Rendimiento y Rentabilidad de Genotipos de Papaya
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Rendimiento y Rentabilidad de Genotipos de Papaya
Artículo
Resumen
La papaya es uno de los frutales con mayor demanda en los mercados mundiales, por lo que, es
importante desarrollar nueva tecnología agrícola (fertilización) que coadyuven a producir papayas
de excelente calidad, además de reducir los costos de producción. El objetivo de este estudio fue
determinar el efecto de la fertilización química, orgánica e inoculante biológico sobre el
rendimiento y rentabilidad de dos genotipos de papayo. La investigación se llevó acabo en el
Colegio Superior Agropecuario del estado de Guerrero. El estudio consistió en evaluar los dos
genotipos de papaya, Maradol y Mulata en combinación con fertilizantes químicos, orgánicos e
inoculantes biológicos. Las variables evaluadas fueron días a floración, altura de planta, diámetro
del tallo, días a la cosecha, número de frutos por planta, diámetro y longitud del fruto, solidos
solubles totales (°Brix), peso promedio del fruto, rendimiento y rentabilidad económica. Los
genotipos de papaya Maradol y Mulata presentaron una mejor respuesta en su crecimiento con la
aplicación del fertilizante químico, por presentar menores días a la cosecha, así como un mayor
diámetro de tallo en comparación a la fertilización biológica y orgánica. La fertilización química
en las plantas de papaya Maradol generó el mayor número de frutos (38) y contenido de solidos
solubles (11.49 °Brix) y en el genotipo Mulata promovió un mejor peso de fruto (1906 g) y
rendimiento (99.19 t ha-1). Los inoculantes biológicos favorecen el incremento en el tamaño del
fruto. Mulata con la fertilización química fue más rentable (GPI de $5.36) que Maradol con (GPI
de $ 4.98).
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Introducción
La papaya (Carica papaya L.) es uno de los frutales con mayor demanda en los mercados mundiales,
por su alta rentabilidad y para su consumo en fresco, al tener alto valor nutritivo y digestivo
(Mirafuentes y Azpeitia, 2008; Constantino et al., 2010; Martin-Mex et al., 2012). Actualmente,
México ocupa el cuarto lugar a nivel mundial produciendo 1 034 532 t y primer país exportador del
fruto (12.13% de la producción) hacia Estados Unidos de Norteamérica. Los principales estados
productores son Oaxaca, Colima, Chiapas, Veracruz, Michoacán y Guerrero que siembra alrededor
1 376 ha con una producción de 44 725 t y rendimiento de 39 217 t ha-1 (SIAP, 2018).
La producción en Guerrero se localiza en las zonas costeras, regiones Norte y Tierra Caliente,
donde se cultivan genotipos criollos que presentan bajos rendimientos y calidad (Alcántara et al.,
2010). Por lo que, es importante desarrollar nueva tecnología agrícola que ayude a incrementar la
producción en papaya, así como la generación de nuevas variedades y el estudio del manejo
agronómico (fertilización), que coadyuven a reducir los costos de producción, además de no
contaminar el ambiente. El genotipo más demandado tanto por el productor como el consumidor
es la Maradol debido a su alta productividad y calidad, de igual forma el genotipo Mulata presenta
características deseables que la hacen competitiva; sin embargo, cada una presentó características
que sobresalen dependiendo de la región de producción y manejo agronómico (Muñozcano, 2011).
El uso de fertilizantes es esencial para alcanzar los mayores rendimientos en los cultivos (Álvarez-
Hernández et al., 2011). No obstante, las formas de producción tradicionales; es decir, con exceso
de fertilizantes químicos, han originado como consecuencia la contaminación de suelos y aguas, lo
que ocasiona degradación de estos recursos naturales (Quiñones et al., 2012), por lo que se ha
optado en buscar alternativas para evitar el abuso de esta práctica, como son los productos de origen
orgánico o inoculantes biológicos.
Los microorganismos como los hongos micorrízicos arbusculares, son componentes microbiológicos
del suelo que pueden utilizarse como inoculantes para mejorar la nutrición en las plantas (Quiñones
et al., 2012). En trabajos realizados con bacterias u hongos han apreciado, que se puede aumentar la
absorción de los elementos nutritivos por las plantas e incrementar el rendimiento en campo
(Sangabriel et al., 2010; Quiñones et al., 2012; Quiñones et al., 2014). Al respecto, Constantino et
al. (2010) observaron una mejora en la germinación y crecimiento de plántulas de papaya con el uso
de hongos micorrízicos-arbusculares y rizobacterias en Villahermosa, Tabasco.
