Fisico Quimica 4eso
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M. Consuelo Domínguez-Sales
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"La evaluación de la formación del profesorado de ciencias en la sociedad del conocimiento. Propuestas de mejora", EDU2011-24285, MINECO, España View project
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4º ESO
didacticafisicaquimica.es
ISBN: 84-688-7497-3
A continuación estudiaremos los cambios materiales más sencillos, aquellos en los que lo único
que cambia es la posición o la velocidad con que se mueven los cuerpos, llamados cambios
mecánicos.
1
¿Cómo se mueven los cuerpos? ¿Cómo cambiar el movimiento de un cuerpo? ¿Se pueden apli-
car las mismas leyes para el movimiento de los cuerpos terrestres que para el de los astros?
Para producir la mayoría de los cambios que nos interesan, los seres humanos hemos de trabajar
y de utilizar energía. Cabe plantearse pues, entre otras, preguntas como las siguientes:
¿Qué es el trabajo? ¿Y la energía? ¿Están relacionados? ¿Cuántos tipos de energía hay?
¿Cómo se puede transferir energía de un sitio a otro? ¿Qué problemas ocasiona el consumo de
energía creciente? ¿Es el calor una forma de energía?
Finalmente, para terminar el curso, estudiaremos unos cambios más complejos que los cambios
mecánicos. Nos referimos a las transformaciones químicas.
¿Cómo explicar los cambios en los que a partir de unas sustancias se pueden obtener otras de
propiedades muy diferentes? ¿Cuál es el interés de estos cambios? ¿Qué problemas ocasionan?
¿Se puede obtener materia orgánica a partir de materia inorgánica? ¿Cómo se originaron los
seres vivos?
A lo largo del curso trataremos de dar respuesta, entre otras, a las cuestiones anteriores, siguien-
do en parte un hilo conductor histórico en el que veremos algunos de los problemas asociados a
la construcción de cuerpos de conocimiento científico y analizaremos algunas de las característi-
cas de ese proceso. Los contenidos que utilizaremos han de permitirnos este objetivo al mismo
tiempo que una mayor profundización en algunos de los temas que ya vimos en el curso anterior.
Para ello seguiremos el índice que se expone a continuación:
El estudio de los cuatro siguientes capítulos nos permitirá avanzar hacia el primer cuerpo de co-
nocimientos científico que se construyó históricamente: la mecánica o ciencia del movimiento
de los cuerpos. En el proceso del establecimiento de la mecánica clásica se tuvieron que superar
obstáculos muy importantes como, por ejemplo, la separación que durante la edad media se hacía
entre el mundo de los objetos terrestres y el de los astros a los que se atribuía naturaleza y com-
portamientos muy distintos o la idea de que la Tierra era el centro fijo y en reposo del Universo y
todo lo demás giraba a su alrededor. La Teoría Heliocéntrica de Copérnico y los trabajos de Gali-
leo sobre el movimiento de los cuerpos hicieron tambalearse esos obstáculos que, finalmente,
acabaron de derribarse con el desarrollo de la Teoría de Newton de la Gravitación Universal.
En el sexto capítulo estudiaremos una forma de cambio mucho más compleja que los cambios
mecánicos. Nos referimos al cambio químico. Lo haremos aquí profundizando y ampliando los
contenidos del curso anterior, introduciendo el concepto de mol y realizando un estudio más
cuantitativo. Este tema contiene varios anexos, uno de los cuales está destinado a la formulación
en química inorgánica. En el séptimo y último capítulo, proseguiremos el estudio de los cambios
químicos, centrándonos en aquellos en los que interviene el carbono y se producen compuestos
esenciales para los seres vivos.
3
2. El movimiento de los cuerpos (cinemática) ...................................................................pág. 45
1. ¿A qué se debe que los cuerpos se muevan de una forma u otra? Respuesta de Aristóteles
1.1. El mundo sublunar y sus cuatro elementos
1.2. El mundo supralunar y el quinto elemento
2. ¿A qué se debe que los cuerpos se muevan de una forma u otra? Respuesta de Newton
2.1. ¿Cómo conseguir que un cuerpo se mueva con movimiento rectilíneo y uniforme? ¿Y que
esté en reposo? Primer principio de la dinámica o principio de la inercia
2.2. ¿Cómo conseguir que un cuerpo tenga aceleración? Segundo principio de la dinámica o
ecuación fundamental de la dinámica
2.3. ¿Puede un cuerpo acelerarse a sí mismo sin interaccionar con otros? Tercer principio de
la dinámica o principio de acción y reacción
3. Utilización de los principios de la dinámica
3.1. ¿Qué le ocurre a un pasajero cuando el vehículo en el que viaja cambia bruscamente de
velocidad? Sistemas de referencia inerciales y no inerciales
3.2. Determinación de la fuerza resultante sobre un cuerpo. Estado de equilibrio
3.3. Obtención de la aceleración sobre la trayectoria
4. Fin de una barrera histórica: La síntesis gravitatoria de Newton
5. Fuerzas ejercidas por fluidos
5.1. Concepto general de presión
5.2. Presión en el interior de un líquido
5.3. Fuerzas que ejerce el aire sobre paredes y objetos. Presión atmosférica
5.4. Fuerza que ejerce un fluido en reposo sobre un cuerpo que se sumerge o que flota en él
4
4. Trabajo y energía ..........................................................................................................pág. 135
Anexo. ¿Por qué los científicos están tan seguros de que actualmente el CO 2 es el principal agen-
te responsable del aumento de la temperatura media global del planeta?
6. Reacciones químicas .....................................................................................................pág. 187
Los siete capítulos anteriores se desarrollan tratando de responder a algunos problemas de interés
que se plantean al inicio de los mismos. En cursiva van surgiendo una serie de actividades con
las que se pretende avanzar en la búsqueda de respuestas a dichos problemas.
Conviene que tras la lectura de cada actividad se reflexione sobre lo que se plantea en la misma.
Esa reflexión puede hacerse en clase y también en casa. Después se puede seguir leyendo para
cotejar nuestras respuestas con las que se dan en el propio texto.
La colección de cuestiones, ejercicios y problemas que se incluye al final de cada capítulo, está
cuidadosamente secuenciada para cubrir los contenidos del tema en el mismo orden que se van
estudiando éstos. Conviene que cada estudiante lleve un cuaderno de trabajo en el que se vayan
incluyendo, al menos, los problemas y demás ejercicios que se vayan proponiendo.
Una vez más, los autores somos conscientes de la dificultad de impartir todos estos contenidos
en un curso escolar, por ello es importante que los profesores que vayan a utilizar este material lo
analicen antes de desarrollarlo y seleccionen lo que consideren más conveniente.
6
DEL CAMBIO CLIMÁTICO HACIA LA CONSTRUCCIÓN
DE UN FUTURO SOSTENIBLE
Actualmente estamos asistiendo a un verdadero cambio climático terrestre. Eso significa que a
escala global y para mucho tiempo, se modifican condiciones ambientales como la temperatura
media del aire, los patrones de las precipitaciones o la frecuencia, intensidad y distribución de los
fenómenos meteorológicos extremos (como huracanes, sequías e inundaciones).
Durante la larga historia de la Tierra ya han ocurrido muchos cambios climáticos y en ocasiones
de tal magnitud que se produjeron extinciones masivas de especies. Sin embargo, el cambio
climático actual tiene unas características que lo hacen diferente de todos los anteriores. La prin-
cipal es su origen antrópico, es decir, somos los seres humanos los responsables. Se trata,
además, de un cambio global ya instalado entre nosotros y que constituye, muy posiblemente, el
mayor reto al que hemos de hacer frente, dadas sus graves consecuencias presentes y futuras.
El tiempo meteorológico viene dado por las propiedades de la troposfera1 (temperatura, hume-
dad, cobertura de nubes, viento, precipitaciones, etc.) en un lugar y momento dados. Por el con-
trario el clima en una zona determinada puede definirse, de forma aproximada, como el prome-
dio del tiempo en dicha zona a largo plazo (30 años o más), incluyendo las variaciones estaciona-
les y los posibles fenómenos extremos (huracanes, sequías, lluvias torrenciales...).
1
Capa más baja de la atmósfera. Aproximadamente 17 km de espesor en el ecuador y unos 7 km en los polos. Es
donde tienen lugar los fenómenos meteorológicos y donde se encuentra la mayor parte del aíre y vapor de agua.
7
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
El sistema climático es un sistema complejo e interactivo y está formado principalmente por los
siguientes componentes: atmósfera, suelo terrestre, hielo y nieve, mares y océanos, agua dulce
(líquida), y toda la vegetación.
La atmósfera es el componente que caracteriza el clima, fundamentalmente por la temperatura
del aire y por la cantidad de precipitaciones (con sus variaciones estacionales). Los distintos pa-
trones de temperatura y precipitaciones de unas regiones a otras, conducen a los diferentes tipos
de clima en el planeta (cálido, templado, seco, tropical, etc.). Dichos patrones son producidos en
gran parte por la forma de circular el aire sobre la superficie terrestre.
El clima terrestre viene determinado fundamentalmente por los siguientes factores:
Propiedades del aire y del agua: Cuando el agua de los océanos se calienta, parte de ella se
evapora y asciende. Ello se da especialmente cerca del ecuador, formándose zonas de baja pre-
sión en la superficie y creándose corrientes de masas de aire cálido ascendente. Al subir el aire
caliente y húmedo se enfría liberando humedad y también energía (al condensar el vapor de
agua), con lo que dicho aire se vuelve más frío y seco (y, por tanto, más denso), cayendo y cre-
ando una zona de alta presión. Cuando esas masas de aire fluyen a través de la superficie de la
Tierra, captan humedad y energía de nuevo, repitiéndose así el proceso. Se llaman células de
convección y hacen circular aire, calor y humedad, de unas zonas a otras.
Radiación solar que llega a la Tierra (suministra energía y varía periódicamente debido a di-
versos cambios astronómicos).
Desigual calentamiento de la superficie terrestre (mucho mayor en el ecuador, donde los ra-
yos solares inciden perpendicularmente durante todo el año, que en los polos).
Inclinación del eje terrestre ( que crea estaciones de signo opuesto en ambos hemisferios).
Giro de la Tierra sobre su eje de oeste a este (evita que las corrientes de aire vayan derechas al
N y al S desde el ecuador, haciendo que se desvíen principalmente hacia el E en el hemisferio
norte y hacia el O en el hemisferio sur).
Por otro lado, la circulación atmosférica influye en la circulación oceánica mediante la acción
de los vientos sobre las aguas de la superficie marina y los cambios de temperatura y salinidad
ocasionados por las precipitaciones y la evaporación. Las corrientes oceánicas contribuyen
también a redistribuir la energía recibida del Sol, influyendo en el clima y en la vegetación (es-
pecialmente cerca de la costa). Así, por ejemplo, sin la corriente del Golfo (que transporta unas
25 veces más agua que todos los ríos del mundo en su conjunto), el clima de Europa norocciden-
tal sería subártico. Estas corrientes ayudan también a distribuir nutrientes y oxígeno disuelto,
fundamentales ambos para la vida acuática.
También influyen en el clima, la composición de la atmósfera (porcentaje de los distintos gases
que forman el aire, sea cual sea su origen) y la presencia en ella de nubes y aerosoles, así como
la existencia y distribución en la superficie terrestre de cadenas montañosas, ríos y lagos, ma-
sas boscosas, grandes desiertos, hielo y nieve.
Así pues, el clima depende de factores muy diversos, los cuales cambian a lo largo de periodos
más o menos grandes de tiempo, lo que hace que, consecuentemente, el clima se modifique, co-
mo de hecho ha ocurrido otras veces en la historia de la Tierra (y seguirá ocurriendo).
Hace poco más de 30 millones de años que se formó el hielo antártico y menos de 3 millones de
años que se formó el casquete de hielo ártico en el polo norte. Este último acontecimiento marcó
el comienzo de la era cuaternaria que, desde entonces, se caracterizó por una sucesión de perio-
8
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
dos glaciales (fríos) de unos 100 000 años de duración, separados por periodos interglaciales
(cálidos) de menor duración. No se sabe exactamente cómo comienzan esos periodos glaciales,
pero diversos estudios indican que la cantidad de sol durante el verano es crucial para los conti-
nentes del hemisferio norte, ya que si desciende por debajo de un valor crítico, la nieve del in-
vierno anterior no se derrite y los mantos de hielo comienzan a crecer en la medida que se acu-
mula cada vez más nieve. El ritmo natural de aparición de los periodos glaciales está vinculado,
entre otras posibles causas, a la variación periódica de varios factores astronómicos como la ex-
centricidad de la órbita que describe la Tierra o la oblicuidad y dirección del eje terrestre.
La última glaciación acabó hace unos 10 000 años. Desde entonces nuestro planeta disfruta de un
clima relativamente estable (con sus diferencias regionales), que sin duda favoreció el rápido
desarrollo de la civilización.
A.2. ¿Por qué la temperatura media terrestre se ha mantenido durante mucho tiempo constante
y en torno a los 14 ºC?
Las radiaciones solares suministran energía al sistema climático, pero dicha energía no se va
acumulando debido a que hay un equilibrio entre la energía absorbida por la Tierra (toda la su-
perficie del planeta y la atmósfera) y la energía emitida al espacio, de forma que la energía ab-
sorbida ha de ser igual a la emitida. El clima mundial está determinado por dicho equilibrio.
Sin embargo, cuando se realizan cálculos teóricos sobre cuál debería ser la temperatura media
terrestre sin tener en cuenta el papel de la atmósfera, se obtiene un valor en torno a -18 ºC. Ob-
viamente, si esa fuese la temperatura media de nuestro planeta, la vida (al menos como la cono-
cemos hoy) no sería posible. Cabe plantearse, pues, qué es lo que tiene de particular la atmósfe-
ra, para que la temperatura media real del planeta sea de unos 14 ºC en lugar de esos -18 ºC.
La mayor parte de la radiación solar que llega a la Tierra atraviesa fácilmente la atmósfera, con
lo que la superficie del planeta se calienta. Además, la Tierra emite energía hacia el espacio,
principalmente mediante radiación infrarroja. Ahora bien, formando parte de la atmósfera terres-
tre hay vapor de agua y otros gases como el dióxido de carbono, que tienen la propiedad de ab-
sorber una gran parte de dicha radiación infrarroja y reflejarla en todas direcciones (incluyendo
hacia el suelo de nuevo), haciendo que la temperatura media terrestre sea más alta de lo que lo
sería de no existir dichos gases. El resultado es similar al que se consigue dentro de los inverna-
deros y por eso se habla de gases invernadero y de efecto invernadero. Así pues, los gases in-
vernadero son los responsables de que la Tierra tenga una temperatura que la hace habitable para
los seres humanos y muchos otros organismos.
Esquema (muy
simplificado) del
efecto invernadero.
9
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
A.3. Entonces, si el efecto invernadero es bueno ... ¿de qué nos preocupamos?
A.4. Anteriormente hemos visto que la temperatura media del planeta se mantiene constante
debido a la existencia de un equilibrio entre la energía que entra y la que sale. ¿De qué formas
ese equilibrio puede verse alterado?
Fundamentalmente mediante los siguientes factores o forzamientos:
Variaciones en la radiación solar incidente. Ligeras desviaciones periódicas en el eje de
rotación de la Tierra (tanto en su inclinación como en su orientación), pequeños cambios
en la excentricidad de la órbita terrestre y fluctuaciones en la emisión de energía por parte
del Sol.
Modificando la fracción de radiación solar reflejada por la Tierra. Existe un índice deno-
minado albedo, que mide la capacidad de una superficie determinada para reflejar la ra-
diación solar que le llega. Su valor es grande en las superficies blancas o claras y peque-
ño en las oscuras. El albedo puede modificarse fundamentalmente mediante cambios en
las nubes o en las superficies cubiertas de vegetación, hielo o nieve. También influyen en
él, los aerosoles o pequeñas partículas en suspensión (como polvo, hollín o sales) presen-
tes en la atmósfera.
Variando las concentraciones de los gases invernadero que actúan como un manto parcial
para las radiaciones de onda larga emitidas hacia el espacio desde la superficie de la Tie-
rra y desde la atmósfera.
Todos los forzamientos anteriores ya han repercutido muchas veces en los distintos cambios
climáticos ocurridos, debido a procesos naturales. Si los forzamientos hacen que el planeta ab-
sorba más energía o emita menos hacia el espacio, el equilibrio energético se altera y para resta-
blecerlo la temperatura media del planeta aumenta (y viceversa), de modo que a cada estado de
equilibrio le corresponde un valor dado de la temperatura media global en la superficie terrestre.
Aunque los seres humanos no podemos influir en los cambios astronómicos que varían periódi-
camente de forma natural y que son capaces de alterar el balance de energía al que nos referimos,
sí podemos incidir en los dos restantes factores (y, de hecho, lo estamos haciendo). En efecto: El
polvo que se produce en canteras, minas y carreteras; contaminantes del aire; cenizas de grandes
incendios; humos industriales; deforestación; deshielo, etc., son formas de cambiar el albedo;
mientras que el consumo creciente de combustibles fósiles (derivados del petróleo, gas natural y
carbón) es la causa principal del aumento continuado en la concentración de gases de efecto in-
vernadero (como el CO2), en la atmósfera
En cuanto a los gases invernadero, conviene destacar que, gracias a la extracción de muestras de
hielo profundo de la Antártida, disponemos de conocimientos precisos sobre la evolución con-
junta del clima terrestre y del efecto invernadero y sabemos que los cambios en la concentración
de CO2 se correlacionan estrechamente con las variaciones en la temperatura media de la Tierra.
En la figura siguiente, la gráfica de arriba representa las concentraciones de CO2 atmosférico
desde hace 600 000 años hasta el presente (0). La gráfica de abajo muestra la desviación de la
temperatura media global del planeta de la temperatura media global correspondiente al periodo
10
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
1961-1990 (que se toma como valor 0). Los mínimos corresponden a glaciaciones y los máxi-
mos a periodos de calentamiento.
Concentración
Concentración de CO
de CO2 prevista prevista
en2 2060, dentro
si no de 50
tomamos años, si no tomamos medidas
medidas
600 600
Concentración de CO
Concentración en 2013
de 2CO 2 en la actualidad 379
400
300 300
Concentración de CO2 a mediados siglo XVIII
Concentraciónde
Concentración deCO
CO22
enenlalaatmósfera
atmósfera(ppm.)
(p.p.m.)
250 250
200 200
4 Desviación
Desviaciónrespecto
respecto aa la
la
2 temperatura
temperaturamedia
mediaen
en ºC C Media 1961 1990
0
2
4
6
8
A.5. Comparando las dos gráficas anteriores ¿qué conclusiones se pueden obtener?
Es evidente que ambas encajan. No sabemos exactamente quién va primero, pero lo que parece
claro es que, desde hace más de medio millón de años, los cambios en la temperatura media de la
Tierra y en la concentración de CO2 van juntos.
Durante los últimos 600000 años, la concentración de CO2 en la atmósfera nunca superó el valor
de 300 ppm2. Esa concentración oscilaba aproximadamente entre las 280 ppm en los periodos
interglaciales más cálidos y las 180 ppm en los periodos glaciales más fríos.
Durante el último período interglacial, hace unos 125 000 años, la temperatura no llegó a superar
los 4°C de aumento respecto al nivel 0 (y sin embargo, el nivel medio del mar estaba entre 5 y 10
metros por encima del actual y las capas de hielo de Groenlandia y de la Antártida se hallaban
prácticamente fundidas).
2
Esta conclusión, de acuerdo con el V informe del Panel Intergubernamental para el Estudio del Cambio Climático
(IPCC) se extiende ahora hasta 800000 años antes del presente.
11
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
También puede verse que, a mediados del siglo XVIII la concentración de CO2 era de unas 280
ppm, pero que, desde entonces, ha experimentado un brusco y considerable aumento, hasta si-
tuarse en las 400 ppm que se alcanzaron durante 2013. ¿Qué es lo que ha pasado en los últimos
300 años para que se produzca ese gran aumento? Indudablemente, el hecho tiene que ver con la
revolución industrial, primero con la máquina de vapor y luego con el motor de explosión. El
desarrollo de ambos ingenios y su aplicación para obtener cada vez más energía, ha supuesto
también la quema de enormes cantidades de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natu-
ral), con la consecuente emisión de miles de millones de toneladas de CO2.
A.6. Algunas personas piensan que se está sobrevalorando lo que el ser humano es capaz de
hacer al planeta y que los cambios que observamos en el clima ocurren de forma natural. Bus-
cad datos pertinentes y después argumentad a favor o en contra de esta idea.
Los seres humanos sí podemos cambiar la composición de la atmósfera (ya lo hemos hecho y
continuamos haciéndolo cada vez en mayor medida). Un cambio de especial importancia es el
aumento rápido y continuado en la concentración de gases invernadero, directamente relacionado
con la elevación de la temperatura media global de la superficie terrestre.
La conclusión anterior está avalada por años de serios estudios científicos. Entre los expertos en
cambio climático no hay ninguna duda de que desde el comienzo de la era industrial, el efecto de
la actividad humana sobre el clima ha sido provocar un calentamiento neto, con un impacto su-
perior al de conocidos procesos naturales como erupciones volcánicas o cambios astronómicos.
Los principales gases invernadero son: vapor de agua (H2O), dióxido de carbono (CO2), metano
(CH4), óxido de dinitrógeno (N2O), ozono troposférico (O3), y ciertos derivados halogenados
como clorofluorocarbonos (CFC), hidrofluorcarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) y exa-
fluoruro de azufre (SF6).
A.7. ¿Cuál es el gas que más contribuye al efecto invernadero?
El vapor de agua es, con gran diferencia, el gas invernadero más importante, tanto por su mayor
abundancia en la atmósfera como por poseer una banda de absorción de la radiación infrarroja
especialmente ancha. El segundo en importancia es el CO2, seguido por el CH4. Los tres son
componentes naturales de la atmósfera pero también pueden ser producidos (junto con otros,
como los derivados halogenados ya mencionados) por el ser humano.
12
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
A.8. ¿Mediante qué acciones, directas o indirectas, hacemos aumentar los seres humanos la
concentración de CO2 en la atmósfera?
3
Efecto de calentamiento a lo largo de un periodo de tiempo (usualmente 100 años) que produce hoy la liberación
instantánea de 1 kg de un gas invernadero, en comparación con el causado por el CO2.
4
Cambio neto en el equilibrio energético del sistema Tierra-atmósfera debido a una perturbación impuesta. Se refie-
re al valor promedio correspondiente a un periodo de tiempo determinado (habitualmente entre 1750 y nuestros
días). Un valor positivo indica un aumento añadido en la energía de dicho sistema.
13
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
En 2011 China pasó a ocupar el puesto de primer emisor de gases invernadero a la atmósfera.
Durante ese mismo año, las emisiones por habitante fueron 6'8 t en China, 8'1 t en Europa en su
conjunto y 16'9 t en Estados Unidos.
La concentración de CO2 también aumenta debido a la deforestación por talas masivas e incen-
dios. En los bosques y en sus suelos se encuentra una gran parte del carbono orgánico terrestre.
Por eso son tan importantes las modificaciones en los ecosistemas forestales y, en especial, en
los tropicales.
Las prácticas de deforestación, unidas a la erosión de los suelos, suelen suponer una pérdida de
biomasa y la devolución a la atmósfera, en forma de CO 2, del carbono que previamente ha sido
captado en la fotosíntesis. El que haya extensas zonas tropicales en donde tras la tala no se rege-
nera la cubierta vegetal (que si lo hiciese recuperaría el carbono) aumenta la concentración at-
mosférica del CO2.
A mediados de la segunda década del siglo XXI, aproximadamente el 60% del área amazónica es
demasiado húmeda para que se puedan propagar incendios, sin embargo, el cambio climático
favorece la reducción de dicha área. En los incendios se emiten también otros gases invernadero
(como el N2O) y aerosoles (como el hollín), que además son contaminantes atmosféricos peli-
grosos para la salud.
También hay que tener en cuenta la tala para obtener maderas valiosas, que desde la coloniza-
ción europea han ido soportando los bosques de Centroamérica, Caribe, Amazonia, África y Su-
deste Asiático. Tampoco se puede olvidar que en muchos países pobres, la madera sigue siendo
el principal combustible de uso doméstico, lo que ha provocado la desaparición de los árboles en
extensas zonas del mundo subdesarrollado (en el continente africano, por ejemplo, más del 90 %
de la población rural y alrededor del 70 % de la urbana, utilizan la madera como principal fuente
de energía).
También se forma CO2 en la fabricación de cemento. Cuando la piedra caliza (carbonato de cal-
cio) se calienta para producir cal (óxido de calcio), que es un componente del cemento, se libera
CO2. En este proceso se emite a la atmósfera alrededor del 4% del CO 2 antrópico.
A.9. Cuando se analiza la concentración de CO2 en la atmósfera, los datos muestran que su
concentración siempre es menor durante el verano que en el invierno. ¿A qué puede ser debido?
Durante la primavera y verano la vegetación crece, genera hojas y absorbe más CO2 del aire
(mediante la fotosíntesis) haciendo que su concentración atmosférica baje. En invierno el creci-
miento vegetativo se paraliza y las hojas se caen por lo que disminuye la fotosíntesis y se absor-
be menos CO2 por las plantas. La cantidad total de vegetación (biomasa) del hemisferio norte es
mayor que la del sur, y por eso su influencia es dominante en el conjunto de la atmósfera.
14
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
2.2. Metano
El metano es un gas invernadero muy efectivo, con una concentración atmosférica media en
2011 que superaba ya las 1’8 ppm, debido a su incremento desde los tiempos preindustriales,
cuando la concentración atmosférica era solo de 0’7 ppm. Su forzamiento radiativo es del orden
de 0’48 W/m2, su vida media de unos 12 años y su potencial de calentamiento global es 21 (lo
que significa que cada kg de CH4 emitido tiene un efecto de calentamiento acumulado en la
atmósfera durante los siguientes 100 años equivalente a la emisión de 21 kg de CO 2).
Algunos investigadores piensan que el aumento del metano en la atmósfera se remonta al inicio
de la agricultura y, en especial, al del cultivo del arroz hace 5000 años. Actualmente las principa-
les fuentes de emisión antrópicas de este gas se centran en: producción de energía a partir de
carbón y gas natural, eliminación de desperdicios, crianza de animales rumiantes, agricultura del
arroz, quema de biomasa y fugas de conducciones de petróleo y gas. Dichas fuentes son las res-
ponsables de entre el 50 y el 65% del total de metano emitido a la atmósfera en el presente.
Todos los años unos 400 millones de toneladas de metano son producidas por bacterias que vi-
ven en condiciones anaeróbicas degradando la materia orgánica. Los medios en los que actúan
son muy variados: el estómago y tracto intestinal de los rumiantes, el interior de estercoleros,
campos inundados para el cultivo de arroz o el fondo de zonas pantanosas.
El cultivo del arroz sobre enormes extensiones encharcadas en Asia, favorece la metanogénesis
en los barros de las tierras inundadas.
Otro factor emisor de metano es la quema de vegetación, especialmente la quema de maleza en
las sabanas tropicales que se realiza como práctica agrícola para fertilizar el suelo. A veces el
metano procede del propio suelo del área quemada, sobre todo en los incendios boreales, por
descongelación del permafrost5.
Otra fuente antrópica de metano han sido los escapes en las minas de carbón (el peligroso gas
grisú), en las instalaciones defectuosas de extracción de gas natural (el 90% del cual es metano)
y en los cientos de miles de kilómetros de gasoductos construidos para su transporte. El auge de
la utilización energética del metano hará necesaria la construcción de más pozos de extracción y
de más gasoductos, pero es de esperar que las mejoras técnicas hagan disminuir el despilfarro y
las fugas a la atmósfera.
5
Capa de suelo o sustrato congelado. Puede contener materiales orgánicos antiguos semidescompuestos, que al
descongelarse sufren una serie de reacciones químicas liberando dióxido de carbono y metano.
15
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
En cuanto al N2O, sus fuentes antrópicas más comunes son: el uso de fertilizantes de nitrógeno,
la quema de combustibles fósiles, la quema de biomasa y ciertos procesos industriales como la
fabricación de nylon y de ácido nítrico. El 17% de este gas presente en la atmósfera lo hemos
añadido nosotros desde la era industrial.
Una vez emitido, permanece en la atmósfera durante unos 114 años. Su potencial de calenta-
miento global es de 296. En la década 2000-10 su emisión media anual fue del orden de 7 millo-
nes de toneladas. Al final de dicha década su concentración en la atmósfera superaba 0'310 ppm,
cuando al inicio de la era industrial era de 0'275 ppm.
Entre los gases halocarbonados6 que presentan efecto invernadero los CFCs se hallaban presen-
tes en gases utilizados como refrigerantes (frigoríficos y aparatos de aire acondicionado) y pro-
pelentes (espráis). La concentración de CFCs no está aumentando actualmente, debido a los
acuerdos internacionales para evitar la disminución de la concentración de O3 estratosférico (ya
que estos compuestos, además de su efecto invernadero, destruyen la capa de ozono estratosféri-
co que nos protege de las radiaciones ultravioleta). Sin embargo, las concentraciones de otros
gases halocarbonados (HCFC, HFC, PFC) y también de SF6, están aumentando en la actualidad.
Los HFCs se utilizan como sustitutos de los CFCs. Los PFCs y el SF6 son liberados a la atmósfe-
ra en actividades industriales como la soldadura de aluminio y la fabricación de semiconducto-
res. El potencial de calentamiento global de estos gases varía ampliamente, así, por ejemplo,
entre 5.700 y 11.000 para los CFCs y 23500 para el SF6. El periodo de vida atmosférico de estos
gases varía también mucho de unos a otros: entre 45 y 100 años para los CFCs, entre 1 y 18 años
para los HCFCs, de 1 a 270 años para los HFCs y miles de años para los PFC.
A los gases anteriores podemos añadir el ozono troposférico producido por actividades humanas
tales como: el cambio de uso de los suelos; la quema de combustibles fósiles; y otros procesos
que conllevan la producción de los llamados compuestos químicos precursores (CO, CH4, algu-
nas sustancias orgánicas volátiles y óxidos de nitrógeno), que sufren una serie de reacciones fo-
toquímicas, en las que se produce O3. El ozono troposférico tiene un periodo de vida atmosférico
breve (de unos días a unas semanas) por lo que su distribución es bastante variable, aunque su
concentración aumenta en el aire urbano y en las zonas en las que se quema biomasa.
A.10. ¿Por qué si el vapor de agua es el gas de efecto invernadero más importante, no contri-
buye especialmente al aumento del efecto invernadero? (Tened en cuenta que al quemar cual-
quier combustible fósil, además de CO2 se produce también agua).
El vapor de agua es quien más contribuye al efecto invernadero, pero las actividades humanas
apenas inciden directamente en un aumento significativo de la concentración de este gas en la
atmósfera y por tanto, su contribución al aumento del efecto invernadero es escasa. Fundamen-
talmente, hay que tener en cuenta dos hechos:
a) La concentración del vapor de agua atmosférico varía entre 0’01% y 5 % (a mayor temperatu-
ra aumenta la concentración), presentándose efectos de saturación que hacen que dicho vapor
condense y caiga de nuevo en forma de lluvia (lo que no ocurre con los otros gases invernadero).
6
El término "halocarbonado" hace referencia a la existencia en las moléculas del compuesto, de carbono y de algún
elemento (normalmente el flúor o cloro) de la séptima columna de la tabla periódica, conocida también como grupo
de los halógenos.
16
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
Además de los gases anteriores y de los cambios astronómicos ya mencionados, existen otros
factores que también inciden de forma notable en el efecto invernadero.
Los aerosoles son un componente más de la atmósfera, que interviene en procesos tan importan-
tes como la formación de nubes, el transporte de contaminantes y la absorción o dispersión de la
radiación. Se trata de materiales en suspensión de los que existen fuentes naturales (como las
erupciones volcánicas o la suspensión de sal marina y polvo debido al viento), pero también
otras debidas a la actividad humana (uso masivo de combustibles fósiles liberando hollín y di-
versas sustancias, explotación de minas y canteras, movimientos de suelo con fines urbanísticos,
incendios, etc.). Su impacto es doble, en función principalmente del contenido en hollín (si es
elevado, predomina la absorción de radiación, favoreciendo el calentamiento de la atmósfera y
viceversa). Cabe notar que en conjunto, a fecha de 2011, el efecto predominante de los aerosoles
era el de refrigeración.
Las nubes, como ya se ha dicho, tienen un efecto doble, dependiendo del tipo de nube, la altura
a la que se encuentre y si es de día o de noche. Mucha gente sabe, por ejemplo, que en las noches
de invierno en las que el cielo está despejado, las temperaturas suelen ser más bajas que si está
nublado. Durante el día las nubes altas (como los cirroestratos) dejan pasar la radiación solar
pero absorben la terrestre, mientras que las medias (como los altocúmulos) impiden notablemen-
te el paso de la radiación solar.
La superficie oscura del océano abierto y la superficie terrestre cubierta de espesa vegeta-
ción reflejan solo un 10% de la radiación solar que les llega, mientras que este efecto albedo
aumenta en superficies claras como son las zonas áridas, desiertos y las superficies cubiertas de
hielo o nieve (en estas últimas puede acercarse al 90%). A principios del siglo XXI el albedo
medio del planeta era del orden del 30%. Su reducción supondría un aumento del calentamiento,
de ahí el papel tan importante que tienen las grandes extensiones de hielo del polo norte y del
continente antártico en la refrigeración del planeta.
17
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
Conviene tener en cuenta que estamos hablando del valor medio (de la temperatura del aire
próximo al suelo), obtenido midiendo temperaturas en miles de lugares diferentes repartidos por
todo el planeta y durante muchos años, (lo que incluye variaciones estacionales y fenómenos
meteorológicos extremos). Un aumento de, por ejemplo, 2ºC en la temperatura media terrestre,
puede suponer un aumento tres veces mayor en el polo norte. Además, lo que realmente importa
no es si el verano pasado aquí hizo más o menos calor, sino la tendencia general a escala global.
El invierno de 2010, por ejemplo, pareció muy frio; sin embargo, solo lo fue en Europa Occiden-
tal y en la costa este de Norteamérica. En realidad, fue el invierno más cálido en todo el mundo
desde que se tienen registros (1850) hasta ese año. La década 2000-2010 ha sido la más cálida
desde 1850 y ha sido más cálida que la de los 90 y ésta que la de los 80 ... (tendencia general).
Entre las más importantes están: Fusión de hielo continental y marino, acidificación de los océa-
nos, aumento de la intensidad y frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos, cambios en
los ritmos vitales de muchas especies y disminución de la biodiversidad, aumento de la probabi-
lidad de que ocurran cambios grandes y abruptos.
Más de un 85 % del área terrestre ocupada por hielos permanentes se encuentra en la Antártida
(un continente con una superficie unas 28 veces mayor que la de España). Un 10 % corresponde
al hielo de Groenlandia y en el 5% restante se incluye el conjunto de todos los demás glaciares.
7
Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC). Se trata de un organismo científico internacional, creado
en 1988 por las Naciones Unidas y la Organización Meteorológica Mundial, para estudiar el cambio climático,
evaluar sus consecuencias y elaborar estrategias de respuesta realistas.
18
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
Polo Sur
Por otra parte, la banquisa8 de hielo marino que rodea el continente antártico (no representada
2
en la figura), experimenta una gran variabilidad estacional (desde los 2-3 millones de km en
2
verano a los 15-16 millones de km en invierno, aproximadamente).
Groenlandia es la mayor isla del mundo (unas cuatro veces mayor que España) y tiene el 80% de
su superficie cubierta de hielo. Los datos que se disponen indican, sin embargo, que parte de esa
masa de hielo se funde. La pérdida de hielo en Groenlandia se duplicó entre 1996 y 2005. La isla
perdió 50 km3 de hielo solo durante 2005. La fusión de todo el hielo de Groenlandia haría subir
en más de 6 m el nivel del mar.
La fusión de parte del hielo terrestre que hay sobre el continente antártico y en glaciares de algu-
nas zonas del hemisferio norte como Alaska, Islandia y Groenlandia, está contribuyendo sin duda
al aumento del nivel del mar. Por otra parte, las medidas que se vienen realizando desde 1961
muestran que la temperatura media de los océanos ha aumentado hasta profundidades de unos
3000 m y que éstos absorben más del 80 % de la energía añadida al sistema climático a conse-
cuencia del calentamiento global, con lo que el agua tibia se dilata y ello se traduce también en
un ensanchamiento de los océanos y, consecuentemente, en una elevación del nivel del mar. La
contribución de cada efecto (fusión del hielo y expansión del agua) por separado, es difícil de
medir. Actualmente se piensa que la expansión térmica es responsable de no más del 40% de la
elevación producida en los últimos 20 años.
La velocidad a la que ha ido subiendo el nivel del mar ha aumentado durante los dos últimos
siglos. Concretamente, durante el periodo 1900-2012 se ha constatado una elevación media del
nivel del mar de unos 19 cm y las previsiones más fiables indican que, debido a la expansión
térmica, el nivel seguirá subiendo durante muchos siglos, dependiendo de las futuras emisiones
de gases invernadero. Los modelos manejados por los científicos del IPCC indican para el año
2300 un aumento entre 1m y 3 m si la concentración de gases invernadero en la atmósfera rebasa
las 700 ppm de CO2 equivalente9.
8
Capa de hielo marino flotante que se forma en las regiones polares.
9
Concentración de este gas que causaría el mismo forzamiento radiativo medio mundial que la mezcla real de todos
los gases invernadero y aerosoles existente en la atmósfera.
19
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
El calentamiento global también está contribuyendo a la fusión del hielo en muchos glaciares
continentales de montaña y a una disminución de las nevadas en general, lo que explica el retro-
ceso experimentado por dichos glaciares. En efecto, al ritmo actual, es bastante probable que
todos los glaciares del Pirineo español hayan desaparecido antes de 2050. La misma tendencia se
observa en África, en el Himalaya, en Alaska y en otros lugares. Se trata de un fenómeno a esca-
la planetaria.
En el Ártico, la temperatura del aire ha aumentado al menos en 3ºC entre 1990 y 2010, lo que es
bastante como para fundir una gran parte del hielo flotante (entre 3 m y 4 m de espesor medio a
final del invierno). Además del incremento en la concentración de gases invernadero en la
atmósfera, otras razones de esta elevación de la temperatura pueden ser el transporte a esa zona
de aerosoles contaminantes procedentes de otras regiones muy pobladas de latitudes medias co-
mo China, Estados Unidos y Europa.
La extensión del hielo marino ártico durante el verano (lo que se llama hielo multianual o perenne)
ha venido disminuyendo sistemáticamente entre 700 000 km2 y 1000.000 km2 cada década desde
1979 a 2012. También ha disminuido (menor superficie y menor grosor) el volumen de hielo ártico
en verano (las mediciones realizadas por satélite indican una pérdida de unas tres cuartas partes de
dicho volumen respecto a 1980). En septiembre de 2014, la extensión de hielo fue tan solo de 5’3
millones de km2 frente a la media entre 1980-2000 estimada en 8 millones de km2
A.14. ¿Por qué la fusión del hielo flotante (como el del Ártico o la banquisa de la Antártida) no
produce ningún efecto directo sobre la elevación del nivel del mar?
La fusión del hielo ártico no hace aumentar el nivel del mar igual que un trozo de hielo en un
vaso lleno de agua tampoco hace aumentar, cuando se funde, el nivel del agua. Esto ocurre por-
que el hielo ocupa más volumen que el agua líquida correspondiente, de tal forma que, cuando
ese hielo funde, el agua líquida resultante tiene un volumen justo igual al de la parte sumergida
del hielo que la originó, por lo que no se produce ningún aumento ni disminución de nivel.
A.15. ¿Qué consecuencias sobre la vida en el planeta pueden tener los efectos anteriores?
20
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
El mar tiene unas 800 veces más capacidad de retener energía térmica que todos los continentes
juntos (más del 90% del exceso de energía almacenada por la Tierra durante los últimos 50 años,
se encuentra en los océanos). Es un termómetro mucho más fiable que la temperatura del aire
(sujeta a mucha mayor variabilidad). Su aumento de nivel, lento pero constante e imparable, es
un indicador similar a la dilatación del mercurio de un termómetro y nos está diciendo claramen-
te que la temperatura del planeta sube. Es necesario tener en cuenta que en los océanos existe
una gran inercia, que hace que ante un determinado forzamiento (positivo o negativo) puedan
transcurrir decenas o centenares de años hasta alcanzarse un nuevo equilibrio. En la atmósfera, la
inercia térmica es menor. Por eso hay que ser conscientes de que, aún en el supuesto de que deja-
se de aumentar ahora la temperatura, el mar seguiría expandiéndose durante bastantes años.
La subida del nivel del mar producirá la destrucción de ecosistemas esenciales como humedales,
manglares y amplias zonas costeras habitadas, así como la salinización de acuíferos. Aproxima-
damente, 250 millones de personas en el mundo viven a menos de 5 m de altura sobre el nivel
del mar. Muchas tierras cultivables y también muchas grandes ciudades se hallan en zonas litora-
les. Una elevación de 1 m en el nivel del mar inundaría aproximadamente 16 000 km2 en Bangla
Desh, 20 000 km2 en Vietnam y 30 000 km2 en Indonesia, generando millones de refugiados
climáticos en busca de otros lugares en los que poder vivir.
La disminución y desaparición de glaciares de montaña hará que también disminuya la cantidad
de agua subterránea y del agua contenida en muchos lagos, así como el caudal de los ríos conec-
tados con esos glaciares. Pensemos en los efectos negativos que tendrá la disminución de este
recurso básico en sectores como la agricultura o la ganadería y en particular en todas las perso-
nas de las zonas afectadas.
A.16. ¿Cómo sería un mundo en el que no hubiese hielo en el Ártico?
Polo
Posiblemente ya hay compañías mineras, petroleras y navieras que Norte
sueñan con ese día. Pero sería una zona sin osos polares y sin focas;
sin ese escudo protector, que refleja gran parte de la radiación solar
que le llega, el planeta se calentaría más; las corrientes de agua y de
aire provocadas por la diferencia de temperaturas entre el Ártico y los
trópicos se debilitarían; la desaparición de permafrost en los conti-
nentes cercanos al polo norte liberaría grandes cantidades de dióxido
de carbono y metano, acelerando más el calentamiento global...
En definitiva: el Ártico es una zona especialmente sensible al cambio climático pero todo el pla-
neta es especialmente sensible a los cambios que ocurren en el Ártico.
El mar actúa como un inmenso sumidero de CO2 (efecto neto actual) ya que este gas se disuelve
bien en el agua (y mejor en agua fría). La concentración de este gas en el agua superficial es un
factor determinante (junto con otros como la temperatura) en el intercambio de CO2 entre la
atmósfera y el mar. La incorporación de CO2 antrópico desde el inicio de la era industrial ha
acidificado el agua marina, cuyo pH ha disminuido en 0'1 unidades en promedio (a menor valor
de pH mayor grado de acidez). Una mayor concentración de CO2 en la atmósfera aceleraría ese
proceso. Las previsiones muestran una reducción del valor promedio del pH en la superficie ma-
rina de entre 0'14 y 0'35 unidades durante el siglo XXI. Desde hace al menos 500 000 años que el
agua marina no presenta un grado de acidez tan alto como el actual.
21
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
A.17. ¿A qué tipo de organismos marinos cabe esperar que afecte, en principio, el aumento de
acidez del agua?
Mucha gente sabe que al dejar un limón partido sobre un banco de mármol, se produce una man-
cha sobre la zona mojada por el jugo del limón. Esto ocurre porque los ácidos atacan al carbona-
to de calcio y resulta que el zumo de limones o naranjas es un poco ácido y el mármol está for-
mado principalmente por carbonato de calcio. Algo similar puede ocurrir si se acidifica el agua
de los océanos. Aunque los efectos de dicha acidificación sobre la biosfera marina no están to-
davía bien documentados, parece claro que tendrá efectos negativos sobre todos los organismos
que poseen carbonato de calcio en su estructura como los corales y los animales con concha o
caparazones (moluscos, cangrejos, etc.) y también sobre todas las especies que dependen de ellos
(cuando, por ejemplo, un arrecife de coral desaparece lo hacen también muchos peces y otros
seres que viven en él y además deja de haber una barrera protectora de la zona costera). Todo
ello puede tener efectos catastróficos sobre la vida marina.
El aire cálido puede contener más vapor de agua que el frío. El contenido de vapor de agua del
aire ha estado subiendo en los últimos años, tanto sobre la tierra como sobre los océanos y tam-
bién en la troposfera superior. Todo ello aumenta el riesgo de episodios de lluvias torrenciales e
inundaciones.
Las lluvias torrenciales y las inundaciones, junto con las graves sequías, huracanes, y olas de
calor, son ejemplos de fenómenos meteorológicos extremos y, aunque resulta imposible decidir
si uno de dichos fenómenos en particular está causado o no por el aumento del efecto invernade-
ro, lo cierto es que los análisis realizados durante el pasado siglo indican claramente que ha au-
mentado la probabilidad de que ocurran tales sucesos extremos.
En efecto, desde 1950 las olas de calor han aumentado, así como las noches cálidas. Si nos si-
tuamos a comienzos de 2016, podemos afirmar que el año 2015 ha sido el más cálido de todos,
desde que comenzaron a registrarse estos datos en 1880. Es más: en el listado de los 16 años
más cálidos del periodo comprendido entre 1880 y 2015, 15 de ellos corresponden al siglo XXI
(solo el año 1998 se cuela en este listado).
En el hemisferio norte los años entre 1983 y 2012 ha sido probablemente el periodo de 30 años
más cálido durante los últimos 1400 años. La evaporación ha aumentado debido a esas condicio-
nes ambientales más cálidas. Así mismo, las precipitaciones (lluvia o nieve) en general han dis-
minuido, a pesar de que esporádicamente se producen episodios de precipitaciones muy intensas
22
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
que provocan graves inundaciones en determinadas zonas10. Todo ello ha hecho que aumenten
las regiones del planeta afectadas por sequías de larga duración.
En general, debido al aumento del efecto invernadero, un clima más cálido incrementa los ries-
gos de sequía donde no llueve y de inundaciones donde sí lo hace. De igual modo la probabilidad
de precipitaciones en forma de lluvia en vez de nieve aumenta (sobre todo en latitudes medias y
altas del hemisferio norte), lo que reduce la cantidad de recursos hídricos en verano, que es
cuando más se necesitan.
A.18. ¿A qué puede deberse que los huracanes sean cada vez más catastróficos?(Pensad de
dónde extraen su energía los huracanes),
Algunos fenómenos como los huracanes, extraen su energía
del agua del mar y se frenan cuando chocan contra barreras
costeras (arrecifes de coral, manglares, bosques) y monta-
ñas. El aumento en la temperatura del agua del mar y la
degradación de zonas costeras (con la desaparición de arre-
cifes de coral y de vegetación) son factores que potencian
estos fenómenos extremos y sus efectos.
Los fenómenos meteorológicos extremos, no solo suponen enormes pérdidas económicas, sino
que también causan la muerte de miles de seres humanos. Así, por ejemplo, las muertes de per-
sonas (sobre todo ancianos) durante el verano por las altas temperaturas han aumentado sensi-
blemente durante los últimos años, especialmente en algunos países de Europa donde los veranos
solían ser más suaves.
A.19. El aumento del efecto invernadero ha contribuido a que en algunas zonas del planeta,
como España, los inviernos sean cada vez más suaves y los veranos más calurosos y largos.
¿Qué impacto puede tener esto en la flora y la fauna?
Algunos ejemplos de dicho impacto son: Las hojas de las higueras brotan antes y se caen des-
pués, y otro tanto ocurre con muchas flores y frutos. En general, los árboles caducifolios tardan
más tiempo del acostumbrado en perder las hojas.
Algunas especies de plantas como enebros, hayas y robles, se pueden encontrar cada vez a mayor
altitud, desplazando a otras especies alpinas como el abeto. Por otra parte, especies de animales
que antes emigraban (como las cigüeñas) ahora no lo hacen y pasan aquí el invierno, debido no
solo a que encuentran abundante comida en los grandes vertederos de basura sino también a que
10
En el periodo 1982-2007 se registraron en el mediterráneo occidental un aumento de 0’5 ºC en la temperatura
media y del 20% en el número de episodios de lluvias torrenciales (ambos factores, sin duda, relacionados).
23
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
los inviernos son cada vez más suaves. Otras aves características de climas más cálidos (como
algunas cotorras) se han instalado definitivamente en ciertas zonas de España. Esta situación no
solo se da en plantas y aves sino que afecta también a otros seres vivos como, por ejemplo, algu-
nos mosquitos, característicos (hasta ahora) de zonas tropicales, transmisores de graves enferme-
dades como la malaria o el dengue, los cuales se detectan cada vez en latitudes más altas.
El aumento en la temperatura de los océanos también propicia este tipo de cambios (mucho más
rápidos que en el medio terrestre debido a ser un medio abierto y a la gran movilidad de las espe-
cies marinas). Solo en el Mediterráneo se ha contabilizado una entrada de varios centenares de
especies exóticas (en su mayor parte de origen tropical). El aumento en la temperatura del agua
del mar favorece también otros fenómenos tales como la proliferación de algas o las invasiones
de medusas (lo que puede afectar al turismo de muchas zonas costeras). El calentamiento y la
reducción del hielo marino afecta también a la reproducción del krill antártico (el animal más
abundante del planeta y un eslabón fundamental de la cadena trófica).
Los desajustes que hemos mencionado son ejemplos de cambios que trastornan las cadenas re-
productivas y alimentarias de muchas plantas y animales. Apenas han comenzado y sus efectos
pueden ser catastróficos. Uno de dichos efectos es su contribución a la pérdida de biodiversidad.
En la actualidad se conocen aproximadamente 1'5 millones de especies de seres vivos, de las que
más de la mitad son insectos, menos de 50 000 animales vertebrados y unas 14 000 entre aves y
mamíferos. Sin embargo, nadie sabe cuántas especies más quedan todavía por descubrir.
Debido al cambio climático, está subiendo la temperatura media de la superficie terrestre y mari-
na, cambian los patrones espaciales y temporales de las precipitaciones, se está elevando el nivel
del mar y aumentando su grado de acidez, etc. Dichos cambios, sobre todo la subida de las tem-
peraturas en algunas zonas, están afectando a:
Actualmente diversas especies de todo el mundo están amenazadas de extinción (osos polares,
corales, algunos peces…) y de hecho, algunos factores relacionados con el aumento del efecto
invernadero también contribuyen a dicha extinción (por ejemplo, la destrucción de la selva
amazónica y bosques en Indonesia, los grandes incendios forestales, el aumento de la temperatu-
ra y del grado de acidez del agua marina, la fusión del hielo ártico, etc.).
El calentamiento global cambiará el aspecto y la localización de muchos bosques del mundo. Los
bosques de las zonas templadas tenderán a moverse a zonas de mayor altitud. Sin embargo, algu-
nas especies arbóreas, como las hayas, podrían no ser capaces de emigrar a velocidad suficiente
y se extinguirían, con lo que variedades completas de bosques podrían desaparecer y provocar
una hecatombe forestal que aceleraría la pérdida de biodiversidad y el calentamiento global.
24
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
De acuerdo con el informe elaborado en 2007 por el IPCC, para el siglo XXI no se considera
probable que ocurran de forma abrupta grandes cambios climáticos (tales como el derrumbe de
la capa de hielo de la Antártida occidental, la pérdida de la capa de hielo de Groenlandia o cam-
bios a gran escala en la circulación oceánica), de consecuencias planetarias (teniendo en cuenta
los datos disponibles en esa fecha). No obstante, también se afirmaba que:
“ ... la ocurrencia de tales cambios se torna cada vez más probable a medida que avanzan las perturbacio-
nes del sistema climático”.
Dichos cambios ya han sucedido en el pasado. Una preocupación constante es que el aumento de
la temperatura media terrestre pueda conducir a unas perturbaciones lo bastante fuertes como
para desencadenarlos. A este respecto conviene tener en cuenta el importante papel que desem-
peñan los denominados "ciclos de auto-reforzamiento" en la aceleración del aumento del efec-
to invernadero.
Aumentará la cantidad de agua evaporada así como la proporción de vapor de agua que
puede contener la atmósfera (se estima que por cada aumento de 1 ºC la capacidad de re-
tención de vapor de agua por la atmósfera aumenta en un 7%), lo cual hará aumentar el
efecto invernadero (recordemos que el vapor de agua es el gas que más contribuye al
efecto invernadero) y, consecuentemente, la temperatura.
Aumentarán los grandes incendios (se reseca el suelo y las hojas, se producen más rayos),
con los que se emitirá a la atmósfera gases invernadero a la vez que habrá menos plantas
para absorber CO2 mediante la fotosíntesis, lo que hará aumentar el efecto invernadero y,
por tanto, la temperatura.
Aumentará la cantidad de hielo marino fundido, con lo que disminuirá el efecto aislante
de la capa de hielo, favoreciendo la emisión de calor al aire desde el mar, aumentando la
temperatura del aire.
Aumentará la temperatura de los océanos y la posibilidad de que se libere metano desde
lodos del fondo marino → aumento del efecto invernadero → aumento de la temperatura.
Aumentará la descongelación de suelos congelados de la tundra siberiana, Canadá y Gro-
enlandia, ricos en materia orgánica que al descongelarse se descompone liberando meta-
no → aumento del efecto invernadero → aumento de la temperatura.
Aumentará la fusión de grandes masas de hielo (continentales y marinas) con lo que se
reflejará menos radiación solar al espacio, calentándose más las zonas próximas (más os-
curas) de agua o de suelo, lo que acelerará el proceso haciendo que se funda más hielo y
aumente más la temperatura.
25
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
Habrá bosques enteros (como los hayedos) que no podrán adaptarse al aumento rápido de
temperatura desplazándose a latitudes más altas (no tendrán tiempo) y desaparecerán, con
lo que aumenta el efecto invernadero y, por tanto, la temperatura.
Aumentará la pérdida de humedad del suelo en muchas zonas y la sequedad de las hojas
con la consiguiente disminución de productividad en la agricultura y un aumento de la
aridez → menos vegetación → aumento del efecto invernadero.
Se disolverá menos CO2 en el agua marina (el CO2 se disuelve mejor en agua fría que en
agua caliente) y el mar podría pasar de ser un sumidero neto de CO 2 a emisor neto de di-
cho gas, aumentando el efecto invernadero y, por tanto, la temperatura.
…
Los ciclos de auto-reforzamiento anteriores (u otros similares) pueden hacer que el sistema
climático evolucione de manera imprevisible y favorecer que se produzcan grandes cambios de
forma rápida. A continuación analizaremos algunos de ellos.
A.22. ¿Qué tendría que ocurrir para que se frenase o se parase la corriente del Golfo?
Un ejemplo de gran cambio climático abrupto es el posible colapso de la Corriente del Golfo
que proporciona cantidades notables de energía mediante calor a los mares y tierras cercanas de
Noruega, Groenlandia e Islandia. Esta corriente hace que ciudades como París o Madrid, tengan
temperaturas más elevadas que, por ejemplo, Montreal o Nueva York respectivamente, aunque
se hallen en latitudes parecidas.
En el Atlántico N, al chocar las aguas cálidas con los vientos fríos que provienen del Ártico, se
origina vapor que es llevado hacia el E por los vientos dominantes y la rotación de la Tierra.
Después de la evaporación, el agua es más fría y más salada. Ambos factores hacen que su den-
sidad sea mayor y se hunda en grandes cantidades y a gran velocidad hacia el fondo del océano,
alimentando así la corriente transportadora de agua fría hacia el sur.
Si la densidad de las aguas superficiales del Atlántico Norte disminuyese debido al calentamien-
to, el agua dejaría de hundirse, con lo que esa cinta transportadora de energía podría pararse y
con ello, la entrega de calor a amplias zonas del norte de Europa. Conviene conocer que la den-
sidad del agua disminuye si lo hace la concentración de sales disueltas en ella, lo cual ocurre
cuando aumenta la cantidad de agua dulce presente, bien sea proveniente de la fusión del hielo o
de la intensificación del ciclo hidrológico. También disminuye (a partir de 4ºC) con el aumento
de temperatura.
26
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
Otro posible cambio climático abrupto es la rápida desintegración del manto de hielo de Groen-
landia o el derrumbe repentino de los mantos de hielo de la Antártida occidental. Los datos indi-
can que hay un umbral de temperatura crítica más allá del cual el manto de hielo que cubre Gro-
enlandia estaría condenado a desaparecer completamente. Ese umbral está situado entre 2 ºC y 4
ºC por encima del valor medio de la temperatura correspondiente al periodo pre-industrial y,
desgraciadamente, podría cruzarse en el transcurso del siglo XXI. Aunque la fusión de ese manto
de hielo sería un proceso que tardaría un milenio o más en completarse, lo cierto es que también
puede verse acelerado por los ciclos de auto-reforzamiento. Conviene saber que la fusión de la
mitad de la capa de hielo de Groenlandia y la mitad de la de la Antártida occidental, ocasionarían
tales inundaciones que habría que volver a dibujar los mapas del mundo.
El aumento del efecto invernadero y sus consecuencias (elevación de las temperaturas, fusión del
hielo continental y marino, mayor frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extre-
mos, pérdida de masa forestal, etc.) supone la aparición de un verdadero cambio climático a es-
cala planetaria. La incidencia de éste podría limitarse si se emprendiera una acción conjunta
mundial de reducción de emisiones (también debería interrumpirse la deforestación, especial-
mente en los bosques tropicales).
Un objetivo clave, para que no se produzcan cambios irreversibles (en la escala de tiempo huma-
na) que escapen a todo control, es que la temperatura media no aumente en más de dos grados
(respecto de su valor preindustrial), para lo cual la concentración de CO2 atmosférico no debería
sobrepasar las 450 ppm, lo que supone a su vez una disminución de las emisiones, de forma que
en 2050 se hayan reducido a la mitad de lo que se emitió en 1990. Como puede verse en la acti-
vidad siguiente, la tendencia en emisiones de CO2 no va precisamente en esa dirección.
A.23. En la gráfica siguiente se dan las emisiones mundiales de CO2 debidas a combustibles
fósiles en Gt (gigatoneladas)11. ¿Cuál sería el valor aproximado de las emisiones mundiales de
CO2 en el año 2050 si no hubiesen acuerdos internacionales conjuntos y se siguiera con la mis-
ma tendencia que se observa en la gráfica?
11
1 Gt = 109 toneladas (mil millones de toneladas)
27
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
Hemos visto que el cambio es algo consustancial en nuestro planeta, que a lo largo de miles de
millones de años ha experimentado cambios mucho más intensos que los ya iniciados y los que
se avecinan. No obstante hay algunas características del cambio climático actual que hacen que
sea único.
A.24. ¿Qué características específicas tiene el cambio climático actual que lo hacen diferente de
otros cambios climáticos ya ocurridos a lo largo de la historia de la Tierra?
Ser causado por la humanidad, que en este caso actúa como una nueva y poderosa fuerza,
capaz de afectar a procesos fundamentales de la biosfera.
La rapidez con que está teniendo lugar: Desde los inicios de la era industrial (1750), la
concentración de CO2 atmosférico no ha cesado de crecer hasta alcanzar en 2013 las 400
ppm, lo que supone un aumento de unas 120 ppm en apenas 260 años, mayor que en los
10000 años precedentes (desde que acabó la última glaciación). Dicha rapidez, incidirá
negativamente en las posibilidades de adaptación de muchas especies.
Forma parte de un cambio global más amplio caracterizado por toda una serie de graves
problemas de distinto tipo que afectan a la humanidad y al resto de los seres vivos y que
están estrechamente relacionados, interaccionando entre ellos de forma que cada uno
puede ser, a la vez, origen de unos y consecuencia de otros.
Sabemos cuáles son sus causas y cómo hacerle frente antes de que sea irreversible.
Hasta aquí hemos estudiado qué es el efecto invernadero y en qué consiste su aumento. Los ga-
ses invernadero y sus fuentes, así como algunas de las consecuencias más importantes del proce-
so de calentamiento global del planeta al que estamos asistiendo, las cuales forman parte ya de
un verdadero cambio climático terrestre de carácter global. Cabe plantearse ahora qué podemos
(y debemos) hacer para frenar dicho cambio climático antes de que produzca efectos catastrófi-
cos e irreversibles de gravísimas consecuencias para la humanidad y resto de seres vivos.
En primer lugar hemos analizar las causas profundas del problema. Si lo hacemos, nos daremos
cuenta de que el cambio climático no es algo aislado sino que se halla fuertemente ligado con
otros graves problemas. Cabe pensar, pues, que la mejor estrategia (y seguramente la única real-
mente efectiva) para enfrentarnos al cambio climático sea una estrategia global en la que se
aborde conjunta y simultáneamente el tratamiento de todos ellos.
5.1. ¿Con qué otros graves problemas está relacionado el cambio climático?
Cada vez emitimos más CO2 porque el modo de crecimiento económico vigente necesita para
mantenerse un consumo cada vez mayor de recursos naturales, y para procesarlos se precisa cada
28
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
vez más energía, la cual se obtiene de forma mayoritaria quemando combustibles fósiles y, en
consecuencia12, emitiendo CO2. El problema se agrava si tenemos en cuenta que la población
mundial supera los 7000 millones y que mientras que la mitad de toda esa población malvive
pobremente, una quinta parte consume mucho más de lo que se necesita para vivir dignamente.
Para que este modo de crecimiento económico pueda continuar, es necesario un consumo cada
vez mayor e ininterrumpido de todos los bienes que se producen continuamente. Un hipercon-
sumo sobre el que tenemos mucha mayor responsabilidad las sociedades “desarrolladas”, y que
sigue creciendo como si las capacidades del planeta fuesen infinitas.
12
La quema de cualquier combustible fósil (carbón, petróleo y sus derivados, gas natural) y de madera, siempre
produce (entre otras sustancias) CO2.
29
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
No se trata, claro está, de condenar todo consumo, sin matizaciones. Es preciso disminuir, sobre
todo, el consumo innecesario y evitar el de productos que tienen un gran impacto negativo sobre
el medio natural; pero sin olvidar que el consumo contribuye al desarrollo humano cuando mejo-
ra la calidad de vida de unas personas sin menoscabo de la vida de las demás. Así, mientras que
la mayoría de habitantes de Estados Unidos, Europa o Canadá, deberían consumir menos y eli-
minar un derroche que no contribuye en nada a la calidad de vida, para más de 1400 millones de
las personas más pobres del mundo, aumentar su consumo es cuestión de vida o muerte y un
derecho básico.
La superpoblación representa hoy un grave problema, sobre el que se viene alertando desde
hace décadas en las sucesivas Conferencias Mundiales de Población y en informes de los exper-
tos. Sin embargo, una buena parte de la ciudadanía no parece tener conciencia de este problema
y se detectan, incluso, resistencias a tomarlo en consideración; de ahí que sea necesario propor-
cionar algunos datos que permitan comprender su papel en el actual crecimiento insostenible:
La población mundial superó en el año 2011 los 7000 millones de habitantes, el doble de
la que había en 1971 y, aunque se ha producido un descenso en la tasa de crecimiento de
la población, ésta sigue aumentando en unos 75 millones (netos) cada año, (cada semana
millón y medio), por lo que se duplicará de nuevo en pocas décadas. Para el 2050 se
prevé más de 9000 millones de habitantes y la gran mayoría de ellos vivirá en grandes
ciudades (ahora ya lo hace más de la mitad de la población mundial), potenciando aún
más otros problemas como la acumulación de residuos en inmensos vertederos, la conta-
minación urbana y el cambio climático.
Solo con la población actual mundial se precisaría, al menos, de los recursos de dos pla-
netas como la Tierra para que todas las personas alcanzasen niveles y formas de vida
semejantes a los de los países más desarrollados.
Los seres humanos consumimos cada vez más recursos (como territorio, agua potable y
energía) al mismo tiempo que generamos también más residuos. Dicho consumo de re-
cursos avanza en la actualidad a un ritmo mucho mayor que el del crecimiento de la po-
blación mundial, lo que, de seguir así, supone que la capacidad de carga de nuestro plane-
ta (número máximo de personas que puede soportar) se alcance antes de lo previsto.
30
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
La superpoblación constituye un factor destacado que potencia muchos otros problemas, ya que
las personas de los países subdesarrollados aspiran, legítimamente, a alcanzar el mismo nivel de
vida que las de los más desarrollados, lo que se traduce en cosas tan concretas como: tener elec-
trodomésticos, coche, utensilios, vestidos y demás bienes de consumo, así como acceso a una
buena alimentación, educación, sanidad, capacidad para viajar, etc. Todo ello, cuando se multi-
plica por los millones de personas que lo demandan, supone utilizar cantidades enormes de
energía y recursos naturales, así como la generación de un gran número de residuos de todo tipo,
incrementando problemas como el agotamiento de combustibles fósiles, la deforestación, la dis-
minución de las pesquerías, el aumento del efecto invernadero, la pérdida de biodiversidad, la
disminución de agua potable, la contaminación, etc. Pensemos en los últimos datos que tenemos
sobre países como China o India. China, por ejemplo, emite ya, globalmente, más CO 2 que los
Estados Unidos y si estos dos grandes países alcanzasen un nivel de vida similar al de Estados
Unidos o Europa, el consumo mundial de recursos se triplicaría.
Analizando la gráfica, podemos ver que la población mundial en 1970 era del orden de 3500
millones de habitantes y que se duplicó aproximadamente en 40 años. Las previsiones indican
que para 2050 se superarán los 9000 millones de habitantes. También podemos ver que el au-
mento de población es mucho mayor en las regiones en desarrollo que en las industrializadas (o
más desarrolladas), mostrando que el mejor método anticonceptivo es la incorporación de la mu-
jer al trabajo (junto con el acceso a la cultura, sanidad, educación, una jubilación digna, etc.).
Ya hemos comentado que la población mundial supera los 7000 millones pero aproximadamente,
tan solo una quinta parte ostenta un modelo de hiperconsumo y bienestar, frente a un resto for-
mado por amplios sectores de marginados en sociedades opulentas y por los miles de millones de
habitantes de países subdesarrollados (o con serios conflictos sociales, políticos y medioambien-
tales), que apenas pueden sobrevivir pero que aspiran a una vida mejor. Todo ello da lugar a la
existencia de grandes desigualdades.
13
Índice de impacto ambiental que se define como el área de territorio ecológicamente productivo necesario para
producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por una población dada.
31
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
A.28. ¿Qué relación puede tener el cambio climático con la existencia de grandes desigualdades
y conflictos entre distintas poblaciones humanas?
Entre las grandes (y graves) desigualdades que afectan a distintos grupos humanos, es posible
referirse a: Las diferencias en la esperanza de vida (en algunos países africanos, por ejemplo, la
esperanza de vida no llega a los cincuenta años), la explotación laboral, el acceso a la educación
o la sanidad, etc., pero también a la existencia de: grandes diferencias en la calidad del medio
ambiente y en la disponibilidad de agua potable y de otros recursos básicos. Todas esas des-
igualdades están siendo (cada vez más) una fuente de conflictos.
El cambio climático, al incidir negativamente en recursos naturales como el agua potable, algu-
nas fuentes de energía, suelos de cultivo, bosques, etc., va a contribuir a acelerar su agotamiento,
a potenciar las luchas por el control de los mismos y a la aparición de migraciones masivas de un
gran número de personas buscando mejores condiciones de vida en otros lugares y, sin duda, un
habitante de una gran ciudad consume más recursos y más energía que un habitante del medio
rural. Además, la pobreza extrema obliga también a la sobreexplotación de los ecosistemas con-
tribuyendo a la disminución de recursos naturales, algunos de ellos muy importantes para frenar
el cambio climático (como sucede con los bosques).
No podemos olvidar tampoco, los graves conflictos que se pueden producir entre los países ribe-
reños al polo norte por el control de los enormes recursos (alrededor del 22% de las reservas
mundiales de hidrocarburos se hallan en el Ártico) allí existentes, los cuales serán más accesibles
si, debido al calentamiento global, continua fundiéndose el casquete polar.
Hemos visto que el cambio climático es uno de los problemas más graves a los que se enfrenta la
humanidad pero no el único y que a su vez está relacionado con otros como el hiperconsumo, la
superpoblación y la existencia de grandes desigualdades entre diferentes grupos humanos. Las
estrechas relaciones existentes entre todos ellos, permiten comprender la necesidad de un desa-
rrollo sostenible14 mundial como marco global en el que hacerles frente de forma conjunta y si-
multánea y la poca efectividad que tendría tratarlos de forma aislada.
Sabemos cuáles son los problemas y sus causas. Además, disponemos de los conocimientos y
medios necesarios para poder enfrentarnos a ellos. Falta, sin embargo, tomar las decisiones ade-
cuadas para poner en marcha de forma efectiva las medidas que permitan la transición hacia la
sostenibilidad. Todavía es posible hacerlo, pero cada vez tenemos menos tiempo y es necesario
actuar ya, antes de que se produzcan cambios grandes e irreversibles. A continuación trataremos
algunas de esas medidas.
14
El desarrollo sostenible, es aquel que satisface las necesidades de la generación presente sin comprome-
ter la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas.
