Relaciones de Género y Familiares en La Prehistoria

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Relaciones de Género y Familiares en la


Prehistoria Pablo Grana Carmona

1. El origen de las desigualdades de género: dimorfismo sexual y su


influencia en las sociedades.
No es inverosímil decir que en la especie humana hombres y mujeres son muy
diferentes físicamente, como por ejemplo en los diferentes órganos genitales,
pero, pese a las presiones selectivas diferentes durante mucho tiempo, en el
ámbito cognitivo las capacidades de ambos sexos son muy parecidas, solo con
algunas leves disparidades. La principal diferencia se ve a la hora de la
reproducción y la función de cada sexo en esta. La mujer puede tener un número
determinado de hijos, además de que es la que sufre el embarazo y solo ellas
pueden alimentar al recién nacido siendo una impedimenta a la hora de realizar
algunas actividades, mientras tanto, el hombre, puede tener incontables hijos sin
tener alguna impedimenta para realizar cualquier actividad. A pesar de que estas
diferencias son solo físicas, pueden condicionar junto con algunas convenciones
sociales y culturales para establecer ciertos roles a cada sexo, e incluso
implantando lo denominado como división sexual del trabajo.

2. Relaciones de género y familiares en las sociedades de bandas.


2.1 Relaciones internas.
El ser humano, para sobrevivir, optó por una estrategia de agrupación con los
de su misma especie, a esta primera agrupación se la conoce como banda. En las
bandas el género y el parentesco tienen importancias deferentes, por ejemplo, el
liderazgo no se regía ni hereditariamente ni por el género, en otras palabras no
estaba limitado a un grupo, pero es cierto que el hombre era más propenso a
conseguirlo y lo mismo ocurre con el prestigio.
Los líderes llegaban a este puesto por sus méritos, si una persona tenía una
habilidad especial para cierta actividad, esta podía dirigir al grupo en ella. En estas
sociedades ningún tipo de prestigio ni poder solía ser hereditario.
El grupo, a pesar de ser en su gran mayoría parientes, no era cerrado, se suelen
disolver y reagrupar dependiendo de las condiciones. Los miembros además
pueden cambiar de banda sin generar problemas, es más, estos grupos suelen

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hacerlo para solucionar las desavenencias de la comunidad. Además de todo lo
comentado, este comportamiento asegura la igualdad del grupo, ya que hace que
cualquier líder o aspirante que comience a ejercer su voluntad sobre la de los
demás, se quede solo, pues los miembros pueden marcharse sin impedimento
alguno.
En cuanto a las relaciones personales las parejas eran lo más común, la poligamia
no estaba presente. De los dos, la mujer era sobre la que caía el cargo y cuidado de
los hijos, pero lo realizaban cooperativamente con otras mujeres. A pesar de todo,
las relaciones eran bastante igualitarias, pero no de manera absoluta ya que,
aunque menos que en otros tipos de homínidos, sigue existiendo la violencia
contra el género femenino, además de algunas limitaciones, por ejemplo en los
ritos.
El trabajo se divide sexualmente, pero lo que se considera masculino o femenino
depende de la cultura del grupo, por esto no es correcta la afirmación popular que
dice que en la prehistoria los hombres cazaban y las mujeres recolectaban. Ahora
bien, comúnmente, los hombres suelen realizar las actividades más peligrosas
mientras que las mujeres tienden a las más seguras. Esta división no se debe a que
el hombre sea más fuerte que la mujer, sino a que el hombre prefiere conseguir
mayores presas para compartirlas y de esta manera conseguir reconocimiento
social mediante la generosidad, ser más atractivos sexualmente y, por tanto, tener
mayor éxito reproductivo, pero no siempre consiguen cazar. La mujer, en cambio
prefiere trabajos más seguros pues su objetivo es mantener y alimentar a su
familia, pero pueden existir excepciones. Un pueblo actual en el que se puede ver
esos elementos son los bosquimanos ¡kung. Los hombres salían a cazar no todos
los días, sino cuando ellos querían y la mujer podía llegar a recolectar suficiente
comida para alimentar a su familia por varios días, estos horarios los hacía tener
mucho tiempo libre.
2.2 relaciones externas, animismo y chamanismo
Respecto a las relaciones con otras bandas en el ámbito de la familia y el
género, en África, normalmente no se dan conflictos y se permite el libre tránsito
entre los territorios de la banda pues es de esperar que se les permita a ellos
cuando lo necesiten. Los pocos conflictos entre bandas en esta región se reducen a
agravios personales o a problemas amorosos.
Por otro lado, están regiones como América del sur o Australia, donde los
conflictos desembocan en luchas, ya sea por los derechos sobre un territorio o de
aparearse con sus mujeres. Tras la guerra el vencedor podía apoderarse del
territorio y de las mujeres del vencido, esto es el inicio de la cosificación de la
mujer, siendo “algo” que se puede saquear.
Por último, cuando comienza una guerra, los que más participan en ella son los
hombres, pues como la caza de animales grandes, es una acción arriesgada que por
otro lado permite al varón conseguir prestigio y la atracción sexual de las mujeres.