En relación con lo anterior, Acevedo y Pire (2004) encontraron que al utilizar lombricomposta se
estimuló el crecimiento de las plantas de papaya. Por su parte, Maruchi et al. (2008) reportaron que
con la fertilización química en mezcla con citricomposta en plantas de papaya Maradol lograron
una altura de la planta de 191.2 cm, diámetro de tallo de 10.2 cm, con un número de frutos por
planta de 40.6 y un rendimiento de 140.8 t ha-1, en Ciudad de La Habana, Cuba.
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El este estudio pretende comprobar los beneficios, al utilizar tres alternativas de nutrición, en el
cultivo de papayo. El objetivo de este estudio fue evaluar el efecto de la fertilización química,
orgánica e inoculantes biológico sobre el rendimiento y rentabilidad de dos genotipos de papayo.
Materiales y métodos
La investigación se realizó en el campo agrícola del Centro de Estudios Profesionales del Colegio
Superior Agropecuario del estado de Guerrero, localizado en el km 14.5 de la carretera Iguala-
Cocula, entre las coordenadas 18º 19’ latitud norte y 99º 39’ longitud oeste, a 640 m de altitud. En
la región predomina un clima tropical seco [Awo (w) (i) g], con lluvias en verano. La precipitación
y temperatura medias anuales son de 797 mm y 26.4 ºC, respectivamente (García, 2005). Previo al
establecimiento del experimento se realizó un muestreo del suelo, el cual se llevó al laboratorio de
edafología del Colegio Superior Agropecuario del estado de Guerrero, para conocer las
características iniciales del suelo.
El material genético usado fueron los genotipos comerciales Maradol y Mulata los cuales se
sembraron el 28 de diciembre de 2013, en charolas con 200 cavidades previamente lavadas con
agua y jabón, después se sumergieron en un recipiente que contenía cloro comercial al 6%, a una
relación de 10 mL L-1 de agua, durante 5 min. Para el semillero se utilizó sustrato estéril, colocando
una semilla por orificio a una profundidad de 1 cm, se regó diariamente por la mañana. Pasados 50
días de la siembra, las plantas más vigorosas y sin deformaciones fueron seleccionadas para su
posterior trasplante a macetas de polietileno negras de 15 x 20 cm, la cual se llenó con el mismo
sustrato utilizado en el semillero.
El método de plantación utilizado fue rectangular 2.1 x 3 m, dando una densidad de población de
1 587 plantas ha-1. A los genotipos en estudio se les aplicó una fertilización química, orgánica y
biológica, realizada en tres épocas de aplicación, la primera el 12 de febrero, la segunda el 07 de
mayo y la tercera16 de junio del 2014. Los tratamientos empleados se describen en el Cuadro 1.
Para compensar deficiencias por micronutrientes se realizaron aplicaciones de fertilizante foliar
(Bayfolan®) a todas las plantas.
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Donde: Yijk= es la variable respuesta; βi= es el efecto del i-ésimo bloque; Aj (genotipo)= efecto del
j-ésimo tratamiento; ɛij= error aleatorio en la parcela grande; Bk (fertilizantes)= efecto del k-ésimo
subtratamiento; (AB)jk= efecto de la interacción entre el j-ésimo tratamiento y el k-ésimo
subtratamiento; y eijk= error aleatorio en la parcela chica.
Las variables evaluadas en etapa de floración fueron: días a floración donde se contabilizaron,
desde el momento del trasplante hasta que se presentó el inició la brotación de la yema floral. El
diámetro del tallo de la planta se registró utilizando un vernier digital (Caliper®) tomando la lectura
exactamente en el cuello de la planta. La altura de la planta se midió con una cinta métrica, desde
el cuello hasta el ápice de la planta. La cosecha se realizó semanalmente, una vez iniciada la
formación de betas en el fruto. Se hicieron 5 cortes manuales, los cuales fueron el 14, 21 y 28 de
noviembre de 2014, así como el 04 y 11 de diciembre de 2014.
