Unidad Didáctica 2 Montesori

Unidad didáctica 2: La psicología evolutiva y los periodos
sensibles en la escuela Montessori.
M ETODOLOGÍA M ONTESSORI Y DISCIPLINA

POSITIVA
Unidad Didáctica 2:
La psicología evolutiva y los periodos sensibles en la Escuela Montessori.
1. Psicología evolutiva y periodos sensibles ...................................... 2
2. Los cuatros planos del desarrollo según Montessori ................ 34
3. Bibliografía:...................................................................................... 46
Opositer.edu.es – Cursos Homologados para oposiciones
1
1. PSICOLOGÍA EVOLUTIVA Y PERIODOS

SENSIBLES
La psicología evolutiva es la rama de la psicología que se encarga del
estudio del proceso de desarrollo de la persona en las diferentes
etapas de su vida, tomando como referencia los distintos ámbitos o
dominios de la conducta.
Las pautas o características evolutivas se enuncian tomando como
modelo lo que suele ser más habitual, es decir, lo que es general para
casi todos los individuos. Esto no quiere decir que un niño que no haya
adquirido una conducta a una edad determinada (por ejemplo, andar a
los 12 o 18 meses) tenga algún problema; simplemente puede ser que
su desarrollo lleve un ritmo diferente.
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El desarrollo de las personas va a estar muy influido por aspectos
extrínsecos, el desarrollo prenatal, el parto, la crianza, la estimulación
sensorial, etc.
El estudio del ser humano y de sus conductas ha permitido poder
clasificar y describir su evolución en varios ámbitos o dominios que
son de suma importancia en el campo educativo.
Estos ámbitos o dominios son:
1. DOMINIO AFECTIVO. Tiene por objeto el estudio de los afectos,
sentimientos y emociones del ser humano.
2. DOMINIO SOCIAL. Estudia la influencia de la sociedad, las
instituciones o los grupos en el desarrollo de la persona, así como
la evolución de sus relaciones.
3. DOMINO COGNOSCITIVO/COGNITIVO. Estudia el aprendizaje,
conocimiento, los procesos del pensamiento y del lenguaje que se
dan en el ser humano.
4. DOMINIO MOTOR (o psicomotor). Estudia la psicomotrocidad
humana, el movimiento, su adquisición y evolución.
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Con el paso del tiempo ha ido variando la perspectiva del análisis de
los ámbitos o dominios de la conducta: hemos pasado de una visión
unidireccional y parcial donde cada uno de los ámbitos existe de
manera independiente, a una noción de interacción constante como
expresión de la propia naturaleza humana.
La mayoría de los autores que se han dedicado al estudio del proceso
de desarrollo en la persona, aceptan la división de la vida en una serie
de momentos característicos denominados “fases”, “etapas” o
“estadios”.
El primer momento o etapa abarca desde el nacimiento hasta más o
menos la adquisición del lenguaje.
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Lo que distingue a este periodo vital es que el niño evoluciona desde
un estado de total indiferenciación psíquica, hasta el logro de una
intensa relación afectiva con sus padres, percibida como alguien
distinta a sí mismo.
El recién nacido es incapaz de discernir entre su persona y el mundo
exterior, no existen límites entre su organismo y el entorno. El
aprendizaje de esta fundamental diferencia es adquirido
progresivamente a través del contacto físico diario con sus padres.
Una vez que el niño ha nacido, se ve obligado a adoptar conductas
mucho más activas (tragar, respirar, etc.), en contraposición a la
pasividad con la que se encontraba en el seno materno.
Una de las experiencias más importantes en la vida del bebé, tanto
desde el punto de vista nutricional como psicológico, son la
alimentación y la limpieza.
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El desarrollo mental del bebé puede ser conocido externamente a
través de la observación de sus respuestas sociales.
Desde el punto de vista intelectual, el logro más importante durante el
primer año de vida es la coordinación óculo-manual: poder manipular
con las manos lo que percibe con la vista. Esto le va a permitir actuar
sobre el mundo que le rodea y explorarlo poco a poco.
Este hecho posibilitará la aparición en el niño de una inteligencia
práctica o manipuladora con la que resolver los primeros problemas
sencillos que se le plantean en su entorno.
Con respecto al ámbito afectivo, puesto que el recién nacido es
incapaz de comunicar sus estados internos, sus peculiaridades
psicológicas solo pueden deducirse a través de sus actividades
motrices.
En esta etapa hay una estrecha relación entre movilidad-
intelectualidad-afectividad. La vida afectiva se conoce a través de sus
manifestaciones externas.
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La mayoría de los psicólogos coinciden en que el recién nacido solo
expresa dos tipos de emociones:
- Placer, como resultado de la satisfacción de sus necesidades
biológicas.
- Displacer, cuando tiene insatisfecha alguna de sus
