Antologías SEP 3° PDF
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Antologías SEP 3° PDF
La antología de lecturas Leamos mejor día a día. Tercer grado, fue elaborada en la Coordinación
Sectorial de Educación Primaria.
Alonso Lujambio Irazábal
Secretaría de Educación Pública
Selección de textos:
Dulce María Heredia Moreno
Maritza Ching Mendoza
Colaboración:
María Basílidis Hernández Lugo
La mayoría de los textos reunidos en esta antología proceden de los libros que se hallan en las
bibliotecas escolares y de aula. La lectura que se hace al inicio de cada jornada escolar es una
invitación para que los alumnos –y los maestros– busquen el libro y lo lean completo.
Índice
Presentación 11
Este libro se hizo para que tus maestros tengan más a la mano un texto lindo,
atractivo, a veces misterioso, útil, tristón, heroico... para comenzar el día de
clase, todos los días, con una lectura muy cortita, pero siempre interesante y
divertida.
Ahora tú lo tienes en las manos y puedes hacer tus propias lecturas, todos los
días, como en la escuela, y también todos esos otros días en que no vas a la
escuela.
Este libro se puede leer de muchas maneras:
1) Se puede empezar por el principio y terminar por el final, como
casi todos los libros.
2) O abrirlo donde caiga y leer el texto que comience en esa página.
3) O comenzar por el final y seguirse al revés, hasta llegar al texto 1.
4) O leer primero todos los textos pares (2, 4, 6...) y seguirse con los
nones (1, 3, 5...); o comenzar leyendo sólo los que tengan un 5,
como 5, 15, 25... pero también 50, 51, 52...
5) O de cualquier otra manera que inventes.
Lo importante es que, a final de cuentas, hayas leído todos los textos. Algunos,
estoy seguro, los habrás leído más de una vez. Otros los habrás leído con tus
amigos y amigas, o con tus padres o, si tienes mucha suerte, con algún maestro...
y esas lecturas las recordarás siempre porque pocas cosas pueden compararse
con lo divertida y provechosa que es una lectura compartida y platicada y
discutida con la gente que nos cae bien o que queremos o que nos gusta.
Igualmente importante es que aproveches que estas lecturas te llevan a
otras. Muchísimos de los textos que se recogen aquí vienen de los libros que
están en tu aula y en la biblioteca de la escuela. Lo puedes ver al final de cada
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Tercer grado
texto: allí dice de dónde fue tomado. Sigue esas pistas... Que no se te escapen
esas lecturas.
Para terminar: ¿qué vas a hacer con todo lo que aprenderás con estas
lecturas?; ¿y con todas esas historias –unas reales, otras ficticias– de las que
te vas a enterar?; ¿y con todos esos datos científicos e históricos?; ¿y con
todas esas maneras de decir y de sentir que nos llegan con la poesía?; ¿y con
todas esas opiniones sobre los problemas de nuestra sociedad? Ten cuidado.
Capaz que te empiezan a crecer insoportablemente la simpatía, la inteligencia,
la memoria, las ocurrencias, las cosas que puedes contar y de las que sabrás
hablar. Deja de soñar. Ocúpate de lo que tienes pendiente. Aquí está el libro.
Es tiempo de leer.
1. El caminante de los pies gigantes
Había una vez un señor muy alto, que tenía los pies tan grandes, que con un
solo paso avanzaba como si hubiera dado tres.
El señor estaba orgulloso de sus pies, porque gracias a ellos podía hacer
lo que más le gustaba: viajar.
Así, recorría con gusto los caminos. Su única propiedad era una bolsa
donde guardaba un recuerdo de cada lugar que visitaba.
Un día se encontró a un pastor; luego de platicar un rato, éste le presumió:
–Fíjate que allá en mi tierra, viven unos peces que vuelan; y tú ¿de dónde eres?
El señor se quedó callado. No recordaba de dónde era, por eso respondió:
–No sé. Hace tanto tiempo que viajo, que ya lo olvidé.
–Si quieres te llevo con alguien que te puede ayudar –dijo el pastor.
Entonces fueron a ver a un gran sabio que vivía en una cueva.
Allí, el sabio dijo:
–Busca unas piedras que tienen huellas de pies como los tuyos; aunque
escuches ruidos extraños, no temas, allá conocerás tu origen.
A partir de ese día, el señor caminó más rápido aún, pues deseaba encontrar
las piedras. Fue al mar, a los cerros y al bosque, pero las piedras no aparecían.
Así lo hizo, pero su viaje era cada vez más largo. Ya le dolían los pies y
miraba sin interés lo que había a su alrededor.
Una tarde oscureció temprano y el señor no pudo continuar su viaje. De pronto,
oyó unas voces en el viento. Asustado, puso una mano sobre su oído y se durmió.
En su sueño, vio dos gigantes parecidos a él, aunque más altos y con pies enormes.
–Ha terminado tu búsqueda –le dijo uno de ellos.
El otro gigante continuó:
–Un día, a nuestro pueblo lo destruyó el egoísmo. Tú eres el último
gigante, ahora que lo sabes, sigue tu viaje y haz el bien.
En eso, el señor despertó. Frente a él, estaban las piedras que tanto
buscó. Eran muy grandes y tenían las huellas de sus antepasados. Luego
de un rato, recogió una piedrita y la guardó en la bolsa de su pantalón.
Era tiempo de seguir su camino, ya sabía dónde había nacido.
Gloria Morales Veyra, El caminante de los pies gigantes, Claudia de Teresa, ilus.
México, sep-Conafe, 2001.
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Tercer grado
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
¿Quieren saber cuál fue ese plan? Ok, pero esa será otra historia.
Sara Nava Sanmillán, Los cuatro amigos. México, sep-Nuevo México, 2004.
3. El Manchas
Javi es un niño que tiene un perro que se llama El Manchas. En la parte de la historia
que vamos a leer hoy, el niño y el perro están separados.
Javi se siente como si se hubiera quedado manco, cojo, sin su sombra. Así era
como se sentía sin su perro El Manchas. Era cierto que el nuevo país era bueno
y más saber dos idiomas, pero estar sin El Manchas, era como estar sin su alma.
Por su parte, El Manchas tenía como dueño a alguien que pretendía ser
su amigo y quien se veía buena persona; aún así, El Manchas, que estaba en
un buen lugar, al menos con un espacio más grande que el que tenía con Javi,
extrañaba de la misma forma a su antiguo dueño.
Y como Javi no resistió más tiempo la ausencia de su amigo El Manchas,
decidió romper el cochino [su alcancía] para poder ir en busca de él. Sabía que
su madre se preocuparía al no encontrarlo en casa, pero el regaño valía la pena.
Javi sacó las monedas y venciendo sus miedos de salir solo, tomó el
autobús y después de tanto buscar y sudar por los nervios de andar solo en
la ciudad, encontró la dirección. Al tocar la puerta le abrió una señora que
al verle el aspecto tan cansado, le invitó una limonada, pero del perro no
decía nada. Después de una gran insistencia por parte de Javi, la señora le
dijo que, en efecto, su hijo había tenido al perro, pero que lo había vendido.
Mientras tanto El Manchas, después de haber bebido un poco de agua
para aguantar el viaje, decidió escapar de su actual dueño, por bueno que
fuera. El Manchas no hallaba una salida; no, al menos, la que lo obligaba a
pasar por unos perros igual o más furiosos que él. Corrió y corrió y saltó la
cerca, pero al hacerlo, su pata se lastimó. La ciudad parecía muy grande.
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Tercer grado
Javi fue a buscar al nuevo dueño. El señor lo vio y reconoció por quién
venía pero, desgraciadamente, El Manchas, ya no estaba. Tanto viaje para nada.
El teléfono sonó. Al principio la tristeza no permitió a Javi poner atención
a la llamada, pero pronto entendió que quien llamaba era su mamá. Muerto de
miedo y tristeza comenzó a llorar y escuchó lo que su madre le dijo:
–¡Hijo! El susto que me has dado. No debiste marcharte así, sin avisarme.
Pero mira, te voy a poner a alguien en el teléfono, alguien que ha hecho un
largo viaje y que está loco por verte.
A través del teléfono, Javi oye un raro jadeo y después un ladrido, un
ladrido largo, impaciente, conocido.
David Chericián, “La niña que yo más quiero” en El amor es un niño travieso.
México, sep-Panamericana, 2005.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
7. La tortuga Pocaprisa
La tortuga Pocaprisa La tortuga Pocaprisa
tiene su modo de andar: tiene su modo de andar:
camina un poco y se para pasan las nubes corriendo,
a ver el viento pasar. y el tiempo las deja atrás.
La tortuga Pocaprisa Tiene el niño su sonrisa
tiene su modo de andar: tiene sus olas el mar:
si descansa, no camina, la tortuga Pocaprisa
y el viento la deja atrás. tiene su modo de andar.
Cada uno de nosotros tiene su modo de andar, ¿se han fijado? Cada quien trate de
describir cuál es su modo de andar.
Floria Jiménez, “La tortuga Pocaprisa” en Ana Garralón (antologadora), Si ves un monte de
espumas y otros poemas. Antología de poesía infantil hispanoamericana, México, sep-Anaya, 2002.
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8. Aníbal y Melquíades
Melquíades era el niño más fuerte y más temido de la escuela. Podía cargar el
escritorio de la maestra con todo y maestra arriba; era capaz de pelear solo contra
dos de tercero, mataba los alacranes con la mano y podía comerse una lata
completa de chile. Una vez dejó la marca de su poderoso puño en una puerta y un
día rompió con la frente el pizarrón. Hasta el maestro de deportes le tenía miedo,
pues de vez en cuando Melquíades le ponía un azotador en la bolsa de su saco.
En cambio Aníbal era el niño más débil y flacucho de la escuela. Chupaba
los dulces porque no tenía fuerza para morderlos, le costaba trabajo partir un
cartoncillo en dos, daba las gracias cuando alguien le robaba su comida en el
recreo y lloraba cuando sus compañeros le decían de broma “Aníbal caníbal”.
Muchas veces, su mamá tenía que cargarle la mochila porque él se cansaba
antes de llegar a la escuela. Una noche se cayó de la cama y, como ya no tuvo
fuerzas para levantarse, prefirió dormir en el suelo...
El último viernes de cada mes, el director de “Dos más dos menos dos
igual a dos” organizó un torneo en el que tenían que concursar todos los
alumnos de la escuela. Cuando el director anunció el concurso de mayo fue
para Aníbal un día feliz: habría un torneo de circo. Al llegar a su casa tomó el
teléfono y marcó el número de Merlín-lín. Estaba seguro de que él lo ayudaría.
–Voy a enseñarte el mayor de mis secretos –le dijo el mago cuando
Aníbal terminó de platicarle sobre el concurso–. Nadie habrá en el mundo que
pueda ganarte.
–¿Cuándo? –preguntó Aníbal ansioso.
–El sábado en la noche.
¿No se mueren de ganas de saber qué pasará? Ojalá, en las lecturas de los días
que vienen, encontremos qué sucedió. Los impacientes vamos a buscar el libro para
enterarnos.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
El arcoíris
Las nubes son pequeñas gotas de agua.
Cuando las gotas crecen, caen en forma de lluvia.
Cuando los rayos del Sol iluminan las gotas de lluvia, se forma el arcoíris.
También puedes ver el arcoíris en algunas fuentes y cascadas.
Julieta Fierro, “El aire y las nubes” en El día y la noche. México, sep-Santillana, 2003.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
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María García Esperón, Tigres de la otra noche, Alejandro Magallanes, iIus. México, sep-fce, 2007.
13. ¡Cuélguenme!
Vamos a leer una página de un diario que lleva un gato: un cuaderno o una libreta
donde este animalito acostumbra, todos o casi todos los días, escribir lo que le
sucede, lo que se le ocurre, lo que ve. Es una costumbre muy conveniente. Parece
difícil, pero si alguno comienza, aunque sea con frases muy cortitas, ya verá lo útil,
lo interesante que es.
Un lunes
Está bien, está bien. Cuélguenme. Maté a un pájaro. Por todos los cielos, soy un
gato. Mi trabajo, prácticamente, es andar sigiloso [sin hacer ruido] por el jardín
tras los dulces pajaritos que apenas pueden volar de un seto a otro. Entonces,
¿qué se supone que debo hacer cuando una de esas pelotitas emplumadas
revoloteantes casi se arroja en mi boca? Me pudo haber golpeado.
Está bien, está bien. Le di un zarpazo. ¿Es esa una razón para que Eli
llorara tan copiosamente sobre mi pelambre que casi me ahoga, y me apretara
tan fuerte que casi me asfixia?
–¡Ay, Tufy! –dijo ella, toda llorosa, ojos enrojecidos y motones de
pañuelos mojados–. ¡Ay, Tufy!, ¿cómo pudiste hacer eso?
¿Cómo pude hacer eso? Soy un gato. Cómo iba a saber que se haría
tanto lío: la madre de Eli corriendo apurada por periódicos viejos, y el padre de
Eli llenando una cubeta con agua jabonosa.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Así son los gatos, ¿verdad? Si cazan un ratón, una lagartija, un pájaro, se lo llevan a
sus amos, muy orgullosos de lo que hicieron.
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Tercer grado
melanina. Cuanta más melanina tenga una persona, más oscura será. La melanina
es una sustancia química que protege la piel de las radiaciones ultravioletas, que
están en los rayos del sol. Es como la sombrilla de nuestro cuerpo.
Todos estábamos atentos, y Raúl siguió explicando:
–Cuando tomamos el sol, nuestro cuerpo produce más melanina, porque
necesita más protección. Cuando los seres humanos se repartieron por la Tierra,
el color de su piel se fue adaptando al clima del lugar donde vivían.
La explicación de Raúl nos dejó boquiabiertos, pero no nos olvidamos
del premio.
–Oye, Raúl, ¿y el premio? –preguntamos.
–El premio será –dijo Raúl– ¡un libro! En él pondremos todas las
respuestas que se han dado aquí esta noche. Después lo ilustraremos y lo
llevaremos a la imprenta para que hagan tres ejemplares para cada uno.
Aquella excursión fue genial. Lo mejor fue que conocí a Kaelo, que desde
entonces es mi amiga del alma.
