Farmacología - DRC
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farmacología
VÍA RECTAL
Muchos fármacos que se administran por vía oral pueden también
utilizarse por vía rectal en forma de supositorio. En esta presentación,
el fármaco se mezcla con una sustancia cerosa que se disuelve o licúa
tras ser introducida en el recto. La absorción del fármaco es rápida
gracias al revestimiento delgado del recto y al abundante riego
sanguíneo. Los supositorios se prescriben para las personas que no
pueden tomar un fármaco por vía oral porque tienen náuseas o no
pueden tragar, o bien debido a restricciones en la alimentación, como
sucede antes y después de una intervención quirúrgica.
VÍA SUBCUTANÉA
VÍA INTRADÉRMICA
Consiste en la introducción de una cantidad pequeña de solución
medicamentosa en la dermis, estos fármacos se caracterizan por una
potente acción que pueden provocar reacciones anafilácticas, de ahí la
necesidad de inyectar en la dermis donde el riego sanguíneo es reducido
y la absorción del medicamento es lenta. El uso está particularmente
indicado para pruebas cutáneas.
VÍA INTRAMUSCULAR
Es preferida a la vía subcutánea cuando se requiere administrar mayor
volumen de un fármaco. Debido a que los músculos están a mayor
profundidad, bajo la piel y los tejidos grasos, se utiliza una aguja más
larga. Los fármacos suelen inyectarse en un músculo del antebrazo, en
el muslo o en la nalga. La rapidez con que el fármaco es absorbido en
el torrente sanguíneo depende, en parte, del suministro de sangre al
músculo: cuanto menor sea el aporte de sangre, más tiempo necesitará
el fármaco para ser absorbido.
VÍA INTRAVENOSA
Se inserta una aguja directamente en una vena. Así, la solución que
contiene el fármaco puede administrarse en dosis individuales o por
infusión continua intravenosa (venoclisis). En la infusión intravenosa
(venoclisis), la solución se mueve por gravedad (a partir de una bolsa
de plástico colapsable) o bien, lo que es más habitual, mediante una
bomba de infusión por un tubo fino flexible (catéter) introducido en una
vena, por lo general en el antebrazo. La vía intravenosa es la mejor
manera de administrar una dosis precisa en todo el organismo de modo
rápido y bien controlado. También se utiliza para la administración de
soluciones irritantes que producirían dolor o dañarían los tejidos si se
utilizaran por vía subcutánea o en inyección intramuscular.
VÍA INHALATORIA
Son pocos los fármacos que se administran por esta vía, ya que la
inhalación debe ser controlada cuidadosamente para asegurar que una
persona recibe la cantidad justa del fármaco en un tiempo
determinado.
VÍA ENTERAL
Vía digestiva o enteral: es la más antigua de las vías utilizadas, más
segura, económica y frecuentemente la más conveniente. Comprende
las vías oral, sublingual, gastroentérica (usada frecuentemente para la
alimentación cuando la deglución no es posible), y la vía rectal.
VÍA VAGINAL
Algunos medicamentos pueden administrarse a las mujeres por vía
vaginal en forma de solución, comprimido, crema, gel, supositorio o
anillo. De esta forma, el fármaco es lentamente absorbido por la pared
vaginal. A menudo se utiliza esta ruta para dar estrógenos a las
mujeres durante la menopausia con el fin de aliviar los síntomas
vaginales, como la sequedad, la irritación y el enrojecimiento.
VÍA NASAL
Si un medicamento deba ser inhalado y absorbido por la delgada
membrana mucosa que reviste los conductos nasales, es necesario
transformarlo en diminutas gotitas suspendidas en el aire (atomizado).
Una vez absorbido, el fármaco entra en el torrente sanguíneo. Los
fármacos administrados por esta vía suelen actuar rápidamente.
Algunos irritan los conductos nasales. Los fármacos que pueden ser
administrados por vía nasal son la nicotina (para dejar de fumar), la
calcitonina (para la osteoporosis), el sumatriptán (para la migraña) y
los corticoesteroides (para las alergias).
VÍA ÓTICA
Los fármacos utilizados para tratar la inflamación y la infección del oído
se pueden aplicar directamente en el oído afectado. Las gotas óticas
que contienen soluciones o suspensiones se aplican normalmente sólo
en el conducto auditivo externo. Antes de aplicar las gotas óticas se
debe limpiar a fondo la oreja con un paño húmedo y luego se debe
secar. A no ser que los fármacos se utilicen durante un largo periodo de
tiempo o en exceso, poca cantidad de fármaco penetra en el torrente
sanguíneo, por lo que no se producen efectos secundarios sistémicos o
son mínimos. Los fármacos que se pueden administrar por vía ótica
incluyen hidrocortisona (para aliviar la inflamación), ciprofloxacino
(para tratar la infección) y benzocaína (para aliviar el dolor de oído).
VÍA ÓFTALMICA
Los fármacos utilizados para tratar los trastornos oculares (como el
glaucoma, la conjuntivitis y las lesiones) pueden mezclarse con
sustancias inactivas para generar un líquido, un gel o un ungüento que
puedan ser aplicados en el ojo. Las gotas oftámicas son relativamente
fáciles de usar, pero pueden salir del ojo muy rápido y por lo tanto no
tener una buena absorción. Las formulaciones en gel y en ungüento
mantienen el fármaco en contacto con la superficie del ojo durante más
tiempo, aunque pueden empañar la visión.
VÍA DÉMICA
Algunos fármacos se suministran a todo el organismo a partir de un
parche sobre la piel. Estos fármacos, que a veces se mezclan con una
sustancia química (como el alcohol) que intensifica la penetración a
través de la piel, pasan por la piel al torrente sanguíneo sin necesidad
de inyección. Con el parche, el fármaco puede suministrarse de forma
paulatina y constante durante muchas horas o días, o incluso más
tiempo. Como resultado, los niveles en sangre de un fármaco pueden
mantenerse relativamente constantes. Los parches son en especial
útiles para los fármacos que el organismo elimina con rapidez y que,
por tanto, administrados en otras formas se tendrían que tomar con
mucha frecuencia.