Resumen de Tyler
Resumen de Tyler
Resumen de Tyler
Por tanto, el enfoque sustancial y teórico del análisis institucional ha quedado muy
desdibujado.
No quiere decir esto que los enfoques interaccionistas traten las clases como si fuesen
islas, ni siempre el estudio de los grupos de iguales prescinde del ambiente organizativo y
social. Sin embargo, como la escueta es una institución de cuya historia no son
conscientes la mayoría de sus miembros, un pasado que modela, media y limita
constantemente el ámbito interactivo.
También se la considera a menudo como una fábrica, o quizá como empresa industrial,
sobre todo porque está sujeta, en parte, a las condiciones del mercado, en la medida en
que procesa a los alumnos en calidad de "materia prima".No obstante, ninguna de esas
analogías nos dice mucho de las peculiares características de Ia escuela como institución
por derecho propio.Son sugestivas y tienen valor heurístico, pero, sin embargo, son
marginales en relación con las cuestiones sociológicas más importantes: qué es la
escuela y qué hace que las escuelas difieran en sus propiedades estructurales tanto de
otras instituciones como entre ellas mismas.
. En los Estados Unidos se han realizado una serie de importantes informes sobre la
enseñanza secundaria, cuyo objetivo consiste en la mejora de la calidad de la misma.
Aquí, la escuela aparece más bien como un constructo nebuloso, que hay que abordar
mediante indeterminadas y múltiples definiciones de los actores localizados. En otros
casos, aun quienes sostienen los modelos más mecanicistas y deterministas, pueden
tratarla como "anarquía" en la que los profesionales ocultan su ignorancia fundamental y
falta de influencia sobre los acontecimientos tras rituales mistificadores y aseveraciones
dogmáticas.
Puede afirmarse que la sociología de la escuela alcanzó la mayoría de edad con el clásico
ensayo de BIDWELL (1965) que defendía como característica estructural más importante
de la escuela su tendencia hacia la "relajación" que se deriva de la autonomía del profesor
en clase y de las consiguientes dificultades de coordinación y supervisión. En versiones
más recientes y perfeccionadas de esta perspectiva sobre la organización, DAVIES ha
defendido de forma coherente una aproximación a las escuelas, desde el punto de vista
de la organización, que evitó el "absolutismo" de la bibliografía de corte gerencial. Señala
que el "profundo silencio" sobre los componentes básicos de las estructuras escolares
puede relacionarse con el “atrincheramiento de los valores meritocráticos”
Así, con el fin de poner de manifiesto el objeto empírico de este estudio, podemos definir
de hecho "la escuela" de modo que la mayoría de estas variantes se consideren como
una entidad administrativa local que su ocupa de la instrucción del joven cara a cara y
que, normalmente, tiene una sola sede (TYLER, 1985, pág. 50). Debemos señalar que
esta definición parece excluir las variantes más amorfas de los "desescolarizadores",
como las "redes de aprendizaje" de ILLICH (1950, pág. 75), que se basan en una serie de
medios electrónicos e informales de instrucción. Sin embargo, no se hace eco de su
definición más restrictiva de la escuela como "proceso especifico de una edad
determinada, relacionado con la presencia de un profesor, que requiere la asistencia con
dedicación plena y un currículum obligatorio" (págs, 25-26).
Sólo a finales del siglo XIX la especialización de la enseñanza y del aprendizaje comenzó
a hacer notar su influencia sobre la arquitectura escolar, desarrollándose con ella el
"pluralismo de poder" (MUSGROVE, pág. 58) que caracteriza la moderna escuela
secundaria, La noción de escuela como un medio moral único, homogéneo, sobrevive sin
duda a esta división técnica del espacio de trabajo; después de todo. ¿acaso los alumnos
no van de una clase a otra e interactúan con libertad.
WALLER creía que las escuelas de su tiempo se caracterizaban por una cultura colectiva
que las distinguía como instituciones. Propuso cinco características distintivas de las
escuelas:
1) tienen una población definida; 2) poseen una estructura política claramente definida
que surge de la forma de interacción característica de la escueta y en la que influyen
numerosos procesos menores de interacción; 3) representan un nexo de una compacta
red de relaciones sociales; 4) están impregnadas de un sentimiento de "nosotros"; 5)
tienen una cultura que les es peculiar.
WALLER señaló dos aspectos adicionales que hoy pueden considerarse problemáticos
tanto con respecto a esta misma definición como a la exposición que la acompaña. En
primer lugar está su interés, culturalmente sesgado, por el "apartamiento" de la escuela
(se trata de un sistema cerrado de interacción) que, a su vez, explica el "sentimiento de
nosotros" y la unicidad de su cultura. En segundo lugar está su famosa caracterización de
la estructura política de la escuela como un tipo de despotismo, a veces amenazador. De
hecho, afirma que "la generalización de que las escuelas tienen una estructura política
despótica parece ser cierta en casi todos los tipos de escuela, casi por igual, sin que haya
muchas diferencias de hecho correspondientes a las radicales discrepancias teóricas"
(pág. 9)
La afirmación de que las modernas escuelas públicas son "anárquicas" es, ante todo, difícil de
evaluar de manera empírica, dada que suele implicar que, para ser efectivo, el control tiene que
proceder sólo de una cabeza visible.
Desde una perspectiva durkheimiana, podría señalarse que la escuela pudiera estar haciendo frente a una fase de
transición de regulación moral, a una crisis generada por las condiciones anémicas de la moderna vida urbana y que
cualquier intento de volver a las certidumbres del pasado sería tanto improductivo como regresivo (G IDDENS, 1978, pág.
71). En el segundo caso, el colapso de las estructuras de autoridad centralizada podría considerarse como la respuesta
totalmente predecible a las contingencias técnicas y administrativas ante las que se ha encontrado la escuela al afrontar
el ingreso de alumnos cada vez más dispares
El análisis de WALLER sobre la escuela, a pesar de la imputación de un "sentimiento de nosotros" colectivo, era en
realidad una pintura algo catastrofista de un cruel conflicto y de la dominación del profesor.
Estos contrastes entre los aspectos superficiales y profundos de la estructura de la escuela revelan la riqueza de la
metáfora del partido de fútbol utilizada por W EICK, al tiempo que cuestionan las imágenes sociológicas y populares de la
escuela como "organismos'-' fácilmente comprensibles. La misma metáfora de W EICK sobre la escuela como sistema
"desorganizado" se muestra, como veremos (Capítulo VI), muy fructífera para la sociología escolar, dado que se sitúa en
un nivel más auténtico de la vida institucional que los enfoques basados en analogías entre escuelas y fábricas.
Todas las explicaciones de la aparente "desorganización estructural" de la escuela moderna dan pie a imaginar que las
escuelas tienen unas estructuras de organización más estrictas (sea a causa de fuerzas ideológicas o tecnológicas) que
las observadas en la realidad.
Parece, pues, necesario para restaurar la concepción de la escuela como entidad social, un marco que abarque tanto la
imagen formalizada y racionalizada de las escuelas que pone de manifiesto la metáfora del organismo propuesta por la
teoría convencional de la organización, como la más fluida, dinámica e indeterminada del modelo de ajuste
desorganizado.
ABORDAJES TEÓRICOS EN TORNO A LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS
Y LA GESTIÓN. DISTINTAS MIRADAS PARA COMPRENDER LA INSTITUCIÓN
EDUCATIVA