La Amante de Mi Hermano
La Amante de Mi Hermano
La Amante de Mi Hermano
Martina
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Soy hija de Juan y Mabel, hermana de Iv�n, un a�o y cinco meses mayor que yo. Due�o
de una conocid�sima empresa l�ctea que por situaciones que leer�n a continuaci�n no
dar� a conocer.
Estoy a s�lo dos d�as de mi casamiento con Santiago, mi novio desde hace 2 a�os.
Si bien no deber�a sentirme orgullosa de ello, quiero ser sincera con ustedes y
decirles que fueron los a�os m�s bonitos de mi vida, aunque para muchos pueda
resultarles "bochornoso" y me tilden de inmoral.
Mam� y pap� trabajan desde aquella �poca para una entidad gubernamental por lo que
mi hermano y yo qued�bamos al cuidado de la "Ni�era". Ella fue muy importante en
nuestras vidas, en nuestro crecimiento y educaci�n. Exigente y correcta como pocas;
nos inculc� siempre, sobre todas las cosas, ser personas humildes, dignas y
sinceras ante todo tipo de eventualidad.
Ella trabaj� con nosotros haciendo los quehaceres dom�sticos hasta que le lleg� la
jubilaci�n y dej� de trabajar.
Me fui por las ramas contando otros pormenores, pero bueno, quiero que conozcan
bien "mi" historia.
La ni�era (Rosa) hab�a ido hasta el centro comercial para proveer a la familia de
comestibles para el fin de semana; siendo que todos los viernes al regreso de mis
padres se retiraba a su casa regresando el d�a lunes muy temprano por la ma�ana.
Recuerdo que jug�bamos con Iv�n a las cartas sobre la alfombra del living, frente
al rojo fuego del hogar, cuando le gan� por segunda vez consecutiva a la escoba de
quince.
Tal cual mi pensamiento hab�a ganado, menos una, todas las manos.
Iv�n ya se hab�a quitado casi todo, menos el boxer, en cambio yo s�lo el buzo
polar.
Pero de repente la suerte se me dio vuelta y empec� a perder partido tras partido.
�Qu� bronca!
Lejos de m� estaba la idea de quedar como una boba ante "mi adversario".
No me qued� m�s remedio que quitarme el corpi�o, (no hac�a mucho que lo hab�a
comenzado a usar) lo dem�s ya me lo hab�a sacado. Era �eso! o la bombachita; no
ten�a m�s opciones.
Aunque debo admitir que me dio bastante verg�enza hacerlo, estaba entrando en la
adolescencia, (13 a�os) y si bien mi cuerpo no estaba del todo desarrollado, mis
pechos ya eran llamativos, no por su gran tama�o sino m�s bien por su formita de
pera; paraditos y de pezoncitos rosaditos apuntando hacia arriba.
Era la primera vez que mi hermano me ve�a as�; "en tetas", aunque �ste estaba muy
nervioso y hasta lleg� a ruborizarse, igualmente sin disimulo fij� su mirada en mis
peque�as tetitas. No me sent� molesta ni nada que se le parezca, pens� que era
"mera" curiosidad, as� que no me llam� la atenci�n "su" mirada punzante y segu�
jugando...
En la mano siguiente comenc� a hacer una escoba tras otra (4), y sin darme cuenta
hab�a logrado la setenta completa, 4 escobas m�s la setenta y el siete de oro, daba
(6) je je suficiente para ganar el partido.
Era "mi momento": el de divertirme y ver mientras se pon�a rojo de furia cuando se
quitaba el calzoncillo y pispiar lo que hab�a debajo, je je
Cre� que se iba a parar, agarrar las pilchas del suelo y mandarse a mudar.
Pero no, a pesar de estar rabioso por haber perdido cumpli� con lo pactado, se lo
quit� y el muy guacho me dice:
En ese momento pens�: "Dios m�o que cosota m�s fea", pero a la vez me daba
curiosidad, y se lo segu�a mirando, aunque en aquel momento no comprend� porque lo
ten�a erecto. (Que inocentona era en aquella �poca)�Por Dios!
