Eva-Illouz-La-salvación-del-alma (Páginas Simples)

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Sea bajo la lorma del análisis introspEctivo, de un tallel lew age de "mente-cuerpo"
o de un programa de reafirÍració personal, la 'terapia" ha Iogrado un nivel lnusual
de legitimidad cultural en Lrua gLan variedad de grupos sociales, organizaciones, i¡s
tjluciones y ento¡nos cuiiurales. Ei discü¡so terapéutico ha atravesado y ha desdibu'
jado las €sleras esiancas de ]a nrodernidad hasta ll€gar a constiiujrse como uno de
los principales códigos con los cuales expresar, conformar y guiar al yo, a tal punto
que la perspectiva ierapéutica s€ ha convertido en uno de los centros de esa enildad
vaga y amorfa conocida con1o civilización occidenial. Sin embargo, ]a sociologia y el
análisis cultural han soslayado el estudio de ese proceso, de modo tai que esta obl'a
vieie a ocu!ar un siiio vacio en la comprensió¡ de nuesira modernjdad.
de Eva ]llouz
"Elobjetivo de este Iibro -señala la autora- es no sólo documentar los diversos
aspecios de la cultura ierapéutica sino también localizar la emergencia de una nueva
est ctura cultural." Pata ello, Illouz analiza el modo en que el lenguaje de ]a ieralia
ha reformulado el nivel más profundo de los sÍmbolos de identidad, en un proceso
que tuvo lugar simultáneamente a través de los canales especializados y formales del
conocimiento científico y a iravés de las indust¡ias culturales [e] cine, la prensa

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Iagllrfrt.,rn,,irhlsr,,ria(lr tlu¡ deLi iri¡,,,|E., L]n: r ,Lr hi.,toLi:r rlr:l L,,,qraii vrI,
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El n\suññ.L to rtopk todd.h.d. t.l daot I tr" nn¡¿dktúas
1htnh' del @pitalis@, BIoo, Karr. 200e
hrif,ti.lod$ congcladÚ. Lú .ttúioft'^irdM¡d¡id,
út cI cdp¡nthrú,
Bo.tror AierMdrid, x¡t¿ 2@7

Th. dhuÉ oJ dt'italitñ,t.Ni¿1é¡, 2oo!


ot ñh r,/ ,frcy dnd th? ttdnuut al hÁt y: 4ñ .,e, o popukt
@¡r¡r. Nu.v¡ York, Dor
Eva lllouz
La salvacl6n del alma moderna
Terapia. emociones y la cultura
de Ia autoayuda

Traducido por Santiago Llach

@ "r"*-,"""
Primora 6di.lón, 2010

@ K.E Edi¡ont
Ch¡tlm 216
CT42TH(P-Eusnos Aies
F6má! GoEál€a 59 Bajo A
28009 Maüid

'x'.¡ú.dlt É.cú
b sücitu orisií¡I S,vins the n d.m wúL
T¡hno d€
Thonw anntloÉ, úd tha colh!rc oÍ sé]-l,,.]p

O 2008 Th6 R€sents of rh6 Unie.Bty ot Cslifmia


Pl¡hlish¿d by .¡fusB¡mt yiü ü€ Unirüstry

ISBN Arg6ntt¡a: 978-987-1s66-ls-0


ISBN Esp¡tu: 97&849294401-l

I Sociolo8rá d.ls ClltE. I tlách, Santiaso, tr.d.


tr Tihlo
cDD 306

n coliuido i¡lrlEtu¡l d0 6.rs obñ s€ .!d.nEa


FDtogido !o! div€sss lei.s I t¡ltádos idt€mlciú.I6s
que lrol¡íban la mpFdueión fnr6gE o slihrctEd.,
Éstiada por cudquiB¡ proc.dini6 ,o, qü€ no cu6nie
cou IE .u¡orisdiór Ee.ss drl €dütr

Diseúo d. col€.dóE üolon ¡ust


Imprcso en Espara po Rományi Valls S.A.
08785 Cap6llEdes
Ihpó:dtol.g 8-8173-2010
lndice

7 Agradecimientos

9 r. Introduccién
L sociología cultural y Io terapéutico
25 La terapia como un nuevo estilo emocional
3o
34 Crírie qrltur¡l y psicologiá

37 2. Freud: un innovador cultur¿l


coño emp¡esa carismática
El psicoanálisis
lá organi?áción social d€l <¡risma Eeudiano
46 Éreud en los Estados Unidos
51 La matriz cultural freudiana
73 roman.e entre la psicologfa y la cultura Popular

79 Conclusión

8t 3.Delhomo economicusal honto cor rn ¡ieans


84 EI controlemocion¡l en lasocio¡ogladelasorSanizdc;oncs
88 El poder del control y el control del poder
9t tos psicólogos ingresm al m€r@do
9E Un nuevo estilo emocional
Control €mocional
La ética €omunicativa .omo €spiritu de la emPresa
r!8 Comperendá emocional, moral y profesional
t17

Be 4.1¡ tiranía de l
intimidad
lnt¡midad: un r.fugio cadn vcz más frio
'ar
r'] ¿Más allá dr su votuntadt t¡s psicólogos y el matrimon¡o
róo Lo quc e¡ femi¡ismo y la ps¡coloúa rienen en común
ró5 Intimidad: una nueva imaginación cmocional
y3 lá ¡acionálidad comu¡icariva en ei dornitorio
r78 Hácia la ideologta de la emoción pura
r87 El enfriamie¡to de la pasión
¡94 Conclusión

r97 5. EI suFir¡riento rriunfante


2o2 Por qué triunfó la terapia
22o lá narrariva terapéurjca de Iá personalidad
228 t¡ represenra(ión detyo a trávés de t¡ rerapi¿
237 Una narr¡i¡vá en acción
248 Con.lusión

¿5t ó. ¿Una nueva estratificació¡ cmocional?


255 El surgimiento de la competencja emocionál
2t7 La inteligencia emocional y sus ¡ntecedentes
275 El habirus ter¡¡péülico gtobal y et hombrc nuevo
28r lá intihidád como un bien soci¡l
296 Conclüsión

299 7. Gnclusión: el pragmarismo intitucioDal


en el estudio de la.ultura

loe fndice analflico


l.a iragedia dcl6plritu moderno consiste m
qre ha "resuclto el enigma del univ€rsoi pero s¡lo
para reemplazarlo por el eniSma de s, mismo.
Alaráfl t¡. KoyIe, N¿trt¿ñi¿r rt¡d¡?r
Agmdecimientos

l.as deudas adopun muchas formas. Algunas son tan grandes que se extien-
rlen mucho más allá de lo que puede ser correctamente expresado en la
so.ción de agradecimientos de un libro. Una deuda de ese tipo me une a
Hon¡elh, quien me inütó a pronu¡ciar las Crnferencias Adorno d€
^rc!
roo4 y me permitió ¡sí presentar Ios argumentos básicos de este libro a¡te
r¡n público a.adénico alemán maravillosámente argumentativo.
Dcsco expres¿r mi agr¿decimiento ha(ia numerosas insrituciones.uyo
.,pyo ha fac¡litado enormementela escritura de este libro: la Fu¡dación
Nrcional de las C¡e¡cias de lsrael, el lnslituto Shain y la Autoridad de
l)csarrollo e Investigación d€ la Universidad Hebrea de Londres.
Doylc Mccarthy, lefftey PraeSer y Charles Smilh leyeron y r€visaron el
libro entero pa rá la University of Cálifornia P¡ess y oÍiecieroD los mejores
Iipos dc críticas: aquellas que son intransigentes en los deláIes, pero bene-
volentcs en la inten€ión.
Gracias a los amigos y .olegas qu€ oliecieron críticas pertinentes y refe-
¡ .nciás bibliográficás iluminadoras: Boas Shamir, Michal Frenkel y Michal
lL¡liis áyudaron a afilar los aigummtos de los capítulos
1 y I. Un agradeci-

rnicnto especial para N¡hman Ben-Yehuda y Yorar¡1 Bilu, cuya amistad y


¡poyo convi(ieron en tolerable e incluso placmtero ¿l bi¡antino mundo

Mi rgradecimienro más profundo pa¡a Lior Flum por su apoyo inexo-


r.rl¡le cn una tárea que ofrece ian poca ¡ecompensa como la de revisar las
rx)l¡s .rl pie y las bibliografias, y a C,arol Kidron por su aF¡da en la edición
(lc este libm. Shoshanna ¡-inkelmanÍ tue responsable de llevar el libro a
*rs etapas finales, y probablemente s€ le puede adiudicar también el haber
ryudado a mantener un mínimo de cordura durante ese perlodo. Final-
rrcntc,cl maravillos equipo dcla University otCalifornia Pr€ss -Naomi
s(hn.idcr, Ll¡s.tbdh M¡tnrs, Mrrilyn r-hwdrtzyV¡lericWillc- ha traba,
1{) l^ !¡rv¡r 0r 0rL arlrÁ ¡10Drlxa

jado con estelibro deun nodo qüe con6rma su impecable reputación en

Este libro, como siempre, esiá dedi€ado a mi marido y mejo. amiso,


El€hanan.
I
Introducción

Sin duda, el concepto de illminismo no debe re§dngnse


demasiado er lo netodológico, puesto que, tat como
yo lo entiendo, induye algo más que simple deducción
lógica y v€rifi€ació¡ empirica, sino más bien, y más allá
de estas dos,la voluntad y la capacidad para especr¡la¡
fenomenológicamente, para establecer labs de empatia,
para acercarse a los ]ímites de lá razón. [-.-] ilás
enociones? En lo que a ml r€spe€ta, sl. ¿Dónd€ s€ ha
decretado qu€ el ilüminismo debe verse libre de la
emoción? A mi juicio, Io contrario parece ser lo cierto.
El iluminismo pued€ cumplir con su tarea correctamente
sólo si se dispone a trabajar con pasión.
Jean A¡nery

Mediarte palabras puede un hombre hacer dichoso ¿ otro


o enpüjarlo a la d€sespención, mediante palabras el
m¿cstro transmite su saber a los discípulos [...]. Palabras
despiertan sentimientos y son el ¡¡edio universal con el
que los hombres se influyen unos a otros.
Sigmund Er€ud'

Los epigr¿fes son d€ Icm ¡Derr, At the ñin.1\ Iinit* contenpla¡ioú 4 a rutriwt
. Auschwiz atvl its ftalities, reiñpr€sión, Bloomirgtor,lndiana U¡iv*sity
Pre$, 1930, p, xr [rÉd. 6?,. Mrs alw .le la dlpa y h dpi,cióñ: tñta¡i!ü ¡le
!4'do.ián .le una ictiud de l4,i¿¡e,.i¿, Ma&id, Prc-Tettos, 2oo,l y de sigúund
t\!td, tñto.lr.lory b.|ures on ?sy.l¡o¿"¿r{( Nufla YorI, Norton, 1966, p- 20
ll¡ cit¡ corcspond¿ á h edició ¡ ú 6p itol: confden iü .le iniorlucció¡ ol
trtitoAknlisis(p¡tu y ) (1rts-191ó), ol'ras ñtnplerds,Bte¡ós Aires, Amorrorlu,
'
r2 I LA 5Ál rAtlÓ 0r ¡rna 00¡rIa

En las últimas t¡es déc¡das se han acumulado sostenidamente los estudios


y las crlticas de la terapia. Aunque difieren en método y en persp€ctiva,
acuerdan en el hecho de que la do.trina terapéuti€a es noderna por exce-
lencia, y en que es moderna en aquelo que es má inquietante en la moder-
nidad: Ia burocratización, el narcisismo, ]a €onstrucción de un falso yo, el
control de las vidas moderras por parte d€l Estado, el colapso de las jerar
quías culturales y morales, la intensa privatización de Ia üda causada por
la organización sociat capitalista, el vaclo del yo moderno separado de las
rela.iones comu¡ales,la vigiláflciá a gi¿n es.ala,la expá¡sión del poder y
Ia legirim¿ción estatales, y la'\ociedad del riesgo" y €t cultivo de Ia vulne-
rabilidad delyo.'Los estudios acerca del discurso terapéutico podrran por
si solos proporcionaruos un compendio d€ losvariados temas que cons
tituyeD a la sociolosía (y la critica) de la modernid¡d.

i A.{ca de la buroratna.ión, véd¿ Perer Bcrser, "Tow¿ü a sociolognal


undestanding of psychoanaltsisi en Solü/ N'12, rs6r, pp. 26 4r.
Acer.á del nár.¡sismo, vélp Christophr Tr¡¿ d¡l,E
^¿r.ard¡¡,
Lasch, ¡y',,u nriñj
Añüko 14:¿ iñ añ age of ¿tiniñ¡hirs
ap¿.la.,b"r. Nueva York, w¡rner B@ks,
tstg lnad. esp-: Lo cuhum del ¿..¡isuo, santiaso de chile, Andr¿s B€llo, 19991.
Ac¡ca de ¡a construcción de Dn falso yo, véar Ia¡ cúü T/,r ,npora".¿
ofdi ppointneht,tñdre., eóudedse, t99a. Aer.a d.l .ontrol de lis üdd
ñoder¡as por parte de1 Esládq véáe Ellen Heman, Psy.hologkú ard the
childi e¡ Th@dore M. Poner y Dorcrhy Ross (€ds.), ft¿ Ci¡r¡,ridg¿ H6lo,7
aiscjefl.e,lol.7. The rtotLñ súi¿l t ir"cer, Nueva York, CsDbridge U¡iE$ity
?r6s, 2oor, pp. ó49-6ó2, y Tl¡¿ roñaüe úlAñúiú psrrholoE/: Polni.al cul¡ure nt
the age of üpeni q4o19zo,Bcrkclen Univc6ity of Calilbrnia Pres, 1995. Ac€ro
dd colapso d€las ierarquias culturalesymorales,vé¿s Philip tue$,The niu ?h
of rhúhetdp¿utic: Ues af fdnh iEr ¡r¿¡d, Chicaso, Univúsity of chicago PÉs,
resz Ac4.a de la privariación de la vida baio d .apilal¡mo, véase Eü za¡etsk)¡,
Sem¡s olth¿ sott: A social ard úLad hni,ry ol p»,choo$lytit,Ntd^\otk
Allred A. Kmpf, 2oo4. Ace¡ca del v¡do del )¡ modenú, v¿asc Philip CNhman,
"Why the *lf is enptl. Tow¿rd a hÉtoricály situat€d psy.hology", cn Andi.o"
Pry.¡olog,r at, N5, r9ro, pp. t99-6n. Accrc¡ de la vigil¡rcia. Ea* Michel
Fovadt, Diripline dnd puñishi I¡,¿ i,n¿ o/¡fi. ?¡¡o,, Num York, \t.tage
Books, ¡ee5 ltrad. sp.i y¡!ür y canigdt: N^ci,nkhto .l! lo ptitiór, Buenos ñrs,
SiSlo xx¡ EditoEs, 2oo3l Nikolás Ros, nsrmblitrg the modem self l en Roy
rorter (cd.), R6!rr,,g ,,¿ J.¡l Hnlotles Ían thc RennksanÉ to the ?Beht.
Londres, Rourledg., 1992, pp. r 4-247; e Inwninq out Íle*: Psl.hologt, powú
ad ¡¿rsfll,ood, Cambridgc, Cámbridge UniveBity PrN, 199ó. Aarca de la
dpársión d.l podú rstatal y ei desaro¡lo d. nud6 tu€ntcs de bsniúación
estatdl, vé¡e lame§ L. Nol.n, T/¡ ¿rdpeúb stdre: Iútihing Eovetrn.rt d¡ cenrury\
sñd, Nueva York, New Yo¡k Universily Press, 1993. Acercá de l¿ \ociedad del
riesgo'l ¡a obnsió¡ sociál co¡ la administra.ión del riesBo y ru relación @¡ ur
cultivo de lá vu¡r.¡¡bilid¡d del yo, véúe lirdrk Fuedi, ?li¿¿¡pl .,¡i¡¡rsj
Cúkivot nB wúnbiliry it an tdr.errri, dae, I-ondres, Rouilcdge, 2oo4.
iltR0Du(tl0t¡ rl

La.ritica comunitarista
de la mod€rnidad sostiene que la psicologia
erpresa un individualismo ato¡nizado que crea -o, al ñeDos, fomenta- las
mismas enferrnedades que asegurá cua.. Así, mientras que la psicologia
\upuest¿mente lr¿¡a nuestra .re(rcnre diñcúlt¿d pdr¿ ingresar o permd
nec€r eD rela€iones sociales y q,uda ¿ resolverla, fomenta de hecho que
porgamos nuestras necesidades y preterencias por encima de nuestros
compromisoscon los otros. Baio el patrocinio del discurso terapéurico,las
rclaciores sociales son disueltas por un utilitarismo pernicioso que apru€ba
una f.lta de compromiso con las instituciones sociales y legitimá una iden-
lidad narcisista y superficial.l
Autores como Lionel Trilting, Philip Rieff, Christopher ksch y Philip
(iushman han interpretado el ascenso dela visión terapéutica del mundo
.omo un signo del decüve de un dominio autónomo de la cultura yde los
valores.r Gracias al €onsumo y a la prácti€a teraptutica, el yo ha sido rápi-
rlamente integrado a las instituciones de la modemidád, haciendo que la
culturapierda supoderde i.ascendencia y de oposición a la sociedad. La
propia capacidad de seducción dei consuno y de la auroabsorción tera-
p¡utica marcar el declive de cualquier oposición seria a la sociedad y el
igotamiento cultüral geDeral de la civilización occidenr¿]. Ya sin capa.idad
para crear héroes y establecer valores e ideales culturales, el yo se ha retirado
rloltro de su propio caparazón vacio. Al h¡cernos unllamamiento a reri-
r.rrnos dentro de nosotros mismos, ia doctrina terapá¡tica nos ha hecho
,rbandonar los srandes mundos de la ciudadanía y la po[tica, yno puede
froporcionamos u¡ modo inteligible de conectar el yo privado con la
(.d¡ra pública, porqüe ha vaciado al yo de su contenido comünitario y
politico, reemplazándolo por su preocupación narcisista por sí mismo.
crítica más r¿dical d€l discurso .erapéutico -y probabl€menre la más
L¿
oyent€ hasido inspirada porlahistorización delossktemas decono-
nrfl
(imiento Ievada a cabo por Michel Foucault. El abord¿je de Foucautt det
(liscurso terapéutico se interesa menos en restaur¿r comunidades de sen-
tido qu€ en exponer los modos en que el poder es entrelázado vertical
r¡Lnte y horizontalme¡te en el tejido social.Ioucault desencadenó un

-' védse rtobertBelláh.iai.,¡r¡bil\ a[the heñt |¡rttuirlualisn antl a'h'nitment in


¡,rrnrn ly'., Nue!¡ York, Harper and Row r9¡ij, pp. 5t ú lrrad. esp.: Adúnos
r¡.1.om1,,, M¡drid, A1i¡nr¡, 19391.
I Lio¡cl Trillnrs, ¡i¿,/ dn.¡ rrú d;ú oIoi,' .!r,re, Boston, Bea.o¡ p¡es, ,et5i
t\iefi,liitutph ofni lr ?údra t.¡\.h, ctlnüe ol narnnshi Philip Cushm¿n,
t )rÁ¡r.¡i,t! th. ! lf o n i.tikt Añairn: .ulhrol hnhtr I tsyúo¡húa?y,
t

llciding, M^, Ad(lisú Wcslcy- ^


14 I L^ !Atlr^{r¡1¡ DtL rlA lr()DtXt¡¡

notorio golpe fatal ál ps¡coanál¡s¡s ál revelar que su glorioso proycclo dc


libera.ión delyo era una forma dedisciplinámienro y¿es jeciónalpoder
institucional "por otros medios:{ Foucaolt sugirió quc el "des.ubrinriento"
.ientífico de la sexual¡d¡dque está en elcentrodel proyeclo psicoanalí¡i(o
conlinúa una larga tradición en la cual, a través de la confesióo, se hace
qu€ los suj€los investiSuen y digan la ve.dad a.erca de si misnos. En el
terreno terapéuti.o nos inventamosa nosotros mismoscomo individuos,
con carencias, necesidades y deseos a ser conocidos, c¿tegorizados y con-
trolados en pos de la libenad. A través de las categorias mellizas del'\exo '
y "la psiquis'l la prácrica psicolnalítica nos hace buscar la verd¡d acerc¡
de nosotros misüx,yes dcfinida así en térmnros de descubrimienlo dc
esa verdad yd€ hau¡zgo de la ernancipáción e¡ esa búsqueda. Lo que lleva
a que los "dh€ursos psi"t sean p¡rtic'iarmente efe.rivos e¡ la era rnodorna
es que hacen dc Ia prti(tic¡ del autoconocimiento un aclo simultán¡jamente
epistemológico y moral. l-ejos de mostrar ei rostro duro del censor, el
poder moderno ¡dopta cl rostro benevolente de nuestro psicoanalista,
que no resulla sersi¡¡o ur nodode una vasta red de poder, una red omn¡
present€,difum¡nada y tot¡l en su anonimiaysu inm¡ne¡ci¡. El ¿iscurso
del psicoanálish es asl uná tecnologia politica del yol un insiromento
usado y desarrollado en cl marco general de la racionalidad politica del
Estadot su misno obid ivo dc emancipar al yo es lo que hace que el indi-
viduo sea dócil y dhciplinado. Alli donde los sociólogos comunitaristas
ven el discurso terap¿ul¡co como uno que clava una cuña entre el yo y la
so.iedad, Foucauh sugiere, por el contr.rio, que . través de Ia terapia €l
yo es imp€rcepliblemente puesto a t.abajar p¿ra un sistem¡ de poder y
d€ntro d€ é1.
Aunque este libro no puede evitartener implicacioncs para la crilic¿ dc
la modernid¡d, rne gustarf eludn por completo esa critica. Ya sea que el
discurso tcrapéutico amcnace l¡s comunidades morales desentido, minc
a lá famil¡a, oprima a las mujere§. disminuya la r€levancia de la esfer¡
po¡ltica,corroa la virllrd yelcarácter moral, ejerza un proceso general de
vigi¡ancia, rcfuerce el caparazón vacio del narcisismoo debilite al yo, todo
ello no me preocupa (aun cuandoalgunas de estas cr¡esliones no pucdan
no rondar partc dcl análisis subsiguienrc).Mi propósiro no esdocumentlr
los efectos perniciosos del discurso terapéutico ¡i discutir su potencinl
eman€ipátorio, lareás que ya hán sido magistralmente llevádás ¡.abo por

a VÉ¿e totroulr. I)n.,r,lrr¿ n¿ tunith: lh. hnth ol th. ptko,: Rop. ,r?tr¡n¡!

t trl¡.s un¡.rlrcli(in de N¡lidl,B Ro\., (xrnid¿ de ,,v.,ú,S onr d6.


rt¡¡0Dur(]ór¡ I 15

muchos otros.á Mi intención aqui es más bien apartar el .ampo de los


cstudios cultür¿les de la'epistenología de la sospechai de la cual ha dep€n,
¡lido en demasia. O, pa¡a decirlo con otns palabras, deseo analizar la cul,
lura sin Ia presunción de saber por adelá¡tádo cómo deberian verse las
rela.iones so{iales. Utilizando el abordaje sociológico a los obietos cienti
licos de Bruno Latour y Michel Callon, convoco a los estudiosos de Ia
cultura a adoptar dos principios: el principio del "¡gnostichho" (romar
u¡a postura amoral hacia los actores sociales) y el principio de simetria
(cxplicar fenómenos diferentes de manera sinilar o simérrica).7 El objetivo
dcl aoálisis cultural no es medir las prácticas culturales con respecto a
¡quello quc deberian ser o a aquello qu€ deberian haber sido, sino más
bien entender de qué modo h¿n llegado a ser ¡o que son y por qué, siendo
aquello que son, "consiguen cosas" para la g€nte.Asl, a pesar de su brillan,
toz, un abordaje foucaultiano no s€ría pertinente debido a que Foucauk
ilizaba conceptos seneralizadores "vigilancia'l"biopollticá'l"guberna
Lrr

nrcnlalidad"- que tien€n algunos defedós fatal€s: no toman seriame¡te


hs capacidades criticas de los actores; no preSuntan por qué los actores se
!.n a menudo protundamente comprom€lidos y absorbidos por los sig-
nilicados diferencian entre esferas sociales, colapsándolas baio lo que
y no
.l $ciólogo frarcés Philippe Corcutrha denominado .onceptos buuoze¡,3
(onceprostan ¿barcádores que te¡minan aplanando la.ompleiidad d€ lo
{¡cial (por eiemplo,'biopoder" o'visilancia"). Como €spero poder demos,
Ir.rr, es crucial llevar a cabo tales diferenciaciones. Un análisis denso y
( ontextual de los usos y Ios efectos de la t€rapia reve¡a que no hay un efe€to
1¡rcral único (de "vigilancia ' o "biopoder"). tbr el contrario, €stos usos
y .l¡ctos difie.en significativamente s€gún si tienen luSar en €l dominio
(lr rna empresa,del mat¡imonio o del grupo de apoyo (respectivamente,
vcinse los capltulos 3,4 y 5).
Si todas ias críticas del discurso psicoanalftico co¡nciden en senalarque
rixrc ha "triunfado", y si algunos estudios notables detallan ahora 4aá es
h queha'triunfado"en laterapia,, todavia no sabeñosdemasiado ac€rca

r,,r, un iniento ¡e.ie¡k, {ée ttÁretsky, Sc.rctt ol nt. rotl.


^ Nliócl
,. C¿llon,"some€lenr€ntsota *iot%y of mnd¡don: DoDericátion
.f rhc f¡llops and the Eshcrnr¡n of sr ¡liieu. B¡y : en Iohñ L¡w (€d. ), tuw¿
n.lúr ñ
atul belicl: A so.iolosy of&¡or¡¿d8'a P{srotr, Rourlcdgc/rrsrn
1,.'ú1, ¡936,pp, r96 rlr.
11 ¡'liilitlPc c¡ruff,.oñlni.acnin p.mn¿|.ód.¡¡trio d. ¡ooo.
, Vrr* llv¡ 5. Mos¡(N¡7, ,, rn d?y wc nwt: An riú¡! ob$ion with
..//:/,¡1li¡¿dn¡. lrrx,nxr¡, ¡'hn\ llopkinr Urivchiry P,6s, :oot; hmcs Caprhew,
l\rhot\it. ¡t th. tü.¡: st t. t1, ttu úr, t,i,l tt ti s\"nl nk ,ill, Nu.va York.
r6 I ta \lLr/l0dI DII lLn¡ f00rr ¡

de .óno y pot qu¿ ha ttiljnfado.'' Al lratar esta cuestión, me aparto de lo§


aborda,es críti€os a la cultura que descansan en la epktemologla de la
sospecha para exponer sistemáticamente cómo una práctica cultural lleva
acabo (o no logra llevar a cabo) una prácrica política específica En lugar
de ello, sostengo que uná crítica de l¡ cultura no puede s€r llcvada a cabo
adecuadamente antes de que entendamos el nrecanismo de la cultu¡a:
cómo so¡ producidos los significados, cómo son entrelazados en el rejido
social, c,5mo son usados en la vida diaria p¡ra conformar las r€la.ñnes y
lrárarcon un mundo soci¿l incierto,y por que llegan a orSani/¿r nueslr¡
interpretac¡ón del yo y de los otros. Como espero demostrar, ranto el áná-
lisis como Ia crltica del ¿¡ros terap¿utico adquie¡en un nuevo aspecto
cuando no se los predicá sobre la bas€ de supuestos políticos á priori acer.a
de cómo ds&¿r,r" s€r Ias relaciones social€s. En lugar de ello, mi análisis
adhicr€ a Ia comprensión pragmática de que los signiGcados y las ideas
deberían ser vistos como h€rrami€nt¡s útilcs, esto es, como herramientas
que nos permiten llevar a cabo ciertas cos¡s en l¡ vida diaria."
Mi estudio del discurso terapéutico es asi llevado a cabo, primero y
principal, desde la perspe.tiva de la sociologiá de la €ultura. Quizá más en
tanto que, en Ia mayorla delos otrosiemas,la explor¡ción del¿rl¡os tera-
Éuticoes un terreno ideal para examinar "cómo tun€iona l¡cr tura". Esto
es cierto po¡ numerosos motivos.
Eo primer lugár, para lD esiudioso de la cultura el l€nguaje terapéutico
tiene la rára virtud de ser cualitativamente un nu€vo lenguaje del yo. Aun
cuando d€pende de ü¡¡ visión antigua de la psiquis, esle lenSuaie no licne
prá€ticament€ antecedentes €n la €ultura estadounidense o europea. En
es€ s€ntido, representa una posibilidad singularmerte pristin¡ d€ com-
prender de qu¿ manera ernergen las nuevas formas cukurales y cómo los
üuevos lenguaj€s transforman lar autoconrprensiones que se introducen
en las reláciones sociales y en lá ac.ión. R€cord¿ndo la perspectiva de
Rob€rt Bellah en r€la€ión con la Rdorma Proterante, pod€mos decir qüe
el discursotenÉutico ha "reformulado el nivel rnás profundo de los sim-
bolos id€ntitarios':" Dich¿ r€formul¡ción pose€ un interés especia¡ parn

Cañbridge Univüsiry Pres, rgset túrcdi, Th¿ra?, .tlnft; Heñd¡, Rohnie


ofAñditan pr.hobgr.
to Motkryl¿In th.to» e. ¡rst,y Hemd¡.Ito"ú¡t ol'Aoúia t],.hotosr,
sñ dos .x.epcion€s nolori¿s.
n v¿e tu.hard Rorry, P,riloJophf ond sótidl hope,Nncvd \ort. I,énBUin BmlG,

!2 Roben B.llá¡, ,.rD¿d l,c¡i¿I Fl¡ors on dligion n, o po, bo.li¡io,{¡ por¡¿ Nueva
York, Eárper án¿ liow. p. 67.
tIt00Ll((l0ll t7

cl sociólogo dela cultura, pues tuvo lugd simultáneamentea través delos


canales espccializ:dos y formales del conocimien¡o cientifico y d través de
las industrias culturales (el cine,la prens popular,la industria editorial,
l¡ televisión). En l¡ medid¿ en que el dis€urso tcrap€utico rcpresenta un
lenguaje del yo cualitativamente nucvo, nos permiie poner de relieve la
cuestión de ¡a emergencia de nuevos códigos y siSnificados culturales y
preguntarnos por las condiciones que h¿cen posible su difusión y su
impacto en toda la sociedad- Estc libro puede ser leido como un liagmento
de una historia cultural -más amplia- de la iÍtrcspección, esto es, de un¿
historia del lengua,e y de las técnicas que üsamos para tratar.on nosolros
(a tralés dc €ategorjas tales como "deseos;"mcmo'
'n¡smosyexaminarnos

En segundo lugar, no hay otro marco ctltur¡¡ <on la excepción del


liberalismo politico y el le¡guáie de t¿ eficicn.ia económio basada cn el
Drrcado- que haya cjercido uía influonciá t¡n decisiva e los modelos del
yo delsiglo xx. No se trar¿ sólo de que casi la mit¡dde Ia población haya
consultado a un profesional dc la salud mcntai,'r siDo que -más impoF
t¡lrte- la perspectiva terapéutica ha sido institui:io'¡aliz¡da en varias csfe-
r¡s sociales de las sociedades co'rte¡nporánc¡s (por ejemplo,en las orga
trizaciones eco¡ótnicas, las es€uclas,los ei¡rcitos, .l Esrado dr bienesta¡,
los prog¡amas de rehabilitación para p¡esos ylos.onflictos intrrna.iona-
les). Yá asuniendo la fornra del ¡nálisis inrrospectivo, ya la de un raller
New Age de "mente-cucrpo'l ya la dc un programa dc reafirmación peF
sonal,la terapia ha logrado uD nivel iDusualde legitinr ¡d¡d cultural eñ una
¡ran variedad degruposso.iales.,,rganizd(i,'ne5, in\riruciones yentornos
eulturales. tsl discurso ter¿péutico ha atravesado yha desdibujado las csfe
Lu eslancas de la ñode.n¡dad y ha llegádo ¿ constituise como uno dc los
frin.¡pales ,:ódigos con los cuales expresar, conformar y guiarel yo. Ade-
n¡ás, a travésd€la estandarización de los planes de estudio a.¡démicos y
l¡ esrandariza€ión de las profcsiones psicológica§, el discurso rerapéutico
Iras.iende las fiont€ras nacionales y constituye un lenguaje "transnacional"
llcl yo.Si, tal como es.ribe S. N. Eisenstadl,la civilización tieDc centros
que difuminán y encarnan vision.r onlolóBicas,'r la perspccliv¿ leraÉutica
\e ha conve¡tido en uno de los centros de esa cntidad vaga y anorfn cono-
( ida como civili¿ación occidcntal.

ri luredi, 7l,crdpl d¡lr,a ¡,. ror.


rrV¡¡scS.N.lliscnir¡d!nri¡l¿B¿.iv¡lnnlio¡s:lh.re.onslrudnrollhcvo,ld
¿nd t .ryst¡llizrlionof distnr.l.iviln¡lúnrl.omplcrcilcn (;corg. Ititzr¡
l ¿.),úh¡\w li'^yh't.luol5¡rd.t/,()inúd,¡llar\e.ll,1no7.
r8 I LA lrrYA{ró¡ t,ll ltx^ loot¡tr

En ter.er lu8¿r, el dis.urso terapéuti.o -qüá más que.ualqui.r otra


formación cultural- ¡lustra los modos en que lá cühür¡ y el conocimiento
s€ han imbri.ado inexlricablemente €n lás sociedades conremporánea§.'r
Karin K¡orr-Cetina scñ¡lá:

Una sociedad del conoc¡mi€nto no es simplemente una sociedád con


más eryertos, con inñaestructuras te.nológicas y Glrucruras de lá infor-
mación y con interpret¡cion€s dc cspe.iatistas antes que de parricipan-
tes. Soci€dad del cooocinriento significa que las culturas del conoci-
miento se han d€rramadoyhan tramadosutejido en lasocicdad; es€l
iuego completo de procesos, expericncias y relaciones que sirven al
conocimiento y se desplicSan con su articula.ión. Esta "deshicenc¡a"
del conocimiento, la dcs.¡r8a de rela.iones de conocimiento en Ia socie-
dad, deb€ scr prescntadá como un pmblema a ser resuelto en un relato
sociológico (antes que económico) de las sociedádes del conocimi€nto.
[... ] Necesitamos rarrear los modos en que el conocimienlo s. ha ror,
nado coolilurivo dc las rela.iones sociales.,ó

La psicologla .s sin dud¿s un cuerpo dc rextos y reorias elabor¡do en


organiz¿c¡ones forrna¡es por exp€ros ceriEcados para produ.irl¡ y utili-
zrrl¿ Pcro €s quiá fundamenaalnenle tambien ün cuerpo de cono.imi€nto
ditundido a lo largo del nrundo a través de una amplia v¡riedad d€ indus-
t.ias culturalcsi los libros de ¡utoayuda,los ralleres,lor .¿itr¡¡ow t levisi,
vos,los pro8r.mas de radio con ll¡rn¡d.§ d€ 106 oyentcs,las peltculas.las
s€ries de televisión, las nov.las y las revistas har sido plaraformrs cultu-
rales esenciales para la ditusió¡r d€ la terápia a lo ancho y a lo largo de la
sociedad y la cuhura estadounidenses. Todos los arriba mencionados han
sido y siguen siendo cmpla2amientos centrales pará lá ditusión d€l cono-
cimiento terapéutico, y h¡c€n de ese conocimiento una parte €§encial del
univ€rso cultural y moral dc las clases medias estadounidenses. Esta situá-
ción dual de la psicolo8la, simuháneamente profesional y popular, es lo
que la hacc tan interesante para el cstudioso de la cultura contemporáneá;

¡r v!ár Doy¡. M.Grüy, &,os,Ldg. ¿J d¿l¿, Nueu Yo.k. Rourledsc, ,9e6r


6to onrr¿di.c su6.r.rci¡ d. Adam KúpÍ .n cd¡!¡{: ¡'..r,rroro¡qir:r'r
l¿
d.."/r,. (¡ñbrid8., ,r. H¿p¡rd U¡ivrsnr Pr.s reee {r.¡d. 6p.: cri¡rÚa:
h ñ'ió" ü tú ¡ @pilor6, Barc.lona, P¡idós, u3], dc qu. nG dóh¡ccmG
d. la id.. dc dtura y úrili¿.m6€n su luEú conceprG r¿lcs como onftiFi.¡ro
o (dnci¿so no¡m6.
t6 xarin Knorrccrina, "9xi¡lny enh obi(ls: 9xiil ret.rio¡r i¡ pcrsi¿l
r¡oücd8( siel'6', .n 1t¡."4r Cx¿"ra §ri.¡/ ¡.i. N' + 1992, pp. 9 ¡o.
r¡r¡0Dur(lór Ir9

ofreE€ uDá oportrnidad para compr€nder de qué manera la cuhura alla y


l¿ cultura popular s€ ven empapadas complctamente por las formaciones
dd cono€imiento. De hecho, en la medida en que "los conocimientos s€
han rornado ellos mismos tue?¡s de.isivas cn nucslm desármllo e(onó-
mico y lecnológico",', consrituycn un aspcclo importanlc dc la ac.ión
cultur¡l en las sociedades contemporáneas. I-a ditusión de este conoci-
mienio luvo lugár á lrávés de los m€dios masivos d€ .omunicación y€n
múlt¡plcsescenarios internacion¡les,en los cualesel conocimienlo psico-
kjg¡co se convirtió en un modo de represenlar al yo,lo que cxplica a su
lcr por qué se apoderó de las definiciones dcl ¡: de manera tan firm€ y
(luradcra. E¡ conocimiento y los sisiemas simMli.os han llcgado a con-
hrmar lo que smos porque son representados dcntro de las institucio¡es
soci¡les que les confieren ar¡toridad a ci€rtos nmdos de conocer y de háblar
y hs conv¡enen en rutinas, de manera que puedan lransformarse en los
(odi8os s¿mió1i.c' invisibles que organicen la conducl. ordin¿riá y €slruc-
xrren los rituales de inregración del yo. Este supuesto devcla la principal
.srrntcgia de este libro, eD tánto examina de qué manera el dis.u¡so tera-
I'curico h¡ sido incorporado dentro de difercnles cscenarios instiluciona-
l.\ r¡les como lá empr€sa, Ia familia y las pr¡ícticas corri€nt6 de l. áuloayuda
( .ximinádos rcspe.tivamente en los capitulos
l, 4 y t), y cómo org¡niza l¡s
sociales en .ada una de est¡s 6fcr.s.
'.laciones
Iinalmente, el discurso terapéulico es un ercelenl€ lugar para €l anlisis
, ulh¡r¡l porque ha atravesado todo el siglo xx,8¡nando.¡da vc! mayor
hrcrTa y mayor alcance. ¿Cómo fue que la est ructura .ultural de la terapia
{'hrevivió todo el siglo xx en los Estados Unidos y se vio incluso reforzada?
I i¡iilesel proceso m€diante el cual la estructur¡cultural persisle y perdura?
l:rl.omo lo expresa orlando Patterson,la corl¡nu¡dad cultural necesitá
\1 cxplicada,y no simplemenle asumida.'r La eiraord¡naria capacidad
,lc rcsistercia y adaptación del discurso terapéutico puede scr explicada
rx, s(ilo a través d€ su incorporáción dentro dc las institucions centrales
,k h socied¡d estadounide¡se sino también por cl he.ho de que ha sido
(.'p.¡z de reclutar a un vasto número de actores soc¡ales y de industrias
(trlrural§ (véase el c¡pirulo r).

. M(( lJll hr X,,.r,Lrirr ,. d¡i¡¡ra r'. :o.


(,rl.'ndo P¡lt¿rsn. '¡'¡kin8.ultuE *riously: A Íi¡n.tork ¡nd a¡ Af@meric¡tr
'3
hrrr¡rn i', cn ümkl P Huntnr8ri y I¡vr{n( [, H¡rriln,()thu¡.
'na¡.t:
t n'* nlu6 luy hauu ¡a¡rsr. Núcvr Yo¡k, ¡lr\i. llrmla l(m I rt¡d. 6p.:
¡n tulhnn Ih,,U¡ ¡rt\t ,,tt¡ún\ s.Pl¿¡rl¿,nntrl.
^n
!o I t¡ \alvtU0ll Dll Atxr H00tlrxa

Por estos motivos, creo qu€ el discurso terapéutico es un obj€to de


esrudio extraordinario-aunque desalenrador- pára el sociólogo cult¡rral.
El objerivo de cste Iibro, entonces, es no sóto doc¡rmentar los diversos
aspeclosdela cultura terapéutica s¡io también localizar Ia emergencia de
nna nuera ettructufi cuhur¡¡i, una tarea que rara vez ha sido emprcndidá
por los sociólogos de la cultura.

LA SOCIOLOGi^ CUL¡U¡^L Y LOTER^PÉUTICO

Aun cuando en ocasiones la soc¡ología cultural puedc p.rrecer un campo


de estudio desesperantementc paÍt¿noso, es posible idcú iñcar u na se
rie de proposicionesque€onstituyen el núcleo de ¡a disciplina.l, primera
es qu€ la cultura tiene una gran importanci¡ porel hccho de serquienes
somos- Con la ex?resión'ter quienes sonos" no me refiero a nüestros
obietivos, nuestros intereses o nucstros recursos materiales. Me rcfiem más
bien al modo como le olorgamos s€nrido al hecho de ser quicnes somos a
t¡avés de acciones conformádas por valores, imágenes y escenarios ctave,
id€ales y hábitos de pen$miento,á través de las historias que utilizaDo§
para enmarcar nuesrra experiencia y la de otros, a través dc los felaros que
uti¡izatuos para explic¿r ¡uestros fracasos y nuestros éx¡tos,á trávés de
aqüello a que nos sentimos autorizados ya través de las categorias mora-
les que utiliz¿mos paraierarquizar nuestro mundo so€ial. Nu€stras accio-
nes! ¡uestras nafrativas, nüestros rclatos y nuestras caleSoría§ morales no
sólo no5 ayudan a otorg¿rle scnrido a aquel¡o qu( somos srno que son
centrales en loquerespectaal modocomo lescomunicamosa otros lo qu€
somos, al modo como movüizamos su apoyo, a aquello queestamos dis-
puestos a def€nder y por lo que estamos dispueslos a luchar ya cómo nos
orientaños ftente a opciones ambiguas. Georgc Steinmetz lo expresó asi:
'La €ultura es más que u¡a cinta transportadora hacia tuerzás más pro-
tundas, más fundamentales o más materialesi', Eldiscurso terapéutico
ofrece una matriz cultural cnteramenle nuevá -hecha de metáforas, opo
sicionesbi¡aria¡, esquemas narrativos,marcos explicátivos- qtre a lo la¡go
del siglo xx ha moldeado cada vez más nuestra comprensión del yo y dc
los otros. En ese seDtido, constituye una excelenle oportunid¡d para demos-

re (;eorge srcinmrtz, s,¿¡¿ for lation al'ú lt dlltünt uri,kh^ca,C'r¡ell


Univc^íy Pres, ree9, p.13.
rrrrnDLrrfléN r 2r

r r.rle la centr¿lidad del significado a aquetlos sociólogos que todavia nec€-


iil¡n sr.ónv€n.idós-1"
In segunda proposición enunciada por l¡ so€iolosía cultural es que los
\iSrificados difieren en su capacidad pari forar definiciones de l¡ realidad:
ilgunos son más poderosos y vincrlanles que otros." Tradi€ionalmente,
li sociología de lacultura ha estádo int€resada en significados que tenian
rtrrmed¡daimportantcd€resona¡ciainstitucional,estoes,lossigniñca-
(los qüe son sancionados por poderosos m¡rcos institucionales, y repre
.Lntados dentro de eüos. (EI "individuttlismo" es un buen ejemplo de un
\rlrrificado que tiene um enorme resooancia inslitucional cn el sentido
¡( quc es representado en ysancionddo por üüa scrie diversa de institu-
, r»es.) El estudio de la cultüra se intcresa normr¡mente en significados
,tuc son representados en yr tr¿vés de entornos instilucionalcs podcrosos
t,orqucse daporsüpuesto que estos significados son más condiciona¡te§
I porque están rüs visiblemenlc coneclados con cl ordeD social.CoDtra
r rrerte a la opinió¡r ( muy extendidr enlre Ios sociólogos co¡tlunitaristas)
¡. quc el c¡l¡os lerapéutico privilegia un yo ¡ntiinsritücional y nar€isista,'
{ hr e,rgo que el discurso terapéutico h a lnosl rado unn resona nci cultural
,rnrrrne que ha sido represcntada en el jnterior ya través de las principa-
ns inslituciones de la nrodernidad. l.ejos de inculcar una aclitud anliins
rru.ional, el dis€urso t€rapéutico represent¡ un modo for¡nidablenente
t\rlcrosoy modemo porcxcclencia de ¡nstitucion.tlizar el yo.'r
l.
lercera afirmación caracteristica realizada rcr la sociologia de la
, úlrura es que l¡ cultura no .ausa nu€rras acciones del mismo modo
r{trno el vienlo causá que una hoja €aiga delárbol. Auo cuando muchos
rr udiosos de la cuhura ¡uchan por identific¡r aquellas variat les cultura

n v¿rr lcfftey y Pll il s rnh, l'he discou6. ofAD.ric¡n civil so.ietyi


DM proposal^lcxard{
tor culxtral ,rdies l er ?I.¡rl ,,1 §o.ic,/ ,1, N':, r eer,
^¡,p. ¡ r 1o7; vé¿* kñbién h €\ccltrle introdu(ión de Rog{ ¡ricdl¡nd
r loho Mohr .l libro del qle son los cditór¿n Ir¡trtñ df.!nxp, Nu€v¿ Yorl,
( lrñb¡idAd Un¡versity lte$,2oo.1, pl). L7o.

ri ¡li.ha.l s.hudson, 'How cuhurc works: Prspe.rivcs tro »edi¡rudics


on lh. ¿m.¿cy of symbolsl en 11,¿0¡7¡,rdSo.Erl l& N'2, rr39, PP. r5.r r3o,
. V¡¡*lohnsre¡dm¡n Rie./ rlÉtL,t olo¡e\ on\t: k)rhóthna», rd¿¡dior
dtul the onüsnc o[ to ¿.pat.l¿ .r, Ner l]¡!ns,ri.l, \ r, 'lia¡ecrio¡ Puhlish€n,
¡)e3r Bclhh,lr..¡on¡l¿¿lr4 Riofi.'tia ryh ¿l th. ¡húnPdnn l,s.ll,ülnre
,l xrr¡r,J,,r Lertic lrvim, (io,1tp n.tu lóto'únt.tt Th. inw tio¡of«ll
xr d ¡dds¡.,Jlro p,(:ni.¡,!o, Un¡t6ny ofChi.aso P¡c$, reee,
r I tr .sto, Dor iupNro, €itoy rlc r(trknr «rn cl ¡j¡isis dú foúútrll en Trc n¡,ory
nl \t\mlitt, Á ill k, lx,n/ik . {i.lr*, ¡'>.rsun!. ,ee3 ¡'¡d. s¡,.:
tol. \:'t ht ¡ l

In n^h\nt tu l :t¡ rhlñ,\¡L r:Lr./r,r,,/,i, rr¡rr,Múri.o,Sighxx'.r§761.


22 r^ \arv¡(]Úl

les que posecn un poder c¡usal irdcpendientc,la mayoria de quienes


lrabajamose¡ clc¡úpo parlánoso dc la cultDra entendemosque la cul-
tura elá lan enredrda €on "et reslo" q c los modelos cauales positivistás
son, si no indescables, sí al mcnos nlcómodos. De hecho, con mucha
frecuencia resulta quelavariable qur cs tomada €omo explicariva dcbea
su vez ser explicada.'. Podemos compararta relación que la cultura est¡'
blece con la so.ied¡d con la relación que sc d¡ entrc la lluvia y la ti€¡ra
sobre Ia qu€ aquélla cae,¡un cua,rdo s¡benros qre Ia lh¡via es la causa de
que la tierra esré mojada,lo que muchas vc.cs tencmos es 'barro" que no
pu€de volvera ser separado en ticrrá y agüa. Dc,nancra simihr, mi€ntras
que intento rastrear el momento histórico dur¡fltc el cual cl discurso
terapéutico conformó progrcsivamente el lengn¡,e del yo, áiora es vir-
tualmente imposible aislar estc lenguaje de otros códigos'tulturals máes-
tros" que organizan el yo, tales como elliberalis,no ecoflómico o el dere-
cho conlractua¡.1.1desáfio €s entonces comprender de qué manera la
cultura corstituye l¡s relaciones socialcs sin scr nunca complctamente
autónomádeell¡s.'r EIdiscursoterapéutico aluda a justifi car laafi rmación
dequeel lcnguaieesceñlral en la const¡tución del yo en t¡rto es un medio
diÍámico de experim€ntar y expresar emociones. El lcngu¿je defi ne cate-
gorias de emociones, estable.c quó es uo "problema emocionali brinda
marcos cau§ales y metáforas para olorgarle sentido á eslos problemas, y
r€stringe los modos en que las €mociones son expr€sadas y maneiadas,
ylos modosen quc se les otorga s€ntido.¡
l,á.u¡rta cára.lerística de lá socioloSíade Ia cultura es su intenlo de
hallar conexiones sistemáticas (que no son .eductiblcs a la c¿usalidad)
entre significádos y grupos sociales, ya sea como prodr¡ctoí:s, como po¡-

2a vó& friedlrrd y i!¡oh¡, I nÍo¿n..|óa a MdtEB 4 alüR. p. tj.


15 Dc hecho, ta¡como poechos¡ñentc noslorccúc,d¡ lland¿ll collins, el supú6to
dc lá aúronomi¡ de la cuhúra cs o bi.n inc¡acro o bicn supdfluo. Es irexacto
si prtendemos aislár el signifi.ado dc las rhchn$ social€s; e5 supeduo si
.urndo dccimos tultuÉ qu.r.¡xx siB.ifi.ar puni6 de v6¡a y rupudrDs (tu.
fo¡m e¡tnslondo dc ¡ustrás Mcion.s.vañ Rúd.ll colli¡s, "(¡mp¿.alive
and hisroric¡l patrcms of€duc¡rionl en M¿ure.r L lt.llin¡D (d. ). H¿dúodl
oÍ th¿ tó.iolosy of .du.atión,Nteva rxk. Kluw€r A.adeDi. PublishedPknü,
looo, pp,:i3 2r9y S¡uárional íEtificattun: A micrc-úa.ro thcoryofinequ¿lity'l
en §o.,r/ogia/ Trso¡, ¡3, N" r, ?ooo, pP- r7 4J-
Í VóaaAnn Swidla, &l& rr lor¿ tl,v.rn¿re r¡drrc$, OiicaSo, UnivcBity
of chicaso Press, 2oor; Mich€le Lmo¡i l'h¿ digñq of sotki.a n en: Mora¡ity
o ¿ hoúdaths ol nre,.lus an / itrr,isrdrn,¡, C¡n,bridsc, Ma, l{¿rvard University
P¡css rooo. y 'Meaning m¿kjn8 in (uhu¡rlwiology: brcadtning our ¿gcnd, i
cn (:o tlt4,otuñl só.iolt,ry ts, rooo, Dp,60r óo7.
lxIt0DU(«0t I23

t¡dores o como coosumidores de significados. Lá conexióñ entre posición


r)c¡¡l o inter€ses materiales por ün lado, e ideas, valores y creeltcias por el
otro, no pucde serdeterminisia y mecaoicisia. No obstanlc,lo cs, y sigue
sicndo una tarea vital d€ ¡a so€iologia de la €ultura la identiñcación de los
portadores sociales d€ ideas y s,ml,otos. incluso si esta rela.ión no puede
.u conccbida de un modo causal y determinisra. Lo que complica dicha
itrvcstigación, sin embargo, es el hecho de que el discurso terapéutico es
fina serie de prácticas lingüisticas con una base institucional fuerte (se
, trigina en departamentos universita os, i¡siitulos de ¡nvestigación, revis-
l¡s profesionnles)i emána de la clase profesional de los psicólogos y ha
1lrllado un púb¡ico particularme»te receptivo enlre los miembros d€ las
truev¿s clas€s nrcdi¡s y cntrc las muiercsi pero también es una visión d€l
rn undo anónirna, sin autor y omnip¡es$te, dispersa eo un deslumbrante

,onirrnto de lugares sociales y cultt¡raies (rarl sl¡olvs t.levisivos, Intemet,


l.i induslriá editorial,la práclicaprivadá delosclinicos,laconsuhoriapar¡
.nr ltre§as, los planes de estudios es.olar€s, los programas de entren¿miento
,lr prisioneros, los servicios de bicnestar social y una pléro¡a de grupos de
.,f¡,yo). En palabrasde Lionel Trilling, eldis.urso terapéutico seha con-
v.r ido en 'el s/arg de nu€stra cuh ura".', El discurso teraÉutico es enton-
,.\ I.rnto !n sisten¡de conocimienlo /¡rDa,, que tiene limites y reglas de
r\(tiru.a nitidos,es producido en organizacion€s formáles y 6l¡¡nspor-
r.rl,¡ n lravés d! redes profesionales, esp€.ia¡mente a través de "pro¿ucto-
, c dc conocimienktl$ y un sistema cultural n,/r/¿¡al ditundido yamorfo,

tr.\.nte cr¡ prácticas cuhurales corrientes y en autocomprensiones. Aun


,Irndo este lib¡o sc cenlra en este último sistema, intento subrayar las
,,rreri¡¡ncs entre anl¡as esferas-
A.st¿s(uatro diñensionesquedefi nen nuestr¡cultu¡a-<o¡ lascuales,
, lto, cstarian de acu€¡do la mayorla de los estudiosos de la cultura- sumo

flrn o dos dirnenstunes €omo aporte personal, que desafortunadamente


$,, drsarcndidas porla socio,ogía dela cultura. Esta disciplina, sorpren-
,nlrrcmente,no ha logrado pr€§tarle la debidaatencióna lo qu€ constituye
,¡rrzrs tl cslabón perdido centr¡l que conectn ala estructura con la agen'
, r.r |(rson¡l, esto e$ la efnoción.
l.t (¡tl(,ción cs l¡ encrgia interna q¡re nos impulsá a llevar a cabo un
i, 1,,, (tl tanlo dotr a cse nclo dc i¡n "hu,noi'o una "coloración" particu

,. lrllli¡r, /i?r,/r,¡/ rl,.¡ri¡.


'¡ lr8.r\nlili,^n s|nlbr,"lhrnrsvrtú'lo¡,otknoqlc¿lcierA,,r¿lR¡yi.*
¡/s¡,n,/,,t,,, N' tro, rrea,t,f.ro5 t¡e.
¿4 I LA lrUl(l0¡ Dft l tt i0l,lIll

lar.'e La emoción,ento¡ccs, puede serdc6nida cono cl aspecto..cárgado


deenergia"dela ¡cción,dond.la energia es eniendida como impticando
al mismo ticmpo .ognición, afecro, cv¡lua.ión, morivación y el cuerpo.
lrjos de ser presocirlcs o prec'rhu¡ates, tas emocioncs s¡,n si8niñcados
culturales y relaciones soc¡alcs fusionados de manera in*parable, y es
csa fusión lo queles.onlicre la cap¡cidad de imp¡n¡rcnerSiaa t¡ acción.
Lo qu€ hace que la emoción lleve incrr¡st¡da esa "cnergi¡"es el hecho de
que siempre concierne al yo y a I¡ relación del yo co¡ orros siruados
cul¡uralmente. Cu¡ndo al8uicn m€ di€e "oira vcz ¡lcga rarde'l el hecho
d€ que sienta verSüenza, enoio o culpa dependerá .¡si exctusivamente de
lá relación que tenga cor quien me lo dice. Es protuble que un comen-
tario de mi jef€ s€ñalando que he lle8ádo t¡rde át rr¡ba,o mc produzca
vetE¡¡€nzai si se trata d€ un colega, cs probablc quc mc enojei pero si el
que lo dice cs m¡hiioque me cspera en la cscuela tomás probabtecsque
mc sienta culpable. La €mocióo, sin duda, es una entidád psicotógica,
pero -probablemcr¡te cn m¡yor medida- es rambién un etemenro cuhu-
r¡l y social: por mcdio de ln emoción repnsenl¡nros las definiciones
cul¡urales de la condición dc percona talco¡no se las cxpresa en relacio-
nes concrelas e inmedialás, pcro sicmpre definidas cn t(iminos.uhura,
les y sociales. t
intensá fusión de los sigoificados cuhurates y de la§
rcl¿ciones sociales rambión da a las emociones su c¡rácler prerrefle vo,
a menudo s€mi€onscieñtc. Las ¡jmocion€s so¡ asperros profundamente
internalizados e irr€flerivos dc la acción, p€ro no porque no (ontengan
sufi ciente cultura y sociedad,sino porque de hecho co'rtienen dem¡siado
de amba§. Por est€ moiivo, uo¡ sociologia hermcnéutica quequi€r¡cnten-
dcr la acción social desd€ "adenrro"debe prestar arcnción alcolorcmo-
cional de la acción y a aqusllo que en ef€(to h nnputsa. Al ¡8uat que ta
r.li8ión,el dislurso ter¡póut ¡co ofiece simtDtos quc cr.en um reatidad
€xperi€nci¡l primordialytransforman la naru¡alez¡ ¡nism¡ deta acción.r.
Para dar cuenta de dicha re lidad expcri€ncial, nccesir¡mos inrrodu.ir
las erhociones. Por ello, sus{ribo a lavisión de ta cuhura como práclica

,9 Todas las €ñtrion s no «rdu..tr ¡ ¡á ¡..ión, prrc to qk mJs ks int€r.s


¡ 16 si¡i¡o8os $n áqúell8 .msiones qúe colo¡.Ú y d rudu.¡n

ro Vec d fafu$ ¿" nis d. (iliflor'l c¿!f|¿ ¡..re d¿ los i¡hhot,\ ¡cti8nlrtr
añ The int rymduot ol .uhu¡!j, Núev3 Yo¡li 8asi. Bool§, ¡r7r lrad. csl_:
t4 intcryrch.nnt de lú.uhwdr, B¿r.e¡ou, (;.dis¡, re8ülr!a Mre,bién
l¡i obseNacions de Riched Bi.nucki cn vi.ro¡¡¡ E. t oN.lly trnr Hutrr
ttu.attudl t¡'t: Ny.ürÍtio . r nnt, ot túttr
\..1s.1. 8¿tot¿
dúi ",
dl.¡^, Bcrld.y, Uriv.^¡ly of(ilil¡rni¡ pr.j!,,eee, fl,. tr,7o.
lllr[0Du((l0t I ¿5

expresáda eD las palabras de Richard Bicrnacki: "El Pensamiento y el


sentimiento no son prep¿rativos para l¡acción,soo acción'l} En miabor-
d¡ie a la cr¡ltura, cs cs€ncial la afirmac¡ón de que los sign ificados ayudan
a rcsolver problcmas prácticos cn los cual.s la vida emocional o.upa una
posición pr€cminent€.
Este libro estudia el modo como el len8uaic de la terapi¡ ha reformulado
cl "nivel más protundo de los simbolos de id€ñtidad? m€diánt€ un¡ visión
,pe considera el discurso terap€ulico al mismo riempo (omo un cuerpo
dr conocimientos formal y especiálizado y como un marco cultural que
orienta las autop€rcepcion6 y las concepciones de olros y Senera práclicas
.mocionales esp€.iñc¡§. se ha tomado virlualmente imposible desentrañar
.eonocimienlo"
de "culiu¡a", de modo que es ñe.esario un abordaie dual
.rl discur§o terápéulico: dado que éste § tanlo un cuerpo cst¡bl€.ido de
L or¡ocimiento cientlfico expresado a traves de i¡slitu€iones formal€s corno

un lcnguaie a través d€l cual son conformados €l yo,la identidad y la vida


.nr,.ional,r] €xige que movili.emos y recon(iliemos el abordaje dede la
''I'roduc€ión €ultur¿l" (que explica la em€rgencia del material cultural
r\lrdiando los recursos, las organizaciones y las redes moviliu d¡s por los
¡Fmtes) y el abord¡ie h€rmenéutico (que (onsid€n la cullura como una
{ric de significados ciñados proñrndamentc en concepcionB de la con-

I A T'TRAP¡A COMO UN NUEVO ESTILO EMOCIONAL

ttlíchosobiet¿ria¡ mi uso no r6tringido d€ la palabrá kruPutico,\n oi.)


,tu( in.luye obi.tos eclédicos táles como la cxigente práctica dc lá'tura
1r'r Il palabra", los libros de autoayuda confeccionados para uná salud
rrurtrl de solución fácil, grupos de apoyo, proSramas de re¡firmación
ttl vtnal y los proSrarnas de televisión que brinda¡ or¡enlaoón leráPÚuiica
rrr ma rclaemisión.l.a obje.ión es s€ria y exige que hagamos una pausa

n xr lwd Bi6n*ti,'Preti@", o Rita, (;. (.d. ). rl¿.t*tl fr.x¡of,.¿id


,, 5d ¡oldal. d( l¡ ctnlú¡ .omo pr¡.ricJ, t¿¡* Tltodo¡. l{. nh¿l¿li,
('(li'üyl:'kr!onsávrEnyrrJ..,,1¡.f'¿.,n.¡ur ifl tn ¡ñl'nn¡,
[,'rnr ¡inor, ^($(¡
r¡rdrr., Nucv¡Yúl, Rourl.d8(, 1oo,.
ln ll¡[, l¡.¡,,¡i &li.r. p. 62.
',r r ñl¡r¡!¡u R- sdn.rr, t'h. pri!¿lnrtn'r of cilt¡¡rhip: Ho{ lo unlhirl .
rnowl«l8 .úhur( l $ lr)nn.ll ¡¡l I lof, ¡|l)o,¡/ rl¡. .lrtn¡l ,!r,. pF. r1t ¡6t.
ló IA lAtyAfdr 0ll ¡Lxr ¡0Df¡Ír

para analizar sital empresa podria incluir elementos tan eclécticos queel
objelo de a¡álisis s. disolveía.
De manera sirn¡lar a las iders religiosas -que en oc¡siones pueden ori-
ginar§€ €n dis¿usiones cspecializad¡s d€ los leólogots, los conceptos ela-
borados en los €spacior espccializrdos y profesionales de los.ieÍtificos
moldean nuestra comprensiór corri€nte de nuestro ambiente sociál y
nalural. Esta observación es cspcciálmente p€rtincnte en lo que respecta
a la cicncia de la psicologl¡ cllnica,queha adoptado la vocación de definir
conceptos (tales cor¡o"intimidadi"sexualidad"o "liderazgo") que son el
punto de contacto entre las institucion6 de cono.imiento especiálizad¡s
y las prácticas culturales corrientes. Al sugerir una cont¡nuid¡d enlre la
psicoloBía "profesional" y lá poF¡lár, cfectúo l¡ misma opcración que los
estudios culturales .u¡ndo sosiienen que la literatura intelectu¡l y la lite-
r¡türa popular son igualmente revclado¡as de lascondiciones socialcs en
las que son p¡oducidas. Dc ma,ern similar, soslen8o qüe la fronlera entr€
elconocimiento psico¡ógico espccializado y la asl lhmada psicologia pop
es porosa, pues tanto €l lenguaie profesional de la psicologla como su
vers¡óo popular abordán el yo utiliza r¡do metáforas y n¡rrativ¿s simitaresl¡
Esto nosiSDifica queesté proponiendo ¡o tener en cuenla lar diferen.ia§
de complejidad de las diversas formas culturales o que h.sa caro omiso de
las diferencias reales que scp¡ran la costos¿ y mei iculosa consulr¡ teraÉu,
tica del asesoramiento rápido y merc ntilizado propio dc ta lireratura y de
los $minarios de autoayuda. Psro aun cuando deb¡mos reconocer las
disconrinuidades entre los diversos r¡tarcos organ¡zrcionalcs€n los que se
desplieSa un lenguare, como sociólogos no podemos áceptar por su valor
nominal las "distiocion6" defendidás por profesionales d€ uñ campo dado.
Tales distinciones {ntr€ el conocimiento formal y el conocimienro infor-
ma¡- deben ser sislemáticanrenrc anali?adas cüestionadás e incluso pu€s,
las €ñtr€ paréntesis siqueremos captar las co¡tinuidadcs culturale§ que
e¡isleñ más aM de lasdiv¡siones socialesdel conocinriento establecidas.
Háy otro motivo, quizá más convin.ent€, que iusliñ(a la operación apa-
renlemente arrogante dc dcsdibujar los límites cntrc cl l€nguaj€ especia-
l¡rádo e inrelecual dc los tcrapcutas y el lcnguaje de la cultura popular.
Comenzando por el propio lreud (véase el c¿pitulo sigrricnle), un número
irnportante de psicólogos profesionales han traspuesto fácil y felizmente
lá front€ra que divide el conGimienro sp€cializado yla cultura popula¡

14 Cu¡ndo É a¡alia ¿ l)ctoc o ¡Atrr.n cn térñi¡ós dc idolo8¡¡"


o d. "oñv.¡ció¡6] ccrl Fsx'l¡ndo impli.n¡mcnte !M (onrinuidad
cñrre clntr,ndo simb,ilico {tc la ¡l$ liter¡rLm y los fl,rrereninlicntosüdjos-
0lrr00u(( Ór I 27

I han preferido en los hechos ubicars€ en la linca de costura que los une.
l\)r ejcmplo, en cl prcfacio a El prc.eso ¿e .onveúirce cn persoru .rúllbro
tr,uy lcidG, Carl Roscrs. el f.mos fundador d. la psicoloúa humanisr¡,
rnmarca su empresa dc un modo que recuerda a las güías populares de
,ru roaFrda: "Ten8o la sin(era esperanz.a dc que rnuchos lectores si¡ inte-

, (\ts particular€s en clcamPo de la psicolcraPiá o de lá aflda psicológiQ

lkAuen a dcscubrirquc l.ts onseñanzas que sür8cn de este campo pueden


,.\ulrrrles útiles cn su propia vida':r'oiros libros populnres escritos por
Fi.(tbgos emincntes, tales como Co elanw no basta, de Aaron tkck. y
t t,n túeva gúa I'ara o vidd d€ Albeí Í:llis, sugieren de ñánera
'¿.i¿,¿,,
!tr¡il¡r qu€ psicí¡logos profesionala muyconocidos queríáñ dirigiEe ¿ un
I'lllr¡co amplio,lal como l¡ masá de consuñidors indiferenciados de la
nrI¡ r¡aedirorial.úA l¡ inversá, pero simélricamenle, mu.hosá¿rl-r¿rr¿rs
n l,rcsentan a sÍ mismos como trans.ripciones d€ lraba,os teraÉuticos
t¡¡fcs¡onalcs. Innunrcrablcs libros de au«,¡yudá han sido escri¡os por
r.r,rl,cütas habilitados, quc compárten.on un público más amplio los
l¡,¡¡l.r/gos e+,ccirliz¡dos quc ha¡r real¡zado cn el curso de su trabaio, brin-
,1.'n(lolt§a sus lcctores(asos deesludio e in(lusolrans.ripciones de sesio-

l)r.hecho, desde clinicio mismo dc su profcsión, para haccrs€ oir los


¡r, Jogos y los psicoanalislas profesionales esl¡doun¡dens.s re.urricron
¡ l.s industrias culturrles. Al suprimir la distinción entrc la cura por la
t¡rl.rl)ri y et Iibro de autoayuda, cspero moslrar que las esferas cultur¡les
,l¡hr.'ttcs de Ia terapia popular y Ia terapia pmfesioml eíáD unidas por
Ir,\Iilo ¿r,oriorol conr ún.
¡.\r un "cstilo er¡o.ionál? En su famoso libro Nlevo ck,,c de la
es
ltln.ú'¡j: un estu.lio a.erca del sn¡bolisno d¿ k ¡azón, del ¡ito y del a e,
\r¿rtrrrc l-¡ñger sugicre quc

s Ln I l¡o,§rs, O, l,¡ro,,n¡r d poror, 8osúD, HouShloñ Mit liÍ, 1961, P. an


r, ¡l
(p.: ¡'l r,nruro ,. .uk rtu. .ñ ¡-rod, Bu.rú Ai'cn l'ai{tón leór l.
r, '\,r, ¡ l. [.rk, I ov. iJ ¡.rt .@!*l¡, Nuev¡ York. H¿Íi r ard Row. ¡933 lt¡¡d.
\t,: (i,¡.ln",ofuo ¡drr¿. thKelon¡, Atl¡y¡. regtlr Alttt¡ ltli\,A nN yid. to
'
r'n, ¡,vr,s, N.nh I l¡rly*¡x¡d, .^,'lvihhire. ¡e75 lr¡ad- dp.: U,a ,]¡d 8¡rd
nl
r¡ rir¿¡ n¡.n,¿ $rr..lon¡, ()lt¡i<d, &,r l.
'
¡x
r I n^ .EnDIls trol¡hl.r lln Rohi¡ ñttuüxt. lttn,.n ¡¿o l,É ,@ á!.,, Nud¡
\,n r. r',rld. lrrrd...rj.: y. dñdñ.knt4'iddo,i@os Ñé,l.vict
' y
\t'¡.trn f'¡inü.'eeo
reeel, y su\¡n ^rtkt
li,rwlrdlo¡n'l'ores, Mo w[o hdt¿ @ñ.ñ dtd
nn nufr whn h\'. tlo : r{h,\t litn,g h ¡ts d .l yot ¿n¡ t \t¡o, s¡¡ ñevr Yor[
ll rr¡n¡ l1¡d(,¡x¡:lrn¡!..\I.:tnrúlotr /¡ $ onl¿t hrúl,tr$ 4ft oni$ n lú
a,,, r ,¡¡,,,r, ,,. .i(r d,,,nr¿,¡":. lt.ú.Ll,nri. tiriirlh,. t93/1.
28 I tA !rlllOrix 0rL rLr^ ü001¡lI^

cada era cn la hisroriadcl¡ filoyfia ricnc propia preocupa.ión. I..,1


su
Simi¡amoshacia ¡irás y olxerv¿mos lo lc»ta formación yacumul¡ción
de doctrinas que marcan csa hist(tria, cs pos¡tle que ve¡mos ci€rtos
agrupamienlos de ideas dcntro dc el¡a, no unidas por ün criterio temá
ti€o sino por un fa.tor coñún más sur il, que puede s€r llarnado'lécniei
to que los asi8na ¡ una época esel xlo de mane,ar problemas, antes
que aqu€llo d€ que se ocupan.Y
'

Denomino aqui ¿rti¡o ¿mociordl a la combinación de modos como una


.ultura comierzá 'preocuparse" por ciertns emociones y crea '\écDicas"
a
€sp€€Ifi cas-lingülsticas, cientifi cas, rituales- para aprehenderlas.u
Se establece un est¡lo emocional cuando s€ formula una nueva"imagi
nación interpersonali esto es, un nuevo modo de pensar la relación del yo
con otros, imaginandosus potencialidadeseimplemenlándolascn ¡aprá€-
tica. De hecho,las relaciones interpersonales <omo lá nación- son pen,
sadas, echadas de menos, debalidas, traicionadas, d€fendidas y negociadas
siguiendo guioDes imaginar¡os que llenan d€ significádo la €ercania o la
distancia social. Así, tál cono lo demuestro e¡ el capítuto 2, el mayor
impacto que Fr€ud prod'¡jo en la cultur¡ fue el de reformular la r€la.ión
del yo con los otros a través de un nuevo modo de imaSinar el pasado (esto
es, el pasado familiar personal)y derna libertad de cá¡ácter prospectivo
¡especlo de ese pasado. Esta nueva formulación tue exp¡esadá a través de
una s€rie de ide¡s clave y de motivos culturales qu€ obsesionárla¡ á la
cultura estadounidense e¡ sentido ¡mplio. Siguiendoelplan de investiga-
ción trazado en trabajos previos,l" sug¡ero que es espe€ialment€ probáble
que los modos modernos de imaginar sean formulados en terrenos donde
se cruzan los sistemas de conocimiento ereerto, lás tecnologias de lo§
medios decomunicá.ión y las emociones.

13 surinn€ K. Lánt r. Pi¡ilorop hl i,t a ntu k y.ctñbrtdsc, Á , Han d UnirB¡ty


Pre§s, re7ó, p. I Irr¡d. €sp.: N,.vü .tdee de la tlosolla üñ .ndio aeetu del
sirtbot¡sño ¿e ld tuzJn, del rito / d¿¡ df¿, ltú.nos Aires, sur, re58¡.
re liste a¡ál¡is sc be en un ¡rti.ulo dc M¿rrin Albrow' l h. appli.ation of rhr
w.bcrian @n(cpr ot rario¡¡lrrtion to conrcmpor.ry .ondit¡onsi e, s<oll L$h
y S¡m Whimf.r (cds.), Md rvdrú, nnoanlity and ñodd»i¡y. Bsto¡, Al]¡n
árd Unwin,1937, pp. 164.,32,
40 Eva lllo!2, abrr/,ni"¡ ¡l¡¿ /d »tantn ubptu: Loe¿ on.l th¿ nltutul .o tndntio¡s
ordap,,aIú,¡, B(keley, UniveÁiry of C¡lirorni, Pres, rgez lrrad. esp: E/ .o,rn,o
¿. la utopia ñ ,ti nn- ü adot , hs .ontñdkcioña tuhúñLa n¿I qpttdüsnú,
¡tn.Ds Aires, xát2, !oo9l, y opruh wnfiey a d the Staú\,ut ol niery: Aú 6idy
o",topíld¡d¡lr,., Nu.v¡York, (:olúmbi¡ trÍivebity Prcss, :oor.
lrTt0DL]tÜ0t 29

Ill esl¡lo emocional terapárli.o emcrgió en el periodo relativamente breve


,t,,( Dcdió entre la Primera y Ia Segunda Guerra Mundial,y se solidificóy
lu( presro al al.anc€ de un público amplio luego de los aúos sesenta. Sin
,hr(l¡, esre estilo h¡cía uso de los residüos de nociones decimonónicas del
¡,, l)cro rambién pres€ntaba un nuevo léxico para conc€plualizar y dis.u-
rr l.rs cnmcioDes y el yo eÍ también nuevos
la esfcra de la vida corriente, y
,rodos de mánejar la vida emocional. Dada la extr ordi¡raria ubicuidad
,l( l dis€urso terapéutico, que va desde los tratados profesionales hasta
¡ l¡r soprar¡os üa los ,.rft snowr y los libros de autoayüda, no es fáci! esta-

ll.(cr u na deñnición operativa prccis del misn1o. He opt¿do po¡ü» abor-


,la ¡ eonservador, y he definido lo "lerapé tico" como el cuerpo de a6 rma-
, rtrr$ cmitidas por psicólogos habilitados profesionaLnente y et cuerpo

,h r(.x los cn los cuales los psicólogos y/o la lcrapiaaparcccn ycumplen un


,,1 ($ro es, T¡¿ sopri¡r¡os, el rnlft slow de Oprah Winfrey,las películas de
l\',¡ y Allen). El carácler dc noved¡d cultural de este eslilo emocional se
h,/,, nrtis evidenle en la esfera donde quizá menos se ¡o esperaba, esto es,
, rr el nrLrndo empresarial estndounidense. l¡s gere¡tcs que trabajaban en
l,r' rsrructuras cad¡ vez más compleias del capitalhmo corporativo cm€r
r.rr. eshbar aosiosos por dcscitrar las .laves que les pcrmit¡eran llcvara
, lr' lln !¡ntrol eficiente, y fuc asÍ que s€ ¡propiaron con ¡videz de un
l, r$¡rie y unas técDicas que ascguraban la promoción t¡¡tto de laa¡monia
,,,r'rr dc la productividad. Como se expli.¡ cn el capltulo 3, la psicologia
I¡ r'ioslorn¡ado profundmente lá cultura emocional dellugarde irabajo
{, rrnk! h¡ hecho que las.uhuras emocionales de ho»bres y mu)eres
,,trrv!¡i.!r) c¡da vez en u¡ modelo andrógino de conducta emocional.
'nás
I \k, t,ro.cso ha tenido lugar también en la esf€ra del matrimonio. Como
r At.nto cn el capitu¡o 4, baio Ia in0uencia de los nuevos modelo., ofrecidos
to' cl lrn)inismo y la psicologia, el matrirnoDio estimulaba a las mujeres a
r,,rrrrrc ¡utónomas yafirnativ.)s, al mismo l¡empo que estimulaba a lo§
h, ¡ rrl¡ cs r tornarse rcflexivos y conversadore§ en lo lo(ante al asp€€to emo'
, xrr,rl. lir clGpirulo r prosigo elrazonamiento para demostrar que estos
ur n¡xlclos emocionales son represcntados en una narr¡tiv¡ de lá
'¡rx
n l, r'l rii.rd (lue no posee preferencia de géuero, que es actuada en un¡ amp¡ia
!¡rxrl.nlds tcrrenos sociales, tales como los grupos de apoyo y los scmi-
rn r,\ k!ipéuti.os. En el capilu¡o final (capitulo 6), lstudio los ef€ctos del
',r¡r irniú¡rlo psi.ológico cn la estrrclura social. Si la cullura es ccDtral
,

tLU i .l I'roy.elo sociológic.o es porquc conlornra la estructr¡ra misnra de


hn (or(in¡i.os y simbril¡(os. I l ps¡cologi, h¡ tr¡nsforn¡ado los
'.(nr!)s
,,.,r\,'s {lue .rporlrn hs ¡ct,rrcs c¡ cscc»¡rn,s rlc una lucha compctiliv¡,
, r.,¡rrll' rruev.¡s l¡r¡s th |rll. oI Lr 6lr¡iifi.r.iinr soci.rl y tlc g¿ncn).
3O I t¡ \^tV¡fl01 Dn Atl{Á M0¡l ra

Me propongo estudiar cl si8niñ(¡do dc la perspe.tiva lerapéutica


haciendo aquello qu€ tipi.amcnrc dcbcrian ha.er los elnógrafos, 6to es,
sumer8irs€ en sN daros. Pcro esla inmersión ha cabrádo Ia forma de un
diálogo interdis.iplin¡rio enlrc los méiodos histórico, sociologio y anlro-
pológico. Tom¡ndo lás pálabras de willianl S€well, €stoy.onvencida no
sólo de que un .ompromiso leór¡co más p¡ofundo entr€ los histori¡do-
res y los científi€os soc¡¡les podria ser ñuluamente iluminador'l sino tam
bién de qu€ dicho compromiso es necesário si queremos avanz¡r en el
€studio de la cultura.4
Dada la pres€nc¡a abrumado¡a del?¡¡or terapéutico enla cultura con-
temporáne¡, eslos datos son desalent¡doramente abundantes y desnlen-
ladoramente eclé.licos. Incluyen ura muestra de ¡fículos de revistas
es.riros entre la dé€adá dc ¡9to y Ia década der99o (:7o artículos i, ro,o).
lás reüsias son Ir,tier' Hott c lountal, Coo¿ Housekecp¡n$, Cosnopolitd ,
f,edlooi y Prrer¡rr También utilicé ün¡ muestrá ecléctica de guias popülares
dc auioa),uda psicológica (la m¡yorla de las cuales eran ács¡ serr¿"), nove-
Ias, p€liculas, autobiogr¡fias y ra,t si,o'rs d€ Oprah w¡nÉ€y. Lci a una
amplia gama de leóricos de la psicologia y cl psicoanálisis, tále§ como
Sismund Frcüd, Káren Horney, Maslow' Carl Rogers, Erik Erik-
son, Afied Adler, siephen ^braham
Mitchcll y ¡:lk'n Máyo, ¡sl coño el Manual diag-
,tós¡ico y et¡a¿istico de los nastornos ñcrtalesy v^rlosmanuales de psicoloSla
c¡lnicá. Pára comprender €l modo como el discurso dc la lerapia t¡ánsformó
las definiciones de la compelenc¡a prof€sional (véas€ el capitulo 3), Uevé a
cabo quin€e entrevistás tn profundidad con hombres y mujeres (ocho hom-
bres, si€te mujeres) qu€ lrab¡jaban €n cnpresas estadounidenses o que esla'
ba¡ €studi¡¡do e¡ ün prog¡amá de Master in llusiness Adninistr¿tion ( Mu^ )
pres¡jgioso yotras 1r€scnlrcv¡stas con tres gerentes de emPresas rctir¡dos.
para comprender dc qué maner¡ l¡ tcrapiá ha transformado las relacio¡es
intimasyel malrimonio,entrevistéa otrasquin.epersonas clas{mcdi¡,
de
mr¡chai de l¡s cuales habian sido tratadas en terapias extenes o erln .llás
mismas terapeut¡s (c¡pilrlos a y 6)i con el objelivo de esl¡blecer una
compa¡acién, tamb¡én realicé s€is cnlrevislas con homb¡es de 6las€ trrba-
jadora que nu¡ca habian re.ibido tralamienlos psicoieraÉuticos. A lo
largo de cin o años, escribí un diario dc los giros expresivos, las hislorias

4, william H. s€wcll, " l'hory, hi\xtry J¡¡ ú'dJ \(i!n.c': cn Lisñ rf Litt¡r:
ssiol theory o rl lo.iil tñ lorrd,¡,,,,(:hi<¡so, Univcrsity ofchi.á8o Pr.$,
r¡rr0Du(ÚÚx ! 3r

I l.rs auloco,nprensiones d€ ¡migos y famil¡.res que lenlan al$¡na reso-


rJnci dcl modo terapéutico de pen$miento. f¡nalmente, para elaborar
hiF)tc.is acercn de c'mo es desplcSado globalmentc eldiscurso de la tera-
¡rr, llcve a cabo un análisis etnográfico de dos seminários que tuvieron
Irll.rr.n Israel, u¡o ¡cerca de la " inteligencia emo<ion¡l"y otm oftecido
l¡r la tándmark Education Carporat¡on. Eslablecl numerosas conve¡s¡-
, !,rcs informales con los particip¡n!6 de esos t¡ller.'s. También enlrevisté
,r{.ii consuhores de or8aniza.iones irraclies, ál como a diez hombres y
r¡uieres ¡sraelies quc habian recibido tratamiento lerapéuiico (siete muje,
,(', rros hoñtlres). El carácter ccl(ttico deeslosdatos indica rámbién que
,'ri\ nréto<losde análisisv¡rían, yv¡n desd€ clmétodo hislórico ala obs¿r-
(l! i(in participante, pasando por lá entrcvista en profundida¿ yel análiis

list¡ scrie de dalos y mótodos no es fortuila, pues, tal como intento


,l(,Diostr¡rlo a lo largo de esre libro,la cuhurá está localizada tanro en
r¡\k)s como cn estrategias de acc¡ón. Dc h€.ho, es imposible ,náliz¿r l¡
, ,rllL¡ra psi.ológica s¡n ádvertir con sorprcs¿ l¡ abrumadora importáncia
,i, l.r tcxtualidad en esa cultura. L¡ psacología es una formáción .ultural
d' l¡ cualuna masa de texlos dscritos seorS¡niran yestructuran las prá.-
r,, rs y los modos de hablar en interacciones orales. En csc s€ntido, cl
{\ i(llogo de l¡ cultur¡ €stá obligado ¡ luchar con el rolde los textos €n la
l,trrración del )ú contemporáneo. Pese a ello, no vco cstos dos terre¡os
rl r(.¡tual yel de la inrer¡c{ión-como«luiv¡lcntcso intercambiables. De
lr.ho, crco quc un¡ de las tareas cruci¡lcs de la so€iologia cultural es
,11(rm¡nar la relación entre los tcrtos y l¡ s{rc¡cdad, y más precisamente
tcnder cómo y dónde los tertos ¡feclan la ácción y cómo la semánti.a
I lr pragmática se co¡ectan la una con la otra, para usar las palabras de

r nrax)r parte de la s¡riologia cultr¡ra¡ ha sorteado o de.d€ñado la €uestión


I

,nlirnp .to de los textos en la ácción, y¡ s{a col¡psando la acción bajo los
n.\kx (como en el postestructuralismo), y¡ .onsidcrando la a€.ión como
,l,irspliegue mecanicista dcl significado inrrito en estructuras obietivas
((,trno en cl est ¡ctur¡lismo), ya dcsviando la importáncia de los textos
,,tr¡ro tiles.l.¡ teoria de la ¡ecepción,porcjcmplo,sc(entra cn las divers¿s

¡ v(;¡* l.ftre, C- B€rnh d Ci.pn y l.$n 1.. Mar, _¡nirodú.iioñ:


\fnl,o¡ic.dbr ^¡€x¡ndcr,
in rheryand pr¡di..:1he (uhur¡l p¡a8m.ri.s of synbolic
i.rn,ri.n lcffrev c. Alc¡i¡dL( Il(nh¡ (liLr.n y ¡.$ñ ¡.. Mast (.<k.),so.idi
t,t4¡n n¡4: st tlbh rú\»t,t i,altrdsru,h ¡nl ¡ntu¡, Nu.v¡ York,
( ¡nrln Bc l,niv.rsnl lr.\s.1006. ff. !.:e.
J2 rl !^lYA( 0[ )Ll /rL ¡ 110ültn^

cstrategias variables utilizadas por los lcctores p¡m interpretnr una serie
individual y espccífic¡ de textos (un prograna de televisión o r¡n gén€ro
literario)-{r De esta ma,rera, esta teoría supone implicitamrrtc quc los
textos son ¡educlibl€s o subsum idos bajo sus eslrat€gias inlerprctati!¡s, y
siticnen algún impa(to, éste consiste ¿¡ activrrsi8nificados prcexislentes,
reflejando generalmente la posic;ón soci¡l de losa.tores- Il p¡rad¡gma ¿e
la"producción de la cuhurr" ignorr de plaro la cuestión de la nrlac¡ón
entre los textos ysusefectos sociales, ceDl ráldosc cn Ia¡propiacnnr insti-
tu.¡on¡l de tcx¡os y percibiendocl signific¡do como clresultado delpoder
social y ¡a ettruclura o.ganizacional.
Estelibro intenta llevrral núsleo de ¡¡ sociolosiü dela cultura el pro,
blema de la reiación de los lcxtos.on la a.cidn (do'rde"textos" iDcluye
l¡nto los sislemas de conoci¡nienlo expcrtos.omo popülarcs, t'ormrli-
za¿os en géneros visualcsy textu¡les y propaSados a lrav¿s delos medios
nas¡vos de €onlunic¡ción). ¿Pero cónro debemos esrudirr La despre(iada
ct¡estión de ¡a rcl¡ción entrc ¡os textos y la ac€ión? Siguiendo la idea
€enl ral de Durkhei de que la base dc la vid social cs simultáneamente
moral y emocional, enliendo quc el yo cs un e¡rsamb¡e nrsepar¡ble de
cogniciones y emoc¡ones.{ I)e similar, soslcngo qut los ter(tos
'nancra
sc inser¡an ¡ si mismos cn la a.(ión de dos mancrás tu¡rda'nentales: a
lravés de la cognición y a través de l¡s emociones. Tal como lo sostuvo
Paul Ricoeur,los leilos ürtroduceD una dist ncia entrela inn)ediatez de
la experiencia y cl yo, y en csa dislanci.r codific.in l¡ experiencia. l.os
lextos son 'comuni€áción ¡ la distancia y a través de Ia disráncja",¡i y
dentro de esa distancia la comunicación se ve lormalizada, un iema de
códi8os, convenciones y represent¿cionesestables. Pero si los t.xros fue-
ra¡ sólo códisos co¡rselados, no podrían atraernos hacia ellos. Si los
nlateriales culturdles tales como l¡s novcl¿s, hs pclícul.rs, la literat ura de

4r H¡ns Ro¡€ Jaus, 1¡Bu nl nn ncahctn oÍ Etptia¡,M¡\^capolis, Univeriry


ol Minrsl¿ P¡csE r93r: lhn¿¡ Li.b.s y Elihu (¡u (c¿§.), 71i¿ .¡por
oJ hea irg ljros ct¡twal oli"Bs¿/'Ir![¿j,Orlórd,Oxlord t,¡¡iv(sity

41 (á¡cn A. Ce¡ulo, c,/n¡l. ¡,¡ nnd: Ii,e.1ia eriolo! olúlh¡. d d.o! ¡ú¡n.
Nueva York, Ro¡rlcd8c, zoo¡.
t, P¡ul Ricftúr. ''1 h. he.mer.úri.al tüD.rion ofdir¡oci¡rn¡n: en L B.-t honrps!
l.d.yrñd.),H¿ dputúi ¿ l¡t ttt"xút \ti!¡..!: Lrtyon l,tnlwq..¡dior d\tl
t,¡crp¿,¡¡io,, C¡mbrügc, Ca¡rl[id8. t¡rivercily ltes, 19¡¡, p. r40, (itldo .n
Bria! srftls ¿ü¡eni,¡./¿r r¡¡. ¡dr: (,, ,,. xr6 ¡,fr¡,. ¡d., ts¡l! i¡¡or., lohn ¡ loplin§
Utrivúsity Pres. ¡99o, p. ro:r h¡¿d. espdtl¡rtirulo.ic Ri.oeur.n: ¡r¡¡lon
Bovo¡ & Gragoirc Ronillú (cd\.t,r,rs6t' Ptl'ld¡únt ¡úorla y.jürrn\ h
l¿.r¡¿r,, Aueno. Air.s, I ¡ Auror¡, te78i.
nrRoou({ dll I 33

rrrt,,ryuda o los programas de televisión tienen un impacto €n nosolros,


r,' es sano (ono dispositivos hcrmcnéuticos que nos ayudan a otorga¡le
r!rido r nuestro mundo,sino también como dispositivos culturales que
,.tr.rn provecho de, produc€o y canaliz¡n complejos aparatos emociona-
l.\ (tales como la indignación,la compasión,la añoranza amorosa, el
rrrr,rkr y la ansiedad)- l.a importanciá de lá novela, de la literatura de
i Lrr, conlcmporáne¡ o d€ grán partede la cultura mediáticareside
'¡yuda'
(r trimer lugar eD su capacidad para atraerallectora través de t¡¡a serie
,l r.\pucstás emo€ionales. I¡¡to las novelas como la literatur¡de anrda,
,,!1.¡ una de dit€rente manera, ofrecen cscenarios a lr¡vés de los oales
1,,\ ,r.lores pueden €nsayar cognitivamente su experiencia emo.ional y
r,,lrixrse en las tr¡nsaccionesy en las eipresio¡es emocionales de otros.
ll ¡,r.crlo,los actores otorgan senlido ¡ sus propios sentimi€ntos (y a
l,\ (1. orros), prcscriben sutilmenie reglas para trat¡r con las emociones
r ¡r,ryorcionan un vocabulario y un método de introspección. Este es
r \,k r,¡mcnte el modo como los t€xros psicológicos * ins€rtan a si mismos

Nli mútodo de interpretación del máteriál cülturál está motivado por


,1,'\ tircocupaciones básicas. En primer lugar, intento tan po€o como sea
t¡^rhl. leer "dent¡o" del significado de las prácticas, esto es,leer "por
, ¡ ¡ irnr" de los hombros de los actores. Opto por una estrat€gia que reñere

,l \rll¡rificado literal de los tcxtos (ya se Irate de literatura de autoayuda,


,i, r r.r¡s(ripciones d€ entrevistas o de intercambios verbales reales duránte
ltrt ,k(iones socia]er. Al hacerlo, estoy rnejor equipada para presl¡r aten-
, r, Ú .¡ hs diferenci¡s entre Io que los actores inte¡tan d€.ir y las consecu€n-
, Lr\ ¡!r intencional€s de su discurso (vÉáse el capitulo I para un eiemplo

,1,. .\r¡ .straregia, donde el significado pretendido ytas consrcuencias del

¡¡iNi.Dto cn las relaciones humanas cstán claramente diferenciador.


I r ! 8u¡do lü8ar, buslo palrones sistemáticos y co¡e¡rones enlre distin-
t, - I. r rcrms culturales. Au¡ cuando mi análisis no siempre explicila €uán
nnürrilico es un des.ubrimiento, me he cenlrado sólo en Io rep€titivo y
1,, \r\r(.nrl,rico y he dejado de lado aqu€llos e¡ementos que p¿rec€n int€-
¡rr,irsrlc nxrdo menos firmeen unpatrón.

Ir.1."fi'nrl, Jdvi(.lii. tú¡c l lit.ra¡nrc¡rc lnú¡tun d. con*io':


I n,' (il'¡.\i¿ .\ ürsrü¡r.¡dr»aquc'rlf:hrlplncralure'l¡e¡onoli.nr
,,t"'vilc l! d. ú$ h{i,iru¡l .n sl' nl, l]or l,' quc tr lu¡ a¡nb¡s exp¡.sions,
nr[!¡n.r,,r r..!o¡x, lirtnfrtr!¡(.nfd.,y i]lN.ddT.l
34 I 1¡ 5ATYAUÓri DrL AUrA l{0Dt¡[^

cRiTrcA cuf,rux^L Y Psrcorccf


^
Al insistir en que el léxico terapéutico "despolitia" problemas que son
soci¿les ycolcctivos, muchos sociólogos hán dificult¡do su propia com-
prcnsión de por qué las nuevs cl¡s€s medias y las mujeres han aprobado
dc manera entusiasta el dis.urso terapéutico. Es muy poco plausible que
la rrzón para cxplicar ese f€nóm€no pueda haüarse en la presu¡ción de
que lá conciencia d€ las nücvas clases medias y de las rnujeres es una "falsa'
conciencia o en la pr€sunción dc qu€ las sociedades ñodernas son gob€r-
fl¡das por un proceso de vigil¿¡ciá invisible, encarnádo tanto en el .ontrol
computadorizado dc los ciudadanoscomo en l¿ ofi€ina d€l teñpeuia. De
hecho, el discurso tcrapéutico nunca podrá satisfa(er complelamenle el
llamado ma¡xhta o f€minista a hacerse conscienles de las estrücturas de
Ia explotación. Las criti€as de los sociólogos a la psicologia oscurecen la
pregu¡ta más desafiante ¿cómo podemos explicar el ¿lcance y el poder de
es€ dkcurso sin explicarlo taurológicame¡te medianl€ la "hegemonia': el
"patriarcado'i la "violencia simbólica" o la"vigilancir'?
No me preSunto si l¡ herida terápéutica a la "autorreali?rción 'na¡cisista
corrce las responsabilidades morales o si la €onfesión terapéutica constiluye
una sujeció¡ al pod€r "por olms mediosi Esta tarea ha sido llevada a cabo
por otros, y yo preñero estudiar el discurso lcrapéutico desde el punto de
vista de aquello a que se apela para representar, saber, construir yoes cohe-
rentes, para procurar la intimidad, par¡ proporcionar un sentimiento de
competencia en la esfera del trabaro y fácilitar Ias r€lacion€s sociales en
gene¡al. Deberiamos preguntar por qué y cómo el lenguaie tenp¿utico h¡
llegado á de6nir los lcnguaies del yo y qué es lo que lo convierte en un
recurso cultural, ln mo¿o para que los actores conciban e§tralegias de
ac€ión que los ayuden aimplementar cicrtas definicioDes dc la bu€na vida.
Esto implica, de n¡odo b¡stan¡e simpl€, que analizo (y en última instancia
critico) el dis€urso lerapéutico desde dentro de su propio horizontc de
presuposicrones y añrmaciones, un modclo de critica qu€ he d€nominado
en oltro lrgar crltka ir1ña¡t¿,r¡¿ (vé¡se el capítulo 6).46 La critica inmmente
debe emergcr de una comprensión 'gruesa" de los deseos y los objerivor
de Ia gente, y no puede poner enlre paréntesis las cornprensiones y l¡s
estrategias concretas de los actorcs legos.
Propongo la hiÉresis de que lis idÉs mís e)dtosás -tal como irdudáble-
mente lo ha sido el psicoanálisiF son aquellas que pueden satisfacer tres

ab lllot?, ()ptoh \linlty.


ilrR00ur( d,r I f5

,,¡klidones: deben "dc ¡l8una mancra" encaiar en laeslructur¡ social, eso


, \, (l¡ rle seniido a hexpcrienci.r socialde los ¡ctorcs (por cjeúlno, h rápida

r , .r rsl¡rm¡ción ecoDómi.ir, los p¡troDcs det¡togrtifi.os, hs fluios inmiBralG

,r,x, h movilidarl «rial h¡cia ab¡tio,la ansicdad por e¡cst¡tus)i deben pro
lr ú cir»ar una guia para ricrtas árc¡s carg¡das de .onflictividad de !a co'duct
"¡ i¡l t|or ejcnlplo, ¡a sexualidrd, el anlor o cl ó.ito econón co) y debons€r
rtrrirücionalizadas y puestas rn cúculación en cl ¡narco de rcdcs soci¡les.
r .r¡ J(leri,(¡a est€¡bordajecomo"pragnráti.o"porquerrslieDequelas ide¿s
I l,N signifiüdos puede¡r devenir do¡¡iinaDlcs no sólo curndo son institu-
. !,rLrli7¡dossino taDbién(uando nor a¡rdcn a " haoer tus¡s'l csto.'s, a ar¡e-

llhrs(lns con cuesliones práeicas y resolverlns. Las ideas rcsukan exitosls no


",l'.n rdo pueden abordar la expericncia $,cialy cuando son ¡o.orporadas
, o l,! rtu( willialn S€well llama'hodos iDstituciorules" (lcrrenos que produ-
,.rr un¡ gran cantidad de recursos, talcs como el rit.do o el nercádo) sino
e r nrhi.n curndoo&ecen modos simbóli.os y práclicosdcaccntn. r¿s ideas
, , rlr r ilcs exirosas son enlon res ¡quellas q're le pernitcn al yo nrlegrar dife-
r

r rrs r()7os y fraSmentos de su ambitrnte en narrativas, marcos y metáforas


,trx. hr¡cionan"en dererrninados€onlextos instihrcionales.
e \rÍoiendo los pasos del pra8matismo, la sociología dc la cultura dcbeía
o l, { r¡' rl.n dos pregunlas centrales: qué "real¡d¡d objetiva" yace detrás de la
e , rlr,¡r,ry porqué ciertos significados"tu'¡cioran'l Para scr eficaz, ún dis-
, rr{, ¡(be bBrar.iertas cosas para la gertc t¡ue cree en él y quc lo utiliza

e r!¡ rr'(l (t¡pitulo !). Un discurso scgtrirá funcbn¿ndo y circt¡lando si


n ,,ln k.rr,( icrhs cosas que"func¡one¡"en la vida cotidiana dc la gentc. Un
¡
'lú,'r tr¡grrática de la cultura nos invit¿ a pregunlar por qué algunas
n r,l',,r\ v,n vist0s coño verd¡deras y cónro $n us das en l¡vida cotidiaoa.
e lrr,r wrlli.nD ,rnres:
.
a lr,r,' Iu(vn id(n cuenta co¡no verdádera" en.u¡¡to satisl¡.c el desco
e r,iIv¡hrnl dc as¡nil¡r la nucva experienci¡ a su provisión personal de
, r,t.r. i.r! llabri de ¡poy¡rsc en um anrigsa v¿rdad y apreheñder un
e hn.!,' hr.ho. I... I Las r¡zoncs por llts que liam¡mos a las cosas verda
r ,1,1,F $n l.,sr¡7oncs por las rtuerr, leÍd¡deris.r:
s
l!rll,i'r ,.'I¡c\ nos invita aqui r co¡]rprcndcrquédclo que hay cn "Duevas '
hl' i\ ll.!\ h.r(c ll mnr¡a\ verduderas, qué l.ts convierle en herramienlas
s

t,wrllrtrl.r¡n.\,1',¡r,r¡"rlre.ul.l,xli.nDpoli\,llükú1,¡e8'.p.¿óll,'cil¡
,,rr,,,trnxl.,1l¡((lirirnr.nrr»xl:/'rtj(,r¡l¡,r',M¡drid,s^r¡.,r,,i,r93r,
t6 I L^ IA llrt ¡tr^ il00t t¡
^00[

prácticas y f¡ctiblcs prra lrál¡r con las €xpericncias. IvIás auD, tal como
parafrasea lohn P. Murphyrlrcsumir el pensamiento de lames,

verifican a sf mismasmediantc su habilidadparallwarexpe-


las ideas se
rienciá5 novedosás a Ia experienc¡a Áüdada "de la mane¡a rnás feliz y
conveniente" (con"una mlnima modific¡ción'l"un minimo d€ sacudi-
das" y "un máximo de continuidad"). I...1 Se dice de las ideas que se
verifi.an a si mismas m€diando entre l¡s expcricnci¿s tundadas y las
exp€ri€ncias nuevas de la manera más fe¡iz y conveniente.¡8

Los cambios culturales no tienen lug¡r manera que los cambios


de la misma
de paradigma cientificq p¡¡es los primeros á menudo in€orporan y r€ciclan
el vi€jo material €ultural (anres que r€chazarlo! como hac€n los segundos).
El €ambio cultural es 'tesordenado" precisament€ por esa razin: porque
las nuevas idea§,los nueros valorcs y los nu€vos modelos culturale coexis-
ten con el mate¡ial cultural preexistente,lo incorporan )¡lo reprocesan. En
ese sentido,la cultura es siempre un palimpsesto €n el que lo nuevo s€
sóbreimpone en lo viejo. tá pregünta c€ntral que se formula en los sigui€n-
tes capítulos es qué son las "vi€jas y€rdad€s" y las "creencias en exist€ncia'
reariculadas por el psicoanálisis y la psicolosia-

43 J('hn ¿ Mufphy, Pr,¡t¡r¡ar¡,n: lroú Pen.! b ,¿tril.on,Bi¡lde., co, Weslview


Prcss, r99ü, pp. 5{ tr.
2
I reud: un i¡urovador cultural

l('squccran patosen el mundo cieniifico antes


,l(.1¡ revolución son con(iosdespués. El hombre
¡tu. p¡imero vio elexterior de la caja desde ariba
v. rDtis t¡rde el interiordesde abajo.
'l'homas Kuh¡'

I r ), r I¡ revista Nswyee¡ publicó una nola de tapa acerca del durad€ro


'6,
h ¡rLlo rlc Ireud,donde seafirmába queel tundador del psicoanálisis habla
rl, [ i.l Eran motor de u¡á sesión írformal de la cuhura media que toda
'
rr,r lDy siSuc su curso,y que ha ocupado a nuestra cultura durante un
(nl, , s,r) l:r.ud, Woody Allcn seria un inoccntón patético y'Ibny Soprano
n¡ r ,' irrori cxistiría un Edipo pero no un complejo dc Edipo:'¿Cómo tue

,¡r,. l.r ¡rcrspcctiva freudiana, que al fi¡r yal cabo comenzó como una t€o-
,r', ¡r'¡,li{,r de l¿ mcn¡e,x Lonvülióen m lenSuajeomn;prexnley popu.
lrr r,l y reciclado in€esantemente por la esfera mercantilizada de
'¡'tarfu
1,tr rxlli(,s m sivos? ¿Cómo fue qüe el psicoanálisis -"freudiano, neofreu-
,ll¡ r,, , ) !,oslreudiano - vino ¿ 'tntrelazarse en todos los aspe.tos de la
r h l,r rst¡(lo u ridensc"?r ¿Y qué clasc de proceso eséstcatravésd€lcual ello
,. r r,. Sost.n8o, quiá.or cierta falt¡ de modestia, que sólo las pers

' r r,rr¡,rr..id. r'nonr¡stuh[7h. trtut¿oÍseien.ilit tcrol¿¡io"J,Chiqgo,


lr|r!¡r rInl Chi.rso Prcsi r16:,p.no ll¡ cit¡ corcsponde a la cdi.ión en
, ,tr¡dl, ¡ n .r, !.¡rn ld ,¡i ¡.{rr.¿ ¿! .i¿n,ifid¡. 7. €d., rrad. de Asurin
'! n,, Nt(¡iro,linrl., d€ (irlrúr¡ L.oñúni«, r93¡I.
I l,úy^(lld'licuditro¡r»idrll.¡Nr,4rr¡rt,¡7deñr.¿odc2006,
lrrt7/w*w.nFnhr.¡r¡.io¡rid/ri90.¡!:/inc/i\.!swr.\/>.
rn rnhrk ltur(nbr.k.,i.¡ldr,/^,r,n¿. Nurvr Vtrk, Nl¡nril¡an, 1966. p.,r.
J8 t¡ 1^rvatrú DtL itüa fi¡o l,ra

pectivas coNbinadns de ln sociok)gír de I¡ culrur¡ y li r,.nrogia de ¡as


emociones, cen¡rndas en las ¡rslitucioncs, (¡r los siEDificttdos ycn l vida
intcrturpucdeDayudarro§¡ ibord¡r¡dccr¡ .l,rnr(nl('estaspregunttrsdes'

Roberl Wulhnow sostierc qDe hry rres nr¡ner¿s d. e\plicnr el c orbio


princrá confier. impo¡t¡n.i¡ ¡ h cmergenciadc ntre
soc¡al y cultural: ln
vasclascs; la segunda cons¡dera el c¡nrbio r,.i¡l.onro l¡ id¿pt¡.ión pro
gresjva a una complcjidad crccientciyla tcr.cr¡-unn lcoria de iuspir¡ción
weberiana atribuye un¡ cuota inrporlnnlc de poder a kx i»dividuos
carismáticos.!AuDque l, list¡ no ,rgola l.r B¿nr dc expli.Icioncs qLrc
podriamos brindar para abordar est cues¡iñ, nu.\tro puntode p rtida
debe serelc¿rácter carismitil:o de h r'mpr.sr de lr.ud.Ants de quc se
co¡virticra en una profcsión,la enr pr.sa psicoanalil ica era h omprcsa de

En el contexto irfelectual conlcnToráneo dclascienc;as sociales, i¡lcs


afirmacionessólo pueden screl¡chr d¡sdeün modo iltamcnte condicio-
nal. A menos que rctrocedanros haci¡ la época de lriste ta¡ná en que Ia
historia erd cnteDdid¡ cor¡o el resultado dc ¡ccioncs y decisnnes indivi
duales,lá búsqued¡ du pakones y csrru.¡urrs quc hr domintldo (y sigue
dominando)la sociologia de Ia culhrra geDer¡lmentc d.sdeñ¡ cl rol d¡ los
individuos innovadorcs cn la creacn r de nucvos códisos (n¡l(lfáles.iAsi,
cui'ndo en la sociok)giu ¡(tüal sc cvoca el "poder d. inven.ión'l seneral-
mcnteeslo lonra el siSn ificndo beDigno dc ctuar librenrcnlc, cs dec i[ 'd€
un modo rc determ ¡rista:" !l 'podcr de invcnción sc h¡.onvertido mera'
meúte en h c.ealividad conritrr¡ nrrdianle l cual los aclorcs despliesan

I .Onconc.ptu
Para un.nlasn rn¡il¡r cn I¡ (ultrtrr y cn l¿sen !ionc\, vú.¡$ loel¡rfister,
znrg¡h..ulltrnnhis(rrof. r,l idul ¡¡¡ Fylhololi.¡l ¡il. n\
Anr.ri.¿:.nNaD.IS.hnog)lo.lPfi!.r(d\.),rnr,úl,rr¡,.tr¡¡¡.h!i.d¡,n_.\r
I Inru, vilc Unilchily Prc*, rer7. pI. 17 62.

4 RoberlW(rhnorq (i¡ltur¡l ch¡n8.rnrl v). o8ioltlr.ory'l.n tl¿nr ttaferl¡mp


, N€il I.5¡r.!rr (.dr. ),5o.ri¡l,lr,,g. d,r¡ tr,,¡LÍ,,i¡,,, tserkcl.¡ UnivoFily
of C,liloni¡ Pr¿$. r99r, f f . r56 276, <hrrpJ/w\!w.trk.cdlib.orghr kr/r roro/

r I¡r¡ un¡.x..lcnl. (rili.n Ll¡l¡brnilono IJ.iütnid¡d tor l¿,r!úh erciJl,


dc
!éase Bans loas,Ir..r.arivit,drn.ln,r, C¿mhr¡lgc, Poliry Pr6s. r90¡ lú¡d. csp.:
C¡¿ntir¡,lnd, dcc¡ó, I whúe. !¡éxi.o, r'^M, &otrl.
6 "litlo porqle in\tnción est¡ s¡ndnh d€ntrc de la.oDr¡r¡rid¡d
la
toDñenolóBica e\ qle h «¡lhr¡ ¡ucdc ser l¡n I'l¡\ti.a ) l,r i..nú inilrvtu¡l
pucde¡rrcderde »¡ñúa r¡¡e\ra(xdnú¡i¡m.¡rc flL,nh l]ctri.r ¡l.r¡ndrr.
¿r,¡ n!¿,,iro,,,i,r. \¡.vr)'ql.(:(ntrn1hi.' trrnrhirv P¡.$, !esn,
^.¡n,¡
fttuD lrll [0va00t rL]lIU¡At ] 39

rr\ intencionesysus estratrgias.T lrónicancnte, mientras quc lossociólo-


11,* r'han centrado en la creatividad de l¡ acción rutinari¡, al mismo
rrr¡lD hiD trabaj¡do en pos de subray¿r el caiícter rutinárh de la ".rea
r,\ hl.trl (rrtísticaocientífica),percibidaden)ancratípicacomoelresrltado
,l, r(iics social€s, convcnciones,asignació¡ de recnrsosyerructurasorga-
rr,.r rrules.¡ Enoiras palabra§, ¡a estrategia de la so€iologia ha sido l¿ de
l,¡,,1 ¡e la "creátivid¡d" un¡ actividad social corriente. subsumiéndola
lr¡¡, l('s rccursos estructurales, org¡rizacionales o sociales qu€ moviliz¿
,l, rr rúr que pueda resultar socialmcnte ¡elevante y lra¡sfor¡nadora., Aun
,r,1¡.l.oDtcxloel¡dounidenselapcrsuasió¡ terapéüticaemergióapar
ll ,l, l,¡ (nmarañada histor¡a de lll vida privada, de Ia organización de la
|¡,h, rln cstadounidenseydelae industrias culturalcs emerSentes en busc?
,1, .,,,.vos nrensai.s, no podemos pasar por alto el hecho dc que un solo
r,t,r rori.rl Sigmund Freud átrapó l¡ imaSinación de sus contemporá'
i' 'tr ',n¡ m.táforas y narrátivns quc leDdieron un pucnte eD¡rc la práctica
,.1¡r ¡,¡li/.tda de h psicologla,la n€urologi¡,la psiquiatri¡ y la medicina
t!,, ,u' l.kk,, y las csferas dc Ia cultura alta y Ia crrltura popular por otro.
I I [,l,rl!rxs de ]ürgen Habennas, "el fin del siglo xrx vio emers€r una
,lrk rtnr",, l(l psicoanálisis L principalnlentccomo rcsultado del traba,o de
ro x'1,' h,Dbre':r" l.as teoríasdeSigmund Frcud y su i¡npactoen lacultura
,.tr,i,rrrnlcnse nos obligan a revisrr el rol de los actores creativos en la
lt.t,r r,r l.rndo por supuelo que corsideramos a estos actores no como

1r'! rL,r,.,8.Dc,¡l lde la¡(iónl d.l)c,ia co¡sidc¡¡r l. o.¡iividád como un¡


,ln'n1F¡trr qu€.sl¡ pr€scrl..n loda ¡cción hrm¡nayd.heóa intrrp¡et¡r la
.,,,lnounrsulradodchc¡earivid¡d"(Joñ,fie.¿ir¡yiryoÍ¿aiot,p.t9t).
| "r
| \,\ tttút , t \¡ih wnli, nttl nE Ehúorr of ditúr: A, es.r a¡ po?tlot .uUurc,
rn irsnt oa Cohnlbi¡ Pres!, roo:r.
, \ , 'l,l,I,I
r , I r.n ñn (:. Whnr y CrDtliiá A, lttlne, ai,¡y¿i.i drl .? e4: ItBnr¡n»tdl
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,t nttr ¡tlh lit th laiún§worl¿ r)¡ic,8o, U»ivüsityolchi.dgo P¡e$,,ee¡r


r"ilI'rñ1.'lxln). ¡\1¡ rket st ruc n rc, t h. . ¡(.¡tive t¡occss, ¿¡d popul¿ ¡ . ultur.:
l

r, (. ¡ ! tr , tr,t.¡nn¡rn)nd r.nnrprcl¡li(,n ot Dr.§r cultür lheory", en l,unnl


!

i rrf,ll' r trr,( ¡r,N":, re77, tp.4.l6 45:.


'

!, I'n,nllrl).rtrrr!, \(l!tufl(rtur a s(n'nce l.(ud\ psychoáDalytic cnriqur


,r ¡f ¡' nr : .f s'(\d s.id¡ün l¿¿.), lú8ú frúnúLa oú society dú.l polth:
'ri
I/.x¡i!1 lr!¡r, ,lrrr.on l,ro\s,¡e89,p. [rrü. osp.: an,..n, i¿, rd . nr.B.
ñr¡1, tr1, ri'¡u\, nx¡r,.¡p.I¡, ro, 'l.r ¡ u '5 lo r.fl.x ión .onro . icrcii- Iircud
I l. rf¡,rI'n(., r,rlnicrd.lknlido"l.Ijañnn¡cióndcll¡büm¡snoes
r"r,, k k i,.t)l¡l.¡. I'rn .ic¡n|l(', I?1¡.ln,or.,r,drpr.¡ s.ious:1h.
h¡n\t'.rl
n rtnlrtr»tollr t ¡i ¡,91r,xrr {Nn.vr York,llúic tkx'L\. r97o),
rn I ll,r,lrrFr' .,li'trr.r qú.llrtl¡{kat' por licrd lR silo !. c\l¡bón cn u¡¡
'n'
l{r' r, ¡l¡ ri' ¡l( rrrlr¡)r1f.\¡,\nor.r¡t,.rfnor
40 I t^ ttM(l0tt Dlt tt H0ttpxr
^

agen¡cs en libre fotación snlo como indicadores de esl ructuras sociales y


códigos culturáles emergenles.

EL PSICO^NÁLISIS COMO EMPRI]§^ C^RISMÁTTC^

Elcarisma es una propiedad de los individuos. Según weber,la auloridad


carismática --opuesta ¡ la aürorid¡d racional o tr¡dicioDal dcriva de pode,
res p€rsonales.xtraordina.ios, tals como la resistencia, la tucrza de volur
tad y la dedicación al bienestar de los otros." T¡l coño 1() señaló Paul
Roazen, uno dc los más conocidos biógr¿fos dc F¡eud,ésteera"un maestro
inspiradoaen el modelo de un filósofo griego o un Sran ¡abino. Sus es.ri-
tos, sus lecciones ysu tcrapia, sumados al magnetisrnoyá Ia tuerza desu
personalidad, atrajeroü y ¡etuv¡eron a un númsro dc ñeles seSuidores, no
sólo en su época si¡o lambién hoy en dia:'' Si el rsicoanálisis h:r sido
comparado en num€ros¡s o«siones (on un culto, ello es así porqu€ giró
muyestrechamente alrededor de la personalid¡d de nrcud, y cxigió de sus
profesional$ unalealt¡d totala las cnseñanzas del mreslrc. lhmbién está-
bleció un cuerpo de reglas dis.iplinarias estrictas que m¡nlenía estr€cha-
meÍte unidá a la amplia red de profesio»ales. Max Grafdescribe asi las
reuniones iniciales del cirolo psi@analitico en Viena:'Habia en €sa sala
una atmósfera similar a la de I¡ tundatió¡ dc r¡»a religión. 1...1 l.os dhci
putos deFreud eran susapóstoles':'r W¡lhelN Slekel,otrodesusseguidores
1ue más tarde se convertiria cn disidenlc- ericribió: iYo err el apóstol de
Freud, que era mi Cristol"'r Er oirns palabras, el psicoanál;sis r)o er¡ sólo
un cuerpo de ideas era un nuevo credo que giriba en torno a una persona
capaz de impo¡er disc¡plina asi como de despcrtar amor en sus seguidores.
Incluso, si, tal como lo sugierc Weber, ''el c¡risn¡a só¡o conocc ladetcr¡ni,
nación intem¡ yla restri.ción ¡nteúa':'\ Freud enca,aría ala perfección en
esades€rip€ión. Tal como senaló otro de süs biógrafos, éste"poseia un aire

u Max W€be( o, .áarúr, ¡¡¡./ i¡u i¡


iot builtlúis: s(lrt¿ l,!p¿r, .d. d. s. N.
Fi{trsr¿dr. Chi.,go. Lnivehrr, or LhLJE, Pres. rgó3.
,2 Paul Roákñ, ¡irr¡? drrl ¡¡loilrr.6, Núcva York, Alfred ¡itropl ¡e7r, p. z.
,r Cil¡doen ¡/,¡¿,p r8o.
,a Cir¿dó €n Louis Breg¿r, ¡ru¿: ¡ r¡kñ< ú n,. hi.l.t of ri:i¡,,, Nuev¡ Y.rt, Iohn

$ \{ebcf, On chúisña an¿ itstit"tion buillntg: Stl(!¡l pdpús, p. 2¡6 ltr¿d. esp.r
in lnido en [,ñtoñh I st¡e¿ad, !. .d.. Mén o, londo dc (:ultm f¡o¡óñic¡,
fa J0: u¡ 1¡[0vtD0t (urIuP¡t I 4r

,1 .thder disciplinado, de un¡ energia poderosa dirigida a un solo proÉsito:


¡ lr icou nálhisi'r A Io lárgo de su c¡rrera, Freud desplegó una €xtraord!
[r r r.r determinación para propagar sus ide¡5, a pesar de los rechazos tem-
lr,rnos rl psicoanálisis, los disensos dentro del grupo y las dramáticas
r rtnurrs .on mentores y €o¡egas. Dc hecho, Freud urilizó estos rechazos y
'
(¡\ firptrras pará refor¿ar la coh€sión de su grupo y dr sus ideas.
I )rn,Ispccto del lidercarismático es que las personaslo perciben como
¡lr1r'¡.n preocupado por la salvación de los otros. Dice Max Weber:'E¡
h,l'1 ..rrisnrático obtiene y cons€rva autoridad sólo mediánr€ la d€mos-
t,¡r r,¡, rlc su tuerza en lavida,1...1 Por sobre todas las cosas, [...] su misión
,I!r,.r,ltl|C protarse ante todo en elsentido deque quicnes se entregan
ll¡.1¡rtlrle r ól mejoran su situación'],, lás ideas rcvolucionarias de Freud
r, rir,r,r (lr hcrho un foco de atención principál el sufiimi€nto psiquico y
,'lr.r rnn ticnicas sin precedentes pllra rcmediar y aliviar €s€ suf¡imiento.
I r r rr pr,:sa heudiana brindó u¡ nuevo es.enario pará €xpresar y discütir
I rrlritrricrto y de esa manera asumió, cn mu€hos sentidos,las cara€t€-
'
,r\tr,,\ (lc una religion dc salv¿(ión (del pueblo).
I Ír¡lnrcnte, y éste es el punto quizá ñás imporianre, €l líder cárismá,
rl',, rr(1rr.-o l meros es percibido como alSuien que ti€ne- una conexión
,,rr",rltún rasgo muyenir¡lde laexistencia hun¡.na y del cosmos en el
,tr! \ rv( lrr l)e hc€ho, tal como lo explicar¿ más adelánte, Freud yladis-
,rt'h,r' itrcip¡ente del psicoanál¡¡s sacaron prove.ho de las preocupacio-
r ,l,,v.¿.la identidad nroderna-la sexualidad, el pasaje de la infancia
li i,h¡1r.7 y la naturaleza de li paternidad . Como agrega loharlnes
l¡l{,,¡.uI i lérpretedeWeber,"aldefinirelcarismacomoelsutrarode
I'¡tr.r¡,s (l( rutiniz¡ción/racionalización, IWeber] indi€ó que una com-
¡r. rhr rr rlcl cambio cultural debc enfo.arse en l¡ energencia, la formu-
l¡, tr¡r l¡ rr¡r¡,ipulación del'Sinn' lsisnificadol':,'Así, Freud propor€io¡ó
v
h ,1,r, .. .oryert¡ría
en la cosmologia más importanre del )o moder¡o,
,,,r¡\ r,trrl(l¡ con ideales de autonomiá, d€ autoconocimiento v de bús-
,tr¡.1,r ,t{. h t¡ticidad.

,¡ rrr,|,r, /t,¡lI)d¡ln6si, r¡,e tnidr of tisiot.p- tt'-


, [h\ \\ilu, l h. sxiolosy ótchárisnDtic authoriryi.¡ H- H, cdthyC. Wright
[ | rl1\ I .¡\. W¿.¡, N¡.!¡'rork, (i¡¡ar-y, r946, F. ¿ae.
),
l,l\ir¡lsl'il\,.ilrdocn
^,,¿r S. N. ¡isnst¡dt, t¡lroduction", Ma W.r.ri
'¡ t \t, hnt n ht ¿n¿ nvi¡inioú bt l¡,iñl¡,(thi.á8o, U¡¡veBityof Chic¡Bo p6,
¡ú iu' rr\ ¡il,i¡n, "(:h¡risú¡ d .ühu¡¿l .h¡nr.: Th(.$c of rhc t¿Im
l,

nnr.nuf rúr. rgr ((ir¡go lt tltriln)1rn (n,¡p¿¿¡,iv.5t¡dna ¡¡Sm¡.r/


¡,/,r¡ndr , N'-', ¡e6e, ¡r. r58.
42 rA !rltl(10[ 0Il f00ri¡t
^lHt

[n su retlexión sobre€l carisma,llcott Parsons sugiere qü€ éste es una


propiedad que'te adhiere a hombres y a objetos €n virtud de sus r€lacio-
nes cor lo 'sobrenatural', esto es. con los aspectos no €mpiricosde la rea-
lidad, en cuanto le otorgan significado teleológico a los ácros de los hom-
aconlecimicnlos del mundo':.' En ot¡as palabas, el c¡risma se
bres y a los
origina en individuos reales pcro más tarde puede adherirse ¡ obietos o
ideas. Según esla perspectiva, entonces,el psicoánális;s en si pudo conver-
tirse en un ot jeto carismático dcbido a su capácidad para transformar
todos los ¡spect$ de lá vida coaidiana en acontecimi€ntos con s€ntido a
s€r d«ifr¡dos. Noselratasólodeque Freud tuera una figura carismática,
sino de qüe el psicoanálisis en si, con su capacidad para conect.¡r ta vida
cotidiana .on una esfer¡ de símbolos "sobrenaturalesi se convirtió en un¡
empr€sa c¡rismáti(a.
Pe¡o las ideas y los simbolos, por más cárismáti€os qüe s€ar, solo pue-
den ser difundidos mediante su transmisión a través d€ una estructura
organizacional (el mismo proceso mediant€ el cual el carisma se torna
rutinario). El modo en que las ideas son difundidas yel rnodo en que los
actores qre re( ibcn esás ideas son mov iliados L onsr il uyen pu¡los cruc¡d -
les para entender cómo ypor qué esas ide¡s son incorporadas a las inst!

LA oRc^¡llz^c¡óN soc¡^L DE¡-c^R¡sM^ FRÉuD¡^No

El conocimiento científi€o se encuentra incrustado sirnultáneamente en


formas culturales yen organizaciones cultural€s que lo atan a un lugar y
a una época específicos.'' Por tanto, deberíamos identificar la identidad
soc¡al de los grüpos d€ personas que recibieron y procesaron las ideas de
Freudj mi §upuelo es qüe esto es cruci¿l para nuestra comprensión d€ su
a.eptación y su difitsión.

20 lil.oltP¡tuns,I/¡¿rr¡,r¡rcol!,cialdctio:Astrtlyi¡tsocintthcotrynhs?únl
rqe¡cúLa to A rtory of tcent Errup¿a, ,rne¡i. Nu€va York, Fr€c ¡r.ss of Glencc,
196,,No663 F lrrrd.esp,:,¡.rt.u.lwalcIan ciói e.nl: un ¿lklioc ¡.or¡,
w.nn co ¡¿f.tc .ird uign\'ón! tuio¡tct6oih15¿utop s,Mrdrid,

¿r V¿asc M¡rgaret Some4,"The pri!¡iizátion ól.ilizenship. How lo unthi¡k a


¡«owledge ontuE l.n vi.rori¡ t.. Bon¡{lly1ytrtr Hunl (cdr.). Beto"d n'e cuhuql
i
hr¡: NN ¡lit .tio s tlE rudy ore.i¿rr, ¿,¿ d¡lrf¿, l,.rkeley, univeBiiy of
C¡lifo¡1ir ¡tcsr, 19ee.
tnruD 0tt |l t0vtD0i {utlupar I 43

I ( sociólogos de la cultu¡a son parii€ularmen te sensibles ¡ lá pregünta


's
t('r h posi.ión de!a culturá,csto es,l¡ preguñra dc para quién y porquién
¡.,rt'ntpi¡da u¡la idea. De hccho, sin importarcuátrto remir.r una fonna
, ulrtrrnl.r los rasgG efru.turales de la socicd¡¿ la rr.¡ostrrisión gcnerali4da
,l,.ttndc, primero y prnrcipahnente, dc la organizaciór yl¡ i¡rstitu.n n¡ti
,n ! nr. lal éxilo de Freud en los Btados Un ¡dos fuc una (onsecr¡cncia de su
tr¡.ción dc una teoria gr¿ndios¡ en Europa, e¡npl.¡z¿d¡ sobrc una solida
rNl
' ''
\r ú(türa organiacional quc hizo posible la difusión rápida ds los coD,
'
,, t,ros y ¡Is prácticas psicoanaliricos ysu apropiación por |arte de actores
,1.r. d.l cstablishn¡ent cientifico y cultur¡I. Frcud fue un organiz¡dor
irt,r(mr que supo cómo institucion¡lizar e¡psicoanálisis ¡ tr¿v¿s de orga
rr/.\ ¡trr.s y rcdes so.iáles.rr (lomprender cl proceso a rr¡\és de¡ cuat Iás
r(l,i\ son insthucionn¡izadás ¿s crucial, porque s{í¡o cnronces un n evo
1,,,,1r.'i. con.epru¿l ejcrce"una influencia poderosa sobre tos modos en
t, r l,, Ben te puede fornrular sus deseos y rrabaiar para rc tizarlos':.J
'
lre\ r¡rgos d€ la eslructüra organizacion¡l del psicoaná¡isis lcmprano
a Ia exitosa irDplaltación de su irrfluencia: la estrccha cotrc
','rrIhtrycron
n,trr rl( u'r grupo de devotos akedcdor de ¡reud, etdis€nso de algunos de
(rl r¡r(nrbros pronrinentes y ¡a estruciur¡ organizacion¡l intcrnacionat
ri I t\t«¡.rnálisis temprano.
I i rr r' eo: y r9oó, Freud efableció ¡as'lrochcs dc los nr iércotes'l reunio-
¡

x.t ¡rl(!r¡n¡lcs dcstin¡das a manrener un conta€ro cercano con tos dis-


r lt,rl(!s (lel psi(oanálisis recicntemente rec¡urados y para gencrar idcas
rr, v¡'.I.' prescnración de u n arri(uloera un rito de iniciación, después
,1,I , r,'l cl Duevo micnrbro era aceptado. F¡eud nlentaba la discusión
dl,rr r,r .¡\i .omo la rcvela€ntn de l¿s propias e'nocion(s, tas t¡ntasías y
1," rr.rr0r para su irtcrpretación por partcde¡ grupo dccoD{rrcntcs a
I'r r.úon'ncs. t1n r9o7, el suizo Mar EirinSon, el primcr extrán,cro que
, rrr,'.1 lllupo, concurrió a l¡ reunión p¡r¡ recibi¡ co¡rsejos. Más tarde
ú r,¡,r\1,'Dnó cD uno d!' losdefensores más persisrentcs det psico¡náli
rr. (r lr¡¡ll.!r.rrn, ilufraDdo así qüc cl nú€leo inicial podia irradiar t¡
rr, r,r,l,¡ triD¡ cn todo elmüodo, h quedc he.ho o.urri¡ia.l_¡s reunn!
rr l,'\ lri¿rcdcs Drar¡tuvicron y expandieron cl núcleo de ¡os segui,
'l,

., rr¡r nr(,lnl.¡,¡l¡n.ilisir(lucsiFUeubis rn l,tl¡th ( u r ¿it,'tllc t:tnd¡"ns:


Irr
fúVRl.t, ñ.* lliE¡,ttle LJ,iivchitr tt.ss. ¡939.
L, -¡¡{nú¡?
,, l'rrlII'rM¡HnoyW¡h.rW.I\&cU,i íxln..irtu r Wr¡tcr W. tt)wclt t l)Jul
l r¡Nl,rtlri,(.Llr.),7IMdn¡t¡tún" hn i o\túti.n¡bnlt r¡lr.n,chica8o.
lrtr(,ir)-or(rhr.¡sol,rr$.reer,l'.!9ltn..sr.:?r,r.r.nr¡ir,r.,o,¿/i¡/,o
' l aúnl^^nt(d ¡: tit¡úl,lttari.o,l.ofulodr( ulh!¡ li.ononrn¡,rerel.
44 rA lÁM(r0[ 0¿t Alü¡ H0DtR{t

dores dc Freud.r4 Otro ejcmplo de l¡ estrecha cohesión del srupo psi-


€oanalitico tue la cr€ación, en r928 y en Berlin, de u¡ plan de estudios
oficia¡ par¿ cápacitar á psicoanalistas. En dicho pla¡,los mismos méto-
dos dediscusión-porparte de los cañdid¡los- de los problemas teóricos
ymeiodológicos¡elacionadosconsuscasosrecreaban laSocied¡ddelos
Miércoies. La organización fue luego imitada en todo cl mundo, en un
indudablecaso temprano de lo quc DiMassioy Powell h.rn denonrinado
isomorfismo, esto es, la c¡pacidad de las inslituciones para i¡rilarse la
una a la otra.'i Su comando sobre una arnplia red social y su adopció¡
de una práctica yun plandeestudios nucleares estandari?2dos explican
por qué,desde ¿l surgimiento de ¡¡ teoria ps¡coanalitica, "el grupo freu-
diano 1...1 er¿ tanto nácional €onro internacional'lú
En ese mismo ano -r9!8-, el grupo institucionalizó su evolución al coo-
vertirse en una organiza.ión profesional, y la So€iedad d€ los Miércoles tue
rebauti?áda Sociedad Psicoanalitic¡ deVieoa, que a su lurno estableció el
escenario para el primer congr& int€rnácional (m Salzburgo), un movi-
mienro que contribuyó sin duda a la diñ$ión y a la «pansión del psicoaná-
lisis en todo el mundo. (bncurieron a él 42 psicoánalistas, proveni€ntes en
su maloria de Aust¡i¡ y de Suiz¿, pero también de los Eshdos Unidos, de
Inglaterra,deAlemaniaydeHungri ', El grupo expa¡dió su alcanc€ cuaodo
se fundó l¡ Asociación Psicoana¡íti€a lnternacional (^¡ r). La orga¡ización
internacional seria una asociación de sociedades psicoana¡iti.as lo(ales
{ nacionales). De €sa manera, rreud podria ejercer um superyisión dc ampüo

alca ce sobre la red inlernacional de sus mi€mbros. Es interesante, en est€


s¿ntido, que "el psicoaná¡isis tue la úni€a profesión que tuvo una ba$ inter-
nacional a¡r€s de que s€ e'tablerieran las organiTr.iones locales,lo que les
permitió a los freudianos ignorar las costumbrcs loc¿les y nacionales':8
t¡ tu€ orientad¡ específicamente en pos de la ¿ilüsión delmensaie
^PI
del psicoanálisis. En efeclo, la cre¡tividad pu€de convertise e¡ una divisa
social sólo cuando "viaja en grupos'l', Esto es coherente con la sociologia

AIE¡nosdc eslos seguidores e¡an Adlcr, Rudof Reille!, hidor S¡dg,


^lÍi.d
Wilh.lm Sickcl, R¿i¡cr M¡,i¿ Rilke, ()rlo Rarl y Alfrcd Meisl.
DiMaSaú y PoNell, inlrcdu..ión ¡ ¡'oMllID¡Mrggio (ed\,),-1"/,s,.r,
ntt¡nut¡o"dlÉ¡t t or¿n Eatioi.l lt¿lysn.
K\rzweil, t h¿ |i.u,1id : A «'hlparotirt pútpdive, p. !-
V¡ascltre8.n¡i?!¿D"¡trd$ih tha ¡irlx .f rnio\ p.129.
Kú¡Neil,Th. Ft. ¿k t: A..'iparat¡\' p.f?e.tivt. p. 4t.
st.plBn [u.hs, ¡gdtr. .$.,,id lnri: A th@ty ol .uhw. .tl ,ti.,),, Camb¡id8e,
M^.llnrv¡rd Univ.rsity ltcs.2oor,p. r83iv¡¡sú l¡hbi¿n Ri¡(l¿llColl¡¡rt,71¡c
nddox/ o/ ¡l,,/.¡d¡¡ri.Ji f /o¡,rl t hlotl d nl L'll l hn ry, ( r.rnbr 8r. M^,
r

^
ftflJD ll¡ r0vl00P (urIUc¡t | 45

,1,. lrs redes sociales, que ha demosrrado quc las red€s p¡of€sional{s son
orrli/¡das para ha.er circular información y conocimicnto a trav¿s d€
rlrnn»es forntales, publicacioncs y redes informales, todos ellos medios
Ír'li/ndos muy eficienlenrente por el Brxpo freudiáno.r" De hecho, ¡a
^pr
r(onía c¡ congresos bianual€s y ma¡tenia una intensa comunicación
"
l¡,r rorrco,dondcsecompartian idcas,resultadosypreguntas.Nosólolos
,,,l.lr.rs ditundian los preceptos del psico¿nálisis, sino que también se les
rrtl¡rbaa los a¡rtiguos pacient$la nrisión ded¡fundirlosen iodo el mundo,
o¡ rrnrcDtando así en nrucho su podery su distribucií,n.r'
I ,r .\ptrlsión de disidentes tan irnponantcs como Alfred Adler y Cad
lrr[(l.nrueslrnqu€,yadesdesusnticios,laorganizaciónestabadetermi
,rr,I¡ ¡ csl¡bleccr La unidad y a relcner el control sobrc la elaboráción de
1,,,1,tr r' ¡n¡yla práclica dcl psicoanálisis.r Paradóiicanlente,estosdisiden-
r' 1r,,,'l)ié¡rdisenrina.on lavisión psicoanalitica o psicológi.a delmundo,
t{.,,iqrtab¡n y distribuí¡n algunas de sus prcmisas fundamentales: que
,l \ , , pi i¡ scr transform¡do y conformado por y a lravés de Ia re¡ación
,,,ri ,rr rcr¿pcuta, que la psiquis csl¡ba compuesta por varias (apas que
,n,.1,r,,1)¡n scr (omprend¡das y dominad¡s y que el lcnsua,e juSaba un
rl ,1,!'\ivo en la produ(ción del yo. Dcbido a que Ios psicólogos son
trrr,rt',kn,s por las clasi6cac¡onesy lascstruclums institucional€sdesu pro-
r, r,,,r,.s posiblc que Do vean lo quc clsociólo8o si ve, esto es, que a pesar
,1, l¡. ! !¡l.nus disput.s quesep¡raron a lung,¡Adlerya R¿nk de treud,
ú.t,¡.ll,r rompar¡ían cor¡ éste muchos supuenos acerca de lo queconstituí¡
,l l r r, ¡ p()l,iado pira .l estudio, el mejor¡mieDto y l¡ trarsformación de
lü l(ri,trr.rs. l.:n los Esl¿dos Unidos,lás dispr¡tas generadas a pártir de la
,,r|ror¡ ,1. L.rrcn Horney y de Erich Fromm no hi.ieron sino contribuir
l
, ri i',,,orrrr visibilidad del psicoanálisisya estable€er mejor.rlsunos
,1, arL,,,rr.pt('s clave. De hecho, estas misnras luchasnyudaron a estable'
. , r r ., , , r ¡olid¡¡ los limites del canrpo social en el que estaban lcniendo

r r
"
\ ," ¡ l rrnvrrsily It s\ ¡933 llrrd. 6p.: s:,¿nlofd ¡i¿ l¿rrld¡oÍ6: Unn Eona
rt, t'nt,nl, tlao ¡nnLrt dl,Bar(lonr, !1r..¡,troo5l-
, \, ,,. f,tr.j(nrdo,uJhd Powelly ¡.¡urcl snrirh- Doe¡r, 'N¡rworks ¡¡d
,,,,tr,trrk rnr'i .n Neil s»clfr y ¡lich d sw.dhü8 (cds.),7/,¿ l,atr¿ú¿ot
!,,,,r,tr,i \k r/o¡J,, ¡tnr.clon. Priñ.¡lon Uriv.rsity Pres! ¡99,r, pp. 168-40¿.
t, \. h,,t),tr rrrn,tnu,q¡úú¡¡del¡scrrevi\t¡dusdcRoaTen,¡uesodeh¡(cr
('ú i rrtri t\no¡¡Jllic¡ ror lrcu¡, k,lvni ¿ b\ lidados Unidospara phdic
l,' r,,,n! i!trr,l( I firo¡n¡li\is (¡¡il¿¡ ¿,/ /,n y'/lnm, p. rru¡).
,. \,11.r r¡r.r\I'ul\¡lo¡nqkpr.sn,ihI¡,¡hnt iL¡.ión d. l,\ toÍr.\
l-1,(rilf ¡i'cn l,r.oN rnlrd. Ii.u(l.ntrndLrttu.esl¡r¡t)li.¡.ion r no
1''tr|,1' r (rkrnlcr rlir¡.o \.¡(ntr.
46 ra 5aLr/Ár Ó DtL Át ¡ il00IRr¡

luga. Est¿s dispul¡s inlcDs¡s y vehem.nles ter rnin¿ro n rctorza ndo -¡ntes
que socávando- cl núc¡eo ct¡llr¡ral y li.oh.r(n.i¡ del Psico¡ ntilisi§ conlo
prácticn pro{esion¿1.
Los disen$s no sólo refor,¡ron el núcleo del Psicoanálisis §ino qu€
también ditundiero niás an¡pliamtnre ¡lEunos elenrentos hiisicos dc su
mensajc. Las disidenci¡s tuyicro¡ cortro efecn) qlie }rrcud conll¡r¡ cn un
pequeño comilú de pcrson¿s que actui¡b.n.o'no S .rrdi¿¡¿s de l¡ fc ori-
sinaty como emisariosdircctos p¡r¡ditundn la Pal¿rbra. K¡rlAbnrharn,
sus
Seren.zi, Rank, Sa.hs, lt nes y Ei!¡¡8on se conlerl¡ri¡¡r en Psicoanalislas
promincntes y ferv¡entes en rus resPcctivos faises, y exP¡ndirian si el
psicoaDálisis a lravés dc las rcdes socitrlcs conniruid¡s Por entonces-
Pero estas obscrv¡cio¡es Scnerales acerc. de l¿ organiz¡.ión d.l Psi-
coanálisis deiao aún sin responder l
PreguDta dc Por quó cstas ideas
fueron adopladas ¡¡n rápidamenle en los E§hdos Unidos.l.a iDvihción
realizada a l-reud a¿ictrrunasconferctrci¡s en h Univcrsidrd Cl¿rkcn r9o9
tue tan impof¡nte p¿ra el psicoanálisis corx) Para ltr cultürr estadouni
dense, que absorbió dc manera ávidr -nunque selclriva- rlStnas dc l¡s
ideasdc Freud.'lal como se¡rld l'et.r G¡y, el vi¡je ¡ los Estados UDidosle
confi¡mó¡ Freud que 'su movimienlocraahor¡un ¡sttnto verd¡der¡ cnte
intern¿cional'lrr Ademas, sus conferencias en h Univcrsidad Cl¡rk' lo hi.ie-
ron rcpenlinamcnte f¡n¡oso :'r Edjth Kurzwi:il explict¡ csto l¡.ónicameDte
invocando Ia propeDsiór¡ cst¡dounidt,rse a d rlcl¿bicnven aacu¡lquier
€osa nucva. Dc todas nraner¡s, dado que ha h bido suli.ienlcs cosas 'nue
vai ¡lasque los esladou n¡dc'rses no lesdier(,n la bic¡lveú ida, deberiamos
investiSarun poco mtislos lnot;vos por los quc la cültúra cshdou¡iclcnse
resukó terreno tan pr()picio para h rc.epcióD de l¡s ideas PsicoaD¡hicas.

