Gatos en El Antiguo Egipto

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 9

Gatos en el Antiguo Egipto

Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
En este artículo se detectaron varios problemas. Por
favor, edítalo para mejorarlo:

 Necesita ser wikificado conforme a las convenciones de


estilo de Wikipedia.
 Carece de fuentes o referencias que aparezcan en una fuente
acreditada.
(algunos parámetros de esta plantilla se encuentran en
blanco)
Estas deficiencias fueron encontradas el 31 de julio de 2018.

Estatua de Bastet, Ägyptisches Museum.


El gato era lo uno de los muchos animales hermosos cuyos atributos se veneraban en
el Antiguo Egipto. Se lo asociaba sobre todo con la protección. Inicialmente era una
encarnación del dios Ra como matador de la serpiente Apofis, pero alcanzó el sumum de su
influencia cuando se lo consideró encarnación de la diosa Bastet.
Se conocen tres especies del género Felis que vivieron en el Antiguo Egipto.
El gato salvaje de África o gato del desierto (Felis silvestris libyca) es la especie más
extendida. Es endémica, se la encuentra en todas partes salvo en el Sahara y la selva tropical.
Su tamaño varía de 50 a 75 cm. y su peso de 3 a 7 kg. Tiene una morfología comparable a la
de los abisinios actuales; los grupos que viven en la selva poseen un pelaje oscuro, los que
viven en el desierto, más claro. Animal preferentemente nocturno, caza al crepúsculo o por la
noche. En el día se resguarda del calor en madrigueras o árboles.
El gato de los pantanos o chaus (Felis chaus) vive en zonas húmedas (se extiende
hasta Asia). Es más grande que un gato salvaje, pero de patas cortas; mide de 60 a 75 cm. y
pesa entre 10 y 15 kg. Tiene hocico largo y fino, orejas rematadas en pinceles negros y cola
anillada. El pelaje es marrón oscuro o rojizo, con rayas negras en las patas delanteras.
Los gatos, como encarnación de Bastet, eran momificados. El respeto que recibían tras la
muerte refleja el que inspiraban en vida. El historiador griego Heródoto escribió que los
egipcios se ubicaban en torno a los incendios para asegurarse de que ningún gato se fuera a
quemar. A la muerte de un gato, escribió, la familia estaba de luto y se afeitaba las cejas en
señal de tristeza.

Un gato mata a la serpiente Apofis.


Los millares de momias de gato encontradas en cementerios para gatos nos hacen pensar
que era el animal el más popular del Antiguo Egipto. En el siglo XlX los Ingleses importaron a
su país unas 300.000 para reducirlas a polvo y hacer abono. Sin embargo, el gran número de
momias de gatos encontradas puede explicarse también por su tamaño pequeño (se entierra
más fácilmente un gato que un toro). En los palacios, el gato era el animal doméstico por
excelencia, criado en la abundancia. La tradición quería que sus amos se afeitaran las cejas
en señal de respeto cuando el gato desaparecía y que guardaran un duelo de setenta días
durante el período de su momificación. El gato a veces acompañaba a su amo al más allá bajo
forma de estatuilla o esculpido en las sepulturas. Asimismo se encuentran gatos
representados en numerosos jarrones, joyas y vajilla, así como en las pinturas, sobre todo
bajo los asientos de las mujeres, como símbolo protector.
Los egipcios veían a los dioses no como meros espíritus, sino como entidades inteligentes,
capaces de encarnar en cualquier ser u objeto. Una copa de cristal decorada con la imagen de
la diosa con cabeza de pantera Mafdet, fechada alrededor del año 3100 a.C., es la forma
de deidad más antigua representada en Egipto. Bastet, la diosa con cabeza de gato,
originalmente se pintaba como un león protector y belicoso. Su imagen con el tiempo se fue
modificando para asociarla con los gatos domésticos, benévolos y a la vez salvajes.
Ezequiel percibía en la importancia de Bubastis, como ocurría con Nínive, un paganismo y
un pecado que a ambas ciudades les valdría un castigo.
Se cree que la domesticación del gato tuvo lugar en Egipto durante el IV milenio a.C. Antes de
ser un animal de compañía apreciado para su dulzura, gracia e indolencia, el gato era sobre
todo un animal protector. Como pequeño depredador de roedores, protegía los silos de grano
en que los egipcios almacenaban las cosechas, sobre todo trigo, recurso vital para este
pueblo de agricultores. Al cazar ratas y demás roedores, los gatos también eliminaban
vectores de graves enfermedades transmisibles, como la peste. Además, como cazadores de
serpientes, sobre todo víboras cornudas, hacían más seguros el entorno de las casas situadas
en su territorio. Cuando un gato moría, su familia se afeitaba las cejas en señal de duelo.
Los Egipcios de la Antigüedad nombraban el gato con la onomatopeya « miu », cuya
transcripción es miw en masculino y miwt en femenino.