Ahora sabemos que la única diferencia entre las dos es un puñado de
rayos de sol. Y estamos seguras de que el mundo es más interesante con tanta
gente diferente.
Carmen Gil (adaptación), ¿De qué colores somos?, México, sep-Parramón, 2006.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
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Tercer grado
Juan C. Martín, “La biblioteca imaginaria” en Las palabras que se lleva el viento.
México, sep-Everest, 2004.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
¿Qué tal, eh? ¿Cómo le habrá ido al pobre nieto? A ver quién lee el libro y luego nos
lo cuenta a los demás.
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Tercer grado
Oche Califa, “La tortuga que sueña” en Para escuchar a la tortuga que sueña.
México, sep-Colihue, 2006.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Amado Nervo, “Niñito ven” en Ana Garralón (antologadora), Si ves un monte de espumas y otros
poemas. Antología de poesía infantil hispanoamericana, México, sep-Anaya, 2002.
21. Trabalengüero i
¿Andamos hoy medio adormilados? A ver si nos despiertan estos trabalenguas. Los
vamos leyendo, y a ver si podemos repetirlos.
Rosa Rosales
cortó una rosa.
Que roja la rosa
de Rosa Rosales
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Tercer grado
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Roald Dahl, “Caperucita roja y el lobo” en Cuentos en verso para niños perversos.
México, sep-Altea, 2002.
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Tercer grado
23. El delfín
¡Bienvenido!
La cría del delfín nace dentro del agua. Lo primero que sale del vientre de su
madre es la cola. En cuanto nace, inmediatamente, otro delfín hembra lo lleva
hasta la superficie para que respire.
Dentro de poco, la cría ya es muy grande, pero no tardará mucho en
ser del tamaño de su madre. La cría delfín no se separa de su madre hasta los
cuatro o seis años.
La cría mama la leche de su madre sin perder una sola gota. En muy
poco tiempo y con la ayuda de su madre, aprende a nadar.
Quince años después
Un día, cuando el delfín ya es casi adulto, tiene que separarse de su
madre. Ya está preparado para vivir solo. Al principio se queda con otros
delfines jóvenes.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Antonio A. Gómez Yebra, Oro parece: Libro de adivinanzas para jóvenes detectives.
México, sep-Hachette, 2002.
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Tercer grado
Los niños del vecindario se echaban a correr en cuanto veían que ella
se acercaba. Lo mismo sucedía con los señores y las señoras y los viejitos y las
viejitas y los policías y los dueños de las tiendas.
Hasta los gatos y las gaviotas y las cucarachas sabían que su vida peligraba
cerca de la malvada mujer. A las hormigas ni les pasaba por la cabeza hacer su
hormiguero cerca de su casa porque sabían que si lo hacían la señora les echaría
encima agua caliente.
Era una señora mala, terrible, espantosa, malvadísima. La peor de las
peores señoras del mundo. La más malvada de las malvadas. ¿Oh no?
Pero cierto día...
¿Qué pasaría cierto día? Alguno de ustedes ¿ya leyó este libro?, para que nos cuente
la historia. ¿Cómo le harían ustedes para librarse de esta amenaza?
Francisco Hinojosa, La peor señora del mundo, “El Fisgón”, ilus. México, sep-fce, 2001.
Buen viaje
Con la mitad de un periódico
va y en la fuente de mi casa
va navegando muy bien.
Mi hermana con su abanico
Sopla que sopla sobre él.
¡Muy buen viaje, muy buen viaje
buquecito de papel!
Amado Nervo
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
La tijera de mamá
Cuando me recorta el pelo chiqui–chiqui– chiqui, cha.
la tijera de mamá, Cuando el pelo me recorta
va diciendo en su revuelo: la tijera de mamá,
chiqui– chiqui–chiqui–cha..., charla más de lo que corta:
aletea, chiqui–chiqui– chiqui, cha.
viene y va,
y a mi oído cuchichea, Germán Berdiales
Un barquito de papel y unas tijeras que nos cortan el pelo. A muchos no se los corta
su mamá, sino el peluquero, pero las tijeras platican igual. ¿Se han fijado? La próxima
vez que les corten el pelo, pongan el oído atento, a ver si entienden qué les cuentan.
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Tercer grado
Vivian Mansour Manzur, El peinado de la tía Chofi, Martha Avilés, ilus. México, sep-fce, 2004.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Emily Janeth Ríos, “La bruja mala” en Escribimos para ti todo un valle de palabras.
México, sep-Secretaría de Educación y Cultura de Zacatecas, 2007.
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Tercer grado
29. El gallo
El gallo, el ganso, la gallina y el papagayo se burlaron del pollito cuando dijo
que viajaría alrededor del Sol.
El gallo, el ganso, la gallina y el papagayo no salían de su asombro
cuando vieron que el pollito emprendió el viaje alrededor del Sol montado en
el centro de un girasol.
Y el Sol giraba con un emplumado corazón, y el corazón era el pollito
que con el girasol giraba alrededor del Sol.
Jairo Aníbal Niño, “El gallo” en El equipaje de la mariposa. México, sep-Panamericana, 2003.
30. La rana
Cuando la rana quiere gozar, La rana en el agua se echa a nadar.
viene la mosca y la hace gritar. Cuando la escoba quiere gozar,
La mosca a la rana. viene la lumbre y la hace gritar.
La rana en el agua se echa a nadar. La lumbre a la escoba,
Cuando la mosca quiere gozar, la escoba a la araña,
viene la araña y la hace gritar. la araña a la mosca,
La araña a la mosca, la mosca a la rana.
la mosca a la rana. La rana en el agua se echa a nadar.
La rana en el agua se echa a nadar. Cuando la lumbre quiere gozar,
Cuando la araña quiere gozar, viene el agua y la hace gritar.
viene la escoba y la hace gritar. El agua a la lumbre,
La escoba a la araña, la lumbre a la escoba,
la araña a la mosca, la escoba a la araña,
la mosca a la rana. la araña a la mosca,
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
la mosca a la rana.
La rana en el agua se echa a nadar.
Cuando el agua quiere gozar,
viene la llave y la hace callar.
La llave al agua,
el agua a la lumbre,
la lumbre a la escoba,
la escoba a la araña,
la araña a la mosca,
la mosca a la rana.
La rana en el agua se echa a
nadar.
Cuando la llave quiere gozar,
viene el plomero y la hace
gritar. la escoba a la araña,
El plomero a la llave, la araña a la mosca,
el agua a la lumbre, la mosca a la rana.
la lumbre a la escoba, La rana en el agua se echa a nadar.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
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Tercer grado
La abuela suspiró. –Una o dos veces –dijo en voz baja–, una o dos
veces, las oí cantar.
De pronto, el tío Federico entró al salón.
–¿Qué tonterías andas diciendo? ¡Chocheras de vieja! –exclamó–. Las
ballenas eran importantes por su carne, por sus huesos y por su grasa. Si vas a
contarle algo a Lilly, cuéntale algo útil. Deja de llenarle la cabeza de necedades.
Ballenas cantando, ¡verdaderamente!
La abuela continuó: –Las ballenas vivían aquí millones de años antes
de que existieran barcos y ciudades. La gente solía decir que las ballenas eran
mágicas.
–Lo que la gente hacía era comérselas y cocinarlas para obtener su grasa
–gruñó el tío Federico y dando la vuelta, salió al jardín.
Esa noche, Lilly soñó con las ballenas. En sus sueños las vio tan grandes
como las colinas y más azules que el cielo. En sus sueños, las oyó cantar y sus
voces eran como el viento. En sus sueños, las ballenas saltaron del agua y la
llamaron por su nombre.
A la mañana siguiente, Lilly bajó sola al mar. Caminó hasta el final del
viejo muelle donde las aguas estaban quietas. Tomó de su bolsillo una flor
amarilla y la dejó caer. –Esto es para ustedes –gritó al aire.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Alfonso Madrigal, “Así es la vida” en Cuentos fantásticos de la India. México, Selector, 2002.
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Tercer grado
La Luna
La Luna es redonda, como la Tierra, y da vueltas alrededor de nuestro planeta.
En cada vuelta se tarda un mes.
A veces vemos la Luna muy redonda y otras parece una sonrisa.
Lo que sucede es que en la Luna también hay días y noches.
La parte brillante de la Luna está iluminada por el Sol y allí es de día. En
cambio en la parte oscura es de noche.
Si viajas en automóvil o caminas y vas viendo la Luna, parece que te sigue.
Lo que pasa es que está tan lejos que parece que no se mueve.
La Luna es mucho más pequeña que nuestro planeta. Es casi del tamaño
de nuestro país. México quiere decir ombligo de la Luna, en náhuatl.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
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Tercer grado
Juan Carlos Martín Ramos, “Dos poemas para pensar” en Las palabras que se lleva el viento.
México, sep-Everest, 2004.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Arnold Lobel, “Sapo y Sepo quieren un helado” en Sapo y Sepo, un año entero.
México, sep-Alfaguara, 2001.
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Tercer grado
La próxima vez que tengamos una gripe ya sabremos por qué nos sentimos tan mal.
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39. Confieso que he soñado
Soñé que un fantasma se echaba en el patio.
Soñé que un fantasma se echaba en el patio de un castillo para tomar sol,
venían unos niños a preparar su desayuno y lo manchaban de mostaza.
Soñé que un bebé se tragaba un aro y le crecía una oreja en el estómago.
Soñé que tomaba leche de una vaca.
Soñé que había una explosión y se terminaba el mundo (No me acuerdo de lo
que seguía).
Soñé que escribía poemas en hojas sueltas y volaban. Hacia una bola con una
hoja porque el poema no me gustó y también voló.
Soñé que dos más dos eran tres.
Soñé que me espantaban, que me daba vuelta para ver quién era y me convertía
en estatua.
Soñé que Caperucita Roja se comía al lobo.
Soñé que un camello pasaba por el ojo de una chapa.
Soñé que era millonaria y compraba muchísimos dulces, que me comía y
después me inflé como un globo.
Soñé que no había escuela y no tenia tareas, tampoco maestros en casa.
Soñé que era una gigante y mis papás me obedecían, y todos me temían.
Oche Califa, “Confieso que he soñado” en Para escuchar a la tortuga que sueña.
México, sep-Colihue, 2006
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Tercer grado
Juan Carlos Martín Ramos, Las palabras que se lleva el viento. México, sep-Everest, 2004.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Ahora ya lo sabemos. Cuando miremos la Luna en las noches pensemos que la parte
iluminada está de día, y la que no vemos está de noche.
Productor de giras
¡Soy la mano derecha de las bandas de música y de los cantantes! Me ocupo de
organizar las giras, decidiendo cuándo y dónde se realizarán las presentaciones:
tal día en tal sala, tal vez en otro o en aquel estadio. Me encargo de alquilar los
micrófonos y los amplificadores, del alojamiento y transporte de los músicos.
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Tercer grado
Estilista
Cortar el cabello es divertido, ¡pero nada fácil! Hay que usar las tijeras sin
que te tiemble el pulso y tener claro dónde quieres llegar. Algo esencial en mi
trabajo es escuchar y aconsejar a mis clientes.
Astrónomo
Con sus millares de estrellas, sus planetas, sus cometas y sus galaxias, el
Universo me fascina. ¡Necesitaría varias vidas para estudiar todo lo que ofrece!
Por eso cada astrónomo debe definir muy bien su campo de investigación.
Foniatra
En el hospital o en el consultorio, atiendo a niños que tienden problemas de
lenguaje: los que tartamudean, los que no pueden pronunciar ciertos sonidos,
los que tienen problemas de lectura o de escritura.
Nadine Mouchet, Cuando sea grande quiero ser. México, sep-Lamiqué, 2008
Estrofa
Ocho por uno ocho, las calaveras salen en vocho.
Ocho por dos dieciséis,
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Coro
Aaah, aaah, ah...
Aaah, aaah, ah...
Aaah, aaah, ah...
Aaah, aaah, ah...
Estrofa
Ocho por seis cuarenta y ocho,
las calaveras comen bizcocho.
Ocho por siete cincuenta y seis,
las calaveras no tienen rey.
Ocho por ocho sesenta y cuatro,
las calaveras y su retrato.
Ocho por nueve setenta y dos,
las calaveras tienen tos.
Ocho por diez ochenta, las calaveras ya tienen clienta.
Coro
Aaah, aaah, ah...
Aaah, aaah, ah...
Aaah, aaah, ah...
Aaah, aaah, ah...
Paula Rodríguez, “La huesuda tabla del ocho” en Baila la tablita yo ya la canté, Tablas de
multiplicar para jugar en clase. México, sep-Hecho con amor x Hecho a mano, 2003.
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Tercer grado
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
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Tercer grado
Silvia Schujer y Roberta Iannamico, “Otros dos poemas con sol y son”
en Poemas con sol y son. México, sep-cidcli, 2002.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
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Tercer grado
Sor Juana, como le decimos a esta gran mujer, gran escritora, gran sabia, es un
ejemplo a la vista. Niñas y niños, y los maestros también, todos podemos tener por el
estudio y por el lenguaje un gusto tan grande como el que ella tuvo.
Cristina Carbo et al., “Érase una niña” en 501 maravillas del viejo Nuevo Mundo. México, sep, 1994.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Es el hermanito que están esperando, por supuesto, pero ¿qué será? ¿Niño o niña?
Jenni Overend (adaptación), Hola bebé, Julie Vivas, ilus. México, sep-Ékaré, 2002.
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Tercer grado
Los primeros médicos administraban las medicinas por la boca, pero el cuerpo
tardaba mucho en absorberlas. Este tiempo podría marcar la diferencia entre
la vida y la muerte. Si los medicamentos llegaran a la sangre con más rapidez,
se podrían salvar más vidas.
Muchos médicos sabían que era vital administrar la medicina en la sangre
lo más rápido posible. Una forma era extender la medicina sobre una herida.
Ingerir los medicamentos era más seguro pero, o se tardaba mucho tiempo
en darlos, o la medicina no llagaba al sitio correcto.
Una forma mejor era usar una espina, agujerar la piel y luego introducir
la medicina en esta diminuta herida.
