na fina de 0.75mm debajo del pe- Figura 10: E: Lámina de polietileno poroso (*) antes
riostio. En casos en los que se nece - de ser moldeada para su interposición entre la línea
sita recuperar el volumen de la de fractura y el periostio. F: La flecha indica el ma -
órbita, en las fracturas del suelo terial de interposición para separar las tejidos blan -
usamos laminas de 1.5-3mm (Figu - dos y elevarlos a su posición original.
ra 12) y para las fracturas de etmoi -
des láminas de 0.75-1.5mm. En ge-
neral podemos decir que obtenemos una mejoría de 1-2 mm del enoftalmos por cada
2,0-2,25 mm de láminas implantadas. Podemos colocar más de una lámina en posición
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orbitario y mínimo enoftalmo. En el caso que acompañen a una fractura del suelo orbita-
rio, que es lo más frecuente, su presencia aumenta el enofotalmos y por lo tanto debe ser
reparada. Su reparación quirúrgica sigue los mismos principios que las facturas del sue-
lo de la órbita. En abordajes combinados puede emplearse la misma vía de abordaje que
el de las fracturas del suelo. En el caso infrecuente que se vaya a reparar solo una fractu-
ra de la pared etmoidal el abordaje puede realizarse como si de una cirugía de descom-
presión orbitaria se tratase y emplear la vía del pliegue palpebral superior (técnica per-
sonal Dr. Pérez Moreiras), la vía caruncular o como en el pasado la vía de aborda-
je de Lynch que hoy la consideramos poco adecuada.
FRACtuRASCOmPlEjAS
FracturasIatrogénicas
Hemos incluido este tipo de fracturas dentro de las fracturas complejas, ya que
su tratamiento y pronóstico es mucho más pobre que el de las fracturas simples. En la ac-
tualidad el uso de endoscopios para la cirugía de los senos paranasales esta ampliamente
difundido entre los cirujanos de O.R.L. La manipulación quirúrgica del seno etmoidal tie-
ne el riesgo de que inadvertidamente se puede romper la lámina papiracea del etmoides,
penetrar en la órbita y dañar estructuras nobles como el músculo recto medio, producien-
do un cuadro de estrabismo muy difícil de tratar ya que suele dañarse la inervación del
músculo y en algunos casos, inclusive, puede ser seccionado. La lesión del nervio óptico
es también posible por esta vía, es por eso que los cirujanos de O.R.L que realicen este
tipo de intervenciones deben estar muy atentos y dominar adecuadamente la técnica
(Figura 15).
FracturaOrbitozigomática
La fractura de la pared lateral de la órbita rara vez es conminuta, incluso en gran-
des desplazamientos del Zigomático. El Zigomático puede romperse en sus uniones con
los otros huesos de la cara: en el reborde orbitario lateral e inferior, en el arco
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zigomático y en la pared lateral del seno maxilar. Un desplazamiento pequeño del hueso
puede no causar alteración alguna y no ser necesario su reparación, por el contrario, los
grandes desplazamientos dan lugar a distopias del globo ocular, el cual se desplaza hacia
fuera y hacia abajo al estar afectadas la pared lateral y el suelo de la órbita, igualmente el
tendón cantal lateral se afecta en su inserción, lo que hace necesario su corrección qui-
rúrgica.
En algunos casos puede existir una pérdida significativa de la pared lateral con
prolapso de los contenidos orbitarios hacia la fosa temporal, lo cual debe ser corregido en
la reparación primaria. El no realizar una adecuada fijación del zigomático en la repara-
ción primaria de la fractura puede originar un enoftalmos tardío al quedar una malrota-
ción de la pared lateral de la órbita.
FracturasdeltechoOrbitario
Las fracturas del techo de la órbita están asociadas a traumas de alto impacto en
la cabeza y la cara, en niños estas fracturas pueden producirse por golpes más triviales,
en el adulto los golpes más leves suelen ser amortiguados por el seno frontal que previe-
ne la extensión de la lesión al techo de la órbita. La fractura del techo de la órbita puede
ser aislada, sin embargo, esto es la excepción y se reporta que hasta un 76% de
pacientes con fracturas del techo tienen otra pared orbitaria fracturada (3) (Figura 16). Es -
tas fracturas pueden ser manejadas de manera conservadora, incluso en casos de pneu-
mocefalo y escape de líquido cefalorraquídeo (LCR) que revelan lesión de la duramadre;
estos pacientes pueden ser tratados con antibióticos I.V. y observación ya que en la gran
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mayoría se produce un cierre espontáneo de la fuga de LCR sin infección del cerebro o
las meninges. La intervención quirúrgica de urgencia solo esta indicada en presencia de
complicaciones que sean un peligro para la visión como fractura del canal orbitario, he-
morragia expansiva o desplazamiento del hueso frontal que dañe el nervio óptico, o en
caso de indicación neuro-quirúrgica de urgencia. La reparación quirúrgica de la diplopía
por atrapamiento o daño del recto superior, la ptosis traumática o el lagoftalmos por atra-
pamiento del elevador del párpado superior, se puede realizar en un tiempo tardío. La for-
mación de hematomas subperiósticos no es infrecuente en este tipo de fracturas, igual-
mente una complicación posible es la aparición de encefalocele.
FracturasNaso-Etmoidales
Son fracturas generalmente por mecanismo directo contra una superficie sólida.
