Acuna 2013 Psicodiagnostico Psicodinamico

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Universidad Nacional del Comahue

FACE – Carrera de Psicología


Cátedra de Evaluación Psicológica II - 2013
María Inés Acuña

Psicodiagnóstico

El modelo psicodinámico: contexto y concepto

A fines de la década de los 90 en Argentina, Alonso y Nicenboim (1997) destacaban que el perfil
del psicólogo había estado predominantemente orientado al campo de la clínica y de la salud
mental con una tradición hegemónica del paradigma psicoanalítico. Consideración esa, que
también ha sido explicitada por autores como Serroni Copello (1997), Paolucci y Verdinelli (1999)
Vilanova (2000) y Klappenbach (2003). En la actualidad, si bien es cierto que el psicoanálisis
continúa teniendo gran influencia en la formación, ha comenzado a desarrollarse un pluralismo
teórico y profesional producto de la estimación, que recibe la actividad de investigación.
En el presente texto se desarrollan las características del psicodiagnóstico desde la óptica del
modelo psicodinámico. Para ello, se toma como eje, el trabajo conceptual de Maganto Mateo y
Ávila Espada (1999). Estos autores plantean que una historia entre el psicoanálisis y las tareas
diagnósticas resultaría demasiado extensa y proponen resumirla en cinco etapas. La primera
etapa se refiere a la formalización de la teoría psicoanalítica en torno a los principales postulados
freudianos que incluyen una visión divalente del valor del diagnóstico. La segunda incluye la
expansión y difusión internacional en paralelo a las teorías postfreudianas y disidencias. Una
tercera se produce a raíz del interés por el diagnóstico basado en la exploración psicológica
mediante técnicas de evaluación que en su mayor parte no estaban basadas en la teoría
psicoanalítica. En la cuarta de estas etapas es posible ubicar la crisis y el rechazo del diagnóstico
por posiciones radicales dentro del psicoanálisis. Finalmente la quinta etapa propone una
renovación de planteamientos y métodos de diagnóstico, con especial énfasis en el desarrollo de
sistemas nosológicos propios y nuevas técnicas construidas desde las teorías psicoanalíticas.
El modelo psicodinámico surge como una tradición de intercambio entre los supuestos de la teoría
psicoanalítica y los sabes que otras ciencias como la psicología, la medicina, etc. con el propósito
de enriquecer y transformar la práctica clínica en base al diálogo interdisciplinar. El concepto
psicodinámico queda limitado a lo basado y derivado –aunque no exclusivamente- del
psicoanálisis, por lo que es adecuada la referencia a una “orientación psicoanalítica” (Maganto
Mateo & Ávila Espada, 1999).
Fernández Ballesteros (2004) realiza una descripción de este modelo de evaluación destacando
que se trata del estudio de la estructura de la personalidad desde una perspectiva molar en
función de los distintos conceptos psicodinámicos tales como la estructura del yo, los mecanismos
defensivos y los dinamismos propuestos en el que los procesos inconscientes son relevantes. Los
supuestos teóricos basados en el método clínico a partir de observaciones cualitativas también

-1-
han permitido la incorporación de técnicas de evaluación como las proyectivas. En este modelo se
utilizan altos niveles de inferencia dado que la elaboración teórica es compleja y no sólo se suele
considerar la conducta como signo de la existencia de variables subyacentes (nivel de inferencia
III) sino que enmarca a ésta dentro de una teoría abarcativa psicoanalítica (nivel de inferencia IV).
El modelo psicodinámico al basarse en el estudio de la conducta anormal es aplicado
fundamentalmente en situaciones clínicas (p.47).
Maganto Mateo y Ávila Espada (1999) señalan los presupuestos conceptuales teóricos y técnicos,
compartidos con el psicoanálisis y que sirven como base teórico-técnica al diagnóstico
psicodinámico:
1- la unión teoría y práctica.
2- el por qué del síntoma o la causa del malestar. El psicoanálisis es un modelo clínico
basado en la psicopatología, en el trastorno y el malestar psíquico.
3- el concepto de infancia como tiempo en el que se integra la estructura el sujeto a partir de
conceptos como estructura, sexualidad infantil, trauma y neurosis.
4- el concepto de síntoma y el funcionamiento inconsciente.
5- la transferencia.
Sin embargo, en el modelo psicodinámico se distinguen las intervenciones y el encuadre entre las
tareas diagnósticas (psicodiagnóstico) y las terapéuticas (psicoterapia) tal como se observa en la
siguiente tabla:

Psicodiagnóstico psicodinámico Psicoterapia psicodinámica


Principio y fin limitado Principio delimitado y fin impredecible
No se promueven silencios muy largos Se propicia el timing
Se realizan señalamientos, esclarecimientos y
Se realizan interpretaciones
algunos autores no recomiendan la interpretación
Tabla 1. Diferencias entre el psicodiagnóstico y la psicoterapia psicodinámica.

