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El Cuerpo Humano y Sus Sistemas

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Para que tu cuerpo pueda crecer o realizar cada día

miles de actividades, necesitas la energía que te


proporcionan los alimentos. Sin embargo, tu cuerpo
no puede utilizar los alimentos tal y como tú los
conoces; necesita modificarlos mediante la
digestión. Los órganos que hacen posible la
digestión forman el aparato digestivo.

El aparato digestivo
El aparato digestivo es el conjunto de órganos en los que
se produce la digestión de los alimentos. Los alimentos
pasan de un órgano a otro de tu aparato digestivo. La
función de los órganos del aparato digestivo es
descomponer los alimentos en nutrientes, absorber estos
nutrientes, y eliminar los restos de alimentos en forma de
heces.
El aparato digestivo
Para que tu cuerpo pueda crecer o realizar cada día
miles de actividades, necesitas la energía que te
proporcionan los alimentos. Sin embargo, tu cuerpo
no puede utilizar los alimentos tal y como tú los
conoces; necesita modificarlos mediante la
digestión. Los órganos que hacen posible la
digestión forman el aparato digestivo.

¿QUÉ ES EL APARATO DIGESTIVO?


El aparato digestivo es el conjunto de órganos en los que
se produce la digestión. La digestión es un proceso
mediante el cual los alimentos se dividen en sustancias
más pequeñas, llamadas nutrientes. La función de los
órganos del aparato digestivo es descomponer los
alimentos en nutrientes, absorber estos nutrientes y
eliminar los restos de los alimentos en forma de heces.

El aparato digestivo está formado por dos tipos de


órganos: por los que pasa el alimento (la boca, el
esófago, el estómago, el intestino delgado y el intestino
grueso) y los órganos que producen sustancias que
participan en la digestión, pero por los que no pasa el
alimento (el hígado y el páncreas).

LOS ÓRGANOS DEL APARATO DIGESTIVO


Los órganos que intervienen en la digestión de los
alimentos son la boca, el esófago, el estómago, el
intestino, el hígado y el páncreas.

La boca. 

Es la primera parte del aparato digestivo. En su interior se


encuentran los dientes y la lengua. Los dientes trocean,
desgarran y trituran los alimentos. La lengua es un
órgano formado por un músculo que ayuda a mezclar los
alimentos con la saliva.

En el fondo de la boca está la faringe. En ella hay dos


orificios: por uno pasa el aire que respiramos; por el otro,
los alimentos. Cuando tragas, el orificio del aire se cierra,
y el alimento pasa por el otro orificio, hacia el esófago.

El esófago.

Es un tubo largo que atraviesa el tórax y comunica la


faringe con el estómago. En sus paredes hay músculos
que se contraen y empujan con fuerza el alimento hacia
el estómago.

El estómago.

¿Sabías que el estómago de una persona mayor puede


guardar casi un litro y medio de comida? El estómago
tiene forma de saco, y puede aumentar y disminuir su
tamaño. Pero ¿dónde está el estómago? Está situado en
el abdomen, en la parte superior y hacia el lado izquierdo,
dentro de una cavidad que se llama cavidad abdominal.
Por arriba se conecta con el esófago, y por abajo continúa
en el intestino delgado.

En las paredes del estómago hay una gran cantidad de


músculo y muchos pliegues. Su interior está recubierto
por una capa que tiene células especiales. Estas
producen el jugo gástrico, un líquido que participa en la
digestión.

El intestino delgado.

Es un tubo que mide unos siete metros y que está


enrollado en el centro de la cavidad abdominal. Se
comunica con el estómago y con el intestino grueso. La
primera parte del intestino delgado se llama duodeno; la
parte central, yeyuno, y la última, íleon.

El intestino delgado produce jugos intestinales que


participan en la digestión. Además, por unos pequeños
conductos, recibe unos líquidos, la bilis y el jugo
pancreático, que también intervienen en la digestión. La
bilis se fabrica en el hígado; el jugo pancreático, en el
páncreas.

El intestino grueso.

El intestino grueso mide alrededor de un metro. También


está en la cavidad abdominal, y es más corto que el
intestino delgado, pero más grande. Tiene forma de C
invertida. Está compuesto por el colon y el recto. El colon
se divide en el colon ascendente, el colon transverso y el
colon descendente. El recto es la parte final del intestino
grueso. Es un tubo corto que termina en un orificio, el
ano, por donde salen las heces al exterior.

¿Has oído hablar de la apendicitis? El apéndice es como


un pequeño saquito que está en el colon. La apendicitis
es la inflamación del apéndice.

El hígado.

Es el órgano más grande de tu cuerpo. Está en la cavidad


abdominal, arriba y a la derecha. Tiene forma triangular y
es de color rojo oscuro. El hígado tiene muchas funciones.
En la digestión, su labor más importante es la producción
de la bilis. Esta se almacena en la vesícula biliar, y
desde allí se envía al intestino delgado, donde participa
en la digestión de los alimentos.

El páncreas.

Es una glándula que está también en la cavidad


abdominal, cerca del intestino delgado. Su forma puede
recordar a una hoja. Produce el jugo pancreático, un
líquido que participa en la digestión de los alimentos y
que llega al intestino delgado por un pequeño conducto.

ALGUNOS SÍNTOMAS DEL APARATO


DIGESTIVO
¡Seguro que alguna vez has vomitado o has tenido una
diarrea! El estreñimiento, los vómitos, la diarrea o el dolor
de estómago no son enfermedades propiamente dichas,
sino síntomas de enfermedades que afectan a los
órganos del aparato digestivo.

La diarrea es la producción de heces líquidas varias


veces al día. Su causa más frecuente es la infección por
bacterias y virus. Algunas diarreas, como la que se
produce en la enfermedad del cólera, pueden ser muy
graves. A veces, el consumo de alimentos en mal estado,
que han sido contaminados por gérmenes o sustancias
producidas por gérmenes (intoxicación alimentaria),
causa diarreas o vómitos.

Las frutas y las verduras tienen que lavarse bien. ¡No se


debe consumir un alimento si su olor o su aspecto son
diferentes de lo habitual! También es importante lavarse
las manos antes de comer para evitar que los gérmenes
entren en tu aparato digestivo.

