El Universo Es La Patria. Antología. Poemario. Emilia Ayarza. No. 164, Febrero de 2020.
El Universo Es La Patria. Antología. Poemario. Emilia Ayarza. No. 164, Febrero de 2020.
El Universo Es La Patria. Antología. Poemario. Emilia Ayarza. No. 164, Febrero de 2020.
N.º 164
Emilia Ayarza
El universo
es la patria
Antología
Primera edición
Febrero de 2019
Imagen de carátula
Schwarzen Frauen (Mujeres negras), por Marianne von Werefkin
(1860-1938) acuarela 72,5 x 111,5 cm., 1910, Museo de Hannover
Impresión y encuadernación
Editorial Nomos S.A.
Impreso en Colombia
Printed in Colombia
contenido
Del AfectoMemoria
157 [61], de la risa40.[3],Afectos a la
Afecto
pasión deDiálogo
Cristo,entre el poeta
y deseos y yo [5], en ella.
de participar
Si seLumbre
estimaranatural [6], Sangre
la impresión de lasdesatada [7], qué
llagas, ¿por
Ausencia [9],
no las angustias? [62],Humo
Afectolento [10],
41. Avenidas de
Túamor
en mí, absoluto
divino, que yarrebatan
verdaderoel[11],almaIV [13],
[64],
Tu nombre
Del Afecto 115 [66],[14], Muerte
Afecto 122. [15],
Deliquios y
El regreso
ansias por llegar a de las habla
Dios, voces [16],
interior que
Canción
ilumina para siete nombres
y tranquiliza el espíritu[18],[68],
Amigo19.
Afecto inmemorial
Coloquio [19],
de unImprecación
alma con nuestro [20],
Secreta
señor, etc. muerte
[70], Del[23], Llanto
capítulo lvyde vigilia [24],[74]
Su Vida
Esta soledad [25], Poema desolado [26],
Tríptico del adiós [28], Árbol [30],
Voces al mundo [31], Nocturno de los marineros [36],
Testamento [39], A Cali ha llegado la muerte [49],
El universo es la patria [52],
Jaula de espejos o la conciencia del hombre [54]
8 Universidad Externado de Colombia / Decanatura Cultural
memoria de la risa
Un silencio de espejos
que te hacía más alto
cuando nadie sabía
que el júbilo empezaba.
En el umbral de tu memoria
la sangre y la ternura
eran ya partidarias de mi piel.
Poeta, escucha:
“Habla que tu voz dilata el aire.”
¿Y el corazón?
“Es un niño que siempre juega a sufrir.”
lumbre natural
sangre desatada
Es la hora,
muerte
Te doy la medialuna
del trino
en la blancura del pico
estremecido.
14 Universidad Externado de Colombia / Decanatura Cultural
Toma:
Es mío este esdrújulo
aliento vegetal
que opaca el desmedido
espejo de los campos.
Y estas golondrinas
en llamas de viento enamorado.
Ten mi niño:
me lo arranco del vientre y de los ojos.
Ten sus manos:
dos pequeños olvidos de Dios
sobre la tierra.
Me entrego completa
con piel y palabras.
Que estrenen tus cifras
mi cuerpo dorado.
Que invente idiomas
tus manos tendidas.
Que llenen los ríos
sus cauces de sangre.
Cuando entre a la muerte
seré para Dios
un leve tatuaje
de luna en la sien.
Colección UN LIBRO POR CENTAVOS 15
ausencia
Se ha ido
mi grito
para el infinito.
Atado desnudo
su cuerpo ondulaba
frágil
ágil
plúmulo
trémulo
lúcido
translúcido
blanco
sobre blanco.
Se ha ido mi grito
para el infinito.
Estaba orientado
su cuerpo frustrado
al norte de ti.
Se ha ido
mi grito.
¿Está subterráneo
dorando metales
o haciendo los sueños
por entre los párpados?
16 Universidad Externado de Colombia / Decanatura Cultural
Se ha ido
mi grito
y ahora lo veo
colgando del viento
como un niño pequeño
que hubiesen ahorcado.
Colección UN LIBRO POR CENTAVOS 17
humo lento
Ha quedado tu forma.
Entre mis sienes pálidas —corazones de invierno—
está palpitando tu sangre verdadera.
Y azul en mis orejas
tu aroma universal
recorre itinerarios de tibio porvenir
en tanto que mis ojos alumbran el camino.
Y tú estarás arborecido
conociendo la verdad de tu cosecha
a través de mis vigilas castas
pasadas entre lino y dulce-abrigo.