32
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
Es preciso analizar con cuidado las nuevas medidas científico-tecnológicas que se pretendan
llevar a cabo, para que las aparentes soluciones no generen problemas más graves, como ha su-
cedido ya otras veces. Pensemos, por ejemplo, en la revolución agrícola que tras la segunda gue-
rra mundial, incrementó notablemente la producción de las cosechas gracias a los fertilizantes y a
pesticidas químicos como el DDT, satisfaciendo así las necesidades de alimentos de una pobla-
ción mundial que experimentaba un rápido crecimiento; pero sus efectos perniciosos (cáncer,
malformaciones congénitas...) fueron denunciados y el DDT y otros “Contaminantes Orgánicos
Persistentes” (COP) han sido prohibidos en muchos países. Recordemos también lo ocurrido
durante la década de los 80 del siglo pasado, al pretender resolver el problema de los despojos
animales reutilizándolos en forma de piensos (harinas cárnicas) que generó el problema, mucho
mayor, de las “vacas locas”, obligando a sacrificar millones de cabezas de ganado. Recientemen-
te se han sugerido, para luchar contra el cambio climático, soluciones muy discutibles tales como
echar hierro a los océanos (para estimular el crecimiento de algas marinas que eliminen más CO 2
a través de la fotosíntesis), inyectar sulfatos en la estratosfera (que reflejen la luz solar) o impul-
sar el uso de la energía nuclear (que produce solo la sexta parte de CO2 que el carbón, por cada
kWh de energía eléctrica producido).
A.30. Además de no generar problemas más graves que los que pretenden solucionar ¿qué otros
criterios convendría tener en cuenta para hacer que las nuevas soluciones científico-
tecnológicas puedan contribuir realmente a un desarrollo sostenible?
Para que las soluciones científico-tecnológicas puedan contribuir a un desarrollo realmente sos-
tenible15, habría que conseguir que:
Las tasas de explotación de los recursos naturales renovables no superen a las de su rege-
neración (o, para los no renovables, a las de creación de sustitutos renovables).
Las tasas de emisión de residuos deberían ser inferiores a las capacidades de asimilación
de los ecosistemas a los cuales se emiten esos residuos.
15
No puede ser realmente sostenible nada que suponga un crecimiento neto continuado, basado en el consumo de
unos recursos naturales no renovables.
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1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
Dar prioridad a tecnologías que aumenten la productividad de los recursos, más que in-
crementar la cantidad de recursos extraídos. Esto significa, por ejemplo, formas de ilumi-
nación más eficiente, frente a más centrales eléctricas.
Favorecer el desarrollo de aquellas nuevas tecnologías que estén orientadas a la satisfac-
ción de necesidades básicas y que contribuyan a reducir las desigualdades entre los dis-
tintos grupos humanos (por ejemplo, más placas solares en viviendas y menos centrales
nucleares).
Cabe señalar que la aplicación de nuevas tecnologías se enfrenta, a menudo, con intereses parti-
culares a corto plazo y también, a veces, con impedimentos de tipo ético y político. Ello viene a
cuestionar la idea simplista de que las soluciones a los problemas con que se enfrenta hoy la
humanidad dependen, únicamente, de la disposición de tecnologías más avanzadas.
Entre las nuevas tecnologías, tienen un papel esencial las que permiten utilizar energías renova-
bles. Por energía renovable se entiende aquella que se obtiene de una fuente prácticamente in-
agotable y que se encuentra en la naturaleza. Su carácter inagotable hace referencia a su cantidad
y duración (por ejemplo el Sol va a durar bastante más que la Tierra) o bien a que se puede repo-
ner de forma natural y volver a ser usada (por ejemplo la madera o el agua). Entre las energías
renovables se encuentran la solar, eólica, hidráulica, geotérmica, y la procedente de la biomasa
(ésta última tiene graves inconvenientes cuando se obtiene de cereales que podrían dedicarse a la
alimentación en lugar de quemarlos, y no de restos vegetales).
El agotamiento de fuentes de energía como el petróleo o el uranio y los graves problemas medio-
ambientales que ocasiona el creciente consumo de esas fuentes de energía, han abierto un gran
debate en torno a la necesidad de potenciar el uso de las fuentes de energía renovables limpias.
En España, en el año 2010, las energías renovables en su conjunto supusieron algo más del 9%
del total de energías primarias utilizadas, y el 35% de la generación de electricidad, siendo la
energía eólica (aerogeneradores) el sector de mayor crecimiento. Desgraciadamente, con poste-
rioridad a esa fecha, el apoyo al desarrollo de las renovables se ha visto drásticamente reducido
(algo incomprensible en un país tan rico en sol y tan pobre en petróleo).
Algunos autores proyectan un futuro basado en las energías renovables, su almacenamiento y su
distribución y aprovechamiento usando nuevas tecnologías. En mayo de 2011 el IPCC publicó
un sólido informe donde se mostraba la viabilidad de satisfacer las necesidades energéticas del
planeta contando únicamente con recursos renovables y limpios. En dicho informe se expresaba
también la necesidad de realizar las inversiones necesarias para lograr este objetivo antes de
2050, con lo que se podría evitar que la concentración de gases de efecto invernadero supere
valores que impliquen cambios incontrolables.
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1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
Muchas de las medidas tecnocientíficas expuestas están ya disponibles, pero precisan para su
implantación efectiva y generalizada de una serie de condiciones que no se proporcionan, quizás
porque afectan a planteamientos ideológicos y a intereses económicos. Todo ello hace ver la im-
portancia de las medidas educativas y políticas que deben acompañarlas.
En concreto, necesitamos una educación que ayude a comprender los problemas ambientales y
del desarrollo en su globalidad, teniendo en cuenta las repercusiones a corto, medio y largo pla-
zo, tanto para una colectividad dada como para el conjunto de la humanidad y nuestro planeta.
Pero no se trata solo de conocer y comprender. Es necesario, sobre todo, poner en práctica, lo
que cada uno puede hacer, junto a muchísimos otros, en los distintos ámbitos.
A.31. ¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros? (Elaborad una lista con vuestras propuestas
concretas y argumentadlas posteriormente).
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1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
Agua (utilizar dispositivos de ahorro en casa, duchas rápidas, control de fugas de agua, riego por
goteo, no dejar grifos abiertos...).
Energía en climatización (aislar térmicamente la vivienda; no programar temperaturas ni demasiado
altas ni demasiado bajas; priorizar otros métodos como ventilación natural, toldos, ponerse más o
menos ropa ...).
Energía en iluminación (usar luces de bajo o muy bajo consumo como la tecnología LED, aprove-
char al máximo la luz natural, apagar siempre las luces innecesarias o de los sitios donde no vayamos
a estar, no contratar una potencia eléctrica mayor de la necesaria o, en su caso, rebajar la existente...).
Energía en transporte (desplazarse a pie o en bicicleta, usar transporte público colectivo como tren
o autobús, organizar desplazamientos de varias personas en un mismo vehículo, conducir a velocidad
reducida utilizando marchas largas y sin aceleraciones bruscas, subir y bajar por escaleras en vez de
usar ascensores, evitar viajes en avión siempre que sea posible, bajar límites de velocidad...).
Energía en electrodomésticos (comprar electrodomésticos de bajo consumo; cargar al máximo el
lavavajillas o lavadora antes de poner en funcionamiento; mantener aparatos en buen estado para
evitar sobreconsumos; no dejar televisor, ordenador o equipos de música en modo stand-by; utilizar
pilas recargables...).
Energía en la alimentación (mejorar la alimentación incluyendo más frutas y verduras, sin exceder-
se en el consumo de carnes; evitar productos exóticos que exigen transportes largos; consumir pro-
ductos de temporada; priorizar alimentos con baja huella ecológica...).
Papel (evitar imprimir documentos que se puedan leer en pantalla; escribir, fotocopiar e imprimir a
doble cara, sin utilizar márgenes excesivos...).
Artículos y productos innecesarios (ir a la compra con una lista previa de lo que nos hace falta, no
dejarse arrastrar por campañas publicitarias...)
…
Colaborar en el reciclaje:
Separar restos producidos en el hogar para su recogida selectiva (vidrio, papel, orgánicos ...).
Llevar a ecoparques u otros puntos de recogida selectiva todo tipo de productos contaminantes que
haya que desechar (pilas usadas, aceite, móviles, ordenadores, productos tóxicos, electrodomésticos,
baterías de coche usadas, fluorescentes ...).
Usar productos reciclados (papel, cartuchos de tinta ...)
…
Utilizar:
Productos respetuosos con el medio ambiente (materiales reciclables, no tóxicos, biodegradables,
con baja huella de carbono16...).
Energías renovables (paneles solares, comercializadoras de electricidad que utilicen renovables...).
Sistemas inteligentes (programadores, luces que se encienden solo cuando pasas o estás ...).
Energía eléctrica de origen limpio (contratando con compañías comercializadores que trabajen solo
con energía obtenida a partir de fuentes renovables)
…
Reutilizar:
El papel ya escrito por una cara.
Agua de lluvia para regar.
16
Huella de carbono de un producto es un índice para cuantificar la cantidad de gases invernadero (medidos en CO 2
equivalente) emitidos a la atmósfera por causa directa o indirecta de dicho producto a lo largo de todo su ciclo de
vida, desde su inicio o fabricación, manufacturación, transporte, comercialización… hasta el tratamiento final de sus
residuos.
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1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
necesidad de apoyar la que defiende, fundamentadamente, los intereses generales. Ratificado por
132 países, solo dos de los países desarrollados no lo firmaron: Estados Unidos y Australia. Fina-
lizó en 2012.
Después del protocolo de Kioto se sucedieron diversas cumbres sobre el clima como la de Bali
(2007), Copenhague (2009), Cancún (2010), Durban (2011), Varsovia (2013), con resultados, en
general, poco destacables. En la cumbre de Varsovia (noviembre de 2013), los cerca de 200 paí-
ses participantes consiguieron llegar a un acuerdo de última hora que, aunque modesto, perfilaba
una hoja de ruta hacia el pacto global y vinculante sobre reducción de emisiones que debía al-
canzarse en París, en 2015.
En Paris 2015 se logró, afortunadamente, un acuerdo mundial sobre el clima firmado por 195
países (muchos de ellos con intereses contrapuestos). Desgraciadamente, desde el punto de vista
científico, se trata de un acuerdo insuficiente, aunque en opinión de algunos, este acuerdo mun-
dial abre un camino en la buena dirección, que se estrechará o ampliará dependiendo de la capa-
cidad social y política de cada país. El acuerdo tiene como aspecto positivo que puede convertir-
se en un punto de inflexión para avanzar hacia el necesario cambio de modelo energético.
Finalmente, señalar la existencia de leyes y proyectos de protección del medio ambiente que
conviene conocer como, por ejemplo, la obligatoriedad de colocar placas fotovoltaicas en los
nuevos edificios, la sustitución masiva de bombillas incandescentes por otras de bajo o muy bajo
consumo, las normas para disminuir la contaminación del aire en las ciudades o la inclusión en
las etiquetas de productos agroalimentarios de la huella de carbono correspondiente. Una peque-
ña tasa a los combustibles fósiles tendría en estos momentos un efecto tremendo ya que haría a
las energías limpias y renovables más competitivas frente a dichos combustibles. El mismo efec-
to tendría un pequeño subsidio a las energías renovables o bajar las subvenciones actuales a los
combustibles fósiles como el carbón. Desafortunadamente, estas leyes y proyectos no abundan y,
lo que es peor, a veces se legisla en sentido contrario como, por ejemplo, cuando se recortan o
eliminan subvenciones públicas a energías renovables y a la investigación en ese campo y se
crean (o se permiten) obstáculos a quienes quieren utilizarlas.
Un papel fundamental de la administración, de los gobernantes, es (o debería ser) tener la sufi-
ciente capacidad anticipativa para comprender los escenarios de futuro y ordenar el marco jurídi-
co, tomando decisiones para hacer que aquello que convenga impulsar encuentre facilidades, y
aquello que convenga frenar encuentre dificultades. La necesidad de llevar esto a cabo en todos
los aspectos (económicos, legales, sociales, educativos, etc.) de la vida cotidiana para el bien
general, se hace aún más patente, si cabe, en lo que se refiere al problema del cambio climático
antrópico, dadas sus gravísimas consecuencias.
A.32. Revisad el tema señalando las preguntas inicialmente planteadas y las respuestas elaboradas.
Luego, elaborad un esquema o mapa conceptual que proporcione una visión global de los conteni-
dos tratados. Contrastad con el que se incluye, a modo de ejemplo, en la página siguiente.
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1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
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1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
RECAPITULACIÓN
En este tema hemos comenzado por analizar en qué consiste el clima terrestre y cuáles son los factores
que lo determinan. A continuación nos hemos detenido en estudiar los gases invernadero y el aumento del
efecto invernadero así como algunas de sus principales consecuencias, las cuales están dando lugar a un
verdadero cambio climático.
También hemos visto que el cambio climático no es un problema aislado sino que está estrechamente
relacionado con otros graves problemas como un modelo de crecimiento económico basado en el hiper-
consumo, y un planeta superpoblado con grandes desigualdades entre distintos grupos humanos y, en
particular con las consecuencias derivadas de los mismos (urbanismo descontrolado, degradación y ago-
tamiento de recursos naturales, etc.). Todo ello muestra que la mejor estrategia para enfrentarnos al cam-
bio climático es una acción global en la que se aborde de forma conjunta y simultánea el tratamiento de
todos esos problemas. Dicha estrategia supone la puesta en marcha de medidas científico-tecnológicas,
educativas y políticas que hagan posible la necesaria transición a la sostenibilidad. Ahora, es imperativo
desarrollar ya todas esas medidas. Ello implica unos costes y unos riesgos que hay que asumir, pero no
hacer nada también cuenta como una decisión (errónea) que conlleva sus propios riesgos y costes. Si es-
peramos más, el grado de certeza, las pruebas y el conocimiento científico sobre el cambio climático au-
mentarán pero también aumentarán los costes para afrontar dicho cambio y sus consecuencias, existiendo
el riesgo real de que se produzcan cambios climáticos catastróficos e irreversibles en la escala de tiempo
humana.
El tema que acabamos de ver, ha de entenderse como una primera aproximación a la incorporación de la
educación para la sostenibilidad en el currículo y en la formación del profesorado, en la que partiendo de
un tema concreto (el cambio climático) se trata de plantear una problemática más global, pero dado que se
trata de problemas muy relacionados entre sí (en los que unos son, a la vez, causa y efecto de otros),
igualmente podríamos haber partido de otro cualquiera de ellos.
El estudio iniciado en este tema, puede no solo actualizarse recogiendo los sucesivos datos y resultados
que se vayan produciendo, sino también profundizando en cada uno de los problemas y en las relaciones
entre ellos, con el propósito de incorporar los contenidos adecuados en el currículo de manera funcional y
contribuir así, desde la educación a la transición hacia la sostenibilidad.
Selección bibliográfica
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1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
Nota previa: La mayoría de las actividades siguientes no tienen una respuesta numérica sino que han sido
propuestas para favorecer el debate y la discusión argumentada en torno a los problemas que se plantean
en las mismas, a la luz de lo tratado en el tema.
1. ¿Es peligroso el efecto invernadero? Diferencias entre efecto invernadero, aumento del efecto inverna-
dero y cambio climático.
2. Actualmente ya hay coches eléctricos en el mercado. Dado que el tráfico a motor es responsable de una
parte muy considerable de las emisiones no naturales de CO2 a la atmósfera, si la mayoría de los vehícu-
los fuesen eléctricos ¿podría solucionarse el problema del aumento del efecto invernadero?
3. Dicen que el uso de combustibles como el biodiesel no aumenta la cantidad de CO 2 existente en la
atmósfera. Sin embargo, en química se estudia que al quemar estos productos siempre se produce CO 2.
¿No es algo contradictorio? Por otra parte, suponiendo que no se de ese aumento, ¿habría algún posible
inconveniente para impulsar ese tipo de combustibles?
4. Aunque no seamos capaces de reducir las emisiones de CO 2 a la atmósfera, los combustibles fósiles
acabarán por agotarse y a partir de ese momento la concentración de CO 2 en la atmósfera debería comen-
zar a disminuir gracias a la fotosíntesis de las plantas, con lo que los problemas medioambientales creados
se irían solucionando poco a poco de forma natural. ¿Es así?
5. Algunos expertos en sostenibilidad afirman que los graves problemas que aquejan a nuestro planeta
están conectados unos con otros formando una especie de red y que eso hace imposible que, por ejemplo,
el calentamiento global, pueda ser tratado separadamente de los demás problemas. Es necesario aclarar
esto, ya que mucha gente puede no entender, por ejemplo, qué tiene que ver la miseria en la que vive una
gran parte de la humanidad con la emisión creciente de CO2 por industrias y vehículos en los países más
desarrollados, o los conflictos bélicos con el cambio climático, etc. Por otra parte, si se tratase de solucio-
nar la miseria de miles de millones de personas … no se potenciaría más todavía dicha emisión?
6. Para no emitir tanto CO2 a la atmósfera debemos consumir menos pero … si reducimos mucho el con-
sumo entramos en crisis económica, se cierran empresas y se pierde empleo. ¿No sería mejor entonces no
combatir el cambio climático y tratar de adaptarnos a él?
7. Vamos a suponer que todos los gobiernos del mundo se pusieran de acuerdo en una serie de medidas
económicas y medioambientales, para atajar el cambio climático. ¿Podrían tener éxito si la población
mundial continuase creciendo al mismo ritmo con que lo hace ahora?
8. Algunos afirman que la Comunidad Valenciana es una de las comunidades españolas que emite menos
CO2 a la atmósfera, debido a que gran parte de la electricidad que consumimos proviene de la central
nuclear de Cofrentes, situada a solo 80 km de Valencia. ¿Puede la energía nuclear ayudar a solucionar el
problema del cambio climático? Por ejemplo, Francia, que tiene muchas más centrales nucleares que Es-
paña ¿cuánto CO2 menos emite (por habitante y año) que otros países similares? Debatid la cuestión dan-
do argumentos a favor y en contra.
9. ¿Es verdad que el conjunto de la comunidad científica está de acuerdo en que el cambio climático ac-
tual está causado por los seres humanos y no tienen nada que ver otros fenómenos naturales como podrían
ser perturbaciones en el Sol o variaciones en el eje de rotación de la Tierra? En la prensa, TV, internet…
se recogen informaciones de gente que niega el cambio climático. ¿A quién hemos de hacer caso? Si los
científicos han mostrado claramente la gravedad de la situación ¿por qué la ciudadanía no reacciona?
10. En la película “El día de mañana” el científico protagonista explica la entrada en una nueva era glaciar
en el hemisferio norte, por la incorporación masiva de agua dulce procedente del deshielo, que paraliza la
Corriente del Golfo. Este mismo efecto, se sugiere que podría pasar realmente, en el documental de Al
Gore “Una verdad incómoda” si se fundiesen los hielos de Groenlandia. ¿Podría suceder realmente?
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1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
11. En algunos textos y documentales sobre el calentamiento global se menciona que nos queda poco
tiempo para evitar que se produzcan graves cambios de carácter irreversible en nuestro planeta. Los
científicos advierten también de la necesidad de evitar que la temperatura media global aumente en solo
dos grados con respecto a la que había en 1750 (inicio de la era industrial). A veces da la sensación de
que nos amenazan con el fin del mundo ¿No se está exagerando? ¿Tanto influyen un par de grados más?
12. El CH4 es un gas invernadero unas 21 veces más potente que el CO2 y el vapor de agua es quien más
contribuye al efecto invernadero en nuestro planeta. Además, siempre que se queman hidrocarburos no
solo se produce CO2 sino también H2O. ¿Por qué, entonces de quien más se habla es del CO 2?
13. Los expertos sobre cambio climático se refieren, a veces, a procesos de retroalimentación que pueden
desencadenar cambios grandes y abruptos en el clima. ¿Hasta qué punto esto es así? ¿Podría afectarnos a
nosotros o a nuestros hijos alguno de estos cambios? El aumento de la temperatura media global será
necesariamente lento (la Tierra es muy grande), así que cabe plantearse si no habrá tiempo para ir
adaptándonos a las nuevas condiciones.
14. Según la mayoría de los gobiernos de la Comunidad Europea es urgente acordar estrategias conjuntas
para luchar contra el cambio climático. Entonces … ¿Por qué no se han tomado ya una serie de medidas
efectivas a nivel europeo como, por ejemplo, la obligación de que todo nuevo edificio disponga de pane-
les solares? Es más, ¿por qué el gobierno español actual (2014) desarrolla una política energética en con-
tra del uso de las energías renovables poniendo, por ejemplo, obstáculos muy serios al autoconsumo?
15. ¿Podrán todos los países soberanos someterse a un procedimiento de control y decisión internacional
con una serie de medidas que afecten a sectores estratégicos para su desarrollo, como la energía, el trans-
porte o la agricultura? Los precedentes no son muy optimistas (haced una revisión crítica de las conclu-
siones de los encuentros internacionales ya celebrados o en marcha).
16. Cuáles son las principales razones por las que los jóvenes (y el resto de la sociedad) deberíamos pre-
ocuparnos por el problema del cambio climático. ¿En qué nos va a afectar concretamente?
17. Un problema tan enorme e importante como es el del cambio climático, ¿no es responsabilidad de las
grandes industrias y de los políticos?, ¿qué importancia puede tener lo que cada uno de nosotros haga o
deje de hacer?
18. Seguro que la ciencia acabará encontrando la manera de resolver el problema del cambio climático,
igual que ha resuelto ya muchos otros, entonces ¿para qué preocuparnos?
19. ¿Cuáles son los problemas más preocupantes a los que se enfrenta la humanidad? ¿Cuál habría que
empezar a resolver prioritariamente?
20. En una situación de crisis económica y financiera, la puesta en práctica de medidas adecuadas con las
que afrontar problemas tan graves como el cambio climático, la contaminación o el agotamiento de recur-
sos naturales, es vista por muchos dirigentes como un obstáculo a la salida de dicha crisis, para la que no
ven otra solución que reactivar el consumo, volviendo a las tasas de crecimiento anteriores. Sin embargo,
también hay quienes afirman que esa crisis constituye una buena oportunidad para reconsiderar el modelo
económico vigente, basado en los combustibles fósiles y en el hiperconsumo, y comenzar a cambiarlo
por otro basado en energías renovables, nuevas tecnologías y sostenibilidad, que al mismo tiempo que
crea nuevos empleos permita avanzar en la solución de esos problemas. Organizad un debate en el que se
argumente a favor de una y otra postura.
21. ¿Por qué la atmósfera deja pasar la mayor parte de las radiaciones solares que la atraviesan y, sin em-
bargo, atrapa y refleja en todas direcciones la radiación que emite la Tierra hacia el espacio?
22. La sustitución de una bombilla incandescente de 100 W por otra de bajo consumo evita la emisión de
0’5 toneladas de CO2 al año. Calculad cuántas toneladas de CO2 se podría evitar emitir a la atmósfera
cada año si se sustituyesen 10 millones de dichas bombillas. Rdo. 5·106 t.
42
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
23. Una persona cambia una bombilla incandescente de 60 W por otra equivalente de bajo consumo de 11
W. Suponiendo que esa bombilla esté encendida un total de 500 h al año y que cada kWh se pague a 1'5
euros. a) ¿Cuánta energía y cuanto dinero se ahorraría por ese pequeño cambio? b) ¿Y si en lugar de una
sola persona fuesen 100 millones? Rdo. a) 24’5 kWh y 36'75 €; b) 2450 000 000 kWh y 3675 000 000 €.
24. De acuerdo con su distancia al Sol, la temperatura media teórica de Venus debería ser 155 ºC y la de
Marte de -63 ºC, mientras que las temperaturas medias reales son 447 ºC y -55 ºC. Por otra parte, se sabe
que la atmósfera de Venus es muy densa y está formada aproximadamente por un 96% de CO2 y un 3’5%
de N2, mientras que Marte tiene una atmósfera muy tenue. ¿A qué pueden deberse todas estas diferencias?
26. Una persona gasta de media al mes: 300 kWh de electricidad y 40 m 3 de gas natural. Además hace
20000 km con su todoterreno al año. También ha realizado un viaje de ida y vuelta París-Shanghái en
avión. ¿De cuántos kg de CO2 al año se puede considerar que es responsable a causa de estas acciones?
Datos: Suponed que por cada kWh se han producido 376 g de CO2. Cada m3 de gas natural quemado pro-
duce aproximadamente 2 kg de CO2. El coche emite 230 g de CO2 por cada km recorrido. En un avión de
pasajeros (el vehículo que más CO2 produce) se emiten aproximadamente unos 94’2 g de CO 2 por perso-
na y kilómetro. Distancia Paris-Shanghái es de 19256 km.
Rdo. 10 544’4 kg
27. En las noches despejadas de invierno suele notarse que la temperatura baja bastante más que durante
la misma época si el cielo permanece nublado. ¿A qué puede ser debido?
28. Los HFCs son gases invernadero en auge, debido a la creciente demanda mundial de aire acondicio-
nado y refrigeración en general. Con este dato, proponed un posible ciclo de reforzamiento, similar a los
que se han presentado en el tema.
29. Los datos siguientes han sido extraídos del anexo II del V informe del IPCC. A partir de ellos, cons-
truid una gráfica que muestre la evolución histórica de la concentración de CO2 atmosférico y haced una
predicción de cuándo podría alcanzarse una concentración de 500 ppm si no actuamos y se sigue la ten-
dencia plasmada dicha gráfica. Luego buscad en la bibliografía qué efectos puede tener aproximarse o
sobrepasar dicha concentración.
30. En la página siguiente se reproducen unos recortes de prensa sobre el cambio climático. Uno, alertan-
do sobre la necesidad de realizar cambios radicales a nivel mundial, sin lo cual los daños ocasionados por
el cambio climático, serán irreversibles. En el otro se comentan algunas posibilidades de negocio que abre
el cambio climático. Leed con atención ambos textos y luego debatid y argumentad en torno a las siguien-
tes cuestiones: ¿A costa de qué y de quienes se obtendrán esos beneficios económicos? ¿Quiénes los ob-
tendrán? ¿Se podrá compensar con ellos los daños de todo tipo ocasionados?
43
1. Del cambio climático hacia la construcción de un futuro sostenible
Cuanto más tiempo pasa, peores son las predic- El año pasado un satélite de la Nasa registró en la
ciones sobre los efectos del cambio climático. Antártida 92,9º bajo cero. La segunda temperatura
Solo una acción decidida y radical a nivel mun- más baja de la historia. Incluso en los veranos mar-
dial podrá asegurar que la temperatura no suba cianos, en sus polos, la climatología resulta más
más de dos grados de aquí a finales de siglo. benigna. A la vez, el periodo que va de 1983 a 2012
Esta es la enésima advertencia que lanza el pa- el más cálido en 1.400 años, según las conclusiones
nel científico de Naciones Unidas ante la pasi- del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climá-
vidad que demuestra la comunidad internacio- tico. En este mundo extremo, la OCDE advierte de
nal, y especialmente los países que más conta- que casi la mitad de la población mundial vivirá en
minan —Estados Unidos y China— frente al 2030 en condiciones graves de estrés hídrico, algu-
reto más importante que tiene el planeta. En un nos se preparan para hacer (mucho) dinero.
nuevo informe, en este caso sobre políticas a
aplicar, el panel científico alerta de que no hay El calentamiento global aumenta la posibilidad de
demasiado tiempo, pero si se toman decisiones padecer alergias, incrementa los déficits nutriciona-
valientes y radicales a nivel global, aún es posi- les, multiplica la exposición de la población a catás-
ble evitar el desastre y mitigar los efectos, aun- trofes ambientales y enfrenta a millones de seres
que no por completo pues las emisiones realiza- humanos al desabastecimiento de agua y alimentos.
das ya han provocado un aumento de temperatu- Frente a esta situación, la industria actúa de dos
ras que está alterando el clima. formas: adaptándose o innovando. Y ambas pueden
ser muy lucrativas.
Sin esa determinación, las consecuencias se
verificarán muy pronto: aumentarán los fenó- La previsible carestía de agua está provocando que
menos meteorológicos extremos, que serán más cada vez más países e inversores acaparen tierras en
frecuentes y más virulentos; la subida del nivel África y Latinoamérica para asegurarse reservas
del mar provocará cuantiosos daños económi- acuíferas. La plataforma Land Matrix ya contabili-
cos, especialmente en los países insulares; las za 35,64 millones de hectáreas de tierras (casi cua-
oleadas de calor y las inundaciones echarán a tro veces el tamaño de Portugal) acaparadas en el
perder enormes extensiones de cultivo, con lo mundo.
que las cosechas disminuirán hasta en un 50%;
se producirán oleadas migratorias y enfrenta- Como señala el periodista McKenzie Funk, quien
mientos por los recursos, en particular por el acaba de publicar Windfall (The Booming Business
agua, y veremos un nuevo fenómeno: el de los of Global Warming), “el deshielo en el Ártico abre
refugiados climáticos. paso a la explotación de las petroleras” y a nuevas
rutas de navegación y comercio, lo cual, a la vez,
El cambio radical que reclama el panel de Na- podría avivar la tensión geopolítica entre los países
ciones Unidas exige un nuevo acuerdo político de la zona.
que permita ir más allá del Protocolo de Kioto
que, además de no haberse cumplido, se ha de- El cambio climático minará la producción mundial
mostrado totalmente insuficiente. El nuevo de alimentos. Compañías como Cargil, (negocio del
acuerdo debe adoptarse en la cumbre prevista en grano), Monsanto (primer fabricante de semillas
París en 2015, para entrar en vigor a partir de genéticamente modificadas), o Yara, (fertilizantes),
2020. Europa debe seguir siendo el gran impul- obtienen ya beneficios récord”, avisa Devlin Kuyek,
sor del cambio. Su objetivo de reducir las emi- experto de la ONG Grain. Y advierte: “El control de
siones de gases de efecto invernadero en un las multinacionales resulta cada vez más extremo”.
40% respecto a 1990 debe generalizarse y, si es
posible, aumentarse.
Nota final: El autor dispone de una presentación en Power-Point ligada a este tema, la cual se puede utili-
zar en charlas, talleres, clases, etc., sobre el mismo y que con gusto la hará llegar a quienes se interesen.
44
2. EL MOVIMIENTO DE LOS CUERPOS (CINEMÁTICA)
La importancia del estudio del movimiento viene reflejada no sólo por el hecho de que los oríge-
nes de la Física pueden situarse en las investigaciones que algunos científicos como Galileo y
Newton realizaron en este campo durante los siglos XVII y XVIII, sino también porque, asocia-
da al mismo, se encuentra una verdadera revolución científica que supuso un profundo cambio
en la concepción del Universo, superando la enorme barrera existente entre Tierra y Cielo (que
se concebían como dos mundos completamente distintos), así como el desarrollo de unos proce-
dimientos de la Ciencia que cristalizaron en lo que conocemos como Metodología Científica.
A.1 Enumerad distintas situaciones concretas en las que tenga interés estudiar el movimiento de
algún cuerpo, indicando qué cuestiones o aspectos convendría plantearse en dicho estudio.
Son muchas las situaciones a las que, a título de ejemplo, podemos referirnos:
Prácticas deportivas como, una carrera de atletismo, tiro con arco, paracaidismo, fútbol, etc.
Medios de transporte (movimiento de trenes, aviones y vehículos en general).
Puesta en órbita de satélites, envío de sondas espaciales a otros planetas, etc.
Astronomía (movimiento de astros como, planetas, satélites, cometas, estrellas, etc.).
Fenómenos meteorológicos (evolución de los huracanes, predicciones del tiempo, etc.).
Si pensamos un poco más en las situaciones anteriores o en otras parecidas, podemos plantearnos
algunas preguntas como, por ejemplo:
¿Qué diferencias existen entre el movimiento de los cuerpos “terrestres” (como un proyectil
lanzado en el aire) y el de los cuerpos “celestes” (como la Luna alrededor de la Tierra)?
¿Es posible describir el movimiento de cualquier cuerpo mediante las mismas magnitudes
independientemente de la naturaleza de dicho cuerpo, de que se trate de un globo lleno de gas
o una piedra, un vehículo, un astro, etc.?
¿Cómo expresar la posición de un móvil en un instante dado? ¿lo que se ha desplazado al
moverse? ¿lo rápidamente que se ha variado su posición? ¿lo deprisa que se está moviendo
en un instante dado? ¿lo rápidamente que es capaz de detenerse? etc.
¿Cómo podemos predecir dónde estará y con qué rapidez se moverá un cuerpo en un instante
dado de su movimiento?
¿Por qué los planetas o la Luna, se mueven continuamente describiendo trayectorias más o
menos circulares alrededor del Sol y la Tierra respectivamente?
¿Qué repercusiones tiene el movimiento de millones de vehículos de todo tipo?
Para poder contestar a preguntas como las anteriores, es necesario que nos planteemos primero
qué es lo que se necesita para poder describir con precisión un movimiento.
45
2. Cinemática
igual de rápido, para describirlo completamente necesitaríamos saber lo deprisa que cambia di-
cha rapidez (si cambia más o menos lentamente).
Naturalmente, no podremos contestar a todas las preguntas planteadas. Algunas de ellas (como el
movimiento de los astros o el de móviles cuya trayectoria no se conoce de antemano) se estudian
en los próximos cursos. Sin embargo, a lo largo de este tema y del siguiente, sí que nos deten-
dremos en analizar algunas de las similitudes y diferencias entre el movimiento de objetos “te-
rrestres” y “celestes”, ya que este problema tuvo una gran importancia histórica en el desarrollo
de una idea unitaria para toda la materia y en la construcción de un cuerpo de conocimientos
científico (Física clásica) en el que se aplican las mismas leyes para todo tipo de objetos, desde
una piedra que cae al suelo al movimiento de la Luna alrededor de la Tierra.
Algunas personas piensan que un objeto en movimiento se mueve con una única velocidad. ¿Es
eso correcto? Para, avanzar en la respuesta a esta pregunta, podemos estudiar algunas situacio-
nes concretas como las que se proponen a continuación:
La respuesta a la pregunta anterior no puede ser una sola ya que, como es lógico, dependerá del
lugar en el que nos situemos para medir dicha velocidad (sistema de referencia). Si tomamos el sis-
tema de referencia en la propia clase, es evidente que la pizarra, respecto a las paredes y el suelo de
clase no se mueve, está en reposo. Sin embargo, si tomamos como sistema de referencia el Sol, está
claro que la pizarra, por encontrarse en la Tierra, se traslada solidariamente con ella alrededor del
Sol recorriendo aproximadamente 30 km cada segundo. En el primer caso su velocidad es nula, en
el segundo vale 30 km/s. Así pues no tiene sentido preguntar si algo está en reposo o en movimiento
o bien cuánto vale su velocidad, si no se especifica respecto de qué o quién estamos midiendo. Por
tanto:
En todos los problemas de móviles es necesario especificar el sistema de referencia al que nos
estamos refiriendo.
A.3. Dibujad la trayectoria de una piedra dejada caer en el interior de un vagón de tren que se
mueve en línea recta con velocidad constante: a) Según un pasajero. b) Según una persona que
se encuentra sobre un punto del andén fuera del tren.
46
2. Cinemática
O'
O
Si le preguntamos al pasajero, dirá que para él la piedra está inicialmente en reposo y que cuando
la suelta comienza a caer y sigue una trayectoria recta hasta llegar al suelo del vagón justo al
lado de sus pies.
O’
O’
Así pues, siempre que vayamos a estudiar el movimiento de cualquier objeto, es preciso indicar
respecto de qué sistema de referencia estamos estudiando ese movimiento, ya que magnitudes
como la posición del objeto o la velocidad y también la forma de la trayectoria descrita, van a
depender de qué sistema de referencia se escoja. Así, en el ejemplo utilizado, la velocidad de la
piedra en cualquier instante de su movimiento será diferente para el pasajero que para el obser-
vador situado en el andén. Naturalmente, se pueden definir distintos sistemas de referencia pero,
mientras no se diga otra cosa, referiremos todos los movimientos que estudiemos a un observa-
dor ligado a la Tierra.
47
2. Cinemática
Para estudiar cualquier movimiento, antes es preciso definir una serie de magnitudes útiles para
poder describirlo. Esto es lo que vamos a tratar a continuación.
Para describir un movimiento nos interesa saber expresar, al menos, dónde está el móvil (posi-
ción), lo que se ha desplazado (cambio de posición o desplazamiento), lo deprisa que se está mo-
viendo (velocidad) y lo rápidamente que cambia de velocidad (aceleración). A continuación nos
detendremos en introducir las magnitudes necesarias para el caso particular de móviles que sigan
trayectorias definidas de antemano.
A.4. Proponed una forma sencilla de dar la posición de un coche en un instante dado de su re-
corrido por una carretera.
Al ser la trayectoria previamente conocida (se supone que el coche no se va a salir de la carrete-
ra) basta con elegir arbitrariamente un punto cualquiera de la misma como referencia u origen y
expresar mediante una cantidad (positiva o negativa) la posición sobre la trayectoria.
En general, la trayectoria no tiene por qué ser recta. Lo habitual es representarla mediante una
línea con curvas, calibrada en trozos iguales (que representan metros). Una vez señalado el punto
escogido como origen “O” y para poder diferenciar si el móvil está situado a un lado u otro del
origen, se toman arbitrariamente valores positivos a un lado y negativos al otro.
Conviene aclarar que el origen de la trayectoria no tiene por qué ser el punto de donde “salió” el
móvil. La posición sobre la trayectoria en un instante dado se denomina también espacio y la
designaremos mediante el símbolo “e” (se mide en metros). Su valor absoluto siempre coincide
con la distancia (medida sobre la trayectoria) a la que se encuentra el móvil del origen.
Puesto que el móvil cambia de posición, es necesario indicar cuándo se encuentra en una posi-
ción dada. Para ello, se indica lo que marca un reloj cuando el móvil está en esa posición. Lo que
marca el reloj se suele simbolizar con t0, t1 , t2 , .. si nos referimos a instantes en que la posición
es conocida y vale e0, e1, e2, .., o bien por t, cuando simboliza cualquier instante en que la posi-
ción será “e”.
El término “espacio” utilizado para dar la posición sobre la trayectoria no debe confundirse en
ningún caso con el espacio de tres dimensiones ni con el espacio donde se hallan los astros, con
los que no tiene nada que ver.
48
2. Cinemática
A.5. Determinad la posición de un objeto situado en los puntos A, B, C de la figura (cada subdi-
visión tiene una longitud de 1 m).
Si escogemos como valores positivos las posiciones situadas a la derecha del origen O, es fácil
darse cuenta que eA = 3 m, eB = 10 m y eC = -3 m. Como podéis ver, el valor de la posición de-
pende de dónde se haya tomado el origen y el convenio de signos elegido. Aunque la elección
del origen y el convenio es algo arbitrario, es imprescindible expresar claramente dónde se ha
tomado el origen y qué convenio de signos se ha tomado, pues todos los valores están basados en
ellos (si el origen en la figura anterior se hubiera tomado, por ejemplo, en A y valores positivos
las posiciones situadas a la izquierda del origen, tendríamos que: eA = 0; eB = -7 m y eC = 6 m).
A la vista de los resultados anteriores podemos plantearnos si la posición “e” coincide o no con
la distancia recorrida por el móvil. La respuesta sería que no coincide, ya que, en primer lugar,
el valor de “e”, sólo nos informa del punto de la trayectoria sobre el que se encuentra el móvil en
un instante dado. No nos dice nada acerca de dónde partió y, ni siquiera, si se ha movido alguna
vez o siempre ha estado ahí. Además “e” puede venir dada por un número negativo, mientras que
una distancia recorrida, como es lógico, nunca puede ser inferior a 0 m.
Sabemos que cuando un móvil cambia de posición puede hacerlo más o menos rápidamente. Una
magnitud que nos indique la rapidez con que cambia la posición de un cuerpo, debe tener en
cuenta el valor del cambio de posición y el tiempo que ha tardado en producirse dicho cambio.
Vamos a tratar, pues, cómo podemos medir el cambio de posición sobre la trayectoria.
A.6. Proponed una forma de indicar el cambio de posición o desplazamiento sobre la trayecto-
ria realizado por un móvil.
Practicad con la nueva magnitud introducida calculando su valor cuando el corredor de la figu-
ra anterior se mueva:
Está claro que para calcular en cuanto ha cambiado la posición del móvil, bastará restar a la po-
sición final sobre la trayectoria el valor de la posición inicial sobre la trayectoria. Dicha magni-
tud se denomina cambio de posición sobre la trayectoria o simplemente desplazamiento so-
bre la trayectoria, se representa como e, y se mide en metros.
Si analizamos la figura anterior, podemos ver que las posiciones marcadas por las letras A, B y C
corresponden respectivamente a eA = 20 m, eB = 50 m y eC = -20 m. De modo que cuando el co-
rredor vaya desde A hasta B el desplazamiento sobre la trayectoria vendrá dado por e = eB - eA
= 50 - 20 = 30m. Análogamente cuando se desplace desde B hasta A será e = eA - eB = 20 - 50
= -30 m. Cuando la posición inicial y final coincidan (como ocurre cuando sale de A llega hasta
B y regresa de nuevo al punto A, es evidente que e = eA - eA = 20 - 20 = 0. Finalmente, cuando
saliendo de A llegue a B y retroceda hasta C, la posición inicial será A y la final C con lo que e
= eC - eA = -20 - 20 = - 40 m.
¿Cuánto valdrá la distancia recorrida en cada uno de los cuatro casos anteriores?
Así pues: sólo cuando un móvil se desplaza sobre una trayectoria determinada en el sentido escogi-
do como positivo (sin retroceso) podemos afirmar que los valores del cambio de posición experi-
mentado y la distancia recorrida coinciden.
Cuando consideramos el movimiento, por ejemplo, de un coche que circula por una carretera de-
terminada, no sólo nos interesa saber que ha ido de un sitio a otro, sino también lo rápidamente
que se ha desplazado, es decir que ha cambiado de posición.
En principio podemos decir que la rapidez de B ha sido doble que la desarrollada por A, ya que
ha hecho el mismo cambio de posición en la mitad de tiempo.
A.8. Un móvil C tarda 8 segundos en realizar un cambio de posición sobre la trayectoria, de 100
m. Otro móvil D tarda 8 segundos en realizar un cambio de posición sobre la trayectoria, de 25
m. ¿Cuál de los dos ha ido más rápido?
50
2. Cinemática
En este caso, es evidente que C se ha movido más rápido que D. Concretamente, como en el
mismo tiempo el cambio de posición es cuatro veces mayor, podemos decir que la rapidez des-
arrollada por C ha sido el cuádruple que la del móvil D. Así pues:
Cuanto mayor sea el cambio de posición y cuanto menor sea el tiempo empleado en dicho cam-
bio, mayor será la rapidez.
Hasta aquí ha sido fácil de contestar, ya que: o bien los desplazamientos sobre la trayectoria eran
iguales o bien los tiempos eran iguales. Sin embargo, se pueden dar otras situaciones, como la
que se plantea a continuación.
A.9. En la figura siguiente decidid, a la vista de los datos que nos dan, cual de los dos vehículos
(el todo terreno o el autobús) se ha desplazado con mayor rapidez. A continuación, reflexionad
sobre lo que habéis hecho para poder averiguarlo y proponed una expresión general para ex-
presar la rapidez en función del cambio de posición sobre la trayectoria y del tiempo empleado.
e = 2250 m
t = 90 s
O+
e’ = 1950 m
t’ = 65 s
O+
En este caso los desplazamientos del todo terreno y del autobús son diferentes y también lo son
los tiempos. Para poder comparar bastará con dividir el desplazamiento de cada uno por el tiem-
po empleado en dicho desplazamiento. De esta forma, tendremos lo mismo en los dos casos: el
desplazamiento experimentado en una unidad de tiempo.
Al cociente e/t, se le denomina rapidez media, se representa por vm y se mide en m/s. Así
pues:
e
vm
t
Si utilizamos esta magnitud en el ejemplo propuesto, la rapidez media del autobús resulta ser de
30 m/s y la del vehículo “todo terreno” de 25 m/s. La rapidez media del autobús ha sido pues
mayor (y además, contamina menos y puede transportar más personas).
Calculad el valor de la rapidez media correspondiente a los casos que se plantean en las activi-
dades A.7 y A.8 anteriores.
51
2. Cinemática
¿Que significa 30 m/s? ¿Quiere decir que el móvil ha avanzado siempre 30 m cada segundo de
su movimiento?
Evidentemente que no. Puede, por ejemplo, que al comienzo se moviera a más de 30 m/s y luego
a menos, o que se haya parado un momento, etc. Lo que nos proporciona la expresión anterior es
tan solo el valor medio de la rapidez. Dicho valor indica que si hubiese ido siempre a 30 m/s
habría tardado justo el mismo tiempo que ha empleado en realidad moviéndose con una rapidez
variable (unas veces mayor y otras menor que 30 m/s), es decir: 65 s.
Cuando la rapidez es constante (no cambia) su valor medio coincidirá con el valor en cada ins-
tante. En este caso particular el movimiento se denomina movimiento uniforme.
Rdo. 1’2 m/s, 9’5 m/s, y 10’2 m/s (estudiante, ciclista y corredor, respectivamente).
Una respuesta sería que, de mantener constante dicha rapidez, la posición sobre la trayectoria
cambiaría disminuyendo 5 m cada segundo. En efecto, si “v” es negativa, de acuerdo con su de-
finición indicará que “e” es negativo (ya que el intervalo de tiempo t entre dos posiciones
sucesivas ha de ser siempre una cantidad positiva) es decir, que “e” está disminuyendo.
A.12. Un coche va de Valencia a Chiva (30 Km), tardando 25 minutos. Días más tarde recibe la
notificación de una multa por exceso de rapidez. Suponiendo que la máxima rapidez permitida
en cualquier punto de esa carretera sea de 80 km/h, considerad si se puede o no recurrir contra
la multa.
Naturalmente los móviles no suelen ir siempre con la misma rapidez. Pensemos, por ejemplo, en
un coche que se desplaza por una carretera. En un adelantamiento, puede que precise aumentar
mucho su rapidez en muy poco tiempo, en otro momento querrá detenerse, en otro solo frenar un
poco, etc. Así pues una magnitud de gran interés es lo deprisa que un móvil cambia de rapidez.
Dicha magnitud se denomina aceleración sobre la trayectoria o también aceleración tangen-
cial y se representa por el símbolo at.
2.4. Si varía la rapidez ¿cómo calcular lo deprisa que se ha producido dicha variación?
Concepto de aceleración sobre la trayectoria (o aceleración tangencial)
A.13. Un móvil A emplea 12 segundos en pasar de 0 a 100 km/h. Otro móvil B tarda 6 segundos
en realizar el mismo cambio de rapidez. ¿Cuál de los dos ha acelerado más?
La situación que se plantea en esta actividad tiene que ver con el llamado “reprise” de un vehículo.
En muchos folletos de propaganda de automóviles se da este dato como una de sus características
más importantes.
Es evidente que la aceleración experimentada por el móvil B será justo el doble que la acelera-
ción experimentada por el A ya que realiza el mismo cambio de rapidez en la mitad de tiempo.
52
2. Cinemática
A.14. Un móvil C en 5 s pasa de 30 m/s a 40 m/s mientras que otro móvil D en 5 s pasa de 30
m/s a 60 m/s. ¿Cuál de los dos ha experimentado una mayor aceleración sobre la trayectoria?
En este caso, es evidente que D ha sufrido una mayor aceleración que C. Concretamente, como
en el mismo tiempo el cambio de rapidez es el triple, podemos decir que la aceleración sufrida
por D ha sido el triple que la correspondiente a C.
Hasta aquí ha sido fácil de contestar ya que o bien los cambios de rapidez eran iguales o bien los
tiempos eran iguales.
Parece claro que cuanto mayor sea el cambio de rapidez y menor el tiempo empleado en dicho
cambio, mayor será el valor de la aceleración sobre la trayectoria.
A.15. En la figura siguiente decidid, a la vista de los datos que se dan, cuál de los dos vehículos
se ha desplazado con mayor aceleración sobre la trayectoria. A continuación, reflexionad sobre
lo que habéis hecho para poder averiguarlo y proponed una expresión general para expresar la
aceleración sobre la trayectoria en función del cambio de rapidez y del tiempo empleado.
v = 30 m/s
t = 6 s
O +
v’ = 20 m/s
t’ = 5 s
O +
En este caso los cambios de rapidez del coche y de la moto son diferentes y también lo son los
tiempos. Para poder comparar las aceleraciones bastará con dividir el cambio de rapidez de cada
uno por el tiempo empleado en dicho cambio. De esta forma tendremos lo mismo en los dos casos:
el cambio de rapidez realizado en una unidad de tiempo.
Al cociente v/t, se le denomina aceleración media sobre la trayectoria, se representa por atm
v
Así pues: at m
t
Analizando la expresión anterior vemos que, efectivamente, cuanto mayor sea el cambio de rapidez
y menor el tiempo empleado, mayor será la aceleración y que si no hay cambio de rapidez (es decir,
si v = 0), la aceleración media sobre la trayectoria será 0.
53
2. Cinemática
Aplicando la expresión al caso que se plantea en la actividad, obtendremos que el valor medio de
la aceleración sobre la trayectoria para el coche ha sido de 5 m/s 2, mientras que para la moto ha
sido de 4 m/s2.
Calculad el valor de la aceleración tangencial media correspondiente a los casos que se plante-
an en las actividades A.13 y A.14 anteriores.
¿Qué significa 5 m/s2? ¿Quiere decir que la rapidez del coche ha aumentado siempre en 5 m/s
cada segundo?
Significa que, si el coche hubiese sufrido siempre esa aceleración, su rapidez habría aumentado
en 5 m/s cada segundo transcurrido. Cuando la aceleración sobre la trayectoria es constante, su
valor en cada momento (valor instantáneo) coincide con su valor medio. En ese caso el movi-
miento se llama uniformemente acelerado.
Los siguientes ejercicios nos ayudarán a comprender mejor este nuevo concepto.
A.16. Una moto se mueve por la carretera de la figura. El piloto observa el velocímetro cuando
pasa por los puntos A y B en los instantes que marcan los relojes. Calculad el valor medio de la
aceleración sobre la trayectoria en m/s2 y razonad el significado físico del signo obtenido.
De acuerdo con el enunciado del ejercicio propuesto, la moto se mueve por una trayectoria prefi-
jada en el sentido escogido como positivo y de forma que su rapidez (positiva) va disminuyendo.
La aceleración media sobre la trayectoria en el intervalo indicado, será v/t, donde v = vB –
vA, y el t = tB – tA.
Puesto que siempre usaremos unidades en el S.I. (Sistema Internacional), debemos pasar la rapi-
dez a m/s. Así: la rapidez al final del intervalo, vB = 90000/ 3600 = 25 m/s, y la rapidez al inicio
del intervalo, vA = 125000/3600 =34’72 m/s, luego el cambio de rapidez v se calculará como
v = vB – vA = 25 – 34’72 = - 9’72 m/s.
A.17. En la tabla siguiente se expresan los cambios de rapidez que han experimentado tres vehí-
culos, así como el tiempo empleado por cada uno. Analizad dichos resultados y ordenadlos de
menor a mayor aceleración sobre la trayectoria (expresada en m/s2). Finalmente, comentad qué
importancia puede tener el hecho de que un vehículo pueda desarrollar más o menos reprise.
54
2. Cinemática
v (km/h)
t(s)
La capacidad que tenga un vehículo para conseguir grandes cambios en la rapidez con que se
desplaza en el menor tiempo posible (aumentándola o disminuyéndola) es algo muy importante,
sobre todo en situaciones de riesgo como, por ejemplo, los adelantamientos, aunque también hay
que tener en cuenta que un exceso de confianza por parte del conductor a este respecto, puede
provocar graves accidentes y que una conducción en la que se realicen grandes aceleraciones con
frecuencia, supone un sensible aumento del gasto de combustible y, por tanto, de la contamina-
ción.
A.18. A veces se piensa que siempre que un móvil frena la aceleración sobre la trayectoria ha de
ser negativa. Sin embargo, el signo de dicha magnitud depende en realidad del signo que tenga
la variación de la rapidez. Proponed un ejemplo en el que un vehículo frene (se desplace cada
vez más despacio) y el valor medio de la aceleración sobre la trayectoria sea positivo.
Basta con escoger el origen de espacios y el criterio de signos de tal forma que el móvil se des-
place cada vez más despacio pero hacia valores decrecientes de la posición “e”. Ello implica una
rapidez negativa pero cuyo valor absoluto va disminuyendo, con lo que la variación de dicha
rapidez saldrá un número positivo y, consecuentemente, el valor medio de la aceleración sobre la
trayectoria también lo será. En la figura siguiente se propone un ejemplo concreto en el que se da
esta situación:
A.19. En las tablas siguientes se reproducen valores de la rapidez de tres móviles tomados a inter-
valos regulares de tiempo. Calculad el valor de la aceleración media sobre la trayectoria entre los
instantes t = 0 y t = 4 s en cada uno de los tres casos.
t (s) 0 1 2 3 4 0 1 2 3 4 0 1 2 3 4
v (m/s) 0 3 7 9 18 1 4 7 10 13 20 20 20 20 20
55
2. Cinemática
Si analizamos las tablas, veremos que en el primer caso hay aceleración sobre la trayectoria porque
el móvil va cada vez más rápido, pero ésta no es constante (movimiento variado); en el segundo
caso sí que puede ser constante ya que la rapidez parece aumentar regularmente con el tiempo (mo-
vimiento uniformemente acelerado); mientras que en el tercer caso, la aceleración sobre la trayecto-
ria es 0 ya que la rapidez no cambia (movimiento uniforme).
2.5. El carácter vectorial del movimiento: introducción cualitativa del vector velocidad y
del vector aceleración
Cuando se estudia el movimiento de un cuerpo en general, no sólo nos interesa conocer lo rápi-
damente que se mueve en cada instante, sino también en qué dirección y con qué sentido. Esto se
puede hacer mediante la utilización de una nueva magnitud (muy conocida por todos) denomina-
da velocidad o más propiamente mediante el vector velocidad instantánea.
La velocidad instantánea o velocidad con que se mueve un cuerpo en un instante dado se repre-
senta por un vector o flecha, orientado siempre en el sentido en que se mueve el cuerpo y cuyo
módulo (tamaño), coincide siempre con el valor absoluto de la rapidez en ese instante. Decimos
entonces que la velocidad v , (al contrario que la posición e, la rapidez o la temperatura) es una
magnitud vectorial
El concepto de velocidad es más potente que el de rapidez, porque sirve para estudiar todo
tipo de movimientos y no sólo los que se realizan a lo largo de una trayectoria ya conocida.
Al representarse por medio de una flecha orientada, nos indica no sólo lo aprisa que el cuerpo
está cambiando de posición sino también la dirección y sentido en que se mueve en ese instante.
El hecho de que habitualmente se utilicen ambos conceptos indistintamente se debe sin duda a
que los valores instantáneos de las dos magnitudes coinciden siempre numéricamente (si pres-
cindimos del signo de la rapidez). En este curso no calcularemos vectores velocidad, aunque si
aprenderemos a representarlos y a operar un poco con ellos.
A.20. En una prueba automovilística se ha controlado la rapidez que lleva un coche en diversos
instantes poco antes de llegar a la meta, según se indica en la figura y en la tabla adjunta.
B
A
- O C
D
+
Posición A B C D
Rapidez (km/h) 100 150 200 250
Dibujad en cada una de las posiciones marcadas un vector representativo de la velocidad con
que se mueve el coche en cada una de ellas.
56
2. Cinemática
Proceded a construir los esquemas apropiados para cada caso incluyendo, en cada uno de ellos,
tres vectores representativos de la velocidad en otras tantas posiciones y explicando en qué se
diferencian unos de otros.
La realización de lo que se pide en la actividad debe llevar a construir cuatro esquemas de forma
que en el primero (caso a) se vean tres vectores del mismo módulo pero con distinta dirección
(movimiento circular y uniforme), destacando que en este caso la velocidad sólo va cambiando
de dirección; en el segundo esquema los tres vectores velocidad tendrán el mismo módulo y
también la misma dirección y sentido, es decir, en el caso b, la velocidad no cambia en nada, es
constante (movimiento rectilíneo y uniforme); en el tercero la trayectoria no es circular ni rectilí-
nea pero el módulo de la velocidad es constante (movimiento uniforme); finalmente en el cuarto
(caso d) la velocidad no cambia de dirección (la trayectoria es recta) pero sí de módulo (va dis-
minuyendo).
Así pues, excepto en el caso b, en todos los demás la velocidad cambia en algo.
Siempre que la velocidad con que se mueve un cuerpo cambie en algo (aunque sea sólo en
una cosa), decimos que éste experimenta una aceleración.
Dicha aceleración nos mide lo aprisa que cambia la velocidad. Naturalmente como la velocidad
es una magnitud vectorial, la aceleración correspondiente también lo será, por eso se llama vec-
tor aceleración y se representa como a .
A.22. Teniendo en cuenta la información del párrafo anterior, proponed una expresión que nos
permita calcular el vector aceleración.
El cálculo del vector aceleración media, y sobre todo el del vector aceleración instantánea, exce-
den de los objetivos de este curso y serán abordados en cursos posteriores. No obstante, lo que sí
vamos a hacer (ya que es muy conveniente para comprender otros conceptos fundamentales de
mecánica, como el concepto de fuerza), es aprender a dibujar el vector aceleración a partir de los
vectores velocidad. Para ello es necesario que nos detengamos en averiguar cómo se suman y se
restan vectores gráficamente, resolviendo las actividades que figuran en el anexo1 correspon-
diente, el cual se presenta al final de éste capítulo.
57
2. Cinemática
A.23. Como sabemos, la velocidad de un móvil puede cambiar tanto en módulo como en direc-
ción. Supongamos un coche que va por una carretera recta aumentando constantemente su velo-
cidad. Justificad hacia donde iría el vector aceleración. Ídem para el caso de que el coche dis-
minuya de velocidad.
a) AMBULANCIA
Módulo de la velocidad aumentando
b)
Módulo de la velocidad disminuyendo
En ambos casos la trayectoria es rectilínea y el móvil se desplaza en el mismo sentido, por lo que
el vector velocidad no cambia de dirección ni sentido. Sin embargo en el primero el módulo de la
velocidad va aumentando, mientras que en el segundo va disminuyendo. Para saber hacia donde
irá el vector aceleración bastará ver hacia donde va el vector v , el cual obtendremos de restar
v 2 - v1 correspondientes a un intervalo de tiempo muy pequeño. Los resultados de realizar estas
operaciones se dan en las figuras siguientes:
v1 v2 v2
a
v1 v v1
v1 v2 v2 v a
v1 v1
En el esquema anterior, la mitad superior corresponde al caso del coche cuando sin modificar la
dirección se aumenta el módulo del vector velocidad. Por el contrario, la mitad inferior corres-
ponde a una disminución del módulo del vector velocidad cuando el coche, a la vista de la per-
sona que está distraída leyendo, frena para no atropellarla, pero sin desviarse.
A.24. De acuerdo con los resultados de la actividad anterior, señalad a título de hipótesis, qué
dirección deberá tener el vector aceleración, para que cambie sólo la dirección de la velocidad
pero no se modifique su valor.
En la actividad anterior hemos visto que cuando el vector aceleración tiene el mismo sentido que
el vector velocidad, el módulo de ésta aumenta (y la dirección no cambia). Por el contrario,
cuando el vector aceleración tiene sentido contrario a la velocidad, sucede que el módulo de ésta
disminuye (y la dirección tampoco cambia).
58
2. Cinemática
Podemos pensar pues que para que sólo cambie la dirección de la velocidad, el vector acelera-
ción deberá ser perpendicular en todo momento al vector velocidad. De esta forma nada de esa
aceleración se puede “emplear” en aumentar ni en disminuir el módulo del vector velocidad sino
tan sólo en cambiar continuamente la dirección de este vector o, lo que es equivalente: la direc-
ción en que se mueve el cuerpo.
En la figura anterior hemos representado el caso de un objeto que se mueve sometido a una ace-
leración de módulo constante y perpendicular en todo momento al vector velocidad. Se trata de
un movimiento circular y uniforme. En este movimiento el módulo de la velocidad no cambia,
por tanto la rapidez es constante y la aceleración sobre la trayectoria (o aceleración tangencial) es
nula. No obstante, como la velocidad está cambiando continuamente de dirección, sí que hay una
aceleración responsable de dicho cambio. A dicha aceleración, por ser perpendicular a la veloci-
dad, se le denomina aceleración normal.
Hasta aquí nos hemos limitado a introducir las magnitudes necesarias para el estudio del movi-
miento. Hemos visto, por ejemplo, cómo dar la posición de un objeto en distintos puntos y, a
partir de estos valores, cómo determinar el cambio de posición, la rapidez, el cambio de rapidez
y, finalmente, la aceleración sobre la trayectoria. El problema que nos vamos a plantear ahora es
precisamente el contrario: conocida la aceleración sobre la trayectoria (at) con que se mueve un
cuerpo, determinar la rapidez "v" del móvil y su posición “e” en cualquier instante de su movi-
miento (ecuaciones del movimiento).
e
Si conocemos la rapidez media, como: vm
t
Finalmente, despejando nos queda que la posición del cuerpo en el instante t vendrá dada por:
e = e0 + vm (t-t0)
A.26. Suponiendo que se conociera atm en un intervalo de tiempo y la rapidez al inicio de dicho
intervalo, hallar una ecuación que nos permita conocer la rapidez, v, al final del intervalo.
59
2. Cinemática
v
Como la aceleración media sobre la trayectoria es: a t m
t
De los diversos tipos de movimiento nos limitaremos a estudiar dos especialmente importantes.
El uniforme (at = 0, v = cte) y el uniformemente acelerado (at = cte, v cambia regularmente),
utilizando para ello las expresiones generales (aplicables a cualquier tipo de movimiento), obte-
nidas en las actividades anteriores.
3.1. Cuerpos que se mueven siempre con la misma rapidez (movimiento uniforme)
A.27. Concretad las expresiones generales anteriores para el caso de un movimiento uniforme.
Al ser la aceleración tangencial nula, las magnitudes que determinan este movimiento tendrán las
siguientes características:
at = 0 v = cte vm = v e = e0 + v (t-t0)
A.28. Un ciclista comienza a rodar con movimiento uniforme de v = 3 m/s en el instante en que
un cronómetro marca 2 s y el corredor se encuentra a 8 m del origen de espacios tal y como se
indica en la figura siguiente. Se pide:
t=2s
- O +
e=8m
Dado que se trata de un movimiento uniforme (la rapidez es constante), la ecuación a utilizar
será:
e = 8 + 3 (t-2) de donde e = 3t +2
Ésta última ecuación nos permite obtener la posición del ciclista en cualquier instante “t” del
movimiento. Como queremos saber dónde estará en el instante t = 7 s, bastará sustituir t por di-
cho número y obtener finalmente e = 23 m. Otra cuestión sería el cálculo de la distancia recorri-
da en un cierto intervalo de tiempo, por ejemplo desde los 2 s hasta los 7 s. Como el ciclista no
60
2. Cinemática
retrocede y se mueve en el sentido positivo, el valor de dicha distancia coincidirá con el del
cambio de posición sobre la trayectoria, es decir: e = 23 – 8 = 15 m.
v (m/s) 3 3 3 3 3 3 3 e (m) 8 11 14 17 20 23 26
t (s) 2 3 4 5 6 7 8 t (s) 2 3 4 5 6 7 8
v = 3 m/s
e = 3t +2
Es importante darse cuenta de que lo que sale en las gráficas anteriores no representa nunca la
trayectoria por la que se ha desplazado el móvil. Esta, como se observa en el enunciado, no es
rectilínea. La posición del ciclista a intervalos de tiempo de 1 s se puede indicar colocando sobre
dicha trayectoria una serie de cruces cada 3 m de trayecto.
x x
x x
x x
O +
61
2. Cinemática
Conviene recordar que en el caso de que la trayectoria seguida en un movimiento uniforme sea
una línea recta, el movimiento se denomina rectilíneo y uniforme (MRU). Un vehículo movién-
dose en una carretera recta siempre con la misma rapidez poseería este tipo de movimiento. Aná-
logamente, en el caso particular de un cuerpo que se mueva siempre con la misma rapidez pero
describiendo una circunferencia, el movimiento se denomina circular y uniforme (MCU).
3.2. Cuerpos que se mueven con aceleración sobre la trayectoria constante (movimiento
uniformemente acelerado)
v0 v
vm .
2
v0 v
Por tanto, la expresión e = e0 + vm (t-t0), quedará en este caso como: e e0 ( t t0 ) .
2
A.30. Un coche inicialmente en reposo, comienza a moverse con una aceleración sobre la tra-
yectoria de 3 m/s2. Suponiendo que la mantenga constante durante 5 segundos, se pide:
En general, para responder a las preguntas que nos puedan hacer sobre el movimiento de un
cuerpo, es necesario conocer como se mueve, lo que significa conocer las ecuaciones que nos
proporcionan los valores de su aceleración, rapidez y posición en función del tiempo. Para ello
procederemos del siguiente modo:
1º) Dibujamos la trayectoria y sobre ella decidimos dónde situar el origen (O) para medir espa-
cios (posiciones) y a qué lado de O tomamos valores positivos. Después decidimos cuándo nos
interesa poner el cronómetro en marcha (0 s).
62
2. Cinemática
En este caso concreto situaremos el origen de espacios O en la posición que ocupa el coche
cuando se halla en reposo y consideraremos como sentido positivo el del movimiento. El cronó-
metro lo pondremos en marcha en el mismo instante en que parte el vehículo.
2º) Analizamos la información relativa al movimiento para poder escribir las ecuaciones genera-
les de sus magnitudes características (ecuaciones del movimiento).
1
at = cte; v = v0 + at · (t-t0); e e0 v0 (t t0 ) a t (t t0 ) 2
2
3º) Después particularizamos las ecuaciones anteriores para el movimiento concreto que estamos
estudiando. Para ello hemos de conocer la aceleración a t, así como los valores, en un instante
cualquiera “t0” del movimiento, de la rapidez (v0) y de la posición (e0).
En nuestro caso, sabemos que at = 3 m/s2 y nos convendrá considerar t0 = 0 puesto que sabemos
que en ese instante v0 = 0 y e0 = 0. Sustituyendo obtenemos las ecuaciones:
4º) Una vez disponemos de las ecuaciones del movimiento podemos responder a las cuestiones
que se nos plantean en el problema:
a) Para conocer la rapidez y posición cuando el reloj marque 5 s bastará sustituir t por 5 en las
expresiones de “v” y de “e”, con lo que:
Las tablas anteriores concuerdan con la idea expresada de movimiento uniformemente acelerado.
En efecto el hecho de que la aceleración tangencial sea constante implica que la rapidez va cam-
biando siempre al mismo ritmo (en este caso de 3m/s cada s), mientras que los cambios de posi-
ción, dado que el coche se mueve cada vez más rápido, son cada vez mayores. Por ejemplo, du-
rante el primer segundo la posición del coche cambia sólo en 1’5 m mientras que en el último
segundo cambia 13’5 m. En la figura siguiente se han representado gráficamente las dos tablas
de valores.
63
2. Cinemática
v =3t e =3t2/2
Podemos ver que la primera gráfica sale una línea recta, mientras que en la segunda se obtiene
una parábola, lo cual es coherente con las ecuaciones matemáticas que relacionan la rapidez y la
posición con el tiempo, así como con la idea física que tenemos de movimiento uniformemente
acelerado.
c) La posición del coche sobre la trayectoria se puede indicar colocando cruces representativas
de la posición del móvil cada segundo. Sin embargo como ahora el vehículo se mueve cada vez
más deprisa, dichas posiciones estarán cada vez más distanciadas entre sí.
x
+
x x x
x
O x
En la primera parte del tema se introdujeron algunas magnitudes útiles para poder estudiar el
movimiento de los cuerpos. En la segunda, acabamos de utilizar dichas magnitudes para obtener
las ecuaciones que nos dan la rapidez y la posición en función del tiempo, para dos tipos de mo-
vimiento diferentes (el uniforme y el uniformemente acelerado). Sin embargo, todos estos con-
ceptos y ecuaciones son invenciones que han de mostrar su validez en el tratamiento de los mo-
vimientos reales, mediante su capacidad para describirlos y predecir resultados contrastables
experimentalmente. Abordaremos en este curso, un ejemplo especialmente importante desde el
punto de vista histórico y práctico: "La caída de graves" y, para terminar, realizaremos algunos
problemas sobre movimientos en donde haya que manejar los conceptos y ecuaciones introduci-
dos.
1º) ¿Qué puede decirse partiendo de las observaciones y de las experiencias cotidianas, sobre el
movimiento de caída de los cuerpos?
64
2. Cinemática
La velocidad adquirida por un cuerpo depende de su masa, de forma que los cuerpos más
pesados tardan menos tiempo en caer desde una cierta altura, que otros menos pesados.
Se trata de un movimiento de rapidez creciente, y al parecer uniformemente acelerado.
2º) Para contrastar las hipótesis anteriores, hemos visto la necesidad de eliminar el rozamiento
con el aire o de hacerlo casi despreciable. Indicad una forma de lograr esto.
Podría pensarse en utilizar un tubo de vacío. No obstante, existen también otras posibilidades
más simples como utilizar pequeños objetos esféricos y compactos (por ejemplo bolitas de ace-
ro), con el fin de que el rozamiento con el aire pueda considerarse prácticamente nulo.
3º) Una vez establecida la forma de conseguir que la fricción con el aire sea despreciable, pro-
ceded de forma sencilla a contrastar la primera hipótesis anterior.
