Entrevista A Johannes Gutenberg

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Entrevista a Johannes Gutenberg: un personaje adelantado a su época

Entrevistador: Buenos días, buenas tardes, buenas noches, dependiendo


de la hora que no estén sintonizando. Bienvenido a nuestro programa (…) ¿Se
imaginan quién puede ser el invitado de hoy? Lo único que les puedo adelantar es
que viene desde un viaje muy lejos, desde el renacimiento, y antes de que se nos
vuelva a dormir, mejor comenzar de una vez.
Johannes Gutenberg, hijo del patricio Friele Gensfleisch zur Laden y la
burguesa Else Wyrich, nace en Maguncia, Alemania, alrededor del año 1400,
donde se forma como orfebre. Es un inventor, grabador e impresor, creador de
uno de los inventos que cambió el futuro de la humanidad: la imprenta. Creando
una imprenta de tipos móviles moderna, y donde probablemente comenzó a
imprimir la gran Biblia sacra latina, así como libros más pequeños. Terminó
la Biblia de Gutenberg, a finales de 1456, su trabajo más reconocido.
Sabemos que Johannes Gutenberg, padre del renacimiento, representante
fiel en su máximo esplendor, es mucho más que un simple orfebre y mucho más
que la creación de una imprenta, invento, que definitivamente cambió al mundo
que conocemos… Hasta la actualidad; pero, quisiera preguntarle Sr. Gutenberg,
¿qué es lo que nadie sabe sobre Johannes Gutenberg?
Johannes Gutenberg: Gracias por esa introducción. Estoy muy emocionado y
agradecido de que me hayan tenido en cuenta al comunicarse conmigo para
participar en su programa.
Entrevistador: Gracias a usted por aceptar. ¡Es un honor! ¡Aplausos para el
padre de la imprenta!
Johannes Gutenberg: Podríamos comenzar con que mi verdadero nombre es
Johannes Gensfleisch zur Laden. En dialecto alemán renano, mi apellido
“Gensfleisch” se asemeja a “carne de ganso”, por lo que preferí usar el apellido
por el cual hoy en día soy conocido.
Entrevistador: ¿Quién lo hubiera imaginado…?

Johannes Gutenberg: Soy hijo de un orfebre de profesión y director de la Casa


de la Moneda de mi ciudad natal Maguncia. Desde temprana edad estuve iniciado
en el arte de la orfebrería y en las técnicas de acuñación de monedas. Tras
estudiar en Erfurt, hacia 1434, emigré a Estrasburgo, donde me establecí como
orfebre. En 1436 afronté la querella que me puso una dama, de nombre Ennelin,
por haber roto su promesa de matrimonio. He demostrado mi habilidad en
cuestiones técnicas y un fuerte espíritu empresarial. En 1437 descubrí un
novedoso sistema para pulir piedras preciosas, y un año después concerté un
contrato con Andreas Dritzehn, Hans Riffe y Andreas Heilmann para fabricar
espejos para los peregrinos. Los espejos se llevaban prendidos en el sombrero, en
la túnica o en los bastones, y servían para captar los destellos de las reliquias e
imágenes sagradas en la creencia de que así se transmitía su bendición. Esta
actividad requería gran destreza en el manejo del metal y se dirigía a una
demanda masiva, dos características que se encontraban también en el invento en
el que estaba trabajando al mismo tiempo con gran sigilo, un sistema para fabricar
libros de forma mecánica mediante caracteres metálicos.

Entrevistador: ¿Qué lo impulsó a llevar a la Imprenta del campo imaginario al


campo de la realidad?
Johannes Gutenberg: En Europa, durante muchos siglos no se conoció más
forma de reproducción de textos que la copia manuscrita realizada por escribanos.
El trabajo se concentró en los escritorios de los monasterios, pero en el siglo XIII
la producción de manuscritos se desplazó a los nuevos centros universitarios,
donde surgieron talleres que llegaron a emplear a medio centenar de copistas,
organizados de forma prácticamente industrial. También se generalizó entonces el
uso del papel, elaborado con lino y cáñamo, mucho más barato y manejable que el
pergamino.
Por otra parte, a finales del siglo XIV se difundió en Europa la técnica del grabado
sobre madera, o xilografía, que permitía imprimir gran número de imágenes sobre
tela o papel a partir de una única plancha. Esta primera imprenta se orientó
inicialmente a la producción de imágenes piadosas, individuales o combinadas
para formar libretos. También se podían imprimir opúsculos impresos por una sola
cara, que coexistieron con los libros impresos en tipos metálicos durante la
segunda mitad del siglo XV. Tenía, sin embargo, el inconveniente de que las
planchas de madera grabada, además de requerir mucho tiempo para su talla, se
deterioraban rápidamente.
Aproximadamente en el año 1440, cuando trabajaba en la iglesia, transcribiendo
manuscritos de libros que guardaba la iglesia, realizamos una apuesta para ver
quien podía transcribir manuscritos en menos tiempo y más cantidad. Es así
como lo imaginario pasa a ser real, y con ello la llegada de una nueva revolución.
Faltaba idear un sistema que permitiera imprimir mecánicamente textos escritos
sin que fuera necesario grabar cada página. La solución fueron los tipos móviles:
letras talladas en metal que podían combinarse para formar las palabras y líneas
de una página de texto. Las ventajas del procedimiento, que permitía reproducir
escritos con una rapidez y a una escala sin precedentes, garantizaron un éxito
fulgurante que se ha prolongado hasta la actualidad. El asalto de Maguncia en
1462 contribuyó a la difusión de la imprenta en Europa.
Entrevistador: Para usted, ¿cuál es la importancia de la imprenta?
Johannes Gutenberg: Si lo vemos desde el punto de vista racional, podríamos
definir la imprenta como una forma mecánica de reproducir letras e imágenes en
un soporte metálico y, posteriormente, transferirlas al papel.