Pelechano (1980, 1981, 1988) indica respecto del concepto psicodiagnóstico:


• el término fue acuñado por Rorschach, desde una tradición médica sustancialista.
• tipo de conocimiento entre doxa y epistema (opinión y ciencia)
• prima lo cualitativo y la experiencia personal del diagnosticador
• pronostica el futuro
• predomina la observación y el registro, no la intervención directa.
• está referido principalmente los aspectos negativos y conductas patológicas.
• se caracteriza por ser un acercamiento individualizado.

García Arzeno (1993) destaca que no siempre hacer un diagnóstico psicológico significa lo mismo
que realizar un psicodiagnóstico, en el sentido en que este último implica la administración de

-2-
tests. El psicodiagnóstico para esta autora es imprescindible porque permite saber qué sucede,
las causas y como responder a un pedido que dio inicio a la consulta, porque es necesario como
paso previo a un tratamiento y porque permite una protección en sentido ético y clínico del
profesional que lo realiza. Los fines perseguidos son el diagnóstico, la evaluación del tratamiento
(valoración), facilitar la comunicación y aceptación de las recomendaciones y la investigación. Por
otro lado, el rótulo nosológico no es objetivo del psicodiagnóstico (García Arzeno, 1993) sino el
poder describir a alguien en su particular y propio modo de ser, mediante una tarea compleja que
exige experiencia (Passalacqua, 1999).
El concepto de psicodiagnóstico, desde este enfoque teórico, define un proceso mediante el cual
es posible realizar un profundo estudio y descripción de la personalidad y su dinámica con fines
clínicos. Es por ello, que se habla del sujeto examinado en términos de paciente.
Para Maganto Mateo y Ávila Espada (1999) el diagnóstico puede ser entendido como conclusión,
en el sentido, en que el síntoma no sería lo definitivo (excepto en casos de psicopatología grave
como organizaciones limites y psicóticas de la personalidad). También puede entenderse como
diagnóstico de estructura y de proceso durante la tarea diagnóstica. Y finalmente puede
concebirse el diagnóstico en sentido ideográfico: formal responde a categorías vigentes de la
clasificación nosológica actual (DSM, ICD); amplio en tanto formulación diagnóstica respecto de la
naturaleza o las causas de un problema; y en tanto proceso diagnóstico como procedimiento para
obtener datos, fuentes de los mismos y juicio clínico.
En el caso del enfoque psicodinámico, el interés prioritario se ubica en el proceso diagnóstico
dando particular importancia a la formulación diagnóstica utilizando una taxonomía basada en la
posición estructural del sujeto (neurosis- psicosis- perversión). Hay una continua interrelación
entre diagnóstico e intervención ya que las técnicas instrumentales se plantean como un momento
de intervención terapéutico en sí mismo. Para saber si un paciente se beneficiará con un trabajo
clínico de orientación psicodinámica, se utiliza el diagnóstico de “analizabilidad” (Maganto Mateo &
Ávila Espada, 1999). El criterio de analizabilidad 1 consiste en variables interrelacionadas en las
que confluyen la estructura psicopatológica, la personalidad del paciente, y la persona del analista.
Se trata de una noción compleja sobre los límites de las terapias psicoanalíticas y de las
expectativas. Paz (1980) expresa que:
“No se trata de un concepto absoluto que permita dividir a los pacientes en analizables o
inanalizables de acuerdo con su estructuración psicopatológica; por el contrario, es un concepto relativo que
surge de una consideración multidimensional, que comprenderá ineludiblemente al paciente, al posible
analista y al medio ambiente total de ambos. Se trata, pues, de una noción que variará ampliamente según
las distintas concepciones del proceso analítico, de sus limitaciones, de las expectativas de cambios
posibles, y de los diferentes momentos evolutivos del paciente y del analista, y de sus diferentes
circunstancias ambientales” (p.123).

1
Para un mayor desarrollo consultar la obra de Carlos Alberto Paz.

-3-
Los momentos del psicodiagnóstico y sus particularidades

En el psicodiagnóstico desde el enfoque psicodinámico, es posible diferenciar una serie de etapas


definidas a partir de objetivos y conceptos específicos.

