Olmecas
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Olmecas
Civilización de Mesoamérica
Localización
Cronología
Decadencia 500
Causa Dispersión de los habitantes a otras áreas del país y posteriormente, la fundación de
culturas como la maya
Asentamientos Importantes
San Lorenzo
La Venta
Tres Zapotes
Religión
Dioses
Dios jaguar
Dios del maíz
Dios de la lluvia
Dios bandido
Hombre de la cosecha
Dios Dragón
Serpiente Emplumada
Los olmecas fueron una cultura que se desarrolló durante el periodo Preclásico de Mesoamérica.
Aunque se han encontrado vestigios de su presencia en amplias zonas de Mesoamérica, se
considera que el área cultural olmeca —zona metropolitana— abarca la parte sureste del estado
de Veracruz y el oeste de Tabasco. En ese sentido, es necesario hacer la aclaración de que el
etnónimo olmeca les fue impuesto por los arqueólogos del siglo XX, y no debe ser confundido con
el de los olmeca-xicalancas, que fueron un grupo que floreció en el epiclásico en sitios del centro
de México, como Cacaxtla.
Durante mucho tiempo se consideró que la olmeca era la cultura madre de la civilización
mesoamericana.1 Sin embargo, no está claro el proceso que dio origen al estilo artístico
identificado con esta sociedad, ni hasta qué punto los rasgos culturales que se revelan en la
evidencia arqueológica son creación de los olmecas del área nuclear. Se sabe, por ejemplo, que
algunos de los atributos propiamente olmecas pudiesen haber aparecido, primero en Chiapas o en
los Valles Centrales de Oaxaca. Entre otras dudas que están pendientes de respuesta definitiva,
está la cuestión de los numerosos sitios asociados a esta cultura en la Depresión del Balsas (centro
de Guerrero). Sea cual haya sido el origen de la cultura olmeca, la red de intercambios comerciales
entre distintas zonas de Mesoamérica contribuyó a la difusión de muchos elementos culturales
que son identificados con la cultura olmeca, incluidos el culto a las montañas y a las cuevas; el
culto a la Serpiente Emplumada, como deidad asociada a la agricultura, el simbolismo religioso del
jade e, incluso, el propio estilo artístico, que fue reelaborado intensamente en los siglos
posteriores a la declinación de los principales centros de estos tiempos.
Índice
2 Historia
2.1 San Lorenzo
2.2 La Venta
3 Religión
4 Lengua y escritura
5 Arte olmeca
6 Comercio
7 Véase también
8 Referencias
9 Bibliografía
A pesar del hecho de que la cultura olmeca tuvo una difusión que alcanzó la mayor parte de
Mesoamérica —excepto en la región de Occidente, que siguió un desarrollo cultural más o menos
autónomo hasta finales del Preclásico—, una de las regiones donde se han encontrado las
evidencias más claras de la presencia de esta cultura es la parte sur de la Llanura Costera del Golfo
de México, comprendida entre los ríos Papaloapan y Grijalva, que corresponde a la mitad norte del
Istmo de Tehuantepec. Actualmente, esta zona corresponde al sureste del estado de Veracruz y el
poniente de Tabasco. Se trata de una zona de un clima cálido y muy húmedo, condiciones
climatológicas que seguramente poseyó también en la antigüedad precolombina en ese lugar.
El área nuclear olmeca es irrigada por caudalosos ríos que bajan de las estribaciones de la Sierra
Madre de Oaxaca y la Sierra Madre Oriental, como el Coatzacoalcos, San Juan y Tonalá. Debido a la
humedad de la zona y de las fuentes de estos ríos, en temporada de lluvias los desbordamientos
de las corrientes son una constante. Aunque en la actualidad la vegetación de esta región de la
República Mexicana ha sido ampliamente modificada por la acción del hombre, antiguamente
estuvo recubierta por una espesa selva tropical, que era el hábitat de numerosas especies que en
la actualidad se encuentran a punto de desaparecer en el territorio mexicano, entre ellas el jaguar,
las aves de plumajes preciosos como guacamayas y quetzales; reptiles de diversas especies, y
mamíferos como el tapir. Este último considerado por los olmecas como un animal difícil de cazar
que solo los más valientes lo atacaban porque era necesario estar muy cerca de él ya que era una
tarea complicada penetrar su gruesa piel.
