Conflictos de Familia Constelaciones Familiares PDF
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Constelaciones familiares
Autor: Adolfo Pérez Agustí
Edita: Ediciones Masters
www.edicionesmasters.com
[email protected]
ÍNDICE
CAPÍTULO 1
BERT HELLINGER
Teorías y personajes que han influido en Bert Hellinger
CAPÍTULO 2
LAS BASES DE LA TERAPIA
Red Familiar
Las generaciones familiares
La transmisión genealógica
Campo de la familia
Las Órdenes del Amor
CAPÍTULO 3
CÓMO SE FORMA UN TALLER
El Método
El interrogatorio
CAPÍTULO 4
DESARROLLO DE UNA CONSTELACIÓN FAMILIAR
CAPÍTULO 5
¿Cómo actúa?
Psicoterapia de familia
Dinámicas ocultas
Movimientos del alma
CAPÍTULO 6
CONSTELACIONES Y FLORES DE BACH
La dificultad para aceptar a la madre
Las personas olvidadas
CAPÍTULO 7
ENFERMEDADES CRÓNICAS Y SÍNTOMAS
CAPÍTULO 8
TERAPIA PRIMAL
La neurosis
Un cuerpo único
Necesidades no cubiertas
Reconocimiento público
CAPÍTULO 9
RAZONAMIENTOS FINALES
Aunque hace poco más de diez años que irrumpieron con fuerza en el campo de la
psicología de grupo, la terapia de las Constelaciones Familiares (Familienaufstellung
en alemán), ha logrado consolidarse y en ocasiones posee más reconocimiento que las
formas más tradicionales. El hecho físico de “colocar a la familia” en un pequeño
escenario y hacerles dramatizar su vida sin condicionamientos, permitía no solamente
descubrir la causa de numerosos conflictos generacionales, sino aliviar y con
frecuencia curar en una sola sesión afecciones psicológicas intensas.
Ahora hay ya docenas de profesionales formalmente acreditados que la practican,
entusiasmando al público y disminuyendo poco a poco el recelo que en sus comienzos
tenían hacia esta terapia los profesionales de la psiquiatría y la psicología. Sin
embargo, y a pesar de su éxito comercial, hasta hoy han sido pocos los intentos de
validación por parte de los científicos, poco entusiasmados por alguien que les
contradice y que utiliza con suma frecuencia la palabra “amor”. Alegan en su contra que
sus logros son empíricos, que no se puede encuadrar en una materia definida, y que no
posee pautas de obligado cumplimiento para llevar a buen fin una terapia de familia o
grupo. Las numerosas cuestiones sin resolver o aclarar, no gustan a quienes nunca han
acudido a una de estas constelaciones. Insisten sus detractores que posiblemente la
técnica no sea eficaz desde el punto de vista psicoterapéutico, y si lo es, para quién o
en qué circunstancias puede resultar beneficiosa, lo mismo que no existen datos fiables
sobre si los resultados quedan consolidados o, una vez abandonada la sesión, como no
hay continuidad, todos los aspectos negativos de sus asistentes vuelven a resurgir.
Tampoco está claro si los supuestos en los que se basa son sostenibles y si la técnica es
congruente con ellos. Algunos detractores entienden que se trata de un mero
entretenimiento que no merece ser clasificado como psicoterapia. Las críticas son
también encendidas en cuanto a cómo actúa y hasta en qué punto lo hace y, en todo caso,
en qué escuela psicológica es posible encuadrarla. Los recelos, o simplemente los
celos, serían la causa de estos rechazos que en nada han conseguido empañar el empuje
imparable que esta terapia está teniendo en todo el mundo.
La eclosión de las Constelaciones Familiares es un hecho y sus planteamientos y
conclusiones se han visto reforzadas con la llegada de la psicología y medicina
cuánticas, una forma de ver a los enfermos tan amplia y acertada que dejará obsoleta a
la medicina tradicional en pocos años. La visión de un universo holístico regido por las
vibraciones cuánticas, desbanca y con frecuencia desacredita a la terapia basada en la
química, dejando como primer protagonista de la salud a la energía que parte de
nuestros pensamientos y emociones.
La expansión de las Constelaciones Familiares sigue adelante levantando una
importante polémica, no sólo clínica, conceptual y cognitiva, sino también dirigida a la
persona de su creador, Bert Hellinger, ese ex misionero católico formado en el
psicoanálisis, al que se ha acusado de excesos ideológicos tales como dogmatismo o
antisemitismo, defectos que, de ser ciertos, no invalidan la eficacia de su terapia.
Ahora bien, aún estando justificada la controversia, las Constelaciones Familiares
merecen una mirada y una reflexión. Fundamentalmente, porque la satisfacción de sus
clientes le concede el beneficio de la duda acerca de sus posibles efectos sanadores. Y
además, porque aporta una perspectiva generalmente desestimada en las psicoterapias
(y en la psicología en general), que reconoce la transmisión, a través de las
generaciones, de los conflictos, preocupaciones familiares y modos de comportarse que
derivan en, o de alguna forma determinan, los problemas psicológicos actuales. Esta
perspectiva “hereditaria” dicen los científicos que no depende de la transmisión
genética, pero nuevamente la física cuántica y su conclusión sobre la no existencia del
tiempo y el espacio, aclaran la posibilidad de que los problemas actuales tengan una
raíz ancestral. Así que, y a falta de una hipótesis clara, de la exposición de sus autores
se deduce que tal herencia posee más bien el carácter de una transmisión cuántica. A tal
perspectiva se le debe conceder la duda de su interés clínico, sin perjuicio de los
reparos acerca de su validez o de la dificultad de comprobarla.
Los talleres de las Constelaciones Familiares están diseñados para individuos y parejas
que buscan la manera de asumir las dificultades de la vida, tanto si se manifiestan como
una enfermedad física o en los problemas más habituales de relación social o laboral.
También son útiles para aquellos terapeutas y profesionales de la salud que están
buscando expandir su forma de trabajar con sus clientes. La conclusión es que puede
beneficiar a cualquier persona.
En las Constelaciones Familiares se ofrece un resultado inmediato en la curación
psicológica –y en ocasiones física- de las personas y como hemos recibido la vida a
través de nuestros padres, la curación de las heridas sentimentales supone un
acontecimiento compartido dentro de la familia como un todo.
En la primera etapa, las conexiones difíciles y penosas -que en realidad son grados de
desconexión- dentro de nuestra familia, salen a la luz y llegamos a ver hasta nuestros
sentimientos más profundos. De forma inconsciente percibimos esta desconexión, tanto
más cuando exista una tragedia que haya bloqueado las expresiones de amor. Cuando
nos enfrentamos a estos profundos sentimientos, el amor reprimido comienza a surgir, y
el respeto que expresa, la aceptación y el amor, comienzan a ser posible.
Una constelación se completa cuando todos los miembros de la familia actual sienten
que están en ese lugar ahora, y que pueden mirarse el uno al otro de una manera
amistosa.
Es importante decir que la teoría de las Constelaciones Familiares se basa en la
observación, las observaciones realizadas por Bert Hellinger, el creador de este
método, y también durante las docenas de talleres que ha dado en todo el mundo.
Muchas de las observaciones pueden resultar extrañas a los espectadores que asisten
por primera vez a esta dinámica familiar, pero lo que es innegable es que la
experiencia, lealtad y amor se ven reflejadas en estas terapias.
BERT HELLINGER
Al igual que muchos psicólogos, Hellinger consideró a los padres y a las experiencias
vividas en la niñez, como la mayor y principal influencia de los seres humanos,
condicionando estos años todo el comportamiento posterior. Sin llegar a las
conclusiones de Freud sobre las causas de los complejos o traumas, su particular
manera de asumir la fe religiosa le proporcionó cierta fama en su Alemania natal,
aunque también cierta animadversión entre las juventudes socialistas o hitlerianas. Con
el tiempo, y en la medida en que su fama crecía, fue motivo de vigilancia por parte de
la Gestapo, llegando a ser considerado como sospechoso y enemigo de su propia gente.
Detenido y obligado a formar parte de las Juventudes Hitlerianas, a los 17 años era ya
un consumado soldado, participando en numerosas escaramuzas bélicas, hasta que fue
capturado por los aliados y vivió como prisionero de guerra en un campo de
concentración en Bélgica.
Pero estos hechos, en si mismos importantes para un muchacho, fueron menos decisivos
que su imparable vocación sacerdotal, por lo que una vez puesto en libertad cuando
había cumplido ya los 20 años, fue ordenado sacerdote en 1952, empezando un nuevo y
largo proceso de purificación silenciosa del cuerpo, mente y espíritu, mediante el
sencillo procedimiento de estudiar, contemplar y meditar.
Arthur Janov
Psicología Gestalt
Muchas otras escuelas terapéuticas tuvieron gran influencia en su trabajo, entre ellas los
grupos dinámicos de los anglicanos, con la necesidad fundamental de los seres humanos
de alinearse a sí mismos con las fuerzas de la naturaleza, y los Zulúes en Sudáfrica; el
psicoanálisis que aprendió en Viena, y el trabajo del cuerpo que aprendió en América.
Desarrolló un interés en la terapia de Gestalt a través Ruth Cohen y Hilaron Perzold,
los cuales más tarde combinó. La esencia de esta terapia se puede resumir así: “La
percepción humana no es la suma de los datos sensoriales, sino que pasa por un
proceso de reestructuración que configura a partir de esa información una forma,
una gestalt, que se destruye cuando se intenta analizar, y esta experiencia es el
problema central de la psicología”.
Gestalt es un término alemán que puede traducirse malamente por "forma", "totalidad",
o "configuración", pues la forma de cualquier cosa está compuesta de una "figura" y un
"fondo", una configuración. Algunas situaciones que nos preocupan y se sitúan en el
momento actual como “figura”, pueden convertirse en situaciones poco significativas,
pasando entonces al fondo. Cuando ello ocurre cerramos una Gestalt, nos concentramos
en el “fondo” y surge entonces otra Gestalt motivada por una nueva necesidad. Este
ciclo de abrir y cerrar Gestalts es un proceso permanente, que se produce a lo largo de
toda nuestra existencia.
La idea es realizar un enfoque holístico, percibir al individuo en su totalidad, pues "el
todo es más que la suma de las partes"; nada existe por sí solo, aislado. Hay que variar,
por tanto, el “enfoque” de nuestros deseos, un nuevo estilo de vida. Para ello hay que
comenzar a percibir aquello que nos rodea y no teníamos en cuenta, tanto anímicamente
como físico, viendo, palpando, oliendo, gustando. Después nos interiorizamos y
percibimos con intensidad aquello que ocurre debajo de nuestra piel: las tensiones
musculares, los tics, sensaciones molestas, escozores, temblores, sudoración, y hasta la
respiración. Poco a poco percibiremos que estamos ejerciendo demasiada presión al
escribir o que nos apoyamos mal sobre la espalda, o que nuestro corazón se empeña en
latir con demasiada intensidad.
Finalmente, llegamos a la parte más gratificante, a nuestra fantasía, construyendo el
mundo a nuestro placer. Hay que imaginar, adivinar, pensar, planificar, anticiparse al
futuro, etc. Siempre pensando de forma exclusiva en el mañana, en escribirlo, siendo
esta la verdadera razón de la Gestalt, la irrealidad, la fantasía. Puesto que el mañana no
existe, siempre es presente (¿o quizá es al revés?), todo está en nuestra imaginación,
siendo lo más saludable de la condición humana.
La Gestalt implica un retorno a la percepción ingenua, a la experiencia inmediata, no
viciada por el aprendizaje. Nos lleva a comprobar que normalmente no percibimos
conjuntos de elementos, sino unidades de sentido estructuradas. Formas. Por eso el todo
es más que la suma de sus partes. La conciencia abarca mucho más que el ámbito de la
conducta.
Según Wolfgang Köhler, antiguo Presidente de la asociación Americana de Psicología y
uno de los principales teóricos de la Psicología de Gestalt, la palabra gestalt se emplea
en alemán con dos acepciones. Denota, a veces, la figura o la forma como una
propiedad de las cosas. Otras, "una entidad concreta individual y característica,
existente como algo separado y que posee figura o forma como uno de sus atributos".
Se aplica a características tales como la cuadratura o triangularidad de las figuras
geométricas, o a la apariencia espacial distintiva de los objetos concretos, tales como
mesas, sillas y árboles. Debemos remarcar que la aplicación del término no se limita,
por supuesto, al campo visual, y ni siquiera al campo sensorial en su conjunto.
Aprender, pensar, procurar, actuar, han sido tratados todos como gestalten.
Max Wertheimer
Este psicólogo de origen checo, nacido en 1880, es el fundador junto con Kurt Koffka y
Wolfgang Köhler de la psicología Gestalt, un intento de examinar los fenómenos
psicológicos como formas enteras estructuradas, en lugar de analizar sus componentes
como unidades separadas en la práctica. Durante su juventud estudió violín, compuso
música sinfónica y de cámara, pues estaba seguro que en la música estaría su futuro.
Esta decisión cambió de rumbo cuando estudió psicología en la Friedrich-Wilhelm
University de Berlín, bajo la tutela de Carl Stumpf, famoso por sus notables aportes a la
psicología de la música. En 1904 desarrolló en la Universidad de Würzburg un detector
de mentiras para el estudio objetivo de declaraciones, desplegando un método de
asociación de palabras durante su disertación. Llevó a cabo investigaciones en varios
laboratorios de Praga, Berlín y Viena, interesándose particularmente en la percepción
de estructuras ambiguas y complejas. A partir de estas observaciones desarrolló un
conjunto de ideas que conformaron la base de la psicología gestalt.
Wertheimer criticó el sistema educacional de la época, basado en la lógica tradicional y
el asociacionismo, planteando que las tareas de resolución de problemas que
implicaban reorganización y agrupamiento no eran estudiadas por la lógica, pero eran
procesos esenciales del pensamiento humano. A esto se debe añadir el concepto de
Praegnanz (precisión) que plantea que cuando las sensaciones se organizan para
constituir formas, se sigue un principio de economía que persigue el menor gasto de
energía del sistema cognitivo. Para Wertheimer la verdad estaba determinada por la
estructura total de la experiencia más que por sensaciones o percepciones individuales,
insistiendo en que "el todo es mayor que la suma de sus partes".
