T01443representancion Aparente PDF
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UNIVERSIDAD ICESI
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES
MAESTRÍA EN DERECHO
ESPECIALIZACIÓN EN DERECHO EMPRESARIAL
CALI – VALLE
MAYO DE 2018
TABLA DE CONTENIDO
El litigio surge por el interés del señor Tiberio César Aguirre, en que se declare la
existencia de un contrato de compraventa de un cabezote de tractomula celebrado
en el mes de enero de 1996 entre él, en calidad de comprador, y la sociedad Calima
Diesel Ltda. como parte vendedora. Y que, en consecuencia, se obligue a la parte
demandada a cumplir con lo acordado e indemnizar los perjuicios ocasionados al
señor Aguirre por el incumplimiento contractual.
En las consideraciones de la Corte se repara que: (i) existe una clara contradicción
del demandado cuando indica que no existió contrato, sin embargo afirma la culpa
contractual del demandante, lo mismo que la falta de pago del precio de la cosa
vendida, aspectos éstos que, necesariamente, presuponen la celebración del
referido negocio jurídico, evento en el que resulta innecesario indagar si hubo
representación aparente. (ii) En cuanto a la representación aparente se destaca que
el señor Héctor Fabio Mejía actuó como “agente”, a través de su comportamiento
comercial y fue visto por los clientes de la sociedad como persona “facultada para
celebrar” negocios a nombre de ella : a) “tarjeta de presentación” del señor Héctor
Fabio Mejía, en la que se anuncia como “administrador” de Calima Diesel Ltda. b)
Recibos de caja emitidos por Calima Diesel Ltda. c) Testimonios de otros
compradores, donde los negocios jurídicos celebrados por el señor Héctor Fabio
Mejía si fueron cumplidos por la sociedad y reconocidos los pagos realizados.
4.1. La representación:
La representación es la facultad para que los actos o negocios celebrados por una
persona en nombre de otra, produzcan efectos y consecuencias jurídicas, pudiendo
el representante estar facultado por la persona a la cual representa o por
designación legal. En ese sentido, podemos distinguir dos clases de representación:
la representación convencional o voluntaria y la representación legal.
Por otro lado, la representación legal constituye una relación jurídica entre dos o
más personas, representado y representante, bajo la cual el representante actúa por
cuenta y en nombre del representado para la celebración de contratos, operaciones
u otro tipo de actos1, la cual es derivada por virtud de la ley, es decir, sin que medie
necesariamente un acuerdo previo entre representante y representado.
1
HINESTROSA, Fernando. Tratado de las obligaciones II. De la fuente de las obligaciones: el
Negocio Jurídico I. Editorial Universidad Externado de Colombia (2006).
indagar en cada caso concreto si el representante legal está o no autorizado por la
ley o los estatutos o por un órgano de superior jerarquía competente. Y sólo
reconocida tal facultad o deducida por hallarse el acto dentro de las derivadas de la
existencia y actividad de la sociedad, será válido el apoderamiento” 2. En
consecuencia, la diferencia fundamental entre esta clasificación se encuentra en su
origen, es decir, si es producto de la voluntad de las partes o, por el contrario, ha
sido producto de una disposición legal. Así las cosas, la representación
independientemente de la causa que le dio origen, está llamada a que, los actos
ejecutados y celebrados por una persona a nombre de otra, produzcan efectos
jurídicos.
En los términos del artículo 840 del Código de Comercio, el representante legal
“podrá ejecutar los actos comprendidos dentro del giro ordinario de los negocios
cuya gestión se le haya encomendado ( …)”, es decir, aquellos actos comprendidos
dentro del objeto social de la persona jurídica que representa, con las limitaciones
que establezcan la ley y los estatutos. De ahí que, si el representante se extralimita
en sus funciones, el negocio celebrado por éste será inoponible a la sociedad y lo
obligará de forma individual frente al tercero con que se hubiere celebrado. Al
respecto, el doctor Narváez García ha manifestado que “La representación de la
sociedad ha de ceñirse a las estipulaciones estatutarias y éstas, a su turno, deben
2
NARVÁEZ GARCÍA, José Ignacio. Teoría General de las Sociedades. Novena Edición. Editorial
Legis (2002).