Colección UN LIBRO POR CENTAVOS 19
iv
tu nombre
En el tumulto y en la soledad,
en mi calle, mi perro y en los árboles,
alrededor del pan y mis vestidos grises,
tu nombre es espacio vital,
es parte de color y aroma, es viento tibio.
Colección UN LIBRO POR CENTAVOS 23
muerte
Blancas palabras
que la muerte pronuncia desde el hielo.
Caminando como brisa, como fuente,
mi sol llamó su voz de hoguera
al oído de tu piel.
Y tú estabas con la muerte
partida en dos silencios
bajo el párpado.
Colección UN LIBRO POR CENTAVOS 25
Niña Ola,
sortija del mar.
Niña Aire,
madrina del viento.
Niña Árbol
corazón de fruta.
Niña Espiga,
ojos del pan.
Niña Lluvia,
sueño de cristal.
Niña Sol,
sangre de oro.
Ven
Niña Sombra.
Niña Nada!
ven!
amigo inmemorial
imprecación
En vano increparás.
Tu nacimiento es un hermano más que cae.
No alcanzarás a existir en la tibieza de la piel
porque se derramará tu sangre como una vena agraria
sobre los surcos abiertos de cadáveres.
Colección UN LIBRO POR CENTAVOS 31
A eso vienes.
A brotar de tu madre como una bayoneta.
A quitarte a sus hombros el sitio de las frutas
para amoldar el fusil a tu estatura.
A eso naces.
secreta muerte
II
Tú no vas a morir.
No habrá ciprés para tu pelo
ni árbol alguno crecerá en tus huesos.
Que se duerman sin ti las amapolas
(sin el caliente sueño de tu sangre)
Y que se parta el silencio contra el aire
el día que pretenda tu canción.
llanto y vigilia
esta soledad
poema desolado
Por mi vino.
Por mi casa y mi veneno.
Por mi espejo y mi cadáver.
Porque soy
Porque canto!
38 Universidad Externado de Colombia / Decanatura Cultural
I
Tal vez llegue un lunes.
Tal vez esté lloviendo.
Tal vez sobre el tejido haya un poco de sol.
Tal vez en las ventanas hay frentes. Humo o nada.
Tal vez cruce un payaso
con un circo llorando en el tambor.
Tal vez sea un día con niños y banderas
un día asnos y borrachos.
II
Es la simpleza del vacío.
La algarabía de los idiotas que nos hace sonreír.
Es una vieja palabra sin estribos.
Es el tren. Las hojas. Los vocablos al borde de la lengua.
El luto de las noches.
La histeria de los pueblos a las seis de la tarde.
La angustia entre el vientre y el recién parido.
Entre las puertas y el aliento.
El adiós es el breve onomástico del caos!
40 Universidad Externado de Colombia / Decanatura Cultural
III
El adiós llega la noche en que se va el tacto de las manos.
La tarde en que la hora se roba el contorno de los pinos.
El día en que el sol en el espejo
sabe que es un dios amarillo y sempiterno.
El momento en que lloramos
y el llanto se desnuda y enfila su cuerpo hacia la muerte.
Llega cuando los novios estrenan la pausa de su lengua
Y su silencio construye una casa con flores
o bautiza los hijos.
Cuando una montaña eleva su cuerpo de distancia
y certifican el limbo, las tumbas y los barcos…
Cuando caen los pañuelos como nieve en el olvido.
Y desatan los caballos sus cuerpo sagitarios,
llega el adiós.
El adiós es liso.
Nublado.
Ruginoso…
Colección UN LIBRO POR CENTAVOS 41
árbol
voces al mundo
Que vengan.
Que vengan todos a mi corazón.
Yo me pongo de pies y juro.
Tú, y tú, y tú, me encontrarás.
Y no te fallaré a ti. Ni a ti. Ni a ti. Ni a ti!
Colección UN LIBRO POR CENTAVOS 51
Ibas a tu casa
con la mano crispada en un billete
cuyos bordes derramaban pan
y cuyo fondo era tu lengua en los zaguanes
o tu aliento en la memoria de los latigazos.
Ibas a tu casa
con el hambre de guardia en el gaznate
y la tarde escondida entre tu pelo
con toda la dificultad de su esfumino.
Ibas negro, inmensamente mentiroso en tu belleza,
con tus palmas rosadas
y tus dientes de lento cocodrilo humano
que le abrían horizontes de nieve a tu sonrisa.