CDálquier inttnto dc cxplic. r l¡ exl r¡ordin¡riu reso¡.tn.:ia dcl Psico¡ nál;sis


en los Ustados Unidosdebc lcn.ren cucnta un¡ sirruhan!'id¡d de ttctores
relacioDados con la ors¡nilnción s'cial dc I., mcdnit)a en di.ho p¡is, su
¡elación cor ¡r psi.orer¿pia, los gruposy las rcdes quc difundieron clpsi-
coanálisisy, fiDalúcnte,lá niluralez¡ nrism¡ de las ide¡s psi.o¡ntrliti.as-

ll l1l( cJy, ¡ lrl. fdr .r¡ ¡n,¿, NuLva Y{,1, Nod.n. re¡8, f. r ¡ llri
/id¡¿ $P.:
li.d: h in.vro rü,¿o. llnÍr(l,nrr, lhnl\' rq3q
Ltúl rtdn
¡r (r'/§ol, r/,.Ir. ,lr,¡:¡,n tl a k l'r'.l\\¡tt,| :\
rt{u0: uÍ lltiovlD0p «,LIlt¡AL I 47

tI t n text' del psiront,iliris esta¿ouniáente:


t,r tlisputos ertrt nedieiru y espititualidad
Il¡¡l{ún p¡isfueran re€cplivoa las ideas freudianas como los Est¡dos Uoi
,1,\. Ilay muchos clementos quc (xplican esta rcceptividad, pero el más
\,\,1'le ticnc relación con el hecho de que "cu¡ndo Freud pisóporprimera
¡, $clo cst¡douDidensc, l.t psicotcrapia y¡ estaba integramente entret€jida
, rr l.r tch dc Ia cultura y la medicina estadounidcns€s':rr A comienzos de¡
rllh' xx,h psicologíaer¡ üDadisciplin¿ académica relativamentebien€sta
l,l,\ kl.. El establishmenl médico est¡douñidense se ll1ostraba rcceptivo a
l, l\r.olcrapia como no ocürrin (n Europn. Eldiscürso ¡redico abordaba
¡,r,1'lrnrís psiquicos tales conro la neur¡srenin,la co'rmoción medular
rt{,trlu.k) de los viaies en tren) yla histeri¡.lunto con elinterés médico cn
I rl, (funrrdenes y en su tratamicnto, alsu¡las prácticas no científicas de
,,

, ,¡.r ¡¡r rra¡ llevadas a cabo, por ejemplo, por c¡ movimiento de cura men
ril,, lrtriNiniento Unrna¡ruel (iniciadopor un grupo de medicos y mi¡istros
, t,,.,,trlc\ de Boslon), Nuevo Pensamiento,Ciencia Cristiana y otros gru-
tr , , l( n1 r.rl1cnte afines a visiones d.l mundo €spiritualistas o reügiosas.rd I os

| !ri,!'s tlnidosbrindaroD u¡r coDterloparticularmenle ltriilpára h recep-


, r, Ú ,l .l
t\icoúálisis porque sus métodos de curacióD '¡ través de la mente"
, ,'1,.,,, 1,n1, esr¿t,lerid,^ ) LJbi.rn \ido objcto de inten\r\.ontrnveBi¡5
t,Íl,ln.x (lctrtro de ¡a profesión médica ¿ntes de que lrcud püsiera pie en
ri 1,, ,\r,,Lloonidense. En las dé..idas iniciales del siglo xx, la profesión
¡r,li,, ¡r¡(hó .oD uñas y dientes para arrebát¿r a los pa.ientcs de eífer
,,!.rt.rles de mnnos del clero y dc una amplia var¡edad de curan-
'¡',l,rl(\
,n r,,. ,lr, r(xlo tipo de convicctunes, ¿fümando que estos pacientes seriln
,,! ¡l,N ,k ¡reio nanera por la medi(ina convcncional. Los psi€ólogos
¡,l,.rrrr* t¡n¡bién esI¡ban divididos rcspecto del€statuto yla validez de
¡,
nr ,'x r,nl,'s dc curación utilizados por los prccursores reliSiosos de )os
trr, !'rí,,t\'otrs.r, Al iguálque los rnedicos, a€usrban amovimicntospopu-
l.¡, I r,,lis, onlo cl movimie¡to Emmanud de no prncticar ni una buena
rx,lr [,,,, ¡i üon rcligi(in verdade¡a, ni u¡a psi(olo8i¡] cfectiva.
s
s
u
, r,r ' ,r,lrn. ¡r,,,/r"/¡.r ¡,unt n¿"ú nr¿ tln b¡ñ o[ tt ¿nt]tnqr
Itr'1, I I rri'vd\lry ol(l¡litúrri¡ l,¡rss, r9r3, ¡. r5!.
- ú \,.u L('lrn,^,niJ{,¡i\:Inúaútúltm.¡ l rltu bn!11ol ?t\ho1húdl.
Ir'1.,n.t un¡.x.rlrnl. hirori¡ dc lG oriScn.s d. ¡¡ psi.oterapir, vé.r Evá
rr!{r,ñ /, '¡r,r,/rrd,'/ ¡(/r r: Artu iúi\ ol'¡úsn r wnh yll:-li¡l¡,1,"d ,Balrin¡E,
l,,l¡, ¡ l,,t,l'tr\ I ¡rv.h¡ty ¡tc\s, trxr.
, \,'., t(tr, ¡inú¡,1.' ol,o\'.r'n l,or prrr. d( psi(ol{,8o\ ril(s .ono llcnry
rr,'rl! ñr l.'1ly I h¡rp Múrsrul)ss, (l«ril! o ( il,hr, M,útl lrn§ A i!tit1 t
.'n'','.núl"\ttn l'¡th nl t,\thrtt¡!,¡/r,. r,¡!. r.r5 r,t..
48 I rl 1¡rvr(lÚ¡ Dlr
^rx^
[ol){rr1l

El paradóiico result¡do d. cslls $Dtrove6i¡s fuc cl rclor/anrie,rto de


la idea doque last€rap¡rs r¡entalcrcrnn t¿nlo ncccslri¿s.o'no cficaces:

En Ia vispera de la histórica visita de Freud a los ¡.st¡dos Unidos en


s€pliembrc de r9o9,ur númcro susrancial de ¡¡(ili(os sladounidens€s
-§i no simplemeDle ur¡ rnayorí¡ pl.rna- est¿t r di$pueslo a delender
vigoms¡me¡te su derccho e)((lusivo a emplear ü n m¿lodo que n¡uchos
en l¡ profsión h¡bian maldccido previ¿ncnte, yqrr ¡nuchosmásdirec'
t¡me¡lc hablan ignorado.r¡

De hecho, la "resistcnci¡ .r las pcrspcclitas cullur¡l.s puede relbrzar (y


muchas veces lo losra) l¡smismas perspectivas a las qtrc rr'opon€. porque
l¡ resistenc¡a ¡mpli.a r.<o'tcimienlo d.su centralidad'l¡r Deesc modo,la
dominación cultural no cs producid¡ necesarianr(nlc mcdiantc l obten'
ción dcl reconocim;entoi nrás bi.n,.rn prodr¡cida mcdian¡e la Seneráción
de a.tividad .ulrural ¿i¡.il!'.ior dc un obieto cultur¡l p¡rt¡.ul¿., trna acri-
vid¿d qu. hicn puedc romar la fornr¡ dc un¡ c"¡tr,"cr"i¡.
En resumcn,debido a quc la curación mentalh¡b¡a sido obj.h dc una
coniroversi¡ que dividi¡ ¡l clero relisioso d. la prof.s'ón medic¿, el lenguaie
y las categorias de rreud fueron recibidosen un (onloilo cuhural eD que
lacur¡ y lá s¿lud mental eran caiegorias visibles ) sig'¡ific¡t iv¡s del diru¡so
público.

La rceepció dc hs A.nt dc trcrul y lor ¿litas .ulündbs


ll conrexto inmedialo dc n.ep(i(tn de l.rs conft:rcn.i¡s dc Clark -qu€
constiruycroo cl primer cncuenko cnirc Ireud y L¡ contincnlc ¡mericanc-
iamb¡i'n iügó un rcl importanrc ('n ln ditusión innl.di¡t¡ de l¡s ide¡s de
Freud. H público de hs confcr.rtciis dc Clark. dictrdrs en reoe, cstaba
constitui¿o pormiembros dc divers.rs ól¡tes cull Lrr¡lcs, quicnes icbido a
su atceso a rcdes y rccurcos pudiero¡t difundir l s ideas dc Ireud cn dis-
tintos rs.cmrios de l¡ vidr soti¡I. l.as élites $r lanib¡¿u cruciales en la

rs C¡rl¡n, ¡rnli !n,¡\i ¡,u n1", nl¡ r n¡n th bnth nl l'!\ nnth.rnü,
I t.!¡.
19 V{t¡s Willi¡nr H. S€sclll.." ¡ h¿oiolturil.r Inr¡iell y llÍnl (edr),
cotr.cf(n
B.\\»tl t .rlúdltú : N.\'tlnnurú nt.:tud) ol!\tul¿ ¿,nl¡t',p.tz.
" l¡s«úl¡rcnci¡rgne frcrd thnrncnr.¡ l¡ Unirús .¡l (.Iül fmrcn lrudúdñ
¡lc\I¡not.on ¿t rnllo (-nt, n,l.r.r[nr rdl,r¿Fn!dr,¡¡r§. S .nrb¿r8o,
dcb o d quc I¡ aúror¡ r rfier. di!.d n(nt.¡dldsyno¡lrnuloddli¡«)
.dit¡dov¡br.l¡bns.{l.l¡s.orl¡r.tr.i¡s.lruduiclit,¡l¡n.nlr'ionl¡rc ciir
d.(:h'k: lN.d.l-[j
Ittu0 uÍ lll¡¡0v¡00r (uL¡urlr r 49

,'r,li,ln cn que pucden otorgar aulorid¡d y lcgitinridad a las ¡!cv.s ideas.


que cn las teorias d. freud hühían s¡do ¡Bnorad¡s o
^ltr.rlrns
,l'., ftrlndas, en los^lcmnnia
fistados Unidos los miembru dcl establish rrcnt a.adé-
¡r.,' nrrrc.ron (on el seuo de su.1prúación y d.l¡ lcgitimid¡d . ienlifi.a
ln ,trtrov¡doras idcas dc Freud. Las confercnci¡s de Clark conlamn entre
n' l{l,li(oa imponántcs miembros del establishnr$t psiquiárricoy neu,
o ( como Stánley I láll, Wi¡liam ,¡mes, ,¡¡ncs Puham, l.. B.'l itchener
',1 ',rr(
r 1 Meycr). !:l ncurólogo Morron l,rinc.. quc hnbia utilirádo la hip-
^,1, r.rrrú¡én estnb¡ interesadoen cluso
r¡trr\, de la hipnosisporparlcdc Irreud
¡urr rrvel r el inconscicnte. Putnrm, tln nsnrólo8o que h,rbit' tr¡bajado
,,rr ¡.r kl.r del subconscicnte,tambian sr intercs¡b¡eD las teorias dc ¡reud
..1{,.r1 rn(on*icntc y su v¿lor rer.rp(uti(o. \i (n rqo{, ron un prcsti8io
¡r, 1,,',.,,r¡l(in tnrrc su\.ol.gás, PutDam habia dcclarado la utilidad del
rn, ,,.,h.r1'sir. Su sahráción positiv¡ de l¡s idcasdc Ireud sevio incrcmen-
r il¡ hk.B,, de las.onf.rcn.ias de Clrrk, y -rlada su pos¡ción (l.rvc denrro

,l l,¡ !1' noSia cstadounidense- l¡ r[6 L'suh¿, *r una influenci dccisiva.


, r (

I rlr, r.rl , tr'. I,otnaü, Abraham Bril¡ <)lro medico quc b¡bia sido cnt rcn¡do
!r'lorih
^
c mp¡ió con cl encargo de tradu.ir, organiar y popularizar el
Irr,,,,n l^i\ i¡nto.nlre los méd¡cos como€ntre un público más dmplio.
'l,ll l\lrr(¡, un fanmso psiquiarr¡, se mostró rcceptivo a lá idca dr'la
r ii¡hl,kl rtrhDtil,y cncontróen el psi..,rnálisis nraterial prra v)stonersu
.llrri, rnr d.qucl dcmcmia nocra d resultado de lesiones cerebr¡les o
t,',rl,\t¡siri,,ncs hereditarias.{" wi¡lianl Ianlcs,quizásel psi.ólogo más
'll.nrx",l(. [x l,st¡dos U.idos,concurrióa lasco'tf.rdr.i6de rrcud,yaun
¡Í.rxi{' n.¡r.r,rifestó escépti.o en rclaciór ron algunos aspectos dcl psi-
,,,ir"rltr,\, t.nnbicn sc mostró intercsado cn é1, y con la espcranza de que
r,(fr,x.' \¡rlk¡ rd('l¿nte. Aun cu¡ndo su lcgi¡midad social derivó prin
'rn
,tt{ltrurt. (1. su ¡ccpla.ión entrc los medi.os, t-r.ud a¡ra¡o lambién á
xr',,¡ 11¡r'tbr d. I¡ .tlitc, i[telectualcs y fenrinisr¡s..' Por eicmpb, tinrma
I n,li¡,.!r I r rcl.cl r¡.r¡ y acl ivista polil ic¡ y lider dcl nrovinrienlo an.rrquista-

t.hrl,rflr,.¡r(urri(i n hs conferencirs de trreudi sal¡ó d¡: ellas ¡un nús con-


rrn' hl,, ,l.tn. (r¡ nc.cs¡rio losrar ¡¡ ¡ibcr¡c¡ón de la sexu¿lirl¡d dc las

\, r, rrfl,,'n(r Il¡lr,l¡?ln",i,h ¡,k,n ,.i l r¡ ¡.](,x't¡Sr d ¡Jr ¡ud¡ l/r¡


¡r rrtr rrnn, \nr.,, r¡-Á ¡e¡l.fiucr¡lirl.()rlirJ LlNrbit) Pre5r r97t
\.h, Il,,l(1r( In ¡b, ,i¡l, ¡n,, ,/'.orr,: ¡ rrn¡l,/rdl,nr¡i¡,, Nüev¡ Yttrl,
¡n r¡r, r, r,¡.t i t l¡ni !{ ,.n^s, 7¡Bd¡¡ ¡, d(r/,.r¡¡ ,/ ¿.ú1r,on. M i,nr¡polir,
Ir',r"r¡rr,fMnlllcnf,rl'r.s,rsl¡!i,,!ri!c¡I¡lw¡y,&r,/"¡¡,¡tn»¡nn:\yoúút,
rn'rhltr,,lt,nl'llttl\ntr¡¡,.(h.rlnlIhll,tr¡riv.¡rryotNorth(:rxli¡'.'
5O I LA 5tLVAfi0lr Dtl AltlA l00ttt^

mujeres. Goldman c¡li6có la r€oría de Freüd con¡o un arSumento irrcfu-


table contra la "hipocresia del puritanismol"
El€studio de l¡ recepciór de rqtos ha demostrado repetidamente que
los texlos ambiguos son incorporados m᧠fácilmerte desde diferentes
puntos de vista, valorcs y ¡ecesid¡des, lo que ascgura su éxito enlre un
priblico variado. Las conferencias de lreud se Prcslaban particulamlente
bienatál multiplicidaddeinrerPretaciones,pues fueron lo suñcient¿mente
ampliasy lo suficientementeambiguas€omo par¡ permitn h áProPia€ión
delos tópicos que presentaban Por parte de diversos sectores delas ólites
cieotifica y €ultur¡l estadounidenses, rePresenradas porinsrituciones lales
como Ia Universidad de Harvard, así como por leminist.s y radicales. F:stas
fracciones diversas de los gruPo§ de élit€ podrían a su rurno utili,ar la§
ideas de Freud para extrenar sus P¡opias dispulas

La ñedicaliznciób del psieoan¡llisis


I.a receptividad de los estadounidenses hacia cl Psicoa¡ilisis y su in§tit¡r-
cionalización se vio incremcntada por el hecho de que óste fue áccptado
porelprestigiosoeslablishñ€nl médico,yconverlidoincluso en una espe-
€ialidad Ítédica de ¿lite, hecho que se explica debido a que en la década
de rero los limites ors¿¡izacionales de la Profesió¡r médica cstadounidense
eran mu.ho más lluidos que en Europa. La prof¡sión aún era recePtiva
ante la innovación porque"su patrón dc invesligación y susvínculos con
¡
las üniversidades y con el sobierno recién estaban sieDdo fi)ado Médi-
cos como Brill y Putnam s mostraron ¡nfaliSablese¡ su intentoporpro-
mover el psicoanálisis entrc rn público amplio, y .¡sí a.tuaron como cmpre-
sa¡ios € incluso como pioPagandistas en elfomento yla lcgitimáción del
psicoanálisis. Brill, por ejemplo, se convirtió en un Psicoan¡lista cxPeri-
m€ntádo yen un vocero muy a.tivo del P§icoanálisis puc§ 5u lradu.'ción
al inglés delos rrabajosde Freud puso a éstos a dispo§icióD del públ,co.a
'lámbién dictó conferencias para una gra¡ váriedad de 8ruPo§ profesic'
nales y aun delegos:habló Para los niembros le¡neninos dc laAsociació'r
dc Estudios dcl Nino, para la t.i8a.ie Autores y para nrlisla§' filósofosy

42 M¡ry ,o Buhle, /i,¡n¡n,n ¿ ú.1 bs dnú u s: A ttury ofnntfn<L eith


t¡rr/¡o¿"n¡rJn, ()mbridS!, M^, H¡nard Un¡tBity Pr.st 1993. P. :2.
'lh. ¡ncric¡ri7¡tion
4r N¡lh¡n G, H¡lc. lronr BerS$sse xrx lo Cenlral P¡¡k Wesii
ol psy.hoán¡lysis, re,e le4o l . n loú¡dl of ttr Hútú)' of th. L./rnr¡ord¡ sr i.r.¿r,

,¡,r (;¡y,lt¡¿r¡j,'1/,l lr,¿r rn,., f ¡or.


fRtuD: un n!{0ll00R (utrun¡t I 51

ntr(licalist¡s mililantes reunidos cn e¡ sálón de la señora Mabc¡ Dodge.{r


I rn.i lmcnte, arill se convirlió etr el lider d€l nov¡m iento psicoanálilico de
N0e!¡ York,4" ¡mér de que, e¡r p¡labras de Nalhan Ha¡e, el m¿dico esta
,1,{¡nideDse.ra un popularizador que escribia p¡r¿ revistas, para la élite y
r.,¡rhi¡n para.l públicoen gencral.'r De ese fu. n través de Ia medi-
'nodo,
, or,r(lrccl psico nálisis ¡dquirió r¡ipidamente legitrrrridadyprcst¡gio y se
,1,1,¡Ddióenels!'¡iodelacultnrapopular,comosePudoPercib;ryaen lgrt'
, r rrrhr Gool Horsclce¡nrg una rcvista conservador¡ muy popular, Publicó
r r

rLrt .r liculo sobrc lreud.

t r ü uttizacii
del psicoan¿lisis estadoMirld6e
I i,1,,\ llstados UDidos, hsextraordnrárias habilidades organizacionales dc
L',rl sc lorn¡ron inmediaiamenlc visibles. Freud,Iercncziy lon€sr€ma¡'

rrrx.I'rr eD co¡tacto con susseSuidores cst.rdounidenses y los urgieron a


, ,r¡l'1...r urr organiznción indcpendienle. En respu.sta á elk,, se tundó
1,,'*r ¡{¡d Psicoanalitic¡deNuevaYork(en ret r ), y hrego, b¿jo h dneción
,1, l'r¡rn¡m,l¡ sociedad Psi.oanalilica (e¡ 1914). En ¡9¡r también
de Boston
(^Ps^),queuni¿)
" ll.¡ln.¡ li'ndado l¡ Aso.iación PsicoaDahica Amcricani
l,,,,,1,or dc los adherentcs dispcrsos y fuc.rucial p¡ra ha€cr circular la
r,,r,,, hi.r.i(-rn y estableccr l¡ org¡niz¡ción dcl Psicoa¡álisis con rccurso§,
r',l,-. \ (,nxr.inliento. ¡alcomok)BñalaMagaliSarfatiInr§on,"laemer
¡',n,,,1,'ur¡.i.r'urr(r,n profe'ion¡¡ recono(idr,onto rePrc\enralrvr Por
l' , i, t, tr ni.rdcs o por u¡ sector sign ificativo del Público"l¡ es uD indicador

xrr.r,n.rl (le lucrza org¡'ti7a.ional.


D, r [ (l .omicnzo, los ¡nalistls cstádou¡ idenses sc integraron meior a
l,
"' ul.rl qucsuscolcsrscuropeos.SNpacientcsnNluíannosóloamiem'
ln,,.,1, l,r.l.¡s( ¿lta sino¡ un¡gran propo.ción de obreros fat riles,
'nedi.l
-, r, r.,r,,r\ y rrl;t¿s. Muy pronto los psicoan.¡li§tas eladounidensescrca-
,,,r¡ r.Irrhu¡ $rs propi¡s public¡.iones ncadó¡n icas, lnles como la Pry¿rtod-
rnr r , ¡ ¡n1r.tr,y l.r Psl.rod,,alyt¡c Qwne¡ly. Debi¿o a la particular hisioria
,1, L ¡ l( rn.r .st¿dou,1idense, preocupad¡ por tadenunci¿de i'nPostore§,
rrrr r,1,,r," y drrndcros cspiritualcs con pretensioues nédicas,los miem-

r. lr l{ rl,I r.rl dtr,/¡rnrn?, t.6r.


r \. 'f,
¡ , rn,,1!1,, r1,/ ,r,*,.} r, ¡¡r x//r ol lai¿,, p.,7ó.
t t,t,,\,1',ttt,¡ ú^ñú tx.: ltr. ¡..(r,¡rrs ¡i §'¿¡ddx¡ tlvtis ú ú. U n¿.l
¡. ¡l'¡¡rlL\,,,1'r'1.tr\r', lr. rir'r//,'rl,1!¡x,/¡!,r,4 qml,¡&¡¡d/|n, Búkelcy,
I nn, ,r ¡ r|nnn l1$!.¡¡li,f.; .
'nr'
52 I Ll !tlVl(ldÍ Dtt aL¡A il00tt¡¡a

bros de la ees,r bregaron por la uniformidad de los criterios profesionales.


Por estas razones, el psicoanálisis halló un l€rreno organizacional propicio
en los f,stados Unidos.Adeñás,cuardoel psicoaDál¡sis trató exitosamente
¡os traumas relacionados con la explosió¡l de bombás du¡aÍte la Primera
Guerra Mundial,la profesión adqüirió no sólo confiánza en si mismasino
también una posición y una legitimidad rnayores. La S€gunda Guerra
Mundial también ofreceria extraordinárias oportunidades para Ia €xpán-
sión de la psicologia cuando los psicólogos tueran reclutados masivament€
en áreas te diversas como administración de person¡I, propaganda, moral

I-lestado de deso¡ganización en cl que seencontraron lasasociacions


psicoanalíticas europeas durante y después de la segunda Güerm Mündial
facilitó ta €reci€nte c€ntralidad de la Asociación Psicoanalitica Ameri.ana.
Entre ¡946 y 1960,

fueron reconocidos en los Estados Unidostrece sociedades psicoana-


Ilticas,ocho ¡nstitutos ycuat¡o cenlros de ensenánza. [...]Hacia Enes
de la dácada de 1960,la informó que adherlan a ella Lto¿ miem-
^p^
bros individuales,19 soci€dades locales y 2l institutos decap¡citación

Después de ¡94t, el número dc psicologos €linicos creció sign ificativamen-


te.it Por ejemplo, las adhesiones en la Asociación Psicológica Americana
"creciero¡ en un lroo%,de2.Zl9 en r94o a lo,8l9 en lg7o':r'
La inr¡oduccion de la p<icolo8ia rn los dep¿rr¡menros r¡nilersitarioe
aludó a constituir a los psicólogos como grupo profesional. universidad t
facilitó la estandarización dcl conocimiento y Ia práctica cientifi.os, y legi-
limó el reclamo por parte d€ los psicólo8os de una p€ricia universal.r, Tal
como señálá S¡rfati Larson, la profesionalización es asegurada por la unión
de dos elsnentos: el primero es un tipo de cono€imiento abstracto suficiente
.omo para generar tanto el d€bare cienlifico como sus aplicacione5 el

lam€r c¡pshe$ Pry.i,o/osrrr o the s.ien ¿, pn.ti.., tú'd ?tol.s,o it


'nail,:
ide,,iry, Nltv¡ Yorl. cañbtid8c Univc6ny Pr.ss, r9e9-
Kur¿weil,'t tu lrcú.lidns: A .o,ñWr¡iye p.BpcL7iv,, p, 2o3,
lllcn ti.¡D.n, ?ih. r¿flcñ1" (y'Añqicat ?:r¿'óla.t: Palit¡dlcrbrz it' nE a9e of
¿¡p¿rr, B.d«lcy, UniveBily of Cálifor¡i. P¡.s, ree5, <htlp://ffi.a¡k.cdlib.org/
¡rL^roro/ñ696trb3n3D.

5¡ V¿nÉ sartlt i L¡r$n, 7 tu, ri! t'l prol.xrr1l,\út: A so.ittlutt¡. 1 rn.lris.


tiELr0. ulr r¡l0v¡00[ tu r]tAt I ,3

nrlr¡ do es el m.rcado.'{ El caso eradounidense ofreció una itustración


,,n¡viicentede este proceso: €l psicoanálisis fue rápidam€nle inrituciona-
[/,r(lo como una práclica a]tamente profesional y para est¿blecer su auto
rnlid se apoyó e!¡ una profesión poderosa como la médica- De hccho,
, h', rnle uu lapso s¡gnificativo srilo los medicos podian adquiri Ibrmación

l\xotualítica y erao autorizados a ponerla cn práctica. 8n el campo del


, cienlÍfico,la psicologla clilica de distintas orientacimes
"r!'filllieDto
,n,'trt rna posición cada vez más pr¡,il€giada. Contó con un control ins'
r rr ( ()nal import¡nte de los fondos p¿ra invest igación, cr€ó las asociaciones
r

I'r,l(si(nules más grandes entre las de cieDcias socialesy produjo un g.an


l[r¡'.r) de profesionalcs€n su cspecialidad.'t Despuésdc la Segrnda Gue
, ri Nlu¡dial, debido a que la psicoloúa er¡ tanio una discipliná de inves-

rrr¡, nh como uDa p¡ofesión dedi.ada al mejorarniento práctico de la con-


,lr, rrnrhumana, sus fuentes de financiamiento crecieron a un¡ tasa sin
F r, .rl.Dtes, rdor¿¡ndo asi la autoconfiara protesional e intelectual.
I I t,si€oanálisis go¿ó ¡o sólo de la autoridad deriváda de h¡bers€ cons'
nrrrl,) cn una profesión médica prestigiosa sino también de una gran
t,,,l,rl,üi¡.lad entre elpúblico "lcgo': tintre todas las ciencias sociales ylas
, ¡¡ rk i¡s cD general,la psicologia es sin düda la más popuhr, esto es,la que

úr,t ¡ .is en consonanciaymás en co¡ta€to.on el públi(o.5"Iás p€rspec-


rlr¡\,'rg¡rtriacionaleso i¡stitucionalesno puc{en explicar por si solas por
,trx ,.¡Isicoanálhis tue abrazado demanera tan entusiasta porla cultura
t,r rl,¡ r y por cl público en general. En e¡ siguicnte apartado soster¡go que
't{
¡r,trn.rorlos comprender la esencia de dicha popularidad debemos com
¡rrrltr cl signfcario crlair¿l de¡ psicoanálisis.

Nr,ri t(oríadel carisma niura teoria de la institucionalizacióÍ pueden


,¡t,l¡,'r por si solas cl éxito de las ideas de lreud.Est€ libro estácomp¡o-
Í¡ r,l(' ( on la visión de qDe, si lá cultura importa, ello es asi debido a los

!r l¡ftr\ L Nol¡r,1¡( ¡/,üi¡!utic tt.^: lrsilrn¡{ro'¿tkt¡1lrt dt ér¡ttr\¿id.


rl,i'r,¡ \i,rk, Ncw )brk U¡ilcrs¡y lters,,9e3.
ú I n,, n rlnrinSlc l,or (orr.árc tu l¡\ comunid¡des .i.ntifi(s, lar que
-s8ri¡
I'rln'. ¡d rn¡n.rn.L/ñ ¡.ú,ld'.',{j .¡,r,/i¿F sn l¡nk, produ.tor¿scomo
,!,, irtrrnl,tr s d.l .onoc¡nhxo ,tu( produ..n.
54 LA 5Atl/^a Oil Dtt A$Á Í0DtiN¡

modos en qocconforma y oric¡ta bs significados y las interprctt¡ciones


con los que avanzamos en nuestra vida diari¡ y qrc Ie otorgán scDtido a
los hechos que inrer§ercn en nuestravida diaria. El genio, t¡l cotno senala
Stephan Fuchs,"no es l¡ causa sino el rcsultado retrospeclivo de las gran-
dcs rupruras y transforma.ionesquc licnen lugar en la cultura':'r Por más
innovador que sea o por mejor orga¡izado que esté. cl ¡nateri l .ultur¡l
no traosforma las relaciones socialcs"i'ryectando"en ellas{omo lo haría
una aguia- nuevos ingrediontes cul¡urales. El canbio culturales elpunto
deencuentrode conponcntes contingrntes y creativos de la acción, y de
la rccolocació n de problcr¡as o e«ructr¡ras socinles preex¡tcn tcs eD nue,
vos codi8os, hsque,en ese nrismo proceso,c¿mbiao la es¡ructura delos
problena abordados. l-reud.reó.asi solo un nüevo lensuaje para de§-
cribir, discutir y manipular la psiquis, pero al haccrlo abordó (y de ese
modotransformó) aquello que se habia !.onvertido en uno dc los rasgos
más dominantes y problcmáticos d€ la vida modcrna, esto cs,la esfera
privada. Formuló ¡ücvos cddigos culln r¡les que, nlás que cualqüier olro
sistema cultural disponible en esa époc¡, podían otorgar sentido a l¿s
l
transformacioncs que hmilia,la scxualidad y lus rclaciones entre Io§
géneros habían atravesádo durantc la scgünda mitád del siglo xr x, y podían
brind¡r nuevos m&cos interpretativos para organi/ar esras rransfo.ma,
ciones. Los modelos psic(,Ió8icos freudianos se esparcieron a kr largo de
la sociedad no sóio porque abordaban problemas centrales dcl yo esta-
dounidense,sino tarnbiér' porque los cxpresaban en un lenguajehibrido
que combinaba los ¡rolro5 de la.urrnderia y los nritos populnrcs.on el
lensuaje le8irinudor de la medi.ina y h ra.ion¡lidd cientific .ln.luso,
abordaban la esfera privada, ü¡a csfcr¡ que est¡ba afront¡ndo nuevas
tensionesdeb¡do a Ia denr¡cmtización de lasrelaciooesde géncro. F.s ésta,
cn rcsumidas cuentas,la r¡zón de l¡ ¡so¡nbrosa popularidad dc freud er
los Estados tlnidos.
Cuando ¡nvestiganos las contribuci(nres de frcud a la culrura estadou-
nid€nse, de inm€{iato nos vemos ronfrontados con l¿ .élebre condición
escurridizá y compleja de la cultura. l.as ide¿s d¡i rreud tuncionrb¡n eD
numerosos n iveles: .onfroniaban con las ro,r,r¡s scxuales pr.v¡lecientes,

ofrccían nucvos ,¡o.islor ,,¡rrr¡rrilor p¡r otorg¿rles rniido y nrrdear las


historias de vida, y desplegaban una tate¡ia de,¡c,riforos par.r captar la
n¡turateza delconfliclo humano.l.as ideas de treud trábajab¡n simultá-
neamente en el nivel más formaliz¡do de l¡ con«ru..ióD teóri.á v en el

t7 li¡ch:,.A!x,A,.n.,r,l¡r,: t\ thtúf ¡1.tl'ut1. tl n\lty, t- t$e.


IRIUD: Lrll lNll0vA00R (utILlr^t I 5t

Ú,v(l(tc los patrone§ cognitivos cor¡ientes. ProPongo tralar estos niveles


,l, n'lnera lonjunta invo.ando Ia noción amplia pero converientede"eslilo
ú¡¡ti¡¡ral'lanaliz¡daen elcapitulo r.Esteestilo puede serconceptüalizado
¡ rrrv¡s de una comprensión deimodo en quc los r€mas,las metáforas,las
,'t¡\i.bnes binarias y los modelos nar¡¡tivos ofre€idos por Fr€ud expli-
,,rron l¡ acción humana, olrecicron prescripciones para el yo e hicicron
,I! l.r personas imaginaran sus emociones y sus relaciones deun modo
r ¡,[( rlDrcnte diferenle.
l',r u idcntifi.arel ¡úcleosemiótico de las idc.¡s de Freud, me centraré en
,1,tr r.rrl» clave las cinco coDfercncias que dictó etr la Universidad Clark
t ¡ ¡t» y hs Lcctioll?s i'ltroduetotint al ptitoq álisis, publicadas en ¡915.5¡
I lti, N,r do\ tenos porquF ¿mbos proporcion¿n una visrcn panorámicd
,L l¡
nlcrsde fr€ud y -más irnportante au n- porque él mismo p¡¿t¿r¿ió
¡I¡ .v's tcxlos tueran una plataforma para popularizar el psicoanálisis.
Lr ,,'nl¡rencias dc Clark -que ma¡caron la introducción de lás ideas de
I r rn I .n los Lliados Unidos- corlenian temas (lapsus de lá lengua, sueños,
r

r r r,rltrl.rd infantil y el inconscienie) ya presenles en dos de sus libros publi-


r

,,1,^I'r.viámcntcyquchabiaDtcnidoÍtáséxito€¡lreelpútlicolegoque
rr . l, !s ¡iriembros dc la profesión médica: ¿, i,f¿? r.tación de los su.alos
r
'
t ¡ l\r opotolo[ia .le la v;da cotirliana." Pero las .onferenci¡s de Clark
r ú r l n( r Inr iciparon algunos de los temas clave de las ¿ eoiiones irlttoducto-
¡í, ¡'(¡'[,tanto,la reileración tudicalo que Freud ptetendi¡ que tuera visto
l.,s i{leás c¡¡vc quedebian ser comuoicddas a un público general no
',i¡,'
[l(, Lrlvrdo, ya tuerc en los Lst¡dos Unidos o en Viena. Otra razón para
lasconfrrenciasdeClarkes qu€elt §r€Prescntan el primer
''rrri¡rnuen
¡r rrr¡r¡o serio de la cultura estadounidensc €on las ide¡s de F¡eud, El
, r tr, k ! d. Nathan Hale acercr de Ia recepción estadounidense de Freud
rr,r (tue l¡s conferencias de Clark"lanznron el psi.o¡trálisis':6
',nrlÍ

ü r,x'ntrn¡ ¡icud, l,¡r k{r¿'¿. o pry.i¡o¿n¿ri¡, NuevaYort, No¡ron,reeo ltr¿d.


'\ t úto laM.ias lobe ?sito¡tuiúsn, n Í¿aanb nlantil¿. [email protected]
l,r r,) ¿rdroi,r r,rnO¿,rds.or¡p¿rrj, Bu.DosAücs,Amorronu,rr79,vol. xrl,
llrtnes on r,ttodrdrrii rcinrprNnin, Nueva Vrk, Norton,,e8e,
', ntur,ltutdr
r¡. | {, ) r¡dn!! nnr d( )anb srÉdpy h¡rd- ap.: co,r¡ar.o ! de n\|tutlu«ión
, I

¡lt'\.nn tili.n lp n.:t| ) Ite¡J.¡9,61, cn o¡,al «,,r¿L¡6, vol. 3vl.


n' ir r1l n' nn L rud, ¡'"/,1¡dAúl¡dnn),o/ .krld.r,/r¡, Nú.!, Yórk, Mr.ñiüe,
i',nl rtl,
rsl).: l\i.d¡¡roluj/¡¡ ¡n h !itLt útúiatu, ( )bn(.onqhhÉ, vol.
',rrt
\ I n, úü l,\lrtidt ol d,.anú, luirnl)r.sión, la¡dr¡s HoB lhPress,r9lr,!ol.4
ih I.\t,.:Idrr t rhi¡i'n¡ r¡¡ k*tLnotty ,()brar.oñ?let¿s.vols. tv y vl,
\, tt/",tú\/lnhll|/An¡rin \: I h. l'.!nni¡!]Jt 4 tsf¿toa .lytit thtU ik¿
5ó I rr \¡rYr¡r(lr Dn
^ri^,ioorrtr

f,n estas c¡rco confercncias abarcadoras, Freud presenló frcn¡e a un


público €clécrico l¡s ide¡s princiPlles del psico¡nálisis, o por lo menos
aquellas ¡dcas que produciri¡n un eco resonantc en la cultura popu¡ar
estádounidens€, trles como los ¡¿prrr hrgraa el rol del inconsie,rie en la
d.termin¡ción d€ nuestro destino, la cent ralidad dc los sucños para ta vida
psíquic¡, el carác¡cr sexual d€ l¡ mayoria de nuer¡ros deseos y la frmilia
comoorigendenuestrapsiquisycausfinaldesuspatolosias.Alan¡lizar
esto6 texlos densos y ricos,intento comprender .uál es la imasen del )oy
cl prograñ¡para cl yo que emergen de Ios terÍa§,las metáfbrtN,las normas,
los valores y los ideales con¡enidos en esos texios, y d€ qoé manera la
pcrspectiva freudiana proporcionó estrat€gias novedo§as para conferir
signidcado a relacion€s y coodiciones social€s carÍbiantes. Esto siSn¡fica
qu€ 6toy menos interesada en el "pensan¡iento &eudiano",acerca dct cual
hay una enorme cantidad d€ estudios excc¡entes-',, que cn los modclos
colturales del yo conlenidos en las cooferencias.
¿Cuáles son, entonces,los aspectos cláve de aquello que sugiero deno-
minarla ima8inación psicoanáli¡ica, y cómo fi¡e qüe esa imá8inadón for-
muló un nuerc 6rilo emeióñ.|?

H loa en la v la «ridiono
En primcr lu8ar, ranto las conferencias de Cla¡k como las lzt.io ts i,ú¡o-
dr.¡orias procuran pres€nlár el psicoanálisis y hacer de él un¡.ienciá d.
la interpreiación que simulláne¡mente descifr¡rá s¡ntomas y ot)r8¿rá
signi6cadoa los hechos(oiidiano§.Al mismo ti€rnpo que uritizrn tópicos
que Freud ya había des¿rrolladó et\ Psiropatología .lc la yi.la cotitli n,tas
Le.dones in¡rodrctoias marcan el comienzo de "una nueva ciencia" pre-
scntando lo quea s¡mple vista par€ce un fenómeno ban¡|, no cicntíficoy
miúoscópico: el hpr¡r, lirSra¿ TencDos tan in.orpondas las klcas dc t\eud
qu{ quirá no pod¡mos áp.cci¿r la ha?ána qur signific¡ et hccho dc que
Frcud in6ugurara una nueva ciencia y una nueva forma de imagin¡(ión
social, no con teorf as elaboradasocon casos psiquiátri.oscspcctacuhre$
sino con loque a sus oyer¡tes deben de haberles parecido nim;edadcs,esto
es,con sustituciones no ¡nlcncional€s de palabras, ados de olv¡do uomi-
sión. l:l argumenro de Freud es quc los l¿pr¡r li"S',¿. -.ontusiones y'tes-

6r V¿e, por ei.mplo, ioé 8rún¡q F¡.rul nd n,. ¡olitt' oJ tr.,,@¡¡¡lri(. ()¡ford,
8l¡.lo.ll, ¡eer (un librc nor¿bl.); o l,hilip Ricff F d¡¿ 71ir , ú.1 o[ th¿ nontüt,
Chi.¿8o' Univ{sily ol Chi.¿Bo Prñ, i979 luád, csp: rt ¿¡ ¿n r. r/. m
,,o,cr¡r¿. suenos An s Pridó\, ¡e6ól- ',¿
f¡tu0 ut llit0Yl00l (ulIúeaI I 57

n la mcmo¡ia ap¡rentemente banalcs ,l¡enen un si8nific¡do,


1,,'1,trr.'s" de
s * (l.cirsirven
a un proposiro y a una inlención. 1¡l como escrib€ Freud
r nr lerccra conferencia de Clark,los actos fallidos son "actos y Scstos
a
'
,lh l,'\ irdividuos llevan ,¡ (abosrn notarlos de n inSuna maner¡,par¡ no
a nnos al he.ho de que no le ¡tribuycn a elbs ninguna ¡mporiancia
a ',rd
tskoktgica'16'
r Il l0(o que Freüd pone cn los ados fallidos s. ir¡scrib. m cl Sim cultu'
y r il
rtris amplio que estaba produciéndosc dcsde el siSb xvt rI: la reubicación
, ,l, l,r
cnridad y del yo en la esf€ra de la vid¡ cotidi.rnr.l al conro la dcfioió
a r h¡r ltj\ Taylo¡ vida cotid iana (o .arrienlr) desiSnn "rqucllos aspeclos de
r l,r 1r,l,r hum¡r¡a qucconciernen a la producción y rcProdúcci(tn, e§to es, l
a rl r¡,¡hJio, la p¡oducc¡ón dc cosas n€cesarias p¡ra l¡ vidá, y nuesrr.r vida
l ,¡ rn seres sexuales, incluyendo en cllo elm¡trimonio y l¡ fanlilials
s Al(.'ntrarse en hechos tán tr¡vi¿les,Ircud radicáliró tl amPlio Siro
, I lr ur.¡l h¡cia la vida @tid¡ana, pero conñr¡éndole un 'glamour' nuevo y

- ¡t¡ t¡.(,cdcntes. Si la üda colidiana es la csfera dc lo que staoley Cavell


- ll,nri¡ lo quenotiene acontecimienlos} lá perspectiva lieudi¡ná colma-
r r¡ r\.i csfera de acontecimi€ntos diSnos de rtribir ¡lención, iñrerprelación

r h.'h.rio dc memoria. Freud suSicre que l¡¡ c5fera sin ¿conte.imientos Y


l'.'¡,'l d. la vida.otididá 6 el lugar más si8nific¡tivo en el que el yo s
h¡ l¡! yd(shecho De 6te modo, su moyidacultural es muyclara: consisie
- rn llh(r de lo que no tien€ significado. de lo lriv¡al y lo corrienle, ¡lgo
. r,t,l,1ddc significado para la formación dcl}{r.
á lr ¡trrportanciá de eto resulta obvia a la luz del hecho de que hasta el
s .rrl rvÍr no había discurso nor¡l cn elque la vida corid¡aná aparc.iera
'
s ,,,'r!, Itrrr csfera digna de ¡nvestig¡ción.6' l.a vid¡ (otidiana €ra l¿ esfera

y
d ¡ ¡ 'ir,/, n, n(l rie,d, "-l hird lCl¡rkl L(nE'; er s¿ul Ro«lvwtia,'t h! hiltor¡t
, ,t\\¡ur\ ti Ar¡¿ti¿ [ tsoe): rr¿tu!. Iu"s, an¿ I lill ntc Knlf-Mt¡tü, $ Louis, uo
e
[,
','
I l.nrs., r992, p. 4u.
. I r lú, l(\ ¡¡ylo( .!¡rzd d/ r¡. §ll:'ttu nñti¡Í ol tht »to¿ü¡ ¡.J¿rrn¡ C¡¡¡b¡idEe,
$ r ¡, ¡ ¡.tre.trd Uñive¡sity Pr€s, r99¿ p. :' r ib¿d. esP.: ¡ndxE dd ,u ¡,
o , rrn ¡,, nú de Ia i¿.¡ndad ,,o¿.rra, Bar.loñá, Paidó\
'ee6l.
-
rt l,,,trn.noli.ncr(ontecimieDloscs ur¡ islÚU.t¡ción d.lo.olidi¡ro'l sl¡nl.)'
hr ordina¡y ú lh. unev.nÍullen skÉ.n Nlülhrll(cd.), fl¡d Cnd¡
I
',¡.ll.
r.,,¡ . ( ¡nbridt , M^, Bl¡.lw.U. p. 2@.
h I¡r,,rrx' h¡ rrsúnx'nládo (:hr .s 'e96, cn s,rr¿J r,f ,n. rU: l h. n\*n,r ol'
lirlr ú.
rú¡.,x ¡,r¿rtl,l¡s fuenr6 d.l¡ ¡d.nrid¿d Fxli¡n $qrr¡id¡\d. un.spiriru
.rni un¡.orlcmpl¿.ión rr.rid d(l orro mundo od.lide¡l
'¡rtrd.h.'oi.o.d€
n'I r1n,l n inisN,.iv¡(o d.l¡ .iud¡drnia. [t domirn, d.l o¡loJ, d. l¡s mui(B,
r, ¡¡.oÑidrrdo ur e.nntu diSno p¿r¡ tnm¡r ¿ un yo m¡{uh¡ov¿lios.
I,"..¡!¡ Jrúrc¡¡r.¡ d.l l$¡or o n¡¡ cti.. d( l¡.¡úd¡¡¡tr¡¡ r.Fbli.ln¡
58 ü !¡tvt(lÓt uIt ltlta Ho0tix^

de lo doméstico y lo femenino,y no podla proporcionar ¡deates valiosos


con los cu¿les conferi forma al yo. Fln ese sentido, F¡eud se constituye
como el homóloso cultural p€rfecto de Marr asi cofno Mañ ubicab¡ cl
v¿lor y Ia tucha humanos den¡ro de la esfera del trabaio, Freud los ubicó
en la esfera de lo domóstico, con lo cual brindó nuevas herramieñtas y
esquemas cognnivos para pcnsare im¿g¡nar la individualidad en la esfera
doméstica y, de manera ¡nás anplia, para hacer de la esfer¡ de lá vida
cotidiana el escenar¡o supremo para Ia forNación del )o.

Alrcra, en este nuevo espacio cultüral ¡magin¡do,que tomaba la vida coti_


diana como su trasfondo y como el escenario mismo sobre el cual se repre-
sentarian los dramas del yo, !a familia nuclear ocupaba un iugarcentral. En
la imaginación psicoanal¡tica, la fam ili¡ es €l punto de origen del yo, €l sitio
detrt¡o del oal y desde el €ual €l re¡ato y la historia d€l yo pueden comenzaL
Si hasta ese momento la familia habia sido un modo de siluarse'obj€liva-
mcnte" a üro mismo en una largá cadena cronológica y en el orden soc¡al,
áhora s€ conv€rtia en un hecho biográfico transponado simbólicamente a
lo largo de la propia üda, que €xpresaba de manera única la propia indivi-
dualidad. Inc¡uso s€ convertia en ¡a cáusa y en el tundmeoto de la ProPi¿
vida emocional. De manera irónica, al nismo tienpo que los tundamentos
tradicionales del matrimonio comenzaban a crujir,la fsmilia volvia par.
atomentd al yo a modo de venganun, pcro esta vez como un "rel¿lo'y como
un modo de puesta en inrriga det yo. La familia jug¡ba un rol mucho más
crucial para ]a constituciór¡ de las nuevas narrativas de la personalidad, en
tanto era el origen delyo y la ¡nst¡rución de la cu¿l él debia ser liberado.
De este modo,.o¡¡o seha señalado cor frecuencia, el dis.urso Psicoa-
n¡litico es,primeroyprincipal,un¡ narrativa del¡ familia. En csc senlido,
los oígenes de su éxito deben ser buscados en la estructura I en las con-
t¡ádi.ciones de la familia d€lsiglo xrx. A la pregu¡ta de por qué las idea§
de Freud tueron tan exitosas en los Esl¡dos Unidos. el hisloriador sociál
,ohn Demos ofrece una explicación queestanto más interesante en cuanto
toma en cuenta los raigos estillsticos deldiscurso psicoealítico.Á6 Demos
ubica la historiá dela psiquis dentro de la familia, y su exPlicá.ión localiza

náqüddna orient¡ alyo (sicmpr. núsulino)hácia 8rand6 haanas y 8rand6


p¡ocas €n la 61tm públic¡ dc h sucra o de ¡a poliiic¡.
66 JohnDemos, Hisloryard lhc psy.horxkl: Refleclónson OediPlsdnd
Ptlrci yschnog (cds, ), ,l¡,(,,i¡¡r i,r.lry¿rdl,stu¡, p¡ 79-33.
^úerica":.n
fttuo u[ [n0vaD0R (utIÚRAI I 59

,Í,, ,lr.rnras dentro de la eslructr¡r¡ triáÍgular del complejo de Edipo. Al


¡[(,rirque Freud tuvo tanto ¿x¡loen los E§tados Unidos debido at acople
, ,¡t,..1 lenguaje k€udiano y las rransform¡cioues octrrrida§ en la faftilia
, n.¡l¡,rnidense duranlc li segunda mitad del siglo xrx, Demos Prese¡la
,Í''n, ¡k de familia al quedenomin¡'t¡ f¡milia invernadero']"'zLa fami
l¡.,,,,!(n dero, que se conforñó cn los tsrados Unidos alrededor de esi¡
, r,".,, \e.¡r¡cterizaba por una baia cn lt! lasa de n¡talidad, una diferen
, h ,i, tri¡d en aun¡ento eÍrre padrcs c hijos, u¡a esPccializáción de los
¡ , ,1,. l(
Ednero y uDa intcnsificatnin dc los vinculos emocionales entre las
(

,',.¡1,.\ y los hiios. La cspecial¡záción de los roles dentro de la familia y l¿


dilrrcnL i¿ Benerr(ion¿l ruv,cron como con.ecuen(ja un¿ m¿yor
",.,r,.nt.,
xnr estructural y enrocionaldc k s P¡drcs respecto de los hiios.l,a
'll,,r,,r
túr ri,i'
(mcrgió como uDa unidnd lunc¡onal que asumía un rol €laramente
,1, ,,, i ¡ r d€ l¡ familia Adentás, las mu,eres comen
r(lor respecto del rcsto
, definidas cada vez más como madres, debi¿o a que gran parte
,l ',,,,.,§(r
l r r ,¡l).r io del hogar ahora era llevado a cabo po¡ industrias externas, lo
,trr.,l, rrrn!inabaque ñ rolfuera de manera creciente un rol emocional.ó{
L',¡l',xrrc, debido a que las tamiliis dc clase ¡nedia criaban . sus hiios
a ,ro Lr u¡mnza de quc elevaran Ia Posición socialde la familia misma,la
- ,,intrrrn.i¿ enlrc pad.esehiioseslat a cslructuralmente incrDsladaden
ll',,n l,¡ lrn¡ilia de clase ntedia. De cse Írodo,la estructura de la fami¡i¡,
s ,tu. ! r,n n(i r¡da vez más triangu!¡ry más inlensn emocioralmente,mos-
. rr¡l'.r Ír,r (orrpetenc;a intrinseca enlre padres e hijos.
o l,úr,tÍ( li est.uctura familiar dcscrila Precedió al¡§censo del discurso
s Itrr,,irrllrri.o nrismo,elaba en consonancia cofl §u n¿rrativa claE,el.om_
n t, ,li lilito. t¡ narrativa de EdiPo natur¡lizó
t¡|, el hecho de que áhora la
r.l¡rlrl l(sr¡balbr ada alrededor dc l¡ l¡milir,
que losvincülos familia-
¡i ,,¡o iDl.ns¡mente emo<ionales y que l¡s rel¡cio¡es familiares eran
, r¡ln.Úrorr.nle ambiv¿lentes tn cu.¡nlo a que mez.laban el amor con la
- ', rtx'r{ ¡ i.r. Además, naturalizóy el hccho c¡da
de qu€ las distinciones de 8énero

§ . li'l r.u r 'r'¡,rdo más rigidas, dcfinian


, r¡ vez más i las mujeres como

l i¡li, , r .' l,'\ honbrescomo ¡clores cuy¡ idenrid¡d primaria 6taba tuera
,l,l h,ll.¡r. \.gún l.¡ visión de Demos. cl di*urso Psicoanaliti.o refleiaba,
s , r¡,r r r r ,rl',r r ribia adecuadamcnle l¡ csirüciura tri¡ngüar de la familia
Jr*
a ,[,,l,w n nrlrr y ru densa textura enlocional.o tá narratiYa cultural de EdiPo

.r \iir lr,nh,¡ri !:hrcnici.h y l)rndrr tiflSlirt,Iirr.r¿e,, goo¡l: t.or.dtalnr


,./', nr r, úonr',, (i,¡d(n (iily, NY,l)r¡¡l¡ltddy/An.ho. Prc$, r973-
¡. rr'r'¡'r,/'
tr,' lr¡i,ryiml lhr fsl!hortri¿| lni[(rn"rs,ú {)úifu§indA¡'.ricr":
6() I tt \llyl0o¡ Drt tltl fioot¡N^

pudo$rapropi d.r por li cüh ura del,ido a que "encajaba co¡ la esrructu¡a
preexistente dc ld f¿milia invcrnadero. En ese senr¡do, se convirrió en ur
modclo dela fanrilia y un ñodelo para Ia fanriüa, un lenguaje descriptivo
que €siabl€cla la posición delyo en la nuev¡ f'amitia y uD lenguaje pres.ip,
tivo que sugeria cómo debía el yo entendcr su relación con la familia.

Natntiva de sabación
Olra de las contr¡bucioncs pr¡ncipates dc Freud a la cuttura consistió e¡
ofrecer nuevos modos de puesta en intriga detyo al mismo tiempo quese
apoyaba en una nar¡ativa de la personatidad ,nás anliguá y más funda-
mental. En su estudio T¡¿ rcligiotL' arul ro,nantu origins of psychoanalys;s,
Suránne Ki¡schncr sostiene que el psico¡nálisis obruvo muy rápidamente
el reconocimiento, no sólo entre Ios profesionales de la salud men¡alsino
también entr€ e¡público en genera¡, d€bido a que encajaba con l¡s.,visio-
nes culturales const¡tuidas en relación con los atribüros yl¡s capacidades
deseables de la personai¡ Desde Ia perspecriva de Kirschne¡, las narrativas
freudianas del yo estaban en consoDancia con una narratiya antigua y
duraderade la cultura occidental,la narrativa de ¡a salvación, que habla
sido reproc€§ada en las narra¡ivas protesra¡tes del yo y en la verción román-
tica de Ias narralivas bibli€o-religiosas.I-a narariva bíblica tiene cuatro
rasgos caracteristicos.,¡ En primer lugar, es tineal y finita, con un comienzo,
un desarrolo y un final claramente dclimirados. Además, sus aconteci-
mien¡osclaveno son continuos, siDo ¡mpr€visros y produe¡ una diferen-
cia dramática y signifcativa en lasvidas de los protagonistas. tsn segundo
lugar,la oarrativ¡ biblica considera qüe e¡ pr€senre es imperfecto y defi-
ciente,ypor lo tantodirigesu mirada hac¡a€l tuturo: desptiega una direc-
ción escatológi€¡, (:on el rclato que pugna por et mejor final posibte (por
medio del designio diüno). tn tercer lugar, ia narrariva bibtica presenta
u¡ dilcma: dado que Dios es jusro yomnipotente, ¿por qué los virruosos

/o suarnc R. (irschNr, fl¡¿ r¿li{nú¡s ¡ú¡l h»u t¡. o[snr of D,itúnatrk:


Inlivitl atio .rd iragtutio i,pdr ¡r¿did, ú&,/, N!.v¡ york, C¡mbridge
UniY.¡sity Pr€s, re96, p. 3a.
7r El ¿úilnis de Kü*hncr ¡.mns ¿ Xárl ürvnh, M.d,i,A in ¡ istotr: 1-he n@bgitol
i tlil ationt ol tlÉ ?h¡l6rpb olrif¿r,,clic¡8o, unñersiryof chicá8o lrcs,
1949 lr¡¡d. c+r.: ¡Iirod¡ d¿l ,, L¡rlo :aln.ió . t.ús pre\qústos t¿o¡órkns tle la
,
flon,il¿ ¡re h ¡¡¡nr¡¿. Bucno. ,\r§, tüt/. jouT',) d. n,rD(r¿ ludJsJ nl¡rp,oh§
a M. tl- Abr¿nN, Nrflr¡r,¡p.r n¡úalnn: ti.tlitioia,t¿ t t\lut¡o h@ n i
lirüxrlra Nucv¡ \trk, Norron . 9zt ltr¿d. ¿sp.. tat rof¿ktit.¡tút : tmdnntu y
r¿!o/!.,ór, M¡drnl, Visor, rer¡l.
tRfilD. uN nti0I^00t JÚuIlt L 6l

i,,1,(tr y los pecadores prospcran? Finalmenle,Ios personajes de la narra-


r¡r,¡ h'Uica son Dios,la humanidad y el alma, y el alma está er el cntro
,1, l,tr.lcsar.ollos dramáticosy de los coflflicros.,'
l'ros p¡trones narrativos primitivos están prescntcs en lo que Kirsch
,! , ll.rN¡ la 'narr¿riva del yo de la psi(.ologia del desarrollo" propuesta
t r .l psicoanálisis./r La contiruidad narrativa no cs r¡cramen¡e for¡ral
nr,' r,rn¡l)idn suranriva, en cl sentido de que la ¡arr¡tiva m;sma explicá
, ,' ,1,.r.'ll. el signiñcado de ¡¡ vida,la iniportan.ia drl sufrimiento y €l
, ¡, i, ú ¡r¡ligno de ciertos aspeclos de la creación. La narraliv¡ psicoló-
r

¡r, ¡,ltl rlcsa¡rollo concibe ¡conlecimicntos tales conro "separación, pér


rll,l,r, (l(.s(ng¡no, ftustra€ión, nnperfeccióD y capacidad innata o reactiva
,l',1,\rrueción' como "nocivos:,' Los linales de la tr¡ycctoria del desa-
r,,ll,' nnr la individuación (un pro.eso mcdia¡te el quc uno desarrolla
'
t.llrt,, l,r .rutoDonia como la autenticidad) y la intinridad (asociada con
rl trk lrl, e¡ narcisismo salud¡blc yla cre¿tividad")., Contra el hasfondo
,I 'ln hr tr¡rrariv¡ de salvación,la matri, cultur¿l freudi¿na ofrecía u
rn, !,' Inodo de salvar al yo a través de l s categorias culturales gemelas
,1, li t¡,r,fosia y la normalid¿d.
I r¡ l,h (los tcxtos aqui examinados, Frcud presentaba ¿l psiconnálisis
,'rrtr, t' !¡.ncia ¡.lc la psiquis en general, yá fuera e'tf€rna o saludable,y
x,.,,'I¡, u¡r snnple método para cürar las enfermedades mentales,lo que
¡ ¡,, r,.r ¡,,s¡idcntccu¿ndo F reud r nal¡za los surnos:
l,r !ilrosson cllos mnmos sintomas ncuróticos, y nosofrecen l¡ ven-
I'rt,r llllp,r8ab¡c deocurriren toda
Ia gente sana. De hecho, suponiendo
,trn rinl('s los scrcs humanos fueran sanos,en tantosoñaran podriamos

. r,',r, trnlrhlc\rlolaseculd¡iz¡(ióDdclasn¡r¿1i!¡shibli(¡stuero¡
ti¡rtr tr l r.r tr (r nrov¡ni.ntos fl¡lruml.s: rl pdestanli\ to, clilunrinisnx)
'
r I

,,1',tr,ñrn¡nx,. D.sdcelpor.r¡ntismo.h núúrn?dcl.§¡lr¿.¡ón


¡l¡h.¡ rl.rc,.nl. ha.¡a rr yo inle.ior L¡ dodrina de la lu inkrior
'i'n¡
, nr,f rnn, l¡ t,'\ih'lnhd de qúc húbicÉ una.onexió¡ dntc[ con Dios, ¡]uc

, n r¡r rL' trr1,tr!!.¡ sc.on!erli¡.tr una conexiúr co¡.1i,ropio yo, y p.nn¿nccia

,,('tr, r.,1 l" I.' rr.kli.ión Lultrol d.l üunrnrisnu la namtiy¡del¡ ilv¡.ión
.nr l,' ni..r ¿c l¡ lib¿¡b¡ y h autononr,r, qüe krir un fin@¡tr¡ld.l¡s
'/.,1,,¡
tr'¡rnr1t\(ol(¡8i.rypsi.o¡n¡lili.¡.
,' rr,"rr11, r¿l,r/ryr!^,¡/ nM.únot;s¡ sil ?\y.h.arnb9is: l ,lieituntio
rúlnr'!úrht t l'¡!t l irulr1, ,¡.or¡ I,¿$i,¡. l.¿ v.rsió! rcn¡ánti.á dc l¡
N,,rtrinrhl(tr.nlnri,trlD(l.onfll.top.ni\lcnlc.nk l.n.l¡n.iñopu.sl¡s
r.l',, "¡1'nn.nt,,.lrlx) h¡(iJ sú irr.¡n»d1bu{¡ d¿ l¡ \.¡(h¡1.
62 I tÁ \aLva(LoÍ ¡tt ¡Ifa üoottNA

Iegar, particndo de los sueños, a produ.ir c¡si todoslos descubrimien


tos a losqueha llevadola invesiigación de la ne¡rosis. Lossueñosse han
convertido en un remade Ia investigación psicoanatitica: una vez más
fenómenos corrientes, a los quese lcs da muypocovalor,y.otr ninguna
utilización práctic¿ aparentq algo similara lo que ocDrre.on los aclo
fa-Uidos,.on loscü¿¡esc.ompafen efcctiv¡Nenre el hecho de que o.urren
en las personas sanas.'6

Tanto los sueños como los actos f¿llidos tiener en com ún el "escaso valor
que se les asigna y el he.ho de que les ocurran i personas corrieDies
incluso sanas. l-.eud lleya ¿ cabo así un ¡rovimienro muy import¿nte
conecta ¡a eslera de lo "€olidiano" con el concepto de salud, que muy pronto
se convertirá en un ideal. Y, de man€ra todavía nrás signific¡tivn, relaciona
en unásola caden¿ cliológica la salud y la patologia, establecicndo asi un
cuerpo de conocimientos cuyo objetivo es dirigi.se ,rrro a l¿s person¿
con paiologlas conro alas personassanas. Ésrc es el nrolivo por elquelos
sueños tienen una importaDcia cardinal cn cl edificio culturalde Freud
tal como h ser.la en las ¿ eccioses ¡úroA cturias,los sueños muestr¿D'la
mayor similitud y l¿ mayor relación interna con Ia enfermed¡d nen
pero, por otro lado, son compatibles con un¡ s¡hd completa cn la vida
diur¡¡i,iAsi como lreud sugiere que los acontecimientos corrientes e
la vida dc toda pcrso¡a Dormal son el materi¿l con el que se produce
patología, también muestraque la peNersión sexüalcstá mncho másc
de la normalidad que lo que sus .onteüporáneos pensaban. Simultáuea
mente, ubica la ideDtidad dentro de la esfcra de la vida cotidia.a y
la distinción entre patobglay normalidad.
De ese modo,lreud colocn elprorcto psicoanalítico del yo en l¡
de la vida cotidian¿, pero proccde a quitarle ¡ esa esfcra su famili¿ridád.,4.
presentar las lcves perturbaciorres delivid¿ cotid;ana como contiguas ¡
patologins extremas, genera un cambio import¡ntc enla perccpcióD y en
categorización, tanto de la norr¡alidad como de la desviación. Freud a
que la esfera de li vidá .or¡ienre se ubi(a dc manera contigua a los tr¿stor
nos psiquicos más severos dc la vida cotidiana,yque el desanollo
tanto "norm¿l" co¡no "anormal'l avaDza n por el ¡Disno camino.i"

z6 Ereú.l, totlr.tory k.tu?r o, p5/r¡od,,¡/i¡, .ilado cn Rorzcn, Frcal ¡'irl hk

77 I?,¡¿,.i1¡docrr Ro¡¿gn,¡nirl!rr¡¡l¡¡¡inv¿,!,p.tI9.
73 Por eie,nplo, cn l¡s (-¡,[ n'$tu dr tn\¡nüútt rl ?.i.at1ri¡¡r fhanl
i ¡¡¡lizi ¡l
niño,rúnJ.inoc.nr..tu.oblicn.nl¡.cru1ri.o.r¡rrirnl.nlr\r¡n.oridiin.s
fiar¡ Lr¡ [[0r/aD0x {l]ITUtaL ó1

n Utiliza la misma estrategia teórica y retórica para abord¿r la homo§uua-


n lr,lid,sólo qüe allíse encuenlra rcvertida:
s,
a Micntras no hayamos comprendido eslas formas Patológicas de la
os lcxualidadyno hayámos establecido sus relacioDes con la vida sexual
n ll(»mal, »os será iguaimente iEposible llegar a la coÍrprensión de esta
rlltima. Nos hallamos, pues, ante una urgeote labor teórica, que con-
\istirá en iuslificar la posibilidad de las peiversion€§ de qtre hemos
r" l,il)lado y est¿ble€er sr¡r , elaciones con la s?rüali¡tad ll¡nnda normal
e
e:
o I L[gu¡nento losirnpulsoshomosqüale§están Prese4tes
de Irrcud es que
a
'
r rinta persora neurót¡ci,y que la elección de atguien del mismo sexo
n , lllo ol,jeto ¡moroso es un acontecimiento müy Eecucnte 'r La pretensión
,
'
¿s ,1, 1,^ bonosexu¿les o invertidos de ser considerados como seres exceP-
s , r,,rr.rlcs cae por su base en cuanto descubrimos que no exisie un solo
d; rr rr(ilicoen elcual nopodamos probar laexistenciadetendeo€iashomo
a {,.,,r.rlesl'¡" Desde un punto de vista teórico, agregaba lreud, hay muy
t,,tr,r ¡lit¡fenci¿ efltre ln sexualidad normal (esto es, la sexualidad hete¡o-
a ! rlrJl) y l¿ homosexualidád,aün cuando en la prá€iica subsi§ten algunas
en
lrn,rcstra{eg¡a tuvo un efecro Principal abolió Iadistanciaentre la nor
rr,'l¡l¡rl y la p¡tologia e hizo del conrporramiento"nornal"ydetcomPor
a- t,r r r 11r k) "patológico" dos objetos simultáneos de esta DuNa cieDcia. Como

Ílu'l\o rrrn ruón Philip Rieff,"el dicramen de Ireud deque'todossomos


rh,, l,irtlticos' [y] de que l¿ diferencia entre la llam¿da normalidad y la
ri r¡r^is cs rneramcnte una cuestión de Srado es üna de las alirmaciones
.1 ,l¡vr,l. \Ís cscritos".''

,,trn,, (l.t¡.a¡, rocáise los g.¡ital§,.h!Püs. d


dcdo PulSar y 41en€r las hec6.
r- r¡rl¡,r\uanióqNelDiiro que.n es, éPoc", r€cord¿doslo, er¡ simbolo de la
Itrn,,,1r l,r nh.cnci¿ sc ¿nn»i.¡ba n¿tu.lnre¡te en l¿ ¡ctividad dc I¡
,' rr'r l)J.ntr. cntonce! sever¡mentc prohibid¡. AqNIlo quc sus.orteñPorin€os
ti ,l,.rlnr¡r¡1. .onsider¡b¡n púvo siores e§c¡ndalosds (más aun s; era" Uc\das
r , rl(, 1[r úl ni¡ro "turo" c ¡tocenle") no eon otn .os rsegural,á Freud- que
1,,,i,r,,trL¡.nn, dc hpulsos nomllcs lY nnivcúalcs). L¿ ¡orúalidad" de FEud
, ri. r\l,.inBtrl.n¡cDlc nu.v¡ y cxr¡a'it.

', l','il ¡jrr¡ r,r¡,r /..r¡ni rr¡ rr/¿¡ o,,.1/r¡, .i|¿do .n Roaze\Frctlr dhit

. r¡' L, i,nl.(D l¡,¡?.n, ¡i."¡1,,¡/l¡¡Jy',/io¡€¡J. p, r,l9.


\ tt¡u tirll '11¡ nd nl tht' ,nn nrr, f. .r5.1
64 I r¡ \rt,r,1í0r llrr fllra r¡l)D ¡

Históricamente, podemos cstablecer que cl método de Ircüd tuvo un


doble impacto: hizo de Ia vida coridi¡na un proye.to gtanlorcso a ser
obteDido laboriosamente, pero ¿lúismo tiempo h r¡rificó. par¡ cl socni-
logo Steven Seidman, .l verbo 'larificar" 14".¿/l e§ ".oDvertiren e¡rraio
o !aro'aquello que es considerado co¡ocido, r'am ili r y corrienre, aquello
que se da por supuesto como el orde¡ dc las.osas, el modo n¡rural, lo
nornral, io saludable, etc.'l¡. Al conectar la perversión y la normalid¿d y
colocarlas en u¡ coDtinuo, lrcud desestabilizó un código cuhural cláve
que regulaba ellímite entre la normalidad y la patología, y produio tsí un
movimiento quc tr¡vo coDsecuencias tr¡s.endent¡les para las narrarivas
corrientes del yo (véase el capirulo 5).
La linea .ecta que lreud trazó repctidamente errre "normalidad,,y
"patologi¡" colocó l¡s ¡rociones de "sáhd 'y de ionnalidad (emocioDal)
en el cenrro misnro de Ia cultr¡r¡. La normalida¿. sostuvo. cra ur estado
completamenteprecario,el punro final de un proceso conptejo ybastante
i¡fre.uente de maduraciór. Como lo sugiere Petcr Cay en su retÍato bio-
gráfico y §losófico dc Freud, aquello que todo el m u¡do está acostumbrado
a denomina¡ 'normal' en la conducta sexual es en realid¿d el plDlto finat
de ün largo peresrinaje, a menudo inrerrumpido, una rncta que es posibte
que los sercs humaDos I...1 no alcancen nun.¡. r1 i¡stinro scxüal en su
forrna madura es ¡,,l¿sro" (cursivas mias).¡, El cxtraordinario togro cul,
turnl de Freud fue amplia. tanto el inbito de lo normal conro ct de to
patológico, y problematizar la nomralid¿d. Contrariamenre a h arirmación
de Foucaultdequeel discursopsiquiát¡icodel siglo xrx instiruyó uD límit€
rígido cntre lo Dornraly io patológico,r¡ sr¡giero que el discurso heudiano
desdibujó pcrmanentemente eseiímitee hizo de la ¡rormalidad uDa cate,
goría cultural.xtremadamente escurridiza.
Como categorias cultüalcs,'!alud"y"[orm¡lid¡d'' diferí¡n de las c¡te
gorías mo.ales tradicioDales (como por ejemplo "ptrreza sexuat,,) .n u¡
senlido impo¡tante. Las c¡tesorias morales t¡adicion.rles f'r¡¡ciona¡ L:rin-
dando tuertes sistenras clasific¡torios, csto es, marci¡do límites entre las
conductas prohibidas y las encorniables, y proporcionando prescripcione§
normativas rclativamente inequívocis lpor ejcüplo,"elsexo prcma ral es
inpuro; la ¿bstin.icia,el dominiodesi Drismoy laürginidad so» puras"),

srflen Scidm¡¡, ¿),fl¿r,e ,. lhks: Qr útg s..id úeory ntld \ütúl t.t¡ns,
Nuev¡ York, Cañbridge Unile6iy Pk$, r9el, p- x¡.
cá,!, Feud: A Ltlc far out ¡rfle. p- ya.
Mi.hel ¡on.aull, D¡.ylrcdnr¡u,r,r I¡. l,t,¡ o[rr./,/&,¡, Nucv¡ y.ir.
rRflr0: L]l t{x0v¡Dot (uLfuraL 65

I ¡ , ,, r.B) rils de salud y de normalidad, por ot¡o lado, ceecian de ün sig


!r11,.,,1,' l¡ro y no tuncionaban en un sistema de limites simbólicos que
(

,l,lor.,rr,r eor precisión las conductas dcscables y las indeseables. Lo que


nr/,, ,lt l,r "¡ormalidad" una categoria cultural tan poderosa fue que su
,, r,,, ,,r. y su sisnificado no quedab¡nespecificados. Debido a que lás cate-
|l,rr,r t\Lológicas de salud yde patologiá carecían de referentes empiricos
,1,,,, ..ll.rs¡$dnbanformaal¡conductaatribuyéndoleunconteDidonor
I rrl\', tjrr.iso, siDo que más biL.n lo hacian ¡o atribuyéndole ningr¡no. En
,,r r r , l,,rl,rln .¡s, al nrismo tiem po que'\alud" y "normalidad" erán propues-

tr" ',Úr, pos de las cuales debian ser conformadas las narrati
Lrs metas en
, ¡. ,1, li t'.r sonalidád, la misma estruct u ra conceptu¿l dcl psicoanálisis
lrltr,I rl,r,rlribució¡ de un coDte¡ido culturalclaro a estas dos categorías,
,,¡', Lr,,,lr¡do de que no era posible acomod¿.las a.ualquier individuo y
{ , r ¡ l, tt, i.r (onducta. Si el limite enrre l¡ conducta neurótica y la corducta
r¡l¡rl,,ll. r'!.ia irremediablemcnte desdibuiado (lueso de Ia apadción del
t,rr,r',,|,1\i\, bdos Dos tornamos neurólicos de la no€he a la mañana),
rrt,rr,, , t,rkrs los deseos y todas Ias accioncs podían ser signos de una
t,.¡'Irrt I'r',i)l.nráti.a, inmadura, confl ictiva y neurótica.
I \r, ,,,,.,lisis rnuestn algo importa¡rte para la so€io¡ogi¿ de la cultura.
I ú ¡,1¡ i, t)rrdcn scr parliculamente convi¡centes cuando no tienen un
L r n n ' 1,, L l.rr¡ menlc empirico y cuando habaian neg¡tivamente, esto es,
l ni,i lr ¡ , \ il.¡ificado deriva no de aquelo que presc¡iben sino del jüego
'
lrnrúÍ1,',le otosiciones que creátr. La salud ental era significativa no
,¡r¡,, ,r,.r ,r¡r¡¡ cn sí nisma sino por la variedad de neurosis y d¡fun,
,¡rn.,t,rr r r(.úí¿ ¡.o,rr¿rto. Postular la "§alud" cono la metu final de la
t,út,r ¡ ' ,,r , ¡.¡ir d.o,¡rmrio una amplia reserv¿ de distuncioDes. Algunos
¡rx'r¡¡r,llrurales son más derrideanos que otros porque funcionan
'l,rn\ir!1rl(to !irluddc losconrrastes negativosque generan.Deesta
Ír.r¡ r !. l,r r,rlud y la normalid¿d eran poderosas porq& eran categorías

lnlt,t rhtt' ( ¿ttica


I1,,,1,,r ' r¡(kli¡oo a ¡isl.rr l¡ norm¿lidad de la patolosÍayla afirmación
lr , r,l¡,, ,.r , l,' , tr tr .r nr b.rs rrab¿n cn una posición ir¡e¡¡ediablemente con-
nira,,,,,l1, \,rh.trr un¡ hernren¿otica dc ¡a sospecha respecto de la conducta
,,{,¡,,,r, lrr.l¡(lo,lo quc hircía quelossucños ylosactos faliidos fueran
rir ,lrrl,r '.,1(. l.r ,rrcn.ntn dc I:rcud er¡ qüc est¡b¡n dorados de u¡ signifi-
¡1,,,¡!, ,l, l'r,r\1 t¡.ienre yl.rl)o¡n)s¡rncn{e sacado a la h¡2. Los ejemplos
4ll, ,h1,., , ,i \r]\ L1, i,rk.s irlnrl,¡.r[i,¡r, ¡fir¡rab , hdcí¡¡ prob¿ble que
66 ra \arl/r( dr Dfl rLl¡¡ r,roDrinÁ

"¡os actos fállidos rens¿n un scntido e indiquen los medios de llesar


conocimiento del mismo por€l cxamen de las circunsl¡ncias que
pañan \u ¿pariL,ón-.( si los ¿(ios fdllidos ren'rn rcnrido. \e debía.r
debaio del cartictcr aparentemente corriente de la vida cotidiana estaba
¡nvestidos de un s¡snificado:'Al isual que los actos fallidos y los
l¿n¡bién los sintomas neuróticos poseen un sentido que los enla?,
chamente á la vida intima de los enfe¡mos':¡ó En efecto,l. esen.iá
psicoanálisis reside e¡ la a.tividad de la producción d€ sentido y de
producción dc significado, que lireud abrazó al comienzo mismo de
rrabajo en colaboracióncon ]oseph Breuer,sumentortemprano.Tal
decia rreud, "sigo a Breuer al aiirn)ar quc cada vez quc kopezamos c
un sintonm podemos ¡nferir que hay.iertos procesos incoDscientes
nidos en elpaciente queconlicncn el sentido del síntomá':87
La perspectiva lieudiana nos llama a a.tüár como intérpretes de
Iropr¡s vid¿s. .rctLrrndo en la \ ida c',ridi¡nr como p<icó¡n¿lisl¿\ I
"Para él [el psicoanalistal, oohay n dfl nrsigniñcanrccn la actividad
tal, nada arbilrario,riaccident¡I."** Alasunir esta postura, Freud
la esfera d. l¡ hermenéutic¿ rcliSiosa o, ¡nás bien, la lraspuso ¿1 interi
de la esfcra de la vidacotidiana,¡ lravés ¿e metáforasen lasque resona
torma. anteriorcs dc hcrmenéur i(¿ r eliBios.r: "sr po(iblcp¿¡¿¡os .r
fallidos tener un sentido,los sueños t mbión pueden tenerlo; y e¡
casoslosactos aallidos,i¿re,r un sentido,quehaesc¡pado a lacienci¿
Abrácemos entonces el prejuicio de los ancestros y dcl pueblo y si
lashüe[asdc los iÍtérpretes dcsueños de la Antigiledád']¡,
Elmandami(nrode F'eud dcdcdi(atr¿ Io\eniSmrsde l¡ vid¿ (ori
fuc mucho más efectivo cn la mcd¡da en que.on l¿r reiórica de la ci
dignificó deliberadamente l¡ tendencia popular a atribuir si
sobren¡turalcs a lossueños-'lhl comoafirmó ensu tercer¿ conferencia
Clark"Y aun en ¡a época actudl, los estratos inferioresdc nuestro
no r dejrn toDNoFr en su !(rim.r por lor suenosi romo los.nri
esperan deellos la revelación dcl fürrro':r Converl ir la vida cotidiána

a5 Fr.¡d, hr¡tldtdoty |¿.tur.s otr,,ry.¡lr krs¡,.ita.locn Ro ¡tcñ, Frcud and hk

33 Freud. 'l'hid lcl¡rkl t{turc i en Ro:.Msei8, Hnr¿ri. ¿¡¡.,.¡nio,. p. J2r.


&, Ereud, ¡if'h L.dur.:cn,t¡to¡ .kútl,.nnro lt ¿t¡txlr3¡, td. d. ¡\onon,

90 rr.!d,"'lhnd l(ll¡rklt..rurtrl. Rd$ñzvei8, lln,¿ri, ,,r¡.rli,ior, p. ,1,9, Sin


cnrb¡rgo, fi .u(l.,np¡r¡ cl trihii0rl. ú t,si.o¿n¡lirl,r.on.l do!¡ $¿di.oly
t¡tLl0 ull ll!ll0v¡00[ (utIuRrI I 67

,,1,r,1,' de la r)spc.ha be¡menéutica ft¡e un movimienlo intimamente rela-


, ¡ Ú,r h, .on cl $rodelo triparrilo dt la psiquis ProPu.stoPor lreud Ensu

,,1(r¡¡nr,li rcPresión de los descos instintivos podia dcstruir la c¡P¡cid¡d


a ,l' lf,',lcatirmar su anloridad Ul rcnredio Para euo ern buscar las fücntes
,r,,lr.,s d.t conflicto y de ese modo descubrir tas condiciones bajo las
,,,i1,\ (l yo podi¡ recuPerar §u Podcr Desde ün Punto de vista cDlturnl,
, llhrtLud¡ de las fuenrcs 'incons€icntes" del conflicto era altamente
^ri (v to¿as las coes) podian
e r¡,tr1r¡ livr, cn el trntido de que cualquier cosa
r"r'r,r,s( signifi.alivas. Dado quc no se ne€csit¡ba ser cons'iente de un
r rrn(enro par¡ que éstejugan uD rolinPortantc en ln proPiavida p§i
,I,r,.¡, { ilxi.rD Posibilidade§ il1nuÍrerables Para la inrcrpretación del vo

L freudia¡os de "rcsislencia'y de "Degación" -que Sozarían


^,,n.cplos
,l r¡rr.\ikr cxtr¿ordi¡eio en la divülgación del psi{oá náli§iF avud¡ron
¡ ,,nr ,¡nn narrntiva de Ia Per§onalidad en la que preckamente aquello
¡,. ,, ,r ,le kr cuaL la sente no piensa o no habl¡ v ¡§uello qüe no hace
,n i,r¡, L,.lquid narrativo de la ntentidad del vo (véase cl caPítulo t) De
i ,n¡trrnr,.ualquiercon¡portamicniooe oción -{ §u ausencia Podria
'n
. tr r',¡ rn.' rc.t dc neumsis y por lo tanto est¡r necesitado d€ inierprctac¡ón
'
lr,] r'.illrlormación). La exuberin€ia o la timidez, el parloteo o el silen-
, r,,. l.' l,r¡,niscuidad sexual o t¡ abstinen.ia sexu¡I, ta arrogancia o la
Irrrrrll.r, ¡i¡r ¡hora todas ellas conllcv¡rían una n&csidad de autointer-
tr¡ r¡ ¡rr. lir olras palabras. l.
resistcncia y la negación Posibilitaban la
se resis-
r' rn r,r i,n¡ dc siBnificado, incluso (y quizásespe.ialmcnte) si uno
Í,' i,,Únr¡rseb- A través de cslas rcglas hermenóuli.as freud oFeció r'o
, rn¡ !r\ fi)rm¡s narrativas sino l¡mbién un proc€so conrinuo de narra-
"rl
rltr,¡, ¡,n (lcl yo, puesto en movimiento por un Provecto incesanle dc
problcmas
¡rr,
'rlí t,rcrttció . Los hechos del Pasado v del Presenlc,los
.,,¡,1, ll¡(ualcssehablayaquellosdelosqueno,lasfigurasdelPasado
r l,'r,, l,n rnr6 ctu¡les estarian ahora conectadas Por una Darrativa invi-
rtl'|, ,1, h rl(ntidad, .n l¡ quc cl yo buraria sus 't,ri8cnes" perdidos' sus
,,'r,^n y rr¡. rl.'seos sec¡elos lil Pro.eso isioria del ProP¡D
de relatar la h

¡, " lli,l l)Í¡)..rlde eier.er un nuevo arte dela memoria Per§on¡l' trans

,,(,'t,.r,i r¡,r(r)n sbrt'h Psqlis.on la de un.nuj¡no, {Sniendo tlc e§¡


,tr ¡n ñ¡t,tlo y tu r.l&i.¡ ¡nlcrt b¿n lr¡bliár sobrc dos Públio\
, ,lrl,'!''r.trr'{¡ ¡
,\ "f.r{¡i¡sProlaDJs _qN tc¡dián a ¡IrihunL\ §i8nifi'ádos ocÚ¡ros
r^ (nnr( bt.orti(nl8 v.i.nlilicos quc 'o!)'¡h¡n i §ra nu'v¡ cicn'L'
',tr
l,,l,,l,ri'rlntr.'l,rncJnrnJly.i.nlli(¡&!¡nrcdicin¡.Asi,nrJ'8ur¡I']¡dt(lu'
y , t,i,,, r' htr t,rxtrcirnr rn i rlrs.n¡rr\
'
68 I r¡ 5ÁrYÁfiér Dtr

formando el pasado en ur fantasma que ronda, estructura y explica e

tD sus conferencias de Clark,Ireud adelantó otra idea (ausenteen


es€ritos "europeos") que asoció la hermenéutic¿ de la sospechá con ma
poderosa narrativa estadounidense de la personalidad, esto es,l¡ naÚati
merilo€¡ática y voluntarista de la autoayuda. H¿cia el final de la qui¡ta
última confercncia, ofreció una versión muy estadounidense dc lo q
signi6cababuscaryencontrarelyoperdido:"Elhonbreenérgicoy€xitoso
es el que consigue tr asponer media¡te el trabajo sus fantasía, de deseo
re¡lidad':,' De esta nranera,la búsqueda freüdiana del yo perdido
aliarsesutilmente.o¡ la búsqueda del éxito socjal. Mediante lá alqunni
de l¿ taulologia,la salud emo.ioD¿l sería leida como éxito social, y,
manera inversa,ta falta de éxito social pod.ia senalaruna falta de m¿du
emocional, una idea que seria desarrollada porAbraham Mas¡owy
¿utores (véase e¡ capitulo 5).q' Está .onexiór entre el ;deal de éxito y
salud emocional proporcionaria un poderoso marco n¿rra(ivo que
intensamente mercantiliz¡do por las industrias cul¡urales.
Yo sostend a, entonces, que el ideal freudiano de l¡ salud no
lacoDduct¡, t¡l como se ha afinnado en ocasiones. Másbien, p¿tologizó
conducta hizo de las hermen¿uticas psicológicas la sospecha de que
e
significados protundos están ocultos en el yo- una caracterGtica rutj

El foco en et ptacet so.uat


Es mucho más probablc que un modelo cultural guie nuestro
miento si pert€nece a escenarios sociales atravesados por la incert
Tal como han sostenido Ann Swidler y otros autores,los peiodos de
y de incertidumbre generan una actividad ideológica mayor,r La
tiva frerdiana era una fo¡ma de "activid¿d ideológicn'centrada en la
lia,yera especialmente i¡teDsadebido a quesus ideas analizaban i
ciones sociaies, conportamientos y ¡ormas que estaban atraves
protundas transfonB¿cioncs, y acerca de las cuales había muy poca

er F¡cud, "Iiiath lclarki t.e.¡ure l en Rosenzúli8, ]Irlorr ¿ap¿di,,¿,, p- 4j4.


e2 vúasc Ahralran Maslow, T¡. fdnhd EdclÉt ol hu"n
'Bttu,NucnYorlq
Pensuin Books, ,e7¡ ltr¡d. esp.. t/1 anl|litutl d? lr mturoka I rna"a, M¿n.o,
Trüas,r932l-
9:r Ann Svidle¡ Ialt d/ lov.i lI¿,.!rrp,dr¿rs Chiogo, U¡ivc¡sily of Chi.ago
, R lu0: u[ [t 0! aDoc t utIuP¡ t L 69

el rr,,Ú disponible. Ellenguaie Feudiano podía a)'udar a otorgarle sentido


r l¡r rrucv¿s ansiedades culturales relacionadas con la transformación de
h r ,,l.r. iorcs sexuales,las ideÍridades de género y ta formación delaiden
a r r, sugiere wjlliam Seuell, en dctcrminados momentos his-
l! l. l¡l c¡mo
r,rr r rx crnerge la "posibilid¿d de Dna diry"rriól¡" entre lo que Clifford
r ,',r r/ l)¡ llamado el aspecto de "modelo de" y"modelo para" de los sím-

lhl,,\, y csra dislanción"abre para los aclores un espacio para la reflexión


, llrr,,r .¡.cre¡ del mundo':'1 De hecho,las a.eleradas transformacioDes
,, ,,,1N y l¡s nuevas formas de cxperiencias sociales pueden Producir len-
lllrir,a (l(lyo obsoietos. Esto csasíporqueel mundo puede resistirnuestras
r rr, r l! el¡.ioues del üismo, y Ia adaptacnin entre u¡ lenSuaje y n¡a oltura
,lt,l,,\ r¡nrbiéD puede ser puesta en cücstió¡r. Un ¡ueYo le¡8uajc Puede
, r r ¡¡r r uanito hay u»a fleúbilización de la adaptación entre la estructura
r r

rr rrl l,r erpcricncia sociál y los relatos culturales de la exPcrienci¡. No


l,[1,,, si.r¡ do¡de esta "flqibilización ' tuera percibida con mayor inten-
.trh,l , ¡rrr la esfera de la sexualidad.
,,,,,rtrj(,¡nalizaaln f¡miliaburguesa,PetcrG¿ysugiere"Nohubo nin-
rri,n,li\e.D nhgúna otra época nás tenazyansiosamertededicada a las
r¡u rrirs, r la familia yalaprivacidad; ninguna otra clase haconstruido
t,rr,rl l'r rillcaciooes tan elevadas para el yo':'s A 1o iargo del siglo xrx, el
r¡oll,, (L \ ¡ nn portaDientos sexuales autorizados se habia estrechado (las
,or, rrr. ¡rr ejenrplo, que habían estado permitidas a comienzos de ese
n[1", (. lrx n¡roD luego nlaceptables). BnladécadadersTo,alSunosma¡u¿-
1"" ,,,,,r,i roDiales populares defendian la frigidez femeniDa como una
\ rr rr¡ l, y l.r Iriald¡d sexunl cono una €ondición deseable.'6 Aun asi, en

t il¡rh,l, l)clcrGay,el siglo xrx fue t¿mbién el siSlodel"descubrimiento


,l,l r,, ,u¡1r'l)iogr¡fias confesionales, autorretratos, diarios, cartas ylite
r' rrr !1,1i¡ue¡tal y autorreferencial señalaban un vasto interés€n la natu_
, (1, ¡ i , l, l,r i n rrrbrid¡d y la subjetividad.'!? La fanr ilia de clase media favo-

r,r l r¡r,(,\pc.cnin y un¿ vidá emocional inlensa. Fl resultado de ello


'-hr fl,i r, n\(in pccül,ar entre la emotividad y l¿ rigidez, entre el dominio

rr llrl','11.\csdll., Gcsrz,.¡lrur¿l syslem§,4ñd history: From s)nchrony lo


r,i" L, L',,.1r¡nilen sh¡ryr o¡t¡cr Gd.),The tat.l"útlturc": 6e z ond beqkd
ll'r,l'r,l tr'v.'\irydl (:¡lilo ri¡Prcss,t999,p.47-
,, l, r" t,'f , rrr ¡, ¡r.or.rP.ri.,..: ú.r)r;d r, ¡)"d, Nueva YorL Oxford
I r'¡, r r\ s, re84. p. 4ol ltr¡d. ¿sp-: l-d a?.r¡or.ü ¡r¡gr¿rn. D¿ V¡.torin i
'
¡',x,1 u,'\tr dr (i¡hu¡r ll.onóni.¡, re91l.
",lon(lo
r' r, ¡ r'f'l,,,.li.Dnr) i¡i¡rio.rDii'clr ¡plindo ! ¡!¡ lór¡¿ dc dcso *rudl
', l¡
,r,tr
1 ",,.,,"nu1()¡¡no,,)¡l,tn)du{)n¡lud¡U¿.
, 1,¡!t ,//r¡,¡rr!tu^,\lún1n|\\r nt )l¡ütl.
7() I rr \^rvlfl0r DIl
^l|r^
H0nrflr

de si mismoy Ia nulocxaliación. l^a tensió,i enrre c(os dos idiomas cultu


rales y emocionales tue percibida dc m¡¡cra $peci¡l cn la el¡ra de l¡ scxua-
lidad como una tens¡ón crecienle entre modelos prsvale.ientcs de srxuáli-
l
dad r€str¡ngida y una nueva búsqucda dc cxpr€sividad sexual.
Como lo sugieren las Iasas dc nat¡lid¡d de.rccientc a lo largo del
s¡glo xrx,hablaüna separación cád¡ vez mayor en (re la sexL¡alidad para la
reproducción y la sexualidád por si misn¡ (la serualidad crótica).u* Én
amba¡ series de conlerencias, Freüd rcfleió .\t¡s transformac¡ones cuando
estábleció Ia importante dislin€ií entre I¡ sexualidnd cuyo obietivo csla
reproducción y la sexualitlad cuyo obictivo €s el place. Al proporcionar
unag¡añ náEativa de la rcl¡ción cntre el pl¡cer individualyla rerricció¡
colectiva, las ideas de Ircud prescntaron una argumentación muy sólid"
en contra de la rcstric.ión:

La importancia de Fre d, de Ellis yde olros tsri.os delsiglo xx inYo'


lucró algo más que su defensa dc la expresión sexual. H sno desde una
Elosofia de la contnrenci.r a otrn que alcnlaba la indulgenc i¡ no fuc sino
un asp€cto de una ¡eorienlación másamplia quc estaba invi§tiendo a la
sexualidad de una imporrancia protund¡menre nueva. [... I l,os rei,ricos
¿tribuyeron a lá serualidad el poder dc la autodcfinición individual.e

Pero fr€ud tue significativo no sólo porquc crestionó el dominio scxual


de uno rnismo sino también porque (obcó la scxu¿lidad eróticá eñ el
centro mismode la person¡l¡dad, alhacer de ella clmoto¡ inlerior secreto
y verdádero de lá.ccióD.1.¡ distinción entre la s(xualidad porplaccr y la
sexualidad para la rcprodl'cción ya h¡bia sido dncurida y promovida por
escritores t¿les como Havelo& Ellis,.uy¿s ob.as eran conocidaspor Ireud.
Sin €mbar8o, Freud ofteció ¡o que ninFin otro s«ó,ogo de su época podría
brindan una narr¡tiva abarcadora del yo en la quc cl plac.r sexual era
legitimado y se convertia cnel lugarprimarn)de la fbn¡ación dela psiq¡ris
como un rodo."'' De hecho. las dos series de texros analiTadas ofrecían
nociones clave a lravés de l¡s cualcs serían reescrilas Ias narralivas de la
personalidad. Estas nocioncseran la yxual¡dad iñf.ntil,elcontlictoscxual,

$ Vée fslelle Fr..dman, "S.xuahy in n¡n.t..nrh..nrurt^m¿d.a: B.hávio¡,


idoloSy, polnics: en R.v,¿B itr¡¿¿ri¿dn Hrdrl, N'D, di.iembrc de,e3¡,

99 fohn D Emilio y list€tle ¡re.dná¡, ,,rn,¿t¡ ,¡r¡r,r: ¡ ¡r tür ot rruli¡y nt


¡ari.d, Nu§, York, H,4rr and Row, 1933. p. :2r.
\rocaplan, Múul !a"ts: Ahkri.. tntIn.t¡d nt bnth t'f ttttht¡thünü,p 151
l¡1110 llrl llllt0vr00r {ÚLlllr^l I 7l

t¡,,"r1,tr !i,) .le kR dcscos scxtrile§ y ltr idc¡ dc que elinstirrto scxualera un
i\tn, r¡¡ r(nrr¡ld. hs civilizaciones y de s desarollo.'''
r,nrr!¡r irncnrca algunáscríticasfeminist¡sques€l€hanhechoa freud,
r¡, !¡r.rtrlri¿ que lo nuevo y lo atractivo de las id€as de Freud tue su lra-
r¡r¡ú.¡ro,lcl,lé¡ero ysu lcgilima.ión del¡ sexualidad femenina.'Como
1,, rrl1rrrc l¡ aprob¡ción de Freud Por parte de la anarquira feminista
I ll¡r,r ( i,,ki'n¿n y la dra¡naturga y ¡ctivista Lillian H€llman' habla una
iirr¡l¡,1lri\icJ entre las ¡d€as del Psicoanalist¡ y las Políticas deIalibera-
, r,'r r.\uil. Atrn cu ndo más tarde afirmó que el placer y la "civilización.'

"rr
rr Úr¡rtibles, dado que ésta nec€sariamente se impone sob¡e aquél'
l,,,il r[,nl.rl)¡ frecüentcmcnte la libenad resPecto de la rePresión sexual
r l¡ l,Ir¡¡rl¡ del placer.'"r lruler Torrey, €n su libio Frcudiin f¡aud: The
¡n¡\úDtt dlt.¡ oft:rcud's theory ot Añericc though¡ akd cuhu¡e'citacon
,1. irt,r,,l'.r{ nin ¡ lreud por haber alenlado a una mujer a abándonar a §u
$hrl'1,,l,¡r Hora.e Fink. Luego' Freud iustificó así su con-
su psi€oanalista,
út" lti's.il» quc era parlc del bftn delerüo de todo ser humano buscar
h¡r rrl¡r( nin sexual yelamor':''4 Esl¡ aseveració puede §er leída como
nrú ¡hhl¡.'iióndelPoder palriarcal de los PsicoaDalistas (varone§) sobre
r( tú n''lier (nuieres)¡ pero dado el conlexto cultural en el que fue Pro-
nllr, r,rl.,,li{ nc m¡yor sentido como justificación e incluso como aliento
. li n \r¡¡li(hd fcm€nina, aun cuando ello imPlicara el rechazo d€ los
rl,t'¡,,.'r¡\ r!r rnJrivos dc la in\úrucion del malrimonio.
¡ \ hrtrr licudiana dela Psiquis y d€ la libido transformó la§defini€io
I
I¡¡ , Ílr
r¡lcs dc la masculinidad y la feminidad en tanto Produjo una
r¡,|,uIÍ¡¡rxtD dc Ia identidad s€xual. Al ¡firmar que ta Psiqui§ de lo§
rllnú r l.'\ triI¡s cs sexual, al Proponer que proceso§ mentales bá§icos
¡l'Irl,Ío ll.v¡D ¿ l¡ neurosh, al sostenerquet¡nto hombrescomo müieres
rr,r ! ¡ r( ink¡s homosualcs,''r Freud conlribuvó a sexualizár a la§ muje-
r , ¡

!, r I , I i lr., I ¡ir(drt¡D, ¡"¡¡ltdL¿ nattú: A h&to¡y oJ *x¡nlnt ú Att.tiú'P' 22t


¡,,\,.'-I rullLr'tniÍ.y, ¡rdr¡lia hand: th¿ iolis oht ¿1..t ofFetd s n'@ry on
' '

lú,,ir,,1n,/!/,,dnd.rl,xr.,NuevaYork,H¡¡ferColli¡s'¡992,P 14.
n.' i¡,!l nL o\ .ralrarrd§ r nosol!ós mnnrost¡ntocomo Pará ñegrr
,,(¡r,l,i¡¡r.nl. ¡tlucuoqucoriSi¡álm€ntécfa aD¡natd nu6l¡a n¡lurál@ Ni
,in,,! ollidr quc la s¡risralrión de la íeli.idad individu¿l ¡o Puede kr
'N,tr cit¡docrRor¡zweiH'
,lr'i,,,,no.hirrivodcnuerlr.ivilización'i!-cud
t r,l hr(, n h¿1l tlg Kn¡Í nnk t: l\. hLtoti¡ ¿xP..litiot to Aúrka (ryo91
"
r, f , ú¡r,,, r.rrr,,.tcr¡ri¡n fr¿rd: h! útu isna¡ t cflad ol l tcrd\ ¡h.óry
1 on
\htnn n¡r\htn tl dttrtt,P.l!4.
r,! In .onBrú.nl. .on k5 ¡rcPi¡s r¡ion€sPcrsnálcad'
' 'trr',f«1.r.i,¡r trrr¿..
l'.r,l.ilr^,r d.lü¡ru.h¡scortadi..tun€sluccxPrc«i¡cercadelleñ¿enu
,,ttri t,,r,t.rnIto,rnuni.irldrun¡¡lJdrc.siil¡enrg§ttcuds(8¿rl.quc ld
72 lA ltLy[(]01 0n lt¡¡ I0Dt i¡

resysimuháneamente a ac€rcarlas a sus honlólogos v¡rones. Decsrc mdo!

la imaginaciór fieudiana no sólo sexualizó la idenridad sino quc adcmás


expandió cl al.ánce de la esfer¡ de las posibles idcmidades sexuates para
hombres y muieres. si ranro las ps¡qü¡s de los hombres como tas de las
muieres conlenian tendenci¡s homoscr ales, entonces la heleroscxurlidad
en si s€lornaba contingeotc, cuestión de elección ¡ntes que dedcstino.

Un n¿todo ncio al de aúoco úilttic'tto


Fin¡lmenic, i¡l como he sofenido cD olr¡ p¡rtc,'!,r cs n¡ás prol'.tbte que
las idcas cuhurales alcáncen populrridad cuando r.concilian ¡as contra-
dicciones sociales. El áxito extraordinario del psicoanálisis debc ser €xpti-
cado porel modo en que combinó d! mrncra in!isibtcdos aspecros ccn-
tr¡lcs y corlradictorios dc la personalidt¡d ntodcrua, log¡ando dc csc nrodo
su reconciliación. Il prim€ro íue el yo se volvia¡horn hacia el inlcrior- cn
bus{a de su autenticidad yde sü ind¡vidu¡lidad única dentro dr tos con-
finesde la vida priv¡d¡. El segundo,qucclyo lra llan¡ado por ta.ullura
y por l¡s instituciones a scr ra.ioÍal .
A p¡rtirdel análisis prcccdcnte, debcría r6ultar (laroporquéet psico¡-
nálisis secoñvinióenel lug¡rprivilegiado para la exprcsióndel yo inrcrior,
así como en un lugar quc a¡entab¡ l
introspección, un énfasis en los s€n-
limieDtos y, por sobre lodo, una búsqucd¡ dcl yo pcrdido y aur¡nr¡co. Hay
un hechoquc suele res¿lt¡be menos p('oquc no $ nreno\ impo'r¡'r¡te,y
es el hccho dc que el psicoanálisis es uD uétodo ra(ional que imponed
autoconocimiento a través del uso de rna mh da imparcial sobr€ uno
mismo, c¡r un proceso de autoexanrcn quc confiere finalNente la libertád
yel dominio de sí.'o7 Tal como afirma Jcltey B. Abram$n, FreDd "tc asignó
ñucho valor a la moralidad de la volunra¡.I honcs¡a y auró¡oma1',§ Si h
represión era un problema, eso er¡ asi porquc "a¡slaba los d€sros instinti-

homo*¡u¡lid¿dsi¡ dudá no 6 u¡ ve¡r¡)¡,ltro no 6 ¡lgo dc ¡oqu( uno


d.b.ri¡ ¡vrsona¡k, ni un vicio, ri uni dc8r¡da.¡onr no pú.de ser chsilicá.I¡
como u¡¡ .Dlirmedad; la considc¡anjos u¡¡ v¡¡i¡cnn¡ d. l¿ fu¡.ión *\ú¡1.
prcdlcid¡ por un ci.ro fr.ro dd dc$Í¡o¡lo scxril:(:n¡do en h.k Derhsr.
Ptrrhoainlfli. thúa?y nn¿ tlt ¡¿/ ú¿n, tlillel¡|., N r, Án¿¡yri. pr.$, ¡998. p. 19.
to6 tlloú. optdh w¡ñl;af d".l th. !a"lo¡. ú nisüt: An 6q
on populat dúu1.
¡o7 V¿ás. !:liZ¡reGly, "Pry.ho¡n¡lysis, m¡r¡isñ, posr itiu(l(htnm len
G¡iB
Calhonr (¡d. ), s".idl ,/¡.drr, ¿,id th! trlitks ol'mc titr. <',nabridse, ñ Illúckwctl
^,
ro8 Véa*,.ír.y B. Abrúsn, Liltm¡io n .l it! httits: l'lt ttnhl nnd kliútl
,i¡o¡¡s¡r ,/ ra,/,. Nuc$ Ydk Frec Pr.$. ,e¡r.t. p. ¡ ¡'.
frtuD ur rxx0vAD0[ (utluP¡t I 73

,,.,1,. razóni"'" Al igu¡l qu. cn el proyecto socrálico, el propósito de la


l.r
r', ,t'r,, (s crcarlas corrdicioniis cn hs que el ego racional podrfa tomar el
, dc la vida psiqu¡cá. Como suSiere Steven Marcus, en cicrto nivel
",'ll,'¡
, I trtr ,,,tr¡tilisis puede srr considcr.¡do como um

, dela p¡rticularrradici(índe la inlrospec.ión quc comenzó


'rlrrim(ión
,,{¡(l (onócele a ti mismo': la exhortáción del oráculo de Dclfos. Lste
ntrr,trl{, r¡cionalmcnte Sobernado dc áuto€xamen loma.omo ru prin-
, rt,,rl0l¡j.1o eles.rut¡¡iod€ lodoaquelloen nosolros que no cs racional:

rú¡.rr* Jfe.tos, nuestros impulsos instintivos, nuestros n¡iedos, nues-


ll ,¡. tr.(lil«ciones, nucstros sucños y nuestras p€sadillas, nuc'tr¡ culpa,
h, n r .' nrt!:rmin¡ble capacid¡d de rep¡o.he, nustras obs.s¡oncs scxua-
'
1,., rr(\lr¡s ¡gresioncs inconlrolablcs."'

llir, Í\ roLlL,so suBirrc que álre.urriral mitogriego de Edipo ReyFrcrd


n' , ¡ l,' I'n..r or8lini(¡ dc la evolución cultural" hacia una co¡tclus¡ón

'l', ri\,r. deser antitétic¡ respecto ¿ela éticá de lá rácionalidad,


^\i,lciosIa subrayr. Lo que triunfa en el pensamicnlo de Freud
'1t,r,,,.'tr¡lisis
). .l prrti!ulJr de un¿ rázon rin (ompromisos que
t,,itrr, r,' hr\tori(o
n'r¡i.l !¡,,l¡ vid¡ interior y ¡as eño<iones como obictos de un es.rutinio
r rr¡ Ír!(\riga.ión minucio$s. t¡ psicologia penetró en la 6fera dc la
nh,il ¡ t¡,tn,lar a tr¡vós d€ trcs circuilos: la lileratura de autoa),uda (en
'
hl,r¡" r,o¡sras),elcineyIapublicidad.

Ir ¡Iñ^N' ! r,N rRL: r.A PS¡COr,O(i¡A t l.^ CULTUR^ POPULAR

1," r, y l()\.stik)sdc r¡zonámistrto arriba evocados fuemn absorbidos


',m
trnlú,,,' ¡r, ¡)r h.ulrur¡ pop¡¡lár cst¡douoidtnsc por dos motivos prin-
, f ,, l.r,tu. ¡bord¡b¿n las nucvas insegurid¡dcs yansiedadcs r€lacio-
¡.,1h,,!' (l v,r. y porqu( trlirdaron a eslable..'r y a consolidar los l€más y
¡.r, '¡ r, ^,1( l.s nldustrirsdelos ¡ncdios de (onuni.ación m¡s¡va,enton-

¡l. r rr' ¡n
' ' l',r'l l¡(rur, ^brrmr,r $Ei.re ¡demás qk €slo shbl in{riló en utr
r',r,, r,, rtr,'¡rlr,, ¡hy1...1úr.l¡n'ihv.rd¡drbi.rto,erclcurll¡sD.nrnis
¡, l'. trl'.,1¡\ v ¡( l,\ nl(,los.s ln¡nI¡ ¡ l¡ h,.1.-.ll{rr rüdad.s siD dud¡ no I¡
¡r',tr.',r'n.'lnl.¡lp(¡,\¡¡1n1.¡o\suun,bhl'lurrilM¡l,o,.trdr¡ln¡nJ.p.u¡.
h ¡n.,r ñ1,,n\,,dr¡f,,¡,i., I¡r¡..1t,rr¡d,rd,)q,NucvaYo.L,Norlon,
74 rA lAtlarlo 0tt ¡lllA l!00I l¡

I-iter.n m.lc ittoay ¿a


I-os psicólogos tomaron (yles fueron otorgados con entusiasmo)el dere-
cho y la autoridad dc hablar sobre un¡ gran variedad de p«rtlemas socia-
tes acerca dc los cu¡lcs aseguraban tcner los conocimientos neces¡rios.
Pcro diferiar) de otros expertos (tales como los abogados y kx i¡geniero,
r'n Ia medida en quc, con el avance dclsiglo, fueron asurnicndo cada vez
más la vocación dc Suiar a otrosen.a§ibdas educación
las áreas, dcsde Ia
y la crianza dc los niños hasta l¡ conducla criminal, €l leslimonio legal
como peritos,cl malrimonio,los prograrnas de rehabilit¡ción en.árce-
lcs,la sexualidad,los conflictos Políticos y ráciálcs, el comPortamiento
cconórnicoy Ia nroraldelos soldados. "' Desde el conrienzo de sus carre-
ras profcsionales,los psicoterapeuras se dirigieroD a un Público muy
¡mplio, y en ese proceso lransformaron los conceptos qtc habian sido
lbriados en los escttrari(x cspe.ial;zados de!a academir,las asociaciones
prol¡sionales yl¿s revisi.rs especialirndas. Elproceso de"PoPula.iz¿ción"
hizo que str estatus fucra ambivilenle, y oscilara enlre cldc experto§ yel
de guias norales. Como expertos, estnb¡o dotados de conoci'niento téc-
oico y neutral, mienlrasque como 8uías ¡¡or¡lcsinstruiríaD a otros acercá
dc los valores que dcbian confonnár su .omPortami.nto y su§ senti-
mientos. l.a litcralura de autoaFrda e'nergió a Partir dc esa duali¿ad
úni€a de sus roles y proporcionó la llave para que los Psicó¡o8os i¡8re-

En la década dd rgzo,laliterat¡rra dc autoaFda,al iSual que el cine' era


una indusi¡ia cultur¡l enrergcnte, y dcürostrari¿ ser la Pl¡laforma más
duradera para la difusión dc Iás ide¡s psicológicas y P¡la la elaboraciór¡
de normas enx,cnn¡ales. tá lileratura de autoayuda combina una serie dc
o(igencias. Prnrero, debe *r, por dclinición, de carácter general, e§to e§'
dcbe ut;liza! ün lenguaie snnihr al le8¿1, que le conl'iera auroridad y Ic
pcrmitaprodücir enunciados cofl cstructura legal.Tal como suSieren T. S.
Strans, David Str¡ng y,ohn Meyer,"la difusión dentro dc las categoría!
cult urales es acelerada y redirigida por su reorización. Medi.ntela exPre'
sión 'ieor¡zación' nos rekrimos nl desarrollo autoconscionte y a la especi-
ficación de cateSoríds¡bstractasy¡l¿ tornnrlación derelacion€s quesi
patroncs,tales corrtr las cadenas dc causa y cfecto']"'
Dcbido a qtrc h t$rización cxpresll idcas de utü n).rncra Senerál y
descontextüalizada, esto ¡as hace más caPaces de encaiar cn unavariedad

rr V¿rr Herm¡¡.ll d,.¿ o/ A rrinüt ?:l.h.nt!f.


Ir 'l: S. Str¡ng,l)¡vid $rrn8y John Mqtr, l$tilution¿l ..ndiln § l¡¡ diftsn'n l
cn 1,r¿¡4,¡"¿ Sd..rl, N" r!, rr9r,I'.4e:.
tntL]D: Ul rn 0\,¡D0l ( lllL]lat 75

,1,'(ontexros sociales,de individuos y de necesidadcs. t:l cotrsejo psico¡ó-


¡1,,' podra ser dilundido dc mrncra muy ampli.t ¡rc, irrmenrr poRtue
r,r¡'., trna forma teórica ygencral, yhablaba dc las lrycsrniversales de la
t\¡tui§. En segundo lsBar,!ila litcratüra de auio¡yudr preteÍde ser una
,,,11.¡ncía consumida de manera re¡¡ular, debe variar los problenras quc

'h'ftIi. [n terccr lugá¡, si aspira a di.igirse ¡ scgrncnlos variados dcl


t,rrhli.o l.cbr, coD ralores y puDros de vista dii¡rcnlcs, debe ser a¡noral,
, n,, .s, drh. of.ecer ün¡ perspc(tiv¡ neutral ac(rc¡ de problemas quc
r, rri ur rchci(',n con la scxualidnd y la conducta cn lns ¡el¡ciones socialcs.
r',,r ,rlrimo, debc ser creible, esto cs, profcrida por un¡ luente legítima. El
t\,,,,rnálisis y la psicolost¡ eraD nrinas de oro p¡rr la indufria de la
,r rklr, porquc.st¡l,an envuelbs c¡ el aur¡ de la cisrcia. porque podí¡D
(encajaodo en cualquier panicularidad
" r ¡lt¡'n.nrc individualizados
r,,lrrtlurlycn todas ellas), po(re podian abord:'r rrna sran variedrd de
t!,,l,l.nr¡s, pcrmitiendo de esa m¡rner¡ la diversili. ciónyporqÍ.prrc-
, ri,,,n,e.er la miradadesapasionada dc lr cienci¡ uürca de algunos tarpi-

,q tú,hil,itus. Con un mercado dc consumidores en cxp¿nsión,la indus-


I r r¡ ,I'l libro y l¡s revistás para ¡nujcres adoptaron ávidameDte un lenguajc

,tÍ, txrl.r iDcluirtantola teoria como el relato,la ge'reralidady la par¡i


, rrl.rrhJ,la obielividad yla normátividad. lvfientrrs que la literatura de

,fl,,.rlrkl¡ otieneunimpactofrnncoens s leciorcs, su import¿ncia en


h ln,,vr\xin de un vocabulario par.r cl yo y cn l¡ guia de la percepción de
l,r"t,r,t,ir!rcl ciones sociales no ha s o reconocida dc n)ancra suñcieD to.
r,ri¡, t{it. dcl müterial cuhur¡l conlemporáneo nos llcga en forma de
, , i r. ¡ .klNn¡ ición y rec€t¡s, y da¿o que en muchos lugares sociales cl
'.
r,, ,rx'n1no cs un yo qu€ s. hizo a si misnú -rocurriendo ¿ divc¡sos
r, ¡.rt,rrrx eulturales para lonr¡r un curso dc nccion-, es probablc r¡te
h Ir' r¡rurr tlc autoaFda hay¡ iugado un rol irt\,(rtaüte en la confoF
, ún h rt , l( l(\ vo(abularios públicos a través de los cu¡ lcs cl yo sc entierdc

ln,llr \,, ¡l \( e('r)!irlió e¡ un $Ler¿rio cullur¡lccDlral par¿ propa8¡r la


x,',rl, h r l(.1 p!i( (il(,9o, algu nos de loscoDceptos centr.llcs dcl psicoanálrsis
r 1.,',fi ,rl iv.rs lcr¡péutic¡s del yo. l.os producbrcs y los directores dc
ll' llr (,nrl .n,rb.u interes¡&)s cn !, psi.oanálisis, y:r menudo ellos ¡¡is
r., l, ¡ ¡,Ír te¡.rl,i¡. fuller'l¡r.q cir¡ l¡ ohr¿ d.Otro l\ciá.i.h City ú[
"¿tt:
\ trtttút nlllnl\ynotl i¡, ¡r,'Ir.¡,i: l lolhvood .st.!br rcpleto dc gcnrc
r,,r,,l¡.r ,¡rrr qurrrr que lc (xt,li!¡rrn .lsctrlnk) dc sur ! ¡syitr¡cr(ní
76 I 1l 5atvafl0N 0rt lr00!trta
^Lila

toneladas de dinero para pagar por esas explicacion€sl"J Por ejemplo,


Daüd Selzni.k, e¡ productor.inematográfico enormemenie pderoso que
contrató a Hitchcock, hacía terapia psicoanalilica. Probablemente como
resultado desu tratamiento, se le ocurrió hacer una pelicu¡a con Hit hcock
basada en ideas psicoanalíticas (Spcl/l,ourd)-' Basada en la novel¡ Tr¿ i¡o6e
ol Doctor Edw¡¡nls (de Ftancis Beedins), el guión d€ la p€licula fi¡e es€rito
por B€n Hecht, que támbién haci¡ terapia psicoanalitica. La famos¿ pel|ula
de Hitch€ock pr€sentó ante un públicoamplio la noción de inconscicnte,
la importancia de los sueños, el mecanismo de l¿ repr6ión y ¡a imporla¡-
cia del lenguaje en la cura analitica.
Pero el ímpetu de la ¡ntroducción de ¡¡ psicologia y del psicoá¡álisis en
e¡ci¡e estaba relacionado con el hecho dequela industriacinematográfica
estab¡¡ buscando recetas y fórnulas para acapararuna malor ¡tención por
parte del público. Ya en 1924, el productor Sam Goldwyn solicitó los ser-
vicios de Freud (que serian eleganiem€nte recompensados con la suma dc
roo.ooo dólare, para a),udarlo a escribir un¡"historia de amor realmentc
grande':"a H historiador soci¡l Bi ilaretsky cuenla que un ano dcsp¡r¿s
"Goldwyr ylaproductoraaleman¡ ur^ le pidiero¡ ¡,ada a Karl Abraham,
a Hánns sachs y a Siegfried Bernfeld para reáli,¿¡r un filme psicoanalítico :"r
El ñlme Los secrctos del ab"a fue producido por G. w. Pabst con el apqo
financiero de Goldwy'r.
No es dificil ofrecer explicacioncs acerca de por qué los psiquiatras y
psicoanálish tueron utili?ádos tan ávidamente po¡ el cine. T¡l como lo h¡¡r
resum¡do elocuertemente Karin y Cler Gabbard,los terapeutas
personaies cinematográfi cos

pued€n brindár de manera €onveniente el foro para l¿ €xposi€ión y


el desarroltodel carácrer. También pueden propo¡cionar la tegitima-
ción de temas reales, el contraste racional¡sta con "verdades" sobrc.
naturales,la salv¡ción secular de las almas problemáticas, el interé.
romántico por los individuos inconrprendidos, lá explic¿c¡ón convin"
cente del comportamiento misterioso,la solución de sentido €omú¡l

nr citado ar¿r¡ri", lrnud: I he núl¡sndrt cf¿.1 oJ Frct l t th@ty


en Torr.y,
oú ilousht .n l .rhuÉ,p. oa.
' tn ^flei.nn
España, 1a pcli.ula túe r¡aducida cooo Fd¿rd¿, Bienr¡¡s qu. cn l¡ Arserrir.
se lalhmó Cl¿ ú,r.¡¿ ei¿d.lN.¡el1ll
tra Eli Zrr.rsky, SEE¡J ofr¡¿ r otl: A soúl a tl dtlt,únl h¡!¡orr ol ?».húhalran,
Nu*á Ynk, Knolf, mor, p. ¡4r.
^lli?d ^.
tRf00: llI tr0yAD0R (l]LtUpÁt I 77

t{r.' las crisisdomésticas y la oposición represiva a los héroes de espi,

I I t,sno¡Dálisis era part¡cular¡nentc adecuado pára et.ine porque podia


[, rnr ¡r nucvos simbolos visuales,,, (por ejemplo,los así ltam¡dos simbo-
1,tr r.'li.os), podia ayudar a introducir variaciones interesanres en géncros
rrrrv «rrrocidos (porejenrplo,cuandoel psicoanalistaseconvicrtee¡ derec-
llv, , I hs pislasa ser desciFadas son Íiagrnentosdesueños),podia olorsdte
¡,'i|,{ pofundidad psi.olósica a los pcrsooajes (como cuando etpsicoa-
I rl n,r iDterpreta la psiquis de un pcrsonaje) y podía confernle a una peti-
, rlr r¡rrJ nueva estética (fantástica) a lrrvés de lás secuenci¡s de sueños.

llilchco.k no fue el prim.ro en la hisloria que utilizó rlpsi.oaná,


^llr.,l
Irt.. ¡rto lue sin duda el primero en dcsar¡ollarlo con r.nto rigor, ya sea
, r,1,,\pccto visual como en el ieñático.,s

1,,, r,!.oltuos se hicieron presenres en la esfera dc ¡a pubti.idad de dos


,r¡trh'\ prircipálcsrsirvieron como asesores para la nueva p¡ot¡sión dell¡
t{rl,h kl¡d y¿yudáron a los pr¡blicistas a envasa¡ producros comop¡que,
I' r ,1, \rttrilicados quc podian explotar los deseos inconscientes de los
Además,los publicistas utilizab¡n remas psicokigicos p¡ra
',,r'ir¡rtri¡)res.
lr rr I I r ,u l.¡ venta de sus p¡oductos. Por ejemplo, una campána pubt¡cita-
rti,n rer dc l¿ goma i1e m¿scar Wrjg¡ey sügeria quc ¡a gona de mascar
¡,'',¡r r. ur.rba 'uu enr renamienro faciat Ique I aliviaba et €srr¿s y la ansie_
,lol,h l.i vrJ¡ modern¡, rest¿urando ia compostu,a menlal y etbi€nestar
,
t,' rNll,¡l:, Los publicisras uti]izaban remas y temores psicológi.os para
t¡."¡tr «,l.'r una Sran variedad de mercancias. Pero las mercancías rm-
lf¡r.'¡r pro,novidas de naneras más positivas, invistiéndolas det poder
r,,, rr, ¡.ra llcvar a cabo las potencialidádes del yo, üna irsrancia€n ta

rx,l r r r (,ihh¡rd y (;lo O. C lbbnrd. ¡4t.hn¡¡t dn¿ th..nt ¿¡, chi.¡gú, CIi.aBo
r,"r! itf ¡\.s, 19¡17, f,:t1.
', r'ii,'rinrlnndd¡lh o, !4.$c Vngnri¡ Ri.bter,,,Strnn8ets o¡ a couch:
rrr,l',,tr li u\(ofpsy(lioan¡lyrn in »¿l/¡u¿d,, M¡,',ri en tngrid Horz-t)ávi¿s
r r(r,!hhofcr (!ds.),rlr)or ¡tlni\ i: úrs ol p,rhaa d¡r\i, h nov¿ts,
^,r!¡,
,,,r,r,, tnnr n,¡ /i¡¡,r,'liic¡,Niskn\hafili(h.r Vc¡hB, !ooa, pp. u4.,r¡.
r r¡' lrrlrt ulrs r¡lcs .oDxr St'¿lb.rútl, t ht Hory ol t)t. Edwdrdt. pt.ho
\,i r

tt'r,t!,)\
'
¡a.(Ltú i.,l¿ hnti a).
^L M.ükúnr8¡tunr, ¡r¡kitr[,¡c¡nin8s: lvrigtry in MrrhAm.rk¡,
r'r lb n lln) nnrnr,
úr, ú!, ,nlxn,/"^, Js,arlr §,N,!..rx,r,t, .
78 I LA !^Lva( ot ott Áttla l{oo!tra

cual los psicólo8os se ib¡n conslitryendo €ad¿ vc, más cn cxpertos. T¡l
como lo senala K¡rhy Pciss en su estudio de ln cosmética en los Esi¿dos
Unidosa comienzos del siglo xx,

una mujerque falla en la actualización de su ¡Parienc¡a des¡ruye aque'


Ilas personalidades potenciales que, según os dicen los psici)logos,
merodean detrásde nuestro yo ordnMrio. t¡s l¡rmirios psicoanalid.os
comenzaban a apareccren la prensa comercial. &uellos que 'son cons-
cientesde su ápáriencia poco alractiva sufrí¡n dc un cornpleio de infe'
rioridad, según senaló un psiquiatra. I'cro l¡ ayud¡ esti'ba rcnlmenic al
alcancc de Ia mano, prometia cl vocero de I¡ industri¿ Everuli McDo-
nough, dado quc "muühos cásos de ncurosis han sido curados(¡n una
adecuada aplicación de lápiz labial'l''"

múchos publicisras dc productos d. bellez¡ a


Peiss susiere además que
m€nudo usaban nociones lalescomo el 'inconsciente"y la"€onll¡nza en
uno mismo' para describir su tr¡baio:

De este modo, el simp,e ¡cto dc.olo.ar* hpi¿ labialo base qucdó ¡¡ás
relacionado con lasafirma€iones lerapéuticas de Io quc habia estado en
la década de r93o. Los psicólogos y los cientificos $ciales hicieron su
entrada, advirtiéndo¡es n Ias mujeres que demasiada pintura reflejab¿
una psicodinámica infantil no resuelta, un esfuerzo mnlcolocado pira
atraer al padre y atacar a l¡ madre. Un psiquiatrá llamó al m¡quillaie
"patología femeni¡a'l una fo¡ma de 'narcisismo extremo a lr¡vés del
cual ias muieres te reducia¡ a si misñasa ser un si»tbolode los geni-
tales'l En un art iculo acerca dc los"irnlamientosdebellczá ment¡lmente
sanos'l las hislorias de mujercs corricntes utiliza¡do cosmólicos eran
iluslradas con fologratias de pacientes de instil u.ion.s menlalcs, mos-
trando de qué man€ra anbos grupos obtenian u n envión psicológico á
rravés del maquillaje. En defcnsa de un .añino inrermedntl ¡os psi-
quiatras aconse,aban a cada mujer utilizar «drslas ¡yudas cosméticás
posibles para crear la aparicnci¡ de su yo real."'