Respecto al fenómeno fi, relacionado con el movimiento aparente, es algo que tiene
lugar cada vez que asistimos a una proyección cinematográfica, en donde una serie de
fotografías aisladas estáticas adquieren movimiento para la vista si se las presenta de
determinada manera. Utilizando a tal fin un taquistoscopio (proyector de alta
velocidad), pudo probar que el fenómeno dependía de ciertos intervalos de tiempo
críticos; y lo que es más importante, sostuvo que no podía explicarse a partir de los
elementos sensoriales aislados ni de ninguna otra serie de elementos psicológicos. Se
trataba de una experiencia que no puede ser simplificada, en la cual la Gestalt o
configuración total precedía a las partes. Con esta argumentación se opuso abiertamente
a la escuela del estructuralismo y a las enseñanzas de Wilhelm Wundt.
Su mayor logro fue, no obstante, cuando aún residía en Alemania, donde entabló
amistad personal con Albert Einstein y con la colaboración de éste sometió a estudio
sus procesos creadores desde el punto de vista de la psicología de la Gestalt. Pudo
demostrar así que a menudo la inspiración le venía a Einstein bajo la forma de una
grandiosa idea (en esencia, una Gestalt), y que sólo posteriormente derivaba de ella los
pormenores (p. ej., una fórmula específica). Wertheimer incluyó su análisis de los
procesos creativos de Einstein en su libro Productive Thinking (1959).
Aplicando sus ideas a la psicología de la educación, Wertheimer sostuvo que era
preciso enseñar a los niños conceptos globales que contribuyeran a su compresión
general, antes que inculcarles los detalles; porque cuando los pormenores les son
enseñados primero, a menudo los alumnos se confunden y no logran comprender el
significado de lo que aprenden.
Empíricamente descubrió que si dos líneas cercanas entre sí se exponen de forma
instantánea y sucesiva a una velocidad determinada, el observador no verá dos líneas
sino una sola que se desplaza de la primera a la segunda. Si se reduce el intervalo de
presentación más allá de un umbral determinado, el observador verá dos líneas
inmóviles. Pero si se aumenta mucho dicho intervalo, se verán separadas en el tiempo y
el espacio. En este fenómeno se basaron los antiguos kinescopios y, actualmente, la
proyección de películas. También son resultado de este principio los anuncios
publicitarios y marquesinas de cines adornadas con bombillas que parecen desplazarse
en torno, ya que el movimiento es una construcción perceptual (percepción) a partir de
imágenes sucesivas percibidas. Wertheimer denominó gestalt al factor unificante que
combinaba elementos separados en un todo, provocando dicha "ilusión".
En posteriores estudios Wertheimer analizó detalladamente los principios de
organización. Supongamos que vemos un conjunto de puntos. Estos se agrupan de algún
modo: un triángulo, un círculo o una figura más compleja. Que sean percibidos de una u
otra manera dependerá de la configuración en que aparezcan. Este fenómeno es
totalmente a priori. Se adquiere durante el aprendizaje natural infantil y tiene fines
adaptativos. El intento de analizar por separado los componentes sensoriales de una
entidad percibida, siempre requiere un esfuerzo introspectivo. Incluso en un
aprendizaje, el entrenamiento debe invertir el proceso inconsciente para lograr un
proceso automático que organice.
Eric Bern
Jay Haley
Leer el artículo de Jay Haley acerca de "El triángulo perverso" le permitió a Hellinger
descubrir la importancia de la jerarquía en las familias. Este psicólogo saltó a la fama
por un artículo clásico titulado “The Art of Being a Failure as a Therapist" (El Arte de
Fracasar como Terapeuta), aparecido por primera vez en el American Journal of
Orthopsychiatry de julio de 1969.
Haley dijo que, "Se ha puesto excesivo énfasis sobre cómo tener éxito como
terapeuta, y demasiado poco sobre cómo fracasar". La práctica psiquiátrica actual
demanda a los médicos, para tener éxito, la posesión de un repertorio de habilidades de
liderazgo y gestión administrativa complementando a las terapéuticas.
El artículo de Haley surgió al observar que el 50-70% de los pacientes en lista de
espera de asistencia psicológica no sólo no deseaban ya tratamiento una vez que
finalizaba el periodo de espera, sino que a menudo se habían recuperado de los
problemas para los que habían solicitado originalmente tratamiento. Si no hacer nada
producía índices de éxito del 50% o mejores, ¿cómo es posible fracasar como
terapeuta? Como consecuencia de esta observación, Haley desarrolló irónicamente una
lista de guías o pasos que pensaba podrían ayudar al terapeuta a fracasar de forma
consistente si las utilizaba de forma regular y sistemática.
Aunque no de forma oficial, se reconoce que al menos el 50% de los problemas y
cuestiones a las que se enfrenta un psicólogo cuando trata a un paciente se resolverán
solas, o dejarán de ser un problema, si son ignoradas el tiempo suficiente.
Frank Farrelly
Otra de las personas que influyó en Hellinger fue el psiquiatra Frank Farrelly, quien ha
desarrollado toda una psicoterapia del humorismo, más bien extravagante, con
propuestas curiosas como la necesidad de soltar dos carcajadas diarias antes de
empezar a comer. Farrelly afirma que hay que aprender a reírse con todas las letras, y
no solo con la "i", como los estreñidos mentales o con la "a", como los que no piensan
demasiado. Carcajada a carcajada, ha ideado una peculiar gimnasia de la risa
enseñando a sus pacientes a reír con todo el cuerpo. Indudablemente sus pacientes lo
pasarán bien en sus consultas.
Farrelly ha ganado el reconocimiento internacional como terapeuta eficaz, a pesar de
que sus métodos nunca han sido ortodoxos. Autor de varias publicaciones incluyendo
Terapia Provocativa (con Jeff Brandsma), ha presentado numerosos talleres,
seminarios, y sus demostraciones han sido vistas por profesionales de los Estados
Unidos, de Europa y Australia. Su maestría en el trabajo con los enfermos seriamente
alterados psicológicamente le ha convertido en un profesor especialmente interesante e
importante.
La Terapia Provocativa fue desarrollada en un hospital, cuando Farrelly, descontento
con su eficacia como terapeuta, comenzó a explorar nuevos procedimientos para
promover cambios significativos en pacientes crónicos y recalcitrantes. Trabajó en este
sentido durante 17 años, continuando desarrollando y refinando sus técnicas. Durante
muchos años fue profesor en la Universidad de Wisconsin, miembro de la Academia de
Trabajadores Sociales, y profesor auxiliar en el departamento de psiquiatría en la
Universidad de medicina de Wisconsin.
Él, mucho más sencillo, ha definido su trabajo como una forma de aplicar el sentido del
humor en los problemas mentales y de adaptación. Pero definir lo que es el sentido del
humor no es tarea fácil, pues se trata de un concepto que designa una actitud humana, un
determinado talante ante la realidad en que vivimos y, por tanto no es un simple
fenómeno, un hecho que podamos aislar, analizar y catalogar al lado de otros. Si se
atiende a sus manifestaciones externas de modo exclusivo o principal, puede llegarse a
desvirtuar su naturaleza, y no ser capaces de entender su profundo sentido: una persona
con cosquillas fáciles no es, obviamente, una persona con sentido del humor, aunque
éste se encuentre muy ligado a la risa y a la sonrisa; ni tampoco un espíritu burlón es
fruto del sentido del humor, sino más bien su degradación o empobrecimiento. El
sentido del humor se relaciona con rasgos tales como agudeza, finura, alegría,
oportunidad, serenidad, ecuanimidad y muchos otros. Pero intentar su comprensión por
medio de estos rasgos característicos puede ocultar su naturaleza en una maraña
analítica de factores y sus relaciones.
Podríamos intentar resumirlo de este modo: la persona con sentido del humor intenta
encontrar el lado positivo de las cosas y minimiza los defectos de las personas.
Siempre hay algo positivo en la desgracia y por ello no es necesario profundizar en
ella, ni recrearse contándola en busca de un poco de consuelo. La persona con sentido
del humor no busca ayuda desesperada ante cualquier problema, no se pasa más tiempo
llorando su desgracia que saliendo de ella, ni une sus lágrimas a la de la persona que ya
está llorando.
Por el contrario, la burla y el sarcasmo persiguen resaltar lo malo, lo defectuoso. Un
ejemplo está en las parodias o imitaciones personales: pueden hacerse con sentido
burlesco, exagerando los defectos y complaciéndose en ellos; pero también pueden
hacerse con sentido del humor, con dulzura, mostrando tanto los defectos como las
buenas cualidades, enseñando el humor de la persona parodiada, es decir, dando
ligereza a lo que resulta grave o solemne. La parodia hecha con sentido burlesco invita
al menosprecio; en cambio, la parodia que proviene del sentido del humor propicia el
cariño entrañable a la persona parodiada. Por eso, se considera propio del buen
humorista quien dirige su sentido del humor hacia sí mismo en primer lugar.
Un poco de humor nos permite encontrar nuevas soluciones a los jeroglíficos de la vida
cotidiana, nos enseña que las cosas siempre pueden ser de otra manera, nos ayuda a
elegir. Por eso quizá merezca la pena incorporar a nuestro talante el sentido existencial
de la travesura.
Martin Heidegger
Rupert Sheldrake
Rupert Sheldrake es uno de los biólogos más controvertidos de nuestra época. Sus
teorías están revolucionando no sólo la rama científica de su campo sino que desbordan
hacia otras disciplinas como la física y la psicología. Los científicos ortodoxos le
acusan de introducir la filosofía en la ciencia.
En su libro “Una Nueva Ciencia de la Vida”, Sheldrake toma posiciones en la corriente
organicista u holística clásica, sustentada por nombres como Von Bertalanffy y su
Teoría General de Sistemas o E.S. Russell, para cuestionar de forma tajante la visión
que da por explicado cualquier comportamiento de los seres vivos mediante el estudio
de sus partes constituyentes y posterior reducción de los mismos a leyes químicas y
físicas. Sheldrake, en cambio, propone la idea de los campos morfogenéticos, los
cuales ayudan a comprender cómo los organismos adoptan sus formas y
comportamientos característicos.
"Morfo viene de la palabra griega morphe –explica-, que significa forma. Los campos
morfogenéticos son campos de forma; campos, patrones o estructuras de orden. Estos
campos organizan no sólo los campos de organismos vivos sino también de cristales y
moléculas. Cada tipo de molécula, cada proteína por ejemplo, tiene su propio campo
mórfico -un campo de hemoglobina, un campo de insulina, etc-. De igual manera cada
tipo de cristal, cada tipo de organismo, cada tipo de instinto o patrón de
comportamiento tiene su campo mórfico. Estos campos son los que ordenan la
naturaleza. Hay muchos tipos de campos porque hay muchos tipos de cosas y patrones
en la naturaleza..."
Esas Terapias Familiares, junto con un alto nivel de psicoterapia, hacen que las
contribuciones de Hellinger sean únicas en la integración de diversos elementos.
Cuando le hablaban de su aportación incuestionable a la psicología, Hellinger nunca
reconoció haber hecho nada nuevo, pero no hay duda que sí ha aportado una mejor
manera de integrar a las personas en su ambiente. Con una capacidad natural para
buscar situaciones totalmente nuevas y de sumergirse en ellas, aprendió que cuando
algo ya se tiene dominado, hay que buscar nuevos caminos. Dedicarse toda la vida a
una misma profesión, sin explorar nuevas materias o situaciones, conduce a numerosas
alteraciones del comportamiento.
Ciertamente sus primeras experiencias fueron decisivas para lo que posteriormente
haría en la vida, lo mismo que su habilidad para escuchar los mensajes de su propia
alma, aunque ello no le ha excluido de pasar malos momentos en la vida. Su insistencia
en ver lo que realmente es, supone lo opuesto a aceptar ciegamente lo que se nos ha
dicho, incluso cuando se trata del diagnóstico efectuado por un médico de prestigio.
Esta reflexión, combinada con la constante lealtad y confianza en su propia alma, es el
fundamento en el cual ha construido su trabajo. En conclusión, Hellinger es el último
empirista.
CAPÍTULO 2
Red Familiar
En el recorrido que hemos efectuado para saber qué personas han influido en la vida de
Hellinger, no podemos olvidar a quien, muy probablemente, sería su única musa, su
auténtica pasión: el amor por la música alemana, por la ópera, especialmente Wagner. A
este compositor recurría cuando necesitaba entender el comportamiento humano, pues
afirmaba que le dejaba la mente limpia de prejuicios.
Con el tiempo abandonó la costumbre imperante de tratar al paciente en solitario,
buscando una terapia de grupo dentro del ambiente familiar, al que denominó
acertadamente como Red Familiar. A esta red familiar pertenecen: los hijos y sus
hermanos; los padres y sus hermanos; los abuelos de ambas partes; a veces, alguno de
los bisabuelos, y todos aquellos que hicieron sitio para otros en el sistema, por
ejemplo, un primer marido o una primera mujer.
En este trabajo terapéutico, los problemas cotidianos no tienen importancia. Muchos
comportamientos actuales de una persona no son explicables desde su situación actual,
sino que se remontan a distintos sucesos en su familia de origen, es decir a vivencias de
sus padres o antepasados más lejanos. Hellinger ha descubierto en muchos años de
trabajo terapéutico, las leyes según las cuales se desarrollan identificaciones e
implicaciones trágicas entre los miembros de una familia, leyes que define como
Órdenes del Amor y que explicaremos con detalle más adelante.
Hay que mirar a la familia como un todo para ayudar a sus miembros a descubrir cómo
se conectan unas con otras. Hay dos maneras en que la conexión puede expresarse: los
inconscientes, que son el "amor ciego" difundido a través de las generaciones y no
pueden traer la curación, y los del alma, aquello que proporciona "el amor de
curación".
