Kelly
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La primera etapa del método consiste, entonces, en crear una lista de conceptos descriptivos
de las cualidades requeridas.
Ello requiere la presencia de expertos que conozcan bien el puesto, bien porque tienen
experiencia personal, bien porque mandan sobre los que lo ocupan. También es necesario
disponer de una lista de elementos (para seguir utilizando el vocabulario de Kelly). Estos
elementos pueden ser de las personas que ocupan el puesto, de las misiones que definen el
puesto analizado o, también, de las tareas específicas que forman parte de estas misiones.
La naturaleza de los elementos elegidos depende de la complejidad del puesto y de la
diversidad de las misiones y de las tareas que lo componen: la elección se debe hacer de tal
manera que la lista de los elementos no sea exageradamente larga, pero sin dejar de lado
elementos esenciales del puesto.
Depende también de la posibilidad que tengan los expertos de confeccionar una lista
suficiente de personas que ocupan actualmente o hayan ocupado antes el puesto analizado y
de que hayan tenido la ocasión de observar en buenas condiciones.
La lista de cualidades requeridas será entonces creada por triangulación de los elementos. Este
término, propuesto por Kelly, designa la comparación triangular de los elementos tomados de
tres en tres. Esta comparación, que parece lúdica en un primer momento, constituye de hecho
un procedimiento cognitivo muy útil para hacer que los expertos expliciten sus conocimientos.
Para realizar la triangulación hay que preparar un juego de cartones, cada uno con el nombre
de un elemento: por ejemplo, las iniciales de las diferentes personas que ocupan el puesto, o
el nombre de las diferentes misiones que lo componen, o también el de las tareas que
constituyen las actividades implicadas por las diferentes misiones. Cuando los elementos son
individuos que ocupan el puesto, los cartones se reparten en dos paquetes, los mejores y los
menos buenos; se invita entonces al experto a extraer, al azar, dos cartones de los «buenos» y
uno de los «menos buenos» y a precisar qué es lo que diferencia los dos primeros del tercero.
Cuando los elementos son misiones o tareas, el experto extrae tres cartones del lote y es
invitado a decir cuáles son las cualidades requeridas por dos de ellas, mas no por la tercera.
En todos los casos, la triangulación no se detiene ahí; la interrogación debe continuar a fin de
obtener el enunciado de cualidades precisas y, sobre todo, no debe detenerse cuando el
experto propone nociones esencialmente descriptivas; por ejemplo, si el experto dice de dos
buenos vendedores, comparados con uno menos bueno, que los primeros son comerciantes,
habrá que preguntarle cómo se manifiesta el hecho de ser comerciante y continuar esta
interrogación (denominada laddering, escalada) hasta que aparezcan cualidades que sean
realmente prerrequisitos del puesto en cuestión.
Si dos tareas son opuestas a una tercera porque las dos primeras son descritas como exigentes
de voluntad, habrá que pedir al experto que describa personas que tienen voluntad y que
precise lo que las diferencia de aquellas que no tienen. Del mismo modo, si dos personas son
descritas como bien organizadas y una tercera no, habrá que ir más allá y preguntar en qué
consiste realmente el hecho de ser bien organizado. Esta manera de profundizar en las
respuestas y de hacer que sean más detalladas es capital: sin ella, los conceptos obtenidos
serán vagos y generales. La triangulación se repite durante el tiempo que sea necesario para
que permita hacer precisar nuevas cualidades requeridas.
La lista de cualidades así establecidas va a servir para confeccionar la cuadrícula. Ésta tendrá
en las abscisas las diferentes cualidades y en las ordenadas los puestos (o las misiones, o las
tareas, según el grado de detalle escogido). Varios expertos (con preferencia diferentes de
aquellos que han hecho la triangulación) deberán puntuar la importancia de cada cualidad
para el éxito de cada puesto (o de cada misión, o de cada tarea). El análisis de las casillas
rellenadas se puede hacer manualmente o, lo que es más frecuente, tratarse estadísticamente
gracias a un programa informático que permite reagrupar las cualidades utilizadas de forma
semejante y agrupar los puestos (o las misiones, o las tareas) que implican cualidades muy
parecidas.
La descripción precedente es breve y, por fuerza, abstracta. De hecho, la utilización de la
cuadrícula de Kelly supone una formación en la entrevista de triangulación en primer lugar, y,
en segundo lugar, en la interpretación de los datos aportados por la misma cuadrícula.
Pero los resultados obtenidos justifican este esfuerzo ya que la cuadrícula de Kelly presenta
muchas ventajas: es un método flexible, adaptable a problemas variados, que permite que se
expliciten informaciones difíciles de obtener por otros medios y que complementa
eficazmente los otros métodos de análisis de puesto.