necesidades biológicas.
Hacia el tercer mes aparece la alegría como una nueva emoción, con
una dimensión más social. Se supone que esta alegría es la anticipación
de las situaciones de placer que se avecinan.
De los tres a los seis meses la sonrisa se hace selectiva y suele dirigirse
a quien conoce, fundamentalmente a la madre o padre. El niño
agradece esta compañía y su ausencia provoca el llanto.
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Antes de los seis meses el niño tolera bien un cambio de cuidador,
pero una vez establecida la relación dual, cualquier separación
inoportuna puede afectar al normal desarrollo del bebé.
Hacia el octavo mes, el niño atraviesa una etapa especialmente
delicada que le hace psicológicamente vulnerable. Se trata de la
llamada “angustia del extraño”. En esta etapa el niño se vuelve
extraordinariamente miedoso, se encuentra tranquilo en presencia de
los padres y reacciona con angustia ante la aproximación de
desconocidos.
La aparición de la expresión del resto de las emociones se refleja en la
siguiente tabla. Según Bridges:
 5.º mes: satisfacción y angustia.
 7.º mes: disgusto.
 8.º mes: miedo y afecto por las personas adultas.
 14.º mes: surge el afecto por los otros niños.
 20.º mes: envidia.
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Dentro del ámbito psicomotor hay que destacar el predominio de la
actividad refleja durante los 6 primeros meses de vida.
Progresivamente la actividad refleja va desapareciendo para ir dando
paso a una actividad motriz voluntaria.
La conquista de la condición erguida o vertical y de la locomoción
supone que el niño va alcanzando un nivel de desarrollo caracterizado
por los siguientes puntos:
1. Transición del domino flexor al dominio extensor.
2. Reducción de la base de sustentación.
3. Paso de situaciones pasivas a activas o de estáticas a dinámicas.
4. Mejora de la coordinación de movimientos en dirección cefalo-
caudal y próximo-distal
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En definitiva, el periodo desde el nacimiento hasta los dos primeros
años de vida se presenta como un momento crucial para el desarrollo
motor infantil.
En lo que parecen coincidir todos los autores es en que un medio
estimulante favorece el desarrollo motor, enriqueciéndolo con
multitud de posibilidades
Desde el punto de vista cognoscitivo, los dos primeros años de vida
están marcados por un importante desarrollo mental, que en
ocasiones ha sido poco valorado debido a que no ha sido acompañado
de un lenguaje que permita indicar paso a paso todo el progreso de la
inteligencia.
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Este periodo, que Piaget llama “de asimilación sensomotriz”, se
caracteriza por la conquista de percepciones y movimientos de todo el
universo práctico que rodea al niño. Los primeros años de vida el niño
se limita a actuar en el espacio exterior.
Ante la aparición de un problema, el niño debe ir probando las posibles
maneras de solucionarlo hasta que, por el método de ensayo y error,
consiga dar con la más forma más adecuada. Por ejemplo, un niño que
se encuentra dentro de su parque y quiere alcanzar una pelota que se
está fuera, con la ayuda de un bastón dará golpes a la pelota hasta que
consiga observar cómo los golpes le permiten acercarla.
Hacia el final del 2.º año, el niño ya es capaz de anticiparse a una
situación y escoger la solución idónea. Es decir, el niño realiza en su
espacio representativo interior aquellos ensayos y errores que antes
tenía que realizar en su espacio sensoriomotor. A esta capacidad que
le permite representar mentalmente las situaciones para adaptarse a
ellas se le conoce como inteligencia representativa.
Además, a partir del 2.º año el niño ya es capaz de ir creando imágenes
mentales de las cosas, pudiendo imitarlas, reproducirlas, describirlas,
etc., sin tener que observarlas previamente.
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Estas imágenes mentales no son nunca una reproducción exacta de la
realidad, sino un símbolo subjetivo creado por el niño a partir de los
elementos que para él tienen más valor.
A estas edades no existe todavía un pensamiento lógico. El niño
concibe la realidad desde su punto de vista. En estas edades tampoco
son capaces de percibir correctamente el tiempo y el espacio, debido
a que su subjetivismo les impide razonar.
A partir del primer año, y en relación con el nacimiento de la
inteligencia representativa, comienza la aparición del lenguaje.
Durante el primer año no existe el lenguaje propiamente dicho,
aunque el lactante practique en su balbuceo sonidos de gran riqueza
fonética.
A partir del año y medio el niño utiliza dos palabras en forma de frase
gramatical. Posteriormente surge la frase gramatical completa, y hasta
los tres o cuatro años el niño no es capaz de utilizar las estructuras
gramaticales de la lengua adulta.
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El juego sensorio-motor permite la estimulación motriz del sujeto y