En la cosecha se evaluaron, los días a la cosecha, donde se contó desde el momento del trasplante
hasta el día que se realizó el primer corte del fruto por planta. También se evaluó el número de
frutos por planta contando todos los frutos incluyendo los cuajados (amarre) y los que estaban en
proceso de maduración. La longitud y diámetro del fruto se midió con un vernier (Caliper®) en la
parte media del fruto y desde la inserción del pedúnculo hasta el otro extremo distal del fruto. En
cuanto a los sólidos solubles totales (°Brix) esta se evaluó cuando los frutos llegaron a la madurez
comestible, aproximadamente entre 6 y 8 días después del corte, utilizando un refractómetro
(Precision Instruments®, REF040).
Los frutos cosechados se pesaron en una báscula electrónica (IBN®, B-30) con 30 kg de capacidad
para obtener el peso promedio. El rendimiento de frutos se estimó por hectárea, tomando los valores
promedio del peso del fruto, el número de frutos por planta y la densidad de población por hectárea.
A las variables evaluadas se les realizó un análisis de varianza, con el programa estadístico del SAS
(Statistical Analysis System, Versión 9.0) y la prueba de comparación de medias Tukey con
probabilidad de 5%.
Para el análisis económico se estimaron los costos arrojados por cada tratamiento utilizando las
siguientes ecuaciones (Bueno et al., 2005):
Costo total (CT). Es la suma de los costos fijos (CF) y variables (CV).
IT= Py Y
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Donde: Py= precio del producto ($6.58 para ese año); Y= producción ha-1.
Ingreso neto (IN). Es la diferencia del costo total (CT) y el ingreso total (IT).
IN= (IT-CT)
Ganancia por peso invertido (GPI). Se obtuvo dividiendo el ingreso neto (IN) entre el costo total (CT).
GPI= (IN/CT)
Resultados y discusión
El análisis fisicoquímico del suelo mostró que el estudio se estableció en un suelo con textura
arcillosa (63%), pH 7.1 neutro, densidad aparente de 1 g cm-3, conductividad eléctrica de 0.206
dS m-1, materia orgánica de 3.6%.
Días a floración
En el Cuadro 2 se presentan los efectos de los tipos de nutrición empleados en los dos genotipos
de papayo. De acuerdo con el análisis de varianza entre genotipos no se observaron diferencias
significancia (p≤ 0.05); sin embargo, Maradol comenzó a florecer 2 días antes que el genotipo
Mulata. Esto indica, una mayor precocidad por parte de Maradol. En cuanto al tipo de fertilización
empleada, se encontró que las yemas florales, necesitaron en promedio 127 días para florecer al
utilizar los productos orgánicos, mientras que las plantas fertilizadas con químicos y biológicos
florecieron en promedio a los 126 días, respectivamente.
El análisis estadístico para la altura de planta y diámetro del tallo no mostró diferencias
significativas (p> 0.05) entre los genotipos de papaya con los diferentes tipos de fertilización. Sin
embargo, se puedo observar que la variedad Mulata expresó una mayor altura, con el uso de
inoculantes biológicos. No obstante, con la fertilización química se generaron tallos de mayor
diámetro. La variedad Maradol, también alcanzó su mayor altura con el fertilizante biológico al
igual que el orgánico; en cuanto al grosor del tallo resulto más ancho con la fertilización química.
Esto indica que la aplicación de fertilizantes químicos genera plantas con mayor grosor del tallo, pero
también de menor altura, lo que pudiera está relacionado con la precocidad de la planta. El estímulo
de los nutrimentos esenciales en el suelo posiblemente promovió una pronta inducción floral, debido
a que la planta detuvo su actividad de crecimiento vegetativo para inicia la etapa de formación de
flores y frutos (Azcón-Bieto y Talón, 2008; Maruchi et al., 2008; Rodríguez et al., 2011).
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Al respecto, Quiñones et al. (2012; 2014) al evaluar el cultivo de papaya encontraron un mayor
crecimiento en la altura de la planta y diámetro del tallo con la fertilización biológica (Glomus sp.)
y composta de materia orgánica en contraste con la fertilización química. Acevedo y Pire (2004)
en Tarabana, estado de Lara, Venezuela, reportaron una mayor altura y diámetro del tallo en la
papaya variedad Tailandesa con la aplicación de lombricomposta en comparación a la fertilización
química (Cuadro 2).