Por lo general, seguimos el "amor ciego", y hacerlo a ciegas, significa sin darse cuenta.
En las constelaciones familiares, los caminos del amor ciego se hacen visibles, y a
través de esta conciencia, podemos volver a conectar con el amor del espíritu. Ambos
vienen del amor en la familia. Los primeros, de forma inconsciente y enmarañados, no
pueden traer la felicidad. Como los niños muy pequeños, en lo más profundo hay un
deseo de pertenecer a nuestra familia y ser leales a ella, asumiendo los problemas
familiares que no podemos resolver. Sorprendentemente, este proceso se extiende a los
miembros de la familia que ni siquiera participan de un modo activo.
Así funciona esto en gran medida al margen de cualquier intención consciente, y por lo
tanto, realmente no podemos cambiar hasta que veamos lo que es. El tipo de visión que
se produce en la constelación generalmente abre el camino hacia el amor. El objetivo
más profundo del alma es al amor a la familia, sin excepciones. El amor que lleva
implícito la paz restaurada y la libertad.
La idea de que los antepasados, su influencia, sus vivencias, son una parte importante
en la vida de las personas, se encuentra extendida entre la mayoría de las culturas
tradicionales del planeta, existiendo férreas tradiciones en América Latina, África,
China y Japón, incluso entre las clases económicamente poderosas.
En la Europa antigua, el culto a los antepasados era también un elemento comúnmente
aceptado, y por eso se erigían altares hogareños para tenerlos siempre presentes. La
pervivencia de algunas fiestas paganas dentro del marco cristiano actual, como la
celebración del Día de los Difuntos, nos recuerda que, aunque casi borrada de nuestra
conciencia, el alma familiar sigue viva y presente. Sin embargo, debemos reconocer
que en occidente en general, la figura de los difuntos familiares ya no tiene el peso de
antaño, como tampoco la tienen los ancianos, ni siquiera para consultarles.
¿Cómo buscar causas de comportamiento en familiares desaparecidos, de los cuales
apenas si guardamos unos someros recuerdos, mayormente por boca de nuestros
padres? Aunque todos admitimos que los genes heredados nos forman nuestra identidad,
resulta poco fiable describir el comportamiento de personas hace tiempo fallecidas. Al
menos, nos faltará objetividad.
Cuando en el siglo XX irrumpieron el psicoanálisis y el conductismo (doctrina
psicológica basada en la observación del comportamiento objetivo de la persona que se
estudia), la influencia del árbol genealógico se descuidó, centrando su atención en el
núcleo familiar más inmediato, así como en el propio comportamiento del individuo.
Desde ese momento, la figura de los padres alcanzó una importancia tal que solamente
se hablaba de ella en las terapias psicológicas, habitualmente de forma peyorativa.
Llegaron los traumas de la niñez.
Con la llegada de este nuevo siglo, nuestra sociedad está empezando a recuperar algo
que durante milenios formó parte de su bagaje cultural y que sólo en tiempos recientes
fue rechazado: el concepto global de familia, tanto presente como fallecida. Ahora
también se reconoce la influencia de personas menos presentes en nuestras vidas, como
los tíos, abuelos, primos, lo que indudablemente nos lleva a una suma de datos que nos
pueden confundir.
Así, en este campo de investigación y de sanación, están surgiendo nuevas terapias,
nuevos conceptos y nuevas propuestas, basadas todas en una idea fundamental: no
podemos huir del sistema familiar, no podemos negarlo ni ignorarlo. De hecho,
adondequiera que vayamos, llevaremos con nosotros toda nuestra historia y la historia
de nuestros antepasados. Y ante la historia de la familia sólo tenemos una opción
constructiva: conocerla, aceptarla, integrarla, y a partir de ahí, liberarnos y abrirnos a
una nueva dimensión de la existencia. Claro que en demasiadas ocasiones se repite el
mismo esquema: la familia es culpable y responsable de nuestros actos actuales;
nosotros siempre somos las víctimas. La psicología moderna tiene ahora un interés
desmesurado en encontrar los que ellos denominan como “traumas heredados”,
refiriéndose a aquellos hechos causados por otras personas que nos hicieron daño en el
pasado. Ningún atisbo de nuestra responsabilidad en el desarrollo de los
acontecimientos.
La forma más fácil y directa para conocer la historia familiar consiste en preguntar, en
interesarse por ello. Las personas de mayor edad suelen guardar la memoria del clan y
se convierten así en la mejor referencia directa. El estudio de los árboles genealógicos,
de los archivos y las fotografías, representan también una ayuda fundamental.
Las nuevas terapias generacionales proporcionan también un marco adecuado para la
comprensión y la sanación de las historias familiares no resueltas. Esta es la idea
original de las Constelaciones Familiares, pues introducirse en esta terapia nos da la
oportunidad de ver de un modo directo e inmediato cómo está el sistema familiar y
cuáles son los nudos o las dificultades que se han generado en el clan y que tienen una
repercusión directa en nuestra vida presente. Después, y para evitar ser unos simples
observadores de nuestra historia familiar, tratando de cumplir la misión de estas
terapias, hay que buscar la aceptación de lo que existe por medio de maniobras
correctoras que permitan crear una nueva imagen familiar interior. La huida, el reproche
o sentirse víctima, no son opciones.
La transmisión genealógica
Demuestra que los seres humanos estamos profundamente relacionados entre sí y todos
podemos, en diversos grados, sentir los sentimientos del otro. En este trabajo nos
encontramos con lo que la gente de todas las culturas ha sabido siempre: que podemos
sentir los sentimientos de los demás, pero sólo a través de una apertura natural y
agradable.
El ser humano muestra empatía con los demás, al menos cuando se siente seguro.
Algunos logran esto incluso en circunstancias muy difíciles.
La física cuántica nos dice que estamos conectados en una especie de campo de energía
que nos guiará siempre que nos conectemos a ella. Bert lo llama el espíritu, y ambas
demuestran que hay una conexión de amor entre las personas que antes no había sido
tenida en cuenta, una benévola energía a nuestra disposición. Todo lo que necesitamos
hacer es estar presentes, en calma, sin intenciones, planes, miedos, prejuicios, sólo
estar presente y observar y sentir lo que está sucediendo.
Esta energía siempre nos guiará hacia la reconciliación, y esto significa que la totalidad
de nuestras almas, se convertirán en un todo dentro de las familias. A menudo, se trata
de convertirse en un solo grupo más numeroso, como en la reconciliación con personas
de otra nación o fe.
Campo de la familia
Una familia extendida parece tener un campo y el ámbito de aplicación está bien
definido, porque se puede ver que los miembros de la familia están incluidos en él.
Cuando alguien en la familia ha sufrido y de alguna manera ha sido excluido, este
miembro es representado por un miembro de la familia actual, de tantas generaciones
como se necesite para llevar esto a la conciencia de la familia. No solamente se
observa la línea sanguínea, sino que también incluye a otras personas que han
perjudicado a nuestra familia o fueron perjudicados por ella. Así, el campo de la
familia o el alma puede ser bastante extenso cuando analizamos los conflictos a gran
escala, por lo que el terapeuta llevará las inclusiones que considere necesarias. La
humildad, respeto, y el amor que se desarrolla cuando el excluido es aceptado, es muy
intenso en todos los participantes y observadores. La persona que presenta el tema, los
representantes, y todos los otros miembros del grupo que estén siendo representados,
deben dejar que fluyan simplemente los sentimientos, olvidándose de ideas
preconcebidas.
Es bueno que los representantes no sepan mucho -mejor aún, nada-, acerca de la familia
que van a representar. De esta manera, no están condicionados y no desarrollan antes
ideas a aplicar, por lo que se ven obligados a confiar en su conciencia. El papel del
terapeuta es guiar a la evolución del proceso, un poco como mediador. A menudo, sólo
tiene un conocimiento superficial del problema. El campo se percibe fuertemente
cuando todas las personas que intervienen prestan toda su atención a la constelación.
Fuera de este sentimiento y la aceptación de "lo que es", los niveles más profundos de
"lo que realmente es" también emergen. Los representantes se sientan atraídos hacia los
diferentes miembros de la familia y esto permite resaltar las necesidades más profundas
dentro de la familia para curar las heridas o simplemente, para manifestar su más
profundo amor a miembros de la familia que nunca se conocieron.
El amor es para muchas personas un valor absoluto: lo consideran la fuerza que mueve
el mundo; el amor todo lo puede; con el amor basta. Obviamente no es así, mucho
menos ahora, época en la cual solamente damos amor a cambio de algo, quizá de más
amor, pero de ninguna manera es un sentimiento altruista. Exigimos siempre lo mismo
que damos, como un intercambio, un trueque, y cuando no somos correspondidos
dejamos de amar, así de fácil. Quizá deberíamos entonces buscar otra palabra para
definir este sentimiento tan pragmático, tan alejado del verdadero amor. ¿Cómo es
posible dejar de amar bruscamente a alguien que un día nos hace daño, nos traiciona o,
simplemente, no nos ama en la misma medida? “Ayer te quería, pero hoy ya no. Me has
decepcionado”. Qué frase más clarificadora sobre la supuesta solidez de nuestros
sentimientos. La conclusión actual es que entre iguales el vínculo del amor supone un
intercambio, un equilibrio entre lo que cada uno da al otro y cada uno toma del otro. Sin
este intercambio equilibrado, el vínculo entre iguales no puede mantenerse. Al menos
es lo que nos dicen. El trueque del que les hablaba antes.
Y ya que hablamos del amor, nada mejor que recordar que nacemos de unos padres y a
ellos les debemos nuestra existencia. Queramos o no estaremos vinculados a ellos toda
nuestra existencia, tal y como la naturaleza en su conjunto lo está a todos los seres
vivos. Pero en el origen de la vida o de la existencia, el vínculo es de naturaleza
desigual. Un río procede de una fuente, y no al contrario. No hay río que suministre
agua a su propia fuente. También es verdad que el río puede, más adelante, suministrar
su agua a otros ríos, los cuales se alimentarán de aquél. Parece una obviedad: el río
fluye en una dirección, y no en la contraria.
Esto no significa que los hijos no amen a sus padres. Significa que, a diferencia del
amor entre iguales, que consiste en el intercambio equilibrado del dar y el tomar a que
hemos hecho referencia, el amor entre padres e hijos responde a otra dinámica: los
padres dan, los hijos toman. Los padres son los grandes, los anteriores, la fuente. Por
eso el flujo natural de su amor como padres es el de dar. Los hijos son los pequeños,
los posteriores y, en consecuencia, toman. Este equilibrio desigual se rompe cuando un
hijo, por ejemplo, pretende ser más importante que sus padres. Bert Hellinger llama a
esto “arrogancia”. El hijo dice a los padres: “soy mejor que vosotros, lo hago mejor
que vosotros”. Ciertamente el río puede llegar lejos, y sin duda los padres se alegrarán
de ello. La fuente se siente satisfecha de lo lejos que puede llegar el río. Pero esto no
hace al hijo más grande que sus padres: continuará siendo tributario de ellos, en el
sentido de que jamás podrá devolverles lo recibido, como el río no puede alimentar a
su fuente. El amor consiste, entonces, en respetar su grandeza, tomar lo que recibe y
mostrar gratitud.
El equilibrio también se rompe, por tanto, cuando el hijo se niega a tomar. El hijo dice
a sus padres: “no quiero lo que me dais” o “no lo quiero a ese precio”. Sencillamente,
esto no es posible. Tenemos aquí una especie de autosuficiencia, con el río
pretendiendo que por él discurran otras aguas diferentes a las que recibe, como si
pudiera decidir quién es a base de ignorar de dónde viene.
Estas Órdenes del Amor no son en absoluto preceptos morales. Son, sencillamente,
condiciones básicas para que el amor fluya, para que el agua no se disperse o no se
estanque. Quienes pretendan ignorar estas condiciones tendrán, con toda seguridad,
importantes dificultades para experimentar el amor en su vida. Así de simple: nadie
puede verdaderamente amar si primero no sabe recibir y agradecer.
Esto que decimos de padres e hijos tiene, como es natural, valor extensivo a las
diferentes generaciones. En el seno de lo que Bert Hellinger llama “alma familiar”,
todos tienen un lugar de dignidad y de respeto. Y “todos” quiere decir, exactamente,
“todos”. Y significa algo muy preciso y de gran importancia en este ámbito de los
órdenes del amor: el alma familiar no acepta exclusiones. Cuando alguien es excluido,
el flujo del amor se resiente. Hay muchas formas de excluir: ignorar, olvidar o
marginar, son algunas de ellas. Pero también se excluye a alguien juzgándolo y
condenándolo, o descalificándolo de muchas maneras: “la abuela fue una puta”; “el
abuelo fue un borracho”; “tu tío estaba loco y nos hizo sufrir mucho”, “no me gusta tu
marido”. No se trata aquí de perdonar nada, sino de comprender que nada de lo que
alguien haga le puede privar de su derecho a la pertenencia familiar. A veces la víctima
se cree con el derecho a ser verdugo: esta actitud no sólo no arregla nada, sino que
perturba aún más los órdenes del amor; alguien posterior asumirá un destino semejante
al de la persona excluida. En este sentido, cualquier venganza, o arrogancia, o
desorden, se convierte en una especie de boomerang. Alguien posterior sufrirá las
consecuencias, y nadie encontrará explicación a su sufrimiento.
Estamos hablando de lo que Bert Hellinger llama “destino ciego” o “amor ciego”.
Amor ciego es el del hijo que, para compensar la marginación que sufrió alguien
anterior, asume, sin saberlo, su mismo destino. Amor ciego es el del hijo que, viendo
que sus padres han sido infelices, no se permite a sí mismo ser feliz, como si al serlo se
convirtiese en una especie de traidor. En este caso, aunque aquí no se trate de una
exclusión, el hijo no toma de sus padres o pretende, con su infelicidad, ser digno de
ellos o compensarles de alguna forma. Trabajo inútil: la ceguera la produce, en este
caso, la idea de que se puede compensar una desgracia con otra desgracia, convirtiendo
así en estéril el sufrimiento de los padres. No hay mejor manera de “purgar” la
infelicidad de los que nos precedieron que llevar una vida feliz y fecunda.