el juego manipulativo permite la exploración y el
autodescubrimiento.
A partir del año es capaz de atrapar con los dedos, de meter objetos
en cajas, vaciar y llenar, etc. A los dos años ya será capaz de apilar
bloques y les suelen gustar los juegos de arrastre y empuje.
El siguiente periodo es el periodo preescolar. Abarca desde los 2 a los
6 años.
Durante el segundo y tercer año ocurren tres hechos fundamentales
en el desarrollo infantil: la adquisición del lenguaje, de la marcha y del
control de esfínteres. El dominio de los tres confiere al niño cierta
autonomía de la madre, no obstante, las relaciones materno filiales
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continúan siendo muy intensas y el niño no pierde de vista a su
progenitora.
Hacia los 36 meses hay una reactivación de la angustia del extraño,
llamada ahora angustia de separación. La mayor fuente de angustia
para el niño en estos años proviene del conflicto entre satisfacer sus
deseos de autonomía y el miedo a perder el cariño y protección de sus
progenitores. Este conflicto alcanza su máxima intensidad a los 36
meses en la llamada “etapa del no”, cuando se opone por sistema a las
demandas maternas/paternas, explorando así los límites de su
independencia.
La fantasía a esta edad cumple una importante función, y el juego es la
forma en la que la fantasía se lleva a cabo.
En esta etapa el juego se denomina simbólico. En un principio este
juego se caracteriza por el egocentrismo del niño y posteriormente se
enriquece e impregna de gran imaginación. En un segundo periodo es
menos egocéntrico y se va transformando en la dirección de la
representación imitativa de lo real, desarrollando así el juego simbólico
colectivo.
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Este tipo de juego promueve:
• La adaptación a la realidad.
• El sentido de la realidad.
• La actitud científica, el desarrollo del razonamiento hipotético.
• Cambio del juego individual por el colectivo.
• Supone ir aceptando una cultura y unas normas sociales.
Así como en el periodo anterior el niño encontraba gran satisfacción
en sus actividades sensorio-motrices, durante este periodo preescolar
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y con el nacimiento de la inteligencia representativa el juego adquiere
un carácter simbólico. Juega a ser otras personas, etc.
También muy relacionado con el juego está el fenómeno de la
imitación. El niño expresa en sus juegos e imitaciones sus deseos más
profundos.
Durante este periodo de vida el niño debe ir aceptando y adaptarse a
las diferentes normas familiares. En esta adaptación surgen a menudo
conflictos o resentimientos que dependen del tipo de normas
impuestas, del cariño y la habilidad de los padres para educar, etc.
Diferentes autores han demostrado que los niños tratados con más
afecto durante los primeros años de vida muestran un tipo de
conducta social más adaptada, mientras que los niños procedentes de
hogares desorganizados se muestran posteriormente más asociales y
agresivos.
El niño cuenta con muy pocas fuerzas para oponerse a las solicitudes
de los mayores, las cuales suele considerar excesivas. En su mentalidad
subjetiva y egocéntrica vive como un atentado hacia su propio “yo”
cualquier limitación, haciéndose consciente de que él tiene que ser el
primero en velar por sus propios intereses.
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En estas edades el niño quiere tener todo para él y es incapaz de
ponerse en el lugar de los demás.
Durante este periodo surge también el sentimiento de vergüenza,
como una manifestación de defensa de la intimidad ante los extraños.
En cuanto al ámbito social, comienza en esta etapa un proceso de
socialización considerada como primitiva y que abarca al entorno
familiar.
Respecto a la socialización con los otros niños, en un principio existe
poco interés por sus iguales. Diferentes autores han estudiado este
tema describiendo una serie de etapas:
1. Tratará de quitar el juguete a otro.
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2. Respeta la posesión con envidia.
3. A partir de los cuatro años surge lo que se llama "juego
en paralelo", que consiste en que dos niños pueden jugar
próximos, pero cada uno a su juego.
4. Entre los 5 y 6 años surge el "juego en colaboración",
pero se interrumpe constantemente.
Ana Freud estudio un grupo de niños judíos cuyos padres fueron
asesinados durante la persecución nazi. Fueron ingresados en un
campo de concentración para niños sin padres. Allí un grupo de
cuidadoras se limitaba a alimentarlos sin mantener otro contacto con
ellos. Pasados dos o tres años, estos niños fueron liberados por los
rusos y mandados a Inglaterra, donde recibieron un óptimo trato
desde el punto de vista material y afectivo.
Ana Freud encontró que dentro de este grupo de niños existía una
gran cohesión interna, de forma que dirigían hacia ellos su amor y
volcaban la agresividad entre las personas que estaban en el exterior.
Ninguno de los niños aceptaba un regalo si no lo recibían también el
resto del grupo. Su único deseo era estar siempre unidos, no
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existiendo los odios, la envidia, ni la lucha por la posesión de los
objetos.
Este tipo de observaciones demuestran que el niño tiene la capacidad
de socialización desde edades muy tempranas.
Algunos autores preconizan la educación comunitaria para favorecer
la socialización precoz como única forma de promover
verdaderamente los sentimientos democráticos y de igualdad entre
los hombres.
Desde el punto de vista cognitivo, se utilizan los dibujos y sueños
como manifestaciones que permiten aproximarse a la mente infantil.
En la capacidad para copiar figuras tienen poca influencia los procesos
de aprendizaje, porque dependen de factores madurativos. Dibujar
algo supone estar en posesión de la capacidad representativa
simbólica, y también supone estar en condiciones de traducir esa
imagen mental a movimientos gráficos.
Se puede conocer muchas cosas del niño a través de sus dibujos.
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La cronología en la consecución del dibujo es bastante exacta y se
expresa en el siguiente cuadro:
Antes de los 3 años: no hay dibujo. “Garabato”.
Entre los 3 y 4 años: aparece el dibujo infantil.
A los 3 años: copia un círculo.
A los 4 años: copia un cuadrado.
A los 5 años: copia un triángulo.
A los 6 años: copia un rombo.
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Entre los 3 y 4 años, y coincidiendo con la aparición de la inteligencia
representativa, aparece el primer esbozo de la figura humana, que
en un principio solo se trata de figuras a modo de renacuajo (ojos,
cabeza, piernas).
Posteriormente, el niño le irá añadiendo los brazos y el tronco.
Este periodo tiene una importancia capital dentro del desarrollo
motor infantil, porque es la época de la adquisición de las habilidades
motrices o habilidades fundamentales.
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En este proceso de adquisición de movimiento de manera cada vez
más autónoma tienen influencia diferentes factores:
Aspectos neurológicos: tiene incidencia en los movimientos más
complejos.
Aspectos de crecimiento: tiene influencia en el desarrollo del
sistema muscular.
Aspectos externos: tiene influencia familiar ya que el tiempo libre
del que se disponga se puede emplear en actividades de tipo
motriz. Durante este periodo se van manifestando las diferencias
individuales entre unos niños y otros, y asimismo surge la diferencia
entre los sexos, siendo fundamental en este sentido la influencia
del ambiente. Es un periodo de aprendizajes básicos donde se
sientan las bases para una motricidad más compleja en el futuro.
Diferentes autores han demostrado cómo un dominio gestual y una
motricidad desarrollada son elementos importantes para la
determinación de liderazgo entre los niños de estas edades.
El aprendizaje de todas las habilidades físicas básicas o fundamentales
se lleva a cabo por medio de la función lúdica del juego.
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De la autonomía motriz que el niño adquiera en estas edades
dependerá la futura motricidad en las etapas de adolescente y adulto.
La gran mayoría de autores coincide en que es necesario intervenir en
este desarrollo guiando al niño y proponiéndole una gran variedad de
situaciones motrices, pues de lo contrario el desarrollo motor no
evolucionará espontáneamente a niveles superiores.
Se trata pues de un periodo que no debe ser desaprovechado. Se debe
proveer al niño de espacio y equipamientos adecuados para sus
posibilidades, respetando su carácter infantil y no estereotipando
demasiado pronto sus acciones.
NIÑOS ENTRE 3 Y 6
AÑOS
 Mejora la motricidad fina y gruesa.
 Locomoción con seguridad.
 Progresiva adquisición del esquema