Desde el principio, el ser humano ha sentido la necesidad de comunicarse con los


demás. El lenguaje ha sido el primer paso. Posteriormente ha necesitado plasmar
sus primeros sonidos e imágenes sobre diferentes soportes, ya fuera madera,
piedra, metal, etc. pero esto siempre ha sido algo que se quedaba corto en cuanto
espacio y muy corto en cuanto a difusión del mensaje. A partir de ahí todas las
civilizaciones han tenido la necesidad de reflejar por escrito todo las actividades
comerciales, sociales, económicas, literarias… es decir, el conocimiento diario,
creativo, cultural y científico. Pero hasta la aparición de la imprenta, no sólo era
bastante complicado el guardarse conocimiento, sino también el dar a conocer ese
conocimiento fuera de los ámbitos en los que se utilizaba. La imprenta, por mucho
que pase el tiempo, será siempre un elemento que nunca pasará de moda y que
evoluciona con el tiempo y se adapta a las necesidades del conocimiento, de lo
lúdico y de las necesidades de las personas.

Para mí, es uno de los mayores inventos del siglo XV y una revolución cultural,
debido a que ha revolucionado la forma en que los hombres accederían en lo
sucesivo a la información y el saber, a la difusión a gran escala del saber en poco
tiempo, y, que puede abarcar muchas personas, es decir, contribuye a la
masificación del conocimiento. A pesar de tratarse de un mecanismo muy simple,
su importancia para nuestra evolución ha sido más que destacable. Es que
dígame, ¿que sería de un mundo sin libros…?
Entrevistador: ¡Wow!, ¡sin palabras! , tiene usted toda la razón. Estaríamos todos
totalmente perdidos, no seríamos lo que somos hoy en día y por supuesto no
sabríamos de su increíble ingenio. ¡Un aplauso, por favor!
Durante la invención de la Imprenta, ¿cuáles fueron las dificultades que pusieron
en peligro su creación?
Johannes Gutenberg: Aunque yo quería mantener este tema en secreto…
Cuando hice los primeros ensayos de impresión en Estrasburgo, con el apoyo de
mis socios en la empresa de la fabricación de espejos, pedí, a través de un
documento, que no le enseñasen a nadie la prensa. Yo quería mantener ese tema
en secreto para que mis trabajos pasaran como manuscritos…
Entrevistador: Pero Herr Gutenberg, ¿por qué mantener en secreto un invento
tan revolucionario?
Johannes Gutenberg: Para poder cumplir con la apuesta tuve que pedir dinero a
Johann Fust, un rico negociante, el cual me prestó 800 florines para la fabricación
de ciertos instrumentos y 300 florines más para la “obra de libros” mediante un
nuevo contrato en el cual estaban contemplados los gastos de papel, pergamino y
tinta. El dinero no fue el único problema, también el tiempo, ya que me costó
mucho poner en marcha lo que sería la futura imprenta. Volví a pedir un préstamo,
tuve que incluso formar una sociedad y aceptar la vigilancia de Peter Schöffer,
sobrino de mi prestamista. Cuando ya estaba a punto de cumplir con las 150
biblias que había prometido, dos años más tarde me quedo sin dinero y sin
préstamo, ya que Fust rechazo pagarme más, dejando a cargo a su sobrino, y es
así como arruinado abandono mi propia imprenta. A finales de 1455, Fust me
acusa de emplear el dinero que le había prestado para otra cosa que la
“fabricación de libros”. Fust logró que los tribunales me condenasen a devolverle el
dinero que le adeudaba más los intereses, 1.200 florines en total, una suma
enorme a la que no podía hacer frente. El resultado fue que Fust se hizo con
buena parte del material de impresión y logró el objetivo que seguramente se
proponía con la acusación: apropiarse del pingüe negocio y desembarazarse de
un inventor fastidioso al que robó sus hallazgos. Con ayuda de su futuro yerno,
Peter Schöffer que conocía la técnica y era, sin duda, más fácil de manejar. Creó
uno de los talleres más prósperos de Europa. Pese a ello, me quedè al menos
con una prensa con la que seguí trabajando en Maguncia. Allí imprimí un
diccionario latino, el Catholicon. Luego, me trasladé un tiempo a la cercana
Bamberg, donde entre 1458 y1460 concluiría la impresión de la Biblia de 36
líneas, empezada en Maguncia años antes.
Todo era una estrategia para mantener acciones mercantiles, pero esto me llevo a
tener problemas con mis socios comerciales, ya que este invento permitiría
difundir el saber en poco tiempo, llevándolo a muchas personas en todo el mundo
y reduciendo los costos para que pudiera ser un negocio prospero. Sin embargo,
lo costos para la ejecución de este proyecto fueron muy altos, lo cual me obligó a
acudir a muchos prestamistas endeudándome y conduciéndome a la ruina y así
terminar en un convento viviendo de la caridad de los monjes.