Una posibilidad es dejar caer en primer lugar desde una misma altura una goma de borrar grande
y una hoja de papel. Podemos ver que la goma llega mucho antes al suelo. Sin embargo, si vol-
vemos a realizar la experiencia habiendo arrugado antes la hoja hasta formar una bola compacta
(que, claro está, tendrá la misma masa que antes), podremos comprobar que los tiempos de caída
son prácticamente iguales, lo que, al parecer, confirma la hipótesis de que, en condiciones de
rozamiento nulo, todos los cuerpos, sea cual sea su masa, cuando se dejan caer desde una misma
65
2. Cinemática
altura emplean el mismo tiempo en llegar al suelo. Por tanto, no es cierto que a doble masa la
duración de la caída sea la mitad. A estas mismas conclusiones han llegado los científicos reali-
zando experimentos muy rigurosos.
4º) Si la aceleración sobre la trayectoria es constante, se deben cumplir las ecuaciones del mo-
vimiento uniformemente acelerado. Considerad dichas ecuaciones e intentad derivar a partir de
ellas alguna consecuencia que podamos contrastar experimentalmente, para ver si la caída libre
de los cuerpos es un movimiento de aceleración constante, sugiriendo cómo podríamos hacerlo.
1
e at t 2
2
El problema se reduce entonces a dejar caer una bolita sin velocidad inicial desde distintas altu-
ras h y medir el tiempo que tarda en llegar al suelo en cada caso para ver si se ajustan a la rela-
ción mencionada anteriormente, que (escogiendo el sistema de referencia adecuado) se puede
poner como: h = k·t2 (ya que en un MUA la aceleración sobre la trayectoria ha de ser constante
con lo que at/2 = k = una nueva constante). Sin embargo, si tratamos de llevar a cabo este diseño
directamente, veremos que resulta demasiado impreciso (a menos que dispongamos de material
bastante sofisticado) ya que el tiempo de caída es demasiado pequeño. Se hace pues necesario
«debilitar» la caída sin alterar la naturaleza del movimiento.
Una posibilidad es utilizar una pequeña polea sujeta al techo de la cual colgaremos dos masas
diferentes para que la más pesada sea frenada por la otra y así caiga más lenta. Otra posibilidad
es utilizar un plano inclinado por el que dejar rodar una bolita de acero. Éste último diseño es el
mismo montaje que, al parecer, utilizara en su día el propio Galileo. Normalmente se obtienen
unos buenos resultados utilizando rieles de cortinas o también barras de aluminio con una ranura
o canal por donde pueda ir la bola.
Es necesario que el carril no se combe y que tenga una longitud suficiente, si puede ser, superior
al metro y medio. También hay que procurar que sea lo más liso posible y darle una inclinación
muy pequeña. Y por supuesto, es preciso repetir cada medida varias veces, dada la dispersión de
los resultados, y trabajar con los valores medios.
Mediante este diseño la longitud L de plano inclinado que recorre la bola antes de encontrarse
con el tope dejado abajo hace el mismo papel que la altura h a que nos referíamos en el diseño
66
2. Cinemática
anterior, con la ventaja de que ahora el tiempo de “caída” es más lento. La hipótesis queda pues
precisada ahora diciendo que la longitud de plano recorrida por la bola y el tiempo al cuadrado
empleado en ello han de ser directamente proporcionales. Es decir, se trata de comprobar sí se
cumple que:
Para ello podemos recurrir a soltar la bola desde distintos puntos del riel (previamente marcados por
el profesor) con el fin de que recorra distintas longitudes del mismo hasta impactar contra el tope
que habremos situado en la base (por ejemplo: 0’50 m, 0’90 m, 1’30 m y 1’70 m).
Esencialmente, se trata de realizar las medidas necesarias para rellenar una tabla como la si-
guiente:
Si la hipótesis es válida y resulta que la caída de graves es un MUA, se deberá cumplir la ecua-
ción L = cte · t2. Una forma sencilla de comprobarlo es dividir cada valor de “L” entre su t 2 co-
rrespondiente y ver si, aproximadamente, siempre se obtiene el mismo número (hay que tener en
cuenta que toda medida experimental viene afectada de un cierto error).
Otra forma (más elaborada) consiste en representar gráficamente los valores de L frente a los de t
y ver si se ajustan a una parábola. Después, representar “L” frente a los valores de t 2 y ver si se
ajustan a una recta que pasa por el origen de coordenadas. En ese caso la ecuación vendrá dada
por L = cte · t2 y, por tanto, se trataría de un MUA.
Durante esta etapa de manipulación en el laboratorio suelen surgir pequeños problemas técnicos
que deben ser resueltos. Por ejemplo, en el caso del plano inclinado podemos plantearnos:
¿Cómo soltar la esfera para no comunicarle velocidad inicial? Una forma es colocar una regla u
otro pequeño objeto similar como tope delante de la esfera y retirarla de golpe para iniciar el
movimiento. O también: ¿Cómo medir con precisión el tiempo empleado en el recorrido? Res-
pecto a esta cuestión, conviene que el alumno que retira el tope sea el mismo que maneje el
cronómetro (para que así puedan hacerse las dos cosas simultáneamente). Por otra parte interesa
colocar otro tope al final del plano de forma que el sonido del choque de la esfera con él sirva de
señal para parar el cronómetro. También es preciso tener cuidado en medir correctamente la lon-
gitud del riel recorrida, etc.
67
2. Cinemática
La experiencia anterior, nos debe haber permitido comprobar que todos los cuerpos en condicio-
nes tales que el rozamiento con el aire se pueda considerar despreciable, cuando caen vertical-
mente desde pequeñas alturas y sin rozamiento, lo hacen siempre con aceleración tangencial
constante (MUA). Esta aceleración se conoce como aceleración de la gravedad y se designa co-
mo “g”. Su valor al nivel del mar es de g = 9’8 m/s 2. Conviene tener presente que, aunque la ex-
periencia se ha propuesto para un objeto que cae libremente, los resultados son igualmente váli-
dos para un objeto que ha sido lanzado en el aire hacia arriba. Naturalmente todo esto se ha po-
dido comprobar mediante experiencias mucho más precisas que la aquí propuesta.
Así pues, para un objeto en caída libre y vertical a pequeñas alturas sobre el suelo, las ecuaciones
del movimiento son:
1
v v0 g (t t0 ) y e e0 v 0 (t t 0 ) g (t t 0 ) 2
2
4.2. Resolución de algunos problemas utilizando los conocimientos construidos para el es-
tudio del movimiento.
A.31. Un avión toma tierra con una rapidez de 360 km/h en una pista de 600 m de larga de for-
ma que inmediatamente comienza a frenar con una aceleración sobre la trayectoria constante y
de 6 m/s2 (valor absoluto). Se pide:
Para resolver el problema haremos en primer lugar un esquema en el que especificaremos el sis-
tema de referencia espacial y temporal que nos conviene:
0s
(+)
O
En el esquema anterior, dado el criterio de signos escogido y que la rapidez (positiva) va dismi-
nuyendo, la aceleración sobre la trayectoria resulta ser negativa. Al ser at constante el movimien-
to es uniformemente acelerado, luego las ecuaciones generales serán:
1
(1) at = cte; (2) v = v0 + at · (t-t0); (3) e e0 v0 (t t0 ) a t (t t0 ) 2
2
Nos convendrá tomar t0 = 0 (el instante en que toma tierra) ya que en dicho instante v0 = 360
km/h = 100 m/s y e0 = 0. Sustituyendo estos datos en las ecuaciones generales anteriores, obten-
dremos las ecuaciones correspondientes al movimiento del avión desde que toma tierra.
68
2. Cinemática
Si el valor de dicha posición resulta ser mayor que la longitud de la pista, obviamente se saldrá.
b) Una forma de evitar salirse de la pista es conseguir tomar tierra con una rapidez menor. Para
determinar el máximo valor permitido de la rapidez con que puede aterrizar ese avión (frenando
con la misma aceleración), bastará con darse cuenta de que dicha rapidez es lo que debe valer v 0
para que se pare justo al final de la pista (a dicho valor lo designaremos como v 0máx).
¿Cuánto ha de valer v0 para que en el instante en que v = 0 la posición del avión sea e = 600 m?
De la primera obtenemos que: v0máx = 6t, y sustituyendo en la segunda: 600 = 6t2-3t2 = 3t2
600
Despejando t 200 14'14s
3
A.32. Desde una torre a 160 m de altura sobre el suelo, se lanza verticalmente hacia arriba un
cuerpo con una rapidez inicial de 20 m/s. Considerando el valor absoluto de la aceleración de la
gravedad 10 m/s2, se pide:
Al igual que en la actividad anterior, comenzaremos por realizar un esquema en el que figure clara-
mente el sistema de referencia espacio-temporal que mejor nos parezca.
69
2. Cinemática
(+)
20 m/s
160 m, 0 s
¿?
Una vez lanzado el cuerpo, éste comienza a subir y avanza cada vez más lentamente hasta que,
en un determinado instante, se detiene (ha alcanzado la altura máxima). A partir de ese instante
comienza a descender y avanza cada vez más rápido hasta que en un determinado instante choca
contra el suelo.
Como puede verse en la figura anterior, hemos situado el origen de espacios en la base de la torre
y escogido como posiciones positivas la parte de arriba del suelo. El cronómetro (origen de
tiempos) lo hemos puesto en marcha en el instante en que se lanza el cuerpo hacia arriba. Nos
convendrá considerar t0 = 0 ya que sabemos que en ese instante v0 = 20 m/s y e0 = 160 m (ambos
valores positivos de acuerdo con el criterio de signos escogido). Además sabemos que el cuerpo
durante su movimiento (subida y bajada) estará sometido a la misma aceleración tangencial (la
aceleración de la gravedad, g), por lo que su movimiento será uniformemente acelerado. En
nuestro caso, dado el criterio de signos escogido, dicha aceleración será negativa puesto que el
cambio de rapidez siempre es negativo (tanto cuando sube como cuando baja)1 y aproximada-
mente valdrá –10 m/s2.
Conviene tener en cuenta que sólo hay un movimiento (misma aceleración sobre la trayectoria
tanto al subir como al bajar), el cual se inicia en cuanto el cuerpo abandona la mano que lo lanza
y termina en cuanto el cuerpo ha llegado al suelo.
1
at = cte = g ; v= v0 + g(t-t0); e e0 v 0 (t t 0 ) g (t t 0 ) 2
2
Sustituyendo en las ecuaciones anteriores los datos de que disponemos obtendremos las ecuacio-
nes que nos proporcionan la rapidez y la posición en función del tiempo para el movimiento con-
creto que estamos estudiando (desde que empieza hasta que termina):
1
Vale la pena darse cuenta de que si en la situación planteada hubiésemos escogido como parte negativa de la trayectoria
arriba del punto O, tendríamos que v0 = -20 m/s; e0 = -160 m y g = 10 m/s2.
70
2. Cinemática
Conocidas las ecuaciones del movimiento, podemos ahora responder las preguntas que se plante-
an:
a) Hallar la altura máxima (medida desde el suelo) que alcanza el cuerpo equivale, en este caso, a
calcular la posición del cuerpo en el instante en que v = 0. Podemos conocer el instante en que esto
sucede imponiendo esa condición en la expresión (2) que nos proporciona v en función del tiempo:
0 = 20-10t t = 2 s
Ahora bastará sustituir este valor de t en la ecuación (3) con lo que: e = 160+20·2-5·22 = 180 m
b) Determinar la rapidez del cuerpo en el instante en que choca contra el suelo equivale a preguntar-
se cuál es la rapidez con que se está moviendo en el instante en que e = 0. Podemos conocer ese
instante haciendo e = 0 en la ecuación (3) que nos proporciona e en función del tiempo.
Conviene darse cuenta que estamos hallando la rapidez justo cuando choca con el suelo y no una
vez que ya lo ha hecho (después del choque ya no hay movimiento).
4 16 128 4 12
0 =160+20t-5t2 5t2-20t-160 = 0 t2-4t-32 = 0 t t=8s
2 2
Observad que la rapidez es negativa porque el objeto se está moviendo de modo que al transcurrir el
tiempo la posición “e” va disminuyendo.
c) Para construir las tablas que se demanda en el enunciado, bastará con manejar las ecuaciones de
la rapidez y de la posición del cuerpo en cualquier instante e ir dando valores a “t”. De esta forma
obtenemos las siguientes tablas:
t (s) 0 1 2 3 4 5 6 7 8
v (m/s) 20 10 0 -10 -20 -30 -40 -50 -60
t (s) 0 1 2 3 4 5 6 7 8
e (m) 160 175 180 175 160 135 100 55 0
En las tablas anteriores es fácil darse cuenta de lo que va ocurriendo con la rapidez y con la posición
desde que se lanza el cuerpo hasta que llega al suelo en la base de la torre. Dicha evolución se per-
cibe mejor todavía cuando se analizan las gráficas correspondientes.
d) Para construir las gráficas correspondientes a las tablas anteriores bastará con representar los
valores de v frente a t y los valores de e frente a t siguiendo las normas que se detallan en el anexo 2
al final de este tema. Si se hace de esta forma, se obtendrán unas gráficas como las siguientes:
71
2. Cinemática
v (m/s)
v = 20 - 10t
20
0
2 4 6 8 t (s)
-20
-40
-60
e (m)
e = 160+20t-5t2
180
140
100
60
20
2 4 6 8 t (s)
72
2. Cinemática
En la primera de las gráficas (v frente a t) es fácil darse cuenta de cómo la rapidez inicialmente posi-
tiva (20 m/s) va disminuyendo linealmente en 10 m/s cada segundo, hasta que en el instante 2 s se
hace 0 (instante en que el cuerpo alcanza la altura máxima). A continuación la rapidez sigue varian-
do de igual modo (recordemos que la at es la misma durante todo el movimiento) ya que ahora toma
valores cada vez más negativos (-10 m/s, -20 m/s, -30 m/s, etc.).
En la segunda de las gráficas podemos ver cómo va cambiando la posición del cuerpo con el tiem-
po. Al comienzo (subida), la posición va aumentando cada vez más lentamente hasta que a los 2 s
alcanza su valor máximo (corresponde a la altura máxima sobre el suelo, 180 m). A continuación la
posición va disminuyendo cada vez más, en el mismo tiempo (debido a que el cuerpo cae cada vez
más deprisa), hasta que se hace 0 en el instante t = 8s (en que el cuerpo llega al suelo). En la gráfica
se puede ver, por ejemplo, que entre los tiempos 2s y 4s la posición disminuye en 20 m mientras
que entre los tiempos 6s y 8s la posición disminuye en 100 m .
A.33. Un avión aterriza de modo que se detiene tras rodar por la pista 924’5 m durante 21’5 s.
Considerando que el movimiento se ha producido con aceleración tangencial constante, determi-
nad la rapidez con que tomó tierra y el valor de la aceleración tangencial del movimiento.
Comenzaremos por realizar un esquema del problema tomando origen de espacios y tiempos en el
lugar y en el instante en que el avión toma tierra.
Como vemos, en este caso, desconocemos las ecuaciones porque desconocemos el valor de v0 y de
at. Tendremos pues que buscar en el enunciado datos que nos permitan conocer dichos valores.
0s
(+)
O
Sabemos que el avión, al tomar tierra, frena con aceleración sobre la trayectoria constante de modo
que su rapidez irá disminuyendo regularmente hasta que al final se para. Además sabemos que para
t = 21’5 s, v = 0 y e = 924’5 m. Sustituyendo estos datos en las ecuaciones anteriores:
1
0 = v0 + at · 21’5; 924'5 v0 21'5 a t 21'5 2
2
1 1
924'5 (at 21'5) 21'5
a t 21'5 2 de donde 924'5 a t 21'5 2 a t 21'5 2
2 2
1
Operando obtenemos que 924'5 a t 21'5 2 y despejando la aceleración: at = -4 m/s2
2
73
2. Cinemática
Para hallar la rapidez del avión en el instante en que toma tierra basta sustituir ahora en la ecua-
ción v0 = -at ·21’5 con lo que obtenemos v0 = - (- 4 ·21’5) = 86 m/s.
¿Qué distancia necesitará el avión para pararse si toma tierra con una rapidez doble que la ante-
rior y frena con la misma aceleración?
Rdo. No necesita el doble de distancia sino ... ¡4 veces más! (es decir: 3698 m). Se trata de una
conclusión importante, que muestra la necesidad, en general, de guardar una distancia de seguridad
adecuada entre vehículos en circulación.
El número total de automóviles en circulación en todo el mundo supera los 1000 millones. La in-
mensa mayoría de ellos funcionan mediante combustibles derivados del petróleo. Se estima que por
cada litro de carburante que se quema, se emiten a la atmósfera alrededor de 2’5 kg de CO2 (el gas
que más influye en el aumento del efecto invernadero). El tráfico urbano produce aproximadamente
el 40 % de estas emisiones.
Si las cosas no cambian, se prevé que para el 2040 el parque automovilístico mundial se habrá du-
plicado respecto al 2008, lo que supondrá una enorme demanda de combustibles y un impacto bru-
tal sobre el medio ambiente; no sólo por el CO2 emitido (que ya es mucho), sino también por la
emisión de otros contaminantes (como humos, óxidos de nitrógeno y de azufre), la construcción de
muchas más carreteras y autovías, ciudades con más ruidos debidos al tráfico rodado, más atascos y
accidentes, etc.
Sólo en España, el consumo anual de gasolinas y gasóleo supera (a fecha de 2011) los 25 millones
de toneladas al año. El transporte por carretera representa en nuestro país el 34 % del consumo total
de energía. La mayor parte del transporte de mercancías se realiza por carretera. El 44 % de los
vehículos que circulan por carretera son particulares mientras que el resto corresponde a transporte
colectivo (autobuses) y de mercancías (camiones).
En lo que respecta a la Unión Europea , el transporte aéreo y por carretera supone un 70% del con-
sumo anual de petróleo. La aviación consume más carburante por km que cualquier otro medio de
transporte.
A.34. Los datos anteriores dibujan un panorama bastante preocupante en cuanto al impacto de los
vehículos a motor en el medio ambiente. Sin embargo, no parece posible hoy en día una sociedad
no motorizada. ¿Qué medidas podrían tomarse para intentar disminuir dicho impacto?
Son muchas las medidas que podrían llevarse a cabo como las que, a modo de ejemplo, se citan a
continuación:
Naturalmente la implantación de las medidas anteriores y otras que puedan pensarse (como dismi-
nuir el límite de velocidad máxima permitida) de forma efectiva, no es una tarea sencilla. Para em-
pezar, hay que tener en cuenta la existencia de intereses en contra como los de las grandes compañ-
ías petroleras o las multinacionales del automóvil. Por otra parte, existe una enorme presión mediá-
tica que nos incita continuamente al hiperconsumo y, consecuentemente, a cambiar el coche por
otro más potente, a tener varios, a usarlos sin necesidad …
RECAPITULACIÓN
En este capítulo nos hemos planteado cómo podemos conocer el movimiento de un cuerpo respecto
de un sistema de referencia dado. Para ello, una vez establecido el carácter relativo del movimiento,
hemos comenzado por definir una serie de magnitudes útiles para describir cualquier movimiento
que se realice siguiendo una trayectoria que se conoce de antemano, tales como la posición, el des-
plazamiento sobre la trayectoria, la rapidez y la aceleración sobre la trayectoria. A continuación
hemos pasado a estudiar dos tipos de movimiento especialmente importantes: el uniforme y el uni-
formemente acelerado; una vez establecidas las ecuaciones de estos movimientos, vimos cómo pod-
ían aplicarse para resolver problemas y explicar un caso práctico especialmente importante como es
el de la caída de graves.
A.35. El estudio de la caída de graves, nos ha permitido cuestionar una idea intuitiva muy extendi-
da, consistente en pensar que existe una proporcionalidad inversa entre el peso de los cuerpos y la
duración de su caída (cuando se sueltan desde una misma altura), de modo que si un cuerpo pesa
el doble que otro, la duración de la caída del primero debería ser justo la mitad que la del segundo.
Esperamos que esto haya quedado claro y que seáis capaces de criticar adecuadamente desde el
punto de vista de la física algo que se afirma en las siguientes viñetas de un cómic:
75
2. Cinemática
1. En el esquema siguiente se representa una trayectoria fija dividida en trozos de 5 m cada uno.
Una persona se está moviendo por esa trayectoria. Se pide:
+
C O A B
a) Valor de la posición "e" cuando pase por A, B y C (recordad que cada división son 5 m).
b) Cambio de posición "e" cuando vaya: Desde A hasta B. Desde B hasta C. Desde A hasta
A pasando antes por B.
c) Distancia total recorrida en cada uno de los tres casos anteriores.
2. En la tabla siguiente se dan los cambios de posición de tres móviles y los tiempos empleados
para ello, en distintas unidades. Ordenad justificadamente A, B, y C de menor a mayor rapidez
media.
A B C
e 126 km 100 m 900 m
t 0’5 h 9s 3 minutos
3. Un corredor de atletismo realizó los 100 m en 9’8 s. Un ciclista fue de un pueblo a otro (dis-
tantes 9 km) en 12 minutos. Hallad la rapidez media de cada uno en km/h.
4. ¿Qué significa que la rapidez media de un móvil sea de 30 m/s? ¿y de -30 m/s?
5. En la figura adjunta se ha representado una trayectoria y cuatro cuerpos que se están moviendo
a lo largo de la misma. Sabiendo que cada división es 1 m, que la rapidez en valor absoluto de
todos ellos es la misma (3 m/s) y que la flecha indica el sentido del movimiento. Se pide: posi-
ción y rapidez, con el signo correspondiente, para cada uno en el instante representado.
O +
-
Q R S
P
76
2. Cinemática
6. ¿Es posible que un móvil recorra una cierta distancia y que la rapidez media con que lo haya
hecho sea 0? Razonad la respuesta.
7. Un móvil se desplaza desde el punto A hasta el B y, desde éste, hasta el C. Sabiendo que pasa
por cada uno de esos puntos en los instantes 0 s, 5 s, y 12 s respectivamente, se pide:
O +
-
C A
B
- +
O
9. Se ha medido la rapidez del móvil de la figura a intervalos de tiempo de 2 segundos y con los
datos recogidos se ha elaborado la tabla adjunta.
O
+ -
A B D C
A B C D
t (s) 0 2 4 6
v (m/s) -8 -6 0 3
10. Explicad con detalle qué le ocurre a un cuerpo que se mueve a 40 m/s por una trayectoria
rectilínea cuando se le somete a una aceleración tangencial constante de –5 m/s2.
77
2. Cinemática
A
O -25 m/s -20 m/s -15 m/s -10 m/s
0s 1s 2s 3s
6s 4s 2s 0s
13. Una persona que no ha estudiado física dice que el que la aceleración de un coche sea de 5
m/s2 significa que, si la mantiene constante, recorrerá siempre 5 m por cada segundo que pase.
Explicad en qué se equivoca y enunciad el significado físico correcto de dicho dato.
14. Una moto entra en una curva a 108 km/h y para no salirse frena reduciendo su rapidez hasta
72 km/h en 2 s. Determinad el valor de la aceleración media sobre la trayectoria "a tm" en m/s2
Rdo. at = -5 m/s2
15. Una persona afirma que si una bicicleta va siempre a 15 km/h eso significa que su velocidad
es constante. Explicad, desde el punto de vista científico, en qué se equivoca y poned un ejemplo
en el que eso no ocurra.
78
2. Cinemática
17. La aceleración es una magnitud vectorial que mide lo deprisa que cambia la velocidad (otra
magnitud vectorial). Señalad verdadero o falso a la izquierda de cada una de las siguientes pro-
posiciones explicando el porqué.
a) El vector aceleración siempre tiene la misma dirección y sentido que el vector velocidad.
b) Cuanto mayor es la velocidad a la que se mueve un cuerpo, mayor es su aceleración.
c) El vector aceleración media siempre tiene la misma dirección y sentido que el vector v .
d) El vector aceleración puede tener distinta dirección que el vector velocidad.
e) Es posible que at = 0 pero que a 0 .
18. Explicad, con el mayor detalle posible, qué le ocurre a un cuerpo que se encuentra inicial-
mente en la posición 80 m, si se mueve constantemente con una rapidez de –20 m/s. ¿Dónde se
encontrará en el instante t = 7 s? ¿Qué distancia total habrá recorrido en ese tiempo?
19. Un cuerpo se mueve con un movimiento uniformemente acelerado, con las siguientes carac-
terísticas: La trayectoria es recta, t0=0, v0=10 m/s, e0=20 m, at = -2m/s2.
20. Dad el campo de validez de las siguientes expresiones que se manejan frecuentemente:
21. En las dos gráficas siguientes se representa el movimiento de dos cuerpos que, en el instante
inicial, se encontraban en el origen. Interpretad cada uno de los movimientos representados y, a
continuación, proceded a construir la gráfica e-t de cada uno de ellos.
79
2. Cinemática
22. Un objeto se mueve de forma que su posición sobre la trayectoria viene dada por la expre-
sión: e = 5 + 2 t2 m. Se pide:
a) Extraed toda la información posible sobre el movimiento que lleva: tipo de movimiento, valo-
res de la rapidez y posición iniciales, la aceleración a t, el sentido en que se mueve y la ecuación
de su rapidez en función del tiempo v = f(t).
b) Calculad cuál será su rapidez en el instante t = 4 s.
23. Un móvil se desplaza según v = 50 - 10 t m/s (si t en s) por una trayectoria recta. Explicad
con todo detalle posible de qué tipo de movimiento se trata y qué le ocurre al móvil conforme va
pasando el tiempo. Sabiendo que partió del origen de espacios en el instante t = 0 s, calculad su
posición al cabo de 7 s. Dibujad la trayectoria y señalad sobre la misma las sucesivas posiciones
del móvil a intervalos de un segundo. Representad gráficamente v-t y e-t. Rdo. e7 = 105 m
24. Una moto va a 108 Km/h por la ciudad cuando su conductor frena (con aceleración sobre la
trayectoria constante) para no atropellar a una persona que se encontraba a 29’5 m de distancia,
parando en sólo 2 s. ¿Consiguió parar a tiempo de evitar el accidente? Rdo. No
25. Un coche inicialmente en reposo va aumentando su rapidez con una aceleración de 3 m/s2
hasta que alcanza una rapidez de 108 Km/h. Sigue con esa rapidez durante 2 segundos y luego
frena consiguiendo parar en 5 s más. Calculad la distancia total en metros recorrida por el coche
desde que comenzó a moverse. Representad las gráficas e-t y v-t. Rdo. D = 285 m
26. Un cierto tipo de avión necesita alcanzar una velocidad mínima de 288 Km/h para comenzar
a elevarse. Dicho avión tiene unos motores capaces de proporcionarle una aceleración máxima
de 5 m/s2. ¿Cuál será la longitud mínima que deberá tener la pista? Rdo. 640 m
28. Desde lo alto de una torre de 80 m se lanza verticalmente y hacia arriba un cuerpo con una
rapidez inicial de 20 m/s. Se pide:
a) Un dibujo esquemático del problema indicando el punto que se toma como origen de la tra-
yectoria y el criterio de signos escogido.
b) Altura máxima (medida desde el suelo) que alcanzará.
c) Rapidez que llevará cuando pase por una ventana situada en la mitad de la torre.
d) Rapidez en el preciso instante que llega al suelo (base de la torre).
80
2. Cinemática
29. Desde el suelo se lanza verticalmente hacia arriba un proyectil con una cierta rapidez, com-
probándose que éste tarda 4 s en alcanzar la altura máxima. Se pide:
30. Desde lo alto de una torre de 50 m se deja caer una piedra (g = 10 m/s2, rozamiento despre-
ciable). Se pide:
31. Desde un globo que está subiendo con una rapidez de 5 m/s se suelta una piedra de 1 kg en el
momento en que se encuentra a 100 m de altura sobre el suelo. Considerando g = 10 m/s 2 (valor
absoluto) y que no influye el rozamiento con el aire, se pide:
Rdo. a) v = - 45 m/s; b) t = 5 s.
NOTA: En algunos de los ejercicios propuestos el signo de los resultados puede variar del que se da, de-
pendiendo del criterio de signos utilizado al resolverlo. En general, para caída de graves, hemos escogido
hacia arriba positivo.
81
2. Cinemática
Como podéis imaginar, las operaciones habituales de sumar, restar, etc., no pueden hacerse de la
misma forma con magnitudes escalares que con vectoriales. La suma de una masa de 6 kg con
otra masa de 4 kg siempre dará una masa total de 10 kg. En cambio, la suma de una fuerza de 15
N con otra de 10 N dependerá de la dirección y sentido de cada una de ellas. Puesto que las mag-
nitudes vectoriales son muy importantes en la Física, hubo que inventar formas de representarlas,
de sumarlas y restarlas, etc., que tuvieran en cuenta no sólo su valor numérico, sino también su
dirección y sentido.
La forma que se inventó (hace siglos) para expresar magnitudes vectoriales de manera que fuera
posible operar teniendo en cuenta su dirección y sentido, consistió en utilizar segmentos rectilí-
neos orientados, a los que se llamó vectores, cuya longitud indica el valor numérico (positivo) de
la magnitud o módulo, la recta que contiene al segmento (y todas sus paralelas) la dirección, y
la punta de la flecha que se coloca en uno de los extremos del segmento el sentido (el otro ex-
tremo se llama “origen”). Por convenio, una magnitud vectorial, o un vector, se simboliza con
una letra con una flecha encima (por ejemplo F ) o con negrilla (por ejemplo F ) y el módulo de
un vector con el mismo símbolo entre dos barras verticales (por ejemplo F ) o simplemente
mediante una letra sin flecha arriba (por ejemplo F).
A.1. Analizad los vectores velocidad representados comparando módulo, dirección y sentido.
v1 v2 v3 v4 v5 v6
Así pues, considerando que las magnitudes físicas vectoriales, como la fuerza o la velocidad, se
conocen realmente cuando sabemos su valor numérico, su dirección y su sentido, podemos utilizar
los vectores para representarlas de forma que:
82
2. Cinemática
Así, por ejemplo, si queremos representar una fuerza de 15 N actuando sobre un cuerpo que se
encuentra sobre un plano horizontal y que se ejerce paralelamente al plano y hacia la derecha,
podemos hacerlo mediante el vector F que se muestra en la figura siguiente:
F
5N
En resumen, todo vector presenta tres características: módulo, dirección, y sentido. Para que dos
vectores sean distintos basta con que se diferencien en una sola de esas características.
A.2. Un vehículo circula por la trayectoria representada en la figura. Al pasar por los puntos A,
B y C, el conductor mira el velocímetro y anota 60 km/h, 100 km/h y 120 km/h respectivamente.
Representad mediante los vectores apropiados la velocidad del vehículo en cada posición.
C
A
A.4. Una persona afirma que dos fuerzas de 50 N cada una deben ser iguales. Explicad en qué
se equivoca.
Si, por ejemplo, pensamos en dos fuerzas de 50 N cada una actuando sobre un mismo cuerpo
(considerado puntual), no se obtiene el mismo resultado si ambas fuerzas tienen el mismo senti-
do que si van en sentido contrario. En el primer caso la fuerza resultante es de 100 N, mientras
que en el segundo vale 0. No basta pues que dos fuerzas o dos magnitudes vectoriales cuales-
quiera tengan el mismo módulo para que se pueda afirmar que son iguales, es necesario que
además tengan la misma dirección y sentido.
83
2. Cinemática
A.5. Una persona realiza un desplazamiento dado por el vector a . Después hace otro despla-
zamiento dado por el vector b . Dibujad un vector que represente el desplazamiento resultante
o suma de los desplazamientos anteriores: s = a + b . A continuación haced una propuesta gene-
ral para sumar gráficamente dos vectores cualesquiera detallando los pasos a seguir.
De la realización de la actividad anterior debe haber quedado claro que un procedimiento general
para dibujar el vector suma de otros dos vectores cualesquiera puede ser:
1º) Poner un vector a continuación del otro sin cambiar en nada a ninguno de los dos. (Ello su-
pone que el extremo de uno, el primero, esté en contacto con el origen del otro, el segundo).
2º) Dibujar el vector que va desde el origen del primero hasta el extremo del segundo. Dicho vector
será el vector suma.
A.6. Aplicad lo aprendido en la actividad anterior para sumar gráficamente los vectores que se
dan a continuación. Finalmente obtened la expresión apropiada para calcular el módulo del
vector suma en los tres primeros casos.
Analizando los dos últimos casos propuestos en la actividad anterior es fácil darse cuenta de que
otro método para dibujar el vector suma de otros dos que tengan distinta dirección, consiste en
disponer primero ambos vectores con un origen común (siempre sin cambiar ninguna de sus ca-
racterísticas) y luego trazar la diagonal del paralelogramo que forman. Por otra parte, en todos
los ejemplos utilizados podemos ver que se cumple la propiedad conmutativa y que da igual en
qué orden se realice la suma.
84
2. Cinemática
Existen muchas situaciones de interés en las que necesitamos restar dos vectores. Por ejemplo
cuando queremos determinar el cambio experimentado en la velocidad con que se mueve un
cuerpo.
Podemos pensar que el vector diferencia de otros dos a - b es el vector d que le falta a b para
ser igual que a . Es decir, el vector d será aquél que sumado con el sustraendo (en este caso b )
nos de el minuendo (en este caso a ), ya que de a - b = d se deduce que a = d + b .
Así pues, si se sabe sumar vectores se sabe también restar ya que sólo hay que colocar los dos
vectores (teniendo cuidado de no cambiar ninguna de sus características) de forma que sea fácil
hallar el vector que sumado al sustraendo nos de el minuendo, tal y como veremos a continua-
ción.
A.7. Dados los dos vectores de la figura adjunta dibujad el vector diferencia d = a - b . A conti-
nuación haced una propuesta general para restar gráficamente dos vectores cualesquiera deta-
llando los pasos a seguir.
b a b a
La actividad anterior permite comprender que para dibujar el vector resta o diferencia de otros
dos, se pueden seguir los siguientes pasos:
1º) Poner los dos vectores con origen común sin cambiar ninguna de sus características.
2º) Dibujar el vector resta mediante una flecha que vaya desde el extremo del sustraendo hasta el
extremo del minuendo. (La punta de la flecha ha de coincidir así con el extremo del minuendo).
3º) Comprobar que, efectivamente, si se suma el vector d al sustraendo se obtiene el minuendo.
A.8. Aplicad lo aprendido en la actividad anterior para restar gráficamente los vectores que se
dan a continuación dibujando en cada caso el vector resta que se pide. Finalmente obtened la
expresión apropiada para calcular el módulo del vector resta en los tres primeros casos.
Hasta aquí hemos visto operaciones entre vectores. A continuación veremos que sucede cuando
un vector se multiplica (o divide) por un número.
85
2. Cinemática
Mediante la actividad anterior podemos darnos cuenta de que siempre que un vector se multiplica
por un número, se obtiene otro vector cuyo módulo es igual al del primero multiplicado por el valor
absoluto de ese número, y cuyo sentido es el mismo que el del primero si el número es positivo,
pero opuesto al del primero cuando el número es negativo. Análogamente ocurre cuando un vector
se divide por un número (ya que dividir por un número n equivale a multiplicar por 1/n).
A.10. Aplicad las conclusiones anteriores para razonar qué relación guardan los vectores fuer-
zas representados en los cuatro últimos casos de la figura con el vector fuerza del primero.
Comparando el módulo, la dirección y sentido del primer vector con las de, por ejemplo, el últi-
mo, podemos ver que la relación con el último se podría expresar como: F5 1'5 F1 . Proceded
de forma análoga con los otros tres casos.
Para terminar este apartado proponemos varias actividades en las que se manejan algunas de las
operaciones introducidas.
A.11. Dibujad el vector suma de los tres vectores representados en la figura siguiente.
b
c
86
2. Cinemática
A.12. Dado el vector fuerza F de la figura adjunta, encontrad
otros dos vectores perpendiculares entre sí (y que estén en los ejes F
indicados) que sumados nos den el vector F . A continuación su-
poniendo que F = 5 y que el módulo de uno de los componentes
valga 4, determinad cuánto valdrá el módulo del otro vector com-
ponente.
A.13. A unos estudiantes se les propuso que sumaran las fuerzas re-
presentadas en la figura adjunta, cuyos módulos son F1 = 4 N y
F2 = 3 N. A continuación se han seleccionado algunas respuestas
erróneas. Analizad cada una explicando en qué consiste la equivoca-
ción.
a) Fres = 4+3 = 7 N; b) Fres F1 F2 = 4-3 = 1 N; c) Fres F2 F1 = 3-4 = -1 N
En los dos primeros casos se comete una equivocación común para ambos y que se da con cierta
frecuencia: Se expresa un vector como un solo número. En el caso b) además se comete la equi-
vocación de expresar el vector fuerza resultante como la resta de dos vectores.
Es preciso tener en cuenta que el vector fuerza resultante siempre es la suma de las fuerzas, in-
dependientemente de la dirección y sentido que puedan tener dichas fuerzas entre sí. En el caso
representando en la actividad, aunque las fuerzas tienen sentido contrario debemos escribir que:
Fres F1 F2
Naturalmente, debido precisamente a que las dos fuerzas tienen aquí la misma dirección y senti-
do contrario, el módulo de la fuerza resultante (suma de esas dos) deberá obtenerse restando al
módulo mayor el menor, lo que conduce a Fres = F1 F2 = 4-3 =1 N.
El vector Fres estará dirigido hacia la izquierda.
Fres
F2 Fres
F1 F2
F1
Finalmente, dado que el módulo de un vector está directamente relacionado con el tamaño (lon-
gitud) del mismo, su valor nunca puede ser un número negativo como se propone en la tercera
respuesta.
87
2. Cinemática
Cuando se trata de representar gráficamente para interpretar la posible relación existente entre
dos magnitudes físicas, existen una serie de normas que conviene recordar:
Las escalas sobre ambos ejes han de ser fácilmente subdivisibles para permitir así una rápida
y sencilla lectura. Así p.e. cada 7 cuadraditos una unidad haría realmente difícil la ubicación
de muchos valores. Es mejor que el número de cuadraditos o milímetros que abarque cada
unidad de la escala, sean 1, 2, 5, 10, 20, 50, etc., según convenga.
Por supuesto, una vez fijada la escala, las unidades en un eje han de ser iguales entre sí (no
vale que en el mismo eje una unidad abarque 5 milímetros y la siguiente 10).
Las escalas utilizadas en cada eje no tienen que ser necesariamente iguales, pero es preciso
tener cuidado y evitar utilizar escalas inadecuadas que hagan que la gráfica nos salga descen-
trada, p.e. demasiado "pegada" a uno de los ejes. Así, si los valores de una de las magnitudes
son muy pequeños, podemos tomar la escala del eje en el que se representan de modo que,
por ejemplo, cada 20 cuadraditos equivalgan a una unidad. Por contra, si hemos de represen-
tar valores muy grandes, podemos hacer que, por ejemplo, cada 10 cuadraditos equivalgan a
1000 unidades.
Los valores experimentales no se escriben sobre los ejes, excepto los que casualmente coin-
ciden con las divisiones de las escalas.
En cada uno de los ejes se indican valores enteros correspondientes a cada una de las escalas
y tan solo los necesarios para facilitar una lectura cómoda y rápida. Dichos valores han de
quedar así uniformemente espaciados y sin amontonarse demasiado (p.e. en lugar de
1,2,3,4,5, ..., se puede escribir 2, 4, 6 ...).
Las escalas a utilizar han de proyectarse teniendo en cuenta (además de que se puedan subdi-
vidir fácilmente), el intervalo de valores de que se dispone, al cual han de abarcar totalmente
(aunque para ello a veces no se ponga el cero de la escala en el origen de coordenadas). Por
otra parte dicha escala ha de ser la mayor posible en relación al tamaño que deba tener la
gráfica, de forma que no se nos queden demasiados ejes "sobrantes".
Es mejor realizar primero la gráfica a lápiz y sin apretar. Las líneas han de ser "finas" y "con-
tinuas", nunca quebradas, promediando por los puntos experimentales obtenidos, sin que ne-
cesariamente tengan que pasar por todos ellos y sin que queden los trazos dibujados para si-
tuar los puntos.
Conocida la relación entre las dos magnitudes, dicha relación se enunciará en forma de ecua-
ción en la parte superior de la gráfica.
88
3. LAS CAUSAS DEL CAMBIO DE MOVIMIENTO (DINÁMICA)
Hasta aquí hemos introducido algunas magnitudes, necesarias para poder describir el movimiento
de los cuerpos (posición, velocidad, aceleración, etc.). También hemos estudiado algunos tipos de
movimientos sencillos (el uniforme y el uniformemente acelerado) para trayectorias conocidas,
deteniéndonos en analizar un ejemplo concreto especialmente importante (la caída de graves).
Estamos, pues, en condiciones de continuar avanzando en la comprensión de las transformaciones
más simples de la materia (sólo cambios de posición y de velocidad, sin que se vea alterada su
estructura “íntima”), cuyo estudio forma parte de un importante cuerpo de conocimientos de física
llamado “Mecánica”.
Es evidente que, en cuanto al movimiento de un cuerpo, no sólo nos interesa poder describirlo, sino
también poder explicarlo y saber cómo podemos influir en él para modificarlo según nos interese.
Vivimos en un Universo en el que todo, desde objetos tan pequeños como los átomos, hasta otros tan
grandes como las galaxias, se encuentra en continuo movimiento relativo y en donde el movimiento
de unos objetos se ve influido por la presencia de otros, produciéndose interacciones que provocan
cambios en la velocidad (coche que se para al chocar contra un árbol, piedra que cae atraída por la
Tierra, corrientes de agua que arrastran diversos materiales, planetas que giran alrededor del Sol
atraídos por él, balón de fútbol durante un partido, etc.). La parte de la Mecánica que se ocupa de
estudiar las causas del cambio de movimiento (fuerzas), se llama Dinámica.
En este tema de dinámica nos vamos a plantear algunas preguntas como las siguientes:
Para responder las preguntas anteriores, tendremos que hablar de las fuerzas, cuyo papel es
fundamental en multitud de casos. Pensemos, por ejemplo, en la fuerza de rozamiento que nos
permite caminar, en la fuerza peso, en las fuerzas que se ejercen mediante cables y en otras fuerzas,
como las que puede ejercer el viento, el agua o los terremotos, etc. También analizaremos un tipo de
fuerza especialmente importante: la fuerza de la gravedad, mostrando algunas de las implicaciones
más relevantes que tuvo su estudio, en cuanto a la propia concepción del Universo y de nuestro lugar
en el mismo. Finalmente nos detendremos en estudiar las fuerzas que los fluidos (líquidos y gases)
pueden realizar sobre los objetos que se hallan en su seno.
89
3. Dinámica
En la física de Aristóteles (filósofo de la antigua Grecia, que vivió hace más de 2300 años), el
Universo estaba dividido en dos partes claramente distintas: el mundo sublunar o terreno
(imperfecto y perecedero, que conocemos mediante nuestros sentidos) y el mundo supralunar o
celeste (perfecto, incorruptible y eterno).
En la Grecia clásica, se consideraba que toda la materia terrestre estaba formada por la mezcla
de cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego. De ellos, tierra y agua poseían gravedad, por lo
que tenían tendencia a moverse hacia el centro del Universo y, por ello, su lugar natural, era
abajo, es decir, tenían tendencia a caer. Por el contrario, el aire y el fuego poseían ligereza, por
lo que su tendencia natural era ascender. De todos ellos, el fuego era considerado el elemento
más noble y, por esta razón, se le asignaba el lugar más alto en la atmósfera superior. Así, según
esta teoría, cuando un objeto se movía hacia arriba o hacia abajo, era debido al “deseo” del
elemento mayoritario en su composición, de alcanzar su “lugar natural”.
Según este esquema, además, un objeto en el que predominase el elemento tierra debería caer
tanto más aprisa cuanto mayor fuese su peso (ya que a mayor proporción de tierra, más
tendencia a moverse hacia su lugar natural). Así de dos piedras abandonadas a la misma altura,
suponían que la más pesada tardaría menos tiempo en alcanzar su lugar natural. En palabras de
Aristóteles:
"Un peso dado recorre una cierta distancia en un tiempo dado; un peso mayor recorre la misma distancia
en un tiempo menor, estando la proporción de los tiempos en proporción inversa a los pesos. Así , si un
peso es doble que otro, invertirá la mitad de tiempo en caer desde una cierta altura".
De esta forma, según las ideas aristotélicas, todos los objetos tienden a estar en reposo en su
lugar natural (movimiento natural), precisándose una acción exterior (una fuerza) para
sacarlos de dicho estado (movimiento forzado o violento). Así, por ejemplo, si lanzamos una
piedra hacia arriba, ésta se mueve durante un cierto tiempo con un movimiento violento
(forzado) y cuando éste cesa, aparece el natural y la piedra cae de nuevo hacia la tierra. Surge así
la idea del reposo como estado natural de la materia y de fuerza como causa del movimiento.
90
3. Dinámica
Durante la edad media, para explicar el movimiento hacia arriba de un objeto pesado (como una
piedra) los seguidores de Aristóteles pensaban que al lanzarla se le comunicaba una fuerza
mayor que su peso, que la hacía ascender. Además, suponían que dicha fuerza se “consumía”
según la piedra iba ascendiendo, ya que se empleaba en hacer que se moviera en sentido
contrario al que lo haría de forma natural, de modo que, al final, llegaba un momento en que la
piedra, falta de ímpetu, caía de nuevo al suelo, donde quedaba, finalmente, en reposo.
La física de Aristóteles era completamente diferente para la materia celeste, que se comportaba
de una manera mucho más simple. En primer lugar, dicha materia estaba formada solamente por
un quinto elemento especial, llamado la quintaesencia, que no tenía peso y era incorruptible y
eterno. El estado natural de dicho elemento no era el reposo, sino el movimiento circular y
uniforme (que era considerado como el movimiento perfecto y continuo, a diferencia del
movimiento rectilíneo natural de la materia terrestre, que siempre tiene un principio y un fin).
La materia de la que estaban hechos todos los cuerpos celestes era siempre más noble que la
materia del mundo sublunar, aunque aumentaba en perfección conforme nos alejábamos del
centro del Universo (ocupado por la Tierra). Consecuentemente, la Luna (más cercana a
nosotros) era el menos perfecto, tal y como podía verse por su apariencia manchada.
El movimiento se producía porque la esfera externa, que contenía a las estrellas fijas, giraba
diariamente sobre su eje. Esta rotación provocaba el giro de las esferas internas y los planetas
situados en ellas. Por último, suponían que la esfera externa era movida por lo que denominaban
Primun Mobile, o motor del Universo. Dicho Universo era geocéntrico (es decir, la Tierra estaba
situada en el centro), y debía ser finito, puesto que si fuera infinitamente grande no podría girar,
como lo hace todo el Universo alrededor de la Tierra. Por último, estaba escalonado en distintos
grados de perfección, con una neta separación entre el mundo terrestre (sublunar) y el celeste
(supralunar).
A.2. Comentad qué explicación se daría en la física de Aristóteles (física preclásica) a los siguientes
movimientos:
91
3. Dinámica
Las explicaciones de Aristóteles y de sus seguidores sobre por qué los cuerpos se mueven de la
forma en que lo hacen, estuvieron vigentes durante muchos siglos, quizás porque las ideas de que los
cuerpos pesados tienden a estar en reposo y que para que un cuerpo pesado se mueva hace falta una
fuerza que le esté empujando, parecen de sentido común para la mayoría de las personas. Sin
embargo estas ideas intuitivas no son las ideas científicas que se aceptan actualmente.
Las cosas comenzaron a cambiar hacia el siglo XVI con la teoría heliocéntrica de Copérnico (según
la cual la Tierra no era el centro del Universo y ésta y los demás planetas eran quienes giraban en
torno al Sol) y siguió después con los trabajos de otros científicos como Galileo y Kepler, hasta que
finalmente, entre los siglos XVII y XVIII, Newton elaboró un nuevo concepto de fuerza que, junto
con su ley de la Gravitación Universal acabaron por derribar la barrera que hasta entonces separaba
la Tierra del Cielo.
A continuación, intentaremos cambiar esta idea intuitiva por otra más elaborada y coherente con el
concepto científico de fuerza.
2.1. ¿Cómo conseguir que un cuerpo se mueva con MRU? ¿Y que esté en reposo? Primer
principio de la dinámica o principio de la inercia
Toda nuestra práctica habitual, conduce al concepto de fuerza como causa del movimiento. Este
concepto de fuerza encierra, sin embargo, graves dificultades, que impiden estudiar adecuadamente
los cambios mecánicos. A través de la lectura de varios fragmentos de los Diálogos de Galileo, es
posible percibir algunas de dichas dificultades:
Salviati (dirigiéndose a Simplicio): -Di, si tuvieses una superficie de una sustancia tan dura como el acero y
tan lisa y pulimentada como un espejo, que no fuese horizontal, sino algo inclinada, y colocases sobre ella una
bola de bronce perfectamente esférica, ¿qué piensas que pasaría cuando la soltases? ¿No crees tú, como yo, que
se quedaría allí?
Simplicio: - ¿Si la superficie estuviese inclinada?
Salviati: -Sí, ya te lo he dicho.
Simplicio: -No pienso que se quedase allí. Creo que tendría una gran propensión a moverse según el declive.
Salviati: -Ten bien en cuenta lo que dices, Simplicio, pues yo creo que se quedaría allí donde la pusieras.
Simplicio: -Si haces tales suposiciones, no me admiraré de que llegues a las más absurdas conclusiones.
Salviati: -¿Estás, pues, seguro de que se movería libremente según el declive?
Simplicio: -¿Quién lo duda?
Salviati: -¿Y esto lo creerías, no porque yo te lo digo (pues he intentado persuadirte para que pienses lo
contrario), sino por ti mismo, por tu propio juicio natural?
92
3. Dinámica
Salviati: -Tienes razón, y ¿qué longitud y con qué velocidad se movería la esfera? Pero ten en cuenta que he
puesto el ejemplo de una esfera perfectamente redonda, y un plano completamente pulimentado, de tal forma
que haya que descartar todos los impedimentos accidentales y externos. También habría que quitar los
impedimentos originados por la resistencia del aire o de cualquier otro obstáculo casual, caso de que lo hubiera.
Simplicio: -Comprendo lo que quieres decir y te contesto que la esfera continuaría moviéndose indefinidamen-
te, si el plano fuese lo suficientemente largo, y acelerándose continuamente. Tal es la naturaleza de los cuerpos
pesados que adquieren fuerza con la marcha y, cuanto mayor sea la inclinación, será mayor la velocidad...
Salviati: -Parece, entonces, que hasta aquí me has explicado bien lo que ocurre a un cuerpo en dos planos
diferentes. Ahora dime, ¿qué le sucedería a este mismo cuerpo sobre una superficie que no tuviese inclinación
ni hacia arriba ni hacia abajo?
Simplicio: -Ahora debes darme algo de tiempo para pensar mi contestación. No habiendo inclinación hacia
abajo, no podría tener tendencia natural al movimiento; y no habiendo inclinación hacia arriba, no podría haber
resistencia a su movimiento. De donde se deduce su indiferencia, tanto para la propulsión como para la
resistencia; por lo tanto, pienso que se quedaría naturalmente allí...
Salviati: -Yo pienso lo mismo, con tal que se la hubiese dejado con mucho cuidado, pero si se le hubiera dado
un impulso hacia algún lado ¿qué sucedería?
Simplicio: - Que se movería hacia ese lado.
Salviati: - Pero … ¿con qué clase de movimiento? ¿continuamente acelerado como en un plano inclinado hacia
abajo o continuamente retardado como en un plano inclinado hacia arriba?
¿?
Simplicio: - No puedo descubrir ninguna causa de aceleración ni de retardo si no hay inclinación hacia abajo ni
pendiente hacia arriba.
Salviati: - Bien, si no hay causa de retardo, menos la habrá para detenerlo, por tanto, ¿qué distancia recorrerá el
cuerpo en movimiento?
Simplicio: - Pues tanta como la superficie ni inclinada ni ascendente.
Salviati: - De forma que, si ese espacio fuese indefinido, el movimiento sobre él no tendría fin, sería perpetuo.
A.3. A partir del análisis del diálogo anterior señalad si pueden considerarse seguras o no las
siguientes proposiciones:
Después de la discusión anterior, es posible dudar que los objetos tienden al reposo de forma
espontánea o natural. Una esfera que se ha lanzado por un plano horizontal, en realidad, no se para
93
3. Dinámica
porque no haya nadie empujándola, sino que, muy al contrario: se detiene porque actúa una fuerza
resultante en sentido opuesto a la velocidad (en este caso una fuerza debida al rozamiento), que la va
frenando. Si no hubiera rozamiento, la esfera no se pararía nunca.
En cuanto a la segunda proposición, algunas personas piensan que la esfera permanece moviéndose
porque se le “comunicó” una fuerza cuando se lanzó y, al no haber rozamiento, esa fuerza permane-
ce en la esfera sin “gastarse” , manteniéndola en movimiento rectilíneo y uniforme. Sin embargo, si
esto fuese así, tendríamos que admitir que hay dos clases diferentes de fuerzas:
-Unas, como el peso, que al actuar sobre un cuerpo hacen que cambie su velocidad (pensemos en un
objeto dejado caer desde cierta altura o en otro lanzado hacia arriba).
-Otras, como la que “se le da a un objeto al lanzarlo” que no cambiarían la velocidad, sino que tan
solo la “mantendrían”.
Esta suposición es incoherente y, por otra parte, resulta mucho más simple suponer que, cuando se
lanza un objeto, se ejerce sobre él una fuerza, pero ésta sólo existe durante el lanzamiento, no queda
“impresa en el objeto”. El efecto de esa fuerza “de lanzamiento” es cambiar la velocidad del objeto
(por ejemplo, del reposo a la velocidad con que sale), de modo que, si no hay fricción ni actúa
ninguna fuerza resultante, no hay ninguna razón para que varíe la velocidad adquirida. En conse-
cuencia, el objeto mantendría indefinidamente esa velocidad, no porque haya una fuerza empujándo-
le, sino al contrario: porque no hay ninguna fuerza resultante que se la cambie.
Así pues: Para que un objeto se mantenga con movimiento rectilíneo y uniforme o para que esté
en reposo, es necesario que la fuerza resultante sobre él sea nula.
El hecho de que vivamos en un mundo en el que el rozamiento está casi siempre presente hace que
nos confundamos y pensemos que se necesita una fuerza resultante empujando en el mismo sentido
que la velocidad para que un movimiento se mantenga, cuando lo correcto sería afirmar, tal y como
lo hace el principio de la inercia (o primer principio de la dinámica), que:
1. Todo cuerpo continúa con la velocidad que lleva (respecto a un cierto sistema de
referencia) a menos que sobre él actúe una fuerza resultante distinta de cero, o en otras
palabras: Si sobre un cuerpo no actúa ninguna fuerza, o si la resultante de todas las que
actúan es nula, su velocidad no puede cambiar: si está en reposo continuará estándolo y si
está en movimiento, seguirá con velocidad constante, es decir, con movimiento rectilíneo y
uniforme.
En definitiva pues: el movimiento rectilíneo y uniforme es tan natural como el reposo. Así por
ejemplo, una nave espacial que estuviera situada en el espacio intergaláctico, muy lejos de cualquier
astro, sin ninguna perturbación apreciable, no necesitaría ningún motor para continuar moviéndose
con la velocidad que haya alcanzado.
A.4. Según la física aristotélica: “las fuerzas son las causas del movimiento, de la velocidad que
tiene un cuerpo”. Esta expresión puede considerarse como la definición cualitativa de fuerza.
Proponed una definición alternativa mejor, a partir de lo discutido hasta aquí.
94
3. Dinámica
De acuerdo con lo que hemos visto hasta aquí, habría que cambiar esa definición y relacionar la
fuerza no con la velocidad que lleve un cuerpo sino con el cambio de velocidad que éste pueda
experimentar ya que, según sabemos, si la velocidad con que se mueve un objeto sufre algún cambio,
necesariamente ha de haber una fuerza resultante actuando sobre él. Por tanto: la fuerza es la causa
del cambio de velocidad y no de la velocidad.
Mediante las actividades anteriores hemos podido hacer una primera aproximación cualitativa al
concepto científico de fuerza. A continuación nos plantearemos el problema de su cuantificación:
cómo calcular el valor de las fuerzas, la unidad de medida, etc.
2.2. ¿Cómo conseguir que un cuerpo tenga aceleración? Segundo principio de la dinámica o
ecuación fundamental de la dinámica
El concepto intuitivo de fuerza (como causa del movimiento), sugiere una proporcionalidad directa
entre la fuerza, F que actúa sobre un objeto y la velocidad con que éste se mueve. Es decir, en un
lenguaje actual: F k v donde k sería una constante. Dicha expresión es coherente con algunas
ideas equivocadas, como, por ejemplo: pensar que los objetos en movimiento llevan fuerza y que
ésta es tanto mayor cuanto mayor es su velocidad; que para que haya velocidad (movimiento) se
necesita una fuerza resultante que lo mantenga; que la fuerza y la velocidad siempre tienen la misma
dirección y sentido; que si la velocidad de un cuerpo en un instante dado es 0 la fuerza resultante
sobre él en ese mismo instante también ha de serlo, etc. (Explicad por qué son equivocadas las ideas
anteriores citando casos en los que se vea que no funcionan).
A.5. Considerando la idea actual de fuerza, proponed una ecuación para la fuerza resultante que
actúa sobre un objeto, que sea coherente con la misma.
En principio, dado que la fuerza es la causa del cambio de velocidad, podríamos pensar en una
expresión del tipo F k v en la que, como se observa, cuanto mayor sea el cambio de velocidad
experimentado por un cuerpo, mayor habrá sido la fuerza aplicada (k es la constante de proporciona-
lidad).
Sin embargo, la expresión propuesta anteriormente no contempla el hecho de que también podemos
conseguir grandes cambios de velocidad con una fuerza resultante muy pequeña, a condición de que
esté actuando durante mucho tiempo.
Por tanto, para conocer si una fuerza resultante es grande o pequeña, no es suficiente medir el
cambio de velocidad que experimente el cuerpo sobre el que actúa. Hay que tener en cuenta también
el tiempo empleado en conseguir dicho cambio.
Cuanto mayor sea el cambio de velocidad y en menos tiempo se produzca, mayor habrá sido la
fuerza resultante aplicada. Así pues, una fuerza resultante muy grande aplicada sobre un cuerpo dado
puede hacer que la velocidad de éste cambie mucho en muy poco tiempo, es decir, que experimente
una gran aceleración (mayor de la que tendría con una fuerza resultante pequeña).
Podemos establecer, pues, que toda fuerza resultante aplicada sobre un cuerpo supone que éste
acelere de tal forma que cuanto mayor sea la fuerza resultante aplicada, mayor será la aceleración (y
viceversa). Los razonamientos anteriores (teniendo en cuenta el carácter vectorial de la fuerza y de la
aceleración) conducen a la expresión: F k a en la que F es la fuerza resultante que actúa sobre
el cuerpo y a la aceleración.
95
3. Dinámica
La expresión anterior también puede escribirse utilizando la relación entre los módulos de ambos
vectores como:
F k a (o simplemente como F = k · a) e indicando que la fuerza resultante y la aceleración
siempre tienen la misma dirección y sentido.
A.6. Tratad de dar un significado físico a la constante k de la definición operativa de fuerza que
acabamos de introducir. Considerad para ello qué ocurrirá con cuerpos en los que el valor de k sea
muy grande o muy pequeño.
F
La expresión anterior puede escribirse como: k
a
Es fácil darse cuenta de que, al actuar una fuerza sobre un cuerpo, cuanto mayor sea el valor de su
constante k, tanto menor será la aceleración que éste experimenta. A dicha constante se le ha
designado como masa inerte, se simboliza por la letra “m” y la unidad para medirla en el sistema
internacional (elegida arbitrariamente) es el kilogramo (kg).
De acuerdo con todo ello, la expresión anterior quedará en la forma: F m a
Por muy pequeña que sea la fuerza resultante que actúe sobre un cuerpo de masa m, si es mayor que
0, le causará alguna aceleración y, consecuentemente, su velocidad cambiará aunque lo haga muy
lentamente. En cambio, si la fuerza resultante sobre un cuerpo es nula no habrá ninguna aceleración,
con lo que la velocidad será constante y el movimiento rectilíneo y uniforme (o estará en reposo), tal
y como se afirma en el primer principio.
La ecuación fundamental de la dinámica F m a puede considerarse como el enunciado del
segundo principio de la dinámica, según el cual:
A.
A.7. ¿Qué significa que la masa inerte de un cuerpo A sea el doble que la de otro cuerpo B?
De acuerdo con lo visto hasta aquí, significará que, para conseguir que el cuerpo A se mueva con la
misma aceleración que el B, hará falta una fuerza resultante dos veces más grande.
96
3. Dinámica
A.8. Utilizad la ecuación fundamental de la dinámica para obtener una unidad para la fuerza.
Si en la ecuación F = m·a, hacemos que m = 1kg y que a = 1 m/s2, obtenemos que la fuerza
resultante F vale 1 kg·m/s2. A 1 kg·m/s2 se le denomina “newton” y se simboliza por N. Esto puede
interpretarse diciendo que 1 N es la fuerza resultante que debe ejercerse sobre un cuerpo de 1 kg de
masa para que éste se mueva con una aceleración de 1 m/s2. Eso significa que si, por ejemplo, una
fuerza resultante constante de 1 N empuja a un cuerpo de 1 kg de masa, en la misma dirección y
sentido que el movimiento, la velocidad aumentará regularmente en 1 m/s cada segundo.
Para tener una idea más intuitiva de lo que significa 1 N, conviene saber que, por ejemplo, al
aguantar en la mano una botella de plástico con un litro de agua dentro, podemos estar haciendo una
fuerza del orden de 10 N o que una persona de 100 kg es atraída por la Tierra (pesa) con una fuerza
aproximada de unos 1000 N .
A.9. Analizad si sobre cada uno de los siguientes cuerpos en movimiento actuará o no una fuerza
resultante y haced un esquema dibujando, en su caso, un vector que la represente para dos
posiciones distintas del cuerpo:
En el primer caso, como la velocidad es constante, el vector aceleración será 0 y, por tanto, o no hay
ninguna fuerza actuando sobre el cuerpo, o las que puedan estar actuando se anulan entre sí.
En el segundo caso hay que dibujar un esquema con el móvil en dos posiciones distintas de forma
que se vea cómo el vector velocidad en la segunda es de la misma dirección y sentido que en la
primera, pero más pequeño (va frenando). Ello justifica que el vector aceleración y, por tanto, la
fuerza resultante, tendrá en este caso sentido contrario al movimiento y que así la velocidad no
cambie de dirección pero sí de módulo (que irá disminuyendo).1
v1 v2
Ma
F F
En la figura anterior hemos dibujado un autobús que se mueve con una cierta velocidad inicial v1 cuando sobre
él comienza a actuar una fuerza resultante F constante y en sentido contrario a su movimiento.
1
Por comodidad hemos representado los vectores velocidad, fuerza y aceleración separados, aunque en realidad los
tres se aplican en el autobús (considerado éste como una masa puntual).
97
3. Dinámica
Dicha fuerza hace que la velocidad vaya disminuyendo uniformemente y por eso en un instante
posterior el vector velocidad v2 es apreciablemente menor que al principio y el vector aceleración
tiene en todo momento sentido contrario a la velocidad.
V
F
En cada instante la fuerza resultante actúa sobre el cuerpo en movimiento impidiendo que se marche
por la tangente con la velocidad que lleve en ese momento (tal y como ya vimos en el principio de la
inercia). Es decir, la fuerza resultante amarra al cuerpo al centro de la curva haciendo que la
velocidad cambie continuamente de dirección. Como la fuerza es perpendicular en todo momento a
la velocidad, nada de esa fuerza puede emplearse en empujar ni en frenar al cuerpo, por lo que su
rapidez permanece constante.
En el cuarto y último caso, hay que tener en cuenta que, si no existiese la fuerza de la gravedad, el
proyectil disparado seguiría indefinidamente con movimiento rectilíneo y uniforme con la misma
velocidad con que salió del arma. Si no lo hace y su trayectoria se va curvando, hasta que cae de
nuevo al suelo, es porque hay una fuerza resultante que obliga a la velocidad a cambiar continua-
mente de dirección.
V’ V’’
V V’’’
P
P
P
P
98
3. Dinámica
La fuerza resultante sobre el proyectil en el aire no puede ser otra que la fuerza gravitatoria, es decir,
el peso P del proyectil o fuerza con que la Tierra lo atrae (recordemos que no hay rozamiento y que
la fuerza que actuó en el lanzamiento ya no existe cuando el proyectil se halla en el aire, por lo que el
proyectil sólo interacciona con la Tierra).
La actividad anterior tiene que haber dejado claro que la velocidad de un cuerpo no tiene por qué
coincidir con la dirección y sentido de la fuerza resultante. Únicamente coincidirán si el cuerpo
estaba en reposo al comenzar a actuar la fuerza o bien si, estando en movimiento, la fuerza actúa en
la misma dirección y sentido que la velocidad.
Finalmente, hay que tener en cuenta que la fuerza resultante es la suma de todas las fuerzas que
actúan sobre un cuerpo (al que nosotros, para simplificar, trataremos siempre como si fuese una
masa puntual) y que, por tanto, para hallarla habrá que tener en cuenta todo lo que aprendimos en el
tema anterior respecto a cómo se opera con magnitudes vectoriales.
2.3. ¿Puede un cuerpo acelerarse a sí mismo sin interaccionar con otros? Tercer principio de la
dinámica o principio de acción y reacción
A.10. Hasta aquí hemos analizado qué le ocurre a un cuerpo A, cuando otro, B, ejerce una fuerza
sobre él. Cabe ahora preguntarse qué le ocurre al B. Considerad algunos ejemplos sencillos y
exponed las conclusiones.
Al disparar una bala A con un arma B, es evidente que se hace una fuerza sobre la bala, pero también
que el arma sufre a su vez otra fuerza que la empuja hacia atrás. Análogamente ocurre cuando le
damos una patada a una piedra A con el pie B y notamos (dolorosamente) que también la piedra
hace una fuerza sobre nuestro pie o cuando una bola de billar A es golpeada por otra B.
Los ejemplos anteriores nos llevan a pensar que, para que un cuerpo A acelere hace falta otro B que
ejerza sobre él una fuerza, es decir que un cuerpo dado no puede cambiar de velocidad por sí mismo,
hace falta que interaccione con otro.
También podemos pensar que, si un cuerpo B hace una fuerza sobre otro A (que designaremos como
FAB ), el A ejerce simultáneamente otra fuerza sobre el B, en la misma dirección y sentido contrario
(que designaremos como FBA ), es decir, que las fuerzas nunca vienen solas sino por parejas.
No obstante, no todos los ejemplos son tan claros como los que acabamos de exponer, como
veremos a continuación.
A.11. Anteriormente se ha dicho que un cuerpo no puede cambiar su velocidad por sí mismo, sino
que necesita de otro u otros que hagan que sobre él actúe una fuerza resultante. Sin embargo
estamos habituados a ver cómo un coche (A) cambia de velocidad ¿Quién haría en este caso el
papel de B?, es decir, ¿a quién hay que atribuir la fuerza resultante que produce que un coche
aumente, disminuya o cambie la dirección de la velocidad con que se está moviendo en un instante
dado? ¿No es el propio coche?
Si reflexionamos sobre lo que ocurre cuando un vehículo entra en una zona con muy poco rozamien-
to (como un tramo de carretera cubierto de hielo) es fácil darse cuenta de que en una
99
3. Dinámica
situación con rozamiento nulo no serviría de nada apretar el acelerador, ni el freno, ni girar el volante
ya que el coche seguiría moviéndose con la misma velocidad con que entró en esa zona. Por tanto, es
el asfalto quien proporciona la fuerza necesaria para que el coche pueda variar de velocidad. Al girar
las ruedas del coche (A) hacen una fuerza sobre la carretera (B) hacia atrás y la carretera ejerce a su
vez una fuerza sobre el coche hacia adelante.
Análogamente ocurre cuando caminamos y cuando saltamos, nosotros hacemos una fuerza sobre el
suelo hacia atrás o hacia abajo y es el suelo quien nos empuja hacia adelante o hacia arriba respecti-
vamente. Si no pudiésemos hacer una fuerza sobre el suelo, tampoco podríamos andar ni saltar
(pensad, por ejemplo, en lo difícil que resulta andar sobre un suelo helado, o en la imposibilidad de
dar un salto hacia arriba dentro de un ascensor al que se ha roto el cable y está cayendo).
A.12. Si es cierto que cuando alguien lanza un objeto ejerciendo una fuerza sobre él, el objeto hace
otra fuerza sobre el lanzador, ¿por qué vemos acelerar al objeto y no al lanzador?
Si el lanzador (A) sigue en el mismo sitio sin modificar su velocidad a consecuencia del lanzamiento
del objeto (B), no es porque ese objeto no haya hecho una fuerza sobre él, sino porque la fuerza
resultante que actúa sobre la persona es nula. En efecto, no olvidemos que entre el lanzador y el
suelo existe rozamiento que se opone al deslizamiento de este. Si no hubiera rozamiento, la fuerza
que el objeto ejerce sobre el lanzador ( FAB ) no podría anularse con otra y le veríamos retroceder
deslizando sobre la superficie, aunque con una velocidad bastante menor que con la que salió el
objeto, tal y como se pone de manifiesto en la figura siguiente, en la que hemos supuesto que el
rozamiento con el suelo es nulo:
Por otra parte, está claro que la masa del boomerang de la figura (m B) es mucho menor que la
del lanzador (mA), pero también es evidente que la aceleración que sufre el boomerang al
lanzarlo es mucho mayor que la que experimenta la persona en sentido contrario. Como la fuerza
resultante sobre cualquier cuerpo viene dada por F m a , cabe pensar que ambas fuerzas
tengan sentidos contrarios y el mismo módulo, ya que la menor aceleración que experimenta la
persona podría compensarse con su mayor masa y viceversa, es decir:
mB a
B mA a A
De hecho, todas las experiencias mecánicas que se han realizado midiendo las fuerzas implica-
das en la interacción de dos cuerpos confirman la hipótesis anterior. De manera que, siempre que
dos objetos A y B interaccionan, podemos escribir que:
100
3. Dinámica
FAB FBA siendo FAB la fuerza que sobre A ejerce B y FBA la fuerza que sobre B ejerce A.
