Tema 1
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1 TEMA
Esquema
TEMA 1 – Esquema
Contratación informática
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y características informáticos informáticos
Hardware
Aspectos Legales y Regulatorios
Ideas clave
Para estudiar este tema lee las Ideas clave que encontrarás a continuación, además de
todos los recursos que te recomendamos.
» Por un lado, la contratación informática que pone el énfasis en el objeto del contrato,
que deben de ser bienes como Hw o Sw y/o servicios informáticos como por ejemplo:
mantenimiento, hosting, VPN, etc.
» Y, por otro lado, la contratación electrónica que tiene en cuenta el medio a través del
cual se realiza la contratación. Es decir, contrato llevado a cabo mediante elementos
electrónicos o informáticos cualquiera que sea el objeto. Ejemplo: contratación
electrónica de viajes, música, películas etc.
Obviamente es posible que existan contratos electrónicos (por el medio) que sean
además informáticos (por el objeto).
Concepto
En este sentido el Art. 1254 del Código Civil señala que «existe contrato cuando una o
varias personas consienten en obligarse, respecto de otra u otras a dar alguna cosa o
prestar algún servicio».
Tipología
En los que irán incluidos tanto el hardware como el software, así como
determinados servicios de mantenimiento y de formación del usuario.
Tal y como señala el profesor Miguel Ángel Davara pueden señalarse las siguientes
características específicas de los contratos informáticos:
Distinguimos entre:
o Usuarios: estos son aquellos que reciben la prestación de dar o hacer por parte
de los proveedores, y están constituidos por el sector público y privado en sus
diferentes niveles. Entre sus principales derechos y obligaciones tenemos:
Existe una protección de los consumidores (que son la parte débil) estableciendo
cláusulas que son indisponibles y también pudiendo solicitar la declaración de nulas de
ciertas cláusulas si son abusivas.
Los contratos típicos vienen desarrollados en las disposiciones legales. Por ejemplo,
contratos típicos son el de compraventa, el de arrendamiento de servicios o el de
arrendamiento de obra (por citar algunos ejemplos). Y son típicos porque vienen
regulados en la ley.
Aplicado esto a los contratos informáticos podemos decir que existen algunos contratos
informáticos que son típicos: Por ejemplo: los contratos de compraventa y
arrendamiento (financiero o no) para la transacción de bienes informáticos de
carácter físico; de cesión de derechos de uso (licencias) para bienes informáticos de
naturaleza lógica; y de arrendamiento de servicios y obra para servicios
informáticos. Esta tipología está suficientemente regulada por la legislación civil y
mercantil, por lo que para la redacción, interpretación y gestión de tales contratos habrá
que tomar como base dicha regulación.
No obstante, y ante un vacío en un contrato que como tal no viene regulado con dicha
denominación en la ley y que no ha sido suficientemente especificado en el contrato
habrá que acudir a la regulación para ver a qué contrato típico se puede asimilar para
interpretar las lagunas o discrepancias.
Un ejemplo de contrato atípico sería el contrato de diseño de página web que no se regula
con dicho nombre en la legislación, pero que se puede asimilar al contrato de
arrendamiento de obra.
Los contratos informáticos operan como cualquier otro tipo de contratación siendo el
régimen general el aplicable en cuanto a la concurrencia de objeto (los bienes y
servicios informáticos), el consentimiento (el acuerdo de voluntades de las partes) y
la causa. Los contratos electrónicos sí presentan peculiaridades respecto al momento en
que se da el consentimiento, es decir, cuando concurren las voluntades de ambas partes.
Los contratos sobre bienes informáticos son aquellos contratos que tienen por objeto
aquellos elementos que integran un sistema informático. Tales elementos se clasifican
típicamente en elementos físicos (hardware) y elementos lógicos (software). Esta
dualidad genera también una diversidad en los modelos de contratación, dando lugar a
dos grupos de contratos: contratos sobre hardware y contratos sobre software.
Dada la complejidad técnica del bien, el vendedor debe dar información detallada
sobre las posibilidades y utilidades del bien.