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En cuanto al aspecto ontológico hay que destacar algunas tradiciones relativas a la
familia, por ejemplo, una de las creencias sobre el sino de los difunto en el
animismo es que los muertos no dejan este mundo y se mantienen cerca de los
vivos, por esto los vivos deben alimentarlos mediante ciertos ritos, y de no hacerlo,
estos espíritus pueden actuar como espíritus malignos llevando la desdicha al
grupo. Otro elemento es que, durante el trance de los chamanes, estos son
ayudados en su viaje por espíritus en forma de mujer o animal, pero no de un
hombre.
3. Relaciones de género y familiares en las sociedades tribales.
3.1 Relaciones internas.
Dentro de los linajes locales pertenecientes a la tribu sigue siendo común la
reciprocidad, el intercambio de favores y la tierra es común. Por contraste, las
tribus son grandes grupos que tienen un parentesco sin importar si es real o
ficticio, creyéndose sus miembros parientes.
La división sexual del trabajo sigue dándose de manera general, pero tiene una
gran variabilidad y condicionantes en cada momento.
A pesar de esto, la mujer se encuentra en una situación más desigual, pues dedican
más tiempo a sus hijos. Se opta por relaciones de poliginia, siendo esto el
matrimonio de un hombre con varias mujeres. Además, a diferencia de las bandas,
los recién casados deben elegir con que familia vivir, normalmente es patrilocal, es
decir, la mujer va a vivir con la familia del hombre.
Debido al sedentarismo, la idea de propiedad privada se intensifica y con ello el
deseo de que la herencia se transmita a sus hijos biológicos, de manera patrilineal.
Esto hace que se creen normas morales que impiden salir a la mujer del ámbito
doméstico, para no quedarse embarazadas de manera extramatrimonial. Aquí
empieza la exclusión de la mujer de la vida pública, siendo el hombre quien
participa de esta, otorgándole más prestigio.
A pesar de todo, también se practica la matrilocalidad, matrilinealidad y poliandria,
siendo esto un seguro contra las desigualdades de género, pues la mujer está
protegida por su familia.

3.2 Relaciones externas.


Lo relativo al género en las relaciones intercomunitarias se reduce a que, si se
“roban” mujeres a otras tribus o linajes, no esta tan socialmente mal visto como si
se hace en la propia aldea o linaje, demostrando el trato a las mujeres como
“cosas” que se pueden robar. Continúa la importancia de la guerra para el éxito
reproductivo masculino, de manera similar a la antes expuesta en las bandas.

3.3 influencia de la agricultura en las familias sedentarias.

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A los sedentarios, a diferencia de las bandas de cazadores-recolectores, les interesa
en gran medida tener muchos hijos, pues, al no moverse, no son una impedimenta;
pueden realizar algunos trabajos desde muy jóvenes, como cuidar a sus hermanos
y aunque haya que invertir mucho tiempo en su crianza, pasan a ser manos que
pueden ayudar en el cultivo, además de que la mayor cantidad de alimento
permite darles de comer. Por todo esto, la población sedentaria tiende a
dispararse, teniendo una natalidad alta, a diferencia de las bandas.

4. Relaciones de género y familiares en las sociedades complejas.


4.1 Relaciones en las sociedades de jefatura y los primeros estados.
Al comenzar a agruparse en comunidades cada vez más grandes, como las jefaturas
o los primeros estados, el parentesco deja de tener la importancia que tenía en las
formaciones anteriores, pero, en las sociedades de jefatura la posición de jefe llegó
ser reservada a ciertas familias, e incluso, llega a ser heredado en la misma familia
por alguna ley sucesoria. En otras ocasiones el jefe sería elegido por asamblea o
votación, pero seguiría estando limitada a algunas familias. Pero aparte de esta
excepción, era imposible que miles de personas pudiesen conocerse y saber su
parentesco, por lo que pasan a identificarse con su territorio o profesión.
En las jefaturas la mujer solía estar sometida al hombre por su poder político-
económico y los ancianos tenían más poder que los jóvenes. Por último, los
esclavos de guerra podían llegar a establecer lazos familiares y casarse,
integrándose en su nueva sociedad.
Por otro lado, en los primeros estados, la riqueza y el prestigio comenzaron a ser
transferidos de manera hereditaria. En esta sociedad se solía exigir trabajos para el
estado, en especial al género masculino, como por ejemplo el servicio militar
obligatorio. A la hora de la redistribución el parentesco tampoco era algo
determinante que pudiese favorecer a unos pocos.
La agricultura continuó teniendo un gran impacto en las relaciones familiares, por
ejemplo, era necesario la acumulación de un excedente para que, a la hora del
matrimonio, la familia del novio otorgase un obsequio a la familia de la novia,
incentivando la continua necesidad de generar más de lo necesario para sobrevivir.
Por último, la posición de la mujer en las primeras formaciones estatales era muy
variable, pues tenía distintos roles. En ciertas formaciones se consiguió un cierto
grado de igualdad, pero en general no eran consideradas ciudadanas, pues la
ciudadanía estaba asociada a la posibilidad de prestar servicios militares y ellas
quedaron al borde de esto, pero algunas pudieron tener ciertos derechos, pero no
todas. Irónicamente, las de clase baja tuvieron una mayor libertad y podían
dedicarse a actividades que les pareciesen mejor. En algunas sociedades, al primar
el hombre en el matrimonio, más importante era para las familias ricas que sus

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hijas permaneciesen vírgenes hasta el matrimonio, permaneciendo recluidas en sus
casas, y tras este, lo harían en las de sus maridos. Por último, estos estados
incentivaban la natalidad, por lo que la mujer, al tener muchos hijos, tenían, por lo
general, a estar muy ocupadas cuidándolos siendo más apartadas y recluidas.

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