Cavigliasso, Cecilia (2014) - Trayectorias de Vida y Organizacion Cooperativa en La Ciudad de Rosario

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XI Congreso Argentino de Antropología Social, Rosario, 2014.

Trayectorias de vida y
organización cooperativa en la
ciudad de Rosario: un
acercamiento desde el enfoque
antropológico relacional.

Cavigliasso, Cecilia.

Cita:
Cavigliasso, Cecilia (2014). Trayectorias de vida y organización
cooperativa en la ciudad de Rosario: un acercamiento desde el enfoque
antropológico relacional. XI Congreso Argentino de Antropología Social,
Rosario.

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XI Congreso Argentino de Antropología Social

Rosario, 23 al 26 de Julio de 2014

GRUPO DE TRABAJO

GT41: El trabajo autogestivo: experiencias, políticas públicas y abordajes teórico


metodológicos

TÍTULO DE TRABAJO

1 Trayectorias de vida y organización cooperativa en la ciudad de Rosario: un


acercamiento desde el enfoque antropológico relacional.

Nombre y apellido. Institución de pertenencia.

Cecilia Cavigliasso
UNR, FHyA, Escuela de Antropología, NET

– XI Congreso Argentino de Antropología Social – Facultad de Humanidades y Artes – UNR – Rosario, Argentina
Introducción
La siguiente ponencia se inscribe en el marco del proceso de investigación llevado
adelante para la tesis de grado actualmente en curso, la cual se centra en las
trayectorias de vida de los integrantes de una cooperativa de producción y consumo de
la ciudad de Rosario, en relación a las modalidades de organización que han ido
desplegando desde su conformación hasta el presente.
Para esta presentación, nos interesa describir el proceso de conformación de la
cooperativa en relación con las trayectorias de vida de los sujetos que la integran.
Consideramos para esto fundamental remitirnos al contexto que atravesaba nuestro
país durante el año 2001, caracterizado por una fuerte crisis política, social y
económica, así como también por un incremento de la organización y movilización
popular. En este marco se venían gestando y multiplicando una variedad de
experiencias organizativas de distinto origen y composición social, que implicaron
formas colectivas de gestión del trabajo. Entre estas encontramos emprendimientos
2 productivos gestionados por los movimientos de desocupados, la experiencia de
“empresas recuperadas”, la conformación de cooperativas, y en términos generales, la
proliferación de distintas experiencias vinculadas al cuentapropismo y el trabajo
informal, desplegadas fundamentalmente por quienes quedaron excluidos del empleo.
(Merlinsky y Rofman, 2004; Salvia, 2005; Ciolli, 2013).
En relación a este contexto nos proponemos historizar el proceso de conformación de la
cooperativa desde sus orígenes en el año 2002 -momento en que constituyen un club
de trueque- hasta el 2004, cuando adoptan el formato jurídico cooperativo, poniendo en
relación este proceso con las trayectorias de vida de los sujetos que participan de esta
experiencia.
Desde nuestra perspectiva, colocamos la mirada en la reconstrucción de las
trayectorias de vida, en el sentido de recuperar el “recorrido social” de las personas
involucradas en los procesos bajo estudio, privilegiando el análisis de contextos
relacionales y de procesos políticos más generales en los que se inscriben. (Fernández
Álvarez, 2007)

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A partir de esto, nos interesa indagar en los sentidos, significaciones y prácticas que
generan los sujetos como parte de las tramas de relaciones sociales en las que
participan. Consideramos que este conocimiento resulta importante como parte de ese
“hacer” de los sujetos dentro de los límites y condiciones de una época, considerando
que las mismas están inscriptas históricamente. (Achilli, 2005)
Para abordar nuestra investigación retomamos el enfoque antropológico relacional, el
cual se sustenta en algunos fundamentos generales vinculados a la tradición crítica de
las ciencias sociales, que considera el carácter relacional dialéctico de los procesos que
busca conocer. La misma, consiste en una propuesta que parte de entender el proceso
de investigación como el esfuerzo por relacionar distintas dimensiones de una
problemática analizando los procesos que se generan en sus interdependencias y
relaciones históricas contextuales. (Achilli, 2005)

Contexto y trayectorias de vida


Para abordar el proceso de conformación de la cooperativa haremos referencia
3
brevemente al contexto más amplio en que tiene lugar, vinculado a los cambios en el
modelo de acumulación de capital y regulación social impulsados por políticas
neoliberales desde la década de los ’70. Las transformaciones estructurales
introducidas desde ese entonces, producto de la crisis del modelo de acumulación
capitalista de los años ’70, introdujeron profundos cambios en el mundo del trabajo, en
las relaciones laborales y en la clase trabajadora en general. La aplicación de una serie
de políticas que se basaron fundamentalmente en la apertura financiera y comercial, la
desregulación, las privatizaciones y la transformación del sector público, implicaron la
reconfiguración del Estado y la reestructuración de los procesos productivos, que
redefinieron las relaciones capital–trabajo. (Antunes, 2005, Rodríguez, 2006)
Estos cambios que se introdujeron en nuestro país a partir de la última dictadura militar,
promovieron procesos de concentración política y económica que intensificaron la
desigualdad social y la precarización de las condiciones de vida de vastos conjuntos
sociales. La profundización y la consolidación de estas políticas en la década del ‘90 se