Esta fractura involucra por lo general al proceso frontal del hueso maxilar, al hueso lagri-
mal y al etmoides. Puede acompañarse con laceraciones en los canalículos lagrimales o
con lesión del canalículo común, generalmente, al ser un golpe contuso, se produce un
estallido de la piel con desgarro de la vía lagrimal, es muy importante la reparación ini-
cial del sistema lagrimal uniendo cuidadosamente las paredes del canalículo afectado y
realizando la intubación con silicona; este abordaje se facilita mucho con el em-
pleo de microscopios quirúrgicos. Si las lesiones canaliculares no son reparadas inicial-
mente, su permeabilización tardía resulta muy complicada, dejando al paciente con epi-
fora permanente que en muchos casos solo podrá ser solucionada con la colocación de
un tubo de pyrex (tubo de Jones). Las lesiones canaliculares no son la única causa de
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epifora post traumática en este tipo de lesiones; Becelli et al (11) publicaron una serie de
dacrioestenosis post traumática (por trauma centro facial) en pacientes con este tipo de
fracturas, observando epifora en el 46.5% de los casos de 58 pacientes con trauma naso-
orbito-etmoidal, de los cuales el 29.31% tuvo epifora permanente la cual se asoció a re-
tardo en el reparo de la fractura o a pérdida de hueso de la zona lagrimal, estos pacientes
requirieron de una Dacriocistorrinostomia externa para la corrección de la epifora. Otras
complicaciones de las fracturas naso-etmoidales pueden ser epistaxis por laceración de la
arteria etmoidal anterior (por fragmentos óseos), hematoma orbitario, perdida de LCR
por la nariz, y telecanto por desplazamiento lateral del tendón cantal medial. El telecan-
to puede ser reparado con una cantopexia medial o bien con fijación adecuada de la frac-
tura a través de láminas estabilizadoras.
Fracturasmediofaciales
Las fracturas mediofaciales (Le Fort) involucran el maxilar y son generalmente
asimétricas, por definición deben extenderse posteriormente a las láminas pterigoideas.
Se clasifican en tres tipos aunque clínicamente su presentación no se ajusta estrictamen-
te a la clasificación y pueden incluso mezclarse de un lado u otro de la cara.
Fractura tipo Le Fort I: Fractura horizontal del maxilar que separa el proceso ma-
xilar (paladar duro) del resto del maxilar. Involucra el seno maxilar y esta por debajo del
nivel del nervio infraorbitario por lo que no causa hipoestesia. No afecta la órbita.
Fractura tipo Le Fort II: Fractura piramidal que inicia en el hueso nasal, se ex-
tiende a través del hueso lagrimal hacia abajo por la sutura Zigomático-Maxilar. Se diri-
ge posteriormente a través del maxilar, por debajo del Zigomático hacia las láminas pte-
rigoideas. Afecta al suelo de la órbita y al extenderse cerca de la salida del nervio infra-
orbitario causa hipoestesia de la zona.
Fractura tipo Le Fort III: Separación cráneo-facial que empieza también en el
puente de la nariz. Se extiende posteriormente a través del etmoides y lateralmente a tra -
vés de la órbita por debajo del agujero óptico, hacia la fosa esfeno-palatina. Separa los
huesos faciales del cráneo. Afecta al suelo y a la pared lateral de la órbita.
AbordajedelasFracturasComplejas
Actualmente el manejo de las fracturas complejas de la órbita tiene como propó-
sito el restaurar y mantener la anatomía normal del esqueleto craneofacial. Se debe rea -
lizar un exhaustivo examen clínico, anteponiendo las condiciones que amenacen la vida
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fragmentos óseos fracturados y desplazados internamente son retirados para evitar daño
a estructuras nobles y el tejido blando herniado es cuidadosamente liberado de las líneas
de fractura y reposicionado en la órbita.
OtrasConsecuenciasdeltraumaOrbitario
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HemorragiaOrbitaria
Los traumatismos orbitarios pueden ser la causa de una hemorragia intraorbita-
ria o subperiostica, inclusive en ausencia de fracturas orbitarias. En muchas ocasiones la
presencia que quistes hemáticos puede simular un proceso tumoral o quístico de otra es-
pecie, ya que el paciente no relaciona la aparición del desplazamiento del globo ocular
con algún traumatismo reciente, que pudo haber sido de escasa magnitud.
Si la hemorragia se produce de manera aguda y expansiva su drenaje es necesa-
rio de manera urgente ya que causará compresión del nervio óptico o síndrome de com-
partamentalización con la consiguiente disminución del riego sanguíneo al nervio. Si la
hemorragia es autolimitada y no es expansiva, no afectando al nervio óptico, o si se pro-
duce un quiste hemático bien sea subperiostico o intraorbitario, el manejo conservador es
recomendado ya que la sangre se reabsorberá con el tiempo sin dejar secuelas. En caso
de erosión ósea exagerada o no reabsorción del quiste hemático este podrá se abordado
y removido de la órbita en forma quirúrgica.
CuerpoExtrañoIntraorbitario
En la valoración de cualquier traumatismo orbitario es indispensable durante la
valoración de las imágenes de TC el buscar algún cuerpo extraño intraorbitario, indepen-
dientemente del mecanismo que haya producido la lesión, ya que si bien el paciente o los
familiares pueden no referir la presencia de algún objeto que se relacione con el trauma,
puede existir un objeto extraño embebido de manera secundaria en la órbita.
Si el cuerpo extraño es radio opaco podrá ser visto con facilidad en los TC o ra -
yos X simples, aunque su visualización es posible en imágenes de Resonancia Magnéti -
ca (RM), este último método diagnóstico debe ser evitado para evitar daños mayores si
el cuerpo extraño tiene propiedades ferro magnéticas, pudiendo desplazarse durante la
realización de la RM. Los cuerpos extraños vegetales o madera pueden no ser visualiza-
dos en TC y requerir de RM para su valoración.
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Los cuerpos extraños intraorbitarios deberán ser extraídos si son de origen vege-
tal o si son potencialmente tóxicos para los componentes de la órbita, o si su extracción
es sencilla y la cirugía no significa un riesgo de morbilidad alto. Los pacientes con cuer-
pos extraños, en especial de origen vegetal, deberán se especialmente vigilados por su
elevado riesgo de infección, siendo recomendable el cultivo de secreciones de la herida
o del propio cuerpo extraño al ser retirado y el uso de antibióticos vía endovenosa.
Los cuerpos extraños inertes como los balines de plomo pueden ser dejados y ol-
vidados en la órbita ya que no causarán ningún daño y además permiten la realización de
exámenes de RM de ser necesario. En la Figura 18 se observa la imagen de un paciente
con múltiples balines de escopeta intraorbitarios bilaterales que sorprendentemente no te-
nia ningún daño ocular u orbitario. Si se desconoce la procedencia del cuerpo extraño y
su localización es posterior siendo riesgosa la cirugía puede tomarse una conducta expec-
tante de vigilancia.