Por el contrario, en el estreñimiento, las heces son


duras y el número de veces que se expulsan es escaso. A
veces, se debe al tipo de alimentación.

Tomar una alimentación equilibrada es muy importante


para que tu cuerpo reciba todos los tipos de nutrientes
que tus células necesitan.

El sistema nervioso
¿Por qué puedes sentir alegría o tristeza? ¿Por qué
puedes recordar los sitios donde has estado? ¿Por
qué puedes aprender si estudias? ¿Por qué puedes
bailar al son de tu canción preferida? Cada día, cada
minuto, eres consciente de todo lo que pasa a tu
alrededor y realizas un número increíble de
actividades. Todas las partes de tu cuerpo tienen
que coordinarse para que todo esto pueda ocurrir. El
sistema nervioso controla y dirige todo tu cuerpo y
su relación con el medio en el que vives.

LAS CÉLULAS QUE FORMAN TU SISTEMA


NERVIOSO
La mayor parte de tu sistema nervioso está formado por
unas células que solo se ven con el microscopio. Estas
células se llaman neuronas. ¿Sabes que en tu cuerpo
hay unos 100.000 millones de neuronas? Las neuronas
tienen un cuerpo más o menos redondeado del que salen
dos tipos de prolongaciones. Una prolongación larga que
recibe el nombre de axón y otras prolongaciones cortas
que se llaman dendritas. Las neuronas pueden tener
muchas dendritas, pero solo tienen un axón.

Igual que los corredores en las carreras de relevos se


pasan de unos a otros un objeto, las neuronas se
comunican unas con otras para transmitirse mensajes.
Estos mensajes llevan información del exterior o del
interior de tu cuerpo. También llevan las órdenes que
dicta tu sistema nervioso a las diferentes partes de tu
cuerpo.

Las neuronas se comunican entre sí a través del axón y


las dendritas. Los mensajes llegan a una neurona por las
dendritas, atraviesan el cuerpo de la neurona y salen por
el axón hacia otra neurona. Sin embargo, las neuronas no
llegan a tocarse. Entre una neurona y otra siempre hay
un pequeño espacio. La zona en la que una neurona se
comunica con la otra se llama sinapsis y el pequeño
espacio que hay entre ellas se llama espacio sináptico.
¿CUÁLES SON LAS PARTES DE TU SISTEMA
NERVIOSO?
Todo el trabajo de recibir los mensajes del exterior y del
interior de tu cuerpo y de responder a ellos y
coordinarlos, lo realiza el sistema nervioso. El sistema
nervioso está formado por el sistema nervioso central
y el sistema nervioso periférico.

Imagina una gran ciudad con sus calles. En ella hay un


gran rascacielos desde donde se gobierna toda la ciudad.
Un gran rascacielos desde donde se ordena y se dirige
todo lo que va a ocurrir en ella. El control de los
alimentos, la limpieza y la eliminación de las basuras, el
tráfico y las relaciones con otras ciudades y dentro de la
propia ciudad. Todo está supervisado y controlado desde
este rascacielos.

Nuestro sistema nervioso también tiene un gran


rascacielos que gobierna todas las actividades de tu
cuerpo. ¡Se llama sistema nervioso central!

La parte más alta de este rascacielos es el encéfalo. El


encéfalo está formado, de arriba hacia abajo, por el
cerebro, el cerebelo y el tronco cerebral. El encéfalo
está dentro del cráneo. La parte inferior del rascacielos
está formada por la médula espinal. La médula espinal
es como un cilindro largo que está dentro de la columna
vertebral. El encéfalo y la médula espinal están formados
por millones de neuronas.

Las calles que van y vienen del gran rascacielos


constituyen el sistema nervioso periférico. El sistema
nervioso periférico está formado por los nervios. Esta red
de nervios comunica el encéfalo y la médula espinal con
el resto del cuerpo. Los nervios llegan a todas partes.
Están formados por las dendritas y los axones de las
neuronas, y se distribuyen por todo tu cuerpo.

¿CÓMO SE TRANSMITE LA INFORMACIÓN POR


EL SISTEMA NERVIOSO?
De la misma manera que cuando entras en Internet los
mensajes circulan desplazándose desde un punto a otro
de la red, toda la información que procede del interior y
del exterior de nuestro cuerpo circula por una red de
neuronas.

Los mensajes que circulan por tu sistema nervioso son


impulsos eléctricos y químicos que se transmiten de una
neurona a otra. Viajan por los nervios hasta el sistema
nervioso central ¡La velocidad con que lo hacen es
espeluznante! El sistema nervioso central recibe los
mensajes de muchas neuronas. Los interpreta y envía su
respuesta.

Imagina que una neurona recibe un estímulo, por


ejemplo, un mensaje que procede del exterior de tu
cuerpo, ¡un olor estupendo a pastel! La neurona
transforma este olor en un impulso eléctrico y químico.
Este impulso se envía hacia otra neurona y finalmente
llega al sistema nervioso central. El sistema nervioso
central lo interpreta y envía su respuesta. La respuesta es
una orden, ¡meter el dedo en el pastel para probarlo! La
neurona que recibe este mensaje ordena a los músculos
de la mano que muevan ese dedo.

Hay muchas células nerviosas capaces de recibir un


estímulo. Los órganos de los sentidos como los ojos, los
oídos, la lengua, la nariz o la piel tienen células nerviosas
especiales que recogen información del exterior y la
envían al sistema nervioso central. Además, existen otras
células nerviosas que envían mensajes que contienen
información de tu propio cuerpo.

Como ya hemos visto, el sistema nervioso central recibe


los mensajes de todo lo que ocurre en el interior y el
exterior de tu cuerpo a través de los nervios.

Los nervios pueden ser sensitivos o motores dependiendo


de la dirección del mensaje.

 Los nervios sensitivos llevan los mensajes desde


los órganos hasta el sistema nervioso central (el
encéfalo y la médula espinal). Por ejemplo, el nervio
de tu oído lleva información al cerebro de los sonidos
que recibe.
 Los nervios motores llevan los mensajes desde el
sistema nervioso central (encéfalo y médula espinal)
hasta los órganos o hasta los músculos. Por ejemplo,
ordena a los músculos de tus piernas que se muevan
para poder bailar.