3. Mientras dura la interacción entre dos objetos, cada uno de ellos ejerce simultáneamente una
fuerza sobre el otro. Ambas fuerzas tienen el mismo módulo y dirección pero sentidos opuestos.
Conviene insistir en que las fuerzas de acción y reacción son siempre simultáneas (y no una a
consecuencia de la otra). Además siempre se ejercen sobre objetos distintos.
De acuerdo con el principio de acción y reacción, el valor de una fuerza sería un índice de la
intensidad de la interacción que tiene lugar entre dos objetos determinados. Una cuestión fundamen-
tal para poder resolver correctamente los problemas de dinámica es identificar, en primer lugar, las
interacciones más importantes a tener en cuenta en el sistema escogido y, a continuación, saber
dibujar las fuerzas correspondientes. En la siguiente actividad se aborda dicha cuestión.
A.13 Dibujad las fuerzas que actúan sobre cada cuerpo o parte del sistema en los casos siguientes,
identificando los pares acción-reacción:
En el primer caso, el libro está interaccionando básicamente con la Tierra y con la mano que lo
aguanta. La Tierra atrae al libro gravitatoriamente hacia su centro con una fuerza que llamamos peso,
por lo que a su vez el libro estará atrayendo a la Tierra hacia él con otra fuerza igual y de sentido
contrario (denominaremos a esta interacción como interacción libro-Tierra). Por otra parte, no cabe
duda de que la mano ejerce una fuerza sobre el libro hacia arriba y de que el libro a su vez está
haciendo otra fuerza igual sobre la mano y hacia abajo (denominaremos a esta interacción como
interacción mano-libro).
Interacción libro - mano Interacción libro - Tierra Fuerzas sólo sobre el libro
FLm FLm
FmL FLT
FLT
101
3. Dinámica
En la figura anterior se pueden ver las fuerzas que intervienen en las dos interacciones. Aplicando el
principio de acción y reacción podemos escribir que:
Interacción libro-Tierra: FLT FTL y por tanto que FLT = FTL (en módulos)
Interacción libro-mano: FLm FmL y por tanto que FLm = FmL (en módulos)
Conviene darse cuenta que la fuerza que el libro hace sobre la mano NO ES el peso del libro ya que
el peso del libro es una fuerza ejercida por la Tierra y actúa sobre el libro.
La fuerza resultante que actúa sobre el libro será F FLm FLT y si la velocidad del libro no
cambia (o el libro se encuentra siempre en reposo), dicha fuerza valdrá 0. En ese caso, la fuerza que
le hacemos con la mano y la fuerza peso serán iguales y de sentido contrario. Si se tratase de un
objeto que descansa sobre una mesa, de una persona de pie sobre el suelo, etc., las consideraciones
serían las mismas, solo que la fuerza hacia arriba que hace la mano sobre el libro habría que
sustituirla por la fuerza que hace la mesa sobre el objeto o el suelo sobre la persona.
El segundo caso plantea la colisión frontal entre dos esferas (podrían ser dos bolas de billar), con la
particularidad de que no hay ningún rozamiento y que una tiene doble masa que la otra.
Naturalmente, antes, durante y después del choque, están la pareja de acción-reacción correspon-
diente a la interacción bola-superficie por una parte y la pareja de acción-reacción correspondiente a
la interacción bola-Tierra por otra.
R1 R1 R1
R2 R2 R2
F12 F21
P1 P2 P1 P2 P1 P2
En la figura de arriba tan sólo hemos dibujado las fuerzas que actúan sobre las bolas antes, durante y
después del choque. Hemos designado por R la fuerza que la superficie ejerce sobre la bola y por P
la fuerza con que la Tierra atrae a la bola (o fuerza peso). Obsérvese que dichas fuerzas no son un par
de acción y reacción, ya que provienen de interacciones distintas y se ejercen sobre el mismo cuerpo.
Debido a la interacción entre las dos bolas, a las fuerzas anteriores hay que añadir la pareja de acción
y reacción que actúa durante el choque. Las hemos designado como F12 (fuerza que sobre la bola 1
hace la bola 2) y como F21 (fuerza que sobre la bola 2 ejerce la bola 1). Como puede comprobarse,
hemos dibujado ambas mediante dos vectores del mismo color y del mismo tamaño ya que, el hecho
de que una bola tenga doble masa que la otra no altera el que (tal y como se afirma en el tercer
principio de la dinámica) dichas fuerzas deban ser de igual módulo y dirección y de sentido
contrario.
Vale la pena también darse cuenta de que, ni antes ni después del choque, existen otras fuerzas
además de las que se han dibujado (recordemos que las fuerzas no quedan “impresas” en los cuerpos
sino que sólo existen mientras dura la interacción).
102
3. Dinámica
A.14. Comentad las siguientes proposiciones en las que, aparentemente, se contradice el principio
de acción y reacción.
Respecto a la primera cuestión, hay que tener en cuenta que, aunque no sea evidente, un cuerpo
situado sobre la Tierra o en sus proximidades, atrae gravitatoriamente al planeta, con una fuerza
igual y de sentido contrario a la fuerza con que el planeta le atrae a él. El hecho de que no lo
percibamos y veamos acelerar el cuerpo hacia la Tierra y no la Tierra hacia el cuerpo se debe
simplemente a que, para que dichas fuerzas valgan lo mismo, las aceleraciones han de guardar la
misma proporción que las masas.
P = P’ m · g = M· a
En la ecuación anterior se ve cómo, para que las fuerzas valgan lo mismo, la aceleración del cuerpo
(aceleración de la gravedad) ha de ser tan grande con respecto a la aceleración de la Tierra como la
masa de la Tierra lo es respecto a la del cuerpo. Por eso no es posible percibir ninguna aceleración de
la Tierra y sí del cuerpo.
103
3. Dinámica
En la figura anterior tan solo hemos dibujado las fuerzas que se ejercen según la horizontal. Tanto el
hombre como el carrito sufrirán el efecto de todas las fuerzas que actúen sobre ellos.
Acabamos de estudiar los tres principios fundamentales de la dinámica. En ellos se pueden encontrar
ya algunas explicaciones (distintas a las de Aristóteles) de por qué los cuerpos se mueven en la forma
en que lo hacen. Nos falta ahora ver si estas explicaciones también se pueden extender a los cuerpos
celestes, como la Luna o los planetas. No obstante, antes de eso, conviene que nos detengamos en
manejar los citados principios y comprobemos su capacidad para resolver muchos problemas.
A continuación vamos a utilizar los principios fundamentales de la dinámica para estudiar algunos
problemas de interés, como es el caso de lo que ocurre con los cuerpos que hay en el interior de un
vehículo cuando éste cambia de velocidad, el cálculo del valor de la fuerza resultante como suma de
todas las fuerzas que actúan sobre un cuerpo y finalmente, el cálculo de la aceleración sobre la
trayectoria (aceleración tangencial) en problemas de móviles que siguen una trayectoria conocida de
antemano.
3.1. ¿Qué le ocurre a un pasajero cuando el vehículo en el que viaja cambia bruscamente de
velocidad? Sistemas de referencia inerciales y no inerciales
En algunos casos la velocidad de un cuerpo cambia y no vemos que sobre él esté actuando ninguna
fuerza resultante. A continuación trataremos uno de ellos.
Supongamos que el autobús se está alejando con velocidad constante de un peatón que se encuentra
parado sobre la acera. Ese peatón no tendrá inconveniente en admitir que el pasajero también se está
alejando de él con la misma velocidad.
Para que el autobús frene es necesario que sobre él actúe una fuerza resultante en sentido contrario a
su velocidad. Sin embargo, esa fuerza se ejerce sobre el autobús pero no sobre la persona que va en
su interior (nadie la empuja ni la retiene), de manera que, si no hubiera rozamiento con el piso del
autobús y el pasajero no se sujetase a nada, como la fuerza resultante sobre él sería nula (el peso se
anula con la fuerza normal que hace el suelo hacia arriba), seguiría con la misma velocidad que
llevaba (respecto del peatón) hasta chocar violentamente con la parte delantera del autobús. Decimos
que la acera es un sistema de referencia inercial y el peatón un observador inercial, que aprecia las
interacciones reales que sufre el pasajero (en este caso ninguna). En cambio, un observador que
viajara en el autobús sujeto al asiento con un cinturón de seguridad, vería que el pasajero, de repente,
comienza a moverse con rapidez creciente hacia la parte delantera. Para este observador, el pasajero
sufre una aceleración, por lo que interpretará que se
104
3. Dinámica
ejerce sobre él una fuerza hacia delante aunque no puede encontrar quién la ejerce. El autobús es un
ejemplo de sistema de referencia no inercial. En dichos sistemas no se cumple el principio de la
inercia, porque pueden apreciarse cambios de velocidad (respecto de ese sistema) sin que actúe
fuerza alguna. Cualquier sistema que se mueva con una cierta aceleración es un sistema de referen-
cia no inercial.
Conviene reflexionar ahora, análogamente, sobre qué le ocurriría al pasajero en el caso de que la
velocidad del autobús aumentase (sin cambiar de dirección) y en el caso de que el autobús tome una
curva. (Desde el punto de vista de una persona situada en reposo sobre la acera y desde el punto de
vista de otro pasajero firmemente sujeto a su asiento).
La determinación de la fuerza resultante que se ejerce sobre un cuerpo en un instante dado supone
sumar todas las fuerzas que estén actuando sobre él en ese mismo instante. No obstante, hay que
tener en cuenta que al ser las fuerzas magnitudes vectoriales, no se pueden sumar igual que hacemos
con las escalares. En este nivel nos limitaremos a dibujar la fuerza resultante (ya que sí sabemos
dibujar el vector suma de varios vectores) y a calcular su módulo en algunos casos sencillos.
A.16. Sobre un cuerpo actúan únicamente dos fuerzas. Calculad el módulo del vector aceleración en
cada uno de los tres casos representados a continuación ( F1 = 30 N; F2 = 50 N; m = 2 kg).
F2
F1 F2 F1 F2
F1
En los tres casos planteados, el vector fuerza resultante vendrá dado por: F F1 F2 . Sin embargo
el módulo de la fuerza resultante se calculará de distinta forma. Aplicando lo que ya sabemos
respecto de la suma de vectores:
F = F 1 + F2
F2 F2 F1
F F1 F
F = F1 + F2 F
F = F1 + F2 F2
F F2 F1 F F1 F2 F1
2 2
F F1 F2
105
3. Dinámica
Sustituyendo en las expresiones anteriores se obtiene fácilmente que, en el primer caso, la fuerza
resultante es de 20 N, en el segundo de 80 N y en el tercero de 58’3 N. Para hallar el módulo de
la aceleración bastará con aplicar ahora la ecuación fundamental de la dinámica en la forma:
F
a lo que conduce a los valores de 10 m/s2, 40 m/s2 y 29’15 m/s2 respectivamente.
m
Cuando la fuerza resultante que actúa sobre un cuerpo (considerado como una masa puntual) es
nula, decimos que éste se halla en equilibrio. Si se encontraba en reposo (respecto de un cierto
sistema de referencia inercial) seguirá estándolo (equilibrio estático) y si se hallaba en movi-
miento, seguirá con la misma velocidad que llevaba, es decir, con movimiento rectilíneo y
uniforme (equilibrio cinético).
Para que el cuerpo siga estando en reposo (equilibrio estático) la fuerza resultante sobre él deberá
valer 0, por lo que será necesario añadir una tercera fuerza que equilibre la acción de las otras dos, es
decir, de la misma dirección y sentido contrario que la suma de las dos fuerzas primeras. Por tanto
para resolver el problema habrá que comenzar por dibujar la fuerza correspondiente a F1 F2
F1 F
es equivalente a
F2
2
En la figura anterior F F1 F2 y su módulo vale F F1 F2 30 2 40 2 50 N
2
=
Luego, para que el cuerpo no se mueva de donde está, habría que añadir una tercera fuerza F3 de
módulo 50 N y opuesta a la fuerza F . Es decir:
F1
F2
F3
106
3. Dinámica
En el apartado anterior hemos visto cómo podemos obtener el módulo del vector aceleración en
algunos casos sencillos. El cálculo del vector aceleración cuando se conocen los vectores fuerzas lo
dejaremos para cursos superiores.
En este curso nos limitaremos a resolver problemas dinámicos en los que la trayectoria se conoce de
antemano y todas las fuerzas son constantes. En estas condiciones, la aceleración sobre la trayectoria
(o aceleración tangencial) se puede obtener considerando únicamente los valores de las fuerzas que
actúan a lo largo de la misma, es decir, sólo nos preocuparemos de las fuerzas que se ejercen
paralelamente a la trayectoria (en el sentido del movimiento o en el sentido contrario al movimien-
to). En esas condiciones es posible trabajar escalarmente y asignar a los valores de las fuerzas
tangenciales que se conozcan signo positivo o negativo según el criterio de signos que se haya
escogido, de modo que:
Aquellas fuerzas paralelas a la trayectoria cuyo sentido coincida con el escogido como positivo,
tomarán valores positivos (coincidentes con su módulo).
Aquellas fuerzas paralelas a la trayectoria cuyo sentido sea opuesto al escogido como positivo,
tomarán valores negativos (coincidentes con su módulo con un signo menos delante).
En la que Ft será la suma de todas las fuerzas que actúan sobre el cuerpo paralelamente a la
trayectoria, cada una con el signo que le corresponda (según el criterio de signos adoptado).
a) F b) F
+ +
O O
c) d)
F2 F1 F1 F2
O + +
O
Ft F 6 Ft F 6
a) at = = 3 m/s2; b) at = = -3 m/s2
m m 2 m m 2
Ft F1 ( F2 ) 8 (5) Ft F1 F2 85
c) at = = = 1’5 m/s2 d) at = = = -1’5 m/s2
m m 2 m m 2
107
3. Dinámica
A.19. Sobre un móvil de 1000 kg de masa que se desplaza con una rapidez de 108 km/h, actúa una
fuerza de frenado de 7500 N ¿Qué distancia recorrerá hasta pararse?
El cálculo de la distancia que recorre un móvil hasta pararse tiene un indudable interés, por ejemplo,
en el aterrizaje de los aviones o en el tráfico de vehículos en general (por carretera y ciudad), donde
interesa asegurar una distancia mínima de frenada para evitar choques, lo que lleva a limitar la
velocidad máxima, guardar una cierta distancia de seguridad entre vehículos, perfeccionar los
sistemas de frenado, etc.
En este problema un móvil lleva una cierta velocidad inicial y frena hasta que se para, pidiéndonos la
distancia recorrida. Las fuerzas que actúan sobre el móvil son tres: el peso P , la fuerza normal R
ejercida por la carretera y la fuerza F de frenado. Las dos primeras son perpendiculares a la
trayectoria y se anulan entre sí, mientras que F es tangente y constante, de modo que el movimiento
será rectilíneo y uniformemente acelerado. Como la fuerza de frenado tiene sentido contrario al
movimiento, la rapidez inicial irá disminuyendo de manera regular desde v0 hasta 0.
v0
t0 = 0 s v t = ¿? v = 0
R
F
(+)
O e0 = 0 P
e=D
La figura anterior representa un esquema de la situación, en donde podemos ver el punto que se toma
como origen de espacios, las fuerzas que se ejercen sobre el móvil y cómo la velocidad del mismo va
disminuyendo desde v0 = 108 km/h = 30 m/s hasta que se para (v = 0).
Tenemos que calcular la distancia D que recorre el móvil desde que comienza a frenar hasta que se
para. Si tomamos como origen de espacios el punto O y como sentido positivo el del movimiento,
dicha distancia equivale a determinar el valor de “e” en el instante en que la rapidez valga 0.
Al ser la trayectoria fija y conocida, podemos realizar un tratamiento escalar para resolver el
problema. Si escogemos como origen de espacios el punto donde comienza a frenar, origen de
tiempos el instante en que lo hace y sentido positivo el del movimiento, tendremos:
Aceleración tangencial del móvil (cte): a t = Ft /m = -F/m at = -7500/1000 = -7’5 m/s2 (1)
108
3. Dinámica
El vehículo se mueve con MUA y sabemos que at = -7’5 m/s2 y que en t0 = 0, v0= 30 m/s y e0 = 0.
Una cuestión de gran interés es calcular qué distancia habría necesitado para pararse (frenando
con la misma aceleración) si en lugar de ir a 108 km/h hubiese ido a doble velocidad.(206 km/h).
Si realizamos los cálculos de nuevo, comprobaremos que habría necesitado 240 m para parar. Es
decir, si va a doble velocidad no precisa una distancia el doble para parar, sino 4 veces mayor.
Insistimos en la importancia de reflexionar sobre las implicaciones que este hecho tiene en la
conducción de vehículos.
A.20. Suponiendo que al arrancar un trineo de 400 kg cada uno de los 6 perros que lo arrastran
ejerce una fuerza constante de 300 N y que la fuerza de rozamiento con la nieve (que supondremos
también constante) vale 600 N, calculad con qué rapidez se moverá dicho trineo en el instante en
que haya recorrido 24 m. (Expresad el resultado en km/h). Rdo. 43'2 km/h
A.21. Sobre un bloque de 5 Kg de masa, que se encuentra en reposo sobre una superficie sin
rozamientos, comienzan a actuar a la vez dos fuerzas en sentido contrario F1 y F2 de módulos 40 N
y 20 N respectivamente, como se observa en la figura adjunta. Se pide:
F2 F1
Rdo. a) A 200 m del punto en que se encontraba en reposo; c) A 400 m del punto en que se
encontraba en reposo y con rapidez nula.
109
3. Dinámica
En la época de Newton (parte de los siglos XVII y XVIII) el sistema heliocéntrico de Copérnico,
según el cual la Tierra y los demás planetas conocidos giraban alrededor del Sol, era ya enseñado en
muchas universidades. Sin embargo, lo que vino a culminar el derrumbamiento de la barrera que
existía entre la Tierra y el Cielo, fue la ley de Newton de la Gravitación Universal, como veremos a
continuación.
Newton, Halley, Hooke y otros, abordaron el problema de los movimientos de los cuerpos celestes
partiendo de los principios de la dinámica que hemos estudiado en los apartados anteriores. Con la
nueva concepción de fuerza, el problema quedaba formulado en términos muy distintos a como se
había hecho con anterioridad.
A.22. Indicad la dirección y sentido de la fuerza que debe actuar sobre La Luna para que describa
órbitas circulares con rapidez constante alrededor de La Tierra, identificando el par acción y
reacción. Idem para un proyectil que se deja caer desde un avión en pleno vuelo.
Cuando el proyectil abandona el avión, tiene la misma velocidad que éste y seguiría en línea recta
con dicha velocidad (MRU) si no fuera porque su peso hace que se doble la trayectoria y vaya
cayendo cada vez más deprisa (a la vez que se mueve horizontalmente). Ello hace que describa una
trayectoria parabólica en el aire hasta llegar al suelo.
Sobre la Luna, también debe actuar una fuerza constante, perpendicular a la trayectoria y dirigida en
todo momento hacia el centro de la Tierra. Esto explica que, en lugar de marcharse siguiendo la
dirección de la tangente, quede ligada a la Tierra con movimiento circular y uniforme (recordemos
que la explicación aristotélica consistía en admitir que dicho movimiento circular era el estado
natural de los objetos celestes).
110
3. Dinámica
A.23. Enunciad hipótesis acerca de qué factores dependerá la fuerza gravitatoria entre dos cuerpos.
Parece lógico pensar que, cuanto mayores sean las masas y menor la distancia que las separa, más
grande deberá ser la fuerza de atracción gravitatoria existente entre ambas. Newton obtuvo que el
módulo de dicha fuerza viene dado por la expresión:
m m
F G 1 2 2
r
La gran intuición de Newton, facilitada por todos los pasos dados por sus predecesores, fue
atreverse a pensar que la fuerza que hace caer un objeto al soltarlo, o que hace describir una
parábola a un proyectil, es del mismo tipo que la que hace girar a la Luna alrededor de la Tierra,
o a los planetas alrededor del Sol. En suma, se atrevió a pensar, que existía una fuerza universal,
por la que todos los objetos, terrestres o celestes, se atraerían entre sí.
Al establecer la misma naturaleza o tipo de fuerza, para la Tierra (peso de un objeto) y para el Cielo
(atracción entre la Luna y la Tierra), Newton ponía fin a una barrera histórica que se había manteni-
do durante cientos de años, separando los mundos terrestre y celeste. De acuerdo con la ley de
Newton de la gravitación, la fuerza que actúa sobre un objeto que se deja caer desde un avión (sin
considerar el rozamiento con el aire) es de la misma naturaleza que la que mantiene a la Luna en
órbita alrededor de la Tierra evitando que se nos escape y a los planetas girando alrededor del Sol. El
propio Newton, explicaba así el que un planeta pudiera mantenerse en su órbita:
Esta analogía entre el movimiento de un proyectil y el de un cuerpo celeste como la Luna, representa
el paso que hasta entonces nadie, ni siquiera el propio Galileo, había dado: no hay ninguna diferencia
esencial entre el movimiento de ambos, se trata de la combinación entre el movimiento rectilíneo y
uniforme que tendrían si no actuara la fuerza gravitatoria y el movimiento rectilíneo acelerado de
caída debido a la atracción gravitatoria, al peso. La diferencia viene determinada únicamente por la
velocidad horizontal de ambos movimientos.
111
3. Dinámica
Al soltar el cuerpo, la única fuerza que actuará sobre él será la gravitatoria ejercida por la Tierra, es
decir, el peso. Dicha fuerza le provocará un movimiento rectilíneo cuya aceleración (en valor
absoluto) será: at = Ft /m
M m
Sustituyendo Ft por G donde M es la masa de la Tierra, m la del cuerpo y r la distancia entre
r2
el cuerpo y el centro de la Tierra, obtenemos que:
M m M
at = G G 2
mr 2
r
en donde, como vemos, no aparece para nada la masa del cuerpo, lo que significa que, si los dejamos
caer desde el mismo punto, todos los cuerpos realizarán el mismo movimiento. Por otra parte,
también vemos que at no es constante, sino que va aumentando a medida que el cuerpo se aproxima
a la Tierra. ¿Cómo podemos justificar entonces que, en el tema anterior, hayamos estudiado el
movimiento de caída en línea recta de los cuerpos como un MUA?
Conviene tener en cuenta que, en todos los ejercicios que hicimos en el capítulo anterior, se cumplía
que la altura h era muchísimo menor que el radio de la Tierra R (cuyo valor medio es de unos 6400
km). En esas condiciones at vale prácticamente lo mismo en todos los puntos de la trayectoria y el
movimiento se puede considerar como MUA. En efecto, si hacemos r = R+h en la expresión
anterior, se obtiene:
M M M
at G G y si consideramos h despreciable frente a R: a t G 2 cte = 9’8 m/s2
r 2
( R h) 2
R
El valor de la fuerza con que un planeta atrae a 1kg de masa situado en un punto dado (en su
superficie o a una cierta altura sobre la misma) es una característica propia de cada planeta. La
magnitud correspondiente se llama intensidad gravitatoria y se representa mediante "g". Se mide
en N/kg. Numéricamente coincide con lo que hemos denominado aceleración de la gravedad (en
cursos superiores se analizará el porqué de esa coincidencia). En la superficie de la Tierra su valor es
de 9’8 N/kg, en la Luna de 1’6 N/kg , en Marte de 3’7 N/kg y Júpiter de unos 23 N/kg.
A.25. ¿Qué significa que la intensidad gravitatoria al nivel del mar en la Tierra valga 9’8 N/kg?
Significa que cada kg de masa situado al nivel del mar es atraído por la Tierra (pesa) con una fuerza
de 9’8 N, por tanto 2 kg en ese mismo punto pesarán (2·9’8) N y 3 kg pesarán (3·9’8) N y así
sucesivamente. El mismo razonamiento podríamos hacer para otro punto situado a una cierta altura
(en la Tierra o en cualquier otro astro) sólo que entonces g tendría otro valor. Todo ello nos conduce
a la ecuación general:
P = m·g
112
3. Dinámica
A.26. Hallad el peso de una masa de 70 kg en la superficie de la Tierra, la Luna, Marte y Júpiter.
Rdo. 686 N, 112 N, 259 N, 1610 N respectivamente.
La intensidad gravitatoria no es la misma en todos los puntos sino que depende de lo lejos que nos
encontremos del centro del planeta o astro en cuestión (va disminuyendo con la distancia).
Un cuerpo de m kilogramos de masa situado sobre la superficie de la Tierra será atraído por una
fuerza gravitatoria (dirigida hacia el centro del planeta) de valor:
M m
F G donde M es la masa de la Tierra y R su radio medio.
R2
F M m M
Si queremos saber la fuerza que actuaría sobre 1 kg, haremos: G G 2
m mR 2
R
Si situamos el cuerpo de masa m a una altura h sobre el suelo, la fuerza gravitatoria con que será
atraído por la Tierra será:
M m F M m M
F G . Por tanto, la fuerza sobre 1 kg de masa valdrá: G G
( R h) 2
m m ( R h) 2
( R h) 2
Éste será precisamente el valor de la intensidad gravitatoria a una altura h sobre el suelo. Es decir:
M
g G (2)
( R h) 2
Conviene darse cuenta de que, si en la expresión (2) hacemos h = 0, se obtiene la (1) y de que la
intensidad gravitatoria va disminuyendo conforme aumenta h, esto es, conforme nos vamos alejando
de la Tierra, pero que nunca llega a valer 0 (se dice que g “tiende” a 0 cuando h “tiende” a infinito).
Por otra parte, la fuerza con que la Tierra atrae a un cuerpo de masa m, podemos expresarla como
M m M
F G . Teniendo ahora en cuenta que G g obtenemos F = m · g
( R h) 2
( R h) 2
A esta fuerza se la conoce como peso del cuerpo y se simboliza por “P”, con lo que la última
expresión obtenida se suele escribir habitualmente como P = m · g
113
3. Dinámica
A.28. Hallad cuál será el valor de la intensidad gravitatoria terrestre a una altura h igual al radio
de la Tierra y a continuación, calculad lo que pesaría allí una persona de 80 kg de masa.
M M M M g 0 9'8
g G = G G G 2'45 N/kg
( R h) 2 ( R R) 2 (2 R) 2 4R 2 4 4
El peso de una persona a dicha distancia será: P = m·g = 80·2’45 = 196 N (la cuarta parte de lo que
pesaría en el suelo).
A.30. Sabiendo que g0 = 9’8 N/kg y que el radio medio de la Tierra es de 6370 km, calculad la
masa aproximada de la Tierra. Rdo. 6·1024 kg
La ley de la Gravitación Universal, junto con los principios de la dinámica, permitieron interpretar
fenómenos para los que, hasta entonces, no se disponía de explicación (como las mareas), conocer
datos como la masa de los planetas, predecir la existencia de astros no detectados hasta entonces
(casos de Neptuno y Plutón), etc. También dejó abiertas otras preguntas (que el propio Newton no
pudo resolver), como ¿de qué modo se ejerce la atracción gravitatoria entre dos cuerpos? Todo ello
se verá en cursos posteriores. En éste nos limitaremos a estudiar las fuerzas que los fluidos (líquidos
y gases) como el agua o el aire ejercen sobre los cuerpos que se hallan inmersos en ellos.
Anteriormente hemos visto que ningún cuerpo puede acelerarse por sí mismo, que siempre necesita
la acción de otro y que todos los cuerpos son atraídos gravitatoriamente por la Tierra. Sin embargo
sabemos que un globo lleno de hidrógeno se eleva en el aire y que una pelota que se suelta en el
fondo de una piscina sube rápidamente; también sabemos que hay cuerpos que flotan sobre el agua
(un barco, un iceberg, nosotros mismos) mientras que otros se hunden ¿Cómo explicar todos estos
hechos?, ¿siguen siendo válidas también aquí las leyes de Newton?
A.31. Analizad qué interés puede tener el estudio de las fuerzas que los fluidos ejercen sobre los
cuerpos que se encuentran en ellos.
114
3. Dinámica
Son muchas las situaciones en las que existen cuerpos sometidos a fuerzas ejercidas por fluidos
(líquidos y gases). Nosotros mismos vivimos en el fondo de un mar de aire y ese aire ejerce, por
ejemplo, una fuerza de más de 100.000 N sobre el cristal de una ventana de aproximadamente 1 m2
de superficie2. En el diseño de vehículos (trenes, aviones, coches) se estudia muy detenidamente la
forma que se les va a dar para que el aire haga sobre ellos la menor fuerza posible de resistencia al
avance (forma aerodinámica) y obtener así un mayor rendimiento. Análogamente podemos pensar en
la fuerza que ejerce el agua de un pantano sobre las paredes de la presa o en la que ejerce el agua del
mar sobre los barcos y los submarinos que navegan por ella. En este curso nos limitaremos a estudiar
las fuerzas entre fluidos y cuerpos en reposo.
La fuerza que ejerce un fluido sobre un objeto que se halla en su seno está relacionada con una
magnitud muy importante denominada presión. Por eso, lo primero que haremos será detenernos en
introducir y clarificar el significado de esta nueva magnitud.
A.32. Los siguientes ejemplos muestran situaciones donde se realizan fuerzas similares, pero
producen efectos diferentes. ¿Por qué sucede esto?
Es evidente que a nadie se le ocurre golpear un clavo por la punta con el martillo, cuando lo que se
desea es introducirlo en una pared, ni tampoco ponerse unos zancos para andar por la nieve. Lo
lógico es que los clavos tengan una punta fina y que los cuchillos tengan un filo muy delgado, de esa
forma se clavan y cortan más fácilmente. Sin embargo, cuando queremos producir el efecto
contrario, hemos de aumentar la superficie, como por ejemplo, cuando nos ponemos unas raquetas
en los pies para poder andar por la nieve sin hundirnos.
Para cuantificar el efecto anterior no es suficiente la fuerza. Por ejemplo: una persona con unos
esquís puestos no se hunde casi en la nieve pero si esa misma persona (por tanto el mismo peso)
utiliza los esquís como zancos se hundirá mucho (de ahí que los zapatos de tacón no sean aconseja-
bles para andar sobre un suelo de parqué). En el primer caso decimos que la presión sobre la nieve es
poca, mientras que en el segundo es mucha. Otro ejemplo: una persona golpea unos clavos con un
martillo (puesto correctamente) sobre una madera, haciendo siempre la misma fuerza; si utiliza
clavos de punta más fina verá que se introducen más en la madera. Aunque la fuerza con que golpea
el martillo sea la misma, el efecto conseguido es mayor cuanto más fina sea la punta del clavo, es
decir, cuanta menor sea la superficie sobre la que se ejerce la fuerza.
Así pues, necesitamos una nueva magnitud, a la que denominaremos presión P, que sirve para
cuantificar el efecto que hace una fuerza sobre un cuerpo, según sea la superficie sobre la que se
reparte dicha fuerza. Por tanto, deberá cumplir las siguientes condiciones:
a) La presión aumentará cuando, para una misma superficie, mayor sea la fuerza ejercida.
b) La presión aumentará cuando, para una misma fuerza, menor sea la superficie sobre la que ésta
actúa.
2
No se rompe porque las dos caras del cristal están sometidas a la misma fuerza.
115
3. Dinámica
A.33. Proponed, a título de hipótesis, una expresión para la presión, que dependa de los valores de
la fuerza ejercida sobre un objeto y de la superficie sobre la cual se ejerce, en la forma expresada
por las condiciones anteriores.
F
Las consideraciones anteriores llevan a proponer la expresión: P
S
En la expresión propuesta F es la fuerza y S la superficie sobre la cual ésta actúa. De acuerdo con
ella la unidad internacional para medir P es el N/m2, también llamado Pascal (Pa).
Concretamente: 1 Pa es la presión que se ejerce sobre los puntos de una superficie plana de 1 m 2 al
aplicar una fuerza perpendicular de 1 N que se reparte uniformemente por toda la superficie.
Existen también otras unidades para medir la presión. Entre ellas: la atmósfera (atm), el bar (bar), el
milibar (mb) y el milímetro de mercurio (mm de Hg). Las equivalencias son las siguientes:
1 atm = 1'013 · 105 N/m2; 1 atm = 760 mm de Hg; 1 bar = 105 Pa; 1bar = 1000 mb
A.34. Ordenad de menor a mayor: a) 901’7 mb, b) 1’5 atm, c) 2’2 bares, d) 684 mm de Hg.
Conviene tener en cuenta que la presión no es una fuerza. Se trata de dos magnitudes distintas y, por
tanto, no se pueden comparar. Otra cosa distinta es que la presión nos ayude a conocer las fuerzas
que los fluidos puedan ejercer sobre las paredes de los recipientes que los contienen o sobre los
cuerpos que se encuentren sumergidos en ellos, como veremos a continuación. Prestad atención al
contexto para no confundirla con el modulo de la fuerza peso, que se designa también como P.
A.35. ¿Qué cabe esperar que ocurra con la presión que ejerce un líquido sobre una pared según
aumenta la profundidad? Diseñad una experiencia fácil de realizar, que permita comprobar de
forma cualitativa la hipótesis enunciada.
Cabe esperar que, a medida que aumenta la profundidad, también lo haga la presión sobre la pared
del recipiente que contiene al líquido.
Una forma muy sencilla de comprobar la hipótesis anterior es mediante la utilización de botellas
grandes de plástico a las que se les práctica agujeros a distinta altura del fondo. Al llenar una de esas
botellas con agua podemos ver cómo a mayor profundidad el chorro de agua sale con más velocidad.
Lo mismo ocurre si metemos la botella vacía dentro de un recipiente con agua (en este caso los
chorros de agua se meten dentro de la botella).
Vale la pena darse cuenta también de que el chorro siempre sale perpendicular a la superficie
(aunque la inclinemos) y en el sentido que va desde el líquido hacia la superficie. Por tanto, el
líquido hace una fuerza sobre la superficie. Dicha fuerza se “reparte” por toda la superficie de
contacto, pero no con la misma intensidad en todos sus puntos. En efecto, que una misma porción de
líquido salga con más velocidad por un agujero de la botella significará que ha experimentado una
mayor aceleración al pasar del reposo a la velocidad de salida, es decir, que ha sido empujado por
una fuerza mayor. Así pues, como a mayor profundidad la velocidad de salida es mayor, también lo
será la fuerza y, por tanto, la presión (ya que P = F/S).
116
3. Dinámica
La experiencia anterior explica que, cuando se construye una presa para almacenar agua, las paredes
del fondo tengan un grosor mucho mayor que en la superficie. En las figuras siguientes se puede ver
una presa (el agua embalsada no se ve en la figura de la izquierda porque está detrás de la gran
pared) y el corte transversal de la misma.
En la figura de la derecha se aprecia la diferencia de grosor de las paredes según la profundidad. Los
vectores representan la fuerza que hace el agua sobre distintos puntos de la pared (mayor cuanto
mayor es la profundidad).
A.36. Tomad un tubo de vidrio hueco por ambos lados y colocadle un disco metálico muy delgado y
de poco peso, sujeto con un hilo por su centro. A continuación, tirando del hilo hacia arriba, para
que el disco cierre bien el tubo, sumergid parte del mismo en un recipiente con agua y soltad el hilo.
¿Por qué no cae el disco? ¿Por qué no cae aunque inclinemos el tubo? ¿Qué pasa, si se va llenando
el tubo de agua, en el momento en que ésta alcanza el nivel del exterior?
La actividad anterior nos debe haber permitido llegar a las siguientes conclusiones:
La presión en el interior de un líquido se ejerce en todas direcciones (hacia arriba, hacia abajo,
hacia los lados, etc.)
La fuerza que hace un líquido sobre la superficie de un objeto sumergido en el mismo es igual al
peso de la columna de líquido situada encima de esa superficie
A.37. La fuerza F que ejerce el líquido sobre la superficie
F
inferior del disco tiene el mismo módulo que la fuerza N
que hace el líquido sobre la cara superior de dicho disco y
ésta, a su vez, vale lo mismo que el peso P del líquido
contenido dentro del cilindro. Utilizad estas igualdades y el
N
concepto de presión, para deducir el valor de la presión que P
ejercerá un líquido a una profundidad "h" del mismo.
En la figura de arriba, las tres fuerzas deberían estar en una misma recta pero se han separado para
facilitar la comprensión. Igualando los módulos tendremos:
F = N = Peso y teniendo en cuenta que F = P·S y que Peso = mg , nos queda que P·S = mg
117
3. Dinámica
Por otra parte, la masa de líquido situada encima de la superficie podemos relacionarla con la
densidad de dicho líquido y el volumen: m = ·V con lo que P·S = ·V·g
Si tenemos en cuenta ahora que el volumen de un cilindro viene dado por el producto de la
superficie S de la base por la altura h, la ecuación anterior queda como: P·S = ·S·h·g
Aunque para obtener esta expresión hemos considerado para simplificar un tubo cilíndrico, el
resultado es totalmente general. En efecto, si disponemos de un conjunto de recipientes comunicados
como los que se dan en la figura o similares, experimentalmente se puede observar que al introducir
agua por uno cualquiera de ellos, ésta se distribuye de modo que, el nivel que alcanza el agua es el
mismo en todos los recipientes, independientemente de la forma que tenga cada recipiente.
. . . .
A B C D
Para que exista la situación de equilibrio anterior es necesario que en los puntos A, B, C, D la
presión valga lo mismo ya que, si no fuera así, el agua circularía de donde hubiera más presión hacia
donde hubiese menos y eso no ocurre.
Así pues, la presión en un punto de una masa fluida en equilibrio es independiente de la forma del
recipiente y la expresión obtenida P g h es absolutamente general. En consecuencia: En una
masa fluida en equilibrio la presión en un punto depende de la profundidad a que se encuentre (en
todos los puntos que se hallen en la misma línea horizontal valdrá lo mismo), de la densidad del
fluido y de la intensidad de la gravedad.
A.38. En agosto de 2002 la deportista norteamericana Tanya Streeter fue capaz de descender a
pulmón libre hasta 160 m bajo el mar. ¿Qué presión total soportó su cuerpo cuando se encontraba a
esa profundidad? Datos: densidad del agua de mar 1025 kg/m3, g = 9’8 N/kg, Patm = 101300 Pa.
Rdo. 1708500 Pa = 16’9 atm.
A.39. Calculad la fuerza ejercida por el líquido sobre el fondo plano de un tubo de vidrio de 2 m de
altura cuando: a) Esté lleno de agua. b) Esté lleno de mercurio. Datos: densidad del agua 1 g/cm3;
densidad del mercurio 13’6 g /cm3; sección del fondo del tubo 1cm2; g 10 N / kg.
Rdo. a) 2 N; b) 27’2 N
5.3. Fuerzas que ejerce el aire sobre paredes y objetos. Presión atmosférica
Es fácil ver las fuerzas que hacen los líquidos sobre las paredes de los recipientes que los contienen y
sobre los objetos que hay en ellos, pero no es tan sencillo admitir lo mismo cuando, en lugar de un
líquido, se trata de un gas o de una mezcla de gases (como es el aire). De hecho, mucha gente piensa
que el aire sólo hace fuerza sobre los objetos cuando hace viento. Sin embargo eso no es así.
118
3. Dinámica
A.40. Cuando llenamos totalmente un tubo con agua y lo invertimos introduciendo el extremo
abierto en una cubeta con agua, vemos que el agua que hemos puesto dentro del tubo no cae. Sin
embargo, si agujereamos el extremo superior del tubo, vemos que se vacía de agua rápidamente.
¿Por qué ocurre esto?
La interpretación que los científicos dan a este fenómeno se basa en admitir que, dado que vivimos
en el fondo de un mar de aire, podemos pensar que éste se comporta de forma análoga a los líquidos
y que ejerce una cierta presión sobre los objetos que hay en él (tanto menor cuanto mayor sea la
altura sobre el suelo a que se encuentre el objeto). El aire pues, presiona al agua de la cubeta,
impidiendo que se vierta en ella el agua del tubo. Sin embargo, al abrir el tubo por arriba, el aire
también presiona por ahí prácticamente con la misma fuerza, por lo que el agua de dentro del tubo
caerá debido a su peso.
Experimentalmente se comprueba que, si utilizamos un tubo muy largo (por ejemplo de 11 m) lleno
de agua, ésta desciende a la cubeta hasta que dentro del tubo queda una columna de agua de casi 10
m de altura (la presión debida a una columna de agua de 10 m es aproximadamente igual a 1 atm).
vacío
aire
El resultado del experimento con mercurio puede entenderse si tenemos en cuenta que éste es mucho
más denso que el agua (aproximadamente unas 13'5 veces más). Por eso, a igualdad de altura, una
columna de mercurio ejerce una presión sobre su base unas 13'5 veces mayor que otra de agua.
119
3. Dinámica
Los 76 cm de mercurio hacen sobre la línea punteada la misma presión que la que ejerce la
atmósfera. Por eso precisamente se dice que 1 atm = 760 mm de Hg.
A.41. ¿Qué ocurrirá con la altura de la columna de mercurio si la presión atmosférica disminuye?
¿y si aumenta?
A.42. Sabiendo que la densidad del mercurio es 13600 kg/m3 y tomando g = 9'8 N/kg, obtened la
presión ejercida por la columna de 760 mm de Hg (1 atm) en pascales. Rdo. 101292’8 Pa
A.43. A continuación se proponen una serie de situaciones y experiencias en las que interviene la
presión atmosférica. Tratad de realizarlas y de interpretarlas utilizando lo que habéis aprendido
hasta aquí.
a) En las jaulas de pájaros existen unos recipientes (bebederos). Coged uno de ellos, llenadlo de
agua y explicad por qué el agua no se sale.
b) Pegad una ventosa a una pared lisa y tratad de arrancarla estirando de ella. ¿Por qué no podéis?
c) El profesor cogerá una lata de refresco vacía, colocará un poco de agua dentro y la pondrá a
hervir, hasta que salga abundante vapor. Inmediatamente, sujetándola con ayuda de unas tenazas de
mango largo, introducirá la boca de la lata en un recipiente con agua (de forma que el agua tape
totalmente el agujero de la lata). Se ve cómo la lata se deforma espectacularmente. ¿A qué se debe?
5.4. Fuerza que ejerce un fluido en reposo sobre un cuerpo que se sumerge o que flota en él
Como acabamos de señalar, el estudio de la fuerza que hace un fluido sobre los cuerpos que se
encuentran dentro del mismo tiene un indudable interés práctico (navegación de barcos, aviones,
globos aerostáticos, etc.). Nosotros mismos, notamos cómo si “pesáramos menos” cuando nos
bañamos en el agua y nos resulta mucho más fácil levantar una misma piedra dentro de un río, que
fuera.
A.44. Hallad el módulo, la dirección y el sentido de la fuerza que hace un líquido sobre un cuerpo
que flota en él.
120
3. Dinámica
La actividad anterior debe llevar a la conclusión de que, para que el cuerpo se encuentre en reposo,
flotando en el líquido, éste debe hacer sobre el cuerpo una fuerza vertical, hacia arriba, e igual al
peso del cuerpo. A esa fuerza se le llama “empuje” y la representaremos como “E”. A continuación
trataremos de hallar el valor del empuje utilizando el concepto de presión.
A.45. Explicad a qué se debe la fuerza de empuje que hace un líquido sobre un objeto sumergido
totalmente dentro del mismo. ¿El valor de la fuerza de empuje depende de la naturaleza del cuerpo
sumergido?
En la figura adjunta podemos ver cómo las fuerzas que se ejercen sobre las paredes laterales del
cuerpo se anulan entre sí, ya que la profundidad es la misma sobre la pared lateral derecha que sobre
la izquierda, por lo que la presión será también la misma y la fuerza viene dada por F = P·S.
F1
P1
P2
F2
En cambio, la fuerza que empuja hacia arriba la superficie inferior del cilindro ha de ser mayor que
la fuerza que empuja hacia abajo la superficie de arriba, ya que la superficie inferior se encuentra a
mayor profundidad y, por tanto, sometida a mayor presión.
Como todas las fuerzas mencionadas se deben a la presión del líquido, el valor de dichas fuerzas no
dependerá para nada del material de que esté hecho el cuerpo en cuestión.
A.46. Un objeto sólido se sumerge totalmente en un líquido. Hallad la fuerza de empuje que ejercerá
el líquido sobre el objeto.
El empuje ejercido por el líquido sobre el cuerpo vendrá dado por la diferencia entre la fuerza que el
líquido le ejerce hacia arriba y la fuerza que el líquido le ejerce hacia abajo. Volviendo a la figura:
E L g Vc
Considerando que el volumen del cuerpo sumergido coincide con el volumen del líquido desalojado,
que ·V = m y que peso = m·g es fácil darse cuenta que:
121
3. Dinámica
Aunque la expresión anterior ha sido deducida para un cuerpo sumergido en un líquido, es válida
también para el caso de un cuerpo “sumergido” en el aire o en cualquier gas, y se puede generalizar
diciendo que:
Todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta una fuerza de empuje vertical y hacia
arriba igual al peso del fluido desalojado.
El enunciado anterior constituye el llamado Principio de Arquímedes. Conviene darse cuenta de que,
de acuerdo con dicho principio, cuanto mayor sea la densidad del fluido, mayor será el empuje, por
tanto, el agua ejercerá un empuje mucho mayor que el aire sobre un cuerpo dado y por la misma
razón, en el agua salada se flota más que en el agua dulce (menos densa). El principio de Arquíme-
des tiene una gran importancia en el diseño de embarcaciones ya que está directamente relacionado
con la flotabilidad de éstas.
Para medir el empuje que experimenta un cuerpo al sumergirlo en un fluido podemos recurrir a
utilizar un cilindro metálico, que colgaremos de un dinamómetro en el aire. Si despreciamos el
empuje del aire sobre el pequeño cilindro (cosa perfectamente lógica para lo que nos proponemos),
podemos aceptar que el peso del cilindro vendrá indicado por lo que marque el dinamómetro, que
anotaremos como F1. Después sumergimos totalmente el cilindro en agua (sigue colgado del
dinamómetro) y anotaremos lo que marque ahora el dinamómetro como F2. Como es lógico, F2 será
menor que F1, con lo que la diferencia F1 – F2 será precisamente el empuje que el agua ejerce sobre
el cuerpo.
E = F1 – F2
Para comprobar que el valor de E coincide con el peso de líquido desalojado, bastará hallar el
volumen del cilindro (recordar que VC = S·h = ·R2·h) , que coincidirá con el volumen de líquido
desalojado, es decir: VC = VL y a continuación aplicar la expresión:
Peso líquido desalojado = mL·g = L·VL·g y constatar que el valor obtenido coincide con el del
empuje E.
En esta experiencia hay que prestar atención a las unidades, ya que E viene dado en newtons, por lo
que el peso del líquido desalojado también habrá que obtenerlo en newtons (para lo cual la densidad
del líquido, el volumen y g, han de darse en unidades internacionales).
Estamos ahora en condiciones de comprender por qué hay cuerpos que cuando se sumergen en agua
se van al fondo, otros que ascienden y otros que se pueden quedar en el lugar que los dejemos (entre
el fondo y la superficie). También podemos comprender que un globo lleno de un gas como el helio
o el hidrógeno (o simplemente aire caliente) se eleve y que un submarino pueda ascender o
descender llenando o vaciando sus tanques de agua.
A.48. Utilizad el principio de Arquímedes para explicar todos los ejemplos mencionados en el
párrafo anterior.
122
3. Dinámica
Cuando un cuerpo se sumerge en un fluido podemos considerar que sobre él actúan dos fuerzas en la
misma dirección (vertical) y de sentidos contrarios: El empuje (hacia arriba) que ejerce el fluido
sobre el cuerpo y el peso (hacia abajo) que ejerce sobre él la Tierra.
Que el cuerpo ascienda, se quede donde está o descienda, dependerá de que el empuje que experi-
mente sea respectivamente mayor, igual o menor que el peso del cuerpo. Si consideramos las
expresiones anteriores del empuje (F ·VC ·g) y del peso del cuerpo (C·VC ·g), es fácil darse
cuenta de que:
Es preciso tener en cuenta que, en hidrostática, cuando hablamos de volumen del cuerpo, en
general nos referimos al volumen total. Así, el volumen de una esfera hueca y de una esfera
maciza del mismo radio sería el mismo y, aunque ambas estuviesen hechas del mismo material, la
densidad del cuerpo esfera hueca sería menor que la densidad del cuerpo esfera maciza.
Una madera sumergida en agua o un globo lleno de aire caliente o gas helio ascienden porque la
densidad de la madera es menor que la densidad del agua y porque la densidad del aire caliente o del
helio es menor que la densidad del aire cercano al suelo.
Un submarino puede descender llenando sus tanques de agua, porque de esa forma aumenta su
densidad (el cuerpo tiene más masa ocupando el mismo volumen). Para subir o quedarse a una
profundidad determinada, expulsa el agua necesaria al exterior.
Los grandes transatlánticos flotan (a pesar de estar hechos de hierro y acero) porque, teniendo en
cuenta todo el volumen que ocupan, su densidad es menor que la del agua.
A.49. Utilizad lo aprendido hasta aquí para justificar que los icebergs (grandes trozos de hielo)
floten en el agua del mar. A continuación justificad que la parte sumergida de un iceberg sea 9
veces más grande que la parte que hay fuera del agua. Datos: densidad del hielo 920 kg/m3,
densidad del agua de mar 1025 kg/m3.
123
3. Dinámica
Vs h 920 9
Con lo que 0'9 El resultado obtenido se puede expresar como: VS Vh
Vh L 1025 10
Es decir, si descomponemos el iceberg en 10 partes iguales sólo una de ellas está fuera del agua y las
otras 9 están sumergidas.
RECAPITULACIÓN
Como vimos al comienzo del capítulo, algunas personas piensan espontáneamente que, para que un
cuerpo permanezca en movimiento, es necesario que esté actuando constantemente una fuerza
resultante sobre él en la misma dirección y sentido que el movimiento. Consecuentemente también
piensan que los objetos en movimiento "llevan" una fuerza tanto más grande cuanto mayor es la
velocidad con que se mueven. Son ideas intuitivas que a lo largo del tema hemos intentado
cuestionar y cambiar por otras más acordes con las ideas científicas.
Otra idea intuitiva es pensar que los movimientos de los objetos celestes son esencialmente distintos
de los movimientos de los objetos que hay sobre la Tierra o en las proximidades del suelo (por
ejemplo, el lanzamiento de un proyectil desde una torre).
Sin embargo, nosotros hemos criticado esas cosas que parecen evidentes y hemos introducido la idea
de fuerza como causa de la aceleración, del cambio de velocidad (en contra de la idea de fuerza
como causa de la velocidad), hemos visto que los cuerpos no pueden acelerarse (cambiar su
velocidad) a sí mismos, que siempre ha de haber otro que interaccione con ellos. Eso nos ha
obligado, para explicar la aceleración con que caen los cuerpos sin tener un "contacto directo" con la
Tierra, a introducir el concepto de fuerza gravitatoria y a estudiar la ley de Newton de la gravitación
universal, responsable del tipo de movimiento de objetos "celestes" como satélites, cometas,
planetas.... y también de objetos terrestres como una piedra que cae o un proyectil que se lanza.
También hemos introducido el concepto de presión y de las fuerzas que ejercen los fluidos sobre los
objetos que se hallan dentro de ellos y hemos manejado la ecuación fundamental de la dinámica para
interpretar toda una serie de problemas como la ascensión de globos en el aire, la flotabilidad, etc.
Todo lo anterior nos ha permitido explicar el movimiento de cualquier cuerpo basándonos en los
mismos conceptos y leyes.
A.50. Para terminar esta recapitulación os invitamos a que realicéis un análisis crítico, desde el
punto de vista de la física, a los cuatro recortes de prensa que se reproducen a continuación. En
todos ellos se pueden detectar errores conceptuales que ya hemos tratado a lo largo de este tema.
Esperamos que seáis capaces de descubrirlos y hacer los comentarios oportunos.
124
3. Dinámica
125
3. Dinámica
126
3. Dinámica
1. Simplicio es un alumno que tiene mucho sentido común, pero que dice las cosas sin pensarlas
demasiado y no está acostumbrado a hacer análisis críticos. Entre otras cosas afirma que:
a) Cuando se lanza un cuerpo por una superficie horizontal y plana, sobre él actúan dos fuerzas:
la que se le dio al lanzarlo y la del rozamiento, de manera que dicho cuerpo se moverá , mientras
la primera sea mayor que la segunda.
b) Cuando va con sus padres a hacer la compra y empuja el carrito, afirma que la fuerza que él
hace sobre el carrito es mayor que la fuerza que hace el carrito sobre él y quien diga lo contrario
no está muy bien de la cabeza.
c) Cuando deja un libro sobre la mesa , tiene claro que el libro hace una fuerza sobre ella, porque
el libro pesa, pero la mesa no hace ninguna fuerza sobre el libro ¿Como podría hacerla si la mesa
está quieta? Lo único que hace es aguantarlo, impidiendo que se caiga.
d) La Luna gira alrededor de la Tierra y es atraída por ella mediante la fuerza gravitatoria, pero
no cae sobre nosotros porque hay una fuerza centrifuga dirigida hacia afuera que equilibra a esa
fuerza de atracción de forma que la fuerza resultante es nula.
e) Si en un instante dado la velocidad de un cuerpo es cero, la fuerza que actuará sobre él en ese
mismo instante también tendrá que valer cero.
Utilizad toda la física que sepáis para intentar convencer a Simplicio de que está equivocado en
todas y cada una de esas afirmaciones. Acompañad las explicaciones de los ejemplos y dibujos
necesarios.
2. Se lanza un objeto verticalmente desde el suelo hacia arriba. Considerando nulo el rozamiento
con el aire, señalad con una cruz cual de los siguientes esquemas os parece que representa
correctamente las fuerzas que actúan sobre el objeto que sube, poco antes de que alcance su
máxima altura.
a) b) c)
3. Supongamos que toda la atmósfera que rodea a la Tierra desapareciese totalmente, quedando
el planeta rodeado por el vacío. En estas condiciones , puede afirmarse que el peso de los
cuerpos: (Señalad la respuesta que os parezca correcta).
127
3. Dinámica
4. En el sistema formado por la Tierra y la Luna se puede considerar que la Luna gira alrededor
de la Tierra con un movimiento circular y uniforme. Haced un esquema y dibujad las fuerzas que
en ese sistema puedan estar actuando sobre la Luna.
6. Señalad verdadero (V) o falso (F), a la izquierda de cada una de las siguientes proposiciones:
a) Si en un instante dado la velocidad de un cuerpo es nula, la fuerza resultante sobre él en ese
mismo instante también lo será.
b) El movimiento de un cuerpo siempre tiene lugar en la dirección de la fuerza resultante.
c) Si sobre un cuerpo no actúa ninguna fuerza o si la fuerza resultante es nula, dicho cuerpo
deberá estar en reposo.
7. Se lanza un cuerpo hacia arriba por un plano inclinado y sin rozamiento. Razonad cuál de las
figuras siguientes representa correctamente la fuerza resultante que actúa sobre el cuerpo
mientras está ascendiendo:
a) b) c)
8. Dibujad todas las fuerzas que actúan sobre la bola en cada caso. En el péndulo y el plano
horizontal la bolita se está moviendo hacia la derecha. En el tiro oblicuo y en el tiro horizontal el
proyectil hace poco que fue disparado.
péndulo
plano horizontal
tiro oblícuo tiro horizontal
128
3. Dinámica
10. Sobre un objeto de 2 kg que se desplaza con una velocidad de 100 m/s por una trayectoria
recta, comienza a actuar una fuerza de 80 N. Determinad la rapidez con que se moverá el objeto
al cabo de 5 segundos de actuar dicha fuerza, en los siguientes casos: a) La fuerza tiene la misma
dirección y sentido que el movimiento. b) La fuerza tiene sentido contrario al movimiento. Rdo:
a) 300 m/s ; b) -100 m/s.
13. En una prueba automovilística, un coche de 1000 kg, aumentó su rapidez desde 0 a 72 km/h
en 5 s. Sabiendo que la fuerza ejercida por el motor fue de 6000 N, calculad el valor de la fuerza
de fricción que actuó sobre el coche (haced la aproximación de suponer ambas fuerzas constan-
tes). Rdo. La fuerza de fricción es de 2000 N (valor absoluto).
14. Un cierto modelo de coche de 1200 kg de masa, fue sometido a una fuerza total de frenado
de 1800 N cuando se desplazaba con una rapidez de 108 km/h. Calculad la distancia que recorrió
desde que empezó a frenar hasta que se paró. Rdo. 300 m.
129
3. Dinámica
V (m/s)
15. Sabiendo que la gráfica adjunta
representa la rapidez con que se
mueve un cuerpo de 2 kg de masa en
función del tiempo, dibujad la
gráfica correspondiente a la fuerza
resultante sobre la trayectoria, que 10
actúa sobre dicho cuerpo en función t (s)
del tiempo.
5 t (s)
17. Para que un cierto modelo de avión, de 1000 kg de masa total, pueda iniciar el despegue
debe alcanzar una rapidez mínima de 252 km/h. Sabiendo que la pista tiene una longitud de 500
m, se pide: La fuerza mínima resultante (supuesta constante) que debe empujar al avión. Una vez
calculado su valor, razonad si la fuerza total ejercida por los motores tendrá que ser mayor,
igual o menor que el valor hallado. Rdo. 4900 N.
130
3. Dinámica
19. El bloque de la figura tiene una masa de 5 kg y se mueve hacia la derecha con una rapidez de
8 m/s, sobre una superficie sin rozamientos.
20. Sobre un objeto de 4 kg inicialmente en reposo sobre la superficie terrestre, se ejerce una
fuerza exterior de 60 N que tira de él verticalmente hacia arriba. ¿A que altura se encontrará y
con qué rapidez se moverá, a los 5 s de comenzar a actuar la fuerza. Rdo. h = 65 m y v = 26 m/s.
21. Una persona de 80 kg tiene que bajar al suelo desde un piso a 18 m de altura porque hay un
incendio, pero sólo dispone de una cuerda que, como máximo puede soportar una fuerza de 700
N. Calculad la aceleración mínima con que podrá bajar por la cuerda y con qué rapidez llegaría
al suelo. Comparad esa rapidez con la que llevaría en caso de haberse dejado caer libremente.
Rdo.1’05 m/s2 y 6’1 m/s; 18’8 m/s es decir, más de tres veces mayor que la primera (valores absolutos)
23. Una barca se mueve por un canal arrastrada por dos caballos que se encuentran uno en cada
orilla. Sabiendo que las fuerzas que tiran de la misma son perpendiculares y tienen el mismo
módulo (1500 N cada una) y que la barca avanza a contracorriente con velocidad constante,
calculad la fuerza que la corriente hace sobre la barca y dibujadla. Rdo. 2121'3 N
131
3. Dinámica
25. Cuando subimos en un ascensor y éste arranca hacia arriba notamos que la fuerza que
hacemos sobre el suelo del mismo aumenta. Utilizando lo que habéis aprendido en el tema y
vuestra capacidad para razonar, tratad de explicar lo mejor que podáis este hecho.
27. Calculad la fuerza con que un globo lleno de aire (masa total m = 100 g), situado en la
superficie terrestre al nivel del mar atraerá a la Tierra. Datos: g0 = 9’8 N/kg. Rdo. 0’98 N.
¿A qué altura aproximada sobre el suelo deberá subir si quiere reducir su peso a la mitad de su
valor en la superficie terrestre?
Rdo. a) 784 N; b) 781’5 N; c) 585’7 N; 2638’5 km. (Tomando g0 = 9'8 N/kg y R = 6370 km)
29. Calculad el peso de una persona de 100 kg en la superficie de la Luna sabiendo que la masa
de nuestro satélite es 81 veces menor que la de la Tierra, su radio 3’6 veces menor y que la
intensidad de la gravedad en la superficie terrestre es de 9’8 N/kg. Rdo. 156’8 N (lo que equivale
a lo que pesaría un niño de 16 kg en la Tierra).
30. Calculad sobre qué superficie S (en cm 2) habrá de aplicarse una fuerza F de 1 N para
conseguir una presión P de 2 milibares. Rdo. S = 50 cm2.
132
3. Dinámica
33. En el aire se cuelga una piedra de un dinamómetro y se observa que éste marca 1 N. Si se
repite el experimento con la misma piedra, pero sumergida totalmente en agua, el dinamómetro
marca entonces 0’8 N. Se pide calcular el volumen y la densidad de la piedra (densidad agua
1000 kg/m3). Rdo. V = 20'4 cm3; = 5002 kg/m3
34. Un bloque de hielo de volumen total V = 1 m 3 se halla a la deriva en un mar tranquilo (sin
olas). ¿Cuál será el volumen sumergido? ¿Y el que se halla fuera del agua? (densidad del hielo d h
= 920 kg/m3; densidad del agua de mar da = 1025 kg/m3). Rdo. Vs = 0’9 m3; Vext = 0’1 m3
a) ¿Por qué se puede beber horchata con una pajita tan fácilmente?
b) ¿Cómo funciona una ventosa?
c) Por qué al agujerear una botella con dos orificios a distinta altura el agua que sale por el de
abajo llega más lejos que el agua que sale por el de arriba?
d) ¿Por qué se flota más en el agua salada que en el agua dulce?
e) ¿Por qué un globo lleno de gas hidrógeno se eleva si todos los cuerpos están sometidos a la
acción de la gravedad?
133
3. Dinámica
37. Un cubito de hielo se halla flotando dentro de un vaso que está completamente lleno de agua
justo hasta su mismo borde. Se deja todo al sol, con lo que rápidamente el cubito se derrite. Sin
embargo no se derrama ni una sola gota de agua fuera del vaso.
38. Un alumno piensa que si coge una manguera vacía, se introduce uno de sus extremos en la boca
y se sumerge en una piscina sujetándose al fondo, podrá respirar sin problemas. Por lo visto, esto
mismo es lo que piensa Ibáñez, el genial dibujante del cómic que se reproduce a continuación.
Esperamos que, con todo lo que sabéis, vosotros seáis capaces de explicar que no sería posible
respirar así (se puede comprobar experimentalmente). ¿Cómo respiran entonces los buceadores?
39. Una buceadora que se halla a 20 m de profundidad llena un globo soplando dentro del mismo, lo
anuda y lo suelta tal y como se observa en la figura. ¿Qué le ocurrirá al globo? ¿Por qué un buceador,
que respira aire comprimido, nunca debe ascender reteniendo el aire de dentro de sus pulmones?
J
CA
134
4. TRABAJO Y ENERGÍA
Recordemos que estamos estudiando las transformaciones más simples de la materia, esto es, aque-
llas en las que los cambios afectan únicamente al movimiento de los cuerpos sin alterar su naturale-
za íntima (transformaciones mecánicas). En el tema anterior vimos que, para modificar la velocidad
con que se mueve un objeto respecto de otros, es preciso ejercer una fuerza resultante sobre éste
(por ejemplo, si queremos aumentar la rapidez con que se mueve un coche) y aprendimos a manejar
las fuerzas y a calcular su valor. Sin embargo queda pendiente el problema de conseguir fuerzas que
actúen durante el tiempo que queramos. En principio, sabemos que mantener una fuerza actuando
requiere en muchos casos un aporte de algo que denominamos energía, como por ejemplo, para
hacer circular un tren. Las máquinas, al igual que las personas, para trabajar, utilizan energía.
Aunque todavía no hayamos definido lo que es la energía ni el trabajo, no cabe duda que se trata de
dos de los conceptos físicos más usados hoy en día en el lenguaje cotidiano, la prensa, y demás me-
dios de comunicación. Esto se debe a la gran importancia que ambos tienen en nuestra sociedad ya
que nuestra forma de vivir está cada vez más ligada a un consumo creciente de energía, necesario
para producir los cambios deseados (alumbrado, calefacción y refrigeración, transportes, cons-
trucción, etc.).
A.1. Citad algunos de los problemas actuales que guarden relación con el trabajo y la energía,
indicando qué posibles preguntas podríamos plantearnos para un mejor conocimiento del tema.
Necesitamos utilizar energía para que las máquinas (y nosotros mismos) puedan trabajar (cultivos,
transportes, industrias, etc.), para comunicarnos (teléfono, fax, prensa, etc.), para conservar alimen-
tos (industria frigorífica), calefacción, iluminación, construcción, etc., y todo ello plantea cuestiones
de gran interés sobre las que convendría reflexionar.
Posiblemente la obtención de energía útil, su aprovechamiento racional para toda la población, las
ventajas e inconvenientes de la utilización de unas u otras fuentes de energía, cómo hacer frente al
agotamiento de los recursos energéticos y a los graves problemas derivados de una demanda cre-
ciente de energía, etc., sean algunos de los retos más importantes que tiene planteados actualmente
la humanidad. Para poder opinar mejor sobre estas cuestiones, conviene que nos detengamos prime-
ro en clarificar qué entendemos por energía, así como el concepto de trabajo (relacionado con ella),
analizando el importante papel que ambos tienen en la descripción y estudio de las transformaciones
de la materia.
Los conceptos de trabajo y energía se manejan hoy en día muy a menudo en el lenguaje cotidiano,
sin embargo la historia completa de su desarrollo, es larga y sinuosa. De hecho tuvieron que pasar
más de 150 años desde que comenzaron a utilizarse por algunos científicos del siglo XVII, como el
holandés Christian Huygens, hasta que se establecieron tal y como los conocemos hoy. En efecto, al
principio había una confusión de términos, denominándose por ejemplo "fuerza viva" a la energía
relacionada con el movimiento. Hoy en día, sin embargo, la fuerza y la energía se conciben como
dos conceptos diferentes. No obstante, fue precisamente el intento de buscar relaciones simples en-
tre fuerzas, desplazamientos y cambios de velocidad, lo que condujo finalmente a la introducción
de nuevas magnitudes físicas como el trabajo y la energía así como al establecimiento de importan-
tes relaciones entre ambas, muy útiles para explicar y predecir muchas transformaciones y resolver
numerosos problemas de una forma más rápida y sencilla, mostrando así su validez.
135
4. Trabajo y energía
En este tema abordaremos en primer lugar los conceptos de trabajo y energía, así como la relación
entre ambos. Nos detendremos, particularmente, en considerar algunos problemas ligados al desa-
rrollo científico en este campo, tales como la obtención de energía a partir de diversas fuentes, pro-
blemas que plantea, estudio de las transformaciones mecánicas desde el punto de vista energético,
etc. También veremos el famoso principio de conservación de la energía (uno de los principios fun-
damentales de la física), y analizaremos el problema de la "degradación" de la energía.
A.2. Analizad qué es lo que tienen en común los ejemplos siguientes para que se diga que se está
realizando un trabajo y, a continuación, proponed una definición general de trabajo.
Si analizamos las cuatro situaciones que se nos presentan veremos que, en la primera se está intro-
duciendo un clavo en una pared mediante la fuerza ejercida con el martillo; en la segunda se está
cortando leña mediante la fuerza ejercida por el hacha sobre los troncos; en la tercera se está trans-
formando la tierra dura y apelmazada en tierra blanda y esponjosa mediante un arado (que funciona
gracias a la fuerza ejercida por el caballo); en la cuarta la transformación consiste en el cambio de
lugar (cambio de posición) de unas mercancías mediante la fuerza ejercida por la persona, que arras-
tra el carro desplazándolo de sitio. En todos los casos la energía de quien realiza el trabajo disminu-
ye al realizarlo.
Podemos dar pues una primera definición (todavía cualitativa y aproximada) de trabajo como un
proceso de transformación de la materia que tiene lugar mediante la actuación de fuerzas. Es
decir, el trabajo (en física) no es algo que se tiene sino algo que se realiza.
Lógicamente las transformaciones en donde se realiza trabajo pueden variar, desde las más senci-
llas, como las mecánicas (que son las que vamos a estudiar aquí), en las que lo único que cambia
son magnitudes como la posición de un objeto, a otras mucho más complejas, como por ejemplo,
las reacciones químicas o el desplazamiento de cargas eléctricas.
Una comprensión aceptable del concepto general de trabajo según se entiende hoy en la ciencia, no
es posible sin recurrir al concepto asociado de energía. Nuestra vida está ligada a un consumo conti-
nuo y creciente de energía, los coches, los ascensores, los electrodomésticos, los ordenadores, todas
las máquinas, etc., necesitan energía para funcionar, y también todos los animales la necesitan para
crecer, desplazarse y mantenerse con vida.
La demanda creciente de energía por parte de la humanidad plantea problemas importantes como el
agotamiento de los recursos energéticos, la contaminación del medio ambiente (originada por la
utilización de determinadas fuentes de energía como el carbón, gas y petróleo), qué hacer con los
136
4. Trabajo y energía
A.3. Poned distintos ejemplos de sistemas o de objetos que tengan energía explicando a qué se debe
que la tengan.
De acuerdo con los ejemplos anteriores, decimos que nos damos cuenta de que un sistema tiene
energía cuando comprobamos que éste es capaz de producir cambios en otros sistemas.
A.4. Haced una lista con los distintos tipos de energía que se conozcan y citad ejemplos de sistemas
que tengan cada uno de los tipos de energía enumerados.