La región posee suelos ricos en humus y de espesores considerables. El petróleo crudo brota a flor
de suelo entre la vegetación. Sin embargo, carece de muchos de los materiales que son
característicos de los objetos de estilo olmeca encontrados en esta zona y en otras partes de
Mesoamérica. Entre ellos se incluye la obsidiana, el jade, la serpentina y el cinabrio. Para obtener
piedra sólida para sus materiales, los habitantes de esta región recurrieron a las canteras de la
Sierra de los Tuxtlas —conocida también como sierra de Santa Martha o de San Andrés—, que les
proveyeron de basalto y otras rocas volcánicas que emplearon en la construcción de templos y en
la escultura. Sin embargo, estas fuentes de materiales pétreos se encuentran a más de cien
kilómetros de distancia respecto a sitios como San Lorenzo y La Venta, lo que puede dar una idea
del nivel de organización que se requirió para trasladar —sin animales de carga y sobre un suelo
cenagoso— esos monolitos que se pesan en decenas de toneladas, hasta los centros políticos de la
cultura olmeca.
La palabra "olmeca" significa "habitantes de la región del hule" y fue utilizada por los aztecas para
nombrar a varios pueblos, étnica y lingüísticamente diversos, que ocuparon la región de Veracruz y
Tabasco a través de los siglos. Se desconoce el nombre que se daban a sí mismos aquellos a
quienes llamamos olmecas.
Bajo el término "olmeca" han sido agrupadas dos realidades: un pueblo de la región del Golfo y un
estilo artístico. El estilo olmeca puede verse plasmado en peñas, cuevas, esculturas grandes y
chicas y objetos de barro que se encuentran diseminados por todo Mesoamérica. De Jalisco a
Costa Rica, pasando por Guerrero, Chiapas, Oaxaca, el Altiplano Central y la costa del Golfo, se han
encontrado imágenes de niños-jaguares y otros rasgos propios del arte olmeca. Se cree que la
dispersión de este estilo artístico se debe a que los pueblos del Golfo crearon una amplia red de
intercambios con otras poblaciones lejanas. De este modo, los símbolos y formas olmecas se
integraron a las expresiones artísticas de otras zonas mesoamericanas.
Se estima que los indicios más antiguos de la cultura olmeca son de alrededor de 1200 a. C., y los
más recientes son aproximadamente del año 400 a. C. La civilización olmeca se constituyó
principalmente alrededor de 3 centros ceremoniales: San Lorenzo, La Venta y Tres Zapotes,
además de manifestarse en otros sitios como Laguna de los Cerros.
San Lorenzo
La Venta
Fue el centro ceremonial más importante de los olmecas. Esta antigua ciudad se distingue por
representar el primer trazo arquitectónico planificado en el México antiguo, su arquitectura
monumental de tierra, su gran acervo escultórico y sus ofrendas de jade, al igual que por sus
ofrendas masivas, únicas en el mundo prehispánico. En los alrededores de La Venta se han
encontrado vestigios culturales que datan de 1750 antes de Cristo, aunque la ocupación principal
se concentra entre el 1200 y el 400 antes de Cristo.2 Cuenta con la pirámide más antigua de
Mesoamérica y también se han encontrado cabezas colosales y tronos, que merecen especial
reconocimiento por el hecho de que para construirlas, tuvieron que ser transportados los enormes
bloques de basalto desde la Sierra de los Tuxtlas, a decenas de kilómetros de ahí, ya que por ser
una zona pantanosa y arenosa, no había piedras. Se cree que pudo llegar a albergar hasta 20 000
habitantes en ese lugar.
El centro ceremonial de Tres Zapotes fue el último en desarrollarse. Es el más conocido porque fue
el que sobrevivió hasta una época más cercana, pero la civilización olmeca que se desarrolló aquí
fue una cultura ya en decadencia, no el esplendor que vivió en los centros ceremoniales
anteriores.
Si para la mayoría de los especialistas como Michael D. Coe o Richard Diehl, la cultura olmeca es
originaria de la costa del Golfo (ZMO: Zona Metropolitana Olmeca), para la escuela francesa
promovida por Christine Niederberger3 y desarrollada en particular por Caterina Magni,4 la
cultura olmeca aparece como un conjunto multiétnico y plurilingüístico que se extiende sobre la
mayor parte de Mesoamérica desde 1200 hasta 500 a. C.