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tradujeron en crecientes niveles de desempleo, subempleo y empleo precario y en un
aumento inédito de la pobreza y la indigencia en nuestra historia. (Grimberg, 2009)
La aplicación de estas políticas enfrentó también numerosas resistencias y protestas.
Durante la primera mitad de la década de los `90 estas resistencias resultaron
finalmente incapaces de obstaculizar la implementación del recetario neoliberal 1, siendo
fundamentalmente durante la segunda mitad de los ´90, cuando comienza lentamente a
tomar forma un “nuevo ciclo de cuestionamiento social” a estas políticas y sus
consecuencias. (Seoane, 2013)
Este período se caracterizó por el crecimiento de la conflictividad social y la emergencia
de una variada gama de formas de demanda y protesta en procesos que, en primer
término involucraron a trabajadores y localidades o regiones, afectadas por las políticas
de desmantelamiento y privatización de servicios y empresas del Estado 2.
Posteriormente, los hechos del 19 y 20 de diciembre del 2001 y las movilizaciones y
acciones de protesta posteriores sumaron un número creciente de sectores sociales 3.
4 (Grimberg, 2009)
Hacia el año 2001, el gobierno de la Alianza (1999-2001) da continuidad a las políticas
de ajuste, implementando la ley de “déficit cero” que sancionaba un recorte en los
salarios, jubilaciones y pensiones que afectaba a empleados estatales, agravando aun
más la situación de estos sectores. (Rodríguez, 2006)
Esta propuesta tuvo como objetivo mantener a la Argentina en un cuadro de híper-
recesión a la espera de obtener algún tipo de oxígeno financiero externo en el marco de
un proceso de reprogramación de la deuda, medida compatible con el carácter “deuda-
dependiente del esquema económico local”. (Lozano, 2001)
La reducción de salarios y jubilaciones que dependían del Estado Nacional, deprimió
aún más los niveles de demanda doméstica, profundizó la caída de los precios internos

1
Siendo en la mayoría de los casos derrotadas o restringidas a una configuración más fragmentada, en
términos sociales, y en términos sectoriales y territoriales, más localizadas. (Seoane, 2013)
2
Los trabajadores petroleros, del carbón, de hospitales, docentes, municipales, provinciales, ferroviarios,
etc.se constituyeron en los principales protagonistas de la demanda social.(Grimberg, 2009)
3
Parte de este proceso fue la aparición y la difusión de agrupamientos de desocupados, la ocupación y
“recuperación” de empresas y la emergencia de asambleas barriales. (Grimberg, 2009)

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y consecuentemente de la actividad económica, lo que agudizó el desempleo y la
rebaja salarial en el sector privado. Esta estrategia supuso un proceso de “recesión-
deflación-caída salarial promoviendo una devaluación inversa, es decir, que precios y
salarios caigan respecto al nivel actual del dólar vigente.” (Lozano, 2001: 4)
De esta manera, junto con el crecimiento de los niveles de desempleo, recesión,
pobreza, paralización del aparato productivo, el 1º de diciembre se implementó el
llamado “corralito financiero”. Esta restricción a la utilización de fondos bancarios no
solo afectó a los ahorristas y trabajadores previamente bancarizados, sino que implicó
la paralización de la actividad económica general, perjudicando inclusive a sectores sin
inserción en la economía formal, quienes vieron drásticamente reducidos sus escasos
ingresos por la falta de circulante. (Viano y Armida, 2006)
En este contexto, podemos observar que el fenómeno del trueque venía
experimentando un importante crecimiento vinculado, como señalan un conjunto de
autores, al crecimiento de la pobreza y la pauperización de los sectores medios,
5 denominada la “nueva pobreza”, con sus efectos en términos de modificación de la
estructura social. (Hintze, 2003).
En este sentido, una serie de investigaciones sobre los trueques, lo caracterizan y lo
relacionan con la crisis de reproducción de los sectores medios, con dispositivos y
“estrategias de supervivencia” y “nuevas condiciones de sociabilidad”. Para estos
autores, el mecanismo del trueque plantea una forma de organización del consumo
alternativa y de relaciones con el mercado, en la que el acceso previo al dinero de curso
legal no constituye el factor limitante. (Hintze, 2003)
En la reconstrucción del proceso de gestación de la cooperativa que forma parte de los
procesos bajo estudio, podemos señalar la participación de muchos de sus actuales
integrantes en estos espacios de trueque a partir del año 2001.
En este sentido, respecto a la situación que se vivía en ese entonces y el crecimiento
del trueque señalan que el mismo constituye una “práctica económica” que empezó a
aflorar a partir de “la crisis de productividad”, que había generado mayor desocupación,
a lo que se le sumó la falta de circulante. Ante esta situación plantean:

