Diario La Nación - 10 Claves para La Economía Circular PDF

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 6

LA NACION | ECONOMÍA | MEDIO AMBIENTE | 24 de junio de 2017

Consultado online, el 12/2/18: https://www.lanacion.com.ar/2030089-economia-circular-las-


claves-de-un-nuevo-paradigma-para-la-produccion

Diez claves para encontrarle la vuelta a la economía circular.


Por Silvia Stang
Crédito: Javier Joaquín

Basado en el principio de utilizar


los residuos como insumos, el
modelo plantea un cambio de
lógica en la fabricación de bienes
y en el consumo; cómo son los
esquemas que se proponen cuidar
el ambiente y cuáles son sus
trabas y desafíos.

En repensar las estrategias de producción de bienes y en darle un nuevo sentido a la


manera en que las personas se vinculan con ellos, están las bases de la llamada
economía circular. Entre sus postulados se plantea que aquello que en un esquema de
economía lineal (producir, consumir y tirar) es considerado basura, pueda pasar a
tener una nueva vida útil, muchas veces como un insumo para fabricar nuevos
productos.

Así, se afirma, se ayuda a cuidar el planeta, porque se evita un nivel innecesario de


producción, se reduce la cantidad de elementos contaminantes en el ambiente y se
disminuye la energía necesaria para producir.

Esta forma de concebir a la economía se traduce en cada vez más expresiones


concretas en el mundo, que en gran parte quedó conmocionado por el anuncio hecho
el jueves último por Donald Trump, de su decisión de retirar a Estados Unidos del
Acuerdo de París, que supone compromisos de los países para mitigar el
calentamiento de la Tierra. Más allá de ese problema global (que un país de
semejante dimensión no busque reducir sus emisiones de gas de efecto invernadero
es algo que afecta a todos), la economía circular se encuentra también con trabas en
cada sociedad en particular, como las que implica la falta de regulaciones y de
incentivos para el reciclaje, o las que aparecen por problemas estructurales o de
organización (uno de ellos es la ausencia de una adecuada gestión de los residuos).

En el mundo de las empresas, se trata de que la forma en que se concibe el negocio


incluya el propósito de respetar el medio ambiente, mediante un diseño del proceso
de producción que evite en la medida de lo posible los desperdicios (vendiendo a
otras industrias recortes de materiales, por ejemplo, y procurando que los insumos
sean rescatables y reciclables). En el ámbito del emprendedorismo, surgen proyectos
que incorporan residuos como materia prima. En la generación de energías, se
privilegia lo "nuevo" que llega y que no dejará de llegar cotidianamente a la Tierra,
como la fuerza del Sol y del viento, en lugar de la explotación de los milenarios
recursos fósiles. Y entre los consumidores, la participación en una economía circular
puede materializarse en acciones como la de separar de la basura lo que es reciclable,
y en las decisiones responsables a la hora de comprar.

La economía circular se emparenta con otras formas adoptadas por una parte del
mundo productivo. La economía verde se propone reducir o revertir impactos
negativos medioambientales. La economía azul, promovida por el emprendedor belga
Gunter Pauli, se basa en rescatar recursos que están disponibles (pero
desaprovechados) en las comunidades, para promover el desarrollo local. Y la
economía del triple impacto, surgida de las B-Corporation en EE.UU., está integrada
por empresas que tienen el propósito de generar beneficios sociales y ambientales sin
perder de vista la rentabilidad.

"Este tipo de economías requieren desandar estrategias y tomar nuevos caminos,


para lograr que el diseño, los materiales, la innovación y los principios de propiedad
cobren un nuevo sentido", señala Juan Cruz Zorzoli, coordinador ejecutivo de la
asociación civil Amartya, dedicada a desarrollar programas educativos para la
sustentabilidad.

1 - Usar y reusar productos y componentes y convertir residuos en


recursos

En el corazón de la economía circular late la necesidad de un cambio en la lógica


tradicional de la producción y el consumo. La Fundación Ellen McArthur, una de las
instituciones globales líderes en la promoción de este modelo, postula que la
economía circular "es reparadora y regenerativa y pretende conseguir que los
productos, componentes y recursos en general mantengan su utilidad y valor en todo
momento". Ellen McArthur es una británica que, años atrás, recorrió el mundo en 72
días con su barco. Para cumplir su meta, había cargado las provisiones necesarias, y
todo el tiempo del viaje debió ser consciente de que, si se le terminaban, no tendría
cómo reponerlas. Igual riesgo sufre el planeta con la continuidad de una economía
lineal y de descarte, según el mensaje que esta mujer decidió comenzar a difundir: los
recursos usados en la producción son finitos y los daños sobre el medio ambiente se
expanden.