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_______________________
j.V.Pérezmoreiras,mD
Profesor Universidad de Santiago de Compostela
Director Instituto Internacional de Orbita y Oculoplástica
Centro Oftalmológico Moreiras
Santiago de Compostela - España
m.C.PradaSánchez,mD
Instituto Internacional de Orbita y Oculoplástica
Centro Oftalmológico Moreiras
Santiago de Compostela - España
j.E.ColomaBockos,mD
Instituto Internacional de Orbita y Oculoplástica
Centro Oftalmológico Moreiras
Santiago de Compostela - España
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Por
Mario A. Di Pascuale, MD
Antonio Elizondo, MD
Edgar M. Espana, MD
V. K. Raju, MD, FRCS
Scheffer C. G. Tseng, MD, PhD
Introducción
Una superficie ocular sana nos permite ver en los intervalos entre los parpa-
deos. El mantenimiento de esta superficie requiere una película lagrimal estable y una
córnea transparente. Las células madre pluripotenciales del epitelio corneal se en-
cuentran en el limbo, en un microambiente o nicho único 1,2. Ellas son responsables de
reemplazar el epitelio corneal en condiciones normales o luego de cualquier lesión de
la superficie ocular 2,3. La pérdida de estas células o de su nicho, puede llevar a una
deficiencia del limbo. El signo común de la deficiencia de células madre limbares es
la conjuntivalización, crecimiento del epitelio conjuntival sobre la córnea, que lleva a
cicatrización corneal y a pérdida visual.
Si una quemadura química no se trata apropiadamente, pude llevar a esta de-
ficiencia. Durante la fase aguda, la inflamación persistente y la lesión química son res-
ponsables de la destrucción de las células madre del limbo. Por lo tanto, la estrategia
terapéutica se debe basar en la remoción de la sustancia química y la reducción de la
inflamación. En este capítulo describimos en detalle el manejo requerido para reducir
la inflamación, estimular la síntesis de colágeno, prevenir la cicatrización y promover
una cicatrización epitelial más rápida.
137
Capitulo 11:Capitulo 11 3/18/09 1:12 PM Page 138
un plan detallado de manejo inicial. Ya que las quemaduras químicas ocurren con fre-
cuencia en el trabajo, debe incluirse información detallada sobre cualquier medida de
prevención primaria y si no existen debe registrarse, e incluirse las guías apropiadas
para ayudar al empleador a evitar accidentes en el futuro. Debe documentarse si se
comprometieron uno o los dos ojos y además si el paciente refiere dolor, ya que si no
lo percibe es altamente probable que se hayan perdido los nervios de la superficie ocu-
lar, y se debe instaurar un plan de manejo para queratopatía neurotrófica, incluyendo
una reconstrucción futura de la superficie ocular. Debe realizarse un examen ocular
completo, enfocándose en algunas áreas en especial, incluyendo la condición de los
párpados (edema palpebral, cierre palpebral, rata de parpadeo, ulceración en la piel,
pérdida de pestañas, eversión del párpado). Es posible que se puedan presentar úlce-
ras en la conjuntiva tarsal, que pueden llevar a cicatrización del párpado y ectropión
cicatricial, como fue recientemente reportado por nosotros en pacientes con síndrome
de Stevens Johnson4. El examen del paciente debe incluir una estimación de la infla-
mación conjuntival evaluando el grado de inyección, el área y localización de la is-
quemia conjuntival, signos tempranos de simbléfaron, la profundidad de los fondos de
saco y el tamaño y localización de los defectos epiteliales conjuntivales. Debe exami-
narse cuidadosamente el limbo para determinar la presencia o ausencia de las paliza-
das de Vogt y la localización de la isquemia limbar, registrando su extensión en horas
del cuadrante. Se deben teñir los defectos epiteliales limbares. Se deben buscar defec-
tos epiteliales y edema corneales, y acumulos de pigmento en el endotelio; además va-
lorar la transparencia corneal. Se deben documentar los signos inflamatorios del seg-
mento anterior. Debe registrarse la presión intraocular inicial, antes de iniciar medica-
ción anti-inflamatoria, y debe evaluarse en los exámenes de control.
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Técnica Quirúrgica
El propósito de esta técnica es reducir la inflamación aguda y promover el
proceso de cicatrización tisular sin dejar cicatrices, cubriendo toda la superficie ocu-
lar con un parche de membrana amniótica. La membrana amniótica se retira del me-
dio de preservación, se despega del papel de filtro de nitrocelulosa, y se coloca sobre
el ojo, cubriendo toda la superficie ocular desde el borde del párpado superior hasta
el borde del párpado inferior. Si la piel de los párpados también está afectada, también
se debe cubrir con membrana amniótica 4. La membrana se fija a la conjuntiva y al
margen de los párpados con el lado estromal (adherente) hacia abajo, empleando su-
turas de Vicryl® 8-0 ó 9-0, con tomas epiesclerales. En los fondos de saco superior e
inferior se fija adicionalmente con con dos suturas de seda 4-0, doblemente armadas,
que atraviesan el párpado y se anudan sobre la piel con unos refuerzos.
PLASTIA DE LA TENON
Si en un ojo con quemadura química e isquemia severa, existe un defecto con-
juntival o corneal persistente, el riesgo de perforación es alto, y por tanto el abordaje
quirúrgico consiste en devolverle la suplencia vascular, colocando tejido conectivo
vascularizado vital de la órbita en el área isquémica, empleando una técnica quirúrgi-
ca descrita en 1.989 por Teping y Reim 43. La siguiente es una descripción de la plas-
tia de tenon modificada, una técnica quirúrgica que emplea la membrana amniótica
como sustrato para la recolocación de la capa de cápsula de Tenon vascularizada, vi-
tal.