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“como que parece que la gente se tiene que quedar en la casa estancada y no puede
hacer nada, relacionarse con nadie, bueno el trueque fue una de las primeras formas de
prácticas económicas y eso fue lo que empezó a resurgir; bueno tengo cosas para
hacer en mi casa, tengo algún material, tengo capacidad productiva, conocimiento,
saberes, pongo en funcionamiento y de última intercambio directamente con algún
vecino o trabajo para mi” (Registro n°19, 2011)
Respecto de los sujetos que participaban en los trueque, la bibliografía sobre el tema
plantea la fuerte presencia de sectores medios empobrecidos, con graves problemas
laborales o desocupados, que entendían su participación en el mismo como una
estrategia adaptativa, defensiva o de supervivencia y por lo tanto, la percepción de la
“transitoriedad” de esta práctica. (Hintze, 2003)
Por otro lado, esta bibliografía distingue la participación de grupos de “prosumidores” 4
que cumplían la función de pilares en la organización, que manifiestan un alto grado de
conciencia y compromiso con los objetivos del club a largo plazo, como la pretensión de
6 concretar un modo alternativo de producción y consumo, la puesta en funcionamiento y
difusión de valores como la solidaridad y el cooperativismo. Entre estos participantes se
destaca la apuesta al club como el principio de un cambio a mediano y largo plazo y no
como una salida coyuntural o un paliativo. (Hintze, 2003)
Respecto de los integrantes de la cooperativa que participaron de los trueque en este
período, nos relatan que, el núcleo inicial de quienes comienzan con los recorridos,
estaba constituido por un grupo de amigos y conocidos, a partir de sus trayectorias de
vida, tanto laborales, universitarias, como de la militancia política. Este grupo estaba
inicialmente constituido por 4 amigos, al que se van a sumar otras personas que eran
amigos, conocidos, familiares y compañeros de trabajo, de la universidad y la militancia.
En este sentido, hemos podido observar, a partir de los relatos y la reconstrucción que
realizan los sujetos sobre este momento, que las motivaciones de tipo político-
ideológicas jugaron un importante papel a la hora de definir su acercamiento y

4
Modo de designar al que era productor y consumidor al mismo tiempo

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participación a los trueques, en un proceso en el que confluyen un conjunto de
trayectorias sociales y políticas.
En relación a esto, algunos de los actuales integrantes de la cooperativa señalan el
interés que les generó este tipo de “práctica económica” donde “prácticamente no
existía la intermediación del dinero y primaba el desarrollo de las capacidades humanas
del trabajo”. En este sentido señalan:
“En el 2001 que había trueques por todos lados yo empecé, me asocié a uno que
estaba en un galpón cerca del río, y empecé más que todo como curiosidad, era
impresionante las cosas que se veían, se veía de todo…” (Registro n° 08, 2007)
“durante todo el 2001 andábamos visitando trueques y diciendo que loco esto, como
puede ser, que maravilla, fijate que vos no tenes plata pero cómo circulan las
posibilidades de poder desarrollar lo que vos sabés hacer y como podes acceder a
servicios y a bienes que de otra manera no podías.” (Registro n°20, 2011)
A su vez, recuerdan la profunda admiración que les provocó el fenómeno del trueque en
7 ese entonces, que entendían se trataba de una “estrategia popular y autónoma para
salir de la situación de recesión”, “de personas organizadas más allá de sus intereses”,
que era “creativa y que aglutinaba” (Registro nº 29, 2013)
Esta admiración e interés señalan que proviene de “una determinada manera de pensar
el problema de la igualdad y la emancipación, siempre que ves un conglomerado de
personas que se organizan detrás de una idea que los supera, que supera sus propios
intereses ya te parece que es algo maravilloso” (Registro nº 29, 2013)
De esta manera, sobresale la significación del trueque como algo “novedoso” y
“transformador” (Registro n°20, 2011), más que como una “estrategia de subsistencia”
frente a la crisis económica que se vivía.
Respecto de la situación económica que atravesaban se trata de un grupo que presenta
trayectorias dentro del trabajo asalariado y formal (docencia y bancarios), que no tenían
en ese momento el problema acuciante de la desocupación, pero sí hacen referencia a
una situación de deterioro de los salarios frente al contexto de crisis y recesión que
afectó en este momento a los asalariados, como hemos dicho anteriormente.

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“tanto ME. como S. son docentes y no habían perdido su trabajo, R. trabajaba en el
Banco que sigue trabajando y en mi caso yo daba clases en una escuela, pero pocas
horas, en una escuela primaria y trabajaba en capacitación docente, daba cursos, no
teníamos un problema de trabajo. Pero si era una situación complicada porque los
sueldos estaban completamente deflacionados y en el caso tanto S como ME. hacían
frente a sus hogares solas porque estaban afrontando las dos una cuestión de
separación con el padre de sus hijos y demás. No era una situación de vulnerabilidad
extrema, digamos no había desocupación, ni problemas de vivienda” (Registro nº 29,
2013)
Un aspecto significativo en relación a las trayectorias de quienes integran este grupo
inicial, es que algunos se conocían a partir de su paso por la universidad, y otros de
militancias anteriores. Respecto de ésta última remarcan los “vínculos de fraternidad”
que conservan a partir de la participación en determinados colectivos, y al mismo
tiempo, aparece la idea de “frustración” vinculada a estas experiencias.
8 A partir de la irrupción de una creciente movilización social, y el crecimiento del
fenómeno del trueque y las asambleas barriales, nuestros entrevistados se ven
convocados por lo que observan como “otras formas”, “distintas y nuevas”, de la
participación y el compromiso político.
“La cosa es que estaba desarrollándose ese fenómeno, había un montón de gente que
aunque había tenido una militancia social, tenía muchas ganas y empezó a resurgir lo
de las asambleas, empezó a haber más movimiento social, esta bueno el fenómeno del
trueque, por haber participado mucho en instancias políticas ya cansados de esa
dinámica, bueno vamos a ver qué se puede hacer de otra forma” (Registro n°19, 2011)
Por otro lado, también nos relatan acerca de un conjunto de lecturas teóricas que
venían realizando algunos de ellos y aportaron a los diferentes grados de debate que
mantenían entre sí durante el período previo al “estallido del año 2001”. Se trataba de
lecturas surgidas tras la caída de la URSS, críticas de las experiencias del denominado
“socialismo real” y vinculadas a las “experiencias comunistas autónomas”, que
propugnaban la autogestión como generadora de igualdad, a diferencia de la