En un principio podemos pensar que existen muchas formas de energía y citar como tales a la hidr-
áulica (la que posee el agua de un embalse), la eólica (la que posee el viento), la eléctrica (la que
posee una pila), la solar (que proviene del Sol), la calorífica (la que se puede obtener de, por ejem-
plo, un trozo de hierro muy caliente), la elástica (la que posee un muelle comprimido, un arco tenso,
etc.), la energía química (la que se puede extraer, por ejemplo, del petróleo), etc.
De todos los tipos o formas de energía que se pueden haber enumerado en la actividad anterior,
conviene tener en cuenta que el calor (como veremos en el siguiente capítulo) no es una forma de
energía y que las restantes, como vamos a ver ahora, se pueden englobar en sólo tres formas dife-
rentes de energía.
A.5. Para cada una de las formas de energía enunciadas anteriormente indicad en que se basa su
capacidad de realizar trabajo.
La energía de muchos sistemas se debe a que se encuentran en movimiento respecto de otros, así
decimos que el agua de un río, el viento, la corriente eléctrica, una flecha lanzada, un ventilador en
marcha, un vehículo circulando, etc., tienen energía debido al movimiento y que pueden usar esa
energía hasta quedar parados. Por ejemplo, un coche a 200 km/h puede usar la energía asociada a su
movimiento rompiendo una pared de ladrillos contra la que se estrelle. También el viento que choca
contra las aspas del molino puede hacer que éstas giren, una flecha lanzada puede romper una man-
zana por la mitad, un martillo cayendo clavar un clavo, etc. Decimos que todo sistema en movi-
miento respecto de otros tiene energía (es capaz de producir cambios en ellos) y esa energía la lla-
maremos energía cinética.
La energía cinética de un cuerpo es la energía asociada al movimiento que pueda tener dicho
cuerpo respecto de otro, que se toma como sistema de referencia.
Por otra parte, hay sistemas que, sin estar en movimiento, también tienen energía almacenada o
energía en potencia que, en determinadas condiciones, puede liberarse y producir cambios en otros
137
4. Trabajo y energía
sistemas. Así, decimos que el agua de un embalse, la nieve situada en la cima de una montaña, un
arco tenso, etc., tienen energía porque si abrimos la compuerta del embalse el agua sale y podemos
mover con ella una turbina con la que generar electricidad; ante un estruendo la nieve inestable de la
cima de una montaña puede caer en forma de un alud capaz de derribar árboles y casas; un arco en
tensión y cargado cuando se libera hace que la flecha sea disparada, etc.
Conviene darse cuenta de que en los casos analizados existe siempre una fuerza presente. Así, en el
caso del agua del embalse o de la nieve, de nada serviría abrir las compuertas o producir un gran
estruendo si no existiera la fuerza de la gravedad (el agua no saldría y la nieve no caería) y si no
existiera la fuerza elástica el arco tampoco dispararía la flecha.
También hay que darse cuenta de que cuanto más alta esté el agua del embalse o la nieve y cuanto
más tensa esté la cuerda del arco, mayor energía se almacena en el sistema.
Así pues los sistemas formados por la Tierra y el agua del embalse o por la Tierra y la nieve o por el
arco tenso y la flecha, son sistemas que almacenan energía, que tienen energía en potencia, energía
que (en determinadas condiciones) se puede liberar y transformarse en energía cinética. A dicha
energía se le llama energía potencial.
La energía potencial de un sistema es la energía que éste almacena debido a que dentro de él
existe una fuerza (gravitatoria, elástica, etc.) tal que a distintas separaciones entre las partes
del sistema corresponde diferente capacidad para realizar cambios.
Existen distintos tipos de energía potencial: gravitatoria, elástica, eléctrica, etc. En este curso, sólo
estudiaremos la energía potencial gravitatoria.
En conclusión, los ejemplos anteriores y el análisis de cada caso, conducen a establecer que prácti-
camente todos los tipos de energía se pueden reducir a tres: la energía cinética (asociada al movi-
miento); la energía potencial (asociada a la configuración del sistema) en sus diversas manifestacio-
nes (elástica, gravitatoria, eléctrica, etc.) y la energía radiante (asociada a las radiaciones).
Normalmente se denominan fuentes de energía a aquellos sistemas (sol, petróleo, viento, carbón,
uranio, etc.) de los cuales podemos extraer energía (cinética, potencial o radiante) útil en la produc-
ción y control de determinadas transformaciones (industrias, transportes, construcciones, alimentos,
comunicaciones, etc.). Las fuentes de energía como el petróleo o la madera no son inagotables. No
hay que confundir fuentes de energía con tipos de energía.
La energía cinética Ec, es la que tienen los cuerpos o sistemas en virtud de su movimiento respecto
de otros, y por lo tanto su valor es relativo, depende del sistema de referencia que escojamos, como
puede razonarse con numerosos ejemplos. Así, la energía cinética de una maleta que se desprende
del portaequipajes de un vagón de tren que circula a gran velocidad, no es la misma respecto de un
pasajero que respecto de una persona parada cerca de la vía (si le cae encima a uno u otro producirá
distintos cambios en ellos). Cuanto mayor es la velocidad, mayor es la energía cinética.
La energía potencial Ep, está relacionada con la disposición relativa de todas las partes de un siste-
ma, es decir con su configuración, no existiendo energía potencial si no hay ninguna fuerza entre
dichas partes. Asociada a la energía potencial existe siempre una fuerza llamada fuerza conservati-
va (porque gracias a ella se puede “almacenar” o “conservar” energía). La fuerza gravitatoria y la
138
4. Trabajo y energía
fuerza elástica son dos ejemplos de fuerzas conservativas (las fuerzas de fricción, en cambio, son no
conservativas). A cada configuración particular del sistema le corresponde un valor de la energía
potencial. Así, la energía potencial gravitatoria correspondiente al sistema formado por la Tierra y
una piedra, tomará distintos valores dependiendo de la altura a que se encuentre dicha piedra, de
forma que a mayor altura, mayor será la energía potencial (más capacidad para realizar cambios).
Existen sistemas como la gasolina y el oxígeno necesario para quemarla, un trozo de hierro a una
temperatura más alta que la del medio ambiente que le rodea, un trozo de uranio, etc., que tienen
energía, una energía cuyo origen podemos entender si recordamos que todos los sistemas materiales
están formados por partículas (moléculas, átomos, ...) que no están completamente fijas sino que se
encuentran en movimiento (vibratorio como en los sólidos o caótico como en los gases) y que pue-
den estar unidas unas a otras mediante fuerzas de tipo eléctrico (sólidos y líquidos). El núcleo de los
átomos está formado también por partículas (protones y neutrones) que se mantienen unidas gracias
a la acción de la llamada fuerza nuclear (mucho más intensa que la fuerza de repulsión eléctrica
entre los protones).
Así pues, las partículas que forman cualquier sistema material pueden tener energía cinética debida
a su movimiento y energía potencial (debida a las distintas fuerzas de interacción que se dan entre
ellas). A la suma de las energías cinéticas de todas las partículas y las energías potenciales de todos
los pares de partículas que forman un cuerpo o sistema, se le denomina energía interna. Se trata de
una energía de origen “submicroscópico” asociada al movimiento y la posición de las partículas
materiales que forman un sistema.
ENERGÍA
Energía
Energía Energía interna
cinética potencial
Cinética Potencial
Gravitatoria Elástica Eléctrica (nuclear, eléctrica..)
En general un sistema puede tener distintos tipos de energía. Desde el punto de vista macroscópico
(es decir, sin contar la energía interna), se llama energía mecánica de un sistema a la suma de su
energía cinética y su energía potencial (elástica y/o gravitatoria). Así por ejemplo, el sistema forma-
do por una piedra que cae desde una cierta altura y la Tierra, es un sistema que tiene energía mecá-
nica (suma de la energía cinética y de la potencial gravitatoria).
139
4. Trabajo y energía
A.6. Haced un esquema correspondiente a cada una de las siguientes situaciones que se plantean y
razonad de qué forma podríamos conseguir el cambio de energía que se propone en cada caso.
a) Aumentar la energía potencial gravitatoria del sistema formado por una piedra situada a una
cierta altura y la Tierra.
b) Aumentar la energía mecánica de un objeto que se encuentra inicialmente en reposo sobre una
superficie horizontal sin rozamiento.
c) Disminuir la energía cinética de un cuerpo que se mueve con velocidad constante por una super-
ficie horizontal sin rozamiento.
En el primer caso, para aumentar la energía potencial gravitatoria, podemos ejercer sobre la piedra
una fuerza exterior vertical y hacia arriba, mayor que el peso. De esta forma, la piedra se va alejan-
do de la superficie de la Tierra cada vez más deprisa, con lo que también irá aumentando la energía
cinética. El aumento de energía mecánica conseguido será tanto mayor cuanto mayor sea la fuerza
exterior y más largo sea el trayecto.
Piedra
P
Sistema: Piedra-Tierra
Tierra
Para aumentar la energía mecánica de un objeto que se encuentra en reposo sobre una superficie
horizontal sin rozamiento, podemos hacer lo mismo que en el caso anterior, o bien empujarle con
una fuerza exterior paralela a la superficie. En este último caso (representado en la figura de abajo)
sólo cambiaría la energía cinética, que iría aumentando mientras siguiera actuando la fuerza exterior
Sistema: Objeto
R
F
En el tercer caso, una forma sencilla de disminuir la energía cinética es hacer una fuerza exterior
paralela a la superficie y de sentido contrario al movimiento del cuerpo. De esta forma, el cuerpo irá
disminuyendo su velocidad y consecuentemente, su energía cinética también disminuirá (al contra-
rio que en el caso anterior).
140
4. Trabajo y energía
Sistema: Objeto
R
F
Así pues, en los tres ejemplos analizados, vemos que una forma de variar la energía mecánica del
sistema es mediante la actuación de una fuerza exterior1 sobre dicho sistema (o una parte del mis-
mo) a lo largo de un desplazamiento. Esa fuerza es paralela al desplazamiento. Cuando esto ocurre,
decimos que dicha fuerza está realizando un trabajo sobre el sistema. Por tanto, la energía es algo
que se tiene, mientras que el trabajo es algo que se hace (un proceso) y que siempre tiene como
efecto modificar la energía de un sistema.
Cuanto mayor sea el trabajo realizado, mayor será el cambio de energía asociado al mismo. Por esta
razón si queremos cuantificar las variaciones de energía mecánica que se producen en un sistema
nos convendrá plantearnos en primer lugar cómo cuantificar el trabajo.
A.7. ¿De qué dependerá que el trabajo mecánico realizado por una fuerza sea mayor o menor?
Si pensamos en ejemplos sencillos como elevar verticalmente una piedra sobre el suelo o empujar
un objeto paralelamente a la superficie donde se halla, parece lógico pensar que cuanto mayor sea la
fuerza constante “F” que hagamos y mayor sea el desplazamiento sobre la trayectoria “e” a lo lar-
go de la cual esté actuando dicha fuerza, mayor será el cambio de energía conseguido y, por tanto,
mayor el trabajo realizado.
Podemos, pues, establecer (a modo de hipótesis) una primera definición operativa de trabajo como:
W = F · e
De acuerdo con la definición anterior la unidad de trabajo corresponderá al trabajo realizado por una
fuerza de 1 N que se ejerce sobre un cuerpo a lo largo de una trayectoria de 1 m y en la misma di-
rección que el desplazamiento. Dicha unidad recibe el nombre de Joule (Julio) y se simboliza por J.
A.8. Analizad las siguientes expresiones y razonad por qué no pueden ser consideradas como defi-
niciones operativas de la magnitud trabajo en las transformaciones mecánicas:
Si nos fijamos en cada una de las expresiones propuestas podemos ver que:
La primera es absurda, ya que si fuera cierta, cuanto menor fuera el desplazamiento de la fuerza
más trabajo realizaría ésta.
1
Una fuerza exterior a un sistema es una fuerza que se ejerce por algo o alguien que no forma parte de ese sistema.
141
4. Trabajo y energía
La segunda no puede ser, ya que no es posible sumar magnitudes diferentes. Además supondría
que una fuerza sin desplazamiento o en un desplazamiento sin fuerza, se realizaría un trabajo.
La tercera tampoco es aceptable, ya que supone que una fuerza actuando sobre un objeto duran-
te un cierto tiempo siempre realiza trabajo. Sin embargo, nosotros sabemos que hay casos en los
que podemos estar mucho tiempo ejerciendo una fuerza sobre un objeto y no haber ningún des-
plazamiento (por ejemplo sobre un pilar) con lo que esa fuerza no hace ningún trabajo mecánico
(aunque nos fatiguemos al hacerla).
La cuarta sí contempla el hecho de que cuanto mayor sea F y mayor sea e, más grande sea el
trabajo realizado. Sin embargo, aceptarla supondría (como es fácil de comprobar) que la misma
fuerza desplazándose el doble de distancia no hace el doble de trabajo sino el cuádruple.
A.9. Calculad el trabajo realizado por la fuerza exterior que se ejerce sobre un objeto en las si-
guientes situaciones (considerad siempre como sistema el objeto y la Tierra):
Wext = Fext · e = 40 · 2 = 80 J P
c) El trabajo es nulo porque no hay desplazamiento del punto de aplicación de la fuerza que act-
úa sobre la pared.
Hasta ahora la expresión de trabajo nos ha sido útil para calcular este en casos en los que la fuerza
tenía la misma dirección y sentido que el desplazamiento (es decir, favorecía el desplazamiento).
Sin embargo esto no siempre es así y ello nos va a obligar a modificar esa primera expresión para
que se pueda aplicar a más casos, tal y como se propone en la siguiente actividad.
A.10. Un bloque de 20 kg es arrastrado mediante una cuerda que tira de él con una fuerza T, de 80
N, tal y como se muestra en la figura. La fuerza de rozamiento F, vale 60 N. Calculad el trabajo
realizado por cada una de las fuerzas representadas cuando el bloque se haya desplazado 10 m.
T Fr
B P A
142
4. Trabajo y energía
Así pues las fuerzas perpendiculares a la trayectoria no realizan trabajo. De hecho sólo realiza traba-
jo la fuerza (o la parte de ella) que actúa paralelamente a la trayectoria, de tal forma que si la fuerza
favorece el desplazamiento, el efecto de su trabajo es aumentar la energía (trabajo positivo), y si se
opone al desplazamiento, el efecto de su trabajo es disminuir la energía (trabajo negativo).
En resumen: una fuerza que actúa sobre un cuerpo que se desplaza, realiza trabajo siempre
que la componente tangencial del vector fuerza no sea nula.
Para resolver el problema basta con escoger un origen de espacios y un criterio de signos y, a conti-
nuación, aplicar la expresión anterior a cada una de las fuerzas actuantes:
(+) T Fr O (-)
B P A
Conviene comprobar que cambiando el origen de espacios (por ejemplo al punto B) y/o el criterio
de signos, los resultados son los mismos. El curso que viene aprenderemos a calcular el valor de Ft
cuando la fuerza no tenga la dirección del movimiento, mientras que en este nos limitaremos a si-
tuaciones en las que las fuerzas sean siempre paralelas o perpendiculares a la trayectoria.
A.11. Un coche de 1000 kg frena con una fuerza de 9000 N deteniéndose en 50 m. Calculad: a) El
trabajo que realiza dicha fuerza de frenado. b) El trabajo realizado por la fuerza peso del coche.
Rdo. a) -450000 J; b) 0
143
4. Trabajo y energía
A.12. Se lanza un cuerpo de 2 kg hacia arriba, sube 20 m y cae volviendo al punto de partida. Cal-
culad el trabajo realizado por la fuerza peso: a) Durante la subida. b) Durante la bajada. c) En el
trayecto total. Rdo. a) -400 J; b) 400 J; c) 0 (tomando g como 10 N/kg).
A.13. Un cuerpo se desplaza sobre un plano horizontal desde un punto A a otro B (separados 3
m), sometido a una fuerza de fricción de 14 N y regresa después al punto de partida (sometido a la
misma fricción). Haced un esquema representativo y calculad el trabajo realizado por la fuerza de
fricción:
Mediante las dos últimas actividades podemos darnos cuenta de que el trabajo realizado por una
fuerza conservativa (como el peso) a lo largo de un trayecto de ida y vuelta (ciclo) es nulo, mientras
que esto no ocurre con una fuerza no conservativa (como la de rozamiento).
En realidad el cálculo del trabajo realizado por la fuerza de rozamiento es algo bastante com-
plejo. Para simplificar, vamos a suponer que el objeto sobre el que actúa dicha fuerza es to-
talmente rígido y que éste solo se traslada deslizándose sobre una superficie. Además, escoge-
remos siempre el sistema de tal forma que la fuerza de rozamiento sea una fuerza exterior,
que lo único que hace es frenar al objeto que desliza.
A.14. Una persona empuja un bloque rígido sobre un suelo horizontal con una fuerza de 500 N
(paralela a la trayectoria) a lo largo de 5 m. Suponiendo que la fuerza de rozamiento que en esas
condiciones actúa sobre el bloque sea de 200 N, se pide:
Haced un esquema apropiado (especificando un origen de espacios y un criterio de signos) en el
que figuren las fuerzas que actúan sobre el bloque y, a continuación, calculad el trabajo total reali-
zado sobre el bloque mediante dos procedimientos distintos. Rdo. 1500 J
En ocasiones, más que estar interesados en realizar una determinada cantidad de trabajo nos pre-
ocupa la rapidez con que éste es realizado. Si deseamos comparar dos motores que sirven para
elevar una plataforma, no nos interesa sólo la cantidad de trabajo que pueden realizar sobre ella,
sino la rapidez con que pueden realizarlo. Si hay que llenar un camión con cajas, no es lo mismo
hacerlo en dos horas que en cuatro, aunque la transformación producida sobre las cajas sea la
misma. Tiene interés, por tanto, que inventemos una magnitud que nos cuantifique la rapidez
con que se realiza un trabajo.
A.15. Proponed una definición operativa de una magnitud que nos pueda servir para medir la ma-
yor o menor rapidez con que se ha realizado un determinado trabajo.
Una magnitud que cumpla con lo que buscamos, debe tener en cuenta tanto la cantidad de trabajo
realizado como el tiempo que se ha tardado en realizarlo, de manera que su valor sea mayor
cuanto mayor sea el trabajo realizado y menor el tiempo empleado en hacerlo. Es decir, una
magnitud que nos indica lo rápidamente que se realiza trabajo sería W/t. Esta magnitud recibe
el nombre de potencia, y su símbolo es P.
W
P
t
144
4. Trabajo y energía
La potencia es una magnitud que nos indica la rapidez con que se realiza trabajo, es decir,
el trabajo realizado por unidad de tiempo. En realidad la expresión anterior nos da el valor
medio de la potencia en el intervalo de tiempo t.
Puesto que la unidad de trabajo es el Joule (Julio) y la unidad de tiempo el segundo, diremos que
cuando se realiza el trabajo de 1 J en el tiempo de 1 s, la potencia con que se ha realizado ese
trabajo (se suele utilizar la expresión “la potencia desarrollada”) es la unidad de potencia. Esta
unidad recibe el nombre de watt (en el lenguaje coloquial se utiliza vatio), y su símbolo es W. De
este modo, si en la definición operativa sustituimos el valor del trabajo en J y el del tiempo en s,
obtendremos el valor de la potencia en W.
Conviene tener en cuenta que el valor de la potencia nos informa de la cantidad de trabajo que, por
ejemplo, una maquina es capaz de realizar en la unidad de tiempo, pero que de ningún modo nos
indica nada acerca de la "calidad" de ese trabajo. Además, en este curso, nos limitaremos a conside-
rar situaciones en las que la potencia se mantenga constante, es decir, en las que la rapidez con que
se esté realizando un trabajo no cambie a lo largo del proceso. En ese caso la potencia media y la
potencia en cualquier instante coincidirán.
A.16. Una grúa eleva 500 kg de grava a una altura de 40 m en 32 s. Calculad la potencia del mo-
tor. Rdo. 6250 W.
A.17. El julio es una unidad de trabajo (y de energía) muy pequeña. A menudo se suelen utilizar
otras más grandes. Entre ellas es muy conocida el kWh. Obtened a cuántos julios equivale un kWh.
Rdo. 1 kWh = 3600000 J
En los aparatos eléctricos (motores, calentadores, bombillas, etc.) se suele indicar la potencia que
consumen, esto es, la cantidad de energía de origen eléctrico que utilizan por unidad de tiempo. De
modo que podemos definir la potencia consumida como P=E/t. La potencia consumida por un
aparato y la potencia desarrollada (el trabajo que realiza por unidad de tiempo) no son iguales, debi-
do a que parte de la energía que recibe el aparato se "pierde" debido al inevitable calentamiento que
se produce cuando funciona, por lo que la potencia desarrollada siempre es menor que la consumi-
da. Sólo en una máquina ideal, que no tuviera fricción entre sus piezas, no se calentara y nada de la
energía que recibe por unidad de tiempo se "perdiese", ambas potencias serían iguales.
A.18. Una plancha que lleva una inscripción en la que pone 1100 W, se conecta durante 45 minu-
tos. ¿Cuanta energía consumirá en kWh? Rdo. 0'825 kWh
145
4. Trabajo y energía
Como hemos hecho hasta aquí, para simplificar, nos ocuparemos de procesos en que sólo cam-
bian propiedades mecánicas (posición, velocidad) y dejaremos fuera, en principio, otros en los
que ocurran cambios de temperatura, cambios químicos, absorción o emisión de radiación, etc.
A.20. Formulad hipótesis sobre la relación cuantitativa que existirá entre la energía de un sistema
y el trabajo exterior que se realiza sobre él.
Según las ideas cualitativas que hemos desarrollado a lo largo del tema, si desde el exterior se
realiza un trabajo2 sobre el sistema, su energía variará. Dicho trabajo producirá un aumento de la
energía del sistema si es positivo o bien una disminución si es negativo. Además observamos que
cuanto mayor es el trabajo realizado sobre un sistema, mayor es la variación de energía que se le
produce, y esto nos permite, a título de hipótesis, suponer que el valor de la variación de energía
coincidirá con el valor del trabajo que se realiza sobre el sistema, es decir:
Wext = E
La importancia de esta hipótesis es enorme para cuantificar los cambios, porque no es una simple
igualdad matemática. No sólo nos dice que si realizamos un trabajo de 1000 J sobre un sistema,
su energía aumentará en 1000 J. Lo fundamental de esta hipótesis es que relaciona cuantita-
tivamente “algo” que el exterior le hace al sistema y que podemos calcular (trabajo exte-
rior), con el cambio de “algo” que tiene el sistema (energía) y que sólo depende de propie-
dades del sistema en cuestión y no del exterior.
La relación anterior nos va a servir para obtener las expresiones de la energía cinética y de la
energía potencial gravitatoria.
6. ENERGÍA CINÉTICA
Hemos dicho que la energía cinética es la capacidad que tiene un objeto o sistema para producir
cambios en virtud de su movimiento. Con esta idea cualitativa podemos plantearnos de qué fac-
tores dependerá que un objeto tenga mayor o menor energía cinética.
A.21. Indicad, a título de hipótesis, de qué factores dependerá la energía cinética de un objeto que
se encuentra en movimiento respecto de otros con los cuales puede chocar.
2
El trabajo realizado sobre el sistema o trabajo exterior, es el trabajo realizado por todas las fuerzas que el exterior
ejerce sobre alguna parte del sistema.
146
4. Trabajo y energía
2. Intentar expresar el trabajo realizado sobre él en función de propiedades del sistema (según
nuestra concepción cualitativa, en función de la masa y la rapidez).
3. Usar la expresión Wext = E para obtener la relación entre la Ec y las propiedades del sistema.
Ese es el caso de un objeto, inicialmente en reposo, que es arrastrado sobre una superficie hori-
zontal (sin rozamiento, para que no se produzca calentamiento) por medio de una fuerza exterior
constante, tal y como se indica en la figura adjunta.
A
F B
O (+)
1
vB = at · tB y eB a t t B2
2
Por tanto, el Wext realizado expresado en función de las propiedades del sistema será:
v 1 vB 2 1 1
Wext = Ft e m a t e B m B t B = m v B2 Wext = m v B2 (2)
tB 2 tB 2 2
1
Igualando las expresiones (1) y (2) obtenemos finalmente que: Ec B Ec A m vB2
2
1
Ec B m vB2 para la energía cinética en el estado B.
2
1
En general, la energía cinética de un objeto en movimiento, vendrá dada por: Ec m v2
2
147
4. Trabajo y energía
1
La expresión Ec m v 2 nos puede hacer pensar que podemos determinar, de una manera ab-
2
soluta, la energía cinética de un sistema. La situación planteada en la actividad anterior permite
constatar que esto no es así, y que mientras que para la persona sentada en la acera la energía
cinética sería de 12000 J, para el conductor sería 0. Vemos, pues, que el valor de la energía ciné-
tica de un sistema depende del observador que la determine.
Lo que hemos avanzado nos permite ya realizar predicciones sobre situaciones de interés que
hemos abordado en cinemática, pues si podemos calcular el trabajo realizado por las fuerzas que
actúan sobre un cuerpo cuando sólo cambia su energía cinética, podemos relacionar el desplaza-
miento con la rapidez del objeto al final del mismo.
A.23. Una maceta se cae al suelo desde una ventana situada a 50 m de altura. Tomando como sis-
tema sólo la maceta, obtened mediante consideraciones de trabajo y energía, la rapidez que llevará
en el momento en que impacte contra el suelo. Resolved también por cinemática y dinámica, y
comparad los resultados.
WP = Pt ·e = -mg · (0-50) = m· 10·50 = 500·m (ya que no sabemos lo que vale la masa)
1
Ec = EcB – EcA = EcB – 0 = mv B2
2
148
4. Trabajo y energía
1
y sustituyendo en la igualdad: 500·m = mv B2 de donde se obtiene fácilmente: vB = 31’62 m/s
2
Se trata de un MUA en el que at = -g = -10 m/s2 y en el que t0 = 0, v0 =0, e0 =50 m, con lo que:
La rapidez cuando llega al suelo equivale a obtener v en el instante en que e = 0, de modo que:
Como vemos, el resultado coincide. El signo negativo no significa mas que el cuerpo se está despla-
zando en el sentido contrario al considerado por nosotros como positivo.
Vamos, ahora, a tratar de encontrar una expresión que nos permita conocer la energía potencial
gravitatoria para el sistema formado por un cuerpo de masa m y la Tierra.
Al igual que hemos hecho con la Ec, pensaremos primero en propiedades del sistema de las que
puede depender su Ep gravitatoria.
A.24. Dibujad un sistema formado por un objeto y la Tierra3 y distintos estados del mismo que
tengan distinta Ep . Formulad hipótesis sobre las propiedades de las que dependerá la energía po-
tencial.
La actividad anterior debe haber conducido a establecer que, la energía potencial del sistema depen-
derá de la fuerza con que el objeto y la Tierra se atraigan (peso del objeto) y de la distancia que los
separe, de forma que, a mayor peso y mayor altura, mayor será la energía potencial gravitatoria.
(Adviértase que, tanto el peso como la altura, son propiedades del sistema).
Para hallar una expresión cuantitativa de la Ep elegiremos una transformación en la que sólo
cambie la energía potencial gravitatoria debido a la realización de trabajo por el exterior (por una
persona o una máquina, …), aplicaremos la relación entre trabajo y cambio de energía, y trata-
remos de expresar el trabajo en función de propiedades del sistema.
3
Si el sistema estuviera constituido exclusivamente por el objeto no experimentaría E p
149
4. Trabajo y energía
Eso es lo que sucede cuando elevamos un cuerpo verticalmente con velocidad constante, tal
como se indica en el esquema siguiente:
Fext
hB +
Estado B
P
Fext P
Fext
v cte
Estado A hA
P
h=0 O
Tierra
Para pasar del estado A al estado B con velocidad constante es necesario ejercer sobre el objeto
una fuerza exterior vertical y hacia arriba del mismo valor que el peso (si fuese mayor que el
peso la velocidad aumentaría y viceversa). 4
Por otra parte, el trabajo exterior será: Wext = Fext ·e y teniendo en cuenta que Fext = mg y que
e = hB – hA , nos queda que: Wext = mg (hB – hA) (2) .
Si igualamos ahora las expresiones (1) y (2) obtenemos que: EpB – EpA = mghB - mghA
Para poder asignar una expresión cuantitativa a la Ep es necesario que tomemos un acuerdo sobre
cuál sería su valor en un determinado estado del sistema5. Todos los cálculos se facilitan mucho
si adoptamos el convenio de que, cuando la altura sobre el suelo sea 0, la Ep valga cero. Con di-
cho convenio, cuando h A sea 0, EpA será 0. Introduciendo esto en la ecuación anterior obtendr-
íamos para la energía potencial en el estado B: Ep B = mghB y, en general, para la energía poten-
cial gravitatoria del sistema objeto-Tierra:
Ep = mgh
4
Si el objeto está en reposo, para que comience a subir, la fuerza hacia arriba debería ser, al menos, algo mayor que
el peso, pero si en cuanto inicia el ascenso, se reduce dicha fuerza hasta que valga justo lo mismo que el peso, la
fuerza resultante sobre el objeto será nula y éste subirá con velocidad constante. En la figura, el objeto en A lleva ya
una velocidad.
5
¡7 - 2 = 8 – 3, pero de ahí no podemos concluir que 7 = 8 y que 2 = 3!
150
4. Trabajo y energía
La expresión anterior confirma la validez de las hipótesis anteriores, ya que como vemos la Ep
gravitatoria depende del peso y de la altura de forma que a mayor peso y mayor altura, mayor es
dicha energía (más capacidad tiene el sistema para producir cambios).
A.25. ¿Qué significa que la energía potencial gravitatoria de un embalse es de 10000 MJ (1010
J)?¿Y que la potencia que puede desarrollar es de 1 MW?
A.26. Calculad la variación de energía potencial cuando un objeto de 5 kg que se encuentra encima
de una mesa de 70 cm de altura, situada en una vivienda que está a 30 m de altura sobre la calle,
cae al suelo de la vivienda. Suponed que dicha variación es medida por: a) Un observador situado
dentro de la vivienda. b) Un observador situado en la calle.
Rdo. Tomando g = 9’8 N/kg, se obtiene Ep = -34’3 J para ambos observadores
Al igual que ocurre con la energía cinética, no es posible determinar de una manera absoluta la
energía potencial de un sistema, ya que su valor depende del nivel de altura cero que tomemos.
En consecuencia, diferentes observadores indicarán, si toman diferentes orígenes para medir la
altura, diferentes valores para la energía potencial de un mismo estado de un sistema. Esto no
representa un inconveniente, porque lo que nos interesa de las transformaciones es la relación
entre el cambio de energía y el trabajo realizado, y esta relación es la misma en cualquier sistema
de referencia inercial.
Conviene tener presente que la expresión para la energía potencial gravitatoria sólo es válida para
objetos que se encuentren a pequeñas alturas sobre el suelo, de forma que “g” pueda suponerse
constante. Por otra parte, conviene señalar que el valor de g en la expresión m g h nunca se pone
con signo menos, ya que mg representa aquí el módulo de la fuerza peso.
Toda la Física se basa en unos cuantos “principios”. Estos podrían definirse como unas leyes que
parecen cumplirse en multitud de situaciones. El hecho de que tengan una validez tan amplia hace
que se puedan aplicar al estudio de muchísimas transformaciones, lo cual les hace especialmente
útiles.
Uno de los principios más importantes es el principio general de conservación de la energía. Este
puede enunciarse como:
"Siempre que un sistema o conjunto de cuerpos esté perfectamente aislado del exterior, la energía
total del mismo permanece constante, a pesar de todas las transformaciones que puedan ocurrir
dentro de dicho sistema"
Hasta ahora nadie ha encontrado ningún fenómeno o proceso que ocurra en sistemas que puedan
considerarse aislados, en donde no se cumpla este principio de conservación. En todos ellos ocurre
que aunque la energía de algunas de las partes o cuerpos que formen el sistema, pueda cambiar, hay
la misma energía total al principio que al final.
151
4. Trabajo y energía
Es importante darse cuenta de que el hecho de que el sistema esté aislado y no cambie su energía
mecánica, no significa que dicho sistema no pueda experimentar cambios internos, ya que en
este tipo de transformaciones pueden variar la Ec y la Ep pero siempre de modo que se cumpla:
E = Ep + Ec = 0
Es decir: Cuando un sistema aislado sufre una transformación mecánica, se produce un cambio tan-
to de Ec como de Ep, pero de tal modo que, si la una aumenta, la otra debe disminuir en la misma
medida, para que la energía mecánica “E” se mantenga constante.
que podemos interpretar diciendo que, en una transformación mecánica, siempre que Wext = 0, la
suma Ec + Ep debe permanecer constante. (Principio de conservación de la energía mecánica).
A.27. Se lanza una pelota desde el suelo hacia arriba. Considerando el sistema o conjunto de
cuerpos formado por la pelota y la Tierra, describe energéticamente el proceso desde que la pelota
acaba de abandonar la mano hasta que pasa por el mismo punto pero ya de vuelta.
Cuando la pelota es lanzada dispone de una energía cinética y, a medida que asciende, la energía
cinética va disminuyendo (porque va cada vez más lenta) pero la potencial va aumentando (porque
cada vez está a mayor altura). En el punto más alto, toda la energía cinética inicial se habrá trans-
formado en energía potencial gravitatoria, y según el principio de conservación de la energía, ocu-
rrirá que la energía cinética inicial valdrá lo mismo que la suma de la energía cinética y potencial en
cualquier posición del ascenso y que la energía potencial en el punto más alto. Las mismas conside-
raciones se hacen respecto al descenso, de forma que la energía cinética con que llega la pelota a la
mano será exactamente la misma que la energía cinética con que salió (siempre que la fricción con
el aire, claro está, pueda considerarse despreciable).
A.28. Una maceta se cae al suelo desde una ventana situada a 50 m de altura. Tomando como sis-
tema la maceta y la Tierra, obtened mediante consideraciones de trabajo y energía, la rapidez que
llevará en el momento en que impacte contra el suelo. (Suponed el rozamiento con el aire despre-
ciable y que g = 10 N/kg).
A hA = 50 m
vA = 0
Si tomamos como sistema la maceta y la Tierra , se cumplirá
que la fuerza peso será una fuerza interior al sistema y, como
tampoco hay rozamiento, concluimos que en la transforma-
ción no participan fuerzas exteriores, con lo que Wext = 0 y,
por tanto, la energía mecánica del sistema se conserva. P
B hB = 0 ¿vB ?
152
4. Trabajo y energía
y como la EcA = 0 (está en reposo) y la EpB = 0 (llega al suelo donde h = 0), nos queda que:
1 1
EpA = EcB mghA = mv B2 g · hA = v B2 v B 2 gh A y sustituyendo: vB = 31’6 m/s
2 2
Si quisiéramos hallar, por ejemplo, la rapidez de la maceta en otro punto cualquiera de su trayecto-
ria, bastaría aplicar de nuevo la conservación de la energía mecánica entre ese punto y el punto A o
el B anteriores. Comprobad que 10 m antes del suelo se mueve a 28’3 m/s.
A.29. Se lanza desde el suelo hacia arriba un objeto, con una rapidez inicial de 20 m/s. Conside-
rando la fricción con el aire despreciable, se pide:
Rdo. a) 20 m; b) 14'14 m/s y –14’14 m/s; c) -20 m/s (tomando g = 10 N/kg, origen de espacios el
suelo y sentido positivo hacia arriba).
Existen algunas situaciones en las que, a pesar de tratarse de un sistema aislado, parece no cumplir-
se el principio de conservación de la energía. A continuación analizaremos una de ellas:
En este caso, y según lo que hemos dicho hasta aquí, aparentemente no se cumple el principio, ya
que la energía cinética con que sale el bloque va diminuyendo hasta que finalmente se hace cero, sin
que el sistema (al que consideramos aislado) interaccione con el exterior. ¿A dónde ha ido a parar
toda la energía inicial? Para comprender lo que ha sucedido es necesario tener en cuenta una simpli-
ficación que hemos estado utilizando hasta ahora: suponer que los cuerpos son objetos rígidos o
bien masas puntuales que sólo se trasladan y no tener en cuenta el rozamiento o bien tratarlo, sim-
plemente, como una fuerza exterior al cuerpo que únicamente lo frena.
La consideración de la naturaleza corpuscular de la materia según la cual todo objeto está formado
por partículas (moléculas y átomos) enlazadas unas a otras mediante fuerzas eléctricas y que no
están fijas, sino vibrando en torno a posiciones de equilibrio, conduce a la idea de que dentro de los
cuerpos o sistemas, como el bloque de hierro y la superficie de la actividad, también hay energía
153
4. Trabajo y energía
(por ejemplo la energía cinética de sus partículas). A toda esta energía que hay en el interior de los
objetos se le llama energía interna, de modo que:
La energía cinética inicial del bloque, debido al trabajo realizado por el rozamiento, ha pasado a ser
energía interna del bloque, de la superficie y del aire de alrededor, de modo que sus partículas vi-
brarán ahora más ampliamente y con mayor rapidez. El trabajo de rozamiento ha producido, pues,
un aumento de la energía interna del bloque, de la superficie y del aire cercano a ellas.
Así pues, la energía cinética inicial del bloque no se ha perdido. Se halla ahora repartida entre las
partículas del bloque, de la superficie y del aire. A causa del rozamiento, se ha producido un aumen-
to de energía interna igual a la disminución de la energía cinética del bloque y parece como si la
energía mecánica inicial se hubiese “disipado” (este es el origen del calificativo de fuerza "disipati-
va" o "no conservativa" para este tipo de fuerzas, como el rozamiento). En general, pues, si un sis-
tema se encuentra aislado, puede afirmarse que la suma Ec + Ep + Eint ha de permanecer constante.
En las actividades anteriores se ha despreciado el rozamiento con el aire pero si considerásemos este
efecto, la energía cinética (y por lo tanto también la rapidez) con que, por ejemplo, un objeto lanza-
do hacia arriba vuelve a la mano, sería siempre (como ocurre en realidad) algo menor que la que se
le comunicó al lanzarlo, debido a que una parte de ella se encontraría al final en las partículas que
forman el objeto y el aire, cuyas energías internas habrían aumentado.
En el ejemplo que hemos analizado en la última actividad, hemos podido ver cómo la energía total
del sistema se conserva, sin embargo es sencillo de entender que la energía cinética inicial del blo-
que, es fácilmente aprovechable (se puede emplear por ejemplo para clavar un clavo, para romper
algo, etc.), mientras que la energía de las partículas a donde se ha transferido está repartida entre los
trillones de partículas que intervienen (del bloque, del aire y de la superficie) y no es tan fácilmente
aprovechable para producir cambios que nos interesen. Decimos entonces que:
La energía se ha degradado
Este es un problema grave, ya que en la gran mayoría de los procesos que ocurren a nuestro alrede-
dor se halla presente el rozamiento. El trabajo realizado por las fuerzas de fricción en general, hace
que una gran parte de la energía "útil" se convierta en energía interna no tan aprovechable para no-
sotros. Así por ejemplo no toda la energía cinética de las cargas eléctricas que se mueven por un
hilo conductor se puede convertir en energía cinética de las aspas de un ventilador. Parte de ella se
encuentra en forma de energía interna de las partículas que forman el cable y el resto del aparato.
Igualmente, no toda la energía presente en la gasolina del depósito de un coche se emplea en mover
las ruedas del mismo. Parte de ella debido a la fricción existente entre las piezas, se queda en forma
de energía interna de las mismas (aumentando su temperatura), etc. En definitiva pues, la energía no
se crea ni se destruye, pero sí que se transforma, se reparte más y se degrada, siendo cada vez menos
aprovechable. Cuando se habla de "consumo" de energía, o de "pérdidas de energía", realmente no
se quiere decir que la energía desaparezca, sino que deja de ser tan aprovechable como lo era antes,
al transformarse energía útil y concentrada en energía menos útil y más repartida (es por ello que
podemos hablar de principio de conservación y transformación, de la energía).
Los razonamientos anteriores permiten explicar que en muchos casos se hable de potencia útil o
potencia desarrollada por una máquina, frente a potencia consumida, ya que ninguna máquina traba-
jará con un rendimiento del 100% puesto que parte de la energía que utilice se "perderá" en forma
154
4. Trabajo y energía
de energía interna debido a la fricción, por lo que la potencia consumida siempre será mayor que la
potencia desarrollada. También explican la importancia de utilizar buenos lubricantes en las máqui-
nas, con el fin de que no se estropeen y de disminuir la energía útil que se dispersa y se degrada
debido a la fricción entre las partes móviles.
A.31. Una máquina sube una carga de 200 Kg a una altura de 30 m y gasta para ello una energía
de 65.000 J. Calculad la cantidad de energía "perdida" a causa de la fricción. Rdo. 5000 J (si g =
10 N/kg).
A.32. Se lanza un objeto de 200 g hacia arriba con una rapidez de 20 m/s. Sabiendo que a causa
del rozamiento "se pierde" una energía de 2 julios, calculad la rapidez con que volverá al punto de
partida. Rdo. 19'5 m/s (en valor absoluto)
Aunque el principio de conservación de la energía nos dice que la energía no desaparece, ésta sí
que se degrada y, por este motivo, es necesario cuidar y no malgastar las fuentes primarias de
energía no renovables como el petróleo, gas natural, etc. También es cada vez más necesario
impulsar la investigación para aprovechar más las fuentes de energías renovables (como el vien-
to, el agua, las radiaciones solares, etc.,).
A.33. Sugerid medidas que se puedan aconsejar para ahorrar energía en viviendas y edificios.
Entre otras cosas: el aislamiento térmico de las casas, la obtención de agua caliente mediante la
instalación en tejados y terrazas de paneles solares, utilización de luces de bajo consumo que se
enciendan sólo cuando sea necesario, instalación de duchas en lugar de bañeras y de dispositivos
para ahorrar agua al descargar la cisterna de los inodoros, etc. Conviene que se debatan en clase
y se clarifiquen todas estas medidas y otras que se puedan proponer.
A.34. Sugerid algunas acciones individuales que podamos llevar a cabo para ahorrar energía.
Los gobiernos de los países han de ser sensibles al problema que supone el mal uso de las fuen-
tes de energía y tomar medidas urgentes como: favorecer el uso de la bicicleta y de los transpor-
tes públicos frente a los vehículos privados, limitar de forma efectiva la velocidad máxima de los
vehículos particulares, fomentando las investigaciones en cómo obtener energía de fuentes reno-
vables, impidiendo la iluminación nocturna excesiva de muchas ciudades, subvencionando ini-
ciativas destinadas al ahorro energético, etc.
155
4. Trabajo y energía
Nosotros mismos también podemos hacer mucho si todos colaboramos y llevamos a cabo senci-
llas acciones individuales tales como: utilizar pilas recargables, lámparas y electrodomésticos de
bajo consumo, no tener en la casa más luces encendidas de las que sean necesarias, ducharnos en
vez de bañarnos, andar o ir en bicicleta en vez de en moto o en coche, utilizar preferentemente
los medios de transporte colectivos, ir despacio cuando circulemos con nuestro coche, votar a los
partidos que propongan medidas efectivas de ahorro energético, etc.
¡SI! ¡NO!
Para terminar, conviene realizar una pequeña reflexión: El uso de la energía está muy desigual-
mente repartido en la humanidad. Existen muchos millones de familias que no disponen de
energía eléctrica en sus casas y es justo que aspiren a la mejor calidad de vida que ésta les pro-
porcionaría. Podemos preguntarnos qué ocurriría si mañana todo ser humano viviente dispusiera
de la misma energía que un norteamericano medio, manteniendo las mismas formas de obtener
energía y con la misma tasa de crecimiento de la población. Con toda seguridad, el agotamiento
de recursos y el impacto ambiental producido ocasionarían desastres de proporciones incalcula-
bles en pocos meses. La diferencia de la realidad con este supuesto radica únicamente en el
tiempo: en lugar de pocos meses, si no tomamos medidas ahora y seguimos creciendo y consu-
miendo al ritmo y en la forma en que lo hacemos, serán más o menos años, pero los desastres
sobrevendrán igualmente.
RECAPITULACIÓN
Los conceptos de trabajo y energía han resultado ser muy útiles para explicar los cambios mecá-
nicos. Hemos podido comprobar también cómo algunos problemas que resolvimos utilizando
ecuaciones de cinemática y dinámica se pueden resolver, a su vez, mediante consideraciones de
trabajo y energía. Este hecho confirma la validez de los nuevos conceptos y principios introduci-
dos y permite darse cuenta de cómo se va elaborando un cuerpo de conocimientos científicos
cada vez más amplio (en este caso la mecánica).
Hemos tenido ocasión de aclarar algunas cosas como, la confusión existente entre fuentes de
energía y formas de energía, introduciendo los conceptos de energía cinética y energía potencial.
Finalmente, hemos estudiado el principio de conservación de la energía mecánica y el problema
que supone la degradación de la energía y el agotamiento de algunas fuentes de energía. Todo
ello nos ha llevado a sugerir distintas medidas de ahorro y uso racional de la energía. En el capí-
tulo siguiente, ampliaremos el estudio de los cambios a los fenómenos caloríficos.
156
4. Trabajo y energía
1. Una persona arrastra por el suelo un trineo de 160 kg mediante una cuerda, que forma un
ángulo de 0º con la horizontal, recorriendo una distancia de 5 m. La tensión de la cuerda es de
300 N y la fuerza de rozamiento vale 140 N. Dibujad un esquema en el que figuren todas las
fuerzas que actúan sobre el trineo y calculad el trabajo realizado por cada una de ellas y el traba-
jo total.
Rdo. WT = 1500 J; WFr = -700 J; WP = 0; WR = 0; W total = 800 J
2. ¿Cómo podemos explicar que la Luna gire alrededor de la Tierra permanentemente sin necesi-
dad de combustible?
3. La potencia máxima que puede desarrollar un cierto modelo de coche es de 80.000 W. Cuando
este coche circula (carretera horizontal) en primera, puede alcanzar una velocidad máxima de 36
km/h, mientras que cuando lo hace utilizando la quinta marcha, dicha velocidad es de 180 km/h.
Calculad la fuerza que hace el motor en cada uno de los casos límite señalados. Enumerad distin-
tas razones por las que un vehículo particular no debería poder circular a 180 km/h.
Rdo. 8000 N y 1600 N respectivamente.
4. Un ascensor de 500 kg transporta cuatro personas de 80 kg cada una. Sabiendo que subió 7
pisos en 20 s y que cada piso tiene una altura de 3’5 m, determinad el valor de la potencia media
desarrollada por el motor para elevar el ascensor en kW. Rdo. 10’045 kW.
5. Averiguad el gasto económico que supone tener encendida una estufa eléctrica de 2500 W de
potencia durante 5 horas, si cada kWh cuesta 0’1 euro. ¿Se ha consumido realmente toda esa
energía? ¿Dónde se encuentra? ¿Se puede aprovechar igual que antes para producir cambios?
Rdo. 1’25 €
157
4. Trabajo y energía
8. Sobre un objeto de 2 kg que se desplaza con una velocidad de 100 m/s por una trayectoria
recta, comienza a actuar una fuerza resultante de 80 N. Por consideraciones de trabajo y energía,
determinad la rapidez con que se moverá el objeto al cabo de 5 segundos de actuar dicha fuerza,
en los siguientes casos: a) La fuerza tiene la misma dirección y sentido que el movimiento. b) La
fuerza tiene sentido contrario al movimiento. Rdo. 300 m/s y -100 m/s respectivamente.
9. En una prueba automovilística un coche de 1000 kg, aumentó su rapidez desde 0 a 72 Km/h
tras recorrer 50 m. Sabiendo que la fuerza ejercida por el motor fue de 6000 N calculad, median-
te consideraciones de trabajo y energía, el valor de la fuerza de fricción (supuesta constante) que
actuó sobre el coche. Rdo. 2000 N
10. Un cierto modelo de coche de 1200 kg de masa, fue sometido a una fuerza total de frenado
de 1800 N cuando se desplazaba con una rapidez de 108 km/h. Calculad , por trabajo y energía,
la distancia que recorrió desde que empezó a frenar hasta que se paró. Explicad lo más detalla-
damente posible qué es lo que ha ocurrido con la energía cinética inicial del coche. Rdo. 300 m
11. Para que un cierto avión de 1000 kg de masa total pueda iniciar el despegue, debe alcanzar
una rapidez mínima de 252 km/h. Sabiendo que la pista tiene una longitud de 500 m, determinad,
por trabajo y energía, el valor de la fuerza mínima resultante que debe empujar al avión.
Rdo. 4900 N
12. Sobre un objeto de 4 kg situado inicialmente en reposo sobre la superficie terrestre, se ejerce
una fuerza exterior de 60 N que tira de él verticalmente hacia arriba. Calculad, por considera-
ciones de trabajo y energía, con qué rapidez se moverá cuando se encuentre a 62’5 m del suelo.
Rdo. 25 m/s
158
4. Trabajo y energía
16. Una persona de 70 kg, circula en moto a 108 km/h por un lugar en el que está prohibido ir a
más de 60 km/h y choca frontalmente contra una palmera. ¿Desde qué piso de un rascacielos
debería haber caído para que el choque contra el suelo fuese equivalente al choque sufrido contra
la palmera? (Suponed que cada piso tiene una altura de 3 m). Rdo. Desde el piso nº 15.
17. Un objeto que ha sido lanzado hacia arriba, en un instante dado se encuentra a 8 m del suelo
subiendo con una velocidad de 12 m/s. Calculad qué rapidez llevará a la bajada en el momento
en que le falten 2 m para llegar al suelo. Rdo: 16’2 m/s.
18. Se lanza un objeto de 2 kg verticalmente hacia arriba desde el suelo, observándose que al-
canza una altura máxima de 31’25 m. Considerando nulo el rozamiento y g = 10 N/kg, se pide:
a) ¿Con qué rapidez se lanzó? b) ¿Con qué rapidez habría que lanzar otro objeto de 4 kg para que
alcanzase la misma altura máxima que el primero? Rdo. Se lanzó a 25 m/s.
19. Desde un punto situado a 50 m sobre el suelo, se lanza verticalmente hacia arriba un proyec-
til de 2 kg comprobándose que tarda 5 s en alcanzar su máxima altura. Calculad:
159
4. Trabajo y energía
20. Desde lo alto de una torre de 50 m, se dispara horizontalmente un proyectil, con una veloci-
dad de 200 m/s. Considerando nulo el rozamiento con el aire y g = 10 N/kg, calculad el valor de
la velocidad con que dicho proyectil llegará al suelo. Rdo. 202’5 m/s.
22. Se lanza verticalmente hacia arriba un objeto de 800 g de masa, con una rapidez de 90 km/h.
Suponiendo que la fuerza de rozamiento con el aire fuese constante y valiese 2 N, calculad:
25. Suponiendo que no haya ninguna fricción y que las tres canicas sean idénticas, razonad cuál
de ellas llegará más alto cuando se dejen en libertad desde la posición inicial representada.
160
5. CALOR
En los temas anteriores comenzamos el estudio de los cambios, introduciendo algunos conceptos
muy útiles para poder describirlos e interpretarlos, como los de interacción, trabajo y energía.
También vimos los distintos tipos de energía y su papel en los cambios. Sin embargo dejamos al
margen un importante agente productor de cambios que, en principio, no parece tener nada que ver
con fuerzas y movimientos. Se trata del calor. Su enorme utilidad para producir cambios se conoce
desde los orígenes mismos de la humanidad, siendo el descubrimiento del fuego y su utilización un
factor que permitió pasar del simple aprovechamiento de la naturaleza a su transformación activa.
A.1 Enumerad fenómenos, problemas, aplicaciones de interés, etc., que guarden relación con el
tema del calor.
Podemos referirnos, por ejemplo: a la evaporación del agua, la fusión del hielo, la cocción de los
alimentos, las estufas, la dilatación, los volcanes, las máquinas térmicas, el calentamiento que
experimentan las máquinas cuando están funcionando (por ejemplo, el motor de un coche), la
combustión de madera, gasolina, etc. Todo ello puede servir para mostrar la gran importancia que
tiene el calor en un gran número de cambios, tanto naturales como artificiales.
Por otra parte, en algunos cambios en los que la energía mecánica disminuye rápidamente, se
produce un calentamiento (por ejemplo, cuando un coche a gran velocidad frena bruscamente,
aumenta la temperatura por el rozamiento con los frenos), lo que sugiere que puede haber una
relación entre los fenómenos mecánicos y los caloríficos.
Inicialmente, el calor se desarrolló como un campo científico autónomo. A lo largo de este tema
veremos que, en realidad, está relacionado con las fuerzas y el movimiento existente entre las
partículas que forman los sistemas materiales y que dicha relación permitió conocer mejor qué
ocurre con la energía cuando los sistemas cambian.
Las primeras observaciones que nos llevan a decir si un objeto está caliente o frío, provienen de
nuestro sentido del tacto. Sin embargo la sensación fisiológica de calor o de frío, además de ser sólo
cualitativa y no poder cuantificarse, conduce con frecuencia a conclusiones erróneas.
A.2 Inventad algún experimento sencillo para mostrar que la sensación de caliente o frío que
sentimos al tocar algo, puede ser equivocada.
Una experiencia muy fácil de realizar es sumergir, simultáneamente y durante el mismo tiempo, una
mano en agua fría y la otra en agua caliente y, a continuación, meter ambas en un recipiente que
contenga agua tibia; ésta parecerá caliente para una mano y fría para la otra. Una persona enferma de
gripe y con fiebre puede experimentar sensación de frío aunque realmente no lo haga. La sensación
de frío a una misma temperatura puede ser distinta dependiendo de otros factores como la humedad,
el viento, si hemos realizado o no un esfuerzo físico, etc.
161
5. Calor
Los ejemplos anteriores permiten comprender que, para avanzar en el estudio del calor, necesitamos
disponer de instrumentos de medida más objetivos que nuestros sentidos. Esta necesidad constituye
un ejemplo más de la relación existente entre el desarrollo científico y el desarrollo tecnológico.
En adelante, conviene que nos habituemos a sustituir los términos “caliente” y “frío” por el de
temperatura, de tal modo que más caliente significa mayor temperatura y más frío significa menor
temperatura.
A.3 Razonad qué fenómeno, relacionado con el calor, podemos utilizar para construir un instrumen-
to que mida objetivamente la temperatura de un sistema material.
Una posibilidad es aprovechar la dilatación que experimentan algunas sustancias al calentarse. Así,
por ejemplo, como una varilla de hierro tiene más longitud cuanto mayor es su temperatura, bastará
establecer una equivalencia entre longitud y temperatura para que pueda ser utilizada como
termómetro (medidor de temperatura). En la práctica este tipo de termómetro no sería muy útil
porque haría falta una varilla muy larga para que las variaciones de longitud fueran apreciables. En
cambio, sí resulta útil el termómetro de mercurio, el cual consta de un pequeño recipiente (bulbo)
lleno de mercurio y comunicado con un tubo muy delgado (capilar). De este modo, cualquier
pequeña dilatación o contracción del mercurio que ocurra al aumentar o disminuir la temperatura, se
traduce en un cambio apreciable de la longitud de la columna de mercurio existente en el tubo
capilar.
Para poder realizar medidas cuantitativas con el termómetro es necesario establecer primero una
escala. En la escala centígrada (que es la que vamos a manejar) la temperatura “t” se mide en grados
centígrados (ºC) y va desde 0º C, temperatura a la que funde el hielo, hasta 100 ºC, temperatura a la
que hierve el agua (todo ello a 1 atm de presión).
Otra escala de temperatura es la Kelvin (o absoluta). La temperatura en este caso se representa por T
y el kelvin (K) es la unidad internacional para medir la temperatura. El 0 de esta escala corresponde
a -273ºC, con lo que la temperatura de fusión del hielo en kelvin será de 273 K y la de ebullición del
agua, de 373 K.
Como a 0ºC corresponden 273 K, no tenemos más que sumar 27 + 273, con lo que serán 300 K.
A.5. La temperatura mínima que se midió a lo largo de un día en una zona determinada fue de 12ºC
y la máxima de 22ºC. Calculad el cambio de temperatura producido en ºC y en K.
162
5. Calor
La actividad anterior nos ha permitido comprobar que las variaciones de temperatura presentan el
mismo valor numérico en ambas escalas.
A.6. A menudo se confunde calor con temperatura, llegando a pensarse, por ejemplo, que el calor
absorbido por una sustancia es igual al aumento de temperatura que experimenta dicha sustancia.
Idead un experimento que sirva para comprobar la falsedad de esta asociación.
Se puede utilizar dos recipientes iguales, que se encuentren a la misma temperatura y que contengan
cantidades muy diferentes de agua. Se ponen en contacto con focos caloríficos iguales, durante el
mismo tiempo, con lo que ambos reciben el mismo calor; sin embargo, se puede observar que los
termómetros señalan temperaturas diferentes.
Con la ayuda de los termómetros se hizo posible estudiar de forma cuantitativa los fenómenos
caloríficos, estableciéndose toda una serie de leyes que todavía hoy son válidas. A continuación
vamos a estudiar algunos fenómenos relacionados con el calor, que nos permitirán constatar su
carácter de agente productor de cambios.
Comenzaremos por estudiar, en primer lugar, un cambio muy sencillo: la variación de la temperatura
de los cuerpos debido al calor ganado o perdido por éstos.
A.7. Una magnitud importante por su utilidad es la cantidad de calor necesaria para elevar la
temperatura de una sustancia determinada hasta que ésta alcance un cierto valor. Emitid hipótesis
acerca de los factores de que dependerá dicha cantidad, precisando la forma en que cabe esperar
que influyan.
La resolución de la actividad anterior debe llevar a pensar en factores como: la masa de la sustancia
(en igualdad de las restantes condiciones, no será lo mismo, por ejemplo, calentar 1 kg de hierro que
0’5 kg de hierro); el incremento de temperatura que se quiera conseguir (no será lo mismo calentar,
por ejemplo, 1 kg de agua desde 20 ºC hasta 30ºC, que desde 20ºC hasta 90ºC); la naturaleza de la
sustancia (no será lo mismo, a igualdad de los restantes factores, calentar hierro que calentar agua).
Así pues, cabe pensar que el calor Q pedido en la actividad, dependerá de la masa (m), del cambio
de temperatura (t) y de la naturaleza de la sustancia a calentar. Podemos avanzar un poco más en
nuestra hipótesis y pensar que Q debe ser directamente proporcional tanto a la masa como a la
variación de temperatura. La expresión en la que se contempla esto es:
Q = c · m ·t
163
5. Calor
La constante c se denomina calor específico (porque para cada material toma un valor diferente,
“específico” de ese material). Si en la expresión anterior hacemos que m = 1 y que t = 1, obten-
dremos Q = c, lo que se puede interpretar diciendo que el calor específico de un material nos indica
la cantidad de calor que se necesita para que una muestra de dicho material de masa unidad aumente
su temperatura en una unidad.
A.8. El calor específico del agua líquida es, aproximadamente, 9 veces mayor que el del hierro
sólido. ¿Qué significa esto?
De acuerdo con lo que hemos visto anteriormente, ello implica que, teniendo masas iguales de hierro
y de agua, para conseguir el mismo incremento de temperatura, se necesitará nueve veces más calor
en el caso del agua que en el del hierro. Así pues, cuanto más alto sea el calor especifico de un
material dado, tanto más calor hará falta para conseguir un cierto aumento de su temperatura.
A.9. Buscad en la bibliografía o en Internet, una definición de la caloría como unidad de calor.
Podemos definir la caloría (cal) como el calor necesario para elevar en 1 grado la temperatura de un
gramo de agua, con lo que el calor específico del agua será, precisamente, 1 cal/g·grado. Como es
lógico, 1 kilocaloría (kcal) será igual a 1000 cal y representa el calor que se necesita para elevar en 1
grado la temperatura de 1 kg de agua, con lo que el calor específico del agua también se podrá
expresar como c = 1 kcal/kg·grado.
Material aluminio cobre hielo madera hierro mercurio agua vapor de agua Aire
Calor específico (cal/g·ºC) 0’22 0’09 0’50 0’40 0’11 0’03 1’00 0’46 0’24
Es preciso señalar que, en realidad, el calor específico depende de la temperatura a la que éste se
mida. Así, los valores de la tabla anterior corresponden a una temperatura de 20 ºC (excepto en el
caso del hielo, que es –5 ºC). No obstante, en este nivel, supondremos que el calor específico de una
sustancia (en estado sólido o líquido) vale siempre lo mismo sea cual sea la temperatura, mientras
dicha sustancia no experimente ningún cambio de estado.
A.10. Utilizando la tabla de calores específicos, calculad el calor necesario que, aproximadamente,
hará falta para preparar una taza de café instantáneo.
Podemos suponer que empleamos 40 g de agua a una temperatura inicial de 20 ºC y que hemos de
calentarla hasta ebullición (100 ºC), con lo que:
A.11. Calculad la cantidad de calor perdido (cedido al medio ambiente) por una sartén de hierro de
0’5 kg cuando se enfría desde 200 ºC hasta 21 ºC.
164
5. Calor
En este caso basta también con sustituir los datos, teniendo en cuenta que, dado que la sartén se
enfría, la temperatura final será menor que la inicial.
A.12. ¿Qué significa que el calor específico del cobre es de 0’09 kcal/kg·grado? Comparad dicho
valor con el del agua.
En el caso del agua, para aumentar en 1 ºC la temperatura de 1 kg de agua hacen falta 1000 cal, lo
que supone que hay que suministrar 11’1 veces más calor que al cobre.
Como puede verse en la tabla anterior, los calores específicos de los metales, son mucho menores
que el del agua. Ello permite explicar muchos hechos experimentales como, por ejemplo, que el
agua tarde más tiempo en calentarse (y enfriarse) que otras sustancias.
A.13. Justificad, a partir del concepto de calor específico, que el mayor riesgo de heladas en los
cultivos se produzca en los días fríos y secos de invierno.
El agua tiene, como acabamos de ver, un calor específico elevado, con lo que cuesta mucho
modificar su temperatura. Por ello, en los días (o noches) húmedos, no se producen grandes cambios
en la temperatura ambiente. En cambio, el aire seco tiene aproximadamente la mitad de calor
específico que el vapor de agua, con lo que en los días de baja humedad ambiental, las temperaturas
pueden bajar mucho, aumentando el riesgo de heladas.
a) Tomamos una cierta masa de agua (por ejemplo 0'2 kg), la calentamos siempre con la misma
llama y medimos su temperatura cada minuto (entre 0 y 7 minutos).
b) Elevar la temperatura siempre la misma cantidad (por ejemplo 10 ºC) e ir cambiando la masa de
agua de 50 g en 50 g (entre 100 y 300 g de agua).
En el primer caso, al tratarse de la misma sustancia y la misma masa, se puede analizar cómo
varía Q con t. Al mantener la llama constante, el tiempo que esté aplicada será una medida
indirecta de Q, en unidades arbitrarias. De esta forma Q0 = 0, Q1 = 1, Q2 = 2, Q3 = 3 ...... Q7 = 7.
Por otra parte, hay que medir la temperatura inicial “t 0” del agua y luego calcular el valor de
cada t restándola de la temperatura correspondiente: t1 = t1 – t0, t2 = t2 – t0 ; t3 = t3 – t0
....... t7 = t7 – t0. Finalmente, se puede comprobar que t y Q son directamente proporcionales,
dividiendo en cada pareja de valores el uno por el otro y viendo que sale, aproximadamente, el
mismo número. Una forma más rigurosa sería representar gráficamente los valores de Q frente a
los de t y comprobar que los puntos obtenidos experimentalmente se ajustan a una línea recta.
que la temperatura aumente en 10º C. El calor suministrado se mediría igual que antes. Final-
mente, para constatar que Q y m son directamente proporcionales, se pueden seguir las mismas
pautas que anteriormente.
A.15. ¿Conocéis ejemplos cotidianos en donde se pongan en contacto dos cuerpos para
conseguir una temperatura final que nos interese?
Son muchos los casos en la vida cotidiana en los que se mezclan o ponen en contacto sistemas a
distinta temperatura inicial, para conseguir una temperatura final que nos interese. Esto ocurre,
por ejemplo, cada vez que echamos cubitos de hielo en una bebida para enfriarla, o cuando
abrimos el grifo del agua fría y el de la caliente para preparar un baño templado, etc.
Nuestra experiencia nos permite afirmar que cuando dos sistemas que se encuentran a diferente
temperatura se ponen en contacto en un recinto aislado del exterior, se produce un proceso en el
que el de mayor temperatura cede calor al otro, hasta que, finalmente, se alcanza una temperatu-
ra común para ambos. Dicha temperatura es siempre menor que la temperatura inicial que tenía
el más caliente y mayor que la temperatura inicial que tenía el menos caliente. Se dice que los
sistemas han alcanzado el equilibrio térmico y la temperatura final se denomina temperatura
de equilibrio.
A.16. Cuando dos sistemas alcanzan el equilibrio térmico, ¿que podemos decir respecto de las
cantidades de calor implicadas en las variaciones de temperatura que sufre cada uno?
Cabe esperar que, si el proceso tiene lugar de forma que ambos sistemas se encuentran aislados
del ambiente exterior, la cantidad de calor que pierde el que se encontraba a mayor temperatura
inicial, sea justamente la que gana el que estaba a menor temperatura.
A.17. Proponed una expresión operativa en donde quede reflejada la hipótesis anterior, que
pueda servirnos de base para su comprobación.
La hipótesis que hemos enunciado anteriormente, nos lleva a escribir que si Q 1 es el calor
ganado por el sistema a más baja temperatura y Q2 el calor perdido por el más caliente, se
cumplirá que: Q1 + Q2 = 0, es decir: c1 · m1 · (te -t1) + c2 · m2 · (te -t2) = 0, donde el primer
sumando será positivo (la temperatura aumenta de t 1 a te) y el segundo negativo (la temperatura
disminuye de t2 a te).
A.18. Diseñad un experimento sencillo que nos permita comprobar la relación que hemos
introducido en la actividad anterior.
a) Introducid en una probeta 100 cm3 de agua (cuya masa será m1 = 100 g) y medid su tempera-
tura (t1).
b) Poned en un vaso de precipitados otros 100 g de agua del grifo y, a continuación, calentadla
hasta que alcance una temperatura de unos 50 ºC aproximadamente.
c) Verted el agua caliente en un calorímetro, al que acoplaremos también el termómetro
utilizado para medir su temperatura. Medid de modo preciso la temperatura del agua dentro del
calorímetro (t2) e inmediatamente añadid toda el agua fría de la probeta.
d) Tapad enseguida el calorímetro y agitadlo suavemente constatando cómo la temperatura de la
mezcla baja hasta alcanzar el valor de equilibrio, t e que anotaremos.
A.19. Proceded a realizar el experimento diseñado y anotad todos los datos que se obtengan.
A.20. Con los datos reflejados en la tabla anterior, calculad la temperatura te de equilibrio
según la ecuación: Q1 + Q2 = 0.
m1 • t1 m2 • t 2
Expresando la ecuación como m1 · (te -t1) + m2 (te - t2) = 0, obtenemos que: t e
m1 m2
Sustituyendo los valores de t1 y t2 hallaremos el valor de te buscado.
Una elevada coincidencia entre ambos valores nos muestra que, la hipótesis formulada (Q 1 + Q2
= 0), es correcta y por tanto, el calor que pierde un sistema es precisamente, el que gana el otro.
Naturalmente, siempre existirá una pequeña diferencia entre el valor teórico y el experimental,
debida a las inevitables imprecisiones en las medidas y a que el calorímetro no es un aislante
perfecto.
167
5. Calor
A.22. ¿Qué cantidad de agua a 20 ºC debemos mezclar con 30 litros de agua a 80 ºC para que la
mezcla quede a la temperatura del cuerpo humano (37º ºC)? Rdo. 75'9 kg
Si la prenda de lana se encuentra a la misma temperatura que la habitación, no podrá ceder calor al
termómetro y, si en el tiempo transcurrido, la habitación se mantiene a la misma temperatura, lo que
marca el termómetro no se alterará por el hecho de envolverlo en lana. Algunas personas piensan
que hay materiales, como la lana, que calientan por el simple hecho de ponérselos. En realidad, lo
que sucede es que una prenda de lana retiene aire entre sus fibras, de forma que nos aísla bastante del
exterior, dificultando la pérdida de calor de nuestro cuerpo hacia el exterior en los días fríos.
A.25. Explicad qué ocurrirá cuando se deje un pequeño objeto caliente en una habitación muy
grande o bien a la intemperie, que se encuentran a una temperatura menor que la del objeto.
Aquí también se produce un intercambio de calor pero, si el objeto es muy pequeño y la habitación
muy grande o mejor aún si se deja a la intemperie, el calor ganado por el medio se reparte entre tanta
materia, que es imposible notar ningún aumento de temperatura en dicho medio, de forma que el
objeto, al final, se encontrará a la misma temperatura que la del medio que le rodea.
Así pues, todos los objetos, independientemente del material de que estén hechos, cuando se
encuentran en un medio ambiente amplio, se enfrían (o calientan) hasta alcanzar prácticamente la
misma temperatura que el medio que les rodea. No obstante, una mejor comprensión de éste hecho,
requiere tratar también el fenómeno de la diferente conductividad del calor que presentan los
distintos materiales.
Recordemos que una misma sustancia (agua, hierro, nitrógeno, amoniaco, etc.) se puede encontrar
en fase o estado sólido, líquido o gaseoso y cambiar de uno a otro estado.