Añadamos que existen programas que permiten proceder al tratamiento de los datos,
aportados por un individuo o por un grupo, a fin de obtener una descripción de las
dimensiones subyacentes a las evaluaciones ofrecidas por la cuadrícula, así como un cuadro de
las relaciones entre constructos, entre elementos y entre constructos y elementos.
Existen numerosos cuestionarios que permiten efectuar el análisis del trabajo de manera
estructurada. Pero la casi totalidad de estos métodos han sido desarrollados en los Estados
Unidos o en el Reino Unido.
Es el caso, por ejemplo, del PAQ (Position Analysis Questionnaire), muy utilizado en los países
de lengua inglesa; ofrece un inventario que permite a un analista formado en esta herramienta
describir un puesto por cada uno de los 194 elementos que componen el inventario; a
excepción de siete de ellos, que se aplican a informaciones sobre las condiciones del ejercicio
del puesto, como la forma de remuneración, estos elementos se refieren a las actividades que
constituyen el puesto.
Estas están agrupadas en seis categorías:
‐ El tratamiento de informaciones
‐ Los procesos intelectuales
‐ Los resultados del trabajo
‐ Las relaciones interpersonales
‐ El contexto del trabajo
‐ Las condiciones de trabajo en sentido amplio
Cada elemento tiene asignada una nota sobre una escala específica que puede referirse a la
importancia de este aspecto para el puesto, su frecuencia o, también, al tiempo dedicado a la
actividad puntuada.
Una vez rellenado el cuestionario, es tratado por el editor del PAQ que dispone de una vasta
serie de opciones de tratamiento de datos, que van desde la simple descripción de los
resultados, descripción que ofrece un perfil del puesto, hasta la reagrupación de puntuaciones
en función de las dimensiones obtenidas gracias a un análisis factorial o, de forma más
operativa y utilizando un banco de datos que abarca más de 200 empleos, hasta la confección
de una lista de las aptitudes y de las competencias requeridas, así como de los instrumentos
que permiten evaluarlas.
Disponemos de dos instrumentos de análisis de puesto:
‐ Las adaptaciones del WPS (Work Profiling System).
‐
‐ Del F‐JAS (Job Analysis Scales).
El primero ha sido desarrollado en el Reino Unido por Saville y Holdsworth (SHL). Se trata de
tres cuestionarios distintos que se refieren a tres categorías de puestos (mandos,
administración y manual y técnico) Cada cuestionario tiene dos partes: la primera permite
describir los aspectos principales del puesto, y la segunda, su contexto (formación requerida,
responsabilidades, nivel jerárquico, horarios, salario, etc.).
El cuestionario se presenta bajo la forma de una serie de cartulinas, entre las que el experto
debe escoger aquellas que se refieren al puesto analizado. A continuación, los conceptos de las
secciones escogidas son objeto de una valoración para precisar el tiempo empleado en cada
tarea descrita y la importancia de esta tarea para el puesto considerado. Como en el caso
precedente, el análisis de los resultados se realiza mediante ordenador con una serie de
opciones: descripción y clasificación de las secciones, análisis de las tareas por sección,
diagnóstico de las aptitudes y de los rasgos de personalidad requeridos, así como de los roles,
de los tipos de liderazgo, etc.
Es posible, igualmente, obtener una lista de los métodos de evaluación más adecuados, un
plan de desarrollo y un método de puntuación de los individuos que ocupan el puesto. Se
trata, pues, más de un sistema experto que de un simple cuestionario.
El F‐JAS (Fleishman, Cartier y Lévy‐Leboyer) tiene la originalidad de abordar directamente las
cualidades requeridas sin pasar por la descripción del puesto o de sus elementos.
Este cuestionario se basa en la identificación por E. Fleishman de 37 aptitudes independientes,
las cuales resultan a su vez del análisis factorial de series de resultados obtenidos en tareas
muy variadas. Estas aptitudes se agrupan en cuatro categorías:
‐ Aptitudes mentales.
‐ Aptitudes psíquicas.
‐ Aptitudes psicomotrices.
‐ Aptitudes sensoriales.
Cada aptitud incluye una definición, así como un comentario precisando en qué difiere esta
aptitud de aptitudes semejantes. La valoración se efectúa con ayuda de una escala cuyos
niveles están definidos por comportamientos tipo. Estos comportamientos son objeto de una
ponderación basada en una encuesta empírica: sólo se han seleccionado los ejemplos de
comportamientos sobre los que los expertos han aportado valoraciones homogéneas. Una
nueva versión, en curso de adaptación, incluirá una cuarta categoría de aptitudes referentes al
ámbito psicosocial.