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concepción leninista de “formación de un partido revolucionario” y de la “toma de poder”
como camino al socialismo. Estas experiencias a las que hacen referencia tuvieron
lugar en momentos históricos concretos, como fueron por ejemplo las experiencias
autonomistas, de autogestión obrera y campesina durante la guerra civil española. En
este sentido plantean:
“entonces todas estas cuestiones estaban ahí dando vueltas y nosotros de una u otra
manera la veíamos […] [estábamos] permanentemente, pensando y debatiendo y
formando parte de grupos de estudios y todas esta cuestiones fueron los años previos 5
hubo mucho de eso” (Registro nº 29, 2013)

Las jornadas del 19 y 20 de diciembre


Las jornadas de movilización del 19 y 20 de diciembre del 2001, significaron un quiebre
respecto de la postura que mantenía este grupo hasta el momento de participación en
el trueque.
Como fuimos señalando, la agudización de la crisis que se estaba viviendo había
9
alcanzado niveles suficientes como para comenzar a quebrar el consenso social del
que había gozado el plan de convertibilidad. En este contexto, la conflictividad se
presentaba en múltiples escenarios y con variados actores. (Rodríguez, 2006)
Las medidas económicas del ministro de economía Cavallo de bancarizar la economía
e inmovilizar los depósitos agudizaron el malestar en la población incorporando la
protesta de los “ahorristas”, y tras el anuncio de estado de sitio el 19 de diciembre,
fueron miles los argentinos que salieron a la calle, terminando con la renuncia del
presidente De la Rúa. (Rodríguez, 2006)
Estos hechos coronaron la resistencia de los desocupados y, a su vez, confluyeron en
la generalizada indignación de la clase media expropiada por los bancos. (Katz, 2008).
Las movilizaciones y acciones de protesta posteriores sumaron un número creciente de
sectores sociales. De esta manera, en este momento se condensan y confluyen

5
Se refiere a los años previos a las jornadas de diciembre del 2001 y a la conformación del club de
trueque.

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diversas formas de protesta y lucha que se venían gestando a modo de resistencia al
neoliberalismo.
Este momento se caracteriza también por una crisis de representación del sistema
político y la impugnación a la clase política. Se produjo un cuestionamiento, no sólo a
las políticas económicas, sino también al verdadero alcance de los dispositivos
democráticos que habían hecho posible su implementación y el rol de los partidos
políticos en tanto mecanismos de representación y mediación de la sociedad civil y el
Estado. En este sentido, una parte importante del protagonismo social de diciembre
2001 se constituyó por fuera de los sindicatos y partidos políticos. (Viano y Armida,
2006)
Frente a este contexto de generalizada movilización popular, pudimos notar que cambia
la postura que mantenía hasta el momento el grupo que participaba de los trueques, la
cual era asimilada por una de las integrantes de la cooperativa que pasó por la
universidad a un “trabajo de campo”:
10 “y ahí entonces íbamos de visitantes, era casi un trabajo de campo que hacíamos,
porque aparte después veníamos y cada uno contaba lo que había hecho y hacíamos
una observación, entonces, en ese momento yo recurrí a una cantidad de lecturas que
tenían que ver con lo que había estudiado en la facultad” (Registro nº 29, 2013)
Los sucesos del 19 y 20 de diciembre del 2001 significaron un quiebre en este sentido.
Según nos relatan, les provocó por un lado “fascinación”: “por lo que significan siempre
un cuerpo social, las masas en la calle, reclamando algo que te excede, digamos
porque muchos estaban reclamando en función de sus intereses, pero muchos estaban
reclamando cosas que te excedían a tu propio sector, porque cuando la gente decía
que tenia que cambiar la corte suprema, porque no era algo, que esa corte suprema
estaba directamente afectando tu interés familiar, personal, de clase” (Registro nº 29,
2013)
Por otro lado, recuerdan haber sentido una “gran desesperación” dado a que eran
personas que no estaban organizadas en ese momento, no militaban en ningún partido
político ni en ninguna organización social:

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“la gran desesperación era esto se va a perder porque esta efervescencia va a pasar y
qué va a quedar, realmente no va a quedar nada, de alguna forma nosotros creo que
armamos el trueque con esa idea, de ver si podíamos sostenerlo un tiempito más”
(Registro nº 29, 2013)
Por lo tanto, es después de estos sucesos que se sientan a pensar en la posibilidad de
armar e impulsar un trueque propio. A diferencia del momento anterior, en el que
mantenían una participación en los trueques como “un actor más”, donde hacían
“observaciones”, “trabajo de campo”; tras las jornadas del 19 y 20 de diciembre
podemos observar que adoptan una actitud más protagónica y “militante” al decidir
organizar un trueque propio.
“lo armamos después, después de estas jornadas, nosotros antes íbamos a los
trueques, pero íbamos como un actor más a llevar las cosas y lo organizaban otros y
hacíamos ahí todas nuestras observaciones, pero cuando nos sentamos a pensar en el
11 trueque ese, a pensar cómo iba a ser el trueque (…) empezamos a poner todas estas
cosas sobre la mesa, todas nuestras lecturas, nuestras preocupaciones y empezamos
como a diseñarlo, y además todo lo que habíamos observado en los otros trueques que
no nos gustaba.” (Registro nº 29, 2013)
Como nos relatan, la decisión de conformar un trueque propio se vincula a un intento de
“sostener en el tiempo” el fenómeno que se había producido en estas jornadas, donde
según interpretan, “las masas habían salido a las calles con reclamos que excedían sus
intereses”. En este sentido, para este colectivo la palabra “Solidaridad” adquirió una
especial significación para referirse a este contexto en que deciden conformar un club
de trueque.
“Desde que nuestra sociedad comenzó a comprender la magnitud de la devastación
generada por el neoliberalismo,(…) una importante cantidad de desocupados y de
expulsados del mercado de trabajo, del acceso a bienes esenciales y de, aun nuestra
propia capacidad creativa, nos hemos volcado a este modo de intercambio
(trueque)convocados por el ánimo de reconstruir los lazos económicos, (en un principio

