El Derecho de Propiedad en La Jurisprudencia Constitucional
El Derecho de Propiedad en La Jurisprudencia Constitucional
El Derecho de Propiedad en La Jurisprudencia Constitucional
"El derecho a la propiedad establecido en los incisos 8) y 16) del artículo 2° de la Constitución, es
concebido como el poder jurídico que permite a una persona usar, disfrutar, disponer y reivindicar un
bien. Así, la persona propietaria podrá servirse directamente de su bien, percibir sus frutos y productos, y
darle destino o condición conveniente a sus intereses, siempre que ejerza tales actividades en armonía con el
bien común y dentro de los límites establecidos por la ley; e incluso podrá recuperarlo si alguien se ha
apoderado de el sin derecho alguno.
Dicho derecho corresponde, por naturaleza, a todos los seres humanos; quedando estos habilitados
para usar y disponer autodeterminativamente de sus bienes y de los frutos de los mismos, así como
también transmitirlos por donación o herencia. Como tal, deviene en el atributo más completo que se puede
tener sobre una cosa". Así lo establece la Sentencia expedida en el Exp. 00008-2003-AI FJ 26.
TRATADOS INTERNACIONALES
Convención Americana sobre Derechos Humanos: Art. 21.
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre: Art. XXIII.
Declaración Universal de Derechos Humanos: Art. 17.
ANTECEDENTES
Constitución de 1933: Art. 28.
Constitución de 1979: Art. 2.14.
DIARIO DE LOS DEBATES
Tomo I: página 138.
5 "... este Colegiado estima menester recordar que el derecho de propiedad faculta a su titular, entre otras
cosas, a usar, gozar, explotar y disponer del bien de su propiedad, siempre y cuando a través de su uso se
realice la función social que le es propia. De ahí que las restricciones admisibles para el goce y ejercicio del
derecho de propiedad deban: a) estar establecidas por ley; b) ser necesarias; c) ser proporcionales, y d)
hacerse con el fin de lograr un objetivo legítimo en una sociedad democrática.
Que para demandar la protección del derecho de propiedad la titularidad del predio afectado debe estar
claramente determinada, esto es, el titulo con que se reclama debe ser preexistente y no estar sujeto a
discusión de ningún tipo; en caso que esto último ocurra, la protección podrá ser demandada cuando la
titularidad del predio haya sido determinada en definitiva". (Exp. 02423-2010-AA FJ 6,7)
6 "La propiedad, como derecho fundamental, se encuentra prevista en el artículo 2°, incisos 8 y 16 de la
Constitución. Dicho derecho, desde una perspectiva iusprivatista, se concibe como el poder jurídico que
permite a una persona usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien. Así, el propietario puede servirse
directamente del bien, percibir sus frutos y productos, y darle destino o condición conveniente a sus
intereses patrimoniales. Sin embargo, así entendido el derecho fundamental a la propiedad, parece atribuir a
su titular un poder absoluto, lo cual no se condice con los postulados esenciales de los derechos
fundamentales que reconoce un Estado social y democrático de Derecho como el nuestro. Por ello, el
derecho a la propiedad debe ser interpretado no solo a partir del artículo 2°, incisos 8 y 16, sino también a la
luz del artículo 70° de la Constitución, el cual establece que este se ejerce en armonía con el bien común y
dentro de los límites de ley.