Los mensajes llegan por los nervios sensitivos al sistema


nervioso central. El sistema nervioso central “estudia”
estos mensajes. El sistema nervioso central envía las
órdenes a través de los nervios motores.

EL SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO O


VEGETATIVO
¿Te has parado a pensar que tu corazón late sin que te
des cuenta? Pues bien, hay unos nervios por los que
discurren unos mensajes un poco especiales. Estos
mensajes controlan funciones de órganos como el
corazón o los pulmones que nosotros no podemos
controlar a nuestro gusto. Funciones involuntarias que se
gobiernan desde el sistema nervioso central pero de las
que no somos conscientes, como la respiración, la
digestión o el ritmo del latido del corazón. Estos nervios
forman el llamado sistema nervioso autónomo o
vegetativo.

Los músculos
Cuando sonríes utilizas tus músculos. Para saltar,
correr, nadar o comerte un helado utilizas tus
músculos. Hay más de 600 músculos que realizan
los movimientos de tu cuerpo. Además, para que tus
pulmones, tu corazón o tu estómago funcionen
también necesitas los músculos.
¿QUÉ SON LOS MÚSCULOS?
Todos los movimientos que realiza tu cuerpo se producen
gracias a los músculos. Algunos músculos recubren tus
huesos y están debajo de la piel. Otros, forman parte de
muchos de tus órganos.

¡Cuántas veces con la mano cerrada has doblado con


fuerza tu antebrazo sobre tu brazo para enseñar lo fuerte
que eres! Si no lo has probado, nunca inténtalo.
Observarás como aparece una pequeña elevación sobre
tu brazo. Es tu músculo bíceps que se ha contraído. Los
músculos están formados por un tejido especial muy
elástico. Este tejido permite que los músculos se
contraigan y se relajen. Cuando un músculo se contrae se
acorta y se hace más grueso. Cuando un músculo se
relaja se estira y recupera su posición inicial. ¡Sin la
contracción de los músculos no hay movimiento!

¡Te has fijado en los deportistas! La mayoría realiza


mucho ejercicio físico. Sus músculos se aprecian debajo
de la piel con mucha facilidad. Los músculos crecen al
mismo tiempo que tu cuerpo, pero si haces ejercicio
aumentan su tamaño.

Todos los músculos reciben vasos sanguíneos que


proporcionan oxígeno y alimento a sus células. El trabajo
que realizan los músculos consume mucha energía.

EL TEJIDO MUSCULAR
El tejido de tus músculos está formado por células
musculares que también se llaman fibras. Cada fibra
contiene filamentos especiales que son capaces de
contraerse o relajarse. Al contraerse, producen el
acortamiento de los músculos. Al relajarse, el músculo se
estira y recupera su forma inicial

LOS MÚSCULOS TIENEN FORMAS DISTINTAS


Los músculos puede ser planos, fusiformes u orbiculares.
 Los músculos planos son finos y recubren los
huesos de la cara, del tórax y del abdomen.
 Los músculos fusiformes son los que recubren los
huesos de las extremidades. Su forma es alargada y
son más gruesos en el centro y más finos en los
extremos.
 Los músculos orbiculares tienen forma circular y
rodean orificios como los ojos o la boca.

MÚSCULOS VOLUNTARIOS Y MÚSCULOS


INVOLUNTARIOS
El sistema nervioso controla el movimiento de tus
músculos. Los nervios llegan a todos tus músculos.
Algunos músculos realizan movimientos porque tú
quieres, es decir, es tu cerebro a través de los nervios el
que ordena al músculo que se mueva. Si quieres correr,
coger un vaso, sonreír o chutar un balón, tu cerebro
ordena a tus músculos que realicen estos movimientos.
Por lo tanto, estos movimientos son voluntarios y por esta
razón estos músculos se llaman músculos voluntarios.

Existe otro tipo de músculos sobre los que tú no ejerces


ningún control. Estos músculos forman parte de muchos
órganos de tu cuerpo. ¡Tu corazón no late más rápido o
más despacio porque tú lo desees! Los movimientos de
estos músculos son automáticos y están controlados
también por tu sistema nervioso. Estos movimientos son
involuntarios y por esta razón esos músculos se llaman
músculos involuntarios.

MÚSCULO ESTRIADO, MÚSCULO LISO Y


MÚSCULO CARDIACO
Según el tipo de tejido muscular se diferencian tres tipos
de músculo: músculo estriado, músculo liso y músculo
cardiaco.

¡Aunque tú no lo sepas, cuando te piden que te imagines


un músculo siempre piensas en un músculo estriado o
esquelético! Estos músculos son los que tocamos y
percibimos a través de la piel. El nombre de estriado se
debe a que con el microscopio se pueden ver unas zonas
claras y otras oscuras que se alternan formando rayas
(estrías). Recibe el nombre de esquelético porque la
mayoría de estos músculos están unidos a los huesos.
Además, los músculos esqueléticos o estriados son
también músculos voluntarios. Estos músculos se
contraen, es decir se acortan, con mucha rapidez. En
resumen, el músculo que imaginas es estriado,
esquelético y voluntario.

¡Los músculos lisos no son tan fáciles de imaginar!


Forman parte de muchos de tus órganos, como el
estómago, el intestino o la vejiga. En la pared de estos
órganos hay fibras musculares. En el músculo liso no se
aprecian casi estrías. A diferencia del músculo estriado
estos músculos son involuntarios. Por lo tanto, el músculo
que forma tus órganos es liso e involuntario.

¡El músculo del corazón o músculo cardiaco es una


excepción! Solo existe en el corazón y tiene propiedades
de los dos anteriores. Está formado por tejido muscular
estriado, pero, sin embargo, a diferencia del músculo
estriado, es involuntario como el músculo liso. Por lo
tanto, el músculo cardiaco es estriado e involuntario.

