Relaciones de Género y Familiares en La Prehistoria
Relaciones de Género y Familiares en La Prehistoria
Relaciones de Género y Familiares en La Prehistoria
Página 1 de 5
hacerlo para solucionar las desavenencias de la comunidad. Además de todo lo
comentado, este comportamiento asegura la igualdad del grupo, ya que hace que
cualquier líder o aspirante que comience a ejercer su voluntad sobre la de los
demás, se quede solo, pues los miembros pueden marcharse sin impedimento
alguno.
En cuanto a las relaciones personales las parejas eran lo más común, la poligamia
no estaba presente. De los dos, la mujer era sobre la que caía el cargo y cuidado de
los hijos, pero lo realizaban cooperativamente con otras mujeres. A pesar de todo,
las relaciones eran bastante igualitarias, pero no de manera absoluta ya que,
aunque menos que en otros tipos de homínidos, sigue existiendo la violencia
contra el género femenino, además de algunas limitaciones, por ejemplo en los
ritos.
El trabajo se divide sexualmente, pero lo que se considera masculino o femenino
depende de la cultura del grupo, por esto no es correcta la afirmación popular que
dice que en la prehistoria los hombres cazaban y las mujeres recolectaban. Ahora
bien, comúnmente, los hombres suelen realizar las actividades más peligrosas
mientras que las mujeres tienden a las más seguras. Esta división no se debe a que
el hombre sea más fuerte que la mujer, sino a que el hombre prefiere conseguir
mayores presas para compartirlas y de esta manera conseguir reconocimiento
social mediante la generosidad, ser más atractivos sexualmente y, por tanto, tener
mayor éxito reproductivo, pero no siempre consiguen cazar. La mujer, en cambio
prefiere trabajos más seguros pues su objetivo es mantener y alimentar a su
familia, pero pueden existir excepciones. Un pueblo actual en el que se puede ver
esos elementos son los bosquimanos ¡kung. Los hombres salían a cazar no todos
los días, sino cuando ellos querían y la mujer podía llegar a recolectar suficiente
comida para alimentar a su familia por varios días, estos horarios los hacía tener
mucho tiempo libre.
2.2 relaciones externas, animismo y chamanismo
Respecto a las relaciones con otras bandas en el ámbito de la familia y el
género, en África, normalmente no se dan conflictos y se permite el libre tránsito
entre los territorios de la banda pues es de esperar que se les permita a ellos
cuando lo necesiten. Los pocos conflictos entre bandas en esta región se reducen a
agravios personales o a problemas amorosos.
Por otro lado, están regiones como América del sur o Australia, donde los
conflictos desembocan en luchas, ya sea por los derechos sobre un territorio o de
aparearse con sus mujeres. Tras la guerra el vencedor podía apoderarse del
territorio y de las mujeres del vencido, esto es el inicio de la cosificación de la
mujer, siendo “algo” que se puede saquear.
Por último, cuando comienza una guerra, los que más participan en ella son los
hombres, pues como la caza de animales grandes, es una acción arriesgada que por
otro lado permite al varón conseguir prestigio y la atracción sexual de las mujeres.
Página 2 de 5
En cuanto al aspecto ontológico hay que destacar algunas tradiciones relativas a la
familia, por ejemplo, una de las creencias sobre el sino de los difunto en el
animismo es que los muertos no dejan este mundo y se mantienen cerca de los
vivos, por esto los vivos deben alimentarlos mediante ciertos ritos, y de no hacerlo,
estos espíritus pueden actuar como espíritus malignos llevando la desdicha al
grupo. Otro elemento es que, durante el trance de los chamanes, estos son
ayudados en su viaje por espíritus en forma de mujer o animal, pero no de un
hombre.
3. Relaciones de género y familiares en las sociedades tribales.
3.1 Relaciones internas.
Dentro de los linajes locales pertenecientes a la tribu sigue siendo común la
reciprocidad, el intercambio de favores y la tierra es común. Por contraste, las
tribus son grandes grupos que tienen un parentesco sin importar si es real o
ficticio, creyéndose sus miembros parientes.
La división sexual del trabajo sigue dándose de manera general, pero tiene una
gran variabilidad y condicionantes en cada momento.
A pesar de esto, la mujer se encuentra en una situación más desigual, pues dedican
más tiempo a sus hijos. Se opta por relaciones de poliginia, siendo esto el
matrimonio de un hombre con varias mujeres. Además, a diferencia de las bandas,
los recién casados deben elegir con que familia vivir, normalmente es patrilocal, es
decir, la mujer va a vivir con la familia del hombre.
Debido al sedentarismo, la idea de propiedad privada se intensifica y con ello el
deseo de que la herencia se transmita a sus hijos biológicos, de manera patrilineal.
Esto hace que se creen normas morales que impiden salir a la mujer del ámbito
doméstico, para no quedarse embarazadas de manera extramatrimonial. Aquí
empieza la exclusión de la mujer de la vida pública, siendo el hombre quien
participa de esta, otorgándole más prestigio.
A pesar de todo, también se practica la matrilocalidad, matrilinealidad y poliandria,
siendo esto un seguro contra las desigualdades de género, pues la mujer está
protegida por su familia.
Página 3 de 5
A los sedentarios, a diferencia de las bandas de cazadores-recolectores, les interesa
en gran medida tener muchos hijos, pues, al no moverse, no son una impedimenta;
pueden realizar algunos trabajos desde muy jóvenes, como cuidar a sus hermanos
y aunque haya que invertir mucho tiempo en su crianza, pasan a ser manos que
pueden ayudar en el cultivo, además de que la mayor cantidad de alimento
permite darles de comer. Por todo esto, la población sedentaria tiende a
dispararse, teniendo una natalidad alta, a diferencia de las bandas.
Página 4 de 5
hijas permaneciesen vírgenes hasta el matrimonio, permaneciendo recluidas en sus
casas, y tras este, lo harían en las de sus maridos. Por último, estos estados
incentivaban la natalidad, por lo que la mujer, al tener muchos hijos, tenían, por lo
general, a estar muy ocupadas cuidándolos siendo más apartadas y recluidas.
Página 5 de 5