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con la urgencia de la subsistencia inmediata), pero también sociales y de la vida en
general, con la premisa de la Solidaridad.” (Página web cooperativa, 2009)
Los acontecimientos del 19 y 20 de diciembre y las movilizaciones de los primeros
meses del 2002 mostraron distintos niveles de cuestionamiento a los modelos
dominantes de representación política y a los “modos de hacer política”, poniendo en
juego demandas y ejercicios de “democratización” de las prácticas sociales y políticas.
En este marco, a partir del mes de enero del 2002 surgió un amplio movimiento que
organizó más de un centenar de "asambleas barriales" o "populares", las cuales se
constituyeron tanto en un actor significativo de la movilización, como en centros de
propuesta y ejecución de iniciativas sociales, culturales, políticas, etc. (Grimberg, 2004)
Entre las trayectorias de algunos de los actuales integrantes de la cooperativa también
se encuentra la participación en estas instancias de asambleas y reuniones
“interzonales” desde las cuales se organizan emprendimientos productivos y ferias
donde se van conociendo e incorporando a la experiencia de lo que luego será la
12 cooperativa.
Las asambleas barriales surgieron luego de las jornadas del 19 y 20 como forma de
sostener la protesta inaugurada por los cacerolazos y como búsqueda de un espacio
articulador de las heterogeneides que habían irrumpido en la escena pública en
aquellos días. Presentaban una forma de articulación de los sectores populares, que
tendía a desbordar los canales institucionales tradicionales de la política, cuestionando
en la práctica la democracia representativa y reapropiándose del espacio público.
(Viano y Armida, 2006)6
Como señala Grimberg (2004), si bien el principal eje de organización se estructuró en
el cuestionamiento al sistema político y la necesidad de producir propuestas de
profundización democrática, no menos importante ha sido la búsqueda de articulación

6
Vale la pena señalar que con el cierre de la activación social abierta en diciembre de 2001 y la
recomposición del sistema político bajo pautas que no traían novedades sustanciales respecto de la
institucionalidad tan profundamente cuestionada, las asambleas irán decayendo paulatinamente desde
mediados de 2002 para casi extinguirse durante el 2003.(Viano y Armida, 2006)

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de sus propuestas con modalidades de vida alternativas en términos económicos,
sociales, culturales y políticos.

Conformación del club de trueque


De esta manera, hemos considerado las distintas experiencias formativas que
constituyen a este colectivo, las cuales confluyen en una determinada participación en
los trueques y las asambleas barriales de ese entonces. En el momento de
conformación del club de trueque propio, estás experiencias contribuyeron en la
definición de la modalidad organizativa que este iba a adquirir. Como señala una de las
socias:
“cuando nos sentamos a pensar en el trueque ese, a pensar cómo iba a ser el trueque
(…) empezamos a poner todas estas cosas sobre la mesa, todas nuestras lecturas,
nuestras preocupaciones y empezamos como a diseñarlo, y además todo lo que
habíamos observado en los otros trueques que no nos gustaba.” (Registro nº 29, 2013)
En este sentido, a partir del recorrido realizado por diversos trueques y ante la decisión
13
de conformar un club de trueque propio, este grupo de personas, recuerdan haber sido
críticos de las modalidades organizativas de esos trueques y es a partir de esta crítica
que deciden impulsar la conformación de un club de trueque distinto. En este sentido
planteaban: “nosotros no tenemos meternos en estos trueques porque vamos a formar
parte de una situación ya enviciada, entonces armemos un trueque que sea distinto”
(Registro n°20, 2011)
Entre los aspectos negativos que atribuían al trueque, señalan un proceso de
permanente “inflación”, es decir, la constante suba de precios de los productos y
servicios que formaban parte del trueque, especialmente de los productos de primera
necesidad, que eran los más caros, “se daba la situación que a lo mejor un kilo de
azúcar valía lo mismo que un corte de pelo” (Registro n°20, 2011). Esto se generaba,
según explican, ante la falta de producción, es decir por la reventa y la existencia de
intermediarios que compraban mercancía en determinados comercios y la llevaban al
trueque para intercambiar a un valor más elevado del que la habían adquirido buscando