- Qu� feo es � fue todo lo que atin� a decir�
- �Buen�simo! yo primero �
Se acerc� y me las toc� suave y t�midamente, pero a los pocos segundos me las
empez� a manosear y apretujar fuerte.
�l parado frente a m� dando justo con su cosa en mi cara, en ese momento pens� "�o
yo estoy loca � se le est� poniendo m�s grande?"
Era evidente� pero yo por aquel entonces lo desconoc�a, como mencion� antes; era
muy inocentona, quiz�s m�s que otras nenas de mi edad.
Mis dedos se deslizaban con facilidad, pero segu�a intrigada, �C�mo pod�a ser que
"eso" aumentara de tama�o?
�Qu� boluda!
�Aver�gualo vos!
El muy asqueroso la ol�a con los ojos cerrados, aspirando profundo y exhalando para
largar el aire contenido. Con ella se frotaba su "cosota".
Desde el ojo de la cerradura pod�a darme cuenta que la ten�a enorme y firme.
Imposible saberlo a no ser que se lo preguntara. Cosa que no estaba entre mis
planes.
Pero una tarde hab�amos ido a andar a caballo con mis primos mayores. Al llegar a
la casa corrimos al ba�o, nos pele�bamos por qui�n se ba�aba primero; �l ya estaba
pr�cticamente adentro del mismo, pero misteriosamente dej� de pelearme y me lo
cedi�
Entr�, me duch� y cuando me quise secar me di cuenta que no hab�a llevado ninguna
toalla. Fui hac�a la puerta para gritar que alguien me lo alcanzara.
- �Dale nena! �Cu�nto vas a tardar para secarte? M�tele pata que quiero entrar�
�Ya va idiota!
Ni bien abr� la puerta para salir, entr� mofando casi a los empujones.
Recuerdo haber so�ado que Iv�n entraba a mi habitaci�n con cuidado, como cuid�ndose
de no despertarme.
A�n no hab�a amanecido, hab�a luna llena, pero si lo suficiente como para filtrarse
algo de claridad por el gran ventanal y ver la sombra de mi hermano y todos sus
movimientos.
Se qued� mir�ndome por largo rato. Luego cre� sentir que me destapaba.
Quer�a decirle que no lo haga, pero no me sal�a la voz (era como una especie de
pesadilla en la que quer�s hablar, gritar y no pod�s).
Estir� su mano y muy suavemente recorr�a mi pierna, desde las pantorrillas hasta la
ingle. Hasta que se detuvo en mis muslos, all� con la yema de sus dedos acariciaba
por sobre la bombacha con movimientos envolventes (en aquella �poca me las compraba
mi mam� y eran muy ani�adas, con motivos infantiles. Nada de tanguita ni culote, ni
tampoco a m� me llamaba la atenci�n usarlas. Era muy nenita.
Deseaba gritar, patearlo, no s�, algo para defenderme, pero mi cuerpo estaba
inm�vil, como si �ste estuviera separado de mi mente.
Sus dedos fueron por m�s� se filtraron orillando la �nica prenda que usaba para
dormir, y por primera vez alguien que no fuera yo rozaba la "zona prohibida" (como
la llam� mi mam� el d�a que tuvimos una "charla intima", esas de mujer a mujer).
Hab�an pasado tan s�lo cuatro meses de haber menstruado por primera vez�
Cuando percib� sus dedos bajando por mi abdomen sent� una extra�a sensaci�n de
bronca y placer, parad�jicamente inexplicable.
Mi cuerpo y mis cuerdas vocales segu�an sin responder. �l, sin embargo, ajeno a mis
intenciones, continuaba sigilosamente hurgando con sus dedos en mi intimidad
infiltrando en lo m�s profundo de mi ser, perdi�ndose de a poco en la humedad que
�l hab�a incitado�
En mi sue�o manten�a los ojos abiertos, expectante a cada manipulaci�n, ruido, algo
que �l no llegaba a divisar, siendo que la visibilidad era casi nula a la altura de
mi cama. No obstante yo s� pod�a distinguirlo.