La presencia olmeca se certifica en México (costa del Golfo, costa del Pacífico y altiplano central),
principalmente en la zona costera del Golfo de México entre los ríos Papaloapan y Grijalva, pero
también en lugares como Chalcatzingo (Morelos), Teopantecuanitlán (Guerrero).
Más allá de las fronteras mexicanas, vestigios de una presencia olmeca se encuentran en
Guatemala (Takalik Abaj), Belice, El Salvador, Honduras, y Nicaragua.
Religión
Su religión desarrolló todos los temas importantes encontrados en los cultos posteriores. Tenían
una religión politeísta, gran número de sus dioses eran relacionados con la agricultura y otros
elementos como el sol, el agua, los volcanes, animales, etc.
Hay muchos animales considerados dioses, como el caimán, sapos, reptiles, todos los animales de
la zona. Normalmente, aparecen mezclados entre ellos, cabezas de unos y cuerpos de otros,
creando seres mitológicos. En ocasiones para sus representaciones religiosas tienden a la
abstracción, con lo cual no se sabe exactamente qué pudo significar.
Se cree que pudo ser una religión dinástica, sus dioses estarían relacionados directamente con los
gobernantes, con los señores de los centros ceremoniales, gobernantes con poderes
sobrenaturales, descendientes directos de las divinidades.
Es una religión compleja, que no se ha conseguido descifrar aún. Pero se cree que pudo tener toda
una doctrina aceptada por el pueblo, para justificar, explicar y legitimar a los linajes gobernantes,
las desigualdades sociales, las fuerzas sobrenaturales y establecer vínculos entre éstas y los
gobernantes. La religión estaría institucionalizada, con un cuerpo doctrinal y su panteón. De esta
forma también los líderes gubernamentales utilizaban un símbolo de una figura de animal para
identificarse.
Lengua y escritura
Estatuilla de Tuxtla, con glifos de las escritura Epiolmeca.
Ya que la cultura olmeca fue la primera civilización en Mesoamérica, se especula que muchos
logros mesoamericanos tuvieron lugar por primera vez en el seno de su cultura. Entre otras cosas,
se acredita a los olmecas el desarrollo del calendario, la escritura y la epigrafía.
Antes de los descubrimientos de 2002, el corpus principal de inscripciones largas constaba de una
docena de inscripciones epigráficas, todas ellas datadas entre 300 a. C. y el 530 d. C.5 En 2002 se
descubrió una inscripción que data de 650 a. C.,6 y en 2007 otra de 900 a. C.,7 la cual supera en
antigüedad a la escritura zapoteca y convierte a la escritura olmeca en la más antigua de América.
Se han encontrado ciertas inscripciones en algunas estelas que contienen glifos. Según algunos
historiadores, una de estas estelas cuenta la vida de un gobernante, pero todavía no obtiene la
unanimidad de la comunidad internacional. Entre 1991 y 1994 los lingüistas Terrence Kaufman y
John Justeson llevaron a cabo un trabajo de desciframiento que les llevó a identificar la lengua de
las inscripciones olmecas como una lengua mixe-zoque, en particular una lengua antecesora del
proto-zoque y por tanto emparentada algo más distantemente con el proto-mixe. Este
desciframiento muestra que los glifos son de hecho parte de un silabario.
Arte olmeca
El arte olmeca se refiere a las manifestaciones artísticas que se conservan de la cultura olmeca que
se desarrolló durante el Preclásico Medio de Mesoamérica (floreció entre 1200 a. C. y 500 a. C.) y
es considerada la primera de las grandes civilizaciones de esa región. Aunque los olmecas
ocuparon en especial la zona norte del istmo de Tehuantepec —los principales sitios arqueológicos
están en San Lorenzo, La Venta y Tres Zapotes, así como en Villahermosa y Tabasco— su influencia
se extendió a muchas regiones mesoamericanas y muchos aspectos culturales comunes de esas
culturas se iniciaron con ellos, como el culto a las montañas y a los lugares elevados (como la
pirámide cónica de La Venta), el culto a la Serpiente Emplumada y al dios jaguar, el juego de pelota
o el simbolismo religioso del jade. La cultura olmeca, que inventó la escritura —usando
pictogramas e ideogramas—, y el calendario, fue identificada en un principio como un estilo
artístico y ese sigue siendo su sello distintivo. Fue una referencia y un legado para todas las
culturas posteriores de América Central —toltecas, zapotecas y hasta los aztecas— siendo ejemplo
la escritura maya, que tiene sus raíces en el primer sistema glífico desarrollado por los olmecas.