3
NARVÁEZ GARCÍA, José Ignacio. Teoría General de las Sociedades. Novena Edición. Editorial
Legis (2002).
ajustarse estrictamente al régimen específico del respectivo tipo de sociedad. Por
consiguiente, las facultades y poderes del representante legal son determinados por
los estatutos. Pero si las cláusulas de éstos aparecen deficientes, oscuras o vagas o
sencillamente guardan silencio al respecto, la ley presume que el representante
legal puede celebrar o ejecutar todos los actos comprendidos dentro del objeto
social o que se relacionan directamente con la existencia y el funcionamiento de la
compañía”4.
De la norma transcrita es posible extraer los elementos que componen este tipo de
representación. A continuación enumeramos aquellos que se presentan cuando es
una sociedad comercial la obligada en un negocio jurídico, en virtud de una
representación aparente.
4
NARVÁEZ GARCÍA, José Ignacio. Teoría General de las Sociedades. Novena Edición. Editorial
Legis (2002).
5
Código de Comercio. Decreto 410 de 1971. Artículo 164.
1) Persona que celebra un negocio jurídico en nombre y representación de una
sociedad comercial, pero que no ostenta la calidad de representante legal de
la misma. Por lo general, son trabajadores de la sociedad.
2) Persona jurídica (sociedad comercial) que cuenta con un representante legal,
y que a través de distintos actos genera la apariencia de que una persona
distinta a su representante ostenta las facultades de un representante legal
capaz de obligar a la sociedad.
3) Negocio jurídico celebrado entre la persona que actúa como representante de
la sociedad comercial, pero que no ostenta tal calidad, y un tercero.
4) Tercero con quien se celebra el negocio jurídico, quien tiene la intención de
contratar con la sociedad comercial y que actúa de buena fe exenta de culpa.
Esta persona cree razonablemente que quien suscribe el contrato en nombre
de la sociedad es su representante legal, pues así se lo ha hecho creer la
sociedad y las costumbres comerciales.
Cabe mencionar que la norma no se limita a las sociedades comerciales, sino que
es aplicable también a personas naturales comerciantes, entidades sin ánimo de
lucro, etc, es decir, que los primeros dos elementos identificados varían
dependiendo de los involucrados en el negocio jurídico.
6
HINESTROSA, Fernando. La Representación, primera edición. Bogotá, Universidad Externado de
Colombia, 2008.
Estos requisitos se analizarán de forma conjunta a partir de la jurisprudencia de la
Superintendencia de Sociedades y de la Corte Suprema de Justicia, poniendo en
consideración algunos fallos de esta corporación en los que se evidencia la
necesidad de que se configuren estos requisitos, con especial énfasis en la
apariencia de un mandato. El requisito de la buena fe exenta de culpa de terceros
se explicará en un sub acápite con el fin de determinar su alcance.
En el caso estudiado por la Corte Suprema de Justicia en el año 2005, cuya síntesis
presentamos con anterioridad, el Tribunal decide que la sociedad quedó obligada en
los términos pactados por el señor que atendía el establecimiento de comercio, pues
era visto por los clientes de la misma como la persona facultada para celebrar
negocios en nombre de ella. Esta decisión se fundamentó en el material probatorio
aportado durante el proceso, como en el hecho de que la persona que suscribió el
contrato era quien atendía el establecimiento de comercio, ofrecía los vehículos,
suministraba las características del automotor, fijaba precios, pactaba las
condiciones de venta, recibía los documentos que garantizaban el pago de los
créditos y percibía el dinero conforme a las condiciones acordadas, sin que los
administradores de la sociedad objetaran su comportamiento, sino que se limitaban
a enviar la mercancía que había sido contratada con el señor. Entre las pruebas se
incluyó también una tarjeta de presentación del representante aparente, en la que
7
SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES. Concepto 220-164753 del día 30 de septiembre del
2014.
se anunciaba como administrador de la sociedad. Pruebas que lograron configurar
la apariencia de un mandato, ante la ausencia del mismo.