De nuevo la complejidad técnica del bien implica que el vendedor deberá garantizar
la existencia de un adecuado servicio técnico y el suministro de piezas de repuesto
durante un plazo mínimo de cinco años, a contar desde la fecha en que el producto
deje de fabricarse.
Generalmente el leasing y el renting son las figuras contractuales que se usan para
suministro a empresas de equipamiento informático mientras que el contrato de
compraventa será el utilizado cuando el destinatario de los equipos es un particular.
Los beneficios para una empresa de adquirir equipamiento informático mediante leasing
o renting son básicamente tres:
El leasing es una buena solución financiera y fiscal, pues libera recursos económicos al
no tener que inmovilizarlos en la compra. Además, hay un beneficio fiscal porque las
cuotas son deducibles en mayor cantidad que la amortización. Por contra tiene un coste
financiero elevado.
Las licencias suelen limitar el uso y las posibilidades de transferencia prohibir el uso de
la ingeniería inversa y fijar limitaciones de garantía y responsabilidad.
Un año más tarde fundó la free software foundation (FSF) dedicada a eliminar las
restricciones sobre el copiado, redistribución, entendimiento y
modificación de software, promocionando el desarrollo y uso del software libre
en todas las áreas de la computación.
Para asentar esta filosofía en la industria, Stallman desarrolló un tipo de licencias que
confería a los usuarios las siguientes cuatro libertades: libertad de usar el
programa con cualquier propósito; libertad de estudiar cómo funciona el
programa y adaptarlo a las propias necesidades, el acceso al código fuente como
condición previa para ello; libertad de distribuir copias; y libertad de mejorar
el programa y hacer públicas las mejoras de modo que toda la comunidad se
beneficie.
Para evitar que el software así licenciado fuera utilizado por otros desarrolladores
como base para desarrollar, a su vez, software propietario, desarrolló el concepto
copyleft.
El copyleft consiste en una pieza legal maestra en la que se apoya su proyecto y que
implica que cualquier versión modificada o software derivado herede el mismo tipo
de obligaciones y derechos que tenía el software original. Cualquier software
derivado debe brindar a su vez las cuatro libertades previamente aludidas. Por esta
razón estas licencias reciben el calificativo de víricas.
Con todo ello en mente, Christine Peterson acuñó el término Open Source
Software (software de código abierto) con el propósito de eludir la ambigüedad
del término inglés free (libertad/gratuidad) en el término software libre.
Este modelo de negocio toma como punto de partida, al igual que el modelo de
software libre, las ventajas que otorgan las aportaciones de la comunidad al hallarse
el código abierto.
El movimiento del software libre hace especial énfasis en los aspectos morales
o éticos del software, viendo en la excelencia técnica un resultado derivado de su
estándar ético, resultando esas cuatro libertades un fin en sí mismas.
La permisividad de sus términos hace que este tipo de licencias sean consideradas
como las más ventajosas desde un punto de vista empresarial pues permiten
reducir costes de desarrollo y a la vez conservar las ventajas competitivas derivadas
de la innovación añadida, y ello debido a que no obligan a la apertura del nuevo código
generado pudiendo así este ser licenciado del modo que más convenga a la empresa
desarrolladora.
Hay muchos tipos de contratos, pero algunos de los más habituales son los que se
analizan a continuación:
El contrato de mantenimiento
El contrato de Scrow
Se deposita ante notario o tercero un soporte informático (2 copias) con el código, manuales
y documentación que no se haya entregado con el contrato de cesión de uso y deberá fijarse
la obligación de su actualización conforme a las sucesivas versiones del programa.
Se trata de un contrato mediante el cual una persona física o jurídica (por lo general
una empresa) almacena, gestiona y realiza el mantenimiento de los archivos y
sitio web de otra que le abona una cantidad de forma periódica.
El SLA
» Tipo de servicio.
» Soporte a clientes y asistencia. (tiempo de respuesta a incidencias).
» Provisiones para seguridad y datos.
» Garantías del sistema y tiempos de respuesta.
» Disponibilidad del sistema.
» Conectividad.