Ibas dispuesto a fornicar,
52 Universidad Externado de Colombia / Decanatura Cultural
Ibas desprevenido
con tus llagas como rosas sobre el hombro
y las tinieblas de tu raza
desbordando el rostro por las tibias ventanas de
tus poros.
Ibas de bronce, con un retazo de luna en el bolsillo
y la tinta de tus pies dando a la playa
el último compás de tu estatura.
Tu cuello de cilindro
tu risa de cal
la abrupta geografía de tus brazos
la sangre carmelita de tu abuelo,
no eran la barbarie agazapada
bajo el oscuro manto de tu piel.
Colección UN LIBRO POR CENTAVOS 55
testamento
—I—
Hijo mío:
Alguien te dirá: “tu madre ha muerto”
y mi muerte vendrá
y nadie pensará en la muerte.
Una tibieza de mano se alzará en tu frente
y por tus ojos de agua y muy adentro
se alzarán mis palabras como estatuas.
Dirás:
“Todo tuvo y nada poseyó.
Soles negros pasaron por sus sienes
oscureciendo la llama de sus bosques.
Anduvo siempre sola entre las multitudes.
Su terrestre piel por las raíces
se adentraba hasta el pecho de los ruiseñores.
Y por la madrugada en el rocío,
hacía su viaje transparente y puro
para poner su llanto entre la hierba”.
Pensarás:
“La pálida bahía de su frente…
Sus ojos de sombra más adentro
que la luz de su propio resplandor.
Su nariz, su cuerpo grande,
La risa cromática
Como un collar que se rompiera
Al borde de una escalera de metal.
Y gritarás:
“Elegida del Silencio.
58 Universidad Externado de Colombia / Decanatura Cultural
—II—
Hijo mío:
Colombia es tu patria.
Te la entrego
cabizbaja en las playas del Atlántico
y abierta y descarnada en la orilla del Pacífico.
Su garganta en el Canal de Panamá;
Sus senos en el pico de Los Andes.
Sus ocrosos flancos del Chocó.
Su cintura en el río Magdalena
y su desesperado ombligo de café.
El microbio y la carroña
invaden su piel de orquídea taciturna
y los niños colgados de los árboles
son el fruto tangible de sus bosques.
Colección UN LIBRO POR CENTAVOS 59
—III—
—IV—
—V—
Hijo mío:
para que mi sueño sea blanco bajo el mármol.
Para que entre mi lengua
70 Universidad Externado de Colombia / Decanatura Cultural
No.
Ni la sangre de polvo.
Ni el rumor de las venas sub-terrestres.
Ni los ojos de antiguas polillas vagabundas.
Ni los hombres de párpados doblados.
Ni la casulla del viento.
Ni la tierra pintada de frutos en la tarde.
No.
Nada.
Ni el sexo que comienza en la lengua de los niños.
Ni los pastores de culebras.
Ni las esquinas infieles sobre las ventanas.
Ni la dignidad de los trapiches
sostenida en el breve equilibrio de la caña.
Ni el transparente río que se hunde por los muslos
de Cali.
No.
Nada.
Ni las almadías del sueño.
Ni el somnoliento camello de la cordillera.
Ni el monólogo amarillo del sol en el espacio.
Ni la paz de los escarabajos.
Ni la mariposa pintora.
Ni el grillo concertista.
Ni la boñiga de oro.
72 Universidad Externado de Colombia / Decanatura Cultural
No.
Nada.
Ni el candor de las escuelas que traza palotes de
ausencia en los tableros.
Ni los borrachos que miran fijamente a la ventera
y le derraman el corazón entre las trenzas.
Ni las polleras de los siete-cueros.
Ni la barba de cristal de los torrentes.
Ni los panales detrás de las ortigas
Ni los bueyes de artificial melancolía.
No.
Nada pudo detener la muerte.
Llegó a Cali navegando
y los corceles del Océano Pacífico
la saludaron volcando sus belfos espumeantes
en la playa.
Llegó por el pito de los buques
por las banderas de los guacamayos
por el ojo de las agujas que remienda el pudor
de las modistas
por la voz de los muertos en los árboles
por los billetes rubios
por el alma incolora de los camioneros
Colección UN LIBRO POR CENTAVOS 73
el universo es la patria
Se compuso en caracteres
Goudy Old Style de 11 puntos
y se imprimió
sobre papel bulky de 60 gramos,
con un tiraje de
8.000 ejemplares.
Bogotá, Colombia