corporal. Discriminación del cuerpo en
ASPECTOS MOTORES reposo y movimiento.
 Mejora de la estructuración y percepción

espacial, temporal y espacio-temporal.
 Percepción del tiempo subjetiva. Rutinas

(autómatas, por tiempos o bloques, no por
horarios).
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 Inicio del pensamiento simbólico y

preconceptual.
 Inicio del pensamiento intuitivo centrado

en intereses subjetivos. Actúa en función
de necesidades inmediatas.
ASPECTOS COGNITIVOS
 Egocentrismo. No puede ver diferentes
puntos de vista.
 Juego como herramienta de aprendizaje y

socialización.
 Relación con el medio fluctuante basada

en la gratificación.
 Se inician en los procesos de socialización

NIVEL AFECTIVO
básicos.
 Va perfeccionando la gramática.
 Lenguaje va siendo más depurado.
DESARROLLO DEL  Uso de adjetivos y adverbios; uso de

oraciones complejas y comparativas.
LENGUAJE
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El periodo escolar abarca desde los 6 a los 11-12 años.
Durante este periodo el cuerpo del niño sigue proporcionándose,
adquiriendo ya una figura esbelta similar a la del adulto.
Al periodo escolar también se le llama “la edad de oro del juego” pues,
aunque el niño dedica menos tiempo que en el periodo preescolar, lo
hace con mucha más intensidad y entusiasmo. Los juegos que más le
atraen son los juegos activos.
En esta etapa se constituyen los juegos basados en reglas (aparecen
hacia los 4 o 5 años, pero no se llevan a cabo hasta los 7 u 8,
subsistiendo a lo largo de su vida).
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Este tipo de juegos están estructurados a través de reglas objetivas,
representando a su vez una falta de violación de las mismas. Según
Piaget, se definen así:
“Los juegos de reglas son juegos de combinaciones sensorio-motoras con
competencias de los individuos y regulados por un código”.
Este tipo de juegos muestra una mayor adaptación a la realidad ya que
se basan en la asimilación de unas normas y reglas que han de cumplir
estrictamente todos los participantes.
Desde el punto de vista social, este periodo está marcado por una
socialización con los iguales.
Las primeras amistades que se establecen dentro de este periodo son
de tipo casual. A medida que pasa el tiempo, se van abandonando estas
amistades casuales; se vuelven más íntimas y específicas, ocupando
parte del lugar afectivo que antes era exclusivo de la familia.
Alrededor de los 9 años surgen las primeras pandillas. Estas suelen ser
generalmente unisexuales y constituyen verdaderos elementos de
socialización.
Existen niños que tienen dificultades para integrarse en las pandillas,
pues siguen valorando más a los adultos.
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Coincidiendo con este proceso de socialización con los iguales, se
produce también un cambio en la conciencia moral: antes lo bueno y
lo malo era lo que sus padres permitían o prohibían, pero ahora se dan
cuenta de que también entra en juego lo que agrada a sus
compañeros.
Coincidiendo con los procesos de socialización descritos, aparece en
el niño una nueva capacidad de razonamiento que supone un cambio
radical frente a los puntos de vista subjetivos y egocéntricos de la
etapa anterior.
El niño va abandonando su peculiar manera de ver las cosas y va siendo
capaz de razonar prescindiendo de su propio punto de vista.
Así va descubriendo que el mundo es una realidad en sí misma a la que
todas las personas tienen acceso por igual. Aprende a percibir las
cosas como las percibirían las demás, es decir, como son en sí mismas,
anteponiendo a su subjetivismo una nueva dimensión interpersonal.
Sin embargo, esta capacidad de razonar se refiere a las cuestiones que
el niño puede percibir o manipular, es decir, al mundo material. A este
nuevo proceso intelectual se le llama "lógica concreta".
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Como consecuencia de esto, surge en el niño un renovado interés por
la naturaleza y por todo aquello que le descubra nuevas facetas de las
cosas.
La curiosidad, acrecentada por cuanto le rodea, suele encontrar en la
lectura un medio de satisfacción que complementa sus propias
observaciones y le permite desarrollar sus capacidades creativas.
En este periodo mejora también la noción del tiempo, el espacio y la
memoria.