Las ideas principales de Bert Hellinger sobre las Órdenes del Amor, se hallan en la
base de su práctica terapéutica. Estas ideas -es importante dejarlo claro- no constituyen
en modo alguno algo parecido a un cuerpo dogmático ni tampoco un conjunto de
afirmaciones metafísicas. Buena parte de ellas son comunes a otras escuelas de terapia
sistémica, como la estructural (Salvador Minuchin) o la transgeneracional (Ivan
Boszormenyi-Nagy). Otras son aportaciones originales de Bert Hellinger. En cualquier
caso todas ellas se basan en la práctica clínica, a modo de hipótesis que se confirman
una y otra vez.
Podríamos ilustrar las mismas ideas sobre las Órdenes del Amor describiendo la
actitud de alguien (a quien vamos a llamar “Juan”) ante diversas figuras y
acontecimientos de su sistema familiar.
1. No se trata de una comunicación verbal que Juan diga o tenga que decir “en
vivo” a sus padres. Se trata, simplemente, de una expresión que define una
actitud interior. Son palabras que, en este caso, sirven sólo para exteriorizar
de forma consciente una toma de posición “ordenada” ante los padres.
2. Tampoco se trata de una expresión literal. Cabe, en su lugar, cualquier otro
tipo de palabras o frases que mantengan el mismo significado o definan la
misma actitud.
3. Por último, tampoco se trata de “afirmaciones positivas” en el sentido usual
de “pensamientos positivos”. En otras palabras: si la actitud que así se
expresa resulta forzada, no se recomienda la técnica de repetir o machacar
hasta que “suene” natural. Más bien cabría sospechar algún tipo de
dificultad que podría requerir tratamiento terapéutico, de modo idóneo a
través del método de Constelaciones Familiares.
4. Acto seguido Juan mira la imagen de sus padres o de su representación.
Poco a poco se da la vuelta hasta quedar de espaldas a ellos, pero
apoyándose en ellos. Con este cambio de configuración se puede
representar el agua fluyendo de su fuente. A partir de aquí Juan está en
disposición de encarar la vida o cualquier realidad concreta de la vida
(personas, acontecimientos) que necesite.
Las constelaciones familiares revelan los enredos familiares inconscientes a los que
una persona que consulta se halla sujeta. Esto permite, restableciendo las Órdenes del
Amor, encontrar caminos para liberarse de los enredos y configurar una imagen de
solución, que libera fuerzas curativas que raras veces se experimentan en psicoterapia
con semejante intensidad.
Se eliminan así los desórdenes e implicaciones sistémicas. La necesidad de vinculación
y pertenencia, el equilibrio entre dar y tomar, y el orden dentro del sistema son los
factores claves. A veces la persona interesada se integra en el proceso de solución, a
veces sólo se queda observando. Este trabajo alcanza las profundidades del alma y
requiere la cooperación atenta de todo el grupo. Este nuevo ordenamiento permite que
vuelva a fluir el amor en el sistema familiar, poniendo en evidencia así el poder del
amor y las fuerzas que gobiernan los vínculos en la familia.
Estos talleres están dirigidos a aquellas personas interesadas en trabajar con asuntos
problemáticos de su vida, de su familia o pareja. También a quienes padezcan
enfermedades graves, que hayan sufrido repetidas experiencias de infortunio o deseen
enfrentar los hechos irremediables de su historia familiar.
"Las órdenes del amor" aplicado a la familia, explican el orden natural del amor en la
familia y también en otros importantes sistemas de las relaciones humanas, así como a
las funciones de los distintos miembros de la familia. Los sucesos traumáticos
desencadenan una alteración de este orden natural, y si el trauma es demasiado grande
la familia a menudo no puede recuperarse con sus propios recursos al no poder
restaurar el orden al que todos los miembros pertenecen y en su lugar correcto.
Cuando las órdenes del amor se han restaurado en la familia, los individuos se sienten
seguros, y por lo tanto felices. Al haber encontrado el lugar adecuado dentro de la
familia, los miembros también saben cuáles son sus funciones y cuáles no. Conectados
con todos los que pertenecían a ese grupo, los miembros se sienten seguros y sienten la
fuerza de la familia apoyándolos desde atrás. Cuando se reconoce la conexión en la
familia, las responsabilidades son compartidas claramente, y los individuos se sienten
aliviados. Ahora se puede tratar individualmente a cada uno de ellos sin tener que
responsabilizarse y atrapados por lo que pasó anteriormente.
En casi todas las familias hay cosas que han sucedido que pueden perturbar la armonía
de la familia, siendo lo más importante que nadie haya sido olvidado o excluido. En
cada grupo hay una necesidad de equilibrio entre dar y recibir (entre individuos,
familias, empresas y grupos más grandes, incluidas las naciones). Los niños son
especialmente sensibles y suelen quedar atrapados en esas emociones incluso aunque
no sean los protagonistas directos, llegando a tomarlos como propios. Además, hay
ciertos acontecimientos que tienen un profundo impacto residual en miembros de la
familia, tales como:
El trabajo de Bert Hellinger tiene mucho que ofrecer, y su terapia hace que las personas
se sientan mejor al curarse los dolorosos acontecimientos de nuestros antepasados. Es
un camino espiritual que cura lo que está detrás de nosotros, y aún en nosotros, de modo
que somos libres para seguir llamando a nuestro YO más profundo en el aquí y ahora.
Encontraremos la totalidad de la vida y la fuente de todo, como una ventana abierta de
par en par que nos muestra las aventuras que nos esperan.
Cualquiera que sea nuestra opción espiritual e incluso si ni siquiera la tenemos,
resultaremos fortalecidos, renovados, reformados, y tendremos experiencias más
directas de nuestras conexiones a la fuente de nuestra existencia.
El trabajo de Bert Hellinger se dedica a unir lo que ha estado separado, de la curación
a través de la reconciliación, el respeto, unidos a través del corazón, avanzar con el
acuerdo profundo de ver la vida tal como es, y con amor.
El punto de partida puede ser de una molestia, cualquier cuestión urgente. Frente a lo
que vemos como nuestro más profundo dolor, nos encontramos con que todas nuestras
sensaciones están conectadas con la realidad del pasado, con la carga que asumieron
quienes nos precedieron. Así pues, nuestro malestar, sino también nuestros talentos,
intereses y amores, nos conectan con la gente que existió antes que nosotros. Lo que
pensamos a menudo es la muestra de lo que pensaba otra persona que vivió antes que
nosotros.
A medida que amorosamente nos unimos a otras almas que estuvieron o están sufriendo,
nuestro amor y su amor por volver a la vida, hace desaparecer los síntomas. Con el
apoyo de aquellos que vivieron antes que nosotros, llegamos a la paz, la fuerza, y la
libertad, que son los regalos que recibimos por seguir el llamado espíritu de
reconciliación.
Nuestra conciencia nos impulsa al amor, que brilla por igual para todos y en todo
tiempo. Y en presencia del gran amor las personas desarrollan el poder que nos mueve,
el poder que crea, mantiene y desarrolla todo lo que es.
El trabajo de Bert, que comenzó con un proceso que se parece a la terapia familiar, nos
lleva realmente hasta donde queremos ir, porque al final no hay reconciliación con el
mundo tal como es, y hay que llegar a fuente de todo.
La gente puede unirse a un grupo de constelaciones familiares para buscar cualquier
problema en su vida personal, o en su familia y hasta en grupos más grandes, como su
lugar de trabajo o la nación.
"La idea de que el amor puede superar todo -dice- lo contradice la experiencia.
Muchos padres ven cómo sus hijos caen en la enfermedad o en la adicción, o que se
suicidan a pesar de haberles dado todo su amor. Por tanto, es obvio que se necesita
algo más para que ese amor se logre: el conocimiento y reconocimiento de una
'orden del amor' que actúa en las profundidades del alma. Mucho de esa 'orden' es
secreto, obra en lo hondo del alma y lo tapamos frecuentemente con nuestras ideas,
objeciones, deseos o miedos. Hay que tocar las profundidades del alma, pues, para
experimentar las Órdenes del Amor. "
Y añade: "Para un hijo, una de las 'órdenes del amor' es que tome la vida tal como
los padres se la dan. Ese tomar es una realización muy profunda que engloba el
asentimiento a la vida y al destino con los límites y las posibilidades dados por los
padres. Es un desprendimiento, una renuncia a exigencias que sobrepasan aquello
que le llegó a través de los padres y que va mucho más allá de ellos, inclinándose
ante el misterio del origen de la vida y abandonándose en él. Cuando eso se logra el
corazón se abre de par en par y la paz y la completitud se alcanzan. Tomando a los
padres tal como son se toma a la plenitud de la vida tal como es. Claro que cada uno
experimenta también que tiene algo único, personal e irrepetible que no podemos
juzgar. Todo forma parte de un destino e, independientemente de lo que uno haga o
deje de hacer, de las ideas que defienda o rechace, lo hace cumpliendo un servicio
que no comprende."
Estos son algunas de las "órdenes del amor" entre padres e hijos pero existen otras en
las familias. Hellinger explica también que existe un sistema familiar con una
conciencia común que en su mayor parte es inconsciente. Y esa conciencia lleva a que
se respeten ciertas leyes implícitas u órdenes del amor o a que, en caso contrario,
existan compensaciones que pueden afectar a las siguientes generaciones. Por eso
Hellinger, en las "constelaciones" que hace en sus cursos, da prioridad a las familias
que tienen hijos.
Algunas de las preguntas que se pueden hacer para motivar una constelación son:
El Método
Antes de que la gente llegue a un taller de constelación, debe haber repasado su vida
familiar para buscar en la historia de la familia lo que puede serle útil. La información
se refiere a todos los acontecimientos trágicos en la familia, incluso una generación
atrás. El cliente presenta brevemente el tema y expone los hechos trágicos en la familia
y el moderador decide qué miembros de la familia hay que establecer en primer lugar.
En ocasiones se puede comenzar por una sola persona.
Luego, los representantes de estos miembros de la familia, incluyendo el cliente, se
seleccionan del grupo. Si siguen estando entre los vivos o no, no importa. Los varones
son representados por hombres, mujeres por mujeres, niños por niños, en la medida de
lo posible.
Una Constelación Familiar se crea cuando a los miembros de un grupo se les pide que
representen a miembros de una familia. En el formulario antes de las constelaciones, el
cliente ha escogido a su representante y le coloca en algún lugar del centro del grupo,
así, por intuición. Cuando están todos colocados, el cliente se sienta a mirar la
constelación sin intervenir. De esta manera la conexión entre la cuestión del cliente y
los enredos de la familia quedan bastante claros, aunque en ocasiones se necesitan
pequeñas intervenciones cuando se quiere encauzar hacia una dirección determinada.
Todo el mundo es intuitivamente colocado en una posición, incluso aquella persona que
se representará a sí mismo. Los que representan a los diferentes miembros de la familia
comienzan a sentir las emociones, miedos y deseos de las personas afectadas.
A través de este método la discordia sale a la luz. De una manera muy notable y
sorprendente, la verdadera historia de la familia se expresa y se ve claramente, por
primera vez. Con la participación en este "juego", la constelación de la familia se
convierte en una experiencia profunda y la mayoría de ellos se sorprenden de la
intensidad de la experiencia. Independientemente de su edad, cada uno de nosotros es
un niño, y lo que un niño quiere más que cualquier otra cosa es encontrar la armonía en
la familia.
A continuación, el cliente elige de forma intuitiva entre el resto de los asistentes a los
que representarán a los miembros de su familia, incluido él mismo, pues durante la
configuración el interesado adopta un papel pasivo como observador externo de la
escena.
Dispuestos en círculo y por turnos, cada participante expresa de viva voz y de forma
muy breve en qué consiste tal demanda, para pasar inmediatamente a configurar a su
familia (a colocarla, según la denominación original). Como hemos dicho, antes de
empezar el coordinador o terapeuta del grupo se informa también brevemente sobre la
estructura de la familia, y de forma especial sobre eventos pasados relevantes que el
cliente pueda recordar: fallecimientos prematuros, enfermedad mental, pérdidas
importantes.
Una vez elegidos los participantes que actuarán en la configuración, y puestos éstos en
pie, esperan a ser “colocados” por el interesado. Para ello, éste los empuja suavemente
por la espalda hasta lograr para cada uno de ellos una determinada posición y
orientación en la estancia. Cuando todos los representantes han sido colocados se
observa una primera configuración de la familia, caracterizada por las posiciones
relativas de unos miembros respecto de otros, y que se supone son la proyección de la
imagen que el cliente tiene de ella. Tras dejarle actuar unos segundos sobre los
representantes, el coordinador pregunta a cada uno de ellos cómo se encuentra en esa
ubicación y orientación concreta, lo que incluye emociones, sensaciones corporales y
especialmente posibles tensiones percibidas. Esta pregunta está formulada en un sentido
psíquico, puesto que los representantes deben expresar el puro sentir aquí y ahora, sin
aderezarlo ni contaminarlo con explicaciones, razonamientos o justificaciones de
ningún tipo.
Luego el coordinador explica los esquemas de funcionamiento del sistema que se está
trabajando, pidiéndoles que actúen correctamente. Este es un proceso clarificador, en el
que el cliente puede reconocer la realidad del sistema.
El interrogatorio
Hay que seleccionar a uno de ellos (al que se denomina cliente o buscador) para
trabajar en su problema personal, mientras que los otros sirven como “representantes”
o contribuyen activamente observando y concentrándose. Este sería el orden a seguir:
Hay abundancia de anécdotas que confirman que en poco tiempo la nueva imagen de la
familia sustituye a la imagen arcaica que originó el problema.
CAPÍTULO 4
Ejemplos:
1- Cuando se aborta un bebé o nace muerto y no hay duelo (o no se habla de ello.) Hay
que considerar también los bebés muertos por abortos provocados o espontáneos, tanto
de los familiares como del propio cliente.