1. La primera etapa: la pre-entrevista y la entrevista inicial.


Abuchahem (1979) pone de manifiesto la existencia de un período que transcurre desde que se
reciben las primeras noticias del futuro evaluado, hasta que éste se encuentra en condiciones de
entrevista delante del examinador. En términos dinámicos se refiere a la totalidad de la suma de
reacciones contratransferenciales. Además es posible distinguir en la pre-entrevista, una fase
remota o mediata que transcurre desde el inicio hasta el encuentro físico, y otra cercana o
inmediata que transcurre desde el primer contacto físico hasta la situación de entrevista. En esta
segunda fase se incluye lo que el autor denomina zona de impacto, que corresponde al primer
contacto con el cuerpo del examinado, destacando la importancia que reviste la presencia del
cuerpo físico y real frente a la imagen fantaseada. La percepción visual provoca siempre
diferentes reacciones emocionales que deben registrarse en la zona de impacto. Cuando estas
imágenes (real y fantaseada) no concuerdan entre sí, es importante el análisis de los procesos
disociativos a nivel sensorial que según el autor, coincidirían con procesos disociativos de la
personalidad.
La entrevista inicial tiene por objetivo la dilucidación de los motivos de consulta (manifiesto y
latente) que han promovido la demanda.
Un tipo de entrevista recomendable en relación a este objetivo es la denominada entrevista
semidirigida, donde el paciente tiene libertad para expresar sus problemas comenzando por donde
prefiere e incluyendo lo que desee, siendo guiado por las intervenciones del entrevistador con el
fin de señalar vectores para continuar mediante preguntas amplias y abiertas, señalar situaciones
de bloqueo por el incremento de angustia para asegurar el cumplimiento del objetivo, preguntar
sobre aspectos que no hayan sido referidos espontáneamente, despejar ambigüedades,
contradicciones y verbalizaciones confusas.
García Arzeno (1993) explica que se denomina provisoriamente “síntoma” aquello que el
consultante trae como motivo manifiesto, y que a medida que se desarrolla la entrevista se puede
determinar si se trata de un síntoma en el sentido clínico o si encubre otros motivos. La autora
recomienda que cuando el motivo manifiesto resulta trivial, es cuando la sospecha de un motivo
latente de mayor importancia lleva a prolongar la entrevista inicial, incluso a una nueva sesión.
Es importante destacar que el proceso psicodinámico considera el fin de la entrevista, la
consecución del objetivo, así por lo tanto una entrevista no está limitada a un solo encuentro sino
a la cantidad los que sean necesarios para dar por cumplimentado el objetivo. Así, la concepción
de la entrevista se da en tanto proceso y no encuentro (Berardo de Bauduco, 1992).

-4-
Para alcanzar los objetivos del proceso psicodiagnóstico, en esta instancia también se da lugar a
la explicitación de aspectos del encuadre que forman parte del contrato a establecer con el
paciente. Zac (1971) define al encuadre como el conjunto de estipulaciones explícitas o implícitas
que aseguran por un lado, el mínimo de interferencias en las actividades que se desarrollan entre
paciente y analista y por otro, un máximo de utilidad al analista para la realización de estimaciones
diagnósticas y pronósticas. Estas estipulaciones deben ser constantes y mantenerse invariantes
en una determinada situación, además incluyen.
• Constantes teóricas: teorías a propósito de la personalidad, de la técnica interpretativa, del
encuadre y del grupo y la sociedad.
• Constantes funcionales: objetivos, roles, honorarios.
• Constantes temporales: duración de la sesión, frecuencia, ritmo, períodos de separación
(p.e. vacaciones).
• Constantes espaciales: lugar, cantidad, distribución y calidad de objetos en el lugar.
• Constantes de la persona del analista: personalidad, actitudes internas y externas, aspecto
externo, ideología y ética, institución de pertenecía científico social.
El término contrato está referido, en este contexto, al convenio entre dos personas en el que
existen elementos formales de intercambio recíprocos, como son el tiempo y el dinero. Bleger
(1964) pone de manifiesto que el contrato se ubica dentro del encuadre pero se diferencia de él;
corresponde más a una estrategia que a la técnica en sí.

2. La segunda etapa responde a los objetivos de la entrevista de Historia Vital (HV)


(puede llevar 1 o más encuentros)
A los fines de esta etapa Abuchahem (1979) propone la realización de una entrevista pautada
semidirigida, con el objeto de conocer la historia del padecimiento y contextualizarla dentro de la
historia vital en correspondencia con las series complementarias planteadas por Freud (1916-
1917). Son las series complementarias como sustento teórico, las que orientan al autor argentino
a proponer la búsqueda de puntos de convergencia dentro de la HV tratando de develar cada uno
de los componentes de estas series, es decir, la HV relatada está determinada por: la constitución
sexual, la vivencia infantil, la vivencia accidental más la situación de entrevista y el entrevistador
como objeto de transferencia.
Las áreas que abarca la entrevista se organizan en tres bloques tópicos:
I. Historia vital del entrevistado 6) alimentación mixta
1) concepción 7) destete
2) embarazo 8) dentición
3) parto 9) lenguaje
4) puerperio 10) motricidad
5) lactancia 11) sueño

-5-
12) control de esfínteres 24) descripción del veraneo
13) biografía lúdica 25) descripción de lo que el sujeto
14) juegos sexuales, vida genital considera más valioso de sí
15) curiosidad y aclaraciones sobre mismo
sexualidad 26) descripción de cómo se ve a sí
16) curiosidad y aclaraciones sobre la mismo
muerte 27) descripción de sueños
17) escolaridad y actividad profesional II. Datos de la constelación familiar
y/u ocupacional 1) padre
18) traumas especiales 2) madre
19) enfermedades 3) pareja
20) vida militar (en el contexto del 4) familia
servicio obligatorio militar) 5) vivienda
21) descripción de un día de vida III. Historia de la enfermedad actual
22) descripción de un feriado o 1) identificación del caso
domingo 2) motivo básico de la consulta
23) descripción de un cumpleaños 3) enfermedad actual
infantil y actual
En esta entrevista es importante comenzar con una consigna clara y precisa, donde se explicite al
paciente que hable libremente de cada una de los tópicos y que intervendremos haciendo
preguntas, y que ello servirá para conocerlo y encontrar los motivos de su situación 2.