En este caso el suscriptor era un auditor médico, que no contaba con poder,
representación legal o autorización del Centro para firmar; por lo que el a quo dejó
sin efecto el mandamiento ejecutivo y dispuso la terminación del cobro forzado; sin
embargo, hubo testigos que afirmaron que “el gerente de la empresa ejecutada casi
nunca firmaba los títulos valores, pues ello lo realizaba era quien recibía la
mercancía, según autorización que se concedía verbalmente, porque él permanecía
muy poco t iempo en Pasto, sin que existiera una persona específica delegada para
suscribirlos, y que las facturas correspondientes a medicamentos de alto costo
requeridos de manera urgente eran firmadas por el médico, condiciones en las
cuales posteriormente eran pagadas a las empresas vendedoras” . También, se
hallaba en el material probatorio una certificación emitida por el Subdirector de
Seguridad Social de Nariño de que el médico involucrado figuraba como director,
gerente o responsable del Centro Médico. Aquí se cumplen con los requisitos que
mencionados previamente para que se configure una representación aparente, ya
que no existía un contrato de mandato con el médico firmante y se produjo una
apariencia de mandato.
Al igual que en el caso anterior, el Tribunal se sirvió del material probatorio aportado
y recurrió a lo establecido en el inciso 3°, artículo 640 del Código de Comercio,
según el cual:
(…) La representación para suscribir por otro un título-valor podrá conferirse
mediante poder general o poder especial, que conste por escrito.
No obstante, quien haya dado lugar, con hechos positivos o con omisiones
graves, a que se crea, conforme a los usos del comercio, que un tercero
está autorizado para suscribir títulos en su nombre, no podrá oponer la
excepción de falta de representación en el suscriptor. (Negrita fuera del texto
original)
8
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sala de Casación Civil. Sentencia del 8 de junio de 2009 (M.P:
César Julio Valencia Copete).
Según la Corte, esta norma recoge la teoría del error común como fuente creadora
de derecho, de la apariencia o del mandato aparente, cuya teleología
indudablemente se encamina a proteger la buena fe de los terceros, así como la
seguridad en los negocios jurídicos, al tener como real o verdadero un derecho en
principio inexistente. En este fallo, la Corte recurre a la doctrina expuesta por la
Corte en la materia y asegura que la máxima error communis facit ius requi es
indispensable y con exigente calificación probatoria, que se demuestre la existencia
de un error común o colectivo, que sea excusable e invencible y limpio de toda culpa
y en el cual se haya incurrido con perfecta buena fe.
9
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sala de Casación Civil. Sentencia del 25 de febrero de 2010
(M.P: Ruth Marina Díaz Rueda).
Llama la atención en este caso, que incluso aquella persona que suscribió el título y
constituyó la garantía en nombre de la entidad, es la misma persona que otorga
poder para representar a la entidad en el proceso en curso.
10
Corte Constitucional. Sentencia C-865 del 7 de septiembre de 2014 (M.P: Rodrigo Escobar Gil)
11
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Civil. Sentencia del 23 de junio de 1958 (M.P: Arturo
Valencia Zea)
12
HINESTROSA, Fernando. La Representación, primera edición. Bogotá, Universidad Externado de
Colombia, 2008
tercero no podría descubrir incluso empleando su mayor grado de diligencia y
precauciones que rigen los negocios comerciales.
13
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T- 974 del día 22 de octubre de 2003 (M.P: Rodrigo
Escobar Gil).
4.4. La representación aparente en Latinoamérica:
4.4.1. México:
(...) en todos aquellos casos en que una persona, por medio de actos positivos o
de omisiones graves, de las que, conforme a los usos del comercio, se infiera
racionalmente que ha dado facultades bastantes a otra para que en su nombre
otorgue o suscriba títulos de crédito, sea demandada, no podrá oponer
excepción de falta de representación al tenedor de buena fe, estando obligado a
asumir y cubrir la obligación cambiaria como propia. Su comportamiento ha
creado una apariencia que el derecho no puede desconocer, en perjuicio de
tenedores de buena fe.