Con el l'iñ de la Segunda GuerLa Mundi¿l,la visión psicológicd de hs


cosmél icos halló un terreno nuevo. Peissseñala que las pclículas,la publi'

rloKát[y P.iss,,L¡,¿r,i,r, ñuev¡ ntrk,licnry I1oll, ¡9e¡, r,. rlt.


fRf!0 uI r{r¡0ll¡00¡ ÍuLlú[At I 79

, Ll,(l
y la litcratura de autoa),uda sugerian que el retorno d€ los hombr€s
,r,,,idos o hiios- des¿e e¡frente d€ batal¡a podía sertr¿umátim para Ias
¡r'r¡1cs y cxponerlas a"conflictos int€riores" diffciles.l.a respu€sta de la
¡,xhnria cosmética ¡ esta crisis psicológica fue ofrece. ur¡a huida hacia el
lr belleza."'En rcsumeo,las tres indust¡ias culturalB eme¡gen-
',r,'kl,,dc
r-. t,, irrcipales la literatura de autoayuda, el circ y la publicidad, c¡dá u¡a
¡,,r Ús propias razones inrríosecas- tomaror el psicoanálisis pára esla-
l,l,,.r y(odifi.ar su modo de acciónen la€ultura.

l!¡.r rrfD¡rse vincul¡nte y generar nuevas prácticas de.onocimienlo,


i,rr,nlNrrvrciófl y¿r¡totrrnsforma.ión, un lenguajcdebe seractuado den'
r,,,,1, y ltr i¡stituciones sociales poderosas. Tal como lo hán estdblecido
,1, ,'i,n.rn difcrentcpero iSualmenle persuasiva Bourdreu y Fbucauh, un
,ll" r,r) sc torna poderoso cuando está localizado dentro de las institu-
, r,{r\ {)ci¡¡es quc )e conficren poder y legitimidad, y cuando ad€más
. r,.rr,r(1. cllas."j Un discurso se lornará p€rformativo, ero es,con€r€tará
rl' 1r,,¡,rr crpacidad para nombrary transformar la realidad, cuaDdo su
In { ¡ l, n r¿ un representante del "capital simbóli.o" acumulado por el
r

l|rrtr',rl(luc ¿l o ella repres€¡tan.''a Los psicótogos son representativos de


rfi rIÍt,o (o'nplejo que se encuentra en el cruce de caninos de múltiples
h,lr \ . k lrnt idades: expertos "cienlílicoi'cuyo discurso deriva su auloridad

'l¡,1
tr¡l(! .conómico e i[stilucional de la ciencia, representanles de una
n r r',' .1. l.¡gu¿jc sancionada por los programas del Eslado e incorporada
' '
,1rrll,Á r ll(lcres pop lares con una autoridad carismáticá tradicion¡l para
(, ix v t".o(rparse por el "alma': Así, su autoridad es eogendrada dentro
rl' u,rxtr (§(cnarios sociales. Los psicólogos no só¡o dibujaron los contor-

,,'r\,',.rr.trn¡liú,(r.r,,.fr¡rwulh:Li.oiot,idcsitlú,815ln,a!n,r¿¡cr,
rr'r,, r¡y,r¡, r9¡ttr ltrad- crp.:,Qt¡:ix¡ifi.a hnl,lat? liorcnir ü los.itñhios
ri¡ r !r o,. rnrrj¡ñ dc Ak¡1, ¡e35lt Michel Eo!.iult,,{rrie¡o8l
,, ¡ ,¡ trr1,1/(r, Ntrcv¡ Yor¡( l,arrhon, ¡97! l{r&1. sp: l¡ d¡9!¿ol%la .Ll sr.t,
^rdoz,
In.r¡1', sr*i) xx¡, re84],
t,,rr'tr lnr"¡iN h¡d(no¡riú¡do'\Lop¡otr'rvéas.l,i.ireBourdieu,
', r¡
t ¡r,)¡r1. n ,l \\ ¡'oh't!¡¡r,<lJr)ltrids.. M^,llaN¡rd Univ€rsily P¡€s,
,, ) r r'.tr1 r\p., lLtrstr¡)r y pod.r snnból'«x'lcn ¿Qx. ri9¡ifrn,¡,¡hri
¡ , r,,r¿r ,/r l¡ L,,/)¡^ /rwxi.r. o:, l¡r.ir¡ d! A«Iv, ¡eN5l.
^k¡1,
8o I tl 5ÁLvl(l0t¡ 0tL ltlta lt0Dt¿lta

nos de una nueva ciencia sino que t¡nrbién a6rmaban que entendian Ia
rclációr entre el individuo y la sociedad, que h¡t íán des.ifrado los misterios
d€ la fe religiosa y de los movimicntos políticos de m¿sas t¡les.o¡»o el fas
cismo, y que podían producir la¡ l¿cnicas y I¡s guias para la plenitud,.:l éxito
y la felicidad sexuat.
l
t,o más inleresantc, sin cmbarSo, no es ex¡raordinarianrente exitosa
búsqueda de poderporparle de los psicólosos, snro e¡hecho d.queeldis,
.urs t€rapéut¡co s€ haya convcrtido cn una fom¡ cultural, quc moldea y
organiza la experiencia,y tambión en un recurso crltur¡l medi¡nte cl cual
se l€ otorg¿ s€ntido al yo y a las relacioncs sociales. los psi.(ílogos se .onvi¡-
tieroD e¡r lesisladores podcrososdev¡rtusdonriniosdela vida kl(ial,porque
ofrecieron 'herramicnlas" simbólicas y categorias con las cL¡¡les¡bordir las
ambigüe¿adcs y las contradiccnrnes de la nmdernidad- Ii$is hcrramicntas
y €stas categorias sinrbólicas combinnban lo vieio y lo Bucvo,lo c¡re pcrmi-
lía l¡nto la innolación.o,¡o la dtintridad cuitural- Sogiero que lo que
h¡zo de los psicólogos árbitros y guias ¿el nlma en tant¡s manifesiacbnes
institucionales es que han lleYado a c¿bo ur "¡r¿brio cullural" masivo l,a
actividad cultural es parlicular,¡entc iúeDsa d¡,rrarrie los "pcriodos de
p€rturbaciór,':"r un iérmino vaSo que nrluye fcnóDe¡ms lnn divrrsos como
elcolapso de los roles sociales tradicionales y la incertidu mbrc ¡especto de
¡os roles, l¿ caíd¿ de p¿trones dc vida er¿blccidos, la multiplicat irin dc valo-
rcs y la intensiñcacnin de Ia ¿nsiedad ycl micdo social, rodo lo cual puede
€xplic.r po¡ qué Ios indiyiduos bus.an modos de explicar el comportamiento
de los otros y de confornar el propio conrportanriento. EI siglo xx se vio
mar.ado por una gran inccrtidunrbre nornuliva. lo que geneñ un trabaio
cultüral e idcológico inte¡rso, p¡rre sigrificativa del cu¡l ha sido prerrogatira
de los psicólogos, ltl menos en el contxto 6r¡dounideDsc.
L3 psico¡o8u luv,' un ((o inJrirucron¿le\tr¿o,dior¡ io.quc ¿ ru vcrorts¿-
nizaria las prácticas culturales cn torno a un núrleo cultural comLln. La
cultura es nás poderosa cuando proporciom lo quc A¡n Swidler Uama una
''linea de acción'que agrcga s¡gnificado alyo.''6 L¡ cultura influye sobre la
ic.ión al con{ornur el yo,las habilidades y las risiones del ¡nundo sob¡e
las cuales la gente pucde construir cstralegiAs d.'vid¡. En l(,s.apílulos
siguientes, exploraré csta ide¡ btisica,rxaminando de qr¡¿ n¡anüa elcódigo
scmiótico freudiano y terapéutico delyo luc apropi¡do por diversas nrsti-
luciones y tue utili?ado paraconfirmar nucvas errategias de ¡cción.

l5 súnlkr, ?r¡( ¡y' ¿¡"j /Ioh,,,¿rú.


",ntn\:,p.re.
3
llcl homo economicus
rl homo commúnicans

ir.ru¡ precio enorme tuvo quepágar el hofnbr('


tx ' r l.¡ razón, t¿ seriedad, el .ontrol sobre
!,'\ rnDciones, todas esas grandes prerrogalivas
y tr u.rs rultural€s1 icuánta sangre ycuántohorro¡
r¡ {, l,¡io todas las tosas buenas'!''
Nlinzsche'

I l¡,',r','rto dclGpiralismo en las relaciones sociales ha sido el acertijo cen-


ril,li l.r sociologia (lási€a, y la mayorí¡ de los tundadorcs deladisciplina
, , r , ( ,'1 de acuerdo en que el capitalismo rcpre*ntaba una seria amenaza
'{ú
¡rrr rrrrtra capacidad dc creár senlido y nln¡tencrlas relaciones sociales.
l¡ (x ¡'IEir de lá cultura ha ásumido ambiciosa¡nenlc la tarea de des€n-
¡, u ri r r.r I)s puntos de intersección cnredados que se encuentran entre los

'l,,', r¡1rr,,\ trr¿teriales y los elenrntos simbol¡cos de la acción, y ha expuesto


, ,úlr¡, nn¡cho nlás complic¡do que e¡ que elat oraron los sociólo8os
d, r
'
,n n e\. lil
como sug¡€re ,effrey Alexander,"debido a que tánto la acción
,, rr(Dtorno
están iDdeleblemeule interpenetrados por lo no racional,
'r'¡ '
rÍr rrrrrrrLr r.rciora! puro 1...1 no pucde existir':' Alli donde los conceptos
, l| , ! r ( ,rtrl iliz¿cntn" y "r¿cionrlización'asumieron que la economia capi-

' r r,l{I,ir( r,rjl(nn¡dode[ri«lrichNictz$hú,Tr.Sa¡e¡ld§rol»1on1ls,e¡ ] ht


h nt ú t !l1lr ¿ ir !!@L!), ,/ ,r,a,¡1 tr¡d. de Il Go¡tin8. Nuc!, Yórk,
Itr('1,1.¡,'r, 1956,|p. r9.r-¡9¡ t¡rl,csp.: Lds¿,ro¡lo¡,a,¡s ¡a,xrd¿ M¡did,^li¿nn

l, rr', r l h. .onll]utú ú $ú.d ¡nd p¡of¡N: cn l'hlip §mith (.1C.),


' tn, ú¡^l!r.rtrJ¡r,
nrn trhrtdl;otn'l,,S/, Nurv¡ \'(,rk, CinrbridB. Lrnilersily Pr$,
^
82 t¡ ltty¡(lór ofl ALlta footR¡a

talista empobrecia las r€l¡cjones sociales y las sübsrmia l,ajo ¡a racionalidad


instrument¡l a gran es.ala,los sociólogos de Ia crhura han argumenrado
que las transaccio¡res eronómicas se encncntra¡r incrustad¡s dentro de sig-
nificados cullura¡es, )' quc las trans¿c.io'tcs em).ionales inte¡persomtes,
lejos de ser favorables a¡ mer€ado, puedcÚ scr facilii das por etl. Por cjemplo,
cn una serie de habajos novedosos, Viviana Ze¡ircr ha dcmostmdo que las
tr¡n$cciones monetar¡as ylas relaciones inlim¡s son coproducidas y s.
slstentan mutuamente, y que ro hayuua oposicjúr sinlple entrc las rela,
ciones p¡rtiq¡lares concrctas y el asi llam¡do in¡ercnmbio impersonal, entre
la ac€ión racioülyla asi llamada acción irracion,rl.. Además, tal como ha
sostenido €o¡vin(enremcnte el antropob8o Marshall Sahlins en C)r¡¡,ra /
razól¡ pr.¡r¡i,.n,r cn las sociedades capit¡listas contrnrpor¡neas la economia
es el principal lugar de producción simbólica yes una sran fuenre dc metá-
foras y narrativas para pensar el nrundo social. Este opíiulo s€ encarama
sobre dichas idcas pero intenta ir tres p¿sos más ¡llá. Primero,mucstrá que
baio el liderazgo de los psi.ólqgos que comcnzáron a inlervenir másiv¡mente
cn el mu¡do dc lis enrpresas estado¡rnidenses desde l¡ décad¡ de rgjo en
adelaDte, el despliesDe dc la racionalidad dentrc dc las orSanizaciones eco-
oómicas fue de la mano, co¡tr¡ loda inluición, de una intcnsificación dc l¡
vida emocional. Segundo, en esle capÍtulo se argumenta que los psicólogos,
actuando simultáneamente como profesiona¡es y.ono productores dc
cultürr, no sólo han codificado la conducta emo€ional denrro del ¡ugar
de tr¡baio si¡o que,de rnanera todavia máscrucial, convi¡tie¡on el"interé§
propio'l Ia 'efi.icncii'y la "instrumentalidad" eu rcpertorios culturales vlili-
dos. Por último, en este capitulo se argunenta que, al convcrtirseen reper-
torios culturalcs de acción, el 'interés propio" y lá t6.ic'r.ia" gencraron y
o¡ganizaron d€ hecho ntevos n o¡lelos de sociabili¿od, el rnís nolorio de los
crales es el modelo de €omunicación. l.os marcos €ulturales ps¡cológicos
tueron tom¡dos de la matr¿ cultrral d.l mercado y fueron tusionádos cori
ella, comenz¡rldo así a orienlar al )o, i proporcion¡rle estrategias de a.ción
y, quizá de ñanc.¡ más crucial,a.onfornrar nuevás fo¡m¡s de sociabilidad.¡

2\¡iti¡ñ¡Z.lizcr,Iirr¿¡¿¡.r¡nr¿oltrrniqrlti,r..ton,l,ri¡.erorUniwniryPress,
roor Itrad..rp.: ¿,,.¡¿.n¡.ió,r ¡r1 I¡¡ ,r,nr;rr,4 Budros Air.s, ¡indodr a_ukura
Ecoún'i.a, ,ooe l, y ?1¡¿ro.inl raiiryafn¡oñer: Ph tto cy, t q.¡r.ts, poor
r.liefr ¿ ohct dtn.úia, Ntqa York, B¡!. ¡kñks, 199,1-

J M¡sh¡ll D¿v S¿hlin§, C,ir¡¡r. d,l¡rdrndl¡¿,i¿r, Chi.¡Bo, Univc¡siry


ol(lhi.Jgo Pr¿ss,1926 {tr¿d,est,t()¡trt.I ntzó l,hi.ti¡: !»nn ¿L ú¡lilü¡\nD
. ¡tt h ona n ro?olólk, l\r..¡,'ni, C«tis¡,'e331.
t

4 Ann Swidl¡r,Inl( o/ I{¡r: 1Io,.rr¿r.,n¿,.ñ, (lhi..¡ll,'. t,'¡iv(r\¡r, ol(thn¡go


tfl tlafla tfaNoNtttt tl kafia (ax uNltatlS I 83

lr,F,rndomc en los trabajos dc Irank Dobbin,,ohn Meyer y Brian Row¡n,y


\\',rlrcr Porvclly Paul DiMaSgio, sostengo quc la "nctunalidad'l el "cálculo"
I lr "(ricicncii' no son imperativos cconómicos impersonalesi Inás bien,
I'¡n i,r,¡¡r mmo repertorios culturales que confomrun la identidad profe-
i,,r',rly las definicbnes de la co¡rprtencia profesion¡l. Esto sc debe a que
l, ¡ ¡ rtivos cultur¡les del interés propio y el cálculo instrmeDtal han estado
".
1,, n, , i.¡Dcnre enrrela?¿dos con el lengnaie d. la psicologia, un lenguajc que

¡rr,rcr prifierplano ycodilicó e¡l)(xiones, el yo y Ia idenridad. Al insre


l¿s
,.,, .' l.¡s or8¡niz¿cions e.onómic¿s y áctuar dentro dc ellas,los psicólogc
,,r,ll/.lron y combin¿r,n süs p¡ut¿s profesiuules (en las cuales la.rdminis-
r,.,, r11 re,lcxiva dc las emo.ioDes era de suDra nrporta,rcia) con pautas
,l,r rr¡das directanrnte del mercado, talcs co o ia racionalidad,la prduc
r , \r l,rl y h cficiencia. Asi, en este capftulo h go una serie dc afirnaciones,
, r ¡. las .u¡les 6 que la 'racionalidrd ' y el 'interés propio. no son cate
'.r
[, n r.s d. ¿cc ión social man;ticstas y d¡das a priori; más bien, estas cate8orias
L r r n) l,rboriosamente codificadas y promovidas por los psicólogos. Flsto es,
ll, \ , , r rn¡ enorme cantidad de trabajo por parte de los psi€ólogos convencer
., l,s r,¡l,¡jadorcs y ¡ los gercntes dc que trabai¡¡áD sisuiendo sus in¡creses.
\,h1Dis,leiosde oponerse a las emoc¡ones,IascaL'goriú del in¡er6 propio
r ,1, r¡cionalidacl estab¡n estrechamente enirelazadas con aquéllas, y se
1.¡

1,,,*lu(i¡r de mancra simullánea- Los psicók,gos olie.ian modelos de racio,


¡ ¡rl,\t .¡l |,nñ'o tic,,tpo 4n clabonban üodelo' dc enocionalidad. Final-
,,rrrrc, lcjos decorrocrlai,r¡aril¡¿rl los rñodelosylas prácricas mediaúe
1,., u.,lei h gente rbrja y manticne lazos sociale-,lá r¡cionalidad yelinte,

' ¡rro¡n¡ concebidos aqui como marcos cuhr¡raies, reorganizaron las r€la-
r,
, x'rtr\ «)ci¡les y jcrirquicns dentro de ln empres¡ y en última inslancia
¡r,l,lini..on el podcr dentro de €lla.
lo l rgo del sigh xx, bajo l. égida del discurso rer¡p¿utico, la vida
, ^ rn¡t'l sc vio imbuid¿ de las mctáforas y de la racionalidad de la e.o-
,'¡tr
r¡',,,r.ri y .1 la ¡nvcrsa, la cond!¡.ta económica fue sistemáticamente mol-
,1, ,ül.r tor l.r csfera de lasemociones ylos scntimientos- t, racionali^ción
,1, l,r\ $ú(iones crcó su prop¡a rcalidad inversa, que podria sercaracte
,,r.rl.r crrno l¡"cmocion¿liz¡ción de lfl conducta económiü': lste proceso
¡ , , ,lr , ¡ o wlrla trn pro.ev) cultur¡l más amplio que denomino .rpir¡lis¿¡o

, ,,i! x,rirl., lir cl .rpitali(mo emocional. k,s discursos emocion,rl y eco-


,',,r'r.o sc r oldc¡D mutua,nentt de¡nodo ral qur elafecto esconvcrtido

, r\,, rlnr'/.(i,l¡l rn,rri¡ lh. Ntit! rl ü\,t\»"tl úttúnli\ i-


.x,¡nklx.. ¡'{nnr lt.s..!x,7lrr, úf.: rrx,rrú.i n,,(r /¿,r¡¡J. l ¿J ¿,kr.id,.J
'
,, //,¡/,r/,r/rrD., llü.nor ñ¡l/, x-i .
^nr\
84 ta lÁtv¡(l0t¡ 0tI arlia tt00tR¡¡

e¡ asp€cto e§4n iald€ la conducta cconüni(J, y l vrdi' ctrx)cional '€spe-


cialmente lade las clascs medias- sigue h ló8ir., ¡( lt's rcl¡cn,res y el inler-
cambio económico (véas€ el caPilulo 4). l.o§'tPcrori,)§ cuhurales bas¡do§
en el mer.ado molde¡n e informan l¡s rcl ei¡n¡cs itrl.rpcrsonals y cmo-
cionáles. Sab€r cómo forjar y mantener r.lici(nrs iDtcrpcrsonalesescentral
enelmodocomo relacioneseconómicaslon P(,rs.ldn§ c ¡masinadas Lo
las
que llamo capitalismo emocional cs un Proccso.uhtrr¡l ¡ lravés del cual
las nuevas paulas de las rela.iones econónri(,¡s sorr lormuladás yentrela-
zadas con pautas interaccionales y cmo.ionnlcs, tnl .o¡to lo ilustran los
marcos cültrrales habituales de !a "€ooPer¡ciini'y ei"tr¡b.rio en equipol
Est¿s pauras, sursidas a pañir del lensu¡jc Pr(le§bn¡l dc bs Psicólogosy
del lenguaje corporarivo de la efi.¡en ia, h n los modos en
'«rsnniTado
que los actores €onceptualizan las jerarquí¡s horizonlal$ y verticales, el
poder e, incluso,hasta cierto punlo -limitado pcro detiritivo-,las relacio-
nes de género. En ningún otro lugar $ ha tornado tan evidcnte csta inllücn-
cia .ecipro.a de los discü¡sos Psicoló8i.os y econó'nicos coolo en el motivo
cultural c¡ave del "control emocional'l

ELCONTRO! IMOCIoNA¡- EN LA SOCIO¡,OGfA D! IAS ORGANIZACIOÑIS

Aunque I¡s emociones han estado a menudo ausentes de la sociologia €co-


nómica, si aparecen €n la sociologiá de las orSaniz¡ciones aunque de
maneri negativa- baF la €ategori¡ del "control emocional': ll}s esludios
ac€rca d€ ¡aempr€sa han ll€gado shlemáticamente a Ia conclusión de que
el lusar de ¡rábaio €n los Estádos Unidos duranle el siglo xx demandaba
un control mucho más estricto dc las emocion€s quc su predecesor, el
trabaio decimonóuico en el lall€r o en la fábrica ¿n'.lases nedias Nor' e
¡e¿ñdri.n, de Charles wriSht Mills,y EI hot bre oryan¡mrió"' de william
Whyie, fuemn algunas de las primeras obras que [amaron la aten.ión de
los sociólogos hacia los nuevos requisitos emocionales de las organizacio-
nes econó'nicas.6lnspirados por Ia inquieta,rte visión weberiann de una
dominación por parte de estrucluras burocráli€as sin rost ro, estos trab¡iot

6 Ch¡16 Wrighi Mills, lV¡,,¿ a d: ll| An1riúi n¡idtll¿ das¿r, Nuda YDrk'
Oxfod UDivúsity P¡css, 19, ltrad. .sp.: ¿6 ./.n5 ,,.rí¡i¡ ¿x Nor¡¿¡,,á i.d
{ w¡¡c .o¡¡rr), ñldrid. 196r lt wiUia l¡,wh}4c.I¡. úrSnni2atio tÚt,
Nuev¡ York, Doublcd¡n ^Buil¿r
195ó lrrad. csp.: ¡l rorlr¿dr-{",:d!nr,, M¡nco
lirrlo d. CullLu¡ li.onú¡i.i, re68l.
oLt ila a tf0¡10uku5 at ilafia laxfiu¡tlttrt | 85

Iy orros que les siguieron) sugcrian que en elcorso del s¡slo xxlasgrándes
.mp¡esas ej€rcia'r un nuevo ripo de presión sobr€ sus empleados para
''¡d¡ri¡rist.ar"su vida interior y sus emociolres. El estudio semnd de Arli€
llochschild áccrca de las auxili¡resde vtrcb extendió esla línea depcnsa-
,niento al sugerirque hay un fuerte.ontrol emocional( trabajoemocio-
n¡I") cnlas interac€bnes de lis arriliares con los p¡s¡ieros, en tanto éras
ur alenradas aadoptarla ideologia de Ia empresa en lo atinenle al modo
,,nDo deberiú sentirse en disrinrar situaciones.' Hochs.hild sug€ria que
l,¡s mu,eres que trabaiab¡n en el secto¡ dc scrvicios eran las que renian
,,¡xyor probabilidad de convcrtirse en "trat ajadoras ernocionales, esto es,
r¡¡l,¡jadoras que debian repririr sus emociones para vcnder la inragen de
!' compañía. Hn üna v€la similar,el esludio dc Gid.$n ft¡nda a(crca de la
, ulrura de unaempresadealta t€cnologiasostcníaque las enrpresas nroder-
rirs.jercen un"conlrol norln.rlivo'l intentando controlar las"nrenics y los
, , ú.voei'de $s c¡rpleados." Scgún Kunda, las empres¡s contemporáneas
l'.rn ¡mpli¿do y protundizado el ontrol cn el knlido de que ésre se ha
. r lerr(lido desde el campo d€ lo conductual al campo dc lo emocion¡I. Para
, l.r significalivo por otra partc: eD su rico y mati
r Lrn úll imo ejemplo, muy
,kl{' rclaro de la larga historia de los int€nros de control de la ira en los
l''r.ú)s Unidos, Carol y Peter Sl€¡rnssugieren que la emp¡esaeladoüni.
,k.D§ ha suprimido exitosamcnte la ira pcro que esto ¡ su vez amenaza la
'' r¡lividu¡lid¡d" y ]a esponta¡eidad y señala la victorj¡ final de las "buro-
r

,.¡(ils sin rostro'que dominan nuestrás vidas.,


lir cños relatos, cl control emocionales una variantc del .onrrol social
y rlonómico. hnto Hochschildcomo Kunda y los Stea n1s sugierco que el
, ¡rrrrcl emo€¡onal tiene una fuerte afiDidad cultural con la esfcr¡ de la

¡( rrvid¡d económica €apitalista,no sólo en ei sentido weberiano de qr¡e es


r I ¡,r .ondición prcvia paa la búsqueda r.cional y desapasionada de ganan-
, r,F, \i¡ro tambión en el scntido de que refleia los ¡rodos contemporánms
1, ! ontrol social dentro del lugar de trabah en el Gpn¡[snro. lbdos los au-
'
I'n.\.rsrmen quc lue posible €stableccr cl.ontrol emocional porquc Jos
i, rorcs a.eptaban pasivameDtc Ia autoridad de I¿ organizacióñ. tn m¿yo-

I lo.h$hi¡.1, 71i.,r,d!¿rl hed : 1-h¿,\"¡»ktiakdti»t ol hu¡¡an l..lnry,


^rlir
In l lrl(y, Univcrrily olC¿likxriú ¡rr.ss, resr lú¡d. ¿sl).: ¿c,,.¡.¡,ril,:a.i¿,
,1r l¡t \ itli h ú d. At'unrcs Ll. L¡L,rn,,./t ú4id,¡luürosAncs,li¡tr.2oo8l.
r I r¡.on Kund¡, ¡,,t",¿.rn8 .rhrt : C?úol ¿n¿ .ot ¡t ¡.,ú nt nhigha$h
,,,/1,¡rio,, ri¡. .lii,T(mtlc (,niv.rsily Pr.s, r99:,p- ¡r8.
! r ,n 7'$rn/ sl(.ñs y l'.r.r N srur¡!, ¡,f.¡i Il¡. ,¡4(( l! l» dno¡ionrl
,
'l
,, nttnl A \tn1i\ h^h,t,t.nk,rrr',trNv¡r\nyot(:hi.¡goltcss,¡936.
8ó I LA 5alr^(Ld otr Allrr )ioDtrt¡

n¡ rcla.k'n l)¡srtrDlcdi.d€laentre
ria dc los relatos sociológi.os presupone u

cl podersocialye€onómico paraemilirórd(D.'s, por D l¡'do, y el eiercicio


de contro¡ emocional por parte de los indivnlu,s, por olro lado. En est¡
concepción,los individuos son (dc no(lo un in¡lo jncohcrente) t¡nlo
receptorcs pasivos dc órdencs como flck)rc§ sotislic dos quc Pucden uti-
lizar máscaras y mentirles a olros y ¡nenlirsc r si DrisiDos i.erc¡ dc st's
''verdaderoi' yoes. Adenrás, cslos errdios conrittr.,¡ lá iden ¡nflic¡ta dc
que €l dom¡nio emocional de uno nrisnm rcprinrc cl cltmcnro verdade-
ramenre hum¡no" dc las inleracctunes porque hscril,c ld rachnalida¿
económicaen el centro nrisnro dc las relacioncs clc¡tro dc Ia org¡niz¡ción.
Hsta visióD ha sido complernentada por perspecliv¡s lenrinislas ace.ca de
las organizaciones que han ¡r8unrenradoquccl ide¡l deldontinio racional
de uno mismo cons"gra ¡os alributosde la ideDlid¿d masorlina y ercluye
a las m iercs al rechazar los cstilos de serencianrienro tirneniflos, orien-
rados hacrd clcurdrdo y ern¡. n)ndiñenre cxpr.\i\.'.
Mi eufoqre er este libro difiere sisnificaiivamcntc de los quc he nren-
cionado. Eo primer lugar, sostengo que no podemos cntendcr la emcrgen-
cia, cn los lstados Unidos, de Ia norm.r cmocional del dominio dc uno
mismodenrrodel lusardetrabaio sine'rrender los modelos n sanrplios
dela competenda socialcor loscu¡les con lrecüencia ha sidorsociado el
dominio de uno mismo. De he€ho, un elem!'nto sistemáticamen te pasado
poralto porl¿sociologi¡ de las organizaciones €s que cl contro¡ emocional
figurab¡ €n nucsrro vocábulário ñoral mucho antes dc quc emergierá el
capitalismo, yqueh¡vcnidoa colocarse.omo una nttifora extendid¡ del
contro¡desi,dc la s€renidad yla autonomía moral, m¡rc¡s todas ellas de
rD yo adecüadamenteprepnrado.'" S€rc paz de cont rol¡ r los propios acc€-
sosde ira,deseoo dcprcsión no essimplemcnte elcfeclo dc la mercanli'
lización de la emoción" (tal como afirman Hochschild y otros)i es un
elemento esencial delacornp€rtMia so(ial en uD senlido¡mp¡io. lilconlo
obs€rvó saSazmentc Erving Gofman:

Durante €u0lquirr convcrsación, establecen nornas en cuanto a la


se
medida cn que cl indiv uo se permitir¡i a si mismo dejarse llevar por
la chrrla, cn qué medidasepermitirá seratraFdo enella. Est¡rá oblig¿do
a htpedir.e ¡ si n¡ismo vcre rm hinthado de s.ntimidrtos y con una dis

'
ú Vé(se C. D¡ll{ I I¡mphill, Cl¿§, B.ndcr ¡nd lhe !(gú¡.1¡otr oa.nrol ird
srpirssn» irr R.\dutn)n¡r, Er¡(ondu.t ¡¡er.¡lu,t'i.n I'el.r N- Sle¿nt y l¡»
¡¡wis (.ds.), ¡x .rdn,¡rl ,rlnur),./ ,r¡ Urn.,¡Srr¡¡, Nuúvi Y(r,( N.wVtrl'
L,niv.ñily IlLs, ¡rt). lr rr
'9e8,
4AilAfil lt Lt H0ia ta uNt(a 5 87

posición pára a.tuar ral que menace los limites en rct¡ción con e¡ afecto
quc há sido estal,lecido pard él en t¿ interacción. 1...1 Cuando et indivi-
duo se invo¡u.r¡ en exceso cn eltópjco de la convcls¡ción, y tes da ¿
otros Ia imprcsión de que no riene una nredida necesa ri¿ de.io tinio tte
s¡,nisnn en relnitu ro susse in,ientosy sus a«io,,cs 1...1enron.es es
¡us probable que losorros se vcan desplazados desde una imptica.¡ón
.n la conversación hacia um intpticación en etque h abla. Lo que esto
rnsidal Ae ih hoübre nc o lsicl se co,1ve ¡¡á en ta atielnciótt .te o¡ro
,or,¡,re (cursivas mías).r'

l,\ lrosible argu mcnrar que


Goffman d¡ porsentadosy naruraliza los que
,li h..ho son átriburosemocionales dc Ia nrasculinidad akamente marca
,1," cn cuanlo ¡l género. Pcro est¿ visión rcl,roduce a su vez el estereotipo
l(rnicioso y crróDco segúD el cual las mujeres tiencn un conirolescaso o
r¡,,1(' rlbrc
su emocionalidad. GofÁ¡¡n se refierc aq,li a una forma de
,,'np.rencia social (relativamente)neurra cn cuanto a la ¡nclinación por
r¡rb r otro géncro, .om parrid¡ y aprobad¡ por hornbrcs y nrui€res, aun si
.rs nr(,dalidadc's varian de un género a orro. Adcmás, et eiercicio de una
',!nrten.ia lalno pucde ser fácilnentc distinguido deldominio represivo
,l, uno mismo que ha» aDalizrdo los sociólo8os de las organizacion€s.,.

! I r v' ng ( ioÍN¡n. cit¡do en Mactnry,c' Ar., yú&¿: A x dy ú horal


,tr.r,, Notrc D¡¡re, Univchir ^l.dan
), ol Nürr¿ t)ank
prcs,¡rs4,l). ra
Ítral.esp.: Itrr
/,r r/¿rl, ¡nr.eloN, (:riri.¡, re¡171.
,, I I r,rndrro dcl .o¡tlol dc rno mirDocj u, úolnoquc h¡r.omp.ñ¡dorl
!n\,nioll{r de lo qn. sc denoDrina cónre¡ció¡rtnr.Dte.tiviliu¡ción oc.idcnral,t
l r nrpl¡n¿¡ (o .o,,úol enrocion¡l) cs un¡ dc hs .ak8ori¡r . dináles que,
desde
l'1,,¡r.¡adclanle,h¡s¡dolonsid.¡ádasnrenrjtic¡menre.om"top,..onai.ia,
t,,,,.r.1.j.(i.io dcl dn.¿flrn¡i(nro v ránrhi¿n.o¡ró la r¡c.on¡lición para l¿
.(('tkrr(ion. G{ un¡s pocrs ex.ep.io¡s nohbl.s eñ ti hnro¡i¡ dd pensmiento
!¡( nl.!Lil,.¡si ninBún Fn\ádor lJ ü qu€ .ruvier jnspn¿do por la te
iÉr hrnri,¡ná o por ú¡ rr.iordi§¡o
lure ha otrjet¿do sdanre¡lc la ncosidd
,h (onthnr¡l¡spropi,rrerlo.iones, Apen¿ssi hal¡t8u¡¿laried¡ddcteo.i¿
,'n¡.¡l()t *¡ desirolhdrto t.rmn¡osdct€y, dr debcr o cr t¿rmn¡u! de
nlknl,nl) dc!irud,yd se¡ qle rprtr I pri.c4rio\ ¡ pri{tri o¡ crir.rios dc útilidad
r',r¡'ir ¿dirJdi)qn. N re«,nicnde ¿t dis.ipti¡¡mi{nro .tet dcsú por tn r¡zón
r,t'r.no.ond.n(lr*nsu¡tidld,l¡iutoindulgencia,losapc(itosno.ont¡olados
,' li' N\i,fr$ dAgrt(ra¡¡." (Morrind I. A{llcr (rd.),l¡. s) D?úo :Anintcx
r, ¡,k !'. rrl.,r,r,.{1,,C¡r.¿go,}ncyclopedi¡B¡ir¿n¡ici,r99o,p.6sa).t)e
Itr( h,, y.' {.¡ qn. h,q¡. n, portut..\ ta ¡nod.ria reliSioe, cl .ofltrot r¿cional,
1," rl.r.¡cnnr ,{i{otdi..¡ o cl¡r.n$micnto ¡drrl¡Eico de I¡aquialcto,etconl¡ol
n
'
, i,¡rrlli.r rni¡ «trsid$¡do.rnlrn t'¡r¡ t¡ cxnl.n.ii $ciat, dtpmAÍ$o
"nr
,.t U,rl l,r \ rrr¡,ir ele\n,' v¡i.rl
88 I ta 5atvaíóx Drt auit ü00r0r¡Á

Siguiendo la tesis enunciada por Norbert Eliasen su monumcnral¡lpro


eeso ¡Le k civilizndó , porlemos cousiderar cl conrrol emocional coño el
resultado de la diferenciaciór moderna -esro cs, la que ruvo lugar ¿ partjr
del siglo xvn- detunciones yde redes de nrrerdcpendcncia queorierran
al yo hacia un núm€ro mayor de interac.iones socialcs. Como efas r¡te-
ra€ciones incrementan su frecuencin ysr variedad,el individ'ro se veobli
gado a ajustar su conducta ¡ un número cada vez mavor dc personás,lo
que torna al yo más autorregulado ypredecit lc.,,Siguiendo esta visión, el
cootrol emocional se ha tornado un nodo do¡ninante de moldear la pro-
piaemoción,no sólo porque es un¡ formádecont¡ol corpor¡rivoy porque
naturaliza I¿ ide¡tidad masculina, sino también porquc moviliza formas
d€ competencia social que se han vuelto más necesarias por la mukiplica
ción y el alargamiento de lás.adenasdc las inte¡ac.iones sociatcs.
Fin¿lmeDte, mientrl}s que todos Ios sociólogos de las organizaciones y
de las emociones (incluido Elias) traran el co¡trol cmocional como ura
categoria monolítica,$stengo que hay nuchas formas d. control emocio-
nal, por la simple mzón de que el control emocional recurrc primariamente
a concepciones del )1) moldeadas culturalmente. El aurocontrol de las ¡uxi
liares de ruelo dista mu.ho de, d¡samos,la a¡dreú de tos estoicos. Como
lo mu€§tro en el análisis siguiente, el dominio rerapéuri.o de uno mismo
recom€ndado en las organ¿aciones económicas se caracteriza porsu mez-
cla de racionalidad y emocionalidad, por su capacidad Eisma para hacer
de las emociones un el€mento central del yo y por su inclusión antes que
su ex.lusión del punto de v¡ta de las mujeres. Una forma tnt, histó¡ica
mente nueva! de conrrol emocional, no npunta a una lransformación del
modo de control dentro de la organización, s¡ro que, rat como sostengo,
esta iranslbrmació¡ es distintivamenr€ diferenre de aqueila que lradi.io-
nalmenre prcvcun los sociologo' de l¡' orsd,ri,,ácjone\.

E'- PODIR DEL CON'IROL Y IL CONTEOl DEI PODI'R

H periodo qre va de la década de l8o a la década de rero ha sido llam¿do


la "edad de oro del capitalismo': dumnte la cual '\c cstableció et sistema

D Norbd ui¡s, T/¡¿.i,ilti,8 ptúe*: The hnkry of r¡h¡ús ¡¡d naft Jor\t, n ¡
a,¡d.iri¡i-iion Ir9]91,l¡ad.derdmund leph.ott, Oxr¡¡d, Rllckrve ,¡96s lrra.l.
esp.: El pro.¿\o tlc lR ciriliuri¿ : nflsiltcions tu.iogút.titr,
]/ /,vi1,ri.,trt,¿r,
¡ltádrnl, Fo¡do dr (inl!r,¡ lj«)núni.¡, r!$7i.
Dft H0tt0 ttata$ttu5 H0 0 (afiüu¡lt(aN5 gg
^t

de fábricas, se ce¡tralizó el capiral, se estandarizó la producción, se buro-


.r¡tizaron las orga¡izaciones y el trabajo fue incorporado en srandes
.nrpresas'l'{ Lo másllamaiivo fue el ¡sceDso d€ la e¡npresa de graoesc¡la,
gue empleaba a miles e incluso decenas denilesde trabajadores,rornando
rsi a lasempresasen organ¡smos burocráticamenie complejos y jerárqü-
(¡¡nente mucho más integrados.l5
Er su estudio seminal acerca del asccnso de la corporación, Reinhard
ll.ndúha sugerido que du.ante el siglo xrx Iá retórica de los gerente§ €ra
nDa mezcla de auto¿)uda {inspirada por el puritanismo religioso) y de la
r.oría (spenceriana) de la 'superivencia de los más aptos': Los gerentes
rritr gerentes en yirtud de sus méritos, y estos méritos no podían ser €ues
I (,udos. De manera similaa aqu€llos qüe estaba.n en posicbnes subalternas

r,uecia¡, por detni€ión, de cualidades thicas, nrorates e intelectuates.'6


Como el volumen y el ritmo de la produc.ión industrial conenzaron
.,erccer áceleradametuc,lamera magnitud de la masa de t.abajo yla masa
,lÚrabajadores a ser supervisada crecieron.,T Como crecieron,la org¡ni
/r.ión s€ encontró frente a lo que eravisrocomo lá complejidad cada vez
rtr¡yor de dirigir a genteque debia producir de marera eficienteyrápid¿.
l)cl creciente nrlmero de trabajadores yde la necesidad de d¡cipiinartos
.r¡tcrgió una clltse gerencial que no cstab¡ formada por duenos ni por
Ir¡bajadores, y que se veía a si mism¿ €omo itrv€srida de la misión sociat
,l, i,rcrementarla prod'¡cción medianre lá dirección detos tiabaj¡dore§,
,l'rc cran vistos básicamente como estúpidos, inmorales, dependienres y
,i,,no origcn pri¡cipal de las enfermedades de la sociedad. Con el relón
,l(.|¡Ddo del descontento de los trabajadores,yen una atmósfera de anta-

, I rrhoud¡shenhav, M¿,|y'a.,úiis n¡ionnlny,otlúrA,oxford U¡iverity?res,

r" ros dudñosde 1as enr¡res¡s §e fleron dcsh¿.i.ndo dc los conrr¡ristas, que h¡sra
dfon.es contolaban elprocso de prcdudón, y aumieron d .ontrol de los
r, ui¿does,de 1os despidosy de las conr.atacion¿s.
r, Irn¡ opinión de I¡ épocá dcja cro en drrci "Muchs ve.es u¡ honbre es nrcapaz
,1..Énnrn u.¡ responebilid¿d. Tiene ¿xito.uándo.s lider¡do, perc no cuando
Inlúr'l N. C. Fowle¡,'lI. úoI l]ow d /r¿l¡ ¡tu tue¿d, Nüeva York, Moffar,yard,
¡¡'r,fP,56 t7, citado en Rei¡rhdd Búdix, Wotk d l¡u¡hotin/i strn n
hhú)r'.t ol dinagdn?i¡ in th. .o!^e ol ind,rri¿L.¡e¡, Nueya yo¡k, Joh,
Wilcy,1956, p. r59ltrad. esp.r Iñhair y aúotiddd¿ la,iltÉ¡ria: LÁ ideoto|tot
tlr l| ¿i ..ntn en.l ono de lo i,¿6tri¡rl¡:a.iótr, Buenos Aires, Eudcbd, 19661.
¡ lrr.d O. clrándler, 7 h. yinbl¿ hd ¡l: I h¿ na¡og.ndl re|oltia¡ in A,¡¿.itat
,x!".r¡.C¡nn
^ id8e, MÁ, Bclknap Press, r9z7 ltrad. csp.: 1¿ ,,!¡o vinút¿
tnt l[io d.lalrnió ü1.1mtrdn. tu trnand,Btr.elo¡a, Edi.iones
90 tA 5¡tyA{ 0[ Drr atll¡
^loDtRta

gonismo entre trabajadores y capitalistas,la teoria de la adninistración


cientlfica de Frederick Taylor prometia asegurar la riqueza materialy la
armonia social. El objetivo de Taylor era climi¡ar "l¿ causa del atrtaso
nismo" y, con es€ ñn, tnl como enunció de manera célebre, cra necesaria
''u¡ra revolución en la actitud mental'l'Á Taylor afirmaba que"el hombre
que t§té a la cabeza de una empresa goberDada por una administración
cienti6ca ldebe] resirse, ¿l iguat que el trabaj¿dor, por resl¡s y leyes qu€
han sido desa¡¡olladas a tr¿vés de cientos de experimentos¡ y las normas
que han sido desarrolladas fdeben serl equitativas'l', Cor frecuencia
'lhylor ha sido puesto en la picota por inventar un sistema de ádminis-
tración inhumano, que e¡ últnna instancia sirve a los intereses de los
capitalistas- Pero desde una perspectiva cultural esto no es verdadero,
porqft suutilización de la ciencia sirvió pa.¡ socavar la base tradi.ional
de legitimidad del liderazgo, y para establecer los fundamentos yla per
cepción dela necesidad de la interv€ñción de los psicólogos, que a su vez
intentarían codifi c¿r y formalizar el elemento "humano" en las empresas.
Así, en lugar deconsiderar que el éxito es explic¡ción autosuficient€ (esto
es, que el éxito es la prueba, en primer lusa¡ de que ur¡ hombre merece
ese éxito),las teorías de Taylor sugerian que las tareas de los ge¡entes'
debían ser (re)exaninadas.
Esto tuvo como consecueDcia un cambio suiilen la defi¡ición deio que
era un buen gerente. Pa¡tiendo delconocido programa detests de inteli
sencia realizados por el ejéicito dur¡n.e la Primera Guerra Mu¡dial, el
trabajador individua¡ come¡ró a ser co¡siderado un conslomerado d€
¡asgos que podian ser medidos y evaluados. Tal como lo seirala Bendix,lo
que sc considerabaimportanteera que los rests fueraD todo Io que impor
taba, y que pudieran ser utilizados para evaluar a los lrabajadores. Hacia
la década de 1e2o,los enpleadores y los gerentes estadounidenses habian
comenzado a poner su atención en las ¡ctitudes y en los sentimicntos de
los empleados.'Al hacerlo, sin advertirlo estaban cuestionando la base
de su propia autoridadl'' Mienlras conside¡aron el éxito como señal del

rs Citado en !¡ndix, t ortd d authotiry,p-223-

"Ger€¡tes'es l¿ t¡adtr(ión elegida ¿qui para "ñanagers ', aus$c e¡ otros pasaies
he preaerido :dñin¡tradoreil L¿ p¡nncra es de nso máshalrjt!.len español,
pcro lasegu nda reoge !n ñariz que *tá aurnt€ ¿n "B.renie", aquel que insc¡
laautora.¡ando coner¿ l¡ etera de las orsaDizaciones con la esfúá i¡rim¡,cn t¡
quc utilia ¿ nrenudo el .on.!pro de self administr¿tioD" ("adnrinhtrx.ión del
fo"o nür.io dd yo").lN.del ill
»fl ia a t(0N0tutu5 al lafia (alfiÜfrltall\ I 91

rD¡rito, no tue necesariá otra jufificación para los lídcres industriales. Pero
lis perspectivas de Taylor accrca de la adminjstración sugerían que )os
tr¡casosnoeranelresültadoincvilabledeunaincompetenciainherentee
rnnar¿. Más bien,las causas de los liacrsos debían ser investig¡das y pre-
v.nidas a través del desarrollo de politicas de administra.ión apropiadas.
lilconro lo sugnió Bendix,habia un cambio sutil pero significativo enla
,nr.rgen del trabajado.r de ser una persona a la que h?bia que e¡senarle
, irtud y modales adecuados, se había tomado un objero delescrutinio yla
i¡ t.rrogación cientificos, cuyas ñptitudes y actfudes debían ser evaluad¡s."
li $e proceso,tambi¿n cambió Ia definición de éxitoyde liderazgo: mien
Lr,rs qüe cn el siglo xrx el éxito había sido un sigDo qrc evid€¡cidba po¡ sí
$lo I¿ propiasuperioridadmoral,quedee*modosejutifi cab¡a símisma
.l ¡idcraT-go se tue tornando una ütegori¿ cada lez más €lusiva, una cuali-
,lllquedebía ser probada aDtes queuna cua¡idad queera conferida inevi-
rrblc y tautológicamente. gsto, a su vez, implicaba un nuevo grado de inceF
rkltrmbre respecto dc lo que era u¡ buen gereDte. Comparada con sus
fkdecesoras -las legitimaciones del liderazgo relisiosay daruinista ,Ia
r(oria dc la administración parece h¿ber creado un proceso de es.rutinio
I ( üüstionamiento colectivos, g€nerando asi nuevas fbmas de incertidum-
l,k y de ansiedades, lo que seneró a sü vez nrcvas formas de control orga-
Í¡7i.ional. La nueva ansiedad cultural acerca de la naturaleza del buen
r,rbi,adory l¡ idea de que el despliegue de conocimiento adecuado podia
ryutlar a encontrar solucioÍes par¡ mejorar et rendimiento delos trabaja
,|,'r.s constituyó el telón de fondo para Ia creciente intervención de los
t\i.i¡logos dentro de la empresa.

r Ps(xiLo6l)s rNcREs^N
"\
ll,r(i¡ la dé.ad¿de r92o, el 86 o/o delos asal¡riados estaban empleados en
, ir)(l¡slria.:rTo.lavia más Doiab,e erá el hecho de qDe, como senala
\i.houd3 SheDh¿r la proporción de trabajadores administrativos de las
luera la m¿yor dc todo el rnundo (dieciocho
, rrr¡rcsas estadounidenses
r,.,hrj¡dores admiDistrativos por cada cien r¡abajndores en producción).7
L (xp¿nsión de las emprcsas iba de la mano con la consolidáción de

t \lr¡h¿\, Mowlú I t¡t*


t an ititr¡i l.
92 I t¡ SA§A(l0li D H0DtR¡A
^ÚtA

teorías de la ¡dministra.ión que tenfan como objetivo sistematizar y racio,


nalizar el pro€eso de producción. De hecho, el dslema adninistrativo
modificó cl lugar d€l control: de estár en manos de los capitalishs, p¡só a
€star €n manos d€ los tec¡ócrátas. Utilizando la retóri€a de la ciencia,la
racionalidadyelbieneslar ger¡eral para establecer su autorid¡d, los te€nó-
cratas aseguraban que tanto los interesrs de los enrplcudores como los de
los empleados podrian presumiblemente satisfaccrse. Shenhav ve €sla
transformac¡ón como la toma de una nu€vaib¡ma de poder por partede
los ingen¡eros, que actuaban como una.las€ de profesiorales. Se inpuso
una nueva ¡deologia dc la admin¡s¡ración, que concebí¡ el lügar de t¡abajo
como un "sistema" en el cuál el individuo sería erradic¡do ylas reglas ylas
leyes senerales serian fo¡malizádas yaplicadas al trabajador y al proceso
de trabajo. Er contraste con los capitalist¡s, que con frecuencia habían
sido retratados €omo seres ambiciosos yc8oistas, cn l¡ nu€v¡ id€ologia de
Ia adr¡inistración los ger€ntes apare€i¿n como scres racionalcs, responsa-
bles y predecibles, y .omo portadores de las nuevas reglas de estandariza-
€ión y racionalizac¡ón.'{ Pero si hastaladécadade r92o prevalecia la retó-
rica del lugar de trabajo de los inge¡iercs,.- poco más tarde los psicólogos
ini€iaron otro discurso que prestába mr¡cha atención a los individuosya
sus emociones.r Al mismo ti€mpo que las corporaciones intentaban peF
geñar de qué manera podían maximizar el proceso de producción y hacerlo
más €ñciente, los ps¡có¡ogos eshban luchando por eslablecerse como Bn po
profesional y ofiecian asiun léxico comperitivo pam otorgarle sentido ¡
los problemas de ¡a prodüctiv¡dad.
Bajo €l impetu de las innovaciones de lohn B. W.tson en la psicologia
conductista,los psicólogos exp€rimeniáles habi¡¡ sido llamados por los
gerentes para encontrar soluciones al problema de la disciplina y la pro-

,a sl\.\ha\Manulacrutiñsdio alitf, p- 1e7.


2t Dclrido a que She¡üav rcenrócási exclusivament€ en los inBcniercs, esro lo
ücvó a E ncralizr den,6i¡do .tr ¡a cmpPsa eñ ru corjunro ¿ partir dc ¡¿ prcpi¡
nróric¡ dc ú5 prof€sionales. D. hc.¡ot lc inSerieos rctrdian a persr rn Ic
hombrcs como máguinasqu.dsbian pr cüid¡dosmcn¡. conr,ól¡<bs r€n la
eDp¡e5 como un iistcma impeñonala sr operado.
,6 El prcpio Frederict ]¡ylor no eÉ n,p€rmc¡ble a lá atmólera o,ocion¡] de la
p¡ant¡, 6 tánto "hablabá ,ce(¡ dcl impado que le habiá p¡oducido la hosrucdrd
colérica de muchos tr¡bajado¡e! fabrirat t.¿ r*otu.ión mcntal prcpucr. por
Federi.k Taylor tdnh entr. n¡s objerivos tank,los bumorcs ylaseñGiorcs de
loi r r¡h¿jndorcs como su desempeño hho¡¡]. Véák Pet{ St ar¡t, Aútrkat cool:
Aú!runnry lE 1oh Ccttuty . r/¡r Nu€v. York, ñew Yúk Unive6ny
",¿¡ion¿l
iit uafia E(0 0t t0\ al uafia (ai u¡ (tN5 I 93

ductividad dentro de la emprcsa.', Iá Primera cuerra Mundial representó


utr gran impulso para los psicólogos, quienes nlSunosdeellos inspirádos
|Dr las perspectivas psicodinámicas dc rreu¿ demoslraron str particular-
¡)ent. exitosos er¡ su ¡rabajo con el ejército, colaborando eD el reclutamiento
{lc soldados y en Iacurade trau¡nas relacbnados con laguerrá. Fue durante
l.' cran Cuerra que, bajo cl lideraT-so de Roberr Yerkes,los psicólosos desa,
rrol¡¡ron tests de inteligen ia grupales
y lo que más tarde seria denominado
psicotogia del personal.'6 Yerkes propr¡so modos de inv€stigar I reclutas€r
husca de deficiencias nrentales y de asignación de reclutas especialrnent€
\.lccciona¿os para rrabajos csp€cificos cn el eidrc¡ro. r:mbién csrableció
lomilÉs de psicólogos que invcstigaban Ia motivación,la moral,la incapa-
. idrd fisica yproblem¿spsicolósi.osrelacionadoscon eua ("esrrésdecom,
l)¡te") y la discip¡ina de los soldados. Bn rer6, ¡ucgo de los cstuerzos d€
oli.i¡lcsd€ intetiSencia, ps¡cólosos y médicos, se cr€ó la Sección de Mo¡al
,lc la Rama de Eñtrcnamiento e Instru(ción. Su objetivo era "estimul.r y
¡¡rantenerla moraldel ejércilo'],§ Esta unidad construyóulla red nacional
,lc vinculos quc abarcaban tanto al ei¿rcito como n los civilcs. La Rama d€
lv4oral estableció conexiones oficiales con grupostalescomo las Asociacio,
,l(\ de lóvenes Crisrianos, Ios Caballcros de C-olumbus, el Comité lu¿io de
lli.'testar, la Asociación Btadounidensc de Biblioteca§, la Comisión sobre
de ED trenami€nto, el Com ité de EducacióD yCapa-
^(lividadesdeCampos
(irución Lspecial yla Oficina de Infonrración Pública.F f,stas conexiones
susc¡ian que el trabajo .on la moral s€ habia exlendido n¡is allá del e,ército
y que, ya fuere por isomorfismo nornutivo o mimético, se estaba exten-
rlie'¡doa todo lo largo de los F;stados Unidos. En la d¿cada d€ r92o,comen,
/¡mn a ofrecerse doctorados €specializados en psico¡ogia indust¡iál en las
utrivcrs¡dadesestadounidens€s,J'loqrcsugeía que la psicologia indürrial
(r.r tlna delas prnneras áreas de la psicologia eñ ser institucionalizada.
l)ndo el éxito de los psicólogos €n e¡ .jér.ito, los gerentes eran optimis-
l,ls cn cuanto a que los psicólogos pudicran rep¡icar su éxito dentro de la

, -r(n¡ Barirz, st^r,B o/ p.wt: A hntut) nl t¡t ¿! ol lo.ial Íien.. ú, A"Etud¡


,r¡,rrr¡ Middlüovn,.¡ W.sley¡n Unir.hity Pres, ¡e79.
iI l)q'¡ld Napoli," Ihe moliv¡liotr of psy.hologisis, r9]3-r94f:en
M,hdr, ¡rl¿i6, 42, tet rero ^n$i.rn
d. rrl3, pp. .r1' ¡6.

r, ¡ homú Cnmfi.ld, willro$i¡fi Ih. us Army T¡oop MoaL P¡ogr¡m ot wwt1


.nMiinnrr¡l/;¡nr,4rN'r,¡9rz,pD.r24 r23.
I li¡l¡úl¡sprinrcr¿su¡iv.rsid .s ¿n oüocc¡ $¿s .rrcGs r .ncoDtr¡ba¡ Ohio
\L,lc, c¡ nrilúo de tirDok,B¡¡ (lrrr.gi(, ¡¡ Uriverid¡d dc Minn.$ta y la
¡

lh'n.'\,rl¿J d. sr. ¡nnJ


94 I rA !lLV^fr0¡ 0 AIÍA fi00{tt¡

enrpr€sa. Sc lcs pedía que elaboraran tesls pnr¡ id.¡fiGcar y corlr¡tar a


trabajadores con alta productividad. Los rcsultddos suscrian de m¿ncr¡
consistente que la relación era un t.ivial quc Ilcs¿b¿ ¡ la insignilicrncia.
De todas fornüs,los psicólo8os halliron que rasgff dclcarácter lalcscomo
la honesti&d,la lealtad yla fiab¡lidad cstaba¡r significativamcnrc rclacn)
n¡dos con Ia productividad.
Elton Mayo fue uno de los pri¡neros de una lnrga list¿ de teóricos dc la
administración que brindó un¡ guia para€onfonnnr l¿ idtntidad quebus'
caban los gcrenles. De todas formas, debe otorgársclc a I'Iayo un lug¡r de
honor en cu¡lquier r€lato de lr bisroria de la tcoría de la admiDistrlción,
porqDe¡puede h¿be¡ po.as di§ciplinas o.anrpo§ de invesligaci¿)n cn los
cuales una r)la serie de estudios o un solo nrvcslisndor y esc¡'itt¡r haya
ejercido una influencia t?n grande como la qucciercieron Mayo ylos cstu-
dios HaMhornedurante un cuartodel siglo xx']" A pegr de la considtra-
ble brecha t.lric¡ ques€parit ¡ el rrrbajo de los psi(ólogos expcrimcnhles
delarevoluchnaria teoria de EIlon Ma)o acerca de lasrclacioneshuma¡ras,
laco¡tiruidád cntre ambos r rab¡Fs residia en el hecho de que Mayo suge-
riaffinciálmenteque la p¿¡s¿rdlnia¿l !'ra de suma importanci¡ para el¿xito
e¡ la empresa. Como señala l)¡niel wren, h¡s(oriador de ¡a ieoria de la

Ia consecucncia de Ia novedosa investisació,r dc Hawthor¡e Idc M¡yo]


tue un llamado a una nueva nrczcla de habilidadcs geren€irles, crucirles
para mancjar situaciones humanas: prirnero, habilidades de diagnósti
co par¡ comprender el comportamiento humano, y. s€Eundo, habilidade§
inlerpersonales para la orienta.ión psicológi.a,li motivación, cl lide-
razgo y Ia comunicación con los trabajadorcs. Las habi¡idades récflicas
porsl solas no eran suficicrrtcs paraüreglársclAscon cl cot¡porlamiento
incorrecto descubierto en el complejo fabril l'lawrhorne works.'r

Si las habilidadcsen las relacionts hum¡nas e¡an adecuadas para


'naneiar
a laspersonas c'o»ro perso»as, crlor¡ces la adminislración exitosa dcpendía
sustancialmente de la h¿bilnjird dc los gerentes p ra conprendcr a los otros
ymane,ar las relacioneshumanas en 8e¡er¡1. l.os screntcs *rian ev¡luados
¿hora no sólo s€grirn su conrpcteNia y sus habilid¡dcs te,cnic¿s sino también

11 Alex Cr'1} ll.wlhornc rudicsr A r.dic¡l .rili.nml er,A,¡ern¡n Soddlo!,.¡l


I'hc
¡¿,,.,, N'L
iunb de 1967. t)t'. tor ,1¡6.
.rr DánielA.Nr.n, /}¿¿v"¡rdn,¡,/ n¡ddSd,¿,/r¡o¡¡g¡/, N .!xYó'k. )oh wil.y,
t)f\ H0t|0 t(0ilaHt t\ 110tl0 f0xrlutt(tN5 95
^t

scgún criterios ditusos e inrp¡ccisos tales como "tener la perso¡alidad ade


.uadá'l'tabcr cómo mancjar siiuaciones humanas"y'\aber cómo resolve.
.onfli.tos l Dc todos modos, al¡i dorde los psicólogos experim€ntaies
h¡bían considerado que cual¡dades moralcs talcs como la 'lealrad"o la
''confiabilidad ' eran atriburos ¡nportantes de l¿ pcrson¡lidad eficiente,
los f¡¡nosos experimentos }lawthonrdeM yo (llevadosacabo cÍtre 1924
y tgrz) prcstaban una atención histó¡icamente sin pre€edenies a las tran
\t'c(iones emocionales per ie, dado qre su principal descubrimiento era
(luc la productividad se incremenraba si las rcl¡ciones en el trabajo se
i¡rJcleriznbnD porla prcocüp¡ci(tn y por la atenció¡ hacia los senrimien-
ros de los rrabajadores.Br lugar del lenguaje victoriano del "carácter'lMayo
ürilizaba cl bnsuaje amoraly cientifi.o de l¿ psicologí¿ pará €oncebi¡ las
r(l¡.iones humanas conx) problemas técnicos que dcbcn s€r aliviados
,ncdia¡ie el cono<inien¡o yl¡comprensión adccuados.! Enotras palabras,
,l.t ido a qu.las empresas estadounidenses est¡b¡n luchando por incre-
rn.Drt¡r su productividad y dcbido a quc drleSaban la solüción de esta
(u.stiinr cr personas que hnbf0n sido capacitadas en la ciencia e¡rrgente
(lc I¡ psicologia, surgia uri¡ nr¡eva (ategoria cultural la dc la "relació¡
hun¡¡n.: (lono ningún orro grupo,los psicólosos hiciemn de las "rela
(;¡rnes hu,rnnas"una c¡reSoria €ulturaly un problena-
este respecto,lo más intcresante quizá sea quc en los priDeros expe-
^
flnrcnlos dc Mayo en Gener¡l Electric todos los suietos tucron muier€s.
sin que úl mismo lo advirtiera, sus des.ubrimientos iniciales tcnían una
lu.rte c.rg¡ de género. Un análisis de los casos abordados por Mayo es
,lutrativo lanlo á.erca dc los mo¿os en qucsu enfoque de loscontli€tos
l.,boriles sc vio i¡fluido por uDa visión del mu¡do psicológica, como
¡.crca de bs modos en que hs problemas quc desenrrañó entre las muie-
r.s tr¡bljadoras estaban influidospor e¡géncro. Un ejemplo de este infor
,,rr señ¡la: "Una.rabaiadora 1...1 descubrió durante una €ntrevisla que
rl[otivo porelcual no simparizaba con.¡erto supervisor era €l párecido
,l( .§. (on su padrarro. No resultó sorprendcnte que €l mismo super-
v,rr lc hobiese ádvertido .rl entrevistador qrc l¿ mujer crr'diticil de

rl \,!'rmn I.slrñrn (cn c,¡lr ú¡ at hntur: Ih. t.a¡lnrn'atio olAhprt¿n*i¿¡r


,¡ ¡/tr r'y. ¡i¿r, (1,ú!r,. Nu.vr \ttrl, Pauh$n lnb!«, rgar) ha documenlido
¡ f§¡j¡d§dc Dn¡s)(ird¡d o'ienr¡d¡ h¡.ir .l '.ü¡nci'a una cnlrufi ori€¡tada
h¡i¡Lr pcrson.lidad.S¡rni corfirmaquc€l órfisncn Ia púñ¡álid¡d
!trL,,.rigrocs cmprcs¿ii rl.\ v (tuu l¡ irle¡vcn.i(fi de ¡os psicólogos cn l¡ e$en¡
, r h u'.¡l h no de 1., 'p.Nn¡lnlll" rl8ó .ó¡ lo .uil , s¡i y rrab¡j&i y ¡lso
96 I t^ !lu^(lr)¡ 0tt ¡tt¡ ¡00trtt

mánejar":r5 A ot¡as dos trabajadoras se les habia oirecido {n traslado a


¡¡¡a sección mejor que aquell¡ eo la que se enconlrnban. Pcro, tal como

aceplar significaría abnndonar a su grupo y tomar un l¡abajc €n ot¡o


departamento: lai muieres se negaron. Entonces,los represcnt¡ntcs del
$ndicato las presionaron, informando que si ellas persistían en su rechaz(),
los organizadores del sindicato"también darían por lerminados su¡ estuer-
zos.A desgá¡o,las ióvenes ¡cvisaron su de€isión y acQtaron el ascenso.
Ambas jó\€nes ¡ecesitaron al mismo tiempo la ¡tención de un ent¡evis-
tador: lcs habia gustado el primcr gmpo, en el que habl¡n adquirido una
membresia infornMl. Ambas si ieron que l¡ ádapt¡ción neces¡ria p¡rá
integrarse a un grupo nuevo y a una situación novedosa requeria esfuer-
zos y lcs producia un descontento privado. D€ a¡nbas s. aprendió mucho
acerca de la orga¡iz]lción íntima y las prácticas comuncs de sus gn¡pos, y
la adaptación a sus nuevos grupos fue mejorada, ayeúando efcctivamente
así a reconstit¡iir el trabaio de equipo cn esos grupos.r"

Comoun ejemplo final:

El entrevistador pudo establecer que el rendimiento de una mujer pre-


sefllaba probleúas porque su madre la habia presionado para pedir un
áumenlo. La muicr habló accrcá de susituación con un entrevistador,
y se d€scubrió qüe ur¡ aumento signiGcarf¡ para e¡la apartarse de sus
€ompañ€r¿5 de todos los dias. Aunque no era inm€diatamentd relevante,
es interesante adv€rl¡r que luego de explicarle lá situa.ión al entrcvis-
tado¡ ella logró transmitirle desapasionad¡mente el caso a sü madre.
i...1 l¡ madre comprendió de inn)ediaio y dejó de ejercer presiones
para i¡n aumento, y la chica volüó a su trabajo. Esta dtima instancia
iluslra un modo en el cual la entrevista aclara lineas dc comunicación
de bloqueo €mocion¡l -dentro y tuera de la plá¡ta-.r/

Resulta interesantc advertir que eslos anA;sis colocan las relaciones inter-
persondes y las emociones en el cent¡o dc la imaginación cullural del lugar
de trabajo. Pero tar¡bién senalan los modos como Iír r,¡rr-..¿,s experim€n-

,j EltonMnyo,Th. social ptublent ol a iñdustrial rieilbttio,, tondEs, Routledse


and rcg¡n PaúI, 1949. p. 69.
t Hafla Efo¡1011tlÜ5 NA A lAlllÜNl(ltl! I 97

rot social estaba definido de


r¡ban el lusár de trabaF. Debido ¡ que su
dudoso
,'' ¿ ¿c so'rcn c'onó'nico de ta ramih¿' resuh¿
"".,,,ii,* -..
,,,",nu.¡* ¡o,rU'.' pr¿"crer¿n Ia cn(rucriad¡ en¡rc un Posiblc atrmento
renuncirr al Prr¿ esr¿r
(on lo§
J'r. ",.".- " o* o*n.ier¡n Primcro
*,,"¿.'li, u .,"'i." ¿( como rormar v m¿nrener los lazos sociales
y
J.lnr,o d" la * tonvirlió cn un molivo chve p¿ra Mavo P¿ra
"mprc'a ello es asi porque sus descübrirni€ñlos ini'
, i*.1.., qr" r. "*'r.ron'
',,'
',
,'"*,,,".t *U¡.1 un sesSo de sénero' v reflejaban asi la cultura
" f']"
l,' el apovo emocion¡l' el cuidado' el
","..r".liii -,;..-,
e» la lue
.l,..liecuc d. l¡r (tnociortes. las expr<'ioncs cxreriorizad'rs de apovo y la
,,',i.,.i." *, r*t-*." el''mcnroscenkalesde la idcnrid¡d social v
"rdr ti)s exP€rimenlo§ siguie¡ies de Mayo con
,l.l ,l**-lf. ¿. lu-" *.iales
ho conduieron a confirmai su üsión d€ que la suPervisión 8en-
brcs sólo
másálta
r,r, un¡ ¿rnrolera dt.onn¿n¿¿ conducün d una produclividad
fJLiliro el ubrimienro"de que lds r€la
ii,,oi,J.rno,'. ¿" dcst

, i"i".r.t ".rvo un carlcte' humano' interpersonal v


"r*.
,',rl".r.r"i u" """' ""niialm"nte
.,v pocos h¿n adverrido que su método para reali-
"r.".'r.¿," entrevista teraPéutica'
,"r.*áir". fas caratteristic" de
'¡areali'lar enlrevistas:
""O
su nonrbrc delinc Mavo su método Para
'.¡ivo
^si
l.os traba)¡dores desc¡ban hablar'hablar
libremente ba'o el §ello de la
eorfianza profesional (de l¿ que
ja
ás se abusaba) con alguien que
que pare' iera' Por §u a(ritud
o¡."crc.. rep,"r"n¡¿rito de la ernpresa o
i"¡,"". oo.eer a.ro.;¿¿¿. La ¿rPerien( en sr e'a inu'ualr hav pocrs
ia
que haydn lcnido l¿crpcriencra de enconrrar
cn ere mundo
tu$na\
sin inlerruPcrcnes
l' ,,r*,i.n int.lig.n". o'nio v ansiorc Por cs(uchrr
p,', ir' Pcir'' par¡ llcsar a esre Punro' se tornó
i,' ,i," ar,' ,1",." ¿c(
escuchar' cómo
,,".'"*ri" *pr.¡"." 1""*treüstadoresacerca de cómo
ñ*"p..*". dar conseios' cómo evitar -más en sen'ral-
""i;"
. u"lqu ier c.sa q,c pudie'a Poner fin
a la libre cxPresión en una i¡star-
reglas para guiar al entre-
,r'¡,-'" *obiecieron algunas
.i^ i"¿¡ia*r'
las que siguen:
visl¡dor
'',. cn su tribaio. f'sias eran' más o mcnos'
u."¿"1".a" r, la person¡ entrevistada' v hag¡ evidente
(tue lo csiá hacieDdo.
"*.iórla
2. Escrcher no hable'
I. Nünc¡ discutai nun(á déconseios'
4. Lscuche:
{.r ) hr qüc el cn irevislado
quiere dccir
(b) Io quc el entrlvistado rro quierc decir
tr ) k¡ ritrc elenrrcvistado r1o fuede
dccir§tu 'rluda
98 ra \^Lvr( 0r¡ Dtt aL A t100tRlt¡

5. Mientras escucha, arme tentativ¿menrey par¡ su corrección sub,


siguiente et patrón (personal)qLre cstásiendo establecido frente a usted.
Para eyaluarlo, de tienrpo en tiempo resu¡na lo que h¿ sido dicho y
preséntelo para ser comentado (por ejemplo, "¿ Es esro lo qüe usted me
erá diciendo?"). Siempre haga esto coD elm¿yor cuidado...
6. R€cuerde qu€ todo lo qüc sc diga debe ser considerado colno una
confidencia personal y no debe s€r revelado a nadie.i¡

No co¡oz{o una definición mejor de una entrevista terapéuti.a. Debido a


que Mayo estaba utilizando tasherramientas conceptuales de la psicología,
podíaobtenerDa form¿dc discurso queeraesencialmentepriyaday€mo-
cional. Además, debido a que los sujetos de sus .ruci¿les experimentos eran
nujer€s, Mayo inició sin advertirlo un proccso en el cual los alributos
emociondles de Ias mujeres eran incorporados en el lusar de tr¿bajo, que
entones todavía era amplianentedominado porla tueza detrabajo mas-
cu¡ina. Asl, si {omo lo han asegürado muchas t¡ministas- la masculi¡idad
está implícitamente inscrita en los insirumentos de clasific¿ció¡ y evalu-
ción dentro del lügar de trabato, s,n dudatosdescubrimienrosde Map son
un ejemplo de lo €ont.¡rio, esto es, de l¿ inscripción de la feminidad d€n-
tro de afirmaciones dc aparicDcia "univers¡l'l Mayo úilizó un "mé.odo
femenino" basndo en el discurso y en la comunic¿ción de emocio¡eF pa¡a
desentanar problemas de muieres, esto es, problemas que te¡lan üna natu-
ralez¿ fundámentaltnente inicrpersonal y emocionai, y los aplicó a organi-
aciones nasculinas con un tuerte sesgo de géncro. A1 hacerlo, habia iniciado
un proceso de redefinición de la masculinidad dentro del luear de rrabaio,
una redefinición que implicaría un modo difcrente de persar el yo en rela-
ciór co¡ los otros,y que ese¡ciaimeDte mezclaba y combinaba un léxico
de emocionalidad con uno de productiüd¿d.

Los descubrimieDtosde Mayo fueroD aplicados no sólo a la definición de


un ambiente laboral ádecuado para tos habajadores sino también pára
Ia adminislración. ¿Quién podÍa ser un gererte exitoso? Para Mayo, el
"nuevo" lider era alguien que actuaba como investigador de los senti-

¡ñ |ll¡nrM,,L, r/'¡,o,¡r¡f¡, rtr rrtt nh¡¡tnt.¡11i..n o,t,6.


tft HaNa tL0N0tlt(u\ taNa tafi uNtaANt ) gg
^l

rnicntos socialesyque podia acenh¡arl¡ col¿boración entre los gerenres


) loslrabajadoresp¿ralograrobjctivosorsanizacionales.r,Mayo.evo¡u-
, ¡roó l¡s teorias de la admi¡risrr¿ción porque, así .omo recnrpta,ó el
Irnguaje moraldela personalidad con la rerminología desápasionada de
1,, (ietrcia psicolósica, reemplazó también ln retórica de la racionalidad

,l(, k,s inge¡ieros que habÍ¿ p¡evalecido hasta ento


l(rxi.o de las'lelaciones humanas'l AI sugern qúe los conflictos no con-
\inínn t¡nto en la competencia por re.ürsos escasos sino que más t ien
(¡rr productode emociones embrolladas,facrores depersonatidad ypro-
l,lemas psicológicos no rcsueltos, M¡yo coDstruyó unaco tinuidad d^
t nsiva a1¡re k fonili¡t y cl htsnr de tabajo. Asi, debido a que tos psicóto

lr\.ontratados par¡ incrementar la prodü.tividad trabajabau con una


rr¡nriDolosía derivada de los cstudios de la familia, el tensuaje de los
,,,nll;ctos en el lüg¡r de traba¡ y las so¡uciones para ellos emersieron
rt)ic¿mcnre desde esa esfera.ao
\rgrin V¿yo, el conniLro er¿ el re\u¡r¿do d( rrdns¡(( iones cmo( i,,na
1,,\, y la a¡ñonia podia se¡ alcanzada ¡nediante el reconocimienro de
,ln h ¡s emociones y ]a comprensión mütüa. Asi, en mfthos a specros ta
r¡r,ri¡ de la administr¡ciórl de Mayo ¡osrabn .e.oncil i¡r los i¡tereses con-
llr{ Iivos de capitalistas y rrabajadores. Sus teorías actuaban (o al menos
trrr(.ían ¡ctuar) como condudos para las críticas de sus condiciones
lrhornles por partedelos rrabal¿dores.{, Pero también ofrecían técnicas
t{rr ¡callaresascriricas. Porejemplo,cu¿ndo los habajadores o(presban
iI\,lueias, Mayoysu€quipo adv¡rtieron queelsimple he.ho de que un
rrl.nre pudierá escuchara alguien enojado ydeiarque esa persona expre-
¡,., enojo calñaría a la perso¡a enojada. En el mismo senrido,los
,,tr¡lli(tos en eltrabajo fueron reconceptualizados como etementos pro-
l.rieDlcs de los problenras de personalidad y de r¡na njñez coÍfli.tiva, y
Ñ, , k l
orgaDización estructural defectuosa det capitalismo. por prime¡a

'd..¡da ¡ldividuo singuiar era escrurado junto con sus ernociones, y el


l,!rl1r¡je deta p¡oductividad conenzó a €ntretazarselenlmente con etde
1,, t,sr(¡u is. Además, ser un bucn gerenre implicaba ser capaz de desplegar

\\\\¡ lh.¿ro¡ñon offlo oie»ctt tlto4ht, F,3ts.


v.,N.n p¿rti.ül¡rl¡biog¡?fi¿ de Fllotr M,yo scriá por R. C. S. Irahái¡
t tt húuh6t 1¿tñt4: The liJ¿ rn¿l ,ort o/¡lro, ,ttdro, New Bru¡swick, N
¡,
lr,' s,r.rion 8ooks, 93,1.
r

\r..trrI . ¡ok¿nskiy Eve Chiapcllo, /f no!/¿/cJ¡¡n d!.d¡in¡¡n,r., pdús,


'lrlli trúd,l9eeltr l. c$.: ¡il,n¡¿n ¿fri¡x rLl ¿¡¡irtn,,o, T¡cs ca,1bs
roo r rr !^rllr(rÓx

los atributos de un psicólo8o: .eqL¡eria que uno captara y lidiara con la


compl€ja nahrralezá emo.ional de las transacciones sociat€s en el luga¡
de trabaio.
El objeto de estudio de Mayo y sus obietivos eran de muchas maneras
bastante obvias radicalmente diferentes de los de la clinica psicológica.
Pero, a¡ ins¡stii en elfactorhuñano en el lugar d€ trabajo, en entidades
y prácticas intangibles tales coÍio ¡as emo€ionesylas relaciones huma-
nasr y cn una t¡ama invisible que asociábá a la familia con el lugar de
trabajo,las teorias d€ M¿yo hicieron que los actores que trabaiabatr en
err¡pr€s¡s §e tornaran mucho m᧠receptivo§ a las nuev¡s definicion€s
de liderazgo propagadas por el discurso de la psi.ologra popular. En €l
contexto de las nue\?s incertiduñbres cr€adas por el ambi€nt€ econó-
mico inseguro de la década de ¡93o, el éxito en la empresa fue convenido
€n un factor dependiente d€ lá posesiór de la personálidad correcta y
por lo tanto delcorrecto man€jo dc las emociones. En consecuencia, al
otorgarle un lugar central a la noción de"p€rsonalidad"dentro del com-
portamiento económico, los psicólogos no solo podian formar nuevas
conexiones entre el lenguaie de Ia psiquisyel de Ia efici€ncia económic¡,
sino también esiáble.er y legitimar su autoridad en la empresa y en la
so€iedad en g€neral.
lncluso, aunque las teorías de la administra.ión s€ apafaron más t&dc
del p€nsamierto de Mayo, esta perspecliva básica sobrevivió. Cuándo más
tarde, en la década de r95o, el cons€nso establecido por Malo en tomo dc
las reláciones hurnanas tuera desañado por Ia nueva visión de que los
conflictos de interés e.tre el trabaio y la administración €ran naturales c
inevitables el l€nguaie de la§ €ñociones y de las relaciones humanas pr-
sistió, porque se habia tomado partc de l¡s co¡venciones que los psicólo-
gos y las teorias de la administráción h¿bian estáblecido con éxito. Irs
textos de las décadas de r94o y r95o todavía posiulaban, de man€ra ttpicá,
que los 'sentimientos"delaspersonas eran más importantes que la "lógica"
de los elementos inta¡gibles de la organización, tal€s como planes, regla§
y diredivá!. En 1948, Ross Stagner cscribia en la resFtada revista Petsonnel
Psl.l¡orogl que "una comprensión exh¡ustiv¡ de los fenómcños del conoicto
industrial requiere uná exploración de los aspectos psicológicos del
problemaie Un poco más de diez años más tarde, en r9t9, un autor afirmabá
en la misma publicación:

Ros StaBner,"Psychologi.al aspcts of ¡rdlstrirl co¡fl¡ct l. Pcrccptürn'l


en ltrs¿r., I'Jy./¡,¡og¡ N' ¡, ¡e48, p- n¡.
aft 80tí0 t(0N0xt(lt 110110 (0llllllllllNt I lol
^l

la "acritud mentáI" I,..i explica la superioridad estadounidense en la


producción.'Actitud ment¿I" [...] incluye actitudes respecto de la mo-
vilidad laboral, cooperación entre capataces y auxiliar€s, una almós-
fera amigable y relaiada en la neSociación laboráI, un punto de vista
social en la industria,una acept.c¡ón del principiodeque las r€com-
pensas deben tcn€r un paralelo con lás contribuciones a la eficiencia

l: coIno señala e! historiador Daniel Wren, "en general, los te{os de .o-
mier¿os de la década de r95o enfatizaban los s€ntimientos yla colaboncióni{
En la dé.áda de 1960, baio la inf¡uencia de la psicologla -inmensament€
popular- d€ Abraham Maslow, esta tendenci¡ s€ protund¿ó con los nuevos
cnfoques, incluyendoel'humanisno industrial'o'humanismo orgánizá-
cional'l que bus.aba desarticulár las lendencias autoritaria¡ d€ las organi-
raciones e i'rtegrar los objetivos individua¡es y los de la organización, Asf,
cl extráoidinario poderculturai de la ps¡cologla párecehaber residido en
5r capacidad para inscribir Io individual -sus n€€esidades, sus recl¡mos
y sus críticaF dentro de la structura y la cultura mismas de las organ¡za-

El propósito de esta revisión g€neral un lanto arrogante no es obviamcnte


volver a trazar la h¡storia compleia y contradictoria de la administración.r'
Ittásbien,es simplemente sugerir qu€ a pcsar de la vsiedad yla compie-
jidád de lasteolas de la administración, lo quc emergró tue un repertorio
eLrltural central: las relaciones laborlles rradicionales basadas en la auto-
ridad e incluso en la tuerza tueron c¡iticadas y rechazadas y reformuladas
(o,no entidades emocionál€s y psicológicas, lo que permitiría asi una ármo-
ni¡ (aparente) enlre l¡ orgariza€ión yel individuo.
Estos nuevos ¡epertorios cr¡Ilurales son nrás notables en la muy popu-
hr literaturade autoquda acerca de Ia adminislracióny el liderazgo. A
(ontirüación, me c.ntraré en la literaturá popular en la medida en que

i t Nt. s. vitchs. "llunán lel¡üoni .nd rh.'l luú¡niri.t in rhe educ¡tion of


b$in65 l€adeñ. lvlluarion of !pmsnn¡ of huñ¡niric rudi6 tor€r€cúlivesi
.n Palonúl Prrel,ol f,N" \x,ts59,p.t.
+t wreñ,Thc cwnniot oÍ üa,@reñeñt thouthttp, 47s,
l5 l,¡r¡ obras que cuñplen ñuy bicr .o, esla br.a, vóasc, por ejenplo, Mlure
t:-t.,nillen, Modrb oI ña,1o|eñeñt: wolt, nuthotity, and oryaniution in o
ofipnn¡iec pc5pktiw,Chi.ago, Urive(ity of Chic¡go Pres, ,ee$ Ychouda
shcnh¡r"From ch¡os to s'§tetrN: lhe e¡Ein«rin8 foundations oforBáni¿ation
rltory:€¡ ¡¡lrrn,irrdri,.s.i¿,.¿ Q drt.l/, N' 40, ,99t, pp. 5,7 53ti wrén.
ttÍr@hnn .l¡ trt*\n9tt ¡hou*ht.
!rr, I lt \Atfrlld¡ l'l| rr¡¡ ri0rrir

rtlnrl.r,1.'tr rxri nrrry,l,r,r.l( sf¡riliti.o dc la personalidad y los


'¡l¡8¡,
r$( rlori,tr ( Íll u' ¡k § (trk,l,,s fsi.,rlo8os concibieron para formular nuc'
vnn lü'fr\ (l.l lnkl ¿$o. r' 'li.nicndo cr ¡rlrntii u"t¡po ideal"degerenle
.r

lo rl. r\pir.rntc r g(rcrte). los ps¡cólogos popularcs abardonaron los


itrtrin(¡(los üxlos dc la teoría dc la adminhrración p?r se I ásumie¡on
cn hrgtrr dc cllo el rol culttrral más ¡mplio de articu¡ar el tipo de perso-
n¿lnlad qre podria entrcgar la llave del (rxito empresarial. Aunque los
tcxk» de la psicología popular no pu.üen inform¡rDos ¡lirectamcnte a¡-rca
de los usos prácticos d€l Ie¡graje ierapértico, si señalan los lenguaj€s
públ¡cament€ disponibles que conforman las autocomprensiones y ayudan
a inlerpretar el comportamieniodeotros.Como ha sostcnido Roger Chár-
tier un historiador que ha realizado investigaciones sobre los Iibros del
siglo xvr, €xiste una conlinuidad entre los esquemas menialcso cultura-
les que elrucluran un tcxroylas cntegorias mentales o culturales a través
d€ l¿s cuales muchos observadores captan el mundo de un texto.¡? !s muy
probable quc sea éste elcaso de la literatura de autoayuda, que -por de6-
nición emiteórdencs y mandamientos que s€ di.igen a zonascultu¡ales
plagadas de incertidumbres (por ejemplo, el liderazgo o la sexualidad).
La lilsratura de ¡utoayuda invita ¡ un modo deapropia.iónde los tefos
que la estudiosa de la lhrr¡tü.a l-ouise Rosenblalt ha identificado como
de "transa€ciones eferenlcs: entendidas.onro 'lectlrr¡s que cstán moti-
vadas princip¡lmente por una birsqued¡ de algo p¿ r. 'llevarse"lr" I ncluso
en mayor grado que en el caso de Ia ficción,los lectores que coDsumen
liter¡tu¡a de autoayudn busca¡ uDa gulr práctica, o ¡rquello quc Wayne
Booth denominá una "'transferencia' útil':, Es probable que la genre qüe
trabaja en grandes empresas y se cnfrenta con numcrosas incerlidumbres

aó l,¡ l{lurr d. liLros dc ¡trro¡t¿ud¡ pr¡r


sigui€nk ¡nilnn eúá baedo en tr¡i
cl éxito, d l
er¡zgo.l¿ ndDinirr¡ció! ) lá eñ¡nir¡cirln d.,rtu dr h onpEs
publicádos q,rE 16 d¿üdñ de ero J,eeo. L^ r¡ libros iu$otr elesidr*
,

*gún disponibilidrd cD trn¿ Rd d. {ishiblnf(¿s §úburb$arer elM.dio


su
Osre de los linados Unidc. Tamhién lei y tontr( mu€stras corespondicnt.s
.l.sdéc¡dás de t9,1o, rrto y r960 dr ¡a revist¡ dc .dministr¡.ión Pe^,r,¿l

47 Roger Ch¡rrier, T,p a¡hrdl hj\túr: lt¿t* ?nctn6 d¡.1r.¡Er¿nrdrioxJ, Ithaca,


Ny. Poliry P¡c$, 1933 fr ¡rd. esp: El ¡nndo .o ¡o rcperata.ión. *ttdiú tohre
l,ir¡ori¡ .!lrr'¿¡, Ba(clona, cedñ,, &)5 l.
43 ¡-ouise M. Roenblatt, id¡¿ r¿adú, the lfrt, h. ?o¿ñ:'lh. rúDn.¡ioh.l ¡hcotf
of th. l¡t rdrt úúk, carbóndale, sourhem Illinois Pr.-s. ,e7¡r, p. ,3.r.
.4e w¡yne C. Booih, fl¡¿.r,,pnn/ s ¿ k.¿?: Ar . ti.s offr,1iot, Bd kcley, (¡1ive6iry
ofCalilornia l'res, ,933, I. r:l fl¡ad,.i¡i.: ¿dr.o,,¡,riiai 4n..¿ ln o..Ih¡l¿ti.a
¿./d r.¡ ió,, M¿xico, tit,klo dr(:(rlturx !..r(n¡ic.,1.o51,
Dlt h0t0 t(0N0alcut tt 110xa (0üHUt¡(ttt | 7o3

acer.a de su valor y acerca de los criterios para el ¡s.enso se vuelque a la


lit€ratura dc autoayuda para obrgarle sentido a ün ambi€rte iocierto y
para crear estrategias dc acción d€ largo pla?,o que le permitan arregláF
selas con ese lmbie¡te.
No obstanie, aqui es necesa¡io hacer una ádv€rtencia, de todos modos:
es probable que estos textos nos digan algo acerca de los marcos culturales
públicos que orien¡an la personalidad de los gerentes de ranSos baio y
medianoy sean rnenos útiles para informarnos acerc¡ del espfritu delos
gerentes que ocupan los puestos más altos. [s parti.ularme¡te probable
qu€ las guias para el éxito sean btrscadas por gerentes de ra¡gos baios y
medianos, que dependen de otros para el ascenso y por lanto nec€silan
desc'frarel comportanriento de ]os otrospar¡ asegurar su pueslo.i"

Una de las eDsenanzas d€ Mayo, reci€ladas inc€santemente por los psi-


.ólogos populares, fue que era nircesario eliminar el enoio dcl lügár de
trabajoyque clcontrol cmo€ional era una prccondicntn para ser un büen
serente (derangomedio). ta noflna delmanejo del enojo, inspirada por
üna v¡sión puritána de la fanilia,si€ñpre habia prevalecido en la familia
(stadounidense.'' Duranleelsiglo xrx,tales ñormas del marejo del enojo
sjgLricron siendo un bastión de la familia, pero no par€cer haber sido
ohrervadas en el lugar de tr¡baro,oal menos no tan eslrictamente como
o.urría enla f¡fnilia. El nuevo mandamienro del control emocional cap-
lnr(t ¡a inaginación corporativa porque reasignabael roldelavieja noma
tloritana del controldel enojo en el dobl€ lenguaje psicológico de la emo-
, inralidad y la eficien.ia económ¡cá. tos nuevos guiones culturales que

I'l(nnovian el control emocional pudieron obtener un¡ rápida legitimidad


,lLl,ido a que la relación entre Ia racionalid¡d y el donrinio emocionál de
! Dismotení¡ uoahistoria larga y venerablc,y refl€jabauno de los mitos
,'l1l nizácionales más importantesr el de Ia racionalidad. Tal como lo
!rt¡.rc Frank Dobbin eñ su análisis de la emergencia de nuev¡s formas

anl¡isisno (oir.iposdc ¡ ej{ütivos de alto ran6o, que €rán


J' lrl\isricnrc
nnrx's coñdi.n¡nados por sui puestos .ñ la emp'es. v¿e Rúb.rt la&¡ll, Mozl
Th. qondo[cortlo te ñ¡an¡8.,J, NumYork,odord UnivcBiry
""t!\:
i \r(rrrysrcn s, 11¡ ¡ 5t rurÚ fu ú ¿tü"'¿l.onttut ih hiiory.
^,,sfi ^nr.i.4\
ro4 I tt §rtvr«0r Dtt t!0Dtlli^
^t,tl

de comportamiento económico,"las nuevas prácticas deben adaPt¡rse a


uná comprensión más ampli¡ de qué es lo racional'l"
En l-as Problen as hnúnot de u,ta civiliza.itu ik¿ustti¿i, M¡yo sugeria
que las reacciones de enojo eran similares a las crisis ncrviosas, en la
medida en que necesitaban medidai ápropiadas y que uno de los proble-
mas principales deuna administración adecuada era el decontrolarlas o
prevenirlas.'r El movimiento delas relaciones humanas su8cria cada vez
más qu€ €l.onrrordel enojo em un atributo d€l liderazgo porque era un
prerr€quisito para una productividad y una eficiencia mayores. Er¡ su
historia del enoio, stearns y Stearns docum€ntaron de qué manera, desde
la dé6ada de r93o en adela¡te, Ias empresas desero aÍ)n un aParato o¡ga-
nizacional para capacitar a 5u personal e¡ el arte de esle nuevo esPírilu
€moc¡ona¡, no s¡jlo con el objetivo dc aumentar Ia efi.iencia y la Produc-
tividad, sino también porque maneiarlas emo€iones de los rrabajadores
podrla presumiblemente ayudar a reducir el nivel de enojo de los traba-
iador€s y de €sa üane¡a también l¡ iNidencia del des€ontento y de las
huelgas.ra Una estrategia utilizad¿ a menudo pará t¡atar con el enoio era
la de afirmar que las proteslas y el enoio no tenlan rela.ión con el lugar
del tr¡bajo sino que eran simpleñenle re.rea.iones de conllictos familia-

El m¡ndami€nto del control emociona¡ estaba dirigido no sólo a lo!


trabajador€s sino quiá, primero y pr¡rcipalmente, á los gerentcs. Se les
ord€naba a los capataces que escucharan las quejas de los trabajadores y
que regularan su propio temp€ramento. "Lá list¡ del capataz: ¿coniio lor
errores de mis trabajadores de maDcrá considera&,lo que irdica que estoy
más interes.do en ayudarlos ¡ evilar comeler errores en el futuro que en
la mera oportunidad de gritarles?"56 En la década d€ r9to, los Grupos T
(programas de capacitación de la s¿nsibilidad) bombardeában a los (aPa-
taces con malos eiemplos de las vieias épocás de "cápalaces que Sritaba¡
y cercenaban lar quejas de los trabajadoresi" En estos grupos, los c.apata-

,2 ¡r¡nk Dobbin, "Thc sciolosi(¡¡ vi$ oi lhc .conomy'l en lir¿nk Dobbh (.d-),
The ne .eonoñic so.¡olosy: A t.r¡rdr. P¡itrccIon. Prift€ron tintuairl P.N, roo{,

i, Eko¡ M.yo,Th¿ hu"tun pnó¡d,6 o/.4 ¡lx¡driil .iv,irs,irr, Nucv¡ York,


M.cmill¡n, rgrr lrr¡¿ 6p.: Pft,ttla us ha ,oú$ d¿ ntu .n'itirn.i¿n ndwtúnl,
Luenos Aires, Nud¡Msió¡, r97rl.
14 SreárrB y Sttaüs, ,4r8.r: ?1¡ c ntsqÍ1, lót t totiondt ñntol ú Ant.tim\ histotr'
55 Státñs, Añ.ti.ai .ooL Cbrs¡udin( tl! ,oth Cú uty dtotio dl n*
t6 Cilado.n r?4.
'á¡¿,P-
17 $e.¡ns y §te.rns. Anx-i T/,.i¡ni,¡.l¿ for ú otiotol .ott.ol Atn.ri.d\histo¡v,
tfl 110t10 E(0N0tt(ul t0ttuNt(ttt I to5
^t '0|0

ces aprendian quedcbían ser "amigables pero impersonales':y que man-


tener la calma era un atributo importánte de su compete¡.i¡.s¡
Los estudios de las empresas contemporáneas coofirman ampliamente
que el6piritu del dominio de si st ha vuelto omnipresent€.D Por eiemplo,
cn sü estudio sobre Scrent€§ Robert Iack¿ll sostiene que Ia cualidad gerencial
más importante es c¡ do¡ninio de si mismo, y qu€ €n la erupres3 contempo-
ránea el dominio de sl mismo es un activo crucial para aquellos que se
cñuentran en los rangos más bajos y que desean s€ñalar su candidatura al
liderazgo o su prof€sionalismo un he.ho confirmado por el estudio de (unda
.uero de las empresas de alta tecnologla y por el estudio de Hochschild
.'r'crc¡ de l¡s auxiliáres de vueto. O, para dar otro eiemplo provenier¡te de
li literatura popular de aut@yuda:'Expresar 6pontánearnente un enoh
| ... I generalmente signifi.a perder el control. Eso repercute de mala manera

.'r uno, no imporia cuán iustificado pueda eslar el arrebato. Ver a un colega
luerá de cortrol des¡t¡ algo que conmociona a todos. En una ifftan€ia como
r'si, uno quiebra las reglas de la oficina, infringe €l decoro profesional'16"
Un el campo académico feminista, este tipo de domhio imp€rsonal de
\¡ nrismo qü€ cada vez con mayor intensidad ¡€s €s requerido á los hom-
hrcs en la empresa capitalista estadounidens€ ha sido visto a meoudo
.¡mo un atributo típicamente mrscüli¡o,lo cual a su vez.onstituye un¡
,lirriminación conlra las muieres, al ha.€r que su estilo enocional parezca
lr istiri.o y por lo tanto no prof€sional.6' Por numerosas razon€§, rni inter-
I'r rhción de €§tos hál¡azgos es diferente. En primer lugar, desde el siglo x¡x
l¡ brechá entre los géneros respecto d€ las expectativas d€ control emo-
, xnr¡l se ha ido estrechando.6' En segundo lugar --€omo ya he mencio-
IId{F, inadvertidamenle los des.ubrimientos de Mayo traspusieron la
, r'lrura emocioflal de las muieres al lügar de trábajo y la legitimaron.
I i,no susiere la historiadora so€ial St€phanic Coontz, el nuevo abordaie
,1. Iás emociones y del control emocional suavizó cl carácter de los capa-

iú ( ir¡do cn ste..¡i, ,4ñ., i.r,' Íoo¡: a¡n\ttuct¡ñg ¡h. 2o¡h cdtuty motional rt h.
!) ! l.Lhschild, T¿!,¿",¡s¿d t¿a¡l: The.oñnte¡cializdtbí o¡hutuñ feliñg,lack l,
rtu ¡ r@':7-h. NtLl oJ.olpora¡e ndnag,aKundü Eagiiúing dhú¿:
t t\ú.ot ¡úd rotunittuit
i,t o htstluh otpontion.
h" (ift¡r, "lr i o( ¡o sb on tb. iob?",.n Rrdl¡Dt, llr@ de r93r, p. trt.
r| r^n
nh.rin€ lJv""hln8 nd.É[email protected]¡: c.nd€r, po@r úd rlE rheroric of
n.rn'n¿l (ontrul in ñ¡€ric¡. di{ous.i .ñ Carh€rine ,4. I-urz y Lil¡
Ah( ¡.ushod (sds.), ¡/¡'s"¿se ¿nd th¿ politid ol c otion,NádaYork,cá brid8c
lrtriv.rsiy Prus, r9ro, tt 6r-9r.
0 v¿¡* tlchphill, cliss, gend4 and thc Esuhtiotr of cmotional exprcsión
trr llsolún,úry lir! «¡üml In.r¡ur.1 ¡t 4.¡.
ro6 i ta 5atva(l0lr Dtt Át11a ¡t0DttNÁ

taces. De hecho, "l¡s cualidades que los homl,rcs 1...1 Decesitabar para
trabajar en la industriaestadounidense e¡a¡ casi t¡r¡eninasr tacto, trabajo
en equipo, capacidad para aceptar orie¡1ación. Dcbieron conrruiIle nue
vas defiriciones dc la m¿sculinidad que ro dcrivab n directamente del
proceso del tr¿bajo':'r Desde la década de rero cn adelante, los serenre§
debieron revisar, sin advertirlo,las defiDiciones tradicionales de mascu-
Iinidad, e incorporar a su persoDalid¿d los asi llan¡dos ¡tributos feme-
nino,, Idle, como conlrol¿r \u\ emo, iore\ reS,rriv¡s. p¡\rrr ¿rcnrión ¿
las emociones y es.uch¿r a los ot¡os de m¡ner^ comprensiva. El nuevo
tipode masctrlinidadestaba más cerca del tipo de atencióD rohibida h¿cia
las emocioncs propias y dc los otros q¡¡e h¿bia caracterizado al mundo
fernenino, auDque sus descripciones expresab¿n simukáneamente una
ansicdad por rechazir los atributos de la feminidad.rr MieDtras que la
cultura emo€ional victoriana habia dividido a hombres y muieres en torno
al eje de las esferas pública y privada, la empresa del siglo xx tendió a
socavar las defi¡icn,nes hegení,nicas de la feminidád y la nasculinidad
porque, ent.e otr¡s razones,la economía de los scrvicios en losque esta
ban empleados tanto ho bres como ñujercs sc centraba en la persona.
En l¿ décad¡ de 1920,

los programas de personal de los grandes alnacenes nrcreDtntarcn sus


estuer?os para hacer que ios verdedores se ajutaran a las nomas de .ofn-
portamiento dela clase medi¡.Iueen estcpuntoquclos libros dc autoa-
yuda para los aspiantes a secretarios y secretarias (t¿nio hombrescomo
mujere, co'nenz¿ron a enf¡tizar l¡ neccsidad del control €rnocional,
alejárdose del hincapié cn la honesridad y la puntualidad que habia

steph rie coonrz, Tr. io.i¡l oriitu ofI'ti\n.lij¡: A hist.tl rlA»ú'iúút ldnjti¿\,
1600 r9oo, ¡\úevaYorl,Verso,1933, p ll9.
Tal coño {Hiee N{i.had liinr¡¡el, á .ó icnzos d¿l siglo xx -¿ nrdid¡ que los
Eslndos Unidor prsaLnn dr :¡r trna cconomjn ¡Braria a ser u¡¡ c.o¡omi¿ d€ kx
serviciosyp.sab.n dc una nirolosia d.lo s¿haie a un¡ eistencü urb¡na ,el
dncuM cstidoüniden* de la m¡scuhlid¡d comenzó a preocup se por Io que
cr¡ pcr.ibido .omo una pelisros absrción por pafe de l¿ esterá de ¡o t¡me¡ino
Mienr¡as que .n el pasido los hombres h¡bíán sido sus propios alnas, áhó¡¡ Io!
honbres dc rl¡ss ¡¡€di¡ qrlrenr,ban rl proLl¿üa do cóúo m,nt¿¡er la
ma$uli,ridad en el co¡texro de un trab¿jo de orcllo blan.o orjcteriado por h
Junrisi¿,r ¿ la i¿¡¿rqui. yl. deDcndencia mutu. !n la Duev¡ e.onomí¡,li
mas¡ninidad ú. rcdefinid¿.omo nrísnnpersoual pnra adiptarsca l¡s
o¡g¡¡ia.ioDcs t¡nnalcÉpem10 suiicicntenente¡nri8¡blec,¡irop ¡ trc¡pu
¡e.olaborxr.oñ ot \. vúrse M i.hkl xiñn¡€l. rl¡,,/nr,/ n, ¡nn:Aú1¡ l
¡¡,,ry, Nrcvr lirk,l:r( llc$, r996. ^,
D t|0t|0 ttat!afila1)t t!0úa (0 lutlttttlt 1o7
^I

dominado las sec.iones de conrportamierto de los manuales.orres


pondientes en la década de l¡l8o.d'

Flsro sugierc que, c¡da vez en mayor medida (aunque de naDera ¡nper-
fecta),hombres ynujeres tueron convergieñdo hacia un nrodelo €omún
deconducta emocional. Ln Ia em presa .ontemporánea, honbresymuje-
r.s reciben Ios mismos mandamientos emocioüales: "Los seniimientos y
l.rs emociones represent¿n afirmacio¡es de valor de sus coleSas, sus sr¡bor
dinados y ñ
iefe. t...1 l,os gcrenies €ficaces pueden mar.ar la pauta de las
.nociones y man€jar las rcuniones con ¡rayor eficiencia':rd
Es posiblc sostcner tal como lo ha he.ho el trabaio fund¡cional de
K¡thy Ierguson- quc u¡ maDdamiento dcdominio de si en las oiga¡liza
.n)¡es eco¡rómjcas qre no tiene en cuc¡ta al género es el resdtado del
h(rho de que en las estructuras burocráticas grancles y.omplejas los hom
hres y las nujeres son afeminados, esto es,oblisados á maDejar su impo-
rcncia.6,Sin düdá hayuna pizca de ver<lad en esta perspectiva, pero orra
v., se pierden algunos aspectos importantes de Ia transform¿ción cultural
,icldominiodc sinismo. Uno deelloses qkel dominio cnocn nal de sí
rDis¡no ha sido ysigue sicndo eDérgicamentcdei¡ndido por los psicólogos
,,'mo un uodo de darlespoder a lás muieres. Por ejemplo, en un artícuto
,lc r98o.ie la revista femenina Rrdúool secira uldoctor Peter ltriu, director
,nlCcntro para el¡lsrudio del Desa¡rollo Adulro:

l,l enojo, las 1ágrimas, los mecanhmos de defeDsa, las excusas <urlquier
(l¿se de reacción ei¡ocional, en suma, hacen que usred sea v;tá con
nulos oios. Usted deberá cargar con alguna clase de eriqueta negativa:
cxt remada¡¡ente sensible, demasiado emocioñ¿1, feminisra agrcsiva, tipa
¡grcsiva. Todas ellas se rcducirán, al fiD y al cabo, al estereotipo despre-
.i¡tivo dc"comportarse como una mujeal'¡

lrtr luso aunque algunos colum¡istas urgcn ¡ l¿s ¡ruieres a sacar ventaja
,1,. \us habilidades "¡aturales" respecto del m¡nej{, de las emociones, el

'
i sr(nr ns, ¡,r.ri.¿, .m¡, Co¡ ltrrcúB th¿ .aú aút urt, ?üorio,,¡ rr¡¿, pp. lrr 116.
, n
^rr.ñ
u. rv.r,¡r,naÍnrf /¿.¿ to bd a n ti tn»¡: srtyn nl r..ús lot t¿olne.¡d
/'r'¡1 .^ itr ,/,. ¡eeor, ltoDley, Ch¡rtwell Br¿lt Press, rg¡3,p.40.
n k, If l.c¡tunm, ?l¡./¿,,n,¡r¿dn,rxl,i,isr/,r,.dr¡.tr¡ry, Filádelfi¿, lempl.
I rlrdsirt l)r.\r, ¡e3.t.
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r r ,!!,lsilnt, ll,'w ñ.r({rc'nrtr6l. un{l.r!rnrs¡ilrn &1/¡dot, ¡lono de ¡9so,
,.)8 ra 5lrvÁ(]Ún 0rL atfÁ r00t¡lla

mensaj€ prin.ipal es qu€ las muieres deberian €ontrolar plenamente su


expresiüdád €tnocionál Para ser más caPaces de asegur¡r Ia obtención de

El mismo arti.ulo de ¡l¿¿áoot, al analizar d€ qué manera es Posible


recibir la crítica hecha por otros, indicá a las muieres que pueden eüt¡r el
estuerzo por reprimir emociones heridas emPezándo por no reac.ionar
emocionalmente "La crítica irv¡¡¡¡i" es la má5 dificil de manejar' Pero hav
algunas alternativas sensatas al temblor de lábios y el humedecimiento de
ojos. Uno es hacer de tripas corazón, Por ei€mplo, e ignorarlo Según el
doctor Brill, e§ta estrategia es más fácilcuando uno se €oncentra en obie-
tivos de larso plazo en lugar de hacerlo en las dificultades Pr€sentesl Como
eiemplo, el arliculo presenta el caso de una mujer qu€ tue blanco de sus
compañeros de estudio durante lres años:'A Brenda le llevó varias visita§
a su ter¡peuta darse cuenta de qüe la meior estrategia er¡ ignorar §üs
pulla§
concentándose en el diPloma que a la larga estableceia su iguáldad Pro'
fesionali También se presenta €l caso de Lois, una emPleá¿á del área de
servicios at consumidor de una gran cadena de almacenes:

Su obietivo era lograr un traslado ¡l dePartanenlo de personal' pero su


que tenía un estilo
,efe erá un supervisor intimidantc y manipulador,
critico muy deságradable. Protestaba po¡ todo: por Ia letra manus.rita

de Lois, por su pertume, por §u tono de vor' Por sus opiniones Al prin-
cipio, ella 1€ discutia. "Le d€cia que elaba equivocado, que no hábla
hecho 10 qu€ él decía o que todo el murdo .omete errores. Al final'
comprendí que, siemPr€ que él lanzaba un anzuelo, vo Io mordia Yo
Folongara¡, de modo que
queria que t€rminaran sus criticas, no que s€

comencé ¿ neutralizar sus muni€ion€s dici€ndo cosas como'puedo


entend€r por qué te sientes asi'o'Puede que t€ngas razón: Eso lo§atis-
facía, y gracias ¿ Dios ¡l final logré elascenso':6'

Cuando se dirigían a hombres y mujeres dentro de la enPresa,los psicó-


logos utitizaban un lenguaie sin difer€nciación de género' v lamabán r¡nto
a hombres como a nujeres a adoptar el mismo estilo emocional a ser
moderados, a dosificar sus cmociones §iguiendo el imperalivo de la efi-
ciencia en I¿ o6ci¡a y Por sobre rodo a pensar de manera raciorál y 6tra'
tégi€a. En su célebre libfo isuperc .l l/,o! Cóno negociat coi pe¡sonas qu'
aáoptan posxioñes inlLribi¿s, William Ury se dirisla ranto a hombres como

69 Cr¡ol S¡linc, 'Ilow nol nr c rnrbl. urdc, cili.nm'l ¡'.1711.


Dtt H0lt0 ttafi0fillut Al ilalla (0ütluNl(^Ns rog

a murcres €uando es.ribia: 'Cuando tencños reacciones enérsicas, cua¡do


no pensamos racio¡.lmente, perdemos dc vist¡ nuestros inrereses'l,o t¡
que no tenía precedenter era l¡ asociación círecha enrre e¡doninio de sí
mismo,la racionalidad y el inrc¡¿s propio: poseer dominio de si mismo
era un sisno de racionalidad, porque indicaba ¡a capacidad de disiplinar
las pasiones en tunción del inreréspropio.
La interpretación feminista estándar de esto es qoe el conseio de co¡-
trol¡r las emociones temina n¡anteniendo a las mujeres ba,o et dominio
de los hombr€s, al establecer modelos mascr¡linos de comporramiento
emociooal./, Pero, otra vez, una interpretación tal ignora el hecho deque
la intención explicita dedicho consejo ha sido el de otorga¡le poder a las
mujeres. Y -de nmera tod¡via más crucial-csteconsejo ti€n€ la intención
de hac€r de las mujeres criaturas,:oo ir¡terés propio, ur rema ctave del
pensamiento político y de las ricricas fijm¡nisras. Además, al ser converlido
en un atributo de la competencia profesional, cl id€al del dominio de si
rrismo marcó una €lara desviación respecto de las defini€iones tradicio-
oales de la masculinidad hegeñónica, enrcndidás como un modeto que
pres.ribe que los hombres deben se¡ ind€p€ndienles, agresivos, €onp€ti
I ivos, orientados al dominio, carentes de emo€io¡es y - cuando sea ¡6e
s¡rio despiadados. En contraste con rllo, cl tipo de controt emocional
r.querido por los psi€ólogos combinaba dos atribuios la cap¡cidad de ser
en la búsqueda del interés prop¡o y ¡a capacidad pa¡a desactivar
'¡cional
(l.onflicto y crear relaciones arnigables.

lildominio de si mismo defendido por los psicólogos no supone la supre,


srin completa de las emociones. De h€cho, la empatia es defendida de
rn¡ncra tan tuert€ como €l dominio de si mismo, y cs vista como una
¡(lición esercial para el dominio de sí mismo. Por eiemplo, en 1937, en
t 1t,'n ganar onigos e itguir sobre lat personas -nr, libro inmensañente
t¡rt,u¡ar-, Dale CárneCie afirmabá: "Si, como resultado de la lectura de
r''.libro, obtienes una sola cosa -una tendencia cada vez mayor a pe¡sar
rhrnprc en rérmi¡os del punto de visra dc la orra persona, y de ver las

!, w¡lli.nn Ury,Gc¡,i"aA6,nojN¿{Drrri,,gvn/,¿ilf.¿¡¡¡.ort¿,Nucvayo,
lr. ¡m B.ols, roe¡, p. r lr hd. .sp.r ilxp.d., nol C,,,o ,.!o.ia' ún p.row
r

't. ¿o?tan ¡¿'nnws i¡lleribld. B ccloni, C.sriór rooo, re97l.


..¡ vri{.l.x.rl.rt¿ lrii.ulo dc loin .l«r "lli$¿i.hics, iobs, bodieÍ th6¡y of
Érn¡cr.Ll org.nriz¿tnnu l.n (irlúd,,/ sn.iú),, N" 4,junio d. r99o. ^pp rl9 rr8_
¡ró r¡ §¡rvrfrÓr Dtl ArIr iDDtlxa

cosasdesde su per§pectiva tanto como de§dc la tu)",si oblicucs sólo eso


deestelibro,cso puede convertirse en L¡ra de las piedras fund¡menta¡es de
tu carrerá':7'¡ln r9ró,Leo¡ard larrard -quc entonces enscñrba e¡l el lnsti-
tuto Carnegie de Tecnología esribnt en l3 revista Ptrtoturl Psyehology
que "la empalía parece ser un rcquisito necesario para el éxilo en la

Cualquiera que tensa familiarid¡d con hs empres¿s sabe que el dominio


emocional de sf mismo defendido por los consultores y k,s psicólogos
organizacionales se encuentra muy lejos de la rísida reprcsión de las emo-
cionesasoci¿da g€neralmentecoD su pred€cesor vi.toriano. In su versión
teraÉut,ca, el dominio de sí mismo se manifiest¡ en una actil ud optimisla,
sonriente y agradable. Desde la de.ada de rgto cn adelante, casi ,orrff ld
guias acerca dsla administra.ión L'xibsacnfaliznban el valor de la conver-
sación pos¡t¡va, la empatía, €l enl usiasmo, la simpatía y la enerSia, mientras
qu€ lasBuias más recientes defienden nna nrezcla de espirilu lidadconel
llamado terapéuti€o a disipar las ansicdades.especlo dcl .endimiento, a
cuidar de uno mismo y a abrig¿r pcns.mientos posililos ¡ccrl:a de uno
mismoy de los dcmás. En su esludn) delosserentcs, Rohert lrckall coin
cide con uno de ellos, al quecita dc esta manera:"Es más agradable inre
ractu¡r con g€nte feliz- IPará ser un bucn gc¡entel es imporlanlc ser una
persona pos¡t¡va, y mantener una pcrspe.tiva positiva'l¡r
De hecho, Ia energia positiva, cn tnnto marca.la por Apáre(er como
alguien libre de problcmas y Lntusiast¡, es otro atribulo irportante del
gerente, cuyo dominio de si debt si:r sienrprc agradable y amiEnble. I,a
¡nezcla de dominio de si y eD¡p.ttí¡ por la que abogaban los psicólogos
organizacionales I iene .omo obict ilo cr.arlrs condiciones para loque los
investigadores org¿niz¡cionales Ilanun estrateg¡as de'congr¡ciamientoi;r
etrateg¡as cuyo objetivo es convertirse cn alguien ¡gradablc en función
de proyectar amabilidad, una actitud l,ositiv¡ ha€i¡los diimás y l¡.apaci-
dadde reconocerlos. Lo queestá en ¡¡egoer la construccil» dcialcs per-
sonalidades es Ia capacidad decst¡trlccer la confianz¿y la honradez.

72 D¡re c¡o.8ie,lr¡r ¡o rn /¡i¿n¿s nntl ntlharo ?eopL', r.inlry.\i¡ir, \úev¡


'et-;
Yort, Simon a¡d S.hüsrc¡, r93¡, t. n8lrrid..5p.: Có,r)g¡ ¿r d¡lio:.n¡lnú
sobn l¡r ¡r¡o,nr, B alona, [ühs¡, ,eez l.
7] Leonard J¡rúd, " Empalhl: t h¿ .oD..pl ¡nd i¡durrial appli.¡li('nt l
en ttÁ¡r{, /*/¿/rdlog/ 9, N" 2, r95ó, p. r 57.
74 Jack¡ll, Mo¡¡l r¡da\, rr,¿ ,,ú11 nl úÍt'ot1t t. wtorús,p-tt.
7, P,ullt$.nl¡ld, Rob¿rt Cir.¿lotur:.¡lh.rn¡c Ri$dm, ,,,¡r
y ¡ri,, ,n,re,d
n¡ dri, ¡zrnn¡. Nu.u Y¡,k, Roúllcrls(, teri.[¡. !8 .17.
Dft H0x0 L(0|0tl1(ut N0fi0 t0üfiuNt( lt 111
^t

Esporelio r;ue cl razonamiento que propone que la psicologia ha refor-


z¡do el control de l¡s ¡nentes yde los corazones por parte de los gerentes,
o que la e.ononria deSrada una esfer. Benuina de las emociones, €s una
afi¡mación muy simpl¡sta. El lugár de trabajo capitalist¡, leios de cslar
dcsprovisto de emo.iones, se ha visto sát r¡¿o con una clase dc afecto
comprome¡ido con el imperalivo de la cooperación y comandado poré1.
Debido aque el capitalismo demanda y crea redes de i¡terdepcnd€ñcia y
¡ quehá colocado cl¿fccto en el centro de sus transaccioncs, tamb¡én ha
dado lugar a Dn desmantelamiento d€ las propias identid¿dcs de gé ero,
quc ayudó, ante todo, ¡ estableer Al ord€narqueejerzamos nuestras habi-
lidades me¡lales y emocionales par¡ ider¡ificarnos con el punto de vista
de otros, el'espiritu psicológico ' orienta el yo de tos gerentes hacia el
nlodelo de la per$n¡lidad femenina tradicional. D¿sdib ja las divisiones
dd gé"¿ro al invitar a hombresya mujeres a€ontrolarsusemociones nega
I ivas, a ser amigab¡es, a verse a través de los ojos dc los oüos y a eslablecer

l¡/-os deempati¡ con los demás.7ó Por eiemplo, un manu¿lde la d¿cada de


r99o titulado Social *ills ¿t wor* afi¡ma qr¡c

en las relacion€s profesionales los hombres no deben ser identificados


§ienprecoo cualidades masculi¡as 'duras ' ni las müieres con cúalida-
des femeninas 'trlaves'l Los hombres puede¡ y debcn ser tan cap¡ces
como l¡s mujeres dc pos€er sensibilidad y ei€rcer la compasión, I...1 y
de mánejarlas a(es dela cooperacjón y l¡ persuasión, mientras que las
mujeres deberian ser igualmente capace§que los hombr€§ de tener un
.arácter fi rn]e y condiciones para el liderazso, asi cono de mane,arlas
artes de la competenda yla dirección.,,

l,l (¡pitalismo cmocional ha reordenado las culturas emocionales, llevando


.rlyo emoc¡onal más cerca de la ac.ióo instrum€ntal.
t,orsupuesto, no estoy afirmando que los mandamientosy las instruc-
, io'rcs de la lileratura de autoafrda hay¡n conformado directam€nte la
v kl¡ corporativa o que hayan elimindo mil¿Brosáñente la reálidad áspera

y Nu.has veces brutai del mundo corporaiivo Ide Ia domináción mascu


l¡n.r sob.e las n¡ujeres. Lo que sostengo,másbien,esquelosnuevos mode
l de la emocionalidad, formulados por psicólogos y consuliores en admi-
^

.,, lnnÁ vdlk y ¡¡ichnd D.Ash¡,ore, Thc n,uhif{celed rlf Androgyñy reósesed
I'y dpcD r¡.ld §lf d§s.riuions",c¡ -§o.n¡i l,r/dD¡os/ Qkr?üt6,N. t, ¡e93,

,,l,.,vtrlIi,fJ r, sU ¡nl (,¡¡ ¿¡ Mr(, N!.v¡ Yrtrk, RotrllcdFe. ree¡. p- 3.


rr2 ta 5ÁtvÁt d 0tt,1L¡l¡ foDtRfra

nistración y en relaciones humanas, har ¿lterado co¡ sutilcza pero con


s€guridad rnodos y modelosde sociabilidad deDho dellugar dc traba,o de
la clase media yhán rediseñado los iímites eno.ioDales cognirivos y prác-
ticos, regulando así las diferen.ias de género.
Como exper.os autoproclamados en relacio¡es dcntro de i¡s orga'riza-
ciones,los psicólosos h¡n inlrodu.ido las emociones dcntro del discurso
dela admirist¡ación y Ia productividad, asegurando c¡uc ia búsquedadel
interés propio es snrónnlo de salud emocion¡]. Al relaeioDar ¡a l:ompe-
tencia profesional con las emociones,han construido una identidadSercn-
cial en torno a la idea de que los "atributos de pcrsoDalidad" y el esrilo
€mocionalson una base Icgitima pala la aurorid¿d gerenciai, co¡ la justi-
ñcación eco¡ómic¡ última de que son propicios para la coopcración yla
productividad. Los psicólogos han rcdefinido la "aptitud moral"del líder
como compet€nciaemocional, en la cunl unoseñala ysisnifica el domi¡io
del propio yo interior simultáneamente a través de I¡ d;stancia resp€cto
de los otros (a través dcl dominio de siñismo) latravésde uM empatía
y una amabilidad dirigidas a demostrar la propia capacidad de cooperar
con los otros. Esta redefinición ha transfomrado los Írodos ñas(ulinos
tradi€ionales y los modelos dedominación dentro de lacorporaciói.

Los psi.ólosos y llt tnnsfoftnación del podet


En La .otrosión del cañctet, Rich¿rd Sennett ha escrito que ei espiritu del
equipo detrabajo dominaahora a Ia empresacortenrporánca,yque aquél
ha r€dcñnido las rel¿ciones corporativas coDo enridades que conri€nen
'pod€r sin autoridad'l?3 Sennett no piensa que di.ho poder difiera signi-
Ecatiyamente de formas aDte.iores dc po¿cr, y strgiere nrduso que es peor
que éstás. Es.¡ visión no distingue e¡tre ¡nodos diferentes de domnración
o, si lo hace, a meDudo tcrmina adoprando la posición lrn ta¡b absurda
de que el ejercicio suave del poder es peor que el ejercicio de formas bru
tates y abiertas de poder. Est¡ posición evira una investigación aerca de
una cuestión mucho más difi.il y exigeñte.omo la de eDrender las dife-
renci¿s entre diversas form¿s de poder. En efecto, si los psi.ólogos trans-
forDaron las relaciones de poder y ¡ro hay duda dc quc lo hicieron y si
su poder pare¡:e mucho nrás difi.il de combatir, ello cs asi porque ei modelo

73 Richard scnnelt, ?rr¿¡o¡Mior ofdñr¡dü:'|h¿ púltd ta rq enlsofwo'k



¡, ¡/¡. ."pi¡d¡n,ñ, Nreva York, Norton, ¡er3, p. D9 lrad. e !1i.. I .arosión
dlt caráctú: lú.a s¿úttdi\ to\nr1b: n.lh¡l¡ajo üt ¿ uh!tú " nnt,
Bai.el,,,¡, Anagnnm, xooo l.
Dtl Nata t(0 a t(ut at HaNa ta NuNt(at¡t 113

d€ lider¡zgo que intentaron inculc¿¡ estaba basádo en la confianza y en la

weber definió el poder como la 'posibilidad de ir¡lponer l¿ propia votun-


ta¿dentro de unarelación social'li, Según est¿visión,el poder es un juego
de suma cero. La voluntad de A debe impoDerse a ta votunrad de B pa.a
poder ser considerada poderosa. Pero las definiciones terapéuticas de ta
competeDcia transfoman este enfoque tradicional del poder porque, para
los psicólogos, el poder "real" es establecido precisamente cuando uno no
se dedica a las luchas de poder y cuando uDo manriene las propi¿s emo,
ciones ba,o .ontroi. Un libro de psicologia empresaria dc ta décnda de rero,
por e,emplo, atuBaba:

ni siquiera es preciso decir que para qndar a otras personasa liberarsc


d€ l¿ tensión emocional y a dirigir las energias emocionales ha.ia el
patrón deseado el individuo a c¿rgo de la siruación debe ser cap¡z de
mantenersea siúismo bajo control. Los desplieguesde emoció¡ tien-
der a engendrar rcspuesras similares e¡ otras personas. Esto sisnitica
que si la persona va a controlar la situación, no debc permit¡rse a sí
misma verse estimülada por la emocionalidad de la otra persona.¡o

AquÍ dos agentes, úo que ocupa el poder y otro que ¡ecibe ¿»d€nes, pueden
etrnrpin con su volutad m ediante la fattu ¿e ación:ta ernpleadora csiablece
stl autoridad mediate el colltrol de sus emociones neg¿tñas, pero el c,mpteado
l.lmbiétr puede advertn su tuerz¡ no rea.cionando añe un jet¡ tu¡imidante.
ditando una exp.esión de e¡ojo o de protesta, un empte¿do puede
^demás,
.oDvertirse en el gan¿dor sutil en una i¡teracción «,n un jef€ intimidante.
L¡ Do reacción es una nurca de domi¡io sobre si misrno,lo que seirala a su
v.z un pode¡psicológico oculro y sutil que puede de hecho etudirta posi
( i(itr jerárquica y el poder. En la bibliografia psicológica, tas reacciones
¡l,icrtas ¡ lar ofensas delos demás son alentadas repetida yenérgicamente.
l! su famoso manüal para gerenres, isüp¿le st tro! Cót o egocior coll
¡rsonos que arlopran posic,oñe, iflle¡r'&l¿s, wiuiam Ury prol¡sor de ta
lls.üela de Negocios de Harvard advierte: "Cuando reaccionas, esrás
¡ltnpado':siLa defensapública del propio honor, enrendido como cl v¡lor
n'.i¡l conferido alyo por los otro$ siempre es sisremáticamente dcsaten

, ltlix W.bÚ, Do¡¡nradon by cco¡onri. powrrlnd aüthorily,l fl Srclen r!k6


(.(1.),I,o,.¡: Á rd¡lielyi¿w, Nrd¡Yorl, N¿w york Univetriry pres, ¡93ó, p,29.
ú¡, I c\lic lic¿ch y Llloñ ( llü1,lr|rr¿l,tr,
;, l,xJn,¿JJ, N{eva yo¡t, Mccnw, 1959, p, 97_
B I r'',, (;.rnn ¡d ¡": M,Arrtrt! ¡'¡th ¿illiuh N\n4¡$,
r14 I tÁ SÁrvatlÚ DtL a ta ¡0Dt[1!l

tada. Esto es porque, según el espíritu terapéulico, el adulto plenamente


maduro prefiere reac€iorái estratésicamente y dcfcnder sus intereses a¡les
que §u honor. L¿ gente que probablemente prefiera su honor porencina
de su interés es considerada emocionalmente "incompetente'l y por io
tanto carente del poder "verdadero': La person¡ que realmente confia €n
sí m¡ma -tal cono 10 han sostenido incontables psicólosos, €mpezando
por Heinz Kohut o D. W. Winnicou- no necesita involucrarse en batallas
defensivas. Llegamos asi a esta sorprendente paradoja: l¿ tueza psicológica
"real" consiste en ser capaz de asesuJar los propios intereses sin defenderse
mediate una re¿cció¡ o un contraataque. Ile esta manera, se logra áse-
gurar el inte.és propio y el poder e¡ ma i¡teracción mostr¿ndo confia¡za
en uno mismo,lo que a su vez equivale a una falta de actirud defensiva
o de ag¡esividad abie¡ta. El poder se divorcia asi de un despliegue enerior
de hostilidad y de la defe¡sa del propio honoa respuestas que tradicional,
mente han est¿do en el centro de las defi niciones de masculinidad. Mien-
t¡as que el poder premoderno p do h¿ber sido abiertarncflte hostil y agre-
si!o,los signos contemporáneos del poder deben poner entre paréntesis
cualquier despliegue de ese tipo po¡que, er la bibliografia terapéutica, saber
cómo asegürar la propja posición significa te¡er la capacidad de asegur¿r
los propios inte¡€ses, que a su vez son establecidos cuando uno evira las
confrontaciones directas. El domirio de si mismo significá que mo es
gobernado por la razón calcdada y que uno es prcd€cible y consistente en

Un ejemplo de mi propia investigación deja especialmente claro que ha


tenido lugar una transformación en ta definición cdtural de poder. En el
curso de mis entev;shs, ofreci a los entrevistados la sisuiente hisroria:

Tom há estado trabajando en una empresa durante los últimos dos


áños.l.€ gusta mucho su trabajo. Su salario es muy competitivo, y su
trabajo estimulante einteresante. Sin embargo! su relación con su jefe
a veces es tensa porque su jefe no está bien informado acerc¿ de las
nuevas técnicas y estrategias que podrian mejorar ]a productividad y
aumentarlas ventas. Un dia,Tom le sugiere a srjefe que introduzcan
algunos cambios en el departamento porqu€ él cree que si no 10 hacen
el departamento correrá peiigro de perder dinero y las ve¡tas dismi
nuián. El jefe de Tonl se¡iega a hacerlo, diciéndole que no debe Feo-
cüparse, yque si algo sale mal ¿l mhmo asumirála respoDsabilidad por
ello. Pero lospeorestemoresdeTonr se hacen realidad: el depnrtamento
pierde direro, se culpa a To,n por las pérdid¿s y sujefe no asume su
D H0¡40 ÍtAiANltút 110 0 tatfi¡¡1¡(aN\ 115
^t

TodoJ los e¡trevistados me"ores de óo aros (un rotal dequince) respon


dieron que no enÉenrarian aijefe,ynuchos d€ e[ossugide¡o¡ que sim,
plL'mente intentaría¡ irse de Ia en¡presa. Sin embargo, los tres entrevisrados
que tenian más de ó5 ¿nos dij€ron que saca¡ian eltemapor una cu€stión
de principios. Por ejemplo, Timothy un coDt¡dor retirado de 72 áños-
reaccionó de la siguiente manera:

rr¡rorHy: Eso ¡o esrá bie¡¡. Loque hizo el iefe no está bien.


EN'rREvrsr DoRA: ¿Usr€d habria he€ho algo at respecto? Es dec¡r, si usted
hubiese sido Ton1...
rrMorHy: Bueno, depende... pero creoquesii me habría enojado mucho
y me habria asegurado de que él let jefel lo supiera. euizás incluso iría
a hablar con su superior

En cont.are,ésta esla resprstaquedioAlexandra,una ejecrtivaderango


rrcdio de rñ dnos, re. ien r.rlid¿ de und e,cuet¿ de negocios:

aLEx^NDia: Confrontar con mi jefe seria ta opción emocionatmente


sátisfactoria, pero la peor en rérmi¡os demanejo de mi carrera. O bien
dejarí¿ la empresa o bnr iDtenrnría arreslar las cosas a espaldas demi
pero dcfinitivamente Do confrontaría
icfe. con é1.
FNTR¡vrsr^DoRA: ¿Puedrs decn por qué?
ar.rxaNDR^: Po¡que no me gustaría parece¡ infantil y poco confiable.