Me daba culpa sentir placer, pero tampoco quer�a resistirme, muy ambiguo, lo s�.
Disfrutaba en silencio.
Mi cuerpo se arqueaba al comp�s de sus est�mulos, los que eran cada vez m�s y m�s
acelerados, haciendo irresistible la llegada del llamado orgasmo, que tanto me
gustaba� pero claro, siempre hab�an sido mis dedos los �nicos que me hab�an
otorgado ese placer, en la intimidad de mi cuarto en penumbras.
Los generosos movimientos de sus inquietos dedos naufragaron en mis fluidos como
navegante experimentado; provocando en m� una secuencia de convulsiones org�smicas
(diferentes a las antes vividas) sintiendo como esa secreci�n pegajosa chorreaba
hasta el hoyito de mi cola.
Desorientada por mis sensaciones. Estaba inquieta, perturbada, dudando que aquello
hubiese sido tan s�lo un sue�o.
No me atrev�a a pensar que Iv�n hab�a entrado a mi cuarto y hab�a estado jugando
conmigo mientras me supon�a dormida. Me resist�a a pensarlo, era por dem�s morboso.
Si por alguna raz�n qued�bamos solos �l buscaba una excusa para irse.
Fueron pasando los d�as, los meses y todo segu�a como si nada. Deseaba volver a
vivir ese extra�o sue�o, pero nunca m�s se repiti�.
Qued� altamente obsesionada desde ese d�a. Cada noche al irme a dormir no pod�a
dejar de traer a mi pensamiento aquella agradable sensaci�n que tanto placer me
hab�a dado.
Cerraba los ojos y reviv�a paso a paso lo de esa noche, y me volv�a a excitar y a
tocar cada vez. Ahog�ndome en gemidos mudos, apretando con fuerza mis labios
reprimiendo el sonoro y magnifico estallido del �xtasis.
Un fin de semana que Iv�n se hab�a ido de campamento con el grupo de boy scout, me
dio ganas de curiosear su cuarto.
Hasta ese momento no le conoc�amos ninguna "amiguita" (el pobre con algo ten�a que
desahogarse)
Lo que no era normal, era que entre sus prendas hubiese un par de tangas que yo ya
daba por perdidas. Autom�ticamente me acord� aquella escena del ba�o.
Tambi�n entr� a su computadora. Revis� todas las carpetas que conten�an archivos y
me encontr� videos pornogr�ficos al por mayor. Lo que no me imaginaba es que
encontrar�a una carpeta que llevara de t�tulo "mi perversi�n".
Fotos en las que estaba durmiendo. En el jard�n tomando sol, y en otras partes de
la casa en las que yo no sab�a que era espiada, y menos fotografiada.
Tambi�n ten�a 8 videos titulados "en la ducha 1", "en la ducha 2" y as�
sucesivamente hasta llegar a 8. Me mat� la curiosidad.
Pero no se me hab�a ocurrido que la que estar�a en ellos podr�a ser yo.
Se ve que programaba la filmadora cuando ten�a la certeza que me entrar�a a duchar.
Algunos no se ve�an muy bien; los primeros eran desde �ngulos diferentes y se ve�a
de lejos, y con el vapor era casi imposible adivinar los movimientos.
Pero a partir del cuarto video dio en el blanco. Encontr� el sitio adecuado, donde
captur� con precisi�n aquellos ba�os que inocentemente me daba, sin siquiera intuir
que pod�a ser grabada por mi propio hermano.
Desde ese d�a mis duchas no fueron iguales, antes de entrar a ella miraba de reojo
o de costado para saber si me estaba filmando. Las veces que estaba film�ndome mis
ba�os eran sensuales, y con los a�os a medida que iba creciendo eran cada vez m�s
provocadores�
Una noche pas� por su cuarto, pero ten�a la puerta cerrada, entonces se me ocurri�
espiar por el ojo de la cerradura.