En efecto, desde la perspectiva constitucional, el derecho fundamental a la propiedad, como los demás
derechos, posee un doble carácter: de derecho subjetivo y, a su vez, de institución objetiva valorativa. Es
decir, en nuestra Constitución reconoce a la propiedad no solo como un derecho subjetivo o individual, sino
también como una institución objetiva portadora de valores y funciones. Dado su doble carácter, el derecho
fundamental a la propiedad no es un derecho absoluto, sino que tiene limitaciones que se traducen en
obligaciones y deberes a cargo del propietario, las cuales se encuentran previstas legalmente. (Fundamento
jurídico No 11 de la sentencia recaída en el expediente No 0030-2004-AI/TC)". (Exp. 02175-2009-AA FJ 9)
2 "En la STC 00048-2004-AI/TC (FJ 76-88), este Tribunal destaco que la propiedad no solo es un derecho
subjetivo constitucional, reconocido en los incisos 8) y 16) del artículo 2° de la Constitución, sino
también una garantía institucional; un instituto constitucionalmente protegido, al cual el Estado está
en la obligación de garantizar su inviolabilidad, pero al mismo tiempo de cuidar porque su ejercicio se
realice en armonía con el bien común y dentro de los límites que establece la ley. De acuerdo a los
establecido en la Sentencia recaída en el Exp. 00011-2010-AI FJ 5,6.
3 "El derecho de propiedad es un derecho fundamental que guarda una estrecha relación con la libertad
personal, pues a través de él se expresa la libertad económica que tiene toda persona en el Estado social y
democrático de derecho. El derecho de propiedad garantiza la existencia e integridad de la propiedad
(corporal o incorporal) para el propietario, así como la participación del propietario en la organización y
el desarrollo de un sistema económico-social. De ahí que en el artículo 70° de la Constitución se reconozca
que el “derecho de propiedad es inviolable” y que el “Estado lo garantiza”.
Por ello, el derecho de propiedad faculta a su titular para usar, gozar, explotar y disponer de ella, siempre y
cuando, a través de su uso, se realice la función social que le es propia. De ahí que el artículo 70° de la
Constitución precise que el derecho de propiedad se “ejerce en armonía con el bien común”. Y no solo esto;
además, incluye el derecho de defender la propiedad contra todo acto que tenga efectos de privación
en la integridad de los bienes protegidos.
En este orden de ideas, como ya este Tribunal lo ha señalado en la sentencia recaída en el expediente No
05614-2007-PA/TC, el derecho de propiedad se caracteriza, entre otras cosas, por ser: a) un derecho
pleno, en el sentido de que le confiere a su titular un conjunto amplio de atribuciones que puede
ejercer autónomamente dentro de los límites impuestos por el ordenamiento jurídico y los derechos ajenos;
y, b) un derecho irrevocable, en el sentido de reconocer que su extinción o transmisión depende de la
propia voluntad del titular y no de la realización de una causa extraña o del solo querer de un tercero,
salvo las excepciones que prevé expresamente la Constitución Política.
En consecuencia, el goce y ejercicio del derecho de propiedad solo puede verse restringido en los siguientes
supuestos: a) estar establecidas por ley; b) ser necesarias; c) ser proporcionales, y d) hacerse con el fin de
lograr un objetivo legítimo en una sociedad democrática. En conclusión, el derecho de propiedad
solamente puede ser materia de restricciones por las causas y finalidades señaladas en la propia
Constitución". En concordancia con la sentencia recaída en el Exp. 03258-2010-AA FJ de 2 a 5.
DERECHO DE NO SER PRIVADO ARBITRARIAMENTE DE LA PROPIEDAD
8 "... la posición ius fundamental de no ser privado arbitrariamente de la propiedad forma parte,
indudablemente, del derecho a la propiedad que garantiza el artículo 2o inciso 16 de la Constitución. (Exp.
04813-2009-AA FJ 3).
15 "El derecho de propiedad, reconocido por el artículo 2, inciso 17 (SIC), de la Constitución, constituye un
derecho fundamental cuyo ámbito de protección o contenido garantiza las facultades de uso, usufructo y la
libre disposición del bien. Pero la comprensión constitucional de la propiedad es más amplia y, prima facie,
comprende además la garantía de indemnidad o conservación de la integridad del patrimonio de la persona.
La “inviolabilidad” de la propiedad a la que refiere el artículo 70o de la Constitución debe interpretarse no
solo como prohibición de intervenciones en el libre ejercicio o goce de los mencionados atributos clásicos
del derecho de propiedad, sino también como garantía de indemnidad. Así las cosas, el derecho de propiedad
garantiza la conservación de la integridad del patrimonio de la persona y, por consiguiente, prohíbe la
indebida detracción del mismo… constituye una afectación del derecho de propiedad". (Exp. 07364-2006-
AA FJ 6).