Técnica Quirúrgica
Se realiza con tijeras una peritomía para separar el tejido necrótico de la con-
juntiva sana remanente (Figuras 1 A y B). El siguiente paso es la remoción del tejido
necrótico sobre el área isquémica. El tejido es disecado con tijeras (Figura 1 C). Una
vez que es resecado (Figrua 1 D), se diseca una lámina de cápsula de Tenon, con un
pedículo vascular, de la parte posterior profunda del área no quemada. Primero se crea
un plano de clivaje, levantando la conjuntiva y el tejido fibrovascular subconjuntival
usando una pinza de 0.12, y se diseca entre la conjuntiva y el tejido subconjuntival
con tijeras (Figura 1 E). Luego de la separación de la capa epitelial de la conjuntiva y
el tejido subconjuntival, se identifica un segundo plano entre la capa de la cápsula de
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Tenon profunda y el tejido fibrovascular subconjuntival (Figura 1 F). Este plano tam-
bién se puede disecar con tijeras (Figuras 1G y H). Luego de la separación de la cáp-
sula de Tenon y el tejido fibrovascular, un injerto pediculado vascularizado libre pue-
de ser transferido del polo posterior hacia el limbo (Fig. 1 I). Una vez que se obtiene
una lámina de Tenon vascularizada con pedículo, de tamaño adecuado, la esclera
desnuda se cubre con una capa de membrana amniótica (Fig. 1 J). Se retira la mem-
brana amniótica del medio de preservación y se despega del papel de nitrocelulosa
(Figura 1 K). El lado estromal (adherente) se coloca hacia abajo y se ancla en la es-
clera desnuda utilizando suturas interrumpidas de Vicryl® 8-0 en la conjuntiva (Fi-
gura 1 L) y de nylon 10-0 en el limbo, con tomas epiesclerales largas. Luego el col-
gajo pediculado de Tenon se coloca sobre la membrana amniótica (Figura 1 M), y se
fija a él con suturas de Vicryl® 8-0, con tomas epiesclerales (Fig 1 M y N). Se em-
plea una segunda capa de membrana amniótica para cubrir el colgajo de Tenon y se
fija con suturas de Nylon 10-0 en el limbo y con Vicryl® 8-0 en la conjuntiva (Figu-
ra 1 O). Al final de la cirugía toda el área isquémica queda protegida por una cáp-
sula de Tenon, ubicada entre dos capas de membrana amniótica (en "sandwich")
[Figura 1 P].
Figura 1 A-P (Ver siguientes páginas): Los pasos quirúrgicos claves de la plastia de Tenon
con transplante de membrana amniótica. (A y B), luego de la peritomía, (C y D) se realiza di-
sección y remoción del tejido necrótico. (E) Esto es seguido por una disección completa del
tejido fibrovascular subconjuntival. (F) se identifica un segundo plano entre la capa profunda
de la cápsula de Tenon y el tejido fibrovascular subconjuntival. (G y H) Este segundo plano
también se diseca con tijeras. (I) Se obtiene un colgajo vascularizado de Tenon, que es des-
plazado hacia el limbo, lo cual se puede lograr fácilmente. (J) se mide el defecto de esclera de-
nudada. (K) se obtiene un fragmento del tamaño adecuado de membrana amniótica y se retira
del papel de nitrocelulosa. (L) Se coloca la membrana con el lado estromal hacia abajo sobre
la esclera desnuda, y se fija con suturas de Vicryl® 8-0 en la conjuntiva y de nylon 10-0 en el
limbo, con tomas epiesclerales. (M) El colgajo de Tenon vascular se desplaza hacia el limbo,
sobre la membrana amniótica y se fija con suturas de Vicryl® 8-0 en el lado conjuntival. (N)
Apariencia del ojo luego de la colocación y fijación del colgajo vascular de Tenon. (O) Se co -
loca una segunda capa de membrana amniótica, con el lado estromal hacia abajo, de manera
que el colgajo de Tenon queda entre las dos membranas (en "sandwich"). (P) Apariencia final
del ojo.
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Figura 1 A-H
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Figura 1 I-P
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Figura 2: Un caso representativo de una quemadura química con isquemia severa, tratado con
plastia de Tenon, transplante de membrana amniótica y aloinjerto querato-limbar. (A y B), apa-
riencia preoperatoria mostrando inflamación en la superficie ocular con severa isquemia que
afectaba casi 180 grados de la conjuntiva nasal bulbar y el área límbica, con un defecto epite-
lial corneal total. (C y D) El último examen de seguimiento en el mismo paciente luego de una
plastia de Tenon con membrana amniótica (técnica de "sandwich") (Descrita en la Figura 1)
y aloinjerto querato-limbar realizada en un segundo tiempo, mostraba una superficie ocular li-
bre de inflamación, con mínimas cicatrices corneales periféricas y con la conjuntiva y el epi -
telio corneal limbar intactos.
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Figura 3: Un caso de quemadura química aguda del ojo izquierdo, manejado con ProKera®.
(A) En la consulta inicial, la inflamación conjuntival asociada con isquemia límbica localiza -
da a las 3 y 9 horas y en el limbo inferior, comprometiendo la conjuntiva bulbar inferior. (B)
Existía un defecto epitelial corneal de un 90%, asociada con edema corneal. (C) Al día siguien-
te, la membrana amniótica todavía estaba presente y la inyección conjuntival había mejorado.
(D) Aún con la membrana amniótica in situ se puede observar mejoría del defecto epitelial, co -
mo ha sido reportado por Kobayashi 46, y esto fue adicionalmente demostrado por la cicatriza -
ción del borde epitelial (que se desplaza hacia abajo , indicado por las flechas negras). (E) Tres
días después de la consulta inicial, se disolvió la membrana amniótica, la conjuntiva estaba
menos inflamada, (F) y el defecto corneal epitelial residual era sólo de un 15%. (G) Seis se -
manas luego de la consulta inicial, la superficie ocular no presentaba inflamación, y (H) ya no
existía defecto epitelial.