2- Cuando niños o adultos jóvenes mueren y no hay duelo. Esto es muy frecuente en
los familiares lejanos, sea por parentesco o lejanía social.
3- Cuando se entregan niños para adopción y no se vuelve a hablar de ello. Es muy
importante sacar cuanto antes este drama humano, el cual puede afectar no solamente a
los padres biológicos, sino al resto de la familia, y muy especialmente a los hermanos.
4- Cuando los padres adoptivos no reconocen a los padres naturales de sus hijos.
Siempre se piensa que hay que ocultar toda la vida este dato al niño afectado, pero de
ser así supone una angustia intensa tener que guardar este secreto.
5- Cuando no se reconocen a los amores anteriores o las relaciones importantes, no
se honra a los matrimonios anteriores o no se reconocen a los hijos que se fueron con el
cónyuge divorciado.
6- Cuando las experiencias de guerra no son recordadas y no se honra a los muertos.
7- Cuando no se visitan las tumbas de los difuntos, empleando varias justificaciones
prácticas para ello.
8- Cuando hay "secretos" familiares (violaciones, abusos, crímenes, injusticias
graves,...)
9- Cuando hay amores secretos inconfesables, o infidelidades que a nadie se pudo
contar.
Cuando se dan algunas de estas circunstancias, los efectos son percibidos por las
generaciones siguientes (2, 3 o más generaciones). Estos efectos se manifiestan en
sucesos como: suicidios, depresiones, parejas sin hijos, enfermedades mentales y
físicas, adiciones,... y todo ello sucede generalmente sin tener ningún conocimiento
consciente de lo ocurrido anteriormente.
A continuación, se incluye una descripción más amplia de los principales hechos que
dejan una profunda huella y pueden marcar a varias generaciones de una familia.
2) Exclusiones
Cada familia tiene su propia conciencia, que está formada por todos los miembros de la
familia, que podríamos llamar el alma de este grupo Entonces, ¿quién está incluido y
quién está excluido?
Una familia está compuesta de padres, hijos, abuelos, los hermanos de los padres e
incluso los hermanos de los abuelos. El principio subyacente de este trabajo es que
cualquier miembro de una familia extendida con el casamiento de sus miembros, que es
olvidado o expulsado de la familia quedará representado por un miembro de la familia,
habitualmente durante una o dos generaciones, e incluso varias generaciones después.
¿Algún miembro de la familia ha sido rechazado, desterrado, internado en un
psiquiátrico, calumniado o tachado como la oveja negra?
¿Alguien en la familia se ha beneficiado de la pérdida de otro? Por ejemplo, una
herencia o el usufructo de una vivienda familiar.
¿Alguien ha sido desposeído de su herencia por no estar presente o no disponer de un
abogado?
¿Ha habido desacuerdos severos al repartir una herencia?
En este trabajo lo más importante son los hechos o eventos importantes ocurridos en la
historia familiar. La estructura de personalidad de los miembros de la familia no
interesa.
¿Algo de lo siguiente ocurrió en su familia? ¿En la familia de su madre? ¿En la familia
de su padre?
Estos son algunos de los hechos, que por dejar una profunda huella, pueden ir
“marcando” a varias generaciones de una familia:
• La muerte prematura de hijos, padres o abuelos
• Divorcios, parejas anteriores, incluso de padres y/o abuelos
• Accidentes trágicos donde muere un miembro de la familia
• Abortos provocados y naturales
• Un miembro de la familia es juzgado y excluido como la oveja negra
• Sucesos de Guerra
• Supervivientes de una catástrofe local o familiar
• Adopciones
• Una madre muere dando a luz
• Estafas de herencias
• Violaciones, abusos, injusticias graves por parte de jueces, etc.
¿Muertes tempranas o prematuras?
Alguien que haya muerto menor de 25 años
Padres fallecidos con niños menores de 15 años.
También cuentan los bebés nacidos muertos.
¿Alguien murió en el parto? Son especialmente importantes las enfermedades o muerte
durante o después del parto (incluso si se trata de una abuela)
¿Suicidios o intentos de suicidios?
Delitos
¿Crímenes? (especialmente asesinatos)
¿Alguien estafado? (Por ej.: de su herencia)
¿Alguien fue calumniado o rechazado, desterrado, internado en psiquiátricos?
Incidentes
Los abortos tienen influencia en la relación de los padres, pero es un asunto privado
que no debe comunicarse a los hijos.
Partos difíciles
Hospitalización en la infancia
Separación temprana de la madre por ausencia laboral o sentimental
Accidentes o experiencias cercanas a la muerte.
CAPÍTULO 5
¿CÓMO ACTÚA?
Una Constelación Familiar se crea cuando a los miembros de un grupo se les pide que
representen a los miembros de una familia. Todos los participantes son intuitivamente
colocados en una posición, e incluso habrá un miembro que representará a la persona
sobre la cual se va a realizar la constelación. Desde el primer momento, aquellos que
representan a la familia comienzan a sentir las emociones, miedos y deseos de las
personas afectadas. De una manera muy notable y sorprendente, la verdadera historia
de la familia se expresa con claridad.
La explicación a este fenómeno psicológico está en la psicología cuántica, la cual
explica que cada uno de nosotros está conectado a los demás a nivel del alma o la
conciencia universal. Definido también como campo morfogenético, se trata de unos
campos de información energética que son utilizables a través del espacio y del tiempo
sin pérdida alguna de intensidad después de haber sido creados. Son campos no físicos
que ejercen influencia sobre sistemas que presentan algún tipo de organización
inherente.
Todas las cosas se organizan por sí mismas y la causa de las formas es la influencia de
campos organizativos, campos formativos, llamados campos mórficos. El rasgo
principal es que la forma de las sociedades, ideas, cristales y moléculas dependen de la
manera en que tipos similares han sido organizados en el pasado. Hay una especie de
memoria integrada en los campos mórficos de cada cosa auto-organizada, permitiendo
que los actos pasados se hagan presentes, dando origen a cambios bruscos y
consolidados.
Este campo, literalmente, nos conecta a todos telepáticamente entre sí, y es
particularmente cierto para una familia. Está conectado con energía y emocionalmente a
toda la familia durante el período de su vida física, independientemente de la distancia
o el tiempo en que fue creado.
Cada órgano de nuestro cuerpo, riñones, hígado, pulmones, corazón, páncreas, etc, etc,
trabaja junto a los otros en armonía a fin de preservar el buen funcionamiento del
organismo humano. Sin embargo, se ha observado que los principales órganos
almacenan su propia información y recuerdos, y a veces estos recuerdos no son ni
siquiera nuestros, pero se originan en el sistema familiar. Por ejemplo, el trauma vivido
por sus antepasados puede ser almacenado en los riñones que conducen a una
disfunción en el sistema. El comportamiento de los quantum y su capacidad para
traspasar la materia sólida, viajando sin problemas por el tiempo y el espacio, explica
este proceso que se puede leer en el libro TEORÍA Y TERAPÉUTICA EN MEDICINA
CUÁNTICA (Editorial Dilema).
Alcance y autenticidad
Nos dicen los expertos en la materia que las Constelaciones Familiares no requieren de
un lenguaje sofisticado ni de consultas continuas y que pueden ser útiles en hospitales,
prisiones, en juicios y en centros educativos. Puede interesar a personas que se
dediquen a profesiones concernientes a la psicología, la asistencia social, la
sociología, la medicina, la educación y las leyes.
Como todo fenómeno masivo y nuevo, estas “Constelaciones Familiares” han creado
controversias en relación a su alcance científico y profesional; por lo multitudinarias
que llegan a ser; por que no se remite a la historia clínica de los pacientes, sino que
observa sólo los sucesos trágicos familiares, de manera muchas veces rápida y urgente;
por las dimensiones de circo romano que suelen tener, en las cuales Bert Hellinger
asume el rol de buen líder gurú de las psicoterapias, seguido por muchedumbres donde
“los perros ladran y las caravanas nos muestran su camino”.
Este trabajo terapéutico no requiere la presencia de toda la familia, lo que en la
mayoría de los casos sería difícil de lograr. Se trata de una terapia individual que se
realiza en un grupo de pacientes y terapeutas interesados. Una persona que quiera
configurar una constelación en relación a una cuestión determinada, primeramente
refiere su intención.
A continuación elige entre los presentes representantes a aquellas personas que van
integrar su sistema familiar actual o de origen, incluyendo un representante para sí
misma.
Luego las posiciona según su imagen interior en un lugar determinado sin hacer
comentarios. Este proceso se realiza de una manera centrada y silenciosa. A
continuación la persona que consulta se sienta y observa el proceso.
El terapeuta (coordinador) comienza a preguntar a los representantes por sus
sensaciones y sentimientos en sus posiciones concretas. En este caso lo único
importante es la percepción que alguien tiene en el lugar que se le asigna. No se trata de
representar un papel ni de reinterpretar una situación.
Esta percepción y el conocimiento profundo de las dinámicas del sistema guían al
terapeuta. A través de varios pasos intermedios, como el uso de frases curativas o ritos
del lenguaje corporal, el terapeuta forma una imagen de solución en la que todos
reciben el lugar correspondiente.
Bert Hellinger insiste en que las familias tienen determinados órdenes naturales,
“órdenes de amor”, y cuando estos órdenes se trastocan, surgen situaciones conflictivas
que repercuten en las generaciones sucesivas. Este orden familiar está dirigido por una
conciencia común, la cual hace que nadie sea excluido. Toda nuestra información
genética es un archivo indeleble que nada puede borrar, ni siquiera la muerte.
Por eso los recuerdos nunca se olvidan y simplemente se almacenan en lugares en
ocasiones poco accesibles para la memoria individual. No hay ni un solo elemento en
el universo que se mueva o reaccione de forma aislada, ya que el conjunto de personas
que pueblan y han poblado el planeta ha formado parte de una consciencia universal
para la cual no existen las barreras del tiempo y el espacio. Como si se tratara de un
organismo gigantesco, cualquier acción de uno solo de los minúsculos elementos o
partículas que lo conforman, origina una reacción en cadena que se transmite y afecta a
todo el organismo.
Los procesos que se desarrollan son de una intensidad tal que no sólo el cliente sino
quienes representan a su familia y los que han quedado sentados observando son
tocados por la escenificación de un drama que, en algún punto, refleja sus propias
vivencias familiares. Con lo que el efecto sanador termina por alcanzar a todos los
presentes. Pudiera parecer que esta representación no tendría que afectar a los
miembros de la familia no presentes, y solamente el protagonista debería recoger su
beneficio. Sin embargo, la física cuántica nos ayuda de nuevo a comprender las razones
por las cuales incluso los ausentes también notarán cambios en su proceder. Las
partículas subatómicas de nuestros pensamientos consiguen traspasar lo que
denominamos materia sólida y acuden en busca de elementos que le sean afines, en este
caso el código y la memoria grabada en el ADN celular de las familias. Son los
pensamientos del generador de la constelación, los elementos que logran este nuevo
vínculo con las personas que desea.
Dinámicas ocultas
Toda enfermedad refleja el trastorno del conjunto orgánico. Cada vez que excluimos
algo de la conciencia perdemos el equilibrio de las fuerzas del alma porque incurrimos
en una carencia. El síntoma denuncia una falta, tiene un propósito y sentido e instaura un
comienzo para un nuevo equilibrio.
Bert Hellinger, uno de los terapeutas más originales y creativos del mundo actual,
investigó en su trabajo denominado "constelaciones familiares" las razones que
conducen a las enfermedades graves y las implicaciones frecuentemente trágicas de la
familia y la red familiar de una generación a la siguiente.
Estas dinámicas suelen ser inconscientes y abarcan:
1- El deseo de un hijo que quiere seguir a algún miembro muerto de la
familia (hermano, padre, madre). En este caso la enfermedad puede estar
diciendo: "Te sigo" a la muerte, a la enfermedad, o a tu destino.
2- Cuando un hijo percibe que alguno de sus padres quiere marcharse o
morir. En este caso la enfermedad puede estar diciendo: "Prefiero morir yo
antes que tú" o "Prefiero marcharme yo antes que tú".
3- La expiación de una culpa personal o no. A veces se concibe como
culpa aquello que se sustrae a toda influencia humana, como un hijo cuya
madre muere al darle la vida.
4- También existe la responsabilidad personal para con otra persona
cuando alguien hizo algo grave. Frecuentemente se pretende reparar
dañándose a sí mismo.
Detrás de estas dinámicas hay un profundo sentimiento de amor y lealtad que vincula el
alma de la persona a su familia de origen. Pero este amor es ciego, tiene la creencia que
a través del propio sufrimiento y muerte redime mágicamente a otros miembros del
sistema, y todo esto sin que sea percibido por el afectado. Estas metas de amor infantil
siguen existiendo en el adulto. La enfermedad le da a la persona la sensación de
pertenencia, una sensación infantil de ser acogido en familia. También lleva implícito la
arrogancia que con su enfermedad o muerte podría cambiar los destinos de otras
personas, el amor en la familia tanto enferma como sana.
¿No suele estar el enfermo desvalido anímicamente, de modo similar a cuando estaba
en la niñez? Ello ocasiona que muchas enfermedades tienen su origen en movimientos
interrumpidos hacia los padres. Hacer consciente dónde se interrumpió este amor y
sacar a la luz este amor ciego posibilita que se libere encontrando otra solución. Puesto
que la niñez es algo pasado y nada podemos hacer para cambiarla, es posible en
ocasiones canalizar esos problemas anteriores hacia personas presentes, sea de modo
benéfico o destructivo.
Ahora la gente puede empezar a vivir sus propias vidas, iniciar un proceso de auto-
redireccionamiento, y tomar decisiones constructivas. Algunos cambios se producen
ya de forma espontánea en los grupos, o muy poco después.
Los miembros de la familia sólo tienen que seguir los impulsos de su alma en la
reconexión y la reconciliación. Cuando la vida va cambiando para mejor se convierte
en una cuestión mucho más natural, percibiéndose una serie de cambios inmediatos:
El proceso de curación que se inició en una constelación puede continuar hasta dos
años e incluso más, y puede ser el comienzo del viaje de toda la vida.