CAPITULO III
DE LA PROPIEDAD
Derecho de propiedad. Expropiación
o Inviolabilidad del derecho de propiedad.
o Expropiación
TRATADOS INTERNACIONALES
Convención Americana sobre Derechos Humanos: Art. 21.
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre: Art. XXIII.
Declaración Universal de Derechos Humanos: Art. 17.
ANTECEDENTES
Constitución de 1933: Arts. 29 y 49.
Constitución de 1979: Art. 125.
2. "En la STC 0005-2006-PI/TC (fundamento 40), este Tribunal ha reiterado que el derecho de propiedad es
concebido como el poder jurídico que permite a una persona usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien.
Así, la persona propietaria podrá servirse directamente de su bien, percibir sus frutos y sus productos, y darle
destino y condición conveniente a sus intereses, siempre que ejerza tales actividades en armonía con el bien
común y dentro de los límites establecidos por la ley; e incluso podrá recuperarlo si alguien se ha apoderado
de el sin derecho alguno. “Constitucionalmente, el derecho a la propiedad se encuentra reconocido no solo
como un derecho subjetivo, conforme a los incisos 8) y 16) del artículo 2°, sino también como una garantía
institucional, conforme lo dispone el artículo 70°, según el cual el Estado garantiza su inviolabilidad”. Pero,
además, la Constitución reconoce su artículo 88o el derecho de propiedad sobre la tierra en forma privada o
comunal.
En la misma sentencia se ha indicado que en el “ámbito civil, el derecho de propiedad confiere a su titular
cuatro atributos respecto del bien: usar, disfrutar, disponer y reivindicar, cada uno de los cuales permite un
ejercicio pleno de este derecho. Asimismo, la doctrina civil analiza los caracteres de la propiedad, en tanto
que es un derecho real, absoluto, exclusivo y perpetuo. Así, es un derecho real por excelencia, porque
establece una relación directa entre el titular y el bien, ejercitando el propietario sus atributos sin
intervención de otra persona. Además, la propiedad es erga omnes, esto es, se ejercita contra todos, cualidad
denominada “oponibilidad”. Es un derecho absoluto porque confiere al titular todas las facultades sobre el
bien: usa, disfruta y dispone. Es exclusivo, porque descarta todo otro derecho sobre el bien, salvo que el
propietario lo autorice. Y es perpetuo, pues no se extingue por el solo uso”.
Pero esta visión civilista de la propiedad debe ser recompuesta desde una mirada multicultural, esto es,
tomando en cuenta aspectos culturales propios para el caso de los pueblos indígenas. Así, este Tribunal ya
ha establecido en anteriores sentencias la relevancia que las tierras tienen para los pueblos indígenas. En
efecto, en la STC 0022-2009-PI/TC, este Colegiado recogió e hizo suyos los criterios establecidos por la
Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Yakye Axa vs Paraguay. Específicamente en lo
concerniente al vínculo espiritual de las comunidades para con sus territorios. En efecto, en dicho caso la
Corte Interamericana estableció que “la estrecha vinculación de los pueblos indígenas sobre sus territorios
tradicionales y los recursos naturales ligados a su cultura que ahí se encuentren, así como los elementos
incorporales que se desprendan de ellos, deben ser salvaguardados por el articulo 21 [derecho a la propiedad
privada] de la Convención Americana” [fundamento 137 del caso Yakye Axa vs Paraguay]". (Exp. 01126-
2011-HC FJ 20,21).
Sin embargo, tal como ha establecido este Colegiado en consolidada jurisprudencia, el concepto
constitucional de propiedad difiere y, más aun, amplia los contenidos que le confiere el derecho civil. Así,
mientras que en este último el objeto de la propiedad son las cosas u objetos materiales susceptibles de
valoración, para el derecho constitucional la propiedad no queda “enclaustrada” en el marco del dominio y
de los derechos reales, sino que abarca y se extiende a la pluralidad in totum de los bienes materiales e
inmateriales que integran el patrimonio de una persona y que, por ende, son susceptibles de apreciación
económica (STC 0008-2003-AI/TC, fundamento 26), como son, por ejemplo, en el presente caso las
acciones de una sociedad anónima.