LOS MÚSCULOS ESQUELÉTICOS DE TU


CUERPO
Ya hemos dicho que los músculos esqueléticos son
estriados y voluntarios. ¡Fíjate en la ilustración! La gran
mayoría recubre tus huesos. Algunos terminan en un
tendón, una especie de cordón fibroso, que se une al
hueso. Otros terminan de forma que sus fibras se unen
directamente a los huesos, la piel o las articulaciones.

Tienes músculos esqueléticos por todo tu cuerpo: en la


cabeza, el tórax, el abdomen y las extremidades.

 Algunos músculos de la cabeza y el cuello.


Cuando abres y cierras los párpados estás utilizando
los músculos orbiculares de los ojos. Cuando
mueves las cejas estás usando el músculo frontal.
Cuando masticas necesitas el músculo masetero. Si
giras y bajas la cabeza cuando tu hermano pequeño
te llama, estás utilizando el músculo
esternocleidomastoideo.

 Algunos músculos del tórax. Los músculos del


tórax protegen la caja torácica y participan en la
respiración y en los movimientos de la espalda y de
los brazos. Por delante están los músculos
pectorales. Cuando subes y bajas los brazos o se
elevan las costillas al respirar estás usando estos
músculos. En la espalda hay un gran músculo de
forma triangular, el músculo trapecio. El músculo
trapecio eleva el hombro y tira hacia atrás de la
espalda.

 El diafragma es un músculo grande y plano que


separa el tórax del abdomen. Aumenta el tamaño de
la cavidad torácica cuando inspiras. Este músculo es
muy importante para respirar.

 Algunos músculos del abdomen. Los músculos


del abdomen protegen tus órganos abdominales y
participan en los movimientos del tronco. Por
delante está el músculo recto. El recto es un
músculo plano que te permite flexionar el tronco. Los
músculos oblicuos también te ayudan a flexionar el
tronco.

 Algunos músculos de las extremidades


superiores. Permiten mover los brazos, los
antebrazos y las manos. En el hombro está el
músculo deltoides. El deltoides es un músculo muy
fuerte que envuelve el hombro. Este músculo
permite elevar el brazo y llevarlo hacia delante y
hacia atrás. Cuando levantas el brazo y doblas el
codo estás utilizando el músculo bíceps. Cuando
bajas el brazo y extiendes el codo empleas el
músculo tríceps. Por detrás de los antebrazos y de
la mano hay músculos extensores de la mano y de
los dedos. Por delante están los flexores de la mano
y de los dedos.

 Algunos músculos de las extremidades


inferiores. Permiten mover los muslos, las piernas y
los pies. Cuando extiendes la pierna o doblas el
muslo sobre el abdomen estás utilizando el músculo
cuádriceps. Es un músculo muy potente que está
en la parte anterior del muslo. Cuando levantas el
talón estás utilizando los gemelos. Igual que en los
brazos, en las piernas y los pies hay músculos
flexores y extensores del pie y de los dedos.

¿CÓMO PUEDES CUIDAR DE TUS MÚSCULOS?


Tus músculos realizan un trabajo muy duro cada día.
Pueden recibir golpes o llevar a cabo esfuerzos excesivos
que provocan la rotura de algunas de sus fibras. El
ejercicio físico es muy beneficioso para que tus músculos
estén fuertes y sanos, sin embargo, es importante
entrenar a tus músculos poco a poco para evitar que
sufran algún daño. El ejercicio puede aumentar su
tamaño. La inactividad prolongada puede disminuir su
tamaño y debilitarlos; los músculos se atrofian. En
algunas enfermedades, como en ciertas formas de
parálisis, la atrofia de los músculos puede ser muy
importante.

El aparato reproductor
Si dibujas el cuerpo desnudo de un niño y el de una
niña, lo haces de forma distinta, porque entre ellos
hay claras diferencias. Además, tampoco por dentro
sus cuerpos son iguales. Son los órganos del
aparato reproductor, el encargado de la función de
la reproducción, los que marcan esta diferencia
interna entre hombres y mujeres. Así, el aparato
reproductor de las mujeres es distinto del de los
hombres.

LA REPRODUCCIÓN Y LOS ÓRGANOS DE LA


REPRODUCCIÓN
Reproducirse significa tener hijos o hijas; es decir, formar
otros seres con las mismas características de nuestra
especie. ¿Qué ocurriría sin la reproducción? El ser
humano desaparecería. La existencia de nuestra especie
es posible porque somos capaces de tener descendencia,
de reproducirnos.

En la reproducción del ser humano tiene que producirse


la unión de dos células especiales, una del hombre y otra
de la mujer. Para que esto pueda ocurrir son necesarios
los órganos de la reproducción. El aparato reproductor del
hombre y el aparato reproductor de la mujer están
situados en la zona baja del abdomen.

EL APARATO REPRODUCTOR FEMENINO


El aparato reproductor de la mujer está formado por los
órganos genitales externos y los órganos genitales
internos.

Los órganos genitales internos están dentro del


cuerpo y son: los ovarios, las trompas de Falopio, el útero
y la vagina.

 Los ovarios. En el cuerpo de la mujer hay dos


ovarios. Tienen forma de almendra y son de color
gris blanquecino. En los ovarios “viven” las células
sexuales femeninas u óvulos, que están allí desde el
nacimiento, como “dormidos” hasta que llega la
pubertad. A partir de ese momento, cada mes
madura un óvulo y sale del ovario.

 Las trompas de Falopio. Son dos trompas, como


dos tubos huecos, y ¡su forma recuerda a la de una
trompeta! El extremo más ancho rodea uno de los
ovarios, y el otro se une al útero, de forma que las
trompas comunican los ovarios con el útero. Su
función es recoger el óvulo cuando éste sale del
ovario y llevarlo hacia el útero.

 ¡El útero fue tu primera casa! Antes de nacer, todos


hemos pasado alrededor de nueve meses en su
interior. ¡Allí nos hemos formado y hemos crecido
preparándonos para nacer! El útero es un órgano
hueco que es capaz de aumentar de tamaño según
va creciendo el bebé que se está formando en su
interior. Imagina una pera plana colocada al revés.
En el útero se diferencian dos zonas: arriba, el
cuerpo, y abajo, el cuello. La mayor parte de sus
paredes están formadas por músculo.