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Capítulo 12:Capítulo 12 3/18/09 1:19 PM Page 151
TraumaSeverodelosPárpados
yelCanto
12
Por
Louise A. Mawn, MD
EvaluaciónOcular
Como con cualquier trauma del área periocular, se debe realizar una anamnesis
cuidadosa en cuanto al mecanismo del trauma y un examen oftalmológico completo, in -
cluyendo la agudeza visual, la función pupilar, la motilidad, la evaluación de los segmen-
tos anterior y posterior, y la medición de la presión intraocular. Esto puede dificultarse
por la presencia de edema de tejidos blandos, alteraciones del nivel de conciencia o esta -
do de intubación, y deben tomarse precauciones con los traumas oculares abiertos, inclu-
yendo una inspección cuidadosa, y el uso de anestésico tópico, separador de Desmarres
y sedación, si es necesario. Cualquier herida ocular tiene prioridad sobre las lesiones de
los anexos, y cualquier lesión que amenace la vida o las funciones neurológicas tiene
prioridad sobre las oculares. Deben recordarse las relaciones de los párpados y las órbi-
tas con los senos paranasales, las fosas craneales anterior y media, y particularmente con
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Capítulo 12:Capítulo 12 3/18/09 1:19 PM Page 152
ReparosAnatómicos
Los párpados están constituidos por dos lamelas, la anterior y la posterior. La an-
terior está compuesta por la piel y el músculo orbicular; la posterior por la conjuntiva y
el tarso. La piel tiene muy poca queratina, no posee tejido graso subcutaneo y yace direc-
tamente sobre el orbicular. El orbicular cierra los párpados sobre el globo, y tiene tres
porciones: la orbitaria, la pre-septal y la pre-tarsal. La porción orbitaria se extiende so-
bre los rebordes orbitarios superior e inferior. El músculo posee un patrón circular conti-
nuo alrededor de la órbita. En la región sobre la placa tarsal, la piel está firmemente ad-
herida al músculo. En la porción distal del párpado superior, por debajo del orbicular, se
encuentra la aponeurosis del elevador del párpado. La aponeurosis se inserta en los dos
tercios inferiores de la placa tarsal. El músculo elevador discurre desde el ápice de la ór-
bita, inmediatamente por encima del recto superior. En el reborde orbitario superior, el
elevador pasa por debajo del ligamento de Whitnall y se convierte en la aponeurosis. La
grasa pre-aponeurótica se ubica sobre el aspecto superior de la aponeurosis y está limita-
da por el septum orbitario. El septum se origina del periostio, engrosado a lo largo del
reborde orbitario (arcus marginalis). El septum termina sobre los tercios medio e inferior
de la aponeurosis y separa las estructuras anteriores de la grasa pre-aponeurótica, el ele -
vador y la órbita. Cuando en una herida palpebral es visible la grasa, el septum está com-
prometido y existe posibilidad de lesión del elevador subyacente. Una evaluación cuida-
dosa de la función del elevador puede ayudar a determinar si es necesaria la reparación
primaria de la aponeurosis o del cuerpo muscular del elevador. Por debajo del elevador
está el músculo de Müller, el músculo de inervación simpática que permite una elevación
adicional del párpado superior de 1 a 2 mm; el músculo de Müller se origina de la super -
ficie inferior del músculo elevador y se inserta en el borde superior de la placa tarsal. La
arcada arterial periférica del párpado superior corre entre el músculo de Müller y la apo -
neurosis del elevador y sirve como reparo anatómico cuando se está determinando si el
elevador ha sido desinsertado de la placa tarsal. El párpado inferior tiene unos múscu -
los análogos, los retractores del párpado inferior, que se originan en la fascia cap -
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Capítulo 12:Capítulo 12 3/18/09 1:19 PM Page 153
sulopalpebral alrededor del músculo recto inferior y del oblicuo inferior, y un músculo
con inervación simpática que también causa una pequeña cantidad de retracción del pár-
pado inferior.
La mayor parte del párpado constituye el segmento palpebral. Su borde es de
forma más bien cuadrada debido a la presencia de la placa tarsal, el tejido conectivo fir-
me que da soporte estructural a los párpados y contiene las glándulas sebáceas holocri-
nas (glándulas de Meibomio) que contribuyen con la capa oleosa de la película lagrimal.
En su extensión vertical, la placa tarsal tiene aproximadamente 8 mm en el párpado
superior y 4 mm en el párpado inferior; tienen aproximadamente 25 mm de longitud y
1.5 mm de espesor 1. La presencia de las pestañas también demarca el segmento palpe-
bral. Existen aproximadamente 100 pestañas en el párpado superior y 50 en el inferior,
ubicadas en 2 a 3 hileras en la región anterior del borde palpebral. Inmediatamente por
detrás de la línea de las pestañas está la línea gris, formada por el músculo de Riolano,
una pequeña banda de fibras del orbicular. La línea gris señala la separación anatómica
de las lamelas anterior y posterior. En el área posterior a la línea gris, se evidencian los
orificios de drenaje de las glándulas de Meibomio. Inmediatamente por detrás de ellos se
encuentra la unión muco-cutánea. Estos reparos facilitan la alineación del borde palpe-
bral seccionado por un trauma. Como la placa tarsal tiene una forma ahusada en sus ex-
tremos mediales, los orificios de los puntos lagrimales, que señalan el comienzo de la
porción lagrimal del párpado, se aprecian como pequeñas elevaciones de color algo más
claro que la piel adyacente. El borde en la porción lagrimal del párpado es redondeado y
más delgado que en el segmento palpebral debido a la ausencia de la placa tarsal, y más
vulnerable a los traumas, tanto contundentes como cortantes.