Podemos referirnos, entre otros, a la fusión de la nieve en las cumbres de las montañas (reserva de
agua que alimenta ríos, torrentes, etc.), a la evaporación del agua de mar, a la solidificación del agua
de la superficie de un lago (que permite la vida en el interior, al formarse una capa de hielo que aísla
el agua líquida del exterior, a veces a temperaturas muy bajas), a la solidificación de la lava arrojada
por los volcanes, la formación de granizo, la posible formación de placas de hielo en las carreteras
(con el peligro consiguiente para la circulación), etc. Una atención particular merece la fusión del
hielo que está ocurriendo en los glaciares continentales así como en ambos polos de la Tierra, debido
al aumento del efecto invernadero ocasionado por la actividad humana.
168
5. Calor
A.27. Dibujad cualitativamente, a modo de hipótesis, una gráfica de la temperatura en función del
tiempo, correspondiente a un trozo de hielo sacado del congelador de un frigorífico, que se va
calentando hasta que se convierte totalmente en vapor de agua.
Si se piensa que, siempre que se suministra calor la temperatura debe aumentar, es posible que se
dibuje una gráfica parecida a la siguiente:
T( ºC)
Q (kcal)
Sin embargo, si intentamos realizar la experiencia podremos comprobar que, mientras el hielo está
fundiendo, la temperatura permanece constante en un valor de 0 ºC. Una vez que termina la fusión,
si seguimos calentando, la temperatura del agua líquida asciende hasta que, a los 100 ºC, comienza a
hervir y a producirse vapor, pudiendo comprobar que, mientras dura este nuevo cambio de estado, la
temperatura se mantiene constante en 100 ºC a pesar de estar suministrando calor continuamente.
Así pues, para que se produzca la fusión o la vaporización (una vez alcanzadas ciertas temperaturas
conocidas como temperatura de fusión y de ebullición), hay que estar suministrando calor continua-
mente. Dicho calor produce el cambio de estado, pero no aumenta la temperatura mientras dura
dicho cambio. Análogamente, cuando el agua líquida solidifica (se congela) o el vapor condensa (se
licua), se cede calor al medio ambiente.
169
5. Calor
En cualquier cambio de estado, mientras quede parte de la sustancia por pasar de una fase a otra,
aunque se esté aportando o extrayendo calor, la temperatura de la sustancia permanecerá invariable.
De acuerdo con lo anterior, la gráfica que se pide en la actividad sería como la siguiente:
A título de hipótesis (de fácil comprobación experimental) cabe decir que el calor que un sistema
absorbe (o desprende) cuando cambia de estado (siempre a una presión determinada y que suele ser
la presión atmosférica), es directamente proporcional a su masa. La constante de proporcionalidad
entre el calor y la masa del sistema se denomina calor latente y se representa por “L”. Cada
sustancia química se caracteriza por tener un valor determinado de L para cada uno de los cambios
de estado que puede sufrir. Se habla así de calor latente de fusión, solidificación, vaporización, etc.
De acuerdo con lo anterior, la cantidad de calor que absorbe una masa m de una sustancia, cuando se
funde, viene dada por la expresión: Qfus = m · Lfus , siendo Lfus el calor latente de fusión de esa
sustancia. Análogamente, cuando esa misma sustancia solidifique, la cantidad de calor que cederá al
medio ambiente vendrá dada por Qsol = m · Lsol, siendo Lsol, el calor latente de solidificación.
Si en la expresión general Q = m · L consideramos una masa unidad, vemos que el valor de L nos
indica el calor que una unidad de masa de esa sustancia absorbe o desprende cuando cambia de
estado.
Si, como venimos haciendo hasta aquí, el calor que un sistema absorbe es positivo y el que cede es
negativo, se cumplirá que el calor que una sustancia determinada absorbe durante la fusión será igual
al que cedería al solidificar cambiado de signo, es decir: Qfus = -Qsol . Análogamente podemos
afirmar respecto a la vaporización y la condensación: Qvap = -Qcond
En la tabla siguiente se dan los calores latentes de fusión y de vaporización aproximados correspon-
dientes a algunas sustancias (a la presión atmosférica):
170
5. Calor
A.28. ¿Qué calor ha de absorber una masa de 0’5 kg de agua a temperatura ambiente (supongamos
25 ºC), para convertirse en vapor (a la presión atmosférica). Rdo. 308000 cal.
A.29. Un día muy frío la temperatura desciende, hasta quedar bastante por debajo de 0 ºC. En
consecuencia, se hiela la superficie de una laguna. Suponiendo que la masa de agua congelada
haya sido de 1’5 ·106 kg, calculad qué cantidad de calor habrá cedido el agua al ambiente y qué
efecto habrá tenido eso en la temperatura del aire cercano a la laguna. Rdo. 1’20·108 Kcal.
Hasta aquí hemos estudiado fenómenos caloríficos de gran importancia práctica, como los cambios
de temperatura producidos por el intercambio de calor entre dos cuerpos y los cambios de estado.
Existen otros fenómenos igualmente importantes, que se estudiarán en cursos posteriores tales como
la dilatación que sufren los distintos materiales con el calor (que puede originar deformaciones o
rupturas en sólidos) y su mayor o menor capacidad para conducir el calor (materiales que se
calientan rápidamente y otros que no transmiten bien el calor y se utilizan como aislantes térmicos).
Hemos visto también que la forma de calentar un objeto era ponerlo en contacto con un foco
calorífico a mayor temperatura que él. Sin embargo existen también otros procedimientos.
Además de poner el objeto cercano a una llama o, en general, de un foco calorífico a mayor
temperatura que él, podemos pensar en otros métodos, tales como el horno de microondas o de otras
radiaciones electromagnéticas (rayos infrarrojos, etc.) y también, por supuesto, la fricción.
171
5. Calor
El calentamiento por fricción no sólo tiene una gran importancia práctica sino que, además,
históricamente desempeñó un papel fundamental en la interpretación de la naturaleza del calor,
como veremos a continuación.
La mayor parte de los fenómenos que hemos descrito hasta aquí, eran conocidos desde muy antiguo.
Durante el siglo XVIII se explicaban suponiendo que el calor era una “sustancia” formada por un
fluido calórico invisible, o bien, simplemente calórico, como se le llamó más tarde. Veamos algunas
de las propiedades que nuestros tatarabuelos atribuían a esa “sustancia”:
A.32. Explicad, mediante la teoría del calórico, los fenómenos estudiados en el apartado anterior.
En particular:
Los fenómenos citados, utilizando la teoría del calórico, se interpretaban de la siguiente forma:
a) El paso de calor de los cuerpos calientes hacia los fríos. Los primeros tienen más propor-
ción de partículas de calórico, que se repelen entre sí, por lo que pasarían a los fríos en donde
habría menos. Naturalmente la cantidad de calórico perdida por uno sería exactamente la misma
que la ganada por el otro.
c) Los cambios de estado. Por ejemplo, la fusión del hielo al calentarse, se concebía como una
reacción química en la que las partículas de calórico se combinarían “químicamente”con las
ordinarias de hielo para dar una “nueva” sustancia (agua). El hecho de que la temperatura no se
eleve durante el proceso se explicaba en base a que el calórico desaparecía al combinarse
químicamente (quedaba latente). Una vez concluida la fusión, si seguimos calentando, la
temperatura volvería a aumentar porque vuelve a quedar cada vez más calórico libre.
172
5. Calor
La consideración del calor como una sustancia material planteó el problema de determinar las
variaciones de masa que se producen al calentarse o enfriarse un cuerpo.
Una actividad en la que el calentamiento por fricción se produce espectacularmente era la que el
científico (y también empresario, político, inventor, ..) Benjamin Thomson (1753-1814) tenía
que supervisar: la fabricación de cañones para el ejército de Baviera a finales del siglo XVIII. En
una etapa del proceso de fabricación se debían perforar longitudinalmente cilindros macizos de
bronce (para hacer el hueco para los proyectiles). Para ello, se utilizaban máquinas taladradoras
con barrenas o brocas muy afiladas, que producían virutas de bronce según iban perforando el
cilindro. Durante el taladrado, el cilindro y las virutas se calentaban hasta tal punto (las virutas
llegaban a ponerse “al rojo”) que era necesario realizar la operación dentro de tanques de agua
que, en ocasiones, llegaba a hervir.
Benjamin Thomson (que recibió el título de Conde de Rumford) comprobó que el calor
producido (que medía por el aumento de temperatura del agua del tanque) era mayor ¡cuando la
barrena tenía menos filo y producía, por tanto, menos masa de virutas! De hecho, mostró que
cuando la broca no cortaba nada, no producía virutas, sino que sólo “frotaba” fuertemente
el cilindro, el agua hervía mientras la taladradora siguiera girando.
Para Thomson esto mostraba que el calor no era una sustancia que pasaba de unos cuerpos a
otros, pues dada la enorme cantidad de calor que pasaba al agua, debería agotarse (al salir del
cilindro y las virutas hacia el agua). Sin embargo, no se agotaba: podía producirse de forma
ilimitada a partir del movimiento. Pesó, además, el cilindro y luego el cilindro taladrado y las
virutas producidas, sin obtener diferencia alguna. Según sus ideas, esto mostraba que el calor no
era una sustancia, sino “una forma de movimiento”, es decir, que era de “naturaleza mecánica”.
No obstante, aunque en las primeras décadas del siglo XIX, se realizaron con frecuencia estudios
que ponían en cuestión la teoría del calórico, la mayoría de los científicos no la abandonaron.
Una teoría científica no se abandona porque falle en explicar algunos fenómenos, sino que
pervive –aunque en campos limitados- hasta que la comunidad científica dispone de claras y
reiteradas evidencias en contra y, sobre todo, de otra teoría alternativa que explica lo que era
explicado por la anterior y aquello en lo que fallaba.
A.33. Proponed un experimento sencillo para comprobar que el calor no es una sustancia.
Podemos pensar en pesar el mismo objeto, una vez frío y otra vez caliente, y ver que caliente
pesa igual que frío. Sin embargo si no tenemos cuidado puede pasar de todo (balanzas que se
estropean, alumnos que se queman, etc.). Una alternativa mucho más cómoda es calentar un
trozo de hielo metido dentro de un recipiente adecuado. Esto permite suministrar una gran
cantidad de calor (sin aumentar mucho la temperatura) con lo que cabría esperar, si el calor
fuese una sustancia, un aumento de peso apreciable, cosa que, como se puede comprobar
fácilmente, no sucede.
173
5. Calor
A pesar de las importantes evidencias en contra (que hacían pensar en el calor como una sustancia
invisible, sin peso y además inagotable), la teoría del calórico continuó vigente durante bastante
tiempo, ya que no existía otra teoría capaz de sustituirla con ventaja. Así pues, los trabajos de
Thomson no revolucionaron, de momento, la física del calor de la época, pero lo que sí que hicieron
fue debilitar, sembrar dudas y preparar el camino para la sustitución de la teoría del calórico por otra
más completa y sin tantas contradicciones. A este respecto, los numerosos trabajos realizados
principalmente por el alemán Mayer y el inglés Joule, a mediados del siglo XIX, tuvieron una
importancia fundamental. Aquí nos limitaremos a describir alguno de los trabajos de Joule
La intervención de calor en todos los fenómenos y experimentos en que se producía trabajo por
rozamiento, llevó a Joule a realizar diversas experiencias para estudiar la posible relación entre el
calor y el trabajo. A continuación describiremos una de ellas:
A.34. Descripción por el profesor de una de las experiencias de Joule en la que se agita el líquido
contenido en un recipiente especial y térmicamente aislado.
Mediante esta experiencia Joule pudo comprobar que el trabajo realizado por la fuerza peso, era
directamente proporcional al calor ganado en el interior del recipiente, de forma que:
Wp (J )
4'18
Q(cal )
Este resultado ponía de manifiesto que el aumento de temperatura de un sistema se puede producir
tanto suministrando calor (un número determinado de calorías) como realizando un trabajo (cuyo
valor, en julios, sea 4’18 veces mayor que el número de calorías anterior).
Por otra parte, durante el siglo XIX se estaba desarrollando la teoría cinético-corpuscular de la
materia, según la cual, toda la materia estaba formada por partículas (átomos y grupos de átomos
llamados moléculas) muy pequeñas, comprobándose que, en cualquier trozo de materia en estado
sólido, como un pedazo de hierro, sus partículas no están fijas sino que, aunque enlazadas unas a
otras, se hallan vibrando continuamente alrededor de posiciones de equilibrio. En los líquidos ocurre
algo similar (solo que los enlaces son más frágiles). En el caso de los gases, las partículas, como
sabemos, no están enlazadas y se mueven desordenadamente, chocando unas con otras y con las
paredes del recipiente que contenga al gas.
174
5. Calor
El desarrollo de la idea actual de calor como otra forma de transferir energía de un sistema a otro,
es decir, como un proceso mediante el cual dos sistemas que se encuentran inicialmente a
distinta temperatura pueden intercambiar energía, está íntimamente ligado al desarrollo de la
teoría cinético-corpuscular de la materia. De acuerdo con dicha teoría, la temperatura de un sistema
está relacionada con el movimiento interno de las partículas que lo forman, más concretamente:
cuanto mayor es el valor promedio de la energía cinética (o energía cinética interna del sistema) de
esas partículas, más alta es la temperatura del sistema
Al poner en contacto dos sistemas a distinta temperatura y aislados térmicamente del medio exterior
a ellos las partículas de uno y otro chocarán, de modo que las del sistema con mayor temperatura
(mayor energía cinética media) transferirán parte de su energía cinética a las del sistema con menor
temperatura (menor energía cinética media) hasta que se alcance la temperatura de equilibrio.
En los sólidos y líquidos, las partículas que forman un sistema están enlazadas unas a otras por
fuerzas de atracción de naturaleza eléctrica. Podemos hablar en este caso de energía potencial (de
tipo eléctrico). Si sumamos todas las energías potenciales de los pares de partículas (y agregados de
partículas) obtendremos la energía potencial interna del sistema.
A.35. De acuerdo con la información suministrada en este apartado, a modo de síntesis, construid
un cuadro en el que se comparen las explicaciones dadas por la teoría del calórico y las explicacio-
nes actuales, a los siguientes fenómenos:
La realización de la actividad anterior por los alumnos exige una revisión de todo lo tratado hasta
aquí y puede llevar a la elaboración de un cuadro como el que se propone en la página siguiente, que
conviene revisar antes de proseguir con el desarrollo del tema.
175
5. Calor
Fenómeno a De acuerdo con la teoría del calórico Aproximación a la idea actual de calor
analizar
Los cuerpos calientes tienen una mayor proporción de Cuanto mayor es la temperatura de un cuerpo, mayor es
Paso de calor de un partículas de calórico que los que están más fríos. la energía cinética con que se mueven la mayoría de sus
cuerpo caliente a Como estas partículas se repelen entre sí y en cambio partículas. Al poner en contacto un cuerpo caliente con
otro frío son atraídas por las de materia ordinaria, al poner en otro frío, las partículas chocan entre sí y las de mayor
contacto un cuerpo caliente con otro frío, pasará energía cinética ceden parte de esta a las de menor, hasta
calórico del caliente al frío. que la temperatura de ambos se iguala.
Al calentar un trozo de hielo y alcanzar la Al calentar el hielo, que se encuentra a una temperatura
temperatura un cierto valor (0 ºC a 1 atm de presión), inicial inferior a 0 ºC, aumenta la energía cinética de las
ocurre que las partículas de calórico que le estamos partículas y, consecuentemente, su temperatura se eleva.
Si seguimos calentando, llega un momento en que
suministrando mediante el foco calorífico, se muchos de los enlaces que mantienen unidas a las
combinan con las de hielo, formando una nueva moléculas de agua comienzan a romperse. A partir de ese
sustancia (agua líquida). Mientras dura este proceso, momento la temperatura no sigue aumentando porque la
Fusión del hielo energía proporcionada se consume en la rotura de los
la temperatura no aumenta porque el calórico como
enlaces que mantienen unidas a las moléculas de agua
tal va desapareciendo conforme entra. Una vez que ya
que forman el hielo, sin que aumente la energía cinética.
no quedan partículas de hielo con las que unirse (ya
todo es agua), si seguimos calentando, la temperatura
continuará aumentando.
176
5. Calor
A.36. A continuación se expresan una serie de frases en las que aparecen términos utilizados en este
tema. Analizadlas y explicad qué es lo que se quiere decir realmente o cambiadlas por otras que
resulten más correctas:
Resulta difícil dejar de emplear expresiones tan acuñadas como intercambio de calor, calor ganado,
cedido, etc., herederas, sin duda, de la antigua teoría del calórico. Sin embargo lo importante es
que, aún cuando se usen por comodidad, se sepa realmente lo que se quiere decir. En esta actividad
lo que se debe interpretar en cada proposición es lo siguiente:
a) Para fundir hielo a 0ºC se le pone en contacto con algo (que puede ser el medio ambiente, una
llama, un objeto, etc.) que se encuentre a una temperatura mayor durante el tiempo suficiente para
que las partículas del cuerpo en contacto con el hielo, interaccionen con las moléculas de agua de
éste, cediéndoles la energía que se necesita para romper algunos de los enlaces que las mantienen
unidas formando los cristalitos de hielo. Sería pues más correcto decir: Podemos fundir hielo
“realizándole” calor o “calentándolo”
b) Cuando decimos que un cuerpo se enfría lo que ocurre es que disminuye su temperatura, es decir,
sus partículas pierden por término medio energía cinética (se mueven más lentamente). Sería más
correcto decir que disminuye su energía interna cinética.
c) Al aumentar la temperatura de un cuerpo, aumenta la energía cinética promedio de sus partículas.
d) La energía interna que pierde un cuerpo al enfriarse es la misma que gana el medio exterior.
e) A raíz del trabajo realizado por las fuerzas de fricción, las partículas de los ejes adquirieron tal
energía que los enlaces entre ellas se alargaron, muchos se rompieron, etc., produciéndose el cambio
de estado de la o las sustancias que forman los ejes.
Como ya comentábamos en el capítulo anterior, uno de los principios más importantes de la física es
el de la conservación de la energía, que puede enunciarse como:
"Siempre que un sistema esté aislado, la energía total del mismo permanece constante, a pesar
de todas las transformaciones que puedan ocurrir dentro de dicho sistema"
Supongamos ahora un sistema sujeto únicamente a cambios mecánicos y/o caloríficos. Llamaremos
Em a la energía mecánica “macroscópica” de dicho sistema, es decir: Em = (Ec + Ep) y Eint a la
energía interna o suma de las energías cinéticas de todas las partículas que lo forman y de las
energías potenciales debidas a las fuerzas conservativas existentes entre ellas.
Siempre que dicho sistema se encuentre aislado, se cumplirá que: Em + Eint = 0
177
5. Calor
Cuando sobre un sistema se realiza un trabajo exterior y/o se calienta, se cumplirá que:
Tanto la energía mecánica como la energía interna de un sistema pueden cambiar, pero si el
sistema está aislado, los aumentos de una serán compensados por las disminuciones en la otra,
de tal manera que la energía total (o suma de ambas) permanezca constante.
En aquellos casos en los que no se realice ningún trabajo exterior sobre el sistema ni tampoco varíe
la energía mecánica de éste, la expresión anterior queda como:
Q = Eint
Se trata de situaciones ordinarias, tales como poner en contacto con un foco calorífico un recipiente
con agua con el fin de aumentar su temperatura hasta un cierto valor, calentar un material para
fundirlo, poner en contacto dos sistemas a distinta temperatura, etc. Así, por ejemplo, si tuviéramos
dos trozos de hielo a –10 ºC cada uno y quisiéramos fundirlos totalmente, podríamos ponerlos a
calentar de tal forma que sólo se realizara calor sobre ellos. En ese caso sólo variaría su energía
interna, de forma que para el sistema formado por ambos trozos (masa total “m”), se cumpliría que:
Q = Eint = m · c · t + m·Lfus
Otra posibilidad es coger ambos trozos de hielo con nuestras manos y frotarlos uno contra otro hasta
conseguir fundirlos. En este caso, la situación inicial y final es la misma que anteriormente, sin
embargo el camino seguido ha sido distinto ya que el cambio se ha conseguido mediante la
realización de un trabajo exterior y algo de calor (debido al contacto con las manos y el aire). Por
tanto, se cumpliría que:
Eint = m · c · t + m·L
independientemente del camino seguido para conseguir dicha transformación y sólo cuando sobre
el sistema se realice únicamente calor y no varíe su energía mecánica, podremos determinar el
cambio de energía interna mediante Q = m · c · t + m·L.
178
5. Calor
A.38. Calculad el aumento de energía interna en kJ que se produce cuando un trozo de hielo de2 kg
a –18 ºC pasa a agua líquida a 20ºC. (Buscad los datos necesarios en el tema).
Conviene darse cuenta de que en el enunciado únicamente se habla de la transformación que sufre el
sistema formado por 2 kg de hielo y no de cómo tiene lugar ésta. No obstante, suceda como suceda,
la variación de energía interna será la misma.
Eint = Eint 1 + Eint 2 + Eint 3 = 18000 + 160000 + 40000 = 218000 cal = 218 kcal
A.39. Utilizad el principio de conservación de la energía para encontrar la temperatura inicial que
ha de tener 20 l de agua caliente para que al mezclarla con 35 l de agua a 18 ºC se consiga una
temperatura de equilibrio de 37 ºC.
Podemos resolver este ejercicio considerando como sistema las dos masas de agua (que designare-
mos como m1 y m2) y que dicho sistema se encuentra aislado del medio que le rodea.
En las condiciones expresadas en el enunciado, no habrá ni trabajo exterior ni calor sobre el sistema,
ni cambio en su energía mecánica, por lo que se cumplirá que:
179
5. Calor
Otra forma de enfocar el problema es considerar cada muestra de agua como un sistema, en cuyo
caso, sobre cada uno de ellos se produce un cambio de energía interna mediante calor, de modo que:
Como el calor de uno y otro debe ser el mismo pero de signo opuesto (Q1 = -Q2), tendremos que:
La energía interna que gana o pierde un cuerpo mediante calor depende, como sabemos, no sólo
de su masa y del cambio de temperatura que se produzca, sino también, de la naturaleza del
material de que está hecho, tal y como se recoge en la expresión: Q = m·c·t, donde m es la
masa del objeto, t la variación de temperatura y “c” una constante de proporcionalidad,
llamada calor específico, que tiene un valor diferente para cada sustancia.
A.40. ¿Qué interés puede tener conocer cuánto vale el calor específico de una sustancia?
En segundo lugar, el calor específico sirve para comparar la cantidad de energía interna que
pueden ganar o perder las distintas sustancias (en igualdad de condiciones de masa e t), cuando
se calientan o enfrían. Así por ejemplo, calentar una masa dada de agua para conseguir un cierto
aumento de su temperatura, exige unas 11 veces más calor que calentar la misma masa de
cobre. (El calor específico del agua es de 4180 J/kg·grado, mientras que el del cobre es de 376.2
J/kg·grado). El hecho de que el calor específico del agua sea mayor que el de muchas otras
sustancias, tiene importantes implicaciones, como por ejemplo:
a) Suavidad de los climas costeros, ya que la enorme cantidad de energía acumulada por el agua
del mar al aumentar su temperatura durante el verano, se va cediendo al ambiente poco a poco
durante el invierno. Aunque también es cierto que los huracanes extraen su energía del agua del
mar y al estar cada vez más caliente (debido al aumento del efecto invernadero), estos son cada
vez más catastróficos.
b) Utilización del agua como líquido refrigerante en los automóviles, ya que como el agua
admite mucho calor sin que su temperatura se eleve demasiado, absorbe la energía generada por
el rozamiento de las piezas del motor evitando así que éste se caliente demasiado y se estropee.
Dado que es importante conocer el valor del calor específico de una sustancia, en la siguiente
actividad práctica nos vamos a plantear el problema de calcular el calor específico de un metal.
180
5. Calor
A.41. Sabiendo que cuando dos cuerpos a diferente temperatura se ponen en contacto en un
recipiente aislado, la energía perdida mediante calor por el de mayor temperatura, ha de ser igual a
la energía ganada por el que se encontraba a una temperatura inicial menor, sugerid un procedi-
miento, lo más sencillo posible, para determinar el calor específico de un metal.
El objetivo de esta actividad es elaborar con cierto detalle un diseño experimental adecuado para
el cálculo que se demanda. Éste puede consistir en introducir un trozo de metal caliente en un
recipiente que contiene un líquido (agua) cuyo calor específico es conocido, realizar las medidas
necesarias, aplicar la ecuación Eint1 + Eint2 = 0 y obtener el valor del calor específico del
metal. Una vez realizado este planteamiento general, se puede proponer algo más concreto,
como por ejemplo:
a) Introducir en un recipiente aislado (calorímetro) unos 200 cm 3 de agua (ma = 200 g) y medir
su temperatura inicial ta , dejando el termómetro dentro, junto con un agitador.
c) Introducir rápidamente (pero con cuidado) cada cilindro en un calorímetro, asegurándose que
queda totalmente cubierto por el agua, tapar el calorímetro y agitar suavemente para homogenei-
zar la temperatura. A su vez, observar cómo va subiendo la temperatura hasta que se estabiliza y
tomamos nota del valor correspondiente (temperatura de equilibrio t e).
A.42. Proceded a realizar el experimento diseñado y anotad todos los datos que se obtengan, en
la siguiente tabla:
A.43. Con los datos anteriores proceded a obtener el calor específico del metal, suponiendo que
el calorímetro haya estado bien aislado y despreciando el calor ganado por éste.
Se ha de suponer que no ha habido pérdidas al exterior y considerar que la energía que pierde el
cilindro de metal, es justamente la que gana el agua (despreciando la que gana el calorímetro),
de forma que:
Eint1 + Eint2 = 0, o lo que es lo mismo: ma· ca· (te -ta) + mX· cX· (te -tX) = 0 y despejar cX.
ma • ca • t e t a
cX
mX • t e t X
Se obtienen buenos resultados utilizando los cilindros de aluminio que suelen haber en los
laboratorios de muchos centros escolares.
181
5. Calor
A.44. Partiendo del valor obtenido para el calor específico del metal, buscar en la bibliografía
para averiguar de qué metal se trata.
A. 45. ¿En cuánto se desvía el valor obtenido respecto al que se cita en la bibliografía. ¿A qué
factores puede deberse esa desviación?
RECAPITULACIÓN
En este capítulo, hemos comenzado por estudiar algunos fenómenos caloríficos como el calenta-
miento o enfriamiento de los cuerpos y los cambios de estado. Una primera explicación de dichos
fenómenos y de otros como, la dilatación que experimentan algunos cuerpos con el calor, o el
calentamiento que se produce por fricción, fue dada por la teoría del calórico, en la que el calor era
concebido como una sustancia material.
Dada su importancia histórica, hemos dedicado parte del capítulo a estudiar cómo mediante la teoría
del calórico se podían interpretar los distintos fenómenos caloríficos y, luego, hemos visto algunos
hechos que ponían en cuestión la existencia del calórico y cómo se abrió paso finalmente la idea
actual de calor, según la cual éste no es ni una sustancia material ni tampoco una energía, sino otro
proceso (como lo es el trabajo) mediante el cual puede cambiar la energía de un sistema.
A lo largo del tema hemos podido analizar algunas ideas erróneas sobre el calor, tales como:
También hemos podido ampliar el principio de conservación de la energía mecánica que estudiamos
en el tema anterior a lo que se denomina como primer principio de la termodinámica, aplicable al
estudio de todos los cambios en los que se realiza un trabajo mecánico exterior y/o se calienta un
sistema dado. Con el establecimiento de este principio se produjo históricamente la unión de dos
cuerpos de conocimientos que hasta entonces se habían considerado distintos, la mecánica y el calor.
En el capítulo siguiente estudiaremos unos cambios materiales más complejos, aquellos en los que
unas sustancias se transforman en otras distintas, con propiedades que pueden ser muy diferentes de
las que tienen las sustancias de partida.
182
5. Calor
Para ello se precisa un tubo de vidrio entre 20 y 30 cm de largo, unos 5 mm de diámetro exterior y,
aproximadamente, 1 mm de diámetro interno. En primer lugar se cerrará el tubo por uno de sus
extremos, soldándolo a la llama. A continuación, soplando por el otro extremo, se formará un
pequeño bulbo en ese extremo, de unos 15 mm de diámetro exterior. Seguidamente hay que
introducir el alcohol (que previamente habremos coloreado con un poco de tinta). Para ello se puede
utilizar una jeringuilla con su aguja, hasta llenar completamente el bulbo y parte del tubo, procuran-
do que no queden burbujas de aire (sacudid el tubo para que el alcohol descienda hasta el bulbo).
Finalmente se cierra, soldando el extremo abierto y se procede a calibrar el termómetro colocándolo
a distintas temperaturas conocidas (inferiores siempre a los 60 ºC para evitar que el alcohol hierva).
Para más detalles ver el Nuevo Manual de la UNESCO para Enseñanza de las Ciencias.
2. Con objeto de hacerse una idea de lo que representa una caloría, proceded a calcular cuántas
calorías se precisan en los siguientes procesos:
a) Preparar una taza de té, en donde hay que llevar el agua (pongamos unos 200 g) desde la
temperatura ambiente (unos 20 ºC) a casi ebullición (unos 100 ºC).
b) Preparar un baño a 40 ºC (unos 300 l de agua, inicialmente a 20 ºC).
c) Darse una ducha con agua a 40 ºC (unos 20 l de agua inicialmente a 20 ºC).
Rdo. Aproximadamente tendría que, caminar 2’3 h, o correr 1 h, o estar subiendo escalones
durante 0’6 h (36 min).
4. Dibujad cualitativamente, la gráfica que representa la temperatura en función del tiempo, para el
calentamiento de una sustancia sólida hasta el estado de vapor.
5. Se calienta un trozo de hielo de 250 gramos de masa que se encuentra a -20 ºC, hasta transformar-
lo en vapor de agua a una temperatura de 110 ºC. Calculad el calor necesario para ello. (Buscad los
datos necesarios en el texto). Rdo. 183’9 kcal.
183
5. Calor
6. La temperatura adecuada para un baño templado es de unos 40 ºC. Si el agua del calentador que se
utiliza sale por el grifo a 65 ºC y el agua corriente sale a 12 ºC, ¿cuánta agua de cada clase se
necesitaría para preparar un baño templado de 150 litros? ¿De qué formas podemos ahorrar energía
cuando nos lavamos? Rdo. 70’8 kg de agua corriente y 79’2 kg de agua del calentador.
7. Mediante una cocina eléctrica calentamos 2 litros de agua, inicialmente a 15 ºC, hasta ebullición;
mientras que con el calentador eléctrico aumentamos la temperatura de los 50 l de agua que
contiene, desde 23 ºC hasta 40 ºC. Calculad cual de los dos procesos ha precisado más energía. Rdo.
El segundo (850 kcal frente a 170 kcal).
8. Calentamos una bola de cobre, hasta comprobar que su tamaño aumenta apreciablemente. En
estas condiciones, podemos afirmar que dicha bola pesará: a) algo menos que al principio. b) lo
mismo que al principio. c) algo más que al principio.
9. Los puentes de las autopistas tienen, cada determinada longitud, una separación (que se nota
porque el coche hace ruido, como si hubiera un agujero). ¿Por qué razón se adopta esta medida en su
construcción?
184
5. Calor
10. Una persona se pone a hervir la misma cantidad de patatas en dos cazos en donde hay la misma
cantidad de agua hirviendo, pero en uno de ellos (A), pone el fuego mucho más vivo que en el otro
(B), con el fin de que se cuezan antes. Explicad por qué esa persona estaría malgastando energía.
11. La mayoría de los materiales se dilatan al aumentar su temperatura. Sin embargo el agua en las
proximidades de 0º C tiene un comportamiento anómalo y lo que hace es contraerse al aumentar la
temperatura y dilatarse al disminuir, de modo que el volumen de hielo es siempre mayor que el
volumen del agua líquida que lo originó. ¿Qué importancia tiene esta anomalía para la vida en el
interior de los lagos? ¿Qué efecto puede tener sobre el relieve?
12. Explicad el hecho de que, a altitudes elevadas, el agua hierva a menos de 100 ºC.
13. Explicad por qué se enfría la piel cuando ponemos sobre ella alcohol y éste se evapora.
14. Explicad el hecho de que el vapor de agua condense sobre las superficies frías.
15. Probad a construir un vaso de papel (o utilizad un sobre de carta). Llenadlo de agua hasta la
mitad. ¿Que ocurriría si se colocase encima de una llama? Haced la prueba y comentad el resultado.
Incluso puede cocerse un huevo en un recipiente de papel. La experiencia puede realizarse fácilmen-
te. ¿A qué se debe que el papel no se queme?
16. Tenemos un litro de agua hirviendo en un recipiente A y medio litro de agua hirviendo en otro
recipiente B. Contestad de forma razonada las siguientes preguntas: a) Tendrá la misma temperatura
el agua de A que la de B? b) Si se dejan de calentar ambos recipientes y el agua de ambos se enfría
hasta la temperatura ambiente ¿cuál de las dos transferirá más energía mediante calor al exterior?
17. Según la teoría del calórico, el calor era una sustancia material. Ello implicaba que:
a) En un intercambio de calor habría de modificarse la masa de los cuerpos.
b) Al frotar un cuerpo se extrae calor, con lo que llegaría un momento en que dicho calor se agotaría
y no podríamos obtener más.
Proponed posibles experiencias para comprobar si se cumplen o no las anteriores implicaciones.
18. ¿Cuánto calor se necesita para pasar 5 kg de agua de 0º C a 100 ºC? Rdo. 500 kcal
19. ¿Qué cantidad de energía mediante calor se transfiere al medio ambiente cuando se enfrían 200
litros de agua de 45ºC a 15 ºC? Rdo. 6000 kcal
20. Calculad el calor necesario para elevar la temperatura del aire de un aula, cuyas dimensiones son
(10 m x 8 m x 3 m), desde 13 ºC hasta 22 ºC. Tomad como "c" del aire 0'22 kcal/g·ºC y como
densidad media del aire en ese intervalo de temperatura d = 1'25 kg/m3. Rdo. 594000 kcal
21. ¿Qué cantidad de agua a 20 ºC debemos mezclar con 30 litros de agua a 80 ºC para que la mezcla
quede a la temperatura del cuerpo humano (37º C)? Rdo. 75'9 kg
22. Dentro de un calorímetro hay 500 g de agua a 25 ºC. Introducimos en él una bola de un material
desconocido, de 43 g de masa, calentada previamente a 100 ºC. Removemos el agua y medimos la
temperatura final dentro del calorímetro, que resulta ser de 29ºC. ¿Cuánto vale el calor específico del
material de que está hecha la bola? Dad el resultado en cal/g·ºC. Dato: Equivalente en agua del
calorímetro 20 g. Rdo. 0’68 cal/g·ºC
185
5. Calor
A partir del hielo de la Antártida se puede averiguar la concentración de CO2 que había en la
atmósfera y también la temperatura media año tras año desde hace más de 600 000 años.
En la figura siguiente la gráfica de arriba representa las concentraciones de CO 2 atmosférico
desde hace 600 000 años hasta el presente (0). Recorriéndola hacia la derecha, vemos que jamás
la concentración de CO2 superó las 300 partes por millón (ppm), excepto hacia el final, donde
claramente sube rápidamente hasta llegar a las 400 ppm en el 2013.
En la gráfica de abajo se muestra la desviación de la temperatura global del planeta de la
temperatura media global correspondiente al periodo 1961-1990. Los mínimos corresponden a
glaciaciones y los máximos a periodos de calentamiento.
Concentración
Concentración de COde2 CO 2 prevista en
prevista dentro de 50si
2060, años,
nosi tomamos
no tomamosmedidas
medidas
600 600
300 300
Concentración
Concentraciónde deCO
CO2 2
enen
la laatmósfera
atmósfera(p.p.m.)
(p.p.m.)
250 250
200 200
4
Desviación respectoaalala
Desviación respecto
2 temperatura mediaen
temperatura media en CºC Media 1961 1990
0
2
4
6
8
Durante unos 600 000 años la concentración de CO2 en la atmósfera ha oscilado aproximadamente
entre las 180 ppm y las 280 ppm, pero desde mediados del siglo XVIII (inicio de la revolución
industrial) hasta ahora, ha experimentado un brusco y considerable aumento hasta situarse en las 400
ppm que había en 2013 (y sigue creciendo), produciendo un aumento del efecto invernadero
claramente superior al que correspondería a los procesos naturales acaecidos durante ese periodo.
186
6. REACCIONES QUÍMICAS
Hasta aquí hemos visto transformaciones de la materia en las que los cambios eran únicamente
mecánicos (cambio de posición, cambio de velocidad, etc.), sin que se viese alterada la estructura
“intima” de los sistemas que experimentaban dichos cambios. Incluso, muchas veces, hacíamos
la simplificación de considerar objetos como coches, piedras, etc., como si toda su masa estuvie-
ra concentrada en un punto (masas puntuales).
En realidad, sabemos que los objetos no son masas puntuales y que, además de los cambios
mecánicos, pueden darse otro tipo de cambios mucho más complejos como, por ejemplo, los
cambios químicos. Por eso, el problema fundamental que vamos a tratar en este tema será:
¿Cómo explicar los cambios en los que, a partir de unas sustancias, se pueden obtener otras
distintas, con propiedades que pueden ser muy diferentes de las de las sustancias iniciales?
A.1. ¿Qué importancia puede tener el estudio de los cambios químicos? ¿Para qué sirven?
En primer lugar, para obtener productos que, por diversas razones, nos interesan, tales como:
En segundo lugar, porque la mayoría de los cambios químicos van acompañados de cambios
energéticos y, en determinados casos, los podemos aprovechar para obtener energía utilizable.
Esto es lo que hacemos, por ejemplo, cuando quemamos un combustible y de esa reacción quí-
mica obtenemos energía (para mover un vehículo, para calefacción, para producir electricidad,
etc.) o bien cuando utilizamos pilas y baterías eléctricas, hacemos detonar un explosivo, etc.
Finalmente, algunos cambios químicos ocurren muy lentamente y otros muy rápidamente. La
velocidad a la que tiene lugar una reacción química es un aspecto que nos interesa controlar. A
veces, para disminuirla (por ejemplo cuando queremos evitar la corrosión del hierro o cuando
queremos impedir que un alimento se estropee rápidamente) y otras veces, para aumentarla (por
ejemplo cuando queremos obtener un gas en milésimas de segundo, como ocurre en el funcio-
namiento de los air-bag de los coches).
A.2. Realizad las siguientes reacciones químicas en el laboratorio (o algunas de ellas) y anotad
los cambios que se observen en cada caso.
187
6. Reacciones químicas
Nota importante: Muchas de las sustancias que se propone utilizar o se producen en las experiencias de
este tema (como el plomo, yodo, cloruro de cinc, sulfato de cobre, etc.) son peligrosas o muy peligrosas
para el medio ambiente, por lo que es muy importante utilizar siempre cantidades mínimas y tratar ade-
cuadamente los restos.
Combustión del magnesio. Para realizar esta reacción se precisa únicamente un pequeño trozo
de cinta de magnesio y unas pinzas largas de madera con las que sujetarla. Una vez que se ha
hecho esto, se trata de alejar la cinta lo más posible de nosotros y, manteniéndola así, prenderle
fuego al extremo de la cinta libre. Comprobaremos que arde rápida y violentamente, produciendo
una luz muy intensa (esta reacción se ha venido utilizando en fotografía para obtener la ilumina-
ción necesaria). Conviene dejar caer las cenizas de la combustión sobre una cápsula de porcelana
y no mirar directamente al magnesio durante la combustión.
Obtención de plomo a partir de óxido de plomo y carbono. En este caso se necesita disponer
de óxido de plomo y carbón activo. Se echa un poco de cada una de estas sustancias (cantidades
similares) en un tubo de ensayo y se mezclan moviéndolo un poco. Se sujeta el mismo con ayuda
de unas pinzas largas de madera y se coloca a la llama directamente. Para que la reacción ocurra,
la llama ha de ser muy potente (por lo que hay que tomar precauciones y no acercarse el tubo
caliente ni la llama al cuerpo). Se observará un cambio de color que pasará del naranja al amari-
llo y, posteriormente, se apreciará la formación de una bolita de plomo (color gris metálico), o se
formará una película de este metal sobre la pared del tubo.
Reacción entre ioduro de potasio y nitrato de plomo (II). Se necesita preparar previamente
una disolución acuosa de ioduro de potasio (KI) y otra de nitrato de plomo (II), cuya fórmula es
Pb(NO3)2. Para ello, podemos echar en un vaso de precipitados un poco de soluto (basta con me-
nos de 1 gramo) y añadir agua destilada hasta que se disuelva totalmente. Obtenemos así dos
disoluciones transparentes. Luego, mediante un embudo podemos echar unos 5 ml de una de las
188
6. Reacciones químicas
KI
Pb(NO3)2 PbI2
Comprobaremos que, tras añadir las gotas de la disolución de KI, se forma inmediatamente un
precipitado amorfo de color amarillo de ioduro de plomo (II), que desaparece al calentar. Si pos-
teriormente se enfría (por ejemplo metiendo el tubo en un recipiente con agua), se producen unos
cristalitos de ioduro de plomo (II) de color amarillo (fenómeno conocido como lluvia de oro).
Reacción entre yodo y aluminio. Esta reacción es muy exotérmica, por lo que debe ser realiza-
da por el profesor en una vitrina de gases. Como reactivos se utilizan yodo y aluminio en polvo.
Se pesan 2 g de I2 seco en polvo (si no está en polvo, se tritura en un mortero) y se le añaden 0’3
g de Al en polvo (con cuidado, ya que éste es muy ligero y se puede desparramar fácilmente).
Se depositan ambos sólidos sobre un papel de filtro seco y se mezclan bien con una espátula (sin
machacarlos, ya que en ese caso se podría iniciar la reacción). Se vierte la mezcla dentro de una
cápsula de porcelana o sobre un vidrio de reloj y se coloca en una campana de gases.
Se añaden a la mezcla unas gotas de agua y se espera un momento. Al cabo de unos segundos se
observa la formación de vapor de agua, al tiempo que se desprende yodo gaseoso (color violeta)
y a continuación, la mezcla se inflama. En la reacción se forma yoduro de aluminio AlI 3. Para
comprobarlo, se puede disolver en agua el polvo blanco formado y añadir unas gotas de nitrato
de plata. La formación de un precipitado amarillo indica la presencia de yoduro.
En los ejemplos anteriores, habréis tenido ocasión de comprobar algunos efectos que parecen ser
característicos de las reacciones químicas: desprendimiento de un gas, formación de un precipi-
tado, cambio de color, etc. No obstante, esos efectos, en sí mismos, no siempre garantizan que
haya tenido lugar un cambio químico. Pensemos por ejemplo, en el cambio de color (y sabor)
que se produce cuando mezclamos café con leche, en las burbujas de gas que se desprenden al
abrir una botella de cava, en la sustancia de color blanco que se deposita en las resistencias de los
lavaplatos y lavadoras, en la sustancia blanca que precipita al dejar enfriar leche en un vaso, etc.,
que no son indicativos de ninguna reacción química.
A.3. ¿Por qué los cambios que acabamos de citar no se asocian a una reacción química?
189
6. Reacciones químicas
Para que pueda hablarse de una reacción química, han de producirse nuevas sustancias (produc-
tos de la reacción) diferentes a las sustancias iniciales (reaccionantes), cosa que no ocurre en
ninguno de los ejemplos que acabamos de citar. Sin embargo, en las reacciones que hemos visto
anteriormente, sí que se producían nuevas sustancias. Así, por ejemplo, al reaccionar el ácido
clorhídrico con cinc, se desprende hidrógeno, al tiempo que desaparece el zinc. Al reaccionar el
nitrato de plomo (II) con el ioduro de potasio se obtienen unos cristalitos amarillos de una nueva
sustancia, que no había antes, llamada ioduro de plomo (II) y, al arder el magnesio, se produce
óxido de magnesio. El problema esencial para decidir si ha habido o no una reacción química es,
pues, determinar si se han producido o no nuevas sustancias que no existían antes.
A.4. Clasificad los siguientes procesos como químicos o como físicos, señalando los criterios
utilizados para ello: destilación del vino, dilatación de un gas, evaporación del agua, combus-
tión del gas butano, corrosión del hierro, disolución de sal común en agua, obtención de hierro
a partir de sus minerales.
En la destilación del vino se obtiene alcohol (etanol), pero esa sustancia no es nueva sino que ya
estaba presente (disuelta) en el vino. (Un vino que tenga, por ejemplo, 12º quiere decir que con-
tiene 12 ml de alcohol por cada 100 ml de vino). El vino es una mezcla de muchas sustancias y,
una de ellas, es el alcohol.
Al dilatarse un gas, tiene lugar un aumento de volumen, pero no se produce ninguna sustancia
nueva a causa de ello. Análogamente ocurre en los cambios físicos de estado: cuando, por ejem-
plo, se pasa de agua líquida a vapor, la sustancia sigue siendo agua (algunas personas piensan,
erróneamente, que el vapor de agua es una mezcla de hidrógeno y de oxígeno).
La combustión del gas butano (o de cualquier otra sustancia), sí que es una reacción química en
la que el butano (o la sustancia que sea) se combina con el oxígeno del aire para dar sustancias
nuevas (en el ejemplo del butano se producen CO2 y H2O). Análogamente ocurre en la corrosión
del hierro donde se produce una nueva sustancia que no había antes (óxido de hierro).
Una disolución de sal común en agua, no se considera una reacción química porque la sal puede
recuperarse por evaporación cuidadosa del agua. El proceso sería, pues, un cambio físico.
La obtención del hierro a partir de sus minerales es una reacción similar a la que hemos propues-
to sobre la obtención de plomo a partir de óxido de plomo y carbono activo. Es cierto que los
átomos de hierro están presentes en el mineral de hierro de que se parta, pero no están simple-
mente mezclados con otros sino que se hallan enlazados con otros átomos formando compues-
tos químicos (por ejemplo óxidos de hierro). Se trata de una reacción de descomposición.
Hemos visto que, lo que caracteriza esencialmente a una reacción química es que, a partir de
unas sustancias, llamadas reaccionantes, se obtengan otras sustancias diferentes (que no estaban
antes), llamadas productos de la reacción:
190
6. Reacciones químicas
No obstante, sabemos que todas las sustancias químicas están formadas, en general, por agrupa-
ciones de átomos (como, por ejemplo, las moléculas: H2O, NH3, O2, etc.) y que los átomos, en
las reacciones químicas, no se crean ni se destruyen.
A.5. Si en cualquier cambio químico que se realice en un recipiente cerrado los átomos que in-
tervienen son siempre los mismos, ¿cómo se puede explicar entonces que se formen nuevas sus-
tancias?
Debemos pensar que, en los productos, hay los mismos átomos que en los reaccionantes, solo
que formando enlaces distintos a los que formaban en los reaccionantes. Así, por ejemplo, al
reaccionar hidrógeno (H2) con oxígeno (O2) se forma agua (H2O). Como vemos, tanto en los
reaccionantes como en los productos hay los mismos átomos (de hidrógeno y de oxígeno), pero
en los reaccionantes esos átomos están unidos formando moléculas de H2 (enlace H-H) y de O2
(enlace O=O), mientras que en el producto de la reacción, están unidos de forma diferente (dos
enlaces H-O) dando lugar al agua (H2O), una sustancia muy diferente al oxígeno y al hidrógeno.
A.6. Explicad a modo de hipótesis cómo tiene lugar una reacción química. Señalad las principa-
les etapas del proceso. Concretad, por ejemplo, para el caso de la transformación de hidrógeno
y oxígeno en agua.
Para que una reacción tenga lugar, se necesita que se rompan los enlaces que forman las molécu-
las de las sustancias reaccionantes para que, a continuación, se formen enlaces entre nuevas
agrupaciones de átomos, dando lugar así, a las nuevas sustancias (productos de la reacción). El
choque entre partículas (que ya sabemos que no son bolas macizas), hace posible tanto la ruptura
de enlaces (si la energía del choque es suficiente) como el establecimiento de nuevas uniones. El
modelo que estamos manejando permite pensar que esto ocurre porque las partículas que chocan
con una dirección favorable han de superar una energía mínima necesaria para que se puedan
romper unos enlaces y formar otros (es decir, para que el choque sea "efectivo").
191
6. Reacciones químicas
El agua es una sustancia cuyas moléculas están formadas por átomos de hidrógeno y de oxígeno
pero, a pesar de ello, sus propiedades son muy distintas a las de el hidrógeno o el oxígeno. Así, el
agua funde a 0ºC y hierve a 100 ºC (a una presión de 1 atm), siendo su densidad de 1 g/cm3 (a 1 atm
de presión y una temperatura de 4ºC); mientras que el hidrógeno, por ejemplo, es una sustancia que
funde a -259 ºC y hierve a -253ºC (a una presión de 1 atm), siendo su densidad de tan solo 0’0009
g/cm3 (a 1 atm de presión y una temperatura de 0ºC).
Así pues: En una reacción química los átomos son los mismos en los reaccionantes que en los
productos pero, al estar unidos de forma diferente, hacen que los productos de la reacción
sean sustancias de propiedades distintas a las de partida.
Este modelo elemental de reacción química nos indica que, en una reacción, a nivel microscópi-
co, lo que tiene lugar es una "reorganización" de los átomos que constituyen las sustancias reac-
cionantes, para dar lugar a nuevas sustancias. El proceso se puede esquematizar globalmente (es
decir, aunque no sepamos los posibles pasos intermedios) diciendo que cada molécula de oxíge-
no que reacciona, lo hace con dos de hidrógeno para dar dos moléculas de agua:
H2O
+
H2 H2
O2
H2O
Al mismo tiempo, esta reorganización de átomos condiciona los productos que se obtendrán en la
reacción, dado que solo podrán obtenerse sustancias formadas por elementos cuyos átomos se
encuentren presentes en los reactivos. Esta aplicación práctica de la hipótesis de Dalton, permite
rechazar la idea de la transmutación, fenómeno en el que se creyó durante muchos siglos y error en
el que, todavía actualmente, es fácil incurrir, si no se tiene en cuenta el análisis microscópico de la
reacción.
En la práctica, toda reacción química se representa mediante una ecuación llamada “ecuación
química” que, en nuestro caso, sería la siguiente:
Como podemos ver, en ella están representadas todas las sustancias que participan en la reacción
(tanto reaccionantes como productos), la proporción en que se combinan y la fase de cada sus-
tancia (en las condiciones de presión y temperatura a que tiene lugar la reacción). La ecuación
anterior puede leerse diciendo que:
192
6. Reacciones químicas
En la síntesis del agua, cada molécula de oxígeno que reacciona lo hace con dos de hidróge-
no para dar dos moléculas de agua.
Los números que hay delante de las fórmulas se llaman coeficientes. Normalmente son los
números enteros más pequeños posibles, pero no hay inconveniente en poner números más gran-
des o incluso fracciones, siempre que se respete la proporción. Así, la reacción de formación del
agua también podría expresarse mediante otras ecuaciones como, por ejemplo:
4 H2 (g) + 2 O2 (g) 4 H2O (g) ; 10 H2 (g) + 5 O2 (g) 10 H2O (g) ; H2 (g) + 1/2 O2 (g) H2O (g)
Todas las ecuaciones anteriores significan lo mismo: que por cada molécula de oxígeno que re-
acciona, se necesitan dos de hidrógeno y se forman dos de agua. Los coeficientes, pues, nunca
deben interpretarse como el número de moléculas que realmente hay, sino como la proporción en
que reaccionantes y productos participan en la reacción. En realidad, en cualquier reacción quí-
mica el número de moléculas o agregados de átomos en general que participan suele ser inmen-
samente grande (muchos millones de millones).
A.7. La ecuación de una determinada reacción viene dada por 2S + 3O2 2SO3 . Si mezclamos
en un recipiente cerrado S ( ) y O2 (), y los hacemos reaccionar,¿cuál de los esquemas si-
guientes representa el resultado?
d) 3X + 8Y 3XY2 + 2Y e) X + 4Y XY2
De acuerdo con el modelo anterior, en una reacción química (que se realice en un medio aislado del
exterior) los átomos son siempre los mismos, solo que en los productos de la reacción están agrupa-
dos de manera diferente que en las sustancias reaccionantes. Una consecuencia de esto es que el
número de átomos de cada elemento deberá de ser el mismo en ambos lados de la ecuación, de mo-
193
6. Reacciones químicas
do que, una vez escritas las fórmulas de reaccionantes y productos, puede ser necesario ajustar la
ecuación (equilibrarla) colocando los coeficientes adecuados (sin cambiar las fórmulas mismas).
A.9. El hierro en contacto con el oxígeno forma, en determinadas condiciones, óxido de hierro
(III). Escribid la ecuación correspondiente a dicha reacción y proponed un método general para
escribir correctamente una ecuación química.
Al ajustar una ecuación química es preciso estar atento a los posibles errores que se pueden co-
meter. Estos suelen ser principalmente de dos tipos: aplicar la conservación de los átomos cam-
biando las fórmulas de los compuestos (por ejemplo O2 + Fe FeO2), o ignorar la conserva-
ción (Fe + O2 Fe2O3). Para evitarlos, conviene escribir en primer lugar las fórmulas de reac-
cionantes y productos y luego, proceder a ajustar los coeficientes para que hayan los mismos
átomos en ambos lados, pero sin modificar para nada las fórmulas, es decir, sin cambiar los sub-
índices que aparecen en ellas y las caracterizan.
A.10. Escribid las ecuaciones químicas ajustadas, correspondientes a los siguientes procesos:
A partir del modelo elemental de reacción química que hemos elaborado, podemos derivar una serie
de consecuencias cuya contrastación experimental nos ayudará a profundizar en dicho modelo y
contribuirá a su vez a aumentar la validez del mismo. En los apartados siguientes, analizaremos
algunas de dichas consecuencias.
Hemos visto que una reacción química puede interpretarse mediante choques entre partículas, con
rotura de unos enlaces y formación de otros nuevos. Así se explica que unas sustancias determina-
das (reaccionantes) se transformen en otras diferentes (productos de la reacción).
194
6. Reacciones químicas
A.11. ¿Qué podría ocurrir si, en las condiciones adecuadas, se hicieran reaccionar entre sí las
moléculas de los productos de una reacción?
Dado que están formadas por los mismos átomos que las sustancias reaccionantes sería posible ob-
tener de nuevo las sustancias de partida, es decir, habrá algunas reacciones que serán reversibles.
Éste es el caso, por ejemplo, del agua, como veremos a continuación.
A B
pila
La identificación de los gases producidos es relativamente sencilla. Para ello, basta acercar una asti-
lla o un papel incandescente al tubo B y observar que inmediatamente se enciende, produciéndose
una llama. El tubo contiene oxígeno, que aviva la combustión de la astilla. Si acercamos una llama
al tubo A invertido (sin nada de agua) observaremos que el gas se inflama, produciéndose una pe-
queña detonación, lo que es indicativo de la presencia de hidrógeno. Además, en las paredes del
tubo de ensayo podremos observar que han condensado gotas de agua. Esa agua proviene de la
rápida reacción del hidrógeno que había dentro del tubo, con el oxígeno del aire.
Así, pues, estamos hablando de una reacción reversible, según la cual, la electrólisis del agua es una
reacción química en la que el agua (una sustancia química) se descompone en oxígeno e hidrógeno
(dos sustancias diferentes). A su vez, en la reacción inversa, se produce la combustión del hidrógeno
(reacción con el oxígeno del aire) cuando se le acerca la llama, dando lugar a la síntesis de agua.
El número de partículas (átomos o moléculas) que intervienen en general en una reacción quími-
ca es enormemente grande (aunque la masa de las sustancias que intervengan sea de unos pocos
gramos). Con ayuda de la ecuación química correctamente escrita y ajustada, podemos saber
muy fácilmente p.e, cuantas moléculas de un determinado producto se podrían obtener: para ello,
basta mirar los coeficientes que aparecen en la ecuación y efectuar una sencilla proporción.
195
6. Reacciones químicas
A.12. El nitrógeno gas puede reaccionar con el hidrógeno gas para obtener amoniaco gas. Calcu-
lad cuantas moléculas de amoniaco se podrán formar por cada 20.000 millones de moléculas de
nitrógeno que reaccionen. Rdo. 40.000 millones de moléculas de amoniaco.
Ahora bien, más que saber cuántas moléculas de un producto determinado se podrían obtener, lo
que nos interesa es conocer la cantidad de ese producto en gramos, kilogramos, litros, etc.,
(según el caso). Sería muy útil disponer de un método que nos permitiese calcular rápidamente, a
partir de un número dado de partículas de una sustancia determinada, la masa o el volumen co-
rrespondiente de dicha sustancia. Ello puede hacerse fácilmente mediante un concepto funda-
mental en química: el concepto de mol.
Las actividades que siguen a continuación están destinadas a introducir el concepto de mol.
A.13. Comprobad que, dadas dos muestras de dos elementos cualesquiera, siempre que sus ma-
sas expresadas en gramos coincidan numéricamente con sus respectivas masas atómicas relati-
vas, el número de átomos presentes de cada uno será el mismo.
La masa atómica relativa del hidrógeno es 1 y la del carbono 12. Eso significa que, cada átomo
de carbono, tiene una masa 12 veces mayor que la de un átomo de hidrógeno. Por tanto, si tene-
mos 1 g de hidrógeno necesitaremos 12 g de carbono para estar seguros de tener el mismo núme-
ro de átomos de carbono que de hidrógeno.
1g de hidrógeno = mH · NH
12 g de carbono = mC · NC
Pero, sabemos que mC = 12 · mH con lo que, sustituyendo en la segunda ecuación, nos queda:
12 g de carbono = 12 · mH · NC
1 mH N H N
Dividiendo ahora ambas ecuaciones: 1 H NC = NH
12 12 m H N C NC
Análogamente podríamos haber hecho utilizando nitrógeno (masa atómica relativa 14), oxigeno
(masa atómica relativa 16), o cualquier otro elemento en lugar del carbono. En todos los casos
llegaríamos a la misma conclusión:
196
6. Reacciones químicas
A.14. Comprobad que, dado un compuesto químico cualquiera, siempre que su masa expresada
en gramos coincida numéricamente con su masa molecular relativa, el número de moléculas
será el mismo que el número de átomos de hidrógeno existentes en 1 g de hidrógeno, es decir,
NA.
La masa molecular relativa del agua es 18. Eso significa que cada molécula de agua tiene una
masa 18 veces mayor que la de un átomo de hidrógeno. Por tanto, si tenemos 1 g de hidrógeno
necesitaremos 18 g de agua para estar seguros de tener el mismo número moléculas de agua que
de átomos de hidrógeno.
1g de hidrógeno = mH · NH
18 g de agua = m H 2O · N H 2O
Pero, sabemos que m H 2O = 18 · mH con lo que, sustituyendo en la segunda ecuación, nos queda:
18 g de agua = 18 · mH · N H 2O
1 mH N H N
Dividiendo ahora ambas ecuaciones: 1 H N H 2O N H
18 18 m H N H 2O N H 2O
Análogamente podríamos haber hecho utilizando amoniaco (masa molecular relativa 17), cloruro
de hidrógeno (masa molecular relativa 36’5), o cualquier otro compuesto en lugar del agua. En
todos los casos llegaríamos a la misma conclusión:
Así pues y como conclusión podemos afirmar que: siempre que tengamos masas de sustancias
expresadas en gramos, que numéricamente coincidan con sus masas atómicas o molecula-
res, en dichas masas habrán NA átomos o NA moléculas respectivamente. Se trata de una
conclusión a recordar ya que en ella se basa, como veremos, el concepto de mol.
Un mol (o bien una mol) se define como la cantidad de sustancia de un sistema que contiene
el número de Avogadro de las entidades elementales características de dicha sustancia, en-
tendiendo como tales entidades a los átomos o agrupaciones de átomos propias o características
de dicha sustancia (la parte más pequeña de una sustancia química dada). A dicha entidad ele-
197
6. Reacciones químicas
mental (Na para el sodio, He para el helio, O2 para el oxígeno, O3 para el ozono, NaCl para el
cloruro de sodio, NH3 para el amoniaco, etc.,) la llamaremos: “unidad fórmula”.
La unidad fórmula suele corresponder a átomos (como ocurre en He, Fe, Ca ...), moléculas (co-
mo en H2O, H2, HCl, O2, O3, H2SO4 ....), iones o agrupaciones de iones (como en NaCl, CaF2 ...).
El mol es pues, la unidad en que se mide una magnitud denominada cantidad de sustancia al
igual que, por ejemplo, el gramo es una unidad que se utiliza para medir una magnitud llamada
masa.
A.15. Supongamos que en una cierta cantidad de sustancia hay un total de N partículas determina-
das y que se conoce el valor de N. Proponed una expresión que sirva para obtener cuántos moles
de esas partículas existen en dicha cantidad de sustancia.
Como en 1 mol hay NA partículas, para hallar el número de moles (n) que hay en N partículas,
habrá que dividir el total de partículas que tenemos (N) entre el número de partículas que forman
1 mol (NA). Por tanto:
N
n
NA
En la expresión anterior, cuando N sea el número total de átomos, n será el número de moles de
átomos; cuando N sea el número total de moléculas, n será el número de moles de moléculas,
etc.
A.16. Averiguad cuántos moles de moléculas de agua hay en 602 billones (602· 1012) de molé-
culas de agua. Rdo.10-9 moles
A.17. Calculad cuántas moléculas de nitrógeno hay en 5 moles de nitrógeno. ¿Cuántos átomos
de nitrógeno habrá? Rdo. 3’01·1024 moléculas de N2; 6’02·1024 átomos de N
Se denomina masa molar de una sustancia química a una magnitud cuyo valor numérico coinci-
de con el de la masa correspondiente a un mol de las entidades elementales características que
conforman dicha sustancia. Dicha magnitud se designa por M. Cuando se expresa en g/mol su
valor numérico coincide con el de la masa molecular relativa (en el caso de que las entidades
elementales de la sustancia sean moléculas o agregados de iones) o con el de la masa atómica
relativa (en el caso de que las entidades elementales de la sustancia sean átomos simples).
Así, por ejemplo, si la masa molecular relativa del agua es 18, su masa molar sería 18 g/mol y
eso significa que cada mol de moléculas de agua (las entidades elementales del agua) tiene una
masa de 18 g. Análogamente, si la masa molecular relativa del nitrógeno es 28, su masa molar
relativa sería 28 g/mol, lo que significaría que un mol de moléculas de nitrógeno (las entidades
elementales del nitrógeno) poseería una masa de 28 g.
A.18. Averiguad la masa molar del neón, oro, nitrógeno, ozono, ácido sulfúrico y cloruro de
magnesio, indicando su significado. Rdo. 20’18, 196’97, 28’02, 48, 98 y 95’31 g/mol, respecti-
vamente.
En adelante, pues, para expresar la masa molar M de una sustancia pura se dará su masa molecu-
lar o su masa atómica (según corresponda), acompañada de la unidad g/mol.
198
6. Reacciones químicas
A.19. Deducid qué relación existirá entre la masa expresada en g de una cierta muestra de una
sustancia, su masa molar expresada en g/mol y el numero de moles de dicha sustancia.
Como la masa en gramos de 1 mol de sustancia coincide con su masa molar M expresada en
g/mol, para hallar el número de moles (n) que hay en una masa total de “m” gramos de una sus-
tancia, habrá que dividir el valor de dicha masa entre los gramos que corresponden a 1 mol (da-
dos por M). Por tanto:
m
n
M
En la expresión anterior, n siempre corresponde a los moles de las partículas (átomos o agrupa-
ciones de átomos) propias o características de la sustancia en cuestión.
A.21. Determinad a qué masa en gramos corresponderán las siguientes cantidades en moles:
a) 4 moles de átomos de oxígeno. b) 5 moles de sodio.
c) 3’2 moles de ácido sulfúrico. d) 1'5 moles de cloruro de aluminio
A.23. Averiguad en cuál de los siguientes casos hay más gramos de sustancia.
a) 0’2 g de ácido nítrico b) 0’5 moles de sodio.
c) 1/4 moles de dióxido de carbono d) Mil millones de átomos de plomo.
Rdo. En el b.
A.24. Partiendo de un litro de agua líquida, realizad los cálculos necesarios para saber:
a)Cuántos moles de agua hay. b) Cuántos gramos de hidrógeno y cuántos de oxígeno.
A.25. Determinad la masa en gramos de una sola molécula de agua. A continuación haced un
cálculo aproximado de cuántas moléculas de agua puede haber en una gota de dicho compuesto.
199
6. Reacciones químicas
Una gran parte de las sustancias que se manejan en un laboratorio se hallan en disolución, por lo
que nos interesa también saber calcular la cantidad en moles de una sustancia que se encuentre
disuelta. Conviene tener en cuenta que una disolución no tiene que ser necesariamente de un
sólido en un líquido. Se dan también otros casos como, por ejemplo, gases en líquidos (como
ocurre con las bebidas carbónicas), líquidos en líquidos, etc. En general en una disolución a la
sustancia que se encuentra en mayor cantidad se la denomina disolvente y al resto soluto o solu-
tos. Cuanto más soluto exista en un volumen determinado de disolución, decimos que mayor es
su concentración en dicho soluto.
La unidad de medida para la molaridad es moles de soluto/ litro de disolución. Así, por ejemplo,
cuando decimos que la molaridad de una disolución es de 5 moles/ℓ estamos indicando que, cada
litro de esa disolución contiene 5 moles de soluto. También se puede escribir como C = 5 M (léa-
se 5 molar).
A.26. Proponed una expresión que sirva para calcular la molaridad de una disolución conociendo
la masa de soluto X que hay disuelto, su masa molar y el volumen total de la disolución.
Bastará dividir el total de moles de soluto existentes (ns) en la disolución, entre el volumen total de
la disolución expresado en litros, de esa forma sabremos cuántos moles de soluto hay por cada litro
de disolución. Por tanto:
moles de soluto n ms
C C s . Como ns = ms/M, se obtiene fácilmente: C
litros de disolución V M V
A.27. Calculad la molaridad de una disolución preparada disolviendo 8’45 g de sulfato de cobre
(II) en agua hasta obtener un volumen de 850 cm3 de disolución. (Buscad datos necesarios en un
sistema periódico).
A.28. Describid detalladamente cómo se podrían preparar 500 cm3 de una disolución de sulfato
de cobre (II) 1’5 M.
A.29. Calculad cuántos gramos de cloruro de sodio hay en 250 cm 3 de una disolución acuosa
0’1 M de dicha sal. Rdo. 1’46 g
A.30. Calculad la concentración molar de una disolución preparada disolviendo 7’0 cm 3 de una
disolución acuosa de HCl 12 M en agua destilada de modo que se obtengan 200 cm 3 de disolu-
ción final. Rdo. C = 0’42 M
200
6. Reacciones químicas
Cuando leemos la ecuación correspondiente a una reacción química, estamos obteniendo infor-
mación acerca de la proporción en que las distintas sustancias participan en la misma y, puesto
que lo que tenemos son proporciones, esta información se puede utilizar tanto en términos de
partículas como en moles de partículas.
A.31. La combustión del butano es una reacción química muy utilizada, ya que la energía que se
obtiene a partir de la misma se suele utilizar para calefacción, cocinar, etc. Como todos los
hidrocarburos (compuestos de carbono e hidrógeno), cuando el butano se quema en el aire,
produce dióxido de carbono y agua: 2C4H10 (g) + 13 O2 (g) 10 H2O (g) + 8 CO2 (g)
Extraed toda la información contenida en la misma.
La ecuación química mostrada proporciona información cualitativa acerca de las sustancias que
intervienen (composición y estado físico) y también información cuantitativa en dos escalas: la
escala atómica (proporción en que se combinan las moléculas) y la escala macroscópica (propor-
ción en que se combinan los moles de las distintas sustancias que intervienen). En la figura si-
guiente se representa de forma esquemática la proporción en que se combinan las partículas de
las sustancias reaccionantes y de los productos de la reacción:
Cada 2 moléculas de butano que reaccionan lo hacen con 13 moléculas de oxígeno para
formar 10 moléculas de agua y 8 moléculas de dióxido de carbono.
Conviene tener en cuenta que los coeficientes indican la proporción en que se combinan las
partículas y no, por supuesto, el número de partículas que intervienen realmente en la reacción,
que, habitualmente, es inmenso. Dicha ecuación nos indica también que, por ejemplo, cada 20
millones de moléculas de butano que reaccionen, lo harán con 130 millones de moléculas de
oxígeno para dar 100 millones de moléculas de agua y 80 millones de dióxido de carbono. Por lo
tanto igual podemos referirnos al número de Avogadro de moléculas y afirmar a nivel macroscó-
pico que:
Cada 2 moles de moléculas de butano que reaccionan lo hacen con 13 moles de moléculas
de oxígeno para dar 10 moles de moléculas de agua y 8 moles de moléculas de dióxido de
carbono.
En la identidad anterior es donde reside la gran ventaja de utilizar el concepto de mol: todo lo
que digamos acerca de la proporción en que se combinan las partículas en una reacción química,
es también válido para la proporción en que se combinan los moles de esas mismas partículas, es
decir, los coeficientes que aparecen delante de las fórmulas en las ecuaciones químicas ajustadas,
pueden significar tanto partículas como moles de partículas y utilizar los moles de cantidad de
sustancia para calcular, por ejemplo, los gramos de masa, es algo que ya sabemos hacer.
201
6. Reacciones químicas
La ecuación química ajustada es: 2 C4H10 (g) + 13 O2 (g) 10 H2O (g) + 8 CO2 (g)
Para responder la pregunta que se plantea, podemos hallar en primer lugar cuántos moles de bu-
tano hay en esa masa de 12 kg.
