Qué Es Un Problema Filosófico?

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RESEÑAS

La Enseñanza de la Filosofía como problema filosófico

La Enseñanza
de la Filosofía como problema filosófico
Buenos Aires: Libros del Zorzal, 2008. 92pp.
ALEJANDRO CERLETTI

¿Ha sido la filosofía en la Universidad un espacio Es interesante en el libro la importancia que tiene
que ha permitido la construcción autónoma de el protagonista inicial de la enseñanza: el profesor
la vida intelectual de los estudiantes?, ¿tenemos de filosofía. El autor se detiene a analizar quién es
nosotros mismos una idea fija de qué es la filosofía ese que enseña, no solo por sus conocimientos
y de cómo debe ser enseñada?, ¿la imponemos filosóficos y pedagógicos, y la capacidad que tenga
acríticamente? Ante estas inquietudes, el texto La para establecer vínculos entre ellos, sino por la
enseñanza de la filosofía como problema filosófico se actitud del profesor con la filosofía misma y con
presenta como un intento de discusión sobre los la enseñanza. Por ello, señala en repetidas ocasiones,
supuestos que se esconden tras la enseñanza de la existen diferencias sustanciales entre aquel que ha
filosofía, y que la hacen diferente de otras disciplinas asumido la filosofía como un modo de vida, y aquel
humanísticas y científicas. La tesis principal del que la asume como una profesión entre otras, con
autor es que a ese proceso de “enseñanza- contenidos y formas particulares.
aprendizaje” subyacen diferentes problemas y que,
independientemente de la postura que el docente Este punto es importante para comprender
asuma en el proceso pedagógico, no puede evadir la perspectiva en la que Cerletti sitúa su propia
la reflexión inicial sobre ellos, ya que la enseñanza posición como autor: la filosofía es una actividad
de la filosofía se constituye, a su vez, en un ejercicio que en sí misma es dinámica, dialéctica, y no hay,
filosófico. por lo tanto, ni una única manera de asumirla
y afrontarla ni, por ello, una única manera de
Antes que cualquier otra cosa el autor se abordar su enseñanza. Es más, como discute al
preocupa por dejar claro desde el principio que inicio del primer capítulo, el aprendizaje mismo
su argumentación no gira en torno a resolver de la filosofía no supone, de suyo, un proceso de
inquietudes particulares sobre la enseñanza de la enseñanza en el sentido tradicional: una relación
filosofía, a saber, expectativas relacionadas con la unilateral y jerárquica entre alguien que transmite
forma más precisa y efectiva de hacer clase, ni de un conocimiento que posee, y otro que lo recibe
métodos o fórmulas que permitan a los estudiantes porque no lo tiene y lo necesita. Esto implica
obtener mejores resultados. Antes bien, la pregunta asumir que la naturaleza del filosofar compromete
por la enseñanza de la filosofía se centra en la activamente a la persona que está envuelta en él
fundamentación filosófica misma de la pregunta, y con una serie de problemas y conceptos que le
por los elementos que la componen. No es este atañen, y le permiten entrar en discusión con otros
–y no puede ser- un libro de pedagogía, entendida que asumen –y se asumen- desde otras preguntas
solamente como la forma más efectiva de asumir un y otras posturas. Lograr un diálogo en medio de
proceso de enseñanza, sino una serie de reflexiones la diversidad implica un compromiso de respeto,
que permitan a la persona que ha asumido dicha coherencia y responsabilidad, tanto con el propio
tarea, poner de manifiesto los diversos elementos pensamiento, como con el ejercicio mismo de la
que conforman el conjunto de la actividad. discusión.
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RESEÑAS Omar Prieto Ruiz