 La vagina es un conducto hueco y aplanado que


comunica el útero con el exterior del cuerpo, con los
genitales externos.

Los genitales externos o vulva. Es la parte exterior del


aparato reproductor de la mujer, donde se encuentran el
orificio de entrada de la vagina, el orificio de salida de la
orina y el clítoris. Estos orificios están rodeados por unos
pliegues de piel que parecen labios, los labios menores.
A su vez, esta zona está cubierta por otros pliegues de
piel más grandes, los labios mayores.

EL APARATO REPRODUCTOR MASCULINO


En el aparato reproductor masculino se diferencian varias
partes que están comunicadas entre sí: los testículos, el
epidídimo, los conductos deferentes, las vesículas
seminales, la próstata, la uretra y el pene.

 Los testículos tienen forma redondeada y están


situados en la parte externa del abdomen. En su
interior hay cientos de tubos muy pequeños o
túbulos. A partir de la pubertad, dentro de estos
túbulos, se forman las células sexuales masculinas o
espermatozoides. Los testículos cuelgan por
debajo del pene, dentro de una bolsa de piel que se
llama escroto.

 El epidídimo es un tubo que está enrollado encima


de cada uno de los testículos, donde se almacenan
los espermatozoides que proceden de los testículos.

 Los conductos deferentes son dos tubos que unen


el epidídimo con la uretra. A través de estos
conductos los espermatozoides llegan desde el
epidídimo hasta al pene.

 Las vesículas seminales se comunican con los


conductos deferentes. Tienen forma de saco y están
encima de la próstata. Producen un líquido que
protege y nutre a los espermatozoides.

 La próstata es una glándula que también produce


un fluido para proteger a los espermatozoides. Su
forma se compara con la de una castaña. La próstata
está situada debajo de la vejiga de la orina.

 La uretra es un pequeño tubo. Sale de la vejiga,


atraviesa la próstata y recorre todo el pene. Por la
uretra salen los espermatozoides y los líquidos
producidos por la próstata y las vesículas seminales.
La uretra también forma parte del aparato excretor
y, por esta razón, por ella se expulsa también la
orina.

 El pene es un órgano alargado que está encima de


los testículos. Por su interior atraviesa la uretra. Está
formado por unas estructuras parecidas a esponjas,
que son capaces de llenarse de sangre. Cuando esto
ocurre, el pene aumenta de tamaño y se pone rígido;
es lo que se llama erección. El extremo del pene es
más ancho y se conoce como glande; esta parte está
recubierta por el prepucio, que es como un capuchón
de piel.

EL APARATO REPRODUCTOR MADURA


Entre los diez y los catorce años, en las niñas, y entre los
once y los dieciséis años, en los niños, empieza el
proceso de crecimiento y maduración del aparato
reproductor, lo que significa que se comienza su
capacidad de reproducción.

La excreción y el aparato excretor


Nuestro cuerpo tiene su propio sistema de recogida
y eliminación de basuras. Todas aquellas sustancias
que son perjudiciales o que simplemente no son
necesarias se eliminan al exterior a través del
aparato excretor. Los órganos del aparato excretor
realizan una función muy importante, “limpian”
nuestro cuerpo.

¿QUÉ ES LA EXCRECIÓN?
La excreción consiste en extraer de la sangre las
sustancias inútiles o perjudiciales para nuestro cuerpo y
expulsarlas al exterior. Estas sustancias de desecho
proceden de la actividad y el funcionamiento de tus
células. Una vez producidas pasan a la sangre. Si no se
eliminan se pueden acumular y dañar tu organismo.

La excreción se realiza fundamentalmente en el aparato


excretor. El aparato excretor forma la orina, en la que se
eliminan una gran cantidad de desechos que se expulsan
fuera de tu cuerpo. Además, el aparato respiratorio a
través de la respiración expulsa de tu cuerpo el dióxido
de carbono. La piel también elimina agua y sustancias
nocivas a través del sudor.

EL APARATO EXCRETOR
El aparato excretor está formado por los riñones y por las
vías urinarias.
 Los riñones. Los riñones son dos órganos con
forma de alubia, de color rojo oscuro. Están en la
zona baja de la espalda, uno a cada lado de la
columna vertebral. Si dividimos un riñón por la mitad
observaremos, de arriba hacia abajo, una zona
externa de color amarillento, la corteza, y una zona
interna de color rojizo, la médula. Dentro de cada
riñón hay muchos vasos sanguíneos y un sistema de
tubos muy pequeños. La sangre llega a cada riñón
por la arteria renal y sale por la vena renal.

 Las vías urinarias. Las vías urinarias están


formadas por los uréteres, la vejiga y la uretra. De
cada riñón sale un tubo fino, los uréteres. Los
uréteres se dirigen hacia abajo y se conectan con la
vejiga. La vejiga urinaria es el almacén de la orina.
Su aspecto recuerda a una bolsa redondeada. La
mayor parte de su pared está formada por músculo,
lo que permite que la vejiga se distienda o se
contraiga. ¡Su capacidad de distenderse es muy
grande! En los adultos, la vejiga suele almacenar
alrededor de 150 ml de orina, aún cuando su
capacidad es mayor. Cuando la vejiga alcanza este
volumen de orina aparece la sensación de ganas de
orinar. De la vejiga sale un conducto mucho más
corto, la uretra, por donde la orina sale al exterior.

¿QUÉ ES LA ORINA?
¿Sabes que a lo largo del día produces entre medio litro y
un litro de orina? La orina es un líquido claro y algo
amarillento que se forma en los riñones a partir de la
sangre. Los riñones trabajan sin descanso para formar la
orina. La orina se almacena en la vejiga y se expulsa al
exterior por la uretra. La mayor parte de la orina es agua;
el resto está formado por sustancias innecesarias o
perjudiciales para nuestro cuerpo. Cuando la vejiga está
llena, se contrae y la orina es expulsada al exterior.

¿CÓMO SE FORMA LA ORINA?


La sangre recoge los productos de desecho de las células
del organismo. Para que estos productos no se acumulen
en tu cuerpo la sangre se limpia continuamente. Igual
que el agua de una piscina pasa por una depuradora y
sale de ella limpia, la sangre pasa por los riñones para
“depurarse”.