Gato caza pájaros en un cañaveral, Tumba de Nebamun.


El gato serval (Leptailurus serval) es un gato originario de Nubia. Se lo encuentra desde el sur
del Sahara hasta el sur de África. Prefiere la noche y vive en la sabana. Tiene un tamaño
medio de unos 70 cm y un peso que va de los 14 a los 18 kg., posee un cuerpo esbelto con
patas largas. Su pelaje manchado es de un marrón rojizo que se aclara hacia la parte inferior
del cuerpo. Tiene cabeza pequeña y orejas y ojos grandes.

Gato serval.
Así, se atribuía tal o cual animal a tal o cual integrante de la tribu, en función de sus
cualidades, los servicios que prestaba, su coraje, etc. Cuando una tribu o un integrante de ella
lograba una victoria, tenía derecho a exigir de la parte perdedora que adorase a su tótem.
Hacia el siglo siglo XXXI a.C. se constituyó un imperio bajo el poder de  Menes, que adoptó
una religión más ecléctica en la que se adoraban ibis, águilas, escarabajos y, seguramente,
gatos.
Aunque el culto del gato ya era un movimiento religioso importante a comienzos del Imperio
nuevo, se amplió cuando Sheshonq I desarrolló la ciudad de Bubastis (en árabe: Tell Basta),
urbe de la diosa Bastet, ubicada al este del delta del Nilo. Bastet se hizo muy popular e
importante entre el vulgo, representando la fertilidad, la maternidad, la protección y los
aspectos benévolos del sol. Al igual que a Sejmet, se la llamaba el Ojo de Ra. Reuniendo
millares de creyentes y peregrinos, el culto del gato era responsable de la llegada anual de
una enorme muchedumbre en las calles de Bubastis.
Los gatos eran embalsamados y luego momificados
Cerca del centro de la ciudad se podía ver el templo de Bastet, que estaba más abajo que el
resto de la ciudad, para evitar la érosion del agua, pero que posteriormente fue levantado para
evitar las inundaciones. Heródoto, que visitó Bubastis en 450 a.C., decía de este templo que
aunque otros templos de ciudades aledañas eran más grandes o había sido más costosos,
ninguno ofrecía tanto placer a los ojos. Heródoto lo describe detalladamente. Un canal lo
rodeaba y le daba cierto aspecto de isla desierta. En el patio había una hilera de árboles que
llevaba a la entrada interior, que exponía una estatua enorme de Bastet, así como una
importante cantidad de gatos sagrados que los sacerdotes atendían gracias a los donativos de
los peregrinos. Estos gatos, muy respetados, eran muy numerosos, y según una hipótesis
periódicamente se realizaba un sacrificio en el que a menudo se mataba a los cachorros;
luego eran bendecidos y momificados y después se los vendía como reliquias sagradas.
Bubastis se convirtió en un centro de comercio, ya sea por la venta de bronces, esculturas o
amuletos con la efigie del gato. Heródoto escribió que el festival anual en honor de Bastet
realizado en la ciudad era uno de los más populares, y movilizaba a creyentes de todo Egipto.
El mercantilismo y la influencia de Bubastis inspiraron a los autores de la mitología
judeocristiana. En el siglo VI antes de nuestra era, el profeta Ezequiel escribía : "Los jóvenes
de Avén y de Pibeset caerán a filo de espada, y las mujeres irán en cautiverio." (Ezequiel
30:17)
Durante la antigüedad, la reputación de los sentimientos de afecto de los egipcios por los
gatos, entre otros animales, probablemente inspiró una anécdota legendaria narrada en el
libro VII de las Estratagemas de Polieno, general macedonio « más interesado por la fantasía
que por la exactitud histórica». Este escritor griego ubica su historia hacia 525 a.C., cuando el
Egipto del faraón Psamético III era el principal imperio no conquistado por Persia. Pelusio ,
puesto de avanzada egipcio, se vio asediado por los ejércitos del rey aqueménida Cambises
II. A fin de facilitar la toma de Pelusio, el soberano persa habría dispuesto delante de sus
propias tropas, a diversos animales queridos por sus enemigos egipcios. Los asediados
cesaron entonces sus flechazos para no dañar a los « perros, ovejas, gatos, ibis ».
Variantes posteriores del relato de Polieno hacen énfasis en los gatos y omiten mencionar a
los demás animales. El pintor francés Paul-Marie Lenoir (1843-1881) ilustra la leyenda a su
modo en El rey Cambises en el asedio de Pelusio, tela expuesta en el Salón de París de 1873:
Cambises y sus caballeros persas, con su brazos arrojan gatos contra las murallas egipcias.
Heródoto escribió que cualquiera fuera el lugar de Egipto donde muriera un gato, se lo llevaba
a Bubastis para ser momificado y enterrado en el gran cementerio. Sin embargo, al parecer
esto ocurría solo excepcionalmente.
Al parecer cada templo poseía sus propios gatos. De ellos se encargaba el « guardián de los
gatos », cargo importante y hereditario. El gato, como otros animales sagrados, tenía un
estatus particular en la sociedad egipcia. Así, estaba prohibido matar o incluso maltratar a un
gato, y los infractores se arriesgaban a penas muy severas que podían llegar a la muerte —
pena seguramente proporcional a la importancia del gato en cuestión. El historiador
griego Diodoro de Sicilia describe una escena que se desarrolló hacia el año 60 a.C.: un carro
romano atropelló por accidente un gato egipcio y, pese a las órdenes del faraón Ptolomeo XII,
un soldado egipcio mató al conductor.