Inmediatamente por debajo de la piel se encuentra el sistema de drenaje lagri-
mal, los canalículos, que discurren a lo largo de la porción lagrimal del párpado y pene -
tran por detrás de la rama anterior del tendón cantal medio para formar el canalículo co-
mún en el saco lagrimal. La porción lagrimal del párpado tiene en promedio aproxima-
damente 6.5 mm en el párpado inferior y 6.0 mm en el párpado superior 2. El saco lagri-
mal está firmemente unido a las ramas anterior y posterior del tendón cantal medial. El
tendón da soporte al párpado medial y al sistema lagrimal, mantiene en cercana proximi-
dad del párpado al globo y crea el ángulo agudo entre los párpados superior e inferior en
el área del canto medio. Las porciones pretarsal y preseptal del orbicular contribuyen a
formar las ramas anterior y posterior del tendón cantal. La rama posterior constituye la
clave de la relación estructural del párpado con la cresta lagrimal posterior y el periostio
orbitario. Es esta relación la que causa que el párpado siga el contorno del globo en el
canto medio 1. El punto inferior se localiza aproximadamente 0.5 mm más distal del can-
to medio que el punto superior. Los segmentos lagrimales de los párpados se unen en el
canto medio y la carúncula, ubicada inmediatamente por debajo de la unión de los dos
párpados y medial al pliegue semilunar. El conocimiento de las relaciones anatómicas de
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Capítulo 12:Capítulo 12 3/18/09 1:19 PM Page 154
las estructuras laterales del párpado y de la órbita también son críticas en la corrección de
las heridas en esa zona y en el tendón cantal lateral. Si la unión de los párpados al perios-
tio de la órbita no se restablece, el párpado tomará una forma redondeada y la función de
la bomba lagrimal se puede alterar. El tendón cantal lateral tiene una rama posterior do-
minante que se inserta en el tubérculo de Whitnall, una pequeña proyección ósea en la
cara interna del reborde orbitario lateral. Si el tendón se compromete en un trauma, esta
relación debe restablecerse. Ocasionalmente habrá pérdida de tejido la cual posterior-
mente requiera que el ángulo cantal lateral sea reconstruido con una banda de periostio o
fijación de la placa al canto lateral.
Vascularización
La lamela anterior recibe su aporte sanguíneo de las ramas distales de la arteria
oftálmica por vía de las arterias nasal dorsal y lagrimal. Existe un rico plejo arterial, par-
ticularmente en el área del canto medio. Las arterias del sistema de la carótida interna se
interconectan con ramas de la carótida externa, la arteria facial, a través de la arteria an-
gular, con las ramas de la arteria nasal dorsal; la arteria orbitaria inferior, rama de la ar-
teria maxilar interna, con ramas de las arterias palpebrales; la arteria temporal superfi-
cial con las cigomática temporal y la cigomática facial. Debido a la abundante vascula-
rización, las heridas del área periocular se deben reconstruir, sin importar el tiempo de
evolución, ya que el tejido con frecuencia se recuperará y la función del párpado es crí-
tica para la función visual. El tejido palpebral desplazado, avulsionado o separado debe
limpiarse, y recolocarse en su posición anatómica.
Inervación
La inervación de los párpados y el área del canto medio está dada por la prime -
ra y la segunda división del quinto par craneal. La división oftálmica inerva la conjunti-
va de la lamela posterior y la piel del párpado superior y la zona superior del canto me -
dio; la segunda división, a través del nervio infraorbitario, inerva parcialmente el párpa -
do inferior, y a través del cigomatico-temporal inerva parcialmente el área del canto late-
ral.
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Capítulo 12:Capítulo 12 3/18/09 1:19 PM Page 155
ElCantoMedio
Es una de las áreas más complejas de los párpados, ya que contiene el sistema
de drenaje lagrimal, compuesto por los puntos, los canalículos, el saco lagrimal y el con-
ducto lagrimo-nasal. Tanto los traumas cortantes como los contundentes pueden lesionar
el sistema lagrimal por una laceración o disrupción de la porción ósea del conducto la-
grimal en el hueso maxilar. El saco lagrimal reposa entre las crestas lagrimales anterior y
posterior. La anterior es una porción de la proyección frontal del hueso maxilar y la cres-
ta posterior forma parte del hueso lagrimal. La apertura del conducto lagrimo-nasal se en-
cuentra en la zona inferior de la fosa lagrimal. El conducto discurre a lo largo del hueso
maxilar, para desembocar por debajo del cornete inferior en la cara lateral del antro na-
sal en la válvula de Hasner. Existe una depresión natural por debajo de la rama anterior
del tendón del canto medio, cuando la piel sigue al globo hacia el canto medio y luego
sobre la proyección nasal. Existen variaciones étnicas de los contornos y los pliegues en
esta área. En casos de trauma en presencia de epicanto, el párpado del ojo no lesionado
funciona como el mejor modelo para la reconstrucción. Se debe realizar limpieza quirúr-
gica de ambos párpados de manera que se pueda efectuar una comparación permanente
durante el procedimiento.
SistemaLagrimal
Las lesiones del sistema de drenaje lagrimal y particularmente las de los canalí-
culos, deben reconocerse y tratarse. Cualquier laceración en el tercio medio de los párpa-
dos debe inspeccionarse con cuidado para determinar si existe compromiso del sistema
de drenaje lagrimal. Aún traumas relativamente pequeños pueden afectar el sistema la-
grimal y no es raro que el tejido retome su posición original ocultando la lesión. Las le-
siones al sistema lagrimal superior o al inferior deben repararse, ya que ambos son im -
portantes para un drenaje normal3,4. Si el párpado está notoriamente desplazado, el com -
promiso del sistema lagrimal se puede establecer sólo con la inspección visual. Sin em-
bargo, no todas las laceraciones de espesor total son visibles a simple vista. En adultos se
puede realizar el examen en el consultorio con una lupa o una lámpara de hendidura. Pri-
mero se inspecciona el tejido para evaluar si la laceración ha separado el párpado del ca-
nalículo, y si se evidencian las porciones distal o proximal del canalículo. No todas las
laceraciones son evidentes a la inspección y se pueden requerir otras maniobras. Luego
de aplicar anestesia tópica se realiza un sondeo de los canalículos con una sonda de
Bowman calibre 0, luego de dilatar el punto. La sonda saldrá por el sitio de la laceración.