Verlo tirado en su cama con su gran pedazo entre sus manos pajeandose duro mientras
me ve�a fue terriblemente excitante y morboso.
Y as� continuamos por a�os, sabi�ndonos espiados. Incluso creo que con el tiempo se
dio cuenta que yo lo espiaba. Supongo que se aviv� el d�a que estaba encerrado con
su noviecita en el cuarto, cuando golpe� la puerta para preguntarle sobre un libro
que no encontraba y me grit�:
Por el tono de voz no fue dif�cil saber que estaba en medio de un polvo, as� que me
agach� y me qued� espiando como lo hac�an.
Me daba una tremenda envidia ver como la penetraba. Sin darme cuenta estaba
toc�ndome mientras los miraba, cuando vi la verga de Iv�n entrando en el gran culo
de Paola (porque era m�s bien gordita), se me hizo agua la boca, y pens�: �por qu�
Ariel (mi novio de entonces) no me coge as�?
Obvio que no encontr� respuesta, pero era lo de menos, porqu� en ese momento
deseaba que fuera mi hermano qui�n me cogiera as� de rico�
Una noche de esas muy caliente est�bamos (con Ariel) mete y ponga, mucha previa,
sexo oral, acab�ndole en la boca unas cuantas veces, un exquisito 69 (era nuestro
preferido), patitas al hombro, abajo, arriba, cabalgata� un importante variadito de
poses�
Ariel era muy bueno en la cama, a pesar de no tener una verga muy grande, pero era
bastante gruesa y venosa.
Cuando por primera vez me pidi� que le entregue la colita la idea me excit�
terriblemente. Escucharlo pedirla tan exaltado y a la vez tan dulce me vol� la
cabeza.
Porque si hay algo que tengo que destacar de Ariel es lo bien que siempre me trat�.
Pero me acord� de mi hermano y los ratones no me daban tregua, fue entonces que le
dije que no.
�Esperaba a Iv�n?
Tambi�n pensaba que eso nunca iba a suceder, y que tal vez estaba perdiendo de
gozar con mi novio por esa maldita obsesi�n.
Insisti� un par de veces pero como me escuch� muy segura de no querer, se rindi�.
Una vez desvinculada de �l empec� a salir con uno y con otro, compa�eros de la
facultad, o alg�n que otro chico que conoc�a en el boliche, pero nadie me
"llenaba".
Cuando me llam� pap� por tel�fono para avisarme que ven�a mi hermano en su lugar,
un escalofr�o me corri� por el cuerpo, las im�genes de aquella noche se hicieron
presentes de inmediato.
Me sent�a feliz, ten�a muchas ganas de verlo, pero era m�s que seguro que vendr�a a
presentarme su nueva novia. Yo a�n no la conoc�a.
-Por ac� todo bien hermanito, extra�ando horrores a todos, con decirte que extra�o
tus peleas�
Una vez que llegamos al departamento fui directo a preparar un t�. Eso ayudar�a a
calmar la indigesti�n.
Nos tiramos en los puff y nos pusimos a recordar algunas an�cdotas de nuestra
ni�ez. Algunas ni siquiera las ten�a presente y me divert� mucho rememor�ndolas
junto a mi hermanito.
Una cosa fue llevando a la otra, cuando y entre tantos recuerdos graciosos, nos
sorprendimos resurgiendo aquel d�a que nos mostramos desnudos por primera vez. Nos
mir�bamos y nos tent�bamos de risa.
-Me acuerdo que te sacaste la remera muy r�pido. Ni corpi�o usabas de tan pocas
tetas que ten�as.
-�Ah s�? Pocas tetas eh� Bien que te cansaste de oje�rmelas en esa y en cada
oportunidad que ten�as�
-�Y vos? Cu�ndo pelaste el pitil�n jaja Me parto de risa de tan s�lo recordarlo�
-Se te hizo agua la boca pendeja, vi como chorreaba un hilito de baba de ella.