Una particular manera de rescatar recursos está en las prácticas de la economía azul.
"La riqueza que tiene nuestro país en ecosistemas y diversidad biológica, es
directamente proporcional a la riqueza que tenemos para el desarrollo de proyectos y
emprendimientos basados en la economía azul. La oportunidad es inmensa", dice
Gonzalo Del Castillo, coordinador de Proyectos del Capítulo Argentino del Club de
Roma, que está trabajando ahora junto con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo
Sustentable y la Fundación Zeri en la identificación de iniciativas posibles en la
Argentina. Algunos de los proyectos desarrollados en el mundo bajo el esquema
"azul" (Pauli dice que de ese color se ve el planeta desde el espacio) llevaron a la
producción de hongos comestibles a partir de restos del café, de detergentes usando
cáscaras de cítricos, y de papel aprovechando residuos de la minería.

2 - Gestionar los residuos, tarea para el hogar, las empresas y el Estado

Uno de los objetivos es lograr que haya cada vez menos basura y más material
reutilizable como insumos. En esta tarea hay responsabilidad de las empresas, pero
también se advierte que se necesita un marco más amplio, con acciones del Estado
que ordenen una acción.

Según fuentes del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, hoy en la


Argentina existen, desde las políticas públicas, "directivas estratégicas" para orientar
la gestión de residuos hacia la economía circular. Sin embargo, agregan, el país tiene
una grave problemática en materia de saneamiento y eso interfiere en los planes (o
impone otras prioridades) a la hora de una acción de amplio alcance. "Alrededor de
35% de la población no accede a un sistema de disposición final adecuada y hay una
gran cantidad de municipios pequeños que todavía tienen basurales a cielo abierto",
describen fuentes de la cartera.

Existen de todas formas iniciativas desde el Estado, como las del Ceamse (produce
biogás para dar energía) y desde sectores privados, con grandes compañías que se
transforman y con emprendedores que inician su actividad tomando recursos de
objetos descartados. Sólo por citar dos casos: Xinca es una empresa mendocina de
calzado que utiliza neumáticos en desuso para las suelas, y La Escombrera es un
emprendimiento cordobés que transforma escombros en un material para la
construcción.

El principio inspirador de esta estrategia está en "copiar a la naturaleza", donde todo


es capaz de transformarse para continuar dentro de un ciclo dinámico, en el que no se
produce basura propiamente dicha.

3 - Diseñar para rescatar (y para producir bienes durables)

La responsabilidad de las empresas en la gestión de los residuos se inicia en la


manera en que diseñan sus ciclos de producción y en los materiales elegidos. El
químico Michael Braungart y el arquitecto William McDonough, en su libro De la
cuna a la cuna. Rediseñando la forma en que hacemos las cosas, postulan que, para
"imitar a la naturaleza" y evitar desperdicios, debe haber una estrategia en la que
desde la concepción y el propio diseño del producto se consideren cada una de las
fases: extracción de la materia prima, procesamiento, utilización, reutilización,
reciclaje.

"La base de la gestión de residuos es la separación en el punto de origen, porque cada


residuo exige un tratamiento diferente; al recolectarlos se identifican por sector y por
tipo usando un código de barras", describe el director de Asuntos Corporativos de
Toyota, Diego Prado, desde una de las industrias con un rol clave en estas nuevas
economías, como la automotriz. Parte la estrategia ambiental, agrega, está en
desarrollar tecnologías de propulsión alternativas al uso de combustible de origen
fósil.

