7992-Texto Del Artículo-22475-1-10-20190806
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Año VI- Número 7: 32-35 (2019) - ISSN 2346-8696 (En papel) ISSN 2347-0933 (En línea)
CATHERINE MILLOT
Psicoanalista y escritora francesa. Docente en el De-
partamento de Psicoanálisis de la Universidad de París
VIII. En 1971 comenzó un análisis de ocho años con
Lacan, y asistió a sus seminarios desde 1971 hasta su
muerte. Autora entre otros de Exsexo. Ensayo sobre el
transexualismo, Paradiso(1984); Gide-Genet-Mishima.
La inteligencia de la perversión, Paidós Ibérica (1998);
Nobodaddy. La Histeria Del Siglo. Nueva visión (1991);
La vocación del escritor Ed. Ariel (1993); ¡Oh, soledad!
Ned-Ediciones (2014); La vida con Lacan, Ned-Edicio-
nes (2018).
(…) “Tal es el programa que asigna Freud a una (…) “La idea de que la pedagogía es cuestión de
educación nueva en la que ve el remedio a los da- teoría, de doctrina, de que puede haber una cien-
ños de la civilización: hacer frente a la realidad cia de la educación, descansa en la ilusión de la
rechazando la ilusión, asegurar la supremacía de posibilidad de dominar los efectos de la relación
la razón sobre las fuerzas instintivas en detrimen- entre el adulto y el niño. Cuando el pedagogo cree
to de la represión. dirigirse al Yo del niño, sin que él lo sepa, lo que
Freud no fue prolijo en consejos educativos. Ade- ha sido alcanzado es el Inconsciente de éste, y ello
más, sus críticas de la educación no se separan ni siquiera por lo que cree comunicarle, sino por.
del juicio que la civilización le inspira: el hecho de lo que de su propio Inconsciente pasa a través de
que sea ella la enferma amplía ciertamente su al- sus palabras.13 Sólo hay dominio del Yo, pero este
cance. Si bien movido por una inquietud profilác- dominio es ilusorio. Lo propiamente eficaz en la
tica denuncia repetidamente los errores que sería influencia de una persona sobre otra pertenece
conveniente evitar en la acción educativa, raros al registro de sus Inconscientes respectivos. En
34 son los textos donde indica la orientación positi- la relación pedagógica, el Inconsciente del edu-
va que quisiera verle tomar. En Freud no encon- cador demuestra pesar mucho más que todas
tramos ningún tratado de educación”. La escasez sus intenciones conscientes. De la existencia del
de indicaciones positivas en la materia nos incita Inconsciente, demostrada por el psicoanálisis,
a prestar una atención particular a la formulación puede deducirse que no puede haber ciencia de
de los principios a -partir de los cuales querría la educación, en el sentido de que fuera posible
ver instaurarse, nos dice, una educación nueva”. establecer una relación de «causalidad» entre los
(..) “Educar con vistas a la realidad: ¿significa esto medios pedagógicos empleados y los efectos ob-
que la educación debe proponerse la adaptación tenidos. Y por esta misma razón no puede haber
del sujeto a la realidad, tomada ésta en el sentido aplicación del psicoanálisis a la pedagogía. Ten-
del medio circundante que, en el ser humano, es tativas de esta índole sólo pueden descansar en
un medio social?” un malentendido, en la creencia de que un saber
(…) “Ni la lectura de El porvenir de una ilusión ni sobre el Inconsciente permite adueñarse de él, de
la de El malestar en la cultura autorizan semejante que “ en este terreno saber es poder. Pues bien,
interpretación: en el horizonte de la reflexión de si hay una disciplina que invalida tal asimilación
Freud no se perfila ninguna armonía soñada en- es, sin duda, la práctica psicoanalítica. No pue-
tre el hombre y el mundo. Por el contrario, donde de haber una pedagogía analítica en el sentido de
insistentemente hace Freud hincapié es en la im- una ciencia de la educación que emplearía para
posibilidad que tiene el hombre de satisfacerse. su provecho el saber sobre el Inconsciente adqui-
Entonces, ¿qué encubre el término realidad, y la rido por la experiencia psicoanalítica.
invitación a alcanzarla por las vías del intelecto? Esto está lejos de significar que el ser humano no
Si no es a la felicidad de una armonía por fin lo- dispone de ningún poder sobre su semejante. La
grada a lo que Freud nos convida, ¿qué tarea nos eficacia de la sugestión, sobre la cual descansa
asigna?” tanto el arte de gobernar como el de educar, lo
(…) “El reconocimiento de los deseos siempre atestigua”.
(…) “El analista tampoco está en condiciones de (…) “El único «progreso» que la experiencia psi-
delimitar claramente el campo legítimo de la ac- coanalítica autoriza a esperar es, según lo expresa
ción pedagógica, decidiendo hasta dónde se debe Freud en Estudios sobre la histeria, la transforma-
llegar en las exigencias o en la abstención, ni de ción de nuestra miseria neurótica en un infortu-
indicar el rumbo, el justo medio entre el «Carib- nio banal, y la de nuestra impotencia en el reco-
dis de la prohibición y el Escila del dejar hacer»”. nocimiento de lo imposible.”
(…) “La contribución del análisis a la educación
consistiría pues, esencialmente, en el descubri- * Los fragmentos seleccionados por la revista Es-
miento de la nocividad de ésta al mismo tiempo trategias, contaron con la anuencia entusiasta de
que de su necesidad. No hay aplicación posible la autora previo intercambio por correo electró-
del psicoanálisis a la pedagogía; no hay pedago- nico, por lo que agradecemos a Catherine Millot
gía analítica en el sentido de que el pedagogo ali- acompañar esta propuesta.
nearía su posición subjetiva sobre la del analista y
adoptaría «una actitud analítica» respecto al edu-
cado. Todo lo que el pedagogo puede aprender
del análisis y por el análisis es a saber poner lími-
tes a su acción: saber que no pertenece al orden
de ninguna ciencia, sino del arte”.
CONCLUSIÓN