Su arte se manifiesta a través de un gran dominio técnico de la escultura y de la talla, para muchos
no superado por ninguna otra civilización precolombina. La mayor parte del arte olmeca es
naturalista, pero también se utiliza una rica iconografía que refleja un significado religioso, con
criaturas antropomórficas fantásticas, a menudo altamente estilizadas. Se puede distinguir un arte
monumental o colosal —hecho en arcilla, piedra (principalmente basalto y andesita) y madera—y
un arte menor o mobiliario —a base de jade-jadeita y otras piedras verdes (serpentina) y de
obsidiana—, junto con algunas pinturas rupestres. Los monumentos de piedra se pueden agrupar
en cuatro clases:
«Altares» rectangulares (probablemente, tronos) como el famoso altar 4 de La Venta, con una
cavidad en su parte frontal que representa una puerta al inframundo, de donde sale un personaje
mitológico que sostiene una cuerda que rodea todo el altar a modo de cenefa.
Estelas, introducidas más tarde que las cabezas colosales, los altares o las esculturas
independientes. En sus inicios eran una simple representación de figuras —como el monumento
19 o la estela 1 de La Venta—, pero más adelante llegaron a representar eventos históricos, en
particular actos que legitimarian a los gobernantes. Esa tendencia culminaría en monumentos
post-olmecas como la estela 1 de La Mojarra, que combina imágenes de gobernantes con glifos y
fechas del calendario de cuenta larga.
Otro tipo de artefactos mucho más pequeños son las tallas de piedra dura en jade de una cara en
forma de máscara. El jade era un material particularmente precioso y sería utilizado como una
señal de rango por las clases dominantes. Ya en 1500 a. C., los primeros escultores olmecas
dominaban la forma humana, como atestiguan las esculturas de madera descubiertas en los zonas
pantanosas de El Manati. Los curadores y estudiosos se refieren a las máscaras faciales de «estilo
olmeca» —cabezas humanas lo bastante grandes en comparación con el cuerpo del personaje,
una combinación de ojos hundidos, fosas nasales chatas y boca amplia en arco ligeramente
asimétrica, con el labio superior grueso (el labio olmeca, que se ha relacionado con la forma de la
boca del jaguar) y un mentón pequeño, con a veces con una hendidura en la cabeza— pero, hasta
la fecha, no se ha recuperado ningún ejemplo en un contexto olmeca controlado
arqueológicamente. Han sido recuperadas en sitios de otras culturas, incluido una depositada
deliberadamente en el recinto ceremonial de Tenochtitlan (Ciudad de México). La máscara
presumiblemente tendría unos 2000 años cuando los aztecas la habrían enterrado, lo que sugiere
que tales máscaras fueron valoradas y coleccionadas como lo fueron las antigüedades romanas en
Europa. Como las artes olmecas estaban fuertemente ligadas a su religión, que destacaba a los
jaguares — creían que en el pasado lejano se habría formado una raza de «hombres-jaguar» entre
la unión de un jaguar y una mujer— el «estilo olmeca» también combina características faciales de
humanos y jaguares.
Destacan también una serie de figurillas de arcilla y piedra, conocidas como miniaturas olmecas,
que se encuentran abundantemente en yacimientos arqueológicos a lo largo del periodo
formativo, y entre ellas, los llamados rostros de bebé, pequeñas esculturas de cerámica de color
blanco, con cara de niño, cabeza grande, ojos almedrados, labios gruesos, ataviadas con un casco,
y el cuerpo en forma de pera. También pueden citarse las hachas Kunz (también conocidas como
«hachas votivas»), figuras que representarían a los «hombres-jaguar» y que aparentemente
fueron utilizadas para rituales. En la mayoría de los casos, la cabeza es la mitad del volumen total
de la figura. Todas las hachas Kunz tienen la nariz plana y una boca abierta. El nombre «Kunz»
proviene de George Frederick Kunz, un mineralogista estadounidense, que describió una figura en
1890. Otros jades característicos son las llamadas «cucharas olmecas». Las muestras artísticas son
muy complejas y aun hay muchos objetos que se están investigando.