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una mayor ventaja y beneficios personales. En este sentido señalan que el trueque
“básicamente reproducían las mismas taras que presenta el mercado capitalista”
(Registro n°20, 2011).
“La Red, a pesar de su auto referencia como solidaria, no hacía sino reproducir las
mismas relaciones sociales que el capitalismo: en primer lugar, los nodos eran dirigidos
por individuos que terminaban utilizándolos como negocio personal, cobrando entradas,
acopiando las mejores mercaderías o lisa y llanamente emitiendo descontroladamente
moneda. Así fue que estos espacios terminaron siendo presa de un proceso
inflacionario permanente…” (Página web cooperativa, 2009)
De esta manera, deciden fundar un “nodo de trueque” que sea diferente, cuya condición
era el intercambio directo entre productores y prestadores de servicios sin ninguna
forma de intermediación. Mediante este modo de funcionamiento el trueque se distingue
en sus orígenes de otros por la condición de que sus integrantes debían ser
productores y prestadores de servicios directos, de esta forma lo que se intenta evitar,
14 según nos explican es “el saqueo del trabajo ajeno, promoviendo el intercambio del
trabajo propio por el mismo valor del trabajo de otro.” (Página web cooperativa, 2009)
“Los productores y prestadores pueden ser personas que trabajan de forma individual o
miembros de empresas sociales (emprendimientos de funcionamiento horizontal que no
explotan mano de obra ajena bajo ningún concepto). Se trataba de recuperar la función
de la acción productiva disociada del trabajo asalariado y de la extracción de plusvalía.”
(Página web cooperativa)
En este sentido afirman, que es en este criterio en el que reside la condición donde la
“solidaridad” se hace posible:
“Si en las redes nacionales de trueque, lo que ocurría era que no había modo que el
prosumidor se protegiera de la apropiación de su trabajo, (…) para no caer en un
voluntarismo de regulación interminable (control de precios, control de las personas,
control de acceso, etc.) Que hubiera hecho de la promoción de un espacio solidario una
tarea policíaca; nos propusimos el intercambio del trabajo propio por el mismo valor del
trabajo de otro, la asociación libre de los productores y prestadores participando

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igualitariamente en el interior de un mercado donde todos tienen voz y voto en
asambleas periódicas.” (Página web cooperativa)
El trueque comienza a funcionar en un espacio cedido por el Instituto Movilizador de
Fondos Cooperativos de Rosario7, en un principio son 9 y con el tiempo llegaron a ser
alrededor de 100-150 personas las que integraron este trueque. Por lo que nos relatan,
se trataba de un trueque relativamente pequeño en relación a otros que incluían
alrededor de 1000 personas, esto lo atribuyen a que funcionaba en un espacio
pequeño. En relación a la conformación del mismo señalan:
“estábamos pensando en la posibilidad de abordar un tipo de práctica económica
fascinante que permitiera el desarrollo de capacidades humanas al trabajo sin
mediación del dinero o no con rol primario, fue la propia dinámica de trueque la que nos
fue llevando a la concreción de emprendimiento productivos, las actividades que fuimos
asumiendo tenían que ver con afinidades” (socia de la cooperativa-2009)
Respecto de las problemáticas que se encontraron en un primer momento, hacen
15 referencia a este contexto de crisis y muchas necesidades, donde según nos relatan el
trueque se llenó de gente, y lo más solicitado y que más valía eran los alimentos. Ante
esta situación, tomaron como “definición política” “no trabajar sobre la urgencia” sino
“tratar de generar una experiencia que trate de dar un salto, que sea algo distinto.”
(Registro n° 19, 2011)
Como señala Hintze respecto del crecimiento del fenómeno del trueque, hay acuerdo
en todas las fuentes en que el crecimiento del mismo es alto y constante desde 1995
(momento en que se crea el primer club de trueque en Bernal 8, provincia de Buenos
Aires) y éste pasó a ser “explosivo” entre el 2001-2002. (Hintze, 2003)

7
Dos de los actuales integrantes de la cooperativa trabajaban (y continúan actualmente) en el Instituto
Movilizador de Fondos Cooperativos y en el Banco Credicop, por lo que acceden a un espacio en el
mismo para realizar el trueque.
8
El mismo es presentado desde sus comienzos como una forma de asociación libre, altamente
consciente de valores y de relaciones solidarias, por medio de la cual se forman comunidades de
“prosumidores” que intercambian sus capacidades bajo la formas de bienes o servicios producidos y
consumidos por ellos. (Hintze, 2003)

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De esta manera, la autora plantea que la profundización y extensión del desempleo y el
subempleo, la imposibilidad de utilizar los ahorros acumulados y la ruptura de cadenas
de abastecimiento y pago del mercado formal, produjeron una enorme ampliación de la
escala. Esto, a la vez que permitía la participación de nuevos excluidos de la economía
formal, reintrodujo la posibilidad objetiva de “reproducir los mecanismos propios del
mercado capitalista”, que tienden a determinar ciertos comportamientos tanto de los
agentes organizadores como de los participantes desde las bases sociales 9. Por lo
tanto, la apertura indiscriminada y acelerada de nodos como respuesta a la demanda
posibilita su uso para el beneficio personal o el poder de los promotores. (Hintze, 2003)
Ante esta situación, quienes conformaron este club de trueque habían tomado la
definición de “no trabajar sobre la urgencia” y “generar una experiencia que trate de dar
un salto, que sea algo distinto.” Ante esto plantean que debieron asumir un rol de
“policía”: “pasaron cosas muy terribles en ese momento, V justo ahora no está pero, […]
pero ella tenía que estar en la puerta, medio de policía, diciendo esto no” (Registro
16 n°19, 2011).
En este sentido, plantean que asumieron el rol de “coordinadores”, tomando tareas de
organización, impulso, promoción y propaganda del trueque. En relación a esto,
señalan que estas tareas no implicaron la obtención de algún beneficio personal: “si
íbamos a obtener algún tipo de beneficio del trueque era por nuestra producción,
entonces cada uno de nosotros eligió que iba a hacer algo” (Registro n°20, 2011).
Esta dinámica que fue adquiriendo el trueque y la modalidad organizativa que fueron
desplegando consideramos que está atravesada por la concepción que expresan los
sujetos del trueque como una forma de “militancia”:

