El Hijo Prodigo
El Hijo Prodigo
El Hijo Prodigo
la historia conocida del hijo pródigo en Lucas 15, Un poco de trasfondo, versículo 35 del
capítulo 14, Jesús dice al final: “El que tiene oídos para oír, oiga.” Este es un llamado por parte
de nuestro Señor a aquellos que están dispuestos a escuchar Su mensaje. Su mensaje de
salvación del Reino. Y simplemente, ¿quién estaba escuchando? Capítulo 15, versículo 1: “Se
acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle.” Eran los rechazados, eran la
escoria los que escuchaban creyendo de manera penitente y salvadora. Y realmente, estas son
dos categorías que son usadas en cierta manera en términos generales para describir a lo peor
de lo peor. Los publicanos, los recaudadores de impuestos, eran las personas más bajas
socialmente, religiosamente en la vida de Israel. ¿Por qué?
Porque Roma ocupó Israel y Roma vendía franquicias de impuestos. Judíos avaros a quienes no
les importaba en absoluto su propio pueblo, que no tenían pasiones religiosas en absoluto y de
alguna manera, podían beneficiarse de la ocupación pagana, idólatra, gentil, compraban esas
franquicias de impuestos y les sacaban a la gente su dinero tomando lo que Roma demandaba
y todo lo demás que se podían quedar. Una manera más de operación criminal. Ellos eran una
especie de mafia israelí. Ellos estaban rodeados por los mafiosos, personas que podían
demandar el dinero del pueblo para llenar sus propios depósitos. Estaban expulsados de la
sinagoga. Fuera de la sociedad. Eran expulsados de la familia. Ellos eran considerados personas
fuera de los propósitos de Dios. Ellos eran los traidores de todos los traidores, odiados por el
pueblo.
Y después está el término ‘pecadores’, el cual simplemente reúne a todos los que iban junto
con los publicanos, junto con los criminales más bajos y prostitutas, que ocupaban el nivel más
bajo de actividad inmoral de Israel. Este era el tipo de personas de quien los rabinos decían:
“Que nadie se asocie con personas así, ni siquiera les acerquen la ley de Dios.” Pero éstos
fueron los que vinieron a Jesús. Eran los que vinieron y escucharon. Versículo 2 dice: “Y los
fariseos y los escribas murmuraban diciendo: ‘Éste a los pecadores recibe y con ellos come.’”
Estos eran la élite auto designada. Estos eran los líderes religiosos de Israel. Habían apilado su
religión legalista por todas las sinagogas locales y entonces, realmente tenían el oído de la
gente. Ellos estaban en toda ciudad, en toda villa, en todo lugar a través de la sinagoga. Ellos
realmente eran dueños de la sinagoga y eso era lo que dominaba la vida de Israel. Eran los
justos a sus propios ojos. Ellos creían que usted se ganaba su derecho de entrar al Reino de
Dios al ser moral por fuera, al cumplir con todas las ceremonias que se le demandaban a usted.
Ellos eran vistos como los más puros y santos. Eran demasiado puros y demasiado santos como
para contaminarse mediante cualquier asociación con pecadores. Y cuando ellos vieron a Jesús
asociándose con los pecadores, llegaron a una sola conclusión… Él es satánico porque se asocia
con la gente de Satanás. Estas personas eran las personas que eran las personas auto
designadas, religiosas, santas y menospreciaban a Jesús y esta era una actitud maliciosa que
tenían hacia Él en la cual le asignaron a Él un lugar con Satanás y el reino de las tinieblas. Ellos
dijeron que Él hace lo que hace por el poder de Satanás.
Él explica lo que está haciendo en tres historias. La primera, en los versículos 3 al 7, es una
historia acerca de un hombre que encuentra a su oveja perdida. Está en una pregunta retórica,
no la voy a leer. Pero al final de la historia en el versículo 7, el hombre va, encuentra la oveja,
se regocija con sus amigos porque la oveja tiene valor. Versículo 7: “Les digo de la misma
manera, habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por 99 justos que no
necesitan arrepentimiento.” El cielo se regocija por el arrepentimiento de un pecador. Ellos no
lo entendieron. Ésta era la obra de Dios que le traía gozo a Él.
Él les cuenta una segunda historia acerca de una mujer que perdió una moneda. De nuevo, eso
tiene valor. Ella encuentra la moneda, llama a sus amigas, regocíjense conmigo, versículo 9,
encontré la moneda. La aplicación, versículo 10: “De la misma manera os digo hay gozo en la
presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.”
El punto es que ustedes están tan alejados de Dios que no lo entienden. El gozo de Dios se
encuentra en la salvación de un pecador. Eso genera gozo en el cielo. Dios no está esperando a
10,000 pecadores para empezar la fiesta. Él no está esperando a 1000 o a 100 o a 10. La
celebración en el cielo se lleva a cabo por un pecador que se arrepiente. Este es el punto de
todo el capítulo, el gozo de Dios.
Versículo 11. Pero necesito decirle un par de cosas. Esta es la vida en una aldea del Medio
Oriente. Una cultura diferente, una vida diferente que lo conocemos. Ninguna aldea de Medio
Oriente tenía este tipo de música o algo cercano a esto. Una vida muy diferente. Pero para que
nosotros comprendamos la historia, tenemos que comenzar a pensar como ellos pensaban. Y
de manera simple, usted necesita es una cosa y es esta: ellos estaban dominados por un
paradigma de vergüenza y honra. Todo se relacionaba con lo que era honorable y lo que era
vergonzoso. Ellos tenían un entendimiento casi subconsciente muy, muy claro de la vergüenza
y la honra. Esto era inmenso para ello. Usted hacía lo que traía honra, usted nunca hacía lo que
lo avergonzaba. Y por cierto, si ese era el caso en la vida del Medio Oriente, de una aldea como
esta, era particularmente verdad entre los escribas y los fariseos. Los escribas, por cierto, eran
los expertos textuales que informaban la religión de los fariseos. Y la vergüenza y la honra eran
algo muy importante. Siempre es algo importante para los hipócritas.