Por ello, la comprensión constitucional de la propiedad comprende, prima facie, además la garantía de
indemnidad o conservación de la integridad del patrimonio de la persona. La “inviolabilidad” de la
propiedad a la que refiere el artículo 70º de la Constitución debe interpretarse no solo como prohibición de
intervenciones en el libre ejercicio o goce de los mencionados atributos clásicos del derecho de propiedad,
sino también como garantía de indemnidad. Así las cosas, el derecho de propiedad garantiza la conservación
de la integridad del patrimonio de la persona y, por consiguiente, prohíbe la indebida detracción del mismo
(STC 7364-2006-PA/TC, fundamento 6).
Desde otra perspectiva, en nuestro sistema constitucional la propiedad privada no es ni puede ser en modo
alguno absoluta, debido a que, al igual que los restantes derechos y libertades que dignifican al ser humano,
la propiedad se encuentra sujeta a las limitaciones impuestos por el interés general, las que, sin embargo,
nunca podrían sustituir a la persona humana como titular de la libertad, así como tampoco imponer trabas
intensas a su ejercicio que desconozcan la indemnidad de dicho derecho. En este contexto, la concepción de
la propiedad privada como una garantía institucional no implica el desconocimiento de las garantías que, a
su vez, deben ser instauradas a efectos de reconocer al propietario las facultades de oponibilidad del
derecho.
En síntesis, el ejercicio del derecho a la propiedad importa limitaciones legales que tienen por finalidad
Armonizar:
§ El derecho de propiedad individual con el ejercicio del mismo por parte de los demás individuos.
§ El derecho de propiedad individual con el ejercicio de las restantes libertades individuales.
§ El derecho de propiedad individual con el orden público y el bien común". (Exp. 00228-2009-AA FJ
35,36)
RESTRICCIONES AL DERECHO DE PROPIEDAD
9. "El derecho de propiedad faculta a su titular para usar, gozar, explotar y disponer de ella, siempre y
cuando a través de su uso se realice la función social que le es propia. Existen restricciones admisibles para
el goce y ejercicio este derecho: (i) estar establecidas por ley; (ii) ser necesarias; (iii) ser proporcionales; y,
(iv) hacerse con el fin de lograr un objetivo legítimo en una sociedad democrática. Así, el derecho de
propiedad solamente puede ser materia de restricciones por las causas y finalidades señaladas en la propia
Constitución.
Del derecho a la propiedad se deriva la garantía provista por la Constitución para impedir que se le prive
arbitrariamente de la misma, sino solo por causa de seguridad nacional o necesidad publica declarada por
ley, previo pago en efectivo de indemnización justipreciada. Esto es lo que se llama expropiación, la cual
consiste en la transferencia forzosa del derecho de propiedad privada, autorizada únicamente por ley expresa
del Congreso en favor del Estado, a iniciativa del Poder Ejecutivo, Regiones o Gobiernos Locales y previo
pago en efectivo de la indemnización justipreciada que incluya compensación por el eventual perjuicio
(artículo 2o de la Ley General de Expropiaciones, Ley No 27177). Así, se le debe entender como una
potestad del Estado de la privación de la titularidad de ese derecho contra la voluntad de su titular.
Así como cualquier otro derecho fundamental, el derecho de propiedad no es absoluto, toda vez que se
encuentra limitado por disposiciones constitucionales expresas o tacitas. Sin embargo, la privación de la
propiedad, consecuencia de la potestad expropiatoria del Estado, tiene que cumplir ciertos requisitos, como
su condicionamiento al pago previo en efectivo. Si bien nadie puede ser privado de su propiedad, se podrá
sacrificar a su titular de la propiedad cuando media causa de seguridad nacional o necesidad pública". (Exp.