¡.ossociólogos Roderick M. Kr¿mer y Karen Cook sostjenen que la racio


,r¡lidad y la cohe¡encia son percibidas como condicionespara la consrruc
, iri¡ de Ia coI6¡nza dentro de las organizacion€s.& Si son lás adecuadas,
hs(ondiciones para construir dicha confianza tiendena su vez adesacti-
!ir Ias condiciones emocionales para el desplieguc y la tucha de poder
.tl)icrtos. l¿les definiciones dcl poder como posesión de uno mismo son
f,¡ridójicas: tiendc¡ a desalentar los desplie8ues abusivos de enojo que
Do.nralmenle asociamos con el "jefe intinidante'l pero también deslegi,
rinr¡n la expresión delenojo delos rrabajadores respeclo de otros abusos
.l, l$der quc tueden estar Jirigido\ Lonrr¿ e os.
11¡ra concluiÍ a nedida que las empresas crecian y.reaban mayor can_
rr( l,r(l dc capas Serenciales €ntre los empleados y la gerencia superior, y a

rr' l&nl( i.k M. khnc¡ I Xar.r S- t,.ok, Ii1^L oü.1 ií.rnú ¡ tl órlaniutio !:
Iri¿,n,¿r,,.1dl't,rdd.rrr,N .v¡V,[,Ith{ttS¡gdFound¡tion,$o4.
r16 ta \aLvaíÓll 0ft aLila (0Dtlt¡a

ñedida qu€ la sociedad estadounidense se orientaba hacia una economia


de losservicios (en su camino haciá la así llam¡da sociedad postindustrial),
el candidato natural para conformar el lenguaie de la persoDalidad en el
lugar d€ trabajo tueun discürso cie¡lifico que se o.upaba en primer lugar
de personas, de interacciones y de emociones. El discuso psicológico se
tornó predominante en l¿ cultura esiadounidense por una sede de motivos.
Uno de ellos tue que los psicólogos ofrecían un lengu¿je -d€ personas,
emocion€s y motilaciones que pareciá coÍesponderse con las traosfor-
maciones en el lugar de trabajo en los Erados U¡idos y otorgarles sentido
Así lo señaló Andr€w Abbott:

l¿ sociedad organiz¡cional canbió de raiz el üabaio y las


en desarrollo
vidas personales de Ios individuos, y por lo tanto se hizo necesaria la
presencia de profesionales que aludar¡n a los individuos a adaptarse á
la vida en dichasociedad. Este problema de la adaplnción ha sido par-
ticularmente doloroso en los Estados Unidos, donde la áica simbólica
del duro individual¡mo goza de una persistencia incongruente en una
soc;edad attáñente organizada y estructurada. Las principales profe
siones encárg¡das de €sta adápta€ión haD sido la de los psiquiatrasy la
de los psicóiogos.8r

Además,la psicologia asesuraba que podia proporcionar ¡uevas he¡ra-


mientar para orient¡rse en el laberinto cada vez más compleio de las orya-
nizaciones yla economía estadounidenses. Como señaló Karl l'{annheim
en su trabajo clásico Ideo,oSíd ,, r,opía, "No es el hombre en ge¡eral quien
piensa, ni siqüiera son individuos aisladosquienes lo há€en,sinohombres
de ciertos grupos que han desarrollado un estilo de perrm miento partiulat
en una serie intert¡inable de respuestas a .ieñas situaciones que coraddizan
a míar.q Dcbido a que Ia ierarquía corpora-
su posició,r conún" lcüsivas
riva demandaba uÍa orientación pa¡a Ias personas ási como para las mer-
cancias, y debido a qLre el trabajo en la empresa exisia coordinación y
cooperación, el man€jo dei yo en el lugar de trabajo fue convirtiéndose
cáda vez más e¡ un "problema': [.a natural qüe la respuesla a este<rpro'

3r Andr€{ Abbott, 1Ir,ryJ¡¿,, ol ?roícsions: exay oñ th. dititi¿n ol.4ú¡ lrbor,


ChicaSo, U¡ivüsiryof chi.ago Pres, 1933,p.^n 143.
34 Kal Mannheim, ¡d¿dlory d d tto?ia: An introdactioñ t. tE satiolosr oJ
tro,¡.d3¿,NDCE York, H court Bracc Iovánolich, 1916, p.r lt¡¡d- tsp.: IdeoloS/,¡
y u¡opí.: nüodurió ¡ la so.iolo|iü dd .o acn i. to,M¿tlri,1, fnndo de ctrhúru
ilconÚnic¡ de EsDrná, r9971.
DtL H0ú0 ttaNallrll\ it Ha 0l0¡lltuNt(aNt 1L7

blemi'fuerr elaborada por psicólosos. Los psi.ólogos áctuabaD co o


''especialisras cn el conocimiento"quedesarroll¿b¿n ideas y tnétodos pam
mejorar las relaciones humanas, y qüe traDsformaban asi la "est.u€tura
del conocimiento o L¡ conciencia que corforma el pcrsamiento de las

El lenguaje teraptutico se lornó rápid¡nrnte popülar porque satisfaci¿


tarto los intereses de los gerentes como los de los trabaiadores en tanto
abordab¿ el problenu de lá producrilidad. Co» la recesión de 6nes de l¿
décadade rgro yel agDdo ¡scenso dc las tasas de desempleo que la acom-
pañó, el trabajo se tornó nás incicno.s" tsn este contexto, el discurso de la
psicoloúaofreciaün¡ gDia simbóiicayparecía asegurár tanto los intereses
de los trabajadores como los de tos serentes. El lenguaje de la psicolosÍa
erá pa¡ticülamente ad€cuado para los gerentcs y para los propietarios de
ias enpresas. Los psicólogos parecian promelcr que aludatian a in.remefl-
lar las ganancias, a combatir ei descontcDto iaboral, a organizar las rel¿-
ciones entre trabajadores y gerentes de uDa m¿ne.a no confronlativa y a
neutralizar las luchas de clasescncauzándolaseDel lengüaje benigno de las
emociones y la personalidad. Del lado de los babajadores, el lenguaje de
1¿ psicologiapárecía mucho ¡násdemocráticoque las:nterjoresteorías del

liderazgo, porque ahora aquél h¿cia dtpender un buen liderazgo de Ia


pcrsoflalidad y de la cápacidád para comprender a los otros atrtes qft d€
n' posición social.Al finyalcabo,er elsislema anterior de control sobr€
los I rabajadore§, "los tral,ajadores debian rendiBe frente a la autoridad
(lc los.apataces en temas tales como la contratación, los desp'dos, e¡ pago,
k)s ascensos yla carga de tr¿bajo. La m¡yoriá dc los capataces utilizaba ú
'sistema deconducciónl ulr método qre incluia un¿ supervisión estricta y
!l¡buso verbal'l¡? Adenás, 1os psicólogos prestabnn atencióna las criticas
¡l lugar de trabajo hechas por los tratajadores, y parecían mostrar una
t¡ rrocupació¡ sin Fecedcntes por la satisfaccióD de sus necesidades M ien
r ras que la mayola de los sociólogos han considerado los usos tempranos

,lc Iapsicologia dentro de la enpresa.omo una forma de control sutil y


t¡tr ende más poderosa, sugiero que esto tenia un ¿tractivo signifi cativo
t,.rr¿ los trabai¿dores porque, al menos en apariencia, párecia prestartes
,,klo a sus críticas y democralizar las que habian sido rel¿ciones de domi-
,,n) y de subordinaciór entre los trabajadores y los gerenles (éste es el

$, l{rB.Ardiiiy^n¡Swidle¡ Thenewsociologyolknowledgele¡,4,¡!a¡R¿/i¿r,
o/ sn.nr¿gl, N" 20, r99a, p.lor,.
f6 V.¡r. hnnrcl, M¡nl¡od¿ n¡ A nrnd: A atlturdL hinary.
¡. \hd,h¡r rrr,,¡1. ¿r.
^r,r¡¡ú,r¡r,drd,
¡r8 I t¡ !rlYr(l0ll Dtl ^tliA ll00tl¡^

motivo por el cual la inlervención de Mayo en Gcneral Electric tue tan


cfectiia). Tal democratiTásión aparent€ €staba asociada con la nueva cr€€n'
cia de qu€ l¿ propia p€rsonalidad, considerada independiente de lá Po§ición
social, era la llave para el énio gerencial, y de que los Serentes ne.esitaban
atender la dimensión humana de las relaciones de trabaio.B
Finalmente, el dis.urso psicológico .onformaba y enmarcaba los reper-
torios culturales a tavés de los cual€s tanto lo§ trabajadores como los
y nd eílo en tunción de sus
Serent€s mtendian, comunicában actuaban
emociones sino también, y tál vez de ma¡era más €rucial, de su§ intereses,
Los intereses, como otros moti\os Para la acción, está¡ mold€ados cultu-
ralmente. ta idea de que el inter¿s Propio debería Suiar la acción no era
eyidente por sí misma, dado que los Psicólo8os tení¿n que reunir una
b.tela de aryumentos y de retórica para convencer a trabaiadore§' gercn'
tesycandidatos a serentes de quedebfan aduar §iSuiendo su ProPio inte-
rés. Leios de s€r pr€.ullurales o no culturale§, se l€s otorgaba sentido a los
interes€s a lravés de vocabularios Públicos, y de hecho €ran inculcados
como principio de la acció¡ Por ñuchos erPertos y prof€sionales que
ingresaban al campo corpor¡tivo (PsicóloSos,consultores or8ánizaciona_
les, etc.). Estos descubr¡mi€ntos con.uerdan con la famosa afirmació¡ de
weber de que "lás i¿eas han dete¡minado como 8üardaguia§ lo§ riel.s §obr.
los que la acción viene iñpuhada Porla dinámica del interésie yd€ que
la dinámica de los intereses y las id€as esttu est¡echamente entrelazadás.
Pero incluso v¡n más allá y sugieren que la noción mi§ma de "interéil leio§
de s€r una prop¡edad constante de la acción so<ial, era unhe.ho elaborado
cultuialm€nt€ de manera int€nsiva por los psicólogos. En otras palabras,
los psicólogos no sólo €onvirtieron a las emociones en un elcrnento c€ntrál
det lugar de trabaio sino que codificaro¡ inces¿ntemenle la noción dcl
interés propio en si misma, argumcnlan¿o que lo§ iodividuos maduro§
son definidos porsu capacidad Para ¡segürir el interés propio, expresado
a su vez por el dominio dc si mismo y por la caPacidad para absteners€ dc
expresiones de pod€r

8s El prcpio M¡yo no era un demó«ah (vÉa§e rl[n 5- O'Cornor' "1 hc Polni.'


óf ñ¿nagmetrr úou8ht A @s study of the llán ¡rd Bú!in6§ S.hool .nd rh.
Húa¡ Rel.iio,r school: cn ,4ú¿en¡y .l Manosñ¿lt Rrri¿\! a4, N" t \eee,
pp. ú7111), p€ro §ú idedÉ Podian *r aácilnrente i¡1t{Pret¡d6 .o,ro

se Md wcb.r 11. miol,8/ {r.¡r8io,, rr¿d. d€ EPh¡aim [irhofl Boiron, &{on


Pr§, 1993, p. :so [tr¿d. .§P.: &t«t{s eltt. §iol¡{h d¿ k elilid,, , vols" Mad.id,
nfl H0h0 tt0N0tltaut tt flax0 (011iuNt( tt I t g

LA ÉT¡c^ coMUNrc^T¡v¡ coMo EspiRrru DE Ll lMpRIis^

No me¡¡os que las obras tealralcs,los rclatos y los mitos moráles,los siste-
flas d€ €onocimienlo o&ecen prescripciones culturales y modelos de com-
portamiento. De hecho, una dc las razones por las que €l conocimiento
forma parte de la cultura demanera tan intrinsecaes qr¡e muchos sistemas
de conocimiento ofrecen una image¡ de la persona buena o valiosa asl
como una s€rie de reglas a través de Ias cuales üno s€ convertiá €n una
persona tal. tás diferentes teorias elaboradas por los psicólogos populares
que escribie¡on Suias sobre la adninistración convergieron aliede¿lor de la
décáda de 1970 en u¡ modelo cultural que se ha tornado ampliam.nte
omnipresent€ y áutorizado, esto es, el modelo d€ la "comunicacióni t-os
psicólogos tuemn refin¿ndo cada vez más las re8las de la conducta €mo-
cional, refonnulando principalmente las r€glas cogDilivas y lingüísticas de
la interacción para oñ€c€r un modelo d€ sociabilidad basado en la "comu,
nicacióo". Ere modelo explica el conflicto y los problemas como resultado
de una coñr¡nicación emocional y ligüstica imperfectai a la inve¡sa, con-
sid€ra que la comunicáción lingüísticá y emocional adecuada es la llave
para lograr relaciones deseab¡es. Este modelo no surgió ¿x ril¡i,, €ntre los
psi.ólogos. Su fuente s€ halaba en el ide¡l democrático de Dew€y de Ia
"conversación" y la "discusién" como rasgos clave de una ciudadánlá iÍte-
ligenle. Pero los psicólogos le dieron a est€ ideal un uso nuevo en la vida al
¿sociarlo con el mán€jo emocional de si y €on el liderazgo e.onómico.F
Para comprender Ia naturaleza de ste modelo, es necesario re€urrir a la
conc€ptualización de Foucádt de la "sustancia etica': Tál como lo ¡tsumen
Hubert Dreytus y Paul Rabinow,la sustancia etica es lo que hace que un
sujeto se consiituya a si mismo como sujeto moraf,¡ Son las relacion€s que

uno tiene consigo mi§'¡ro a través de los d¡scursos morales y cientificos


(iispon¡bles. l¿ primcra dimensión de la"sustancia ética" abor¿la la respuesta
pregunta: ¿qué aspecto de ml mismo s€ rela.iona con la con-
.r ln siSuiente
dr¡ctá moral? Por ejemplo: ¿sori las i¡tenciones, las acciones,los des€os o
los scntimientos el lugar pars la expresión de lá ñoralidad? El segundo
nspccto refiere a aquelo quc Foucault llama el modo de sujeción, esto es,
krs modos en que una ley es ,egitimada y los modos en que se exige su

o,) vcis! c.¡uon l hc politics o[ ma¡agemert ihoughr: A c¿s. study of d]e H¡rv¡rd
hsin€ss school a rhc Humar Bclations sch@¡l 6pfti¿lmenr€ pp. n9¡2o.
v¡ I lücrl L Dreytus yP.'i R¡binow, Mnh.l Fou@uh: Beyon¿ sttu.lúaliñ añ.1
,¡d, ¿¡rtrtr¡i.r
Nucva York, I,¿ñlheon B@ts, ,98a llBd. esp.. Mich.l Fou.dúl: ñá5
rl|i .bl B¡rudmtl¡rú¡o I Id h¡r,.x&¡n¡, $uc os Aües, Nlev¡ Visión. 2oor l.
r2l) r¡ !lLvtfl0[ Dtt ¡t0DtrNl
^tt¡

cuñplimiento (los ejemplos son la ley, la ley natural y la regla racional). tá


tercera dimensión abord¡ esta pregunta: ¿.üilt§ son los medios a través de
los cuales pod€mos cambiamos a nosotros mismos para volvernos éticos
(por ejemplo, para moderar nuestros actos, erradicd nuestros dess o
cá¡alizar nuestro deseo s€xual con fin€s reproductilos)? Esto a sü vez .ons-
tituye lo que Foucáult llama una prácticá de si (prar,qr¿ d¿ rn). Finalrnenie,
el cuarto asp€cto es la cl¡se de srr humano a la que aspiramos cuando nos
comportamos moralmente (por eiemplo, tornarnos puros, inmor¡ales o
libres) para lograr cienos obietivos (por eiemplo, ten€r hror.e La "comu-
nicación" se há vuelto parte esenci¿l de la sustaocia ética de hombres y
mujeres dentro de la enrpresa. En el modelo cultural de la omunicación,
los m€dios para foriar relacion€s son cognitivos (exiser que uro ádopte
una postura reflexiva respecto de uno mismo), emocionales ( r€quier€n que
uno marque el ritmo de los sentimientos propios ari como el de los de
otros) y quiá tu¡&medalmentc linSülsticos ( requieren que uno s€pa cómo
utiliz¡ los ¡¡odos apropiados de habl¡a que no ¡sulten meoazádo¡es
pan los otros y que incluso los reconozan d€ mr¡era positiw).
El modelo d€ la "comunicación" riene como obietivo proporcionar
técnicas lingüÍsticas y emocional€s para rcconciliar imperativos divergen-
es reafirmar y expresar el yo, pero también cooperar co¡ los otros,
tes: esto
comprer¡der los moiivos de los otros, p€ro lambién mmipulee ¡ si mnmo
y mmipular a ¡os otros para alcanzar las metas desds y controlárs€ a
símismo, pero también s€r a8radable y accesible. ta comunicrción es asi
uná "sustan.ia éti.¿" en la que es imposible separar el interés propio de
la atención hacia los otms, y en este sentido el lenguaie es es€ncialment€ la
técnica principal a través de la cual ambos aspectos supuestamente se
recoocilian.
El principal aspecto del ¡r relacion¡do con la conducta moral es cómo
áparece a¡te los otros ¡ través del le¡rguaie y la expresión emocio¡al. Según
el espiritu de la comunicación propuesto poi la psicologia popular, un
prerrequisito de las buenas relaciones con los otros exige que uno se evalúe
"obietivamsnte" a si mismo,lo cual implica que uno debería compre¡der
cómo apar€ce a¡te los otros. Numerosas guía.s acerca del liderazao exitoso
prerriben que uno debe convertirse €n un acto¡ a la meer¡ de M¡rgaret
Mea4 esto es, alguien que cv¡lúá y comp¡ra la propia im¡gen de sl con Ia
imagen que otros t¡enen de uno. Tal como puede leerse en ün libro de

92 Michél Fou.auh. Or thc g.n.¿¡o8y of dhic': An oy.Biéw of work in pnrBrNi


er Dr.yfus y Rabinor M,¿¡./ ¡or.a¡lt: Btr0nl r¡utltdtkñ ¿tut húrcn ut¡.t.
p¡22e-2t2 llrxd.6p.: §üR.la8cn.álogádÉ¡áetkr:¿nd6p..n.l.
Dfl h0xa F(010ht(ut tt 0fi0 (afiNüNt(tNt 1 rzr

auto¡yuda:'Sin el curso de capacitación en adminisrra(ión lun s€minario


de comunicaciónl, la carrera de Mike bien podrfa haü€r pe¡manecido
estancada, no porque carezca de caprcidad sino porque no conpradía
rye
le es¡aba danlo a otm geñte um imprcsión e¡ró eo ¡te rt ,r¡isno,, (cursiyas
mias).,r La lireratura de autoa),uda acerca de la administración exitosa
r€qüere incesantement€ que t¡no se €xamine a sí mismo como si Io hicie¡a

através d€ los ojos de otro, sugiriendo así qüe uoo adopta el punro de vista
del otro para incrementar las propia.s posibilidades de éxito. Este conoci-
miento de si permite que uno se manipule y s€ controle a si mismo mucho
,nás hábilmente, sin invitar, no obstante, a un ¿bordare cinico o frio hacia
losotro§. De hecho, €l conocimiento de uno mismo es vecino del manda-
miento que ord€na identifiG¡s€ con los otros y escuch¡rlos. En est€ sentido,
en un libro par¡ lideres pu€de leerse "Esr€ libro está diseñado para ayudal
¡ losg€rentes y a miembros del personal a €omprender m€jor por qué ta
Beñte hace las cosás que hace y por qué si€nte del modo como siente. El
objetivo €s desarro¡l¿r l¿ habilidad prra distan.iarse de ¡a situa€ión y pre,
guntar:'¿qué es lo que de verdad eslá pasándo, y.ómo?':,¡ Una publioción
del Instituto para la Edu@ción Financiera añrma de manera simila¡: "II
concepto de si pos€e una poderos¿ influcricia sobre la percepción. El.o,
rpto d¿ sl es u¡suerte de espejo fnenlal que reneja .ómo s€ ve uno a sl
n¡ismo. [... I IDs conceptos de los individuos acerc. de si m¡smos influyen
sobre su p€rcepción d€ los hechos y sobre su p€rcepción de otras personasie
t.a misma publiación sugiere in.luso que "un pr¡mer paso es€¡cial en pos
dc meiorar sus habilidades de per.epción y sus habilidades como comu
nicador es reconocer que otra gente tiene perc€pciones diferentes fde las
Jc uno 1.",¡ Incesant€mente se promueve el muhip€rspecrivkr¡o €omo una
ht'bilidad con Ia cual negociar con los otros, porque "reconocer,, ..tener y
c'npatía"conlás neesidades d€ otros son componentes esenciales del tipo
(lc competencia que es simuháneanerte moral ycstral¿gica profesional-
nltnt€. Con ese fin, uDa técnica recome¡dada frecuentemente por los psi-
rrilogos en sus interacciones con sus pacient€s es también ¡ecomendada
(n las relaciones enire gerentesy empleados: "En momentos de gran coñ

Irnctración lentre ger€nte y empleado] , puede d€sarrollarse un nolabte

,r li,nr¿D¡, So.¿l,hl[t ar ert, P. ,]-


or,t!.1¡t.áR.M n,&i,,rior ñismttu Ho* to tutuge"Fo eif ¿"tptorlet wh@
ttlio t don\ mt h yoat e\Ntario,N, Nuryá yorl. Beks, 9er. p 4.
$ ¡nL¡A dn l /;t¿niñe refs to sÉes úh .uíoútB ^macom
and úwtkÍi aniato,
I nr ¡ute ot Fir.ncial Dduotion, r99., p. .¡4,
122 i[ §^t\l¡(lÚ[ 0tr atlt¡ ¡10Drrt¡

modelo de comunicación no verbal. Dos personas reflejarán como en csp€ro


los movimientos del otro: deiar cáer una mano, girar sll cuerpo €xactamente
ql el mismo mom€nto.",, O, pará toma¡ olro ejemPlo:

El uso más poderoso de marcar el ritmo y liderar [dos técnicas enseña-


das por el librol tiene lugar cuando usted tuncrona como espeio de la
persona a la qu€ está intentando ent€nder. Usted simplemente asum.
la portura corporal de la otr¡ persorá, reflei¡ los movimientos clal,€ €
int€nta cons€ientemente utilizar süs palabr¡s más importa¡tes. Al reflc-
jar en espejo, usted busca entrar en armonía con la persona a la que
inrenta entender Refleiar €n espejo puede ser úti¡ para comprend€r a
un emple¿do que ha falado o que no se ha desernpctt¡do sátisfactoria-
ment€. También pu€de ser útil en una negociació¡, cuando usted siehte
que puede perdfl el control, y en cualquier situa€ión en la que su deseo
es aprender de dónde "viene" la otra persona. [...] El control deliberado
le permite ingresar meior a la perspeaiva de la otra persona. Mientns
usted s€ está calmando, puede tomar distancia y obtener una perspediva
meior d€ la situación y de la otm persona, Finalñente, ¡quellos que s¿
refleian etr espeio de manera r¡o verbal tienden a obtener niveles más
alto6 de comprensión y de s¡mFtta.*

El r€flejo en espejo y la capacidad para considerar distintos puntos de vista


son técnicas para uno esiá prccupado simul-
forjar relaciones €n las cuales
ián€amenG por uno mismo y es consdente de Ia miada d€l otro. B reneio
en espeio y el multipersp€ctivismo psicológico permiten el avance simr¡l-
táreo del ),o yde sus intereses y la aprehensión del otro! €on pur¡tos d.
vista € interes€s potencial¡nente conf¡rctivos. Un sitio de internet que brinda
habilidades comunic¡tivas instruye:

cono-
Pos€er buenás habilidades €omunicativas requier€ un alto nivel de
cimiento de sl. Crmprender su estilo personal de comuniar lo a)'udárá

ez cihdo e, Iañ.s nicher. M.kii! the nesese cLat: Cóññunicd¡ittg lot basn¡.§,
S¿rta Crua c , Crin<ler, Del¡zicn ánd A,ssi¿t6, 1937, p. 3r. Lá cxp¡esió¡
1el.j¡r .n sp.jo" 6 tomad' en pr&tamo, por tupues¡o, dc lá práctiG
psi.@náIticá, dond. 6 ütiliad¿ .oño un dhposil¡w prá.tio p.É .sr cturár
l¡ ¡.l.ción ¿n.thb'6naliado. ,qul, dc lodd torDas no 6 uriliz¡do
p.r¡ ¡um€ntar l¡ .onci€nciá sino n¡ás bien par. promover l. .oopÚación
y l. .fi.iúcia intrp.so¡al.
* tt.y,Maraln§Í@ to ¡da @nnu iat¡ñ suniwl ta.tí.t lot ?@Plc
aú¡l ?rcdu.t. ii t. ,99os,p.26.
Dlt H0NA t(AN0¡llfll\ N0t0 ( 0 11 l,l U 11 I( t1 \ I 123
^l ^

mucho crear una impresión positiva yduradera en los demás. Al vol-


a
verse más consciente de cómo lo perciben los otros, usted puede adap-
tarse m,ás fácilmente a sos estilos de comunicáción. Esto no significa
que usted tenga que ser un camaleón, @mbiando con c¡da pssonalidad
con la que se encuentre. Más bien, puede hacer que lá otra persona se
sienta más cómoda con ust€d seleccionando y enfatiza¡do cienas con-
düclas que encajan mejor con su pe.sonalidad y que entIan en conso-
na¡ciá con otro. Al hacerlo, ured estará meior preparado para eruchar
de manera activa.e

El refl€io en espero €s nencionado m coniünción con la escuchs, consi-


derada crucial para evilár el confli.to y pmmover una mayor coopención.
ln efecto,lo que está e¡ iuego ¡qul es la €onstrucción del capital o Ia con"
fi¡nzá sociales, en elsentidode qu€ el ob,etivo es incrementar la confianza
de los otros en lmo mismo pem también loSrar confiar m los otros. Como
explica un libro sobre control del enojo,

las €slrategias acerca de las que üsted há leido en los últimos capitulos
incr€mentarán su sensibilidad hacia las demás personas Partiendo d€
era báse, üted pu€de pro.eder a desarrollar €mpatia, esto es,la habi-
lidad para proye€tarse en Ia €oncienci¿ de otra persona, para ent€nder
m€ior las motiva.iones de los otrosyreducir la intrusión de la d€scon'
fianz¡ €n lo que ¡esp€cta a formular juicios acerca de su coÍdücta.'E

(), como se s€ñala en un lib¡o lil\\lado Moking the n?ssage cleor

Desarrolla.la adaptáción y la flexibilidad del esrüo de comuni.ación


increm6nta tanto la cantidad como la precisión de la información que
rsted intercambia. Este intercambio (o reciprocidad) es el tu¡damento
de sus rela€iones de trabaro. Si se aumenta la reciprocidad, ¡a compene-
tración, la conGanza y el logro de obierivos rclacion¡dos con €l trabáio
hmbién aument¡rán, y permitirán que usted guie a los otros hacia resul-
lados ñutuameDte beneficiosos. L¡ comunicación exitos¡ requiere que

oo Nl nrd Tmls, "¡rtrcdúction: Why )ou red ro g.l lou¡ mrsg. a.rcrsi t99r-2oo7,
. hr¡r://sw.ñindroo¡s.com/commsklUCommuniqtionlntrc.hrm> (üsitada
, l ra .le ñazo dc ,oor,
r I rNlrbrd williañr I virgini¡ willirñe, AnEú *ilk: S.w'tM eru¡qi.s lot
, Mno,/¡t¡( ¡he honility údt aa ,r¡tr,¡ /o,r ú¿rl,r, Nuda Yort, R¡ndom Hour,
r24 I Ll llLY^(lÚ¡ 0tr ltrr tr0Dttlt

usted adapte su es.llo al esiilo de otro y que sc \u€lva flexible e¡ su


comunicaciónysupensamie¡¡to.'"'

La forma de €s.uchar ar¡iba descrita no implica üoa eso¡.ha Pasiva (co-


mo sí ocurre, por eiemplo, €n la .onfesión atólica); úás bien, debe g€ne-
rar lo que el filósofo Axel Honneth llama 'teconocimiento'l o la "coú-
preNión positiva Ique üno ti€nel acerca d€ uno mismo", que €s también
intersubieiiva. Debido a que la "imagen de si 1...1 d€p€nde de la posibi-
lidad de s€r .ontinuamente respaldado por oiros",¡- el reconocimienlo
conleva la (onciencia y la afirmación de las demandas y las posiciones
d€ los otros tanto eD el nivel cognitivo como en el nivel emocional. En
esta ¿hrección, un programa d€ capacitación en resolu€ión de conflictos
¿firmá que

la té$i.a activ¡ 1...1 tiene nüm€'osas tu¡ciones. En primer


de la e¡cucha
lugar, la oyente permite la descarga emocional. El hablante s€ si€ote
escuchado y la tensión s€ reduce. La posturá corporal de lá oycnte y sus
g€stos (rales como Ia inclinación afirmativa de Ia cábeza) le connrm¡n
al hablante la sensáción de 6tar siendo escuchado. Sus sentimientos son
refleiados por la oyente (por ejemplo,'realmente tue importante pafl
usted que... "). Lá oyent€ repite o parafiasea lo que €l hablante ha di€ho,
buscando que éste lo confirme con ma)or precisión. Ella entonces hace
preguntas áclaratorias buscando más información. La función de
habla-es.ucha es ¿rtremadamente import¡nle en la resolución de coD-
lictos. Esto cs pariicularmente ci€no cuando es ne.esaria una relación
continua entre las partes, ya se trate de padres divorciados o de comu-
nidádes étnic¡s en Bosnia.'"j

[sta última cita suBi€re qüe la'tomunica.ión' una técnica de r€cono-


es
cimiento que pu€de sr tsáspuesla desde la esÍera privada a la esfera pública
y desde la csfera públicá ál €scenario internacional porque conti€ne la!
formas elementales de Ia personalidad moderna.

Ú Fich6, M,ti,s,,¡c ue8. ¿@t: ¡onñuihatins lú burne?. xt.


ro AEI Borñclh, "P.Mnál id.nlily .!d direspe.r'l .¡ Srere¡ Seidma¡ y ,.fE y
Ald¿ndd lcds.), It¿ ,4 rociil th@ry r^dd: Cnnt ñqoru¡y d¿b4,6, Nucv¡ Yorh
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.l ¡4 dc rarE d. e7).
0ft u0fi0 ft0t0tt(0t u0|0 Í0uxIttt(ttt I 125
^t

EI con.epto yla práctica de la comunicación, presentados inicialnente


como utu técnica y como una definición ideat de la personalidad y del,o,
son aplicados ahora para caracterizar a lá empresa ideal mediante uü
extensión metonimica. Por €,emplo, una empresa gigante como Hewlen
Packard se publicita a si misma de esta manera: «Hp es una empr€sa €n la
qu€ uno puedc respirar cl cspiritu de l. comunicación,ün esplritu tuerte
d€ int€relaciones, donde la gente s€ comunica, donde usted va hacia los
otros. Es una relación afectiva':¡"4 De hecho, lá comuicación ha llegado a
defini¡ el modelo de la perrcnalidad empresaria en general:

En un inforñe r€€ientede r€clutadores dc compañias con más d€ ro.ooo


empleados,las habiüdades comuni€ativas tueroD citadas como el fáctor
decisivo individual má5 importante en la selección de ger€nt€§ El info.me,
realizado por Ia Escüelá de Negocios Ka¿ de la Universidad de Pitlsburgt|,
s€ñala que las habilidades comunicativa§ -incluidas las pr€§entacion6
escritas y oraleF, asi como la capacidad para tr¿bajar con otras penona$
son el principal factor que contribuye al éxito en el rrabaio.'o,

Richard Sennett há sostenido que

la ética del trabajo modcrna se certra en €l irabaro de equipo. Elogia la


sensihilidad de los demást requier€ "c¡pa€idades blandal', conro srr un
buen oyente y estar dispuesto cooperari sobre todo, el trabaio en €quipo
a

hace hincapié en la cápacidad de adapt¡ción del equipo a las circunstan-


cias. El trabaio en equipo €s la ética del trabaio qu€ €onÉuerdá con una
economía política flexibl€. Pes€ a todo el aspav¡ento p§cológico que ha(f,
la g€slión de empresas moderna respe€to del trabajo en equipo en fábri
€as y oficinas, se trata d€ un espiritu d€l rrab¡jo que permanece en la
sup€rficie de la experiencia. El kabaio en equipo €s la práctica en grupo
deunasuperEci¿lidad degrada¡te,,ú

l'eroesla visión esensí misma superEcial. Esta mezcla peculiar de i¡terés


t,ropio y simpatí¡, de átención a uno mismo y m.¡ipulación de los otros,

r,4 N¡orc Aub.rt y vincnr d. <;aúlej¿.,12 @nt .la I ei¿lb@ Pa¡is. s.úit, tee,,
l]' t43 llr¡d. csP-l ¡r ror¡o ,,. Id ¿r.¿ld.ia: ¿¡LI «os a la UiR o d.la lógie ot @sa
¡h rccl{r¿, Paidós, rqer l.
xn Mind lbols, "lnr¡odüct¡on. W¡y you trecd io g.l your mess€ ¡«o$ :
¡n' sc¡nd( 7r. ror,riotr o/¿¡ dh(tú: Tht ?úlondl .o"etla.ñú ol wtk tu the ñN
126 I ta 5¡tva Ólt DtL aIila t400t[¡la

articula un tipo históric¿mente nucvo de personalidad al que denomino


Personal¡lad ¡úbxivt.ta7 Una personalidad reflexiva ha internaliz¡do tuer
tes mecánismos de control d€ sí misma para mantener su interés propio,
no a través del despliegue flagrmte de una competitivid¿d egoísta, sino a
través d€l arte de nan€jar las rejaciones sociales. Un yo reflexivc ocupa el
espacio que cumple con la idea modeina del "individuo'l pero está muy
lejos del prototipo de Robinson Crusoe, porque incorpora el punto de
vista de los otrcs, imaginándolo e identifi.ándos€ con él tá¡to de manera
simpática como de manera estratégica. En su estüdio clásico de la empresa
Rob€rt lackau sugiere que e¡ yo del gerente es esen€ialmente reflenvo e¡
tanto y en cuanto demanda un continuo escrutinio de sí mismo y ün
co¡trol privado, pues los gerentes deben adelantarsus intereses, planific¡r
movim¡enros.construircoaliciones.negociarya6rmahcr \i mi\mo\mien.
tras reconocen y escuchan a los otros.'"8 La reflexividad es tejida en )a tela
misna del t¡abaio en l¡ empresa contemporánea, lo que ense al mismo
tiempo destreza con los símbolos y fluidez en las lransac.iones con los
otros.'o, I¡s gerentes operan en una compleja ierarquín de signos y perso-
nasi son administrados po¡ ot¡osyadministran a su vez a otros; compiim
con iguales pero se ven restringidos paraconstruir coaliciones co¡ ellos y
para desci&ar Ias pistas ocultas de los €ompetido¡es o los superiores. Est¿
densa estructua jerárquica tue codifi€ada por la persuasión terapéutica,
que le adjudicó el requisito de un yo reflexivo cenrrado en el control de las
emociones, en las habilidades semióticas para desciFar interacciones y en
Ia capacidad para senalar (o esconder) los movimientos propios a rravá
de "habilidades comunicntivas". I¡s psicólososh¡n construido así la per-
sonalidad como una form¡ de divisa simbólica,definida por su cap¿.idad
püa dolninr, arini istnr y nanipular los lazos sociaies ,r,ismos. Proyectar
una persoÍalidad conunicativa es signo ál mismo tiempo del manejo de
sí mismo y d€ la capacidad para [ranejar a otros a trávés de una mez.la
compleja de clárid¡d linsüisticay de la capacidad emocional para tundir
opu€stos, tales.omo la aseniüdad y el reconocimiento.

,o7 Véús Artho¡/ ciddcns, Mo¿e ny d¡.1 stll-il. tity setf r¡¡¿ soútry fi nÉ b¡e
,,o¿sh ,8¿, Gúbridge, Poln, Prcs, r99r lrad. esp.: ,rt od.,¡; dnrl e i.knti.ldLl .l¿l
ro. El to y ld so.iendd en ]d ¿po.a .,,,¿,¡/dr¿r¿d, Barc¿lona, Pen insu¡á, ree4l.
to8 l¿Ll¿ll, Monl thü. t'\? 4,h ol@¡?o,ak nú acc^-
1o9 Tal .omo s pñál. €¡ un libro de autoáytrda a.erca dd énto en la empres,,
''¡rient¡6 que las h¡bilidades ¡eceü,ias paÉ al.a¡ar d éxito en el Nivel r
trehciones.on suho¡diñadosl ern rl.tivmenie sen.illas, lasdel Nivcl : lcon
igualesly orrcs ¡iveles m᧠¡llos se ton¡¡n.ada ve¿ nás comFleias'i Fonrana.
So¡,n¡ Jti¡¡! di ,ort, p. r1,
nfL ta a t(0N0tt(ut tt Nait0 taitfiu¡11(at, I 127

Mediante un giro peculiar de 1a hisroria cdtura¡, los psicótogos han


articdado un lenguaje de 1a personalidad qu€ rcsucita Ia compteja visión
de Adam Smith acerca del yo.En su Teoría Ae bs sentimieítos morales,
Smith afirmaba que el yo era una escisión enrre to que él amaba un
.espectador
imparcial" y un yo que podía identificarse comprensiva.mente
con u¡a situacióD apremianre de otro.,," Dos sociólogos sugieren que..la
idea [de Smith] de que los imputsos asresivos son moderados por las
e¡pectativas internalizadas de ot¡os crea la ecuación contemporánea del
honor y la ¡azón, qoe aludan a una conducta económjca pacísca".,,.8¡
La riquezt de las mcioli¿', Adam Smitb concibió un rnodelo de sociedad
en el que la búsqueda por parre de cada perso¡a de su propio interés eco-
úmicoseriala fuentedelaaimoníasoci¿t,puesen unasociedad eDtáque
el trabajo es dividido €u¡dadosa y mimrciosamente, to¡Ios tos indiüduos
se necesitarían el u¡o alorro ypo¡ lo tanto entrarian en una ¡etación
civil
con otros basada en su propio interés.,," El espiritu de la comunicación
interviene directamente denrro de este modelo de la interac€ió¡ social at
sugerir que controla. las emociones, escucharse et uro at otro, comunica¡se
con los demás y ejercitar s€ntimientos de empatia está en el interés de
rodos. El despliegue de la administración racionat de las personas en Ia
empresa .o¡temporánea conlribuye a la consrirució¡ de una compleia
cstrwtura qüe al mismo tiempo domin¿ y expresa hs emociones, qu€ €s
alm;smo tiempo ¡acional y€omprensiva,y que al misño tiempo domina
su inagen de si y es capaz de des.ifrar tos motivos de los otros. Asi, mediant€
ün irónico siro de la historia ctúuJat,et homo eco11oüias de Adam smith,
que piensa eD términos d€ su propio interés, h¡ sido reformulado por tos
psicólogos cono un ¡rño conmunicans qne rc entam€nre escucha sus
palabras y süs emociones, €ontrola su imagen de st y presta atención at
p unto de vista del otro.

Las r¿ones por las cuales la comunicación se ha tornado tan central


en la definición de lapersonalidad corporativa competenteson muchas,
y están relacionadas con las transformaciones del capitatismo. Con la
cstructura normativa cámbiante producida por la democr¿tización de Ias

!) smirh. 7l,s r/,eorl o/aoral fflri,@r,, Nu.vá york, cámbri<tge universiry


'
^d¡m
P(s, ,ooa khd. sp.: ¿¡ ,¿,r¡ de /or r¿ñr¡,i.n¡os ,áordr¿r, Madrid, ,{¡ü,a,

rlr Vern Blxter y A. V MúB¡vio, "Honor, statüs, ud ággrcsnon i,to economic


¿sh¡nge'l S,cioloS,.dl lr@ry rs, No j, 2ooo, p. 4_
, , r snrith, fl¡. ,¿¿i¡l o/ dr,o,r, r.ondÉs, l. M_ Dent, rgro lrrad. 6p.:
^d¡ñ
ttt*ig¡Eió de l¿ ¡ntü lm y.ntns.(cto riE@ d¿ lat ncion6,Barc.totÁ,
r28 rA salva( 0[ Dtt ¡lHÁ rl0Dtrl¡

relaciones sociales, debieron establecerse reSlas procedimentales Para


recon.iliar l¡ estructura crecientemente jerárqu¡ca de las organizaciones
corporativas con la democratización cr€ciente de las relaciones sociale§.
Ad€más,la complejidad creciente del entorno e€onómico, el rit$o cada
vez más rápido de las nu€vas tecnologlas y la consecuente rapidez en la
obsoles.encia d€ habilidades hizo que los criterios para el éxito fueran
cambiantes y contradiclorios, y tuvieron el efecto de sobrecargar el yo
con tensiones e inseguridades y de hac€rlo único ¡esPonsable de Írane-
jarlas. La comunicación se ha convertido así en unah¿bilidad emocional
para navegar un ambient€ €argado de inseguridades y de imperntivos
contradictoriosypara colaborar mo los olros Finalmente, la Iexibilidad
requerida po¡ lá persuasión terapéutica tien€ una afinidád .on la flexibi-
lid¡d requerida en la así llamada era posfordir¡. En efecto, cn las décadas
de ¡97o y de 196() el capital¡smo viró ha€ia la producción r€alirada según
las n€cesidades del cliente, h¡cia la descenlralización de l¿ Produccióny
hacia la creación de una fuerza de trabajo básica que tenía múltiples
habilidades,'B y todo €sto, en un €ntorno económico in€stablc, siSni6có
una Bran carga para e¡ yo.

coMPETENCIA EMOCION^1. MoRr\L Y PROFTSIONAL

t¡s códigos olturales existen no sólo en kx texlos sino tárnbién en las


prácticá§. Aurqüe es d¡ficil demostre uná r€lacién causal dire.ta entre Io5
c&i8os culhrales creados por los psicólogos y la ¡ra¡sforma.ión de l¡
competencia pmfesional, podemos obervar los modos en que uno se con-
viene en el otro o -para usar las p¿labras del sociólogo económico Frark
Dobbin- los modos en qu€ la conv€nción se torna cognici(in fal como
a6rmó wiliam S$e[,"sistema compl€mentariosi
y pnáctica son conceptos

cada uno presupone al otro"."{ Sobre Ia base de quince entrcv¡stas con


g€r€ntes que trabaiaban en empresás con más dc tr€scimtos emPleados y
con estudiantes de un proSrarna de ura que a mcnudo aparece €n cl número
uno de los ranking de mejores programas de urr de los Estados Unidos,

,, Kr¡sh¿r r.l¡@nf'¿u por-iúúninlto posrn@¿li siety: N@ ¡h@rkt of thc


.úteñpoatr wotd,M.ld.n, Á^, B¡.ctwell, úó'
n4 William H. Sew.ll h, 'Th. rcn.ép(, of.ullu¡.l en vicrori¡ t. Botrndl y LFn
Hunr (eds.), aero¡¡l ri. .r¡¡¡ral tuñ: Nú dndtioüs n, ¡tÉ tt ny ni tu.i.ty aúl
.¿¡i¿¡d, B€rldey, U¡ivúsilyot(:rlil¡rni¡ Prss, r999,t. 4/.
tll A0ua f(0|0¡1t )5 110tla ÍatlNuNl.AN' I t2g
^t

me gustaría anali?rr lai definiciones adual€s de compet€ncia pmfesioml


y ext¡apolarlas hacia el rol jugado por los psicól os en ta conform¡ción
de las visiones qu€ hoy existen sobre la competencia profesionat.,,J
El código t€rapiurico ha r€form ul¡do la con€xión entr€ ta comp€tencia
profesional,l¡ competencia moral y la competencia emocional, combi-
nándolas en uná. Esle código surge de las concepcior¡es comunes que rie-
nen los gerenres acerca de su trabaio y de sí mismos. Comenzaré por phi-
lip, un gerente d€ 35 años que se recibió de ingeniem en una universidad
de primera importancia d€l Medio Oest€ esradounidense. philip es un
gerente de opera€iones, u¡ cargo que lo pone en contacto con muchos
recursos,pues debe resolveruna gran variedad deprobtemas relacionados
.on el proceso de manufactura. La narura¡eza de su rrabaio es ¡mncjliar
interes€s opueslos y responder a las demandas de tos difer€ntes departa-
meotos y aspectos del proceso d€ manufac¡ura.

ENrRtrvrsr^DoR^: E¡ es€ proceso de "negociar en €l ámbito de la em-


presa'i como acaba de decin ¿qué clase de emociones (si es que hay atguna)
¡eseía cómodo sentir?
pHrlrp: Tipicamente no... No siento que haya demasiado lusar para
expresar emociones en u¡a discu.sión técnica tógica, no ayuda pán nada.
De modo qu€, tipicamenre, no, hay ocajiones en que Ia gente expresa
su enojo y g€neralmente yo dc rodos modos no to haria. Si alguien se
enoja coDmigo, intento €vitar cualquier conÉont¡ción directa.
ENrRrvrs¡^DoRA: ¿Qué esloque lsted siente cu¡ndoa¡güien se €noia

pHrLrp: Generalmente, en ese €scenario, no me molesra demasiado,


entiendo de dónde viene el enoio, es una sensación de frustración, a
veces debido a experiencias pasadas con orros g€rentes de proy€cto u
otras cosas con que la empresá los haya presion¡do, de modo que...
Gene¡almente e¡riendo de dónde vie¡e y Do m€ ¡o tomo personal-
mente. Si alguien realmente mc erá grirando, entonces a veces puedo
enojarme, y Seneralmente aores qu€ Sritarle a la orfa persona suSiefo
que nos lomemos u¡ respiro y que volvamos a reunimos at diá siguiente
o unos dÍas después...Tengo un proyecto en esre mismo mome¡to€n

i , 1 Nln dos.¡tego¡is de enlrevistados cr¡, imporr¡nles porqú. d«idi .oDp¡ú


.'Nr$us quc c¡ cf<lo 6rwie6tr trahai¿údo como Ber.rr.s, hch¿ndo con
.l rohlo¡¡ dL trc.v€dár t¡ .oñper.¡.i¡ ptufBiomt, co¡ erudi¡rtes quE
tr.rumihl.nrntr, teni¡n úlo iña8en.s y mod.tos ¿a(a d€ cómo defi¡n
l3o t¡ !¡lY¡(lóll 0tt At¡¡ ri0Dttnl

el que estoy trábaiando... Estoy h.ci€ndo algunos cambios cn el proce.o


de embalaje, en nu.stro muñdo tenemos dos tipos d€ Procesos, está
lo quÉ llamamosla párte del procesamienlo yluegola Perte del emb.-
laie, si usted ti.ne comida qu€ €stá en un páquete, primero tiene qu.
hacerla y lueSo tienc qü€ pon€rla €n es€ Pequete. Ten8o un Proyecto
principal ahora, quc es re¡lizar modificaciones €n un proccso de emba-
laje, y las modiEcaciones qu€ €sloy haciendo nosp€rmititán prodücir
riucho más. D€ todos modos, cn esta área ha habido h¡stóricamcnlr
algunos problemas con el proccso, con la realización del producto.
Esros problemas son en realidad un tema apál€; estoy h¡ciendo modi-
fica€iones e¡ un segmento d€l proc€so que no tienen cn realidad nir-
Bin Gfecto Isobr€l los otros scgmentos dcl pro.eso. D. ¡odai form.n
la ge¡tc d€ op€rac¡ones eslá intentando quc dedique nrucho tiemPo
y .nergla y rc.ursos financieros a r€solver cste otro problema, y hc
tcnido dc h€cho muchas entrevistás con el grupo de operacioncs, y .n
est¿ árca en particular hay un¡ p€rsoDa quc tie¡dc a enorarsc mucho,
y.n nume¡o§a§ ocá§iones ha cxprexdo su enolo por el hecho de quc
yo no esté dedicándo los recursos para resolver esos otros Problem.s.
Es un¡ persona muy €mocion.l. Resulta muy po.o productivo, uno
no pucde mant€ner un interc¡mbio lóBi.o d€ ideas cuando la co{
empieza a irse de l.s manos... Un par de veces tt¡vimos que d.cir:
"Bueno, paremos aqui".
ENfrEv§r^Do¡^: ¿Qué qui€fc uíed d..if.on q¡€ e5'un¡ Pefson¡ muy
emocional"?
pHrL¡p: Que tiendc ¿ expresar su e'loio con frecuencia.
ENrREvrsr Dor^: ¿Ér€ es el sigoificado de"cmocional"?
PHTLTP: En términos gen€faler sl.
lNfnDvrsr DoBAi ¿De mdo queesun téfmino neg¡livo?
pHrlr Cuándo digo qu€ ¡lguien
p: es una Persona emocional en el ámbilo
prof€sional, s( es ncgativo.
ENrnEvrsr DoR^: ¿Y en un á¡nbito privado?
vá.il¡nt€i ¿liabe? Eso es muy mt€reenla
DHrLrp: [Al parecer perpleio y
Nunca he pensado en ello, pero no, diria que en un ámbito Prilado &r
€mocional es bucno, incluso dcs.able...
ENrRE\.¡sr^Dor^: ¿Cuál es su principal obieción ¡l enoio en un ¿mbilo
profesional?
pHrr-rp: No ll€va a pensarclaramenie. De modo que cuando alguien ña
cslá gritando probáblemente no está hacicndo ningti¡ proS¡e§o, ¡lo
§omos capaccs de Pensar lógicamenle, y cso no ¡,,rdá a que el irábaro
s€ hag¡.
Dft ilax0 t(0Natt(u, t1oilo tofi uNt(at!5 ) t3t
^t

ENrnEvrsr^Dor^: ¿lá ma)of paL de ¡a


8cnte qu€ lrabaia cerca de usted
logra mant€ner controlado su enoio?
PHrLtp: Si, d€G¡itivam€nre.

Esta €ntrevista despli€8a mi¡chos €t€menlos


es€nciales det código ter¡Éu_
tico tál como s€ lo cxplicó anteriormenre. prim€ro, €s
intc;nte q;e el
Berentc describ¿ inmediaramente una expresión amplia y vaga como
cxprcsar emooon.s en et tutr d€ lráb¿io" como un r¡§8o negal¡t§. D.
.
h€cho, al igual que rodoi los ger.nr.s o cá ndid¿ros a
Serentes entreüstados,
él €ntiende que'sér emocional" en €l contexto
del lugar d€ trabaio es
neSativo. Segundo, aun cuando phitipa6rmaque
el enojo es un¿ emoción
que cs ü€Brrimo .xprerar, 6ponráneam.nte
insi§re (on quc es capaz de
"comprcnder" de dónde "üenen" las emociones negativa!
dc los d.más.
Inmedhramenle d.spüega su capacidad p€r¡ gener¿r empalB
con tos olms,
des(¡kartos y comprcndcrtor. Fi¡álmenre, philip opoft
la r¡cionátidad
y l¿ pmducliüüd a un¿ emocionatidad
esponráne¿ o sin rEtricdon€s, y
rnti€ndc queelconlro¡de uno mismoy e¡manejod.
unofni"mo.s uni
(ondKrón previa p¡ra t¡.ñcicncia y
¡a cooper¿ción. Es norable adv.rrir
€stc horhbre entiende que su caparidad para
_que rpararl. emodoDalrncnte
dc ros otms y sr¡ cap¡cidad para cooperar
con cllos son compatiblcsl la
primerá escondición prev¡a d. ¡. segunda. T.mbién estábl€cc un¡
fuerle
conexión .nrre la producrividad y el.onlrot
eño.ional, porque enti€nde
.tue el.(ontrol emocioná¡ es t¿ expr.§ión y ¡á condición
preüa prra el
(ie¡cic¡o de la racionatidad.
'Iiodos éstos son
¡os component€s básico$ d€¡ código r€r.péutico
de la
l)crsonalidad emprcsarial. Tal como sugieren Meyer y Rowan,las orSani-
/¡(iones no son simp¡cm€nre el produ(o d€ su5 prspia!
a-o*" ülar
v rcdes internas sino quc reoeján más bien los mitos d. ir"-
rirucional€s.¡,ó Entr.los mitos más duradc¡os y "r".n,orno.
los más pod€rosos se
(Dcu€ntra .l de la r.cion¡lidad.
Un vieio motivo d€l discurso morat y filo-
{ ú.;o occi&üal Prctend. qu€ uno pucdc akanzar
la racion¡¡¿aa pojcn¿o
hs (fno6ione5 ent¡e püéni€s¡s o suprimiéndolás.,,7
Crmo ya r ha analizado

'ú l ü¡ W. M.).r y Brir Rok¡,.ttutirurion.¡iz.d or8¡n¡¿¡otr* Form¡¡ íeruE


ñ ñyrh dd @mdr: m wálr.r w. pos. y P¡ul ,. DiM¿!8jo (.di.),
tn! rhoa.t'tu ti úsenianond d&t ,'' cto8o, Unilr6ry of Cnic¡gorkpB,@
l.n( supu.ro h¿ lido @nvircnlmhr. rtut.do por
'rl \\tño 6tudic ciorifi@s
trraarkt'ñ¡: Eñ¡i@, @, da.t th. htmn bñin, dc A¡to¡io ul6
| ,r¡úmr { Nuoa yort, pürnám
.,$tt ltt¿d. ép.: F.t .tut d. tktu¡¡6: la .tuiód,
L, ¡data r.t tfrbtu huwúo,B¿(.¡oná, (:nx(¡.
,@r l; p.b ¿nn s¡ jtk siodo
132 I Ll 5^t{A(10¡ 0tt alxa r'ro0tttl

debido a que el núcleo legitimador de la§ emPr6as 6 su afirm¡ci6n de "ra-

."aonal -tal como se expresa en la falta d€ emo'io-


"ior¡iauái -na"«"
Iu
(omP€tencia
n¡tidad v de conúol de 5i mi\mo- es una Precondición de la

'-Á'¡"'r¿ "¡.lr*u*israarrib¿cir¡da'laracionalidades€quiparada
(ual -'lebido a que es
Ln el desplies,ue de la competencia Profesional' l¿
rr.¿n"¿" * ü a"f ** ¿.t interes propio requiere un control emociooal
i",i.,tu,r la que la racion¿lid'd'la comPetenciá Profe-
""¡,.st"."t.¿*
sional v el control de si mismo estár interconectados no
€xduye la cooP€'

ra(ión v€l rrabaio en equipo sino lodo Io contrario'las in(luve'


gran con-
or.a ent'evisi", realiz¿da a Biü ' un anáIista ñnan( i€ro de una
de sí mi§mo'
sultora, ilustra el signiEcado ambivalente del control

€stoy seSur¿
ENriEvIsr DoR^: A Partir de Io que aaba de decirme! I¡o
q* "*, una cualidad
i" J pi*o es una cualidad Positiva o
"rn*lonal"
rc8átiva.
BrLL: Negativa.
§€r emocio¡ral?
unt*rti. ¿Por qué es n€g¡tivo
o"*^, ll.guti,a..-
BILL: Büe¡o, quizás e§ silo una cue§tión de €lec'ión de Palabras HcrEo§
que les damos a las palabras'
tomado la, eeh .. Hay muchas características
manera Positi\á ylt
Una Dalabr¡ si uno quiere decir la caracleristi'a de
si qui€r'
otra p¡abra... o¡ria que uno usrfa lá Palabra 'aPasionado
."ieri.r. ruao uue"o ¿e la palabra 'emocional': Y' eh' uno diria
¡ L
buena Pa¡¡
D¿lábra "emocional no por una razon parlicularmente
'""""o" lto*t v stir- v dar alaridos De modo qtre ésa es -Yo Yo
Io'r.1,
" como una Palabr¿ que está m'is bi€n d'l
p¡"U.:.í*i."al"
lado negativo.
ENrREvrsr^DoR^: )Por qué?
no deberla teñer q¡¡'
BrLL: Hm, €s d€sa8ra¿lable. Uno no d€berla"'Yo
üdiar con esa basuia' No rleberia lener que caminar"'
odio " No Pucdo
*ponu..rando unu p.rsona s€ torna dema§iado €úo€iooal Signiñc¡

um piedo a¡Eular d. ruestr¡ füosfla Pública de la rh'ión €útrc la emoción

6un
* i,,',ir,r., *" l, **, i.n cnrrel¡ rácionálid¿d urr¿b',o¡eE¡d'r¿hbro,
.* Y ellonrrclde s
'o
.il;;.1,;".""',poñer.Pdemo\"rar
.1.1.( l¡lrima. In.ltiqlo xvr'¡,los hombrh Uor¿hd áhurdnlemcnl' PorqÚ'
;;;;L'i;;" *.;,"
*si¿n.or¡zjn. Ddrre de r¿ s¿rer '{nbio:'un
ho¡¡bequ€rro l
ffi;;;?il.'.i;il;;a'sú*nibüd¿d brcr€'d(k'un 6 ttn
- " -"",¿o .^ ¿r"¡o ¿. t¡ .nmo quc €l ho cuvo kmP'r¡menro
i...*. r, *ir'u lc*« cn An;c Mrúnr Buñaulr' p Hb¡tv ot ha!'ttad'
d. lars ttridgeman Nu€vi YorL s! Ma'lins Prcs r99' 46'
tfl tl0t0 0¡t0t¡atit N0¡40 (01¡tuNt(ttt I t33
^l

que uno tiene que andar €on pies de plomo. Es ¡rna imposición sobre
aquellos con quienes uno €stá interactuando tener un temperamento
caliente, porque cuando uno se enoia y empi€za a gritar y a dar alaridos,

está haciendo que las cosss sean desagradables para todos. Y suced€
que debido á que un¡ persona tiene ¡a tendencia a hac€r esq entonces
todos modifican su conducta y caminan con pies de plomo para que
esa p€rsona no se enoie. Imponerle eso a la gente que lo ¡odea a uno es
deronsiderado. Tener una lendencia a enoiarse fácilmente es una impo-
sición. Es... es iniusto.
ENr¡Évrsr^DoM: BieI¡. ¿Usted, en lérminos generales, expresa sus emo-
ciones cn el lugarde traba;o?
BrLL: 'Ii€ndo a hacerlo lo m€nos posible.
ENrREvrsr DoR^: t¡ menos posible. . .
BrLL: ...A vec€s uno s€ pr€ocupa por no mostrar las emociones porque
€s inapropiado
ENrRsvrsraDoRA: ¿Y quécosa cbrla que es la más indeseable en lo que
respect¡ a moslrá¡ sus emocion6 €n el trabáio?
BrLL Es poco profesionáI. Es, si... ¿Por qué? No es relevante para traba-
iar Eh, no s€. Quiero decn .. Es .omo poner¡es un impuesto a los cole
gar de u¡o. S€ría lo mismo qu€ tener mal olor. Es... E u¡a i¡iusticia. Es
muy poco agradable nabajar con esa person¿ porque es emocional.
Porque son emocionales, uno tiene que adaptarse a su ser emocionales.
Y la actitud es: "Do tienen dcrecho a hacerle eso a unoi Eso es Io que
quiero decir cuando digo _poco profesional':
ENrrEvrsr Dor^: Dígame si estoy entend¡éúolo bien. ¿Usted está
diciendo que al mostrar süs emociones está in&ingiendo una regla en
contra de los d€más, conrrá -digamos- el bienestár de los demás?
B ¡LL: SI. f,x¡ctamente, y uno no ti€ne d€recho a h¡cerlo. Es una .u€stión

de molestar a los demás. Hay vec€s en que uno tiene derecho a inftingir
alguna regla, Quiero decir, si és€ es el caso ertonces no serla la palabr¡
adecuada- Pero, disculpe la palabra, es algo asl como "No me gusta ten€r
que aguantarne esta mierda I es lo quc alguien podria decir.

thr¡ vez más,las emociones aparecen aqui fu€rtem€nte asociad¡s con la


lrlt¡ de profesionalismo. Pero el significado del control €mocional se¡ala
nr¡¡ relación á¡nbivalente entre el control emocional y las relaciones de
lr cr, [n lánto y en cuanlo apunta a una contención ya una restri.ción
,1,.1 yo cn pos de l¿ "armoni¡: marca los lfmites del poder del gerente. Como
\I8irrc €stc cnlrcvistado, cl conlrol enrocionál es un nodo de preservar,
\i no lu lil,ertad, sí al mcnos cl b¡encstrr de la oira persona. El control
rJ4 I tl \ltyltlÓr DIt ltxt tt0oltt^

emocional es mucho más imp€rsonal qu€ la expresividad emocional, y .¡


tanio tal fa.ilita la cooperación, porque crca las €ondiciones par¡ la¡ r€la.
ciones procedimentales, centrádd en rcglas de intercambio antes que en
el contenido o el objeto €n si de la interacción.
Otro signific¿do d€l control emocional es el del poder so€iál, esto es, L,
propia capacidad para dominar los componentes de una situ¡ción, par¡
dominar la r€acción de olros a¡te situaciones y por lo tanto para mand.r
sobre €llos legítimamente. Este 6 el eremplo de Scoti, un ei€cutivo de nivd
medio que lrabaja para un grán banco de inversión, graduado de un MBA
d€ Ia Universid.d de Califomia {B€rkeley):

§coar: Supo¡go que diria de mí mismo qu€ cuando ruve ese cnoio
I...1
no §enti que tuüera un control sobre la situációí. No estoy seguro dc
haber respondido a su pregunta.
ENrrEv¡sr^Dor : No, no, la ¡espondió perfectnner¡te. ¿No Ie gust¡ no
lener el control de l¡ situación?
scorr: Sl, si,
axrnrvrsreoorur: ¿Puede decir por qr¡é?
scorr: Creo qüe he aprendido a qüe mc guste re¡er el conr¡ol. Me ad.
miro mí mismo por s¿r efectivo, y ser efecliw sisnifica lener el (ontml.
a
de la situáción y, y... cuando, ya sabe, si me cnoio y obtengo el 75 % do
l¡ rcspuesta que quiero obtener pero si tengo el control puedo haba!
obteÍido el 9() % d€ la respuesra que querla obtener, entonc€s no ma
§mto comq"bue¡o, al menos tuve una lib€ración emocional': No si€nto
que ésa sea una recomp€nsa, la de liberar esa energía, eh, emocion.l,
no es suficientemmte grande. Mientras que lo hago porla reconrpensr
que siento que obtengo al ser efectivo y tener el control, eh... y creo qua
solo el hecho de que no lo hago demasiádo,.. Bien puede ser quc rl
viviem en una cultura donde... Aprendería a hácerlo, de modo quo
incluso en €l momento de enoj¿rme sabrÍa dónde están todas las puar"
tas y cómo hacerlo. Y d€ ese modo podrla tener el control y estar fuer¡
de control d mismo tiempo. Pero cuando ulo no tiene.sa experien.h
es diffcil ha€erlo.
EñrRElsr^Dox :¿Quéesloqu€s€figr¡rau.stedcuandoyoledigoquctrl
y tal p€rsona es emociond, con qué asocia usted la palabra enocionaR
scor¡: Algo bueno y algo malo. Lo bu€no s€rla lá sensibilidad y un¡
cierta hon€stidad. Lo m¡lo serl¡ la debilidad y la imprevisibilidad.
Bl{rREvrsr DoR^: Es d¿bil ser emocional.

ENrREvrsr Dox,r ¿Puede decir por qué?


0rL ¡r0ll0 ra0r0xr(¡]5 lr u0ll0 a0xxuilatNt I r35

scorr: Sí. Nq yo... Yo... Eh... porque Ia garte que... No €reo que s€a
porqüe la gent€ que es emocional sea débil tarfo como porqu€ Ia gente
que es débil tiende ¡ s€r emo.ional. ¿Ve la diferencia? Es la cxpresión de
nuestra cultura, en la que el emocionalismo no premlece. Sólo se le
asign¡ a una personá que carece dc control. {Una persona d¿bill no es...
efectiva en nada porque no puede organiza¡se a sl mi$Ía.

llste entrcvist¿do ¡esume algunos de los t€mas que enum€ro a continua-


ción, y que )a fueion analizados previamente el control emocional €s visto
como un €l€mento .entral del propio sentido del yo y de ¡as propiás com
pctencias. EI control emocional .s al mismo liempo una heffamienta
pragmátic¡ para alcanz.r l¡ eficiencia y ü¡ dispositivo de cl¡sificación
( darwiniano) paia diferenciar a los "fuertes" de lo§ "débiles'l l,a categoría

.¿ébi¡"
condensa aqul auibutos tanto sociales como €mociona.les baro Ia
n¡etáfora m,ás general de Ia "autoorganizáción".'D¿bil"y"tume" son mar-
cadores €mocionales y también sociales, y'débil" connota una de§lituciór
psiquica y social.
control emocion¡l
el {¡
tanto y en cuánto señala Ia capacidad para
^si,
dominarse a sí mismo- signi§ca, por extensión meto¡ímica, que uno pue-
(ledominarálosoros,Mientrasqu€muchasc1 turaspremodema5habrÍan
.onsiderado que una €mocionalid¡d tuene'-€specialnente la expr*ión
xbi€rta de eDoio- está r€la€ionada con el ejercicio del pod€r, Scott su8ie.e,
rn conformidad con el discurso terápéuticq que l. emo€ionalidad sin res-
r r¡cciones es el sig'¡o de un yo débil (en lo psi€ológio y por lo tanto en lo

Ñc¡al). l¡ que resita de todo esto es un cambio en el modo €n que el pod€r


cs cxperimentado y €j€rcido. Si la p€rsona que r€almente tien€ conña¡za
.n sl misma es la p€rsona que nunca es humillada (o si, d€ manera irNersa,
l.t persona herida ohumillada €s aquella que carece de confiá¡za e¡¡ I misma
y carcce por lo tanto de pod€r rea¡), eslo implica qrre l¡ per§ona realnente

¡oderosa debe, casi por de6¡ición, no sentirs€ herida. De manera inversa,


$ probable que las experienciás repelidas d€ un sentimiento de s€ntirse
h.rido s.an traducidas como una deG€iencia psicológi.a- Enoiarss, s€ntirs€
((k so o €xplícitament€ herido es, corno señalan una y otra vez las guías
psi.ológicas, ca¡e€er de €onfianza en uno mismo, y carecer por lo tanto de
rnr pod¿r social re¿l. Asl, los psicólogos ha. redefinido drásticamente -y
, r.o que exitosamentF- el poder en térmir¡os €mocionales como la (apa-
( ¡lnd d(' mantener baio control las emociones p¡opia¡ más'ümbicn¡:
h vis¡ón de q¡r€ el (ontrol emocional seúala una sup€rioridad social €s
L (rüparlida por Gerirude, una mujcr de 37 años qu€ ens€ña mediación

y r( €o.i¡ción en una €scuela de negocios st¡douoider¡s€ de pr¡mcr nivel y


136 ! tA 5AtrA0Ó[ 0tL Ar¡ia ll00tllla

que ha tr¿baindo como col$ultora en mediación e¡ numerosos casos rll'¡y

GERTRUDF: [᧠pereo¡as emocionales] son tontas, so¡ ün Poco tontas.


Es un poco... p¡obablenentc no fueron .r;¿dos bien. "Débil' es u.a
buena palabra para... Quiero decir que Do son consideradas maias o...
Si, es s6lo que son un poco tontas, como si no estuviesen teDiendo
cuidado con todo. Usted sabe, ¡o sorl... no tienen todo bajo control, d€
alsuna maner¿. Débiles. Yo dníá que son personas débiles.
ENrREvrsraDoRA: De modo que no mostrar las propias emociones
demuestra la capacidad de control, y esl.r capa.;d¡d de coÍtrol Proba-
blemente senala algünas otras cualid¿des deseabjes y suPeriores, como
s€r tuerte. ¿Estoy entendiendo correct¡mente?
GERTRUDE: sí, sí... IMás adelante en la entrevista] [l.¡s emocio¡es] es
nejor no expresarlas, para mi padrs mi madrc l:ra mucho más exPresivá
que el. 1... I Uno pierde elr onr'úlr u¿ndo Pierdc 'u\ enrú, iúnc\. y a.e es
el mensa¡ que les doy a misestudiantes,quees cóno sermás aproPi¿do
enla empresa. Y eso ¡o es perder el control.

L¿ convergencia entre esto y la resPuest¿ de Scott es elocuente en cuanto


a que anbas susieren que el control enocional cs un signo de fuetza,lo
que a su 1€z es signo de la propia superioridrd profesioDal, y por lto de t
la propia superioridad social. l¡l como lo señaló DonDa Stanton:"Domi-
nár el yo es dominar al otro':"'
definició¡ teraP¿utica del poder
Estas respuestas sugieren entonces que la
en términos de administra.ión cmocional de si no se limita a los teÉos
sino que ha permeado profundamente las concePciones cotidianas del
valor, el estatus y el poder dentro de las organiz¡ciones económicas. El
cont¡ol emocional tal como €s coDstruido por los psicólosos juega un rol
ambivalente en las relaciones socistes: cn Ia medida et) que significa domi-
nio de sí mismo y distancia respecto dc los oiros, senala la capacidad de
estar tuera del alcance de los olros. De todas formas, así c,omo la capacidad
deponerentre paréntesis Ia participación inmedialadel yo en función de
metas de largo ptazo, el cont¡ol emocionál es también signo de la capacidad
para construir redes de cooperación y de privilegi¿r l¿ racionalidad.

ne Cit¿do cn Roberr A. Nye, Md r l¡tity a rl tnak conet of hoúot in Íodern Fra .e,
Nreva Yo!k, orford Univcmily Press 1993, p. ,.
Dtl Nada t(a 0Bt(ü\ Na a (aúfrüfitta¡tt I t37
^l

I LrDilisis que acabanos de ha€er senala una paradoja inporta[te. Bourdieu


lü sugcridoque uno los.oDceptos más opuestos at i¡rerés Do es tanto
de
r I rlcsintcrús .omo la nrd¡rl¿,¡.ia. SLr cal?cteriza.ión de li indiferencia se
,,,ncsponde de Dranera t ast¿nte esrrecha con la clase de vida emocional
Itr1)Puesta porel idealterapéutico delcoDtroldesi misnro."scr indiferente
.' I'cunaneceri¡conmovible anie el juesor conlocl burro de Buridán. 1...1
I i indiferenci¿ es un estado ¿tico de no preferencia, asi como un csrado
,l, eoDocimieDto en el cual no soy.¿paz de diferenciar los riesgos pro,
I'rk5ros. 1...1 lltusio es el opuero exacto de l¡ ¡raraxia: es verse envuelto,
r,¡ r¡do por yeneljwgol',:, La étic¿ rer¿péutica del.ontroldcsi se prernta
L,!¡o un vasto inteDto cul.ural por inocular en los acrores un modo de
lr rt¡r el juego sin ser apárenremente movidos por é1. Su objetivo es inocu

li r trD¡ ¡ctitud indiferente, una ¿ditud de no ser tomado por el iuego, con
cl,$ictivo de asegurarlos intereses propios. Mienrras quei¿ pe$ona t€ra-
Inlrtic¿ se detienede mancr¡ ercesiva en sus emociones,al mismotiempo
n.lr o(ige ño ser Dovida por eIas.
espiritu terapéutico ofrece el siguientc rompecabezas sociológico:
Asi, cl
¡ronrueve una fonna de sociabilidad basada en la.omunicaciór; alienra
,,,, i¡e¡te i¡dividu¿lismo basado en un interés propio ilusrrado, pero siem
l,r( .on el obietivo de naDtetrer el yo d€ntro de una red de relaciones
vtr irlcs. Elespiritu ter¡péuti.o promueve un eDfoque procedimental para
l¡ l)ropir vida emocional, e¡ ranro opucsto a un¿ vida emocionat espesa
,¡ n,stariiva. La vergüenz¿, elenojo,la culpa,el honor ofendido, la admi,
r,r(n'n son emoctunes definidas porsucoDtenido moral y por ünavisión
n¡\tiDtiva dc las relaciones, y estas emociones han sido convertid¿s cada
\./ más en signos de la inn¡adurez o de la disfunción emocional.
l.o que se ordena en lug¿r de eilo es la capácidad de controlar las emo-
, rnr('s yde dominarlasrcgtas de la ro,a¡r,rira.ión con una amplia varied¿d
,[,otros: ser"e¡¡ocionali como sugiere este adjetivo terapéutico, es per-
Itrrh¡r la su¡vidad esperada de las interacciones sociales. En términos
n ¡ iol(igicos, de todas fomar, ser "emocional" significa simplemente poner

.,, l,rinerpla¡ro una rela.ión con un otro: el enoio, el desprecio,la adrni


,.r(iñ yelafecto son los nombres quc les damos a se¡limientos acerca de
L,\ rLI¡ciones sociales cuando esras ¡elaciones son amenazadas o se encucn-

r! f iri r c &nrdi¿u y l.or W¿(t! ¡rt, An hvtat ion to rfl¿\nc Jo.idoSr,, Chi.¡8o,
'
thxlchir oa(lhi.¿Ao ¡lcss, roer,I. r¡r llrud. esp.: U,,a,n,nd.¡ú o l¡ so.ioloin

',/¡¡\¡?,M.
rnl, Siglo xrr, !rxl.
13S I L^ !lt!r(lóx 0¿t Á¡lu tt0ot¡¡it

tran !nri€§go. gsto quiere decir que la condición pEvia para la ,,€omuri¡
cació¡r" o la "coop€raciór¡" cn paraüiic.menr€,la r¿r¡rr¡rió
n de bs onoiol
enrcdos emocionales e
ufia relnción ,ocial. Fn 1a meüda en que las
cioDes ápunl¡n a qua uoo s! apa¡te a 3l mismo an una
relación I
tambiéo apuntar ¿ la Fopia d€pcn¿lencia de los ot¡o$ El
control
nal apunta ásf a un modelo de sociat ilidad €n el cu.l uIIo deh€
la capacidad de ápana$€ a sí mismo d€l elcance de 106 ot¡qr
& modo
pod.r coopcrar meror .on ello6. 8l control €mocional
d.l tipo
por ¡¡ p€¡suasió[ terapéutica ca al mismo tiempo la
-"r." a" un
conyor?tctido lo.np?d0 (r/Del dominio y cl controt de sf mismo) y
¡,
L
/¿ roci¡J (que pone las emocioncs enrre paÉntesis con el obieio d; in8t6i
sar a rcla€iole3 con los otros).
4
Ia tiranh de la intimirlad

Yá hecla tiempo quc h¿bía (h§.ubi€rto que el único u§o


dc .sa libcrtad que Msy suponia poséér s€ría dcPosit.¡
dicha libert d en €l .ltar d€ su ado¡ación de cspos¿ I... I
c,on u¡a concepción del ñatrimonio tan poco
Eompliod. y tár iDdifereDt como la suyá, tál crisis
podrla provoc¿rla sólo algo visibla¡€ntc afteütoso
er l¡ co¡ducta de su má¡idq y la dellcad€zá de sus
s€ntü¡ieÍtos hacie ¿l lo hachtr impcnsable. Pesara fo que
pasara, Archer sabh que ella siemPr. 3crfu leal, vali€nte
y sin re¡€¡timielltos. Y €so lo comp¡om.tla a P¡¡cticar
l¡s misma. vütudes.
Eütü Whüto¡'

El Lngu¡ie ter¡péutico e3 el leDgu¡ié Privilegiado pa¡a hablar ácerca dc


la f.milir: no sólo cmcrgió a partir d€ la5 úaosúormacion€s soci.lcs d. l,
familia, sino que h¿ sido d€§de su conccpoón una neñati\¡¿ f¡müar, €sto
e3, uDa náÍeiiy¿ d€l yo y de le identidad que anda al ro en la itrfanciÁ y
en la5 rcL€iones que uuo estáblece cn la familia de origcn. Esta rurratire
cs para la gente modcma lo que lá genealogle faniliar pudo haber sido
para Due§t(» ¡nce3tro§ r¡¡ Dodo d€ cafoS¡añar el yo tanto dc ¡¡áne¡a
diacródc¡ como sincró{rca en telacionee dc parentca€o. Pero con uns
difercnci¡ crucial la doctrina terapéuli.a no sólo defre y explica al yo en
té¡minos d. su historia frmili¡r sino que tambitu €x¡8r liberarlo de su
yugo reprcsivo,

' El.pr8¡.fc6d.Ed¡thrirhúton,TlÉ a8. o! iñ@ne,w.lawbrdt@rth,,e


p. tsllrttd..rp: La ..led alc b ¡ror¿rd¡, Be.lon., n¡^, 1941
14O I ü sltya 0r D Atira ¡00rR[^

E\ in ter esanre ob5eruar que et sigto x x ha)" \ido ¡ est igo


. de ¡r emergen-
cra oe orra n¿rr¡hvd que. al i8u¿t que ta narrati!a
rerapeurica, asegurab.
simultáneamente €nrender al yo dentro d€ la familia y
tiberarto-de esa
eslrucrura opresivd: et feminismo de L segunda ota. De
hecho, t¡nro €n cl
dsLurso terapéuri(o tomo en et temmista ta fami¡i¿ proporciona
ta metá.
fora raigal para comprender las patotogias del yq es tarnUien
prima¡io para
i et lugá!
transformaciones de sí que convocan e¡as dos aocUna',
las
De todas formas, atli doDde la docr¡ina rerapéutica
ent€ndía ta situació[
en que se encontraba el
,o €n te¡minos individuales, la doctrina feminisr¡
proporcionaba un¿ narm¡iva politi(a que exp¡n¿b¿
¡ds parotogi¿s de tas
mureres.omo resultado de un¿ dist¡ibución arimélric¿
detpoder dent¡o
(y, por supuesto, ¡¡era) ¿e Ia rar¡itia.
En€sta misma line¿.muchosh¿n sugerido que et di§{u¡so
pricológico e.
un.' ideolosía que susütuyeu oculrá ld condición poUdc¿ -
re¿1,,de trs;üjc.
res y Ia familia. converrido i¡cluso en una su€rte de €tiché de las c¡i.
Se ha
ticasl€ministas lonsiderar €l modo tempéutim de
autocomprensión coú¡o
uná forma de falsa conci€ncia que traduce 1os probtemas políiicos
coleaivoo
cofno problemas psicológicos indiüduátes iniibiendo
así las posibilidade_r
de generar un €ambio esrructuraj genui¡o. C,omo intentaré
áemosr¡ar Gn
este capirulo, el anális¡ det material cultural en
ref€rencia a su capacidarl
para emitir (ono ernitir) un mensaje polirico pr€defiddo ocutta l¡s
mucha,
maneras mmplicadas €n las que la po¡íti.a s€ dituye
en la €ultu¡a e, inver.
sámente¡ las maneJ¿s m l¡s que los esquemo ytos
modetos informan tar
Idas y la ¿cción poüüca. pero t¿ crirjca femj n ista de ta ter rpia
se ha srt leado
un hecho iEcluso más importante la vocación de la psicoiogÍa
era criticat,
con diversos grados de explcitación, a la famitia, y era
esta .locación crttic¡
la que en 1a prácrica coincidió y s€ tundió con el
feminismo.
becho,las.perspecLivas rerapéutic¿ y Ieminista
.De ofrecen u¡ eiemplo
sobresaliente de la alidnz¿ enrre dos poderosa\ formaci"nes
fuJturutes quc
apar€ntemenre compiten ta una con ta ofta en su
intento d€ abordar y
criticar los misnos objeros, a saber, la relación del yo con
la famüa, et rol
de h sexFlid¿d- la rel¿cion enrre ¡osserosyetsigni[cádo
dela parernidad
y la m¿lemidad. Pero. ¿ pesir d€ csla " rivJid¿d,,
ideologica. Ios modetor
de Ia! trans¿,ciones cmouonales oftecido\ por
Ia (utruia rerapeurica sc
enlrel¿/¿ron.on I¿scaregoríasdct discurso yetpensrmienrodel¿,tevo-
lu(ion cultur¡l reÍ¡ini'ta y tr¿nstormaron asiIa (utrura
emocional del.
fdmili¿, propor.ionando ú nuevo téxico püd tos derechos
y las obtiga_
ciones percibidos dehombres y mujeres.
Bte capitulo abord¡ dos series de cu€stiones teóricas amplias.
t¿ prirnerá
se relaciona con los modos como dos discursos que
aparenemenre corn-
IA R¡llA 0I tA lII ftDA0 | 141

piten de manera abierta (el discurso feminista y el discurso de la terapia)


i¡teractúan y se moldean el uno al otro. Esta cuestión €s pa icularmente
.eleva¡te debido a que, al mismo tiempo que las disputas teóricas €ntre €l
femhismo y la psicologia ardian, en la práctica ambos discu¡sos se toma-
ban pr€stadas el uno del otro categorías culturales de pensamiento y dis-
curso, proporcionaDdo asl ua ilusrración poderosa de tos modos en que
la cultura a menudo (aunque de ¡ingu¡a ms¡era siempre) trabaja dentro
y más allá de las posiciones políticas abie¡tas de los acto¡es. pero lo que
queda por dilucidar es cóm
Iá segu¡da cuestión es más conpleia y se relaciona con la pturalidad de
esferas social€s analizada ampliamente por Max weber y d€sanottada m.is
larde en la teorín de los campos de Pi€rre aourdieu.' Básicamenre, ta teoría
poshn¿ que en la modernidad las esferas sociales (por ejemplo, el mercado,
la familia o la ¡elisión) se dif€¡encian cada vez m,ás, y que cada esfera es
autónoma en términos d€ sus reglas de co¡ducta y sus significados. Una
comparació¡ de las reslas d€ la conducta emocional en el lugd de trabaio
y en la hmilia sugiere muchos más elementos en €oñú¡ que lo que suge-
rirfa el postulado de la difer€nciación de esferas sociates. Como intenraré
demosüar en este capitrio,los lenguaies de las transacciones económicás
y domésticas se han aüneado cad" vez lftás a lo largo de caminos que tr
cruzan € incluso se tusionan, sugi¡iendo asi que dif€rentes esferas de la vida
social pu€den contener modelos culturales y reperrorios normarivos qu€,
si no son similares, sl al meno! coiociden por momenros.

rNrrMrD D: uN REFUGTo caDA vEz MÁs rRfo

A pesar de sus numerosos contrastes, la familia ¡noderna contiene muchas


más afir¡idades con su predecesora,la familia victoriana, de lo que puede
parecer a prime¡¿ vista. Al igual que ésta,la famili¿ rnoderna de dase media

rcstringió los nacimientos, s€ reriló de la esfera públiú de ta sociabitidad,


entendió Ia vocación d€ la fámilia en términos principatmente emociona-

, Max Webe¡, "rh. scial psrholosy of mdd relisio¡s", en H¿ns H. cenh


I Wright Mills (eds.), ¡to,¡ Md weün EJúl in s,.,bro8l, Nuwa york, Orto¡d
C.
Univesity P.es, r9t8, pp, :67 lot lÍad- esp. en: Ensayot sohe sociobsía ¿le ta
,, Mádúd, Taurus, ¡ee8lj Piere Bourdie!, D¡,iñ¿riori A sackl .úiqur
'¿ltiós
ol ¡he jú19¿ñeñt of kste, CL\b¡idge, MA, ll¿rvdd U,iwsiry prs, re& ftrád.
esp: La .listiaciól: úit*iot I bt¡.J rd.ial¿r d¿t 8!ro, Madri4 Taurüs, r9ssl.
142 i r¡ \ Yií0N on H0DUuri
^r¡l

lesy se centró cadn v€z más en la pare,a.'Pero ar¡n así bay uoa diferencia
principal enrrc las frmilias del sig¡o xrx y las del siglo xx: .rl matrimonio
victoriano estata explícilamente dedicado a la traDsmisión dc valores
moráles y al má¡¡tcnnniento del orden social, y cn ese aspecto ¡a esfera
domésti.a estaba estrccha y explicitamente entreluzada con el cumpli,
miento de metas y valorcs morales. Estas prescr¡pcioncs morales eran a su
vez repr€s€ntada§ a través de idcntidades marcadas por ol Bénero: satisfa-
ctr las defi niciones de''mas{ulinidad" o'feminidad" implicaba desplegar
Ia .ornpetencia moral relacionada con estos roles denrro de la fámilia (por
eienplo,la modcria,la c¡p¡cidad p¿ra sacrifi.arsc y comprometerse, la
le¡ltad y l¡ confiábilidad).r Si losmatrimonios vicroriinos eran felices,lo
eran no porque un homhr.y trná muierhtrbieráñ rc¡lizádo su"yo interior
auténtico" en la inti,nidad coljdiana compartidá, sino úás bien porque
hombres y mujerijs, que renían roles, identidades de gónero y esferas de ac
ción diferentcs, imbuían asus pensamientosysentimirntos privadosdelos
valores y las accioncs aprob¿dos por su comunidad.l lin tanto yen cuanto
hombr€s y mujeres lucrancapa(es de suscribir estos patrones de morali-
dad ydecarácter,la lclicidad estaria a su alcance, sir¡ importar las pecu-
liaridades y las particularidndes de su consritución ps¡cológica.t Dice la

1 T¿lrÚ rlar.v.n. '(i,nl nruily ¡nd .h¡nge in ,lmtri.¡n hn ily lit¡ l cn Arlene
skolnkt y ]cromc skoürkk (ds.), ¡,ñir r,,rd,irio,, Nu§, yor\,
Harpcr collins cblleSe, ,e9r. pp. ,1o-4ó.
3 Por ejemplo, ún lil,m d. ¡ea7 de Joseph I. Fox, rnul¡do udw h' *tq hrp?itr
,8r¡r..¡ (Filóddfid, l)or¡!rc), r.rlavia c¡pru,¡b¡ l¡ dcñnirió,r quc eri la qunfa
ccrci. l¡adicnnul dll lr¡tri¡nonio: "MJrco Aur.lio r.r¡ri(i.n ún¡ o¡¡ción ¡¿
clave páE l¡ feli. ¡d d.¡ hoñhe, con Ias palabr¡s hnccr lis co\¡s ltrot hdN
para ¿l hombr.": tst¡s coss al¡opi¡da p¡i¡ el honrbr" s¡n los .ódigos
mo¡ús nfonDrl¿s om¡ ridos por los ñic¡rbRñ dr h d¡sc n¡.dia.
a Asi, en r9or. M¡ n¡ u i.r .on .du.¡.idn tcr.irri¡qu¡.s.ribi¡ f¡r¡ cIlr¡¡1i.5 ¡1,,,r
/o¡,'r, (no h¿y nl.i\ rúÍcrenciJs dÉpo¡ibl6) d.,iDu ¡úk,irr,rnrnr.' la fuenre
_d.!
de un márriñonni tcliz com6 dtrn ada h(ho d. qü. rodñ l¿s no.hcs
Eemos por la murua rol.ran.i¡ l¡ úbiduria dc vivn *EúD nu§trc mejo¡e
y
ide¡16. A m¡ mc p¡¡ccc qud ¡o h¡y lund¡ñ€ntor p a¡n rürridonñtelúlan
eshblcs como kx quc d¡ h !.ligió n .tisli.n ¿:
t "Elprim.¡arti.ulodcl¡constitu.ióndebcr,r:üquccu.rl(lui.rp¡Eonaque
dnir¡ ¡¡cDbGin debri¡ f¡cr¡r y aco¡dr qu¿ J l) lüs, dcsn !¡d¿ dc.d.d¡
obsrvará / pricri. ¡ .u ¡dosmentc I¿ corrsD, l¿ ü,snlú¡cnnr y h hh. de
egoisño que pflen.c.n ¡ lo que se @nocc onro cl lie do ddl '.omp¡o,¡ie'.
[..-l Ü *cerod.l¡ felicid¡d conyua¡l eslá conrerido (h cst¡ tnnrul¡: ¡tecb
demosi¡¡rivo y .uroq.riñcio. UD homb( nosó!,dLberl¡ dm¡r sl¡(irámerre a
$ espN, sino qu. rrnrbié¡ dcbc'ia d{nh 9!r l¡ ¡ñú,y dccir*lo nuy a
menudo. t¿ .¡da ver d.bcía úlar disFuero ¿ ..dc, no úna ó dos vdes, siro
€onstantcñert, )'coño utr¡ fri.li(a h¡(i¿.1oúo.ll.goisnonpl¿sl. el ¿moi I
r¡ r[l¡lA 0! r¡ lll¡üllD¡0 ] r43

historiadora Stephanie C-oontz: "Habia un acuerdo g€neral resp€cto de lo


que constituía el apoyo apropiado que un hombre debia a su esposa y
resp€cto de qué clase dc conducta podía esperar a cambio. Los hombres
eran juzgados por su érica de rrabajo, y las mujeres por la calidad de su
domesticidad. Se decla quc el amor era cada vez más importante pero
todaüa er¡ considerado algo que podia ser objetivamenic establ€.ido y
medido':6 Fue debido a queeslos modclos com€nzaron acácrqu€ la inter-
v€nción masiva de los psicólogos deorro de la familia sc hizo no sólo
posible sino también nec€saria.

La intetve,iciófl de hs ptioibgos et el tnarrinorio


Lo que muchos hán denoninado "crisis"de la familia mod€rna ha sido
objeto denuñerosas especulacion€s.7 P€ro es más útil pensar en ella como
cn una crisis consistente en una redefini€iónde la vo€ación de la familia.
Estaredefir'i€ión implicó la separación dela reprodu(ción yla sexualidad,
acentuada por la invcnción dc la pildora anticonc€ptiva yla reducción del
número de niños.¡ Además,la extensión del período dur¡nte el que las
pareias pasaban t¡empo iunlas lransfo¡mó cad¡ vez más a la fámilir, que
des¡ una institución dis¿ñáda p¡ra criar a los hijos yasegurar la super-
vivencia económica de hor¡bres y muier€s pasó a ser una institución dise-
nada para satisfacer las necesidades emocional€s de sus miembros.'o Para
decirlo de orra manera,la familii se individualizó: su legirimidad pasó a
derivar no de su contribución al orde¡ social sino de su contribución al
bienestar personál de los individuos. En este proceso, las normas que se
suponíagobernaban a la fami¡ia se tomaron menos claras,y lnás inciertas

la ma,r¡i¿ de ¡¿r I,¿Bo¡¡s qu. viven sin af{lo por .l otrq que pN.n corazon€s
frios y muefos, con ceniz¿s¿lli donde debéí¿ haber una ll¡mab¡illanrt y
rsrada, r n¿tr dstruidoJ si ñnñ¿s, cuidardo demashdo d. si misñs y
demasiado p.€o de los d os] Un ¡róniño"8Eduádo€n la úniveBid¿d del
marrimonioi cirado er Edwaid lóhn lrárdr, Hó* to be h¡??y tho th
"tdni¿¿,
7, ed., Nuda Yorl, Scrit ¡c¡.1882, p.7.
6 stephanie Coonu, 7 h. p.i¿ I otitnr.Í pti%¡¿ lil.: A hirlort oÍ Ahcrrai la ilies
1600{900, Nuevá York, Vers, 1933, p.16r.
z [n 19¡6. en San Fr.¡cisco, uno d€ cada cuatro m¿tii¡ronios tc¡ñrirú¡o eñ
dporcio- Michael l(in¡mel. M¿hhoód in A¡Étno: A cubunlhnb% Nuva York,
Fr€e PresE 1996, p. r5r.
* Fnr.e r3oo )¿ 1349 háb¡a cer.¡ de.inco hiios por 6poúi enrre ú7o y r9oo, habia
nrnGde rresj yen,err hab¡a ñe¡os de dos (ián¿).
, Arl.nc Skolni.k y J.omr §lohi.k. inl¡odu..ión ¡ Slol¡¡.k y§kolnicli F¿,¡,
n, r¿,lnio,. pp. ¡.'¡t,
144 I tÁ !¡N4(l0[ 0tL AÚ,tA ¡l0D l¡A

y abiertas a la discusión y a Ia negociación. Debido a que la faniitia pásó a


ocupar un lusar cent.al en la canalizáción del¡sexualidad,la reproducción,
la super"¡ivenci¡ econónica y la crian,a de los hijos,la ¡rcertidumbre nor-
m¿tiva cr€.iente e¡ rclació¡ con la familia generó ¡nsiedades sociál€s.
Como s€ñaló Clifford Geertz, se trata de

una dificultad persisrente, expe¡imentada una y otra vez de manera


constmte, para aptar ciertos ¿spectos de la naiur¡leza, del yo y de la
soci€dad, para t¡ae¡ cie¡tos fenónenos elusivos dentro de la esfera de
los he€hos forrnülables culturalmente, lo que deja ¡l honbre crónica
mente inqüieto y hacia lo cual se dirige, como .onsecueDcia, un fluio
de símbolos diasnósticos más constantes."'

En el siglo xx, el matrimonio yla ürtimidad se €onvirti€ron en esas áreas


de la vida soci¡I, púes sinultáneamerte involucrabar los aspectos má§
protundos del yo y de la idotid¿d y los desafiaban teDsando repetidamente
las exp€ctativas, los valores y los modelos que regülaban esa esfera. En este
contexto, resulta obvio por qué una nueva clase dc experlos, quc afirmaban
que pu€den tanto explic¿r como curar Ias variadas t¡rmas de angustia
geDeradas en y por las relácionesfamiliare§,comenzaron a ocupar un lugar
central enla.ultur¿ estadou¡idense.
Los psicólogos emergieron en un conte\to en el cual hombres y nuieres
estaban e{perimentr¡do ¡uevas tensio¡es debidas a las expectativ¡s .re-
cientes en r€lación con l¡ intimidad." Con l¡ caida de las redes de apoyo
socia¡ provocáda por un mercado en expansión,las mujeres de clase media
comenzaron a trasponer los intensos vinculos emocionales quc habian carac-
terizado a la cultura femenina hacia su vida de.a$d¡s. Lo quc hasta allí
habia hatlado una salida e¡ la cultu¡a lemernu de clase ¡¡edi¿ i¡tensos
vínculos emocionales, cuidado mDtuo y simpatíá enocional se reasignaba
ahora a los hombres, en la medida en que las uieres co¡¡enaban a deman-

to CliÍo¡d Ceen¿, The inErtt ,¿r¿, {y' d¡l,¡rej, Nueva Yo¡k Basi. tsooks, ,e/r,
? zts ltt^.l. esp.: Lo i dil!tus, ¡arelon¡, ccdúr,2oool.
rerpretd.ón .¡.Iai
n !o¡ ejemplo, alexplior porqué no lolyeú á.asare.or su ñarido' lna
er reo8,
.olabor¡dora de ¿¿didJ ¡ro,¡c.ior¡,¿¡ §.ribr¡."Esrot segur de que miñ¡rido
tue el primúo en Iúlü de nunerd m.lhumor¿.i¡ r imp¡.i.trie ¿n ¿x¡nrn
desuido rGpecio d€ los pequenos g.stos aDihlesy lasconsidencioncs
úe.4rias p a I¡ ieli.id¿d de los esposos. Estoy rsn.a dc que delibeada¡nente
ñe mostó elorro l¡do de s( natnGlea.on sü tot l talt. de rado y su
despieocup¡ción respedo ¿el modo coÚo 60 podi! ¡fe.kr mi a¡noi: ( wly I
vould nor máiry myhusb,nd d9.Jn¡,, Ladia Hort lú¿nn¡,¿s.\lo de r9o3, p. rll.)
LA I tANIA Dt tÁ tNllHtD¡0 t45

dar que los hombres tuerá¡t emocionalmente expresiyos y cuidadosos." En


el siglo xx, era más probable que las muieres hicierm responsables a los
hombres no sólo de falar en la provisión de apoyo financiero sino también
de apqo emo€io¡al, e§cuch¡ comprensiva y afecto. Esta ¡ucva cxpectativa
relacionadá (¡n los honbres se ac€ntuó con la definición naciente de un
buen matrimoDio, por pete de Ia cultura del consumidor, como un luge
donde compartir gustos comünes, y¿ fueran maleriales, a.titudinales o
§exuales. Quizá de nanera i¡ónica, nada complicó tanto al matrimonio
corno la idea y el ideal de la compatibilidad enocional y sexual.
A¡tes de que Fr€ud apareciera en la escena cultural estadounidense, la
norrna del placer sexual,las prácticas de conlrol de la nat¿lidad y la s€pa
ración entre el pla.er s(nalyla reproducción h¡bían invadidolas relacio-
neseDtrelossercs,aunquedenlrodeIoslimitesestrictosdelmat moÍio.'r
Estas silenciosas transformaciones tu€ron acompañadas por una brtsqueda
de nueres estándares de conducta sexual, espe.ialme¡te en lo con ernienie
ala malidadde mujeres.Al i¡crementaila üsibilidaddela sexualidad
las
en la esfer¿ del discurso público, y al colocar Ia sexualidad en el centro de
una psiquis saludable,los psi.ólogos crearon una demandade orientación
que era tanto m᧠ne.esariaen tantoconcerniaa una esfera de la conducta

La psitologta y l,a política de ta feíúniáarl

Al comienT¡, Freud e ¡probado de mánera entusiasta por lls reforma


doras estadounide$es que veían ]a sexualjdad como el canpo de batalla
para una politica de la emancipació¡. t¡quelas feministas 'encontraba¡
tan atractivo en las teorias de Ereud teral el reconocimiento dela pasión
en l¡s mujeres'l'a Esto ayudó a su vez a la¡zar o a reforzar camp¿ñas por

D Acem de la cultu¡a femeniná r¡ctori¡¡a de .lase media, véa* Cn.roll


Smiih Roenbrg, D¡drder¡l co ndut: Visiañs ol gü"ld h Vnbrion Atttic1,
(nopl r93r- t¡s nDd expcclatilar de lG hombres estaban
Nuevá York, A. A.
relacior.ds probabl€¡,eDtc on el h€cbo de que la est*d del ocio, en la cu¿l
hombres y ouj€res habia" pemaDecido sepárador hasr¡ enton.es, .onenzó ¿
ri¡¡sronnaEc e¡ un ocio h€terowial, qúe me?rl¡b¡ ¡ hombres y muicru. véase
L.wrencc Birken, cotrs,r¡itg d¿sne: Sea&t sr¡¿fle a t1 the ün.rsence ol a .ulrure
ol abun.lore, 1371 t914,\nrca, C¡¡nelt University Pres, 1933,
,r loh¡ D Eñilio y r¡ielre B- Ft@¿m n, hnin'a¡¿ natreÉ A linatr óf *lrdtiry ik
/,¡¿lid, Nuevr York, l'larpe¡ aDd Row, 1933.
¡4 vÉ¡se M¡ry lo rluhlc, ¡.,,n ti!¡ a ¿ ns ¡lntu¡¡.nrs: A .¿n1üt/ o¡t ¡Ssle *ith

¡s)ddd,,/An, (:rnrh nlse, M^, 1¡rrv¡d Univeñity Prdsr, r998, p. 2t.


146 L LA sArl/A( dr DEL ¡t¡A ¡00ú!A

el control de la natalidad, por familias menos numerosas y por el derecho


al placer sexual en si mismo. Esta tegitimación de la sexualidad de las
muieres generó a su vez una actitud más distanciada, e inclusive crítica,
hacia €l matrimonio tradicional yta famitia, que aho¡a eran vistos cada
vez más como instituciones que exigían sacrificios injütificados por parte
de las mujeres.A pesar de los elenentos misóginos presenres €n el p€nsa-
miento de Freud, inicialmente el psicoanálisis les brindó a las muieres las
h€rramientascoD las cuales.omenzár ufl¿ revoluciórr dentro de su propia
esfeia de acción, esto es,la de las relaciones íntimas yla sexualidad.'s De

,5 Es posible rte¡n eleso de Dora párajurifi. stepunio,¿uD.u do,de


mlnerá i¡ó¡ic,. ésre ha krvido a la c¿nsa dcladcnuncia delpsico¡náli§s por
pade d¿l feminismo. Do¡a, uno de los célebrs casos f¡üidoi'de Ftud, tue
ll.vada .t co¡sulto¡io de Freud por su padre, debido a qse pade.ia u¡á tos ag!d¡.
Irrcud diagnosricó que es los ra ma Eácción neuróli.a ala historiaen l¿ cual *
en.o¡trab¿ arrapada Ia much¡cha: clh habi¡ sido eñpuj¡d¡ po( su padre ¡ los
brázos de Her K., de nodo que él púdier¡ manl.ner utr silencioso ro¡nance con
l¡ esposa de Hqr K., Frau (. l$ reni¡istas han ltilizado a menüdo esta hnbriá
como !n ú8ume¡to efl conl¡a de F¡otrd, quc ilustra¡ia .l nodo e¡ que el
proy(ro psi.o¡¡¿litico estaba coDtenido dentro dc l. esrrudua patriái.dl
y prvi¿ a ¿sta. sc trata dc u¡. eslludü¡ac¡ ]a cuallos hombres inter.añbiabln
a l¿s mujeres entre si para srnfaer su ¡pdno Bxual,queer¡ ¡ str vez un¡
q?.esión de su dominio. L¡ re¡¡pia esrista e¡ este corlexto.omo Dna másara
y coño uná técnicá qúe ayuda ir.llso a akSurar lá perpetD¿ción de los
sinr.úas y de las enfermedades que so¡ gen@dás por 1. est¡udur. sociat
patriar.al. Sir duda, la hisroria era un ej¿¡rp1o dc csr¿s disposiciones y de esta
domin,.ióD patriárc¿], p.ro su tr¿ta¡nicnto por p¡rte de Freúd no lo e¡a Yo
arsumcniá¡ia qucelrclato de la historia por pa.te de Ereud er¿ mucho más
desestabilüador pan Ia r€p.c€nkción d€ l¿s ñujees ltue .@lquier oln
lbrm¿ción cult¡al disponible cn esa época.
como sñah d historiadorde la limi¡ia(larl Degtei, "en todo el nundo
o.cidenld,durá¡le el si8lo xrx y ¿ comicnzos dclxx, no sóio h¿bria sido
elcandáloso ndñitn L cxnron ia de un¡ñ¡.rtcolc¡d¿ sexual en 1¡s muje¡es, si¡o
que hábria sido conl¡ario a tod¿ obscNadón (Carl De8ler, "$hát oughi to be
and what was: woment s.xuality in the nñtecnth carturri e¡ Añri@,
fi¡rori.dl ¡¿,i¿a N" /9, dici€mb¡e de r97a, pp. ¡a67 r49o). En cortrNte.on ello,
en d relab qúe ha.e Freud de 1a hisroda gue le cuent¡ Do!¿ lá seru¿lidad de l¿
much¡cha par.e sr ta¡ poderou e impl.cábh .omo la dc los dos hombr€s
qu€ 1á eshbar inre(¡úbiardo. De hecho, e¡ ¿l n,odo con que rrc¡d enriende y
n ra la ¡eeción hisréri.¡ de Dora, su conficto rcsult. habú sido provoúdo por
su propio ¡nor y su deseo por su padrc, por el dcseo inconscicrte 9úe la llév¡Ld
ha.ia su in€scrululo$ prekndie¡le, Her (,, y p.r su deseo sexu¡l há.ia la
propia lrau I(. Que esra descñpción de I¡ sx¡alidad de Dora por pa¡te de Fretd
lú.ra recrrira no cono un .uento porno8ráfi!¡ sino conro un r.¡ato cicntiñco
¡eüt¡al(ypo.10 ra¡to le8írimo) ha.iadel¡¿l¡to de Freud algo todavia más
súbveñivó. lsb ¿s ¿sí porqN dt.sc¡ibn a.er.a del supucsto ¡pctilo sexual
L¡ I tANIA Dt tA r¡Ill lD¡D t47

todas formas, debido a qBe los psicoanalistas apreDdieron muy ñpidamente

a utilizar el mercado cultural para expandir el alcance de su influenci¿ y


para diigirse a uü públic.o más anrplio de pacientes-consumidores, su
posiciónüró signifi.ativ¡meñte. En el proceso de popularizar su ciencia,
los psicólogos alteraror radicalmente la mezcla de conservadurisno y
r¡dic¿lidad que había cara€terizado al psi€oanálisis incipiente.
La re\¡isra Lo¡lies' Hane lorrfal (dirigida ¿ la clase Bedia y con una
ideologir másbien consew:tdora) proporciona unabuena ilustúción de
los modos enqoe la psicología popular abrazó inicialnenteelpatriarcado.
l.a.evista publicaba habitualmente una columna acerc¿ del matrimonio,
la p¿rejá y los problemas maritales. Clifford Ad¿ms, colaborador de la
revista, profesor ¡sociado de psicologiá en la Escue¡a Universita¡ia f,statal
dc Pennsylvaniaydirector del Servicio de Orientación Matrimonial en la
misma institución, podia escribir en r95o que

hoy, al igual que hace cien años, un¡buena esposa debe ser un ama de
casa competente,aun cuando muclt¿s habilidades que en una época se
requerían hoy estén fuera de mod¿. t...lAsi como sigue siendo básica-
ente una oblisació¡ del esposo ganarse la vida, siSue siendo respon-
sabilidadbásica de l¡ mu,erocuparse de lacasa.'¡

l)e matrera similar,otra fanrosa colLrmna finmda por el doctor Popenoe,


que en ¡93o había fundadoydirigido el Instituto Americano para las Rela
cioDes Fam iares, contaba nume¡osas historias de matrimonios ma1 ave-

c¡odne yvari¡do dr Dora, Freud sp ¿bi la moralidad de Ia eválú.ión de


la *xu¿lidad dc $t¡ ñujei Citmdo otr¡ v.z ¿ Peter Ga¡ l¡ Beneros¡ visión
d. l¿ libido por p¡rte de l¡cud lo .onverria er un demóüái¡ d. la psicolo8ia.
Puesro qle rodos los srcs hum¿nos coñp¡rlen Ia !i.t¿ erótica, todos loshombcs
y las mújeres *n húmanos yhemmnas del¡ás de sus Dniformcs culturalei'
\PaEt G¿y, Frcttl: A LiJ¿ of our tn,a Lo¡dres, l. M. Dent, ,e33, p. q3).
l-¿tr.nlorma.ión de I¡ representación de I¿s mDie¡cspodri¡ *rhalhd,
nqui no en uñ discurs,clivoy cxpliciro de denuncia de so condicni\sino más
hicn en un nuevo erilo cultur¿lquc rewlaba un¡ se¡u¡idad len€nina voraz,
l.giliñaúdo asil¡visión d. quc elapdno serú¡lde la ¡rujeres podia ser ia¡
Ndsroso y deternrürantc de conduct¡ coúo el d. los ho¡rbres. Aunque sin
su
¡ud¡ Fi¿úd no era N lininista,y aunque no inventó la idca delpla€ú sxual
liNnino, n¡ visión de que los hoDbrcsy las mujeres ienian uná sexudidad
igu¡lmeñtc poderoiá ayudó ¡ desftbjlizd I¿sdefinidones cultlrales dela
d. lás ñúi.iG.
'§uJlidad
n, (lli,loKl (l¿ft, M¿knrg m¡ri¡gc work i en I ddn Hd"./o¿¡,¿liuniodcr95o,
r48 I l¡ 5ALVAfrÓr DtL lLnA r,10DI¡rlA

nidos. La columna daba por sentado que el rol aPropi¡do para una esposa
era el de ser un ama de casá adecuada. La columna estába basada €n casos
de la üda re¿l y era @mpilada por Dorothy C¿meron Disnef Conforme
con el muitiperspectivismo defendido por el espíritu Psicológico' el caso
era presentado como una superposición de varios Punto§ de vist¿: el del
marido, et de la esposa y el del psicélogo. Su m€¡§aie poníá las técnic¿§ v
el conocimiento de la psicotogía al servicio de definiciones del matrimonio
de tipo patriarcal, €n tmto legitimaban las relaciones de pod€r entre hom-
bres y mujeres dentro de Ia f¿milia, respons¿bilizardo a las mujeres por lá
üoleÍ.ia y el descuido de los hombres e instruÉndolas Para que enten-
dieian el punto de vista del hombre y, de manera rnás general, obligándo-
las a rendn cuentas por el bienestár del matrimonio. Por ejemPlo' en r9óo
un¿ mujer que se quejaba porque su marido Ie había pegado más de üna
v€2, y que e¡ consecuenciá se había ido a la casa de §u mádre, concurrió ¡
numerosas sesiones de orientación P§icológica, al cabo de la§ cuales, "r€e-
valuando lá relación con Lance, ella pudo percibir sus Propios errores. vio
que sus acciones )'stts actitudes hablan incrementado los s€ntimientos de
inseguridad de Lance, lo habian enaienado y lo habian alentado a €ntu"
rrünarse y comportarse como u¡ matón juvenil. La mujer entendió quc
habla privado a Lance del orgullo de la Patemidad y habia convertido ¡
Susie ua hiia bebé de anbos I €n rivar de su padre'l'? Cláramente, Ia nuev¡
jerga y la nueva perspectiva de Ia psicoloúa era¡ movilizadas para hac€r
r€sponsables a las muier€s de ios éxitos y los ftacaso§ d€l matrimonio, .
ircluso de Ia violercia de sus maridos. Asi, al rnenos iniciálment€, gm¡
párte de la psi.ología popular se hacia eco de lá estructurá patri¿rcá del
poder dent¡o de la f¡milia y la reforzaba, incluso cuando atumaba que sc
proponía reformarla. Como señaló una autora, durante ese periodo "rei-
naba orgullosamente ta misoginia psicoanaiitica"'3 como vocabuldio ps¡-
colósico, usado para justificar la desigualdad entre los géneros e in luso
para menospr€ciar a las mujeres.
tá cultura popular de las décadás de rglo y 1940 parecía ser prrticulár"
mente r€c€ptiv¡ a los elementos rnisógjnos que oPeraban en el psicoa¡á-
lisis.', Los psicoa¡alistas recomendaban a las nujeres "volver a casa y ocu-

17 P¡d r'openoe, "can tnis mairiase be s¡{ed? l cn LdieJ Hd, ¿ lourndl, jtnio

rs Buhle, ¡¿nir¡ú ard i¡5 ¿i.anteit': Ace nry oftttl¡qsle wnh psych@ñat'í',

,e Po. ejmplo, .l cxitoso b$tieller esPontáreo ,4 8¿"¿r¿rú,¡ orlip¿rs hea,) suger¡u


qu. la estádounidens erá ua socicdad enf¿.m¿ Porque hs niuje's habi¡n
ra rrflarll¡ 0t I¡ lrlI nlDA0 I 149

par su posición importante pero subordinada en la familia parriarcal".'"


La psicología popular no sólo utiiizaba la jerga de la psicologia para pro
mover puntos de üstá misóginos y patriarcales, sino que también deses
timába las perspectivas del f€minismo. Por cremplo, en el iDfluyente Mod¿tr
wonnn: The kst sex, prblicado en re4z, Ierdinand Lündbe¡g y Marynia
faúham (pcriodista y psiquiatra, respectivamente) ¡€rmaban que el femi-
nismo era una "protunda enfernedad" que infectaba al'brganismo psi-
cobiológico ¡nás pe¡turbado: la m¿dre']"
En resumen, duante la Gucrra Fria -e incluso un tiempo después de
cll¿ , popularcs del psicoanálisis €ran particularmeDte adver
las versiones
sas al feminismo y utiliraban la jerga analítica de la psicología para refor-
z¡r las visiones tr¿dicionales de las mujeres. Dada ia importa¡ci¡ de la
psicologla en 1a cuitura popula¡, ¡o resuita sorp¡endente que su auspicioso
comi€nzo en Iadécadader92o, dúantelacual los boh€rnios y las activis-
ras feminisras l€ habian dado la bienvenida a la aperiura sexual prometida
por et psicoanálisis, tuera seguido por u¡asospecha crecier¡tee incluso por
il re(hedclpsicoan.iln¡s por parre de ld\ fenrinisu'.
En 194ó se sancionó la Ley Nacional de Salud Mentat." Mi€ntras que
hdstá entonces el rrabaio delos psicótogos se había limitado al ejército, a
l¡s empresas y al cuidado de los enfeimos mentales, con l¿ ley de r94ólos
ps¡cólogos pudieron mpli¿r el aic¿nce dc su acción para inclunaciuda
(l¡nos comunes. Del mismo modo como Elton Mayo había querido pro
mover la felicidad e¡ la empresa, los nuevos sanadores de la psiquis se
t,romovian a si mismos como f¡cilitadores de la armonía deDtro de la
l¡¡niiia. La gente común de clase media que luchaba con el problema «)mún
(lL tener una buena vida se veia cada vez más atraidá ha€ia el ámbito de

.nshado úaridos y trivado álus hijos de sx uÉrulinidsd. Utilizando la


a sus

i{sa e1 .úor del libro, Philip wylie, de.lar¡ba a las mllrcs


del psnoanálisis,
Gpo¡slhs por la de.li¡..ión dd lidmzso y de los valotes deño.ráricos. q
prra romár otro eienplo, cn 1944 la pelicula de Holbrood Ladl i11 the dotk lUna
rüitt út ]a pü"ttbn) úlizaba re.tas psi.oanallricos (táles como ¿l dcseo
rcpriDido, cl inconsienle yelco¡nplejo de Edipo) para t¡aDsniin d mcnsje
h.isi.o dc que la ñujcr l(b¡¡doi¡ est¡ba dostnr¿da a sr ürfeliz, y que su
l(.li.idad Éri¡ ¡eclperad¡ cuaodo er.onir¡ra un hombrc que pudie¡i dodn:arla.
1 h,hle,¡cú¡ih6,,adtsr¡.ont¿t¡s: A ce tút al struqgle with lsrchoonalrsn,

,r M¡¡yniá h ¡¡¡nham, Mo.i¿l¡ ,o¡,¡¡: ft¿ ¡dr, J.¡, Nuela York, Harper, 197.1,
.irúoenlllen Hcrnra¡, T/¡. r, dreiAúúicaa prcholog/t Politnaltul¡ue i
n{. ol .xpd\, ts4a ry7o, Be¡keley, U¡iversity of Glilornia Pre$, r99i, p. 273.
'1r
iJ tt$ñnn, rhe rc ¡r n ofAn¡ilrt Psy.l¡oLy: )'olitnal.uttú¿ h the aqe al
r5o I Ll !lt9liró¡ 0rt ll¡l il00rrlr

peri.ia de los psicólogos. Y de hecho, tal coño lo ha documentado Ellen


Herman, lá salud menral comunitaria turo éxito en Ia provisión de Nevos
s¿rvicios -psicoterapéutico6 en su énfasiF a una nueya c¡ienr€la que era
mis grande, meior educada y más de clase rnediá.. tá legislación fcd€nl,
a su!r¿, brindó la in&aesrructura n€.esa¡ia para apo),ar a un¡ psicologf¡ y
una psiquiatrfa orientadas hacia la comunidad ilura¡te las dé.¡das de r95o
y de 1960, con el resultado de que la psicologta expandró el alcance d€ su
influencia hácia la gente'normal'l esto eq hacia ¡os miembfGs d€ las clases
medias-medias y medias altas que üüan.n la.s grandes zonas metropoli,
tanas.q En I. década de ,960, la reorientación de los intereses profesionales
y de la clientela de los psicólogos hacia la "gente normal" no sólo expandió
€l mercado de los servicios terapéuticos sino que también má¡có un giro
d¡amático en la identidad socid de los grupos que consumia¡ sus $rvicios.
Hacia la dé.ada d€ 1960, la psicoloSía se hábta iÍstitucionalizado por com-
pleto y se había convertido en un asp€cto inttns€.o de la cultura popülar

Iá irstitucionalización plena d€ ta psi«,logía en la cultura €stadounidens€


tr¡vr su reflejo idéntico en l¡ institu€ionalización det fer¡inismo
-iguá¡mente
plena- en la de.ada de ¡97o. D. hecho, hacia rhediados de la déada de r9o,
había una amplia red d€ organi?áciones feministas e¡r funcionamiento,
incluyendo'cllnicas pará r¡¡uieres, cooperarivrs de credito, centros de crisi3
para viola.iones, librerlas, periódicos, editoriales y ásociaciones árlérica§':g
El femirismo se había convertido en u¡a práctica institucionatizada, culr
fuerza creció con ]a €reación de d€p¡Itámentos de estudios de ¡a mujer etr
lasu¡iversidades que a su vez orga¡izaba¡ ün amptio ab€¡ico de prácrica¡
institucionalG dentro y tuer¡ de la universidad.,
Con su institucionalización, el feminismo y la psi.olosía se volvieron
cada vez más hostiles el uno con la otra- Dürante Ia déc¿da de 1960, tropas
de muieres €omprometidas coñ la causa del feminismo expre$ron su crl-
ti.a al psicoanáüsis, cuesiionando las premis¿s y la razón de ser de la dis-
ciplin& Entre las feministas tuc 8ar¡ando cons€nso la visión de que la psi-

t Hetun, Th¿ toúone ol Añaitun ?tychntos]. &,lincdt cult/e in th. dS.


oÍdt¿ttt, t94o1sm.

2r Be. Schulru'¡' ]rr¡. S.E tiet: Th. lret úiÍ, i, Atui@n @h"B ñi.ry Nd
pold6, Nwá Yoú, Fre Pr6q ¡@r, p
,6 E! r97o, .¡ las uni6idad6 est.douiddks'/¡. h.bia
mcnos de Eintc or$, sbÉ
la mú,e..s; doÁ déadas má! iardc, habia más de Jo.ooo curss de .* tipo 6ó10
m.l nivel d. g.ado (i&r¿, F. rz).
t¡ il[¡(lt 0t tt llt]I Dt0 | 151

cología reforzaba los rcles tradicionales de los géneros y la d$igualdad.e


El lugar donde €sa voz sonó dc maneia ñás eslridente fue el libro ¿a ,n ¿r-
ti.a de la Í¿ni idad, ¿e Betty Fri€dan.' Háciéndose eco de numcrosas
clticas feministar que hablan acusado al establishmeni terapéutico d€
denegarles la libertad a las ñujeres, Friedan atacaba al"fieudismo" por
haber esencializado Ie feminidad.', Durante lá dé€ada de 1960,las f€mi-
nistas de lá scgunda ola del rnoümi€nto convirtieron a Freud en su archie-
remigo, en gran medida debido a lo que much.s percibím corño el deter-
minismo biolégico pres€nte en la teoía de Freud, que era üsto á sr¡ ve¿
como una justificación d€ las dif€rencias sexuales y de lá desigualdad, Iás
f€ministas también acusaban al psicoanálisis de reforzar e incluso de
empeorar la dependencia de las rnujeres respecto de los hombres. Ibmando
como evidencia el rol de los psicólogos en la cultura popular €stadouni-
den§€, muchás fedristas acusaban a la psicologla de reconciliar a las mu.ie-
res con ladefinición patr¡arcal de la farilia y de utilizar la autoridad de la
cien ia pará jufiñcar la exhtenci¡ de ua €sercia fer¡oina. En una frase
que se hizo cÉl€bre, Kat€ Mill€tt llamó a Fr€ud "la fuer¿a contrarrevolu-
cionaria individuál más fuerte €n la ideologla d€ la poÍiica sexual'ir" Otras
críticas feminist¿s argumentaban que la psicoterapia era usada como un
modo de clasi6car a las mujeres como locas ya fuere cuaado no se confor-
mában con sus roles o cuando expresaban, a trávés de u¡ comportarniento
atípico,lo que erá esencialmente angustia sociál.r'Asi como las mujeres
han sido controladas a través de la caza de bruias, el sati, el atado de píes
en China o la es.lavitud sexu¡l, en la actualidad son .ontroladas mediante

27 r¡s d.Mfioi á ¡¿ @m?rensió, psiroLósica y psi.o.nrl¡iica dc ls mujeFs


hab¡¡ñ lido cxpresadós }t dcsd. pco €n sú m¡yor¡¿ ! Íavés
¡a década de
'92ó,
d. otr8 psicoüüst¡s mujúcs. Lás c¡lricás i€úinisias te¡¡pránd alpsi.oáná¡isi3
lueron llcvadas á crbo por .olcgas p¡ofesionalG qu. no busab¡n saEr la

,a BÚty tn ü¡.Th. f.ñiaia.,r6,iq ¿, ñda Yo.le Noro¡, ryó3 lrrad.6p.:


t ñbtid.l¿ Ir hninida.l, M.drid, Júqr. reTal-
29 Hab¡áñdo acer.a de l
.ien<ias $cial€s en ffner¡l y d. l¿ psicolosi. €n p¡ni.ular,
Bcrrr Irrda r*guEbd qúc "cn luS de dd rutr lo! ! irjor pErutr,o, quc
rer.iñgfan las vida de las muj.rcs, en l$ Btados UnidG ld cienci¿s $.ial.s
l€t otor8arcn u¡¡
autor¡dád r.¡o\ada libid., p. r7).
ro C¡bdo (n Buhre, F¿n¡r¡nn a d hs dí«ort.ats: A Ct u¡?y ol ntrgk,nh
?sy.hmtaly'ú, p. tos.
, vée Hi7¡b.ü hnbdk, I¡¿ psy.llianr pdsuasiot xno\|ldse, sdd.¡, o¡tl
powt ih ñodn¡ A"iú¡.a, Ptiñretor, Prineton Uñiv.rsity PGs, r994i J.ne
usshe\ \ttoñtú\ ñddúBt: Mito8l,,/ o/ ,rdúl iIrrJr, Unileisiry
ol Marsdchtr*ns l,És, ¡99r. ^mhmr,
152 I tr fltvA(lÓi DIt lÍtl to0!eN^

su cátalogación como'locuriydelacoDsigu¡cnte terapia,¡ laquealgunas


feministas ve¡ como u¡a'violación rnentál'."r' Par. las feministas, €stas
manifestáciones de "locura" o de "patoloSiá" eran o bien uüa co¡strucción
sociál dirig¡d¡ a controlar la co¡ducta de las mujeres dentro de una €struc-
tura patriarc¡l, o bien una r€spu€sta válida a las formas reales de ¡ngustia
prcducidas por la opresión.
Pero,a pes de su hostilidad decl¿rada,yde manera .oncomitan te .on
ello, la alianza (cultural) de la psicoloSía y cl fcminismo demotró ser ua
de las más fuertes del sig¡o nx. ¿Gámo podemos explicar eslo?

Ellen Herman ha sost€nido que, a pesar de sus diferencias, las doctrinas


terapéulica y feminista pudieron coincidir debido al trabajo de feministas
concienzudas que demostra¡on que diagnólicos tales como "histeri/ y
'fepresión" habla¡ sido categolás forjadas por hombres para deslegitimar,
errcluir € inutilizar a mujeres impotentes que lo que esiaban haciendo er¡
protestar por su condición so.ial.! Herman at ribuye esto al hecho de que
los psicoterapeutas tueran alt€rnativamente "capases de apaciguar y de
eracerbar ¡as rupturas sociales y po¡íticasir Tal como ella lo expresa,la
psico¡o8ia fue capáz de'construir lo femen¡no" y simültáneámeÍte áyudó
a construir ¡o'f€minista':r' Pero todaüa no queda cláro de q'ré manen el
mismo discurso podria hacer ambas cosas.
Una perspe€tiva posible podrla afirmar que los textos son inestables y
que pueden s€r apropiados por los actores scgún sus necesidades y sur
estrátegias. Esta persp€ctiva supone que e] significado no tiene importan
cia intrínseca. Mientras que la mayoria de los sociólogos culturales estií de
acuerdo con Williám Sewell en cumto a que "las que son tomadas como
certezas o verdades de los iextos o los discursos son en realidad dis.ulibles
e ine$¡blesir igualmente hay ün únite pará su plasti.idad. t¡s usos socia-
les de losteros deben estar en consonancia con ¡lgunos de sus significados,
y tal consonaocia tiene lugar no a pesar sino deDido al hecho de que esros

J7 U$incn vtoñ.n\ ñadn6t Mitugt¡y or ñ.ñ¡al ilkes,p. t66.


i H.¡ñú. The @ñdnu ol Añdk¿ñ psy.tloloSy: Poli¡icd .uhuc tu th¿ as¿
ol.+qts, gao.gzo.

t6 Willhm H. Sewdl lr, "_Ihe con €p(, oi cúkúé'l er Victoria E. Bonnell y lrnn
Húñr lcdt.), Betind nE dht¡dl tuú: New dir*tióñs iñ th. nudr of sociery abd
dl¡la lte eley, Univ.6ny of Cálifrrnió Pft.ss, 1999, I. r.
l^ rIlril^ Dr ra rlrIllr Dt0 I r13

significados son a menudo ambivalentes o contradictorio§.r7 De hecho, a


pesar d€ las opiniones pairiarcales o misó8inas de los psi.ólogos, m€ gus-
tarla sostener aquí que, desde cl comienzo,las cátegoriás del discurso psi-
cológico contenían ciertas afinidades con el pensami€nto feminista. Esto
es asi porque, al destilar sus conseios, los psi€ólogos adoptaban una postura
científica, y la mnada cienlífica, a su vez, tendÍa a corroer la €structura
tradicional del matrimonio al convocar a un cu6rionam¡ento de süs nor-
mas. Ademr8 al utilizrr las categorÍas intrinser¡meñte iñdividuales de la
psicología, los psicólogos cuestionaban el m¡trimonio normativo lr¡di-
cional, y al hac€do recurriar a válorcs y a conceplos derivados no del nú€l€o
duro de la politica Gminista, sino de una s¿nsibilidad feminista incipiente
que había impregnado el .lima cuhural del siglo xx (aunque con diferen-
tes grados de intensidad a lo largo del siglo). La psicología y el feminismo,
ambos ya popularizádos, s€ fusioDarian a la larga para formar una matriz
cultural y cognitiva única y pod€rosa.

¿úIs^LLi DE sO voLUNa^DI Los PsIcóLo«}s Y ELMATIUMoN¡O

H¡€ia fines d€ la década de r93o comenzaron a ap¡recer clinic¿s especia-


lizad¡s en el tratamiento de la discordi¡ úat¡imoniáI, y ¡ p¡incipios de Ia
decada de !95o €l campo de la orientación psicológica estaba )a bien €sta-
hlecido, pues tenía una organización prof€sional de nivel nacional (la Aso"
ciación de orientadores Matrimoniales) yun plan deestudios
^mericana
estandarüádo para capacitar ¡ los orientadores. La asociación publicaba
suias cor el ouetivo de qu€ la .apacitación acr€ditada a ser brindada a los
ori€¡tádores induye¡a "la psi.oloSi. del desarrollo de la personálidád y de
Ias r€la.iones interpersonales, eleñentos de psiquiátríá, biologt¡ humana

I...i, sociologa del malrimonio y d€ lá familia y témicas de orientación


psi.ológicai¡ C-omo sugiere la Íias€ citada, se requerí¿ ü¡a nueva aclitud
hacia el mat¡irEotrio para conferirle legitimidad a la pmfesión. Esta nueva
.¡ctitud era provista por la ideologla de la ciencia ent€ndida como un
estuer¿o impersonal de búLsqueda de la verdad Así,lo que se r€queria de
los orientador€s psi€ológicos €ra una "actitud cientiGca I...1, especialmente

i/ vdae Michael walzer, ¿.rod¡r rrl r.vr¡rt¡r¡, Nueva York Basic Bools, 1984
lÍan. dpj fuodo | turolució . Buenos Air.n PúAbb.t,re36l.
ú l¡ner Iowler Nclson."(;ur.nr t,c s in mada8e counelin{,en louñalolHoñe

Ii.oro,,rr, N'44, rb¡ild( ¡)5¿, ¡..8,


r54 I LA 5^tt,A( Ó[ D tL Á IÍA lt00tt l A

€nel cámpo delaconducta humanaydela capacidad de discutir proble-


mas s€xuales objetivamente'l9 La nueva ciencia sugerla que una relación
podia s€r examinada desde un punto de vista neutráI, lo que, a su ve4
implicaba que también podia ser criticada. Si la infelicidad marital podla
se¡ rernediada científicamente, la búsqueda d€sesperada de un modo dc
vida mejor implicaba que los hombres y -especialmerie las mujeres exa-
minaríán ansiosa¡¡ente sus relaciones. Entonces, los psicólogos supusieron
desd€ el pri¡cipio que un buen matrimonio no consistía simplemente e¡
la capacidad de ¿tenerse a ciertas normas de conducta apropiadai ñás bien,
tenía que satisface¡ a indiüduos (inevitablemente diferentes). Con
el obie-
tivo de hacers€ indispensables, los psicólosos se dedicaron a lo que Michel
Calon llarna la "problematización'l o el pl¿nteo de los problemas de tal
manera que pam resolverlos se hacía necesa¡ia la intervenció¡ de los cien-
tíficos. Los científi.os deñnen los problemas y las identid¡des "de modo
tal que se establecen a sí mismos como un punto de pasaje obligatorio e¡
la ¡ed de relaciones" que €stán €onstruyen¿o.4o Al afirmar que las reglas
tradiciooales del matrimonio tradicionat eran inútiles, que los matrimonios
eran inherentemente complicados y que los buenos matrimonios d€bían
satisf¿.er lás necesidades emocionales de muieres y honbres,los psicólo-
gos podia¡ ahora redeñnir el matrimonio en los términos que mejor sc
acomodaran a su p¡opia pericia. En otras palabras,los psicólogos utiliza-
¡on diversas estrategias para construir yobjetivar el matrimonio como
una empresa que a€arr€aba incertidumbre-
Al intentar diferenciar su contribución a los problemas del matrimonio
(y tal como habla ocu¡rido en el caso d€ la empresa), los psicólogos fomen-
taron l¡ idea de que un cierto tipo de personalidad €ra más propicio quc
otros para un buen matrimonio. Los atributos fem€ninos que podia haber
sido per.ibidos como virtuosos en el siglo xrx era¡ p€rcibidos ahora como
caracteristicas que impedian una intimidád auténtica. Lynn, una muier
que acudió en busca de los servicios del doctor Popenoe (el mismo pro"
f€sional que había explicado y exonerado la vjolencia contra las esposas),
€s d€s.rita en una de lás columnas como una esposa ideal que crió a cua-
tro hijos, si€mpre hizo lo meior para alentar la carrera de su esposo y
respondió a sus malos hurnores y a sus Facasos con ¿liento y alegrla. sin

j9 laner lowler Nelsn, Curcnr tren<ls in maÚia8c .ouDsclins'l p. 2ra.


40 Michel Calon, "§oN e¡emenls of a sociolo8y ol tr.nslation: Doneslicát¡o¡
ot the ralops asd the fishermen of Sáint lrieuc Bay': en Ióhn Law Gd.), Por¿¿
dctiot, añd belief A ntu so.io¡ng./t,orl.¡ls¿i, Boron, Roodeds¿ and l(esm
LA I tA|]iA Dt tA t I , DAD 155

emba¡so, habíá uÍ gran problema en su p€rsonalidad: €ra i¡nibida (una


pálabra que a los psi€ólogos les gustaba utilizár y que muy rápidamente se
difrmdió en las manifcstacjones de la cultura popular). Ella m;smaloreco
nocía: "No hablo libre ni fá€ilmente con e,rtraños, he sido timidá desde
que tengo m€moria':a' El psicólogo estaba de acuerdo:

En la superñ.ie, Lynn párece poseer todos los ingredient€s de un buen


rnatrirno¡io: hijos saludables, una c¿sa h€rmosa, finanzás estables, tr¿
b¡jo satisfa.torio. Sin embárgo, estos ingr€dientes no han traido a la
relación algunas cualidades que personas menos capacitadas académi
camente suelen introducir en el lnatrimonio: la intimi¿ad y el auténtico
compañerismo. C-omo espos y espos, no compartieron metas comr¡-
nes y sólidas: no tuyieron obi€tirlcs que los hi€ieran uni¡ sus tuerzas.{

Clifford Ada¡ns, men ionado antcriormente, coincidía con €l do€to¡ Popeno€.


A pcsar de sus opiniones conservadoras acerca del matrnnonio ydel rol
de las mujeres en é1, en un cuestionario realizado en r95o presuntaba:'¿Es
üsted inhibida?'l con lo cual queria significar que ser "muy modesta y
circunspecta" o que tener'modales co¡rectos o casi perfectos" podia impe-
di. una n¡timid¿d auténtica.d Lo qu. antes era visto.omo una elogiable
conbinación de devoción, corrección y control de sí era visto ahora como
una jncapacidad para desarrollar una opinión propia y una personalidad
\ociable.Y esta i¡.apacidad, afirmaban los psi€ólogos, era un obstáculo
para alcanzar una intimidad auténticá. De hecho, debido a que la vocación
(lc ]a psicología e.a definir qué personalidad era "saludable" y cüál no,y
lcbido a que las discusiones sobre la salud minaban las discr¡siones sobrc
normas morale§, eléxito del mat monio dependia ahorá de atributos
p.rsnales antes que de atributos moiales. lncluso, már específicam€nte,
.stos atributos prescritos alejaban mucho a las muieres de ¡os roles y las
virtüdcsqueles habían sido asignadosdurant€laeravictoriana. Siguiendo
dlr.r vez la terminologia de M¡chel Callon, podeinos llamar a este aspecto
rlcl rrabajo €ientiñco "fase pa¡a interesa¡se" Ii"t¿r¿s¿ñert] , o la const¡uc-
(ntn de "dispositivos que podlan sff colocados entre elios Uos actor€s
.x¡minados por los ci€¡ttficosl y lodas las demás entidad€s que quier€n
(l.,inir sus identidades de otra manera.A interesa a B cortando o debili-

r¡ ¡,opcnoe, can rhis m.rriá8ebe svsl?lp. raa-

.l r { lirr¡d Adams, " MÍkn,s ¡1.rri,Er work] .n ¡¿¿li¿i ¡Jd¿! loutnrl, ñaen de
156 I Lr sALy¡uút¡ 0rL ai¡¡ il)Dr lr

tando los vinculos enrrc B y el grt¡po irwisible (o a veces bastant€ visibL)


d€ otrás cntidader C, D E, etc., que pu€den querer conecrarse con Bi«
Para €stabilizár las nuevas identidades de lás mujeres (casadas o que aspi-
ra¡ a c¡sárse), los psicólogos se liberaron d€l orden normativo tradicional
que habia presidido al matrimonio.
U¡¡a vez que el matrimonio ya no era definido por un discurso moral
sobre l¡ virtúd, su definición se tornó m,ás abiert¡ y por es€ motivo mát
inciena- lo que hadá bueno á r¡n matrimoüio era su capacidad párá que
hombrcs y muieres se entcndieran y obtuvieran placer muruo con la pre-
s€n€ia d€l otro. Los psicólogos sugerían asl qüe dep€ndia de los indiv¡duo6
lograr un buen matrimonio, y que de ellos era la responsabilidad por su
&ito o su fracaso. Esta definición conUevaba una mayor incertidumbre
acer.a d. las reglas que deblan gobemar la conducta de los hornbres y las
muj€¡es en el matrimonio. Al hacer que el éxito o el fiacaso dependieran
d€ una.onstitución emocional adecuada,los psi.ólo8os no sólo cuestio-
naba¡ los roles de género tradi€ionales sino que también €onvocaban a las
personas á cerlrarse en sl mismas como individuos y a refinar el arte de
la individualidad emocional. el convocar a las mujeres a convertirs€ en
individuos completamente desarrollados, el psi€ólogo como €ientffico
podia dedicarse al tercer aspec¡o imponanre de la apropiación .icn{-
fico-terapéutica del malrimonio, esto es, ál "enrclamiento", término qu.
"d€sign¡ el dispositivo mediante el cuál un. s€rie de roles itrt€.relacionado3
es definida y atribuida a los actores que los aceptanrlas lás mujeres serfa¡
enroladas por la psicologí¿ cuando fueran convoc¡das a convertirse cn
individuos pl€nos
Debido a qüe el discurso terap¿utico estaba centrado por definición €n
los individuos, era también un dis{urso individualista, que les o¡d€nab.
a hombres y a muieres que se colocaran a sf misnros en el centro de su
plan de üda, con el resultado de qüe -sin tener la interción explfcita de
hacerlo-- ninaban el compromiso tradicional hacia la fámilia, quc sc
basaba en el sacriñcio. Por eiemplo, el ," mencionado Clifford Ad.ms,
que tenla una visiór¡ conservadora y pa¡riarcal del mairimonio y d.l
género, podla escribir al misño tiempo, en un libro publicado €n 1946
(dirigiéndose a las mujeres), qu€ "hay tres cosas, y no una, que deben s€r
consideradas [para elegn a un¡ parejal: L Lo que usted quiere. ¿.lo qu.

a4 C¡llo¡, Som. e¡rmenh of a triolosy of tr¡nsl¡rioñ: Domsiicarioo ol rh.


sc¡llops and the nsherBen of Sái¡t Bri€u. 8ay", p. ¿o8.
tA r rtIll DÉ t¡ lltlir0tD I t57

usted nec€sita. j. l¡ que ust€d puede obtener':é En otro a¡ti€ulo en que


daba tres conseios acerca de cómo rest¡blecer un matrimonio, la doctora
loyce Brothers aootaba:

Pórgase I
i mismaenprimer lugar, al menos por u¡l tiempo.l¿ socie-
dad ha l¡vad¡r el .erel¡ro de la. mujere, para que cre¿n que siempr€
deberiáo dar prioridad a las neces¡dades de sus n)aridos y de sus hijos
por sobre las propias. La socicdad nu¡ca ha nnpreso en las mujeres,
como si lo ha hecho en Ios hombres,la neesidacl humana de ponerse
a simismas en prim€r lugar.
No estoy defendiendo el egolsmo. Estoy hablando de las cosas básicas
de la vida. Usted es quien debe decidn cuántos hiios quiere tener, qué
clas€ de amigos quiere tener y qué.las€ de relaciones dese¿ mantener
con su famili¡.r,

t,o que al 6n y al cal,o era uDa forma inflexiblement€ acérrima de indivi


dualisño se presentaba
como una de"las cosás básicas de la vida I debido
precisamente a que ün i¡dividualismo tal era e¡ supuesto de trábajo fun'
damerÍal d€l cuerpo de babilidad€§ de los psi.ólogos. Mucho antes de que
cl femiflismo hubi€s€ hecho ¡ncursiones profund"s en la cultura gen€ral,
csta psicóloga más bi€n conservadora alent¿ba a la! mu,eres a des¿rrollar
su individualidad, y al hacerlo abria una brech¿ entre el sentido del yo de las
mujeres y su rol doméstico. Tal como lo sugeri¡ sucint¿mente uno de los
n¡uchos artículos acero del mcioramietrto del matrimonio,la clave para
una büena experiencia en esc s€nlido era'taber lo que usted quiere, de.ir
lo que quiere y obtener lo que quiere'l$ Lste ónfasis en los desms y las
n€.§id¿des -inherente al discurso terapéutice explica por qué ese lenguaje
(lcmostró ser más compatible con los obietivos del r'eminismo de lo qu€
muchos de sus detractores han señalado. rá psicología, simplemente, al€n-
t¡ba a los aclores a examilar crític¡mente sus roles sociales.
Al mismo liernpo que d€slegitimaba el modelo tradicional de l¡ esposa
d.vota, cl dis.¡¡rso terap¿utico .omenzaba a legirimar álgo que ánlerior-
nrente habla €stado prohibido dentro del mátrimonior los conflictos entre
sL¡s miembros. La concepción tradicional del matrimonio sostenia quela

d iscordia era producto de la inmadurez o del egoismo -gcneralmente por

(:¡illord Adrms, t o- ¡¿ ,.t d ,d¡d, Nueva Yort, Dunon, 1946, p. 9r.