1. Una familia ha sufrido una pérdida tan dolorosa y traumática que han sido
incapaces de sentir el dolor, de sufrir, para llegar a resolverlo. Otro niño
que nazca después mostrará algunos de los síntomas graves que hacen que
uno de los padres busque ayuda. Cuando la situación original se enfrenta
con el amor y la fuerza, en este caso, cuando toda la familia puede recordar
al niño muerto como un miembro ausente de la familia, con todas las
lágrimas que van con él, el niño que asumió los síntomas se liberaría de la
carga.
2. Alguien en la familia, por ejemplo, tenía una enfermedad mental, o fue dado
en adopción, y han preferido olvidarlo. Un niño en la familia presenta
síntomas, rasgos, que recuerdan a ese miembro no recordado. Cuando aquel
niño es honrado o incluido de nuevo, el niño puede dejar los síntomas.
Un niño también puede llevar el dolor de los padres. Puede ir tan lejos como para
decir a un nivel inconsciente: Si quieres morir, lo haré por ti. El padre necesita
lamentarse de forma consciente y reunirse con la persona muerta querida a nivel del
alma, entonces el niño consciente puede recibir la bendición de la muerte para vivir la
vida plenamente.
Cuando la gente trabaja con humildad y respeto por el alma, se hace evidente que el
alma nos muestra los problemas y el camino de regreso a la paz y la unidad. Cuando en
una constelación los representantes empiezan a moverse lentamente por su cuenta, en
realidad se trata de movimientos del alma. Ahora se prefiere mencionarlo como
movimientos del espíritu, reservándose el término alma para aquello que mantiene
unidas internamente a las personas y a las familias. En esencia se trata de que todos
seamos amados tal y como somos, y estos movimientos hacia la reconciliación siguen
siendo el centro de la sanación y crecimiento.
En las constelaciones familiares hay un ambiente muy recogido, por lo general en
silencio, con movimientos sin palabras que revelan situaciones sin cicatrizar, y que
muestran lo que fue separado por la violencia y el dolor.
CAPÍTULO 6
Para poder comprender las modalidades transaccionales en juego, se observan los roles
y las reglas que sostienen y rigen la trama familiar.
Ejemplos:
–La dinámica de los secretos nos lleva hasta Walter Violet, el remedio que trae a la
conciencia el aislamiento obligatorio para los que deben guardar un secreto. Chicory es
el arquetipo para describir las situaciones en las que el dueño del secreto manipula a
los otros miembros y a las situaciones que se vinculan con él. Star of Bethlehem es el
remedio para las situaciones en las que el secreto ha implicado daños o pérdidas y
Aspen para cuando la implicación despierta temores acerca de lo desconocido o
sobrenatural.
–La dinámica de las lealtades invisibles indica que Centaury es la flor adecuada, para
los que se someten a los designios de otras voluntades.
–La dinámica de los mitos es una claro exponente de Walnut, el arquetipo que hace
referencia a las reglas de juego de las que no se puede librar nadie en un grupo
determinado.
–La dinámica del síndrome aniversario, con Chestnut Bud como el arquetipo que
muestra la repetición inconsciente de un hecho.
–La dinámica de los hijos adoptados, con Pine como el arquetipo que describe la
culpabilidad y Crab Apple es quien describe situaciones que turban y son estigmáticas.
–La dinámica de los hijos extramatrimoniales y los que permanecen ocultos, clara
referencia a Holly, como el remedio para los sentimientos persecutorios, de rivalidad y
celos.
–La dinámica de los hijos no nacidos, que se han perdido por abortos espontáneos o
provocados, con Star of Bethelem para mitigar los sentimientos de perdida y Pine, el
del remordimiento.
Situaciones familiares
Podemos pensar que estas son situaciones que se muestran como un callejón sin salida
en las que el amor no puede fluir, en las que el sistema familiar de origen y el sistema
familiar del presente quedan abarcados.
En otras palabras, por un lado la familia original y por otro las causas que uno mismo
ha provocado a lo largo de la vida deben ser revisadas. Desde cualquier estrategia
clínica, Hellinger ha creado un método en el cual sus entrevistas son escuetas y a veces
sus respuestas aún lo son más. Esta característica es sólo su estilo personal y no es
esencial al método de las constelaciones. Lo que es original en la táctica del
constelador es que usa una herramienta sistematizada por un número creciente de
practicantes, cuyo común denominador son las Órdenes del Amor.
Sintetizarlos o hacer una lista de ellos, es llegar a lo esencial, y podríamos decir que
las Órdenes están al servicio de la reconciliación de múltiples dualidades. El sexo, la
edad, la pareja anterior, el orden de llegada de los hermanos, los que se fueron, etc., o
cualquier exceso, puede impedir al sujeto seguir con su vida, y esto puede ser tema para
el constelador y para el terapeuta floral. Lo único que es propio de su arte y oficio es
evitar el desorden. Bach a través de sus glosas, llega al interior de situaciones que se
discriminan con toda claridad unas de otras, y en el mismo sentido hay un idéntico
propósito para hacer que cada frase sea concisa.
En otro ejemplo, vemos cómo María tiene desde hace años fases depresivas -Gorse,
por la desesperanza de que esto mejore; Gentian, por la depresión propiamente dicha-.
Tiene una inmensa culpa que ha llevado por mucho tiempo -Pine.
El representante del padre, puede decirle a la representante de María: “Yo cargo con la
responsabilidad”, --Elm, por la sobreexigencia-, cuando la hipótesis es que ella carga
con los sentimientos del padre.
Padre joven que consulta porqué es estricto y no puede ser cariñoso con sus dos hijitas
que tienen cinco y un año respectivamente. Se queja de que no las puede manejar. Cree
que él es muy estricto. La mayor tiene enuresis (se orina de noche). Quizá él tiene que
ver la relación con su padre que según dice ha sido muy exigente y nunca fue dulce ni
estuvo cariñoso, ni le acogió como hijo, por lo cual él es un llorón que no deja que su
hija llore, en respuesta a lo cual la nena se orina. El abuelo murió súbitamente cuando
el padre tenía sólo 19 y la abuela no le proporcionó cariño adecuado.
Son las madres las que hacen esto. Cuando trabajamos a cada padre, de la generación
respectiva, junto a su esposa, hacemos que estas lleven a sus hijos frente al padre
correspondiente y construimos una frase sanadora: para que los chicos dejen de hacerse
pis hay que dejarlos que lloren.
Martín fue hospitalizado antes de los dos años por que ingirió un frasco de veneno que
encontró. Cuando volvió a su casa sufría de “hospitalismo” y reaccionaba con
sentimientos de dolor, rabia y frustración -Holly, Willow-. Sus relaciones posteriores
crecieron hacia la nostalgia –Honeysuckle-. Ya adulto se deja ver en la constelación su
deseo de continuar siendo rechazado principalmente por sus padres y provocando
inconscientemente este desenlace en sus relaciones.
Lucas se siente a menudo torturado por sentimientos de culpa –Pine-; para los que no
encuentra motivo - Mustard- por no saber a qué atribuirlo y por lo ciclotímico.
Cabe preguntarse qué miembro de la familia tuvo motivos para tener esos sentimientos.
Lucas descubre que su padre abandonó -Vine- a su primera mujer en la guerra y que esta
murió. Luego su padre se casa con su madre y nace él. Su padre ha olvidado
completamente a su primera mujer.
En la constelación el representante de Lucas le dice al representante del padre: “es tuyo
el sentimiento de culpa que he cargado tanto tiempo”. El representante del padre dice
“yo reconozco mi culpa -Pine- y cargo con la responsabilidad”.
CAPÍTULO 7
El Dr. Rupert Sheldrake habla del campo morfogenético, la energía consciente que une
a todos los miembros de una familia, raza, nación o tribu juntos. En las constelaciones
familiares se introduce directamente a los participantes en ese campo a través de
simple intención. Como cada representante se pone en su lugar, el grupo es capaz de
sentir las emociones, sentimientos, incluso el alma de los que representan. Este trabajo
es impresionante y, a menudo deja a uno pensando sobre la causa de cómo puede
funcionar. Sin embargo, desde las investigaciones en física cuántica todo queda
explicado, y gran parte de la información obtenida de una constelación familiar es
verificable por los clientes que lo experimentan.
Esta curación trans-generacional puede ser usada para descubrir el origen de las
enfermedades crónicas y otras patologías mentales, identificando las causas de la
tensión fundamental que afecta a la función normal del individuo. Este sistema y su
poderosa forma de trabajar puede ser utilizado para examinar los factores emocionales
relacionados con enfermedades crónicas, tales como: Cáncer, esclerosis múltiple,
síndrome de fatiga crónica, hipertensión, sida, migrañas, alergias, alcoholismo,
drogodependencias, disfunciones sexuales, autismo, hiperactividad…
La base de este trabajo de sanación es que el estrés emocional es el componente
principal de la mayoría de las enfermedades crónicas. Sin embargo, las constelaciones
familiares no pretenden sustituir ningún tratamiento, diagnóstico o terapia instaurada
por el profesional.
Los dolores de cabeza expresan amor contenido y dejándolo fluir hacia donde tiene
que ir es camino de solución.
Los dolores de espalda están evitando una inclinación profunda ante alguien o algo en
la familia. Esta inclinación significa honrar a alguien y es un movimiento físico, que
unido con una inclinación interior, es muy liberador. Cuando un hijo ve que su padre se
quiere morir, el hijo dice “yo lo haré en tu lugar” por amor hacia su padre.
En el caso de enfermos de asma el trabajo mostró que no pueden darse si las personas
se hacen fuertes y no actúan como niños. Dejando el espacio justo hacia la madre y al
padre pueden exhalar y sus pulmones podrán admitir más aire.
Todas estas son observaciones que surgen del trabajo terapéutico con constelaciones
familiares, nos indican que no hay una constelación igual a la otra, por lo que no se
puede generalizar. Lo que sí se puede generalizar es: “Entero, sano en su totalidad,
solamente se puede sentir uno que ha tomado en su corazón a todos a quienes pertenece.
Que puede mirar a cada uno a quien pertenece a los ojos y puede decir ‘lo tomo de ti’
también a ese precio y me lo guardo como algo especial. Y quien ha tomado de esta
manera y está en sintonía con lo que ha recibido, con lo fácil y con lo difícil, y quien
está en sintonía con aquello que no ha podido recibir, tiene todo lo que necesita. Nadie
puede pasar de largo de los padres y sea cual fuere el precio solamente los pueden
tomar como son y con todo lo que les pertenece”.
CAPÍTULO 8
TERAPIA PRIMAL
Durante los últimos treinta años, la terapia primal ha adquirido un amplio conocimiento
sobre los seres humanos y sus motivaciones. Lo que hemos descubierto, tan trivial
como pueda parecer, es que todo se centra en el "amor". No el amor romántico de las
novelas, sino el amor de un padre/madre para un hijo/hija.
Cuando un niño carece de amor y calor, se produce dolor, y si ese dolor no se siente y
se integra, causará enfermedades físicas y emocionales en una etapa posterior de la
vida. No importa que esa falta de amor se manifieste en forma de rechazo, crítica,
humillación, o ignorando al niño. Todo termina afectando los procesos internos del
cerebro y del organismo en general.
Durante las últimas décadas de trabajo con la terapia primal, hemos podido adquirir
una amplia variedad de conocimientos relacionados con la psicología, la biología y la
neurología. Los recientes avances en esos campos han ampliado nuestro conocimiento
de forma que podemos integrar información proveniente de diferentes campos de
investigación bajo una única estructura de trabajo que nos permite comprender a los
seres humanos, nuestras motivaciones, nuestro inconsciente y cómo nuestra historia nos
afecta. Esa historia se remonta hasta los primeros meses de nuestra vida cuando la
sensibilidad al dolor es estructurada, y el feto empieza a recibir sensaciones de dolor.
Quién podía imaginar que las jaquecas, la claustrofobia o los problemas sexuales
pudieran iniciarse al nacer, cuando se produce un suministro de oxígeno deficiente y
que ello es debido a una madre fumadora que lleva a su hijo a sufrir por falta de
oxígeno.
Todos somos criaturas con necesidades. Estas necesidades no son excesivas: Ser
alimentado, estar seco y caliente, ser cogido y acariciado, y ser estimulado. Estas
necesidades primarias son la realidad central del niño.
La neurosis
No nacemos en este mundo esperando oír alabanzas, pero cuando los esfuerzos de un
niño son criticados constantemente y le hacemos sentir que nada de lo que haga será lo
suficientemente bueno, puede desarrollar una ansiedad por oír alabanzas. De forma
similar, cuando la necesidad del niño por expresarse es suprimida, tal negación puede
transformarse en una necesidad de hablar incesantemente.
Un niño amado no tiene necesidad de oír alabanzas. Es valorado por lo que es. No por
lo que puede hacer para satisfacer las necesidades de sus padres. Y eso mismo ocurre
en los mayores.
El niño se desconecta en etapas. Cada supresión y negación de una necesidad hace que
el niño se desconecte un poco más, hasta que un día se produce un giro crítico en donde
el niño se desconecta de forma global. Desde ese momento, funcionará con un sistema
dual: El yo irreal y el yo real.
Un padre que necesita sentirse respetado porque ha sido humillado constantemente por
sus padres, puede exigir que sus hijos sean "exquisitamente" respetuosos, que no le
digan nada negativo.
Un padre infantil puede exigir que su hijo crezca excesivamente rápido y que en
realidad crezca mucho antes de estar preparado, de forma que el padre pueda seguir
siendo el niño atendido que nunca fue.
El hijo puede ser empujado a sonreír, a decir adiós, mas tarde a sentarse y a caminar, y
con el tiempo aprenderá a empujarse a si mismo hasta sus límites para que sus padres
tengan un niño aventajado.
Según se desarrolla, los requisitos serán aún más complejos. Tiene que sacar
sobresalientes, ser sumiso, cumplir con sus obligaciones servicialmente, estar callado y
no pedir nada, decir cosas brillantes, ser un atleta, etc. Pero lo que nunca hará es ser él
mismo.