Francis Rynd, un médico irlandés, pensó entonces en usar, en lugar de
una espina, una jeringa y una aguja hueca, de metal, para hacer llegar el
medicamento a las venas. De esa manera, en 1844, terminó por inventar las
inyecciones.
Diez años más tarde, un médico también irlandés, Francis Wood, y uno
francés, Charles Pravaz, trabajando cada quien por su lado, perfeccionaron
una aguja hipodérmica que se podía lavar y usar en varios pacientes.
[Hipodérmica quiere decir que puede colocar el medicamento debajo, hipo,
en griego, de la piel, dermos, también en griego.]
Hoy en día, muchas jeringas son de plástico, se utilizan una sola vez y
después se tiran. Las agujas nunca deben usarse en más de una persona.
¿Cómo prefieren, entonces, que les den una medicina para curarse: por la boca,
haciéndoles un hoyo con una espina, o con una jeringa? Lo mejor, desde luego, es no
enfermarse, pero eso de la espina, lo siento muyyyy picudo, jajajaja.
Gerry Bailey “Cómo inyecto las medicinas” en Avances Médicos. México, sep-sm, 2005.
62
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
–¡Otra vez a coser! –se quejó Inés–. Pero dice mi señora madre que como
algún día me casaré, debo estar preparada para ser una buena esposa.
–Pero sólo tienes siete años –le contestó su hermana María.
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Tercer grado
“Se me tiene que ocurrir algo –pensó Inés–. Mañana, después de comer,
fingiré que estoy enferma –se dijo–. Pero, ¿de qué? Puede venir el viejo don
Gaspar, ese médico tan estricto.”
Todo transcurrió con normalidad la mañana siguiente... pero su madre
fue la primera en notarle algo extraño.
–Pero, hija, ¿qué es lo que tienes?
–Pues... yo... ¡hip! Me ha dado hipo y no se me quita, madre –contestó
Inés entrecortando cada frase.
Al poco rato de haber comenzado la labor de costura, su continuo ¡hip!
le provocó que se picara los dedos con la aguja y manchó la tela con sangre.
Cada ¡hip! era motivo de nuevas discusiones y, aunque Inés trataba de
disimular, a veces dejaba escapar una risita.
–Si mañana amaneces igual, Pedro irá a buscar al médico –concluyó
doña Catarina–, y a ver quién se ríe.
–Más vale que me cuide de ese viejo matasanos –dijo Inés.
Antes del almuerzo, llegó el médico. Intrigado por el continuo ¡hip! ¡hip!
y un poco nervioso por la mirada acechante de doña Catarina, recomendó que
si el hipo persistía, debían de purgar.
Pero después de tanto y una vez descubierto el engaño de Inés, el
médico dio el remedio para dar una buena lección...
¿Qué habrá sido de ti Inés? ¿Habrán sido las sanguijuelas una buena lección para no
mentir?
64
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Y si quieres saber de las demás letras, busca el libro en los acervos de la escuela.
65
Tercer grado
55. Dinosaurios
Seguramente ustedes saben mucho de dinosaurios: cómo
aparecieron, cuáles eran los más peligrosos, qué comían...
pero, se han preguntado ¿cómo le hacían para elegir pareja y
tener crías? De eso trata esta lectura.
Cortejo
En el mundo animal, el macho más fuerte o el que luzca mejor, tiene
una mayor oportunidad de atraer a una hembra. Algunos dinosaurios pueden
haberse enfrentado en combates de fuerza.
Los machos rivales se empujaban uno a otro para mostrar su fuerza.
Batalla de cascos
Dentro de las manadas, los dinosaurios machos se enfrentaban para ganarse a
una hembra. Quizá los Pachycelosaurus machos lo decidían a cabezazos.
Al elegir a los machos campeones como pareja, las hembras escogían
padres saludables para sus crías.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Antonio A. Gómez Yebra, Oro parece: Libro de adivinanzas para jóvenes detectives.
México, sep-Hachette, 2002.
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Tercer grado
58. El banquete
Vamos a leer una extraña conversación. Pongan atención. Vamos a ver si adivinamos
quiénes están hablando.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
–¡No sigas, mamá, que después tengo pesadillas! (se quejó la hermana).
El hermano, fascinado por el relato, prosiguió:
–Ándale, mami, ¿pueden moverlos por separado?
–No, sólo en la misma dirección y sirven para recibir la luz. Pero lo más
feo, lo más feo... son esas cosas que les salen del cuerpo, sus extremidades.
–¿Por qué, mamá? ¿Tienen muchas?
–Cuatro.
–¿Y para qué?
–Dos son para pararse y las otras dos para agarrar objetos, y las mueven
continuamente.
–¡¿Y no irradian?!
–Déjame terminar, las de agarrar son más pequeñas que las otras y
terminan... y terminan en...
–¡Mamá, en serio, no hagas así! (se quejó nuevamente la pequeña).
–¡Terminan en “dedos”!
–Sí, y oigan esto... no tienen antenas
–¿Y cómo le hacen para no chocar?
–Tienen una cosa boluda, llamada “cabeza” ¡Qué onda!
–Y además oigan esto... la cabeza tiene más agujeros y les crece algo
llamado “cabello”.
–¡Mamá, no inventes! ¡Después no voy a comer!
–¿Qué es? Pregunta el hermano.
–Les crece arriba de los ojos, cubre toda la cabeza. ¿Para qué es?... la
verdad no lo sé, supongo que para esconderse y miren papá los consiguió a
un precio carísimo.
–Mamá, yo no voy a comer eso.
–Son muy ricos, mi amor, y papá los consiguió muy caros en el mercado.
–Sí, pero no quiero.
–¡Yo sí!, gritó el hermano, aunque a él también le daba asco.
¿Quiénes están hablando? Y, ¿de qué están hablando? ¿Qué es lo que van a comer?
¿Quién lo sabe?
Luis María Pescetti, “El banquete” en Nadie te creería. México, sep-Santillana, 2005.
69
Tercer grado
¿Les gustaría vivir en otro planeta, que no fuera la Tierra? ¿Creen que algún día exista
algún transporte que nos lleve a otros planetas? Sería interesante, muy interesante.
Los que quieran, dibujen uno de esos otros planetas, o escriban cómo sería; o las dos
cosas. Y traigan sus escritos y sus dibujos a la escuela.
Ana Alter, “¿Existen planetas más allá del Sistema Solar?” en El Universo.
México, sep-Larousse, 2002.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Mantengan el equilibrio
Para reemplazar el agua que perdemos, bebemos y comemos. La fruta y la
verdura, entre otros alimentos, contienen una cantidad de agua sorprendente.
Además, todas las personas deberían beber dos litros de agua al día.
Cuando no tenemos suficiente agua en la sangre, el detector de agua
de nuestro cerebro hace que tengamos la boca seca y que nos den ganas de
beber.
Y ustedes, ¿le hacen caso a su cuerpo cuando tienen sed? Si la respuesta es no, tal vez,
éste sea un buen momento para empezar a hacerlo. Tomar agua purifica nuestros
sistemas orgánicos y ayuda a que nos mantengamos más alertas, más despiertos.
Janice Lobb, “¿Tú sabes por qué tenemos sed?” en Con las manos en la masa.
México, sep-vox, 2003.
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Tercer grado
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
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Tercer grado
Pica menos
Cuando nos pica, el cerebro recibe la información de que “da comezón”. Al
rascarse, el cerebro recibe la información “me rasco” y olvida un poco la otra
(“da comezón”). Por eso, al rascarse da menos comezón. Pero si dejamos de
rascarnos, da más.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Da más comezón
Las picaduras producen comezón porque el cuerpo se defiende del producto
que le ha inyectado el mosquito.
Paul Martin et al., “¿Por qué dan comezón los piquetes de mosquitos”
en Los porqués de la salud. México, sep-sm, 2007.
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Tercer grado
64. Icnocuicatl
Hoy vamos a leer dos poemas. El primero es la traducción de una antigua poesía
náhuatl. El segundo es de Amado Nervo. El primero es un “canto triste”, eso es lo
que significa su nombre. El segundo es alegre y vivaracho.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
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Tercer grado
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Al ver esto, Fabián entendió que la guerra había terminado gracias a él.
Decidió contárselo al rey Amarillo. Éste, contento de la intención de Fabián, lo
adoptó como hijo, porque no los tenía, y tiempo después Fabián fue rey de un
gran pueblo, donde por supuesto no hubo guerras.
Anais Vaugelade, De cómo Fabián acabó con la guerra. México, sep-Corimbo, 2002.
Paula Rodríguez, “La bicharacha tabla del nueve” en Baila la tablita yo ya la canté. Tablas de
multiplicar para jugar en clase. México, sep- Hecho con amor x Hecho a mano, 2003.
79
Tercer grado
Stephen Elliott tenía once años recién cumplidos. A los seis meses de quedarse
huérfano se había ido a vivir con su primo, el señor Abney.
El señor Abney era un tranquilo viejo de vida retirada. Era un gran
erudito [sabio] en religiones antiguas, y había escrito muchos artículos sobre
supersticiones y mitos del mundo entero. Vivía tan embebido [concentrado] en
sus estudios que sus vecinos se sorprendieron de que se enterara siquiera de
que su primo se había quedado huérfano. Y aún se sorprendieron más de que
el señor Abney decidiera adoptarlo.
Stephen llegó a su nueva casa una fresca noche del mes de septiembre.
El señor Abney recibió con alegría a su joven primo. Tras charlar un rato con él,
ordenó a su ama de llaves, la señora Bunch, que le preparara la cena al niño.
La señora Bunch y el niño se hicieron muy amigos. El ama de llaves
llevaba veinte años trabajando para el señor Abney y contestaba gustosamente
a todas las preguntas que Stephen le hacía sobre la casa y su dueño. Procuraba
que Stephen se sintiera lo más a gusto posible.
Una noche, Stephen se hallaba sentado junto al fuego con la señora
Bunch.
–¿Es bueno el señor Abney y va a ir al cielo? –preguntó de repente.
–¿Qué si es bueno? –repitió el ama de llaves–. El señor es un santo como
no hay otro. ¿No te he contado nunca cómo recogió en una ocasión a un niño
de la calle? ¿Y a una niña también?
–No, cuéntamelo, señora Bunch –suplicó Stephen.
–Bueno, –dijo la señora Bunch–, de la niña no me acuerdo muy bien. El
señor Abney la trajo a casa dos años después de que entré yo a trabajar. La
pobre criatura era huérfana. Vivió aquí tres semanas. Luego, una madrugada,
se marchó antes de que se levantase ninguno de nosotros. Nadie volvió a verla
más.
–¿Y qué pasó con el chico? –preguntó Stephen.
–¡Ah! ¡Pobre muchacho! –suspiró la señora Bunch–. El señor lo encontró
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
hará unos siete años. Era extranjero y no tenía a nadie en el mundo. Estuvo
aquí un tiempo; luego se fue una mañana, igual que la niña. Y no volvimos a
saber más de él.
Esa noche, Stephen tuvo un sueño extraño...
69. Trabalengüero, ii
Al saltar la malla
Ni al agua le eche la llama se talla
leche ni le eche y al brincar
agua a la leche. la tabla, la cabra
se traba.
Le falta a Mafalda su falda tableada.
Mugre de bruja,
Come el gusano sanas bruja mugrosa.
gusanas, sanas ¡Mugrebruja
gusanas come el brujimugrosa!
gusano.
Pancha
El perro brinca la tranca, apapacha
trepa la rampa y con la trompa, al pocho
rompe la trampa. en el chopo.
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Tercer grado
Hay más agua debajo de la superficie terrestre que la que hay en todos los lagos,
ríos, riachuelos, charcas, glaciares y océanos en la superficie.
Generalmente, hasta en las zonas desérticas hay agua en las profundidades,
debajo de la superficie.
El agua subterránea proviene de la lluvia que se absorbió en la tierra y
quedó atrapada en capas, como una esponja gigantesca. La primera capa de
arriba se llama nivel freático.
En el mundo, la gente que trabaja en la industria y la agricultura obtiene
agua subterránea, haciendo pozos y bombeando el agua a la superficie. En
algunos lugares, la gente ha sacado tanta agua subterránea que el nivel freático
ha desaparecido.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
71. La patita
La patita, La patita,
de canasta y con rebozo de bolita, de canasta y con reboso de bolita,
va al mercado se ha enojado
a comprar todas las cosas del por lo caro que está todo en el
mandado, mercado,
se va meneando al caminar como no tiene para comprar
como los barcos en altamar. se pasa el día en regatear.
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Tercer grado
María Elena Walsh, “Canción del estornudo” en El reino del revés. México, sep-Santillana, 2005.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
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Tercer grado
Manuel Peña Muñoz, “Versos para jugar” en Del pellejo de una pulga
y otros versos para jugar. México, sep-Alfaguara, 2003.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
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Tercer grado
José Antonio Millán, ¡Me como esa coma! México, sep-Serres, 2007.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Benjamín Preciado Solís, Cuando Brahmadatta era Rey de Benarés... Diez cuentos budistas
de la India. México, sep-Alejandro Cabello Alcérreca, 2007.
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Tercer grado
Gaviacuervo Gatocienpiés
El gaviacuervo come gallinas y El Gatocienpiés anda
pájaros. de día y noche
En el día come gallinas y en la noche buscando comida
come pájaros. para él y su familia.
Toma agua del arroyo y anda en la En la noche se arrastra
sierra. y come ratones
Como es gavilán y cuervo y pica a la gente que
es doblemente peligroso está dormida.
y todas las aves No duerme, y aprovecha el día
le tienen miedo. y la noche para arrastrarse por todas
partes y hacer amistad con otros
Paruga animales.
La paruga tiene cabeza de
pájaro y patas de gallina Ratacol
el resto del cuerpo es igual a una El Ratacol tiene cuerpo de caracol
tortuga. y cabeza de ratón. Este animalito
Vive en el monte, se alimenta de maíz. Vive en los
cuando se acerca a las huecos de los árboles y le gusta
escuelas los niños y mucho estar en el rayo del sol.
las niñas lo atrapan pues
no puede huir rápidamente. ¿Te animas a inventar algunos?