,oyce Bdhc¡s, "M¡ri Fur mari.B. ¡ love afi¡üi .n R.a¿.^ ri36r, múzo

l¡ri lnooh, hdlcr nri{i.r*( l rn ¡l¿/1,.0t, ¡son. dc re88. p, r42.


^
t5ll I lt fa(vl(|Ó!¡ Da N0DI il
^tf^

parte de las muier€s-, y que d€bla ser eliminada de la dom€sticidad matri-


monial.r, Un buen matrimonio era un matrimonio sereno.e nn €ontrastc
con ello, la nueva co¡cepción teraÉutica maraba u¡a desviación rcsp€cto
de esa visión: debido a que los psicólogos s€ ocupabm prin.apalmente del
conllicto hunano, ahora, §i no justiñcaban la p¡esencia del cor¡flicto, al
menos lo hacían par€cer ¡atural, añrmando que era part€ in€vitable de lá
üda ñatrimonial. "t s difurencias enire los esposos son parte inevitable
del matrimo¡io, del mismo modo como las diferencias enrre dos indiüduos
son parte inevitable de la vida".'' Esta naturalización del conflicro €n la§
inl€ra.cion€s humans puede ser fácilmente explicadá por el hecho de que
para añrmar sus conocimientos los psicólogos presentaban el conflicto
como incvitable pero superáble, y suSeriao que, si se los ábordaba.o.
cüidado, los confictos maritales podi¡n ser contenidos € in.luso resueltos.
Por ejemplo: "No son las peleas entre los esposos las que rompen los matri-
monios;lo que produce la ruptura €s no s¡be¡ cómo pelean o t€ner mi€do
de hacerlo, o no tener nada por qué peleari', Mientras que en el pasado
s€ hacia depender la ,rrnonfa marital de la virtud moral y el buen carácter,
ahora, y €ada vez más, se hacía depender un buen matrimonio de las habi
lidades té€ni.as adecuadas para maneiar conflictos. El matrimonio debía
s€r exarninado "objetiv¡ment€'l y una relación debia s€r eraminadn des¿-
pasionadamente, mediante el análisis de sus componentes. De esta visión
s¿ deducla también que el conflicto no era resultado de un comportamiento

moral defectloso sino más bien €l resultado de interaccioDes equivocadas


o inapropiadas, reparables coD ayuda d€ ciertas técnicás. Por ejemplo, u¡r
.rtlculo d€ R¿düooft.ita un párrafo del doctor Popenoe:

El modo como veo que algunas pareiás quedan atraprdas es a través de


la culp¡. I...1 si alsuien lo está culpando a mq u¡o debc defenderse. De
modo que, no impona lo que uno haga, lo primero es reducir o eliminar
la culpa. { ...1 Una wz que uno advierk que el problerm es interaccional,
tieie que asurni s responsabilidad pot contib n ad. No importa qüén
lo empeá (€ursivas ¡lar.rr

ae U¡ .i.mplo de csto 6 lohn l- Antho¡/, Maniage añd Idñily pDE¡¿u 3, Nue


Yo¡k, t oubl.day, Doñr, t9le.
ro Vé¡k P.r.r Sre.r¡s, áuñi.a¡.@l: Coa3ttu.1in! th. th Cen¡"ty.tuotb"el ttll¿,
Nua¿ York, NM Yort Urivdsiry Pcs, 1994.
rr Ad¿ús, "M.ld¡s nari¡ff mrki p. 26.
,2 N¿rdli. winrlou "How ro dsauli á husband §fely'l cn ¡r¿d¿,"on¿1,¿. julio de
r¡ r r¡r¡lA or t¡ nttlrD^D | 159

Este nuevo marco etiológico aludó a s€parar el juicio moral de los con-
flictos de parera, a d€spersonaüzar los problemas y a hac€r que los hombr€s
llevara¡ una parte mayor que antes en la responsbilidad por la distunción
de Ia pareia matrimonial- Iá proposición de que los problemai que asola-
han , las pareias eran r€sultado de ün¡ interacción, antes de que del "mal"
carácter d€ una perso¡ra, simultáneamente redistribuyó la responsábilidad
y desactivó el iuicio moral. Al afirmar que hontbres y ñuieres compartlan
la responsabilidad porlos matrimoniosdesavenidos,lospsicólogos podfan
incrementar €l alcan€e de su clientela y localiTar la causa del probl€m¿ en
la no.ión intangible, pero aun asi obietiva, d€ "interacción".
I¡) nuevo cn las visiones de Popeno€ o de Adams (dos psicólo8os ele-
gidosaquí precisamente porsusopinionesconscrvadoras) era su intento
de entenderlas reacciones de hombres y mujeres entre si como el resul'
radodesus exp€riencias infantiles. Para utilizar€l vocabulario de la psi-
cología, que atribula las disfunciones y el desajust€ ¡ las exp€riencias
inlántil€s defecr uosas, estos psicólogos -asi como muchos otros- conce-
bian la discordia familiar como fiuto de la"personálidad infantil" o de la
"inmadurez", cáracteristicás de muieres pueriles que eran incapaces de
comprender y de satisfacer Ias necesidades de sus maridos, y de hombr6
inmáduros qüe necesitaban crecer y ac€ptar sus nuevas obligaciones y
sus nuevas responsabilidades. Esto pudo no haber ter¡ido un impacto
directo e inmediato en lá áutopercep.ión de los hombres, pero 5l trans-
formó los modos en que las müjeres concebían su relaciór conloshom-
bres y con el matrimonio. Ta¡ como habla ocurrido en €l caso de la
empresa, el hecho mismo dequesediiera ahora que el m¿trimonio estaba
sujeto a ¡eglás y a técnicas de maneio afrdó a socavar las cerlidumbres
morales y normativas qu€ habim sido el bastión del matrimonio tr.di
cional. Al desligar lá moral de las prácli€as sociales,Ia psicologla abrió
Ln los hechos esas prá(ticas par¿ su ev¿luación, su. uesrionamienro y su
critica. Eslo ayudó a su vez a abrir las prácticas maritales a un nuevo
proceso de exame¡ de aquello que constiiula la Personalidad ad€cuadá
para un buen matrimonio.
Para s€r parti.ularmente efectivo, enlon€es, u n nuevo discurso no nece_
sita cambiar dire€tamcnte el contenido d€ las propiar creenciaq debe c¡ear
primero la incertidur¡bre acerca de las propias creencias establecidas y
¡cerca delos modos de hacer las cosas. e inculcar un a actitu,l crítica. E s¡o
es pre.isamentelo qu€ los psicólogos hir¡eron muy hábilmente en relación
(un elñatrimonio. Es así que, en este contexto, el feninismo y la psicolo-
sid seencontrarian ysc l¡sio¡¡rian cn una natriz culturalcomúo,
160 I rA sArl,Ar 0[ 0f r ¡ I ¡1¡ No0r i | ¡

LO QUB EI-T¡MINTSMO Y L^ }SICOTOCjA


TIINEN EN COMÚN

Desde el comienzo, y más decisivamente desde


Ia decada de 1e6o o a¿l€lantc,
Ias feminisrr se sirvieron de¡ djs{ur$
ler¿péutiLo p¿r¿ conferir <entido s
ros problemas de t¡s nujeres y con(eb;r esrr¿tc8ids
para superartos. para
arudar a crear las esrrar%ias para las tuchas de
tas mujeres, et feminismo d.
Ia s€günda ota recurrió inrensamente
a atgun,l de las ideas culturales bái.a¡
del¿ psj(ologr;, at mismo riempo que repudiab¿ atpsico¿¡jlisis
y t¿ psico-
logi¿. Pero el feminismo y la psicotogia re\uttáron
at 6n¿l atiado\. porqu€
comparrÍ¿n ides y L¿tegon¿\ cognirivas hasic¿. que
en ¡i¡rim¿ inst¿ncia
deflvrb¿n de la experiencü soci¿tde l¿, mujeres.Tanto
etdis, urso feminiía
como el pskologj(o erd di*u rsos preocüpados principdtlnenre .tues.
por Ia
tióll humanal v +n su coniuntG enlient¡bdn formutdban
)
cucsriones
similares r€lacionadas con la üabilidad de Ia faniüa y
con €t mt de tas muie-
re\ en eUa. Además, debido aque t¿
A,icotogia y tosp\icdtogos urüz¿ba¡ ta
cnlhra.popri¿r (omo un tug¿r p¿ra dpaídir su influenc;.
yaeUUo a que
ranr¿! dc I¿s primeras re\ jsr¿, de ciff utacidn (,ricn
masivd csrr ba¡ r¿da\ a la§
nujeres, h psicologta s€ conürrióer u¡a c.eencia culturat femenina.
de hecho
Quiá debido a que tos psicólogos y su clientela se estaban femini¡ándo, l¿s
críticas que las feministas tanzaban conrra €t conductismo,
contra l¿ esen-
ciáliz¿€ión del hombre y de Ia muje¡ lt€vada á
cabo por Freud y co¡tra ta
indif€renciación de sénero de la retación an¿lttica podian
eDco,rrar oídos
dispuestos entre- los propios psicótogos., En ta
medida en que las ideas
pu€den s€r t¡ansferibtes y tr¿spuestas de
un dominio de Ia exp"rienUa
a ot.o,
o de una esfera institucional otra, et feminhmo y la psicología podían
a
tomars€ el€mentos prestados et uno de la otra.'5
Las cárego.ia;de;ensa-
mi€nto y de discu¡so ci¡culaban libremente de
una docri¡a a la otr;.
Porejemplo, tUen Herman hd observádo qüela prdcrk
. a de ja.tonL ien-
liz¿Lión cenrralp¿ra et mo\ imrenro feminisrá - cr¿ en
Br¿n medida un
préstamo de Ia visión terapéutica del mundo.r
En l" meaiaa que tos
"n
s4 P¿rd algunas de 6tr\ , rtri.i\ v¿¿he fur e M r c \á.k/
, pdtir. r \u€e yor t,
B¿U¿¡line Bools. rg-o lxrd..5p.: turrU nr,¡,
Mexi,.. Aguitrr, r§^ .
y Iuuel Mikhell. Pq/,m,a/v.¡ d¡d ,.,,,r, qa.
Nu.!aynrt. púrhmn Buok,
tela lad.esp.: Nttumhlb, tph,,§ho, B¿(etona, Aráe¡¿m¡, r9lót,

Drv¿88io. Crrrurc¿nd(oSnrlion.en 4 tüal F.qpk of So,ol,g,,t,i;,a,,997,


p. 26r, ace..a de la posibilid¡d de
trdDo¡r ideas.
56 Hetña\The rcñdna ofAúúi*n pohnot,utnae
],;r,,holory, in ¡k ase of
axP¿tte, 1940 1970, \o4.
Pp. 176
ta I naNla Dt tÁ Iltür0Á[ ¡6r

grupos de.oncientizació¡ demandaban la revel¿ción públi.á de los p¡opios


secretos (familiare, rnás oscuros yponian a la familia bajo un lente de
aumento, el proyecto de l¿ liberáción de las muieres era muy compatible
con et lenSuaie y el léxico de la terapia. Más notorio aun, el feminismo y
la te¡apia compartían la idea de qu€ el antoexamen podia ser liberado¡ de
que la esfera privada podia y debla s€r obieto de una evaluación obi€tiva
y una translbrmación y de que era necesario qü€ las emociones que per,
tenecian a la esfera privada tueran convertidas en representaciones públi,
cas. Ad€más, si las feministas localizaban el orig€n de las lu.has de las
mujer€s dentro de la familia, esto era arí porque el psicoanálisis y la psi-
cología ya le habían otorg¿do a la fámilia un lusar central €n el proceso de
la fo¡mación o la deformación de la identidad.Antes de que las femi¡istas
hiciera¡ de la familia una buena cat€gorra con la que pensar y actrca de la
cual pensar, el psicoanálisis )a habra hecho lo mismo añrmúdo que las
dinámicás familiares estaban inscritas dentm de la psiqüis, que definían
de ma¡era €entral quiénes é¡amos y que eran ¡€spons¿bles de Duestro
bienestar general. En resumer, el ferninümo pudo convertir a tá familia
en u'r objeto de la emancipación emocional y política debido a que él
psicoanálisis ya había convertido a la famitia e¡ un obieto de conocimiento
y en el lugar principal de la propi¿ eman€ipación.
Otra cáracteíst;ca conpartida porla psicologia y el feminismo era que
ambos requeria¡ e inculcab¿r intensas formas de ¡eflexividad. A¡alizaodo

los modos en que l¡s nujeres haD sido pintadas en el al.te o.cidentál, el
escritor,ohn Bcrg€r sugiere:

Una mujer debe contempl¿rse continuáme¡te. Ha de ir acompañada


casi constantemente por l¡ imagen que tiene de sí misma. Cuando cruza
una habitación o llora por la muerte de su pad¡e, á du¡as penas evita
imaginarse a sí mism¡ cmitrando o llorando.l...l
Y así llega a .onsidera¡ quela $amínantey la examinaAa gl¿e hay ú
€lla son dos elementos coDstituyentes, pero siempre distintos, de su
identidad como muier.',

tll discurso terapéuti€o se injertab" ¿ sl mkmo dentro de era forma par-


ticutar de la subjetividad femenina, una subjetividad en la que una mujer
¡ünca termina de convenirse completamente eD un süjeto, porque e a es

t7 Jlün Bers(, t1/,,,J o/sc¿ifls, Io¡d¡es, Brirish Bro.d.aring Corporarion, re72,


46 [a cil¡ coúesponde a Ia edidóD .n spuol: Mo¿or d¿ vea Bárcelom,
p.
Ednori¡l (lúst¡vo (iili, ¡ooó, p, 541.
162 I Ll 5lttafiú¡ rar rurl roottr¡

para sf misma un objeto, y porlo tanto se toma a sí misma y toma su vid¡


interior como objetos de €studio. D€ an€rá similar el discurso feminisi.
inüró d las muieres a conremplar las b¿ses de \u piopia con(¡encir y ¡
transformarla. De esa m¡nera, solicilaba el mismo tipo d€ reflexividad qu€
habl¿sido un a¡riburo de la conciencia de las mujeres.
Y hay todavfa otro rasgo común entre los dis.ms terapéutico y femi-
nista, que €s el foco puesto en la posición contradictoria d.las muieres, a
lo largo del siglo xx, en la co),untur de dos poderosas seri€s de valores:
una de cuidado y crianza, y otra de autonomfa y confiánza en sl misma.

lás mrrjetes son vistas como personas que tienen obliSaciones hacia
otros y responsabilidad r6pe.lo de ello§, tales que i¡validan, o al menos
compl€mentan, aquelas obligaciones y responsabilidades que tie¡m
para consigo mismas. La identidad feme¡ina es situada en el "entrernc-
dioi El ideal para las mujeres es diferente de ¿quel que tiene la ge e en
general, y ¿mbos no pueden ser logrados al mhmo tiempo porcualquier
muj€r, Cada ñujer debe fracasar incluso sitiene éxito.!¡

El discurso psicológi.o s:tisfa€ía rásgos tundamentalñenle confl¡ctivos dc


la exist€n ia so.ial de las muieres, promoviendo sirnuháneam€nte €l cui-
rlado y la independencia. También en este caso,los paralelos con €l femi-
nisrno son asombrosos, pues la indepcndencia y la crianza er¡n dos temas
centrales del feminhmo y constituíari los dos polos de la t€nsión €on la cual
tenlan que luchar para conc€bir a la nueva mujeL Aun cuando áprobara el
matrimonio trádicional y los roles de género, la psicologla crosionó el edi-
ficio cultural sobre el que h¿bia sido construido el márrimonio. Ianto el
fenioismo como Ia rerapia concebian a la familia como l' na institución de
la quc era neccsario liberarsr, pero ¡ambién como una institución que debi¡
ser reconslruida sisüendo lá voluntad y el des€o individual.
Otro aspecto importante de la afinidadylaconpatibilidad ocultás€ntre
los dos discursos reside en Ia importancia que cada doctrina cultural le
otorgaba al sexo y a la sexualidad. Cuando, luego de la Segunda Guerrá
Mundial, los psicólogos emergiercn como p¡i¡rcipales prov€edorcs de
orientación para las familias ¡¡guíiadas, lo hicieron en el contexto d€ un
ideal ya firmemente establecido acerca del placer sexual. C.mo ya se ha
adveriido cn nüñercs oca§ones, el imFcto cultural de los psicólogos

58 ¡illen (akhak, ¡¡sendred ¡ird: A ew ?sttholost ofwone i ó?¿rrmn Nucv¿


tork.ltasic Booh!, i991 p. rrr.
Ir lltr¡lr Dr rA r¡ril DA0 I r6J

o d€ los sexólogos hábla sido el de socavar l¡ ética d€ I¿ abstinencia, del


control de st misño y de la pureza moral que habían pr€valecido hasta
cntonces, y €l de ofrecer nuevas guias para la sexualidad, inv€stidas por la
¡utoridad de la .iencia.e Por eienplo, l¿ enorme popularidad del ¡nforme
Kinsey, un libro qu€ en str coniunto €ra un tratado seco y esp€cia¡irado
acerca de la sexualidad humana, sugiere que en la década de r95o lá genre
tenia una enorme s€d de u¡a orientáción cientifica acerca de un leña que
muy rar¿ vez era debatido en público y acerca del cual habia un grado
importante de inceddumbre.ó" Durante las décadás de r94o y r95o,"el
problema de Ia muier" se había convertido en "tema de u¡a controversia de
alcance nacional':6' El d¡scu¡so públi.o eraba repleto, si no obs€sionado,
de máisis acerca de los deseos,los problcmas y los fracásos femeni[os.
Antes que el feñinismo, o al menos en paralelo con é1,la psi€ologia hábía
co¡struido "el problema de la muier" .omo un¡ cu€stión sexual.
Esta fue una de las cuestiones importantes €n torno de las cuales la
psicologia se un ió con el feminismo, debido precisamente ¿1 énfasis de este
último en la lib€ración sexual. Se ha subrayado a menudo, con grados
divenos de desasosie8o o de aprobación, que la libera€ión sexual era uno
de los t€nas principales del fsni¡isino d€ Ia segunda ol^. Miedo a wla¡,
el exitosisimo libro de Erica Iong publicado en ¡92, tue un eiemplo potente
dc los modos eD que ñuchas muieres que bus.aban la ¡iberrad la encon-
iraban e¡ la afirmación del placer sexual tuera del matrimonio. De h€cho,
cl feminismo "influyó mucho en las nuevas formas, más ¡ibr€s, de la
sexualidad':Á' Otra vcz s€ ve aquí que las diferencias que separaban a
l¡ psicologia del f€minismo eran t¡n profundas.omo las co¡tinuidades
ocult¡s que habia entre ambos.6' Sin la revolución f.eudiana es diflcil ima-

re JÉl PfirdINrnclSónog kds.),tnwntiry p psyrhol%i@l:To@d a cu|nal


history ol.nútiotil lift ii Añe¡ir( Ne* Háveñ, Y.le Unive6iry Pr&s, r99z

60 ¡l Irforme I(insn dr tod¡s lorNú, paEc€ h¡bers b¿sado en dátos y nr¿rodos de


múesre fálsi,icddos. vé¡p N¡chn.n B!¡.Y.hüd¡,s¿r¡r.i,s ¡ th: Atct ebgl
a¡ll the nq,h ol Múd.la, ARhersr, Ny, Htr@nity Books. 2oo2.
r' wiltim H- Chaf., L,¿ prr¿do¡ o/.i,¿ns€, Nu.v¡ York, orford Univ.Biry Pre$.

61 s{hu]n , I¡. &Ef¡,¿! I¡e g@¡ sltiÍ in Añ[email protected] *iety and N ns,

6t Por ejemplo, cuando Alfed Kitr*y custionó la rerl¿ psio¿n.lidcá de la


fxülidad dablfti¿ndo la i¡smsibüdad d. la vdgi¡¡ y l¡aciendo del clitoris .l
lu8ar pri¡.ip¡l d. li stiihc.ión s.xual, l¡s f.minisias urilüúo¡ esro cono
nidcncia dcquc la visió¡ fr.udi¡Da dc la sxü¡lidad ertabá teñid¡ de p¡cjuicio§
.n conlr¡ d. hs nnrirr$. siÍ .mbJigo, ,o slst{trdlr qu€ 6tc ¡rgumcnto
r64 I ra sat!^( 0Í 0rL arila ir0DrRr¡a

ginar que la familir y la sexuálidad hubiesen ocupado ü¡ lugar tan central


en la teo¡la y en las tácticas políticas del feminismo. Para el psicoanáüsis,
la sexualidad no erz sólo ün nuevo objeto de conocimiento sino también
un luSar positivo a través del cual y en el cual los honbres y las mujeres
podrían buscarse a sí mismos, conformar sus yoes vendaderos y liberane.
No hubo formación cultural que tomara e implementara esta proposición
tar activa y ávidamente como el feminismo, pues también considerába la
sexralidad como el lugar principa¡ pára la liberación d€ las mujeres.
Por riltimo, el ser social de las muj.res está más mediado por el l€nguaic
y se caracteriza más por una atención sostenida a las emociones que el
ser de los hombres. Por eiemplo, como se ha demostrado en numerosos
estudios, las amistádes entre mujeres se orienta¡ hacia la expresión v€rbal
de sentiñientos.da La psicologla {on su énfasis en la €onversa€ión y en
Ios sentim ientoF priülegió narüralmcnte habilidades que socialmente s€
de6nlan como pertene.ientes a las mujcres, tales como la introspección
€mocional,la verbalización yla c€ntralidad del lenguaje en las r€laciones
íntimas. D€hecho,podemos incluso deci que debido aque la ps;cologla
llamaba a las mujeres y a los hoDbres a adoptar una actitud emiDentemente
femenin¡ en relación con el yo (para reflextunar sobrelos propios senii-
mientos, para expresárlos y para entenderlos), conrribula a la feminizacióD
de la cultura emocional cn general, U¿mando a los hombres a tornarse
verbales, refleivos y emo€ionales (véas€ el €apítulo l). Así,1¿ psicologla
co¡tribuyó a la legitimación de una actitud tipicamente femenina en rela-
ciór¡ con el yo, convirtiendo a éste en un repositorio de sentimientos! y en
¡elación con la percepción de las relaciones inrinas, coño prodücto de la
€xpresión verbal de emocion€s. En ese senrido, la psicologla par€ció aFdar
a erosionar los líinites cdtura¡es y enocionates que separaban a los hom-

La gran apertu¡a de los psicólogos a las causas de las mujeres se vio


facilitada por una serie de cambios que incluyeron una reaccióD .ont¡a el
macartismo,la invención de la pildora anticonceptiva, la pa.ticipa.ión
creciente de las nuieres e¡ la tuerza de üabajo y el desarrollo por parte de

.onfu¡d.l¡ in.onp¿ribilid¿d intcle.tualy c¡ltural, pues lo qüe hüo de h


senulidad de las nujers n lema lan dehatido, ), lo que k dcterúi¡ó como lu8ar
u

delatib{ació¡ de las mujeres, túe en pdñerlusar elhecho de gue babia sido


@¡siderad¡ di8ná de ser i¡ves¡ig¡da .ie¡li6camentc por treud y sns scguidores.
6a Robert R. Bell, tvo¡l¿ offi,¡¿Jlip, lhverly tlills, c^, Srgc Publicatio¡s, r93ri M.
A Caldwcll y I-. A. l,eplau. "Sex difercnccs in s¡mc-sex lricndships'l cn Sa ¡oLs,
N'3,r93app.Zr /r¡.
LA l r¡ nfÁ Dr ra rll r frDA0 | 165

lacultura de los consumidores de estrategias sofisticadas y poderosas p¿ra


camlia el desafío de los adolescent€s a las prohibiciones de sus padres,
Estos cambios se unieron en Io que se conoció como la revolu€ión sexual
de la década de r9óo, en la que muchos libros eie¡cieron una influencia
significativa eD la l€gitim¡ción de las nuevas tendencias sociáles y cultu-
rales relacionadas con la sexualidad. Los informes d€ Kinsey sobre la s¿xua-
lidad, El sen y Ia oficiaa de Helen Gurl€y Brown, P¿lron Place de Grace
Meraliol¡s y El experimen fo Harrád de Robert Rimmer iugaron un ro1
importa¡te €n la cre¿ción d€ una nueva imaginación sexual.ó5

¡ÑT'MID^D: t]NA NUÉVA TM^GIN^CIóN EMOCION^I-

tuntos, la psicologra y el feminismo abordaron la experiencia d€ la¡ muje


res y formularon nu€vos mode¡os de ví.c¡nos sociales dentro de la fami-
lia. De h€cho, un matrimonio saludable iba a ser equiparado cada vez
nrásconla noción de intimidad. Lai¡timidad se convirtió €n una nu€va
norma, una nueva forma social y un objeto de la imaginación romántica.
l)avid Shumway há soste¡ido que alrededor de la década de r97o, y iunto
.on el discurso acerca d€l romance, emergió un discurso dela intimidad.
Flste discurso difiere del romance no sólo en "contenido" sino también e¡
los"modos y Ias formas" en los cuales son ret¡atadas las r€laciones.ór Su
lugar primario aunque no exclusivc es la literatura de autoayuda, lo.a-
lizada en la incierta linea de cosh¡ra de la ciencia y la moralidad, y no, como
cn el caso del ¡omance, en la §cción. La forma que tomaba Ia "intimidad"
.s la de la histo¡ia de un caso que pres€nta a una pareja probiemática qu€
rcquiere la ayuda de un médi€o o de un terapeuta. tá intimidad ¡o se
rclacio¡a con la presentación del amor como una púrüesa de felicidad;
,rtás bien, consiste en mostrar las trampas y los problenas involü.iados

65 A. C, Kinsey, W B. Pomerot/ ), C. E- Mafinr, Sdul r?l¡ayd in the hutun ¡Dk,


Filadelfia, W B- s¡údes, ,ea8 ¡rad. esp.: cotu|úa *fltal d¿l rorDt, Bunos
Aires, Siglo xx, reó71; A. c. Ki¡ senl
beharior in th¿ hutuh l.tule,
sey et ol-,
¡ii!.delfia, w- B. s.unders, r9f; BroM, 56 .¡.¡ d¡. nrgle 8nL
Helen cudey
Nnsa Yorls Ayon, r962i Grace M.la¡ious, P./io, Ph.a Nudá lor&, ltandom
llon*, r9t6 ll¡ád, esp.: Pelro, Pk.., Earc.lo!¡, Ediciones R. Ror¡€s, r976li
llobert Riñmer, 71¡c ídr¿l arúiú¿,r, NuwáYo¡k, B tm Bmks,19¡ [t.ad.
asp.t El .rpüiñento Hotrud,BarceloDa. MáyLr, relzl-
6. )o!id R. Shump.y, M¿l.¡ love: Rondne, intiña$ dnd¡he ñdtrios¿ úins,
¡

Nucvi YorL Ne virl Univcrsiry lrre$, :oo3, p. r49.


166 I ra 5at!a( 0i 0!t aLrlA ti0Dt[[a

en las relaciones. fl discurso de la intimidad pued€ verse en la emergencia


de nuevos séneros, tales como las peli€ulas de Woody Allen o l¿s novelas de
loh¡ Updike acerca de la vida matrimonial.
El modelo cultural de la intimidad puede entenderse nrejor cono un
modelo que se encuentra en ia intersección de Ia psicologia y el fenini§no,
cada uno de Ios cuales por dif€rentes mzones- §e ve fasciDado po¡ Ia
critica de) matrimonio y por la exposició¡ de su des;ntegracióí, y cada
uno de los cuales ofiece su propia versión ace¡ca de cómo reconstruir el
matrinor¡io bajo el eie del nuevo mod€lo cultural de la intimidad. Para
compr€nder el contenido de €ste nuevo modelo cultüral, me pe.mitiré
tomar ün famoso ejemplo de Willi¿m Howel Masters, un ginecóloso, y
de Virginia Iohnson, una investigadora en p$cologia, que en t957 formaron
un equipo para estudiar la sexualidad humana.c'/
Masters y rohnson continüáron una tradición de escritura acerca de la
sexualidad conerzada por Havelock EIlh, que pr€sentaba la áctividad
sexual como uIl rasgo humano natural y saludable.ó¡ Uno de los libros de
Masters y lohnson, ,El vífl culo del placer, p$llc do en 1974, era una güía
expll€ita de la intimidad sexual dirigida rnás a un público ampl¡o que a Ia
comunidad científica.6' Debido a que el libro fue escrito después de que
la revolución sexual tuera -por asi decir- consumada, vale la pena detenerse

67 Es irEresante observd eD ese ¡cspeto que l¡ clini.aa.lúal¡Élala


"co(púlsivid¿d s¿xu¿l'l .sí como asun1os d€ inrimidad, tr¿um¡" y desórdencs
de la alimentación,lo que susi{e qle hsherámie¡tas d.sdr¡olladas por€11á
rápidam.nle "coloniaron olr¡s ¡res d¿l .ompo.lrr¡icnto.
63 En luga¡ d€ preguntarle ¡ Ia genie por sus actividades sexualeiial<oño habla
hftho Kinse/, Msle^ y Iohosn observaro. la a.tividad sud €ú !¡ ere!,.io
de láboÉtorio,delrrcIando heiianiertasytéc¡icrs paÉ ñedn.or pre.isió¡
ld respuesras Ísi.6 de serccienios hombres y Duieres du r¿otc la nDstnrbación
y ¡as r€la. iones sduales. En 1966, públi.a¡o¡ s! s .o¡.lus iones en .l libro H! úd
vrldl ps¡o,s, que ñpidam€nte se coovirtió e¡ un best{ellcr internacionáI,
Al isu¡l qu¿ €1 Infoú€ Knsey, su libro tue müy popd.. y bicn recibido ¡or el
público ge¡eral.I¡ inv¿figdció¡ d€ Mdtc6 y Ioh¡rcn er¡ parlicu¡arñenl¿
inter*nre porque, a] iguál qu{ Ercud, t¡alabaD l¡s did¡ncions sxuales y
siñullána¡nentedMribi¡r y pr*¡ibian una scxuilidad saludáble, y porqDe
llevaron a cabo exlcrimentos dc laboratorio rigurosos y esribieron al mismo
tiempo librcs muy po?r¡lares. MasteÉ y Iohnsn cBúon Lm d. ló prin{as
cli¡icas p¿r¡ el t.atamienro de prcbleñás sruál.s y dc parej¿ c¡ los Estados

69 william H. M6te¡s, Vir8i¡i, l. lohnson y Robelt I. lf,vin, l he pkú@ bortl:


A ¡ú look ot s¡tnliq nnLl .oñril dflr, Boston, Litlle, Browr, 1974 llrad. csp.:
E] vtñdlo rlel Olar¿t: el añpnflio de la pore¡u- C¿nN ied.tihúlo I nont. .lo,
Bar.elona,orijálbo Mond¡do¡i, roo1l.
IA TtRAI A Dt tA {I tltDA0 | 167

en é1, porqüe revela de qué manera el encuentro cultural del feminismo y

Iapsi.ologra produjo un nuevo modelo de intimidad. Precisaflente debido


a que Masters y Iohnson rechazaban explícitarnente taÍto las teorlas de
Freud como el feninisno,?'su libro ofre€e una brena oportunidad de ilus-
trar de qué mánera el feminismo y la psicologia se h¿blan convertido €n
el horizonte cultural que conformaba las metáforas culturales para pensar
acerca del yo, las relaciones sexuales y la pareja. El préstamo y el reflejo en
espejo de metáforas culturales entre la psicología y el feminismo, mutuos
ya menudo inconscientes, se hizo más visible en la creación de un modelo
y un ideal cultural de la intimidad.
En su historia intelectual del discürso psicoanalíli€o, Suzann€ Kirschner
deffrió la intimidad como una de las dos metas principales de la narrativa
del autodesarrollo." Es la "utopía, o ¿l menos el paraíso menos tugaz de la
üda ordinrria']7'Esta forma de utopía )a era dominarte duEnte el siglo xlx'
pero en la de€ad¿ de r95o tomó una nueva vida con cambios en Ia teoría
psicológica que vnaron desde la teoría del "impulso" ha.ia las rela.ioner
interpersonales.?r Este giro pllso mucho más énfasis en los modos como
el yo era fo¡mado dentro de una red de relaciones interpersonales. Los
distintos representantes de la teorfa de las relacion€s de objeto Mela¡ie
Klei& Heinz Kohut, D. W. Wjnnicott veian el yo como una entidad qú€
se desarrollab¿ desde dentro de una red de relaciones. Tal como lo resum€
Stephen Mitchell, el rasgo que define a esta üsión es que "la Iucha dinámica
central a lo largo de la vidá se da e¡tr€ la poderosa n€cesidad de €stablecer,
mantener y proteger los vínc¡rlos intimos con los otros y los distintos
estuerzos por escaparde los dolores y los peligros impücados por dichos
vinculos,la sensación de vulnerabilidad, la inmersi6n,la explota€ión y la
pérdidr:¡ Así,Ia oposición decimonónica en¡re un yo v€rdadero y un yo
falso encontraba un eco en la distinció¡ de Winnicott entre "verdadero
self" y"falso s€lf'75 la que jugaba a su vez un rol importante en la definición

/. véase David AIF, M¿t¿ ioee, not wat: Th. *rú1 l¿rolutioñ, dk tt|¿tte4.] hktotl,
Nuev. York, Roudédge, 2oo1, p, 169.
/, suzañne R. xi.schrer, T¡e r.l¡gio$ ontl tuitantic angiñs of PsrchoaMlysis:
tidivi¡l atio¡ dñ intela¡ion i, pof-ferlü, ú@'/, Nusa Yo¡t, cmb.id8E
UniveBily Pres, 1996.

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s¡u¿it5 itr tlte th..tf nl ú ot i.,r¡l ¿d{lo¡,".,,. Nrcva Yo¡k, Inlcrnatio¡al
r68 I LA iAt!A dll 0tL atl,ia ti0DtRtla

(also táutológica) de la intimidad como una relación e¡ la que uno podta


expresd y de he€ho encontrar al p¡opio yo aut¿ntico.
La noción de intimidad combinaba atribütos tanto del discurso psico-
Iógico como del feminismq pues se suponla que el modelo cultural de la
intimidad conllevaba la revelación del yo verdadero y una sexualidad salu-
d¿ble. La sexualidad vino a constituirs€ como una metáfora maestr¿ de los
ünculos sáludables e lniimos, y quizá por sobre todo de ün to überado. Y
la liberación tomaba la forma de un trabajo deli.ado de expresión emocio-
nal. Tat.omo afirmaba un artículo de R¿dloot, "el sexo es un encuentro
muy intimo, que incluye compartir se¡timientos'176 Asi, la conciencia y 1¡
explesión emocionales estaban directam€nte conectadas con un¡ seeálidad
abierta y saludable. Segú¡ otro articulo de Redüoo&, "eI camino hacia la
comprensión de la propia parei¿ reside en ser Éanco y ábierto acerca de los
sentimientos']77 O, tal como lo expresaban M¡sters y lohnson en El vinc¡l¡o

En lugar de tener como m€ta desempeñarse con gracia y con buen gusto,
tenga como neta ser u.§ted mismo: "Soy yo, me siento un poco átemo-
rizado y un poco estúpido, pero me gustaria conocer cómo son olra3
experiencias'l Ésa es Ia primera llnea de comünicación: si uno no está en
conta.to consigo mismo, no pued€ estar en contacto con nadie más.
Pero una vez que está al tanb de sus propios pensamientos y de sus
propios sentimientos, deje que su peeja los conozca. Si tiene miedo,
digalo. Quizá, pueden descubrn juntos a qué le tem€ y por qué, y qui?j
su p¿reja pueda áludárlo á encontrar maneras de superar gadualn€nte
esos miedos. Luego, a medida que avanza usted estará actrando de acuer-
do con sus s€ntimientos, y no a pesar de ellos.'r

Hablaünas pocás diferencias impo¡t¡ntes entre la concepción victorian¡


y lá con.epción moderna del "yo verdádero": para los victoriarcs, lá intj-
midad era una oportunidad pa.! exprcsar el yo verdadero, y la qprcsión
det yo verdadero no conllevab¿ ¡i¡gún probl€ma en especial; debía mera-

Univeisities l,!$s,,e65 lrrad- esp-:El ptuÉotl¿ nddúación 4el


iño:$tutlios
porat a teoi, ttel ¿eeffo\o e,¡o.ional, Earceloúa, r¡ia. ,e7el.

76 Phnip S.rrel y Lornn Sarrel,"The Rcdb@k Reporl on *xu.t reladonshiPsi en


¡i¿¿ú¿ot, octub.e de r93o, p,7j.
_Fi!e
77 i. B¿rnard y M. Fain, .h¡llens6 th,t can make or bt¿k your ñarias€", cn
Redro,t, ibril rle ,93o, p. r78.
z3 MásteB er dl, L¡. pL,Júro Üoñtl: A nw look at s*talitt ok¿ .oñnlihten¡,
r¡ ¡ ¡Át!la Dr LÁ rNIlr¡rDAo 169

menre ser realizada anteuna persona digna de que les fueran conñadaslas
revelaciones acerca del yo. Pero ahora la revclación del yo verdadero pae-
ci¿ conllevar problemas especial€s y requerir un cuidado especial "La Parte
más dura de estar cerca de alguien es dar ese paso de descubrirse a u¡o
mismo':,, La intimidad era presentada cono un bien precioso pero difícil
de obtener,.omo una meta que el yo podía lograr sólo de manera dolorosa.
Par¡ citar al autor de un manual matrimonial public¿do €nla década de
1980 -que habría sido aprobado gustosamente por Masters y Iohnson-:
"De lodos tos componentes del matrimonio,la intimidad es piobablernente
la cualidad nlás ansiada,y¡ menudo la más elusivil¡"
Mu€ho más que en el siglo xlx, ia exhibición de los sentimientos y del
yo era considerada un estuerzo liágil e inclüso peligroso, que demand¿ba
un uso consciente de un lenguaje reflexivo. Dei mnmo modo en que los
psicólogos habían promovido Ia idea de que el "conflicto" era inherente a
las relaciones hunanas, aqué[os tomáron también ansiosamente la idea
de un yo yerdadero cuya revelación exigia u¡a pericia yun cuidado tr€-
nrendos. Se tr¡taba de una hipótesis de traba,o cruciat para los psi€ólogos,
porque si revelar el verdadero yo era una tarea diffcil, entonces er¿¡ ne€e-
sariaslaa)rda y las técnicas conocidas por los eryertos. Uno de los moti
vos por los €uales esta pericia se hacia necesaria era que, tal como lo sug;
rieron Masters y IohDson, la sexualidad necesitaba ser liberada, pero sólo
podiaserliberadademaneraapropiada si s€ lograba la igualdad que habla
sido el sello distintivo del movimiento femiDistar

Si el sexo como scrvicio es un principio que constiluye una derrot¿


todaüa mayor p¡ra la hembra, ¿cómo, enton€es, püede una mujer sexual
nentc emanc;padaterer éxito etr aque o que asegura el cumpl imiento
constiruye un derecho en virtud del nacimiento? De esa misná
de lo que
manera sólo de esa maner¿-, el hombre puede asesuiar sü propio
dere€ho en virtüd del n¿cimiento: junto con una pareja que esté com-
prometida con el principio d€l placer mutuo.¡'

o, más adelante en el mjsmo libro:'Lo que muchas mujeres y muchos


hoñbres deben aprende¡ es que no püeden obten€r el placer que ambos
l,uscan hasta que no comprendan que el sexo no es algo que el hombre le

/e rt,n:ciR Kr¡Bsbrun. M.r,cl ?!opk: S¡oyiry rry¿thú iñ th¿ ase o/lircr¿, Nuéva
vrk, B¡ntanr Dooks. r93t, p. !1.

3 r M¡rcrs rr rl., T],. ¡,t/nft \n¡l: nrv


¡ lool: nt s¿¡!¡litr rnd a"añn k t, p. i4.
^
17O t]1 SALl/A( Or¡ 0tL Át¡1A 0D¡¡r{A

hace a la muie. o que hace para ellá, sino.rlgo que el hombre y la mu,er
hacen juntosco¿ro ig"i?lei':hLcntam€¡te la sexualidad se fueconvi*iendo
en una metáfora cxpandida y doble para elyo (femenino)ypara supoli-
tica. Las mujeres eran liamadas a verse a sí m;smas como iguaies a los
hombres para obtener el pla.er sexual. Y, segitn los autores, el placer sexual
yla intimidad sóto podían ser obtenidos si unaverdadera igualdad apun
talaba la reláción- Esta metá, de todas ibrmas, dcbía ser alcanzada no a
través deuna b(rsqueda hedonist¿del placer sino más bien a trávés de r¡na
atención soste¡ida y controlada de las propias ne.esidades. Volviendo a
Masters y Iohnso¡,

las mujeressoD criadasparaserpasivas. seespera quc snvaral ho'nbre.


Usted sabq "No quierc n¡da para mi misn1a; solamente co,nplacerte'.
Cualqui€r vestigio de esa Elosotia debe ser reshtido, porque aleja a la
rnujer de experimertar su propio poten€ial por placer y de descubrn
sus propios deseos y sus propias necesidades.¡l

Y Masters agregaba:"No sólo Ssicame¡te sino t¡mbién emocionalmente;


y estamos hablando especificar¡ente dei tuncionamicrto sexual. Los hom-
bres ylas mujeres son increlble I consrantcmente simila¡e*81En ütima
instancia, ün ideal tal de placer sexual difuminaba las diferencias de género,
tal como lo adveñia Iohnson:''Sé que es muy popular señala. las diferer-
cias entrelos hombres y las mujeres, pero tengo que decirles que, desde el
comienzo de nuestro t.abajo,lo que más nos impresionó han sido las
simili¡udes,y no las diferencias, eDtre los sexos'l¡-
La categoría cultural de "necesidades" era un¿ categoría conceptual cru
cial qqe relacionaba y tundia las definiciones fcminista y psicológica de la
psiquis. A tr¿vés del cuhivo de sus necesidades,las muieres conocerían y
afirmarian simultáneamente sus yoes, alcanzariar i¡ satisfacción sexual
y tendrlan una relació¡ igual con sus páreias.

Escuando liacas.mos eD la obtención del placcr rlre se torna importante


comprendernuestras necesidadcsynuesiros deseos fundamentales. [...1
Cada uo de nosotros ticne un sistcma único de valores sexuales, que
nos q'uda a distingui¡ lo quc tiene mucha importancia de lo qN no

3. MasteE ¿¡ ¡1.. Tr¿ //Brr¿ ¿! nd. A nú ¡ook at \ernlnf .nt1 .o tn¡nEt¡, p. 34.
tA TteaIl¡ Dt ta Ir ¡lrDAD I 171

tiene ninguna importancia. Y aquello que realner¡e importa son las


ideas y las percepciones que hacen que el sexo tuncione efectivamente
para nosotros como individuos.6

Un¿ de las razones por las cuales la intimidad se est¿ba coNirtiendo en


una relación social altamente compleja €ra que m€zclaba dos raertorios:
el d€ la ernocionalidad privada y espontánea y el de la isualdad pública y
politica. EI buen sexo era un sexo en el que los miernbrcs de una pareja
debian rel¿cionarse el uno con el otro de mmerá igualitada -esto es, debían
seguir normas abstractas de isualdad y de ¡sticia-, y aun asi deb,an expre-
s¿r ydar rienda suelta ¡ sent;mieÍios y necesidades mássubjetivos.
sus
Una sexualidad saludable eúgia una individuali?¿ción de cda miembro
de la pareja: alcanzar la verdadera intimidad sisnificaba tene¡ u¡ mismo
estatus e¡ la pareja, y ser iguater significaba se. conscientes de las proPias
ne€esidades y hac€r que una relación se adapt¡ra a elas. Debido a que una
concepción tal er¿ inherotemente indiüdüalizante, había un potencial mayor
para la división. U¡a vez que la cultura teráp¿utica postulaba que las propias
necesidades eran la basc legltima y casi cxdusiva para la intimidad, se enfren
r¡ba al problema de conocer €ómo coordinar y recoDcil'ar necesidad€s con-
flictivas. Para superar la división potencial inherente a ma sexualidad indi-
vidualianre, se ofr€cia la metárora clave de la "negociación : Por ejemplo, al
anatizar la, relaciones sexuales, Masteñ y Iohnson anÍnaban que "el modo
en el que cad¡ pareja habl¿ acerca de h nec(encia con que hac€ el amor es,
¡l parfter la cuestión importante. Llamamos a esto 'negociación lb7

Desde fines de la década de 19óo en adelante, el discurso terapéutico


comenzó amodificarsumodo r€tórico principal de dirisise ¡ las nujeres,
sübralando más explicitamenre sus necesidades y sus de¡echos. Cada vez
rnás, se corsideraba que los hombrcs y las mujeres tenia¡ "nec€sidad€s"
c¡¡ocio¡ales, de mane¡a similar ¡ otras €ategorl¿s relacionadas con las
necesidades. Si est€ era el caso, era muy fácil virar hacia Ia idea, rápid¿mente
p.omovida po¡ las feministas, d€ que la satisfacción emo.ional y sexual
.ra un dere€ho. Así, desde r97o en adelante el discurso terapéutico .omenzó
r scr asociado gradualmente con un lexico femin;staliberal de "derechos"
(tLre partían dramáticamente de la cultura "sentirnental" femeniná deci-
,rnrró»ica en tanto mezclaba¡ el lensuaje de las emociones €on cl lenguaje
de los derechos, convirtiendo asl la intimidad en una esfera decontención

r/ willi.inr M$tcB y virgin ir Iohn{nr, se\ md m¡dr8e: or ,t ¿lddk, odub¡e de


¡72 I rA \^tyA 0r 0tL Aura ¡0DtPr¡^

y de regalco. La académicá especiálistd en derecho Mary AnD Clendon


captura los ,¡odos como el lenguajc teraptutico se ha satur¡do, en efecto,
con la noción de 'derc.hos":

converger con el lenguaje de la psicorerapia, el discurso acerca de


^l derechos alienta nuestramuy huma¡a tendeni:ia a colocar al yo en
los
elcentrode nuestro unive.so ¡nor¡!. 1... I Satur¿do con losderechos,el
lenguaje polltico ya no puede dcseürpenar la imporrantc fu¡rción de
facilitar la disculión acerca dcl correcto ordenamiento dc nuestr¡s

Así,los modelos culrurales se confonnan mediante la combina(ión yta


forja de nuevas conexiones s€márticas y lógicas enrre repertorios. La noción
de'intimidad"combinaba dos repertorios y diferentes modelm claves del
yo. Por un lado, invocaba al yo verdadero,la autenticidad, el placer y la
revelación dcl )(,i por otro l¡do, utilizaba uÚ vocabrhrio d{rivado de una
comprensió¡ utilitaria de la psicologir humanay hablaba accrca de "dere-
chol, "necesidades y "deseos'l Esre nucvo modelo d€ la i'finridad €on-
rrabandeaba el lenguaie de los derechos yelresaieo (un lengulje utilitário,
liberalyde clasc media) en eldormirorio yen la cocina,e introdücia for-
m6ynormas deldiscurso público allídonde hasta entonces habían prc-
elecido la recipro€idad, el sacrilicio y el regalo. De l¿ nrismir m¡nera en
que el esplritu tcrapéurico iútrodüjo u» vo.abulario de las cmociones y
unpalrón de comu nicación dentro de Ia empresa,ahora traía un enfoque
r.tciondl ycu¡sr cconómi(o a la e'ferd domésti(a.
Demodoqucal considerar ]a añrmación dequelo personales politico,
no debeía olvid¡rse que esto pudo p¡rcrer asi porque lo personal ya había
emergido como una c¡tegoria cultural constiluida, mayormente a través de
la pres€ncia a.tiva de l¡ psi.ologia en la cultura estadounidense. De manera
similar,deb¡do a queel lenguaje dc !á psicologia era intrinse.amcnte indi
üdualianlc, podi¡ re.iclar y n¡türaliz¡r cl leDgu¡je feniDist¿ dc los derechosi
debido a que k)s psicólogos actuab¡n conro árbitroscn conflictos y afirma-
ban que ense¡1aban hat ilidades de ncfocia.ión, cl lenguaje dr I¡ psi(ologia
incorporó rápid¡mentel¡afirnul:(tn fcminista de la igualdad. I)ebido a su
6tructuraemancipatoria,eldiscursoler péuticooliecíauna n¡rrativaPode'
rosá decre.inrie'ito yliberación,qu.cncon¡r.ba un eco eu elllamado polí'

33 Mary ADñ (;lcndon, ¡i(/,¡r tnlk: 1 he it ||rnh ñ¡ ol t.lnnal tli¡.o *!,


Toró¡i(', l.« ¡tcs, rger, f. x¡.
u I ¡¡ill 0t tÁ tlrno¡D I t7l

lico del feminismo a la liberación. Asi,la conjunción del fem¡nismo y lá


psicologia contribula de hecbo a convertir el yo privado en un constructo
público, e incluso, tal l:omo s€ explomrá en el siguiente capínrlq en una per-
formmce pública. El esplritu teraÉutico transformaba el hogar en una esfera
micropúbli@ en la quc las emociones y l¡s necesidades privad¿s podian scr
dis€utidas siglie¡do normas de iurici¡ y de igualdad.
Esta €onvergencia en tre el f€minismo y l¡ lerapia se ha convefido ahor¡
en monedacomú¡, ñuy ilustrariva al respecto, por ejemplo, la afi rma-
Es
ción de AnSela McRobbie una importante académica feminisra- de que
''e,feminismo es algo a.erca de ser lo que uno quiere sea y de descubrir,
.ntes que nada, quién es uno'le En esla definición,l¿s caregoías pollticas
y psicológicis eslán completame¡te mezcládas. Otro ejemplo de la con,
vergencia entre las metáforas t€rapéutica y feminis¡a pucde en.ontrárs€
en los escritos de ¡¡ veierana activista f€minista cloria Srein€m (edirora
demás de la rev¡sta Mr.), quien, en su libro ¿r¡ r¿yolución desde adentrc
(publicado en ree2), sostuvo que las barreras psicolósicas afectan de la
misma manera a las mujeres de clare alta y a Ias de clase baja, yque Ia baia
¡utoestima es el principal p¡oblema que aqu€ja a las mujere§.s Ére no es
un eiemplo de cómo las fnuj(es han sido €ooptadas por el discurro tera-
pruti.o. Más bi€n es una ilustra.ión del modo en que algunas .ategorías
l"yo verdadero" o'autoestima") funcionan como puentes enke dos for,
maciones discursivas-la individual yta polírica,la psicológica y la femi-
nista-ycomo una reflexión acerca de la manera en que estas dos forma-
ciones culturales se han entrelazado estrechamente.

IA RACIONAIID^D COMUNICATIVA EN EL DORMITORIO

Al igual que enel c¡sodela empresa,los psicólogos 1ue ya habian natu,


r¡liz¿do cat€gorlas tales como "necesidades" e"intereses"y p€r.ibido el

Angelá McRobbic, lur ¡ike á ,áckie $ory: en ADs.l¡ M.Robbie y ]i¡eh¡ Mrcrb{
're \Ai¡¿n
Gns-), Fd innüfote n¡¿rorl, N{c!r York, Rourledse.¡d (.ga,

,,, Cuinro mis hs h¡blaba ¡ los homb.es y a lds nuier€s, ñás paria qu. los
§entimicntos i,ferior6de in.oñpletird, vactu, dud. de si, odio a uno nisDo
{in lo misnro, no i¡npofabaquiér los expúim$r¡rá,aln cuardo tos
cxpEsmndc núnü¡ hurálñenreopucstá',(llffi. Steinen,The rceohnio
ln úr¡hin:^hrr/l l'r.lt.nr,,, uo(on,¡.irlc, Brown, ree2, p. 5 lt¡d. esp.j ¿r
\nhtnl¡ ¿ú1. ndúnn: n l¡hn eir. ¿¡ rd¡{rnri, B (lona. AmEr¡N¡, r9r5l.
¡74 I r^ !^ll¡^(l0x 0{l ¡trl r00r¡tr

€onflicto como inevitable- podian ofre€er tacnic¿s para sup€¡ar los pro.
blemas implic.dos por la individualización dc l.s rel¡ciolrcs íntim6 a los
cual€sellos mismoshabián conrribuidoamplianrente. Est srecnicasseía¡
halladas en e¡ modelo de la comunicación. Lo que hacÍ¡ lan poderoso ct
modelo de la comunicación era que firndi¡ descrip.¡ón y prescripción,
diasnosis y €ura. Tal como la definia un articulo pubü.ado en Re¿üoot, "la
comunicación es el elemento vital de cualqu¡er relai:ión, y.ualquiq re¡ación
amorcsa requiere concretamente de lácomunicación §i va ¡florecer':'' lá
comunicación d€b€ría ser entendida aqui como un "modelo de" y un
"modelopara'lqu€almismo riempodescribe rela€ionesy ¡as prescribe.Trl
.omo se *ñalaba en una guía matrinonial populár: "tsI¡¡odo como uno
alc¡¡za una unión en última instan.ia cs a través de la habiiidad de
comunicarse':e' t,a incompatibilidad sexu¡l, el enojo,las peleas por diÍero,
una distribución d€siM de las tareas domésticas,la incomprribilidad de
personalidades, las emcioncs secretas y los hechos de la infancia: todos
ellos puedeñ ser subsumidos y entendidos lúo un modelo úni€o y ábar-
cador. Por eiemplo, en un articulo a.erca de los mairimonios que sc arrui-
nan porprob¡em¡sded'nero,ésteeselcorscjo quedan dos t¡rr¿p€utas:"1"a
meior manera dc resolver estos problernas, aunque suene I r¡sic, es senrarsé
y háblar sobre ello':,r De est¡ m¡nera,la intimidad es cquiparada con la
.onverMción y con lacornunicación verbal.'lbña¡é un ejcmplo de Ro,rfl,
rry'a de Lynnc Sharon Schw¡rtz, una novcla quc tue muy popularcuando
se publicó, en 1976.El tema de¡i novela es ¡a vida marrinonial. Etmomenro

cumbre d€ lá hisroria no liene precedentes, creo yo, en lá historia de Ia


literatura. La pareia está experimentando diñcultades cuya naru.atez, no
puede entender el lector. EntoDces,m un episodio centralde la novela, et
marido pregunta: "¿Por qu¿ hablas así?'ly Ia múer responds "Porqu€ ya
no sé cómo hablarte... No * dónde estás y cn quó te esttis conv¡rt iendo. No
me dices n.da. El único moñenlo en quc tenemos algrin contacto es en lá
cama. ¿Qué diablos está pasandoi",a I'r la década de 1970, un nuevo fan-
tasma atrapaba a la cultura popular: el fantasma de la falra de intimidad,
percibida como unequivalent€ de un¿ fálrd dccomuniación lingü¡stica.

e, Nitnañiel Brandor "lf you «,uld helr wh¡r l.¡nnor say: Thc hrsh¡nd/wife
communicátion *orkshop lcñ ¡¿116,0lr abrildc re3r, p. 94.
e! Dale R. Olen, ¡.orpia8 .olitt: IaatninS how tor both an wú n ¡! *.et yout
r¿la¡ioror,p, Milwrule, Ioda (iommunical¡ons, r99r, p. ó.
e¡ Abigailce¡d, "whcn Doney coñ* bdwee¡ coupleilen ¡¿d¿ddt, c!-"ro de ie85,

94 t.yn¡¿ Sharon Schw¡rta ¡d¿Sl, rr4r, Nuev. York.l lirp.r.trd ¡l('q re3r p.ll9.
rA Illrxi¡ 0r rA [i¡lll 0^0 | 175

En 1976, un articolo escrito por dos ¿eministas, Carol Tavris -psicóloga-


y Toby Epstein lalar¡tne, definía así la esencia del matrimonio feliz: "tás
esposas más felices son aquellas que dicen que tanto ellas como sus esposos
le dicen al es lo queno las complaceyentonccs inte¡tan solucio-
otro qué
narjurrtos aquello que no los complacc, comunicándose de modo calmo
y racional':,5 Este modelo de la comunicación ellipulaba que un buen
matrimonio era aquel cn el que hombres y mujeres podían v€rbali?ár y
hablar acerca desus necesidad€sy sus desacuerdos respectivos. Elmodelo
d€ ln comunicación se ha convertido en el modelo implicito que regnla la
condu.ta de los miembros de una pareja en sus relaciones intimas.
Aligual queen Ia empresa, el pr¡mcrmándamienlo delacomun¡cación
es el €scrutiriio siremálico de uno mismo. Por ejemplo, un artlculo de
Redúooft informa que

para superar un ir¡prsse,Ia do.tora W¿lsh utilizaba una técnica muy


efectiva: le pedía a cada miembro de la p¡reja que explic¿ra el punto de
visra del otro. [... ] Los terapeutas ñatrimo¡iales intentán transformar
las luchas de poder cn modelos má! saludábles de negociación y ¡dap-

Al mismotiempoque contribuia a individuatizar el yo, ategitimaryafian-


zar las diferencias de personilidad ylas diferenchs biográficas,ya hacer
las así más intratabt€s, la doctrina t€r¡péutica sugeria que podia alcanza rse
un tcrrcno neutral de signifi.ado objelivó para superar las diferencias. Esle
rerreno neutral era lanto emocion¡l como li¡gülsrico. Por eremplo, un
rnanual para parejas describe lo que denomina la "técnica del Vesubio":

Esta lécnica lo a),udará a identificar cuándo su cnojo esiá comenzando a


tomar proporciones volainicas, y a ritualizárlas de ñodo que pued¡ con-

centrarce en eliminar el €nojo de su sistema- U rol de su parejá es simple-


mente ser un testiSo respetuoso de lá expresión de su enojo, como si éste
tuera un fenómeno mtural que la supera y en el cual él o ela no parici-
pan. {... I si qüere scar el humq diga algo como: "D€ verdad esroy a punto
¿e explotar. ¿Pu€des escucharme durante dos minuros?i Cualquier can
tidad de tiempo con la que su pareja esté de acucrdo estará bien, pero dos

e5 Grol l¡vris y lbby Eprcitr JaFr.he, 'How h¿ppy n lolr n¡rias€i'i


.r ¡i.¡i¿,¡út, ju¡iD dc r9zó,p. er.
,6 lcrilrrooksy,rdith(;l¡ssDan.'l't¡c.s¡ystoabdt$(lrouble-p¡oof)
fttrri¡s. l cn ,(.r¿i{,l, r8oilo dr ¡ee8, p, e6.
176 I ta \aL!ao0Í 0f ¡ll,ta ti00ll|¡a

minutos puede ser un tiempo sorprendentemcnte largo ta lo para quien


d¡ como para quien recibe. Si su pareja dice quc sí, todo lo que hace €s
escuchar asonbrado o asonbrada, como si esruviera mirando volcán
'¡n
en erupción, y luego le informa a usted que su tiernpo ha ter¡ninado.,,

La técnica instruye a la gente para quetransforme sus emociones en obie-


tos, para que sea obse.yada desde atuera, por asi decir, por €i sujeto y et
objeto dela emoción. Estellamado a mantenera raya los s€nti¡nieDtos está
en el corazón del espíritu terapéutico y de la comr¡nicac¡ón. En patabras
deMelodyBeattie,autoradelbesr se er Libdate de ta @dependencia,,,Sút-
tese en el amor, o suéltes€ en el enojo, pcro estuércese por solrarse. Sé que
esdificil,pero seiráh¿ciendo más fácil con la p¡áctica.Si no puede sottars€
completamente, entoDces in rente 'desprendersel Relájese. Siéntese hacia
atrás. Ahora, ¡espire hondo':,¡
A¡ igual que su equivalente empresaial, el espíriiu doméstico de l¡ comu-
nicación prohibe la expresión ftuda c ilimir¿da de cualquier emoción, e
intenta inculcar patrones de discurso neutr¿tes. Esle es et motivo por el
cual los ejercicios para alcanzarla comunicación son puramente lingüis-
ticos:"La técnici del sisnificado CoDrparrido Ipara nlejor¿t las relaciones
íntimasl le per¡rite conpart;rel si8nificado deto que haescuchado ycon-
trolar que lo que ha cscuchado es ¡o q¿e su pareja queria decir. A merudo
no lo es':a Si se nosha dicho desde el postesrructurálismo en adelanre que
los sisnificados son ¡¡o inren.ionales, no de.idibles y polisémicos,la lite
ratu¡a terápéutica,en c¿mbio, afirma que la ambigúedd esa¡chienemiga
de la intimidad, yque debemos ptrrsar las dcclaracioDes oscur¡s y ambi-
valentes del lenguale coridiano. L1 literatura de áutoaluda ofrece nume-
rosos 'eierci.iol'cuyo obje¡iyo es cxplicirar los sr¡puesros y las expectativas
ocultos de la gente casad¡, hacer .onscieDtes su§ parrones de discurso pará
conprender de qué manera éstos provocan a su vez malentendidos y atie,
nación. [n pocas palabras, esras récnicas rienen como objetivo formalizar
yneutralizarel lenguaje intercañbiado. Este intento dc suprim ir la ambi-
güedad clebe servir a otro propósito más aho, que es et de comprender el

97 l,ori H. Gordo¡ ) lon l¡an dsen, Passge b níit"Mf: K.f .oh@ph and skilh hon
rhe P.n' PtusÍtnn whnh hds hetpetl nñt\antls ol co,pte' ftkitdte,¡¿n /o,¿, Nueva
\'ork, Fi.esid. Simo¡ ¡nd S.htrstr r99r, p. n4.
93 Cilá.lo eñ k¡hn Sr.¡dñ¿n Ric?. A dnaie of ote\ owr: p,ychotLúa», .tldic¡ion,
ntulnp.úúEene olú ¿elJenden ¡ New Brunswi.k N,,Tra¡sa.iion publishes,

99 Goüon y lit.dsen, ¡¿$.{. ro nnnnn f: ñ,t, R n.e?B a ¿ t*itklro nE¡\tit,


I)rogn n *hnlt hn\ hdpel ¡¡rrlln¡l: al.o p18 rekintlL Ltun bft,p_ e1.
taTTRAII ¡ 0t ta [11r1 DAD 177

punto dc vist¡ del otro y eventualmente aceptarlo. "La alienación en el


¡nrtrimo¡io-dic.e elmismo lib.o deautoa)uda es caus¿d¿ a menudo por
nnlenterdidos y porsupuestos er.óneos."''" Y elautor prosigue:

Pele¡ lusta [...] hasido diseñadapar¡ree pl¡arel rueso, el isnorars€,


la .ulpabiliz¡ción y las a¡nenaz¿s. Es u¡a estructura de aislamiento y
resolución de problemas. 1...1 F.l v¡lor de Pelea Iusta es que fuerza a
a,nbos nicmbros de la pareja á hablar a través de las cuesriones espe,
cificas dc cada leña.l¡do,a decidir clarsnreDte qué eslo quequiereny
aenunciarlocon la misÍráctarid¿d aDte l^ ot.á persona. Entoncesbus-
can una solución satisfactoria pnrá losdos.'"'

Quizás el rasgo cultural hdiyidual más tuerte del espiritu de la comunic¡


.ión es su proposicióD nror¿l (o sociológica) bási.a de que los intereses
propjosy los intereses de los demás pueden serservidos simultáÍeamente
¡ través del uso de patrones de dh rso adcctrados. Si hay un mens¿je qu€
l¡ visión del mlürdo tcrap¿utico'comunicntiva emite incesañtemenle, és€
es d cle que todas los v¡rculos pueden scl fo¡mados y mantenidos ¿ través
rle la crpacidad de los mieDrbros de la parej¿ para cxpresar verbalmente
sus neccs adcs, sus emociones y sus metas, y para negociar esas nccesida-
des a rrav¿s dcl lengunje. Por eje,nplo, el mandamiento inc€santementd
¡cpelido dc utilizarcl lcngr¡aje del "yo" (por eje¡nplo,"Yo necesito que hagas
li¡reis domésticas conmigo" ¡nlcs que 'Deberias hacer tareas domésticas
.onmigo ) inrplica que en la vis¡ón del mundo terapéutica los conilictos
puedenser resueltos Do mediaDtelaapelación a no¡mas ovalorescompar
lidos, sino medi¿nte la utilización de las técnicas lingúísticás ádecuadas.
Un ciemplo de mis entrevistadas ilustra esta noción de neutralidad.
Susin, una terapeuta casada de 42 ros, cueDta cuánto Ie disgusta cuando
''él lsu maridol se pone emo(ional. Siempre se toma ias cosas personal-
Drente, nl ient ras que yo i¡tcnto dnf¡mente no de.irle siempre haces esto...
(' siempre haces aquello"l

rNrREvrsr,rDoR^: ¿Y eDtonces qué ledice?


susÁN: Mc güstaria exponer mi perspectiva sin ponerme personal o
cmocional. Simplc¡renlc hablarle acerc¡ de cónro su coDducta me
Drolesl¿. No¿1; su conducta.
178 I u !¡ry^í0N otL rrt¡ i00trtt

Est¿ terapeute utiliza téc¡licas d€ conversación pens¿das para alivi¿r €l


conflicto y en el p¡o€eso intenta no ponerse, cn sus palabras, "personal" o

"Solucionar las cosas", tal como dicen num€rosás guías ¿cerc¡ del árito
matrimonial, significa tener una metodologla para hablar, explicar, verba-
lizar emocion€s y netoci.r o lleg¿r a un comprcmiso a.erca de l¡s propias
n€(esidades Esa metodologia se basa eo una ideologia de las.mo.ioncs
que s€para a éstas de sus coDtextos iñmediatos. Esto sugiere a $¡ ve¿ un¡
observa€ión paradóiica: las emociones se convierten en objetos a scr inter-
cambiados en una interacción, pero son intercambiadas en un lenguaie
que es tanto neutral como muy subjetivista. El lenguaie €s n€uEal poqu.
sr supone que uno debe prestar aren€ión al cont€nido obietivo y denotativo
d€ lm¡ or-áción e intentar neutr¿lüar las malas interpretaciones subj€tivar
y las emociones qu€ pucdet¡ estar al acecho e¡ el procesoi cs subictivif¡
porque su iustiñcación pára llevar a crbo ur. solicirud o para experimsn-
ter una necesid¡d se b¡sa en riltima instanciá en los propios sentimi.nto6
y necesidades subictivos, los que nunca ¡equi€ren otra
iustificación que el
hecho de que mn cxperimentados lror el suieto.

HACIA L^IDEOLOGÍA DE L^ EMocTóÑ pU¡^

Muchos autores han sostenido que el movimiento contra.ultu¡al de l.


décadá d€ r9óo marcó una nueva era para el ,o en lá fiedidá en qu€ pro-
moüó y celebró la'apütürai la'aurenricidad" y la inform¡¡idad. D€ h€.hq
lapricotenpia y el feminismo parecieron cstar igualmmte comprom.tido§
con la cr€ación de una nueva "visión utópica de u¡ espacio vital en el quc
la g€nte po¿lrfu encontrars€ cara á ca¡a en un sentido absoluto y no mediádo,
más allá de toda pGición o convenció¡ social':¡o lá alianza de la psicolo-
8ia y el f€minismo no fue iniencionaj, pero sus efectos ntr¡ron so¡F,resi-
vamente en .onflicto con el culto de la autenticidad y la 6pont¡neidad
que había predominado dumnte las décádas d€ 1960 y rg7o: en últim¡
instancia, el encumtro de la psicoterapia y del feminismo produjo una
nueva disciplina de los vfnculos íntimos que tomó ta forma de un uso
creciente del lenguaie d€ los derechos dcntro del dormitorio, de ta práctica

¡o1 frderi. lúeñ, cnado cn Arthu P Bo<hnr,'O, the .ffiü<y ot op.nñ.$


in close Élatiorships", .n Mi.ha.l Burs@n (.d.), Coau ¡,i.¿ tioh falbook 5,
Nd Bruwid! ¡1, lterctior Bek§ !ar, p. ro9.
rl ll¡^¡l^ Dt t^ l¡IrrlrDlD | 179

de la autoobs€rv¡.ión y del autoconocimiento y del llamado a trabajar en


las relaciones y €ambiarlas. ks doclrinas feminista y terapéutirá prodüi€-
ion nuevás prácti€a§ emocionales, Permitiendo nuews modos de pre§tar
atención ¡ las emociones y nuevos modos de utiliza¡ las categorias y los
dis.ursos culturales para clasificar las emociones, para etiquetarla§, eryü-
carlas y trarsformarlas. Para decirlo de otra manera: unidos, €¡ feminismo
y la tempia han sido parte activa de un vasto pmceso d. dis.iplinamiento
de las emo.iones dentro de l¡ esfera privada:

lá disciplina se corporia en prácticas individuales, que están co¡stitui-


das por éti6s y técnicas disciplinarias. tás etii:as dis{iplinarias p¡€s.rib€n
el (ontrol de los impulsos y de los afeclos y la canalización sistemritica
de las en€rglas psíquicas en pos de la realiz¡.iór de int€rcs€s idealei tás
té.nicas dis.iplinarias consister en estrategias psicológicas y op€racionE
fisicas a través d€ las cuales s€ mantiene la disciplina. Estas prácticas son
inculcadas y reproducidas dentro d€ €ampos inslitr¡cionales definidos,
constituidos por códigos y estrategi¡s disciplinarias. Los códigos esp€-
ciñcan, generalmente en forma es.rila, u.a se.ie Smeral de normas de
conduch, y las esirategias son modos de orgnizar el espacio ffsico y las
posiciones so€ial€s de modo de facililar el control y la vigilancia.''r

En la medida en quc tanto el feminismo como la psicoterapia Prcduje¡on


innumerables t€xtos, fueron desplegados en c¿mpos irstitucionales defi_
nidos (la academia,los medios de comunicación de masas y la emprcsa),
cnseñaron una ampüá gama de €strategias psicológicas, corpor¡les y emc.
.ionales para t¡ansformar y liberar el yo, ellos oGecieron una v:§ta re.o-
d¡ficación y un vasto disciplinamiento de lá psiqu¡. ¿Cuál€s tueron estas
rstrategiás? Para r€sponder esta pregunt¿ recurriré a Weber ántes que a
lroucaült, debido a que el primero concebia la disciplina como u¡á serie
¿e prácti.as cognitivas a través de lás €uales las relaciones sociales eran
rccodificadas, y, por lo tanto, es más adecuado para un enfoque cog¡ntivo
delacDltura.
Max weber sugi.ió que la dis.iplina -a l¿ que también l¡amaba racic
¡¡liaci6n de la conducta de vida- p.rtenéce a un modo de pensar, a una
lorma esp€cifi.a de proceso mental. Más exactamente, supone una com_
Irrrución y una elección, conscientes y limitadas por reglas, entre medios

ns Philip Co¡L¡. "c¡lvinhn d raic-form¿tior i¡ tiaü Mod..n Europ.: a


(;cory. SrinD.r, (.d.). s,"rcl.!¿ ¡r.: Stnt¿ ¡oñdtioñ d¡t t tt,¿ culutul tuñ,
llha.¡.(ion¡cll t,niers¡y Pes, p.,ór.
'r99,
r80 ¡ rr !rlvl«0t Dtt Att¡ ¡0DI rl

alremalivos para Ilegar a un ñn dado.q Esto es, la acción racional €s reg¡r-


lada d€ manera consci€nt€, y no de mánera a?árosa, habitual o impulsiva-
Lo que €onüerte €n racion¡l a un comportamieoto es quc es "met&icoi
que posee u¡ carácter gereral, que es §istemáti€o y que, en palabras de
weber, e¡ "cont¡olado por el intelecto: S€r ra.ional supoDe la Gpacided
de ügilar mentalmente nuestro rango de a€ciones posibles, de €l€8ir uIl
curso d. acción y de aplicamos a él d€ manera metódi.a.
C-on cstás d€finicion€s de la conducta racional en mcntq podemos cx¡-
minar rhora de qué man€ra la conjunción del feminismo y la terapia hs
racionalizado la vida cnocioral. Elta racionálización liene lugar en diG-

Ra cioñalizaciófl ! aLofi t iva


"Para s€r r¡ciooal, un acto debe s€r l€gul¡do por valores, por propósitos
claiam€nte concebidos, orientados al conocimiento.""t La r aci orulizaciórt
yatoratiya es el pro<cso de darincación de los propios valores y las pmpi.s
creenciar, amado por Web€r "racionalidad valorativa'' (Weñrationaliü¡),
una racionalidad en Ia cual los ñ¡es tienen que s¿r conformes a valores
pre$tabl€cidos. Por eiemplo, ral como lo describe un libro d€ autoayuda,
"la pelea psr J¿ no es ¡a cu€stión.I-o qu€ importa es el grado en el que
podemos tom.r una posición clará en una r€lación y (omportarnos dc
modos que sean coherent€s con nuestros valores declaradosi'ú

ú.r yée Martin of ü€ w.boia! (oncpi of


Albd, "Th. appliorior
hiion.liztion orreñpor¿ry @rdition.i e¡ S@tt t6h I SaD \¡/hiFster
ro
(ed\.), MMVtLb.r tutioñaüty drl ¿¡od.fiir, Boslo¡, AIe¡ od Unwin, ,93,
pp. r6r¡3u Si$imdo.l úálisis del @nccpto por p. e d€ H¡bsmq Albw
sgi.E q@ la r¡cionalieión i¡cluye cinñ 6mpo¡ot6: .l M dl.ul¡<lo d. 16
medios, .l ús de medios D6 ef«tircs, ls clsción sobr€ úna bde racio¡al (ero
es, sbE ló ba$ del oroóei€nlo y de l. [email protected]ón), ha.r qu. prircip¡G d.
vá,lor tü@ l. prcpü vid. y ünifi.¡r 16 .u¡tro compoe¡ld pevior .¡ E .!t¡lo
de vid. r&ion.l y ñrtódi.o. r€rc Iá ra.ionáli7¡cióD tie¡e ún si8Dificado ádic¡onl
inport¡Dte 6 €l pr@o de qpars¡ór d€ ¡os sircn¡s fomrl.s de conGimi.nta
que lld¿r a sú Éz a úra "¡nlelclua¡i?¡.ió¡" de la vid¡ .olidi¡¡a esro 6, al hdho
de q@ ta vidá cotidiana .s mold.ada cada wz más ,,or sistéñas dc .onoc¡micnto
I por l¡ stut.mlikió¡ de Lr «.ncia ác.rca del ñundo.

$6HaiÍi.t].úne¡. The dasa of aryct: A wóñan\ snnL ¡o chdngil8 ¡he pa¡tü\s of


nti¡¡.r¿ui¿ri.,ii,ips,NuoaYork,HarpdCollirrD8t,p.rrIn?n..q.: t ñurt
y la intiñi¿lad: n mteú .l .qtilibrb er tB rcl4io6$ p@nal6,Bzslú.,
ch.ulo de L&.ror6, )99¡.
rl rrrl¡ll Dt tl lrlllrlr0Ao I 181

De hecho, los .ucstiorários es.ritos qúe son Provisto§ incesantcmentc


por la literatura d€ autoayud¿ constituyen lna form¡ de racionalización
s€gi[l valorcs aplicada a¡ dominio de las rclaciones inierpersonal€s. ¿Qué
quiere? ¿Cuál es su personálidad? ¿Es celoso? ¿Es fiel? El cuestionario es
culturalrnent€ significativo no porque provea las respuestas a estas prc_
guntas sino porque codifi.a y promüeYe la aPlicació¡ de la racioflalización
se8ún valores al dominio de las emo.iones. Por €iemplo, un arttcrrlo de
R€d&oot oftece ün cuestionario "para eváluar cuán comPatible e§ la gent€'
.uán rornántico €s su ñatrimonio. El Cuestionario de Atracción Román_
ti.a (cÁr) tue creado pa¡¡ prede.ir cuán adecuada €s una páreia. El c^f,
se compone de sesenta enunciados. [...] El resuhado ideal es de €ntr€ 22o
y 3oo puntos, € indica el niv€l suñcienr€ d€ atracción romántica r.querido
para sostener un. r€lación".''7
Las muieres han sido forzadas t¿nto Por el ferúnismo como por la
tcrapia a cladficar sus valores y sus Pref.rencia§ P.¡a construir rel.cion€§
que cumplan con esos valores y se ailapten a ellos, con el objetio de afir"
mar un ,o autónomo y confiado en 5i ñismo Este Pro.c§o puede rener
lugar sólo cuado las mujeres $ toman
mismas como obi€to d€ escru_
a sf

rir¡io, cuando controla¡ sus emociones, cualdo evalúan las oPcion€s y


cuan¿o ctigen u¡ curso de ac.ión preftrido.

R acionalizació n cogni t hn
la raeioializadón cwitiva s€ r€lacior¡a estrechamente con la racionaliz¡'
ción rzlorativa. Para Weben la racionaliración €ognitiva s. caract riza Por
un intento & comprandcr la realidad a través de "conceptos €ada vez más
precisoc y abstractosid Un eier¡tplo:

En situaciones como éstas l€¡l¡n¿o cor¡¡ieDza una Pele¡], uno es cons-


ciente de los pensamientos formados a medias que atraües¿¡ su m€ntc.
Pero la ma¡or parte de nosotros no nos hemos sPacitado pa¡a tra€rlos
deliberadammte a la conciencia de modo que nos p€rmita soPesar todo
y controlar racioralmente el resultado.

Lo qu€ sc promueve es 10 que Weber llamaba racion¡liz¡€ión cognitiva,


plicada aqui a las emociones. S€ les Pid. a las muiercs que obs€rven sus

n, S¡@l y §.rc|, "Th. R.dkDk Rcpon on su¡l rcl¿lionthiPl' P 73.


| Mlx vJbbcr, cihdo .n §lyh B.¡hlbih, Cr¡tiqw, aoú, oi.l ,toqí¿ A oú ¡lE
'¡r 'tt¡ly
t¡uttldtioñr ol riti.nl th¿oty, Nu.vá YorL co¡uñbia UniEl§iIy Prc$' D8ó.
182 I lt !AIt^ ót DII ltÍl tootR¡,

€mociones, que identifrquen sus patrones de conducta, qu€ descubran


las causas ocultas de su conducta (generálrnente localizád¡s en las rela-
ciones de la temprána infancia) y que con ese conocimiento control€n

Cuantifcación de li eno.ión
La objetivación de ¡a emoción lleva a ver que las emociones son entidades
fiias, y que er¡ tanto tales püeden ser cuantificadas, promedi¡das y equü-
bradas. Uno de ¡os clichés más comunes de la cultura popu¡ar es qu€ l¡5
relaciones debelan ser equiübrádás. Por eiemplq establ€ci€ndo los nive-
les de i¡timidad en un¡ esrrla de cero a die¿, el doctor PopeDoe cxplica €l
pro<eso mediante el cual un¡ pareia s€ polariza.

En un €xtremo de la escala, digamos diez, hay r€ciprocidad, conexión,


proimidád, En €l otro €xtremo hay separa€ión, individualid¿d, dife-
rer.iación. Un buen equilibrio s€ acerca al cinco. Digamos que cuando
ün3 páreja se casa, eua esun Seis, y se inclina más hacia la cercanla, y él
es un Cuatm, y inclina hacia l¡ distancia. fua es una diferencia mane-
se
jable. I...1 lPero ella puede move.se hacial ün Nueve, tomándor más
pegajosa y demandante. [...] Si eslo conlin¡la durante un período de
tiempo más o menos largo, e[á alcanza el Diez y él alcanza €l Cero.'q

Una vez que las m€táfo¡as numéricas son utiliadas para caractcrizar la'§
personaliüdes y las relaciones, "equilibrar" las €mociones es algo similar
a atablecer un "medio" o promedio en una escala numénca. l¡s números
son meáforas para la idea de que es posible promedia lrs emocion€§ y
lai caracteísticas de la p€rsonalidád. "La raán sin sentimiento es tan poco
atr¡ctiva y tan poco saludable como el sentimi€nto sin raán. De alSuna
manera tien€ que haber un equilibrio.""' La idea d€ "equilibrio" está lnli'
márnent€ r€lacionada con la epistemologia y los intereses profesionales de
Ios psicólogos, dado que I€s permite .onceptualizar uDa amplia variedad
de formas d€ la intiñidad y de pe*onalidades como problemáticas. Al
postu¡ar €l equilibrio como el ideáI, el c.lor y la Éialdad, lá p¡sividad y la
actividad, la següridad y la timidez, la exuber¡ncia y el borcmiento de sl
pueden todos lornarse igualmente problemáticos, ampliando asi el alcance

ro, Popere, "Crn ihis m¿úiag. be Évedl :


ro Anñ Cur.¡, "Should rou sb on üe iob?'l etr Á.,¿úoo¡, lMzo dc ¡93t, p. ,7t.
rl I|t^¡ft Dr rl ri ilrDro | ¡8j

de los clientes potenciales de l¿ terapia e


introduciendo una gran incerti-
dumbre acer€á de la naturaleza de una constitución emocional "saludabl€':
Por eiemplo:

A lo largo de más de veinticinco anos mbaiando como psiquiaaa para


pareias y familias ióvenes, he hallado que uo desequilibrio de esre lipo
en uno o en anbos micmbros de la pareja puede llevar a dos clases de
problemas m el matrimonio: o bien haydemasiado intercambio emo-
cionalyempatla entre ambos (isí,en efecto puedehaber demasiado!), o
bi€ri hay demasiado poco intercamt io emocional y u¡a empatía insuñ-
ci€ñte. Llámo al primero un matrimonio 'taliente'l y ál otrc uno "ñío':
Ambos son problemáiicos. Po¡ fort¡r¡á, si su matrimonio timde ¡ ser
"caliente" o "fiío" y ust€d puede identifi.arlo, es posibl€ commzar a hacer
un estuerzo cons.ientc para mover su relación hácia €se balance (o equi-
librio) estable de cercania al que Uamamos el matrimonio "tibioi",

El llamado a lu€har por un "equilibrio" sirve claramente á los inter€ses


profesional€s de los psicólogos, y convierte a las relaciones íntimas ¿n
objetos cogoitivos que pu€den ser eva-luados num¿ricame¡te y proñedia-
dos. Esto se relaciona con el d€spliegue de técnicas de Gilculo dentro del
vínculo Intimo,

Web€r entendia que l¡ racionaliz¡ción se caracterizába po¡ lm reGnamiento


más protundo d€ las tecnic¡s de cálculo. De hecho, tal como lo sugieren
lff eiemplos nencionados, la vida íntim¿ y las emociones son conve(id.s
cn obieros mensuúblc§ y calculables para ser captur¡dos €n enunciados
luantitativos. Saber que mi resultado es diez en el enunciado "me pongo
¡ nsiosa€uando p¡reces interesado por otras mujeres" llevará presumibl€-
¡rcnte a un¿ autocomprensión y a una estrat€gia correctiva diferentes que
ri mi resultado tue "dos': Los tests psicológicos de este tipo utilizan espe,
(ifi(amente u¡a cognición cultural moderna llañada "conmensuraciór¡¡u
llor los sociólogos Wendy Erpeland y Milchel¡ Stevens. Tal como la d.fine
lispcland,'la .ormensuración incluye la utiliración de números para cr€ar

,,, wLllrcoodüh,"How ro hatrdle ahot mariage and e ñupa@olondl


cn ¡c¿¡dot, novieñüre dc rgljó, pp. 25, ¡¡lr.
¡, ) wcnd)¿ aspe¡ard y Mit hcll stcven6, "coú¡,¡¡sur¡tio¡ as i social proccs'i
.n N..,,t, rca8, pp. J,J.J4r.
^ññualR¿!i¿wnt'Sn.n¡,Ny,
rll.{ I r^ !lLrroor 0tr allr} H00rpra

rel¡ciones cnlrc l s cos¡s. I-a con lr)cnsura.ion rr¡trlorma las distiDcnnrcs


cu¡litativas cn distinciones cuint il.rt iv¿s, donde h dil¡rerci¿ está expr.s¡d¡
precisamenle como una mtrgnitrd, §iSuicndo ün ¡irérricr ¿.ord¡d¡':",
Rajo la égida ¿( h psi.ologir v dcl lir¡nris¡¡ro, l s rcln! n,r$ nünn¡s se h.r n
lornado c¿d¡ ve7 nrt¡s cosas a sercv¡luad¿s ycLn,rlili..rd,issiguic¡do ciertu
nrélrica (la crrl, por cierto, yari¡ con l.r ¡nrpli¡ g¡nri de psicólo8os y dc
escuelas psicológic¿s).

Objetiyotió d trora rlel ollnlre¡¡sn )


Históricanrentc, cl.¡liibetismo ¡¡Bri un roldccisivo en el estable.inlienk,
de un cureo paft l.r rac;onalizr.niD de l¿ co¡duct¡.^quí. ta¡rrbi¿n,ln inti-
midades racionn¡ir¡da a través del uso de la lecturr y la escritura.
"Siempreqft lcng¿ una sens¡.nir ¿c sep¡ra.i(tu otl..lisr¡ncia rcspcclo
desu parei.r -i¡rsruye una psi€(;bg.i que esribr p¡n¡ R¿l¿,ool .

vaya a otm h¡bit¡.ntn yanotc por escrito sus sentinrientos, co¡rcnz¡ndo


porelenojo. (;ulpe¿ su comp¡ñcroo compa¡rcr¡, porcada pecado quc
usled piens. qüc h. cometidoi no se reprimr. ntipid¡nrente, t!'ñdri sig
nos dc dolor o un scntin¡ientodc h¡bcrsido l¡stin¡adr)- Siga es.ribicndo,
estaleza.ercn decosas a l¿s que le¡Í¿ odc las que s. arrepieDt..Iinal
nenre! exprcscsu inlor por sr p¡reja, su conprcDsión ysu pcr.l(,n. sc
sorprendcrti ¡lver.uánl¡s cnlocioncs positiv¡s sürgeD dc uste.l: (so.s
po¡qüe y¡ h.¡ liber¡do la partc n.g¿ti!a. Enton.cs ¡nuést.cl. l¡.¡rt¡
completa a sü p¡r¿i¡.¡'1

lll medio all¡búl ic¡, pronov o dc nrnera abu»dante por el discurso ler¡ -
péutico popul¿r, ponc cn moviInic¡lto u¡ proceso d. obi.tiva.nín dc l¡s
emocione§. Íh $te proceso,hscnx,cionesson €xtc¡ ntüizad¿s en elsc¡rtido
dt que se sep¡r¡n de la subicii!idid del h¿tl¿ntc, con el obieto d( tonrrr
elcontrol sobrc cll¡s ytransfornr 11¡s. El alf¡bclismo pcrmitc qu. una
emoción se convicrla en un objcto cor el proposito de fá.ilitar las tran
sacciones intlrpersonales. Por cj.nrplo, un cucrn,n¡rñ publicndo por
{edüool quc prd,a a las mlrieres qüc cvaluarun nN vidas seruales y eDú
cionales lur adopt¡do más tard( pordos ter¡peur¡s (ono(idos:

nr W¿ndyNrlro¡ l1p.l¿nd, 'Conrmc¡{rJr n,n ¡nd .ognirnnil dr turcn CúuL)


lcd-),(:r¡t tri tntr al ú lr'it|\l ,tl únnn l «Nrt¡n,i, Nn.v¡ Yitrk,
Roull.dg., roor,
"tir¿:
ó1.
t,.
¡'{ M¡rvBct¡(ir¡rn, lhcrxrrii,!8r.[..ktrf].nl¿r¡d¡tl,i.hrd.{óno.idrl.r) r¡,
LA r tr$a Df tÁ rNlrfiLDr0 ¡85

Ahor¡ esl¡nros r¡tilizando cl!ucstunario de llcdl,ook en nuestr¡s scsio-


n€s detcr¡pil, para iyud¡r ¡ lis parei¡s ¡ contrni.¿me me¡» enrre si.
Lucso dc rcsl,order por sepirrdo, los mieml,G dc la pareja omparan
las rcspl.sr¡s yriisculeD solrrc kr que sientcn. Urta pa.cja nosdiio que
fue cap z dc comenzar a tr¡tar ¡lguros tcnris eDocionalcs e incluso
dolorosos porquc.l cu€srion¡rtu ¡rud¿) ¿ ann¡» niembros de l¡ pareja
a super¡r l¡ ve.güenzai ün.r vez quc sc rcl j roD, respondieron ¡ las
p¡egunhs -incluso aqü.llt¡s que tocrb¡n rcnr¡s problen¡áticos o d¡li-
(uhosos- y cnrpel¿ron l (lisfrui¿r de ello. "

El cnlrcl¡z¡nricDti, dc lr r.xtükl. cor Lr expcritncia eñoci ial ts una


(trr¿c(erin ici importáDte dc l¡ o, icDt¡ción Psicoktgica en la cultüri poPu
lar. Ikcurrj.ndo ¿l¡.¡dé¡nico mcdievalisla Briln Stock, podcmos dccir
que Ia tert urlirhd sc convirtió rn un conr plcmcnto ¡n¡portanle de la cxpe-
riencia e¡no. llnr¡1."" "Eicft i(n\" como el mcncbnado o.ganiz¡n y trans-
l¡rm¡D l¡ v r e¡nocionl"cn!.rraD.lo eDro.nnrcs dcntro del ,Ícdio de
la c§:ritura, cn el scn.ido dc qu. .rc¡n uu disl¡nci¡ cntrc la cxpcrieDcia
de las cniocion.s y 1¿ con.icn.i. dc la emocn por p¿rle de es.r pcrsona.
5i la altabcti,,i.ión es l¡ ins.ril,.ñn dcl l.ngr ,c e§.rito en un mcdio que
pernritqrc uno vca el lengü¡ic (antcs quc cscuchárlo) y quc lo d.scon-
rrrru¡li.r,l,'l,rt,'Jr lrLrl¡r,(lr rr.rnerd 'inrihr.c.lo'cjer.i( io! i¡rvir¡n ¿ unr
dcs.ontexr{¡li^.ió¡ dc l¡s c¡¡ocn,nesen cl senlido de queinvitan a hoñ'
bres y ¡ mrjcres rcilsioninobre l¡s emociotcs y a dis.utirl¡s incluso
después de haltr sido des.otrccr¡d¡s de í (ontcxto origin¡l. [:l¡cto
rcfle\ivo dc d.,.les DoDrbr.s ¡ lis cmocioÍesdc r)do de poder manejarlas
lesororsl un¡onro!osia qu€ lii¡ su naluralcá voltitil, transitoria ybasada

Elaine. ünr rnüjcr(lelt ¡rios qrrc dirigc lallcrcssob.e controldi:l cñojo


y "resohciúr dc contlicroii nos tlr un ejenplo acerca de 16 rsos de la
.rlrib, ril,r(r,n (n lJ, r. h. i.,I(\ rnri¡nJ'.1 \tli\ J i,'nru $ (omuni(r con \u
$poso rcer.¡ dc l¡s.u¿stioncs dtsasradables qtc Ios llcvan a tencrdes¡
.ucrdos:"lr cs.riLro Dot¡s di.i¡ndolc que no h¡g¡ delerminadascos.si por
cje»rflo, curnelo deja cl ues.(ltro s{cio l (so de l¡var la vajill¡':

r; s¡r.l,vsrr.l, lh. R.ll,oot lr(lu on ¡.\úrl rclrrn,úhrps': p. /r.


r6 "lilnrn,.\ rD rnrr¡ro por rhi(r.tr.n qü¡ purn,l$ l.xlos, vistos .omo
.onrtl.nr.nr,x ¡c Jlrrun{', \r inl.rNnctr¿n ron l.r iL.nnr hum¡¡a." Bri¡ñ Slo.k,
I ñttntrlú tln n\L t»t tllr r\,: ¡/ rlr¡dn,l,¡llimor(,l,,hr\ Hopkin¡ Univ.is¡y
l,'.». rer0. t,t, !rt¡,;
rEó I tl r^ltr(lor o( lli^ lootttt

ENrnBvt§r DoM: ¿Puede decirmc qué es emctamente lo que csaribe?


EL rNH Ya sab€,le €s.ribo cosas como: "Boh tc he pedido mucha§ lecci
que liñpics el frcg¡dero y no pa¡Gces s¿r capaz d€ satisfácer est pedido
tan simple. Si no lo haces, comcnzaré a moiarm.':
ENrrEv¡s¡ Dox^: ¿Enqr€nrra quc hay una difercncia cntr. 6.ribi¡ y
hab¡ i
E¡-^¡i{E: Si, cl.ro, cr.o que cüando cacribe uno cstá más cap¡citado par¡
lograr quc el mensajc llegue. Cuando uno habla,las cosas de alSuns
m¿nefa se ponen complic¿das; uno sc deia ¡t.apar pof las emocioncs y
a v. cs ni siquierá dice lascosárqu. quiere decir.

S€Sún ,ack Goody y lan Waü, la alfabctización d€sconlertual¡?¡ cl dilclrIlo


y cl pensamiento, y scpa¡a l¿s r.gLi quc produccn el dis.urso dcl aclo
m'smo de h.bl¡r.", Yo sosiengo que algo similar cstá ocurricndo aqul.
Cuando son encerradas álfabeticamente, las €mociones se convierl€n er¡
obietos a s.r obs€rv¡dos y manipulados. La alfabaización cmo.ional h¡cc
que salga dcl fluio y del c¿rácter irr.fl€xivo de la experiencia y transformc
la experi€ncia emocioral en palabras. Uno es convocado a tr.¡lsformar ls§
cmocion€s en cognicior€s ftias, sapar¡das de l¿6 circunstancias co¡¡cret s
d. sü ap¡ .ión. a¡¡lizár €l dccto d.l. imprenta sobr. €l p.nsámimto
^I Ong c§crib€:
occidental, W¡licr

[á imprÉnta promueve uria s€nsa.ión de clausura una s€nsación de quc


aquello que cs hallado en rr¡ t€xto h. sido finalizado, ha alcanzádo un
clado de completitud. [...] Mediantc.l aisl¡miento d€l p.nsamiento
sobrc una super6cie es.rita, separadá dc .ualquier interlocutor, Ilcv¡ndo
a cabo una exprÉsión Én €ste senrido autónoma e indifennG e un ataqug

¡acsc.iturá pr€s€nra la clprcsión y cl p€¡¡emi€nto como no inrolucr.-


dor €on todo lo demás, de ¡l8túa manerá aütónomos y complcto§,.

O¡g soli€nc rdemás que la ideologa dc Ia ¡fabctiráción h. dado origcD


a ¡a idea del "t xto puroi la idea de qü. los textos ti€nen una ontologia, d.

7 ,rt Coody y l.n r/vhn, "Tl¡c @r*qúcn«a of liLr¡.y:.n t*t Goody (.d.),
Lil¿ er h tn lnbÚl ni.ri.t Nw¡ Yoú, C¡Dbridg. UniEity pr..§ reós,
n8 Watld ,. Ong,'Pr¡lL rp¿e, .nd dcuE : .n t).vid CNtey I p¿út H.rr (.d..),
Coññudhntiod ii
hb¡ory: re.h¡olo8, ú/¡ura sicrl, Nu.k Yor¡! LonS¡¡.!,
199¡, p no llr.d. *p: "Lo imp¡k, .l 6peio y to cotu¡uido", .n W¡trcr ,, O¡&
Otulid.¿ y Nntutu rÉ@log¡B d. l¿ pdi¿úd. Manco, rondo d. G¡trur¿
[dróDic1 ¡98¡ pp. n7¡3ó].
ll Ilt^n¡ 0( rr trItStDr0 I ¡87

que sus signifiados pu€den ser separados de sus autores y de sus conter-
tos. De maner¡ s¡milar, cuando las eñociones s€ encierran en el lenguaje
se origina la idca de la "emocióo pura", la idea de que las emociones son
enridad6 discrclas definidás, de ak¡¡na manera encerradas y atr¡padas
dmlro del yo, que puÉdm ser manipuladas y modifi(ad¡s m.d¡.nt. un
trabaio de ¡propiáción.
L¡ nueva disciplina emocional incu¡c¡da por el €spíritu t€rap¿utico
convi.rie a las cmociones en obietos cogn¡tivamenlc aprehersibl.s, que
puedcn s€r ¡nanipuládos de ñodo de lleg¿r a una forma ab¡rcádora de
racionalidad a la que llaúo racionalidad comunicrtiva. El control de las
emo.ion6,la clarincación de los propios v¡lores y Iás pmpiás met.s y la
obietivá.ión dc lá! emociones constituy.n indicios d€ un prc.€so más
áfnplio dc ra.ionaliza.ión d€ las relacionG lntima§

IJI ENF¡IAM¡ENTO DE ¡- PAS¡óN

A¡thony Giddcns ha interpretádo la transformació. modcrn¿ de la inti


midád como exprcsión de un movimiento cn po6 de la igualdad y l¡ Gñ.n-
cipación.", Pem desalortunadan€nte €l análisis de Giddens replic¡ dema-
si¡do a menudo el credo psicoanalílico (que la i¡timidad deriva dc la
igualdad) y ha fr¡ca¡ado en la interroSación de las consccuencias socialc§
de 16 lransformaciones que se proponc de§.ribir. ¿Gtmo ha transform¡do
¡jl lenguaj. terapéutico al lenguar€ d€ la intimidad? Entrev¡sté a terapcutas
y ¡ personas que habian h€cho lerapia durante muchor años con la idc. d€
qrre s€rian ellos qui.n6 prob¡blemente cslarían n ás cap¿.irado6 p¡r¡ ilur-
trar de qué man.ra puede el lcnguaje de la tcrapia moldcar las concepcio-
nes y las p¡:ícti.ás de la intimidad (si es que eso efe.tiv¡mente ocurrc).
Matthew es un ac¡démico de 54 años que, luego de su divorcio, fuc ¡
ler¡piá durante cinco años. Siete años atrás s€ volvió a casar.

ENT RBvrsr^DoÍ^: Ha m€ncionado ¿ntcriormente que su fsegundel


csposa lien€ ere ide¡l de la comunicación. ¿A qué se reñere?

¡,e (iiddcns, 11¡ rr,,íórndtioa Dl inti¡na.l, exuliry, lów dnd doti.isñ in


^nrhonytri.rni,GDtbrids.,
,,eid,, Polny P6r, ree{ |tr¡d.esp-: ¿¿ rr¿nsÍorñach d.h
i,xinti.ltuL s.rnliful oñot I ebtisño .n LB §.i&la¡Ls ñotkttu,M.A¡i¿,
188 I LA !atva( ó[ Dra Átra ri(]or¡t¡

MArrHEw: Dicho sea de paso, no creo que ella práctique ese ideal, elta
entiende que la comu¡icación podía se. negativa, cr€o que en absrracto
ella 10 acepta, pero en la práctica creo que ella rien€ algunos problemas
para lidiar con la comünicación negariva. Fuera de elo, sí, en
términos
generales...
ENrREvrsr DoR :Situvieraqu€explicarteaalguienqu¿escomunicars€,
qué h.ce la gent€ cua¡do se comunica, qué les pása por dentro,
acercá
de qué dase de cosas hablan, qué es to que hacen luego,
¿cómo *ptica-

M^rrHEw: La teoría es que... si estoy segu¡o inreriormente acerca de to


q¡re quiero y lo que no quiero, de lo que necesito y de
lo que no necesito,
y puedo comDnica¡le eso a usted,entonces tenemos más posibitida¿es
dellegara una situación en lacual arnbospodamoslograrque se satis-
faga una máyor €antidad de nuesrras ne€esidad€s, a través de
cierto
confli.to yde las negociaciones que siguen a ese conflicto. Un conflicto
es "No quiero esto, quiero hacer €sa oira cosa'l o..No necesito esto,
necesito aquello otro'l y cáda miembro de ta pareja es igualInenrc dotado
de mayor poder en el proceso, hay una suerte de expectativa de que
ocü-
rrirán dos cosas: una es que habrá una sue¡re de optimización, que
todos estarán meioayque las cuestioDes no ¡esuelras serán más tole_
rables porque se operará sobre la base de un togro parcial y
de un
reconocimiento de que se ha ido tan lejos €omo sepuede Uegar. Otra
vez, unasuerte de oprimización. puede ¡o ser perfecta, pero
es posible
que€l20% no se resuelva, en oposición a varios modelos ,disrópicos,,
donde nos gritamos el uno ¡l otro ytenemos et
90 % de los conflicros
€on el otro si¡ resolver.
lNrREv¡sr Do¡^::Puede dame un eiempto?
MArrHEw: Lo que más expre$ de la respuesta de uno al otro, que es
enunciada como positivo y negátivo, me gusra que hagas esto, aprecjo
que hagas esto, esto me hace sentir incómodo, me sienro infbtiz
haciendo
esto,podemos encontrarunamane¡a de que se curnplan más condicio_
nes mias y yo inrentaré qr¡e se cumpt,n más de rus condiciones, cr€o
que la fantasla es que va a resoiver el roo 0,6 del conflicto o que esto
no
senerará en sl otras clases de probtemas. Dóieme darte un eiemplo de
trn confiicto: tenemos algunas tensiones en €asa cuando ni espos¡dicc:
"¡Tú no limpias el ftegadero!'l cüando yo pienso quc to haso el so %o o
e190 oó de las veces. Me doycuenta de que, cada vez más, cuando escu-
cho e.fo, escucho hablar a lni madre. Mi esposa se siente frust¡ada po.-
que dice "¿No me vas a deci¡ nada?,lyyo le digo:..re voy a decir
atgo
pero voya enojarne por estoi Ella dice..¿HayátsunamaDeradedecirte
ra lRA ia Dr ra ]l1r DAD I r8g

esto sin que te enojes?': Y yo pensé acerca de ello, quizá tu€ hace un aro
o dos, y dije "Probablenente no, de modo que tus opciones son o bien
no decirlo o decirlo sabiendo que rne roy a enoja¡ pero és€ es el precio
qu€ tendrás qu€ pag¿¡. Entonc€s,luego de enojarme, intentaré modifi-
carmi condu€ta'l últimamenrehemos vuelto a ello,lo.üal Ia deprimió
un poco, y esta vez pude ver la relación, era nuy sólida pero había
muchos conflictos en ella, e intenté pensar. Tomando este mod€lo y
llevándolo un pasoInás ¡llá,podíaencontrarunama¡€ra de lidiarcon
cualquicr instante si ia reacción a la comuicación )a no tuera produc-
tiva. Iinalmente propuse que pusiéramos una pizarra. Que, en lugar de
verbalizaa nos es€ribiéramos mensaies. Puede ser reál o puede ser ma
caricatu¡a, pero, igual que e]correo elecirónico, podemos ab r un
archivo cuar¡do estamos listos para lidiar con ello y no en el momento:
pensar en ello y refexionar. Pensé acerca de esto en una clase..., pens€
que estábamos teniendo un conflicto ju§to alli donde no se trata de sacar
es lit€ralnente como tomé ua vieja idea de un
lo peor del otro... Asi
ejemplo sociológico y p€nsé acerca de usarlo como üna suerte de pa¡a-
golpes. Hemos hecho esto por un tiempq ro creo que resuelva todos
los temas pero creo que al menos ha expandido nuestro repertorio.
ENrREvrsr^DoRA: ¿Qué es 1o que lucen las notas en la pizarra?
M^r r}rEw: Me perrniten u¡ proceso de comunicacióu sin que el otro
csté fiente a ml al mismo tiempo. De rnodo que rne dan Ia libertad para
ok sin qu€ me hablen en Ia cara, tiene una suerte de valor simbólico de
ser escritos, puesto que ambos escribimos y ésta es üna conducta adulta
y no una conducta infantil, es una conducta "educativ¿1 Hay un modo
en el que captura pane de la cultura del grupo y de alguna manera reduce
parte de las ca¡acterisiticas reactivas impulsii"s infantiles. Sé que lo usr-
remor por un liempo. pero creo que e\ un¿ experienci¿ inlere5¿nle por
que .uando uno de los dos siente que no tiere voz, está este oEo canal.
rNrREvrsr DoR : ¿Por qué oír la voz del otro ¡epiesenta ü¡ estorbo?
M^r'rHr.w: Porque crm qu€ nos recuerda a otros modelos infantiles,
¡nás aotiguos, que sor muy d€saprobadores, impotentes, etc. No puedo
hábhr por ela, pe¡o es cie¡tamerte u¡a pa¡te de mí. Creo que tui extraor-
dinarianente .oDtrolado por mi madre, y c.eo que cuando oigo un tono
iluc suena maternal escücho a mi esposa decir cosas que jamás le oí decir
tu sr¡ hiio, nunca, en todos estos años en que heños vivido juntos. A

uenudo se Lo decia a ella tan suavemente como m€ era posible y ella lo


DcSaba, o decía: "Pero a mí no me han hecho €osas que tú sí haces: y
yo de.ía 'Puede ser", y entonces m€ calmaba y si estaba eno,¿do le de€ía:
''No esverdad"y tratnb¡ dc... Veo modos en que los chicos son mucho
r9o I Lr !^LÍ^OO¡ Dü AlÍl i0DrrrA

más pasivos en la €omunicáci6n, y hace poco he com€nzado a h¡blar


acercá de cómo mi hira n€cesita verbalizar mucha de su ambivalencia
acerca de ello, y mi esposa dice "Estoy cansada de euo, si quieres hacerlo,
puedes hacerlo, pero yo sólo lo voy a decir'i Pensé acerca de ello, y ella
diio: "Bueno, ésa es la cultr¡ra de tu familia y la cultura de mi faInili¡
es diferente': Yo dire: "Está bien, €s asl al m€nos eD la superñcie, de
alguna manera neutral, aunqr¡e cada uno d€ nosotros está diciendo que
su cultura es me.ior...'l pero comencé a pensar acerca d€ lo qu€ repre-
sentaba, )¡, pienso, mi s€nsación acercá de ello es que hay u¡ modelo dc
intimjdad que tenemos que es diferente. Su modelo de intimidad es:
"Te diré algo cua¡do me mol€ste y luego me iré y lidiaré con e¡lo', y ñi
modelo d€ intimidad es: "Quiero hablar ac€r.á de euo, quiero compar
tirlo contigo, para que ambos tengamos mayor se8uridad y también p€¡a
obrener algrin implemento para encontrar una nueva manera de lidiar
con esto'l Una partc de su impulso dice "Ya hemos hablado de esto a¡ies,
¿por qué tenemos que hablar otrá ve¿ de Io misrno?i
Su forma [de hablarl €s: "Se supone que uno puede o debe hablar de
aquelo que siente, hablar acerca de por quá uno se enoia y [email protected] de qué
hacer con ello': Uno de nuelros patrones tipicos de conflicto es que ella
dice que no Ia estoy es.uchando y yo trato de que eIa diga todo bien
cuándo está enoi¡da. Hay suficiente coherenci¿ con mis vieios patrones
y puedo ver gue algo de ello Permanece. No puedo tol€rar su enojo, d.
modo que cüándo sucede yo termino atacándola e int€ntando qu€ ell¡
diga que está equivocada y que yo tengo ra7ón, Hay algo de eso y eso e§
ci€rtamente parte de mi lucha por encontrar un modo más constructio,
Creo que €lla tiene sus prop¡as cuesliones con las €uales no sabe cómo
maneiars€, que en realidad probablementc tengamos diferent€§ mode-
los de intimidad y para mí esa intirnidad puede inclür diferent€s modos
de exprcsión del enojo. FIa se enoia mucho si )o lev.Dto la voz! p€ro
en los rlltimos años noté que cuando int€nto verbalizar una queja eüa
a menudo dice algo ásl como: "Ya €s.uché eso, ra lo dijiste antesi Y yo
sigo diciéndole:"Pero noesque... pone¡ peücul¿s n€j¿r
justa d€ pelear, cada vcz tú dic€s que yo estoy haciendo eso una y otr¡
vez. Esa es una violación y m€ hac€ enoj¡r'l Y luego ella dice "Me €stá5
háciendo enoiár porque quieres seguir con esto'l Yo creo que hay una
parte d€ ella que tiene un verdadso problemá con la acepla.ión de sus
propias faIas, a me¡os que ella las de6na- Su tema con los limites e5 el
tipo de critica que yo le haria, es ñuy dificil para ella aceptar eso de
a¡gwa ma¡era. De la misma manera que ella dicr que yo €stoy intentando
haceíe decir que ela está equivoc¿da, ella tanbién intenra hacerme decir
rl IlRrlrl¡ Dt rA lNIl¡tolo I r9¡

que 1o estoy equivocado y que ela tiene razón, rilo que €l mecanismo
es diferente, parte de su maner¿ iniusta de peleá¡ es que ella usa su manto
d€ terapeuta como si Pudiera ser terapeula en su Propia .asa, y ella trae
ese discurso en medio de nt¡estro co¡flicto.

Pueden subralarse varias cosas aqul. En primer lugareste hombre, €omo


todos los demás entrevistados, soriene un modelo claro de comuniqción
que inclüye el uso específico yadecuado de patrones de discurso,la con-
€iencia de si mismo, la capacidad para identificar el punto d€ üsta del olro
y la capacidad pará negociar cor¡ otro. En s€gr¡ndo luga¡ la jerga y la nárra-
tiva terapéutias son evidentes (Por eremplo, ve sus conflictos con su esposa
corno la recreación de sus co¡flicios infantilesi "ella t¡ene sus pmPias cu€s-
tione!"). En su relato, las emociones y el man€jo de lai emociones s¿ encu€n_
tran al f¡cnte en Ia relación con Ia esposa,lo que,nueslra que la terapia dá
origen a nuevos modelos d€ mas€ulinidad, en los qu€ la iÍtrospección y la
expresión cmocional y el control en¡ocion¡l de d mismo iueg¡n un rol
significativo. De tod¿s maneras, es más probable que estas nuevas formas
de mas.ülinidad se hallen entre los miembros de profesiones €n las cuales
uI) nivel alto de capacidad yerbal y el manejo del yo son cruciales (véasc
el capítulo 6). En tercer l'¡gar,Ia reflexividad de eíe hombre es obvia, en
trnto d€spliega un constante control de sus emociones y de los modo§
oomo las coDunica. Además, la entrevista muestra de qué ma¡era el len_
guaje < más bien un mod€lo metalingülstico de la comu¡ricación (un
modelo acerca de la co¡nunicác¡ón)- está en el centro ¿e las relaciones y
se encuentra en riesgo €n ellas. Por eiemplo, uro de los mot,vos de Matihe\.r

para pelear con su esposa es por el modo en que cáda u¡o de ellos pelea y
cxpresa su enojo. Lo qüe está en juego en sus disputas es el estiloemocio-
nal de cada uq sostenido conscienleme¡te y dis.utido explicitamente.
listo sugiere qu€ el modelo de comunicación es una coSnicién cultural
t ;en distintiva y bien esBble.ida, al menos €ntre los miembros de las cla'
És medias. En cuano lugár, el entrevhtado y su esposá domi¡an la rerS¡
y la te.¡ica terapéuticas. Pem €sa familiaridad, lejos de afrdarlos a eviiár
cl confliclo, parcce incrementar las posibilidádes de que knSa lugar, Puesto
quc la reflenvidad crea incesantes curv.s de necesidades a ser satisfechás,
nrodelos accrca de rózo ¡l¿ü ería se¡ o¡ienuda la conunit ¡.id¡,, y exirema
lis ñormas evaluativas con las cuales son aprobadas, analizadas y Por tanto
.rit icadas las relaciones. tá opinión de Ia pareia de que stls conflictos ema-
nrn de sus experiencias infantiles les qnda a ambos a explicar ya reiñc.r
str\ conflictos. Además, el he.ho mismo de qüe la esposa de Matthew posea
run n¡odelo <le resrnuciórr de conflicbs bieD articulado con cl que Él no
192 LA IAM( O[ 0tr ¡tü¡ Í00t¡]i¡

coincide crea otra zona de desacuerdos. Finalmente, es posible adve¡tir


de qué manera la vida fntima del hombre está repleta tanto de emociones
como de control desí mismo. Dehecho,como él mismosugi€r€, Matthew
realiza grandes intentos por controlar sus pensamientos, sus emociones
y su .onducta. Para meiorar su capacidad de controlar su eslilo emocion¿I,
ha re.ur do ¡ la escritura (en una pizarra), una técnica que clarame¡te
tiene como objetivo redücir la ¡eactiüdad y la espontaneidad presente en
las interacciones cara a cara y crear una distancia €ntre sus reac.ion€s
€mocional€s inmediatas y sus metas. Lo que revela y expone esta entreüsta
es la estructura cultural conflictiva de Ia intimidad contemporáne¿, des-

serada entre una emocionalidad densa y los proc€sos de racionalización


de los sentimientos. Como se torna más claro en el capitulo 6, es más
probable que esta estr¡r.tura caracterice a las clases medias que a las clases

Mi entrevista con Margnrei, una consultorá en comu¡icación de 42


años, proporciona otro eiemplo de algunas de estas dinámicas.

M^RcARErr Si, tenemos u¡r estánda6 generalmente tenemos una discu-


sión... De hecho, tenemos una sola discusión, eso es interesante, yhe
notado que es porque )o digo o hago ¡1go que averSüenza a mi esposo
o lo hác€ sentir mal, generalmente enÉ€nte de otra gente, y entonces él
termina poniéndos€ müy infa¡til y agresivo donde sea que estemos, y
no 1e habla a nuestro anfitrión o a nuestro invitado hasta el fin¿l de Ia
nochel entonces cuando estoy yendo al aulo con él y le pregunto cuál
es el problema, porque él no ¡o expresa,y entonces finalmente se pone
a despotricar conlra mi, diciendo curln horrible soy como persona...
Generalmente entonces yo digo algo como "Hace ape¡as lres dÍ.s dije
x y no te ofendió, ¿por qtlé haces esto esta noche?': básicamente inten-
tando qu€ se ponga más racional, y termino toialmente encerrada y en
sil€ncio porque él m€ está atacando personalmente pero no quiere hablar
acerca delo quees,lo único que quiere es pedirm€ disculpas y s€r igu¿l-
mente infantil. Yo no hice nada que no quisier¿hacer en ese momento,
y ciertamente no qüse lastimarlo, no tenia idea... tr pediré perdón por
los r€sultados -"discúlpame porque te simtas tan mal, no te¡ia idea de
que tendria ese efecto"-, pero él quiere que yo le diga "Discúlpame por
decir estoi y yo no le voy a pedir p€rdón por algo que hice. Muchas veces
puedo esiar arrepentida por el resultado, pero no puedo esiar arr€pen-
tidadeloquehice. pueden¿gran'
Éstas son discusionesestúpidas,pero
darseyterminamos no hablando durante dos o tres días. No ocurren a
menudo. Quizá cadá se;s neses o c¡da.ño, en parte porque él ha canL
la r r¡lia Dr LA Ir ürDAD I 193

biado mucho. Yo no percibo que sea muy diferente, pero él se ha tornado


más elocrente en el momento de la iniusticia. No creo qüe él tenga una
iutoestima alta, y creo que está creciendo, él dirla en el momento: "¿Por
qué dijiste eso?'l 10 cual me parece muy bien y 6reo que de esa nanera
podcmos analizar tas cosas. Ésta es nuestra discusión, y sólo tuvimos
üna, y puedo rccordarlas porque son muy srandes y yo simplem€nte no
puedo manejar lá situa€ión de hablar con él crEdo él se comport¡ de
manern tan irracio¡al €onmigo y quiere que le pidá disculpa.s por lo que
hice y yo no puedo hacerlo. Estoy segura de que hay atgo detrás de todo
esto pero ésa es nuestra pelea, es la únicá que ten€mos, sobr€ todo lo
demás podenos hablar, incluso acerca del tema de la limpieza, en última
instancia yo me siento con él y le digo: "Que deies todo eso alll rne hace
senlir xi De modo que de h€cho llcg¡mos a ese punto, pero €sto nun€a

( )t¡a vez, los marcos cultural€s terapéuticos estructuran la cornprensión de


sus conflictos por parte de la mujer. Esta mujer enti€nde que el problerná
(lc su rna.ido está rel¡cionado con la "autoestima'l A1 igual qu€ en la en-
lrcvista anterior,la pelea debe ser contenida y regulada mediante pro€e-
dimientos de discurso iustos. También aqui l¿ pelea es acerca del Focedi-
ln iento correcto para pelear. Finalmente, esta entrevista subraya de manera
sinrilar los modos €n que el uso de moddos racionales de conducta está
protundamente ;Dsffito dentro de vínculos sociales lfltimos.
¿Cómo hemos de interpretar las €ons€cuencias de dicha racionalizació¡?
ADalizaré esta c'r€slión refiriéndome a la teoría del trabaio de Simmel tal
(omo la han resumido lorgeArditi yAnn swidler.,," Ihl como explicaArditi
sinrmel formuló una teoriá de la alienación sesún la cual el empobreci-
rnicnto de la vida personal es conse€uencia de la separación creciente entre
n uestra experiencia del mundo dnecta y no mediada y r¡¡ mundo cada vez

,nis denso de objetos e ideas que han sido producidos para otorgarle sen-
I itlo ¡ ese mundo, por asi deci¡ tuera de nuestra erperien€ii. Pam Sirnmel,

(í¡ñdo creanos una cuhura objetiva vasta y compl€ja, como sin duda es
l,r nu estra, perdemos ]a unidad necesaria pará que táles objetos mantengan
su significado. Arditi sostiene que, según Silnmel, para que nuestra expe-
,irncin mantenga existencialmente su significado debe haber una gran
tongruencia entre el objeto y el sujeto d€ ¡uestra experiencia. Asi, pára

r 4 lrgc rhcory of¡li¿nalion,nd the decli¡e of the no¡ .atio¡a]",


e ^rditi,"Sinrmch
So.idof¡r? I In¿orf, N",.1,¡rln' d€ re96, pp.9rro3,
194 I LA rlr!/rí0[ 0r ri0!li¡¡
^lr,il

Simmel el morsignifica aprehendcr dirccra y enteramente al orro. Sign!


fica que entre el amante yel amado no h¡y ningún objero social o olturát
y que ningún elemento del intelecto ni ningún objeto culturat externo
toman part€ de la exper¡en.ia de¡ amor. Es precisarnente Io no racional lo
qüe hac posible la atribución direcrá de significado a ú objeto, no rnediada
por confrucciones intelecruales. Cuando amamos a alguien,le adiudicá-
mos a es¡ p€rsona un s¡gniñcado que deriva de experimenrarlo (o €xpe-
rimentarla) como un todo. Entonces, y sólo entonces, podenos caprurar
la particularidad existencial d€ ese otro y fusionarnos con él o co¡ ela. T¡l
mmo acertadañente escribe Ardita, la exp€riencia i¡telecruat -+quelto que
Webe¡ consideraba la esencia d€ la racionalidad- nc.esarhmenre introducc
así una distancia entre el objero y yo. Para Simm€I, la racionalización cre"
ciente de las sociedades modernas conlleva un incremento significativo en
la distancia e¡tre sujcios y objetos. Y .lquí Arditi, irterpretando a Simmel,
oftece una idea muy interesante: que l¡ distancia socia¡ no deriva de la
ausencia de rasgos comunes, sinode la naturaleza abstracta de esos rasgos.
Para dedrlo de manera ligeramenre dif€rente la lejania deriva del hecho
de que las personas l:o parren un leoSuáie estandarizadq un modo ab,s-
lracto de opturar I¿s relaciones y otorgarles sentido. En otrás patabras, €t
he.ho de que cada vez tengamos más te.nicás para estandariar ias rela-
ciones inrim6, para hablar ácerca de ellas y máneiarlas de un rnodo sene-
rá1, debilita la capacidad de .er.anfa, la @ngruencia entre sujetos y obielo§
¡a posibilidad de frúión. Cuando la relación s€ torna cada vez más gene-
ralizadá e intelectualiz¡da, cl amor piende su carácter no mediado, y tanto
la emoción como €l obi€ro del amor son interpretados en téñinos extra-
ños a la expe¡iencia interior del yo. Lo que esle análisis sugiere á su vez es
queloprivado no sólo espolltico sino que también seve profundamente
lransformado por la polltica de l¡ emo€ión.

En vista de elo, la cuhura terapéuti.a es una reac€ión contra un desencanto


tócnico,. bumcrático atroñante. Dcbido a su énfasis €n la singutaridad
individual, en el placer y en la introspecc¡í,n, Ia cultura rerapéutica es,
aparentemente, un estuerzo cultural vásto para recapiurar el s;gnificado y
el sentimiento en un mundo de significados qre por otra paite es estéril
y técnico. Pero el proceso que hc rcvelado aquf es bastante diferents al
nismo tiempo que ha puesto a disposición un léxico ri«) y etaborado de
(i lllt^¡l A 0t L^ lrl¡t,,t D^0 t95

l¡ nrkrio¡idad y las emociones, la ¡erapia h¡ anunci¿do también uM estan


(l¡riznció¡ y una racionalización de la vida en¡ocional. La originalidad
eÍlturaldel dis.urso terapéutico es qu€ há racion¡lizado las emociones a
lr¡vés de una intensa emocionaliza€ión del vinculo romántico. Tal como
sucedía en cl cao de la empr6a, tornar l¡s rcl¡ciones más 'emocionales"
ib¡ de la mano con tornarlas más racionales. ¡:l eíudio de l, esfera de la
irrin¡idad revela así el otro lado del proceso del'tapitalismo emocional"
que comencé a desentranar en el capitub antcrior: m€ refiero al entrela
znnriento y la intensificación de los modelos cultural€s emocionales y
cconómicos para el abordaie de las rela€iones sociales.',,
AI adoptar una postu.a reflexiva ha€ia l s emociones que son esenciales
,' l, personalidad,yalproponerun modc¡o dcdominio desconectado sobre
i¡s propias emociones, paradójicamcntc l¡ cultura terapá¡tica ha contri
l)uido a la panición de las emociones y l¡ ¡cción. Al inshtir er .,1 hecho de
(luc las reglas qu€ gobiernln la cxpresión de las cmocionesdeben ser apren,
(lid¿s rcflexivamente, el discurso
tcrrÉutico hn hccho d€ la vida emocional
Itrmaleria de un¿ supervisión procedimental y reflexiva del yo, especial,
Nente para los mi€mbros de la clas{ y quiTi todavia más esp€cialmeo-
'nedia
Ir p¿ra las muieres. Sugiero qüe est¡mos ante Ia que podria ser u¡ zooa
D¡uy importante de desacuerdos enrre las diferentes categorías de la cultua
rrnocional, que eparan a Ios hombres y á l¡s muieres de clas€ media de los
hombres y las nuieres de Ia clase habaiadora (ve¡se el .ápírdo ó). De hc€ho,
l¡l como sc a.lar¡ en el c.pilulo ó,las líneas de fall, en nuestra sociedad
|ueden €star cada vez menos relacionadas con las diferenciás entre la emo-
r ionalidad de homb¡es y muieres que con las diferencias enire los miembros

rlc las clasesnediaytrabajadora. Las diferenciás emocionales pueden estar


rr tr,nos rclar io r¿da5 con t:l (onlen ido e,noc ionr I -qué emocione\ son ien .
rid s-quecon las r€glas y los cstilos emocionnlcs,con có,ao conectan o se
llsconcctAn de la esfera emocional ¡os miembros dc diferentes grupos
\ocia¡es. L¡ cultura emocional de la clas€ media ha sido caracterizada por
u n, inlrospección y una reflexividad intcns¡s, c incluso si dicha reflenüdad

es nrás pronunciada cntre las mtjeres,los hombres se están sumardo a la


r¡.ion¿liación de la intimidad d€s.rita en esre c¡pirulo. Esto nos [ama a
\u v.z a reviMr los modos en que p€ns¿mos la división de géneros en tomo
r l.r .uestión de l¿ ¡¿ón. cenevicve Lloyd (y otrás estldiosas feministas)
h.rn sostenido que la r¿ón se ha idcntifi.ado durante mucho tiempo con

,r, v.t¡$ Ev¡ llloü2,c-odt t B.ies: t'h. n,*ntt oÍ.h,otioidl.¿¿i¿16-, C¿mbridge,


Po¡¡y Pr$s,2oo7 lrrad. €sp-: I, n idotlxq,ng.h¿ds.l4 ro.iois ü el
,?frd¡¡,r., BñnosAn€§ Kul¿. roo7l.
196 I t^ !lLy^0riÍ Dlt ¡tl,i^ lt00tRua

el ponto de vista ñáscr¡lino.¡r:fite eiercicio masculino de la ra2ón se carac,


teriza por la separación entre razón y emoción y por el dominio de Iá razón
instrumental. Pero, tál conlo lo he sugerido en este capítulo, Ia intensa
racionalización de la vida privada indica no sólo que la cultura emocional
de las mujeres de clase media se ha racionalizádo e¡ un srado muy altq
sino también que Ia racionalidad de los hombres de.las€ media se hatla
protundamente etrelazada con las emociones.'Ial €omo intent¿ré demos-
trar en los dos capitulos que siguen,los nodelos culrurales oFecidos por
la terapia s€ traducen €n una narrativa cada v€¿ más indiferente al género
(capllr¡lo t),y transforman la naturaleza misma dc los ¡ecursos utili¿ádos
por los actores en sus luchassociales (capítulo 6).

,r, Gcncvieve Lloyd, fr. ,¿, o/ t ¡so¡: "Male" aúl "leaala" in r{6tún philÚopht,
Minneapolú,U¡iv.rny of Minncsl¡ Pres, ¡99.r.
5
El su.foimiento triunf ante

"Él lel lider del grupo de apoyol siempre esperaba


a$ioso la seSuoda sesión. Era hora de ir al grano, de
comenzar a revelár los secretos que hacían que todo
valierálapena. Sin duda, el pro€eso en si era gratiñcantei
ver cómo toda esta gente dañada comenzaba a curarse y
a dar los primeros pasos ha.ia sr¡s nuevas vidas. Pero lo
que él más amaba erD sus relatos: las formas compleias
de la vida, dándose a conocer como un tapiz fient€ a é1.
I...lQui¿ l¿ clast tue¡¡n las asuias de tejer ne(6arias
para ayudar a Ia g€nte a r€armarse, un poco desaliñadas
pero otra v€z €ntera§."
I(ats Harrtuon

"Sólo lo que no cesa de doler permanec€ en la

Friedrich NiotzsclE

''Me p¿receque existe la posibilidad de hacer tuncionar


la ficción en la verdad."
Mich€l foucault'

r¡s €pignLs sr d. (atc Harison, Thc 3¡at1ü rurizae ,thndrcs, Orion, 2@t,
p.7ii Friedrich Nideh¿, Ti,¿ s¿n¿dlogy of tnotdl',.r'rhe bnth ol nog,tlt dñd Th.
S¿flüloü of ñótuk,rt¿d- rle F-colíIi¡g, Nueva York Doúblcday, ¡116, p. re1 ltrad.
csp.: Ln sen alogtd de lo ornl,Madrid, AliaE¡ Edirorial, ¡9eoI / MichelFoMuh,
cntrcúra con ¡.ucetE F¡¡ar "fhc hislo¡y of smatiry: €n Pow¡l&¡or,¡¿ds¿:
s.Lt¡c.] ¡n¡cúiM otu! othd ni,i,ts r9zi,9z, €d. y rrad. d. Colin Gordon,
Núd¡ York. Panlh@n Books ,e8o, P. ,9r lla tÉdu«ión or€spondt ¡ la .dición
cr.spañol: Mi.toli'na dcl potlú, M.drid, Edi.ion6 de h piqúda, t9r, ¡ 1621.
198 I I^ 5^Lv¡ ÚN D lLltt t0Dttrt

En r8t9,en un libro !¡uy poplula¡llalll, do Autoayuáa, Samuel Smiles ofte-


ció una s€rie de biografias de hombres que habian su¡gido de la oscuridad
yalcanzado la fama y la riqueza (la autoayüda era masculina,ylas mujeres
tenlan muy poco lugaa o ninguno, en las narrátivas del éxito y la confianza
en uno mismo). El lib.o, inmensamente popular, funcionó de hecho como
unapoderosadefcnsa de las nociones victorianas deresponsabilidad iodi-
vidual. Con €l optimismo y el volu'rtarismo moral caracterhticos d€ la ft
decimonónic¡ en el p¡ogreso, Smiles eveaba el'espiritü de la áutoayudá
en Ia acción eoérgica d€ ciertos indiv¡duos que, poniéndose por e,rcima d€
lás má$s, sup¡€ron cómo diferenciarse de los demás': Sus üdas, €s€ribla
Smil€s, inspiraban pensamientos elevados y eran ejemplos de trabaio deci-
dido, dc integridad y de'tn carácter verdaderamente noble yvaronil': Ei
podcr de la autoa¡rda, proseguia Smiles, es el poder de que cadá uno
consiga sus objetivos por si solo; la autoayuda poseia por tanto un dejo
definil¡vamente democrático, en tanto posibilitaba que"el más humilde
de los hornbres lograra por si mismo u¡a competenci.r honorable y üna
reputación s¡jlida':'
Unos sesenta años más tarde, al dirigirse a sus colegas psicoanalistas
durante las secur:las del traumá gencr¿do por la Primera Guera Mundial,
Sigmund Freud ohecia una perspectiv¡ grandiosá pero pesimista de la t¡-
rea qüe esperaba a los ps¡cologosi "Con relación a la e¡N e /tkeria neu-
rdti.a que existe en el mundo y ácaso Do cs necesarid,lo que podemos
remover es ínfimo d€sd€ el puÍto de vista cuant¡talivo. Además, ¡as condi'
ciones de nuestra existencia nos r€stringen a los estratos superiores y pudien-
tes de nuestra sociedad':"Por el monrento agregabal¡reud nadapodemos
hacer en favor de las vastas capas populares cuyo suÉim¡ento neurótico es
enormemenle más gravel'A pesar de este llamado ¡ demo.raiizar el psi-
co¡nálisis, lreud era escépl ico respccto de l¡ disposi.ión de lá gente pobrc
a desprenders€ de sus neurosis:'en efecto, no llal seduce la dura vida que
le espera y la €ondición de enfermo le significa otro título para la asislencia
social'l Mientras qu€ Smiles creia que el hombre pobrc o simplc podia
elevars€ por sobre las tribulaciones de la vida cot¡diana mediante la sensa-
ts¿, lá resistencia y la encrgia, Freud oliecia ¡a inquiel¡nte posibilidad de
qüe ni el psicoanálisis ni los pobrcs pudierán remediat 'la effinrc nkeria
,¿¡¡rdri.¿" porqr¡e, tal como Freud ex?lic¿ba tan bicn, los tr¡baiadores
preferian su aSonia mental y moral antes que la recuperación.' Contraria'

¡ §ahu.l Smilcs, se¡l r¡.I¡ lrndrcs, lohn Múrray, 1332, p ó.