Y tiene que entender esto, la historia que Jesús cuenta es una historia ridícula, incomprensible,
increíble, de una vergüenza interminable que nadie podía entender. Todo de lo de lo que Jesús
habla en esta historia va en contra de su manera de pensar intuitiva. En contra de la médula de
su sociedad. Ellos no operan de esta manera. Ellos no piensan de esta manera. El nivel de
enojo simplemente continúa incrementándose. Esto sacude a los fariseos. Los fariseos
debieron haber estado diciendo ‘¡oye! Esto va más allá de todo lo que es vergonzoso. Esto es
vergonzoso del principio al fin.’
Comencemos, una petición vergonzosa, versículo 11. Por cierto, esta no es una historia acerca
de un hijo, es una historia acerca de cierto hombre que tuvo dos hijos. Entonces, hay tres
personajes: un padre y dos hijos. “…Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo a su
padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde.” Y en este punto, ellos habrían
dado un paso atrás: ¿qué? Esto es impensable. ¿El hijo más joven está pidiendo al padre que le
dé su parte de una herencia? Él está fuera de lugar. Hay un rango. Si él es el más joven, alguien
es mayor. Él no sólo está fuera de rango, esto es irrespetuoso, esto es egoísta. Usted recibe la
herencia cuando el padre muere. Esto es como decir: “padre, me gustaría que estuvieras
muerto. Tú me estorbas. Yo quiero lo que es mío, lo quiero ahora y estoy cansado de esperar.”
Él ve a un padre como un impedimento, una restricción, un punto de estorbo de
responsabilidad. Él no quiere que el padre esté ahí. Él no quiere la responsabilidad. Él quiere
libertad, independencia. Él quiere su dinero y lo quiere ahora. Esto totalmente irrespetuoso.
Esto es, por cierto, una violación del mandamiento de honrar a sus padres. Él no quiere nada
que ver con una relación continua con la familia. Y quiero que observe algo muy importante. Él
dice: ‘dame la parte de los bienes que me corresponde, tas úselos dame la propiedad y los
bienes. Él no quería encargarse de su herencia y comenzar a desarrollarla y usarla para el
bienestar de la familia en el futuro, él quería el dinero en efectivo. ‘Yo quiero los bienes. Yo
quiero la propiedad. La quiero ahora. Yo no quiero un futuro con esta familia. No te estoy
pidiendo que me permitas administrar lo que me pertenece a mí, lo que me toca de manera
apropiada y que sería mío cuando mueras, simplemente dámelo ahora y permíteme
adueñarme de la administración.’ No quiere tener nada que ver con el padre. No quiere tener
nada que ver con su hermano, nada que ver con la familia jamás. Y no hay precedente en la
sociedad judía para esto. Esto es enojo absoluto. Esta es una petición vergonzosa.
Y la aldea, como también los fariseos que estaban escuchando, si hubieran habido personas de
la aldea en la historia, habrían esperado una cosa: que el padre levantara su mano derecha y le
diera una bofetada al joven y que lo castigara de la manera más severa como podría hacerlo,
golpeándolo de manera pública, porque el padre debe proteger su honra a toda costa. La
petición vergonzosa no obstante lleva a una respuesta vergonzosa.
Quiero que vea lo que el padre hizo al final del versículo 12: “y le repartió los bienes”. ¿Qué?
¿Qué? El padre debe proteger su honra. Y él hace exactamente lo que su hijo rebelde, lleno de
odio, pide. Esto es absurdo. Usted debe esperar a que él esté muerto y después, el hijo joven
recibe un tercio, el mayor recibe dos tercios, pero no hasta que muere el padre. Usted podría
asumir que un padre haría esto con un propósito bueno en mente, pero, ¿patrocinar la
rebelión de un hijo irrespetuoso, que lo odia? El padre debe hacer todo lo que puede para
proteger su propia honra. Él ha sido avergonzado públicamente por su hijo y necesita
preservar su honra. Pero él hace lo opuesto. Él actúa de una manera vergonzosa, irrespetuosa
hacia sí mismo. Este es un padre deshonroso, ridículo. En primer lugar, ningún hijo pediría
esto. Y en segundo lugar, ningún padre haría eso. Todo esto es ridículo. Alguien podría decir:
‘bueno, el padre realmente debe amar al niño’. Sí, pero es un tipo de amor torpe desde un
punto de vista humano. Es un tipo de amor necio. Este no es amor duro. Esto es algo ridículo,
darle su libertad, dejar ir a este hijo cuando usted sabe qué tipo de niño es. Usted querría
hacer todo lo que puede hacer para acercarlo hacia usted. Por cierto, simplemente como un
comentario al margen aquí: El hijo mayor tenía el trabajo en la familia de proteger la honra del
padre y proteger a los hermanos más jóvenes de hacer cosas necias. Pero el hijo mayor nunca
aparece aquí. Nunca aparece en la historia. Algunas de esas personas, los fariseos estarían
diciendo: ‘bueno, ¿dónde estaba el hermano mayor aquí? Su deber es preservar la obra honra
del padre, si el padre no se protege a sí mismo,
¿dónde está él? Su deber consiste en proteger al hermano menor de hacer cosas necias.