“Bestiario Nahurrarámuri” en Martha Acevedo (comp.), Textos y dibujos de niñas y niños tachihuiin,
binni za´, tu ´un savi, rarámuris y nahuas (y) Deveritas y metiritas: bestiario Nahuarrarámuri. México,
sep-Uno, Dos, Tres por Mí y por todos mis compañeros, 2002.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
91
Tercer grado
¿Quiénes tienen una mascota, qué es? ¿Creen que un pez pueda ser una mascota?
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
¿Alguno de ustedes ha sido operado? ¿Le han quitado las anginas, o el apéndice, o
le han arreglado algún hueso roto? Otro día les cuento yo de cuando me operaron.
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Tercer grado
Mercedes Calvo, “Mi problema con los relojes” en Los espejos de Anaclara. México, fce, 2009.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
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Tercer grado
Había una vez un taxista que trabajaba hasta las doce de la noche. Un día que
iba por la calle Nazas vio una niña que le hablaba. Él ya iba para su casa pero
dijo:
–Nada más llevo a la niña y me voy a mi casa.
Cuando la niña se subió, el taxista sintió escalofrío y miedo, pero pensó:
“sólo es una niña... pero... ¿por qué andará sola tan noche?” El señor taxista
siguió. La niña le iba diciendo por dónde se fuera y llegaron a una casa sola
y oscura; ella le dijo al señor taxista que no tenía dinero para pagarle y que si
por favor podía ir al otro día por el dinero.
Al siguiente día el taxista fue, tocó la puerta y nadie le abría, hasta que
una señora paso y dijo:
–Ahí no vive nadie.
–Pero una niña me quedó a deber dinero –dijo el señor.
–Pero si esa niña murió hace cinco años –le contestó la señora.
El señor taxista se asustó tanto que se murió de un infarto; la gente le
creyó a la señora que ahí la niña se aparecía; entonces fue un padre, bendijo
la casa y la niña jamás se volvió a parecer.
Al igual que Ana Lizeth, ustedes pueden escribir sobre lo que les ha pasado, lo que
han oído, lo que puedan imaginar.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Hormiguero
Puede estar bajo tierra o en el interior de los árboles. En el
hormiguero hay comida almacenada y existen larguísimos
túneles que nunca se acaban. En ellos, la reina está
aislada en su cámara real, en la que constantemente
pone huevos. Por otra parte, la hormiga obrera se lleva
los huevos a otras cámaras donde se alimentará.
Aparte de la reina y las hormigas obreras, la hormiga macho tiene alas
y es un poco mayor que la obrera.
Algunas hormigas plantan, cuidan y recolectan hongos como si fueran
los mejores agricultores del mundo; otras son capaces de domesticar pulgones
y alimentarse de los jugos azucarados que los pulgones producen.
¡Viva la reina!
Los hormigueros están ordenados por castas o grupos sociales. La casta de
las obreras se encarga del cuidado y la alimentación de toda la sociedad. Las
obreras son hembras que no tienen alas y son estériles, es decir, no ponen
huevos. En la casta superior hay una sola reina; este animal será el único que
pondrá los huevos del hormiguero. La casta de los machos sólo está para
fecundar a la reina. Una vez al año nacen machos alados y reinas aladas. Una
vez apareada con el macho, la reina saldrá volando del hormiguero, perderá las
alas y en un rincón apartado fundará un nuevo hormiguero.
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Tercer grado
–¿Tú me quieles?
–Chi.
–A mer... ¿cuánto?
–Muto.
–¿”Muto” o “muto muto”?
–Mutísimo... ¡Achí!
–Uh, qué lino.
–¿Y tú? ¿Me quieles?
–¡Uh! Ma quel chol.
–¿El chol nomá?
–El chol, la luna, lasteyas, la tiela... toro.
Toro, toro, toro. Achí, má que toro nel nivercho.
–Uh, qué lino... Amél, namun mechito.
–Toma... muá.
–Oto.
–Muuá.
–Oto.
–¡Palaqué tepeinas?
–Palachel la pelchona malina nel muno. Pala...
–Túchaeres la pelsona má lina, ¿nontende?
–Cho...cho... chote quelo achí. Note vacha peina.
–Mamo achí, con la cabecha alo pelo loco.
–Mamo, mamól.
–Mamo, cocha monita.
Luis María Pescetti, “Uh qué lino” en Nadie te creería. México, sep-Alfaguara, 2005.
98
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Mary Hoffman, “La madre tierra” en Canción de la Tierra. México, sep-Art Blume, 2003.
99
Tercer grado
Antonio A. Gómez Yebra, Oro parece: Libro de adivinanzas para jóvenes detectives.
México, sep-Hachette, 2002.
100
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Cuando Colón llegó a las Antillas, que fue el primer lugar de América que
tocó, esas islas estaban habitadas por dos pueblos: los taínos, quienes eran
pacíficos, cultivaban maíz, vivían en cabañas limpias y cómodas y cuya única
arma era una lanza, o más bien un arpón con el que cazaban peces.
El otro pueblo era el de los caribes, quienes tenían como arma principal
las flechas envenenadas, y constantemente atacaban, robaban y esclavizaban
a los taínos. A veces hasta se los comían, porque les daba por ser antropófagos.
Los taínos, gente noble y honesta, vivían en constante temor de los
caribes, pero no sospechaban que estaba a punto de aparecer una amenaza
mucho más terrible que los caribes: los españoles.
Durante su primer viaje a América, Colón trató a taínos y caribes
amablemente, e hizo lo que pudo para que sus soldados y marineros no los
atacaran, ni abusaran de ellos dándoles baratijas a cambio de oro y perlas.
Sin embargo, cuando los españoles ocuparon
las islas del Mar Caribe acabaron tanto con los
caribes como con los taínos, obligándolos a trabajar
sin descanso en las plantaciones, la construcción
de edificios, buscando minas... Muchas muertes
provocó la llegada de los españoles... miles de
hombres y mujeres que antes eran libres fueron
hechos esclavos.
Piero Ventura y Gian Paolo Ceserani, “¿Qué pasó con la gente del nuevo mundo
que conoció Colón?” en El viaje de Colón. México, sep, 1991.
101
Tercer grado
La piel está compuesta por las siguientes capas, cada una de ellas desempeña
distintas funciones:
• Epidermis, es la capa externa delgada de la piel, también contiene
melanocitos que producen melanina (el pigmento de la piel).
• Dermis, es la capa media de la piel, en esta se encuentran los
receptores del dolor y del tacto.
• Capa de grasa subcutánea, es la capa más profunda de la piel,
está compuesta por una red de células de colágeno y grasa, que
ayuda a conservar el calor corporal y protege el cuerpo contra
lesiones, puesto que amortigua los golpes.
¿Sabías que las personas cuyos antepasados vivían en regiones soleadas tienen la
piel más oscura que las personas cuyos antepasados vivían en regiones con menos
luz solar?
http://www.conafe.gob.mx/mportal7/Chispas/Chispas01Octubre09.pdf
102
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
El primer cohete
Para viajar al espacio, era necesario fabricar un
vehículo capaz de volar en la atmósfera exterior.
Tal vehículo debía ser mucho más potente y rápido
que un avión: debía ser un cohete. Los rusos
fueron los primeros en lanzar un cohete al espacio.
Llevó una gran bola metálica, el Sputnik 1, que
dio vueltas alrededor de la Tierra durante 21 días.
Fue el primer satélite artificial de nuestro planeta.
Un hombre en el espacio
Cuando el Sputnik 1 y el Sputnik 2 regresaron a la Tierra, se desintegraron como
consecuencia del calor provocado por el roce con la atmósfera a su gran velocidad.
Antes de enviar a un hombre al espacio, era necesario encontrar un medio para
suavizar la caída de la nave espacial y permitirle así resistir el calor. Los rusos
consiguieron resolver todos estos problemas, y en 1961 enviaron por primera vez
un cosmonauta al espacio: Yuri Gagarin.
Anna Alter, “Los primeros viajes espaciales” en El Universo. México, sep-vox, 2002.
103
Tercer grado
90. Trabalenguas
Estaba la trutruca Compró Paco pocas cosas
junto al trutruquero cocos, papas, copas, capa parda
tocando la trutruquería y como pocas cosas compró
para doña Trutruquera. pocas cosas pagó.
¡Qué col colosal
colocó aquel loco Los ojos tiene sus niñas
en el local! las niñas tienen sus ojos,
y los ojos de las niñas
¿Compró cosas, compadre? son las niñas de mis ojos.
No, compadre, no compré cosas.
Como pocas cosas como Este tintero tintinea
pocas cosas compro. cuando no tiene tinta
si tuviera tinta
no tintineara este tintero.
¿Qué son las niñas de los ojos? ¿Alguien no lo sabe? Vamos a repetir ese
trabalenguas para entenderlo mejor.
Manuel Peña Muñoz, “Trabalenguas” en Del pellejo de una pulga y otros versos para jugar.
México, sep-Alfaguara, 2003.
104
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
105
Tercer grado
Manuel Peña Muñoz, “Versos para jugar” en Del pellejo de una pulga y otros versos para jugar.
México, sep-Alfaguara, 2003.
106
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
107
Tercer grado
Les voy a decir cómo se llama este libro, para que puedan buscarlo aquí en el salón
de clases o en la biblioteca escolar.
Günther Kienitz y Bettina Grabis, Jugando con fantasmas. México, sep-Oniro, 2004.
108
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
¿Cómo respiran?
El feto no puede comer ni respirar hasta que nace; recibe oxígeno y comida de su
mamá por el cordón umbilical. Cuando el bebé nace, el médico o la comadrona
cortan ese cordón y luego sólo nos queda la cicatriz, o sea el ombligo.
109
Tercer grado
Catalina Jiménez Pérez, “Chistes para hacer reír” en Elisa Ramírez Castañeda (adaptación)
Cuentos de engaños, para hacer reír y fantásticos. México, sep-Conafe, 2002.
110
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Espero confiártelo todo como hasta ahora no he podido hacerlo con nadie;
confío, también, en que tú serás para mí un gran sostén.
111
Tercer grado
nazi) los descubriera. Durante todo ese tiempo, la pequeña Ana llevó un diario, al
que cariñosamente llamó Kitty. En sus páginas plasmó todas sus vivencias y sus
más íntimos sentimientos. En 1944 el lugar donde se escondían fue descubierto.
Ana murió en un campo de concentración tras ocho meses de cautiverio.
112
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Tomás fue aprendiendo las palabras. Todos los días copiaba sus ejercicios.
A él le gustaba mucho que la maestra o los niños leyeran en voz alta. A veces
dibujaba mientras escuchaba.
Tomás estaba aprendiendo, pero también enseñando lo que él sabía
hacer.
Al cabo de un tiempo, Tomás ya iba juntando las palabras y escribiendo
sus propias historias. Escribió sobre su rodilla, su baño en el río y sobre cuando
conoció a su mujer.
Un día, Tomás se llevó a casa un libro de poemas y lo escondió bajo la
almohada. Aquella noche, cuando Julia y él se fueron a la cama, sacó el libro.
–Escucha –le dijo.
Leyó varios poemas. Julia miró a su marido a los ojos.
–¡Oh, Tomás! –dijo–. Quiero aprender a leer.
–Mañana, después del desayuno, cariño –le respondió sonriendo. Y
apagó la luz.
113
Tercer grado
114
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
¿A dónde vas?
A las personas que caminan dormidas les llaman sonámbulos. Unos hasta
se visten dormidos, otros buscan comida, pero cuando se despiertan por la
mañana, no recuerdan nada. Los niños caminan dormidos más que los adultos
y más los niños que las niñas. Realmente nadie sabe por qué, pero en general
esto es inofensivo.
115
Tercer grado
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
117
Tercer grado
El dragón tomó una gran bocanada de aire y lanzó una llamarada que
quemó no solo diez, sino cincuenta bosques.
–Fantástico –dijo Elizabeth–. ¿Oye, dragón, es cierto que puedes volar
alrededor del mundo en tan sólo diez segundos?
–Por supuesto –le contestó el dragón. Y dio la vuelta en diez segundos.
Elizabeth le pidió que lo hiciera de nuevo; cuando regresó estaba tan cansado
que se tiró al piso. Elizabeth pasó por encima del dragón y abrió la puerta de
la cueva: ahí estaba el príncipe y éste le dijo:
–¡Elizabeth! ¡Estás hecha un desastre! Hueles a ceniza, tu pelo es un
asco y vienes vestida sólo con una bolsa de papel. Ni pienses que te dejaré
rescatarme en esas fachas.
Ante esto Elizabeth le dijo:
–Tu ropa es muy elegante y estás muy bien peinado, en verdad pareces
un verdadero príncipe, pero en realidad eres...
118
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
119
Tercer grado
¿Qué habrá sido del cochino de Joaquín? ¿Se habrán podido casar Maclovia y Joaquín?
Hay que buscar el libro para saber eso.
Francisco Hinojosa, Joaquín y Maclovia se quieren casar, Fotografías Archivo General de la Nación.
México, sep, 1987.
120
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
105. Dinosaurios ii
¿Conoces a los velociraptor? ¿Los has visto en alguna película, los has visto
cazar? Créeme, aunque no tenía el tamaño del tiranosaurio rex, este animal,
relativamente pequeño, era temible y causaba muchos problemas a los demás.
Cazadores
Algunos de los dinosaurios carnívoros más pequeños atrapaban lagartijas y
pequeños mamíferos o huevos. Pero el tamaño de los velociraptor era mediano,
y eso le permitía atacar presas mucho mayores. Y, todavía más importante que
su tamaño era su estrategia para cazar.
¡Ataque en masa!
Cazadores tremendos, los velociraptor usaban tácticas de manada para elegir
y atacar a sus víctimas. Estos dinosaurios estaban bien equipados para matar:
garras afiladas, quijadas llenas de dientes, cuerpos ágiles, gran velocidad. Estos
inteligentes dinosaurios rodeaban a su presa y luego caían sobre ella.
Como navaja
El velociraptor tenía una garra larga y afilada en el segundo
dedo de la pata trasera. Al levantarla, la garra servía
como una navaja para acuchillar a la presa. Igual que los
espolones de los gallos, pero tamaño dinosaurio.
