Cuestionario Fides Et Ratio

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Juan David Buitrago Velandia

2110051

Universidad Católica de Colombia

Curso de Cultura Católica

Actividad:

Cuestionario Fides et Ratio

Leer el primer capítulo de la Carta Encíclica Fides et Ratio, para responder el


cuestionario que está en el archivo subsiguiente al de la Encíclica. Recuerden
que la ayuda de memoria de las respuestas debe quedar escrita en sus
cuadernos (bitácoras de lecto-escritura) como también los apuntes de la sesión
donde se plantearan los argumentos y así se afinara el espíritu reflexivo. Así le
daremos dinamismo y condiciones participativas a cada una de las sesiones

1.¿Qué papel juegan la fe y la razón con relación al encuentro con la verdad?


2. Históricamente, ¿cuáles han sido los dos grandes medios para iluminar el
camino de la verdad con las luces de la razón y las luces de la fe en la
Civilización Occidental y Cristiana?
3.¿En qué consiste la recta razón?
4.¿Por qué la filosofía moderna ha engendrado varias formas de agnosticismo
y relativismo?
5. ¿En qué consiste el pluralismo indiferenciado y cómo se manifiesta?
6. ¿Cómo se entiende la revelación en cuanto sabiduría de Dios?
7. ¿Cómo se conecta la razón con el misterio?

Solución

1. En efecto, uno de los mayores esfuerzos realizados por los filósofos del
pensamiento clásico fue purificar de formas mitológicas la concepción
que los hombres tenían de Dios. Como sabemos, también la religión
griega, al igual que gran parte de las religiones cósmicas, era politeísta,
llegando incluso a divinizar objetos y fenómenos de la naturaleza. Los
intentos del hombre por comprender el origen de los dioses y, en ellos,
del universo encontraron su primera expresión en la poesía. Las
teogonías permanecen hasta hoy como el primer testimonio de esta
búsqueda del hombre. Fue tarea de los padres de la filosofía mostrar el
vínculo entre la razón y la religión. Dirigiendo la mirada hacia los
principios universales, no se contentaron con los mitos antiguos, sino
que quisieron dar fundamento racional a su creencia en la divinidad. Se
inició así un camino que, abandonando las tradiciones antiguas
particulares, se abría a un proceso más conforme a las exigencias de la
razón universal. El objetivo que dicho proceso buscaba era la conciencia
crítica de aquello en lo que se creía. El concepto de la divinidad fue el
primero que se benefició de este camino. Las supersticiones fueron
reconocidas como tales y la religión se purificó, al menos en parte,
mediante el análisis racional. Sobre esta base los Padres de la Iglesia
comenzaron un diálogo fecundo con los filósofos antiguos, abriendo el
camino al anuncio y a la comprensión del Dios de Jesucristo.
2. La teología se organiza como ciencia de la fe a la luz de un doble
principio metodológico: el auditus fidei y el intellectus fidei. Con el
primero, asume los contenidos de la Revelación tal y como han sido
explicitados progresivamente en la Sagrada Tradición, la Sagrada
Escritura y el Magisterio vivo de la Iglesia. (88) Con el segundo, la
teología quiere responder a las exigencias propias del pensamiento
mediante la reflexión especulativa.
3. La recta razón es una regla próxima y homogénea que permite a la
persona obrar moralmente. Se dice que es próxima porque le pertenece
al sujeto. ... Por otro lado, se dice que la recta razón es una regla
homogénea, porque la regla y lo reglado tienen la misma índole racional.
4. El Relativismo moral ha salido (otra vez) a la palestra por el entonces
Cardenal Ratzinger, en la homilía de la Misa “pro eligendo Papa” con los
Cardenales electores del sucesor de Juan Pablo II, el lunes 18 de abril
de 2005: “A quien tiene una fe clara, según el Credo de la Iglesia, a
menudo se le aplica la etiqueta de fundamentalismo. Mientras que el
relativismo, es decir, dejarse «llevar a la deriva por cualquier viento de
doctrina», parece ser la única actitud adecuada en los tiempos actuales.
Se va constituyendo una dictadura del relativismo que no reconoce nada
como definitivo y que deja como última medida sólo el propio yo y sus
antojos. Nosotros, en cambio, tenemos otra medida: el Hijo de Dios, el
hombre verdadero. Él es la medida del verdadero humanismo”. “La
filosofía moderna, dejando de orientar su investigación sobre el ser… ha
derivado en varias formas de agnosticismo y de relativismo, que han
llevado la investigación filosófica a perderse en las arenas movedizas de
un escepticismo general (...) La legítima pluralidad de posiciones ha
dado paso a un pluralismo indiferenciado, basado en el convencimiento
de que todas las posiciones son igualmente válidas (...) No se substraen
a esta prevención ni siquiera algunas concepciones de vida provenientes
de Oriente; en ellas, en efecto, se niega a la verdad su carácter
exclusivo, partiendo del presupuesto de que se manifiesta de igual
manera en diversas doctrinas, incluso contradictorias entre sí
5. pluralismo indiferenciado, basado en el convencimiento de que todas las
posiciones son igualmente válidas. Este es uno de los síntomas más
difundidos de la desconfianza en la verdad que es posible encontrar en
el contexto actual». Y concluye: «En consecuencia, han surgido en el
hombre contemporáneo, y no sólo entre algunos filósofos, actitudes de
difusa desconfianza respecto de los grandes recursos cognoscitivos del
ser humano».
6. Dios se ha revelado como Ser personal, a través de una historia de
salvación, creando y educando a un pueblo para que fuese custodio de
su Palabra y para preparar en él la Encarnación de Jesucristo. Dios se
ha revelado como Ser personal, a través de una historia de salvación,
creando y educando a un pueblo para que fuese custodio de su Palabra
y para preparar en él la Encarnación de Jesucristo.

7. El racionalismo es la negación del misterio. Sólo es real lo que es


racional, y todo lo racional es real (Hegel).

La verdad que podría encontrarse en el racionalismo es que el criterio de


certeza ha de ser razonable. Pero la razón descubre que hay en el
hombre órganos de conocimiento que no son la razón. Están los
sentidos. ¿No tendrán alguna función en el conocimiento de la realidad?
¿Para qué sirven? ¿Cómo es que el hombre no es pura razón? ¿Por
qué la naturaleza fabrica un ser tan extraño con facultades tan inútiles?
¿Y la intuición intelectual, no existe, o no vale nada?

Tomás de Aquino reconoce dos funciones distintas de una misma


facultad, el entendimiento: la intelección, que es función del intelecto
(intellectus); y el razonamiento, que es función de la razón (ratio). De las
dos, la específicamente humana es la razón (los ángeles y Dios no
necesitan razonar), pero la más elevada es el intelecto, que no discurre
(como hace la razón), sino que intuye, "ve" de un golpe de vista,
adelantándose a menudo al discurso de la razón y entendiendo cosas
que la razón es incapaz de racionalizar. Este es el sentido verdadero de
la famosa frase «el corazón tiene razones que la razón no entiende». No
se trata de sentimentalismo, que nunca es fiable en cuestiones de
certeza, sino de un verdadero acto del entendimiento funcionando en su
modo más perfecto.

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