¿Sabías que tus riñones limpian toda tu sangre unas 300


veces cada día? En el riñón la sangre se filtra. El riñón
filtra la sangre, es decir, se queda con parte del agua y
con las sustancias innecesarias o perjudiciales.

La sangre llega a cada riñón por la arteria renal. En el


interior del riñón la arteria se divide en arterias cada vez
más pequeñas hasta convertirse en unos vasos muy muy
pequeños que se llaman capilares. Estos capilares se
apelotonan formando ovillos.

¿Pero qué ocurre dentro del riñón? Dentro del riñón


hemos dicho que hay muchos tubos muy pequeños. Los
tubos y los capilares están muy cercanos unos a otros. El
principio de cada tubo abraza los ovillos formados por los
capilares. Entonces, parte del agua y de las sustancias de
la sangre atraviesan la pared de los capilares y se
introducen en estos tubos. El líquido que se ha filtrado
empieza a recorrer los tubos. Durante este recorrido una
parte vuelve a pasar a la sangre, es decir, se reabsorbe.
El resto no regresa y forma la orina.

Todos los tubos llegan dentro del riñón a una pequeña


cavidad, la pelvis renal. La pelvis renal se comunica con
el uréter que sale del riñón hacia la vejiga.

La sangre ya limpia sale del riñón por la vena renal hacia


el corazón. Mientras tanto, la orina desciende por los
uréteres y se acumula en la vejiga. Cuando la cantidad de
orina almacenada es suficiente, las paredes de la vejiga
se contraen y empujan la orina hacia el exterior.

ALGUNAS ENFERMEDADES DEL APARATO


EXCRETOR
Los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra pueden
enfermar igual que el resto de tu cuerpo. Hay varias
señales que alertan de la presencia de algún problema en
el aparato excretor. Si al orinar existe escozor o dolor, si
la orina tiene un color que no es normal o aparece sangre
en la orina, si la cara, las manos o los pies se hinchan se
debe consultar al médico.

Las infecciones son relativamente frecuentes. En la vejiga


urinaria, las infecciones producen una inflamación que se
llama cistitis. Es muy importante que bebas suficiente
cantidad de agua todos los días o que evites estar con un
bañador mojado mucho tiempo.

¿Has oído alguna vez a alguna persona mayor la


expresión “tiene piedras en el riñón”? Bueno, estas
piedras se llaman cálculos renales. Los cálculos se
forman por diferentes razones. A veces hay demasiada
cantidad de ciertas sustancias y estas se acumulan y
forman pequeñas piedrecitas. Cuando los cálculos pasan
por los conductos de las vías urinarias pueden ser muy
dolorosos.

Es frecuente que los médicos quieran que se realice un


análisis de orina. Te pedirán que recojas orina en un
bote de plástico. Luego, esa orina se analiza en un
laboratorio. Los datos que se obtienen sirven para valorar
no solo cómo funciona tu aparato excretor, sino cómo
funcionan también otros órganos. La presencia de
cantidades anormales de las sustancias habituales en la
orina o de sustancias que por lo general no aparecen en
ella ayuda a conocer cuál es el origen del problema.
Los riñones
Los riñones son dos órganos que filtran la sangre para
extraer los productos de desecho y expulsarlos al
exterior. Los productos de desecho, junto con parte del
agua filtrada, forman la orina, que se almacena en la
vejiga y sale del cuerpo por la uretra.

Vejiga urinaria
La vejiga urinaria es un órgano muscular donde se
almacena la orina producida por los riñones. La orina sale
de la vejiga a través de un tubo llamado uretra. El
vaciado de la vejiga es una reacción refleja, que los niños
tardan varios años en controlar por completo.

El movimiento y el aparato locomotor


Cuando andas, saltas o corres estás moviéndote.
Cuando juegas, te ríes o comes un caramelo
también hay partes de tu cuerpo que se están
moviendo. Si te fijas, te darás cuenta de que todo lo
que haces a lo largo del día supone algún tipo de
movimiento. ¡Incluso cuando duermes también te
mueves!

TIPOS DE MOVIMIENTOS
En tu cuerpo hay dos tipos de movimientos: movimientos
voluntarios y movimientos involuntarios.

La mayoría de los movimientos son voluntarios. Esto


quiere decir que se producen solo cuando tú quieres; por
ejemplo, coger la mochila o correr para salir al recreo.

Otros movimientos se producen sin que tú puedas


controlarlos; por ejemplo, tu corazón late todo el tiempo
sin que te des cuenta de ello. Estos movimientos se
llaman involuntarios.

¿QUIÉN CONTROLA TUS MOVIMIENTOS?


El sistema nervioso controla todos tus movimientos, a
través de los nervios, que llegan a todos tus músculos.
Cuando vas a correr, coger un vaso o chutar un balón, es
decir, cuando quieres realizar un movimiento voluntario,
el sistema nervioso central envía órdenes a tus músculos,
a través de los nervios motores, para que se muevan. Por
ejemplo, si quieres bailar, el sistema nervioso ordena a
los músculos de tus piernas que se muevan.
También hay movimientos de los que no somos
conscientes, son movimientos involuntarios. El sistema
nervioso central dirige también estas funciones a través
de los nervios que forman el sistema nervioso
autónomo o vegetativo. Así, por ejemplo, el latido
cardiaco, el movimiento de los músculos de tu corazón,
es involuntario.

¿Cuántas veces, al acercar la mano a algo muy caliente,


la has retirado rápidamente casi sin darte cuenta? Este
tipo de movimiento también es involuntario y recibe el
nombre de movimiento reflejo. Los reflejos son
movimientos involuntarios que se producen como
respuesta a un estímulo. De esta manera, un estímulo
como el calor activa un nervio sensitivo, a través de un
órgano de los sentidos, y provoca la estimulación de un
nervio motor. Esto da como resultado la acción de un
músculo o glándula, provocando, en este caso, la retirada
de la mano.

¿QUÉ ES EL APARATO LOCOMOTOR?