¿Dónde está el?” Entonces, hay un sentido en el que inclusive el hermano mayor parece ser
vergonzoso en la historia. Pero la herencia se divide; y eso significa que el hijo mayor recibió
sus dos tercios, el hijo menor recibió un tercio que le tocaba. Y eso nos lleva a una rebelión
vergonzosa, versículo 13: “No muchos días después,” esto es para indicar lo rápido que este
joven actúa. Él es motivado por la lujuria y la pasión y el mal deseo y no hay tardanza, quiere
moverse lo más rápido que puede. Y lo que hace, dice: “juntándolo todo el hijo menor.” Y en el
griego eso simplemente significa que lo convirtió en efectivo. Ahora, ¿cómo toma usted una
herencia que se ha estado acumulando durante realmente generaciones, una herencia muy
grande, un patrimonio muy grande - porque hay siervos, y hombres que han sido contratado, y
músicos que han sido contratados, un animal engordado, todas las cosas que se presentan en
la historia indican que es un hombre muy rico - y liquida eso rápidamente? Bueno, lo puede
hacer, pero lo va tener que vender ¿cómo? Descontado. Entonces, él trivializa el valor de esto.
Él quiere convertirlo en efectivo. Ahora, en la cultura judía inclusive si usted lo compraba, no lo
podía tomar hasta que el padre muriera. Entonces, alguien tiene que estar dispuesto a
comprar un futuro. La razón por la que compraban un futuro era porque lo compraban a un
precio descontado, entonces, él tiene el efectivo, él le vende la propiedad a algún comprador
que va a tomar esa propiedad cuando el padre muera. Esto es torpe, sacrificar su futuro en el
altar de lo inmediato. Él se va en un viaje a un país distante. Éste era el punto entero, aléjate lo
que más que puedas del hogar, lo más que puedas de la rendición de cuentas, lo más que
puedas de la restricción y lo más que puedas del escrutinio de cualquier persona. Sal ahí en
donde puedas vivir en donde tú quieras vivir y para que puedas vivir como quieras vivir y que a
nadie le importe cómo lo harás.
Por cierto, habrá un funeral, una familia tendrá un funeral. Esa es la razón por la que más tarde
en la historia el padre dice en el versículo 24: “este hijo estaba muerto”. Él estaba muerto para
la familia. Una rebelión vergonzosa, él desperdició su patrimonio viviendo de manera disipada,
motivado por la lujuria, el pecado y la intención maligna, simplemente lo desperdicia. Lo
desperdicia de manera total. Ahí es de donde viene la palabra pródigo, es un término que
significa desperdiciar. Él disipa su futuro y no tiene nada que mostrar. Viviendo de manera
disipada, irresponsable. Más adelante en la historia, su hermano mayor, versículo 30, señala
que él desperdició mucho de esto en prostitutas. Todo eso fue su culpa. Hubo algunas cosas
que no fueron su culpa, versículo 14, cuando él se había gastado todo, ocurrió un hambre
severa en ese país. Y él comenzó a tener necesidad. No fue su culpa, pero así es la vida. ¿Y qué
sucede en una hambruna? Usted puede leer algunas cosas fascinantes acerca de hambre en la
historia antigua. La gente come basura, se come sus sandalias, come los animales de la calle.
Pero durante los tiempos de hambre en Israel, cuando estuvieron bajo sitio, el pueblo inclusive
judío se comió a los bebés que habían nacido. Esta es la vida en el fondo. Y él se vuelve un
mendigo, versículo 15: “él fue y se acercó”, una palabra interesante griego aquí, kollao, quiere
decir pegarse. Esto es lo que hacen los mendigos. Si usted ha estado en países del tercer
mundo, hombre, es difícil deshacerse de los mendigos. Se pegan a sus manos en sus bolsillos.
Ellos jalan su ropa, particularmente los pequeños. Y entonces, él hace esto, él se pega, él
encuentra a algún ciudadano en algún país lejano, lo cual supondría que este es un país gentil;
y él se pega a este ciudadano y este hombre no se puede deshacer de él.
Entonces, él finalmente lo mandó al campo para alimentar a los cerdos. Realmente, no fue un
contrato legítimo, creo que él pensó que lo fue, pero no lo que lo era. Era simplemente un
modo de deshacerse de este mendigo incansable, imparable.
Ahora, usted puede entender el enojo. La vergüenza de acercarse al padre de esta manera, la
vergüenza del padre al patrocinar la rebelión, la vergüenza de vender el patrimonio de una
manera abaratada, la vergüenza de convertirlo en efectivo, de patrocinar su estilo de vida
inmoral, vulgar, la vergüenza de volverse un mendigo que se pega un gentil y ahora ser
enviado a alimentar a los cerdos. ¿Y sabe una cosa?, ellos simplemente están viendo hacia
arriba y diciendo ‘nadie va a hacer eso, ningún buen niño judío hará eso. ¿Estás bromeando?’ Y
esto empeora.
Versículo 16, él está ahí supuestamente alimentando a los cerdos. ¿Y adivine qué? Él anhela
llenar su estómago con lo que comen los cerdos porque nadie le estaba dando nada a él. Él
salió ahí pensando que quizás tenía un trabajo, nadie le dio nada y ahora, para sobrevivir, tiene
que pelear con los cerdos por comer la comida que los cerdos comen. Digo, esto es absurdo.
Digo, ¿usted va de la riqueza a tratar de meter su rostro entre los cerdos y tratar de comer con
los cerdos en el lugar gentil? Digo, la vergüenza va más allá de la comprensión. E inclusive, él se
está muriendo de hambre. El versículo 17 dice: “Voy a morir de hambre”. Él no lo puede hacer.
Él no puede ganarle a los cerdos en lo que los cerdos comen.