Predador disfrazado
El velociraptor puede haber tenido color y manchas
parecidos a los del jaguar. Igual que los jaguares,
se confundían con la vegetación de la selva.
121
Tercer grado
106. Madrigal
Ana
tu fino aroma
perfuma la mañana;
tu mano vuela como la paloma,
toma la hoja femenina
tu vocación de porcelana
y toda gana la cadencia fina
del aroma Vibró el violín con voz suave:
que mana –Vida leve del jardín,
desde tus manos. vuela como vuela el ave
Ana. mi música para ti.
Vio el violín a la violeta Y al unir su vivo aliento
y al verla voló al jardín a la armonía sin fin,
su melodía, y discreta vibrar al vaivén del viento,
vio la violeta al violín. vio la violeta al violín.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Todos alguna vez hemos sido atacados por microorganismos de esta clase. Y
seguramente la hemos pasado bastante mal. Por eso es tan importante cuidar
nuestro cuerpo y evitar que las bacterias nos agredan.
123
Tercer grado
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Paul Martin et al., “¿Cómo se forman las caries?” en Los porqués de la salud. México, sep-sm, 2007.
125
Tercer grado
¿Qué ocurrirá?
Primero crecerá y se tragará a Mercurio, Venus e incluso la Tierra. Un buen rato
antes, por supuesto, hará demasiado calor en este planeta como para que la
vida pudiera seguir existiendo.
¿Y después?
El Sol se irá encogiendo hasta que llegue a ser tan pequeño como un planeta.
Ana Alter, “El Sol es una estrella” en El Universo. México, sep-vox, 2002.
126
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
¿Ustedes pitan? Todos podemos pintar, y debemos hacerlo, porque esa es una manera
de expresar nuestras emociones.
Marina García, Picasso para niños. México, sep-Libros del Zorro Rojo, 2004.
127
Tercer grado
128
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
“El rey de los animales” en Jesús Paredes (Adaptador), Así cuentan y juegan en la tierra del
venado, Ruth Araceli Rodríguez, ilus. México, Conafe, 2000.
129
Tercer grado
130
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Eduardo Lizalde, “El tigre de Pablo” en Celebración de la palabra Eduardo Lizalde y José Emilio
Pacheco para niños. México, sep-cnca, 2009.
115. El murciélago
Cuando era el tiempo muy niño todavía, no había en el
mundo bicho más feo que el murciélago.
El murciélago subió al cielo en busca de Dios. Y le dijo:
–Estoy harto de ser horroroso. Dame plumas de colores.
–¡No! le contestó.
–Dame plumas, por favor, que me muero de frío.
A Dios no le había sobrado ninguna pluma y decidió quitarle una a cada ave.
Así obtuvo el murciélago la pluma blanca de la paloma y la verde del
papagayo, la tornasolada pluma del colibrí y la rosada del flamenco, la roja del
penacho del cardenal y la pluma azul de la espalda del martín pescador, la pluma
de arcilla del ala del águila y la pluma del sol que arde en el pecho del tucán.
El murciélago, frondoso de colores y suavidades, paseaba por la tierra y
las nubes. Por donde iba, quedaba alegre el aire y las aves mudas de admiración.
Dicen los pueblos zapotecas que el arcoíris nació del eco de su vuelo.
La vanidad le hinchó el pecho, Miraba con desdén y comentaba ofendiendo.
Se reunieron las aves. Juntas volaron hacia Dios.
–El murciélago se burla de nosotras –se quejaron–. Y además, sentimos
frío por las plumas que nos faltan.
131
Tercer grado
Al día siguiente, cuando el murciélago agitó las alas en pleno vuelo, quedó
súbitamente desnudo. Una lluvia de plumas cayó sobre la tierra.
Él anda buscándolas todavía. Ciego y feo, enemigo de la luz, vive escondido
en las cuevas. Sale a perseguir las plumas perdidas cuando ha caído la noche; y
vuela veloz, sin detenerse nunca, porque le da vergüenza que lo vean.
Eduardo Galeano, “El murciélago” en Mitos de Memoria del fuego. México, sep-Anaya, 2003.
132
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
En la palma de la mano,
un libro abierto.
En la suela del zapato,
un agujero.
En México no hay ruiseñores, pero en esta poesía sí. Es muy linda. Vamos a repetirla.
133
Tercer grado
o caries, en tus dientes. Estas bacterias también producen gases que huelen
terrible. Lavarte los dientes y usar hilo dental termina con la mayoría y de deja
muy poca comida para que se alimenten las pocas que hubieran quedado.
Así que cada vez que te dé flojera lavarte los dientes, piensa en que puedes enfermarte
y en que si tienes mal aliento nadie va a querer tenerte por allí cerca.
134
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Jesús Pérez Ruiz, “Las risas del monte” en Jesús Paredes (adaptación), La tierra de los susurros.
México, sep-Conafe, 2000.
¡A comer almejas!
Cuando una estrella de mar encuentra una almeja, se acerca a ella y se coloca
encima de su concha. Después, con sus potentes brazos, abre la concha de su
presa, saca el estómago, la digiere y luego se la come.
135
Tercer grado
Somos acuáticos
Las estrellas y los erizos de mar poseen un cuerpo protegido por unas placas
muy resistentes y por eso se llaman equinodermos. Tienen el cuerpo radiado,
pues está repartido en cinco brazos que salen de un centro. Andan de una
manera muy curiosa, con unas patitas muy pequeñas por donde expulsan
agua constantemente y que se llaman pies ambulacrales.
Estos animales son acuáticos y tienen una gran capacidad de regeneración;
si pierden una parte de su tubo digestivo, lo vuelven a producir de nuevo.
Xavier Marcet Soler, “Cinco patas en lugar de cuatro” en Los animales invertebrados.
México, sep-Parramón, 2007.
136
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
sintió el aire bajo sus alas, Ícaro olvidó la advertencia. El Sol derritió la cera que
sujetaba las plumas de las alas, e Ícaro cayó al mar y murió.
Iris era la mensajera de los dioses, y atravesaba el cielo bajando por el
arco iris para llevar mensajes del Olimpo a la tierra.
Mary Hoffman, “La conquista del cielo” en Canción de la Tierra. México, Sep-Art Blume, 2001.
Hay gente a la que le gusta tatuarse. Y a este pirata le encanta. Voy a repetir esa
poesía, para que vean todo lo que trae encima.
Juan Carlos Martín Ramos, “El viejo relojero” y “El pirata titulado”
en Las palabras que se lleva el viento. México, sep-Everest, 2004.
137
Tercer grado
1. ¿Qué necesitas?
2 globos
1 mesa
agua
2. Cómo hacerlo
–Infla un globo y átalo para que no se desinfle.
–Llena el otro globo con agua de la llave. Intenta que te quede del
mismo tamaño que el primero. Átalo también. Pon los dos globos en la mesa.
–Golpea la mesa con el dedo. Acerca el oído al globo lleno de aire y
escucha atentamente. Haz lo mismo con el globo que está lleno de agua.
¿Cómo oyes mejor el golpeteo de tu dedo?
3. Explicación
El golpeteo se oye mejor a través del globo lleno de agua.
Los sonidos llegan a nuestros oídos porque hacen vibrar el aire que nos
rodea. El aire está formado por partículas minúsculas que están muy lejos unas
de otras.
Por el contrario, las moléculas de agua están muy cerca unas de otras.
Por eso, en el agua las vibraciones del sonido se transmiten mejor.
4. Aplicación
Gracias a que el agua conduce mejor los sonidos que el aire, los delfines
y las ballenas pueden comunicarse a muchísimos kilómetros de distancia. (En
el aire esto sería imposible.)
María José Hernández, Los secretos del agua. México, sep-SM, 2002.
138
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
124. Frida
Frida Kahlo nació el 6 de julio de 1907, en Coyoacán, un pueblito que ahora
forma parte de México, la capital del país. Sus padres eran Guillermo Kahlo y
Matilde Calderón de Kahlo. A la edad de siete años, Frida enfermó de polio
y tuvo que guardar cama durante nueve meses. Como resultado de esta
enfermedad, quedó con una pierna más corta que la otra y cojeaba al caminar.
A los dieciocho años sufrió un terrible accidente cuando el autobús en el que
viajaba chocó con un tranvía.
Fue un verdadero milagro que sobreviviera y que fuera capaz de pintar,
teniendo en cuenta los constantes dolores que padeció durante el resto de su
vida. El que sus pinturas estén consideradas entre las más bellas y originales
obras de arte es un homenaje a su espíritu indomable y a su fuerza de voluntad.
Su popularidad se hace evidente al ver sus obras en muchos museos del mundo,
en libros, en carteles y en anuncios publicitarios.
Su popularidad, que ha ido en aumento desde su muerte, ocurrida
el 13 de julio de 1954, comenzó a crecer en 1929, cuando se casó con el
reconocido muralista Diego Rivera. Sus personalidades eran atractivas y su amor
especialmente intenso; su matrimonio se considera uno de los más famosos del
siglo XX.
Pero no fue solamente la unión con el célebre Rivera lo que despertó
la fascinación cada vez mayor que ejerce Kahlo sobre el público. La dolorosa
historia de su vida es motivo de inspiración para los artistas en general, quienes
muchas veces trabajan en condiciones difíciles. En particular, ha servido de
modelo a las mujeres artistas, que han encontrado en la fuerza y en el coraje de
Kahlo, un ejemplo de cómo sobresalir en un mundo dominado por los hombres.
Al igual que Sor Juana, Frida Kahlo es un buen modelo de vida: en lugar de dedicarse a
lamentar sus enfermedades, heridas y dolores, esta mujer los convirtió en maravillosas
pinturas.
139
Tercer grado
125. Montañas
Algunos datos curiosos
Una montaña es una enorme mole de rocas y tierra, que se ha formado a lo
largo de miles de años. Algunas son tan altas que llegan hasta las nubes y más
allá. Su cima, o sea la parte superior, puede estar nevada durante todo el año.
Otras montañas son lo bastante bajas como para que sea posible subir y bajar
de ellas en un solo día.
De hecho, se encuentran montañas en todas las zonas del mundo. Hay
montañas hasta en los océanos, debajo del agua; cuando sus picos sobresalen
de la superficie del mar, forman islas; otras montañas son volcanes, y de vez
en cuando hacen erupción.
En muchas montañas hay oro, plata carbón, cobre, hierro y otros metales,
o piedras preciosas, como diamantes y ópalos. Hay personas que se dedican a
buscar estos depósitos de materiales preciosos, y hacen minas para extraer, o
sacar estos minerales.
En algunos lugares, la gente tiene granjas en las montañas; allí se
siembran cultivos de altura, como el café, y todos los días se llevan a pastar las
vacas y los borregos.
Otra riqueza de las montañas son los bosques. Un bosque bien cuidado,
donde se plantan y se cortan árboles cuidando que no se acaben, es tan
provechoso como una mina.
Como ven, las montañas son lugares extraordinarios donde es posible explotar.
140
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Colmos
¿Cuál es el colmo de un astrónomo?
Que se enamore de una estrella... de cine.
¿Cuál es el colmo de un médico?
Tener una esposa llamada Dolores.
¿Cuál es el colmo de un ecologista?
No lavarse la cara para no ensuciar el agua.
¿Cuál es el colmo de un honrado?
Encontrar un trabajo y devolverlo.
Retruécanos
No es lo mismo...
...un asno, que un durazno
...la tormenta se avecina, que la vecina se atormenta
...subir a tender la ropa, que la ropa tiende a subir
...un tipo apático, que un pato atípico
141
Tercer grado
Una vez había un niño llamado Iri a quien le gustaba mucho ir a la escuela,
pero un día se enfermó y ya no pudo ir a la escuela. Su papá, llamado Mowieri,
estaba preocupado porque su hijo ya tenía días que no iba a la escuela; después
lo llevó con un curandero que lo curó, pero seguía igual.
Entonces lo llevó con el otro marakamé, que le dijo que el niño estaba
muy enfermo porque tenía que llevar las ofrendas a los lugares sagrados de
Wirikuta, que así solamente se aliviaría: si no, se moriría su hijo Iri.
Quedó pensando el papá Mowieri. Ayunaron dos semanas; el niño Iri
también ayunó. Se fueron Iri junto con su papá Mowieri, hicieron para llegar
en Wirikuta dos semanas.
El niño no conocía Wirikuta, era la primera vez que iba y la primera vez
que conoció el sagrado peyote, porque así le había dicho el marakamé y. las
ofrendas que llevaba las compartió en los lugares sagrados, tal como le dijo el
curandero. En los cuatro puntos cardinales.
Así fue que, cuando comía los peyotes, quedó sorprendido porque veía
cosas raras; miraba gente que ya murieron y así se vinieron ya de regreso. El
niño ya venía más tranquilo y se sentía más aliviado de la enfermedad.
El niño y su papá llegaron a su pueblo, y su mamá y sus familiares los
recibieron con alegría, con felicidad.
Con el tiempo el niño se hizo grande, hombre de la casa y se hizo
curandero marakamé y querido de la comunidad; ayudaba a los enfermos.
Así termina este relato. Creo que la fe es lo más fuerte que tenemos, la
fe puede sanar la vida y puede aliviar.
Hermenegildo Salas Carrillo, “El niño y el papá” en Niños y niñas indígenas, Las narraciones
de niños y niñas indígenas,Tomo II, Ivette González (Antolog.).
México, sep-Dirección Nacional de Educación Indígena, 2001.
142
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Miguel Velasquillo, “La mariposa y el grillo”, en Luis González y Lorenzo Ochoa (comps.), La osa
enamorada de un tarahumara y otros relatos. México, sep-Tlalocan unam, 1980.
15 de agosto
Aquí en la calle lo que nos entristece un poco es Paco. Siempre espiando allá
a lo lejos. Solito. Apachurrado. El otro día, todos platicamos. El tema fue él.
143
Tercer grado
¿Qué se podría hacer en un caso así? ¿Ir con el papá de Paco y hablarle frente a
frente? ¿Quién se atrevería?
130. El unicornio
En la Edad Media el unicornio era uno de los animales más populares: los
pintores se inspiraban en él, se labraba su esbelta figura en las puertas de
los castillos, adornaba copas, tapices y vitrales. El unicornio
era un pequeño caballo blanco, ágil a veces
recubierto por uh pelaje suave y abundante, y
de su frente sobresalía un cuerno en espiral del
más puro marfil.