El aparato locomotor es el conjunto de las partes del
cuerpo que se encargan del movimiento. Está formado
por los huesos, los músculos y las articulaciones.
Todas estas estructuras trabajan juntas para producir los
movimientos.

Los huesos son la parte más dura de tu cuerpo y forman


el esqueleto. El esqueleto está recubierto por los
músculos y la piel.

La unión de un hueso con otro recibe el nombre de


articulación. En tu cuerpo existe un gran número de
articulaciones, como la cadera, el codo, el hombro o la
rodilla. Sin ellas no podrías doblar la pierna o elevar el
muslo. Las articulaciones están formadas por un conjunto
de estructuras que mantienen los huesos unidos entre sí.
Los músculos recubren todo tu esqueleto y se unen a tus
huesos. Están formados por un tejido que es capaz de
estirarse y encogerse, y, por lo tanto, de cambiar de
tamaño. Cuando esto sucede, cuando el músculo se
mueve, también lo hace la parte del cuerpo a la que está
pegado. Algunos músculos terminan en un tendón, una
especie de cordón fibroso que se une al hueso; mientras
que otros acaban de forma que sus fibras se unen
directamente a los huesos o a las articulaciones.

¿CÓMO SE PRODUCE EL MOVIMIENTO?


El sistema nervioso ordena a tus músculos que se
contraigan, a través de los nervios. El músculo, al
acortarse, tira del hueso al que está unido y se produce el
movimiento.

Por ejemplo, si quieres doblar el brazo, el bíceps se


contrae. El bíceps es un músculo que se une a dos
huesos: por arriba, al omóplato; por abajo, al radio, en el
antebrazo. Cuando este músculo se contrae, tira del
radio, y la articulación del codo se dobla, haciendo que el
antebrazo también se doble sobre el brazo. Pero el bíceps
no es capaz de que el brazo vuelva a su posición inicial,
para ello necesita ayuda de otro músculo, el tríceps. Así,
cuando el bíceps se contrae, el músculo tríceps se relaja,
y el brazo se dobla. Cuando el brazo se estira, el tríceps
se contrae, y el bíceps se relaja. La mayoría de los
músculos no trabajan solos, se ayudan unos a otros para
producir los movimientos.

Las defensas del organismo


Tu organismo tiene preparadas sus defensas las
veinticuatro horas del día. ¡Alerta! En el exterior hay
sustancias y microorganismos que pueden
invadirnos. Tu cuerpo pone en marcha sus
mecanismos de defensa y lucha contra los invasores
en varios frentes.

LAS PRIMERAS BARRERAS DE DEFENSA


El enemigo intenta penetrar en el castillo; las murallas
que lo rodean y los soldados tratan de impedirlo. Igual
que un castillo, tu cuerpo dispone de una primera línea de
defensa formada por barreras y sustancias que detienen
a los invasores.

La piel es una cubierta que separa el interior de tu


cuerpo del ambiente exterior. Es como una muralla que lo
defiende y protege. Además, el sudor y otras sustancias
presentes en la superficie de la piel ayudan a impedir que
microorganismos o sustancias extrañas puedan penetrar
y dañar tu organismo.

Los enemigos buscan otras puertas por donde penetrar.


La nariz, la boca o los ojos pueden ser accesos de entrada
de sustancias dañinas o microorganismos. Sin embargo,
también aquí hay barreras que los detienen.

 El moco que producen las células que recubren tu


nariz, la tráquea y los bronquios, limpia el aire que
respiras. En él hay sustancias que matan los
microorganismos. Al toser o estornudar se expulsa el
moco al exterior.
 La saliva que se produce en tu boca también tiene
sustancias que actúan sobre los gérmenes o las
sustancias dañinas. Si los microorganismos burlan
tus defensas y consiguen llegar a tu estómago, los
jugos ácidos acabarán allí con la mayoría de ellos.
 Las lágrimas limpian tus ojos y contienen
sustancias que también combaten los gérmenes.

EL EJÉRCITO DE CÉLULAS QUE DEFIENDEN TU


CUERPO
Se ha derribado la puerta de entrada al castillo. El
enemigo penetra en su interior. Un gran número de
soldados acuden con rapidez para combatirlos.

Si a pesar de las primeras barreras de defensa, los


gérmenes consiguen penetrar en tu organismo, tu cuerpo
cuenta con células capaces de defenderte.

Conozcamos algunos de los elementos que defienden


nuestro organismo: los leucocitos o glóbulos blancos.
Los leucocitos son células de la sangre. Se forman en el
interior de algunos huesos, en el timo, en el bazo y en los
ganglios linfáticos, y después pasan a la sangre. Existen
varios tipos de leucocitos, aunque aquí solo vamos a
hablar de tres, los neutrófilos, los monocitos y los
linfocitos. Los neutrófilos y los monocitos acuden y
combaten a los microorganismos con mucha rapidez. Los
linfocitos B y T son más especializados y actúan más
despacio.

Cuando los microorganismos invaden un tejido, las


células de tu cuerpo son atacadas y dañadas por los
gérmenes. A continuación, se producen ‘señales’ que
atraen a los leucocitos a este lugar. Los neutrófilos y los
monocitos abandonan la sangre y penetran en los tejidos
capturando y destruyendo los gérmenes, las sustancias
extrañas o las células muertas. Cuando los monocitos
abandonan la sangre y penetran en los tejidos reciben el
nombre de macrófagos.

En la sangre existen otros leucocitos, los linfocitos B y T,


cuya respuesta a la invasión es más lenta. Cada linfocito
actúa solo sobre un microorganismo o sustancia extraña
determinada.

Cuando un linfocito T reconoce una sustancia extraña o


un microorganismo, se multiplica para formar más
linfocitos T que ataquen a este invasor. Al entrar en
contacto con el enemigo, estos linfocitos liberan unas
sustancias que los destruyen. Otra misión de los linfocitos
T es alertar a los linfocitos B de esta invasión.
Los linfocitos B van a producir unas proteínas llamadas
anticuerpos. Estos anticuerpos se unen a los
microorganismos o a las sustancias extrañas y los
destruyen o los marcan para que otras células los
eliminen. Cada anticuerpo actúa sobre un
microorganismo o una sustancia extraña determinada.