Terminadas las risas nos quedamos sin nada que decir. Estuvimos por largo rato sin
hablar�
Mmmmm
Por mi mente pasaron en flash todas aquellas secuencias que fueron motivo de los
mejores orgasmos de aquella no tan lejana pubertad�
De golpe ambos alzamos la vista, nuestras miradas sincronizadas se cruzaron, �se
buscaban? Se encontraron�
�Actu� efusivo!
El aroma de su piel siempre me hab�a atra�do, pero ese d�a que pude acariciar la
suavidad de ella, me di cuenta que indudablemente era la culpable de mi lasciva. Y
con tan s�lo el contacto de mis manos fue suficiente para sentir la ebullici�n de
toda mi piel�
Mientras Iv�n se escurr�a entre mis dedos, gozaba ferviente, y cada mil�metro de su
cuerpo vibraba sobre el m�o.
Por fin pude sentir su gran pedazo de carne en mis m�s �ntimas cavidades. Lo
deseaba tanto�
En plena lujuria del acto sexual le implor� que me hiciera la cola. Desaforados
como est�bamos, era el momento ideal. Aprovech� y le confes� de aqu�l d�a que lo
vi haci�ndoselo a su ex y que desde entonces me persegu�a la fantas�a de que me lo
hiciera a m�
-�Qu� perrita que sos hermana! No haberlo sabido� Me dijo entre espasmos.
Creo que ese fue el momento que m�s delir�, estaba sacada, quer�a aprovechar el
tiempo al m�ximo.
Cuando por fin sent� la presi�n de su glande empujando por entrar, me agarr� fuerte
de las sabanas y lo empec� a insultar con palabras groseras.
�Dale!
�Putito!
��same!
�Haceme tuya!
�Eso quer�s?
�Tom�!
Se confund�an los gemidos de ambos mientras Iv�n forcejeaba por introducirla por
completo.
Fuimos cogiendo por cada rinc�n de mi diminuto departamento. Dejando huellas de ese
lujurioso encuentro carnal.
Elev� sus piernas y las empuj� sobre su cuerpo, dejando bien expuesto su hoyo,
test�culos y su pija dura como piedra. Y sin siquiera saber si le gustaba sentir la
tibieza de mi larga y juguetona lengua fui directo a lamer su amargo y bien cerrado
culito.
(Por cierto muy buena cola, prominente y firme).
-No. Nadie.
Mis gestos de asombro se mezclaban con la satisfacci�n que me produjo la respuesta.
M�s a mi favor. Me excitaba much�simo lamerle ah�, y mientras con una mano lo
pajeaba, con mi lengua sub�a hasta sus huevos y los saboreaba meti�ndomelos en mi
boca. Bah, lo que entraba de ellos. Y as� intercalaba; comi�ndome ano, bolas y
pija�
Con la punta de mi dedo hurgu� en su culo mientras le chupaba la pija con devoci�n.
Se quej� un poco al principio, pero despu�s le gust�.
Terminamos revolc�ndonos en la cama, lugar donde tuvimos un par de polvos m�s. Con
una previa de lujo. Come la conchita maravillosamente. Sin exagerar perd� la
cuenta de mis tant�simos orgasmos, los de �l fueron seis. Los recuerdo muy bien.
�C�mo olvidarlos!
Nos temblaban las piernas, todo nuestro cuerpo vibraba de placer. El goce fue
absoluto, sublime.
Nos hab�amos dormitados; una escena digna de haber sido capturada como insignia de
esa memorable noche.
Al caer de lo que hab�amos hecho no pudimos evitar sentir culpa. Arrepentidos por
el desliz experimentado.
Nos levantamos, desayunamos casi sin promediar palabras, lo �nico que dijo fue:
-Te dejo la plata que mandaron los viejos. Y de lo otro, hagamos de cuenta que
nunca pas�. Y se fue mucho antes de lo planeado (me hab�a dicho que se ir�a por la
tarde).