3. La tercera etapa incluye la entrevista de administración de tests y técnicas


proyectivas.
En este caso, el objetivo reside en la recolección de material que permita comparar un mismo tipo
de contenido disparado por diferentes estímulos o instrumentos. Se propone desde el enfoque
psicodinámico en esta etapa la planificación y administración de una batería de tests y técnicas
proyectivas. Es importante considerar la secuencia en la que se administraran teniendo en cuenta
la naturaleza de la técnica y el caso en cuestión. García Arzeno (1993) propone que los factores a
considerar deben ser quién formula el pedido, la edad cronológica del examinado, el nivel
sociocultural del sujeto y su grupo étnico, déficit sensorial o comunicacional, momento vital,
contexto espacio-temporal y elementos de la personalidad a investigar.
Una de las reglas que se proponen desde este enfoque de diagnóstico, es que los tests más
ansiógenos se ubiquen al final (últimas entrevistas de administración) a fin de que el sujeto no

2
Otros autores como, el caso de Cristina Berardo de Bauduco propusieron modificaciones al formato de Abuchahem.
Para su profundización se puede consultar el texto “Aspectos técnicos de la Historia Vital” apunte de Cátedra de la
Material Electiva Permanente Entrevista Psicológica, de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de
Córdoba.

-6-
utilice toda su energía para controlar la persecución que el uso de técnicas podría despertar. Los
tests gráficos han sido considerados así los más adecuados para comenzar (excepto en casos
con trastornos orgánicos, graves alteraciones en el esquema corporal, dificultades para usar las
manos, etc.).
La batería estándar propuesta desde este modelo considera la inclusión de tests gráficos, lúdicos
y verbales. En el caso de los tests de inteligencia su inclusión no debe ser arbitraria y se
recomienda al final de la batería. La secuencia recomendada por Berardo de Bauduco (1992)
incluye para adultos y adolescentes:
• Una primera sesión con tests gráficos: gráfico libre, DAP, familia, HTP. Si se presumen
problemas de madurez o afección orgánica se incluye a continuación el test de Bender.
• Una segunda sesión que incluya el test de Rorschach y el Desiderativo, finalizando con el
relato de un recuerdo o sueño para no despedir al paciente tan movilizado.
• Una tercera sesión donde se administra el test de Phillipson, conocido como TRO.
Con el análisis del material hasta aquí obtenido, es posible comprender aspectos referidos a los
mecanismos defensivos y a su importancia en el diagnostico psicodinámico. Se trata de responder
sobre las defensas 3 manifiestas y latente, sobre el por qué y con qué fin han sido optadas por el
yo, sobre el nivel evolutivo de la defensa y las características patológicas o adaptativas, así como
el grado de elasticidad y de compromiso de la personalidad.

4. Una cuarta etapa se desarrolla bajo el nombre de entrevista de devolución.


Esta entrevista es un proceso que se inicia desde la primera entrevista cuando se trabaja para
esclarecer las preguntas manifiestas y latentes en la demanda que pone en marcha el
psicodiagnóstico. La entrevista inicial contribuye a confirmar el sentido de devolución de
información al sujeto. No se trata de un informe riguroso de mediciones o descripciones de
conducta, ni un balance de la presentación del sujeto o de su rendimiento. Grassano de Piccolo
(1980) explica que el examen psicológico implica, por las depositaciones en el psicólogo de partes
adaptativas y enfermas del paciente, un proceso que ataca su identidad, exigiendo una reconexión
interna entre ciertos aspectos que el sujeto reconoce como suyos (identidad manifiesta) y otros
que desconoce pero que actúan en él (identidad latente). Esta reestructuración implica, ya una
modificación de la dinámica interna y exige para resolverse en el sentido de una integración que
se le devuelva al examinado esta identidad latente que contiene además los aspectos
desvalorizados y temidos, como los enriquecedores y potencialmente adaptativos. Si esa
integración no se produce el paciente queda ligado al psicólogo en una relación de objeto que lo
privó y el psicólogo tiene dificultades para lograr una buena separación porque se siente en
deuda. En consonancia a ello Siquier de Ocampo (1974) destaca que la devolución funciona como