No cualquier cazador podía atraparlo. Era
necesario que una doncella se sentase, tranquila y
en silencio, en la espesura del bosque. El unicornio
quedaba cautivado y se acercaba a recibir las dulces
caricias de la dama.
144
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
S/A “El unicornio” en Animales fantásticos y más leyendas. México, sep-Hachette, 1995.
145
Tercer grado
132. El cedacero
Este cuento que les voy a contar me lo contaron mis grandes ¡y a ellos ya se
los habían contado!
Trata de un hortelano que tenía tres hijos y una huerta muy grande
donde cultivaba toda clase de árboles frutales... todo lo que puede caber en
una huerta.
Los tres niños llevaban a vender la fruta cada semana al mercado del
pueblo y con lo que ganaban vivían todos felices.
Pero ahí tienen ustedes que un día, camino del mercado, se encontró el
niño mayor a un viejecito que luego que lo vio le dijo: –Buen niño, dime, ¿qué
llevas en tu costal?
Y el niño de malcriado le contestó: –¡Piedras!
–¡Pues piedras se te volverán! –le dijo el viejecito.
Y como les voy diciendo, pasó el segundo de los hijos del hortelano y
como al primero, el viejecito le preguntó: –¿Qué llevas en tu costal, buen niño?
–¿Qué he de llevar? ¡Piedras! –le contestó el niño.
–¡Pues piedras se te volverán! –le dijo el viejecito.
Pasó luego el niño menor y al preguntarle el viejecito que era lo que
llevaba, el niño le contestó:
–¡Naranjas!
–¡Pues oro se te volverán! –le dijo
el viejecito– así fue, pues cuando los
niños llegaron al mercado y quisieron
poner su puestecito, el niño mayor
no encontró más que piedras en
su costal; lo mismo le pasó al
segundo; en cambio, cuando
el niño menor abrió su
costal encontró en vez
de naranjas puras
onzas de oro.
146
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Una historia donde al bueno le va bien, y a los majaderos les va como en feria.
Teresa Castelló Yturbide, “El cedacero” en Cuentos de Pascuala. México, sep-fce, 1997.
147
Tercer grado
Os sorprenderá saber que hay personas que no creen en las hadas (casi
siempre se trata de adultos). Es triste, pero es verdad. Curiosamente, los niños que
dicen que no creen en ellas cambian de opinión en cuanto de les cae un diente.
Así sucedió con Joaquín.
–¿Las hadas me traerán mucho dinero?
–Preguntó a su madre antes de irse a la cama.
–No sabía que creías en esas cosas
–contestó ella.
–Hum...bueno, sí, sí que creo –dijo Joaquín poco convencido– ¿Cuánto
crees que me traerán por mi diente?
–No mucho, con esos pegotes de caramelo que tiene –contestó su madre.
Así que Joaquín cepilló su diente hasta dejarlo reluciente. Después, lo
colocó debajo de la almohada y se quedó dormido. En ese mismo momento
sonó la campana de los dientes y yo salí corriendo a buscarlo.
148
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
134. Viaje
La lectura de hoy es un poema de Salvador Novo, que está incluida en una antología,
un libro que tiene obras de distintos autores. Es muy cortita, pero la vamos a leer por
lo menos dos veces.
Cajita de música
do, re, fa, mi, re, do,
aún está fresca la pintura.
Quise abrazar ese molino
re, mi, fa, sol...,
y el tren huyó.
Una zagala hace lo mismo
que sus ovejas y su árbol,
mi, fa, re, re, do,
porque todos son de corcho.
Y sin embargo
algún viento,
¡algún viento!
ha irritado el cristal opaco
de mis ventanillas,
re, mi, la, fa...
Salvador Novo “Viaje” en Rodolfo Fonseca (antolog.), Poesía a cucharadas. Antología de poesía
mexicana del siglo xx. México, sep-sm, 2003.
149
Tercer grado
Existen tantos gérmenes en la Tierra, que juntos pesan más que todos los
animales y las plantas juntos. Todo lo que tocas tiene gérmenes. No es de
extrañar que tus padres siempre te anden molestando con que te laves las
manos. Si lo haces correctamente, es una gran defensa para ti.
Esto significa cubrir tus manos con jabón y tallar uñas, dedos, el dorso
y la palma de la mano durante al menos 30 segundos, aproximadamente
el tiempo que toma cantar Las mañanitas. El jabón y el tallar hacen que se
desprendan los gérmenes de tu piel.
Ahora bien, actualmente a muchos jabones se les agregan antibacterianos,
o sea ingredientes especiales que matan a los gérmenes, en vez de tan sólo
lavarlos. Eso suena muy bien, pero, ¿será de veras bueno?
Algunos expertos dicen que lo único que necesitas para lavarte bien es un
jabón regular. Les preocupa que, cuando se usan jabones con antibacterianos
los gérmenes que sobrevivan se conviertan en “supergérmenes” a los que ya
no dañen los antibacterianos ni los antibióticos que los doctores usan para
ayudar a que los pacientes se deshagan de las bacterias.
Según estos expertos, no hacen falta jabones especiales, sino lavarse
con cuidado las manos varias veces al día. Entre otras, cuando llegamos de la
calle a la casa.
150
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
136. El viaje
Había una vez un ratón que quería visitar a su madre.
Entonces se compró un coche y se puso en camino hacia casa de su
madre.
Viajó, y viajó, y viajó, hasta que el coche se hizo pedazos.
Pero al lado del camino había una persona vendiendo patines.
Entonces el ratón compró dos patines y se los puso. Patinó, y patinó, y
patinó, hasta que se le cayeron las ruedas. Pero al lado del camino había una
persona vendiendo botas. Entonces el ratón compró un par de botas y se las
puso. Caminó, y caminó, y caminó, hasta que las botas tuvieron unos agujeros
muy grandes. Pero al lado del camino había una persona vendiendo tenis.
Entonces el ratón compró un par de tenis. Se los puso y corrió, y corrió, y corrió,
hasta que los tenis se rompieron.
Entonces se quitó los tenis y anduvo, y anduvo,
y anduvo, hasta que le dolieron tanto los pies que
no pudo continuar. Pero al lado del camino había
una persona vendiendo pies. Entonces el ratón
se quitó los pies viejos y se puso unos nuevos.
Corrió lo que le quedaba de camino hasta
llegar a casa de su madre. Cuando llegó allí...
151
Tercer grado
Vamos a leer un poema que puede parecer un poquito difícil, pero no lo es. Déjense
llevar por las palabras; por la impresión que nos causan.
I
Rompe el negro en dentelladas,
apresta su aire el Sol,
hay que apagar las velas.
Le rasgaron su vestido al cielo.
Quedan agujeros por donde el
quebrado se cuela,
152
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
153
Tercer grado
No parece muy chistoso el tío Lito. ¿O a ustedes les da risa lo que dice?
154
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
155
Tercer grado
Como ven, el calentamiento global del planeta, nuestra única casa, traería consecuencias
catastróficas. Hoy es tiempo de actuar desde los pequeños espacios. ¿Qué hacemos para
evitar que nuestro planeta muera por causa de los altos niveles de contaminación?
Luis Velazco, “Consecuencias atroces” en El Periódico Mi ambiente. México, Distrito Federal. Año
17, Número 727, 13 de diciembre 2009.
156
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
¿Qué fue lo que preguntó esa niña o ese niño al que le responden todos esos
personajes? Fíjense bien, vamos a leer esto una vez más.
157
Tercer grado
José Ma Plaza y Carmen Lucini, “El gato y el ratón” en Mis primeras poesías.
México, sep-Everest Mexicanas, 2003.
Tamal de armadillo
Van al monte, lo matan, se lo llevan a la casa y le quitan el cuero. Se corta en
pedazos. Buscan las hojas de plátano, muelen el chile y jitomate. Si el armadillo
está grande, salen ciento ochenta tamales, y si está chiquito, ciento veinte.
Tamal de iguana
Quitan el cuero de la iguana; y se corta su carne en cincuenta y seis pedazos.
Muelen chile, jitomate, ajo, comino. Le echan hojas de plátano y lo ponen en
la lumbre en una cubeta. Lo dejan una hora y lo sacan.
Barbacoa de venado
Hacen un hoyo y le echan lumbre. Quitan el cuero al venado. Después lo meten
en un hoyo y le echan hoja de aguacate, sal y masa. Ya que se coció, lo sacan
y lo comen.
158
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
159
Tercer grado
Álvaro Osornio et al., “Conozco los alimentos” en Lo que hago con mi cuerpo.
México, sep-Santillana, 2004.
160
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Si el enojo El blanco
es rojo de la espuma
y el brillo al blanco
amarillo, de la nube
¿quiere decir algo sube.
el marrón [el café]
de aquel grillo?
161
Tercer grado
Cecilia Pisos y Ricardo Acevedo “Lo que dicen los colores” y “Lección de Biología”
en Poemas con sol y son. México, sep-cidcli, 2002.
162
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/litinf/costal/html/sec_53.htm
163
Tercer grado
Curiosidades:
Los gentiles dinosaurios llamados Maiasaura, que significa “gran madre lagartija”,
vigilaban cuidadosamente a sus bebés por un tiempo largo después de que
habían nacido, según se ve por algunos hallazgos de los paleontólogos, quienes
estudian a los animales prehistóricoa a partir de sus restos fósiles.
¿A qué animales se parecían los dinosaurios? ¿Los puedes comparar con algunos?
164
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
165
Tercer grado
Los hijos del milpero desde muy pequeños comienzan a ir al monte, apenas
alcanzan los seis o siete años ya están yendo detrás de sus papás.
Los hijos del milpero, cuando empiezan a ir a veces no hacen nada, únicamente
ven cómo es el trabajo del monte, pero a medida que pasan los días comienzan
a trabajar haciendo tareas como escarbar camote, escarbar jícamas, bajar frijol,
tomate y chile. Cuando uno se da cuenta ya saben chapear, leñar, tumbar y cosechar.
Estos niños se van cuando comienza a amanecer para regresar cuando
cae la tarde, por eso no juegan mucho porque tienen que ir al monte todos los
días. Sin embargo, cuando crecen ya saben trabajar, les gusta ir al monte y se
ponen felices cuando logran sus milpas porque ahí se dan cosas para comer.
Patricio May Pantí, “Los hijos del milpero” en Ivette González (antolog.),
Niños y niñas indígenas, Las narraciones de niños y niñas indígenas Tomo ii.
México, sep- Dirección General de Educación Indígena, 2001.
166
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
¿Por qué son diferentes las huellas digitales?” en Los porqués de nuestro mundo.
México, sep-Promociones Don d´Escrito, 2002.
167
Tercer grado
¿Cómo descubrió la niña que tenía piojos y qué hicieron su mamá y su papá para
ayudarla a eliminarlos?
Donna Caffey, ¡Tengo piojos! Patrick Girouard, ilus. México. sep-Juventud, 2003.
168
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Esopo, “Dos fabulitas” en Jerry Pinkney (adap.), Fábulas de Esopo. México, sep-Vicens Vives, 2006.
169
Tercer grado
No, no puedes ver tus huesos con binoculares, pero si te lastimas, un doctor
puede ver tus huesos mediante rayos X. Una mala caída o un accidente puede
causar que cualquiera de tus huesos se rompa. El área alrededor de los huesos
rotos se inflama y duele.
Tus huesos están hechos de células vivas, como todas las otras partes de
tu cuerpo (excepto el cabello y las uñas).
Cuando te rompes un hueso, pronto se forma un coágulo de sangre
alrededor de las dos partes donde se rompió.
Entonces empieza un proceso mediante el cual las
células comienzan a formar un hueso nuevo.
Las células que reparan el cuerpo fabrican
un hueso nuevo y lo vuelven a tejer sin ninguna
ayuda del doctor. Pero es necesario que el hueso
quede colocado exactamente en la posición que
debe tener, y generalmente se inmoviliza poniéndole
un yeso por un tiempo. Si no se hace eso, puede
ser que el hueso quede mal. Una persona puede
terminar con un brazo más corto que el otro, o con
una pierna chueca.
Con ayuda de los rayos x, el doctor puede
colocar el hueso roto exactamente en la posición
correcta. Más tarde, otro juego de radiografías le
mostrará al doctor cuando las puntas del hueso se
hayan recuperado. Entonces se puede quitar el yeso.
170
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Paula Rodríguez, “La monstruosa tabla del dos”, en Baila la tablita yo ya la canté, Tablas
de multiplicar para jugar en clase. México, sep-Hecho con amor x Hecho a mano, 2003.
171
Tercer grado
172
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
158. Horripilario
Los que sean muy, muy miedosos, tápense los oídos, porque la lectura de hoy es
verdaderamente, ¡escalofriante!
Un vampiro infeliz
En la ciudad de Sangre Envenenada
vivía un vampiro que comía ensalada,
odiaba el ataúd,
tocaba en su laúd,
quería cambiar: llegar a ser un hada.
173
Tercer grado
Gran hueco
Hay un enorme cráter escondido en el Golfo de México. Lo originó un asteroide
gigantesco que golpeó la Tierra. El impacto ocurrió hace 65 millones de años,
que es el tiempo en que desaparecieron los dinosaurios. Los cambios climáticos
producidos por este terrible accidente pudieron haber causado su muerte.
Con el choque de este asteroide grandes nubes de roca y polvo cubrieron
la Tierra. Esto bloqueó la luz y el calor del Sol, y destruyó una gran cantidad
de criaturas.
¿Se imaginan lo que fue eso? Una verdadera catástrofe. Tal vez ustedes ya lo sabían.
¿Qué más saben sobre la destrucción de los dinosaurios?
174
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
175
Tercer grado
¡Qué confusión! No permitan que los engañen los políticos demagogos, los que
siempre mienten. En español, el masculino plural significa los dos géneros. Los niños
quiere decir los niños y niñas; los maestros quiere decir los maestros y maestras,
etcétera.
Luis María Pescetti, “Niños y niñas” en Nadie te creería. México, sep-Alfaguara, 2005.