00864-2009-AA FJ 21,22).
10. "... el derecho a la propiedad se encuentra reconocido no solo como un derecho subjetivo, conforme a los
incisos 8) y 16) del artículo 2° de la Constitución, sino también como una garantía institucional, según lo
dispone el artículo 70° de la Norma Fundamental, conforme al cual, el Estado garantiza su inviolabilidad.
Que por tales razones, este Colegiado estima que no resulta aplicable al caso de autos la causal de
improcedencia prevista en el numeral 1) del artículo 5o del Código Procesal Constitucional invocada por el
Ad quem, toda vez que a través de la carta notarial de fecha 21 de febrero de 2007, obrante a fojas 94, la
Junta de Propietarios comunico al actor que se procederá a demoler parcialmente parte de la unidad
inmobiliaria, que a juicio del demandante, es de su propiedad exclusiva. En consecuencia, la controversia no
gira en torno al derecho de posesión del demandante, sino ante una eventual afectación de su derecho de
propiedad, como lo supone la pérdida de un porcentaje de su dominio". (Exp. 05378-2008-AA FJ 3,4).
11. "... el impedimento de ingreso a los inmuebles constituidos por las Parcelas C-2 y C-2B (Chaclacayo),
situación que ha sido acreditada en autos, vulnera el derecho de propiedad de la empresa recurrente; en tanto
con tal impedimento se afecta la facultad de uso del titular del bien, pues tratándose la propiedad de la
empresa de un terreno aun no habilitado para la construcción se entiende que ella debe realizar actos de
adecuación o preparación de dicho terreno para la edificación de viviendas, dentro de los cuales puede
seguro abarcarse una diversidad de actos. Tales actos pueden considerarse como manifestaciones del
atributo de “uso” que corresponde al titular de la propiedad; ahora bien, dicho “uso” no puede ser ejercido
por la empresa recurrente si se impide el desplazamiento a su propiedad a todas las personas descritas en el
fundamento 8.
Por otra parte, el impedimento de desplazamiento cuestionado también afecta la facultad de “disposición” de
la propiedad que detenta la empresa. Los actos de disposición de una propiedad inmueble como un terreno
se hallan precedidos generalmente por visitas de los eventuales compradores conjuntamente con el
propietario a efectos de apreciar sus condiciones. Por ello, estas visitas constituyen actos importantes para
que pueda realizarse el acto de disposición de la propiedad. Por tal razón, el impedimento de desplazamiento
hacia dicho terreno representa una afectación o perturbación a la facultad de “disposición” de la empresa
recurrente. En síntesis, el impedir el ingreso de los miembros de la empresa o de cualquiera otra que realice
una gestión en relación a la propiedad de esta ocasiona una afectación o perturbación en el derecho de
propiedad de aquella". (Exp. 00605-2008-AA FJ 9,10).
AFECTACIÓN AL DERECHO DE PROPIEDAD
12. "De autos se puede apreciar que los actos que realizaron los demandados Intendencia de Aduanas y el
Tribunal Fiscal constituyen una afectación del derecho de propiedad, al considerar al vehículo [incautado]
como mercancía; debe tenerse en cuenta, además, que el artículo 70° de la Constitución establece que “(...)
el derecho de propiedad es inviolable, se ejerce en armonía con el bien común y dentro de los límites de la
ley, a nadie puede privarse de su propiedad sino exclusivamente por causa de seguridad nacional o
necesidad publica declarada por ley'". (Exp. 05406-2006-AA FJ 6).