3
Al finalizar se presenta un anexo con la descripción de los mecanismos defensivos

-7-
prueba de realidad de que el psicólogo ha salido indemne del depósito de los aspectos más
dañados o dañinos del paciente, que los ha aceptado junto con los buenos y reparadores
reconociéndolos como coexistentes y propios del examinador. La devolución de la información
supone una oportunidad para verse a sí mismo con más criterio de realidad y con menos
distorsiones idealizadoras o peyorativizantes. Sin embargo, Etchegoyen (1997) resalta que la
devolución no debe ir más allá del objetivo de la tarea realizada, aconsejar el tratamiento más
conveniente, y sucintamente los fundamentos de la indicación.
Sendín (2000) postula como objetivos de esta entrevista el sintetizar e integrar elementos del
funcionamiento psicológico; clarificar aspectos descriptivos y en su caso etiopatogénicos de los
trastornos que originaron la consulta; orientar y aportas vías de solución a través de una
planificación de la intervención; cerrar el proceso evaluativo dándole un sentido propio; registrar la
reacciones de los destinatarios ante los aportes de información: comparar la dinámica
interpersonal de esta entrevista con la que tuvo lugar en entrevistas anteriores; y recopilar
información con valor pronóstico. Para ello, las tareas resultan, del ajuste y dosificación empática
de los aportes que realiza el psicólogo, del abordaje de aspectos problemáticos explicitando las
dudas y favoreciendo la interacción, de la tolerancia respecto del posible desacuerdo con las
afirmaciones, de la posibilidad de que sea el evaluado quien decida qué está dispuesto a
escuchar.
García Arzeno (1993) define la devolución de información como la transmisión de resultados del
psicodiagnóstico de forma discriminada, ordenada y dosificada, con un lenguaje apropiado para
ser comprendidos. Esta transmisión, a su vez permite observar las reacciones y la capacidad para
hacer insight con lo latente. Además es el momento, en que pueden surgir nuevos elementos que
complementen el panorama y que permitan mantener o reformular la recomendación terapéutica
que se había considerado.
La devolución supone el final del psicodiagnóstico con el evaluado, en tanto que para el caso del
derivante se considera una última fase que incluye el informe escrito.

5. La quinta etapa con la entrega de información por escrito (en caso de ser necesario).
Rosenfeld y Avrutin (2004) expresan que a través del informe escrito se intenta despejar las dudas
y/o preguntas del derivante que motivaron el pedido del psicodiagnóstico. Se trata de la
comprensión a la que el psicólogo ha llegado respecto del significado de los síntomas, la etiología
de los mismos, así como la de la estructura psíquica del sujeto. Estas autoras destacan que los
datos relevantes para realizar un informe en el área clínica son: la fecha, los datos de filiación,
motivo de consulta, pruebas administradas, características significativas del sujeto (modo de
vestir, modalidad de contacto, modalidad de presentación, datos significativos de su historia, etc.),
conducta mantenida durante el proceso, recursos intelectuales, recursos afectivos, conflictos,
diagnóstico descriptivo, pronóstico y estrategias a seguir.

-8-
De acuerdo a las normatizaciones prácticas propuestas por la Federación de Psicólogos de la
República Argentina, independientemente de las finalidades a que se destine, el Informe
Psicológico es un elemento de naturaleza y valor científico, debiendo ser su redacción clara,
precisa y coherente, como accesible a la comprensión del destinatario. Los términos técnicos
deben por lo tanto, acompañarse de las explicaciones y fundamentos teóricos que los sustenten.
Este informe escrito debe contener como mínimo cuatro partes: encabezamiento, introducción,
descripción y conclusiones.
A modo de conclusión se propone la definición de psicodiagnóstico realizada por Siquier de
Ocampo (1974):
“El proceso psicodiagnóstico implica una situación bipersonal, con un tiempo limitado, en el
transcurso del cual se debe arribar a una descripción de la personalidad, teniendo en cuenta sus
aspectos situacionales pasados y presentes para poder arribar así a un diagnóstico y pronóstico
de la dinámica de su personalidad. Condición fundamental para alcanzar este objetivo es la
integración comprensiva y explicativa de la información recogida”.

Referencias bibliográficas

Abuchahem, J. (1979). El proceso psicodiagnóstico en el niño, el adolescente y el adulto. Tomo II.


Bs As, Argentina: Ed. Kargieman.

Alonso, M. y Nicenboim, E. (1997). La psicología en la República Argentina. Aspectos académicos


y profesionales. Papeles del Psicólogo, 2, 67. ISSN 0214 – 7823

Berardo de Bauduco, C. (1992). La entrevista y las técnicas proyectivas. Ficha de Cátedra de


Entrevista Psicológica. Facultad de Psicología. UNC.

Etchegoyen, H. (1997). La teoría psicoanalítica. Bs As, Argentina: Ed. Amorrotu

Federación de Psicólogos de la República Argentina. FEPRA. Normatización de las prácticas.


Criterios para el Informe Psicológico. Disponible en:
http://www.fepra.org.ar/docs/criterios.pdf. Recuperado el 1 de abril del 2008.

Fernández Ballesteros R. (2004). Evaluación psicológica. Conceptos, métodos y estudios de caso.


Madrid, España: Ed. Pirámide.