Juan Verde, presidente de la Advanced Leadership Fundation (una institución que


forma líderes para las nuevas economías) dice que todas las industrias deben
orientarse hacia una economía verde. Reconoce que algunas, como la textil, "avanzan
pero dejan aún mucho que desear, por el uso de químicos y por la fabricación de ropa
que prácticamente se usa y se tira". Eso es por una visión solo cortoplacista de los
negocios que se busca desterrar. Darle una extensa vida útil al bien es un principio de
la circularidad, y es el criterio de empresas como la de ropa de tiempo libre
Patagonia.
4 - Repensar el concepto de propiedad

La teoría de la circularidad cuestiona la necesidad que tienen las personas de ser


propietarias de ciertos bienes. "Si lo que necesitamos es lo que el lavarropas nos
provee, ¿es necesario ser los dueños del lavarropas?", se pregunta Zorzoli. Que la
empresa fabricante siga siendo la "dueña" del producto, sostienen los defensores de la
circularidad, ayudaría a cambiar la lógica de un ritmo acelerado de consumo de
bienes por una lógica basada en una mejor administración de los recursos, con los
efectos favorables que eso tendría para cuidar la calidad de vida sobre el planeta.

Ese es, de alguna forma, el concepto que rige la práctica de los gobiernos de muchas
ciudades, al poner a disposición de los ciudadanos bicicletas para uso compartido.

5 - Tener una estrategia para los envases

Una industria que está en el centro de la atención de la economía circular es la de


envases. En el caso del vidrio, reutilizar una y otra vez los productos o
descomponerlos para generar materia prima no es ninguna novedad. El envase de
una bebida que hoy se compra puede estar hecho con materiales que vienen
"circulando" desde hace 50 años o incluso más.

"Es fundamental fomentar con incentivos impositivos la retornabilidad, que está


estrechamente ligada a la economía circular como modelo de negocio", dice Pablo
Querol, vicepresidente de Asuntos Corporativos de Quilmes. Agrega que, en
promedio, cada botella de cerveza se usa 29 veces y, luego se recicla totalmente.

¿Qué pasa con los envases del plástico PET? Sobre el consumo anual de ese material
para botellas -que es de unas 220.000 toneladas-, entre un 20 y 25% se recicla. "Hace
tres años estábamos en un índice de 35 a 37%", dice Carlos Briones, gerente de
Relaciones Institucionales de Dak Américas y de Ecopek, la planta de reciclaje.
Briones atribuye el retroceso a una cuestión de precios (el del material virgen estuvo
en baja) y al contexto inflacionario. La caída que tuvo de un tiempo a esta parte el
valor del petróleo y de sus productos derivados, sumada al alza de los demás costos
de la planta, hizo que se redujera en términos reales lo que reciben los recuperadores,
un tema complejo porque entra en juego el rol de la intermediación entre las
personas que juntan las botellas y la fábrica.
En el caso de envases de tetra brik, en la Argentina se reciclan más de 500 millones
de unidades al año (sobre un consumo de unos 2700 millones), según dice Horacio
Martino, gerente de Sustentabilidad de Tetra Pak. En este caso, lo rescatado sólo se
destina a la producción de otros bienes, como chapas para techos, placas de
aglomerado y pallets plásticos. "Implementamos con municipios y cooperativas de
recuperadores una estrategia de reciclado que promueve sistemas de gestión de
residuos sólidos con separación en origen, recolección de materiales e inclusión
social", cuenta Martino.

6 - Orientarse a las energías de fuentes renovables

Otra de las metas de una economía con interés por el medio ambiente está en ir hacia
un mayor uso de energías de fuentes renovables. La Fundación Ellen McArthur
sostiene que los sistemas de producción deberían tratar de funcionar impulsadas
fundamentalmente de esa manera, y afirma que eso sería posible "por los valores
reducidos de energía que necesita una economía restaurativa".

Un ejemplo concreto de menor necesidad de energía es que para fundir el vidrio


molido no hace falta tanto calor como el que sí se necesita para fundir arena con cal,
que es la materia prima del producto. "Al reciclar se necesita apenas el 25% de la
energía que para el vidrio nuevo", señala una guía sobre materiales recuperables
publicada por la cooperativa Creando Conciencia, un emprendimiento cuyo objetivo
de reducir daños medioambientales se une con el de la inclusión social. La
cooperativa ofrece servicios de recolección diferenciada de residuos en la zona norte
del conurbano bonaerense y luego vende materiales a diferentes fábricas.