Durante la segunda mitad de esta etapa se considera que el niño ha
llegado a la madurez infantil. Esto es así ya que existe un equilibrio
entre su inteligencia y afectividad: el niño ya es capaz de razonar de
una manera más real, su vida afectiva se muestra estable, está
adaptado a las normas familiares y a la de la escuela, y tiene una vida
social más desarrollada.
En este periodo el niño desarrolla sentimientos competitivos; quiere
ser el mejor entre sus compañeros. Aparece un gusto por las
competiciones de todo tipo, pero al mismo tiempo debe aprender a
ser suficientemente humilde y reconocer que no es el ser
omnipotente de sus fantasías infantiles.
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El factor práctico es muy importante a la hora de crear diferencias
individuales entre unos niños y otros. Varios autores realizaron una
serie de pruebas entre niños de 6 a 12 años, llegando a las siguientes
concesiones o características en la motricidad de esta etapa:
- Las habilidades motrices básicas se consolidan, refinan y aplican a
diversos aprendizajes motores.
- El rendimiento motor mejora principalmente en tareas de fuerza,
resistencia, agilidad, equilibrio y coordinación.
- Se manifiesta madurez y eficacia en tareas de lanzamiento, salto,
recepción, golpeo, pateo, etc.
- Se van diferenciando progresivamente los factores de aptitud
física.
- Se mejoran los mecanismos de percepción y toma de decisiones.
- Se implican en la realización de tareas motrices.
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Los efectos del deporte infantil no se manifiestan únicamente en una
mejora motriz, sino que afectan también a otras facetas de la
personalidad.
Ferruccio Antonelli y Alessandro Salvini, en su libro "Psicología del
deporte" resumen la influencia de la actividad deportiva en la
personalidad del niño en los siguientes puntos:
• El deporte da respuesta a algunas necesidades psicológicas
fundamentales relacionadas con el juego, el movimiento y la
competición.
• Fomenta la comunicación y relaciones interpersonales y de
grupo, lo que ayuda al niño en su proceso de socialización.
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• Permite trabajar en aspectos de gran valor pedagógico como
son la expresividad, la creatividad y la utilización completa del
espacio.
• La actividad motriz influye positivamente en el desarrollo
cognitivo. Se debería utilizar continuamente la inteligencia.
• El deporte contribuye al desarrollo de la personalidad
mediante el desarrollo de la propia identidad fuera de la
familia, la conquista de una estabilidad personal, etc.
NIÑOS DE 6 A 12 AÑOS (INFANCIA ADULTA)
 Razonamiento concreto, ligado todavía a la

percepción y la experiencia. Incapaz de utilizar
aún el pensamiento abstracto.
 Maduración y desarrollo de las capacidades

físicas y motrices.
 Bienestar y equilibrio emocional y afectivo.
 Relaciones sociales: preferencia por el grupo

de iguales.
CÓMO SON  Adapta de forma más responsable su conducta

a la existencia de normas.
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 Progresivo descubrimiento de las

consecuencias de sus actos y fenómenos que
ocurren a su alrededor.
 Progresiva concienciación de sus capacidades

y limitaciones. (Hay que enseñarles que los
errores también enseñan, que hay que saber el
porqué de los mismos y rectificar).
 Se produce el paso de una moral heterónoma

a una autónoma (distinguir entre bien y mal,
pero en base a lo que observa en los demás).
 Progresivo descubrimiento de su sexualidad y

de la función de la misma.
Relacionados con las personas más cercanas a su

experiencia. Influencia progresiva de:
 Dominancia del grupo de iguales.

QUIÉNES INFLUYEN
 Familia.
 Educadores.
 Otros modelos.
QUÉ NECESITAN  Actividad y estimulación constante.
 Sentirse autónomos.
 Sentirse queridos, aceptados y valorados

por las personas que son significativas para
ellos.
 Explicaciones de lo que ocurre en su

entorno.
 Necesidad de comunicación y relación.
 Necesidad de normas básicas que

favorezcan la evolución y construcción de su
propio código de valores.
 Afianzar y reforzar su propio “yo” frente a

los adultos.
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 Los juegos reglados.
 Sentirse útiles y seguros.
 Sentirse mayores (por la admiración a los

mayores).
 Relacionarse con los demás.