14
DE PINA VARA, Rafael. La representación aparente en materia de títulos de crédito; . Biblioteca
Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. México.
Así las cosas, podemos evidenciar que la legislación de México contempla la teoría
de la representación aparente, cuando una persona actúa en nombre de otra que,
de forma tácita y reiterada, lo ha facultado para celebrar actos o negocios en su
nombre, dando así una apariencia de representante, induciendo a un tercero a creer
la legitimidad de su actuación y, por lo tanto, reconoce efectos jurídicos a la misma.
Es así como el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Segundo
Circuito de México, ha considerado que:
4.4.2. Argentina:
A partir de allí lo fundamental del fallo versa sobre la buena fe exigida al contratante
y es ahí donde la Corte afirma que el conocimiento que el contratante debe tener de
la infracción debe ser “efectivo” y no una presunción, el hecho de que alguna vez el
actor haya tenido el estatuto del demandado no es suficiente para desvirtuar la
obligación, sino que se exige “una prueba cabal, alejada de toda duda”.
Afirma la Corte que “si quien contrata con terceros tuviera que cerciorarse de todos
los hechos atinentes a la gestión representativa existirían altos costos de
transacción que dificultarían enormemente la actividad económica”.
4.4.3. Guatemala:
15
VILLEGAS LARA, René Arturo. Derecho Mercantil Guatemalteco Tomo III. Págs. 10 y 11. Editorial
Universitaria, Universidad San Carlos de Guatemala. 2004.
representante o mandatario, actúa en favor de un tercero. En consecuencia, se
conceden garantías a terceros de buena fe que han contratado o celebrado
negocios jurídicos con quien hace creer que cuenta con la calidad de representante
de la sociedad, por actos u omisiones que han sido consentidos por esta última.
4.5. La capacidad:
La capacidad legal de una persona consiste en poderse obligar por sí misma, sin
el ministerio o la autorización de otra.
Si bien la norma transcrita nos presenta un amplio panorama con todos los
requisitos que deben acreditarse para que una persona se entienda válidamente
obligada, únicamente se hará hincapié en el requisito de ser legalmente capaz dado
que, como se demostrará en el siguiente acápite, éste se encuentra íntimamente
ligado al fenómeno de la representación aparente.
16
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-534 del día 24 de mayo de 2015. M.P: Humberto
Antonio Sierra Porto.
En el caso de las personas naturales la ley presume que son capaces y, por lo
tanto, dentro de una relación contractual con este tipo de personas sería necesario
acreditar que ésta ha sido declarada incapaz en los términos del artículo 1504 del
Código de Comercio.
Contrario a lo anterior, los actos realizados por una persona jurídica no gozan de la
presunción referida. De hecho, retomando lo dispuesto en acápites previos, es claro
que la capacidad de una sociedad comercial está determinada por la ley y sus
estatutos, siendo estos el documento donde se consagra el objeto social de la
sociedad y tanto las facultades como las restricciones el accionar de sus
administradores. En otras palabras, una sociedad comercial solo está capacitada
para ejecutar los actos contemplados dentro de su objeto social, y la persona
legitimada para hacerlo es su representante legal, cuya capacidad también se
encuentra delimitada en las funciones otorgadas mediante los estatutos.17
17
Código de Comercio de Colombia. Artículo 90.
18
Superintendencia de Sociedades de Colombia. Concepto No. 220-62623 del día 30 de septiembre
de 2003.
19
GOMEZ, Cecilia. Contrato celebrado a nombre de una sociedad por un representante aparente con
ratificación posterior. Publicidad de hecho y de derecho: Principio de oponibilidad del registro
Mercantil.Universidad de Sevilla.
colombiano, la acreditación de la representación legal se hará a través el certificado
de existencia y representación legal emitido por la Cámara de Comercio respectiva,
en el cual conste la indicación del nombre de los representantes, las facultades
conferidas a cada uno de ellos en el contrato y las limitaciones acordadas a tales
facultades.
5. CONCLUSIÓN
6. BIBLIOGRAFÍA
CHOC, J., Pop, M. Tarot, L., Casado, S., Lemus, C., LA.