¿Qué es esto? ¿De qué está hablando de sus aquí? Bueno, esto es desesperación. Este es el
pecador pobre, privado de todo, hambriento, sin esperanza, en una vida disipada. Muriendo.
¿cómo es que el padre va a enfrentar alguien que es así de malo? Jesús realmente ha
inventado al pecador definitivo. Al pecador consumado. Este es el peor nivel al que usted
puede llegar de maldad: falta de respeto al padre, falta de respeto a la comunidad, disipación
de su propio cuerpo, inmoralidad al máximo nivel, violando todas sus conformidades, normas
culturales, buscando un lugar menospreciado y apegándose a personas menospreciadas. Éste
es el foso. Esta no es la fila para esperar la muerte. Este es el fondo. Este es el pecador
definitivo y no todo pecador es tan malo, pero es muy importante entender cómo es que este
padre va a enfrentar a alguien así. Y la vergüenza no se ha acabado. Un arrepentimiento
vergonzoso sigue, versículo 17: “Y cuando volvió en sí…” Por cierto, ese siempre es el
comienzo del arrepentimiento, cuando usted comienza a evaluar su verdadera condición. Él
dijo ‘¿cuántos jornaleros en la casa de mi padre tienen abundancia de pan? Y yo aquí perezco
de hambre.’ Una pequeña nota aquí que muestra que Jesús habla con una economía de
palabras que siempre me asombra. Él dice: “abundancia.” Guau. Permítame hablarle de un
jornalero. La estructura social, claro que usted tenía a los que eran dueños de las tierras, las
personas con dinero. Y después, tenía a los granjeros que rentaban los pequeños terrenos de
la tierra y trabajaban la tierra; y tenía a los pequeños dueños de tiendas que quizás tenían su
propio negocio aquí y allá, pequeños artesanos que hacían ciertas cosas. Después, usted tenía
a los siervos. Los siervos eran una categoría de personas que básicamente eran parte de la
familia. Ellos eran contratados, usted les proveía casa, los alimentaba y servían y realmente,
eran parte de la familia. Después, usted tenía los que son llamados aquí los misthos,
jornaleros. Son las personas contratadas. Eran los que trabajaban por día; estaban ahí,
simplemente estaban ahí esperando que alguien lo contratara, como dice la parábola de Jesús
en donde habla del hombre que tenía una cosecha y fue a la ciudad a buscar personal a las seis
de la mañana, a las nueve de la mañana y a las doce y después a las tres, tratando de
encontrar a personas que pudieran venir y trabajar durante el día. Ahí atrás en Levítico dice
que cuando usted contrata a un jornalero, le tiene que pagar al final del
día, no puede retener su sueldo a lo largo de la noche porque él dice, que el jornalero espera
eso. Él tiene que alimentar a su familia, él trabaja un día a la vez. Estas son personas que están
en el nivel bajo de la escala. La mayoría de ellos, hacían trabajos muy sencillos, aunque algunos
de ellos eran artesanos de cierto nivel.
Pero hay algo acerca del padre aquí que es realmente interesante. Él dice: “¡Cuántos jornaleros
en casa de mi padre tienen abundancia de pan!,” y ¿sabe lo que le dice a usted acerca de ese
hombre? Porque los jornaleros apenas tenían suficiente para vivir al día. Ellos estaban un poco
por encima de los que no tenían nada. Y él está diciendo, mi padre les da a la gente que está
en el nivel económico más bajo, más de lo que necesitan. ¿Qué le dice eso acerca del padre?
Que él es misericordioso, él es generoso, él es bueno. Y ahí es donde él comienza reconocer la
bondad de su padre… Él es bueno, él da más de lo necesario y yo aquí muriendo de hambre. Y
él comienza a confiar en la bondad de su padre y a confiar en la misericordia y compasión y el
amor de su padre, de lo cual se burló una vez; pero ahora recuerda que era una característica
de su padre.
Versículo 18: “Me levantaré e iré a mi padre,” voy a confiar en la misericordia de mi padre, voy
a confiar en la bondad y la compasión de mi padre evidenciada en la manera en la que él trata
a las personas más bajas. Y puedo regresar y esperar que de alguna manera él me reciba. Yo sé
qué está en la naturaleza de mi padre. “Y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.
Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.” ¡Guau! Esto es
penoso, él no sólo va a ir a su padre y va a enfrentar a su padre y la manera en la que él ha
tratado a su padre en el pasado, él va a enfrentar a su hermano mayor, él tiene que enfrentar
a la aldea, a la villa. El padre ha sido avergonzado pero también el hijo y él va a ser objeto de la
burla y el ridículo y el menosprecio de la aldea porque se demandaba que él diera esto. Eso era
parte del castigo cultural para este tipo de conducta, el sostener en alto la honra del padre y
de la aldea, la villa. No sólo eso, él está esperando años de trabajo duro. ¿Cómo es que usted
va a volverse a ganar un tercio de este patrimonio enorme como un jornalero? Recibiendo una
paga tan baja, demandará años y años y años y años y sólo después de que todo haya sido
recuperado, la restitución está completa y entonces, habrá esperanza de reconciliación. Él
sabe que sus pecados son grandes, versículo 18: he pecado, literalmente en el griego, en el
cielo. Es otra manera de decir lo que el Antiguo Testamento dice: “Mis pecados están tan altos
como el cielo”. Aquí no se retiene nada, él sabe en lo que se ha convertido. No pide privilegios
en su mente, no tiene derechos, él ha perdido todo. Él no puede pedir nada. Él no pide estar
en la casa del padre. Él no pide ser un miembro de la familia. Él no pide ser un siervo en la casa
del padre en absoluto. Lo único que quiere es que el padre tenga la suficiente misericordia
como para que le permita a él trabajar como un jornalero, pagándole el sueldo mínimo
durante tantos años como sea necesario para poder recuperar todo lo que él perdió, con la
esperanza de que pueda haber una reconciliación. Él ahora ve cuando ha agotado sus
alternativas y lo único que tenía era la muerte. Él va a pagar cualquier precio por la vida que su
padre posee. Él va a recibir el castigo, él va a recibe la humillación, él va a enfrentar el trabajo
duro. ¡Qué descripción! Aquí hay un pecador en arrepentimiento verdadero. Él ha llegado al
punto de desesperación que se reconoce que éste es el camino de la muerte. Él quiere la
reconciliación, él está dispuesto a confesar que sus pecados son tan altos como los cielos. Él
sabe que no tiene derechos, ni privilegios, ni puede demandar nada. Él quiere reconciliación a
costa de lo que sea, inclusive una vida de trabajo duro. Hombre, ése es el verdadero tipo de
arrepentimiento. Qué descripción, qué retrato. En este punto, los fariseos y los escribas están
diciéndose a sí mismos: ‘bueno, eso es exactamente lo que el joven debe hacer. Esto es lo
primero que tiene algo de sentido. Esto es lo que debe hacer. Y lo hizo. Versículo 20: “Y
levantándose, vino a su padre.” Camino en su ropa sucia por estar con los cerdos, oliendo a
cerdo y fue de regreso a la villa. Ahora, ¿qué podríamos esperar que hiciera el padre cuando
llegara ahí? Bueno, los fariseos sabrían exactamente lo que el padre haría. Finalmente, este
padre tiene la oportunidad de restaurar su honra, levantarla en alto y hacer lo que debería
hacer. Hacer lo que es correcto, justo y honorable. Lo que el padre debe hacer es estar ahí en
su propiedad y cuando alguien dice: “tu hijo ha llegado a la ciudad”, el padre le contesta: “lo
voy a ver en cuatro días. Que se siente ahí en su ropa sucia, apestosa y que sea objeto de la
burla de la villa apilada sobre él como disciplina. Y después de cuatro días, lo veré.” El padre
esperaría cuatro días a que él viniera, se postrara, besara los pies del padre y recibiera el
castigo del padre, quizás inclusive ser azotado y después, que se preparara para trabajar
durante décadas. Y si él pudiera aguantar durante décadas, y décadas y décadas, entonces
quizás, reconciliación. Pero la reconciliación viene únicamente debido a restitución, así decían
los rabinos. No hay reconciliación sin restitución. Pero si usted cree que ahora ha habido
conducta vergonzosa, aquí está ahora la conducta más vergonzosa de todas. Versículo 20, una
reconciliación vergonzosa: “Y cuando aún estaba lejos,” todavía estaba fuera de la villa, quizás
había una puerta, quizás había una especie de que camino polvoriento que llevaba a la aldea,
quizás había especie de lugar definido en donde estaban los primeros edificios, todavía estaba
lejos, “lo vio su padre”. Ahora, hasta aquí estamos bien. Ahora todo esto se vuelve ridículo, “y
fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.” ¿Estás bromeando?
Qué necio es este padre, su padre es más necio que su hijo. Hay tanto aquí, todavía está lejos.
Eso debe significar que el padre está mirando. Supongo que podríamos suponer que esto era
algo regular para él. Buscar a ese hijo. Lo vio. El padre era el buscador. Fue movido a
misericordia y esos fariseos están diciendo ¿tan débil es este hombre? ¿No puede siquiera
responder de una manera justa, honorable? Y él hizo lo impensable después. Él corrió. Los
hombres nobles de Medio Oriente no corren. No es algo que usted no hace porque
físicamente no pueda hacerlo. Hay una colección entera de literatura, de literatura judía
escrita acerca del hecho de que usted no corre si usted es un hombre. Usaban túnicas que
llegaban hasta el suelo y eso era para que no fueran vistas sus piernas. Era una vergüenza
mostrar sus piernas y claro, que ese es el caso todavía para algunas personas cuando usted
llega a cierta edad. Usted mantiene eso cubierto y probablemente, esa es una buena idea.
Pero él meollo en esa cultura es que si usted corría tenía que jalarlo y mostrar sus piernas. Eso
era algo vergonzoso. De hecho, la literatura inclusive dice que un sacerdote, cuando está
haciendo sacrificio, no puede levantar su túnica del suelo para evitar que se manche de sangre.
Hubo un rabino que condenó a un hombre por levantar su túnica sobre sus rodillas mientras
que caminaba en medio de los espinos para evitar que se atorara. Usted simplemente no
corría. En primer lugar, usted no corría porque no era algo digno. Usted no corría porque se
movía de una manera apropiada, honorable. Y usted no corría porque sería una vergüenza si
alguien viera la parte de abajo de su cuerpo piernas. Y si usted lo jalaba lo suficiente, y corría
con suficiente fuerza, podían ver más que sus piernas. Esta palabra corrió en el griego es la
palabra para correr a máxima velocidad en una carrera. Este hombre salió de su casa y sale
corriendo a toda velocidad por el medio del pueblo hacia su hijo; y la gente en el pueblo en
una villa del Medio Oriente habría estado asombrada ante este acto indecente, vergonzoso.