QUÉ LES GUSTA
 Competir y colaborar.
 Interés por lo misterioso, lo desconocido, lo

aventurero.
 Imitar a las personas importantes.
 Favorecer situaciones de relación y

comunicación entre los niños.
 Consensuar las normas con ellos.
 Justificar el porqué de los refuerzos

positivos y negativos de sus
IMPLICACIONES
comportamientos.
EDUCATIVAS
 Hacerle saber que hay que asumir los
errores y fracasos y aprender de ellos.
 Satisfacer su curiosidad a través de mucha

estimulación y situaciones y actividades
creativas.
 Educar en un sentido crítico para que

puedan construir progresivamente sus
propios criterios y valores.
 Dar a la competitividad una visión positiva,

relativizar el ganar o perder (trabajo en
equipo, afán de superación, etc.).
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2. LOS CUATROS PLANOS DEL DESARROLLO

SEGÚN MONTESSORI
Uno de los planteamientos más interesantes de la filosofía Montessori
son Los cuatro planos del desarrollo. Maria Montessori generó esta
idea unos años antes de su muerte. Con esta idea queda patente que
para ella lo más importante en la educación de un niño son los
primeros años de su vida (de los 0 a los 6 años), y más concretamente,
la primera etapa hasta los tres años.
Según este planteamiento, el niño pasaría del nacimiento hasta la vida
adulta gracias a cuatro periodos distintos: Los cuatro planos del
desarrollo. Cada uno de ellos difiere del anterior, pero todos forman
parte de un proceso indivisible.
Maria Montessori consideraba que el crecimiento no se daba de forma
lineal, sino que se producía en una serie de fases con altibajos que
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marcan el ritmo en el que niño se convertirá en hombre. En cada
periodo se produce un aumento progresivo de las sensibilidades, para
luego decrecer hasta dar lugar a una nueva fase de desarrollo.
La infancia y la adolescencia son los periodos de creación donde se
producen más cambios, y la niñez y la madurez son los periodos de
desarrollo, que gozan de más estabilidad al desarrollarse las habilidades
de la etapa anterior.
El desarrollo en los primeros años es vertiginoso y poco a poco va
estabilizándose hasta llegar a ser una línea discontinua en la última fase
de la madurez (21-24 años).
Los cuatro planes del desarrollo son los siguientes:
MENTE ABSORBENTE DEL NIÑO (DE 0 A 6 AÑOS):
En esta etapa prima la creatividad y el cambio. A su vez, este plano
del desarrollo infantil se divide en:
• Mente inconsciente (de 0 a 3 años): durante este espacio
temporal la mente está en constante adquisición inconsciente
de aquellos aprendizajes que proporciona el entorno más
cercano al niño. Un ejemplo claro es la adquisición del
lenguaje. También, a lo largo de esta etapa se comprende la
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diferencia entre lo real e irreal, las coordinaciones visomotoras
y los hábitos de higiene personal e independencia. Como
herramienta exploradora de esta absorción, los niños hacen
uso de todos sus sentidos.
• Mente consciente (de 3 a 6 años): en este periodo la mente
del infante toma conciencia, y lo hace a través del
movimiento. Ahora la mente es consciente de sus actos.
Durante esta fase se trabajan habilidades como la
concentración, la voluntad o la memoria. Ahora el niño tiene el
control del ambiente, y no al contrario, como ocurría en la
fase anterior. Los sentidos vuelven a ser los protagonistas del
aprendizaje.
PERIODO DE LA NIÑEZ (DE 6 A 12 AÑOS):
Este segundo plano se caracteriza por la estabilidad, pues en la niñez
los sujetos emplean la información aprendida anteriormente, como
también la recién adquirida. Con esta información darán respuesta a
cuestiones como “por qué”, “cómo” y “cuándo”. A su vez se
despierta el interés por aspectos más complejos y las relaciones
sociales se incrementan, al igual que los planteamientos de tipo
moral.
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ADOLESCENCIA (DE 12 A 18 AÑOS):
El tercer plano de desarrollo, Montessori lo entiende por dos fases
contiguas:
• Pubertad (de 12 a 15 años): fase de configuración o creación
que Montessori asocia con un “nuevo nacimiento”. A lo largo
de esta se producen cambios tanto físicos como psicológicos.
Dentro de estos últimos se encuentran sentimientos de duda,
inseguridad, explosiones emocionales, etc. Según Montessori,
el aspecto académico deberá respetar y cooperar en el
desarrollo social.
• Adolescencia (de 15 a 18 años): esta es una etapa de
consolidación y crecimiento de intereses donde se manifiesta
una cierta inquietud por la posición que uno tiene dentro del
mundo adulto. Tal inquietud quedará ligada al asunto de la
responsabilidad social.
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MADUREZ (DE 18 A 24 AÑOS):
Todos los planos del desarrollo o etapas anteriores concluyen en la
madurez. Llega el momento de que el niño se adentre en la sociedad
adulta, mantenga una estabilidad tanto social como emocional y
comience un desarrollo evolutivo estable.
En la siguiente tabla tienes un resumen con las características más
importantes de cada etapa.
INFANCIA NIÑEZ ADOLESCENCIA MADUREZ