13. "De conformidad con lo dispuesto por el artículo 70° de la Constitución Política del Estado, el derecho
de propiedad garantiza que ninguna persona puede ser privada de su propiedad, sino solo por causa de
seguridad nacional o necesidad publica declarada por ley, previo pago en efectivo de indemnización
justipreciada. La reversión dispuesta en la Resolución 559-2000/SBN constituye una inminente amenaza de
agresión al derecho a la propiedad de los demandantes respecto de los terrenos sub litis, cuya inviolabilidad
se encuentra consagrada en el citado artículo 70° de la actual Constitución Política del Perú, que ratifica lo
dispuesto por el artículo 125 de la Constitución Política del Perú de 1979 y el artículo 29 de la Constitución
de 1933. Dicha norma reconoce que el derecho de propiedad es inviolable y que solo puede privarse a un
particular de su propiedad por causa de seguridad nacional o necesidad publica, declarada por ley y previo
pago de una indemnización justipreciada.
En consecuencia, al haber demostrado los demandantes tener la propiedad del inmueble en cuestión, se tiene
que la resolución cuestionada lesiona el derecho de propiedad de las demandantes puesto que se establece un
supuesto de reversión del terreno a favor del Estado, al amparo de normas que fueron declaradas
inaplicables por anterior sentencia, por lo que corresponde declarar su inaplicación, pues en este caso, no
hay un bien del Estado que formalizar, dado que la resolución en que se funda se declaró inaplicable a los
propietarios del terreno, garantizándoles la inviolabilidad de su derecho. Sostener lo contrario sería
desconocer los efectos de una sentencia dictada por este Tribunal, pues la resolución cuestionada a través del
presente proceso de amparo se basa en una resolución que ha sido declarada inaplicable por el supremo
interprete de la Constitución en una sentencia anterior". (Exp. 07130-2006-AA FJ 4,6).
16. "... este Colegiado ha señalado en reiterada jurisprudencia que “[...] si bien el derecho de propiedad tiene
reconocimiento y protección constitucional de conformidad con lo establecido en nuestra Constitución
Política del Estado, no todos los aspectos de dicho atributo fundamental pueden considerarse de relevancia
constitucional. (Cfr. STC. No 3773-2004-AA/TC).
Es esto último lo que sucede precisamente con la posesión que no obstante configurarse como uno de los
elementos que integra la propiedad, −en relación con la persona humana− no pertenece al núcleo duro o
contenido esencial de esta, careciendo por tanto de protección en sede constitucional, limitándose su
reconocimiento y eventual tutela a los supuestos y mecanismos que la ley, a través de los procesos
ordinarios, establece en defensa de la persona humana". (Exp. 02319-2007-AA FJ 3).
17. "... del texto de la demanda interpuesta se aprecia que lo que la demandante cuestiona en el fondo es el
cobro de intereses excesivos o desproporcionados por parte de una entidad bancaria, argumentando que el
modo como se ha procedido a su cuantificación por parte de la demandada constituye un evidente exceso
que vulnera sus derechos constitucionales.
Que aun cuando la discusión que plantea la recurrente efectivamente tiene incidencia constitucional, tanto
por el lado del derecho de propiedad, como por el que respecta a los derechos de protección al consumidor y
al usuario en sus relaciones con determinados agentes económicos (en este caso, instituciones bancarias), no
es menos cierto que, en el presente caso, la dilucidación de la misma requiere una estación probatoria
adecuada, pues de lo que se trata no solo es de verificar los montos que se han venido cobrando a título de
intereses por parte de la entidad emplazada, sino de analizar los criterios de determinación de tales intereses,
objetivos que, por otra parte, tampoco se podrían cumplir ya que la demanda fue rechazada liminarmente, y,
por tanto, la emplazada no tuvo la oportunidad de comparecer en el proceso, desconociéndose la versión que
sobre el particular, tendría que brindar". (Exp. 00493-2006-AA FJ 2,3)
18. "No toda inobservancia de la legalidad ordinaria tiene incidencia constitucional. En el presente caso el
problema constitucional no reside en que hayan sido solo dos en lugar de tres los análisis que debieron
efectuarse –bien puede ello reputarse como un problema de mera legalidad ordinaria y por consiguiente
improcedente su examen en el proceso constitucional de amparo- sino en el de si había o no algún sustento o
análisis que constatara el estado no conforme del producto examinado, en este caso de la Ampicilina. Y tal
es precisamente lo que sucede en el caso: la declaración de no conformidad ya había sido determinada por el
Centro Nacional de Control de Calidad –resultado comunicado a la recurrente el 15 de octubre de 2004- y,
posteriormente –el 23 de noviembre del mismo año-, en el Acto de Dirimencia. En consecuencia dado que la
declaración de no conformidad del producto se halla precedida de sustento técnico, ella no es arbitraria y no
puede considerarse lesiva del derecho de propiedad de la recurrente". (Exp. 00680-2007-AA FJ 4).