» Multas o penalizaciones por caída del sistema.
Según el artículo 1254 del Código Civil «el contrato existe desde que una o varias
personas consienten en obligarse, respecto de una u otras, a dar alguna cosa o prestar
algún servicio». Además, para que exista contrato deben de darse los requisitos que exige
el artículo 1261 y que posteriormente desarrolla el Código Civil: «consentimiento de los
contratantes, objeto cierto que sea materia del contrato, y causa de la obligación que se
establezca».
Por su parte, el artículo 1278 del Código Civil establece el principio de libertad de forma
según el cual «los contratos serán obligatorios, cualquiera que sea la forma en la que se
hayan celebrado, siempre que en ellos concurran las condiciones esenciales para su
validez».
Pero, a continuación, el artículo 1279 atenúa esa libertad de forma y dispone que «si la
ley exige el otorgamiento de escritura u otra forma especial para hacer efectivas las
obligaciones propias de un contrato, los contratantes podrán compelerse recíprocamente
a llenar la forma desde la que hubiese intervenido el consentimiento y demás requisitos
necesarios para su validez». El artículo 1280 dispone de supuestos que deberán constar
en documento público.
Parece común entender que un contrato inteligente es un acuerdo de voluntad entre las
partes que se articula, verifica y ejecuta mediante código informático. Por tanto, se
compone de muchas instrucciones del estilo de: si esto ocurre haz eso; y si no ocurre haz
esto otro.
No obstante, este ejemplo solo nos vale en referencia a su claridad, porque como ya
veremos, los contratos suelen ser mucho más complejos que en este ejemplo y es esa
complejidad de la realidad que han de plasmar los contratos la que hace que no sean
suficientes soluciones simples.
Por tanto, las diferencias entre un contrato tradicional y un contrato inteligente son las
siguientes:
En el caso de los arrendamientos (excepto en los supuestos del artículo 1280.1º C.c), la
ley se ha modificado (Ley 4/2013, de 4 de junio, de medidas de flexibilización y fomento
del mercado del alquiler de viviendas que reforma profundamente la Ley de
Arrendamientos Urbanos de 1994) precisamente para acentuar dicha exigencia de
registro precisamente porque el registro dota de una mayor seguridad en el tráfico
jurídico.
Esto es así a pesar de que la tecnología haya cambiado desde que Oliver Hart (Premio
Nobel de Economía en 2016 por sus contribuciones a la teoría del contrato) escribiera en
1995 que:
Tampoco es cierto que la verificación y ejecución del contrato puede quedar siempre o
totalmente en manos del propio contrato inteligente. Podemos ver esto con el siguiente
contrato gráfico de Elaine Ou: si comparamos un contrato de arrendamiento tradicional
con uno inteligente suponiendo que en ambos se prevé que, si el arrendatario no paga la
renta antes del día 5 del mes, el arrendador podrá resolver el contrato. La diferencia se
encuentra en que, en el contrato tradicional, el arrendador deberá comunicar al
arrendatario el incumplimiento y declarar su voluntad de resolver el contrato. En el
contrato inteligente llegado el día 5 sin que se haya comunicado al programa que se ha
pagado la renta, la resolución no requiere de una declaración de voluntad del arrendador
dado que el programa lo hace por él.
Además, en ocasiones, las propias partes (especialmente en contratos en los que hay en
juego importantes intereses o que implican grandes cantidades de dinero, lo que
constituye un umbral subjetivo o relativo) serán las que no querrán tener el corsé de un
contrato inteligente. Pongamos un ejemplo: está claro que las partes, cuando pactan un
color similar que incluso piensan que va a ser igual (pongamos un gris), pero el contrato
inteligente no conoce de grises sino de blancos o negros, y la realidad puede ser de tonos.
Y esa gama de tonos ni la puede reflejar un contrato inteligente ni mucho menos es capaz
de ejecutarla.
Este término fue acuñado por el jurista y criptógrafo húngaro Nick Szabo, a principios
de los años 90. En 1996 ya había hablado de ellos en Smart contracts: building blocks
for digital markets y un poco más tarde en Formalizing and securing relationships on
public networks. Pero es en 1997 con The idea of smart contracts donde empieza todo.