0-6 6-12 12-18 18-24
PLANO DE Primero Segundo Tercero Cuarto
DESARROLLO
MENTE Absorbente Razonadora Humanística Especializada
Inconsciente/
Consciente
OBJETIVO Formación del Desarrollo Formación del Desarrollo
del hombre ser social del ser social

hombre
INDEPENDENCIA Funcional Intelectual Social Económica
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FRASE QUE
PODRÍA
Ayúdame a Ayúdame a Ayúdame a Ayúdame a
DEFINIRLO
hacerlo pensar solo expresarme solo mantenerme
solo
NIVEL DE Prácticamente Moderado Alto Muy alto
EXIGENCIA inexistente
Una de las características más importantes de la pedagogía
Montessori, es la aplicación de la observación como método científico
rigurosamente aplicado.
La aplicación del mismo a lo largo de sus experiencias le permitió
formular un principio psicológico, tan nuevo como fundamental, sobre
el cual basó su pedagogía: el desarrollo del niño no se logra de
manera lineal y regular, sino por etapas.
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La observación en el método Montessori nos aporta información
relevante acerca de la verdadera naturaleza del niño: nos dice en qué
momento madurativo está, qué le interesa y qué podemos ofrecerle
para que se desarrolle de la mejor manera.
Existe una sucesión de periodos mediante los cuales el niño revela una
sensibilidad particular, desarrolla con más facilidad algunas aptitudes y
se interesa más intensamente en un ejercicio u objeto específico.
Durante este transcurso surge del fondo del inconsciente una
verdadera pasión, no una simple curiosidad. Estos momentos son los
llamados periodos sensibles.
Hay varios tipos de periodos sensibles: el periodo para la adquisición
del lenguaje, el periodo sensitivo del orden, del refinamiento de los
sentidos y del movimiento, de las relaciones sociales, de
discriminación de las formas, de la imitación, de la música, del color,
del alma, de la exploración táctil, de la lectura y escritura…
Como ya hemos visto en el apartado anterior, de los 0 a los 6 años se
desarrolla la etapa de la mente absorbente. Es un periodo de
creación. En él encontramos las raíces del carácter.
La mente del niño actúa como una esponja, es decir, absorbe, asimila y
a la vez interioriza todo lo que tiene disponible en su ambiente. Por
eso es muy importante ofrecer a las personas un entorno preparado y
40
adecuado en el que puedan desarrollar las habilidades y competencias
que necesiten desarrollar.
Los periodos sensibles, por lo tanto, son pequeños espacios de
tiempo, ventanas de oportunidad en las que el niño se interesa de
forma muy intensa por algo y consecuentemente lo repite hasta que
logra dominarlo.
Cada niño muestra necesidades diferentes, por eso resulta
imprescindible estar atento a sus periodos sensibles. Como
orientación general, podemos establecer algunas ideas en torno a los
elementos comunes de los periodos sensibles:
• Periodo sensible al orden. Desde el nacimiento hasta los 4
años y medio aprox. No debemos confundirlo con la
necesidad de limpieza de los adultos, sería más bien un “orden
mental”.
41
• Periodo sensible al movimiento. Desde el nacimiento hasta
los 4 años y medio aprox.
• Periodo sensible al refinamiento sensorial. Desde el
nacimiento hasta los 4 años aprox.
• Periodo sensible al lenguaje. Desde el nacimiento hasta los
6 años.
Se ha observado que, a la edad de un año y medio, hay un factor muy
importante y evidente tanto en el desarrollo de las manos como en el
de los pies: la fuerza. Esta etapa se da poco después de empezar a
andar, por lo que los niños demuestran una fuerza increíble y una
capacidad física formidable.
También hay una tendencia a infringir las leyes de la gravedad y a
superarlas: al niño le gusta trepar, y para hacerlo debe agarrarse a algo
con la mano y hacer fuerza. Debemos permitirles llevar a cabo estas
actividades, dado que es importante para sus conexiones cerebrales y
su autoestima.
42
El educador deberá estar atento al comportamiento del niño para
distinguir los periodos sensibles y responder a sus necesidades.
De modo general, podemos decir que:
• Desde el nacimiento hasta los tres años el espíritu infantil
busca experiencias sensoriales.
• Del año y medio a los cuatro años aparecen la coordinación
y el desenvolvimiento de los músculos.
• De los dos a los cuatro años surge el interés por descubrir
la verdad. Durante el mismo periodo, la actividad motora se
perfecciona. El niño comienza también a entender las
nociones de sucesión en el tiempo y de límite en el espacio.
• El momento para enseñarle a leer va de los cuatro años y
medio a los cinco y medio.
• De los dos a los seis años y medio se presenta el periodo
sensible que posibilita perfeccionar los sentidos y el
espíritu. Este periodo se encuentra vinculado a las
sensaciones exteriores de color, sonido, forma, con la meta
43
inconsciente de afinar sus sentidos y construir su
inteligencia.
• Por último, de los tres a los seis años también centra su
interés en el perfeccionamiento de sus movimientos y de
sus actos.
La tarea del educador consistirá entonces en distinguir el periodo
sensible para la explotación óptima de sus potencialidades.
El niño se desarrollará gracias a una sucesión de momentos presentes
iluminados por la luz de sus periodos sensibles. El mérito de M.
Montessori fue buscar la redistribución de los elementos culturales en
función de los periodos sensibles.
El respeto a estos periodos resulta esencial para un plan pedagógico
eficiente y adecuado. El niño necesita ser guiado a la hora de tomar
elecciones fundamentales y el educador debe crear situaciones
favorables para el desenvolvimiento de tal función.
Conociendo en profundidad la psicología evolutiva, teniendo en
cuenta los periodos sensibles descritos por Maria Montessori y
utilizando la observación del desarrollo y las preferencias individuales
de los niños, estaremos preparados para aplicar la metodología
Montessori en el aula.
44
Algunas pautas de actuación que pueden facilitar la tarea de absorción
por parte de los niños son las siguientes:
• Dejar el material siempre colocado en el mismo lugar.
• Definir las áreas con los diferentes ambientes.
• Presentar el material o actividad de manera clara en el
momento en que el niño está interesado.
• Dejarles elegir materiales y actividades en libertad.
• Darles unas pautas acerca de los límites que hay en el
ambiente que, a pesar de parecer algo muy restrictivo para
ellos, es todo lo contrario: al niño le proporciona libertad,
orden, confianza y seguridad.
Por ello, el ambiente debe ser un espacio físico y psicológico diseñado
para el niño, un espacio en el que se puedan dar todas las
oportunidades para aprender a través de sus propias experiencias, y así
poder construir su personalidad: un lugar espacioso, con gran luz
natural, colorido, con materiales limpios y ordenados, rodeados de
flores y plantas, etc.
45
3. BIBLIOGRAFÍA:
- Foshi, R. (2014). Maria Montessori. Barcelona: Octaedro.
- Lillard, A.S. (2005). Montessori: The science behind the genius.
Oxford: University Press.
- Montessori, M. (1937). Pedagogía científica. Barcelona: Araluce.
- Montessori, M. (1940). La formación del hombre. México: Diana.
- Montessori, M. (1971). La mente absorbente del niño. Barcelona:
Araluce.
- Montessori, M. (2003). El método de la pedagogía científica
aplicado a la educación de la infancia. Madrid: Biblioteca Nueva.
- Morrison, G.S. (2005). Educación infantil. Madrid: Pearson
Educación.
- Sanchidrián, C. y Ortega. F. (2015). La literatura infantil
ejemplarizante: Montessori a través de cuando las grandes
maestras eran niñas. En N. Padrós, E. Collelldemont, y J. Soler
(Eds.).
- Soler, E. (1992). La educación sensorial en la escuela infantil.
Madrid: Rialp.
46
- Yaglis, D. (2005). Montessori: la educación natural y el medio.
Sevilla: Trillas.
47