También se puede practicar irrigación con una cánula lagrimal calibre 23, colocada en
una jeringa de 3 cc, con solución salina balanceada teñida con fluoresceína. Cuando un
canalículo esté comprometido, la solución fluirá a través de la laceración. En los
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Capítulo 12:Capítulo 12 3/18/09 1:19 PM Page 156
niños puede requerirse sedación o anestesia para una evaluación adecuada. La recons-
trucción se debe realizar con lupas o con microscopio. Estas lesiones deben manejarse
como urgencias, preferiblemente dentro de las primeras 72 horas y al menos dentro de
los primeros 10 días. Las mordeduras de animales o las lesiones que involucren material
vegetal poseen mayor riesgo de infección y deben tratarse rápidamente, realizarse limpie-
za quirúrgica y profilaxis antibiótica. Entre mayor sea el intervalo de tiempo desde el mo -
mento de la lesión, menores son las posibilidades de que el canalículo se pueda recono-
cer y reconstruir exitosamente. Si no se reconoce o reconstruye la laceración en el perio -
do agudo, es improbable que se pueda restablecer el sistema lagrimal original.
TraumaSeverodelasPárpadosydelCantoMedio
Este tipo de trauma es a menudo el resultado de accidentes automovilísticos, par-
ticularmente en casos de conductores o pasajeros que no estén usando el cinturón de se-
guridad5 (Figura 1). Estos pacientes pueden tener lesiones multisistémicas. Estas lesiones
pueden comprometer tanto tejidos blandos como la órbita ósea. Las lesiones de los teji-
dos blandos se manejan tan pronto como sea posible y frecuentemente las fracturas pue-
den esperar hasta que el paciente alcance un estado estable. Las fracturas del hueso fron-
tal pueden asociarse con lesiones del elevador del párpado o el recto superior. Los trau-
mas que no seccionen estos músculos se deben observar por seis meses, ya que a menu-
do se recuperan espontáneamente. La excepción es el niño que aún no tenga madurez vi-
sual ya que cualquier oclusión del eje visual puede inducir ambliopía. En casos de oclu-
sión completa del eje se debe realizar cirugía, y cuando está ocluido parcialmente, se de-
be indicar manejo de parcheo de tiempo parcial, cuidadoso, por un especialista en oftal-
mología pediátrica.
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LesionesCortantes
Los traumas tanto con -
tundentes como cortantes, par-
ticularmente las mordeduras de
perros en niños, pueden afectar
el sistema lagrimal y el canto
medio 6,7 (Figura 2). Raras ve-
ces pueden además afectar el
globo o la órbita. Debe instaurarse inmediatamente una cobertura antibiótica adecuada
para las bacterias probablemente involucradas. En las mordeduras humanas se puede re-
querir además profilaxis antiviral. En casos de perros se deben cubrir patógenos tales co-
mo el p. multocidia, y el dysgonic fermenter 28. La herida debe lavarse con suavidad con
una solución antibiótica (por ej: 50.000 unidades de Bacitracina en 500 cc de solución
salina normal). Debe evitarse utilizar lavado a presiones altas, ya que las bacterias pue-
den ser empujadas más profundamente en el tejido9. Si el paciente inmunizado tiene más
de 5 años del último refuerzo, se debe aplicar un refuerzo contra el tetanos; en los pacien-
tes no inmunizados se requiere el empleo de inmunoglobulina anti-tetánica. La profila-
xis contra la rabia se requiere raras veces en casos de mascotas pero debe considerarse en
casos de animales salvajes, y debe verificarse el estado de inmunización del animal 8. De-
ben analizarse la relación del animal y la víctima, y tomarse las medidas adecuadas para
evitar ataques repetidos 10.
Los traumas cortopunzantes, con obje -
tos como ganchos de ropa o cuchillos, causan
con frecuencia laceraciones de espesor total de
los segmentos palpebral y lagrimal de los pár -
pados. Tanto los traumas accidentales como los
secundarios a agresión física, pueden causar
grandes daños. Herramientas, tales como los
ganchos de uno de los extremos de los marti -
llos, pueden lesionar los párpados, el sistema
Figura 3: Trauma del canto medio relacionado con el deporte (basquetbol), con una uña.
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Capítulo 12:Capítulo 12 3/18/09 1:19 PM Page 158
lagrimal y los músculos extraoculares. Sin embargo traumas aparentemente inocuos, co-
mo los causados con las uñas, pueden causar laceraciones de la porción lagrimal del pár-
pado, que requieran cirugía. Estas lesiones
se encuentran con frecuencia en pacientes
que hayan estado practicando deportes o
actividades de contacto físico (Figura 3).
Aún un puñetazo puede causar avulsión del
segmento lagrimal del párpado. En casos
de lesiones del canto medio con cuerpos
extraños penetrantes se debe descartar con
imagenología la extensión a la fosa crane-
al anterior, a través del techo de la órbita
(Figura 4)11.
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compromete la ceja, todas las capas deben afrontarse, incluyendo el arcus marginalis. Los
vellos de la ceja se usan como guía para recolocar adecuadamente el tejido. En la cabe-
za de la ceja, los vellos son verticales, en el cuerpo de la ceja corren en una dirección ho -
rizontal, y en la cola de la ceja se dirigen algo hacia abajo. El tejido profundo se puede
fijar con sutura crómica 5-0. Si el periostio está lacerado, se puede requerir su sutura con
vicryl 4-0 en una aguja P-2. Si no se reconstruye el componente profundo de la lacera-
ción, puede ocurrir retracción tardía del párpado. El septum orbitario en sí mismo no re-
quiere se reconstruido, ya que se reformará por sí solo. Las suturas cutáneas no deben in-
cluir el tejido septal subyacente, ya que esto puede originar cicatrices.
Las laceraciones de espesor total de los párpados deben reconstruirse de manera
que el borde palpebral se restablezca anatómicamente, para lo cual se pueden usar los ori-
ficios de las glándulas de Meibomio como guías. Un punto de colchonero vertical colo-
cado a través de los orificios de las glándulas de Meibomio permitirá un afrontamiento
adecuado. Esta sutura no se debe anudar hasta que la placa tarsal haya sido fijada. Pue-
de pasarse a través de la placa tarsal una sutura de vicyrl 5-0 en una aguja espatulada
S-14, para realizar su afrontamiento. Dependiendo de la longitud vertical de la laceración,
se pueden requerir varias suturas tarsales. Luego se debe reevaluar el borde del párpado.