2 Sigmúnd l¡eud, "Lin6 ot ádv.¡c. in prr.h@¡¡lyric rher¡py" ( re,e I .n ,¡nps
lt
Str(hey (ed. y r¡¡d-). 1l,. rd d¡¡d .¿ni,"t ol n»npbl. l,s¡holoritul wotks
tL 5UIfl ntfl 0 I¡¡uxfatM rgg

me¡te al espíritu de la autoa)uda d€ Smiles, que eslipulaba que la tuerza


moral podía determioar la posición, el destino sociates, Freud sost€nía ta
opinión pesimista de la psiqüs y d€ la sociedad en cu¡nto a que ta propia
capacidad de a}ldars€ a uno mismo estaba condicionada por la propia ctase
social, y que, ál igual que otros asp€.los det desar.olo psíquico, di€ha c¿pa-
cidad no podia ser restaurada mediante el mero poder de la votuntad. Sóto
el trabaio .ie¡tlfico, doloroso (y costoso) dsl anatista podía co¡tribuir al
neioramiento del ,o. Al hacer del psicoanálisis et único camino hacia la
s.r¡vación ffsi.a, treud sugefa que la ¡uroayuda no dependía de la propia
resiste¡cia moral, de la propia virrud o de la propia voluntad pu€s €t inco¡rs-
ciente podía tomar astutamenre muchos caminos qu€ conducian hacia la
derrota de las de€isiones delaconciencia. Si el inconsci€ntepodia deftotar
r la propia determinación a a)1rdarse a urc mismo, esto significaba a su
vez que la perspectiva ñeudia¡a era, at menos inicialmente, incompatibte
c.on lo que secoñ€rtiria en Ia industria de la autoayuda. Además, ta ,,base
moral" y la "voluÍtad tucrte" erán los sintomas del prob¡ema mismo que
.¡frcudismo sr proponlá resolver, csro es.de ta neurosis.
AsÍ, a fin€s del sigto x'x ya comienzos det xx Sniles y Freud asumlan
posicion€s opuestar dentro del discurso Doral de ta personalidad: el espr
ritu de la autoarnda de Smil6 hacia depender et acceso a ta movilidád y
.rl mercado del ejercicio de la virtud, obtenido mediante el €fecto combi-
nado de la volicntn y una base moral. En contrasre con elto,la autoayuda
y ln virtud no tenían luSar €n el marco t€órico geoer¡l de Freud, y esto se
dcbia a que la narrativa familiar que s€ enconrraba en et corazón de Ia
pcrsp€ctiva freudiana no €ra lineal sino figurativa,pára urilizar el término
de Er¡ch Au€ñach. tá forma Ggurativa dc ta naÍativa se opone a la narra-
r ivn lineal u horizont¿l €n ranto "combina de manera causal y cronológica
(los hechos que se encuentran distañtes el uno delorro,
atribuyéndoles un
significado comúnir Mientras que la autoa¡uda postulaba que ta vida er¡
un¡ s€rie de logros acumülados y podía ser.omprendida como un des-
plic8uc paulat¡no a lo largo de una ltnea cronológica horizontal,la pe¡s-
l,cctiva freudiana dei yo postulaba que uno debla irá7ár muchas lfneas

I sittuútl Frc .l. eo]. tt,lniücs, flogarth pr.$. r96j, p. jóB l¡d c¡tú
«trEspondrn a la €dició¡ m 6p¿ñol: "NuBG c.mi¡os de ta rehpia
t,ftoa¡aliti.¡l cn D¿ l,,,irro¡ia k uño Nurotis iahn (C@ ¡u ,Ho¡bre tu tü
ldtói ), y o¡as obtu (jejzase), Oár¿J óu¡Lkr, Buenos Air6. re7e,
vol. rv,r, pp.r62yúll, ^morro¡tu,
r li¡.h Auerbr.h, cnado cn Mclvi¡ I. Woodr "Thc únconsious as a he¡Ec¡euri.
¡ryrh: I)etcnE olrhc iñrgin¡rioni .n ,am.s phittips yt¡ñ6 Mortey (.ds.),
h aút ioú ¡kl its pdnl./o!trs. crn,lúidse, M^, M 11 pre$, 2oor. p. rer.
200 I LA 5ALj/A(lÓl{ 0tt AIIiA ll0Dt¡11¡

verticales inüsibles enrre los hechos clave de la propia infancia y el desa-


rrollo psiquico subsiguiente, y€oncebial¡ üda de una persona como ¡rn
despliesue que no era lineal sino ciclico. Además, para Freud, 1¡ salud
antes que el éxito- era lá nueva metá de la Psiquh, y esta salud no deP€n-
dla de la mera voluntad propia, porque la curación te¡ía lugar, po¡ asf
decir a espaldas del .og,ro y de la voluntad del paciente. Sólo la transfe-
rencia,la r€sistencia, el trabajo con los suenos y la asocia€ión libre -y no
la "volició¡" y el "doñinio de si mismo" podím llevar a un¿ transforma-
ción psíquica, y en última iDstaDcia social. Finalmente, la r€cuperación
psíquica no podia ser distribuida de manera democrática y unifbrme en
toda la sociedad. De hecho, Ireud su8€ría que la terapia conterl¿ una
afinidad oculta con el priülesio so.ial.
Si tomamos una fotograffa de la cultura estadouidense contemportánea
es iícil obsenar en todas partes una al¡anza cultural profunda entre el espl-
ritu del mejoramiento de si por el que aboga Smiles y no€iones de inspira-
ción f¡eudi:¡na tales como traumas de la infancia, patrones de conductá
contraproducentes y conflictos inconscientes. Alü donde Freud se mostraba
dubit¡rtivo r€specto de la posibilidad de una recuperación logr¡da a Partir
de los propios estuerzos, una vasla indus.ria de la autoalarda -{ue aborda
temas ral€s .omo la intimidad, la crianza de los niños, el liderazgo, el divoF
cio,laautoafirmación,elcontrotdelenoio.tadieiaydbienestar llevaalora
incesantemenle a los hogares el mensáje de Smilcs de que la autoaluda está
al alcance de todos. Mediante un giro irónico de la histori4 este espiitü d€
la autoaluda se Íieudimo cor u¡ dejo de vensa¡za, pues contiene
ha rornado
algunos principios lieudianos, tales como la a6¡máción de que gran Parte
de nuestra identidad es i¡consciente, de que su constitución emocional es
atrave$da por connidos, dc que el origen de la mayoriá d€ nu€stros con-
flictos es i¡terno á¡tes que externo y de que los conflictos pueden s€r supe-
¡ados mediante el maD€jo verbat adecuado dcl yo y de la psiqLris.
lá ),üxtaposición de la psicologia y de la au.oa},l]da que ini€ialmente
se habian ubicado en poios ct¡lturales opuestos es un ejemplo entre
muchos de los modos e¡ que marcos culturaies incompatibles Puedeo
mmbinarse para producir un sislema.ulrural hibrido, diferente de cual-
quiera de losdos sisternas origin¡les. Lsta alianza tuvo lugar debido a que
el lensuaie de la psicoterapia abandonó 1¡ esfera de los expertos y se tras'
ladó hacia la esfera de la cultura popular, donde se entrelaz-ó y se combinó
con otras categorías clave de l¿ cullura estadounidense, tales como la bús
queda de la felicidad, la coniiánz¡ en uno y la creencia en l.t Posi
'nismo
b¡idad de perfe.cion& el yo. Dc hccho, las premisas fre[di¡nas ¿cerca del
yo pudieron mover el núclco de la cuhura estadounide¡se recién cuando
¡t \utn illI I0 tR l][fa Tt 201

la perspe.tiva freudiú¡ tue ñodilicada lo suficiente por teóricos poste-


riores como para admitir lá idea de que el yo podia ser perfeccionado.
Et obietivo de este capítulo es rcflexionar acerca de los modos en que la
alianza entre el disrurso terapéutico y el espíritu dela autoayuda hapro-
ducido r¡¡a narrativ¿ del yo que a su vez ha tránsformado el discurso
¡utobiográfico, es de.ir, reflexionar acerca del modo en que son concebi
.las, relatad¡s y negociadas las historias de üda en las interacciones perso
nales, (ra¡sformando así tambio lá ide¡tidad. Debido a que ha sido c¡paz
de adaptar y ábsorber diferentes doctrinas culturales, el dis.u6o psicoló-
sico ha incrementndo el alc¿nc€ de su influencia a lo larso del siglo xx y
ha logrado organizar l¿s narrativas co¡temporáneas del yo y de la identi-
dad. La dürabilidad de unaestructura cultural no se opon€ al cambio sino
que a menudo es explicad¡ por é1. Lo que debernos explicar,enton es, es
de qué manera, tal como lo La senalado orlando Patterson,'l¡ identidad
pcrsjste a través de muchas füentes del cambio':a
La narrativa turapéutica ha sido represe¡t¡da a través de üna serie de
lqares sociales, tales como Ios grupos de ápoyo y los ralt sÁows confesio-
nales de la televisión, y ha absorbido una gama de significados culturales,
de los .uales el feminismo movimiento New Age son los más evidentes.
y el
difundirse ¡ gr¿n espiritu tcrapéutico pasó de ser utr sistemá
escala, el
^l
de conocimiento a coñ€rtirse en Io que Raymond Williams há denomi¡ado
uDa "estructura de sentimi€nto']5 La ¡roción de"estructúa de sentimiento"
designa dos fenómenos opuestos:'tentimiento" apunta a una dás€ de expe-
ri.ncia rudimcntar¡a, quedeffDe qué somos sin qu€ nosotros seamos €apa
.cs de articular ese "qué somosi Pero la noción de "estructura' sugiere
t¡mbién que este nivel de la experiencia posee un patrón sub)"cente, que
cs sistemático antes qüe caótico. De hecho, la cultura terapéutica de la
¡uloaludá es un asp«to info¡mal y casi rudimeDta¡io de nuestra experien-
cia social, pero lambién es un esquema cultural internalizado que organizá
li percepción del yo y d€ los otros, la autobiograÉa y la interacción inter
|eúonal.6 Si queremos €nt€nder de qué nanera la psicología se ha conver
ri(loen und enru.lurr r ulrur¿lprofu nd¿,e\toe'.en un¿ e"truclurr omni

a Or¡xndo l,,rto6on, "C¡rliure and conlinuity: Causál slluclures in so.iocritu¡al


r,¡cnten.e'i en Rosc¡ Iiiedl¡nd y ]ohn Moh Gds.), M,í¿^ úr culn ?: culturol
$.,,¡og/ ,r p¡¡di.¿, Yor¡( Crmbridge Univerity Press, 2oo4, P. 32,
^"uevá
s R¿ynro¡d willhms,Maa¡¡, dfld lir¿mnr¿, oxfo¡d, oxford univesirl PBs,
»17 lrrad- ctp-: Moúi! o I lin¡dturd, ¡,.celona, Pe¡insula, 1ee7l.
ó ltry [¡gletor, l¡I¿¿lo!/],4, ¡,.rod,.r,o¡, LondEs,Ver$, 199r ¡!¡d, esp.:
l.l\l'Ntu: ún n \hdrrt,l\¡rcelona, Paidós Ib¿, id, roo5l.
202 I lr !rLYl(lól DIL f0DItlrA
^tl{l

pre§€nte e inconsciente,T debemos ent€nder de qué man€ra Por qué la I


psicologia se ha €xtendido hacia nunlerosos escenarios cultural€s y de qué
manera sc conürtió en parte d€l aparato mentál y emocional d€ los actor6.
Así, la cuestión de la du¡abilidad de la estructula cultural nos retrot¡¿e ¡
h cuestión de su proturdidad, la que a su vez puede ser reformulada como
una de lás preguntas teóricas centrales de una sociologia culturaL ¿de qu¿
ma¡€ra se traduce Ia estru€tura cultural (teraÉutica) e¡ "microprá€ticas"
que producen relatos, cuentan la propia historia de vida y explican la cor-
dücta de los d€más? Est€ capilulo intenta captumr la protundidad de la
est¡uctur¡ cultural (eraÉuticá) mediánte el arxllisis de este aspeclo düáI.

PO{ QUá TRIUNFó L^ T!X-^PI^

La persp€ctiva terapéuticá se convirtió en una estructura cultural repre-


s.ntada en las microprácticas de los actores gracias a una serie de fáctores:
cambios int€rnos en la teoría psicológica, institucionalización dcl discu¡so
terapéutico en el Lstado, autoridad social cada vez mayor de los psicólqgos,
rol de las compañtus de seguros y de las industrias farmacéuticas en la
regulación de la páiologia y la terapia y uso de la psicología por p¡rte de
!ários actores en la sociedad civil.
Todos e$os factor€s explica¡ de qué ma¡erá la terapia tomó el yo bajo la
forma de una narrati\a poderosa, €uya voca.ión primordial es manejar los
distir¡tos trastomos de la biograffa (por ej€mplo, el di\orcio, el luto, el d€sem-
pleo), las iñcertidumbres que $ han tomado inherentes a la6 vidas posmo-
dernas (debido a la complejidad crcciente d€ la economla y de Ia esfei¡
cültEal) y los problemas d€ lo quc denomino {iguie¡do la terminoloSla
de Luc Boltanski- el'tamaño" del yo: c¡¡án gr¡nde o cuán pequeño se d€s-
cribe uno a sl mismo (como lo expresan "patología§" tales como lá autoes-
timabaj¿,la baja conñanza en uno m¡smo y la falta d€ autoafin¡aciór).

Combios intemos en la teotía psicológica


Tal como se ha sۖalado en el capitulo 2, er la psicologia freudiana podia
detectarce el rastro de un movimie¡lo decimonónr'co muy popular deno-

z La nGiór de 'prctundidad" §aDalirada€nwilLiam H. Sewell,i, r\ lheory of


rru.tur.: Quality. .g€n y, ¿nd trar'foñ¿tion'l eú .lorñal ol Sotióloqy
93,N':, r99r, p¡. L29. ^r.ricQ'¡
tL fut iltttI0 ¡[,urfl¡¡t I 203

minado "movimiento de cüración menta¡", que incluia tanto la ci€ncia


c¡istiana como varias formas de "misticismo de la salud" no perteneci€ntes
a la ciencia cristiana.i Tal comoloha sugerido William rames, este movi-
miento planle.ba "un plan de vida delib€rad¡rnente optimista, con un
costado espe.ulalavo y ur (ost¡do práctico'l cuyo obretivo básico era "el
cultivo sistemálico de la conciencia saludabl€": El prot€stantismo enfatiz.ba
fuertemenle la a..ión vo[¡rtaria, y en el cont€xto estadounidense las estra-
tegias de autoaluda para la vida hablan cstado not¡blement€ combinadas
con las religiones populares, h¡€i€ndo de Ia espiritualidad y de la aubaluda
un dpecto central del¡€ultura estadounidense. Noer¡ posible coñpati-
biliz¡r Íi.ilInente este €lemento fundamental d€ di.ha cültürá con el marco
protundamente pcs¡mista y deteminista de la perspe.tiva fieudianá.
De hecho, el psicoanálisis pudo difundirs€ ampliamente €n la cultura
popular estadounidense porque se eliminó de él gran pane del sombrlo
determinismo licudia'rc. Asi, era más tácil que se ditundieran algunas teo-
rias psi€ológicas alter¡¡tivas {ue ¡portaban una visión d€l propio desa-
rrouo más optimista ycon final más abi€rto-. Heinz Hartmann (iuntocon
Ernst Kris y Rudolph Loewenstein) iuSaron un rol muy importante en la
tarea de tornar ¿l psi(oanálisis mücho rhás compalible con los válores
centrales d€ l¡ cultura estadounidense. Pár¡ los psicólogos del yo, es el yo
¡ntes que el el¡o- Ia base de la conducta y del tuncio¡miento humanos,
y se lo entiende en términos de sus funcion€s adaptaliv¡s. Aün cuañdo
difeián en sus pcrspectivas, psicólogos como A¡fi€d Adler, Erich Fromm,
Karen Horney y Alb€rt Enis rechazaban €l dcterminismo ft€udiano de la
psiquis y preferian una visión del yo más flexible y con final más ¡bierto,
ünpliando así las posibilidades de una coñpátibilidad m.yor entre la psi-
cologia y las visiones morales estadounidenses acerca de ¡a persona. Para
AlÉed Mler, por eiemplo, el (onsciente y el in(on$imre se en.uentran
¡mbos al servicio de¡ individuo, que los utiliza para aLánzar sus met.s
personales. E¡ su opinión,la conducta podia.ambia¡ a lo Iargo de Ia vida
de una persona, en concordancia tanto con las demandas inmediatas de la
situación como con las metas d€ largo plaro inherentes al propio €stilo de
vida.lás personas sc mueven €n pos d€ metar que ellas mismas eligen y
que sienten que les darán un lugar €n €l mundo, que les bir¡darán s€guri-

3 Véase !v¡ MoskNü7, rñ ,rspl u¿ útst: A ¡etia\ obsesíon ñth elf-fi¡lflln ü,


Bakimore, Iohn l{opkins Unive¡siiy Pre$, 2oor.
e witliañ Jáúes, ?1¿ úr¿ri¿' oIr¿ltdrr ¿¡p¿ri¿r.", N!úa York, Menror, 1960,
p¡ 32, 35 | rrld. cili.: ¿¿r tu¡i.d¿d.r rl¿ ¡a d¡fl¿r.id r./Atora. lt¿r.elons,
P¡antl¡ ree1l.
^*oúi¡¡,
2O4 t¡ §¡ly¡ídI D ¡lNi üODÚÍl

dad yque preservarán su autoestima. Ellis, al iguat que Adler insistia en l.


acció¡ y entendia que la vida era un €sfuerzo dinám ico. Et libro hfania
so6,lrd¿4 de Erik Erikson -pubticado e¡ rgto-, tue otra divisoria de a8u¡.
I
en fa histo¡ia de la integración del psicoanálhis en et mai strea,n d.L
ct¡ltura €stadounidens€.," Erikson pártía det peDsamienro psicodinámico
anterior en la mcdida en que describla a las personas como más rac¡onalar
y por lo tanto más co.scientes en Ia roma d€ deci§iones y en la ¡esolución
de problema§. Mientras que Freud creia que el
X) lucha por resotver con"
flictos entre los impulsos instinlivos y tas retricciones morales, Erikon
sostenla que el )o es u¡ sistema autónomo que trata coñ la r€alidad a rravé¡
de la percep€ión, el pensámiento, ta at€nción y la memoria. Como resutrado
de su énfasis en las tuncio¡es adaptativas d€t yo, Erikson considaaba a t¡
per§ona como competente en el maneio de dhtintos entornos a io largo
d€l
curso de su d€sarrollo.,' Mientrás que Freud se preo{upaba por la influ.n_
cia dc los padr€s en la pe¡sonalidad en desarrollo det niño, Erikson subrafab¡
el es(enario histórico en el que el yo dej niño era moldeado. Si et desarrollo
del yo estaba inextricablenente lig¡do con la n¡turáte?a .ambiante de la!
instituciones sociáles y de los shtemas de valores, esto significaba que posete
una plasticidad mayor que el yo fr€udiano. Ademá§, Erikson sugeía que cl
)o se desá¡rollaba a lo largo de la vida, y que ese desárrolo no estaba timi-
tado a las experienciás de la infáncia temprana,lo que sugeí¡ a su vez la
posibi¡id¿d del cambio continuo. Mientras que el obietivo de Freüd era
€xp¡orar de qué manera los trau¡nas tempranos podian provocar Ia psico-
patologia en l¡ adultea la meta de Erikson era [ame la ¡iención sobrc
le
capacidad humana de trirufar sobr€ tos p€tigros de ta üda. En resumen, al
determinismo fatalista de F¡eud se Ie oponJa la premisa oprimista y lolun-
tarista de [rikson, scgún la cuai toda crisis brindaba ta oportunidad para
qüe el yo creciera y desaÍollara su dominio sobre e¡ mundo. Lstas
idea!
hicie¡on que Iá psicologia tuera c¡da vez más compatible con los válores del
esplrilu d€ la autoaf¡da, pues suSerían que el crecjmiento yla mailurez
€ran componentes inherentes del curso de la vida, y que €ra posible lograr-
los mediante actos conscim¡es de tá votunrád y la volic¡ón.
Asi,Ia psicologfa del yo const¡ruyó un puenre cuttura¡ entre Ia ci€ncia
de la psicologia y las concepciones d€ la personatidad dominantes en la
cultr¡ra estadounidense. El movinj€nto que ayuda.ia a sellar esia alianza

lrik H. Eriksn, (.¡i i¡@ddrd,.irr¡ Nufl¡ yorl, Norro¡, re6l fr¡¡rt.6P-:


'o lñfan.a ncild¡l.Enenos
I An s, Horme tfl.
¡ Lrrry A. Hjelle y Dánie1 t. ziellct, persondtity theoú6: BÁiI i$r¡ñptio¡, re*arh.
ar¡l dp?lid¡io,J, Jr cd., NDcv¡ york, M.cráw ilt. 1991, pp. ¡ssrs9.
tt Sut iltt¡ 0 I*lu¡IAiIt I 2o5

y que contribuiria a que la psicología r€alizara las ircursiones más pro-


fundas en la cultura popular fue sin duda el movimiento humanista. Su§
dos representantes más conspicüos e inllúy€nles fueron Abraham M¡slow
y su mentof, c-¿rl Rogers.
Simpliñcando €n gran m€dida part€ de ]a tmrla ft€udiana, Rogers sos-
rcnla que las personas eran básicam€nt€ bu€nás o saludables, y qu€ la salud
rrcnral em la evolu€ión normal de la vida, mientras que la enf€rm€dad men-
r¡1, la criminalidad y otros problemas humanos eraD considerádos como
distorsiones de esa tende¡cia natural e innáta hacia la salud. De hecho,
llogers extendía mucho la .ategorla de "salud", convirtiéndola en un atri'
buto intrins€co de los seres hümanos. Toda la leorla de Rogers se básaba
sobre la idca -müy simple- de una tendencia haci:r la autorrealizáción,
definida como la motivación, incorporada y presente en todá forma de
vida, hacia el desarrollo de los poten€iales de €sa vida hasta el punto más
¡lto posible. En una conferencia dictada en el Oberlin College en rq¡+,
llogcrs sugirió que

y¡ seá que üno la llame te¡dencia al crecimientq impulso de autorreali-


záción o tmdencia direccionál de movimiento h¡cia adelante, ella es Ia
motiváción principal de Ia üda, y es, €n última inslancia, la lendencia de
la cual depende toda psicoterapia. Es el impulso que rcsulta eüdeflt€
en toda vida orgánica y humana en posdelaexpansión,la extensión, en
pos d€ tomar$ autónomo, de desarrollarse, de madurar. Es la tendencia
a expresar y a activar tdas
las cáp¡ci.lad6 del yo. I...1 lEsla tcndmcial
sólo esp€ra l¿s condiciones adecuadas par¡ ser liber¡da y expresada.r:

Utilizando metáforas tomadas del reino d€ las plantas y de los animáles,


Rogers sugiere que €l crccimiento es una tendencia universal que nunca
está realmente au§€nte, sino sólo €nterrada- Al propon€r que el crecimiento
es un coÍrponente inherent€ de la co¡dición humana, Rogers podia oft€-
cer uriá explicación muy simple para la§ vidas menos satisfactoriá5: senci-
ll¡menie, cárecí¿n de "autorre¿li?a ción". Asi, el obictivo de lá lcrapiá s tue
tornando .ada vez más el de r€alizar el propio yo auiéntico, ya tuere qu€
cse yo necesitara ser desentermdo o creado a partir de cero. La base para
cl mantenimiento de dicho impulso ha€ia el crecimiento era, s€gún Rog€rs,
"rener una @nsidención b,ásica incondicionalmente positim de uno mismo.

Cal RoA$, On b¿.oñíns o 2ñor, B6tor, Houshron MiÍílin, re6r, p. 5 [md.


') .sp.t l:l t to@o .le .oat¡t¡re d pd,o,¿, Barc.lon¡, P¡idós ¡bé.ic¿. ,@1.
206 I ta saL!A(lÓ DIL Arlla ¡l0Dt la

Cualqüer tondición de valor'-'soy valioso porque complarco a mi pád¡e;


o 'soy valioso si oblengo una buena nota'- representá un limite para la
autorr€¡lización:rr lo que sugeria que el yo tenia a}Iora la imposición de
lu€har por el elusivo objetivo de la autorrealiación.
Pero tu€ Abranarn Maslow quien utiliá y fusionó estar ideas en la sin
tesis más entos entre el esplritu de la autoayuda y la psicologia. Como
los psicólogos recién analizados, Ios defensores de la psicolosia humanis-
tica sostienen que las personas son en gran medida seres ra.ionales y cons-
cientes, que no son dominados por necesidades y corflictos in onsci€ntes
y que experimentan, deciden y eligen libremente süs acciones. Según la
idea "de convertirse" también irspirada por los psicóloBos del yo-, una
per§ona ¡unca es estática: un adol€s.cnte cs diferente de lo que tue en la
infmcia y de lo que será en ]a adultez. D€ la misma manera, es resporsa-
bilidad de la persona como agente libre realizar tantas potenciatidades
l:omo le sea posible; sólo mediante la realización la persona püede vivir
una vida auténti€a. Es incorre.to que ella se ¡esista a aprovechar al máximo
cada momento de su exjstenci¡ y a satisfacer esa existencia al límite de su
capacidad. La idea de Maslow coflvocab¿ ¿ üna n€cesidad de autorrealia-
ción ylo llevó a formul¡r una hipótcsis que tendría un éxito rotu¡do en
la oltüra estadounidense: que era el miedo al éxito 10 queapartabaa una
persona deaspirar a Ia grdndeza y a la autorrealizatiun.

Es razo¡able suponer que prácti.ame¡te en todo ser huma¡o, y si¡ duda


en Glda bebé recién nácido, hay una voh¡ntad acrivá que burca la salud,
uD impulso en pos del crecimiento, o e¡ pos de la realización de las
potencialidades huma¡as. Pero al mismo tiempo nos vemos conñon-
tados con la triste realidad de que son muy pocas las personas que lo
logran. Sólo una p€queña proporción de la pobla.ión humana alcan?¿
€l punto de la identidad, o personalidad, humanidad plena, autorreali-
zación, etc. lncluso en üna sociedad como la nuestra, que es relativa
menle la mas alorrunad¿ cn rod¿ la fa¿ de l¿ hcrra. [... É'ta e. nuestr¿
nueva manera de abordar el problema de la humaúidaá, es decir,
mediaíte una apreciación de sus mejores posibilidades y, simultánea-
mente, mediante un desengaño protundo debido al hecho de que estas
posibilidades sean realizadas con tan poca Íiecuencia.'¡

\ a^nRogas,O becaiing a pú'on.


14 Abnham M¡srow, ? ¡¿ /¡'¡ñer rcn.hes al hunqn nonúe,Nüeva York, PerSuin
Bool§, 1993, pp.25-26 krad. esp-: La atplitu¿ le la nan¡aktu ¡lr¡ara, M¡ri.o.
5UtRllt tI0 tltutttatitt 2o7

ll resdtado de ello tue la definición de una nueva categoria de persona:


aquelos que no se conformaban a estos ideales psicológicos de autorrea-
lización ahora estaban e¡1¿mos. "Las personas a las qu€ llánamos'enfer
mas'son ¡as personas qr€ no son ellas mismas,las person¿s que han conv
truidotodotipo d€ defensas neuróticas contra el h€cho de ser humanas.""
O, para decirlo de una manera ligeramente diferente, "el concepto de crea-
tividad y el concepto de la persona hunana saludable, autorrealizada,
completa, pueden estar acercándose más y más, y pueden quizá resultar

Esto represent¿b¿ una esfera d€ a.ción extraordinariamente ampliada


para los psicólogos. No sólo debía¡ ir d€sd€ la ah€ración psicológicá a la
esfera mucho más ampliadela miseria neurótica,sino que ahora debla¡
ir desde la miseria neurótica hacia la idea de que la salud y la autorreali-
zación e¡an srróflidar. tsl hecho de colocar ta auto¡realizációD en el centro
mismo de los modelos de la p€rsonatidad tuvo como efecto hacer que la
mayorl¿ de las vidas se tornaraÍ "no autorrealizadas". Esta idea básica
formó el núdeo del extraño éxito popular de la psicologla.
Pero para que las ideasguíen a la acción necesitan una base i¡stitucio-
nal. Si, tal como supone este trabajo, el yo es una forma profundamente
institucionaliada, deberiamos bucar las bases institucionales de los len-
suajes de la subjetividád. Tal como lo senálaba lohn Meyer, "las cualidades
subjetivas de los a.iores [se conformanl y Ise adaptan al los recursos y
prescrip€iones culturales más ámplias':', Sugiero que las prescrip.iones
terapéuticas pudieron saturar la organización politica estadoünidense
debido a que era¡r representadas en tres escenarios principal€s -d Estado,
el mercado y la sociedad civil con el t€lón de fondo de la creciente auto-
ridad social de los expertos.

Autoririad profuional
A fines de la décaü de 1960 ]a autoridad del psicólogo se tomó domina¡te
debido a que encontró muy poca resistmcia en los escenarios cultural y
político. Durante esa década, las ideologias politicas que más probable-

¡/ Iohn Meyq, "Ihe *ll and life coue: Institútionáli¿ation and ils effects",., AasE
E. sorerseú, Frarz E.wei¡dr y Lornie tt. Sheúod (eds.), H¡r¡ dh tl*lop eñt
¿ñd ¡he llfe @uBe: Mtti¿ktipt ,¿ry ¡¿r$¿.tiEJ, Hilhdale, N,. ¡¡wren.é Edbauú,
208 | L¡ laLy^fr0N 0t| at¡A il0DteIi

menk podrián habffieopuesro¡ ¡ascon.epciones individu¿lista


y psico-
ló8ic¡ del yo 6lab¿n menguando. Tal como to señ¿t¿
Steven B.inr" "los
poderes profesionalB son más vastos
[...] cuando los expe¡tos profesio-
nales opern en un ambiente despotirizado con premi"*
,. ."*r.*a*,
1...1 t¡
influencia pmfesional puede s€r más vasta cuando ¡os prof€siona-
les son capaces de añrrnar un vator crlturat
central en áuencia de ur¡
contr¿ideologr¿ fuerlelú t
decadade r9óo repres¿nro un páso imporrantc
en pos ¿e Ia despotitizr(ión det escenario cuhurátdebido.
que ta sexu¿-
üdad, €l desan olto personat y I¡ vid¿ privadd ocupaban
ahora etcenrrodel
drs.urso públio. Má\ exacramentc, dcbido a que estas
c¿tetsonas hdbun
sidopoürizadasen hs prorerasyenctdiscursode¡o5€rud,¿nres.dejaban
a un iado la"viep"con.epción yla.vreja. prjcli(r
cotedivista\de¡¿po¡r
ticd y ayudab¿n a Lenlr¡r la ¿lcnción cotectiva
en et hienerrar personat y
en Ia seluliddd.l-¿ maduración de ta expr
nsion det mer. ¿do coo,um idoi
aiiada (on I¿ revotuL ión sexual, arudó a increment¿r
l¿ visib,lidad v la
¿utorid¿d de lo, psko¡o8os, debido a que est¿s dos
docrrina. cutturatese
ideologicas el consumismo y ta liber¿ción sexurt
ha(ian detyo, de ta
s€xualidad y de la üü privada hiios cruciates de
Ia idenrida¿ En el;ontexto
dela c¿id¿ de la\ grandes idco¡ogirs polit¡c¡s y de ¡a tegirimiüd
y I¿ visi-
brlrd¿d cullu,¿l cjda vez mayores de remas ra¡es
como la scuatidad y tas
relaciones ínrim¡r tos psicólogos eran ¡os candidatos
natu."f"" p.opor-
sion& muy necesaria orientación acerca de temas tales como "
la
la sexua-
lidad o la i¡timidad, e¡ los cuates los padres o Ios
amigos podían ayudar
muy poco. De hecho, lás áreas de !a condu€ra son las que
más probábl€-
mente estarán acechadas por Ia incertidumbre y
serán conformadas por
la autoridad de los €xperros cuando tas r€des
soci¡les no grriu,
o no puedan hacerio.,, Debido a que ¡a s€riualidad "i.*n "omo
se había convertidjo en
elempl¿¿mrenro supremodc t¡ idcnrid¿d.lor p\icotosos podian
desem-
Peñ¿r un rol (omo ¡rLirroi de ta vida pnv¿dd. Uriti¿ando e,r¿ nanariva
psicolósica, los psicótogos com€nz¡ron a
dirignsc cada vez más al púbti(I
en.tantoque consumidor y t¿mbién en r¿nto que paciente.
tn pa;ic¡nar,
debidoa que la revotución de ta cdición en nisti(¿..
inici¿da por poct(er
Book en 1939- puso muchos libros al atcance de los consumidores,
Ia
psicología"opular podía :'hora d¡rigirse a ün n¡tmero
cada vez mayor d€
personas de Ia cl¡se media y de ta ctase rrabaiadora,
y legar a eltas. Esta

¡3 Srsen BriDr, R€rhinking th€ po¡i.y innúenc. ot cxpcrrri


e t Saiotoli.at Fontú 5,

rc Ann swidler._Lulru m ¡Iinn-.,úAnt Lan So ol¿t¡ul R¿yrd sr, N. L r9Bó,


tt lüf ¡ll,!tt¡10 rttUtt¡ttII LO9

revolución de laedició¡ en rústica permitióque ¡os psicólogos s€ dirigie-


ran directan¡ente a un público amplio y heterogéneo, que podia pagar
aho¡a ün consejo experto accesiblc. Estos libros podian ser hallados en
todas partes: en supernrercados pequenos, en eslacioncs de tren y en fe-
macias. Asi, sc consolidaba l¡ ya floreciente indús¡r¡a de la autoayudá-
La industria editorial de l¡ autoayudr crcció de manera drástica en las
últimas decadas del siglo xx:

Anetiak Bookseller,h re\ ista d€ la induíria dellibro, iÍforma que la


venta de libros de autoaluda creció €n on 96% en los cinco anos que
van de 1991a 1996. ED 199E, se decia que l¡ venta de libros de autoaFda
llegaba a 58r millones dedólares, con Io queconstiruia una fu€rza pode-
ros¿ dentro de la industria dcl lil,ro. 1...1 Dc h€€ho, la indurtria de la
supe¡ación personal, que i¡cluyc Iibros, seminarios, productos de audio
y video y entrenamiento personálizado sc calcrla que fáctura 2.4Eo
millores de dólares al áño.'"

Ll dis.urso teraÉutico de ¡a autoarrda s€ tornó omnipre$nre cuardo tue


adoptado y diÁDdido por el Estado, eslo es, cuando el Lstado s¿ definió a
(Estado
si mismo y se vokió cultur¿ln¡ente ¿.t¡vo como rerapéurico" (lámes
No¡an)." Ellen Hem¡n ha sofenido qu€ la ádopción masiva del dis.urso
ter¿péutico por párte del Estado puede ser airibuida á Ia 8mn pr€ocupación
existent€ en lo concernie¡t€ nl cambio y al bienestar sociales en Ios ¿ños
de posguera. Herman explica que "sc ent€ndió que Iá salud menta¡ €ra
necesaria p¡ra laeficacia de las FuerzasArmadas €n el corto plazo y para
la seguridad n¡cional,la tranquilidad domésticay la competitivid¡d eco
oómica en el largo plazo'l" Reflejandoesr, atmósf€ra,en re46 tu€.reado
cl Instiruto Nacional de Sálud Mental,y su financiamiento fue cr€ciendo
d€ manera drástica. Si en r95o el presupuesto dcl organismo era de 8.7oo.ooo

r m icLi M.Ce, S.4rH.¡& L¡.-: Lrakeo!ú nltú. itt A,úeti.an l¡A Nuev¿ York
Oxford Un¡ve¡sity Press. 2oor, p. ¡
r '.
,¿mcs Nol¡n, r',i¿rl¡¿r¿p¿n,nSnü: h6tilti r ,nen¡ú.út a¡.d¿nrl: ¿,¿ Nuev!
York, Ncw York thiv.rsny ltr«, 199¡1.
:r flleñ Hcrman. Ir..o,a,.¿ of^¡Éúa p»tholosy: Pot¡i«l.tt¡uB in¡he aBe
nfcrpntt, tgao tsjo,Brrkc,y,Univ.Eity ol'(:ilifo¡ni¿ lte$, 1995, p,24r U¡
.i.mplo .r¿ pr€ocup¡ción por l, elud mcnril fúe cl h€cho de q¡e alguras
de
JScn.iastu.lcr¡lc\.o¡ro li Adnrinülr¡ción ¿e Vctcrinoscruvieran úsioes
por ¿dopl¡rnnevo: pi{r,rr.nn.'\ § \,rlu¡ nrcil, .
2ro M 5Atj/A(lÓn DIl AúiA li0Drtur^

dólar€s, en 1967 era d€ 165 millones, lo que sugier€ que la salud y los ser-
vi€ios psi€ológicos er¿n consider¿dos un \alor universalmente aplicable.s
Otro ejemplo del creciente predominio del lenguaje psicológico y de la
salud mental es d hecho de que en la década de 1960 el Instituto Nacional
de Salud Mental gastara más dinero en los estudios psicológicos de la
co¡ducta que en la investigación médica corwencionat acerca de la biolo-
gía d€ la enfermedad m€ntal.'a La institucionalización d€ la perspectiva
terapéutica en el aparato del Estado se manifestaba ademár en la creciente
legitimidad de los modos psicológicos de conoc€r y estab¡ecer la i€rdad.
Tal como infoma Nolan, entre r96E y 1983 el número de psicólogos clini-
cos semültiplicó por tre§. "EI increñento monumortal en lá psicologizá-
ción de Ia vida moderí¿ es también evid€nte en d hecho de que €n los
Estados Unidos hay más terapeuras que bibliotecarios, que bomberos o
que carteros, y el doble de psicólogos que farmacéuticos o dentistas." En
re66, habia "2'.ooo psicólogos trabajando en los Estados Unidos, y más
de uquinto de ellos poseía un título de doctoradoi Durmte el período
rnenciooado, se calcula que un promedio de ro rnillones de estadouniden-
ses por áño büs€aban á}l¡da teráptutica-'5 Este incremento espectacular
estaba estrecham€rte conectado con la l€gitimidad de la que gozaba la
psicologla €n el aparato estatal estadounidense.
Nolan sostiene que €l Estado ha confiado cada vez más en los códigos,
en el simbolismoyen eldiscurso moral del espiritu terapéutico para de§-
plegar diversos programas de rehabilitación para grupos so{iales taies como
los pobres, los p¡esos, los delincuentes y las victimas que afirmaban pade-
c€r heridas €mocionales. Pm ejemplo, mientras que ¿ lo largo de la primera
mitad del siglo xx €l núm€ro de casos de personas €on heridas emo€iona-
Ies permaneció constante y sin cambios,luego de la dé€ada de 19óo "el
número de casos relacionados con personas que afirmaban padecer daños
emocionales se elevó a una tasa extraordir¡aritl'i De hecho, los organismos
de justicia comenzáron a reconocer cada vez más la n¿turaleza ind€pen-
diente de las emociones y de los danos emocionales, td como lo evidencian
el ¡úmero creciente de o(p€rtos psi€oiógicos llamados a testiñcar en apo)o
de víctimas dañadas emocionalmente y el hecho de que los autores de
delitos tueran tratados cada vez con mayor frecuencia por terapeutas. Nola¡

2r Ellen He¡mm, Tl¡¿ r¿,¡.".e ol Ar@nañ psych.logy: Polinal dh rc in the asa


ol dprt' )s4o.9to.
24 ñolai, me húapeutic stat¿: Isihiñs sonm tdt at cen¡"ry\ end,p. 131.
1, To&s eslas cstadisticás tuercn extraidas de iái¿, p. 3.
tMIerIltllI0 IntuÍta It I 211

atribuye el predominio .reciente de los psicólogos en el apar¡to estatal a


l¡ nec€sidad estataj de legitina.ión, pero no explica po! qué el discurso
terapéutico podia brindar esa legilimación. Yo sosterdría que al menos
uno de los motivos por tos cual€s et Estado ha co¡fiado cada v€z más en
la psicologia es que, t¡l como lo han documentado convincentemente
ceorge Thomas y cols.,los modernos "actores €ol€ctivos obtienen una
legitimidady u¡aautoridad mayores sise ñrndan cn unateoriadela mem
bresia y la actividad individual':'En esta visión, el individualismo no se
opone al poder est¡tal. De hecho, Michel Foucault y lohn Meyer han sos-
tenido {on estilos diferentes pero congruentes que el Estado moderno
organiza su poder alrcdedor de concepciones culturales y visiones morales
del individuo. El Estado, junto con el discurso público de la cultura mediá-
tica, h¿ provisto rep€rtorios que se encuentr¿n públicamente disponibles
para enmarcar los lensuajes de la personalidad y del indiüdualismo. Ad,
co¡lstituye un €rror muy srave concebir al yo psicológico €omo'asocial"
o ¡ntiinstitucioMl.'3 El discürso terapéutico proyeiá de ,¡alor legitimid¿d
al f,st¡do simultáneamentecon Ianatu¡alizaci6n de s¡r adopción por parle
¿el aparato est¿tal. El dis€urso psicológico es rna dc las fuenles principa
les de los modelos del individualismo adoptados y propagados por el Esta
do.', Estos modelos, tal como sostienen Mcyer y oiros, están presentes en
l¡ aSenda y en el nodo de intervención estatal en dominios tan variados
como la educación, la empresa, la ciencia yla polític¡.

Ltl nercado: Lt ndurria formdcéutica


/ ¿i Manual de diagDóstio y estadistica
Ll Manual de DiasnótlJco y F.stadísticn Ae los Trastornos Medales (DsM, por
su sigla en inglés) fue uDo de los principales instrumentos que facilitaron
la ex¡raordinaria expá¡sión de los modos psicológicos de explicación. I¿
terceraedición del DsM (conocid¿como DsM,, se coÍvirtió en lá Bibüa
definitivade los psirólogos, at proporcionaruna lista ab¿rcadora d€ pro-
blem¡s rnentales (alsunos de los cuales ya eran conocidos, mientras que

:/ Gmrge M. Thoñas d¡d¡.,"Oniologya¡d rationalialio¡ in the Wefern cujlu¿l


arcoúnr'l en ¡rJra¡rl,¡¿¡ rr¿. ture: (nñtitulits stoE, sociéty, and the indilitl@l,
Ncwbury Park c^, Sase PDblications. p. 17,
r$ I'¡tu utr ejcnrplo de la .fi.m¡ción de qúe d yo psicológico es ¿scial, véase Iohn
St¡¿.im¡n Ricc, ¡ rl¡¿¡s oro,¿s awn: l\t.hothúaPf, aün.ian, and ¡h. neryence
4 mi+.ñler.¡ Nsv Brunswi.]t, Nr, ltan$clion Publishús, 1996,pP,39 99,
¡, kn n M.y(. world $ciert ¡nd the Narn,n st¡tc'l cn ¡,rr@, .¡o!r,¿¡ of
¡_0, ido!/ x,l, N" r,,ee7, rf. r4r r3r.
2r2 r¡ \rtlÁflÓN 0rr ar]r¡ l,l00rPla

otros habia¡ sido trazados y diagnosticados po.o antes de sü publicación


por un comité de psiquiatrás ypsicólogosclinicoo.r"ElDsM es el r€sultado
de experimentos de investigación y de numerosas d¡cusiones llevadas a
cabo €r comisio¡es. Referencia máxima en lo que hace a los trasto.nos
mentales,los eflumera alfabéticamente y define una amplia variedad de
irastornos.rl El I)sM es publi¡:ádo por la Asociación Americana de Psico-
logi¿, y por io menos desde el DsM,¡ (publicado en reso) se ha convertido
en un libro muy popular y en una emprs¡ comercial mry reditu¡ble. Por
€jemplo, sólo diez meses d€spués d. su publicació¡, los ingresos brutos
por la venta del DsM rv totalizaban ú millones de dólares.r'
Aunqüe el ¡sM r¡r expandió considerabl€mente el alcance de las con
duct¿s definidas como indicadores de trastornos mentalen el manual ¡m.a
deñnió qué era exacramentelo que calificaba a estas conductas como tras-
tornosmentales. La creación de un sistema de clasificación en el cual los
síniomas signiñcaban y por tanto .ali6caban como indicadores de Ln tr¡s-
tomo mental o emocional ahora patologizaba a una amplia Bama de con-
ductas. Por ejemplo, el "trastorno oposicional" (código 113.8r ) es definido
como 'm patrón de comportaniento que consjste en una ¿ctitud negativa,
deoposición, provo.adora ydesa8anre alas figurar deautoridadi el"tras-
torno de person¿lidad h ¡st, iónica" (código lo¡.ro) tiene lug* cuando los
individuos "buscan de u
modo notable llanrar la atencióD y se comportan
teatralmente'l y el'lrastorno de pe.so¡alidad po¡ *itación' (código 3oL82)
se caracteriza por"una hipersensibilidad al potencial rechazo, a lá humi-
tlación o a la vergüenza y una resisleDcia a ;nvolucrarse en relaciones a
menos que le sean dadas tuertes garantías de una aceptación acrrtica':ri
A.ompanando el intento d€ codificar y clasificar o¡idadosam€nte las pato-
logr¿s,l¿ c¿re8ona de rra\torno ment¿l \e rorno muy po(o Freci\¿ y muy
amplia, hasta incluir €onductas y r.sgos de personálidad que apenas se
apartan del rango de lo que los psicólogos postülaror como "promedio".

:ro Añen.á¡ Psychiáúic Assóci¡tion,Didqñas¡ and S.atis¡ial Mn nloj Mdnal


D¡o/d¿¡J, r" ed.. !^¡ishington Dc, Ameri. r Psychhtric Asociation, r93o
lliad,
DsM¡ : ,na unldi¡s ósti.o y est .lis¡iN de los ¡e.¡on1os, e,ra¡6, Bár.elona,
esp.:
Masn,re35l. (En ¡dela¡te, Dse ,r. )
3r Atwood D. Cains, "Frcm DsM to n r R: voices of selt ñasrery ¡nd üe other A
cultu.¡l co¡structiGi reading.f!.s. psyc¡iari. dássili.atio¡': ¿n So.id¡ S.i¿,.¿
drd M.di.id¿ r5,N'L r99¿ pp, r-24.
ySiDú (nk, Mdkiflg ts tt.xf: DsM: The psychiatrn Bibk dnd the
31 Herb l(ur.h¡ns
d¿ition ol n tol ¡lkofllüs,Ntcva Yo¡k, Frcc Prcss, r99l, p. 24l. Gran parlc del
.n hn del Dsu llcvado a .abo ¡qtri stá basido cn ese libro.
33 DsM It¡ r2r.
'r,pp.6li
tt \u lil INI0 Tt uIfa]tlt 21t

Las condudas o los rasgos de personalidad quepudi€roo haber sido cate-


gorizados previam€nte como "tener mal temperamento" necesitab¡n ahora
d€ cuidado y control, y por lo tanto tuero¡ patologizadas.
Herb Kutchins y Stuan Kirk sugieren que la codificació¡ de I¿s pato-
loglas está relacionada con una con€xión.er€ana e¡tre eltratamiento de
salud mental y la cobertura del seg'¡ro módico. El DsM rr fue expandido
¡ partir de la necesidad de estrechar la relación entre el diagnóslico y el
tratainienro, de modo que las compañías de seguros médicos (u otros
pagadores) pudieran procesar las soljcitudes con mayor eficienc¡a. Tal
romo sostienen Kutchinsy Kirk, "el Ds¡, es la contraseña del psicoterapeuta
para el reembolso del *gun
médico'lra El Ds¡r -alue brinda los ¡úme¡os
tlcl código a ser ingresado en las solicitudes de reembolso del seguro- es
cl puenle que con€cta a los profesional€sd€ lasalud mental con grarrdes
institucionespagadoras tales como Medi€aid, el Ingr€so del Seguro Social
por Discapacidad, los programas debeneficios para veteranos de gu€rra
y Medicare.rJ No sólo es uiilizado por l¿ mayo¡la delos clinicos de salud
mental, sino qu€ es cada vez más utilizado por terceras partes, tales como
''legislaturas estatales, orga¡ismos rcguladores, tribunales, comités de
Iicencias, coDpáñias de seguros, áutoridades de bienestar infantil, policias,
clc.'lr'Además,las industrias farnacéuticas tienen interéser la expansión
delas patologías mentales que pueden ser tratadas con medicaciones psi-
quiáiricas.rT Tal como señalan elocuentemente Kutchins y Kirk, "para las
compañías farmacéuricas [...] , las masas s¡n clasificar constituyen un vasto
mercado sin explotar, los campos petrole¡os virgenes de Alaska de los
r r¡sto¡nos mentales'lr8Así, el DsM, voluntariamente o no, ¡)rda a clasifi-
.¡r y a cartográfiar los nüevos territorios de consumidores de lá salud
meÍtal, que a sü vez a'Frdan a la exp¿nsión de las €ompañlas farmacéuti-
(¡s. Por lo t¿nto,la cxpansión de las cat€gorias de enfermedad y d€ dis-
lunción m€ntales y de patologia emocional está rela€ionada con los inte-
r cses profesionales y financieros de los profesionales de la salud mental y
{lc lascompañías farmacéuticas. También está relacion¡dacon el uso cada
vcz mayor de categorías psicológicas para reclarnar beneficios, conpen-

u (trrchins Kirl(, Mdti,g ,r .tdzy: bs psychiatri Bible o¡d the reatnñ


I : The
t[ »rntol tliñdas, p. rr.

.onpañiás lármac¡üticas
17 rl,¡/,,1,, 247. l,os atrtores a6rman qüe álgunas in.lus
.otrtrihuy.ron dir..l.mentcal dGarollo dd DsM.
rt,l /r \¡Lr^ll)t Dll^lll^ ¡lu0l¡rli

saciones o circunstancias atenuantes en los tribu¡ales. En estc Proceso,


resrdta claro q¡rc el DsM ha ampliado considerablenente el alcance de la
aútoridád de los psicólogos, que aho¡a legislm sobre cuefiones tales como
qué cantidad de expresión del enojo es aprcpiáda, qué cantidaddedeseo
se)rual se deberia tener, cuá¡ta ansiedad se debería sentir y a qué conduc-
tas emocionales deberla.olocárselesla c¿tegoría de"enfermedad mental'l
Debido a que la iógica clasificatoria y burocrática que )ace detrás de la
realización del DsM ticne como objetivo el control, la predicción y el
má¡ejo racional€§ de trastornos mental€s, elünbral:r partir del cual un
rasgo de pcrsonalidad €s definido cor¡o distunción se ha reducido cada
vez más. Este proceso ha permitido que la apropjación de la te¡apia por
parte del mercado sea más exitosa, mediantela provisión de.lasificacio-
nesyde Dárcos cullurales quehan promovido la mercantilización radical

Aun si la teoria de ]a cultura de lohn Meyer nos permite comprender el


"lado de Ia oferta" de la cultu.a (qué aseDcias la producen), dicha teoría
no preguntapor qué es más Probable que au,uDas reglas institücionaliza-
das sean más obedecidas q e otr¿s. Ln i¡stitucionalización del discrrso
te.apéutico en el Estado yen el mercado no explica por si sola l¡ extraña
r¡cilidad con que aquél se apoderó de los nlodelos de la personalidad. Los
modelos tcrapéuticos de la personalid¿d tuvieron üna exlraordinar¡a reso
nancia dcbido a que los actores políticosque operaban en la sociedad civil
re¿lizaroo nuevas den¡ndas dirigidas ¿l Estado y alas legislaturas y p¡o-
sresaron con sus ¡eclamos utiliz¡Ído y contando con las ideas culturales
básicas del lensuaje terapéutico para av¿nzaren süs luchas.

Como se ha esbozado en el capítulo ánterior el femioismotueuna de las


principales fonnáciones politicas yculturalesque adoptó el discurso tera-
péutico, en un momento tan tempráno como ia década de 1920 y luego,
forzádamente, en ladécada de1970. Elfeminismo encontró er la psicolo-
sia a un aliado cultural muy útil, d.do que ambos promovían la sexualidad
como tcrreno dc l¿ emancipación ysostenian el punto de vista (sin prece-
deÍtcs históricos)de que la esfera privada debiaser gobernada por el ideal
(politico y psicológico)de t¡ ¡utodetermioación. Pero esta a¡ja¡za sevio
afec¡ada por un ¡uevo Bilo cuando, en la década de t9Eo, el feminismo
denunció los efectos oprcsivos de l¡ fam ilia patriarc¡l en el maltrato a los
riños. lán H¿cking soslicnc que el movimierrto cont¡a el maltr.rto dc ninos
lire inidado enlrc r96r y r96? por Lrn srupo de pediatras dc Denver que,
IL lUrR flltltI0 titut¡itir¡ I 215

utilizar¡do r¡yos x,1lamó la atención del público acerca de que ¿lgunos


n¡ños pare€ian sufri¡deheridai reiteradas.r, Si los pediatras podian con,
nrocio¡ar a la opinión pública de ma¡era tan rápida, ello era así porque
cst¿ categoría delicbrál encajába muybien en los punros de visra ya cons-
titridos acerca de I¡ psiquis infantil yde los ef€€tos duraderos de las lesio-
nes provocadas en la niñez. En r97L en su discurso en la Conferencia Femi-
nista Radicai de Nueva York, Florence Rüsh llanró Ia atención de su público
¡cerca del tema del máltrato infántil,pen unmovimiento que iuvo impor-
t¡ntes consec en.i¡s para el feminismo. Más tarde la causa del m¿ltraro
nrfantil tue adopt¿da por las a€tivistas leministas, porque alrdó a trans-
|ormar las lesioncs pslqui.as e¡ u¡ra cririca politica de la familia.
Alice M¡ller fue una dc las feministas más enérgicns entre aquell¿s que
escribieron contra el maltrato inf¡ntil. En su influy€ntelibro EI dra,na ¿el
ttiño dotarlo,M;llet ú.ilizaba Ia lógica terapéutica, afirmando que para
sobrevivir y para evita¡ un dolor intolerable la mente del niño malrratado
sc encuentra dotada de un nol¿ble mecanisrno, el 'don" de la'teprcsión'l
que permite el ¡lmace¡arniento de las experiencias de maltráro tuera de
la conci€ncia.r' Mi¡ler colocaba el traüma en el centro de la propia narra,
tiva de vida, y proponía Ia represión como explic¿ción del motivo por el
quealgunos niños maltratados o desatend;dos no sienten los estr¡gos del
trarma ni son conscientes de ello, mmo si ocurre en el caso de los aduttos.
Siguiendo la lógica terapéutica según la cral los adultos reproducirán el
sufrimiento que les ha sido inflis¡do cuando eran niños, Miller soste¡ta
que Ios problemas psiquicos eru transmitidos de ¡rna generación a otra:

Toda p€.sona que m¿ltrata a sus hijos ha padecido traumas severos en


suinfancia de un modo u ot¡o. Este enun.iado se aplica sin e¡cep.ió,,
dado que es imposible que alguien que hap crecido en un entomo de ho,
nestidad, respeto y afecto se sienra jamás impülsado a to¡turar a una per-
so¡r¿ másdébil de nodo tal que le inflija un daño deporvida. lJta perso-
na tiene que haber áprendido muy tempran¡mente que lo correcto y lo
apropiado es brindarle guia y protección a una criatura pequeña e inde

l, liD HacknB, 1,. Jo.¡d¡ .o,J nrdion oJ ehat?,CanbtnJge, MA, Ha.v¿rd University
Prcs, 1999, pp. 116- r37 ltiad. esp-: ¿Lo co¡nrucción nidl d¿ quéa,Barcelona,

.r1 Aricc Mil¡er T¡¿ lr.,¡r o/rhe sifed rhitd: t hc adfth for th. ,u¿ r.i/, Nud¡ York,
¡l¿si. BooL§, r93¡ Jir¡d, es¡: El hat4 de1 ki¡io ¿otrd( | ü1 búsqueda d¿l tú¡1adúo
),, Dorccnrm. lnsqn.ts,199,1 ,
2t6 I ll t¡lvrfl0x Dtl lt¡l toD¿t¡A

fensaiesre conocimiento, alma.enado a edad


muy temprara en su mcnl.
y en su cuerpo, §egürá siendo efectivo
por et resto de su vida.+

MiIer sostenla rambién e¡puntode visia deque


t¿ auroestima ese¡arributo
má! rmportante de un¿ soci¡ti/ación exito(a.
y quc deb€ bas¿rse en lá
autenticidad de los propios sentimimtos.
Una l¿rga seriede feministas han seguido ¡o, p¿sos
,
la oe¡ens¡ de tos n¡nos rnalrr¿rados. et
de N4iler. Alutitiz¡r
fer¡inirmo en@ntró uná nuev,
:1:111-r'jl.: o *iria y¿r p¿¡riarcado. to cuars. exptica porqu.
el pmDkma so(i¡l denom¡nado "m.trr¿¡o
infantit" t" p..rniria fno"ifir_
c¿legoriasculturates.tátes como la de"nii¡o,lqu€
poseián un akáctivo má3
amptrc y más univers¡I,
L¿s.ategortas cutturates de..mahraro
, infantil,, y ..lra um¿.€r¿ n crucia-
res.en las tácticas teminisras, porque
apelaban a puntos de v;sta moral€r
¡¡nrversares e rnd¡s(utidos acerca de
ta s¿cralidad de tos n inos y de la fami-
ü4 comparrid¿! ta¡to por la derecha (omo por
tá izqu,erd¿. ias feminis.
tas utrtrz on h crte8ota de trauma par¿
criticar a t;f¡miti¿, para prore-
$rar,nrño. par¿ promovertá aproba(idn de nuev¿s I.y", y puro.oÁUr,r
ra v,otencia masculira ¡pli(ada ta¡ro.ontra
Ias muiere como conna los
niñ¡s. Esto.¡lusti. de qué m¡nera et conocimienlo
psimtógico erá usado
en.la sociedad civil para convertir
enfermedades pnvadas en problemas
políticos, y para universalizar todavía
m.is las ¡uchas f€ministas. ¡i resultado
de estas tácticas fue que el Iistado y
la lusticia co,nenzaron a acusar a una
¡ueva cat€gorfa deautoresdede¡iro! y
d regu¡r¡laconducrade ¡oshombres
dentro de la famiti¡

.rueliid€ g*n" +. -¡9,ró Én t¿ promo(ión dc ta naftrriv¿ rer¿péuric¡


er tos vereranos de Vietnam, quienes
utiti7Jron ta caregoría de irauma
pira obtener benefic ios sociat€s ycuttr¡r¿tes.
En reso.
ta AsociacidnAme.
n(ána de psiquiatrr¿ reÉonoció ofici¿lment€
la csreguna de lr¡uma:

E eíable(imiento de¡Tr¿storno por E$rés postmumatrco


(rrpr, por
tu..TTcuencia.en párte.de r¿ inrensá pr€sión
ll"lti:l llsr*l
clda por trabajadores dc la satud menta¡ y por a(
É;r_
rivisr,s profanos en
Denencro de los ver€ranos dc la Cuer r¡
d€ Vicrnam. Ftdi¿8nórtico del
rEpr reconoció y honró el sufrimiento ds los
vereranos esradouniden-
s€s en medio de su recepción ambivalente por pa.te
de una pobtació¡¡

a, Ali<. \(ille! Banished k nt¡w. Nuñi york,


o||t¿¡1.,,: Faring , htldhoorl
aook\, reeo. p. reo lr,rd. es¡r: t.? qr¿r¡rov¡/a. B¡rc;bna. ru.aud\, ^Dihor
reeut.
tt !uf[¡¡l¡t]0 I uttA¡tt | 217

dividida y cansada de la guerra. El diagnóstico fundó los stntomas y las


conductas d€soncertantes de los vetera¡os en hechos exremos tan8ibl6,
prometiéndole.s asi liber¡r a los veteranos det estigma de ta enferñedad
mental y 8¡ranlizarles (al menos en ieoría) simpatfa, aten.ión m¿di.a
y una compensación.rl

Otra vez v€mos áqui en funcionamiento el borrami€nto de las cate8orias


privád¡s y políti@§ y el intenro de ñ¡ndamentar los r€clamos (d€ una
comp€nsá.ión o dc aftsáciones legales) en las caregorías universales de
"daño psicokígico': Siguiendo la lóBica instirucionat y epistemotóBica det
discurso terapéutico,el rEpr comenzó ase¡ aplicado de manera ptogre-
siva a un¡ nrplia variedad de ¡contecimie¡tos, tales como violaciones,
¿taques de terror, crímenes e incluso accidente§, contribüyendo así a la
expansión de ¡a.ategoria como ün construcro de enfermedad aplicado a
u¡ coniunto dc victim¿s cada vez m¡is srand€.
Tal como ha sotenido Ron Eyerma¡, no €s ta €xp€riencia la quc produc€
el efecto traumático, sino m ásbien el ¡nodo cono la recordamos. La €xpe,
riencia, como saben los sociólogos de la cultura, está mediada por ta cul
tura.4r tnto las feministas como los vereranos de Vianam pudieron cons
truir ciertas experiencias como traumáticas porque tenlan erl común unos
pocos süpucstos culturrles que a su vez podían fusion¡rs€ en un recu€rdo
del lrauma: que la gent€ podía ser dañada psíquicamente, y no sólo ftsica-
ment€, que podfa haber un periodo co¡siderable de tiempo entre el mo-
mento en que dicho daño era perpetrado y sus consecuencias d€ hecho,
que podia haber !ínlomas de rEpr sin que hubier¿ ne(esr¡am€nre un
recuerdo de los hfthos que habtan llevado a ét, qüe l¡ compe¡sación podla
judicial Ilevada a cabo) dé.adás después del
ser ¡eclamada (o la acusación
trauma,que el trauma amenazabaseriamente las posibitidades del propio
desa¡roUo y que todos los ciudadanos tenian igual€s derechos a una psiquis
saludable. Eslos actores -las fer¡inisras y los veteranos de Viernam- estaban
paürnentando el camino para otros actores politicos, eda vez más nume-
.oss, que cstaban ingresando a la sociedad civil p¡ra reatia r€clamos por
haber sido viciimas y por haber padecido daños psíquicos, en nombr€ de

{J M¡rL S. Micale I Paul tern.r, " th{m¡, pqthi¡rry, ¡rd ¡irory: er Mart s.
M¡.¡le , ¿'ul ¡¡ms {cds.), ?i¿ úmtic püts: Hit¡otk prrhiat¡, dnd rauñd
i,t tht Mo.len A$, ,t?o t91o, i:uevá York, cámb.idge UniveBiry p.s, 2oor, p. 2.
44 rro¡ üyermnn, c,¡/¡ú¡d¡ rrd, sk!út and th? lorñatio¡ ol AlrnarAñúicdn
"na:
n¡. liry,(i¡trrlfid8.,C¡mhrid8c press,
Univ$siry roo!,
2r8 t¡ !uv¡fl0t Dtl A t¡ li0Dt ii

ideales de la condición de la persona humana que €ntrelazaban lo psíquico


y lo polltico.
D€ la rnuhitud de eiemplos que itustran ta infla(ión del número d.
enfermedádes psicológicas en Scneral y de ta expansión en la deGnición
del rEpr, podemos citrr el de Carol Wilson y Máry E[€n Froñouü dos
psicólogas que sostiene¡ qüe
Sran p¡rte de aqu€lto que suele denominarse
rivalidad fratema en rigor debería ser recatalogado como r€laciones de
maltrato. Tal como informa Frank Furedi, "los cmpresários morales quc
int€ntan elevar Ia tonciencia'de la opinión pública ácerca d€ este tema
sostien€n que el maltrato emocional está present€ en rodas las rormas de
maltráto ftatemo. Esros autores sostienen que los sobrevivientes del mal-
trato Íiatemo pre§€nran a menudo signos d€t rEpr, del tra§torno postrau-
mático compleio y del trastorno de ide¡ridad disociarivoi{r Uná vez qu.
son redcfi¡idas como personas que sufien cualquier trástorno dcriva¿o
del rEpr,las víctimas del maltralo famiüar pue¿en ser procesadas por las
inmensas industrias farmacéuticas-de la satud delos medios decomun!
cációniegales, que brinda¡ a su vez los vocabularios y tos ma¡cos cultu-
rales adecuados para construk un relato, realizar reclamos anre institucio-
nes y orSanismos ۤtarales y pedir reparaciones.
Aunque estoy de acuerdo con Eva Moskowitz y con FIank Furedi en
cuanto a que desde Ia década de r97o en adelante tos problemas poÍtico§
fucron mmárcádos cada vez mái como deñciencias personales y psíquic¿sá
no creo, como ellos, que esto signifiquequelosproblemas poltticos fuerán
privatizados o desconectados de la polttica. por el contrario! u¡¡a vez que
eran psicologizados, los problemas sociales eran nuevam.nte canaliza¿tos
hacia la esfer¿ pública para plantear nuevas reivindicáciores, más exten-
didás, r€sp€cto de Ia organización sociopoliiica (que de todás maneras no
tomaban Ia fo¡ma de proposi€iones ideotógicas organi?¡da§). Ésta cor¡s-
tituye, sin duda, úa
de las transformaciones más obvias de ta esfera púbtica
en la década de 1990, transformación resulrante del hecho de que actores
sociBles tan dife¡enres ruvieran interés en promov€r r¡na n¡rr¡tiva de ta
€nfermcdad y de la condición de vícrima.
El anál¡sis oñe.e u¡ ejemplo destacado de lo que Latour lla¡na un ..pro-
ceso de traduccióÍ'l el proceso cn el cr¡al los actores individuales o colecri-
vos trabaian constantemente para traducir su propio lenguaje, sus probte-

4t Va¿E Frank Furcdi,IÁ.rd?/ euhu¡.: C¡hivatiñghtwatiliry n, añ un útain


Núrv¡ YorL, Roüdcdge. 2oot, p a4
W
a6 l'ioskówi'z, I4 ihetupl @ nü : AMüi.a\ obesioñ enh dlluqitñ.nt,.,p_sl
Fnrcdi, Thúapy cakur:Cuhiwtin&vul údbitity in al nBitais a8.,crps.ty7-
{l \ll¡ Í1lxl0I¡tuIrlilII I 2rg

sus identidades o sus interes€s a otros.a' Las fem inist¿s, los psicólogos,
'nas,
el Estado y sus eiércitos de trabajadores so.ial€s, los académicos que traba-
i¿n en el campo de ¡¡ salud mental, Ias compañias de $guros médicos y las
compañías farmacéutic¡s han 'traducido l¡ narrativa teraÉuti(¿ debido
i q¡re todos sos áciore\ po¡ diferentes nzones, lienen u¡ fuerte üterés en
la pronoción y en lá expansió¡ de una narrativa del yo definida por la
patologia,yporlo laDlo promueven de he€ho una narrativa de la mfe¡me-
dad. tá doctrinn t€rapéutica funciona como una "zona comer€iaf'culturál
¡mpliada ("zona €omcrcial 'es un gko sobre una expresión del historiador
d€ la cier¡cia Peter G¡lison, que señala que los distintos grupos con diferen-
tes iDteres€s y modos de pensar k ¿edica¡ al inlerc¡mbio de conocimiento
y de simbolos aun cu¡ndo difiera¡ en cuanto al sigoificado de aquello que
cstán intercanbiando).+
Estos dife¡entes actor€s han convergido €n la creáción de un ámbito dc
¡€cióD en el cual la srlud mentaly emo€ionalesla principal mercancia que
.ircula, unámbiro quc marcaasuvezloslimitcsde un"campoemocional'l
csto es,lnaesfer¡ de !avida so.ial en la que el Estado, la academia, distin-
tos segmentos de las industrias culturales, grupos de p¡ofesionáles acredi
lados por el tsstado y por las univ€rsidades y el gran mercado de los nedi-
camentos y l¡ cultura popular se han €ruzádo y han creado un dominio de
¡cción con su propio lenguaje, sus propias reglas, sus propios obietos y sus
propios limires. tá rivalidad entre diferenrcs €s{uclas psicológicás, o in€luso
la riválidad entre la psiquiatriayla psico)ogia, no deberían eclipsar ¡o qu€
cn ütima instancia es su ¡cuerdo en torno de la definición de la vida eño-
cional cono algo que debe ser manejado y coDtrolado y en torno a su
regulación baio €l ide¡l -{n incesante expansión- d€ una salud canáIizada
por el Estado y por el mercado. Una gran vari€dad de actores so.iales e
instituciondes compiten entre sí para definir Ia autorrealización, la salud
o la patología, haciendo de la slud emo.:ionál una nueva mercancía que
se produce, circula y se recicla en terrenos sociales y económi.os que tom¡n

47 V¡ase Bru¡o l-¡rotrr, al,. kation of ltiht ,C nbridg., M^, Harvúd


pa !ea'
Unircrsity Press, 1938, qúe ñúcslra, po¡ cj.mplo, dc quú nr¿n.ra los ¡igi€nistas
¡poyaron l¡s to ñ de kN hi.robic
de Pastcu¡ porqúd eüo podia proporcionú
una jurificaciór paú .o¡rra las úviend¿s i@lúbEs. Yée tmbi¿n
sú lúcha
Michelcallon, Som..lements ot ¡ *iolosy ot rránsl¡rion: Doñ6ti.atior of
the *árropr a¡d rh. lLhc¡o.n ot sr Bri¿trc B¡y l .n lohr láw (e¿.), Po@, anion,
a d ltelief: A n || §n'loay ol t/owlzds.?, Lord¡en Roull.ds. aod l<es¿ñ P.u¡.

{3 Percr 6álisn, r,¿9. a ¡1llun: A n'a¡rialútÜuft ol titop¡ilsn¡, Chi.¡go,


Univcrsny of(:hid8o ltcsr, 1997,
220 I Ll tttvl 0l 0t{ ALill x00l¡¡A

la forma de un campo. La constitu.ión de €ste "campo emocional" expli


ca la emergenciá de nuevas formas de capital (véase el capltulo sigui€nt€)
y nuells esquema§ p¡ra comprender al yo en términos de enfermedad, d€
salud, d€ suñimiento y de autorrealizáción. De la mismá mánera que los
campos artlslicos definen el arte "verdadero",106 carnpos emocionales defi-
nen lá salud (mental, emcional) "reali D€ la misma man€ra que los carr-
pos arlisricos deGnen un¿ rrie de comp€lencias que son ne.esáriat p.rá
evaluar el arte, los campos €mocionales definen lar disposiciones emocio-
nal€s y p€rson¡les segrl¡ las cuales se establecen la salud, la madurcz o la
autonealización. En el resto de est€ capítulo y en el siguiente, an¡liz¡ré de
qué manera esos campos produc€n nuevas formas de habitus.

L^ N^RR^T¡V^ TERAPÉUTIC^ DB L^ PERSON^LID^D

La nanatiw teraPéutica
Tal como ya se ha advertido,la doclrina terapéutica ha transformado en
una enfermedad lo que antes era clasificado como un problema rnoral, y
puede asf ser enlendida como parte del fenóm€no más amplio de la medi-
calización de la vida social. En efecto, el discu¡so tempéutico ha llevado a
cabo un registro cultural masivo de aquello que previámente era definido
mmo conducta inmoral, transformándola en lo q¡re Ma¡iána Valverde ha
denominado una "enfermedad de la voluntad'l una enfermedad que hace
peligrar la capacidad del ,o para controlar sus acciones y p¿ra cáñbiárlas-s
Con el requerimiento de que al.ancemos nuestro yo más "complelo" o
'autorrealizado", no se nos ha brindado nin8una indicación pará ¡Fdar-
ros a determinar qué diferenciaba a un 1o completo de uno incompl€lo.
Si el "yo real" se €ncuentra en constante evolución y si, tal como plantea
Madow, "las necesidades,los sentimientos, los valorcs,las metas yla con-
ducta de cadá persona cambian junto con la €dad y Ia experien€ia",5" enton-
ces es imposible establece¡ qú es €n realidad el Io autorrealizado. A la
inversá, y simétricamente, cualquier conducta podria ser clasilicada (y
€oncebida) mmo"contraproducent4"neurótica'o"iosalübre':Dehecho,
cüando se €xamina el supuesto que subyace a la mayoría de los lextos que

ae Mári.na valv.rde, ,,i,res of th. will: on.l ¡he rl¡le'nñrt of Ít¿edon,Nlda


York. CaDbri&e UDive$ity lrcs, ,e98. ^bohol
50 Sidney ,our¡.d, 'The t¡a¡ ihat ctcárs ús of lovei eñ ¡¿dúoot, o.lubr. dc ¡e7,,
p. 1t7i Maslow,Th. fa¡lEr rcacha of hutnn¡ natú., p. t7.
It irtx¡0 tltu,ttlilt I 221
'lrf
utilizan el lenguai€ t€rapéutico, emerg€ un claro patrón qüe estructura la
forma terapéutica del pensamiento: el ideal de la salud o de l¡ autorr€ali-
zacido deñne, a antrario, distunciones que son producidas por la catego-
ía mism de la "vidá complerme¡te autorrealizadai Es decir que la afir-
mación de que l¡na vida no ¡ütorrealizada necesita ierapia €s análoga a la
afirmación de que alguien que no ntiliz¡ ál máximo el potencial de sus
mús.ulos .stá enf€rmo,r' con la difer€ncia de qu€ cn el discurso psicológi.o
ni siquiera está claro qué califica 6omo un "m'lsculo tue¡te': Esta lógica
tundamental moldea la narrativa terapéutica (véase el capitulo 2).
La nar¡ativa sa ha convertido €n una cat€8oría clave para comprcnder
de qué ñane.a la perso¡alidad es const¡tüida a través de la cuhura, cómo
se com¡mi.á el yo con olros y cómo * le confiere un sntido al lugar que
tiene en un entorno social particula¿ Iás historias de üda concenkan su
a tr¿vés d€ los modo§ €n que conectan los a.on-
at€nción en ciertos obietos
tecimi€ntos que tienen lugar en el curso de €sa vida. Las narrativas contie-
nen un resumen (a Ia ñanera de un nüs¡ra¿¡ de un artícuIo universitario,
sint€tizan lo esencial ¿le Ia narativa), una orienlación referida al €spacio,
¡l liempo, a la situación y a los participantes, un nudo (secuencia de
hechos), una ev¡lua.ión (importan ia y signifi.ado de la acción, a.ritud
det narrador) y una r€solución.,' Una narrativa biográñca es una narrativa
que s€lecciona y.onecta los "hechos signiñcativos" de la propia vida, otor-
gando ¡si a ]a vjda de una pe¡sona un s€niido, una dirección y un proñ-
sito. Los estudiosos del discu¡so autobiográfico han sost€nido que las
narrativ$ moldean Duestra autocomprensión y los modos como interac-
tuamos con los d€má§. De hecho, €l modo como captamos nuestr¡ vida y
se lo.omunicamos a otros depend€ de la forma narrati\a que eliiamos
para "contar nuestras vidas':'r Lás historias d€ vida tienen u¡a forma. Para
utilizar la expresión de Paul Ricoeur, esas historias de üda consi¡luym
uoa'puesta en intrig¡ del yo"' a través de modos específicos, e intcgran
los distintos hechos de la propia üda dentro de un marco o relato narra-

n LMi. Reáek, T,r pi,il¿'opl¡i.a! deJev ol Fyehiattr,N\Na Yo.t, Roúd.dgé,199r.


52 william t¡bon ¿¡rg¡as¿ i, rhe innú ótr: s¡u,li.' in the Bla& Etdith ñadnaí
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.n intrisuc: lN. dcl lll
222 I LA !il'rA(lÓt DtL A tA t!00t tA

livo general q ue se ocupa de un tem¿ general.sl Las narrati\as del yo recu-


r¡en a narrativas, valores y argumento§ más amplios {olectivos , que
dotan a estas historias personales de sentidos socialmente significativos,
t¿s narrativas personales también pueden incrust¡rseen üna dimensión
colectiva, ú tanto pueden rela€ionars€ con "escena¡ios culiurales clavejl,,
para utilizd la feliz expresión de Sherry Oriner.
La principál c¿r¡€lerlstica de las narrativas terapéuticas es que la metá
del ¡elato dicta los hechos que son seleccionados para contar Ia historia asf
como los modos en queesoshec¡os-r tanto componentes de la narra-
tiva Darrati'Es tales como la "liberación sexual'l la
se conectan-56 Metas
"autorrealización'l el"énb p¡ofesional" o la"intimidad" dictan el escolo
narrativo que me impedirá alcanzar mi m.ta,lo que a su vez dictará a qué
hechos del pasado de mi propia vid¡ deberé presrar atención y la lógica
emocional qu€ ligará esos hechos (por ejemplo, "deberia ter€r una vidá
coD intimidadi pero no experimento esa intimidad! eso es porque todos
loshombres€on los que estoy son dista¡tes; losLombres con los que estoy
son distantes porque /o loi ¿,¡id ¿'í; elijo a hombres distantes porque mi
mádre Dunca se ocüpó de mis necesidades. ¿Cómo puedo s¿b€r que mis
ne€esidades no eran satisfechas entonces? Porque ¡hora no soD satisfe-
chas"). En ese sentido,la narfativ¡ terapéuiicn es retrospeclivamente puesta
en intriga o 'escrita hacia atrás": el "final" de la historia (mis aprietos
pr€sentes y mi mejoramieDto tuturo) da ini.io alahisto¡ia.
I,ero lleg¡mos aqui a uná paradoja exhaordinaria: la cultur¿ terapéutica
{u}z vocación primordi¡l es curar- debe generar una estruclura narrativa
en Ia queel sufrim:enro y la condi€ión devictim¡definan de hecho al yo
En efe€io,la narrativ¡ terapéutica sólo funciona concibiendo los hechos
de Ia vida como indicadores de oportunidades fallidas del propio desarro-
llo. Así,la narrativa d€ la autoaluda es sostenida tundamentalmeñte por
u¡á narrativa del suliimiento, y esto es asl porqre el sufrimimto es el
"nudo".e¡t.al dé la narrativa, aquello que la injcia y l¿ motiva, que Ia
arada a desplegárse y la hace "funcionar': La narración rerapéuti€a de
historias es ¿si inherentemente circular: contar un¡historia €s contar u¡a

14 Paul ¡{ioeur, 7i,¡. dd rd¡rrrir¿,3 vols,, Chi.ago, U¡ivúsity of Chic¿go


lrre$, ¡934{988 ltrad. esp.: ?,l.nqo / ndtntia, 3 \oLt. México, Siglo xxr, r9e6l.
55 Sherry Ort¡e¡ citado en Kd¡on. nm.ha's sccond Beneralion Holoour
survivoB: A rccusivc jonrncy into the pñt to .onrrE vou¡ded caúie6

,6 Kenneü l. Gergd y M¡ry Cdgen, Náú¡lir ¡¡d tle ñll 6 reldlio¡ship :


en Arlúúe: in rrt'erntu'hl Sd.n¡¡ Pryr¡ologl, N' n, re38, p.,8.
tI SUntH 0 IRrUIfAflt 223

historia acerca de m ")1) enfemo'l Tat como subraÉ lacónicamente Michel


lbücault en su Hir¡olia de ¡¡¡ s¿¡r¿lidarr, el cuidado de si, representado a
través de metáfor¿s d€ la satud, promovia paradójic¿mente la perspectiva
de un yo "enfermoi que necc'siraba corregirse y transformarse.sT
Voy a ¡nostrar un ejenplo de esta narrat,va. Tal como se sugirió en el
.apitulo anterior,los psicólosos postulaban la in.imidad como un ideal á
scr alca¡zado en las ¡elaciones sexuales y nraritales. En el contexto de las
rclaciones ce¡canas,la intiñidad -al igual qse la autorrealización y otras
(ategorías inveniadas por los psicólogos- se convirtió eD una palabrn en
eódigo par¿ referjrse a la "salud': Las relaciones saludables eran relaciorcs
¡rtimas,y laintimidad era saludable. Una noción de i¡ltimidad
vez que la
rue propuesta como la oorma para las relaciones saludables,la ausencia
de intimidad podia convertirse en el marco narrativo general que organi-
ara una variedad de problemas. En la narrativa terapéutica, la ausencia
deintimidád sólo pucde apuntar ha€ia l¿ propiá coDstitución emocional:
por ejemplo, hacia aque[o que los psicólogos larnan Ín de la inti-
'¿t¿do
midad. Citando a un terapeuta, un artículo de ¡edüook plantea el tema de
Dúnera certe¡a: 'En nuestra socied¡d,la gente ¡e teme más a la intimidad que
rl sexo. [...] Tipicamente, las personas con problemas de intimidad tienen
dificültades para sentirse sexuales en las re¡aciones estrechas, aun cuando
pueden funcionar muy bien en relaciones más sup€rficiales']5¡ Lasnarra-
rivas lerapeuticas son in\uperablcmenre tautologi(¿s, porque un¿ re/ que
(ln estado emocional es definido como saludable y deseable, €ntonc6 toda§
lis condücras que no alcanzan ese ideal son indicio de emociones proble-
máticas o de bárreras inconscientes, qüe a la vez deben ser ent€ndidas y
¡r¡nejadasen el rnarco de la narrativá terapéutica. 'Alsunas parejas sien-
rcn que no se acoplan bien. Piensan que la distaücia en sus matrimo¡¡ios
scdebe a qu€ eligieron¿l¿persona eq uivocada. Pero ambos pueden haber
.,esido a pareias incompatibles porque necesitan distancia: si eshrvieran
ersados con alguien que realmente les gustara, severían enfrent¿dos a la
inlnrridady entonces se encoDtrarian eñ gra¡des problemas."r, En luCar
(lctomarla"incompatibilidad"como motivo para la discordia, se la tom¡
(omo sinroma de miedos incons€ientes profundos, cuya salida a la luz
r) iciará una r€visión narrativa del yo. El "miedo a la intimidad" se co¡vierte

s/ Mi.hel !oü.ault, "Th¿ care oa the sll", en d¡¡olr, dlyxd lity, !o1,3: The care
¡, ¡hc el, chi.a8o, univesiry of chicaso Pres, ree¿ ftrdd. esp; Hi'o¡,'a
tl. L1 súrclidad,\ol- r: El d¡¡dado d¿ d, M¡drid, Siglo xxr de €splna, 2006l,
th ( i rol Bohvin, "The bi8 chill: en ¡¿.11,o¿t, fcbrcrc dc ,e3r, p- ro2.
224 I IA 5Att/A( 0'l Dtt At A 00ftlA

en una marca narratiya pa¡a las relaciones intimas, un modo de enmaf-


carlas, explic¡¡las y transfonnarlas. Si los honbres (o lás mujeres) distan-
tes sólo tienen miedo de algo que en verdad anl¿n protundam€nte, enton-
ianio el tema dominante de su identidád
ces esta narrativa les brinda
d€ficiente como la meta en pos de la cual una identidad tal püede ser

lá estru€tura simbólica de las nar¡ativas terapéuticás es altame¡le com-


patible co¡ la indutria cultural, debido a que l¡s marcas n¿rrativas pueden
ser fá.ilmente cambiadas, haciendo a Ia profesióD psi€ológica susceptible
del consumo renovable de "n¿r¡ariv¿s" y d€ "modas nar¡arivas'l Por ejen-
plo, en ta década de r98o un libro postuló un nuevo marco narratilo! en
un año, ese libro 4 ue aman rlemasiado) len¿ió más de tres milo-
(M¡¡i¿r¿s
n€s de ejemplares.óo Suautor reempl¿aba el iniedo" c
narrativa la adicción para desempeñar el rol narraiivo de exFlicar por
qué alsunas relaciones no ¿lcanzaban el ideal de la intimidad construido
por los psi«tlogos. Cüálqüier conducta que no alcance el ideal terapéutico
requiere una explicación.6' En este proceso, los opuestos pueden tomarse
equivalentes: en el libro de Norwood, por eiemplo, resulta qu€ la adi.ción
en realidad o€ulta el miedo. "Si ust€d descubre que se ha obsesionado con
un hombre, debe haber sospechado que la raíz de esa obsesión no era el
aInorsinoel miedo.Qüenesarnanobsesiv¿mentetienen mucho mi€do]o
¡Y córno puede saber uno si riene la entermedad de "amar derrasiado'?
Simplemente, revisando la p¡opia infancia. Es más probable que una infan-
cia en el seno de una familia disfuncional produzca adicciótr. ¿Qué es u¡a
familiadistuncional? Unafamiliaen lacual las propias necesidades no son

60 Robin Norwood,114,m¿¡ úholove too ñud1:Whe you ke.?*ishi gnttllhoping


¡eIddrg¿, NuelaYork, J. P lh(her,,e35 ltrad..sp.: M¡rd {"e
¿.¿rdrü¿o,Barelo.a,Byblos,rooal.
",¡a,
6r A veces se brinda una gma conll.ta de qplicado!.s, tuño en $ta cila de un
librc d€ stcphanic s. covinsron, Awakcnfs put $tulirt: A ítid. lú eú»úing
,oñ¿,¡, Center Ciiy, N, Hazelden tntormation ard Educalion¡¡ SeNicen 2ooo,
pp. ,26 127: 't2s adi<iores y el abñ delin¡ivúneote A'itan ilue las parejas *
relacionen cor honstid¡d y de nrúera.ooplet¡ ¿nl¡csí, pcro las p.ronas
pueder ser distantes de orras maner¿s- Pu¿deD .asar* con otr¡ pcren¿ o eslar
involucrádas en relaciones múltiples- Pncd.n 1cnü lnnitcs rigidos p¿m exdun h
i¡rini.tad. Pueden erar dcprnnidas y scr incap¿ces dc satisfáer s¡s ¡eesntdds.
i
Pu€de" sr protundametrte narcisnrá' y r€fern lodo a mnm¡s, ncgándolc a
ufcd eldúecho propiosserliñientos o recuerdos porqDe eslán
a sus
completañerte co¡cenÍadás en el efe.ro que tienen sobre eUos ¡rismos':
62 Nor@od, Wo,e, w¡o /oe. too ñuch: V\h¿k fo koep wishihg.nd hrPin( hí|I
tL 5UtU¡t tNI0 Tt Ut¡fattTt 225

satisfecha§. ¿Y cómo sabe uno que las propias nec6idades no han sido sa-
tisfechas en la infanc¡a? Simplemente, observando su situación acrual. La
naturaleza de la tautologia es obvi¿: cualquier aprieto del pres€nte seña1a
una herida del pasdo (que puede ir desde el maltrato ffsico gr¿ve a Ia falta
de amor o la negligencia benigna). La falta de amor en el pisado puede
oranifestarse de dos modos igualmente opuestos: o bien uno tiene "niedo
a intim idad" o uno "compensa la fálta de amor convirtiéndose en alguien
la
que sólo da amor':6¡Amar demasiado y no amar lo suficiente s€ convie¡ten
rsi en sintomas de la misma patologia. El quid del razonamiento que yace
detrás de estas afirma.io¡es siSue otra vez el razonamiento del psicólogo:
por definición, un aInor saludable no la¡tima ni es dolorosoi si cualquier
cosa lastima o salc fl1al, entonces es ¡ecesa¡iament€ indicio de üna defi-
.ieDc;a psicolósica de Ia persona qüe am¡, una deficiencia cuyo signiÁcado
pueden ser dos hechos opu€stos: amar demasiado o no amar to suficiente.
"Gándo estar eDamorado significa sufria e¡tonces estamos amando dema-
si¡do. [...] Cuando nuesta .elación pone en peli8ro nuesrro bienestar
emocional, [...] delinitiva¡¡ente estamos amando demásiado."óa De es€
¡nodo,la intimidad yla salud se equiparan y se tornan €quivalentes.

Pero no nos atraen los hombres sludables,los hombres con quienes


podriamos tener alguna esperanza de qüe ¡uestras ne€esidades s€an
satisfechas. [...] Eso nos parece aburrido. Nos atraen los hombres que
para no§otras replican la lucha que tuvimos con nuestros padres, cuando
intentábamos ser lo suficientemente buenos, €ariñosos, vatiosos, servi
ciales e inteligentes como para 8md el amor,la a¡ención y la apiobáción
de aquellos que no podían darnos lo que necesitábamos, debido a sus
propios problemas y a sus propias preocupaciones. Ahorá funcionamos
(omo \iel rmor, lá ¿lenc¡ón y l¿ aprobd.ion ,'o importar¿n ¿ menos
que fúümos capa.es de obtenerlos de parte de u¡ hombre que también
es incap¡z de dámoslo rápidamente, debido a sus propios problemas y
PrcocuPaciones.6'

l.a cstructura de ]a narrativa terapéutica puede producir Iíneas argumen,


t¡l.s contradictorirs -el miedo a la intimidad y l¿ adicción a la intimidad-
qtre organizan al yo de manera consisterte al encontrar las causas d€ una
u
lcl¡.ión deficiente en p¡¡ado reprimido u olvidado. ¿Cómo se estructura
22ó I rA rlrYA(lÓil Drr ALil^ ü00!llia

e§ta narrativa? O, más eaactamente, ¿de qué manera refleja su erru.tura


álguoos mecanis¡nos id€ológicos importantes del dis.urso terapéuti€o?

Una aÍa¡iva demoníaco


Williarn Sewell lr. y muchos otros autores han sugerido que las institucio-
nes construyen coherencia culturál no tanto .uándo int€ntan est¡ble€er la
uniformidad sino cuando intentán organizar la diferencia. Las institucio-
nes "están constantemente d€d¡cadas a esfuerzos que no sólo normalira¡
uhomog€neizan siDo que también,€rarquizan, encapsdan, excluyen, hege-
monizan o marginalizán prácticás y a poblaciones que diver8en del ideál
sancionadolú l¡
interesnte en la docrrina terápéulica (y qu€ qüiá ro
teng¡ precedentes) es ql¡e ba institu€ionálizado al yo a través de la "dife-
rencia" que es generada de hecho por el ideal moral y científico de Ia salud
y la normalidad.
A través de la postulación de un ideal de la salud nrdeGnido y en expán-
sión incesante, cualquier co¡¡ducta -y todas ellaF puede sct clasificada, ¿
rrrtrario, como "patológic¡", "enferma", "neüótica' o, m᧠simplemenle,
conro"disfuncional"o'noautorrealizada:t narrativaterapéuticaposlula
qüe la normálida¿ es la meta de la narrativa del yo, pero d€bido a que a
€sa meta nunca se le da un contenido €l¡ramente positivo lo que de hecho
produce €s una amplia variedad dc pcrson¡s no autorreal¡zadas y por lo
tanto €nf€rmas. Asi, la narrativa d€ l¿ autoayuda no es el remcdio para el
f¡acaso o la miseria; rnás bien, el rnaídato nistño de esfotutse po¡ loga¡
nivclet ñás altos ¿e sal d y de autonealizacián pro.lue narrativas del s fri-
,r¡ier¡o. El giro contemporáneo sobre la fámosa afirmación de Freud es
que somos los dueños de nuestra propia casa, aun cuanrlo, o tal vez espe-
cialment€ cuando, esa casa se está incendiando
En otras palabras, la oarrariva de la autoayud, lerapéul¡ca no es, tal
como postularian los estructuralistas, el opuesto binario de una narrativa
de la "enfermedad'l Más bien, precisamentela misma ¡arrativa que pro-
ñr¡eve la áutoqnda ¿r una narrativá de la enfermedad ydel sufrimiento
psfquico. Debido a que los esquemas culturales pueden ser exlendidos o
traspu€stos a nuevas situaciones, las feministar,los vet€ráños de gue¡rá,
los tribunal€s, los servicios estatales y los profesionales de la salud mental
se apropiaron del mismo esquema de la enfermedad y la autorrealizáció¡

6ó william H. Sryetl Jr,"The con.ep(t ofcdtue;e¡victoria [.lron¡€ll


), I{¡n Hunt
(cds.), B¿lod ,¡e d tutdl ¡um: Ne|| dnútions in E ttüt|l óf so.iety
d¡l .xlnft, Brkcley, Univer$iry of C¡lifornia P¡ess, rree, p. s6.
fI SUf ¡t 0 1¡Il¡f^Ut | 227

y lo trad jeron para organizar elyo, haciendo de la narrariva de la auto-


rrealización una entidad auténticmente derrid€ána, quc contiene y repr€-
senta simultáneamente aquello qüe qüere excluir, esto es, la enferrnedad,
el sufrimi€nto y €l dolor
Esta ¡anativ¡ no constituye una disrorsión d€l psicoanálisis sino qüe
fre in.rustad. dentro de él desde el somienzo. Por eiemplo, Margaret
Mál er -una de l¡s prirñeras y principales defensoras del psi.oanálisis en
los Estados Unidos- afirmaba: "Parece inherente a la.ondición humana
que ni siquiem el niño más normalmenle dotado, con la madre más óptim¡
posible, s€a c.pa¿ de atraves¡r el pro€eso dc seF'arac¡ón sin
crisis, de salir indemne de la lucha por €l acercam¡ento 'ndiüdua€ión
y de ingresar a la
f¿v e&pica sin dificultades en el desarrouoió? Si incluso el'nino nás nor-
mallnmte dotado" y la "madre lrüís óptima pr»ible" producen'di§cultades"
y "crisis'l €ntonccs lanlo los ninos normales como los que padecen p¡to-
Iogias -todor los chicos- no loslm (ni pueden lograr) la salud mental, y
por lo tanto n€cesitán de la af¡da de ln psicologl¡ para superai las crisis
inh€rentes a la expcriencia misma de l¡ vida. Esta üsión hisica de la salud
-int¡ín*@ á la n¡rrativ¡ ter¿péutica de la liberación de uno mismo y la
iütore¿lización- se apoya en una narrativa d€ la enferm€dad.
Esta nanaiiva puede sar cáractsiad¡ como una"naratim demonla€aio
Tal como lo explicaron Alon Nahi y Haim Omer, una narratin d€monía.a
sitúa el origen del suliimiento en un princ¡pio del ñal -ya sea Satin o un
hecho traumáticG que está fuera del sujeto. Esta forma de1 mal s€ carac-
teriz por su capacidad para conseguir insidkxamente penetrar en lá per-
sona, El mal está deolro de la persona, y está ocuho para los observadores
c induso para el propio sujeto- De la misma manera en que €l demonio pu€-
de obtener elcontrol de ¡lna peMná sio que ésta lo sepa, el trauma pued€
dciar sus marcas diiskoctivas siD que lá persona sea consciente de ello.
Ademá, en la narrativ¡ dcmoníaca la identidad de la persona es tomada y
t.ansformada por cste prin ipio maligno, que ha ingresado i¡sidiosamente

ó7 Marsú€t s. M¡hl$, "On dre cur.enr slárus of rh. infantile ndrosiil en .lour¡ol
of th¿ A"lerican Pty.h.ihdlyne,4socü¡ io,. N o 2J, t97 5, p¡ j27 lll, cir¡do cn
suam. l(nrhn.r, 7?,¿ ¿i¡¡o tt ú,¿ @nú,¡ic oriliñt ol psrch@tu1¡sn:
h,llivnlna¡iú ¡n.l int Antkt i¿ pd-FExd;d, tl'@,r,, Núqa Yorl, C¡mbrid8e
UniEñiry Pdr, ¡996, ¡ 4r.
6$ AIo¡ Ná¡i y H.im Om.( "D.mori( ¡rd rr¿Bic n¿r¿riE in Fychothcrapyl
¿n Ami¿ Licblkh, l)á¡ P. M.Adams y RüheU€n ¡,.rlson (cds -), Hraln\ plots:
't
h¿ nnrnti* I'ns oÍ psr¿t.therdpl, W¡shingron Dc, Amrican Psy.holosical
Asocialion. !oo4,If, re 48.l,.ro c¿mbiaré un lanlo lost¿rminos de ru
.,úd.r(n,¡.'.n J.l.,,tur.,n-ritur n¡ nrrrrlivo d(mon,¡(¡
128 I tÁ §atvA(lón 0rr ttl,rA tt0D¡xra

en su alma y en s¡r .uerpo. De manera similar, en l¡ narrativa terapéutica


s€ foria u¡a nuem identidad. Otra cáracteísticá de lá narrativa demoníaca
e5 que sólo una persona qu€ €sté tuera del entomo del sujeto puede des€i-
&ar los siSnos d€ la contaminación pslquica, motivo por €l cual la confesióD
ocupa un lugar tan central en el proc€so de purificación, que debe segür
a la identificación de la posesión demoniaca. F¡nalmente -y ¿ste es quiás
elpunto más importanle-, en la narrat¡va demoniaca una cosa y su opuesto
son interp¡etados .omo prueba de la presencia del demonio El reconoci-
miento de que uno ha.onocido a satán es prueba tan contundente del
er¡cuentro con el demonio.omo la negativa v€hemente a e§e reconoci-
miento. De manera simi¡an volverse cons.iente de los propios problemas
psicológicos 6 ma indicación de su poder ta¡to como n€garlos.
En r€sumen: par¡ explicar de qué modo la terapia se convirtió en uD
€squema básico pára el yo, debemos dar cuenta del hecho de que se ha
€onvertido en parte de las oper¡ciones de rutina en grandes institr¡ciones
dotadas de muchos recursos culturalcs y so.iales -lo que william Sew€ll
llama ün "nodo insútucional'-'o tales como el Lrtado o el m€rcado. Ad€mát
la narrativa terapéutica se encueñtra en €l punto de empalme -frágil, con-
flictivo e irestable- efltre el mercado y el lenguaje de los derechos que ha
s¿lurado de manera .ad¿ vez más intene a lÁ sociedad civil rá institucic
naliz¡ción y la dift5a dispersión del cdigo narrati\o t€rapéutico en la soci€-
dad ran de la mano, y son cru€iales para entend€r el modo €n que el yo
terápéutico tue coñertido €n un esquema nanati\o que organirá el yo.

L^ REprEsENr cróN DBL yo rR^vÉs DE L^ rEn^pr^


^

tos esquemas culturales rcn formas pmtundas de codificación, en latrto


organiza¡ la percepción del mundo dentro de es¡ructuras bási.as que a su
vcz constriñen los modos en qr¡e nos comuni€amos e int€ractuamos con
nuestro entomo. D€bido a su vasta resonanci¡ institucional, la narrativa
terapéutica se ha convertido en un esquena bási€o del yo, que organiza los
relatos acerca del yo y, más especlfi.amente, €l dis.urso autobiog fico. Es
a través de la forma tanto €omo a través del contenido que nos otorgamos
§entido a nosotros mismos en e¡ mundo. t,os esquemas culturales pueden
s€r €xtendidos o traspueslos a nuevás §ituáciones cuando surge la oportu-

69 Ss.ll, 'Th. .o¡.ep(t of <úkuÉ'l p. ,6.


rr luf[ ]ll it0 tÚLlr¡flIrt I 229

nidad. En €s€ s€ntido, una €slructura esquemálica €s viÍu¡I, esto es, puede
ser realizada en una gama de situaciones potencialmente amplias e ind.-
terminadás.'lá acción cu¡¡¡rál pone a los textos en prácti.á.h ¿P€ro €ómo
lo hace? Ls
lextos rer¡péuticos han si¿o raducidos a la prá.tica porque
desde el comienzo er¡n textos ¡¿pl¿s¿rt¿dos. Estas represcntaciones, que
comenzaron en la sala de consulta del psicoánalista, ¡ucgo s€ efendieron
considerablemente cuando se agregaron nu€vos terrenos,los más conspi-
cuos de los cuales tueron cl grupo de apoyo y €l r¿n sl¡o| televisivo.

La r€pres€niación culturál es el proceso social m.dient€ el que los acto-


¡cs dc man€¡a indiüdual o concertada, despliegán para otrcs el signi-
fic¿do de su situa.ión social. [... I Es el significado que ellos, en túto que
actores social6, dBeaían €onsciente o incons.ientemenle hacer que los
otros cre)€ra¡. Para que su despliegue s€a má! ef€ctivo, los actores deb€n
oiiecer una Épres¿ntación plausible, qu€ lleve a aquellos a quienes están
dirigidos sus acciones y süs gestos a aceptar sus motivos y sus explica-
cion€s €omo un relato razonable.¡

La nafiativa terapéutica estructura el modo del dis.urso como un género


performarivo' que ha emergido en los úllimos quince años y h3 transfor-
m¡do el medio televisivo por completo; me refiero al ¡all sloy televisivo.
El eiemplo más exitoso y más conocido de est€ g¿nero televisivo es el del
rr¡ft s¿ñ!deOpráh Winfrey, que es visro d¡ariam€ntepor rinas de:r millo-
nes d€ personas. Opr¡h Winfrey há utilizado notodament€ un estilo de
cntrevista terapéutico, y há promoüdo i¡tensamcnte un estilo te¡apéutico
de meioramiento de si. Conlo he explicado €n otro texto, su eno¡ne em-
presa cultural y económica ha dependido de su cap¡cidad para representar
¡ su yo inlerior, esto es, de su capacidad para convencer a su prlblico de lá
¡utenlicidad de su sufiimiento y de su áutosuperación. Además, su pro-

70 lcffre¡ Atmnder y hso¡ L. Mast, "lntroductionr SyDbolic action in theory


md practi.e 1 he cultúral pragmátics of syñbolic adión'l etr ,effrey C. ¡LE!de.,
Berhard Gie$n y ,arcn L. Má6t fcAs.), Socidl petk ú .e: Syñboli. acriot,
cull4t Nagnati5, atul r¡nnl, Nua. York, Cañbridge Unikrsiq. P¡ñ, -06,

z' jeÉ€y Aldúd€r, "CulluÉl p¡asmalic Scial prforma¡.. b.t¡6 ritu¿l


.nd st6I.gy; r, ci*t y M¿ts (.drl. soeial pafomn.. Stt¡tt i.
^l.x¡nd.r,ni.l tnwl,p. 3L
útion,.u|ttol ptuB'¡dtb\
' P.rfoñariE" ha sido "F.fomati6i por e¡ m v«ablo
t¿ducida coño
ré.rno "P.rfomúce" y "prrtom" ha, sido rnducidos .n
de la li¡gÚislica.
Ecñ€rál como'BpNnt¡.ió¡'y Epreertar'l IN.de¡'r.l
23O I lA l^tVÁ00ri 0rr ¡¡ ¡00trN¡

grama h¡ sido ¡¡na plataforma pafr la representa€ión de los problcmas y


las luchas de los i¡vitados comunes, que al ¡ctuar su yo utitizán la narrati.r.¡
terapéutica. He aqul un ejemplo del rnodo como el prograña relevisilo
dc Oprah Winftey les proporciona a sus invitados una narrativa te¡apéu-
tica con la que enmarcar / reprcsentar s'J ptopia a\ttocomprensión.
Sue des€a p€dir el divorcio de su marido, c¿ry cáry s€ siente angustiado
por elo y desea inlensamente volver con su espos¡. Su deseo de volver con
¡a muier de quien erá separado €s ennlarcado como un problema psico-
lógico, presentado baio €l encabeamiento ab¡rcador d€ "por qué la sent€
qüere volver con sus exi Carolyn Bushong, una psi.orerapeuta, tiere la
tunción primordial de enmarcar Ia historia de Gary como u¡ problema y
d€ proporcionar la explicación narrativa general de su condu.tá:

opR H: Hoy esá con nosotros C¡rolyri Bushong. Carolyn es psicotera-


peuta, y ha publicado un libto llarnado Loving hinl without losing ,au.
Y ella dice que por lo general el amor no es la razón por la cual la gent€
Do püede superar a sus ex. ¿Lr así?
BUsHoNc Bueno, hay muchos motivos, pero en gran medida €s por et
rechazo, Y yo creo qu€ eso es lo que €stá atrapando a cary aqut... Es lo
que él necesita... Necesitas reconquistarla para santine bicn .onrigo
mismo. IMás adelantel cary es adido a €llo. Y'ello" €s s€ntir que'soy
una mala persona I Y quizá soy una mala persona. De modo que si puedo
convenc€rla de que no soy una mala perso¡a, entonces estarán bien otra
lo malq ém es la parte, otra vez, donde quiá me sioto
vez... al reparar
culpable po¡ to que hice y quiero... qui€ro compensar por lo que le hice
a la otra persona para que la culpa se vaya.
oPR H: ¿Sienres culpa, cary?

BUsr¡oNG: Sí, por lhaber tr¿tado de controlar a Sü€].


opR^H: Y quieres decir: si me aceptaras otra vez, puedo demortrane
que no quiero, que ya no haré eso.
c^RY: Asi me sentia €n el pasado, sí.
oeR^E: Sí, está bien, que no puedes vivir con o s¡n... Vivir con o si¡

ÉusHoñc: Y eso es ser adicio... Relaciones adictivas. Háy tantás relacio,


nes en las que la gente se siente, tú sab€s: 'Qüero a esta persna, la amo,

7: 'Canl ger d€r ,our .x'l Opr¿rr wi,lt¿l s¡,op. :8 de map. dc ¡eet
tL sUfR tl¡I0 IfiU¡t¡ t I 231

Aqul menester hacer algunas observacionG. En primer lugar, un grupo


es
de personas que "añan demasiado" o 'qu€ no pueden üvir con ni sin sus
ex" son sirnültánea¡nent€ .onstituidas como pe¡sonas €nfermas y mmo
consumidores por lá profesión de la terapia, por l¡ industria editorial y
por un ran r¡o, televisivo, poniendo al de maniñesto que €l poder cul-
tural y la omnipresencia d€ la terapia está r€lacionada con el hecho de que
la cultura del consumidor h¡ sido r¡na de las p.incipal€s s€des de la terapia.
En segundo luga¡ podemos observar d€ qué manera el discurso terapéu-
tico €onstituye emociones -la culpa, m este caso- como obietos púbücos
a ser expuestos, analizádos, discutidos y, por sobre todo, representados,
esto €s, comuni.ados ftente a un público y evaluados en su autenticidad.
torna tanto más privado (centrado en
Así, al tornarse t€rapéutico, el yo se
su propia interioridad) y má! públi.o (poseedor d€ u¡' lenguaje que con-
vierte a la vida privada en al8o expü€able y srjeto a la evaluación objetiva
de los otros). f,n tercer lugar la biografia terapéutica es una mercan€ía
ide¡l en la medida en que exige muy poca inversión (o i¡cluso niDguna)i
solo exige que la persona nos permita 6piar en los rincones oscuros de su
psiquis y que esté dispuesta a contar una histo.ia. Narrar y s€r transformado
po¡ la propia narración que uno lleva a cabo son las mer€anclas que se
pmducen, que s€ procesan y que circulan a lo lar8o de ur¡a amplia s€rie de
puntos de venta mediáticos (reüstas para hombres y para mujeres, ral&
,/roÍ,s, programas d€ rádio con participación de los oyentes, etc.)¡ porque
ellas pueden generar una plusvalia casi sin precedentes. De hecho lo que
le garantiza a la narrativa terapéutica sü caráct€r performativo es su posi-
ción en el mercádo. Si Oprah Winfiey se ha coDvcrrido en una de las
mui€r€s más ricas de los Letados Unidos, eIo es asl porqu€ los rcik sr¡olys
eúgen muy poca inversión €(onómicá y porque la conversión d€ las aflic-
ciones priva¿lás en preocupaciones públicas aúae el gusto privádo mediante
la transgr€sión del límite er¡tre lo priwdo y lo públi.o. En cuarto lugar, en
estaexplicación la narrativa terapéutica ej€rce un'tiro interpretativo sr¡s-
tancial" y obvio sobre los procesos de interpretación de uno mismo.,r Lo
que alrda a una persona a r€escribir la histo¡ia de su vida es €l objerivo
teraÉuti€o de e$ histori¡.7{ Por úhimo, €sia n¡rrativá pone en prim€r
plano emo€iones negativas táles como la vergüenz,la culpa, el miedo y
la inadecuación, p€ro no activa ideas morales relacionadas con la culpa.

/r hb.rGubriM y hNes Holsr.in, "The *¡iin world of$,ngcon..nBl en


S/fl¡eli. Lf¿d.lir¿ 2],
No :, 2@o, p. ro9.
"
74 Cer8tr G€rgcn. Na rral ivc . nd the *lt ai re¡¿tionshi pi
y
232 I r¡ t¡rv^fl0t D Atlrl [0DtRill

Lá narativa terapéutica ha transformado siSnificativamente €l dis.urso


autobiográfico en la m€dida en que convierte la exposición pública del
sufiimi€nto psíquico en un elemento central del r€lato de si. Si las narra-
tivas autobiográGc¡s del siglo x¡x se caracterizában por sus argumentos
estito "de mendigo á rÍillonario I un nuevo género autobiogáfico contem-
poráneo 6dopla un caráct€r opuesto: est¡s hislorias son historias acerca
de la agonla psíquica, incluso en medio de la fama y de la riqueza, y son
acerca del aclo mismo de conlarlas. Voy a adarar meior este punto €on t¡es
ejemplos. El primero se r€laciona €on la propia Oprah Wi¡ñey, quien, en
la cúspide de su carrera, podia construir su vida de esta ¡nanera:

Antes del Libro lun libro aütobiográfico quc se suponia que ella iba a
es.ribirl, Oprah 6tába emo.ionalmente á lá deriv¡ en las aguas turbias
y sofocantes de la duda ¡especto de si misma. [...] t-o que importa €s
cómo se sentia por d€ntro, en los rincones m¡is profundos de su alma.
Y allí, ella nun.a se sentra lo suficient€ment€ bien. Todo fiuyc desde alll:
su lucha perpetua con la obesidad ("Los Ki¡os representaban el peso de
mi vida"), su adoles@ncia sexualmente acliva ("No €ra porque me gus-
tara ir por ahí teniendo sexo. Era porqt¡e u¡a vez que empezaba no que-
lá que los otros chicos se enoiaran conmigo"), su disposición para que-
dár en ridlc'¡lo por un hombre en el nombr€ del amor ('lba d€ relación
en relación, y en todas era maltratada porque s€ntía que era lo que merc-
clt'). "Sé que parece que lo tengo todo'l di€e oprah, echándol€ una
miradá a su complejo de cine y tel€visión de 2ooo metros cuadr¡dos
rnuy cerca del cent¡o de Chicago, una propiedad valuada en 20 milloncs
de dóláres. "Y la genle piens¡ que porque üna está en la televisión tiene
al mundo en un puno Pe.o yo he lüchádo con Mr propia consideració¡
deml mismadurante muchos, muchosaños.Y re€ién estoy Uegando ¡
un acuerdo razonable.ñ

La narrativa del sufrimiento psiquico reasign¡las biografias exitosas como


bio8.afias en las que el yo en si mismo nunca está lo suffcienterneñte "hecho'
y en el cual el p¡opio sufrimicnto psiquico se convierte en un áspecto
constitulivo de la propia identidad. En la nüeva autobiografia leraÉuti.a,
el éxito no es lo que hac€ qüe la historia tuncionej más bien, una historia
funciona precisamente por la posibilidad de que el yo sea o pueda ser

7t L. R¡ndolph, "Opr¡lt opens up abolt her weiBhl, h.rweddinS, aDd why sb.
wiihhcld thc bmki cn ¡iár,/, cruüre d. r99r, p. rro.
rr !llrxrx ltr0 t urf^itr 2j3

deshecho en medio del éúto mundano. para romar orro eiempto, una actriz
tan ioven y exitosa como Brooke Shietds puede escribir una autobiografia
cuyo interés reside casi exclusivamenre en su propio r€tato de su depresión
posparto.ñ El valor de táles relaros descans en €l hecho de que, €n la
üsión
del mundo terap¿utica, incluso las üdas €xitosás todavla están en proceso,
y cl a.to rñismo de coniar su historia es un aspecro de ese pro€eso €n qu€
cl yo se hace a sí mismo. De manerá similar, ta autobiograffa de
lan€ Fon;az
€s narrada @rno el desplie8Úe de un dráma emocionat y psicotógico qüe
comienra co. una infancia i¡feliz marcada por un padre liio y distante
que, en su historia, se convierre en la causa oculta pero real de §u§
rres
mat¡imonios idénricamente fracasados. Et libro de Fonda es s¿rcásticarnenre
reseñado por Maureen Dowd, columnista del N.,, yo* fil¿er, de un modo
qu€ subr¡)a la sobreutiliz¡ción de la forma rerapeutica:

fonda o&ece exhausrivas excavaciones de sus yo€s perdidos y encon


trados por un valor de seis décadas..,M i vida hasta aqui,,. no €s un titulo
Ilrico, pero captura la ¡ucha iungiana de Ja¡e
-una lucha á lo Sísifo- por
procesar su dolor y olvidar a sus demonios. Su libro €s un parloteo
psicológico acerca de J... I perder la autenticidad y s€nri¡s€ incorpórea,
y luego intentar volver a habirar su cuerpo y su ..propia coridición de
mujer y su espacio y su vagina, y su liderazgo y sus aüugas y su madre¡
de modo que pueda emerger su..yo auténtico,:s

¡:tás tres autobiografi¡s de muier6 poderosas, €ütosás yglamorosas son


narradas como relatos acerca d€ heridas del pasado, en Ios cuales Ia pro_
lagonistá s¡gue trabaiando en medio de su vida exitosa y gtamoros4 inten,
t¿ndo constantemente superar sus problemas €mo€ionales.
lá narrativa de la autoalud¡ y de ta autorrealizációñ es una na ativa
de la memoria y de la memoria det sufriñiento, pero es ,imulrán€ámente
ru»a narrativa en la que el ejercicio de Ia memoriatrae una redención
res-
pecto de ella. Un elemento central de esta narrativa es el supuesto de que
nno.'jerc¡ta su p¡opia memoriadel sufrimienio para tibe¡arse de ellá.

/ó añok. Shiel&, Do,, .¡¿¿ thc tuin: My joümer thtorsh porpdrun &pesior,
Nu€va YorI, ¡ lyperioñ ¡,rcs. 2oor,
t-7 lúe t:on¿n, My life e IarNuev¡ york, R.ndoñ HouÉ, ¡o, lrá.1. .sp:
It ¿úoriÍ¡r, M¡lrid, Temñ rl. Hon 2@5l.
' "Mi vid¿ hasr, ¡q!í" es l. lrádu.c¡ón ¡irer¿l del ¡tu¡o orisin it, ú nft e fat.
JN.dcl lil
/8 Man¡ccn Dowd, " l hr nrlcs of, tt¡linCl ., N.r yort Ir" cs Boot Rcti¿w-
4d( rbril.j.:oo5, ¡r. I L
234 t¡ lÁtva(l0tl DtL atllÁ f0Dtllla

Alred€dor de la década de r99o, estas autobiog¡afías confesionales


com€nza¡on a convertirse en un 8ér€ro bien establecido. 1¡1 .omo sugiefe
Fur€di, las "memo as de la enfennedad sc convntiero¡¡ en €l género lite-
rario más claro de la década de 1990'1" De hecho, lás memoria§ de la
eofeÍn€dad han producido eso "que la reüsta Bool«¿[er d€nomina'i,li' ltti
o'memorias de la miseria', en las que el autor D¡rra su rriunfo sobre ur
hauma personal':& Aunque Parezca mentira, e§te g¿nero Parec€ haber flo-
recido particularmente entre los privilegiados, quienes sostengG Pueden
usar la na¡¡ativa para co¡ferirse a si mismos aun nlás caPital simbólico,
de modo de demostrar que su vida es todavla una lucha contra (y un exito
sobre) una adversidad que ahora tiene un carácter psíquico Para iiustrar
el carácter distintivo d€ este género narrativo voy a citar h obs€rvacióD de
Abr¿ham Lincoln acercá de su propi¿ vida: 'Es üna locura intentar extraer
conclusiones a partir de los primeros ¿nos de mi vida. Se Pueden conden-
sar en una sola oración: Ios anales breves y sinPles de los pobres']3' La
narrativa terapéutica es radicalmente opuesta a esta mdrera de .ontar la
propia histo¡ia de vida, €n tatrto consiste precisamente en extra€r conclu-
siones a pariir de Ios primeros años de vida. En confbrmidad con el estoi'
cismo yla circunspección qlre dominaban gran pá.te dela cultura prote§-
tante, Lincoln se ¡ehusaba a adornar la pobreza y el s¡rfrimieDto con un
sig¡ificado. En contraste con ello,la narrativa reraPéutica consiste preci-
samente en adornar con el máxino de significado todas las formas de
suñimiento. tanto r€ale§ como inventadas.
Es tentador lamentarse por la omnipresencia de esta na¡raiiva. Pero
debedámos resistirnos a esta tentación. En lusar de ello, deberfamos €xpli-
car de qué manera la estructura simbó¡i€a haestado en consonanciacon
la estructura de las carencias y los deseos de los hombres y las mujeres
contemporáneos. SostenSo que la narrativa teraPéutica ha tetrido una
amplia resonancia cuhural por una setie de razones

r. La narmtiva terapéutica trata y erylica algunas emo.io¡es conlradicto'


rias: amar demasiado yno amar lo suficienter ser agrcsivo y no ser lo
suficientemente frrme. En términos d€ nrarkding, es como un ciga illo

,9 I ur¿'- 1h?ñpy .üLkE: Lulivn nLS . ul¡dLil r ñ an urt ¡,¡¿',.¡(¿. p. ¿r.


80 Brcndan o'Neill,"Misry Lii... rsd onl y ae ab¡il ¿e roo7, <nltPr/news.bbc
co.uld,/hi/ü nelmagarine/656rt2e.rm> (yisitado el tr de ju¡iode¡o7).
8, Oh*Nación de tincoln a John l- scriPPs en ¡360, cn l. L. sriPPs y M
^bi¿h¡m
L. House(.Io¿, turl¿Scñpplr360 canidisfl lif. olAbnhn Lntror,, Potia,,!,
EdMrd lacob,,93,-
EL SUtnrN tI0 It ü{f^¡tIt 235

que pudiera satisfacer a fumadores y a no tumadores, y ast también a


tumadores de diferentes rnarcas de cigarrilos. E¡ otras palabras, ta
estructura tefapéurica es un¿ estru€tufa genéri€a que carece de conte,
nido especlfico y por lo ranto es altamenre móvit y nexibl€, adáprabte
auna gran variedad de enfermedades, cap¿z de explicár ta particutari,
dad individual, pero capaz tambiér de ser compartida por otros. La
flexibilidad genérica,
a su vez, pe¡miteia co¡stirución de to que David
Held llanra "comuidades de destino']3. o comunidades organizadas en
tomo del sufriniento común, nejor ejemplificadas por el fenómeno
del grupo de apoyo.
l La narrativa terapáutica explota simulláneamente aI sujeto como un
p¡ciente y como un coÍsu¡nidor,como alguien que necesita ser mane-
jado y cuidado y como ¿lguier¡ que puede, si se lo aPda, poseer control
sobre sus acciones. En €ste respecto, tusiona dos construcciones con-
tradi.to¡¡as del )D que funcionan en ta cultura contemporánea: el yo
€omo una yÍctima (potencialo real) de Las circunsrancias sociat€s y el
yo como el único actor y autor de su propia vida.
3. La narrativaterapéutica uriliza el patrón culturát básico de la narrativa
,udeocristia¡a. f,ste pat¡ón es al misrno riempo re8resivo y progresivo:
regesivo porque rr¿ra acerca de acontecimientos del pasado que están,
por así decir, lodavia presentes y en tuncio¡amienro en tas vid¿s d€ tas
personas, y progresivo porqre la meta de I¿ narrativa es estabtecer una
r€dención desde el futuro, a s¡bea l¿ salud emocional. De esa manera,
la narrativa es una her¡amienta muy eficienre para estabtecer r¡na €oh€-
rencia y u¡a continuidad para el yo.
4. La narrativa lo h¡ce a uno responsable por ei propio bienestar pstquico,
pero eliminando toda noción d€ culpabilidad morat. pernrit€ qúe uno
¡novili.e Ias ideas y los valores .ulturales del individuatisno moral y
del meioramiento de sí. Pero al trasponer esas ideas y €sos valores a la
infancia ya las familias deficientes, tibera a la persona det peso moral
de e\tar en r¿l¡á tor vivir und vida inrtisfacloria.
5. La narrativa es pe.formativa, y en ese sentido es más que unahistori¡,
porque reorganiz¡ la experiencia €n Ia medida en que la relata. De la
mism¿rn¿nera comolosverbos perrormativos itevan a cabo la misma
acción que pronun.ian, una amplia variedad de lugares sociales, tales
omo los gnpos de apoyo o Ios ,rrÉ rr¡o r, proporcionan una plataforma

8r I )rvid He¡d,In¡rorlr.ri,n ,rt crit inl theoty: HotkheidÚ to Ha¿ffd¿j, De¡tetex


Univ¡rsity ol(l¿lii¡¡rri¡ l¡r$s, re8o, fp. r8r-r84,
236 I r¡ lArVlúÓil 0tt al,,^ Í0DrR¡r

sobre l¿ qu€ es representáda lpcione¡t) l^ ctÍxc,ón Éste es un rasgo


importante, como 1(, es Ia s(periencia del cambio llevado a cabo por
uno mismo y la construcción de esa experiencia que los sujetos moder-
nosexperiüentaD por sí mhmos como la más compet€nt€ eri el aspecto
social y en el aspecto moral. El cambio llevado a c¡bo po¡ uno mismo
es quizá la t¡ente priñcipal del valor moral contemporán€o.
6. EI discurso teraptutico es r,na eslructu¡á cuhurál contagiosa, porque
puede ser duplicada y propngáda a parientes, nietos y cónyuges. Por
ejemplo, vlctimas del trauma de seSunda y ter€era genera€ión iienen
ahora sus propios grupos de apoyo por el hecho d€ que sus abuelos
fueron vÍctimas dir€€tas del Holocausio.sr Bsto es posible porque r€cu-
rren á urE estruc¡rra simMlica que les pe.mit€ conslituir sü identidad
corno suielos enfermos que nece§itan ser curados. De esta maneü, la
narrativa terapeutica puede activar el linaje familiar y crear contiNida4
lanlo vertical como horimntal.
z Est¡ narrativa h¿ sido muyconvincente tanto para los hombres €omo
para las mujeres porque se apoya en el ideal (tradicionalmente mascu-
lino) de la confi¿nza en uno mismo a través de la puesta €n primer
p¡a¡o de la vida emocional, y porque permite el manejo de sl tanto en
lá esfe¡á pública como en la esfera privada. En e* pnnto, puede dec¡rse
qüe esta narrativa no ostenta preferencia de género.
S.Finalmenle, y quizá de manera más c¡ucial,lá narrátiva terapéutica
emerge del hecho deqüe el individuo se ha incnstado en una cultura
saturada (on la noción de der€.hos. ta doctrina psi€ológica proporcioria
el láxico y la gramáti.a para ariicular las d€mandas d€ "recono€imiento",
dernandas de que el propn, sufriniento privado dct ería ser pública-
mente reconocido y remediado. Camo ningún otro lenguaje cultural,
el lenguaje de lá psicología mercla l¡ eñocionalidad pri\ádá y las norma§
públi(as. El lenguaje de la psicología ha codificado el yo privado y lo ha
puesto a disposición para su escrutinio y su erposición pública. Fste
me.anisño pued€ transformar el suñimiento en condición de victima,
y la condic¡ón de victima en una identidad. La narrativa terapéutica nos
llama a mejorar nuestras vidas, pero sólo puede hac€rlo haciendo que
preslemos átención a nuestras deficicncias, nuestro suFimiento y nues-
tr¡s disfuncion€s. Al convelir este sufr¡miento en un¡ forma de discurso
públi€o, en €l qll€ uno d€be exponerle a otros las heridás que olms l€

al Kidrcú, Amcha's r.ond sercr¿rion Holft¿ust survirm: A Éu6ivc jouñcy


inkr thc pasl to conrru(l wourrded.askB ofDo¡ory:
tr Suffixtfit0 f7't¡t¡itff | 237

¡¡Rigieron al yo, uno se convierr€ ipsora.,o en u¡a vtctim. pública,


algui€n cuyo daño psiqüico señalalas heridas det pasado perpetradás
por otros,, cr¡ya .ond¡ción de victima es adquirida en et acto mismo
de co¡tarles a los otros las p¡opias heridas en prtblico. At tornarse público,
este dis.urso no sólo pe¡mite que et suieto obrenga una reparación
simbólica (baio la forma de un r€conocimiento) sino que también lo
obliga a cambiar y a meiorar esa condición. D€ €sa manera. esre discurso
inaugura u¡ modelo de la personatidad y Ia responsabitidad: hace que
uno sea responsable del propio tuturo pero no de su propio pasado.
Promueve un yo que es pasivo
-n la medida en que es definido por l¡s
h€ridas infligid¡s por otroF p€ro al qu€ s€ te ordena romarse muy activo,
.n l¡ medid¿ en qu€ se lo convoca á que cambie. Le catx una enorme
responsabilidad en su propi¿ transformación, pero ningLrna r€sponra-
bilidad moral por sus defi.iencias. Esle modelo dividido marca, creo,
r¡na nueva forma cultural de lá pesonalidad.

Mi últina sugerencia contradice en gran medida la afirmación de rñuchos


esludiosos de que el credo estadounidense det éxito ylá confianza en uno
m ismo está siendo erosionado por ta altoabsorción terápéurica. Christina
HoffSommers y Sally Satel, en paricutaa hán afirmado €nfáticamenle que
el"terapismo" corroe una a.tirud estoic. y un sentido de ta responsabilidad
resp€cto de uno mismo.¡¡ Como he sugerido, e.ra afirmación 6 erónea y
no reconoce que la cultüra terapéut¡ca h¡ producido un importánte avance
en el espíritu de la confianza en uno mismoi aun cuando conttevá una pos_
tura de üctimización y exoneración resp€cto det pas¿dq irhpone una res-
ponsabilidad vo¡untarisra respecto del tuturo.

UNA N^RT^TIV^ EN
^CC¡óN

Las tipiffcaciones o esquemas cogn¡rivos d€be¡ían ser üsios como


insr¡ru_
ciones'depositadas"en estructuras mentales. De ñanera similar € inversa,
¡¡scstructr¡r¡s m€ntaless€ñalD a lasinstiruciones delascualesemana¡.s
'l¡l como sugiere Terry Eagleton, "una ideologla exitosa debe trabaiar tanto

3i Chrisrin¡ Hof Som,¡cB y S s¡tct. ohe natian uidr thúapl: Hot tha het?inS
n¡t@ b ¿totli,a r[ ^tty
relianr.Nücv¡ yor¡q s¿inr-Ma.rin.s pes§ 1tur_
¡rr l'.ul DiM¡8Bio, (¡'lture and.ogúnion: o ¡,,¿¿,{.riryolso.tol,s/, N. rr,
238 I lA \AtlA(lrlx 0tL aIl4a r{0Dte[¡

e,r un nivei práctico como en un nivet leórico, y dcbe descut'rir algun¿


manerá de rel¿cionar estos riveles. Dcbe exteDderse desdc un elaborado
sistema de pensamienb ¡ l¿ minDcia de 1¿ vida cotidiana, del tratado
académico al grito en la calle':*" Dc hecho,los sistemas ideológicos son
parti€ularmente propensos a estar "o.ieotados a l¡ ¿.ción: esto es a ligar
§us propuestas y nis cfeencias ¡ lr¡vés deün¡ serie de práctic¡syde com-
portamientos. Sólo dentro del coniexto dc u» m¡rco práctico Puede un
discurso teórico ser integrado a las concep.ioíes corricnles del vo En
otr¡s palabras, para circular la culturi debe corporizarse en Prícticas socia
les. Para ser operativas,las ideás (ültural.s necesiian crisl¡liTarse €n to'no
de objetos, ril uales de inleracción y represcntaciones sociales' Los grupos
de apoyo han servido como uno de los PrinciPalcs vehictrlos culturales
par¿ la lr¿duc.ión de la estructu ra textual e institucional dc la teraPia en
una rcpresentáción cultur¿I. E¡r este sentido.la cmergencia de grupos de
apoyo deberinser entendida como la orra cara de la moneda del lengu¿ie
terapéutico institu.ionaliz¿do. La estructura teraPéutica existe cn el de'so
interjuego de una.ultura textual y de represent¿ciones sociale§, princi-
pa¡me¡te a través dt grupos de ¿poyo.
Los grupos de apoyo son muydiversosetr orientación ven método' Sus
temas y sus nétodos van desde 8rupos de nedilación h¿§ta grupos de
terapia primal, grupos de capa.itación e¡ reafir,nación persotral,Alcohó
licos Anórimos, srupos para sobrcvivientes de abuso scxudl, violacioDes,
traumas o genocidios, ygrupos Para pereo¡¿s solteras, par¡ Personas que
comen de manera compulsiva y para Personas con anorexia. De hecho,
hayunalariedad tal degruPos de ¡Poyo que si qüisiéramos detinirlospor
su.ontcnido la noción misma de grupo de apoyo se disolvería Quepueda
haber t¿l variedad de temas en toüo dc los cualcs se organizan l''s gruPos
de apoyo sugiere que h¿y un¡ erruciura cultural en común nrás Prolund¡'
Mientr¡s que se ha escriio mucho a.erca de los grnpo§ de ¡Poyo, muy
pocos autores h¿nadvertido el simplehecho de que dichosgruPos activan
y represent¿n lá eskuclura dc las narr¡tivas teraPéul;ca§- EL esqueDa dc
la narrativi terapéutica hace posibleponeren intri8a ¡I vo de modos que
.onvierteD ¡ la n¡rr¿ciór del yo en unn rePresentación pública'
Los grupos de apoyo sc caracteriran Por convertir las histori¡s privad¿s
en actos cofluiricatiyos Públicos.ti El ,nec¡nismo que p.rmite l¿ iraducció¡
de lo privado en público es teraP¿uri.o: cs elcódigo narrativo terapéutico

s6 l.agldo¡, ,¡Lold!/i nrnrdr.,¡o,, ¡ 43.