9
Entre ellos menciona: alienación, comportamientos utilitaristas no solidarios, separación entre
organizadores y organizados, creación de oportunidades de especulación y lucro, un poder particular
basado en el manejo de la información, dificultad para controlar la introducción de relaciones de
explotación del trabajo ajeno y del cobro de interés o rentas de diverso tipo (acceso a lugares públicos o
cuasi-públicos, etc.), la introducción de bienes comprados en el mercado y revendidos a precios
superiores, de bienes usados (no productos del propio trabajo) así como, la eventual incorporación de
objetos robados y, por tanto, la presencia de redes delincuenciales. (Hintze, 2003)

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“mi compromiso interno que nosotros tuvimos era que todas las tareas de organización
que vamos a llevar delante o de lo que fuera de impulso, de promoción, de propaganda
del trueque no podían redundar en un beneficio personal para el que la llevara adelante,
fue tomando una vieja práctica política de las políticas emancipatoria que no cobran por
su militancia política” (Registro n°20, 2011).
De esta manera, podemos observar que la mayoría de los que arrancan con el trueque
se vuelcan a una producción por primera vez, ligadas a saberes transmitidos dentro de
las familias o a afinidades personales, y en otros casos producen en base a saberes
previos.
“lo mismo que pasó con el resto de, con gran parte de los productores de la economía
solidaria aprendimos ahí sobre la marcha, yo no sabía cómo hacer dulces, de hecho se
me quemaron muchísimos…” (Registro n°20, 2011).
En este sentido, nos relatan que organizaban una charla inicial con la persona que
quería participar del trueque para explicarle el modo de funcionamiento y sus reglas,
17 definir el producto que iba a traer la persona para intercambiar y la construcción del
precio.
“Una de las cosas que no se vendía la moneda, vos tenías que arrancar haciendo una
inversión en algún producto o en harina y traer esta tortita, lo que sea y ahí arrancabas
a poder intercambiar, no había que comprar la moneda de ninguna forma, por otra, no
tenía una equivalencia real, acá era trabajo, no el crédito.” (Registro n° 19, 2011)
A partir de esta condición, nos plantean que se reduce la “inflación”, los precios quedan
estabilizados en este trueque, pero esto genera otro tipo de problemas y conflictos por
el desabastecimiento y vaciamiento, ya que de esta manera, al tener la misma moneda
que otros trueques, éste resultaba más barato que el resto de los nodos. Ante esta
situación y los conflictos que esto generaba se establecen una serie de “acuerdos
restrictivos” entre los participantes del trueque respecto de la cantidad de productos que
se podían adquirir por persona, a modo de “defenderse de la depredación” (Registro n°
20, 2011)

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“como había escasez, eran espacios de escasez, decíamos bueno cada productor se
va a llevar, cada prosumidor le decíamos porque era productor y consumidor, se va a
llevar un producto y había pánico porque había 7 panes y no podía venir el primero con
los créditos y llevarse los 7 panes, te llevabas 1 y el otro se llevaba 1 y así.” (Registro n°
20, 2011)
A su vez, en ese momento se instala el espacio de la asamblea, que es definido como
un “espacio político”, donde se intentan resolver los conflictos que se generaban en el
trueque de manera colectiva entre todos aquellos que participaban de éste. En relación
a esta definición plantean que hasta el momento eran más “verticales” y les resultaba
mucho esfuerzo mantener los acuerdos con las personas que participaban del trueque:
“éramos un grupo de personas que decíamos bueno este es el trueque pa, pa, pa, pero
entonces era tanto el esfuerzo que teníamos que hacer para mantener los acuerdos
que habíamos hecho con todas estas personas, porque todas estas personas habían
pasado por un charla previa y demás pero después no podían sostener el acuerdo,
18 primaba más la desconfianza y más la necesidad de no verte avasallado entonces
avasallabas” (Registro n° 20, 2011)
De esta manera, la organización en asamblea de todo el trueque es remarcada como
beneficiosa para el grupo ya que vino a cubrir una necesidad y resolver problemas.
Actualmente quedó como modalidad de funcionamiento.
“el problema de la norma y el acuerdo se encarnaba en el colectivo y era el colectivo el
que enunciaba, era distinto. Entonces ante esa situación aquel mismo prosumidor que a
lo mejor había faltado a su acuerdo, delante de todo el grupo no podía decir, en todo
caso, lo máximo que podía decir era “no, si la verdad que una macana, estas cosas no
se tienen que hacer”. Entonces estaba bueno era realmente muy beneficioso, todo lo
que uno puede decir del funcionamiento asambleario en ese caso se cumplió,
realmente vino a cubrir una necesidad, no era que nosotros quisimos inventar,
reinventar que las asambleas son copadas porque son más democráticas, las
asambleas vinieron a resolver problemas” (Registro n° 20, 2011)