Se puede colocar una segunda sutura de colchonero vertical a través de la línea de las pes-
tañas. Una tercera sutura de colchonero puede colocarse a través de la línea gris. Para
estas suturas se puede emplear vicryl 7-0, el cual luego se corta a ras del nudo y se dejan
hasta su absorción, o seda 6-0 cuyos cabos se dejan largos y se fijan con las suturas de la
piel, de manera que sus extremos no queden en contacto con el globo12. Se recomienda
usar la técnica de sutura de colchonero vertical para obtener un borde de contorno suave.
Si se coloca una sutura simple, la fase contráctil tardía puede causar una muesca en el
borde del párpado.
Si la laceración expone grasa orbitaria, se debe realizar una cuidadosa inspección
de la aponeurosis del elevador. Se deben determinar las relaciones anatómicas normales,
y reconstruirse los tejidos guiados por los reparos anatómicos que aún se mantengan in -
demnes. La grasa pre-aponeurótica y la arcada periférica pueden ayudar a determinar la
posición de la aponeurosis del elevador. Se puede realizar una reconstrucción primaria de
una laceración del elevador, para restaurar la función.
Cuando existe pérdida de tejido, se debe recordar que tanto la lamela anterior co-
mo la posterior requieren aporte sanguíneo, de manera que uno de los componentes de-
be tener vascularización. Se puede obtener un colgajo cutáneo pediculado vascularizado
del párpado opuesto, con un reemplazo de la lamela posterior tales como paladar duro,
un injerto libre de tarso o cartílago auricular. Otra alternativa es obtener un injerto de con-
juntiva tarsal del párpado opuesto y colocar un injerto de piel de espesor total sobre el in-
jerto vascularizado de lamela posterior.
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ManejodelasLesionesdelCantoLateral
Este tipo de lesiones debe reconstruirse de manera que se restablezcan las unio-
nes profundas al tubérculo orbitario lateral. Si la rama opuesta del tendón del canto late-
ral está intacta, el párpado se puede fijar al párpado opuesto intacto. Si el tendón está la-
cerado, se debe pasar una sutura a través del límite lateral de la placa tarsal y fijarse al
periostio sobre el tubérculo de Whitnall. Ocasionalmente se crea un colgajo rectangular
de periostio, exponiendo el periostio con un elevador de Freer, construyendo un peque-
ño colgajo de periostio con una hoja 15, levantándolo y plegándolo de manera que se pue-
da fijar al tejido palpebral remanente para reconstruir el ángulo cantal lateral. Cuando el
periostio también está ausente, se puede utilizar una pequeña placa-Y para anclar el teji-
do palpebral lateral. Las alternativas incluyen el perforar el reborde orbitario lateral y pa-
sar una sutura de prolene o de nylon a través de los agujeros, para fijar el párpado.
LaceracióndelosCanalículos
La reconstrucción de un canalículo lacerado se puede realizar usando diversas
técnicas, incluyendo la colocación bicanalicular de un tubo usando una "cola de cerdo"
con agujero; o por medio de tubos colocados a través del conducto lagrimonasal; o con
un tubo monocanalicular cuando un sólo canalículo está afectado. El canalículo lesiona-
do puede identificarse por un reborde blanco de tejido alrededor de la luz del canalículo.
Una ventaja de la técnica de la "cola de cerdo" es que la anatomía del ángulo
puede restablecerse en posición, asegurando la relación normal entre el saco lagrimal y
los canalículos. El paso de la "cola de cerdo" requiere, sin embargo, el entrenamiento ade-
cuado ya que la sonda debe ser pasada cuidadosamente a través del canalículo no lesio-
nado y del canalículo común, para salir a través de la sección proximal del canalículo la-
cerado, para permitir el paso de una sutura de prolene 6-0 intubando estas estructuras13.
La sonda también se pasa a través del segmento distal del canalículo lacerado y este seg -
mento también se intuba con la sutura. La sutura se introduce en la luz de un segmento
de 24 mm de tubo de Crawford, y se fija a él (por ej con un portaagujas), lo que permite
el paso retrógrado del tubo por los canalículos, para servir de soporte en el sitio de la la-
ceración. Se pueden necesitar suturas pericanaliculares de vicryl 7-0 para lograr un me-
jor afrontamiento de los extremos seccionados del canalículo. Se colocan a lo sumo tres
en las regiones inferior, anterior y superior del tejido peri-canalícular. Si el tendón cantal
medio también está seccionado, antes de anudar estas suturas se debe colocar una sutura
de vicryl 4-0 desde el orbicular pre-tarsal al periostio profundo del canto medio, para ase -
gurar la rama posterior del tendón cantal medio. Las suturas pericanaliculares se pueden
luego anudar y también la sutura de prolene 6-0 en el interior del tubo de Crawford, y se
rota el nudo de manera que quede dentro del segmento intacto del sistema lagrimal.
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CuidadoPostoperatorio
El cuidado de las heridas es también esencial para maximizar el resultado esté-
tico final. Dependiendo del grado de contaminación se pueden indicar antibióticos, por
los primeros 10 días, tanto orales como tópicos. Un ungüento con una combinación de
antibióticos y esteroides puede ayudar a disminuir la inflamación y controlar la infección.
Si se ha reconstruido el sistema de drenaje lagrimal se deben indicar unas gotas con com-
binación de esteroides y antibióticos por cuatro semanas, disminuyéndolas lentamente
antes de suspenderlas. Luego de las primeras dos semanas productos tópicos tales como
la vitamina E, la silicona y los extractos botánicos pueden acelerar la cicatrización. Den-
tro de estos productos se encuentran Mederma, Scar Guard y Scar Less. También es im-
portante evitar la exposición al sol y la aplicación diaria de una pantalla y un bloqueador
solar con un Factor de Protección Solar de por lo menos 15, en un vehículo hidratante.
La dermabrasión o el resurfacing con láser pueden reducir aún más las cicatrices 14. La
reconstrucción tardía puede requerir injertos cutáneos, o "zeta-plastias" para manejar ci-
catrices hipertróficas del canto medio.
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_________________________
LouiseA.Mawn,MD.
Profesor Asistente de Oftalmología
Vanderbilt Eye Institute
Vanderbilt University Medical Center
Nashville, Tennessee, E.U.A.
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