Entrevistador: Además de la Imprenta, ¿qué otros proyectos tuvo en mente?


Johannes Gutenberg: Mejorar la imprenta hasta conseguir un aparato más
funcional, las tintas y el papel de impresión. La reproducción de la biblia de 42
líneas y otros impresos como monotipos e ilustraciones, Gramática Latina,
Catholicon, Calendario, entre otros.
Entrevistador: ¿Cómo describiría su relación con la iglesia?
Johannes Gutenberg: En general fue una relación buena, claro, como todo tuvo
sus altos y sus bajos, pero en su mayoría fue buena. Trabajé con ella al principio
como orfebre y posteriormente transcribí manuscritos de libros que guardaba la
iglesia, de allí nace la idea de hacer una apuesta para ver quien podía transcribir
manuscritos en menos tiempo y más cantidad, convirtiendo lo imaginario en
realidad.
En la noche del 27 al 28 de octubre de 1462, Maguncia fue asaltada por las
tropas de un poderoso príncipe, Adolfo II de Nassau, nombrado poco antes
arzobispo de la ciudad, fui víctima de una represión desencadenada en la cual se
confiscó mi casa familiar, la Gutenberghof, por lo que debí exiliar durante un
tiempo a una ciudad próxima, Eltville. No pude pagar al cabildo de Santo Tomás
de Estrasburgo la suma de cuatro libras que le debía por los intereses de un
préstamo, estaba pasando apuros económicos. En 1465, el arzobispo de
Maguncia reconoció mi valía y me incorpora al personal de su palacio,
prometiéndome un estipendio anual, un vestido de corte, 20 medidas de trigo y
toneles de vino para mi casa, es así como un hombre con muchos planes en
mente, se convierte en un hombre arruinado, pero acogido, apoyado y protegido
por quien por un momento fue su enemigo. Irónico, ¿no?
Entrevistador: Por favor háblenos acerca de su trabajo más reconocido, la biblia
de Gutenberg, también conocida como la Biblia de 42 líneas o Biblia de Mazarino,
¿cuál es su origen?
Johannes Gutenberg: ¿Quieres que te revele un secreto? La Biblia de Gutenberg
no es el primer gran libro impreso en Europa occidental a partir de tipos móviles de
metal, fue Misal de Constanza en 1450; sin embargo, es como si lo fuera, ya que
fue el que mayor repercusión obtuvo. Es un monumento que marca el punto de
inflexión en el arte de hacer libros y en la transición de la Edad Media al mundo
moderno. La Biblia fue terminada en Mainz, Alemania a fines de 1455. Esta Biblia,
con su noble tipo gótico impreso suntuosamente en la página, es reconocida como
una obra maestra de impresión de alta calidad y la artesanía. El texto es la
traducción al latín conocida como la Vulgata, que realizó San Jerónimo en el siglo
IV. La Biblia está impresa en columnas dobles, con 42 líneas en una página en su
mayor parte, de ahí el nombre de biblia de 42 líneas. Las mayúsculas y los títulos
están decorados a mano, a color. Los tres volúmenes están encuadernados en
cuero de cerdo blanco, que data del siglo XVI.
Entrevistador: Para finalizar nuestra entrevista Sr. Gutenberg, en pocas palabras,
¿como quisiera usted que lo recordaran?
Johannes Gutenberg: Pasar a la historia como el inventor que cambió al mundo.
“La imprenta es un ejército de veintiséis soldados de plomo con el que se
puede conquistar al mundo”.
Entrevistador: Muchas gracias por acompañarnos.
Johannes Gutenberg: Gracias a usted por invitarme.
Entrevistador: Recordamos, aprendimos y vivimos mucho hoy ¿Ven la
importancia que poseen estos grandes ilustres del pasado, la importancia de
conocer de donde venimos y adónde vamos, pero sobre todo la importancia del
conocimiento y el saber...? Los invitamos a indagar más y no quedarse con solo
lo que se ve, debemos buscar más allá de lo que nuestros sentidos pueden
percibir… Nos vemos en la próxima.

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