Dicha concepción tradicional es el punto de inicio que tiene la capacidad de enseñar en condiciones
de la cuestión presentada por el autor: la enseñanza, diversas. La pregunta por la posibilidad de la
en general, debe poder resignificar los antiguos enseñanza de la filosofía no se limita a ocasionales
esquemas de poder basados en la autoridad del desafíos pedagógicos (didácticos, lúdicos o
docente, evaluando las concepciones subyacentes procedimentales), sino que implica un verdadero
sobre el conocimiento, pero, por encima de todo, cuestionamiento filosófico (y político) del sentido
la noción de verdad que las soporta. Este es y la necesidad de esa enseñanza, en ese contexto
uno de los aspectos centrales del texto: todo específico en el que acontece.
proceso de enseñanza, máxime si éste es de una
El tener en cuenta el contexto particular de la
naturaleza filosófica, debe comprender el ejercicio
enseñanza, y los problemas concretos que la rodean,
docente como una tarea inacabada y en constante
son la condición indispensable para superar el
construcción. “La docencia en filosofía convoca a
ejercicio desigual de transmitir un conocimiento
los profesores y profesoras como pensadores y
dado hacia aquellos que aparentemente carecen
pensadoras, más que como transmisores acríticos
de él, convir tiéndose en un genuino diálogo
de un saber que supuestamente dominan, o como
entre iguales en donde el profesor juega un rol
técnicos que aplican estrategias didácticas ideadas
indispensable como “pensador”, como persona que
por especialistas para ser empleadas por cualquiera
plantea cuestionamientos y universos discursivos
en cualquier circunstancia”. (Cerletti, 2008: página
posibles, a diferencia del viejo Magister escolástico
11. Los énfasis son míos).
que sopor ta su autoridad y su poder en un
El poder y la autoridad no son entonces presu- saber extraño, necesario pero inaccesible para
puestos y condiciones sobre los cuales se desa- los alumnos por sí mismos. Esta enseñanza de la
rrolla el proceso de enseñanza, sino problemas filosofía implica, por lo tanto, el compromiso y la
que deben ser reflexionados a través de la misma. responsabilidad de garantizar, legitimar e incentivar
Un proceso de enseñanza que sea genuinamente el proceso individual de construcción de una
filosófico, debe partir del hecho de que los pro- subjetividad crítica.
blemas de la filosofía, sean estos epistémicos (la
La naturaleza de la filosofía, en tanto actividad
verdad, la ciencia, el lenguaje, etc.), o existenciales
racional en constante reconstrucción, implica
(la búsqueda del sentido de la vida, la igualdad, la
no solo un cuestionamiento ante las posturas
justicia, etc.), son una condición de posibilidad de
tradicionales de la enseñanza (que depositan la
la filosofía misma, un horizonte discursivo, más que
responsabilidad del aprendizaje en el docente y su
un presupuesto dado de antemano en él. En cada
capacidad para explicar uno u otro tema mientras
contexto específico la filosofía dice algo a las per-
dicta clase), sino fundamentalmente ante uno mismo
sonas y plantea diferentes preguntas que serán le-
como sujeto humano. Quien no está dispuesto a
gítimas e intencionadas, en la medida en que sean
poner atención a las diversas posturas, intereses y
el resultado de una construcción conceptual.
formas de ser que se encuentra cotidianamente
La enseñanza de la filosofía no es un proceso que en sus contextos específicos de enseñanza; quien
se desarrolla en abstracto, o en condiciones ideales; cree innecesario replantear y ajustar sus propios
tiene que tener en cuenta los diversos factores conocimientos a las dinámicas diversas de los
que intervienen en él y que lo perfilan más del lado procesos educativos, considera en el fondo que
de la inquietud y la pregunta, que de la respuesta la suya es la forma correcta y válida de pensar,
exacta y universal. Precisamente por esta razón no despreciando la palabra de aquellos que, con
hay procedimientos para enseñar filosofía que sean respecto a él, aparecen como ignorantes. Quien
eficaces en cualquier circunstancia, e identificables considera que no debe cuestionar y reconstruir
a priori. El mejor profesor, señala el autor, es aquel para poder acercarse a un diálogo con el estudiante, 249
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sino que por el contrario, considera que éste debe su reflexión la actualidad y la necesidad de la
poder entenderlo en sus propios términos, está más mayoría de edad en las condiciones sociopolíticas
del lado del dogmatismo conservador y autoritario, actuales, a que sepan quién fue Kant, por qué es
que del proceso de construcción creativa que debe importante y qué fue el movimiento Ilustrado en
implicar la enseñanza de la filosofía. Los propios Europa en el siglo XVIII.
conocimientos deben también poder estar en
No se puede iniciar ningún proceso académico
constante cuestionamiento, y el profesor abierto a
suponiendo en los estudiantes el mismo interés y
escuchar nuevas alternativas. Si no es así, ¿qué es a
el mismo entusiasmo que tiene el profesor hacia
lo que se llama filosófico de ese ejercicio?
la filosofía. Tampoco se puede suponer en ellos la
No existe por lo tanto un canon de enseñanza misma necesidad hacia la actividad. En ese sentido la
aislado del contexto, sino que surge del mismo; de indagación filosófica no es “preexistente” a todas las
la postura que se toma y desde la que asume el personas, así como tampoco es el signo diferencial
proceso el profesor. “La enseñanza de la filosofía es, de espíritus superiores. La indagación y el
básicamente, una construcción subjetiva, apoyada en cuestionamiento en filosofía deben descubrirse. Se
una serie de elementos objetivos y coyunturales. Un llega a ellos por una actitud de discernimiento que
buen profesor o una buena profesora de filosofía a su vez es creativa y dinámica. No es condición de
será quien pueda llevar adelante, de forma activa posibilidad de todo pensar, sino una actitud que debe
y creativa, esa construcción” (Ibíd., página 10). No cultivarse en medio de las circunstancias en las que
es una cuestión pedagógica simplemente, sino de surge, y a las cuales se debe como respuesta posible.
repensar activamente sus propios supuestos y ser
capaz de ponerlos en discusión con las dinámicas Esta par ticular actitud ante la realidad se ve
específicas en las que se da el proceso de enseñanza- confrontada ante las circunstancias específicas
aprendizaje. de una sociedad dinamizada por los intereses
materiales, impresionada por las experiencias visuales
El proceso de enseñar nunca es el mismo; no es de una estética espectacularizada y efímera que se
estático. Por el contrario, está inmerso en condiciones orienta en función de un placer unidimensional, y
diversas e implica un constante cuestionamiento del angustiada ante la posibilidad de su no satisfacción
sentido que esa enseñanza aporta para las personas en el plano económico. Frente a esas circunstancias
con las que se interactúa en él. Así como no hay contemporáneas, el pensamiento filosófico no
una única manera de transmitir un discurso, o mejor, solamente aparece como una actividad inútil y
el planteamiento de un problema específico, así aburrida, sino como algo anacrónico, lento y tedioso
tampoco existen receptores universales, estudiantes de lo que se puede, preferiblemente, prescindir.
estándar con preocupaciones homogéneas. El
asunto de la enseñanza de la filosofía no consiste Sin embargo, es del fondo de esta aparente
tanto en imponer una temática o un problema oscuridad en donde el ejercicio filosófico recobra
como relevante –en cuyo caso estaría el docente su fuerza y su sentido. Es precisamente ese estar
estableciendo una relación autoritaria, respaldado no-alineada, esa desadaptación consciente, lo
por el peso de la tradición “occidental” (de la que que la hace una actividad en constaste re-creación: al
nos queremos sentir herederos)-, tanto como problematizar aquello que parece evidente, que se
en posibilitar en el estudiante el descubrimiento ha asumido como una forma normal de conciencia,
del sentido y de la importancia que trae consigo la filosofía se sitúa, al mismo tiempo, al margen
el pensamiento autónomo. Así por ejemplo, para y en el centro de las dinámicas específicas de su
citar un caso específico de nuestro propio entorno tiempo. Por ello, sostiene el autor, “lo “filosófico”
universitario, es más significativo que los estudiantes radica en la posibilidad de revisar los supuestos que
250 del curso Procesos de Pensamiento descubran mediante presentan como obvio cierto estado de cosas y las
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Omar Prieto Ruiz