Cuando un germen invade por primera vez tu cuerpo, se


producen anticuerpos contra él. La información necesaria
para crear estos anticuerpos se guarda en la ‘memoria’
de algunos linfocitos, de manera que ante una nueva
infección los anticuerpos se producen con mucha rapidez.

¿QUÉ ES EL SISTEMA INMUNOLÓGICO?


El sistema inmunológico o sistema inmunitario es el
nombre que reciben todos los mecanismos de defensa
que hemos descrito. El sistema inmunológico defiende tu
cuerpo de la invasión de microorganismos o sustancias
extrañas que pueden causar alguna enfermedad.

¿QUÉ OCURRE CUANDO LAS DEFENSAS


FUNCIONAN MAL?
Hay varias enfermedades que afectan a los mecanismos
de defensa de tu cuerpo. Estas enfermedades pueden
hacer que tus defensas sean más débiles y que tu
organismo pueda ser atacado por gérmenes o sustancias
extrañas con más facilidad.

Por ejemplo, en el SIDA o síndrome de inmunodeficiencia


adquirida, un virus, el VIH, ataca un tipo de linfocitos T.
Estos linfocitos no pueden defender nuestro organismo, y
la persona sufre la invasión de gérmenes a los que antes
podía vencer y contra los que ahora no puede hacer
nada.
¿Dónde se forman las células del sistema
inmunitario?
Las células del sistema inmunitario que protegen tu
organismo se forman en distintas zonas de tu cuerpo,
como la médula ósea roja, los ganglios linfáticos, el timo
o el bazo. La médula ósea roja es un tejido que está en el
interior de los huesos, sobre todo en los extremos de los
huesos largos y en los huesos planos y cortos. Los
ganglios linfáticos son unas estructuras redondeadas de
diferentes tamaños de tejido linfoide que están
distribuidos por todo tu organismo. Las amígdalas son
unas masas redondeadas de tejido linfoide que están en
la parte posterior de la boca. El bazo es un órgano de
color rojo que está en el abdomen cerca del estómago y
el timo es una glándula que está en el cuello.
Cada año que pasa creces un poco más. La hormona del
crecimiento trabaja para que todo tu cuerpo se desarrolle.
Pero ¿qué son las hormonas? Las hormonas son sustancias
que produce tu organismo y que controlan funciones muy
diferentes, como el metabolismo, el crecimiento, el
desarrollo de los órganos sexuales durante la pubertad, el
volumen de líquido que hay en tu cuerpo o el embarazo y la
lactancia.

¿QUÉ ES EL SISTEMA ENDOCRINO?

El sistema endocrino está formado por un conjunto de


glándulas, llamadas glándulas endocrinas, que producen
hormonas.

Hay muchas glándulas distintas, y cada una produce


hormonas diferentes. Las glándulas endocrinas están
repartidas por todo tu organismo. La glándula pituitaria o
hipófisis está dentro de tu cabeza, en la zona inferior del
cráneo. La glándula tiroides y las paratiroides se
encuentran en el cuello. Las glándulas suprarrenales
están encima de los riñones. El páncreas se localiza en el
abdomen. Los ovarios de la mujer y los testículos del
hombre también son glándulas endocrinas.

Además, en el sistema nervioso central está el


hipotálamo, que es una parte del cerebro que también
produce hormonas.

¿QUÉ SON LAS HORMONAS?

Las hormonas son sustancias que se fabrican dentro de


nuestro cuerpo y que activan, desactivan o controlan
algunas funciones del organismo. Cada glándula endocrina
produce diferentes tipos de hormonas, que después pasan
a la sangre.

Las hormonas podrían recordar a piezas de un puzle que


viajan por la sangre hasta encontrar el lugar donde encajan.
Cada hormona solo encaja con un tipo determinado de
células. Estas células se llaman células diana. Pueden
estar en un órgano o en un tejido que esté repartido por
todo el organismo.
Cuando una hormona encaja con su célula diana, se
produce una acción que es propia de esa hormona. El
crecimiento de tu cuerpo, la pubertad, la leche de la madre
para el recién nacido y otras muchas funciones del
organismo son controladas por las hormonas.

¿CÓMO FUNCIONA EL SISTEMA ENDOCRINO?

El funcionamiento de muchas glándulas endocrinas está


regulado por el hipotálamo. El hipotálamo funciona como el
centro de control donde se producen hormonas o estímulos
nerviosos que actúan como ‘señales’ sobre la hipófisis.
Cuando la hipófisis recibe estas hormonas, empieza a
fabricar otras. Estas hormonas viajan por la sangre y
ejercen su acción sobre una glándula endocrina, uno o
varios tejidos concretos o sobre los órganos diana.

La regulación de las glándulas endocrinas podría parecerse


a los radiadores que se apagan al alcanzar una temperatura
determinada. Cuando la cantidad de una hormona es
suficiente, se producen ‘señales’ que detienen la
producción de esta hormona.

¿QUÉ OCURRE SI EL SISTEMA ENDOCRINO NO FUNCIONA


CORRECTAMENTE?

Por distintas razones, alguna glándula endocrina puede


funcionar mal. Cuando esto ocurre, esta glándula produce
muy poca o mucha cantidad de una o varias hormonas.

Si está alterada la producción de la hormona del


crecimiento, la persona puede no crecer lo suficiente o
crecer demasiado. Son los casos de enanismo o
gigantismo.

Si la producción de las hormonas de la hipófisis que actúan


sobre los ovarios o los testículos está alterada, el desarrollo
sexual normal propio de la pubertad también se modifica.

La diabetes es una enfermedad que puede estar causada


por la producción de muy poca cantidad de una hormona
llamada insulina. La insulina se crea en el páncreas. Es
una hormona que ayuda a que la glucosa, un azúcar que
está en la sangre, entre en las células de todos los tejidos
del organismo. Esta glucosa es utilizada por las células
como fuente de energía. Si el páncreas produce poca
cantidad de insulina, la glucosa no puede entrar en las
células, y este azúcar se acumula en la sangre. Las
personas con este tipo de diabetes necesitan controlar la
cantidad de glucosa en sangre y recibir insulina.

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