Sin embargo, Szabo argumenta que su idea de smart contract va más allá de la máquina
de refrescos. Para él sería posible incrustar un contrato en cualquier objeto de valor que
sea controlado por medios digitales. En su glosario la llega a llamar «propiedad
inteligente». En cualquier caso, el punto de partida es siempre un sistema de seguridad
maduro para el bien/servicio a proteger.
Pero, los contratos inteligentes han tenido importantes limitaciones desde sus orígenes
y esas limitaciones han supuesto que durante todos estos años se haya hecho muy poco
con contratos inteligentes. Entonces apareció la tecnología blockchain. Pero, ¿podría esa
tecnología acabar con los problemas o limitaciones que plantean los smart contracts?
Ahora analizaremos las limitaciones de los contratos inteligentes y si blockchain es capaz
de solucionarlos, pero primero necesitamos disponer de ciertos conocimientos básicos:
¿qué es blockchain?
Fernando Alamillo explica esto con este ejemplo: «es una base de datos distribuida en
millones de ordenadores que almacenan la información. En ella aparece todo el historial
de las transacciones que se han producido y que no se puede modificar, dado que para
hacerlo se necesitaría una potencia de cómputo extraordinaria para cambiar la
información de forma simultánea en toda la red. Es, además, una red descentralizada
porque no tiene ninguna institución que la regule».
Una interesante web en la que se muestra mucha información y todo tipo de estadísticas
es:
https://blockchain.info/es/
Estas monedas comparten una tecnología que constituyen esa especie de contabilidad
pública que hemos descrito y que se denomina blockchain.
» Tasas muy bajas que las que ofrecen las tarjetas bancarias o PayPal.
» Seguridad, pues no se pueden producir cargos no deseados y es prácticamente
imposible su falsificación o duplicación gracias a un sofisticado sistema criptográfico.
» Transparente, porque está disponible a todo el mundo.
» Controlado, pues es muy complicado que alguien pueda tomar el control porque
debería disponer de más de la mayoría de los ordenadores de la red.
Los contratos inteligentes pueden tener muchas limitaciones. Vamos a ver solo algunas
de ellas y las posibles soluciones que la tecnología blockchain podría aportar:
Ejemplos
A partir del ejemplo original de Szabo, se han construido muchos posteriores. Algunos
simples y pacíficos y otros más complejos y controvertidos:
» Entre los ejemplos más simples podemos encontrar un sistema instalado en la nevera
de una habitación de hotel que si detecta que se retira un producto ejecuta una orden
de cobro del precio.
» Los ejemplos se van complicando a medida que se van introduciendo variables como
puede ser el pago aplazado. Imaginemos que se vende a través de un contrato
inteligente un electrodoméstico con pago a plazos. En este caso y ante el impago de
alguna cuota, el propio sistema podría ejecutar la consecuencia a través de Internet
dando una orden de ejecución que supondría que el producto dejaría de funcionar
mientras no se abonase la cuota adeudada. Pero eso requeriría una conexión con la
cosa (en este caso con el frigorífico). La evolución del llamado Internet of things o
«Internet de las cosas» ayudará a que se puedan hacer realidad estos contratos de
tracto sucesivo y asegurar la ejecución de los mismos.
» Otro ejemplo de contratos inteligentes muy extendido son los sistemas digital rights
management (o DRM) para gestionar licencias sobre contenido digital.
Estos son:
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Aquí podrás investigar más sobre los modelos de contratos informáticos que existen y
cómo utilizarlos.
Contratos informáticos
Interesante trabajo presentado por el Dr. Hugo Daniel Carrión sobre los contratos
informáticos.
Real Decreto de 24 de julio de 1889, texto de la edición del Código Civil mandada
publicar en cumplimiento de la Ley de 26 de mayo último. Boletín Oficial del Estado,
núm. 206, de 25 de julio de 1889. Revisión vigente desde el 5 de agosto de 2018.
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