^,
s7 Robert lvuthtrou Sl¡drirg rh. it\ú el: Srf?o ltt tPs¡ ¿Ann úi: r(wlrtt¡ hú
.¡,",r¡ii,, Nucvd YoLk, lic. Prc$ ree4.
tL SLlrPt t ll0 1UÚNt¡ It I 239

que dicta de qué manera las historias privadas pueden ser compartidas, la
lnotiva.iónpara cortarlas en público y cuáles el modo en que el público
deberia interpretarl¿s. Si vemos al grupo de apoyo como un marco cultu
ral en el qücuro represenra / ¿dquicre unaider¡tidad úarrativa, ento¡€cs
resulta obvio que el grupo de apoyo es una forma cultural en el sentido
que Simmel ie da al concepto, esto es, el de la forma cuhurat como una
maoera de organizar la experiencia social,de negociarla distancia entre el
linites eDtre el yo privado y el yo pírblico.
yo y los otros y ¿le tr¡zar los
Lo que hace dc la autoesrina, del alcohol o del hecho de ser un sobrryi
viente del Holocauslo de tcrcera gcneració¡ problemas á ser e¡puefos,
narrados y comparlidos e¡r cl conte\to de ün grupo de apoyo es el interiuego
estrecho cnrre rres calegorias de narrativas: una ,¡arrd,ild tenpAii.a gen&ica,
que concibe al yo conro una entidad necesitada de desan olio y/o de repara-
ción, y que emplaza a1 yo a volver a moldear el presente a trarés del ejercicio
delamemoriar una ¡¿rra¡iy¡ re,¡á.i.a, compartida por todos los miembros
del srupo de apo\o (la obesidad, cl alcohol, ci divorcio,la ansiedad social,
etc.),qüeconstiluye el Écniro y l¿ experiencia presumibleme¡te compartida
por todos losmicmbros dc u¡ g.upo de af.oto; y finalrnente u1a twnri%
persoial y petsoflal¡zada para cada miembro. Los grupos de npoyo estmclü-
ran los encuenhos y la narració¡ de lashistorias a través de estas tres cate-
gorías de nar¡ativa. lncl$o ¡ne a¡riesgaria ¡ decir que la narrativa terapéu
ti@ püdo propagar* a lo )¡rgo de l¿ socied¡d coDo una serie de técnicas
para presentü y represent¿r el yo porque combnraba una narr¿tiva te¡aÉu
ticn estandarizada -aplicable á hombrcs y mujcrcs, a jóvcnes y a adultos, a
personas "normalmente neuróticas" y a personas patológic¿mente disfun'
.ionales con una narrativa muy ¡rdividualizadaypersonalizada,adaptada
¿ las circunst¡nciar de la yida de Ia persona que la utilizaba.
Mientras que muchos Srupos de apoyo han permanecido t'uerá del án
bito del mcrcado y se han dcsárro[ádo en los i¡tersticios de la sociedad
civil, la forma del grupo dc ¡poyo seha tornado cada vez ás mer.artili-
zada. Me g staría c.cntrarmc aqui en una prácticá que contiene afinidades
con cl srupo de apoyo sin scr equivalente a éli nrc refiero al tallercon fines
de lucro que dura desde ünaspocas horas hastavarios dias. Estos talleres
son generalmente co.ducidos por personas que, al igual que los coordi
nadores de los grupos de apoyo, afinnan haberee beneficiado de las técni
c¡s que o6ecen. Tienen un carácter co erci¿l más clannente definido, e
ilustran bie¡ la inserción de la lerapiaen elmercado ysu mercantiliración.
Mienlras que los grupos de apoyo emanan de la sociedad civil, estos tale-
rcs inte¡tan co¡nercializarl¡ narrativa terapéutica y envasarla en una fór-
mul¿ esrandarizidi, brcvc y reciclable.
24O I r^ l^rrA{rÓ[ 0r! tL¡r fi00¿¡¡^

En 1998, participé en uno d€ los tall€res Iorun1 de tresdíasde duración


brindados por la Landm¿rkEducation Corporation (LEc). El€gl este taI€r
en particular porquc es la formr culiural terapéutica más €xilosa -no
sólo eüla ñedida en que"exporta"€squemasculturales psicológicos glc-
bales en empl¡z¡mientosespecificos,sino que tambi¿n los presuponFy
porqüe ha lenido la reputación d. ejcrcer un impacto significa¡iyo sobre
sl¡s particiPantes.
EI Iorum es un retono y un d€sarrollo de est, fundado por wern€r
Erhard, un ex vend€dor de autos que tuvo una'rcvelación" a la que trans-
formó en talleres de "empoderamienro': Con no poca altan€ria,la página
de l¡teíiet que pres€nta a Erhard afirma que

W€mer Erhard, ¡ma tue¿a pará cl cámbio, § convirtió en un icono cul-


tural y mold€ó la conciencia humana en la segunda mitad del siglo xx. En
r9zr, Erhard introdujo la r€\olucionaía noción de "tmnsformación'entre
el público estadounidense, u¡¡a noción que redefinió el modo como la
gente vela sus üdas y sigue siendo vista como u¡a fuente podero$, prác-
tica y rclevante en la sociedád cont€rDporárea- l¡ transformación, segrir
Erhard, crea una clm dislinció, entre el cmbio de un modelo existe¡te
(no impora cu.in §gnificarivo) y la .reáción de u' ¡nodclo completamqr-
te nuevo. Este pensamiento generó la idea de que los s€r€s humanos podian
transformar sus vidas €¡ un periodo breve de tiempo, produciendo resul-
tados poderosos y de larga duración.
Erhard desarolló un "r¡ia& rark' para sus avanzados programas,
creados para mdimizár la efeclividad personal y organizacional, la
comunica.ión y lá capacid¡d para comunicrse con ot.os. Los resulta-
dos tueron extraordinarios. Al dia d€ hof l¿ gente afirma que ha r€.ibido
beneficios norables y sustenrables .n sus vidas diarias y profesionales
(en sus tamilias, sus carrera§, sus organizaciones y sus comunidades).
Millones de personas se han visto influidas por la obra de Erhard a
través de la participación directa o elcambio cultural que tuvieron lugar
€oando muchos lideres s€ dcsarrollaron a parti¡ del pcnsamieDto de
Erhard y lo aplicaron. Una industr¡a personal mil veces millonaria y en
crec¡miento sigue recurriendo a los conceptos ori8inales de Erhard y
expandiéndolos.$

" si8la que o(spoñde a"Erh&d scnindr T¡aini¡8] lN. delT.l


33 "Werner lirhárd: Innüercd 2oo1, <\m,wenEerhard.com/
w(rerc¡lüdiruucnc.hlm> (visitldo cl ¡6 dc m¡'a dc zoor).
{L 5trf ¡t,t¡t¡I0 t¡tutf | 241
^iII
Hay aquí algunos elenrentos inte¡esanres. Iálcoúosu sucesor, €l Frorum,
cslfire una nescolanza de docr.inás e ideas: religiosas (el zen yla ciento-
loglá), §losóticas (nrás notablemenre el existencia¡ismo de HeideSger) y
psicologicas (háciéndose eco, m:ís conspicuámcnte, de Mstow y d€ Rogers).
El taller no es, eslrichmente hablando, psicológico, pero ha utitizado
muchos de los leoras y las té€tricas característicos de la docr¡ina t€rapéu-
ti(ay, más €specíficamcntc,d€ Ia psicoloSía huinanífica. por eiemplo, un
curso avanzado ll¡mado el "Curso de la sabidurta"es descrito coño

una investigac¡ón de ocho meses de duráción que k¡nsforma nuestras


conversaciones colidianas y Dueslros modos de relacionarnos con tos
otros; lo que era un modo de *r tundamen¡atmente infantil, heredado
de nuestro pasado, se traostorm¿ en un modo de ser fundamentalmente

adulto, que utiliza plenam€nre nuestras m€jores aptitudes.

Es dignodcncnción clhecho de que Erhard no sea un psicólogo sino un


trabaiador de cuello t ¡¡¡co, conrún, no profesionat. t¡ que s€ convertirlá
más tarde e¡ on taller internacional de¡ cambio tlevado a cabo por uno
mismo pudo originarsc cn un miembro común de la clas€ media eíadou-
nidene porque el ¡cnguáj.'y la narariva terapeuricas eslaban tan profun-
damente afianzados €n la cultura estadounidense que un psicólogo no
profesional podía utilizár sus categorias básicas y mezctartas con et€mentos
tomados delmovimicnto New Age, paraofrecer unmárco para €l cambio
llevado a cabo por uno mismo. flsegundo elemento digno de mención eD
l¿ creac¡ón del Forum es que representó un intento sin precedentes de
me¡@tiliz-ar la narrariv¡ terapéutica, en
¡a m€dida en que podía convedirs€
ahorá en un obieto de coosumo de cincuenta o sernta horas. D¿ hecho, la
págin¡ de Internct de trhard ca¡cula quec€rca dr r milón de personas en
todo el mündoasisiicron a la capacitación esr anrcs de que los srm inarios
fueran suspendidos cn 199r para s€r reempl¡?¡dos por rEc. LEctien€ unos
ingresos brutos de to millones de dólares y ha atraido a varios cieDtos de
miles depaJticipártcs en todo el mundo. Su sede central está en San Fran-
cisco y tiene 42 oficinrs en once pais€s, ,o que sugie¡e que se trata de una
empr€sá global.
taler tunciona como üna companí¡ globa¡, tanto en el s€ntido de que
El
su c§!.uctura eslá pensada para propagarsc a lo largo del mundo como en
.l sentido de quc oLe€e una forma cultural homogénea que circula por
bdo el mundo. En Ia cúspidc de lá empresa háy un cuerpo de cincuenta
lideres de diferenlcs paise!, que fueron capacitados en Ios Esrados Unidos
y son los Í¡tricos utorizados para coordin¡r et tatler de.ive¡ superior.
242 I LA 5ÁtvA(lÓl! 0tt Arlia l¡00t ir\

Llevan a cabo programas en más de cieo lugares de los Estados Unidos,


Canadá, Medio oriente, Australia, Europa, Asia y la Indi¡. Lo que permite
que la empresa funcione como uDa fonu cultural slobai es su urilización
simultánea de la espiritualidad de Extremo Orienre y de los esquemas
terapéuticos,¡, los que se han converlido en ca.acteristic¡s .uliuraies per-
manentes de lás cultüras occidentales bajo la forma delmovimieDto New
Age. Reneiando un aspecto importante dei movimiento NewAge, ei talter
fusiona de manera fluida la espiritualidad New Age con téc¡icas psicoló-
gicas del autoconocimiento y el análisis. Pero elrasgo más interesante de
LEc es su estru€tura económica dual: uDá estructura comercial corporizada
en talleresvariados coordinados sóloporlideres autorizados,yunaestruc
tuia voluntaria, esto es, uDa serie decncuenlros que tienen lugar luego del
táller principal, en los que los participantes ensalan las lecciones aprendi-
das dürante los t¿lleres con la ayuda de un grupo de voluntarios, cuya
tunción principal es mantener a aquéllos deDtro de la órbita ct tural del
Forum y motivarlos para que concu¡ran a los talleres más alanzados. Esas
sesiones posteriores ¡l taller son coordinadas por antiguos asistentes al
forum, quieoes,luego de recibir una capacilación formal, conducen las
sesiones voiuntarias con los asistentcs al lorum. Los talleres voluntarios ¡
son un agiegado importanle a los ialleres con fines de lucro, porque haceu
de Ia iransform¿ció¡ de uno n:ismo un proceso continuo y que va creciendo,
traducierdo así cada escalón "más alto" hacia la transfornación de uno
mismo e¡r un nuevo desembolso económico. rÉc combina una versión
alt¡mente mer.antilizada de la narrativ¿ terap¿utica con el trabaio jnformal
I
y voluntario de personas que pueden influir sobre otras a través de su
desinterés, el slrfiimiento pasado y la €apacidad para reestructu¡ar su yo.
I
En concordáncia con la narrativa de la autorrealizaci{in y el extendido
ideal terapéutico de la comunicación, el sitio de lnte¡nct de rEC dcfine
que el propósito de su ¡a,ler es brindar a sus paricipantes un "aumento
de su capacidad para comuni.arse y relacionarse con los otros y para
tograr lo que es importante para ellos en sus propi¿s vidai: El líder del
taler del Forum al quc con.irrri dcfinió quc la meta principal del talle¡
era el empoderamiento y la ¿utotransfornración, colocando así firmemente
al talleren el género dela autoaluda.Además,eltalleralegaenérgicamente
quecolabora con la autorrealización, paralo cualutiliza por lo menos dos
terminologias: una, ¿erivada del ámbito de la cspiritualidad y del pensa

39 Au¡.uando la emprcs¿ d.sunsa cn Bmn m€drd¿ en técniq§1er¡p¿ulicd§, r


dcs.ribc a sí múDra como 'cdu.ativa"p a ño er
suieh alsistem¡ d¿
areditación y control de los psicóló8or.
5UIR ¡| t tT0 rRluflI¡,lrt I 243

mienk, New Asc (.eñriéndose, por ejemplo, al budismo zen) y la otra


deriv¿d¡ de la terminologia"científica"de la psicología. De todas maneras,
et nírcleo ccntral de su progran¡a está dedic¡do al modelo culiurat de la
comunicación aD¿tiz¿do en los cdpítulos ¿nleriores. Sus prog¡amas son
descritos como"dedi.ados ¡ l¿ generación de una comunicáción extraor
dinaria, na escDcha podcrosa y una conversacióD conlprometid¡ que
resulte en la expresión de uno nrismo yen Ia realización'l"
Los grupos de apoyo emergen a partir de 1os trastorÍos y las crisis en
cl cürso dc li vida. Es fácil verde qué nanerael divorcao,la violación o el
rbuso sexualpuedeD proporcionar taÍto lasmotivaciones para la partici
p¡ción eD un grüpo de apoyo cono sü crudo material temático, pues las
experiencias qur reve¡an una brecha e¡tre el yo y la sociedad y entre lo
ideal ylo real son iquellis quc más Decesitan ser n¿rr¡tivizadas.'' En esta
perspectiva, el objcto priDcipal de los grupos de apoyo es volver a n¿rrar
el yo y gcncrar un sent ido para los aconi.cimi€ntos que producen trastor-
ros vitales. Un estudio de ur grupo 8rande de concientizáción coofirma
que es nrás probáble que los parlicip¿ntes (olos posibles participaDtes) en
estos prograDras se vean rnficntados a crisisvitales.

Se llcvó a cnbo un estudio pára ev¡]u¿r l¿s caracterílicas psicoiógic¿s


deindividuosque seh¡l,iatr inlolucrado en grandes grupos de progra
mas de concientizacn n- Los posibles participantcs delForum,que tue
clasificado como ú programa de concicntización, fueron comparados
con otros pares no particip¿rltcrs y .on muestras de referencia disponibles
¡cerca de medidas de L,ienestar, aconteci¡nientos vitales negativos, apoyo
$ci¿l y orientación filosófi€a. I-os resultados revelaron que los partici-
p¿nlesestab¡n sigoificativameDte más ¿ngtrstiados quc sus pares y que
las nruestras de ref¡ren.i¡ de residertes dc la comunidad,y que te¡ian
un iNpacto lnásalio deacont.cimicnlos vitalesncgativosque lar mues
tr.rs de p¡res (pero no quc las muestrasde referenci¡)."

Aun cu¡ndo cste lallcr contenga a person¿s cuy¡s vidas han sido trastor-
D¡d¡s,la csructura narrativaque pone ¿ su servicio es ¿.tivada €scn.ial-

Rotr.rl ]¡¡ld Crrroll, Lá¡dmarr rorum l troo5, <http://skepdi..con/landóarh.


hr¡¡l> llisn¡do d,ó dc nD¿o de troo7).
Kol,l¿r l{i.ssnDn, N,, ,rrn" ¡ nr,rJ-
Y.(h,¡¡ l, Ch¡ .tcrnii.§olp tidFnls in ! l¡rgc8tuup iw¿rcnss t¡aining'l
d\ ldn al rl t r^ lt i4 rú¡ t li,,ir¡l lLrrr,/¿ll r8, N' r, ¡99o, pp. e¡os, .it¿do
244 tA \¡tVA00il 0tt Át11a t¡00tÍl¡

menteporun idealde auto rrealización a la mancrade Rogers. El iíder del


Iorum abre así el taller a§rnrando qüe "eslamos comprometidos con ser
extrao¡din¿rios. [...] Ijl l-oru ¡barc¿ tod¡sl¿s áreas d€ tu vid¡. Nos ocu-
paremos de ello. Tú simplcnente inténtalol
Para alcánzar esta.ondició¡ extr¿ordin¡riá, €t líder llam¿ a los parti-
cipantes a identificar una distunción, una tuente de qüejas. De hecho,la
primera manera deponcr en intrigaalyo ofrecidapor eltalleres centrárs€
en aquello que el Iorum llanu unj¿leo'l o una queja recurrente. El Pri.
rner paso en posde una .econstrucción ¡¿rrativadelyo consiste en"mirar
ha€ia arrás, hacia el pasado, en busca dcl origen de esa queja". Siguiendo
Ia lógica terapéulica, la narrativá del Forum se pone e¡ movimi€n.o
€uando elsuieto se centra en no aspecto distuncional de su Propiavida,
que se despliega a través de Ia creac¡ón de un sistema de analogias ertre
diferentes aspectos recurrentes de esa vida. Par¡ molilizar al yo (ypor lo
tanto .onvertirto enel origen de la puestaenintriga y del cambio llevádo
a cabo por uno mismo), se afirma que esta qrreja contiene un benefl€io
o€ulto para el sujeto. Tal como Io sugiere u¡ folieto que describe el Pro-

en el ses¡nento ,aleos ¿naiizamos la idea de nn ialeo como un modo


improdüctivo de ser o de actuar, que incluye una quej¡ acerca de algo que
no deberla furciona¡ como tunciona. A menudo no advertimos que
mieÍtrás qüe nucstras quejas pare.enest^rjustificadas,e inclüso ser leeí-
tim¡s, hay una cierta re«,mpensa, álguna ventaja o bene6.io que recibi-
mosy que retuerza ese ciclo de comportamiento. Al mismoticmpo,esta
manera de ser tiene importantes cofo§, ya sea en nuestra vitalidad, nues-
tra afinidad, la maoera en qu. nos expresamos a nosotros mismos o
nuestro sentido de realización.

lste paso, que ofrece una explicac;ón pa.a el propio descontento, casi
simultáneamcnte es acompañado por la afirma.ión de que dich¿ qüeja
sirve ¿ propósitos ocultosytiene beneficios ocultosi el supuesto del bene'
ficio oculto y secundario del sufrimicnro hace posibl
alindividuoamcaNbio.
El lider les los participanies que piensen intensamente en P€rso
pide a
nas con las quetienen una reláción dificil,ya sean compañeros de hbajo,
jefes o párientcs cerca¡os. Una vez más, aqui la puest¿ en inrriga del )o es
activada por el ¿nfasis puesto en una distunción. Además,es probabie que
el ideal mismo de autorrealización o de una "condición extraordinada"
genere una sensá.i(iD de (risis perperua.
tL 5UrRt {I0 Tt UrifAltIt 245

Durante el taler en el que participé, distintas perso¡as se pusieron de


pie frente a un público dc unos pocos cientos de person¿s y contaron las
quejas que les hablan sido solicitadas. Una nuier afirmó que no habfa
hablado con su padre durante veios anos. Un hombre a6rmó que siempre
habia querido ser músico pero que nunca hnbía podido cump]n su sueño.
Declaró que ahora est¿ba listo pará hacerto. otro hombre declaró que
ahora compr€ndía que siempre estaba huyendo de su casa y evitando sus
responsabilidades, yque ahora estaba listo para aliont¡rlas. Otra mujer,
cuyos padres se habián divorciado cuando ella era una niña, afirmó que
ahora, veiñte anos más iarde, co'nprendia que había estado €onsumida
por un enojo no explicitado contra su padre, que se había ido dc Ia casa.
Para dar un último eiemplo,una mujer de a2 años €uyo hermano habÍa
muerto cuando ella tenia r¿ sugirió qüe ahora entendía que €l gratr pro-
btema de su vida había sido ¡o háber lorado ad€cuadáment€ a su he¡mano
¡nuerto. Como resultado de ello, se habla convertido en una mujer pasiva,
ansiosae incapaz de h¿cerse cargo de su üda.
El taller trabaia sobre dos categorias de problernas. La primer¿ está
relacionáda.on la posición r€lativa del yo frente a los demás: problemas
tales como la autoestima,la reafirmación personál, nn complejo de infe-
¡ioridad o de superioridad, o ta insesuridad. La segunda categoriase rela-
ciona con laviabilidadyladurabilidad de las relaciones con geDtecerca¡¡
)i ta dificultad del yo pa.a in$esara t¡les rclacione§.
Por ejemplo, Daniel. que pa¡ticipó en eltallen cuentala siguiente his-

Una de mis maneras automáticas de ser surgió de un in ide¡tecuando


tenia 11 años, y cuando tui forzado á adñitirles públicamente a mis
amigos que yo era demasiado timido cofl1o para besar a una chica que
vivía al otro lado de la cn e. Me sentí humillado, y concluí que nunca
podría relacionarmesocialmcnte o servaliente con laschicas. De modo
que decidi recre¿¡ mi yo como una personaestudiosa, seria, trabajadora
y responsable, como una manera de compensar todo cllo. P¿rte de esto
era que yo tenía que hacerlas cosas por mi mismo. Sc convirtió en una
fóúnula ganadora. Todavía lo es, pero desde quc ahora puedo distinguirla
y verla, no iiene que gobe¡narme niás. Tcngo Ia libert¿d de elegir mi
camino y de crear cosas que el modo de ser automático anterior me
habria prohibido poi estar fuera de los límit€s o por ser .temasiado
¡menaz¿doras- Me veo como una persona menos rígida, y más capaz
dr disfruta¡ dcl hecho de integrar a personas cada vez n1ás distinlas a
rri ( rr.ulo so(¡Il..r nri ,,{nurrrdad y a mi trrbajo.
246 I LA 5¡ t!Ar ld¡ D tL A LIIA ll0Dtt N Á

La i¡significancia de cste incidente la a¿misión pfibli.a de que el hombre


e.a demasiado tímidocomo parabesar a ura chica- ilustra de qué manera

las disli¡¡ciones que forman la base de las narrativas del yo s€ ¡elacionan


con el modo en que el yo es evaluado. De hecho, nuch¿s de las enferme-
dades del yo conciernen a cuán grande o cuán pequeno se sient€ uno €n
relaciór¡ cotr otros.,r Vemos en esta historia la narrativa tenPéutica en
tuncionamiento. La persona identifica una condücta -+l trabaio duro,la
seriedad o Ia capacidad para el estudio- como"patoló8ic/ al identificar
ün incidente responsabte de haberlá caus¿do y cent.ándose en l¡s con-
ductas o en los sentimientos que el incid€nte presumiblemente pudo haber
descartado. En conformidad con Ia nueva estructura narrativa provista
por el torum, este hombre también inienta ideÍtificar los beneficios deri
vados desuconducta. Un¿ vez que el 'jaleo" es id.ntificado y que la Pro'
pia historia de vida de uno es enmarcada apropiadamente y en concor-
da¡cia con euo, el siguiente paso es ejecut¿r un a€to que senálará un
quiebre dramático respecto de patrones anteriores y qüe Puede ser inter-
pretado como señal dc que la propia historia de üda está en un Proceso
de .ambio. Ero se c.orresponde con la dramaturgiá tal como Ia ha de6nido
VictorTurÍer:"La fase dramatúrgi€a comienzá cuando surgen crisis en el
flujo diario interacción social':'a Estas hislorias públicas son formas
de Ia
de metalenguaje qu€ tratan con crisis colidianas y que no son amotf¿s ni
tienen un ñnal abierto, pero si lna estructura diacrónica, fases id€niifica-
bles y aislables y un fin¡I, todas consideradas por'lüner como caracteris-
ticas de las ¡epre.€ntaciones. En estos grupos, hombres y mujeres se toroan
refl*ivosy se "revelari ante sí mismos, así como ante otros. Estas narra_
ciones welven a contar la propia vida media¡te una visión del presente
como algo problemático, mediante una loc¿lización en el p¡sado de ürt
hecho directanente relacio¡ado con Él que explica la complicación actual,
y haciendo de l¡ autocomprensión €mocional el moto¡ del cambio ll€vado

a cabo poruno mismo.En conformidadcon el espíritü teraPéutico, estas


historias del cambio llev¡do a cabo por uno misño srlbrayan l¿ autocom-
prensión ylacapa€idad dellevar ¿ cabo elecciones de manera flexible.
Et grupo actúa no solo cono el lugar para una narración verbat, sino
también como testigo del cambio imediato exigido por el lideL Luego de

93 Véase Al¡in Ehrcnberg,,i¡d¡,¡d i,¡..ñdii,, P{,s, I I d.heitc, .ol€cc ió n Pluriel,

pri.¿r.ópi.dr BucnosAires, Nuer¡Visión, 19941.


e4 victo¡ Tumer, Tbe anthropoloBy of pe¡fo¡n¿nc.: cn T¡. ar,lroroldSl
ofusrrrr,r,¡.r, Nueva York, p I Publi.ations. re36, p. 76.
tL \!t ft tI0 r¡ uufa¡tft 247

que se ha identificado un "jalm': se le pide a cada participmte que escriba


una carta y/o realice ma llamada a alsuien con quien ro há hablado por
un liempo y que le pida perdon o que mantenga una conrersd(¡ón impor
tante y reveladora. La convers¡ción es un acontecimiento puramente per-
formativo, pues ll€varla a cabo junto con alguien con quien uno tiene una
relación diffcil ya es producir un cambio (que puede entonces ser atribuido
a los efectos poderosos del taller del Forum). Se le pide entonces al partici-
pa¡te que le cuente al grupo de qué man€ra la conversación produjo en él
un cambio, convirtiendo así el acontecimiento en una representación dra-
matúrgica que ádquiere ün poder emocional todavía mayor cuando es
ratificada por el grupo.
Da¡emos üora un ejemplo de üna historia ideal d€l Forum, qu€ fue
narrada por u antiguo asistente al primer r¿ller, y que se co,rsideraba qu€
podia conyencer y losrar reclutar a los recién llegados:

Mi historia es simple. El Iorun ne devolvió l¡ vida. Crcci en una fami


liacon un padre quesolía peseme y seguí adelanre llevando una gran
carsa sobre mis hombros. l¡ que el Forum me hizo ver fue que Io tenia
niedo de ll] gente y solía juzgarla, que ¡o podia acercarme a la gente y
que elegia ser unavictima, una persona queh¡ sido l,sti¡nada y victi-
mizada. El mayor regalo que recibí en mi vida tue .uando vine al Forum
y completé el t¿ller. Entonces fui a hablar con mi padre y le diie: "Papi
te amo. No importa lo quepasó'l En ese momento no habia visto a mi
padre durante ¿lgünos años, porque mis padres se habian divorciado.
Pero entonces le hablé como si nada hubiera pasado. Me senté con él en
mi casa. tomamos €afé y recuperé mi vida. Hoy mi padre tiene cáncer
y mi nadre 10 apoy¿ mucho, todos lo apoyamos mucho, y sin el Iorum
apcnas podria imaginar cómo seria posible algo asi. P¡obablemente
habria ido ha€ia él con tod¿ la €arga de mi pasado, toda la carga de los
años en que me maltrató. El hecbo de que pueda perdonarlo me co¡
vierte en un¿ persona más libre. El pasado ya no püede dictdse a sí
mismo como resla parami vida.

Al¡nalizar aVictor Turnen ]ames Clifford sostie¡eque las representacio-


ncs socialesa€túa¡ rel¿tos de h istorias poderosas "que lebrindan al pro-
rcso social una retórica, uD modo de empleo y u¡ significado':,' En ta

!5,aDres Cliftord,"On c¡¡¡iosrophi. ill.so¡y'; en leírq¡Alexarderysleven


Scidnun (eds.), ?1,.,¡h ú l r¡¿,,7 r,n¡Li Nucv¡ York, Róur¡rd8e,róor, p.53.
248 I rA 5AtVA(l0lr DtL ¡lt^ ü¡)D llA

historia recién citada, asícomo cn toda ladoctrina terapéuti.¡,ll rctórica,


el modo de empleo y l(,s signifi€ados son provkros principalmentr por
la rarrativa y la rcprescntución terapiutic s dcl .ambio Uevndo .r cabo

Dur¿nrc losdi,llnlos inrr¡ rJIo\ di.lrJllür.I¡hle,,,n \dr io, p¡rrit !pJnre\


(cino) accrca de s¡ les había sust¿do el Fbrunr y p(,¡ qu('. Ibdos cllos se
mostraron enlusiaslas.Cuandoles pcdi dc m¡nera inform¡l q . nredije'
r¡n por quéles habín gustado,lás cuatro mujcre'yel hombrc cohcidieron
cn la idea de que 'tú est¿is.r c¡rSo"yque lú pLrcdes cambiar tu vida''cran,
por lejos,los motivos más atractivos-
Elr:anbio llevado. caho poruno misDr) rs rsila piedr¡ b¡sfll dcl sraD
edifi€io cultrral rernpéutico, y puedc lencr [¡B¡rsólo s;las cnfcn¡cdades
y elsuftimiento son primcro deinidos, etiqü.trdos y.atcSorirado§. La
estruclura narrativ¡ dual genera a su ver el muÍdo moraldu¡lde los
hombres y las mujercs coniemporáneos, un m(ndo cn el cual sc celebra
i¡nto a las üctinas" como a los 'sobrevivicn lcs l La estructrrr r rra¡iv¡
dual de lacondición devíctimayde Ia supervivcnciáestambiéD u»d cslruc
lura moral que dol¡ a Ia personalidad ¡lc un cst¡tus mo¡al.

En su análisisdel narcisisnro, Ired Alford strgierequeel socióloBo Chr;§to


pher Lásch yel fi¡ósofo Alaisdair N,lclnryrc comp¡rten la visión de que el
yo lerapéutico-n¡r.isista y¡ no puede tcn.'r rn¡ n¡rrativ.tde la pcrsonali-
dad cohercnte. Debido r que et yo se rdir¡ hacia el prescnte y ha.ia el
ámbito delavida emocional interior, yr no pur(le producir r¡m narrativa
quc conecte significat iv¡mente los aco¡rte.imienlos de la vida y quc proyecte
¡l yo hacia el luturo."'' De todas ma¡eras, tal como sugiere estc c pítulo,
lo que ocurre es lo co»trario. El discurso tcr¡péuti.o oliece nrte.Dint¡bles
posibilidades de n¡rrnr iviz¡r .oh.rcntco)(D te l¡ historia de vid¡ ¡ I.avés
dc sus"entermednd§ l listc supíesro, cent r¡l ¡¡ra elgrupo dc rpoyo, es k)
quc hace que doctrina terapéulic¡"tuncione": su li¡caso sicmpre puedc
1a

scr corregido, y porclb tienc que ser de.rlsuna nraner¡ resuh¡&) dc un


"cnfe¡nredad de l¡ voh¡ntad l esto es, lidre quc scr hecho por uno nrismo,

96 tred Alford, M¡r.,*ñ,¡: s¡.¡nt¿\ tli tr¡ Utút. nnt trr.¡to¿,¡¿l ,i ,L?ar ¡".w
Haven, Yale Un¡v.6ily Prc$. re33, pp. ¡¡ rr.
rr lurR |lt 0 rnrL]Nr^llrr I 249

ysi es hecho B)r uno misno, enturcer puedc ser dcshccho,lo quea su ve,
legitima y pcrpchl la eJst€n.ia mismr de la institución tcrapéutica- De
hecho,Io qúc es veÍd¡dcr¡ñenl( irrcrcsirDte ncerca de l¿s narrativas tera-
p¿ulic¡ses quc l.r ¡rurrativa .r.err¡¡ dclyo scco¡yierte rápid¡nrcntee¡ una
'harralivn err a(.nni : Dna narritivtr ¡cer.a del proceso dc.oDprensión
de los profios pr)bl.nras. ¡cerca de¡tr¡b¡io.on elkls y de su supera.ión.
Lcjos de ser in.:¡ pa..s de .oni¡rir .ohcrcnci¿ ¡ una vid, d,rda,l¡s narrati
vas terapéutic.rs pr¡&en ser resporsrl,ilizadas de otorAñ ¿cnt¡sn¡¿o inte
rés ¿ la propi¡ vidir, dc ata¡ dc nr¡n.L¡ dernisindo ¡just¿d¡ c¡ prcsent€,el
prsado yclli¡turo cD un¿ n¡.r¡liv¡ 0uidu de la heridi psíq!¡ica y det cam-
t,io llevado¡(.¡l)o por uno nl isnro. l.ts con secuencias so.ialcs y e.oDónrj-
!¡s dc lales trirr¡riv¡s snr pref.rencin dc BéDero o andróginas sonanaliza
das en el siSn ie rc (¡pfulo.
6
áUna nuem estratificación
emocional?

"Cuanto meÍos habüdad ), tuiÍzá requier€ el t[aba.io


manual, es d€cir, cuanto m¿yor es eI desar¡olo de
la indu¡aia modema, mayor es lB pmpor€ión eE q¡¡c
el t¡abajo de los hombres es suplantado por d
de lás muieres y los dnos."
Kaí li{ar'

En u¡a carta escrita a sü fuhtra esposá Martlu BerDays erl ú83, á¡¡tÉs del
nacimiento del psicoanálisis, Freud discutla 1as dife¡encias énr¡e los pl¡-
cer€s de'lás masai" y los de las clases medias y lar clases proÉetaria§. AII
es€ribla:

l¿ much€dumbr€ da riendá suelta a sus apetitos, y nosotros no.s priv¿-


mos de tal expansióIt. Nos r€primiEros para mántene! úuestra integri
dad ¡ economizamos nutstra salud, nüesúa capacialad pa¡a disftutar
de las cosas, nu€stras emocione§; nos ahor¡amos a nosot¡os mi§¡Dos
p.rá ¡lgq sií r¡ber realmente para qud. Y e§te hábito de supr¿§ión.ons-
taDt€ de lás pukiones nattrátres ¡¡os pr€sü Ia c¿lidad del reffmmiento.
1...1 ¿Por qué no nos embdagamos? Porque el malestar yla hümillación
d€ los efecios posr¿rioñ ¡os proporcioüria¡ más li?¡a{¿r que d pl¿-
¿

cer d€rivado d€l álcohol. ¿Por qué no nos €narndrárnos de un! p€¡so¡a
diferente cada m€s? Porque €o¡ cada separación desgarra¡iamos uri
peda¿o d€ nuestro corezór. I...1 Nuesrro plan de vida preeupone que
estunos protegidos fi€nte a las formas más extremas de miseria 1...1.
I,os pobres, las rnasas, no podrfan so. brevivk § no fuera po¡ su insensi-

' El.pr8raf.6 d¿ (úrl M¡¡c coñn$in M'aifdto'Cfi.ag9,H. Ragr¡É!),, re69,


p.r Ilá citt @espond¿ a l¡ cdi.ió¡ d erp¡nol Ma.i6ero d¿¡ Pottíiln Coñúit¡a,
But¡o! Aii.§ Ant€q ¡06r, p. +1.
252 I¡ !¡t\,¡(l0ll 0tI AlltA ¡t00tRt¡a

bilidad y su capacidad de adaptació¡. [...] ¿Por qué iban a desdeñar el


placer del momento, cuando no existe otro para ellos?'

En estas oberyacioDes sorprerdcntemenle sociológicas acerca de la estruc-


tura emocio¡al einstintiva quesepara a las clases trabajádoras de lás cla-
ses medias, Freüd anticipa aquello qu€ en la década de 19óo se convertiria
en un €lich¿, esto es, que las clases mediasy16 cláses propietarias logran
su seguridad económica al precio de conslreñiryrestringirsus emociones,
susimpulsosysus deseos. Utilizando metáforas tales como'¡econoniz¿rll
"ahorral' y "reprlmir", Freud sugiere que sus contemporáneos de clase
media trata¡ sus emociones como un activo económico: ahorran y con-
smatr la energia, "invierte¡" sus emociones eD objetos q¡re no amcnazan
su estabilidadysu seguridad, hacen que süs emociones produzcan bene
ficios sociales tales como el "refinamiento" y una suerte de componamiento
distinguido. De manera simét¡ic¿ e inversa, Freud sugiere que las clases
trabaj¡do¡as se ven nenos sofoc¿das por Ias restricciones emocionales. El
espíritu €mocional de la chse media no tendria ningunautilidad para las
clases trabajadoras, nos dice freud, pues las debilitaríá (¡ecesitan "insen-
sibilidad" para sobrevivir) y porque la represión e.nocional no sirve a
ningún propósito cuando no se puede esperar tuturas recompensas tales
como la respetabilidad yla posición social. L¡s clas€s trabajadoras ¡o tie-
nen otra opción que dis&utar, cüa¡do puedcn, de los placeres corrientes.
En estas brev6 líneas, Ireud formula una retación entre una economía
psíquica de l¡s €mociones y ,a clase so€ial, o más exactaúente entre las
emociones y lo qu€ Pierre Rourdieu llamaría más tarde "necesidad eco
nómictl'Cuanto más apremiante sea la propia necesidad económi€a, es más
probable qu€ las propias emocio¡es se¿¡ menos ¡cstringiü$ esto es 10 que
claramente puede leerse ert.e líneás en la carta de Freud.
En un texto posterior €l fündador del psicoanálisis hace u nmvo giro
en estas áfirmaciones evocalivas. lm¿gina una casa dividida entre un
"sótano" y una'Uanta baja': La hija del portero vive en el subsuelo y la hia
del propietario vive en la plantá baja.r Freud imasina que a esa edad t€m

rSi8m{nd Freud, L.n"i of.§A,r,d F¡¿rd, cd. dc lrnsi L ¡reüd, rad. de T¡nia
y lam6 Stern, Nueu York, B¿sic Bool§, 1925, pp. ro ,1.
2 Pie.re Boúrdieu, D¡¡i,.¡ior: A soeidl úi¡ique ol the jutlsent ,r o/¿¿r¿, cambridse,
M¡, H¿ñ?rd University P¡e$, 1934 [l rad. esp.: l, ¡l¡ln .üfl] .rn¿rior / ¿I"r¿s
Jo.idl.r d¿¡grs,,, Madrid, Taur¡s, 19331,
i Sigmund rrcud,"Leclure xxu: Soñe dlolghts o¡ d.v.lopment a¡d tgÉsio,
aefi,olosy",de Iñno¡lucfo/l lecttar, en lm¿s st'achey (ed. r trad.), The stn dard
..hiot o[ ú .oñipt¿k p\td¡o]arn¡t eatks al siEiuoü1Frerd, r.o¡dres, Hosarrh
¿L]uA fútya ÚrRÁItft(atldN ioflot¡AL? I 253

prina de sus vidas las dos chicas se irvolucran €n un juego sexual. Pero
cada una de elas -nos dice- se desarrollará d€ manera bastánte diferénr¿:
Ia hija del portero, que no piensa demasiado en jusar con sus genital€s, no
padecerá daños y quizá se onüerta er una actriz ¿ritosa, * case con alguien
de mejor condición social y termi¡e sierdo una aristócmta. En contraste
con ellq la hiia del propietario, a qui€n de muyjoven le fueron inculcados
los ideales de la pureza fem€nina y la abstine"ci¡, verá su actividad ser-ual
infantil.omo algo incomparible con tal€s ideales. Se sentirá atormentada
por la culpa, se retugia¡á en la neurosis y no se casará. Dados los preiuicios
de Freud y de sus contemponíneos, podemos presumir que la hija del pro-
pietario llevará la vida solitaria y aburrida de una soitero¡a. Asi, freud
sugiere que el destino social de estas dos chicas se entrel¿za con su desarro-
Ilo psiquico y que su (o la falta de ella) der€rminará su trayectoria
"€urosis
so€ial. De todas formas,la id€a aqul propuesta por Freud difiere de la que
expresaba en su carta a Martha. Freud sugiere ot¡a vez qu€ los miemb¡os
de diferentes clases tienen acceso a ¡ecursos emocionales diferenres, pero
aq¡f la po¡ asi deci¡, me,or equipada en lo €mocional, debido
clas€ baja €srá,
precisamente a que su falta de inhibición sexual evitará €l surgimiento de
la ¡eurosis y aludará luego a Ia hija del porte¡o a ascender socialmente.a
En €stos dos te<tos, Freud lleva a cabo una afirmación compleja acer@
de las relaciones entre las tr¿yectorias sociales y las psíquicas.
Apunta a las
conexiones re€fprocas entre las emocion€s y Ia posición social, porqu€
sostiene que si Ia clase determi¡a las emociones, entoÍces las emociones
puedetrjusar un rol invisible pero poderoso en la movilidad social. Al
suge¡ir qüe el espiritu económico de las enociones, engendrado dentro
de l¿ esfe¡a capitalista de trabajo, es incompatible con un desa o o per
sonal y €mocioral exitoso, Freud cuenta implícitamente con uD modelo
cn el cual ci des¡rrollo psiqis¿ puelte tnstntnat e irúer¡ir lá supremacia
jerárquica tradicion¿l del dinero y el prestigio social.
Iás observaciones d€ Freud tie¡en importantes consecuencias para
nuestra comprensión de la relación €ntre la cultura,las emociones yla
clase social. En primer luga¡ Fr€ud sügiere que la esfer¿ priváda de la cla*
media no está sellada respecto del mercado. Ni es una zona de emociones

¡r.eñ, 196r, vol. 16, pp.152-r5J llrad- esp.:"22, Confcrcncia: Algunas perspecrivas
sobB el d€s¡úollo y la Esresió n-Eriolo9t{,.n CoúeÉncios de in¡tud ción ol
psnúflálins Oote r |) (te15 1916), obms t:oñpbtds,B\eñós Ai.€s, Amo¡rcrtu,

4 Agrad€zco a iosc Bru¡ner lÚr háber llañ¡do mi ¡tcnción sol)re estos dos l.xros
254 L LA rlti/[(]0n 0lL ¡tna tr0Dtrlt^

espontáneas y desinteresadas en fota.ión librc. Por


el contrario, sugierc
claramente que incluso en sus vidas privadas los miembros de la cl¡sc
media siguen katando st¡s emo.iones como uñ .dpr¿l, e§ d€cir, como a¡8o
que debe ser adecuadamente acumulado en po§ de la ¿dquisicióD d€ uns
id€ntidad social y una "distinción" respetable§. En segundo lugar, Fr€ud
sugiere que al utiliilar el espiritu ecoDómico para m¡neiar l¿Ls propias cmo-
ciones y la propia libido, Ios miembros de la clase media se privan a st
mismos de la realiz¡ción emocional y de la felicidad. El6dto e€onómico
y la "disti¡ción" llegan al precio de una intimidad "verdadert' y s€ Ponen
en el camino de la felicidad. En tercer lugar -y quiá d€ manera más impor-
¡ant€-, €l d€sarrollo emocional y la felicidad pued€¡ Perturbar en última
instancia ¡as jerárquias de clas€ convencionales.
En los escásos párrafos citados aquí, Freud sugiere que hay algunos
puntos significativos dc conexió¡ entre l¡ estratificación social y I¡s
eñocion6,y que lavida emocionat puede moldearel destinoy el éxito
social€s. El psicoanalista vienés ofrece una idea sumam€flt€ sociológical
Ia de quelavida emocional no sólo €5tá e§tratificada sino que también
eslratifica.
Pero paia que lá vida emo{ional iuegu€ un rol en la estructura s(xial,
dcbe haber mecanisño que haga Posible ¡a conErsión de lá acción
'ln
emocionál en recursos sociales. De hecho, las ob\§ervaciones de Freud soa
extrañámente premonitorias de los modos en que las ideas Psicológica¡
han conúibuido a hacer que las emociones jueguen un rol cada ve? mát
crulial movilidad social. En otras pálabras, el mecanismo que medi¡
en la
entrc la estructura social y la5 emociones €s el inmenso aparáto cultural
desplegado por la do€t na psicologic¡ qu€ h€ docum€ntádo en los (áPl-
tulos ante¡iores. Tal como esc¡ibe Karin KnorFoBtina,

con la actual interpretación dela socicdad, tendemos a ver el conoci_


mi€nto como un compon€nte de la vidá económica, social y pollticá.
Pero iambi¿n podcmos dar welta el argumento y considcrar Ia vidr
social, politica y €conómica omo p.rte de una cultura del conoci-
ñ iento en particular. I ...I L$ cnhuras del conociñíento ti¿rcn clectut
polttiros, eeoñmieos y so.iales rcales que no so neutnles respeao de las
estruturas y los hrerases socidles y resPecto al cr{intiento econünieo
(mis cursivás).'

r K¿r¡r Kñoi.-c.iin.,'Cúhurc in globn! k¡wl.dse sieti6 : €¡ M.rc l.cota y


N.ncy weis H¡nr¡h¡r (.ds.), Th. ¡t'a*w.I ¿orrynion to th¿ wioloy ol .ahüE,
Oxford. Bla.kwrll, !@t. p 74.
iuri^ urva tilrAIl (¡ óll rt0(l0]t¡ll I 255

En esre capilulo €xamino -de ma¡era en ciena medida preliminar y teD-


lativa algunos efectos d€l cono.imiento psicológico sobre la estruar¡¡a
social. Si la cultura €s un elemento central del proyecto sociológi.o, esto
es asi no sólo porque le confier¿ significado a l, acción, sino también
poque moldea la estru.tura misma de los recursos económicos y simbó
lico5.'Írl como obs€rvan Roger Fn€dhnd y Iohn Mohr,'la materialidad
es una manera de producü significado¡ el significado es una nanera de
producir materialidadió

MP¡TENC¡A EMOCIONAI,

Las ideas de Freud.itadas al comienzo de este capitulo no han sido apli-


cadas con igual profundidad en ningún otro lugar como no sean los tests
de personalidád eslablecidos durante la prim€ra década del siglo xx.' Tal
como senaló Andrew Abbott, "los tests psicológicos -tanto los de inteli-
g€ncia como los de personalidad- han sido pane centrál del mundo orga-
niz¡cional esiadounidense desde la décád. de r92oi3 L,os tests de personá-
lidad estaban diriSidos a la s€le.ción de los candi¿átos más apropiados
para lrabajar en organizaciones, y por lo hnto partian d€ lá premisa de
la siste¡cia de un¿ conexión estrecha entre los nsgos de personalidad, Ia
construcción emocional y el desempcño en el trabajo. Tal como sostienen
dos importantes investigador€s de dichos tcsts,"los conceptos psicoanali
licos y el psicoanálisis tuvieron un impacto muy protundo en el procesn
de evaluacióni, El psicoanlisis iugó rn rol impofarte en ha€er de la§
rmociones y de la pcrconalidad un aspecto de la movilidad social, al pm-

6 Roser Fri.dláod y lohn Mohr, The cülruÉl rurn in Amnican soc¡olog/'l


cn Ros.¡ Fricdland y ,ohn Mo¡r (.de.), Mdrtets of eultute: cultural tociologl
i, ¡,mri.a Nuer¿ Yo¡lq c¡ñbfldg. UnivcBiry PB, 2oo4, p. 9.
z Hugo Munrer&r8 fúc el primerc dc um la.Ea lisla de psicólogos qú. dirñó
t6tr de Frs¡alid.d p¿ra rmplados d. €* ñodo, tue el .eador .asi cr
sol¡hrio del campo d. la orsúltoía pskoló8icd vocá.ion.l. véaf t! Pt thowy
and industtisl e|ficieiq,Bóstón. Mimin, rgrl h.ad. 6p.: Ai.ol%iq .le la dd¡vidod
i ¡lustrial. E64yo ¡la ?*oloSto e¡púinzñtoI ¿pIiu.la,Madrid, A¡tonio

3 Andrs 71,¿ s/$¿m of¡,o/6rioat: An .sy o¡ th¿ diritio¡ ol úpit labd,


UDivehity ot Chi.¿Bo Prss
ChidSo, ^bboir, 1938¡ p r49.
e ltrue Wd§h y Nan._r tku, r.r, rr.l &aD¿rrr En*lwoqt Clifir, N¡, PEnrie
256 I L^ sALl/^( Ó'r Drr Álla il00rrx¡

porciona¡ lás herramientas con las qu€ se podia¡ reclutar personas y el¡¡.
Iu¿i su desempeno en las empresas.
En la década de re4o, el campo de la explora€ión de la p€¡sonalidad
atrav€só una importante fasc de desa ollo .on el uso de los "arquetipor'
iungianos. Sobre la bas€ de su interpretación de los arquetipos de lung,
Kat¡erine C. Briggs e Isabel Myers desarrollaron €l famoso Indicador d.
Myerc Brigg§, que incluia categorias tales como "sensorial" e "intuitivoi
postoio¡mente utilizadas ampliamote para la evalución de la person.-
lidad y Ia colocación laboral.' Otro ejeñplo de la inflüe¡cia de la psico-
logla c¡lnica sobre los tests de person¿tid¿d fue el Inventario Multifásico
de la P€rsonalidad de Minnesota (MM"r, por su sigla en inglér, cr€ado
inicialmente para diagnosticár patologias clinicrs y traspl¿ntado más tardc
de su contexto clinico inici¡lal lugar de trabajo. Este test se basaba en cl
supuesto de que elegir entre enunciados verdaderos o falsos a partir de u¡t
cierto ntixnero de p¡oposiciones, tales como "Prefiero que mi jefe tengs
buen carácter y que sea ir.oherente a que s€a Bo¡daz pero lógico I reve-
Iar{a la prcpia personalidad.
A través de una categorización y una clasificación de inspi¡¿ción psico"
Iógica, el comportamiento emocional se impuso como criterio central sobre

el que evaluar y predecir el comportamiento económico. Los t€sts de per-


sonálidad s€ han exteDdido tanto que puede decirse de ellos que son a Ia!
emo€iones lo que los textos académicos so¡ ál capital culturaL un modo
de sa¡cionar, legitimai y a¡rtorizár una manera específicá de ñan€jar cl
sentimiento. En su libro C,r k ofpetsonality, |,nn)',]Íphy P¿ul informa qu.
hoy hay z.5oo tipos de tests de personalidad, y que la industria de los test!
mueye 4oo millones de dólares al ¡ño. De las ci€n €mpresas más grand.B
sesún la revista Forrüre, 69 utilizan tests de personalidad para contratar y
capácitai a sus empleados."
Los tests de personalidad se basán en üna serie de süpüestos c€¡tralesl
que las accioDes y las rcacciones de los individuos pueden ser.apturadas
baio la categorí¿ de "personalidad"i que las p€rsonalidades son estables, y
por lo tanto pasibles de ser predicha$ que pueden ser medidasi y, ñnal-
meote, que ciertas personalidades €l grupo de actitudes y emociones que
siguen un patrón y a través de las cuales respondemos a situac;oneF son

ú Katherin€ C. Briggs e Isbel MyeB, My¿* Btiggt Type lndj.¿¡,., Palo,Alto, c^,
C¡nsultin8 Psychologüts Pr€ss, 1976.
r Aú¡ie Múrphy Paul, c!¡r o/ personaliry: How peÉonality /¿ns dre kadi¡g ts ¡o
ñieducdte our .ltiklr.,l, ñinandge out con?nnies, od tnisünd{sto .! ou*elw!,
ñueváYork, Fre¿ Pre$, 2oo4
¿utia t¡lJtva [5frat t (a(]Ó[ tlt0UollAI? | 257

más apropiadas que otras para ciertas profesioÍes. En una extensión de


está noción central, alSunas p€rsonalidades pueden ser vistas como más
competentes que otra§.
La práctica de medición de la personalidad incluia dos .omponentes,
el actitudi¡aly el emocioral. Pero con el tiempo tu€ el componente emo
cional el que se d€sarrolló de manera más d€cisiva. La idea de que las
emociones señalan Ia competencia (p¡ofesional y social) se ha.e muy evi-
dente en la noción ahora extendida de "inteligencia emocional'l que conecta
explícitame¡te el manejo enro€ioral con el éxjto social. Según esta noción,
ln propia constitución emocional, por más subietiva que sea, puede ser
cvaluada objetivamente,habilitando así lascomparáciones ent¡elascapa-
cidades emocionales dc las personas.
Cuando Ia noción de inteligencia emocional emergió en Ia década de
re9o,se propagó entr€ las empr€sas estádouidenses e incluso en la cultura

.radou¡idense, y muy rápid¿mente se convirtió en un nuevo instrumento


podÍo "descu-
p¿ra cvaluar el desempeño laboral. Con ella, los psicólogos
brir" ahora en el mundo caracteristicas que habian ayudado a moldea¡,
csto es, esa conductá emocional qu€ se habfa convertido en un indicador
de laidentidad social. De la no.ión de inteligencia emo€ional se desprende
,tue el rnodo en que mdnei¿mo' nuest¡¿" emociones apunra a ¿spectos
cse¡ciales de quiénes somos, y que las emo€iones pueden en.onces €on-
verti¡se en monedas a ser intercambiadaspor una gran mriedad de bi€nes
sociales, el más notable de los cuales es el liderazgo.

AL Y SUS ANI}CED¡ÑT¡S

l-a noci6n de iDteligeDcia emocional p¿rece haber sido "descubierta"de


manera re.iente, pero tal como suele suceder en la historiá de la ciencia
y de las ideas-, sus principios básicos ya habian sido establecidos y ditun
didos por los psicólogos a lo largo d€l sislo xx. La jnt€ligen€ia emocional
m¡rca la culminación de un siglo en el que la presesciayla hegemonía de
k) lerapéutico s€ había tornado pr+o¡derante.
lncluso antes de que el concepto fuese acuñado, se puede decir qu€ los
psicólogos )a promovi¡n los principios de la intelige¡cia emocional. Por
cic¡nplo, un artíclrlo de R¿dáo¿l publicado en resr aco¡seja que

cn su t rabajo, usted pucdc sac¡r prowcho de su mayor tranquilidad en


rehcn¡r cor l¡s cu,cnr¡¡cs sirorrienza a utilizarlas esiratégicamente.
258 li \Átvarr0n lt 1!0t)tllrI
^tri

Puede c¡npezar ¡ pens¡r qu¡ lo que sicnle, intcnt'ndo c¡teD(lcr por


es

qué s( si.;tc aii. Consnlcrc sus ct¡o.ioncs Ün sistc¡u¡ dc ¡lcrta


'o¡no
tcmpmnr,par.r rlcrtlt'c I usl.(lmi§rno (lc quc hrv uua situtció¡ cn la

olicinr que,telt ser «,rresidi. si .srl cnojado o rusrr'üo dice el


doctorPolter ¡l8o esrj md1. Eso cs lo quc l¡s cnn)' io¡es Prrcdcn ¿'cirle'
Entonccs, Dtilicc l¡ inielig.ncii P¡r¡ dccnlir qué h¡ccr
elgrrdo
de ri..8,, rlqu( \'eni,(,'rr' r (l( 'r(\l'r(' r"r"Dror^n¡lice
i' rre
" r'nvn ne
"1¡ senli¡n i'n tos podria
."' i,ir"."'"' si pl"ntn . n¡es dc habl¡r, «:vel¡r s(rt
"
cor!.rlirsecn una politi.¡ de olicina inl'lige¡ttl''

llstc articulo adelrDtala nica cent r rrl que subvrcc I h ¡oci(in Posl'ri(¡r
de

¡neligencia emo(i(nral,.(o ts, quc ks crrtxione' 'lcberiañ '\t¡r ¡ls'rvi-


cio de la pr,rpia inrcligenci¡,(ltbcri¡D \cr sic Prc ut iliTad¡s Iara
e¡ tcnder

meior cLiál es el inrtrés p«)Pio v frr¡ exten(lcr su '¡lc¡n'e l 'r intelisctlcia


cmocioflales dcinnl¡ laulológicrnrente cor;ro la c'rp¡'id P¡r¡ nr Dcjar
l s propi¡s tÍx).bnc\ d. ¡rtuDera 1¡l qu. s.'r¡ disciPlin¡d¡s Por l¡ con)
prensión .ognitivt\ y Pri(ricn dL lo\ ProPr(x intercs's' Un¡ n'gund¡
ilus

ir¡ciór¡ ¿c la er isrencia dc l¡ ide¡ J tri.s d( qtic cmcrsrcr¡ 'l 'onceplo Puede


.n.ont¡¡rse rn un libro dc 1997 qrrc alirnr t)¡ qr¡e l¡ ''¡llab'ti/a'ntn emo'
.io¡a]".s Lt lla\ c P¡r¡ un¡ \ nla,cli/, vi!id¡ sin errorcs'nn)(n'rale5' ivlicn-
rr s "c,¡oci(nlcs como cl cnoio el micdo o h vügucnzr haccn quc
qüe
q(rrl( rnt,tiF(nt \' (on\lr{'( d, n)JnerJ Üntrp'd¡"l"iinJ"l'r tmful(nl{:-l
ir ¡ll¿t.rri¿t i..rr ¡'"'c o ,.rll ... ¡''rhle rr¡"rrdrt Jr rrLn(r'' Irrl l'r'irur
ciones ri n v¡ri¡d¡\ conN Lrnr pclcr tallcjcr'r la r iotcnci¡ dc ('poso cottr¿
'
.sposa o l¡ mentir¡ .1c un iucz qüt sc encuL¡rlra l)¡io iuf,rnl!nto'"
Si Dan icl Golcrr¡ n rr n puicxl isr a con csr Lrdios rl' fsi'olosi'r
clirictr ftre
e.rpaz .lc co¡rvcrr ir sulit]n' Ltn¡dirc ctu1't'latio n¡c|¡In¡tsr!'llr¡ nrun'
diil y c¡r nDa ¡u.!¡ norn¡ .on l¡ .tr¡l cv¡lu¡r h coDir'r¡ " fu! PDrquc
la cuinrrr populrr esradorrnidenst v¡ h¡bír sido
\¡rulrd¡ (lunrnrc un
''rsi
¡ l'§'moennr's cn unele
s;glo con t:ociones psicok;gic¿sqü. co¡v.rihn
,,cnlo c",l¿ ve, nr,is."nr.,rlde Lr cv,rhracirnr tlclyo v tlc 1o§ orros' l'd 'ultur¡
psicológic¡hat í .st¡do t'boiiando Por.lPrincil'n) bísico que se cseondc
rlerrás clc l¿ noci,ñ dc ¡rreligenci¡ .nlo'nn]¡l e\ro ¡s' qur
hs emocioncs
(teberi¡r s'r inli),,n¡dits v 8ui¡d¡s lror iuiLnJ§ t^cn','lcs'

rtr]\n¡(Ir¡n, I' il {,r h "rl)d¡ r¡¡ rrnrl'lrf &n¡oot' nrrr^¡¡' Ds5 f rri'
rr Cl¡ (l. Srei¡ti, n l¡n't nr! ., "¡n.u¡ l'tu tu '1¡'ir'' ri l'¡!'r'r n' "¡'on rJtr¡
.

.,r,rn,r/ i'r.¡i,S¡ ,.., NurvrYork.^voD !or)l'' ¡eei l) rr'


r{ t)rnitl (iól.rrr,, llnonornl nir./l{. Yorl' ll(¡lhnn lnnrL" r9e5l{' kl
'i"¡-u$r
*f.r ,t(r,i''r'¡". '. ,¡".'.rJ""
,'.,/.r 1r¡ñ''
Ulr' rll ¡r\ Li r¡r

l:,1¡r.olr.s cos.rs.l¡ irlr(li¡t iti¡ cr¡ro(ior!l $ nr rrr(,rn1 ,l hr,rt,l$.,,


.i¡ Dnlllilne, u¡.i ro.nnr l,n)ocr¡ (l( Ho\r.¡r(t (i.n,l¡x1, I \ , ¡ , { r ¡ ¡ . , ,¡
t l r r
'
nr.nte dc ñ no.i(in d. irl.ligen!i tc¡so¡l lll..riIlr,lrrit.llr,r tnri,ll l
(o,rrist. cn.l .r..c$ ¡ l¡ lrop;a i rt¡ tle hs s(ntnr)h.rrtos, cl¡r,,¡r,, rrr¡¡,
(i. ¡l¡d(r y cmo.nnfs: l.r (,rp¡.id.rl i¡sr¿nl.ine¡ dc lluv.r¡ ,¡ L,rh',|h rrrlr
¡r.r.ionts orlrc (\ros scnli,r¡i.nlG, y.venruilmcr¡tc d( (I.¡\IIL.r¡I¡x, ¡1,
irteluirk,sinci ilrrx sinrla,lico:,cic rceu¡ rir.r ¡llos c¡¡no n¡«l¡,s 1,,¡r.r, ¡ i,r
fr.nder y gui¡rclpropx¡.o¡rl)orI¡r)ic¡t(ilú l.r i¡rr(ligen.i¡ .r n \ ror,rl, r
un.r ¡rtcn.¡» d¡ §t.r tón¡n d. inl(l¡gr (i¡ (n la m.did¡ cD qu( i\ u¡ rrt,,
rl. iDreliSd¡(ir rxi.rl qu. r¡!.lL¡Úl l¡.¡p.rerd¡d p¡rt¡ supe¡!isrr l,r\ Úrr,
.ion.s propi¡s y 1.rs ¡. los ot¡os. rlc dis.rinr¡)¡r cntr. cllas y rlc utiliAr tr
.,,.,nn.r ¡,,, t.r , S"r.r , l tri.t i.. ,. r..,¡ ,i,1rr,, \ Lr, ¡r,¡'r.s.r. rrr , i
lolnr lur¡yer, lcl c. sulo!.! y l)¡ri(l C¡r u$, tEs i¡rp(rtrnt* invertil¡.r
,11,.. d.l.r iDtclj,l(!rci¡ eI ¡.ion¡1, deiln.¡ .¡.\t¿ tllrin¡ ro¡¡r lu scrit rlt
.rpi.id¡(t!\ quc dercrurlin ia ¡re,rion tlr [,s pro¡ios i¡torn].s e¡rn'Li,)
nrl.s I ¡l¡( lJn .onsr.uenrcD¡.n1. l.¡ \ propias h¡bilid.(lcs p¡r.¡ l¡ rcsolu.ntr
(l( troblLm¡s. s.gtln su J.lini.n,r.l¡ inl.ligenci¡ .n)ocnn).rl in.luy( I¿
er¡,tci<Lrl¡ar a pcreibiry crpr$¡r li.Dro.ioD, t¡ra i¡r.orpor¡r h.mo.iór1
.¡r |ro.rr\ .osniri\os y p.¡r.¡ regul.rr l¡ phpi¡ erxreión ¡5i conro l.rs dc
(fros '' F .n¡ (iclini.ió¡), I intcli¡cncia cnxrexrr.rl § la c.rt).¡.id.rd .og
rir iv.¡ p¡r¡ proccs¡¡ nren(rly verl,¡lnrclltr l05 propn,s scntiDi(nlos,donde
.\. pro.c$Driento Lr.ioD,rl!s¡ n¡ !./ iir4¡)í.nrr. pr.r.lnl.rn.io rellc\ivo
(1. \iru¡.ion.s.'' I.¡ i¡rt.lig(nL i. enr(¡cural c\ ¡si l¡ (¡l)¡.iditl LrcioD.lpira

i ll1nLtr¡ri,tr¡n.' ttrún:rlnttúl tht¡h.rr.rlrrlhttt L.ll¡!(,..,Nu.1,rYn¡1,


It,ni.rr,¡)lii.rrsrrr.rl!\!:¡,nl¡i!.¡ir, tltttl^ ¡intürt."lttt\,n¡iú1.
li tr..ltni.r, PJnn^ ll,Útrr. r,"rr1r.
,, (!Jdr.nl'.l.r5il1^r)r¡nl.,'lnnrr rLlJt¡n(¡,r,ll.trrr\,rnd rcfi :fxpl(trtrrS
unolr.n,,l'nl.lli!.tr.riiig rl¡( ii¿lli\l.r \1(r S.rlLri ún i \\l l,ü nel)¡kd
1.J).,,rrrrrrl!1,'xr,",¡,rn¡/rr.\\¡.,\hintnr,)r..\'.rl.i.l\\rLol.gi.rl
\\nrL xnr, i99ii I r16
L l,Jln,l) Nhy¡r y l,rrrr5rlL\.t. lh. intrllig.n.c,n rmol irrn¡l nn.llig.n.. l o
¡,./¡,!,,r,, N' ,, ¡r)r, f. ri
¡. L,lrn lr \l j\!r r,¡Lr \rn^!r \ trtr\ ¡ (.Iú\,. II(i.l\.1L.rfnn¡lrnl.lli§(r..';
, n l¡. i sl.r nh.r g 1, (l i. ln rr¡ úi rl t, I rt I ¿l ilt t,.,,.!i., Nn(vi \'(! l,
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LLnrhrrl!r'Lirnr,{rr Pr.$, rn¡ Dl, ¡e¡ ir!l"


I l .' rrrrL,rcnrii dn¡!n)nrl n'l)n¡nr. ¡,¡ n.LgLrl .¡nr.r.j rrJre^on¡!er¡c
',.',¡n.',.útr1¡y(!.r,,J(nl¡i.\qurpü!(Lrn\.rL.trr.t.rn,kl.sdrnro¡c.in(,
(ionri'Ln\: rr.¡r,x,,ii¡J. r,. x' ür \.ntn¡rrnk'
.'.¡ri,, (i( lirn. lnir.tr: rr n,,tr'!,¡, ¡,,..nxr k,r.: n)inr r los )df nron6 ¡r
¡r,\n,L,',tu('c.rrL.tn,l,i.(|,.iú,,rrr. drr,lf(l,rv(l.lr,r\rl.un*nrinrúr ;
tr,11'.u n,.u¡d..,1( r¡,ri, r.( l,¡.ir\ nxr.. n.|.úiv.A,.itrno.l nn.,lü.1.r
.trjn.,l.nl .l(n¡!.'\ l'1'¡n7.' ltrr l.r\.nrnnnrr\
26() I tl tAtvl(l0l¡ DII Atllt r00tRia

maneiar las ProPias emociones d€ modo de crear ¡esPu6ta§


adaptati€s a

lo§ m€ca_
Dado que la socioloSía se ha mostrado muy pr€ocupáda Por
y de €xclusión social"" el concePto de inteliSencia
nismos d; reproducción
debeda ser
emocional debería ser un inütádo bienvenido: aParentemente'
una áyuda en la conslrucción de modelos más comp§os de
€slratificación
sociai, arud¿ndonos asl a introducir otra variabte
que Puede o no exPlic¡¡
y predeiir la moülidad social. Además, la noción de inteligencia emocio"
n,l oodrt¡ofrecerL'naalternariv¿alconcepto muvcriri(¿do-dera(por
su sigla en inglés.coeficienr€irrtelectuall. De hecho' 16 medi(ionet ertán-
sociólogos'
d¿r iel coeficiente intelectualhan sido muy criticadas Por los
y el mtorno
con el argumento de que reflejan la compete¡cia cognitiva
social deLs clases medi¿svahas,produciendo asi una sutil discriminación
con-
contra aquellos cuya socialiración excluye las habiüdad€s cogritivas
sideráda; en bs i€sts de ¡a. Un €iemPlo de las ma¡eras m que Ia noción
como un'
de inteligencia €mocional ha sido tom¡da en la cultu¡a Popülar
vers'
alternatia bienvenida a las nociones estándar de inteligencia Pued'
en €l programa de OPrah Winftey acer.a de la inteligencia emocional' en
el que la condt ctora promovió el concePto de manera entusiasta:

que
¿Y no esentusiasmante sab€r que uno es más inteliSente de lo 'refe?
tr¿baio
iorque el éxito en la vida' en Iás relaciones, con tu familia v en el
con lot
no está relacionado con cuán bien Ie tue a uno en el colegio'
resultádos de los tests, y ni siquiera con un alto coeñciente intelectu¿l'
que uno tienc
S€ relácioná con alSo comptetame¡te difer€nte, y es atgo
el po<ter de cambiar. Se llama ini€ligencia emocional ll l¡ mejor d'
que es alSo
todo: a diferencia del resultado del coeficjente intele€tual'
fijo y establecido, uno Puede meiorar el resultado de su inteliS€nci¡
emocional y tornarse más i¡teligente emocionalme¡te'"

También es fác¡lcomprender por qué la noción de inteligencia emocionsl


que sostienen que
sería aproba<ta de manera enNsiasta Por las feministas

¡l *rkio <lc $¡ ñdc deñoBr los imPulss de sntifi@'ió¡ v de ¡hogot lor


,, *^¡¡,l,a.a l.(u to\ Ent,mn'nto( v ld P¡eo, uP¿cion6de
".-i¡, "*,
v *,.¡, * p*'p.¡i", J¡rt' irr l¿( dilúencid
en el modo (omo É ri'nr'
"i,ns
l¿l.nrc;t) dncjod. fu th,trn¿t m¿neiár l¿s€mtrionFsen loso¡Gi
(;Er.nciá tdial v h¡hilid¿dú n'¿l€r'
,o Bourdi.u. ¡rr¡rfioii ¡ J& nl rñti4ue ol ttu P¿4?ñdt oÍ h:te'
, " Emotor¿t i¡r.lli8en<.'l opdi wi¿lt¿7 sh@,6 d€ odubre de er3.
¿util JITA ItI¡lllfi(AüÚ¡ tt0í0tiAu I 26r

las mujeres estánmejor capacitadas para las relaciones interpersonal€s que


los hombres, y que b¡san sus decisiones morales en el pensamiento empá-
tico. Si de hecho es íiecuente que las rDujeres (y quizá ¡as minorias en
genera¡) desarrollen la habilidad de sintonizar lás neces¡dades emocioná-
les delos otros, de manejar las relaciones socialesdeu¡a manera no coD-
frontatim y de controlar su conducta verbal y emo€ional, entonces debe-
ríán tener buenos resultados en los tests de inteligencia emocional. En
consecuencia, convertir nuestras instituciodes eri entidades sénsibles a Ia
inteligencia emocional harla posible que la comp€t€ricia emocionál m€jo-
rara la situación de las minorías que han estado en desventaia al corhpetir
con otros sobre la base de la inteligencia formal. A la luz de esto, el concepto
de inteliSencia emocional parecela útil d€sd€ €l punto de vista analftico,
en la medida en qu€ complejiza nuestro mapa de la estratifica€ión social,
y normalivamente importa¡te, en la medida e¡ que nos ayuda a definn
posilivamente ciertxs habilidades diferentes de las que tradicionalmente
s€utilizán para clasifi.ar a ninos y a adültos. Asi, aparentemente, el concepto
de intelig€ncia emocional debería ser bienvenido, en la medida en que
retuerra las repetidas añrma€iones de que las form¿s de intelig€ncia son
mú¡tiples, de que la inteligencia no exige neces¿riament€ habilidades co8-
niliv¡s formáles, y de que nuest¡as inst¡tuciones (escuelas o empresas)
d€berian estar meior sintonizádás para identificár y re.ompensar está nuera
forma d€ competen iá. Pero a pesár de la promesa de que la inte¡igencia
cmocional habiüta una distribución más plural y democrát¡ca dc los recur-
sos, sostengo qu€ de hecho representa un nuevo eie d€ clasificación social
que crea nuevas formas de competen€ia (y de incornpetencia) social.

Ltt i,lteligencid enodonal y ]a ideologla terapéutica


I4e referné ahora a un caso abordado en un artlculo seminál €scrito por
Mayer y Geher, dos de los más importantes inv€stigadores ácadémicos en
irrteligencia emocional. Estos autores definen la intelig€n€ia emo€ional a
l,¡vés de su opuestq Ia falta de inteligencia emociona¡:

Una paciente (una mujer) ma¡tenla u¡a r€lación sentimentalcon un


hombre casado. Un día, ella le pidió al hombre casado que le promet¡era
qt¡c no vendria de su casa después de estar.on su esposa ni volverfa a
sü r.sa despues de estar con ella. Al dia siguiente, formuló más.laram€nte
k, qm esperába de él: "No debes veni¡ desde ella o ir hacia ella cuando
vicncs a verm¿ I-a muicr hablaba de ellos como si tue¡a un pensamiento
ind ifcrente que se lt' h¡bia .,currido, ufl arreglo .onvenientc, sl, in.luso
,62 ra !aIva(l0 0tt aLlia l0DlIl¡a

un tipo de idea divertida. t. .l Él tuvo un indicio [


] de lás emociones
que su
de la paciente: sus celos' su §ufrimiento ¿nte el Pensamiento de
amante la abandonará para volver a casa con su esposa "
de modo
Los autores sugieren que la solicitud de la muier es formulada
rcsulte ininteligible: in€apaz d€ decirs€
tal que hace que su propio interés
y ¿. ¿".i.1. amante cu'áles son sus sentimientos "reales"'
" "i
-i.-" " "" i¡racioDal y demandante Por tanto'
corre €l riesgo de parecer caPrichosa,
uno debe concluir que sus estrar€gia§ de maneio son inadecuadas Para
es un eiern-
ayudarla a conseguirsus metas. Según los auiores, era muier
plo de fatta de inteligencia emocion¡I.
precisa
Elanálisis de esteca§o por parte de los ¡utores es interesa¡te
porque ayuda a er?oner los supuesto§ en la noción
mente 'ontenidos
pane de la
de inteligencia emocional, supuestos derivados cn §u mavor
quizás el más obvio' e§ que
ideologi¿ teraPéutica. Su Primer supuesto,
que sólo e§Peran ser
h^y sentimient"s "re"l"s" atrapados dentro del vo
apropiadamente nonbradosyc-onocidos por un suieio conciente
y cóñ-
p'ii... rd.orno t. o.gu.entádo en el capitulo 4, tal visión "onrológica"
dela emoción es un denento central de la psicologia clinica'vse oPon€
alavisión de que sentir una emoción un proceso lábil'resültado de la
es

interpreta.iónylaclasific¿ción,que dePende a su vez de Pistas simbólicas


orov;ta! Dor et LUnlello. T¿lcomo han 'osrenido mucho\ JnlroPologos
'sun¿n(id'cmo' iondl e'perando ¿ ser
y psicólogos so, ialcs. no h¿y una
o
conocl¿a, no-¡radav rev"lada.'r l-eios de ser bloques de experiencia
de co¡ciencia esPerando §er descubiertos y adeo:adamente
nombrados)
son sene-
Ios nombres de l¿s emocionesvla exPerieÍcia de lasemociones
son
rados de manera ftuida y contextüal. L¿visión de que la§ emociones
de ser nom-
bloques de exPeriencia, rePrimidos' alma€enados v a la espera
los psicólogos'
braáos y liberatlos, alimenta directammte los intereses de
que define¡ su trabaio como el de exponer, nombrar adecuadamente v
transformar las emocione§.
en
Además,los ¿utores suPonen q¡re fundar las propias áfirmaciones
'aquello queüno sienie" es socialmcnte más competente Esta afinra'ión'
que runc¿ er el(pli(iladr en el leito perÚ e' d¿dd ¿xiom li(¿menle Por
supuel¿¡B -uná wz nuts un Pr inLipiu l'r dúctrin¿ tcraPiutirr'
'cnrráldc

22 l, D May( l G. Gehen ¡nrolion¡l in¡elligen'e 'nd thP


idcntifi'dion
ot emotion I cn I¡r¿¡lA¿"..21. N') r99ó,pP.90 91.
, Vésc catherine A. Lutz y t-ila Abu Ltrdod (eds' ), ¡'¿ñs!r¡8¿ ¿r'¡ '/¡' ¡olirid
o/ ¿r¡r¿io\ cambrid8e, c¿mbiidsc Univesitv P¡ess reeo'
¿L]ua IuttA t5IRAItt ta( Ól¡ ¡0( 0[aIl ] 263

Por el €ontrario, sost€ndria que una respuesta emocional comp€tent€


depende de las restricciones involucradas en las situaciones, y no de uD
procesamiento, una comprensión y una clasificación de las emociones
racionales e independient€s del contexto. En otras palabras, lma respuesta
emocional competente no implic¿ necesariamente una conciencia auto-
conscient€ de las propias respuestas emo€ion¡les. Por ejemplo, en el cáso
recién presentado, muy probablem€nte la solicitud de la mujer era perfec-
tamente compreroible para su amante, que debía ser singularmente igno-
rante de los €ódigos contemporáneos del añor para no entender que su
solicitud era un intento de afirmar la singularidad de su relación y de
aisl¿r las relacio¡es con ella de su vida de hombre €asado. Tal cono fue
formulada, la soli€itud de Ia mvjer fue no sólo razomble sino ¡nuy comperenta
precisamente porque ella no verbalizó sus motiv¿ciones. La mujer fue capaz
de llevar a cabo una demanda muy clara respecto de los movimi€ntos del
hombre sin expresar ansiedad, celos o posesividad, ernociones que proba-
blementc habrlan debilitado su posición dentro de Ia relación. L5to sugiere
un impo ante punto teóri€o: Ios actores soci¿les abordán situaciones y
funcionan dentro de €Uas con \n conocimientn cultnal actnulado, o eódí-
que áquéltos €stén finamente ajustados a las res-
gos .¡ri¡¡l rales, que hacen
tricciores involucradas en Dna situación, sin tener que ll€var a cabo Ia
elaborada operación de identificár, nonbrar y expresar explícitamente las
cmocion€s p¡oducidas por estas restricciones. En otras palabras,lo que
garantiza que las interaccion€s sociales "fluyar" es que una gra¡ p¡rte de
estas intera.ciones descánsa sobre un.o¡ocimiento tá€ito y almacenado.
llaciéndose eco de la doctrina psicológica €¡ su coniuntq la sug€rencia de
Mayer y Geher de que la intelisencia emocional involucra la m€nción exph
eita y reflexirz de tas emociones por parte de ur¡o mismo y de los demá§
pasa por alto el he€ho d€ q¡¡c l"s personas pestan atención al sigDiffcado
Jcla\emocione\ rntidaspor otros sin tenc¡ que recurirá una puesu en
rrimer plano y a una manipulación refleivas de las emociones. tá inteli-
tencia emocional, tal como es definida por estos autor€s, hala que la malor
p¡rte de las reláciones sociales tueran pesadas y diñcultosas, en la medida
(D que interrurnp;ia el flujo y la ftuencia interacciotrales. R€fl€jando las
v isiones Écionales de los a€tores y de la acción que han absorbido y colo

Ii?¡do a las ciencias sociales,'¡ la noción de inteligencia enocional iguala


ll intcligcncia con l¿ utiliz¡ción de emociones pará la resolución de pro-

, r N.il ,. S,n.!en 'l hc r¡rn ral ¡nd tho anbivalent in lhe $cidl scicncei,
r rallia¡)d.tri,rx //¡a E.r N'r,1993.pp.r.r(.
264 I L^ 5^tr¡flOt 0tt uta tto0tt¡^

blemás. En conlrasle con ello, p¡r¡ Ios sociólo8os ctrlturalcs las situaciones
socia¡es son consiruidas y afmntadas a través del conocimicnto tácito que
tr¡en apareiadoi dicho conocimienlo tácito nos hace op¡ar por respuestar
€mocionales menos explicit¡s fundadas en un cono€imi.nlo práclico,
habitual. Tal coño los pianistás cuando interpretan uria sonata diflcil,
.nftentamo6 l¡s siruácionel utiliza ndo reglas qu. hcmos inlernali?¡do pcr-
f.damcnte, no mediante la refl€xión y la cont€mplación dc difcro¡tes cut-
sos de ación. Los pianistas o los actor6 sociales que sc lorn¿n demasiado
intensañente conscientes d€ si mismos y de las reglás que ulilizan, desus
movimientos corporales o emociorales, inlerpretán su rol vrcial de manera
lorpe, sin la fluidez que distingue ¡l viluosismo del ¡prendizaje de memo
ria. En pocas palabrrs, la .oncienciá menlal d. la¡ propias €mocion s no
es siempre posible, ni tampoco des¡:¿ble. l¿ idea y el ideal mismos dc la
inteligencra emocional emanan de l¡ ideologia de los psicólo8os que han
reifi.ado la vid¡ emocional al construir € institucionáliz¡r l¡ dittindón
entre respuestas cmo.ionales competentes e incomp€tentes.
Esto se relaciona.on otro punto cruciali cn esta situación social par-
licular -una situación en la cuál u¡ hombre casado controla a una muier
soltera-, dectuar su demand. de manÉr¡.lusiva anles que aclarar expll
c¡lam€nte süs emociones es l¡ respuesta cmo<ional u¿r competeni€, pu€s
p€rmite que la mujer reieng¡ el .ontrol de la riluación. De hecho, tal .omo
sugiere el eremplo, a m€nudo m¿nteneños el control de hs situacion.s
ocultando l¡§ emocion€s, tanto a nosotrcs m¡sños como a otros, ántc6
qu€ exhibiéndolas. Dado que el poder y el control son dimensiones tur-
damentales de las interacciones soci¡les, y dado que dependen dc man r¡
crucial del hecho dc csconder las emociones (esconderlas de otros pcro
rambién a rnenudode üno mismo),esto implica qu€ la rellerividád yl.
exhib¡ciór' verbál de las emociones defendides por los psicólogos y por
los expedos €n inleligencia emocionál pueden m tlltima inslancia P.r-
turbar unamnnipulación más sutil ymás eticiente d€ las relacioncs y las
s¡tuaciones sociales. Pará ser más prec¡sos: l¡ muier del caso mencionado
cstá arrapada en el doble vinculo en el que la ha.¡locado su amantc. Su
solicitud indirecta rccon.ilia eleg¡ntemcnlc dos reqüsitos contradiclorioc
el de retener el control moslrándos€ dislant€ d€ los problemas inherent6
a la situación,y cl de €stablecer su lerritorio amo¡oso. Asi, est€ ejemplo
no ilustra la incompetcnciade l¡ muicri más bien, muestra que los acto-
res operan a menudo en las s¡tü¡ciones.on demandas contr¡dictorias.
navegando irreflexivamenteen ellase improvisando r€sPuestas. l.¡ ¡mbi-
güedad emocioná|,la ambivalencia y la f¿lla dc claridad $n ahamentc
rofrpst¿ ?r, porque $n modos de afio¡tar üluacio¡€s so.ialcs quc .on'
¿urt llrty^ MtlIlft(t(l0r Iio(¡orlu | 265

tienen e¡ementos contradictorios. S¡ hubiera rhostrado eso que ¡os auto-


res llamarlan inreligencia emocional, rornándose cons.ienrc de sus sen-
timientos y verbalirándolos para fundam€nt.r sus demándas,la muier
del eiemplo habria perdido et co¡trol sobre la siruación o sob¡c su ama¡r€.
Espe.ilicarse a sl m¡sma sus emocion.s, sus necesidad.s y sus me¡as, o
€specificárs€las a su amanre, ta h¡brta incapacir¡do para aftonrar estra,
tégica y prácticamenr. sr¡ si¡¡ación. tás fonnas de ta compcicn.ia pos-
tuladas e ¡mplicadas por Ia noción de intetigencia emocional pasan por
alto €l hecho de que los actores llcvan a cabo infercncias acerc¡ de sus
emocioncs a parir dc pisras situacion¡|e§, utilizan el conocimientoemo_
.ional prá.tico y lá.iro para funcionar
en ellas y deben por ¡o ranto mos_
trarse a menudo d€satentos respecro de (ualesquiera €mociones que
yazcan detrás d€ su conducta para pod€r nave8ar entre demandas situ¡-
cionales con0ictivas.
l-os supuestos racionalistas que inspnan h noción de inteligcncia emo_
cional contradicen cur¡osammte no sólo a los sociólogos de la cultura sino
también a una l,nea de investiS¡ción €n psicoloSta cognitiva resp€cto de
algunos de los proce$s involucrados €n ta toma de decisiones.
El par¡digmá de invesrigación muesrra que much¿s decision6 inteli-
gent6 s€ básan m u¡ pensamienro inruirivo, o en lo que los psicól os
.ognitivos denomin¡n'lhin sticingl. l¡ capacidad para levar ¡ .abo juicioG
rápidos y prechos ¡ccrca de las personas,los problemas ylas situaciones
sin atravesar un proceso formal de clasificación y cnsalo cognitivos de ¡a§
dimension€s --€m(xionale§ u otr¡- d. Ia situación. .IAes jucios rápidos
derivan de proresos de pensamienlo inconsci€nt€, de la capacidaJpara
movilizar exp€ enc¡as pas¿das y de d¡rigi. la aten.ión hacia unos po€os
elementos del obiero iuzgado y cenlrarse en cllo§. Además m una serie d.
cxperim€ntos qüe abrieron caminos, ¡os psicótotos cognitivos Timothy
wilson y ,omthan Schooler y sus col ¡s han d€mostrado qu€ la intros,
pección puede ser un obstáculo pará la reso¡ución de problemas basa<la
cn la intuición. Cuando realiza uná inrrospección para t¡rcas rá1cs como
proba¡ un du¡ce o clcSir un €ürso univ.rsirario inr€r6anl.t e una pcrsona
le va p€or si intcnr¡ distinguir t¡n dulcc bueno de uno ma¡o y un curso
¡nteres¿nte de uno aburrido.'En cl rocabulario de 106 sociólogos, ta intros_

' Exp¡.sión quc podr¡a rÉdu.iB, ño h.tulm¿nr. coño .p¡cádo ñno :


fN. d.l'rl
¡ ¡ irbll,y Wilsnr y tonrú¡o w. s.[@t.¡. .Thn¡king ioo ñu.h: Inihspc.tio¡
..ú rcdu.. rhc .NJ¡iry ot rÉrer.tu5 ¡nd d«isionji cn ,oú,¡dl d/¡r¡s,rÍrl
¿,r¡§f,n ¡rrr r',{n¡r. N , ri,, t¡hr.¡¡ dc ree,. pp. rs¡ jel
266 I L^ 5^Lv^(r0n Dtr ¡11!a rl0Dtlltl

p€cción interfiere co. la acción cuando ésta es ñovid¡ Por la lógica d€


prácticás, tales como el gusto y el lacto social '
Formularé entonces la siSuiente sugermcia: Ia ¡ntelig€ncia emo€ional §€
caracteriza por la pu€st¡ en primer Plano -reflexiva, cognitiva y verbal- de
las €mo€¡ones. Pero ¿un asl €s muy discutibl€ que el mandámiento de s€r
consciente de uno mismo, de realiz¿r una introsPecc¡ón acerca de la proPia
€onstitución emocionat y de procesar racionalm€nte las proPias emociones
a través del pensamiento describa adecuadamcn¡e la comPetenc¡a emocio

nál en sus muchas formas. Lo que podemos decir' de todos modos, es que
el valor de Ia inteligencia emocionál -<onsiderándota tal coño la describe
esta d.finiciórF cs una no{ión ditundida e incluso domin¡nte Porque s€

coresponde con la ideologl¡ de los gruPo§ sociales clavc en el proceso de


producción y porque s€ corresponde muy bien con los requisitos que s€ le
exigen al yo en las ruevas formas del capitalismo. Deberíamos enlonce§
pregüntarnos cuáles son las habilidad€s so{iales y enocional€s que natu-
raliza y legitima la intelig€ncia emocional Es eso lo qu€ exar¡iraré ahora.

Ia cotflpeteftia emo.ional y social


No casualidad que en el ejemplo of¡ecido por Mayer y Geher el terapeuta
es
§ea pre§€nlado como aquel que es intelig€nle emocionalmente. Esto €s así
porque definir la incomPeten.ia emocioral cs siÍ¡ultáneam€nte definir la
compet€ncia y a los portadores sociales de esa comPeten€iá. Esio no es
sorprendente, dado quc la noción de inteü8enciá emo€ional s€ coÍ6Ponde
muy bien con Ia visión d€l mundo de una clase particular de Profesionáles
-.los psicólo8oF qu€ histó¡icainmte han te¡rdo un exito extraordi¡aro cn
su demaada de monopolio de la deñnición de las regla§ de la vida emodo-
nal en las esftras privada y priblica, y h¡rr redefinido €l éxito Profesional €n
térrnirlos de la conductá y el manejo emocional. tá i¡t€ligencia emocioral
se ha convertido en la preffogativa de una clas€ profesional re§Ponsable Por

elman€io de las emociones, y ser emocionalmeÍte cohermte pareceda €on_


sistir €n adquiír las habilidádes cognitiv¡s y emocionales cn las que los
psio5logos dlnicos y los trabaladores de la salud mental afirman ser virtuo-

26 Timot¡y wil$n y ,o¡athan w. sch@l§. "Thinking t@ much: ¡nÍeP.ction


cán Edu.t lh¿ en .lorft dl oÍ PcBonal¡tv
qu¡lily of Pref.mces .nd d.cisio¡s'l
dd social Pst tbl%r,N' 6o, fút.rc d€ ,99r, PP r8!¡9:; Ionathú School€r'
&etl¡r Ohtsq y K.vir Betl' "'rhoushts b.yo¡d wor&: !{ho lnnsü¡9.
oveBhadows nDi8Jll; t¡ d¡t, al of Etpetin.atal Pr.hologv,jtDió ¿e 19e3,
¿u¡a tiuttA t!IRAIltl([«0¡ t0íofrL? | 2ó7

sos. k inteligenc¡a emocional +l igual que la noción de co€ficiente intel€c-


tual- sirve como un i¡strume.lo de clasificación yde estratificación en
üriud de que es implementada €Í o¡ga¡izaciones que Ia sancionan y la
legitiman. De la misma manera que el coefi€iente intelectual servia para
clasifior a las perrcnas en el eierdto y cn el lugar de trabajo de manera tal
de ¡ncremertar su produchvidad, la inteligencia emocional s€ ha convertido
cn una maners de cl¡sidcár trab.iado¡es en mtis y menos prodr¡ctivos, esta
a

vez se$in panímetrcs emo.ionales en luga¡ de parámetros cognitivos. Pero


al afirmar que simplemente describe formas diferentes de comp€tencias
emocionales, la noción d€ inteligencia emoc¡onal áyuda de hecho a organi-
zar a los srupos sociales en tomo ¡ un nuevo cie de clarificación social. C¡da
vez más, l¡s emociones deben ser definidas como una forma de competen-
€ia .on la qüe a s¡l vez s€ puede "jugai' cn los campos sociales de lucha.
Tal como he argumentado en el capitulo anl€rior, los campos smocio-
nales tun€ionan mediante Ia construcción y la expansión de los criterios
para evaluar la salud y la palología. Estos campos emo<ionales construyen
y regulan el accerc a nuevas formas de la competencia social, a lás que
llamaré competencia emocional. D€ l¡ misma manem en que 106 cámpos
culturáles son cstructurados por la competencia cultural -la opacidad para
relacionar a¡tefa.tos .ulturales d€ u¡ mo¿o que s.iala una familiaridad
conlacultura,ltaolegílimaáprobadapo¡lasclasesm¡ísáltas,loscáÍ¡pos
emocionales son r€gulados po¡ lÁ competmcia cmocional, o por la capa-
cidad d€ desplegar un estilo emo€ional d€finido y legitimado por los prin-
cipales áctores en ese campo, esto es, los psicólogos y Ios trabaiadores men-
tales.Iá noción de i¡teligencia emo{ional constitu},E una formalización y
ná codificáción de dicha .omp€tencia emocional.
Al igu¡l que l¡ competencia cültüal la @mpelencia €mocional d€b€ ser
lr¡ducida €n un beneficio social tal como el avance profesiooal o el capital
soc¡al. De hecho, para que una forma particular de comportamiento crltu¡al
sc corivic.t¡ en un¿ forma de capital, d€be pder conyertirse €¡ álgo que 106
¡gentes puedar jus¡r en ese campo, algo como un beneficio social y econe
mi.o que a su rcz les dará un derecho de entrada y los aludani a obtener Io
(tuc está €r juego e¡ ese calJlpo.'7 En 6e sentido, podemos hablar de un
.xn.epto dc capital emocional, similar en firnción al del capital cultural.
Una t ú6qued¡ e'¡ hl€met sobre intelig€ncia emocional árrojó ¡unero-
vrsejernplotdelacon«ruccióndelainteligen emocionat€nlá6enpresas
ia
rnodernas y de las relaciones que acarrea para €l .apital emocional. Un

r7 rkúdi(ú, I )ir,i,x ror, ¡ ntr itl¡ttitth nl tht idr.hút ¡ln, .


268 I Ll t^Lvl(¡ú¡ DrL ir ¡0Drrrr

artfculo qüe reseña 106 usos variádos que ss le da a la int€ligÉncia emocion¡l


en ¡a industria merece ser citado in ¿ri¿¡tso porqu€, sin s€I conscientc d.
€llo, su aulor provee ura ilusración del modo .n que s€ utiliza la inteligeo-
ciá emocional como una nueva forma d€ clasificación que puede ser con-
vcrtida e¡ u¡ opital e@nómico real.' El artlculo c€lebra la capacidad dc
la inteligencia emocionál para €valuar y medir €l desempeño e.onómico:

. "La Füer¿a Aérea de los Estados Unidos utilizó el Ea-r* pára sel€€.ionar
reclutadores (el p€rsonal de recursos humános de avanz¿dá de Ia Fuerr¡
Aérea) y descubrió que los reclut¡dores más exitosos tenlan resultado.
mucho más altos en las competencias de inleligencia emocional de Afir-
maciór Personal, Empatla, Felicidad y Autoconci€ncia Emociona¡, L¡
Fuerza A¿rea descubrió también que utilizando lests de inteligencia
emocion¡l pare sel€c.ionar reclutadores aquéüos multiplicaban por trcs
su capacided para prededr .uál€s s€rían 106 reclutás exiiosos. lá ganan-
cia inmediata fue un ahorro de 3 millones de dóláres aruales. Ester
ganan€ias provocaroD que la Oficina de Contadüla del Cobierno enviara
un infome al Cong¡eso, que llevó a una solicitüd de que la Secretarl.
de Defen¡a les ordenara a todas las rámas de las fuerzas á¡madis qu.
adoptar¡n este procedimiento en el rcclutamiento y Ia s€le.6ión.',
' "Socios experim€ntados dc una empresa consultora multinacion¡l fu!-
ron €valuados en competencias de inteligercia €mocional y m€dianta
ouos tres tests. Aque¡los socios que tuvieron r6ultado6 por encima dcl
promedio en nuelE o más de las veint€ compeienci¿s gener¿ron r-2oo.ooo
dólares más en beneficios de sus cuentas que los otros socios, esto.s,
un i¡crem€nto del rl9%."P
. "Un análisis d€ miás de tres.i€ntos ei€cutivos de primer nivel pcrtcn.-
cientes a quince compañlas global€s mostró que s€is compelencias fllo-

28 c¡y ch.¡¡¡ss, "The busin.$.as for emotional inr.lli8cnc.: 2@a,


<w.ci.ororrim.or8rrcF.r.h/b6iffi _cs_fo._e¡.ho> (visit¡do
.l ú de ñatu de 2ooz).
" 6a ¡ cs la §ig¡á q!€ coft{onde ¿ Emotioral Quorieor lnkntory ( lnv€ntdo dc
Cocie¡te!mo.ioral),un tBt de,¡ednió, dc Ia iñkliscnci¿ emo.io"¿l. IN. dcl T,l
:9 Cá¡y Ch.¡nisr "The bsi¡cs (as. for emotional inteUiger.C, citárdo
.l¿ ofci¡.d.Co ¡du¡ia d.l tobioo d.los E5tad6 Unido., "Müit¡ry
Emni.s: Departfmr of Defo* @uld impove irs Eluit.r clctior
The
¿nd in@ntiv. stst€msi mü.do d Coryrcrc cl ¡o de enero d. ree8.
to ¡üi¿, .it¡ndo a R. E. Boy¿rris, "Emorionat i¡r.lli8e¡cei ¿rtlculo p.eFnt¡do
e¡ la Conf.rcr.i¿ lirlag€ sb¡c lnelis€n.i¡ .ñcion¿I, chica8o, 27 d.
iuiA tufyt tt¡rrTrft{^ 0N tlr0(l0i¡t? I 269

cional.s disringltan a tas estre¡las d€t ¡esto: Influencia, Liderazgo de


Equipos, C,oncienci¡ Org¿¡iz¿c¡onal, Confianzá m Uno Mismo,
Moti-
vación de Logo y Liderázgo."r,
. "En empleos de mediana compleiidad (vendedores, mecánico§), el tra_
baiador más eficiente doce veces ñás pmductivo qu€ et meno§ €fi_
es
cie¡te y un 85% más produdivo que un trabaiador de €ficacia promedio.
En los puestos laborates más compleios (vendcdores de seguros, geren_
tes de nivel baio), cl tr¡baiador más eficiente es un 122%
más prodr¡dilo
que un tr¡baiador promedio. Una investigarió¡ sobre competencia
en
más d€ dosci€ntas emprees y org.nizaciones de todo el rnundo
sugiere
que cerca de un tercio de esra diferencia se debe a la competencia
emo_
cional, (En puestos de lideráz8o superior, cerca de cuatro quintos
de la
diferencia se debe a la comp€tencia emociona¡. ),,r¡
. "En IlOreal, los vendedores scleccionados sobre la base de ciert¡s com,
p€t€ncias emocional6 vendjemn una cánti&d significativam€nt€
m¡yor
dc productos que los vendedores scle.cionados utilizando el üe.io pro_
cedirhiento de s€lección. Tomando una base anual, los v€ndedor€s
s€lec_
cionados sobre Ia base de lá compctencia emo€ional vmdicron
9t.j7o
dólarés m:ls que los otros v€nd€dores, generando ün increñanto
r¡€to
de in$esos de 2.trs.36o dólares t,os vendedores seteccionados sobre tá
base de Ia competencia emociooa¡ lambién tuvi€ro¡ un ól%
menos de
rota€ión de pe¡sonal durante el prim€r a¡o respecto de aquellos selec_
cionedos ale la m¡n€r¡ tlpica."!
. 'En una compañIa de segü¡os n¡cional, 106 vendedores de seguros que
tenlan r€sultados pobres en competcncias anocionales tales como
con,
fian?á en uno úismq iniciativa y empatla vendieron pólizas con
una
prima promedio de 54.ooo dólar€s. Aqu€Ios qu€ tenfan muy buenos
result¿dos €n por lo meDos cinco de ocho competencias emocionales
claye vendieron pólizas por un vator de r4.ooo dólar€s},

r¡ ¿ú¿, cir¿ñlo a ly'. M. Sp.ne., Dávid C. M.cldlod ys Kcbkr,(hñpadc/


BetsMt ñ.tho¡k Histor/ and s¡ate of th¿ dr,R¡\¡on, H.yl MrBc¡, re97.
r rü'¿. d¡ndo a ,. [. HuDre( E L. s.hmi M. K. Jud¡.«h..tndividuá]
), ditr€rcner
,n ouipur vri¿bi¡itv ñ a fund io¡ o¡ job coñ?ten\", cn toürunt oÍ Apptkd
*y.ho@L N' t1, tsso, pp. 13 al,y D¿ñt l Cótúrn, Wo*nq eith ¿núb@l
,,rclli8e.¿,Numyo,B¿rl¡ñ,199s ltr¿d"6p-, la indiñia ñü¡ont c¡ ta
.,¿p¡&, 8.rloú, ,.vi.r \reryaÉ, D99l.
r¡ tüi¿. or¡ndo ¡ Lyl. M. spm( er y Si$. M. sp€n(r. Co-p. k@ at @ú: Motu5
¡ot.s p¡bt trtoñni¡.,Nún york, tohn qrdes,r0r, y
Spehrd. M€t.t¡ándy
I«ln¡r, C,up.,rno,d$Aard¡r ntotl,d,: Hnh.y and ,14Í ;l ú. a4.
r{ ¡r,¿, cif¡ndñ ¿ I n,kmán. rv, ¡ti! wlh .ú¡tioadt i ¡litan...
27O I LA flrVr(lÓ¡ 0tr ttt^ r00ttrl

. 'En una gran empres¡ d€ bebidas que utilizaba mélodos corrientes dc


contratación de ejecutivos de áreás, el to% renunció dentro de los do§
años, mayormente debido a sus pobres desempenos. Cua¡do comefl-
zaro. a sele.€ionar á los candidatos sobre la base de competencias .me'
cionales t¿les como la inicialiva, la confianza €n uno mismo y el lid€razgq
sólo el ó% r€nunció en los prim€ros dos años. Además, era mucho más
probabl€ que los ejecutivos seleccionados sob¡e la bas€ de comPetencias
ernocionálca se ubic.r¡n en el tercio superior d€ las divisiones que lide-
raban, medido por las bonificácion€s recibidas en tunción de su de-
sempeño laboral: el 87% se ubicó en el tercio suPeriol Además, los
llderes de división que poselan estas competencias superaron sus obje-
tivos por más de un lt% a 2o%. Aqu€llos que ceecian de €llas apenai
cumplieron con el 80% d€ sus obietivos €n pror¡€dio."rr
. "Entr€ irt ejecutivo.s de nivel alto analizados por la empres¿ Egor¡ Zeh¡-
der Intefnational (de brtsqueda de persoDal), era más probable que tuvie-
ran éxito ¡quellos en quienes se observaban meiores resultado§ €n int -
ügenciá €mo(ional qu€aquellosque lenlan má5 experienciá o meiord
resultados en los tesls de coefici€nte intel€ctual. Mát espe.t6cament€,.1
eie.utivo correspondiente ienia resultados altos e inteligencia emocio-
nal en el 74oÁ de los éxitos y en el ?4lxt de los fiacaso§- El 6tudio i¡duyó
a eiecr¡tilos de América Laiina Alemania y lapóa y los resülado§ ñreron

culturas)6
casi idénticos en las lres
.'Un gupodeasemresñnancierosdeAmeri.anExpressculosgerenl€§
habfan asistido al proSrafna de capacitación en Inteligen.ia Emocional
fueron comparados con un ntmem idéntim de asesores cuyos 8er€nt s
no habian asistido al prog¡ama. Dumnte el año polerior a la caPacitá_
ción, Ios as¿sore3 de los Serentes capacitados hi€ieron crecer su factü'
ración en un 18,r , contra un 16,2% de aqu€[os cu)os g€rentes no habian
realizado la capacita€ión."Y
. "Los cobrador€s de deud¡s más exitosos de una gran agencia de cobran_
zas tuvieron un cumplimi€oto de metas promedio del ló37o a lo largo
d€ un período de tres meses- Se los comparó con un gruPo de cobrado'
obtenido ün porcentaje de 80% en el m¡mo perfodo.
res que s{5lo habian
t,os cobradores más exitosos tuvieron resultados significativamente má.§

.rt C¡¡y Chcrni&! "1h. búsirds.¡s 60. cmorion¿l intdlisenc: cii¡¡do


a D.vid C. M.{l.t¡dd, "¡d.ntiling @mp€tenci€s with behavio!ál_ftnr
i¡teryi.wtl P'/.úoL8i¿oi &¡?,.d 9. N' t, r99, pP. ,i B9-
¿r,¡¡ ¡luIvA rsrR^r (l¡lÓ¡ fí0{ioÍAL1 I 27t

altos en las competmcias de inteligencia emocional d€ autorrea¡ización,


indcpendencia y optimismo. (Iá ¿utorrealización es el conocimi.nto
inter¡o, bien d€sarrolado de las propias metas y un s€ntimiento dc
orgullo respecto del propio trabajo f,3

Los numerosos eiemplos análiudos fl este artfo.¡lo obligan a re¡lira¡ algu-


nas observa€iones: la int€lig€ncia emocioDal €s utilizada como un nuel¡o
modo de predecir y €ontrolar la productividad económica y d€ clasificar
a la ge¡te ocupada en la produc€ión. Emplea lo que Wendy f,speland y
Mitchell Skvens denominan "€onm€nsuración'l una métrica común para
€standarizar y comparar diferentes objetos de modo de construh una equi-
valencia (simMüca y/o material) entr€ €llos.e Aquí la cquiválencia que uno
intmtá construir es mtre puestos de trabaio y personas. Tal como lo d6.ribe
loán Ack€¡ "[Un pucsto de trabaio] es una ranura vacfá, una rciñcáción
que debe s€r permanentemarte recorutruida, dado que los puesto§ de trá-
baio sólo existen como pedazos de p¿pel h¿sta qüe la gente los llena. [...]
Los s€res hummos deben s€r motivados" máneiados y e§idos para enca-
iar cn el puesto de trabaio. EI puesto de trabaio €¡iste como una cos,
sep¡rada."e La competencia emocional se ha conv€rtido €n ün .riterio
formal para medir y cuantficar l¿s comp€t€ncias, creando asf un silt.ma
de cquiralencia enlre las emociones y el desempcno pmfesional, mdido
casi e¡clusivamente en ténninoG moneta¡ios. El sist€ma de equivalencla
€stablecido por la noción de inteüg€lrci. emocional sugiere un proceso de
m€rcantili"¡ción sin precedentes pu€s la inteligen.ia emocionel hác€ po6i-
bl€ ¡dscribirle un valor monetario a Ia conritución emocional de una p€r-
sora, € i¡cluso .onv€rtir a una en otra.l'
Siguiendo la lógica dd cápitrl des.rita por Bourdieu,la6 formai emo.io-
nales del capital pueden s€r convertidás en tormas monetarias. La emergen-

rB lb¿, citmdo a Iohn B¿chmm c¡ ¿1, "lmotio¡al i¡tellig.n.e in ü. .oll.c¡ion


ofdebt'.en Int anoiil loúnnl of szh.tion ond A*§Nnt &Nr t,2@,
re w.ndy Espeland I Mit hel¡ Sreve¡s, "Coññ€nsuÉlio¡ as a soc¡al prcc.ss i
.r! ,oan Ack r. "Hi.Brchies. jobs, bodis: A th@ry of 8.nd.r.d ory.ñiarionf,
c¡ Ctrrddr drd Ser¿r/ 4, N. ¿ r9o, p. r43.
{r Nórs qu. stc ¡rgumúIo * dil€tuci. d.lo.xpu.ro.n Ih¿ natugalhadl
ca n,fthliatiú oÍhu @,fali¡&(Berk Ly,UDiwE¡tyof Cálifomi. Pm,
r93r), l. imFrr,nr ob.¡ d. Adi. Hch*hild a.@ d. h mod¡li@ión d.l yo.
Iin .ll¿, lo qü. 6 mr.¿ntil¡u do 6 l. rcpftsr¡dór .ñó<io¡¡|, ro la
«mrnftión do.io¡nl.
r
272 I t^ \it\At oI Dtt at ¡ li00tRNÁ

cia del campo emPresarial h.r dado origen a lo que Boürdieu denom¡na
{'
nuevas lbnnas dc capital simbóli.o, qrrc son utilizadás en campos de lucha
Si, tal como sugiere llourdicu,ios c¡mposse mantienen a símismosatravés
del ¡necanisuo del hal,itus o del "mecan¡mo estruchrrante que opera desde
dcntro dc los ageDtes'} entonccs podemos sugerir que un cierto habiius
cmocional§ cada vcz másun Prerreqrisiro Para ingresdvjugar en más v
más canpos. Sobrep¡sando !as forDras tradicionales de caPital culiural, l¡les
como la degustnción de vjno o la faniliaridád con¡a¿lta cultura, el cnpital
emocional parcce nrovilizarlos asPecios menos reflexivos del habilüs Existe
bajo la forma de disposiciones corporales y rnertales dur¿deras l v es la
párte más tncarnada" del capit¡l cuhural.r¡ El habirns se enaen-
'mocional
tra entoncesen la inter§€c.ión detres dom¡rios dc la experiencia social: la
inieraccional, la corporal y la lingúistica. Reileja y §e¡ala la propia posiciór
declaseen elas trescqtntiuas Elhabitus emocionalcontbrm¿ los modos
como l¡s propias emociones son expresadas corporal v verbalmente y üti-
lizadasa vez p¿ra negoc;ár interacciones sociale§
Aun cu¿ndo el enfoque dc Rand¿ll Collins dificre §u§taicialmente del
de Bourdieu, algunas de
s inl uiciones quizá Pucde¡r aFdar a expticar la

formacjón ¡iel hábitus emocional v el motivo Porclque püedejugár un rol


i port¿nte cn las intcracctunes socinles. Es muy conocido el análisis de
Collins de la noción dc ene¡8i¿ cmocion¡l como áquello qut €xplica el
ñotivo que mnntiene unidos los rituales dc interacción.{5Yoargumenta a
que, mientras que la cnergi¿ emocional no e§ equiralente a la inteligencia
o la €ompetencia enrccion¿les, es ura pre.ondición para ellas' Collin§
a
sostiene que la cnergia emocioñal cs cl tipo decnergía que acumulamosa
partir de uDa strie de i¡ter¿cciones exitosas con otros.r6 La energla emo-

4tr Prctu lotrr.ii.¡, ¿¡.dlnr" r,¡¡iil,fu,^ C¡Inbrid8e Poiitv Pre$,2ooo P' 166
rr.l. csir.: M.,lnd.o,.s idu/i,,,J, R¡r ..¡.na
l
19991'

+r Pi.r'e Uoudieü y Lúit $'¿.qurx ¡! ,r,d,on n, ¡rr'{nt rdtn'¡'8/, Chi'ágo'


^nd8r¡¡¿
Un ilebity ol Chi.¡8o Pres, r99,, P r s tr¡¿d. csP.r U" nri&¿iú ¡ h sociologia
r¿llaiv¡, ñl¡drid, Sigló xrr, roor'
+ Piere Raurdñ¡, t h. tams ol r¿pihl: en loh¡C R lüdson Gd ) ln'rJüool
ol tht¡r .'1t r...,rttt lor the nrio/d.ql' o/ dl¡i¿ln ,, Núev¡ York' Cre'Nv«d Prcs'
r;s6,p. uar lrr«t es¡: L¡. nrnri§ de! c!¡nrl. c¡Pn¡l econóúi!', caPiral'trlrrnl
y.¡pital so.i¡il en Pi.rc Bou'dic¡, Pll¿ a r¿.1¡o / .¡,vr so.idld¡, dt
.J¿
'o¡rl
An¡lrós(j.trc'r lft1¡, Bilbñ. ldilori¡lD6cl¿e de Broüver,2ooo '
ar ,t¡ndallCollnx, rrr.r¿d,id, flr !¡ .]¡dnr, Princetnr, Princelon Universnv Prcss

t6 Rand¡llCo¡ln§ slrarillt¡tion,.mol n¿l e¡¡rgl ¿nd lr¡nsicnl emotiontlcn


Thco(tore D (cm!.¡ i.d.), ¡¿5úr.¡, §.r.ldJ,t ri¡.ltio¡oS/d
'¡'drn'r,^lb¡nv
s!ñ! lr¿$, Leeu,fF. r7 ir.
iu[,1 ¡]trl]^ t!lR¡Irf Iaoór t ¡] 0(l0 al] I 273

cional-quc cssin doda un componcnle importanlcdc la sociábilidad-es


la confi¿nza cn ¡osorros rnk¡ros quc adqu¡rimos al habcr obt€nido rcpe-
tidamente un sentido de ferter¡encia a un grupo social. Collins describe
¡qui unasuerte de si¡ergi! durklreimiaDa urd c¡pa.idad de "establecer
conexi<»*" con los otros que dcrivarnos de habemos sentido miembros
dcur grupo cn cl pasaclo y que en el prcsente poderños a su vez rerroali-
mcntnrle al grupo. Es probnble quc ia genle qrc poscc esta clase de energia
emocional,sostiene Collins,asu¡na Lrna posición de liderazgo dcbido¡ que
lienen laeoergía que derivadelgrupo yquea su vez puede enc¿riar en el
grlrpo. Si, t¡l conú al'irnr¡ Coll¡rs,la energiá emocional es acumulada a
través de l¿ membresia p¿sida en un gNpo social yde inte¡ac.iones exjto
sas, enloncesdespleg¡rla cs una mancra dc senalarlas propias interacciones
exitos¡s previas: rr.¡ r¡¡¿rr. dc utpitalenlocn»d q puede s¿r únl,e¡tido e
li¿lerazgo. La competencia enroc io¡al, puede entonces decirse, depende de
l¡ liecuencia de las propias interacciores soci¿les y del propio estatus en
esas inte¡ ac.n»es. Pero ctebido a que la noció¡r de Collnrs es du.kheinriána,
no presta aiencióE a tos m¡rcadores de estatusco¡ los que están asoci¿das
las cmociones. Las c¡nocioncs fr¡ncion¡n como un c¡pital no sólo po¡que
se derivan dc los propios virculos so.iales y dc la propi¿ posi€ión deniro
de esos linculos, snú t¿Drbié¡r porque el habitus emocional, al jgual que el
gusto, tiene un estilo qDe es detiDido por la propia posición socia¡y la
propi¡ ideDrid¡d sciil, y eso n sll vez io define.a7 f,n otras palabras, no todas
las lbrmas de euergÍa emrioml pueden tuncionar como monedas de cam
t io socialcs ni püedcn ser convcrtidas en capital so.ial. Una energia pe¡-
dencier¿ y e{ubcr¡nte no 1o llcv.rrá ¿ uoo muy lcjos en escenarios tales
como el ejército o en un, organización económica. Debemos por tanto
decir que es Drás prob¿blequeciertos estilos emocionales sean convertidos
en capital,Ison est¿r fornr¿s I¡s que ¡ne intcres¿n aqri.
Al proclamar qre la pcrson¡lidad y las enocn nes eran bienes para el
lidcr¡zgo y quc csros bicnrs podi¿n ser adquiridos ncdianie rn trab¡jo
.rütorreflei(ivo de ntlrospccción y¡utoobsc ación, 1os psicólogoscontri-
l)uyeron a 1¡coDversií,r drl estilo enro. ional en una rnoned¿ de camb¡o o
.¡pit¡l soc;¡I, y arti.uliron un nue\o hngu¡je de la personalidad con el
quc hacerse clr clicho capitrl. Micntras que en las des.ripciones de Freud
.1 io cconónico .xrrai¡ un alto valorde larida privati¡ ese sabor peculiir

r/ I )0 rülú l¡nnN, dr la med id¡ flr que d caFir,rl .uhuml ¡l ncnos .n cl scnrrdo
(¡u.lcd¡ Bourl¡eu .i8nifi.¡eli..úyr¡un.o.puscsrdr(Rlodereaciones
rrrArirn\ i(l(nrilnr!lJ\ ..r o.¡r.r.ollurx':hnnrlis.n.i.¡únn)cn¡n¡lnociljñc¡
.onx, trri¡ rrl'(\t)rl n' ¡r1 L,rt,irrl ruLtúr¡1.
274 I tA 5At\lA(1Ú¡ 0tt ¡Lti¡ ¡()DI¡Nt

de la contención morosa quc leva ¡ lá reprcsión y ¡ la neurosi§-,la eco-


nomia psiquica de las p.rconas quc trrbajan en las industrias.ontempo-
rá¡ea¡ de los servicios --cspccialm.nt¿ los g€rentés d€ nivel ñedio y baio-
.rige un trab¡h €mociona¡ sutil y compleio quc inclure a otros (antes qr¡c
erduirlos), cs a§rmrtiva y orimtad. á los otros, y ctá sintoni?¡da co¡ 106
asp€ctos cmociond€s dc la ioterácción. aunque también puede pos€er uo
control cognitivo plcno sobre ellos. Po. est motivo, Ia inteligcncia emo-
cional eslá fud.mentalmentc concctada con la orgarización y con lá!
dinámicas dc clase del capitalisño contempoán.o. El capitalismo con-
temporáneo exige habi¡idades simbólicas y emocionales que lo af.¡da¡án
a uno á .rreglárs€¡as con uña ampl¡e veriedad de situ¡ciones sociales y d.
person¡s cn mer.ados compleios, variablcs e inciertos. La inteligcnci.
cmocion¿l refleia el €stilo cmocional y los modelos de sociabilidad dc Iá!
m€dias cuyo trab¿io en la economla capitalista contemporánca €xig.
clᧀs
un man€io cuidadoso d.l yo. Ems clas6 medias dcpenden estr€.ham€nt
d.l tr¿bero colaborativo, cv¡lúLan connanremeÍte a los otros y son coú-
tánteñmtc evaluados por ellos, Írueveñ en 8¡arides cadenas inter.caio-
sc
nales, conoccn a una gran vádedád de pcrsonas que pelenecen a distrnloú

giupor dcbcr¡ g.nársc L confian?¡ dc otros y, qúiá por mdma de iodq


t abaian en.ontcxtor c¡ los qu€ los critcrios para cl cxito son €ontr¿dic-
torios, elusivos e incierto§. t¡ int.ligcncia emocion¡l es una disposición ¡
tr¡vés de la cual uno cs c¡paz d€ a¡¡.Elárs€las emocionalmcnte con l¿
incenidumbrc cstruaural y con cl problema dc le conrruc.ión & la con-
fiaIlza y cl cors€nso. Une disposición emocionel tel producc competmci.
emociona¡, algo que se ha tornádo particularmcnte i!¡portante en un¡
forma de capitálismo que puedc ser caractoiz¡d¡, §iguiendo la erpresión
dc Luc Boltanski, como "concxio¡htai Tal mmo s.ñala Boltanski, en .l
.apitalismo .onexionista, el"habi¡qt lde ()asel de las clares do iflan¡z,F
no puede descansar en su propia intuición. Este habitus ne€esita sab.r
cómo €stabl€cer r€lacion€s entre personas quc sc cncuentran geográñe y
socialm€nl€ dista¡tG de unoid En cl capitalismo conexionira, el €5t tu¡

a3 "E¡ un mú¡do o Bd, 6 .l gue l$ conqio!6 li.n.n Btu pcibiüd.dG d. *¡


p¡lGhcc (lEto nli iñpñiiibl6 I m& L¡¡.r .l h.büú d. cls, so¡,E.i
Fr. r. ¡pq.¡ l¡ oDErtGi. .+onr¡E d. 106 8úG d lc ód.'6 !ci¡.s 6ñ
pEdominio dor¡¿.ti.G y¡ no 6 turd¡ñ.nto 3!íridt. & I¡ i¡¡uición, d.l oú¡to
Por .l @otr¿rio, .s m& pod.re$ .qúcl q!. 6l¡ble lám ótre indiúdúos, ¡o
!ólo aLr¡dG u6 d. 016, 3itü¡do3 .n uniffi dilñ¡lcr sim tebian
d6t ¡Lr ¿G s m.dio d. oiSm y & ¡ur nl¿.ioÑ ¡rm.d¡tar Ée 6 l¡ @tn po¡
l. o¡l ú épitálism odior¡il¡, . d¡froci¡ & l. .¡üEu¡ cicd.d brn¡Bc¡,
&rpr¡ u, @pnal d. sp.r¡¿rci¿É y ún condiñi.¡to d. ñundc dirMs r 16 qú.
¿u¡^ l¡ury¡ tiI¡aII¡I(l(IóÍ tO( O¡Ar? 275

es cstabl.cido por la propi¡ epáridad para coño.er a müch¡s person¡s y


para estáblecer conexiones entre ella§.
Más esp€cíficamcnte, la inteligencia emocio¡¡al es un clcmento .cntr.¡
del capital social porque lzs emüiones son .t modo como en ta pnáctic¡
l¡ gentc adqüer€ rede§, f¿ §€an tuerres o d¿bilcs. I¿s eñocion€s son com-
ponc[tes e§€nci¡les del mec¡nismo del c¡pital §o<ia¡ cn los dos sentido§
identificados por Alejandro Portes: uno §€ relaciona con lá cápa€idad para
formar redes sociales posilivas, cslo es, una forma positiva de sociabi¡id.d
en la que se producen la solidaridad y h energia emocionalj la ot¡¡ se
relacionaconlos modos en que las rclacioncs personal€s son conv€(idas
er¡formas de capiial, tales co¡no el progr€so en la c¡rren profesional o uná
salud m€jor.r, A Ia manera de una nueva cap¡ €n nuestr¡ corceptuálizeción
de la compete¡ciá emocioná|, aquí las emorion€s se h¡n convertido €n
una forña decapitáI, porque etablecer rel¡cionessociales es un elemento
c€ntral del capitalhmo conexionista.

EL HA¡¡TUS TEI PÉ UTICO CLOSAL Y f,L }lOM¡XE NUEVO

Llevcmos est€ anál¡sis un paso már allá. El habitus terapéut¡co m¡rca ¡a


emergcncia d€ nuevas formas de rñas.ulinidad, y ra¡es ma¡culinid.de§
nueva¡, si uo son dire€tamenrc causadas por la ditusión e i¡¡cluso por la
globalización de los modelos cukurales ter¡péulicos, ál rñ€nos Ésrár¡ 6tre-
.hamente asociadas con ellos. Esos modelos, ¡ su vez, están conectados
coo la emergencia de una estructura de sentim icnto "conexionistai
En una s€rie de ar!í€ulos, John Mey.r y sus colegas h¡n sostmido qu.
¡¡ Slobalización €s el proceso mcd¡ánte el cu¿l un númcro cada vez malor
d€ estados en todo el mundo adopta lo3 mismos modelos culturales (de
la economia, de la orgánización pollrica, dcl individuo), haciendo así que
cstos modelG p€netren er¡ la vida social.,, En tá mod€rna oBariza€ión

¡rr¡bur tr,¿ imPorárre (ap¿.i¡l¿d d€ ¡daprációni r_N Botl.¡*i y EE chüp.¡to,


t . @üecl esprn d .ai,,lnñr, P¡ (' c¡tlimrd, De9, p 116.

4e ft,rr.!, "sci.l epnJ: ¡tr o.igirs.nd.ppt¡orioñs in mútdd


^j.¡rdb
úiolry",e¡ Annwl k!i@ ol s«ioid8/, N" ,.{. rees. pp !r4 lrr¡d. 6p_:
'( :ip¡ál úciah sus ori8cn.r y ¡plic¡úmcs cn tr scioto8¡a ¡Dd.h¿i o ,. C¿rpio
c ¡. Nov¿lovsly (.di), D.,{¡¿lI¡twl. E!de t
ü» ñ@ú
tltr ¿.t Era¿o d
¡ro¿¡L,ud trld¡iJ, MaxiLo, FL^.so. r99s. I
$ v¿.c, por d.mú', ¡r,hn M.y.r ¿, d¿. wo.l¿ sxi.ry ¡nd th. nárion,sr¿rei .¡
l.¡¡ntlnl so.n.Insy tor, N" ¡, re», Dr ¡44-rli¡,
^n¡rn-N
276 I r,1 \Ar!At 0N 0tt at¡t¡ xoDrrrl¡

politi€a globalizada,los i¡dividnos sc co¡stituyen a sí mismos mediante


la utiliTación de ¡eglas est¿ndariradas (lales como ser r¿cionaly lener u¡
propósito)que les permit¡n cf¡tllec.er Ia esenciade lá moderna€ondicióo
de actores. La psicologiaes uno de los ¡úcleos principalcs de Ia globaliza-
ción cultural,üna fuente de nrodelos e¡ torno de los cualcs los individtros
seorganizan e¡ todo elnluDdo.llste ¡nodclo es difundido nru¡di¡lmente
i trav¿s de Ios planes y lá capacita.nln r¡iversitarios, a través de la práctica
regulada de la terapia profesion¡I, ¿ 1ra!é!delaadopcnin estataldc modos
terapéuticos de intervención cn la socjedad y ¿ i.avés de la estrncl u.a más
informal del mercado. krael brnrda un excelente ejenplo dc cste Proceso
de globalización de los modclos de la condi.;ón de actor a través de la
psicologia, en t¡nto ha institudoMlizado pmflrndamcnte el conocimiento
psicológico ¡ través deun¿serie de lugares sociaiesclave ytambién porque
cüe¡ta con un gran nú¡nero de tallercs comcrcialcs que apuntan a cambiar

Para dar un ejenplo, anali?aré un taUer er intelige¡cin cmocional al


que co¡.u¡li en IsraeLen 1998. F.lobjetivo del taller era cnse¡ar y difundir
lasintui.ioles dci conccpto -e¡tonces re.ién descubicrlo pero ya muy
popu¡ar de inteligcncia emocional.5' Concurlierofl alrededor de doscien'
tos p¿rticipantes. Durante el di¿, me sent¿ ¿ muchas mesas y tuve corver_
saciones intbrmales con varias docenas dc pnrticipanres. Sus Profesiones
er¿¡ variadas: la mayoria tr¿bajaba cr'.mpresas nedi¡nas yeran gerentes
de nivel medioi ¡lgunos.ran propielarios de peqDeúas emprcsas; otros
e.an educadores y consuhores de orsanizaciones. Para la mayoria de los
participartes, aquel día calificaba como un dia de "crp¿cilacióD'l y por
tdto institución para la que trabaj¡ban (escuela, empres¡,
era pagado por la
et..). Esto sugicreyconfirma que el arr¿ctivo y los rsossocialesdela noción
de inreligencr¿ emo( ionrl
'"n mJ)úr n)cnrc eronómi, ^'.
Durante la p.nnera parlc dcldía huto varias .o¡f¡rencias brindadas
por corsultores y capacitndores organizucionales locales (israelie$, muchos
de los cuales teni¡n títulos profisbnales en psicologia. L¡ segunda Part€
deldi¡ consistió cn un tallerbriDdado eD i¡glés po. r¡n psicóloso estadou'
nidensc, qüc habia venido dcsdelos Est¡dos Unidos ¡ Israel especiaineñl(
para cl dictado del taller.
Abrió el evento el tradu.t(,r al hebreo dcl libro de Goleman, y luego fuc
seguido por una ssie de oradores,la ¡rrayoría de los cual€s Pe¡lenecían ¡l

5r !l di¿ tu. org¡¡izado porun¡.ñtresr nr¿ell ll¿nr¡da AD¡shn¡ veM¡ch¡holinr


(PútunN r «n¡pu'¡¡ló¡s).
iLl[¡ NUtl/A t!IP¡I f lf r\t d ,t0t10 ll ¡ t) I 277

campo dela consultorla organizacional, y a{irmaban ser eipertos e¡ capa-


citación e¡ lklerazg.r. En respuesta a la pregunta de uno de los organiza-
dorcs respecto de"quién babia leído"el libro, todos, hasta donde pude ve¡
dijeron que sí. Au.qN el libro y sus conceptos ñreron el tema principal del
día, habia muy poca cohereDci¿ entre los abordaies de los distintos o¡ado-
res. Uno aseguróquela inteligencia emocioñal consislir en saber cómo ser
decididoytenaz, mientras quc olro afirmó que u¡a falla para conprender
cuándohabía quedelenerse marcaba una falta de in teligenci¿ emocional.
Un orador ¿rgumentó que era muy importante planificary },ensaracerca
de quéhacemos y qué decinros. mientras que otro aseguró que la espon
taneidad era de enorme importaDciá. Uno acoDsejó "mirar a las personas,
no lo que dicen'l mierlras que otro sostuvo que"lo qt¡e las personas haceÍ
puede tener tantos significados que nunca estamos segu¡osde lo que sig-
nificá. Sólopodeñosconoccrsusintenciones,ypor tanto siempre debe- 1()

mos preguntárselo': Ni¡guna dc estas contradicciones perlurbaba al público,


que ni siquiera pare.Ía percibirtas. porque eran coherentes con la doctrina
terapéutica, que "trabaii' aprovechando una sran variedad de elementos
narrativos mutuanrente contradictorios. que pueden organiTár.etrospec
rivamente un manejo ¿decuado del yo. La inteligencia emocioDal es uno
de esos elenentos narrativos, micntras que tambión funciona como un
esquema de ctasificación en lorno al cual m uchos consultores y psicólogos
organizan consecuentemente sus prácticas profesio¡¿les.
La segunda parte del dia consistía €n un taller orgair izado poreldoctor
David Ryback, autor de EQ- trabaje con su isteligencia er¡o.,osal. i Ryback
es uno de los cada vez nás Dumerosos psicólogos, capacitadores y coD-
sultores organizaciorales que viajan por el mundo para ditundir local-
mente sus t¿cnicás estandarizndas. Le hablaba en inglés a un público de
participantes israelies accrcn de las lécnicas para la obtención de i¡teli-

F,l contenido de su taller brindado bajo la forma de una confe¡ercia


interactiva era nluy consistente con muchos de los temas analizados en
los c¡pítDlos ¡nteriores de este libro: aseguró que las hábiiidades de la
inteligeDci¡ emocional dcben ser practicadas en las esferas privada y
priblici, y quc las habilidades Lequeridas parr un büen matrimonio son
equivalentes a las requeridas para llevar adelante una empresa e incluso

5¡ D¡vid llyürk, ¡lr¡¡,! ¿,,.r,nn,/ i,r,¡¡ig¿,¿. ¡d ú.¡t, ¡oro¡,


llutterworth f,cin.nrintr, ¡9931rrid. esp.: ¡O r¡,ú¿,¿.., rr tu¿¡,S¿,.,
ú o.¡o rl:h\hRhúb.tu ¡otrl.t .l \.rtnio rl.la !\t¡ón ¿nprdt¡nl y ellnlctuzga
./¡¡1nr, M,¡l,nl, r rrr, ¡¡)sl
tr7ll I ra \^Lra(l0r 0ll ¡[r^ x00rrr^

para p¿rl¡cipircxitosamcnle.n ne8ociachnesdiplorrálic s inlernacio'


nalcs. In gcneral,estls habilidadessü neutraleseu rclación con elgénero,
pero si hubiera que ¡sign¡rlcs un g(tnero, sin dud¡ ése sc.ia cl géncro
femcnino. Ryback, aligualtlue todos los psicólogos, distinSue entreemo-
.ioncs apropirdas y emo.iones ioapropiádas, y sosliene que el campo
e,(ion¿ldcberÍaserconducidosiguiendoregl¿sobierivas.Unavidaemo-
ciorll compet{nte.oDtiene habilidades quc mcrcl¿n l¡ nculralidad con la
cspontancidad, h snrceridrd (on la c¡rencia de unll actitud sentenciosa,
laafinnaciitn dc uno Drismo cor la capaci.l¡d dcescLrcha yla flexibi¡idad
ron la firnreza. Ln pocas p¿l¡hras,la inteliSencia emocional tal como la
defendia este psi.ólo8o c(,rteni¡ un¡ nrczcl¿" de atribuhs conÍlictivos,
esto es, p«.is¿nrenre la nrczclr que h. tornldo r¡n e!¡ct;va a l¿ dodrina
lerapéutiel, porqüe rrea una permanentc incertidmrbre y un deseo de
reconc¡liar alributos co¡nictivos.
Losasisrenrcs pudieron referirse a lus in tuiciones del libro de Gol€man
durante elta¡ler. lodos los partic ipanres hablab¡tr un inglis fluido,loque
cn un contcxto israeli sugicre qüc tüvieron por lo mcnos 0na educación
univcrsitarir pardal. En l¿s conlrrs¡ciones inibrm¡lcs düra¡i. lá.ena,
rodas las p(rsonrs corr las quc h¿blé ¡segrraron qnc llabidn disfrutado
mu(bod.l laller.Una'nui.r,quctrnb¡i¿ba.omoasirerlcadministrativa
en una empresa de alta tccnologia, ¿seguró quc'tst s cosas irrtluyeron
rDucho len mil lyquc ella l,ensat a'mucho acerc¡ de c(tno mejora¡ lm¡l
relacioner . Un hombn qr¡ h¿b,r ,bi(rro propi¿ empres¡, ¿5eBUro que
'u
l¡ ger¡te no piensd lo suficiente eD el factor humrno en las erttpresas,yqu€
él esuba muy interesado en mejor¿r sus hrbilidades emocion¡les. Por
último,otro hombr( --quecstaba desempleado y buscaba trnbaio- as€guró
qur (reía que"la impresiór) que uno dria cs i'nport nte. sepuedcs€r
'ruy
una niuy buena per§ona pordcnrro pero,poralsuDa r¡zón, no dejar una
bneD impresiinr. Si Lrno co¡nprc¡¡de roDm !c co¡rporla y qué impresión
deia cn los otros, entonces puedccontrolar mejor todo clproceso'i Al final
clel taller, sc les pedia a los ¡sist(ntes que diie.¡n en Fúblico si habian
apreDdido ¡lgo dd i¿llcr y,.n caso de que I¡ resFrrstn Iucra posiliva, qué
hat iar aprendnio. Las respuest.r! fucron variadas.y pueden serc¡aiifica-
drs (de nr ner¡ rcsun,ida).lsí:"Sieul(,queha nrchrido micapacidadde
cscucha 'r "Nle rnsena que no nosrscnclum)s el uDo alotro"i Hcapren
dido cn estc t.llcr quc debcDNs vivir ruesrra vidi al nráx¡no"i Se tr¡t.
dcidc.ts muyinportlntes,lue dcl,oi¡n scr introduc rs en hsescuel¡s";
'' ñle relbrzó eD nti m¡ ncr¡ tle ser, para scr sinee«r, abieno y honcro ; 'Me

cnseñó la ir)rporr¡n(i¡ dcl ¡uto.onlrdl, y dc ci)nro dcbcmos vi8ilarx)s


ir('nt nenrc a nosolros miínos ; y l,\roy felir de scr lcSiri¡r¡ado en mi
iu[¡ Nuty¡ f!tI^IIfr(rfrÓ{ fH0(r0iltt] ,79

posición de que nuestros sentimientos pueden dar¡os poder antes que


debilitarnoi:
Es muydudoso quc este tallcr pueda por sí solo tr¡nsformar l¡ co¡sti
lución emocional de sus participdntes. Pero detod¡sformrs estos tallercs
deberian interesarle ¡l sociólogo porqtc scñalaD la forma.ión dc lo qt¡c
me gustuí¡ denomi¡nr u¡ " habitus €mo.ioral global'l l'ormación qre tienc
lugar en los hrgarcs usüalcs de socializa.ií,n ( la tamilia, la escucl¡, los nedios
de comunicación ), pcro -ral como l¡ mu¡tir ud dc hl¡eres psicolóB¡cos que
han norecido en lsraelen h, últimas dos décadas lo atcstigua , su adqu¡
sición también tiene lugar en cl »arco cultural voluntar¡l¡ dc tatlcrcs
cducacionales tales como elque aquí se hi anRliz¡do. Estos l¡llercs t;encn
cl propósito principal d. inculcar nuevas disposi€iones cmocionalcs, o lN
habilidades requcridas para n¡vegar en lás volátiles condiciones de l¡
¡nodernidad tardia,de moverse a lo largo de.ade»as de redcs sociales ydc
cunplir con las exigencias del capiralisno conexionnta Slobal.
Dicho habitus está relacionado con lask,balización culrur¡l y econó
mica (entendida como un proceso que cr desple¡rrrio dcntro de las cstruc
turásde clase locales, aun cuando ¡ menudo ternrise perturb¡ndo dicha
cstructura de clises ). En est¡ linea, los análisis ambiciososy muyconvin-
ccnres de rohn M¡iyer han permanecido curtusamcnlc ajenos a la dinámiür
de clase a tr¡vés d€ la cual tiene lugar el proccso de Slobalizáción. D€
hc€ho,los modelosps¡cológicosdela persom¡idad no só¡o hanocasionado
un nuevo habitus -que podríamos caracterizar como u¡) habitus lerapéu
lico "g¡ob¡l" snro quc, afirmaria yo, este habitus es c¡racteristico de un
gruposocial de Serentcs y especialistas culturales muyinvolucrados en cl
proceso de globalización. l)icho habhus tuncion, med¡¡nte I¡ desest .-
ruracióD de lasformas tradicio¡alcs de másculinidddy mediante Ir hác-
tun d€ los grupos so€iales €n torno de líneas de nuevas identidades de
sénero (y emocionales).
Voy a dar un cjemplo. En 1998, enlrevisté a Eyal, un israeli dc 26 años
Iicenci¡docn ciencias socialcsen Ia Universid¡d de 1¡l Aviv y que tr¡bajaba
como especialisia cuhural en un¡ asociación politico-cultural con una
clara orientación global. Durante Ia enlrev;sta, Ey:ildislingu¡ó entre dos
tipos de hombre$ rno rl que llamó el 'tipo hrroico'lqne h¡bia estado en
.l ejército,.omia conidas ¡adonales (por cjcmplo, clhummu, y no expre-
s¡l,a sus emociones bajo ninSuna circunstancia. El segundo ripo, dijo, cr¡
el"Nuevo Honlbrc'ltal como lo ll n]ócnhebreo(lr¿G evet Hdcha.losch),
c paz de"entrarcn contrclo cotr sus scrtin¡icn¡os'l .on h qucdenomirxi
"cl cost¡do l¡nenino d. l¡s (os.i: cntrevistado ¡firmó quc todos süs
r»rigos honrhr$ eran rsi i !onl,) cl llo,nb,1' Nücvo, y qrc úi Do podí
28(, ra \^rvÁt 0* Dtt aUta x0Dfill¡
r
tener otra cla§e de amigo§. Los sigüientes extractos de la entrevisti delinean
el pe¡61 del " Hombre Nuevo":

ENrRlvrsf^DoRA: ¿cf€e que usted es tíPico en esteasPecto?:o cree que


rus opiniones acc'l:4 de lo. hombk' y de Ia\ emotion(§ \on evrrdnos
en la so€iedad isracll?
IY ¡.: No. Soy bástante típico de cierto Srupo §ocial, de cierto entorno

ENrREvrsr DoRA: ¿Qué quiefedecir con ello?