preguntas que son propias de ese estado de cosas


naturalizado” (Ibíd., página 46).
La reflexión sobre ese presente dominado por las
circunstancias socioeconómicas y culturales antes
definidas, hace de la filosofía una actividad necesaria
y urgente que debe apoyarse en la radicalidad
y pertinencia de su interrogar, cuestionando los
fundamentos de ese estado de cosas que, para
perpetuarse, quiere hacerla a un lado. Por ello es
indispensable que en esa dinámica mutuamente
construida entre estudiantes y profesores, los
problemas de la filosofía puedan ser actualizados
en el marco de las circunstancias mundo-vitales,
y redefinidos bajo el interés siempre constante
de una pregunta por el sentido. Ante la tendencia
histórica del poder político por limitar el acceso del
vasto público al conocimiento, o de diseñar modelos
educativos que tienden a homogeneizar los saberes,
los criterios y las conciencias de aquellos que los
reciben masiva y acríticamente, la filosofía emerge
cada vez con mayor fuerza y actualidad, en tanto
conciencia reflexiva del presente.
Solo en esta medida se entiende que las preguntas
en filosofía –y los filósofos- no tienen una existencia
en sí, sino para sí en modos específicos de aparición.
Esto, como se mencionó anteriormente, implica
responsabilidad y coherencia consigo mismo y
con la tarea de entrar en relación con otros a
través y desde la filosofía, en la tarea académica
que comparten. Muestra un compromiso de ser
consecuente con la propia manera de asumir la
filosofía, sus propios conocimientos en función de
lo que se pretende enseñar. No es solamente un
desafío pedagógico ocasional, una buena manera de
hacer bien tal o cual curso, sino que es un verdadero
cuestionamiento filosófico y político; un proceso de
autoafirmación creativa.

Omar Prieto Ruiz


Facultad de Ciencias Humanas
Universidad Autónoma de Colombia

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