2 206'9
nCO2 = 206’9·8/2 = 827’6 moles
8 nCO2
Conviene tener en cuenta que las reacciones químicas no suelen ocurrir de manera que todas las
sustancias reaccionantes se transforman totalmente en productos de la reacción. Lo habitual es
que, por ejemplo, cuando son varias las sustancias iniciales que reaccionan siempre sobre algo de
una u otra. Además si la reacción transcurre en un medio cerrado, en ocasiones es posible que los
productos también puedan reaccionar y volver a dar las sustancias de partida.
Los coeficientes que aparecen delante de las fórmulas en una ecuación que represente una
reacción química jamás indican los moles realmente existentes de las sustancias que inter-
vienen, sino la proporción en que dichos moles se combinan.
Los ácidos atacan a muchos metales desprendiéndose hidrógeno gas a consecuencia de la reac-
ción. En el problema siguiente se trata uno de estos casos a modo de ejemplo:
A.33. El ácido clorhídrico HCl reacciona con Zn (sólido) formándose cloruro de cinc (acuoso)
(ZnCl2) e hidrógeno (gas) que se desprende.
a) Escribid la ecuación química correspondiente debidamente ajustada.
b) ¿Qué volumen (en cm3) de una disolución de HCl de concentración 2 moles/l se habrá necesi-
tado, como mínimo, para que reaccionen totalmente 25 g de cinc?
c) ¿Qué masa de hidrógeno se habrá producido?
202
6. Reacciones químicas
A.34. En un brasero de los que antes se colocaban debajo de las mesas para calentarse los pies,
se quema carbón en un medio que, a menudo, está poco oxigenado, con lo cual la combustión
del carbono presente produciría en este caso monóxido de carbono venenoso.
a) Escribid correctamente la ecuación química correspondiente a la reacción del C(s) con el oxí-
geno para dar dicho gas.
b) Calculad los gramos de CO(g) que se obtendrían mediante la combustión de 400 g de C según
la reacción anterior
c) Determinad la masa de oxígeno empleada en dicha combustión.
De acuerdo con las actividades anteriores, podemos establecer un método general para resolver los
problemas de estequiometría. Esencialmente se trataría de asegurarse, en primer lugar, que la ecua-
ción química está correctamente escrita. Luego, se expresarían todos los datos del problema en mo-
les, utilizando para ello las relaciones necesarias (según que esos datos se hayan proporcionado co-
mo masas, número de partículas, volúmenes de disoluciones, etc.). Después, mediante las propor-
ciones en que se combinan los moles de las sustancias presentes en la ecuación, se obtendrían las
incógnitas, expresadas en moles. Finalmente habría que obtener, a partir de esos moles y de las rela-
ciones pertinentes, los valores de las incógnitas en las unidades en que se nos pide en el enunciado.
Un posible esquema del proceso descrito sería:
DATOS INCÓGNITAS
Masa Masa
Volumen disolución Volumen disolución
Número de partículas Número de partículas
… …
Relaciones
moles molares deducidas moles
de de la ecuación de
datos ajustada incógnitas
Nota: No se han incluido cálculos estequiométricos con sustancias en estado gaseoso. No obstante, si el
profesor desea hacerlo, puede extraer para ello el material correspondiente de los temas 6 (ecuación de los
gases) y 9 (estequiometria y problemas) del libro de 1º de bachillerato.
8. VELOCIDAD DE REACCIÓN
El modelo de reacción química que hemos venido manejando se basa, como hemos visto, en su-
poner que una reacción tiene lugar mediante colisiones entre las partículas (moléculas, átomos,
iones) de las sustancias reaccionantes. A causa de esos choques, se produce la rotura de unos
enlaces y la formación de otros nuevos, dando lugar a otras sustancias (productos de la reacción).
Una vez conocido este hecho, la pregunta que se nos plantea es, ¿podemos favorecer una reacción
química haciendo que transcurra más rápidamente?
A.35. ¿Qué interés puede tener que una reacción química se produzca más o menos rápidamente?
203
6. Reacciones químicas
Que una reacción química se produzca lo antes posible tiene gran importancia en la industria, ya
que, para que la fabricación de determinados productos sea rentable, es evidente que ha de poder
hacerse en un tiempo no demasiado grande.
En muchos casos, para aumentar o retardar la velocidad propia a la que transcurre una reacción
se emplean “catalizadores”, que son sustancias que no se consumen en la reacción pero que, de
alguna manera, modifican su velocidad. Un ejemplo es la formación de agua a partir de hidróge-
no y oxígeno gaseosos. Por ejemplo, a temperatura ambiente, la velocidad de reacción de la
mezcla de H2(g) y O2(g), es prácticamente nula. Sin embargo, si ponemos esta mezcla gaseosa en
contacto con una rejilla de platino, el hidrógeno empieza a reaccionar rápidamente con el oxíge-
no para formar agua. Los conservantes que se emplean en el envasado de conservas son cataliza-
dores que disminuyen la velocidad de la reacción, de manera que los alimentos se conserven
durante más tiempo sin estropearse.
Los procesos metabólicos que sustentan la vida, y en los cuales están implicadas complejas
moléculas que tienen que ser sintetizadas (anabolismo) o degradadas (catabolismo), necesitan la
presencia de sustancias, llamadas biocatalizadores (enzimas, vitaminas, hormonas, etc.) que ace-
leren y, a veces, detengan, esos procesos químicos.
La velocidad de las reacciones químicas depende de varios factores y ello se puede comprobar
experimentalmente. Sin embargo, si el modelo elemental de reacción química que venimos ma-
nejando es válido, deberá no solo explicar los hechos experimentales, sino también incluso poder
predecir algunos de ellos.
A.36. Indicad, a modo de hipótesis, partiendo del modelo de reacción establecido hasta aquí,
qué factores pueden influir en la velocidad de reacción y cómo cabe esperar que influyan, justi-
ficando cualitativamente todo ello.
Partiendo del modelo de colisiones podemos pensar que la velocidad de una reacción química
dependa de:
a) El grado de división de las sustancias reaccionantes (en aquellas reacciones en las que inter-
vengan sustancias reaccionantes en fase sólida). Concretamente cabe suponer que, cuanto mayor
sea dicho grado de división, mayor será la velocidad a la que transcurre la reacción, ya que au-
mentar el grado de división implica aumentar la superficie de contacto entre los reactivos y, por
tanto, el número de choques por unidad de tiempo y de superficie.
204
6. Reacciones químicas
número de choques eficaces (capaces de romper los enlaces de los reactivos para formar poste-
riormente los productos), haciendo que la reacción transcurra más rápidamente.
Son muchas las experiencias que pueden mostrar cómo al aumentar el grado de división de algu-
na de las sustancias reaccionantes se puede aumentar (a veces espectacularmente) la velocidad a
la que transcurre una reacción química. A título de ejemplo proponemos algunas de ellas.
Una barrita de hierro se puede calentar a la llama de un mechero y no se quema. Sin embargo, si
la sustituimos por un poco de hierro en polvo (que colocaremos en la punta de una espátula),
veremos cómo este arde combinándose con el oxígeno del aire.
El vinagre ataca al mármol y muchos habréis podido comprobarlo por las manchas que deja en
algunos bancos de cocina. Una experiencia muy sencilla de realizar consiste en disponer de dos
trozos aproximadamente iguales de mármol (carbonato de calcio, CaCO3) y pulverizar sólo uno
de ellos. A continuación se colocan en sendos vasos de precipitados y se les añade vinagre co-
mercial. A simple vista se puede reconocer (por las burbujas que se producen) que, en el caso del
mármol machacado, la reacción se produce más rápidamente.
El mismo fenómeno puede observarse haciendo reaccionar el HCl concentrado (por ejemplo 2
M) con otros reaccionantes habitualmente disponibles en los laboratorios de los centros escolares
como, por ejemplo, polvo de magnesio y cinta de magnesio o polvo de cinc y granalla de cinc
(siempre con las precauciones necesarias, usando cantidades mínimas, y con el control del profe-
sor, aquí y en el resto de experiencias).
Otro de los factores que, de acuerdo con el modelo de reacción, debería influir en la velocidad es
la concentración de las sustancias reaccionantes. Utilizando las sustancias propuestas anterior-
mente, es fácil ver de forma cualitativa que si, por ejemplo, en lugar de utilizar ácido clorhídrico
concentrado 2 molar, utilizamos ácido clorhídrico diluido (por ejemplo añadiéndole agua desti-
lada), la velocidad de cualquiera de las reacciones estudiadas disminuye sensiblemente.
205
6. Reacciones químicas
Otra práctica interesante para estudiar el efecto de la concentración en la velocidad de una reac-
ción, es la reacción entre el tiosulfato de sodio y el ácido clorhídrico, en la cual se produce un
precipitado de azufre tanto más rápidamente cuanto mayor sea la concentración.
Para ello, podemos fabricar 200 cm3 de disolución de tiosulfato de sodio con una concentración
de 40 g/l. A continuación utilizaremos 5 vasos de precipitados en los que colocaremos distintos
volúmenes de dicha disolución (50 cm3, 40 cm3, 30 cm3, 20 cm3 y 10 cm3, que rotularemos como
A, B, C, D y E respectivamente). A cada uno de esos vasos (excepto al A, que contiene ya 50
cm3) añadiremos agua destilada hasta completar un volumen de 50 cm 3 de disolución. De esta
forma tendremos 5 disoluciones de tiosulfato de una concentración cada vez menor.
A.37. Hallad las concentraciones en cada una de las disoluciones anteriores desde A hasta E.
Rdo. 40 g/ ℓ; 32 g/ ℓ; 24 g/ ℓ; 16 g/ ℓ; 8 g/ ℓ respectivamente
A continuación colocaremos, debajo de cada uno de esos vasos, un trozo de hoja de papel blanco
en el que habremos dibujado una pequeña cruz, tal y como se indica en la figura. Luego añadi-
remos al primero (A) 6 cm3 de ácido clorhídrico 2 molar y anotaremos el tiempo necesario para
que la cruz desaparezca recubierta por el azufre precipitado. Repetiremos el proceso con cada
uno de los restantes vasos y así, habremos obtenido una tabla de concentraciones y tiempos. El
tiempo en cada caso será indicativo de la velocidad de la reacción.
A.38. ¿Qué cabe esperar que ocurra según el modelo de reacción que venimos manejando?
Conforme la concentración de soluto es mayor, el número de choques entre las partículas reac-
cionantes aumentará y, consecuentemente, también lo hará la velocidad de la reacción, de mane-
ra que, el precipitado de azufre, se formará tanto más deprisa cuanto mayor sea la concentración
de la disolución de tiosulfato. Una forma de visualizar esto de manera global y rápida es repre-
sentar gráficamente la concentración frente al tiempo.
Como hemos señalado al comienzo del apartado, es posible cambiar la velocidad de una reacción
mediante cambios en la temperatura, en el grado de división de los reactivos o en la concentra-
ción de los mismos. La influencia de estos factores se explica por la mayor energía de las molé-
culas, su mayor superficie de exposición o la mayor cantidad de las mismas. Ahora bien, ¿cómo
explicamos la influencia de los catalizadores en la velocidad de una reacción si, además, éstos no
participan en la misma?
Otra cuestión que se nos plantea es la diferente velocidad observada en reacciones muy simila-
res, en las que, manteniendo constantes todos los factores, varia únicamente uno de los reactivos.
Esto ocurre, por ejemplo, en: F2 (g) + H2 (g) 2FH (g) y I2 (g) + H2 (g) 2HI (g). Al llevarlas a
cabo, se observa que la velocidad de reacción es mucho mayor en la primera que en la segunda.
206
6. Reacciones químicas
Las reacciones ocurren debido a las colisiones entre las partículas de reactivos. En dichas coli-
siones se rompen enlaces en las partículas reaccionantes y se forman nuevos enlaces que dan
lugar a las partículas que constituyen los productos de la reacción, a través de un estado interme-
dio inestable, llamado estado de transición, en el que quedan momentáneamente unidas las
partículas reaccionantes.
El estado de transición está formado por las moléculas reaccionantes que han colisionado y han
quedado unidas momentáneamente. Mientras dura, los enlaces de los reactivos se deforman y
debilitan y se empiezan a formar los enlaces que darán lugar a los productos. Se trata de un esta-
do de alta energía, y por lo tanto inestable, por lo que se descompone inmediatamente después de
formarse, para generar los productos de la reacción. En la figura siguiente se ha representado la
reacción entre I2 (g) y H2 (g) para dar HI (g), incluyendo el estado de transición formado. Los en-
laces que se forman en ese estado tienen más longitud y energía que los enlaces I-I, H-H y H-I .
H I H I H I
+
H I H I
H I
Para que una colisión sea eficaz, es decir, para que pueda formarse el estado de transición, se
necesita que las moléculas choquen con una orientación favorable y que lo hagan con la suficien-
te energía cinética como para originar este estado de alta energía química que es el estado de
transición. La energía necesaria para ello recibe el nombre de energía de activación (Ea).
¿Por qué la velocidad de una reacción depende de la naturaleza de las sustancias reaccionan-
tes?¿Cómo pueden influir los catalizadores?
La energía de activación del estado de transición determina el número de choques que son efica-
ces a una determinada temperatura (cuanto mayor sea la energía de activación, menor será la
cantidad de choques que resultarán eficaces), por lo tanto, esa misma energía determina la velo-
cidad de reacción a esa temperatura. Hay que tener en cuenta que la energía de activación tiene
que ver con el número de enlaces que se establecen en el estado de transición y la energía de los
mismos, lo que a su vez depende de la naturaleza de reaccionantes y productos. En consecuencia,
la velocidad de reacción depende de la naturaleza de reactivos y productos y, por lo tanto, será
característica de cada reacción.
207
6. Reacciones químicas
Los catalizadores son sustancias que modifican la velocidad de reacción porque hacen que trans-
curra por caminos distintos a los que se producen cuando ellos no están presentes. En ellos, se
produce un estado de transición diferente, en el que se encuentra el propio catalizador. Al tratarse
de un estado de transición diferente, su energía también lo será y esto explica la acción del cata-
lizador: si rebaja la energía de activación, habrá más choques eficaces para una determinada
temperatura y si la aumenta, habrá menos. En consecuencia, un catalizador positivo disminuye la
energía de activación y aumenta la velocidad de reacción; un catalizador negativo, o veneno de
reacción, aumenta la energía de activación y disminuye la velocidad de reacción.
Dicha reacción ocurre en condiciones ordinarias muy lentamente, pero si en un tubo de ensayo al
que hemos llenado hasta la mitad con agua oxigenada, añadimos un poco de dióxido de manga-
neso (MnO2) como catalizador1 veremos que la reacción de descomposición ocurre rápidamente
(se desprende oxígeno), sin que el catalizador se altere. Podemos comprobar que lo que se des-
prende es oxígeno porque si acercamos con cuidado una cerilla encendida la llama se aviva.
Cuando se echa agua oxigenada sobre la piel no ocurre nada pero si existe una herida, sabemos
que se produce un proceso en el que se desprenden burbujas de oxígeno formándose una especie
de espumilla blanca. Ello ocurre debido a la presencia en nuestra sangre de unas sustancias que
actúan como catalizadores aumentando la velocidad de descomposición del agua oxigenada (aná-
logamente a como lo hacía el MnO2 en la reacción anterior) y que se denominan enzimas. En
cambio, un catalizador negativo para la descomposición del agua oxigenada es la “acetanilida”
ya que la adición de pequeñas cantidades de esta sustancia a una disolución de agua oxigenada,
la estabiliza impidiendo su descomposición.
Para romper cualquier enlace químico (como, por ejemplo, el que mantiene unidos a los dos
átomos de oxígeno en la molécula de O2), se requiere siempre una cierta cantidad de energía. Por
el contrario, cuando se produce un enlace químico entre átomos (o grupos de átomos) inicial-
mente aislados, siempre se "libera" energía. De acuerdo con el principio de conservación de la
energía, la cantidad de energía necesaria para romper un enlace determinado habrá de coincidir
con la energía que se libere al producirse ese mismo enlace.
Como en cualquier reacción química se rompen y se forman muchos enlaces, lo normal será que
la energía total necesaria para romper los enlaces que mantienen unidos a los átomos de los reac-
tivos, formando moléculas u otros agregados (que es la energía que más cuenta), no coincida con
la energía que se desprende en la formación de los enlaces de los productos, por lo que, según el
modelo de reacción que venimos manejando, la mayoría de las reacciones químicas deberán ir
acompañadas de cambios de energía.
1
¡Atención! Añadid muy poca cantidad de catalizador y mantener alejado el tubo de ensayo del cuerpo, sin encarar-
lo hacia él. Si se añade demasiado catalizador, hay peligro de que se produzcan proyecciones. Utilizad siempre gafas
protectoras y realizad la experiencia bajo el control del profesor.
208
6. Reacciones químicas
¿Qué ocurrirá cuando la energía que se libera en la formación de enlaces en los productos supere
a la energía necesaria para romper los enlaces en los reaccionantes? Existen muchos casos de
reacciones químicas en las que, el paso de las sustancias reaccionantes a los productos de la re-
acción, va acompañado de una transferencia de energía mediante calor desde el sistema formado
por los productos de la reacción al medio exterior. A veces podemos darnos cuenta de ello por-
que al tocar el recipiente donde tiene lugar la reacción notamos que está caliente. Este tipo de
procesos se denominan "exotérmicos".
A.39. Enumerad algunos ejemplos importantes en los que se utilice la energía transferida por
una reacción exotérmica al medio exterior.
Podemos referirnos a las combustiones de algunos gases como el butano o el gas natural en don-
de la energía desprendida se suele utilizar para cocinar, calentar viviendas, etc. También pode-
mos citar el motor de explosión basado en la combustión de gasolina, gasóleo, alcohol, butano,
etc., la combustión del carbón para producir electricidad (centrales térmicas), los diversos explo-
sivos, las simples estufas de leña, braseros, etc. Otros ejemplos son el soplete oxhidrílico, las
baterías y pilas eléctricas, los procesos metabólicos de los seres vivos (recordad el calorcillo que
se siente después de una comida copiosa), etc.
Conviene destacar que, en todos los casos, se produce un aporte de energía desde la reacción al
medio circundante, que se traduce normalmente en un aumento de la temperatura del mismo, así
como en cambios diversos (cocción de alimentos, rotura de rocas, producción de movimientos,
etc.).
Esta transferencia de energía mediante calor desde la reacción al medio se produce porque, en
este tipo de reacciones, la energía que se libera en la formación de enlaces en los productos de la
reacción, supera a la energía que se necesita para romper los enlaces en las sustancias reaccio-
nantes. La diferencia se queda en los productos de la reacción y eso se nota porque la temperatu-
ra de éstos aumenta con lo que, si la reacción no ocurre en un recipiente aislado (y el medio exte-
rior y las sustancias reaccionantes están inicialmente a la misma temperatura) se "cede calor" al
medio circundante.
Si realizamos la reacción química propuesta, podremos comprobar que las paredes del vaso se
calientan. Si hemos puesto un termómetro en su interior, observaremos que la temperatura (que
inicialmente era igual a la del ambiente) asciende. Se trata de una reacción exotérmica. Al tener
lugar la reacción se produce una diferencia de temperatura (el sistema formado por las sustancias
que intervienen en la reacción se halla, al final de la misma, a una temperatura mayor que la del
medio exterior). Como el sistema no está aislado, debido a esa diferencia de temperatura, se pro-
duce una transferencia de energía mediante calor desde el sistema al medio exterior. Se suele
decir que "se cede" calor al exterior.
209
6. Reacciones químicas
¿Qué ocurrirá cuando la energía que se libera en la formación de enlaces en los productos sea
inferior a la energía necesaria para romper los enlaces en los reaccionantes? Existen reacciones
químicas en las que ocurre el proceso contrario a las reacciones exotérmicas: se produce una
transferencia de energía mediante calor desde el medio exterior hacia el sistema formado por los
productos de la reacción. A estas reacciones se las denomina "endotérmicas".
Esto ocurre porque la energía que se libera en la formación de los nuevos enlaces es menor que
la energía que se precisa para romper los enlaces en las sustancias reaccionantes. Ello hace que
los productos de la reacción se encuentren a menor temperatura que la existente inicialmente al
comienzo de la reacción. Si las paredes del recipiente donde tiene lugar la reacción, no fuesen
aislantes (y el medio exterior y las sustancias reaccionantes estuvieran inicialmente a la misma
temperatura), no cabe duda de que se produciría entonces una transferencia de energía mediante
calor desde el entorno o medio exterior hacia el sistema formado por los productos de la reacción
(que se ha enfriado).
Lo anterior explica que, si tocamos las paredes del recipiente donde se ha producido la reacción,
notemos cómo sus paredes están frías.
A.41. Mezclad dentro de un vaso, 16 g de hidróxido de bario hidratado Ba(OH) 2 ·8H2O con 8 g
de tiocianato de amonio NH4SCN. La reacción que se produce viene dada por la ecuación:
Si realizamos la reacción química propuesta, podremos constatar que las paredes del vaso se en-
frían y el vapor de agua atmosférico condensa sobre ellas y se hiela. Si hemos puesto un termó-
metro en el interior del vaso, observaremos que la temperatura desciende. Se trata de una reac-
ción muy endotérmica. Al estar los productos formados a menor temperatura que la temperatura
del medio exterior, si el vaso no está aislado, dichos productos "absorberán" calor del medio ex-
terior. Por eso si tocamos el vaso, notaremos que nuestra mano se enfría.
RECAPITULACIÓN
A lo largo de este curso hemos estudiado los cambios materiales, primero, los mecánicos, en los
que sólo cambia el valor de magnitudes como la posición o la velocidad y por último, en este
tema, hemos abordado el estudio de transformaciones materiales más complejas en las que se
producen cambios que afectan a la estructura íntima de la materia.
A lo largo del tema hemos visto cómo unas sustancias (reaccionantes) se podían transformar en
otras (productos de la reacción) introduciendo un modelo elemental de reacción química, y
hemos estudiado algunos aspectos de interés que acompañan a este tipo de transformaciones y
que se pueden explicar con el modelo de reacción elaborado (cálculos estequiométricos, veloci-
dad de reacción y cambios de energía que se pueden producir).
En el tema siguiente nos ocuparemos de un tipo especial de compuestos: las llamadas sustancias
orgánicas o, más propiamente, compuestos del carbono.
210
6. Reacciones químicas
1. Revisad el tema y elaborad una lista, explicando el significado, de todos los términos nuevos
introducidos en él, tales como: sustancias reaccionantes, productos de la reacción, número de
Avogadro, mol de sustancia, masa molar, condiciones normales, soluto, disolvente, disolución,
molaridad, etc.
2. Escribid y comentad las fórmulas introducidas en este tema, a partir de las cuales se pueda
obtener el número de moles de una sustancia en diversos casos.
7. Tenemos 500 cm3 de una disolución que contiene 12 moles de soluto. Vertemos 28 cm 3 de la
misma en un vaso y añadimos 22 cm 3 de agua. Calcula la concentración molar de la nueva diso-
lución formada (se supone volúmenes aditivos). Calcula la nueva concentración molar si añadi-
mos agua hasta obtener 500 cm3 de disolución.
8. Mezclamos medio litro de disolución de ácido sulfúrico 1 M con un litro de disolución del
mismo ácido 0’5 M. ¿Cuál será la concentración molar de la disolución resultante?
Rdo. C = 0’67 M
9. Mezclamos 21 cm3 de disolución de ácido sulfúrico 3 M con 1 litro de otra disolución del
mismo ácido, que contiene 0’2 moles de soluto por cada 600 cm 3 de disolución y finalmente
añadimos 21 cm3 de agua. ¿Cuál es la concentración molar de la disolución resultante?
Rdo. C = 0’348 M
10. El sulfuro de hidrógeno emitido por las sustancias orgánicas en descomposición (p.e. los
huevos podridos), se convierte en dióxido de azufre en la atmósfera (como ya sabes, uno de los
contaminantes ambientales causantes de la lluvia ácida), mediante la reacción no ajustada:
Calcula la masa de SO2 que se producirá, por cada kg de sulfuro de hidrógeno que reaccione.
Rdo. m = 1882’35 g.
211
6. Reacciones químicas
12. El cloro es un gas verde amarillento de olor picante y muy venenoso. Se trata de un
elemento muy reactivo que mata rápidamente a las plantas. Se puede seguir fácilmente la marcha
de una nube de cloro en el aire (es un gas más pesado que el aire) porque las plantas en contacto
con él pierden el color verde y quedan blanqueadas. Hoy en día es un producto necesario, que
tiene múltiples usos (plásticos, anestésicos, insecticidas, desinfección del agua, blanqueador del
papel, etc.). El cloro se puede obtener en el laboratorio haciendo reaccionar permanganato de
potasio con ácido clorhídrico. La reacción que tiene lugar puede representarse por medio de la
siguiente ecuación química:
2 KMnO4 (s) + 16 HCl (aq) 2 KCl (aq) + 2 MnCl2 (aq) + 5 Cl2 (g) + 8 H2O (l)
13. Casi todo el carbón de hulla que se quema en Estados Unidos contiene del 1 a 3% de azufre,
que generalmente, se halla formando parte de minerales como las piritas, FeS 2. Durante la
combustión del carbón, este azufre se convierte en dióxido de azufre según:
Cierto tipo de carbón contiene un 8% en peso de FeS2. Calculad cuántos kg de SO2 se producirán
al quemar completamente una tonelada de ese carbón. Si el 10% del SO 2 producido diera lugar
ácido sulfúrico mediante la reacción (no ajustada) SO2 + O2 + H2O H2SO4 ¿qué masa de ácido
se obtendría? Datos, masas atómicas relativas: S (32), O (16), H (1), Fe (55’8).
Rdo. 85’48 kg de SO2; 13’09 kg de ácido.
212
6. Reacciones químicas
Suponiendo que eres su médico y que cada día su estómago recibe 3 litros de jugo gástrico con una
concentración de HCl de 0’08 moles/l. ¿Cuántos cm3 de un medicamento consistente en una disolu-
ción de Al(OH)3 de concentración 0’8 moles/l le recetarías para que se tomase cada día?
Rdo. 100 cm3
15. El problema de la eliminación del CO2 exhalado por los tripulantes de las naves espaciales y
estaciones orbitales, puede resolverse mediante su absorción por disoluciones de bases fuertes
como NaOH y LiOH según las reacciones:
Dad alguna razón de peso por la que convenga utilizar una u otra disolución.
16. El acetileno (C2H2) es un gas que puede obtenerse a partir del carburo
de calcio (CaC2) por reacción con el agua, para dar acetileno e hidróxido
de calcio Ca(OH)2. La combustión del acetileno produce una llama inten-
sa, razón por la cual era utilizado a principios de siglo XX para ilumina-
ción.
17. Una forma de eliminar el CO2 del aire de una estación espacial sería haciéndolo reaccionar
con “cal viva”, CaO. La ecuación es:
213
6. Reacciones químicas
18. Se mezclan, en condiciones adecuadas para que reaccionen, 7’62 g de yodo con 1’35 g de
aluminio, con lo que se produce la reacción (no ajustada):
I2 + Al AlI3
a) ¿De cuál de los dos reactivos quedará una parte sin reaccionar? ¿Qué cantidad sobrará?
b) ¿Qué masa, como máximo, se podrá obtener de yoduro de aluminio?
Rdo. Sobran 0’81 g de Al y se pueden obtener 8’16 g de AlI3 como máximo.
19. Tomad un terrón de azúcar con una pinza de madera y exponed el extremo libre del terrón a la
acción de una llama. Comprobaréis que el azúcar se ennegrece y se funde, pero no se prende fuego
al mismo.
Volved a realizar la experiencia pero, habiendo puesto previamente en el extremo libre del terrón,
un poco de ceniza de cigarrillo. Comprobaréis que el azúcar ahora sí que arde y se quema hasta el
final él solo y sin ninguna dificultad.
Completad las siguientes frases: La ceniza del cigarrillo actúa como un ------------------------ de
modo que mientras el azúcar se transforma, ella no ---------------------. Sin embargo, su presencia
------------------------------del azúcar.
20. En las minas, las partículas finas de carbón suspendidas en el aire, ofrecen un riesgo de explo-
sión muy elevado. Por el contrario, los trozos grandes no suponen ningún peligro. ¿A qué se puede
deber esta diferencia?
22. En una olla a presión (cuyo interior está a 110 ºC), se tarda la mitad de tiempo en cocinar una
comida que en un recipiente abierto. Explica cuál puede ser el motivo.
23. La velocidad de las reacciones puede verse afectada por razones diversas. Indicad, justificando
la respuesta, qué factores están implicados en los siguientes casos:
214
6. Reacciones químicas
El debate respecto a los efectos que tienen los cambios químicos sobre el medio ambiente y las
personas en general, no debería reducirse sólo a los problemas derivados de la contaminación.
Sin embargo, en la actualidad, la palabra “Química” se ha convertido en un término con carac-
terísticas negativas. Así, por ejemplo, la expresión “eso tiene química” se utiliza, a menudo para
descalificar un producto. Se trata, sin duda, de una imagen demasiado simplista, que olvida las
grandes contribuciones que los cambios químicos han supuesto para la humanidad.
Reflexionad sobre procesos químicos concretos que hayan permitido cambios importantes en
diversos aspectos o sectores claves para el desarrollo de la humanidad como: la obtención de
energía utilizable, la industria farmacéutica, la agricultura, la alimentación, la industria textil,
la construcción, el transporte, la limpieza y la fabricación de nuevos materiales.
vitaminas
Viagra
Insulina
215
6. Reacciones químicas
En la industria textil, la obtención de tejidos sintéticos artificiales a partir del petróleo, algunos
de los cuales no precisan plancharse, ha sido de gran importancia para la fabricación de prendas
de vestir y para aumentar la disponibilidad de tiempo libre.
ent o
C-m
SUPER
CARA
Podríamos citar otros muchos materiales importantes en cuya fabricación son necesarios cambios
químicos, como, por ejemplo, el papel (periódicos, libros, etc.), el vidrio (ventanales, puertas,
recipientes, etc.), los pegamentos, los quitamanchas, los anticongelantes en los vehículos, los
colorantes artificiales, etc. Especial interés tiene la preparación y fabricación de nuevos materia-
les, como el plástico PVC (marcos de ventanas, envases, juguetes, etc.), el gore-tex (prendas y
calzado deportivo), alimentos deshidratados (excursionismo, viajes espaciales, etc.), propelentes
para vehículos espaciales, cristales líquidos (relojes, ordenadores, etc.), materiales superconduc-
tores, etc.
216
6. Reacciones químicas
Los ejemplos anteriores permiten comprender que la Química ha tenido y sigue teniendo contri-
buciones muy positivas para la humanidad al posibilitar muchos cambios y el control de otros a
nuestra conveniencia. Sin embargo, ello tampoco debe hacernos olvidar otros aspectos no tan
beneficiosos.
Contaminación terrestre y marina. Presencia en tierra y mar de materiales que tardan mucho
en degradarse, como latas, envases, bolsas (hojalata, aluminio, plásticos, etc.).
Metales tóxicos o muy tóxicos, como el mercurio, plomo, cadmio, etc., que se utilizan en la fa-
bricación de muchos productos. Utilización masiva de productos peligrosos, como el plástico
217
6. Reacciones químicas
PVC (ventanales, puertas, envases, bolsas, vasos, persianas, tuberías, etc.), de graves efectos
contaminantes. Contaminación de aguas subterráneas y productos del campo causada por la utili-
zación excesiva de abonos químicos, herbicidas y plaguicidas en general. Algunos de estos con-
taminantes (como, por ejemplo, el mercurio) van aumentando su concentración cuando pasan de
unos seres vivos a otros, hasta llegar a las personas.
Entre los efectos negativos, tampoco podemos dejar de mencionar la utilización bélica de mu-
chos productos (guerra química) como el fósforo, los gases venenosos, bombas y explosivos en
general, etc., o los graves accidentes que, con demasiada frecuencia, ocurren en el transporte de
ciertos productos, como el petróleo crudo.
Después de analizar los aspectos positivos y negativos de los cambios químicos, trata de sacar
alguna conclusión y haz propuestas que puedan resultar beneficiosas, directa o indirectamente,
para nuestro planeta y los seres vivos que en él habitamos.
La existencia simultánea de aspectos tan positivos y otros tan negativos, hace conveniente un
análisis más profundo de las causas que fomentan los negativos. Es cierto que los plásticos, por
ejemplo, favorecen las cosechas en cantidad y diversidad, pero también que contaminan el medio
ambiente y no siempre es posible solucionar el problema fabricando rápidamente productos res-
petuosos con el medio ambiente (por ejemplo, plásticos biodegradables). La ciencia no tiene so-
lución para todo. No podemos pensar que la solución de problemas tan graves es cuestión de que
los científicos encuentren el antídoto adecuado. Es necesario que, en las decisiones para fabricar
o utilizar determinadas sustancias, o para consumirlas, participemos todos los ciudadanos, consi-
derando sus ventajas e inconvenientes. Si esa toma de decisiones se efectúa libremente, con la
información adecuada, pensando en el futuro y en el beneficio de la mayoría, posiblemente se
pueda lograr un desarrollo sostenible, respetuoso con el medio ambiente y con nosotros mismos.
En pleno siglo XVIII la Química todavía se encontraba en construcción y no había leyes genera-
les que unificaran los distintos procesos, de modo que la teoría del flogisto tiene la importancia
histórica de haber sido la primera teoría que trató de unificar los fenómenos químicos conocidos
en aquel momento.
218
6. Reacciones químicas
Según esta teoría, los cuerpos combustibles se quemaban porque contenían una sustancia, a la
que denominaron flogisto, que se desprendía durante la combustión, al tiempo que la sustancia
inicial se convertía en otra nueva. El problema para esta teoría surgió al pesar con precisión los
reaccionantes y los productos de las reacciones, en particular aquellas en las que se oxidaba un
metal y se obtenía su óxido, al que en aquel momento denominaban CAL del metal.
Metal (conteniendo flogisto) + calor CAL del metal (actualmente óxido del metal) + flogisto
En una reacción como la anterior, se comprobó que la sustancia obtenida al calcinar los metales,
pesaba más que el metal original. ¿Cómo podía ser que, después de desprenderse el flogisto, la
masa resultante fuera mayor? Para justificar esta contradicción, algunos científicos afirmaron
que el flogisto tenía una masa negativa (condición de ligereza) y, por ello, el producto resultante,
pesaba más.
Para poder explicar otras reacciones, en cambio, había que suponer que el flogisto no tenía peso.
Además, había que asociarlo con el fuego, no se había visto nunca, ni se podía aislar. Ante tantas
contradicciones, su utilización planteaba serios problemas, que no se sabía como resolver.
Antoine Lavoisier fue un científico francés que vivió durante el siglo XVIII. Estaba formado en
varias ciencias y realizó importantes trabajos en química. Se opuso a la teoría del flogisto y otras
ideas químicas tradicionales. De hecho, aprovechó muchos de los resultados experimentales ob-
tenidos por otros químicos aunque, dándoles una nueva interpretación. Así, por ejemplo, Lavoi-
sier explicaba la anterior reacción admitiendo que, al calentar el metal, se combinaba con el oxí-
geno del aire, con lo que se formaba la cal del metal resultante, que hoy llamamos óxido. Así
pues, el producto obtenido debía, necesariamente, pesar más. Con esta explicación ya no hacía
falta suponer la existencia de un principio tan extraño como el flogisto, con lo que, poco a poco,
la comunidad científica fue abandonando esta teoría.
Los trabajos de Lavoisier fueron decisivos en la superación de la teoría del flogisto. Sus conclu-
siones se extendieron a cualquier tipo de cambio químico, afirmando que: en todo sistema ais-
lado, aunque cambie la masa de algunos componentes, la masa total se debe conservar. La-
voisier participó en la elaboración del primer manual de nomenclatura química y también se le
atribuye la publicación del primero de los libros de texto de química modernos.
A nivel personal, también fue un hombre progresista, como lo muestra el hecho de haber trabaja-
do en equipo con su esposa, Marie Anne Paulze, que colaboró con él dibujando muchos de los
grabados que acompañaban las explicaciones de sus experiencias y traduciendo los textos de
científicos ingleses, dado que él no conocía aquel idioma. Pese a su condición de liberal y al
hecho de haber apoyado la revolución francesa, fue guillotinado, acusado de “pertenecer a la
nobleza”, dado que poseía numerosos bienes.
219
ANEXO 3. FORMULACIÓN Y NOMENCLATURA EN QUÍMICA
INORGÁNICA
En la naturaleza existen millones de sustancias y éstas en la mayor parte de los casos se encuentran
más o menos mezcladas unas con otras. Desde muy antiguo los científicos han intentado separar de
las mezclas naturales algunas sustancias que interesaban por un motivo u otro (extracción de mine-
rales, obtención de algún principio activo con propiedades curativas a partir de ciertas plantas, etc.).
En otros casos el proceso ha sido distinto y a partir de unas sustancias, mediante las reacciones quí-
micas apropiadas, se han obtenido otras sustancias nuevas de propiedades diferentes a las que tenían
las de partida.
De una u otra forma, estos procesos de separaciones y de síntesis, se han venido repitiendo a lo lar-
go del tiempo y han permitido aislar ya varios millones de compuestos químicos. Sin embargo
todos los compuestos existentes, están formados por distintas combinaciones de menos de un cente-
nar de elementos químicos. Así, el agua pura está formada únicamente por hidrógeno y oxígeno; el
butano, por carbono e hidrógeno; el yeso (deshidratado) por azufre, oxígeno y calcio, etc.
A medida que el número de compuestos aislados (naturales o artificiales) se fue incrementando, los
químicos pronto se vieron en la necesidad de inventar un sistema para poder entenderse y evitar
que un mismo compuesto fuese "bautizado" de formas distintas dependiendo del gusto de cada uno.
Las normas para nombrar y formular compuestos, han sido establecidas por la Unión Internacional
de Química Pura y Aplicada (IUPAC), y son las que fundamentalmente seguiremos aquí. Para ello
resulta especialmente útil el siguiente sistema periódico corto:
1ª 2ª 3ª 4ª 5ª 6ª 7ª 8ª
H H He
Li Be B C N O F Ne
Na Mg Al Si P S Cl Ar
K Ca Ge As Se Br Kr
Rb Sr Sn Sb Te I Xe
Cs Ba Pb Bi Rn
Los electrones de un átomo están organizados en capas o niveles de energía. El número de la co-
lumna donde se encuentra cada elemento, coincide con el número de electrones de la última capa o
nivel de energía de uno de sus átomos. El hidrógeno también ha sido situado en la séptima columna
por las razones que se explicarán más adelante. La estructura electrónica de los gases nobles consis-
te en una estructura estable y todos ellos (menos el He) tienen 8 electrones en el último nivel de
energía.
A.1. Dad el nombre y memorizad la posición de cada uno de los elementos de que consta la tabla
periódica anterior.
220
6. Reacciones químicas
Además de los elementos anteriores, se manejarán otros también muy conocidos, pero que no situa-
remos en la tabla anterior. Estos son los siguientes:
A.2. Predecid, a partir de la columna en donde está situado cada uno, qué iones pueden formar
más fácilmente los siguientes elementos: Li, Mg, O, Cl, Ca.
Un elemento es tanto más metálico, cuanto más fácil es arrancarle electrones (menos energía cues-
ta). Por el contrario se dice que es más no metálico, cuanto más energía cuesta quitarle electrones.
Los elementos más no metálicos son los que les faltan menos electrones para tener la misma estruc-
tura electrónica que un gas noble (estructura estable). Los más metálicos son los que les sobran me-
nos electrones para adquirir dicha estructura.
Para entenderse mejor, a veces se habla de "tendencia" de los átomos a ganar y perder electrones,
señalando que los más metálicos son los que más tendencia tienen a perder electrones y viceversa.
El carácter no metálico de los elementos en general aumenta hacia la derecha del sistema periódico
y hacia arriba mientras que el carácter más metálico aumenta hacia la izquierda y hacia abajo, así en
la tabla anterior el elemento más no metálico es el flúor y el más metálico el Cs. Esta tendencia se
explica, en parte, porque la energía necesaria para arrancar un electrón exterior a un átomo neutro es
tanto menor cuanto más grande sea el “radio atómico” (más alejado esté el electrón del núcleo) el
cual, en general, aumenta conforme se desciende en una familia y disminuye según nos desplaza-
mos hacia la derecha en un periodo.
1ª 2ª 3ª 4ª 5ª 6ª 7ª
más no metálico
más metálico
Los elementos situados en las columnas centrales (y sobre todo en medio de ellas), tienen un carác-
ter intermedio entre metal y no metal. Se denominan semimetales (B, Si, Ge, As, Sb, Te).
Cuando dos átomos diferentes se enlazan, siempre hay uno más metálico que el otro. El número de
electrones sobre los que un átomo gana o pierde dominio, cuando se enlaza con otro, se llama índi-
ce de oxidación (positivo si se pierde dominio, negativo si se gana).
Para indicar los átomos que atraen con más fuerza los electrones de enlace, cuando se enlazan con
otro, se dice que son más electronegativos, es decir, que tienen más "apetencia" por los electrones1.
1
Es importante aclarar que estas expresiones no son sino una forma, frecuente, de hablar y que sería absurdo pensar
que los átomos tienen realmente "apetencias" o cosas por el estilo.
221
6. Reacciones químicas
Cuando tengamos que escribir la fórmula de un compuesto formado por dos elementos, siempre
escribiremos a la derecha el símbolo del elemento que aparece primero en la serie siguiente:
En la figura anterior, la flecha indica, con alguna excepción, el orden en que va disminuyendo la
electronegativad. En efecto, la electronegatividad va decreciendo, en general, desde el flúor (el más
electronegativo) hasta el cesio (el menos electronegativo), con la excepción del oxígeno que es, en
realidad, más electronegativo que el cloro, pero que, por convenio se pone antes del azufre. Como
puede verse la figura es un calco del sistema periódico, aunque se ha alterado la posición del hidró-
geno, que en lugar de aparecer en la 1ª columna se encuentra el primero de los elementos corres-
pondientes a la 5ª columna del sistema periódico corto.
A.3. Razonad cuál sería el índice de oxidación que tendrían los elementos de cada grupo de la ta-
bla periódica abreviada en función de la regla del octeto (índice de oxidación principal).
Los de las columnas primera, segunda y tercera tendrían como índice de oxidación I, II, y III (posi-
tivos todos ellos) ya que han de perder 1, 2, y 3 electrones respectivamente para adquirir estructura
electrónica de gas noble. Los de la columna cuarta, actuarán con índice de oxidación IV. Finalmen-
te, los de las columnas quinta, sexta y séptima, tendrían como índices de oxidación principal, -III, -
II y -I (negativos todos ellos) ya que esos son, precisamente, los electrones que respectivamente han
de ganar para completar el octeto. (Resulta más fácil energéticamente que, el cloro, por ejemplo,
gane un electrón y adquiera la misma estructura electrónica que el gas noble Ar, que arrancarle siete
para que se quede con la misma estructura que el gas noble Ne).
Además de los anteriores, es recomendable recordar los índices de oxidación de los metales si-
guientes (todos positivos):
Tabla 2. Números de oxidación más usuales de los metales de transición y metales de los grupos 3º y 4º.
Es imprescindible retener los índices de oxidación de aquellos metales con un único número de oxi-
dación como la plata Ag(I), el cinc Zn(II), el cadmio Cd(II) y el aluminio Al(III).
222
6. Reacciones químicas
3. SUSTANCIAS SIMPLES
Son sustancias formadas por uno o varios átomos de un mismo elemento, para nombrarlas utiliza-
mos prefijos multiplicadores que indican el número de átomos que forman la molécula. En la tabla
siguiente aparecen los prefijos numerales utilizados para indicar la cantidad de átomos .
Tabla 3. Prefijos numerales
Nombre 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Prefijo mono di tri tetra penta hexa hepta octa enea deca
Nomenclatura de sustancias simples: Se nombra el prefijo multiplicador seguido del nombre del
elemento.
Ejemplo: N2= Dinitrógeno.
Formulación de las sustancias simples: Se escribe el símbolo del elemento seguido del número
como subíndice que indica el prefijo.
Ejemplo: Trioxígeno = O3 (también denominado ozono).
1ª 2ª 3ª 5ª 6ª 7ª
I II III -III -II -I
Nomenclatura de las sales binarias: El nombre del no metal acabado en uro, seguido del nombre
del metal, con indicación del índice de oxidación de este último en números romanos y entre parén-
tesis (sólo en el caso de que tenga más de uno).
Ejemplo: FeCl3 Cloruro de hierro(III).
¿Cómo determinar el número de oxidación del metal?
Se asigna el número de oxidación al no metal y se multiplica por su subíndice, lo cual nos propor-
ciona la cantidad de electrones ganados por el no metal. Estos electrones serán precisamente los
que ha "perdido" el metal. Para saber el índice de oxidación del metal, bastará con dividir dicho
número entre la cantidad de átomos de metal presente en la fórmula. Veamos un par de ejemplos:
223
6. Reacciones químicas
En el FeCl3 el cloro tiene como índice de oxidación -I y como hay 3 átomos de cloro, interpretamos
que se han ganado un total de 3 electrones, que deberán ser los mismos que ha perdido el hierro.
Como solo hay un átomo de hierro, concluimos que el índice de oxidación del hierro en este caso es
III (positivo).
En el Fe2S3, el azufre tiene índice de oxidación -II y como hay 3 átomos de azufre, interpretamos
que se han ganado 6 electrones que deberán provenir de los átomos de hierro. Para saber el índice
de oxidación del hierro basta ahora con dividir estos 6 electrones entre los dos átomos de hierro de
la fórmula, lo que nos lleva a concluir que cada átomo de hierro pierde 3 electrones y que el índice
de oxidación del hierro es, por tanto, III (positivo).
Formulación de las sales binarias: Basta con escribir los símbolos de los elementos uno a conti-
nuación del otro, colocando siempre el menos electronegativo (el metal) a la izquierda. A continua-
ción se procede a intercambiar sus índices de oxidación respectivos, colocándolos en forma de sub-
índices. En caso de ser posible se simplifica dividiendo por un número entero.
Conviene darse cuenta de que en el cloruro de calcio, cada átomo de calcio pierde dos electrones,
mientras que cada cloro solo puede ganar uno, por eso necesitamos que haya el doble de átomos de
cloro que de calcio. Así pues, en el cloruro de calcio, por cada ion Ca2+ hay 2 iones Cl-, de este mo-
do el compuesto es eléctricamente neutro.
Nomenclatura de las sales binarias: Se escribe el prefijo multiplicador del no metal (subíndice
del elemento que aparece a la derecha), a continuación la raíz del nombre del no metal terminado
en "uro", la palabra "de", y el prefijo multiplicador del metal (subíndice del elemento que aparece
a la izquierda) seguido del nombre del metal.
Formulación de las sales binarias: Escribimos el símbolo del metal con el subíndice indicado por
su prefijo multiplicador y después el símbolo del no metal con su subíndice correspondiente (en
caso de que sea distinto de 1).
224
6. Reacciones químicas
Nomenclatura con
Fórmula Número de oxidación Prefijos multiplicadores
AgF
Ni2S3
Ba3N2
A continuación trataremos acerca de los compuestos que se forman cuando se combinan dos ele-
mentos no metálicos. Seguiremos considerando que ninguno de los dos sea el hidrógeno ni el oxí-
geno. En este caso, el enlace no puede justificarse, como antes, mediante el intercambio de electro-
nes (enlace iónico) ya que ambos elementos necesitan ganar electrones para adquirir la misma es-
tructura electrónica que el gas noble más próximo. Lo que ocurre es una "compartición" de electro-
nes (enlace covalente).
Las reglas en cuanto a nombrar y formular estos compuestos, siguen siendo las mismas que
anteriormente, solo que en lugar de referirnos a metal y no metal, como ambos son no metales,
hablaremos de menos electronegativo y más electronegativo (respectivamente). Además, ahora se
comparten electrones pero, debido a la diferencia de electronegatividad, esta compartición no es por
igual y hablamos de que el más electronegativo gana dominio sobre los electrones del enlace mien-
tras que el menos electronegativo pierde dominio sobre esos mismos electrones, aunque se trate de
una ganancia y pérdida de dominio parciales.
El átomo más electronegativo es el que se escribe más a la derecha y actúa con número de oxida-
ción negativo (el correspondiente a su posición en la tabla periódica), en cambio, para el átomo me-
nos electronegativo que aparece a la izquierda, hay que calcular su número de oxidación a partir de
la fórmula e indicarlo al nombrar el compuesto, de forma similar a como se hacía en el apartado
anterior.
Ejemplo: PCl3
Ambos comparten electrones hasta completar el octeto. El P (quinta columna del sistema periódico)
ha de ganar tres electrones mientras que el cloro (séptima columna) ha de ganar un solo electrón.
225
6. Reacciones químicas
Por tanto, hacen falta tres cloros por cada átomo de fósforo, formándose los tres enlaces covalentes
simples que se indican en el diagrama de Lewis siguiente:
Como vemos se comparten tres pares de electrones. Sin embargo, dado que el cloro es más
electronegativo, en una primera aproximación, podemos pensar que tira de ellos con más fuerza y
están más cerca del cloro que del fósforo, es decir, el P pierde dominio (parcial) sobre tres
electrones y cada uno de los tres Cl gana dominio (parcial) sobre un electrón. Como solo hay un
átomo de fosforo, está claro que su índice de oxidación es aquí III (positivo) y el compuesto deberá
nombrase como: cloruro de fósforo(III).
Ejemplo: PF5
El número de oxidación del flúor es -I, indicando que cada átomo de flúor gana dominio sobre un
electrón. Como en la fórmula hay 5 átomos de flúor, se gana dominio sobre un total de 5 electrones.
Por tanto, el fósforo pierde dominio sobre 5 de sus electrones y actúa aquí con índice de oxidación
V, por lo que nombramos el compuesto como: fluoruro de fósforo(V).
Nomenclatura con
Fórmula Número de oxidación Prefijos multiplicadores
PI5
Si3P4
NF3
Dado que el átomo de hidrógeno sólo tiene un electrón, en sus combinaciones puede cederlo, com-
partirlo o ganar otro para adquirir la estructura electrónica del He, por lo que su índice de oxidación
siempre será I o -I. Para formular los compuestos binarios del hidrógeno hay que situar éste a la
izquierda o a la derecha según actúe como metal (perdiendo dominio sobre su único electrón) o no
metal (ganando dominio sobre un electrón del otro átomo). Esta es la razón por la cual, en el sistema
periódico abreviado, figura a la vez en las columnas primera y séptima (puesto que, en algunos ca-
sos, actúa como alcalino o como halógeno).
La combinación del H con los elementos de las dos primeras columnas del sistema periódico forma
los hidruros salinos. En estos casos la diferencia de electronegatividad es grande y a favor del
hidrógeno, por lo que en estos compuestos el índice de oxidación del H siempre será –I y el metal
actuará con el que le corresponda. Lo mismo sucede con los metales de la 3ª y 4ª columna.
1a 2a 3a 4ª H
I II III II y IV -I
226
6. Reacciones químicas
Con prefijos multiplicadores: Se escribe el prefijo que indica la cantidad de hidrógenos seguido de
las palabras hidruro de, y finalmente el nombre del metal.
Nomenclatura con
Fórmula Número de oxidación Prefijos multipladores
CoH3
BeH2
CuH2
6.2. Combinaciones binarias del hidrógeno con no metales de la sexta y séptima columna
Las combinaciones del H con los no metales de la séptima columna del sistema periódico se deno-
minan haluros de hidrógeno. Cuando éstos se disuelven en agua forman disoluciones acuosas áci-
das y entonces se denominan hidrácidos. De igual forma se comportan los no metales de la sexta
columna.
Tanto el hidrógeno como el no metal, tienen "apetencia" por los electrones, por lo que los enlaces en
estos compuestos serán, fundamentalmente, covalentes (compartirán electrones).Como el no metal
que acompaña el H es más electronegativo que él, se forman enlaces covalentes polares, y en conse-
cuencia, el H actúa con índice de oxidación I, mientras el no metal, actúa con el índice de oxida-
ción principal (negativo) "tratando" de adquirir la configuración electrónica del gas noble más cer-
cano.
227
6. Reacciones químicas
H 6ª 7ª
I -II -I
Nomenclatura de los haluros de hidrógeno: Se indica el nombre del no metal acabado en uro
seguido de la expresión: de hidrógeno.
Ejemplo: Sulfuro de hidrógeno = H2S. Al S le faltan dos electrones para completar su octeto, por lo
que, por cada S, deberá haber dos H. El resultado es equivalente a escribir HS y a continuación in-
tercambiar los respectivos índices de oxidación (con lo que queda H2S).
Nomenclatura de los hidrácidos: Se escribe la palabra ácido seguida del nombre del no metal aca-
bado en hídrico.
Explicación: El no metal debe ganar electrones (uno o dos, según sea de la 7ª o de la 6ª columna
respectivamente), mientras el hidrógeno tiene un único electrón y le falta otro para adquirir
estructura electrónica estable de gas noble. Esto hace que se unan mediante un enlace covalente.
Así, en el caso del H2S, por ejemplo, el átomo de S (sexta columna) le faltan dos electrones, por lo
que compartirá dos de los electrones de valencia con otros tantos átomos de hidrógeno, según el
esquema siguiente:
....
S ..H
H ..
En el compuesto anterior, cada hidrógeno pierde dominio sobre su único electrón, mientras que el
azufre gana dominio sobre dos electrones (uno de cada hidrógeno). Insistimos en que se trata de una
ganancia y pérdida de dominio parciales, ya que los electrones se comparten sin llegar a transferirse,
pero se puede decir que están más próximos al S (que tira de ellos con más fuerza al ser más
electronegativo).
Ejemplo: Ácido bromhídrico. Primero se escribe la fórmula del haluro de hidrógeno del cual pro-
viene el hidrácido, en este caso bromuro de hidrógeno (HBr). Detrás de la fórmula se coloca entre
paréntesis "ac" que quiere decir acuoso (o en disolución con agua). La fórmula del ácido bromhídri-
co es HBr(ac).
228
6. Reacciones químicas
De nuevo en este caso, como con los elementos de la columna 6a y 7a, los dos elementos tienen
"apetencia" por los electrones, pero en este caso el hidrógeno es más electronegativo que los no
metales y por ello actuará con número de oxidación negativo (-I) mientras que el no metal actuará
con número de oxidación positivo "tendiendo" a adquirir la configuración electrónica del gas noble
más cercano.
3a 4a 5a H
III IV III -I
Ejemplos: BH3 (Hidruro de boro); SiH4 (Hidruro de silicio); SbH3 (Hidruro de antimonio)
Explicación: El no metal debe ganar electrones (cuatro o tres, según sea de la 4ª o 5ª columna res-
pectivamente), el hidrógeno también necesita un electrón para adquirir configuración electrónica de
gas noble. Como ambos elementos tienen tendencia a ganar electrones se unen compartiendo elec-
trones (formando enlaces covalentes).
En el caso del SiH4, como el silicio está en la 4ª columna tiene cuatro electrones de valencia que
tendrá que compartir con cuatro hidrógenos, según la primera figura del esquema de Lewis siguiente:
Algunos de estos compuestos reciben nombres especiales, que han de conocerse porque se utilizan
frecuentemente. En la tabla siguiente se muestran los más comunes:
A continuación veremos los casos en los que el oxígeno se combina con otro elemento, distinguien-
do entre dos situaciones, según el oxígeno se combine con cualquier elemento que no pertenezca a
la 7ª columna de la tabla periódica corta (halógenos) o que se combine con cualquier elemento de
dicha columna. A los compuestos correspondientes a la primera situación, se les llama en general
óxidos y a los de la segunda, haluros de oxígeno. Comenzaremos por la primera:
7.1. Óxidos
En estos compuestos, el oxígeno (que es muy no metálico y muy electronegativo) siempre actúa con
índice de oxidación -II, "tratando" de ganar los 2 electrones que le faltan para adquirir configuración
electrónica estable de gas noble. El otro elemento en cambio si es metal perderá electrones y si es no
metal compartirá electrones (formando enlaces covalentes).
1a 2a 3a 4a 5a 6a O
I II III variable variable variable -II
Ejemplos: CuO = Óxido de cobre(II); Al2O3 = Óxido de aluminio; SO2 = Óxido de azufre(IV)
¿Cómo determinar el número de oxidación del elemento que se combina con el oxígeno?
El número de oxidación del oxígeno es -II, cada átomo de oxígeno, por ser más electronegativo,
tiende a ganar dos electrones. Por ello, multiplicando el número de oxígenos por (-2) obtendremos
los electrones sobre los que el oxígeno gana dominio. Como ya sabemos, dicho número ha de coin-
cidir con los electrones sobre los cuales pierde dominio el otro elemento enlazado con el oxígeno.
Dividiendo este valor en positivo para el número de átomos obtendremos su número de oxidación.
230
6. Reacciones químicas
En la fórmula anterior cada átomo de oxígeno gana dominio sobre 2 electrones. Como hay dos áto-
mos de oxígeno, se gana dominio sobre un total de 4 electrones. Por tanto, el átomo de azufre ha
perdido dominio sobre 4 de sus electrones de valencia y su índice de oxidación será IV (aunque,
como ya sabemos, al tratarse de un no metal, no hay transferencia de electrones sino compartición).
Con prefijos multiplicadores: Se escribe el prefijo que indica la cantidad de oxígenos seguido de las
palabras óxido de, y luego se escribe el prefijo correspondiente a la cantidad de átomos del otro
elemento seguido del nombre de ese otro elemento.
Ejemplos: Óxido de berilio = BeO; Óxido de hierro(III) = Fe2O3; Óxido de carbono(IV) = CO2
Explicación: En el primer ejemplo anterior, el Be tiene que perder dos electrones para conseguir una
estructura más estable, mientras que el O los gana. Por tanto, la fórmula empírica del compuesto
será BeO, indicando que, por cada Be hay un O de forma que el compuesto es neutro. Siguiendo las
indicaciones habríamos escrito Be2O2 y después, simplificando, obtenemos BeO. Análogamente
podemos interpretar el óxido de hierro (III).
En el caso del óxido de carbono, como el carbono también es un no metal como el oxígeno, la ex-
plicación es diferente, porque se forma una molécula con enlaces covalentes por compartición de
electrones, pero la regla práctica para la formulación del óxido es igualmente válida. Siguiendo las
indicaciones habríamos escrito C2O4 y luego simplificando, obtenemos CO2.
En la molécula de CO2 se forman dos enlaces covalentes dobles, compartiéndose 4 electrones, pero
como oxigeno es más electronegativo, cada átomo de oxígeno gana dominio (parcial) sobre dos
electrones. Mientras que el átomo de carbono pierde dominio (parcial) sobre cuatro de sus electro-
nes. Se puede interpretar también diciendo que los electrones de los enlaces formados, aún siéndo
electrones compartidos, están algo más próximos al O que al C (enlace covalente polar).
Con prefijos multiplicadores: Se escribe el símbolo del elemento con un subíndice correspondiente
a su prefijo y seguidamente el símbolo del oxígeno con el subíndice correspondiente a su prefijo.
A.18. Formulad: a) Óxido de litio, b) Óxido de hierro(II), c) Óxido de fósforo(V), d) Trióxido de cromo
Nomenclatura con
Fórmula Número de oxidación Prefijos multiplicadores
K2O
NiO
NO2
231
6. Reacciones químicas
Como recapitulación de todo lo que se ha tratado hasta aquí, se proponen dos actividades:
A.20. Formulad los siguientes compuestos: cloruro de litio, óxido de zinc, metano, sulfuro de
hierro(III), bromuro de mercurio(II), yoduro de plomo(II), ácido bromhídrico, trióxido de azu-
fre, dióxido de carbono, sulfuro de zinc, tricloruro de fósforo, sulfuro de hidrógeno, dicloruro de
heptaoxígeno, tetraioduro de plomo, fluoruro de hidrógeno, nitruro de magnesio, hidruro de
cromo(II), amoníaco.
A.21. Nombrad los siguientes compuestos según las nomenclaturas estudiadas
Nomenclatura con
Fórmula Número de oxidación Prefijos multiplicadores Nombre propio
FeCl3
Cu2O
O3Cl2
P2O3
SnCl2
NO2
MnO2
O5Br2
FeS
CuH2
HBr
PH3
HCl(aq)
H2Se
I2
ZnS
Hasta aquí, hemos aprendido a formular compuestos binarios (algunas sales binarias, hidrácidos,
Hidruros y óxidos). En la segunda parte, que ahora comienza, abordaremos la formulación de com-
puestos con tres o más elementos como son los hidróxidos y los ácidos que contienen oxígeno
(oxoácidos).
232
6. Reacciones químicas
-
8. COMBINACIÓN ENTRE UN METAL Y EL GRUPO OH (HIDROXIDOS)
-
Se trata de compuestos iónicos en los que el ion negativo o anión es el OH y el ion positivo o catión
es un metal. En estos compuestos, el índice de oxidación del grupo hidróxido será siempre nega-
tivo y valdrá (–I), mientras que el del metal será positivo. El número de iones OH- tendrá que ser
el necesario para compensar la carga positiva del metal. Los iones OH- van siempre a la derecha.
Nomenclatura con
Fórmula Número de oxidación Prefijos multiplicadores
Ca(OH)2
Ag(OH)
Hg(OH)2
Las propiedades de los ácidos, se deben a que, en disolución acuosa, ceden iones H+. Se trata de
compuestos cuyas moléculas contienen átomos de H unidos a O. Dichos átomos de H, pueden ser
fácilmente arrancados o sustituidos (sin su electrón, es decir, como H+). Así pues, en los oxoácidos,
el H siempre actúa con índice de oxidación I y el oxígeno, por supuesto, con (–II).
Anteriormente vimos un tipo de ácidos (los hidrácidos). Aquí trataremos la formulación de otro tipo
de ácidos, caracterizados por contener átomos de oxígeno en sus moléculas. Se trata de los oxoáci-
233
6. Reacciones químicas
dos, cuya expresión general es HaXbOc en donde X normalmente es un no metal (aunque a veces
puede ser un metal de transición, como Mn o Cr).
En los oxoácidos, el oxígeno es el elemento más electronegativo de forma que cada átomo de O
tiende a ganar dominio sobre dos electrones, por lo que su número de oxidación es (-II), mientras
que el hidrógeno comparte su electrón "perdiendo" dominio sobre el mismo, el otro elemento (X)
también comparte sus electrones perdiendo dominio, es decir, actúa con número de oxidación posi-
tivo. Como la molécula de oxoácido es neutra, al final la cantidad de electrones sobre los que gana
dominio el oxígeno debe coincidir con los electrones sobre los que pierden dominio el hidrógeno y
el otro elemento (X). Como siempre, la suma algebraica de ganancia de dominio total (dada por un
número negativo) y las pérdidas de dominio (dadas por números positivos) ha de dar 0.
Ejemplo: Determina el número de oxidación del azufre en los dos oxoácidos: H2SO3 y H2SO4.
H2+2 S +4 O−6
3 S(IV) H2+2 S +6 O−8
4 S(VI)
Como podemos ver en ambas expresiones, la suma de ganancia de dominio (en azul) y pérdida de
dominio (en rojo) da 0, lo cual es lógico ya que los electrones sobre los que el oxígeno gana domi-
nio son justamente los electrones sobre los que el H y el S pierden dominio2.
La mayor parte de ellos contienen un sólo átomo de H en cada molécula. En general su expresión es
del tipo: HXOc teniendo que determinar el subíndice c.
Nomenclatura:
Tradicional: Dado que en este grupo de elementos son posibles varios índices de oxidación (I, III,
V, VII), se utilizan los prefijos y sufijos del recuadro siguiente para distinguir a cuál de ellos nos
estamos refiriendo:
Ejemplos: Nombrad el compuesto HClO3. Dado que hay tres átomos de O, se gana dominio sobre
un total de 6 electrones y, por tanto, entre el H y el Cl han de perder dominio también sobre 6 elec-
trones, como el H sólo tiene un electrón, nos queda que el Cl ha de perder dominio sobre 5, es decir,
que en este caso actúa con índice de oxidación V (el tercero de los cuatro considerados), por lo que
será: ácido clórico. Si nos hubiesen pedido nombrar a HClO4, mediante los mismos razonamientos
se llega a comprobar que, en este caso, el índice de oxidación con que actúa el cloro es VII (el cuar-
to de los considerados) y, por tanto, se trata del ácido perclórico.
2
Atención: No confundir estos superíndices coloreados con cargas eléctricas reales (en las que el signo matemático
va después del número). Insistimos en que, en casos como estos, se trata de ganancias y pérdidas de dominio "par-
ciales" donde los electrones de enlace se comparten en distinto grado.
234
6. Reacciones químicas
Estos mismos razonamientos pueden aplicarse a los oxoácidos con el Br y con el I. Así, el HBrO es
el ácido hipobromoso y el HIO2 el ácido yodoso.
Con prefijos multiplicadores: Se pone, sin espacios de separación la palabra hidrógeno, seguida
entre paréntesis del prefijo que indica la cantidad de oxígenos, la palabra oxido y finalmente la raíz
del otro elemento (X) terminada en ato.
Formulación:
Tradicional: Se deben memorizar las fórmulas (en este caso HXOc, donde c = 1,2,3,4) o bien los
posibles números de oxidación del átomo X central (I, III, V, VII).
Ejemplo: dad la fórmula del ácido perclórico. Al decirnos perclórico, hemos de pensar en el cuarto
índice de oxidación, es decir, VII. A continuación escribir HClO y finalmente, añadir el número de
O necesario para que la molécula cumpla la condición de que el número de electrones sobre los que
se pierde dominio sea el mismo que sobre los que se gana, es decir: HClO4. De este modo, el oxíge-
no gana dominio sobre 8 electrones (7 del cloro y 1 del hidrógeno).
Estos mismos razonamientos son válidos para el Br y el I. Así, el ácido yódico nos hace pensar en el
tercer índice de oxidación, es decir, V. Escribimos HIO y a continuación razonamos que debe haber
un total de tres oxígenos para que el número de electrones sobre los que se pierde dominio (5 por
parte del I y 1 por parte del H) sea el mismo que sobre los que se gana. Por tanto: HIO3.
Con prefijos multiplicadores: Basta con escribir en primer lugar HXO y a continuación el subíndice
correspondiente al oxígeno, de acuerdo con el prefijo que acompañe a oxido.
Ejemplo: Hidrógeno(tetraoxoyodato). Escribimos HIO y luego, como el prefijo delante de oxido es
tetra, optamos por colocar un 4 como subíndice del oxígeno y nos queda: HIO4.
9.2. Oxoácidos de los elementos de la sexta columna de la tabla periódica
La mayor parte de estos ácidos contienen dos átomos de H en sus moléculas. En general, su fórmula
viene dada por: H2XOc. La siguiente información hace referencia al azufre y al selenio, pero los
oxoácidos más importantes de este grupo son, sin duda, los de azufre.
Nomenclatura y formulación
Tradicional: Dado que en este grupo de elementos son posibles dos índices de oxidación (IV y VI),
se utilizan los sufijos del recuadro siguiente para distinguir a cuál de ellos nos estamos refiriendo:
…OSO para el 1º
…ICO para el 2º
Ejemplos: se siguen los mismos criterios que antes, sólo que teniendo en cuenta que ahora, de en-
trada, hay que poner dos átomos de H. Así si nos dicen, por ejemplo, que formulemos el ácido
sulfúrico, hemos de pensar en que el S actúa con un índice de oxidación de VI, a continuación es-
cribir H2SO y finalmente, pensar cuántos átomos de oxígeno ha de haber para que el número de
electrones sobre los que se pierde dominio (en este caso 8: dos de los H y seis del S) coincida con el
235
6. Reacciones químicas
número de electrones sobre los que se gana dominio, lo que conduce a poner 4 átomos de oxígeno
(cada O gana dominio sobre 2 electrones) y escribir finalmente: H2SO4 para la molécula de ácido
sulfúrico.
Nombrad H2SO3. Siguiendo las indicaciones anteriores, es fácil averiguar ahora que el índice de
oxidación del S es de IV, con lo que, de acuerdo con el cuadro anterior, le corresponde el primer
sufijo y habrá que nombrarlo como ácido sulfuroso.
Con prefijos multiplicadores, también seguiremos los mismos criterios que anteriormente (solo que
teniendo en cuenta que ahora hay dos H).
Ejemplos: H2SO4 será Dihidrógeno(tetraoxidosulfato), Dihidrógeno(trioxidoseleniato) = H2SeO3
Los oxoácidos más importantes de esta familia son los del nitrógeno. Su fórmula general viene dada
por HNOc donde los índices de oxidación más frecuentes del nitrógeno son (III y V).
Nomenclatura y formulación
Dado que en este grupo de elementos son posibles dos índices de oxidación (III y V), se utilizan
los sufijos “oso” y “ico” de igual forma que en los oxoácidos de la 6ª columna.
Tradicional: se siguen los mismos criterios que antes, sólo que teniendo en cuenta que ahora de en-
trada hay que colocar sólo un átomo de H en la molécula.
Así si nos dicen que formulemos el ácido nítrico, hemos de pensar en que el N actúa con un índice
de oxidación de V, a continuación escribir HNO y finalmente, pensar cuántos átomos de oxígeno
ha de haber para que el número de electrones sobre los que se pierde dominio (en este caso 6: uno
del H y 5 del N) coincida con el número de electrones sobre los que se gana dominio, lo que condu-
ce a poner 3 átomos de oxígeno (cada O gana dominio sobre 2 electrones) y escribir finalmente
HNO3 para la molécula de ácido nítrico.