Ey r Me refiero a que Para ser caPaz de iÍg.esar a cierto ter.itorio social,
pára perteneceraciertos gruPos,lá.omPlejid¿democional cs una obli-
gación.
ENTREV¡slaDoRAr,¡Puedesenalar un Personaje cono.idoodesconocido
que en.arnaria para usted esa cla§e de€omple,idad enocional?
EyaL: La pelicula Arrie ¡l4ll. Vi lá Película unas treinta veces. Fue una
pelicula muy formativ¿ p¿ra míypara muchos ot¡os.
ENrREvrsraDoR^: Usied dijo antes, en relación con la Pertenencia a

cierto grupo social, que los hombres -o al menos los hombres que Dsted
conoce deben tener una . ierta manerr de erpre",:¡ st¡\ emo. iones
¿EDtendi bien?
EyaL: Absolutamente. Definitivamente. Es Parle de lo§ "exámenes de
ingreso : Déieme darle un ejemplo. Mi esposa, Lior¡, es Psicóloga clínica,
Tiene una herm¡na que vive en lerusalén. Su marido es un¿ suerte de
redneck.. Vieíe de M Mos¡av fasentamie¡to rurall. Y cs un ¡ro§hnv¿il
típico. Carece de cualquier tipo de expresividad emocional. No tienc
emociores. Y nosotros los tr€s: mi esposa, la herman¿ de mi esposa
yyG nos bürlamos de él precisamente Por ello, por el hecho de que
no tiene seDtimientos. Nunca echa de menos ¡ada, nuncn extraiá
nad¿ynuncaestádeprimido.No conoce el concepto"estar dcprinido'l
¿Dónde has visto algo asi? De modo que ése er el .riterio Cuafldo
salía con mujeres, si elta no sabía 10 quc quería decn"esrar deprimido"
(no me refiero a una gran dePresión clini.a, sino a unn depresión
normal), entonces no me interesaba. No er¡ una candidata posible
De ninguna mariera.

' El térñnro"r¿dne.(l para el qle no existe iraducción h¡bitunl, dcsiSn.


{ ñenudo peyomtivamente ¡ per$n¡s de origen c¡u.ási.o dc b¿nr nivd
socioeco¡ómico que viver en zonN p¡cfercntemen¡€ runhs dd rrde los
Estados Unidos. lN. del ll l
¿u[ll rl!tv¡ tSrRAl]rlr¡tlÓx [í0r 0nar] 28¡

ED este pasaje puede verse cn funcionanicnto la globalización c ltural: las


pclícülas dcwoodyAllcn h¿n sido un poderoso instrumcnto para la diftr-
sión dc cicrto cstilo tcr¿péutico y dc una nuevn lornra de m¡sculinidad.
Este estilode n¡asclrlinidad está fuertemente aso.iado con un estilo€mo
cional especílico (ansioso, ne¡vios(,, .onscieDte de si nismo, verbal,
reflexivo) y se ha ditindido niyon¡ente entre las trüevas clases medias.
f,l estilo emoctun¡l frurcioD¡ ¿qui como señal de ¡nembresia en cie.tos
grupossocialcs: educa<los,occ cDlales,sccúlares y laI vcz,porencimade
todo, no deilnidos por la naciont idad,esto es,globales. Ese estilocsaso-
ciado con k» marcadores cotidiaDos del gusto, con cónro sc viste uno y
cómo come. El"tlo¡rbre Nuevo expres¿ aqui en¡onces la membresia a un
grupo de estátus, ptres I¡ coDrpeteDci¡ emocional ma¡c¿ una fon¡¿ de
distinción social. Dos hombres podri¡n ser técnicanerte miembros del
mismo grupo socioeconónico, pero tcner sin embargo difcrertes habitus
enocionnLcs.si la glotrrlización erca nuevas lbrmasde desigüatdad,lohace
deseslructura¡dolas jdentidadesde séneroeintroduciendo una cuña entre
la vieja y la nueva ¡¡rasculinidad. Podemos sugerir entonces quelaterapia
esuna estrucxnr culturalqtre nledia entre laglob¿lización y la estructur¡
decl¡ses ¡ través de Ia for¡nacnnr de nüev¿s masculinid¡des. Volviendo á
mi trabajo de campo estadounidcnse, aunque de maDera muy básica y
tentativa, ¿nalir¿rr¿ dc qué mancra l¡ formación de nrcvas masculinidades
crca úr'cvns jera¡quia! emociont'lcs.

Gran partc dc ¡asocidogía dcl capitalismo, marxista o wct criam, ha sos-


lcnido ia misnla opirlión ofrecida por Freud alcomienzo de estecapitu¡o:
l¡ burguesia puede explot¡r a los otros en la esfera de la producción, pero
¡l fin y alcabo se descubre a si nrisnu .omo vi.tinra deunajusticia poética
que la .lespoja de las riquez¡s e¡rocionates del hombre pobre, pues en el
t roccso de soneter ¿l muldo a la búsqued¡ desapasionada de la ganan.ia
los trtrrgucscs sacrifi.an cn cl altar deldios Mamón su bicnestary su capa-
.idid p¡ra torinr virculos signiñcati!'os y duraderos. Este clich¿ -en cuyo
.or¡zí)n residen l¡s dicotomias del'lnercado" y el "don" y el "iirterés" y el
''senlinriento" ha prevenido a mrchos vrciólogos de la recesidad de cap
Lr lo. rn"d.s rn qr¡ 'l l'.rhitrr' trr.rprutr,, prredr pr,,por. ion.,r ,rn mejor
.r...so Do sól(' Jl(i(s.nrp.¡-ro cconó¡nicosino l¡mbian ¡ coüceptos t¿n vagos
y n l dclir)i{lds .rrrr, .l hi.ncn y 1¡ i¡fnnid¡d.:Qü¿ l,.rs¿ritr si los bur-
282 I Lt !lLtl( of 0It Itlt^ lt0ot ta
r
gu€s€s, o suve6ióñ posti¡rdustrial, se hubier¡n convertido cn los mejores
candidatos para el amor y el bienest¡r, no a pesa¡ sino deb¡do precisamcnte
al habitus emocion¡lque requiereny uliliza¡ en la esfer¡ cconómica?
Debido a que la mayor parte de las criticasd€ la terápi¡ oponen elespi-
a un modelo de la virtud.ívicia o del compromiso politico,
riiu terapéutico
generalmentehan ignorado Ia cuestión de sus ¡rros soriir¡er, su pragmática,
r¿zón porla cual han fracásado en la captación del discurso terapéutico
qüe o entá ld perc€pciones, las clasificaciones y los modos de las interac
(ioressociales hacia labúsqueda debiencs soci¡les,y máscspecífi canrnte
de bien€s emocionales, tales como la intimidad. Muchos afirman que el
€f€cto social más interesante del predominio crlturat de la terapia ha sido
la creación de ruevas formas de biencs social€s y de nuevas tbrnas de
compet€nc¡a social, con las cuales obtenerbiencs intangibles tales como
la intim¡dad.
afirmación eslá basada en la quc tal vez es la contribución individual
Esta
más importanle de los estudios acádómicos feministd, esto €s, que l¡ esfera
pública (politica o €.onómica) no puede ser nuestrs única m¡nera de
evaluar la"buena sociedad": Ias relaciones íntimrs,l¿ amistad y la pater-
nidad no son escenarios menos importanies -y tal vez son incluso más
imponanieF para evaluar cuán buen¡ yjusta es una sociedad.!' O, lal
como lo dice con otras pál¡bras Andrew Saye¡ "las desigu¡ldades de €las€
involucran no sólo dif¡rencias de¡iqueza, iDgresoy seguridad económica,
sino también diferencias cn el ¡cceso ¡ circunstancias, priictic¡s y modos
d€ vida valorados, esto es,'bienes'en un sentido amplio, y según elreco-
nocimienlooevaluación de aquelosbien€sy d€ quicneslos poseen':ri Esto
implica ¡ su ve, quc para analizar crílicamente el impacto del habituso la
est¡atilic¿ción ter¡péuticos no podemos apoyarnos en un modelo desocie-
dad basado en bienes económicos dcfinidos dc »raner¿ ran est.echa. lÁ
relaciones intimas deberían figurar de manera ¡gualmcnte relev¡nte e¡
nu€stras cxplicaciones de ln conexión entre ln cultura y las circunstancias
meramentesoci¡les. Eslo implica tambiénque mi critica de los usossocia-
les de la terapiá no conr¡.¡,ii.c la propia perspecliva de losactor€sy los usos
d€ la terapia conro un recurso cultural para mejorar sus vidas. Islo €s,
estoy en condicioncs de iluDrinarntrevas formas deb;eDes yjerarquias sin
ignor¡r el significádo y las metasde los actores cuando ut¡lizfl la tcrapia

u v¿sesuen Mollc¡ okin,,rii.¿.se ¿rn ¡l th.la ly,,"tueu York, B¡si.

54 A¡drew Saye', ?Ir ,rdr¡l r¡¡r,rrdr.. 4i i¡$, Nüevr York, Gnlb¡idse Unircisiry
rufl r/utyÁ t5l¡aTtf l(ltldN tx0r 0¡rt, I 2g3

(al como lo hacen loscr¡ntcpros rrndi.ion¡les de,,idcologia,,y..vigi¡ancia,)


sino tomando estos ¡nisno! obietivos y signiticados como el punto
de
par!idn de micritica.
(lon respcclo a csto. sugiero quc s¡ vemos
. tn inrimid xd corilo u,n eskra
¿e sis ificano por darcdt., p/opio, ct espiriru rer¿péuti.o parece
s€r un
re€urso cuh u ral qft ayuda ¡ los ¡ctores a ¡tc¡nzar lbrmas
de bienesr¡r ¿h
¡d't¡o sot co'ist tidis soeiot e históriú,eúe_Li otr¿spatabras,siconside-
ramos la inli¡nid¿d como un bi.n de cierb ripo espcciaj, podemos
pre-
guntarnos por l¡s lbrm¡s sociales y sirnbóli.as que gar¡nlizan
elacceso a
tales csfrras dcl bienesrnr.
Hsra propucfa sopone!t p ridigrna do¡r) inante de la
_ sociobgia de¡a
do»indción, quc de m ncra ripica ¡borda varias fornras de capaaat
en et
contsto de e$rnarjos conrpetitivos y encucntra desconce¡rante abor¡jar
a Ia frmilja y l.r inrnúnl¿d como bienes por dcrecho propio. por
e,emplo,
la tr:oria de Bourdieu dc ta rcproducción sociat ¡borda a t¡ f¡mitia
como
una iDstitucntn que er úllima i¡inancia se en.uentrn subordinada a i¡
estn¡ctura so.ial." Enesn r.o¡ia,l.r t¡mitia es l¡ insritu.¡ón queincut€¡las
disposiciones tcmpr¿n s r ¡rvisibtcs que nrís larde serán convcrtidas
en
elecciones prád ¡c¡s cn los canrpos comperirivos de la lu€ha
sociat. De todos
modos, tal como ha propucsro de ¡n¿nera convin.cntc Mi{haetWatzer,
t¡a tco.ia de h jusrici¿ deberia expti.¿r (y rcspetar) I(x valores de ca¡ta
esfera de la vidr.'" Mi.h¡el Rusrin rr¡baj¡ con la misma premisa
cuando
suBicrc que ¿cbemos in.tuir et ..bicnestar', como uoa .¡lcgoria
dc derecho
social. Según l{usrin,con la.recilnre c.omplcjidad yv riedad de
los valo-
res huDranos, hay un iDcremento paratelo .n la necesidad
det dcsarrot¡o
personal,quesc rorna unode tos objetivos q uc t¿ genre busc¡a rravés
de
las rel.tciones decompa¡lcrisnm vde ¡misrrd,a rr¡rvés
delaeduca.ión v.
trav.Ls del tr¡b.rh y dc ld cutrur¡'t', Rustin susiere que
ei psicoan,a_ti'sis
dcbcría tener su lusar (oriro !nJ ..csfera de ta,usticia'l co¡ sus propios
crir.riosde vibr, a}1tda ndo a 1a consccuci(tn de ta propia definiciónde
ta
buc¡)¡ vida,y¡ qüe eldesarrot¡o yt¡ satisfa.citu psiqu¡cos puedan y
deban
sercotrsideradosimport ¡ucsporI¡s ¡nstitu.ionespÍrbtjc¡§_Con respecro
¡ esto, podemos pregu'itarnos por t¡ intimidad no sólo como un¡ esfera

.. &{trd.. r, Dhnr. r,,r- .r .,,,, t t.ti.rL ¿ n- r¿ i, u, )t hr


^t
,¡ \lrlr,r'\\il^r.:¡/,¡r,, ¡,,!,.?:Atú11-.útItnt,,trrtt J,rurrO.,,\lbrd.
^.
M.úritr Rob.n§on. 19! lrhd. 6p: t^ .sl¿m. ¿. k¡ itjitit. u ¿ d.f.ntrt ,t¡|
f¿"rnrx,, r ¿' {x ¡,¿"¡.11.\',.,¡,! u.lc.rh,, ¡,ononn.r,e;,
t7 lt1i.hiel llrBtin, /,.t¡d,¡n\idvr t th ¡ nü. M¡l¿: p\fthr.mt1;s. politits
xx¡¡,¿/nr., Nkrr Vnl. Vú'!', ¡/er
284 I r¡ !¡1r^(r0( 0tL n001Rnl
^rr,t^

qu€ sirye a la eslructura socioc€onómica másañplia,sino lambiéncomo


una €sfera de sisnifi.ado y de bienesr¡r por derecbo ProPio. Tendria sstido
entonces prcgnntar sila intimidad cstá distribuklt "con juslicia'l
si abordamos la famili¿ y la intimidad como esftras autónomns de s¡g'
nifi cado y acción, podemos analizarlas como i¡sliluciones discñadas Para
pro\¡eer bicnes,nonles e\los cuales c§táD en jucSo el contenido de I¿ per-
sonatidad y el bieñestar.l¡ Esto es, si invertimos cl modelo de Bourdieu y
preSuntamos po¡ los modos en que el ProPio habil¡rs Profesion¿l ayuda a
alcanar las formas particulares de la.r¿¿r,or,r (felicidad y bienestar),
entonces podcmos preguntarnos por los modos .n que la intimidad -al
igual queotras tormas ctc bieneFes distribüida y asignad¡. Esio es, creo,
lo que tiene €n mentc Anrhony Giddens cuando sugiere q¡re la"Politi.a
delavida"(que incluye asuntos talescomola aulorrcaliza€ión,la intimidad
y lavida buena en seneral) reestructura divisiones socialcs más viejasl

De hecho, las divisiones de clase y otros dc¡crninantes fundañenlalcs


dedesigualdad, como k» relacionados con el gónero o .oÚ la etnicidad,
pueden .i¿r,¡ifs? en parte eD tunción de I¿ dil¡rente posibilidad de
acc€der a las formas de autorrealiTación y podcr de decisión. [...] No
se debe olvidar que h modern idad p.oduce /frr¿rrin , erch¡sión y ña¡'

SiGiddens€siáen lo cierto, entonces dcbcmos preguntarnos porla"mecá'


nic¡" de la inclusión y l¡ cxclusión de lales estcras ¿el bienestar yla inti-
midad. ¿Cómo seproduce la exclusi(h respecto debienes (morales) tales
como elbicnestar y la intimidad? Intcntaré árgumtnlarque el lenguaie de
la terapiaiu€8a un rol import¡nte en h transmisión de esas ex(lusionesal
mediarentre Ia estr¡.rctür de cláses y lás nuevas ¡rasculin id¡d.s.
El siguiente ejemplo puede qadarnosa ilustrarqué qtriero decir aqul.
Nllasha es unn editora proti'sionaldc 12 años quc ha hechorrn doctorado
en literatura irglesa en una universid d estadou,ridcnse de Primer nivel.
En et momenro dela eñlrevista, csl¡b¡ cis¡da desdc haciacu¡lro años con
uD profesor univcrsirario de ñlosoti¡, y habiaeslado bnio tratamientotera-
Eruri.o. !on llguna\ rnt.rnrileni ia\. dLrrrnlc on(( rnú\.

,3 Parasn.nfoqD.snnilar,vé¡seSaycr, Trc,¡dr¿¡J¡¡,i^d ..¿/.lasJ.


re Anrhony (iidd.rs. Mo¡Ln'i t) oú llf d¿ntitr: s.tf nn¿ so.iety in nr ld. Mo¡kn,
Ag¿, Caúbridgc, Polity l']rcs\, r99,, ¡. 6 ltr¡d- csp.: Md¿.r¡,,r¿.1 e i¿.n¡nbtl tul )\L
E¡lorla lr,.datl ot l¿ 1r¡4¡ to,n,,¡.nir.n, Bar.cl¡,r, Pcninsrh. ¡9eal
rllN¡ riult^ ttIR¡ILt (^|ot¡ Iti0fl0[^I? I 285

ENrREvrsr^Do¡^: ¿Tiene usled emo{ion€s negat¡vas?


(Silencio.)
EN'rREvrsr DoR^: No está obligada aco¡testar si no deseáhacerlo.
N^r sH^: Bueno, no estoy segura acer€a de si debefa d€cirlo.
ENr¡Evrsr DoR^: Queda en usred.
N^r ssA; Bucno... soy celosa. Soy muy celosa. Y sé de dó¡dc vieDe.
Rásicamente viene delhecho de qDe mi padre dejó a mi madr€ por otra
mnjer, y de haber crecido.on mi madre que me decía unay otra vez
que nodebiá confiar eñ los hombres.
EN rREvrsr DoR^: ¿Esto ticne algú¡ impado en Ia relación con su
marido?
N^r s¡'^:Sí, claro. Puedo ponerme muy celosa, muy pose§iva, y sentirme
re¡lmente amenazada por olras mujeres. Como el otro dia. Eslábamos
cenandocon ur¡os amigos, y una de m is ¡migas le preguntóa l-arry [su
maridol si habra ido a la India. Y él dijo que había ido pero que no
quería hablar dc ello, porque había estado alli con una novia, y sabía
que€so me disgustaría. De modo quc él ¡o quería hablar deello, p€ro
ella sesuia haciéndole preguntas, hasra que yo le düc:'Mira, no quiere
hablar de eilo. Es¡uvo alli con una novia, y eso me pone mal': Larryy
yo hemospeleado muchas veces por erre rcnr¿...
ENrrEvr§r DoR^: ¿Hicieron algo con re§pecto a ello?
N^r^sH^: Si... Hablamos, hablamos durante mucho, mücho tiempo
a.€rca de e¡lo. Los dos somos muy €onscientes de nosokos mhmosi
ambos tenemos ¡nucho ¡nt€rés en el psicoanálisisyla tcrapia; de modo
que hernos hablado mucho, y lo hemos ánalizado. De modo que tue
sólo hablar ac€rca de ello, entenderlo, y tener que deci¡me él a mi una
y otra vez q¡e mc ¿mabá, y qu€ no m€ deiaria por olra mujer Y creo
quc cl hecho de que hayamos podido hablar ¿cerca de nuerros s€nti
mieDtos y entenderlos realment€ tue lo que nos permi¡ió superarlo.

Está parej, muy educáda despliega uo¡"competencia cmocional" (lo que


Ios psicólogos llamarlan inteligencia €mocional), esto es, conciencia de sl
mis,nos, capacidad para identificar sus seniimientos, para nombrrrlos,
hablar acerca de ello§, s€¡rtir empatí¿ ¡cspc€to d€ la polición del otro y
encontrarsoluc¡onesaun pmblema. Noes unasoincidcnciaqueestehom-
bre y est¡ mujer dcsplieguen eslas p!ácticas emocionalcs y lingüisticas:
ambos obtuvieron doctorados en campos en que el lenguai€ es crucial para
su descmpcño prol¡sional yen que la conc¡cncia de uno mismo puede ser
.onverlida en capil¡l simbóli€o. llstas habilidadcs sc entrelazan elrccha-
Drentccon cl .rl,irxl .uhur¡1. Anrbos ticntn doctor¡.los cn canrposcn los
286 ! LA 5¡ll'100N 0tt

que la expresión perso¡ales imPortanteyeD los queel cultivo delIov la


autenlicidad son re.onrpensádos. El lenguxie leraPéutico v la inteliSeD'ir
emocionai de esi¿ parcia son rc.ursos cult urales 're¿lei, no porqDe l¡
parejn enricnd¿ la naturaieza'teal ' de sus problcmas emo'ionales sino
porqu. FtedeD dcsplesir un habitus.utrural común, en elque el lenguaje
csvisto como ür¡a herramicnta p¡r¡ la resolución de problemasv para la
expresión del yo interñr. Lue8o, ellos pueden utiiiz¿r csta herraÍricnta
para otun'gar sentido ¡ c¡rocnrnes dilit iles y ponerlas a 'l rabajar" mediante
la ol,tencnin cle una de la iniimidad verbal y la autoayuda. quc
n¡rr¡tiva
pücden ¡ sü ve7 conPirtir y c¿pit.tl;7ar para in':r'nleotar su intinidad
Cl¡ri Drcnte. amtDs crii'r ut;li:/rndo rD §olo h¿bilus, que puede ser tras-
puesto desde .l lugar de lr¡b.lio a la csfen de la iDtimidad v víccversa'
Adernás y¿sle csqL¡izisel punto más imfortan(c,tal conro se h¿anali
zado en los capitulos ¡nteriores. este habitus desestru.lura las idenlid'de§
de género.'I¡l co¡¡o sc h¡ce evidenle eD l¡ irans.riPción de l¡ cntrevista'
€stil¡ruier y su marido muer.¡n una.onrpe¡en.iá lingi¡istica yemocional
similari idhiere¡ a rrodelos emocion¿l.s comunes! el hombre no es menos
.¡paz qüc la mujc¡ de nrcsrar enrPalin y cuid¡do, de Pensar de m¡nera
reflexia¿ en si nisnro y eD sus emociones y de procesa.las siguiendo uD
pl¡D gcneral racion¿1.
Asl,la intcligenci¡ emocion¡i puede tencr efectos Positivos reales (de
la mism¡ maneraque coetl.ientc inlelectu¡l ), no Por sus aspcc-
Io§ tiene el
ros inherentemeDte positivos, sino porqüe ts una lbrmá de
'oNpetercia
emocion l que sc adaPt¡ mlly bien a las condiciorres dc la§ relaciones
intimas cn l¡ nodernidad l¿rdíá. (En este aspecto, v a dittrencia de la
competcncia ctrlturilde Bourdieü, no es .o¡rpletamentc ¡rbitraria ) [n
la lnedida en qtre l¡s nNicres han ingresado almundo delrr¿bajo ven la
¡nedid¿ eD que l¡s norlnas de iSualdad han penetrado progresivamc¡tc
.l matrnüonio, el m¡trimonio sc ha nrdividualiz¿do c¡da vez nrás, como el
punto d. cncuc¡tro crrtre dos biogr¡lias di§iinris Co¡ro rcsult¡do dc
(llo, h nccesidad dc uD¡ .oopcracion firnciüral v de una co¡nunicació¡r
entre l¡ parei¿sc lra increnrcntado.Ad,rnrás,el ideal terapauiico incrcmeDt¡
el mandato de cornp¡rt; lodas l.s necesididcs v los s.nl inr ienios, coD el
res¡lt¡do dc que la.oordinicnh dcbc tenerkrgartanlo en el nivelde las
t¡.eds diarias corno cn.l niYelde la cxPresión vcrb¡l y cmo'ional Es nás
probrbl. q(lc loshonbr¿s con t¡ habitus (erapénii'o -l HonbreNucvG
navegEn cxitr)s.rñe¡t. de¡tro deesias rluevas 'ondiLiones llstas nucvas
c'ondicio¡es yla omnifres.¡.ia de I. (ultura psicológica pueder el¡licut
porquó u,ra encücst¡ de -:oor en krs Est¡dos t-hidos indicóqtre'18096 dc I
ias mujeres tlu cnnc zo y :e airos diiero¡1quc rener
"un n r ido qu¡ hdbh
¿uNA ÚItaI I (Á{t0fl r¡r0fi0NALr 287
'lÚfva

acerca de sus sentinrientos" era más importante que "tener uno que lleva

Voy a ilustrar este punto coD el.aso de SheNood,otro entrevistado, un


gerente dc personal tlc :7 años que cxplica ln natüraleza tlc u trabajo de

sHFRwoor,: En mitrabajo,la comunicación es un tema critico.


ENrREvrsraDoRA: ¿porquées un punto critico?
sneRwooD: Operamos con supuestos acerca de las pemonas y deben
ser capaces dc comunicarse. somos más claros acc..a de las creencias
de la gcnlc, porq(c, para dar un ejcmplo, !'h, si yo cstoy tom¿ndo un¡
decisión en nombre de mi novi¿, disamos, puedo proyeclar en ella lo
que pienso que son sus creen€ias basándome eD lo que sé de supasado.
Usted sabe, muchas decisiones erróneas puedeD tener lugar precisa
,nenteporno eDtenderloque otragente ptrede pensary no s¡ber cüi
l.s son sus actitudcs.

Aquí Sherwood transfiere de manera no problemática el espiriru de la


".omu¡icación" desde el lugar de trabaio ¿ su relacióD con su novi¿ y
viceversa, ¡rdi.ando ¿-!i que el ienguaje teraptuti.o y el modelo de l¿ "comu
nicacióD"es un habitus que dirige ¡os sentimientos, los pensamientos y la
accninta¡toen l¿ esfera públicacomo enla esfera privada,yestransferible
de u¡a a la otra.Talcomo scnala ün lib¡o dc ¿utoayuda:"sólo muy re.ien-
icmentc las orga¡izacioncs comeúzaron a vilorar a aquellos cmplcados
que pueden m¿nejarcon cficacia¡ las personas. Elmejorlugar para apre'r
der esa habil;dad es su relación ¡rtima':6' De igDal nlodo,las habilidades
corporativas pueden colabora! con las relacioDes intinas: 'Debido a que
el cont¡ol de la conversación les de.ir,l¿ conunicaciónl es un elemento
central para todo Io que hac.crnos, veremos los tencficios no sólo cn nues-
tra vida laboral sino también e¡ nuestra casa, con nuestra familia y con
lucslros amigos en las relaciones sociales"."' Vemos claramente de qué
nranerá la ecoDomia del.apit¡lismo conexionista ce:rfuad¿ en la persona,

60 Srepha¡ie Coonrz, Md¡ridaa n hi\nnf: Ítuñ oldi¿ .¿ b nüi,xi¿:y, NuevrYork,


Pengunr,roor,p.:3iltrad.esp.:Ili\nniarlcl¡únn oñio:.órt..l a ñt.oúqr^ri
¿¡,rd,rn¡d,io, tlar..lon¡, Ccdna, troo6l.
¡¡ Judnh sdlnr y j¡mcs c. s¿llner, Lotins [ú üli: Yau sdl.h.l? sait ton
^. ittindt Rlurnü!]ti?,v$conve¡ (cohrmt i! !riiáni.i),Iniernario,al
!t.t.5:t¡,
S€lt Qñnkl lt¿\s, r9rr, t, ¡,1.
¿88 r,\ \¡ryrr 0r¡ otl noIaiN^
^Lr¡

que requicre un rcg¡lco incesanle y r¡na i¡rccs¡nte coDslrrc.ion cl(l consen$


a havés de l¡ comunicación, ¡noklc¡ e nrl¡nn¡ las fo¡ m.rs de ¡
corrlpetcn
ci¿ emo.ionalulilizadas en los víncülos roDrtinticos y Jonrsricos.
Para d¡. todavii ot ro ejemplo, Iuego de qüc Christ i.ur, otro eDr rcvist¿do
-u¡ banqurro .le ¡rv.biones irrcrDacidr.rlcs de ,]4.In)§-, m. dijcri quc
¿¡hatla"mucho.otr lsuI esposr'llcpresunr.L'dequ¡lrl)l Dnornrilmrnt.:
Su respuesta lue nruy ih¡min.dor¿:

cHR¡ s1 aN: llla s¡ca el tenra, rlguien di¡, hoy eso cr .l tr¡b¡i(ii o 'ero
r

pasóhoy.n el.rab¡h,¿qu¡ opirasl :Y lo i¡tild.esr¡ (onrersacitin esqur


uno ticn. otra perspectiva dc ¡lgr¡icn que Do v¡ ¡... Usted sabe, quizris
eua no quicr¡ ira prcguDrarlc ¡ un c¡lrgi quú es k) quc intcrPrer¡ ¡.er.¡
decscco renrario, porque es un colega ycsapersr»r.r nogr'¡«h bicnn^
\ccrctt\. l)e múd¡ qu( cll. rI puede IrrBr¡nrrr r r. ] t ((\(r\.\
¡NrRrvrsrADoR^: ¿Y sc¡yud¡¡ eluno ¡lotro a rcsolver prol)lcm¡s?
csRrsr r^N: Sí.lixk) cl ticnrpo.

l.a comunicnción donr.lstic¡ s¡tislnce aqui una s.ric dü lLrnci(nr.s impor


trnies: ayuda ¡ que h csposa dc este homl)rc se dcsrnr|ene ¡rc¡tr cn.l
trabaio, pucs, tal(on)o sugier. Ltl, csta cl¡sc de .onv.r\¡ciones c\ "ritil m
l¡ medida cn quc ayud¡n a quc uno planirique mc¡r hs mo!imientos.
Adenás,pueden ayudar a que uno scdesenlp.ne nrc¡tr en elrr b¡jo poF
qüe puedcn ¿),udar ¡ ¡livi¿r 1as ¡nsicdad.s y I¡s in.ert umbres rchc;onn
dascon el propio dcscopeño en eltrabaio.l,ero lo qr. cs qriz¡ nrisinte
res¿¡te csqucest¡ cl¡scde convcrsación brinda u¡ sentido dcco,1¡ir)uid. d
entreelhog¡ryel lus¡irdctr¿b¿¡r. Conlpt¡f;r con h p¡r.j.r lasdud.rs acercr
de los movimienlosrluc uno dclxrra hocer p,rra obtc»cr u¡ asctnso, o parr
desciftar l¡s sugercnci¡s dc un gercnte cnpr i.o, puedc ¡yud¿r n' I s¡tlo a scr
ntás estrrlógi.o en cl lrabajo, sino tamtri¡n r ser nri\ íntino y eonfiado
dentro del marco de una rel¡(¡(tr dom¡sticn. Rcsulr¿ .laro qn( ¡qui l¡
prácticadcla conunicrción cs t¡ nto exprcsiv¡ como irrstrunr.n t¡I, afec

Así,el cspirilu tcr¡f¡uti.o h¡.onrribn;ü).r ditunrin¡r 1¡s Iront!r¡scrl.


lura¡esenlrcla esfcra deltrab¡io) l.¡ dcla inrinridadrh¡c(delas bubilid¡des
di¡lógic.rs ye¡rocionnlcs elcnre»rosceDh¡l.s p¡r.r l¡s hrhili.t¡des dc ll inti
niidad quc pueden sci.apit¡li/n(l¡s en clrr.dr¡io,y !i(.rers¡: h¡.. dc l¡r
habilidadcscn l¿srel¡cnrnes hunr¡D¡sutiln¡d¡s corri(nrtrrlcntctor l.r senr(
que trab¿¡r (n cn1prcs's cst¿dor¡ n nL,nses h¡bilidadcs (luc ta¡rbi¡n t)Íedcn
utiliar con su parcia. I cjos de oPl merse I. u¡¡ ¿ la ot rt¡, l.r est¡r¡ d¡ xné\ti.r
y l¡ ¿sfer¡ del trabalo dc l¡.1¡s. nr.dia er¡n .srre.h.rnr.nte con(.t¡drs ¡
,,ii NLrrrr r\rl]¡ rr¡( 0rr tL01 0nal? ¿u9

lr,¡'§ (l.l.ulti\o rl. uD¡ f.¡nn l ¡¡ rr'fl.\i!¡ v eo nrun ic¡l i!¡ .oDrún (1u.
ticn(le ¡ {r v./ ¡ (lilunrntr k)s rolcs y lI\ iderrtxit¡dfs de gú¡cro."'
I'.¡r¡ ilu\ir¡r.'t. pu¡k¡, r().y n cil.rr x sh¡r(nr. un¡ P¡otartr¡ de s..un-
d.¡ri¡ ¡c r8 ¡¡l(\, r)hem r li..t.i¿d¡ $ litenluni:

r NrnrvrsT]rr) sir,,¡ocitrr r rrr hombre qLrc va ¡ i(r¡fia. ¿cso lo


^:
h¡c. .r.is o nr.Dos atri.liro?
sr^roN: iNl:irl il)(fi nitiv¡r¡enlc. ¡¡r\ alracli!¡)l
¡ s r¡r vrsr,roorr¡: ;Pucdc decir pdr (lLré?
s'r^11o\: Il)ft1,r. eso silrnili.¡ quc.sl.i c¡.onl.¡.k).on sr.o\lndo l¡n)c
nind. Sig¡ill(.r que stri ednv.rs¡dor, cDr.nm¡l I comfr(¡lsivo.

I¡ p.rnnlnidid r.i.xn? ! .onrun i..rr i\ ¡ .odiG(.td¡, hechi visiblevlcgili


ma(lt' l'or lost\i.(ibE,s, hr.¡rri.ul¡.lo I¡s idenlni¡dcs nuscr¡lin¡ y feDeDnr.r
en un m)delo rl. pc¡sonrlid¿d lndr(;gino, común y.oDvergcDrc, utiliz.(io
¡lterr¡r i!¡ncDl. .n clhoq¡r y.¡
cl lr¡l)rjo.
I.l.i,trrplo fifi¡l.s!'ldr lr¡ul. uD ¡J nr inistrrdor dc e¡nprcsrs de.l-r¡n{,r
qnL lrrb¡i.r conro (lircctor (l( nr¡rkcring:

r \, r' r.., \ r\,p \' ¿11.tr t,^¡, qUr l, h¡.rn $r.tr'


fa( ¡: tluc.o, h. rqui olír t)icz¡ (lcl ro¡r pc.¡bc/¡s. 'l:r nrbi¡n tLrlr ¡lgÍ.
nos |rol¡le m¡' dt drprcsr<'¡n,el Llllifln) probl.an¡ s.ri{) tl. (u¡ndo t.ni.r
:o r, oh, sm¡lcrntntc....rr¡quc\ (l.l)ilitado¡(s d. huDt¡r n.sro v str
incapar de hrier hs cosA y ent(nr.cs slnlirm.lrust¡ ¿do por s!'r in.¡p.r/
dc hr.er l¡s c1»¡s.
r \ r trr,vrs r^¡¡!n^: ¿Qnno rrl,(r(r l (tcpr.si(nr?
r^r'r: I:np..(t sinririn(lorn. nr¡1. Il¡llpc.i ¡ srnriflDe dcfrimido y ¿..., ¡
donrir mn.h,¡. lixlo (l Iicn\ro.st¡hd tltrr,r i.ndo. 'l¡n i.r ur¡¡ ¡nsied¡d
.otrnrnl(. ¡'o t)ddi.r h.,.!r mi trrh.r¡r cscohr Mc rparl¡ (lc la mayori¡
d. nri\ ¡¡1i!ro\. \'... to(lo t.rnrino unr nocht, cn qitc fr¡i ..rpuz dc, trnc
,n1¡ .t.Nn«I, .h. u¡.r scsntr r.¡ln)Ünc dcnn¡ledor¡ rni noche.on
'r.r.
rni {rnrili¡. cr (tI( I.'s (lii( r,trh k¡ (!u¿ me c\l¡h¡ p¿s¡ndd.

o:(,,r.r¡ro,tri.ro¡..ir.tL.n,,h¡rr¡uLltr'dili¡cn,isnup.,ni!.\.¡l¡r.lyo
rrn¡i¡tiv.).l r¡dom¡nir,¡ 1lrm.n n,n.nn.d.l.h. .rIi.r¿l]¡.(hodcqtrc.l
ro«,ror¡rtro urLltr ¡nlh¡i'n.i\ f,rn.iisqú¿n,rr(r¡dl.godonr.'ti(n P.r)
(ll,e,hd ¡r (tu..l\. uf,n. r nle6(lqqEldn.
¡(l drrl,l.l., r,r.l.trrrrt dr¡ i,,.¡ h.n.ri fnv¡d¡, fn..lr "¡.!(l.Lur,l!l )I')
.l ilsll.u" tr ( i. !.n ¡j nr nr. r"¡igd hnrn i,),l.lr t,r^o'irlnl.ni. «nr..l)ido.n
rdir'i[*,1. r¡r ¡¡,,i,tr,.ner!' \,t.n",.A..!',td.,\.'r.\.].tlo .1.b.
'rn,lnl
Jl't{úr ¡rl.L,ii'J".,n.'tr,,'L,fr.!nnl,,1... r,.¡n..n"rd
¿9O LA tAlVAUrlN 0tr ll00rm¡a
^rl{Á

ENrREvrsr^DoR^r No lo sabian.
p^ur.: Bueno, sabían que mc est¡ba pasuudo ¡lgo, pero nunca hablLr
hablado realmente con ellos. Dc modo quc hablé coD ellos, y eso tut
muy bueno para ser capaz dc recooocer que algo estaba pasando, y
enlonces pude hacer alguDos cambios sütiles en mi oricDt¡ción en l

ENlREvrsr DoR^: Hablarron su fam;lin tuvoesteefecto.


p^uÍ: Bueno, fue una oportun¡dad para ¡rticular lo quL n¡e esrab¡
pasa'rdo, algo quc no había hecho realmente hasta ese p nlo. Y €uando
pudc articularlo comencé a entenderlo. Y umbién la naturalez¿de la
d€presión fue quc senti q¡.re h¡bia algo qüe cst¿ba mal en nlí y quc
todo el mu¡do lo p.r€ibia porque yo me scntia una especie de pari¡.
De modo qüs para ser capaz de hab¡ar de todo esto con mi f¡milia y
que ellos no hicieran otra cos¡ que expres¡rr su amor y sü apoyo füc
un ¡nodo import¿nte para ¡ní de entenderquc, bie¡,qu. eso era algo
de lo que lenia quc o.up¡nne pero que no lcnía realmenle relación

ENTREvrsr^Don^: ¿Puederccordardó¡detuvolugarla conversación?


p ur.r Recuerdo qrle estaba scnt¡do en la.ociu.r con n)ipadre ycon mi
herman¡, yellos... No recucrdo cxactamente, pero mi rc.uerdo es que
€llos simplemenre me demostr¡ron sD amor y eso tue muy cálido...Al
hablar con alguien en quien coñfio y que yo sentia que me entendÍa,
al hrblar de algo quc me mtá alterando, eso mc permite articularlo linau-
diblelMntomás ¡ portante que€scu.har lo que cllos tcní¡n que decir
en respuesta a cllo, trata¡dodr hablarle
a alguien y de dcscrib;r qué es
Io qu€ estoy sinticndo, sienlo que eso cs crilico, porqüc enlon€es esa
conrprensión te lleya en 1¡ düccciód de l}lúno, qué prcdo hacer para
o€uparme de eso ¡ho.a': Porque tipicnl.ntc l¿ gcnr. en Ia que conlio
y a la qucamovendrá yme dirá: 'Entiendo b que te pasa y estábien y
te amo, y no hay nnda ma¡o en ti':
ENrRrvrsr DoR^: ¿Estádiciendo queloqucluvo nnpaciocn usted tuc
elsentim¡ento de ser amado ycon¡prendido?
p^ulj Bien,de modo que... ¿hora estoy peDs ndoentérrninosde€jem-
plos recientes, de rnodo que cn t¿rminos dc clar con ¡ri novia... H.r
habido veces en que las cosas no tun.ionab¡D cntrc nosotros, cuando {.
ella estába ofendida o cuando no nos estábamos comunicando, y yo
gencralmente qucria hablar... 'Icngo un amiSo en San Francisco,o h¡blo
con mi madre o €on mi hermana, y cuando dcscribo 1o quc rne altera
entre nosolros ¡o hago hat¡lando acerca de cllo, así, anle todo, pt¡edo
entenderlo cuando se lo formulo a uno de cllos, ), ási puedo ('ntendcrmc
tUIll tUtvl t\lll^t I r¡L 0¡ lÍ0lt])tr\t' I .tqt

a mi mismo. Si csloycn lo cierlo. usted sabe, pr.d,) t¡¡r(l ünn $tIl'(


türa ¿lrcdcdor dc cllo, y la respucsta típica es: tri s¡b.s, tc turx), o lg('
asi. [s posible qre mi novia,l.isa. no me lodig¿, peroefues lo qu. ell,r
erpresa. Y con sólo sabe¡que hrygentequc me apoya predo sentirn¡e

Aunquc proviene de una familia de clase media alta,la depresión bien


podri¡ hiber cau$do que esle entrevistado abandonar¡ el colegio y que
su vida inSresara en una espira¡ de movilidad descendentc. su familia
moslróunacapacidadpararespondcrasusdi6cultades¿trav¿sdemu€s-
tras de apoyo yde conversación. No importa si él €ntendió realmente la
natur¡lcza "verdadera y 'r.al" y la caus¡ de su dolor. Lo que importa es
quepudosuperar susdifi.ultades, no porquecanrbiara algo en su entorno
objetivo, o porque dcscrbriera llt causa real yverdade.a de su depresión,
sino porque tenia a minoun modclodel¡ personalidad ter¡péutic en la
queel yo valora la .apa.idad de comprende¡se a sí mismo ydr revelades
emocioncs dif¡ciles a lff otros a lravés de Iá comunicación, e incluso más
criticaDrente porquc su entorno social compártí¡ cl mismo habitus. Este
hornbrc y su l¡milia pudieron
crear un apoyo so.i¡l a t¡avés dc ur habitus
terapéuli.o lingüistico y emocional ( basado cn la cla*), iluírando así cl
punto de Freud acerca de la hija delpropietar,o: Ias estrategias emociona
les pucdcn ser cruciales cn la movilidad ascendcnte o descendr:nte, pero
es claro queaquí la pcrspcctiva terap¿uricajuega ur rol crucialen el rnodo
de moldear esas estratcgias cmocion¡1.§.
Quiero subrayar un punto todavi más imporl.rnte. thl como sugiercn
estas enlrevistas, en su utilización de ¡os marcoscü11üralesterapéuticoslos
honbres dr clase mcdi¡ y media alta puedefl tcner ¡
forma de masculin¡drd más compatible con los modelos "femcninos" de
la personalidad. Esh nueva fornr dc masculinidad se está volviendo cada
vez más dominanlc, pues el espíril lerapéutico reinante la considcra la
única fbrma salud ble de masrulinidad. Tal como sostiene Frank Furedi,
lamdulinidad hescmónica -s¡lcn€ios¿, fuerte, con con6¿Dz:i en si misma,
no emo.bnal- es ¡hora p¡tolagiz.¡d¡, mientras que la masculinidad femc-
nina es clnr¡mente prcl¡rida (es decin pensada mmo más saludable) por
los rr¿brjadores de ln srh¡d meDt,r¡:

Según l¡ ierarquía enrociolalmente correcta de la corducta virtuosa,


las müicrcs f¡menir s cstán cncl nivcl más ¡lto. l.os hombres fen¡eninos
ocuprn rl segundo luga¡ supernndo a las ndsculinas. Y, por
'nrjcrirs
supucsn,, k,s ho¡nhr.i n¡as.u¡ioos,los m¡chos, sc tncucnrr¡n en el
l9l I rr \^tv¡( 0l Dt1 Át¡tr\ 1{0rfilrtr\

últirtlo hrgar. L¡ ierarquia ir¡tbrDr¿ nccrca de t¡ adjl!.lde r¡uc}os prc


fcsion¡les de la sdud."

Mi hipólesisha sido quc csta ier¡rqr¡ia reflejx r¡DrbjcD uD¡jcr¡rqui¿ socit,l


dc las founas de l¿ ¡rascL,lnlid¡d, pUcs.s muchL¡ más prob¡bl. qne lDs
hombres no m.rchos h¡yan rccibido cduc¡¡i¡ñ u¡ilcrsjrari¿ y que cr¿l
involucrados en tipos de ¡ratajo orienrados a ta nrarripul¿ción det cono-
cnnicnto yde ¡os sinbolos .Lrll o rales. I)c hecho, r¿11-omo se¡1aló M¡urccn
Dorld -col¡nrnista dcl N.w yo¡lr ?, .r y obscrvadora astuta de las ditc-
ren.ias entrc hombrcs ynrujeres ,"ahori, p¿ra saDa¡ los hombresdeben
leminiTdrsc'l'r Esto se lorna más claro.u¡¡do conrparamos hsenirevisr^s
ya analiz¡das con l¡ que le hi.e i(icorg., uD rrabajador afro¡ r¡ cricano dc
r6 a¡los, cnrpleado corno.oIlscric eD Chicago:

cEoRcE: lstuve c¡sado h¡ce pocos a¡ros y rc¡i¿ un hi] srrc que etabn
aprendicndo que scrii bijo unico, ysu mülrc era comtlctanlenre dife-
r.r,t¡¡ rn m"Jrc...r omp.,r,d, .on l. n rrr..(unx..,Jrnrprirrer,r
csirosa para crid ¡ lo5 hijos. Quiero (l€cir quc eltl Ic dej¿I,¡ h:rccr uD
montón de cos¡s dif¡rentcs que yo no aprobaba, como... H¿btar por
telélono ¡oda l¡ no.he, .lc inoJo quc dcspués de octro ¡ños con clla a
¡ri ya n.r mcimporr¡b¿ clreléiono,I¡ s¡be, porqu. sonabr tod¡ ta Dochc.
Yi) ya no crco e¡ eso.
rN uEvrs1nDotrar ;r.l tcl¿f¡no le lnolcstab¡?
ct.oRCr:Oh,si,si.
|Nr RE!rsr,rDoRA: )Y usied l. diio?
cEorcr:Oh,si. Sí. Sc lo diie aély¡etta.
rNr nFv,snDotrAr ;Qu¿ le dij(, ¿ cU¡?
GroncE: Buc¡o, ¡o b s¡. itueno t.tr{:o L¡n... Tcn€o un... n.. A ve.es
pucdo ser un po.o m¿lo. Sc io dije rn:is de !¡ra vcz. y cn ocho anos c¡
quc cstuvirnos iunros siL'¡rrprc iuviños p¡oblemas con el reiéfoto, quc
sonab¡ tod¡ la noche, ydesfu¿s,.u¡ndo clchi.o.reció. po.que cuando
lo conoci tenÍ¡ rr ¡nos... Nos scp¿ramos h¡cc dos ános... )rl ya era un

r \ r pL. r! iar.uR^: ;r.r(J., .urro J. . r..¡o..r:

c¡oRc r: Ilueüo. nos set¡.t¡ urcs. \'o... ),o... yo soy cl ! uc... de modo qu._..
en csc proceso... ¿sa f¡e un¡ d.]¡s ¡¡zo¡cs por l¡ quc nos separanros.

64 lrir lr.ureJi,1¡¿rtylrlr,t:Otl!¡\túrt!rúhtü,itntn)t r i¡x,?rd,¡r(¿, Nurv¡


York,llorrl.dE., ro.,r, p. r5.
65 Doud,,1r! ,rrr ,.,"i ,ri, F.76.
rrlt i!v¡ !\tRAr rtrr{t0ll fri0í0llatr 293

ie. que pc¡sabJ que úo podi¡ hacer Dad¿


Y ella, por sup uesto, era algu
mal,y... Y ¿sí élsieDrpre obteníi un mo¡tón dc cosas cuando s¿no e¡a
tn ¡ino. Quierc de.ir que es ¡.ür poco peligroso cuando uno conoce a
hr mLrjeres hoy er dia, qu. tienen hijos adolcs.entes en su casa.:F.n-
tiende 10 qlre quicro de.ir? Quicro dccir, tergo muchos ¡nrigos quc
tiencn retaciones con nuieres qse tieíon hijos ¡dolescentes, y es una

¡NlREvrsDDoRA: ¿Su Datrimonio lia.asó por cso?


cEoRcE: Bucno, btreno, bueno, no tue todo porsu culpa.Iue partedcl

ENrREvrsr^r,oR^: ¡Tcnian discusiones?


cEoncF: Si, cl¿ro. Seguro, yo l. griht a.Y Iegritaba. el1¡- Uno no puedc
con todo, pero..- pero... también, cono ya dijc, puedo gritar un poco,
perc al §n¡tya nre saqué l¿ bronca y sigo con mk cosas. Yo no gu¿rdo

Odio irffle a dorñil.. Odio .lesperrarme a la m¿ñan¿... Odio desper-


tarme ¡
la marrana r¡oiado con m; mujel Me susta areslar l¿s cosas
¡Dtes de ir a dormir ¿sabe a qué mc rclicro? Po.lenos estar peleaDdo
todo el día, pero yo lrato de evitarel rencor. Tamlrien es Iindo amigarse,
üste<l sabe, después de peleaBei amigarse olra vc?.
ENrREvrsl^DoR^: ¿Cómo se ¿Diiga?
cEoRcF: Bueno, dc dit¡.entes n¡neras... Siempre es litrdo tener una
buena conrpaner¡ scxual. Eso sicmprc es lin.lo. Yo lo disfruto más d.s

lMás adelantc en l¡ entrcvistal Y la segunda Ies],osa1..., cll¿ fnc dcjó...


No la abandoné aelh. trije que la iba¡doDé, pero no la atrandon¿. Ella
mc abando¡ó a ¡¡i. Volví a casa un¿ ma¡r¿na después del rrab¡io, a las
:roo de ln mañana, y cIa se había llevado tur r¡o¡tón de cosas qüe no
co.respo¡dí¿n y no me diio nada.Vea,l'o lc hatrria dicho...
rN rRrv rsraDoRA: ;Y no le dijo n¡da artes qücindicara quepodía i.se?

rN1Rtrvrs1^DoR,\: ¿Cór r explic¿ usted que se h¡ya ido?


GFoRcEr se fue. Y no ,nc dijo nada. Ey, es iodo lo {tue puedo pensar.
iMás adelanlel Y se ll,e... I)cspu(ls dc rni sorpresa iniciai... Y no era la
sorp¡esd por que ella se fucrir, er¡... }]r¿ ]a so.presa por lo que habra
he.ho. lso es ro que ¡nás me hi?o enoj¿r.
ENrRLvtsr^DoR^: ¿Quú cs lo que ell¿ había hecho?
croRcE: Bucno, r¡stcd sabc... Nfe refiero a la rn¡Dera conro lo hi7o. no
vino y sc sentó conmigo ¿ hablar Mc podtia habcr dicho algo. Yo nc
hubieri sentido nreiorsi!'lla ¡nc huLricra dicho... Si (ll¡ nrcdi.c: lli¿D...
294 tÁ !AtlA(l0ll 0tt AlllA rl00tRrlrL

Bie¡, Geo¡ge, Do estoy satisl¡ch con la situación y me voy a ir'l Mc


hubier¿ sustado que vinicra y me io dijer¿. tbitue ésa cs la maner,r
con¡o...l.edije much¡s vcces que no estab¿ satisfecho,y,l... Bueno. usted
s¿be...lsileDciol
§NlREvrsrADoRA: ¿Y cómo se io dijo?
ctroRcE: No 10 sé. No lo sé. lSilenciol
DNrREvrsrADoRAr¿Y qué es lo diticil dcque se haya ido sin decirselo?
ur opür : ue,rá.e \e,rrir qu( P,redo confi rr.r mu) P.\ J\ muid(\ o
confiar en nadie, porque una vez que uno due¡ne con ¡lguien todas las
noches y de repe¡te vuelve a su casa... Es un sentimicnlo horrible. 'Dejo
que eDtres en mi casa y luego asuelas mjs óo anos cn este planetil Irsc
.omo lo hiro ttab¡jo y ver que alsuien ha
eUa... Es como volver del
e¡trado en la y se ha l(evado mnchis cosas. lr algo para lo quc
casa
trabajé mucho, ientiende? Es un scntimiento devastadol Ustcd s¿be.
Cluando lui al hospit¿l y me dijcron que nri lp.imer¿l esposa h¿bía
muerto en u¡ accidente'dc tránsito... ésos fueron Los dos golpes más
srandes que rccibíen la vida.

Este hombrc dc la cl¡se rrabaj¡dora ejenpliñctr de m¡Dera dr¡¡¡aiicr el


hecho de que el m¿trimoDio eD la c¡ase lr¡baiadora contiene un polcncial
para el caos, no sólo por l¡s diticullades objeliv¡s a l¡s qüc están suietas
ircesantenente las vnlas dc los mienrbros de 1¿.lase tr¡taj¡dor¿, §ino
también porqueloshombrcsylas mujeresde la clase trabaiadora no tienen
un lenguaje claro en comírn con elquc organ;zar sus yoes priv¿dos y arti
cular un proyecto coDrún para dos biogr¡{i¡sdilcrcntes. ts necesario adver-
tir quc estc Loinbre menciotra que con lrcc enciu se gritabr¡r el uno al otro
y quc rcsolvla» sus conilicros manteniendo rcl¡tciones sexu¿les, clos modos
de ¡cción opuesbs ¡lev¡ngeiio terapéutico de la coDlunic¿.ión vc.bal.
Esto e§, úrecíar culturalcoDrún que les tuera úlilen el marco
dc un rccurso
de la vida cotidiana par¿ maneiar su relacii,n y sus corrfliclos. tlsteho¡n
bre de la cl¡rs€ lral,rjadora fue abandonado ¡ Ia cxpcriencia de un Nlii
mientotantomás intoler¿ble entatrlo carc.ía dc sisnificado, pues ól care-
cia de un marco iúerpretalivo p¿ra crplicarlo. n hombre Do tenía una
narrativa listapara¿arlesigrifi c¡do a estchecho, ni tatnpo.o podia ponerse
a"trabaiaa'en pos de un¡ meta psicológica que le pennilierx Pro.esarlo,
integrarlo y superarlo.
L¿s personns dc la clase t rabajadoLa a 1asquc ot ros entrevisradores o yo
entreyistamos sc quejan, mucho nás qü sus hornólogos de clase ¡nedia,
del silencio, dc las dificultádes par¡ .omuni.arue y pará mantener rclacio-
nes sntisfactorias.l.as habilid¿des y el hnbilus lingiihticos y emocioñalcs
¡llr¡a ftL]tya t\ I R ¡ T I f I( a ( L0 ,l É110t 0 t{atl 295

ter¡péüticos están ausentcs de lai vidas dc las clases rrabajadoras porquc


tienen menos valor en el Lrgar de tr¿bajo dcl hoDbre .te clase trab¿jadora.
t¿lcomo lo ha núsfuádo elsociólogo británi.o paulWiltis en su esrudio
etrográfico dc Ia pl¿nta de fál,rica, cl trabajo manual moviliza un espí¡itu
de I¿ valentía, la fucrza I l¿ desconfianzd respecto de las palabr¿s.6. Las
hubilidades para l¡s rciacio¡es bu¡nanas, la h¿bilidad para prestar ¿tencióD
a las propias emociones y a negociar c¡r los ot¡os, tienen poca ¡etevancia
enel donriniolaboral delhombre declase rrabajado ra. A diferenci¿ de los
hombres de clase nedia,cuya co¡stirución emocio¡aljuega un rot impor
lrmte en su descmpeño l¡boral, cs n1ás probat le quc los homt res declase
trabajado.a se a¡¡sten a los modelos de la mascutinidad hegemónica. Más
amplianeDte, est¡s dile¡e¡.ias refleiiñ las que se dan cnrre el individua-
l¡mo de la clase trabajadora y el nrdividualisno de la ctasc media, en la
medida en que el prnnero pucde ser descrito como "áspero'o "duro" y el
s€sundo como " blando 'y "psi.olósico'I' El individualismo de los hombres
y las mujeres de clase trab¿jadora se caracreriza por las narrarivas dc iucha
contra la adversid¿dies un indiyidualismo áspero quec atizatadescon,
fianza,la du¡ezalla fucrza fisicá. En contrastecon ello,cl i¡dividuaiismo
de las clases mediay media alta pDede ser.araderizado cono üD ,indivf
dualismo btando psicologizado i que enfatiza unsenrido desingularidád,
de individualid¡d y de confia¡zr en mo mismo asi como las emocione§,
las necesidades ylos deseos del yo psicolósico. Estas diferencias deberían
ser vistas como dcsiguald¡des en las posibilidades de tener acceso a tas
tbrmns corrieDtes del bienestar.
Citando al so.iólogo [rank FursreDberg,l¡ hisoriadora Stephanie Coontz
sugiere que "es como si el mat¡i onio sehubieraconvertido c¡ ünartículo
de coDsn'no de hjo, disponiblc sólo pa¡a aquellosque poseen los nredios
para obteDerlo'l¡8 lurstenbery y Coontz puedcn haber querido signiscar
"medios naterialell pero claramentc, también, el maüimonio es un ar-
lículo
de lujo porque exigc medios c¡rltural¿s pár¿ "obrenerlo'l

66 Paul E.\\¡illis, ¿mr,,"l roüú\\ú: ov ||otkn¡N.1$s kid. Sc¡ rrortn¡!./¿6r tdl,r.


t:rn$óou8h, S¡xon ttoúse,r9/7 ¡tad-.\p-: Apt.tla donttu njú: óüñ tas
.h;Ú:tl¿.to!. ab ..o$irtulúd¡diosl¿ddydrú,,Madrid,At't,ressl.
67 Adrie su¡nne Kúsrrorv, Dc,ho rogenúingADrcri.i. indiy Lt¡liso: so.i¡li¿jn8
ha¡d ¡.d soft nrdivldualúnr nr l,lanh¡uan hd Queen§'l er rrl¡dj27,t999,
fp ¡ro ¡,4,.ihdoc Ri.h¡¡d H¡¡v.y lhown, Olnrr.,.d¡nn¡,s r,d dd¿ 1oú¿.r
n, ¡¡¿N.w^,ky¿¡, N¿'v Hiv.., Yalc U¡iveñiry pr(ss, troo5, ¡. r69.
68 (i!nn/, n r¡r,rr : ]i.u nl¡.dikú h nún ¡ry.p. )N9.
^1¡rrr1r,
.¿r)(r L^ \^Lr¡¡rrll I'lr ir|!r\ H¡rrrr.ri

Ur úli¡¡o !'ie¡rdo rrsunrirti la discusnin pit.cdenr.. En trD rrri(ul(' rluc


inl.nta.xpli.¿r por que krs hombrcs y las nricres icgros s( cnsan (lrll!
sr n,u.ho ntnos qüc los honrbrcs ) lls muj('es blrncor,Ios nurores .los
soci(',losos rstcci.¡lii/¡dos e la lirnrili.r ¡irot'Dreric¡n locali,aD u¡,o d.
los l)osil,lc\ origen.sdel prol)lema cn loqurlldman"l¡ pose rii¡delhonr
brc nesro'l lin sus t,ropias p¡hbras:

lite té ¡ino d.sigDa l. e¡pacidrd prra presentarse c.omo cnrenlc! d.


cmocioncs 1 dr ¡]ricdos y rlist¡nr$, y funeir)na l¡Dlo Part¡ preservi¡'(l
o¡gtrllo,l¡ digDidrd y.l ,rsl,tto d.l honrl,re ncgn, como para exprciü
l¡ amargur¡,.1('Doro y l¡ d.s.-onfiirD/¡ rcsp..to delresto dc t¡ sori«l¡rl.
Aun cun ndo esri conduc(i puede scr irnc irmal p,r ru proteg(¡ a los honl
bres ncskx.tcl .lol(tr dr !ivi¡ en nn¡ so. icd¡.I oprcsiva, 1... I pue<lc rt
dnfuD.xnLrl e¡ l¡s ¡ehcn)ncs con lrs nNjcrcs ncgns, pcro r¡mbi¿'n ton
otros hontt¡rcs. nc{¡os v bl¡ncos."

l..r l,ose lri¡ punlo sc¡ai¡do i nlcri(nr enlc, c\to es, q ue nucst r \
ilLrsl r¿ cl
r(s re(1s .uroc i1rr.r les n)¡r r Drenudo r.§pu§st¡s in(lürclasJ sitl¡aci(rx\
qu! presenr.ur requi\itos .oñtradi.rorios (l¡ conrr¡(lic.ianr, iqui, rcsnlr
en nr¡ntencr l¡ propid dignithd y nrccsitar exprcsar l¡ iuri,r). Tamhnt'r
ihrt ra quc .x¡uelh q uc s .rd¡ prativo f'¡r¡ prorcgcrsc.r unn
'rnonrismode
i\i,,i,r,1r¡rñr"I,,tr,1.*r¡.,.'JJt,.rrn,'I',rn(n.onrrrrunr|,reiJ,vLIIk'
un¡, de los lug¡rc5 ()!ialcs .n los qu( la desigu¡ldid puede s.r visibl.6
la eslern dc l¡ intimid¡d,o l¡.¡p¡cid¡d pnri.stablccer vinculos dur¡tlr
ros b¡sádos cn la .onfi¡n7.-l\)r Llllinn). si fi¡cra De..sirio ntrdir ¡ $1,'1
hombres según es.¡l¡s d. inr.ligeD.i¡ .mo.ional. inrrodu.irÍamos olnr
diDr.nsnin cI l¡.n¡l sin ([rd¡ los rr'sulhdos s.ri¡n pobrcs. Ul¡li,?.r lx
int(ligcn(i.r rnro( nn)rl conl,) un dispo\itivo d. clasiñ.¡ción c¡regorizxrl,¡
a krs honrbrcs n cgr o' con h l,ose lrii conx, eDnrcn, n¡ln¡eDr. po.o itrr (
1i$rrtcsc incttos.l)enlli(tuc.n los hc.hosl. no.ió,r dc inteligcn.iJ cnn'
crnr¡l l.u&1. profun(lir¿r t¡ (x.lusn,n dcbs ho¡rbresdc.lase rril)ai.r(lrnr.
¿l olr.cer orr¡ nredid¡ de su iD(o¡rfcrcncia so.i.tl. Al uliliz¡¡ y rdopl¡r l.r
no(i(in de inr.ligetr.i¡ enxlcion¡1, (slrmos dcñnicndo dc hccho «nrtt
''rornpttenc ia 'algo quc nu.nms innilr¡cioncs yah¡n detlnrrn¡ con¡r.r¡I

6e lv¡¡ir1l(k$d. l h. litu¡. ol nrntri,rN. , r¡ linril) nr ¡i¡rk ltr¿r,l


o/ lr¡,rt \rtr¡i.J, N' rl, iLnri',,lc reer, Ir..t8¡. ^¡ncrn¡';cn

l-r
,t)t

t.rcn(i¡, i (\r¡n¡(» r.,r¡flLrtrdo los pri!il.rios so.irlcs tle rqucllos quc


y.r r¡n pri!ilca¡¡d,,s.
l)e k ,\ ¡ro(l(^, h ¡oei,)n d. intclig.n.ir o .onrprtrn(i¡ enx¡.r)nal
l,r1e¿e scir.r l¡r lanr l,i¡n ,luL lr irJtrtnlIl soc ir I dr' Iix ¡.ivilcgi.¡ dos h¡
(¡ nr
bi.ki(' su1ilnr.nr.. |.ro d. rn¡ne inr¡rl¡nl!:.n l.r nucvae.oror¡i¡ cnro
.ion¡|,l.r\ nruicr.s ir¡.S¡n u rol tr),i\ sig,ril'i.drilo ,lne tl qu. se l.s h¡
.r\ign¡do rr.xlicr»r.rl¡rent.. l¡ cl c¡pitalisrú .oncr('nisr.r. l.rs nrujcres
(n¡¡.Lluif.rdrt ((¡r h¡hih(l¡(l.i v lornr¡s (1. (¡pit¡l(lu( les pcn¡iren jugrr
jucsos dilir.ntes ! Du.'k)s.n .1 .¡nrpo 50(irl. Tal .('mo el n)ismo NI¡rx
\r¡g¡rn , ¡ su Dr¡n.ru in.o¡r!.i(nt.nr.nt. prl¡ri.r, ¡ med .r que el (l.sa
r.,,lh)dc I¡ lndusrri¡ nrodcr!,r llcr¡ ¡ queei lml,¡jo nrinn¡lrcquiera nrcDos
h.rhilñ¡d i Iir.r7¡, (\ nr¡)or l¡ p«,1¡)rcmn en quc cl tr¡b¡io ¡.la nnrier
des¡laza rl .tcl honrhre.' I'l prnro ¡qüi Do .s neg.rr I¡s icr¿rquir! I l¡s
,linribLrcior)csd. po(lcr m¡sculinis ¡( hoy. sino mtis l,icfi sugcrir que,c¡da
v,r/.on n1.r)or i.Iln'id¡d,ts nris ¡«,b.tblc qur Ia eat.gori¿ .jr¡turn] dr' l¡s
cnr).n rc\.onrpl.ii.c nrest¡os nr¡lelos tr¡ilieion¡les de icr¡rqDii soci¡1.
l:l giro grncrrl haeir h an(lrogini.r elúcn,n¡ldes.rito a lo l.rrgo dt rstc
libro sc,l rl.r el hcch o de q Lrc l¡ \ m ujcró pu.¡.n .onr lrrt ir eD l(¡s nr.r..úrs
r,(i¡lcscon h¡brlid¡dcscrDo.ñn¡lr\, vqu( t,uM.n rcn.r¡..c§o1 ft)rnr¡s
¡( l)i¡ne\ (tur h¡¡ \rh .\lnie.rdrs ¡or h socrrlog[ trrlli.n¡rJl (mas(uli
n¡) deli.rr¡rifi .¡ri,,r. l)c heeho.l* ¡croonrshan si.lorr¡di.i(,r¡l¡rr.nte
.hsiI.¿d¡\ r cr¡¡rili.¡d¡\ |,'r stl ¿e(.\o i t)i.nrs t¿ler corno eldiDero y el
p,.\rigio. l'.ro, dcs¡. cl Iurrlo de !ira de lr $.ir)logi¡ dc l¡ cnro.i(,r,
¡rxlcnrs dcrir l¡nrbiJ» c¡rc l¡s l).^o¡¡s tie¡.n ¡..c$ Jesigrrilr l(x bn'
n(s 9uc fr(¡lLrc.r¡ .rldt,o,¡,¡, hidr.\ int.¡ngil)1.! qr¡c pcrnrilc¡r l¡ t)Lrtn¡
rrl.r,l¿ .if¡.id¡(i ¡. d¡r y r.(ibi¡ l(, quc,\1cl Ho¡lclI lhn)tr "rrconoci
rrri.¡nt:qurcs l¡ ti¿rd b.r'.rl <ieun.r pcrtrncncia exi¡¡s¡ ¡ las comLtnnl¡
Jc' n).i¡I... L¡r.¡ (l.l¡r r.rrcn\ ¡rs(¡rl$ (tr¡c lc etfen¡ ¡ li so.nnoSr¡ dcl
gaoe¡o y lt1.¡¡ocnnr scri l,r (lr c\pkn'.¡r h lro\i.nn (lilcrcneirlilc hombres
v n¡uicrcs licr¡e'.r l<,s bitnLs que ¡ntlueen ra,laraorrd dc nrxn, d.d.sen-
tr.r¡rrr 1¡\ nLrc!¡5larDr.s (lr l¡ d.sigu¡ld¡d.

rnr.i| ult,.nl,..ir.
,,, \'(i\!.1\ f,Ni'1,J(
i \\.lll,nin.rl,.1¡(,riilql(/n¡,.n,r, ú.,:lr,,rrdl!,,,rd¡¡l\rr//n,rl¡(¡:,
r'.(1.¡.1,).11n.1.'-trr.(rnrüLJg.,sI f¡¡$,1»6 lr.rd.('f.: ¡d¡,.¡//dr./
ht.rrt tnn\t. ltr. n111 \!¡rr¡rn?,xr /iI lo¡ro,y'¡,rtuJnrir.J,¡r¿r.do.r,
7
Conclusión:
EI pragmatismo institucional
en el estudio de la cultua

'Al igual que cn muchos otros dominioc, no c§ fticil


datermina¡ y cuál cs Ia consecueD.i¿.
c1¡ál cs la caüsa

¿Ac4o la l¿pi, lel medio del pu€nrel hizo de 106


habit¡Etcs d. lá ciudad lo que son, o -por d contraric-
61¡ fue corc.bidá riguicndo lá ñentalidad ,. l¡s ideas
de ¡quéllos,y con6truida d. modo de rcsponder a sr¡s
ñ.c.sidad€s y. $¡s hábitosl"
Ivo A¡¡Ltd'

lár búsquedas iltelectuales hán tenido a men¡do su origen cn preguntas


que nos perturban en la üd¿ Frson¿ Ál iguál que ot¡as p.rso¡as hc sido
t€stigo de 16 éxitos ¿ menudo pelp6bl6 de la t rapi¿ P€ro auo asl, curndo
me h. topado con'lo t€repéutico" ctr libros, e! giros dcl habla y m la
lit.ratu& d€ auto¿yudá popular ¡ mmudo me llamó la atención la bán¿-
lid.d d. un le¡guaje quc curio€am€ e ha apl¡nado mesEe imaginación
y nu.¡tra qeri€nci. cmo€ioml. Tal como !. h¡ €xpu..to en 6te librq d
éxito dc un idioma cr¡ltur¿l tán omnipres€ntc cor¡ro lo c. d dc l¡ t rspia
necc,ita ser explicádo en términos que no se deduzcan de u¡a nom¡tir¡¿
y um viÁión polltic. a prioí d.l lazo social. En tu8ar d€ €llq esPtro h¡be¡
logrado !¡car a la luz ¿lg¡¡nos proc.so6 cr¡ltu¡.16 y pofticos import¡rr€s
trábejando a tI¡vés dcl terr€no enmarañado de la sociologl¡ de la d¡ltu¡a
y la sociologfa de l¡s .mocione¡.
D€ hccho, d discüso ter¡péulico ha sido d conrfucto p.ra algunár dc
la6 prirrcip¡Ies transformacionB soci¡lcs qu¿.tr¡v6¿ron cl siSlo x!yquiá

' fl .prg.f.ddGIrcA¡dri¿t2 r,,rtú lo Driú,P.r1$Liwd€¡o.b.,r9r,


p!7 I¡.¡Edü..¡ón.orr.spoD.L.l.edición.,6p¡,to}t,r@E ebt .l D¡iM,
M.drü, D.b.t , 196. p t3l.
más espe.irlmcDte 1¡ segund¡ Dlit¿d de ese siglo. I-a primera es la codifi-
cación cultural cle las ¡or¡¡as lingüísti.as y emo.tun¿les del lug¡r de trabajo
yde lafa ilia mode.nos. Históricamcntc,los psicólogos han sido losgran-
des.odincadorcs dc l¿s csferas gcmchs dcltrab¿jo yla t¿ñilia,estipul¡ndo
ycatesorizando los ritu¡les de iDteraccióD,las reslas de l:r conducta emo
cional ylos modelos de interacciones verbales en estas dos esttra§- pero el
lenguaje de la terapia también ha remodel¿do los límites cultüales que
separan yregulan ias esferas públic¡ yprivada,Io masculinoylo femenino,
hrcie¡do.lelaaütcnticid¿d priyada una nar.alivaaser narrad¡yconsumida
demancra pública. A1 iflcr¡ lcar en cl yo prir¡do lis t¿cn icas y los lcnguaies
que convirticron Ia pri!acidad en un¡ represcntación pública,la psicoloBia
há desdibujado 1as diferencias .nlre l¡s cultura! ct¡ocionalcs de los do§
géneros, y lo ha hecho de dos r¡a¡eras: ha convertido l¿ "comunicaciór'
velbal y emocional en un componeñte .entr'¿l de una sociabilidad sin orien-
lación de género, yh¿ coloc¡do el suliimiento psiquico en el centro de la
representación moderna del yo. Ei resrltado de esta codi§cÍ¡ón ha sido
la convcrgencia crecienie de los nrodelos y ellengu¿jeculturales que domi
n¿n en la ñmilia y en el lugar de trab¿jo,lo que, por un lado, ha hecho a
l¿ personalidad más racional y erralégica, y por otro lado Drás ceDtrada
en las emociones. Esto impli.¿qr.lo\ int.resesyl¿s e¡noctunes noson ni
c¿tegori¿s o¡1oiógi.¡s ni.at.gorías dicotómic¡s p¡ra.ntcnder cl yo; más
bien, mi ¡nálisis mtrestra que ambos han sido vigorosinentc codificados
cn cl yo por los psicólogos dc úranera simÍhánc¡. tas teorías de la admi-
nistra.:ión, que han ¡rgado un rd importantc cn la co¡rfonnació¡ de las
concepcioDes del lide¡¿zgo. har colocado bs sentim;e¡t<¡s, las relacn¡nes
interpersoD¡les/el nrte.és propio eD elcentro mismo delleDgrraje e.onó-
mico de la productiviáady la eficienciai de mdner¿ nrve6a, a través de Ia
influenci¿ yla ¡nedi¿ción del f¿minismo,la psicologja h¡ injertado formas
de discurso r¡lilitaristas l procedime¡talcs c,) 1as relacioflcs intimas. La
emo€ionalización de 1a conduct¡ ecorrónncr y 1¡ racionalización de ltls
relaciones íntimnshan engendrado u»a forma de la persoDalidad en laqür
el intc rés propio est ratégico y ta reflexividad emocional están estrechamenlc
interco¡rectados. 111 modelo .ultural que ¡¡ehr si¡tetizi) los constituyentcs
est.atÉgicos yemocio¡dlcs de la per$naiidad psicológica medianle la pro-
visión de nuevos nodelos de soci¡l,ilidad csclmodelodcli conuni.ación.
que ha marcado cL srrgimicnto dc ura dc las más importantes epistemes
y fonlt3sdela sociatrilidad delsislo xx. El ideal terapéutico dela co¡ruDi
cacióD tieneconro obje¡ivo incul.arel cont¡ 01 emocional, un puDto devistr
"neutral",ylacapacidáddeesc¡ich¿r e identificarse cor los otros y cle llcvar
adelante relaciones que sig¡n procedi¡ricnbs de d iscurso justos.
(0tttlÚ5 r0it 3or

Este nrodelo señala ¡su vez Ia convergencia creciente de las identida


des de gé.ero masculina y f¡meniDa hacia uná identidad andrógiDa,
tanto en el lügar de trabajo cono en las relaciones intimas. En la e¡a
terapéutica,los hombres y las mujeres son llamados ¡ reconciliar los
atributos "mascutinos" de l¿ reañrm¿ción con la capacidad "lemeni¡a''
de controlar las rehciones y las emociones. I.a cultura intensamente
emocional promovida por ta psicologia h ¿ desestructurado y desorgan i-
zádo las identidades de géDero tradicionales, abrieDdo una variedád más
grande de modelos culturales parala fbrmacióndel género¡de manera
todavía más sutil, privilegiando la atrtenticidad y el punto de vista de la
mujer Est¡ desestructu,ació¡ ha le ido a su vez consccuencias para l¿s
clasificaciones y las prá.licas que están en cl corazó¡ del me€¡nismode
reproducción social. El discurso rerapéutico ha contribuido enorme
menteal surgimiento de nueyasformas dedesigualdad por lo menos de
dos maneras: autoriza ¡uevas formas de competen.ia dentro del lugar
¿e trabajo y estru.tura el acceso diferencial a lo que yo llamo "bienes
morales". Los bienes noráles .onciernen a aqncllas esferas no competi-
tivasde la justicia (la familia,la arnistad,el amor) enlas cualesse ponen
en juego bienes inrangitles (tales como el bienesrar). La competencia
emocional podría ser así una nueva form. de capital para acceder a los
bieDes sociales tanto en el lugar de trabajo como en ia esfera de las rela

El análisis exp¡resto en este libro ohcce un modelo implicito para el


estudio dela cuhüra ydel car¡bio cültürnl. La meláfora de un mapa puede
€apturar cl modelo conceptual que subyace al modo cn que funcion.r la
cultura. Un mapa, al igual que la €ultura, no "refleja" ni"descrite" un
paisaje; más bien, lo cartografia mediante la utilización de códigos y sim-
botos que representan la realidád soci¿l de nrane¡asestilizadás (por ejem
plo,con metáforas, narrativas, odelosprescriptivoslyaFda aorientarse
en é1. Los signos y los simbolos estilizados de los mapas son una ayda
p¿ra ¡ealizár distinciones gencrales, por ej€mplo e¡tre difercntcs tipos de
páisajes (agua, montaña o valle), y brirrdan un senrido gener¡lde direc-
ción, hacia dónde debería uno moverse, y rtuizá de modo más crucial
cómo deberi¿ hacerlo {esto es, por qué caniDo). Un mapa cultural es
entonces aquello que utilizamos para orientarnos tanto en terrenos car
toSrafiados como en terrenos no cartografiados. La cultura nos ayuda a
obtcner un sentido de las princip¿les "lineas de Iuerza" de un p¡isaje so€iat,
y nos pcrmite oricntarnos en é1, eslo es, obtener un sentido de los dife-
rentcs "senderos" dispo n ibles par.l nosotros y elegir a travésdeun cá¡culo
o de la mcr.r f¡nililrid¡d con cl tcrreDo .a,no march¡r desde un punto
3O2 I tA \llliAr 0n DtL ¡rt^ lruL)trr^

hasla otro.'Asi,l¡ cultura,rc s(tlo nos brinda u» scntido rerpecto dccómo


cl propio mündo so.ial es lonstituido sino también ¡as herra ientas
cognitivas y prá.li.as con las cuales uno se o.icnia ¡ sí mistno,rslo es,las
herramientasconlascualeselcsirenlrcdiferentcsrutasposiblesi,mDte
nc.seenelcurso cmprendido yayud.rr¡ resolver los prcblcrnas en la rne-
dida en quevan surSiendo. Mi ¡rgumen to princ ipal ha sido que la tcra-
pia se ha convertido en ¡a ,r,g¡/d fur,rd de la nueva cl:rsc de los scrvicios
en lamayoria delos p¿isescon econom ías capitn¡istas av¡nzadas, porque
brinda el iuego de herramienras para qur los yoesdesorSirni,ados puedan
nranejar las conduclas de süs vidas en las org¡Diza.ioncs sociopoliticas

Pero la metáforn del¡nap¡ !a un paso más allá: una r(z crcados y pues
tos a disposición p ra su uso.los mrp¡s modifican los nrodos en qu€ la
gente se mucve en clespácio y en úilima insl¡ncia-cn rlterritorio ori-
ginalmenie cartogriliado por.l máp¡. Al igual que los nrap¡s geoSráticos,
los mapas cullurales orientan ¿l yo dcntro dcl intrinc¡do terreno de lar
rel.cioncs$cialcs,que a su veir son transform¿dtrs por l.rs práctic¡r $ci¿
lesque eilos mismos han ayud¡do a orienta¡y organizar. 'lil como cscribe
en otro co¡rlexto M¡rshall Sirhlins, "k,s hechos son ordcr¡dos por la cul-
tur¡, I... I l y I en ese proceso l¡ c ultura cs reord,rn da l Ln historia narrada
(n esrelibro noer \o1ú h J(.1ü.vádo pn'E,t''ivod( u', nucv,, mdpc pr(,vrsro
porel lcnguaje de la psicolosíi, sino tJmbién la historia dc c.)mo esc Napa
modificó las relá€io'tessocialcs. l¡s contomos dcrstenucvo¡napa(onen
zaron a ser trazados eon el surgimie¡lo del psicoanílisis y de la enrpresa
freudiana; elcarisma de Frcud fue cl inrpulso quc cxpli.a la velocidad
inicial y l¡ l¡era de l¡s redcs $cialesque ayudiron a difr¡ndir e¡psicoa-
nálisis. La contnbucióI másdisrnrtiv¡ dc lreud a l¡ cullurn esradounidensc
h¡ sido l¡ dc formül¡r un lensuajey proporcion¡r Narcos de signitic¿do
que coloc¡ron la vida diaria, h salud nrmtaly h normalidaden clcentro
mismo dc l.l idenridad de Ios hoDrbres y l¿s mujercs mode ,s. L¿ disciphu
inc¡pienlc del psicoaná¡isis se apoderó rápidamrntedel¡ cultur¡ estadou-
nide¡se por.tue otrecia recctas, planes de accnin, metáforas y palrones
narrativos quc ¡),¡,¡dnron a los hombres y a las nrujeres nn'dernos a arrc-
g¡árselascon Ia compleiidad.re.iente y ld incerridumbrc noína!¡va de las
vidas modernas, más notablcmcnte en cl lugar dc traba¡, y en la fa'nilia.

¡ V¡¡E Swid¡.i ,¡lt ol id¡. Ilnv .!l¡,,e ,¡,rki, (:hi.ago, t,n iv.^n y
of Ch ^nn Press, :oor.
i.¡So
1 M.sh¿lls¡hlins. t!¡n,,i?l ,,.r¡¡¡,r.^ ¿rl ,,r,r¡¡i.r/ ¡.¡/i,i¿r, AnD Arbo¡,
Uniycrsily ol Mi.hi8¡D Pre§, ¡93r, p. 3.

T
(0r(Lu! 0[ I 3l)3

L¡s metáfor¡s ylas narrativas de lireud Podían ser usadas dc manera prag-
mática, eslo es, como una manera dc rc§olver Problemas prácticos en la
vidacotid;ana. Mie'rrrasqueel signitic¡do moldc¡ laa.ción no ¡odos los
significados so¡ jgr¡les en su c¡Pacid¡d para a.ol¡rlos marcos interPre
t¡tivos dc las person¡s y ayuürl¡s a navegar en su enlorno social. l'rra
que los significados scan duraderos, deben estar cn consonáncia con los
p.rronc\culrur¿lc\cxisrcnrc'.rcclura' rl yodemancra mu) vigordsrY \er
simuháne¡mente insr ii¡rcionalizados y ulilizados como un lmbolo prác'
tico de valor en lá vida cotidiana. Dcnonlino este abordaje a la cultura
"pragmatismo instirucional'l tal como es ilustrado Por los tres obietivos
principales con los que esPero haber cumpiido en cste libro. Mi primer
objelivo ha sido docunenta¡ la emergencia de utra nueta cstructüra cul
türal. Mientras que los sociólo8os de ln cultura á§umen tradi€ion¿lmente
lá presencia deunaeslructura como ün orsanizador invisible pero pode-
roso de la ac€ión, yo me he prcguntado en cambio cómo ñ,c que se cons-
tiiuyó esta estrucrur¡ cultur¡I. Tal como he do.umentado a lo largo del
libro, el cuerpo de conocimiento§ de la psicologia Penetró ráPidamente
I¿s instiluciones cenlrrles de ln sociedad eradounidensc (el ejército,la
fanilia,cl Lslado,los medios de comDnicnción masiva yla sociedad civil)'
Ésra saturación dc la psicologi¡ en la sociedad e§tadounidensc no fue
producto de una ¡cción concc¡rádá! más bien' fue Prodrcto de ló8icas
<liferentes, ¿si,r¿¡ri.¿t y ¡r nú|to au¡ó,toDns q)e fnncion,ron eo
'ada
campo en elquela psicologia fuc incorPo¡ada. Era natural que un cuerPo
de conocimientos qr. ¿seguraba ayudar a controlár y predecir "el factor
hum¿no" fucse propusnado y utilizado Por las empresas que busc¡b¿n
nucvos modos de gobernar a los trábajadores. debido a que la
^demá§'
lcgitimidad cstatai derivaba principalmente de su capacidad de ascgurar
el bienestar de los ciudadanos, el Estado estaba ansioso Por adopta rr
€uerpo de cono.imienlos cuyo Propósilo era aliviar el suftimiento humano
y contrib ir a la sahrd mental general Por úhimo, y debido a que la fam i-
lia habia convertido en una unidad §ocinlemocional'ydebido a que los
se
rolesdc loshombresy de las ¡rujereseD cta c§re., sc habian democrarizado
cadavez ntás,la psicologi¡ju8ó uD rolinlPortanle ai ofr€cer modelos para
áyudar a süper¿r el .¡ráclcr (¿da vcz más conlic¡ivo del matrimonio
moderno. l:Ir nedio de las i¡rstitucioncs degran escala quc adoPtaron la
psicolosia como sü principal discur§o legitimador v 1a microrreprcsenta'
.ión del yo, las industri¿s med¡áticas han iusado un rol esen€ial en la
codifica.ióD,la legitimación y la diseDtinl}ción dc la v¡ia)n del mundo de
lr psico¡ogí¡ y en l.r provisión de una Plataforma Par¿ la rcprcsenl¡cióD
d(l yo tcr¡p¡ulico. l.os li¡cron crucialcs er tanb nrcdi¡ror¡ (nt'e
'ncdios

T.
3O4 l¡ 5At!¡t 0ft Dt( ¡t¡1a 1100tRx¡

un grupo dc expertos profcsionales por on lado y el público por el otm


I u n público consl ruido sinrullti¡)camente por p¡cientirs y consu midores).

l:n tre las institrcioncs


y la socied¡d civil, enl re Ios significados institucio-
ian¡, l¡s iDdustrias mediáticas h¡D cstdblecido su pie-
nn¡.'s y lá vida col id
senciá dominante.y tieDeñ una importancia centralpara explicarla emer-
gencia, la codifi.a.n n y I¡ dilusiór de la estructura cuhurál psicológica.
Bn otr¡s palabns, los cu¡tro cmpl¡zamientos institucionales más podcro-
sos de la sociedad .stadou ridense -ln e¡npresa, la familia, ¡os mediosmasi-
vos y el Estadc- adopiar(m la p§icologí¡ y Ia convirrieron en un rasgo
c¿ntr¡lde lá idenlidad modcrna ¿ través de diferenles dinámic¡s institu
cion¡les y culturales. cl s¡..gundo obietivo con el que cspcro haber ¡:¡m-
plido cn cste libro cs^si, rmstrarque, asi como el hisloriadordebe expli-
elde
car distintos lipos de tenrporalidades,i el sociólogo dc la cultura debe
exponer la dinámica inslitrcional asimétrica quc h y delrás de lo que
pueden parecer proccsos cuhurales homogéneos.lncluso si, sisuiendo a
Max Webe¡, podemos h¿blardc un anplio proceso de r¡cn»¡lización que
¿trltvics¡ l¿s institu.iones ft odrrn¡s, este proceso adoptd difcrcntes lbrmis
y.aminos cn diferentcs €st¡ras instilucion¿les.
Pero -y ésta es la ter«rn c(nfribución que, rspero, eslc libro ha efectuadG-
elmodelo inst¡tu.ionalasim.trico no pued€ explic¡r porsi solo la tue%
y la tenaci.iad coo quc la psicologia ¡sió l¡ vida cotidian . ta psicologi¡ tue
propugnadade maneta euusi¡sla porlos ¡ctores no cxpcrlosporque"frm-
.n)naba'l esto es, porqncotirci¡ hcrramientas y tecnologfas p¡ra manejar
los problemas que asolab.rn a los honbrcs ya las müjercs modernos, tal€s
como la incerlidumbre gc¡erada por las incipientes normlsyreSlasdemo-
cniricas en el lugar de trnbajo yen la fa'nilia,la multiplicid¡d de los roles
socinlesisumidos por hombrcs ymuie.es,ylacomplejidad de una cuhura
¡c.'ch.d¿ po¡ impc.¡rilos norm¡I¡vos coDtradicto¡ios. Fllyo sc há con-
v.'rtido cn el emplaanricnt(, principal para elm¿nejo delas.ontradic.io-
ncs de la modernidad, y l¡ psicologia ha ofrecido tÉcnicas para nüneiar
esas conl radiccioñes. l:n or r¡s pal¡br¡s, la psioología I rata menos acerc¿ de
la"vi8il¡¡cia"o cl "l,iopo(lcr" que acerca de cómo contcDcr y las
'nan€jar
contr¡dicciones de la person¡lid¡d moderna. Pueslo que, ,i democratiu rs€,
trnto el lugar de trabah como l¿ f¡nili¿ se tornáron nrás 'c¡óti.os'l€sto
cs, tl.ron dotados de un¿ crmctur¡ no.mativa en la qüe e¡yodebia repre-
sent¡r mu.h¿s más tá¡e¿s conrrndi.tori¿s para contí(tlar las rel¡c¡ones

I Vé¡* William H. Scrrll, ?lj.lolittofhi.ntty: Soridl th.orfd ¿!\nl


¡rdr,¡rd¡iD,, (:hi.áFo. Uliv.hny of (:hicágo ¡t¿s, roo5, t,f. D r:.

L
(0[(ru!rÓri ]o5

socia¡es: tornarsc indeperidiente, pero atento a las nec€§idades de otrosi


maneiar las relaciones dc mánera muy racional, pcro (§lar muy @ocrntrado
en lar emociones propias y las de otros; ser un individuo único, pso coope
r¡r consta¡temente con los olros. In psicologia jugó un rol c¡ucial en Ia
provisión de modelos dialógicos de i¡teracción, qu€ presumiblemente
podian manejrr estas teDsiones dentro dellugardc trabajo y en la familia.
Estos modelos d¡alógicos §€ tornaron más eficientes en Ia medida €n qu€
no sólo eran una seric de tem¡s ypresc.ipciones culturales sino tmbién
una n&raliva con la cual r.presentar el )§ en una variedad de plataformas
cultur¿les y sociales, táLs como sesiorles te.apéut¡cas, tari ir,ows t€levisivos,
grupos de apoyo y rna ¿mplia gama de tatler€§ con fines de lucm dirigidos
a adaptar m€jor al yo ¡ su entorno, y a tornnrlo más tunciooal en é1. El
pragmatismo institucional sc dirige asi aexplicar simuháneamente cómo
emergeD las estructuras cultu.ales,cómo son represenladas en la vida coti
dia¡¡ycómo a suvez t r¡nsforman esá vida cot¡diana.
Elabordajc defendido en €ste libro no abandona la vocación critica d€
la sociologi pero nos permite asumirla de maner¡ diferente, desde un
punto de vist.r difercnte del que fue asumido tr¿dicionalmente por los
partidarios de los estudios cultur¡les. Cuando se los considera desde la
perspectiva de utra sociologia cuhural pragmátic. y desde la sociologia de
l¡s emociones,los ef€ctos sociales de l¿ terapia resultan ser bastánte dife-
rentcs de aquellos que hrn sido rradicionalment€ despreciados por los
sociólogos criti.os pertenecientes a difercntes doctrinas.
En primer lugar, cl ideal conremporáneo de la coD¡unicación {ue ha
penetrado y saturado intcnsamente nuestros modelos de lás rela.iones
soci¿ies, y que nunc¡ h¡ sido cuestio¡ado por los sociólogos- bien pu€de
se¡ lo que el antroñlogo Michacl Silrcrstein llama "una idmlogía del len-
guaie'l Ura idslogia de¡len8ua,e es una s€ri€ de"ideas y obietivos mani-
fiesros sosrenidos por un srupo en relación (.on los rol€s del leryuaje ea las
expetiencias d¿ los ,!ie,¡rlo, en raDro contribuyen a la expresión
'oc¡dles
del s¡upo" (nris cursivas).1 La ideolosia del len8uaje promovida por 1a
tcrapia reside en uDa s.ric dc crcencias: que el autoconocimieDto se obtiene
edinÍte la introspecc ión, que la introspección puede a su vez afrdarnos
a cnlcnder, controlar y ¡¡dnptarros a nuestro cntorno social yemocional y
que I¿ expresión verb.rlcs clove para l¿s rela.iones soci¡les. Hay algunas

1 Mi.háel Si¡vcrnei¡, (ihdo.n Kath€rin A.woolard."¡¡nrcducl¡on: Langla8e


nieologv ¿s á ficld ofi¡rqunyl cn Aambi B. S.hicrTclin, (álh¡F A. Wmlard y Prul
V K¡osl¡iry l.dr.), Ixx!r¡¡.(.,',leoloqi\: P dn. ntul ¡ltu,, Oxló¡d, O\ao¡d
(hivcnirv 1".*, rer$, t, a.

L
106 I lr 5^rr^(l0r Dn riuDUril
^tlr¡

razoncs para dudar de much¡s de las premisas del.rcdo psicológico rei


nante. Citando al poela Theodore Roethke, el psicólogo Timothy Wilsor
sostiene que "La autoconlempla.ión cs uDa maldición / que empeon uná
vieja contusión':'No sólo parecemos estar pobremcnte equipados pará
entendemos á nosotros mismos, sino qlle el auroanálisis puede incluso
interferir con nuestros modos intuitivos (esto es,p¡áctico, de cono€er €l
mu¡do. Yo sügeriría que la idcología del lenguaje de la rer¡pia ha sido
responsable de un vaslo proccso cognitivo y.uliural de 'tclipsámicnto
verbal': Una ¡nvestigación llevada a €abo por los psicó¡ogos cognitivos
Jonathan W. Schooler y T. Y Engstler Schooler mues¡ra ¡lue, .uando s€ les
pide á l¡s personar que recuerde¡ m€ntalmente un rostro y que luego Io
identiiiquenen una ñla de personas lo hacen barantebien- Pcro si a estas
mismrs person¡s s€ les pide primero que des.riban ese rosrro con palatlraj
yluego que lo identifiquen,los resültados en cuanto á rcconocimiento son
mucho peores. S.hooler y Engrler Schooler Iamaban a cste efecto el "eclip-
samiento verbal: una inlerferencia de los procesos verbales con losv;sua-
otras palabras, estos autores -asi como muchos otros psicólogoF
les.6 tsn
sugieren que hay cosas quesimpl€mentc hacernos mcjor sin palabras,sin
verbalizar aquello quc estamos haciendo y por qué lo estamos haciendo
Yo argumentari¡ que, culturalmente, la dodrina lsapturica pucde haber
sido resporisable de un vastoproceso deeclipsamiento verbal que hace de
la introspección lingülsiica un sustituto para modos no verbal€s de fun-
cionamiento de las relacione§ sociales. Lo que denomino pro.eso cultural
deecl;psamiento verbal es el an)plio proceso mediantec¡cuat una actividad
verb¡I.¿d¿ vez m¿yor in lerfiere con dccsioDe\ que requieren que usemos
la "inlui.ión'l la'perspicacia" o el jui€io rápido. Iró¡icamente, la id€ologt¡
de los psicólogos termina reificando el concepto rnismo de personalidad
que ha sido un supueslo c¡ucial de su cu€rpo dc coÍocimienros. Esta ¡ñr-
mación es reforzada por el psicólogo social (y experto emioente €n perso-
natidad ) walrer Mischel, quien ha sostenido que la personalidad varia s€g'in
lassitüacionesy noconsisteen rasgosconsistentesintersituacionales., Para
Mischel,las acciones y las reacciones de las personas son mold€adas por

5 Ti othywilson,"Do¡lrhi¡ttti.e,it\¡llrishtl.n¡ .nxf,oña¡,.n¡l¿
Arirua ro dc diciembrc de 2oo5, p.6,
6 I. W. Schoole¡ y-L Y lin8stleFkhooler, Vúbal ov*lüdowin8 of visuil
me¡nori.s: Soñe rhnrSs !c bcne¡ left unsiid l e¡ CbSni¡iy¿ Prd,oloSl, N" D,

7 wálr.¡ Misdrcl.Y Shoda y R. Mendoa-Dcnton, 'siiu¡tion-bchavior profiles ü tr


locus of.onri$€n y in pereon¡l¡t / , ea Cw¿t Dn«tiont ¡n Psytho¡ofirl 5i¡.¡¿.,
N" r, !oor, pp. ro-r4.
(0r(ru5r0ri I 3o7

rcslriccioncs siruácio¡alcs, no por propic¡]¡des interiorcs constanles del


yo (que ncccsitan ser reveladas). l.r vhión de Mischel es muy consistenle
con clabordaje<le los soci(',logos, er la nredida cn que afirma que la per
soDalidad cs más i¡rfluida por f¡clo.es $ixricionalcs que por una serie de
rasgos adquiridos cn h nrfin.ia. l:l punto Jqui es s¡nrplemcnrtsugerirque
ladoctr¡rt¡ psicoló8ica reifi.¡ la pcrsonalid¿d en su visión de que hay una
esencia nucstro yo- que podemos y debem os .omp¡erd€r.
En segundo lugar, y en contrasrc con el relalo foucaultiano estándar
de l¡ psicobgii, según cl c u¡l "hcnn)s l...I inventado una clase diferente de
placer: p¡¿cer en la verdad del placcr, el placcr de conocer l¡ ve¡dad, de des-
cubrnla ycxponcrlal- argu¡nent¡ria que l¡ narral i!¡ terapóuticá ha pro-
ducido una muhiplicid¡d de lorm¡s dc sufrinricnto. Cont.a la visión
foucaultiana de quc la psi.ologi¡ produre placer, yo argumentaria que
uuodesus dspecbs más crcstion¿bles¡csideen los modos en que pmduce
pl¡.cl Ptr¡sro quc, en con(ordancia con .l antropóhgo Richard Schweder,
sugeriria quc't ¿ oDto¡ogíá causrlpopul¡. par¡ cl sufrimietrtojucga un
rol impor t.rnte en producir !¡s caüs¡sdel sutrinienlo qE intenlaexpticar,
dc la misnra man.ra en quc la repr*entación popular de una l'orma de
suliimie¡rlo pued('ser p¡rtc del süirimicnlo qu. represenla'], Hay una
ironiá¿olorosaen.ldis.ursoier¡péulico.Cu¿nto másscsitú¿nlascau
s¡s dcl s frinricnto
en el yo, más sc comprcDde al yo en términos de sus
p¡ob¡emas,y más nu¡nerosas son l¡rs en lcrmedades "realc's" del yo que se
producirán. Deb¡tu a quc la narrntiv¿ ter¡péutic¡ discute, cataloga yex
plic¡ aqucl¡o quc sc predic¡ del yo,.l yo es invitado a su vcza concebirse
a si mismo.omo un¡ enrid¿d qk pidece problenus enmcionales y psi'
colósicos. Lejos dc ¡yud¡r t' manrj¡r en los hcchos l s conrradicc¡ones y
los problenas de h idenr rd nroderna, cl d¡.urso psicológico puede
sinrplenrentc profundizarlos.
M ienrras quer¡dicionallnente la expericrrcia del suFinricnto ha llevado
r

a un sislcDra cullurrl hasl¡ los linr¡cs mismos de su legitimación,"' en la


visi(in del nrundo lcrapéulic¡ contcmporá,lci el sufrimicnlo seha conver-

3Mi.hellinr¿ulr.11r./r¡/.,Ida\rrlty:^ n¡t núrti,t. ¡¡d. ds R. Hnrlq, r976i


r.imprciü", ¡"n.vi Yorl Vinl¿g. Itool', ¡reo, ¡, ¡ ltr.t¡. sp.: IliJt¡»i¡ ¡ia ld
¡¿r!¡¡n¿r¡, Madrnl,Si8lo xxr {le En,uü. 1006l.
e l¡i.h¡kl^. shwc(l(i ll¡n,t¡,,t,rr{r§]¡ d,ln,sr lil,&lix¡ú il útlt ual p:yrlblogf,
(-á¡rhri(lSr, ñ^. tl.úv¿rd Univ.hilf l'r.n, r99r.p.l3¡,.
n V¡¿sc i\l ¡\ W¿b(r, ''l hc $i¡l p, choloSy of the ¡o¡Il r.ligioDil .n Hanr I l.
(i¿dh y (r. Wriglrr Mills (cds.),liort lvlaxWch.t: Esn/: ¡ iocúr{/, Nuev¡ York,
()\ntr¡ trr iv.^ily l,r.$, Dnt l t r¡d. .§¡r. .n: /lhdx» !o¡,n o.idlo!ú .lc li tl¡lnh r,
Itl¡1rkl. llu'u.. ¡¡eB
lolJ I l^ \alli¡r ó[ tlll ¡t|rr r00rfl¡i

iido en un problrma que debe ser mane,ado por experros de la psiqüis. ln


perturbadora pregunlacn r€lacii'n (on la distribución dclsufrimiento (o
teodicea) (¿Por qué los inocentes sufren y tos malos prosperan?), que ha
obsesionado a las relisiones y a las utopias sociales modernas, ha sido
reducidaa unab¡nalidad sin precrdentes por un discurso qucentiendecl
sufrimien to como el cfecto deemociones mal maneradarodeuna psiquis
disfuncional, o inclüso.omo una et¡pa n€.csarin drlpropio desarrollo
emocio¡¡l. Tal como haargumentado Sus"n Neiman dernanera magistráj,
el problema de ¡a teodicea ha sido uno dc los mhterios nrorales centrales
del pensamiento o€cidenta¡."Y podrí¡mos agregar que la tensión enlreel
mér;toyla fortuna ha producido a menudo grandessisten¡asymoümien-
tos culturales cuyo propósito ha sido precisamentc explicar el abismo qt¡e
los sc?ara. ti psicologia (lini€a €s cl primer sislem¡ cültural quc se desha.e
totalm€nre del problema, ha€¡endo quela mala foriuna sea €lresültádo de
una psiquis herida o mal maneiada. Cumple asl a la perfec.ión con uno
delosobjetivos de la religión: explicar, racionalizaryen última instancia,
siempre, ,ustificar elsufiimiento. l¡l como scñ¡la M¡x Weben

altratar el suÉimieñro como u sinroma del odio enlre los dioses y como
un signo de una culp¿ secrcta,la reliSión ha venido ¿ s¿tisfac€¡ una
neccsidad psicológica nruygeneral. Mry rara vez el afortunado está satis'
fecho con el hecho de ser afortun¿do. Más allá dc elb,necesita saber que
riene de¡¿cl¡o a ser ¡forrunldo. Quiere sabcr que ¿l lo "mcrecc"y, por
sobre todo, que lo mercce en comparación con otros. Desea que se lc
permit¡ aeú que el mcnos afortunado también experimenta simple-
m€nle lo que debe. La buena fortun¡quiere asi"legitiñ¡r"h fortuna.''

Lo que weberdescribe aqui es la forma más poderosa de preservación del


statu quo, eslo es, la explicación r€trospectiva y por lo tanto la legitimación
de labuena o la mala fortuoa qu€ es.ooden la virrud o el vicio. La psico'
logia resucita vengalivamcnte eías formas de la teodicea. En el cspiritu
terapéulico no exislen cl suÉimien to y cl .aos sin sentido, y tste es e1 mot ivo
porcl quc, en rlanálisis final.su imp¡cto cdturál debcría preocuparnos.

n véa* sus. N.im¡n, lv,I i¡ ñodan Ak dh¿hotir. histotr .l ?h¡loethr,


P¡irc.ton, Prin.elon Univcrsiry Pre$,'|út9ht:
2oor.
r 2 webe¡ l he soc ial psy.holo8y ol the wo¡ld rcl igi ons':
fndice analltico

Abbor, A¡drcw, ró, 2t,

Abr¡nson, leff¡€y 8., 72, 7r n


B6dü, Reinha.d,39 9r

ádividad ideóló8ica, 68

Adlei, Alfr€d, p,4,4 n.' 45,2o1, 2o4


¡dñiristrición, 3t 9o'r2'94, 98_1oo
nor dcl yo, n6, r9r. 274; dc las ¡otrrdi.u, Pien ,79. tl7,14¡ !tr' 27t
,72, n.,231 134, 186
em«ior€s, S1, 34 19¡i eñeioral
'i
¡qen(ii pcEoñ¡l cn ránro ("n(l¿d¿
pur l¡ strñrutr Lon l¡emo<rón''l
Alex.nder, Ieff'eY, ,t, 3r
¡lf,h.liz¡ció¡ eñciot¡j, 136 2t3
cillon, Mi(ld, 15, t5a rtt
cáñbio: oltDrrl, 16,54: sGi¡l

Psi@¡nalitic! Aderic¡ñá c¡¡rpo mocio¡.I, 2r9-12o, 267


^soci¡.ión c¡piial, r¡r, 2l¡. !t4 2tó,167 268,
Psicoa¡alili<r Inl.rn¡cion¡l :7f27r. ¿7t. 13ti .¡lü¡il, 256, 267
Asi¡ción
0P^. po¡ s, si8h en inslés),{'1-45 ,2 n- r35; emocional 16T'
271
272-rl: simblico,79, !]4' 27:,23r;
si¡I, ¡ a, 267, 272_11 27,
27. 39,r93 1or' 1ol 1o4 106 .lpil¡lismo, 3r, !17 rÚ,Í6,274i
auto.ylda,
.onexionisrd, 24 17t ,79,237, ¡97i
242,286; indurtia de ld' 2oo' 1o9i
lir¿rárnra d€. !7ó. v¡¡r r.-'i¿n co rPor¡livo, 19r io!¡l 8r-34
'moc 'úi
núrar¡vas de h ¡úto¿Yúda
,4¿,o,rydn (smiles), re3
aubhiogmfia, ron 2]]-,14 .¿riiñr, 4o'a2. ror or8ánia'ión
'],
¡urürc.ln ción ¡»'2o7 ,¡9 12o,
2112:1, r¡ó r?/, ?r¡,141' 144' t34
lro I rl1^tY^(l0¡ 0{t atir t00t il

úiti.r: d.l di{úr$ psi.o¡!¡liiico, Iti


d.l¡ ler¡pia, r:i nrm¡n$ic, r,r
celos, conú signo de la f¿¡i! de cotrtrol ctb oJ püsonalitr lP¿tl). 1i6

cit/ ol ets: A pottni¡ ol Hottrtuood .ullun: dcl .o¡suDido¡, ¡45, róri


n¡ ¡/r l9¡¿r (f'riedri(h),75 enD(io¡¿l vi.lüi¡.a, r«,; cuhur.¡
.lars ntulias ú Nú edútiri.a, fÁ popul¿i 19, !6, t,, it, 56, 71,
(Milk),F.l r4a.,tr,rtt, r74, r3r, ro,2o:l, ro5,
cl¿sifi(ación so.i.l, 26r, ró7
cunu¡a y rüó tñIna $¿mi¡\),8,
Coefi.ienle Inlcledu¿l (!o,po¡ sü sigl¿
en inglés), 160, 167, 1/o, x36
C¡llinr, Rindall, ¡,n-, r7! rl dem«r.liz..ión, 54, r27 rllt
cóño ynat o ¡igot e ¡Aur tubr.lñ
¡rp,4J (C¡n,egie), De
cómpciencia, loi 14,3t,Itó 33,9¡1, ¡o5,
ro9¡ r¡¡ ¡rl, ¡1r, r23 ,19,,12, rl5, r4:, discuño, 15! coD rspe.to rl
257, 260 26t, 764 77í )at 2Az, ñáhi¡norio,,u r 56i do'¡érico, 58;
23t-:86, 233, 196 r97,.rori cmdionai, psico.udirico, 58 tq psirológiro, r3i
¡r2,uB r29,26t,266 ¿67, 269-175, 23r, teraÉuti.o, 22-25¡ 29
tr1t5.¡36i 288, 42, ro¡i p¡ófesion¡¡,.ro, ¡)obbin, li¿nl, 3r, ror, ¡¡3
.1,¡,8l, ro9, rl, r¡3 r19,rl!; wcirl, domin.ción, n¡.¡rri.ulturrl, 43
3ó ltlJ,:6r, trí6 267, :3tr ¡).Nd, M¡rrecn, 111, 291
d rú dalhiño Llotúda, EllMillea.!"
.oñúnic¡ción, tre r2oi ¡2,lj2r! rz7-r:3,
,17, t74176, 236 233, 19r, 294, roo,
rot; dcla,3!,ire r1o, ¡22,
'nodelo
r/.4-r7t, 19r,:41, r37,loo to,; modrlo
¡rd¡lingüntico d¿ ¡á, r9r .clipsamidnlo vcrb¡1, roó
condi.ión d. vicl¡n¡. 2r7.2)3, :22, ..ononir c¡Pitalisr.L 3L3u. r7,1

Coni.rc¡.ias Clirk, 46,,18 49, r-57,


.i¿(ilo: uso d¿ I¡ psi.ológn
conm¿nsu¡ació¡, r33-,34, :7¡ de pehoMl d.l, eri uqr d.l¿
.!nociñiento, r 3i9, n9i dc si, inteli8.ncia flno.ion¡l cn d,2óll
Pen.rddopor d
en t¡nro
.orlrol cnbcion¡|, l3 19,44,34 311, @¡ociniento dc I¡ ps icol)gía, .rol

.onl'ovcBias ebrc ¡¿rapiú alilcs .ullurales, 4¡: d estáhlishñ.rl


psiqu ii I ri.o y psicológ ico como. 49;
r€cepción d€ hs ideasd. heud ps,
Cenl7, Stcph¡nic. rot, ,.¡r, 295
lllis,Albcrt,27,2oJ ¡o4

cmftioDJlid¡d, 8¡1, 93, r7r, r9r

.ordiú¡ d¿l.d¿kkr, rd (s.nner), n1 .¡nGión, :l 2aim¡nejo de l¡,rool


r/0rrt t¡Alrrr(! I lrl

cnrP¿ti¿,ro9.n:ir1¡, !17 I ¡¡ud,7r, rí"tr:..ilii.tr l.sunür¡\


c¡4rcs,19,9trn.,9ri trrl r.. ¡otr, dul nq¡r d.iiabaio,99. i'ú I'r¡ "' '
xJ6 ro7, no,I15-¡1/, ¡95,1"r Jo4
rnl¡.m€d¡I, rÍ :¡7i dc ]a ('lunl¡d, rnr
lingnle¡ s.hooler', ll Y.,lo6
cnóio, ror roi, nli 11t,Dl, rtr, ¡},
!14.!5, r17, 19¡, r¡t, r'lt.:t8 trt9 r., IirtrN,¿1. \ti,r'r¡nrl)i.¡ I rl r¡.
1e6. V¿r. ¡d,¡l¡rrr n¿ $')cnrcr. tr.1d-r4,1, tr,f, r4[
t,ou.ruli, Mrch.l, ¡r r5,6,t,;r), L,'.
'rr
.ntr.Yin¡ ¡cr¡Péurtr,e7 e3
cpisre¡rJlogii de l¡«r¡e.hu ¡5 ,6
lipnei¡ l¿t¡ratne, 'l¡hY, 175 rr¡ud,Sigliund, ¡¡, 16, rri, r,', r, 1r.
li¡¡rd, \\trner, rlo !{' 5r 68,70 74,76.9r, r.l\ r.r. r l'n
¡5r, i6oi ú4 n., r6ó n., (r, r{¡ n('
.n¡r¡: d. h jttrti.n, 13r,rori l)rivrd¡. ¡1,:16, r5r r5n rrr
j+ n¡6, rtr4,16r,I79,r96,2r.1
56, n.!,¡,¿, ¡.rrJ ( lü¡rv),,'l
15r, :6ó, 47, 137, rooi Ñhli.a rr,
r06, r7l,1r¡¡ rJ6,266, r77 131
'tr4,

lislJ¿lrnd, \\'¿ndy, ¡ltl, 17t


cshdo,d, ur r¡nto nnPRsúdo Porcl Itrcdi, L',rnk, ¡r8, ru, ¡)r
dk.trFo r.r¡p¡úli.o dc la ¡Dtoalud¡ I uÉt.nll.r8.I inrk, D'
2o9 rr! z r'1, 2r o, lo:t-.1o4
cslilo: enx).ion¡1,,7 :e,i5 56, n,3,
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r¡1,,9r.19¡, !6i,:7r r7r, rll¡i
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csl¡atill.¡(itr' $.i¡1, :9, tr54, :6o 16'.

L :r6 (;ccrtz, ()illDr.t, l¡), r l.r


cf ructN.¡liinoi
.r¡u.lurt, ¡ri dc s.nrimicnto, rori (i.lt.r, Glcn, -r'r, !,r. ¡n'
.or.rn,¡nla d(\.ntiñi(nlo :7ri Sén.i(" 1e,5.t.59.6e,, ¡.3r.s,. e; 93.
r05, ¡07 r)lr, r¡¡ r l[, rt r56.
'r-,I lr,
Lar.rt ¿ tu ll¡¡rd¿.ll(Rnnnrer), 160, 16¡, r/., ¡)5 reo, r(, r lL¡:7¡,
'6t 179,2ar, r3t,,¡6. r3r. r!/,roo lor:
f:rperimcntós ttaNll¡,.c, 9a 9i
.nrdro8inN,71, ¡ r¡), rtse, reTi
l¡m¡rid l,53,z',e3. !'6, r,1\ Dri
marulin ¡d.7t,It;, e3,nr6 'oe ¡¡{.
l¿milia, 58-59, 63, ó9, 9e ro., r04 rttr, 19¡, r7i, tr19, r$¡, tr31i:r¡ :92,
'ol
¡j9 r1.1, 116 ¡l/, ¡56 r57, 160 ¡ó1. !65,
,99, ].r, ¡t6, r3l 13+:96,J.o, (lcnerrl lil.!uit,9t. rrB
1o2 1o5itamili¡ ¡rv.rr¡dú) 59
(i d.¡s, ¡ltl,tr34
l¡ninünD, 50,3ó.93 tot'1o9,
29, 49 (ilrtrdo¡, ^nlhonli
Nl¡rJ_ r7l
^nn,
r.to 1.¡r. t15 ri1, ri7ir59 r63,r7o ¡71, 81,$rliz¡.ión. 175 2/ó.:;9, r3r
r/3 r3r, ¡34, ¿un ¡r4:16,1óo, 13i, (;,úman, t]r!in8,36 ¡7
roo; ldo|)ción dc lr ¡si.olo8ír Po¡
(;.ldñan, Iinnna, 49 rrTl
(io¡rñán, ¡)¡niel, rr8, 176, tr78
Panc dLl,49 to,7r,,¡¡i.¡rq r6r:
tunrnris¡ro dc ln s.gMdaoli, t.4o,160,
16r, rrr,r mod.l0 rl.connni.a.ión
del, ¡i4 t7r:.Í,1r.¡i fcnnrnl¡s dc Sr{I¡ li. i ro,.ll. ts
-il2 I IA 5AI\,A( dti Dfr ÁtHÁ ¡100tIt¡

gruPo deapoyo,15¡ 2r¡ 15,29, r97¡ 20¡, imaBina.ión: in!e.p.r$.a1, 23 j


119,23t-216. 213 219, r41,243, 1o5

i¡dividlalismo, r3, n 6, ft, rt¿ r57,


}abitus, r1o, 27:-275, 229, 2BL2B2, 284,
236-237, 29r, 29.r €nrocioral, 222, 19, individualiz¡ción, rrr, r74
13f232i emocional global, 279;
terapéutico, 28r 231, 29r htkn.i. I so.i¿r.l (Erikso¡), 2oa
inreligen.ia cmo.¡onrl (rE) (.on&pto),
Jt,157 771, 14-.73, ú5 746.296
house af Doctot Ed\|atutt, intc¡¡s. I8, r17,Uripropio,3r, n3, r20,

¡nter?re¡o.ió d¿ loi iueños, La

i¡sp ir,.ión webcriana leoria dc, I3


Herman, Ellen, r5o, r5z, ¡60, ¡9 intnnidad,ja,6t, t42. r44, r14 r5t,
hemenéulicá,65 óój de ld sospech¡, r65j96, 2oo¡ ro3! 2zz-:2t, 2t4
6r-63; psi.ológica, 63 :3r 234,236,233, tr96

Hnorio de la y,uatid.l l¡aannr), ,21 na,85,36, V¿6¿ r¿ñúi¿, cnojo


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Ho.hschild, ^l&ed,
Arlie, 35-fi 6, 1ot
hanúr¿ organi4ciúi, E¡ lw1li,te), 34
Hotno: ro tñ hi.o'1!,i17\ ,o.ksll, Rob¿¡t, 1ój, no, r26
J.ñes, William, 15 36,49, ¿ol
jer¿rquia coryo¡atiu, r¡6
,ohnso¡, Virginia, 166 r71

Horney, ká¡en, :lo, 45, 2oj

id.nlidld, 16, 25,29,41 4r, 17, 19, 61,


67 63,72,33,86,33,94 97, DHr1, Xirsch¡e¡, Suanne, 60, 167
¡:19, ,44, rto, 16r 162, ¡oo,zori 206, Knor¡ Cetina, K¿rin, ,3, rr,1
204. ,ans, 2a4, 227 22a, 42t 236, Kr¡mei Roderick M.,x5
1r4,257, 273t 297. 3ot-]or,3o4, ro)i
and¡ógi¡a, :ror; femc¡iná, ¡61 úxi
fomaciór de lu, ó9. r6ri lcalización
de la, r/, nasculin,, 36, 33i
62, 1o3;
Serencial,94, x2i ho.lernaj 4r, ro4, l-1116' qane Io tul, \o, r42 n-,
loTi far¡atiE c, 29, 67, 119, ,o¡,224,
227-228, Br 2ró, 239; Profesionat, 3r; t¡Ddn.rl Educatio¡ Corporation
auio,yud¡ e, úo-,or; *xual! /L7tri
soci¿l, 42,97, tio. 254 257, 27J,297
ideologia, z3r; del lenguaj€, 10r,306; d."
los psicólo8os, 264i te.apéutica, 262 Lasch, Criropher, ¡:r, 243
Id¿olofia ), lr,pia (Mannh.im), n6
rE. Yrar¿ inteli8cnci¿ emocional L¿üioñ6 íinodu.¡orins tobft d
Fi.o4rl¡¡ir (Freud), rr 56, 61, 65

I-
lxorr! Ari¡tlfll0 I 3r3

Ienguaje, 12, ¡ro, r6,,i de la psi.olosia, "modclo P ¡' ) "moddo d€", $8ún
n7; teraPéuricoi 14¡ n7i rl9 su uliliT¡ción por CliÍl¡¡d Gee¡tz,
Libé te d. li eode?end¿neia
modelo de 1¡ comnnica.ió¡, 32, n9i1o,
121, 1)4 17 5, 19r, 24\ 247, 3o.
I ileratu ra de auloayud¡, 74-7t, , or rol, Mod. únan:1he bst et
roti06j ru.r¡r,165, 176,,3r. zo9
modernidad, criti.a de la. rl
lüg.r dc trab¡jo,99, ro3, n6{r3, qr,2ó7,
136 233,3oo ro2,lo4-lo5 mo¡alid¡d, n9,2r,r42. úr, r7l, 86-237,

Mdri,s,/¡. rrarag. d¡¿nr (Ei.he.), r2r novimie¡Io de du!¡ m¿ntal, 47, 2oil
novimi.nto Emnr¡nel. 47
mahrato infantil, 2rr-u6
man€jo: de si, rr r, rrr, :16; emocio¡ al, n3 Mujeí.s que anan .leñú;a.lo

Maúudlde Didgn('si.o y E5tddhtnd dt


1o! Tr$¡onút Meñ¡nks lraÚ ), ,n ,ta

matrimonio, 29, r42r43, r5lr59, ró2ió1, nafnfjv^, ali 24-a26i 27/i 194-291;
165 166, 174 175, zn, 246, 294-291, 3o3 delyo,7ó, r39,2oz; de l¡ auton rda,
63, 212, 226, 23; de la enfermcd.d
Misloq lo, 63, 1o1, 2o5 206, yla condición dr vidinra,2rs rrgi
^brahañ, de la peño'alidad, 67 63,70,243i
M¡sters, Willi¿m l{owell, 166.r7r de la psicologia, 6ridemónic4
Mayen lohn, 2r9. ¿6r,263,266 z2l' 223i en a..iór,249;
Mayo, llton, ro, 94 roo,rorro5, n3, r49 iudcocristiana, 2n; ¡bdelos
Mclnlyr., 243 de, t4-rr te.ap{iica, r4o, 2or, 2ú,
^laisdan 219 132, 214 2a6, zJA 49, 241 1421
246, :ro7; Psicoló8ica, 6i
medi.in¡ (€r los Estados Unidos),47 necesidad¿s, ¡7!r73, r75, r77, r9)
medios m ¡sivos, 3ol-3 04
nre(ado del.onsunidor, :o3
nrercantilización: de Ia emoción, 36j New Age, r¿ 2or, z4r 241

ñérodo de inv€sliga.ió¡, :ro-rr, rj


Meye¡. lo¡n,74.31.rrr.2o7,2n, 2,4, NlEro.tatc de ta flo'oia: un $tutlio
¡cerca del siñbolisn'o de la n,¿n,
nic.lo r ¡rl¡,4 ¡l (long).161 dd rno I del at¡¿ lLan9q), ,7

obiéliva.iór de lds eúocio¡es, t37

Mischcl, W¡ltcr, 10ó 3o7


Mitchell, Stephen, 10, 167 o¡sanüación social de la mediina
niíi.únet.l 1ilddn, Ln (er los ¡stados Unidot, 46
314 I r^ !^rvlfl0Í Dtl ALir^ ñ00!úi^

Patt.6on, orlando, rt,.or h tn's oñ{tional int¿llig retowtk

p.ronalidad,,!2¡, !r-16, 23,1r,34 tt, Bcionalid.d, 32-3J. 36, 33, 99, ro3, 1o9,
54, 56-58, 60-62, 6,{, 70 71, 30, 36, 98, ¡3t rrli r94 !36; comunicaliE, rz, r87

roo, ¡o2{ol, n,r r2rr27, r9t, r99, 2o4, ¡,.ion¡¡iza.ió¡, 179 13r, ¡81{84 19á96,
206 - 2ó ¡, z1\- 214, 2ú, 2r7, 244, 27 J, 3o4; .o8úitih, 13¡i válor.tiE, r8o
179¡ 231, 139, 29r, 3oo, lo4i
.nprMiáI, r2r rru le¡snaje d.l¡,
¡6i moder¡a. 7¡, ¡24 l.$s de, 2ri ¡¿dl,oot (r.üsh), ro, ¡o7ro3, 1r3, 168,
rcflcxi\ a, \ 26. V éa 4 ta ¡ n bi ¿n r74 {75, r3r, 134¡35, 2 21, 2t7
nar.rivs de la FBodáüdad
P./roñ Pl¡.¿ (Mcrilioút, út rene vidad, ¡!6 r27, r9n ¡9r,í+,3ó
pod.r, »! r+ rlli36i patriücal,7r r€la.¡ón de los texlos con l¡ ¡cción,
.t2 ¡¡
Pore§ructuralisnñ, rr, 176 eli\iot5 and toiiantn úiqnÉ of
pryl,o¿,¿iF¡, Tr. (K¡Mhre.). óo
p.á.licá: dc si mismc,2o; Gial, rt9, rcprcsntación,2!3 ¿lo,216i213-119r

Praan.rnmo, ,r; in§tlu.ioDal, 3ol reprodu(.ió¡ so.i¡I, 30¡


Priñerá GleÍa Mu¡di¡I, 2e, 52, eo, responsbildád,116, !t3¡r9,r93,206,1¡7
93, r98 rentlúió¡ tuth anúM h lsteíñ1,173

pr¡ncipio: dc asnoricismo, 15; d. Rieff, !hilip, tr,6l


r4wt¡ de lú acioñ*, Lt lsñirh),121
prcbhms huñdnos ¿. una cilit$.ió»
indú¡ial, t Rocthk€,1 h€odoE, 30ó
'lMayo),rca Rog.F, Crrl, 2z ro, mr, 14r, 2a,r
?tue5o ¿¿ ro"rútue ¿n PnsonL EI
xo¿r¡, rrif. (s.hs lr), V4
!ñeto de h ciñlirarió$ El lElias), 88
pGe$ d. rradu..¡ón, 2!8
Ryba.l, D¡vid, 277-rz8
psi.oañálisir, r9-4n 44-4ó;
c, Ios Erldos Unidos, 4ó 47i
Srhlins. MaKhaU, 32, .to2

¡iicoloEia popu¡ar,1o3i crítica d€ la,


elud,62,64-6t, ó3, t7¡, 1oo,2ot, D7,
psiologia: cíft¿ d. lá, ¡r; prcE¡an¡t 2ro.22)i :25-227; e¡rGional, n2
sá.fali l,a¡sn, Masali, t!52
psicólogos del yo, ,or. :06
Psieo?atotogía dz la vida .otidi'nd
S(hool€r, ,orarhan, ¿ór, Jo6
s.hv¡ru, Sharo, Lynnc, r74
publicúioncs psicoinal¡licd acadénic's
er los Eshdos Uridos, tr ssEts ol the so,t lza¡etrkyl,16
púer¿ .¡ inrriSa del )o, 13, 2r, 213, 2a4 tdo I la o¡.ina, El \B¡o||n), t6t
lIo](r rt¡rltL{o I .ltt

jS P.r. .¡ nol rinro r, to, rr r ú¡


§eni¡¡¡ios, :4r, 276 279 ?úso 4s.lt! nno?Ltt l,¡n-iú¡\
s"nn.tl, Richard, n2, r2t ,rer,¡,/ri (Ury), 08,,,r
Sewell,Williañ I.,lo, 15, ó9, D3, rr:,
swidlc¡ A¡¡, ó3.30,,91
sexualidld,ór, ó9'70, ¡lri46, r6t,
'62
tolk sho14, tlt, 1J, zs Jo, 2¡t, t2r. 4n

Silwrsr.itr. Mi.hacl, r.i


Simmd,(ieorg, r9r r9.1, !r9
sistenrai idcoló8icls, rj8
sñilc§, Sdmucl r93-2oo
'lÍ. Mh, Y¡,¡& I¡D6, 41.19,
$bre!iv.n.in, 3e, r+r r4{, t,la lori¡ dc h Kepció,, 3r r:
so.icd¿d .ivil, :o2, :o/, !r,1, ,6-r,7, :18, T.orio rl. Bit tink tos rtonbs

So.iudad d.los Miér.ol.n 4a 'lmp¿ulicollo, como conc.pro. 2t


so.iedid ¡\i.oú.I¡ic¡: dc lioston. ,,
dc Nucvr Yort, t!; dc viena (¡td!
soci.d¡d d. los Mi¡tol$) Traroflm por t]srrés Postr¡u¡náti.o
sbril, rtr/ls 4r Mrt (l:ohtú¡!),
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sxido8i¡,.¡o5i.lási.i, sti.onrunil¡ri5r¡, r¡¿unrá, t:, 91, roo, 2o4! !r5-:r7, 27, 2t{,
¡r.1:.{ltural, r¡ ¡t, 8r, tror. rosi d.l
€¡pfdlnñq 23ti d( h.ultuta, ró,
:r 23,l5! 13, ttj 65, :99, ro, lo4i de l¡
dorlin!.ión, rrj dc lJs enrocione§,
1r7, 299¡ ro5i d. l.s o18¡ói7a.ione§, Una evn sti¿ ?aro un. eiLla raciañal
36i d. l¡r redes $dilcs, n4 .rt; d. lElln),:i
8.ñh, :e7r econóñk¡, 3r; uño Dismo: (a¡rÜio Utt¡do ¡ .abo Por,
216, ¡4¡, !.l-,li 2ló,243.2,19; corfiana
Somñcrs, (lhrnlina l kff, 2rl e¡, rr5i coDtrol de, 3ó, ú5, r07, ror,
spgül,orr./ (llitchco.k), z6 r¡o, ¡r¡-¡r4iü3,126 r17j r32, r:17 rl3,
sitrnroJ, 1r. (*ri€), ¡e

v¡lveid., N1üia¡¡, z2o

vida coridi!ná, t/-t3, 6:, 6ó. to4

,r,.!/, ,l¡l ,,/¡r.i ¡l ( Masr.s), ,66


visión p¡nsnrátiqi de 1a (uhurá,35
§lev.¡s, Mil.hell. r3r, 17r visión tur¡púutica del ñtrndo, rl

sufri¡)icnlo,,lr 6r, xrr'¡ró. :r8, 1xo, 21!, Weher.l\1¡x,40 4r,r1, 8, t4r, r79 r3o.
1:5 r17, ¡:r,:3tr ¿16, 14r, !,1t,113, rsrj r¡1. rr4..1o4.1o3
!9l.nf}']or.ro7loll Wi¡ron,'l ¡¡or¡¡r', t65, ]ü6
J16 I r¡ !arvai ór Dfl ar¡Á dorrr¡

¡ri 2ró, 13 :tr,2l5 rt9,r4lJ 1¡9,


loo, lor'.104, l.7r áiI!. o Privádo
r

williams, R¡Imond, m¡ del, 4ri ¡spc.lo publico d.l, 2r¡i


.ondud¡ mon d.l, ¡¡¡r imili¡ dd,
Winfrey, Opr¡h, 19 lo, 229 !.]r, 160 13; inl.rntr, /¿i l.ngu¡j. d.l. ¡ój7i
Winni.on. Dou¿ld, ¡62 maneio del, rgri narrili!¡ del, rr9,
'!.1,
216; no.ooPromerido, trsi ori8en
del, t8r rr.ion.lid¡d dcl,7:-73r
refl.xivo, r26i tnmáño d.li 2o2
yo, r2 rl, ¡9,1r ¡1, tr. t/-9¡t, 69, ró7jlo,
t7r ¡75, t77-r79, ¡3r,r94 r9t, ¡99 20r,
¡] ¡o4, 1o7-2olr, 1'9, 2¡2-¡:1,

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