Días a la cosecha
En los días a la cosecha la fertilización mostró diferencias significancia (p≤ 0.05) para cada
genotipo, donde se presentó una reducción en los días transcurridos para realizar la cosecha con el
fertilizante químico, contrastando con la fertilización orgánica y biológico en el cual Maradol
requirió 12 y 24 días más para efectuar la primera cosecha y Mulata 5 y 10 días, respectivamente.
Esto indica que la fertilización química logra reducir los días a la cosecha en el genotipo Maradol
en comparación a la fertilización orgánica y biológica. La disponibilidad de los nutrimentos
esenciales en el suelo promovió una rápida acumulación de azúcares en el fruto, iniciando así más
pronto la cosecha (Alcántara et al., 2010; Álvarez y Munro, 2011) (Cuadro 2).
La cantidad de frutos que presentó el genotipo Mulata sobresalió a Maradol con la aplicación de
fertilizantes orgánicos y biológicos, no así en la fertilización química donde se observó el mayor
número de frutos en el genotipo Maradol; sin embargo, estos valores no fueron significativos (p>
0.05) respecto a Mulata en la fertilización química (Cuadro 3). Lo que indica que la fertilización
química incrementa el número de frutos en planta de papaya. Al respecto Rodríguez et al. (2011),
compararon efectos de fertilización biológica y química en la variedad Maradol, obtuvieron 19.8 y
20.2 frutos por planta, respectivamente.
Cabe señalar, que la fertilización orgánica genero más número de frutos que la fertilización
biológica en ambos genotipos. Ya que la materia orgánica mejora las propiedades físicas y
químicas del suelo e incrementó la capacidad de retención de agua y nutrimentos, además de que
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algunas fuentes de materia orgánica presentan una gran disponibilidad de nutrientes que
promueven la reproducción de las plantas (Quiñones et al., 2014). Asimismo, Maruchi et al.
(2008) realizaron una investigación en papaya Maradol Roja, en donde encontraron promedios
de 40.6 frutos planta-1, en tratamientos con fertilización química y orgánica (citricomposta).
En el peso medio del fruto los genotipos evaluados no mostraron diferencias significativas (p>
0.05) entre los fertilizantes utilizados; sin embargo, a pesar de la nula significancia el genotipo
Mulata mostró un peso superior a Maradol, siendo la fertilización química en ambos genotipos las
de mayor peso que las fertilizaciones orgánica y biológica (Cuadro 3). Los resultados indican que
con la fertilización química se mejora el peso del fruto, lo que está relacionado con un mayor
rendimiento. Al respecto Rodríguez et al. (2011) obtuvieron un peso promedio de 1.62 kg en el
tratamiento químico y 1.71 kg en el orgánico, los cuales no fueron significativos entre sí. Mientras
que Vázquez (2011) en un estudio realizado en papaya Maradol con tratamientos químico y
micorrizas Glomus musseae, encontró medias de 1.432 y 2.078 kg, respectivamente.
El análisis estadístico para el diámetro y longitud del fruto presentó diferencias significativas
(p≤ 0.05) entre genotipo, siendo Mulata el que produjo frutos de mayor diámetro y longitud
(Cuadro 3).
Cuadro 3. Características físicas y químicas de dos genotipos de papaya en función del tipo de
fertilización.
Frutos por Peso del Diámetro del Longitud
Genotipo Fertilizante °Brix
planta fruto (g) fruto del fruto
Maradol Química 38 a 1 706 a 12.58 b 18.49 c 11.49 a
Orgánico 22 b 1 683 a 12.4 b 20.03 bc 11.45 a
Biológico 14 c 1 51 a 13.71 b 21.37 bc 11.45 a
Mulata Química 30 a 1 906 a 14.46 b 23.31 ab 10.93 b
Orgánico 31 a 1 806 a 12.52 b 22.31 ab 10.8 b
Biológico 18 bc 1 773 a 15.14 ab 24.54 ab 10.77 b
Tukey α = 0.05 (DMS) 10.7 493.2 2.3 2.9 0.1
CV (%) 25.9 11 6.8 7.1 0.5
Columnas con las mismas letras indican que las variables con estadísticamente iguales (Tukey, p= 0.05).