176
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Gerry Bailey, “¿Cómo me pongo dientes?” en Avances Médicos. México, sep-sm, 2005.
177
Tercer grado
¿A ustedes qué les gusta cocinar? ¿Gustan de las verduras, frutas y carne? Y ¿qué no
les gusta?
“¿Para qué cocinamos?” en Ciencias Naturales, Tercer grado. México, sep, 2007.
178
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Primera voz: Era la hora de llevar a pasear a Victoria, nuestra perra labradora
de pura raza, y a Carlos nuestro hijo. Cuando llegamos al parque le quité
a Victoria su correa. De inmediato apareció un perro callejero y empezó a
molestarla. Lo ahuyenté, pero ese animal apestoso la persiguió por todo el
parque. Le ordené que se alejara, pero no me hizo el menor caso. “Siéntate”, le
dije a Carlos. “Aquí.” Estaba pensando qué cenaríamos cuando me di cuenta
de que Carlos había desaparecido. “¡Válgame!, ¿dónde se fue?” ¡Últimamente
hay unos tipos espantosos en el parque! Grité tanto su nombre que me pareció
una eternidad. Entonces lo vi platicando con una niña andrajosa. “Carlos, ven
acá ¡inmediatamente!”, dije. “Y ven aquí, Victoria, por favor.” Volvimos a casa
en silencio.
Segunda voz: Necesitaba salir de casa, así que mi hija Mancha y yo
llevamos al perro al parque. Le encanta ir ahí. Me gustaría tener la mitad de
energía que él tiene. Me acomodé en una banca y revisé el periódico en busca
de un empleo. No tiene mucho caso, pero no se puede perder la esperanza.
¿Verdad? Luego llegó la hora de marcharnos. Mancha me levantó el ánimo. De
camino a casa me fue platicando alegremente.
Tercera voz: Estaba solo en casa otra vez. Es tan aburrido. Entonces
mamá dijo que era hora de nuestro paseo. En el parque había un perro muy
amigable y Victoria la estaba pasando muy bien. Me habría gustado pasarla
igual. “¿Quieres venir a la resbaladilla?”, me preguntó una voz. Era una niña,
desafortunadamente, pero de todos modos fui. Era buenísima. De verdad se
deslizaba rápido. Estaba asombrado.
Los dos perros correteaban como viejos amigos. La niña se quitó su
abrigo y fue a los columpios, así que yo también hice lo mismo.
179
Tercer grado
Como yo soy bueno para trepar los árboles, le enseñé cómo hacerlo. Me
dijo que se llamaba Mancha, un nombre raro, pero es muy simpática. Entonces
mamá nos sorprendió platicando juntos, y tuve que irme a casa. Ojalá que
Mancha esté ahí la próxima vez.
John Thomas Matthews, Nuestra Tierra. México, sep-Abrams & Company, 2006.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
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Tercer grado
Paul Dawson, Explorar el cuerpo humano ¡un viaje increíble por tu cuerpo!
México, sep-Cordillera de los Andes, 2004.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Rodolfo Fonseca et al., “Tarde otoñal en una vieja casa de campo” en Poesía a cucharadas.
Antología de poesía mexicana del siglo xx. México, sep-sm, 2004.
Tiene unos cinco años que mi abuelita me contó una leyenda, y así comienza:
un señor que nunca se casó o juntó, siempre andaba solo, iba al campo, al
tianguis y vendía lo que cosechaba. Un día se sentó debajo de un ocote y
comenzó a contar su dinerito e iba apartando las monedas de poco valor y
las iba echando en un lugar y el dinero de papel lo enredaba con su pañuelo
rojo. Y así lo hacía, siempre lo iba echando y siempre se acordaba. Pensaba
que cuando lo llenara entonces comenzaría a buscar su pareja. Y así pasaron
los años y nunca alcanzó a llenar el cuescomate, su granero, y nunca alcanzó a
una pareja y se hizo viejo. Entonces comenzó a regalar lo que tenía y a quienes
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Tercer grado
se los regalaba les decía: nunca sean como yo, nunca digan que no alcanza,
siempre piensen que sí se puede y pongan en su corazón que sí pueden y todo
lo que realicen sí lograrán alcanzarlo.
Ahora mi mamá me dice que pongamos en el corazón que sí se puede, y
así se lo dijeron mis abuelos y mis papás me dicen a mí. Hoy que voy a trabajar
recuerdo siempre que debo pensar que sí lograré lo que pienso y así termina
este cuento.
Jaqueline Durán Aguilar, “El señor que nunca alcanzó” en Ivette González (antolog.), Niños y niñas
indígenas. Las narraciones de niños y niñas indígenas Tomo ii. México, sep-Dirección General de
Educación Indígena, 2001.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
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Tercer grado
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Cada uno de nuestros estados de ánimo se expresa en los gestos que hacemos.
Pónganse frente a un espejo y jueguen a hacer caras: contentos, tristes, aterrorizados
como este dibujo, coquetos, aburridos, etcétera. Fíjense cómo cambia su expresión.
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Tercer grado
174. El mar
¿Sabías que las tres cuartas partes de nuestro cuerpo son agua, y que nuestro
planeta posee el doble de agua que de tierra? Quizá por esto último nos sentimos
tan fascinados por el mar. No podemos beber su agua, pero podemos disfrutar
de su vista, o metiéndonos en sus aguas, para chapotear un rato o para bajar
a sus profundidades buceando un poco.
Además, el mar ofrece alimento en abundancia a cualquier valiente que
ose desafiar su impredecible temperamento. En calma y resplandeciente bajo
la luz del sol, o embravecido en olas imponentes, el mar nos atrae con fuerza,
e inspira infinidad de historias, poemas, supersticiones y obras de arte.
Desde tiempos inmemoriales, nuestro deseo de explorar sus vastas
extensiones y profundidades ha dado lugar a muchas aventuras temerarias.
Hace 2,500 años Herodoto escribió: “Existen los vivos, los muertos y los
que navegan por el mar.”
Qué misteriosas las palabras de Herodoto, ¿no les parece? Podemos dedicar un buen
rato a pensar en lo que dijo. Escuchen de nuevo su frase.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
“El general grillo” en Aluxes, estrellas, animales y otros relatos. México, sep-Sans Serif, 1991.
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Tercer grado
Cuando Jonás recibió su carta se puso muy contento. Y, por primera vez, se
la mostró a su mamá con todo y dibujo. Su mamá, entonces, habló con él y le
explicó por qué eran diferentes él y ella.
Le contó que cuando se casó con su papá, todos los días esperaban que
el bebé llegara pronto, muy pronto, más pronto.
Pero como Jonás no se decidía a llegar a esa familia, entonces tuvieron
que salir a buscarlo. Le explicó que hay mamás y papás que deciden hacerlo
de esa manera. Entonces su cara se iluminó como si tuviera el Sol adentro y
sus ojos brillaron con el mismo brillo de la Luna. Jonás comprendió por qué
se sentía tan diferente a su mamá, y también entendió que él tuvo la suerte
de tener dos mamás: una que lo tuvo en su panza y otra que le dio todo su
corazón. Y se sintió doblemente feliz, como tener muy juntos a la Luna y al Sol.
María Baranda, “El mejor premio del mundo” en La risa de los cocodrilos.
México, sep-El Naranjo, 2008.
El equipaje de la mariposa
1 para el desayuno 6 para regalarte un rey
2 para el adiós 7 para elevar un reguilete
3 para el ciempiés 8 para el bizcocho
4 para ir al teatro 9 para saber que llueve
5 para dar un brinco 10 para que conmigo siempre estés.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
A veces me pregunto
A veces me pregunto el brillo del sol,
qué aires oirá mi perro el filo de la luna,
con sus oídos de perro, o el blanco jazmín
cómo llegará a él mi voz de los jazmines del perro.
o el son del viento, Creo que en ocasiones
o la canción que viene mi perro se pregunta
de lejanos colmillos sobre mi amor por él.
del tiempo. Pero siempre
A veces me pregunto y por siempre
qué contornos verá mi perro, mi perro sabe y yo lo sé
cómo verá mi sombra que su corazón y el mío
o el perfil del fantasma son un solo corazón de seis patas
que acompaña a los perros. que vaga por ahí, enamorándose
Cómo serán para él y ladrándole a la Luna.
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Tercer grado
El falso vampiro
A pesar de su feo aspecto, este animal se alimenta sólo de frutos. No hace
daño porque es un murciélago, no un vampiro.
Vive y come de noche porque pasa el día durmiendo en cuevas, colgado
del techo con la cabeza para abajo.
Para volar en la oscuridad de la noche lanza unos silbidos que los
humanos no podemos oír. El sonido choca con los objetos y rebota. Como
el murciélago sí percibe ese sonido, se da cuenta dónde están las cosas y no
choca con ellas.
El falso vampiro vive el Los Tuxtlas, una selva del estado de Veracruz.
Cada día se acaba un poco de selva, porque la queman o se tiran los
árboles para meter ganado. De seguir la destrucción, llegará un momento en
que el falso vampiro no volará nunca más por las noches.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
179. La charca
Un rinoceronte que bebe en la charca. “¡Grump, glop!” (Mmm, ¡está deliciosa!)
Dos tigres que se relamen en la charca. “¡Grrrrrr!” (¡Dios mío! ¡Qué placer!)
Tres tucanes que graznan en la charca. “¡Croc, croc, croc!” (¡Es hora de
divertirse, muchachos! ¡A beber!
Pero algo estaba sucediendo...
Cuatro leopardos que contemplaban la charca. “¡Rrrrrrr!” (¡Hum.
Debemos tener cuidado, hermanos!)
La charca era cada vez más pequeña...
Cinco alces que se revuelcan en la charca. “¡Mu, mu, muuuuu!” (¡Eh!
¡No me metas la pata en la oreja!)
...y más pequeña... y más pequeña... hasta que un día, ni diez canguros
tuvieron agua... no quedaba ni un agota de agua...
Y todos los animales se marcharon. Entonces una sombra ocultó el sol.
Las nubes se arracimaron. Cayó...
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Tercer grado
180. ¡Muévete!
Piensa en todas las formas en las que se mueve tu cuerpo. Puedes correr, saltar
y andar de cojito. También puedes parpadear o sacar la lengua. Tu cuerpo se
está moviendo siempre, aunque estés dormido. Tu corazón late, y tus pulmones
respiran para mantenerte vivo. Cuando corres, todo tu cuerpo se mueve, desde
las cejas hasta los dedos de los pies.
Puedes moverte gracias a cómo trabajan juntos tus músculos, tus huesos,
tu cerebro y tus nervios. Unos músculos tiran de tus huesos y mueven partes
de tu cuerpo como los brazos y piernas. Otros, como los de la cara, tiran de tu
piel para hacer que sonrías o frunzas el ceño.
Tu esqueleto
Tu cuerpo tiene más de 200 huesos que forman tu esqueleto. Cuando naciste
tenías unos 350, pero algunos de los más pequeños se soldaron según ibas
creciendo. Todos tus huesos tienen diferentes formas y tamaños, y tienen su
propio nombre.
Tu esqueleto mantiene unido tu cuerpo y le da forma. Si no fuera por el
esqueleto, tu cuerpo se vendría abajo convertido en un montón informe. Es
muy fuerte: protege las partes blandas: tu cráneo, por ejemplo, protege tu
cerebro, y tus costillas protegen tu corazón y tus pulmones.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
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Tercer grado
Moraleja se llama a la lección que una fábula pretende darnos. Esopo, el autor de
esta historia, es un fabulista de la antigua Grecia.
Esopo, “La pulga y el camello” en Fábulas de Esopo y algo más. México, sep-Limusa, 2006.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
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Tercer grado
“De cómo se instaló la gata” en Nelson Mandela (comp.), Mis cuentos africanos.
México, sep-Siruela, 2008.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
185. El encuentro
Una tarde, a su regreso de la escuela, una niña vio a un pájaro preso en las
redes de su vecino, que era pescador. Era de color pardo, menudo y con ojos
brillantes, y la niña se acercó para ayudarlo.
–No tengas miedo –le dijo, viendo que una de sus alas se había hecho
un lío con las cuerdas de la red.
No la tenía rota pero, cuando al fin estuvo libre, el pajarillo se quedó
acurrucado en las manos de la niña, de tan agotado que estaba. Parecía un
polluelo que acababa de abandonar el nido y que aún estuviera ensayando sus
primeros vuelos.
La niña acababa de cumplir siete años y vivía en una casa con un
hermoso jardín, pues a su madre le gustaban mucho las flores. Aquél era el
tiempo de las clavelinas y las petunias. Su madre las había puesto a decenas,
y el pequeño camino parecía adornado para recibir a los animales del Arca de
Noé. Laura, que así se llamaba la niña, subió corriendo las escaleras que la
separaban de su cuarto. El sol entraba por la ventana, y puso al pajarillo sobre
la cama, pensando en que le vendría bien su calor. Pero bajó a la cocina por
agua y, a su regreso, lo halló dando brincos sobre el armario.
–Quieres volver con tus amigos, ¿verdad?
Y aunque le daba un poco de pena, pues le habría gustado que se
quedara un poco más, abrió de par en par la ventana para que pudiera irse
cuando quisiera. Entró por ella la fragancia de la hierba y las flores, y el pequeño
pájaro, como atraído por una llamada invencible, escapó al instante hacia el
bosque. Laura amaba con ternura a los animales, en especial a los pájaros pero
sabía que su mundo era la libertad.
Gustavo Martín Garzo, “El encuentro” en Tres cuentos de hadas. México, sep-Siruela, 2008.
199
Tercer grado
Julio Máximo de Jesús Valentín, “Don Lalo malos modos” en Carlos Herrera (comp.),
El pez con magia, cuentos y leyendas. México, sep-Educal, 2006.
200
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Elsa Isabel Bornemann, “Poema del enamorado de la maestra” en Francisco Delgado Santos
(antologador), El mundo que amo. México, sep-EuroMéxico, 2006.
201
Tercer grado
en día todas las mañanas y al atardecer se oye un pájaro que grita como niño
gritándole a sus padres muy arrepentido de lo que hizo, pero nadie ha visto a
este pájaro, nomás se oyen sus gritos y éste es el caso del pájaro vaquero.