García Arzeno, M. (1993). Nuevas Aportaciones al Psicodiagnóstico Clínico. Bs As, Argentina:


Ed. Nueva Visión.

Grassano de Piccolo, E. (1980). Indicadores Psicopatológicos en Técnicas Proyectivas. Bs As,


Argentina: Ed. Nueva Visión.

Klappenbach, H. (2003). La globalización y la enseñanza de la psicología en Argentina. Psicología


em Estudo, 8, (2) pp. 3-18.

Maganto Mateo, C. y Ávila Espada, A. (1999). El diagnóstico psicodinámico: aspectos


conceptuales. Clínica y Salud. IX, 10 (3), pp. 287-330.

-9-
Paz, C. (1980). Analizabilidad y momentos vitales. Ed. Nau Libres.

Paolucci, C. y Verdinelli, S. (1999). La psicología en Argentina. En C. DiDoménico y A. Vilanova


(Eds.), Formación de psicólogos en el Mercosur (pp. 15-32). Mar del Plata: Universidad
Nacional de Mar del Plata.

Passalacqua, A (1999). El psicodiagnóstico de Rorschach, sistematización y nuevos aportes. Bs


As, Argentina: Ed. Klux.

Rosenfeld, N. y Avrutin, H. (2004). El informe escrito. En Celener, G. (coord.) Técnicas


Proyectivas. Tomo II. Bs As, Argentina: Lugar Editorial.

Sendín, M. (2000). Diagnóstico psicológico. Madrid, España: Ed. Psimática.

Serroni Copello, R. (1997). Diálogo, racionalidad y salud mental. Bs As, Argentina: Adip.

Siquier de Ocampo, L. (1974). El proceso psicodiagnóstico y las técnicas proyectivas. Bs As,


Argentina: Ed. Nueva Visión.

Vilanova, C. (2000). La formación académica del Psicólogo en el mundo y en el país. En O. Calo &
A. M. Hermosilla (Comps.), Psicología, ética y profesión: aportes deontológicos para la
integración de los psicólogos del Mercosur. Mar de Plata: Universidad Nacional de Mar del
Plata.

Weiss de Catonni, Y. (2000). Mecanismos de defensa. Ficha de Cátedra de Evaluación


Psicológica. Facultad de Psicología. UBA.

Zac, J. (1971). Un enfoque metodológico del establecimiento del encuadre. Revista de


Psicoanálisis. Asociación Psicoanalítica Argentina, 23 (3).



ANEXO 1

Glosario de mecanismos defensivos.

Aislamiento: Es un mecanismo de defensa por el cual se interrumpen las conexiones de ciertos


pensamientos o comportamientos con el resto de la existencia del sujeto (Laplanche)
Es un mecanismo por el cual el sujeto separa las ideas de los sentimientos originalmente
asociados a ellas toda vez que se enfrenta a conflictos internos o externos.
Ejemplo 1: Un sujeto muy moralista y solidario que somete a su empleada doméstica a horarios
inhumanos.
Ejemplo 2: Un sujeto que cuenta la pérdida de un empleo rentable con una voz monocorde y sin
emocionalidad.

Anulación: Es un mecanismo mediante el cual, el sujeto mágicamente se esfuerza en hacer como


si pensamientos, gestos, palabras, no hubieran existido.

- 10 -
Ejemplo 1: Un sujeto dice “¡qué Dios lo tenga en la gloria, pero tenía lo suyo!”.
Ejemplo 2: Un sujeto que cuando le van a decir un chisme dice “cállate y contámelo”
Formación reactiva: El individuo se enfrenta a conflictos emocionales y amenazas de origen
interno o externo sustituyendo los comportamientos, pensamientos o sentimientos que le resultan
inaceptables por otros diametralmente opuestos.
Ejemplo 1: La persona que habla de la necesidad de respetar los límites, sin embargo manejando
un auto comete muchas infracciones.
Se debe diferenciar de la transformación en lo contrario, que se limita a una conducta específica y
no al modo de ser o al carácter de la persona.
Ejemplo 2: La persona que es exageradamente amable con la secretaria de su pareja, a la vez
que siente sentimientos adversos, porque sospecha de su infidelidad.

Regresión: Es el retorno en sentido inverso, a partir de un punto ya alcanzado hasta otro situado
anteriormente. La regresión en sentido temporal supone una sucesión genética y designa el
retorno del sujeto a etapas superadas de su desarrollo (fases libidinales, relaciones de objeto)
Está necesariamente presente en todos los mecanismos de defensa, porque estos son procesos
psicológicos que protegen al individuo frente a los conflictos de origen interno o externo y que
implican un retorno a modalidades de satisfacción anteriores.
Ejemplo 1: El nene que vuelve a hacerse pis cuando nace el hermanito.
Ejemplo 2: El marido que se pone caprichoso cuando nace un hijo.

