Historia Del Vino en América
Historia Del Vino en América
Historia Del Vino en América
Pero ¿cómo llegó la vid a América? Hay que tener en cuenta que el continente
americano ya contaba con presencia de vides silvestres, si bien no existen
evidencias históricas de que se utilizaran para la elaboración del vino. Sería
gracias a los viajes españoles, con Cristóbal Colón a la cabeza, como se
introduciría su cultivo en el Nuevo Continente. Sin embargo, no estaría en su
mano el comienzo del cultivo de la vid sino únicamente la llegada del primer vino a
América.
Y es que el aventurero más insigne de nuestra historia viajaba con unas botellas
de vino de Rivadavia. Por entonces, el más caro y afamado de la Península
Ibérica.
Sin embargo, el edicto real contaba con una salvedad: el cultivo de la vid por
parte de los jesuitas. Una dispensa sustentada en la imperiosa necesidad de
contar con vino para la celebración de la Eucaristía. Sería así como esta orden
religiosa llevaría, de la mano de su misión evangelizadora, el cultivo de la vid
primero hasta Argentina y, un siglo más tarde, a la Baja California.
Es tal el peso que se le atribuye a los jesuitas en la historia del vino en América
que la variedad de uva recibió, en Norteamérica, el nombre de «uva de la
misión».
El peso del vino en Norteamérica es tal que supone el cuarto productor a nivel
mundial de vino tras Italia, España y Francia en ese orden. Según los datos
aportados por la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), la
producción de vino norteamericana en 2017 fue de 23,9 millones de hectolitros.
A pesar de ellos dos, no son los únicos países que han ido escalando
terreno. Brasil también se sitúa dentro del ranking de los 20 países productores
de vino del mundo, en un modesto 19 puesto; junto con Uruguay, con una
excelente geografía para el cultivo de la vid, y México, con una producción que
sobrepasa las 100.000 toneladas anuales.