Jesús Monroy Marín, “El niño que se convirtió en pájaro” en Ivette González Parada (comp.),
Las narraciones de niñas y niños indígenas Tomo i.
México, sep-Dirección General de Educación Indígena, 2001.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Gustavo Martín Garzo, “El ruiseñor y la niña” en Tres cuentos de hada. México, Sep-Siruela, 2008.
190. Mi caballito
Mi caballo, mi caballo,
mi caballo está pintado
con mil rayas de carbones...
Sobre suave pelo blanco.
Mi caballo, mi caballo,
perseguido está en los campos
y praderas de la selva...
sin juicio es condenado.
Pobrecito, pobrecito,
Ahora sueña el caballito
entre dos metros cuadrados,
corre, corre entre alambradas
de zoológicos vallados.
Mi caballo, mi caballo,
galopín va galopando,
galopín va con el trote,
galopando va trotando.
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Tercer grado
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
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Tercer grado
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Y después de lo que leímos ¿Se animarían para organizar una cacería de vampiros?
Günther Kienitz y Bettina Grabis, “De nuestro diccionario macabro: vampiros” en Jugando con
fantasmas. México, sep-Oniro, 2004.
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Tercer grado
194. Calaveras
Cuando el reloj Estaba el profe José Luis
marca las diez platicando con Susana
a los niños de 5º y 6º cuando llega la pelona
les apestan los pies y se los llevó a su hermana.
Claudia Gabriel Nava y Ana Lizeth Montoy, “Calaveras” en José Luis Campa García (comp.),
Escribimos para ti todo un valle de palabras. México, Sep-Secretaría de Educación y Cultura de
Zacatecas, 2007.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
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Tercer grado
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
¿Pueden escuchar a su pájaro del alma? ¿Qué les dice hoy? ¿Cómo está?
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Tercer grado
Ese día Tajín andaba con suerte. Al dar la vuelta en un recodo del camino
se encontró con un hombrecito de barba cana y grandes bigotes y cejas tan
pobladas que casi le cubrían los ojos.
–Buenos días, muchacho. Tú no eres de por aquí –le dijo el anciano.
–Vengo de atrás de la montaña –contestó Tajín.
–Mis hermanos y yo –le dijo el viejo– andamos buscando alguien que
nos ayude a sembrar y cosechar, a barrer la casa y traer agua del pozo, a poner
los frijoles en la olla y a vigilar que el fuego no se apague. Ven con nosotros.
–¿Quiénes son tus hermanos? –preguntó Tajín.
–Somos los Siete Truenos. Nos encargamos de subir a las nubes y provocar
la lluvia...
–¿Suben a las nubes? –exclamó Tajín, que era bastante impertinente y
solía interrumpir a las personas.
–¡Claro que subimos! –replicó el hombrecito, molesto de que alguien
pusiera en duda sus palabras–. Nos ponemos nuestras capas, nos calzamos
nuestras botas, tomamos las espadas y marchamos por los aires hasta que
desgranamos la lluvia. ¡Jajay, jajay, jajay!, gritamos entonces.
Tajín era un chamaco curioso y atrevido. De inmediato se imaginó por los
aires, haciendo cabriolas entre las nubes. Así que le dijo al anciano que estaba
bien, que iría a la casa de los Siete Truenos para sembrar y cosechar, para
barrer la casa y traer agua del pozo, para poner los frijoles en la olla y estar
atento a que el fuego no se apagase.
¿Cómo seguirá esta historia? ¿Qué se imaginan que sucederá? Vamos a verlo mañana.
Felipe Garrido, Tajín y los Siete Truenos. Leyenda totonaca. México, sep, 1990.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Durante algunos días Tajín fue un ayudante ejemplar. Barría la casa; ponía los
frijoles en la olla; traía agua del pozo; trabajaba en la milpa; estaba atento a
que las brasas no perdieran su brillo entre las tres piedras del fogón; también
cepillaba las botas de los Truenos. Y cada vez que las tocaba le renacía el mismo
pensamiento: “Tengo que subir, tengo que subir.”
La soñada oportunidad llegó. Una mañana los Siete Truenos se pusieron
sus blancos trajes de viaje y le dijeron a Tajín que debían ir a Papantla, a comprar
puros en el mercado.
–No te preocupes, no tardaremos –le dijo el Trueno Viejo, que se había
encariñado con el muchacho.
–Antes de que acabe el día nos verás por aquí –dijo otro de los Truenos
palmeándole la cabeza.
–Pero no olvides lo que debes hacer –le dijo
el Trueno Doble, que no quería parecer
blando.
–Pon los frijoles en la olla,
porque regresaremos con hambre.
–No dejes la casa sola.
–No te quedes dormido.
–Sobre todo –le recordó el Trueno Mayor–, no
permitas que se apaguen las brasas.
Tajín dijo que sí a todo y los Truenos se fueron
muy contentos porque ahora sí tenían alguien que
los ayudara. Muy despreocupados se fueron a
comprar sus puros al mercado de Papantla.
Apenas se quedó solo, Tajín tiró la
escoba en un rincón, corrió al arcón de los
Truenos y se lanzó de cabeza a buscar unas
botas que le quedaran.
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Tercer grado
En cuanto se hubo vestido, comenzó a subir por los aires. Los primeros
pasos le costaron trabajo, pero no tardó en tomar confianza. Comenzó a correr
por las nubes. Cada vez que agitaba la capa, soplaba el aire.
“¡Jajay, jajay, jajay!”, comenzó a gritar Tajín, al mismo tiempo que sacaba
la espada y comenzaba a girar. Todo el cielo y la tierra y aun el mar interminable
se llenaron con la luz cegadora de los relámpagos.
Empezó a bailar Tajín, pero sus pasos no eran acompasados, como los de
los Truenos. Entre relámpagos y truenos desataron contra la selva un chubasco
violentísimo. No era la lluvia bendita de los truenos, sino una tormenta
devastadora.
Felipe Garrido, Tajín y los Siete Truenos. Leyenda totonaca. México, sep, 1990.
Apenas iban llegando a Papantla los Truenos, cuando un vendaval les arrancó
los sombreros.
–¡Diablos! –gritó el Trueno Mayor al mismo tiempo que salía corriendo
por su sombrero.
–¡Las nubes! ¡Miren las nubes! –exclamó el Trueno Viejo, que siempre
tenía la buena o la mala fortuna de descubrir lo que estaba pasando.
–¡El muchacho! ¡Esto lo hizo el muchacho! –dijo el Trueno Doble, a
quien no era fácil engañar, pues todo lo consideraba por lo menos dos veces.
–¡Ese demonio!
–De seguro ni siquiera puso los frijoles.
¡Dejó sola la casa! –se quejaron los demás hombrecitos.
Mojados de la cabeza a los pies regresaron los Truenos. Con trabajos
subieron a su casa, resbalando de vez en cuando, ahogándose casi con el agua.
Apenas entraron sintieron que iban a desmayarse: ¡Jamás habían visto
tal desbarajuste! Junto con otras prendas de vestir, las botas, capas y espadas
214
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Uno de los hombrecitos, el Trueno Mayor, no pudo ir con sus hermanos a perseguir
a Tajín. ¿Por qué?
Felipe Garrido, Tajín y los Siete Truenos. Leyenda totonaca. México, sep, 1990.
201. Nicolás
Todas las noches pasaba lo mismo. Martín
apagaba la luz y, cuando comenzaba a
quedarse dormido, un ruido lo despertaba.
Como todo estaba tan oscuro,
Martín no podía ver quién lo producía.
Le daba mucho susto oír como el ruido
iba de un lado a otro por toda su pieza. El
caso es que no lograba dormir hasta bien
entrada la noche.
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Tercer grado
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Cuando te da hambre, vas a la cocina. Cuando algunos patos deciden que es hora
de comer, se zambullen en el agua. Si pudieras ver debajo del agua, observarías
que los patos estiran sus cuellos y buscan comida. Con los picos, encuentran
semillas y otras “golosinas” en el lodo del fondo del estanque.
Los patos silvestres son muy comunes en muchas partes y se les conoce
por su costumbre de meter la cabeza en el agua poco profunda para alimentarse.
Viven en los estanques, lagos, ríos y pantanos de Norteamérica, Europa y Asia.
La próxima vez que veas un pato, espera a ver si se zambulle. Lo verás
con el pico dentro del agua y la cola al aire. Si lo hace, sabrás que tiene hambre
y está buscando un “bocadillo”.
“¡A comer!” en Los por qué de nuestro mundo. México, sep, Promociones Don d’Escrito, 2002.
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Tercer grado
Cristina Carbó et al., “Una familia numerosa y rica” en 501 maravillas del viejo Nuevo Mundo 1.
México, sep-Hachette Latinoamericana, 1994.
204. El Cucaracho
Sentí los ojos mojados. No entendía por qué me tenía que pasar eso a mí.
La última semana me había portado tan bien como nunca. Me comí toda la
sopa de hígado de pollo con fideo; ya no le arrancaba plumas al perico de mi
prima Rita para hacerme un penacho indio, ni le pegaba chicle en el pelo a las
muñecas de Amalia.
Mis días estaban contados. Escuché otra vez sus propios pasos caminando
hacia mí. El ruido que hacían sus patas peludas sobre la madera del piso me
asustó todavía más.
Parecía como que arrastraba una escobilla. Hice changuitos para que se
fuera de largo. No lo conseguí.
¡Mentados changuitos! ¡No sirven de nada!
Se detuvo afuera del cesto. Entonces su respiración era más clara. Se
notaba que estaba muy enojado. ¡Se me hace que hasta lumbre echaba por
las narices! Dio conmigo. Para entonces yo estaba llore y llore. Ahorita me da
vergüenza contarlo pero cuando uno tiene seis años no da tanta llorar.
Abrí poquito los ojos y de repente ahí estaban sus tentáculos buscándome.
Los volví a cerrar pero ya no había nada que hacer. Sentí un apretón en la garganta
que me pareció demasiado suave para un monstruo que me iba a sorber los sesos.
¿O tal vez era muy delicado con lo que se iba a comer? Quién sabe.
Por lo pronto yo temblaba como un cobarde. Todos mis huesos y mis dientes
sonaban como cascabeles. Estaba a punto de orinarme. Y eso que acababa de ir.
–No tienes escapatoria, el juego ha terminado– dijo el Cucaracho
mientras me sacaba del cesto con sus tentáculos largos, llenos de una baba
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
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Tercer grado
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Gianni Rodari, Cuentos largos como una sonrisa. Barcelona, La Galera, 2000.
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Tercer grado
Los viejos recordaban que su nombre era Hildebrando, pero para nosotros
siempre fue don Hilvanando, como su eterno hilvanar lo demostraba.
Don Hilvanando, el sastre, trabajaba puntada tras puntada hasta el
último repique de campanas en la tarde. A esa hora se sacudía del regazo
los recortes de tela, los trocitos de hilaza y los recuerdos que le habían caído
durante el día.
Bostezaba con entusiasmo, se frotaba los ojos para ver el mundo que
empezaba en la puerta misma de su taller, y se bajaba de la mesa de madera
en donde trabajaba todo el día con las piernas enrolladas y los pies descalzos.
Nunca supimos por qué el maestro Hilvanando destinaba las sillas de su
taller tan sólo para acomodar en ellas paños, aguardando el turno de las tijeras;
también había pantalones terminados, esperando la aparición de sus dueños
que ahí mismo los estrenaban. Para eso usaba las sillas.
222
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
Eraclio Zepeda, “Un tango para Hilvanando” en Francisca y la muerte y otros cuentos,
Alfredo Larrauri, ilus. México, sep-Conafe, 2000.
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
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Tercer grado
226
LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
113 Ruth Araceli Rodríguez, Así cuentan y juegan en la tierra del venado, p.
114 Ana Ochoa, Doña Bernarda, p.
115 Fabricio Vanden Broeck(. El desierto, p.
119 Eduardo Enrique Rocha, Las risas del monte, p.
121 Miriam Holgado, Arte, ciencia y Técnica III, p.
125 Martín Vinaver, Arte, ciencia y Técnica III, p.
126 s/i, Juegos y más Juegos I, p.
128 Irene García, Animales mexicanos, aves y mariposas, p.
130 José Esteban, Animales fantásticos y más leyendas, p.
131 Isaac Hernández, Muchacho azul, p.
132 Liliana Infante, El Curro, p.
133 Felicity Rainnie, Inventos maravillosos, p.
136 Felicity Rainnie, La vendedora de nubes, p.
137 Alberto Beltrán, Circo, maroma y teatro, p.
138 Alberto Beltrán, Circo, maroma y teatro, p.
142 Rafael Barajas, El fisgón) y otros, ¿A qué jugamos? , p.
143 Alberto Beltrán, Arte, ciencia y técnica II, p.
144 Luis Hernández, Mi cuerpo, p.
148 Sergio Arau, Costal de versos y cuentos., p.
151 Luis Vargas, Nuestro ambiente, p.
153 Luis Vargas, Insectos, reptiles, anfibios y peces, p.
155 Juan Reyes Haro, Mi cuerpo, p.
156 Leticia Tarragó, De todo un poco, p.
157 Claudia de Teresa, El caminante de los pies gigantes., p.
159 Arnold Belkin, De todo un poco, p.
160 Maribel Suárez, El canto del cenzontle., p.
163 Felicity Rainnie, Inventos maravillosos, p.
164 Alberto Beltrán, Arte, ciencia y técnica II, p.
167 Andrea Gómez, Francisca y la muerte y otros cuentos, p.
171 Carlos Dzib, Arte, ciencia y técnica I, p.
172 Felicity Rainnie, Insectos, reptiles, anfibios y peces, p.
173 Julián Cicero., ¿Por qué?, p.
174 Andrea Gómez, Francisca y la muerte y otros cuentos, p.
177 Irene García, Animales mexicanos, aves y mariposas, p.
178 Fabricio Vanden Broeck, Animales mexicanos, p.
179 Felipe Dávalos e Irene García, El agua y tú, p.
181 Felipe Dávalos e Irene García, El agua y tú, p.
184 Felipe Ugalde, Gato Pinto, p.
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Tercer grado
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LEAMOS MEJOR DÍA A DÍA
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