Lo que está relacionado con el mayor peso de fruto. Al respecto, Muñozcano (2011) menciona que
el genotipo Mulata desarrolla frutos más grandes que Maradol. Esto puede relacionarse con la baja
cantidad de frutos que presentó la planta provocando una mínima competencia por los nutrientes
entre los frutos, generando frutos de mayor tamaño.
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La concentración de sólidos solubles mostró diferencias significativas (p≤ 0.05) entre los genotipos
y no así en el tipo de fertilización aplicada. El mayor contenido de solidos solubles se presentó en el
genotipo Maradol en comparación a Mulata. El análisis estadístico no mostró diferencias estadísticas
en el tipo de fertilización (Cuadro 3). Esto indica que la papaya Maradol es más dulce Mulata. Debido
a que la concentración de solidos solubles es una característica genética que está relacionada con el
genotipo utilizado. Al respecto, Santamaría et al. (2009) reportan que el contenido de solidos solubles
totales que logró alcanzar la fruta de papaya Maradol es de 11.5 °Brix.
Rendimiento de fruto
El rendimiento para los dos genotipos evaluados mostró diferencias significativas (p≤ 0.05) entre
los fertilizantes utilizados, no así entre genotipos. Sin embargo, el genotipo Mulata superó a
Maradol, el cual presentó una mayor producción. Por lo tanto, el mejor rendimiento se encontró en
el genotipo Mulata con la aplicación del fertilizante químico, lo cual está relacionada con el peso
del fruto más alto. El tratamiento químico obtuvo el mayor valor promedio que fue de 95.16 t ha-1
y logró superar ampliamente al orgánico y biológico que registro en promedio 56.58 y 48.56 t ha-
1
, respectivamente. Esto indica que la fertilización química influye directamente sobre el
rendimiento del cultivo (Figura 1).
Análisis económico
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Cuadro 4. Rendimiento (R), ingresos totales (IT), costos fijos (CF), costos variables (CV), costos
totales (CT), ingresos netos (IN) y ganancia por peso invertido (GPI) en genotipos (G)
de papaya en función del tipo de fertilización.
R IT CF CV CT IN GPI
G Fertilizante
(t ha-1) ($)
Maradol Químico 91.14 549 574.20 73 329.28 18 633.10 91 962.38 457 611.82 4.98
Orgánico 41.77 251 873.10 73 329.28 26 423.60 99 752.88 152 120.22 1.52
Biológico 41.94 252 898.20 73 329.28 6 573.60 79 902.88 172 995.32 2.17
Mulata Químico 99.19 598 115.70 73 329.28 20 702.70 94 031.98 504 083.72 5.36
Orgánico 71.39 430 481.70 73 329.28 28 493.20 101 822.48 328 659.22 3.23
Biológico 55.18 332 735.40 73 329.38 8 643.20 81 972.48 250 762.92 3.06
R= rendimiento; IT= R x precio por kg de papaya ($6.03); CF= incluye costo de preparación del terreno, siembra,
riego, manejo de maleza y plagas; CV= incluye el costo de la semilla y fertilización.
La fertilización química generó el más alto ingreso total, ingreso neto, y la mayor GPI, en el
genotipo Mulata a igual que en Maradol. Así, por cada peso invertido en la producción de Mulata,
se recuperó $5.39. Las GPI más bajas fueron las obtenidas con la variedad Maradol tanto en la
nutrición orgánica como en la biológica. Al respecto, Bueno et al. (2005) en Veracruz con siembra
de papaya Maradol observaron el mejor ingreso neto con una alta fertilización química. Por lo que
se recomienda el uso del genotipo Mulata, ya que con la fertilización química se genera un mayor
ingreso neto; sin embargo, la fertilización orgánica puede ser una alternativa para los agricultores
que cultivan y comercializan productos orgánicos.
Conclusiones
Los genotipos de papaya Maradol y Mulata presentaron una mejor respuesta en su crecimiento con
la aplicación del fertilizante químico, por presentar menores días a la cosecha, así como un mayor
diámetro de tallo en comparación a la fertilización biológica y orgánica. La fertilización química
en las plantas de papaya Maradol, generó el mayor número de frutos y contenido de sólidos solubles
(°Brix) y en el genotipo Mulata promovió un mejor peso de fruto y rendimiento. Los inoculantes
biológicos favorecen el incremento en el tamaño del fruto. Mulata con la fertilización química es
más rentable, debido a que logró una ganancia por peso invertido de $5.36.
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