Represión: El individuo se enfrenta a conflictos emocionales, amenazas de origen interno o


externo, expulsando de su conciencia o no dándose por enterado cognoscitivamente, de los
deseos, pensamientos o experiencias que le causan malestar. El componente afectivo pude
mantenerse activo en la conciencia, desprendido de sus ideas asociadas.
Es una defensa que marca una evolución del aparato psíquico porque está indicando la estructura
psíquica Yo, Súper yo, Ello.
Ejemplo: Alguien que en la entrevista dice “No sé porque los hombres me miran por la calle” y uno
le observa una camisa significativamente desabotonada.

Desplazamiento: Consiste en que el acento, el interés, la intencionalidad de una representación


puede desprenderse de ésta para pasar a otras representaciones originalmente poco intensas,
aunque ligadas a la primera por una cadena asociativa.
Ejemplo: Caso Juanito, que le tenía miedo a los caballos, como representación de su temor hacia
su padre.

Sublimación: El individuo se enfrenta a conflictos externos o internos canalizando sentimientos o


impulsos potencialmente desadaptativos en comportamientos socialmente aceptables.
Ejemplo: Un sujeto que hace deportes de contacto para canalizar impulsos agresivos.
Idealización: El individuo se enfrenta a conflictos emocionales y amenazas de origen interno o
externo atribuyendo cualidades exageradamente positivas a los demás.
Ejemplo 1: Un sujeto que dice de su maestro, al cual en realidad le teme que es maravilloso y el
mejor del mundo.
Ejemplo 2: Una pareja en estado de enamoramiento.

Peyorativización/denigración: Se atribuyen cualidades exageradamente negativas a sí mismo o a


los demás cada vez que se enfrenta a conflictos emocionales de origen interno o externo.
Ejemplo: “A mí me bochó en el examen y a fulanito, que no sabía nada, lo eximió”

- 11 -
Negación: El individuo se enfrenta a conflictos de origen interno o externo negándose a reconocer
algunos aspectos dolorosos de la realidad externa o de las experiencias subjetivas que son
manifiestos para los demás.
El término negación psicótica se emplea cuando hay una total afectación de la capacidad para
captar la realidad. Ejemplo: La mujer que descubre en la camisa de su marido lápiz labial, que a
su vez llega tarde casi todas las noches y que se muestra distante con ella; y les asegura a sus
amigas que este no le es infiel.

Racionalización: el individuo se enfrenta a conflictos emocionales y amenazas de origen interno o


externo inventando sus propias explicaciones tranquilizadoras, pero incorrectas para encubrir las
verdaderas motivaciones que rigen sus pensamientos, acciones o sentimientos.
Ejemplo: “No pude contestar las preguntas del parcial porque me quedé hasta tarde estudiando”
Se aclara que en el cuestionario desiderativo este mecanismo es necesario para poder explicar
los motivos de las elecciones y por tanto se lo considera como un mecanismo instrumental.

Intelectualización: Proceso en virtud del cual el sujeto intenta dar una formulación discursiva de
características intelectuales, a sus conflictos y emociones con el fin de controlarlos.
Ejemplo: “no pude contestar las preguntas del parcial porque el estrés hizo que mis glándulas
suprarrenales hicieron que el nivel de mis hormonas en sangre no me permitieran encontrar los
antecedentes y consecuentes”

Identificación proyectiva: El individuo se enfrenta a conflictos emocionales y amenazas de origen


interno o externo atribuyendo incorrectamente a los demás impulsos o pensamientos propios que
le resultan inaceptables. El individuo, a diferencia que en la proyección simple, es consciente de
esos impulsos o pensamientos, pero los interpreta incorrectamente al considerarlo reacciones
justificadas frente a las conductas de otras personas.
Ejemplo: el sujeto que no pide nada prestado a su amigo porque piensa que es egoísta, cuando
en realidad él lo es, y a su vez lo critica con otras personas.

Disociación: Mecanismo por el cual él Yo y un objeto único son divididos en dos, la división se
establece en función de las características idealizadas y persecutorias estructurándose dos
vínculos simultáneos entre un Yo agresivo y un objeto persecutorio y un Yo lleno de amor con un
objeto idealizadamente bueno.

Idealización: Unido a la disociación, defiende de ansiedades persecutorias. La idealización del


objeto bueno tiene por finalidad alejarlo del persecutorio y hacerlo invulnerable. Se vincula con la
negación maníaca, lo indeseable es negado y simultáneamente es recubierto de bondad. Forma
parte de las defensas maníacas ya que si el objeto es perfecto y lo posee todo no está destruido y
no puede atacar al Yo. La idealización es precursora de buenas relaciones del objeto, pero si es
extrema traba las relaciones con el objeto real ya que no existen objetos ideales, sino idealizados.

Negación y control omnipotente. Tiene por finalidad no ver aquellos aspectos del Yo o del objeto
que atemorizan, responde a la fantasía de aquello que no se ve no existe y no implica peligro.