Los rabinos decían que un hombre ni siquiera puede brincar por temor de que alguien pueda
ver la parte de abajo de sus piernas. De hecho, las túnicas eran llamadas middabute lo cual
significa aquello que me da honor. Entonces ¿qué está haciendo? Él está corriendo en medio
del pueblo, avergonzándose a sí mismo, recibiendo el abuso, enfrentando el abuso. Esto es
abnegado. Esto no es egoísta. Esto es condescendencia, se está despojando de sí mismo. ¿Y
por qué está haciendo esto? Porque él quiere, escuche esto, él quiere llegar al hijo tan pronto
llegue a la villa, porque tan pronto ese hijo llegue a aldea él será objeto de burla y escarnio y
será objeto de vergüenza y ridículo. Y el padre corre por el medio de la aldea y enfrenta la
vergüenza para abrazar al hijo antes de que él sea objeto de vergüenza. Esto es conducta
francamente loca para un hombre noble judío del Medio Oriente. Él lo abrazó, abraza al
rebelde que huele a cerdo y lo besa… En el griego ‘lo besó repetidamente’, es costumbre
besarlo por toda la cabeza, simplemente lo besó por toda la cabeza, reconciliación total,
reconciliación plena. No hay vergüenza para el hijo, el padre ha enfrentado la vergüenza. El
padre salió de su hogar que era un palacio, descendió, vino a villa, corrió a máxima velocidad,
enfrentó toda la burla y la vergüenza, abrazó al hijo y lo besó por toda la cabeza y todo el
mundo sabía que él lo había recibido de manera plena como hijo. No hubo vergüenza para
este hijo. Él debería haber sido golpeado. Él debería haberse sentado ahí y enfrentado la
vergüenza. Eso es lo que ellos pensaban. ¿Qué es eso? Le voy a decir lo que era en una
palabra: gracia. Y ellos no la entendían. Eso es gracia y ellos no entendían la gracia. Él la obtuvo
porque en el versículo 21 dice que el hijo dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y
ya no soy digno de ser llamado tu hijo.” Y él se detuvo.
Regrese al versículo 19, ¿qué es lo que dice en el versículo 19? “Ya no soy digno de ser
llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.” Pero él no dice eso. Él planeaba decirlo,
pero no lo dice porque no necesita decirlo ya que no tiene que volverse a ganar el amor del
padre. Él no necesita ganarse la reconciliación, él recibe gracia. Él deja afuera la parte del
jornalero, eso habría sido un insulto a la compasión de su padre, un insulto al amor de su
padre, un insulto a la gracia. Él simplemente se arrepiente, se encomienda la misericordia de
su padre y eso es todo lo que un pecador necesita hacer. Y eso, claro, es lo que hizo enojar a
los fariseos todo el tiempo. Jesús recibiendo con gracia los pecadores, Jesús aceptando a los
pecadores, besándolos por toda la cabeza y reconciliándose con ellos. Este joven recibe
reconciliación, restauración, perdón, el status de ser hijo y todo lo que hace es confiar en su
padre y arrepentirse de su pecado. Él no tiene plan para restituir, no hay obras. Esto es gracia.
El regalo de un padre amoroso, misericordioso y compasivo. Entonces, ¿qué aprendemos del
padre? El padre realmente es Dios en Cristo descendiendo del cielo al polvo de nuestras aldeas
para buscar y salvar al pecador perdido que viene a Él. Dios inicia, Él es el buscador. Él ve al
pecador antes de que el pecador lo vea a él. Él encuentra al pecador antes de que el pecador lo
encuentre a Él. Y Él corre lo más rápido que puede y enfrenta la vergüenza. Su amor es
abundante. Su gracia pura es ilimitada. Y aquí vemos el punto, Dios encuentra Su gozo en la
salvación de un pecador perdido a quien el corre para abrazar, para besarlo y restaurarlo.
Tenemos muchas perspectivas de Dios, ésta normalmente no es una de ellas. No estamos
acostumbrados a ver a Dios tan dispuesto, buscando ser tan generoso, tan efusivo, tan
amoroso para con el peor pecador. El hijo lo recibió… Lo recibió. Él fue reconciliado. Una
reconciliación vergonzosa, no obstante en la mente de los fariseos, vergonzosa. Un padre
simplemente está violando la justicia, el honor, lo que es justo. Y claro, los judíos nunca han
entendido la condescendencia y el sufrimiento de Dios por el amor de los pecadores.
¡Cómo la gracia suma triunfa sobre el pecado! Él nos da gracia cuando venimos con la dignidad
plena de Dios, conforme somos vestidos con Su propia justicia. La autoridad plena de Dios para
actuar en representación de Él, coherente con Su revelación y responsabilidad para cumplir
con Su obra en Su nombre en el poder de Su Espíritu. Y una vez que el hijo había recibido todas
estas cosas de manera abundante, el versículo 23 dice “y traigan el becerro gordo”. La gente
rica tenía un becerro que guardaban normalmente, para el matrimonio del hijo mayor. Pero
usted lo usaba para la mejor ocasión y la más grande. Mátenlo. Eso habría sido una operación
en sí misma. Habría tomado algo de tiempo. Y por cierto, no lo fileteaban, lo colocaban en una
espada enorme. He estado en algunas cosas como esas; y así es como lo hacen. Lo cortaban en
pedazos y chuletas y todo lo demás; lo cocinaban en sus hornos en donde hacían pan. ‘Maten
al becerro engordado y comámoslo y regocijémonos. Vamos a tener una fiesta.’
Ahora, regrese al versículo 7. “Hay más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que
por 99 personas justas que no necesitan arrepentimiento”, versículo 10, “gozo en la presencia
de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.” Esto es lo que hay en esta historia.
