Cómo Funciona Una Cooperativa
Cómo Funciona Una Cooperativa
Cómo Funciona Una Cooperativa
cooperativa?
Se trata de que distintas personas que sienten pasión y motivación pongan
en común trabajo y/o capital con la finalidad de llevar a cabo una
determinada actividad. A diferencia de otro tipo de sociedades, en la
Cooperativa no se tiene en cuenta la aportación económica de las distintas
partes en la toma de decisiones. El voto de cada cooperativista tiene
el mismo valor y las decisiones se toman en forma de asamblea. Los
requisitos que se precisan para abrir una son los siguientes:
· Mínimo de tres socios para su constitución (dos para las de segundo grado).
· No hay un capital mínimo exigido, que se marca en los Estatutos.
· Responsabilidad limitada al capital aportado.
Iniciar una cooperativa comporta una serie de ventajas en comparación a
otros tipos de sociedad:
· Capital social variable: el capital social se estipula en los Estatutos, por lo
que se puede adaptar a las posibilidades de los socios que deciden
emprender la cooperativa.
· Responsabilidad limitada: los socios solamente son responsables por el
capital que han aportado, no por su patrimonio total.
· Bonificaciones fiscales: por su forma, tienen exenciones y bonificaciones a
nivel fiscal.
· Libre adhesión: los socios se dan de alta y baja cuando quieren y sin
restricciones.
· Toma de decisiones conjunta: todos los socios participan en el proceso de
decisión. De esta forma, se consigue un gran consenso delante de cualquier
reto a afrontar y se fomenta la implicación de todo el mundo.
· Normalmente la gestión es austera y poco arriesgada: se establecen ratios
de capital en relación a la deuda. Además, al estar presentes muchas
personas en la toma de decisión, en general vencen los más proclives a no
arriesgar.
· Facilidades para encontrar financiación: para fomentar su creación, las
distintas administraciones públicas le conceden facilidades al respecto.
· No soportan gastos de registro e impuesto sobre la renta: los costes de
constitución y funcionamiento, por lo tanto, se reducen.
· Alta contratación por parte de la Administración: como en los otros casos,
para conseguir que se desarrollen, son adjudicatarias de proyectos públicos.
Por el contrario, las cooperativas pueden sufrir los siguientes inconvenientes:
· Lentitud en la toma de decisiones: tomar las decisiones de forma
democrática facilita el trabajo en equipo, pero también las puede retrasar. En
un contexto tan cambiante como el actual, puede llevar a pérdida de
oportunidades.
· Les cuesta acceder a financiación por las entidades de crédito: al no estar
llevadas normalmente por gestores profesionales, las entidades son reacias a
facilitarles crédito.
· Hay limitaciones en la contratación de trabajadores no socios: no pueden
contratar a aquella cantidad de trabajadores que deseen, porque hay unos
límites marcados por la ley.
· Reparto de los beneficios: si ha habido pérdidas en años anteriores, hay que
utilizar el 30% de los beneficios del año corriente a solventarlas.
· Falta de experiencia en la gestión: las personas que forman una cooperativa
acostumbran a ser expertos en aquello que se dedican, pero puede que
tengan dificultades en llevar la gestión y administración del día a día.
Por ejemplo, una cooperativa debe quedar registrada en el Registro de
Sociedades Cooperativas, en un plazo máximo de dos meses desde el
momento de su constitución. Para ello, se debe celebrar una Asamblea del
tipo constituyente, en donde se elegirá un secretario y un presidente, y en
donde los miembros mostrarán su conformidad con los estatutos redactados.
Este es el punto más importante de este tipo de sociedades: la conformidad
con las ‘normas internas’ en la cooperativa. Tanto es así, que la Ley concibe la
posibilidad de que las cooperativas sean constituidas sin la mencionada
asamblea. Se podrá, por tanto, inscribir una nueva cooperativa si se presenta
la escritura de constitución firmada por los promotores de la organización
empresarial recién creada.