El dolor de espalda, el insomnio, la depresión, la artrosis, las jaquecas, y otras muchas
otras enfermedades son tan comunes que la sociedad ha construido nuevas industrias
para disminuir únicamente el dolor, no analizar sus causas.
Un cuerpo único
Aunque la represión nos hace miserables y con frecuencia nos hace enfermar, su poder
no ha sido realmente apreciado, porque es una fuerza tan invisible como la misma
gravedad. Se entrelaza con nuestros recuerdos traumáticos y nubla nuestra historia
alterando nuestra percepción, de forma que no vemos lo que no nos atrevemos a ver, y
no comprendemos lo que es peligroso conocer.
En la terapia primal trabajamos en sentido contrario al método convencional. En vez de
trabajar desde los síntomas a las posibles causas, trabajamos desde las causas hacia los
síntomas.
Necesidades no cubiertas
La neurosis está tan extendida que parece haber sido programada genéticamente en la
mayoría de la población. Pero la neurosis no se hereda. Lo que heredamos es una
estructura cerebral formada y moldeada durante millones de años que tiene la
capacidad para la neurosis. Este legado nos ha dado la capacidad para controlar el
dolor mediante la represión. En otras palabras, sobrevivimos usando mecanismos que
nos ayudan a evitar y distorsionar la realidad cuando esa realidad es excesivamente
sobrecogedora.
La hiperactividad que comienza cuando un niño es dejado solo durante horas o días
nada más nacer, y que continua con el rechazo de una madre enferma o deprimida,
puede ser la causa de una trombosis o una parálisis parcial a los 65 años de edad.
La neurosis está en todos los sitios y en ningún sitio. Tiene tantas caras, que parece
como si estuviéramos tratando con cientos de enfermedades en vez de una sola. Tiene
unos mecanismos tan elaborados dentro que es muy difícil señalarla y tratarla.
La represión conserva nuestros traumas infantiles en su pureza original. La realidad
actual no tiene ninguna posibilidad de victoria contra las viejas heridas y necesidades.
Incluso cuando somos queridos y adorados de adultos, seguimos desesperados por
conseguir aquel amor negado de nuestra infancia, y aunque recibamos un montón de
alabanzas en el presente, tenderemos a fijarnos en cualquier pequeña crítica, porque
resuena con nuestro pasado que siempre fue muy crítico.
En el cerebro, el pasado es ahora. Nunca podrá haber suficiente amor en el presente
para cambiar el pasado, nunca suficiente alabanza para equilibrar toda una vida de
rechazo y desaprobación.
Marilyn Monroe fue testigo de ello. Querida por presidentes, escritores famosos y
deportistas de élite, adorada por millones de fans, aún así siguió sintiendo la falta de
amor. Nada de eso le sirvió para evitar consumir drogas y alcohol para suavizar su
dolor. Su dolor estaba fuertemente enraizado por el rechazo, durante su infancia, en
hogares extraños, hospicios y otras instituciones. Si su historia incluye el incesto, lo
cual ha sido señalado por algunos autores, la combinación de fuerzas debe de haber
sido demoledora.
Al final, los aplausos de miles de personas no es el verdadero amor, es un símbolo del
amor. El amor son abrazos y besos, responsabilidad, cuidado, protección, estabilidad, y
estar ahí cuando la otra persona lo necesita.
¿Qué es un ser humano? ¿Qué es la neurosis? ¿A qué se debe la ansiedad y la depresión
de la gente? ¿Que ha pasado en nuestra infancia? ¿Por qué enfermamos? ¿Cómo nos
curamos?
La búsqueda de respuestas es la misma causa que ha mantenido apartados a los
investigadores de las verdaderas soluciones. Al analizar la vida humana por partes,
dividiendo a los seres humanos hasta llegar a las partes más microscópicas de sus
órganos, midiendo esta célula o aquella hormona, no hemos considerado al ser humano
como un todo, y esto nos ha impedido encontrar la respuesta de quién somos y porqué
somos de esta forma.
Y al filosofar sobre la naturaleza básica del hombre, hemos sido conducidos al interior
de nuestras cabezas, y nos hemos alejado de nuestros sentimientos y de las fuerzas que
nos pueden dar las respuestas a aquello que buscamos. El secreto no está en nuestra
mente cerebral, está en todas nuestras células, cada una con su ADN que lleva inserta la
experiencia del pasado familiar y la que se ha acumulado desde que nacemos.
Dos casos
La neurosis no puede ser interpretada, tiene que ser sentida. Los sentimientos tienen una
lógica propia que nos permite seguir el verdadero camino hacia la resolución de
nuestros traumas. Pero debido a que la memoria puede ser selectiva, ¿cómo sabemos
que los recuerdos recobrados durante la terapia son reales? Teniendo en cuenta que los
seres humanos dramatizan y exageran sus pesares, tanto como sus éxitos, resulta difícil
valorar las experiencias de otras personas en su justa medida.
Generalmente esto no es fácil de comprobar, pero a veces se dan casos. Dos ejemplos:
Un paciente revivió una experiencia en donde su madre apenas le daba de comer.
Recordaba estar en sus brazos cuando tenía seis meses de vida, pero su madre no le
daba de mamar. Recordaba cómo miraba hacia arriba y veía los pendientes de su
madre, y se preguntaba porqué no le amamantaba. Cuando visitó a su madre, y le
describió los pendientes, ella se quedó atónita, ya que había perdido los pendientes
cuando su hijo tenía un año, y nunca había hablado de ello con nadie, sin embargo la
descripción del color y la forma era exacta.
En otro caso, un paciente al revivir su nacimiento, recordaba a su hermana gemela y
sentía las dificultades que había tenido para nacer detrás de ella. Su madre le dijo que
eso era imposible, ya que él era su primer hijo. Para cerciorarse, fue al hospital y en
los archivos pudo comprobar que era el segundo nacimiento.
El camino a la insatisfacción
No tiene que suceder nada excesivamente traumático para producir la neurosis. Puede
producirse al no dejar al niño protestar o llorar cuando no se siente feliz. Los padres
pueden no permitir el enfado: "Las niñas buenas no hacen eso"... "Los niños buenos no
contestan". El niño asimila muy pronto la idea de lo que tiene que hacer: Haz lo que
tienes que hacer o "ya sabes". Es la desesperación de que nunca va a ser amado lo que
causa la separación. El niño tiene que negar la evidencia de que sus necesidades nunca
van a ser atendidas haga lo que haga.
Los niños nacen con necesidades biológicas reales, algunas de las cuales por una u otra
razón no son satisfechas por sus padres o substitutos. Puede suceder que algunos padres
sean incapaces de reconocer las necesidades de sus hijos, o que esos padres intenten no
cometer ningún error y, siguiendo los consejos de algún especialista en el desarrollo
infantil, alimenten y atiendan a sus hijos siguiendo un ordenado programa de educación
para conseguir el desarrollo perfecto de sus hijos lo antes posible. En cualquier caso,
ni la ignorancia de los padres ni una metodología estricta es la responsable de la
neurosis que nuestra especie ha creado desde el principio de la historia humana.
La razón principal por la que los niños se vuelven neuróticos es que sus padres están
demasiado ocupados con sus propias necesidades insatisfechas de la infancia. Y esas
necesidades deben de ser "actuadas". Buscará substitutos de sus padres con quienes
actuar su drama neurótico o convertirá a cualquier persona en figura paterna o materna
para que satisfagan sus necesidades. Si un padre fue reprimido verbalmente y nunca se
le permitió decir nada, sus hijos van a ser sus oyentes, y estos, teniendo que ser oyentes
constantemente tendrán necesidades reprimidas para que otros los escuchen. Estos otros
pueden tranquilamente ser sus propios hijos.
Reconocimiento público
Recientes investigaciones con el trasplante de órganos, indican con certeza que las
células tienen sus propias memorias impresas. Una mujer que tuvo un trasplante de
corazón y pulmones, empezó a tener un gran deseo de beber cerveza y comer pizza. Una
investigación posterior descubrió que el donante era adicto a ambas cosas. La misma
persona también empezó a tener sueños sobre lugares y personas que eran conocidos
para el donante. Decidió llamar a otras personas que habían tenido trasplantes de
órganos y descubrió que a muchos les habían pasado cosas similares.
Esto parece apuntar en la dirección de que existe una memoria celular, recuerdos
registrados al margen del cerebro y que hay una necesidad aún más básica que la
necesidad alimentos, calor, atención, afecto, cuidado o protección: el oxígeno.
Por desgracia, la neurosis puede nacer antes que nosotros. Con demasiada frecuencia
durante el nacimiento, las madres reciben fuertes dosis de analgésicos para el dolor. Si
una madre recibe una dosis lo suficientemente grande, la anestesia actúa directamente
sobre las funciones de supervivencia del feto, interfiriendo con el acceso al oxígeno y
puede ser una amenaza a la vida.
En algunos casos, el cordón umbilical es cortado demasiado pronto, impidiendo que
llegue el tan necesitado oxígeno de la placenta. La privación de oxígeno también puede
ocurrir cuando el cordón umbilical se enrolla alrededor del cuello del bebé. Cuando el
feto es privado de oxígeno, sus sistemas circulatorio y respiratorio se paralizan, y su
cuerpo empieza a entrar en un estado de frenesí.
Luchar en contra de la muerte es una reacción normal, pero en este caso, la lucha
incrementa el riesgo. A mayor lucha, mayor necesidad de oxígeno. El resultado es el
síndrome estresante del feto. La lucha activa consume demasiado oxígeno y hace que la
carencia de oxigeno sea aún mayor. Cuanto mayor es la lucha, más se aprieta el cordón
umbilical y mayor es la asfixia.
En un feto en lucha, dos cosas pueden ocurrir. O bien utiliza los depósitos extras de
oxígeno y cambia la alcalinidad de la sangre, o se activa la represión para parar el
frenesí y conservar el oxígeno con el fin de salvar la vida. En cualquier caso, sea cual
sea el mecanismo, el resultado es la inconsciencia.
Esta reacción es grabada en el bebé como una "impresión" y va a servir como una
reacción prototípica más adelante en respuesta a cualquier clase de estrés. Para muchos
de nosotros esta experiencia puede permanecer enterrada durante toda la vida,
afectando nuestra salud y la forma en que funcionamos en el mundo.
Un trauma de nacimiento con anoxia puede tener consecuencias catastróficas, y con
frecuencia se traduce en enfermedades infantiles: alergias, asma, epilepsia, etc. De
adulto, el trauma de nacimiento puede llevar a la depresión e intentos de suicidio,
síndrome de fatiga crónico, ataques de pánico, fobias, paranoias o psicosis.
Estos tres cerebros funcionan como ordenadores interconectados entre si, cada uno con
su propia memoria y funciones especiales. Lo que hace cada uno de estos cerebros y
como se interrelacionan entre si es fundamental para entender nuestra salud mental y
física.
Cada uno de los niveles de consciencia contribuyen a formar lo que llamamos la mente.
En una persona normal y saludable estas tres mentes distintas funcionan como un sólo
aparato mental. Trabajan en armonía por el bien del organismo, permitiendo a la
persona ser un "ser que siente y piensa", con reacciones emocionales saludables a
estímulos exteriores, y la habilidad para pensar con claridad sobre estas emociones y
usarlas como guías para la conducta.
Pero el trauma interfiere con esta armonía, provocando la inconsciencia. La represión
interfiere con la integración entre estos tres niveles y causa la dislocación global de la
función, tanto en la esfera del cuerpo como de la mente. Con la represión y la neurosis
podemos sentir en una dirección y pensar en otra, podemos reaccionar a cosas que están
conectadas a otras que han sucedido en el pasado en vez de a lo que está delante de
nosotros en el presente. Reaccionamos al presente a través del filtro de los recuerdos
almacenados.
Siempre defendiéndonos
Hay que hacer énfasis en que los recuerdos son llamados en sus propios términos, a su
propio nivel y a su manera. No tiene que ver nada con las palabras en si mismas.
Si los padres de un niño le abandonan en la temprana infancia, puede que el niño no sea
capaz de describir lo que pasa en términos como: "no me quieren y no quieren estar
conmigo", pero el mensaje está ahí como un sentimiento. Su sistema frágil ya no puede
reaccionar con normalidad y "ser él mismo". Tiene que desconectarse, enterrar el
sentimiento, con el fin de seguir adelante. La memoria emocional puede contener una
gran tristeza y sensación de vacío sin una imagen específica, pero aquí el sentimiento es
la imagen. Cuando somos adultos lo denominamos depresión.
¿Qué peligro llevan los sentimientos ascendentes?
Casi todas las maniobras defensivas que hacemos tales como beber o utilizar drogas,
hablar constantemente, comprar compulsivamente, obsesionarse con una cosa u otra,
dedicarse de forma desmesurada a nuestro trabajo, etc., es un intento de rebajar nuestro
nivel de energía, de forma que la tercera línea de consciencia pueda mantener su
coherencia, aunque sea una coherencia neurótica.
Una gran cantidad de estrategias utilizadas en la medicina de la conducta utilizan esta
conexión de la mente con el cuerpo. Bio-feeback, relajación regresiva, imágenes
creativas y otras técnicas similares han conseguido ser eficaces contra el dolor crónico
y otros trastornos. Pero ¿qué pasa con el dolor? ¿Desaparece? ¿O tan sólo hemos
encontrado un remedio temporal para impedir que nos moleste?
La soledad
El poder de las ideas para suavizar el dolor explica también porqué la ideología de
grupos como alcohólicos anónimos funciona. Parte del mensaje de las reuniones de
alcohólicos anónimos es: "Tú no estás sólo, estamos contigo y te ayudaremos. Siempre
vas a tener ayuda". Este mensaje contrarresta directamente el sentimiento reprimido de:
"Estoy solo, y no hay nadie que me ayude", un sentimiento que tantos de nosotros hemos
llevado muy dentro desde la temprana infancia. Son precisamente esos sentimientos
reales los que nos hacen recurrir al alcohol con el fin de mantenerlos reprimidos.