La celebración comienza. Ahora, simplemente quiero señalar una cosa. No tenemos tiempo
para desarrollarlo todo, pero las celebración es dirigida al padre. No está dirigida al hijo. El hijo
recibió la túnica, y el anillo y el calzado. Pero la fiesta es en honor de un padre tan lleno de
gracia. Comamos todos. Ahora, un becerro podía alimentar desde 100 hasta 200 personas. No
comían mucha carne, no comían carne diariamente. La carne era para ocasiones especiales. Y
esto podría ser para alimentar a 100, a 200 personas, para disfrutar de esto. Lo van a hacer,
versículo 24, porque “este hijo mío estaba muerto”. Podríamos hablar de esto. Dios sabe
quiénes son Sus hijos; y en Su providencia y soberanía maravillosas, Él tiene sus tiempos en los
que Él los resucita de la muerte a la vida. “Este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a vivir. Él
estaba perdido y ha sido hallado y comenzaron a regocijarse.” Ellos comenzaron porque la
fiesta nunca terminará. La celebración por la redención de todo pecador continuará por
siempre. Y el objeto de la celebración será Dios, Dios, Dios, el Dios salvador.
Bueno, esto es otra cosa que causa enojo a los fariseos y saduceos que están escuchando.
Ahora todo esto va más allá de lo ridículo. Se está volviendo irritante. Algo que agita. Esto es
como uñas que están en un pizarrón. Esto es simplemente demasiado contrario a lo que se
acostumbra y es vergonzoso. El padre ahora está actuando de manera torpe, está dándole
todo esto al hijo y después, tiene una celebración como si hubiera ganado algo de honra.
Ningún personaje como éste había existido en su mundo, no había ningún hijo así, no había
ningún padre que hiciera esto. No había hijos como estos y padres como estos. Y aquí los está
desenmascarando. Ellos no conocían a Dios.
Bueno, llegamos a la conclusión sorprendente, una reacción son vergonzosa. Versículo 25,
cubriremos esto en tan sólo unos minutos. “Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando
vino, y llegó cerca de la casa…” Por cierto, ¿no pensaría usted que el hijo mayor
supuestamente debía planear estas grandes celebraciones? Era su responsabilidad. Su padre
nunca ni siquiera le consultó, él ni siquiera le dijo acerca de esto, ni siquiera envió a un
mensajero. ¿Por qué? Él sabía que no tenía relación tampoco con él. Él también odiaba a su
padre. Él estaba también distanciado de su padre. Él simplemente estuvo ahí, se quedó en la
casa, pero no tenía relación alguna con su padre y esa es la razón por la que él no defendió al
principio la honra de su padre y no trató de proteger a su hermano de hacer algo tan torpe
como lo que quería hacer. Este hombre no tuvo ninguna función en nada porque aunque él
estaba en la casa, él no tenía relación con el padre. El padre sabía que él no se preocupaba por
su hermano y sabía que él no tenía interés en su propio gozo.
Ahora usted podría pensar ‘bueno, entonces él va a celebrar’. Oh, no. Versículo 28: “Entonces
se enojó.” ¿Adivine qué? Los fariseos y los escribas acaban de aparecer en la historia. Este
hombre son ellos. Este e hombre s ellos. Acaban de aparecer en la historia. Ellos estaban
enojados porque Dios en Cristo estaba aceptando a pecadores. Eso era lo que les molestaba. Y
están en la historia. Por cierto, se hace referencia a ellos como los 99 que no necesitaban
arrepentimiento, nunca se vieron a sí mismo como pecadores. Él se enojó y no estaba
dispuesto a entrar. “Yo no voy a ser parte de nada que sea vergonzoso.” El padre es
vergonzoso. El hijo es vergonzoso. La gente de la aldea que está celebrando es vergonzosa.
Este no es el momento para honrar al padre. El padre es un necio. Usted no le da honra un
hombre que es un necio. Reacción vergonzosa.
No, él había estado en el hogar, él no tenía relación alguna con su padre. Él esta tan perdido
como su hermano. Los fariseos y los escribas estaban tan perdidos como los publicanos y los
pecadores, nada más que era un tipo de condición de perdición diferente. Algunos están
perdidos en el país lejano. Algunas están perdidos cerca de Dios, cerca de la Iglesia. ¿Y sabe
una cosa?, si la verdad fuera conocida, los legalistas, la gente religiosa superficial tienen celo
de los pródigos, porque por dentro tienen las mismas lujurias, los mismos deseos
pecaminosos, pero nunca son satisfechos. Ellos tienen el mismo anhelo de pecado e iniquidad
y tienen celos y tienen envidia de aquellos que dan rienda suelta al máximo nivel y no les
importa lo que la gente piensa. Ellos lo hacen porque su enfoque para tener las cosas es
conformarse externamente. Y entonces, están en la historia.
Pero, usted sabe, desde su punto de vista estarían diciendo ‘Finalmente, un hombre sensato.
Finalmente, un hombre que no entiende. Oye, esto es indignación justa, este hombre nos cae
bien.’ Este es el hombre de los escribas y fariseos porque estos son ellos.
Y por si eso no fuera suficiente vergüenza, ¿qué hay acerca de esto? Más vergüenza, una
respuesta vergonzosa del padre, versículo 28. “Salió por tanto su padre, y le rogaba que
entrase.” Esto es simplemente increíble. El padre vuelve a descender, un retrato de
condescendencia, deja la fiesta, deja la celebración en donde él es el invitado de honor.
‘Discúlpeme, tengo que salir.’ Y desciende en la noche, en la oscuridad, encuentra a este
hipócrita que lo odia y le ruega que venga a fiesta. Este es otro acto vergonzoso, ridículo.
¿Acaso éste padre no está dispuesto a castigar a cualquier hijo que lo insulta? Y por cierto, él le
ruega de un modo prolongado. No hay un golpe público, no hay azotes. El padre está rogando.