Momia de gato.
Gato ante un roedor, tumba de Najt.

El egiptólogo suizo Henri Édouard Naville ha encontrado cerca de 20 m3 de cadáveres de


gatos y restos de cremación, huesos en jarrones, pozos, arcilla. Al lado de cada pozo, un altar
y un hogar ennegrecido por el fuego. Se creía que la momificación permitía al ka (espíritu) del
difunto encontrar su huésped y renacer en el otro mundo. Para eso, el cuerpo debía
permanecer intacto. La cremación interfiere con este proceso. Como fuera, quemados o no,
los gatos recibían los ritos funerarios y el embalsamamiento de la misma manera que sus
dueños.

Momia de gato (museo del Louvre).


En 1888, con el descubrimiento del templo de Bastet en las afueras de Beni Hassan, se
excavaron cerca de diecinueve toneladas de momias y restos animales, de los cuales
relativamente pocos eran gatos. Recientemente, Roger Tabor descubrió otro cementerio felino
en el templo de Bastet cuando levantó un grueso sedimento de veinte centímetros de momias
comprimidas por los detritos del templo distribuidas sobre una ancho de seis metros.
Egipto, tanto política como culturalmente, no siempre formó un bloque uniforme. En su origen
había numerosos reinos, dirigidos por tribus generalmente totémicas, que orientaban su culto
hacia ciertos animales.

Índice
 1El gato en lo cotidiano
 2Notas y referencias
o 2.1La decadencia del culto del gato
o 2.2Bubastis y el culto del gato
 3Los gatos en la mitología egipcia
o 3.1Véase también
 4El gato egipcio
 5Véase también
o 5.1Tradiciones funerarias

El gato en lo cotidiano[editar]
Notas y referencias[editar]
La decadencia del culto del gato[editar]
Bubastis y el culto del gato[editar]

Los gatos en la mitología egipcia[editar]


Véase también[editar]

El gato egipcio[editar]
Gato Meoxyh,gato de la prehistoria, Dios musulman de los gatos. El es un
gato musulman del lado de Turquía nacido de una familia gato de religión
ISLAM

Véase también[editar]
Tradiciones funerarias[editar]
Los cultos paganos fueron oficialmente prohibidos por el Edicto de Tesalónica, decretado por
el emperador romano [[Teodosio I el Grande | Theodosius Plantilla:Ier]] Plantilla:XLVII. El gato
en Egipto vio una disminución gradual de su interés, y aunque permaneció como mascota, ya
no fue adorado en los templos. En particular, debido a la disminución de las enfermedades y
la plaga, cuya transmisión se detuvo, el gato ya no tiene la importancia que ha tenido en
Egipto en la actualidad.

 Felis
o Gato salvaje ("Felis silvestris")
o [[Felis silvestris catus] Gato doméstico]] ( Felis silvestris
catus )
 Egipto antiguo
 Bastet
 Sejmet
 Bubas
 Mau egipcio.
Estatuilla de gato.

media

9076
Categorías: 
 Felinos en el arte
 Sociedad del Antiguo Egipto
Menú de navegación
 No has accedido
 Discusión
 Contribuciones
 Crear una cuenta
 Acceder
 Artículo
 Discusión
 Leer
 Editar
 Ver historial
Buscar
 Portada
 Portal de la comunidad
 Actualidad
 Cambios recientes
 Páginas nuevas
 Página aleatoria
 Ayuda
 Donaciones
 Notificar un error
Imprimir/exportar
 Crear un libro
 Descargar como PDF
 Versión para imprimir
Herramientas
 Lo que enlaza aquí
 Cambios en enlazadas
 Subir archivo
 Páginas especiales
 Enlace permanente
 Información de la página
 Elemento de Wikidata
 Citar esta página
En otros idiomas
 ‫العربية‬
 Български
 Čeština
 English
 Français
 Italiano
 Русский
4 más
Editar enlaces
 Esta página se editó por última vez el 18 ene 2020 a las 01:43.
 El texto está disponible bajo la Licencia Creative Commons Atribución Compartir
Igual 3.0; pueden aplicarse cláusulas adicionales. Al usar este sitio, usted acepta
nuestros términos de uso y nuestra política de privacidad.
Wikipedia® es una marca registrada de la Fundación Wikimedia, Inc., una
organización sin ánimo 

También podría gustarte