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A fines del año 2002, decidieron complementar la actividad productiva que estaba
destinada al intercambio en el trueque, hacia el mercado formal mediante la creación de
emprendimientos colectivos, iniciativa que fue promovida por un grupo que “no
pertenecían al grupo de la organización del trueque”. Durante todo el año 2003
trabajaron en los emprendimientos 10 y en el trueque, y aumentaron los vínculos con
otros grupos11.
A su vez, en este momento, frente a los continuos desabastecimientos tomaron la
definición de “autonomizar” el trueque, es decir, salirse de la red nacional y crear un
espacio con una “moneda propia”. Esto, señalan que provocó el alejamiento de algunos
miembros y el afianzamiento de los vínculos entre los que quedaron.
A su vez, ya en este contexto, el fenómeno del trueque en general se encuentra en
decadencia, por un lado, comienza a haber gérmenes de reactivación y formalización
de la economía, y por otro lado, por los problemas internos de funcionamiento, según
nos relatan los sujetos. Ante esta situación plantean:
19 “empezamos a ver qué era lo que había quedado de ahí que eran las relaciones que se
habían generado entre la gente, entonces eso que habíamos construido dijimos bueno
qué podemos hacer para que no desaparezca seguir trabajando de esta forma que nos
gustaba, trabajar con otros, de forma asociativa. Entonces en ese momento dijimos
vamos a ver qué formato jurídico, porque ya empezó a haber mucho trabajo los
servicios sobretodo de la construcción se activó, entonces dijimos bueno qué formato
de la cooperativa” (Registro n° 19, 2011)
De esta manera, en el año 2004 presentan los papeles para conformarse como
cooperativa y en el año 2005 quedan constituidos bajo el formato jurídico de
cooperativa de Producción y Consumo. Plantean que la decisión se toma con el fin de
dar un marco de formalidad y legalidad para la comercialización, a los emprendimientos
que ya se venían desarrollando (dulces, artesanías) y como una manera que les

10
Entre los emprendimientos que se conformaron en ese momento se encontraba el grupo que hacía
dulces, otro grupo hacia panificación, otros hacían arcilla, etc., algunos de estos producían en un espacio
que les había prestado una iglesia donde había ollas, hornos y materiales para la producción.
11
Participan en la conformación de distintas Redes de Comercio Justo.

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permita facturar, dado las oportunidades de trabajo que habían surgido en ese entonces
(fundamentalmente vinculado a los servicios, tanto de computación y como en la
construcción).
“y en el 2004 es que ya habíamos llegado a un grado de desarrollo de los
emprendimientos, que nada que ver con los de ahora, pero igualmente era importante
para el momento y cómo veníamos trabajando y teníamos muchos problemas para
facturar, entonces teníamos que tomar decisiones, en ese momento no estaba lo del
monotributo social, o todos nos volcábamos a sacar el monotributo y demás, o lo
hacíamos desde la cooperativa” (Registro n° 20, 2011)
Si bien señalan que la cooperativa “es como una situación a la que caemos ya de
última, teníamos mucha resistencia a armar una cooperativa, bah no se nos había
ocurrido en el 2002” (Registro n° 20, 2011) A su vez, plantean que esta manera les
permitiría dar continuidad a una forma de trabajar que les gustaba, “trabajar con otros,
de forma asociativa”.
20 Por otro lado, señalan que influyó el hecho de que el trueque funcionara en el espacio
del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, “en un ámbito que aparte son todos
fomentadores de cooperativismo” (Registro n° 20, 2011), ahí recibieron asesoramiento,
hicieron talleres de estudio sobre cooperativismo y lo que implicaba, estudiaron e
investigaron al respecto, en este sentido plantean que “lo hicimos a conciencia,
analizando una cantidad de cosas” (Registro n° 20, 2011) Del formato cooperativo
rescatan que éste no puede transformarse en otra entidad:
“todo lo que se produce, todos estos beneficios, tanto en lo productivo como en lo
comercial, son de todos, no es que tiene alguien que lo hizo, entonces al ser de todos
es un capital social ya no puede privatizarse de ninguna forma, no hay forma jurídica
para privatizarla” (Registro n° 19, 2011)

Reflexiones finales
A partir del recorrido realizado, hemos observado que en el proceso de conformación
de la cooperativa han incidido procesos organizativos más amplios, vinculados al

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contexto de crisis social, política y económica del 2001 que se caracterizó por una
creciente movilización y organización popular. Tal como hemos mencionado, en este
período se gestaron una heterogeneidad de experiencias organizativas al calor del
aumento del desempleo, la pobreza y la precarización laboral; iniciativas que incluyeron
desde viejas prácticas de la economía doméstica que forman parte del sustrato
económico “informal”, así como prácticas de autogestión y gestión colectiva del trabajo
que implicaron una politización de las formas de la producción.
Respecto de la conformación de la cooperativa que forma parte de nuestra
investigación, pudimos observar, que en este proceso confluyeron una serie de
trayectorias de vida, así como tradiciones sociales y políticas, a partir de las cuales se
fueron definiendo determinadas modalidades organizativas. A partir de la
reconstrucción de estas trayectorias fuimos describiendo los sentidos y significaciones
que los sujetos fueron dando a este proceso como parte de un “hacer” dentro de los
límites y condiciones de una época. (Achilli, 2005)
21
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