Pero la respuesta en el versículo 29: “Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos
años te sirvo.” Usted no le dice esto a un padre. No le dice eso con total falta de respeto.
Menosprecio total. Esta es su manera de decir: ‘me gustaría que estuvieras muerto también.
Mira, durante tantos años te he estado sirviendo.’ Así es como hacen los legalistas. Es un
deber, es amargo. ‘Nunca he descuidado un mandato tuyo.’ ¡Hombre, aquí hay engaño! Es
como el joven rico que dijo que había guardado todos los mandamientos. Así es con los
farsantes hipócritas religiosos, no quieren admitir su pecado. He estado matándome en este
servicio para ti, para tener el patrimonio que quiero. Nunca he descuidado un mandato. Nunca
me diste una cabra, mucho menos un cordero para que pudiera disfrutar con mis amigos. Él
quería una fiesta para él, pero no con el padre y no con el hermano, él tenía otros amigos. Él
tenía su propio grupo, los hipócritas se juntan con hipócritas.
Y el versículo 30: “Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras,
has hecho matar para él el becerro gordo. Él padre entonces le dijo: Hijo mío…” Guau. Desde el
punto de vista de los fariseos, aunque estarían de acuerdo con que el hijo mayor tenía la
actitud justa, ellos no podían entender a un hombre que parece ser así de débil. Dale una
bofetada a este hombre. Pero él le dice “hijo mío,” no huios, eso ha sido utilizado ocho veces,
la palabra para hijo, ahora es teknon. Hijo mío, “tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas
son tuyas.” Nunca vas a recibirlo si sigues como vas. Así no lo vas a ganar. Y el versículo 32:
“Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha
revivido; se había perdido, y es hallado.” ¿Qué vamos a hacer? Tenemos que celebrar.
¿Qué es lo que ve en esta historia? Dos tipos de pecadores. El pecador disipado, abierto, el
pecador que vive en inmoralidad que no es religioso y el hipócrita que está en la casa, que está
ahí en la Iglesia, religioso, que superficialmente es moral, pero ambos son pecadores
extremos. Y un padre que le ruega a ambos, quien ofrece a ambos todo lo que tiene. Y el punto
es este: jóvenes, escúchenme: el pecador extremo está dentro de la gracia de Dios en
cualquiera de los dos polos. No todos son así de extremos en ninguno de los dos polos, en
ninguno de los dos extremos, pero esas son buenas noticias para todos nosotros, todos los que
estamos en el medio de estos dos extremos. ¿Y por qué hace esto Dios? ¿Por qué hace esto?
Porque se Él regocija cuando un pecador se arrepiente y todos los ángeles santos y los santos
glorificados se regocijan con Él. Pero, ¿sabe una cosa?, la historia no tiene un fin. Sólo se
detiene. Y después de que usted leyó el versículo 32, usted está buscando el versículo 33 para
saber qué sucedió. ¿Qué dice el hijo?
¿Que hizo el hijo? Bueno, tan sólo se detiene. Bueno, ¿qué tal si yo le doy un final? Lo haré. El
hijo mayor viendo la compasión y misericordia de su padre y deseando la reconciliación,
confesó sus pecados de hipocresía y le pidió a su padre el perdón y fue abrazado y besado y
recibido al banquete y se sentó en la mesa de su padre. Me gusta ese final. Me gusta ese final.
Pero no puedo escribir el final. El final ya ha sido escrito. Es correcto. Este es el final. “Al oír
esto, los hijos mayores enojados contra su padre, tomaron un pedazo de madera y golpearon a
su padre hasta matarlo.” Ese es el final.
Serían tan sólo unos pocos meses antes de que los fariseos lo mataran al clavarlo en el
madero. Y se felicitarían a sí mismos, porque lo que habían hecho era un acto de honor que
protegió a su pueblo, su nación y su religión de Uno que vino a avergonzarlos. En el lenguaje
de la parábola, el hijo estaba golpeando al padre con golpes que lo estaban matando
diciéndole “tú eres malo, tú eres vergonzoso, tú eres malo, alguien necesita terminar la
vergüenza y traer honra a esta familia y yo lo haré al quitarle a esta familia un padre tan
vergonzoso.” Y él dice que lo golpea hasta matarlo.
Así terminó la historia. Y la ironía final es que el padre que debería haber golpeado al hijo es
golpeado hasta morir por el Hijo impío en el acto más grande de maldad jamás conocido. Y
ellos pensaban que eran justos y no entendían el amor, la misericordia y la gracia. Sin
embargo, Dios, el Padre Salvador lleno de gracia en Cristo usa ese homicidio como el medio
mediante el cual Él compra nuestra salvación. Todo termina en la cruz en donde Él en Cristo
soportó muerte menospreciando el oprobio, la vergüenza por nosotros. Él recibió la vergüenza
para que usted pudiera estar en la celebración que le trae gozo. Oremos.
Hemos cubierto mucho hoy, Padre, en esta sesión. Te damos gracias por la riqueza de esta
enseñanza que dio nuestro Señor precioso. Ayúdanos a ser cautivados en nuestros corazones
por sus maravillas. Para aquellos que no conocen a Cristo, para aquellos que no conocen a Dios
en Cristo, para aquellos pecadores en el país distante que están al final de sus recursos, para
aquellos hipócritas en la Iglesia en los polos extremos, que haya un entendimiento de que la
gracia espera, ningún pecado es demasiado malo, ninguna hipocresía está tan determinada
como para ser abandonada y la gracia puede ser recibida. Lleva a cabo Tu obra en todo
corazón, oramos. Haznos estar agradecidos por un Padre, así en el nombre de Cristo. Amén.