Defensas maníacas
Incluye mecanismos que ya se pusieron de manifiesto durante la etapa esquizo-paranoide
(disociación e idealización, negación y control omnipotente) pero durante la etapa depresiva

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adquieren características especiales. Antes estas iban dirigidas a impedir un ataque aniquilante al
Yo, ahora tienen como finalidad defender al objeto de los ataques ambivalentes del Yo.
La experiencia depresiva se vincula con el conocimiento de la existencia de un mundo interno y de
la posesión de un objeto valorado al que se necesita.
Uno de los mecanismos es la omnipotencia acompañada de fantasías de control y dominio de los
objetos. La idealización tiende a negar la fantasía de destrucción del objeto, otorgándole
invulnerabilidad, riqueza de contenidos, belleza. La negación tiene a desconocer la realidad
psíquica y las partes de la realidad externa acorde a sus conflictos.
La disociación tiende a evitar el dolor que la ambivalencia produce.
Una característica especial de la defensa maníaca es la identificación del Yo con el objeto
idealizado, en una relación maníaca de objeto hay una tríada de sentimientos tendientes a negar
la situación depresiva (control, triunfo y desprecio)
La defensa maníaca intenta negar la situación depresiva, pero prepara el camino para un nuevo
colapso depresivo ya que implica un nuevo ataque sádico al objeto.

Defensas de control obsesivo


Se hallan el aislamiento, la anulación y la formación reactiva, y el mecanismo dominante es el anal
retentivo. Es importante diferenciar el control omnipotente (más psicótico) del control adaptativo.
En la evolución infantil la vivencia del daño infligido al objeto y la culpa y dolor por haberlo
destruido inherente a la situación depresiva traen como consecuencia la inhibición y control de la
agresión.
El control obsesivo puede adquirir características patológicas correspondientes al control
omnipotente.

Formación reactiva:
Necesidad de mantener, una disociación entre el vínculo de amor y vínculo agresivo establecidos
con el objeto, reforzando el primero y controlando el segundo. Supone preocupación por el daño
hecho al objeto y miedo a no poder repararlo: como defensa él Yo fantasea que el daño sucederá
en el futuro si se ataca al objeto.
Las formaciones reactivas adaptativas permite el ajuste a normas sociales que por oponerse
podrían despertar agresión. En la personalidad: búsqueda de orden, meticulosidad, amabilidad
permanente, dureza, falta de espontaneidad y afectividad.
Aclaración pertinente….

Delimitación del concepto de defensa: al provenir de la teoría kleiniana, cobran sentido y


significado dentro de una configuración de relación objetal.
Es necesario diferenciar una defensa tal como es vivida internamente por el sujeto, de la idea de
una defensa (observador) acerca de los modos más habituales con que la persona maneja su
ansiedad, temores, deseos con los vínculos de los objetos.
Las defensas son vivenciadas como fantasías inconscientes acerca de aspectos del Yo y/o otro
del objeto cuyo objetivo es disminuir la ansiedad existente en los vínculos objetales y preservar el
equilibrio. Estas fantasías se traducen en modos específicos de conducirse frente a objetos
internos y externos, creyendo satisfacer necesidades y evitar peligros fantaseados.
El uso de fantasías responde a un espectro de fantasías referidas al vínculo objetal (estado del yo,
bondad, estado del objeto, maldad, respuesta temida, control)
Las defensas constituyen la “mejor solución” lograda por el sujeto, en las relaciones con sus
objetos, enraizadas en la personalidad y presentes en la forma de percibir y conectarse.

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Las defensas se asientan, en su serie complementaria personal, se privilegian determinadas
fantasías y se estabilizan modos comunes de vincularse con los objetos.
Estos modos, apoyados en fantasías y expresados por modos de percibir y valorizar algunos
aspectos de la realidad y del yo y neutralizar otros para evitar el sufrimiento, son los mecanismos
de defensa. Hay fantasías acerca de beneficios, limitaciones, o modificaciones resultantes de
estos.

Relación y diferenciación entre fantasías inconscientes y mecanismos de defensa:


La fantasía inconsciente es la expresión mental de los instintos.
La diferencia entre fantasía inconsciente y mecanismo defensa, es aquella que hay entre un
proceso real y su representación mental, lo que fantasea para evitar el sufrimiento y la
concretización de esta fantasía en una determinada conducta interna y externa, detectada por el
observador. La fantasía sustituye al por qué y al para qué.

Identificación proyectiva:
Mecanismo por el cual él Yo deposita un vínculo, en un objeto que pasa a tener las características
de este vínculo proyectado. Puede ser interno o externo. Es normal como patológico. Favorece la
relación empática con el objeto por:
a) El sujeto se pone el lugar del otro y viceversa.
Se diferencia entre:
1) Función dominante en el mecanismo de identificación proyectiva.
2) Modalidad de la identificación proyectiva.
2.1) Para librarse de partes malas y atacar al objeto externo
2.2) Para librarse de partes malas y proteger el objeto interno.
2.3) Para evitar la separación depositando partes buenas.
2.4) Para mantener a salvo una parte buena.
2.5) Como modo de reparación primaria.

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