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Unidad didáctica 2: La psicología evolutiva y los periodos

sensibles en la escuela Montessori.

M ETODOLOGÍA M ONTESSORI Y DISCIPLINA

1. Psicología evolutiva y periodos sensibles ...................................... 2

2. Los cuatros planos del desarrollo según Montessori ................ 34

Opositer.edu.es – Cursos Homologados para oposiciones

1. PSICOLOGÍA EVOLUTIVA Y PERIODOS

La psicología evolutiva es la rama de la psicología que se encarga del

estudio del proceso de desarrollo de la persona en las diferentes

etapas de su vida, tomando como referencia los distintos ámbitos o

Las pautas o características evolutivas se enuncian tomando como

adquirido una conducta a una edad determinada (por ejemplo, andar a

los 12 o 18 meses) tenga algún problema; simplemente puede ser que

su desarrollo lleve un ritmo diferente.

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El desarrollo de las personas va a estar muy influido por aspectos

extrínsecos, el desarrollo prenatal, el parto, la crianza, la estimulación

El estudio del ser humano y de sus conductas ha permitido poder

clasificar y describir su evolución en varios ámbitos o dominios que

son de suma importancia en el campo educativo.

Estos ámbitos o dominios son:

1. DOMINIO AFECTIVO. Tiene por objeto el estudio de los afectos,

sentimientos y emociones del ser humano.

2. DOMINIO SOCIAL. Estudia la influencia de la sociedad, las

instituciones o los grupos en el desarrollo de la persona, así como

la evolución de sus relaciones.

3. DOMINO COGNOSCITIVO/COGNITIVO. Estudia el aprendizaje,

conocimiento, los procesos del pensamiento y del lenguaje que se

dan en el ser humano.

4. DOMINIO MOTOR (o psicomotor). Estudia la psicomotrocidad

humana, el movimiento, su adquisición y evolución.

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Con el paso del tiempo ha ido variando la perspectiva del análisis de

los ámbitos o dominios de la conducta: hemos pasado de una visión

unidireccional y parcial donde cada uno de los ámbitos existe de

manera independiente, a una noción de interacción constante como

expresión de la propia naturaleza humana.

La mayoría de los autores que se han dedicado al estudio del proceso

de desarrollo en la persona, aceptan la división de la vida en una serie

de momentos característicos denominados “fases”, “etapas” o

El primer momento o etapa abarca desde el nacimiento hasta más o

menos la adquisición del lenguaje.

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Lo que distingue a este periodo vital es que el niño evoluciona desde

un estado de total indiferenciación psíquica, hasta el logro de una

intensa relación afectiva con sus padres, percibida como alguien

El recién nacido es incapaz de discernir entre su persona y el mundo

exterior, no existen límites entre su organismo y el entorno. El

aprendizaje de esta fundamental diferencia es adquirido

progresivamente a través del contacto físico diario con sus padres.

Una vez que el niño ha nacido, se ve obligado a adoptar conductas

mucho más activas (tragar, respirar, etc.), en contraposición a la

pasividad con la que se encontraba en el seno materno.

Una de las experiencias más importantes en la vida del bebé, tanto

desde el punto de vista nutricional como psicológico, son la

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El desarrollo mental del bebé puede ser conocido externamente a

través de la observación de sus respuestas sociales.

Desde el punto de vista intelectual, el logro más importante durante el