Nombrad: HNO2. Siguiendo las mismas indicaciones que en apartados anteriores, es fácil averiguar
ahora que el índice de oxidación del N es (III), con lo que habrá que nombrarlo como ácido nitroso.
Los oxoácidos de otros elementos de esta familia (como el fósforo), son más complejos debido a que
sus moléculas contienen más átomos de H y de O de los que, en principio, cabría esperar, por lo que se
estudiarán en cursos posteriores de química. No obstante, su formulación y nomenclatura utilizando
prefijos multiplicadores, es muy sencilla. Esto ocurre, por ejemplo, con el ácido fosfórico (nomenclatu-
ra tradicional), que con prefijos multiplicadores se nombra como Trihidrógeno(tetraoxidofosfato) y,
consecuentemente, su fórmula es H3PO4.
El carbono puede formar parte de infinidad de oxoácidos, pero casi todos ellos son compuestos
orgánicos y no los vamos a tratar aquí. En química inorgánica, el más importante es el ácido carbó-
nico, en donde el C actúa con índice de oxidación IV y la molécula contiene 2 átomos de H.
236
6. Reacciones químicas
Nomenclatura y formulación
Tradicional: se siguen los mismos criterios que antes, pero teniendo en cuenta que ahora de entrada
hay que colocar 2 átomos de H en la molécula. También hay que tener en cuenta que en nomencla-
tura tradicional para aquellos casos en los que, como este, solo hay un oxoácido, se utiliza única-
mente el sufijo ico sin ningún prefijo.
Para formular, pues, el ácido carbónico, hay que escribir inicialmente H2CO y después, teniendo en
cuenta el índice de oxidación del carbono (IV) y el del hidrógeno (I), seguir el razonamiento habi-
tual y concluir que debe haber 3 átomos de oxígeno y, por tanto, la fórmula buscada es: H2CO3.
Si el proceso hubiese sido el contrario y nos hubiesen preguntado el nombre a partir de la fórmula,
la respuesta es inmediata ya que, como hemos dicho, al actuar aquí el carbono con solo un índice de
oxidación, solo existe el sufijo ico y, por tanto, se trata de ácido carbónico.
A modo de recapitulación de este apartado, se presenta una tabla con los oxoácidos más comunes
según la nomenclatura tradicional y con prefijos multiplicadores.
Nomenclatura
Fórmula Tradicional Con prefijos multiplicadores Extensible a
HClO Ácido hipocloroso Hidrogeno(oxidoclorato)
HClO2 Ácidocloroso Hidrogeno(dioxidoclorato)
Br y I
HClO3 Ácidoclórico Hidrogeno(trioxidoclorato)
HClO4 Ácido perclórico Hidrogeno(tetraoxidoclorato)
H2SO3 Ácidosulfuroso Dihidrogeno(trioxidosulfato)
Se
H2SO4 Ácido sulfúrico Dihidrogeno(tetraoxidosulfato)
HNO2 Ácido nitroso Hidrogeno(dioxidonitrato)
HNO3 Ácido nítrico Hidrogeno(trioxidonitrato)
H3PO3 Ácido fosforoso Trihidrogeno(trioxidofosfato)
As
H3PO4 Ácido fosfórico Trihidrogeno(tetraoxidofosfato)
H2CO3 Ácido carbónico Dihidrogeno(trioxidocarbonato)
A.24. Formulad los siguientes oxoácidos: ácido iodoso, àcido selénico, ácido arsénico, ácido
nitroso,hidrogeno(tetraoxidobromato), dihidrogeno(trioxidosulfato), trihidróge-
no(tetraoxidofosfato), dihidrógeno(trioxosulfato), hidrógeno(tetraoxidobromato), trihidroge-
no(trioxidoarseniato).
237
6. Reacciones químicas
Nomenclatura
Fórmula Tradicional Con prefijos multiplicadores
HBrO3
H2SeO4
HNO2
H3PO3
H2CO3
ACTIVIDADES DE RECAPITULACIÓN
238
6. Reacciones químicas
Nomenclatura con
Fórmula Número de oxidación Prefijos multiplicadores Nombre propio (si tiene)
SiO2
CoCl3
CdO
Na2S
PbI2
HF
O3Cl2
AgH
H2Se(aq)
NH3
S8
OF2
P2O5
O7Br2
Nomenclatura con
Fórmula Número de oxidación Prefijos multiplicadores Nombre propio (si tiene)
Pb(OH)2
HIO3
Na(OH)
H2CO3
H2SeO3
5. Determinad el número de oxidación del azufre en las siguientes sustancias:BaS, H2SO3, SO2, S8,
H2S(aq), SO3, H2SO4, SO, Fe2S3, SF6.
239
6. Reacciones químicas
Nomenclatura con
Fórmula Prefijos multiplicadores Nombre tradicional
HCl(aq)
HClO3
H2Se(aq)
H2SO4
HIO2
240
6. Reacciones químicas
Nomenclatura con
Fórmula Número de oxidación Prefijos multiplicadores Nombre propio (si tiene)
P4
HNO2
Co(OH)3
OF2
SiO2
Na2O
NH3
HBr(aq)
H2S
HF
FeH2
PbS
CO
H2CO3
241
6. Reacciones químicas
242
7. INICIACIÓN A LA QUÍMICA DEL CARBONO
A lo largo de este curso hemos estudiado con cierto detalle algunos cambios materiales, tratando
de investigar cómo ocurren unos y cómo podemos hacer que se produzcan otros que, por alguna
razón, nos interesen, teniendo siempre en cuenta la necesidad de un desarrollo sostenible.
¿Por qué, para terminar, vamos a plantearnos una introducción a la química del carbono?
¿Qué tiene de especial la química de éste elemento para que merezca este estudio particular?
Las propiedades específicas de algunas sustancias orgánicas (es decir, sustancias presentes en
los organismos, en la materia de la que están hechos todos los seres vivos, como son las plantas o
los animales) son conocidas desde muy antiguo. A título de ejemplo, podemos mencionar el al-
cohol presente en el jugo de uva fermentado, el ácido acético en vino agriado, la sacarosa de la
remolacha o caña de azúcar, algunos colorantes naturales extraídos de plantas o animales, etc.
Posteriormente, durante el siglo XVIII, se aislaron también otras sustancias como el alcohol de
madera (metílico), la glucosa, la lactosa, la urea (presente en la orina de los animales), el ácido
úrico, etc. Todas estas nuevas sustancias siempre se obtenían en el laboratorio a partir de mues-
tras procedentes de seres vivos y nunca a partir de sustancias inorgánicas.
Además de su origen distinto, los llamados compuestos orgánicos parecían ser más complejos
que los inorgánicos. No es pues de extrañar que esta situación, junto a la existencia de algunas
creencias religiosas, llevasen a admitir a los químicos de la época que, aunque todas las sustan-
cias orgánicas estaban compuestas fundamentalmente por carbono e hidrógeno (elementos que
también pueden encontrarse en la materia inorgánica), las leyes que regulaban su formación eran
diferentes. Concretamente, se pensaba que era necesaria una “fuerza vital” para producirlas.
Sólo los organismos como los animales y las plantas parecían disponer de esa fuerza vital que, de
ningún modo, se hallaba presente en los tubos de ensayo ni en los demás instrumentos de un la-
boratorio por sofisticados que fuesen. Esta idea formó parte de una teoría llamada “Vitalismo”.
De acuerdo con dicha teoría existía una barrera infranqueable entre las sustancias de origen
mineral (inorgánicas) y las procedentes de seres vivos, por lo que cualquier intento de sintetizar
en el laboratorio sustancias orgánicas a partir de otras inorgánicas estaba condenado al fracaso.
Conviene notar que la teoría vitalista implicaba la imposibilidad de que a partir de la materia
inanimada (inorgánica) pudiera alguna vez haber surgido la vida (materia orgánica) de forma
natural, lo cual se podía interpretar como un apoyo a la intervención divina para explicar el ori-
gen de la vida en la Tierra.
El vitalismo comenzó a tambalearse ya entrado el siglo XIX cuando, en 1828, el químico alemán
Wöhler, a los 28 años, sintetizó la urea a partir del calentamiento de un compuesto inorgánico.
En una carta dirigida a su profesor Berzelius escribía al respecto:
“... Puedo producir urea sin necesidad de un riñón, sin un animal (sea una persona o un perro)...”
243
7. Iniciación a la química del carbono
No por ello, sin embargo, se abandonó inmediatamente la teoría vitalista que persistió de una
forma u otra durante unos 20 años más, mostrando así, una vez más, que no basta con que los
resultados de un experimento contradigan una teoría para que ésta sea inmediatamente abando-
nada. Sin embargo, durante los años posteriores a la síntesis de la urea, se fueron sucediendo
nuevas síntesis de compuestos orgánicos a partir de sustancias inorgánicas. Como, por ejemplo,
la realizada por Kolbe (alumno de Wöhler), que obtuvo ácido acético a partir de los elementos
constituyentes (carbono, hidrógeno y oxígeno), o las sustancias que sintetizó el químico francés
Berthelot (alcohol metílico, alcohol etílico, metano, benceno, acetileno, etc.). Además, la exis-
tencia de una “fuerza vital” como explicación de un tipo de cambio, no resultaba compatible con
el principio de conservación de la energía que, por aquella época, acababa de desarrollarse. Todo
ello contribuyó sin duda a que los científicos abandonaran finalmente la teoría vitalista, a la vez
que comenzaba el desarrollo imparable de la química orgánica.
Superada pues la barrera que separaba la materia inorgánica de la orgánica, ya no tenía sentido
seguir distinguiendo entre química inorgánica y química orgánica. De hecho hoy en día se prefie-
re hablar de “química del carbono”, admitiéndose el término de química orgánica, aunque sin su
sentido original.
¿Por qué razón, entonces, se sigue estudiando de forma particular una química que gira en tor-
no a un solo elemento? A continuación trataremos de dar respuesta a esta cuestión.
A.1. ¿Qué pueden tener en común una bolsa de plástico, una camisa, una aspirina, el colesterol,
un preservativo, una silla, el aroma de las fresas maduras y un champú para el pelo?
Todos los ejemplos anteriores podrían tener en común estar formados por compuestos de carbo-
no. De hecho, desde que a mediados el siglo XIX comenzaron a sintetizarse en el laboratorio
compuestos orgánicos, se han elaborado ya millones de compuestos de carbono. Muchos de ellos
existen en la naturaleza donde son producidos por seres vivos (como por ejemplo vitaminas, ace-
tona, colorantes, caucho, penicilina, etc.) pero se sintetizan en el laboratorio por diversas razo-
nes, entre otras, por ejemplo, que puede ser más barato que extraerlos de su fuente natural. Otros,
sin embargo, no existen como tales en la naturaleza pero tienen propiedades que los hacen muy
interesantes. Este es el caso, por ejemplo, de los plásticos, con los que podemos fabricar objetos
que permanecen inalterables durante mucho tiempo, son ligeros, etc., o de las fibras sintéticas
con las que se fabrican muchas prendas de ropa que no precisan plancharse, etc. En 2011 se co-
nocían ya unos 10 millones de compuestos de carbono, frente al poco más de medio millón de
compuestos de todos los demás elementos. Y cada año se sintetizan miles de nuevos compuestos,
con las más diversas aplicaciones, desde unas botas impermeables a base de gore-tex hasta píldo-
ras anticonceptivas y nuevos fármacos.
De acuerdo con lo anterior, una característica fundamental del átomo de carbono, que lo hace tan
especial, frente a los restantes, es su extraordinaria capacidad para combinarse. Cabe plantearse,
pues, a qué se debe de dicha capacidad.
244
7. Iniciación a la química del carbono
Como es sabido, los seis electrones de que consta el átomo de carbono, están distribuidos de
forma que hay sólo dos en un primer nivel de energía (electrones internos) y los cuatro restantes
se hallan en un segundo nivel, más externo (electrones de valencia). Por tanto le faltan cuatro
electrones para completar su octeto. Ello, unido a su posición central en el sistema periódico
(alejada de los elementos más metálicos y más no metálicos), hace que este elemento se caracte-
rice por la formación de enlaces covalentes por compartición de sus electrones de valencia con
los de otros elementos, de los que difiere poco en electronegatividad, o incluso con él mismo.
A.2. El carbono y el hidrógeno, por ejemplo, tienen electronegatividades casi idénticas por lo
que el enlace entre ambos elementos será muy covalente. Predecid cómo se realizará dicho en-
lace en la molécula de metano (CH4) y qué direcciones cabe esperar que formen entre sí los pa-
res de electrones enlazados (es decir, los enlaces C_H).
De acuerdo con la fórmula del metano se darán cuatro enlaces covalentes simples entre el carbo-
no y el hidrógeno. Podemos representar la molécula como:
No obstante, debido a la repulsión eléctrica existente entre los cuatro pares de electrones de enla-
ce, cada par se situará lo más alejado posible de los restantes (al tener carga del mismo signo se
repelen entre ellos), lo que permite comprender la forma tetraédrica que realmente presenta la
molécula de metano. En los esquemas siguientes se dan tres posibles representaciones espaciales
de dicha molécula.
El carbono puede formar enlaces covalentes no sólo con el hidrógeno sino también con él mismo
y con otros elementos formando así cadenas abiertas o cerradas que dan lugar a un gran número
de compuestos distintos, que luego trataremos.
Otro de los rasgos diferenciales de la química del carbono, es la gran estabilidad del enlace C _C,
que resulta ser el segundo enlace más fuerte entre dos átomos iguales que comparten un par de
electrones (sólo superado por el enlace H_H). Se trata de enlaces dirigidos, con los electrones de
enlace muy localizados en una determinada zona y entre átomos de un tamaño muy pequeño que
o no tienen electrones internos (caso del H) o tienen sólo 2 (caso del C). Todo ello explica que
245
7. Iniciación a la química del carbono
sea posible la existencia de compuestos de carbono estables con largas cadenas, de forma que
algunas moléculas pueden contener 100 o más carbonos enlazados.
Conviene tener en cuenta que, a pesar de la gran estabilidad en condiciones ambientales ordina-
rias de los enlaces C-C y C-H, las sustancias orgánicas tienen, generalmente, bajos puntos de
fusión y de ebullición. A ello contribuye el hecho de que los enlaces anteriores son muy poco
polares, lo que causa débiles fuerzas intermoleculares (al contrario, por ejemplo, de lo que suce-
de en el agua).
2.3. Capacidad de combinación del carbono con otros elementos y consigo mismo
El carácter tan especial de la química del carbono proviene fundamentalmente de su enorme ca-
pacidad para la formación de compuestos. La presencia de un número tan grande de compuestos
de carbono en la naturaleza hace posible que exista una variación muy gradual de propiedades al
pasar de unas sustancias a otras, lo que puede hacer que las cantidades de energía que se ven
implicadas en dichos cambios no sean muy grandes. No es pues de extrañar que la vida esté aso-
ciada al carbono.
En este caso habría que enlazar entre sí a dos átomos de carbono y completar los enlaces restan-
tes con átomos de hidrogeno, lo que nos conduciría a una representación como la siguiente:
El compuesto anterior se conoce como etano. Para simplificar se suele dar de forma “semides-
arrollada”, indicando únicamente los enlaces C _C, es decir: CH3_CH3
Recordando la distribución espacial de los cuatro enlaces covalentes del carbono, la molécula
anterior se puede representar también como:
CH3-CH2-CH2-CH3 CH3-CH-CH3
|
CH3
246
7. Iniciación a la química del carbono
El butano y el metilpropano tienen la misma fórmula molecular (C 4H10), sin embargo se trata de
dos compuestos distintos, con una estructura y propiedades diferentes. A los compuestos que
cumplen estas características se les conoce como isómeros.
A.4. Teniendo en cuenta la posibilidad de formar cadenas abiertas y cerradas (ciclos), ramifica-
das o no, escribid las fórmulas semidesarrolladas de todos los compuestos (de carbono e hidró-
geno) con cinco átomos de carbono ligados por enlaces simples y decid cuáles son isómeros.
(Ignorad el ciclo de tres carbonos ya que no es un compuesto estable).
Rdo: cuatro compuestos estables diferentes, de los cuales hay tres que son isómeros.
Como vemos, las posibilidades de combinación del carbono aumentan al elevar el número de
átomos enlazados. No obstante no acaban ahí ya que también es posible la existencia de dobles y
de triples enlaces.
A.5. Construid las posibles fórmulas desarrolladas de los compuestos C 2H4 (eteno) y C2H2 (eti-
no) sabiendo que se trata de compuestos estables en los que se cumple la regla del octeto.
Dado que no hay bastantes hidrógenos para completar la tetracovalencia del carbono, habrá que
pensar en la existencia de un doble enlace -C=C- para C2H4 y de uno triple -CC- para C2H2
Hasta ahora sólo hemos visto posibilidades de combinación del carbono consigo mismo y con el
hidrógeno mediante unos pocos ejemplos. Sin embargo, también es posible la intervención de
otros átomos o grupos de átomos con lo que dichas posibilidades se amplían todavía más.
Una vez que hemos podido apreciar la especificidad del átomo de carbono y su extraordinaria
capacidad de combinación para dar lugar a muchísimos compuestos, cabe plantearse algunas
preguntas, como:
Si se conocen tantos compuestos del carbono ¿cómo proceder a realizar un estudio racional
de los mismos?, ¿se podrán agrupar en unos pocos tipos según un comportamiento químico
similar?, ¿cómo los distinguiremos y los nombraremos?
Entre tanta variedad de compuestos habrá también un gran número de aplicaciones distintas
¿podremos ver algunas de ellas?
247
7. Iniciación a la química del carbono
¿De dónde se extrae la materia prima para obtener los compuestos del carbono?
Hemos visto algún ejemplo de compuestos que siendo distintos tienen la misma fórmula mo-
lecular (isómeros). ¿Está muy extendido este fenómeno? ¿Existen distintos tipos de isomer-
ía?
¿Qué tipos de compuestos de carbono se pueden encontrar en los seres vivos?
¿Qué efectos sobre el medio ambiente y la sociedad está teniendo el hecho de la fabricación
y uso de tantos compuestos de carbono?
En este nivel nos limitaremos a realizar una primera aproximación hacia algunas de las cuestio-
nes anteriores, dejando otras (como la nomenclatura y formulación) para estudios posteriores.
Los hidrocarburos son compuestos formados exclusivamente por carbono e hidrógeno. Sus
moléculas pueden tener cadenas de átomos de carbono en forma lineal (abierta) o cíclica (cerra-
da) y enlazados a dichos carbonos se encuentran los átomos de hidrógeno.
A.6. Elaborad una lista con sustancias que sean hidrocarburos o mezclas de hidrocarburos.
Entre las sustancias que pueden citarse algunas son de enorme importancia; basta pensar, por
ejemplo en combustibles como la gasolina, el gasoil, etc. y su utilización en la automoción; o en
el butano, o el gas ciudad y su uso doméstico para cocinar o para calefacción; en el queroseno
utilizado en los motores a reacción; en aceites lubricantes; en plásticos como el polietileno, etc.
Dentro de los hidrocarburos de cadena abierta (es decir, no cíclicos), podemos clasificarlos según
tengan sólo enlaces simples C_C (hidrocarburos saturados) o incluyan enlaces dobles o triples
(hidrocarburos insaturados). Comenzaremos por los primeros.
En este tipo de hidrocarburos todos los átomos de carbono forman cuatro enlaces covalentes
simples, bien sea con otros átomos de carbono de la cadena o con átomos de hidrógeno. Reciben
el nombre de “alcanos” o “parafinas”
En la tabla siguiente se dan las fórmulas semidesarrolladas, el nombre y los puntos de fusión y
ebullición (en ºC) de los seis primeros elementos de la serie.
248
7. Iniciación a la química del carbono
Como podéis comprobar, a partir del butano, los nombres se construyen mediante un prefijo in-
dicativo del número de carbonos (penta, hexa, hepta ...) seguido del sufijo –ano.
A.7. A la vista de la serie anterior deducid cuál será la fórmula general de los alcanos
(Rdo: C29H60)
Por otra parte, no hay que confundir cadena lineal con cadena recta, ya que debido a la orienta-
ción tetraédrica de los enlaces de carbono, la cadena en realidad es zigzagueante, como se puede
comprobar en las representaciones de la molécula de butano (C4H10) que se dan a continuación:
En cuanto a las propiedades de los alcanos, comenzaremos señalando que, dado que el carbono y
el hidrógeno tienen electronegatividades muy parecidas, las moléculas son poco polares y por
tanto no son solubles en disolventes polares como el agua, pero sí en disolventes apolares como
el benceno, el tetracloruro de carbono, etc. De hecho, muchas plantas obtienen importantes ven-
tajas de la insolubilidad de los alcanos en agua. En efecto, muchas veces hemos podido compro-
bar el brillo que adquiere una manzana al ser frotada con un paño. Esto se debe a las ceras (alca-
nos C27H56 y C29H60 ) que recubren su piel. Análogamente ocurre en otros muchos frutos y hojas.
La función principal de esos alcanos es disminuir la pérdida de agua, formando una película im-
permeable.
Por otra parte, en la tabla anterior se observa claramente que, según va aumentando la masa mo-
lecular, la tendencia general es que aumenten también las temperaturas de fusión y ebullición.
Esto explica que, en condiciones ordinarias de presión y temperatura, los cuatro primeros alcanos
sean gases; mientras que desde C5 hasta C18 sean líquidos y, cuando la cadena tiene más de 18
átomos de carbono, los compuestos sean sólidos de bajo punto de fusión y aspecto ceroso (ceras
de parafina); finalmente, a partir de C35, son sólidos blandos (asfalto).
Respecto a las propiedades químicas de los alcanos, éstos son poco reactivos debido precisamen-
te al carácter saturado de sus enlaces intramoleculares y a la estabilidad de los mismos. Sin em-
bargo, a temperaturas altas pueden reaccionar con el oxígeno (arder) dando siempre dióxido de
carbono y agua. Es conocido, por ejemplo, el uso doméstico del butano para calentar y cocinar,
así como el uso de la gasolina y otros combustibles (todos ellos mezclas de hidrocarburos) en los
motores de explosión.
Como ya hemos visto, el más sencillo de los hidrocarburos saturados es el metano (CH4). Éste
se encuentra formando parte del gas natural el cual fundamentalmente es una mezcla de diversos
hidrocarburos (siendo el metano el que se encuentra en mayor proporción). El metano se forma
249
7. Iniciación a la química del carbono
Los hidrocarburos saturados también pueden reaccionar con los halógenos (como el cloro o el
bromo) en determinadas condiciones (halogenación). En efecto, si se mezcla un alcano con clo-
ro gaseoso en un lugar oscuro no tiene lugar ningún cambio, pero si se hace en presencia de la
luz solar se produce una reacción exotérmica en la que uno o más átomos de hidrógeno del alca-
no son sustituidos por átomos de cloro.
luz
Así, por ejemplo: CH4 + Cl-Cl CH3Cl + HCl
Si hay exceso de halógeno, la reacción puede continuar, formándose productos cuyas moléculas
contienen varios átomos de halógeno. Así si hacemos reaccionar metano con cloro en exceso
puede dar moléculas con dos o más átomos de cloro. Muchos derivados clorados y bromados
tienen usos agrícolas como insecticidas y herbicidas.
Los freones (conocidos también como CFC) son compuestos de carbono flúor y cloro. Se trata
de compuestos muy estables, inodoros, y no inflamables, que desde mediados del siglo XX fue-
ron ampliamente utilizados como gases propulsores de esprays, en aparatos de aire acondiciona-
do, en frigoríficos, para fumigar plantas, etc. Sin embargo, como se averiguó más tarde (después
ya de un uso masivo de los mismos), se trata de productos muy peligrosos ya que, además de ser
gases invernadero, tienen la particularidad de difundirse lentamente en la atmósfera y, al llegar a
la estratosfera, se descomponen por la acción de la radiación ultravioleta, liberando átomos de
cloro capaces de destruir muchas moléculas de ozono. Como sabemos, la capa de ozono estra-
tosférico contribuye a regular el clima y nos protege de la radiación ultravioleta. Afortunadamen-
te el uso de los CFC está actualmente prohibido, pero los efectos beneficiosos de esta medida
para la capa de ozono tardarán todavía muchos años en apreciarse de forma clara.
En este tipo de hidrocarburos existen dobles y triples enlaces entre átomos de carbono, de modo
que habrá menos enlaces C-H que en los hidrocarburos saturados de igual número de átomos de
carbono. En el caso de doble enlace el más sencillo es el eteno o etileno (CH2=CH2). En el caso
del triple enlace, el más sencillo es el etino o acetileno (CHCH). Durante este curso nos limita-
remos a estudiar aquellas moléculas en las que existe únicamente una insaturación (un solo doble
enlace o un solo triple enlace). Las fórmulas moleculares desarrolladas serán:
250
7. Iniciación a la química del carbono
Los hidrocarburos que contienen un doble enlace –C=C- se denominan alquenos y los que con-
tienen un triple enlace -CC- alquinos. El nombre de un hidrocarburo insaturado se obtiene cam-
biando la terminación –ano del alcano correspondiente por la de –eno (para los alquenos) y por
la terminación –ino (para los alquinos).
En este caso hemos de colocar respectivamente un doble enlace y un triple enlace siendo indife-
rente colocarlo a la derecha o a la izquierda del carbono central (es la misma molécula vista des-
de delante o desde atrás).
Para las moléculas con más de tres átomos de carbono la posición del doble o triple enlace puede
variar dando lugar a diferentes compuestos (aunque con la misma fórmula molecular). Además
también puede haber radicales.
Algunas propiedades de los hidrocarburos insaturados son parecidas a las de los saturados, así,
por ejemplo, son poco polares, con lo que tampoco son solubles en agua y sí lo son en disolven-
tes orgánicos tipo benceno. Su combustión también produce CO 2 y H2O. En cambio, los hidro-
carburos insaturados son más reactivos. Esto se debe fundamentalmente a la naturaleza de los
dobles y triples enlaces que, en muchas reacciones se pueden romper y formar enlaces simples.
CH2=CH2 + H2 CH3-CH3
A.11. Si ponemos en un tubo de ensayo unos cuantos cm3 de gasolina y añadimos unas gotas de
bromo disuelto en tetracloruro de carbono (disolución de color rojo) se observa cómo rápida-
mente las gotas de disolución que añadimos se decoloran ¿A qué cabe atribuir este efecto?
Nota: Se trata de productos nocivos para personas y medio ambiente. Utilizad la menor cantidad posible
y, siempre, con las medidas de precaución adecuadas.
A.12. Determinad el volumen de bromo de densidad 3’19 g/cm3 necesario para saturar comple-
tamente 63 g de propeno.
La ecuación química correspondiente a la reacción del propeno con el bromo viene dada por:
De acuerdo con ella cada mol de moléculas de propeno que reacciona lo hace con un mol de
moléculas de bromo y se obtiene un mol de moléculas de 1,2-dibromopropano.
En el problema nos preguntan qué volumen de bromo se precisará para que reaccionen totalmen-
te 63 g de propeno. Una forma de obtenerlo es averiguar en primer lugar cuántos moles de pro-
peno hay en esos 63 g y después utilizar las relaciones molares de la ecuación química para ob-
tener los moles de bromo necesarios. Finalmente, se trataría de averiguar la masa de bromo co-
rrespondiente a dicha cantidad de moles y con ella (y la densidad) el volumen pedido.
Como por cada mol de propeno que reacciona, se utiliza también un mol de bromo, concluimos
que se habrán empleado 1’5 moles de bromo.
La masa de bromo será: masa de bromo = nº moles · masa molar = 1’5 · 79’9 = 119’85 g
En cuanto a la combustión, los hidrocarburos insaturados arden en el aire de forma similar a los
saturados, produciendo también CO2 y H2O. Particularmente interesante al respecto es el caso del
acetileno que arde produciendo una llama que puede alcanzar una temperatura cercana a los
3000 ºC, por lo que se emplea para trabajos de soldadura y corte de metales.
A.13. Al quemar una cierta cantidad de acetileno se produjeron 154 g de CO2. Obtened la masa
de acetileno que se quemó.
Rdo: 45’5 g
Este grupo de hidrocarburos se caracteriza por tratarse de compuestos en cuyas moléculas existe
al menos un anillo formado por la unión de 3 o más átomos de carbono. Cuando se trata de un
hidrocarburo saturado nos encontramos ante un cicloalcano.
Uno de los cicloalcanos más importantes es el ciclohexano (C 6H12) muy utilizado como disol-
vente de otras sustancias orgánicas. Los esquemas siguientes corresponden a distintas formas de
representar la molécula de ciclohexano.
o más esquemáticamente:
A.14. Representad lo más esquemáticamente posible las moléculas de los compuestos siguientes:
Ciclopropano, ciclobutano, ciclopentano, cicloheptano y ciclooctano.
252
7. Iniciación a la química del carbono
A.15. La fórmula general de los alcanos es, como ya hemos visto, CnH2n+2 ¿Cuál es la fórmula
general de los cicloalcanos?
Rdo: CnH2n
Las propiedades físicas de los cicloalcanos son similares a los de los alcanos de cadena abierta:
No son solubles en agua y sí en disolventes orgánicos, son poco reactivos, se combinan con el
oxígeno dando reacciones exotérmicas (combustión), en presencia de la luz solar pueden expe-
rimentar reacciones de halogenación, etc.
Durante la primera mitad del siglo XIX se aisló por primera vez el benceno (C 6H6), que es el
hidrocarburo base a partir del cual se han obtenido un gran número de compuestos a los que, por
costumbre, se les siguió denominando aromáticos (aunque muchos de ellos no despiden ningún
aroma). En la actualidad también se les conoce como “arenos”.
A.16. A partir de la fórmula molecular del benceno C6H6 y sabiendo que se trata de una molécu-
la hexagonal y plana, proponed una posible estructura (utilizando los dobles enlaces necesarios)
que de cuenta de la misma.
Sin embargo los resultados experimentales mostraban una estructura regular en la que todos los
lados del hexágono eran de la misma longitud. Además el benceno no presenta reacciones típicas
de la existencia de dobles enlaces (por ejemplo, no decolora el agua de bromo), por tanto, esta no
podía ser su estructura.
253
7. Iniciación a la química del carbono
El benceno es una sustancia tóxica muy peligrosa por lo que conviene tomar muchas precaucio-
nes si se ha de manipular. Su inhalación puede producir mareos, irritación ocular y dolor de ca-
beza. Además es un compuesto muy cancerígeno. Se trata de un líquido incoloro, poco viscoso y
de un olor fuerte muy característico. Es muy poco soluble en agua y sí se disuelve en disolventes
orgánicos (por ejemplo en alcohol o éter). Funde a 5’5 ºC y hierve a 80’1 ºC
NO2
Por sustitución de algunos de los hidrógenos puede dar distintos
derivados por lo que se suele utilizar como producto de partida
para la fabricación de un gran número de compuestos derivados
del mismo (hidrocarburos aromáticos o arenos). Una de las reac-
ciones más importantes es su nitración para dar trinitrotolueno o
TNT (un explosivo de gran potencia), cuya estructura es:
NO2 NO2
CH3
3.4. Fuentes de los hidrocarburos
El petróleo y el gas natural son la principal fuente de los hidrocarburos saturados (hasta C 40) y
proporcionan la materia prima para la obtención de la mayoría de las sustancias orgánicas. El gas
natural está compuesto fundamentalmente por metano (sobre el 80%) y etano (sobre el 10 %) y,
en menor medida por propano, algo de butano y otros hidrocarburos superiores (de moléculas
con mayor número de átomos de carbono).
Como ya hemos visto, todos los hidrocarburos cuando se queman se transforman en CO2 y H2O.
La combustión de los hidrocarburos tiene una importancia extraordinaria y de hecho constituye
su uso más generalizado (como combustibles), ya que mediante dichas reacciones de combustión
es posible transferir grandes cantidades de energía interna química (existente en las moléculas de
los hidrocarburos) a otros sistemas (mediante trabajo y/o calor) y conseguir así mover vehículos,
aumentar la temperatura ambiente en las casas, cocinar alimentos, fabricar electricidad, etc.
A.17. Escribid las ecuaciones químicas, debidamente ajustadas, correspondientes a las reaccio-
nes de combustión de los cuatro primeros hidrocarburos de la serie de los alcanos.
254
7. Iniciación a la química del carbono
En las reacciones de combustión de los hidrocarburos, se requiere cierta energía para iniciar el
proceso (energía de activación), que podemos conseguir mediante una llama o chispa, pero una
vez comenzada, al ser la reacción muy exotérmica, prosigue espontáneamente.
A.18. La gasolina es una mezcla compleja de hidrocarburos la mayor parte de los cuales están
formados por moléculas de 5 a 10 átomos de carbono cada una. Uno de los principales compo-
nentes de la gasolina es el isooctano (C8 H18). Suponiendo que en un depósito existan 31’92 li-
tros de este compuesto (densidad 0’7 g/cm3), se pide: ¿Qué masa de dióxido de carbono se
habrá emitido a la atmósfera debido solo a la combustión de todo el isooctano presente? Utili-
zad el dato anterior para reflexionar sobre la contribución de los vehículos a motor al aumento
de la concentración de CO2 en la atmósfera en todo el planeta. Rdo. 69 kg.
En las cadenas de hidrocarburos se pueden incorporar otros átomos o grupos de átomos distintos
al hidrógeno, que les proporcionan unas propiedades características perfectamente diferenciadas
de las del hidrocarburo de igual cadena carbonada. Se les denomina grupos funcionales, y el
resto de la molécula es un radical hidrocarbonado que en general se simboliza por R. En este
curso, nos limitaremos a estudiar de forma elemental algunos de ellos.
Son los hidrocarburos que en sus moléculas han sustituido al menos un átomo de hidrógeno por
un halógeno. El número de compuestos de este tipo es enorme. Para nombrarlos se suele citar el
nombre del halógeno seguido del hidrocarburo correspondiente.
Se emplean principalmente como disolventes y desengrasantes (sobre todo los derivados clora-
dos). Así mismo se utilizan como compuestos básicos para la síntesis de algunos polímeros y
como propelentes en algunos aerosoles. También en circuitos de refrigeración y como agentes
extintores. El triclorometano (o cloroformo) se empleó durante mucho tiempo como anestésico
(actualmente no se utiliza debido a efectos tóxicos secundarios).
Son compuestos que tienen uno o más grupos hidroxilo (-OH ) unidos a un radical R , es decir a
un hidrocarburo que ha perdido uno o varios átomos de hidrógeno (los cuales han sido sustitui-
dos por los grupos -OH). Se nombran como derivados del hidrocarburo del cual provienen, aca-
bado en –ol.
255
7. Iniciación a la química del carbono
Cuando el metanol y el etanol se queman producen CO2 y vapor de agua (lo mismo que el resto
de los alcoholes). El etanol (que forma parte de las bebidas alcohólicas) es uno de los alcoholes
de más importancia y es el compuesto al que la gente llama habitualmente “alcohol” o, más pre-
cisamente: alcohol etílico. En condiciones ordinarias es un líquido transparente, incoloro, de olor
penetrante y característico, menos denso que el agua (0’8 g /cm 3), hierve a unos 78 ºC y solidifi-
ca a -112 ºC, se mezcla muy bien con el agua y se suele usar como desinfectante. Como ya sa-
bemos, el porcentaje de etanol puro indica el grado alcohólico. Así el alcohol de farmacia (96 º)
significa que en cada 100 cm3 , hay 96 cm3 de etanol puro (y análogamente en las bebidas al-
cohólicas). El etanol puede obtenerse mediante la fermentación de los azúcares presentes en el
zumo de determinadas frutas (generalmente la uva) o en los granos de cereales (como el maíz o
la cebada).
Al consumir bebidas alcohólicas ingerimos el etanol que contienen. El cuerpo humano no puede
almacenar alcohol de modo que éste debe metabolizarse y transformarse en otros compuestos
que sí que podemos asimilar. Este proceso ocurre fundamentalmente en el hígado. Conviene te-
ner en cuenta que si llega demasiado alcohol al hígado, se le provocan daños que pueden ser muy
graves como hígado graso o incluso cirrosis. El etanol es una sustancia que crea adicción provo-
cando que el organismo necesite tomar cada vez más cantidad para obtener los mismos efectos.
Conducir habiendo consumido bebidas alcohólicas previamente, es una de las causas más fre-
cuentes de muertes y lesiones graves por accidentes de tráfico.
El metanol es un alcohol mucho más tóxico que el anterior. Su ingestión provoca ceguera o in-
cluso la muerte. Se utiliza como alcohol de quemar y también como aditivo de la gasolina.
Los alcoholes con más de un grupo –OH se denominan polialcoholes. Un ejemplo es el propano-
triol o glicerina, usado habitualmente en cremas para la protección de la piel y también en la
fabricación de otros productos como algunos plásticos y explosivos.
A.21. Escribid la fórmula semidesarrollada del propanotriol sabiendo que tiene un grupo –OH
en cada carbono.
Desde hace algunos años se usa el llamado “bioetanol” como combustible. Se obtiene mediante
la producción de etanol a gran escala a partir, principalmente, de vegetales como el maíz, la re-
molacha o la caña de azúcar mediante procesos de fermentación de los azúcares que contienen.
Este etanol se puede utilizar como combustible por sí mismo o bien ser añadido a la gasolina.
A.22. ¿Qué ventajas tiene el uso de bioetanol en los vehículos a motor en lugar de los combusti-
bles fósiles?
256
7. Iniciación a la química del carbono
Los ácidos orgánicos se caracterizan por la presencia en sus moléculas del grupo carboxilo. Para
nombrarlos se indica el nombre del hidrocarburo del cual provienen, terminado en –oico.
A.23. Escribid las fórmulas semidesarrolladas de los ácidos metanoico (o fórmico), etanoico (o
acético) y propanoico.
Muchos ácidos orgánicos se hallan en productos naturales y suelen designarse mediante nombres
comunes (diferentes a la nomenclatura internacional) como, por ejemplo, el ácido cítrico en na-
ranjas y limones, el oxálico en los tomates, el málico en las manzanas, el acético en el vinagre, el
láctico en la leche, los llamados ácidos grasos (ácidos con un grupo carboxilo, saturados e insatu-
rados, con longitudes de cadena entre C4 y C24) están presentes en aceites vegetales y animales.
5.4. Ésteres
Se consideran como derivados de los ácidos a los que se les ha sustituido el H del grupo OH por
un radical.
Los ésteres se pueden nombrar como si fueran sales derivadas del ácido carboxílico del cual pro-
vienen cambiando la terminación –oico de éste, por la terminación –ato y añadiendo el nombre
del radical R’ acabado en –ilo.
A.24. Escribid las fórmulas semidesarrolladas del metanoato de etilo y del acetato de metilo.
Los ésteres de baja masa molecular son líquidos neutros e incoloros, a menudo de un olor agra-
dable (por eso se suelen utilizar como aromatizantes artificiales). Los de elevada masa molecular
son sustancias grasas cerosas o cristalinas. Están presentes en la naturaleza como aromas y sabo-
res en plantas y frutos. También se hallan en las grasas, ceras y aceites.
5.5. Aminas
Son compuestos en cuyas moléculas el átomo de nitrógeno está unido directamente a una, dos o
tres cadenas carbonadas. Se pueden considerar, en principio, como derivados del amoniaco NH3
al que podemos ir sustituyendo cada uno de sus hidrógenos por radicales (restos carbonados),
produciendo así aminas primarias R-NH2, secundarias R-NH-R’ y terciarías R-NR’’-R’
Se nombran en primer lugar los radicales en orden alfabético y se termina con la palabra amina.
Y seguir así sucesivamente dando lugar a un polímero llamado polietileno formado por molécu-
las con un número “n” de monómeros. El proceso se puede resumir como:
Una sola macromolécula de polietileno puede contener unas 2000 unidades de monómero. El
polietileno se emplea en la fabricación de tejidos sintéticos, juguetes, recubrimiento de alambres
y cables, recipientes para embalaje, etc. Sus propiedades son muy distintas de las del monómero
que lo forma (el etileno). En la actualidad (2008) se producen anualmente unos 40 millones de
toneladas de polietileno en el mundo.
A.26. Otro polímero es el policloruro de vinilo, conocido como PVC. En este caso el monómero
es el cloruro de vinilo ClCH=CH2. Escribid esquemáticamente la estructura del PVC.
Una sola macromolécula de PVC puede contener alrededor de 25000 unidades de monómero.
La fabricación a escala industrial de PVC es objeto de una viva polémica, presente incluso en los
medios de comunicación. Sus detractores afirman que su obtención conlleva la utilización de
sustancias peligrosas para la salud y el medio ambiente, como es el propio cloruro de vinilo. Por
otra parte, los cambios químicos necesarios requieren mucha energía ya que, entre otras cosas, se
ha de separar el cloro del sodio al que se encuentra unido en el compuesto cloruro de sodio me-
diante fuertes enlaces de tipo iónico. Además, un producto hecho de PVC puede contener aditi-
vos tóxicos que se le añaden con distintos propósitos (por ejemplo para hacerlo más estable) co-
mo el plomo o el cadmio. Los productos con PVC son muy numerosos: más del 65% del PVC
fabricado se utiliza en la construcción para fabricar persianas, marcos de ventanas y puertas, tu-
berías, revestimientos, muebles de jardín, etc. ; también se utiliza para fabricar cortinas de baño,
manteles, tapicerías de coches, botellas, etc. Cuando, pasado el tiempo, estos productos van a
parar a escombreras o vertederos, liberan poco a poco los aditivos tóxicos que contienen, conta-
minando el suelo y el agua. Si se queman, se produce cloruro de hidrógeno (corrosivo) y otras
sustancias altamente tóxicas (como las dioxinas). Muchos envases (botellas de agua, aceite, vi-
nagre, etc.), vasos, platos, etc., de plástico, son de PVC.
258
7. Iniciación a la química del carbono
Actualmente, muchas empresas embotelladoras de agua, han dejado de utilizar PVC en sus enva-
ses pero, en general, la fabricación de este polímero ha experimentado un gran aumento a escala
mundial, pasando de 220.000 toneladas al año en 1950 a más de 25 millones de toneladas anua-
les a finales del siglo XX.
Tanto el polietileno como el PVC son dos ejemplos de plásticos. Existen muchos tipos de plásti-
cos y la sociedad actual no puede prescindir de ellos. Cada vez se hacen más objetos de plástico.
Particularmente las bolsas de plástico han invadido el planeta y pueden encontrarse en cualquier
parte. Son baratas y resistentes En la mayor parte de centros comerciales las regalan para trans-
portar las compras. Se calcula que cada minuto se producen en el mundo alrededor de 1 millón
de bolsas de plástico. Sólo en España se reparten al año más de 10.000 millones de estas bolsas.
(Fuente: El País Semanal, 21 de octubre de 2007).
A.27. Los plásticos presentan tantas ventajas (poco peso, resistencia, durabilidad, etc.), que su
uso para fabricar todo tipo de objetos se ha generalizado prácticamente en todo el mundo.
Hacia el año 2010 la demanda mundial de plásticos será del orden de unos 300.000 millones de
kilogramos anuales y su producción hace tiempo que ha superado ya a la de acero. No obstante,
algunos sostienen que este elevado consumo puede estar causando más problemas que solucio-
nes. ¿A qué problemas pueden estar refiriéndose?
Los plásticos ocasionan un grave impacto sobre el medio ambiente. Para comenzar, su reciclado,
a diferencia del vidrio o del papel, no supone ningún ahorro especial. En la actualidad, por diver-
sas razones, el plástico que se recicla no llega ni a la cuarta parte del que se produce. Sin embar-
go es absolutamente necesario evitar la acumulación de enormes cantidades de plásticos en ver-
tederos, así como su presencia en prácticamente todos los medios (tanto en el mar como en los
continentes), lo que no solo produce un efecto muy antiestético sino que también genera graves
problemas, ya que los plásticos pueden permanecer inalterables durante mucho tiempo (imposi-
bilidad de biodegradarse en la mayoría de los casos). Por otra parte, su incineración no solo
produce CO2 sino también sustancias tóxicas, como metales pesados y dioxinas. Además la ma-
teria prima para la fabricación de la inmensa mayoría de los plásticos es el petróleo (un combus-
tible fósil no renovable).
A.28. ¿Qué acciones se pueden llevar a cabo para contribuir a solucionar los problemas ante-
riormente enumerados?
Debemos ser conscientes de estos graves problemas y dar preferencia a los productos a granel
frente a los envasados en plástico (por ejemplo, frutas y verduras). Utilicemos también siempre
las mismas bolsas de lona para nuestras compras (que podemos transportar plegadas fácilmente y
reutilizar muchas veces) y no aceptemos las de plástico (la mejor forma de tratar los residuos es
no producirlos), demos prioridad a los envases de vidrio (muchas empresas, aprovechando una
deficiente legislación ambiental, tienden a sustituir los envases de vidrio por otros de plástico no
retornables) y, por supuesto, hagamos uso de los contenedores previstos para depositar el plásti-
co deshechado. Por otra parte es necesario impulsar la investigación para fabricar más plásticos
que sean biodegradables (esto es, que puedan ser destruidos por las bacterias) y que sustituyan a
los que no lo son (por ahora la gran mayoría).
Desde 1930, la industria química ha producido una gran variedad de polímeros sintéticos. Ade -
más de los dos ya tratados (polietileno y PVC) podemos citar, entre otros, a materiales textiles
como el nylon o el poliéster, el caucho sintético (utilizado para fabricar neumáticos), las silico-
nas (para impermeabilizar), el teflón (como material antiadherente en sartenes), etc.
259
7. Iniciación a la química del carbono
Una de las aplicaciones más conocidas del nylon es su utilización en la fabricación de medias. Se
trata de un polímero resultante de la combinación de dos monómeros distintos, que forma fibras
elásticas y fuertes, debido a los enlaces intermoleculares por puente de hidrógeno que se forman
entre las distintas macromoléculas. De las fibras de nylon se pueden obtener hilos finísimos.
Hacia el año 1940 se comercializaron con un gran éxito las primeras medias de nylon en los Es-
tados Unidos y en 1945 en Europa. El nylon tiene también otras muchas aplicaciones (telas de
paracaídas, cerdas de cepillos de dientes, peines y mangos de cepillos, etc.).
Se trata de una reacción de polimerización por condensación en la que las moléculas anteriores
se unen para formar la unidad estructural del nylon.
A.29. Escribid la reacción entre las moléculas anteriores, sabiendo que en ella se produce clo-
ruro de hidrógeno e indica cuál sería la unidad estructural del nylon.
H H O O H H O O
... + H N (CH2)6 N H + Cl C (CH2)4 C Cl + H N (CH2)6 N H + Cl C (CH2)4 C Cl + ...
En la que como puede observarse se desprende HCl y se forma un polímero (nylon) cuya unidad
estructural se puede representar como:
H H O O
(N CH2CH2CH2CH2CH2CH2 N C CH2CH2CH2CH2 C ) n
260
7. Iniciación a la química del carbono
3º) Utilizando las pinzas (o el clip desdoblado con un pequeño gancho final), se coge la película
de nylon formada entre las dos capas y se levanta despacio al tiempo que se enrolla el hilo que se
va formando, sobre la varilla (o sobre la probeta). Después se va girando esta lentamente para ir
extrayendo poco a poco el nylon, observando cómo conforme desparece, se va formando más al
ponerse en contacto los dos reactivos. Es importante hacerlo con cuidado ya que el hilo se suele
romper por estirar demasiado rápido.
4º) Cuando se acaban los reactivos, se lava varias veces con agua el polímero obtenido y se deja
secar sobre un papel de filtro.
261
7. Iniciación a la química del carbono
En los organismos vivos existen también una gran cantidad de polímeros naturales, algunos de
ellos esenciales para la vida como, por ejemplo, los glúcidos (también llamados hidratos de car-
bono), los lípidos y las proteínas.
Son compuestos de carbono, hidrógeno y oxígeno. Se pueden clasificar en tres grandes grupos:
monosacáridos o azúcares (como la glucosa o la fructosa) formados por moléculas simples,
constituyen las unidades básicas de todos los glúcidos; oligosacáridos, formados por la unión de
entre 2 y 15 moléculas (como, por ejemplo, la sacarosa, formada a partir de una molécula de
glucosa y otra de fructosa que se unen, dando sacarosa y H2O); y los polisacáridos, que son los
glúcidos más abundantes en la naturaleza y cuya estructura está formada por la unión de un ele-
vado número de monosacáridos (ejemplo, el almidón y la celulosa) dando lugar a verdaderas
macromoléculas.
Los hidratos de carbono son fuentes de energía para el organismo (cada gramo proporciona
aproximadamente 4 kcal). Los monosacáridos y oligosacáridos suelen ser cristalinos, de sabor
dulce, solubles en agua. Pueden ser utilizados directamente por las células. Abundan en bollería,
pastelería, dulces en general y frutas como la uva.
Los animales y las plantas obtienen una parte muy importante de la energía que necesitan oxi-
dando la glucosa en la respiración. Se trata de un proceso complejo que se lleva a cabo en varias
etapas. La reacción global es:
C6H12O6 (ac) + 6 O2 (g) → 6 CO2 (g) + 6 H2O (l)
Las plantas verdes, además de respirar (lo mismo de día que de noche), en presencia de la luz
realizan otra función distinta: la fotosíntesis. También se trata de un proceso complejo, que glo-
balmente puede ser esquematizado mediante la reacción:
Como puede verse, en la fotosíntesis se forma glucosa, que las plantas utilizan para obtener des-
pués almidón, proteínas y otros compuestos que necesitan para vivir.
Los polisacáridos no son dulces ni cristalinos y apenas son solubles en agua. Su estructura está
compuesta por la unión de un elevado número de unidades de monosacáridos. Son, por tanto,
polímeros naturales.
En el caso del almidón, el monómero es la glucosa. Una macromolécula de almidón puede con-
tener alrededor de 1000 unidades de glucosa (conviene tener presente que cada vez que se añade
una molécula de glucosa a la cadena, se elimina otra de agua). Está presente en grandes cantida-
des en el maíz, las patatas y el arroz. Su función principal es la de reserva de energía.
La celulosa es una sustancia estructural que constituye la membrana celular de la mayor parte de
las plantas. Así, en el caso de los árboles, alrededor del 50% de la estructura leñosa es celulosa y
el algodón es prácticamente celulosa pura (98%). Lo mismo que el almidón, la celulosa es un
262
7. Iniciación a la química del carbono
polisacárido. Las cadenas de celulosa están formadas por unas 10000 unidades de glucosa. La
celulosa tiene muchas aplicaciones (por ejemplo, para fabricar papel). Al contrario que el al-
midón, no es un nutriente para el ser humano, sin embargo su presencia en la dieta es fundamen-
tal ya que aporta la fibra necesaria. Se encuentra en verduras y frutas.
Conviene tener en cuenta que para una alimentación adecuada son más interesantes los glúcidos
complejos que los sencillos o azúcares y que el exceso de hidratos de carbono se transforma en
grasas (tejido adiposo).
Con el nombre de lípidos se designa a sustancias diversas como, por ejemplo: las grasas, aceites
y ceras. Todos ellos son insolubles en agua, aunque sí se pueden disolver en disolventes orgáni-
cos. Tanto los aceites como las grasas son ésteres de ácidos grasos y glicerina. Las grasas y acei-
tes en general son los nutrientes con mayor poder energético (aproximadamente 9 kcal por cada
gramo) por lo que no es de extrañar que una de sus funciones más importantes sea actuar como
sustancias de reserva energética a largo plazo (y también como aislantes térmicos, especialmente
en algunos animales como el oso, las focas, ballenas, etc.).
Las cadenas de los ácidos grasos pueden ser saturadas (formadas sólo por enlaces simples) o
insaturadas (con uno o más enlaces dobles). En general una grasa o un aceite natural en particu-
lar esta formado por una mezcla de ésteres de diversos ácidos grasos.
Ejemplos de alimentos ricos en ácidos grasos insaturados son: el pescado azul, el aceite de oliva,
las nueces, almendras, etc. Por el contrario, la mantequilla, margarinas, tocino, nata, embutidos,
helados, bollería industrial, etc., son ricos en ácidos grasos saturados. En realidad un aceite o una
grasa no contienen ácidos grasos como tales, pero se acostumbra a expresar su composición en
términos del porcentaje de los diferentes ácidos grasos que se podrían obtener a partir de ellos
por saponificación (un tipo de reacción química que veremos a continuación). Así, por ejemplo,
el aceite de oliva nos daría un 83% de ácido oleico y un 7% de ácido linoleico, ambos insatura-
dos, frente a sólo un 8% de ácidos grasos saturados; mientras que a partir del aceite de palma se
obtendría un 47 % de ácidos grasos saturados. En la mantequilla el porcentaje de ácidos grasos
saturados asciende al 65 % frente a solo un 28 % de insaturados.
La ingestión de grasas y aceites a los que corresponden altos porcentajes de ácidos grasos satura-
dos produce más colesterol (un lípido que, cuando se da en exceso, parte de él se deposita en las
arterias obstruyéndolas, contribuyendo así al desarrollo de enfermedades cardiovasculares).
O O
CH3 (CH2)16 C OH CH3 (CH2)16 C O CH2
O H O CH2 O
CH3 (CH2)16 C OH H O CH CH3 (CH2)16 C O CH 3 H2O
O O
H O CH2
CH3 (CH2)16 C OH CH3 (CH2)16 C O CH2
263
7. Iniciación a la química del carbono
Una aplicación de las grasas es su utilización para fabricar jabón. Hace años los restos de grasa y
aceites fritos que quedaban en los hogares no se tiraban a la basura sino que se guardaban para
fabricar jabón, evitando así la incorporación de productos muy nocivos al medio ambiente.
El tratamiento de aceites y grasas con lejías (disoluciones de NaOH, KOH o Na 2CO3) forman la
sal alcalina de los ácidos grasos, conocida como jabón, dejando en libertad la glicerina. Esta re-
acción se llama saponificación de un éster. Las sales de sodio son jabones sólidos mientras que
las de potasio forman jabones líquidos (gel).
Vamos a utilizar aceite de oliva para fabricar jabón. En dicho aceite la trioleína constituye el
éster más abundante (aproximadamente el 80% del aceite).
A.31. Escribid la ecuación química correspondiente a la reacción entre tres moléculas de ácido
oleico CH3-(CH2)7-CH=CH-(CH2)7-COOH con una molécula de glicerina CH2OH-CHOH-
CH2OH para dar una molécula de trioleína y 3 moléculas de agua.
O O
CH3 (CH 2) 7 CH=CH (CH 2) 7 C OH CH3 (CH 2) 7 CH=CH (CH 2) 7 C O CH2
O H O CH2 O
CH3 (CH 2) 7 CH=CH (CH 2) 7 C OH H O CH CH3 (CH 2) 7 CH=CH (CH 2) 7 C O CH 3 H2O
O H O CH2 O
CH3 (CH 2) 7 CH=CH (CH 2) 7 C OH CH3 (CH 2) 7 CH=CH (CH 2) 7 C O CH2
A.32. Cuando se mezclan aceite de oliva y una disolución acuosa de NaOH en condiciones ade-
cuadas, la trioleína reacciona con la sosa para dar una sal de sodio (jabón) y glicerina. Escri-
bid la ecuación correspondiente a dicha reacción de saponificación.
O
CH3 (CH2)7 CH=CH (CH 2) 7 C O CH2
O H O CH2 O
+
CH3 (CH2)7 CH=CH (CH 2) 7 C O CH 3 NaOH H O CH 3 CH3 (CH2)7 CH=CH (CH 2) 7 C O Na
O HO CH2
CH3 (CH2)7 CH=CH (CH 2) 7 C O CH2
En la reacción de saponificación anterior a partir de la oleína obtenemos oleato de sodio (una sal
del ácido oleico). Las sales de ácidos grasos son los jabones.
264
7. Iniciación a la química del carbono
Procedimiento
3º) Al cabo de un rato se repite la operación anterior y si el grumo se disuelve se considera que la
reacción ha finalizado. En ese momento hay que añadir rápidamente unos 25 ml de disolución
saturada de sal común a la mezcla y continuar calentando durante 5 minutos más, sin dejar de
remover y a fuego directo. Después dejar reposar hasta el día siguiente.
4º) Se habrán formado dos capas. La capa superior es el jabón, que por su menor densidad flota
sobre la inferior (una disolución acuosa en la que hay, entre otras especies químicas: glicerina,
cationes sodio y aniones cloruro).
5º) Separar el jabón del resto: Para ello puede procederse a sifonar la disolución con una gomita
o simplemente a decantar la disolución vaciando todo el contenido del vaso en un embudo (cu-
bierto interiormente por un papel de filtro), lavando después el jabón que queda en el interior del
embudo con agua fría y separándolo finalmente del papel de filtro.
6º) El jabón recogido se coloca en un recipiente para calentarlo suavemente hasta que funda y
poder darle forma poniéndolo en un molde (sirve una cajita cualquiera).
¿Por qué el jabón elimina las manchas de grasa o aceite de los tejidos?
El jabón que hemos obtenido está formado por unidades de oleato, en las que existen dos partes
diferenciadas: una atrae al agua y repele a la grasa (zona hidrófila) mientras que en la otra pasa
lo contrario (zona lipófila). Cuando un tejido con manchas de grasa se sumerge en agua jabono-
sa, cada gota de grasa es rodeada por multitud de dichas unidades que contactan con ella por la
zona lipófila formando un conjunto grasa-jabón que se desprende del tejido ya que las zonas
hidrófilas son atraídas por las moléculas del agua (este proceso se favorece si agitamos, a mano o
a máquina, y utilizamos agua caliente).
265
7. Iniciación a la química del carbono
Las proteínas son macromoléculas que forman largas cadenas formadas por 20 tipos de eslabo-
nes o unidades diferentes denominadas aminoácidos.
Un aminoácido es un compuesto que se caracteriza por tener un grupo amino y un grupo ácido:
Grupo amino R O
Aminoácido
H N C C OH
H Grupo ácido
Los aminoácidos se unen entre sí para formar proteínas. En ese proceso, el grupo amino de una
molécula se une con el grupo ácido de otra y se elimina una molécula de agua:
R O R O R O R O
H N C C OH + H N C C OH H N C C N C C OH + H2O
H H H H
Los 20 aminoácidos se unen entre si de diferentes formas y en números que pueden ser muy ele-
vados. Una característica propia de las proteínas es que basta con que cambie la posición de uno
solo de los aminoácidos que la forman para que se obtenga otra proteína muy diferente a la pri-
mera. Cada especie animal o vegetal posee sus propias proteínas. Incluso dentro de una misma
especie, un individuo tiene proteínas específicas que le diferencian del resto de sus congéneres
(esto es una de las razones por las que se producen mecanismos de rechazo en los transplantes de
órganos, ya que cuando en un organismo se introduce una proteína extraña, suele reaccionar pro-
duciendo anticuerpos contra ella).
Una simple bacteria puede tener más de 500 proteínas distintas, mientras que en organismos
complejos como el ser humano, este número puede ascender a millones. En las proteínas de los
seres vivos podemos encontrar hasta 20 aminoácidos diferentes ordenados en distinto número y
secuencias.
Las proteínas se encuentran fundamentalmente en la carne, pescado, leche y sus derivados (que-
so, yogur, etc.,) y en los huevos. También en algunos vegetales como legumbres (lentejas, soja,
garbanzos …) y cereales (trigo, maíz, arroz …). Ingerimos proteínas de los alimentos para des-
componerlas en aminoácidos y con ellos fabricar las nuestras propias.
De los 20 aminoácidos hay 8 que son esenciales (porque con esos 8 se pueden fabricar también
los 12 restantes). Éstos deben estar en nuestra dieta. Las proteínas mejores son las que contienen
esos 8 aminoácidos (las de origen animal). No obstante, si mezclamos cereales con legumbres,
266
7. Iniciación a la química del carbono
también es posible cubrir entre ambos alimentos esos 8 aminoácidos esenciales, por eso es mu-
cho mejor comer, por ejemplo, arroz con lentejas que cualquiera de estos dos platos solo.
Conviene tener en cuenta que sólo para reponer las células perdidas el ser humano precisa di-
ariamente 0’8 gramos de proteínas por cada kilogramo de masa corporal. Naturalmente, este
número es mayor cuando se está creciendo. Finalmente, indicar que cuando faltan glúcidos y/o
grasas, las proteínas se utilizan como nutrientes energéticos.
Una dieta adecuada, debe incluir los distintos nutrientes (hidratos de carbono, lípidos, proteínas y
también vitaminas y sales minerales), en cantidades y proporciones adecuadas (que varían según
la edad, el sexo, la constitución corporal y el tipo de actividades que realicemos). Para ello, la
dieta debe incluir la mayor variedad posible de alimentos. Las personas que no siguen una dieta
sana y equilibrada, corren el riesgo de sufrir graves enfermedades como obesidad, anorexia, in-
fartos y cáncer.
La Tierra está habitada por un gran número de diferentes especies de animales y vegetales. Sin
embargo, a pesar de la variedad existente, todas ellas, desde el más pequeño insecto hasta las
grandes ballenas, pasando por los seres humanos, se caracterizan por tener vida, una cualidad de
la que no gozan las rocas, el agua, el aire ni el resto del mundo inanimado.
Sin embargo, sabemos que la Tierra no ha existido siempre, sino que se originó hace unos 4600
millones de años a partir de gas y polvo interestelar. Consecuentemente las primeras formas de
vida debieron originarse en la Tierra posteriormente a esa fecha.
La vida no surgió de golpe. Hasta los seres vivos más simples, tienen una estructura tan compleja
que ésta debió ser fruto de cambios sucesivos y prolongados, partiendo de otras estructuras más
elementales a lo largo de muchos millones de años.
Todos los seres vivos están formados por compuestos del carbono: glúcidos, lípidos, proteínas,
etc. Concretamente, las proteínas desempeñan, como hemos visto, un papel esencial en la forma-
ción de células, por lo que la formación de estos compuestos de carbono, debió ser una etapa
fundamental en el larguísimo proceso evolutivo que dio lugar a los primeros seres vivos.
Probablemente, hace unos 4000 millones de años, en la atmósfera primitiva (sin oxígeno pero
rica en hidrógeno y otras sustancias como metano y amoniaco), sometida a la acción de rayos,
relámpagos, luz ultravioleta (no había capa de ozono que la filtrase) y vapor de agua sobrecalen-
tado, pudieron formarse moléculas más complejas. Los productos de estas primeras reacciones
químicas, se disolvieron en los océanos primitivos formando una especie de sopa orgánica, en la
que se pudieron formar nuevas moléculas y compuestos de carbono de complejidad creciente,
hasta dar lugar a los compuestos de carbono básicos para la vida, como los hidratos de carbono y
las proteínas.
En la etapa siguiente debieron formarse algunas moléculas capaces de hacer copias de ellas
mismas utilizando para ello otras moléculas de su entorno y, a partir de ellas, se originaron las
células primitivas.
267
7. Iniciación a la química del carbono
Hace unos 3000 millones de años existían plantas unicelulares en los océanos y hace unos 1000
millones de años los océanos ya estaban repletos de plantas verdes sencillas que, mediante la
fotosíntesis, produjeron un cambio fundamental en la atmósfera de la Tierra, haciendo que el
oxígeno constituyera una parte importante de ella.
Fue necesario esperar hasta hace unos 600 millones de años para que terminase el predominio de
las algas y surgieran en los océanos formas de vida más grandes, de las cuales tenemos constan-
cia fósil, como los trilobites. A este periodo se le conoce como el cámbrico. De las algas y otros
seres anteriores al cámbrico no queda rastro, ya que los seres blandos dejan pocos restos fósiles.
Después se desarrollaron los primeros peces y vertebrados. Las plantas se extendieron fuera de
los océanos, evolucionaron los primeros insectos y animales anfibios, se produjeron los primeros
árboles y reptiles, los dinosaurios, los mamíferos y finalmente… los primates, es decir, los ante-
pasados de los monos, de los grandes simios y de los humanos.
Hace menos de 10 millones que evolucionaron los primeros seres que se parecían fielmente a
nosotros y después, hace sólo unos pocos millones de años, aparecieron los primeros seres
humanos. Si nos comparamos con la historia de la Tierra, los seres humanos somos unos recién
llegados. En efecto, si los 4600 millones de años de existencia de la Tierra se redujesen a un solo
año, nuestra especie no llevaría viviendo en ella ni una décima de segundo.
La historia de la Tierra es, pues, muy larga. Nuestro maravilloso planeta tiene casi 5000 millones
de años de edad y probablemente le quedan otros tantos antes de desaparecer engullido por el
Sol. La vida surgió muy pronto en la Tierra, como si se tratara de un proceso químico inevitable;
pero no fue tan fácil que a partir de esas primeras formas de vida evolucionaran las plantas y
animales superiores y, finalmente, los primates. El desarrollo del cerebro y la facultad de pensar
es un acontecimiento todavía más extraordinario en la evolución que hace de nosotros, los seres
humanos, una especie única.
La Tierra está llena de fósiles, testimonio de muchas especies que vivieron y se extinguieron
mucho antes de que nosotros apareciésemos. La capacidad de razonar, que nos distingue de los
restantes seres vivos, nos ha convertido en lo que somos y nos ha permitido cambiar el mundo.
Actualmente se ha hecho necesario que utilicemos esa misma capacidad para construir un desa-
rrollo sostenible si no queremos que nuestro impacto sobre la naturaleza acabe haciendo que el
planeta continúe su marcha sin nosotros mucho antes de lo esperado. Vale la pena que todos de-
diquemos nuestros esfuerzos para conseguir este objetivo.
268
SISTEMA PERIÓDICO DE LOS ELEMENTOS
Clave
P Gases
Grupo Número atómico Nobles
7 14’0 Masa atómica Sólidos Gases Líquidos Artificiales
1A
1 18 (0)
N Símbolo
1 1’0 2 4’0
1 H IIA IIIA VA VIA VIIA He
Hidrógeno Nombre Nitrógeno IVA Helio
2 13 15 16 17
14
3 6’9 4 9’0 5 10’8 6 12’0 7 14’0 8 16’0 9 19’0 10 20’1
2 Li Be B C N O F Ne
Litio Berilio Boro Carbono Nitrógeno Oxígeno Flúor Neón
11 22’9 12 24’3 13 27 14 28’0 15 31’0 16 32’0 17 35’5 18 39’9
3 Na Mg IIIB IVB VB VIB VIIB VIII IB IIB Al Si P S Cl Ar
Sodio Magnesio Aluminio Silicio Fósforo Azufre Cloro Argón
3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
19 39’1 20 40’0 21 44’9 22 47’9 23 50’0 24 52’0 25 55’0 26 55’8 27 58’9 28 58’7 29 63’5 30 65’4 31 69’7 32 72’6 33 74’9 34 78’9 35 79’9 36 83’8
K Ca Sc Ti V Cr Mn Fe Co Ni Cu Zn Ga Ge As Se Br Kr
4 Criptón
Potasio Calcio Escandio Titanio Vanadio Cromo Manganeso Hierro Cobalto Níquel Cobre Cinc Galio Germanio Arsénico Selenio Bromo
37 85’5 38 87’6 39 88’9 40 91’2 41 92’9 42 95’9 43 99’0 44 101’1 45 102’9 46 106’4 47 107’9 48 112’4 49 114’8 50 118’7 51 121’7 52 127’6 53 126’9 54 131’3
5 Rb Sr Y Zr Nb Mo Tc Ru Rh Pd Ag Cd In Sn Sb Te I Xe
Rubidio Estroncio Itrio Circonio Niobio Molibdeno Tecnecio Rutenio Rodio Paladio Plata Cadmio Indio Estaño Antimonio Teluro Iodo Xenón
55 132’9 56 137’3 57 13 8’9 72 178’5 73 180’9 74 183’8 75 186’2 76 190’2 77 192’2 78 195’1 79 196’9 80 200’5 81 204’3 82 207’2 83 208’9 84 210’0 85 210’0 86 222’0
6 Cs Ba La Hf Ta W Re Os Ir Pt Au Hg Tl Pb Bi Po At Rn
Cesio Bario Lantano Hafnio Tantalio Volframio Renio Osmio Iridio Platino Oro Mercurio Talio Plomo Bismuto Polonio Astato Radón
87 223 88 226 89 227 104 261 105 262 106 266 107 264 108 269 109 268 110 269 111 272 112 285 113 284 114 289 115 288 116 292 117 118 294
Fr Ra Ac Rf Db Sg Bh Hs Mt Ds Rg Cn Uut Fl Uup Lv Uus Uuo
7
Francio Radio Actinio Rutherfordio Dubnio Seaborgio Bohrio Hesio Meitnerio Darmstadio Roentgenio Copernicio Ununtrio Flerovio Unumpentio Livermorio Ununseptio Ununoctio
58 140’1 59 140’9 60 144’2 61 147 62 150’3 63 151’9 64 157’2 65 158’9 66 162’5 67 164’9 68 167’3 69 168’9 70 173’0 71 174’9
Lantánidos 6 Ce Pr Nd Pm Sm Eu Gd Tb Dy Ho Er Tm Yb Lu
Cerio Praseodim Neodimio Prometio Samario Europìo Gadolinio Terbio Disprosio Holmio Erbio Tulio Iterbio Lutecio
90 232’0 91 231 92 238’0 93 237 94 242 95 243 96 247 97 247 98 251 99 254 100 253 101 256 102 254 103 257
Actínidos 7 Th Pa U Np Pu Am Cm Bk Cf Es Fm Md No Lr
Torio Protactinio Uranio Neptunio Plutonio Americio Curio Berkelio Californio Einstenio Fermio Mendelev Nobelio Laurencio
El color indica el estado en que se encuentra en condiciones ordinarias de presión y temperatura, o si se trata de un elemento obtenido artificialmente 229