7 - Procurar la inclusión social y la creación de empleos

Para un movimiento como el de la economía de triple impacto, es un rasgo natural


procurar un efecto positivo que involucre a los sectores más vulnerables de la
sociedad. En el caso de la economía circular, la meta de una gestión adecuada de los
residuos (eliminando fuentes de contaminación, que siempre afectan más a la
población pobre) y casos como el de Creando Conciencia, muestran una fusión
posible entre ambos objetivos.

Pero, más allá del potencial de los empleos verdes, llega una pregunta: si se consume
de una manera más responsable y si se usan productos de mayor durabilidad, ¿no se
afecta la capacidad de crear puestos? El economista británico Robert Skidelsky, que
participó de un encuentro reciente de la OIT sobre el trabajo del futuro, identifica a la
insatisfacción continua del consumidor y a la propensión a querer siempre más y más
cosas materiales, como uno de los motores que llevó hasta ahora a generar puestos.

En el futuro, y según dijo en una entrevista que le hizo LA NACION, si a la


robotización de parte de los puestos se suma una tendencia a moderar el consumo, el
nivel de trabajo pasará a depender en principal medida de otros fenómenos sociales,
como la mayor esperanza de vida, que haría surgir tareas asociadas a la prestación de
servicios de salud y de otro tipo para personas mayores.

8 - Redefinir el rol del consumidor y su relación con los bienes

"Los consumidores aún no hemos podido convertirnos en un factor de peso para


contribuir a potenciar la economía circular", afirma Zorzoli desde Amartya. "Cierto
desamparo normativo, la falta de información y de visualización de los impactos, y el
constante estímulo de hábitos de consumo basados en la comodidad y la inmediatez,
hacen difícil transformar desde el rol de consumidores el sistema productivo actual",
explica. Reconoce, a la vez, que existen muchos grupos de consumo responsable y que
surgen propuestas para el acceso a bienes y servicios de la economía sustentable, pero
considera que ello aún resulta insuficiente para generar un impacto. "Constituir un
nuevo contrato social y transformar el sistema educativo son necesidades
imperantes", concluye.

9 - Financiar una actividad sostenible en reemplazo de donar

Algunos referentes de las nuevas economías creen que se debe revisar cómo se
concibe la filantropía (definida por la Real Academia como "el amor por el género
humano"). El cambio necesario consiste en dar el paso desde la donación hacia la
inversión, para "hacer un uso más estratégico de los recursos", según dice María
Laura Tinelli, directora de Acrux Partners, una consultora de inversión de impacto
con foco en América del Sur. La inversión de impacto, explica, supone usar la lente de
lo ambiental y lo social, además de la del riesgo y el retorno, a la hora de decidir
dónde colocar el dinero. La diferencia con donar es que en este caso se alientan
actividades que, se espera, sean sostenibles y mejoren la calidad de vida de las
personas. Según apuntó Tinelli, de una masa total de 212 trillones de dólares que se
invierten en todo el globo, hay 114.000 millones de dólares destinados a proyectos
con impacto social y ambiental, y un 9% de ese monto está en América latina. Los
datos surgen del Global Impact Investment Network.

10 - Identificar y darle fuerza al rol del Estado

"El Estado puede y debe definir las reglas de juego que faciliten la migración hacia
una economía circular y que penalicen la linealidad en los procesos productivos",
afirma Del Castillo, que le asigna también a este actor social la responsabilidad de
trabajar en la educación "ambiental, creativa y emprendedora" para que suceda el
cambio. Entre las políticas específicas, hay quienes promueven una ley de envases,
que obligue a incorporar siempre una parte de material reciclado a cada producto y
que ayude a que puedan rescatarse botellas y frascos. Las normativas también
podrían promover la recuperación de residuos capaces de transformarse en insumos,
como el aceite usado por la actividad gastronómica.

Más allá de la cuestión normativa, en el Ministerio de Ambiente cuentan que se


desarrolla, con asistencia del BID, el "programa Basural Cero", con un enfoque hacia
una economía circular que promueva proyectos de alcance regional (se entiende por
región a varios municipios unidos para una política conjunta de gestión de residuos).

Las metas son que para 2019 y 2023, el 80% y el 100% de la población del país,
respectivamente, tengan acceso a un sistema de disposición adecuada de los residuos.

También podría gustarte