DERECHO DE POSESIÓN
19. "... no encontrándose aun definido el derecho de propiedad de los recurrentes, queda claro que lo que se
reclama en esta vía es el respeto de su derecho de posesión con el argumento de ser poseedores desde hace
aproximadamente 10 años y que dichos terrenos constan en el plano de lotización que fue aprobado por la
comuna demandada. Este Colegiado, sin embargo, ha señalado en reiterada jurisprudencia que si bien el
derecho de propiedad tiene reconocimiento y protección constitucional de conformidad con lo establecido en
nuestra Constitución Política, no todos los aspectos de dicho atributo fundamental pueden considerarse de
relevancia constitucional. Esto último sucede precisamente cuando la posesión configura uno de los
elementos que integran la propiedad, y no pertenece al núcleo duro o contenido esencial de ella, careciendo,
por tanto, de protección en sede constitucional, limitándose su reconocimiento y eventual tutela a los
supuestos y mecanismos que la ley, a través de los procesos ordinarios, establece...
Que este Colegiado considera pertinente puntualizar, en prospectiva de futuras demandas constitucionales
referidas al derecho de propiedad, que lo que constitucionalmente resulta amparable de dicho atributo
fundamental está constituido esencialmente, y como se puso de relieve en la sentencia recaída en el Exp. N°
008-2003-AI/TC (Fundamento 26, Caso 5.000 Ciudadanos), por los elementos que la integran en su rol,
tanto de instituto sobre el que el Estado interviene bajo determinados supuestos, como de derecho individual
de libre autodeterminación. Con lo primero se garantiza que el poder estatal o corporativo no invada los
ámbitos de la propiedad fuera de lo permisiblemente aceptado por la Norma Fundamental. Con lo segundo,
que la propiedad, como poder jurídico, responda eficazmente a los requerimientos de uso, usufructo y
disposición. Por otra parte, y vista la existencia de una variada e ilimitada gama de bienes sobre los que
puede configurarse la propiedad (urbanos, rurales, muebles inmuebles, materiales, inmateriales, públicos,
privados, etc.), cabe hablar de diversos estatutos, los que, no obstante asumir matices particulares para cada
caso, no implican que la propiedad deje de ser una sola y que, por tanto, no pueda predicarse respecto de ella
elementos de común configuración. Corresponderá, pues, en cada caso a este Tribunal determinar el
contenido esencial del derecho a la propiedad que, en el marco de lo postulado por nuestro ordenamiento
fundamental, pueda considerarse como común denominador de sus diversas clases o manifestaciones. En
dicho contexto, queda claro que la posesión no está referida a dicho contenido esencial y, por tanto,
fundamental, sino a un contenido estrictamente legal cuya definición y tratamiento se ubican fuera de los
supuestos constitucionalmente relevantes, por lo que, como lo establece el artículo 5°., inciso 1), del Código
Procesal Constitucional (Ley N° 28237), no corresponde que sean tramitados o verificados mediante la vía
procesal constitucional". (Exp. 01929-2006-AA FJ 3,5)
Artículo 3º.- Las garantías previstas en los Artículos 70º y 88º de la Constitución Política significan que por
ningún motivo se podrá imponer limitaciones o restricciones a la propiedad de las tierras distintas a las
establecidas en el texto de la presente Ley.
Las áreas naturales protegidas por la Ley Forestal y de Fauna Silvestre mantienen su intangibilidad.
Se mantienen igualmente vigentes las normas referidas a la protección del patrimonio inmobiliario de
carácter, histórico y arqueológico del país.
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