Educación Virtual en Tiempos de Pandemia
Educación Virtual en Tiempos de Pandemia
Educación Virtual en Tiempos de Pandemia
De esta manera, el Gobierno instala una vez más la ilusión de que “el servicio
educativo se desarrolla con total normalidad”, discurso que esgrime en días de paro
o cuando frena la suspensión de clases en escuelas sin agua, intentando negar los
problemas que vivimos a diario. Sin embargo, en este contexto de cambio vertiginoso
y crisis de la cotidianidad que ha desatado la pandemia del COVID-19, pretender
normalidad es el colmo. No se puede, de un día para el otro y sin la formación y los
recursos apropiados, transformar la modalidad presencial del sistema educativo en
virtual.
Desde lo pedagógico
El presente, lo nuevo, aparece como distinto y esto exige una adaptación activa por
parte del sujeto. La ruptura muchas veces necesaria, entre lo nuevo y lo viejo, se da
en un medio social que provee de un andamiaje ampliatorio de las posibles rupturas.
El sostén o andamiaje es posible porque existe apoyatura vincular. Y el vínculo se
logra en un encuentro real cara a cara, en un proceso de reconocimiento y respeto,
de interjuego de necesidades e intereses.
¿Qué sucede cuando de un día para el otro se pasa de una modalidad de enseñanza-
aprendizaje, a otra para la cual no hubo preparación? Claramente la respuesta es
CRISIS.
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Educación virtual en tiempos de pandemia
Comisión de Educación Superior - SUTE
Desde lo social
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Educación virtual en tiempos de pandemia
Comisión de Educación Superior - SUTE
Desde lo laboral
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Educación virtual en tiempos de pandemia
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implica muchas horas, que exceden por mucho la carga horaria laboral habitual por
la que percibimos un salario. A este tiempo de planificación debe sumarse el que
implica la gestión del aula virtual, el acompañamiento de lxs estudiantes, la evaluación
de las producciones, la redacción de devoluciones adecuadas, el informe a familias y
directivos, etc. Con el agravante de que, al usar nuestros dispositivos personales, es
difícil ponerle un límite de tiempo a las intervenciones laborales. Todo esto hace que
-tal y como la plantea el gobierno escolar hoy- la educación virtual termine siendo una
tarea de tiempo completo que no es remunerado, lo que constituye explotación
laboral, con las consecuencias que esta situación acarrea sobre la salud física y
mental de lxs trabajadorxs.
“Es cierto: no hay tiempo. No, no es cierto: sí que hay tiempo. Pero no el de la prisa
hacia ninguna parte, ni el de la urgencia por morir antes, ni el de la aceleración del
pulso que en vez de temblores provoca náuseas. Tampoco parece que la lentitud sea
una solución, si la cuestión es ir más despacio pero en la misma línea recta. La
detención, ahora, es la única rebeldía posible. Detenerse, y hacer otro tiempo".