Me qued� con una rara sensaci�n. Plena por un lado, vac�a por el otro�
Llam� varias veces a la casa de mis padres en las siguientes semanas con la
esperanza de que en alg�n momento fuese Iv�n el que atendiese, pero no; no tuve
suerte.
Mam� me comenz� a enviar las encomiendas con una empresa de transporte, que
casualmente el due�o es amigo de la familia y coincidentemente Esteban, el hijo de
�ste, cursaba en otra facultad de la gran ciudad.
Y alguna que otra vez lo hicieron personalmente mis padres. Pero Iv�n no apareci�
m�s.
Y as� pasaron los meses hasta que lleg� el verano, y con �l las vacaciones. Como
cada temporada me fui a la casa de mis padres, o sea a mi casa.
Y ah� s�, no pudo evitarme; nuestro primer encuentro fue fr�o, distante. Pero con
el correr de los d�as ambos nos �bamos liberando de aquello que tanto nos
angustiaba�
Una noche de jueves mis padres se fueron a una cena empresarial, motivo por el cual
Iv�n y yo nos quedamos a solas por primera vez despu�s de tanto tiempo.
Nos acomodamos sobre almohadones en el piso del living junto a la mesita ratona,
mientras hac�amos zapping hasta que por fin nos pusimos de acuerdo; una peli estaba
comenzando y ten�a toda la pinta de estar muy buena. Comimos y tomamos cerveza
hasta el hartazgo.
Iv�n tambi�n hab�a tomado mucho, a�n mucho m�s que yo.
Sacamos todos los trapitos al sol en medio de la calentura que bull�a de nuestros
poros.
Terminamos desgarrandos la ropa del otro con toda la calentura a flor de piel.
Revolc�ndonos con furia y pasi�n posey�ndonos como aquella primera vez.
Me alz� y llev� a su habitaci�n y all� la seguimos entre besos y arrumacos como dos
�enamorados? Cogiendo hasta caer desplomados uno al lado del otro.
Deseaba quedarme a vivir en ese cuarto, dormirme abrazada a �l. El deseo era m�s
fuerte que yo, pero no pod�a correr el riesgo de que mis padres nos encontraran.
Cuando decid� pararme e irme Iv�n me agarra la pierna y me dice: -qu�date negrita,
durmamos juntitos.
Eran tantos mis deseos por quedarme que no necesit� m�s que eso.
Fui a mi habitaci�n, saqu� la llave y cerr� la puerta del lado de afuera.
Nos prometimos desde ese momento sincerarnos siempre, bajo cualquier tipo de
eventualidad; pasara lo que pasara.
Viv� la mejor noche de mi vida, y creo sin lugar a equivocarme que tambi�n lo fue
para Iv�n.
Sal� de esas preguntas sin respuesta y lo bes� suavemente en los labios y sin que
se despertara me march� a mi cuarto.
Estaba feliz por la noche vivida. Me volv� a dormir sobre mi cama pero con el aroma
de su piel impregnada en la m�a.
Iv�n mont� una habitaci�n a todo vapor al fondo de la propiedad, desde entonces ese
es nuestro nidito de amor.
Hace 2 a�os y algunos meses se cas� con Flavia, aquella chica quedada, t�mida, pero
buena mina con la que ya estaba saliendo cuando tuvimos nuestro primer encuentro
sexual. A la que dice querer mucho, pero que no lo satisface en la cama. (El mismo
tiempo que hace que yo empec� a salir con Santiago)
Con mis 27 a�os y con todos los nervios normales de una inminente boda, estoy plena
porque tengo todo lo que quiero, un futuro marido al que adoro y con el que estoy
segura de que voy a ser muy feliz.
Unos padres joviales gozando de buena salud, babosos por la pronta llegada de su
primera nieta y de su "nenita" a punto de dar el s� con el yerno ideal (lo adoran);
y c�mo si esto fuera poco tengo el mejor amante que podr�a llegar a tener�
�MI HERMANO!