Asistimos para que nos ayuden en uno de esos programas de autoestima y la primera
cosa que hacen es llenarnos con una ideología que contrarreste nuestra realidad interior.
Muchas personas que han sido abandonadas temprano en la vida, bien durante unos
periodos de tiempo cortos pero cruciales, tal como ser puesto en una incubadora
después de nacer, o durante periodos más largos en diferentes casas de familiares o
guarderías, puede que no les guste estar solos. Estas personas prefieren estar y trabajar
con otros. En vez de relajarse en casa con un libro, prefieren estar fuera con los amigos.
Ser útiles a todo el mundo es otra forma en que las personas "actúan". La única forma
en que una paciente conseguía de niña la aprobación de su deprimida madre era
haciendo cosas para ella, así se sentía útil. Todo lo llevó hasta la madurez. Sabía que si
era útil sería querida. Cuando era invitada a una cena en casa de unos amigos, era ella
la que hacía de anfitriona, limpiando la mesa, lavando los platos, etc.
El sentimiento real era que no valía para nada y por consiguiente no merecía ser
querida. La "actuación hacia fuera" mantenía lejos el sentimiento real.
Deseos infantiles
No es ninguna novedad que la mayoría de los problemas en las relaciones surgen de las
"actuaciones" de las necesidades insatisfechas. Un niño querido no es llevado a "actuar
hacia fuera". La satisfacción de las necesidades durante la infancia nos permite tener
necesidades y relaciones maduras. Podemos como adultos dar y recibir amor sin usar a
nuestro compañero/a como un símbolo para obtener el "viejo amor". No necesitamos
reafirmaciones constantes de que nuestro compañero/a nos ama.
Una vez que se instala el dolor, reaccionamos a ese dolor constantemente, cambiando la
forma en que vemos el mundo. Mientras la impresión traumática permanezca, ciertas
situaciones en el presente resonarán con el trauma temprano. Por eso, muchos de
nosotros estamos tensos y nerviosos gran parte del tiempo. Esta es la razón por la que
mucha gente reacciona con tanto estrés a las críticas. Incluso pequeñas críticas resuenan
con las severas reprimendas de sus padres cuando eran pequeños. Esta es la razón por
la cual tanta gente se siente destrozada cuando su novio o novia decide dejar la
relación. Ese rechazo resuena con el significado sombrío del abandono en su infancia.
Más aún, la cadena de dolor explica por qué vamos a reaccionar al estrés del presente
de forma muy similar a como reaccionamos al estrés original.
Temores
Al igual que otros desordenes de la ansiedad, las fobias son un ejemplo excelente de
cómo el pasado actúa en el presente a través de la cadena de dolor. Cuando una persona
que padece una fobia entra en un ascensor el cerebro rastrea la historia, descubre una
historia de sofocación, al nacer o quizá en una incubadora, y dicta las mismas
reacciones frenéticas y aterradoras. La señal presente activa la vieja memoria que
inunda el sistema. La persona no sabe que es del pasado de lo que huye, pero ¿cómo
podría? ¿Cómo podría imaginar que a los 40 años de edad aún está reaccionando al
tiempo que pasó en una incubadora después de nacer?
El sentimiento de ansiedad, paradójicamente a veces aparece cuando empezamos a
sentirnos contentos. Imaginemos una situación agradable, la cena perfecta con la
persona perfecta, buena música y un entorno acogedor. De repente uno percibe una
sensación de incomodidad, una sensación de que la felicidad no puede durar mucho, de
que algo terrible va a pasar.
Cuando los buenos sentimientos alcanzan un cierto nivel, su propia intensidad puede
activar otros sentimientos buenos o malos, incluyendo los recuerdos traumáticos. Esto
puede suceder después de hacer el amor, al tener un niño, después de una boda, al
conocer a una persona especial, o después de recibir un premio o unas muy buenas
noticias.
El sistema nervioso
Un trauma impreso en lo más profundo del sistema nervioso tiene un largo camino que
recorrer antes de llegar a nuestra consciencia. Un elaborado sistema de compuertas
entre los diferentes niveles pueden cerrarse cuando hay un dolor fuera de lo normal. El
propósito es mantener los niveles superiores sin sobrecargas por lo que está pasando en
los niveles inferiores y así mantener el sufrimiento del dolor temprano lejos de la
consciencia.
Los elementos químicos que sirven de intermediarios en las compuertas y que nos
pueden hacer inconscientes son los neurotransmisores inhibidores, los opios naturales
del cuerpo humano. Hay más de 50 y sirven para que la transmisión de los mensajes de
dolor no pasen a otros circuitos del cerebro. En definitiva para mantenernos
inconscientes.
Ya han pasado dos décadas desde el descubrimiento de muchas de las moléculas
neurotransmisoras. Algunas de los endorfinas que el organismo fabrica para bloquear y
contrarrestar un dolor excesivo son increíblemente poderosas, cientos de veces más
fuertes que las morfinas.
El cerebro
RAZONAMIENTOS FINALES
Eficacia
El interés académico por las Constelaciones Familiares comenzó mucho después del
éxito, y por eso no disponemos de pruebas contrastadas, ni de estadísticas fiables. Uno
de los pocos métodos evaluatorios disponibles es la tesis doctoral de Höppner (2001),
quien intentó buscar cambios en una muestra de 85 clientes tras someterse a esta
terapia. La conclusión fue insólita: reconoció que el cambio psicológico inducido por
una Constelación familiar se produce a través de un cambio de la imagen interna de la
familia.
También intentó medir el bienestar psicológico antes y después de la terapia,
encontrando mejoras significativas en un periodo de seguimiento de cuatro meses, lo
que no es poco. Esta disminución del malestar es más significativa cuanto más
específica, es decir, cuanto más relacionada con la demanda concreta que llevó a la
participación en las Constelaciones Familiares.
Un dato clínico interesante que aporta este trabajo es que aquellos clientes cuyo estado
de partida es un malestar psicológico leve o mediano, se benefician más de las
Constelaciones Familiares que aquellos que acuden con una carga severa. En todo caso,
los estudios no pudieron ser evaluados durante un mayor periodo.
Bien, pongamos por caso una persona que acude a que le den un masaje corporal, pues
se siente tenso, con estrés y duerme mal. Indudablemente al finalizar se sentirá mejor,
más feliz incluso, y sus problemas físicos habrán disminuido, mientras
psicológicamente aceptará sus tensiones personales con mayor objetividad y
optimismo.
¿Ha curado el masaje en profundidad a esa persona? Seguramente no, al menos en el
futuro, pero ese día y los siguientes todo será mejor. Suficiente. Nadie puede garantizar
la curación eterna mediante ninguna terapia.
Antes de poder discutir con seriedad acerca del concepto de enredo, es imprescindible
que hipótesis como ésta sean sometidas a prueba. La falta de comprobación resulta casi
bochornosa cuando se analiza el fenómeno de la supuesta transferencia de
conocimiento a los representantes en la configuración. Todo el procedimiento de las
Constelaciones Familiares se basa en la convicción de que cada puesto en la
constelación guarda una identidad propia y característica, y que los representantes son
un medio para revelarla. Es más, Hellinger y sus autores afines afirman sin ningún
reparo que esta identidad es la de la persona real a la que se está representando. En
consecuencia, los representantes sienten y perciben igual que lo hacen (o hacían) los
representados, que emergen y se manifiestan a través de ellos.
Los defensores de esta idea se dan por satisfechos con confirmarla a través de sus
vivencias clínicas. Por ejemplo, Ulsamer (1999), un autor con una amplia experiencia
como terapeuta, explica cómo los clientes, que atienden siempre con vivísimo interés a
lo que ocurre durante su constelación, raramente dan a entender que las declaraciones
de los representantes sean inexactas.
Esto confirmaría nada menos que el acceso de los representantes a una realidad que ha
permanecido oculta a los demás. Este generoso salto argumentativo se justifica
recurriendo a un concepto llamado campo de conocimiento (knowing field) o campo
morfogenético.
Está tomado de la biología y fue formulado en los años ochenta por Sheldrake (1981)
con la intención de dar cuenta de ciertos fenómenos observables en sistemas complejos
que resultan difícilmente explicables con los modelos habituales. Se refiere a campos
de información -que no de energía ni de materia- difíciles de constatar pero cuya
existencia se deduce, que ejercen influencia sobre la forma en que se auto-organizan
determinados sistemas, modificando la probabilidad de que ocurran sucesos en
principio aleatorios.
Sin embargo, probablemente lo que Hellinger llama órdenes del amor supone una
normativa familiar aplicable de forma universal sin necesidad de reflexión o análisis.
Veamos un ejemplo: Según este conjunto de normas, un embarazo extramatrimonial
implica automáticamente una nueva familia, y ésta tiene en cualquier caso preferencia
sobre la anterior. Conforme a ello, viéndose uno ante tal coyuntura no cabe otra salida,
si es que se desea evitar el sufrimiento a largo plazo (enredos), que la unión de los
nuevos padres y el abandono de las familias anteriores.
En este punto Hellinger se lo ha puesto muy fácil a sus críticos, pues el pretender una
única solución posible, y además predeterminada, a problemas humanos tan complejos,
puede ser calificado como mínimo de simpleza. En su defensa podríamos alegar que los
problemas aparentemente complejos tienen con frecuencia soluciones sencillas, en
oposición a los psicólogos, quienes insisten en que la mayoría de los problemas
requieren muchos meses de tratamiento…y dinero.
El encuadre teórico
Una última cuestión merece ser comentada por su importancia académica. Existe una
tendencia cada vez más acusada por parte de los autores de las Constelaciones
Familiares a clasificarla entre las terapias sistémicas, cuestión con la que no todos los
sistémicos están de acuerdo, aunque algunos elementos sí coinciden en ambos enfoques.
Esta terapia, para que quede claro, se centra en el paciente no en solitario sino en su
contexto social primario, la familia. Se basa en un enfoque psicoterapéutico que, si
bien tiene sus orígenes en la terapia familiar, ha venido modificando sus discurso
puntualizando el hecho de que no es imprescindible que sea una familia el foco de
atención para que la mirada terapéutica sea sistémica. Es así como los conceptos
sistémicos, así como sus métodos y técnicas terapéuticas, pueden igualmente aplicarse a
la pareja, a los equipos de trabajo, a los contextos escolares y también a las personas
individuales. El caso de la terapia individual el enfoque se orientará principalmente al
cambio en los procesos de comunicación e interacción manteniendo la idea básica
sistémica de ver a la persona en su entorno, es decir en el contexto del sistema o de los
sistemas de los que forma parte.
Lo más evidente es que ambas terapias insisten en el peso fundamental que conceden a
la familia en los problemas humanos y la necesidad de tenerla en cuenta para sus
soluciones. En una época en donde el egoísmo individual se está anteponiendo al
colectivo de la familia, nos parece algo acertado. Ya casi nadie mira por el bien común,
sino por su realización y felicidad personal, empleando palabras como “Tengo derecho
a ser feliz”, “Debo mirar por mí mismo”, “Nadie me debe condicionar”, etc… Este
egocentrismo ocasiona no pocos sufrimientos a quienes les rodean, pues la felicidad de
unos arrastra a la desgracia y soledad a otros, lo que resulta grave en el seno de una
familia o relación sentimental.
Puesto que ya apenas hay el concepto de familia, en la cual todos los miembros deben
renunciar a algo en favor del colectivo, todo para dar solidez al grupo, este frescor nos
parece razonable. El divorcio de los padres es el hecho más significativo y frecuente,
en el cual dos personas adultas deciden disgregar la familia para resolver su problema
personal. Mayor egoísmo imposible.
Las Constelaciones Familiares defienden además una concepción ciertamente sistémica
de las familias, en tanto que las entiende en función de la conexión y el equilibrio
dinámico entre los componentes, de manera que un movimiento en uno de ellos tendrá
efectos en todos los demás. Las terapias sistémicas tradicionales, sin embargo, no
suelen interesarse por movimientos procedentes del pasado, que son en cambio la base
tanto argumental como práctica de las Constelaciones Familiares. La semejanza termina
aquí.
Y en lo que se refiere a la forma en que se desarrollan las sesiones, las Constelaciones
Familiares difieren notoriamente de cualquiera de las propuestas sistémicas de terapia.
Entre otras cosas, en las Constelaciones Familiares no llega a existir entre terapeuta y
cliente una relación (dependencia) psicoterapéutica en sentido estricto, razón por la
cual algunos críticos rechazan que las Constelaciones Familiares merezca ser
considerada como psicoterapia. Aquí vemos solamente una cuestión puramente
comercial y corporativista, en donde el colectivo de psicólogos intenta defender su
trabajo tradicional, con largas y costosas terapias, clientes casi de por vida,
oponiéndose a una terapia de sesión única y ciertamente más barata.
Conclusiones
En cuanto al edificio teórico que sustenta las Constelaciones Familiares, dos cosas
serían urgentemente necesarias: su sistematización (esto es, formular sus proposiciones
de forma que sean manejables por todos), y su filtrado a través de pruebas empíricas.
Es cierto que la psicología contemporánea no siempre ha respetado el principio de que
las teorías deben formularse en estrecha conexión con los hechos, de modo que esta
crítica puede ser vertida también sobre otros enfoques y modelos.
Pero el caso de las Constelaciones Familiares es particularmente exagerada, puesto que
las ideas de Hellinger presentan más bien el aspecto de una normativa a la manera de
los mandamientos (tal vez influya el hecho de que viviera 25 años como religioso),
talante que se manifiesta también en la falta de discusión sobre ellas. Sus defensores
admiten sin más estas normas, lo que quizá impide que se puedan cuestionar y, mejor
aún, perfeccionar.
Quizá deberíamos esperar a que Bert Hellinger fallezca (a quien deseamos por supuesto
larga y fructífera vida), a partir de cuyo momento sus seguidores, tal y como ocurrió
con la homeopatía, seguramente mejorarán los resultados y terminarán por ser
aceptados por la comunidad científica.