En la zona del istmo de Tehuantepec también se desarrolló la cerámica, que en Barra, Locona y
Ocós alcanza grandes alturas artísticas.
Las principales piezas olmecas han sido recuperadas de los yacimientos excavados y han sido
trasladadas a museos, siendo las mejores colecciones las del Museo de Antropología de Xalapa y
del Parque Museo La Venta, con destacados ejemplares también en el Museo Nacional de
Antropología de la capital mexicana.
Comercio
La economía de los olmecas estaba basada en los productos agrícolas, con los que comerciaban,
tanto entre ellos como con otros pueblos vecinos, sobre todo con los pueblos nómadas, o con
pueblos tan alejados geográficamente de ellos, como pueden ser pueblos del país de Guatemala o
de México central, los objetos de intercambio principalmente eran el cultivo del maíz, además del
frijol, calabaza, cacao, entre otros. Además de que estos formaban parte de su dieta y se incluían
la carne de pescado, tortugas, venados y perros domesticados. El comercio se basó en lugares
apartados como Guerrero, el valle de México, Oaxaca y la zona maya. Los olmecas llevaban y
traían diferentes mercancías para intercambiar con los demás grupos mesoamericanos, entre ellos
el hule de Tabasco y Veracruz.
Estas influencias no son especulaciones, sino que hoy en día tenemos conocimiento de las mismas,
por los hallazgos encontrados en los restos arqueológicos de las distintas culturas, apareciendo en
los mismos motivos típicos de la civilización olmeca. La cual tuvo como base la agricultura llamada
de Roza, que consistía en tomar una superficie y tomarla para sembrar de manera semiuniforme.
Obtenían buenas cosechas en los márgenes de los ríos; además practicaban la caza, la pesca y la
recolección. Por la ubicación de esta cultura la cual era muy húmeda y llena de pantanos, era muy
favorable para la agricultura, ya que las lluvias abundantes permitían la crecida de los ríos, de los
cuales fertilizaban las tierras.
Establecieron rutas de comercio y así obtuvieron materias primas de gran valor, como el jade, el
cristal de roca, la obsidiana y la magnetita; los que transformaron en deslumbrantes máscaras,
figurillas con sus características deformaciones, ornamentos y espejos.
Por lo tanto podemos deducir que los olmecas fueron una civilización que sobrevivía gracias a la
agricultura como una base de economía muy importante.
Véase también
Mesoamérica
La Venta
Parque-Museo La Venta
Referencias
Bibliografía
Carrasco Dávila, Alan (2004): "Arqueología de Los Tuxtlas", en el sitio en internet de naya.org.ar,
consultado el 11 de septiembre de 2007.
Coe, M.D. (1967). San Lorenzo and the Olmec Civilization, en Dumbarton Oaks Conference on the
Olmec, Dumbarton Oaks, Washingon, D.C.
Cyphers, Ann. Las cabezas colosales. Arqueología Mexicana, II, 12, 1995; pp. 43-47.
Diehl, Richard A. (2005). The Olmecs: America's First Civilization, Thames & Hudson, London. ISBN
0-500-28503-9.
Magni, Caterina (2003). Les Olmèques. Des origines au mythe, Seuil, Paris. ISBN 2-02-054991-3.
Taube, Karl (2004). The Origin and Development of Olmec Research, en Olmec Art at Dumbarton
Oaks, Dumbarton Oaks, Washington, D.C.
Bibliografía adicional
Ramírez, Felipe (2004), "El área metropolitana Olmeca y su papel en un sistema estatal
segmentario: el caso de Laguna de los Cerros y San Lorenzo"/En Revista del Posgrado en Estudios
Mesoamericanos/No. 6/FFyL/UNAM/México.
Ramírez, Felipe (2010). "Dioses y poder"/ En Olmeca, the Most Ancient Civilization of the
Americas, a Road to the Maya, Special Exhibitions Celebrating 400th Anniversary of Mexico-Japan
Frienship, Gobierno de Japón, Embajada de México en Japón, INAH.